Bagua - Amazonia Resiste

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  • Editor Responsable: Emir Sader Secretario Ejecutivo de CLACSO

    Coordinador Acadmico: Pablo Gentili Secretario Ejecutivo Adjunto de CLACSO

    Programa Grupos de Trabajo Serie Cuadernos de CoyunturaCoordinador: Marcelo Langieri

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    rea de Produccin y Contenidos

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  • Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales CLACSOPrograma Democracia y Transformacin Global

    Confederacin Nacional de Comunidades del Per Afectadas por la MineraCooperAccin Accin Solidaria para el Desarrollo

    Universidad Nacional Mayor de San Marcos Facultad de Ciencias Sociales

    Hctor AlimondaRaphael Hoetmer

    Diego Saavedra Celestino(editores)

    La amazona rebeLde

    Per 2009

  • La amazona rebeLdePer 2009

    Lima, setiembre de 2009

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    Cuidado de la edicin: lvaro Maurial, Raphael Hoetmer y Diego Saavedra CelestinoDiagramacin: Ral Huerta B.Diseo cartula: Franco Zegovia M.

    Esta publicacin ha sido posible gracias al apoyo de EntrePueblos y la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional (ASDI)

    ISBN: 978-9972-834-32-5 Hecho el Depsito Legal en la Biblioteca Nacional del Per: 2009-11704

    Los textos de este libro son copyleft. Las y los autores y los editores autorizan la copia, distribucin y citado de los mismos en cualquier medio y formato, siempre y cuando sea sin fines de lucro, el autor o la autora sea reconocido como tal, se cite la presente edicin como fuente original, y se informe al autor(a) y a los editores. La reproduccin de los textos con fines comerciales queda expresamente prohibida sin el permiso expreso de los editores. Toda obra o edicin que utilice estos textos, con o sin fines de lucro, deber conceder estos derechos expresamente mediante la inclusin de la presente clusula de copyleft.

    ImpresoenelPerPrinted in Peru

  • A la lucha por la vida de los pueblos amaznicos de Nuestra Amrica

    A los pueblos indgenas de Abya Yala por siglos

    de defensa de sus territorios, de sus culturas y de la Madre Tierra

  • atardecer a las afueras de la estacin 6 de PetroPer. bagua - amazonas. Thomas Quirynen.

  • ndice

    Presentacin de los Cuadernos de CoyunturaLos hechos de Bagua y la rebelin indgena en Per 15Marcelo Langieri

    PrlogoOtro Per posible en los caminos del movimiento indgena 18Diego Saavedra Celestino y Raphael Hoetmer

    IntroduccinBagua, un punto de inflexin en el escenario social del Per 23Jos De Echave C.

    I. La amazona RebeLde: CRnICa de una ResIstenCIa

    24 de mayo Los nativos no son manipulados y el viaje de Simon sera en vano 31 Entrevista con Alberto Pizango Chota

    6 de junio En la Selva s hay estrellas 35 Alberto Adrianzn 6 de junio Los han matado! 40 Paul Maquet 9 de junio No es tiempo para callar 44 Alberto Chiriff 10 de junio La naturaleza es nuestra vida, como nuestro pie, nuestra mano, nuestra cabeza 50 Entrevista con Luzmila Chiricente & Sari Salinas Ponce

  • 10 de junio Nativos detenidos no tienen intrpretes ni abogados de su eleccin 53

    Asociacin pro Derechos Humanos 15 de junio Que el gobierno no crea que vamos a retroceder; el paro contina 55 Entrevista con Salomn Awanash Wajush

    17 de junio Garanticemos el pleno ejercicio de los derechos indgenas 58 Entrevista con Miguel Palacn Quispe

    19 de junio Gobierno de Garca nos dio la razn 61 Entrevista con Daysi Zapata

    19 de junio A Garca lo eligieron los peruanos, pero olvid al pueblo que lo eligi 64 Entrevista con Lydia Rengifo 26 de junio De qu reconciliacin habla usted, Sr. Garca? 67 Mario Huamn Rivera 27 de junio En el Per hay un ncleo duro que desprecia lo rural y lo indgena 69 Entrevista con Carlos Ivn Degregori

    28 de junio Se acerca el fin de un modelo de nacin 73 Entrevista con Manuel Burga 18 de julio Me quedo en el Per y no pedir asilo poltico 77 Entrevista con Santiago Manuin 20 de julio Vivo escondida mientras a los corruptos la justicia los libera 79 Entrevista con Teresita Antaz

    II. CRonoLoga deL LeVantamIento amaznICo

    Cronologa del levantamiento amaznico 85 Observatorio Social de Amrica Latina del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales

  • III. semInaRIo InteRnaCIonaL LuChas poR eL teRRItoRIo: mIneRa, amazona y eCoLogIsmo popuLaR

    Mesa: Conflictos por el Territorio y Recursos en la Amazona 101 Participacin de Guillermo aco

    Mesa: Anlisis de la Coyuntura Peruana: Territorio, Movimiento Indgena y Buen Vivir 107 Participaciones de Mario Palacios Panz, Rodrigo Montoya y Roberto Espinoza

    IV. ImpLICanCIas y hoRIzontes

    Cuidar la Amazona, de otro modo no tendremos futuro 135 Marco Arana Zegarra

    Masacre en Per: por qu contra Awajun y Wampis? 142 Marco A. Huaco P.

    Los decretos del hortelano y el origen del conflicto con los pueblos amaznicos 147 Vladimir Pinto

    El sndrome del perro del hortelano y la inmensa minora 154 Roco Silva Santisteban

    Siete notas impresionistas para una interpretacin de la realidad peruana 159 Hctor Alimonda

    anexo: doCumentos y pRonunCIamIentos

    28 de octubre de 2007 El sndrome del perro del hortelano 167 Alan Garca Prez (presidente del Per)

    29 de mayo Carta de Evo Morales a la IV Cumbre de Pueblos Indgenas del Abya Yala 173 5 de junio Represin sangrienta en la Amazona peruana 176 Coordinadora Andina de Organizaciones Indgenas

  • 5 de junio Pronunciamiento 178 Federacin Nativa del Ro Madre de Dios y Afluentes

    10 de junio El Programa se manifiesta 180 Programa Democracia y Transformacin Global

    10 de junio Ante la masacre en la Amazona peruana 182 Accin Ecolgica 11 de junio Alto al desprecio, la soberbia, el cinismo y la violencia del gobierno aprista y Alan Garca 184 Declaracin de organizaciones de mujeres 15 de junio Paro Andino-Amaznico: 7, 8 y 9 de julio 186 Frente Nacional por la Vida y la Soberana 15 de junio Acta de entendimiento entre los pueblos indgenas de la Selva Central y el Gobierno 189 16 de junio Comunicado a las bases de AIDESEP y a la nacin peruana 193 Asociacin Intertnica para el Desarrollo de la Selva Peruana 19 de junio Comunicado de prensa en torno al conflicto en Bagua 196 Misin de la Federacin Internacional de los Derechos Humanos 26 de junio Declaracin de Lima 200 Grupo de Ecologa Poltica del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales 30 de julio Conclusiones y recomendaciones tras la visita de Amnista Internacional a Per 204 Amnista Internacional

    Mapa de concesiones mineras en el Per 208

    Mapa de concesiones petroleras en el Per 209

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    Los hechos de Bagua y La reBeLin indgena en Per

    Queremos agradecer a los colaboradores y las colaboradoras de La Amazona rebelde, y a todas las personas que participaron en la organiza-cin y realizacin del seminario Luchas por el Territorio: Minera, Amazona y Ecologismo Popular, desarrollado en Lima, durante los das 24, 25 y 26 de junio de 2009, como un proyecto conjunto entre el Programa Democracia y Transformacin Global de la Unidad de Posgrado en Ciencias Sociales, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, CooperAccin, Confederacin Nacional de Comunidades del Per Afectadas por la Minera (CONACAMI) y el Grupo de Trabajo en Ecologa Poltica de CLACSO, que est en la base de esta edicin.

    Agradecimientos

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    agradecimientos

    Especialmente agradecemos a EntrePueblos, CooperAccin, CONACAMI, al seor Sandro Maritegui Chiappe y a su Editorial Minerva, a Mara Teresa Muoz-Njar, Ramn Pajuelo, Dynnik Asensios, Jacqueline Fowks, lvaro Maurial, Ral Huerta, Franco Zegovia, al equipo del Programa Democracia y Transformacin Global, a Marcelo Langieri y Lucas Sablich de CLACSO, quienes de diferentes formas han hecho posible la publica-cin de La Amazona rebelde.

    Javier Torres (del Servicio Educativo Rural), Carlos Castro (del dia-rio La Repblica), la Asociacin Intertnica para el Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP), Servindi, el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristn, Vladimir Pinto, Sander Otten, Thomas Quirynen, y los compa-eros de Alerta Per y de Prensa CAOI nos han concedido el derecho de publicar los textos y fotos previamente difundidos en sus medios, y Carlos Tovar, alias Carln, nos ha permitido publicar su trabajo que tan a menudo analiza la realidad peruana con una profundidad insuperable. Tambin agradecemos a autores y autoras de los textos aqu reunidos, por su com-promiso y lucidez.

    Esta publicacin no hubiera sido posible sin la lucha de los herma-nos amaznicos, que es parte de una resistencia indgena por la vida que lleva ms de cinco siglos. Agradecemos, sobre todo, su valenta, persis-tencia y compromiso con el futuro de la humanidad, y reconocemos el papel central y enormemente valioso de AIDESEP dentro de ello. A la vez que nos solidarizamos con su lucha, exigimos el cese de la persecucin y criminalizacin de sus lderes, y llamamos a la construccin de una demo-cracia verdadera en el Per, que no siga separando al pas en ciudadanos de primera y de segunda clase.

    Los editores Lima y Rio de Janeiro, 22 de julio de 2009

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    Presentacin de los Cuadernos de Coyuntura

    Los hechos de Bagua y la rebelin indgena en Per

    Marcelo Langieri1

    1 Coordinador del Programa Grupos de Trabajo de CLACSO.

    Los hechos de Bagua constituyen uno de los puntos de partida para la realizacin de los Cuadernos que aqu presentamos. Este proyecto tiene su gnesis en la idea de construir un instrumento editorial gil capaz de combinar el ensayo social y la investigacin cientfica. Tambin tiene la pretensin de incorporar otros saberes que son producto de la reflexin de los movimientos sociales y polticos populares sobre su propia prc-tica y sobre la realidad sectorial, nacional e internacional de la regin, ello entendido tanto como una revalorizacin de la prctica social como fuente del conocimiento, cuanto como una forma de concretar la recu-peracin de la perspectiva de los actores involucrados de forma directa e indirecta en los hechos de referencia.

