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Fanatismo y mediacion. Conferencia de Jonan Fernandez. Sevilla, 16 de abril de 2009.

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baketikRevista de ideas éticas del Centro por la paz de Arantzazu

Septiembrede2009

Fanatismo ymediación

Conferencia de Jonan FernandezSevilla, 16 de abril de 2009

82€

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Baketik 8Edita: Baketik (Gandiaga Topagunea - Arantzazu - 20567 Oñati)Impresión: Antza (Industrialdea 2. pab. - 20160 Lasarte)Depósito Legal: SS-789-2007septiembre de 2009

Instituciones colaboradoras:

Esta publicación ha recibido subvención de:

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baketikRevista de ideas éticas del Centro por la paz de Arantzazu

Septiembrede2009

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Fanatismo y mediación

Este monográfico recoge la conferencia titu-lada «Fanatismo y mediación» impartida porJonan Fernandez en el XI Seminario de lasTres Culturas sobre «Fanatismo en las tresculturas» celebrado en la Facultad de Filoso-fía de la Universidad de Sevilla el 16 de abrilde 2009.

Introducción

Los organizadores de este encuentro sobre Fanatismoen las tres culturas me han pedido que participe con unaponencia sobre fanatismo y mediación, y que lo hagadesde una perspectiva experiencial y no tanto en unformato académico que sería más propio de este foro. Nome cuesta hacerlo así porque mi trayectoria está máspegada a la investigación de la experiencia práctica que ala investigación académica.

Durante trece años fui coordinador de Elkarri, un movi-miento social que trabajó en la mediación por la noviolen-cia, el diálogo y el acuerdo en el conflicto vasco. Desdehace tres años dirijo Baketik un centro por la paz, radicadoen el Santuario de Arantzazu que desarrolla dos ejes prin-cipales de trabajo: la divulgación del aprendizaje en laelaboración ética de conflictos y la búsqueda de puntos deencuentro en el diálogo interreligioso, intercultural e inter-conviccional.

Esta es mi experiencia y a partir de la misma voy a tratarde exponer lo que me ha enseñado sobre fanatismo ymediación. Me permito adelantar en esta introducción losejes que resumen su contenido.

Primero. El fanatismo no es un fenómeno extraordina-rio que ocurre en contextos específicos de excepcionali-dad y que afecta solo a personas con algún nivel de deses-tructuración psicológica. En todos los contextos conflictua-les podemos encontrar manifestaciones de fanatismo.Podríamos decir que todos llevamos dentro un fanáticodurmiente que puede despertar en cualquier momento

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dependiendo de las circunstancias y condiciones exterio-res, y del trabajo humano y personal interior que hayamoshecho con nosotros mismos a lo largo de la vida.

Segundo. La mediación es una herramienta adecuadapara abordar los fenómenos de fanatismo político o reli-gioso. Podemos encontrar tres formas de desarrollarla: unamediación principalmente basada en la firmeza de posicio-namientos, una mediación principalmente basada en lanegociación de intereses y una mediación principalmentebasada en la búsqueda de un consenso ético.

Tercero. La propuesta que desarrolla Baketik es unacombinación de todas ellas. No abandonar la firmeza ni lanegociación pero poner el acento principal en la búsque-da de un consenso ético universal para una nueva ciuda-danía global. Concretamente, tratar de avanzar en estadirección buscando compartir lo más específicamentehumano mediante una serie de aprendizajes básicos. Esuna línea de trabajo que no garantiza resultados rápidosni seguros a corto plazo. Pero, en cualquier caso, lo cier-to es que, ante los conflictos destructivos, es decir, conmanifestaciones de fanatismo, no hay fórmulas mágicas,seguras o rápidas. Solo se pueden crear condiciones detransformación.

Esta es la tesis que voy a tratar de desarrollar en estaponencia. Como ya he dicho es el resultado de una expe-riencia; pero además tiene carácter de sugerencia abierta.No representa una propuesta cerrada y acabada sino unconjunto de reflexiones que se ponen encima de la mesapara que en el contraste con otras se complete y modifi-que. Mi experiencia me enseña que no hay propuestasperfectas y acabadas, todo lo que creamos tiene un carác-ter inacabado. Surge de aportaciones inacabadas que

otros nos han legado y da lugar a nuevas reflexionestambién inacabadas que crearán otros.

1. Fanatismo

1.1. Definición y construcción mental del fanatismoSi recurrimos al diccionario encontraremos que la defi-

nición de fanatismo es «tenaz preocupación, apasiona-miento del fanático». Buscamos la voz fanático y obtene-mos algo más de información. Agrega «que defiende contenacidad desmedida y apasionamiento, creencias uopiniones, sobre todo religiosas o políticas», o también:«preocupado o entusiasmado ciegamente por una cosa».

Estas definiciones nos sitúan en un terreno ambiguo.Parcialmente, contienen aspectos y se refieren a compor-tamientos o actitudes que entran dentro de la racionali-dad y que incluso pueden valorarse positivamente. Tena-cidad, preocupación, apasionamiento, entusiasmo… sonvalores socialmente aceptados como un activo para lavida y la convivencia. Sin embargo, estas definicionesintercalan adjetivaciones como desmedida (tenacidad) ociegamente (entusiasmado) que se adentran en el terrenode la irracionalidad.

Esta ambigüedad conduce a diferentes comprensionessociales del fanatismo. Algunas más benevolentes y otrasmás inquietantes. Aceptamos, con alguna prevención, queuna persona pueda ser fanática de la música, del arte o deldeporte y encontramos que en ello pueda haber aspectospositivos, aunque intuimos que cualquier exceso puedetener efectos secundarios. Sin embargo, cuando aplica-mos el concepto de fanatismo al terreno político o religio-so, entrevemos inmediatamente peligro.

