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Rev Soc Peru Med Interna 2007; vol 20 (4) 157 NOTA HISTÓRICA Alberto Barton, peruanidad y sus cuerpos endoglobulares Médico Cirujano, egresado de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, alumno de la Maestría en Medicina de la Facultad de Medicina Alberto Hur- tado, Universidad Peruana Cayetano Heredia. Hospital Loayza de Lima; Facultad de Medicina Alberto Hurtado de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Max Paredes-Sánchez 1 ABSTRACT Alberto Barton, peruvian physican and researcher that worked with- out rest more than ten years in order to find the pathogen agent of Carrion´s disease, an endemic disease of our inter Andean valleys. This discovery, as every scientific work, was not a by chance result but too many difficulties and incredulity of many other researchers and the trust of a few ones. With the humility that characterized to the great men, all his work was enshrined in the service of science and mankind. Key words: Bartonella bacilliformis, Carrion´s disease, human bartonelosis. INTRODUCCIÓN En pocos meses, exactamente, en enero del 2009 se conmemo- rará el primer centenario de la publicación original sobre el des- cubrimiento del germen patógeno de la enfermedad de Carrión o bartonelosis, descrita primigeniamente como parásito intrace- lular por el médico peruano Alberto Leopoldo Barton Thompson, quien dedicó más de una década de sus mejores años, para lo- grar identificar al germen causante de la enfermedad. En muchas publicaciones sobre la vida del Dr. Barton se re- calca su origen argentino y sus raíces inglesas, no obstante, haber vivido solo tres años en Argentina y otros cinco en el Reino Unido, en diferentes ocasiones; sin embargo, él se con- sideró siempre peruano y nunca dejó de ser y sentirse perua- no. Su obra dedicada al Perú así lo demuestra. Enfocaremos esta monografía en algunos datos biográficos, recopilados de no muchas fuentes, a decir verdad, por la in- justa postergación que se le ha dado a la memoria del Dr. Barton, salvo el casi solitario esfuerzo de quien fuera su yer- no, el Dr. Hugo Vizcarra. En la primera parte trataremos algunos hechos trascendentes de su niñez, juventud, vida estudiantil y su vida profesional. En la segunda parte nos ocuparemos de su descubrimiento cardinal, sus primeros pasos y traspiés, su trabajo esforzado hasta el fin abrupto del mismo. Y, en una tercera parte tocare- mos algunas de las causas que dejaron inconclusa una obra que aún tenía mucho que aportar. Se adjunta, en el Anexo I, la transcripción de su publicación de enero de 1909. AÑOS DE LUCHA Alberto Leopoldo Barton Thompson, tercer hijo del matrimo- nio del químico farmacéutico argentino, de origen inglés, Rodolfo Barton Wilde y la señora Anastasia Francisca Augusta del Sagrado Corazón de Jesús Thompson, ciudada- RESUMEN Alberto Barton, médico e investigador peruano que trabajó incansablemente más de diez años, para encontrar, al agente patóge- no de la Enfermedad de Carrión hoy, Bartonelosis, enfermedad propia de nuestros valles interandinos. Descubrimiento que como todo acto científico: no fue obra de azar, sino, de un sinnúmero de sinsabores, piedras en el camino, contrariedades e increduli- dad de muchos y votos de confianza de pocos. Con la sencillez que caracteriza a los hombres grandes, toda su obra la consagró al servicio de su ciencia, a la humanidad. Palabras clave: Bartonella bacilliformis, Enfermedad de Carrión, Bartonelosis humana. Alberto Barton, peruanity and his endoglobular bodies

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    Max Paredes-Snchez

    NOTA HISTRICA

    Alberto Barton, peruanidad ysus cuerpos endoglobulares

    Mdico Cirujano, egresado de la Universidad Nacional de San Antonio Abad delCusco, alumno de la Maestra en Medicina de la Facultad de Medicina Alberto Hur-tado, Universidad Peruana Cayetano Heredia. Hospital Loayza de Lima; Facultad deMedicina Alberto Hurtado de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.

    Max Paredes-Snchez1

    ABSTRACTAlberto Barton, peruvian physican and researcher that worked with-out rest more than ten years in order to find the pathogen agent ofCarrions disease, an endemic disease of our inter Andean valleys. Thisdiscovery, as every scientific work, was not a by chance result but toomany difficulties and incredulity of many other researchers and the trustof a few ones. With the humility that characterized to the great men,all his work was enshrined in the service of science and mankind.

    Key words: Bartonella bacilliformis, Carrions disease, humanbartonelosis.

    INTRODUCCINEn pocos meses, exactamente, en enero del 2009 se conmemo-rar el primer centenario de la publicacin original sobre el des-cubrimiento del germen patgeno de la enfermedad de Carrino bartonelosis, descrita primigeniamente como parsito intrace-lular por el mdico peruano Alberto Leopoldo Barton Thompson,quien dedic ms de una dcada de sus mejores aos, para lo-grar identificar al germen causante de la enfermedad.

