Azulejos

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pág. 1 EL ARTE DE LOS AZULEJOS

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CONTENIDO INTRODUCCION………………………………………………………………………………………………………………….3

HISTORIA DEL AZULEJ

1. O………………………………………………………………………………………………..4

2. MATERIALES UTILIZADOS EN LA ELABORACIÓN DE AZULEJOS ……………………………………5

3. COMPOSICION Y PARTES DE LOS AZULEJOS……………………………………….……………………....5

4. USOS DE LOS AZULEJOS POR SUS CARACTERÍSTICAS…………………………………………………...85. TIPOS DE AZULEJOS……………………………………………………………………………………………………..8

5.1 SEGÚN LAS TÉCNICAS PARA SU ELABORACIÓN……………………………………………………..85.2 TIPOS DE AZULEJOS SEGÚN LOS MOTIVOS REPRESENTADOS……………………………….10

6. RESEÑA HISTÓRICA DE LUGARES CON AZULEJOS EN LIMA……………………………………….. 16 6.1 LA CASA ALIAGA………………………………………………………………………………………………....16 6.2 CONVENTO DE SEÑOR SAN FRANCISCO……………………………………………………………….19 6.3 CONVENTO DE SANTO DOMINGO……………………………………………………………………….21 6.4 CASA DE AZULEJOS ITURRY………………………………………………………………………………….22 6.5 PALACIO DE TORRE TAGLE…………………………………………………………………………………..23 6.6 IGLESIA SAN FRANCISCO……………………………………………………………………………………..25

CONCLUSIONES………………………………………………………………………………………………………………..27BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………………..…………………………………...28

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INTRODUCCIÓN

El azulejo ha sido una de las expresiones culturales de mayor impacto en la península ibérica y una gran contribución de antiguas raíces árabes a la cultura universal.

El azulejo sobrepasó ampliamente su mera función utilitaria o su destino dentro de las artes decorativas para alcanzar el estatuto trascendente de Arte, como intervención poética en la creación arquitectónica y urbana; esto sobre todo en países como Portugal y España. Tal ha sido la repercusión de los azulejos en la cultura de los países ibérico que existen museos y exposiciones que nos muestran el arte plasmado en ellos; museos tales como el Museo Nacional del Azulejo en Lisboa, que deja bien patente el valor de este arte en Portugal y el Museo del Azulejo de Castellón en España; sin contar las muchas muestras que se exhiben en museos de arte y exposiciones temporales.

Los azulejos llegaron a tierras americanas con la invasión de estos países ibéricos, principalmente España, siendo desde un inicio piezas de notable distinción y lujo pues al ser un trabajo meramente artesanal, no cualquiera podía obtenerlos fácilmente. Existen azulejos de gran valor histórico y artístico en América, desde los que podemos ver en museos como el Museo del Azulejo de Montevideo en Uruguay, hasta los bellos azulejos modernos de la casa Iturry en el distrito de Magdalena, cerca al centro de nuestra ciudad, y los antiguos azulejos del convento de Santo Domingo en el corazón de Lima.

Desde su aparición y a lo largo de la historia, el uso de los azulejos se ha difundido por todo el mundo y a popularizarse su uso sobre todo a partir de su industrialización.

Por la mencionada importancia y valor que tienen los azulejos como parte de la actual cultura universal; con el presente trabajo esperamos hacer un merecido reconocimiento a ello estudiándolos con detenimiento desde sus orígenes, su historia, su desarrollo, las técnicas que se emplearon para su elaboración, los diseños y decoraciones que en ellos se emplearon, así como una breve reseña de los azulejos más antiguos que podemos encontrar en la ciudad de Lima. Para obtener como resultado un trabajo didáctico hemos hecho empleo de imágenes que permitan una mejor comprensión de los respectivos temas tratados.

Finalmente esperamos que mediante la lectura de las páginas siguientes podamos aportar brindando un mayor conocimiento a quienes lo requieran acerca de esta antigua forma de arte cuyo pasado se ve entrelazado con muchas historias de nuestra patria en tiempos coloniales y que en la actualidad se encuentra muy cerca a cada uno de nosotros.

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1. HISTORIA DEL AZULEJO

El azulejo nació en la lejana Arabia del siglo IV, creció en España del siglo XII, llego hasta sus colonias del siglo XVI, siendo una de ellas el Perú. Estos azulejos españoles se documentan exactamente de Sevilla, S. XII.

Según las pocas referencias documentales se dice que en Lima colonial funcionaron ollerías (provincia de Oyon) o talleres cerámicos desde los primeros años de su fundación, pero en poquísimas cantidades debido a que recién en el siglo XVI, Lima, se había consolidado política y económicamente, empezando así la construcción de grandes monumentos religiosos y civiles y con esto la decoración interna de cada uno de ellos, alcanzando en la centuria siguiente su auge yculminación.

Se conoce que la primera importación documentada del azulejo en Lima es la del taller de Hernando de Valladares de Triana, Sevilla, en 1604, para el Claustro Mayor del Convento de Santo Domingo; presumiéndose que este hecho haya motivado a la Orden de San Francisco de Asís a pedirle al mismo Valladares en 1620 que fabrique azulejos para la decoración del Claustro Mayordel Convento San Francisco.

La primera referencia documental conocida de la azulejería limeña, es el contrato notarial del 23 de setiembre de 1619, entre Juan Martin Garrido, ollero, y el padre Fray Francisco de Avendaño, procurador de la Orden General de la Orden de Santo Domingo, mediante el cual Garrido se comprometió a cocer más de seis mil azulejos. A partir de este año se tiene plena seguridad de la fabricación del azulejo en Lima.

En base a mayores fuentes documentales, el arquitecto Emilio Harth – Terré ha señalado que los azulejos fabricados en Lima se denominaron “criollos” y los importados desde la metrópoli “de Castilla”. Según este autor, a partir del primer tercio del siglo XVII, la producción del azulejo limeño se encontraba plenamente establecida compitiendo con el azulejo hispano.Uno de los factores para ello fue el transporte marítimo que, además de la larga travesía, se tornaba cada vez más peligroso por la presencia de frecuentes flotas de piratas que implicaba mayor riesgo de pérdida y por tanto determinaba mayor encarecimiento de los productos que venían de la metrópoli. De otro lado, la tradición que gozaba del azulejo en España se extendió a sus colonias, y Lima como capital del Virreinato del Perú fue una de las primeras en adoptarlas, más aún que por entonces se efectuaban nuevas construcciones de iglesias, conventos y mansiones que demandaban de manera creciente este elemento de revestimiento decorativo. Esta demanda también atrajo a nuevos artífices azulejeros procedentes de España y México, algunos tal vez enviados para asentar los azulejos de Valladares en Santo Domingo y otros en busca de nuevos horizontes. El aporte de estos maestros, agregado a la consolidación de las ollerías limeñas ya existentes, hicieron posible el desarrollo y el auge de la azulejería limeña, de tal manera que rebajaron ostensiblemente los precios en comparación de los azulejos importados, cuya calidad si no mejor era aceptable buena y pronto se impuso en el mercado limeño alcanzando su mayor apogeo a mediados del siglo XVII.

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2. MATERIALES UTILIZADOS EN LA ELABORACIÓN DE AZULEJOS

El azulejo es fabricado con materiales como arcilla, sílice, colorantes y fundentes, entre otros. Los diferentes tonos cromáticos se obtienen a partir deóxidosmetálicos:cobalto(azul),cobre(verde),manganeso(castaño, negro), hierro (amarillo), estaño (blanco).

Además, los azulejos son realizados con materiales de la tierra como la arcilla, que con agua y una buena cocción, lo hacen una pieza muy resistente y de calidad.

Una de las formas de fabricar un azulejo es la bicocción, en el que el material prensado es sometido al fuego para formar el bizcocho. Luego, se vuelve a cocer, pero esta vez con esmalte y se da el acabado final.

La otra opción es la monococción, en donde el esmalte se aplica inmediatamente a la pasta cruda y luego se queman para dar el acabado.

Mientras sean bien controlados, ambos procesos producen buenos azulejos. En un comienzo, el más utilizado era el de bicocción; sin embargo, actualmente el proceso de monococción está ganando terreno por su ahorro de recursos, de tiempo y la posibilidad de automatizar el sistema.

