¿Banca nacional vs. extranjera? Por Mario Vicens

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Editoriales E n los últimos tiempos se han escuchado algunas voces plan- teando la dicotomía que habría entre lo nacional y lo extran- jero. Este debate, que se insinúa en varios aspectos del que- hacer nacional, se refleja en el sistema financiero con más inten- sidad que en otros sectores de la economía, porque se utiliza para impulsar la introducción de regulaciones especiales destinadas a promover el crecimiento de la banca nacional en detrimento de la presencia local de la banca internacional. En favor de esta posición se suele decir que contar con una ban- ca nacional sólida y eficiente explica el buen desempeño económi- co de los países. No hay duda de que la presencia de bancos sólidos y eficientes es indispensable para que las economías prosperen. Nada indica, por el contrario, que los bancos deban ser sólo nacio- nales. De hecho, la mayoría de estas economías muestra que los bancos internacionales tienen una presen- cia significativa en los mercados locales. Los principales países de la región, Brasil, México y Chile, muestran que los bancos lo- cales e internacionales pueden participar ambos del mercado en beneficio de los usua- rios del sistema bancario –que disponen de más alternativas– y de la economía que, de ese modo, cuenta con más recursos. Más aún, el país que más ha crecido en los últi- mos quince años en la región, Chile, de- muestra que la presencia de la banca ex- tranjera no es un obstáculo para el desarro- llo de una banca nacional sólida y pujante. El argumento también suele transitar por cuestiones más puntuales. En particular, se sostiene que en algunos mercados la banca nacional tiene la ventaja de disponer de información que, por varias razones buenas y no tan buenas, no está disponible para la internacional. También se especula con que los bancos nacionales cuentan con más posibilidades de adaptación a las circunstancias y algunos otros argumentos. Sin embargo, todas las situaciones mencionadas resultan ser una ventaja para la banca nacional y no una desventaja que pueda ser utilizada para justificar que se le den privilegios en relación a la internacional. Por último, se sostiene que uno de los argumentos principales para aceptar la presencia de la banca extranjera –el apoyo de las casas matrices en caso de crisis– resultó ser un fiasco. Hacer esta afirmación equivale a ocul- tar deliberadamente que tanto la pesificación como la reprogra- mación de los depósitos fueron decisiones adoptadas por los pode- res públicos sin ninguna intervención de la banca; decisiones que modificaron compulsivamente contratos privados y que provoca- ron un daño que excede cualquier contribución razonable a la emergencia. Los bancos extranjeros en el país, como también lo hi- zo la banca pública y privada nacional, obraron de acuerdo con la ley. De no haberse roto los contratos, no hay duda de que hubieran actuado como lo hicieron en Uruguay, cumpliendo sus obligacio- nes en los términos pactados entre las partes. Los hechos demuestran que, a diferencia de lo que se dice, los bancos internacionales están efectivamente apoyando a sus filia- ¿ BANCA NACIONAL VS. EXTRANJERA? MARIO VICENS Presidente de la Asociación de Bancos de la Argentina La presencia de la banca internacional va de la mano con el desarrollo y de ningún modo es un obstáculo para que la banca nacional crezca y se consolide. 16 de febrero de 2004 / FORTUNA 9 les locales. Tras la crisis, y luego de asumir pérdidas muy impor- tantes, la mayoría está capitalizando sus filiales en la Argentina como una manifestación clara de que seguirán comprometidos y contribuyendo con el país con la misma fuerza con que lo han he- cho hasta ahora y más allá de algunos comentarios antojadizos que intentan mostrar o sugerir intereses distintos. No hay que ol- vidar que muchas de estas entidades tienen una presencia más que centenaria en el país, lo que garantiza su interés y compromi- so con el futuro de la Argentina. Por otra parte, cabe repasar la importancia que tuvieron los ban- cos extranjeros en la década del '90, durante la cual se constituye- ron en un verdadero motor que impulsó la incorporación de cier- tas líneas de crédito como el hipotecario y el prendario, servicios y productos bancarios altamente desarrollados desde el punto de vista tecnológico y operativo, que cambia- ron las costumbres de los clientes. Ello sacu- dió un mercado que hasta entonces se carac- terizaba por la falta de crédito masivo a me- diano y largo plazo –con pocas opciones– y por servicios mucho más caros, benefician- do fundamentalmente a nuevos usuarios, que a partir de entonces pudieron acceder al crédito y a los servicios bancarios. De allí se deduce que la presencia de la banca extran- jera promueve la competencia, evitando la generación de situaciones monopólicas que, tal como ha quedado demostrado durante la experiencia histórica de la Argentina, dis- torsionan los mercados en detrimento de los usuarios. No hay que remontarse demasia- do para recordar lo tedioso, cuando no impo- sible, que era acceder a un crédito para la vivienda o a una línea te- lefónica. Era necesario esperar largos años, aún cuando muchas veces esta necesidad terminaba en una frustración de por vida. Hoy la competencia vuelve a estar presente en el escenario de post-crisis del sistema financiero. Todos los bancos están procu- rando recomponer el crédito, como lo demuestran la disminución de sus costos y las promociones. El esfuerzo de los bancos interna- cionales es aún más significativo, porque los efectos negativos de la crisis afectaron más a los bancos que más crecimiento habían registrado a lo largo de los años previos a la crisis. En definitiva, a diferencia de lo que se dice, la experiencia de otros países similares al nuestro indica que la presencia de la ban- ca internacional va de la mano con el desarrollo y de ningún modo es un obstáculo para que la banca nacional crezca y se consolide. Más aún, la banca internacional suele resultar muy útil para alle- gar recursos internacionales y para garantizar la competencia y el acceso de usuarios al crédito y a los servicios financieros. Para ello es necesario asegurar reglas de juego claras, equitativas y estables en materia de requerimientos de capital, liquidez y regulaciones que rigen la vida de los bancos del sistema, sean estos públicos, na- cionales o extranjeros. La competencia garantiza un sistema fi- nanciero transparente y eficiente en beneficio no sólo de los ban- cos sino fundamentalmente del consumidor y del país. BANCOS. La fortaleza de los nacionales y extranjeros beneficia el sistema. FOR-0037-009-Editorial 2/14/04 7:50 PM Page 2

