Azorín - testigo parlamentario y politico

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 Tesis Doctoral AZORÍN, TESTIGO PARLAMENTARIO Periodismo y política de 1904 a 1923 J OSÉ F ERRÁNDIZ L OZANO   Licenciado en Ciencias Políticas y Sociologí a Departamento de Historia Social y del Pensamiento Político FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIOLOGÍA UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA 2008

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Tesis Doctoral

AZORN, TESTIGO PARLAMENTARIOPeriodismo y poltica de 1904 a 1923

J OS F ERRNDIZ L OZANOLicenciado en Ciencias Polticas y Sociologa

Departamento de Historia Social y del Pensamiento Poltico FACULTAD DE CIENCIAS POLTICAS Y SOCIOLOGA UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIN A DISTANCIA

2008

Tesis Doctoral

AZORN, TESTIGO PARLAMENTARIOPeriodismo y poltica de 1904 a 1923

JOS FERRNDIZ LOZANOLicenciado en Ciencias Polticas y Sociologa

Departamento de Historia Social y del Pensamiento Poltico FACULTAD DE CIENCIAS POLTICAS Y SOCIOLOGA UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIN A DISTANCIA

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Departamento de Historia Social y del Pensamiento Poltico FACULTAD DE CIENCIAS POLTICAS Y SOCIOLOGA

AZORN, TESTIGO PARLAMENTARIOPeriodismo y poltica de 1904 a 1923

JOS FERRNDIZ LOZANOLicenciado en Ciencias Polticas y Sociologa

Director: Javier Varela Tortajada

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AGRADECIMIENTOS

La elaboracin de esta tesis doctoral ha sido beneficiaria de la colaboracin de instituciones, archivos y personas que figuran en las siguientes lneas. En primer lugar, debo consignar mi agradecimiento al Congreso de los Diputados por la concesin de una Beca durante 2007 para llevar a trmino el proyecto. Como institucin objeto del estudio, ha sido necesaria la consulta de su Biblioteca y Archivo, de cuyo personal he recibido todas las atenciones; en este sentido es justa una mencin especial a Mateo Maci, Director de Documentacin, Biblioteca y Archivo del Congreso, y a Montserrat Garca Muoz y M Rosario Martnez-Caavate, archiveras-bibliotecarias de las Cortes Generales, por las facilidades dadas en el proceso de investigacin de materiales de la Cmara. De importancia ha sido tambin el uso de fondos de la Casa Museo Azorn de Monvar, propiedad de la Caja de Ahorros del Mediterrneo, centro depositario de tantos papeles del escritor, de su biblioteca personal y de una copiosa bibliografa sobre su obra: en el transcurso de la investigacin he tenido oportunidad de tratar, adems de con su director Jos Pay Bernab, con Magdalena Rigual y Maril Cant. Mi agradecimiento es extensivo a otros centros Biblioteca Nacional de Espaa, Biblioteca de Catalunya, Fundacin Antonio Maura, Biblioteca Municipal Central de San Sebastin, Real Academia de la Historia, Biblioteca del Museo Municipal de Ponteareas, Biblioteca Gabriel Mir de Alicante, Real Sociedad Econmica Matritense de Amigos del Pas, Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert y a su personal. A

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Alfonso Prez-Maura de la Pea y a M Carmen Rivera Fernndez de Velasco les doy las gracias por su ayuda en la Fundacin Antonio Maura; a Carlos Seco Serrano por el acceso al Archivo Dato en la Real Academia de la Historia; a Marga Ruiz Gelabert, de Biblioteca de Catalua, y a Itziar Etxebarria, de la Biblioteca Municipal Central de San Sebastin, por su actitud en la localizacin y reproduccin de fondos hemerogrficos. A todos ellos aado los nombres de quienes han apuntado sugerencias, han puesto a mi disposicin bibliografa o documentacin, o simplemente han procurado contactos: son los profesores Juana M Balsalobre Garca, Rosa Ana Gutirrez Lloret, Antonio J. Lpez Cruces, Pedro Ignacio Lpez Garca, Ramn Baldaqu Escandell y Bruno Vargas, las bibliotecarias Conchi Hernndez, Zoila Helbenso, Fabiola Azanza Santa Victoria y Mon Fernndez, el Letrado del Congreso Alberto Dorrego de Carlos, y por supuesto el director de este trabajo, Javier Varela, profesor del Departamento de Historia social y del pensamiento poltico de la Facultad de Ciencias Polticas y Sociologa de la UNED. Slo me queda referir un agradecimiento enorme a mi familia, proveedora de un entorno solidario, ptimo, comprensivo, eficaz, que ha supuesto sacrificios y renuncias severas a dos personas cuyos nombres son aqu imprescindibles: M ngeles Va Calabuig y M ngeles Ferrndiz Va. A ellas dedico esta tesis.

J.F.L.

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NDICEPgina INTRODUCCIN 1. JOSE MARTNEZ RUIZ: ANARQUISTA, FEDERALISTA Y CRONISTA DE CORTES EN EL GLOBO 1.1 Monvar, Valencia, Madrid. Inicios periodsticos y fe en el anarquismo 1.2 El anciano Pi, militancia en el Partido Federal y cambio ideolgico 1.3 En la tribuna del Congreso: observador annimo de El Globo (1902) 2. AZORN Y LAS IMPRESIONES PARLAMENTARIAS DEL DIARIO ESPAA 2.1 Retrato del Parlamento de la Restauracin 2.2 Enero del ao 4: nace un peridico y nace un pseudnimo 2.3 Teora azoriniana de la crnica: ms all del Diario de Sesiones 2.4 El silencio y el nfasis de un orador. Acercamiento a Maura 3. EN ABC: EL TURNO DE LOS LIBERALES 3.1 Parntesis en El Imparcial e incorporacin a ABC en 1905 3.2 Siguen las "Impresiones parlamentarias". Contra Moret y la Ley de Jurisdicciones 3.3 Sus entrevistas a polticos catalanes y la esperada crisis liberal 4. EN ABC: EL GOBIERNO LARGO DE MAURA Y LA SEMANA TRGICA 4.1 Parabienes a los amigos conservadores: Anales de un diputado y obstruccin VII 235 235 186 215 75 75 98 113 140 163 163 15 15 35 54 1

4.2 El pauprrimo pensador y el nuevo doctrinarismo: la polmica con Ortega y Gasset 4.3 Ecos de ABC en Diario de Barcelona y El Pueblo Vasco 4.4 La Semana Trgica, sus consecuencias y la revisin del proceso Ferrer 5. CON ASIENTO EN LOS BANCOS DE SUS SEORAS 5.1 Las elecciones de 1907: encasillado en Purchena 5.2 Convalecencia y creacin: El poltico (1908) 5.3 Primeras intervenciones en el Congreso 5.4 Azorn versus Francos Rodrguez: el debate sobre el Teatro Nacional 6. DIPUTADO EN EXCEDENCIA, REGRESO AL ESCAO Y PROSA ANTIPARLAMENTARIA 6.1 Fuera de las elecciones, La Cierva, Parlamentarias, el centenario de las Cortes de Cdiz... 6.2 Idneos, mauristas y ciervistas: la quiebra del partido conservador 6.3 De la frustracin en Villena a candidato nico en Puentereas (1914) 6.4 La Vanguardia y Un discurso de La Cierva: el conservadurismo segn Maurras, Cnovas y Barrs 7. LA TERCERA TRINCHERA Y EL LIBRO PARLAMENTARISMO ESPAOL 7.1 Su palabra en Argentina: artculos para La prensa. Andanzas de un candidato 7.2 El consuelo de la eleccin parcial. En el distrito de Sorbas (1916-1918) 7.3 Crnicas para una seleccin intencionada 7.4 El libro que confundi a la crtica 495 505 532 551 495 468 405 433 448 405 261 278 301 325 325 348 368 380

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8. EL RGIMEN AGUDIZA SU CRISIS. 8.1 Azorn en el despacho: Subsecretario de Instruccin Pblica y Bellas Artes 8.2 El cunero consolida plaza: discusin de su acta en 1918 y viaje a Francia 8.3 Su ltima legislatura (1919-1920). Detencin en Irn y debate en el Congreso

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8.4 Fantasas y devaneos de un transente: El chirrin de los polticos (1923) 635 CONCLUSIONES FUENTES Y BIBLIOGRAFA APNDICES 1. Relacin de crnicas de Cortes y artculos de contenido parlamentario de Jos Martnez Ruiz Azorn (1902-1923) 2. Informe sobre el acta del distrito de Sorbas, Tribunal Supremo (1918) 3. Expediente sobre la detencin del diputado Azorn en la frontera de Irn (1919) 739 691 727 653 661 689

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LISTA DE ABREVIATURAS Y SIGLAS

ACD ACMA AD-RAH ARSEM AVS BCMA DSC

Archivo del Congreso de los Diputados. Archivo de la Casa Museo Azorn. Archivo Dato, Real Academia de la Historia. Archivo de la Real Sociedad Econmica Matritense de Amigos del Pas. Archivo virtual del Senado Biblioteca de la Casa Museo Azorn. Diario de Sesiones del Congreso.

FAM-AMM Fundacin Antonio Maura, Fondo Antonio Maura Montaner. FAM-GMG IACJGA Fundacin Antonio Maura, Fondo Gabriel Maura Gamazo. Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert

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LISTA DE FIGURAS

Pgina Figura 1. Artculos seleccionados en Parlamentarismo espaol (edicin de 1947) del total de 900 de contenido parlamentario publicados en el periodo 1902-1923 Figura 2. Distribucin de artculos de contenido parlamentario de Azorn (1902-1923) 556 555

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Azorn en 1919

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LA PRESENTE TESIS DOCTORAL HA RECIBIDOUNA BECA DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS.

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AZORN, TESTIGO PARLAMENTARIO. PERIODISMO Y POLTICA DE 1904 A 1923

INTRODUCCIN

Desde el 28 de enero de 1904 al 13 de septiembre de 1923 Jos Martnez Ruiz public en prensa cerca de novecientos artculos de contenido parlamentario, la mayor parte en series suscritas como cronista de Cortes a las que adjudic diversos ttulos: Impresiones parlamentarias, Impresiones senatoriales, El retablo parlamentario, Ante el Parlamento, Anales de un diputado, Diario de las Cortes, Tpicos parlamentarios, Parlamentarias La primera de las fechas citadas corresponde al da en que estren su pseudnimo Azorn en el diario Espaa, precisamente con el inicio de sus Impresiones parlamentarias, serie que prosigui en ABC a partir de junio de 1905; la segunda, en 1923, no es otra que la del golpe de Estado del general Miguel Primo de Rivera. En este parntesis temporal el escritor e intelectual nacido en Monvar (Alicante) en 1873 vivi una relacin directa con el Parlamento espaol que no se redujo a su condicin de cronista cultivada con intensidad desde 1904 a 1911; esta relacin tuvo un complemento con su presencia como diputado conservador en cinco ocasiones, elegido en 1907 por el distrito almeriense de Purchena, en 1914 por el de Puentereas (Pontevedra) y en 1916, 1918 y 1919 por el tambin almeriense de Sorbas. Como diputado, sus intervenciones oratorias fueron escasas, pero su presencia en la Cmara sirvi para que comentara en prensa sucesos que acaecan all, tanto cuando ejerca de manera solapada como cronista de Cortes, lo que ocurri de 1907 a 1910,