3. COMPOSICIÓN Y

PARTES DE LOS

AZULEJOS

Los azulejos, cada vez más utilizados en

construcción, han evolucionado mucho,

especialmente, con respecto a su

fabricación. Los que son utilizados para

revestir paredes son realizados con

mayor porosidad para permitir una

mayor adherencia a la pared. Por el

contrario, los que se utilizan como

pavimento, tienen muy bajo nivel de

porosidad, con el objeto de impedir la absorción del agua.

En la actualidad, los azulejos se pueden apreciar tanto en su función decorativa como en las

construcciones. Muchas hermosas construcciones antiguas revestidas de azulejos, aún se

pueden observar, especialmente en países como Portugal, España, Argentina, Uruguay y Perú

entre otros. Además, los azulejos se están utilizando ampliamente en baños, cocinas, fachadas,

espacios públicos, etc.

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Otra cualidad del azulejo es su facilidad de limpieza. Su cara glaseada con esmalte cerámico no

presenta adherencia, por lo que cualquier suciedad se remueve muy fácilmente de ella. También

previene la humedad e impide la formación de hongos y gérmenes. Después de ser instalados,

los azulejos no necesitan mantenimiento y presenta una gran durabilidad por su gran número de

resistencias y su dureza. Además, no es combustible, por lo que evita la propagación de los

incendios, además, los azulejos, junto otras baldosas cerámicas, poseen la propiedad de ser

impermeable.

Los primeros azulejos eran vidriados con un único color y generalmente, adornados con

patrones geométricos. Eran usados en las murallas y para pavimentar los suelos y con el paso de

los siglos fueron usados ampliamente, incluso para adornar iglesias y monasterios.

La tipología del azulejo está estrechamente relacionada con la problemática que encierra su

terminología. Por un lado, los términos específicos que aluden al formato de las piezas y, de

otro, al lugar que ocupan las piezas en los compartimientos de la composición. Es decir, se

tienen azulejos según su formato y azulejos según su disposición compositiva.

PARTES DE LOS AZULEJOS

Respecto a la disposición compositiva de azulejos, el modelo más usado fue el zócalo,

especialmente en los claustros conventuales, naves y capillas de los templos, y en las salas y

patios de las mansiones. Con las mismas pautas marcadas por la estructura del zócalo se

decoraron también los frontales del altar, los antepechos ventanales, pilares, gradas, pisos,

albercas y tinajeras. No se conocen evidencias materiales ni referencias sobre el uso de azulejos

en las vigas de los techos, cornisamentos, bóvedas, cúpulas, y torres en Lima, tal vez, a causa de

los frecuentes terremotos. Así, el zócalo se puede describir de la siguiente manera:

* El remate: Conformado por una fila de piezas cuadradas que presentan un motivo repetitivo

que corona el zócalo. Se le llama también “guardapolvo” o “cresta”.

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* El friso: Es una cenefa horizontal con doble fila de azulejos que suele representar una orla

figurativa de cierto significado iconográfico.

* Los verduguillos: Son los espacios que ocupan estas piezas monocromas azules y que

enmarcan los paños y cenefas.

* Las guardillas: Están conformadas por una sola fila de elíceres y también cumplen la función

de enmarcar los paños y las pilastras.

* El Paño o Dado: Es de forma cuadrada o rectangular y presenta la composición más

importante. Puede ser un gran diseño figurativo o contener un motivo de repetición compuesto

de dos o cuatro piezas. Se le denomina también paño o alfombra en clara alusión al género

textil. Otros nombres que se le aplica son: cuadro, tablero y panel.

* Los subientes: Son de forma vertical y presentan habitualmente doble fila de azulejos con un

gran diseño de grutescos. Se les denomina también “entrepaños” o “pilastras”.

* La base: Presenta usualmente una orla compuesta de doble fila horizontal de azulejos

cuadrados. Se ubica debajo de los paños y pilastras.

* El plinto: Es una fila de azulejos que va unida al piso. Cada pieza presenta un motivo único que

se repite.

En los documentos de la época se encuentran las denominaciones como “alfombra” para

señalar los paños, “adeferas” o “adeseras” para designar los elíceres. Asimismo, los azulejos

cuadrados que conformaban los frisos, entrepaños y remates eran nombrados en ocasiones por

las composiciones decorativas que representaban como “lazos”, “subientes” y “angelitos”.

4. USOS DE LOS AZULEJOS POR SUS

CARACTERÍSTICAS

Los azulejos, cada vez más utilizados en construcción, han evolucionado mucho,

especialmente, con respecto a su fabricación. Los que son utilizados para revestir paredes son

realizados con mayor porosidad para permitir una mayor adherencia a la pared. Por el

contrario, los que se utilizan como pavimento, tienen muy bajo nivel de porosidad, con el

objeto de impedir la absorción del agua.

En la actualidad, los azulejos se pueden apreciar tanto en su función decorativa como en las

construcciones. Muchas hermosas construcciones antiguas revestidas de azulejos, aún se

pueden observar, especialmente en países como Portugal, España, Argentina, Uruguay y Perú

entre otros. Además, los azulejos se están utilizando ampliamente en baños, cocinas, fachadas,

espacios públicos, etc.

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. Otra cualidad del azulejo es su facilidad de limpieza. Su cara glaseada con esmalte cerámico

no presenta adherencia, por lo que cualquier suciedad se remueve muy fácilmente de ella.

También previene la humedad e impide la formación de hongos y gérmenes. Después de ser

instalados, los azulejos no necesitan mantenimiento y presenta una gran durabilidad por su

gran número de resistencias y su dureza. Además, no es combustible, por lo que evita la

propagación de los incendios, además, Los azulejos, junto otras baldosas cerámicas, poseen la

propiedad de ser impermeable

Los primeros azulejos eran vidriados con un único color y generalmente, adornados con

patrones geométricos. Eran usados en las murallas y para pavimentar los suelos y con el paso

de los siglos fueron usados ampliamente, incluso para adornar iglesias y monasterios.

5. TIPOS DE AZULEJOS

5.1. SEGÚN LAS TÉCNICAS PARA SU ELABORACIÓN

Al principio se desarrollaron técnicas para pintar directamente sobre los azulejos y se hicieron grandes obras expuestas hoy en varios museos. Más tarde, el azulejo se empieza a esparcir y se le comienza a dar más valor en construcción y no sólo como un elemento decorativo.

Existen variadas técnicas para la realización de azulejos, a continuación las veremos por el tipo de producción:

A) Azulejo mudéjar (o hispano-morisco)

Técnica desarrollada por los moros en la Península Ibérica y seguida en España con asimilación de gusto por la decoración geométrica y vegetalista, en lo que se denomina como horror vacui, horror al vacío.

Esta técnica necesita de un barro homogéneo y estable, donde, después de una primera

cocción, se cubre con el líquido que hará el vidriado. Para la segunda cocción las placas son

colocadas horizontalmente en el horno asentadas en los atifles, pequeños trípodes de

cerámica designados de apoyo. Estas piezas dejan tres pequeños puntos marcados en el

producto final, hoy en día importantes en la certificación de autenticidad.

Inicialmente el azulejo no tuvo una dimensión normalizada, pero en Portugal, a partir del siglo

XVI hasta el siglo XIX, y como consecuencia del aumento de la producción por el mayor

número de pedidos, el azulejo pasa a tener una medida cuadrada variable de entre 13,5 y 14,5

cm.

B) Alicatado:

Técnica para revestimientos en la que se agrupan pedazos de cerámica vidriada cortados en diferentes tamaños y formas geométricas con la ayuda de un alicate. Cada pedazo es

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monocromático forma parte de un conjunto de varios colores que puede ser más o menos complejo, semejante al trabajo con mosaicos. Esta técnica estuvo de moda en los siglos XVI y XVII, pero por su morosidad acabó siendo sustituido por otras técnicas posteriores.

C) Cuerda seca:

Técnica que nació en Al-Ándalusa finales del siglo X, durante el final del periodo califal. En esta técnica, la separación de los colores (por motivos decorativos) se realiza abriendo surcos en la pieza que se rellenan con una mezcla de aceite de linaza, manganeso grasa, que evita que haya mezcla de colores (hidro-solubles) entre los distintos compartimentos, durante la aplicación del cocido. Posteriormente se llenan con los colores predeterminados los espacios que quedan entre las líneas.