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Columna Revista Fortuna por Mario Vicens

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Editoriales

En los últimos tiempos se han escuchado algunas voces plan-teando la dicotomía que habría entre lo nacional y lo extran-jero. Este debate, que se insinúa en varios aspectos del que-

hacer nacional, se refleja en el sistema financiero con más inten-sidad que en otros sectores de la economía, porque se utiliza paraimpulsar la introducción de regulaciones especiales destinadas apromover el crecimiento de la banca nacional en detrimento de lapresencia local de la banca internacional.

En favor de esta posición se suele decir que contar con una ban-ca nacional sólida y eficiente explica el buen desempeño económi-co de los países. No hay duda de que la presencia de bancos sólidosy eficientes es indispensable para que las economías prosperen.Nada indica, por el contrario, que los bancos deban ser sólo nacio-nales. De hecho, la mayoría de estas economías muestra que losbancos internacionales tienen una presen-cia significativa en los mercados locales.Los principales países de la región, Brasil,México y Chile, muestran que los bancos lo-cales e internacionales pueden participarambos del mercado en beneficio de los usua-rios del sistema bancario –que disponen demás alternativas– y de la economía que, deese modo, cuenta con más recursos. Másaún, el país que más ha crecido en los últi-mos quince años en la región, Chile, de-muestra que la presencia de la banca ex-tranjera no es un obstáculo para el desarro-llo de una banca nacional sólida y pujante.

