Bajtin. Estetica de La Creacion Verbal

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  • ces los enunciados intencioiiadamecte primiti\,os (los bchavioris Las norleaiiiericanos) .

    Dc iiiiiguiia manera se debe subestimar la extrema heteroge- ireidad de los gneros discursivos y la coiisiguiente dificultad de defiiiicin de la naturaleza comn de los enunciados. Sobre todo iiny que prestar atencin a la difereiicia, suinamenie importante. cntrc gtncros discursivos primarios (simpies) y secundarios (com. pieios) ; tal diferencia no es funcional. Los gneros discursivos se- cuiidarios (complelos) -a saber, novelas, dramas, investigaciones cicniiTicas de toda clese, grandes gneros periodsticos, etc.- sur- gen eii coiidicioiies dc la comunicacin cultural ms compleja. re. lativaiiientc ms desarrollada !y organizada, principalmente escrita: coinunicacin artstica. cientfica, sociopnltica, etc. En el proceso de su forniacin estos gneros absorben y reelaboran diversos gneros primarios (simples) constituidos en la comunicacin dis- cursiva iiiiiiediata. Los gneros primarios que forman parte de los gneros coinplelos se transforman dentro de estos ltiinos y adquieren u11 cariicter especial: pierden su relacin inmediata coi1 la realidad y con los enunciados reales de otros, por eiemplo, las replicas de uii dilogo cotidiano o las cartas dentro de una novela, coiiservando su fornia y su importancia cotidiana tan slo como partes del coiitenido de la novela. participan de la realidad tal1 slo a travs de la totalidad de la novela. es decir, como acoiitcci- miento artstico y no como suceso de la vida cotidiana. La novela en su totalidad es un enunciado, igual que las rplicas de uii di- logo cotidiano o iilia carta particular (todos poseen una natura- leza coniii), pero. a diferencia de stas. aquello es un enunciado secundario (compleio) .

    La diferencia entre los gneros primarios v los sccundarios ideoigiccs) es extremadamente grande y es de fondo; si11 em- bargo, por lo misnio la naturaleza del eriuncindo debe ser descu- bierta y determinada mediante un anlisis de ambos tipos: nica- mente baio esta condicin la definicin se adecuaria a la natiira- leza complicada y profunda del enunciado y abarcara sus aspec- tos mAs importantes. La orientacin unilateral Iiacia los gneros nriniarios lleva ineludiblemente a una vulgarizacin de todo el problema le1 caso extremo de tal vulgarizacin es la lingstica behaviorlsta) . La misma correlacin entre los gneros priinarios ? secundarios, y cl proceso de la formacin histricz de sto:. proyecta11 luz sobre la naturaleza del eniinciado (y ante todo so- bre el compleio problema de la relacin mutua entre el lenguaie Y la ideologia o visin del mundo).

    El estudio de la iiaturaleza del enuiiciado y de la diversidad

    de las formas genricas de los enunciados eii diferentes esferas de la actividad h~ma i i a tiene una enorme importaiicia para casi todas las esferas de la lingstica y' ia filologa. 'Porque toda in- vestigacin acerca de u11 material lingstic0 concreto (historia de la lengua. gramtica nonnativa, composicin de toda. clase de diccionarios, estilstica, etc:) inevitablemente tiene que ver con enunciados concretos (escritos y orales) relacionados : con dife: rentes esferas de la actividad huinana y de la comunicacin; estos eiiunciados pueden ser crnicas, contratos, textos ItgiSlatiVoS, ofi- cios burocrticos. diversos gneros literarios, cienlficos O peno- dsticos. cartas particulares y oficiales, rplicas. de un dilogo cotidiano (en sus mltiples inanifestacionesj . etc., y d e all 10s investigadores obtienen los hechos lingsticos necesarios: IJna iiocii~ clara acerca de la naturaleza del enuiiciado. en, general y de las particularidades de diversos tipos de ciiunciados, tanto primarios como secundarios, o sea de difereiites gneros discur- sivos, es necesaria, segn nuestra opinin, cn cual~uiera orienta- cin especfica del enunciado. El menosprecio de la '..naturaleza del enunciado y la indiferencia frente a los detalles de losaspec- tos genricos del discurso llevan, en cualquier esfera de l a inves- tigacin lingstica, al formalismo y a una abstraccin excesiva, desvirtan el caricter histrico de. la investigacin, debilitan el vnculo del lenguale con la vida. Porque el lenguaje participa en la vida a traves de los enunciad0s:concretos que lo realizan, as1 como la rida participa del lenguaje a travs de los enuncia'dos. El enunciado es ncleo probleintico de extreina importancia Anali- cemos por este lado algunas esferas y probleniqs de la lingistica,

    ~~t~ todo, la estilstica. ~ o d o estilo est indisplublemeilte vinculado con el eiiunciado y con las formas tpicas.de enuncia- dos, es decir, con los gneros discursivos. Todo enunciado, oral o escrito. primarlo o secundario. en cualquier esfera d e la comu. nicacin discursiva, es individual y por lo tanto puede refleiar la individualidad del hablante (o deyescritor) , es dccir ~ue.d'e Poseer un estilo individual. Pero no todos los gneros son igllalmeilte susceptibles a semejante reflejo de la individualidad del hablante en el lenguaje del enunciado, es decir. no todos Se Prestan a absorber un estilo individual. Los mas productivos eii este sentido son los gneros literarios: en ellos, un estilo liidividual forma parte dei propsito mismo del enunciado, es una. de las finalida- des principales de este: sin embargo, tambin dentro del marco de la literatura los diversos generos ofrecen difereiites posibilida- des para expresar lo iiidividual del lengiiele. y varios aspectos de la individualidad. Las condiciones merius favorecsdoras para el

  • t i . IPIIOBLI:MA DE Los ci:NEitos UlscuKsivOs 1 (p~.t~.r~~MIk,NTo Y O E F I N I C I O N relelo de lo iiidividual en el lenguale existen en aquellos gneros disc~irsivos i j l i i . reqliieren formas estandarizadas, por elemplo, en inliclios tipob clc docuiiieritos oficiales, en las rdenes militares, eii 1:is sei?:ilcs verbales. cii el trabajo, etc. En tales gneros slo pue- (icii refleiiirsc los aspectos mis superficiales. casi biolgicos, de

    1 1 iiidividiialiciad (y ordinariamente, en su realizaciii oral de esios gcnL'ros csiniidiiri~rldos). En la gran mayora de los g- iieros lisc cursivos !salvo los literarios) un estilo iiidividual iio lornia parte di: la inteiiciii del eiiunciado, 110 es su finalidad iiiiica si110 quc i-csulla ser, por decirlo as, un epifeiiomeno del eiioiici:ido. 1111 producto complementario de este. Eii diferentes c n e r o s puedcti aparecer diferentes estratos y aspectos de la pei- sorialidad. uii estilo individiial puede relacionarse de diferentes iiiaiicras coi1 la Ii:iigLia iiacionai. El problema iiiismo de lo iiacio- ii:iI y lo ;iidii.idii;il cii la lengua es, en su fuiidanieiito, el pro- I?leine del eiiiiiiciado (porque tan slo dentro del eiiunciado 1:i leiigrrn iiacioiial eiiciieiitra su forina iiidividual). La defi- iiiciii iiiisiiin dcl cstilo cn general v de i i i i estilo iiidividual eii pariicu1;ir rcquierc di: 1111 est~idio iiiBs profuiido tanto de la iiiit~iraleza del ciilinciado como de la diversidad dc los geiieros disc11rs1\~os.

    I?I viiic~iio orgaiiico e iiidisoluble entrc el estilo y el giiero sc revcla claraiiiciitc en el problema de los estilos lingsticos o fun- ciorisles. Eri ic:ilidad los estilos liiigisticos o fuiicioiiales no ioii siiio estilos genericos de determinadas esferas de la actividad ,' coinunicaciii iiuiiiaiia. En cualquicr esfera existen y se aplican S U S propios gciieros. que responden a las condiciones especificas de una esfera dada; a los gneros les corresponden diferentes csti- 10.;. Una fiiiiciii deterniinada (cientfica, tcnica. periodstica. oiiciiil, cotidiiiiia) y unas coiidiciones deterininadas, especi- icas para cada cslei-a ile la comuiiicacin discursiva, generan (lelerinina~los geiieros. cs decir. unos tipos temiticos, compo- SiCionaleS y estilisiiros de eiiiiiiciados determinados y relativa- iiiciite estables. H estilo cst iiidisol~ihlemente vinculado a dcter- iiiiiia

  • I EL PROBLEMA DE LOS CENEMOS UlSCURSiVOS

    PLINTEAMIENI 'O Y UEFlNlCLON

    una simple (y generalmente superficial) descripcin de 10s estilos estudio ms o menos profundo y extenso de los gciieros discursi- existentes e intercambiables a una explicacin histrica de tales

    cambios, hace falta una elaboracin especial de la historia de los gneros discursivos (y no slo de los gneros secundarios, sino tambin de los primarios), los que reflejan de una manera mis inmediata, ateiiia y flexible todas las transformaciones de la vida social. Los eiiunciados y sus tipos, es decir, los gneros discursi- vos. son correas de transniisi6n entre la historia de la sociedad y la historia dc la lengua. Ni un solo fenmeno nuevo (fontico, lxico, de gramRtica) puede ser incluido en el sistema de la len-

    En cada poca del desarrollo de la lengua literaria, son deter- minados gneros los que dan el tono. y stos no slo son gneros secundarios (literarios, periodsticos, cientficos) , sino tambin los primarios [ciertos tipos del dilogo oral: dilogos de saln, iiitimos, de crculo. cotidianos y familiares, sociopolticos. filos- ficos. etc.). Cualquier extensin literaria por cuenta de diferentes estratos extraliterarios de la lengua nacional est relacionada in- evitablemente con la penetraci611, en todos los gneros, de la len- gua literaria (giieros literarios, cientficos, periodsticos, de con- versacin), de los nuevos procedimientos genricos para estmc- turar una totalidad discursiva, para concluirla, para tomar en cuenta al oycnte o participante, etc., todo lo cual lleva a una mayor o menor restructuracin y renovacin de los gneros dis- cursivos. Al acudir a los correspondientes estratos no literarios de la lengua nacional, se recurre inevitablemente a los gneros al otro de una manera mecnica, sino que deben combinarse 0rg- discursivos en los que se realizan los estratos. En su mayora. nicamente (a pesar de una escisin metodolgica iiiuy clara entre estos son diferentes tipos de gneros dialgico-coloquiales; de ambos) sobre la base de la unidad real del fenrneiio lingstico. a h ~ resulta una dialogizacin, ms o menos marcada, de los gne- T~~ slo una profunda comprensin de .la naturaleza del enun- ros secundarios, una debilitacin de su composicin monolgica, ciado y de las caractersticas de los gneros discursivos podra una nueva percepcin del oyente como participante de la pltica, asegurar una soluci6n correcta de este compleio ~rob lema meto- asi como aparecen nuevas formas de concluir la totalidad, etc. Donde existe un estilo, existe un gnero. La transicin de un es- El estudio de la naturaleza del enunciado y de los gneros tilo de un genero a otro no slo cambia la entonacin del estilo en discursivos tiene, a nuestro parecer, una importancia fundamental las condiciones de un gnero que no le es propio, sino que des- para rebasar las nociones simplificadas acerca de la vida discur- trUYe o renueva el gnero mismo. \ siva, acelca de la llamada "corriente del discurso";-acerca .de la Asi, pues, tanto los estilos individuales como aquellos que ; comunicacin, etc., que persisten an en. ia lingstica. sovitica. l~crteneceii a la lcngua tienden hacia los gneros discursivos. Uii

    ms, el estudio del enunciado como de una unidad real de la

    ' Esta tesis nuestra nada tiene que ver con la vossleriana acerca de le orimncia de lo estilistrco sobre lo gramatical. Lo cual se rnanifeslara tema), que son la palabra y la oracin. con toda claridad cn el curso de nuestra exposici6n. Pasemos a este problema ms geilerd.