    En muchas publicaciones sobre la vida del Dr. Barton se re-calca su origen argentino y sus races inglesas, no obstante,

    haber vivido solo tres aos en Argentina y otros cinco en elReino Unido, en diferentes ocasiones; sin embargo, l se con-sider siempre peruano y nunca dej de ser y sentirse perua-no. Su obra dedicada al Per as lo demuestra.

    Enfocaremos esta monografa en algunos datos biogrficos,recopilados de no muchas fuentes, a decir verdad, por la in-justa postergacin que se le ha dado a la memoria del Dr.Barton, salvo el casi solitario esfuerzo de quien fuera su yer-no, el Dr. Hugo Vizcarra.

    En la primera parte trataremos algunos hechos trascendentesde su niez, juventud, vida estudiantil y su vida profesional.En la segunda parte nos ocuparemos de su descubrimientocardinal, sus primeros pasos y traspis, su trabajo esforzadohasta el fin abrupto del mismo. Y, en una tercera parte tocare-mos algunas de las causas que dejaron inconclusa una obra quean tena mucho que aportar.

    Se adjunta, en el Anexo I, la transcripcin de su publicacinde enero de 1909.

    AOS DE LUCHA

    Alberto Leopoldo Barton Thompson, tercer hijo del matrimo-nio del qumico farmacutico argentino, de origen ingls,Rodolfo Barton Wilde y la seora Anastasia FranciscaAugusta del Sagrado Corazn de Jess Thompson, ciudada-

    RESUMENAlberto Barton, mdico e investigador peruano que trabaj incansablemente ms de diez aos, para encontrar, al agente patge-no de la Enfermedad de Carrin hoy, Bartonelosis, enfermedad propia de nuestros valles interandinos. Descubrimiento que comotodo acto cientfico: no fue obra de azar, sino, de un sinnmero de sinsabores, piedras en el camino, contrariedades e increduli-dad de muchos y votos de confianza de pocos. Con la sencillez que caracteriza a los hombres grandes, toda su obra la consagral servicio de su ciencia, a la humanidad.

    Palabras clave: Bartonella bacilliformis, Enfermedad de Carrin, Bartonelosis humana.

    Alberto Barton, peruanity and his endoglobular bodies

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    Alberto Barton, peruanidad y sus cuerpos endoglobulares

    na argentina, de origen ingls(1). Nace en Buenos Aires, Ar-gentina el 18 de julio de 1871; fue bautizado el primer da deagosto de 1872, en la iglesia San Andrs del Centro, BuenosAires(2).

    En Argentina, Rodolfo Barton fue una persona afortunada yreconocida; pero, por motivos polticos decidi emigrar haciaPer(1), donde tena algunos familiares, acompaado de su es-posa y de sus cinco hijos nacidos en Argentina: Norma, Amalia,Rafael, Arminda y Alberto, con tres aos de edad. Corra el aode 1874(1) y los vientos de guerra amenazaban al Per.

    Una vez en Lima, Rodolfo Barton padre inici una empresade aguas carbonatadas llamada La Pureza, ubicada en BarriosAltos y tras la invasin chilena a Lima se mud hacia LasChacritas, actual jirn Tipuani(2). Es interesante, como veremosms adelante, que la vida y obra de este cientfico estuvo muyligada a la empresa familiar, a la cual en muchsimas oportu-nidades, en cuanto pudo, releg e incluso perjudic por su amora la medicina. Lo cierto es que esta incipiente industria tuvoun inicio algo atribulado, a pesar de los grandes esfuerzos quehacan todos los Barton para sacarla adelante(1).

    Los estudios primarios los realiza en el Colegio Nuestra Se-ora de la O de Lima, bajo la tutora del profesor PedroDrinot. Es en esta poca donde una seria lesin ocular es-tuvo a punto de hacerle perder la vista y un to suyo, almi-rante ingls, lo llev a operar y conseguir su curacin en In-glaterra, donde estudi desde los diez hasta los trece aos.A su regreso al Per contina sus estudios secundarios enel Convictorio Peruano de Lima, bajo la direccin de donPedro Manuel Rodrguez, y los culmina en 1889(1). Su ex-periencia inglesa lo ayudara, en un futuro no muy lejano,no solo a hacerse cargo de la atencin de pacientes extran-jeros en la Sala de San Jorge del Hospital Guadalupe sinotambin a poder intercambiar informacin con cientficosingleses y norteamericanos, en una poca en la que el fran-cs era la lengua de culto en el mundo cientfico(3).

    Al fallecer su padre, el ao 1889, Alberto de 18 aos, al seruno de los hermanos mayores, debi procurar el sustento fa-miliar trabajando como obrero en La Pureza, durante tresaos, los cuales record siempre con poco cario como rudalabor industrial. Esto es fcil de entender, pues estas obliga-ciones lo alejaron por tres largos aos de su sueo; estudiar me-dicina, vocacin que segn recuerda surgi de manera espon-tnea, sin motivacin externa(3).