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como cuando ya no asumi esa funcin pero escriba y reflexionaba sobre lo que presenciaba desde el escao. La presente tesis se propone estudiar esa doble vinculacin al Parlamento, si bien las investigaciones emprendidas una vez iniciado el trabajo han permitido comprobar que el escritor fue cronista parlamentario annimo de El Globo en 1902, lo que introduce una novedad en la cronologa azoriniana que ha obligado a ampliar el parntesis de estudio al periodo 1902-1923, intervalo que por otra parte, al coincidir el primero de estos aos con el de la proclamacin de Alfonso XIII como Rey de Espaa, recorre la etapa que la historiografa ha llamado segunda Restauracin, marcada por el paso a la primera fila de la poltica de una generacin de nombres Maura, Dato, Moret, Canalejas, Romanones que tras ser asesinado Cnovas del Castillo en 1897, fallecer el liberal Sagasta a principios de 1903 y retirarse meses despus Silvela de la jefatura conservadora, fue tomando el relevo de aquellos mximos protagonistas del reinado de Alfonso XII y de la Regencia de Mara Cristina. Puede decirse que Azorn fue a partir de 1902 un testigo privilegiado de la vida del Congreso de Diputados sus referencias al Senado fueron escasas que, desde su asiento en la tribuna de periodistas o en la bancada de escaos, leg en las pginas de la prensa un retrato de la institucin legislativa con sus momentos histricos, sus personajes, sus figurantes, su vida interna, la trastienda, los instantes triviales en los que nadie reparaba, los distintos espacios del escenario saln de sesiones, pasillos, cafetn, sala de conferencias y sobre el funcionamento mismo del sistema. El reto le llev a exponer a veces abiertamente, a veces entrelneas su pensamiento sobre el parlamentarismo. Aunque la consagracin de Azorn se debe a su obra genuinamente literaria, motivo por el que siempre ha sido ms estudiado desde la disciplina filolgica, no hay

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que olvidar que el periodo aludido es el de su mayor implicacin poltica por varias razones: son los aos en los que accede a cargos pblicos de diputado y subsecretario de Instruccin Pblica y Bellas Artes, los aos de identificacin con el Partido liberalconservador, los de mayor amistad con algunos de sus dirigentes, especialmente con Antonio Maura y Juan de la Cierva, grandes benefactores suyos a quienes correspondi con loa de su pluma, los aos de amplia produccin periodstica dedicada a cuestiones polticas desde 1904 a 1910 dos tercios de sus artculos fueron polticos, mientras que de los firmados de 1914 a 1918 lo eran la mitad1, la etapa en definitiva en que se editaron libros como El poltico (1908), La Cierva (1910), Un discurso de La Cierva (1914), Parlamentarismo espaol (1916), Entre Espaa y Francia (1917), Pars bombardeado (1919), Fantasas y devaneos (1920) y El chirrin de los polticos (1923). Incluso ttulos de aparente perfil literario Espaa (1910), Castilla (1912), Los valores literarios (1912), Clsicos y modernos (1913) resultan sospechosos de contener un trasfondo ligado a la configuracin de un nacionalismo espaol til al pensamiento conservador. Esta actuacin poltica es muy superior en tiempo, obra y relevancia que la de su juventud anarquista, curiosamente ms estudiada. Se pretende, pues, en este trabajo construir documentalmente la biografa parlamentaria de Azorn utilizando esa citada dualidad de periodista y diputado. Pero al acometer este propsito se impone una cuestin: la de someter a prueba algunas conclusiones que la crtica azoriniana mantiene durante dcadas. Esas conclusiones afirman que el escritor fue, como periodista, un excelente observador de la vida del Parlamento al que no interesaba el hecho poltico, mientras que, como diputado, se le considera un espectador en silencio. Azorn sera, de ser acertadas estas apreciaciones,1

Ferrndiz Lozano, Jos, Azorn, la cara del intelectual. Entre el periodismo y la poltica, Alicante: Agua Clara e Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, 2001, p. 111.

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un hombre de letra, un artista de esttica literaria, pero no de accin. Hay que aceptar que l mismo contribuy a configurarse esa imagen con reiteradas declaraciones. Ya en 1908, en Diario de Barcelona, incida en esa obsesin: Antes y ahora no he pasado en el Parlamento de un espectador; ni antes ni ahora me he apasionado, he perdido la impasibilidad, la ecuanimidad2. nicamente en sus escritos de apologa a la oratoria de Antonio Maura y a los logros ministeriales o discursos de Juan de La Cierva se le admite normalmente clara intencin poltica de apoyo personalista. Para llegar a estas conclusiones la crtica, los bigrafos e historiadores han tenido en cuenta slo una parte de su obra periodstica: la de los artculos que hallaron una segunda vida en sus libros. Aunque Azorn public ciento cuarenta obras, la mayora eran colecciones de artculos de prensa. No obstante, de stos fueron muchos ms los excluidos de sus libros que los recuperados. Sinz de Bujanda aseguraba en 1974 que tena detectados ms de seis mil artculos de Azorn. La difusin de la relacin ntegra de todos ellos le pareca necesaria, pero no lleg a publicarla a pesar de anunciarla como uno de sus proyectos3. S lo hizo el hispanista norteamericano E. Inman Fox en 1992, cuando public Azorn: gua de la obra completa, en cuyas pginas incluy un listado de casi cinco mil quinientos artculos del escritor, de los que aportaba su ttulo, fecha, peridico en el que haban aparecido, tema del que se ocupaba cada uno literatura, cultura, poltica, teatro, cuento y, en su caso, la obra en la que estaba recogida4. A la vista de su relacin, slo unos mil quinientos figuraban en libros, lo que supona la exclusin de aproximadamente cuatro mil. El listado desvelaba, por otra

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Azorn, "El poltico", Diario de Barcelona, 17-3-1908.

Sinz de Bujanda, Fernando, Clausura de un Centenario. Gua bibliogrfica de Azorn, Madrid: Revista de Occidente, 1974, pp. 75 y 252-253. Fox, E. Inman, Azorn: gua de la obra completa, Madrid: Castalia, 1992.

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parte, la cantidad enorme de crnicas parlamentarias en total, se contaban casi quinientas de 1904 a 1911, incluidas las que de ese periodo estaban en Parlamentarismo espaol que no encontraron acomodo en ninguna de sus ediciones. Hasta entonces slo ngel Cruz Rueda, bigrafo del escritor y organizador de sus Obras completas en los aos cuarenta, haba apuntado que Azorn era autor de centenares de crnicas de Cortes. Conocedor de esa voluminosa aportacin, reivindic el conocimiento del parlamentarismo y antiparlamentarismo que tuvo el escritor, lo que entraba en colisin con la idea de que el autor fue en poltica un oyente sin ms: Ha sido de los cronistas polticos ms originales en los tiempos modernos5. Precisamente Fox dira algo parecido en los aos noventa al entrever, basndose en su periodismo poltico, no slo en el parlamentario, que quiz era el ms importante cronista de la vida poltica espaola durante la primera parte de este siglo6. Todas estas evidencias hubieran sido suficientes para que cualquier acercamiento serio a los textos parlamentarios de Azorn de 1904 a 1923 pasara por la lectura de todos sus artculos, mucho ms desde que en 1992 se dispona de un listado utilsimo como punto de partida de cualquier investigacin que se lo propusiera. De hecho, tras localizar y leer los consignados por Fox en esta poca, a los que se aaden los de una relacin de Vega de Seoane respecto a los aparecidos en El Pueblo Vasco y otros descubiertos en el transcurso de la investigacin de esta tesis, se han podido catalogar novecientos artculos con contenidos parlamentarios entre los que no slo figuran crnicas de las sesiones. Semejante corpus hemerogrfico es de un inters indudable, imprescindible para acometer un estudio

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Cruz Rueda, ngel, ed., Azorn, Obras Completas, III, Madrid: Aguilar, 1947, pp. 17-18.

Fox, E. Inman, Azorn: periodista poltico, en Ramn Trives, E., y H. Provencio Garrigs (eds.), Actas del Congreso Internacional Azorn en el primer milenio de la lengua castellana, Murcia: Universidad de Murcia, 1998, pp. 23-33.

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cientfico que pretenda abarcar la visin periodstica, testimonial e ideolgica del autor sobre el Parlamento de la segunda Restauracin. El ejercicio de su oficio como cronista de Cortes es una de las facetas ms sabidas de Azorn y, paradjicamente, peor conocidas. Se ha afirmado que slo le importaba el ademn, el gesto, el pormenor, pero no el hecho poltico que originaba cada artculo. Se ha recordado, en apoyo a esta lectura, que ni siquiera aluda al contenido de los discursos pronunciados en las Cortes. Esta interpretacin ha calado durante dcadas. Pero ha calado no por su acierto sino por dos vicios metodolgicos: por una parte, en los acercamientos generalmente fragmentarios a sus artculos parlamentarios se ha omitido el estudio del contexto periodstico y poltico concreto en el que nacan; por otra, los estudios sobre esta modalidad han utilizado a menudo como fuente nica el libro Parlamentarismo espaol, seleccin de 42 crnicas en la primera edicin de 1916, ampliadas en 25 ms en el tercer tomo de las Obras completas editado en 1947. Los artculos recogidos en este libro procedan de 1904, 1905, primer trimestre de 1906 y, dando un salto notable, de 1916. La cronologa incluida ya desvirtuaba, por s misma, cualquier enfoque. Con ella condenaba el autor al olvido su no menos activa poca de cronista desde 1907 a 1911, sta con estilo menos irnico, menos humorstico y de mayor implicacin poltica. Parlamentarismo espaol, aparte de la distorsin temporal que provocaba, significa poco ms del siete por ciento de su periodismo parlamentario escrito desde 1902 a 1923, por lo que no es representativo de su creatividad en la poca. El desliz metodolgico de prescindir del corpus completo de contenido parlamentario y de eludir la comprensin de sus artculos dentro de su contexto diario es el que ha provocado conclusiones equvocas y resultados desaprovechados. No se entiende, por ejemplo, que el nico libro monogrfico sobre la

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temtica Azorn, cronista de Cortes, de Aguirre Bellver7, publicado en 1998, seis aos despus de difundirse la gua de Fox, presentara esta faceta del escritor basndose en los artculos de Parlamentarismo espaol y en algunos ms citados por Jos Mara Valverde en su biografa del escritor de 1971, ignorando todo lo dems y proporcionado, por tanto, una visin incompleta. Pero si imprudente y carente de rigor es omitir el material hemerogrfico, no menos arriesgado es querer entender estos artculos como piezas aisladas, separadas de la situacin que los provocaba. En un periodismo de contenido poltico este desliz no conduce a resultados fiables ni acabados si lo que se quiere es consumar una visin histrica y poltica, ms all del anlisis de pura literatura. Paulino Garagorri ya seal que para estudiar los textos polticos de Azorn y evitar generalizaciones fciles es necesario otro tipo de aproximacin: Sera menester conocer su obra ntegra y, por otra parte, saberse bien la historia de la vida poltica espaola del tiempo de su actuacin y, sobre todo, ser capaz de entender una vida desde dentro8. Lo que Garagorri reclamaba era una comprensin poltica, tarea que se comenz a remediar con dos propuestas a finales del siglo XX, lamentablemente sin continuidad: el Seminario Internacional Azorn, intelectual poltico celebrado en 1999 en la Residencia de Estudiantes de Madrid, en cuya organizacin intervino la Facultad de Ciencias Polticas y Sociologa de la UNED9, y las Jornadas internacionales Estudios sobre El Poltico de Azorn

Aguirre Bellver, Joaqun, Azorn, cronista de Cortes, Alicante: Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, 1998.8

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Garagorri, Paulino, El primer libro de Azorn, Azorn, Poltica y Literatura (Fantasas y devaneos), Madrid: Alianza Editorial, 1980, pp. 14.

