Ayuda al estudio bíblico - ¿Es toda carne propia para alimento?

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ios nos ha dado sus leyes para nuestro bien. Ellas nos reve- lan las verdaderas normas de Dios: cómo distinguir entre el bien y el mal, entre lo bueno y lo erróneo, entre lo que es provechoso y lo que es da- ñino. Nos enseñan a hacer diferencia entre lo santo y lo profano. Las leyes de Dios también definen cómo nosotros debemos ser santos, consagrados al servicio de nues- tro Creador. A medida que aplicamos las leyes de Dios en nuestra vida, éstas nos ayudan a adoptar una nueva forma de pensar: a pen- sar más como Dios. También cambian nuestra percepción. Por ejemplo, guardar el sábado y demás fiestas bíblicas va cambian- do la forma en que vemos y utilizamos el tiempo. El principio del diezmo cambia nuestra apreciación y uso de los recursos económicos. Y las leyes de Dios que nos di- cen qué clases de carne son propias para el consumo cambian nuestra forma de consi- derar lo que comemos. Dios espera que los maestros y dirigen- tes religiosos enseñen a la gente a distinguir entre lo que la Biblia define como compor- tamiento bueno y comportamiento malo. Por medio del profeta Ezequiel ordenó: “Enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio” (Ezequiel 44:23). Si bien algunas de las leyes de Dios pue- den parecer extrañas a nuestro modo de ver, y no captamos de inmediato su verdadero propósito, la verdad es que nos ayudan a evi- tar muchos males físicos, morales y espiri- tuales. La Palabra de Dios nos da un marco para una vida saludable en los aspectos físi- co, moral y espiritual. Dios nos ha dado sus principios de salud, limpieza y santidad para nuestro bien a largo plazo, tanto en esta vida como en la venidera (1 Timoteo 4:8). Uno de los propósitos de nuestra existen- cia es que aprendamos a basar nuestra vida en las palabras de Dios (Mateo 4:4; Lucas 4:4; Deuteronomio 8:3). La Palabra de Dios —la Biblia— abarca todos los aspectos de la vida, incluso lo que comemos. Muchos no saben que Dios ha hecho distinciones en- tre lo que debemos y lo que no debemos co- mer. Otros piensan que tales diferencias no están vigentes en la actualidad. Pero con- viene que hagamos a un lado las opiniones humanas y examinemos lo que la Biblia dice sobre este asunto. Conceptos populares Muchas personas consumen regularmen- te varios productos de carne de cerdo, tales como jamón, salchichas y tocino, y no sien- ten ninguna consecuencia adversa inmedia- ta. Por consiguiente, hay quienes han queri- do buscar una explicación científica en la ra- zón por la cual Dios les prohibió a los israelitas que comieran cerdo. Una de las teorías sostiene que Dios se lo prohibió de- bido a que los cerdos son portadores de cier- tas enfermedades, entre ellas la triquinosis. Al fin y al cabo, en los tiempos del antiguo Israel la gente no tenía neveras ni refrigera- doras y tampoco existían investigadores que les informaran acerca de los peligros de co- mer esta carne sin que estuviera bien cocida. Al parecer, los resultados de las investi- gaciones modernas han despejado todas es- tas dudas, porque el riesgo de los parásitos y los microbios desaparece casi totalmente al cocer muy bien estos alimentos. Por lo tan- to, muchos concluyen que para Dios es per- fectamente aceptable que comamos carne de cerdo. La gran mayoría de las personas que la consumen logran vivir hasta una edad avanzada; pueden concluir entonces (si es que alguna vez piensan algo al respecto) que consumirla no tiene ningún efecto nocivo ni para la salud ni para la longevidad. Algo semejante ocurre con los conceptos religiosos. Los teólogos, suponiendo que las leyes de la alimentación humana se origina- ron en el antiguo pacto de Dios con Israel, han concluido erróneamente que con el es- tablecimiento del nuevo pacto estas leyes perdieron su vigencia. Según este razona- miento, son muchas las leyes del Antiguo Testamento que ya no se aplican en la vida de los cristianos. Para algunos, el apóstol Pablo confirmó esta perspectiva cuando afirmó: “Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es in- mundo en sí mismo; mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es” (Roma- nos 14:14). Según esta forma de plantear las cosas, el Dios del Antiguo Testamento es visto como “el gran médico”, y Jesús, en el Nuevo Tes- tamento, como “el gran libertador” de los que estaban sujetos a la ley de Dios. Si ana- lizamos la lista de los animales limpios y los inmundos que Dios les dio a los israelitas únicamente desde un punto de vista médi- co, nuestra perspectiva moderna, liberal e ilustrada, nos llevará a despojar las normas de Dios completamente de su valor y a creer que en nuestra sociedad ya no hacen falta tales medidas para preservarnos de las en- fermedades. Al suponer que Jesús, sabiendo esto, les ha dado a sus seguidores una liber- tad total para decidir sobre estos asuntos, llegaremos a la conclusión de que Dios es- tará perfectamente de acuerdo con cual- quier decisión que tomemos. Si bien algunas de las leyes de Dios pueden parecer extrañas a nuestro modo de ver, nos dan un marco para una vida saludable en los aspectos físico, moral y espiritual. Dios nos ha dado sus principios de salud, limpieza y santidad para nuestro bien a largo plazo, tanto en esta vida como en la venidera (1 Timoteo 4:8). ¿Es toda carne propia para alimento? 1 ¿Es toda carne propia para alimento? Muchas personas tienen conceptos erróneos acerca de lo que debemos y no debemos comer. ¿Qué nos dicen las Escrituras sobre este asunto? D