    En 1893, luego de mejorar la situacin econmica familiar,dej de modo parcial el trabajo de obrero en la fbrica. In-gres a la Universidad de San Marcos, donde curs el ao deciencias generales de rigor; luego, en 1894, postul e ingre-s a la Facultad de Medicina de la Universidad de San Mar-cos. Entonces debi alternar sus obligaciones universitariascon las de obrero en la fabrica familiar, no sin grandes y exte-nuantes esfuerzos(1).

    Durante sus siete aos de estudios, que los realiz con mu-cho xito, bajo la consigna de mientras estudiaba y msaprenda, senta que menos saba(1), trabaj de obrero y, a lavez, dedic sus pocas horas libres al microscopio, donde unnuevo y desafiante mundo se abra a sus ojos. Sus primerosestudios lo llevaron a interesarse en el paludismo y los gr-menes hemticos(3), para, luego, abocarse a un desafo ma-yor; es as que, desde 1898, se dedic a la observacin mi-croscpica de diversas muestras de pacientes con diagnsti-co de verruga peruana.

    En 1899 fungi como interno transitorio del Hospital Ita-liano, donde su principal objetivo era buscar pacientes condiagnstico sospechoso de verruga peruana, para poder ob-tener muestras de sangre y seguir investigando sobre su pro-yecto de tesis: encontrar el germen productor de la enfer-medad de Carrin(4). Se gradu de bachiller con la tesis in-titulada El germen patgeno de la enfermedad de Carrin.En ella esboz sus primeros intentos, frustros, de demostrarel agente infeccioso de la enfermedad de Carrin: median-te observaciones directas, cultivos, inoculaciones en por lomenos veinticinco animales (perros, gatos, cuyes y palo-mas). El 21 de marzo de 1899 lleg a las siguientes conclu-siones:

    1) que he encontrado un germen constante procedente del bazode cinco enfermos de los seis atacados de fiebre grave deCarrin. Estudiados desde el punto de vista bacteriolgico, soloen uno de los casos aludidos el resultado fue negativo, pero esnecesario recordar que ese enfermo no fue vctima de la infec-cin verrucosa sino de la tuberculosa como lo prueban lasmltiples y muy avanzadas lesiones de esta afeccin demos-tradas en la autopsia. 2) que las inoculaciones practicadas enanimales con este germen, reproducen manifestacioneseruptivas semejantes a las que se observan en el hombre ata-cado de verrugas, manifestaciones eruptivas que son comotodos sabemos patognomnicas de esta enfermedad(4).

    Tambin en esta tesis se esboza sus primeros intentos paralograr un caldo de cultivo para el crecimiento del germen. Asescribe: Cultivos: es fcil en caldo y gelatina nutritiva. Sudesarrollo es rpido en temperatura ambiente, se acelera conel empleo de calor artificial, en gelatina produce entur-biamiento completo en 24 horas a la temperatura de 37C.Retirado del tubo de la estufa, la gelatina se solidifica, elenturbiamiento de su masa no aumenta pero desarrolla en susuperficie en pocos das, una capa blanquizca, espesa, queevidencia proliferacin del germen(4).

    Esta brillante sustentacin, pionera para sus tiempos; le valiser exonerado de los gastos de bachillerato en la universidad(1).Luego de obtener el internado por concurso y tras siete aosde estudios concluy la carrera de Medicina, en 1900, juntocon 17 estudiantes, en la llamada promocin del siglo(1). Aun-que no lo mencion en su trabajo de tesis, pocos aos despus

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    Max Paredes-Snchez

    En la sesin que celebr la Sociedad Mdica Unin Fernandina el 5 de octubrede 1905, sealamos por primera vez la presencia de elemento de forma bacilar en-contrados en la sangre de dos enfermos con Fiebre Grave de Verrugas. Poste-riormente y a medida que fuimos adquiriendo ms practica en estas investigaciones,pudimos determinar la existencia de esos mismos elementos en muchos de estosenfermos atacados de dicha infeccin; as durante los ltimos doce meses, en quehemos tenido la oportunidad de examinar la sangre de catorce individuos que su-fran verrugas en su forma grave febril, hemos comprobado en todos ellos la existen-cia de los elementos mencionados, cuyos caracteres principales vamos a sealar.

    Los cuerpos a que hacemos referencia, se presentan en forma de bastoncitos muycortos y delgados, con sus extremidades redondeadas y estrictamente limitados alinterior de los glbulos rojos. Son especialmente fciles de teir empleando loscolorantes de uso comn en los estudios de sangre, tales como la tionina fenicada,tintes de Jenner, Leishmann y Giemsa. Con los dos ltimos, especialmente, he ob-tenido preparaciones muy satisfactorias. Teidos por los colorantes indicados ex-hiben coloracin polar bien manifiesta.

    Su nmero vara mucho en diferentes enfermos y tambin en un mismo enfermosegn la poca y marcha de la que en l sigue la infeccin. Hay casos en los cualesse encuentran atacados todos los glbulos rojos sin excepcin, observndoseleshasta en el interior de hemates inmaduros, desprovistos aun de hemoglobina, porla que parecen tener especial afinidad; en otros aparece invadida una parte ms omenos considerable de los hemates, hemos podido observar en los casos de in-feccin globular universal, presentan sntomas de gravedad extraordinaria y casisiempre determinan rpidamente por la muerte.