D) Arista (o Cuenca):

Técnica del período de la cuerda-seca en que la separación de los colores es hecha levantando aristas (pequeños muros) en la pieza, que surgen al presionar el negativo del estándar (molde de madera o metal) en la arcilla todavía suave. Este proceso más simplificado reduce el precio del producto acabado y permite una mayor variedad de estándares, aunque el acabado no sea siempre perfecto. Con los mayores centros de producción en Sevilla y Toledo esta técnica fue también empleada en Portugal, en donde se desarrollan variedades en alto-relieve (azulejo relevado) de estándares con parras.

E) Pisano o Mayólica:

Técnica originaria de Italia e introducida en la Península Ibérica a mediados del siglo XVI. Ahora es simple aclarar el origen del término; tal vez una locución italiana para designar a Mallorca, puerto de donde eran exportados los azulejos, o una metamorfosis del término Opera di Mallica usado desde el siglo XV para designar la mercancía italiana exportada del puerto de Málaga. El término loza de barro, utilizado a partir del siglo XVII, originado en el centro italiano Faenza donde era producida esta cerámica.

La mayólica viene a revolucionar la producción del azulejo pues permite la pintura directa sobre la pieza ya vidriada. Después de la primera cocción o bizcochado, es puesta sobre la placa un líquido espeso (blanco opaco) a base de esmalte estannífero (estaño, óxido de plomo, arenarica, encuarzo, sal y soda) que vitrifica en una segunda cocción. El óxido de estaño ofrece en la superficie (vidriada) una coloración blanca opaca, en la cual es posible aplicar directamente el pigmento soluble de óxidos metálicos en cinco escalas de color: azul cobalto, verde bronce, castaño manganeso, amarillo antimonio y rojo hierro(que por ser de difícil aplicación surge poco en los ejemplos iníciales). Los pigmentos son inmediatamente absorbidos, lo que elimina cualquier posibilidad de corrección de la pintura (decoración designada a fuego alto). El azulejo es entonces colocado nuevamente en el horno con una temperatura mínima de 850 °C revelando, solo después de la cocción, los respectivos colores utilizados. Esta técnica cuando se aplica en los azulejos se denomina en Andalucía y sobre todo en la alfarería de Triana como "pisana”.

En la actualidad para evitar la dificultad añadida de los trazos, y poder rectificar se somete los azulejos a una cocción intermedia, a una temperatura baja, (sobre los 750ºC) donde el esmalte

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de base no funde totalmente pero si permite trabajar con comodidad, y rectificar si es necesario, como inconveniente a esta variación a la técnica es que hay que someter a una cocción más las piezas.

F) Azulejo semi-industrial:

Técnicas semi-industriales utilizadas a partir del siglo XIX como técnica de decoración en forma de estampilla o estampado.

G) Azulejos de montería o tipo Delft:

El tipo de azulejo más emblemático del siglo XVIII en Triana es, probablemente, el azulejo conocido por los coleccionistas como "tipo Delft", cuyos antecedentes se remontan a los realizados en Faenza hacia 1500, desde donde el modelo pasó a la ciudad holandesa de Delft en el siglo XVII, generalmente son monocromos en azul y se utiliza un sistema de fabricación rápida y barata (como es el procedimiento de trepa o estarcido), este tipo de azulejo se caracteriza por tener un tema central e independiente para cada pieza, que es enmarcado por un circulo tangente a los límites cuadrados del azulejo, reservándose los ángulos para dibujar un punto o una flor de trazos groseros.

Más adelante llegaron a España en grandes cantidades, y fueron interpretados por los alfareros de Triana quienes respetaron el esquema compositivo de los holandeses, pero además de ser realizados en color azul, en Triana se realizan también en policromía. 

5.2 TIPOS DE AZULEJOS SEGÚN LOS MOTIVOS REPRESENTADOS:

Los azulejos desde su aparición han tenido la finalidad de decorar ambientes tales como salones de palacios de califas musulmanes y nobles cristianos, patios de casas familias adineradas, salones de recepción, claustros de conventos; posteriormente para cubrir fuentes, interiores de alhacenas, etc.; según esto, la época en que se elaboraron y el gusto de quienes ordenaron su elaboración o los adquirieron, estos representaron diferentes motivos artísticamente plasmados en ellas. A continuación tenemos una clasificación según los motivos que en ellas podemos ver.

A) Azulejos con Motivos Geométricos y Vegetalistas: Podemos encontrar azulejos con estas representaciones entre los más antiguos hallados en la península ibérica, herencia dejada en estas tierras producto de la invasión islámica puesto que ya es conocida la gran influencia que tiene la cultura árabe en el origen de los azulejos. Estos motivos geométricos y vegetalistas son típicos de la decoración islámica puesto que según el Corán (libro islámico sagrado) está prohibido hacer representaciones gráficas de animales o cualquier otro sujeto figurativo. También podemos encontrarlos en los principales y antiguos conventos y edificaciones de carácter religioso en nuestra capital. Los tipos de azulejos, según las técnicas con las que fueron elaborados, que más recurren a estos diseños son los azulejos son los azulejos mudéjar tipo alicatado, cuerda seca, arista o cuenca y planos vidriados sevillanos.

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Azulejo elaborado bajo la técnica ‘’arista o cuenca’’ con motivos vegetalistas. Iglesia San Mateo, ciudad de Jerez en Cádiz, España.

Azulejos alicatados de Dar al-Arusa en el Museo de la Alhambra en Granada, España.

Azulejo tipo ‘’a la cuerda seca’’ con motivos geométricos. Alcázar de Los Guzmanes en La Niebla, España.

Azulejos sevillanos con motivos vegetalistas. Museo de la Inquisición en Lima, Perú.

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B) Azulejos con Motivos Religiosos: De este tipo de azulejos podemos encontrar muchos de ellos, muy antiguos, decorando claustros y otros ambientes en muchos conventos e Iglesias de Lima. Principalmente los podemos hallar en el convento de San Francisco, el convento de Santo Domingo y la iglesia San Pedro. En ellos podemos ver representados figuras de santos, mártires de órdenes religiosas como la franciscana, la virgen María, el niño Jesús, la imagen adulta de Cristo, ángeles, etc.; además los tenemos formando verdaderos cuadros muy bellos producto de la unión de ellos como un ‘’rompecabezas’’, como también con imágenes independientes en cada azulejo. Las iglesias católicas, desde muchos antes de que los azulejos llegasen a estas tierras, podían darse el gusto de lucir este tipo de decoración ostentosa para aquel entonces dentro de sus ambientes gracias a los muchos benefactores con los que contaban; algunos de ellos se dice que fueron el comerciante español Jiménez Menacho y la cacica Catalina Huanca para el convento de San Francisco. De los azulejos elaborados con esta decoración, están principalmente los azulejos tipo mayólica o planos vidriados de origen sevillano o también llamados pisanos.

C) Azulejos con Motivos Mitológicos: También estuvieron entre los diseños más usados entre los siglos XV y XVIII estos azulejos pintados con imágenes de personajes de la mitología griega tales como minotauros, atlantes, centauros, entre otros. Este tipo de azulejos solían encontrarse decorando salones de palacios reales como también ambientes internos de conventos católicos. Entre los azulejos que presentan esta decoración, según su técnica de elaboración están los azulejos sevillanos y de arista o cuenca.

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Azulejos tipo ‘’mayólicas o planos vidriados sevillanos’’ con la imagen de un santo franciscano. Claustro principal del convento de

Azulejos tipo ‘’ planos vidriados o pisanos’’ con motivos religiosos. Convento de Santo Domingo en Valencia, España.

