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Vol. XX, No. 2, febrero de 1970

l documentos LOS PROBLEMAS DEL DESARROLLO

REGIONAL EN MEXICO

Lic. Octaviano Campos Salas

En este texto, el Secretario de Industria y Comercio de México plantea brevemente algunas de las cuestiones básicas en cuanto al desequilibrio regional del desarro­llo de México.

MERCADOS, DESARROLLO Y POLITICA ECONOMICA: PERSPECTIVAS DE LA ECONOMIA DE MEXICO

David !barra

Este artículo recoge las ideas esenciales de un extenso ensayo, uno de los más lúcidos e ilustrativos en muchos años, en el que se examina y dilucida muy ri­gurosamente la evolución reciente y previsible de la economía de México.

LA INDUSTRIA MEXICANA Y LOS MERCADOS INTERNACIONALES

Julio Faesler

lA qué perspectivas se enfrenta el industrial mexicano en materia de exportación? Al responder a esta cues­tión, el autor discute las posibilidades de incrementar las exportaciones mexicanas de manufacturas.

comerc10 extenor 8 6 editoriales

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15 3

El comercio exterior de México en 1969: una apreciación preliminar

El CIES se reúne en Caracas a nivel ministerial

documentos LA AYUDA AL EXTERIOR Y LA BALANZA

DE PAGOS NORTEAMERICANA

William Gaud

Esta declaración del Administrador de la Agencia nor­teamericana para el Desarrollo 1 nternacional (Al D) revela, con claridad inusitada, los mecanismos que per­miten a EUA reducir al mínimo -y aun convertir en positivo- el efecto de sus programas de ayuda al exte­rior en términos de balanza de pagos.

EL PROBLEMA DEMOGRAFICO DE MEXICO

José B. Morelos

Este trabajo, de un investigador de El Colegio de Méxi­co, plantea con claridad la forma en que los factores ligados al crecimiento de la población influyen sobre la economía del país y la manera en que ha de tenérseles en cuenta en la formulación de esa poi ítica.

EL MERCADO DE EURODOLARES

José Andrés de Oteyza

En este breve trabajo se explican con claridad los orí­genes, mecánica de operación . y perspectivas de los mercados de eurodólares, un nuevo elemento de las finanzas internacionales.

Comercio Exterior es el órgano mensual del Banco Nacional de Comercio Exterior, S. A., editado por su DEPARTAMENTO DE PUBLICACIONES e impreso en los talleres de imprenta y offset POLICROMIA, Dr. Olvera 63. Pueden reproducirse materiales de esta revista siempre que se mencione la fuente . E 1 contenido editorial refleja la opinión del Banco y los artlculos firmados son de la responsabilidad de sus autores. Aparece el último dla de cada mes. Autorizado como correspondencia de segunda clase por la Dirección General de Correos con fecha 20-X-62, oficio 2151 /35217 . Distribución gratuita . DEPARTAMENTO DE PUBLICACIONES, Venustiano Carranza 32, México 1, D. F. Teléfono 512-34-09.

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98 119 INFORME MENSUAL DE LA INTEGRACION SECCION NACIONAL

LATINOAMERICANA Restricciones voluntarias a la

Importante programa de reuniones exportación de tomate sectoriales en 1970 Creación de la Comisión Nacional

La reunión bilateral Argentina-Chile Reguladora de la Fresa y la coordinación Presupuesto de Pemex para 1970 latinoamericana Turismo interno y programas de inversiones

MCCA : subsiste la crisis Reforma agraria es también reagrupar semiparalizadora la tierra

El comercio intracentroamericano en el primer semestre de 1969

131 145 SECCION LATINOAMERICANA SE CCION INTERNACI ONA L

El C/ES se reúne en Caracas a Reparto de DEG y aumento de cuotas nivel ministerial Cacao: se estabiliza el mercado

Argentina: reforma fiscal y presupuesto Cobre: ante el aumento de precios en EUA para 1970 Estaño: reunión del Consejo

Situación y perspectiva económica Situación general, de la economía y el de Barbados presupuesto 1970-17 de EUA

Perú: situación económica en 1969 Biafra: el aspecto económico y presupuesto para 1970

Cuajone: se restablecen relaciones con el capital extranjero

157 163 BIBLIOGRAFIA MERCADOS Y PRODUCTOS

La apremiada clase ociosa Tabaco Mitología instantánea en Nuevo México Los españoles en los primeros años

del México independiente Sobre formas precapitalistas

de producción Latinoamérica: economla e

integración en 1968 Estudios hispano-guineanos 172 La revista del CIPE para los

exportadores latinoamericanos Noticia SUMARIO ESTADI STI CO

BANCO NACIONAL DE COMERCIO EXTE RIOR, S. A.

Consejo de Administración

Propietarios SR. LIC. OCTAVIANO CAMPOS SALAS SR. LIC. DANIEL J. BELLO

SR. LIC. JESUS RODRIGUEZ Y RODRIGUEZ SR. LIC. ANTONIO MARTINEZ BAEZ Director General: SR. PROF. JUAN GIL PRECIADO SR. LIC. GILBERTO LOYO SR. LIC. ANTONIO ARMENDARIZ

SR. ING. MANUEL FRANCO LOPEZ SR . FRANCISCO ALCALA O., CPT SR . LIC. ANTONIO CARRILLO FLORES SR . LIC. ADR IAN LAJOUS Subdirector:

SR. LIC. ANTONIO CALDERON M. Comisario Propietario: Secretario del Consejo:

SR . LIC. PLACIDO GARCIA REYNOSO SR. LIC. ENR IQUE LANDA BERRIOZABAL

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El comercio exterior de México en 1969: una apreciación preliminar

Hacia mediados del presente febrero -en el momento de escribir estas 1 íneas- se dispone ya de informacio­nes suficientes para intentar una apreciación preliminar del comportamiento del comercio exterior de México en el . recién concluido año de 1969.

Conviene destacar, ante todo, que 1969 resultó, en cuanto a la evolución del comercio exterior, uno de los años más favorables de la década de los sesenta, si no es que el más favorable, como ya se previó en estas páginas al analizar los resultados de los primeros seis meses. 1 En apoyo de esta apreciación militan, cuando menos, los siguientes factores:

a] el ritmo de crecimiento de las exportaciones, calculado inicialmente en 15. 7%, es el segundo más alto en los años sesenta (después de la extraordinaria recuperación de 17 .1 % experimentada en 1963) y prácticamente triplica a la tasa de crecimiento anual promedio de la segunda mitad de la década;

b] dentro del aumento global de las exportaciones, tuvo especial importancia el exper imentado por la ventas de productos manufacturados, calculado en 37 .1 %, que es, con mucho, el más alto hasta ahora registrado y que hizo ascender hasta cerca de 30% la participación de los productos manufacturados en el total de las exportaciones del país;

c] el notable incremento habido en el comercio con los países miembros de la Asociación Latino­americana de Libre Comercio (aumento de 38.4% en las exportaciones y de 20.9% en las importaciones) que los convierte en el segundo mercado externo para los productos mexicanos -después del de Estados Unidos- y en uno de los principales proveedores de nuestro país, lo que constituye, sin duda, un avance significativo en la diversificación geográfica de nuestro comercio exterior y én la reducción de la dependen­cia respecto del mercado y proveedor dominante;

d] la sensible moderación, respecto del registrado en los dos años inmediatos anteriores, del ritmo de crecimiento de las importaciones, que se estima en 5.9%, es decir, en un nivel inferior al ritmo prome­dio anual de la década de los sesenta y, en especial, de la segunda mitad de ésta, y

el la reducción significativa, por primera vez en los últimos años, del déficit de la balanza comercial (que se contrajo en 9% o 69.8 millones de dólares) y de cuyo anterior rápido aumento emanaban las prin­cipales preocupaciones acerca de la perspectiva del comercio exterior y, más ampliamente, de la balanza de pagos de México.

El extraordinariamente dinámico crecimiento de las exportaciones obedeció a una serie de factores en la que destacan, a) una coyuntura internacional de rápido crecimiento en el comercio mundial; b) un comportamiento dinámico de la producción de las principales exportaciones primarias tradicionales, y e) el notable crecimiento de la producción industrial del país, cuya tasa de crecimiento rebasó ampliamente a la del PNB.

En 1969 el valor de las exportaciones mundiales, según estimaciones preliminares del GATT, creció a la extraord inaria tasa de 13.5 por ciento (frente a 11 % en 1968). a pesar de que en la actividad económi­ca mundial se advirtió una desaceleración, concentrada en Estados Unidos y Gran Bretaña, que provocó que el ritmo de crecimiento de la producción mundial fuera de 5%, frente a 6% en 1968. Empero, buena parte del crecimiento del valor de las exportaciones mundiales ha de atribuirse el marcado aumento de las presio­nes inflacionarias en las economías industriales, por lo que, en términos reales, el incremento resultaría algo más moderado, del orden del 11%. De cualquier manera, parece indudable que este dinamismo del comer­cio mundial influyó en el crecimiento de la demanda de exportaciones de México.

1 Véase "E 1 comercio exterior de México en el primer semestre: una perspectiva particu larmente alentadora", Comercio Exterior, vol. XIX, núm. 9, agosto de 1969, p. 570.

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comercio exterior 87 En cambio, la perspectiva del comercio mund ial en 1970 dista de ser promisoria, sobre todo por la

cada vez más probable recesión de la economía norteamericana. El propio GATT est ima que en el año en curso es d ifíci l que el crecimiento de las exportaciones mundi ales rebase de l 7% por lo que es de esperarse un cierto impacto restriccionista sobre las exportac iones d e Méx ico en '1970.

A pesar de las graves dificultades me teoro lóg icas, la export ación de los productos agrícolas reg istró, en general, notab les. incrementos. Especia lmente signif icativos fueron los habidos en el caso del algodón, el azúcar, el tomate y la fruta fresca. Igualmente , se advirt ió una importante recuperación de las exportaciones de trigo, que prácticamente habían desaparecido en 1968; en tanto que las ventas de maíz conservaron e l nivel del año anteri or. En cambio, se reduj eron apreciablemente las ex portaciones de café, frijol y semill a de so rgo . En el sector ganadero, tanto las ventas de ganado en pie como las de carne fresca registraron aumen­tos superio res al 10 por ciento. Continuó reduciéndose el valor de las exportaciones de camarón. Finalmen­te, entre los productos minerales, las reducciones habidas en las ventas de azufre y plomo afinado, fueron en parte compensadas por lqs aumentos habidos en las de cinc (concentrados y minerales) y petróleo y sus derivados. En con ju nto, las exportaciones primarias tradicionales registraron un incremento q ue contribuyó significativamente a l aumento global de las ex portac iones, imp ul sadas por el crecimiento de la producción exportab le y por las, en general, favorab les condiciones de 'ta demanda externa, manifestadas en el aume nto de las cotizaciones prevalecientes para buen número de productos, entre ellos algodón, café, plomo y cobre.

CUADRO 1

México: comercio exterior en los años sesenta (millones de dólares a precios corrien tes y porcentajes)

Tasa de Tasa de I ncremento(+) o Año Exportaciones crec imiento Importaciones crecimiento Saldo disminución(- ) anua l

1960 738.7 2.2 1 186.4 17 .9 447 .7 + 164.1

1961 803.5 8.8 1 138.6 4.0 335.1 :_ 112.6

1962 799 .5 - 0 .5 1 143.0 0.4 343.5 + 8.4

1963 935 .9 17 .1 1 239.7 8.5 303.8 39.7

1964 1 022.4 9.2 1 493.0 20.4 470.6 + 206.5

1965 1 113.9 8.9 1 559.6 4.5 445 .7 - 24 .9

1966 1 162.8 4.4 1 605.2 2.9 442.4 3.3

1967 1 103.8 - 5.1 1 748.3 8.9 644.5 + 202.1

1968 1 180.7 7.0 1 960.1 12.1 779.4 + 134.9 1969a 1 366.3 15.7 2 075 .9 5 .9 709.6 - 69 .8

Acumuladas:

1960-69 10 227.5 7 .1 15149.8 6.4 - 4 922.3

1960·64 4 300.0 8.5 6 200.7 6.0 - 1 900.7

1965·69 5 927 .5 5.2 8 949.1 7.4 - 3 02 1.6

ª Cifras preliminares. Fuentes: 1960·1968, cifras de balanza de pagos del Banco de México, S. A.

1969, declaración del Secretario d.e Industria y Comercio, 17 de febrero de 1969.

Parece ev idente que el extraordinario crecimiento de la exportac ión de manufacturas, que abarcó una gama muy amplia de productos, obedeció en primer luga r al dinamismo de la producción industrial del país en 1969 y a los sostenidos esfuerzos de promoción y estímulo de las ven tas de este ti po de productos. De este modo, como declaró el Secretario de Industri a y Comercio , es ya indudabl e que el rengló n de las exportac io nes de manufacturas ha adqu irido un papel di námico de primer orden en el comercio exterior de México.

La moderación anotada en el ritmo de aumento de las importaciones se consiguió en un año en que la inversión mantuvo elevados nivel es, por lo que ha de atribuirse a una creciente sust itución por prod uc­ción nacional, que alcanza ya a algu nos renglon es de maquinaria y equipo. De hecho, la mayor parte del crecimiento habido en las compras al exterior ha de atribu irse a las importaciones rígidamente determinadas de bienes intermed ios y materias primas (productos quím icos orgánicos, hu le natural, chatarra y desperdicio de hierro y acero, entre muchos otros) indispensables para la operación de la planta industr ial insta lada en el país.

La afortunada conjunción de los anteriores factores provocó, después de dos años de aumentos

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88 verticales, una moderación cercana al 10 por ciento en el déficit de la balan za comercial, que proporcionó un alivio considerabl e a las presiones de balanza de pagos que se habían acumul ado rápidamente en los años inmediatos anteriores.

El CIES se reúne en Caracas a nivel ministerial

Como no pod fa ser de otra manera, la gran negociación o confrontación 1 entre Estados Unidos y América Latina iniciada en las Sextas Reuniones Anuales del CIES -Puerto España, Trinidad y Tobago, fines de junio de 19692- acaba de terminar con el establecimiento de un nuevo mecanismo de negociación, ahora permanente, la llamada Comisión Especial de Consulta y Negociación (CECN). No es eso todo, claro está; hay que contar, dándoles el valor que sin duda tienen, toda una serie de concesiones estadounidenses, inme­diatas en materia de desvinculación (limitada) de la asistencia financiera y consultivas o preventivas respecto a trato comercial, así como ofrecimientos concretos, también estadounidenses, de aportación de recursos adiciona les para diversos fines (mejoras de mercados de capitales, turismo, proyectos de desarrollo). Sin embargo, la creación de la CECN es lo que ha merecido más destacado lugar en las reseñas y los comenta­rios aparecidos sobre la Octava Reunión Extraordinaria del CI ES, a nive1 ministeral (Caracas, 3 a 6 de febrero), instancia en la que se han concretado los frutos de la negociación que, para distinguirla de las subsiguientes, denominaremos desde ahora la número uno.

Pues bien, al término de esta negociación se han concretado las disposiciones que Estados Unidos ha resuelto adoptar sin demora para responder a algunas de las reivindicaciones latinoamericanas; buen número de esas disposiciones estaban implícitas o exp lícitas en el discurso de Nixon de octubre último; otras, como el proceso continuo de negociación, no. Las demás cuestiones planteadas por América Latina -con base en el Consenso de Viña del Mar- han quedado para ese proceso, o sea para la negociación número dos, que se llevará a cabo en el nuevo mecanismo creado : la CECN. Esta representa una innovación de procedimiento, pero sólo relativamente; desde la reunión de Punta del Este (agosto de 1961) en que se fundó la Alianza para el Progreso (por no remontarnos a tiempos anteriores) el CI ES, con el CIAP aparecido después, cons­tituía un foro de debate entre Estados Unidos y una América Latina unida en torno a una serie de principios generales y dividida en múltiples asuntos específicos. El lo no quita importancia al hecho de que el procedimiento ahora ideado, el mecanismo permanente de consulta y negociación, se base en el recono­cimiento patente de algo que durante mucho tiempo fue realidad encubierta: Estados Unidos es una parte y América Latina otra; entre ambas existen intereses comunes, pero a la vez y paralelamente divergencias difíciles de conciliar. La importancia de este dato resalta más si se compara el discurso Nixon del 31 de octubre con su reciente Informe al Congreso sobre Política Extranjera (18 de febrero). Mientras en el primero no trataba el tema, en el Informe dice:

Por encima de todo, nuestra asociación especial debe satisfacer el deseo de los latinoamericanos de consultarse entre sí y de adoptar posiciones que después discutan con nosotros.

La Comisión Especial de Consulta y Negociación, mecanismo permanente a nivel ministerial, tiene un sinfín de problemas sobre los que investigar, discutir y resolver. Aunque su programa-calendario para el presente se centra sobre todo en las cuestiones comerciales, se trata de un mecanismo flexible, capaz de "prestar atención urgente y oportuna a los diversos asuntos que puedan surg ir". la GECN será competente, sobre todo , en problemas específicos del intercambio, de transferencia y utilización real de recursos finan­cieros, de transporte, de cooperación técn ica, de desarrollo científico y tecnológico y de progreso social.

Las funciones de la CECN dieron lugar en Caracas a debates, primero entre las delegaciones latino­americanas y luego entre éstas en bloque y Estados Unidos. Algunos países de América Latina deseaban que se constituyera una Subcomisión de Comercio; también se pretendía entre los latinoamericanos que la CECN diese la más .alta prioridad a los problemas de comercio; ambos criterios fueron descartados. La repre­sentación estadounidense planteó su interpretación de las funciones de la CECN, la que por diferir en varios aspectos de la latinoamericana, quedó como anexo de la Resolución RNM 1/70. Además de circunscribir más estrechamente e l compromiso nixoniano de statu qua a favor de América Latina (no implantar Esta­dos Unidos nuevos obstáculos a las exportaciones latinoamericanas). este documento particular estadouni­dense hace un planteamiento básico al que se ha prestado escasísima atención; es un planteamiento que modifica hasta cierto punto la idea que se tiene de la naturaleza de la Comisión Especial de Consulta y Negociación. Se trata, según la interpretación estadounidense, de que la CECN se encargue, no sólo de las dificultades que los latinoamericanos tengan en sus tratos con Estados Unidos, sino también de lo contrario, para lo cual habrá de

1 Ver "El complejo camino de la política interamericana de cooperación económica", en Comercio Exterior, noviembre de 1969.

2 Ver Sección Latinoamericana y Documentos en Comercio Exterior de julio de 1969.

editorial

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comercio exterior 89 revisar las medidas arancelarias y no arancelarias que tomen los países latinoamericanos en favor de otros países desarrollados, que puedan ser interpretadas como discriminatorias contra los Estados Undios de América, para productos de exportación de especial interés para ese país, con el objeto de alcanzar una solución satisfactoria para todas las partes interesadas.

No es éste et único párrafo en el que aparece el propósito de Estados Unidos de conseguir ayuda latinoamericana, al tiempo que él presta asistencia a América Latina. Una cláusula de la misma Reso'uci ón RNM 1/70 dispone que la CECN habrá de "examinar las sugerencias que contribuyan al mejoramiento de las condiciones en que se desenvuelve el intercambio comercial entre los países miembros del Sistema, así como promover las acciones que se consideren necesarias a tal fin". En el mismo sentido, el punto 1 b. del Plan de Acción Conjunta, anexo a la citada Resolución en el que se especifican las tareas comunes de los estados miembros del Sistema en los organismos internacionales extrahemisféricos, reclama de los organismos de consulta mundiales que funcionen con anterioridad a la imposición de trabas "que puedan significar un retroceso en el tratamiento él la importación de productos originarios de los países miembros del Sistema" . Este Plan de Acción Conjunta tiene por objeto conseguir que los países industrializados asuman abligaciones más o menos inguales a las que Estados Unidos ha anunciado que asume en sus relaciones de intercambio con América Latina, pero a la vez ofrece al Gobierno estadounidense el apoyo latinoamericano en sus diferencias comerciales con el resto del mundo.

Que en los acuerdos del CIES en Caracas figuren esas cláusulas y que éstas den a lo convenido el carácter de un contrato de asistencia recíproca - ajustado hasta cierto punto a las fuerzas respectivas de los contratantes- nada tiene de extraño ni de condenable. Pero es preciso subrayarlo para disipar falsas nociones.

El avance latinoamericano en Caracas hacia una relación económica más positiva con Estados Un idos comprende: 1) la desvinculación, aunque limitada, de la ayuda financiera estadounidense en préstamos de la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID), aunque falta complementarla con decisiones, en estudio, sobre listas de mercancías elegibles para esos préstamos, seguro de transporte y regulaciones de este último; 2) algunas nuevas normas liberales en los intercambios comerciales, pero no todo lo liberales que deseaban los latinoamericanos. Esas discrepancias subsistentes en cuanto a esas normas y en cuanto a cuestiones de financiamiento e inversión privada han dado lugar al nuevo método de los documentos completos con párra­fos motivo de divergencia encerrados por corchetes. Figuran en este punto, el prometido, pero no irrestric­to, statu quo estadounidense, las consultas preventivas y las negociaciones a posteriori, en el marco de la CECN; 3) ofrecimientos adicionales estadounidenses de un total de 23 millones de dólares para trabajos que fortalecerán a dos de los organismos multilaterales interamericanos (CIAP y BID) y promoverán los mercados de capitales, los proyectos de desarrollo y el turismo; y, 4) ofrecimientos concretos estadouni­denses de asistencia técnica en diversos campos.

Se ha señalado, y con razón, que la debilidad principal de las decisiones de Caracas está en las cuestiones financieras, incluida la inversión privada. En ese terreno, lo único prometedor es el esfuerzo acordado para fomentar las exportaciones latinoamericanas, acopiando nuevos recursos con tal fin. Reco­nocido como "grave", el problema de la deuda externa de los países de América Latina será objeto de estudios coordinados por el CIAP, pero en la Resolución RNM 1/70, la principal de Caracas, no pudieron incluirse varias ideas latinoamericanas concretas que apuntaban soluciones del problema, tal como la de que Estados Unidos considere temporalmente la suspensión del servicio de la deuda de créditos bilaterales ya otorgados a países de América Latina. En cuanto a la inversión privada, la discrepancia entre América Latina y Estados Unidos fue completa en lo que se refiere a varios puntos, entre ellos el de si debe decla­rarse o no que esa inversión "no debe ser considerada como asistencia, ni computarse como parte de la cooperación financiera para el desarrollo". Por ello, los textos acerca de este tema aparecen, todos, entre corchetes.

Tampoco la integración económica latinoamericana es mencionada en la Resolución principal de Caracas, como si la posición y las actividades tanto gubernamentales como empresariales estadounidenses no dieran materia de categoría para ser llevada a la Comisión Especial de Consulta y Negociación. Sólo en las conclusiones específicas sobre financiamiento (que constan en un anexo) se habla de la integración, para indicar que los Estados del Sistema 1 nteramericano deberán comprometerse a:

Promover un apoyo financiero efectivo a la realización de proyectos y programas multinacionales que estén dirigidos a impulsar la integración económica de los países latinoamericanos, de acuerdo con las solicitudes que éstos presenten, y que respondan a decisiones de los órganos de integración en sus ámbitos específicos.

El desplazamiento focal que se observa desde las dos reuniones de Punta del Este (la de 1961 y la de 1967), así como varias anteriores del CIES, a esta Octava Extraordinaria de Caracas en lo que atañe a la inte­integración económica latinoamericana, es un hecho más, también capital, que obliga a meditar. Ahora la integración aparece como asunto secundario o terciario. Claro que ello se debe a la crisis de la ALALC y del Mercado Común Centroamericano. Como acaba de escribirlo el secretario ejecutivo de la primera, el Dr. Magariños: "La ALALC tiene planteado un problema de fondo" y "la etapa de transición que está viviendo la ALALC, durante la cual el Tratado de Montevideo sirve como campo de experimentación, se extenderá todavía por varios años más y cubrirá casi toda la década del Setenta".3 Ahí está el problema fundamenta l para América Latina, porque ahí se encuentra, también, una de las verdaderas soluciones.

3 Gustavo Magariños, "La ALALC en proceso de madurez" , Progreso, enero-febrero 1970. pp. 44-75 .

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documentos

Los problemas del O o 60 en México LIC. OCTAVIANO CAMPOS SALAS

NOTICIA

El Secretario de Industria y Comercio de México pronunció estas palabras en la ceff?monia de inaguración del Seminario sobre Desarrollo de Recursos Naturales y Rumanos a Nivel Local y Regional, organizado por la Cámara Americana de Co­mercio de México, en la ciudad de Guadalajara, el 19 de enero de 1970. Se han eliminado algunas expresiones incidentales de salutación. El t/tulo es de la redacción.

TEXTO

Este seminario ofrece a todos los asistentes, entre los que se encuentran los directores de promoción económica de las di­versas entidades de la república, la oportunidad de intercambiar valiosas experiencias, de evaluar los resultados del esfuerzo con­junto de la iniciativa privada, los gobiernos locales y el Gobierno federal para promover el desarrollo regional y de planear nuevos programas de fomento industrial, agropecuario, minero, de pesca, de . las industrias rurales, de la artesanía y del turismo, adecuados a las condiciones específicas de cada región.

Desde el término de la revolución armada los mexicanos comprendieron que necesitaban integrar al país en una sola unidad económica, social y política, y que para ello se requería comunicar todas las regiones, vincularlas entre sí y con la capital, que ya era el centro económico, administrativo y poi ítico de la nación, y capacitarlas para su desarrollo. A medida que han pasado las décadas, esta capacidad de progreso de las regiones se va convirtiendo en realidad y existe ya en la actualidad, una voluntad clara y firme de desarrollo económico en toda la provincia, compartida con igual entusiasmo por los gobernantes y los gobernados.

En 1 os 2 8 congresos de industrialización estatales que durante el período de la presente administración federal ha realizado la Secretaría de ' Industria y Comercio en colaboración con los gobiernos locales, hemos encontrado que la población no se arredra ante la magnitud de la tarea, a pesar de que reconoce el largo camino que hay que recorrer.

Gobierno y pueblo comprenden que las · necesidades eco­nómicas y sociales de la población de todas las regiones del país son inmensas. El producto per capita de aproximadamente 600 dólares es sólo un promedio del aceptable y aun próspero nivel de vida de las clases media y alta de las ciudades y de algunos sectores rurales de alta capitalización y técnica, con el nivel de vida deprimido y aun subestándar de la mayoría de la po­blación. El rápido desarrollo económico de México en los últimos años no ha traído prosperidad generalizada, primero,

porque el país está muy poco capitalizado, hay carencia de mo­dernas técnicas productivas, de maquinaria y equipo, de tra­bajadores calificados y de técnicos de nivel medio y alto, y de investigadores e innovadores, y, por tanto, la productividad de la planta agrícola e industrial, minera, pesquera, de transportes, etc., es muy baja, y, segundo, porque la distribución del ingreso entre regiones y entre individuos es muy desigual.

Desde hace muchos años se ha comprendido, por tanto, la necesidad del desarrollo regional, no entendido como una obli ­gación de proporcionar a cada una de las regiones todos los tipos de industria, de agricultura y de servicios en una forma estándar, sino como la utilización óptima de las ventajas que la región ofrezca, y que son distintas de una a otra, tales como la existencia de materias primas, de tierras irrigables, la cercanía de los grandes mercados, la situación geográfica privilegiada o la belleza natural para explotación turística. La impresionante mo­vilidad de los mexicanos a través de todo el territorio nacional y aun al extranjero en busca de mejores condiciones de vida, confirma la bondad del criterio de que las regiones deben desa­rrollarse y recibir inversiones nacionales sólo en la medida en que lo justifiquen sus posibilidades reales y potenciales de progreso.

En un esfuerzo sostenido de más de 40 años, las diversas administraciones federales han destinado una alta proporción de los recursos públicos a crear una infraestructura económica y una red de tecnológicos y de escuelas para trabajadores y . para técnicos de nivel medio que cada vez abren nuevas posibilidades para el desarrollo regional. En el período de la administración federal del presidente Díaz Ordaz, por ejemplo, se efectuará una inversión pública con un monto de 141 220 mil Iones de pesos, que representa un incremento de 98% sobre la inversión pública de 71 274 millones de pesos de la administración federal anterior, que en su momento representó un máximo histórico de fomento en la infraestructura nacional y regional.

A la fecha, contamos con más de 24 280 km de vías férreas; nuestras carreteras se extienden por más de 71 000 km y se presta especial atención a las carreteras locales y caminos ve­cinales; la capacidad instalada para generar energía eléctrica se acerca a los 7 millones de kw y la interconexión de sistemas regionales permite un suministro ilimitado de energía para todas las nuevas promociones agrícolas o industriales; en la medida en que una demanda suficiente lo justifica se ha ido extendiendo la red de oleoductos y gasoductos; el número de teléfonos llega ya a 1.3 millones y la recientemente integrada red de microondas complementa para todo el país los servicios telefónicos, tele­gráficos, de radio y televisión.

Se procura canalizar la mayor cantidad posible de recursos al interior del país: por ejemplo, el presupuesto de egresos del sector público para 1970 destina para los estados y territorios

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comercio exterior

un gasto de 51 828 millones de pesos, a pesar de que en ellos sólo se generarán ingresos por 38 986 millones. Es decir, se realizará una transferencia de recursos del Distrito Federal al resto del país de 12 842 millones de pesos.

El Gobierno federal ha creado un conjunto de instituciones financieras y de oficinas dedicadas a promover el desarrollo económico regional y en particular la industrialización rural; entre ellas se cuentan el Fondo de Garantía y Fomento para la Mediana y Pequeña 1 ndustria, el Fondo de Garantía y Fomento para la Agricultura, Ganadería y Avicultura, el Fondo de Ga­rantía y Fomento del Turismo, el Fondo para el Fomento de las Artesanías, el Banco Nacional de Fomento Cooperativo, el Fideicomiso para el Fomento de la Pesca y los departamentos especializados de los bancos nacionales de Crédito Ejidal, de Crédito Agrícola y Agropecuario. Por su parte, la Secretaría de Industria y Comercio ha creado la Dirección General de ln­d us tri as Rurales, que consiste en un equipo volante, con excepción de su Di rector y su Subdirector General, que conti­nuamente está atendiendo en todas las regiones del país las solicitudes de ayuda técnica, legal y financiera, para que las gentes que en la provincia nunca habían promovido la creación de una industria, se sientan más apoyadas y seguras del éxito. También organizó los 28 congresos industriales y de fomento a la Industrialización Rural a los que me referí anteriormente, en 10s que se presentaron proyectos concretos para establecer varios parques industriales y unas 840 empresas, de las cuales se han llevado a realización más del 50%; la mayor parte de estas empresas son modestas y destinadas a explotar recursos locales, agropec•Jarios, pesqueros o mineros. Ha promovido la creación de lils casas estatales de la artesanía y de uniones y cooperativas de artesanos para facilitarles la adquisición de crédito y la compra en común de sus materias primas. Mediante fuertes in­versiones. el Gobierno federal promueve la renovación de la flota pesquera y sus instalaciones de tierra, así como el desa­rrollo de condiciones adecuadas para la cría de peces y mariscos en los esteros, marismas, lagunas y ríos del interior del país. Se ha promovido con éxito la industrialización de la región fron ­teriza con Estados Unidos; en la actualidad existen 158 em­presas maquiladoras en esa región que alivian la situación de decenas de miles de trabajadores, principalmente en Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Matamoros; estas in­dustrias de maquila tienen un futuro asegurado porque be­nefician tanto a los industriales, comerciantes y obreros extran­jeros como a los obreros y las poblaciones fronterizas mexica­nas.

Recientemente y por instrucciones del señor presidente Díaz Ordaz, la Secretaría de lndústria y Comercio, con la colabo­ración de los señores gobernadores de los estados, de los pre­sidentes municipales de las ciudades grandes y medianas y de otras dependencias del Gobierno federal, ha iniciado un pro­grama nacional de creación de mercados especiales llamados "mercados sobre ruedas", que han empezado a funcionar en las zonas populosas de las ciudades, a donde los campesinos, pes­cadores y pequeños industriales llegan con sus productos a venderlos directamente a las amas de casa. Estos mercados sobre ruedas, al extenderse por todas las ciudades del país y desa­rrollar una tradiciór. de permanencia, además de beneficiar a las amas de casa con precios muy inferiores a los existentes, le abren a los pequeños productores rurales posibilidades ilimitadas de diversificación y de aumento de producción al poner a su disposición un mercado ilimitado a precios remuneradores.

A su vez, los gobiernos de los estados y los municipios, están fomentando el desarrollo regional, principalmente a través de la expedición de leyes de fomento industrial, de exenciones de impuestos a nuevas industrias, creación de parques in­dustriales y establecimiento de departamentos de Gobierno dedicados exclusivamente a la promoción económica.

Las organizaciones de industriales, de comerciantes y

91 banqueros locales participan directamente en muchos de estos esfuerzos.

Los resultados de estas múltiples promociones se manifies­tan cada vez con mayor claridad. En los últimos años, el mapa industrial de la Repúbica se ha complicado y han surgido im­portantes centros industriales con un ritmo de crecimiento muy superior al de los tradicionales emporios industriales del Distrito Federal y sus cercanías y Monterrey. Entre los nuevos centros destacan Guadalajara, Puebla, Ouerétaro, Veracruz, Coatzacoal­cos, León, Salamanca, Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez, Cuer­navaca, Tlaxcala, Monclova y Saltillo. Han surgido nuevas re­giones turísticas y existen ambiciosos proyectos para otras; se advierte un renacimiento de la artesanía en diversas entidades de la República y avanza la industrialización de la región fronteriza .

Estos primeros resultados deben alentarnos a todos, aun a los habitantes de las regiones que todavía no advierten ningún cambio digno de registrarse en su nivel de vida por virtud de las nuevas promociones que ahí empiezan a concretarse. Lo que es cierto, es que ningún gobierno estatal o municipal, ningún grupo local de industriales, de comerciantes, de banqueros, de obreros o de ganaderos acepta ya que el país está progresando si su región no progresa; lo importante ahora es avanzar por todos los caminos que han mostrado que llevan a buen destino.

El intercambio de experiencias entre los promotores de desarrollo económico de los distintos gobiernos locales, dentro de este Seminario, será de un valor inestimable. El muestreo de valiosas experiencias de fomento económico regional que pre­sentarán destacados especialistas norteamericanos, debe ser aprovechado a su máximo debidamente traducido a las magni­tudes y a las circunstancias de nuestro medio. Estaríamos siste­máticamente enfermos de frustración si solamente volviéramos los ojos a Estados Unidos para comparar nuestra situación de avance técnico, de capitalización, de nivel de vida o de faci ­lidades para el desarrollo. No debemos olvidar que existen variadas razones históricas y geográficas que hacen de ese país el de mayor progreso económico en el mundo. Sus experiencias y sus métodos son ciertamente muy valiosos, no solamente para un país subdesarrollado como México, ~ino también para otras muchas naciones más avanzadas o atrasadas económicamente que nosotros. Los métodos norteamericanos serán benéficos para nuestro país si también trabajan en las distintas condicio­nes de nuestro ambiente y si se adaptan a nuestras realidades humanas, económicas y geográficas.

Ojalá que 1 a generosa presentación de experiencias norte­americanas en desarrollo regional, sea un estímulo para que volvamos también nuestros ojos al ancho mundo y busquemos experiencias sugestivas en otros países, muchos de los cuales apenas ayer ensayaban y triunfaban con soluciones viables a problemas que a nosotros, un escalón abajo en la vía .del progre­so, ahora nos empiezan a preocupar. Las enseñanzas de la locali­zación industrial o de la organización artesanal de Japón; las experiencias de los polos regionales de desarrollo de España y del programa de fomento del Mediodía de Italia; los modelos de organización de la investigación técnica regional en la Unión Soviética a los programas de planeación urbana e interurbana en la Gran Bretaña, son ejemplos de valiosas sugerencias que los funcionarios y expertos mexicanos dedicados al desarrollo regio­nal deben estudiar con propósitos de adaptación a las realidades mexicanas, siempre que ello resulte aconsejable.

Ha sido un acierto de la Cámara Americana de Comercio de México haber escogido a la ciudad de Guadalajara como sede de un Seminario dedicado a promover el desarrollo económico regional. Tal vez sea esta ciudad el ejemplo más dramático de la voluntad de progreso de las regiones de México y de su capaci­dad para alcanzarlo. No poco de ese éxito se debe a las relacio­nes de confianza y de cooperación entre el sector privado y los buenos gobernantes de que disfruta Jalisco.

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documentos

La ayuda al exterior y la balanza de pagos NOR AM R ANA WILLIAM GAUD

NOTICIA

En la reciente reunión a nivel ministerial del Consejo Interame­ricano Económico y Social (Caracas, principios de febrero), se debatió intensamente la cuestión de la asistencia financiera nor­teamericana a América Latina (véase, en la "Sección Latinoame­ricana" de este mismo número de Comercio Exterior, la nota "Reunión del CI ES a nivel ministerial en Caracas"). En el contexto de esos debates resulta particularmente ilustrativo el documento que se recoge a continuación, que constituye el tex­to de una exposición hecha por el Administrador de la Agencia norteamericana para el Desarrollo Internacional (AID) ante el Subcomité de Pagos y Cambios Internacionales del Comité Económico Conjunto del Congreso de Estados Unidos, y que fue distribuido por el propio Consejo, bajo la sigla CIES/1382 (español) Add. 1.

TEXTO

Agradezco la oportunidad que se me ha brindado de hablar sobre la relación que existe entre nuestros programas de ayuda económica y la balanza de pagos. Es éste un asunto que hemos tenido muy presente en los últimos años, y aún lo tenemos.

La finalidad primordial de la AID es el desarrollo. Por casi dos décadas, la asistencia a los países menos desarrollados ha sido uno de los elementos principales de la política exterior de Estados Unidos. Se ha reconocido que ayudar a los países po­bres a ayudarse a sí mismos es una meta de importancia para la seguridad de nuestra nación y el bienestar de nuestro propio pueblo.

Hay pruebas fehacientes de que nuestros programas de ayuda externa han contribuido a mejorar el mundo en que vivi · mos. Unos cuantos países menos desarrollados han alcanzado ya un punto en que no necesitan la ayuda de la AID, y muchos de los restantes han hecho progresos considerables en cuanto a aumentar la producción de alimentos y depender menos de la ayuda exterior.

Al llevar a cabo un programa de ayuda, no debemos olvidar nuestras demás preocupaciones nacionales, una de las cuales es la balanza de pagos. Hemos ajustado más y más el programa de la AID para minimizar cada vez más su costo en la balanza de pagos.

Durante el Plan Marshall y la mayor parte del deceni o de

1950, la balanza de pagos no constituyó un problema crucial. Las asignaciones de ayuda se invertían dondequiera que los pre· cios fueran los más bajos. En los primeros años que siguieron a la guerra, Estados Unidos fue la única fuente importante de casi todos los bienes requeridos por los beneficiarios de su ayuda. En consecuencia, la mayor parte del dinero de la ayuda se gastó en este país, aunque no había la obligación de adquirir bienes de Estados Unidos.

Esta situación cambió drásticamente cuando los países euro· peas se recuperaron y se convirtieron en competidores cada vez más eficientes. En 1961 sólo el 41 % de los dólares de ayuda se gastaron en bienes y servicios adquiridos en Estados Unidos.

A fin de mejorar la situación de la balanza de pagos empe­zamos a prestar nuestra ayuda a condición de que se comprara en Estados Unidos. Desde entonces hemos estructurado un sistema de restricciones cada vez más detallado, destinado a mi ­ni mi zar los costos de balanza de pagos ocasionados por el pro­grama de la AID.

IMPACTO DI RECTO DE LA AID EN LA BALANZA DE PAGOS

Em!)ezaré por examinar los efectos directos del programa de la Al O en la balanza de pagos, y con esto me refiero al gasto di· recto de dólares en bienes y servicios fuera de Estados Unidos. Estos efectos <;lirectos aparecen en las cuentas oficiales común­mente llamadas "Presupuesto del Oro" (véase el cuadro 1 ). En mi opinión, nuestros procedimientos para atar la ayuda han disminuido el desembolso directo a un mínimo que ya no puede reducirse más.

En el año fiscal 1961 , los gastos de la Al D eh el exterior totalizaron 982 millones de dólares, alrededor del 54% del total de nuestros agresos. Como resultado de una atadura eficaz, hacia el año fiscal 1968 los préstamos, los desembolsos del Pre· supuesto del Oro se habían reducido a 178 mil Iones de dólares, o sea, al 8.5% de nuestros gastos totales.

Esta reducción se logró restringiendo la adqufsición y las reglamentaciones financieras y haciendo mayor uso de la mane· da local en vez de dólares siempre que fue posible. Hemos to· mado medidas de diversos tipos.

El paso más importante ha sido atar las compras de bienes y servicios a fuentes de Estados Unidos. Los préstamos para desa· rrollo- han . estado atados desde 1959. En 1960 las compras

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comercio exterior 93 financiadas con donaciones se restringieron a Estados Unidos o a los países desarrollados y posteriormente sólo a Estados Unidos. La selección de contratistas y de expertos cuyos servicios han de pagarse en dólares se ha limitado, también a Estados Unidos, salvo cuando el servicio necesario no podía obtenerse aquí.

AID) para la adquisición de bienes fuera de Estados Unidos. La mayor parte de esta suma corresponde a préstamos antiguos no atados o a donaciones. Se espera que esta salida disminuya a 11 mi ll ones en el año fiscal 1970, a medida que continúen re­duciéndose los gastos realizados con préstamos y donaciones antiguos.

También se han tomado medidas para limitar los efectos negativos sobre la balanza de pagos de los costos locales que todavía tenemos que financiar para llevar a cabo nuestro progra­ma, y que los países receptores no pueden sufragar para colabo­rar con nuestro esfuerzo de ayuda. Los costos locales de la Al D están destinados primordialmente al sostenimiento del personal norteamericano empleado en los proyectos de asistehcia técnica en el extranjero, a la compra de materiales locales que no puede evitarse, y a otros gastos administrativos . En algunos países la AID ha financiado también parte de los gastos locales efectua­dos en proyectos de cierta prioridad, como en la agricultura y

CUADRO 1

Gastos de la AID en ayuda económica y su efecto directo sobre la balanza de pagos de Estados Unidos (en millones de dólares)

Egresos brutos

En Estados Unidos

b) Alrededor de 63 millones de dólares de gastos efectuados por empleados estadounidenses en el extranjero, que no pueden atarse debido a un artículo del FMI que prohibe las restriccio­nes de convertibilidad a los ingresos corrientes de divisas extran­jeras obtenidos por los países miembros.

c) 12 millones de dólares de gastos administrativos en el extranjero a los que se aplica la misma disposición del FMI.

d) 17 millones de dólares en donaciones en efectivo -prin­cipalmente a Laos, donde ciertas circunstancias exigen un fon do multilateral incondicional, al que contribuyen otros países do­nantes, para estabilizar la moneda laosiana.

Efecto directo neto en la

En el Ingresos balanza de pagos Afio fiscal Total Monto % del total .extranjero netos1 de EUA

1961 1 801 819 45.5 982 131 - 851 1962 1 849 986 53.3 863 153 - 710 1963 2 074 1 369 66.0 705 528 - 177 1964 2 022 1 608 79.5 414 207 - 207 1965 2 096 1 761 84.0 335 173 - 162 1966 2 128 1 766 83.0 362 183 -179 1967 2 336 2 11 4 90.5 222 294 + 72 1968 (preliminar) 2 092 1 914 91 .5 178 259 + 31 1969 (estimado) 2 206 2 061 93.4 145 302 + 157 197() 2 084 1 944 93.3 140 342 + 202

1 Ingresos totales en dólares y moneda extranjera, menos los ingresos en monedas "excedei:ttes" o "casi excedentes".

educación, cuando estos proyectos no podían progresar de otra CUADRO 2 manera.

En vez de comprar moneda local directamente con dólares para sufragar los costos locales, la AID ha utilizado instrumen­tos financieros especial izados, conocidos con el nombre de cartas de crédito especiales. Estas son aceptadas por los bancos centrales de los países beneficiarios que depositan en cambio moneda local para uso de la AID. Sin embargo, dichos países sólo pueden emplear estas cartas de crédito especiales para finán­ciar importaciones provenientes de Estados Unidos.

En los paíSes donde hay excedente monetario - '!s decir, donde la moneda local que posee Estados Unidos por concepto de ventas según la Ley Pública 480, excede a las necesidades de Estados Unidos- la AID compra a la Tesorería de Estados Unidos moneda local que éste ya posee.

Gracias a las medidas expuestas, en el año fiscal 1969 la AID ha reducido la salida directa de dólares de su programa a 178 111 illones (véase el cuadro 2).

E• cifra comprende:

a] 37 millones de dólares (2% de bienes financi ados por la

Presupuesto del Oro de la AID, año fiscal 1968 (millones de dólares)

Bienes Costos locales1

Costos de mantenimiento de personal 63 Gastos administrativos 12 Donaciones en efectivo 17 Costos locales de contratistas, programas

interregionales, etc. 20 Contribuciones.in ternacionales2

Fondo Fiduciario de Progreso Social (BID) 20 Otras organizaciones internacionales 20

Total

Menos: Utilizac ión de monedas excedentes3

Salida total

1 Las carta5 de cr6dito especiales estén comprendidas en estos cálculos.

37 11 2

40

189

11

178

2 Estas 90n salidas derivadas de las contribuciones a las entid ades interna­cionales, que se hacen con las asignaciones de la AID .

3 Los excedentes ie compran a la Tesorerla para las actividades de la A ID, pero no se asignan a las categorías particulares indicadas en este cuad ro .

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94 e] Al rededor de 20 mi !Iones de dólares para algunos costos

locales de contratistas y para programas tales como escuelas y hospitales norteamericanos, en casos en que no se disponía de moneda excedente para estos fines.

f] Aproximadamente 20 millones de dólares de gastos por cuenta del Fondo Fiduciario de Progreso Social del Banco 1 nter­americano de Desarrollo. Son gastos de sumas comprometidas antes de 1964, cuando empezamos a atar nuestras donaciones a este Fondo.

g] Cerca de 20 millones de dólares de nuestras contribucio· nes a las organizaciones de las Naciones Unidas que debieron gastarse en el extranjero por primera vez después de varios años.

El uso de los excedentes monetarios proporcionó la suma de 11 millones de dólares para compensar en parte estos rubros, con lo cual la salida final de dólares del Presupuesto del Oro se redujo de 189 a 178 millones.

Creemos que éste es el 1 ímite al que podemos llegar en cuanto a la sal ida directa de dólares del Presupuesto del Oro, excepto algunas pequeñas nuevas reducciones a medida que se agoten los antiguos préstamos y donaciones no atados.

Tomando como medida el Presupuesto de"i Oro, casi el 92% de nuestros gastos totales se realizaron en Estados Unidos, y si consideramos los ingresos de 259 mi !Iones de dólares por con· cepto de interés y amortización de préstamos previos, tenemos una entrada neta en dólares de al rededor de 81 mi !Iones. Espe­ramos que esta entrada neta continúe aumentando en los próxi· mos años.

EFECTOS INDIRECTOS SOBRE LA BALANZA DE PAGOS

Sin embargo, la atadura no puede impedir, por sí sola, las sa· lidas indirectas de dólares, las cuales se producen cuando las exportaciones financiadas por la AID sustituyen a las exporta· ciones comerciales normales de Estados Unidos. Los países beneficiarios pueden usar los créditos de la AID en parte para compras que habrían hecho con sus propios dólares libres. En el grado en que esto suceda, algunas exportaciones comerciales de Estados Unidos se verán desplazadas y se producirá una pérdida indirecta en la cuenta comercial de nuestra balanza de pagos.

En las economías de libre empresa, no son los gobiernos prestatarios los que efectúan las importaciones, sino más bien los importadores locales, que deben actuar guiados por motivos comerciales para mantener sus negocios. Por lo tanto, debe esperarse un cierto grado de sustitución. Esta sólo puede evitar· se totalmente mediante incentivos y controles que logren que los importadores desvíen algunas compras de las fuentes norma­les para abastecerse en Estados Unidos.

INTENTO DE OBTENER UNA ADICIONALIDAD TOTAL

En los últimos cuatro años la AID ha tratado en forma crecien­te y por diversos medios, de impedir cualquier sustitución. Hemos tratado de aseguramós de que las exportaciones financia­das por la AID sean totalmente adicionales a las exportaciones comerciales de Estados Unidos.

Desde 1964 se introdujeron disposiciones especiales en una serie de acuerdos de préstamos, que requerían que los fondos se utilizaran únicamente para importaciones que excedieran a las necesidades normales del mercado de determinados bienes

documentos

-como los fertilizantes - del país beneficiario. En 1965, modifi­camos nuevamente nuestras poi íticas financieras para incluir la promoción de las exportaciones estadounidenses como un crite· rio explícito en la selección de proy ectos de capital y bienes para ser financiados por la AID. Además, hemos estado dando importancia creciente a la selección de proyectos de capital que tengan una potencia lidad de exportación que continúe.

En 1966 empezamos por primera vez a emplear listas negati· vas para los fines de la adicionalidad. Estas eran listas de artículos que no podían ser financiados con fondos de la Al D. Se las empleó siempre para impedir la importación de ciertos artículos, como los suntuarios. Después se agregaron mercancías de las cuales Estados Unidos ya era un proveedor importante. El objeto era reducir la sustitución, forzando al país receptor a comprar bienes · distintos de los que habitualmente le compraba a Estados Unidos.

En 1967 usamos por primera vez listas pos1t1vas para los fines de la adicionalidad, es decir, listas de bienes que eran los únicos que podían financiarse con créditos de la Al D. Estamos aplicando esta política lo más rápidamente posible en los países que reciben préstamos por programa.

Los bienes de estas listas son seleccionados en forma con· junta por la Al D, el Departamento de Comercio y la Tesorería, basándose en varios criterios. Tratamos de identificar determina· dos productos en los cuales creemos tener una ventaja competi­tiva, pero que todavía no están bien representados en los merca­d os del país beneficiario. También tratamos de financiar artículos que generarán una demanda posterior, a menudo de repuestos industriales. Sin embargo, en general se preparan listas positivas de productos en los que Estados Unidos ofrece relati· vamente menos competencia y que es poco probable que de otra manera exportáramos en gran volumen.

Para garantizar la absorción de los créditos así restringidos por la Al D, los gobiernos beneficiarios deben tomar medidas colaterales para inducir a los importadores nacionales a comprar en fuentes estadounidenses. Tratamos de hacer que se eliminen las barreras discriminatorias de cualquier clase a la importación de bienes de Estados Unidos. Además, cuando el crédito es muy escaso, los gobiernos beneficiarios pueden conceder créditos en condiciones menos estrictas para importar bienes de Estádos Unidos o permitir que los importadores de dichos bienes efec­túen un pago inicial menor. Pueden, asimismo, reducir en forma selectiva las tarifas de manera de favorecer a las exportaciones de Estad-os Unidos. En países que tienen controles de importa· ción y cambio, pueden otorgarse licencias para favorecer a las exportaciones de Estados Unidos, para asegurarse la adicionali­dad. Todos estos esfuerzos, salvo la eliminación de ·1as barreras discriminatorias, son restricciones impuestas al libre funciona­miento de las fuerzas del mercado.

-La Al D trabaja en estricta cooperación con la Tesorería y el Departamento de Comercio para elaborar medidas de adiciona­l i dad como condiciones de préstamos determinados. Desde 1967, el Additionality Working Group del Cabinet Committee on the Balance of Payments ha tratado de ampliar y perfeccio­nar estos enfoques de la adicionalidad.

lOUE GRADO DE "ADICIONALIDAD" SE HA ALCANZADO?

La "adicionalidad" generalmente se mide examinando las ten­dencias de nuestra participación en las importaciones comercia­les de bienes que realiza un determinado país que recibe ayuda.

.Estas medidas son aproximada·s, ya que es difícil determinar si

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comercio exterior

los cambios de participación en los mercados comerciales se deben a la sustitución o a otros factores, tales como los cam­bios de la fuerza de competencia relativa. Probablemente los resultados son menos confiables cuando se trata de un país que cuando se trata de un grupo de el los.

Un estudio en el que se examina el conjunto de las exporta ­ciones comerciales de Estados Unidos a los principales países que reciben ayuda de la AID y en que se las compara con las exportac iones proyectadas a base de atar previamente la partici­pación en el mercado comercial, indica que la sustitución ha sido pequeña y está disminuyendo. Tomando como base e l período 1958-60 (antes de los esfuerzos por lograr la atadura o la "adicionalidad"), aparentemente en 1963-64 la sustitución fue de alrededor del 10%, y hacia 1966-67 parece haber dismi­nuido cerca del 2%. Dichos cálculos no son precisos, pero indi­can que nuestros esfuerzos por lograr la adicionalidad han tenido cierto éxito. La tendencia es clara, en todo caso : Estados Unidos ha mantenido su participación en el mercado de las exportaciones comerciales en los países que reciben la ayuda.

En otro cálculo, analizamos la participación en el mercado existente en 1967 en doce países beneficiarios, y sólo en tres de ellos -Co lombia , Turquía y la República Dominicana- había disminuido notablemente desde 1958-60 la participación de Estados Unidos en el mercado comercial. Sin embargo, en Co­lombia , la disminución de las exportac iones comerciales estadou­nidenses fue el doble del total de exportaciones financiadas por la AID. Es evidente que influyeron otros factores que no eran la sustituc ión. En dos de los principales países que reciben ayuda - Indi a y Paquistán- Estados Unidos mantuvo su partici­pación en el mercado comercial a pesar de que aumentaban los insumos de la AID. En otros dos países -Tai landia y Vietnam­Estados Unidos realmente aumentó considerablemente su parti­cipación anterior en el mercado comercial mientras proporciona­ban ayuda en gran esca la.

La situación de la adicionalidad de las cartas de crédito especia les empleadas para atar el financiamiento de los costos local es es menos favorable. Es difícil atar dichas cartas en forma efectiva, pues generalmente se emiten en países donde existe un escaso control sobre las importaciones y las divisas, y por lo tanto, e l gobierno no puede desviar hacia Estados Unidos las importaciones hechas de otros países y evitar así la sustitución.

A pesar de nuestros esfuerzos por lograr una adicionalidad total, existe una cierta salida de dólares indirecta que puede atribuirse al programa de la A 1 D. Por otra parte, hay otros importantes efectos indirectos que repercuten favorablemente sobre la balanza de pagos.

Uno de ellos es e l que ll amamos el efecto de reinvers1on (respending), .que consiste en el aumento de las ventas de expor­tación de Estados Unidos que resulta de los dólares de la AID gastados en el extranjero. Es posible que los dólares de la AID que ingresan a la economía de un país que recibe ayuda puedan em­plearse más tarde para comprarle bienes a Estados Unidos, o que mediante el intercambio comercial pasen a un tercer país que los utilice para comprar aquí. Aunque los expertos difieren en cuanto a la magnitud del efecto de reinversión, según los artículos de la AID cerca de la mitad de las salidas de dólares directas e indirec­tas en último término vuelve a Estados Unidos.

A la asistencia económica de Estados Unidos y otras fuentes se debe en gran parte el crecimiento de los países en desarrollo. A medida que un país crece, sus importaciones aumentan. He­mos calculado que alrededor del 20%, o sea, aproximadamente 380 millones de dólares, de las mayores exportaciones realizadas

95 por Estados Unidos a los países en desarrollo entre 1960 y 1965 puede atribuirse a l crecimiento económico inducido por la ayuda de Estados Unidos.

o EFECTOS DI RECTOS E INDIRECTOS TOTALES

SOBRE LA BALANZA DE PAGOS

En su carta, señor Presidente, me pidió que tratara de calcular los efectos totales -di rectos e indirectos- de la Al D sobre la balanza de pagos. En el cuadro 3 se presenta una estimación aproximada para los cuatro últimos años.

La primera columna de salidas indica e l costo directo en el Presupuesto del Oro. Este ha venido disminuyendo, de 335 mi­llones de dólares en el año fiscal 1965 a 178 millones en el año fiscal 1968.

La siguiente clase de salida es la de los costos indirectos resultantes de la sustitución de bienes. Empleando los porcen­tajes de adicionalidad globales mencionados anteriormente, aparentemente estos costos ascendieron a algo más de 100 mi­llones de dólares en el año fiscal de 1965, y bajaron a cerca de 25 millones en el año fiscal 1968.

La tercera clase de salidas corresponde a la sustitución den­tro del sistema de las cartas de crédito especia les. En el cuadro simpl emente hemos indicado su valor bruto, sin considerar nin­guna "reinversión". Estas salidas ascendieron a 100 millones en el año fiscal 1968.

CUADRO 3

Estimación del impacto directo e indirecto de la A ID en la balanza de pagos (millones de dólares)

Años fiscales

1965 1966 1967 1968

1965 1966 1967 1968

Presupuesto del Oro

- 335 -362 - 222 - 178

Ingresos netos

173 183 294 259

Salidas

Sustitución de productos

- 119 67 41 25

Entradas

"Reinversión "

255 264 196 146

Emisión bruta de

CEC

- 92 -129 -144 - 100

Crecimiento de las exportaciones

inducidas

75 75 75 75

Salidas o entradas netas

1965 1966 1967 1968

- 14 - 36 + 160 + 177

Total

- 517 - 558 - 407 - 303

Total

503 522 567 480

Sin embargo también se han producido entradas compensa­torias. En primer lugar , los i11gresos directos por concepto de

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96 interés y amortización de préstamos otorgados por la AID en el pasado. Estos se han elevado gradualmente, de 173 millones de dólares en el año fiscal 1965 a 259 millones en el de 1968.

En segundo lugar, estimamos que casi la mitad de cualquier salida del Presupuesto del Oro, o de cualquier sustitución, volve­rá a Estados Unidos como resultado de mayores compras de bienes y servicios estadounidenses efectuadas por los países que reciben ayuda y terceros países, mediante la "reinversión". Puesto que las salidas brutas estaban disminuyendo en ese pe­ríodo, probablemente la "reinversión" se redujo, de alrededor de 255 millones en el año fiscal 1965 a 145 millones en el de 1968.

Finalmente, aproximadamente un incremento anual de 75 mil Iones en las exportaciones puede atribuirse a la porción del crecimiento del ingreso en los países favorecidos procedente de la propia ayuda de Estados Unidos.

Por lo tanto, el cuadro general del impacto de la AID en la balanza de pagos -teniendo en cuenta las salidas y las entradas directas e indirectas- ha pasado de una pequeña salida neta en el año fiscal de 1965 a una entrada neta de aproximadamente 175 millones de dólares en el de 1968. Esperamos que esta entrada neta aumente aún más, principalmente debido a los crecientes ingresos por concepto de intereses y amortización.

POLITICAS ALTERNATIVAS

Es bastante difícil decir cuál habría sido la situación si no hu­biéramos seguido las políticas que seguimos, pero me permito empezar haciendo dos supuestos:

Primero, si no hubiéramos introducido la atadura efectiva en los primeros años de la década del sesenta, tendríamos razón para esperar que sólo el 40 por ciento de todos los créditos para productos se invertirían en Estados Unidos, como sucedió en el año fiscal 1960.

El resultado directo en las salidas del Presupuesto del Oro pudo haber sido un aumento anual de más o menos 800 millo­nes de dólares desde el año fiscal 1965 hasta el de 1968. Te­niendo en cuenta los efectos indirectos de la "reinversión", el aumento neto de los costos de la balanza de pagos podría haber sido de aproximadamente 500 millones al año.

Segundo, supongamos que a partir de 1964 hubiéramos con­tinuado con la atadura pero no hubiéramos implantado las res­tricciones de adicionalidad. Aceptando la validez de la cifra del 10% que hemos calculado para 1963-64 y tomando en cuenta la "reinversión", al parecer todos nuestros esfuerzos con respecto a la adicionalidad sólo nos ha significado un ahorro de 35 milfo­nes anuales en los últimos cuatro años. Es sorprendente que la adicionalidad haya reportado a la balanza de pagos beneficios tan inferiores a los producidos por la atadura original.

ALGUNOS PROGRAMAS CONEXOS

Me permito mencionar brevemente dos importantes programas para el desarrollo en el extranjero: los bancos multilaterales y la afluencia de inversiones privadas. En ambos campos se han dado pasos significativos para limitar los costos de la balanza de pa­gos de Estados Unidos. Sin embargo, los esfuerzos de \atadura y adicionalidad no se han llevado a cabo en la misma medida que en la Al D, debido a otros propósitos importantes que tiene Estados Unidos en estos campos.

documentos

En el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco para el Desarrollo del Asia (BOA), las contribuciones de Estados Unidos al capital ordinario son no atadas, como las de los demás países miembros. Sin embargo, las contribuciones de Estados Unidos a los fondos especiales del BID son atadas, y las contribuciones propuestas a los Fondos Especiales del BOA también serán atadas. Las ventas en el mercado norteamericano de bonos del BI O y del BI R F destinados a la formación de capita l ordinario no están atadas, pero las administraciones de estos bancos -en consulta con la Tesorerla de Estados Unidos­han tratado de limitar el costo neto en divisas de sus operaciones.

Finalmente, por tradición las contribuciones de todos los países a la Asociación 1 nternacional de Fomento nunca han sido atadas, pero para su reaprovisionamiento de fondos, que el Congreso está estudiando en estos momentos, se ha negociado un acuerdo especial. En este acuerdo se estipu la que en los pri· meros tres años de reaprovisionamiento de fondos, o a partir de entonces por el resto del tiempo en que cuente con otras con· tribuciones, se utilizarán los aportes de Estados Unidos sólo en la medida en que las compras financiadas por la Al F se hagan en Estados Unidos. Ciertamente espero que a medida que se fortalezca nuestra balanza de pagos, Estados Unidos no tendrá que solicitar nuevamente un tratamiento especial semejante. Una institución multilateral como la AIF debería estar en con· diciones de actuar en todo el mundo sin esta clase de restric­ción.

La inversión privada hecha en el extranjero por firmas esta· dounidenses también es vital para el desarrollo de pa (ses pobres. El traspaso de la tecnología, e l desarrollo de especialidades fi­nancieras y administrativas, la expansión de la actividad comer­cial y la mobilización de los recursos locales relacionados con la inversión privada son tan importantes como la transferencia de capital.

La afluencia de inversiones privadas ha alcanzado un prome· dio de 1 200 mil Iones de dólares anuales en los últimos años, o sea, alrededor de la tercera parte del total de la corriente de inversiones privadas y públicas de Estados ·Unidos hacia estos países. Los programas de la AID tales como los de garantías y estudios de inversiones han ayudado a estimular parte de esta corriente. Aunque en su mayor parte no ha resultado practica· ble o conveniente atar la inversión privada explícitamente a compras hechas a Estados Unidos, es evidente que esta inversión genera pedidos iniciales de equipo y servicios de construcción, estadounidenses, y posteriormente pedidos de materias primas, repuestos y componentes de la misma procedencia.

El sistema del Departamento de Comercio de control de la inversión privada directa, que considerará mañana el Comité, lógicamente limita el costo de la balanza de pagos de dichas corrientes. Me complace que desde el principio el sistema se haya diseñado para permitir que aumente el financiamiento es· tadounidense· de inversiones en los países en desarrollo, redu­ciendo al mismo tiempo la inversión en los países desarrollados. El límite de la inversión privada en los pai'ses menos desarrolla· dos se ha fijado en el 110% del nivel del año base, lo que se considera a la vez una meta y un tope. Además, como lo mani· testó el señor Bartlett, subsecretario de Comercio, al anunciar el programa de 1969, " . .. De acuerdo con el deseo del Gobierno de fomentar el aumento de la inversión privada en los países menos desarrollados, se dará consideración especial a las solici­tudes de compañías que estén contemplando proyectos de des· arrollo en los países menos desarrollados, pero que no dispon· gan de suficientes cuotas de inversión y no puedan hacer arreglos para obtener financiamiento externo de conformidad con las reglamentaciones".

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comercio exterior

EL FUTURO: ALGUNOS MOTIVOS DE PREOCUPACION SOBRE LA ADICIONALIDAD

Esto me lleva a un tema muy importante: la dirección futura de la poi ítica en este campo. En los últimos afios, nuestra experiencia con la política de la adicionalidad nos hemos dado cuenta cada vez más de algunos de los costos que acompafian a este poi ítica. Debemos hacernos la siguiente pregunta: lHa valido la pena? ¿crea demasiados conflictos con las actividades básicas de la AID?

Atar los fondos de la AID a la compra de productos de una lista positiva que no sean internacionalmente competitivos signifi· ca reducir el valor del dólar de la AID. Aunque es difícil medir los costos comparativos, algunos de los bienes financiados por la AID pueden costar de un 1 O a un 40 por ciento más que los bienes comparables de otros proveedores, cuando se venden en determi­nados mercados de países que reciben ayuda. Esta diferencia re· presenta una carga muy pesada, con las consid~rables reducciones que se realizaran recientemente en los niveles de las asiqnaciones de la ayuda.

Además, como lo indiqué anteriormente, si los créditos de la Al D han de cubrirse totalmente con exportaciones adicionales de Estados Unidos, parte de las importaciones que un país prestata­rio realiza en fuentes de aprovisionamiento extranjeras deberán desviarse hacia Estados Unidos. La manera más eficaz de lograrlo es mediante controles de importación y cambio. Sin embargo, por mucho tiempo Estados Unidos ha considerado esos controles como serios obstáculos para un desarrollo eficiente y una de las metas de la AID ha sido fomentar la eliminación de estos contro­les para promover la libre actuación de las fuerzas del mercado. Aunque los sistemas de control realmente no se han establecido como resultado de nuestros esfuerzos por obtener la adicionali­dad, esos esfuerzos podrían servir de incentivo para retrasar la eliminación de los sistemas que existen en la actualidad.

En varios casos las listas positivas de la Al D han sido tan limitadas que los países no han podido girar contra fondos dis­ponibles a un ritmo razonable y utilizarlos para el desarrollo. Simplemente, los importadores se mostraron reticentes para hacer uso de los fondos de la AID para comprar bienes sujetos a nuestros procedimientos y a precios más altos.

Cuando la AID, juntamente con la Tesorería y el Departa· mento de Comercio, se ha preocupado de la insuficiencia de la adicionalidad en un país, frecuentemente hemos pasado meses negociando un acuerdo al respecto. Este es un asunto complejo y delicado, y ha tendido a desviar la atención que se prestaba a las negociaciones sobre autoayuda y otros importantes objetivos del desarrollo. Tanto Estados Unidos como el país que recibe la ayuda pierden mucho tiempo y energía discurriendo sobre otros asuntos.

Finalmente, existe un verdadero peligro de que nuestras políticas de adicionalidad puedan realmente, con el tiempo, per­judicar a la posición de nuestras exportaciones. Aunque, esto no es algo fácil de calcular, difícilmente puede mostrarse a los ojos de los importadores de los países en desarrollo el prestigio de los bienes estadounidenses mediante experimentos con bienes no competitivos de listas positivas restringidas.

En vista de la gravedad del problema de la balanza de pagos de Estados Unidos durante los últimos años, puede ser que lo que ha hecho la AID haya sido necesario, pero lo que más ayuda es la atadura. A medida que disminuyan las dificultades de balanza de pagos, uno de los campos en los cuales se aligera­rán las restricciones actuales es el esfuerzo por lograr una adi­cionalidad total en el programa de la AID. Para la balanza de

97 pagos el costo sería moderado y nuestros esfuerzos por promo­ver el crecimiento de los países en desarrollo producirían gran­des beneficios.