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-- ¿Es toda carne propia para alimento? -- ¿Cómo podemos entender las Escrituras? -- ¿Fueron abolidas en el Nuevo Testamento las leyes alimentarias? -- ¿Qué significa "inmundo" en Romanos 14? -- No es solo cuestión de dieta -- http://espanol.ucg.org/folletos

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ios nos ha dado sus leyes paranuestro bien. Ellas nos reve-lan las verdaderas normas de

Dios: cómo distinguir entre elbien y el mal, entre lo bueno y lo erróneo,entre lo que es provechoso y lo que es da-ñino. Nos enseñan a hacer diferencia entrelo santo y lo profano. Las leyes de Diostambién definen cómo nosotros debemosser santos, consagrados al servicio de nues-tro Creador.

A medida que aplicamos las leyes deDios en nuestra vida, éstas nos ayudan aadoptar una nueva forma de pensar: a pen-sar más como Dios. También cambiannuestra percepción. Por ejemplo, guardar elsábado y demás fiestas bíblicas va cambian-do la forma en que vemos y utilizamos eltiempo. El principio del diezmo cambianuestra apreciación y uso de los recursoseconómicos. Ylas leyes de Dios que nos di-cen qué clases de carne son propias para elconsumo cambian nuestra forma de consi-derar lo que comemos.

Dios espera que los maestros y dirigen-tes religiosos enseñen a la gente a distinguirentre lo que la Biblia define como compor-tamiento bueno y comportamiento malo.Por medio del profeta Ezequiel ordenó:“Enseñarán a mi pueblo a hacer diferenciaentre lo santo y lo profano, y les enseñarána discernir entre lo limpio y lo no limpio”(Ezequiel 44:23).

Si bien algunas de las leyes de Dios pue-den parecer extrañas a nuestro modo de ver,y no captamos de inmediato su verdaderopropósito, la verdad es que nos ayudan a evi-tar muchos males físicos, morales y espiri-tuales. La Palabra de Dios nos da un marcopara una vida saludable en los aspectos físi-co, moral y espiritual. Dios nos ha dado susprincipios de salud, limpieza y santidad paranuestro bien a largo plazo, tanto en esta vidacomo en la venidera (1 Timoteo 4:8).