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D) Azulejos de Propio: Se han llamado azulejos "de propio", o también "de censo", a un tipo de placa o azulejo muy empleado desde el siglo XVII, para, colocado en las fachadas de los inmuebles, dar noticia de la propiedad de los mismos por parte de entidades religiosas o familias nobiliarias. Generalmente representan un escudo o emblema de la institución, a veces completado con un corto texto y/o el número de inventario. Aquí una pequeña referencia histórica de estos azulejos en Sevilla: ‘’ En 1771, siendo Asistente de Sevilla Don Pablo Olavide, se produjo la primera división administrativa de la ciudad en cuarteles, barrios y manzanas, que sustituiría a laotorgada por Fernando III en 1248 tras la reconquista de Sevilla y que organizaba la ciudad en collaciones parroquiales. Además se comenzó a dar verdadero nombre al callejero, con lo cual surgió la necesidad de su señalización. Esta necesidad fue resuelta por medio de pequeñas losetas de cerámica, que los coleccionistas conocen como "azulejos de Olavide" y que comprenden tres tipos: unos que indican el cuartel, barrio y manzana correspondiente, otros que hacen referencia al nombre dado a la calle, y otros, por último, que indican el número de cada casa. Todavía, hoy, es posible encontrar in situ muchas de estas piezas’’ (Historia de los azulejos en Sevilla. http://www.arrakis.es/~ramoscor/sigloxviii.html). Este tipo de azulejos también los

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Azulejos tipo ‘’pisanos o mayólicas sevillanos ’’ con motivos mitológicos. Salón de Carlos V en el Real Alcázar de Sevilla, España.

Azulejos tipo ‘’cuenca o arista ’’ del siglo XVIcon imágenes de centauros.

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podemos ver en nuestra ciudad nombrando calles del centro histórico de Lima. Según la técnica con la que fueron elaborados, los azulejos que se hicieron con los motivos mencionados fueron generalmente del tipo ‘’pisano o plano vidriado’’.

E) Azulejos de Montería: Escenas de caza o montería estuvieron entre las representaciones preferidas realizas en los azulejos tipo Delft, en colores azul y blanco, estas escenas pintadas a mano en un solo azulejo cazadores muestran liebres, perros de cacería, liebres, venados, jabalíes, pájaros, entre otros; este tipo de azulejos es el más emblemático del S. XVIII en Triana, Sevilla; también fueron usados en nuestro país pero que en menor cantidad. Se usaron para revestir superficies de zonas de servicio como las cocinas de los hogares, interiores de las alhacenas, fuentes de los patios, y los peldaños de las escaleras. Posteriormente podemos ver que se elaboraron también azulejos con este tipo de figuras en aquellos elaborados bajo la técnica ‘’mayólica o plano vidriado’’ con los cuales se representaban escenas completas con un conjunto de ellos. Estos últimos son más modernos.

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Azulejos tipo ‘’ plano vidriado’’ representando el escudo de la ciudad de Málaga en Málaga, España.

Azulejos tipo ‘’ plano vidriado’’ señalando a la calle Pando en Lima, Perú.

Azulejos tipo ‘’plano vidriado de origen sevillano’’ representando el escudo nacional del Perú. Salón Sevillano del Palacio de Gobierno en Lima. Perú.

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F) Azulejos con Publicidad y otros Motivos Ornamentales: Ya a partir del s. XIX los azulejos toman protagonismo con la idea de higiene, así se utilizarán en hospitales, viviendas privadas, cocinas y baños. Se hará la cerámica junto al metal y el vidrio la opción idónea para revestir muros, techos y elementos sanitarios. Se extiende este concepto de higiene a espacios públicos apareciendo la cerámica en el equipamiento urbano más comúnmente en fuentes, bancos, pavimentos, jardines y haciendo publicidad. Para la publicidad, se vio al revestimiento con azulejos como una buena opción, ya que sería una publicidad que duraría ‘’para siempre’’ o por lo menos por una buena cantidad de años, además de ser llamativa, decorativa y de fácil limpieza. Para esta gran explosión en el uso de los azulejos contribuyó su industrialización y las grandes cantidades ofertadas que esto provocó. El tipo de azulejos según la técnica de elaboración que utilizado con estos fines es

del tipo ‘’plano vidriado o mayólicas’’.

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Azulejos ‘’ planos vidriados tipo delft de origen sevillano’’ representando una liebre, un pájaro, un cazador y otras figuras. .

Azulejos tipo ‘’plano vidriado de origen sevillano’’ con motivos publicitarios del auto Studebaker en Sevilla, España.

Azulejos tipo ‘’plano vidriado de origen sevillano’’ con publicitarios del antigua fábrica de chocolates y dulces Matías López en Madrid, España.

Azulejo ‘’ de delft de origen’’ representando una liebre s. XVII.

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6. RESEÑA HISTÓRICA DE LUGARES CON AZULEJOS EN LIMA

6.1 LA CASA ALIAGA

Es una de las viviendas más antiguas de Lima ya que está ocupada desde 1535 por los descendientes de don Jerónimo de Aliaga, uno de los primeros pobladores de la ciudad luego de la conquista española.

Luego de la fundación de la ciudad el 18 de enero de 1535, Francisco Pizarro procedió a repartir los terrenos aledaños a lo que sería la Plaza Mayor de la ciudad, entre sus hombres de confianza. Fue así como el capitán segoviano Jerónimo de Aliaga Ramírez recibe un solar que colinda con la casa de Pizarro (actual Palacio de Gobierno). En ese mismo año el capitán de Aliaga comenzó a edificar la casa solariega que serviría de hogar a sus descendientes. Desde entonces, los miembros de esta familia han seguido habitando esta casa, a través de diecisiete generaciones aproximadamente.

Así, a pesar de los terremotos la mansión ha cumplido casi cinco siglos y ha mantenido su valor histórico por ser vivienda de uno de los cofundadores de la ciudad y ser habitada por sus descendientes de manera continua, caso único en América. Su valor artístico se sostiene en la belleza de sus espacios interiores.

Al recorrer sus amplios y hermosos salones, se percibe la historia de la ciudad de Lima en cuanto a la época Virreinal y Republicana se refiere. Se divide en 18 ambientes, el hall superior alberga pinturas y es la puerta de acceso al “Salón Dorado”, muestra importante del estilo neo barroco, vinculado a la bonanza económica que trajo el boom del guano y que permitió importar mobiliario al estilo de Luís XVI, además de muchos espejos dorados que fueron importados en el siglo XIX para seguir las tendencias de moda desde Europa.

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Azulejos tipo ‘’plano vidriado de origen sevillano’’ con motivos ornamentales en el parque de María Luisa en Sevilla, España.

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En el espacio céntrico del salón se ubica un calentador dorado que fue ganador de un premio en Paris por su diseño. Existen, además, elementos orientales que se añaden a la decoración.

En el patio interior se aprecian las galerías que lucen un conservado decorado sevillano, marco perfecto a las pinturas de la escuela cusqueña. La capilla familiar, una de las primeras edificaciones religiosas con las que contó Lima, conserva aún un crucifijo de marfil del siglo XVIII y la escultura del niño "Manuelito", infaltable en las casas de la época. Cuenta la tradición familiar que la propia Santa Rosa de Lima habría frecuentado el recinto. Dentro de los espacios resalta el Salón de los Azulejos frente al cual se ubica la Galería Central que da acceso al imponte comedor que presenta un artesonado republicano finamente tallado.

Fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación el 28 de diciembre de 1972.

A) Arquitectura:

La casa solariega de Aliaga fue construida sobre un antiguo adoratorio indígena, la antigua Huaca del curaca de Lima luego convertido al cristianismo, Gonzalo Taulli Chusco. Esta peculiaridad da a la casa una original distribución, algo irregular y excepcional dentro de la arquitectura colonial de Lima. Los ambientes principales de la casa se encuentran principalmente en el segundo piso, debido a que el primero se encuentra interrumpido por la misma huaca que hasta hoy se conserva escondida bajo los pisos de las habitaciones del solar de Aliaga.

La casa sigue la evolución de la arquitectura residencial limeña, con sus ambientes y decoraciones que datan de distintas épocas y se superponen y mezclan entre sí. Cada generación de Aliagas ha ido añadiendo un poco a través de los siglos, ha dejado huella en el antiguo solar, enriqueciéndola con un poco de cada época y convirtiéndola así en una muestra viviente del paso de los siglos en la vida limeña.