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mental no es ajeno al contexto exterior. Podrá encontrarcondiciones y circunstancias personales, sociales, mediáti-cas, políticas, religiosas o de otro tipo que lo reforzarán olo debilitarán, pero sobre eso trataremos más adelante.

1.2. Identificación del fanatismo en los comportamientosEmpecemos por romper esquemas instalados en la

percepción social. El fanatismo no es un comportamientoextraordinario y aislado en contextos excepcionales y refe-ridos a personas con una estructura psicológica perturba-da. Todos/as somos capaces de fanatismo. Todos/as ycada uno/a de nosotros/as. ¿Por qué? Porque somos limi-tados, imperfectos, transitorios y mortales, y nos resistimosa aceptar nuestra limitación. Tenemos una enorme nostal-gia de seguridad y de plenitud. Por eso, aunque sepamosque son imposibles nos pasamos la vida buscando fórmu-las definitivas de seguridad que nos hagan olvidar nuestrarealidad inexplicablemente finita e imperfecta.

El proceso que encadena absolutización, dogmatismoy fanatismo nos ofrece ese sistema de garantía de plenitudfrente a la limitación. Nos es muy difícil resistirnos a latentación de abrazar un sistema de seguridad ya seamediante ideas, creencias, convicciones, causas, objetivose incluso ilusiones o ensoñaciones de cualquier tipo quenos permitan palpar interiormente la sensación de lo abso-luto, definitivo, perfecto y pleno. Buscamos la autosuficien-cia para ocultar nuestra insuficiencia. Por eso, somospotencialmente capaces de absolutización, dogmatismo yfanatismo.

No debemos olvidar, por otra parte, que la absolutiza-ción y el dogmatismo que conducen al fanatismo produ-cen grandes rendimientos psicológicos y existenciales.Principalmente, nos dan un sentido englobante a la vida,secuestran las preguntas de la existencia, dividen elmundo entre buenos y malos y, por supuesto, nos sitúan enel lado de los buenos y justificados. La causa que motivanuestro fanatismo se convierte en un absoluto ideológico,en una especie de religión de sustitución, en un dios quepodemos instrumentalizar a la medida de nuestras necesi-dades de seguridad ideológica y existencial totalizadora.

Todos/as somos capaces de fanatismo. Afortunada-

Esta exposición trata de esta última acepción. El fana-tismo político o religioso está asociado con la idea de estardispuesto a lo que sea por una creencia o convicción. Odicho de otro modo, implica poner esa causa por encima ypor delante de todo, de forma ciega y desmedida. La defi-nición del fanatismo político o religioso está por ello muyconectada al dogmatismo. Pudieran incluso considerarsesinónimos. El dogmatismo explica el fanatismo en suvertiente política y religiosa. Señala el origen de la cegue-ra y la desmesura que lo caracterizan.

El dogmatismo político o religioso es la presunción dequien se considera en posesión de la verdad y de la razónabsoluta. El fanatismo político o religioso representa elcomportamiento de quien está dispuesto a hacer lo quesea por una creencia o convicción percibida como unaverdad absoluta y que lo sitúa por encima y por delante detodo. El dogmatismo desemboca casi siempre en fanatis-mo, pero ¿cómo nos introducimos en el dogmatismo?

Para responder a esta pregunta debemos abrir la puer-ta a un tercer concepto: la absolutización. La absolutiza-ción de una idea, creencia o convicción. La absolutizaciónes un mecanismo por el que de un modo prácticamenteimperceptible, el ser humano en determinadas circunstan-cias puede otorgar un valor absoluto y totalizante a unacausa u objetivo determinado. La absolutización producela certeza de encontrarnos con la verdad y la razón incon-cusa. No somos nosotros/as quienes nos adherimos a unaidea, es esa idea la que se apodera de nosotros/as convir-tiéndonos en instrumentos a su servicio. La película Vence-dores y vencidos describe magistralmente cómo unapersona tan justa, recta y sensata como el juez ErnstJanning puede verse apoderado y totalizado por una ideatan perversa y fanática como la que encarnaba el régimennazi y llegar a cometer terribles atrocidades.

En definitiva, la definición de fanatismo político y reli-gioso está vinculada a la adjetivación de desmesura yceguera, y su construcción mental se inicia con la absoluti-zación de una causa, idea, objetivo o creencia. Esta condu-ce a una actitud guiada por el dogmatismo que, a su vez,puede desembocar en el fanatismo en los comportamien-tos políticos o religiosos. Lógicamente, este proceso

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mente, no todas las personas actúan de modo fanático.Las circunstancias y condiciones que rodean nuestra vidapueden contribuir a una cosa o a la otra: la biografía, laeducación, la familia, las injusticias… Pero cometeríamosun error si tendiésemos a pensar que fanáticos son solopersonas fundamentalistas, grupos terroristas o quienesrecurren a métodos explícitamente violentos. Estos desdeluego lo son, pero no son los únicos.

Agazapados en cualquier forma de poder o posiciónde ventaja y disfrazados de normalidad se escondenmuchos comportamientos fanáticos. Yo lo he visto en elconflicto vasco. Lo he visto en las Instituciones, en lospartidos, en los medios de comunicación, en los grupossociales, en la policía, en los discursos políticamentecorrectos, en quienes demonizan cualquier forma de disi-dencia, en quienes en una supuesta defensa de las vícti-mas solo aceptan una solidaridad que les dé la razón, enquienes promueven la justicia penal del enemigo, en quie-nes legitiman el «todo vale» contra el terrorismo, en lostribunales que no miran a las pruebas sino a las prejuiciosmediática y políticamente establecidos…

Se puede observar también en los comportamientosreligiosos inquisitoriales que todavía perviven aunque conformas mucho más sofisticadas y sutiles. En todo caso, laprincipal paradoja en este terreno, una paradoja que dacuenta de la fuerza del dogmatismo y el fanatismotambién entre las religiones, es la incapacidad de estas dealcanzar un consenso ético universal que sitúe el bien deDios para el mundo y para el ser humano por delante delinterés particular de cada religión. ¿Cuándo sabemos queha penetrado el fanatismo en la religión? Cuando el abso-luto del amor de Dios es puesto a la misma altura, o inclu-so sustituido por el falso absoluto de la estructura sectariao religiosa.