Ferrndiz Lozano, Jos, y Javier Varela Tortajada (dirs.), Azorn, intelectual poltico, Residencia de Estudiantes, Madrid, 25-3-1999. Se presentaron las siguientes ponencias: El 98 y la idea de nacin, Andrs de Blas Guerrero; La invencin del intelectual, Javier Varela Tortajada; El periodismo como accin, el escao como butaca, Jos Ferrndiz Lozano; Azorn desde las columnas de La Libertad y Ahora: 1934, Christian Manso. Hubo dos mesas redondas: Pensamiento poltico de Azorn con

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(Texto&Contexto) celebradas en la ciudad italiana de Siena en 2000. En el folleto y programa de presentacin del primero de estos encuentros se reclamaban nuevas perspectivas, ms all de las biografas conocidas y la predominante bibliografa filolgica, para entender el acercamiento a la poltica de Azorn como intelectual. Se citaba adems una atinada advertencia de Fox: Casi todo lo que se ha escrito sobre Azorn y la poltica sufre de una falta de documentacin y, en muchos casos, de una orientacin ideolgicamente partidista10. En la introduccin a las actas de los trabajos generados por las Jornadas de Siena, su director Francisco J. Martn hablaba de que los escritos polticos de Azorn requeran examen detenido y atencin adecuada: pedan ser considerados como tales escritos polticos y no como ocasiones de escritura de un literato, es decir, necesitaban ser tomados en serio, desde la plena comprensin y respeto de su voluntad poltica11. El periodismo parlamentario de Azorn en la Restauracin es precisamente una de esas materias que exige un estudio desde esa metodologa, con enfoques propios de la investigacin histrica y la ciencia poltica, desprendidos de todo condicionamiento ideolgico, donde la individualidad previa catalogacin de la obra a estudiar sea explicada dentro de su contexto. Este contexto, como aplicacin de las sugerencias de Garagorri, no slo estar formado por los sucesos histricos. Al tratarse de la relacin de un periodista con una institucin del Estado es necesario tambin la aplicacin del conocimiento poltico, jurdico e incluso costumbrista de esa misma institucin, pero

participacin de Manuel Menndez Alzamora, Enrique Selva y Santiago Rioprez, y Azorn, cronista parlamentario con Ignacio Astarloa Huarte-Mendicoa, Jos M. Cuenca Toribio y Luis Carandell.10 11

Fox, Azorn: periodista, p. 23.

Martn, Francisco J., ed., Estudios sobre El Poltico de Azorn (Texto&Contexto). Actas de las Jornadas Internacionales (Siena, 18-19 mayo 2000), Valencia: Biblioteca Valenciana, 2002, p. 10.

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tambin es necesario el conocimiento de la prctica del periodismo en las Cortes, de los medios, a fin de facilitar una descripcin adecuada del entorno global en el que actu Azorn. La comprensin, pues, en su contexto, a veces en su contexto diario, es lo que permite apreciar con precisin el significado del testimonio azoriniano sobre el Parlamento espaol, testimonio que por estar destinado a las pginas de la prensa estaba conectado a la actualidad. Sin el acceso a aquella actualidad de la que formaban parte los personajes citados, las Cmaras parlamentarias, sus hbitos, las ideas que predominaban y se enfrentaban tanto en Espaa como en el resto de Europa, de la que formaba parte Azorn, sin el manejo y fusin de toda esta informacin sus crnicas y artculos parlamentarios no son ms que letra fuera del tiempo, independientemente de su excelencia literaria. Sin conectar estos elementos con su actualidad no es posible apreciar el valor de matices que sus lectores inmediatos s podan captar, no es posible descifrar las alusiones veladas ni conocer la finalidad encubierta de cada artculo. En consecuencia, para realizar este estudio de reconstruccin nunca abordado en la bibliografa azoriniana se han tenido que utilizar distintas fuentes, archivos y documentos. En primer lugar se ha realizado la bsqueda y lectura de sus artculos publicados en el periodo 1902-1923 a fin de extraer los que incluyen contenidos parlamentarios12. La mayora de los catalogados hablan ntegramente sobre temas de Cortes, pero en otros ese contenido no ocupa todo el artculo, es parcial, y en algunos apenas figura alguna alusin breve. No slo se han seleccionado crnicas: hay textos que reflexionan sobre asuntos histricos del Parlamento, mientras que no faltan los ideolgicos, aquellos que recogen la opinin del firmante sobre la institucin del parlamentarismo, o los que reproducen estampas de diputados o senadores, ya fueran

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Vase el Apndice 1 de esta tesis.

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contemporneos suyos o del pasado. Incluso figuran artculos que no aluden para nada a las Cortes, pero que se refieren a temas que se estaban debatiendo en sus sesiones. El Parlamento espaol es el gran protagonista, pero eso no evit que se refiriera tambin a otros, especialmente al francs, que visit, as como modelos y ejemplos histricos. Para la realizacin del catlogo de los novecientos artculos ha sido esencial, como punto de partida, la gua de Fox. Al ser revisados todos los de la poca sometida a estudio se han podido subsanar errores: desde el restablecimiento exacto de ttulos originales a la correccin de algunas fechas. Por otra parte, se han incorporado otros que no figuraban en su gua. La investigacin se ha podido completar gracias a la consulta de fondos hemerogrficos de la Biblioteca Nacional de Espaa en Madrid para los diarios El Globo y Espaa, Biblioteca de Catalunya para Diario de Barcelona, Biblioteca Municipal Central de San Sebastin para los de El Pueblo Vasco, y Casa Museo Azorn en Monvar para los de La Prensa. Las colecciones usadas de ABC y La Vanguardia han sido las de sus hemerotecas digitales editadas por ambos peridicos. Por otra parte, en la reconstruccin de la biografa azoriniana como diputado ha sido imprescindible la investigacin en el Archivo del Congreso de los Diputados. El conocimiento de las intervenciones parlamentarias de Azorn contaba como antecedente con un trabajo de Vicente Ramos13, pero se ha podido aadir documentacin que no haba sido explorada. Azorn intervino en muy pocas ocasiones, en ningn caso sobre temas de alta poltica, por lo que se ha meditado sobre si convena transcribir estas intervenciones como apndices o era preferible insertarlas en el cuerpo principal de la tesis, optando por esta segunda posibilidad. Junto a la revisin del Diario de Sesiones, se ha tenido en cuenta el cotejo de documentacin electoral y de rgimen interior. En el13

Ramos, Vicente, Crnica parlamentaria de Jos Martnez Ruiz, Anales azorinianos, 4 (1993), pp. 211-240.

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estudio de noticias previas a las elecciones, sobre todo la recepcin que se tena de sus candidaturas o posibles candidaturas en los distritos que represent o quiso representar, ha sido til la consulta de peridicos locales y provinciales. Las fuentes hemerogrficas y las parlamentarias, fundamentales, han tenido eficaz complemento con el anlisis de epistolarios, continentes de confidencias que muchas veces explican sus actitudes. En este sentido resultaba imprescindible supervisar su correspondencia con Antonio Maura, Juan de la Cierva, Gabriel Maura, Dato o su hermano Amancio Martnez Ruiz, a quien notificaba no pocas intimidades. Sus cartas a estos personajes estn llenas de salpicaduras polticas: confesiones, consejos, intermediaciones, proyectos, informaciones sobre terceros. La confrontacin de muchas de estas misivas con su periodismo esclarece dudas y descubre a un Azorn calculador que preparaba estrategias partidistas y campaas en prensa. Los epistolarios del autor, como la localizacin de artculos, son aspectos en constante descubrimiento, a menudo con nuevas aportaciones, por lo que nunca puede darse por agotado su conocimiento, pero hay que destacar la labor que desde los aos ochenta ha realizado Laureano Robles, editor de las cartas de Azorn a Dorado Montero, Unamuno, los Maura, La Cierva, Joaqun Codorniu o Giner de los Ros. En el caso de la recuperacin del epistolario a Juan de la Cierva, Robles ha completado la tarea que iniciaron sus antecedentes Xavier Tussell y Genoveva Queipo de Llano, as como Jos Antonio Ayala, con lo que se ha llegado a conocer un abundante material epistolar del escritor con el poltico murciano conservado en el Archivo La Cierva. La presente tesis se estructura en ocho captulos. Aunque la constancia ms antigua como cronista de Cortes que se ha podido documentar, desconocida hasta ahora, es la de 1902 como comentarista annimo de las sesiones del Congreso para El Globo,

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se ha credo ineludible comenzar por sus inicios periodsticos y resumir sus simpatas anarquistas de juventud y su militancia federalista, seguidor de Pi y Margall, con el fin de localizar los primeros sntomas de su futura conversin al conservadurismo. Seguidamente se dedican tres captulos a la poca ms intensa como cronista de Cortes: la que tuvo como escenario el diario Espaa en 1904, de gran importancia y calidad por su visin irnica, sarcstica de las Cmaras, especialmente el Congreso, y la que prosigui despus en ABC. Aparte de explicar en qu consisti su renovacin tcnica del gnero periodstico que le hizo famoso, se introducen distintas secciones como la de su efmero paso por El Imparcial, su polmica con Ortega y Gasset sobre si en poltica valan ms las ideas o la energa de un jefe, o sus colaboraciones aadidas en Diario de Barcelona y El Pueblo Vasco, donde tambin suscribi informaciones parlamentarias. Prcticamente estos tres captulos reconstruyen su periodismo desde 1904, ao en que comenz a admirar a Antonio Maura, a 1911. La poltica de la poca estuvo marcada por las Cortes liberales de 1905 que aprobaron la ley de Jurisdicciones, combatida por Azorn, y el llamado Gobierno largo de Maura desde 1907 a 1909, cortado por las consecuencias de la Semana Trgica de Barcelona y el fusilamiento del pedagogo Ferrer. Con el relato de los debates de 1911 en torno a la solicitud de revisin del proceso que condujo a esta ejecucin se despidi Azorn como cronista. El quinto captulo aborda su personalidad de diputado en las primeras Cortes en las que obtuvo escao. Se revisa su campaa y eleccin en Purchena, se alude a su libro El Poltico de 1908, escrito en una convalecencia en el campo, y se transcriben y comentan sus intervenciones al ser ste el periodo en el que ms veces habl en el hemiciclo, aunque slo en una cuestin, la del Teatro Nacional, asumi un papel protagonista en el debate.

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El sexto captulo se ocupa de un momento de transicin. Sin candidatura en 1910, pas a recorrer una senda antiparlamentaria y antidemocrtica, acentuada al cumplirse el centenario de las Cortes de Cdiz. Desde 1910, adems, se manifestaba como incondicional de Juan de la Cierva, a quien sigui tras la quiebra conservadora de 1913. Regresado al escao en 1914, ahora por el distrito pontevedrs de Puentereas tras fracasar su intento en Villena, slo se hizo notar en el Congreso por una interrupcin al ministro de Instruccin Pblica en defensa de Unamuno. Con su libro Un discurso de La Cierva realiz una aportacin ese mismo ao con la que aspir a convertirse en idelogo de un nuevo conservadurismo espaol que refunda a Cnovas con los franceses Barrs y Maurras. El captulo sptimo se centra en su desencanto al quedar excluido de las elecciones generales de 1916, origen de una crtica personal al sistema, y su repesca para la eleccin parcial en Sorbas. Ese ao apareci Parlamentarismo espaol. Adems de relacionar la procedencia de las crnicas seleccionadas y tratar de entender a qu objeto respondi el libro, se revisan las opiniones crticas que sobre esta obra predominaron en el siglo XX. El captulo octavo se detiene en sus ltimos periodos como parlamentario: las Cortes de 1918, cuya discusin de su acta se reproduce sin desatender su viaje a Francia cuando vea encararse el fin de la Gran Guerra, y las de 1919, con atencin preferente a su fugaz detencin en la aduana de Irn, incidente tratado en el Congreso, donde qued archivado el expediente sobre el suceso, reproducido aqu por primera vez. La tesis se cierra con sus actividades desde 1920, una vez abandon la Cmara Baja como diputado, hasta el golpe de Primo de Rivera, con atencin preferente a su libro El chirrin de los polticos, caricatura de vicios electorales.