    Las mismas variaciones se notan con respecto al nmero de elementos conteni-dos en cada hemate, pudindose contar en algunos de estos veinte y aun ms,mientras que en otros casos solo hay unos cuantos. Por regla general los glbulosatacados contienen cuando menos dos de estos elementos. Su disposicin en elinterior de los hemates es muy variable: ya se les encuentre colocados unos acontinuacin de los otros en forma de filamentos rectos o incurvados, o formandolneas ms o menos quebradas, polgonos incompletos, etc.; ya se agrupan o distri-buyen irregular y confusamente en el interior de los glbulos rojos. En algunas pre-paraciones parece que lo bastoncillos tuviesen la tendencia a ocupar la periferiede los glbulos, y en estos casos suele verse uno que otro de ellos parcial y auntotalmente fuera de las clulas.

    Estas disposiciones las hemos visto especialmente durante el periodo involutivo- delque trataremos ms adelante- en el que los elementos endoglobulares alterados tien-den a desaparecer de la circulacin, y parece que se tratara ms bien de una funcinactiva, de un accidente puramente mecnico producido al extender la sangre sobrelos portaobjetos, pues por lo que llevamos observados dichos elementos no pros-peran en el plasma ni en ningn otro medio distinto los hemates.

    En cuanto al tiempo que los citados bastoncillos permanecen en la sangre, es varia-ble, pero creemos que no se les encuentran despus del periodo febril que precedea la erupcin verrucosa. Nos ha sido imposible determinar el momento en que ha-cen su aparicin en la sangre, porque cuando los pacientes solicitan asistencia mdi-ca ya ha estado muchos das atacados del mal. El tiempo mximo durante el cual hemospodido comprobar su presencia, ha sido veinte y tres das, pero estamos seguros que

    a menudo han de persistir mucho ms; el mnimum ha sido siete das. Hay casos enlos cuales no abandonan la sangre hasta que el paciente sucumbe, pero en la mayorade los que hemos investigado han desaparecido en el curso de la enfermedad.

    Con respecto a la causa que determina su desaparicin del lquido sanguneo su-pusimos al principio que fuera a consecuencia de la medicacin empleada, mas des-pus nos hemos convencido que es el resultado de un proceso puramente natural.Dicha desaparicin es precedida por cambios involutivos muy interesantes que afec-tan modalidades distintas; as se observa que una parte de los bastoncillos sin su-frir modificaciones de tamao pierden sus contornos, se hacen granulosos y des-aparecen; mientras que otros antes de disgregarse aumentan notablemente devolumen, a la vez que su entorno cambia, tomando formas diversas, tales como lade pera, de esfera, de reloj de arena o de bastones gruesos con coloracin bipolarmuy neta semejando con bastante exactitud a bacilos pestosos. Se observan conalguna frecuencia que las cadenetas formadas por la reunin de un corto nmerode bastoncillos participan en ambas formas de involucin; as, mientras que estnen uno de los extremos de la serie se hinchan bastante,- los que ocupan el extre-mo opuesto- no experimentan cambio alguno de volumen, en tanto que los de laparte intermedia se presentan tan solo ligeramente alterados. Estas diversas for-mas involutivas, quedan por fin reducidas a detritus granuloso que los glbulos rojosacaban por eliminar, y es probable que sean despus ingeridos, en parte al menos,por los fagocitos en cuyo interior se encuentran grnulos que parecen tener eseorigen. El proceso degenerativo de que venimos ocupndonos se realiza por logeneral en una a dos semanas. Debemos sealar como hecho interesante, la tole-rancia que los hemates ofrecen hacia esos cuerpos extraos de los cuales llegan adespojarse sin que resulte alterado en su estructura, pues a juzgar por sus aspec-tos y reacciones colorantes nada de anormal se presentan despus de verificadasu eliminacin. Segn esto, y coincidiendo a los elementos descritos de accinpatgena especfica, la anemia- que es uno de los sntomas ms conspicuos de lainfeccin verrucosa- seria producida por sustancias hemolticas generadas poraquellos, y no por su accin directa sobre los corpsculos sanguneos.

    En cuanto a la naturaleza de los tantas veces citados elementos, podemos afirmar queno se tratan de simples restos nucleares ni de grnulos degenerativos, y que, an cuan-do no hayamos logrado cultivarlos, nos inclinamos a creer que son organismos vivos,teniendo en cuenta su forma netamente bacilar, no queremos decir que se trata de unbacilo pues ms bien creemos que sea un protozoario, su manera de agruparse en seriesen el interior de los glbulos rojos que parece indicar un proceso de reproduccin, ypor las alteraciones involutivas que sufren, y dejamos descritas, las que parecen propiostan solo a seres dotados de vida. Creemos, adems, que sean los agentes especficos dela infeccin verrucosa, fundndonos sobre todo en la frecuencia con que dichos ele-mentos se encuentran en los enfermos de verrugas, en que no se les halla en ningunaotra enfermedad y, adems, porque nos parece que existe una relacin definida entre elnmero de esos elementos y el estado de los pacientes, notndose que con su desapa-ricin coincide la curacin- siempre que no coexistan o sobrevengan complicacionesdebidas a procesos infecciosos distintos a la verruga misma- y que por el contrariomientras persistan en la sangre, los sntomas continan y si su nmero aumenta consi-derablemente, el paciente empeora y sucumbe en poco tiempo sino se verifica el pro-ceso involutivo que hemos hecho conocer.