Pero la creación de falsos absolutos no se reduce soloa los absolutos religiosos, políticos o ideológicos. Tambiénestán los absolutos de la vida cotidiana. El individualismo,el consumismo, el protagonismo, el status, el dinero, laseguridad, el poder, el egoísmo… pueden tambiénconvertirse en la causa de una absolutización que propiciael dogmatismo de la insolidaridad y que puede desembo-car en comportamientos fanáticos y deshumanizadores.

Tal vez, lo más grave de los comportamientos fanáti-cos en los conflictos es que son contagiosos. Tienden areproducirse entre los diferentes actores de un conflicto.Lo que legitima mi comportamiento dogmático es el victi-mismo. «Lo que hacen ellos es peor que lo que yo hago yademás no me dejan otra alternativa». Este tipo de argu-mentos tan eficaces son los que nos hacen sentirnos auto-justificados moralmente para emplear medios no éticosen una situación de conflicto y dejarnos deslizar por lasenda del fanatismo.

1.3. El fanatismo en las ideologíasLa ideología, cuando no es encubridora de intereses

espurios, puede definirse como el conjunto de ideasfundamentales que define el pensamiento de una persona,una colectividad, una época, o de un movimiento cultural,religioso o político. Las ideologías, por tanto, siempre que

su contenido no sea racista, xenófobo, violento, o alientecualquier tipo de explotación o discriminación de unaspersonas contra otras, pueden jugar un papel social ypersonal constructivo.

Pero las ideologías, también las aparentemente norma-lizadas, pueden ser armas de doble filo. El dogmatismopuede colarse a través de ellas. Alientan o ahuyentan elfanatismo según cómo sean abrazadas por cada persona.Todo va a depender de que la ideología adquiera un valorinstrumental o absoluto. Si ocurre lo primero, la ideologíaserá una herramienta que nos ayude a entender, interpre-tar y actuar conforme a una serie de convicciones. Siocurre lo segundo, si adquiere un valor absoluto, la ideo-logía nos estará encaminando hacia procesos de absoluti-zación, dogmatismo y finalmente fanatismo. Se trata decomprobar si la ideología está al servicio de la persona oal revés. Algunas pistas para reconocer qué tipo de rela-ción mantenemos con nuestra ideología pueden ser lassiguientes:

·Si tiene carácter instrumental, sabremos que, pordelante de nuestra ideología, está el valor de lapersona, tendremos consciencia de no ser dueños detoda la verdad, tendremos alguna duda y estaremosdispuestos a que pueda evolucionar o incluso refor-mularse según las experiencias que nos toca vivir.·Si tiene un valor absoluto, sentiremos que está porencima y por delante de todo, en el fondo denosotros/as —aunque no lo expresemos así— nossentiremos con toda la razón de nuestro lado, perci-biremos esa ideología como inmutable y, sobre todo,nos dará mucha seguridad e incluso un sentido a lavida.

En este segundo supuesto, la ideología se convierte enun acompañante fatal que, en el caso más extremo, puedellevarnos a cometer atrocidades en defensa de unas ideasabsolutizadas y, en el supuesto más habitual, nos robará lalibertad porque ordenará nuestra vida en la seguridad dela jaula en que se transforma empujándonos a actuar ciegay desmedidamente.

Esta forma de identificación ideológica es mucho máshabitual de lo que podemos imaginar. El individualismo,por ejemplo, tiene múltiples formas ideológicas para orde-nar la vida cotidiana. Ocurre incluso que muchas personasreligiosas, reducen su fe a una mera adhesión ideológica aunas creencias y a unas ideas. Abrazan, de este modo, unesquema de seguridad pero despojan su vivencia y supráctica religiosa de cualquier dimensión de apertura espi-ritual. Paradójicamente, hay muchas formas de vivir lasideologías que parecen religiosas y muchas formas depracticar la religiones que parecen ideológicas.

1.4. Causas y prevención del fanatismoEl fanatismo tiene, al menos, cuatro causas que lo

propician y que prefiguran algunos campos de accióneducativa para su prevención:

·Una insuficiente conciencia de limitación de la condi-ción humana. Si una persona está dispuesta a lo quesea, incluso a matar, por una creencia o una convic-ción, solo lo puede hacer si se siente en posesión de

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motiva. Por eso, la prevención del fanatismo precisauna fuerte inversión en la ética de la dignidad huma-na. Solo puede superar el fanatismo quien encuentrauna causa superior a su propia causa. Una causaincondicional que representa el principal proyecto delser humano en la conducción de su vida social ycomunitaria, la causa de la dignidad humana. Laprevención del fanatismo necesita enseñar a descu-brir en nuestra propia dignidad humana la de losdemás, y encontrar en esa confluencia profunda elvalor supremo y trascendente de la persona que estápor encima y por delante de todo.

Una prevención eficaz del fanatismo requiere un abani-co de medidas de todo tipo. Liderazgos de referenciaética; condiciones sociales justas; modelos políticos demo-cráticos y participativos; una política internacional basadaen el multilateralismo, Iglesias, doctrinas y teologíascentradas en el primado del amor; medios de comunica-ción sensatos; modelos educativos humanistas y humaniza-dores; sistemas judiciales de garantías… Todo esto esnecesario y, junto con ello, también y con un carácter bási-co tener presente que, para evitar la tentación del fanatis-mo, la formación humana de la persona necesita asentarseen la conciencia de limitación, en la capacidad de identifi-car lo bueno, en el hábito de la escucha de la conciencia yen la interiorización del sentido de la dignidad humana.