    La idea de los Cuadernos es previa a la crisis amaznica, pero es in-dudable que estos hechos constituyen una extraordinaria demostracin de la conveniencia de este tipo de instrumento de reflexin crtica sobre las cuestiones latinoamericanas. Corresponde entonces definir el carcter de los Cuadernos. Se trata de un instrumento complementario de las for-mas tradicionales de la produccin acadmica, que tienen en el libro su expresin clsica, o de las revistas acadmicas, con las que se emparenta, aunque se diferencie de ellas por su carcter urgente, y fundamentalmente por el tratamiento de un solo tema; en este caso, la rebelin indgena en la Amazona peruana.

    El Programa Grupos de Trabajo de CLACSO inaugura esta serie que se realiza en coedicin a partir de una situacin peculiar: la coincidencia de la realizacin de la reunin del Grupo de Trabajo de Ecologa Poltica, coordinado por Hctor Alimonda, con los sucesos de Bagua. La reunin form parte de un seminario internacional organizado conjuntamente con el Programa Democracia y Transformacin Global, la Unidad de Posgrado de la Universidad de San Marcos, CooperAccin Accin Solidaria para

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    marceLo Langieri

    el Desarrollo, y la Confederacin Nacional de Comunidades del Per Afectadas por la Minera (CONACAMI).

    La realidad amaznica era uno de los temas centrales del semina-rio internacional de Lima: Luchas por el Territorio: Minera, Amazona y Ecologismo Popular pero los sucesos amaznicos, por su vigencia y dramaticidad, colocaron la cuestin en el centro de la escena de las dis-cusiones. Los hechos de Bagua le daban una urgencia impostergable al problema.

    El seminario fue organizado en torno a la realidad minera, amaznica y ecolgica, y reuni estudios de especialistas sobre las distintas dimensiones del problema. Su realizacin estuvo atravesada por el dramatismo de la coyuntura, situacin esta que realz el escenario de discusin y elaboracin de proyectos por la proyeccin e implicacin de y con los movimientos so-ciales. El seminario transcurri dentro de un clima especial que prefiguraba una deseada confluencia entre saberes y compromisos. Los acontecimien-tos tambin generan motivaciones excepcionales, nuevos escenarios y una nueva jerarqua de valores que en este caso facilitaron que los saberes cien-tficos y tcnicos se conjuguen con otros saberes. En este marco resultaba natural relacionar las experiencias polticas y organizativas que aportaban los representantes de los movimientos populares con las vivencias y ob-servaciones de intelectuales que no se mostraban en trminos personales como individuos aislados sino adoptando una postura de compromiso con las reivindicaciones de los movimientos como sujetos sociales productores y reproductores de pensamiento crtico.

    Hay momentos en la historia, ms efmeros o ms duraderos, en los que la idea de la emancipacin aparece como parte ineludible de las ac-ciones polticas y sociales, y su percepcin y explicacin se transforman en una necesidad imperiosa para la prctica intelectual crtica y compro-metida con valores trascendentes y transformadores. La realidad latinoa-mericana sabe de estas situaciones; es cuando las palabras y las cosas aparecen como indisociables.

    El carcter abierto del seminario tambin fue fundamental para la realizacin exitosa de esta actividad poltico-acadmica, que tuvo como presencia principal a los movimientos indgenas y donde la atencin estu-vo centrada en el conflicto andino, amaznico y en el futuro de las luchas de resistencia.

    El conflicto motiv un pronunciamiento firme por parte del Grupo de Trabajo de Ecologa Poltica en el cual se expres el apoyo a los legtimos

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    Los hechos de Bagua y La reBeLin indgena en Per

    reclamos de los derechos territoriales de los pueblos amaznicos, perma-nentemente violados y desconocidos por el gobierno peruano. Es conve-niente sealar que la solidaridad con los pueblos amaznicos conlleva el reconocimiento a la legitimidad de las demandas planteadas y de la re-sistencia realizada, adems del reconocimiento a la importancia de sus denuncias por las graves consecuencias socioambientales del modelo pri-mario extractivo exportador emplazado en la regin andina.

    Los hechos en Bagua no son sucesos aislados, ni un rayo en un cielo sereno, para citar una famosa expresin de las ciencias sociales, ni han concluido en la masacre del 5 de junio. Los hechos de Bagua son un hito en la historia de lucha y resistencia indgena peruana. Los hechos de Bagua continan. Y los atropellos prosiguen mediante la criminalizacin y judicializacin de las protestas, continan en el centenar de lderes de organizaciones indgenas perseguidos, en el estado de militarizacin de las regiones amaznicas y alto-andinas y, fundamentalmente, en las decla-raciones racistas del gobierno peruano.

    Los Cuadernos pretenden aportar a la difusin y comprensin de esta realidad.

    Agosto de 2009

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    Prlogo

    otro per posible en los caminos del movimiento indgena

    Diego Saavedra Celestino y Raphael Hoetmer1

    Hace un ao, previo a los lamentables sucesos de Bagua, pocas personas hubieran afirmado que los pueblos y organizaciones amaznicos iban a ser responsables de la lucha ms fuerte y frontal contra los intentos de profun-dizar el modelo neoliberal en el Per. En muchos centros acadmicos an se estaba afirmando la inexistencia de un movimiento indgena en el Per, y los partidos de izquierda seguan reclamando el monopolio en la direccin de las luchas sociales en el pas. A la vez, las acciones polticas ms impor-tantes parecieron realizarse principalmente en los Andes, y en las capitales provinciales. Pero una vez ms, la historia ha mostrado desarrollarse por caminos poco previsibles. Y una vez ms, en ella son las luchas de los pue-blos las que permiten repensar la identidad y el destino nacional.

    Por ello, es un gran honor para el Programa Democracia y Transformacin Global poder realizar, en co-edicin con CLACSO, la Unidad de Posgrado de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Mayor Nacional de San Marcos, CooperAccin y CONACAMI, este pri-mer Cuaderno de Coyuntura, como resultado del seminario internacional Luchas por el Territorio. Minera, Amazona y Ecologismo Popular que se realiz del 24 al 26 de junio en la ciudad de Lima. A la vez, el cuaderno es parte de nuestros esfuerzos continuos de dar seguimiento, analizar y hacer visibles las acciones de las organizaciones sociales en el Per, a travs de nuestro observatorio de los movimientos sociales. Creemos que los textos aqu reunidos permiten pensar las implicancias de la revuelta amaznica, como un hecho trascendental en la historia de nuestro pas.

    Para ello es necesario tener un enfoque ms amplio de lo que per-miten las teoras tradicionales sobre la accin colectiva. Ellas a menudo relegan las dimensiones culturales de la accin poltica a ser un aspecto

    1 Diego Saavedra Celestino ha estudiado Antropologa en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y es integrante del equipo del Programa Democracia y Transformacin Global. Raphael Hoetmer es coordinador general e investigador del Programa Democracia y Transformacin Global.

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    otro Per PosiBLe en Los caminos deL movimiento indgena

    secundario o hasta folclrico en los procesos de organizacin social y construccin de alternativas de vida. De esta manera, comprenden a los movimientos sociales solo desde sus reivindicaciones directas y desde su interaccin con el Estado, dejando de lado como las organizaciones socia-les son a la vez expresiones y protagonistas de (potenciales) cambios ms profundos en las sociedades.

    Para entender la importancia e implicancias del levantamiento ama-znico proponemos entender a las organizaciones sociales como agentes culturales que producen saberes e intervienen en los imaginarios sociales y relaciones de poder ms amplias de la sociedad.2 En esta lnea, Sonia lvarez plantea que [la] cultura no es una esfera, sino una dimensin de todas las instituciones econmicas, sociales y polticas. La cultura es un conjunto de prcticas materiales que constituyen significados, valores y subjetividades (2009: 28). Visto as, el neoliberalismo ms que un modelo econmico es un modelo cultural que se manifiesta en todos los niveles de la vida. La reproduccin y difusin de una cultura de consumismo e indi-vidualismo en nuestras sociedades, y la hipermediatizacin de la poltica y de la vida son dimensiones principales del proyecto neoliberal, y sostienen las relaciones de dominacin, las discriminaciones y desigualdades en el Per contemporneo.

    Creemos, por lo tanto, que las batallas ms duras y cruciales para construir un mundo mejor no se realizan principalmente en los procesos electorales de cada cinco aos (sin querer negar su importancia tampo-co). Ms bien, es en la cotidianidad y en la cultura donde se disputan las condiciones que permiten la continuidad del neoliberalismo, del racismo, del machismo, de la desconfianza, de la corrupcin y del centralismo en el pas. Visto as, las luchas y propuestas de vida que las comunidades y pueblos indgenas vienen presentando desde hace cinco siglos tienen una importancia enorme, ya que se oponen al modelo cultural impuesto por la modernidad capitalista. Por ello, queremos destacar cinco razones princi-pales de la trascendencia histrica de los acontecimientos de los ltimos meses en la Amazona peruana descritos en este libro.

    En primer lugar, los dos levantamientos amaznicos han resultado en la primera derrota poltica contundente (aunque por ahora, tempo-ral) de la ofensiva neoliberal en el pas. Aunque la Marcha de los Cuatro

    2 De esta manera nos encontramos cercanos al trabajo de Sonia lvarez, Arturo Escobar, Evelina Dagnino (1998), Ral Zibechi (2007), Boaventura de Sousa Santos (2006) y otr@s.

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    diego saavedra ceLestino y raPhaeL hoetmer

    Suyos (2001) logr derrocar a la dictadura de Alberto Fujimori, la agen-da neoliberal fue consolidada y profundizada tras el retorno a la demo-cracia electoral. Y las agendas de la gran diversidad de movilizaciones, revueltas y protestas que se produjeron en los aos posteriores, incluyen-do el Arequipazo3 (2002), las movilizaciones del Sindicato de Profesores (SUTEP) y el Moqueguazo4 (2008), a menudo quedaron en reivindicacio-nes regionales o sectoriales, sin mayor impacto en la agenda nacional. A diferencia de ellos, el levantamiento amaznico se enfrent al ncleo de la ofensiva neoliberal lanzada por el gobierno de Alan Garca Prez: los decretos legislativos que buscan abrir e incorporar incondicionalmente a nuevos territorios al mercado internacional.

    Esta confrontacin directa con el modelo promovido por las lites na-cionales explica, a la vez, la intensidad del conflicto y la reaccin violenta por parte del gobierno. Abri simultneamente el camino a la solidaridad e identificacin con la lucha amaznica para amplios sectores de la pobla-cin peruana. Tras los sucesos en Bagua se produjeron movilizaciones de solidaridad con una fuerza impresionante en todo el pas, que partieron de un nivel de confluencia grande entre diferentes expresiones polticas, incluyendo las organizaciones andinas, los sindicatos, los estudiantes, or-ganizaciones de mujeres, partidos polticos, etctera. En el Per, donde la colaboracin y la articulacin poltica siguen siendo un desafo enorme, estas movilizaciones (que incluyeron una marcha multitudinaria en la ca-pital Lima) permitieron soar con nuevos vientos de cambio.