    A.L. Barton.

    Anexo I. Descripcin de elementos endoglobulares hallados en los enfermos de enfermedad verrucosa. (La Crnica Mdica 1909;XXVI(481):7-10).

    lo aclarara, que es en mulos donde logra reproducir con msfidelidad las erupciones patognomnicas de la enfermedad(3).Es as que muchos de los mulos y muletos(5) de La Pureza ter-minaron sus das siendo inoculados y padeciendo la enferme-dad de Carrin, en pro de la medicina y, por cierto, no de laeconoma familiar(1).

    Recin graduado, en 1901, ejerce como jefe de clnica del ser-vicio de ciruga dirigido por el Dr. Lino Alarco(3), pionero dela ciruga peruana quien entre otras proezas realiz la prime-ra ovariotoma en el Per, hacia el ao 1878(6), y de quien sedijo que fue uno de los mejores, sino el mejor, cirujano de sustiempos. Era nuestro Dr. Alarco dueo de un temperamento

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    Alberto Barton, peruanidad y sus cuerpos endoglobulares

    soberbio, egocentrista que lo aislaba de cuanto lo rodeaba, defcil irritabilidad, tena un trato spero con sus colegas yzahiriente con los alumnos; humillaba por igual a ambos: alos colegas, hacindose asistir con alumnos en los procedi-mientos y operaciones, y a los alumnos, con exmenes dif-ciles y respuestas irnicas(7). No obstante estos antecedentes,tal parece que el Dr. Barton no sufri tales maltratos puessiempre se mostr orgulloso de haber trabajado con l(3), aun-que por poco tiempo pues nuevos rumbos le esperaban.

    Por su excelente perfil fue becado por el Congreso de la Re-pblica, para continuar sus estudios en Europa y perfeccio-narse en bacteriologa en la Escuela de Medicina Tropical deLondres, entre 1902 y 1904(3). No obstante la lejana y la po-sibilidad de estudiar patologas nuevas y diferentes, todos susestudios los realiz con un ojo en Inglaterra y otro en Per.Fue as que, entre otros estudios, introdujo nuevos mtodosa nuestro medio con respecto al paludismo, reaccin de Widal,tifo, entre otras(3). Pero, ms an, no se desligaba de su obje-tivo, encontrar el germen patgeno de la enfermedad deCarrin. Desde Londres escribi a la Unin Fernandina, paraque su rgano oficial, La Crnica Mdica, lo publique. Salien la edicin del 28 de agosto de 1902: Estudio comparati-

    vo entre el germen especfico de la enfermedad de Carrin yel bacilo coli comn, en el que, con la observacin de dosmuestras enviadas por el Dr. Oswaldo Hercelles, esboza unadefensa a su tesis(8). Pues, durante estos aos, los doctores UgoBiffi, Manuel Tamayo y el Sr. Julio Csar Gastiabur descri-bieron que los grmenes encontrados en la tesis de AlbertoBarton como similtficos, estudios preliminares que publica-ran finalmente, en conjunto y jefaturados por el Dr. Tamayo,a fines 1905(5), en el que sostiene que los cuerpos de Barton,si bien es cierto no son los causantes de la enfermedad, sonproducto de una sobreinfeccin y cuya presencia agrava elproceso de la fiebre grave de Carrin(4). Este hecho afect mu-cho la credibilidad del Dr. Barton, no est dems recalcar quesiempre tuvo opositores, ya sea en el campo laboral como enel cientfico.

    A su regreso de Europa, en 1905, se incorpor como mdicoen el Hospital Guadalupe, institucin regentada por la Benefi-cencia Pblica del Callao. Es el nico mdico y jefe del no-vel departamento de Bacteriologa y jefe, en calidad adhonorem, de la sala de San Jorge, en la que se atenda princi-palmente a los marinos de nacionalidad o habla inglesa quearribaban al primer puerto del Per(8).

    En este nosocomio existen muchos testimonios sobre la cua-lidades humanas, profesionales y cientficas del Dr. Barton(1),quien, mostraba empata con las clases menos privilegiadas.Textualmente refiri sin exagerar les predicaba en forma de-tallada y clara y con la fe del apstol, del ngel y de la vir-gen, convencido de que la salud del pueblo constituye su mspreciado capital(3).

    Fue en las instalaciones del solitario laboratorio de bacterio-loga, con la ayuda de la madre Oliria y de un auxiliar de lim-pieza(1), donde el Dr. Barton pas, sin lugar a dudas, sus ho-ras ms felices y fructferas. A ese laboratorio solo falt unda durante los aos de trabajo en el hospital(10), y fue el lu-gar en el cual se refugiaba luego de la visita en la sala SanJorge y pasaba largas horas tras el microscopio, del cual ape-nas se mova para ir al jardn a cazar zancudos, para estu-diar el paludismo(1).