EFECTOS FUTUROS DEL PROGRAMA DE LA AID SOBRE LAS EXPORTACIONES

También es importante reconocer que al llevar a cabo su tarea fundamental de desarrollo, la AID promueve las perspectivas a largo plazo de las exportaciones de Estados Unidos.

En cierto grado éste es un subproducto de determinadas actividades de la Al D. Los técnicos y contratistas financiados por la Al D tienden a recomendar productos norteamericanos. Los préstamos "de la AID financian la introducción y amplio uso de productos de Estados Unidos. Si sus costos no son exagera­dos, su calidad crea futuros mercados. Los extranjeros adiestra­dos en este país dentro de programas patrocinados por la Al D se convierten en líderes en sus países, y su conocimiento de nuestras ideas y nuestros productos es una ayuda

Lo que es aún más fundamental, la AID promueve mercados para las exportaciones estadounidenses a largo plazo, permitiendo que los países progresen económicamente. A medida que prospe­ran su demanda de importaciones desde Estados Unidos aumenta.

Dos funcionarios de la AID publicaron hace poco un artículo en la Harvard Business Review en el cual calcularon que estas exportaciones inducidas por el ingreso realizadas por paises que reciben ayuda de la AID fueron de alrededor de 380 millones de dólares durante el período 1960-65.

Además, hemos observado que a medida que los paises que reciben ayuda se vuelven capaces de bastarse a sí mismos y no necesitar ya de la AID, se convierten en mejores clientes de las exportaciones de Estados Unidos. La tendencia creciente de las <:!xportaciones a países tales como Grecia, Israel, Taiwán, Libia e t rán demuestra la efectividad de las contribuciones a largo plazo de la Al O al crecimiento general de las exportaciones de Esta­dos Unidos. Las exportaciones estadounidenses a estos países no financiadas por la AID aumentaron en un 100% entre 1960 y 1966, mientras que las exportaciones a todos los paises menos desarrollados aumentaron sólo en un 33%. A medida que otros países en desarrollo aumenten sus ingresos en divisas en el futu· ro, podemos esperar que ellos también seguirán aumentando sus importaciones de Estados ·Unidos.

Y ahora, señor Presidente, unas palabras finales a manera de resumen.

Nuestras asignaciones de ayuda económica irían más lejos y harían mayores realizaciones si no tuviéramos que preocuparnos de la balanza de pagos. Sin errbargo, no podemos eludir esa preocupación. Lo que tenemos que ver es hasta qué punto de­beríamos tratar de atenuar los efectos del programa de la Al D sobre la balanza de pagos. lDeberíamos darle prioridad absoluta a las medidas tendientes a reducir aún más los efectos perjudi­ciales de nuestros programas de ayuda, o son los objetivos de esos programas suficientemente importantes para justificar algu­nos costos de la balanza de pagos?

En mi opinión, ya hemos ido lo más lejos que podíamos ir en materia de tomar en consideración - y tratar de minimizar­los efectos del programa de la AID en la balanza de pagos. Creo que hemos alcanzado, si no lo hemos pasado ya, el punto de disminuir los ingresos, punto en el cual el daño que se le hace al programa es mayor que lo que se gana en la balanza de pagos.

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lnfo e mensual de la integración la inoamericana

Importante programa de reuniones sectoriales en 1970

Después de las resoluci ones tomadas en Caracas no resulta aven­turado afirmar que, más que nunca, el impulso y el dinamismo de la ALALC parecen depender de lo que hagan los industriales de los países asociados, principalmente de lo que consigan acor­dar y poner en marcha en sus reuniones sectoriales. Cuando los grandes proyectos o esquemas de coordinación de poi íticas eco­nómicas a nivel gubernamental entran en receso, esperando tiempos más propicios, la actividad se centra en las tareas de los empresarios de diversas ramas. De aquéllas se espera que la ALALC avance conforme al modelo sectorial que se ha mane­jado ya varias veces y que ahora recobra o adquiere máxima importancia.

Por consiguiente, en un lado aparece, con bastante vigor, e l modelo subregional -encabezado por el Grupo Andino- y en el otro el modelo sectorial, que se funda en las reuniones empresa­riales. Justo es que las autoridades de la ALALC se esfuercen en realizar este último, no sólo difundiendo el programa de tales reuniones, sino analizando su posible alcance y procurando que aumente su eficacia y su rendimiento.

Sin duda, las juntas de empresarios previstas para 1970 re­visten características dignas de destacarse, siendo una de ellas la de que por primera vez se van a congregar en el ámbito de la ALALC con miras a plasmar acuerdos que articulen regional­mente sus respectivos sectores los representantes de tres activi­dades muy importantes: la fabricación de máquinas y aparatos para las industrias de papel y ce lulosa, la de máquinas y apara­tos para la industria panadera y la de la industria naval. Consi­derando los cuantiosos recursos financieros que exige la expan­ción de las flotas mercantes de los países asociados y el empeño puesto por la mayoría de ellos en este aspecto de su desarrollo económico, ll ama la atención el hecho de que hayan transcurri -

do más de ocho años de vigencia del Tratado de Montevideo sin que se reúnan los representa ntes de los ast ill eros que funcionan en la ALALC para intentar un primer acercamiento, una con­frontación de ideas, un intercambio de informaciones, un plan conjunto de acción . En el calendario de 1970, las deliberaciones entre los representantes de la industria naval figuran para el mes de julio, en Montevideo . Por fin.

En el presente año, el temario provisional que la Secretaría Ejecutiva ha elaborado para las reuniones sectoriales comprende un punto nuevo -el 3- que pretende obtener de los empresarios una participación más intensa y amplia que en ocaciones ante­riores. Aunque no serán asuntos obligatorios, los comprendidos en este punto 3 dan una nueva dimención a los debates y las negociaciones entre empresarios, poniéndolos en un plano más elevado. Este punto abarca desde el análisis de la situación crea­da e'n la ALALC por las resoluciones de la Conferencia de Cara­cas hasta el examen de la contribución que han aportado los acuerdos de complementación al proceso de integra.ción. Se pe­dirá a los industriales que valoren las concesiones existentes en la ALALC y que puntualicen los problemas de transporte maríti­mo y de actividad portuaria con los que tropiecen. Asimismo se intentará que opinen sobre los efectos del sistema de pagos y de financiamiento del comercio intrazonal implantado en la zona. Así, pues, los empresarios tendrán la oportunidad de exponer -sectorial mente- su juicio sobre el presente y las perspectivas de la ALALC y de influir a favor de una mayor coordinación de distintos aspectos de las economías de sus países.

La Secretaría Ejecutiva adv ierte que " la Agend a Provisio­nal. .. busca cubrir de ·manera genérica los temas que pueden interesar a cualquier reunión sectorial. Esto - añade- no implica que cada reunión tenga que agotar esa Agenda, ni que otros te­mas queden excluidos. Por e l contrario, cada reunión, al apro­bar su agenda definitiva, podrá elimin ar los temas que no le interesen y /o agregar otros"

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comercio exf erior

He aquí dicha Agenda Provisional:

1) Exposición por parte de la Coordinación acerca de los objetivos de la reunión y, cuando sea del caso, de los resultados de la reunión anterior.

2) Sumin istro de informaciones por los participantes en la reunión acerca de la situación actua l en cada uno de los países con referencia a:

a] La demanda de productos del secto1. b] Producción. c] 1 mportación (sobre todo la posibilidad dé sustitución

de 1 a de extrazona) . d] Exportación . e) Abastecimiento de materias primas y equipos. f] Otros aspectos económ icos y comercia les relativos al

sector.

3) Examen, por los participantes, de otros prob lemas de interés para e l sector, como ser:

a] La A LA LC después de la Conferencia de Caracas. Alcances de las resoluciones y acuerdos logrados.

b] Aprovechamiento de las concesiones pactadas en ALALC y obstáculos no arance larios al comercio in ­trazonal.

c] Situación del transporte marítimo intrazonal: serv i­cios y tráficos regulares; fletes de conferencias. Pro­blemas que se presentan a la industria en materia de transporte marítimo y operaciones portuarias en la Zona.

d] Régimen de pagos y financiamiento del comerc io intrazonal.

e) 1 mportancia de la adopción de normas técnicas comu­nes en el desarrollo de la producción y el comercio zona l. Posibilidades de acción empresarial.

t] Los acuerdos de comp lementación: su contribución a l proceso de integración.

4) Examen de las posibi lidades de aconsejar a los gobiernos de las Partes Contratantes la inclusión de productos del sector en listas nacionales y especiales. En el caso de que ya estuvieran incluidos, de las posibilidades de aconsejar concesiones adicionales.

5) Examen de las posibi li dades de celebrar acuerdos de complemetación .

6) Otros asuntos.

Nota: Se sugiere que los participantes presenten por escrito sus informaciones y observaciones sobre los problemas de inte­rés del sector mencionados en los item 2 y 3.

Sobre los temas del punto 3 la Secretaría distribuirá a los participantes trabajos informativos.

Se acuerda que "la Conferencia de las Partes Contratantes, en su Séptimo Período de Sesiones Ordinarias, solicitó del Comité una restructuración de las reuniones sectoria les de acuerdo con la experiencia recogida. Sugirió utilizar las asocia­ciones gremiales regionales ya reconocidas por el Comité para la realización de las reuniones de los sectores correspondientes, mientras la Asoc iac ión concentra sus esfuerzos en otros sectores. De este modo, las reuniones sectoria les de la ALALC, a partir del programa de reuniones para el ai1o 1968, están siendo

99 organizadas según los términos de la resolución 34 del Comité por la Secretaría de la ALALC o por las asoc iaciones gremiales regionales correspondientes. En ambos casos, la convocatoria es realizada por la Asociación y e l Com ité concidera los informes finales de cada una de las reuniones".

E 1 Programa-Calendario de reuniones sectoria les en 1970 es el siguiente:

Mes D/a Reuniones Lugar

Marzo 16 Tercera reurnon sectoria l de la industria de papel y ce lu losa Montevid eo

Abril

30 Sexta reunión sectorial de máqui­nas-herramientas Montevideo

6

13

20

Segunda reunión sectoria l de fabr i· cantes de m<'.tquinas para la indus­tria textil

Primera reunión sector ial de fabri­can tes de máquinas y aparatos para las industrias de papel y celu -

A determina1·

losa A determinar

Primera reurnon sectorial de fabri­cantes de máquinas y aparatos para la industria panadera, de pas­tas alimenticias, de confitería y afines. A determinar

Mayo 4 Sexta reunión sectoria l de las in­dustrias de refrigeración, aire acondicionado y aparatos eléctri­cos, mecánicos y térmicos de uso

4

11

doméstico . Montevid eo

Organizado por ALAINEE

Sexta reunión sectorial de la in­dustria electrónica y de comunica-ciones e léctricas Mont ev id eo

Organizada por ALAINEE

Sexta reunión sectorial de fabri­cantes de equipos de generación, trasmisión y distribución de elec-tricidad Montevid eo

Organizada por ALAINEE

11 Tercera reunión sectoria l de lám-paras y unidades de iluminación Montevid eo

Organizada por ALAINEE

19 Segunda reunión sectorial de fabri­cantes de instrumental, equipos y aparatos para profesionales de la medicina, veterinaria, odontología y afines Montevid eo

25 Segunda reun1on sectorial de la industria fotográfica Montevid e o

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100 informe mensual de la integración latinoamericana

Mes O(a Reuniones

Junio Séptima reunión sectorial de fabr i­cantes de frutas y legumbres

Organi zada por ALICA

8 Séptima reunión sector ial de la industria química

15 S épt ima reunión sectori a l de la industr ia químico-farmacéuti ca

22 Tercera reunión sector ial de la industri a de productos de tocador, jabonería y afinP.s

29 Quin ta reunión sectorial de las

Lugar

Caracas

Montev ideo

M on t ev id eo

M on tevideo

industrias del p lást ico Méx ico

Organi zada por ALIPLAST

Julio 6 Primera reunión sectorial de la industri a naval Montevideo

En relación con este programa, la Secretar ía Ejecut iva ha difundido un interesa nte documento (ALA LC/SECTOR IALES 1970/di 2, de 26 de diciembre de 1969 ) que reprod ucimos a continuación, casi íntegramente:

Importancia de las Reuniones Sectoriales y de su preparación a nivel nacional

Ya se ha dicho q ue "el sector emp resarial. .. es e l que conf iere contenido dinámico al marco jurídico elaborado por los go· biernos" de la ALALC, y que "el éxito de todo lo q ue los gobiernos realicen a través de la Asoc iació n y sus organ ismos dependerá, en últim a insta nci a, del grado de dinamismo y de efi · ciencia con que los sectores privados participen en e l proceso de integración puesto en marcha por el Tratado de Montevideo".

La reunión sectorial es el principal mecani smo por e l cua l los empresarios participan en ese proceso . A través de e ll a los distintos sectores empresarios e labora n sus sugerencias de des­gravación arancelaria con miras a la ampliación de su mercado, condición esencial para posibilitar inversiones que requ iera n mercados más amplios que los de cada pa ís y la expansió n de pro­ducciones sustitutivas de importaciones extrazona les, con mayor y más eficiente utilización de los factores di sponibl es en la Zo na.

Además, la reunión sectorial es e l foro adecuado para e l exa men d e otros proble mas comunes de cada rama indust rial en los pa íses de la ALALC, como los indicados en la agend a provi­sional que se distribuye con este documento, y sobre e ll os los e mpresarios formulan recomendaciones a los gobiernos, a la Asociación y sus órganos . Así, la acción de los empresa rios por ese medio constituye un importante aseso rami e nto a los gobier­nos y a la ALALC en la ejecución del Tratado de Montev ideo.

El programa de 1970

Se trata, por lo ge nera l, de sectores q ue han demostrado alto dinamismo en a promoción de nego ciaciones arance lar ias en e l marco de la ALALC y en e l d esarro ll o de l comerc io intrazona l, y que siguen interesados en avanzar en su labo r. Rev iste n espe-

cial impo rtancia las de l grupo de m áqu inas, de la s cua les dos se reúnen por prime ra vez. Los secto res d e bi enes de capita l son los que requi ere n, en la actu al etapa del d esarro ll o económ ico de la Zo na , mayores esfu erzos para la sust itu ción de importac io­nes ex trazo nales y la amp liación d e l mercado, así co mo para pos ib ili tar ex pansiones d e prod ucc ión en esca la que permi ta produc ir máq uin as y equipos qu e incorporen tecnologia moder­na. Entre las n uevas cabe destacar t ambi én la d e la industr ia de pape l y ce lulosa y la de la indust ria nava l. Sobre la primer-a se terminó en 1969 un estudio, rea lizad o dentrn del progra ma de coope rac ión B 1 O-A LA LC, en e l q ue se presentan d atos info rm a­tivos sobre la ca pacidad insta lada , produ cc ión, co mercio exte· rior, proyecciones d e la d ema nd a, etc ., ana lizándose las pos ibil i· dad es de desarro ll o d el sector en funció n d e la d emand a zona l. Sobre los sectores de máquinas para la industria tex til y d e la industria nava l se es tán rea lizando, dent ro d el mismo programa, estud ios cuyas versiones preliminares eventualmente podrán se r sometidas a las respect ivas sectoria les programa das para 1970.

La preparación de las reun iones

La bue na preparac ión de las reuniones, lo qu e determina sus fruto s, no termina con su convocatoria, Ol·ganización y coor·d i­nación por la Secretaría de la A LAL C. Con est o ape nas em· pieza . Lo pr inc ipal d e sus r·esu ltados depend e sobre todo de la labor que d esa rro ll en los empresa r·ios por intermedio d e sus gremios, sind icatos , cámaras o asociac io nes en las s igui e ntes ta· reas:

a ] orga n1 zac1on de las delegaciones de cada país para que tengan la mayor represe ntat ivid acl d e todo e l sector, sin lo cua l fa ltará e l apoyo necesario a la aceptación de sus sugerenc ias y recomeno ac iones por los gobiernos;

b] prepa ración de los de legados mediante reun iones previas para conoc imi ento de los meca ni smos de las negoc iacio­nes ara nce la ri as de la ALALC y la definición de posici o­nes y puntos d e vista comunes sobre los temas indicados en la agenda y otros qu e sea n '.:le su in terés p lantear ;

c] elaboración de proyectos de acuerdos ele comp leme n­tac ión, cuando sea d el caso;

d] preparación d e forma ciones , para cada sector y en cada país, sobre los aspectos eco nómi cos y comercial es men· cionado~ ~n el punto 2 d e la agenda prov isiona l que con est a nota se distr ibuye.

De la adecuada realizac ión de esas tareas depende rá e l grado de aceptac ión de las recomend aciones e mpresa ri a les por los gob iernos.

La Secretaría está a disposición d e los empresar ios y sus gremios para e l asesoram iento que neces iten en las tareas de la preparación, y so li c ita a los organismos empresa ri a les re lacion a­dos con las reuniones programadas que reproduzcan esta no ta y los docume ntos que la acompañan para todos sus asoc iados. Además de ta les documentos , la Secretar la t ambié n di st ribui rá otro con las in fo rmaciones sobre gravámenes y restr icciones que los pa ises ap li can a la importación de los productos de cada sector.

Informaciones estad/sticas

La Secreta ría est ima indi spensa ble in sistir en la · neces id ad d e l sumini st ro de in formac iones estadísticas por los part ic ip antes en las reuniones de empresarios, ya qu e las norma lmente pub li ca ­das por fuentes ofic iales son insuficientes pa ra un ad ec uado conocimi ento del sector a nivel zonal. No tod as las de legaciones

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comercio exterior

empresar ias suelen proporcionar las informaciones sugeridas por las agendas, sobre la situación d e l sector en su país y, en muchos casos, solicitad as por el mismo plenario de las sectoria­les. Sobre el asunto cabe recordar la séptima recomendación de la cuarta reunión de la Comisión Consultiva de Asuntos Empre­sariales ( 1969), en el sentido de que los gremios "atiendan prontamente las solicitudes de datos e informaciones necesarios para los trabajos de la ALALC" y que "los sindicatos, cámaras o asociaciones de empresarios organicen o mejoren sus servic ios de estadística para proporcionar informaciones sobre sus respec­tivos sectores".

Así, la Secretaría reitera la sol icitud de cooperación a los empresar.ios y sus gremios para que suministren informaciones sobre los productos de su sector, en planillas para las cuales sugerimos el siguiente modelo:

101 las empresas nacionales de sus países para estudiar las posibilida­des presentes y potenciales de energía y la interconexión de sus sistemas en la zona Mendoza-Santiago ; las negociaciones y acuerdos celebrados entre E NAP y Yacimientos Petrolífe ros Fiscales; las amplias posibilidades de mejoramiento de los cami­nos internacionales actuales, de mayor captación del tráfico aéreo y marítimo entre ambos países a través de sus respectivas empresas; de las obras para facilitar el turismo regional y mun­dial; los posibles estudios destinados a aprovechamientos hidráu­licos de interés común; y el desarrollo y protección de sus parques nacionales".

El punto 2 del documento trata de problemas laborales en relación con los trabajadores temporales que se desplazan al otro país. Se convino en establecer "a breve plazo una regl a­mentación adeéuada para la entrada y permanencia de aquellos

PAIS: AÑO: CANTIDAD EN: VALOR EN MILES DE DOLARES:

CAPACIDAD PRODUCCION EXPORTACION IMPORTACION

PROYECTOS DE INSTALADA EXPANSION

PRODUCTO

Cantidad Valor Cantidad Valor Cantidad

La relación bilateral Argentina-Chile y la coordinación latinoamericana

Dos elementos sobresalen netamente en el valioso documento suscrito por los presidentes de Argentina y Chile el 11 de enero último, al cabo de una visita de tres días que el primero hizo al segundo con motivo de la inauguración simbólica de la carretera Valparaíso-Mendoza. El primero, es la total ausencia de men­ción de la ALALC en el texto bilateral, circunstancia que no ha dejado de extrañar a más de un comentarista, si bien queda compensada con la reafirmación del ideal de la " integración latinoamericana". El segundo es la rotunda actitud de los dos países a favor de una reunión de CECLA destinada a fijar "una posición conjunta latinoamericana" en las relaciones con la Comunidad Económica Latinoamericana.

E 1 documento bilateral se estructura en ocho puntos, y de su contenido descuellan las siguientes decisiones:

En materia de integración física (punto 1 º· de la Declara­ción Conjunta) "con el objeto de coordinar e impulsar los pro­yectos actualmente en marcha y de iniciar otros ad icionales", se crea "una Comisión de 1 ntegración Física, dependiente de la Comisión Especial de Coordinación Chileno-Argentina". La Declaración agrega a este respecto: "Al examinar los diferentes programas de integración física entre ambos países actualmente en marcha o en estud io, los presidentes comprueban la existen­cia de un amplio potencial de realizaciones en el terreno de la vinculación física chileno-argentina y la conveniencia de apoyar­la mediante la modernización de los instrumentos administrati­vos existentes. Entre estos programas manifiestan su satisfacción por las conexiones vía satélite y los adelantos en la mutua coordinación alcanzados por ENTEL-Chile y ENTEL-Argentina; los acuerdos alcanzados po r ENDESA y Yacimientos Carbonífe­ros Fiscales y las conversaciones celebrad as por los dirigentes de

Fecha de Valor Cantidad Valor Cantidad Valor puesta

en marcha

trabajadores en el país vecino, y de un régimen que les asegure garantías laborales y previsionales acordes con los regímenes jurídicos imperantes en cada país. Al respecto, ambos gobiernos intercambiarán a la brevedad posible los proyectos para lograr los acuerdos correspondientes".

El punto 3 se refiere a las riquezas marltimas y en él, ante la perspectiva de una conferencia mundial sobre derecho del mar, ambos presidentes juzgan "oportuno y valioso el examen previo de este problema entre países latinoamericanos con miras a formular una tesis comun".

Sobre ciencia, cultura y tecnolog(a (punto 4) la Declaración contiene varios proyectos concretos, que enuncia como sigue : "Concuerdan los presidentes en la conveniencia de estrecha r aún más las relaciones culturales entre ambos países, mediante actos positivos y concretos que promuevan un permanente intercam­bio de catedráticos, científicos, educadores y técnicos. Coinci ­den, asimismo, en que se proceda a la brevedad por los organis­mos educacionales y culturales correspondientes a una revisi ón de los textos de enseñanza que destaque en forma constructiva un conocimiento mayor de la historia y realidad actual de sus propias naciones y de los países latinoamericanos en general. Para facilitar la consecución de los objetivos señalados instruyen a sus ministros de relaciones exteriores a fin de que aceleren las negociaciones que actualmente llevan a cabo para concertar un convenio cultural chileno-argentino".

En cuanto a relaciones comerciales (punto 5) el documento pone de relieve "el considerable incremento del intercambio comercial entre ambos países en los últimos años y la promiso­ria circunstancia de haberse alcanzado en 1969 la más alta cifra reg istrada hasta la fecha, con una creciente tendencia haci a P. I equilibrio de la balanza comercial y la incorporación de produ c­tos manufacturados y semimanufacturados tales como e l inter -

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102 informe mensual de la integración la tinoa me ricana

cambio de partes y piezas de la industria automovi 1 ística y las 1·eci entes adquisiciones de equipo ferroviario y de moneda para acuñar . Esa evolución es una buena medida fruto de la actividad desarrollada por la Comisión Especia l de Coordinación y de la acción de promoción que encaran ambos gobiernos, aprovechan· do las oportunidades que ofrecen sus respectivas economías. El lo impone la necesidad de 1 levar a cabo los mayores esfuerzos para consolidar dichos logros y crear las condiciones que permi­tan intensificar las tendencias señaladas . Estas posibilidades se verán favorecidas por la concesión recíproca de zonas francas en puertos de ambos océanos, que los gobiernos de los dos países procederán a concederse previo estudio de su establecimiento y ubicación".

El punto 6 atañe a América Latina y la Comunidad Econó· mica Europea. Dicen los presidentes que "la experiencia adquiri­da por ambos países en su trato bilateral con la Comunidad Económica Europea, las conversaciones celebradas recientemen­te por el Gobierno de Chile con los gobiernos europeos y las autoridades de la Comunidad, el acuerdo de su Consejo de Mi­nistros y el documento argentino sobre relaciones con la Comu­nidad Económica Europea, servirán de valiosos antecedentes para acordar dentro del ámbito de la CECLA una posición con­junta latinoamericana en la materia y alcanzar acuerdos que defiendan nuestros intereses y faciliten las negoc iaciones bi late­rales de países o grupos de países latinoamericanos con la Comunidad Económica Europea".

Después de referirse a la crisis de la cooperación internacio­nal (punto 7) , la Declaración Conjunta hace profesión de fe en "un sano nacionalismo continental", y sostiene el idea l de la integración latinoamericana. Según los dos presidentes, la "presencia latinoamericana se hace posible a través de una de­finición y de una formulación de los intereses cont inentales trente a otras áreas geográficas y de l establecimiento de méto­dos de consu lta permanentes que permitan proyectar una voz unitaria basada en planteamientos comunes".

MERCADO COMUN CENTROAMERICANO

Subsiste la crisis semiparalizadora

No obstante los acuerdos alcanzados por los ministros de re la­ciones exteriores de los cinco países de l Mercado Común Cen­troamericano en Managua los primeros días de d ic iembre de 1969 (ver la Sección Latinoamericana de enero ú ltimo) y de l com ienzo prometedor de dos de las acciones convenidas, · 1a situación centroamericana sigue en cris is. E 1 motivo reside en nuevos inc identes fronterizos entre E 1 Salvador y Honduras, ocurridos a fines de enero.

Conforme a lo acordado por los canci ll eres, el Gr upo Bi late­ral de Trabajo, integrado por representantes de los dos países en conflicto, y presidido por un moderador -el doctor Mora, ex secretario de la ·oEA- celebró una primera reunión en San José de Costa Rica en enero y resolvió deliberar otra vez el 23 de febrero; por su parte, también de conformidad con lo resue lto en Managua por los cancilleres, los ministros de Economía de los Cinco se reunieron a su vez en Managua, e l 9 de enero. Después de analizar el estado de l proceso de integración econó­mica y la marcha del mercado común, los ministros de Eco­nomía reso lvieron que cada uno de los cinco gobiernos "prepare sus propios planteamientos, puntos de vista y propuestas sobre e l modus operandi que, a su juicio, deberá establecerse de

modo transitorio para lograr el más adecuado funcionamiento del Mercado Común, mientras se superan las condiciones anor­males que hoy lo afectan y se avanza de modo efectivo en el proceso de su reestructuración".

Ta les posic iones de los gou1ernos serían conoc idas y ana liza­das en una nueva reunión de ministros de Economía que se efectuaría en Managua, en febrero; de lograrse un entendimien­to, los ministros se constituirían en Consejo Económico para aprobar fina lmente el modus operandi.

En estas condiciones, el Ministro hondureño de Economía dec laró oficialmente el 11 de febrero que "Honduras se retira de toda reunión centroamericana en donde se anunc ie la rees­tructuración del ._ Mercado Común Centroamericano , mientras E 1 Salvador continúe su campaña de provocaciones y ataques a pob lados fronterizos de Honduras" . Agregó que su Gobierno había notificado a los ministros de Economía de los otros países centroamericanos que no participaría en la nueva reu­nión programada en Managua.

El comercio intracentroamericano en el primer semestre de 1969

Cifras publicadas por la S IECA (Carta Informativa núm. 9~, de enero del presente año) indican que en el primer semestre del año pasado -el período anterior al conflicto bé lico entre El Salvador y Honduras- el comerc io intrazonal, medido por las importaciones, ascendió a 127 mil lones de pesos centroamer ica­nos (e l peso ca es una moneda de cuenta equivalente a un dólar)' lo que signif ica un aumento de 12.4% respecto a la cifra correspondiente de 1968.

Como la media obtenida en una serie de siete años ( 1962-1968) ind ica que en Centroamérica e l comercio del primer semestre representa alrededor de l 42.4% del comercio intrazona l en el año, de no haber surgido la crisis semipara l izante sa lvado­reño-hondureña cabría esperar en todo 1969 un vo lumen de importaciones intracentroamericanas de unos 300 m il Iones de pesos ca; en rea li dad, las est imaciones hechas por la S IECA dan para e l añ·o pasado un comerc io intrazonal, med ido por las importaciones, de unos 267 mi ll ones de pesos ca, cifra poco mayor que la de 1968 (259.2 m il lones).

Valor de las Importaciones /ntracentroamericanas en el semestre enero-junio 7962-7969 (miles de pesos centroamericanos)

Centro- El Costa américa Guatemala Salvador Honduras Nicaragua Rica

1969 127 042 25 217+ 33 911 25 954 19 512 22 448

1968ª 113 041 14 568 31 430 23 661 21 359 22 023

1967 92 075 15 919 25 559 17 771 b 17 926 14 900

1966 72 478 14 025 24 507 14 555b 12 069 7 312

1965 64 227 16 425 20 683 11 305 9 786 6 029

1964 43 896 9 179 18 060 7 620 5 498 3 539

1963 27 089 4 071 13 081 6 063b 2 445 1 429

1962 21 592 5 212 6 919 7 227 1 443 791

a Cifras provisiona les b Cifras revisadas. + Cifras estimadas con base a las exportaciones de los otros países. Fuente: SIECA, Carta Informativa, núm. 99, Guatemala, enero de 1970.

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Mercados, desarrollo y política económica: Perspectivas de la economía de México DAVID IBARRA

l. INTRODUCCION

Intentar la caracterización de las circunstancias que habrán de predominar a fines de la próxima década en los mercados que integran la economía nacional es una tarea que puede conside­rarse ambiciosa, aparte de ser también ambigua, porque a partir de ese marco de referencia cabe la posibilidad de incorporar o de excluir, a voluntad, cualquier tema económico relacionado con la evolución previsible de la sociedad mexicana.

Nuestras preferencias, y la necesidad de mantener dentro de 1 ímites razonables el trabajo de investigación, nos decidieron en definitiva por los criterios que se expresan a continuación . En primer término, examinar exclusivamente el funcionamiento de "mercados agregados" -esto es, las relaciones globales de oferta y demanda-, dentro de los que se distinguen el de mercancías, el de factores y el sector externo. En segundo lugar, más que adoptar una posición apologética -por justificada que estu-

Nota: Este texto es una versión resumida · del trabajo del autor que, con el mismo título, aparece en el libro El perfil de México en 1980, t . 1, Siglo XXI Editores, S. A., México, 1970. Dado que el resumen pre­tende presentar con brevedad las conclusiones básicas del ensayo, se redujo al máximo el examen de la experiencia mexicana de desarrollo (que ocupa los capítulos 1 a IV del trabajo original). se incluyó íntegro el capítulo V, "El mercado externo" ; del capítulo VI, "Proyecciones para 1980", se recogieron únicamente los resultados, y se conservó la mayor parte del capítulo VI 1, "Señalamientos de política económica" . Además, se dejaron fuera las consideraciones metodológicas, el apéndice del trabajo original y la mayor parte del material estadístico del mismo.

viera- poner de relieve ciertas presiones que pueden dar lugar a la aparición de desajustes de cierta gravedad para el desarrollo. Para la estimación de las tendencias dominantes hasta 1980, se ha preferido utilizar un modelo econométrico simple, pero que asegura un mínimo de rigor tanto en el análisis de las interrela­ciones macroeconómicas como en el de las repercusiones que pueden derivarse de sostener o de alterar los términos de la poi ítica económica. Por último, como conclusión del análisis, se presentan algunas sugerencias de poi ítica económica.

El propósito principal del trabajo que aquí se resume es el de precisar si los factores determinantes del comportamiento de la economía nacional habrán de conducir durante la próxima década a lograr una tasa sostenida de crecimiento y al equilibrio dinámico en los mercados antes aludidos para, en el caso de advertir obstáculos susceptibles de limitar o poner en peligro la continuidad del desarrollo, explorar la naturaleza de los factores que pueden originarlos y los cambios en la política económica capaces de neutralizarlos.

De acuerdo con un primer grupo de hipótesis, se parte de que habrá de sostenerse tanto el ritmo histórico de crecimiento de la economía (6.2 por ciento anual) como la continuidad de las tendencias, en materia de cambio tecnológico y distribución del ingreso, y de las orientaciones fundamentales de la poi ítica económica, entre otras variables. De conformidad con lo ante­rior, la interrogante central se dirige a precisar el comportamien­to de agregados como el consumo, la inversión, las importa­ciones y el empleo, y a examinar correlativamente los prc/t:>le-

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104 mas de desequilibrio que pudieran presentarse en los mercados de mercancías y fact?res.

Un segundo enfoque da por supuesta la fija ción de un obje­tivo hipotético de empleo que consiste en estipular la absorción plena del crecimiento de la mano de obra. Dicho de otra forma, se intentan estudiar las repercusiones a que podría dar lugar la adopción de una política dirigida a subsanar parcialmente dese­quilibrios tradicionales en el mercado de trabajo, pero con el deliberado propósito de mantenerse dentro de la más estricta realidad, y que no introducen en la política económica más cambios que los estrictamente indispensables oara lograr el objetivo propuesto.

La experiencia de México puede ser ejemplo de la índole y la persistencia de las fallas estructurales del mercado de trabajo, puesto que a pesar de haberse logrado impulsar en el país un proceso acelerado de desarrollo durante más de tres décadas, ha sido imposible absorber los grupos de trabajadores subemplea­dos y es muy probable, como se verá más adelante, que el pro­blema tienda a agudizarse en el futuro próximo.

La política de empleo no se debe circunscribir, por lo tanto, al cumplimiento de objetivos de justicia social; influye sustanti­vamente en la determinación del tamaño y en la estructura de la demanda efectiva, e indirectamente en la generación de aho­rros y en la creación de estímulos diferenciales para la produc­ción y las inversiones.

Por otra parte, si bien se justifica, durante los períodos iniciales del desarrollo en un país, la compresión de los niveles del consumo popular y una distribución poco equitativa del producto, la prolongación innecesaria de esa situación desem­boca en el surgimiento de serias tensiones sociales y crea obstáculos adicionales al proceso de desarrollo mismo.

En síntesis, se tiende en el trabajo que aquí se resume a determinar las repercusiones de mantener la tasa histórica de crecimiento del producto y, alternativamente, de perseguir un objetivo de empleo relacionado con la evolución de los mer­cados de mercancías, de trabajo y de divisas. También se exami­nan posibles causas de desequilibrios probables, y se estudian los elementos de una nueva estrategia de desarrollo que no agrave los problemas a que da lugar el cambio económico.

11. ANTECEDENTES: 1939-1967

1. El mercado de mercandas y servicios

El desarrollo económico de México presenta avances espectacu­lares desde la década de los años treinta. El producto, la oferta y la demanda globales observan ritmos muy elevados de creci­miento que fluctúan, en promedio, alrededor del 6 por cie.nto anual. E 1 capital reproducible crece a una tasa ligeramente me­nor, mientras ocurren cambios de importancia en la estructura sectorial de la producción. Las manufacturas y otros segmentos de la actividad económica comienzan a adquirir importancia mientras la agricultura y otros sectores poco dinámicos disminu­yen su participación rel ativa en el ingreso.

Así, de una demanda integrada por 19.3 mi !Iones de habi­tantes con un ingreso que apenas llega a 1 171 pesos de 1950 per capita (1939), se consigue formar un mercado cercano a 50 millones de personas con poco más de 2 500 pesos per capita, merced a una amplia gama de transformaciones estructurales. La reforma agraria, la creación del capital social básico, la consoli­dación de las primeras fases de la industrialización, la formación de cuadros técnicos y empresariales, así como la de un sistema

perspectivas económicas de. méxico

financiero mo derno, constituyen otros tantos ejemplos de lo que se dese a subrayar.

Los cambios aludidos, y los efectos del propio ensancha­miento del aparato productivo, alteran en diversos aspectos sus­tantivos el funcionamiento de la economía y provocan tensiones de distinta inte nsidad en los mercados de mercancías y servi­cios. Aparecen, de esa manera, dislocaciones de amplitud varia­ble entre los ritmos de crecimient o y la composición de la oferta y la demanda, cuya forma más ostensible de manifestarse es la aparición de presiones inflacionarias y la modificación de la distribución y el uso del ingreso.

La aparición de procesos inflacionarios es una experiencia común a las economías de nuestro tiempo, 1 que pone de mani­fiesto la existencia de desajustes dinámicos de las disponibili­dades reales de recursos con respecto al poder de compra creado, lo mismo que la influencia de los mecanismos de de­fensa de los grupos afectados o la propagación de tendencias inflacionarias externas a través del comercio internacional.

El caso de México presenta muchas particularidades dentro de la experiencia general de los países latinoamericanos; del análisis de esas particularidades pueden derivarse enselianzas sobre aspectos importantes del desarrollo nacional. 2 La econo­mía mexicana, en efecto, a pesar de la magnitud de las transfor­maciones experimentadas, ha registrado tasas comparativamente moderadas de elevación de precios; es más, desde mediados de la década anterior, se han logrado simultáneamente ritmos eleva­dos de desarrollo y una marcada disminución de las presiones inflacionarias. En el período 1939-1955, por ejemplo, dentro de fluctuaciones más o menos marcadas, el aumento anual prome­dio del nivel de precios se mantuvo entre el 1 O y el 11 por ciento anual ; en cambio, entre 1955 y 1966, la media de la expansión inflacionaria se reduce anualmente alrededor del 4 por ciento.

Dentro del proceso dinámico de. ajuste de la oferta y de la demanda, en los mercados nacionales sobresalen varios elemen­tos significativos. Del lado de la producción se efectúan nota­bles esfuerzos para facilitar o ensanchar la capacidad productiva, elevar la elasticidad-ingreso de la oferta -particularmente de los productos agrícolas e industriales de uso popular- y para susti ­tuir importaciones, sobre todo de manufacturas ligeras de con­sumo. Del lado de la demanda influyen, entre otras cosas, el comportamiento de la distribución del ingreso, el aumento de los niveles del mismo, y la urbanización. También destacan los efeotos de la poli'tica económica -especialmente la monetaria y financiera - así como otras variables relacionadas, por ejemplo, con la organización y el poder relativo de las agrupaciones de trabajadores.

La evolución que experimenta la oferta de artículos de con­sumo popular, la distribución actual del ingreso, los enfoques dominantes de poi ítica monetaria y finanr-iP.ra, y algunos otros

1 Véanse T. Wilson, lnflation, Basil Blackwell, Oxford, 1961, y H. Malvé, "Metodología del análisis estructural de la inflación", El Trimestre Económico, México, julio-septiembre de 1968.

2 · L. Solís, "Inflación, estabilidad y desarrollo: El caso de México", El Trimestre Económico, julio-septiembre de 1968; CEPAL, La inflación en México , documento mimeografiado, México, 1961; N. S. Siegel, In­flación y desarrollo. Las experiencÍtls de México, CEMLA, México, 1960; Nacional Financiera, S. A., El desarro llo económico de M,éxico y su capa­cidad para absorber capital del exterior, México, 1953; D. López Rosado y J. Noyola, "Los salarios reales en Méx ico", El Trimestre Económico, enero-marzo de 1951; R. Ortiz Mena, "Monetary problems in Mexico", Journal of Política/ Economy, junio de 1955; W. J . Sedwitz, "Mexico's 1954 devaluation in retrospect", lnter-A merican Economic Affairs, julio-

_septiembre de 1956. ·

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comercio exterior

factores, impiden ant1c1par cambios radicales en el comporta­miento de los precios durante la próxima década.

De mantenerse las tendencias observadas será mu y probable que las principales fuentes inflacionarias se manifiesten del lado de los costos. En primer término, por la repercusión de las ele­vaciones de precios en ios mercados mundiales a través de las importaciones. Reajustes de costos pueden surgir también en la medida en que la sustitución de importaciones se lleve a nuevos rubros de producción de bienes intermedios y de capital, en condiciones de inferioridad técnica o de mercado. Asimismo, es posible que las tensiones social es conduzcan a efectuar algunas concesiones en materi a de salarios, prestaciones y transferencias a los trabajadores.

No deben descartarse del todo, sin embargo, factores causa­les corno la posibilidad de que los desajustes en las finanzas públicas conduzcan de nuevo a los esquemas de financiamiento inflacionario o a la reestructuración de las disposiciones tribu­tarias.3 En el primer caso, se generarían presiones inflacionar ias ininterrumpidas y de difícil compensación, y en el segundo, se provocaría un solo reajuste que habría de absorberse en corto plazo. 4 La intensificación de los desequilibrios en la balanza de pagos obligaría, acaso, a establecer además restricciones especia­les a la importación o incluso conducir a una devaluación mone­ta ria que repercutiría necesariamente en los niveles de precios y sobre todo en los mecanismos financieros de captación del aho­rro nacional.

2. El mercado de trabajo

En el período 1939-66, la población se elevó a razón del 3.1 por ciento anual, y la oferta de trabajo a razón del 3.3 por ciento. Las definiciones censales y las estadísticas continuas se­ñalan que la población económicamente activa se incrementó a ritmos similares (3.3%). A lo largo de casi tres décadas parece haberse logrado mantener, pues, cierto equilibrio en el mercado de trabajo.

Sin embargo, en los métodos de estimación de la demanda de mano de obra no se distingue entre ocupados y subocu­pados, exagerándose la capacidad real del sistema para generar nuevas fuentes de empleo. Cabe por lo tanto tratar de profun-· dizar en el problema aunque ello se haga a base de informacio­nes fragmentaria s y de aprec iaciones de carácter cualitativo.

La aceleración del desarrollo económico ha ensanchado ampliamente, sin duda, las oportunidades de empleo y ha pro­vocado el ascenso de grupos importantes de trabajadores hacia ocupaciones de mayor productividad. Pero no es tan claro que ese proceso haya sido suficiente para reducir la subocupación, ni que garantice para el futuro la absorción de los nuevos con­tingentes de mano de obra que vayan surgiendo.

Por el contrario, la mayor parte de los indicadores parciales parecen apuntar hacia cierto recrudecimiento de los desajustes

3 El crecimiento del endeudami ento público difícilmente podría solucionar a largo plazo las ex igencias de aumento de las erogacion es del sector. Aparte de que la contratación de préstamos externos se tornaría cada vez más difícil, el crédito interno no inflacionario también se mueve dentro de límites más o menos estrechos. Obsérvese, además, que la expansión espectacular de los bancos e inte rmed iarios financieros - atri­buible en buena medida a un cambio de los hábitos de los ahorradores­tendrá que ajustarse a condiciones más normales de crecimiento en el futuro próximo.

4 La magnitud del reajuste, abstracción hecha de sus efectos secun­darios, dependerá de la estructura impositiva que se elija y de la capa­cidad de los causantes de trasladar el incremento de la carga tributaria.

105 del mercado de trabajo. Entre 1930 y 1960, la agricultura absorbió poco más del 40 por ciento del incremento del "em­pleo estadístico"; los servicios, el 34 por ciento y el sector se­cundario, el 25 por ciento restan te. Esas cifras revelan clara­mente el escaso dinamismo de la industria y su incapacidad de crecer con la rapidez que exige el incremento demográfico y de absorber mayores contingentes de mano de obra. Por otro lado, la elevada participación del sector terciario contrasta marcada­mente con el grado de desarrollo del país y debe obedecer primordialmente a la proliferación de intermediarios y de otras formas de desempleo disfrazado. También llama la atención el hecho de que la agricultura haya aportado más de las dos quin­tas partes de los nuevos empleos, cuando es notorio el aumente del número de campesinos que no tiene acceso a la propiedad de la tierra. 5

Otra manera de apreciar el mismo fenómeno consiste en analizar el comportamiento de las tasas de crecimiento del pro­ducto por trabajador en los distintos sectores de la actividad económica. Se observa sobre este particular una estrecha rela­ción entre las tasas descendentes, o los ritmos inferiores de ex­pansión, y los sectores donde con mayor probabilidad se ha acumulado la mano de obra excedente (agricultura, construc­ción, gobierno y servicios). Aunque cabe la posibilidad de que dicho fenómeno obedezca a factores causales distintos, el hecho mismo lleva a suponer la existencia de desajustes significativos entre la oferta y la demanda de mano de obra, porque de no ser así, de existir mayores oportunidades de empleo, resultaría inexplicable que más del 60 por ciento de la población econó­micamente activa haya percibido en 1960 remuneraciones igua­les o menores al salario mínimo.

Mayor evidencia estadística del deterioro de la situación del empleo presenta el caso de la agricultura. E 1 Centro de 1 nvesti­gaci ones Agrarias señala qué lll tasa de subempleo6 en los pre­dios menores y en los predios ejidales alcanza niveles del 86 y el 25 por ciento, respectivamente, y estima en 3.5 millones el número de jornaleros agrícolas que , en promedio, han visto reducirse de 194 a 100 sus dí as efectivos de trabajo anual en el período 1950-60.7

Las circunstancias que rodean al problema del empleo rural son de una gravedad sin paliativo. Se trata de tendencias bien establecidas, surgidas hace mucho tiempo y cuyos efectos no han llegado a contrarrestarse por la poi ítica en boga . Influye, por una parte, la aceleración del crecimiento demográfico y, por otra, la mecanización relativamente intensa de la agricultura.

Por otro lado, el conjunto de la economía ha sido incapaz de generar e l número suficiente de empleos para aliviar la pre­sión demográfica que experimentan las áreas rurales. A pesar de que la industria y otros sectores secundarios han crecido a tasas elevadas, su contribución a la absorción de la mano de. obra ha sido sen si ble mente menor; en la agricultura, la producción, y en consecuencia la demanda de mano de obra, se ha visto por su parte restringida por problemas de insuficiencia de la demanda interna y ext e rna.

5 El Centro de Investigaciones Agrarias ha estimado que el número de campesinos con derechos insatisfechos a dotación de tierras fluctúa entre 2.5 y 3.5 millones de personas, todas las cuales se emplean parte del año como jornaleros o en trabajos de temporada. Es evidente que ser fa prácticamente imposible beneficiar a toda la población rural, inclu­so llevando a su punto máx imo el re parto agrario.

6 La tasa de subempleo se define como la relación entre los días­hombre/año de trabajo efectivo y una cifra "normal" de 250 jornadas anuales. Véase Salomón Eckstein, El marco macroeconómico del proble· ma agrario mexicano, Centro de 1 nvestigaciones Agrarias, México, 1968.

7 Eckstein, ibid., p. 200.

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106 Todo indi ca, en conclusión, que el subempleo de la mano

de obra se ha agravado en las últimas décadas y que las tenden­cias para el futuro inmediato anuncian un deterioro de la situa­ción deb ido al ace leramiento de la expansión demográfica y al comienzo de un a fase de desarrollo que exige, ante todo, la tec­nifif'.a ción y el fomento de industrias de alta densidad de capi­tal. Se ha logrado, por consiguiente, mejorar y diversificar la producción, elevar en promedio los niveles de vida de la pobla­ción, pero a costa de un aumento de las presiones sobre el mer­cado de trabajo y de una distribución muy desigual de los be neficios del desarrollo.

3. El mercado externo

El desequilibrio estructural del sector externo constituye un fenómeno que, con distinta intensidad, ha influido en la eco­nomía desde que se consolidaron las vinculaciones con los mer­cad os mundiales y se inició la construcción del México moderno.8

Las raíces de ese desajuste pueden encontrarse fácilmente en 1 a composición del comercio exterior y de la producción interna, consecuencia, a su vez, de fenómenos muy complejos que no es del caso examinar detalladamente aquí. Sea cual fuere la razón, el hecho es que el país se ha especializado en la exportac ión de productos de demanda inelástica y que la oferta industrial interna se ha integrado preponderantemente a base de artícul os de características similares. Por añadidura, no parece haberse concedido la suficiente atención, en términos generales, a los aspectos de costos y de precios, restringiéndose por ese motivo las exportaciones de algunas mercancías y, sobre todo, las posibilidades de diversificar el comercio exterior por la vía de la colocación de productos manufacturados. En suma, mien­tras los ingresos obtenidos por, las exportaciones se han ido elevando con relativa lentitud, las exigencias de bienes impor­tados lo han hecho a velocidad sensiblemente superior.

Var ios factores han pospuesto o compensado, por fortuna, los efectos de esas fallas fundamentales del comercio exterior. El primero lo constituye la política de sustitución de impor­taciones que comenzó a fomentarse decididamente desde los com ienzos de la década de los treinta y recibió el impulso decisivo de la gran crisis de esa época, y de la segunda guerra mundial después. Aunque el proceso sustitutivo se concentra en las manufacturas ligeras de consumo sólo se alcanza una efi­ciencia técnica reducida que exige barreras elevadas y permanen­tes de protección; pero durante poco más de dos . décadas se produce un apreciable alivio en las tensiones sobre la balanza de pagos.

Otro factor que compensa en parte la insuficiencia dinámica de las 'exportaciones de mercaderías es el impacto favorable proporcionado por el aumento de algunos rubros de la cuenta de servicios, y particularmente del turismo. Las importaciones de mercancías, como porcentaje de las exportaciones de bienes, pasan del 54 a l 157 por ciento en el período de 1939 a 1967 pero el turismo asciende con mayor rapidez hasta representar, en su último año, más del 40 por cierito de los ingresos en cuenta corriente.

El proceso sustitutivo de importaciones, además de tener signifi cac ión en cuanto a las relacione·s económicas interna-

8 Ya entre 1895 y 191 O, el aumento del valor corriente c:M! las im­portaciones de mercancías (11 .5 por ciento anual) había rebasado amp liame nte al de las ventas de bienes al exterior 16.8 por ciento).

perspectivas económicas de méxico

ciona les, de fine la estrategia de crecimiento que domina el panorama nacional desde los años treinta. Du ra nte este lapso, merced al esfuerzo de crecimiento hacia adentro, de ser el país una eco nomía típica de exportación se transforma en otra que goza de cierto grado de autonomía con respecto a las fluctua­ciones de la demanda de los mercados mundiales. Se altera de esa manera la relación funcional entre comercio exterior y desarrollo, y en vez de una de pe ndenci a directa -a través del mecanismo del multiplicador, los ingresos públicos y el proceso ahorro inversi ón- se coloca el país en una situación de depen­dencia funci onalmente directa (en la medida en que el ajuste de la balanza de pagos impone un limite superior a la elevación del producto)9. Gracias al proceso descrito, la economía mex icana pudo eludir temporalmente los efectos depresivos del estran­gulamiento ext~mo e iniciar una etapa de avance económico y de industriali zación.

La poi ítica que se puso en práctica sólo atacó uní lateral­mente -a través de la compresión y sustitución de las impor­taciones- sin embargo, los desajustes del mercado de divisas. Poco o nada se hizo para ensanchar y diversificar la estructura de las ventas al exterior. En tales circunstancias, al aprovecharse gradualmente las posibilidades más inmediatas de desplaza­miento de las importaciones y tropezar la producción de nuevos art ículos con obstáculos de mercado, tecnológicos y de otro género, los efectos dinámicos de la sustitución comienzan a perder fuerza mientras surgen varios factores de ineflexibilidad en la balanza de pagos al concentrarse las compras en bienes esenciales para el desarrollo, productos intermedios o de capital

El resultado neto de esas presiones se ha manifestado recien­temente en un deterioro cada vez mayor de la posición de balanzé: de pagos, que vuelve a constituirse en uno de los obstáculos principales para la continuidad del proceso de desa­rrollo. Ya durante la década de los años cincuenta las impor­taciones comenzaron a crecer (8 por ciento) con rapidez superior a las exportaciones (5.2 por ciento), situación que se mantiene en la década actual, con todo y la mejora de la demanda externa y el aumento del turism0.

Los sa ldos en cuenta corriente revelan tendencias claramente ascendentes, dentro de fluctuaciones más o menos amplias. Así, mientras en 1939 se registró un saldo positivo de 22.8 millones de dólares, en el último quinquenio los déficit han alcanzado cifras que oscilan entre los 300 y los 600 millones de dólares anuales.

Debe advertirse, además, que los desajustes en la balanza de pagos resultan más graves que en el pasado puesto que tienen lugar cuando se han reducido notablemente los márgenes de compresión de las importaciones. Las compras de bienes de consumo, que en 1939 y 1950 representaban el 25 y el 19 por ciento respectivamente de las adquisiciones totales de merca­derías, habían descendido en 1967 a entre el 1 O y el 12 por ciento, lo cual significa que reducir a corto plazo los gastos con el exterior equivaldría a sac rificar en buena medida la impor­tación de bienes que son esenciales para la producción corriente o para la formación de capital cuya sustitución no ha sido suficientemente dinámica.1 O Lo anotado exp li ca que en años

9 Véanse M. L. So l ís, "Hacia un análisis ge neral a largo plazo del desarrollo económico de México", Demografia y Economía, vol. 1, nú m. 1, 1967; y CEPAL, El desequilibrio externo en el desarro llo de América Latina. El caso de México (E/CN.1 2/428 y Add. 1), México, 1957.

1 O Existen, desde luego, posibilidades importantes de reducir eroga­ciones superfluas -en materia de bienes de consumo y de gastos de turistas nac ionales en el exterior, por ejemplo- que podrían servir de válvula de escape en el corto plazo pero no resolverían los problemas de fondo.

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comercio exf erior

recientes haya habido necesidad de recurrir a l crédito externo, ante los inconveni e ntes de eliminar compras imprescindibles para el desarrollo económico.

El endeudamiento, sobre todo del sector gubernamental, comenzó a elevarse con relativa ce leridad desde el final de la década anterior. La deuda pública con el exterior, que se había mantenido desde los años cuarenta a niveles moderados, parece haber entrado en una fase de rápido crecimiento. En 1951 asce ndía a poco más de 500 millones de dólares, 11 incluyendo las reclamaciones derivadas de la reforma agraria y de la expro­piación petrolera, y la consolidación de empréstitos adquiridos en el siglo anterior. Cálculos aproximados señal-an t¡ue, en 1959, su monto había ascendido a cerca de 650 millones de dólares para subir después rápidamente hasta nive les que fluctuaban alrededor de lo s 2 500 millones, en 1968.

Durante algunos años se pudo atenuar el impacto directo del estrangulamiento del sector externo a través del crédito; ex pediente que se ha convertido en la actualidad en un meca­nismo amplificador de los desajustes de la balanza de pagos. Los intereses y la amortización de los créditos han pasado del 6.8 al 25.3 por ciento de los ingresos en cuenta corriente entre 1950 y 1967 .

El mercado de divisas, en definitiva, presenta desequilibrios relativamente considerables para cuya eliminación no parecen exist ir programas de largo plazo.1 2 Del lado de las exporta­ciones, el único rubro importante de alto dinamismo es el turismo, pero resulta insuficiente por sí solo para atender las exigencias de crecimiento de los bienes importados; del lado del crédito externo, la eficacia que tuvo como mecanismo de ajuste se ha ido perdiendo al crecer los servicios de la deuda más de prisa que los ingresos e n cuenta corriente.

111 . PROYECCIONES PARA 1980

Los supuestos principales en que se apoyan los cálculos y las estimaciones son los siguientes: En una primera alternativa se ha admitido que el producto crecerla hasta 1980 al ritmo histórico que I ~ ha caracterizado en la última década (6 .2 por ciento) y no se han postulado alteraciones en las orientaciones domi­nantes de la poi ltica económica ni en la pauta de crec1 miento de la economía. En una segunda se fija como objetivo la absorción plena del crecimiento de la población económica­mente activa. Pero, salvo para los cambios que implica el .logro de ese objetivo, tampoco se postulan modificaciones fundamen­tales en el funcionamiento del sistema económico. En los dos casos se adoptan tasas de crecimiento del 3.4, 4.5 y 7.0· por ciento de la oferta de trabajo y los ingresos procedentes de las exportaciones de mercaderías y del turismo que correspond.en a proyecciones elaboradas con anterioridad.13

11 Véase, Nacional Financiera, S. A., El desarrollo económico de México y su capacidad para absorber capital del exterior, op. cit., p. 457 .

12 Los nuevos proyectos que merecen ser destacados son los rela­tivos al desarrollo de algunas zonas turísticas (Jalisco y Yucatán) así como la explotación de pulpa y papel.

13 Véanse S. Morelos, México, proyección de la oferta y demanda de la mano de obra, CELADE, doc. mimeografiado, 1967; O.M. Chavira, Proyecciones demográficas de la República Mexicana, SIC, México, 1966; R. Benltez y A. C. Cabrera, Proyecciones de la población en México, 1960- 1980, Banco de México, S. A., 1966; Banco de México, S. A., Proyección de las expor( aciones de mercandas, doc. mimeografiado, 1965; secre tari'as de Agricultura y Ganadería y Hacienda y Crédito Público, y Banco de Méx ico, S. A., Proyecciones de la oferta y demanda de produc­tos agropecuarios, Méx ico, 1965; y Secretaría de la Presidencia, Asesoria económica. Un modelo de po!/tica económica para México, op. cit., pp. 21 SS.

107 1. E I mercado de mercancfas y servicios

La oferta global de mercanclas y servicios se elevarla cerca del 85 por ciento entre 1970 y 197 5 en la primera alternativa y en poco más del 11 O por ciento en la segunda (véase el cuadro 1 ); la demanda global se expandiría a ritmos comparables, exclu ­sión hecha de posibles variaciones en la relación del inter­cambio. Estos cálculos significarían que el mercado de bienes finales habrla de duplicarse prácticamente en el transcurso de la próxima década y que las transacciones intermedias habrlan de incrementarse en magnitud mayor todavla.

Las diferencias entre una y otra proyección obedecen al diverso esfuerzo de crecimiento que demandarla en uno y otro caso la consec,ución deliberada del equilibrio en el mercado de trabajo, propósito que se pone más claramente de manifiesto al analizar el comportamiento de los componentes de la demanda global.

En la segunda alternativa, en vez de elevarse el producto a la tasa histórica (6.2 por ciento) crecerla a un ritmo medio del 8 por ciento anual. El ingreso por habitante serla de 3 444 y de 4 098 pesos de 1950, en cada una de las hipótesis planteadas.

La obtención de esos impulsos para el desarrollo nacional dan por supuesta cierta intensificación en el proceso de forma­ción de capital. En la hipótesis más conservadora la inversión se expandiría a razón del 7.2 por ciento; en la más optimista, a razón del 10.4 por ciento anual. Dicho en otros términos, el coeficiente de inversión se elevaría del nivel actual del 19 o 20 por ciento al 22.8 y al 26 por ciento, en uno y otro caso. Tal serla el resultado de las exigencias tecnológicas planteadas en el comienzo de una fase de desarrollo económico que tendrla que basarse en el fomento comparativamente más intenso de acti­vidades de mayor densidad de capital, sobre todo en el sector manufacturero.

CUADRO 1

México : proyección de la oferta y demanda-globales, 1970-1980 (millones de pesos de 1950)

Año

1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980

Hipótesis I

Oferta y demanda globales

154 433 164 059 174 351 185 268 196 941 209 282 222 492 236 605 215 406 267 294 284 227

Hipótesis 11

Oferta y t;femanda globales

157 008 168 815 181 712 195 811 211 238 228 128 246 637 266 938 289 221 313 705 340 632

La canalización de los fondos que requem1an las distintas actividades productivas tropezaría muy probablemente con ciertos obstáculos, en ningún caso insuperables. Puede soste­nerse que el factor limitativo no se derivaría de la escasez pro pi amente dicha del volumen de recursos susceptible de aumentar el ahorro nacional; mayor influencia parece que ten­drían los hábitos de consumo, la baja elasticidad de los ingresos

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108 públicos, posibles limitaciones en las disponibilidades de divisas y, desde otro punto de vista, la existencia de in centivos inapro­piados para el desarrollo de la producción de bienes de capital, o de insumos intermedios que exigen una tecno logía compleja .

No puede descartarse, por supuesto, la posibilidad de que las realidades poi íticas impidan restringir consumos excesivos de las clases sociales de mayores ingresos, no permitan cambiar la dirección de la evolución descendente del ahorro gubernamen­tal, o dificulten la aplicación de medidas orientadas a racio­nalizar el uso de los recursos del capital. De presentarse tales inconvenientes tendrían que afrontarse ios riesgos y los costos económicos y sociales de un desarrollo menor al experimentado en el pasado.

El consumo privado, estimado como una función del in­greso, revela tasas anuales de expansión (6.1 y 7.8 por ciento) apenas inferiores a las del conjunto de la actividad económica; es decir, en el término de una década el gasto de las familias se elevaría en un 80 y un 100 por ciento, respect ivamente, en cada una de las hipótesis elaboradas (véase el cuadro 2).

CUADRO 2

México: proyecciones del consumo, 1970-1980 (millones de pesos de 1950)

Hipótesis I Hipótesis 11

Del Del Año Total Privado gobierno Total Privado gobierno

1970 108 685 102 854 5 832 110 606 104 775 5 832 1971 115 309 109 088 6 222 11 8 603 112 382 6 222 1972 122 375 115 736 6 638 127 306 120 668 6 638 1973 129 872 122 790 7 083 136 783 129 701 7 083 1974 137 844 130 288 7 557 147 110 139 553 7 557 1975 146 308 138 246 8 063 158 368 150 305 8 063 1976 155 298 146 696 8 603 170 650 162 048 8 603 1977 164 855 155 677 9 178 184 057 174 878 9 178 1978 174 998 165 206 9 792 198 698 188 905 9 793 1979 185 778 175 330 10 448 214 698 204 250 10 448 1980 197 237 186 089 11 148 232 192 221 045 11 148

A las grandes disparidades que existen en la distribución de la renta y al efecto-demostración se debe muy probablemente el alto di na mismo del consumo privado. De hecho, las grandes masas de población con ingresos por debajo de niveles razo­nables de subsistencia tienen, como es lógico, una alta propensión al gasto, y otro tanto ocurre en los est ratos pri­vilegiados con hábitos dispendiosos de consumo de productos nacionales o importados.14

Se define en esta forma uno de los factores de inestabilidad de la economía mexicana. Si bien el monto total y la tasa de crecimiento del consumo son elevados, su composición deter­mina un mercado en el que la demanda es extremadamente diversificada, pero de cuantía absoluta reducida en la mayoría de sus rubros. Se presenta entonces la paradoja de un consumo excesivo que convendría reducir para facilitar la formación de capital y atenuar las presiones sobre la balanza de pagos, que,

1 4 Véanse, V. L. Urquidi, A n overview of mexican economic development Weltwirtschaftliches Archiv, Band 101, Hamburgo, 1968; 1 figenia M. de Navarrete, La distribución del ingreso v el desarrollo económico de México, Inst ituto de Investigaciones Económicas, UNAM, 1960.

perspectivas económicas de méxico

sin embargo, no crea incentivos adecuados para la expansión de la producción en masa ni para su diversificación, y que favorece en cambio el aumento de la capacidad ociosa en la industria y en la agricu ltura.

Por lo que se refiere al consumo del gobierno, en ambas proyecciones se adopta un ritmo de expansión de algo más del 6 por ciento anual. E 1 hecho supone en rea lidad una tasa infe­rior a la observada en el conjunto de los egresos gubernamen­tales en cuenta corriente, al que se incorporan partidas que se han venido incrementando rápidamente. Obsérvese, por ejemplo, que entre 1950 y 1967, las transferencias corrientes y los intereses de la deuda, medidos a precios de cada año, se han elevado, respectivamente, de 335 a 6 296, y de 86 a 2 783 mil Iones de pesos.

De hecho, las proyecciones pueden considerarse conser­vadoras; presuponen la continuidad de los criterios de política que se basan en la restricción del gasto corriente para favorecer el ahorro gubernamental y para cubrir subsidios de apoyo a diversos organismos del sector púb lico, frente a un sistema impositivo inelástico. Cabe señalar, no obstante, que mantener d ichos criterios puede llegar a resultar inoperante si se toman en cuenta necesidades insatisfechas y nuevas exigencias que habrá de plantear seguramente el futuro desarrol lo del país.

Debe aludirse, finalmente, a la evolución probable de los precios. Aunque se trata de una de las variables de más difícil predicción, el análisis efectuado en líneas anteriores admite la preponderancia de circunstancias poco propicias para la gene­ración de espirales inflacionarias. En la primera hipótesis, el nivel de precios (medido a través del índice imp lícito del pro­ducto) mantendría aproximadamente las tendencias históricas, creciendo en promedio un 3.9 por ciento. En la segunda, las tensiones derivadas de la ·ace leración de la tasa de desarrol lo determinarían un ritmo de expansión superior, del orden del 4.6 por ciento anual (véase el cuadro 3). También en este caso la confiabilidad de los cá lculos habrá de depender de que no se altere la orientación de la poi ítica monetaria y financiera y de que el endeudamiento externo e interno fluya en magnitud suficiente para compensar los desequilibrios de la balanza de pagos y de la cuenta pública.

CUADRO 3

México: proyección del indice de precios, 1970-1980 (1950=100)

Año

1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980

2. El mercado de trabajo

Hipótesis I

307.5 319,9 332.7 346.0 359.7 373.8 388.4 403.5 419.3 435.2 451.9

Hipótesis 11

316.2 332.7 349.6 367.7 384.5 402.9 423.0 444.1 465.7 485.5 509.8

Un pai's como México, con una expans ión demográfica que hará pasar la población de 47 a 72 millones de habitantes entre 1968

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comercio exterior

y 1980, 15 difícilmente puede dejar de experimentar fuertes tensiones en e l mercado de trabajo, sobre todo s i se tienen en cuenta los desplazamientos dinámicos de mano de obra que implica la absorción de la tecnología importada.

Las consideraciones precedentes se reflejan di rectamente en los resultados de las proyecciones . Así, en la hipótesis de que la economía crezca a la tasa histórica del 6.2 por ciento anual, los procesos de inversión y de ava nce tecnológico no alcanzarían a garantizar un equ ilibrio en e l mercado de trabajo. De hecho, só lo una parte del incremento de la población activa -que se estima en 3.4 por ciento anual - podría encontrar trabajo productivo, manteniéndose constantes los niveles de subempleo y desempleo que ex isten en la actua lidad . Dicho de manera más precisa, el contingente de trabajadores desempleados o subocu­pados se incrementa ría con respecto a los niveles presentes en poco más de 4 millones de personas al comienzo de los años ochenta (véase el cuadro 4).

CUADRO 4

México: proyección de la población económicamente activa, 7910-1980 (miles de personas)

109 Por su parte, las proyecciones relativas a las remuneraciones

reales del trabajo revelan aspectos de gran interés. En la primera alternativa, los sa larios reales ascenderían a l 4.5 por ciento anua l, hasta alcanzar un nivel de 6 900 pesos por persona ocupada, a precios de 1950. La segunda hipótesis admite tamb ién , por su parte, niveles similares . En cierto modo, las cifras apuntadas enmascaran avances importantes que se obten­drían a l estab lecer medidas para fomentar el empleo. Por e ll o conviene insistir en que la segunda alternativa permitiría incre­mentar la ocupación y dar ingreso directo a alrededor de cuatro millones de trabajadores ad icionales y que, en conjunto, los obreros y campesinos perc ibirían un incremento total en sus remuneraciones de poco más de 21 000 millones de pesos a precios de 1950 (véase e l cuadro 5).