    No parece coincidencia que en la raz de estos encontremos un ac-tor poltico renovado como el movimiento indgena, que histricamente ha sido negado o marginalizado por la academia peruana, y por los ac-tores y discursos polticos hegemnicos. No obstante, la re-emergencia del movimiento indgena como un actor clave en el escenario poltico del Per se ha venido gestando en los ltimos aos, en numerosos episodios, organizaciones y acciones, incluyendo la larga trayectoria de AIDESEP, el creciente protagonismo de la CONACAMI, la realizacin de diversas cumbres indgenas nacionales e internacionales, el trabajo de los maes-tros bilinges, y las movilizaciones con un creciente carcter indgena en el centro y sur del pas.

    3 Revueltas que se produjeron en Arequipa como consecuencia del intento de privatizacin de las empresas elctricas arequipeas (junio, 2002).

    4 Manifestaciones y bloqueos de carreteras principales que ocurrieron en Moquegua en demanda del incremento del canon minero (junio, 2008).

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    otro Per PosiBLe en Los caminos deL movimiento indgena

    Los levantamientos amaznicos dan pistas para un cambio del mo-delo cultural en el pas, ya que apuestan a mucho ms que una reivindi-cacin territorial o econmica, como permite ver una lectura ms all de los sucesos del ltimo 5 de junio del 2009. Las movilizaciones amaznicas critican al modelo cultural dominante en nuestra sociedad, en la cual la llamada razn lgica promueve una lgica de causa-efecto para todo lo que nos rodea. Sobre esa base se construye una relacin con nuestro en-torno, a partir de la dualidad sujeto objeto, en la cual la naturaleza ocupa el segundo papel, uno de bien comerciable. Por el contrario, el paradigma indgena, comunal, y colectivista, an muy presente en las comunidades amaznicas y en menor medida en los Andes, promueve una forma distin-ta de sentir el mundo. En ella el ser humano es parte de un todo, en el que est exigido a desarrollar capacidades para poder entender e interactuar con la naturaleza en relacin de pares. En el mundo indgena , al manejar una lgica circular temporal, el presente, pasado y futuro estn presentes al mismo tiempo. Existe por ello, una responsabilidad intrnseca por cui-dar y respetar todo lo que nos rodea, ya que nuestro entorno tiene con-ciencia, se expresa y ocupa un lugar importante en el mundo.

    El comunitarismo, el respeto por el medio ambiente, el sentido de equilibrio no slo con la naturaleza, sino con la humanidad en general, son saberes construidos desde las propias comunidades. El conocimien-to ancestral, su continuidad y vigencia, hacen que este paradigma est en la base de la accin poltica de sus organizaciones. Esto, no obstante, no implica que su lucha se sostenga solo en la llamada identidad tnica, como algunas lecturas fundamentalistas del conflicto pretenden conven-cernos. Mas bien, las organizaciones indgenas han construido un proceso de lucha integrador y democratizador, que busc y encontr alianzas en otros sectores de la sociedad (en Bagua el apoyo de la poblacin urbana fue mayoritario), desde un compromiso profundo con el futuro de toda la humanidad. De esta manera, no slo derrumba las ideas simplistas de entender las disputas por la propiedad de la tierra o de ingresos econmi-cos, como el nico mvil del levantamiento amaznico, sino que ubica a su modelo de desarrollo en el que hablan de un desarrollo econmico, pero en equilibrio con la naturaleza y con la humanidad como una propuesta superlativamente moderna respecto a la que vivimos actualmente, como plantea Hctor Alimonda en este volumen.

    En este sentido, las organizaciones amaznicas y sus lderes no pre-tenden romper con el Estado o la democracia, como queran hacernos

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    diego saavedra ceLestino y raPhaeL hoetmer

    creer algunos comentaristas conservadores, sino ms bien reclaman otra forma de ser parte y dar forma a estos. Siguiendo a Partha Chatterjee (2007), se podra decir que las organizaciones amaznicas no niegan al Estado peruano, pero reclaman otra relacin con l, que debe partir de un modo de gobernar que respete su cultura, modelo de desarrollo y derecho de decisin sobre su propio destino. A la vez, esto implica necesariamente otro tipo de Estado, que reconozca la realidad plurinacional del pas, res-pete la autonoma de los pueblos indgenas y se sostenga en su protagonis-mo poltico. De esta manera, en nuestro juicio, las movilizaciones amaz-nicas han abierto o hecho visibles posibles caminos a la democratizacin del Per que no deberan ser desaprovechados. Confiemos que la lectura de este cuaderno contribuya a la reflexin sobre estos.

    bibliografa

    Lvarez, Sonia2009 Repensando la dimensin poltica y cultural desde los movi-

    mientos sociales: algunas aproximaciones teoricas en: Raphael Hoetmer (coord.), Repensar la Poltica desde Amrica Latina.Cultura, Estado y movimientos sociales. Lima.

    Lvarez, Sonia, Arturo escoBar y Evelina dagnino (eds.)1998 Cultures of Politics. Politics of Cultura: Re-visioning Latin American

    Social Movements.

    chatterjee, Partha2007 La Nacin Tiempo en heterogneo y otros estudios subalternos.

    Lima.

    sousa santos, Boaventura de2006 Conocer desde el Sur. Para una cultura politica emancipatoria.

    Lima.

    ziBechi, Ral2007 Autonomas y Emancipaciones. Amrica Latina en Movimiento.

    Lima.

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    IntroduccIn

    bagua, un punto de inflexin en el escenario social del per

    Jos De Echave C.1

    El 5 de junio de 2009 ser recordado por mucho tiempo como una de las fechas ms negras de nuestra historia reciente, quizs solo comparada con la masacre en el penal del Frontn y otros terribles hechos de violen-cia irracional que se han dado en el Per. Felizmente una amplia mayora de peruanos no ha perdido la capacidad de indignarse frente a este tipo de hechos.

    Casi dos meses de movilizacin en la Selva peruana han evidenciado la incapacidad de un gobierno que no entiende o no quiere entender la real dimensin de las demandas y el debate que proponen las comuni-dades. No se debe perder de vista que la actual movilizacin tiene como antecedente la protesta del mes de agosto de 2008, mediante la cual las poblaciones amaznicas lograron la derogatoria de los DL 1015 y 1073. Ya entonces, la propia Defensora del Pueblo haba planteado una accin de inconstitucionalidad contra el DL 1015, por considerar que afectaba los derechos de las comunidades nativas y campesinas a la identidad cultural, a ser consultadas y a participar en las decisiones estatales que las afecten. Otros decretos, como el 1064, tambin han recibido el cuestionamiento de inconstitucionalidad de la propia Defensora del Pueblo y de una comisin del Congreso de la Repblica.

    Por supuesto, los antecedentes de falta de voluntad poltica para facilitar la participacin y consulta de las comunidades indgenas y nativas son ms que preocupantes. El Convenio 169 de la Organizacin Internacional de Trabajo (OIT) fue ratificado por el Per nada menos que en el ao 1993 y nunca fue reglamentado; lo que muestra una total incoherencia: se firma un acuerdo internacional, sin embargo no se tiene ningn inters en implementarlo.

    Como se sabe, entre los derechos protegidos por este Convenio est precisamente el de la consulta, que adems debe realizarse mediante

    1 Doctor en Economa por la Universidad de Pars, Sorbonne Nouvelle. Es responsable del programa Minera y Comunidades en CooperAccin.

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    jos de echave c.

    procedimientos apropiados y cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarle directamente.

    Por si fuera poco, la Comisin de Expertos en Aplicacin de Convenios y Recomendaciones de la OIT, luego de analizar el caso peruano, inst el ao pasado al gobierno a avanzar inmediatamente en el diseo de meca-nismos apropiados de participacin y consulta de los pueblos indgenas. Tambin lo exhort a que se consulte a los pueblos antes de la adopcin de las medidas que puedan afectar sus derechos.

    Uno de los ejemplos citados por la comisin fue precisamente la da-cin de decretos, como el 1015, que pretenda normar los mecanismos para que los pueblos indgenas dispongan de su territorio, sin haber sido consultado con los interesados. Adems, la comisin seal que se de-ban identificar situaciones urgentes relacionadas con la explotacin de recursos naturales que pongan en riesgo a las personas, las instituciones, los bienes, el trabajo, las culturas y el medio ambiente de los pueblos in-teresados y la aplicacin rpida de las medidas especiales que se precisen para salvaguardarlos.

    Todos estos temas estn a la base de la legtima preocupacin de los pueblos indgenas. En el Per todava estamos muy lejos de cumplir el Convenio 169 y por el contrario, los decretos todava vigentes representan un peligroso retroceso al derogar normas que sealaban precisamente la obligatoriedad, por ejemplo del titular minero, de contar con un acuerdo con el propietario de la tierra.

    La movilizacin amaznica: un antes y un despus en el pas

    Sin duda alguna la movilizacin amaznica representa un punto de quiebre y marca varios hitos importantes que es importante identificar. Los conflic-tos no han cesado de aumentar: la Defensora del Pueblo2 informa que en el perodo enero-junio los conflictos sociales se han duplicado, si se compara con el mismo perodo del ao pasado (ver Cuadro 1). Adems, los conflic-tos continan concentrndose en el campo de los denominados conflictos socioambientales, que en nuestro pas son predominantemente mineros.

    2 La Defensora del Pueblo es un rgano constitucional autnomo creado en 1993. Su misin es proteger los derechos constitucionales y fundamentales de la persona y de la comunidad, supervisar el cumplimiento de los deberes de la administracin pblica y la prestacin de los servicios pblicos a la ciudadana. Fuente: http://www.defensoria.gob.pe/la-defensoria.php

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    Bagua, un Punto de infLexin en eL escenario sociaL deL Per

    Pero lo conflictos no solamente aumentan en nmero sino tambin en intensidad. Por ejemplo, por primera vez y despus de mucho tiempo, se ha superado un esquema de movilizacin explosiva pero que siempre haba sido de corta duracin y que adems no iba ms all de deman-das puntuales de carcter local, sectorial, etc. Si uno revisa las moviliza-ciones ms importantes de los ltimos aos, casi todas han tenido estas caractersticas.

    CuadRo 1ConfLICtos soCIaLes en eL peR

    en su 64 informe mensual sobre los conflictos sociales en el per (informacin actualizada al 31 de junio de 2009), la defensora del pueblo peruano da cuenta de la existencia de 273 conflictos sociales en el pas. de ellos, el 47% (128 casos) estn relacionados con temas socioambientales. el 71% de los conflictos socioambientales estan relacionados con la activi-dad minera. en relacin con el mismo mes del ao pasado, casi se han duplicado la cantidad de conflictos sociales en el pas (de 147 casos en 2008).

    ms informacin: www.defensoria.gob.pe/conflictos-sociales/home.php

    Los sesenta das de movilizacin amaznica muestran no solo una capacidad de resistencia nunca antes vista en la historia reciente, sino que tambin cuestionan abiertamente un instrumento central que buscaba re-producir el modelo: un paquete de decretos legislativos que en la prctica representa una nueva generacin de normas que intenta profundizar y al mismo tiempo blindar las polticas que se implementan en el Per desde inicios de la dcada del noventa.