    LOS CUERPOS ENDOGLOBULARES X

    El descubrimiento de Alberto Barton va precedido de una queotra bsqueda microbiolgica, impulsada fuertemente luegode la muerte de Daniel Alcides Carrin. En la poca en quetodava no se haban perfeccionado los mtodos tintoriales,el Dr. Izquierdo, en 1885, describe unos bacilos delgados, unpoco mayores que los de Koch. Luego, el Dr. Matto, en 1894,describe unos microorganismos que describe como baciloso cocos?(6) Ya desde 1887, nombres como Flores, Castillo,Odriozola, Matto, Tamayo, Nicolle, Letulle, Hercelles yBarton se hallaban en la bsqueda hematolgica del germen.

    Figura 1. Dr. Alberto Barton a los 50 aos de edad (Tomado del libro dellibro de H. Vizcarra).

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    Ya el Dr. Oswaldo Hercelles en su trabajo de tesis, publica-do en 1900, describe que el entonces estudiante AlbertoBarton, en 1897, les haca ver en muestra coloreadas con elazul de Lffler y con el objetivo de inmersin se mostrabanestructuras mviles, que segn Hercelles eran cocos(6).

    Tras sus primeros estudios, que culminaron en su tesis de 1899,no logr encontrar al germen causante de la enfermedad deCarrin sino a los grmenes similtficos, productos desobreinfeccin. No obstante, este primer traspis persista ensu teora sin desalentarnos por esta falta de xito, sentimos alcontrario que debamos continuarla por amor propio, por pres-tigio profesional y para no dejar defraudadas las expectativasde quienes generosamente nos alentaron en nuestros traba-jos(3). Y es as que, al conmemorarse el vigsimo aniversariodel fallecimiento de Daniel Alcides Carrin en sesin de galaen la Unin Fernandina, el 5 de octubre de 1905, tomaron lapalabra, entre otros, los doctores Alberto Barton y ManuelTamayo(11).

    El Dr. Barton da lectura a los hallazgos obtenidos de dos pa-cientes con fiebre grave, que atendi ese ao el HospitalGuadalupe, en los que, luego de diagnosticarlos como enfer-medad de Carrin, en sus exmenes de sangre describe unabacteria intracelular en los glbulos rojos. Luego toma la pa-labra el Dr. Tamayo, quien da lectura a sus trabajos en con-junto con los doctores Biffi y Gastiabur(11), sobre el baciloBarton, donde concluye que este bacilo no es el productorde la verruga y que es distinta a la causante de la enfermedadde Carrin(5). Se sucedi luego un debate donde hubo inter-venciones, muchas en contra y las menos a favor, sobre loscuerpos endoglobulares como agentes causales. Destac laopinin del Dr. Ernesto Odriozola, patriarca de la medicinaperuana, quien abog por el Dr. Barton(6). Ya aos antes, elmismo Dr. Odriozola, tras examinar un mulo inoculado converruga por, el entonces estudiante, Alberto Barton y trasevaluar las lesiones verrucosas patognomnicas que repro-dujo el animal, sentenci: Ha resuelto usted el problema(3).

    Es en el laboratorio de Bacteriologa del Hospital Guadalupe,tras ms de una dcada de estudios, confirm su descubri-miento. La Gaceta de los Hospitales(12), el 1 de enero de 1909,y La Crnica Mdica, el 15 de enero de 1909(13), publicaronen sus primeras pginas: Descripcin de elementos endo-globulares hallados en los enfermos de enfermedad verru-cosa(12,13) (ver Anexo I), en la que, tras hacer un breve recuen-to de su alocucin en la sesin que celebr la Sociedad M-dica Unin Fernandina el 5 de octubre de 1905, describi porprimera vez la presencia de elemento de forma bacilar encon-trados en la sangre de dos enfermos.

    El silencio de cuatro aos que sigui a este hallazgo se ex-plica solo en su propsito de no dejar ya nada al azar. Lue-go de esta introduccin, pasa a describir sus observacionesde 1908, donde examin la sangre de 14 individuos que

    sufran la forma grave febril, comprob la presencia persis-tente de estos cuerpos, a los que describi as: Se presen-tan en forma de bastoncitos muy cortos y delgados, con susextremidades redondeadas y estrictamente limitados al in-terior de los glbulos rojos(13). Esta descripcin es muysimilar a la actual sobre la Bartonella bacilliformis: bacte-ria aerobia, Gram negativa, pleomrfica, mvil, con longi-tud de 2 a 3 m y 0,2 a 0,5 m de ancho(14,15). Luego pasa adescribir las tinciones usadas y con las que logra mejor re-sultado, las que an se usan en la actualidad(16,17), Leishmanny Giemsa, y con las que logra una coloracin polar.

    Posterior a esto, correlaciona el nmero de los bacilos con elcuadro clnico al observar que los casos de gran disemina-cin del bacilo en los glbulos se correlaciona con una ma-yor mortalidad, tambin asocia su desaparicin y cambiosinvolutivos con mejoras en el cuadro clnico(16).