Uno de los propósitos de nuestra existen-cia es que aprendamos a basar nuestra vidaen las palabras de Dios (Mateo 4:4; Lucas

4:4; Deuteronomio 8:3). La Palabra de Dios—la Biblia— abarca todos los aspectos dela vida, incluso lo que comemos. Muchosno saben que Dios ha hecho distinciones en-tre lo que debemos y lo que no debemos co-mer. Otros piensan que tales diferencias noestán vigentes en la actualidad. Pero con-viene que hagamos a un lado las opinioneshumanas y examinemos lo que la Bibliadice sobre este asunto.

Conceptos populares

Muchas personas consumen regularmen-te varios productos de carne de cerdo, talescomo jamón, salchichas y tocino, y no sien-ten ninguna consecuencia adversa inmedia-ta. Por consiguiente, hay quienes han queri-do buscar una explicación científica en la ra-zón por la cual Dios les prohibió a losisraelitas que comieran cerdo. Una de lasteorías sostiene que Dios se lo prohibió de-bido a que los cerdos son portadores de cier-tas enfermedades, entre ellas la triquinosis.Al fin y al cabo, en los tiempos del antiguo

Israel la gente no tenía neveras ni refrigera-doras y tampoco existían investigadores queles informaran acerca de los peligros de co-mer esta carne sin que estuviera bien cocida.

Al parecer, los resultados de las investi-gaciones modernas han despejado todas es-tas dudas, porque el riesgo de los parásitos ylos microbios desaparece casi totalmente alcocer muy bien estos alimentos. Por lo tan-to, muchos concluyen que para Dios es per-fectamente aceptable que comamos carne decerdo. La gran mayoría de las personas quela consumen logran vivir hasta una edadavanzada; pueden concluir entonces (si es

que alguna vez piensan algo al respecto) queconsumirla no tiene ningún efecto nocivo nipara la salud ni para la longevidad.

Algo semejante ocurre con los conceptosreligiosos. Los teólogos, suponiendo que lasleyes de la alimentación humana se origina-ron en el antiguo pacto de Dios con Israel,han concluido erróneamente que con el es-tablecimiento del nuevo pacto estas leyesperdieron su vigencia. Según este razona-miento, son muchas las leyes del AntiguoTestamento que ya no se aplican en la vidade los cristianos.

Para algunos, el apóstol Pablo confirmóesta perspectiva cuando afirmó: “Yo sé, yconfío en el Señor Jesús, que nada es in-mundo en sí mismo; mas para el que piensaque algo es inmundo, para él lo es” (Roma-nos 14:14).

Según esta forma de plantear las cosas, elDios del Antiguo Testamento es visto como“el gran médico”, y Jesús, en el Nuevo Tes-tamento, como “el gran libertador” de losque estaban sujetos a la ley de Dios. Si ana-

lizamos la lista de los animales limpios y losinmundos que Dios les dio a los israelitasúnicamente desde un punto de vista médi-co, nuestra perspectiva moderna, liberal eilustrada, nos llevará a despojar las normasde Dios completamente de su valor y a creerque en nuestra sociedad ya no hacen faltatales medidas para preservarnos de las en-fermedades. Al suponer que Jesús, sabiendoesto, les ha dado a sus seguidores una liber-tad total para decidir sobre estos asuntos,llegaremos a la conclusión de que Dios es-tará perfectamente de acuerdo con cual-quier decisión que tomemos.

Si bien algunas de las leyes de Dios pueden parecer extrañas anuestro modo de ver, nos dan un marco para una vida saludable

en los aspectos físico, moral y espiritual. Dios nos ha dado susprincipios de salud, limpieza y santidad para nuestro bien a largoplazo, tanto en esta vida como en la venidera (1 Timoteo 4:8).

¿Es toda carne propia para alimento? 1

¿Es toda carnepropia para alimento?

Muchas personas tienen conceptos erróneos acerca de lo que debemos y no debemos comer. ¿Qué nos dicen las Escrituras sobre este asunto?