2. MediaciónLa mediación es el conjunto de iniciativas que se

desarrollan en una situación de conflicto o disputa paratratar de favorecer un entendimiento o una solución acor-dada ante un problema. Prácticamente, cualquier acciónque logre ese objetivo de arreglo consensuado formaparte de una estrategia mediadora. En el terreno que nosocupa podríamos hablar de tres grandes estrategias demediación ante el fanatismo: (a) una mediación principal-mente basada en la firmeza de principios, (b) una media-ción principalmente basada en la negociación de interesesy (c) una mediación principalmente basada en la búsquedade un consenso ético. Desarrollaremos a continuaciónbrevemente su contenido y ejes principales:

una verdad absoluta. Es decir, si ha olvidado que eslimitado e incapaz de ser poseedor de la razón total.La prevención del fanatismo tiene mucho que ver conuna educación que recuerde constantemente nuestralimitación y la integre como parte de lo más específi-ca y universalmente humano.·Una incapacidad de identificar, valorar y agradecer lobueno. El recurso a medios y a comportamientosextremos está asociado al diagnóstico de que no haynada que hacer. No hay otra alternativa, no hay ningu-na oportunidad para lograr lo que me propongo si noes utilizando medios destructivos. La prevención delfanatismo está directamente relacionada con eldesarrollo de las capacidades para identificar, valorary agradecer lo que es bueno y positivo en cadacircunstancia de la vida, de los conflictos o de las difi-cultades. Si somos capaces de identificar las oportu-nidades, encontraremos medios éticos y humanospara seguir luchando por nuestra causa.·Un hábito de escucha superficial de nuestra concien-cia. Salvo patologías, nuestra conciencia siempretiene en su nivel más profundo una propuesta justa yética a nuestra disposición. El problema es que escu-chamos poco, mal o nada a nuestra conciencia. Nosconformamos con las respuestas que encontramos ensus niveles más superficiales. Por ejemplo, entre estosse encuentra la conciencia de fidelidad a la causa o algrupo en que nos sentimos representados. Noprofundizamos en la escucha de la conciencia ymoldeamos a conveniencia una conclusión que nospermita actuar con buena conciencia. Los comporta-mientos fanáticos se justifican en un ejercicio de escu-cha superficial de la conciencia. Su prevención nece-sita recuperar un aprendizaje de escucha profunda yhonesta de la conciencia.·Una débil interiorización del sentido de la dignidadhumana. El fanatismo necesita olvidar que la personaes un fin en sí mismo, con capacidad de elegir, y suje-to de derechos que no es un mero instrumento omedio. El fanatismo subordina el valor de la personaa la creencia, objetivo, causa o convicción que lo

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2.1. Una mediación principalmente basada en la firmezade principios

Muchas veces, en los conflictos destructivos el fanatis-mo se manifiesta de un modo intratable y hermético antecualquier posibilidad de diálogo. En estos casos, la media-ción debe asentarse en dos bases:

-la definición de un conjunto de principios básicos,sólidos y firmes que enmarquen las posibilidades y elmétodo para un acuerdo negociado.-la disposición a la apertura del diálogo en cualquiermomento.

(Atiéndase al diferente tratamiento que reciben diálo-go y negociación. El diálogo es posible en cualquiercircunstancia, la negociación necesita un marco de princi-pios y garantías para la reciprocidad.)

Esos principios firmes en estos casos afectan principal-mente a las garantías de procedimiento y normalmentegiran en torno a cuatro compromisos: no-violencia y respe-to a los derechos humanos, voluntad de diálogo y acuer-do, respeto al pluralismo y respeto a los principios demo-cráticos y a las voluntades sociales mayoritarias.

En los conflictos intratables la filosofía o la estrategiade la mediación se concentra en torno a un conceptoinventado en la época de Elkarri: insitencialismo. Insisten-cialismo en la defensa de esos principios e insistencialismoen la predisposición al diálogo.

No todos los conflictos tienen solución a corto plazo,algunos ni siquiera a lo largo de toda una vida. Esosconflictos crónicos, intratables, destructivos y con manifes-taciones de fanatismo no encuentran una fórmula mágicaque permita superarlos cuándo y cómo quisiéramos. Enestos casos, la alternativa de la mediación no es otra quela de crear condiciones que hagan posible una solucióndesde el insistencialismo en los principios y en el diálogo.

2.2. Una mediación principalmente basada en la negocia-ción de intereses

Algunos conflictos evolucionan inesperadamente ogracias al trabajo realizado previamente. Otros no hanalcanzado un grado de enfrentamiento e incomunicacióntan intratable. En estos casos, es posible para la mediacióndesarrollar una estrategia basada principalmente en lanegociación de intereses. Probablemente, las partes deese conflicto ni están, ni se van a poner de acuerdo en eldiagnóstico del problema, ni tampoco compartirán proba-blemente los mismos fines o ideales. Sin embargo, coinci-dirán en que es mejor para sus respectivos objetivosbuscar un acuerdo que continuar profundizando en unenfrentamiento destructivo.

Si se dan estas circunstancias, es posible abordar unamediación que trate de encontrar un acuerdo beneficio-so para los intereses de las partes y que regule las condi-ciones que pongan fin a las hostilidades y a cualquiercomportamiento violento, dogmático o fanático en elfuturo. Este proceso podrá tener, al menos, teóricamen-te, tres grandes etapas: preconciliación, conciliación yreconciliación.