La construcción de la casa se inició en el año 1535, siendo el autor aún anónimo. Como la gran mayoría de las edificaciones limeñas, ésta casa ha sufrido las agresiones de los terremotos y la corrosión permanente por la humedad y por los diversos agentes externos. Las permanentes intervenciones le han dado una apariencia muy particular. Luego del sismo de 1746, que destruyó casi por completo la casa, Juan José Aliaga y Sotomayor (séptimo descendiente de Jerónimo) inició una reedificación (primera reconstrucción) invirtiendo 15900 pesos en ella.

A mediados del siglo XIX, en el año 1874, siendo Juan de Aliaga y de la Puente el propietario de la mansión, se realizaron una serie de obras que le han dado tanto su aspecto actual como cierta unidad estilística, dentro del eclecticismo producido por la simbiosis de diversos estilos arquitectónicos.

Esta casa solariega posee valor histórico-artístico. Fue declarada Monumento Histórico el 28 de Diciembre de 1972 por dispositivo legal R.S 2900-72-E.

B) Entrada Escaleras

Cerrada la gran puerta de ingreso y aislados del bullicioso Centro de Lima, se abre a los visitantes el interior de la Casa de Aliaga. La primera sensación nos remota rápidamente a la historia y la tradición Colonial, pero a su vez, nos cobija en la esencia de un hogar, una casa habitada, viva y activa. Precedida por un trajinado y fuerte piso de piedra se aprecia una

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magnífica escalera de pasos de mármol y robustos pasamanos de madera que nos llevan a un patio superior, que hace las veces de recibidor.

C) Hall de Recepción (Patio Interior)

En el sobrio e iluminado vestíbulo de la casa se augura claramente que lo que está por venir es una armoniza mezcla de estilos y épocas; durante el día este ambiente recibe luz desde una teatina octogonal bajo la que cuelga una lámpara de hierro. Desde esta habitación se distribuye el acceso a los distintos ambientes interiores y privados de la casa.

D) Cuarto con Cama Colonial

En este cuarto podemos apreciar los muebles de la época así como cuadros con motivos religiosos de las escuelas de pintura limeña y cusqueña.

E) Patio Rojo o Patio Interior (ficus)

El patio interior de la Casa de Aliaga le lleva no solo a otro tiempo sino también a otro clima y geografía. El alto ficus que da sombra a los pocos días soleados de Lima, y el sonido del agua golpeando en pequeña pileta de hierro, hacen de este lugar el más acogedor de la casa. El patio es cuadrado y una galería abierta y también cuadrada lo precede, el espacio central donde está ubicada la fuente está en un nivel inferior de tal forma que desde cualquier punto de la galería se tiene una buena vista al centro del patio.

F) Patio Superior

Ya en el recibidor, apreciamos un espacio que combina con perfecta armonía el mármol del piso, el hierro de los faroles, de las rejas virreinales y republicanas, y la madera de los altos zócalos, puertas y frisos. En este patio vemos tres puertas: dos de ellas conducen a los departamentos privados de los distintos miembros de la familia y la tercera, una bella e imponente puerta de caoba tallada, nos lleva a la casa principal.

G) Corredor Central

Este hermoso corredor une diferentes ambientes de la casa sirviendo de espina dorsal para los diferentes salones. Está decorado con azulejos sevillanos de los siglos XVI y XVII así como con pinturas de la escuela cusqueña.

H) Entrada Luz (Teatina)

Típica iluminación de las casonas coloniales, el sistema de teatinas (y farolas) brindaban luz natural a los ambientes coloniales.

I) La Capilla

Por la esquina noreste del patio interior se accede a la capilla familiar a través de una curiosa portada gótica, donde se ostenta el año 1874 como fecha de su remodelación. Este pequeño ambiente tiene un zócalo alto de madera y una techumbre que aparentemente data del siglo XVI constituida por una parrilla de delgadas molduras de madera que configuran pequeñas

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rectángulos acabados en pan de oro sobre un fondo celeste, presumiblemente representando al cielo. El espacio principal lo ocupa el pequeño altar trabajado en forma de arco despuntado, sobre el que se ha labrado un remate en puro estilo gótico tardío.

6.2 CONVENTO DE SEÑOR SAN FRANCISCO

Los muros del claustro principal en el convento de Señor San Francisco conservan el más hermoso conjunto de paneles de azulejos de todos los monumentos virreinales peruanos.

La variedad de los dibujos, el colorido de los paneles, la alternación repetida de las combinaciones, así como lo enigmático de algunas leyendas intercaladas en los frisos, inspiraron a su vez la fantasía de los literatos hasta tal punto que, prescindiendo de consultar la aridez burocrática de la documentación de archivo, han tendido sobre los azulejos franciscanos la floresta tradicionalista que suplanta a la historia. La tradición de don Ricardo Palma titulada «El alacrán de Fray Gómez» (Palma, 1968: 209-210) ha sido relacionada con la inscripción existente en el claustro que dice: «Fray Juan Gómez y sus bienhechores de Lima enviaron por estos azulejos a Sevilla». Otra tradición de Palma sobre el indulto otorgado al reo Alonso Godínez (Palma, 1968: 314-317) hizo surgir de improviso en el patíbulo a un ignoto perito en el arte de colocar los azulejos sevillanos, que supuestamente habían permanecido largo tiempo almacenados porque nadie en la ciudad de los Reyes mostraba la pericia de colocarlos en los muros del claustro franciscano.

A falta de algún documento referente a los azulejos franciscanos, las exposiciones de los historiadores sistemáticos derivaron de un modo o de otro hacia las dos tradiciones de don Ricardo Palma. Sobre ellas, y sobre una biografía de Mendiburu acerca del reo Godínez, concordante en todo con la tradición de Palma (Mendiburu, 1880: 137), especulaba ampliamente el historiador de San Francisco Padre Gento. Basándose en el silencio del cronista Bernabé Cobo, que no mencionaba para nada los azulejos de San Francisco en su Historia de la fundación de Lima hacia 1626, deducía Gento que por entonces todavía no estaban colocados en el claustro principal los azulejos llegados desde Sevilla; lo que demostraría que no se podía conmutar la pena de muerte al tal Godínez en 1619 «por la obligación de poner la colección de azulejos que todavía no se pedían a Sevilla». Añade todavía el Padre Gento que «los santos de las pilastras, por lo menos el que representa a San Francisco Solano, fueron hechos en 1638». En lugar del ex-reo y lego franciscano Godínez, introducía el Padre Gento de soslayo al franciscano Fray Miguel de Huerta, que había sido enviado a Sevilla en 1621 para tratar asuntos del Convento y Orden (Gento Sanz, 1945: 274-281). A decir verdad, esto tampoco cuadra con la cronología posterior de los motivos peruanos: Santa Rosa, Fray Juan Gómez y San Francisco Solano; además de que lo único que hipotéticamente podría haber hecho Fray Miguel de Huerta sería encargar unos azulejos que todavía tardaron veinte años en llegar a Lima; pero no pudo asentarlos en los muros del claustro en modo alguno.

Tampoco conoció Wethey algún documento histórico acerca de los azulejos franciscanos, y sólo se entretuvo en descartar la tesis de la manufactura de los azulejos en Lima, «una teoría difícil de aceptar a causa de su alta calidad y de unas técnicas enteramente sevillanas» (Wethey, 1949: 261). No se enredaba Wethey para nada en cronologías que transcendían sus parcas e inexactas a veces informaciones de segunda mano.

Profesó el historiador Bernales Ballesteros una interpretación histórica contraria a la del Padre Gento, no obstante haberse basado en su obra para el tema de San Francisco. Por ello escribe estas desconcertantes palabras: «Las obras siguieron en el magnífico Convento y en 1620 se colocaron los famosos azulejos llamados de ‘Fray Juan Gómez’ en el claustro principal»

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(Bernales Ballesteros, 1972: 59-60). Desde luego, no sospechó Bernales Ballesteros la incoherencia de esta fecha tan adelantada para la colocación de los azulejos, porque tampoco previó que en 1620 todavía no existían los pilares del claustro de los 44 arcos en que están colocados los azulejos. A pesar de la opinión indocumentada de Bernales, conserva plena vigencia el argumento del silencio del cronista Cobo en 1626, no sólo para la fecha de la colocación de los azulejos, como lo anotaba perspicazmente el Padre Gento, sino especialmente para la construcción del nuevo claustro de 44 arcos en que se colocaron los azulejos.