CUADRO 5

México: proyección de las remuneraciones a los factores (miles de millones de pesos de 7950)

Hipótesis I

Hipótesis 11

Diferencias 11 - I

Años Hipótesis/ Producto in terno bruto

Hip.ótesis 11 Sa larios totales Remuneraciones al capital

247.8 119.7 128.1

294.8 141.4 152.4

47.0 21.7 24 .3

1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980

14 818 15 050 15 303 15 542 15 791 16 042 16 291 16 546 16 806 17 071 17 338

15 353 15 875 16 415 16 973 17 550 18 147 18 764 19 402 20 062 20 744 21 449

La mayor carga social recaería desde luego en los campe­s in os y trabajadores no calificados. Otros estratos de la población encontrarían condiciones más favorables, aunque también podrían presentarse dislocaciones de mayor o menor importancia entre la demanda de trabajo calificado, técnico y profesional, y la oferta que preparan los centros educativos del pa ís.16 Cualquiera que sea el caso, los desajustes en el mercado de trabajo pueden originar poderosas tuerzas opuestas a la d itusión de los beneficios del desarrollo, a la par que tensiones socia les de consideración.

Aun suponiendo que la función de producción utilizada en las proyecciones haya subestimado -por su carácter aproximado y agregado- la capacidad real de absorción de mano de obra de la economía (al no tener explícitamente en cuenta, por ejem­p lo, factores como e l cambio en la composición sectorial del producto) es poco probable que surjan espontáneamente meca­nismos correctivos de significación sufic iente , de no establecerse una política ocupacional deliberadamente dirigida a ese propó­sito.

15 Se adoptó la proyección baja del Banco de México, S. A. En otras hipótesis, la población asciende a 76 millones de habitantes.

l 6 Para un análisis de ese prob lema en América Latina, consúltese CEPAL, Educación, recursos humanos y desarrollo en América Latina, Nueva York, 1968. El caso de México puede examinarse en N. Ch. Myers, Education and national development in Mexico, Princeton, 1965, y V. L. Urquidi y V. A. Lajous, Educación superior, ciencia y tecnologia en el desarrollo económico de México, México, 1967.

La difusión de los beneficios del desarrollo se mejoraría principalmente aumentando moderadamente la tasa de creci­miento del producto e implantando una política ocupacional, sin prever otros esquemas espec(f icos de redistribución de l ingreso. La participación de los factores productivos en el valor agregado se mantendría sin mayor a lteración y, sin embargo, resultaría posible mejorar apreciab lemente los niveles de vida de los núcleos mayoritarios de la población y ensanchar sustan­cialmente e l mercado interno.

Sin negar el valor complementario que tienen las medidas de carácter tradicional en materia redistributiva, resalta la mayor conveniencia de las dirigidas a asegurar una base de ingreso directo a los trabajadores. Además, en el caso de México, ese procedimi·ento parece el mejor camino para fortalecer el débil poder de negociación de los obreros, e incorporar al sistema económico mecanismos que faciliten el cumplimiento de los objetivos de justic ia soc ial.

3. El mercado externo

Los obstáculos que pueden presentarse desde el punto de vista de la formación de capital o de la producción pueden consi ­derarse secundarios trente a los que ofrece e l sector externo. Las proyecciones reflejan con toda claridad las tendencias amp lificadoras de los desajustes estructura les que vienen ges­tándose al agotarse la pauta de desarrollo hacia adentro . Según la hipótesis conservadora, los déficit en cuenta corriente 17 alcanzarían cifras del orden de los 6 600 millones de pesos al finalizar e l próximo decenio. En la segunda a lternativa, la alta sensibilidad de las importaciones al crecimiento del producto y la inversión , así como la continuidad de la polltica pasiva de fomento de las exportaciones que se supone, e levarían los sa ldos deficitarios hasta cerca de los 16 000 millones de pesos (véase el cuadro 6).

17 Se han exclu ido de los cálculos los pagos netos a factores del exterior.

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11 o CUADRO 6

México : proyección de las exportaciones e importaciones de los bienes y servicios, 1 1970-1980 (millones de pesos de 1950)

Hipótesis I

Exporta· Importa- Exporta-

Hipótesis 11

Importa-

perspectivas económicas de méxico

promedio aproximada del 5.6 por ciento. A unqu e se trata de un cá lc u lo opt imi sta, quedaría amp liamente re basado por la expansión de las importaciones, que se elevarían respect iva­me nte, en promedio, a l 6.9 y a l 9.4 por ciento an ua l, en cada una de las hipótesis planteadas.

Año ción ción Saldo ción ción Saldo

Los rubros que gravitarán con mayor intensidad en el com­porta miento de las co mp ras a l exte ri or se estima que habrá n de ser las adquisicion es de in sumos, de bienes de capita l, y el turismo de nacionales a l exterior. Entre 1968 y 1980, dichos componentes incrementa rí an su partic ipac ión en el tota l de importaciones del 85 al 89 y de l 85 al 90 por ciento, según una u otra alternativa. En contraste, las neces idades de artícu los de consumo, mater iales de construcción, bienes d e capita l para la agricultura y de transportes y combustibles, observarán tende n­cias menos dirtámicas, bien por hall arse vinculadas a sectores de crecimiento rel at ivo menor o bien por esta rlo a actividades donde el proceso sustitutivo ha ava nzado en mayor medida. (Véase el cuadro 7.)

1970 17 285 18 638 - 1 353 17 285 18 630 1 344 1971 18 248 19 879 - 1 631 18 248 20 204 1 956 1972 19 266 21 227 - 1 961 19 266 21 954 2 688 1973 20 343 22 656 - 2 313 20 343 23 903 3 561 1974 21 482 24 243 - 2 761 21 482 26 076 4 594 1975 22 687 25 879 - 3192 22 687 28 502 5 816 1976 23 962 27 723 - 3 761 23 962 31 217 7 255 1977 25 312 29 753 -4442 25 312 34 258 8 946 1978 26 740 31 737 -4 997 26 740 37 672 - 10 933 1979 28 251 34 006 - 5 755 28 251 41 515 - 13 264 1980 29 851 36 465 - 6 614 29 851 45 851 - 15 999

1 Excluye el pago a factores.

Los resultados señalados plantean serias interroga ntes, no só lo en cuanto a la va lidez de los supuestos de crecimi ento de las proyecciones, sino, lo que es más importante, en lo que respecta a la posibilid ad misma de sostener a largo plazo el desarro ll o dentro de los enfoques predominantes de la po lítica económica. Reducir las brechas crecientes en el comerc io

CUADRO 7

México: proyecciones de las importaciones por grupos de destino económico, 1967-1980 (millones de pesos de 1950)

Hipótesis I

Bienes Bienes Bienes de capital Bienes

dura!jeros Combus- Materiales de capital para agri- duraderos Combus-v no tibies v Materias de cons- para la cultura y v no tibies v

Año duraderos lubricantes primas trucción industria transporte duraderos lubricantes

1967 1 029 188 5 111 270 3 211 1 540 1 013 188 1968 1 061 188 5 482 254 3 462 1 584 1 061 188 1969 1 108 188 5 877 239 3 742 1 630 1 l15 188 1970 1 160 188 6 305 225 4 034 1 674 1 177 188 1971 1 217 188 6 760 211 4 361 1 720 1 249 188 1972 1 282 188 7 259 199 4 712 1 766 1 332 188 1973 1 354 188 7 774 187 5 084 1 811 1 428 188 1974 1 434 i88 8 354 176 5 494 1 856 1 542 188 1975 1 526 188 8 941 166 5 925 1 901 1 676 188 1976 1 640 188 9 588 156 6 424 1 948 1 836 188 1977 1 747 188 10 383 148 6 925 1 993 2 028 188 1978 1 881 188 11 027 139 7 458 2 036 2 261 188 1979 2 035 188 11 826 130 8 048 2 08 1 2 541 188 1980 2 212 188 12 682 122 8 693 2 127 2 901 188

1975170 5.6 7.2 - 5.9 8.0 2.6 7.3 1980170 6.7 7.3 - 5.9 8.0 2.4 9.4

Hipótesis 11

Bienes Bienes de capital

Materiales de capital para agri-Materias de cons- para la cultura y primas trucción industria transporte

5 060 270 3 153 1 022 5 479 254 3 471 1 074 5 939 239 3 829 1 127 6 445 225 4 230 1 181 7 002 211 4 68 1 1 236 7 6 16 199 5 188 1292 8 293 187 5 759 1 349 9 041 176 6 402 1 406 9 866 166 7 127 1 464

10 780 156 7 945 1 523 11 790 147 8 869 1 583 12 908 138 9 913 1 644 14 147 130 11 095 1 705 15 520 122 12 435 1 767

8.9 - 5.9 11 .0 4.4 9.2 -5.9 11 .4 4.1

Ya se ha visto q ue los desajustes se or iginan en el hecho de qu e, al agotarse gradualmente las sustituciones más sencil las, el tota l de las importaciones eleva su elastic idad conjunta a la par que se torna más inflexible, mientras las exportaciones de pro­ductos tradiciona les y otros rubros de ingresos conservan una marcada insuficiencia dinámica con res pecto a las exigencias del desarrollo. Obsérvese qu e en el pe rí ocio 1970-1980, las ventas de mercaderías proyectadas crecerían a ra zón del 4 .5 por ciento anual y e l turismo, de 7 por ciento, obteniéndose una tasa

ex terior y e n el ahorro, implica nive les de e ndeudami e nto que parecen exceder, sobre todo e n la segunda alternativa, cua lquier previsión optimista sobre las di sponibi lidades rea les de crédito exte rno y sobre la capacidad interna de absorber ta les recursos (los déficit serian de 6 600 y de cerca de 16 000 mil lones de pesos de 1950, en las alte rn at ivas respectivas). No se ría impro­bable, por lo tanto, que e l financiamiento de las importaciones pudiera ll ega r a ser causa de li mitación para la tasa de desarro ll o eco nómico, problema complejo que conviene est udiar y ataca r

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comercio exterior

sin ta rdanza. A corto plazo se podrían comprimir algunas importaciones superfluas, pero a más largo término sólo la sustituc ión de importaciones de bienes intermed ios y de capita l, unida a programas de fomento de una ca ntidad apreciab le de exportaciones, podrían salir al paso gradua lmente de las difi · cu ltades que se anticipan. Como se verá en las páginas sigui en­tes, para lograr dichos objetivos se requerirá fundamentalmente cambiar la pauta tradiciona l de crecimiento, es decir, im pu lsar la economía hacia una fase nueva de desarrollo.

IV. SEÑALAMI ENTOS DE POLITICA ECONOMICA

1. El desfasamiento de la pol/tica económica

El aná li sis aquí resumido permite comprobar la ex istencia de síntomas de agotamiento de la pauta de desarrollo y revela una discrepancia creciente entre las orientaciones básicas de la poi ítica económica y las transformaciones reales experimentadas por el sector prod uctivo. En más de un sentido, se ha mante· nido una visión de los problemas nacionales que corresponde a la situación de los años treinta o cuarenta, sosteniéndose ideo­lógica y prácticamente una serie de planteamie11tos que impiden percibir con clar idad, y favorecer los cambios indispensables.

En el sector agrícola se nan consumado ya los principales efectos positivos derivados de la reforma agraria . E 1 foco del problema se ha trasladado del cumplimiento de objetivos predo­minantemente de producción, a cuestiones relacionadas con la absorción de excedentes de mano de obra y con la identifi · cación de técnicas que mejor favorezcan ese propósito en la agr icu ltu ra y fuera de ella. Como se ha visto, la expansión futura de la oferta agrícola está indisolublemente li gada al crecimiento de la demanda interna, más que depender de nuevos cambios en la organización productiva. Y, sin embargo, la princi pa l orientac ión de política ha segu ido siendo el reparto de tierra, el aumento de los rendí mientos por trabajador y la inversión en grandes obras d e irr igación. No cabe duda de que muchas de esas medidas deberán llevarse a cabo, pero el énfasis de la acción estata l debería trasladarse flexiblemente hacia otros campos de mayor importancia real.

La sustitución de las importaciones de bienes de consumo se encuentra en situac ión parecida . De hecho, su papel de centro generador de impulsos dinámicos se ha agotado prácticamente; no deberá esperarse que influya en el futuro con la misma intensidad que en el pasado. Todavía quedan, desde IU'ego, bastantes posibilidades de sustituir bienes de capital y productos intermedios; pero para que el lo ocurra con suficiente vigor será por fuerza indispensable crear ex profeso condiciones favorables, y la poi íti ca económica no se ha modificado lo suficiente para neutralizar fuerzas que se dirigen en sentido opuesto. Expe· riencia empresarial y técnica, disponibilidad de mano de obra entrenada, nive les de protección y altas uti,lidades, requi~itos tecnológicos y de inversión, son otros tantos factores que tienden a fortalecer mecánicamente el segmento de manufac· turas tradicionales y a reducir los alicientes a l cambio de dirección del desarrollo industrial. Asimismo destaca el hecho del deterioro de la balanza de pagos que comprueba la debilidad de la sustituc ión en án'!as técnicas más complejas.

Por su parte , la poi ít ica financiera y del gasto público hace frente a condiciones y enfoques que apenas permiten atender las dificultades de corto p lazo. El propós ito de fortalecer el ahorro individual y de las empresas, unido a la preocupación por la estabilidad monetaria y cambiaría, ha hecho perder vigor a la inversión del sector públ ico y ha creado escollos para la

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expansión de los servicios de beneficio socia l. Hace mucho tiempo que no surgen iniciativas de la trascendencia que tuvieron, en su momento, la creación de la Nacional Financiera, la Comisión Federal de Electricidad, Petróleos Mexicanos y Guanos y Fertilizantes de México, para citar a lgunos ejemplos.

Aparte de lo anterior, y sin dejar de reconocer la impor· tancia de continuar ensanchando el capital social básico, las nuevas inversiones en infraestructuras difícilmente podrán lograr, en conjunto, el impacto que tuvieron muchos de los programas realizados anteriormente. En estos días, una fracción considerable de recursos se destina al mantenimiento de obras, al rediseño de vías de comunicación y al mejoramiento de servicios ya estab lecidos, acti vidades que entrañan estímulos al desarrollo de carácter cualitativamente distinto a los proyectos iniciales de ihtegración de mercados, producción agrícola, desarrollo regional o suministro de servicios básicos. Dicho en otros términos, la atonía del sector público contrasta con la necesidad de intensificar su acción de agente promotor del desarrollo y de atender a nuevas responsabilidades sociales con la prontitud y la selectividad que demanda la creación de cond iciones propicias para la evolución de las fuerzas econó· micas. Cumplir con dichas exigencias entraña, en primera ins· tancia, vigorizar la capacidad de captación de recursos del estado a ·través de una reforma fiscal 18 y otros mecanismos complementarios y, en segunda, definir nuevos objetivos e instrumentar sin tardanza los programas necesarios para alean· zarlos.

Conviene examinar en último término la demanda externa, variab le que, como se dijo, ha dejado de influir decisivamente en la determinación de los niveles internos de ingreso. Porque su comportamiento, visto en relación con las necesidades ere· cientes de bienes importados, determina una de las fallas estruc· turales más impor tantes de la economía nacional. Con excepción del turismo y de las posibilidades de comercio regional, el conjunto de las exportaciones tradicionales con toda probabilidad encontrará serios obstáculos para poder expandirse a la velocidad que demanda el financiamiento de las impor· taciones esenciales; entre esos obstáculos figu ran, adicional· mente, las presiones sobre las disponibilidades de divisas derivadas .de una deuda externa en rápido crecimiento. En definitiva, de no encontrarse la forma de impulsar vigorosa· mente nuevas exportaciones, el desequilibrio de la balanza de pagos, lejos de atenuarse, puede traducirse, a mediano o largo plazo, en una restricción importante para la tasa de desarrollo de México.19

La revisión panorámica de los pilares en que se apoya la pauta de crecimiento nacional pone de relieve avances casi sin procedente entre los países del tercer mundo, pero también claros signos de debilitamiento que obedecen tanto a l ago­ta miento parcial de las posibilidades iniciales de des.i •rollo -aprovechadas ya en gran medida- como al desfasamiento de una poi ítica económica, que se ha mantenido sorprendente· mente fiel a la problemática que correspondió a décadas ya lej anas. México cont inúa siendo un país subdesarrollado; su econom ía revela deficiencias estructurales; no se ha supe rado la dependencia respecto de las zonas más avanzadas; persisten formas de organización institucional que impiden la e levac ión de los niveles de vida de la población. Pero, todo ese trasfondo de dificultades -común a varias épocas- se presenta dentro de un marco de relaciones económicas distinto que ex ige, en

18 Véan se V. L. Urqu idi, An o verview of mexican economic develop · ment, op. c it., p. 18, e l. M . de Navarrete, Polftica fisca l de México, UNAM, 1964.

19 Véase H. Flores de la Peña, "La Alianza para el Progreso y la economía mexicana", El Trimestre Económico, julio-septiembre, 1962.

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112 consecuencia , modalidades también distintas de acción para comba ti rl o.

El desarrollo mismo del apa rato productivo no ha perdido vigor; de hecho se cuenta hoy con una base de capital humano y físico mucho más amp lia; no puede anticiparse a corto plazo una reducción seria de la tasa de crecimiento; existen oportu­nidades suficiente mente amplias de crear nuevas corrientes de progreso económico. Lo que falta por comprobar es si las instituciones serán capaces de adoptar una nueva estrategia de desarrollo congruente con las circunstancias en que tendrá que d ese nvolverse la economía y con las aspiraciones de mejora­miento social de la población. En más de un sent ido, e l prob lema se ha trasladado del ámb ito estrictamente económico a l campo de las decisiones políticas. Si en el pasado hubo que pasar por serias crisis cada vez que se alteró el módulo de crec imi ento, hoy tenemos la posibilidad de aprovechar la experienc ia histórica y de investigar por anticipado la forma de adaptar las fuerzas socioeconómicas a los cambios previsibles para e l futuro.

2. Política de empleo y distribución del ingreso

Mantener los mismos lineami entos tradicionales de poi ítica como criterio invariable para e l desarrollo nacional equiva ldría a desconocer las transformaciones experimentadas por la eco­nomía y las tensiones sociales en gestación. Por ese motivo debe insistirse en que la expa nsión del sector agrícola y de parte considerable del manufacturero dependen, esencialmente, del crecimiento de la capacidad de compra de los núcleos mayori ­tarios de población; en la medida que esos sectores pierdan dinamismo, lo perderán los incentivos al fortalecimiento de las industrias básicas y de otras actividades nuevas, favoreciéndose en cambio inversiones improductivas o de escasa importancia para e l desarrollo nacional. Podr'ía asegurarse incluso que, de ap lazarse la apl icación de medidas redistributivas, se creará una composición de la oferta que más adelante obstaculizaría e l logro de los objetivos de justicia social porque, al adaptarse la estructura de la producción a una demanda determinada por agud as disparidades en la distribución del ingreso, los cambios redistributivos que sobrevinieran tendrían que implicar desajus­tes entre la oferta y la nueva composición de la demanda. De este razonamiento se deriva la neces idad de intervenir con más energla en todo lo que se re laciona con la difusión de los beneficios del desarrollo. Aunque el tema ha sido apenas exp lorado y se conocen pocas experiencias aplicab les a los países en proceso de desarrollo, pueden adelantarse sugere·ncias que de ninguna manera pretenden apuntar soluciones o juicios indi scutibl es. Habrá que realizar estudios más deten idos a l respecto y relacionar diversas medidas con las realidades i'nsti · tucionales y políticas del país.

Como punto de partida podría pensarse inicialmente en incorporar orgánicamente a las directrices gubernamentales la consideración de los problemas y objetivos de la producción, en relación directa con el mejorami ento de los niveles de vida de la población. En este sentido, las metas de emp leo podrían consi· derarse el principal instrumento para asegurar un mínimo de ingreso directo a los núcleos de trabajadores. Es decir, habría que procurar conciliar las exigencias tecnológicas del desarrollo con las combinaciones de factores que se ajustasen mejor a la dotación relativa de recursos, t ratando de alentar a la vez e l proceso de formación d e capital y la creación de nuevas acti· vidades básicas.

Desde un punto de vista teórico - y tal vez práctico- parece más fácil alcanzar simultáneamente ambos objetivos acelerando

perspectivas económicas de méxico

la tasa d e cre c1m1ento del producto, porque por ese proce­dimiento se ría más fácil ajusta r gradualmente e l mercado de trabajo a una situación cercana a la ocupación plena (proced i· miento que se ex aminó en las proyecciones para 1980). Como ell o podría dar lugar a su vez a desajustes en otros puntos de la economía no suscept ibl es de corrección inmediata, se precisaría ex plorar medidas complementarias, re lacionadas con la adopción de técnicas a lte rn ativas en varios sectores productivos. En la agricultura se podrían lograr avances considerables, por ejemp lo, adaptando gradualmente la tecnología hacia patrones más parecidos a los que se utiliza n en Japón o en algunos países europeos, y planteando como requisito primordial la elevación de los rendimientos por unidad de superficie más que la pro­ductividad por hombre .

En la indus-tria de la constr ucc ión cabría preferir métodos de alta densidad d e mano de obra, que no perjudiquen la ca lidad ni incrementen los costos sociales del producto final. A tal propósito contribuiría decisivamente la fijación de normas obligatorias para todos los contratistas de obras del sector público.

Se precisar ía además establecer criterios diferenciales sobre las manufacturas. En las industrias tradicionales -donde existen amp lios márgenes d e capacidad ociosa y ab unda la duplicación de ac tividades - parecería just ificado reducir el grado de sobre· capitalización, restringi endo las inversiones nuevas a cambio de aumentar los turnos de trabajo, el uso de la capacidad insta lada, la eficiencia productiva y, evident eme nte, también la ocupación de mano de obra. Sin em ba rgo, cuando se trata se de industria s o servicios básicos, cuyos nive les d e productividad gravitan pesadamente sobre los demás sectores productivos, y en defi­nitiva sobre la posición competitiva d e la economía, sería imprescindible e legir las técnicas más avanzadas posible, aunque supusieran fuertes erogaciones de capital. Al contrario de lo q ue sue le afirmarse, este tipo de industrias só lo restringe tempo· ralme nte la absorción de mano de obra porque, a más largo plazo, sus efectos indirectos y su propio ritmo acelerado de expansió n las convierten en importantes fuentes de empl eo.20

Aspecto importante que una política de ocupación tampoco puede descuidar es e l de adaptar y ensanchar la invers ión gubernamental y de las emp resas paraestata les no sólo con el propósito· de la producción sino también con el de proporcionar e mpl eo. Dichos objetivos pueden resultar incompatibl es en ciertos casos, pero generalmente existen amp lias posibilidades de maniobra.

Resalta fir.ia lme nte la necesidad de procurar adaptar e l s iste ma educativo a los programas d e empleo de los recursos humanos. El mercado de trabajo lejos de presentar problemas si milar es en sus diferentes estratos, registra desajustes de distinto carácter e n cada uno de ellos; mientras para la mano de obra no calificada la oferta excede a la demanda, para la calificada sucede lo contrario. Se ría ideal equilibrar esa situación mediante una capacitación planificada que permitiera proporcionar la cantidad y la calidad de fuerza de trabajo que se estimase habrían de requerir los distintos sectores eco· nómicos en momentos determinados.21 Capacitar la mano de obra, y hacer coincidir los objetivos globales de empleo con el diseño de criterios de evaluación y financiamiento de proyectos es, desde otro punto de vista, requisito ese nci al para ll evar a la práctica cualquier poi ítica de emp leo.

20 Véase N. E. G. Sa lter, Productivity and technical change, Cam· bridge Unive rsity Press, 1960.

2 1 Véase Naciones Unidas, Estimation of managerial and technica/ personnel requirements in selected industries, Nueva York, 1968.

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comercio exf erior

Las reflexiones anotadas tienden fundamentalmente a ar­ticular distintas finalidades como las de aumentar el empleo, liberar fondos de inversión de las actividades susceptib les de elevar su producción con menores insumos de capita l, dirigir los recursos principal es a sectores estratégi cos para e l des arrollo y ap li car técnicas se lectivas a cada rama productiva.

La viabilidad de las orientaciones anotadas difi'cil mente podrla juzgarse a través de discusiones abstractas. Es de supone r que su aplicación encontrará escollos de muy distinta natu­raleza, desde los propiamente técn icos, hasta los de carácter político e institucional ; pero también es cierto que tensiones socia les del mismo género han llevado a varios países subde­sa rroll ao os a adoptar programas que conti enen directrices similares a las que se vienen sugiriendo.

3. Promoción industrial v balanza de pagos

Es conveniente, por lo pronto, profundizar en el proceso de sustitución de importaciones para dirigirlo selectivamente hac ia la elaboración de bienes de capital y de artículos intermed ios, y será útil favorecer deliberadamente a las industrias básicas de rápido crecimi e nto -caracterizados por una. alta elasticidad ingreso de la de manda y por ventajas tecnológicas importa ntes­para acentuar los impulsos dinámicos que genera el sector manufacturero. Pero, a diferencia de políticas seguidas en el pasado, será decisivo en este caso prestar la ma y or atención a las técnicas, a la eficiencia product iva y a la integrac ión de los procesos, puesto que en e l futuro la productividad medi a de la econom ía y su grado de competitividad habrá de depend er estrechamente de la evoluci ón de los costos de esas industrias.

En ese sentido, convendrá or ientar select ivamente el desa­rrol 1 o de nuevas manufacturas, bien sea para favorecer la form a ción de complejos industria les o bien la integración vertical de los procesos productivos. La intenc ión sería que las plantas que se instalaran se compleme nta sen entre sí, y también con las ya estab lecidas, incrementa ndo el multiplicador de ingresos y empleo de las actividades industriales y e l apro­vechamiento de las economías externas o de escala.

Otra función del desarrollo industria l debe consi stir en ensanchar los abastecimi entos de manufacturas tradicionales a precios y costos relativos descendentes. Recuérdese qu e la ineficiencia industrial se traduce en la actualidad en dupli­caciones de inversión, y en prácticas que tienden a reducir artificialmente el tamaño d el me rcado. Bien sea porque los costos real es resultan elevados, bien porque se sostienen poi í­ticas monopólicas para incre mentar las utilidades por unidad de producción, o bien por otras causas, el hecho es que los precios de muchos artículos de consumo resulta n tan elevados que 1 imitan la capacidad de compra de estratos muy numerosos de la población.

Que la industria contribuya a la neutralización de los des­equilibrios de balanza de pagos, es, en fin, otro objetivo im­portante. En este aspecto, aparte de los efectos que se derivan de extender a nuevos campos la sustitución de importaciones, el propósito principal sería crear la base productiva en que debe sustentarse una poi ítica activa de fomento de exportaciones manufacturadas, única sa lida qu e se ofrece a largo plazo para cambiar la estructura del comercio exterior y para superar la insuficiencia dinámica de los ingresos de divi sas. La economía mexicana, tras un pe ríodo prolongado de crecimiento hacia adentro, deberá reestructurar sus vincul aciones con el exterior sobre nuevas bases. A este res pecto, podrían adoptarse estra­tegias similares a las de países como Japó n, Suecia, los Pa íses Bajos, Noruega e Israe l, cuyos tamaños de mercado les han

113 imped ido seguir políticas de autarquía y obligado a producir una gama limitada de bienes de ex portación. En el caso de México conve ndrla estudi ar y promover una list a selectiva de industrias para qu e, aprovecha nd o las ventajas comparativas ex istentes y el uso de las técni cas más avanzadas, pudiera asegurarse e l obligado ni ve l de competitividad en los mercados mundi ales. La incorporació n de las ex portaciones mex icanas al com e rcio mundia l tendrá que hacerse, además, estudiando dete nidame nte la s tendencias qu e se observa n en e l mismo, para no cometer el error de espec ia lizarse en manufacturas en decli­nación.

La in strume ntación de una estrate gia industrial y de comer­cio exte rior, con la orientación indicada, requiere desde luego la remod elac ión de muchas de las medidas específicas de la poi ítica gubernamental, como se examinará en algu nos casos concretos.

Es justo reconocer que la poi ítica arancelar ia y de pro­tección fre nte a la competencia externa ha cumpl ido histórica­mente con la función principal de crear condiciones adecuadas para alentar el proceso de industr ialización en sus primeras etapas, y ha logrado subsidiariamente objetivos fiscales y de bala nza de pagos; pero debe reconocerse también que al no habe r s ido adaptada con la necesaria flex ibilidad a las nu evas circunstancias, causa entorpecimientos de cierta gravedad y, sobre todo, ha impuesto ori e ntaciones hoy inapropiadas para e l desarrollo de las man ufacturas.

A pesa r de a lgunos inte ntos plausibl es, la política protec­cion ista no ha tenido la fl exi bilidad necesaria para ada ptarse a las nuevas condiciones del desarrollo industria l. En la actualidad se requ iere n medidas en ext re mo ágiles y se lectivas que, propor­c i on ando m á rg e n es in iciales de seguridad, no anu len los in centivos a l a um ento poste rior de los nive les de productividad .

De hecho se continúa favoreciendo la diversi f icación exten­siva de las manufacturas de consumo, y se s igue discriminando al mismo tiempo la elaboración de bienes de ca pital y de pro­ductos intermedios. Así se a li enta innecesari a mente el estable­cimiento de un número excesivo de unidades productoras de tam año insufici ente, qu e utilizan a menudo técnicas anticuadas y equipos obso letos. Las inversiones se duplican con el consi­guiente desperdicio de los recursos escasos de capital y el fenómeno comienza a extenderse a las industrias básicas, entre las que ya se e ncuentran casos en los que funciona un número desproporcionado de plantas en re lación con e l tamaño de l mercado y el aprovechamiento de las economías de esca la.

Todo el lo genera fuerzas que entorpecen el cambio tecnoló· gico al eliminar prácticamente su consideración del cálculo de los empresarios privad os, ya que los nive les de utilidades no guardan la debid a re lación con la eficacia productiva de las insta laciones; en cambio se agudi zan art ifici a lmente los dese­quilibrios en la dotación de recursos y se alienta una estructura de prec ios que, como se ha vi sto, restringe el tamaño de l mer­cado y obstaculi za la s ex portaciones de manufacturas.

No term ina ah í la sec ue la de dificultades. Atraído por los nivel es anorma lmente a ltos de beneficios, e l inversionista extra n­jero se desplaza o se asocia cada vez en mayor medida con el empresario nacional, fe nómeno que se traduce en un encare· cimiento sustancial de los costos del financiam iento ex terno, aparte de efectos de otra clase sobre la as ignació n . de recursos y sobre la a utonomía de l desarrollo nacional.22

22 Mientras las u t ilidades medias en la industria sue le n fluctuar entre e l 25 y e l 32 por ciento, la tasa de interés sobre préstamos difíc ilmente excede de l 1 O o 12 por c iento anua l.

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114 Al analizarse los instrumentos generales de fomento indus­

trial se llega también a la conclusión de que han dejado de responder a las exigencias actuales del desarrollo de las manu­facturas. La Ley de Fomento de Industrias Nuevas y Necesarias otorga exenciones o reducciones de impuestos sobre comercio exterior, sobre ingresos mercantiles, y sobre la renta, a las em­presas que contribuyen a la sustitución de importaciones, al aumento de las exportaciones, al uso de equipos y materias pri­mas nacionales o al fomento de la ocupación. Se comprende que esa ley pretende señalar orientaciones sanas y estimular el pro­ceso de industrialización, pero su carácter excesivamente general le resta idoneidad como instrumento selectivo para encauzar la inversión hacia el tipo de actividades que más conviene al des­arrollo manufacturero, como lo demuestra el número de empre­sas de corte tradicional que se han amparado en sus disposicio­nes.23 Por lo demás, con los altos niveles de protección y la baja carga impositiva en vigor, las exenciones tributarias han tenido muy escasa influencia en las decisiones de inversión de los empresarios, y en cambio han provocado pérdidas fiscales que agudizan los problemas financieros del sector gubernamen­tal. 24 Los problemas se amplían todavía más cuando se consi­deran los múltiples regímenes de fomento de los estados, que compiten para atraer a inversionistas nacionales o extranjeros.

Las modalidades de la política crediticia también influyen marcadamente en el proceso de la industrialización. En México se ha dado decidido apoyo al financiamiento de las manufac­turas, como puede comprobarse en parte al analizar el destino de los créditos del sistema bancario. En ese sentido, el sistema de encajes legales y las disposiciones sobre la composición de la cartera de las instituciones crediticias han representado un papel muy importante, mucho mayor que las bolsas de valores cuyas transacciones con papel industrial reflejan movimientos franca­mente reducidos.

La insuficiencia de la información estadística impide exa­minar cabalmente el impacto de las variables financieras y pre­cisar la abundancia o escasez relativa de las fuentes de crédito industrial, o la adaptación de su estructura a las necesidades de las distintas clases de empresas. Cabría sostener, sin embargo, que los sistemas en vigor no permiten hacer las distinciones indispensables para establecer una jerarquización rigurosa en­caminada a otorgar prelaciones a determinadas ramas indus­triales, o a evitar la proliferación de plantas en los segmentos donde la demanda está saturada. Informaciones fragmentarias conducen a pensar asimismo que los créditos se adjudican de preferencia a empresas ya consolidadas, a las que tienen inte­reses en los principales grupos financieros y a las .localizadas en los centros urbanos más importantes. Por lo que respecta a la pequeña y mediana industria, y a las artesanías, se han creado algunos mecanismos de apoyo financiero, aunque en escala muy modesta. 25

La promoción estatal directa, por su parte, ha contribuido muy significativame.1te al fomento industrial. Destacan los es-

23 Basta señalar plantas productoras de esteras de fibra vegetal, li­nóleos, textiles, encajes, láminas decorativas, tapones metálicos, máquinas expendedoras de timbres, cebollas y ajos deshidratados, y sinfonolas, en­tre otras. Por supuesto, también se han favorecido ramas industriales más importantes como químicas, petroqufmicas y metálicas.

24 Entre 1955 y 1959, a pesar del reducido número de exenciones otorgadas, el sacrificio fiscal sumé más de 900 millones de pesos (véase R. Anguiano, Las finanzas del sector público en México, UNAM, 1968, p. 299).

25 Entre ellos, el Fondo de Garantía y Fomento a la Industria Me­diana y Pequeña ha otorgado crédito a cerca del 7 por ciento de em­presas de esa categoría y el Banco Nacional de Fomento Cooperativo ha prestado ayuda a cooperativas y gremios artesanales, principalmente a las organizadas para la pro.ducción de azúcar, curtiduría, calzado, pesca y artesanías populares.

perspectivas económicas de méxico

fu erzas diri gid os a la formación de empresas estatales en ramas industriales básicas; debe agregarse la labor de fome nto empren­dida por va rios organismos públicos, entre los que ocupa lugar prominente la Nacional Financiera, S. A.

Se observan, no obstante, lagunas importantes en las fun ­ciones de promoción estatal, a la vez que - como se dij o- difi ­cultades de distinta naturaleza que vi enen limitando las inicia­tivas gubernamentales para abrir nuevos polos de crecimiento mediante la creación de 1 íneas básicas de producción. La def i­ciencia más significativa es tal vez la debilidad de los esfuerzos de investigación y de fomento tecnológico. No deja de llamar la atención que no se haya prestado atención suficiente a este aspecto, siendo el avance técnico el factor que más contribuye al crecimiento del producto por habitante y el que plantea por añadidura más serios problemas a las economías subdesarrolla­das, tanto en términos del uso de 1 os recursos como de su capa­cidad de absorción de métodos y procesos en constante evolu­ción. La economía mexicana no puede sustraerse a tales influencias, como lo demuestran los crecientes obstáculos para absorber productivamente la mano de obra y atenuar la brecha tecnológica. Lo anterior se explica, en parte, por el hecho de que la pauta dominante de crecimiento hacia adentro aisló tem­poralmente el desarrollo industrial de los imperativos de la com­petencia y del aumento de la productividad, como condición de supervivencia de las empresas. También se ha observado cierta desatención del lado de la acción gubernamental y privada que se manifiesta en la asignación de muy escasos recursos a la adaptación de la tecnología y al estudio de sus relaciones con el desarrollo de la empresa y del conjunto de la economía.26

Ello no quiere decir que no se hayan realizado esfuerzos significativos. Los programas que vienen desarrollando institu­ciones como el Centro Nacional de la Productividad, el 1 nstituto Mexicano de Investigaciones Tecnológicas y, más recientemente, el Instituto Mexicano del Petróleo, incluyen actividades impor­tantes que van desde el entrenamiento de técnicos y de mano de obra calificada, hasta el estudio de procesos productivos y de ingeniería experimental.27 Tampoco debe olvidarse la iniciativa que dio origen a la creación (1967) del Fondo de Estudios de Preinversión, como fideicomiso de la Nacional Financiera, que tiene, entre sus propósitos, el de proporcionar el financiamiento de los gastos de investigaciones de factibilidad y de elaboración de proyectos industriales. Con todo, los esfuerzos iniciados apenas cubren una fracción mínima de las necesidades del país, aparte de no haber sido articulados a programas de alcance .na­cional. Como es de sobra conocido, se carece de un plan de desarrollo industrial que coordine los distintos instrumentos de política y la multiplicidad de funciones que desempeñan innu­merables dependencias del sector público.

No se dirigen los comentarios del párrafo anterior a buscar un objetivo utópico de autonomía tecnológica; sólo se desea subrayar la necesidad de incorporar orgánicamente, dentro de los mecanismos de decisión pública, las consideraciones tecno­lógicas, de tamaño de planta, y de economía, que deben tenerse presentes en el uso de los recursos de capital. Visto el problema

26 Cálculos provisionales indican que, en relación al producto, Mé­xico dedica proporcionalmente menos de la décima parte de las asigna­ciones de los países avanzados a la investigación tecnológica, retraso que también se comprueba incluso en relación con otras economías latino­americanas.

27 Además de los organismos aludidos existen otros, como los Laboratorios Nacionales de Fomento 1 ndustrial, el Instituto Mexicano de Administración de Negocios, el Instituto de Investigaciones Industriales adjunto al Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey y el Instituto Mexicano de Administración Científica. Asimismo, en 1960 se expidió una nueva Ley General de Normas y de Pesas y Medidas que mejora dispos.iciones anteriores.

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comercio exterior

desde esta perspectiva, se abre un amplio campo de acción para una política más sana de industrialización .28

Un segundo aspecto poco atendido ha sido la promoción de exportaciones, particularmente de productos manufacturados. Los avances efectuados en la materia por el Banco Nacional de Comercio Exterior, con el apoyo de mecanismos como el Fon· do para ·el Fomento de las Exportaciones de Productos Manu· facturados, el Centro Nacional de 1 nformación sobre Comercio Exterior y el sistema de drawback, han tropezado con los obstáculos propios de una industria técnicamente atrasada, apar­te de que muchos de esos programas sean demasiado recientes para poder evaluar rigurosamente sus efectos. Convendría, sin embargo, que las medidas en vigor se complementasen con pro­gramas detallados de posibilidades concretas de colocación de nuevos productos, estrechamente vinculados a los planes de industrialización.29 Tampoco se han dado pasos firmes para la creación de una organización capaz de atender con eficacia los complejos problemas de comercialización, estudio de mercados, tarifas, normas de calidad y distribución de los productos mexi­canos en el exterior. Por otra parte, subsisten dificultades de coordinación que cabe atribuir en cierto grado a la falta de definición precisa de funciones de los múltiples organismos que intervienen en la fijación de la política externa.

Las reflexiones precedentes desembocan de manera lógica en el examen de los problemas de éomercio exterior. Arriba se se­ñaló que la estructura y las tendencias de las exportaciones y de las importaciones han recrudecido los desajustes externos hasta el punto de forzar la elevación del endeudamiento para evitar la adopción de medidas restrictivas del gasto y de la expansión de la actividad económica. Por ese procedimiento se han podido sortear álgunas dificultades, pero su eficacia es cada vez menor al crecer muy rápidamente los servicios de la deuda y otros pagos a factores del exterior.

En estas 'circunstancias, parece llegado el momento de pro­curar deliberadamente un cambio en la composición de las co­rrientes de comercio, como condición necesaria para que pueda avanzar el desarrollo económico nacional. Teóricamente existen muchas formas de atenuar los desajustes de balanza de pagos, sea mediante el aumento de las colocaciones de productos pri­marios, de mayor ayuda externa, de exportaciones de man ufac­turas, o bien intensificando el proceso sustitutivo de importacio­nes. Pero si se exami'na el problema con una perspectiva de tiempo lo bastante prolongada, más que enfoques alternativos, esas variantes constituyen un conjunto de medidas claramente complementarias. En el corto plazo, ante las dilaciones naturales que supone la instrumentación de programas activos de exporta· ción de manufacturas, será necesario basarse en las posibilidades que ofrezcan los mercados tradicionales, en la compresión de importaciones superfluas y en los créditos del exterior. A más largo término, a los ingresos de divisas proporcionados por las

28 Aunque las modalidades específicas de poi ítica tendrían que estu­diarse mucho más a fondo, cabe mencionar a título ilustrativo~ posibi­lidades como la ampliación de los recursos y funciones de los centros de investigación tecnológica; el diseño de programas más ambiciosos de asis­tencia técnica y financiera para la elaboración de proyectos; la promo­ción deliberada de la concentración de empresas cuando se considere necesario incrementar su capacidad financiera y de absorción de tecnolo­gía (o procurar la intensificación del grado de competencia, en otros casos); subordinar la incorporación de criterios estrictos de costos y pre­cios al otorgamiento de privilegios impositivos; la concesión de subsidios o exenciones tributarias a los gastos de investigación de las empresas; la creación o fortalecimiento de centros de investigación de las empresas públicas; la celebración de acuerdos de cooperación tecnológica con otros países.

29 Uno de los pocos trabajos que se han preparado en esta materia es la investigación, Promoción de exportaciones mexicanas de productos manufacturados, que elaboró la Nacional Financiera con la colaboración técnica de especialistas de las Naciones Unidas.

115 colocaciones de productos primarios, y al aporte del turismo, habría que ir sumando gradualmente la venta de una gama más diversificada, y con mayor elasticidad ingreso de la demanda, de artículos manufacturados, y la sustitución selectiva de bienes de producción. Sólo en esa forma sera posible imprimir dinamismo y aumentar los coeficientes de exportación de una manera con­gruente con los requerimientos de bienes importados.

A las medidas indicadas para el caso de la promoción de exportaciones de manufacturas, tendrían que unirse esfuerzos complementarios en otras actividades. Una primera posibilidad la ofrecen los mercados latinoamericanos. Aunque en el esque­ma de integración de la ALALC se ha puesto énfasis exagerado en los aspectos puramente comerciales y en la negociación pro­ducto por producto, y se han sufrido además serios tropiezos al tratar de cumplir con los objetivos iniciales de liberalización, en el caso concreto de México se han favorecido importantes co­rrientes de intercambio. En el período 1962-1967, las exporta­ciones a los países miembros de la ALALC subieron de 209.8 a 715 millones de pesos, \)oco más del 65 por ciento de los cuales corresponde a artículos manufacturados. Por otra parte, a diferencia de otras zonas, nuestro país encuentra en América Latina ventajas comparativas innegables que le permitirían colo­car una amplia gama de productos que ya se elaboran y contar con bases más sólidas de mercado para una serie de industrias básicas. 30 Si en vez de impulsar activamente, desde ahora mis­mo, el perfeccionamiento de los instrumentos de integración, se adopta a su respecto una posición pasiva, es muy probable que pronto tengan que redoblarse los esfuerzos para colocar mayo­res exportaciones en mercados mucho más exigentes en materia de precios y de calidad, y no debe olvidarse el peligro de que la economía mexicana quede excluida de muchos de los beneficios de la integración al consolidarse movi mi en tos subregi onales -como el Grupo Andino, ~I Grupo del Caribe y El Grupo de la Cuenca del Plata- donde no tiene participación directa.

Desde un punto de vista distinto, igualmente recomendable es intensificar la participación en los acuerdos internacionales dirigidos a crear condiciones propicias para el establecimiento de relaciones más equitativas entre países subdesarrollados y regiones industrializadas, o en el diseño de poi íticas comerciales conjuntas de las .zonas periféricas. Poco se ha logrado hasta aho­ra en foros como la UNCTAD y la CECLA, si se juzga en fun ­ción de avances concretos. Y sin embargo se han establecido compromisos de largo alcance y se ha puesto en marcha un pro­ceso -acaso irreversible- que conduce a la revisión a fondo de las relaciones económicas internacionales. Las discusiones y acuerdos sobre estabilización de precios de los productos prima­rios, sistemas de preferencias para artículos manufacturados y financiamiento del comercio y el desarrollo, y las discusiones sobre los problemas del transporte marítimo, abren sin duda posibilidades que conviene consolidar fortaleciendo mancomuna­damente el poder de negociación de los países en desarrollo. Ya en las reformas al GATT, y en las propuestas de modificación de los sistemas financieros y monetarios internacionales, se ad­vierte una preocupación por atender de manera más eficaz las necesidades y puntos de vista de las áreas atrasadas.31

30 Las exportaciones a la ALALC de artículos como tubería de ace­ro, planchas y laminados, válvulas y tubos electrónicos, equipo de trans­porte, y productos químicos, han tenido efectos favorables en el aprove­chamiento de las instalaciones existentes. Una visión más completa de las oportunidades del merc"ado común puede consultarse en : Elementos para la elaboración de una pol{tica de desarrollo con integración para Amé:[ca Latina, 1 LPES, Seminario sobre Estudios de Desarrollo con lntegrac1on, México, 1969.

31 Véanse Naciones Unidas, Hacia una nueva po//tica comercial en pro del desarrollo, Nueva York, 1964; H. G. Johnson, Economic policies toward less developed countries, The Broockings lnstitution, 1967: CEPAL, América Latina y la poft'tica comercial intemacional (E/CN.12/773). 1967.

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116 El objetivo fundamenta l de ias sugerencias que se han veni ­

do presentando es promove r la transformación de la composi­ción del comercio externo, pero e ll o no excluye la adopción de med idas que pueden contribuir a a li viar a corto plazo las te nsio­nes de la balanza de pagos. A título ilustrat ivo puede mencio ­na rse la conveni e ncia de reducir el crecimiento de los egresos del tur ismo nacional en el exterior, que en la actualidad repre­senta n aproximadamente e l 23 por c iento de los eg1 esos en cuenta corriente y que, de mantener su tendencia ascende nte, llegarían a ser del 25 por ciente en 1980. Igualmente se justifica la imposición de controles más estrictos a la importación de las empresas estata les a través del Comité de Importaciones del Sec­tor Público o del mecanismo que se juzgue más apropiado. Valdría la pena impulsar al mismo tiempo la realización de acuerdos bilaterales, sobre todo si faci li tan la colocación de pro­ductos básicos o la diversificación de los mercados. Con propós i­tos semejantes, cabria revisar los sistemas de precios de garantía y la asignac ión de fondos de inversión a la agricu ltura para ev itar que se desestimule un tanto artificialmente la producción de algu­nos artícu los exportab les, como el a lgodón. Por lo que a la deuda externa se refiere, pueden existir posibilidades de rea lizar conso­lidaciones o acuerdos financieros que ex tiendan los plazos de vencimiento. Por último, en los progra mas de inversión-financia· miento, habrá que ev it ar la contratación de créditos externos innecesarios, que si bien contribuyen a cerrar la brecha comer­cial de la balanza de pagos con alguna frecuenc ia obligan a la adquisición de bienes importados que se producen en el país. Desde varios puntos de vista pudiera ser preferible recurrir a fuen tes internas de ahorro, o incluso al financiamiento deficita­rio de algunos gastos gubernamentales de inversión.

4. Finanzas públicas

Por la pec uliar organización de sus instituciones y de la adminis­tración pública, la política fiscal de Méx ico -entendida en un sentido amplío- determina en alto grado la orientación de la poi ítica económí ca gen eral. Así es, en primer términ o , porque no se cuenta todavía con un sistema comp leto de planificación qu e coordine y subordine los distintos instrumentos de acc ión gubernamenta l al cumplimiento de objetivos de mediano y largo plazo, dentro de una jerarquización precisa de funciones y ta­reas;32 e n segundo lugar, porque el conjunto de medidas que afectan a los regímenes impositivo y del gasto público, a la deu ­da intema y externa, y a las empresas u organismos paraesta­tales, influye directamente sobre una fracción importante de la activ idad económica nacional y no sólo contribuye, indirecta· mente, a definir políticas complementarías (protección, fomen­to, financiamiento, inve rsión extranjera, precios y salarios, entre otras), sin o también los niveles y estructura de la inversión y el consumo prívados.33

Por eso tiene tanta importancia adaptar la política fiscal a las exigencias del cambio económico, converti rl a en un instru­mento que anticipe y contribuya a resolver los problemas del crecimiento, en vez de esclavi za rse a concepciones que corres­pondieron a una realidad superada.

En México, la hacienda pública ha pe rseguido una gran va· ri edad de objetivos - financiamiento de la formación del capital

32 Véase M. Wionczek, "lncomplete formal planning: Mexico" en P!anning Economic Development, lrwin , 1963.

33 Con ello no se prete nde afirmar que la política fiscal goce de ple­na li bertad para efectuar decision es autónomas en todos esos aspectos . En esto, como en muchos otros casos, el manejo de los instrumentos de acc ión gubernamental se subordina a conside raciones pol íticas más am­pli as y, con frecuencia, la fa lta de coordinación, y el fr acc ion amiento de las responsabi lidades entre diversos organi smos, restringe poderosamente la esfera real de influencia de cada uno de ellos.

perspectivas económicas de méxico

social básico, fomento de la inversión privada, instrumentación de programas de industr ia li zéición o benefi c io soc ia l y el logro de la estab ilidad monetaria y cambiaria - , pero lo que ha consti­tuido un a constante a lo largo de va rias décadas ha sido la preocupación de crea r un clima favorable para la producción y la acumulación de capital, a lo cual se han sumado, más recien­tem ente, consideraciones de estabil idad de precios y del tipo de cambio.

Es indiscutible la aportación que ha significado la política fiscal para la conso lidación de la base productiva y para la ele­vación del coeficiente de ahorros. Sin esa determinación y consistencia , difíc ilmente se hubiera podido construir una eco­nomía relativamente moderna. El hecho mismo invalida muchas de las críticas que se hic ieron en décadas pasadas sobre la in-· flexibilid ad y regres ívidad del s istema impositivo y sobre lo limi­tado de la carga fi scal. No se entendía entonces que el impera­tivo fundamental era asegurar la ampliación del aparato productivo, a l prete nder que el sistema fiscal fuera un mecanis­mo preponde ra ntemente redistríbutívo, propósito para el que no es, desde luego, el instru mento más adecuado.

Pero de la misma manera, es urgente reconocer ahora la ne­cesidad de efectuar ajustes a los enfoques tradicionales. La economía nacional cuenta con una oferta elástica para la mayor parte de los abastecimientos de consu mo popular ; se dispone de un a infraestructura bastante desarrollada, y ha pasado el pe· ríodo en que hubo necesidad de mantener altos niveles de bene­f icio privado como condicionante de la inversión. Ahora es ineludible impulsar la expansión del mercado interno y capací · tar financieramen te al sector público para que pueda cumplir con sus responsabilidades económicas v sociales.

Ll ama la ate nci ón la debilidad de los esfuerzos que se hacen para reso lver los problemas financieros del gobierno, en circuns­tancias e n qu e no debiera postergarse el aumento de los gastos en se rvicios socia les , la promoción de la descentralización de las actividades productivas, e l mantenimiento de la inversión en infraestructura y la creación de nuevas aperturas al desarrollo industrial. Es cierto que se han hecho modificaciones a las dis­posiciones impositivas y establecido sistemas más eficientes de contro l del gasto, pero apenas han bastado para mantener la participación del gobierno en el producto y sortear problemas de corto plazo.

Hasta mediados de la década anterior se pudo diferí r el cre­cimiento de varios renglones de la cuenta corri e nte e incluso sostener una alta concentración de las recaudaciones en manos del Gobierno federal y del Departamento del Distrito Federal, con e l propósito de evitar la contracción del ahorro guberna­mental. La realidad, sin embargo, ha acabado por imponerse. A partir de 1960, las erogaciones corrientes empezaron a crecer con ce leridad , en parte como resultado de los aumentos de re­muneraciones a los empleados públicos y, sobre todo, por la e levación de las transferencias corrientes. Los subsidios y apor­taciones a la agricu ltura, los ferrocarriles, la educación, los go­biernos estata les y los servicios sociales ascienden verticalmente de cifras cercanas a 160 y 3 000 millones en 1950 y 1960, y a más de 6 000 millones de pesos en 1967.

Todavía en esas circunstancias se ha tratado de conciliar el sostenimiento de las erogaciones en la cuenta de capital con un ahorro gubernamental estancado y una poi ítica anti inflacionaria, recurriendo para ello al endeudamiento interno y externo, y aprovechando el desarrollo de los sistemas bancarios y financie­ros nacionales, el prestigio internacional de las finanzas mexica­nas y la ampliación de las fuentes credit icias del exterior. Ya se ha visto la evolución de la deuda externa; bastará agregar aquí

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comercio exterior

que la carga de los intereses se ha convertido en un factor am­plificador de los desajustes presupuestales con una ponderación que excede del 12 por ciento de los ingresos co rrientes.

Por ot ra parte, las transfere nc ias de capita l y la inversión financiera - destinadas principalmente a dar apoyo a l sectur pa­raestatal :_ es tán creando presion es similares a las de la cuenta corriente. Su cuantía absoluta ha crecido de 1 300 a poco más de 3 000 millones en el período 1960-67, eliminando práctica­mente la posibilidad de financiar la inve rsión física con recursos propios del gobierno.

Se comprueba con toda claridad que los inte ntos de aumen­tar la capacidad de ahorro han perdido buena parte de su efica· c ia. De hecho, continúan alentando al ahorro pr ivado y tambié n la inversión extranjera, pe ro la situación es precisamente opues· ta en e l caso de l sector gubernamenta l. Puede n discutirse teóri · camente las ventajas e inconvenientes de la mayor o menor con­centración de l ingreso en manos de l Estado; sobre lo q ue ne cabe argumentac ión alguna es que en el caso de México conven­ga restringir la participación del gobierno en la vida económica.

Las finanza s del conjunto del sector público reve lan proble­mas semejantes y de otra índole, aunque no de la importancia de los del Gobierno Federal. Los ingresos ascendentes del De­partamento del Distrito Federal y la s altas utilidades de much os de los organismos descentrali zados y empresas de participación esta tal, han permitido que el ahorro con junto se elevase a razón del 5 por ciento anu al, a precios corrientes , en t re 1960 y 1967. Aun así, su tasa de expansión no ha guardado proporción con los req uerimientos de la inversión, debiéndose comprimir la adquisición de bienes inmuebles y otros activos, y elevar la con­tratación de créditos, sobre todo en el exterior.

Desde otro ángulo, casi nada se ha hecho para atenuar la excesiva centralización de los ingresos gubernamentales, que si puede tener ciertas virtudes poi íticas entraña a l mismo tiempo limitaciones muy serias para los gobiernos est ata les y municipa­les, y probablemente también errores en la as ignación de los recursos. Mientras en 1950 los gastos de esas entidades re presen­taban alrededor del 14 por ciento de l total del sector público, apenas ll egaron en 1964 al 9 por ciento . Entre esos mismos años, los egresos del Departamento del Distrito Federal ascen­di eron d esde la mitad hasta casi igualar el gasto de todas las entidades feder ativas y los municipios.

La conclusión general del análisis anterior es eviden te. El sector público se ve rodeado de una serie de problemas financie­ros que comienzan a restarl e jniciativa y a crear un a situación en qu e la política fiscal, lejos de facilitar el desarrollo, podría entorpecerlo_ El expediente del crédito no puede ser, a la larga, un sustitutivo de l esfuerzo gubernamenta l de ahorro, a parte de estar agotándose los márgenes iniciales de maniobra. Las medi ­das que podrían adoptarse para resolver los problemas anterio­res son de sobra conocidas para merecer un examen detalla­do.34 Baste señalar simplemente, como requisito primordial, la

34 Véanse V. L. Urquidi, "El impues to sobre la renta en el desarro­llo económico de Méx ico", El Trimestre Económico, octubre-diciembre de 1956, y "La política fiscal en el desarrollo económico de Améri ca Latina", Memoria del Colegio Nacional, t . V. núm. 1, 1962; L. R. San­ti llán y F. A. Rosas, Teor/a general de las finanzas públicas y el caso de Méx ico, op. cit.; D. A. Cervantes, "La poi ítica fiscal y las reformas impo­sitivas de 1962" , Investigación Económica, vol. XXII, núm. 13 , 1962; l. Navarrete, "La naturaleza de la reforma fiscal", Comerc io Exterior, mar­zo de 1962, y Política ' Fisca l de M éx ico, UNAM , 1964; M. A. Labra, " Comentarios sobre las reformas fiscales para 1967", Comerci o Exterior, enero de 1967; R. L. Dávila, La estructura federa l impositiva en México, UNAM, 1959 ; R. Anguiano, L as finanzas del sector público en México, op. cit.; F. J . Alejo, "La economí a mexicafla y sus perspect ivas", Comer­cio Exterior, octubre de 1967.

117 realización de una reforma profunda a la poi ít ica fisca l que in cluya tanto los aspectos puramente tributarios como los crite­ri os de asignación del gasto. Como parte de e ll o, cabr ía revi sar los sistemas de distribución de los ingresos y del gasto en los distintos niveles de gobierno, y de los costos y tarifas de las empresas paraestatales. Del lado de la reforma administrativa, convendría introducir prácticas presupuestarias que permitan distribuir los recursos de acuerdo con programas o proyectos específicos , y hagan posible medir la ef iciencia de las acti vida­des del sector público, de preferencia en lo q ue se ref iere a los desembolsos de capital.35 Por último , deberá recordarse que la amplitud del sector paraestatal, y la necesidad de vincul arlo activa mente al desarrollo de nuevas iniciativas, ha de requerir co n segu r idad e l establecimiento de una o más unidades de programación - vin cu ladas a los órganos del Gobierno Federal - · que elab oren planes de la rgo plazo y a la vez lleven a cabo in· vest igaciones t écn icas y preparen sistemáticamente proyectos específicos de inve rsión .

5. Consideraciones finales

El análisis de las perspectivas del desarrollo económico arroja alguna luz sobre las tendencias histó ricas de la economía mexi­ca na, dentro de una ¡..>erspectiva diferente, en varios aspe ctos, a la que suele presentarse . Ha ido adquiriendo cuerpo un senti · miento bastante ge nera lizado de optimismo originado por la consolidación de asp iraciones naciona listas -casi sie mpre frus­tradas con anterioridad- a través del movimi e nto revoluciona · rio, que hizo viable el aprovechamiento de oportunidades de desarrollo con una intensidad sin paralelo en América Latina.

En sus tiempos, la vieja gua rdia revolucionaria -como e n los nuestros, las nuevas generaciones de poi íticos- se congratuló de los avances logrados, de la forma en que cada gobierno iba superando al anterior en la realización de obras y programas que reducían las carencias e iban abriendo un futuro lleno de posibilidades. Y como la propaganda política se ha vi sto acom­pañada de transformaciones significativas que mejoran sustanci a l­men.te los niveles de vida , por lo menos de las clases medias y de muchos · de los estratos de obreros fabriles, a nadi e extraña que se haya for tal ecido la confian za e n fórmulas adoptadas desde la década de los veintes. Hasta grupos de disidentes han sido conquistados por esa corriente de pensamiento. Cuand o se examina la literatura sobre los problemas nac ionales, pue.cJe comprobarse con facilidad que la mayoría de las críticas a la forma en que se vi ene materializando el desarrollo econ ómico se dirigen principalmente a la escasa difusión de los beneficios del crecimiento, a la falta de reglamentación de la inversión extran· jera, o a la corrupción administrativa, cuestiones todas ellas susce ptibles de atenderse en alto grado dentro del ma rco insti tu­cional esta blecido.

Sólo de vez en cuando afloran problemas que ponen en en · tredicho la capacidad de adaptación de las instituciones al cam· bio socioeconómico. Pero los brotes de descontento no han trascendido a l grueso de la población ni han adquirido hasta ahora suficiente fuerza para forzar un a revisión a fondo de los mecanismos tradi cionales de acción económica y política . S in embargo, detrás de l optimismo que refleja nuestra visión de l futuro, toma cuerpo un a inter rogante fundamental: lqué ocurri· ría con las posibilidades reales del desarrollo si los principales agentes dinámicos a que se ha debido el crecimiento en las últi· mas décadas se agotaran o estuvieran en camino de agotarse?

35 Véase A. Navarrete, "E l desarro ll o económico y el contro l de l gasto público", Comercio Exterior, juli o de 1962.

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118 Tal cuestión puede parecer de momento académica. Dados

los impulsos que vienen operando, la economla difícilmente perderá su vigor a corto plazo y existen todavía márgenes de acción para sortear los conflictos sin recurrir a cambios drásti · cos en el enfoque de la poi ítica económica. Pero habrá que pagar un precio si no se efectúan los necesarios ajustes con la suficiente anticipación. De un lado, el costo está representado por la gestación de mayores tensiones sociales (que tal vez pueden reducirse aumentando los gastos corrientes gubernamentales a costa del ahorro y de la formación de capital). De otro, el de depender en mucho mayor medida de elementos un tanto alea­torios como la eficacia de los mecanismos espontaneos del mer­cado, la afluencia de capital extranjero y la evolución de la demanda externa para modificar la orientación de la economía y, en particular, de la inversión.

Las alternativas que se ofrecen para asegurar la continuidad de largo plazo del desarrollo económico del país no consisten, por lo tanto, en negar o afirmar el imperativo de un cambio; éste habrá de producirse cualquiera que sea la tónica de la polí­tica gubernamental. Lo que se encuentra en juego es la capaci· dad de establecer modalidades de acción que puedan encauzar las fuerzas económicas en la dirección que más convenga a los pro· pósitos del progreso nacional. Se necesita, por consiguiente, empezar a definir de nuevo esos objetivos; es decir, elaborar con clara perspectiva las metas a alcanzar y los mecanismos e instru­mentos que se necesiten para lograrlas.

De hecho, la concepción -y la instrumentación sobre todo­de una nueva estrategia de desarrollo, . tendrá que encontrar resistencia. Aparte de la inercia natural, la promoción de poi Í· ticas decididas de industrialización, comercio exterior y empleo, pueden interpretarse como atentatorias de las prerrogativas del sector privado, e incluso como intentos enmascarados de am­pliar al seétor público con propósitos de socializar paulatina­mente la economla. También son de esperar reacciones desfavo­rables en el aparato poi ítico que, cegado por éxitos del pasado, se resiste a adaptarse flexiblemente a las condiciones de una sociedad que ha evolucionado.

Pero los reajustes de la política económica que aquí se han resumido, aunque pudieran parecer utópicos, están basados en un conjunto de ideas que viene gestándose como resultado del estudio de los problemas nacionales y del subdesarrollo, y que se basa en experiencias puestas en vigor en diversos países; en la práctica, esos ajustes sólo requieren transformaciones graduales, de menor importancia que otras que se han llevado a cabo en el pasado. Dicho en otros términos, se ha trabajado dentro de una concepción acotada del cambio económico, llevándose simple­mente a sus consecuencias lógicas el objetivo de preservar un m1n1mo de autonomía al desarrollo y de buscar una mayor difusión de sus beneficios entre los grupos sociales mayoritarios.

Las transformaciones -y en particular de 1 a trascendencia que tiene la alteración de la pauta de desarrollo- no constitu· yen la regla general sino la excepción, dentro de la historia . Por esa razón, en la mayoría de los casos se tropieza con un am· bientr institucional poco propicio que hace extremadamente doloroso el proceso del ajuste social. Muchos de los conflictos y confusiones que caracterizan a los períodos de transición se han debido a la desadaptación de las consecuencias del progreso económico. Casi nunca se reconoce que la superación de obstáculos y el alcance de ciertas metas, lejos de llevar a un estado de equilibrio permanente de fuerzas, ha dado vida a nue­vas series de problemas que, por ser diferentes, encuentran a la sociedad poco preparada para resolverlos.

perspectivas económicas ele méxico

Por todo ello se fortalece la idea de la necesidad de mejorar 1 os mecanismos sociales de control y orientación de las transfor­maciones económicas para que, sobre la base del análisis de las perspectivas históricas, puedan diseñarse poi íticas con alguna probabilidad de influir en la evolución del desarrollo.

Para terminar, convendrá volver brevemente sobre algunos de los puntos de vista expuestos. La hipótesis principal se ha referido a la disminución de los impulsos dinámicos generados por la reforma agraria, al proceso de sustitución de importa ­ciones, la demanda externa y la formación y el gasto del sector público. En forma paralela se ha destacado el creciente desfasa­miento de la política económica, es decir, la aplicación de soluciones que fueron adecuadas en otros tiempos a problemas nuevos que han surgido del propio desarrollo. Ante esas circuns­tancias, se señala la necesidad de modificar deliberadamente el módulo de crecimiento con el propósito de disminuir los costos sociales del cambio y de asegurar la continuidad del progreso económico. El análisis lleva a sugerir, más concretamente, la crea· ción o el fortalecimiento de nuevos polos de crecimiento como el fomento selectivo de la industria pesada y de las exportaciones de manufacturas, el ensanchamiento del mercado interno y la reno­vación de la función del estado como agente promotor del des· arrollo.

Desde un ángulo analítico, como desde uno práctico, la eficacia de las sugerencias propuestas depende de que se consi· deren como un cuerpo interdependiente de medié:!as que sólo tiene pleno sentido consideradas en conjunto. Por lo tanto, incluso corriendo el riesgo de incurrir en simplificaciones excesi­vamente burdas, se justifica una breve relación de esa comple­mentaridad. Mediante el establecimiento de una política de empleo y de redistribución del ingreso se habrían colocado los cimientos para aumentar la dimensión del mercado interno y también para aliviar las tensiones sociales en gestación. Los incentivos resultantes facilitarían la reactivación de las ramas agrícolas e industriales que se ve obstaculizada por el lento crecimiento de la demanda interna. La mayor expansión de esas actividades, a su vez, fortalecería directa e indirectamente la producción de artículos manufacturados de mayor complejidad técnica. Unido todo ello a una política bien diseñada de indus­trialización y sustitución de importaciones -que consistiría en dar prelación a las manufacturas básicas, la integración de procesos, los costos y la reducción de los coeficientes de capaci­dad ociosa-, permitiría una mejor asignación de los recursos de invers1on y elevar el grado de competitividad de la economía. Apoyada en una base industrial más eficiente, la política de comercio exterior procuraría activamente alterar la composición y elevar el crecimiento de las exportaciones, y aprovechar las oportunidades que ofrecieran los mercados latinoamericanos y de otras regiones. Esto último repercutiría favorablemente en la integración del complejo interdependiente industria-comercio exterior, y también en la reducción paulatina de las brechas comercial y ahorro-inversión. Para que puedan lograrse todos esos objetivos se necesita lanzar simultáneamente un ataque frontal contra el estrangulamiento de las finanzas públicas, como medio efectivo de liberar la acción del estado de las restricciones que se derivan de su baja capacidad de absorción de recursos. Si así no se hace, el sector gubernamental se vería imposibilitado para emprender, a escala ampliada, programas de inversión y promoción, o tratar de alcanzar objetivos de carác­ter social. Los estímulos para la formación de capital que po­drían obtenerse del esquema trazado llevarían a cimentar el desarrollo nacional sobre bases más sólidas y dinámicas, y por ese camino sería posible también simplificar la tarea de elevar las condiciones de vida de la población, incrementar el empleo de la fuerza de trabajo y reducir la dependencia del exterior.

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Sección Nacional

COMERCIO EXTERIOR

Restricciones voluntarias a la exportación

de tomate

Una vez más durante el pasado mes de enero, la prensa, tanto nacional como estadounidense, se ha referido a nuevos problemas respecto a la exportación. de tomate mexicano al mercado norteameri­cano.