    Las comunidades saben mejor que nadie las implicancias y objetivos de los decretos: consolidan un escenario en el que las grandes inversiones carecen de mecanismos de control y superan largamente la capacidad que tienen la sociedad y el Estado de controlarlas y regularlas en funcin del inters pblico. Eso lo sabe y lo sufren da a da las comunidades campe-sinas y nativas de la sierra y selva.

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    jos de echave c.

    La Selva y sus recursos son de todos los peruanos, ha sealado el pre-sidente, en alusin a la protesta indgena. De todos los peruanos, y podra-mos tambin decir de toda la humanidad, por su creciente importancia y valor estratgico. El tema es qu se est haciendo para protegerla. El gobierno apuesta a que las transnacionales mineras y petroleras lo harn mejor que las comunidades indgenas? Los famosos y cuestionados de-cretos legislativos apuntan a una efectiva proteccin y a un uso sostenible de sus recursos? No existe base real para que las comunidades estn real-mente preocupadas por los decretos?

    Pese a lo que nos quieren hacer creer algunos, lo que existe en el pas como instrumentos e institucionalidad para gestionar los bienes de la na-turaleza siguen siendo insuficientes y de una precariedad extrema. La ca-rencia de verdaderas polticas pblicas para preservar bienes comunes de valor estratgico para todos los peruanos, es uno de los temas de fondo que las comunidades amaznicas han puesto en debate con su movilizacin.

    Los grandes peligros y los conceptos que los desafan

    Qu desafos se presentan y qu peligros acechan? En primer lugar, uno de los grandes riesgos es que los conflictos vinculados a las comunidades y las industrias extractivas continen siendo manejados por el reino de la autorregulacin privada; con un Estado dbil, ausente o intermitente y sin la voluntad poltica de salvaguardar el inters pblico. No debemos olvi-dar que uno de los mensajes centrales que han construido las empresas es el de la autorregulacin y la responsabilidad social y ambiental.

    Confiar nicamente en la capacidad de autorregulacin del sector pri-vado es no haber aprendido del contexto actual, nacional e internacio-nal. Por ejemplo, una de las lecciones de la actual crisis internacional es que los mecanismos de autorregulacin no funcionan y que las empresas tambin poseen una suerte de carcter autodestructivo y pueden terminar destruyndose a s mismas: por ejemplo, a estas alturas est claro que el sector financiero, en los Estados Unidos y Europa, fue destruido por las empresas del propio sector financiero.

    Por lo tanto, en este contexto, nacional e internacional, cabe pregun-tarse si es posible que las industrias extractivas sigan creciendo de la mis-ma manera y bajo las mismas condiciones. La respuesta es negativa. No es posible ni sostenible y atenta contra los derechos econmicos, sociales, culturales y ambientales de poblaciones enteras.

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    Bagua, un Punto de infLexin en eL escenario sociaL deL Per

    El gran desafo para las comunidades y sus organizaciones interme-dias y nacionales, y sus aliados, es cmo, partiendo de la defensa de sus derechos, impulsar en paralelo propuestas de polticas y reglas ms equi-libradas en trminos econmicos, sociales y ambientales.

    Los conflictos y la crisis actual demuestran con claridad hasta qu punto se presentan dficits de regulacin y claras brechas de gobernabi-lidad democrtica. John Ruggie3, seala que estas brechas de gobernabi-lidad se presentan precisamente cuando por ejemplo los actores econmi-cos (estados, empresas/inversiones) pretenden ir ms all de la capacidad que tiene la sociedad de controlar y regular sus actividades, en funcin del bien comn.

    Est claro que en el caso peruano esa brecha es demasiada amplia, porque carece de un enfoque de derechos y no es sostenible. Por lo tanto se necesita recuperar gobernabilidad democrtica y cubrir los evidentes dficits de regulacin que existen. Esta es una de las lecturas sobre lo que est pasando hoy en da en el Per alrededor de los principales conflictos sociales, como lo ocurrido recientemente en la Amazona.

    Este es un debate de otra dimensin y sern necesarios abordajes y es-trategias complementarias, actores renovados, nuevas y mayores alianzas, capacidad de propuesta, etc.

    Cules son los retos? Para romper el esquema predominante de au-torregulacin privada, se deber levantar mecanismos efectivos de regu-lacin pblica con una participacin intensiva de la sociedad civil. Por ejemplo, en materia ambiental, que apunte a construir instrumentos, institucionalidad y capacidades; desarrollar instrumentos para la gestin del territorio, como los planes de ordenamiento territorial, zonificacin econmica y ecolgica; propiciar mecanismos efectivos de consulta pre-via, libre e informada; de abordaje y transformacin de conflictos; proce-sos que generen transparencia de la informacin relacionada con la entre-ga de concesiones, impactos de proyectos, etc.

    El debate gira en torno, entre otros, a estos temas, sin perder de vista que se debera tener como visin o como norte los principios estratgicos del buen vivir, de la gestin responsable de los bienes de la naturaleza, y en donde el crecimiento econmico recobra un sentido en tanto aporta al logro de estos objetivos.

    3 Cientfico social y profesor de la Universidad de Harvard. Representante del Secretario General de las Naciones Unidas para la Consulta sobre Empresas Transnacionales y Derechos Humanos.

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    jos de echave c.

    De all la importancia de precisar el concepto de desarrollo sostenible y la necesidad adems de tomar en cuenta otro componente clave: el en-foque de derechos: qu significa contar con estos enfoques? En primer lugar, como se consigna en un informe de la organizacin Oxfam: aceptar que lo opuesto a la pobreza no es la riqueza, sino el desarrollo. Es decir, el proceso por el cual cada ser humano desarrolla sus propias potencialidades y alcanza el bienestar o condiciones adecuadas de vida. Utilizar el enfoque de derechos implica reconocer que la nica forma de superar la pobreza es asegurar que las personas ejerzan sus derechos. El derecho a medios de vida adecuados y que sean sostenibles; el derecho a acceder a servicios de edu-cacin y salud de calidad; el derecho a ser escuchados y poder influenciar en las decisiones pblicas que afectan la vida de su comunidad; el derecho a vivir en un medio ambiente sano y adecuado que asegure la calidad de vida presente y futura; el derecho a la equidad, en particular entre gneros y etnias.

    Todos estos temas han estado ausentes en las polticas impuestas des-de la dcada del noventa y sobre estos ejes se necesita avanzar de manera ms clara y decidida para construir sociedades ms justas, ms tolerantes e inclusivas.

  • I. La amazona RebeLde: CRnICa de una

    ResIstenCIa

    bloqueo cerca de Corral quemado. bagua - amazonas.

    alerTa Per.

  • Ante el debate sobre la modernidad de los decretos que permiten implementar el TLC en el Per, se ve a Jorge del Castillo, congresista del partido de gobierno, reclamando por la intromisin en su casa. Publicado en el diario La Repblica el 3 de setiembre de 2009.

    El oro de las indias se reproduce en nuestros das pero con diferentes protagonistas. Se puede apreciar a tres: el presidente peruano (en la parte superior), el primer ministro (en la parte ms baja) y a Dionisio Romero (en la parte derecha), acaudalado empresario y una las personas ms influyentes del pas. Publicado en el diario La Repblica el 7 de junio de 2009.

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    24 de mayo

    EntrEvIsta a albErto PIzango chota

    Los nativos no son manipulados y el viaje de simon sera en vano1

    Roco Maldonado

    el paro amaznico cumple ya 45 das, y desde el gobierno se afirma que los nativos son manipulados y engaados.Eso lo descarto totalmente. Aqu no hay ninguna manipulacin de ONGs, de partidos polticos ni de ambientalistas ni nada por el estilo. Los pueblos indgenas saben lo que dicen y protestan con conocimiento de causa.

    CuadRo 2segundo aLbeRto pIzango Chota

    naci el 31 de agosto de 1964, en el distrito de balsapuerto, provincia del alto amazonas, departamento de Loreto, per. es un dirigente indgena peruano de la etnia shawi, actual presidente de la aIdesep. despus de graduarse de profesor, se desempe durante muchos aos como maestro bilinge en las comunidades nativas. ha alcanzado notoriedad por resistir las polticas del gobierno peruano de otorgar conce-siones petroleras en reas que pertenecen a las comunidades indgenas. el 8 de junio recibi el asilo de la embajada de la Repblica de nicaragua.

    ms informacin: http://alestedeepem.blogspot.com/2009/ 06/peru-la-historia-de-alberto-pizango.html

    1 Entrevista publicada en el diario La Repblica. Accesible en: www.larepublica.pe/archive/all/larepublica/20090524/1/node/195311/total/01

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    entrevista con aLBerto Pizango chota

    se cuestiona su liderazgo y que no represente a todas las organiza-ciones indgenas.AIDESEP representa a 1.350 comunidades nativas. Siempre nos han querido confundir con otras organizaciones, pero estamos viendo quin tiene representatividad, lo cual es obvio para que el gobierno nos invite a dialogar.

    el premier yehude simon dijo que est dispuesto a viajar a la selva para explicar el tema de los decretos legislativos.El Ejecutivo no tiene nada que ver con la derogatoria de los nueve de-cretos legislativos antiamaznicos. Hemos dicho bien claro que este tema es con el Poder Legislativo, as que sera en vano que el premier Simon vaya para all y les diga a los indgenas que no les afecta. Ellos tienen claro el informe de la Comisin Multipartidaria que recomienda que la Comisin de Constitucin dictamine la derogatoria de las normas cuestionadas.

    se le critica que haya pedido una mesa de dilogo, pero que una vez instalada seale que es para analizar otros temas.Eso lo estn diciendo porque quieren debilitar a los pueblos indgenas y creen que no estn bien informados. Debo insistir en que la movilizacin no es por la instalacin de la mesa de dilogo, sino por la derogatoria de los nueve decretos legislativos. Eso hay que entenderlo bien. Estamos en marcha ahora y ya hay un DL (1090 Ley Forestal y de Fauna Silvestre) que est pendiente de resolverse en el Congreso.

    precisamente, la ministra mercedes aroz ha sealado que la dero-gatoria del dL 1090 pondra el tratado de Libre Comercio (tLC) con los estados unidos en riesgo.Yo no s por qu la ministra dice eso. El TLC est en riesgo porque no se consult con los pueblos indgenas sobre normas que los involucran. Adems, nosotros tenemos otro informe que seala que el DL 1090 hace peligrar el TLC.2

    2 Se refiere a Andrea Johnson, de la Agencia de Investigaciones Ambientales, quien advirti la falta de transparencia en la aprobacin de la Ley Forestal.