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En definitiva, se ordena en las siguientes pginas la documentacin procedente de las distintas fuentes utilizadas hemerogrficas, parlamentarias, epistolares, bibliogrficas con el fin de reconstruir, como primer propsito, la vinculacin de Azorn al Parlamento de la segunda Restauracin y establecer as lo que podra ser una biografa poltica del escritor ligada al poder institucional de las Cortes, lo que en su caso, por su profesin de periodista y escritor, provoc que dejara trazado un retrato histrico de las Cmaras, fundamentalmente del Congreso. Como segundo propsito, se persigue determinar conclusiones sobre si esa condicin de espectador irnico y literario desinteresado de la poltica que la crtica tradicional le atribuye es sostenible tras aplicar los nuevos enfoques anunciados. La lectura de su periodismo completo y los epistolarios publicados parecen proponer un Azorn muy implicado en poltica que merece ser revisado.

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1. JOS MARTNEZ RUIZ: ANARQUISTA, FEDERALISTA Y CRONISTA DE CORTES EN EL GLOBO

1.1. Monvar, Valencia, Madrid. Inicios periodsticos y fe en el anarquismo

Monvar, en el interior de la provincia de Alicante, a treinta y cuatro kilmetros de la capital, contaba con cerca de ocho mil seiscientos habitantes cuando naci Jos Augusto Trinidad Martnez Ruiz, futuro Azorn, a las tres de la madrugada del 8 de junio de 1873. Desde 1869 descenda el saldo vegetativo de la poblacin por el aumento de muertes infantiles en los tres primeros aos de vida, debidas sobre todo a enfermedades de denticin, sarampin, viruela o garrotillo1. Su familia no era ajena a este riesgo, perdido con antelacin el primognito Luis a los pocos meses de nacer. El segundo hijo del matrimonio compuesto por Isidro Martnez Soriano, natural de Yecla, abogado y con hacienda que llegara a ser alcalde de Monvar de 1877 a 1881, diputado provincial y presidente del Casino local, y por Mara Luisa Ruiz Mestre, de la vecina poblacin de Petrel, crecera como el mayor de sus hermanos: Ramn, Amparo, Amancio, Mara del Remedio, Mercedes, Consuelo y Pilar. Tena tres aos cuando se promulg la

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Belando Carbonell, Remedios, Estudio demogrfico de Monvar (Siglos XVI-XX), Alicante: Universidad de Alicante, 1982, p. 95. El dato demogrfico conocido ms prximo al nacimiento de Jos Martnez Ruiz es el de 1877, ao en el que Monvar contaba con 8.615 habitantes.

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Constitucin de 1876 que daba forma al rgimen de la Restauracin, pero contaba slo seis meses cuando el general Pava irrumpi a caballo en el Congreso de Diputados el 4 de enero de 1874 y acab con la I Repblica, dndose paso al Gobierno de Serrano que, a su vez, concluy con el pronunciamiento en Sagunto de Martnez Campos el 29 de diciembre, el golpe que restaur la Monarqua en favor de Alfonso XII, el hijo de Isabel II. Cuando el venidero Azorn cumpla ao y medio echaba, pues, a andar un sistema poltico bajo el que vivi buena parte de su biografa y del que conoci las interioridades de una de sus instituciones: el Parlamento. Al tiempo que se desarrollaba el rgimen, pas su infancia en colegios y cercana de libros, ignorante de los sucesos: en 1880, recordara en su senectud, era presidente del Consejo Cnovas; se separaba del partido conservador Martnez Campos; se fundaba el partido fusionista bajo la jefatura de Sagasta. No hubiera yo comprendido todo esto.2. Con Alfonso XII a la cabeza de la Monarqua hasta su muerte en 1885 y bajo la Regencia de su viuda Mara Cristina hasta 1902, la poltica espaola cont con destacado protagonismo del conservador Antonio Cnovas del Castillo, asesinado en 1897, y del liberal Prxedes Mateo Sagasta, fallecido en 1903, artfices ambos del Pacto del Pardo en 1885 que consagr el turno de los dos partidos dinsticos en mayoras parlamentarias y en el Gobierno, turno realmente anticipado cuatro aos antes con el encargo regio a Sagasta para presidir el Consejo de ministros. Martnez Ruiz, entretanto, reciba su educacin en la escuela de Monvar y en el Colegio de Padres Escolapios de Yecla, donde ingres a los ocho aos para cursar bachiller. Como estudiante demostraba inters por los libros, decisivos en la formacin de una personalidad indagadora, siempre informada. La poltica estaba presente en su familia con un padre conservador que sigui a Romero Robledo

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Campos, Jorge, Conversaciones con Azorn, Madrid: Taurus, 1964, p. 239.

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cuando ste se apart de Cnovas3. Su temprana aficin lectora determin su condicin de escritor, pero tambin una actitud hacia la poltica que no se limitara a la ambicin de cargos, pues se fundada en el constante enriquecimiento de su cultura histrica, jurdica, sociolgica o ideolgica. Dos factores influyeron en su curiosidad lectora: por una parte el uso de la nutrida biblioteca familiar, por otra el ambiente del colegio yeclano. Magdalena Rigual, estudiosa de su devocin libresca, destac que en aos de formacin infantil fue un lector abierto, espontneo, devorador de cualquier ttulo4. El propio Azorn revis el panorama de autores ledos entonces: conoci algunos clsicos y prefiri las novelas de Julio Verne y el Quijote, obras ledas en voz alta en el comedor del Colegio de Yecla. Junto al estmulo que supona ver en su domicilio parientes con libros, el padre Carlos Lasalde, rector del colegio escolapio, y otros educadores alentaban aquella aficin. Su estancia en Yecla produjo adems la entrada en contacto, en casa de su to Antonio, con un sern repleto de ejemplares antiguos que ste guardaba en el desvn y pertenecieron a Jos Soriano Garca, bisabuelo paterno del chico, autor de obras publicadas y de una indita de ideas polticas y religiosas. De aquel sern extrajo furtivamente algn que otro volumen5. Metido a estudiante de Derecho en Valencia a partir de 1888, trab amistad con personas significadas en su formacin. Con ellos pasara de lector espontneo a aceptar recomendaciones. No todos tuvieron la misma influencia, pero s le brindaron relaciones

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Azorn aada que determin esta decisin de su padre un ntimo amigo suyo, don Jos Maestre Vera. Don Jos Maestre viva all cerca de Monvar, en Elda; era presidente de la Diputacin Provincial; desempe luego algunos gobiernos civiles, entre ellos el de Vizcaya; le favoreca don Francisco Bergamn, ilustre del romerismo (Ibid., p 247).

Rigual Bonastre, Magdalena, J. Martnez Ruiz: de lector espontneo a lector intencionado, Azorn et la Gnration de 1898, Pau: Universit de Pau, 1998, pp. 407-413, y J. Martnez Ruiz, lector y biblifilo, Alicante: Universidad de Alicante, 2000.5

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Azorn, Agenda, Madrid: Biblioteca Nueva, 1959, p. 88-92. A su bisabuelo le dedic un captulo en J. Martnez Ruiz, Las confesiones de un Pequeo Filsofo, Madrid: Librera Fernando Fe, 1904, pp. 75-78.

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muy apreciadas. Entre sus familiares residentes en su comarca natal merece atencin Miguel Amat y Maestre. Casado en 1875, tras enviudar, con una ta-abuela materna del joven, era natural de Petrel, abogado, asiduo colaborador de peridicos y miembro de la Diputacin Provincial de Alicante desde 1871 a 1876, ao en que decidi instalarse en Madrid para prolongar su carrera poltica con un escao en el Congreso que nunca alcanz6. Tras el fallecimiento de su esposa, se traslad a Valencia seis aos despus para acabar regresando a Petrel en 1883. Sufri desequilibrios nerviosos y reanud las actividades en 1892, dedicndose a concebir artculos y poemas, a ms de fundar el peridico La Educacin Catlica. Mantuvo un contacto muy cercano con su sobrino universitario, hasta el punto de que se le ha otorgado cierto valor como animador de sus orgenes periodsticos7, si bien Martnez Ruiz public artculos anteriores. Inman Fox cit como primer texto en prensa uno del 20 de marzo de 1892 en Defensor de Yecla8, Crnica poltica, firmado con el pseudnimo Juan de Lis. Por las informaciones biogrficas y bibliogrficas sobre escritores alicantinos que realiz Manuel Rico Garca desde los aos ochenta del siglo XIX hasta su muerte en 1913, se sabe que public ms artculos con ese mismo pseudnimo en prensa de su provincia: concretamente en El Activo de Villena y El Liberal de Denia durante 18919. Rico aada que colabor en El Mercantil Literario, El Serpis, El Monovarense, El Eco de Monvar y El Alicantino sin

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Pava, Salvador, Don Miguel Amat Maestre (Pascual Verd) y los orgenes literarios de Azorn, Petrer: Caja de Crdito de Petrel, 1986, p. 244.

Pava, Ibid.; Navarro Daz, Patricia, "Don Miguel Amat y los albores literarios de Azorn en Petrer", en M C. Rico Navarro (coord.), Azorn y Petrer, Petrer: Ajuntament de Petrer-Caixa de Crdit de PetrerUniversitat d'Alacant, 1998, pp. 49-89. Fox, Azorn: gua, p. 102. Las primeras referencias sobre este artculo en Manso, Christian, Un artculo olvidado de Jos Martnez Ruiz (La Corua. 1896), Anales azorinianos, 3 (1987), p. 57. El de El Liberal de Denia fue publicado por Auladell, Miguel A, Ramn Llorens, Juan A. Ros y M Dolores Fuentes, Textos olvidados del joven Martnez Ruiz, Canelobre, 9 (1987), pp. 37-40.9 8

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concretar fechas, salvo para un artculo de El Serpis del 3 de mayo de 1892. Pero la noticia ms remota que proporciona es la de que empez a escribir desde Valencia en el semanario El Monovarense en 188810. Otros testimonios afirmaron su participacin en El Eco de Monvar, del que no se conoce actualmente ninguna coleccin; Silvestre Verd, amigo escritor de su pueblo natal que firmaba como Marcoln, record que al finalizar el bachillerato en Yecla escribi en algunos peridicos locales, entre ellos El Eco Monovarense"11. Y es que, independientemente de las promesas a su progenitor para mejorar los resultados acadmicos, el joven escritor no se resign a suspender sus arrimos al periodismo. En abril y mayo enviaba colaboraciones a La Monarqua de Alicante, rgano del partido liberal-conservador, propiedad de Jos Rojas Galiano, marqus de Bosch, que hizo campaa despus en favor de la candidatura a diputado provincial de su padre. Los artculos de La Monarqua correspondan a su periodo de residencia en Granada, a cuya Universidad traslad el expediente en el curso 1891-92, en huida del atragantamiento del Derecho Romano en Valencia12.