De esta suerte, en relación a una pro­puesta de control de la Asociación de Productores de Tomate de Florida al Departame,nto de Agricultura de Estados Unidos, en el sentido de aumentar el ta­maño mínimo de los tomates enviados desde Florida o México, en caso de que

Las informaciones que se reproducen en esta sección son resúmenes de noticias apa­recidas en diversas publicaciones nacionales y extranjeras y no proceden originalmtmte del Banco Nacional de Comercio Exterior, S. A., sino en los casos en que expresa­mente así se manifieste. En cada número se recogen informaciones scbre aconteci­mientos acaecidos hasta el final del mes precedente.

los precios acusaran un debilitamiento, la Unión Nacional de Productores de Hortalizas expresó que se trataba de una med i.da discriminatoria cuyo objetivo era eliminar del mercado a los producto­res mexicanos.

Asimismo, los productores mexicanos se mostraron favorables a la adopción de dos medidas: evitar la venta de tomate de calidad inferior a las clases uno y dos, por un lado, y, por otro, la implan­tación de restricciones que afectaran por igual a tomates verdes y maduros hasta el diámetro 2.9/32. De esta forma se reducirla la oferta y se obtendría una ganancia equitativa para ambas partes.

A su vez, el errbajador de México en Washington se entrevistó con el Jefe del Departamento de Agricultura estadouni­dense a fin de tratar el tema de referen­cia. El Secretario Adjunto de Agricultura explicó al efecto que se han delimitado tamaños mínimos para evitar notables disminuciones en los precios, pero qu'e dicha reglamentación no es una práctica discriminatoria, en tanto que afecta por igual al tomate mexicano y al estadouni­dense.

Se informó también que, en virtud de condiciones climáticas adversas en aquel

país, se pospuso la expedición de una orden federal que fijaría normas dimen­sionales más elevadas para los tomates que llegan al mercado.

Posteriormente, un vocero de la em­bajad a mexicana en Washington hizo saber que los productores mexicanos de tomate establecerían restricciones volun ­tarias a las ventas a Estados Unidos, con el propósito de contrarrestar una recien­te reducción en los precios.

Las restricciones, que entraron en vi ­gor el 24 de enero, provocarán un decre­mento del 24% en la exportación de tomate mexicano a Estados Unidos . En caso de registrarse un aumento de los precios en el punto de entrega, es decir, en Nogales, Arizona, la medida sería sus­pendida.

Si la medida de referencia no alcanza­ra el efecto deseado y continuase la baja de los precios, se impondría una segunda restricción del 20% adicional.

Al con.ocer la noticia, un funcionario del Departamento de Agricultura del ve­cino país del norte comentó que posible­mente tal medida se explicaba si se tenía en cuenta que las dos siembras del año maduraban 'juntas como consecuencia de

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120 las bajas tem pera turas preva lecientes y q ue redundaba en benef icio de los pro­ducton:s me xicanos, para q ui enes no se­rla recomendable inundar e l mercado es· tado unidense .

Por otra parte , a l an unci ar el 25 de enero la Uni ón Nacional de Productores de Horta lizas que entraba en vigor la medida restr icti va . se indicó que ésta ohedeci'a a un deseo de lograr una mejor cot iZé1ción para e l toma te , sobre todo conside rando q ue la producci'ón de Flo· ricia se ve rá mermada por las últimas he !adas q ue sufrió la región .

Se acor-dó enviar a los mercados esta­dounidenses tomate maduro con una ca-1 idad mlnima de l 80%, y de 85% para el fruto no maduro. Se suspenderán las re­mesas de tomat e de 7 x 7 o menores en espera d e una reacción de los precios .

A su vez , e l 28 de enero, tres dlas más tarde , la Asociación de Productores de Tomate de Florida solicitó a l Depar­tamento de Agricu ltura de su pals que apli cará inmedi atamente restricciones a la importación de tomates mexicanos, arguyendo que éstas les restan sus posi­bilidades de ventas en e l me rcado inter­no. La solicitud seña la un 1 Imite para to mates verd es de 2.9 / 32 pulgadas y para los de cua lquier otra clase de 2.20/32 pulgadas.

La urgenci a de la demanda de los productores est adounidenses se debe, se­gún informaron, a que los en vlos me xi­canos aumentaron en las últimas tres se­manas de 441 camiones a 914, en tanto q ue las remesas de Florida declinaron de 429 a 350 camiones en el mismo lapso.

Se plantean diversas actividades de promoción

comercial 1m el mercado austriaco

Al con el uir la reunión celebrada la maña ­na de l 11 de febrero entre representantes de la Cámara Federal de Economía de Austria y de la embajada austriaca en Mé­xico, por un a parte, y funcionarios del Ranco Nacional de Comercio Exterior, S. A., de Mé xico, por otra, se convino t entativame nte en la necesidad de planear diversas actividades de promoción enca­minadas a incrementar los niveles de co­mercio entre México y Austri a, que a la fecha son muy reducidos. Desde el punto de vista de las exportaciones mexicanas al mercado austriaco se acordó que es con­veniente estudiar la participación de Mé­xico en la Feria de Viena, que se celebra

an ualmente en el otoño, o ill ternat1va­mente prepa rar la orqani zaci ón de una "se mana mex ica na" en un o de los más importantes al macen es de la capital aus· triaca . Igualmente, se consideró conve­ni ente inicia r el est ud io de los resultados que podrían obtenerse de una misión comercial mexicana a Austri a . Para in­crementar el comercio en ambos sentid os se acordó, fin a lmente, que los fun ciona­r ios comerc iales de la embajada de Au s­tria en México y los del Bancomext se reunirlan en el futuro inmedi ato para exa­minar las posibi lidades concretas de am­pliación de los intercambios.

Al examinar la si tuación general de l comercio mexi cano-austriaco, se advirtió e l descenso que en los tres últimos años han sufr ido las exportaciones mexicanas a ese mercado, frente a los aumentos regis­trados por nuestras compras de productos austriacos, que provocaron el desequili­brio desfavorabl e a nuestro pa(s de la ba­lanza comerci a l ( 1.4 mi ll ones de dólares en 1968). Hasta la fecha, Mé xico ha ven­dido a Austria principalmente productos agrlcolas, como algodón, café y tabaco, y ha adqu irido en ese pa ls muy diversos ti.pos de art(culos industriales . En el curso de las conversaciones se señaló que exis­ten buenas perspectivas para colocar ma­nufacturas mexicanas en el mercado aus­triaco, habida cuenta de que se realicen las actividades promocionales necesarias.

Entre éstas destaca, desde luego , la posibilidad de una mis ión comercial mexi ­cana a Austria y la participación de Méxi ­co en la Feria de Viena, cuestiones que se rán estudiadas detenidamente a fin de evaluar las posibilidades de éx ito existen­tes. Se destacó especial mente que Austria ocupa una posición estratégica para el mercado centroeuropeo, por lo que po­dría servir de puente para la colocación rfe productos mexican os en otros merca­dos de la zona.

Creación de la Comisión Nacional Reguladora

de la Fresa

Durante los d(as 4 al 9 de febrero celebra­ron reuni ones en el Banco Nacional de Comercio Exterior, S. A., los representan­tes de los distintos sectores que intervie­nen en la producción, procesamiento, distribución y venta al exterior de la fresa mexicana, con objeto de analizar los pro­blemas que vienen afectando a esta indu~­tria y aplicar las medidas pertinentes para resolverlos o, por lo menos, atenuarlos.

Como resultado inmediato de los cam-

sección nacional

bios de impres iones ten idos entre los pro­pios sectores y los representantes del Banco Naciona l de Comercio Ext er ior fue constituida la Comis ión Naci onal Regula dora de la Fresa, entre cuyas funcione~ previstas se destacan las sigui entes :

1) Diseñar y a pli car las medidas que permitan la correct a plan ifi cación de las área s de cultivo y lograr la tecnificaci ón de las distintas labores que implica la pro­ducción agrícola.

2) Dictar un reglamento para contro­lar la movi li zación, distribución y venta de la fruta fresca y congelada destinada al mercado interno y a la e xportación.

3) Aplicar los mecanismos reguladores de la oferta, llegando incluso a fijar los precios mi'nimos que deban regir para cada clase de producto.

4) Reglamentar las relaciones que de­ban existir entre productores, agriculto­res, conge ladores y empacadores de la fruta.

5) Est udi ar y encontrar la solución de todos los problemas que impidan la ex­pansión de la act ividad fresera mexicana, incluyendo necesidades y formas de fi­n a n c i a miento, bodegas refrigeradas y organización de la oferta exportab le .

La Comisión Nacional aludida quedó integrada por 8 personas de las más desta­cadas entre los agr icultores, empacadores y exportadores de fruta, y dentro de di­cha Comisión se designó un Comité Eje· cutivo para realizar los acuerdos que se tomen.

SECTOR AGRICOLA

Algodón: producción en 1969 y perspectiva

inmediata

De acuerdo con datos divulgados por The Journal of Commerce (7 de enero de 1970), la cosecha de a lgodón mexicano para 1969 fue, conforme a estimaciones pre liminares, de 1 700 000 a 1 750 000 pacas, nivel muy inferior al alcanzado en 1968 que fue de 2 400 000 pacas.

Este descenso en la produoción total se debe principalmente a la combinación de tres elementos: una contracción en los precios al principio de la primavera, con­diciones climáticas adversas, y disminu­ción de los rendimientos.

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comercio exterior

Asimismo, el total del área se mbrada fue de 542700 ha comparado con 718 500 ha en 1968, lo cua l denota la insati sfacc ión prevaleciente como resulta­do del descenso de los precios, espec ial­mente en la costa occidental.

Sin embargo, las proyecciones para 1970, conforme a ciertos indicadores, hacen pensar que aumentará la extens ió n sembrada; entre otros factores, la t end en­cia al al za de los precios en el mercado internacional parece ser el más importan­te, tendencia que se manifiesta como re­sultado de las reducciones de las cosech as estadounidense y rusa en 2 millon es y entre 500 y 1 mil Ión de pacas, respectiva­mente.

En conjunto, las exportaciones para 1969 se calculan en 1 100 000 pacas ; de este total Japón absorb ió 550 000; Eu · ropa 425 000 de las cuales Ita lia adquirió más de la mitad, Alemania 80 000 y el resto Francia, Bélgica, Suiza, 1 nglaterra e 1 rlanda; 120 000 fueron vendidas en el hemisferio occidental, principalmente a Canadá y Chile , y 30 000 más se distribu­yeron en el Lejano Oriente , incluyendo Hong Kong, Formosa y Filipinas.

En cuanto a l mercado interno, se espe­ra que consuma el resto de la cosecha y entre 150 000 y 200 000 pacas de exce­dentes de la producción de 1968.

Por lo que hace a los precios corrien­tes, éstos fueron ligeramente más altos que los prevalecientes en Estados Unidos y otros países para fibras de calidades equiva lentes . Se estima que desde fines de agosto del año pasado los precios del algo­dón se han incrementado e n aproximada­mente un 10 por ciento.

En la costa occidental, se ha vendido a futuros el producto de por lo menos 50 000 ha de las sembradas para la cose·· cha de 1970, lo que se entiende como una respuesta de la demanda frente a la ten­dencia alcista de los precios.

No obstante, a lgunos expertos no pre­vén un aumento sustancial en la superficie sembrada y predicen que ésta será de la misma magnitud que la de 1969. Se indi­ca que mejores condiciones climáticas y plagas de insectos más benignas redunda­rán en un incremento de la cosecha y, por tanto en una mejoría en los rendimientos.

Cabe señalar que el rendimiento pro­medio durante 1969 fue de 3.1 pacas por ha que, comparado con la cifra correspon­diente a 1968 que fue de 3.36 pacas, im­plica que de no haberse sufrido la acción negativa de las condiciones climáticas hubiera sido superior en buena medida.

Una de las regiones más dañadas fue la de Altam ira, Tams .. la cual, confo rme a cá lcul os conservadores, produciría 80 000 pacas y que, como consecuencia del exce­so de 11 uvias, las sequías y el azote de plagas de insectos, produjo cuando mu­cho 15 000 pacas en un total de 35 000 a 40 000 ha sembradas.

El problema de la salinidad en el valle

de Mexicali

En virtud de que proximamente concluye la vigenci a de l convenio provisional, con­tenido en e l acta 218 de ta Comisión In ­t e rnacional de Límites y Aguas, suscrito por Mé xico y Estados Unidos y refer id o a las aguas salnbres que riegan el valle de Mexicali, nuevamente se ha suscitado una serie de opiniones y debates en torno a l tema.

En el convenio de referencia, los go­biernos mexicano y estadounidense acor­daron que este último construiría un cana l de desvío para conducir y descargar las aguas (del sistema de pozos profundos operado en el valle de Wel lton Mohawk) abajo de la Presa Morelos; que nuestro gobierno aceptaría que se contabilizara, como se hace desde 1961 con cargo a la cuota que se nos asignó en el tratado, el vo lumen total de 200 a 250 millones de metros cúbicos anuales de aguas salinas procedentes del Wellton.

Se previó también, que al término de la vigencia de este convenio provisional, que comprende el período 1965-1970, descenderla progresivamente la salinidad de las aguas hasta alcanzar un nivel nor­mal e igual al de las aguas naturales del Río Colorado, que se usan para fines agrí­colas y de otros tipos.

En primer término, el ingeniero Emilio López Zamora realizó un estudio al res­pecto para los campesinos de Mexicali agrupados en la Central Campesina Inde­pendiente. En dicho estudio se plantea que una de las posibles soluciones al pro­blema de la salinidad, sería reanudar las negociaciones diplomáticas o bien, si el Gobierno federal lo juzga pertinente, ini­ciar un juicio ante los tribunales interna­cionales a fin de reivindicar los derechos que tienen México respecto a que su cuo­ta se integre con agua s útiles para los fines previstos en el tratado de 1944.

Se explicó también que el sistema de drenaje construido por el Departamento del Interior del Gobierno de Washington, durante 1961, en Wellton Mohoawk se

121 efectuó sin previa consu lta a l gobi e rno mexicano, descargándose desde esa é poca en el cauce del río Colorado aguas co nta­minadas, mismas que se destinan a irriga­ción en el vnlle de Mexicali. De esta forma, se ha afectado notabl emente I<! fertilidad de las ti erras, la productividad de los cultivos y, en genera l, la econom ía de la región.

En el estudio de referencia se señala que no ha disminuido la salinidad de las aguas de Wellton y que en el canal de desvío se construyó una compuerta a tra · vés de la cual las aguas salitrosas son in­corporadas a las de la Presa Morelos, que normal mente se .ded ican a irrigación. Asimismo, López Zamora hace notar que a unque no existe información oficial al respecto, parece ser que en 1955 funcio­narios mexicanos de la Comisión 1 nterna­cional de Límites y Aguas autorizaron con su firma un protocolo en el que se aceptó que la cuota de México en el río Colorado se integrara con aguas de retor­no de muy elevada sa linidad, como las que se bombean del dren principal del va­ll e de Yuma, y que desde.entonces se des­cargan año con año en e l Canal de Sán­chez Mejorada para irrigar los terrenos de San Luis Río Colorado, en Sonora .

Además de las proposiciones en el sen­tido de reanudar las negociaciones diplo­máticas o bien de llevar el caso a los tribu­na les internacionales, López Zamora propone no emplear en e l servicio de rie­go de Me xicali aguas procedentes de We ll­ton y prolongar el canal de desvío y des­cargar esas aguas al sur del perímetro de riego , evitando la contaminación; modifi­car el programa y el presupuesto de reha­bilitación del distrito de riego de San Luis Río Colorado, teniendo en cuenta como factor primordial la conservación de los suelos; que el Gobierno federal formule un programa compulsivo y no indicativo de desarrollo agropecuario para el valle de Mexicali, teniendo presente la salini· dad de los suelos y de las ag uas de riego para deslindar las tierras del vall e y pro­yectar correctamente la distribución de los cultivos y, finalmente, integrar unida­des de producción y organizar adecuada­mente a los productores dentro de coope­rativas.

A su vez, e l Comité de Defensa del Valle de Mexicali solicitará al Presidente de la República que demande a l vecino país del norte una prolongación del canal de desvío de las aguas salobres del Well­ton, de forma tal que no afecte las aguas de riego; que no se contabilicen sus volú­menes como si fueran parte de la propor­ción que debe entregarse a México de las aguas del río Colorado y que, en conse­cuencia, sólo sean enviadas aguas útiles, a

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122 reserva de que sea planteada una demanda en el Tribunal Internaciona l de La Haya, exigiendo la indemn ización de los daños causados por la salinidad. Asimismo, se reiteró la ineficacia del convenio provisio­n a I que comprende el período 1965-1970.

Por otra parte, ·respecto a las declara­ciones del candidato del Partido Revolu­cionario Institucional a la presidencia de la república, efectuadas durante una reu­nión con corresponsales de prensa extran­jeros y en la cual se inquirió en relación al problema de la salinidad, fuentes de la embajada de Estados Unidos en nuestro país aceptaron que éste constituye un motivo de tensión en las relaciones entre México y el vecino país del norte.

También se explicó que existen planes para construir una planta nuclear cuya función sería la de desalinizar las aguas del Colorado, "aunque no se sabe si con ello pueda controlarse la salinidad y aca­bar con el problema". En torno a la cadu­cidad del convenio se dijo que se tendrían que entablar nuevas pláticas para encon­trar una !iolución satisfactoria para ambas partes.

SECTOR INDUSTRIAL

Presupuesto de Pemex para 1970

El 14 de enero próximo pasado, el Direc­tor General de Petróleos Mexicanos, S. A. (Pemex), dio a conocer el presupuesto y el programa de esa institución, correspon­diente a 1970.

Pemex ejercerá un presupuesto del orden de 21 006 millones de pesos, que representa un incremento del 18% en rela­ción a 1969 y alcanza al 29% respecto del presupuesto federal para el año en curso.

Para sufragar los egresos previstos, la empresa dispondrá de 18 077 millones de recursos internos, cifra que incluye los ingresos por ventas en el país -13 042 millones-, las exportaciones - 549 millo­nes-, los créd itos revolventes -3 880 mi ­llones- y los ingresos por operaciones diversas -597 millones. Asimismo, conta­rá con créditos internos y externos del orden de 2 929 millones. Por lo tanto el presupuesto será cubierto en un 86% con recursos propios y en un 14% con fi­nanciamien tos de instituciones de crédito y proveedores. Cabe señalar que el rubro correspondiente a ventas interiores se di vi-

de en 11 705 millones derivados de ventas de productos petroleros y 1 320 mil lones de productos de petroquímica básica.

Se explicó también que las ventas de productos petroquímicos aumentarán en un 33% durante 1970, eva luándose en 1 320 millones de pesos. Se mencionaron, además, las siguientes cifras:

a) Las ventas interiores han aumen­tado de 7 915 millones en 1965, a 13 042 millones en 1970.

b] Del total de exportaciones que se proyecta para el año en curso, 94 millo­nes de pesos corresponderán a gas natural, 366 millones a cumbustóleo y residuos asfálticos y 89 millones a diversos produc­tos petroquímicos.

c] A gastos de operación se dedicará el 48% del presupuesto, es decir, 10 099 millones de pesos.

d) A su vez, el pago del pasivo ascen­drá a 2 242 millones.

En el presente año Pemex será, al igual que en otros años, el principal contribu­yente al erario federal, ya que pagará por concepto de impuestos 1 572 millones de pesos, cifra que representa el 6% de los ingresos fiscales de la Federación .

Se destinará a inversiones del presu­puesto total el 23"/o, o sea, 4 797 millo­nes, de los cuales 1 982 millones son para obras menores y mayores, 625 millones para -adquisición y reparación de equipo y 2 189 millones para el programa de explo­ración y perforación de pozos.

El programa original de inversiones, que para el lapso 1965-1970 ascenderá a 27 668 millones, ha sido revisado y modi­ficado conforme a las transformaciones operadas en los factores que determinan la act ividad de la empresa. De esta forma, los recursos financieros se han cana li zado a aquellas obras que demanda la evolu­ción de la industria y el mercado. Para 1970, el programa prevé la terminación de 204 obras, con valor de 2 082 millones de pesos.

Durante el período 1965-1970 la pro­ducción de crudo, gas natural y líquidos de absorción aumentó en un 34%, en tan­to que las reservas de hidrocarburos en 30%, lo que asegura el consumo para los próximos 22 años.

Por últi mo, se indicó que, además de prosegui r el programa de inversiones, se promoverá la formación de nuevos cua­dros técnicos y administrativos, la capaci­tación de personal en todos sus niveles,

sección nacion•I

una mejoría en la organización adminis­trativa, seguridad industrial e incorpora­ción de nuevas técnicas de exploración, explotación y elaboración de productos.

Un paso más hacia la integración de la industria eléctrica

El 21 de enero último el Consejo de Ad­ministración de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro designó como nuevo director genera l de la misma al Lic. Gui-11 e rmo Martínez Domínguez, director general de la Comisión Federal de Electri ­cidad. Este hecho se interpretó como un notable avance dentro del proceso de in­tegración de la industria eléctrica.

Al tomar posesión de su nuevo cargo, el director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). explicó que esta última compró la mayoría de las acciones de la antigua Mexican Light y, en conse­cuencia, de la Compañl'a de Luz y Fuerza del Centro (CLFC). Al efectuarse la ope­ración, la CFE se comprometió a mante­ner las tarifas y a hacerse cargo del adeu­do de 2 000 millones de pesos que se registraba como deuda de la nación por la compra de las empresas extran jeras. 1 ndi ­có que en el presente sexenio la ind ustria eléctrica se ha convertido en la más im­portante del país, con activos de 30 000 millones de pesos.

El nuevo director de la CLFC, indicó que dará especial atención a los siguientes aspectos: mantener estab les las tarifas; acelerar el plan de obras a fin de evitar interrupciones en el servicio; aprovechar la capacidad de la CLFC para otras regio­nes del pa(s; incorporar la empresa a la po líti ca de electrificación rural que aplica la CFE; electrificar el municipio de Netza­hualcó'(ot l, Méx., y atender las negocia­ciones de revisión del contrato colectivo de trabajo del Sind icato Mexicano de Electricistas.

HACI ENDA PUBLICA

Estudio sobre los gastos de publicidad

en México

Jno,estigación Fiscal, órgano informativo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, dio a conocer recientemente un importante análisis de las erogaciones que por concepto de publicidad realizan las empresas en México. En la nota que

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comercio exranor

presenta e l estudio de referencia se indica que son de observarse las contradicciones en que incurren empresas similares por lo que hace a su gasto en publicidad, de lo que se infiere la preocupación de la admi­nistración tributaria en el sentido de encauzar adecuadamente el gasto en pu­blicidad para cada empresa o grupo de empresas .

En su introducción el estudio hace referencia al desarrollo excesivamente rápido del complejo publicitario, cuyos efectos sobre el mercado son hasta ahora desconocidos . La eficacia aparente de este servicio atrajo a los anunciantes latino· americanos, quienes :-,an aplicado las mis­mas técnicas q ue se utilizan en países de mayor desarrol lo, sin considerar la dife· rencia de las condicion es prevalecientes . Así mismo, la publ icidad carece de un objetivo def inido y preciso.

Por lo tanto, se infiere que los factores arriba señalados coadyuvan a la creación de un desperdicio en gastos de publicidad, dada la magnitud de éstos y los defectos de que adolece el servicio.

Con objeto de cuar•t iticar el gasto que efectúan las e m~resas ·;n servicios publici-

CUADRO 1

Empresa

Giro 1

Empresa A

Empresa B

Empresa C

Giro 11

Empresa A

Empresa B

Empresa C

Giro 111

Empresa A

Empresa E:,

Empresa •."

f r.;;·resos

1 002

732

645

186

197

206

588

293

512

Gasto en publicidad

107

64

62

65

17

7

16

10

8

tarios, se realizó un muestreo conforme a cifras de 1966, para lo cual se selecciona· ron 612 negociaciones, agrupadas en cuatro grandes sectores : industria, comer· cío, bancos e instituciones de crédito, y compañías de seguros.

El primer grupo alcanza la cifra más elevada, ya que fue del orden de 1 133 millones de pesos, es decir, el 82 .6% del total de las erogaciones por publicidad. A su vez, la actividad comercial tiene egre · sos por este concepto de 131 millones de pesos, que representan el 9.5% del gasto total. El tercer grupo gastó 86 millones de pesos , que en números relativos significan él 6.8% del total. Por último, e l cuarto grupo efectuó un gasto publicitario de 8 millones de pesos , o sea tan sólo el 0.9% del total.

Es por demás interesante comparar las diversas cifras observadas en distintas empresas de un mismo grupo y concluir que las cantidades invertidas en publici· dad no en todos los casos aumentan las utilidades, pues se conocen empresas cuyos gastos de publicidad son elevados y, sin embargo, registran escasos rendi· mientos. Lo anterior es pa lpable en el cuadro 1.

Utilidad

39

87

47

13

59

17

66

24

94

% del gasto en

publicidad sobre

ingresos

10.6

8.6

9.7

35.0

8.6

3.3

2.7

3.6

1.6

%de utilidad sobre

ingresos

3.9

11.9

7.3

7.2

30.2

8.2

11.3

8.3

18.4

Nota: G i·;:;s I y 11 (industriales), giro 111 (comercial) .

123

Con base en la información obtenida en el muestreo, se calcu ló la tendencia del incremento de los gastos publicitarios para los siguientes die z años (ver cuadro 2).

CUADRO 2

Tendencia de los gastos en publicidad

Años

1964

1965

1966

1967

1968

1969

1970

1971

1972

1973

1974

1975

1976

Gastos en publicidad en % del ingreso

total de la muestra

3.79

4.35

5.25

5.92

6.65

7.38

8.11

8.84

9.57

10.30

11.03

11.76

12.49

Asimisrro, se estimó la relación entre el ingreso per capita y el gasto en publici· dad como porcentaje del ingreso, para veinte países (ver cuadro 3).

Conforme a los resultados obtenidos se infiere, por una parte, que los gastos en publicidad observan tal ritmo de crecí · 11iento que en doce años se triplicarán los ~ealizados en 1964 y, por otra, que no e xiste relación entre el nivel de vida de un pueblo y el total de las erogaciones en publicidad.

En la última parte del estudio de refe­:·encia se señala la irracionalidad de la filosofía que llevan impli'cita los sistemas publicitarios y se pone en evidencia el desperdicio en la publicidad, mismo que se explica al considerar los siguientes elementos: a) no existen planes de publi­cidad, sino presupuestos; b) la responsa­bilidad de la preparación de estos planes no se ha definido; c) pocas personas den ­tro de las em presas saben definir objetivos y planificar, y d) é,lUn conociendo las técnicas de planeación no se cuenta co n

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124 una información confiabl e que funcione como una base adecuada.

CUADRO 3

Relación entre el ingreso per cap ita y los gastos en publicidad

Ingreso per Gasto en publicidad capita en % del ingreso

Pat's (dólares) per capi ta

Australia

Austria

Bélgica

Ceilán

Chile

Costa Rica

Dinamarca

Finlandia

Alemania

Irán

Irlanda

Israel

Italia

Japón

México

USA

Reino Unido

Venezuela

Portugal

España

TURISMO

3 152 1.58

1 075 1.78

1 413 1.09

127 0.44

418 0.64

332 1.13

1 733 1.86

1 116 2.03

821 3.70

200 0.15

836 0 .81

1 048 0 .57

888 1.13

765 1.38

500 1.05

3 260 2.60

1 440 1.50

770 1.15

335 1.30

597 1.37

Turismo interno y programas de

inversión

Organismo para promover el turismo interior

En fechas recientes el Jefe del Departa­mento de Turismo anunció la formación

de un organismo de la in iciativa pr ivada, auspiciado por e l Gobierno federal, cuya finalidad será la pro moción de l turismo inter ior ent re personas con ingresos d e 3 000 a 5 000 pesos.

Al pr in c ipio, la institución dispondrá de un fondo de 2 .5 millones de pesos. Asimismo, se indicó que sus operacion·es consistirán en ofrecer viajes bajo el siste· ma "todo pagado", q ue incluye tra ns· porte, alojamiento, comida y paseos, con un costo aprox imado de 400 a 500 pesos por tres d las y tres noches .

Se puso de re li eve qu e e l pró x imo mes de mayo entrará en vigor la nu eva Ley Federa l del Trabajo, la q ue estipu la la obligación para las empresas de otor­gar un a grati fi cac ión del 50% del sa lario a sus e mpl eados y trabajadores, durante e l periodo vacaciona l, lo cua l ha rá facti­ble que éstos es t én en cond iciones ele visitar los centros de atracción tur ísti ca de l país

En cuanto a las obras de infraestruc­tura que demanda es ta nueva promo· ción, se explicó que tue rea lizado un estud io que plantea la posibilidad de fi· nanciar en un 50% a los inversionistas para que ed ifiquen cuartos con un costo de 60 000 pesos y tarifas no superiores a 60 pesos diarios.

Programa de inversiones tunsticas

De otra parte, en una conferencia sus· tentada por el Director Genera l de Plan ea· ción y Recursos del Departamento de Turismo en octubre de 1969, divu lgada recientemente, se dio a conocer un vasto programa quinquenal de inversiones tur ls· ticas con la pa rticipación de la in ici ativa privada y el Estado.

El plan está orientado principalmente a la construcció n de obras mar ítimas en las costas de Baja Californi a, Sonora, Sinaloa, Nayari t, Colima, Jalisco, O~i nta· na Roo, Yucatán, Tabasco , Cam peche, Vera cruz y e l sur de Tamaulipas. Por este con cepto se erogarán 298 .3 mill ones de pesos.

Asimismo, para el fomento de la pesca deportiva se rea li zarán, en tre otras obras, un puerto de altura, atracaderos, clubes de yates y, eventualmente, algunos hote· les .

En primer término, e l prog rama será a plicado e n el litora l de Baja California y posteriormente en las zonas del Pacífico y del golfo de México .

sección nacional

Con objeto de atraer a l mercado po­tencia l q ue constituye n 15 000 propieta· rios de yates de Cal ifornia , se ini ci ará la construcci ó n de una cade na de clubes de yates q ue abarcará toda la península de Baja California . En tota l se han seleccio· nado 14 puntos principales y 17 secunda­rios . que contarán con todos los servicios q ue es te tipo de tu ris mo de manda .

Cabe seiia lar q ue e l Gobierno federa l ofreció su apoyo eco nómico para la reali · zación de obras de infraestructura en t an· to que la in ve rsión privada, superior en mucho a la primera , se verá complementa· da por inversió n extran jera.

Por otra parte, el Departa mento de Turi smo, con base e n las est adísticas ela· boradas por el Banco Naciona l d e Mé xico, S. A. , informó q ue las inversiones aproba· das para la industri a tu rística , correspon­di entes a 1970, so n de 13 108 mil Iones de pesos, lo que impli ca un increme nto supe­rior al 50% sobre 1969 .

De acuerdo con estos datos, el secto r privado erogó 5 444 mil Iones de pesos en hot eler ía, durante 1969. Para el año en curso, únicamente para el Distrito Fede­ral, se han aprobado proyectos que signi · fi ca n una inversión del orden de 3 790 millones de pesos.

También se indicó que las inversiones extranjeras anotan un ascenso, mismo que se explica en virtud de que en hotelerla no se ex ige una .participación mayoritari a de capital mexicano.

Declaraciones en torno al gasto tunsticu en el ex terior

En otro orden, el Jefe del Departamento de Turismo declaró a la prensa nacional que , hasta ahora, el Gobierno federal no ha pensado en la posibilidad de gravar los gastos de mexicanos en el exterior.

Este renglón, añadió, no ha crecido, lo que ocurre es que hay un a diferenci a de cómputo estad ístico fre nte a Estados Uni· dos. De esta sue rte, mientras que en Esta · dos Unidos se registran 600 000 tur istas mexicanos, en nuestro país só lo se anotan 200 000. En consecuencia, de acuerdo con los cá lcul os naciona les el gasto pro· medio de mexicanos en e l exterior resultó de mil dó la res , pero " tomando el dato exacto de l número de mexicanos que cruzan la frontera, el promedio de gasto se red uce a 300 dólares, que es lo que normal mente gasta el turista en todo el mundo" .

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comercio exterior

Problemas financieros de los hoteles de mediano tamaño

De otra parte, en la Convención de la Asociación Central de Agencias de Viajes Americanas, efectuada a fines de enero último en la ciudad de Guatemala, un hotelero mexicano expuso los problemas financieros a que hacen frente los hoteles de tipo medio.

Explicó que aun cuando numerosos turistas estadounidenses acostumbran via­jar a México durante el invierno, en los hoteles de mediano tamaño se ha resenti­do una ·escasez notable de huéspedes. De esta forma, las instalaciones de esa clase están operando normal mente con un Indi­ce de ocupación de 50% de su capacidad.

Además, hizo saber que el nuevo sis­tema de viajes charter canaliza el flujo turlstico hacia los grandes hoteles, en de­trimento de los medianos. También men­cionó como causa de estos problemas algunas restricciones para los viajeros esta­dounidenses, impuestas por su propio gobierno.

Indicó que sería conveniente realizar una campaña en el extranjer9 para pro­mover el turismo hacia México, como medio de solución. Al efecto, un repre­sentante de la Asociación Mexicana de Hoteles procura concertar una reunión con el Jefe del Ejecutivo federal, a fin de que se evite en la medida de lo posible que decaiga la actividad en la hotelería de tamaño mediano.

EDUCACION Y ADIESTRAMIENTO

Programa de Actividades del CNP para 1970

E 1 Centro Nacional de Productividad (CNP), que este año cumple un quinque­nio como insti tución de servicio público, dio a conocer su programa de acti vidades para 1970, con el que persigue "continuar con su tarea de capacitación del sector obrero, para su mejor participación en el desenvolvimiento del pals; contribuir ai cumplimiento de las metas de la reforma agraria, por medio de su programa cam pe­sino de productividad; partici par con el Gobierno de México en la superación de la administración pública, sobre todo en el campo de la formación y perfecciona­miento del personal; abordar los proble­mas de la administración de las empresas industriales; examinar con profundidad los grandes problemas nacionales, dentro de los términos de referencia del moví -

miento de productividad nacional y, por últ imo, ofrecer servicios como los de con­sultoría, divulgación editoria l, informa­tivo, y otros de carácter técnico-cultu­ral" .

El programa obrero del CNP compete al Servicio Nacional de Adiestramiento Rápido de la Mano de Obra en la Indus­tri a; éste está apoyado por la cooperac_ión técnica de la Organización 1 nternacional del Trabajo y tiene como objetivo funda­mental desarrollar métodos y técnicas modernas con el propósito de capacitar a los trabajadores dentro de la planta indus­tr ial que los ocupa; para ello, les imparte cursos de perfeccionamiento y actualiza­ción tecnológica en las instalaciones de ARMO. Los cursos regulares dentro del programa obrero, comprenden: mecánica, electricidad, trabajos de madera; cons­trucción, y otros cursos especiales y técni­cos. Además, se verificará una serie de eventos especiales de divulgación (Primera Re unión Nacional sobre Cambio Tecnoló­gico, Poi íticas de Empleo y Seguridad Social; Reunión Nacional sobre Educa­ción de Adultos, Adiestramiento y Des­arrollo Nacional; Simpósium sobre Tecno­logla del Adiestramiento Industrial y Uso de Medios Pedagógicos; y mesas redondas y seminarios sobre adiestramiento dentro de la empresa y organización de comités mi xtos de adiestramiento obrero) y prose­guirá la labor publicitaria del Centro.

El programa campesino de productivi ­dad cubrirá los aspectos siguientes: adies­tramiento de la población del sector agrlcola, "con el objeto de contribuir a la e levación de los niveles actuales de pro­ductividad, empleando para ello los me­dios modernos de comunicación de ma­sas, sob re t odo en los capitulas relativos a la administración y organización de las unidades de producción agropecuaria, in­vestigación social en grupos rurales, y medición de la tendencia de intensidad de los cambios; elaboración de materiales de enseñanza para grupos, as( como el estu­dio d e los efectos de la utilización de medios de comunicación social. El progra­ma supone una amplia cooperación con todas las instituciones y organismos vin­culados a los servicios agrícolas. Los fun­ci onarios del Centro señalan que este enfoque, por su originalidad, ha logrado que el Banco 1 nteramericano de Desarro­llo le proporcione un crédito no rembol ­sable con la finalidad de que se contraten los servicios de asesores técnicos interna­ciona les y para e l financiamiento de un importante programa de becas. Durante 1970, el programa campesino celebrará, en materia de capacitación: Cursos de Ori entación sobre Organización y Admi­nist ra ci ón Rural al Persona l Técnico de Nive l Medio ; Cursos de formación de

125

Administradores Rurales Ejidales, en 75 grupos de ejidatarios (primera etapa); Cursos de Formación de Cuadros Téc­nicos de Niveles Medios para la Adminis­tración del Hogar Rural y otros. También se desarrollarán actividades de investiga­ción social, pedagogla y tecnológica, y d e divulgación.

El tercer programa, dentro del general de actividades, es el de administración de empresas cuyo propósito central es inten­sificar el adiestramiento para vigorizar la planta de personal que actúa en el proce­so de producción; está dedicado "a técni ­cos y profesionales, a gerentes y adminis­tradores, a supervisores, a los mandos medios y a la dirección, empleados en el sector público y en el privado". Este pro­grama se halla conectado con los institu· tos de educación superior de todo el pals para orientar oportunamente a los edu­candos, futuros profesionales de ingenie · ria, administración y economía, sobre la eficiencia de la actividad productiva, o sea la racionalización total del uso de los recursos. Se contempla impartir mil cur­sos durante e l año actual en diversas ciu­dades del pa(s que acusan tendencia ascendente en su actividad económica. Los cursos abarcarán: ingenierla indus­trial, economía industrial, administración, productividad agropecuaria, y programas especiales.

Entre los otros programas que el Cen­tro pretende realizar en 1970 se hallan los siguientes: Programa de Dibujo y Ex pre· sión Técnica para la Industria (d ibujo técnico y normalización); Servicios Espe­ciales (servicios de consultoría a las em­presas industriales, consultoría especiali ­zada); Programa de Cooperación Técnica a los Gobiernos de las Entidades Federati· vas; y Relaciones 1 nternacionales (Fondo Especial de las Naciones Unidas, Organi · zación Internacional del Trabajo, Banco Interamericano de Desarrollo y otros).

OPINIONES Y COMENTARIOS

Reforma agraria es también reagrupar

la tierra

En un amplio y documentado estudio, presentado ante el Colegio de Posgradua­dos de la Escue la Nacional de Agricultura, el licenciado Natalio Vázquez Pallares, director gerente del Banco Nacional de Crédito Agrícola, expuso algunas ideas sobre la proyección inmediata de la poií· tica agraria y agrícola del país . El trabajo

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126 en cuestión lleva por título : Reforma agraria es también reagrupar la tierra.

Hasta el presente -según el autor - los investigadores del problema agrario de México han sumido la actitud poco conse­cuente de aislarlo de otros eventos econó­micos y sociales que también se vinculan estrechamente al adelanto del país (indus­tri alización, comunicaciones, educación , salubridad, ejercicio de la democracia y el uso de las garantías individuales y socia­les), posición que no tiene razón de ser, máxime que ya los constituyentes de 1917 establecían la esencial y lógica conexión entre el problema agrario y el imperativo del desarrollo económico en­tendiendo por éste la expansión de la pro­ducción agropecuaria y la elevación "del nivel económico, intelectual y moral de los jornaleros" . A juicio de ellos, la con­centración de la propiedad rural se erigía como el estorbo mayor para el progreso nacional. El régimen de propiedad y el sistema de exµlotación del agro eran los frenos que se oponían al aumento de la producción del campo; en otras palabras, era ya inaplazable operar el cambio de la tenencia y explotación de la tierra para que los jornaleros se transformaran en propietarios y pudieran disfrutar de in­dependencia y de condiciones más pro­picias para elevar su nivel intelectual y moral , que se traduciría en el resultado final de '!elevar la producción agrícola en cantidad superior a las necesidades del consumo". Es fácil ver que esos objetivos, tan claramente señalados, a más de 50 años de distancia, todavía no se cumplen a plenitud .

El autor afirma que los impulsores de la reforma agraria no se pusieron como meta la eliminación de todo tipo de pro­piedad rural; que más bien se buscaba la destrucción de la propiedad de carácter latifundista y, en su lugar, establecer un sistema único de propiedad privada "ple­na". E 1 examen de la propiedad en el agro mexicano, llegó a ubicar la existencia de tres clases de derechos territoriales: 1) la propiedad privada plena; 2) la propiedad privada restringida de las corporaciones o comunidades; y 3) las posesiones de hecho . Al pronunciarse por la primera, los constituyentes la confirmaron; señalaron que debía titularse lo que se usufructuaba como posesión simple; y solicitaron la eliminación de las comunidades restitui ­das, confirmadas o las que en el futuro fuesen dotadas "med iante su fracciona­miento y titulación, de tal manera que no se reconstituyeran ni se diera oportun i­dad, otra vez, a const itu ir latifundios" . Esta actitud ante la propiedad ru ral, o sea la creación de un si stema único , hubo de reflejarse en que la redacción primaria del artículo 27 Consti t ucional só !o consi-

derase la defini c ión de la propiedad priva­da, y no la comunal o ejidal, como " el derecho qu e ha tenido la nación de tras­mitir el dominio de las ti erras y aguas a los particulares" .

Tocó al conglomerado campesino, a través de sus esfuerzos, dar un contenido revolucionario a la reforma agraria lle­vando a la realidad un nuevo concepto de propiedad en el campo : el de propiedad ejidal; desde luego, no constituye una expresión de la propiedad privada, ya que sólo implica que la nación trasmite el dominio sobre las tierras objeto de dota­ción, no pudiendo éstas enajenarse, arren ­darse, hipotecarse, darse en prenda, ni trasmitirse con apego a algún otro proce­dimiento legal. Así, surge la forma de propiedad comunal, producto genuino de la Revolución mexicana, por cuyo medio la comunidad campesina tiene derecho al uso y aprovechamiento de las tierras y aguas.

El estudio del licenciado Vázquez Pa­llares establece una contradicción dialéc­tica entre los dos tipos de propiedad: la privada y la comunal, pese a que se consi­dera que ambas formas coexisten pacífi­camente. La lucha sistemática entre ambos tipos de propiedad, que persiguen su destrucción, al crear un clima de inse­guridad en · el agro, levanta poderosos obstáculos al avance económico de la agricultura y, por ende, al desarrollo eco­nómico general de México; por ello, es ina­plazable resolver la citada contradicción.

Al efectuar un balance del reparto agrario, a la fecha, el autor concluye que "lo5 trabajos agrícolas se efectúan en más de dos millones setecientos mil minifun­dios", que no importando que sean priva­dos o ejidales parcelarios, dificultan la organización de la agricultura con méto­dos modernos, ya que, ni unos ni otros, están capacitados para ofrecer las garan ­tí as y seguridades suficientes para un sufi­ciente volumen de capital constante que permita la mecanización de las actividades agrícolas, la utilización de semillas mejo­radas, y el. empleo de abonos químicos y fungicidas, que eleven la productividad, propiciando así la obtención de cosechas comerciales. Las formas vigentes de apro­piación de la tierra en México impiden, en consecuencia, que se alcancen las dos finalidades fundamentales de la reforma agraria, a saber: "elevar la producción agrícola en cantidad superior a las necesi ­dades del consumo y elevar el nivel de vida de los campesinos".

Frente a los aspectos negativos de los efectos de la reforma agraria, tal como hasta la fecha se ha llevado a la práctica, el director-gerente del Banco Nacional de

sección nacional

Crédi to Agrlco la, sust enta la tes is de qu e tambi én es re form a agrari a el reagrupa­mi ento de la tierra; que sólo este proceso permiti•ía aprovechar cab al ment e lo s ava n­ces qu e en las últimas cinco décad as han registrado la agricultura, la industri a pecua­ria y silvícola; además, sólo las grand es superfici es facilitan la maquinización. Es imperativo entonces, reagrupar la tierra para crear unidades productivas de escal a óptima cuya mayor productividad posibi ­lite que el campesino eleve sus nivel es d e vida , educativos, sanitarios y sociales.

Desde luego, la vía para realizar este paso hacia el mejoramiento del campesi­no, no es el de "agrupar" a la propiedad privada, a la ejidal, a la comunal y hasta la latifundista alrededor de una industria, o en torno de una institución crediticia, tr3nsformando a todos los agricultores en asalariados, "como lo consideran los in­dustriales y financieros", sino el camino que indicaron los teóricos de la reforma agraria: "concentrar la propiedad rural, particular o comunal, para constituir uni ­dades óptimas de explotación, ganadera, silvícola o mixta, sin destruir el derecho de propiedad o de usufructo y conforme a la extensión de los mismos y de acuerdo con el trabajo realizado distribuir las ga­nancias obtenidas, es decir, reagrupar la tierra, asociándose para cultivarla, adop­tando todos los sistemas posibles de cooperación desde la cooperación simple hasta su explotación colectiva".

El proceso de reagrupamiento de las pequeñas propiedades rurales ofrecen una fisonomía peculiar para su constitución en cooperativas de producción, de com­pra de implementos, de colocación de sus productos, y de la industrialización de los mismos, a causa de su diversa extensión, de no formar unidades colindantes, de usar distintas modalidades de financia­miento, y también, por las actitudes men­tales, tan diversas, de los propietarios. Frente a ello, el ejido es una forma coope­rativa de apropiación de la tierra ; cada parcela es igual, lo que permitiría, en principio, cierta equidad distributiva de las ganancias, aunque el monto de éstas será una función directa del trabajo perso­nal aplicado; además (según el balance del reparto agrario aludido), si se exceptúan dos mil seiscientos veinticuatro ejidos, casi todo el resto cuenta con extensiones cultivables de magnitud adecuada para or­ganizar en cada uno de ellos una empresa agrícola cuya mecanización sea costeable, pues tienen más de 100 hectáreas.

El autor concluye que la contradicción a que se hizo referencia queda resuelta por el establecimiento de un sistema úni ­co de ex plotación de la tierra: el sistema cooperativo.

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El problema demográfico de México JOSE B. MOR ELOS

Como la mayoría de los problemas sociales, económicos y polí­ticos del siglo XX, el demográfico es altamente complejo. Esta complejidad obedece a que la problemática demográfica tie~e sus raíces en un conjunto de fu erzas que resultan de la acc1on de fa et ores económicos, sociales, cu ltu rales, psicológicos Y otros . Entre estos factores están las costumbres, las tradiciones y las creencias religiosas, pero también las formas de adaptación de la sociedad a los cambios en el ambiente de los recursos económicos y a los cambios en los sistemas de valores persona­les y socia les .

El problema demográfico puede enfocarse desde diversos puntos de vista según sea el marco teórico de referencia que se utilice, y puede definirse de acuerdo a este marco teórico. Lo anterior significa que el problema demográfico puede expresarse en su forma más simple como un conjunto de ecuaciones: población-recursos físicos, población-a limentación, población­vivienda, etc. Paralelamente, puede analizarse la interrelación de los factores sociales, económicos y otros, y la influencia que han tenido éstos en la aparición del probl e ma demográfico o , lo q ue es lo mismo, del fenómeno d e la revolución demográ­fica .1

Al término de revolución demográfica están asociados las modificaciones en e l comportami e nto y los niveles de las varia­b les que intervienen en los procesos vitales. Estas modificacio­nes han determinado : tasas de crecimiento e levadas y rejuve ne­cimiento de la población, y ésta ha influido a su vez en el aumento de su potencial de crecimiento; tales características constituyen desde un punto de vista demográfico la base de l problema .

Nota : Este artículo apareció originalmente en Demografia y Economia, El Colegio de México, México, 111 , 3 191 , 1969, pp . 319-387. Se reproduce con la amable autorización de E 1 Co legio de Méx ico .

1 Ronald Freedman (compilador) , La Revo lución demográfica mun­dial, Méx ico, UTEHA, 1966, pp. 1-16.

Aunque son diversos y múltiples los factores que influyen en las variables demográficas , se mencionará tan sólo la impor · tancia que algunos de éstos han tenido en las variaciones de dichas variables.

MORTALIDAD

El comportamiento y los niveles de la mortalidad han estado determinados por variab les de tipo económico, pero básica­mente por variables de tipo tecnológico, en esencia exógenas al desarrollo económico y social y también a l efecto de las carac­terísticas demográficas. Específicamente, la disminución _de !ª mortalidad se ha atribuido al adelanto mundial de la c1enc1a médica, al descubrimiento de productos químicos, a las vacun_as, las campañas de saneamiento, la disponibilidad de servicios médico -asistenciales, 2 etcétera.

Todos estos factor es han infl uido en la disminución de la mayor parte de las muertes debidas a enfermedades_ infe cciosas y parasita rias, las que e n poblaciones como la mexicana repre ­sentaban una o dos décadas atrás un porciento relativamente elevado de las muertes totales.

Entre 1940 y 1960 la mortalidad disminuyó en un 50%3 en todo e l país. Esta disminución ha estado determinada por el comportamiento de dicha variable a nivel regional. Las regiones en que los niveles de ingreso per capita, educación, urbani za ­ción , e tc., han sido los más elevados son aquellas en, que la reducción ha resultado mayor que la observada en el pa1s en su conjunto . Las regiones menos desarrolladas, con altos porcientos

2 Naciones Unidas , Estudios de Población núm. 6, Situación y renden · cias de la mortalidad en el mundo, ST/SOA /Ser.N/7, 1965, pp. 11 -1_2, 19-20 34-38; A. J . Coale y E. M. Hoover , Crecimiento de la poblacwn y des~rrollo económico , Méx ico , Ed. Limusa Wiley, 1965, pp. 39-42._

3 Las tasas brutas de mortalidad eran de 22.8 y 11.5 por mil en 1940 y 1960, respect iv amente.

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128 de población dedicada a actividades agrícolas, menor concen­tración urba na y menor disponibilidad de servicios médicos asis tenciales son las que presentan proporciones inferiores de di sminución.

El descenso rápido de la mortalidad, renómeno moderno y sólo observado en la mayoría de los países en proceso de desa· rrollo4 ha permitido que una mayor proporción de niños y jóvenes alcancen edades más avanzadas. (En esos países se ha requerido un período aproximado de 30 años para duplicar la esperanza de vida al nacer, como es el caso de México . Los países hoy día desarrollados necesitaron entre 100 y 150 años.) La población adulta joven se ha beneficiado también de este descenso pero en menor proporción que las anteriores. Esto ha contribuido a aumentar la tasa de crecimiento de la población y a su rejuvenecimiento, cuya característica es la existencia de una alta oroporción de la población menor de 15 años.

NATALIDAD

La otra variable asociada a la revolución demográfica es la nata­lidad. El análisis del comportamiento de esta variable es más com­plejo, principalmente por la diversidad de factores concurrentes.

No es posible, al menos hasta ahora, explicar del todo por medio de la teoría de la transición demográfica5 los niveles y el comportamiento de esta variable en Méx ico. De acuerdo con esta teoría se supone que existe una modificación en los niveles de las variables mortalidad y natalidad a medida que las socie· dades pasan de un régimen de economía agraria a uno de economía de mercado.6 Se considera que esta teoría ha sido útil para explicar el comportamiento de la natalidad en los países hoy día desarrollados. En estos países, el descenso de la fecundidad ha estado asociado al desarrollo económico, al pro­ceso de urbanización, a la mayor participación de la población femenina en actividades económicas y a la conducta racional de estas sociedades frente al problema de la anticoncepción . 7 Esta conducta racional ha estado determinada por factores econó­micos, sociales y psicológicos, tales como la obligatoriedad de la educación de los niños, el desarrollo de la puericultura. el aumento más rápido de las posibilidades de consumo que de las de ingreso y la reducción de la mortalidad infantil. Otro de los factores que han contribuido fue la emancipación de la mujer, que se tradujo en cambios en los roles de la esposa dentro del núcleo familiar y cuyas manifestaciones fueron el aumento del poder frente al esposo y también frente a la sociedad, apoyado en una extensión y diversificación de sus actividades, lo que contribuyó a que la esposa tuviese preocupaciones distintas a la maternidad e influyó en la modificación de sus patrones de for­mación familiar.8

La aceptación del trabajo de la mujer, su aumento de poder en la sociedad y en la unidad familiar. los cambios de actitudes

4 Naciones Unidas, op. cit. 5 Alvan O. Zárate, "Fertility in Urban Areas of Mexico: lmplications

for the Theory of the Demographic Transition", Demography, vol. 4, núm. 1, 1964, pp. 363-373.

6 Entre otros, consúltese A. J. Coale y E. C. Hoover, op. cit. , pp. 33-42; Etienne Van de Walle y John Knodel, Oemographic Transition and Fertili ty Decline: The European Case, documento presentado a la conferencia anual de la Unión 1 nternacional para el Estudio Científico de la Población, Sidney , Australia, 1967. pp. 49ss; Raimer Makensen, Theoretical Consideration Regarding Differential Transition. documento presentado a la misma conferencia, pp. 37-38; Stanley Freedlander. y Morris Silver, "A Ouantitative Study of the Determinants of Fertility Behavior", Demography, vol. 4, núm. 1, 1967, pp. 30-61; Naciones Uni­das, Situación y tendencias de la mortalidad en el mundo, op. cit., 1965, pp. 7-9.

7 David M. Heer, "Economic Development and Fertility", Demogra­phy, vol. 3, núm. 2, 1966, pp. 423-424.

8 Alfred Sauvy, Teoria general de la población, Aguilar, Madrid, 1957, pp, 403-410.

problema demográfico ele méxico

y motivac io nes hac ia la anticoncepción son hechos sociales y psicoló gicos, indicativos de los cambios en las estructuras respectivas.

El retardo que ex iste entre la disminución de la mortalidad y el de la nata lidad, de acuerdo a la transición demográfica, se debe probableme nte a la lentitud de los cambios en las estruc­tur as sociales y en espec ial de la psicológica.

En México la natalidad aumentó entre 1940 y 1960 en un 5.7%. 9 Sin embargo , es te aumento es más aparente que real. Los nive les de fecundidad de la población probablemente no han aumentado sirio que han permanecido constantes durante los últimos 20 o 25 años. El alza observada es más bien conse­cuencia del me joramiento de las estadísticas vitales . El desHr ro· llo económico ha contribuido a la elevación de los índices de alfabetismo, la ex te nsión de las vías de comunicación, una menor dispersión de la población y paralelamente a una mayor concentración de la misma en áreas urbanas. Tales factores han propiciado la mayor cobertura e integridad de las estadísticas vitales.

El aumento de 5. 7% podría ser interpretado a prim era vi sta como una elevación real de la fecundidad y pudiera afirmarse que el desarrollo económico del país ha originado un aumento de la nata lidad. Esta interpretación sería válida si el desarrollo económico, al ampliar la demanda de mano de obra y con ello la seguridad económica, crease incentivos en la población para casarse y al mismo tiempo realizar la unión a edades más tem­pranas.1 O En nuestro país, especialmente en las áreas urbanas, en las que pueden existir mayores oportunidades de empleo, el desarrollo económico no ha afectado a esta variable interme­dia 11 (edad al casarse) en la dirección esperada, de acuerdo al pensamiento malthusiano y a autores modernos, 12 ya que tanto la proporción de solteros como la edad media al casarse se han elevado.

Lo anterior respalua nuestra afirmación de que los aumentos en la fecundidad son más aparentes que reales.

Por otra parte , los altos niveles de natalidad en México probable mente están determinados en gran medida por las estructuras soc ial es y psicológicas existentes. La estructura social, al igual que la demográfica, es de tipo piramidal, en la que predominan los segmentos tradicionalistas y cuyos patrones de tormació.n familiar difieren del sector modernista que numé­ricamente es inferior al primero. En las sociedades tradicionalis­tas las normas y valores que los individuos utilizan tanto frente al problema de la concepción como en su comportamiento en la sociedad están determinados por factores socioculturales. El control de la fecundidad en estas sociedades · se realiza a trav.és del control matrimonial (sobre todo retardando la edad del matrimonio) o en menor proporción por medio del aborto. 1 3

El segmento modernista , por el contrario, que se localiza en los grandes conglomerados urbanos, adopta una conducta más racional frente al problema del remplazo físico de sus miem­bros así como también con relación a la cantidad y calidad. Esta actitud más racional que existe dentro de los sectores mo­dernos es más pluralista en su enfoque hacia la anticoncepción, erándose así actitudes y motivaciones sobre este problema dis­tintas a las existentes en las sociedades tradicionalistas.

9 En 1940 la tasa de natalidad era de 43 .5 por mil y en 1960 de 46 por mil.

10 David M. Heer, op. citt., pp. 424-426; David M. Heer y Eisa S. Turner, "Areal Differences in Latin American Fertility", Population Studies, vol. XVIII , núm. 3, marzo, 1965, pp. 290-292.

11 Ronald Freedman. Kingsley Davis y Judith Blake, Factores sociológicos de la fecundidad, México, CELADE - EI Colegio de Mé xico , 1967, p. 19.

12 David M. Heer, Economic. , . op. cit. 13 N. B. Ryder, "Fertility", en Hauser y Duncan (compiladores),

The Study of Population: An lnventory and Appraisal, Chicago, Univer· sity of Chicago Press, 3a ed., 1963, pp. 429-434.

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comercio exterior

Los estudios14 que se han realizado en México indican que existe fecundidad diferencial entre las áreas urbanas y las rura­les, siendo mayores los niveles en estas últimas. Asimismo se han encontrado patrones de comportamiento diferenciales con variables tales como la educación, la ocupación y el status ocu­pacional .tanto a nivel urbano como rural. En cuanto al conoci­miento y uso de anticonceptivos, exist1:1n también diferencias entre las áreas urbanas y las rurales; en las primeras, su cono­cimiento y su uso están relativamente más generalizados que en las segundas.15

Si se considera que la mayoría de los segmentos tradiciona­listas habitan las áreas rurales, y que la mayor parte de los modernistas están en los grandes centros urbanos, la existencia de los diferenciales, tanto en sus niveles como en el grado de racionalidad frente a la anticoncepción, parece estar más de acuerdo con esta explicación sociocultural del .fenómeno.

Otro de los factores que han afectado a esta variable es la disminución de las mortalidades general e infantil. El descenso de la mortalidad general ha contribuido a la prolongación de la unión conyugal, ampliándose la duración del período repro­ductivo de la pareja y paralelamente su exposición al ri esgo, lo cual aumenta las posibilidades de procreación de la pareja bajo el régimen de reproducción biológica en el que una de las for­mas de regular la fecundidad es a través del control prudencial. La disminución de la mortalidad prenatal ha aumentado las probabilidades de que los embarazos, si no se producen abortos, terminen en una alta proporción en un nacido vivo. Sin embar­go, si se considera sólo el efecto de la disminución de la morta­lidad sobre la fecundidad bajo el régimen de reproducción biológica, sería de esperar que los niveles de fecundidad fuesen mayores que los que se han observado en la última década . Si a lo anterior se añade que ha habido un mejoramiento en las estadísticas vitales, la existencia de este ligero aumento de la tasa de natalidad no puede explicarse en términos del control prudencial, sino que por el contrario es probable que la pobla­ción haya adquirido relativa conciencia, vía la disminución de la mortalidad, del problema demográfico y asimismo esté utili· zando alguna medida de control de la fecundidad ya sea 1 ícita o ilícita. Lo anterior explicaría la estabilidad de los niveles de natalidad observados y asimismo que la utilización de alguna forma de control esté contrarrestando los aumentos que se pro­ducirían en la fecundidad por la disminución de la mortalidad.

Por otra parte, la reducción de los niveles de mortalidad, la aceptación por la sociedad del trabajo femenino, los aumentos en las oportunidades de empleo, la elevación en los niveles edu­cativos de la población, el conocimiento y uso de métodos anti ­conceptivos, son hechos económicos, sociales y psicológicos indicativos de los cambios estructurales que se están operando en nuestra sociedad.

Algunos de estos cambios, en especial los relacionados con las actitudes, se están dando con mayor rapidez en los grandes centros urbanos por existir en los mismos las condiciones aue los facilitan.

Es probable que en las áreas rurales y semi rrurales estén aún en una etapa incipiente por ser mayores los obstáculos y meno­res las condiciones que los favorecen, como consecuencia de un mayor apego a las normas, valores, metas y sistemas de prefe­rencia propios de la sociedad tradicionalista, que es la predo­minante entre estas poblaciones.

14 Robert Carleton, "Tendencias y diferenciales de la fecundidad en América Latina'', The Milbank Memorial Fund, vol . XLIII , núm. 4, octubre, 1965, Parte 2, pp. 24-27; Robert Burnright, Nathan Wheten y Bruce Waxman, "La fécundidad diferencial rural-urbana en México", Ciencias Polfticas y Sociales, año IV, núms. 11 y 12, enero y junio, 1958; Carmen A. Miró y Walter Mertens, "lnfluences Atfecting Fertility in Urban and Rural Latín America", The Milbank Memorial Fund, vol. XLVI, núm. 3, julio, 1968, Parte 2.

15 Carmen A. Miró y W. Mertens, loe. cit.

129 Esta reticencia al cambio puede estar determinada, además,

por la relativa participación que han tenido estas poblaciones en los beneficios derivados de los cambios en la estructura econó­mica del país.

Además de otros factores, los dos aspectos mencionados en los dos párrafos precedentes contribuyen a la no realización de cambios profundos y sustanciales en los sistemas familiares ni en los patrones de reproducción.

La importancia numérica del segmento tradicional de nues­tra sociedad conjuntamente con su comportamiento son los que probablemente expliquen el elevado nivel de la natalidad que prevalece en México. El descenso de la mortalidad ha contri ­buido a acelerar el crecimiento de la población y en menor medida al rejuvenecimiento de la misma; por otra parte, los niveles elevados de la natalidad han contribuido también al rápido crecimiento de la población, aunque su principal efer.:to ha consistido en rejuvenecerla.

CRECIMIENTO DE LA POB LACION

El comportamiento de estas variables, como ya se mencionó anteriormente, ha originado que el crecimiento natural, entre 1940-60, haya aumentado en un 66. 7%, al pasar de 20. 7 por mil a 34.5 por mil.

Con la tasa de crecimiento natural observada en 1940 la pobla­ción requería 33 .8 años para duplicarse, mientras que con la tasa de 1960 se necesitan sólo 20.4 años, o sea que se ha acortado en un 39.6% el tiempo necesario para que la población se duplique .

En los estudios realizados en otros países se ha encontrado que existe asociación positiva entre tasas de crecimiento del producto bruto y de la población, 16 y es probable que en México se encuentre el mismo grado de asociación entre estas dos variables. Por otra parte, poco se sabe sobre la asociación entre la aceleración del crecimiento de la población 17 y la aceleración de algunas variables económicas o sociales. Compa­rando, por ejemplo, el comportamiento de la tasa de crecimien­to del ingreso per capita, la tasa de crecimiento de la población y la del alfabetismo entre 1940-60, se observa que sólo durante el período 1940-50 las tasas de crecimiento del ingreso per capíta y la . del · alfabetismo fueron superiores a la de la pobla­ción. La tasa del ingreso per capita fue de 3.89%, la del alfabe­tismo del 3.12% y la de la población del 2.69%. En la década si­guiente los valores respectivos fueron 2. 77, 0.79 y 3.01 por ciento.

El comportamiento de estas variables a nivel nacional su­giere que es probable que exista una relación inversa entre el proceso de aceleración de la población con el del ingreso per capita y el del alfabetismo y asimismo entre el alfabetismo y el ingreso per capíra a partir del decenio de los 50.

La comprobación de esta hipótesis en nuestro país impli­caría que la aceleración de la población está gravitando negati­vamente sobre el ingreso per capita y el alfabetismo.

REJUVENECIMIENTO

En los procesos de renovación, la existencia de los distintos estados: estacionario, estable o cuasi estable, está determinada por el comportamiento de sus parámetros.

En el caso de la población, que queda dentro del campo de la teoría de la renovación, los parámetros son las leyes de repro-

16 Colín Clark, "Population Growt and Living Standards", en A. N. Agarwala y S. P. Singh (compiladores). The Economics of Underdevelop­ment, Nueva York, Oxford . University Press, 1963, pp. 50-52; Simon Kuznets, Modern Economic Growth-Rate, Structure and Spread, New Haven, Yale University Press, 1966, pp. 63-72.

17 Kuznets, op. cit., menciona algunos aspectos ·del proceso de aceleración, pero sólo hace referencia a la ·aceleración de la población.

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130 ducción y sobrevivencia a que está sujeta la misma. En estos procesos ex iste re lación entre el comportamiento de los pará­metros y los distintos tipos de estados que generarán, como en la configuración de una determinada estructura.

El comportamiento, en el pasado, de la natalidad y la mor­talidad han generado un proceso cuasi estable y una configu­ración de la estructura por edades de la población de México de tipo piramidal o estructura joven, que se caracteriza por tener una elevada proporción de población en edades de 15 años y menos.

El rejuvenecimiento de la población de México tiene impli· cac iones en el crecimiento económico. Una de éstas es que a medida que la población se rejuvenece las relaciones de depen­dencia sufren un deterioro como consecuencia del aumento más que proporcional de la población no trabajadora o dependiente; básicamente, por el aumento de la población menor de 15 años.18

Esta elevada proporción de población joven tiende a ejercer mayor presión sobre las facilidades existentes : escuelas, maes· tros, el lnicas, guarderías, vivienda, servicios médico-asistenciales, etcétera.

Otra de las manifestaciones de este rejuvenecimiento es el predominio de niños en la composición familiar, los que por sus características son unidades de consumo y no de producción. Este fenómeno afecta los niveles de bienestar de las familias, en especial las de bajos ingresos que son la mayoría, y a nivel agre­gado afecta a las variables económicas.

Por otro lado, la estructura de la población influye en el volumen y las características de la población que se incorpora a la actividad. Se estima que entre 1960 y 1965 el número de personas que ingresaron anualmente a la actividad fue de 511 000; pero teniendo en cuenta los retiros y las defunciones el aumento medio anual fue de sólo 356 000 personas.19 Entre 1950-60, el aumento medio anual fue de 260 000 personas.

Considerando esta característica en relación con los proba­bles niveles educativos de la mano de obra que se incorpora a la actividad, sólo cerca de 40 000 personas cuentan probablemente con algún tipo de formación profesional o subp_rofesional, y alrededor de 300 000 poseen educación primaria completa o incompleta . Esta consideración se hace en función de la estruc­tura por edad de la población que ingresa a la actividad .

Es muy probable que esta población en su mayoría no tenga ni la calidad ni las calificaciones que se demandan en el mercado de trabajo, originándose en muchos de los casos un desperdicio del recurso humano o una subutilización del mismo ya que el desarrollo económico vía industrialización requiere de mano de obra calificada . De esta forma la no utilización o sub­util ización de este recurso genera en la economía un costo social mayor que los beneficios que produce.20

La incorporación a edades jóvenes está también determinada por la distribución del ingreso, la que a su vez incide en los altos niveles de deserción del sistema educativo. La distribución del ingreso, además de otros factores de carácter cultural, influ­ye en la calidad y cantidad del régimen alimenticio de la pobla­ción trabajadora .

Tanto la edad como los niveles educativos y la dieta alimen­ticia tienen efectos sobre la eficiencia de la mano de obra, la que a su vez afecta la eficiencia de la economía.

Desde el punto de vista demográfico el rejuvenecimiento de la población da origen al potencial de crecimiento.

El potencial de crecimiento es la capacidad inherente que

18 José B. Morelos, "Entradas a la actividad, salidas y vida media activa en Méx ico, 1960-65", Oemografia y Economia, vol. 11, núm. 1, 1968, p . 20.