  • 25h LL I~KOULLMA 1)) LOS ~ . L \ P U O S UISLURSIVOS l 2 . iii. I : N U N C I A D O C O M O U N I D A D DE 1.4 C O M U N ~ C A C I O N DIscUR-

    SIVA. 1III:ERENCIA ENTRE ESTA U N I D A l I Y LAS UNIDADES UE L A LENGUA ( P A ~ . A B R A Y ORACION)

    1.8 linguistica dcl siglo xrx, comenzaiido por Wilhelm von Hum- holdt, sir1 negar la fuiicin comunicativade la Lengua, la delaba de lado como algo accesorio: eii cl prinier plano estaba la funcin dc la gciieracibii del pensamiento irzdepeizdienlemente de lu c u i i c i . Una i'aniosa frmula de tluinboldt reza asi: "Sin tocar la neccsidad dc la comunicacin entre la humanidad. la lengua hlibicse sido una coiidiciii necesaria del pensamiento del iiombrc, incluso eii su eterna soledad" Otros investigadores, por eiernpio. los seguidores de Vossler, dieron la principal importan- cia a la Iiaiiiada luticin cxpresiva. A pcsar de las diferencias eh el enfoqlie de esta funcin entre varios tericos. su esencia se reduce a la expresiii del niundo individual del hablante. El len- guaic sc deduce de la necesidad del hoiiibrc dc expresarse y obie- Iivarse a si niismo. La esencia del leiiguale, cii una u otra forma. por una u otra via, s i restringe a la creaiividad espiritual del indi- viduo. Se propusieron y continan proponindose otros enfoques d e las i~incioncs dcl lciiguale, pero lo ms caracteristico de todos siguc bicndo S I Iiecho dc que se subesiiiiia, si iio se desvaloriza ipor coinplcto, la luriciii comunicativa dc la lengua que se ailali- z;i dcsdc el punto de visra del hablaiitc, como si hablase solo sin ~ i i i : i lcrzi>sii relacin con olros participatilcs de la comunicaciii disciirsivzi. Si el papel del otro se ha toiiiiido eii cuenta ha sido iiiiicaiiieiile eii fuiicin de ser un oyente pasivo a quien tan slo sc le asigna el papel dc comprender al iiablante. Desde este punto dc visra, cl siiuiiciado riende hacia su obleto (es decir. hacia su corireiiido \. liocia e1 eiiLinciado mismo) La Iengu:~. en realidad. ti111 slo r2q1111'1~1. iil Iiablanre -un hablaiitc- y al objeto de su discurso. \: si lr i lengua simultaneamente puede uiiiizarse conio iiiedio dc coiijiiiiicaciii. tsta es su fuiicin accesoria que no toca SLI esenciti. 1.a colectividad lingiiistica. la pluralidau de los hablaii- ics no p~~cc lc , 1301 supliestr, ser ignorada. pero en la definicin de l esciicia de la Iciigua esta realidad rcsiilia ser iiinecesaria y iio ~icriiiiiia la iia(~ira1eza dc lenguafe. A veces, la colectividad liii- i:isrica sc contempla como una especie de personalidad colectii'a. "cspiritu del pucblo". etc. y se le atribuve una enorme importan- cia (por elernplo, entre los adeptos de la "psicologa de los puc-

    W I iuniboldl , O railichii organzrmov chciovecheskogo irizvki;. San Priersbii!ro. 1859. 1,. j ! 1 1

    blos") , pcro in~luaive en este caso. la pluralidad de los hablantes Que son otros en relacin con cada hablante determinado, carece de importancia.

    En la lingstica hasta ahora p~rs is ten tales ficciones como el "oyente" y "el que comprende" (los Compaeros del "hablante"),, 1 2 ' ' i n r ~ ~ ~ n t e disc~~rs iva nica" etc. Estas ficciones dan un COii- A" --..A--..- -.-- ~ cepto absolutamente distorsionado. del, proceso complejo, multl; lateral y activo de la comunicacin :diScursiva. En los cursos de lingstica general (inclusive en trabajos tan serios coino el de S a u ~ s u r e ) , ~ a menudo se presentan esquemticamente. los dos compaeros de la coinunicacin discursiva, el hablante y el oyente, se ofrece un esquema de los procesos activos..del discurso en cuanto al hablante y de los procesos pasivos de recepcin'y com- prensin del discurso en cuanto a l oyente. No se puede decir que tales esquemas sean falsos y n o correspondan a determinados momentos de la realidad, pero, cuando tales momentos se :presen- tan como la totalidad real de la comunicacin discursivn, se con- vierten en una ficcin cientfica. En efecto, el oyente, al percibir

    comprender el significado (lingstico) del discurso; simult- neamente toma con respecto a ste una activa postura de respues- ta: est o no est de acuerdo con el discurso (total o parcial- mente), lo completa, lo aplica, se.prepara para una accin, etC.: y la postura de respuesta del oyente est en formacin a lo Largo de todo el proceso de audicin y comprensin desde el principio, a veces, a partir de las primeras palabras del hablante. Toda comorensin de un discurso vivo, d e un enuiiciado viviente, tiene un carcter de respuesta (a pesar d e q u e el grado de participacin puede ser muy variado); toda comprensin est praiada de res- puesta y de una u otra manera l a genera: el oyente se convierte en hablante. Una comprensin pasiva del discurso percibido es tan slo un momento abstracto de la comprensin total y activa que implica una respuesta, y se actualiza en ha consiguiente respuesta en voz alta. Claro, no siempre tiene lugar una respuesta inmediata r n voz alta; la comprensin activa del oyente puede tra- ducirsc en una accin inmediata (en el caso de una orden, ~ o d r i a trztarse del cumplimiento). puede asimisino quedar por Un tlelnpo coino una comprensin silenc~osa (aigunos de los generos discur- sivos estn orientados precisamente hacia este tipo de comprensin, por ejempio los gneros lricos), pero esta, por decirlo asi, es una comprensin de respuesta de accin retardada: tarde o temprano 10 escuchado y lo comprendido activamente resurgira en 10s dis- cursos posteriores o eii la conducta del oyente. .Iks gEnems de la

  • complela comunicacin cultural cuentan precisamente con esta activa comprensin de respuesta de accin retardada. Todo lo que estamos exponiendo aqui sc refiere, con las correspoiidientes va- riaciones y complemciiraciones, al discurso escrito y ledo.

    Asi, pues, toda comprensin real y tolal tiene un carcter de respuesta activa y no es siiio una fase inicial y preparativa de la respuesta (cualquiera que sea su forma). Tambin el hablante mismo cuenta con esta activa comprensin preada de respuesta: no espera una comprensin pasiva, que tan s l ~ reproduzca su idea en la cabeza alena, sino que quiere una contestacin, consen- timiento, participacin, obiecin, cumplimento, etc. (los diversos gneros discursivos presuponen diferentes orientaciones etiolgi- cas, varios obietivos discursivos en los que hablan o escriben). El deseo de hacer coniprensible su discurso es tan slo un momento abstracto del concreto y total proyecto discursivo del hablante. Es ms, todo hablante i s de por s un contestatario, en mayor o menor medida: l no es un primer hablante, quien haya interruin- pido por vez primera el eterno silencio del universo. y l no uni- camente presupone la existencia del sistema de la lengua que U t i - liza, sino que cuenta con la presencia de ciertos enunciados anteriores, suyos y ap ios , con las cuales su enunciado deternli- nado establece toda suerte de relaciones (se apoya en ellos, Pro- blemiza con ellos, o simplemente los sunone conocidos por su oyente.) Todo enunciado es un eslabn en la cadena, muy com- plelamente organizada, de otros enunciados.

    De este modo, aquel oyente que, con su pasiva comprensin, se representa como pareia del hablante en los esquemas de los cursos de lingstica general, no corresponde al participante real de la comunicacin discursiva. Lo que representa el esquema es tan slo un momento abstracto de un acto real y total de la com- prensin activa que genera una respuesta (con la que cuenta el hablante). Este tipo de abstraccin cientfica es eii s absoluta- mente lustificada, pero con una condicin: debe ser comprendida conscientemente como una abstraccin y no ha de presentarse como la totalidad concreta del fenmeno; en el caso contrario, piiede convertirse en una ficcin. Lo ltimo precisamente sucede en la lingstica, porque semejantes esquemas abstractos, aunque no se presenten como un reflelo de la comunicacin discursiva real, tampoco se completan con un sealamiento acerca de una meior complejidad del fenmeno real. Como resultado de esto, el esquema falsea el cuadro efectivo de la comunicacin discursiva, eliminando de ella los momentos mhs importantes. El papel activo

    del otro en el proceso de la comuiiicacin discursiva se debilita de este modo hasta el lmite.

    El mismo menosprecio del papel.. activa del otro en el PFoCeso de la comuntcacin discursiva, as como la tendencia de delar de lado este proceso, se manifiestan en el Uso Poco claro Y ambiguo dc tales ternlinos como "disc~rso" O "col.riente discursiva", estos trmiiios intencionaimente indefinidos suelen designar aque- llo que est su~eto a una divisin .en unidades de lengua, que se piensan como sus fracciones: fnims (fonema, slaba, perodo ritmico de1 discurso) y significantes (oracin y palabra). "La corriente discursiva se subdivide" o "nuestro discurso compren- de. . asi suelen inicarse, en los. manuales de lingistica y gra- mtica, as como en los estudios especiales de fontica o lexico- loga, los captulos de gramtica dedicados al anhlisis de las uni- dades correspondientes a la lengua. Por desgracia, tambin la recin aparecida gramtica de la academia rusa utiliza e l mismo iiidefinido y ambiguo trmino: "nuestro discurso": He aqu el. inicio de la introduccin al cap tu l~ dedicado a la fontica: "Nues- tro discurso, ante todo, se subdivide en oraciones, que a:su vez pueden subdividirse en combinaciones de palabrasy palabras. Las palabras se separan claramente en. pequeas unidades fnlcas que son slabas. . . Las slabas se fraccionan en sonidos del discurso, . -~ ~

    * o fonemas. . .