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Esto es lo que enseñan muchas iglesias,pero ¿qué dice la Biblia al respecto?

El punto de vista de Dios

Dios nos creó a su imagen y semejanza(Génesis 1:26-27), y al hacerlo así nos dio lacapacidad de razonar. Eso es algo grandio-so, pero no significa que seamos infalibles.Dios nos dice: “Mis pensamientos no sonvuestros pensamientos, ni vuestros caminosmis caminos . . . Como son más altos loscielos que la tierra, así son mis caminos másaltos que vuestros caminos, y mis pensa-mientos más que vuestros pensamientos”(Isaías 55:8-9). Es Dios, no nosotros, quientiene la autoridad sobre nuestra conducta(Proverbios 14:12), y esto incluye la clasede alimentos que debemos o no debemosconsumir. El gran profeta Jeremías recono-ció esto abiertamente: “Conozco, oh Eter-no, que el hombre no es señor de su camino,ni del hombre que camina es el ordenar suspasos” (Jeremías 10:23).

Si tomamos en serio lo que estos pasajesnos dicen, entonces debemos examinar cui-dadosamente este asunto de las carnes lim-pias y las inmundas. En lugar de confiar ennuestro propio razonamiento, más vale queestemos seguros de cuál es el punto de vistaque tiene Dios al respecto.

El origen de las diferencias

La primera referencia bíblica que en-contramos acerca de la diferencia entre losanimales limpios y los impuros aparecemucho antes de que los israelitas salierande Egipto.

Aproximadamente mil años antes de ce-lebrar el pacto con la nación de Israel, Diosinstruyó a Noé para que tomara una parejade animales impuros y siete parejas de ani-males limpios y los introdujera en el arca(Génesis 6:19; 7:2). Dios no le dijo a Noéque esta era la primera vez que estaba esta-bleciendo la diferencia entre estas dos cate-gorías de animales. Simplemente le dijo:“De todo animal limpio tomarás siete pare-jas, macho y su hembra; mas de los anima-les que no son limpios, una pareja, el machoy su hembra” (Génesis 7:2). Dios no tuvoque explicarle a Noé qué quería decir con“limpio” y “no limpio”; él entendía perfec-tamente a qué se refería Dios y lo obedeció.Si queremos entender lo que Dios quiso de-cir con esos términos, tendremos que buscarla explicación en otra parte de la Biblia, asaber, Levítico 11 y Deuteronomio 14.

Lo que nos enseña este episodio de Noées que siglos antes del pacto que Dios cele-

brara con Israel, ya se tenía conocimiento deque había una diferencia entre los animaleslimpios y los impuros. Podemos ver, pues,que la idea tan difundida de que la limpiezao impureza de los animales existe sólo a par-tir del antiguo pacto, simplemente no es cier-ta. Debido a que esta diferencia existía antesdel sistema de sacrificios que tenía Israel yantes del sacerdocio levítico, es correcto de-cir que no ha cesado simplemente porque és-tos ya no están vigentes en la actualidad.Como veremos, la Biblia nos enseña que ladiferencia entre lo limpio y lo inmundo nun-ca ha perdido su validez ni su significado.

Si pensamos que esta ley de Dios no ha-bía existido hasta el momento en que fuecodificada, esto podría llevarnos a concluirerróneamente que bajo el nuevo pacto yano está vigente porque, como algunos loaseveran, las únicas leyes que siguen en vi-gencia son las que fueron reafirmadas en elNuevo Testamento después de la resurrec-ción de Cristo. Sin embargo, Jesús mismoaclaró en Mateo 5:17-19 que este razona-miento no es válido. Aunque estos argu-mentos son falsos, nos llevan a considerarun asunto muy importante: la continuidadde la ley de Dios.