19 José B. Morelos, loe. cit., p. 30. 20 Centro de Estudios del Desarrollo, Universidad de los Andes,

CEDE, Empleo y desempleo en Colombia, Bogotá, Ed. Revista Colom­biana y Universidad de los Andes, 1968, p. 24.

prol::»lema demográfico de méxico

tiene toda estructu ra por edad para asegurar el crecimiento de la pobl ac ión en el caso de que se produjese una modificación sustancial de la ley de nacimientos tal que la tasa de natalidad resultase menor o igual a la tasa de mortalidad.

En el supuesto de que México en 1960 hubiese abatido su ley de natalidad al límite mlnimo para asegurar sólo el rempla­zo de la población, la población mexicana aumentarla en un 50 o 60% durante los próximos 80 o 100 años. Este aumento esta­ria determinado únicamente por la fuerza de inercia acumulada en la estructura por edad .

El dinamismo que tiene la estructura por edad para asegurar el crecimiento varía de acuerdo con el tipo de estructura (joven, en proceso de envejecimiento o envejecida) que se cuenta en el momento inicial.

La característica del potencial del crecimiento es un aspecto que en las discusiones acerca del problema demográfico no se menciona, no obstante ser un alernento adicional del mismo.

CONSIDERACIONES FINALES

El problema demográfico en México está determinado por diver­sos factores: económicos, sociales y psicológicos entre otros, los cuales han afectado a las variables en direcciones distintas. El comportamiento de la variable natalidad es la que determina el rejuvenecimiento y el potencial de crecimiento, y conjuntamen­te con el de la mortalidad explica las elevadas tasas de creci­miento de la población. De acuerdo con estas caracteri'.sticas, el problema demográfico ya está presente.

La estabilidad de los niveles de natalidad entre 1940 y 1960, no obstante la reducción de la mortalidad y el mejora ­miento de las estadlsticas vitales, sugiere que la población está utilizando algún medio de control de nacimientos, no para redu­cir el tamaño de la familia sino para mantenerlo a los niveles que predominaban cuando la mortalidad era más elevada. Así, la disminución de la mortalidad, consecuencia de factores no económicos y económicos, ha contribuido a que la población tenga una conciencia relativa del problema demográfico.

Los medios de comunicación, el conocimiento y el uso de métodos anticonceptivos más generalizados, las facilidades exis­tentes al respecto, los enfoques más pluralistas frente a la repro­ducción, la participación de la mujer en las actividades econó­micas y la educación son, entre otros, 1 os factores que explican los comportamientos diferenciales de esta variable entre los distintos segmentos de la población.

Desde el punto de vista económico y social, la existencia de una población joven requiere aumentos considerables de las inversiones sociales para satisfacer las necesidades crecientes de la población, y asimismo de inversiones productivas. Es necesa­rio que se cuente con poi íticas de inversión con objeto de lograr una utilización más racional del capital -factor escaso- y de la mano de obra -recurso abundante- y con poi íticas de empleo para reducir el costo económico y social generado por la subutilización del recurso humano.

Finalmente, un cambio en el comportamiento de la variable natal id ad, que es la variable estratégica, dependerá de las modi­ficaciones y rapidez de los cambios en las estructuras económi­cas sociales y psicológicas de la sociedad, así como de la respuesta que den a estos cambios los distintos grupos sociales. Estos cambios estructurales originarán, en los distintos segmen­tos de la sociedad (especialmente en aquellos en que la resis­tencia al mismo sea mayor), cambios en las normas, valores y actitudes frente al tamaño de la familia y consecuentemente al problema de la esterilidad voluntaria. Lo anterior contribuirá a desacelerar el crecimiento de la población y a solucionar a me­diano plazo, parcialmente, el problema. Porque la disminución del potencial de crecimiento y la modificación de la estructura requ erirán un plazo mayor.

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Sección Latinoamericana

ASUNTOS REGIONALES

El CIES se reúne en Caracas a nivel

ministerial

El 6 de febrero último finalizó la Octava Reunión del Consejo Interamericano Eco­nómico y Social, a nivel ministerial. La Conferencia, como ~ principal resolu­ción, creó un organismo de carácter per­manente, la Comisión Especial de Con­sulta y Negociación, para considerar y evaluar las relaciones comerciales y eco­nómicas entre Estados Unidos y las nacio­nes de América Latina.

La impresión general de los observado­res fue de que en la reunión se comprobó la reafirmación de la unidad de Latino­américa como bloque económico y polí­tico y la disposición por parte de Estados Unidos de aceptar los principios funda­mentales del Consenso de Viña del Mar, el cual fija las aspiraciones económicas in­mediatas de los países latinoamericanos.

Oficialmente, Estados Unidos aceptó liberar los créditos de la Agencia norte­americana para el Desarrollo Internacio­nal (AID). mismos que sumaron 4 428 millones de dólares en los últimos nueve años, para que puedan ser gastados, en un 50%, en cualquier parte del mundo y la otra mitad en el continente. Anteriormen-

Las informaciones que S'1 recogen en esta sección son resúmt1nes de noticias apareci­das en diver$BS publicaciones nacionales y extranjeras y no proceden originalmente del Banco Nacional de Comercio Exterior, S. A., sino en los casos f;n que express­mt1nte así li'1 manifieste. Las informacione.~ 1 que aparecen en cada número correspon- 1

dt1n a acont«:imientos producidos hasta el día último del mes anterior.

te el 90% de esos préstamos debería ser gastado en Estados Unidos.

Por otra parte, se afirmó la propuesta norteamericana de colaborar con el des­arrollo económico de la región en los tér­minos planteados en Viña del Mar el pasado mayo.

Estados Unidos no aceptó la propuesta de compensación económica a Latino­américa en los casos de violación del statu qua y perjuicios comerciales .

En div ersas fu en t9s se ha afirmad o que la posició n actual de los países lat inoame­ricanos ha cambiado las estructu ras del viejo panamericanismo. Charles A . Meyer, secretario de Estado Ad junto para Asun­tos lnteramericanos de Estados Unidos, declaró que "el nacionalismo latinoameri­cano manifestado en la Conferencia ten­drá carácter permanente . Debemos acep­tar esto como un hecho" .

Felipe Herrera, presid ente d el B 1 O. dijo en el seno de la reunión que una nue va forma de diálogo y un nuevo en foq ue caracterizan el actual momento de l<Js relaciones interamericanas. Señaló q ue el nuevo estilo de las negociaciones es signo de la madurez que han alcanzado los paí­ses del continente.

Colaboración del CEMLA

En el seno de la Octava Conferencia, el señor Javier Márquez, director del Centro de Estudios Monetarios Latinoamerica­nos, declaró que entre las próximas tareas de la Comisión Especial de Consulta y Negociación hay varias en el campo finan­ciero que son objeto de estudio por el CEMLA y forman parte de sus actividades diarias. Asimismo ofreció la máxima co­laboración del organismo que preside, en su carácter de encargado de la Secretaría de las reuniones de Gobernadores de Ban­cos Centrales Latinoamericanos y las del Continente Americano, para la realización

de estudios en el campo financiero que tiendan a "unificar los criterios de la re­·g ión en sus relaciones financieras ex· ternas" .

Cronologla de los debates

La Conferencia a nivel ministerial se ini­ció el 3 de febrero. Se eligió presidente de la Comisión General a la Sra. Havdée Cas­tillo, ministro de Fomento de Venezuela; como vicepresidente al ministro de Eco­nomía y Desarrollo de Perú, Jorge Delle­piani, y como relator, al ministro de Hacienda de Panamá, José Osa .

En un mensaje enviado a la reunión , e l presidente norteamericano, Richard M. Nixon, declaró que "luchará para demos­trar con hechos" el compromiso de s•J pJ ÍS de contribuir "al progreso y el enal ­tecimiento de la dignidad de vida" en e l continente. También dijo que buscará

una nueva y vigorosa asociación que ¡ ¿ nga por base la responsabilidad compartida".

El presidente del Comité 1 nterame­ricano de la Alianza para el Progreso, Carlos Sanz de Santamaría manifestó en un vigoroso discurso en el seno de la reu­nión, que la colaboración financiera que se esperaba de la ALPRO ha sido reducida año tras año "sobre todo por la actitud del Congreso de Estados Unidos" . Afirmó que para la aplicación de las medidas de Punta del Este "fueron encontrándose muchas barreras que estorbaban las solu­ciones y la Alianza comenzó a marchar mucho más lentamente de lo deseable".

En la misma jornada, Galo Plaza, secre­tario general de la OEA, se refirió a la necesidad de la "actuación" en materia económica en lugar de seguir con "buenas intenciones". Posteriormente, Eric Williams, primer ministro de Trinidad y Tobago pidió la incorporación activa de Cuba a la comunidad económica latino-

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132 americana; Jorge Dell epiani Ocampo, mi­nistro de Economía y Desarro llo de Perú , secundó la moción y dijo que Pe rú "está dispuesto a considerar la reanudación de re 1 aciones comerciales con Cuba". Al final, algunos voceros diplomáticos seña­laron que esta reunión no podía resolver tal cuestión, ya que el te ma no estaba anotado en la agenda previa .

En esta primera jornada se aprobó la creación de un mecanismo permanente, de la Comisión Especial de Consulta y Ne­gociación, para tratar de eliminar las restricciones al comercio, mejorar la ayuda financiera y buscar una colabo­ración más estrecha en el campo de la ciencia y la técnica . Este organismo estará integrado por los ministros de Hacienda o Desarrollo de los países miembros de la OEA.

Al día siguiente, varios delegados se pronunciaron por un aumento del finan­ciamiento externo para el desarrollo. Se pidió al BID y a otros organismos de financiamiento que, en sus poi íticas de operación, incluyan los créditos para programas globales o sectoriales. Se reco­noció 1 a necesidad de financiar más ampliamente las exportaciones de Latino­américa y de apoyar efectivamente pro­yectos y programas multinacionales des­tinados a impulsar la integración eco­nómica .

En el seno de la reuntan se exhortó al BID y al BIRF para acelerar el esque­ma de "financiamiento complemen­tario", conforme a la resolución perti­nente de la UNCTAD. Asimismo, se elogió favorablemente la oferta norte­americana de liberalizar los fondos de la AID. Se encomendó al CIAP que pre­sente cada año un informe al recién creado organismo permanente de nego­ciación y consulta y un estudio de las políticas económicas de Estados Unidos en cuanto afecten a otros países del sistema interamericano.

Hubo un nuevo discurso de Galo Pla­za en el que dijo que, entre Estados Unidos y Latinoamérica, "el paternalis­mo no tiene cabida, pero sí la relación de asociado". Manifestó que la reunión del CI ES era importante, pero que no se esperan "declaraciones espectaculares o milagros". Abordó el tema de Cuba y, refiriéndose a la moción del dia anterior de Trinidad y Tobago, dijo que "e5 difícil hacer disponibles las ventajas de un club a quienes no pertenecen a él".

El 6 de febrero, la sesión de clausura fue presidida por el licenciado Jesús Rodríguez y Rodríguez, subsecretario de Hacienda y Crédito Público de México,

quien en un amplio di scurso resumi ó los log ros de la Octava Re unión; entre los punto s más importantes mencionados están los siguientes:

al el establecimiento de un a Comi ­sión Especial de Consulta y Negociac ión , mi sma que consti t uye el p rimer mecanis­mo permanente interamericano de ese tipo; con ella, no se trata simplemente de crear un nuevo organismo sino un instrumento dinámico de diálogo , con­sulta y negoci ac ión de temas que afecten 1 as re 1 a c io nes entre Lati noamér ica y Estados Unidos;

b] los objetivos de la Comisión están inspirados en e l Concenso de Viñ a del Mar y sus más importantes funcion es son en materia de comercio, transporte, turismo y financiamiento;

c] se celebrarán consultas cuando un país miembro considere que Estados Unidos ha viol ado su statu qua;

d] se revisarán las restricciones im­puestas por Estados Unidos a las impor­taciones provenientes de Latinoamérica , para buscar soluciones satisfactorias y prevención de las futuras disposiciones norteamericanas en materia de comercio que afecten a latinoamérica.

En esta sesión se acordó encomendar a la CECLA la elaboración de un nuevo "concenso económico para Europa", destinado a coordinar la acción común de Latinoamérica frente a la Comunidad Económica Europea.

Asimi smo, se desechó la propuesta para estudiar la posibilidad de relaciones comerciales con Cuba. También se recha­zó la propuesta de Estados Unidos para discutir en el seno de esta Octava Confe­rencia, el tema de las inversiones extran­jeras.

Se asignó un presupuesto de 400 000 dólares a la naciente Comisión para la celebración de, por lo menos, dos reu­niones al año; la primera será el próximo 27 de abril. Asimismo, se elaboró un ca­lendario de actividades para la Comisión durante 1970.

Durante la jornada final intervino Charles A. Meyer, quien dijo que había ya pasado "la sensación de un enfren­tamiento entre Estados Unidos e Ibero­américa" y que esperaba que "el nacio­n a li'sm o deje de ser un motivo de ataques contra Estados Unidos". Ya para final izar, Car los Sanz de Santamaría declaró que el CIAP seguirá siendo un valioso instrumento para la cooperación entre los pueblos del continente.

sección latinoamericana

Declaraciones del jefe de la delegación de México

A su regreso de la reunión del CIES, el licenciado Jesús Rodrígu ez y Rod r íguez, jefe de la delegación mexicana, expresó que uno de los logros principales de la reunión fue solicitar al gobierno de Es­tados Unid os la desgravación arancelar ia y la supresión de restricciones para casi 100 productos nac ionales que pueden concurrir al mercado norteamericano. La misión mex icana había entregado la lista de los productos afect ados por a ltos aran­celes norteamericanos poco después de que el CI ES decidió aprobar la creación de la Comisión Especia l de Consulta y Negociación .

La lista se integ ra fund amenta lmente con productos agrícolas que nuestro país tiene interés en colocar en el mercado norteamericano; empero, también inclu ­ye algunos productos manufacturados y semimanufacturados que en México puede vender de inmediato. Se dijo que estos productos tienen aranceles que pueden ser disminuidos porque no afec­tan la economía de Estados Unidos en forma importante.

El licenciado Rodríguez y Rodríguez señaló que los artículos incluidos en la lista aporta el 80% del valor total de las exportaciones mexicanas. Advirtió que durante la conferencia se reveló la capa­cidad latinoamericana de negoci ación no sólo dentro del ámbito continental, sino para tratar con todos los países desarro­llados.

Finalmente, agregó que el hecho de dejar la Comisión Especial a nivel minis­terial "fue con la idea de que los países den un verdadero aporte político a estas gestiones, sin perjuicio de que sean tam­bién de muy alto nivel técnico" .

Actividades recientes del BID

Resumen de las actividades de 1969

El 15 de enero último el señor Felipe Herrera, presidente del Banco 1 nterame­ricano de Desarrollo (BID). dio a cono­cer un resumen de las actividades de la institución durante 1969.

El volumen de los créditos concedi­dos en ese año fue de 631 .5 millones de dólares, en 67 operaciones y superó en más de 200 millones a la cifra alcanzada en 1968.

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comercio exterior

Señaló el señor Herrera que el costo total de los proyectos en los que parti ­cipó el BID durante 1969 se aproxima a los 10 000 millones de dólares, por lo que "los pa íses latinoamericanos están contribuyendo con un 66%" al financia­miento de los proyectos de desarrollo que consiguen apoyo del B 1 D. Durante el año, los países miembros efectuaron el pago de una suma equivalente a 400 millones correspondiente a la tercera y ú 1 tima cuota para aumentar a 1 200 millones el Fondo para Operaciones Es­peciales. Estados Unidos contribuyó con 900 millones a este mismo Fondo.

La actividad crediticia del BID se orientó en 1969 primordialmente a for­talecer el desarrollo del sector agrope­cuario, las comunicaciones. y la genera­ción de energía eléctrica en la región (véase cuadro 1) .

Ingreso de Jamaica

E 1 8 de enero Jamaica pasó a ser el vige­simotercer miembro del Banco 1 nterame· ricano de Desarrol lo . En la ceremonia de bienvenida, Felipe Herrera destacó las realizaciones logradas por el B 1 D en sus diez años de funcionamiento . Indicó Herrera, que la institución ha recibido de los países no miembros 200 millones de dólares para el Fondo de Operaciones Especiales. Entre las principales naciones prestamistas figuran Alemania, Austr ia, 1 talia, Japón, Reino Unido y Suecia . S eña 1 ó que tal hecho constituye un exito para el BID dado el prestigio que tienen los prestamistas en el mercado monetario internacional.

Crédito para estudios en el Noreste de Brasil

Para la realización de un estudio de la región noreste de Brasil, y de sus posi ­bilidades de desarrollo en la próxima década el BID autorizó un préstamo al Banco del Noreste de Brasil por 30 000 dólares.

El estudio será realizado por la Super­¡ ntendencia de Desarrollo del Noreste (SUDENE) con la cooperación de la Se­cretaría de Planificación.

El análisis del desarrollo del noreste brasileño dará atención especial a la rea· lización de la reforma agraria, y el estu­dio de las condiciones de vida de los campesinos. Esta región agrupa al 30% de la población del país y sólo participa del 20% del PNB.

El costo aproximado del estudio es de

104 071 dólares; la aportación del Banco representa aproximadamente el 28% del total.

Crédito a México para pequeña y mediana industria

Diez millones de dólares autorizó a fines de enero el B 1 D para coadyuvar al desa­rrollo de la pequeña y mediana industria en México. El prestatario fue la Nacional Financiera, S. A., el crédito será cana· lizado a través del Fondo de Garantía y Fomento a la Industria Mediana y Pe­queña. Con los recursos del programa, los cuales ascienden a 25 m¡llones de dólares, el Fondo suministrará créditos a empresas privadas a través de bancos y otras instituciones financieras .

CUADRO 1

BID: distribución de los préstamos, 1961-1969 (millones de dólares)

Sector 1961·69 Porciento

Total 3 429.1 100.0

Agricultura 833.8 24.3 1 ndustria y minería 577 .3 16.8 Transporte y comuni-

cae iones 521 .S 15.2 Energía eléctrica 472.7 13.8 Agua potable y alean-

tarillado 457.4 13.4 Desarrollo urbano y vi-

vienda 322.7 9 .4 Educación 1°36.9 4.0 Preinversión 66.0 1.9 Financiamiento de ex-

portac iones 41.0 1.2

ARGENTINA

Reforma fiscal y presupuesto para 1970

El 9 de enero se dio a conocer el decre­to v las ocho leyes que condensan los cambios en el sistema tributario argen­tino. Se comentó en diversos círculos de empresarios que hubo pocas novedades en comparación con los anticipos cono­cidos.

E 1 secretario de Hacienda, doctor Luis Bernardo May, dijo que con dicha reforma se inicia un proceso de reestruc­turación del sistema impositivo argentino en el mediano plazo y que "el propósito de la reforma no ha sido aumentar la

presión tributaria" . Por último indicó que un objetivo de poi ítica económica era el aumentar los ingresos disponibles del sector privado a fin de que la inver­sión del mismo sea uno de los factores dinámicos de expansión económica en 1970.

Las principales modificaciones que integran la primera etapa del plan de re ­formas fiscales son las siguientes:

1) Se gravará con un 15% el ingreso derivado de acciones de l:is sociedades anónimas que no cotizan en bolsa.

2) Aliento a través de excenciones en los impuestos a las ventas y a las utilida­des para facilitar la fusión y reorgani ­zación de empresas

3) Doble deducción de los gastos en sueldos y salarios y una desgravación del 50% a las inversiones en investigación que realicen las empresas, según planes que se aprueben por el Consejo Nacional de Ciencia y Técnica.

4) Los incrementos patrimoniales no justificados podrán ser regularizados mediante el pago de una tasa del 8% sobre el total. El dinero, las joyas, las obras de arte y los bienes de uso perso­nal no se podrán incluir .

5) 1 mpuesto de emergencia a los au­tomóvil es de modelos posteriores a 1950, de acuerdo con una escala que disminuye progresivamente con la anti­güedad del vehículo y aumenta según el tamaño.

6) Eliminación de impuestos directos al azúcar, hilados de seda natural, hidro­mieles, sidras y cervezas.

7) Eliminación de gravámenes sobre operaciones de seguros y capitalización, ahorro y préstamo, y cheques.

8) Se reduce el número de actos gra­vados por timbre y queda eliminada la doble imposición entre el interior y la capital; asimismo, se elimina el gravamen sobre los pagarés y letras de cambio.

E 1 semanario bonaerense Bussines Trends, correspondiente al 19 de ene ro , critica en un artículo la reforma tributa­ria. Dice que las nuevas disposiciones sólo han sido un cambio de sistemas "para poder cubrir el vacío que produ­cirá la persistencia del avance del gasto público", mismo que se caracteriza por sólo ligeros aumentos en los gastos de inversión y "un crecimiento sin solución de continuidad en lo que se refiere a los gastos improductivos".

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134 Presupuesto para 1970: un déficit moderado

Por otra parte, e l 20 d e enero fue dado a conocer e l presupuesto argentino para 1970. El gasto público, que comprende a la administración central, a las cuentas espec ial es y a los organismos desce ntrali­zados, asciende a 12 383.6 millones de pesos, de los cuales se prevé ahorrar 400 mil Ion es, por lo tanto el total de eroga­ciones será de 11 983.6 millones.

Los ingresos previstos sólo represen­tan 11 556 millones, por lo que el défi­cit fi sca l del año será de 427.6 millones de pesos. Los egresos corrientes repre­sentan el 64% del total; los gastos de inversión muestran una leve mejoría res­pecto a 1969, año en el cual representa­ron el 35ºla de l total del gasto público.

Los gastos corrientes, que ascienden a 7 115.8 millones de pesos, serán finan­ciados co n recursos ordinarios . Estas ero­gaciones incluyen el apoyo a las empre­sas del Estado, que asciende a 700.8 mi­l Iones. Para cubrir las erogaciones en cuenta de capital se recurrirá al crédito interno y externo por 780 millones de pesos.

La clasificación funcional del gasto es la siguiente:

Programas de desarrollo Educación y cultura Defensa Bienestar social Sa nidad Ad ministración general

37% 14% 14% 8% 7% 7%

E 1 origen de los recursos es el siguien­t e: la Tesorería aportará 7 471.5 mi­li ones; de los recursos específicos en cuentas especiales provendrán 1 066.2 mil Iones, y las empresas del Estado apor­tarán 3 067.4 millones.

Se dijo que el aumento previsto del 7.4% en los ingresos de la Tesorería no será suficiente, por lo que se confía que la incorporación de los nuevos impuestos sobre tenencia de automóviles y la re· gularización patrimonial aporten un mínimo de 590 millones de pesos.

BARBADOS

Situación y perspectiva económica

El 30 de noviembre de 1966 Barbados logró su independencia poi (ti ca de Gran

Bretaña, aunque la vida económica de la isla continúa estrechamente relacionada co n ese país. De acuerdo con una serie de artículos publicados por The Finan­cia/ Times, es viable esperar que, e n los ai'íos setenta, Barbados logre considera­bles cambios en su vida económica y social, aunque éstos difícilmente se deri ­varán del s imple hecho de la indepe n'den­cia política.

En la actualidad, los sectores indus­trial y agrícola se enfrentan a un pe­ríodo de incertidumbre. El azúcar, la melaza y el ron han proporcionado al país los ingresos más altos por exporta­ción y constituyen la principal fuente de trabajo de la isla . En 1968, los. produc­tos derivados de la caña de azúcar pro­porcionaron un ingreso de 35.9 millones de dólares del Caribe oriental por expor­tación, mientras que el ingreso total de divisas por este concepto fue de 52.6 millones de dólares. Sin embargo, en la actualidad este renglón se en ­cuentra seriamente amenazado por el ingreso de Gran Bretaña en la Comu­nidad Económica Europea (CEE), lo que constituye una gran incertidumbre para el futuro del Acuerdo Azucarero del Commonwealth y para la capa­cidad de ese país de continuar com­prando grandes cantidades de azúcar a la región del Caribe .

Asimismo, es necesario señalar que la industria azucarera de Barbados se en­frenta a serios problemas derivados de una estructura de producción poco ade­cuada; y que prevalece en la isla un con­senso general en el sentido de que es necesario mecanizar y reorganizar dicha industria a fin de reducir los costos de producción. Afortunadamente, al mismo tiempo en que se están haciendo paten­tes los problemas antes mencionados en la indust ria azucarera, se ha venido ob­servando un gran incremento en la acti­vidad turística y, según estimaciones pre­liminares, el número de turistas que visitó la isla en 1969 fue casi el doble de la cifra registrada en 1965 (68 000), lo que ha oéasionado un gran crecimiento de la industria de la construcción. Sin embargo, esta gran afluencia turística está ocasionando serios problemas de índole social.

Dadas las limitaciones en las indus­trias del azúcar y del turismo, señala The Financia! Times, la perspectiv~ eco­nómica podría ser poco alentadora en una isla donde lo reducido del mercado interno inhibe el crecimiento de la in­dustria ligera local. No obstante lo ante­rior, la Asociación de Libre Comercio del Caribe (CARIFTA) podría propor­cionar una salida a este problema.

sección latinoamericana

De otra parte, durante la década pa­sada la eco nomía de Barbados experi­mentó un sos t e nido crecimiento y observó una gran transformación estruc­tural. Entre 1960 y 1969, el producto nac io nal bruto de Barbados registró una tasa promedio de crecimiento del 5%, en términos reales, que es la misma tasa programada para los países menos desa­rrollados por las Naciones Unidas, para la Primera Década del Desarrollo. Duran­te este mi smo período, la ta sa anual de crecimiento de la población fue de 1 %, de tal suerte que el ingreso real per ca­pita aumentó en aproximadamente 4% anu al, lo que constituye un a alta cifra para los niveles generales de los países en desarrollo.

Asimismo, en los años sesenta se ob­servaron algunos cambios en la contri­bución relativa de los diferentes sectores a la producción total. El cambio más notable fue la disminución relativa del sector azucarero, ya que mientras que en 1960-1961 este sector proporcionó casi el 20 % del producto interno bruto (PIS), para 1967-1968 esta cifra había disminuido a alrededor de 15%. Por el contrario, los sectores de turi smo, manu­facturas y gubernamental aumentaron su participación, y en la actual id ad consti­tuyen los sectores generadores de ingreso más importantes de la actividad econó­mica del país.

A pesar de lo anterior, la economía de la isla tiene que afrontar serios problemas como son los persistentes bajos niveles de ingreso, una muy alta tasa de desem­pleo ( 13% de la fuerza de trabajo en 1966), un déficit creciente en cuenta corriente y una pesada carga por el pago del servicio de la deuda . A la luz de estos problemas, las principales metas de poi ítica económica interna son una ma­yor diversificación de la estructura eco­nómica y el logro de un crecimiento autosostenido, a fin de asegurar un au­mento constante en los niveles de ingre­so y empleo.

Esta estrategia de desarrollo compren­de una rápida expansión de los sectores turístico y manufacturero y una reorga­nización de la agricultura. Se espera que el crecimiento de las industrias turística y manufacturera constituya el principal ímpetu al crecimiento de la economía, mientras que el sector agrícola influiría en la reducción del déficit en cuenta corriente a través de un incremento de los ingresos por exportación y de una disminución de las importaciones.

La política fiscal gubernamental está concebida a fin de facilitar el desarrollo

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comercio exf erior

del país en los términos antes señalados. Por ejemplo, buena parte del gasto co· rriente se utiliza en mejorar los servicios educativos y de salubridad, prerrequisitos esenciales para contar con una fuerza de trabajo tecnificada y saludable. La inver­sión pública juega un importantísimo papel en la mejora de la infraestructura económica y social, que es tan necesaria para inducir a los inversionistas privados hacia los sectores productivos.

CUADRO 1

Barbados: estadlsticas básicas

Extensión territorial 430 kilómetros cua-

Población

PIB (1968)

Per capita

Exportaciones ( 1968)

A Gran Bretaña

Importaciones ( 1968)

Desde Gran Bre­taña

Tipo de cambio:

4.8 dólares del Caribe oriental=

2.4 dólares del Caribe oriental =

drados

252 931 habitantes

45.1 millones de li­bras esterlinas

17B libras esterlinas

15.3 millones de li­bras esterlinas

6.9 millones de li­bras esterlinas

35 millones de li­bras esterlinas

9.6 millones de li­bras esterlinas

libra esterlina

dólar norteame­ricano

Fuente: The Financia/ Times, 15 de enero de 1970.

Debido a la pequeña extensión terri­torial de la isla (430 kilómetros cuadra­dos), el comercio exterior ha ocupado siempre un lugar muy importante en el desarrollo de Barbados. Es importante hacer notar que, durante los últimos años, mientras las importaciones han es­tado aumentando de manera considera­ble, las exportaciones casi no han au­mentado, lo que se ha traducido en que el déficit en cuenta corriente se incre­mente año con año y en 1968 dicho déficit fue del orden de 94.5 millones de dólares del Caribe oriental (aproximada­mente 20 millones de libras esterlinas). La principal razón para esta relativamen­te baja tasa de crecimiento de las expor­taciones es que el azúcar ya no cuenta con más terrenos de cultivo y, dado que

el nivel de precios es casi siempre el mis­mo, los incrementos en el valor de las exportaciones de azúcar dependen de las condiciones climáticas.

Finalmente, el principal estímulo a la diversificación de las exportaciones pro­viene de aumentar el comercio con la Asociación de Libre Comercio del Caribe la cual está operando plenamente desde agosto de 1968. En 1968, las exporta­ciones de Barbados hacia dicha Asocia­ción aumentaron en 16% mientras que las importaciones desde la misma obser­varon un incremento de 37%.

BOLIVIA

España y el petróleo boliviano

El gobierno de Bolivia, que preside el general Alfredo Ovando, recibió el 21 de enero por conducto del embajador es­pañol Víctor Sánchez Mesas y Justes, la propuesta de una empresa española para comercial izar parte del petróleo bol ivia­no.

Sánchez Mesas dijo a los periodistas que "ha hecho conocer al presidente un ofrecimiento para comercializar el gas y el petróleo y construir el gaseoducto por intermedio de una compañía española, cuyo nombre no podía revelar".

Posteriormente, Thomas Lumpkin, funcionario de la Gulf Oil Corp., compa­ñía petrolera expropiada por el gobierno boliviano, en octubre pasado, 1 declaró que su empresa espera ser indemnizada totalmente si se realizan las negociacio­nes entre España y Bolivia. Añadió Lum­p k in que en dichas negociaciones se plantea la compra de la mayoría de las propiedades expropiadas a la Gulf por una compañía española.

El 28 de enero, Mario Alvarez Garci­llán, presidente de la Hispanoil confirmó que su empresa se encargaría de la ex­plotación de los yacimientos petrolíferos de la Gulf Oil Corp., si el general Ovan­do daba su conformidad. Asimismo, dijo que esperaba una pronta respuesta del gobierno boliviano para que la Hispanoil se hiciese cargo de las operaciones téc­nicas y comerciales de las concesiones que poseía la Gulf. Estas operaciones comprenden la prospección y la extrac­ción de petróleo, su comercialización en

1 Véase "Bolivia: nacionalización petrole­ra", Comercio Exterior, vol. XIX, núm. 11, noviembre de 1969, p. 889.

¡35

el mercado internacional y la termina­ción del gasoducto a Argentina.

La H ispanoil depende en gran parte del 1 nstituto Nacional de 1 ndustria de España. En círculos periodísticos espa­ñoles se comentó que la propuesta es­pañola fue hecha a petición del gobierno norteamericano.

PERU

1969: continuó la política de restricción económica

Los esfuerzos de Perú, que en 1969 se enfocaban al logro de la estabilidad mo­netaria interna y externa, se vieron in ­fluidos por la posibilidad de que se reali­zaran las amenazas de represalias, por parte de Estados Unidos ante la medida adoptada por aquel país en relación con su riqueza petrolera. Por ventura, 1969 terminó con un balance algo favorable en materia de estabilización y de nota­bles reformas estructurales : la Reforma Agraria y la Ley de Aguas, para señalar las de mayor trascendencia; asimismo, se puso en claro que el Estado elevará su grado de intervención en la actividad económica. Las características funda­mentales, a la luz de la información esta­dística disponible, fueron las siguientes: se prosiguió y afirmó el proceso estabili ­zador, lo que se puso de manifiesto por un alza moderada del índice de precios al menudeo (costo de la vida); el tipo de cambio permaneció estable y mejoró el nivel de las reservas de divisas; las finan­zas públicas registraron un déficit mo­desto hasta noviembre; las exportaciones no tuvieron variación importante, mien­tras las importaciones experi mentaron otra reducción, que se tradujo e n ascen­so del superávit de la balanza comercial; el producto nacional bruto só lc se incre­mentó revemente; hubo una ex pansión regular del medio circulante y del crédi­to bancario hasta noviembre; :a reforma agraria se inició con característ icas radi­cales; y, por último, Perú signó el Tra­tado de Integración Subregional Andino, así como el contrato para poner en ex­plotación los ricos yacimientos de cobre de Cuajone (véase una nota al respecto en esta misma Sección Latinoamericana) .

Procede examinar con cierto detalle algunos de los hechos económicos enu­merados. Según declaraciones del Minis­tro de Economía y Finanzas de Perú la tasa de crecimiento de la producción se­ría del 3 por ciento, frente al 5% que se había contemplado al principiar 1969, es decir, que tampoco habría elevación del

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13 6 per capita, por se r del mismo nivel la tasa de ex pansión demográfica . La indus­tr ia de la construcción es la que ha sen­tid o e l impacto más intenso de la políti ­ca estabilizadora , aunque también se redujo el crecimi ento d e los sectores agr ícola e industrial; todo ello, con las lógicas repercusiones sobre el nivel de la desocupación .

En la esfera fi scal se podría estimar favo ra ble la situación predominante en 1969, y , excelente, si se contrasta con ejercicios precedentes. Hasta el mes de noviembre el déficit ascendía a 684 mi ­llones de soles ; en diciembre, la cifra del presupuesto se elevaba a 28 000 millones d e soles; procede indicar que el año pasado el Gobierno se abstuvo de acudir al Banco Central para el financiamiento de sus requerimientos (más bien ha utili ­zado la emisión de bonos y los recursos del Banco de la Nación, cuya importan­cia acrece en el campo de las finanzas públicas peruanas) .

El comercio exterior, para los diez primE:: ros meses de 1969, registró un li­gero incremento de las ventas al extran­jero, en tanto que las importaciones siguieron reduciéndose, por lo que la balanza comercial arrojó un superávit (diez primeros meses) de 225 millones de dólares frente a sólo 192 millones en el mismo lapso de 1968, que ha repercu­tido en el logro de una posición satisfac­toria de la reserva cambiaría (oro y divi­sas), con una cifra neta, al 31 de d iciem­bre, de 113 millones, lo que implica una diferencia positiva de 42 millones respec­to al año anterior. Se señala el alto nivel de la deuda externa de Perú cuyo servi­cio ascenderá en los años venideros a cerca de 170 millones de dólares y que se efectúan negociaciones con los países acreedores con la finalidad de obtener términos más favorables para el país.

Se considera moderado el aumento registrado por el índice del costo de la vida, ya que en los 11 primeros meses del año sólo fue de 4 .2%; en cambio, en el período similar del año precedente se ubicó en 7.7% (para la totalidad del año se previó que el aumento sería de alrede­dor de 5 por ciento).

Por cuanto atañe a la si tuación mone­taria y de l créd ito bancario (datos dispo­nibles únicamente hasta el 30 de no­viembre) , e l encaje legal del Banco Central se elevó a 1 679 mill o nes de soles, en tanto que las obligaciones suje· tas a aq uél se expandieron en 1 0 18 mi ­llones y las colocaciones 264; empero, se estima que en diciembre pudo haber sur­gido un aumento importante, en billetes y depósitos, en virtud de que el Banco

Central obtuvo 15 millones de dól a res e n el me rcad o, mediante emisión de cerca de 600 millones de soles.

En resumen, ha continu ado en este año la poi ítica restrictiva del año ante­rior, lo que ha repercutido tanto en el nivel de las actividades económicas, que ha aumentado muy poco, cuanto en el de las importaciones que han disminuido en los 9 primeros meses 6°/o. Se considera que, de persistir tal situación, podría menoscabar el sano desarrollo económi­co de Perú .

Presupuesto para 1970

E 1 Gobierno de Perú ha dado a la publi­cidad hace unas semanas su presupuesto para 1970. Porcentualmente, implica un aumento bruto de 86.4% en compara­ción con el del año precedente, y en cifras absolutas, alcanza la cifra de 44 876 .9 millones de soles. Como el pre­supuesto de 1969 fue de 24 080 .8 millo­nes, se tiene un aumento bruto de 20 796.1 millones de soles. Como el gasto efectivo en 1969 llegó, en real id ad a 30 800 millones, el incremento real para 1970 debe estimarse en 14 076.9 millones de soles, es decir, en 45.7%. Además, como en 1969 la tasa de au ­mento de la población fue de 3%, y los precios internos registraron un alza de cerca de 6%, al efectuar los ajustes perti­nentes tomando en cuenta estos movi­mientos, se llega a la conclusión de que el incremento neto del presupuesto pe­ruano es de 31 .1%. Según el Ministro de Economía y Finanzas, se persigue reac­tivar la economía convirtiendo al' presu­puesto en un instrumento de expansión .

El total de ingresos se eleva a 44 227 millones de soles . En éstos se conside­ran los que propiamente corresponden a l Gobierno central, con un monto de 39 405 millones; los de los organismos públicos descentralizados, 4 595 millo­nes ; y los de los gobiernos locales, por una cifra de 227 millones.

El esfuerzo de movilización econó­mica, que, según declaraciones oficiales, no tiene precedentes en la historia presu­puesta! de Perú, se cristalizará en fuertes inversiones públicas : 8 771 millones de soles; tal cifra no incluye la inversión que con recursos propios pueda efectua r el grupo de empresas estatales. La refor­ma agraria recibirá un poderoso impulso al absorber 1 128 millones de soles.

A fin de elevar los ingresos, el Go­bierno ha aumentado las tasas de los impuestos vigentes y creado otros. La industria pesquera aportará 618 millo-

sección latinoamericana

nes; las reformas operad as en e l impues­to sobre la renta de las personas jurídi ­cas se tradu cirán en 500 mi !Io nes más ; el impuesto al pat rimon io accio nar io (q ue se es t a bl e c ió por Decreto Supremo 287-68-HC de Refo rma Tributa ri a ) p ro­ducir á 100 mill ones. Ot ro fa ctor de expansión de los ingresos está rep rese n­tado por el perfeccio nami ento del meca­nismo recaud ata rio de l impuesto de l tim­bre .

Finalmente, se estima q ue , gl obalme n­te, los nu evos gravá menes, los increme n­tos en las tasas de algun os y e l afina­mi ento de los métodos de reca ud ación , significarán un aumento de alred edor de 2 000 millones de soles.

Co mplementari amente, e l Poder Ej e­cutivo de Perú em itirá bonos en so les, extendidos al portador, que se denomi ­n a r á n "Bonos de 1 nversi ón Pública 1970", hast a por una cifra d e 3 000 mi­llones de so les. Estos recursos se cana li­zar á n esp ec ialmente al p rograma de inversiones públicas para el año actual.

CUADRO 1

Perú: clasi ficación funcional del presupuesto de egresos: 1969-70 (millones de soles)

1969 1970

R emun era ciones per-sonalesl 11 840.6 18 739.5

8 ienes y servicios no perso nales 2 751 .7 5 158.9

Estudios y obras 2 651 .6 4 017 .4 Transferencias 6 633.2 10 227.4 Pagos fi nancieros 4 157.4 6 144.1

Total bruto2 28 034.6 48 187. 1

Menos transferenc ias in-trasi stema 3 953. 7 3 3 10.1

Total neto2 24 080.9 44 877.0

1 1 nc luye gobierno s loca les.

2 Los to tales pu eden no corresponder a causa del redondeo .

Cuajone: se restablecen relaciones con el

capital extranjero

Con la firm a del contrato por el que el Gobie rno de Pe rú auto riza a la Southern Peru Copper Co rporation a ex plotar los importantes yac imientos cu pr íferos de

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comercio exterior

c uajone, quedaron de hecho restable­cidas las relaciones entre la Junta Militar peruana y los inversionistas privados extranjeros, conmovidas profundamente por la nacionalización de la lnternational Petroleum Company en 1968.

Entre los últimos días de diciembre y las primeras semanas de enero, la prensa peruana dedicó gran atención al llamado Contrato de Cuajone y realizó un exa­men de la posición de la minería en la economla de Perú y su evolución previsi­ble .

Posición de la minerfa en la econom(a peruana

La situación que guarda la minería metá­lica dentro del marco económico nacio­nal de Perú queda de relieve a la vista de algunas variables macroeconómicas. En 1967, el valor bruto de la producción minerometalúrgica llegó a la cifra de 12517 millones de soles; de éstos, el 30% se aplicó a la adquisición de insu­mos, en tanto que el 70% representó el producto bruto interno del sector. Si de este último se deduce la depreciación y los impuestos indirectos, se tiene el in­greso sectorial, cuyo monto fue el 58.5% del valor bruto de la producción.

El 65.5% del valor bruto de la pro­ducción minerometalúrgica se utiliza en el interior del país, y el saldo, 34.5%, en el exterior; esto quiere decir que dos tercios de ese valor inciden directamente en las transacciones económicas perua­nas.

La minería de Perú part1c1pa en el producto bruto interno con una cifra que fluctúa entre el 4% y el 6.9%; en 1960 se registró el máximo anotado, a causa de haberse incorporado a la pro­ducción el importante yacimiento de Toquepala; en 1967, la minería sólo contribuyó con el 5.5% al PB l.

Entre 1963 y 1968 el sector minero peruano ha registrado una contribución al PNB de cerca del 6% del total. La baja tasa de crecimiento de este sector en el pasado reciente se debe a la falta de inversiones importantes, y el hecho de que haya mantenido su participación relativa obedece, en gran parte, a las mejores cotizacionés habidas en el mer· cado mundial.

La gran minería aporta el 81.5% del total de impuestos y contribuciones que el sector paga al Estado, en tanto que el 18. 5% corresponde a la mediana y

pequeña minería . El impuesto a las utili­dades representa el 45.6% del total de impuestos pagados, mientras que e l com­plementario de tasa fija participa co n el 34.6%; ello significa que ambos gravá­menes implican una proporción superior al 80% del total del sector.

La minería peruana es una industria de exportación regida por precios inter­nacionales en los mercados mundiales, y, por ende, no puede transferir los gravá­menes a sus compradores mediante rea­justes en los precios.

La miner<a peruana se halla orientada acusadamente hacia el mercado mundial; ello le imprime importante papel en la función captadora de divisas para el fi­nanciamiento de la importación de bienes de capital que demanda la expan­sión económica · e industrial de ese país. En 1968, la colocación de productos de la minería permitió entradas de divisas por un monto que representó el 52.4% del ingreso total.

En el lapso 1960-1968 la minería me­tálica de Perú registró un aumento de 96.5% mientras el ingreso de divisas se elevó en un 100 por ciento .

En materia de inversión en el sector minero, se estima que durante el lapso 1968-1974 ésta alcanzará un volumen de 854 millones de dólares, que entrañaría un aumento de la exportación, de 310 millones de dólares. Para la inversión a largo plazo, se pronostica una cifra de 415 millones de dólares en la minería de cobre, que se traduciría en un incremen­to de 166 millones en las ventas al exte­rior.

Al igual que otros países en desarro­llo, Perú considera que la estrategia de desarrollo industrial no debe pasar por alto el imperativo de impulsar las manu­facturas metálicas, en una primera etapa en el campo de los bienes intermedios, donde se estima que el país tiene mayo­res posibilidades competitivas.

El Contrato de Cuajone

Este contrato, que tiende a dinamizar la actividad minera de Perú, es muy amplio y detallado; por ello, se aludirá, en for­ma resumida, sólo a sus cláusulas más importantes.

La puesta en marcha de la explota­ción de los yacimientos cupríferos de Cuajone constituye un capítulo esencial del plan nacional peruano para llevar al nivel más alto la producción de cobre en el país.

137 La cláusula relativa a "Beneficios y

Garantías en Favor de la Compañía" contiene disposiciones ampliamente favo­rables para la Compañía (Southern Peru Copper Corporation) . Entre otras: por ser de utilidad pública la explotación mi­nera en Perú, con apego al Art. 1 º· del Código de Minería, el Gobierno se com­promete a otorgar todo el apoyo, que legalmente procede a las gestiones para la obtención de préstamos que la Com­pañía efectúe ante instituciones guberna­mentales extranjeras o instituciones in­ternacionales, pero ello no significa que el Estado contraiga compromisos econó­micos, ni afecte sus intereses.

La Compañía está obligada, con ape­go a los fines estipulados en el Art. 10. del Decreto Ley NO. 17712, a entregar al Banco Central de Reserva de Perú, en forma directa o mediante depósito a nombre de esa Institución, en un banco corresponsal del exterior, la totalidad de la moneda extranjera que obtenga por el precio de venta FOB de sus productos en el mercado internacional. Como con­trapartida, la institución mencionada se compromete a proporcionar a la Com­pañía, de inmediato, y por un valor equivalente a la cantidad entregada, cer­tificados de divisas extendidos nominati­vamente, y transferibles mediante endo­so (el contrato establece un prolijo procedimiento para la utilización de los certificados citados) .

En materia de comercialización de los productos de los yacimientos de Cua­jone, se señala que el Gobierno garantiza la libre disponibilidad en la exportación y venta, y que por ello no aplicará medi­das que signifiquen: "a) limitar la facul­tad de vender a cualquier destino, una vez satisfechas las necesidades del consu­mo local nacional en la forma que esta­blece la Ley de Promoción 1 ndustrial N°. 13270 y a prorrata entre los produc­tores; b) suspender o proteger dichas ventas y/o exportaciones; e) imponer la venta en cualquier mercado extranjero a precios inferiores a los que pueda obte­ner en el mercado internacional donde coloque la mayor parte de sus exporta­ciones; y d) imponer el pago de dichos productos a base de trueques o en mo­nedas no válidas para pagos internacio­nales".

En el campo tributario, el Gobierno aplicará a las ventas gravables que deri­ven de la operación de la Mina de Cuajo­ne una tasa única de 25%, a lo largo del lapso de recuperación de las inversiones, en sustitución de la que grava a las per­sonas jurídicas y una tasa de 30% sobre

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138

la renta disponible para el titular del exterior y cuya suma, previa deducción de Ley, arroja una tasa combinada de 47.5% sobre las rentas dispon.ibles. Ade­más, la Compañía disfrutará del régimen de estabilidad tributaria, durante el pe­ríodo de 6 años que sigue al de recupe­ración de las inversiones (impuesto a car­go de las personas jurídicas domiciliadas en el país sobre su renta imponible, 35%; impuesto a las rentas producidas por sucursales en el país disponible para el titular del exterior, 30%; la suma de ambas tasas, efectuadas las deducciones que establece la Ley, arrojan una inci­dencia total de 54.5% de las rentas suje­tas a gravamen) . Asimismo, la Compañía queda exenta de "todo impuesto creado o por crearse, ya sea nacional, regional o local, así como de cualquier otra tributa­ción, sobre la concesión o sobre los productos que obtenga, inclusive el de Timbre, en cuanto incida en la comercia-1 i zac i ón de sus productos"; en igual forma, se exime a la Compañía de todo gravamen u obligación que reduzca su disponibilidad de efectivo, a saber: inver­siones forzosas, préstamos forzosos, y anticipos de impuestos, a excepción del 4% del monto de las exportaciones a cuenta del impuesto a la renta.

Otros aspectos importantes, dentro del régi men tributario protector de que goza la Southern. son como sigue: la Compañi'a podrá deducir de su renta neta las pérdidas que haya sufrido en los cinco años precedentes (los posteriores al vencimiento del Contrato, según e l inciso g) del Art. 560. del Código de Mi­nería y el inciso fi) del Art. 210. de! Decreto Supremo 0044-68-F O) por la cantidad no cubierta por e í seguro o en cualquier otra fo rma de que conozca el Gobierno peruano. Hay exención del im­puesto sobre la renta pa ra todas las amortizaciones, intereses, gastos, comi­siones, y cualquier otro pago que realice la Compañía debido a ope raciones de crédito con entidades financieras priva­das extranjeras, a cond ición de que aquéllas no devenguen un in terés anual que exceda la tasa prefe rencial preva­leciente en la plaza de donde provenga en más 3% (éste se aplica a l pago de gas­tos y comisiones de no importa q ué índole a beneficiarios extranjeros; empe­ro, se aclara que no quedan comprendi­das en él las sumas a'J·:mables por con­cepto de comisiones, o por cualqu ier

-otro al garante de Perú, con apego al Decreto Supremo 049-69-H.A.).

La Compañía está facultada para apli ­car las tasas de amortización y deprecia­ción sobre el valor reajustado de: las construcciones, maquinarias, equipos, instrumentos y vehículos; los activos que

el Gobierno reconozca como tales (gas­tos en prospección, preparación y desa­rrollo, y en la remoción de material estéril); y los activos que se destinen permanentemente al trabajo de la mina: túneles, caminos, instalaciones, plantas, campamentos, etc. De dicha facultad se exceptúan los repuestos y accesorios, cuando haya habido fluctuaciones en el valor de la moneda nacional (soles) res­pecto a la estadounidense, en una pro­porción superior al 5% en relación al tipo de cambio que se haya aplicado al ~rrar el ejercicio precedente.

Declaración del Ministro de Energia y Minas

El general Jorge Fernández Maldonado, ministro de Energía y Minas declaró (Expreso, 22 de diciembre de 1969) que el Gobierno revolucionario no se ha pro­nunciado en contra de la participación del capital privado en la minería, ni tam­poco se opone a la de la inversión ex· tranjera, si se apega a las leyes de Perú; que los concesionarios han comprendido los fines que persigue el Gobierno y que un indicio de ello se ve reflejado en las solicitudes que se han presentado para la celebración de contratos; el de mayor importancia es el de Cuajone con la Southern Peru Copper Corporation, em­presa que habrá de efectuar inversiones de 355 millones de dólares, siendo el proyecto más grande del rnundo, a cargo de una sola empresa.

Ei Mi nistro hizo a lgunas declaracibnes Dert !nentes: los yacim ie ntos de Cuajone, mate~ ia de l contrato, pertenecen desde hi.>ce 20 añ os a la empresa mencionada. lo que q uie re decir que el contrato res­pectivo se limita a precisar en qué condi­ciones habrá de efectuarse la explotación de los depósitos ; la Compañía realizó los estudios técnicos y los trabajos necesa­rios lo que le pe rmitió cubicar las reser­vas cupríferas, que alcanzan un volumen su perior a 400 rriillo ne~ de toneladas de ;c-;i ner0! con el 1% de lev (sirnil a rmente a otros, había estado sin exp lo tarse duran­te muchos ai»os); las garantías que el contrato otorga a la Southern sólo regi­rán a lo la rgo d0! lapso de recuperac ión de las inversiones a través de las utilida­des brutas, o sea 4 o 5 años en las con­dic iones q ue es dable prever en lo con­cern iente a precios y costos (después s6!o gozará de estabilidad tributari a por ' • ¡:-c! az.:; máxi mo de 6 años, disposición ·; ;Jlicab le a cualquier concesionario mi­nero); las construcciones y otras obras que la explotación del depósito haga necesarias, deberán iniciarse el 1 de abril de 1970, alrededor de tres meses des­pués de haberse firmado el contrato; a

sección latinoamuicana

fin de asegurarse la iniciación puntual de las obras, se precisan con toda claridad las causas que motivarán la caducidad de las concesiones y. por ende, la rescisión del contrato; y se ha señalado a la Com­pañía, como obligación, que invierta un mínimo de equivalente a 25 millones de dólares ( 1 000 millones de soles) en los primeros 18 meses, a partir del 1 de abril de 1970 (el incumplimiento de esta obligación será también motivo de cadu­cidad) .

Algunos comentarios de la prensa peruana

Expreso (11 de diciembre de 1969): "El contrato, a primera vista, y en sus linea­mientos generales, parece haber caute­lado en la medida de lo posible, los intereses y las expectativas nacionales". "Poner en marcha la explotación de una mina de tan apreciable potencial y que estaba inactiva, tiene necesariamente que verse con buenos ojos por lo que va a representar para el desarrollo de la mi­nería nacional, y sin olvidar sus lógicas y beneficiosas repercusiones para el total de nuestra economía. Pero si esa explo­tación se va a realizar, como parece, dentro de estipulaciones provechosas y hasta cierto punto progresistas, sería doblemente fructífera para Perú y senta­ría un precedente utilizable en las pró­ximas e impostergables negociaciones sobre los otros yacimientos inexplotados como Ouellaveco, Cerro Verde y Michi­quillay ."

El Comercio (21 de diciembre de 1969) : "La culminación del contrato de cu ajo ne, tiene un especial significado para Perú, porque implica la derrota de la campaña de desprestigio que desde hace años libra en el extranjero la Stan­dard Oil contra nuestro país. Se trata de la inversión más cuantiosa de nuestra historia. Hay que esperar que de aquí en adel ante el capital foráneo acuda a Perú, seguro de que aquí goza de todas las ga­rantías siempre y cuando se mantengan respetuosos de nuestras leyes y de nues­tro pueblo".

Expreso (27 de diciembre de 1969): "En los últimos días diversos comenta­ristas se han esforzado a destacar que la firma del contrato de Cuajone constitu­ye una derrota para los grupos izquier­d istas próximos a la Junta Militar. Un análisis objetivo de los acontecimientos invitaría a remarcar que con la firma del contrato pierden también los grupos conservadores, para quienes las medidas de tipo compulsivo inscritas en el DS NO. 17792, las limitaciones previstas por el Gobierno a la inversión extranjera, y

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comercio exf erior

su deseo de participar directamente en la actividad empresarial tienen sabor a sa­crilegio" .

ADELA participa en la explotación maderera

Un comunicado de prensa de ADELA Compañía de Inversiones, S. A .. fechado el 20 de enero del año en curso, infor­mó que esta empresa y el consorcio pe­ruano Grupo 501 suscribieron un contra­to, a través del cual la ADELA pone a disposición del segundo 2 976 000 dóla­res para apoyar sus planes de expansión en la industria maderera.

Teniendo en cuenta el desarrollo del mercado subregional andino, el acuerdo de referencia permite que el Grupo 501 ejecute más rápidamente sus planes de crecimiento, que representan en su con­junto cerca de 7.4 mil Iones de dólares, dentro de un contexto de integración vertical.

Los programas de expansión consisten básicamente en promover la investiga­c1on de recursos maderables y la extrac­ción de madera, la fabricación de encha­pes, de madera cerrada y de planchas decorativas, la elaboración y exportación de piezas de madera para muebles, así como la producción y comercialización de muebles para el mercado interno y externo.

URUGUAY

Situación de la economía en 1969 y perspectivas

El BIRF enjuicia la economia uruguaya

A mediados de enero último, una misión del Banco 1 nternacional de Reconstruc­ción y Fomento (BIRF) presentó al presidente de la República, Jorge Pache­ro Areca, un informe sobre la situación económica del país, que servirá de base para la conformación de la poi ítica cre­diticia que seguirá el B 1 R F con respecto a Uruguay.

A juicio de la m1s1on, la situación fi · nanciera del país a corto plazo es preca­ria; el superavit de la balanza de pagos, que ascendió a 48 millones de dólares a finales de 1969, apenas alcanzará a cu­brir los principales pagos que se vencen en ese año. Por otra parte, la tendencia de las exportaciones no es satisfactoria

debido a lo cual es probable que se pre­sente una crisis de i°iquidez, a menos que el país se proponga girar contra sus de­pósitos de oro en el exterior. El déficit presupuestario del gobierno central, que originalmente se calculaba en 4 400 mi­llones de pesos uruguayos, probablemen­te pase de los 10 000 millones de pesos, según las estimaciones de la misión.

En caso de que Uruguay no recurra a los mencionados depósitos, la otra solu­ción sería, apunta el reporte, una deva­luación y un aumento de los impuestos de exportación de la carne, lana y cue­ros.

El informe recomienda no continuar con la política antiinflacionaria actual, misma que ha provocado fuertes contra· versias, debido a las dificultades que opone a las expectativas de utilidades y a los incentivos de la inversión, sobre todo en el sector ganadero.

Se proponen para la promoción del desarrollo medidas de largo plazo; la producci.ón para la exportación del sec­tor privado es fundamental a causa del próximo aumento del servicio de la deu ­da y de la necesidad de un mayor volu · men de importaciones de bienes de capi­tal y de bienes intermedios necesarios para la continuidad del desarrollo. Final ­mente la misión del B 1 R F recomienda el desarrollo adecuado de las siguientes actividades para acelerar el crecimiento económico:

a) expansión de la producción gana­dera, por intermedio del Plan Agrope­cuario.

b) saneamiento de la situación conta­ble de los frigoríficos estatales y abati­miento de los costos de operación;

c) fomento de industrias no tradicio­nales que utilicen como materia prima las carnes, cueros y lanas orientadas a la exportación;

di formación de empresas pesqueras con la participación del sector privado; y

e) promoción del turismo.

Debilidad exportadora secular

Por otra parte, en el periódico El Plata del 12 de enero se comenta el marcado descenso de la producción exportable de Uruguay a partir del 1954; se considera que las perspectivas de recuperación son escasas. El examen de la balanza comer­cial arroja un déficit acumulado hasta 1969 de 439.4 millones de dólares. Por

13 9 períodos seleccionados la situación de los promedios es la siguiente (en millo· nes de dólares):

Promedio Promedio anual anual Promedio

de expor· de impar· de Perlado raciones raciones saldos

1955-58 165.5 215.5 - 50 1959-62 141 .2 208.7 - 67.5 1963-66 180.3 172.4 + 7.85 1967-69 173.3 173.5 - 0.27

Perspectiva inmediata

En un editorial del diario B.P. Color se dice que 1970 será un buen año para la economía del país en la medida que se logren resultados favorables en los si ­guientes aspectos:

al defensa de la estabilidad monetaria;

b] una poi ítica de población para ciertas regiones del país;

c] impulso al establecimiento de po­los de desarrollo en el interior del pais;

d] estímulo de la producci ón pecua­ria para no recurrir al sacrificio del con· sumo doméstico cuando se aumenten las exportaciones:

e] estímulo selectivo de la produc­ción agrícola orientado a la exportación; y

f] adopción de medidas contra el al ­to tipo de interés contra el déficit fiscal, por ser los principales motores de la in­flación.

Por su parte, el Banco de Londres y Sudamérica, al analizar la situación de la economía uruguaya, afirma que el pro­grama de estabilización iniciado en 1968 ha logrado disminuir la tasa de inflación a un 20% en 1969. Apunta el estudio que las dificultades en el sector agrope­cuario y las crecientes importaciones sur­gidas en la segunda mitad de 1969 dis­minuyeron el mejoramiento de la balan­za comercial logrado en la primera mitad del año.

A juicio del BOLSA, la mayor necesi ­dad inmediata de Uruguay es obtener financiamiento para su programa de de­sarrollo, mismo que el gobierno ha dado a conocer y el cual considera muy razo­nable.

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La indu • • ria mex y los mer ado internacionales

Los últimos datos de la Dirección General de Esrndística revelan los niveles que la industria nacional ha alcanzado en cuanto a los volúmenes y valores de su producción. Han quedado supera · das las cifras comparables del año anterior respecto a la elabora· ción de numerosos artículos; ~n general, el crecimiento indus· trial del país en 1969 fue claramente superior al del producto nacional bruto.

La lucha por desarrollar, consolidar y madurar una planta industrial es larga y está llena de peripecias y escollos en cual · quier lugar del mundo. En un oaís que aún no cuenta con la infraestructura económico-social de los más avanzados, el indus· tria! pionero no só lo tiene la necesidad de extremar su ingenio para abaratar sus costos de il}iciación, sino que se encuentra dentro de un mercado nacional limitado en sus dimensiones. en razón de su escaso poder relativo de compra.

Ni los imperativos de la justicia social que deben presidir nuestro desarrollo ni el pragmatismo económico autorizan a perpetuar la estrechez de la demanda nacional desperdiciando las capacidades industriales instal adas en el país . Ello simple· mente aferraría el círcu lo vicioso que impide que se ascienda a los niveles de producción que la tecnología moderna aconseja .

El aprovechamiento máximo de las capacidades instaladas en todas las ramas de la producción es imprescind ible para que la industria pueda absorber la mayor proporción posible del aumento anual de la fuerza de trabajo. S i a l finalizar la década de los sesenta más de 600 000 individ uos incrementaban cada

Nota : Este artículo se basa en el texto de una Conferencia susten­tada por el Director Ge neral de Integración Económica Latinoamericaia de la Secretaría de 1 ndustria y Comercio, ante los miembros de la Aso· ciación de Industriales del Estado de México del 10 de diciembre de 1969 .

n

JULIO FAESLER

año la demanda ocupacional, para 1975 el crec1m1ento podrá ser de más de 700 000. No podrá lograrse la creación de sufí · cientes puestos nuevos para cubrir la parte que la industria debe emplear si los niveles de actividad de ésta se mantienen restrin· gidos por la insuficiencia de los mercados inte rnos y externos para ·SUS productos .

Los industriales de los países en desarrollo como México deben servirse .de los mercados del exterior para ampliar los inte riores : la producción adicional que se requi e re para cubrir cualqu ier demanda nueva proveniente del exterior eleva la esca'la d e producción, permite reajustar costos y baiar los precios a que puede ofrecerse e l producto en el mercado interior, aume n· tando así el poder efectivo de compra del consumidor nacional. De esta manera se lograr ensanchar el mercado interno en forma más eficaz que esperando a que éste se amplíe exclusivamente mediante el crecimiento natural.

Además de la función dinamizante ya descrita , las exporta· ciones deben cubrir una parte cada vez mayor del valor de las importaciones que Mé"ico realiza y que están constituidas prin· cipalmente .por bienes de capital y materias primas industria les.

Las cifr as sobre los intercambios mundi ales re copiladas por las Naciones Unidas reve la n que muchos otros países están au· mentando sus exportaciones más activamente que el nuest ro. Las condiciones cada vez más reñidas en los mercados interna· cionales requerirán de una agresi vidad y una imagi nativa más aguzadas que hasta ah ora si es que no queremos ir perdiendo progresivamente nuestro poder de compra internacional relativo.

Las experiencias concretas que hemos recogido en los últi · mos años comprueban, sin embargo, q ue nuestra verdadera

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comercio exterior

capacidad expo11adora estiÍ le jos de h all arse debidamente apro­vechada.

En tanto que el prod uc to nacional bruto aumentó entre Hl61 y 1968 en 104. 1% a precios corrientes, las ventas a l ex t e­·ior a u mentaron só lo en 46%. Esta cifra seña la que e l monto total de n uestras expo rtac iones no ha aume ntado a un ritmo acorde con el del crecimiento promedi o de la riqueza nac ional.

CUADR O 1

Productos de interés para México negociados en la Ronda Kennedv

Pais

141

Arancel %

1967 Enero 1972

Dentro de nuestras exportaciones se destaca , sin embargo, el Partes sueltas p/aparatos de radio EUA 12.5 5 dinamismo particular de los artículos indust ria les que aumenta-ron en 89. 2% en el período señalado y conquistaron un lugar Partes sueltas p/motor o transmisión de cada vez más destacado dentro de nu es t n1s ventas a l ext erior. automóviles EUA 8.5

17

4

De 19% en 1961 y 25% e n 1968, rep resentaron más de 32% de Si llas de madera EUA 8.5

5 las exportaciones totales en los nu eve primeros meses de 1969.

No es conve ni ente que e l grueso de nuestras ventas esté su1eto a los va ive nes de unos cuantos mercados cuyas condicio­nes caen completamen te fuera de nu estro control. Tampoco es conveniente inclinar excesivamente las características de nues­tros productos a los gustos o ex ige nci as de los consumidores de un so lo país, s ino que debemos mantenernos siempre ágiles y fl ex ibl es para sa ti sfacer de inmed iato cualqui e r pedido que se nos haga de cua lquier parte del mundo, adaptándonos a las especifi caciones requer idas. En este sentido es sati sfactorio ad­vertir la mavor diversi ficación geográfica que hemos alcanzado e n los últimos años en cuanto al destino de nuestras exporta­ciones. Desde 1960 hasta 1968 hemos a ume ntado la lista de países a los q ue ex portamos más de c ien mil pesos anuales de 52 a 70 países .

En e l lapso a q ue se a lude au me nt ó notableme nte la partici­pación de los países mie mbros de la Asociación Latinoameri­can a de Libre Comercio dentro de nues t ras ve ntas totales, al pasar de 1.2% a 6% ( 110.3 y 777 .9 mi 11 ones de pesos respecti ­vamente) . Por lo que se refie re a los primeros diez meses de 1969, su participac ión en las exportaci ones totales de Méx ico fue de 6.4%, en c ifras no revaluadas.

S imultáneame nte con lo anterior, se ha penetrado más el me rcado norteame ricano, y ue ofrece un amplísimo potencial como demandante de todo tipo de producto primario e indus­trial.

Hoy en d ía, como resul tado de numerosas negociaciones en organi smos mul t inacionales y en foros bila terales, los e mpresa­rios de Méx ico cuentan con condic iones de comercio más alen­tadoras e n muchos me rcados extranj eros que pueden aprove­cha rse gracias a la am plitud de la .gama industrial nacional.

Entre los productos mex ican os que se están colocando acti ­vamente se encuentran much os que ya han come nzado a per­cibir las ve nta jas de la reducc ión de los aranceles en vi rtud de las negociacion es Kennedy ce lebradas entre 1964 y 1967 en el GATT. Tal es reducciones que, en promedio, fueron de entre 25-50% para los productos industriales favorecidos, ya están en vías de aplicación por todos los países que las concedieron. Las reducciones se han venido aplicando progresivamente a razón de 20% por año, de ma nera que los países que no aplicaron de un golpe el total de las reducciones conve nidas para favorecer los productos de países en desarroll o, como lo hizo Canadá, habrán aplicado el 6 0% de las rebajas convenidas para el 1 de enero de 1970.

Las reducc iones arancelarias otorgadas durante las negocia­ciones Kennedy ofrecen claras ventajas para los productos industrial es; en el cuadro 1 se listan ejemplos de productos objeto de dichas reducciones.

Muebles de madera, excepto sillas EUA

Polifosfato de sodio EUA

Artículos de metal común , dorados 0

chapeados en oro EUA

Hormonas natural es o sintéticas :

Adrenalina CEE

Insul ina CEE

Grafit o artificial en estado coloida l CEE

Artícul os de viaje de tod as clases CEE

Perfiles r.hapeados tr aba¡ados en la super­ficie; simp lemente chapeados termina-dos en frío CEE

íu beria fle xible en metales comu ne> CEE

Artículos rle piel Japón

Tubería de hierro co lado Japón

Jniones y con ex iones de hierro o acero Japón

Estufas y o tros aparatos o/uso doméstico Japón

Carros de ferrocarril y sus partes Japón

Látex de hule sintético R. Unidc

10.5

10.5

50

17

16

7

15

10

14

40

15

20

15

15

10

5

25

8.5

8

3 .5

7 .5

7

7

20

7 .5

10

7 .5

7

4

Pilas eléctricas R. Unido 25 12.5

Carros de ferrocarril R. Unido 16 8

Envases de vidrio R, Unido 25 12.5

Embar caciones de hélice, de cualquier clase R. Unido 10 5

Fuentes : Para EUA los datos fueron tomados de la Lista "A" elaborada por la Dirección de Integración Económica Latinoamericana (SIC) en agosto de 1969. Para la CEE : General Agreement on Tariffs and Trade (GATT), vol. IV, 30 de junio de 1967, Gine­bra. Para Japón y el Reino Unido la misma fuente, vals. IV y 11, respei:t ivamen te.