El argumento también suele transitar porcuestiones más puntuales. En particular, sesostiene que en algunos mercados la bancanacional tiene la ventaja de disponer de información que, porvarias razones buenas y no tan buenas, no está disponible para lainternacional.También se especula con que los bancos nacionalescuentan con más posibilidades de adaptación a las circunstanciasy algunos otros argumentos. Sin embargo, todas las situacionesmencionadas resultan ser una ventaja para la banca nacional y nouna desventaja que pueda ser utilizada para justificar que se le denprivilegios en relación a la internacional. Por último, se sostieneque uno de los argumentos principales para aceptar la presenciade la banca extranjera –el apoyo de las casas matrices en caso decrisis– resultó ser un fiasco.Hacer esta afirmación equivale a ocul-tar deliberadamente que tanto la pesificación como la reprogra-mación de los depósitos fueron decisiones adoptadas por los pode-res públicos sin ninguna intervención de la banca; decisiones quemodificaron compulsivamente contratos privados y que provoca-ron un daño que excede cualquier contribución razonable a laemergencia.Los bancos extranjeros en el país,como también lo hi-zo la banca pública y privada nacional, obraron de acuerdo con laley. De no haberse roto los contratos, no hay duda de que hubieranactuado como lo hicieron en Uruguay, cumpliendo sus obligacio-nes en los términos pactados entre las partes.

Los hechos demuestran que, a diferencia de lo que se dice, losbancos internacionales están efectivamente apoyando a sus filia-

¿BANCA NACIONAL VS. EXTRANJERA?MARIO VICENS

Presidente de la Asociación de Bancos de la Argentina

La presencia de la banca internacional va de la mano con el desarrollo y de ningún modo es un obstáculo para que la banca nacional crezca y se consolide.

16 de febrero de 2004 / FORTUNA 9

les locales. Tras la crisis, y luego de asumir pérdidas muy impor-tantes, la mayoría está capitalizando sus filiales en la Argentinacomo una manifestación clara de que seguirán comprometidos ycontribuyendo con el país con la misma fuerza con que lo han he-cho hasta ahora y más allá de algunos comentarios antojadizosque intentan mostrar o sugerir intereses distintos. No hay que ol-vidar que muchas de estas entidades tienen una presencia másque centenaria en el país, lo que garantiza su interés y compromi-so con el futuro de la Argentina.

Por otra parte,cabe repasar la importancia que tuvieron los ban-cos extranjeros en la década del '90, durante la cual se constituye-ron en un verdadero motor que impulsó la incorporación de cier-tas líneas de crédito como el hipotecario y el prendario, servicios yproductos bancarios altamente desarrollados desde el punto de

vista tecnológico y operativo, que cambia-ron las costumbres de los clientes. Ello sacu-dió un mercado que hasta entonces se carac-terizaba por la falta de crédito masivo a me-diano y largo plazo –con pocas opciones– ypor servicios mucho más caros, benefician-do fundamentalmente a nuevos usuarios,que a partir de entonces pudieron acceder alcrédito y a los servicios bancarios. De allí sededuce que la presencia de la banca extran-jera promueve la competencia, evitando lageneración de situaciones monopólicas que,tal como ha quedado demostrado durante laexperiencia histórica de la Argentina, dis-torsionan los mercados en detrimento de losusuarios. No hay que remontarse demasia-do para recordar lo tedioso,cuando no impo-

sible, que era acceder a un crédito para la vivienda o a una línea te-lefónica. Era necesario esperar largos años, aún cuando muchasveces esta necesidad terminaba en una frustración de por vida.

Hoy la competencia vuelve a estar presente en el escenario depost-crisis del sistema financiero. Todos los bancos están procu-rando recomponer el crédito, como lo demuestran la disminuciónde sus costos y las promociones. El esfuerzo de los bancos interna-cionales es aún más significativo, porque los efectos negativos dela crisis afectaron más a los bancos que más crecimiento habíanregistrado a lo largo de los años previos a la crisis.

En definitiva, a diferencia de lo que se dice, la experiencia deotros países similares al nuestro indica que la presencia de la ban-ca internacional va de la mano con el desarrollo y de ningún modoes un obstáculo para que la banca nacional crezca y se consolide.Más aún, la banca internacional suele resultar muy útil para alle-gar recursos internacionales y para garantizar la competencia y elacceso de usuarios al crédito y a los servicios financieros.Para elloes necesario asegurar reglas de juego claras,equitativas y establesen materia de requerimientos de capital, liquidez y regulacionesque rigen la vida de los bancos del sistema, sean estos públicos, na-cionales o extranjeros. La competencia garantiza un sistema fi-nanciero transparente y eficiente en beneficio no sólo de los ban-cos sino fundamentalmente del consumidor y del país.

BANCOS. La fortaleza de los nacionales yextranjeros beneficia el sistema.

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