En la preconciliación se busca el acuerdo para el cesede las hostilidades, el respeto a los derechos humanos ylas garantías metodológicas para negociar en condiciones

de igualdad y reciprocidad. En la fase de conciliación sedesarrolla el proceso de negociación para alcanzar unacuerdo que concilie los diferentes intereses de las partes.En la fase de reconciliación, se intenta reparar el dolor delas víctimas, reconstruir lo destruido y tomar las medidaspreventivas necesarias para que no vuelva a repetirse losucedido en el pasado. Lógicamente, esta es una guíateórica ideal para la intervención mediadora en conflictosmaduros. En la práctica, será menos sencillo y requerirádesplegar una infinidad de recursos que la pericia delmediador deberá saber emplear.

2.3. Una mediación principalmente basada en la búsquedade un consenso ético

Hemos dicho anteriormente que el fanatismo solo sesupera de manera razonablemente definitiva cuando sedescubre que la ética de la dignidad humana es una causasuperior a la causa que motiva ese fanatismo y cuando estapuede sublimarse como el principal proyecto del serhumano en la conducción de su vida social y comunitaria.Este diagnóstico nos empuja a pensar en una intervenciónmediadora preventiva, estratégica y de largo plazo.

Ante la absolutización, el dogmatismo y el fanatismoen los contextos conflictuales no hay fórmulas mágicas. Nila mediación basada en la firmeza de principios, ni lamediación basada en la negociación de intereses nos ofre-cen garantías de solución definitivas. El fenómeno de loscomportamientos fanáticos puede seguir reproduciéndosee incluso puede rebrotar después de una desaparicióntransitoria. Por eso, es necesario trabajar la dimensiónpreventiva y estratégica de este fenómeno. Aunque sepa-mos que tampoco esto es garantía definitiva.

La prevención del fanatismo está directamente vincula-da con el impulso y comprensión de una nueva ciudadaníaglobal. Esa nueva ciudadanía debe asentarse en unconsenso ético mundial. Es un consenso de contenidoético y de dimensión planetaria el que nos puede otorgarla condición de ciudadanos/as globales porque si no esético, no es universal sino restringido; y si no es planetario,es solo de los nuestros y no global. Es un consenso de esteestilo el que puede crear condiciones para prevenir losfanatismos haciendo posible un marco creíble para untratamiento de conflictos que regule las vías transitables ylas no transitables.

Esto lógicamente es difícil de alcanzar, pero ello nodebe impedirnos avanzar en esa dirección. Creemos, enBaketik, que lo que nos puede permitir caminar hacia eseconsenso ético global es profundizar en las potencialida-des de aquello que es más específica y singularmentehumano, aquello en lo que todas las personas somos igua-les por encima de cualquier diferencia de religión, cultura,convicción o identidad. Nuestra hipótesis es que labúsqueda de lo más específicamente humano puede favo-recer el encuentro en lo más universal. Y que esto tiene unefecto preventivo sobre los comportamientos fanáticos enla política, en la religión y en la vida cotidiana.

¿En qué somos todos iguales? En que somos limitados,en que, a pesar de todo, nos rodean realidades buenas ypositivas que nos permiten vivir y merecen agradecimien-to, en que tenemos conciencia, y en que tenemos una

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misma dignidad humana. Es precisamente una falta deconciencia sobre todo esto, sobre lo más específicamentehumano, lo que constituye la causa del fanatismo y elcampo de la acción educativa para su prevención comohemos podido ver en el apartado «1.4. Causas y preven-ción del fanatismo».

Como se recordará, estas causas son una insuficienteconciencia de limitación de la condición humana, una inca-pacidad de identificar, valorar y agradecer lo bueno, unhábito de escucha superficial de nuestra conciencia y unadébil interiorización del sentido de la dignidad humana. Laprevención del fanatismo requiere en consecuencia impul-sar una pedagogía global en torno a estos déficits: unaprendizaje de la limitación de la condición humana, unaprendizaje del sentido del agradecimiento para valorar lobueno y positivo, un aprendizaje de la escucha de laconciencia y un aprendizaje del significado de la dignidadhumana.

Trabajar en esta dirección en el diálogo interreligioso,en la política internacional para la alianza de civilizaciones,en cada conflicto con manifestaciones de fanatismo, en laeducación en nuestras escuelas y en nuestras familias esuna tercera opción mediadora. En nuestra opinión, es unaprioridad urgente e importante. Esta tercera opciónmediadora no excluye las otras dos. Todas ellas soncomplementarias. Pero, tal vez, por el déficit que hay eneste campo de la prevención me interesa poner el acentocon más intensidad en la tercera estrategia. El puntosiguiente desarrolla con detalle la propuesta que Baketikviene impulsando en esta línea.

3. Resumen de la propuesta de Baketik: «DeAsís a Arantzazu»

3.1. Punto de partidaUn acuerdo ético global de carácter interreligioso,

intercultural e interconviccional es una necesidad para lapaz y la convivencia en el mundo, tanto en el nivel másinternacional y planetario como en el más local y cotidia-no. No partimos de cero, son importantes los pasos dadoshasta la fecha. Los encuentros interreligiosos de Asís, las

reuniones del Parlamento de Religiones, el proyecto ÉticaUniversal de Hans Küng, la Alianza de Civilizaciones oinnumerables iniciativas locales y de base, son una buenamuestra de todo ello. En estos procesos se ha podidocomprobar que, como punto de partida, todas las religio-nes comparten la que se denomina Regla de oro de laética de la reciprocidad: «No hagas a nadie, lo que noquieras que te hagan a ti».

Existe también el convencimiento ampliamentecompartido de que ese acuerdo ético global y transversala las diferentes identidades tiene que plasmar un entendi-miento en torno a la primacía normativa de una serie deaspiraciones humanistas como son (1) la paz, la noviolen-cia, el respeto a la vida y a la dignidad de todas las perso-nas, (2) la solidaridad para hacer un mundo socialmentejusto centrado en el prójimo y en los más necesitados; (3)el respeto a la diversidad y el pluralismo y (4) la defensa dela igualdad en todas sus expresiones. Del mismo modo seconsidera que la Declaración Universal de los DerechosHumanos constituye un avance histórico indudableaunque no suficiente.