La naturaleza de la ley de Dios

Algunas personas aseveran que Dios lespermitió a Adán y Eva que comieran la car-ne de cualquier animal, pero que le impusorestricciones dietéticas a Noé. Otros dicenque Noé podía comer lo que quisiera, a pe-sar de la diferencia que Dios había manifes-tado acerca de los animales, porque Dios no

le había prohibido específicamente que lohiciera. Todo este razonamiento es erróneopor cuanto pasa por alto la naturaleza per-manente de los principios espirituales queconstituyen el fundamento de las instruc-ciones de Dios para la humanidad.

Todas las instrucciones de Dios están ba-sadas en principios espirituales que siemprehan existido. De la misma forma en queDios es eterno (Deuteronomio 33:27; Sal-mos 90:2), también lo son los principios quereflejan su carácter y su naturaleza santa(Salmos 119:142, 144; Malaquías 3:6). La

ley de Dios está basada en su carácter, elcual no cambia ni depende de aconteci-mientos, sucesos o actitudes que ocurran enel devenir humano.

De principio a fin, la Biblia es un libroacerca de la ley. Esto no significa que sea unlibro únicamente de derecho. La palabra leyes una traducción de la voz hebrea torá, quesignifica “dirección” e “instrucción”, con-ceptos que abarcan mucho más que un sim-ple código legal. Desde luego, la ley deDios es más antigua que la Biblia. El após-tol Pablo nos dice que “la ley es espiritual”(Romanos 7:14).

En su esencia, la Biblia es un libro que tie-ne que ver con las relaciones interpersona-les, especialmente la forma en que las perso-nas se relacionaban con Dios en el pasado y,con base en las experiencias de ellas, cómodebemos relacionarnos nosotros con él en laactualidad. La ley de Dios —su instruccióny guía para la humanidad— revela los prin-cipios necesarios para poder establecer ycultivar con él una relación íntima que nosconduzca a la vida eterna (Juan 17:2-3).

Con el tiempo, a medida que vamos culti-vando nuestra relación con Dios, tambiéniremos aprendiendo más y más a vivir comoél quiere que vivamos. Así, nuestras accionesy pensamientos estarán más de acuerdo consu ley y haremos lo que a él le agrada (Mateo7:21; Juan 14:15; Apocalipsis 14:12).

Cuando entendemos realmente los prin-cipios espirituales de la ley de Dios, no nosinteresa buscar por dónde podemos esca-parnos para no obedecer lo que nos ordena.Cuando disfrutamos de una verdadera rela-

ción personal con Dios, nos agrada guardarsus mandamientos y queremos complacer-le (1 Juan 5:2). Como este apóstol clara-mente nos dice: “Este es el amor a Dios, queguardemos sus mandamientos, y sus man-damientos no son gravosos” (v. 3). Todoslos mandamientos existen para nuestrobienestar físico y espiritual.

¿Ha cambiado algún aspecto de la ley de Dios?

Analicemos otro aspecto de la naturale-za de la ley de Dios. Algunos, teniendo en

2 ¿Es toda carne propia para alimento?

De principio a fin, la Biblia es un libro acerca de la ley. Esto no significa que sea un libro únicamente de derecho. La palabra ley es una traducción de la voz hebrea torá,que significa “dirección” e “instrucción”, conceptos que

abarcan mucho más que un simple código legal.

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cuenta los cambios evidentes que han ocu-rrido desde los tiempos del Antiguo Testa-mento respecto a las leyes de los sacrificiosy la circuncisión, piensan que la ley deDios es temporal.

La base de este argumento es la confu-sión que existe en cuanto a la forma en quese administran en diferentes circunstanciaslos principios espirituales de Dios. El após-tol Pablo, quien escribió acerca de la ley“espiritual” de Dios (Romanos 7:14), tam-bién señaló en 2 Corintios 3 las diferenciasque existen entre la administración de lasleyes de Dios bajo el antiguo pacto y bajoel nuevo.

