baruc

1
La obediencia salva a un secretario Sin duda todos nos esforzamos por cumplir el mandato de Jesús de poner en primer lugar el reino de Dios. Muchos cristianos han simplificado su modo de vivir para hacerlo. Otros sirven en alguna faceta del servicio de tiempo completo. Y los que no pueden hacerlo, dedican el máximo de sus capacidades al ministerio a pesar de sus circunstancias personales. Aun asi todos somos propensos ¿Se siente desanimado a veces porque en el ministerio cristiano encuentra pocas personas que muestren algún interés en las buenas nuevas? ¿Siente de vez en cuando un poco de envidia de los adinerados y su estilo de vida centrado en los placeres y al parecer sin ninguna preocupación? Que nos puede ayudar a no perder de vista las cosas mas importantes y a evitar que la envidia embargue nuestro corazón? Si así es, piense en Baruc, el secretario de Jeremías, y en el amoroso consejo que Jehová le dio. Baruc estaba escribiendo un mensaje profético cuando Jehová fijó su atención en él. ¿Por qué? Baruc había empezado a lamentar su suerte en la vida y a desear algo mejor que su privilegio especial en el servicio a Dios. Al observar tal cambio de actitud en él, Jehová le dio este claro pero bondadoso consejo: 15 Es evidente que Baruc cambió su manera de pensar, pues, acto seguido, Jeremías le encargó una comisión muy difícil: ir al templo para leer en voz alta el mensaje que Baruc mismo había escrito al dictado de Jeremías. ¿Obedeció dicha encomienda? Sí, Baruc hizo “todo lo que le había mandado Jeremías el profeta”. De hecho, incluso les leyó el mismo mensaje a los príncipes de Jerusalén, lo cual sin duda requirió mucho valor Imaginemos lo agradecido que debió de sentirse por seguir vivo cuando la ciudad cayó ante los babilonios dieciocho años más tarde, todo por haber hecho caso de la advertencia divina de no buscar “cosas grandes” para sí. En la actualidad, Jehová también se preocupa mucho por quienes sienten envidia o la tentación de buscar lo que a su juicio son mejores oportunidades económicas en este sistema de cosas. Afortunadamente, al igual que Baruc, gran parte de ellos han respondido a los afectuosos consejos de hermanos espirituales maduros Que todos nosotros veamos con claridad que no hay futuro para los que buscan “cosas grandes” para sí en el presente sistema. Por ello no caigamos en el error de envidiar a estas personas, pues no solo no hallan la felicidad verdadera como quieren aparentar, sino que, peor aún, pronto pasarán junto con este mundo y todos sus deseos egoístas

description

Escuela

Transcript of baruc

Page 1: baruc

La obediencia salva a un secretario

Sin duda todos nos esforzamos por cumplir el mandato de Jesús de poner en primer lugar el reino de Dios. Muchos cristianos han simplificado su modo de vivir para hacerlo. Otros sirven en alguna faceta del servicio de tiempo completo. Y los que no pueden hacerlo, dedican el máximo de sus capacidades al ministerio a pesar de sus circunstancias personales. Aun asi todos somos propensos ¿Se siente desanimado a veces porque en el ministerio cristiano encuentra pocas personas que muestren algún interés en las buenas nuevas? ¿Siente de vez en cuando un poco de envidia de los adinerados y su estilo de vida centrado en los placeres y al parecer sin ninguna preocupación?

Que nos puede ayudar a no perder de vista las cosas mas importantes y a evitar que la envidia embargue nuestro corazón?

Si así es, piense en Baruc, el secretario de Jeremías, y en el amoroso consejo que Jehová le dio.

Baruc estaba escribiendo un mensaje profético cuando Jehová fijó su atención en él. ¿Por qué? Baruc había empezado a lamentar su suerte en la vida y a desear algo mejor que su privilegio especial en el servicio a Dios. Al observar tal cambio de actitud en él, Jehová le dio este claro pero bondadoso consejo:

15 Es evidente que Baruc cambió su manera de pensar, pues, acto seguido, Jeremías le encargó una comisión muy difícil: ir al templo para leer en voz alta el mensaje que Baruc mismo había escrito al dictado de Jeremías. ¿Obedeció dicha encomienda? Sí, Baruc hizo “todo lo que le había mandado Jeremías el profeta”. De hecho, incluso les leyó el mismo mensaje a los príncipes de Jerusalén, lo cual sin duda requirió mucho valor

Imaginemos lo agradecido que debió de sentirse por seguir vivo cuando la ciudad cayó ante los babilonios dieciocho años más tarde, todo por haber hecho caso de la advertencia divina de no buscar “cosas grandes” para sí.

En la actualidad, Jehová también se preocupa mucho por quienes sienten envidia o la tentación de buscar lo que a su juicio son mejores oportunidades económicas en este sistema de cosas. Afortunadamente, al igual que Baruc, gran parte de ellos han respondido a los afectuosos consejos de hermanos espirituales maduros Que todos nosotros veamos con claridad que no hay futuro para los que buscan “cosas grandes” para sí en el presente sistema. Por ello no caigamos en el error de envidiar a estas personas, pues no solo no hallan la felicidad verdadera como quieren aparentar, sino que, peor aún, pronto pasarán junto con este mundo y todos sus deseos egoístas