    De qu "corriente discursiva" se trata, qu.cosa es "nuestro discurso"'? Cul es su extensin? .Tienen un principio y un fin? Si poseeii una extensin indeterminada, cul es la fraccin que toinamos para dividirla en unidades? Con rcspecto a todas. estas interrogantes, predominan una falta.de definicin y una vaguedad absolutas. La vaga palabra "discurso", que puede designar tanto a la iengua como al proceso o discurso, es decir, al habla, tanto a un enunciado separado como a toda una serie indeterminada de enunciados, y asimismo a todo un gnero discursivo ("pronunciar un discurso"), hasta el momento n o h a sido convertida, por parte

    . ~ . . .

    de los lingistas, en un trmino estricto en cuanto a su significado y bien determinado (en otras lenguas tienen lugar 'fenmenos anlogos). Lo cual se explica por e1;hecho de que el problema del enunc~ado y de los gneros discursivos (y, por conslgu%nte, el de la comunicacin discursiva) est muy poco elaborado. Casi siempre tiene lugar un enredado juego con todos los significados mencionados (a excepcin del ltimo). Generalmente, a cualquier

    = Griinii?irifika russl-ogo iazyka, tomo 1, Mosc, 1952. P. .51

  • E L I'tIOULEMA "L. LOS GENEIIOS UlSCUUSlYOS FI. I iNUNCIhLK

    seal] de que el hablante haya concluido.

    los enunciados de los interlocutores (diologantes), llamadas rpli- lidad tan slo en forma de enunciados concretos pertenecientes cas, se sustituyen mutuamente. E! diilogo es una forma clisica de la comunicacin discursiva debido a su sencillez y claridad.

    la palabra ai otro o para dar lugar a su comprensin activa como respuesta. El enunciado no es una unidad convencional sino real, delimitada con precisin por el cambio de los suietos discursivos, nes entre enunciados enteros no se someten a una graniaticaliza-

    cin porque, repetimos, son imposibles de establecer entre l a s Por cierto Que no puede ser sostenida hasta el final. Por ciemplo, uii enunciado como "iEh?" Irplica en un dilogo) no puede ser dividido uiiidades d e la lengua, ni a nivel del sistema de la lengua. n i del]- en oraciones. cornbinacioncs de palabras o slabas. Por coiisiguientc, no 110 del enunciado. riuede tratarse de cualquier enunciado. Luego, iraccionan cl enunciado E n los gneros discursivos secundarios, so l i re todo los gne- (discurso) :, obtlenen unidades de la lengua. Desuus, en muchas ocasio- ras relacionados con La oratoria, nos encontramos con algunos nes definen la oracin como un enunciado elemental y , uoi. lo tanto, la fenmenos que aparentemente contradicen a nuestra ltima tesis. otocin Ya no Puede Ser ur:idad de enunciado. Se sobreentiende, im~lic i - Muy a menudo el hablante (o el escritor) . dentro. de los .lmites tamente, q u e se trata del discurso de un solo hablante; los marices dial- gicos se dcian de lado. de su enunciado plantea preguntas, las contesta, se refuta y re-

    En comveracin con las ii-on!cras de los enttnci:idos, todas jas denis chaza sus propias objeciones, etC. pero estos ienmcnos no son tronieras (cntie oraciones, coinbiriaciones de oalabras, siniigmns, "ala- ms que una representacin convenciona1 de la comunicaci6n dis- bras) son relativas Y convencionales. cursiva y de los gneros discursivos primarios. Tal representacin

    cs i:iracterstica de los gneros retricos (en scntidoainplio,. in-

  • cluyendo alguiios gtneros de la divulgacin cientfica), pero todos los denias gneros secundarios (literarios y cientficos) uti- lizan diversas formas de la implantacin de gneros discursivos primarios y relaciones entre ellos a la estructura del enunciado (y los generos primarios incluidos en los secundarios se transfor- man en mavor o mecer medida, porque no tiene lugar un cambio real de los sutetos discursivos). Tal es la naturaleza de los g- neros secu~darios." Pero en todos estos casos, las relaciones que se establecen entre los generos primarios reproducidos, a pesar de ubicarse deiitro de los lmites de un soio enunciado. no se someten a la gramaticalizacin y conservan su naturaleza especfica, que es fundamentalmente distinta de la naturaleza de las relaciones que existen eiiire palabras y oraciones (as como entre otras uni- dades lingisticas: combinaciones verbales, etc.) en el enunciado.

    Aqui, aprovechando el dilogo y sus rplicas, es necesario explicar previaineiite el problema de la oracin coil?o ilizidad de la ienguii. a diferencia del eliunciado corno unidad de la comu- izicacin discursitia.

    (El problema de la naturaleza de la oracin es uno de los mis complicados y difciles en la lingstica. La lucha de opinio- nes en relaciii con l se prolonga hasta el momento actual. Des- de luego, la aclaracin de este problema en toda su complejidad no forma parte de nuestro propsito, nosotros tenemos la inten- cin de tocar tan slo en parte un aspecto de l, pero este aspecto. eii nuestra opinin, tiene una importancia esencial para todo el problema. Lo que nos importa es definir exactamente la relacin eiitrc la oraciii y el enunciado. Esto ayudar a vislumbrar melor lo que es cl iiiiinciado por una parte, y la oracin por otra.)

    De csta c~iestin nos ocuparemos ms adelante, y por lo pronto acotareinos tan slo el hecho de que los limites de una oracin como unidad de la lengua lamas se determinan por el cambio de tos suietos discursivos. Tal cambio que enmarcaria la oracin desde los dos lados la convierte en un enunciado coinpleto. Una oraciii nsi adqiiiere nuevas cualidades y se percibe cie una ma- Iiera diferente en coinparaciii con la oracin que esi enmarcada por otras oraciones deiitro del contexto de un inismo enunciado perteiieciciite a ~ i i i solo iiablante. La oraciii es una idea relati- vsiiicntc coiicluida quc se relaciona de una manera ininediata con oiras ideas de uii niismo hablante dentro de la totrilidad de su eniiiiciado: al coiicliiir la oracin, el hablante liace iiiia pausa para pasar luego a otra idea suya que contine, coiiipicte, fuiida-

    * Huellas dc l i i r i i i c s ricntio de Los generos scculidrios.

    mente a la primera. El contexto de una:oracin viene a ser.el con- texlo del discurso de un mismo sujeto hablante; la oracin no se relaciona inmediatamente y por s misma con el .contexto de la realidad extraverbal (situacin, ambiente, prehistoria) y 'con.:los enunciados de otros ambientes, sino que se vincula a ellos a tra- vs de todo el contexto verbal que la rodea, es decir, a travs del enunciado en su totalidad. Si el enuncigdo no est rodeado .por el contexto discurnivo de un mismo hablante, es decir, si repre- senta un enunciado completo y concluso (replica del dilogo) entonces se enfrenta de una manera.drecta e inmediata a la rea- lidad (al contexto extraverbal del discurso) y a otros enunciados menos; no es seguida entonces por una pausa determinada y cva- luada por el mismo hablante (toda clase de pausas como fenme- nos gramaticales calculados y razonacfos slo son posibles dentro del discurso de un slo hablante, es decir, dentro de un mismo enunciado; las pausas que se dan entre los enunciados no tienen un carcter gramatical sino real; esas pausas reales son ,psiwl& gicas o se producen por algunas circunstancias externas y pueden interrumpir un enunciado; en los gneros literarios secundarios esas pausas se calculan por el autor, director o actor, pero son radicalmente diferentes tanto de las pausas gramaticales 'como estilisticas. las que se dan, por ejemplo, entre los sintagmas denl tro del enunciado),, sino por una respuesta o la comprecsin tj cita del otro hablante. Una oracin semejante convertida e n un enunciado completo adquiere una Especial plenitud. del sentido: en relacin con ello se puede tomaiuna postura de respuesta: estar de acuerdo o en desacuerdo con ello, se puede cumplirla Si es una orden, se puede evaluarla, etc.: mientras que una. oracin dentro del contexto verbal carece de capacidad para determinar. una respuesta, y la puede adquirir (oms bien se. cubre por ella) tan slo dentro de la totalidad delenunciado.

    Todos esos rasgos y particularidades, absolutamente nuevos, 110 pertenecen a la oracin misma que. llegase a ser un enunciado, sino al enunciado en si, porque expresan la naturaleza de ste, y no la naturaleza de la oracin: esos .atributos se unen a la oracin completndola ha-a formar un enunciado completo. La oracin como unidad de la lengua carece de todos esos atributos:. no se delimita por el cambio de los suletos discursivos, no tiene un. contacto inmediato con la realidad ( con la situacin extraverbal) ni lampoco se relaciona de una manera directa con los.enuncia- dos alenos: no posee una plenitud. del sentido ni una capacidad de determinar directamente la postura de respuesta .del Otro hablante. es decir, no provoca una respuesta. La otacin coino

  • unidad dc la iengiia tiene una naturaleza graniatical, lmites gra- maticales, conilusividad y uiiidad gramaticales. (Pero analizada deiitro de la totalidad del enunciado y desde el punto de vista de esta tlalidad. adqur-rc propiedades estiisiicas.) All donde la oraciii Eigiira como i i i i enuiiciado elitero, resulta ser eninarcado cti tina espccic de inatcrial iiluy especial. Ouando se olvicla esto en cl aiiiiisis de una oracin, se tergiversa entonces su iiatura- leza [y ni iiiismo i;eii:vo, la dcl enunciado. al atribuirle aspectos grain;iric~iles) . Miicho!, lingistas y escuelas lingsticas (en lo que i.espccta ;: In sii~taxis) conlundeii anibos campos: lo que estudian ~ 6 . en rerilidocl, iiiia cspecie de I-ibrido entre la oraciii (unidad di: la lengua) y el eiiuiiciado. La gente no hace iiitercambio de oraciones i i i de palabras en un sentido estrictamente lingstico, i i i de con~untos de palabras: la gerite habla por medio de enun- ciados, cluc se coi1slruyeii con la ayuda de las unidades de la leii- gua aiie !.oii palabras. coiilunios de palabras. oraciones: el enun- ciado puedc ser conotituido tanto por una oracin como por una Palabra, es decir, por una unidad del discurso (principal- inenic. por una rcplicz del dilogo), pero no por cso una unidad de la iengiia se coiivierte en una unidad de la comuiiicacin dis- i~lrsl+'~l,

    1.3 Inlta de una teoria bien elaborada del enuliciado como iiiiidad dc la comuiiicacin discursiva lleva a una diSerenciacin iris~ificiente entre la oracin y el enunciado, y a iiieiiudo a una coiiivieta co11fusin entre anibos.

    Volvanios al. dilogo real. Como ya lo hemos seiialado, es la for.iii:i clsica y nis sencilla de ia comunicacin discursiva. El caml>io de los suietos discursivos (hablantes) que determina los limites del cnunciado se presenta en el dilogo con una claridad excepcional. Pero en otras esferas de la comunicacin discursiva, iiicliiso en la comunicacin cultural complelamente organizada (cieiitificr; v ai.tistica), la naturaleza de los lmites del enunciado i:i l;i misma.

    Las otras, complejamente estructuradas y especializadas. de diversos g2iicros cientficos y literarios, con toda su distincin con respecto a las rplicas del dilogo, son, por su naturaleza, las .iiriidadcs de la comuiiicacin discursiva de la inisma clase: con t i i i ~ clari

  • 260 !:l. I ' I I U I I L I : ~ ~ ~ f>i. !.i ~ ; I : N E ~ : O S U I ~ C U I ~ S I ~ ' O S

    ciciiific~ coi1 la (iue puede uno estar de aciierdo o no (total o parciali!iciilt), una novela que puede ser valorada eii su totalidad. Es iiecesario qu,: cl eiiunciado tenga cierto carcter coiicluso para poder ser coiiteslado. Para eso, es insuficiente que el enunciado sea coiiiprciisiblc 1in.gsticamente. Una oracin totalinente com- preiisible y coiicliiida (si se trata de una oracin y iio enunciado (lile coiisiste en una oracin) no puede provocar una reacciii de rebptiesla: se comprende, pero no es un todo: Este todo. que es sthal de la totalidad del sentido en el eniinciido, no puede ser sometido ni a una definicin grainatical. ni a una determinacin LIC stiitido abstracto.

    Este cer2cter de tina totalidad conclusa propia del enunciado, sti? ascgura le posibilidad de una respuesta (o de una compren- si611 tcital, S deterinina por tres momentos o factores que se r?iacioneii enlrz si en la totalidad orgnica del enunciado: 11 el seiitido icl obizlo del enunciado, agotado: 21 el enunciado se deterniiiia por la iiitciicionalidad discursiva, o la voluntad disour- siva dcl liablanie: 31 el enunciado posee formas tipicas, genricas v eslructiiraics, de conclusin.