Sin embargo, administrar las cosas deuna manera distinta no es lo mismo queabrogar la ley de Dios, porque como Jesúsdijo en Mateo 5:18: “Hasta que pasen el cie-lo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasaráde la ley, hasta que todo se haya cumplido”.Dios ha instituido, y en ocasiones permiti-do, cambios en la forma en que se adminis-tra o aplica su ley. En todos estos casos, enla Escritura se nos explica el cambio admi-nistrativo. En el Nuevo Testamento no en-contramos ningún cambio referente a lascarnes limpias y las inmundas.

Reveladas, luego codificadas

Es evidente que las leyes de Dios existíanmucho antes de Moisés y los israelitas. Porejemplo, Dios dijo: “Oyó Abraham mi voz,y guardó mi precepto, mis mandamientos,mis estatutos y mis leyes” (Génesis 26:5).

Luego, cuando Dios comenzó a relacio-narse con el pueblo de Israel, no formuló nianunció por primera vez su ley; él la volvióa declarar a un grupo de personas que ha-bían estado esclavizadas por varias genera-ciones en Egipto (Éxodo 12:41). Bajo esascircunstancias, era muy poco probable quese acordaran de ella y mucho menos que laestuvieran obedeciendo. Parte de la laborque Dios realizó con Israel fue codificar suley para esa nueva nación.

Antes de que los israelitas salieran deEgipto, Dios comenzó a instruirlos acercade sus fiestas santas (Éxodo 5:1; 12:1-51).Luego, durante su travesía hacia el Sinaí,les enseñó la importancia de guardar su díade reposo semanal, el séptimo día de la se-mana (Éxodo 16:23), y acompañó esta en-señanza con milagros inequívocos al en-viarles una doble porción de maná el díasexto y nada el sábado (vv. 25-29). Cuandoalgunos israelitas pasaron por alto esta ins-trucción y salieron el sábado a buscarmaná, Dios los reprendió: “¿Hasta cuándo

no querréis guardar mis mandamientos ymis leyes?” (v. 28).

Esto ocurrió antes de que los israelitasllegaran al desierto de Sinaí (Éxodo 19:1-2).Fue allí donde Dios codificó el mandamien-to de guardar el sábado como parte del De-cálogo (Éxodo 20:1-17). Además de losDiez Mandamientos, Dios también les dio a

los israelitas sus juicios y estatutos —pre-ceptos prácticos que les ayudaron a aplicarcorrectamente la ley— y más instruccionesacerca del día de reposo y las fiestas (Éxodo21-23). Dios les prometió que si lo obede-cían en todo, los bendeciría físicamentedándoles salud, protección y prosperidad ensu nueva tierra (Éxodo 23:25-33).

El propósito de la diferencia

En Levítico 11 y Deuteronomio 14 en-contramos las listas de los animales lim-pios y los inmundos. La primera fue dada ala generación de israelitas que había sidorescatada de la esclavitud en Egipto. EnDeuteronomio, Dios repitió e hizo hincapiéen sus instrucciones para la próxima gene-ración, que estaba a punto de heredar laTierra Prometida.

En ambos pasajes se nos explica la razónpor la cual fueron dadas estas instrucciones.En Levítico 11 Dios dice que para poder ser“santos” es necesario evitar lo que es in-mundo. En Deuteronomio 14 leemos queIsrael no debía comer “nada abominable”(v. 3), “porque eres pueblo santo al Eternotu Dios” (vv. 2, 21). Ser santo significa serapartado o separado por y para Dios.

Si examinamos cuidadosamente estoscapítulos veremos que el motivo específicopor el cual Dios nos prohíbe consumir lacarne de animales inmundos es el de la san-tidad. Quiere que seamos santos. Puestoque le pertenecemos, y además nos comprócon la sangre de Jesucristo, Dios no quiereque nos profanemos con ninguna clase decontaminación, ya sea física o espiritual(1 Corintios 6:15-20). Para Dios, el hechode no consumir animales inmundos es unade las señales de la santidad que identificana todos aquellos que ha apartado para teneruna relación especial con él.