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IACJGA, Manuscrito de Manuel Rico Garca, Ensayo biogrfico bibliogrfico de escritores de Alicante y su provincia, Tomo XII, folios 637-744. El original consta de catorce tomos que suman unos quince mil folios. Slo llegaron a publicarse dos tomos en 1888 y 1889. El manuscrito fue adquirido a sus descendientes por el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert. Existe gua (Rico Garca, Manuel, Ensayo biogrfico bibliogrfico de escritores de Alicante y su provincia, ed. M. A. Auladell, M Dolores Fuentes, Ramn F. Llorens y Juan A. Ros, Alicante: Instituto Juan Gil-Albert, 1986).

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Testimonio reproducido tambin en Alfonso, Jos, Azorn (De su vida y de su obra), Valencia: Cuadernos de Cultura, 1931, p. 10, y Azorn ntimo, Madrid: La nave [1949], p. 100. Esta colaboracin est probada con la nota que Martnez Ruiz envi a El Alicantino, publicada el 27-10-1892, dando por acabada su vinculacin a la publicacin local "a causa del maquiavelismo torpe y grosero que desde el ltimo nmero y aprovechando mi ausencia han iniciado gentes sin dignidad poltica". Las dificultades con esta asignatura de las contaba a su padre por carta del 12-1-1892, a quien no consult su decisin de matricularse en la ciudad andaluza. Se comprometi a acabar los estudios en dos aos. Una carta del 30-5-1892 da a entender que ste no aprobaba su permanencia en Granada, ya que en la planificacin que le expone el estudiante se prevea su futuro regreso a Valencia: Me examinar en septiembre de tres de tercero y una de cuarto y en enero me puedo examinar en Valencia de las dos restantes de cuarto a fin de emprender el quinto curso en junio. En esta misma carta sugera un gran sacrificio: Echar a un lado mis aficiones literarias (Rico Verd, Jos, Un Azorn desconocido. Estudio psicolgico de su obra, Alicante: Instituto de Estudios Alicantinos, 1973. pp. 135-136).

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Tras el pseudnimo Juan de Lis, utiliz el de Fray Jos a partir de octubre de 1892: escriba en La Educacin Catlica, el semanario de Amat. La cooperacin entre ambos fue estrecha y de ello qued constancia en su correspondencia13. Amat se convertira en el inspirador del personaje de Pascual Verd en la novela Antonio Azorn (1903) en la que el autor reprodujo cartas reales. En opinin de algunos azorinianos, conviene considerar esta relacin como la ms influyente que tuvo antes de regresar a Valencia en 1892, cumplida su experiencia en Granada. Pero el joven que ha sido el principal colaborador de su to no tiene nada que ver con el que ahora regresa. En la nueva etapa valenciana, estimulante y fructfera, el reencuentro con el krausista Eduardo Soler y Prez, su profesor de Derecho Poltico, y con el mdico Miguel Mas le produca mayor proyeccin, enriquecida con sus visitas a la biblioteca universitaria. Con Mas cre una complicidad debida a que el mdico era natural de Monvar, lo que facilit que le recibiera y sobrepasan sus citas la mera cordialidad: Mas me prest los primeros libros nuevos extranjeros que yo le. Tena escogida biblioteca y compraba todo lo bueno que apareca14. Se desconocen los ttulos prestados, pero los antecedentes del doctor como militante del partido republicano inducen a creer que pudo dejarle textos polticos. Posteriormente, los intercambios epistolares con el propagandista crata Hamon y el profesor penalista de Salamanca Pedro Dorado Montero afianzaran su ligazn con el anarquismo. Ahora bien, quien contribuy a ordenar su comprensin de lo pblico y le influy profundamente trmino que utiliz en el libro Valencia fue el institucionista Eduardo13

Las cartas de Amat a J. Martnez Ruiz se conservan en el ACMA. Algunas fueron publicadas por Rico Verd (Ibid.), parte de ellas fragmentariamente. Con posterioridad fueron transcritas y publicadas completas por Pava (op. cit.), autor de otros trabajos sobre los primeros pseudnimos del escritor. Vase Pava, Salvador, Juan de Lis. Uno de los primeros pseudnimos de Jos Martnez Ruiz, Anales azorinianos, 2 (1985), pp. 43-51, y Juan de Lis y Fray Jos. Los primeros pseudnimos de J. Martnez Ruiz, Traslado de los restos mortales de Jos Martnez Ruiz Azorn y su esposa Julia Guinda Urzanqui, Monvar: Conselleria de Cultura, Educaci i Ciencia, 1990, pp. 95-102). Azorn, Valencia, Madrid: Biblioteca Nueva, 1941, p. 118.

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Soler y Prez, alicantino como l, nacido en Villajoyosa15. Amigo de Giner de los Ros, unido a los primeros pasos de la Institucin Libre de Enseanza, Soler haba ganado su primera ctedra en Oviedo la de Procedimientos Judiciales a los veintinueve aos, pero prcticamente no lleg a ejercerla porque pas pronto a la de Disciplina Eclesistica de Valencia. En la Universidad valentina se vio involucrado en la cuestin universitaria de 1875, tras instaurarse por Real Decreto la obligacin a los profesores de presentar los programas y textos de sus asignaturas para su aprobacin gubernamental, medida reforzada mediante circular del ministro Manuel de Orovio dirigida a los rectores de Universidad a fin de que stos vigilasen que no se ensease nada contrario al dogma catlico ni a la sana moral ni se tolerasen ataques a la monarqua constitucional ni al rgimen poltico. La reaccin de un buen nmero de docentes fue combatida por el gobierno, que separ de sus ctedras a algunos entre ellos Francisco Giner de los Ros, Nicols Salmern y Gumersindo de Azcrate y aplic la suspensin de empleo y sueldo a otros, entre los que figur Soler; un tercer grupo Castelar, Montero Ros, Moret y otros dimiti de sus ctedras como protesta. Durante el siguiente ao se cre la Institucin Libre de Enseanza, de la que Soler fue miembro. Tras varios gobiernos conservadores, el levantamiento de la suspensin en 1881, dictaminada por Jos Luis Albareda, ministro de Fomento en el gobierno liberal de Sagasta, signific su reintegracin al puesto con todos los derechos, incluido el abono de haberes por el periodo de apartamiento. En 1884 pas a la ctedra de Derecho Poltico y Administrativo, por lo que la llegada a Valencia de Martnez Ruiz en 1888 hizo posible el contacto entre ambos, aunque el estudiante no

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Azorn crey en el captulo titulado Soler de Valencia (cap. XXI) que el profesor haba nacido en otra poblacin de la provincia de Alicante: Relleu, de donde proceda el padre del docente y donde la familia era propietaria de una casa (Blasco Carrascosa, Juan ngel, Eduardo Soler y Prez 1845-1907. Estudio Biobibliogrfico, Alicante: Caja de Ahorros Provincial, 1978).

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aprob la asignatura de primer curso hasta 1892, curiosamente en la Universidad de Granada16. Las descripciones azorinianas certifican un mtodo de enseanza krausista de apego a la naturaleza, fomento del debate y cultivo de la razn por encima del pensamiento dogmtico.

El Derecho Poltico no era una cosa abstracta sino concreta. Lo veamos, no cristalizado, de un modo invariable, sino vivo, ondulante, contradictorio, evolucionando a lo largo del tiempo, por entre las luchas sociales, las asambleas parlamentarias, las voluntades de los dictadores o los arrebatos de las plebes enfurecidas. Soler encargaba breves memorias a los alumnos, y esos trabajos personales se discutan luego en la clase. Y para esparcir nuestros nimos nos llevaba de excursin a campos y pueblos lejanos.17

En el origen de un Azorn vido de conocimiento, interesado en la comprensin e interpretacin argumentada de los fenmenos culturales, polticos y sociales, viajero, observador del paisaje, relator de la vida en los pueblos en contacto con una realidad no reducida a las querellas urbanas, tuvo mucho que ver la pedagoga de Soler. El curso 1892-93 decidi la integracin del estudiante en la cultura y periodismo de la ciudad, superado el desencanto confesado a su madre despus de pronunciar una conferencia en el Ateneo en febrero de 1893: No escribo ni una lnea en ningn peridico de aqu, porque para eso se necesitan recomendaciones y yo no las tengo18. Con el ttulo de La crtica literaria en Espaa, la conferencia se convirti en su primer folleto,16

Gamallo Fierros, Dionisio, Hacia una bibliografa cronolgica en torno a la letra y el espritu de Azorn. Separata, notablemente aumentad, del nm. XXVII del Boletn de la Direccin General de Archivos y Bibliotecas, Madrid: Direccin General de Archivos y Bibliotecas, 1956, p. 9. Azorn, Valencia, p. 57-58. Carta del 9 de febrero de 1893, Valencia (Rico Verd, op. cit, pp. 136-137).

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firmado como Cndido. Desde 1894 a 1896 consigui escribir en El Mercantil Valenciano, Las Bellas Artes y El Pueblo. Ninguna de estas publicaciones estaba a la cabeza en Valencia, pero fue suficiente para sus inquietudes19. Valencia, adems, vio aparecer sus primeros libros: a La crtica literaria en Espaa (1893) siguieron Moratn (1893) y Buscapis (1894). Se consumaba, pues, el verdadero arranque de su carrera periodstica y literaria, pasados los tanteos previos de escasa repercusin. En El Mercantil Valenciano se ocup de la crtica teatral, encubierto en el nombre de Arhiman y en la inicial A. Dirigido por Paco Castell, acuda a la Redaccin antes que sus colegas. Tuvo la sensacin de que fue la crtica a una obra de Galds, venerado en la casa, la que cost su salida despus de un breve periodo de febrero a abril de 189420. Pero si hay un artculo que interesa aqu, por sintonizar con su pensamiento poltico de entonces, es sin duda Los anarquistas (notas de un libro ajeno) del 18 de abril21, resea del libro de Flix Dubois Le peril anarchiste, que utiliz como pretexto para esbozar una sntesis del credo libertario basado en la negacin de la autoridad. Separado de El Mercantil Valenciano, se incorpor a Las Bellas Artes, donde combin crtica literaria y ms divulgacin anarquista. En el artculo Revista de libros del 17 de noviembre de 1894 tuvo ocasin, por ejemplo, de comentar La conqute du pain de Koprotkin, con elogios de publicista, antes de que la desaparicin de la revista le dejara nuevamente hurfano de medios. Fue entonces, entrado 1895, cuando recal en un diario

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Segn un informe del Gobierno Civil de 1889, los peridicos de ms tirada eran La Correspondencia de Valencia con 300.000 ejemplares mensuales, y El Correo de Valencia con 250.000, por encima de Las Provincias con 180.000 y El Mercantil Valenciano con 120.000 (Laguna Platero, Antonio, El Pueblo. Historia de un diario republicano, 1894-1939, Valencia: Instituci Alfons el Magnnim, 1999, p. 21). Se mostr seguro de que el hecho de que el destinatario principal del diario fuera el mundo universitario result determinante para su salida. Sospecho que mi trabajo no gustaba a mi clientela docente (Azorn, Valencia, p. 140). Ferreres, Rafael, Valencia en Azorn, Valencia: Ayuntamiento de Valencia, 1968, pp. 41-46.