Estos son los activos con que cuenta la búsqueda deese acuerdo ético global. Los problemas y dificultades detodo tipo son mayúsculos. Lograr el objetivo no es fácil;pero eso no debe significar que no se puede avanzar enesa dirección. Nos corresponde a todos crear condicionesque hagan probable lo que hoy se antoja imposible. Nosabemos si podemos lograrlo, sí sabemos que podemosponer los medios para posibilitarlo.

Con expectativa modesta centrada en la idea de crearcondiciones, Baketik observa dos obstáculos concretosque considera que pueden ser sorteados de cara a crearmejores condiciones para ese entendimiento ético univer-sal. Aquí se sitúa la propuesta «De Asís a Arantzazu». Suforma de afrontar esos dos obstáculos define las dosprimeras claves para entender el sentido y el objetivo deesta propuesta.

3.2. Primera clave de la propuesta «De Asís a Arantzazu»El primer problema está relacionado con la enorme

dificultad que plantea el carácter normativo del acuerdo

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que se persigue. Tenemos que tener en cuenta que cadauna de las identidades religiosas, culturales o convicciona-les va con una mochila cargada con su historia, biografía ycircunstancias, sus limitaciones y contradicciones, sus sufri-mientos, humillaciones, injusticias o despechos acumula-dos, sus potencialidades, sueños, aspiraciones, objetivos yderechos incumplidos, y sus convicciones o creencias.

En el contacto directo y personal, podemos experi-mentar lo fácil que puede ser convivir entre sensibilidadesdiferentes, porque en lo fundamental todos/as somos muyparecidos; pero también podemos comprobar lo difícilque puede ser ponerse de acuerdo en torno a una éticacompartida, porque somos parte de realidades extrema-damente complejas y contradictorias. El objetivo es nece-sario; pero muy difícil.

Alcanzar un acuerdo en torno a una ética normativa yglobal es un objetivo al que no se debe renunciar porcomplejo que parezca; pero, siendo conscientes de lasenormes dificultades que plantea, tal vez para lograrlo seamás propicio empezar por buscar una meta intermedia conun listón más bajo que permita crear mejores condicionespara seguir avanzando hacia ese objetivo más ambicioso.

Esta es la primera clave para entender el sentido de lapropuesta «De Asís a Arantzazu»: no busca en primerainstancia un acuerdo normativo, sino un consenso básicoen torno al desarrollo de cuatro bases educativas querepresentan lo más especifica y universalmente humano yque todas las identidades podrían compartir.

3.3. Segunda claveEl segundo obstáculo tiene que ver precisamente con

la eficacia educativa del acuerdo normativo que se quierealcanzar. Queremos que las personas, la sociedad, laescuelas, los agentes sociales, las religiones, la política olas instituciones asuman que es mejor, por ejemplo, la pazque la guerra, el diálogo que la imposición, la solidaridadque el egoísmo, la igualdad que la discriminación… En elfondo lo que se pretende es una inmensa tarea educativaque fije unas pautas mínimas para vivir y convivir en paz yjusticia. La pregunta es ¿cómo abordamos ese reto educa-tivo para demostrar y convencer de la primacía normativade estas aspiraciones humanistas?

Lo que hacemos habitualmente, también con labúsqueda de ese acuerdo ético global, es establecer unconjunto de consignas o preceptos sobre el primado de lapaz, el diálogo, la igualdad o el respeto a la dignidadhumana. Tratamos de que el niño o la niña, el/la ciudada-no/a, las instituciones, las religiones, los medios de comu-nicación y el conjunto de la sociedad los acepten ycumplan creándose así un espacio ético global, normativoy compartido. En definitiva, tratamos de educar en unosaprendizajes de consignas o preceptos. Esto es, sin duda,necesario y positivo. La cuestión es si es suficiente y eficaz.

La sociedad en su conjunto es el educando de esteproyecto. Queremos que acepte estas consignas. «Esmejor ser solidario que individualista», por ejemplo. Pero eleducando puede preguntar ¿por qué, simplemente porquealguien me lo diga? Los impulsores de este empeño trata-remos de demostrar que es mejor lo uno que lo otro conargumentos de ética, legitimidad, consecuencias o utilidad.

El educando tiene que fiarse del precepto que se leofrece. En muchos casos, se producirá ese crédito deconfianza con eficacia, en otros tal vez no. De todasformas, el receptor de estos aprendizajes tendrá queenfrentarse en la vida a poderosas circunstancias querefuercen lo opuesto, e incluso a acontecimientos y vocesque digan con gran eficiencia exactamente lo contrario:vale más para la vida y la supervivencia ser impositivo,egoísta, violento, discriminador…

La pregunta que cabe hacerse es si existe algunamanera de transmitir a la sociedad el valor normativo yprevalente de estas aspiraciones humanistas sin que estésolo basada en consignas y preceptos. ¿Existe algunaforma educativa que permita a una persona comprobarpor sí misma y a través de su propia experiencia y vivenciaque el diálogo es mejor que la imposición o que la solida-ridad es mejor que el egoísmo. La tesis de Baketik es queesto es posible. Es posible si a los aprendizajes de consig-nas y preceptos les añadimos cuatro aprendizajes básicosque pudiéramos compartir entre diferentes identidadesreligiosas, culturales o conviccionales.