Los historiadores sistemáticos sólo basaban sus exposiciones en la documentación acopiada por los primeros investigadores de archivo hasta 1950, y no después de esta fecha; y puesto que esos investigadores no han publicado alguna documentación de archivo sobre los azulejos del claustro principal de San Francisco, se entretuvieron los historiadores sistemáticos en ponderaciones retóricas y en referir al unísono la procedencia sevillana exclusiva de los mismos azulejos. El descubrimiento de otras informaciones documentales de archivo atingentes a los azulejos franciscanos del claustro e iglesia nos permite formular nuevas interpretaciones fehacientemente comprobadas sobre problemas que no habían sido previstos anteriormente.

El primer problema concierne a la relación que intercede entre la construcción del nuevo claustro principal en San Francisco y la fecha de la existencia de los azulejos que lo adornan. Hemos demostrado en otro capítulo que en la década de 1630 fue derribado el claustro principal alzado en un solo cuerpo procedente de 1574, que contaba con ocho arcos en cada paño; y en su lugar se edificó el claustro actual que consta de once arcos en cada paño del primer cuerpo, además de otro segundo cuerpo superpuesto al bajo. El claustro que conoció y que describía el cronista Bernabé Cobo hasta 1626, era evidentemente el claustro sencillo de un cuerpo labrado en 1574; pero este cronista no conoció en absoluto el claustro principal de San Francisco levantado en la década de 1630, con mayor número de arquerías bajas que el claustro precedente y alzado en dos cuerpos.

Consideramos válida la observación formulada por el Padre Gento acerca del silencio de Bernabé Cobo que, mencionando otros azulejos limeños conventuales, omitía toda referencia acerca de algunos azulejos en el claustro principal de San Francisco; «lo cual, en buena cuenta, significa que los de San Francisco por los años de 1625-1626 todavía no se hallaban colocados y ciertamente que no dejaría de mencionar una obra tan bella, tan sugestiva y tan artística si en realidad se hallaran colocados» (Gento Sanz, 1945: 280). Pero de modo implícito, la no existencia de los azulejos en el claustro principal labrado en 1574, viene a significar que esos azulejos fueron colocados cuando ya estaba construido y en uso el nuevo claustro levantado en la década de 1630. Ello es patente en lo que atañe a los azulejos de los 40 pilares que representan Santos Franciscanos; y lo mismo se deduce de los paneles de azulejos asentados en los muros perimetrales, que no guardan estricta correspondencia con los ochos grandes cuadros de pintura mural que correspondían estrictamente con los ocho arcos de cada paño en el claustro labrado en 1574, a razón de un cuadro de pintura por cada arco.

El segundo problema a determinar atañe a la fecha en que se colocaron los azulejos en el claustro principal, y correlativamente a la procedencia de los azulejos asentados en las paredes del mismo claustro. Desde luego, la fecha de 1620 que aparece en algunos paneles, pudiera referirse en el mejor de los casos, todavía por confirmar, al tiempo en que se cocieron algunos de los tales azulejos; pero no guarda ninguna referencia con la época en que llegaron a Lima los azulejos sevillanos.

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De igual modo, es indudable la calidad sevillana de gran parte de los azulejos del claustro principal franciscano, pero no de todos los azulejos que adornan los muros perimetrales; y no está excluido que una parte significativa de los azulejos del claustro hayan sido cocidos en la ciudad de los Reyes del Perú. Los historiadores sistemáticos dan por supuesto que todos los azulejos franciscanos del claustro principal procedieron de Sevilla; pero esta suposición no se basa en documentos de archivo, y tampoco en el discernimiento de la tipología ornamental de los diversos paneles claustrales.

Nos fundamos ahora en algunos documentos de archivo que se refieren netamente a dos partidas de azulejos de distinta procedencia destinados al claustro franciscano de Lima. Corresponden esos documentos al año de 1641. No podemos determinar documentalmente si entre 1633 y esa fecha se asentaron algunos otros azulejos en el claustro principal de Señor San Francisco, pues no hemos encontrado documentación fehaciente que lo afirme o que lo niegue. Por consiguiente, nos atenemos estrictamente a los hechos históricos que constan indiscutiblemente por documentos certificados ante notario, acerca de los cuales no cabe la menor duda o reserva teórica.

6.3 CONVENTO DE SANTO DOMINGO

En pleno centro limeño se encuentra el convento de Santo Domingo, un convento que tardó más de cinco décadas en levantarse y que no estuvo concluido hasta finales del siglo XVI. No se trata de un convento más, entre sus paredes vivieron personajes tales como San Martín de Porres o San Juan Macías y en su interior se encuentra el sepulcro de Santa Rosa de Lima.

Cuando accedimos al claustro tuvimos la sensación de que una pequeña, quizás minúscula si se quiere, parte de Sevilla estaba allí presente, la decoración del patio está realizada con espléndidos azulejos sevillanos y los colores e imágenes que en él se representan nos evocaron en cierta forma a Triana y, es que entre 1604 y 1606, se colocan los azulejos del claustro principal que fueron traídos a Lima desde Sevilla, ciudad en la que los fabricó el taller de Hernando de Valladares. A partir de entonces, fray Francisco de Avedaño encargará al ceramista Garrido la continuidad de la obra, encontrándose la inscripción “me fecit Garrido” en la actual composición de los azulejos del patio. Según se estipuló en el contrato debían ser unos 6.000 azulejos grandes, debiendo ser los chicos cuantos fueran necesarios y del mismo tipo que los de la sala de palacio.

El enorme claustro está decorado por azulejos en todas sus paredes hasta una altura de 240 cm. y que culmina en una cenefa en la que se representan los grandes personajes de la orden dominica. En los grandes paneles de azulejos sevillanos se intercalan algunos de tipo limeño y que se caracterizan por una superficie más porosa y sin el vidriado de los españoles.

Las figuras de personajes encabezadas por cardenales, beatos y santos de la orden, están enmarcadas en un círculo en cuyo interior puede leerse de ordinario el nombre del representado y formado de común por 4 o 6 azulejos. A ambos lados figuran ángeles que portan distintos instrumentos bien ornamentales, bien litúrgicos, bien pasionales y al lado de éstos, aves de vistosos plumajes. Sobre esta franja se sitúa una en azul y sobre esta última otra de pequeños angelitos representados únicamente por su cara y alas, de forma que cada azulejo lleva un ángel y solo uno. Como es común en este tipo de trabajos existen piezas mal colocadas que por distintos motivos ocupan un lugar que no les corresponde según el plan inicial de la obra, haciendo a veces difícil reconocer al personaje representado, si bien hay que indicar, que en la mayoría de los casos hay una importante base iconográfica en casi todas las figuras.

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Existen paneles de azulejos fechados desde 1604 – 1606 hasta 1640, apareciendo en algunos de ellos reflejado el nombre de la localidad de ejecución: Sevilla.

Destaca sobre uno de los paneles de azulejos la formación de un complejo retablo sobre San Juan Bautista y el bautismo de Cristo que merece mención especial, abundando en el mismo la presencia de animales y en especial la de aves. De este mismo tipo son los que figuran en las escaleras de acceso al primer piso con deliciosas escenas como la de San Lucas pintando a la Virgen y otras sobre la vida de San Antón o sobre la evangelización del Perú.

También posee otras muestras de arte cerámico el convento. Se trata de dos retablos, de San Martín de Porras y de San Juan Macías que flanquean la entrada principal al ante recinto del claustro bajo.

Para terminar indicaremos que en el lugar de un antiguo cementerio donde se sepultaron los primeros religiosos dominicos, se instaló la tumba ejecutada en mármol donde hoy reposan los restos de santa Rosa de Lima, religiosa terciaria dominica. En la estancia a la que se accede bajando una angosta escalera, encontramos numerosos azulejos y mosaicos que representan también a santos de la orden. En esta ocasión se ubican adornando unos poyetes, siguiendo los esquemas anteriores pero sin la fuerza representativa de estos, siendo la cerámica del siglo XX siguiendo esquemas de la de finales del siglo XVII. Escoltando la tumba encontramos dos retablos más, uno de San Martín de Porras y el otro de Santa Rosa de Lima.