  • 33

    Los nativos no son maniPuLados y eL viaje de simon sera en vano

    el ministro del ambiente, antonio brack, asegura que los decretos legislativos respetan la tierra de los nativos.Creo que el discurso del ministro no es vlido, pues cuando era consultor de las Naciones Unidas defendi un informe que adverta del peligro para la Amazona de aprobarse la nueva Ley Forestal, pero ahora dice lo contrario. No tiene tica ni moral para tratar el tema por ser una persona oportunista.

    Qu medidas tomarn los nativos si el pleno del Legislativo decide no derogar el dL 1090?Este tema est ahora en el plano nacional y los ciudadanos de todo el pas se solidarizan cada vez ms con el problema de la Amazona. Esto amerita una evaluacin del gobierno porque va a tener problemas al no querer derogarlo. Nosotros lucharemos hasta el final por la derogatoria.

    pero todava les quedara la va del tribunal Constitucional.S pero en estos momentos el problema debe resolverse en el Poder Legislativo, aunque nosotros ya hemos presentado la denuncia por in-constitucionalidad ante el Tribunal Constitucional. Adems, tambin la Defensora de Pueblo se comprometi a alcanzar en el ms breve plazo un estudio sobre la constitucionalidad de los nueve decretos cuestionados.

    en vista de que la derogatoria no le corresponde al ejecutivo, de-siste de asistir a la mesa de dilogo instalada en la presidencia del Consejo de ministros?No, este lunes (maana) esperaremos la llegada de dirigentes regionales. De acuerdo con lo que conversemos programaremos la fecha para sentar-nos a dialogar.

    usted ha sido denunciado penalmente por llamar a la insurgencia. Cul es su comentario?Con este acto, el Ejecutivo demuestra que no valora la palabra empea-da, ya que el premier Simon se comprometi a no criminalizar la protesta amaznica.

    a qu atribuye la acusacin?Es un proceso de amedrentamiento que el gobierno est tomando ante nosotros que somos representantes y legtimos voceros de los pueblos in-dgenas. Es un error que agudiza la violacin de nuestros derechos.

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    entrevista con aLBerto Pizango chota

    usted no asisti a la primera convocatoria del ministerio pblico?Sucede que no se cumpli con notificarnos con 48 horas de anticipacin, como manda la ley, ni se precisaba quin haba interpuesto la denuncia.

    pero se somete a la justicia?Nosotros vamos a asistir este 2 de junio a la Fiscala y voy a declarar. Somos respetuosos de las autoridades aunque no estamos de acuerdo con el procedimiento.

    Cuntos dirigentes fueron denunciados?Seis dirigentes, entre ellos Sal Puerta y Daniel Marzano.

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    6 de junio

    en la selva s hay estrellas1

    Alberto Adrianzn2

    En nuestro pas la poltica corre el peligro de convertirse en una mofa per-manente, en una suerte de mueca burlona, en una gran mecedora. Porque eso es lo que estamos viviendo en estos das cuando se observa lo que sucede con la protesta amaznica.

    Cuando las comunidades indgenas de la Amazona le demandaron al Ejecutivo que derogara varios DL, entre los cuales destaca el 1090, as como la Ley Forestal y de Fauna, se les dijo que no se poda porque eso co-rresponda al Legislativo que era un poder autnomo. Luego, el Ejecutivo los invit, cosa que accedieron, a participar en una Mesa de Dilogo.

    El jueves pasado una mayora de congresistas, integrada por el APRA, Unidad Nacional y el fujimorismo, decidieron suspender el debate en el Pleno sobre el DL 1090 argumentando que esperaban los resultados de la Mesa de Dilogo integrada por el Ejecutivo y las comunidades nativas. La burla no puede ser ms grotesca: cuando los amaznicos le piden al Ejecutivo que derogue dichas normas legales, este les dice que vayan al Congreso, y cuando van al Congreso, este les dice que vayan al Ejecutivo. Lo que queda claro de este juego es que ni el Ejecutivo ni la mayora en el Congreso, estn dispuestos a encontrar una solucin pactada a las deman-das de los indgenas amaznicos.

    Estos hechos, a los que se suman la declaratoria del estado de emer-gencia en varias provincias de nuestra Amazona y las proclamas en algu-nos medios pidiendo una represin indiscriminada, demuestran que hay conflictos, como el amaznico, cuya solucin requiere de un cambio de la correlacin de fuerzas. Por lo tanto, no estamos frente a un conflic-to normal sino ms bien frente a otro que tiene como caracterstica principal cambiar el status quo. Por eso, para el gobierno los indgenas

    1 Fuente: www.albertoadrianzen.org/index.php?fp_verpub=true&idpub=1792 Socilogo y analista poltico nacido en Per. Ha sido asesor presidencial del rgimen

    de Valentn Paniagua y profesor de la Pontifica Universidad Catlica del Per y de la Academia Diplomtica del Per.

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    aLBerto adrianzn

    amaznicos son enemigos (y no adversarios) y, por ello, deben ser derro-tados polticamente.

    Ello es as porque las demandas de los pueblos amaznicos afectan el corazn del modelo econmico neoliberal al intentar frenar el proceso de desnacionalizacin de nuestra economa, pero sobre todo la entrega de nues-tros recursos naturales a los grandes grupos capitalistas. Es una demanda que si bien parte de la defensa de intereses locales, se convierte, por su con-tenido, en un conflicto de naturaleza nacional. Dicho de otra manera, hoy los indgenas amaznicos representan a todos aquellos que estn en contra de un modelo econmico privatizador que beneficia a pocos, pero tambin en contra de una democracia que ha sido privatizada por unos cuantos. Ahora bien, si se acepta lo dicho hasta aqu, es decir, si reconocemos que estamos frente a un conflicto atpico, tambin debemos aceptar que lo ms probable es que su solucin, sea cual fuere el resultado, implique una gran convulsin social. Por eso no nos debe extraar que el presidente Alan Garca haya dicho recientemente que no ceder ms y que im-plantar el orden en esa zona del pas. En este contexto, lo ms factible es que el gobierno haya tomado la decisin, luego de pelotear, como se dice comnmente, a las comunidades amaznicas, de reprimir la protesta social sin importar el costo que ello pueda significar o representar.

    Si eso sucede, habremos llegado a un nuevo punto de inflexin que definir, entre otros temas, el clima poltico de las prximas elecciones. El anuncio es claro: no se tolerar a todos aquellos que desafen el mo-delo econmico neoliberal. Es, en ltima instancia, el despliegue de una poltica autoritaria que reforzar la alianza con el fujimorismo y con la derecha ms reaccionaria de este pas. Ser el suicidio poltico del APRA, del gobierno y de la propia democracia.

    Coda

    Este artculo lo termin de redactar el jueves en la noche. El viernes, una llamada telefnica muy temprana, me informaba de la gravedad del con-flicto y de un nmero de muertos que, conforme pasan las horas, va en aumento. Tambin ese mismo da, El Comercio titul en primera plana: Humalismo3 incentiva crisis en la selva. El crculo se ha cerrado. La

    3 Ollanta Humala obtuvo la segunda votacin en las elecciones presidenciales del 2006. Su organizacin, el Partido Nacionalista Peruano, es la principal fuerza de oposicin en el Congreso.

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    en La seLva s hay estreLLas

    masacre de Bagua, que es responsabilidad de este gobierno y del Congreso, tiene otros responsables para ese diario: el nacionalismo, el indigenismo y la izquierda. En realidad, lo que hoy se vive en la Amazona es el mensaje ms claro de que los opositores al gobierno y al modelo neoliberal sern tratados con la misma dureza como sucede hoy con los pueblos amaz-nicos. La guerra civil poltica se ha iniciado en el pas y el lugar ha sido Bagua.

    Finalmente, tiene razn el presidente Garca cuando dice que detrs del paro hay intereses extranjeros. Sin embargo, hay que precisarle que esos intereses no son los de gobiernos extranjeros como pretende hacer-nos creer, sino ms bien los de las grandes compaas transnacionales a las que l representa en este pas.

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    PauL e. maquet

    Traslado de heridos, desalojo Curva del diablo. bagua - amazonas. Thomas Quirynen.

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    Los han matado!

    detencin de manifestantes, desalojo Curva del diablo.

    bagua - amazonas. Thomas Quirynen.

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    6 de junio

    Los han matado!1

    Paul E. Maquet2

    Qu doloroso ver las imgenes de nuestros hermanos indgenas balea-dos y con quemaduras graves, tirados en la carretera! Qu dolorosas las fotografas de los policas jvenes muertos al da siguiente en un acto de guerra que ellos no esperaban ni provocaron! Qu doloroso! Despus de haber dormido en esa misma carretera tomada, despus de haber com-partido historias, un plato de sopa y mil esperanzas con mis hermanos awajun y wampis, despus de haber visto a los efectivos policiales, tam-bin hermanos mos, jugando fulbito para aliviar la tensin, esas imge-nes no son slo informacin: son una herida que sangra. Y al dolor se su-man la ira y la clera en contra de los responsables, y la frustracin frente a la arrogancia de un Gobierno que no considera a los pueblos indgenas dignos de ser escuchados.

    Las informaciones acerca de lo que ocurri en las dos Baguas y en las inmediaciones a inicios de junio no son claras an, a pesar del tiempo transcurrido. Pero hay una cosa que est clarsima: el Gobierno mien-te. Yehude Simon, Mercedes Cabanillas3, Mauricio Mulder4, Alan Garca mienten. Dicen que slo son tres indgenas muertos mientras que las vctimas son los Policas atacados con armas de grueso calibre Qu vergenza sus mentiras y qu vergenza que la televisin solo sepa repetir sus mentiras! Aqu todos, indgenas y policas, son vctimas de un mismo victimario: el Gobierno, que en su necedad ha decidido imponer sus decretos iniciando una matanza de peruanos contra peruanos.

    1 Una primera versin de este texto fue publicada en http://lapalabraingenua.blogspot.com el sbado 6 de junio, al calor de las primeras noticias del enfrentamiento. Esta segunda versin se termin de corregir el 20 de julio e incluye informaciones ms precisas que el original.

    2 Comunicador y activista poltico. Es editor general de la revista Alerta Per (www.alertaperu.org) de Frum Solidaridad Per. Es tambin miembro del Colectivo Comunidad del Ro Hablador.

    3 Ministra del Interior durante los sucesos de Bagua.4 Lder aprista en el Congreso de la Repblica.

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    Los han matado!