Las rebajas o eliminaciones arancelarias emanadas de las ne, gociaciones Kennedy hace tres años se extienden a prácticamen­te todos los pa íses del mundo y , por lo tanto, dejan a nuestros productos en igualdad de circunstancias competitivas con las que rigen para los artículos de los países industrializados.

La conveniencia de que los productos de los paises en des­arrollo gocen de ventajas arancelarias sobre los de los países desarrollados es un principio universalmente aceptado. Tales

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142 preferencias pueden darse dentro de un esquema de tipo univer­sal, como veremos más adelante, o bien dentro de sistemas re­giona les. Dentro de esta última categoría se encuentra la Asocia­ción Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) de la qu e México forma parte desde su creación en 1960. La ALALC ofrece ventajas de preferencias junto con e l derecho de inf luir efectivamente dentro de la zona en las condiciones de comercio que afecten nuestros productos, como no es posible hacerlo en ningún otro mercado extranjero.

El proceso de integración latinoamericana ha venido ofre­ciendo frutos concretos en términos de un comercio intrazonal que ya aumentó en 220% desde 1961 hasta 1968, mientras que en general el comercio de la zona con todo e l mundo sólo cre­ció en 27 por ciento.

Dentro de l comercio intrazona l, que en ese mismo período aumentó de 500 mi ll ones de dólares a 1 600 millones, ha crecido notab lemente la participación de las manufacturas y semi manufacturas, hasta alcanzar el 46 por ciento .

En cuanto a nuestro país, las ventas mexicanas a la ALALC se componen en más de dos terceras partes de artículos manufac­turados y semimanufacturados, muy por enc ima del promedio que ostentan en las ventas globa les de México, por lo que la industria nacional encuentra en la ALALC un respaldo firme para su expansión .

La experienc ia mexicana en la ALALC no nos permite co lo­carnos entre los escépt icos del proceso de integración cuyos beneficios han sido c laros e irrefutab les . Part iendo de 11 O millo­nes de pesos en 1960, las exportaciones mexicanas al área han ll egado a 778 mi llones en 1968 y a más de 900 mi ll ones de pesos en los primeros diez meses de 1969. La ALALC se con­vierte, así, en el segundo cliente de México en este año, habien­do ocupado el sexto lugar en 1960.

Con una pob lación actual de más de 225 millones, la ALALC equiva le a un mercado adic ional para nuestros produc­tos 3.5 veces mayor que e l de Méx ico en términos de pob lación y más de 3 veces en términos de poder de compra. Se estima que para 1975 su población será de 275 millones y de 320 mi­ll ones para 1980.

Teniendo México un comercio constantemente creciente y superavitario con la zona, los mercados de ésta encierran gran­des perspectivas, entre otras razones porque el grueso de sus importaciones están constituidas por materi as pr imas industria­les, combustibles, productos químicos, maquinaria y otras ma­nufacturas. Los empresarios mexicanos pueden contribuir en forma destacada a realizar dentro de la zona de libre comercio una sustitución de impertaciones provechosa para todos, de tal manera que lo que tradicionalmente ha provenido de fuera de la zona sea abastecido por productores latinoamericanos.

La creciente decisión de l gobierno de Estados Unidos de permitir el uso de fondos prestados por la AID en la compra de equipos latinoamericanos podrá favorecer a los fabricantes mex i­canos que has ta ahora se han visto excluidos de proyectos fi ­nanciados por dicho organismo. Esta posibilidad debe explorarse particularmente en re lación con las grandes obras de infraestruc­tura que se están ejecutando o se proyectan en Centro y Sur­américa.

Las oportunidades comerciales que la zona ofrece ya han sido aprovechadas por numerosos empresarios nacionales. Al­gunos de los productos que han exportado ya fueron nego­ciados en las conferencias de la ALA LC, de manera que gozan

industria mexicana y mercados internaciorfales

d e márgenes prefe re nciales . Como ejemp los pueden cirarse : libros, cinc afin ado, tubería de hierro o acero, plomo afinado, aparatos o accesorios de insta lación de conducción eléctrica, especialidades de origen orgánico o minera l para uso industrial, brea o colofonia, po libutadienoestireno só li do, rec ipientes de hierro o acero, hormonas natura les o sintéticas, dobeci lbenceno, máquinas de escrib ir, estructuras de puentes, edificios, columnas o torres de hierro o acero, pilas e léctricas, motores para auto-11óviles y máquin as impu lsadas por medios mecánicos .

CUADRO 2

Algunos productos mexicanos que no se exportan a la A LA L C

Producto

Tractores

Botel las cerveceras

Fosfato de amonio

Papel heliográfico

Ext intores

Madera corriente la­brada en comizas, frisos, listones, molduras o zó­ca los

Pie l es curtidas de ganado ovino y ca­prino

Pieles curtidas de cocodri lo o la­garto

Dinamita

Barnices y colores preparados a base de alcohol o éteres

Exportación total en 1968

(valor en pesos)

2 355 300

1182800

1025300

45 200

10 500

22 018 957

12 391 150

1 513 368

1659381

45 670

Destino

EUA

Nicaragua Antillas holandesas Otros

Guatemala

1 nglaterra EUA Otros

EUA Otros

EUA

EUA Italia República Federal

de Alemania

Francia EUA Bélgica

Guatemala Nicaragua El Salvador

España Costa Rica EUA

2 355.3

439.0 364.5 319.3

1 025.3

18.4 11 .3 15.5

6 .3 4.2

22 018 .9

7 691 .5 4 503 .1

110.1

1 145.6 259 .0

60. 7

614.6 245.2 704.3

20.6 10.6 4.5

Prácticamente el 90% de l comercio intrazona l se opera al amparo de fracciones negociadas. Por otra parte, es conocido el hecho de que sólo se aprovecha una parte meno r de las conce­siones existentes, por lo que debe haber un número muy

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comercio exf erior

considerable entre las 9 696 fracciones ya negociadas po[ nuestros socios en la ALALC que esperan ser objeto de tran­sacciones por parte de los industriales mexicanos.

Esta sospecha se confirma al advertir que hay un número respetable de productos concesionados y que nuestras fábricas e laboran, pero que, no obstante ser vendidos a otras áreas, como Estados Unidos y Europa, no se venden a la ALALC. Ejemplos de tales productos se presentan en el cuadro 2.

Para asegurar el uso cabal de las concesiones, conviene examinar los anuarios de importación de los diversos países de la ALALC para detectar casos en que un país está comprando fuera de la zona productos industriales que México está en capacidad de surtir.

El intercambio reciente de v1s1tas de misi'Ones de hombres de negocios de Brasil y México reveló un sinnúmero de posi­bilidades para la venta de artículos mexicanos a ese país de 92 millones de habitantes. Así, por ejemplo, se advirtió que en 1968 Brasil importó sulfato de amonio por 14.8 millones de dólares de Alemania, Estados Unidos, Holanda y otros países; sosa cáustica por 13.3 millones de dólares de Estados Unidos, Inglaterra, Alemania y otros; fosfato de sodio por 3.1 millones de dólares de Estados Unidos, Francia, Inglaterra y otros; ácido fosfórico por 775 millones de dólares de Alemania occidental, Estados Unidos, Alemania oriental y otros.

El mismo tipo de análisis revela que Argentina importó en 1967 máquinas de hilar de Alemania federal, Itali a, Japón y otros por un valor de 867 432 dólares; amianto en fibra o en polvo de Alemania federa l, Canadá, Estados Unidos y otros por un valor de 1 071 190 dólares; cao lín de Alemania federal, Checoslovaquia y Estados Unidos por un valor de 867 909 dólares. Perú importaba en 1966 dodecilbenceno de Estados Unidos por un valor de 536 514 dólares; óxido de titanio de Alemania occidenta l, Australia, Bélgica y otros por un valor de 697 055 dólares; ésteres del ácido hálico (ftalatos) de Alemania occ id enta l, Bélgica-Luxemburgo, Dinamarca y otros por 3 36 2 31 dólares; sueros de Alemania occidental, Australia, Dinamarca y Estados Unidos por un va lor de 281 473 dólares. Venezuela importó en 1968 ácido acético de Alemania occi­dental y Estados Unidos por 2 670 dólares; ani linas de Ale­mania occidental y Estados Unidos, Francia e Ita lia por un valor de 106 504 dólares; azufre refinado de Estados Unidos, Alemania occidental, Bélgica-Luxemburgo y Polonia por un valor de 563 598 dólares. Estos y otros muchos productos concesionados pueden ser abastecidos por México.

Otro mecanismo de la integración latinoamericana que tendrá un uso cada vez más generalizado, es el de los acuerdos de complementación industrial de los que hasta el momento México ha suscrito cuatro, dos de los cuales se destacan a continuación :

Durante la reciente 1 X Conferencia Ordinaria de la ALALC se negoció la ampliación del Acuerdo de Complementación de la Industria Química, cuyos benefic ios alcanzan a todos los países miembros y que abarca productos tales como: sulfato de aluminio, fungicidas y herbicidas, su lfato de plomo, mercurio, sulfato de cromo, aceites esencia les. Entre los productos con los que se amplía el Acuerdo, se encuentran ácido fosfórico, óxido de hierro, tripolifosfato de sodio, ácidos diméricos, tierras de ful ler activadas, enz imas proteol íticas para usos detergentes. Con estas adiciones se podrá incrementar el intercambio co­mercial dentro del área de los productos de esta importante rama industrial que representaron para Mé xico en 1968 exporta­ciones a la ALALC de l orden de 125 mi ll ones de pesos.

143 Ya se están dando los pasos para la ampliación del acuerdo

en materia de equipos de generac ión, trasmisión y distribución de electricidad , no obstante que fue suscrito por Brasil y México apenas el pasado mes de octubre. Para México las pers­pectivas de ex portación son muy ampl ias en virtud de que las importaciones que Brasil efectuó en 1968 sobre los productos materia del acuerdo ascendieron a 119 millones de pesos.

Actualmente se encuentran en fase de negociación los pro­yectos de acuerdo para máquinas de oficina, y frutas y legum­b res. Asimismo, se está preparando la negociación de un acuerdo de productos petroqu ímicos y de diversos aparatos eléctricos, electrónicos e instrumental profesional.

Al lado de los acuerdos de complementación suscritos por lo s gobiernos, ya se auscultan las posibilidades de enten­dimientos a nivel de empresas en materia de especialización de 1 ínea de producción, aprovechamiento más racional de redes de comercialización o la trasmis ión y participación de las tecno­logías disponibles en la zona. Los acuerdos de esta y otra naturaleza pueden abarcar la creación de empresas mixtas que constituyen una fórmula muy operativa para impulsar el forta­lecim iento e independencia de la industrialización verdadera­mente latinoamericana.

Con independencia de los plazos que se puedan fijar en cuanto al cumplimiento del Tratado de Montevideo, la ALALC representa un instrumento eficaz para la obtención de mejores condiciones de comercio y para promover la integración indus­trial del área en la que los empresarios mexicanos ya se han interesado activamente.

Los mecanismos de negociación de la ALALC nos vuelven verdaderos socios en la confección de las reglas que obligan a todos por igual dentro de la región, permitiéndonos influir eficazmente en las poi íticas comerciales, industriales, de trans­portes, etc., de los países signatarios. En ningún otro mercado zonal o nacional nos está dada esta facultad: las condiciones que en él se fijen para nuestros productos estarán siempre fuera de nuestro control.

Un ejemplo muy claro de esto se nos presenta en relación con el proyecto de Ley de Comercio 1969 que el presidente Nixon ha enviado a la consideración del Congreso de su país con el objeto de sustituir la Ley de Expansión Comercial de 1962 que, iniciada por el presidente Kennedy, hizo posible celebrar las negociaciones en el GATT que llevaron su nombre. En efecto, de acuerdo con la carta de remisión firmada por el Presidente de Estados Unidos y dada a la publicidad el 18 de noviembre de 1969, la nueva Ley estipularía " .. . una libera­lización de la cláusula de escape para poner a la disposición de las industrias norteamericanas afectadas adversamente por la competencia de la importación una prueba clara y simple: la ayuda debe ser siempre expedita cuando las mayores impor­taciones sean la causa principal de un daño grave real o poten­cial. El incremento en las importaciones no tiene que rela­cionarse -como hasta ahora- con una reducción arancelaria anterior ... "

Al formular esta propuesta el jefe del Ejecutivo de Estados Unidos explicó que las " ... disposiciones sobre la cláusula de escape en la Ley de 1962 han resultado ser tan estrictas, tan rígidas y tan técnicas que en ningún caso individual la Comisión de Tarifas ha pod ido justificar una recomendación de acción. Esto debe ser remediado ... "

1 ndependientemente de los efectos adversos que las restric-

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144 ciones previstas en esta legislación puedan representar para las exportaciones latinoamericanas, aparentemente se pretendería qu e quedara aprobada sin contemplar la celebración de las consultas previas a que se refirió el p res idente Nixon en su reciente discurso sobre las políticas de su país para América Latina, y que se confirmaron en la última reunión del CI ES e fectuada en Washington.

Fuera de la ALALC, el un1co caso en que los productos de México cuentan con preferencias es el del mercado australiano, pues desde 1966 ese país tiene establecido un sistema de cuotas tarifarías que fijan un tratamiento favorable a ciertos productos de países en desarrollo. Numerosos productos elaborados por nuestros industriales gozan de estos beneficios y a guisa de ejemplo se listan algunos de e llos en el cuadro 3.

CUADRO 3

Productos de interés para México a los que Australia otorga preferencias

Producto

Telas y otros textiles de algodón

Tubería de hierro y acero

Tapetes de lan a

Tijeras y cuchillería

Máquinas lavadoras y secadoras (domésticas)

Barnices, lacas, pinturas, etc.

Envases de vidrio (botellas, tubos, etc.)

Partes para bicicletas

Jabones para baño

Máquinas lavadoras y para lavado en seco (co­merciales)

Fulminantes, fuegos artificia les

Trajes para hombres y niños

Bombas, motobombas y turbobombas

Arancel aplicable

Exento

Ex ento

Exento

Exento

Exento

10% ad valorem

Exento

Exento

Exento

Exento

Exento

20% ad valorem

15% ad valorem

Fuente : Documento GATT L/3163, enero 10, 1969.

Cuota (miles de dls. austr.)

3 772

1 030

600

370

308

200

200

180

100

40

Las estadísti cas reve lan un notorio desaprovechamiento de estos rubros por pa rte de los industriales y exportadores de México. La experiencia de las pocas empresas que ya han exportado a Australia demuestra que su lejanía no impide beneficiarse de las preferencias qu e su gobierno ofrece en un razgo que de muestra una ejemplar sensibi lidad histórica.

Al lado de los mercados preferenciales de la A LA LC y Australia , es posible que dentro de un lapso razonable se for­malicen algunas concesiones arancelarias mutuas entre ciertos países en desarrollo. Al efecto, se han estado llevando a cabo en Ginebra , desde el principi o de 1969, consultas exploratorias entre más de trein ta países en desarrollo, con el objeto de fij ar

industria mexicana y mercados internacionales

la posibilidad de negociar reduccion es ta rifar ías re ciprocas. Estas ventajas propiciarlan la a mpl iac ión del comercio entre los pa íses en desarrollo qu e en 1968 sólo representó el 18.2% del comercio mundial y apenas el 16% del come rcio de los propi os países en cuestión . La participación de Méx ico en este último sólo fue del 3.2 por ciento.

Hasta ahora se han intercambiado algun as listas de pedidos en las que, por ejemplo, se advierte el inte rés qu e ti e ne la India en obtener de México conoesiones para productos como lacas y barnices, herramientas de mano, motores de combustió n interna y transformadores. Paquistán ha ex presado inte rés en ve nd e rnos productos como máquinas de soldar, pantotenato de ca lc io y artículos de hule de uso industrial; Israe l, fungicidas e instru­mentos y equipo frigorlfico ; Filipinas, medicamentos y c iertos pigmentos, y Yugoslavi a, utensilios de aluminio.

Estos son algunos de los países que más activamente pa rti­cipan en estas exploraciones a nivel gubername nta l, además de Brasil, Chile, Argentina y Méx ico que, natu ra lmente, no negociarían entre sí, sino sólo con los países qu e no son miembros de la ALALC.

Los países en desarrollo ofrecen perspectivas comercial es que podrían ser interesantes. India, por ej e mplo, compra en el mercado mundial abonos, carrocerías, y derivados del petró­leo; Paquistán, barras y varillas de hi erro, prnductos quími cos inorgánicos, colorantes y abonos; Ja Re pública Arabe Un ida, abonos y medicamentos; la República de Corea (del Sur), abonos fosfatados, mate1·ias colorantes, cinc o a leaciones; Yugoslavia, fertilizantes, tinturas sinté ti cas y ceme nto, e Isra el, fibras sintéticas y alambre.

Quizá más próximas y de un impacto mucho más tangibl e para nuestros industriales si llegan a cristalizar, se rán las prefe­rencias generales, universales , no recíprocas y no discrimina­torias que se propusieron en la 1 Conferencia de Comercio y Desarrollo y cuya instauración fue convenida en la 11 Confe­rencia, celebrada en Nueva Delhi a principios de 1968.

Ya se cuenta con las primeras proposiciones preparadas en el seno de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico por los países desarrollados . Ello permite la inicia­ción casi inmediata de una serie de consultas inte nsivas con todos los paises interesados para dejar definidas las caracte­rísticas del futuro sistema. Se estudiará, por ej emplo, si habrá de imperar una única fórmula o si cada país podrá esta blecer la suya propia conforme a un patrón básico . Se plantea también la relación de las nuevas preferencias universales con la s prefe­rencias existentes que ligan a la CEE con los paises de Africa signatarios de la Convención de Yaoundé y las que ligan a los miembros de la Asociación de la Comunidad Británi ca entre sí.

Si estas y otras cuestiones, algunas de cierta complejidad técnica y política, llegan a esclarecerse y entra en vigor el sistema universal de preferencias, los productos manufacturados y semimanufacturados de México gozarán de una entrada preferencial, junto con los de todos los demás países en desa­rrollo, a los mercados de los paises industrializados. Natural­mente, no todos los productos serán objeto de preferencias, algunos quedarán excluidos por pertenecer a actividades críticas.

Nuestro país ha alcanzado logros en mate ria industrial que tienen que beneficiar a todos los sectores de la población . Concomitante a esta evolución interna, la vinculación de los intereses económicos nacionales con el exterior se acentuará y México verá confirmado en los años próximos su destino exportador.

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Se e ció

ASUNTOS GENERALES

Reparto de DEG y aumento de

cuotas

De acuerdo con la resolución adoptada en la XXI V Asamblea de Gobernadores del Fondo Monetario Internacional (FMI), celebrada en la ciudad de Wash ­ington, Estados Unidos, entre el 29 de

Las informaciones que se recogen en esta sección son resúmenes de noticias apare­cidas en diversas publicaciones nacionales y extranjeras y no proceden originalmente del Banco Nacional de Comercio Ex terior, S. A ., sino en los casos en que expresa­mente as( se manifieste. Las informaciones que aparecen en cada número corres­ponden a acontecimientos producidos hasta el d(a último del mes anterior.

septiembre y el 3 de octubre de 1969, el mencionado organismo realizó la primera distribución de derechos especiales de giro (DEG), por un monto equivalente a 3414 millones de dólares.

Esta primera asignación tiene vigencia a partir del 1 de enero del año en curso , y en enero de 1971 y enero de 1972 se re a 1 izarán dos nuevas asignaciones de DEG por 3 000 millones de dólares cada un a. La mencionada distribución del llamado "papel oro" se realizó entre 104 países participantes en la Cuenta Espe­cial de Giro del FMI, en proporción a las cuotas respectivas de esos países en el Fondo, con lo que. sus activos de re­serva aumentaron en una cantidad igual al 16.8% de sus cuotas en dicho organ is­mo al 31 de diciembre de 1969.

En otro orden, es necesario señalar que, como era de esperarse, la puesta en marcha del proyecto de los derechos especiales de giro no constituye más que la creación de "mayor liquidez para los

ricos" . La afirmación anterior se ilustra ampliamente por el hecho de que el 66.9% de los DEG asignados para este año pertenece a sólo 11 países conside­rados como desarrollados; de éstos, la mayor participación (25.4%) correspon­de a Estados Unidos, seguido por Reino Unido ( 12%), Alemania occidental (6%) y Francia (4.8%). El 33.1 % restante está repartido en diferentes proporciones en­tre 93 países. De los países considerados dentro del llamado tercer mundo, los únicos que obtuvieron una participación igual o superior a 1% de la asignación to tal, fueron Argentina ( 1.8%), Brasil ( 1.8%), India (3.8%), Indonesia (1 %), México ( 1.4%), y Venezuela ( 1.2%).

De otra parte, a fines del año pasado se propuso un aumento general y au­mentos individuales especiales en las cuotas en el F MI, mismos que fueron ya aprobados y que deberán entrar en vigor a partir del 30 de octubre del presente año, de tal suerte que para la próxima asignación de derechos especiales de giro

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Asignaciones de Derechos Especiales de Giro en la Cuenta Especial del Fondo Monetario Internacional, 1 de enero de 1970 (miles de dólares)

Pais

Afganistán

Alemania

Argelia

Alto Volta

Argentina

Australia

Austria

Bélgica

Birmania

Bolivia

Botswana

Brasil

Burundi

Cambodia

Camerún

Canadá

Ceilán

Chad

Ch i le

Chipre

Colombia

Congo (Brazzaville)

Congo (República)

Costa de Marfil

Costa Rica

Dahomey

DEG

4872

201 600

12 600

1 680

58 800

84000

29 400

70896

8064

4872

504

58 800

2 520

3 192

3 057.6

124 320

13 104

1 680

21 000

3360

21 000

1 680

15 120

3 192

4 200

1 680

Participa­ción

Participa­ción

porcentual Pais DEG porcentual Pais

0 .2 Dinamarca 27 384 0 .8 Japón

6.0

0.4

0.04

1.8

2.6

0.8

2.1

0.2

0.1

0.01

1.8

0 .08

0.1

0.08

3.6

0.4

0 .04

0.6

0.1

0.6

0.04

0.4

0 .1

0.1

0 .04

Ecuador 4 200

E 1 Salvador 4 200

España 42 000

Estados Unidos 866 880

Filipinas 18 480

Finlandia 21 000

Francia 165 480

Gabón 1 596

Gambia 840

Ghana 11 592

Grecia 16 800

Guatemala 4 200

Guinea 3192

Guinea Ecuatorial 1 008

Guyana 2 520

Haití 2 520

Honduras 3 192

India 126 000

Indonesia 34 776

Irán 21 000

Irlanda

Islandia

Israel

Italia

Jamaica

13440

2 520

15 120

105 000

6 384

0.1

0.1

1.2

25.4

0.5

0.6

4.8

0.04

0 .02

0.4

0.4

0 .1

0.1

0.02

0.08

0.08

0.1

3.8

1.0

0.6

0.4

0.08

0.4

3.1

0.1

Jordania

Kenia

Laos

Lesotho

Liberia

Luxemburgo

Malasia

Malawi

Malí

Malta

Marruecos

Mauricio

Mauritania

México

Nicaragua

Niger

Nigeria

Noruega

Nueva Zelandia

Países Bajos

Paquistán

Panamá

Paraguay

Perú

Reino Unido

Nota: Le-S totales pu&fen no corresponder a causa del redondeo .

Participa­ción

DEG porcentual Pais

121 800 3.6 Rep. Arabe Unida

2 688

5 376

1 680

504

3 360

3 192

21 000

1 890

2 856

1 680

15 120

2 688

1 680

45 360

3 192

1 680

16 800

25 200

26 376

87 360

31 584

4 704

2520

14 280

409 920

0 .08

0.2

0.04

0.01

0.1

0 .1

0.6

0.04

0 .08

0 .04

0.4

0.08

0.04

1.4

0 .1

0 .04

0.4

0.8

0.8

2.6

0 .9

0 .1

0 .08

0.4

12.0

Rep. Central

Africana

R ep. de Corea

Rep. Dominicana

Rep. Malgache

Rep. Sirio-Arabe

Rwanda

Senegal

Sierra Leona

Somalia

Suráfrica

Sudán

Suecia

Swazilandia

Tanzania

Togo

Trinidad y Tobago

Túnez

Turquía

Uganda

Uruguay

Venezuela

Vietnam

Yemen Meridional

Yugoslavia

Zambia

Total

Participa­ción

DEG porcentual

25 200 0.8

1 596

8 400

5 376

3 192

6 384

2 520

4 200

2 520

2 520

33 600

9 576

37 800

1 008

5 376

1 890

7 392

5 880

18 144

5 376

9 240

42 000

6 552

3 696

25 200

8 400

3 414 046

0 .04

0.2

0.2

0 .1

0 .2

0 .08

0 .1

0.08

0.08

1.0

0 .2

1 .1

0 .02

0.2

0 .04

0 .2

0.2

0 .6

0.2

0 .2

1.2

0 .2

0.1

0.8

0.2

100.0

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comercio exterior

se tomarán en cuenta las nuevas cuotas de los diferentes países en el menciona­do organismo. Los aumentos de referen­cia elevarían el total de cuotas en el F ando de 21 300 mil Iones de dólares a aproximadamente 28 900 millones, lo que equ ival e a un incremento de apro xi­mad amen te 7 600 millones . De este aumento, 596 millones corresponderían a las cuotas de 21 países latinaomeri­canos.

El incremento más notable es en la cuota peruana (44%), la cual aumentaría de. 85 millones de dólares a 123 millo­nes; la cuota venezolana observaría un aumento de 32% con lo que pasaría de 250 millones a 330 millones; las cuotas de Brasil y Argentina, que en la actuali ­dad son de 350 millones, aumentarían a 440 millones. Las cuotas correspondien­tes a Uruguay, Bolivia, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Trinidad y Tobago serían inferiores a 100 millones de dólares.

Se estudia la posibilidad de dar una mayor flexibilidad a los tipos de cambio

Los directores ejecut ivos del Fondo Ma­n etario 1 nternacional están estudi ando en la actualidad la posibilidad de rea li zar algunos cambios en los artícu los del Acuerdo Constitutivo del mencionado organismo, con el fin de que los países que lo deseen puedan variar sus tipos de cambio.

Se espera que el informe referente a este asunto, que deberá ser publicado a fines de la primavera o principios del verano, sea redactado en un tono muy cauteloso, pero es probable que brinde apoyo moral a los países que preten­dan hacer más flexible su tipo de cam­bio, espec ialmente cuando deseen ele­varlo .

En op1n1on de Samuel Brittan, espe­cialista en asuntos económicos de The Financia! Times, hoy día ex isten sola­mente tres posibl es caminos a seguir: 1} una ampli ación de los márgenes de fluctuación, mismos que variarían del 1% aprobado actualmente por el FMI a 2%; 2) la adopción de un "tipo de cam­bio reptante" o "paridad movible", lo que permitiría a las autor idades naciona­les cambiar periódicamente la paridad de su moneda en pequeños montos, si así lo desean, est ipul ando que la variación

total no será superior a apro ximadamen­te 2% anua l, y 3) estipular períodos de libre fluctuación de los tipos de cambio, como en el caso del marco alemán duran ­te el último otoño, de las monedas que se vean somet idas a presiones especulati­vas, tanto al alza como a la baja, a fin de dar tiempo al gobierno de que fije una nueva paridad.

PRODUCTOS BASICOS

Cacao: se estabiliza el

mercado

Durante casi 15 años el mercado mun ­dial del cacao ha experimentado fluctua­ciones muy acentuadas. Todo parece indi­car que el año actual se caracterizará por un equi librio só lido en la posición de la oferta y la demanda, y por niveles algo más reducidos y menor especulación (segú n Gil\ y Daffus en Financia! Times del 14 de enero último).

La cifra estimada de cosecha actual de Ghana fue revisada, habiéndola ubica ­d o en 350 000 toneladas largas, con indicios de ulterior aumento, a causa de oportunas y benéficas ! luvias en octubre y noviembre.

La producción mundial de cacao acu­sa una tendencia creciente; el consumo, al contrario, disminuye. Esta situación habrá de producir variaciones fundamen­tales en el mercado, después de cuatro años consecutivos de producción defici­tari a.

Se señala, as1m1smo, que no es de preverse un detenimiento rápido de la tendencia descendente del consumo, de­termi nada por las altas cotizaciones del producto registradas hace poco tiempo. Esto se vio reafirmado por las cifras del consumo de Aiemania occidental y de Estados Unidos, que sufrió una reduc­ción muy importante respecto a los nive­les de 1968.

La molienda de cacao en el último trimestre de 1969 en Alemania Federal fue menor en 34576 ton (12.7%), lo que contribuyó a una disminución total de 11 % para el año completo de 1969; ésta ascendió, en volumen, a 123 936 toneladas.

Gil! y Duffus pronostican que la pro­ducción mundial, correspondiente al

147 ciclo 1969-70, llegará a 1.3 millones de toneladas largas, frente a 1.2 millones en 1968-69 .

La molienda mundial de cacao se ubi ­cará, según estimación, en 1.3 millones de ton, en 1970, mientras en 1969 se previó una cifra de 1.33 millones de ton. Debe aclararse que al estimado del con­sumo para 1970 se le aplicaron precios de alrededor de 400 libras esterlinas por ton; ahora son mucho más bajos (313 libras esterlinas, 10 chelines, el 14 de enero) y de proseguir esta tendencia surgirán ulteriores aumentos de la de­manda.

La actividad especulativa que en 1969 mostró especial intensidad al contar con amplios recursos financieros, se espera que sea menor en 1970. Es digno de no­tar el hecho de que el año pasado los especuladores produjeron una expansión en el volumen de ventas de casi 5 millo­nes de ton en el mercado terminal de Londres. Los volúmenes conjuntos de Londres, Nueva York, París y Amster­dam alcanzaron 10.8 millones de ton; o sea que las operaciones especulativas con este producto equivalieron a alrededor de 9 veces la producción mundial del ciclo 1968-69.

Cobre: ante el aumento de precios

en EUA

Ya desde las postrimerías de 1969, los productores estadounidenses de cobre afirmaban que todo indicaba la persis­tencia de la tendencia alcista que ha ven ido caracterizando al mercado del producto. En efecto, al iniciarse 1970 se señaló que los productores, incluyendo a las subsidiarias de empresas norteameri ­canas, no han mostrado la capacidad necesaria para satisfacer la demanda de los industriales. Los fabricantes se han visto obligados a adq uirir ex istencias marginales a precios más altos. Para ab­sorber el costo adicional cotizan sus pro­ductos, no con base en el precio del productor, sino en uno que resulta de combinar dicho precio con el más elevado del exterior .

El 12 de enero se supo en Wash ­ington, D. C., que ante la continuación de los aumentos en los precios de cobre, el presidente Nixon había designado una comisión especia l para que, en un plazo de tres meses, informe sobre las causas que han determinado que ese producto haya duplicado su costo en el transcurso de se is años. Se prevé que más que lo -

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148 grar una disminución de los precios, el estudio respectivo se podría reflejar en un alza de los precios estaciona les y en una reducción de los prevalecientes en el mercado libre, que repercutirían, en últi­ma instancia, en una baja del precio pro­medio.

Análisis especial merecerá la dualidad del sistema de precios del cobre, que permite que los compradores tradiciona­les obtengan el cobre a un precio que establecen los productores (alrededor de 15 centavos de dólar por libra inferior al prevaleciente en el mercado libre). Ac­tual mente los productores principales cotizan a 56 centavos por libra.

Algunos consideran que la citada co­misión pudiera dar como resultado la terminación del sistema de precios norte­americano, y que en su lugar se adopten los precios del LME para ubicar el nivel de las cotizaciones, como lo hace la ma­yoría de los demás productores del mun­do; de recurrir a este método, el cobre norteamericano tendría que elevar sus precios y el LME reducirlos hasta un punto de común acuerdo.

Empero, el factor depresivo funda­mental es el pesimismo que priva en Es­tados Unidos acerca de un serio retroce­so industrial; esto ha dado lugar a una i ntensificución de la actividad especu­lativa en ambos lados del Atlántico.

Estaño: reunión del Consejo

El 13 de enero se inició en Londres una reunión del Consejo Internacional del Estaño, cuyo propósito esencial era de­cidir si deben continuar o ser suspen­didas las 1 imitaciones en las operaciones del mecanismo de reservas reguladoras del Convenio del Estaño; según los ob­servadores, poco se ganaría no levantan­do las restricciones y mucho se perdería eliminándolas (el 15 de enero el Consejo decidió que la restricción de las opera­ciones del mecanismo de reservas regula­doras continuase durante seis semanas más). Para efectuar una revisión a fondo del actual acuerdo de precios, el Consejo necesita conocer cuál va a ser, en defini­tiva, la resolución de Estados Unidos sobre la reserva de 25 000 ton cuyo lanzamiento al mercado se traduciría en descenso importante de las cotiza­ciones.

El 27 de enero, se observó una reduc­ción del precio del estaño, que se atribuye a una acusada caída en el

precio del estaño straits en el mercado malayo.

E 1 mercado malayo puede considerar­se como clave para pulsar la demanda de los consumidores, y al faltar comprado­res en el ha provocado que quienes cuentan con existencias en Londres, es­pecialmente especu ladores, se decidan a vender a precios disminuidos.

NORTEAMERICA

Situación general, de la economía y

presupuesto

El "estado de la Unión" en el primer año de la Administración Nixon

Durante los últimos días de enero y los primeros de febrero del año en curso, el presidente de Estados Unidos, Richard M. Nixon, presentó ante el Congreso de la Unión tres documentos que revisten la mayor importancia. tanto para su propio país como para el resto del mundo, ya que en ellos se delimita la situación eco­nómico-poi ítica que prevalece en Esta­dos Unidos, así como la perspectiva eco­nómica para 1970.

De esta suerte, en su primer mensaje anual al Congreso, pronunciado el 22 de enero último, el presidente N ixon señaló que cuando se refería a las prioridades de la poi ítica norteamericana, .conside­raba que la más importante "debe ser siempre la paz para Estados Unidos y para e l mundo. La meta más relevante de nuestra poi ítica exterior es lograr el fin de la guerra en Vietnam en forma ,tal que nuestra generación sea recordada no tanto como la generación que sufrió, sino más bien por el hecho de que tuvi­mos el coraje y el carácter para encon­trar un tipo de paz justa, que la próxima generación fue capaz de conservar ... Ninguna meta podría ser mejor que la de hacer a la próxima generación la pri­mera en este siglo en la que Estados Unidos estuviese en paz con cada país del mundo".

Más adelante, el presidente Nixon señaló que "conforme avanzamos en la década de los setenta tenemos la mejor oportunidad que ningún otro pueblo en la historia del mundo de lograr el pro­greso nacional. Nuestro producto nacio­nal bruto se incrementará en 500 000

sección internacional

millones de dólares en los próximos diez años. Este incremento, por sí so lo , es mayor que el crecimiento total registra­do por la economía norteamericana en ­tre 1790 y 1950. La cuestión crítica no es si creceremos, sino cómo utilizaremos ese crecimiento. La década de los sesen­ta fue también un período de gran cre­cimiento económ ico . Pero en ese mismo período presenciamos el crecimiento más impresionante del crimen, el mayor au­mento de la inflación y las más serias tensiones soc iales de los últimos cien años, en Norteamérica. Nunca una na­ción parece haber tenido tanto y disfru­tarlo menos . .. Me gustaría mencionar tres áreas en las cuales urgentes priorida­des demandan que actuemos y que lo hagamos pronto.

"Primero, no podemos retardarnos más en la realización de una reforma to­ta 1 de nuestro sistema de bienestar. Cuando un sistema impone el trabajo, destruye hogares y degrada la dignidad, no existe alternativa alguna para a bol ir tal sistema y adoptar en su lugar el progra­ma que asegure un ingreso, dé instruc­ción laboral e incentivos, que ya propuse al Congreso el año pasado.

"Segundo, ha llegado el momento de evaluar y reformar todas nuestras institu­ciones a nivel federal, estatal y local. Es la hora de real izar un nuevo federalismo en el cual, después de 190 años de po­der que emana del pueblo y los gobier­nos local y estatal hacia Washington, D. C., empezará a sur.Qir de Washington hacia los Estados Unidos y e l pueblo de la Unión Americana.

"Tercero, debemos realizar reformas que expandirán el tipo de oportunida­des para todos los norteamericanos. Po­dernos cumplir el sueño estadounidense únicamente cuando cada persona tenga una amplia oportunidad de realizar sus propios sueños. Esto significa una igual­dad en los derechos de voto, iguales oportunidades de empleo y nuevas opor­tunidades para aumentar la propiedad ...

"Cuando hablo de acciones que po­drían beneficiar al pueblo norteamerica­no no puedo pensar en nada más impor­tan te que en el hecho de que el Congreso se una a esta Administración en la lucha para detener el alza en el costo de la vida ... En la década de los sesenta el Gobierno federal gastó 57 000 millones más que sus ingresos por im­puestos. En esa misma década, el pueblo estadounidense pagó ese déficit en incre­mentos de los precios que aumentaron e.I costo de la vida de una familia promedio de cuatro personas en 200 dólares men-

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comercio exterior

suales. . . Unicamente con la coopera­ción del Congreso podremos lograr este objetivo de gran prioridad que es respon ­sabi 1 id ad gubernamental. Estamos en el camino correcto. En 1969 tuvimos un presupuesto equilibrado. Esta Adminis­tración redujo de más de 7 000 millones los planes de gasto con el fin de produ­cir un superávit en 1970, y a pesar del hecho de que el Congreso redujo los ingresos en 3 000 millones, he recomen­dado un presupuesto equilibrado para 1971 ".

Otros aspectos que fueron tratados ampliamente por Nixon en su primer mensaje anual se refieren a los proble­mas de la contaminación del aire y las aguas, y la guerra contra el crimen, la miseria y el hambre.

Es importante señalar que el primer mensaje de N ixon suscitó una serie de comentarios entre los diferentes círculos estadounidenses. Así, The New York Times señaló que "mientras que el problema interno más importante que en la actualidad afecta al pueblo norteame­ricano es la rápida erosión del valor del dólar, el presidente Nixon trató el asun­to con una gran superficialidad. Se refi­rió a la nación en términos demasiado generales ya que habló de reforma de las instituciones gubernamentales sin hacer mención a reformas en el sistema electo­ral, y de expansión 'de las oportuni­dades parn todos los estadounidenses' sin referirse directamente a la agitación entre la población negra".

Informe Nixon sobre la situación económica

De otra parte, el 30 de enero último el presidente N ixon presentó ante el Con­greso de la Unión el informe anual sobre la situación de la economía, mismo que fue elaborado por el Consejo de Aseso­res Económicos del mismo Presidente.

De acuerdo con el mencionado infor­me, "1969 fue un año de progreso en la lucha contra la inflación. Por primera vez desde que se inició la espiral de pre­cios se observó un sostenido período de restricción monetaria y fiscal, combina­das. Durante 1969 el aumento del gasto federal fue disminuido a un incremento de 9 000 millones de dólares, frente a un promedio anual de 20 000 millones en los tres años anteriores. En el año de referencia hubo un superávit presupues­ta!, en lugar de los crecientes déficit de los años precedentes. En lugar de que, al igual que en 1968, la oferta monetaria se expandiese en 7%, en la primera mi -

t ad de 1969 creció a una tasa anual de 4.4% y a una tasa de 0.7% en el segundo se mestre.

"El crecimiento del gasto total, públi ­co y privado, que fue la fuerza motriz de la inflación, disminuyó considerable­mente de 9.4% en 1968 a 6.8% durante 1969 y a una tasa anual de 4.4% en el último trimestre del mismo año".

Por lo que respecta a las perspectivas para 197.0, el presidente Nixon señaló que "la poi ítica gubernamental debe aho­ra enfrentar tres posibles peligros. Uno es que después de una breve calma, la demanda de producción empezara a aumentar demasiado rápidamente y rea­vivara el proceso inflacionario, como su­cedió en 1967 .. . Un segundo peligro que debe ser considerado es que la mo­deración y necesaria recesión puede ha­cerse más severa. La posición altamente restrictiva de la poi ítica monetaria es una razón que nos lleva a considerar esta posibilidad ... El tercer peligro es que aunque la economía permanezca en la trayectoria de lento crecimiento y evite una seria recesión o una reanimación de la inflación, esto se logre en tales condi­ciones de restricción crediticia que pue­da paralizarse la industria de la construc­ción, impidiendo las adiciones necesarias en la oferta de casas y departamentos ...

"Nuestro objetivo es evitar esos peli­gros en la medida en que logremos la estabilidad. Una condición necesaria para lograrlo es conservar el equilibrio en el presupuesto federal, durante el próximo año fiscal".

Al finalizar, el presidente Nixon seña­ló cuáles serán los principios básicos que continuarán guiando la poi ítica económi­ca de su administración, a saber:

"Primero, debe asegurarse la integri­dad y el poder de compra del dólar.

"Segundo, nuestra poi ítica económica debe continuar poniendo énfasis en una alta utilización de los recursos producti ­vos de la nación.

"Tercero, debemos lograr una más fir­me y justa dirección de nuestra poi ítica económica.

"Cuarto, el gobierno debe señalar con claridad lo que se propone, y realizar lo que dice que se propone.

"Quinto, debemos preservar y sostener la economla de mercado a fin de elevar el nivel de vida de cada ciudadano estado­unidense.

149 "Sexto, debemos comprometer al

pueblo estadounidense a que se fije me­tas y prioridades proporcionándole datos exactos y ve races sobre las posibilidades a largo plazo con las que cuenta, hacien ­do posible la realización de discusiones públicas mucho más informadas sobre el uso de los recursos que tendremos para satisfacer las necesidades del fu ­turo.

"Final mente, la economía 1 ibre del futuro descansará honestamente sobre oportunidades genuinamente iguales para todos".

Un presupuesto restriccionista y superavitario

Finalmente, el 2 de febrero último el presidente N ixon presentó ante el . Con­greso de su país, para su análisis y apro­bación, el presupuesto para el año fiscal 1970-71, "un presupuesto para la paz, no para la guerra", por un monto total de 200 800 millones de dólares, en el cual los ingresos son superiores en 1 300 millones a los gastos, puesto que "se trata de frenar una inflación que ya durá demasiado en nuestra economía".

Del presupuesto en cuestión el 37% de los egresos se dedicarían a defensa mientras que el 41 % se destinarían a gas­tos para "recursos humanos", como son : educación, empleo, salud pública vivien­da y seguridad social.· Es importante se­ñalar que durante el actual año fiscal, el 44% de los egresos presupuestales se dedicaron a gastos de defensa mientras que sólo el 34% se utilizaron en los lla­mados recursos humanos.

El presupuesto militar para el próxi ­mo año fiscal será de 73 600 millones de dólares, frente a 79 400 millones en el actual año fiscal, lo que significa una reducción de 5 800 millones, lo que se traducirá en el desempleo de apro xima­d a mente 640 000 trabajadores de las empresas bélicas. Los efectos de esta re­ducción se dejarán sentir dentro de entre 4 y 6 meses y durarán hasta mediados de 1971 . Si al número de desempleados previsto por el cierre de las industrias bélicas se añade la reducción de los efec­tivos militares en Vietnam, habrá un total de 1.3 millones de hombres y mu­jeres d esocupados que deberán ser recla­sificados.

De acuerdo con declaraciones oficia­les de la Secretaría de Defensa de Esta­dos Unidos, el presupuesto militar suge­rido por Nixon para el próximo año

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150 fiscal es el más reducido desde '1967, a precios de 1970, el más pequeño desde el año fiscal 1951 como porcentaje del PNB (7%) y el más bajo desde 1950 como porcentaje del presupuesto federa l total (34.6 por ciento) .

Asimismo, se seña ló que las reduccio­nes presupuesta les refl ejan la determina­ción del presidente N ixon de rev isar las prioridades nacionales, canalizando más fondos hacia act ividades no militares y que indica también un ser io esfuerzo para reducir el gasto militar como parte de su lucha contra la inflación.

De otra parte, el presupuesto so licita­do por el presidente N ixon para ex plora­ción espacial es de 3 400 millones de dólares, que es el nivel más bajo en los últimos 1 O años, ya que significa una reducción de 486 millones o 12.5% respecto al presupuesto del presente año. El presupuesto para educación es por un total de 10 600 millones y observa un aumento relativamente pequeño (600 millones) respecto al presupuesto ac­tual.

Por lo que respecta al programa para :ombatir la pobreza en el país, el presi­dente Nixon solicitó un aumento de 3 200 millones, con lo que el presupues­to para ese renglón se elevará hasta 32 900 millones, que es el 16.4% del presupuesto federal total, frente a 15% durante el actual año fiscal.

Uno de los aspectos más sobresalien­tes del presupuesto de Nixon es la im­portancia que se le da a la guerra contra el crimen y a los problemas de la conta­minación atmosférica y de las aguas na­cionales. De esta suerte, el presupuesto solicitado para combatir el crimen es de 1 257 millones de dólares (600 mi ll ones más que en el actual presupuesto), la mayor parte del cual se utilizará para la realización de campañas contra el tráfico de narcóticos y el crimen organizado. Con el fin de financiar un programa a cinco años para descontaminar la atmós­fera y las aguas nacionales, el presidente Nixon solicitó un presupuesto de 4 000 millones y señaló que tratará de conse­guir que los estados aporten 6 000 millo­nes más para este fin.

Asimismo, pidió la aprobación de un presupuesto de 500 millones de dólares para iniciar su proyecto de tngresos mínimos para los pobres, mientras que el Departamento de Vivienda y Desarro ­llo Urbano obtendría un aumento de 500 millones, mismo que sería utilizado para estimular la construcción de vivien-

das populares. Al Departamento del Tra­bajo se destinarían 300 millones más para capacitación de mano de obra y el Departamento de Salud , Educación y Bienestar Soci al recibiría un aumento por un total de 7 000 millones, con lo que el presupuesto total de este Departa­mento se elevaría a 52 700 millones de dólares.

Por lo que respecta a la ayuda al des­a rrollo, el presidente Ni xon pidió la aprobación de un programa de ayuda a América Latina por un total de 556 mi !I ones de dó lares, con el fin de crear una "nueva asociación" con los países': del hemisfer io occidental, de los cuales 428 millones se destinarían a la Alianza para el Progreso . "Los 556 millones destin a­dos a la región latinoamericana se dedi­carían principalmente a ayudar a aque­llos sectores de la iniciativa privada que promueven el comerc io y el turismo, y éfl forta lecimiento del sistema interameri ­cano" . Esta cifra es inferior en 49 millo­nes al monto total de ayuda destinado a América Latina en 1969.

Asimismo, el presidente N ixon so l ici ­tó la autor ización de un crédito por 1 800 millones, que es la cifra más baja desde 1956, para la ayuda del desarrollo internacional. "Propongo que se autorice un presupuesto. de 1 800 millones de dólares para la Agencia norteamericana para el Desarrollo 1 nternacional (AID) mismos que se destinarán a los países en desarro!lo, y que se presenten nuevas propuestas tendientes a reforzar nuestros programas de asistencia, basándome en el informe que rendirá la comisión crea­da para el estudio de la ayuda al exte­rior".

Ahora bien, con el fin de aumentar los ingresos de la Federación y de esta forma lograr un pequeño superávit en el presupuesto para 1970-71, el presidente Nixon so licitó un incremento en los im­puestos sobre lbs pasajes aéreos internos y en algunos combustibles utilizados en aviación. Asimismo, pidió la adopción de un impuesto de 3 dólares para los vuelos internacionales que partan de Estados Unidos. Propuso también una ampliación hasta el 31 de diciembre de 1971 de los impuestos sobre automóviles y teléfonos y un aumento del máximo salaria l sujeto a contribuciones para seguridad social del actual 7 800 a 9 000 dólares, mismo que entraría en vigor a partir del 1 de enero de 1971, lo que proporcionaría un aumento de 1 500 millones de dólares en los ingresos fiscales . De igual forma, el Presidente de Estados Unidos señaló que la activación del cobro del impuesto sobre la renta y de otro tipo de impues-

sección internacional

tos int ernos podría proporcionar un incremento de aproximadamente 1 200 millones en los ingresos del erar io.

Ot ras med ida s recomend adas por Nixon son las siguientes : a) un aumento de 2 centavos de dólar por galón en el combustible diése l pesado, con lo que el impuesto se elevaría a 6 centavos; b) un aumento en el impuesto a la gaso lina utili zada en la aviación privada, mismo que pasaría de 2 a 9 centavos por galón; e) un nuevo impuesto de 9 centavos sobre el combust ible de aviones pr ivados de reacción, y d) un impuesto del 5% sobre las cargas aéreas.

Por último, cabe señalar que el presu­puesto presentado por N ixon al Congre­so de la Unión ha despertado una situa­ción verdaderamente paradójica ya que, como indica The New York Times, si bien es cierto que ex isten muy pocos miembros del mencionado Congreso que no acepten la dirección básica de los cambios de prioridades reflej ados en el presupuesto, y que cas i ningún senador está en desacuerdo con el Presidente sobre que la actual situación de la eco­nomía estadoun idense requiere un su­perávit presupuesta!, también es cierto que algunos senadores han manifestado ya que el excedente proyectado debería ser mucho mayor para tener algún im­pacto antiinflacionario. Así, el se nador demócrata William Proxmire, presidente del Comité Económico del Senado, criti­có el presupuesto de Ni xon y lo calificó de "lastimosamente inadecuado" para combatir la inflación.

AFRICA

Biafra: el aspecto económico

El 12 de enero último terminó abrupta­mente la larga guerra secesionista de Biafra (32 meses de duración), con la capitulación de las fuerzas biafranas diri­gidas por el general Odumegwu Ojukwu, ante las tropas federales de Nigeria diri­gidas por el general Yukubu Gowon, qu ien declaró que "hemos llegado a uno de los más grandes momentos de la vida de nuestra nación. Un gran momento de victoria para la unidad y reconci li ación nacionales. Nuestro objetivo era aplastar la rebelión, mantener la integridad terri­to ria I de nuestra nación, asegurar al hombre negro la posibi li dad de construir una nación fuerte, progresista, próspera y moderna".

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comercio exterior

La guerra en cuestión se inició, de hecho, en 1967 cuando 40 000 miem­bros de la tribu lbo fueron exterminados por otras dos tribu s, lo s Hausas y los Yorubas, por lo que e l 30 de mayo del mismo año, e l general Ojukwu hizo la declaración de independencia de la re­gión del este de Nigeria bajo el nombre de Biafra. Por su parte, el gobierno fede­ral de Nigeria pretendía dividir al país en 12 regiones, dentro de las cuales Bia­fra se vería, a su vez, subdividida en tres. Esta maniobra tenía como fin qui ­tar a los lbos e l poder económico que representan los grandes yacimientos pe­troleros que se descubrieron en el sub­suelo biafrés. Los expertos calculan las reservas de esta región en 1 500 millones de toneladas, con lo que Biafra se con­vertiría en uno de los 1 O principales pro­ductores de petróleo del mundo. Ade­más la dominación del ejército rebelde constituía un ejemplo para los demás países afr icanos, dado que el problema de Nigeria se transformaba, a su vez, en un problema continental, ya que la posi­bilidad de una "secesión petrolera" re­cordaba la historia de Katanga, es decir, si la tribu lbo hubiese tenido éxito en su empresa podría ponerse en marcha un mecanismo general que produjese la des­articulación tribal en más de un país de ese co ntinente.

De otra parte, de acuerdo con un artículo publicado en The Wall Street Journa!, el fin de la guerra en Nigeria representa serios problemas para el go­bierno de ese país, ya que debe enfren­tar la enorme e inmediata tarea humana de proporcionar alimento, atención mé­dica y refugio a cientos de miles, quizá millones, de víctimas de guerra en el antigüo estado rebelde de Biafra . Asi­mismo, es necesario reconstruí r la por­ción oriental de la nación que constituía el mencionado Estado y reedificar otras áreas dañadas por· la guerra, tarea que, según declaraciones oficiales, tendrá un costo de entre 3 000 y 4 000 millones de dólares; desmovilizar un ejército que aumentó de 9 000 soldados bien entre­nados, al principio de la guerra, a más de 120 000 hombres, no todos bien dis­c i pi in ad os. Se teme que los soldados menos responsables que poseen armas puedan tratar brutalmente a los civiles y a los pri sioneros, o constituir el instru ­·mento de futuros golpes militares.

También será necesario restaurar una economía que sufrió una guerra cuyo costo fue, posiblemente, de 50 millones de dólares mensuales. Durante las hostil i­dades, la economía se estancó y los in­versionistas extranjeros dejaron de reali­zar operaciones; ex isten serios peligros

inflacionarios. Adem ás, el problema más difícil de resolver son los conflictos tri­bales, que está n estrechamente relac iona­dos con e l meollo de la guerra de Biafra.

Algunos observadores señalan qu e los problemas tienden a interrelacionarse. Por ejemplo, en el improbable caso de una repentina desmovilización en gran escala del ejérc ito, se presentaría un gra­ve problema de desarrollo, la que amena­zar ía a la estabilidad económica. De manera análoga, los entre 8 y 10 millo­nes de integrantes de la tribu lbo que poblaron Biafra constituyen uno de, los mayores recursos de la nación. Ambicio­sos, agresivos y poseedores de un alto sentido de clan, los lbos son la tribu más talentosa. Sin embargo, no es nada problable que esta tribu sea recibida con los brazos abiertos por los nigerianos, contra quienes pelearon y a menudo acusaron de asesinato e intentos de genocidio.

Con e l fin de evitar nuevas fricciones, el general Gowon ha ordenado que los lbos sean restaurados en las plazas buro­cráticas que ocupaban antes de la guerra. Del número total de empleados del siste­ma de ferrocarriles (30 000), el 20% esta ba en manos de lbos, muchos de los cuales ocupaban altos puestos directivos. No obstante lo anterior, los problemas más grandes se presentarán con los miembros de la mencionada tribu que trabajaban en empresas particulares . ·

Un con oc ido empresario nigeriano señalaba que es bastante probabl e que el gobierno exija a las grandes e<ompañ ías petroleras extranjeras, los bancos y otras empresas, que incrementen el número de em pleados en una proporción arbitraria, tal vez del 10%, a fin de combatir el desempleo. Añade que "dado que la eco­nomía parece estar en expansión, es po­sible que los 1 bos y hasta los soldados 1 i berados sean absorbidos más rápida­mente de lo que se puede esperar".

Por otra parte, en un artículo apareci­do en The New York Times se señ ala que Gran Bretaña necesita el petróleo nigeriano y que algunos observadores, con cierto cinismo, podrían atribuir a este hecho la deferencia y la adulación con que se refieren a Nigeria los voceros de algunos círculos británicos.

Sin embargo - continúa e l menciona­do artículo- esta act itud frente al pro­blema de Biafra no puede satisfacer a los grupos occidentales y preocupados por los lbos ni aun a los orgullosos nigeria­nos. De hecho, la prensa nigeriana de los últimos días está llena de referencias a la

151 "hipocresía" implícita en la preocupa­ción que manifiestan los británicos por Biafra. Esto podría parecer una injusticia hacia los ingl eses, si se considera que Londres en vi aba grandes cantidades de armas al gobierno nigeriano mientras ex­presaba ocasionalmente esa preocupa­ción.

Tres semanas después de la ca (da de Biafra el destino de este pueblo derrota ­do seguía siendo objeto de intensa preo­cupación tanto en Nigeria, como en Londres, Washington y otras capitales del mundo occidental. Así, en Londres la Cámara de los Comunes sostuvo un debate de carácter extraordinario acerca del problema de la ayuda a Biafra. En Washington, el Departamento de Estado y los asesores de la Casa Blanca, dedica­ron varias horas a examinar qué podría hacerse al respecto.

Detrás de toda esa preocupación se encuentra el hecho de que, al menos a corto plazo, Nigeria no podrá por sí sola hacer frente a los enormes problemas de la reconstrucción. El gobierno del gene­ral Gowon, además de afrontar el pro­blema de reconciliar tribus entre las que existe a menudo gran hostilidad, está tratando de que retorne la normalidad al territorio que los rebeldes dominaban, y que en la actualidad es, otra vez, uno de los doce estados del país, que lleva el nombre de Provincia Centro-oriental.

Kenia: éxito moderado y programas económicos

El progreso económico de Kenia, según un estudio publicado recientemente por el conocido diario londinense The Finan­cia/ Times, ha sido satisfactorio desde hace seis años, cuando logró su indepen­dencia, sobre todo si se establece la comparación con otros países del conti­nente africano. El producto interno bru­to, a precios constantes, se expandió, de 1964 a 1968, a una tasa de 6.3% anual, lo que arroja un incremento de más de 3% anual en el ingreso per capita, en tér­minos reales. Actualmente, la cifra total del producto interno bruto es de 431 millones de libras de Kenia (alrededor de un mil millones de dólares). A medida que mejora el nivel de vida, se realiz an cambios trascendentales en la estructura económica, la distribución del ingreso y la riqueza, y se intensifican los esfuer­zos del Estado en el desarrollo econó­mico.

El cambio más notabl e habido en la estructura económica de Kenia se ha ma-

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152 nifestado en una mayor diversificación de los sectores agríco la e industrial.

CUADRO 1

Kenia: estad/sticas básicas

Superf icie

Población

Producto interno bruto

Per capita

Reserva internacio-nal

Comercio exterior (1968)

1 mportaciones

Ex portac iones

635 000 km2

1 O 200 000 habitantes

1 038.8 millones de dólares

100.8 dólares

179.2 millones de dólares

373.8 millon es de dólares

203.3 millones de dólares

Fuente: The Financia/ Times, Londres, diciem­bre 29 de 1969.

La producción de cosechas comercia­les (té, trigo, maíz, arroz, caña de azu­car, algodón, ganado y productos lác­teos) ha registrado importantes aumen­tos, lo que ha permitido ampliar la gama de productos de exportación. La sustitu­ción de importaciones se lleva a efecto a un ritmo rápido, dando por resultado que las importaciones de bienes de con­sumo únicamente representen una quinta parte del total de las compras al extran­jero . El transporte y las comunicaciones se han fortalecido merced a fuertes in­versiones públicas.

La actividad agrícola ha cambiado en forma radical mediante la colonización de a 1 rededor de 500 000 ba por 46 000 familias. Esa superficie pertenecía a ex­tranjeros. En otras áreas, los pequeños propietarios aportan el 50% de las ventas totales.

Casi la totalidad de los puestos públi­cos es ocupada por ciudadanos de Kenia. En la actividad comercial, los africanos desempeñan un papel cada vez más im­portante, al par que participan en núme­ro creciente en la industria, el transporte y otros sectores.

Es digna de destacarse la creciente participación del Gobierno en el finan­ciamiento de las inversiones y la expan­sión del crédito, y las facilidades que se brindan al sector privado; estas funcio­nes se realizan a través de varias institu-

ciones especia li zadas en e l financiamien­to de l desarrollo, como la Corporación para e l Desarrollo Industria l y Comer­cial.

A pesar de los logros en materia eco­nómica, el ingreso anua l per capita es de apenas 40 1 ibras de Kenia, al rededor de 100 dólares, lo que pone de re lieve la magnitud de lo que queda por hacer.

Cabe señalar que uno de los proble­mas vital.es se halla representado por la insuficiencia de capital; esto no obstante las diversas medidas adoptadas por el Gobierno en lo que respecta a impuestos y la creación de un sistema compulsorio a fin de elevar el volumen del ahorro tanto público como privado. Tal situa­ción lleva al Estado a complementar el ahorro interno con ayuda externa y re­cursos de inversión privados de fuentes e~teriores, lo que quiere decir que la ta­sa de su avance está sujeta, en gran me­dida, a la cuant ía de los fondos que aporten éstas.

Otro factor limitante es la insuficien­te oferta de mano de obra media y de alto nive l. Investigaciones recientes testi­monian que los ciudadanos de Kenia apenas cubren el 60% del total de los puestos medios y de alto nivel; 44% de las ventas al menudeo y 27% de las ven­tas al mayoreo son manejadas por ciuda­danos del país o empresas cuyo capital mayoritario pertenece a éstas. Se señala que Kenia continuará dependiendo, du­rante los próximos 5 o 10 años, de inge­nie ros, arquitectos, doctores, etc., de países extranjeros.

La desocupación (incluyendo el sub­empleo) es otro de los grandes proble­mas que afronta el país, lo que constitu­ye un reflejo de la carencia de recursos complementarios, como capital y mano de obra adiestrada, incluyendo el talento directivo y empresarial con el que debe combinarse la mano de obra semicalifica­da y calificada para lograr resultados productivos.

Los elementos básicos de la estrategia gubernamental en relación con el des­empleo consisten en la creación de con­diciones que propicien la aceleración del crecimiento, intensificado el desarrollo en las áreas rurales, y la aplicación de un a po 1 ít ica de salarios encaminada, ínter alía, a asegurar la regulación de los incrementos en los salarios. La razón que fundamenta ese tipo de estrategia está en que la mayor parte de las perso­nas que se incorporan al mercado de trabajo debe ser absorbida por la agricul­tura, y otro tipo de trabajo rural y de

sección internacional

ocupac iones particulares, en virtud de que son escasas las oportunidad es de em­pleo en las zonas urbanas.

También el ritmo de desarrollo del país se vinculará al volumen de divis.as que le sea dable obtener por la exporta­ción de bienes y serv icios . Dado que los productos tradicionales de Kenia (café, sisa l, y piretro) se ven afectados por la caída de precios en el mercado interna­cional, se hacen esfuerzos hacia la diver­sificación de la producción agrícola y de las exportaciones para atenuar el impac­to de aquélla sobre la economía de Ke ­ni a. Desde luego , en conexión con ello se procura aumentar la proporción de las manufacturas dentro de la exporta­ción.

El turismo adquiere significación como otra fuente de divisas para Kenia. En 1968, ingresaron 16 millones de li­bras de Kenia por ese concepto, o sea una cantidad mayor que la de las ventas de café, que es el producto principal en su comercio de exportación. Se desarro­lla un importante programa de construc­ción de hoteles y las bajas tarifas aéreas prevalecientes entre Europa y Africa con­tribuirán a la expansión de esta vital fuente de divisas.

Recientemente se dio a la publicidad el Plan de Desarrollo 1970-74; se exami­nan los logros, los problemas futuros y las perspectivas, con gran detalle. Se ha fijado como meta una tasa de crecimien­to de 6.8%; para la industria de transfor­mación, el transporte, el turismo y los servicios del Gobierno se prevén los rit­mos más veloces de expansión. Se consi­dera que la tasa de crecimiento prevista habra de requerir una formación de capi­tal bruto de 680 millones de libras de Kenia, de los cuales 438 millones proven­drán del sector privado.

Se espera que el sector manufacturero crezca a la tasa de 9% anualmente y de­mandará un volumen de inversión priva­da de 95 millones de libras de Kenia; el Plan contempla que el número de turis­tas se elevará en 1 5% anual entre 1968 y 1974. El financiamiento de capital ex­tranjero para cubrir el déficit de la ba­lanza de pagos se calcula en 270 millo­nes de libras de Kenia.

Mientras llega el día de mayor inten­sidad comercial entre los países africa­nos, Kenia emprende una búsqueda te­naz de nuevas salidas a sus productos, entre ellas, el Mercado Común Europeo (el 24 de septiembre de 1969, Kenia, Tanzania y Uganda firmaron un conve­nio de asoc iación con la CEE).

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El mercado de ODOL ES

En el transcurso de la última década se ha desarrollado un nuevo mercado auténticamente internacional de dinero y capi­tales en el que las monedas convertibles de los países industria­lizados se prestan e invierten en forma activa. Este mercado, conocido bajo el nombre de mercado de eurodivisas, ha crecido rápidamente y se ha convertido en centro de atención de un numeroso grupo de autoridades monetarias y de banqueros y empresarios privados.

No obstante que prácticamente no hay un solo día en que la prensa deje de hacer mención de este tipo de operaciones, para el hombre de la calle, o aun para el economista profesional no especializado, el término eurodivisa, e incluso el más cono­cido de eurodólar, continúa siendo hasta cierto punto un enig­ma. Siguiendo a la prestigiada revista inglesa The Economist podría mas apostar, sin temor a correr grandes riesgos, que ex is­ten muy pocas personas que se atreviesen a afirmar ser capaces de explicar con precisión qué es un eurodólar, o dónde se loca­l iza y cómo opera el mercado correspondiente.

Es cierto que a esta situación contribuye en buena medida la relativa novedad del tema, pero no lo es menos que dicha novedad se ve parcialmente contrarrestada por el auge reciente del mercado de eurodólares y sus efectos evidentes sobre la economía mundial, que lo invisten de gran trascendencia y actualidad. Este texto pretende presentar un panorama de con­junto de lo que son los eurodólares, de sus fuentes y usos prin­cipales, de los orígenes del mercado, su ámbito, magnitud y costo actuales y, por último, de algunas posibles repercusio­nes en las esferas monetarias de distintos países, entre ellos México.

Nota: Este articulo se basa en el texto de una conferencia dictada en la Escuela Nacional de Economía, de la Universidad Nacional Autónoma de Méx ico, en noviembre de 1969.

JOSE ANDRES DE OTEYZA

DEFINICION DE EURODOLARES

Existen dos acepciones del término eurodólar. En su sentido más amplio, los eurodólares no son sino sinónimo de lo que se conoce con el nombre genérico de eurodivisas y, en el restrin­gido, tan sólo se trata de un tipo particular de éstas. Las eurodi­visas, a su vez, podrían definirse como depósitos a plazo en bancos establecidos en un país distinto al d\l la moneda que se maneje, aunque cabe aclarar desde un principio que, a pesar de su nombre, no es necesario que dichos depósitos estén centra­lizados en ·Europa, de tal suerte que resulta frecuente que bancos de Canadá, Japón o Bahamas, por ejemplo, acepten depósitos en moneda extranjera que se registran como eurudivisas.

Cuando los depósitos mencionados están denominados en moneda norteamericana, éstos reciben el nombre específico de eurodólares. No obstante, una fuente de confusión se ha origi­nado porque dado que cerca del 80% de las operaciones efec­tuadas con base en las reglas de este sistema caen precisamente dentro de este último caso, es muy común que se amplíe el contenido del término eurodólar hasta hacerlo equivalente al de eurodivisa; pero en un sentido estricto, y para el manejo diario de estas cuestiones, conviene diferenciar debidamente los euro­dólares propiamente dichos, de los euromarcos, los eurofrancos o las eurolibras.

De aquí en adelante, nos referiremos exclusivamente al mercado de eurodólares, no sin antes hacer la aclaración, para no perder la perspectiva, de que las eurodivisas se encontraban, a fines de 1968, integradas por depósitos en diversas monedas en los siguientes porcentajes:

Dólares norteamericanos Francos suizos Marcos alemanes Libras esterlinas Otras monedas

80 9 7

2.5 1.5

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154 Otro aspecto que parece pertin ente aclarar es que e l término

eurodólares suele referirse tan sólo a depósito s a corto plazo. Esto no quiere decir que no ex ista pa ralelame nte un mercado de cap ital es de estructura si mi lar. Todo lo contrario. Si bi en este último se desarrolló un poco más tard e y todavía a la fecha siguen siendo las operaciones a corto plazo las que t ienen ma­yor importancia, la sección que opera con recursos a mayor vencimiento ha cobrado ya plena madurez. No obstante, esta última sección se conoce por lo general con el nombre de mer­cado de eurobonos, en función de que éstos constituyen preci ­samente el instrumento mediante e l cual se efectúa la captación de recursos a largo plazo, y se reserva el término de eurodólares para el dinero a un año o menos.