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reciente, cuyo primer nmero databa del 12 de noviembre de 1894, sumado al panorama valenciano para apoyar las aspiraciones polticas del escritor republicano que lo fund y se puso al frente. Se trataba de El Pueblo, dirigido por Vicente Blasco Ibez, quien buscaba plaza en el Congreso de Diputados, objetivo que no logr hasta 1898. Destacado por su agresividad hacia el rgimen, su anticlericalismo y su hostilidad a los republicanos de El Mercantil Valenciano Paco Castell y Blasco Ibez llegaron a batirse en duelo, El Pueblo quera ocupar un espacio ideolgico como oponente de Las Provincias. Las colaboraciones de Martnez Ruiz se inscriben de enero de 1895 a octubre de 189622. En principio trat cuestiones literarias y ms adelante, en la segunda quincena de octubre de 1896, firm artculos ms atrevidos como su stira anticlerical y anticanovista El credo conservador el da 19 o Bocetos independientes. La limosna el 25 de octubre, cuento donde rechazaba la caridad y admita como acto justo la apropiacin de bienes ajenos. En l, el cronista abofeteaba a un mendigo que peda limosna. Humillado, el agredido le robaba y hua corriendo mientras el autor gritaba: As, as se hace! Caridad no, derecho! Eres un hombre!. Cecilio Alonso ha observado que su salida de El Pueblo fue inmediata23, y Blasco Ibez recordara en 1915 que se dio varias veces la satisfaccin de asustarme a m, tmido burgus, con sus artculos cortos y terribles de propaganda anarquista, cuyos temas no quiero recordar24. No en vano, en la dedicatoria

La produccin de Jos Martnez Ruiz en El Pueblo ha sido reconstruida y publicada por diversos investigadores: Ferreres, op. cit.; Smith, Paul, Seves unknow articles by future Azorn, Modern Language Notes, 85 (1970), pp. 250-261; Alonso, Cecilio, Jos Martnez Ruiz fugaz redactor de El Pueblo (Valencia, 1896). Algunos textos sin catalogar de la prehistoria azoriniana, Anales azorinianos, 6 (1997), pp. 243-266.23 24

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Ibid., pp. 253-255. Blasco Ibez, Vicente, "Una carta de Blasco Ibez", ABC, 9-3-1915.

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manuscrita de un ejemplar de Flor de mayo (1895) le destac como el ms revolucionario y original de los escritores espaoles25. A su llegada a Madrid en tren en noviembre de 1896, resuelto a culminar sus estudios, acreditaba ya un bagaje anarquista. Sus ltimos folletos eran Anarquistas literarios y Notas Sociales que, aunque con el sello de la librera madrilea de Fernando Fe, correspondan a su etapa de creacin valenciana, igual que sus traducciones de De la patria, de Augustin Hamon, en 1896, y Las prisiones, del prncipe ruso Kropotkin, pieza sta con fecha de edicin en 1897 de la que hay constancia de que estaba impresa en octubre del ao anterior. Sus relaciones epistolares contaban tambin con referentes anarquistas. Se carteaba con Hamon, al que enviaba informacin sobre el movimiento espaol. No se conocen las misivas cruzadas, pero se alude a ellas en la correspondencia del joven a Pedro Dorado Montero, catedrtico de Derecho Penal en la Universidad de Salamanca, con quien entr en contacto en 1894 por indicacin de Eduardo Soler26. En la primera carta al profesor salmantino, fechada el 25 de noviembre en Valencia, se estableca como intermediario entre Hamon y l, a fin de solicitarle datos enterado de que Dorado preparaba un trabajo sobre anarquismo espaol que valieran al publicista francs para una obra sobre el crimen poltico. El repertorio de cartas descubre a un Martnez Ruiz al da de las novedades editoriales de signo libertario. La confianza adquirida le llevara a viajar a Salamanca en octubre de 1896 para matricularse de tres asignaturas de Derecho, pero su estancia result fugaz al recibir un telegrama con noticias de que su padre yaca enfermo, engao para provocar su regreso, con lo que no le qued

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BCMA, sig. 288, 1-3-117. El ejemplar corresponde a la siguiente edicin Vicente Blasco Ibez, Flor de mayo, Valencia: El Pueblo, 1895.

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S. Granjel, Luis, Epistolario de Azorn (Cartas de Jos Martnez Ruiz a Pedro Dorado Montero), Cuadernos Hispanoamericanos, 326-327 (1977), pp. 231-238; Robles Carcedo, Laureano, Cartas inditas de Azorn a Dorado Montero, Anales azorinianos, 3 (1987), pp. 221-264.

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otra opcin que encomendar a Dorado despus el favor de que trasladara su matricula a Valencia, aunque rectific de inmediato y le pidi que la enviara a Madrid. Su inmersin en el pensamiento anarquista aumentaba el distanciamiento ideolgico de su padre, quien a criterio de Jos Alfonso, bigrafo de Azorn, debi experimentar graves contrariedades leyendo a su hijo27. Un hijo que haba comenzado a atacar desde Valencia todo orden establecido: Dondequiera que hay autoridad existe el abuso, donde existe el abuso hay quien proteste. En Espaa, pas de todo dogmatismo poltico, religioso, artstico no han faltado nunca protestantes", asever en Anarquistas literarios. Por otra parte, Notas sociales quiso ser el resumen del movimiento; un modo de tomarle el pulso con repaso de nombres, publicaciones y geografa hispana de la militancia donde confiaba en la feliz coyunda de intelectuales y obreros, aleccionados stos por la experiencia de que el Estado no ha de hacer nada o casi nada por l. Lo iniciado en Valencia tuvo continuidad en Madrid tanto en su paso por El Pas nada ms llegar, prcticamente sin retribucin28 como en la prolongacin periodstica en El Motn y El Progreso, sin olvidar su participacin en el parisino La Campaa y la reproduccin de artculos suyos en publicaciones americanas. Todo ello contribuy a acrecentar su fe anarquista. La etapa se gan el inters de la investigacin en los aos sesenta y setenta del siglo XX con las aproximaciones de E. Inman Fox, Rafael Prez de la Dehesa, Carlos Blanco Aguinaga y Jos M Valverde29, que acusaron a Azorn de

27 28

Alfonso, Jos, Azorn (de su vida), p. 6, y Azorn, p. 43.

Azorn me dijo un da que l haba estado escribiendo un ao entero en El Pas, sin cobrar, un artculo casi diario, declar Corpus Barga a la revista Triunfo en 1973 (Ramoneda, Arturo, ed., Corpus Barga, Crnicas literarias, Madrid: Jcar, 1984, p. 18).29

Fox, E. Inman, Una bibliografa anotada del periodismo de Jos Martnez Ruiz (Azorn), Revista de Literatura, XXVIII (1965), pp. 231-244, y Jos Martnez Ruiz (Estudio sobre el anarquismo del futuro Azorn), Revista de Occidente, 36 (1966), pp. 157-174; Prez de la Dehesa, Rafael, Un desconocido libro de Azorn: Pasin (cuentos y crnicas) 1987, Revista Hispnica Moderna, XXXIII (1967), pp. 280-284, Azorn y Pi y Margall. Olvidados escritos de Azorn en La Federacin de Alicante, 1897-1900, Revista de

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ocultamiento de esta parte de su obra hasta 1947, ao en que sus folletos primerizos se recuperaron en el tomo I de las Obras Completas que edit Aguilar, coordinadas por ngel Cruz Rueda30. La Declaracin jurada del escritor que preceda a estas obras se tiene, habitualmente, como desmarque de sus primeros ttulos, pero quiz se le concede importancia excesiva a un desdn que en rigor se remontaba a aos atrs. Se comprende que en 1947, en pleno franquismo, el autor expresara sus recelos: no reconocerse afn a la acracia, cuyas simpatas reconoca lejanas y errneas, era sin duda aconsejable para sortear la censura. Pero a la hora de actualizar su pasado anarquista la crtica se fund en la lectura y anlisis de estos folletos, como hizo Blanco Aguinaga, y en el rescate de su periodismo de los aos noventa del siglo XIX. Las aportaciones de E. Inman Fox, que localiz ms de doscientos artculos de entonces, abrieron caminos transitados por la investigacin posterior. Fox, tras recordar que el anarquismo se organiz en Espaa a partir de 1868, al caer Isabel II, cuando Bakunin envi a su amigo Giuseppe Fanelli a Madrid para establecer contactos y promover la propaganda de su versin colectivista que predomin entre los seguidores espaoles hasta 1880, adscriba a Martnez Ruiz a la corriente de anarquismo comunista que alcanz difusin en el pas en la ltima dcada del siglo, corriente que tena en Kropotkin y en Sebastin Faure los mximos idelogos. La teora que propugnaban otorgaba preponderancia a la ley de la evolucin humana, que conduca a la especie desde un estado menos feliz al ms feliz posible, con la innecesaria

Occidente, 26 (1969), pp. 353-362, Azorn en la prensa anarquista de fin de siglo, Cuadernos americanos, 173 (1970), pp. 111-118; Blanco Aguinaga, Carlos, Juventud del 98, Madrid: Siglo XXI, 1970; Valverde, Jos M, ed., J. Martnez Ruiz Azorn, Artculos anarquistas, Barcelona: Lumen, 1992.30

Ni siquiera Cruz Rueda, seguidor del escritor que haca acopio de sus artculos y libros, dispona de ediciones de estos folletos, que solicit en prstamo a Jos Capilla Beltrn, admirador eldense de Azorn a quien dedic algunos artculos. El epistolario de Cruz Rueda con Capilla contiene informaciones sobre la preparacin del primer volumen de Obras Completas (Capilla Beltrn, Jos, Escritos de Jos Capilla Beltrn sobre Azorn y Mir, Introduccin, seleccin y notas por Julio Capilla, San Vicente: Caja de Ahorros del Mediterrneo, 1999, pp. 134-138).

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supervivencia de la Ley y el Estado. Jos Martnez Ruiz fue terico y propagandista de este movimiento, defendi Fox, que al mismo tiempo prest atencin a la increble difusin que en Espaa haban contado los tratados La conquista del pan de Kropotkin y El dolor universal del francs Faure. Del mismo modo que Martnez Ruiz tomara de Kropotkin la conveniencia de expropiar la propiedad para el bienestar de la especie humana la eliminacin de toda preocupacin por el pan era el primer paso, adoptara de Faure la creencia de que el mal humano no est en la naturaleza sino en las instituciones sociales, por lo que exhortaba a su cambio31. La ubicacin de Martnez Ruiz en el contexto temporal del anarquismo espaol reclama, con todo, algunas precisiones. La estancia de Fanelli, cuyo objeto principal era conseguir adhesiones para la Asociacin Internacional de Trabajadores, I Internacional, tuvo su efecto en la propagacin de las ideas de Bakunin en Espaa, pero hoy se tiende a cuestionar la mitificacin de este viaje32. Se atribuye el primer intento de penetracin del pensamiento anarquista a Ramn de la Sagra, seguidor de Pierre-Joseph Proudhon y fundador en 1845 de El Porvenir en La Corua, de breve existencia al clausurarlo las autoridades. Mejor suerte tuvo en el arraigo de las ideas proudhonianas de anarquismo mutualista el cataln Pi y Margall, traductor del francs y autor de La Reaccin y la Revolucin (1854)33, poltico aparentemente dispuesto a dividir y subdividir el poder hasta su destruccin. Su clebre cantonalismo a la suiza tendra base en esta parcelacin del poder; con todo, se acepta tambin que su federalismo inicial de los aos cincuenta no31

Fox, E. Inman, Ideologa y poltica en las letras de fin de siglo (1898), Madrid: Espasa Calpe, 1988, pp. 43-63. En opinin de Lpez Estudillo, Antonio, El anarquismo espaol decimonnico, Ayer, 45 (2002), p. 81, la historiografa sobre esta visita estuvo sesgada por las explicaciones militantes, parciales, y por las visiones acadmicas del tardofranquismo.