    Seamos claros. La carretera Fernando Belaunde estaba tomada des-de el martes 26 por ms de 3600 indgenas ubicados estratgicamente en una zona difcil, muy bien organizados y dispuestos a no moverse hasta obtener avances concretos en la solucin a sus demandas. La Direccin Nacional de Operaciones Especiales (DINOES) tena muy bien estudiada la situacin, sobrevolaba de manera constante la zona usando helicp-teros y se reuna casi diariamente con el Comit de Lucha. Cuando el Ministerio del Interior ha dado la orden de iniciar el desalojo, el general Uribe Altamirano tiene que haber explicado los detalles de la toma y el Ejecutivo tiene que haber autorizado el uso de este grado de violencia, incluyendo el uso indiscriminado de armas de fuego y la autorizacin para disparar al cuerpo y a matar. La DINOES no hubiera procedido de la forma en que lo ha hecho sin estar segura de que contara con respaldo poltico.

    Y este es el resultado: una matanza. Han muerto por lo menos 21 personas durante el enfrentamiento en la carretera, nueve de ellos civiles. Esta es la cifra oficial, que nadie en Bagua cree. Hay testigos que aseguran que decenas de cuerpos fueron quemados, embolsados y tirados al ro Maran. Hay heridos graves y muy graves, casi todos con balas en el cuerpo, incluyendo nios. Hay cadveres con muestras de quemaduras. Hay suficientes elementos para asegurar que la Polica ha hecho un uso excesivo, brutal e innecesario de la fuerza. Adems, hay una evidente vo-luntad de ocultamiento de la verdad, habiendo transcurrido hasta cinco das antes de que alguna autoridad civil llegara al lugar de los enfrenta-mientos. An hay desaparecidos, entre ellos un oficial de la Polica y una cifra de nativos que algunas fuentes ubican alrededor de los 60. Adems, hay decenas de detenidos cuya situacin legal es por lo menos irregular, y que no contaron con traductores para dar sus manifestaciones y muestran signos de maltratos y torturas.

    Hay 24 policas muertos. Por supuesto que es terrible! Doce de ellos han muerto durante el desalojo. Segn han contado testigos, los indgenas se enfrentaron cuerpo a cuerpo con efectivos policiales logrando arreba-tarles sus armas o hirindoles con machetes y lanzas. Esas doce muertes son tan dolorosas como las de los indgenas, y nunca hubieran ocurrido si el Gobierno hubiera optado por dialogar sin mecedoras. Pero no es posi-ble olvidar que son muertes en un enfrentamiento, y era muy poco proba-ble que quienes estaban siendo agredidos se quedaran sentados mirando cmo les disparaban con armas de fuego.

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    PauL e. maquet

    Muy distinto es lo que ha ocurrido en Kus Grande, donde se ubica la Estacin 6 del Oleoducto Norperuano que estaba cercada y cerrada desde el 23 de abril. All, 38 policas estaban destacados desde haca semanas, pero se haban visto obligados a llegar a un acuerdo de convivencia con los ms de 2 mil indgenas ubicados en la zona. El sbado 6, tras la masacre en Bagua, doce de los policas fueron vctimas de la ira de los manifestantes. Es eviden-te que no se puede justificar desde ningn punto de vista este ojo por ojo. Sin embargo, no podemos dejar de decir que el Gobierno ha iniciado su barbarie SABIENDO que haba 38 policas en minora absoluta en la Estacin 6 y que era muy probable que ellos sufrieran algn tipo de represalia. El Ejecutivo ha entregado la vida de esos muchachos. Esto ha sido, por lo menos, una irresponsabilidad criminal. Pero tambin cabe sospechar que algn estrate-ga poco escrupuloso haya evaluado que un eventual desborde llevara a los medios y a la opinin pblica limea a rechazar la protesta indgena...

    Hoy, el Gobierno sigue echando la culpa de la violencia a los diri-gentes. No puedo dejar de decir que lo que yo he visto con mis propios ojos es lo contrario: son los dirigentes quienes han tenido la capacidad de conducir la protesta dentro de los mrgenes del respeto a los derechos humanos. He sido testigo directo de cmo una ancha capa de dirigentes de mucha calidad humana, muchos de ellos profesionales, explicaban una y otra vez en cada asamblea y en cada reunin que la lucha deba respetar los derechos humanos, que slo podran triunfar si la protesta era pacfica y que si se volva violenta sin duda seran derrotados. As, han controlado durante 56 das posturas ms radicales y han realizado acciones masivas y contundentes, como el cierre del flujo de petrleo y el corte de carreteras, pero siempre de manera pacfica. Ahora, el Gobierno ha forzado al caos, ha matado, herido, detenido y obligado a esconderse a muchos dirigen-tes y ha dejado un movimiento masivo y frustrado sin direccin poltica. Al mismo tiempo, ha empezado a mover sus fichas buscando dividir a la nica organizacin indgena representativa a fin de colocar dirigen-tes afines y saboteando as cualquier posibilidad de dilogo fructfero. Obviamente, las consecuencias son impredecibles.

    El Gobierno se ha manchado las manos de sangre de manera brutal. Solo encuentro una salida poltica y una demanda posible: destitucin, juicio y sancin a los responsables. Por dios! Acabamos de conseguir que Fujimori sea condenado a 25 aos por matar personas para imponer la razn de Estado. Nunca vamos a aprender? Vamos a tolerar ser gober-nados por un criminal?

  • 43

    Los han matado!

    No quiero dejar pasar el fondo del asunto. La protesta irracional de los indgenas est respaldada por tres informes de comisiones del Congreso, un informe de la Defensora del Pueblo, un informe de una comisin de expertos de la OIT y numerosos informes privados. No hay aqu terroristas, ignorantes, manipulados ni tteres: hay un pue-blo convencido de que el Estado quiere imponer mediante los decretos cuestionados la explotacin irracional y agresiva de los recursos de sus territorios, y ese convencimiento est suficientemente sustentado legal y tcnicamente. La ignorancia es la del Gobierno, que cree que puede im-poner su punto de vista y mentir descaradamente y que los peruanos nos quedaremos tranquilos. Luego de la protesta solo dos de los decretos fue-ron derogados, en un acto de realismo y pragmatismo poltico, pero el grueso del marco regulatorio que busca imponer la gran inversin privada en tierras indgenas sigue intacto.

    Nueve noches antes de la violencia, Roberto, un awajun de la cuenca del Santiago, me contaba las historias que a l le haban contado los vie-jos de la comunidad acerca de cmo diversos personajes de la naturaleza lucharon con ingenio para vencer a los hombres antiguos que se coman a otros hombres. As estamos nosotros ahora, luchando por defender la vida pero con inteligencia, no con la fuerza. Eso es lo que nuestros hermanos han estado haciendo por nosotros: luchando por defender la vida, defender la selva amaznica de una agresiva transformacin pro-empresarial. Ahora no s si Roberto, Leonidas, el apu Oscar, Ricardo y otros hermanos con los que compartimos esa noche de lucha siguen vivos, estn heridos o dnde se encuentran. Pero lo que s s es que ellos o sus hermanos seguirn luchando en contra de los decretos del hortelano y por construir un Per en el que su visin acerca del desarrollo sea escu-chada y valorada.

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    9 de junio

    no es tiempo para permanecer callados1

    Alberto Chirif2

    Los antecedentes son conocidos. Aprovechando facultades legislativas otorgadas por el Congreso, el Ejecutivo se despach con una centena de decretos de diverso corte y que por cierto van mucho ms all del objetivo de la delegacin recibida, que era adecuar ciertas normas nacionales para poder implementar mejor el Tratado de Libre Comercio, suscrito por el Per con los Estados Unidos. Entre ellos, por ejemplo, hay uno que exime de juicio a los policas que maten o hieran civiles en cumplimiento de sus funciones y que permite la detencin de personas sin mandato judicial. Y hay varios que la enfilan contra los pueblos indgenas, que a lo largo de aos han conseguido que se les reconozcan una serie de derechos, tanto en el mbito nacional como en el internacional.

    Los anlisis jurdicos han sido ya hechos por muchos abogados, unos especialistas en temas indgenas y otros en asuntos constitucionales y, no siendo nuestra especialidad, no queremos abundar en el tema que ellos han examinado con propiedad. Sobre el tema, recomendamos leer el con-tundente informe del abogado constitucionalista Francisco Eguiguren, a quien nadie podr acusar de responder a intereses polticos partidarios (humalista o cosas por el estilo), ni siquiera de tener vinculaciones con el movimiento indgena. Hoy muchos alegan que el gobierno debe mante-ner el estado de derecho, pero pasan por alto que el primero en transgre-dirlo ha sido precisamente el gobierno al promulgar leyes que no tienen nada que ver con el TLC y que son anticonstitucionales por violar el de-recho de consulta, por afectar derechos reconocidos a los indgenas en la Constitucin y las leyes y por derogar normas de mayor jerarqua.

    La masacre acaecida el fin de semana anterior es consecuencia de una larga sucesin de agresiones, del Ejecutivo en general y del presidente Garca en particular, contra los indgenas, a quienes desde el comienzo

    1 Artculo publicado en Vol www.viajerosperu.com y en Servindi www.servindi.org.2 Antroplogo, especialista en temas amaznicos.

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    no es tiemPo Para Permanecer caLLados

    calific de perros del hortelano, para indicar que tenan recursos que no aprovechaban, pero que al mismo tiempo no dejaban que fuesen ex-plotados por otros. Los indgenas, que no tienen porqu saber de refranes espaoles ni de hortelanos, recibieron el mensaje claro de ser calificados como perros por el presidente, y lgicamente reaccionaron con respuestas escritas y comentarios a sus artculos, que de esta manera haba comenza-do a exacerbar sus nimos.

    La gesta de los achuares del ro Corrientes en defensa de su salud y la de su medio ambiente comenz con una serie de protestas indgenas el ao 2006. Frente a ellas, el gobierno, al igual que ahora, al igual que siempre, neg las evidencias de contaminacin y dilat asumir su respon-sabilidad de defender a sus ciudadanos. Sin embargo, la irresponsable tctica de dilacin para cansar a quienes reclaman no funcion en este caso y los achuares, exacerbados por el gobierno, tomaron las instalacio-nes y, luego de una situacin tensa, lo obligaron a asumir su rol. El acta de Dorissa, que sell los acuerdos de los indgenas con la empresa y el Estado para comenzar a sanear la zona (reinyectando las aguas de formacin), recogiendo los desechos de petrleo acumulado en pozas y reconociendo demandas sociales (educacin y salud, que por cierto no han sido aten-didas) es presentada por el ministro del ambiente, Antonio Brack, como una muestra de que la extraccin minera y de hidrocarburos es ahora una operacin limpia y que la contaminacin es problema del pasado. Mundo de fantasas el que presenta el ministro, porque remediar los estra-gos ambientales y recuperar la salud de la gente afectada por la presencia de metales pesados en su sangre tomar muchos aos y porque en zonas donde la poblacin no ha tenido la fuerza de los achuares para reivindicar sus derechos las cosas siguen empeorando ao a ao. El caso de la em-presa minera Doe Run, en La Oroya, a la cual, por cuarta vez, el Estado le ha dado nuevo plazo para cumplir con el Plan de Adecuacin al Medio Ambiente (PAMA) es significativo. Al Csar lo que es del Csar, seor mi-nistro, y usted debe reconocer que los cambios que se han producido en el Corrientes se deben a entereza de los reclamos de los indgenas y no a la voluntad del gobierno, que ms bien a aceptarlos hasta ltimo momento. Que el gobierno saque una leccin de all y no repita como cacata sus manoseados argumentos sobre indgenas manipulados, intereses de pa-ses extranjeros que no quieren que el Per progrese y otros por el estilo.