    El primer inoiiiento, la capacidad de agotar el sentido del obieto del enunciado, cs muy difereiite en diversas esferas de la coni~inicaciii discursiva. Este agotainiento del sentido puede ser casi completo eii algunas esleras cotidianas (preguntas de carc- ter piirsmciitc [ctico y las respuestas igualmente fcticas, ruegos. rdenes. c l c . ) , en cierras esferas oficiales, en las ordenes militares o industriales; es decir, aiii donde los gneros discursivos tienen un carcter estandarizado ai maximo y donde est auseiite el ino- riiciito crcalivo casi por coinpleto. En las esferas de creacin (so- hrz todo cicnriica). por el contrario, slo es posible iin grado iiiuy rciativo de agotamiento del sentido; en estas esferas tan slo se pucdc liablar sobre un cierto minimo de coiiciiisividad que Iperinitc adoptar iiiia nostiira de respuesta. Obietivanicnle, el obje- lo es iiiagoiable, pero cuando se convierte eii e1 teii?fl de un eiiun- ciado (por e~ciiiplo. de un traba10 cieniiico), adquiere u11 carc- ter rclativaiiienie concluido en determinadas condiciones, en un dzteriiiiiiedo eiifoque del problema, en un material dado. en los propsitos qiic busca lograr el autor, es decir, dentro de los liiiiites u c In !iiiencii? del nulor. De este iiiodo, nos topamos iiievi- iablciiieiite coi1 el segundo factor, relacioiiado iiidisolublemente coi! el priiiiero.

    Eii cada cii~iiiciado, desde una rplica cotidiana que consiste cil iiiia sola palabra hasta coiiiplelas obras ciciitificas o literarias, podclllo~ aI)ar~ai., entender, sentir la intencin discursiva, o la

    voluntad discursiva del iiablaiiie;. quc deterniiiia tollo el eiilin- ciado, su volumen, sus liinites. Nos iniaginanios que es 10 que quiere decir el hablante, y es medianle esta intencin o voluiitad discursiva (segn la interpretamos) como medimos e1:grado de conclusividad del enunciado. Lx' intenci6n determina tanto la misma eleccin del objeto ieii determinadas condiciones de ia comunicacin discursivu, en relaciin &on los enunciados anterio- res) como sus lmites y su capacidad de sgoiar. el sentido del obieto. Tambin deterniina, por supuesto. la eleccin de Ii forma geiirica en lo quc se volver el enunciado (el tercer factor, que trataremos ms adelante). La intencin, que es el momeiito sub- jetivo d t l enunciado, forina uiia unidad indisoluble con el aspecto dei sentido del objeto. limitando a. este ltimo, vinculndola a una situacin concreta y nica de',la comunicacii~ discursiva. coi? todas sus circunstancias individuales, con los particlpaiites en persoiia y coi1 sus eiiunciados anteriores. Por eso. los participantes directos de la comunicacin, que se orientan bien en lasituacin, con respecto a los enunciados anteriores abarcan rpidamente y con iacilidad la intenciii o voluntad discursiva del hablante y perciben desde el principio mismo :del discurso. la totalidad del enunciad0 en proceso de desenvolvimiento.

    Pasenios al tercer factor, que es e1 ms importante para iioso- tros: las formas g e n h c a s estables d e l enunciado. La voliiiitad discursiva del hablante se realiza-ante todo en la eleccin d e u n gnero discursivo determinado. La.elecci6n se define por la espe- cificidad de una esfera discursiva dada, por las consideraciones del sentido del objeto O temticas, por la sitiiacin concreta de la comuiiicaciii discursiva, por los participantes de l a coniunicacin, etc. En lo sucesivo. la intencin discursiva delhablante , con su individualidad y subjetividad, se aplica y sc adapta al eiiero es- cogido, se forma y se desarrolla dentro de una forina: genrica determinada. Tales gneros existen, ante todo, eii todas las mlti- ples esferas de la comunicacin cotidiana, iiicluyendo a l a ms familiar e intima.

    Nos expresamos nicamente mediante delerminados gneros discursivos, es decir, todos nuestros enunciados posen unas formas tipicas para la estructuracin de la totalidad, relativainente esta* bles. Disponemos de un rico repertorio de gneros discursivos orales y escritos. EII a prctrca b s utilizanios con seguridad:? destreza, pero teoricamente podemos no sabcr nada de su exlsten- cia. Igual que el lourdain de Mollkre, quieii Iiablaba en prosa sin sospecharlo, nosotros Iiablamos utilizando diversos gneros sin saber de su existencia. Incluso dentro de la pi'tica ms libre

  • EL E N U N C I A N 269

    268 1.L I'ROBLEMA UE LOS UEN1:BOS DlSCURSLVOS

    y desenviielta inoldeamos nuestro discurso de acuerdo con deter- minadas formas genricas, a veces con caracteristicas de clich, a veces ms rgiles. plsticas y creativas (tambin la comiinicacin cotidiana dispone de gneros creativos). Estos gneros discursivos nos son dados casi como se nos da la lengua materna. que domi- iianios libremente antes del estudio terico de la graniticu. La lengua iiioterna. su vocabulario v su eskuctura graiiia~ical. no los conocciiios por los diccionarios y manuales deCgramitica, sino por los enuliciados coiici-etos que escuchamos y reprcducimos e!i la co!uiinicacin discursiva efectiva con las personas qtie nos rodean. Las formes de la lengua las asuinimos tan slo en las formas de los ei~iinciados Y iunto con ellas. as formas de la lengua y las formas tipicas de los enunciados llegan a nuestru experiencia y a iiuesirc, conciencia conluiltamente y en una estrcclia relacin iiiiitua. Aprender a hablar quiere decir aprender a constiuir los enunciados (porque hablamos con los enunciados y no niediaiite oraciones, y menos an por palabras separadas). Los gneros dis- cursivos organizan nuestro discurso casi de la misma manera como lo organizan las formas gramaticales lsintctica) . Aprende- mos a plasmar nuestro discurso en formas genricas. y al or el discurso aieno. adivinamos su gnero desde las priineras palabras, calculainos su aproximado volumen (o la extensih aproximada de la totalidad discursiva). su determinada composiciii, prevemos su final, o sea que desde el principio percibimos la totalidad dis- cursiva que posteriormente se especifica en el proceso del discurso. Si no existieran los gneros discursivos y si no los do- minaramos, si tuviramos que irlos creando cada vez dentro del uroceso discursivo, libremente y por primera vez cada enunciado, la comunicacin discursiva habra sido casi imposible.

    Las fornias genricas en las que plasmamos iiiiestro discurso por supucsto difieren de un modo considerable dc las formas lin- gisticas en el sentido de su estabilidad y obligatoriedad (norinati- vidad) para con el hablante. En general, las formas genricas son iniiclio ins igiles, elsticas y libres en comparacin con las for- nias lingsticas. Eii este sentido, la variedad de los gneros dis- cursivos. es muy grande. Toda una serie de los gneros m - . as co- munes eii la vida cotidiana son tan estandarizados que la voluntad discursiva i~idividiial del hablante se manifiesta itnicamente en la seleccin de un determinado gnero y en la entonacin expre- siva. Asi son, por ejemplo. los breves gneros cotidianos de los saludos. despedidas. felicitaciones, deseos de toda clase, pregiin- las acerca de la salud, de los negocios. etc. La variedad de estos gbiieros se deteriuina uor la situacin discursiva. nor I i posicin

    social y las relaciones personales ..entre los partiCipanteS dz ia comunicacin: existen formas elevadas. estrictamelile oficiales de estos gneros, ]unto con las formas familiares de diferente. grado y las formas intimas (que son distintas de las familiares) .* Estos gneros requieren tambin un determinado tono, es decir. admiten en su estructura una determinada entonacin expresiva. Estos gneros, sobre todo los elevadosy ofjciales, poseen u n alto grado de estabilidad y obligatoriedad. De. otdinario, la voluntad discur- siva se limita por la seleccin de u n gnero determiiiado, y tan slo unos leves matices de entonacin expresiva (puede adoptarse un tono ms seco o ms reverente, ms fro o ms clido. intro- ducir una entonacin alegre, etc.). pueden reflelar la individua- lidad del hablante (su entonacin discursivo-emocional) . Pero aqu tambin es posible una reacentuacin de losgneros, que es tal? caracterlstica de la comunicacin discursiva: por ejemplo,. La forma genrica del saludo puede ser trasladada de la esfera oficial a la esfera de la c~municacin familiar, es decir, es posible que se emplee con una reacentuacin ~ardica o irnica, as como un propsito anlogo puede mezclar los gineros de diversas esferas.

    Junto con semejantes gneros estandarizados siempre han exls- tido, desde luego, los gneros ms libres de comunicacin discur- siva oral: gneros de plticas sociales de saln acerca de temas cotidianos, sociales, estticos y otros, giieros de conversaciones entre comensales, de plticas ntimas entre amigos o entre miem- bros de una familia, etc. (por lo pronto no existe ningn inveilta- rio de gneros discursivos orales, inclusive por ahora na siquiera est claro el principio de tal nomenclatura). La mayor parte de estos generos permiten una libre. y creativa restructuracirr (de un modo semejante a los gneros literarios, e incluso algunos- de los gneros crales son an ms abiertos que los literarios), pero hay que senalar que un uso libre y creativo no es aun creacin de un gnero nuevo: para utiliza1 libremente los generosi hav que dominarlos bien.

    Muchas personas que dominan la lengua de una manera 01- midable se sienten, si11 embargo, totalmente desamparadas en algunas esferas de la comunicacin. precisainente 1307 el hecho de que no dominan las formas genricas piacticas creadas por estas esferas. A menudo una persona que maneia peilectamente el dis-

    * Estos fenmenos y otros anlogos lian iiittresa

  • ciirso iic dil'ei-cntcs csfcras de la comunicacin cuitural, que sabe dar uii;i coiiicrencia. llevar a cabo una discusin cientfica, que se ~xpl . e : r l cxccieiitemei,tc en relacin con cuestiones pblicas, se qiiedii, iiu obsiantc, callada o participa de una manera muy torpe en una pliicu dc saln. En este caso no se trata de la pobreza del vocabulario o de un estilo abstracto: simplemente se trata de una iiiliabilidad para dominar el gnero de la conversacin mun- dana, que proviene de la ausencia de nociones acerca de la tota- lidad dcl enunciado, que ayuden a plasmar su discurso en deter- minaclas lormas coiiiposicionales y estilisticas rQpida y desenfa- dadarncnte: uiia persona as no sabe intervenir a tiempo, no sabe coineiizar y terminar correctamente (a pesar de que la estructura dc eslos gelleros es muy simple) .

    Cuanto mejor dominamos los gneros discursivos, tanto ms iibrcnlente los aprovechamos, tanto mayor es la plenitud y clari- dad de iiiiestra personalidad que se refleia en este uso (cuando es iiecesario), tanto ms plstica y gilmente reproducimos la irrepetible situacin de la comunicacin verbal; en una palabra, tanio mayor es ia perEeccin con la cual realizamos nuestra libre iiiteiicin discursiva.

    As, piies. un hablante no slo dispone de las formas obliga- torias dc la lengiia nacional (el lxico y la gramtica), sino que cuenta tainbiri coi] las formas obligatorias discursivas, que son tan necesarias para una intercomprensin como las formas lin- giisticas. Los gneros discursivos son, en comparacin con las for- iiias liiigiiisticas. inucho ms combinables, agiles, plsticos, pero el hablante tiene tina importancia normativa: no son creados por l; sino que le son dados. Por eso un enunciado aislado, con todo sii carScter individual y creativo, no puede ser considerado como una conibinacin nbsolutamente libre de formas lingsticas, se- giin sostiene. por elemplo, Saussure (y en esto le siguen muchos Lingistas), que contrapone el "habla" (la parole), como un acto esrrictanieiile individiial, al sistema de la lengua como fenmeno puramente social y obligatorio para el individuo. La gran mayo- ria de los iingiiistas comparte -si n o tericamente, en la prc- tica- este punto de vista: consideran que el "habla" es tan slo una combinacin individual de formas Iingisticas (lxicas y gra- maticales), y no encuentran ni estudian, de hecho, ninguna otra forma ilorniativa."