32

Bookchin, Murray, Los anarquistas espaoles. Los aos heroicos 1868-1936, Valencia: Numa Ediciones, 2001, pp. 23-24.

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tuvo su origen en el de Proudhon sino que cont con la influencia previa de Hegel, que Azorn notaba en La Reaccin y la Revolucin34. El contexto en el que el joven escritor de Monvar se manifest como propagandista crata era, sin embargo, muy distinto al de Pi a mediados de siglo. En la ltima dcada del siglo XIX se introducan en el pas nuevas interpretaciones. Ni en Proudhon ni en Bakunin se convocaba a la violencia; pero en los aos noventa ciertos sucesos inducan a otras posturas desde que aos antes el atentado de marzo de 1881 al zar Alejandro II en San Petersburgo y la posterior repercusin internacional de su asesinato convenciera a muchos anarquistas de las posibilidades propagandsticas que prometan sucesos semejantes. Introducida la tctica de la propaganda por el hecho viable por medio del terrorismo, Espaa sera uno de los escenarios calientes. La tendencia crata que predominaba entonces en la pennsula era la del comunismo libertario o solidario de Kropotkin. El sustento ideolgico del prncipe ruso partidario de la propaganda por el hecho consista en dar ms relevancia a la comunidad que al individuo con una frmula de organizacin en la que sus miembros tuvieran garantizada la igualdad y una remuneracin equitativa segn sus esfuerzos. El caso de Martnez Ruiz, lector y traductor de Kropotkin, es curioso porque su actuacin se limit a la palabra escrita y adoleci de activismo35. Por otra parte lo que requiere atencin es uno de los aspectos que le haban interesado de La conquista del pan en el artculo que le dedic en noviembre de 1894: la confianza del idelogo ruso en transformaciones sin ruptura. El de Monvar lo haba reseado: Tan absurdo es pensar que la sociedad puede34 35

Azorn, Pi y Margall, La vanguardia, 23-12-1910.

Hubo quien record haberlo visto en el Ateneo madrileo levantndose a pronunciar el consabido lema la propiedad es un robo (Kindeln, Alfredo, La verdad de mis relaciones con Franco, Barcelona: Planeta, 1981, p. 154). Valverde, en cambio, refiri que en el nica ocasin en que acept hablar en un crculo obrero "envi un rollo fonogrfico entonces curiosidad de fsica recreativa sin aparecer en persona" (Valverde, Jos M, ed., J. Martnez Ruiz Azorn, Artculos anarquistas, Barcelona: Lumen, 1992, p. 8).

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transformarse a voluntad de un da para otro, cual lo piensan ciertos anarquistas, como creer que est regida por leyes imposibles de modificar. Y aada: No, no es posible destruir las Leyes de la Naturaleza, no es posible detener el progreso ni hacerle dar saltos, pero en nuestra mano est acelerar su marcha y redoblar nuestros esfuerzos para que el triunfo del ideal est ms prximo. Manifestaciones como stas, en las que asuma un va reformista en detrimento de cambios revolucionarios, hicieron pensar a Valverde que Martnez Ruiz mostraba aqu una actitud poltica muy parecida a la que tendra en el segundo lustro del siglo XX, acorde con su su futuro sentir maurista, por lo que sus posteriores fluctuaciones no nos deben parecer tan notables36. No ha sido el nico en creerlo; Snchez Martn apunt que en Anarquistas literarios y en sus artculos valencianos hay correctivos a las aspiraciones inmediatas de una revolucin y una confianza en la evolucin y el progreso. De ah su dictamen de que, salvo en el resultado final esperado en cada momento, todo el Martnez Ruiz inmediatamente posterior est contenido aqu37. Su presencia en Madrid en el diario republicano El Pas desde diciembre de 1896 hasta febrero del ao siguiente le otorg ms fama de libertario, no exenta de la leyenda que el mismo le dot en Charivari (1897), libro breve, controvertido, no por sus evocaciones cratas relata su primera visita a Dorado Montero, su percepcin tras la lectura de La Doleur universelle de Faure, esboza un retrato de Kropotkin y una semblanza de Hamon sino por sus chismes sobre la cultura madrilea. Algunos artculos de El Pas tuvieron resonancia, como La Nochebuena del obrero, del 24 de diciembre de

36 37

Valverde, Jos M, Azorn, Barcelona: Planeta, 1971, pp. 57-58.

Snchez Martn, Antonio, Ideologa, poltica y literatura en el primer Azorn (1893-1905), Madrid: Endymion, 1997, pp. 334-335.

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1896, cuento en el que narraba el trabajo de un hombre en la fbrica durante la noche de celebracin navidea. Pensando junto a una mquina en un Cristo renovado, el obrero se lo imagina demoledor de las viejas y brbaras instituciones y decide ejecutar su rebelda: cierra las vlvulas de la caldera, se sienta al lado leyendo un peridico, oye el barullo de muchedumbre, tintineo de campanas, clamor de zambombas y panderetas mientras espera la explosin enorme que hace temblar el pueblo. Segn la anotacin del 16 de febrero de 1897 en Charivari parte del libro tena formato de diario personal, la experiencia en el El Pas acab porque los suscriptores se quejaban de su independencia. Lo que yo no saba escribe es que ayer sali un suelto en la edicin de provincias diciendo que se prescinda de mi colaboracin por mis opiniones sobre el matrimonio y la propiedad. Concluido este primer captulo de periodismo en la capital, sigui en otras cabeceras: primero con un breve paso por el semanario El Motn, dirigido por Jos Nakens, donde asom fugazmente su pulso anticlerical38, y posteriormente en El Progreso desde octubre de 1897 a primeros de abril de 1898. Su poca en El Progreso, fundado por Lerroux que lo diriga tras abandonar tambin El Pas, cont con la firma de bastantes artculos que compagin con su colaboracin, durante 1898, en La Campaa, aventura periodstica emprendida por Luis Bonafoux para apoyar el bakuninismo europeo. Paralelamente, un Martnez Ruiz, calificado por Clarn como anarquista literario39 se declaraba seguidor y militante del federalismo de Pi y Margall, por lo que tuvo que explicar a los miembros del Partido Federal de su provincia natal su vinculacin a El38

Martnez Ruiz slo firm seis artculos en El Motn. Uno de ellos, el titulado Un Cardenal, publicado en El Motn el 23-1-1987, era reedicin del que apareci en El Pas el 28-12-1896, donde todava escriba. Del resto, ya cancelada su colaboracin en el diario dirigido por Lerroux, slo tena un ambiguo contenido anticlerical Teologa, del 20-2-1897. Vase Pay Bernab, Jos, Ignorados artculos de Martnez Ruiz en El Motn, Anales azorinianos, 3 (1987), pp. 81-117. Clarn, Palique, Madrid Cmico, 8-5-1897.

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Progreso, fiel al partido Progresista de Ruiz Zorrilla: en La Federacin de Alicante del 14 de noviembre se esforz en fundir republicanismo y acracia alegando que su programa no contemplaba ni moral, ni propiedad, ni ley40. Su andadura anarquista de 1897 es llamativa. A sus artculos en El Pas, El Motn y El Progreso hay que aadir los que recoga prensa extranjera: El Despertar de Nueva York muy ledo entre los obreros espaoles, deca en Notas Sociales y Ciencia Social de Buenos Aires, tres suprimirse en Espaa su edicin catalana41, que reprodujeron artculos aparecidos en Madrid. En 1897 prepar, adems, un libro de cuentos anarquistas, Pasin (cuentos y crnicas), proyecto frustrado del que se sabe por Clarn y Urbano Gonzlez Serrano, llamados para prologarlo. El primero rehus, el segundo con quien mantuvo buena amistad y relacin intelectual42 acept. No slo sigui durante 1898 en El Progreso sino que asumi un papel colaborador con La Campaa de Bonafoux, su mentor dos aos antes para que le acogieran en El Pas. Su intervencin no se limit al envo de artculos; en la prctica fue su representante en Espaa, encargado de atraer firmas43. De periodicidad semanal, la publicacin comenz el 5 de enero de 1898 y culmin el 8 de julio, tras veintitrs nmeros; reapareci en 1900. En la primera etapa Martnez Ruiz se

40 41

Prez de la Dehesa, Azorn y Pi, p. 357.

Debemos a Prez de la Dehesa (vase Azorn en la prensa) el rastreo en estos peridicos de la firma de Martnez Ruiz, de quien hall nueve cuentos y crnicas en El Despertar desde el 30-1-1897 al 15-5-1899 y un artculo, Apuntes, en el primer nmero argentino de Ciencia Social el 1-4-1897. Sobre esta relacin vase Sotelo Vzquez, Adolfo, Urbano Gonzlez Serrano y el joven Martnez Ruiz, Anales azorinianos, 3 (1987), pp. 63-80; sobre el proyecto del libro vase Prez de la Dehesa, Un desconocido libro.

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En carta del 2-12-1897 anunciaba su prxima distribucin a Dorado Montero se vender en toda Espaa, como cualquier otro peridico espaol, a quien le peda artculos sobre el asunto que quisiera, ya fuera sociolgico, literario o de ciencia penal (Robles Carcedo, Cartas inditas, p. 250). Su intercesin qued tambin atestiguada pblicamente en aquellos aos por Alejandro Lerroux, Julio Burell, Ricardo Mella y Federico Urales, como se encarg de recordar Christian Manso (Sobre el semanario parisiense La Campaa de Luis Bonafoux, Azorn et la Gnration de 1898, Pau: Universit de Pau, 1998, pp. 169-179), quien no dud en sospechar que posiblemente la aparicin de las firmas de Miguel de Unamuno, Eduardo Zamacois, Jos Nakens o Enrique Gmez Carrillo se debi a la intermediacin del de Monvar.

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distingui con algunos artculos44, entre los que destac El Cristo nuevo en el primer nmero. Parta de la idea de Renan de considerar a Jesucristo anarquista. Por ello lo imagin bajando de la cruz y arengando a un creyente que reza arrodillado.

Hijo mo, sois unos imbciles. Hace diecinueve siglos que predije la paz, y la paz no se ha hecho. Predije el amor, y contina la guerra entre vosotros; abomin de los bienes terrenos, y os afanis por amontonar riquezas. Dije que todos sois hermanos, y os tratis como enemigos. Hay entre vosotros tiranos y hay gentes que se dejan esclavizar. Los primeros son malvados; los segundos, idiotas. Sin la pasividad de stos no existiran aqullos. Grande es la crueldad de los unos, mayor es la resignacin de los otros. Por qu sufrir silencio cuando se tiene la fuerza del nmero, del derecho? No fue se el espritu de mis predicaciones; vosotros, los republicanos de la religin, las habis falseado. Yo vi el origen del mal en la autoridad y en su rgano del Estado, y por eso me persiguieron.

Martnez Ruiz suspendi sus colaboraciones en prensa en mayo de 1898, tras comparecer en Madrid Cmico, en cuyas pginas introdujo el personaje de Pecuchet, tomado del que en Flaubert simboliza la estupidez, para satirizar el parlamentarismo45. Durante meses abandona el periodismo, publica Soledades y Pecuchet demagogo ste como ataque a Nakens, director de El Motn, al que censura sus denuestos anticlericales con nimo de escndalo46 y se retira a escribir La evolucin de la crtica y La sociologa

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Fox fue el primero en analizar las aportaciones de Martnez Ruiz a La Campaa, tras examinar en los aos sesenta la coleccin disponible en la Biblioteca Nacional de Pars. Vase Fox, E. Inman, Two anarchist newpapers of 1898, Bulletin of Hispanic Studies, XLI (1964), pp. 160-169. J. Martnez Ruiz, Pecuchet, diputado, Madrid Cmico, 30-4-1898.