    Pero el gobierno no ha aprendido la leccin. En este caso, otra vez el gobierno ha apelado a la misma tctica de dilatar, de intentar aburrir a la

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    aLBerto chirif

    gente, de pelotearla. Frente a los reclamos de AIDESEP ante el Ejecutivo para la derogatoria de los decretos, la respuesta fue que la organizacin te-na que hablar con el Legislativo, ya que el tema era de su responsabilidad. Y frente al pedido expreso de derogatoria ante el Congreso, formulado esta vez por la Comisin de Constitucin y avalado por una demanda en este sentido de la Defensora del Pueblo ante el Tribunal Constitucional, la mayora legislativa respondi que tena que esperar el resultado del di-logo entre los indgenas y el Ejecutivo. Se trat de una actitud evasiva, irresponsable y cobarde de la mayora parlamentaria.

    La perfecta sucesin entre la negativa del Congreso para derogar los decretos y el ataque al da siguiente a los manifestantes awajun y wampis que tenan tomada la carretera cerca de Bagua, habla acerca de una es-trategia planificada por parte del gobierno. El Congreso no esperaba los resultados del dilogo entre los representantes indgenas y el Ejecutivo, tal como lo dijeron congresistas de la mayora, sino que aguardaba la re-presin violenta de quienes haban capturado la carretera. Es tambin claro que la respuesta violenta del gobierno ha sido para adelantarse a la respuesta del Tribunal Constitucional, ante quien la Defensora del Pueblo haba presentado, un par de das antes, la demanda de inconstitucionali-dad contra el decreto 1064.

    Las mentiras despus del asalto a quienes bloqueaban la carretera se suceden y refuerzan da a da. El argumento de la manipulacin externa, que culpa a los presidentes de Venezuela y Bolivia de las protestas, o al lder del Partido Nacionalista, es pattico no slo por falso, sino porque es una manera del gobierno de seguir evadiendo su responsabilidad frente a las causas que estn en la raz de las protestas. La mentira no es buena consejera, ni sirve para que la gente asuma sus errores y busque solu-ciones a los problemas. El mismo presidente del Consejo de Ministros, Yehude Simons, ha apelado a esta estrategia en una reciente entrevista televisada, al referirse de manera indirecta que detrs del levantamien-to indgena estaba el gobierno de Ecuador, con la finalidad de daar la capacidad productiva petrolera del Per y evitar la competencia. Siendo benvolos, podramos pensar que se trata de una expresin de ignorancia total acerca de lo que sucede en ese pas, donde los indgenas atraviesan por problemas similares a los del Per y protestan contra las petroleras y contra el gobierno con similar energa que en el nuestro. Como ejemplos podemos mencionar el juicio a Texaco interpuesto por los cofanes, y las demandas de los kichwas de Sarayaku contra la Compaa General de

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    no es tiemPo Para Permanecer caLLados

    Combustibles de Argentina y de los shuares contra otras empresas petrole-ras. Pero nos cuesta trabajo pensar que gente que gobierna un pas pueda ser tan ignorante, razn por la cual pensamos que el argumento ha sido maliciosamente diseado para distraer la atencin.

    La asociacin de los reclamos con el terrorismo y el narcotrfico es tambin otra burda mentira. A ninguna organizacin terrorista ni dedica-da al narcotrfico se le ocurrira levantar tal polvareda como la originada por las manifestaciones indgenas en gran parte de la Amazona, porque sera un acto suicida quedar as al descubierto. Sorprende escuchar al se-or Simons sumndose a este coro de falsedades, dado que l mismo, hace algunos aos, fue vctima de acusaciones similares, que logr superar gra-cias a la solidaridad de ciudadanos que denunciaron el atropello contra su persona y al rol de algunas instituciones, entre ellas, ONG y la Defensora del Pueblo a las que ahora l desacredita.

    Lo acaecido en Bagua es lamentable por la muerte de policas e ind-genas, cuyas familias se han truncado y deben acostumbrarse a continuar su vida con esposas viudas y descendientes hurfanos. Luego de ms de una dcada de violencia, el enfrentamiento entre peruanos es algo que nunca debi volver a ocurrir. Aunque no se trata de establecer una com-petencia de muertos, las noticias actuales nos producen profunda descon-fianza y pensamos que deber pasar un tiempo para que se descubra la verdadera dimensin de esta tragedia. El gobierno deber responder por la muerte de los indgenas y de los propios policas, a quienes mand para resolver un asunto que debi haber solucionado por la va poltica y no de la represin armada.

    Lo que s es objetivo es que la violencia fue originada desde el go-bierno, primero con los ataques del perro del hortelano, luego con la pro-mulgacin de decretos confiscatorios y, finalmente, con el ataque arma-do empleando armas de guerra contra poblacin que slo tena lanzas, como lo ha reconocido el propio director general de la Polica Nacional, general Jos Snchez Farfn, en una entrevista televisada. Tambin so-bre esto se ha mentido al decirse que los indgenas dispararon contra un helicptero, cuando en realidad este hecho sucedi en la zona del VRAE3, a cientos de kilmetros de Bagua, y en un contexto en el cual, efectivamente, se enfrentaba el Ejrcito contra narcotraficantes. Voceros

    3 Valle de los ros Apurmac y Ene. Principal zona productora de cocana en el pas, donde Sendero Luminoso mantiene presencia operativa.

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    aLBerto chirif

    del gobierno han distorsionando las noticias buscando impresionar a la ciudadana.

    Todo acto de crueldad debe ser sancionado, pero antes hay que pro-barlo, y en las circunstancias actuales, con las noticias dominadas por el gobierno, no hay condiciones que garanticen la objetividad de la infor-macin. As como circulan noticias de actos de barbarie cometidos por los indgenas, hay otras que refieren atrocidades realizadas por la polica. Caer en su difusin es colaborar a confundir las cosas, en vez de buscar soluciones. Sin embargo, el gobierno y algunos medios estn avivando an-tiguas imgenes sobre los indgenas que los presentan como salvajes y, a la vez, aprovechando la situacin para declarar una caza de brujas contra el movimiento indgena y contra el presidente de AIDESEP, Alberto Pizango. Presentarlo a l como responsable de la masacre de Bagua es absurdo. La incursin de la polica se realiz en el ms absoluto secreto, apenas unas horas despus de la mentira del Congreso de que esperara los resultados de la negociacin del Ejecutivo con AIDESEP. Su rol ha sido actuando como vocero de una posicin definida por las bases. Ha sido el gobierno quien ha desencadenado la reaccin de los manifestantes al atacarlos con armas de guerra.

    Para awajun y wampis la agresin externa y la venta de sus de recur-sos por el gobierno a empresas extranjeras no slo est en la letra de los decretos como posibilidad futura, sino que es algo que ya se plasma en la realidad. Desde hace un par de aos, el gobierno ha firmado contrato con HOCOL para explotar recursos petroleros en parte del alto Maran, sin haberse dado la ms mnima molestia para intentar consultar la medida antes de tomarla. Por otro lado, la empresa minera Dorato Per, subsi-diaria de una transnacional canadiense, se ha instalado en la zona de la Cordillera del Cndor con la finalidad de explotar oro. El Ministerio de Energa y Minas ha dicho que ella no tiene permiso para trabajar all, pero tampoco ha realizado ningn esfuerzo por echarla. Como ha denunciado el periodista Csar Hildebrandt y un especial de La Primera hace apenas una semana, esta empresa, que opera en zona de frontera vedada por la Constitucin a extranjeros, tiene como gerente general nada menos que a Carlos Balln, asesor principal en cuestiones de minera del plan de cam-paa del actual gobierno.

    Los awajun y wampis son culturas de antigua tradicin guerrera, con gran capacidad de unin frente a agresiones externas, como lo han demos-trado a lo largo de la historia. Lo que est sucediendo ahora es muestra de

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    no es tiemPo Para Permanecer caLLados

    eso y el gobierno debera saberlo a fin de detener su irresponsable cadena de provocaciones que puede generar situaciones nefastas para el desarro-llo de la paz en el pas.

    Aunque es difcil que en las condiciones actuales el gobierno rectifique su accionar y acepte su responsabilidad en todo este cmulo de barbarida-des, debemos pedir que haga eso como nica manera de plantear condi-ciones claras y sanas para el dilogo con los pueblos indgenas.

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    10 de junio

    EntrEvIsta con luzmIla chIrIcEntE & sarI salInas PoncE

    La naturaleza es nuestra vida, como nuestro pie, nuestra mano, nuestra cabeza1

    Las mujeres indgenas de la selva central asumen como suyas las luchas emprendidas por sus hermanas y hermanos de Amazonas quienes venan reclamando el respeto a sus derechos colectivos, violentados con los de-cretos legislativos aprobados en junio del ao pasado por el Ejecutivo en el marco de la adecuacin normativa para la puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio suscrito con los Estados Unidos.

    Las mujeres de la Amazona han venido resistiendo la indiferencia de un Estado que no atiende sus necesidades ni la de los suyos, y a la vez desarrollando experiencias para ampliar el ejercicio de su ciudadana en estrecha relacin con la defensa de sus territorios y cultura.

    ellas toman la palabra

    Dirigentes de la Federacin Regional de Mujeres Ashaninkas, Nomatsi-guengas y Kakintes de la Selva Central (FREMANK), se expresan con voz propia. A continuacin una sntesis con sus opiniones de lo ocurrido en Bagua, sus propuestas y los peligros que se ciernen sobre sus vidas con la contaminacin del agua y de los suelos que habitan producto de activida-des econmicas extractivas.

    Luzmila Chiricente mahuanca, presidenta de la fRemanK

    Estamos preocupadas y tristes por lo que ha pasado, queremos la paz y tranquilidad y que se suspendan por lo menos seis meses las leyes que ha dado el gobierno hasta entrar en consulta, como dice el Convenio 169 de la OIT y la Constitucin. Nosotras nos solidarizamos con nuestras hermanas

    1 Este informe fue realizado y difundido por el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristn.

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    La naturaLeza es nuestra vida, como nuestro Pie, nuestra mano, nuestra caBeza

    y hermanos de Amazonas, porque el pueblo amaznico es uno solo, de-fiende sus tierras para las generaciones que vienen y su medio ambien-te, porque de all se alimenta, saca para su vivienda, su medicina y su artesana.