6.4 CASA DE AZULEJOS ITURRY

La casa Iturry data del año 1937, fue edificada por Don Pablo Iturry Aguirre, quien desarrolló el arte de trabajar en cerámica, fue transmitido a su hijo Luis Antonio Iturry, quien ha sabido mantener la tradición del pintado a mano y conservar la misma calidad que su padre le inculcó. En el año de 1925 en compañía de su hermano José fundan la empresa artística "Cerámicas y Azulejos Iturry, arte, belleza y calidad" ubicada actualmente en el tradicional local del Jirón Ayacucho en Magdalena del Mar, es una casa taller con la particularidad de irradiar historia y tradición no sólo en sus trabajos sino también en sus instalaciones decoradas finamente, con la calidad de los azulejos que le dan un toque de distinguida belleza que prevalece a través del tiempo. A la fecha azulejos Iturry ha desarrollado más de 2000 modelos en diferentes tamaños y medidas. Con la finalidad de promover la identidad cultural, los valores, el arte y la educación en el distrito, el Departamento de Educación de la Municipalidad de Magdalena del Mar, en coordinación con la conocida Casa Iturry, han gestionado un programa de visitas para las instituciones educativas del distrito para que docentes, alumnos y padres de familia sean testigos de los impresionantes azulejos artísticos, mayólicas y fuentes ornamentales de gran valor que allí se exponen. La I. E. 1090 Marco Schenone Oliva fue la primera en visitar la exposición. Allí los invitados recorrieron cada uno de los espacios de la tradicional casa, mientras Luis Iturry explicaba cada una de las obras artísticas. Luego de la visita, los alumnos recibieron pequeños azulejos como obsequio.

Realizan piletas ornamentales acabadas íntegramente en azulejos, así también cuadros y murales documentales, textos y numeraciones. Existe un recuerdo auténtico del gran torero español Manuel Laureano Rodríguez Sánchez alías "Manolete", grabado sobre material cerámico.

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6.5 PALACIO DE TORRE TAGLE

El palacio de Torre Tagle mansión considerada uno de los mejores exponentes del estilo residencial limeño del siglo XVIII. El edificio es propiedad del estado peruano desde 1918 y desde entonces sirve como sede de la Cancillería del Perú. Hoy en día esta hermosa casona es visita obligada de turistas.

La casona señorial limeña de Torre Tagle se edificó en 1735, fue construida por don José Bernardo de Tagle y Bracho, a quien el rey Felipe V concedió el título de primer marqués de Torre Tagle. La casona posee una portada labrada en piedra, en cuya parte superior destaca el escudo de la familia Torre Tagle: “Tagle se llamó quien a la sierpe mató y con la infanta casó”.

La fachada cuenta con una gran portada barroca y dos hermosos balcones moriscos con reminiscencias mudéjares, tallados en madera en buen estado de conservación, que cuentan con celosías, que servían de espacio para la tertulia, sobre todo durante las tardes de verano. La plataforma de los balcones está sostenida sobre vigas talladas, que uno puede apreciar al caminar por abajo.

La casa familiar dispone de elegantes salones y opulentas escalinatas. El zaguán presenta cuatro arcos rebajados esculpidos en piedra y los muros cubiertos de decorativos azulejos muestran una mezcla de influencias españolas y moras. Este lleva al primer patio, amplio y luminoso, concebido como el centro de todo el conjunto. Es también notable el artesonado de los techos, tanto en los corredores y diferentes ambientes del interior.

La mansión Torre Tagle tuvo en el siglo pasado entre sus valiosas obras de arte a la famosa pinacoteca Ortiz de Zevallos, de la que aún se conservan algunos cuadros, inclusive uno, Retrato de un viejo rabino, que se atribuye a Rembrandt.

A) Fachada

La fachada del Palacio de Torre Tagle, es de estilo barroco andaluz y muestra pórticos y arcos de piedra tallada y dos artísticos balcones moriscos de madera, de cedro y caoba, tallada. Sobre el estilo arquitectónico de esta casa el arquitecto Héctor Velarde Bergmann, precisa:

«Los aportes andaluces, moros, criollos y aún asiáticos, se armonizan con incomparable encanto».

La parte exterior, presenta una fachada notable y asimétrica, característica que le da agilidad y armonía, con una portada labrada, en piedra en el primer cuerpo y de estuco en el segundo, en el barroco limeño más encantador, en cuya parte superior destaca el escudo nobiliario de la familia Torre Tagle en el que reza la leyenda:

«Tagle se llamó el que la sierpe mató y con la Infanta casó».

En su segunda planta, está adornada con dos balcones típicos -los más bellos y mejores conservados del período colonial- de madera tallada en cedro y caoba y de reminiscencia mudéjar, haciendo resaltar la asimetría de la fachada, pues uno, el de la derecha, tiene tres tramos y el de la izquierda siete, los dos están completamente cerrados con persianas con celosías, ambos balcones, que recogen la transición del estilo mudéjar andaluz al barroco hispanoamericano, tienen las ménsulas, o soportes de madera tallada, con motivos de inspiración indostánica.

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Las ventanas de la parte baja de la casa son sencillas y con rejas de hierro forjado cuya austeridad contrasta con el estilo recargado de los balcones. La puerta de madera, decorada con clavos de bronce y adornada con dos aldabas de tamaño regular, se abre a un zaguán, que presenta cuatro arcos rebajados esculpidos en piedra con piso también de piedra, en el zaguán, a la derecha e izquierda, se observan pequeños escalones que utilizaban las damas para subir sin dificultad a sus cabalgaduras.

En las plataformas que los coronan se puede notar que las piezas de piedra están unidas por estrellas de cobre. Cerca de este lugar se colocaba una cadena que significaba el derecho de Asilo, privilegio que tenía el Palacio de los Marqueses de Torre Tagle, y del que también gozaban algunas iglesias de Lima en aquella época. Los muros del zaguán están decorados con azulejos sevillanos y el techo está notablemente artesonado.

B) Interior

El zaguán conduce hacia un primer patio, de entrada espaciosa, amplia, luminosa y rodeada por balaustradas elegantes, arcadas y columnas de estilo morisco, concebido como el centro vital de todo el conjunto arquitectónico que gravita hacia él. El estilo es principalmente barroco andaluz con obvia influencia mudéjar en los dos pisos que rodean al patio central. A la planta alta se llega por una escalera espaciosa y opulenta en cuya entrada es notable una portada de piedra con arcos trilobulados que, al igual que los de la planta alta, exhiben influencia mudéjar andaluza.

En el techo de la escalera del Palacio de Torre Tagle se observa el escudo de armas del Marqués, compuesto por tres cuarteles en los que se distingue a un caballero, una serpiente y una doncella, que simbolizan el mote: Tagle se llamó el que la sierpre mató y con la Infanta casó. La planta alta de esta casa familiar muestra elegantes galerías con zócalos de azulejos, barandal con balaustres de cocobolo y pisos de finos mosaicos.

Dispone de catorce habitaciones, comedor, cocina, una capilla pequeña, con un altar barroco dorado a fuego, adornada con espejos y elegantes salones, los decorativos e interesantes azulejos (que datan de 1735) muestran una mezcla de influencias españolas y morunas. Uno de los salones, llamado el Salón Principal, ostenta los retratos de la familia Torre Tagle, uno de ellos muestra a don José Bernardo de Tagle Bracho, el primer Marqués de Torre Tagle quien vino a ser, en conclusión, el arquitecto del palacio, de acuerdo con la inscripción del cuadro:

«El Señor don José Bernardo de Tagle y Bracho, primer Marqués de Torre-Tagle capitán de Caballos ligeros, lanzas españolas del fuerte de Purén, en las conquistas del reino de Chile. Gobernador de las expediciones de guerra del Mar del Sur. Pagador General Perpetuo del Presidio del Callao y su real armada, y fundador de los mayorazgos y patronatos de su Casa».

Otro de los cuadros muestra a su esposa (ella falleció en 1761). Uno de los mayores atractivos del palacio es su carruaje azul y rojo del siglo XVIII, que fue utilizado por el Marqués de Torre Tagle. El segundo patio fue usado para las caballerizas, servicios y cocheras, con carrozas de la época.