    El Dr. Barton realiz un seguimiento paciente de todos losenfermos, con tomas de muestras diarias, de modo tal, quepudo determinar el tiempo mnimo de permanencia de estosbacilos en siete das y el mximo en veintitrs, sin conside-rar los das entre la incubacin, las manifestaciones clnicasde la enfermedad y su hospitalizacin. Tambin observ enlos bacilos su pleomorfismo y los describi como cambiosinvolutivos: as se observa que una parte de los bastoncillossin sufrir modificaciones de tamao pierden sus contornos,se hacen granulosos y desaparecen; mientras que otros antesde disgregarse aumentan notablemente de volumen, a la vezque su entorno cambia, tomando formas diversas, tales comola de pera, de esfera, de reloj de arena o de bastones grue-sos(13). Asimismo, describi su forma cocoide. Se observancon alguna frecuencia que las cadenetas formadas por la re-unin de un corto nmero de bastoncillos participan en am-bas formas de involucin (12). Describe este procesodegenerativo y los observa durante una a dos semanas.

    Luego de estas descripciones, con voz propia pas a abo-gar por la naturaleza viviente de sus cuerpos y afirm,contra lo que sus opositores sostenan, que no se tratabande restos nucleares ni de grnulos degenerativos, luego re-calc sus intentos de cultivo que no obtuvieron buen suce-so; posteriormente, se inclin por considerar que era un pro-tozoario, concepto que no fue modificado hasta dos dca-das despues(17). Y al final dej establecido contundentementesu teora donde los cuerpos que observaban parecen pro-pios tan solo a seres dotados de vida, ms adelante, inclu-so, recalc su exclusividad para esta patologa; Creemos,adems, que sean los agentes especficos de la infeccinverrucosa, fundndonos sobre todo en la frecuencia con quedichos elementos se encuentran en los enfermos de verru-gas, en que no se encuentran en otra enfermedad y en larelacin que existe entre el nmero de dichos elementos yel estado de los pacientes.

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    Alberto Barton, peruanidad y sus cuerpos endoglobulares

    Tras esta publicacin, al decir de los historiadores, pocoscientficos de nuestro pas hicieron caso a su descubrimien-to(18). Sin embargo, el Dr. Barton mostraba, explicaba pacien-temente y sostena sus descubrimientos convenciendo aquienes quisieran ver(6). Estos estudios fueron confirmadospor Gastiabur y Rebagliati, quienes en noviembre de 1909publicaron su memoria Sobre la Hematologa y Etiologa dela enfermedad de Carrin(19), luego de refutar la tesis deTamayo de 1905(5), que aduca que los cuerpos endoglobularesson degeneraciones de los glbulos rojos, y donde agregaban:en el ltimo anlisis tendramos que la sangre de la enfer-medad de Carrin presenta en el interior de los glbulos ro-jos, unos elementos de forma especial, que no puedenconsiderrseles como degeneraciones de los hemates, quepor sus reacciones colorantes indican ser de sustancia viva ya los que no se les puede atribuir carcter bacteriano. Forzo-so es, pues, concluir, que probablemente se trata de algnprotozoario que guarda ntima relacin con la verruga y dela que tal vez podra ser el agente productor(15). Estas obser-vaciones la hicieron en nueve casos de la enfermedad deCarrin, seis en pacientes vctimas de la forma grave y tresde ellos de las formas leves. Para ese entonces, el Dr. ManuelTamayo haba fallecido a principios de 1909(20).

    En su afn de compartir sus estudios, muchas muestras obte-nidas por el Dr. Barton fueron enviadas al extranjero, acom-paadas de descripciones muy detalladas, para que su des-cubrimiento sea confirmado. Muchos se abstuvieron de res-ponder, otros, como Basset Smith, cientfico ingls, las con-firmaron(18). Finalmente, en 1913, en Lima, la comisin de laUniversidad de Harvard presidida por Richard P. Strong, eintegrada por Charles T. Brues, Ernest E. Tyzzer y A. W.Sellards, demuestra que Barton tena razn y que la fiebregrave era producido por grmenes del genero Bartonia, pro-poniendo el nombre de Bartonella bacilliformis(21,22). Estamisma comisin cometi el error de considera la fiebre de LaOroya y la verruga eruptiva como dos enfermedades diferen-tes, creyendo que la segunda era causada por un virus desco-nocido(22). En 1914, Hercelles mostr su opinin adversa a lailustrada comisin americana, encontrando unidad anatomo-patolgica entre los dos procesos(23).