45 46

Valverde sugiri que, a pesar de la coincidencia de que se trataba de un alegato contra Nakens, cabra interpretar que quiz haya tambin algo de carga contra Lerroux, a modo de venganza en el momento de salir de su peridico (Valverde, Azorn, p. 110).

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criminal, la segunda con maneras de tesis doctoral. El abandono de la propaganda libertaria en Madrid Cmico lo juzg definitivo Blanco Aguinaga, que subray que la lectura de Pecuchet, demagogo provoca la impresin de que se despeda de todo un modo de enfrenarse con la realidad47. El motivo de su pasajera retirada era completar sus estudios, le dijo a Clarn48, otra de las influencias de su juventud, sobre todo por los consejos que le dio para que leyera los grandes autores y filsofos. Sus lecturas indirectas de Nietzsche y las directas de Schopenhauer y Montaigne ha observado Miguel ngel Lozano49 fueron coetneas al trato con l. La reaparicin en el periodismo madrileo en otoo de 1899 y la publicacin de La evolucin de la crtica, con referencias a Proudhon, Kropotkin o Hamon, as como la edicin de La Sociologa criminal, definitivamente descartada como trabajo doctoral al no culminar la carrera universitaria, cerr su parntesis de silencio. En La Sociologa criminal insista en el razonamiento de que la solucin de la delincuencia no estaba en la aplicacin de la pena sino en la reforma social, en lnea con Las prisiones de Kropotkin y las doctrinas de Dorado Montero, a quien no gust el libro50. El prologuista Pi y Margall coincida con el fondo crata de adjudicar a la sociedad la responsabilidad de la delincuencia, pero resultaba curiosa su apelacin reformista, desterrando el cambio

47

Blanco Aguinaga, Carlos, Juventud del 98, Madrid: Taurus, 1997, 3 edicin corregida y aumentada, pp. 166-167.

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No extrae usted que no escriba ms en Madrid Cmico. Es que he prometido a quien sobre m tiene autoridad no escribir ni una lnea hasta que termine la carrera. Y lo cumplir, le dice por carta del 12-51898. Vase Martnez Cachero, Jos M, Clarn y Azorn: (Una amistad y un fervor), Archivum, III (1953), pp. 159-180. Lozano Marco, Miguel ngel, Introduccin. Los ensayos de Azorn, Azorn, Obras escogidas, II. Ensayos, Madrid, Espasa, 1998, pp. 34-35. M Dolores Dobn explica otra influencia: la de que la crisis que atraves entonces Martnez Ruiz fue espiritual, despus de las conferencias de Clarn en el Ateneo de Madrid en noviembre y diciembre de 1897, en las que anunciaba un renacer de la espiritualidad cristiana (Dobn Antn M Dolores, El intelectual y la urbe: Clarn maestro de Azorn, Madrid: Fundamentos, 1996). Martnez Ruiz se lament de ello en carta que le dirigi el 12-7-1899 (Robles Carcedo, Cartas inditas, p. 257).

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revolucionario: Caminamos todos a la realizacin de un ideal remoto; conviene prevenirnos para que en el camino no muramos. Sin perder de vista el ideal, trabajamos por ir reformando las viejas instituciones. Semejante filosofa se ha visto ya no resultaba extraa al autor de Monvar. Blanco Aguinaga seal que el prlogo de Pi anuncia el reformismo que Martnez Ruiz ha venido rondando desde el principio.

1.2. El anciano Pi, militancia en el Partido Federal y cambio ideolgico

La relacin del joven Martnez Ruiz con el setentn Francisco Pi y Margall en los ltimos aos del siglo XIX igual le llamaba por su nombre que se refera a l como gran anciano, venerable anciano o sabio anciano es una de las que ms huella dej en su biografa poltica. Se trataron muy poco tiempo, debido a la muerte de Pi en noviembre de 1901, pero el recuerdo que dej en el escritor permaneci durante dcadas. Azorn le rindi admiracin, reconocimiento y complicidad en sus artculos, independientemente del momento ideolgico que atravesara. Pi era el recurso oportuno, el referente tico a seguir, el modelo que contrastaba con los vicios de la poltica nacional. Pi, en definitiva, era el maestro. Echar mano de su recuerdo para comentar cualquier acontecimiento de actualidad fue la salida, en ciertos periodos con intencin partidista, que utiliz en no pocas ocasiones. Y es que no en vano se trataba de la primera gran personalidad poltica que conoci. El hecho de que los mayores protagonismos del poltico en la I Repblica, de la que fue su segundo Presidente, hubieran pasado ya seduca a Martnez Ruiz, seguro de que se encontraba ante un personaje histrico. Para un joven interesado en la poltica de veintitrs aos cuando comenz a frecuentarle personalmente y veintiocho cuando muri

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el contacto con Pi, residente en Madrid, fue un privilegio. De l se haba hecho una idea muy generosa con antelacin. Su valoracin en Anarquistas literarios haba sido elevada: El ilustre tribuno es una de las personalidades ms eminentes de la Espaa contempornea, uno de los pocos hombres que con ms fe y decisin ha combatido siempre por la cultura nacional. El elogio que le dedic en el folleto pone en evidencia que a Pi lo tuvo como smbolo: El smbolo de la razn. Exaltaba su funcin en el peridico El Nuevo Rgimen como autor de artculos cortos, sustanciosos, sobre poltica, derecho o sociologa, escritos con frase armoniosa. La identificacin del joven escritor con el anarquismo y la reverencia hacia lo que representaba Pi para esta ideologa explica que en 1897, dos aos despus de la edicin de Anarquistas literarios, se animara a militar en el Partido Federal, a pesar de tratarse de una fuerza menor en la Restauracin. Su ingreso lo realiz a travs de la organizacin local de Monvar, que encabezaba el mdico Jos Prez Bernabu, a quien dedic una emotiva semblanza en el captulo XXVII de Memorias memoriales. El ambiente poltico local en las ltimas dcadas del siglo XIX, con toda la variedad de tendencias, lo conoca Martnez Ruiz a la perfeccin por sus estancias en la poblacin. En sus das de nonagenario lo recordaba con lucidez:

En Monvar existan conservadores de Cnovas, conservadores de Romero Robledo, o reformistas; liberales de Sagasta, o fusionistas; republicanos federales de Pi y Margall; castelarianos o posibilistas; salmeronianos o centralistas; carlistas; integristas de Nocedal. Y nada ms? Quedaba don Manuel Ruiz Zorrilla, emigrado a Pars [] Creo que se llamaban tambin republicanos progresistas51.

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Campos, op. cit., pp. 192-193.

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La militancia del joven en el federalismo cuenta con un documento clave: el de su adhesin pblica, reproducida parcialmente en El Nuevo Rgimen el 26 de septiembre de 1897 y completa en La Federacin de Alicante el 14 de noviembre52. Como complemento a este manifiesto, resulta til la correspondencia que el escritor remita a Prez Bernabu, con constantes alusiones a Pi y Margall53, lo que prueba que el joven autor fue puente de comunicacin entre la organizacin local y el clebre idelogo. El documento de adhesin al Partido Federal, cuyo original consta de once hojas manuscritas54, no slo es importante en lo que respecta a la reconstruccin de este episodio: su relevancia acrece por tratarse del minucioso autorretrato del ideario que asuma el futuro Azorn.

Sr. D. Jos Prez Bernabu. Mi querido amigo: Promet a usted hacer pblica mi adhesin a los principios que sustenta el gran repblico Pi y Margall, y cumplo gustoso mi promesa. Y la cumplo, porque juzgo que el partido republicano es, entre todos los partidos de Espaa, el nico que ofrece soluciones concretas a los problemas polticos y sociales que hoy preocupan los nimos. No hay nadie dentro de la esfera gubernamental y prctica, que piensa con tanta claridad como piensa el venerable anciano; no hay nadie que le aventaje en el rigor del pensamiento, en la disciplina de las ideas, en la lgica; y si como artista ha llegado con su prosa grande y severa donde ningn artista lleg, como filsofo se ha colocado el ilustre repblico que con tanta exactitud hablara del Estado y de la democracia en su libro Reaccin y Revolucin, al lado de cuantos pensadores

52

Prez de la Dehesa consult en los aos sesenta una coleccin de La Federacin en la Biblioteca Pblica de Alicante, lo que le permiti transcribir la carta completa (Prez de la Dehesa, Azorn y Pi, pp. 355366). Las cartas originales, procedentes del archivo privado de Jos Capilla Beltrn, se conservan actualmente en el ACMA. Su contenido se dio a conocer en los aos ochenta. Vase Pay Bernab, Jos, Azorn y su Casa-Museo, Actes du premier Colloque International Jos Martnez Ruiz (Azorn), Pau, Facult des Lettres et des Sciences Humaines, 1985, pp. 11-32. ACMA, 14-1.

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independientes si escasos poderosos, ha producido nuestra tierra; junto a Valds, junto a Marchena, junto a Lus Vives. Ningn poltico espaol, ningn estadista, ningn hombre de cuantos aspiran a realizar autoritariamente sus ideas sociales y polticas, posee espritu ms amplio y accesible, a las aspiraciones y a las necesidades, cada vez ms apremiantes, del pueblo obrero. Se impuso a su espritu la necesidad de la federacin republicana en tiempos en que an el ser republicano unitario, centralizador y desptico era un absurdo loco, y acept y preconiz con entusiasmo la federacin. Ms tarde divulgaronse con fuerza extraordinaria las doctrinas socialistas, creci la propaganda de las ideas redentoras del proletario, llevaron stos sus diputados a las Cmaras de pases extranjeros, y constituyeron Ayuntamiento de sus adeptos, y Pi y Margall, que socialista se haba mostrado como pensador en sus libros y singularmente en el prlogo a la obra de Tutau, Las Crisis, fue socialista tambin como hombre de Estado, y en el manifiesto-programa de 22 de junio de 1894 lo confirm plenamente. Y como admiti estas ideas, como acogi en su credo todas las conquistas de la sociologa hasta el presente, acoger lo mismo todas las que con el tiempo se realicen y sean compatibles con su carcter de director de un partido y jefe presunto de un Estado. Hoy por hoy las doctrinas socialistas no tienen entre nosotros ms ilustre representante que l, ni quien como l ofrezca gobierno ms liberal, ms expansivo, ms abierto a la iniciativa particular y a la espontaneidad del pueblo. Por eso yo aplaudo al sabio anciano y por eso ver siempre con gusto que el obrero, alma de la nacin, robustezca con sus esfuerzos los suyos, y trabaje por el advenimiento al poder de quien tantas garantas ofrece, por su genio, por su historia, por su honradez probada, de trocar en realidad las ideas que un da y otro ha proclamado. Yo me duelo de que el obrero nuestro, como el obrero de otros pases, gaste sus energas y se esfuerce en poner en prctica ideas generosas, s, nobles sobre todo y altamente humanas, pero irrealizables en estos tiempos; yo lamento que se empee en tal lucha y robustezca de este modo la tirana que vera derrotada si a partidos como el federal

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ayudara Nadie niega la justicia de sus ideales, nadie cierra los ojos a lo grande y a lo hermoso de una sociedad donde todos furamos iguales y libres, y donde el trabajo fuera el mismo para todos, voluntario, alegre, moderado, y donde todos compartiramos los goces de la tierra, los place