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6.6 IGLESIA SAN FRANCISCO

Aquellas personas amantes del arte en cerámica tienen en Lima varias zonas de interés, el centro de la ciudad es la principal de ellas por sus bellas iglesias y majestuosos conventos. Ya la iglesia de San Pedro, antigua de la Compañía de Jesús, muestra un especialmente atractivo zócalo de azulejos sevillanos, que da un empaque verdaderamente único al templo, pero que no presenta episodios de cerámica devocional alguno. Será en dos recintos en los que básicamente se encuentren muestras de este tipo: El convento de Santo Domingo y el convento de San Francisco. El convento de San Francisco fue instalado en un solar cedido por Francisco Pizarro y dispone de magníficos azulejos sevillanos tanto en la portería, hoy lugar de entrada al museo de las catacumbas, como en el claustro. Ya en el siglo XIX, el escritor peruano Ricardo Palma, relata deliciosamente en sus "Tradiciones peruanas" una historia que bajo el nombre de "Los azulejos de San Francisco" cuenta la historia de un hombre que siendo llevado a la horca, fue rescatado de una muerte segura merced a la intervención del guardián del convento de San Francisco, quien acudió al virrey intercediendo por él, con la condición de que el que iba a ser ajusticiado, vestiría el hábito de lego y no pondría nunca los pies fuera de las puertas del convento, recayendo en el reo la tarea de colocar los azulejos. Según lo leído en la Tradiciones pues existía en Lima un acaudalado comerciante español, llamado Juan Jiménez Menacho, que DIO DE LIMOSNA ESTOS AZULEJOS en el AÑO DE 1643; por otra parte la citada tradición indica también quién hizo la donación de los azulejos y el problema de su colocación:

“La cacica doña Catalina Huanca hizo venir de España y como obsequio para el convento, algunos millares de azulejos o ladrillos vidriados, formándose de la unión de varios de ellos imágenes de santos. Pero doña Catalina olvidó lo principal, que era mandar traer un inteligente para colocarlos. Años hacía, pues, que los azulejos estaban arrinconados, sin que se encontrase en Lima obrero capaz de arreglarlos en los pilares correspondientes. En la mañana en que debía ser ahorcado Alonso Godínez fue a confesarlo el guardián de San Francisco, y de la plática entre ambos resultó que el reo era hombre entendido en obras de alfarería. No echó el guardián en saco roto tan importante descubrimiento; y sin pérdida de tiempo fue a palacio, y obtuvo del virrey y de los oidores que se perdonase la vida del delincuente, bajo condición de que vestiría el hábito de lego y no pondría nunca los pies fuera de las puertas del convento.Alonso Godínez no tan sólo colocó en un año los azulejos, sino que fabricó algunos. Por fin, Alonso Godínez alcanzó a morir en olor de santidad, y es uno de los cuarenta a quienes las crónicas franciscanas reputan entre los venerables de la orden que han florecido en Lima.”

Como puede observarse se contempla el problema de la colocación de los azulejos, se trata de organizar un buen rompecabezas al que nadie parece prestarse con ciertas garantías. Leyenda o realidad lo cierto es que en nuestra visita encontramos el azulejo con la rima indicada. Lo que es rigurosamente cierto según las investigaciones que hemos realizado es que los primeros azulejos fueron llevados a la ciudad de Lima por fray Juan Gómez procedentes de Sevilla y se comenzó su colocación en 1620. Dadas las dimensiones del claustro y diversos avatares no se terminaron de colocar hasta el año de 1639.Consta también que el 12 de octubre de 1641, se cobró en nombre de Agustín de Rojas el viaje de 118 cajas de azulejos de Sevilla a Portobello. También en el citado año de 1641, el ceramista Juan del Corral realizaría los azulejos que faltaban en el claustro principal merced al encargo de un rico mercader, Francisco de Mispilibat, estos se terminaron de colocar por Pedro Jiménez Menacho en 1643. También en dicho año de 1643 serían colocados en la portería los azulejos donados por Juan Jiménez de Menacho, un rico y afamado ganadero que surtía el rastro o carnal de la ciudad de Lima y que tuvo a su cargo como peón durante más de dos años al que luego sería santo dominico, San Juan Macías.

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El claustro está formado por un gran cuadrilátero y consta de cuatro galerías, arcos de medio punto, once por lado, sostenidos por pilastras y dobles machones en las esquinas, está muy decorada con azulejos que llevan las siguientes decoraciones:

Azulejos con motivos ornamentales: Ubicados alrededor de las paredes del claustro principal en distintas franjas. Bajo las columnas que se encuentran dicho claustro y a ambos lados de las figuras representadas en ellas. Las cuatro columnas de las esquinas están decoradas con figuras de atlantes y sobre estos un cuadrado enmarca las cinco llagas como devoción franciscana o bien el escudo de la orden.

Azulejos con motivos religiosos: Ubicados en la cenefa superior de los azulejos de las paredes del claustro y representan a mártires, beatos y santos franciscanos de origen europeo como también americano. Estas figuras suelen estar enmarcadas por ángeles y motivos florales y generalmente llevan incluido el nombre del beato o santo que se representa en un medallón formado habitualmente con seis azulejos. Mención aparte merecen las columnas del claustro cuyas caras interiores se encuentran decoradas con imágenes de santos de la orden y sobre estos un medallón superior representa otra figura digna de alabanza para la orden franciscana, también en un medallón que sostienen dos figuras de ángeles en pie a ambos lados, todo ello enmarcado por una hilera de azulejos azules y por una cenefa con los mismos motivos que la enmarca a la representación principal de la columna y que figura bajo ella.En una de las esquinas del claustro encontramos un frontal de altar decorado al completo de azulejos. Muestra la cruz del santo sudario, una devoción franciscana que encontramos también en tierras hispanas.Algunas de las figuras presentan intercambio de piezas a la hora de ser colocadas, tal es el caso de San Bernardino, con un azulejo inferior que pertenece a un San Roque y que ha sido malinterpretado por el alarife que lo colocó, creyendo ver una llaga en el costado, mientras en el perteneciente a San Bernardino, la pieza inferior ha sido igualmente intercambiada.

En las columnas del claustro también es posible observar piezas mal colocadas, bien por rotura o pérdida de las piezas originales (hay que tener en cuenta el muy largo camino recorrido por las piezas sobre todo en la época que nos ocupa) o por intercambio entre paneles cerámicos.

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CONCLUSIONES

Al finalizar el presente trabajo y con la investigación realizada hemos podido llegar a las algunas conclusiones que esperamos hayan sido también alcanzadas por quienes hayan podido dar lectura a este documento. Las conclusiones son las siguientes:

Los azulejos nacieron siendo un trabajo meramente artístico cuyos más antiguos orígenes pueden ser rastreados en la Edad Media y con gran influencia islámica.

La presencia árabe en la península ibérica fue clave para la difusión y desarrollo de los azulejos no solo a nivel de Europa, sino también en el mundo.

Los azulejos llegan a nuestro país a inicios del s. XVIII para ser colocados principalmente en claustros, pórticos y algunas otras áreas de los principales conventos de nuestra capital, siendo los de mayor antigüedad los que podemos observar en el convento de Santo Domingo.

En cuanto a las técnicas que se trabajaron para su elaboración tenemos el alicatado, a la cuerda seca, arista, pisana o mayólica.

En cuanto a los temas de decoración que se utilizaron para los azulejos, entre los más usados en nuestro país tenemos los temas religiosos, motivos vegetalistas y geométricos.

A partir del s. XVIII y con su industrialización, su uso se popularizó y se comenzó a cubrir con ellos espacios públicos tales como muros, fuentes, plazas, parques, etc.

El centro histórico de nuestra ciudad tienen las iglesias, conventos , casonas, calles e instituciones públicas con los más bellos y antiguos azulejos de nuestro país, podemos visitarlos en el mencionado convento de Santo Domingo, convento de San Francisco, iglesia de Las Mercedes, la casa Torre Tagle, el Palacio de Gobierno, calles de Lima, etc.

Los azulejos actualmente los tenemos cubriendo muchos espacios en viviendas familiares siendo su uso es muy común y cotidiano.

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el arte de los azulejos