Los aprendizajes básicos son aquellos que fundamen-tan los aprendizajes de consignas o preceptos humanistaso humanizadores, los que permiten responder desde lapropia experiencia vital a sus porqués, los que permitenentender desde uno/a mismo/a que es mejor el diálogoque la imposición, la paz que la guerra o la solidaridad queel egoísmo. «No solo entiendo que el diálogo es mejor quela imposición porque me lo dice una autoridad moral o deotro tipo, sino también porque lo puedo comprobar en mímismo/a, en mi propia experiencia y vivencia» Este es elobjetivo de los aprendizajes básicos y esta es la segundaclave para entender las propuesta «De Asís a Arantzazu».

3.4. En qué consiste la propuesta «De Asís a Arantzazu»La propuesta «De Asís a Arantzazu» sugiere impulsar

un acuerdo interreligioso, intercultural e interconviccionalen torno a la promoción de cuatro pedagogías básicas: elaprendizaje de la limitación de la condición humana, elaprendizaje del sentido del agradecimiento, el aprendiza-je de la escucha de la conciencia y el aprendizaje de ladignidad humana. Estos cuatro aprendizajes se basan encuatro características comunes a todos los seres humanos:nuestra limitación, nuestra transcendencia, nuestraconciencia y nuestra dignidad humana. Tienen un enormepotencial de experiencia personal para confirmar ennosotros/as mismos/as la primacía normativa de lasconsignas y preceptos humanistas y humanizadores comoel derecho a la vida, la solidaridad social, el respeto a ladignidad humana o la igualdad.

Esta propuesta pretende facilitar un acuerdo interme-dio y posibilitador de una ética normativa y compartida enel futuro. En su formulación abierta sugiere un camino quecada opción religiosa, cultural o conviccional puede reco-rrer sin renuncia de su identidad más singular. Puedeayudar a empezar a caminar juntos. Nos ponemos deacuerdo en que para trabajar conjuntamente por una éticacompartida, por la paz, la igualdad, la solidaridad o la justi-cia podemos promover cada uno/a en nuestro ámbitoestos cuatro aprendizajes básicos.

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3.5. Contenido resumido de los cuatro aprendizajes básicosA continuación se ofrece una versión resumida del

contenido de estos cuatro aprendizajes. Una versión másamplia se puede encontrar en www.baketik.org y la formu-lación completa de los mismos en el libro Vivir y convivir,Cuatro aprendizajes básicos (2008, Alianza Editorial).

3.5.1. El aprendizaje de la limitación de la condiciónhumanaSignifica educarnos y educar en la conciencia de nues-tra realidad limitada. Todas las personas somos transi-torias, imperfectas y ni lo sabemos todo, ni lo pode-mos todo. Sin consciencia de nuestra limitación radicalnos situamos fuera de la realidad. Es mi propia limita-ción la que me permite entender la de «los otros». Esmi propia realidad la que se convierte en plataformapara acceder al significado profundo de la solidaridado la dignidad humana. Sin la humildad de la propialimitación, la empatía, el amor o la generosidad sonexpresión de soberbia o sentimiento de superioridad.La humildad de la limitación es requisito indispensablede la empatía. Algunos ejemplos como los siguientesnos ayudan a entender el sentido práctico de esteaprendizaje:·¿Quién puede estar dispuesto a quitar la vida a otrapersona? Solo quien se siente dueño/a de toda laverdad, quien no ha tomado consciencia de su condi-ción limitada. ¿Cómo combatir el dogmatismo si nose profundiza en la conciencia de limitación?·¿Cómo puedo convivir si no soy capaz de entender através de mi limitación la de los otros? ¿Por qué hayque dialogar? Porque dialogar significa aceptar quemis perspectivas son siempre incompletas. ¿Por quéson incompletas? Porque soy limitado/a.·¿Por qué tengo que ser solidario/a, generoso/a, perdo-nar o reconciliarme? Porque mi conciencia de limitaciónme recuerda que yo he necesitado muchas veces queotros sean solidarios/as o generosos/as conmigo o queme perdonen o se reconcilien conmigo.·¿Cómo puedo abrirme a la espiritualidad, a lo queme transciende, si me considero autosuficiente, si

pienso que lo tengo todo en mi y en lo que controlo?Ser consciente de mis límites es lo que me abre a loque me supera, es presupuesto de la espiritualidad.

3.5.2. El aprendizaje del sentido del agradecimientoSignifica educarnos y educar en la conciencia de nues-tra realidad trascendente. Somos limitación; pero nosomos solo limitación, somos también trascendencia,capacidad de creatividad ilimitada. Somos capaces deamor, amistad, solidaridad, creación, de dar vida, deapreciar la belleza de la naturaleza o del arte… Esta-mos rodeados/as de dones y regalos que nos desbor-dan, sobrepasan y merecen nuestra expresión cons-ciente de agradecimiento. No podemos acercarnos ala comprensión de la ética de la dignidad humana sinla voluntad de encontrar en lo que nos rodea y en losque nos rodean lo mejor de la condición humana.·¿Cómo lograr una vida razonablemente feliz sin capaci-dad de valorar todo lo bueno y positivo que nos rodea?El agradecimiento sana personal y psicológicamente.·¿Cómo convivir con los otros si solo observamos susdefectos y limitaciones, si no somos capaces de iden-tificar y agradecer todo lo positivo que atesoran?·¿Cómo resolver cualquier conflicto de convivencia sino desarrollamos la capacidad de identificar dóndeestá lo bueno, lo positivo lo que nos une?·¿Cómo vivir cualquier forma de espiritualidad sinsensibilidad para reconocer y agradecer los donesque me trascienden y sobrepasan, si pienso que todoes derecho adquirido o merecido que se da pordescontado?