    LA OBRA INCOMPLETA

    Despus de once aos, el feliz y fructfero ritmo de trabajodel Dr. Barton, de manera abrupta, sufri una contrariedad;fue relevado del cargo de jefe ad honorem de la sala San Jor-ge(1), pretendindose que se haga cargo solo del departamen-to de Bacteriologa. Este acto provoc en l una carta abiertade renuncia, publicada en La Prensa del Callao, con fecha 18de mayo de 1916, en la que tras esbozar lo que fue su accio-nar en ambas salas, San Jorge y Bacteriologa, en el transcursode los aos previos, en muchas ocasiones el Dr. Barton in-

    tento sin xito el ser relevado de algunos de sus dos cargos,en los que era indispensable; en el servicio de Bacteriologa,por ser el nico especialista, y en la sala de San Jorge, por suya demostrada capacidad y por su dominio del ingls.La salade San Jorge ofreca rentas a la Beneficencia, producto de laatencin a los marineros que arribaban al Callao y que en sumayora solo hablaba ingls, pero no solo atenda a estos ma-rinos sino tambin a empleados, obreros y gente de escasosrecursos.

    No obstante, estos antecedentes y sin tomar en cuenta los de-seos del Dr. Barton de continuar siendo mdico de San Jorgey ser relevado en el de bacterilogo, los directivos de la Bene-ficencia Pblica del Callao, tomaron carta sobre el asunto y lorelevaron del cargo de mdico de San Jorge, dejndole en unasituacin insostenible para sus principios, manifestando sudesazn: la Sociedad de Beneficencia al acordar la citadadivisin de servicios ha debido cuando menos tener presentepor lo menos mi aspiracin justificada de seguir ocupando elde San Jorge y que al no hacerlo as, me ha inferido un desaireinmotivado, que me impone por delicadeza el deber de renun-ciar al puesto de Bacterilogo que en mi confiara(10).

    Se ignora cules fueron las causas de fondo que provocaronesta estratagema burocrtica, que se ensa esta vez con unode los intelectuales ms luminosos de su tiempo y por lomismo envidiado e injustamente soslayado, lo cierto es queestos directivos, hicieron posible que el Dr. Barton se alejaradefinitivamente de su gran pasin a la cual dedic los mejo-res aos de su vida y a la que an tena mucho que ofrecer.Pues, en la dcada de los veinte ocurra una carrera por obte-ner un medio de cultivo adecuado para el crecimiento y re-produccin del germen, consta que intent ya desde los tiem-pos de su tesis de bachiller la obtencin de este medio. Seignora del contenido de sus trabajos sobre cultivos que ha-ba realizado a partir de 1909(1,21), abandonados de por vida,en 1916, al respecto el propio Barton dice: con cuatroidelogos en la Beneficencia, tiene usted ganado el caminopara hacer obra provechosa. Por lo dems, hay que tener encuenta que somos un pueblo demasiado joven para que pue-dan imperar principios de elevada cultura(9). Hoy, ms deochenta aos despus, estas palabras tradas a nuestro con-texto, resuenan y reclaman como si fueran de ayer.

    Luego de terminar sus labores de manera tan abrupta en elHospital Guadalupe, el Dr. Barton se dedic a la prctica dela medicina privada, atendi principalmente a ciudadanos deorigen japons(1), y ayudar en la administracin de la fabricay ocup cargos honorficos diversos.

    No nos ocuparemos ahora del resto de su obra, que compren-di mltiples temas de infectologa, ni de sus cargos y hono-res institucionales, dejaremos as, incompleta, como la deja-mos todos, la historia de este hombre y de su fruto mejor: sufamilia Bartonellas.

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    Max Paredes-Snchez

    Haremos simplemente coro a la palabra digna del Dr.Fortunato Quesada, presidente de la Academia Nacional deMedicina, en los funerales del Dr. Barton, fallecido el 26de octubre del 1950: Alberto Barton ha sido el descubri-dor. Nadie lo ha podido igualar hasta hoy en el Per. Su mo-numento lo tall l en persona y lo ha obsequiado a sus se-mejantes sin reportar otro beneficio propio que un triunforotundo de peruanidad cientfica, en medio de un discretohimno espiritual que es el mejor dilogo del bronce con elgranito(24).

    CONCLUSIONES

    Alberto Barton estableci su vida en el Per, le dio cuatrohijos, y le dio a la medicina peruana un lugar en el panoramacientfico mundial. Su obra, deslumbrante, la realiz de ma-nera solitaria pero generosa y recibi muy poco a cambio.Hoy casi ni se le recuerda salvo por el nombre de algunascalles en el Callao o La Victoria, un perdido puesto de saludy un premio del Hospital Carrin, que son todo el reconoci-miento que se le ha realizado.

    Si la frase patentada hace ms de cuatrocientos aos por elInca Garcilaso de la Vega, acerca de que el Per es madrede hijos extraos y madrastra de los propios, la aplicramosa la vida y obra del Dr. Alberto Barton, los peruanos hicimosde l, a fuerza, un peruano ms, de los muchos a los que estatierra nuestra olvida, oprobia o ignora.

    Rescatemos del olvido al Dr. Barton, ahora ms que nuncadebemos rendirle homenaje y reconocimiento a este blasnde nuestra medicina, excusa para sentirnos orgullosos de lonuestro y as, segn su imagen, podamos vivir, crecer, traba-jar y amar en el Per y al Per como lo hizo Alberto Barton,el peruano.

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    Correspondencia a: Dr. Max Snchez Paredes, e-mail: [email protected]