    El menosprecio de los gneros discursivos como formas rela- tivamente estables y normativas del enunciado hizo que los lin- gistas, como ya se ha sealado, confundiesen el enunciado con la oracin, lo cual llevaba a la lgica conclusin (que, por cierto,

    EL ! : ~ U N C I ~ ~ I . ' ~ 271

    nunca se Iia cleIeiidido de una nianera. consecuente) de que nues- tro discurso se piasiiia mediante las formas estables y nrestable-, cidas de oraciones, mientras que no importa cuntas oraciones iiiterrelacionadas pueden ser pronunciadas de corrido v cundo liabria que detenerse (concluur) , porque este Iiecho se atribua a la completa arbitrariedad de la voluntad discursiva individual del hablante o al capricho de la mitificada '.:corriente discursiva"

    Al seleccionar determinado tipo de oracin, no io escogenios uiiicamente para una oracin determinada, i i i de acuerdo con aquello que queremos expresar mediante la oraci61i nica, Siiio. que elegimos el tipo de oracin desde.el punto de vista d e .la to- talidad del enunciado que :se le figura a nuestra imaginacin dis- cursiva y que determina la eleccin. La nocin d e la forma

  • la capacidad del enunciado para deteriniiiar uiia activa posicin de respuesta que adoptan otros participantes de la comunicacin.

    A modo de conclusin de esta parte, algunas observaciones acerca de la oracin (regresaremos al problema con ms detalles al resumir nuestro trabalo) .

    La oraciii, en tanto que unidad de lalengua, carece de capa- cidad para determinar directa y activamente la posicin responsi- va dcl hablante. Tan slo al convertirse en: un eiiunciado com- pleto adquiere uiia oracin esta capacidad."..Cualquier oracin puedc actuar como un enunciado completo. pero en tal caso, se- giin lo que se ha explicado, la oracin se complementa con una serie de cspectos sumamente importantes no gramatrcales, los cua- les canibian su naturaleza misma. Pero sucede que esta misma circunstaiicia llega a ser causa de una especie de aberracin sin- tctica: al analizar una oracin determinada separada de su con- texto se la suele completar mentalmente atribuyndole el valor de un enuiiciado entero. Como consecuencia de esta operacin, la oracin adquiere el grado de conclusividad que la vuelve con- testable.

    Lu oraciii, igual que la palabra, es una unidad significante de la lengua. Por eso cada oracin aislada, por eiemplo: "ya sali el sol" es perfectamente comprensible, es decir, nosotros com- prendemos su srgizificado lingstico, su posible papel dentro del enuiiciado. Peso es absolutamente imposible adoptar, con respecto a esta oracin, tina liostura de respuesta, a no ser que sepamos qiie el hablante expres con ello cuanto quiso decir, que la ora- cin no va precedida ni le siguen otras oraciones del mismo hablante. Pcro en tal caso no se trata de una oracin, sino de un eniinciado plcno qiie consiste en una sola oracin: este enuiicia- do est eiiinarcado y delimitado por el cambio de los sujetos diseiirsivos y refleja de una manera inmediata una realidad extra- verbal (la situacin). Un enunciado semeiante puede ser con- testado.

    Pero si esta oracin est inmersa en un contexto. resulta que adquiere la plenitud de su sentido nicamente dentro de este cotitexlo, es decir dentro de la totalidad de un enunciado com- pleto, v lo qtie puede ser contestado es este enunciado completo cuyo elemeiito significante es la oracin. El eiiunciado puede, por eieniplo, sonar as: "Ya sali el sol. Es hora de levantarnos." La coinpreiisin de respuesta: "De veras, ya es la hora." Pero puede tambin sonar as: "Ya sali ei sol. Pero an es iiiuy temprano. Durinamos un poco mas." En este caso, el soiiiclo del enunciado

    El. ENUNClAm 271

    y la reaccin de respuesta a l sern diferentes. Esta misma ora- cin tambin puede formar parte d e una obra literaria e n calidad de elemento de un paisale. Entonces l'a reacfin de respuesta, que seria una impresin artstica e ideolgica y una evaluacin, nica- mente podr ser referida a todo el paisaje represeiitado. .En el contexto de alguna otra obra esta oraci6n puede tener un signifi- cado sinibiico. En todos los casos semeiantes, la oracinviene a ser un elemento significante de un enunciado completo, elemento que adquiere su sentido definitivo slo dentro de 18 totalidad.

    En el caso de que nuestra oracin figure como un enunciado conciuso, resulta que adquiere su sentido total dentro de l a s con- diciones concretas de la comunicaci6n discursiva. Asi, esta o ra - cin puede ser respuesta a la pregunta del otror "Ya sali el sol?" (claro, siempre dentro de una:circunstancia (concreta que iustifique la pregunta). En tal caso; el enunciado viene a ser la afirmacin de un hecho determinado,, la que puede ser. accrta- da o incorrecta, con la cual se puede estar o no estar de acucr- do. La oracin, que cs afirmativa por su forma, llega a. ser una afirmacin real slo en el contexto d c u n enunciado determinado.

    Cuando se analiza una oracin semejante aislada, se a sUelC interpretar como un eiiunciado concluso rcferido a cierta sitiia- cin muy simplificada: el sol efectivamerite sali y el hablante atestigua: "ya sali el sol"; al hablante le consta que la hierba es verde, por eso declara: "la hierba es verde" Esa clase de co- nzunlcados sin sentido a menudo se examinan directamente coiiiu eiemplos clsicos de oracin. En la realidau, cualquier comuni- cado semelante siempre va dirigido a alguien, est provocado por algo, tiene alguna finalidad, es decir, viene a ser un eslabn real en la cadena de la comunicacin discursiva dentro de alguiia: esfera determinada de la realidad cotidiana del hombre.

    La oracin, igual que la palabra, posee una conelusivid'ad del significado y una conclusividad de la forma gramatical, pero la concliisividaci de significado es de carcter abstracto y es precisa- inente por eso por lo que es tan clara; es el reinate d e un elenleii- to. pero no la conclusiii de un todo. Lu or;iciii como unidad. de la lengua, igual que la palabra, no tiene :iutor. No pe~teiiecC a nadie. como la palabra, y tan slo fuiicioi?stido Gomo un eiiuii- ciado coniplzto llega a ser la expresin de la postura iiidividiial de hablante en una situacin concreta de la coinunicacion discur- siva. Lo cual nos aproxima al tercer rasgo coiistitutivo dei enuii- ciado, a sabzr: la actituo del enunciado hacia el hublunte misillo (el autor dcl enunciado) y hacia otros Darricipantes en la coiiiii- nicacin discursiva.

  • Todo enunciado es un eslabn en la cadcrin de la comunica- cin discursiva, \,ieiie a ser una postora aciii'a del hablante den- tro de una u otra esfcra de objetos y sentidos. Por eso cada enun- ciado se caracteriza ante todo por s ~ i coiitcnido determinado referido r, obietos v seiitidos. La selccciii .de los recursos lings- ticos y dcl gnero discursivo se dcfine anir todo poi. el compromi- so ( O intencin> que adopta un sulcto discursivo (o autor) dentro dc cierta estcra de sentidos. Es el primer aspecto del enuiiciado qiie iiia sus detalles esi~ecficos de composiciii y estilo.

    El segiiiido aspecto del enunciado que determiiia su composi- cin y estilo es el momento cxpreslijo. es decir. Liiia actitud sub- letiva y evaliiadora desde el punto de vista emocional del hablaii- te con rcspecto al contenido semiintico de su propio eiiunciado. En las diversas csferas de la comunicacin discursiva, el momento cxprcsivo poscc un sigiiii'icado :: un peso d i f e rc~ te , peio est i pre- senlc en todas partes: un enunciado absolutamentc neutral es iin- posible. Una actitud evaluadora del hombre con respecto al obie- to de su discurso (cualquiera que sea este obieto) tanibiii deierniiiia la selecciti de los recursos I6xicos, graiiiaticale5 y coin- posicionales del enunciado. El estilo iiidividiiai dc uii enunciado sc define rirrricipalmente por su aspecto expresir:~. En cuanto a la cstilshca, esta situacin puede considerarse como comnmente aceptada. Algunos investigadores inclusive rediicen cl estilo di- rectarneiite al aspecto emotivo y evaltiativo del discurso.

    Puede scr considerado el aspecto expresivo del disctirso como iin leniiieno de la lengua en tanto que sistema? ,Es posiblc hablar del aspecto expresivo de Ins unidades de la Lengiia. o sea tic las palabras y oraciones? Estas preguntas dcben ser coiitesta- das con uiia categrica negacin. La lengua coiiio sistcnia dispone, desde luego, dc iin rico arsenal dc recursos lingiisticos (lxicos, iiiorfolgicos y siiitacticos) para expresar 121 posrui.8 eiiioiiva y valoi,ativa del iiablaiiie, pero todos estos iiiedios. cn taiito que rcciirso?, dc :a Icnglia. son absolutamente rzciitius rcspecto a una valoraciii ileiesminaercibimos. x! dcsde luego exlslc corno faclor estilis ,Ll,i'l. i,,,!, en i a iectiiru sileiiclosa del disciivso c...

  • EL PROBLLhlh UC 1.") CENI;HOS OISCb14SLYOS /. El. i .YVNCIAI>O

    unidad de la lengua 111 con el srgniiicado dc esta palabra. sino con un enunciado coiicloso y con su seizlido concrelo,." que per- tcneccn tan slo a este enunciado; el significado de la palabra esto referido eii estos casos a determinada realidad deiitro d e las igualinente reales condiciones de la comunicacin discursiva. Por lo tanto, el1 esros eiemPlos 110 slo entendemos el significado de la palabra dada conio palabra de una lengua, sino que adoptamos Ireiite a ella tina postura activa de respuesta. (consentimiento, ztciierdo o desacuerdo, estimulo a la accin). As, %pues, 12 entona- ciii cxpresivn pertenece all al enunciado. no a la palabra. Y sin embargo resulta iritiy difcil abandonar la convicciri dc que cada palabra de un:! Icnguii posea o pueda poseer un "tono einotivo", ii i i ' ' m a t i ~ einocional", un "momento valorativo", una "aureola ~s t i l i~ t i ca" . eic.. y, por consiguiente, una entonacin expresiva qiie ie es propia. Es muy factible que se piense que al seiec- cioiiai- palabias para un enunciado nos orientamos precisamente al tollo crnotlvo c a r a ~ t c r s t i ~ ~ de una palabra aislada: escogemos las qiic corresponden por su tono al aspecto expresivo de nuestro entinciado y rechazainos otras. As es conlo los poetas concibe11 su labor sobrc la palabra. y as es como la estilstica interpreta esle proceso lpoi. elcmplo, rl "experiniento estilistico" de Pesh-

    1 kovski) .'" Y, sin embargo, esto no es as!. Estamos frente n la aberraciii

    que ya conocemos. Al seleccionar las palabras partimos de la ! totaiidad real del eiiuiiciado que ideamos,' pero esta totalidad ,!: ideada y creada por nosotros siempre es expresiva, y es ella la i : que irradia su propia expresividad (o. nias bien, nuestra expre-

    sividad) liacia cada palabra que elegimos, o, por dec~r lo asi, la 1 : ' coiitamina de la expresividad del todo. Escogemos la palabra se- / gun su significado, que de suyo no es expresivo. pcro puede N corresponder c no correspotider a nuestros propsitos cxpresivos ji ' cn relaciii coi1 otras palabras, es decir con respecto r la totalidad de nuestro cnuiiciado. El significado neutro de una palabra refe-

    I rido a unii realidad determinada dentro de las coridictones de- t~.i-rniriades rcalcs dc la comunicacin discursiva genera una chis- pa de cxprcsividad. Es jtistainente lo que tiene lugar en cl proceso

    1 ) ; * Al consiiiiii- iiucsiru discurso, sicrn~re nos antecede la totalidacl de / ! ilucsiro cnuncliido, taiito cn forma de un esquema gen6rico dcterrninado ! ' conio en ioni in de iiiia i~ilencin discursiva individual. No valnos ensar- j l i ando pnlnbriis. i io scgill i i ios dc una Dalabra a Otra. sino uuc ;icfuamos coino st IuCiu i i iu i rcllcnalido un todo con palabras necesartas. Sc cnsartan

    ~paliihi-as tan sola en u n a primera fasc del csludio de una lengua areno, y aun con unii

  • I'L E l i U \ I C I A U O EL I'RUIILEhlA < S i
  • ncs de esle tipo Soriiian parte de u n contexto coliereiite, suelen apa- recer como puestas de relieve en la totalidad del enunciado y generalmente tienden a iniciar o a concluir el enuiiciado (o sus partes relativaineiile iiidepeiidientes." Esos tipos de oraciones tie- nen un inters especial para la solucin de nuestro uroblema, y iiias adelante regresaremos a ellas. Aqu lo que iios iiiiporta es seiialar que tales oraciones se compenetran slidaiiiente de la ex- presividad genrica y arlquieren con facilicl-1 la expresividad in- dividual. Estas oracioiies son las que contribuyeron a la forma- ciGii de la idea acerca de la naturaleza expresiva de la oracin.