    Las empresas madereras tumban los rboles, grande, chico, malo-grando el medio ambiente no slo para los pueblos indgenas sino para el Per. La empresa petrolera no acata como en su pas, ac botan los desperdicios, matan los pescados y contaminan al agua. Cuando el suelo se contamina ya no crecen nuestros productos, lo que ahorita estamos produciendo ecolgicamente.

    Las mujeres nunca nos hemos beneficiado de los convenios del go-bierno con las empresa maderera o petrolera, solamente vienen a engaar con una ollita, con cuadernitos que es una burla para las comunidades nativas. Para nosotras el territorio es el pulmn de nuestra generacin, porque nuestros padres, nuestros abuelos, tatarabuelos, han muerto de-fendiendo nuestras tierras, es nuestra madre, es nuestra sangre.

    sari salinas ponce, secretaria de salud de fRemanK

    Ahorita estamos muy indignados. No se considera que la poblacin in-dgena somos el nico grupo humano que cuida la naturaleza, esto es la fuente de todo para nuestras vidas, aqu conseguimos nuestras medicinas naturales, alimentos, nuestro mercado, todo est aqu. Al cuidar el medio ambiente, no solamente estamos pensando en nosotros sino en todas las generaciones que se vienen ms adelante. Somos los nicos que protege-mos el medio ambiente, usamos todo natural, no traemos nada ni siquiera contaminamos nuestras chacras, al contrario, prevemos eso. Se nos dice que somos ociosos, que no estamos utilizando nuestras tierras, pero no es porque seamos ociosos sino que prevemos que no se lastime ms la naturaleza.

    Dicen que hay inversin para la selva, y generalmente lo que se ve es sembrar cemento, pero en las grandes ciudades. A las comunidades nativas no llegan, y si lo hacen es para mostrarnos papeles, nos hacen ver presupuestos participativos donde realmente no participamos, muchas veces porque no lo entendemos, porque no se nos considera, no se nos incluye por la diferencia del lenguaje principalmente, y porque de repente nos vienen a hablar con palabras tcnicas y no se ponen a pensar si real-mente estamos comprendindolo todo. En conclusin, no estamos siendo

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    entrevista con LuzmiLa chiricente & sari saLinas Ponce

    beneficiados de ninguna empresa y como siempre vemos que los que ms tienen se enriquecen ms y no estn pensando en nosotros.

    Lo nico que queremos ahora es que nos dejen tranquilos y que no vengan a quitarnos lo nico que tenemos, que es nuestra naturaleza, que es lo nico que consideramos nosotros como parte de nuestra vida. Es por eso que no se entiende que si lastiman nuestra naturaleza nos estn lastimando a nosotros mismos, que somos los nicos que sentimos a nues-tro medio ambiente como parte de nuestro pie, nuestra mano, nuestra cabeza.

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    10 de junio

    asocIacIn Pro dErEchos humanos

    nativos detenidos no tienen intrpretes ni abogados de su eleccin

    Bagua (Peru.com).- En la comisara de Bagua permanecieron detenidos tres menores de edad desde el 5 de junio, da de los enfrentamientos entre la Polica y los nativos, y recin el ltimo martes fueron liberados, de-nunci desde Bagua Juan Jos Quispe, asesor legal de la Asociacin Pro Derechos Humanos (APRODEH).

    Adems, segn el abogado, a los que continan arrestados no se les permite que un abogado de su eleccin est presente, conferencie con ellos y les asesore; slo les asignan abogados de oficio y no permiten la participacin de un intrprete.

    En dilogo con la CNR, el abogado explic que por orden del juez se impide la participacin de los intrpretes, pese a que los nativos manejan un castellano precario. Si se les hace una pregunta con lenguaje jurdico, tendran serias dificultades. Necesitan desde un inicio un intrprete y no lo tienen, afirm.

    Asimismo, inform que el nmero de desaparecidos es incierto ya que hay que cotejar las listas de personas detenidas en Bagua Chica, Bagua Grande, el cuartel El Milagro, los derivados a Seguridad del Estado de Chiclayo, adems de otro grupo de detenidos recientemente por no tener documentos.

    Acerca de los detenidos en el cuartel El Milagro, Quispe inform que la cifra oficial es de 25 comuneros. Explic que si bien por ley el Ejrcito puede detener, inmediatamente debe poner a disposicin de la polica y comunicar el hecho al Ministerio Pblico para iniciar la investigacin, pero estas personas se hallan internadas desde el viernes.

    Nos pusimos en contacto con el Ministerio Pblico, que ha ordenado que 42 personas, luego 35 y ahora 25 se queden en calidad de depositados en el cuartel porque no tienen la infraestructura necesaria. Esos indgenas estn ahora en calidad de depositados con custodia de la polica nacio-nal, apunt.

    Con ello, neg la versin de que el Ejrcito habra detenido a estos na-tivos y estara mantenindolos internados, porque es una disposicin de la

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    asociacin Pro derechos humanos

    fiscala. No obstante, destac que es un hecho inslito que la fiscala haya dispuesto depositar a un grupo de personas en una base militar.

    Por otra parte, denunci que recin este mircoles se ha abierto la ayuda humanitaria en vveres y ropa, y trascendi que hasta ahora se se-guira impidiendo en ingreso de raciones alimenticias.

    Otra denuncia del representante de APRODEH fue sobre un grupo grande de refugiados en una casa pastoral de Bagua Grande. Segn in-formacin recogida en el lugar, cuando la Polica hace el registro para llevarlos en camin y devolverlos a sus comunidades, acusan a los nativos de portar algn polo, lentes u otra prenda pertenecientes a la polica y les obligan a quedarse, pese a que son donaciones que ellos han recibido para cambiarse la ropa que qued rada durante la protesta.

    Lo que tambin pudo constatar fue que muchos indgenas estn ocul-tos y se les estara considerando como desaparecidos. Con el toque de queda, la polica y el Ejrcito hacen operativos continuos y eso hace que muchos estn temerosos de regresar, observ.

    El letrado indic que todas estas irregularidades fueron informadas a las autoridades y que a travs de una conferencia de prensa en Bagua dieron cuenta a la opinin pblica. CNR.

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    15 de junio

    EntrEvIsta con salomn awanash wajush1

    Que el gobierno no crea que vamos a retroceder; el paro contina2

    Mara Elena Hidalgo

    Cul es la respuesta del pueblo awajun al presidente alan garca, quien acusa a los indgenas de haber actuado con salvajismo al haber matado a 24 policas?Adems de haber perdido tantas vidas indgenas, ahora el gobierno toma represalias contra nosotros. No quiere aceptar su culpa en este enfrenta-miento. Es culpa del gobierno habernos matado entre hermanos. Nosotros nunca buscamos arreglar las cosas con violencia, solo exigamos nuestro derecho.

    ustedes han recibido alguna forma de financiamiento del extranje-ro para llevar adelante la protesta contra el gobierno?Es falso que haya influencia de otros pases. Nosotros no somos un pue-blo armado, solo fuimos con nuestras lanzas. No somos violentos pero cuando nos maltratan nos defendemos. Este conflicto ha sido por ca-pricho de los apristas que no quieren derogar la ley. Esperamos que lo reconsideren.

    el gobierno los acusa de negarse al desarrollo del pas. Qu res-ponde a eso?No rechazamos el desarrollo. El gobierno tiene que cumplir con lo esti-pulado por la OIT. Nos debieron de consultar Quin mejor que nosotros que somos conocedores de la selva para saber lo que le conviene?

    1 Presidente del Comit de Lucha Nacional Amaznica de los Pueblos Indgenas. Estuvo a la cabeza de las cinco cuencas que apoyaron el paro amaznico en Bagua.

    2 Entrevista publicada en el diario La Repblica. Accesible en: www.larepublica.pe/archive/all/larepublica/ 20090615/1/node/200115/total/01

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    entrevista con saLomn awanash wajush

    Qu harn ahora? seguirn luchando por la derogatoria de las leyes?Que el gobierno no crea que con lo sucedido vamos a retroceder.Nosotros no hemos levantado el paro, solo estamos dispersos y no lo le-vantaremos hasta que se deroguen las leyes. El gobierno tiene que derogar los decretos para recin sentarnos a dialogar. Pero no aceptaremos ningn dilogo con el actual gabinete, ellos no son interlocutores vlidos.

    alberto pizango representa a los indgenas de la selva?Pizango nos representa. Nosotros desconocemos la palabra del presiden-te que dice que no nos representa. l es nuestro dirigente principal y en ningn momento nos ha inducido a enfrentarnos a la polica.

    Qu significa la selva para ustedes?La selva es nuestra madre, nuestra farmacia, nuestro mercado, nuestra casa. Aqu no es como en Lima que hay un Metro para comprar vveres. Aqu salimos durante cuatro o cinco das a cazar para traer nuestro alimento. El bosque nos da medicinas y techo y por eso lo consideramos nuestra madre. Por eso la gente de la selva defendi al Per contra los ecuatorianos.

    Cmo fue la negociacin con la polica durante los das de paro? tenemos entendido que en todo momento hubo contacto con el ge-neral pnp Javier uribe altamirano, quien haba dado su palabra de no usar la fuerza y conversar hasta llegar a un entendimiento.As es. Tuvimos varias conversaciones en las que tambin participaron las autoridades de Amazonas y de la Iglesia. Es ms, el viernes anterior al ata-que, dialogamos pacficamente con el general Uribe y llegamos al acuerdo de que para evitar el enfrentamiento con los camioneros, dejaramos li-bres por ese da de 2 a 6 de la tarde los dos carriles de la carretera.

    es cierto que el viernes 5 de junio, el da del ataque, haban queda-do en conversar a las 10 de la maana?Un da antes, el jueves 4, nos reunimos a las 6 de la tarde con el general Uribe. Nosotros ya sabamos por la radio que haba una orden para sa-carnos y queramos corroborarlo. El general nos dijo que ya no tena ms tiempo para darnos, que estaba fuera de sus manos la decisin de dejarnos protestar, y que si lo haca, arriesgaba su cargo porque ya haba recibido la orden de sus superiores de sacarnos de la carretera.

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    que eL goBierno no crea que vamos a retroceder; eL Paro contina

    y qu decidieron ante el inminente desalojo?Nosotros le pedimos al general una tregua para salir de la carretera. Junto al obispo de Jan le pedimos una tregua hasta las 10 de la maana del viernes 5. Lo acept con la condicin de que el nico punto de la agenda era arreglar el pase y que si no abramos la carretera luego de eso iba a restaurar el orden a la fuerza. Nosotros le preguntamos qu hara si reciba la orden antes de esa hora y dijo que as recibiera la orden de Lima, l nos esperara hasta las 10 de la maana porque su gente no hara nada sin su orden, que confiramos en su palabra. Pero a las 5 y 50 de la maana la polica comenz a aparecer por el cerro de la Curva del Diablo. Me sorprend y trat de ubicar al general Uribe. Llamaba al celular del general pero no contestaba, esta