Como es natural, en la práctica no es a veces fácil trazar la 1 ínea divisoria, pues ambos mercados están íntimamente ligados. Empero, si se hace abstracción de las operaciones a vencimiento medio de difícil clasificación, el problema se simpl ifica mucho. De hecho, las operaciones con vencimientos comprendidos entre una semana y un año caen de ll eno en el terreno del mercado de dinero, o de eurodólares, y aque llas a plazos mayores de cinco años corresponden al mercado de capitales, o de euro­bonos. Además, no cabe duda de que cada uno de estos dos mercados tiene un comportamiento distinto, cómo lo demuestra el que las tasas de interés correspondientes lleguen a diferir en un par de puntos o más.

1 ndependientemente del mercado de eurobonos, aunque hasta cierto punto como una derivación de él, se ha empezado a desarrollar en época muy reciente otra nueva modalidad: la emisión de euroacciones, esto es, acciones comunes denomi ­nadas en una moneda distinta a la del país de la compañía emisora o del mercado en el que se van a colocar los valores. Parece ser que esta práctica se originó en las series de euro­bonos convertibles que ya había en circulación y, hasta el mo­mento, existen al menos cinco compañías (cuatro japonesas y una canadiense) que han recurrido a este sistema para hacerse de fondos. Al igual que en el caso de las eurodivisas y los eurobonos, todo indica que la moneda más utilizada para la denominación de los títulos es el dólar norteamericano.

La última característica importante de los eurodólares es que constituyen un mercado auténticamente internacional, es decir, que escapa a los controles tradicionales que operan en los mercados monetarios de cada país en lo particular (disposi­ciones respecto a las tasas de interés, restricciones impuestas por problemas de balanza de pagos, etc.)

El que el mercado de eurodólares no esté sujeto a ningún tipo de control por parte de algún banco central o ageneia gubernamental y sus tasas de interés respondan en consecuencia al libre juego de la oferta y la demanda, es una característica muy atractiva para las empresas y bancos de carácter multina­cional que, al recurrir a él, han recobrado la posibilidad de con­tar con un alto grado de movilidad financiera internacional. Esta posibilidad implica que entre los principales usuarios de eurodólares estén precisamente las grandes compañías mu lti na­cionales que los utilizan para financiar importaciones y exporta­ciones, para integrar su capital de trabajo y, cada vez en mayor medida, para cubrir sus necesidades de inversión a largo plazo a través, como ya hemos dicho, de emisiones de eurobonos y euroacc iones.

No obstante lo anterior, y si bien las operaciones se han diversificado y la amplitud del mercado ha llegado a ser ya de tal dimensión que ofrece la posibilidad de concertar las opera­ciones en las más diversas combinaciones imaginables de plazo e

mercado de eurodólares

inte rés, qui zá todav ía el uso más genera lizado de los eur odólares siga siendo el de procurar recursos trans itor ios (los llamados créditos puente ) para satisfacer requ erimi entos inmed iatos mien­tras se negoci a un empréstito en condiciones más ventajosas.

Las razones por las que el mercado se ha expandido tan aceleradamente son vari as, pero aquí sólo nos ocuparemos de dos de las más importantes: la mayor redituabilidad para los depositantes y la posib ilidad para los demandantes de obtener recursos, aunque sea a mayor costo, cuando por circunstancias especiales éstos escasean. La primera razón fue deci siva para el nacimiento del sistema y la segunda para su espectacular evo­lución.

ORIGENES Y EVOLUCION DEL MERCADO

Cuando el mercado de cambios londinense empezó en 1957 a operar en forma regular con depósitos en dólares, nadie supuso que se iniciaba una modalidad revolucionaria en e l sistema mo­netario internacional, que con el tiempo llegaría a afectar, de manera importante, incluso al comportamiento de las econo­mías internas de cada país en particular.

En efecto, el nuevo mercado surgió como consecuencia de que los poseedores de moneda norteamericana negociaron con diversos bancos europeos, espec ialmente en Londres, condicio­nes que les permitían ganancias por enc ima de lo que sus capi­tales obtenían en Nueva York. Para ilustrar este fenómeno quizá fuese interesante mencionar qu e, a finales de 1960, mien­tras la tasa de interés en depósitos a tres meses en el mercado de eurodólares era de 4.13%, las tasas vigentes para depósitos a l mismo plazo en los mercados locales de Estados Unidos, Suiza y Alemania, eran de 2.50, 2.08 y 3%, respectivamente. Estas condiciones determinaron la transferencia hacia Europa de importantes volúmenes de fondos, tradicionalmente concentra­dos en los bancos de Estados Unidos. Dicha transferencia, efec­tuada por particulares, empresas y algunos bancos centrales de países con balanzas de pagos superavitarias, determinó en sí misma el nacimiento del sistema en los términos en que lo he­mos definido.

Original mente las repercusiones fueron pequeñas, dado que aunque algunos demandantes de crédito acudían al nuevo mer­cado por ventajas fiscales o de otra índole, los incentivos no eran aún sufic ientes para compensar el mayor costo, puesto que, a diferencia de lo que ocurría con las tasas de interés paga­das a los depositantes, mientras a finales de 1960 se cobraba en el mercado de eu rodó lares un interés del 5.01 % en los créditos a tres meses, en Estados Unidos sólo se cargaba el 4.5 por ciento.

La situación descrita varió por completo al implantar el Gobierno de Estados Unidos medidas para combatir la inflación interna y defender la balanza de pagos . Las grandes empresas norteamericanas en el extra njero, que normalmente se financia­ban en su país de origen, vieron de pronto mermada esta posibi­lidad y empezaron a dirigirse a las instituciones europeas en busca de recursos. Algo simi lar hicieron los bancos, que inten­taron contrarrestar así la política de "dinero escaso" del sistema de la Reserva Federal. Ambos elementos determina ron la eleva­ción de las tasas de interés en el mercado de eurodó lares y la consiguiente atracción de capitales especu lativos hacia éste. Sin embargo, en la medida en que Estados Unidos intensificó sus poi íticas restrictivas, la afluencia de fondos se rezagó respecto a la creciente demanda, con lo que las tasas de interés en eurodó­lares a corto plazo llegaron a niveles sin precedente. Entre junio

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comercio exterior

de 1964 y el mismo mes de 1969 la tasa pasiva en depósitos a tres meses pasó de 4.3% a 12.5%, y aunque en est e momento esta y las demás tasas de interés en el mercado de eurodólares han descendido 1 igeramente, continúan ejerci endo tremenda pre­sión sobre los sistemas monetarios, tanto a nivel nacional como internacional.

MAGNITUD Y DISTRI BUCION GEOGRAFICA DEL MERCADO

La evolución del mercado de eurodólares ha sido espectacular y ha llegado a adquirir proporciones de verdadera aonsideración. Su volumen en un momento dado es sumamente difícil de esti ­mar, ya que ex isten gran número de operaciones interbancarias que si bien podrían contribuir a una asignación más eficiente de recursos no aumentan directamente el monto total del crédito. En consecuencia, el Banco de Pagos 1 nternacionales, que consti­tuye quizá la mejor fuente de información en este sentido, intenta eliminar las operaciones · interbancarias y prefiere refe­rirse a cifras netas cuando se trata de precisar la magnitud del mercado de eurodólares. Así, dicha institución ha estimado, después de hacer los ajustes pertinentes para evitar hasta donde f\]era posible una doble contabilidad, que el volumen neto de

155 nuido y en su lugar se han colocado los países de Europa occi ­dental, mientras el papel de América del Norte como deman­dante se ha definido plenamente, ya que Estados Unidos y Canadá absorben en conjunto el 40% de la demanda total.

CUADRO 1

Mercado de eurodólares (En miles de millones de dólares)

Fuentes 1964 % 1968 %

Estados Unidos y Canadá ' 1.5 17 4.5 18 Europa occ idental 4.4 49 13.2 53 Resto del mundo 3.1 34 7.3 29

To t a I 9.0 100 25.0 100

Usos

Estados Unidos y Canadá* 2.2 23 10.2 40 Europa occidental 5.0 55 8.0 32 Resto del mundo 1.8 22 6.8 28

T o ta. / 9.0 100 25.0 100

eurodólares pasó de 9 000 a más de 25 000 millones de dólares ------- ---- --------------­entre 1964 y 1968, sin contar las existencias de otras eurodi­visas que en conjunto sumaban, a diciembre de 1968, el equiva­lente de unos cinco mil millones de dólares.

Este impresionante crecimiento se vio alimentado, por el lado de la demanda, por los siguientes factores: el agudizamien­to de las restricciones crediticias de Estados Unidos, que con­dujeron a una mayor demanda de eurodólares por parte de los bancos norteamericanos; la continuación del programa de defen­sa de la balanza de pagos de Estados Unidos, que aumentó la dependencia de las sucursales europeas de empresas norteame­ricanas respecto al financiamiento mediante eurodólares; la intranquilidad en diversos mercados monetarios, que en ocasio· nes dio lugar a una mayor demanda por eurodólares pan! con­vertirlos posteriormente en oro o marcos alemanes ... y, finalmen ­te, la restricción del crédito en Francia que condujo a los bancqs de ese país a recurrir también al mercado de eurodólares en busca de fondos.

En cuanto al aspecto de la oferta se refiere, los principales elementos estimulantes fueron: el relativo relajamiento de las condiciones monetarias en la mayor parte de los países euro­peos y el temor imperante en los mercados de divisas interna­cionales que condujo a la conversión de cantidades importantes de libras y francos franceses en dólares. La reciente revaluación del marco, por su parte, se tradujo en una menor especula­ción con él y el consiguiente reflujo de fondos hacia el me~cado de eurodólares, lo que no cabe duda que contribuyó a reducir la actual tensión y las tasas de interés vigentes .

Todos los factores enumerados, y en particular la demanda de fondos por parte de los grandes bancos norteamericanos, han te nido influencia también en la di stribución geográfica del mercado.

Corno puede verse en el cuadro 1, entre 1964 y 1968, tanto la estructura de la demanda como la de la oferta de eurodólares tuvi eron cambi os im portantes. Al fina l de 1964 los países de Europa occidental y No rteamérica eran los únicos usuarios net os de este ti po de fond os y se abast ecían de los países del resto del mu ndo. Desde entonces la participación relativa del "resto del mundo" como alime ntador del me rcado ha dismi-

• E 1 Sanco de Pagos 1 nternac ionales agrupa a Estados Unidos y Canadá al considerar sus íntimas re lac iones econó micas y financieras y, sobre to do, el qu e los bancos canadienses sean con frecuencia el cana l al través del cu al fluyen los fondo s entre Estados Unidos y Europa.

Fu ente : Bank for 1 nternational Settlements, 39th Annual Report.

En el fenómeno anterior influyeron , en forma particular, los intentos hechos por los bancos de Estados Unidos para contra­rrestar las medidas restrictivas impuestas por su Gobierno, pero en 1968 también cobraron importancia las demandas de eurodó­lares hechas por instituciones no bancarias norteamericanas.

Es así como el Gobierno de Estados Unidos ha visto limi­tada su poi ítica contraccionista y ha tenido que recurrir a im­plantar medidas particularmente severas que pueden tener graves repercusiones para prácticamente todos los países del mundo. En vista - de las circunstancias y de que la Reserva Federal no apoyaba del todo la idea de restringir la entrada al país de euro­dólares, se acordó en Washington obligar a los bancos del siste­ma a mantener reservas contra ellos, al igual que se hace contra los depósitos internos, para elevar el costo efectivo de .dicha moneda y hacerla menos .atractiva.

REPERCUSIONES EN LOS PAISES EUROPEOS

Conscientes de la situación, los gobiernos europeos temen que los altos intereses pagados en eurodólares provoquen una fuga de sus respectivas monedas, dada la marcada diferencia de rendi ­mientos entre unas y otros. Por tanto, las tasas internas de inte­rés de los países de Europa, salvo en un par de excepciones, se han elevado para eliminar los incentivos a la conversión y los tipos de redescuento se han colocado en niveles inusitados. Al 26 de septiembre de 1969, las tasas de redescuento de los princi­pal es bancos centrales europeos eran las siguientes:

Copenhague, Dinama rca, Londres, Reino Unido, Bruselas, Bélgi ca, París, Francia, Frankfort, Aleman ia, Zurich, Sui za,

9.00% 8.00% 7.50% 7.00% 6.00% 3.75%

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156 Salta a la vista lo elevado de las tasas mencionadas, sobre

todo por lo que se refi ere a países como Bélgica , Al ema ni a y Suiza, que hablan mantenido tradicionalmente el costo de l cré­d ito a nivel es bajos. Como el mercado suizo suele abso rber gran cantidad de fondos provenientes de otros pa íses y empie za a mostrar signos de mayor liquidez, es posible que sus tasas de interés sean de las primeras en descender, ·a pesa r de ser ya de las más bajas. En el caso de Alemania habrá que ver cuáles son los efectos finales de la salida de fondos especu lat ivos una vez mate rial izada la revaluación del marco .

Los datos anteriores pone n de manifi esto cómo la po! ítica seguida por el sistema de la Reserva Federa l de Estsdos Unidos ha forzado a los banqueros centrales de l mundo entero a aj us­tarse a las nuevas condiciones. En particular, es claro que estos últimos tendrán que con siderar más detenidamente el fun cio­namiento del nuevo mercado de eurodó lares que se encuentra en pleno auge, que se ha convertido en un o de los principales medios de trasmisión de tensiones económicas y fina nc ieras a nive l internacional y que, a la larga , podría terminar en que el movimiento continuo y rápido de grandes volúmenes de cap ita­les especulativos entre los distintos países ll egara a ejercer ta l prºesión sobre determinadas monedas que crease un pánico financiero de amplias proporciones.

EL CASO DE MEXICO

En México en particular, a pesar de haber desaparecido el tra­dicional diferencial en la tasa de interés que nos había permi­tido disfrutar de un flujo continuo de capitales provenientes del exterior, aún no se han presentado problemas de gran trascen­dencia. De hecho, lo que ocurre es que en la medida en que la gente piense que las altas tasas internacionales son pasajeras, el móvil para transferir recursos es relativamente pequeño. No obstante, es indudable que nu estra vulnerabilidad en las actuales circunstancias se ha acentuado. No sólo tendremos que pagar más caros los créditos que concertamos en el exterior, sino que el riesgo de una rápida salida de capitales a corto plazo lógi ­camente aumenta y no se puede olvidar que, además de la im­portante deuda exterior de México con vencimiento m enor a un año, existan en el pals numerosas invers iones en valores que gozan de una alta 1 iqu idez.

Este tipo de reflex iones fueron seguramente las que llevaron a las autoridades mex icanas a tomar algunas medidas defensivas si mi lares a las adoptadas en otros paises, ya que no podía descartarse la posibilidad de que se mantuvieran por largo tiempo los elevados niveles que registran en la actualidad las tasas de interés en los mercados fin ancieros internacionales y hubiera una succión importante de fondos .

Entre las principales disposiciones al respecto está n las si ­guientes: se autorizó a las sociedades financieras a emitir paga­rés a largo plazo pagando intereses hasta del orden del 12 y 13% anual, mientras los bonos de estas instituciones devengan ya el 9% neto de pago de impuestos ; las hipotecarias podrán poner en circulación un papel de renta fija del 10% con un promedio de vencimiento de dos años y medio, y los bancos comerciales están elevando su tasa de interés activa del 12 al 13% en préstamos de 30 a 60 d 1 as.

La situación en cuanto a depósitos a corto y mediano plazo en sociedades financieras se refiere, varía de acuerdo con el vencimiento del propio depósito y la forma en que se desee cobrar los intereses, pero para dar una idea al respecto es sufi : ciente con mencionar que estas instituciones aceptan en la

mercado de curodólares

actua lidad depósitos a p lazo en moneda nac iona l, en cantidades de ve in ticinco mil a un mi ll ón de pesos, a las sigui en tes tasas de interés:

Depósito por 12 meses

Depósito por 18 meses

Depósito por 24 meses

Intereses pagados mensualmente

10.50% anual neto

10.75%

11.00"Ai

Intereses pagados al vencimiento

10.75% anu al neto

11 .25%

11.50%

De momento no se sabe por cuánto ti empo estarán vigentes estas tasas, ya que las c irculares aclaran con toda precisión que se trata de medidas transitorias. En cualquie r caso, es indudable que el mayor costo del din ero en Méx ico afectará a buena parte de la activida d económica del pa ís . Por lo pronto, podríamos seña lar que aumentarán los costos de ope ración de las empresas en función de los mayores pagos en que tendrán que incu rr ir por e l uso de capita l ajeno . Simultáneamente , t ambién se difi ­cultará la obtención de fondos a través del mercado de valores, puesto que los a ltos rendimientos de los papeles de renta fij a han repercutido, como era de espera rse, en la tendencia descen­dente del mercado. Sin embargo, ninguno de estos elementos debe exagerarse, pues en nuestro país el mercado de valores no ha sido nunca un a fuente importante de finan ciamiento y las utilidades promedio son lo suficientemente altas como para permitir aumentos subsecuentes de la inversión, aun en presen­cia de las mayores tasas de interés en el curso de los últimos años.

De cualquier forma, en las actuales condiciones parece muy razonable suponer que había que evitar a toda costa las posibles fugas de capital al exterior. Hay quienes han argüido que sería conveniente calcular el rendimiento después del pago de impues­tos de los valores extranjeros para poder rea lmente eval uar el grado de competencia que éstos pueden representar para los cap itales invertidos en Méx ico, pero si bieri e l argumento po­dría tener cierta validez respecto a los va lores en c irculación en mercados monetarios tradicionales del exterior, dado lo poco gravados que están en nuestro país los ingresos provenientes del capital, en el caso de los eurodól ares la posición tiende, por el contrario, a invertirse, puesto que estos últimos están libres de todo gravamen en la fuente .

A mi entender, lo más importante de todo lo expuesto es que a través del estudio del funcionamiento de un nuevo mercado financiero se puede percibir una ve z más el enorme poderío de la economía norteamericana y su influencia en el resto del mundo. A últimas fechas, además del impacto directo que pue­dan tener las medidas restrictivas de Estados Unidos sobre el volumen del comercio mundial , se ha presentado un nuevo y dinámico mecanismo de propagación internacional: el mercado de eurodólares, cuyos verdaderos alcances e impacto qui zá sea todavla prematuro evaluar en toda su ex tensión. Aún así, a estas alturas parece indudable que hay mucho de cierto en la afirmación de la ya citada revista inglesa The Economist en el sentido de que "los banqueros centrales te nd rán que acostum­brarse a convivir con el mercado de eurodóla res y habrán de aprender a adaptar sus poi íti cas crediticias a condiciones en las que concurran movimientos importantes de capitales especu­lativos, lo que si bien no es un problema nu evo, de ninguna manera representa una tarea fáci l, sobre todo cuando las tasas de cambio de monedas clave se sospecha que pueden ser modifi ­cadas al alza o a la baja".

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LA APREMIADA CLASE OCIOSA

The Ha"ied Leisure Class, STAFFAN BURENSTAM LINDER, Columbia University Press, Nueva York. 1970, 182 pp.

En este libro, Linder plantea una serie muy estimulante de proposiciones orientadas a enfocar, desde un ángulo comple· tamente novedoso, a las sociedades de consumo, las sociedades opulentas o los estados benefactores (y, nos parece, a los sectores que se benefician de la marcada concentración del ingreso que existe en buen número de países pobres). La óptica de Linder se basa en la introducción en el análisis de un factor económico que, por lo general, no ha sido tomado en cuenta como tal en el análisis económico tradicional , sobre todo en el referido al comportamiento del consumidor. Tal factor es el tiempo.

En esencia Linder señala que un proceso sostenido de desarrollo econ'ómico, manifestado en el incremento del ingreso per capita, provoca una creciente escasez de un factor eco: nómico que, a diferencia del capital, no puede ser ahorrado ni

acumulado: el tiempo. En consecuencia, e l proceso de desa· rrollo supone una serie de cambios en la distribución del tiempo por parte de los individuos, cuyo estudio, en opinión de Linder, resulta particularmente significativo para apreciar la forma en que el progreso económico influye sobre la forma de vida y el bienestar de las personas.

Para Linder, el tiempo de un individuo puede dividirse en las siguientes cinco categorías: tiempo de trabajo, tiempo de trabajo personal, tiempo de consumo, tiempo dedicado a la cultura, y tiempo dedicado al ocio. El primero puede identi· ficarse fácilmente con la jornada de trabajo, el segundo es el dedicado por el individuo a su propio "mantenimiento" (sueño, alimentación, higiene personal, etc. ) y los tres últimos, que son los cruciales, son los dedicados a disfrutar de los bienes y servicios de consumo, al cultivo de la mente y a la meditación. Aunque en la mayor parte de su obra, Linder supone que el tiempo total de que dispone un individuo puede distribuirse más o menos a voluntad entre esos cinco tipos de tiempo, parece más o menos claro que, para la mayoría de las personas, los dos primeros tipos están más o menos rígidamente determinados por imperativos institucionales, en el caso de la jornada de trabajo, o fisiológicos, en el caso del tiempo dedicado al man· . tenimiento personal. Por tanto, es el tiempo de consumo, el de

cultura y el de ocio e l que está sujeto a las mayores presiones y sobre el que se refl eja el ritmo cada vez más apresurado que caracteriza a la vida en las sociedades opulentas o a la vida de los sectores privilegiados de los países pobres. Linder demuestra que la ilusión del c reciente tiempo libre que se supon.e t_r,ae consigo el mayor grado de desarrollo no es sino eso: una tlus1on que no se comprueba ni estadística ni empíricamente, sino que se advierte precisamente el fenómeno contrario.

Al considerar al tiempo como tactor económico, Linder supone que su asignación debe obedecer a las mismas reglas que las de otros factores, es decir, que un individuo distribuirá su tiempo de manera tal que derive el mayor bienestar personal, comprimiendo o ampliando algunas de sus actividades hasta alcanzar el equilibrio. Si, como resultado del progreso eco· nómico, el tiempo de trabajo se torna más productivo, se dejarán sentir presion es para hacer también más productivo el tiempo destinado a las otras actividades y, de este modo, resta· blecer el equilibrio. En una primera instancia, es probable que trate de comprimirse el tiempo dedicado al mantenimiento personal (menos horas de sueño, comidas más apresuradas) pues es limitada la posibilidad de aumentar la productividad del tiempo dedicado a estas tareas (aunque no ha dejado de experimentarse con esta posibilidad, por ejemplo, mediante el aprendizaje durante el sueño). El tiempo de consumo también se verá presionado, pero en este caso existe la posibilidad de aumentar su productividad elevando la intensidad del consumo, es decir, consumiendo más bienes por unidad de tiempo o dedicándose a un mayor número de formas de consumo en el tiempo disponible. Como no todas las actividades de consumo pueden hacerse más intensivas, dice Linder, son aquellas en las que tal intensificación es posible las que muestran una elasti· cidad·ingreso positiva, mientras que las otras sufren del fenó· meno inverso.

Todo este juego de interinfluencias que determina la forma en que se utiliza el tiempo en las sociedades modernas provoca no pocos resultados perturbadores : todo parece indicar, por ejemplo, que la cultura es un bien de consumo de baja elasti· cidad·i ngreso, que ti ende a sacrificarse ante la creciente escasez de tiempo. Otro tanto ocurre, señala Linder no sin cierta ironía, con algunos placeres antiguos y venerables, como la gastro· nomía y el amor físico.1 Son numerosas las observaciones contenidas en esta obra que suscitan reflex iones acerca de la verdadera finalidad, y de las verdaderas consecuencias, del

1 Véase un artículo basado en el capítulo VII de la obra: "El tiempo como satisfactor escaso", Comercio Exterior, vol XIX. núm. 11 , noviembre de 1969, pp. 894-896 .

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158 frenético afán de progreso material que parece caracterizar al mundo de nuestros días .

(En un nivel más individual, este libro de Linde r contiene no pocas observaciones agudas y perturbadoras para quienes, sin poder evitarlo, nos movemos y participamos en un mundo de social c!imbers en el que lo más grave es quedar rezagado y que nos impone -dentro de lo que Linder llama la racion a lidad de la irracional id ad creciente- comportamientos que intuí mos muy alejados y hasta contrarios a conceptos filosóficos largamente aceptados sobre la verdadera finalidad del esfuerzo individual.) ­JORGE EDUARDO NAVARRETE.

MITO LOGIA INSTANTAN EA EN NUEVO MEXICO*

Tijerina and the Courthouse Raid, PETE R NA­VOKOB, University of New Mex ico Press, Albur­querque, 1969, 285 pp.

El 5 de junio de 1967, Reies López Tijerina y un pequeño grupo de sus seguidores prepararon un asalto al juzgado del condado de Tierra Amarilla, un pequeño pueblo polvoriento de una zona empobrecida al norte de Nuevo Méx ico. Su objetivo era imponer un arresto popular a Alfonso Sánchez, un fiscal de distrito cuyas tácticas de hostigamiento habían mantenido a Tijerina y sus aliados errando a través de una serie de cárceles y juzgados, acusados de cargos casi insignificantes. Sánchez no estaba ahí, un policía desenfundó su pistola, alguien empezó a disparar, dos personas resultaron heridas. El estado de Nuevo México, aparentemente convencido de que estaba al borde del abismo de la anarquía, convocó a la Guardia Nacional -plena­mente equipada con tanques y helicópteros- para cercar a los inconformes.

E 1 i ne id ente se tornó instantáneamente mitológico. Se compusieron canciones; se contaron historias. Tijerina surgió como un héroe de la izquierda radical. Después de todo, como señala Peter Navokob, Tijerina "había puesto en práctica sus propias fantasías románticas de guerrillero".

Peter Navokob, un free/anee writer, que era, en ese momen­to, reportero de un periódico de Santa Fe, The New Mexican, ha escrito una detallada descripción del asalto al juzgado y de sus consecuencias. Se trata de un libro modesto, qui zá dema­siado modesto; hay muchos árboles, pero el bosque parece inasible. El libro no consigue elucidar por completo los antece­dentes de Tijerina y su Alianza, una organización dedicada a recuperar las antiguas concesiones españolas de tierra, para los herederos de los ocupantes originales de la región . 1 Tampoco examina el asalto en un contexto lo suficientemente amplio.

El propósito del asalto, como el propio Tijerina admite, no era más que la publicidad. A pesa r de sus aspectos casi cómicos, fue un símbolo importante de la creciente conci encia étnica de los hispanoamericanos (que es el término que utili za el p ropio Navokob) del norte de Nuevo México y de todo e l suroeste. Como los negros y los piel rojas y los amarillos, los morenos se están rebela ndo contra sus ~mos ne oco loniales; demandan nue­vos poderes y may or control sobre sus vidas. (No es coinciden-

*Originalmente , esta nota apareció en The New York Times Book Review ( 11 de enero de 1970). Se reproduce con autorización de sus editores. Su autor es el jefe de la oficina de The New York Times en Los Angeles.

1 Véanse "La otra minarla : el problema de los 'chicanos' " , y la nota sobre el libro de Carey Me Williams, Al norte de México: el con­flicto entre "anglos" e "hispanos", Comercio Exterior, vol. XVII 1, núm. 7, julio de 1968, pp. 613-614, y pp. 627-628, respectivamente. [R .]

bibliografía

cia que Tijerina haya le ído mucho acerca del movimiento del poder negro.)

Los seguidores de la Alian za son principalmente descendien ­tes de conquistadores español es y de indígenas. Sus ancestros recibieron vastas donaciones de tierra de la corona española y del gobierno mexicano en los años anteriores al Tratado de Guadalupe Hidalgo, por el que se cedió lo que ahora es Nuevo México a Estados Unidos en 1848. Pero después de que los nor­teamericanos empezaron a avanzar hacia este territorio, los ocu­pantes originales empezaron a perder sus tierras, más de millón y medio de hectáreas en conjunto. "Ustedes la detentan -dijo el gobernador Davis Cargo a algunos de los actuales terratenientes norteamericanos- , pero la tierra fue robada originalmente".

Conforme sus propiedades les eran escamoteadas ilegalmen­te, los hispanoamericanos se hundían en la pobreza. El ingreso familiar promedio es de alrededor de 1 500 dólares al año. Mu­chos reciben auxilio de la beneficencia . Los caminos hasta sus pueblos son a menudo intransitables. Peñasco, un pueblo de cuatro mil habitantes, es típico : dos terceras partes de las casas están deterioradas y carecen de agua corriente; un promedio de dos personas vive en cada habitación; en invierno, cuando la temperat.u ra cae a cerca de ooc, la tasa de desempleo es de 50%. El National Forest Service, que ahora posee gran parte de las antiguas donaciones de tierra, es prácticamente un sirviente de las grandes empresas madereras y ganaderas en otras áreas, pero en el norte de Nuevo México ha restringido severamente los derechos de recolección de los pequeños grupos de hispano­americanos.

Esta situación estaba madura para la acción de Reies López Tijerina, un hombre de verdadero carisma, que empezó recogien­do legumbres en los campos de Texas a la edad de 7 años. Des­pués de una carrera poco prometedora y poco nutrida como un trashumante predicador Evangelista de Pentecostés, Tijerina inició una comunidad utópica en el desierto de Arizona, llama­da El Valle de La Paz. Los habitantes empezaron una campaña de hostigamiento - Tijerina parece ser un imán que atrae proble­mas- y pusieron fuego a las instalaciones de la gente de Tijerina.

Despu.és de varios años como fugitivo, hasta que prescribió un viejo cargo criminal, apareció en Nuevo México a principios de los años sesenta y empezó a organizar la Alianza. Orador especialmente bien dotado, Tijerina recorrió la región, conmcr viendo a los pobres campesinos con "sus visiones religioso-poi í­ticas de su Tierra Prometida: las ciudades-estado 1 ibres, reavi ­vadas y unificadas del suroeste." Uno de sus principales activos fue ·que se mal') tuvo fuera de "la estructura poi ítica tradicional, que estrangula a los pobladores progresistas jóvenes ... [y l que ha hecho que la población campesina del área desconfíe de los patrones y poi íticos locales".

A pesar de s.us grandes dotes y abierta personalidad -sin duda, Anthony Quinn conseguiría el papel en una película-, Tijerina ha provocado pocos cambios en la vida de sus seguido­res, al menos en el exterior. Después del ataque al juzgado, los funcionarios locales se sintieron perfectamente autorizados para poner en prisión, en terribles condiciones, a más de 30 personas inocentes, sin acusarl as de ningún crimen. Los anglos todavía gobiernan.

Como César Chávez, que está organi zando a los agricultores en el Valle de San Joaquín, en California, Tijerina no lucha úni ­camente por los derechos civiles, sino para derribar toda una estructura social que ha dominado el suroeste por más de un siglo. Ha dado ya el primer paso importa nte: ha hecho que el pueblo oprimido se tom e consci ente de sí mismo y de su poder potencial. --,-ST EVEN V. ROB ERTS.

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comercio exf erior

LOS ESPAÑOLES EN LOS PRIMEROS AÑOS DEL MEXICO INDEPENDIENTE

La contrarrevolución en la Independencia: los espa­ñoles en la vida política, social y económica de Mé­xico, 1804-1838, ROMEO FLORES CABALLERO, El Colegio de México, México, 1969, 201 pp.

Las fuerzas contrarrevolucionarias que se manifiestan en el pro­ceso de la revolución de Independencia de México, se caracteri ­zan -afirma el autor- por formar parte de la oligarquía colonial.

Esa oligarquía, explica, estuvo integrada por varios estamen­tos: la calse alta criolla y los españoles. Dentro de ellos, como agresivos grupos de presión: los altos dignatarios del clero secu­lar y regular, el ejército, los aparatos sociales y poi íticos del Estado, etcétera.

La contrarrevolución que se opone a nuestra independencia actúa, lógicamente, desde que se presentan los moví mientos in­sugerentes precursores del de 1810; cesa hasta la firma del tratado definitivo de paz y amistad con España en 1838. En concreto, su inicio se fecha en el año de 1804, cuando en México comien­za a operar el real decreto sobre consolidación de vales.

En una primera parte del estudio se analizan las caracterís­ticas de la población española hacia fines de la Colonia; la reac­ción de los españoles ante la real cédula de Consolidación de Vales Reales de 1804; la forma en que fueron afectados por la guerra de 1 ndependencia; la Constitución de 1812, y el movi ­miento liberal de la península de 1820. Como uno de los oríge­nes económicos de la revolución, se destaca el hecho de aplicar­se esa cédula real.

Es propósito de la segunda parte del libro analizar la actua­ción y posición de los españoles durante el imperio de lturbide y la primera república; la forma en que fueron afectados por las leyes de expulsión de 1827 y 1829; la supuesta sustitución de los españoles por comerciantes extranjeros, como consecuencia de la ejecución de dichas leyes; la relación de los capitalistas españoles con las crisis financieras de los gobiernos nacionales. Se explica la expulsión de los españoles por el análisis de facto­res poi íticos y sociales.

H estudio abarca, pues, lapso considerable ( 1804-1838), hasta desde antes, al analizar el estado de la población española a partir de 1790: cuantificación, clasificaciones, etc. Dentro de esas tres décadas o más, el período de lucha militar ocupa del año de 1810 al de 1821. Flores Caballero tuvo el acierto histo­riográfico de señalar las etapas en que la oligarquía colonial de­jaba de ser reaccionaria en cierta medida, cuando el rey o sus oficiales le pisaban sus intereses, como en el caso de la consoli­dación de vales, verdadera desamortización de bienes eclesiásti­cos de manos muertas; la segunda desamotrización fue la decre­tada por Benito Juárez cincuenta años después.

La exacciones del regalismo, la situación decadente de la metrópoli, el rígido monopolio colonial, los reveses de España en las guerras que emprendía, entre otros factores, impulsaron a la propia oligarquía hacia la 4iberación del país.

Silvia Zavala en su obra considerable: El mundo americano en la época colonial, afirma que el virrey de Nueva Es_paña, Félix María Calleja, escribe a la corte en la segunda década del siglo XI X, en el sentido de que todos piensan en el reino que Ja independencia es conveniente ... "Vender mejor, comprar libre­mente, emanciparse de los gravámenes fiscales y militares del imperio, aparecen como ventajas económicas que traería consigo la separación" (1, p. 292).

159 Ahora bien, en este impulso de la oligarquía hacia "su" li­

be rtad no entraban en sus consideraciones la grande y verdade­ra de Ías amplias masas de mineros, campesinos, etc., y llegará a concretarse en la formulación de una independencia mediati­zada, conforme al Plan de Iguala, en el cual se apunta la crítica a la lucha de Hidalgo, nada menos.

El gran tema del libro es sin duda muy origi.nal, así como s~ tratamiento: meditado y certero. Introduce claridad para benefi­cio de los estudiosos, al tratar de las contradicciones internas de la oligarquía de la Colonia, o las que tuvo con el poder real. Cuando éstas ya no pueden superarse, estalla la rebelión.

Sentí mos como lectores las acuciantes preguntas sobre si estarán expuestas exhaustivamente todas esas contradicciones; cuál fue la obra de la contrarrevolución en el mundo de la cultura en aquel tiempo: la lucha ideológica, por ejemplo, ~, así, otras cuestiones preocupan. Todas ellas son la cauda lumi­nosa y estimulante que dejan los libros excelentes.-LUIS CORDOVA.

SOBRE FORMAS PRECAPITALISTAS DE PRODUCCION

El modo de producción asiático, problemas de la historia de los paises coloniales, ROGER BARTRA (ed). Ediciones ERA, México, 1969, 366 pp.

Esta interesante recopilación nos muestra cómo una discusión iniciada a partir de un concepto histórico abstracto, el. modo de producción asiático -considerado por Marx en su prologo a la Contribución a la cr/tica de la economía pol/tica como una de las formaciones sociales que ha conocido la historia universal-, derivó hacia el planteamiento de problemas de indudable impor­tancia relacionados con la necesidad de revisar la validez de los esquemas de periodificación en que puede dividirs~ el desa~rollo histórico de la sociedad y con la urgencia que se tiene de inves­tigar los mecanismos del atraso y del estancamiento econ?micos que puedan conducir a la formulación .de lo que el editor ~? este trabajo llama "una teoría más general sobre el subdesarrollo .

Es sorprendente señalar que el punto de partida ~e ?st~ fecunda polémica fue la difusión de un texto de Marx pract1-camente desconocido hasta 1941",1 y que si bien en el presente la discusión sobre el modo de producción asiático se ha genera­lizado, fue necesario, para que ello ocurriera, derribar sólidos prejuicios y visiones esquemáticas arraigados profundamente en la historiografía marxista, a consecuencia de haber aceptado por muchos años un esquema cerrado y unilineal del desarrollo so­cial del tipo comunidad primitiva-esclavitud-feudalismo-capita­lismo-socialismo. La controversia que se presenta en las cuatro partes en que se divide la selección de los textos, queda awupada en torno de estos dos temas fundamentales: las fuentes internas del atraso y del subdesarrollo y las 1 íneas del desarrollo social.

La primera parte de la antología está destinada a demostrar cómo el concepto de modo de producción asiá~ico fue util.izado de manera amplia y coherente por Marx. Los diversos pasaies de sus obras en las que se alude a esta formación permiten formar­se una idea clara de este tipo de sociedad "asiático". Marx nos ha dejado -dice Jean Chesneaux- la visión de ciertas socied~ ­des que se caracterizan "por el vigor del control de la comuni -

1 Hay traducción española de este texto en la revista Historia V Sociedad, núm. 3, México, 1965. Se trata del manuscrito denominado Formas de propiedad precapitalistas que, descubierto por R iazanov. en 1923, se publicó por primera vez inclui.do en la obra titulada Drundns~e der K ritik der Po/itischen Oekonom1e (lengua alemana) en Moscu, 1939-41 . La edición italiana es de 1956, la traducción inglesa de 1964 y la francesa de 1967.

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160 dad sobre los individ uos, qu ienes reciben la tierra por pertene· cer a la comunidad ; e l Estado as iáti co que se sobre pone a estas unidades de base, constitu ye un a ·unidad superior' (expres ión de Marx) que manti ene el conjunto de las comunidades a ldea nas y a sus miembros en un estado de dependenc ia globa l ( 'esclavismo genera lizado') y a l m ismo ti e mpo ll ena las func iones 'rea les' de or· den poi ítico y , sobre todo, eco nóm ico (l os grandes trabajos)" .

El modo de producción asiático as í definido parece tener un grado de universa lidad considerab le pues puede aplicarse con éx ito a la inte rpretación de la histo ri a de cie rtos pueblos del Med io Oriente, China, Ind ia y e l Afr ica negra, así como a a lgu· nas de las soc iedades preco lombinas.

La segu nda pa rte, de carácter teórico, incl uye te xtos de Euge n io Varga, J ea n Chesnea ux y Maurice Gode li e r, entre otros; en los que se discuten los rasg0s esencial es de este modo de producción. Se plantean aq uí una serie de p roble mas re laciona· das con L:1s caracte r ís t icas de la prod ucción a ldeana y en par· ii cu!a1· cor1 la:, moda lid 'ldes que le imp ri mió a su evo lución su pr incipal ca rJcter ís tica: la aus encia de propiedad privada . Se hab la de l pape l que desempeñaron las fu ncio nes económicas del Estad'o y iíls relaciones entre és te y las comu nidades aldea nas. De man era p rincipal se aborda el problema c;le la contrad icción fun dament21 l de esta formac ión, considerada por muchos como caracterís tica de una etapa d e tra nsición de una sociedad s in c lases a una de tip o c las ista.

Las o pinion es presentadas coinciden al es timar que el modo de producción as iát ico pued e se rvir d e guía para ana li zar e l cúmul o de material es q ue el avance registrado en el estudio del pasado remoto de los pue blos d e Asia , Africa , y Amé rica Latina ha puesto a disposic ión de los estudiosos de es tos te mas. En los últimos años, se ha comprobado que en un gran núme ro de casos resu lta muy difíci 1 analizar los problemas de, pongamos por caso la evolución históri ca de China, utilizando categorías que se asimil an más al feuda lismo europeo, cuando resulta con­veniente ap li car las características propias del modo de produc· ción asiático. Por eso se expl ica por qué en la tercera parte del trabajo se exponen diversos ensayos qu e intentan ap licar estos conceptos al aná lisis de las sociedades china, del A frica tropical y a los pa íses del sureste asiático, Laos y Vi etnam.

El libro finaliza con la inclusión de diversos materiales que informan sobre el estado act ual que guarda la discusión de este de batido concepto del marx ismo en los países socia listas. La lectura d e estos ensayos nos permite apreciar que la polémica en tre los historiadores y etnólogos de estas áreas se inscribe alrededor de las cuestiones que inquie tan a los de otros países, y que el esquematismo rígido con el que una vez se juzgó este problema, que llegó a l extremo de negar la ex istencia de esta formación, se ha supe rado definitivamente. En fin, con su reccr pilación , Roger Bartra nos ofrece una mu estra de cómo es pos ibl e enriquecer e l estudio de las causas del estancamiento y del atraso recurr iendo a l manejo d e categorías que permitan a lcanzar una verdadera comprensión d el desarrollo soc ia l. - RAUL GONZALEZ SORIANO .

LATINOAMERICA: ECONOMIA E INTEGRACION EN 1968

Aspectos financieros de las economías latinoameri· canas, 1968, CENTRO DE ESTUDIOS MONETA· RIOS LAT INOAMER ICANOS, CEMLA, Méx ico, 1969, 244 pp.

A fi nes de 1969, el Centro de Estud ios Monetarios Latinoame· ricanos rea nudó la pub licaci ón de lo que durante nueve años

bibliosrafía

consecutivos - primero con el título de "Aspectos monetarios de las econom ías lat inoamer ican as" y luego con el de "Aspectos fin anc ieros de las econom ías latin oamericanas" - constituyó un o de sus fund amentales trabajos de investigación , suspe ndido en el trienio 1966-1968 únicame nte en su aspecto ed itorial, ya que la tarea investigadora sobre e l tema no se interrumpió y tuvo su ex presión en el Boletín Mensual del Centro.

Las diversas partes de l libro pub li cado rec ie nte me nte han sido elaboradas por los técnicos de la institución, señores Enri · que Angulo, Rubén H. Chanes, Roberto lbarra, Miguel S. Wion· czek y Luis Yáñ ez Pérez, con q ui enes co laboraron los señores Moltke Menosca l, de l Banco Central de l Ecuador, y Jua n Ra· món Yerman, de la Organización de los Estados Americanos, efectuando la coordinación de los trabajos y la unificación de las diversas partes d el estudio la Dirección d e l CEM LA, con la ay ud a del Sr. Ju an M. Brcich, también mi e mbro del personal técnico de l Centro y autor de l capítul o re lativo al panorama económ ico genera l.

El libro consta de s iete ca pítulos: e l primero prese nta la te nde ncia de la economía mundial, analizándose separadamente los tres grupos de países -el grupo de pa íses industriali zados de 1 ibre e mpresa, e l de los que siguen un régimen de economía centra lmente planificada y el de los comprendidos en áreas en desarrollo- pero resa ltando sus características comunes y se estab lece n comparaciones con la situación ex iste nte en América Lat ina, tratando de destacar las repercusion es q ue tienen en la región los cambios que se van registrando en las economías del resto de l mundo. E 1 segundo capítulo significa un esfuerzo para integrar en un todo, en lo que respecta a América Latina , los d iversos temas que abarca el libro, intentando además ofrecer un panorama sobre el comportamiento genera l de las economías latinoamericanas, e n especia l del ámb ito financi ero de las mis­mas. Los capítulos 111, IV y V a nalizan las te ndencias de la pro­ducción y los problemas espec íficos d e los productos básicos; e l comercio exterior de los países de la región, tanto en ge nera l como e n lo q ue concierne al desarrollo d e los orga ni smos de integración, seña la ndo las alteraciones experimentadas e n la marcha de aqué l y la evolución de los mecanismos integracionis· tas. Se estudia por último, e l co mportamiento de las re~pectivas balanzas ·de pagos, en sus diversos re nglones. En e l capítulo VI se exam ina n las cuestiones monetarias y la po líti ca financ ie ra, dándose la adecuada atención a los temas de din ero y precios, política cambiaría, canalización de recursos y uso de los instru· mentas reguladores de la moneda. E l capítulo VII está dedicado a los probl emas de integración reg ional , tanto en sus facetas económicas como financi eras. Ex pone las visc isitudes por las que ha atravesado la política integrac ionista y seña la las dificultades encontrad as por los diversos mecanismos regio na les para su nor· mal desarrollo.

Al hablar de la tendencia de la economía mundial, el estu­dio se ñala que 1968 fue un año particularmente favorable que se caracterizó por un movimiento de recuperación respecto a la situación de estancamiento ex istente en los dos años preceden­tes. En 1968 la econom ía log ró las tasas de crecimiento más elevadas del último quinquenio y probable mente las más altas de todo el período posbé lico. Basándose en da tos que cubren al rededor del 90% de la producción mundial de bienes y serví · cios, se estima en 6% el crecimiento del PNB mundial a precios constantes. Las econom ías de los países avanzados no socialistas crecieron en más de l 5%, las de los países socialistas en alrede­dor del 8%, y las economías d e los países en d esarrollo lo hicie­ron a tasas cercanas al 6%. La p roducción manufacture ra mun­d ial, cuya tasa de ex pansión disminuyó a bruptamente en 1967 (del 7% el año anterior pasó al 4.5%), el año de 1968 creció en más de 8%. La producción agr íco la siguió experimentando las

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comercio exterior

t asas de ex pansión regis tradas después de la crisis de producción que cara cte rizó a l año de 1965. El crecimiento logrado en 1968 se estima en un mín imo del 4%, lo que fue posible gracias a mejoras tecnológicas y a las buenas condiciones climáticas, ex­ceptuándose de esto último ciertas zonas de América del Sur y de Afr ica occidental.

Tal crecimiento reflejó las condic iones de fuerte avance interno en todas las regiones geográficas, incluyendo el mundo en desarrollo. Sin embargo, influyó principalmente el auge de la inversión y del consumo en los principales centros de la econo­mía mundial, a saber, Estados Unidos, la Comunidad Económi­ca Europea, los pa íses avanzados de la Comunidad Británica y Japón. Fueron Japón y A lemania occidenta l los pa íses que registraron las tasas más altas de crecimiento en el producto (12% y casi 7% respectivamente ). La economía norteamericana y el conjunto de las economías del Mercado Común Europeo tuvieron tasas de ex pansión del 5%. Los países socia listas se aproximaron a una tasa del 8% (frente al 7% en 1967). América Latina registró una de la s más elevadas de l decenio y las tasas de Africa y Asia sigu iero n tendencias semejantes, a pesar de los conflictos bélicos que tienen como campo de operaciones al A frica Ecuatorial (Nigeria), al Oriente Medio y al Asia sud­ori enta\.

Al comparnr el cuadro general del comportamiento de las economías de Asia y de Africa, durante 1968, con el de las de América Latina, se ll ega a la conclusión de que las tasas de cre­cimiento de los dos primeros continentes quedaron algo por debajo de las registradas en América Latina . Sin embargo, to­mando en cu enta la intensidad de la exp losión demográfica en América Latina, quizás las tasas de crecimiento per capita sean comparab les en las tres grandes regiones en desarrollo, situán­dose entre 2 y 2.5 por ciento. Si se tiene presente que esas tasas de crecimiento se acercaron a un promedio de 4% en las econo­mías avan zadas de libre empresa, y de 6% en los países socia lis­tas, puede asegurarse qu e 1968, no obstante haber sido uno de los mejores años para la eco nomía mundia l en el decenio actual, presenció una vez más el acrecentamiento de la distancia entre las áreas desarrolladas y las subdesarro ll adas .

Refiri éndose a la situación financiera mundial, el estudio destaca qu e durante 1968 siguieron agudi zándose a ritmo acele­rado las pert urbaciones en e l funcionamiento del sistema mone­tari o internacional y se ll egó a la puesta en práctica de un sistema para la creación de nuevas unidades de reserva-crédito, los derechos especiales de giro sobre el FMI, para fortalecer la li quidez internacional. Agrega que en 1968, al mismo tiempo que se endurecían las condic iones de los créditos internaciona les para desarrollo, las poi íticas bi latera les de ayuda se caracteriza­ban por la concesión de préstamos atados y de créditos de pro­veedores. De esta manera, no se puede afirmar que la expansión económica mundial de 1968 se tradujera en una mayor disponi­bilidad de recursos financieros para e l conj unto de las regiones en desarrollo ni en una liberalización de las condiciones en que éstas obt ienen dichos recursos.

En la mayoría de los países de la reg1on, inclu ídos los de mayor tamaño económico , la tasa anual de crecimiento sobre­pasó el 4% en 1968, llegando en ocasiones al 7-8%. Constituye­ron excepciones, por ser sus tasas inferiores al 3%, Chile, Haití, Perú, República Dominicana y Uruguay . El crecimiento logrado incrementó el ingreso por habitante, habiendo só lo un número reducido de casos en los que la tasa del crecimiento demográ­fico fue igual o sobrepasó la del producto bruto. La población total de aquellos países cuyo ingreso per capita no mejoró respecto a 1967 se calcula en 32 millones, o sea un 13% de la población total de América Latina.

161 Durante 1968, las exportaciones de América Latina aumen­

t aro n 4. 5'Yc, respecto a 1967, lo que constituye una tasa media­namen te sat isfa ctor ia (en 1964 fue de 8.7% y en 1966 de 5.4%). S in embargo, el panorama cambia mucho si se excluyen Argentina y Venezuela, países cuyas exportaciones experimenta­ron en 1968 descenso y estancamiento respectivamente. Para los países restantes, considerados en conjunto, la tasa anual fue aproximadamente de 8.5%, apreciándose que en algunos de ellos, como Brasil, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Perú y Uruguay, aumentaron en más de 11 % sus valores de exportación respecto al nivel de 1967. En cuanto a las importaciones de la región tuvieron un ritmo de crecimiento acelerado ( 10.6%). Sólo El Salvador, Nicaragua, Perú y Uruguay importaron menos que en 1967. Todo e ll o determinó que la balanza comercial de América Latina continuara deteriorándose, desapareciendo el superávit mostrado en años anteriores: en 1967 e l saldo se ha­bía reducido a 620 millones de dólares, es decir, a menos de la mitad del registrado en 1966 (1 370 millones de dólares). Por otra parte, los pagos netos a l exterior por intereses de la deuda pública y por util idades de las empresas de propiedad de no residentes, renglón que ejerció un considerable efecto negativo sobre los resultados de balanza de pagos, significó en 1966, para la región en su conjunto, la suma de 1 152 millones de dólares, en 1967 la de 2 170 millones de dólares, elevándose en 1968 a ·2 230 millones de dólares.

La parte del 1 ibro consagrada a la integración regional es una minuciosa relación de los acontecimientos sobrevenidos últi­mamente y de los empeños, no siempre logrados, en pro del establecimiento de mecanismos capaces de contribuir con eficien­cia al progreso económico de la región, con el objetivo de llegar a un mercado común en un plazo de quince años a partir de 1970. Sin embargo, en 1968 el alcance inmediato del programa de acción se vio severamente limitado al no ponerse de acuerdo los organ ismos supremos de la ALALC para convertir en resoluciones varias de las normas fijadas para ello. Por su parte, los países del Mercado Común Centroamericano afrontaron problemas de balanza de pagos y desacuerdos que dificultaron una acelera­ción como la prevista en el programa de Punta del Este que incluía la unión monetaria y una po i ítica industrial conjunta y coordinada.

Se alude en este capítulo a las reuniones celebradas por los representantes de los Gobiernos en e l seno de la A LA LC para ll egar a un acuerdo que permitiera completar la segunda frac­ción de la Lista Común; a los acuerdos de complementación concertados para promover la coordinación industrial y acelerar la liberación del comercio dentro de la zona, subrayándose que al finalizar 1968 se habían firmado 7 acuerdos de complementa­ción industrial. Pone de manifiesto la importancia del enfoque subregional dado a la A LA LC en el curso de 1968, elemento de gran dinamismo en e l proceso de integración regional y también hace constar la trascendencia de los trabajos que realizó la Co­misión ALALC-MCCA conducentes a obtener una mayor coor · dinación de iniciativas y de esfuerzos, tarea que se refleja as i­mismo en la empresa de la integración financiera, aunque en la coordinación de poi íticas monetarias y cambiarias no se hayan logrado por ahora los adelantos deseados. Analiza, por último, el Sistema de Compensación Multilateral y de Créditos Recípro ­cos de la ALALC y el de la Cámara de Compensación Centro­americana.

Se trata, por tanto, de un amplio cuadro, debidamente interpretado, de las actividades económicas financieras y comer­ciales desarrolladas en la región en 1968 con referencia también a acontecimientos acaecidos en e l trienio precedente.- ALFON­SO AYENSA

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162

ESTUDIOS HISPANO-GUINEANOS

Etudes Hispano-Guineennes , RENE PELISSIE R, París, 1969.

Esta breve monografía cubre, en parte, una laguna en la litera­tura sobre el Africa contemporánea. Constituye el primer traba­jo serio que se haya escrito en cualquier lengua (exceptuando el castellano) acerca de la isla de Fernando Po y el exterritorio español de Río Muni, que lograron la autonomía en octubre de 1968, convirtiéndose en la Guinea Ecuatorial. Su íl utor es un ágil periodista e intelectual francés, cuya clara y consistente prosa representa el primer relato histórico inteligente de la evo­lución política de este notable país.

Pelissier demuestra especial habilidad en la ardua tarea de desenredar la complicada maraña de la génesis del nacionalismo guineano, su evolución y el cuadro complejísimo de muchos partidos poi íticos. Su trabajo se anota indiscutibles aciertos cuando emprende la determinación de los móviles a que obede­ció la matizada pléyade de 1 íderes "nacionalistas" que colaboró amplia e incondicionalmente con las autoridades coloniales espa· ñolas; igual agudeza exhibe en la descripción minuciosa de las relaciones entre los individuos y los acontecimientos. Por ello, este estudio es una inapreciable fuente de documentada infor­mación y, acaso, el único relato objetivo de que puede disponerse.

Por desgracia, el estudio adolece de algunas importantes debilidades que empañan lo vigoroso del conjunto. La narración histórica se acorta demasiado y esto impide tener una clara im­presión en torno a las reacciones africanas frente al colonialismo español. Se alude a que España prohibía expresamente la mez­cla racial, especial mente entre blancos y negros, en contraste con el colonialismo español en América; sin embargo, no se aportan razones suficientes para destacar las diferencias. En for­ma semejante, el estudio atribuye a la iglesia católica española la protección de ciertos grupos étnicos, actitud parecida a la que el clero de la metrópoli asumió respecto a los indios guara­níes del Paraguay. La analogía histórica carece de base toda vez que aquí ellos fueron defendidos del colonialismo español y portugués por los jesuitas, a quienes ha combatido la iglesia ibérica.

Se puede considerar insuficiente el tratamiento dado a la estructura social de los exterritorios, particularmente el status de los trabajadores migratorios procedentes de Nigeria, que for­man la mayoría de la población de Fernando Po. Asimismo, se nota la ausencia de un examen lúcido de las relaciones económi­cas que España mantuvo con su colonia y no queda claro en qué medida sus finanzas fueron, y todavla están, subsidiadas, cómo se canalizaba su comercio con la metrópoli a cambio de preferencias para el cacao y otros productos locales en el merca­do español, y hacia dónde se inclina el saldo de la balanza de sus relaciones económicas.

Finalmente, el estudio termina (lo que parece sintomático) con el acceso a la independP.ncia en 1968 y no proporciona información alguna acerca del fallido golpe de Estado que, casi inmediatamente, tuvo lugar.

Empero, pese a las fallas expresadas, se podría catalogar al trabajo de Pelissier como un estudio pionero y único. Se espera que su autor pueda elaborar en el futuro la obra definitiva y exhaustiva sobre la Guinea Ecuatorial, que permita a los estudio­sos conocer cabalmente el proceso evolutivo de este nuevo Estado recién surgido a la vida independiente. - AARON SEGAL.

bibliografía

LA REVISTA DEL CIPE PARA LOS EXPOHTADORES LATINOAM ERICANOS

Nuevos Mercados, Centro Interamericano de Promo­ción de Ex portaciones, núm. 1, enero de 1970, 50 pp.

El Centro Interamericano de Promoción de Exportaciones (CIPE), entidad dependiente de la Organización de los Estados Americanos y que funciona dentro del marco del CI ES, acaba de editar el primer número de esta revista mensual "para llenar el vacío de falta de intercambios de noticias entre los exporta­dores de la región y los importadores del exterior sobre las posi­bilidades o limitaciones de los mercados" . A tal efecto promete "informaciones básicas, reportajes, comentarios , estadlsticas y gráficos sobre los factores que en la actualidad afectan la co­mercialización de nuestros productos y amplias reseñas sobre los mercados extranjeros de consumo, nuevas técnicas de exporta ­ción, ferias y exposiciones". Este primer número incluye una información especial sobre Colombia (en subsiguientes entregas se informará sobre cada uno de los países latinoamericanos); un reportaje acerca del mercado del Caribe, así como una descrip­ción de lo que es la Subregión Andina y otros artículos de este tenor; sin embargo, parecen más útiles algunas recomendaciones e informaciones concretas para el exportador, como son las re­ferida s al seguro marítimo, riesgos de l transporte y embalajes, comités de usuarios del transporte marítimo, y ferias y exposi ­ciones internacionales .

Escrita con un cierto sabor característico del estilo colom­biano de escribir el español, parece seguro que Nuevos Mercados irá paulatinamente afinando la calidad de su material, no dando cabida a reportajes meramente descriptivos, exposiciones simples de lo que sería conveniente en materia de exportación o de las excelencias de tal o cual mercado, sin la profundidad que los temas tratados merecen.

Asimismo, la "filosofía" de la revista habrá de orientarse por el camino de tratar la problemáti.ca de las exportaciones la­tinoamericanas con el realismo necesario,. haciendo a un lado aquel intento de considerar que su esencia reside en la falta de buenos deseos, dinámica en el empresario o publicidad, y no más bien en los intereses económicos de los compradores y en las con­diciones en que producen los vendedores.- JUAN JOSE HUERTA.

NOTICIA

Lateinamerika und das aus!iindische Kapital, MI­GUEL S. WIONCZEK, Schriftenreihe des lnstitut für lberoamerika - Kunde (15), Ubersee-Verlag, Hamburgo, 1968, 80 pp.

Este pequeño volumen, publicado por el Instituto de Investiga ­ciones sobre América Latina de Hamburgo, Alemania federal, contiene tres ensayos acerca de las relaciones presentes y futu­ras entre Jas sociedades latinoamericanas y el capital privado extranjero. El primero presenta un esbozo general de las friccio­nes que surgen entre los objetivos del nacionalismo económico que se extiende por toda la región y los objetivos económicos de las grandes corporaciones extranjeras. El segundo se ocupa del creciente papel de la inversión privada norteamericana en Mesoamérica y de las posibles consecuencias de la entrada en masa de esta inversión a los sectores manufactureros del área. El tercero, basado en el conocido libro del autor, E I nacionalismo me­xicano y la inversión extranjera, trata del caso de México. El apén­dice del libro contiene cuadros estadísticos y una amplia biblio­grafía sobre el tema d e la inversión extranjera en América Latina.

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mercados y productos

T A B A C O DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS ECONOMICOS

GENERALIDADES

El tabaco (nicotiana tabacum) es una planta de la familia de las solanáceas, originaria del norte del Continente Americano. Al adaptarse fácilmente a diversos climas, su cultivo se ha propa­gado a otras regiones del mundo, desde países cercanos al Ecuador, hasta los 40 y 45 grados de latitud, sobre todo si dis­pone estacionalmente de temperatura cálida, humedad elevada y días nublados . Esta distribución permite que en el hemisferio norte el grueso de las cosechas tenga lugar de julio a octubre y en el hemisferio sur de enero a mayo.

Se considera al tabaco como un cultivo intensivo porque requiere fuertes inversiones y abundante mano de obra por unidad de superficie, principalmente durante la época en que se cosecha la hoja, la que una vez curada puede almacenarse du­rante cinco años o más, sin sufrir alteraciones en su calidad .

El curado de la hoja del tabaco es la deshidratación lenta que puede ser a través de medios naturales, al aire, o artificial­mente mediante el calor, denominado atmósfera artificial. La hoja se torna de un color amarillento, café o negro; además se producen fermentaciones en sus tejidos y ciertas transforma­ciones químicas de las que se derivan sus cualidades.

De conformidad con la coloración de la hoja, contenido de alcaloides, nicotina y formas del secado, el tabaco en rama se clasifica en las siguientes categorías más importantes : a) los claros o rubios, suaves, como el virginia curado en atmósfera artificial, el burley y otros curados al aire como el maryland, o curados al fuego; b) el tabaco oriental y aromático de Turquía Y Grecia, o semioriental europeo; c) los tabacos oscuros o fuer­tes que se cultivan en zonas tropicales y que también se les reconoce como curados al aire. Estas variedades comerciales se presentan aisladas o mezcladas y se usan para cigarrillos, puros, pipa, mascar y rapé.

SITUACION NACIONAL

a] Producción y consumo

La producción mexicana de tabaco en rama presenta cambios anuales debido a que es un cultivo principalmente de temporal , afectado por condiciones climatológicas que inciden fuerte­mente en los rendimientos medios. En el período 1965-69 regis­tró su mínimo en 1968 con 51 047 ton, y el máximo con cerca de 70 mil para 1969, si bien esta última cifra es todavía una primera estimación de la Dirección de Economía Agrícola. El promedio de producción para los años 1965-68 fue de 56 202

ton. El área utilizada varió de 32 042 h en 1967 a 39 733 h en 1969, en tanto que los rendimientos fueron de 1 372 kg por h en 1968· y de 1 845 kg, el año precedente.

CUADRO 1

M•xico: superficie, rendimiento y producción de tabaco en rama

Concepto

Superficie (h) Rendimiento (kg/h) Producción (ton)

1965

32 201 1 806

58 173

• Preliminar, sujeto a revisión.

1966

39 660 1 425

fi6 521

1967'

32 042 1 845

59 130

Fuente: Dirección General de Economía Agrlcola, SAG.

1968 .

37 210 1 372

51 047

En el estado de Nayarit se cosechó en promedio el 68.1 % del total de tabaco producido en e l país durante 1965-68, se trata de tabaco rubio de las clases virgiflia y burley, que tam­bién se obtienen en Jalisco. En Veracruz se produce tabaco oscuro; este Estado ha venido aportando cantidades fluctuantes, en 1965 poco más del 25%, habiéndose recuperado hasta 1968 cuando obtuvo una quinta parte del total. Otras entidades pro· ductoras de tabaco oscuro son Chiapas y Oaxaca, en esta última desde 1968 se comenzó a producir tabaco del tipo oriental. La mayor parte de las hojas que se cosechan en México son cura· das al aire.

CUADRO 2

México: producción de tabaco en rama por entidades (toneladas)

Estados

Total

Chiapas Jalisco Nayarit Oaxaca Veracru z Otros

1 Preliminar

1965

58 173

2 871 460

32 973 4 720

16 253 896

1966

56 521

1 787 1 325

44 931 5 079 2 496

903

19671

59 130

1 053 1 813

45 400 4 159 5 780

925

Fuente : Dirección General de Economía Agrícola, SAG.

19681

51 047

2 100 1 797

30 200 6 000 9 800 1 150

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164 La superficie y producción de tabaco que se cultiva en los

distritos de riego, controlados por la Secretaría de Recursos Hidráulicos, es pequeña en relación al total y se localiza en el estado de Nayarit. t: n 1966 se registraron las cantidades mayo­res con 2 644 h y 4 945 ton, resultando menores en los otros años.

El consumo aparente de tabaco en rama se ha venido redu­ciendo en el país y presenta las variaciones de la producción, ya que las importaciones se han contraído considerablemente, con tendencia a desaparecer, debido a la apropiada diversificación de la producción nacional para cubrir las deficiencias del tabaco que se adquiere en el exterior.

CUADRO 3

México: consumo aparente de tabaco en rama (toneladas) ·

A;ios Producción Importación

1965 58 173 3 599 1966 56 521 2 113 1967 59 130 602 1968 51 047 941 Ene-oct. 1969 n.d. 81

n.d. No disponible.

Consumo Exportación aparente

5 n9 56 643 10 167 48 467 7 076 52 656 4 478 47 510

7 205 n.d.

Fuente: Dirección General de Economía Agrícola, SAG, anuarios y tabu­lares del comercio exterior de México.

b] Precios

Los precios a los que vende el agricu ltor mexicano son fijados a través del Comité Nacional del Tabaco. Esta organización está formada por los sectores público y privado que tienen relación directa con la producción y comercialización del tabaco y su manufactura. Además, sirve como un organismo de consulta y coordinación en la celebración de los contratos de compraventa.

Los precios acordados para las cosechas 1967-70 son como sigue: el virginia secado al aire es equivalente a 22 centavos de

CUADRO 4

México: exportación de tabaco oscuro en rama (toneladas y miles de dólares)

1965 19 66

mercados y productos

dólar la libra; el burley a 30.3 centavos; los tabacos negros tienen un promedio de 25.6 centavos, y el oriental, denominado turco, con promedio de 38.5 centavos de dólar la libra.

c] Régimen arancelario a la exportación

Las exportaciones de tabaco en rama no requieren permiso de la Secretaría de Industria y Comercio, ni pagan impuestos. Se registran a través de tres fracciones arancelarias: tabaco rubio en rama ( 120.00.01). tabaco oscuro en rama ( 120.00.02) y tabaco oscuro capa ( 120.00.03).

d] Exportaciones

Las ventas de tabaco rubio en rama son las más importantes. En 1965 fueron por 2.3 mil Iones de dólares, al año siguiente más que se duplicaron, para reducirse en 1968 hasta 3.4 millones de dólares; de enero a octubre de 1969 presentan una notable recuperación al tener un máximo de 5.8 millones de dólares; en estos meses el volumen fue de 5 452 ton, apreciándose una mejoría en los valores unitarios. Entre 1965 y 1969 se aprecia una concentración por el destino de los envíos, acentuándose más las ventas a unos pocos países, donde destaca la Repú­blica Federal de Alemania que en los meses de enero a octubre de 1969 ad qui rió el 69.3%, en tanto que en 1965 fue el 25.6%. Estados Unidos le sigue en importancia y tiende a reducir su participación relativa, que en esos meses de 1969 fue del 18%. Bélgica, Finlandia y Noruega sobresalen por la constancia de sus compras, lo que no sucede con Suiza, España, Suecia y Checos­lovaquia.

Las exportaciones de tabaco oscuro en rama también siguen una tendencia al crecimiento, aunque irregular; los ingresos mayores se obtuvieron de enero a octubre de 1969 con 1.6 millones de dólares. El principal cliente ha sido Estados Unidos que recibió en promedio el 72.3% durante el lapso 1965-69. Entre otros compradores se hallan España, Bélgica, República Federal de Alemania, Islas Bahamas y Uruguay.

Los embarques al exterior del tabaco oscuro capa tienen poca importancia, su valor máximo de los últimos años se obtuvo de· enero a octubre de 1969 con 66.4 miles de dólares, dirigidos a Estados Unidos.