    Otra observacin. Ln oracin como unidad de la lengua posee cierta entonaciii gramatical, pero no expresiva. Las entonaciones csnecficarnente gramaticales son: la conclusiva. la explicativa, la disyuntiva. la enumerativa, etc. Un lugar especial pertenece a la entonacin enunciativa, interrogativa, exclamativa y a la orden: en ellas tiene lugar una suerte de fusin entre la entonacin gra- matical y lo que es propio de los gneros discursivos (pero no se trata de la eiitoiiacin expresiva en el sentido exacto de la pala- bra). Cuando damos un elemplo de oracin para analizarlo sole- mos atribuirii una cierta entonacin tipica, coii 10 cual lo coii- ~ettimOS en u11 eriunciado Cornpleto (si la oracin se toma de uii texto determinado, lo entonamos, por supuesto, de acuerdo con la entonacin expresiva del texto).

    As, pues, el momento expresivo viene a ser un rasgo constitu- tivo del enunciado. El sistema de la lengua dispone de formas iiecesarias (es decir, de recursos lingisticos! pera manifestar la expresividad, pero la lengua misma y sus unidades significantes (palabras y oraciones) carecen. por su naturaleza, de expresivi- dad, son nuestras. Por eso pueden servir igualmente bien para cualesquiera valoraciones, aunque sean muy variadas y opuestas; por eso las unidades de la lengua asumeii cualquiei postura va- lorativa.

    En resiimen, el enuiiciado, su estilo y su composi~in. se de- teiininan por el aspecto temtico (de obieto y de sentido) y por el aspecto expresivo, o sea por la actitud valorativa del hablante hacia el niomento temtico. La estilstica no comprende ningun otro aspecto, sino que slo considera los siguientes factores que determinan el estilo de un enunciado: el sistema de la lengua, el

    * La Drimeta v ltima oracin de un enunciado generalllienie son de natiiraleza es~ecial, poseen cicria cualidad cam~iemciirarla. Son, Dor de- cirlo de alguna manera. oraciones de vanguardia, porque se colocan en la ~osicin limirrofe dcl cambio de suietos discui-sivos. i

    . .

    objeto del discurso y el h;iblante mismo y su actitiid valorativa j l.:\! hacia el objeto. La seleccin de los recursos lingiislicos se deter- : 1; 8 , mina. segn la concepcin habitual de 18 estilstica. nicamentz , I R por coiisideraciones acerca del obieto y sentido y de l a expresivi- ' I ! dad. As se definen los estilos de la lengua, tanto generale? como ! ! , individuales. Por una parte, el hablante, con su visin dclmundo, 1 ; ' I l sus valores y emociones y, por otra p.te, el objeto de su discurso 3, el sistema de la lengua (los recursos' lingsticos) : stos son .los 1 ' aspectos que definen el enunciado, su estilo y sucomposlcin. Esta es la concepcin predominante.

    En la realidad, el problema resulta ser mucho ms. complejo. Todo enunciado concreto viene a ser un eslabn en la cadena de la comunicaciii discursiva en una esfera deterin~nada; Las froii- teras mismas del enunciado se fijan por el cambio de los SUletOS discursivos. Los enunciados no son:indiferentes uno a otro ni son autosuficientes, sino que "saben" uno del o t ro-y se reflejan rnu- tuamenle. Estos refielos reciprocos son los que determinan el cariicter del enunciado. Cada enunciado esta lleno de ecos y re- flejos de otros enunciados con los cuales se relaciona por la co- munidad de esfera de la comunicacin discursiva: Todo enuh- ciado debe ser analizado, desde .un principio, .coino rc-zicslu a los enunciados anteriores de una esfera dada .(el discurso como respuesta es tratado aqu en un sentido muy amplio) : los refuta, los confirma, los completa, se basa en ellos, los supone conocidos, los toma en cuenta de alguna manera. El enunciado, pues, OcLlPa una deterntrnada en la esfera dada de la comunicacin discursiva, en un ~ r o b l e m a , en un asunto, etc. 'Uno no piiede de- terminar su propia postura sin correlacionarla con las de otros. Por eso cada enunciado est lleno de reaccioiies -respuestas de toda clase dirigidas hacia otros enunciados de la esfera determi- nada de la comunicacin discursiva. Estas reaccioiies tienen dife- rentes formas: enunciados ajenos pueden ser introducidos direc- tamente al contexto de un enunciado, o pueden .introducirse slo palabras y oraciones aisladas que en este caso representan los eiiunciados ecteros, y tanto enunciados enteros como palabras aisladas pueden conservar su expresividad ajena, pero tambin pueden sufrir un cambio de acento (irona, indignacin, venera- cin, etc.). Los enunciados ajenos. pueden ser representados con diferente grado de revaluacin: se. puede hacer referencia a ellos como opiniones bien conocidas por el interlocutor, pueden sobre- entenderse calladamente, y ia reaccin de respuesta puede refie- inrse tan slo en ia expresividaddel discurso propio (seleccin de recursos lingisticos y de entonacioiirs que no se determina por el

  • EL K N U N C I A U O

    sintcticas se establecen dentro de una uriidad siiiijctlca sini- niismo obictoi. Esie uliinio caso es muy tipico e iqporiarite: en niu- o eolnple,a, ni taiiipoco coi1 las relacioiies temticas .entre clias ocaiioiics. !a expresividad de nuestro cnunciado se detrrmiiia

    unidades sintcticas no vinculadas iintcticaineiite dcillro de 10s ]imites de Lin eiiuiiciado. Sin embargo, estas 111terreiaciO~les son eiiiiiiciac!o siiio iainbiCii por los eiiuiiciador alenos emitidos acerca anlogas (si11 ser, por supuesto, idnticas! a las ~ElaEiones que se tltl ii11smo liliiia, por 11)s ~ I I L I I I C I ~ ~ ~ S S que coiitcstamos, coi1 los que dan eiilre l a s replicas de un diilogo. La eiitonaciii q u e asla el

    ~~oleiiiizailios. soii ellos los q ~ i c deterininan tambin lii puesta en discurso ajeno (y que sc representa en el discurso escrito mcdiaii- relieve tic iiig~i~ios inonieiiios, las reiteraciones, la seltccin de ex- te comiilas) es un fenomeno aparte: es uiia especie de trasPo- sicin ~ 1 ~ 1 canlbjo (le los sirfetos discursii~os dcnho de U.11 .enull- ciado. Las !roi:lerirs que se crcan con este cambio son, el1 este caso, dbiles especi[icas; la expresividad del hablaiite. peiietra ioiiia C i i C l i C i i i 2 iitida iiis su obieto y su seiititlo. La expresividad a travcs de estas fronteras y se extiende hacia cl discurso aleno,

    ti11 L.nliiiCiado sieniprc, cii inayor o mciior niedida, coiifes/a, cs puede ser represeniada mediante tonos irCinicos. indignados. Coin- dscii.. expresa la acliiiici dcl Iiailiante hacia los enunciados alenos, pasivos, devotos (esta expresividad'se tradiice inediaiite:la ento- V 110 iiiii~ai~lciite su aciitud hacia el objeto de su propio enuncia. 1 nacir? expresiva, y en el discurso escrito la adiv~namos con pre- do.' Las f o r n l a ~ de las reacciones-respiicsta que Ileiiail el enuil. 1

    1 cisiii y la sentimos gracias al contexto que ciiinarca el discurso cia6o SO11 SLii1ia~~nte Iicterogiicas y hasta cl momento no se ]iail o gracias a la situacin extraverbal aiie sugiere un matiz

    estudiado cii absoluto. Estas fornias, por supuesto, sc dif~rellclall 1 expresivo correspoiidiente). El discurso alen, pu:S. Posee ulla expresividad doble: la propia, que es precisamente la aieiia. Y v vida Iiuinaiia eii iab que se rcaiiza la comunicacin di~cLirs iva .

    ! I'or i ~ i ~ i i ~ i g l c ~ que sea tia eniiiiciado (por ejelnplo, Liiia la expresividad del eniiiiciado que acoge el discurso aleno. Todo ~ b r a cieiiti'ica o filoslica), por ms quc se coileentre oblc.. esto puede tener lugar, ante todo, all donde el.discurso aleno (aunque sea uiia sola palabra que adquiera el val'or de enunciado 10, 110 pliede delar de scr, en cierta medida, una respiiesta a aqlir-

    cita explcitamente y se poiie de relieve (mediante co- 110 qlie Ya se diio acerca del mismo objeto, ticerca del inismo prc,.

    millas): [os ecos del cambio de los suletos discursjvosY de Sus biciiia. uiiqlii: el carscicr dc respuesta no recibiese ~ii ia expresin interrclaciones dialgicas se perciben en estos casos con.claridacl. txtcriia bicii dcliiiidii: Esta sc iiiaiiifcstaria eii los matices del scii. pero, adeins, eii todo cnuiiciado, en ti11 exanlen nls detenido tido. dc 13 eh!>i.csividad. del estilo, eii 10s detalles lll(,s f inos de realizado en las coiidiciones concretas de la comunicacin dis- la ~0 inp0~ic i i i . U11 eliuiiciado ~ s t i lleno de tiiatices dicilglcos. y cursiva, podemos descubrir toda una serie [le disciirsos Olenos.

    Sil? ioniarioi cii ciieiita es imposible comprender liasra el f i i i i i ~ semicultos O implcitos y coi1 diferente graao dc diredad:. Por eso' islilo les de los combios de suietos discur- i~il~i.2!Cci~ii Y liiclia con pensamieiitos ajenos, 10 cui!i iio piiedc sivos, de l o s niatices dialgicos y de marcas liiiiiii;ofes sumainente

    ~teiai. (le refli~ni-sc eii I J Foriiia dc la cxpresiii verbal del nuesiro. debilitadas dz 10s enunciados que llegaron a scr pcrii~eables.para Id@s ciitiniiailos aienos y las palabras aisladas dc qilc l a cxpresividati del ax.itor. EI enunciado, asi, vieiic ti S-1. u n fen- 110s I ~ ~ C C I I I O S CllSClelltes conlo a[enos y qiie separznios iil. nlcno inuy complc!o que iiiaiiifiesta una miiltiplicidad de plaiios. les. kil scV iiilroducidos en nuestro enunciado le aporLaii a l g o qLic po r ~upllesto, hay que aiializarlo iio .aisladanieiitc,y no slo el1 su ZiParecC coilli) iri-acioiial desde el plinto dc del sisiclila d e l a relaciii con el autor [el hablante) sino como esiabon eii: la c;i- lci i~lia; ~~ariicularinciiic, desde el puiito de de l a si,,iiixis. dzna de 1;l colnunicacin discursii'a y en ELI IIZSC) cDii OtlOS e11Ull- I I ~ I C I . I . C I ~ I C I O I ~ C S ciltri el discursn ale170 iiitroducido y c l

    ciados rrlacioiiados con 61 (estos nexos suelen aiiaiizarse nica- [!ci discui.so 11roi~io iio tieneii aiiaiogia algiiiia coii l a s i c !~ ic iu i , c s en el plano leiiiiiico y no discursivo. es decir. c

  • ncii por el caiiibio de los suletos discursivos , (hablantes) pero cleiitro dc cstas fronteras, el enunciado, semelaiitemente a la m- ii:ida de Leibiiiz, refleia el proceso discursivo, los enunciados ale- tios, y, iiiite todo, los eslabones anteriores de la cadena (a veces los niWS proxiriios, a veces -en las esferas de la comunicacin cul- iiiral- inuy lejanos1 ."