3.5.3. El aprendizaje de la escucha de la concienciaSignifica educarnos y educar en la conciencia de quetodos los seres humanos tenemos conciencia paraelegir actuar éticamente. Saber que, salvo patologías,la conciencia siempre tiene a nuestra disposición y encualquier circunstancia una propuesta ética. Saber quetenemos diferentes niveles de conciencia y que larespuesta ética se encuentra en el nivel más profundo.Saber que a menudo nos hacemos trampas al escuchar

Fanatismo y mediación

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JonanFernandez

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nuestra conciencia y nos conformamos con lo queencontramos en los niveles más superficiales. Saberque se puede aprender a escuchar honestamente anuestra conciencia.·Decenas de veces al día tenemos que decidir actuarde forma más solidaria o egoísta. En el últimomomento antes de decidir nos quedamos solos connuestra conciencia. ¿Cómo actuar éticamente sinescucharnos honestamente?·¿Por qué pueden cometerse atentados o terriblesatrocidades con buena conciencia? Porque en losniveles más superficiales de esta se encuentra laconciencia de fidelidad al grupo o causa en que nossentimos integrados y eso nos da buena conciencia.·Somos relación y somos conflicto. Nuestra vida esuna marejada de tensiones ¿Cómo responder ética-mente a los desafíos de la convivencia, cómo buscarla igualdad, la justicia, la solidaridad sin una escuchaauténtica de nuestra conciencia?·Ni Dios, ni ninguna espiritualidad es garantía de infa-libilidad ética. Actuar éticamente forma parte denuestra libertad y de nuestra responsabilidad. ¿Cómohacerlo sin atender con rigor a nuestra conciencia?

3.5.4. El aprendizaje de la dignidad humanaSignifica educarnos y educar en la conciencia de quetodos los seres humanos, sin excepción ninguna, tene-mos una misma dignidad humana. Nos permite vernosy mirarnos no como meros instrumentos sino comofines en sí mismos porque tenemos capacidad deelegir. Somos merecedores de respeto y sujetos concapacidad para los mismos derechos. El aprendizaje dela dignidad humana implica entender la conexiónprofunda entre la experiencia de mi propia dignidad yla del resto de seres humanos. La dignidad humana nospermite entrever lo mejor de la persona y nos acerca asu realidad trascendente, nos hace comprender elsentido profundo de nuestra identidad y nos enseña arespetar la de los otros.·¿Cómo mantener la esperanza en lo mejor del serhumano si hacemos juicios o sentencias morales defi-nitivas que olvidan su dignidad humana? ¿Cómoanteponer el respeto a la persona frente a cualquieretiqueta colectiva si ignoramos su dignidad?·¿Cómo luchar contra el racismo, la discriminación, ladesigualdad o la exclusión sin una profunda toma deconciencia y experiencia en la dignidad humana detodas las personas?·¿Cómo entender la primacia normativa de la paz, lanoviolencia, la justicia social o la solidaridad con elprójimo o con los más necesitados sin un aprendizajesostenido de la dignidad humana?·Si el espíritu de Dios está en cada ser humano,¿cómo encontrarnos con la realidad trascendente quehay en cada persona sin la conciencia de dignidadhumana que compartimos todos los seres humanos?

3.6. Comentarios finalesCabe preguntar por qué estos y no otros aprendizajes.

Baketik no hace cuestión de su formulación. Los plantea

como una sugerencia abierta a ser mejorada, modificada,reducida o ampliada. En todo caso, tiene la convicción deque estos son cuatro aprendizajes básicos por, al menos,las siguientes razones:

·Desvelan. Estos aprendizajes son vivencias que todapersona puede reconocer en sí misma. No son leccio-nes, consignas o preceptos exteriores. Son realidadesque ya están dentro de nosotros/as. Con ellos noenseñamos, ni inventamos nada, desvelamos lo queya está dado en cada persona.·Fundan el resto. Pueden cumplir la misma funciónque los colores primarios en la pintura, porquefundan el resto. ¿Cómo entender la necesidad de lapaz, la solidaridad, la empatía, el respeto, la reconci-liación… si esta no se funda en mi propia experienciade limitación, de lo que me supera, de mi concienciao de mi dignidad humana?·Suelo y subsuelo. Los aprendizajes básicos son elsuelo en el que prenden los demás. Por debajo deese suelo los creyentes encuentran un subsuelo de fe;pero, incluso en ese caso, la búsqueda de sentidoético de la existencia normalmente necesita atravesarel suelo de estos cuatro aprendizajes.·Compartibles. Todos/as los podemos compartir. Enellos, encontramos lo más genuinamente humano.No son incompatibles con las respectivas identida-des. El acuerdo ético se construye desde la propiaidentidad en apertura a la identidad de los otros.Consenso ético e identidad no son enemigos sonaliados que se posibilitan.·Permanentes. No se aprenden en un solo momento,no se agotan. Son fuentes a las que retornar una yotra vez. Su enseñanza progresa con la experiencia.Cada nueva vivencia nos permite volver a ellos y anuevas perspectivas, horizontes y caminos que reco-rrer para vivir y convivir mejor.

Finalmente, para que esta propuesta y sus cuatroaprendizajes básicos sirvan al objetivo de preparar unconsenso global entre identidades religiosas, culturales yconviccionales, es necesario tener en cuenta un requisito.La ética de la dignidad humana debe ser sublimada comoun valor humano y espiritual supremo, como el principalproyecto del ser humano en la conducción de su vidasocial y comunitaria. La ética debe poder ser vivida desdenuestra capacidad de espiritualidad.

La propuesta «De Asís a Arantzazu» sugiere que laética puede ser una espiritualidad compartida en nuestrotiempo. Una ética prerreligiosa y preideológica. Unaespiritualidad previa, laica, interreligiosa y complementa-ria con las distintas opciones espirituales o religiosas. Endefinitiva, la tesis de Baketik es que esta asociación deética y espiritualidad, mediante estos cuatro aprendiza-jes, puede servirnos para vivir mejor, para convivir mejor,para educar mejor y para hacer posible un acuerdo y unentendimiento social humanista por la persona y la convi-vencia, tanto en el marco cercano y local como en elinternacional o global.