Enero-octubre 1967 1968 1969 '

Destino Cantidad Valor Cantidad Valor Cantidad Valor Cantidad Valor Cantidad Valor

Total 1356 946 2024 1368 1573 897 1242 1 195 1 753 1643

Estados Unidos 1 026 725 1 613 1 140 844 506 755 919 1 350 1 117 España 342 148 150 84 265 384 Bélgica 42 16 43 16 51 43 5 3 100 97 Suiza 1 14 República Federal de Alemania 2 1 25 13 13 6 9 12 1 slas Bahamas 123 103 218 107 215 112 175 84 7 6 Uruguay 124 88 100 77 83 73 5 5 Paises Bajos 36 12 14 6 3 3 Jamaica 8 4 4 3 34 25 1 2 Otros 3 3 5 21 6 123 80 12 3

Fuente: Anuarios y tabulares de comercio exterior de México, SIC.

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.,.

comercio exterior 165 CUADRO 5

México: exportación de tabaco rubio en rama (toneladas y miles de dólares)

E ne ro -octubre 1965 1966 1967 1968 1969

Destino Cantidad Valor Cantidad Valor Cantidad Valor Cantidad Valor Cantidad Valor

Total 3 733 2 311 8 143 4 860 5 503 4622 3236 3394 5452 5822

República Federal de Alemania 879 592 6 06 1 3 435 2 410 2 028 1 775 1 897 3 925 4 034 Estados Unidos 736 593 967 Suiza (16) (7) ( 11) Belgica 136 88 380 Finlandia 116 76 6 Uruguay (2) (12) 206 Noruega 55 43 17 España 67 46 133 Francia 952 343 (33) Suecia 230 181 Checoslovaquia 206 176 Otros 356 173 373

( ) Kilogramos y dólares -Fuente : Anuarios y tabulares de comercio exterior de Méx ico, SIC.

SITUACION INTERNACIONAL *

a] Producción y existencias

La superficie destinada al cultivo del tabaco en el mundo y su producción ascendieron durante 1966 y 1967. En 1968 el área utilizada fue de 4.15 millones de h, inferior en 80 mil ha la del año anterior, con lo cual la producción que fue de 4.72 millo­nes de ton se contrajo en 4.2%, en tanto que los rendimientos respectivos fueron de 1 138 kg por h, también ligeramente me­nores a los del año anterior.

Estas variaciones de 1968 estuvieron determinadas principal­mente por la contracción de la cosecha estadounidense y en menor grado por la baja en la producción del tabaco obtenido en Turquía y Grecia, para no elevar el nivel de existencias acumuladas y contribuir al ajuste entre oferta y demanda mun­diales a fin de fortalecer los precios. Para 1969 las estimaciones

• Para un análisis detallado y completo véase el libro Principales mercados del tabaco sin elaborar, UNCTAD-GATT, Ginebra, 1968.

CUADRO 6

Superficie y producción mundial de tabaco en rama

Miles de hectáreas

Paises 1965 1966 1967

Total mundial 3730 4 117 4228

Malawi 73 59 48 Rodesia Sureste 87 84 67 Suráfri ca 34 28 36 Otros 116 149 128

Argentina 48 48 59 Brasil 274 265 261 Canadá 40 53 57 Co lombia 47 48 '45 Cu ba 60 60 Estados Unidos 395 394 388 México 62 52 52 Otros 139 68 70

701 1 958 1 779 533 51 9 927 1 042 (10) 175 262 221 226 177 65 64 201 222

4 102 62 201 228 54 80 168 210 147 119 96 46 50

12 173 132 40 47 29 40 92 25 8 4 34

(34) (9) (4) (0) 2 253 356

216 137 91 57 227 183 152 159 130 91 56

preliminares indican una recuperación en la producción mun­dial.

Estados Unidos es el principal productor mundial, habiendo contraído su participación relativa en el total, del 19.6% en 1965 al 16.5% en 1968, en este último año .cosechó 777 mil ton . Sus existencias internas de tabaco, que en 1965 fueron de 1.16 millones de toneladas, se niantuvieron ligeramente por arriba del millón durante 1967 y 1968. El tabaco en rama, curado en atmósfera artificial, representa el 60% de su prodac­ción, que no está capacitada para obtener tabaco tipo oriental ni algunas variedades de hojas para puros. Como sucede con otros cultivos, el Gobierno norteamericano mantiene un progra­ma para influir en el uso de las tierras dedicada al tabaco y en los niveles de producción; los precios de apoyo para otorgar préstamos a sus agricultores, en marzo de 1969 subieron 3.6% en relación al año precedente, el curado en atmósfera artificial, (clase 11-1.4) pasó de 61 .6 centavos de dólar la libra a 63.8 cen­tavos y el burley (clase 31) de 63.5 a 65.8 centavos de dólar la libra.

A Estados Unidos le sigue como productor China Continen· tal con volúmenes similares. India recogió una producción de

Miles de toneladas

19681 1965 1966 1967 19681

4 148 4 300.0 4 657.0 4927.0 4 720.0

37 22.8 19.1 16.2 15.0 47 125.8 11 3. 1 93.7 62.4 41 22.3 28.6 27 .8 33.8

138 79.1 81 .2 84.3 94.8

60 52.5 44.7 63.0 59.4 248.2 228.3 242 .8

54 76.6 52.7 57.0 99 .0 64.8 48.1 42 .5 41.5 43.4 5 1.2 51 .2

358 841 .9 855 .2 892.6 777 .0 68.6 68.9 69.3 62 .0

86 94.7 126.2 119.6 122.1

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166 mercados y productos

Miles de hectáreas Miles de toneladas

Pa/ses 1965 1966 1967 19681 1965 1966 1967 19681

Birman ia 51 47 85 57 43.7 33.2 41.3 42.2 Filipinas 76 86 83 51 45 .7 58.1 51.2 62.2 India 423 372 424 398 369.7 297.7 353.4 344.0 1 ndonesia 148 183 197 226 120.0 88.0 95.0 110.0 Japón 86 87 86 83 193.0 197.5 209.0 193.0 Paqu istán 91 102 117 116 109.8 137.3 177.8 169.0 Repúbl ica de Corea 34 36 37 40 56 .1 71.9 66.0 69 .7 Tai landia 45 83 83 50.0 88.0 90.0 90.0 Turqu (a 222 285 295 301 124.0 164.2 181.6 161.0 Otros 169 169 173 258 153.0 146.1 154.7 160.9

China Conti nenta l 680 700 820.0 850 .0

Bu lgaria 121 117 103 114 123.0 132.2 118.1 114.0 Grecia 127 126 125 111 122.2 104.0 102.0 87.6 Hungrfa 22 22 20 21 18.4 19.6 23.9 25.9 1 talia 55 54 54 52 73.5 73.1 86 .9 72.2 Polonia 41 39 42 42 52.0 48.0 78.0 81.0 Rumania 38 38 39 34.5 40.2 34.6 Unión Soviética 160 161 176 166 227.0 235.0 260.0 245 .0 Yugoslav ia 61 63 59 57 48.9 54.1 54 .3 43.8 Otros 85 75 78 116 122.5 113.8 123.2 156.5

Austra lia 11 10 9 9 13.0 13.8 14.0 11.7 Otros 2 2 2 3 5.0 3.2 2.0 3.3

1 Prel iminar Fuente: Bolet/n Mensual de Econom(a v Estad(stica Agdcola de la FAO, ju l io-agosto de 1967 y ju lio-agosto de 1969.

344 mil ton., en 1968, sobre todo de tabaco curado en atmós­fera artificial, siendo regu larmente afectado ese cu ltivo por con­diciones climato lógicas .

Turquía y Grecia destacan como productores de tabaco oriental en rama, ya que con juntamente aportan una tercera parte al tota l de ese t ipo de tabaco; sus menores cultivos en 1968 se deben a los excedentes que tiene. En 1965 Grecia po­seía existencias por 29 mil ton., y en 1968 fueron 68 mil ton. Otros pr incipa les productores de esa clase de tabaco son Bulga­ria, Yugoslavia y Un ión Soviética.

Entre los productores mund ial1:;s se distingue Brasi l que ob­tiene var iedades del tabaco negro curado a l so l y negro curado al aire; en los últimos años ha elevado la que obtiene en atmós­fera art if icia l. También destacaron como grandes productorP.s Japón y Paqu istán.

b) Exportaciones

Desde que las Naciones Unidas impusieron sanciones a Rodesia en noviembre de 1965, entonces segundo exportador mundial con cantidades ligeramente superiores a 100 mil ton., otros vendedores se encontraron en mejor posición para elevar sus exportaciones. Aunque no se conoce con exactitud, se sabe que los embarques de Rodesia han bajado a unas 50 mi l ton., ha­biéndose reducido su producc ión y elevado sus existencias de tabaco.

El embargo sobre el tabaco de Rodesia y el programa que mantiene e l Gob ierno de Estados Unidos de apoyo a la produc­ción y de primas a la exportación (5 centavos de dólar por libra para la mayoría de los tabacos) más el uso de la Ley Federa l 480, a través de la cual coloca sus excedentes en condiciones no comercia les, han coadyuvado para que sus exportaciones se hayan elevado de manera sostenida al pasar de 214 mi les de ton en 1965 a 274.1 mi les de ton en 1968.

CUADRO 7

Exportadores de tabaco en rama (miles de toneladas)

P a! s 1965 1966 1967 19681

A frica Camerún 1.1 1.2 1.8 1.7 Madagascar 3.9 4.8 2.2 2.5 Sur áfrica 7.6 7.5 9.0 10.0 Zambia· 9.8 7.3 4.4

América Argentina 11.0 8.4 10.5 13.8 Brasil 55.3 46 .6 45.3 38.6 Canadá 18.8 17.2 19 .5 21.5 Colombia 10.9 13.1 11.9 n .d. Estados Un idos 214.0 251.6 260.6 274.1 Paraguay 14.8 8 .0 11.6 15.0

Asia Filipinas 24.6 23.0 27 .4 53.4 India 62.0 35.6 55 .7 52.1 Japón 7.3 8.9 5.9 6.7 Turquía 69.0 85.2 91.8 8 1.2

Europa Bulgaria 82.0 73 .7 77.6 69.0 Grecia 72.9 73.7 87.7 70.2 Ital ia 3.9 6 .6 6.7 7.0 Países Bajos 5.3 5.3 5.0 6.4 Yugos lavia 23.2 20.9 19.2 15.7

1 Prel im inar Fuente: Boletin Mensual de Econom(a y Estad/stica Agdcola de la FAO,

junio de 1968, marzo de 1969 y septiembre de 1969.

Turquía, Grecia y Bulgaria siguen en importancia como vendedores de tabaco en rama y de la calidad aromática orienta l son los principales abastecedores. Los dos primeros como países

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comercio exterior

asociados a la Comunidad Económica Europea se han favore ­cido de un trato preferencial, sus ventas están exentas del pago de derechos de importación y las de Turquía se someten a cuota. Ind ia ocupa el segundo lugar, después de Estados Unidos, como proveedor de tabaco curado en atmósfera artificia l, su posición competitiva es fuerte al ofrecerlo por término medio a la mitad del precio del tabaco norteamericano.

Las exportaciones de Brasil están sometidas a variaciones por razones climatológicas y se han estado reduciendo debido a la demanda que tienen sus variedades de tabaco negro, hojas para puros tipo bahía.

c] Importaciones y consumo

Alrededor de las tres cuartas partes del tota l de importaciones mundiales de tabaco en rama las efectúa Europa, en 1968 fue· ron 564.2 miles de toneladas. El Reino Unido y la República Federal de Alemania de disputan el lugar de honor, en ese año e l primero adquirió 149 mi les de ton y el segundo 138.9 mil es de ton, ambos presentan fluctuaciones en su nivel de adquisi· ciones. Para el periodo 1965-68 Países Bajos y Suiza tuvieron estancamiento en sus compras, hubo reducciones en Italia , por su mayor producc ión interna, en tanto que España presenta una tendencia alci sta.

CUA DRO 8

Importadores de tabaco en rama (miles de toneladas)

P a is

A frica Marruecos Nigeria República Arabe Unida Suráfrica Túnez

América Estados Un idos Uruguay

Asi a Hong Kong Japón República de Vietnam T ai landia

Europa Austria Bélgica· Lu xembu rgo Checoslovaquia Dinamarca España Francia Italia Países Bajos Polonia Reino Unido Repúbl ica Federal de A lemania Suecia Suiza

1 Prel iminar.

1965

3.8 1.4

14.6 2.6 1.1

82.8 2.3

8.2 25.0

4 .8 5.7

12.2 33.3 16.7 15.7 42.4 49 .3 10.2 47 .8 16.5

129.9 136.4

7.5 20.6

167

1966 1967 19681

4.3 4.6 4.1 1.6 0.9 0.4

14.8 13.7 13.5 11.5 9 .3 3.9 2.3 1.8 3.2

81.3 89.4 99 .7 4.9 3.9 2.5

7.0 7.0 4.6 32 .1 29.6 27.3

3.9 5.2 7.5 8.8 9.3 11.6

12.6 11 .7 14.0 29.8 37.3 30.2 13.1 17 .9 22.2 14.7 17.4 18.5 37.4 47.4 47 .6 53.1 55.2 22.7

6 .8 10.3 6.1 44.6 46.8 46.2 13.8 10.7 5.5

118.9 127.2 149.0 149.4 151.4 138.9

12.1 11 .1 10.4 17.5 19.8 21.4

Por su origen , las compras que rea li za Gran Bretaña se con· centran en Estados Unidos, que en 1968 abastec ió el 50%; le siguen India, Canadá y Malawi, que conjuntamente le abastecen una tercera parte. República Federal de Alemania tiene más deversificadas sus fuentes, Estados Unidos aportó el 28.6% y Grecia el 17 .8%, distinguiéndose con cantidades menores Tur· quía, Brasil e Italia.

Fuente: Bolet(n Mensual de Economfa y Estadistica Agrfcola de la FAO, junio de 1968 y septiembre de 1969.

CUADRO 9

Origen de algunas importaciones de tabaco en rama, 1968 (toneladas)

Abasteced ores

Total

Brasil Canadá Colombia Cuba Estados Unidos Filipinas Grecia Honduras India 1 ndonesia Italia Líbano Malawi Países Bajos República de Corea República Dominicana Turquía Yugoslavia Zambia Otros

Canadá

1 714

191 1 318

34

73

98

Estados Unidos

113 1441

2 231

2 033 137

8 704 17 937

527

590 26

1 592

1 852 253

3 407 56 942

6 358

10 555

Francia

22 709

1 785

111 949

65 3 257

99 193

35 829

1 203

14 1832

Gran Bretaña

151 437

20 188

75 155

23 644

6 546 2 263

513 23 128

República Federal de Alemania

138 889

6 328

1 822

39 690 1 648

24 783

4 665 5 712

3 541 1 909 9 347

39 4443

1 Incluye tabaco en las siguientes formas: capa o envoltura; tripa y su mezcla en capa; hoja para cigarril los; tripa con y sin pedúnculo; mezclas de hojas de tabaco producido en dos o más países; tabaco manufacturado o no, incluyendo rapé y tabaco de fumar y mascar, y desperdicio de tabaco .

2 Madagascar, República Federal de Alemania y Rumania, cada uno abasteció 2 mil ton, Argel, Bulgari a, Paraguay y Reino Unido contribuyeron individualmente con mil toneladas.

3 Bulgaria le envió 12 ton, Japón y República Popular China, cada uno 5 ton y Tailandia 3 toneladas. Fuente: Anuarios de comercio exterior de los respectivos países importadores.

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168 CUADR010

Importaciones latinoamericanas de tabaco en rama (toneladas)

merc•dos y productos

Mercado Común Centroamericano

Abastecedores Argen.tina Colombia Chile Ecuedor 1965 Venezuela 1968 1967 1964 1965 1965 (miles de dólares)

TotFJI ~2 5 933 305 1519 1 051

Canadá 62 31 Estados Un idos 100 5 639 274 857 617 Grecia 269 9 2 Gran Bretaña 195 Hondura~ México 99 Turquía Otros 14

Fuente : Anuarios de comercio exterior de los respectivos paf ses.

Estados Unidos también es un fuerte comprador de tabaco en ..rama, en aquellas variedades que no puede producir.· En el período 1965-68 ha presentado una tendencia creciente en sus compras provenientes de Turquía, Grecia y Yugoslavia, que en 1968 contribuyeron con el 71.8% del total, destacando también Filipina.s que recibe preferencia y otros como República Domi­nicana, Brasil y Colombia.

Por su parte las importaciones de algunos países latinoameri­canos alcan~an alguna significación. El Mercado Común Centro­americano erogó 1.5 millones de dólares, Estados Unidos cubrió el 56.4% y Honduras el 38.5%. En tonelaje Venezuela adquirió poco más de mil toneladas en 1968; Chile cerca de mil en 1965; Argentina se aproximó a tas 500 t.oneladas en 1967 y para este año dest¡¡ca Uruguay que importn 3 868 toneladas.

En ·~lgunos países importadores eur¿peos existen monopo· líos estatales que intervienen en todo lo .relacionado con el taba­co, los hay en Austria, Espafia (excepto Isla Canarias), Francia, ltaliá y Suecia, los cuales se encargan de efectuar las compras, de favore.cer a.. los ·productores nacionales y de influir en la. cali­dad o mezclas de los tabacos demandados.

El consumo. de tabaco depende del incremento en la pobla· . ción y de sus ingresos, de la producción nacional, de la cuantía de los impuestos (que inciden sobremanera en los precios al menudeo) y de las técnicas de comercialización que influyen en la estru<;tura de los gustos. se ha extendido la mezcla de tába­cos curados en atmósfera artificial, se trata de tabacos claros, suaves tipo virginia, clásico de los cigarrillos norteamericanos que érí Europa c;entral contienen . más tabaco oriental y burley o maryland. Con tabaco negro se fabrican cigarrillos y puros, populares en España, Francia, Italia y países latinoameri canos, si bien pierden .terreno, sobre todo los puros; algo semejante sucede \in otras formas de consumo como el tabaco picado para pipa, rapé y · qe mascar. La proporción de los tabacos que en- . tran en los .cigarrillos se está modificando rápidamente a favor de la hoja de tabaco que contiene menQres cantidades de nicoti­na y alquitrán; otro tanto 'está occurriendo con la mayor prefe­rencia .hac,iá los cigarrillos con filtro, que en los principales cen­tros consumidores ya exceden el 70% del total y que han impuesto · adelantos técnicos que permiten un mayor aprovech& miento "y arorro de la materia ·Prima.

21 7

CUADRO 11

Pr'ecios <le tabaco en rama (centavos de dólar por libra)

Precio al mayoreo1

585

40 35

Precio de importación2

Año ymt1s Estados Unidos

1965 1966 1967 1968 1968 1

11 111 IV V VI VII VIII IX X Xl X.11

64.41 66.68 64.41 66.68 55.79

68.04 68.49 66.68 63.50 62.14 53.98

67.13 72.12 64.86 64.41 65.32 65.32 66.68 66.22 65.77 60.33 68.49 62.14 61.24 61.24 61.69 67.59

425 9

Precio de exportación

Brasil

21.77 21.77 20.41

21 .77 16.78 19.50 21 .32

Grecia

70.30 68.95 71.21

74.38 69.85 76.20 65.77 59.42 50.35 48.99 59.87 57.61 61.24 60.33

· 1 Tabaco curado en atmósfera artificial, precio promedio de subasta. 2 Valor unitario de las importaciones desde Turquía de la hoja de tabaco

sin pedúnculo, para cigarrillo. Fuente: Boletfn Mensual de Economfa y Estad{stica Agr{cola de la FAO,

junio de 1969.

d] Precios

En Estados Unidos los precios al mayoreo para el tabaco han estado influ idos tanto por las poi íticas de producción y expor­taciones, como por los n iveles de existencias que se mantier .en altos. Las cotizaciones medias del curado en atm6sfera artificial han registrado fluctuaciones anuales en los mismos. Los precios medios del tabaco griego tuvieron una ligera recuperaci6n en 1968, que perdieron en 1969 como consecuencia de la presión que ejercieron sus excedentes. Los precios del tabaco negro brasileño 5e han mostrado d~biles y s6Lo son de una tercera parte de los que alcanzan las clases anteriores de tabaco.

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comercio exterior

e] Aranceles a la importación de tabaco en rama

Estados Unidos y la Comunidad Econ6mica Europea en las Negociaciones Kennedy otorgaron algunas concesiones que redujeron un poco los altos impuestos . a la importaci6n de tabaco sin manufacturar. Los gravámenes en Gran Bretaña resul­tan muy elevados, pero no establece impuestos adicionales, siendo un poco menores para los abastecedores que sean miembros de la Comunidad Británica.

En el marco de la Asociaci6n Latinoamericana de Libre Comercio han otorgado concesiones los siguientes países: Ar­gentina, Bolivia, Brasil, México y Uruguay. Ecuador ha recibido preferencias no extensivas, procedentes de Argentina, Chile y Uruguay; Paraguay, con el mismo carácter, originarios de Brasil, Chile, Ecuador. Uruguay y Venezuela.

CUADRO 12

Estados Unidos: impuestos a la importación de tabaco 1

Tabaco capa o envoltura (esté o ' no mezclado o empacado con tabaco tripa):

Con pedónculo Sin ped(rnculo

Tabaco tripa (esté o no mezclado o empacado con tabaco capa o envoltura): Cuando la mez­cla o el empaque contengan m~s del 35% de tabaco capa o envoltura :

Con pedónculo Sin pedónculo

Cuando no esté mezclado o empacado con tabaco capa o envoltura o cuando la mezcla o el empaque con­tengan menos del 35%: Hoja para cigarro:

Sin pedónculo

Hoja tipo oriental o turco no ma_yor de 8.5 pul­gadas de largo

Con pedúnculo

Otros tabacos incluyendo hoja para pu ros:

Con pedónculo Sin pedónculo

Desperdicios de tabaco

Rapé

Pendó ncu los de tabaco cortados, picados o pulverizados

Ped(rnculos de tabaco sin cortar, sin picar y sin pulverizar

$ 1.548 lb. 90.9 4 lb

$ 1.548 lb. 90.9 4 lb.

1970 1971 12 -11.5 ~ lb.

1970 1971 1972 47 -46 - 45 ~ lb.

23 ~ lb. 16.1 ~ lb.

16;1 4 lb.

2. 4 lb.

55 ~ lb.

Libre

1 Excepto e1 tabaco filipino que causa impuestos preferenciales. Fuente : Custom House Guide 1969. ·

CUADR013

Canadá: impuestos a la importación de tabaco (centavos de dólar canadiense por libra)

Tabaco cortado (no en hojas)

Tabaco en polvo

Tabaco sin manufacturar : Tipo turco:

Con pedúnculo Sin pedúnculo

Tabaco no especificado: Con pedúnculo Sin pedónculo

Tabaco sin pedónculo, cuando sea importado por las f~bri, cas exclusivamente para su manufactura en puros

Tabaco con pedúnculo, cuando sea importado por las fábri­cas exclusivamente para su manufactura en puros

Tabaco sin pedúnculo, cuando sea importado por las fábri­cas para envoltura o capa de puros

Tabaco cortado

Tabaco mezclado o sin mezclar

Tabaco tripa, usado como capa interior de los puros

Tabaco de todas clases para pipa

Preferencial británico

10 %

40

20 11

60 40

5

40

15

75

15 %

Nación más favorecida

20%

55 -

20 11

30 20

12.5

20

5

40 15

75

17.5

Fuente: Canadian Custom and Excise Tariffs, -1968-1969.

CUADR014

Comunidad Económica Europea: impuestos a la importación de tabaco en rama

1970 1971

Tabaco en rama o sin elaborar, incluyendo desperdicios de tabaco :

A. Cuando su valor por paquete sea igual o superior a 280 U . C.1 por 100 kg netos 15 %2 15 %2

B. Los demás tabacos 25 %3 24 %4

169

General

35 %

55

60 40

60 40

40 75

15

$ 1.05

35 %

1972 .

15 %:?

~3 %5

Esta unidad de cuenta · tiene un valor dé 0.88867088 gr de oro. fioo y . se aplica al tipo de cambio de las· monedas de la Comunidad, según la paridad en el Fondo Monetario 1 nternaCional.

2 Con un valor máximo de 70 U. C. por 1_00 kg neto. 3 Con _un valor mínimo . de 28.4 l.). C. y un máximo de 35 U. C. por

100 kg neto. . 4 Con un valor mínimo de 28.2 U. C. y un má x imo de 34 U. C. por 100

kg . neto. 5 Con un valor mínimo de 28 U. C. y un máximo de 33 U. C. por 100

kg neto.

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170 mercados y productos

CUADR015

Gran Bretaí'ía: impuestos a la importación de tabaco

Comunidad británica EFTA General

Tabaco en rama o sin elaborar: desperdicios Libras Libras Libras

de tabaco esterlinas Chelines Peniques esterlinas Chelines Peniques esterlinas Chelines Peniques

A. Que contengan el 10% o más de hu­medad, en su peso

L ibra 4 '10 2 4 11 8Y, 4 11 8 !12

B. Los demás tabacos Libra 4

Fuente : Boletín Internacional de Aduanas, 1968-1969.

CUADR0 16

Asociación Latinoamericana de Libre Comercio. Tabaco en rama (24.01. 1.01)

Concepto

Brasi l Régimen Legal Ad valorem SIC I F 1 Ad valorem S/C I F2

Derechos consu lares Observaciones Requisito de or igen

Urugu ay Régimen lega l Unidad de volumen Específicos1 Ad valorem S/CI F 1 Ad valorem S/aforo o avalúo1 Ad valorem S/CIF2 Derechos consu lares Agropecuario

1 Derechos aduaneros. 2 Otros de efectos equ iva lentes.

Terceros paises

Libre importac ión 50%

6% Ex igible

Producción zonal

Libre importación Kg, incluso envase

0.30 peso 18.90% 13.65% 10% Exigib le

11

Países miembros

o

Libre importación 45%

1% Exigible

Claro ("rubio") Producc ión zonal

Libre importac ión

o o o o

Exigible Sí

Fuente: L ista conso lid ada de concesiones de la ALALC , y actas finales, séptimo y octavo períodos de sesiones extraord inari as y Grd inarias respectivamente,

CUADR017

Asociación Latinoamericana de Libre Comercio. Tabaco en hoja (24.0 1.1.02)

Concepto

Bras il Régimen lega l Ad valorem S/C I F 1 Ad valorem S/CI F 2 Derechos consu lares Observaciones Requisitos de origen

Terceros países

Libre importación 50%

6% Ex igible

Producción zonal

Palses miembros

Libre importación 45%

1% Ex igible

C laro ("rubio") Producción zonal

4

Concepto

Uruguay Régimen legal Unidad de volumen Específic'o1 Ad valorem S/CI F 1

12

Ad valorem S/aforo o avalúo 1 Ad valorem S/CI F 2 Derechos con su lares Agropecuario

1 Derechos aduaneros. 2 Otros de efectos equ iva lentes.

8% 4

Terceros países

Libre importación Kg, incluso envase

0 .30 peso 18 ,90% 13.65% 10% Exigible

12 8%

Países miembros

Libre importac ión

o o o o

Exigible Sí

Fuente: Lista conso lidada de concesiones de la ALALC y actas finales, sépt imo y octavo periodos de sesiones extrao rdinarias y ordinarias respectivamente.

CUADRO 1B

Asociación Latinoamericana de Libre Comercio. Tabaco tipo capa (para cigarros, para charutos) (24.01.1.03)

Terceros Concepto paises

Argentina Régimen legal Libre importac ión Ad valorem S/CI F 1 50 % Ad valorem S/CIF 2 1.5% Depósito previo2 40 % Derechos con su lares 1.5% Observaciones Requisitos de origen Producción zona l

Brasil Régimen legal Libre importación Ad valorem S/CI F 1 15% Ad valorem S/CI F2 6% Derechos con su lares Ex igib le

1 Derechos aduaneros. 2 Otros de efectos equ ivalentes.

Países miembros

Libré importación 40 %

1.5% o % 1.5%

1 nc lu so capotero Producción zona l

Libre importac ión 9% 1%

Ex igib le

Fu ente : Lista consolidada de concesiones de la ALALC y actas f inales, séptimo y octavo períodos de ses iones extraordinarias y ord inarias respectivamente .

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comercio exf erior

CUADR019

Asociación Latinoamericana de Libre Comercio. Los demás tabacos sin elaborar (24.01. 1.99)

Concepto

Uruguay Régimen lega l Unidad de volumen Especlfico1 Ad valorem· S/C I F 1 Ad valorem S/aforo o avalúo1 Ad valorem S/CIF2 Derechos con su lares Agropecuario Observaciones

Bolivia Régimen legal Estadística S/CI F Derechos con su lares

Observacio nes

1 Derechos aduaneros. 2 Otros de efecto s equivalentes.

Terceros paf ses

Libre importación Kg neto

0 .05 peso 18.90%

8.40% 10%

Exigible

Pa(ses

miembros

Libre importación

o o o o

Exigible Sí

Tabaco en cuerda

Libre importación 30%

6% Tabaco rubio Tipo virginia

Fuente: Lista Consolidada de Co~cesiones de la ALALC y ac tas finales, sép timo y octavo períodos de sesiones extraordinarias y ordinarias respectivamente.

Concesiones arancelarias que Argent ina otorga a Ecuador, en la importación de tabaco tipo capa (24.01.1.03).

Régimen lega l Estadística S/CIF Derechos consulares

Libre importación 0.3% 1.5%

Conces iones arancelarias que Brasil otorga a Paraguay, en la importación de tabaco en hojas (24.01.1 .01); en hojas incluso desnervadas (24.01.1.02) y tipo capa (24.01.1.03).

Régimen legal Derechos consulares

Libre importación Exigible

Concesiones arancelarias que Chile otorga a Ecuador en la importación de tabaco en rama (24.01.1 .01 ); incluso desner­vadas (24.01 .1.02) y tipo capa (24 .01.1.03).

Régimen legal Ad va/orem S/CI F1 Depósito previo2

Libre importación 8.95%

o

Concesiones arancelarias que Chile otorga a Paraguay en la importación de tabaco en rama (24.01.1.O1); incluso desnerva­das (24.01.1 .02) y tipo capa (24.01.1.03).

Régimen legal Ad valorem S/CI F

Libre importación 8.78%

Concesiones arancelarias que Ecuador otorga a Paraguay en la importación de tabaco en rama (24.01.1.01); incluso desner­vadas (24.01 .1 .02) y tipo capa (24.01.1 .03) .

Régimen legal Ad va/orem S/CI F 1 Derechos consulares

Libre importación 5%

Exigible

171 Concesiones arancelarias que Uruguay otorga a Ecuador en

la importación del tabaco tipo capa (24.01.1.03).

Régimen legal Unidad de volumen Específicos1 Ad valorem S/aforo o avalúo 1 Derechos consulares

Libre importac ión Kg. incluso envase

0.303 peso 13.13% Exigible

Concesiones arancelarias que Uruguay otorga a Paraguay en la importación de tabaco en rama (24.01.1.01) e incluso desner­vadas (24.01.1.02).

Régimen legal Derechos consulares

Libre importación Exigible

Concesiones arancelarias que Venezuela otorga a Paraguay en la importación de tabaco tipo capa (24.01.1.03).

Régimen legal Derechos consulares Observaciones

1 Derechos aduaneros. 2 Otros de efectos equivalentes.

Libre importación Exigible

Tipo capa negra

Fuente : Actas finales de la Conferencia de las Partes Contratantes del Tratado de Montevideo, 1968, Banco de México, S. A., febrero de 1969. ·

CONCLUSIONES

A partir de noviembre de 1965, las sanciones a Rodesia, que exportaba 100 mil ton, presentaron una coyuntura para que otros vendedores, entre ellos México, reforzaran su posición en los mercados internacionales.

El consumo y las importaciones mundiales de tabaco en rama se han estado incrementando al crecer la población y su ingreso. Por su clase, los tabacos oriental y claros o rubios, son los que presentan mejores perspectivas, así como aquel las mez­clas que contienen menos nicotina y alquitrán, que se emplean en cigarrillos.

Los aranceles de la Comunidad Económica Europea y algu­nos de Estados Unidos se han estado reduciendo como conse­cuencia de las Negociaciones Kennedy. Asimismo, Argentina , Bolivia, Brasil y Uruguay han concedido un tratamiento prefe­rencial a los pa1'ses miembros de la Asociación Latin9americana de Libre Comercio .

México está capacitado para producir prácticamente todas las clases comerciales de tabaco en rama. Sus condiciones natu­rales, como la calidad de sus tierras, diversidad de climas, abundancia de mano de obra, experiencia en el cultivo y curado de la hoja, etc., le han permitido abastecer el consumo interno, sustituir importaciones y disponer de excedentes para colocar­los en el exterior.

Las exportaciones mexicanas son principalmente de tabaco rubio y oscuro, en rama; ambas han registrado una tendencia irregularmente ascendente, que se acentuó con mayores embar­ques en 1969. Su destino es hacia muchos países, destacándose los de Europa occidental y Estados Unidos.

A la luz de lo anterior parecen favorables las y,erspectivas inmediatas para realizar mayores embarques del ta~9o" en rama mexicano.

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sumario estadfstico

Principales indicadores económicos de Méx ico

Concepto

l. PRODUCCION PESQUERA

Totales .......... . . ..... . ........... . Comestibles1 .... ... . .... .. •. . . . . . .. . . . 1 ndustriales2 ... ... . . . .. .. : . ... . .. . .. . .

11. PRODUCCION INDUSTRIAL

Bienes de producción:

Pastas de celulosa al sulfato . . .. . . .. . .. .. . . Llantas para automóviles y para camiones . . . . Fibras qu ím icas3 ..... .. ...... . . ... .. . . . Acido sulfúrico . .. .. . .. . . . . . . .. . .... .. . Sosa cáustica . . . ... ........ ... . ..... . . . Amoniaco anhidro4 . .. .. .. .. .... .. • ... . Sulfato de amonio . . .. . . . ... . .. . . . .. . .. . Superfosfato de calcio . . . . . ............. . Urea4a . . ... ... . .. . . .. .. . ........... . Coque .... . .. ... ......•. .... •... .. •.. Vidrio plano liso4b . .. .... . .. . .. . .. . .. . . Cemento gris .. . . .. . .. ... .....•.. • .. ... Hierro de 1a fus ión5 .. . . . . ... . . . .. . . ... . Lingote de acero .. . .... . ... .... . . . . . . . . Tubos de acero sin costura . . ...... . . . .. . . Varilla corrugada ........ . . . .. . . . .. . . . . . Cobre electrolític'o ......... .. ... . . . . . . . Aluminio en lingotes .. . ...... . . .. . . . .. . . Camiones de carga . . ............. . .. ... . Carros de ferrocarril . ... . . ............. . Tractores agrícolas .... ... •.... . . . ......

Bienes de consumo:

Azúcar . . ................ ... ........ . Cerveza .... . .. . .. . ........ . .... . . . . . . Automóviles de pasajeros .. . ......... . .. .

111. PRODUCCION MINERA

Oro . . . . . .. . .... .. ..... .. ..... .• ..... Plata . .... .. ... . . . . ........ . . .. . .... . Plomo . . .. . . . . . .. . . ; ........ . .. .. . .. . Cinc ..... . . . ..... .. ... .... . .. ... . . . . Cobre .................... . . . .•.. . . . . Hierro6 .. . . •.. ... . .. . . ... . . . .... ... . • Azufre ... . . ........ . ....... . . .. . .. . . .

IV. PRODUCCION PETROLERA

Petróleo crudo procesado ... . .......•..•. Gasolinas refinadas .. ... . .. . .... • .. • . .. . Gases .. .. . . ... .. ... .. . ...... . .... .. . . Combustóleos ............ . ... . . . . .... .

V. PRODUCCION PETROQUIMICA

Dodecilbenceno . . . ......... . ..... ... . . Tolueno . .. .. . ..... .. . . . . . ... . . ..... . Benceno . . ... .... . ..... . .. ..• . .. . ... .

VI. COMERCIO EXTERIOR7

Valor total de la importaciónB . .. .. ...... . Valor total de la exportación9 ......... . . .

VII. COMERCIO DE MEXICO CON LA ALALC

Valor de la importación .... .. .. .. .... . . . Valor de la exportación .. . . . . . . .. . .. . . . . .

Perlado de comparación

Ene-Oct.

Ene-Nov.

Ene-Nov

Ene-Nov

Ene-Nov

Ene-Nov.

Ene-Nov

Unidad

Toneladas

Toneladas Miles de piezas·

Toneladas

Miles de m2 Miles de toneladas ..

Toneladas

Unidades

Miles de toneladas M iliones de litros

Unidades

Kilogramos Toneladas

Miles de m3

Toneladas

Millones de pesos

M iliones de pesos

1968

201 838 161 678 40 160

152 013 2 669

52 999 678 471 127 498 186 022 306 196 238 297 102 146 989 819

15 097 5 479 1 804 3 007

149 636 470 949

46 666 20 383 37 170

976 4 751

2 038 1 142

95495

4 973 1 110

159 167 220 570

55 944 1 766 105 1 571 480

23 366 6 475 2 272 6 213

41 673 88 479 70 217

22 465.4 13 190.3

500 943 702 715

Cambio porcentual en 1969con

1969 relación a 1968

195 135 3.3 153 076 5.3 42 059 + 4.7

149 434 1.7 2 975 + 11.5

61 103 + 15.3 961 460 + 41.7 139 938 + 9.8 379 531 + 104.0 396 192 + 20.8 350 361 + 47.0 145 053 + 42.0 981 600 0.8

11 977 20.7 6 055 + 10.5 1 907 + 5.7 3 139 + 4.4

150 918 + 1.0 475 063 + 1.0

52 650 + 12.8 29 552 + 45.0 44 486 + 19.7

685 29.8 5 149 ·+ 8.4

2 247 + 10.3 1 248 + 9.2

103 505 + 8.4

5 125 + 3.1 1 237 + 11.4

156 607 1.6 227 554 + 3.2 62 484 + 11.7

1844306 + 4.4 1585387 + 0.9

24 434 + 4.6 6 808 + 5.1 2 382 + 4.8 6 256 + 0.7

42 141 + 1.1 88 348 0.1 74 124 + 5.6

23 520.6 + 4.7 15 645.4 + 18.6

594 295 + 18.6 1003050 + 42.7 .

Notas: 1 Incluye camarón, ostión , sardina, anchoveta, sierra, mero , abulón, langosta, pescado fresco de mar no especif icado y otras espec ies comes· tibies. 2 Incluye sargazos de mar no especificados, harina de pescado y otras especies industriales. 3 Incluye rayón, acetato , nylon , hilo de alta tenacidad , fibras de poliéster , cuerdas para llanta nylon y rayón , y fibras acr í licas cuya producción empezó en octubre de 1967. 4 Corresponde a la producción petroquímica . 4a Se incluye una nueva planta de guanos y fertilizantes en Unidad Camargo . 4b Se incluye a par tir de octubre la producción de cristal flotado que es un tipo de vidr io plano cuya producción se in ició en junio de 1968. 5 Incluye fierro·esponja. 6 Corresponde al contenido metálico del mineral de hierro extraído. 7 Comprende únicamente el movimiento de mercancías, excluyéndose la importación y la exportación de valores (oro, plata, etc.). Datos prel im inares para 1968. 8 Incluye perímetros libres. 9 incluye revaluación (preliminar para 1969) .

Fuente: Secretaría de Industria y Comercio , Dirección General de Estadística.

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sumario estadístico

Balanza de pagos de México P (miles de dólares)

Concepto

Enero a junio

1968 1969

1 184 018 1 353 532 l. Exportación de mercancfas y ssrvicio1 .. . ..... . . . ....... ... ...... --------'-=--'--=...:..=--------'--===...:==------Exportación de mercancías y producción de oro y plata · · ...... . . .. . . 621 430 734 842 Turismo .. ,. ... . .... . .... . .... . ..... . .... . . ...... . . . . .... . . 190 981 225 784 Transacciones fronterizas ......... . .... . . . , , ................. . 336 038 351 521 Braceros .... . .. . ..... . ...... ... ... .. .. .• .. . .. . ........... . 6 867 7 599 Otros conceptos de ingresos .. ...... . ..... . .• ... ...•..... . .. . . . 28 702 33 786

1 377 799 1470286 11. lmponaci6n de mercancfas y ssrvicio1 (-) ..•.. . .. . . ..... ..... . .. _______ _;_;~-'-::..::..--------'--"-~~-----Importación de mercancías . .. . .. . . .... . . • .. • . ... . ....... . .... 968 065 1009605 Turismo ........ ... . .. . ..•.. . ..... . ........... . .. . ........ 78 721 100 104 Transacciones fronterizas .......... . ......... . .... . .. . ....... . 206 652 231 519 Otros conceptos de egresos . . .. .. • ..•.. . . . . .. . . . .. ... ......•. . 124 361 129 058

193 781 116 754 11 1. Balanza de mercancias y servicios .. . ...... . ...... . . ..... . ...... ________ _;....;.._.;;._ _ ________ -'--'------

43 702 269 569 IV. Movimiento de capital a largo p lazo (neto) . ......... . . ... .... .. . . ---------------------'-- -----Disposición de créditos a largo plazo (menos financi1miento al exterior) 259 222 486 852 Amortización de créditos a largo plazo ........ .. . .... . . . ....... . 302 520 248 906 Créditos concedidos al exterior .... . .. . . .. .... . .. .. .. . ......• . . 14 263 6 427 Deuda gubernamental (neto) ....... .. . ... . . . ... . . .. . .... . ... . . 53 790 826 Operaciones con valores (neto) .... . . . ..... .. . . .. . .... .. . . •.... 18 947 37 224

150 079 152 815 V. Movimiento de ingresos y egresos estimados trimestnlment1 (neto) . . . . ------------- --------------

VI. Movimiento de ingresas y egresas que no se estiman trimt11tralmenta (intereses y dividendos de inversiones extranjeras directas, nuevas inver-

siones, etc.). y errores y omisiones (neto) . .. ... ...... . . . . . ... .. .. ________ 2::...;.;18:o...:;8.=68=---------__:2:..:0...;4...;6:..;7c..1'------

VII. Resultado (Cambio en los activos internacionales a corto pl120 de p• ti­culares y empresas, bancos privados, bancos n1eionel11 y B1nco de México, S. A. ) (neto) ........ . .... .... .. .. .. ... . . . . ...... . . .. ________ 68 __ 7_89 _________ 5_1_8_56 ____ _

a Deducidos el oro y la plata uti lizados en el país para fines industriales P Cifras preliminares. Signo negativo (-) egreso de divisas. Fuente : Banco de México, S. A.

Comercio exterior de México por grupos económicos1 (miles de pesos)

Enero a octub~e

Exportación *

Grupos 1968

To ta I .. ... .. . . . . ... 11 832 524

l . BIENES DE CONSUMO .. . . . 5 584 439 A. No duraderos . ... . . . . .. 5 158 919

1) Alimentos y bebidas ... 4 695 968 2) No comestibles . . . .. . 462 951

B. Duraderos .. ... . . . . .... 425 520

11 . BIENES DE PRODUCCJON . . 4 945 208 Materias primas y au x iliares .. 4314818 Bienes de inversión . . ....... 630 390

Ajuste por revaluación ..... . . . . 1302877

1 Datos definitivos para 1968 y prel iminares para 1969. * 1 ncluye reva luación so lamente en Jos tota les.

1969

14135301

6 516 979 5 749 733 5 165 484

584 249 767 246

5 954 343 5 043 550

910 793 1 663 979

Fuente: Banco de Méx ico, S. A., y Dirección General de Estadística, SIC.

Importación

1968

20 387 253

3 503 546 993801 356 584 637 217

2 509 745

16 883 707 6 484 459

10 399 248

Variación relativa

Exportación Importación

1969 1969/68 1969/68

21 484 246 19.5 5.4

3 996 251 16.7 14.1 1 194 503 11.5 20.2

418 344 10.0 17.3 776 159 26.2 21.8

2 801 748 80.3 11.6

17 487 995 20.4 3.6 7275917 16.9 12.2

10 212 078 44.5 1.8 27.7

Page 92: banco nacional de comercio exterior, s. a.revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/716/15/CE...significativamente al aumento global de las exportaciones, impul sadas por el crecimiento

sumario estadístico

Comercio exterior de México por bloques económicos y áreas geográficas1 (miles de pesos)

Exportación *

Octubre Enero a octubre

Bloques económicos y paises 1968

To ta I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 278 041

América del Norte . .... . ...... . . .

Estados Unidos ........ . .... .

Canadá . . .............. .... .

Me1tado Común Centroamericano ..

Costa Rica .............. . .. .

E 1 Salvador ...... •..... . . .. •.

Guatemala ...• . . ... ...... •..

Honduras .... ... ......• . . ...

Nicaragua ........ . ...•..•. ..

Asociación Latinoamericana

de Libre Comercio ............. .

Argentina ... .. . ..... .. . .. .. .

Bolivia ..... .. ........... .. .

Brasil . . ... .. .. . ... , .... .. . .

Colombia ............. . .... .

Chile .. . .... .. . ... ... •. ... .

Ecuador ..... . .... . ........ .

Paraguay ....... ..... .•... . .

Perú . ...... ... .. .. ..••.•...

Uruguay .... ... . .. . . . ... . .. .

Venezuela ........ . ...... .. .

Resto de América ... .. ........ . .

Islas Bahamas .. .. .... . .... .. .

Panamá .... . . ... .. .. .... .. .

Cuba .. . . ... .. . . ..... ..... .

Puerto Rico ............... . .

República Dominicana ... ..... .

Otros paises ... . ....... ... .. .

Comunidad Económica Europea .... República Federal de Alemania ..

Bélgica ..... ..... .. . ..... . . .

Francia .. . ............. ... . .

Italia . ................... : .

Países Bajos .. . .... . ....•. ...

Luxemburgo , .. •... .........

800 368

792 962

7 406

22 011

7 084

2 551

9 060

1 235

2 081

73 631

13 329

1 022

18 410

5 300

17 375

617

354

4 665

1 300

11 259

19 442

11 816

5 134

560

442

773

1 217

69 752

28 770

2 730

6 373

21 033

10846

1969 1968 1969

1 584 368 11 832 524 14 135 301

974 373

952 160

22 213

31 597

6 522

4 572

14 904

2 636

2 963

96 979

17 728

492

12 159

11 492

16 386

1 292

377

7 526

1 354

28 175

21 744

2 963

10 647

16

2 680

2 627

2 811

108 984

28 314

6 472

12 284

39 203

22 711

7 371 761

7 295 729

76 032

192 580

38 816

40 391

68 242

14 314

30 817

619 627

102 762

6 322

128 747

56 487

127 404

17 374

3052

52 098

14 938

11 o 443

284 073

26 285

180 065

50 074

9 961

6 150

11 538

548 113

185 606

22 390

133 063

114 090

92 941

23

8 476 421

8 351 963

124 458

209 481

43 016

34 982

95 218

16 304

19 961

911 408

145 365

11 120

155 297

228 731

125 566

13 117

3 285

54 459

16 719

157 749

240 738

89 398

104 479

331

16 602

11 317

18 611

804 087

318 341

25 022

91 371

252 903

116 448

2

Imp or t ac i ó n

Octubre Enero a octubre

1968

1 993 296

131 3832

1 285 507

28 325

1 327

2

1 250

74

44 452

13 185

2 579

9 071

765

3 583

33

142

14 531

440

123

10 829

3 207

5 181

36

220

2185

299 570

142 507

23 471

59 107

44 234

30 117

134

1969 1968 1969

2 353 763 20 387 253 21 484 246

1 604 881

1 542 068

62 813

5 318

4 514

40

551

211

2

47 274

13 024

2 238

12 025

1 350

9 289

875

158

4 635

803

2 877

39 978

11 834

12

258

1

27 873

322 093

145 960

38 270

70 507

41 823

25 496

37

13 093 994

12 772 615

321 379

21 905

13 809

641

6 611

219

625

444 540

113 449

18 789

94 316

7 062

89 196

5 845

1 294

92 136

20 945

1 508

135 677

40 271

56 778

281

7 729

6

30 612

3 359 420

1 737 025

189 799

666 145

475 200

291 065

186

13 620 393

13 239 668

380 725

25 038

15 661

958

6 980

355

1 084

549 614

130 822

15 813

116 089

6 892

93 741

8 765

3 733

115 263

t6 976

41 520

194 898

112

78 592

271

10 142

10

105 771

3 613 223

1 648 693

262 886

935 990

449 851

315 542

261

Page 93: banco nacional de comercio exterior, s. a.revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/716/15/CE...significativamente al aumento global de las exportaciones, impul sadas por el crecimiento

Expo rt ac i ó n *

B loques económicos v pa ises

Asociación Europea de Libre

Comercio . .. . . . . ...... ... .... .

Austria .. . ........ . . .. .. .. . .

Dinamarca . . . ..•.. . ..• .. ... .

Noruega .. .. . . . •. . . . .. . . .. . .

Portuga l .. .. . • . .• ... . . . . ... .

Su ecia ...... . ... .. ... . .. . . .

Suiza .. . . .... . . ... .• . .. .. ..

Reino Unido . . .. .•..... • . .. .

Consejo de Ayuda Mu tua

Económica .. .... ..... .. . . .... .

Repú b lica Democrática A lemana .

Bulgar ia . ... .. ...... . ... ... .

Checoslovaquia . . . •.. .... . .. •

Hungría . . .. . ... . .... .... . . .

Mongolia . ........... .. . .• ..

Polonia .. . .... . • .. .. .• . .. .. .

Ru mania ..• . •.. . . . . .. .. . ...

U RSS . . . .... .. .. . . . . . . •....

Resto de Europa . . . . ...... . . . . . .

España .. ........... . .•. . . •.

Finlandia .. .. . . . . • . .... . •.. .

Ot ros países .. ..•..• . • . ... . ..

Asia . .. . . . .. . . . . .... . .. .. ..•..

Japó n ... .. •. . .. •. ... . , . .. . .

F ilipinas .. . .. . •.. .. . ...•..• .

Hong Kong .. . . ...... .. .. . . •.

Ind ia ...... ......... .. ... ..

Israel . .. ... ... . .. ... . .... . .

República de Chi na (F ormosa) .. .

T ailand ia . . . . .. . . . ... . ... .. .

Ce il án ..... .. . . . . ...... . .. . .

Federac ión Ma laya . . . . . .... . . .

Otros pa íses . . .•. .. .. . . . .. . ..

A fr ica . ... ... . ... . .. .. . .. .. . . .

Liber ia . ... ... . .. . .....•. .• .

República Arabe Un ida . . .• . . ..

Un ión Su rafri cana . . . . .... . .. .

Otros países .. ..... ..• . . . ...•

Ocean/a ....... .. . . . . .. . . . .. .. .

A ustralia . .. . ...• ... ..... ...

Nueva Ze landia ... . .. . . .. ... .

O tros países . .... ........ . . . .

Aju ste por revalu ac ión . .. . . ... .. .

Octubre

1968

52 480

29

214

73

2 326

2 621

27 261

19 95G

14

5

6

4 602

2 169

2 063

370

148 398

139 056

3 573

313

6

19

4 188

108

1 135

32 1

150

122

49

138

135

3 86 384

1969

58 01 3

180

768

13

2·299

527

35 563

18 663

1 686

347

126

1 208

5

17 558

15 332

155

2 071

132 130

119 951

3 362

662

6

3

6 763

221

1 162

1 336

105

1 231

1 628

1 305

35

288

138 340

1 D atos def initivos para 1968 y preliminares para 1969. • 1 ncluye revalu ac ión so lamente en los totales. Fu ente: Direcc ión Genernl de Estadística, SIC .

Enero a octub re

1968

623 5 15

995

3 956

1 654

11 746

4 260

431 973

168 931

37 838

2

39

16 728

20 895

25

149

76 714

67 334

3 305

6 075

726 004

666 659

14 651

13 172

5 583

2 409

16 291

2 160

346

4 733

22 172

4189

1

4 562

13 420

27 250

26 112

57

1 081

1302877

1969

661 576

339

5 503

5 048

15 420

7 826

541 013

86 427

13 963

375

13

257

1 503

11 003

698

11 4

105 283

78 508

2 67 1

24 104

1 003650

928 815

14 684

ro 822

299

4 234

23 008

1 820

1 412

18 556

11 169

3 521

11

1 804

5 883

33 546

31 866

955

725

1663979

I m p ortac i ón

Octubre

1968

169 110

4 904

5 362

2 619

1 269

44 426

39 896

70 634

7 234

193

2 992

359

176

3 514

41 906

36 697

5 100

109

93 160

79 438

14

1 71 5

71 2

388

1 440

28

4 202

4 024

1 199

238

171

6 7

11 640

10 079

1 561

1969

177 268

2 934

4 ()53

870

2 938

70 060

35 431

60 082

5 527

1 046

3 433

760

207

81

25 03 1

19 700

5 186

145

114 117

92 212

3 360

850

1 11 3

3 304

4

3 274

8 283

1 717

1 542

9 1

1 447

4

10 733

8 543

2 190

Enero a ocwbre

1968

1 746 377

21 836

51 686

12 638

12 386

471 320

372 117

804 394

62 860

4 816

78

37 043

7 025

6 315

21

7 562

358 149

304 11 7

38 785

15 247

957 763

836 282

91

19 195

5 622

3 806

13 47 3

103

34 192

39 332

5 667

8 952

253

30

8 327

342

197 6 16

189 779

7 837

1969

1507 144

29 876

45 378

20 127

19 208

369 389

344 398

678 768

173 586

8 108

24

37 099

3 022

120 399

3

4 931

369 800

3 12 035

42 606

15 159

1 204 145

1 025 698

400

30 895

10 468

7 102

.16 543

18

31 900

73 526

7 595

15 933

205

68

14 924

736

210 471

198 233

12 164

74

Page 94: banco nacional de comercio exterior, s. a.revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/716/15/CE...significativamente al aumento global de las exportaciones, impul sadas por el crecimiento

Concepto

Total ......... .

Suma de los a rtícu los selec-c ionados . . ... . .... ... .

Automóviles para personas .. Máquinas herramientas, sus

partes sue lt as y refacc iones Refacc iones para automóv il es Petró leo y sus derivados .... Mezclas y preparaciones in-

dustriales ... .. . . ...... . Maquinaria tex til, sus partes

su e l ta s y refacciones . . ... Chasises para au tomóv il es .. Refacciones de metal para

maquinaria . . . .. . . .... . Hierro o acero en lingotes o

en pedacería ... .. ..... . Piezas para instalaciones e léc-

tricas . . . .. . .. .... ... . . Aparatos te lefón icos y tele-

gráficos .... . . .... . ... . Ap lanadoras y conformadoras Carros de ferrocarril , sus par­

tes sue ltas y refacciones .. Sales y óx idos minerales .... Embarcaciones, sus partes

sueltas y refacciones . . . .. Máqu inas y aparatos pa ra di-

versas indu str ias . .. .... . Motores estac ionar ios de

com bu st ión interna, sus partes sue ltas y refacciones

Aviones, sus partes sue ltas y refacciones ........ . .. .

Lana peinada .......... . . Papel o cartón preparado o

sin preparar ....... .... . Resinas naturales o sintét icas Tractores agricolas ....... . Pasta de ce lulosa . .. ..... . Cojinetes , chumaceras ,

flechas y po leas .. ..... . . Carbón mineral, coque o

hulla . ..... . ...... . . . . Hule, caucho, o látex natural

o artific ia l . ... . .... .. . . Papel blanco para periódico . Ant ibióticos no dosificados . Refacc iones para rad io y tele-

visión .. .. ........ .. . . Cueros o pieles sin curt ir de

ganado de todas c lases .. . . 1 n sect ic idas, parasiticidas y

fumigantes . ........ . . . E te res o ésteres . . , .. . ... . Maquinaria para la industria

de papel o cartón Máquinas clasificadoras de

tarjetas tabuladoras .. . . . . Forrajes y pasturas .. . . ... . Cam iones de carga .. .. ... . Maq uinar ia agrícola ...... . Láminas de hierro o acero . . Generadores o motores e léc-

tricos . . ............ .. . Herramientas de mano .... . Libros impresos ...... . .. . Máqu inas para la imprenta y

artes gráf icas .......... . Tubos y cañerías de hierro o

acero . ..... . ..... .. .. . Leche condensada en polvo o

en pasti ll as ........... . Máquinas para la industria de

material moldeable y de plásticos . . ... ........ .

Máquinas para producir ener-gía e léctr ica . .......... .

Material fijo para ferrocarril . Hornos o calentadores de uso

indu st ria l . .. ... .. . . . . . . Alambre o cable desnudo de

aluminio ............. . Abonos químicos .... .. .. . Arti'cu los no se lecc ionados . .

Enero a octubre

Toneladas

1968 1969

127 861 141 658

21 202 23 683 23 727 26 728

875 836 1 499 153

65 051

13 594 69 061

8 096

551 480

5 269

5 061 13 862

20 593 280 182

68 983

8 404

7 476

814 13 011

54 290 29 694 18 101 73 515

3 626

347 919

28 070 106 803

2 15

1 147

36 343

9 822 23 677

3 194

518 84 237 16 264 8 075

17 122

2 302 2 447 4 049

2 811

15 204

26 926

2 788

3 618 56 698

7 407

17 184 241 412

81 501

16 991 74 656

13 615

557 331

7 702

3 728 16 961

25 32 1 238 93 1

71 822

7 618

6 744

559 13 072

61 632 41 329 16 340

104 636

4 853

659 895

30 207 108 397

210

1 847

35 990

11 599 25 611

5 366

573 88 537 16 357

7 819 21 724

3 161 2 461 4 594

3 014

14 $90

36 789

2 416

4 291 30 981

7 203

17 137 161 502

Millones de pesos

1968 1969

20 387. 3 21 484 2

12 459 .5 972.5

680.7 565.0 447.8

498. 3

434.7 555.3

343.3

354.7

276.0

571 .9 283.5

106.3 382.7

465.6

303.1

324.4

419.3 222.7

199.7 180.3 233.6 138.4

172.7

110.9

164.4 197.5 173.8

191.1

143.7

136.4 145.0

120.0

109.4 118.0 115.7 122.2 100.6

92.3 127.4 103.5

136.3

87.6

102.6

117.0

134.2 70.8

139.2

105.5 161.9

7 927.8

13 240.6 1 044. 9

687.9 626. 1 610.0

572.7

569.4 496.3

424.1

378.8

378.5

369.3 351.0

344.5 343.6

284.2

276.9

256.6

249.1 240.9

226.4 220.5 2 19.2 211.0

209.5

207.7

204.9 204.9 170.9

169.9

162.9

155.4 153.7

152.5

145.6 135.2 130.9 130.4 130.1

127.0 125.6 124.6

123.1

117.3

116.6

115.0

113.4 11 3.0

109.5

108.3 100.8

8 243.6

Fuente: Banco de México, S. A., y Dirección Genera l de Estadistica, S IC.

Enero a octubre

Concepto

To ta I* . . ......... .

Suma de los artículos se lec-c ionados . . . ........ .. .

A lgodón ... . . . .. ..... .. . Azúcar ... . . .. .. . ... .. . . Café .. .. . .. .. . .... . ... . Maíz .. ...... . . .... . ... . Camarón Azufre ... . .. . ..... . ... . Petról eo y sus derivados ... . Carnes frescas ........... . Máquinas, aparatos y mate ri a l

eléctrico ... . . .. . . .. .. . Toma~ .. . ......... . .. . Frutas fr escas ...... . .... . Espatoflúor o fluÓrita Partes o piezas de refacción

de máquinas o apar atos . . . Plomo af inado y en barras im-

puras ............. . .. . Estructuras y partes sue ltas

para vehículos de trans-porte .... . . . . . .... . .. .

Hormonas naturale s o sinté-ti cas .. .............. .

Minerales concentrados de cinc ........... .. .. .. .

Ganado vacuno ......... . Fresas enteras adicionadas de RÚ~r ..... . ... ... ... .

Láminas de hierro o ace ro .. Libros impresos ......... . Mie les incrista li zables ..... . Mercurio metálico ....... . Oxido de p lomo ....... .. . Artefactos e laborados de me-

ta les comunes ......... . Tubos de hierro o acero . .. . Cinc afinado ....... .. ... . Sa l común .... .. .. ..... . Hortalizas frescas ... . .... . Tabaco en rama o capa .... . A lambre y cable de cobre .. . Cobre en barras impuras .. . . Madera, corcho, corozo y si-

milares . .......... . ... . Hilazas o hilo s de a lgodón sin

n1erceri zar . ..... . .. . . . . V id r i o o cr ista l manufac-

turado ...... . ... . .... . Hil azas o hilos de engavi ll ar . lxt le cortado y preparado Med icamentos y cu ltivos bac-

teriológicos . .. .... .. .. . Prendas de vesti r ..... .. . . Miel de abeja . . . . . . . . . . . Frij o l ................. . Piña en a lmíbar .. .. . .... . Brea o co lofonia .. ... ... . . Bismuto en barras o afinado . Cacao en grano ... . ...... . Manufacturas de henequén . . Azulejos y mosaicos . .. . .. . Espec ial idades de uso indus-

trial ... ... . .. .... . .. . . Telas de a lgodón ..... ... . Ce lulosa de borra de a lgodón Artículos no se leccionados .. Ajuste por revaluación . . .. .

Toneladas

1968 1969

2 17 582 282 309 624 167 570 374

83 500 77 989 775254 788418

19 092 16 535 1 139 859 928 679 2657489 3315 516

30 443 33 396

5 180 210 4 11 159 951 766 424

5 567

82 977

3 798

172

244 036 63 797

32 870 84 256

2 781 296 488

408 30 362

9 11 9 252 867 166 457 805 514

9 004

72 223

11 937

219

262 736 63 421

50 284 107 842

4 945 593 120

945 38 354

10 789 16 509 40 333 46 168 35 769 34 820

2 539 156 2 910 096 83 830 107 767

3 63 1 7 293 1 097 6 093 5 616 5 890

16 771

3 992

15 239 19 046

5 380

639 1 895

27 386 63 525

481 15 390 20 255

4 450 11 991 19 647

6 216 1 26 1 8 814

25 818

4 812

15 120 23 0 18

8 33 1

791 2 515

23 604 47 504

610 21 801 19 781

4 875 12 447 19 031

6 762 2 939

13 307

1 Datos definitivos para 1968 y preliminares para 1969. • Incluye revaluación so lamente en los totales. Fuente: Dirección Genera l de Estadística, SIC .

Millones de pesos

1968 1969

11 832.5 14 135.3

9 039.2 1 027.3 1 036.6

719.3 505.7 490.3 595 .3 360.3 347.5

117.8 252.9 208.7 222 .9

205.9

252.3

62.8

181.2

179.8 185.2

120.3 126.8 99.3 68.7 58.3 89.1

90 .1 106.4 110.8

87 .4 76.6 46.4 13.1 78.6

55.8

57.6

60.3 56.4 46.4

59.6 46 .3 64.9

119.2 38.4 37.1 59.4 30.5 44.0 52. 1

39.2 20.0 28.3

1 490.4 1 302.9

10 612.4 1 338.4 1 079.1

663.1 545.3 465.3 445 .7 420.7 397.7

362.5 304.2 271.3 264.5

252.2

247.4

225.0

203.8

200.5 188.2

187.7 158.7 152.6 141.9 137 .9 123.3

11 2.5 110.6 110.6 100.5 97.2 94.1 92.5 88.7

77.3

71.8

67.3 67.0 65.0

64.7 63.9 60.8 57.0 54.8 53.9 53.7 48.1 48.1 47.9

43.8 42.1 41.5

1 888.9 1 664.0

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banco nacional de

• comercio exterior, s. a. INSTITUCION DE

DEPOSITO Y

FIDUCIARIA

VENUSTIANO

CARRANZA

No.25

MEXICO 1, D. F.

ESTADO DE CONTABILIDAD CONSOLIDADO AL 31 DE ENERO DE 1970

ACTIVO

Caja y Banco de México .. . ............ . $ Bancos del país y del extranjero ......... . Otras disponibilidades ............. . .. . Valores de renta fija .................. . Acciones . ... .. . . ................... .

Menos: Reserva por baja de valores ...... . De~uentos ......................... . Préstamos directos y prendarios ......... . Préstamos de habilitación o avío ........ . Préstamos refaccionarios .............. . Deudores diversos (neto) . .... . .. . . . ... . Otras inversiones (neto) .. .. . . ... . . ..... . Mobiliario y equipo . ................. . Menos: Reserva ..................... . Inmuebles y accs. de Socs. lnmobs . . . .... . Menos: Reserva . : .... . ... ......... .. . Cargos diferidos (neto) .. ............ . . .

42 781 461.40 88 007 644.19

8815465.16 $ 23 284 111.11 50 210 450.00 73494561.11

6 661 901.50 115 208 388.86

1048481 812.01 14 812 190.50 3809951.21

5 790 771.20 4 891 431.49 4 653 614.95 1 245 515.33

139 604 570. 75

66 832 659.61

1 182 312 342.58 132 838 663.48

10 392 11 B.25

899 339.71

3 408 099.62 2 082 541.08

$ 1 538 370 335.08

PASIVO Y CAPITAL

Depósitos a la vista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . $ Bancos y Corresponsales . ..... . ...... . . . Otras obligaciones a la vista . ... ...... .. . Depósitos a plazo ............... . .... . Préstamos de bancos .. .. ... ...... . .... . Otras obligaciones a plazo . . ... , . . ..... . Otros depósitos y obligaciones .. ........ . Reservas para obligaciones diversas ... .... . Créditos diferidos .. . . . ... . . .... . ..... . Capital social ........... $ 50 000 000.00 Menos: Capital no exhibido 16 491 400.00 Reserva legal y otras reservas ... .. ...... . Utilidad en el ejercicio 1969 ...... ...... . Resultados del ejercicio en curso .. ...... .

106 044 850.10 5 027 222.16

324 303 278.03 50 000 000.00 18 735 000.00

186 604 451.45

33 508 600.00 721 312 428.19

59 408 637 .17 3 709 339.96

$ 435 375 350.29

255 339 451.45 6 063.10

10 520 409.00 19 190 055.92

817 939 005.32 $ 1 538 370 335.08

CUENTAS DE O R DEN:

Títulos descontados con n/endoso ....... . Avales otorgados .................... . Aperturas de crédito irrevocables ..... ... . Bienes en fideicomiso o mandato ........ . Bienes de custodia o en administración ... . Cuentas de registro ......... . ......... .

$ 34 450 615.78 3 561 426 874.44

178 259 462.28 294 318 520.17

6 358 714 176.89

$ 3 774 136 952.50

6 653 032 697 .06 $ 189 121 507.55

El presente estado se formuló de acuerdo con las reglas dictadas por la Comisión Nacional Bancaria para la agrupación de cuentas, habiendo sido valorizados los saldos en monedas extranjeras al tipo de cotización del dla.

Se hace constar que, de las inversiones en créditos, la cantidad de $ 159 576 207.71 rPoresenta activos cedidos en garantla de créditos a cargo de la institución.

Director General ANTONIO ARMENDARI Z

Contador General C.P. _MARIO GARCIA REBOLLO

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1:1Hanco

Nacional

de Comercio

Exterior, S. A. , • anuncia

la aparición

de su • anuario

COMERCIO co" EXTERIOR"'

MEXICO= texto 619 páginas y 65 cuadros estadísticos

DISTHIBUCION 6HATUITA A SOLICITUD · • BANCOMEXT /PUBLICACIONES Pedidos a . . Venustiano Carranza 32 México l,D.F. México