    El obieto del discurso de un hablante, clialquiera que sea el ob- lelo, no llega i, tal por primera vez en este enunsiado, y el hablan- te no es el primero que lo aborda. El objeto del aiscurso, por de- cirlo asi, vn se eiicuciitra hablado, discutido, vislumbrado y valo- riiiio de las inaneras ms diferentes: en l se cruzan, convergen \! se bifurcan varios puntos de vista, visiones del mundo. tenden- cias. El hablante iio cs un Adn bblico que tena que ver con ob~ctos virgenes, aun no nombrados, a los que deba poner nom- bres. Las concepciones simplificadas acerca de la comunicacin conlo base lgica y psicolgica de la oracin hacen recordar a este iiiitico Adn. Eii la mente del hablante se combina11 dos concepcio- iies (o, al contrario, se desmeinbra una concepcin complela en tlos s im~les l cuando pronuncia oraciones como las siguientes: "el sol aliiinbra: "la Iiierba es verde", "estoy sentado". etc. Las (!raciones seinelantes soii, desde luego, posibles, pero o bien se lustificen y se fuiidainentan por el contexto de un enunciado com- iAeto que las incluye en una comuiiicacin discursiva como r6pli- cas de un dilogo, de un artculo de difusin cientfica, de una csplicaciii dcl maestro en una clase, etc.) , o bien, si soii enun- cixlos coiiclusos, tienen alguna iustificacin en la situaciii dis- cursiva qiic las iiitroduce en la cadena de la coniunicacin discur- siva. En la rc~ilidad, todo enunciado, aparte de su obieto, siempre contesta (en ~ i i i sentido amplio) de una u otra manera a los enun- ciados a m o s que le preceden. El hablante no es un Adn, por lo tanto el obieto mismo de su discurso se conviertc inevitablemente e11 iin foro donde se encuentran opiniones de los interlocutores directos (en una pltica o discusin acerca de cualquier suceso ccitidiano) o !,untos de vista, visiones del mundo, tendencias, teorlas. etc. (en la estera de la comunicacin cultural). Una vi- sin del mundo, una tendencia, un punto de vista, una opinin, sieii?pre poseeii una expresin verbal. Todos ellos representan dis- curso aieiio (en su forma personal o impersonal), y este no puede deiar de refleiarse en el enunciado. El enunciado no est dirigido iinicamente a su obieto, sino tambin a discursos ajenos acerca de este tltiiiio. Pero la alusin ms ligera a un enunciado aleno confiere al discurso un carcter dialgico que no le puede dar nin- gn tcina puramente obietual. La actitud hacia el discurso aleno

    tL ENUNCIADO

    difiere por principio de la actitud hacia ci obleto, pero siempre 1 S!' i

    aparece acompaando a este ltimo. Repetiinos; el enunciado es un eslabn en la cadena de la comunicaciii discursiva-y no pue- /l.:! / l ! T de ser separado de los eslabones anteriores que l o determinan por S, 1 dentro y por fuera generando en l reacciones de respuesta y ecos ' , . I , ' dialgicos.

    Pero un enunciado no slo est rePacionado con los. esiabones l i ! '

    anteriores. sino tambin con los eslabones posteriores:de la co- i ! inunicacin discursiva. Cuando elenunciado est en la etapa de

    . 1 ;

    su creacin por el hablante, estos.ltimos, por supuesto. an no existen. Pero el enunciado se construye desde el principio to: mando en cuenta las posibles reacciones de respuesta para ias cuales se construye el enunciado. 'E1 papel de los otros,. como ya sabemos, es sumamente importante; Ya hemos dicho que estos otros, para los cuales mi pensamiento se vuelve tal por primera vez (y por lo mismo) no son oyentes pasivos sino los activos par- ticipantes de la comunicacin discursiva. E! hablante espera desde el principio su coiitcstacin y su comprensin activa: Todo el enunciado se constniye en vista d i . la respuesta.

    Un signo importante (constitutivo) del enunciado es sil orueil- tacin hacia alguien, su propiedad de estar destrnodo. A diferen, cia de las unidades significantes de .la lengua -palabras y ora- ciones- que son impersonales, no pertenecen a nadiz y a nadie estn dirigidas, el enunciado tiene autor (y, por consiguiente, una expresividad, de lo cual ya hemos hablado) y destinatario. El des- I 1 : tinatario puede ser un participante e interlocutor inmediato de un 1 dilogo cotidiano, puede representar un grupo diferenciado de 1 : especialistas en alguna esfera especfica de la comunicacin cul-

    1 '

    tural. o bien un pblico ms o menos hoinogeneo, un pueblo, i ' contemporneos, partidarios, opositores o enemigos, subordina- { ! i dos, jefes, inferiores, superiores, personas cercanas o aj'enas, etc.; ! tambin puede haber un destinatario absolutamente indefinido, l ' , un otro no concretizado (en toda .dase de enunciados monoigi- I . , cos de tipo emocional) -y todos estos tipos y conceptos de ' I~ destinatario se determinan por la esfera de la praxis humana y 1 ;

    de la vida cotidiana a la que se refiere el enunciado. La compo- 1 I

    sicin y sobrz todo el estilo dei'enunciado dependen de..un. hecho I! concreto: a quin est destinado el enunciado, cmo el hablante 1 (O el escritor) percibe y se imagina a sus destinatarios, cul es la Fuerza de su influencia sobre el enunciado. To'do genero discur- sivo en cada esfera de la comunicacin disciirsiva posee su pro.

    .. 1 1 . j pia concepcin del destinatario, l a c u a l lo delermiiia como' tal.

  • E L I'IKI[ILLMI% IIE LOS C ~ N F . K O S DISCURSIVOS

    El destiriaiario del enunciado puede coincidir {~ersoiialinentc con aquel lo aquellos) a quien responde el enunciado. Eii un diilogo cotidiaiio o eii una correspondencia tal coiiicidencia per- sonal es COIIILIII: el destiilatario es a quien yo contesto y de quien espero. a mi turno, una respuesta. Pero en los casos de coiiiciden- cin personal, 1111 solo individiio cumple con dos papeles, y lo que

    ciacin tanto de las formas principales i o m o de los matices, estos iiiiporta es precisaineiite esta diferenciacin de roles. El enunciado Ue aqliel a quien coiitesto (con quien estoy de -,acuerdo, o estoy fenmenos tienen un carcter de clich y externo: n o son, capa-

    ces de aportar un dramatismo profundo al eiiuiiciado. Son .inte- refiiiarido, o curnplo sii orden, o tomo iiota, e t c . ) ya existe, pero resantes tan slo como ejemplo de una bastante obvia pero instruc- su coiiteslaciii (o su compreiisin activa) an iio aparece. Al

    coiistruir iiii ciiiiiiciado. yo trato de determiiiarla de uiia manera iiva expresin de la influencia que- oerce cl dcstinatario sobre I'a. ' ! , S ,

    estructuraciii y el esti!o del enunciado." ! I activa: por otro lado. intento adiviiiar esta contestaciii. y la res- ! ; Puesta aiiiicipada a su vez influye activamente sobre ini eiiuncia- Matices ms delicados de esti1o:se determinan por e l carcter , m N ! do (esgriiiio obicciones que estoy presintiendo, acudo a todo tipo

    ferentes gneros discursivos familiares, por una .parte, e ntimos go!f "'No os posible giirar al destinatario y su reaccin de respuesta a i~ieiiudo pre-

    ~ ~ i c u l a r todos los marices Y finezas de nuestro rt.;ito.. . Hay conocedorcg sciita muclias facetas qile aportan u11 draniatisino iiiieriio miiv tales que hablaran con uri terrateniente que voscc dosclrtilus almas d e - especial al eiiunciado (algunos tipos de dilogo cotidiaiio. cartas, un modo muy diicrenle del que usaran Con i ~ i i o guc tien:: trescientas, geiieros autohiogrlicos y confesionales). En los giiicros retvi- ei que tiene rrescientes. recibir&, a su vez; un irato distinta del que dis- cos, estos fenomeiios tienen un caracter agudo, pero iiii:s bien ex- frura un ~ronietario de o~ii,iimtis. mlrnbas qiic con esfc Ilin10 taln-

    voto hablarn de ia misma manera ouc con u110 ci i~c vosec oclioCicntiis terno. La posiciri social. el rango v la iiiipo~taiicia del destina- almas: en una palabra, se ~ u e d c ascender hasra i i i i miiiii. v sicmi>!e

    131.10 se reflclan sob1.c todo en los enunciados que pertcneceii a il:,br matices" (Ali?!as rnuertns, cap. 3 ) ; i .1 coiiilii?icr,cin coiidiaiia v a la esfera oficial. Dentro de la so- ** Este estilo se caractciizii vor una sinceridad cic daza vbiica. es-

  • coiitrabaii baic l~rohihicin. La imporiaiicia de los genzros y es- tilos fnniiliarcs para la historia de la literatura iio se ha apreciado lo suficiente hasta el nioinento. Por otra parte, los gneros y es- tilos iiitimos se basan cn una mxima proximidad interior entre el hablante y el destinatario del discurso (en una especie de fu- sin entrc ellos como limite). El discurso intimo est compene- trado de tiiiri profunda confianza hacia el destiiiatario, hacia su consentimiento. hacia la delicadeza y la buena. intencin de sil ~omprensin de respuesta. En esta atmsfera de profunda con- fianza, cl 1ial:laiite abre sus profundidades internas. Esto delcr- iiiiiia tina csixciai cxorcsividad y una sinceridad interna de estos csiilos (a diferencia dc la sinceridad de la plaza pblica que ca- racteriza los generas familiares). Los gneros y estilos familiares e iiitimos, hasta ahora muy poco estudiados, revelan con mucha claridad I;i depeiidencia que el estilo tiene con respecto a la coii- ccpcin y la coniprensin que el hablante tiene de su destinatario ( < S dccir, coiiio concibe su propio enunciado), as1 como de la idea qiie tieiic de su compreiisin de respiiesta. Estos estilos son los que ponen dc manifiesto la estrechez y el enfoque errneo dc 1;i cslilsricu ti.adicioiial, que trata de comprender y definir el es- tilo tan slo desde el punto de vista del contenido obietival (de seiitido) del discurso v de la expresividad que aporte el hablante en relacin coi? este contenido. Sin tomar en cuenta la actitud del iiablaiite Iiacia el otro y sus enunciados (existentes y prefigura- dos i , no pucde ser comprendido el gnero ni el estilo del dis- curso. Sin embargo. los estilos llamados neutrales u objetivos, concentrados Iiasta el mximo en el objcto de su exi>osicin y, al pareccr, iiienos a toda referencia al otro, suponen, de iodas ina- neras. una determinada concepcin de su destiiiatario. Tales esti- los objetivos y neutrales seleccionati los recursos lingisticos 110 slo desde cl punto de vista de su educacin con el objeto del discurs, siiio tainbiii desde el punto de vista del supuesto fondo de pei-cepcii? del dcstinatario del discurso, aunque este fondo sc preigiira
  • ier tiesiin;ido tan slo incdiiinie la totalidacl dzi e~iui ic iado. siendo SLI parte cc~ilstitiitivii (elcinento) .*

    La lengiia como sistenia posee u n a enornie rcscrva d e recur- sos puraiiicii t t lingisticos pa ra expresar for inalmcnte el vocativo: medios Ixicoi. iiioriolgicos (los casos c o r r ~ s p o n d i e n t e s . los pro- iionibres, las fo rmas persoiiales del verbol i -s intact icos (diferentes i~,oilelos y niodificacioiies d e o rac in) . Pe ro el carcter dirigido rcal lo ziririuieren estos recursos nicamente dkgtro d c la totaiidad d e u n enunc iado concreto. i' la expresin d e estc caracter d in - gido iiiiiica piiede ser agotada por estos recursos lingisticos (gra- inaticiilest especiales. Estos recursos pueden es tar auseiites, Y sin embargo el enuiiciado podr refleiar d e uii m o d o m u y agudo lit influencia del dest inatar io y su reaccin pref igurada d e respues- ta. L a seleccin d e todos los medios lingisticos se realiza por el i iablante baio u n a mayor o menor influencia del dest inatar io y de su respuesra pref igurada.

    Cual ido se analiza u n a oracin aislada d e su contexto, las huellas dei carcter dest inado y d e la influencia d e la respuesta prefigurada. los ecos dialgicos prodiicidos por los enunciados tilenos aiiteriores, el ras t ro debili tado del c a m b i o d e los suietos discursivos que haliian marcado p o r d e n t r o el enunciado -todo el lo se bor ra , se pierde, porque es a leno a la oracin coriio unidad d e la lengua. T o d o s estos fenmenos estan relacionados con la iotalidiid del enuiicizido. y donde esta totalidad sale d e la visin del anaiista. all iiiismo delan de existir para ste. E n es to consiste Liila d e las causas d e aquella es t rechez d e la estilstica tradicional Ciue ya hcmos sefiiilado. E l anlisis estiistico que abarca todas las facetas dcl estilo cs posible tan slo corno anlisis de la totalidad del enuiiciaclo y iiicamente den t ro d e aquella cadetia de la co- municacin discursiva cuyo eslabon inseparable representa este

    t NOTAS A C L A I ? A I O R I A S 291 libro fue uiiblicado baio el nonibre de V.N'.'Volsliinov) se apunta un programa para el estudio de "los generos- de l a s actuaciones discursivos en la vida y cn la creacin ideolgica, con la $pterinmacin de la intcr- accin discursiva" (p. 98) y "partiendo de. ah. une trevisin de las formas

    1 del ienguaic en su acostumbrado tratamiento lingistico" (idem). All misino se da una breve descripcin de los "gelicros cotidianos" de l a . comunicacin discursiva: "Una pregunta concluidn. una exclamacin, una orden, una splica, representan los casos. q a s t i ~ i c o s de enunciados co-. tidianos. Todos ellos (sobre todo aquellos talcs como, s f i~ l i ca y orden). exigen un complemento extraverbal. asi:coma rin eritoaue aslmismo extra- verbal. El misnio t i ~ o de conclusiii de. estos ~cquc5os .~neros cotidianos se determina Dor La friccin de la palabra sobre el medio extralingistico y sobre la palabra ajena (la de otras personas). [ . . . ] Toda situacin co- tidiana estable oosee una detcrminada organizacin del auditorio.y,,asi, un ~eal ico reoertorlo de Dcuueiios gneros cotidianos" ( p p . 98-99).

    Una ai?iolia reoreselilacin del genero como de una realidad de la c& municacin humana ldc tal modo que los generos literarios se analizan como gneros disc!inivos, v la serie de'los ltimos se define en los .limites que comprcnacn desde una rplica cotidiana hasta una novela de varios toinos) se relaciona con la importancia exce~clonnl que :Baitin atribula,

    1 eii la historia d t la literatura y de la .cultura, a la categoria .del gnero j conlo portadora de lar tcndencias "ms estables y seculares" del desarr* i Ilo literario, como "re~resentante de la memoria creadora cn .el proceso 1 del desarrollo literario" (Problemv poefiki Dosioievskogo,, 178-1791. Cf. 1 un iuicio que i l e s~ laza ias acostumbradas nociones d e l o s estudios litera. rios: '"Los historiadores de la literatura, lamentablemente, suelen. reducir '

    esta luclia de in novela con otros gineros, v todos las manifestaciones de la novelizacin, a la vida y ln lucha de las cort.lentes literarias. [ . . . 1 Detrs del ruido su~erficial del proceso literarro no ven los grandes e imoortantes destinos de la literatura y del lenguale, cuvos inofores Dnn. clpales son ante todo los generos, mientras quc Ins corrientes y las escue. las son avenas hroes secundarios" (Vdprosy /ifera!ury A esletiki, 451).

    En los aos 50-70, Bnitn planeiba escribir u n l i b r o balo el titulo Zhanri rechi: el Dresente trabajo reoresenta aDenas un esbozo de aquel trabalo jams realizado.

    enunciado. , La doctrina de Saussure se basa en la distiniin entre la lengua

    conio sistema de signos v formas mutuamente relacionadas que..determi- NOTAS ,ACCIRATORIAS nan normativamente todo acto discura1v.o (este sistema es objeto. esp&i.' fico dc la lingstica) y el habln como. rkalizacin individual de la lengua. ; i

    La doctrlna de Saussure fue analizada por Baitin en el. libro Marksizm Trebniu cscrito cn 1952-1953 en saransk; fragmentos oublicados cn Liicro- l i iilosoih razyka como una de las dos orinei~alcs corrientes de la filo- 1 iuriiuln licliioha (1978, tiiirn. 1, 200-219).

    sofia del lenguale (el obietivismo abstracto), de las cuales separa el autor El fciidmcno de los gencros discursivos fuc investigado oor Reitn ya SU vropia teorla del enunciado. . . 2 El behaviorismo o conductismo e s una corriente de la psicologia

    actual que analiza la actividad Dsiqilica del hombre basndose en las reacciones externas y considera la conducta humana lomo sistema de

    Scfiaicrnos quc las oraciones interrogativas e imT>erarivas suelen reacciones a los estimulos externos en. el plano del momcn.to presente. Ln lingstica descriotiva norteamertcaiia, cuyo mximo reoresehtsnte, Leunaid Bloomiield, se guieba Dor e l esquema "estimulo-respuesto" al

  • NOTS nCL,tllnToRlAS IEL PKOULEkIA 111- 1 i ,S I;CNEItL>S UISCUHSIVOS

    ,o dicho y lo no dicho. E,, la entonacin; lo-p+~ubre se conecta con. describir el ni-uceso discut.swo. se orieiita por csia.corrienri: de esico. vida, y todo es Cn la entonacin donde eT hablante hace contacto

    Coll los la entonacin es social par e-vcelieiicc" (VOlbshinov, La escuela dc VOssIer. el1 la cual Se destaca Sobre todo Leo Spitzer.

    ~S lovo zhizni , slovo v poezii", Zvezda, 1926, 11in. 6, 252-253). cuyos libros meiiciona iiaiiin en varios de sus trabaios, es caracterizada Cf , tambin: 8 ' ~ ~ precisamente este 'tono' (eritoiiacin) 10 Uue conforma por el autor como "una de las corrientes ms ~odcrosas del ~cnsainiento ,sentido significado general) dc todo. enunciado.' La filos6fico y iingistico actual" Para la escuela de Vosslei., la realidad s,tuaci,, y el auditorio correspondiente determinan ante todo a la en[0. iingistica cs la constanic acrividad creadora efectada mediantc los actos naciri y a Iraves de realizan la seleccin de las valabras v su Orde-

    namiento, a travs de ella llenan de sentido al enunciado entero" ("O- discurs~vos individuales; la creacin lingstica .se asemeja, segn ellos. Ibshiilov, ",N,, . ' ~ ~ ~ ~ t ~ ~ t ~ ~ ~ vyskazyvania". Literulurliaru . uchioba; 1930, a la creacin lilerarla. y la estilsticn es uara ellos la djsci~liiia lingistica

    principal; el cntooue vossleriano del lenguaie sc cara&erira Dor la iiri- num. 3 , 77-78). i o yenofonte, Anbasis. macia de ln estilistica sobrc la gramtica, DOr la ~rimaEia dcl punto de

    vista del hablante (frente n la primacia del unto rlc vista del oyente, se- >, ~~~k~~~~ , filosojia iaryko, el sentido ~OllCreto del enunciado gun la lingistica saussuresna) y la primacia de la funcin esttica. La sc terminolgicamente como su '.',tema" "El tema dcl enunciado esflicu de la creacin verbal de Bsitin en una serie de momentos i n i ~ o r - la realidad es individual e irrepetible como cl eiiunciado i~~ l sn lo L . . . ] tanres se aproxima a la escuela de Vossler (mientras uiie rechaza et a diferencia dei tema, representa todos 10s moinentos del

    riiiinciado que son c iddnticos a si mismos i i l todas las repct'- "obietivismo absrracto" de la lingstica en mayor medida), ante todo en el enfoque d:l enunciado como una realidad concreta de la vida de la clanes, ~1 tema del enunciado es en realidad rndisolublz. significado icngua; sin embargo, la teoria de la palabra de Balrn divcrge del unto del al contrario, se descom~one.en u n a serie de significados

    CO,.reSp,,nden a 10s etementos de l a lengua que 10 conforman" de vista vossleriano en cuanto al caracter individual del enunciado, y subraya eJ momento de la "socializaoin interna" en la comunicacin

    " De Saussure, ibid. La frase, coino fenomeno lingstico de indole distinta frente a la

    oracin, se tundamenla en los trabajos del lingista mso -que pertenecia a la escueio de Giliebra v Que tambin particiri en las aclividades del circulo de Praga- E.O.Karcevski. La frase. a diferencia dc la oracin, "no tiene su oropis estructura gramaticai. Pcro Dosee una estructura 1 fnicn auc consiste eii su entonacin. Es urecisamente la entonacin la ! Que constituve la frase" (Karcevskij, S.. "Sur la Dhonoiogie de la ~hrs se" , Travaiix du Cercle linguisfisue de Prague. 4, 1931, 190). "La oracin, Para realizarse, debe aduulrir la entonacin de frnse t . . . ] La frase es la Iunciii del didlogo. Es la unidad de intercambio entre los inlerlocutores" (Karcevskii. "Sur la Darataxe et la syntaxe cn msse"; Cahiers Ferdiiiand i de Saussure, 7, 1948, 34) .

    A.A.Sh6imatov definia la "comunicacin" como acto de uensamicnto

    o La entonacin expresiva como la expresin mas Dura de la evaliio. cin en el enunciado v como su indicio constmctivo mas miportante se analiza desrolladamente ver M.Baitin en una serie de trabalos de la

  • , N S ~ ~ U DL A N A L ~ S I S l i W S O F l C O

    EL PROBLEMA DEL TEXTO EN LA LINC;UISTICA, LA mente de la y la liiigistica,:porque iros interesa la esPe- FILOLOGIA Y OTRAS CIENCIAS HUMANAS ,.ificidad de) pensamjento humanstico dirigido hacia 10s Pensar

    mientos, sentidos, significados ajenos que, se realiza11 y se le ENSAYO DE ANLISIS FILOSFICO presentan al investigador nicamente en 'forma de tu fo . Las

    finalidades de la investigacin pueden ser muy variadasi Pero su punto de partida slo puede ser el texto.

    lilteresa nicamente el problema de los textos ver- bales que so,, la realidad primaria de' las disciplinas +manas correspondientes, en primer lugar di la lingstica, la filologia, 10s estudios literarios, etc.

    Hemos defiiiir nuestro ai~