Todas las personas que han sido llama-das a tener esa relación con Dios deben re-flejar la santidad de él en sus pensamientosy acciones. Dios quiere un comportamien-to santo, una forma de vida diferente de laque sigue el resto del mundo. La santidaden la conducta está basada en nuestra acti-tud hacia Dios, hacia los demás y hacia no-

sotros mismos, que hace que nuestras ac-ciones no causen sufrimiento ni perju-diquen a nadie. Este modo de vivir contri-buye a las relaciones positivas y edifican-tes. Por supuesto, ser santo implica muchomás que no comer carnes inmundas. Jesúshabló acerca de “lo más importante de laley”, o sea la justicia, la misericordia y la fe(Mateo 23:23).

Dios ha dado sus leyes a gente física, ycuando las desobedecemos sufrimos lasconsecuencias. Por ejemplo, si cometemosadulterio esto bien puede traer como conse-cuencia la destrucción del matrimonio y dela familia. En Deuteronomio 28 se enume-ran las calamidades que ocurrirían a los is-raelitas si quebrantaban los mandamientosde Dios. Empero, Dios les prometió que siobedecían sus mandamientos, ellos seríansu pueblo santo (v. 9).

Dios siempre ha deseado que su pueblosea santo. Como lo expresó el apóstol Pa-blo: “Nos escogió en él antes de la funda-ción del mundo, para que fuésemos santosy sin mancha delante de él” (Efesios 1:4).Por su parte, el apóstol Pedro exhortó a loscristianos con estas palabras: “Como hijosobedientes, no os conforméis a los deseosque antes teníais estando en vuestra igno-rancia; sino, como aquel que os llamó essanto, sed también vosotros santos en todavuestra manera de vivir; porque escritoestá: Sed santos, porque yo soy santo”(1 Pedro 1:14-16; ver también Levítico11:44-45). Por supuesto, al decir esto Pedrotenía en mente todos los aspectos de la con-ducta cristiana, no sólo el dejar de comercarne inmunda.

Pablo también les recordó a los corintioslas instrucciones que Dios había dado al res-pecto: “Por lo cual, salid de en medio deellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis

¿Es toda carne propia para alimento? 3

En su esencia, la Biblia es un libro que tiene que ver con las relaciones interpersonales, especialmente la forma en que las personas se relacionaban con Dios en el pasado

y, con base en las experiencias de ellas, cómo debemos relacionarnos nosotros con él en la actualidad.

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lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vo-sotros por Padre, y vosotros me seréis hijose hijas, dice el Señor Todopoderoso. Así que,amados, puesto que tenemos tales promesas,limpiémonos de toda contaminación de car-ne y de espíritu, perfeccionando la santidaden el temor de Dios” (2 Corintios 6:17-7:1).

Un cambio de administración

Cuando Jesucristo murió por nuestrospecados y fue resucitado, se convirtió ennuestro Sumo Sacerdote y su ministerio re-emplazó el sacerdocio levítico, que habíaestado vigente desde los tiempos de Moisés(Hebreos 7:11-14). “Jesús es hecho fiadorde un mejor pacto” (v. 22), llamado el “nue-vo pacto” (Hebreos 8:8, 13).

El ministerio de Jesucristo no anula laley de Dios. Al contrario, Dios escribe suley en la mente y en el corazón de todos losque entran en el nuevo pacto (v. 10). Jesúsdijo claramente que no había venido paraabolir la ley (Mateo 5:17-19). El nuevopacto, del cual Jesús es nuestro Sumo Sa-cerdote, tiene “mejores promesas” (He-breos 8:6), pero no es una ley diferente nimejor. Entre las mejores promesas están lade la vida eterna y la de la presencia del Es-píritu Santo en nosotros que nos da el poderque necesitamos para cumplir la ley deDios (Romanos 8:4).

En Romanos 6:22-23 el apóstol lo resu-mió de esta manera: “Ahora que habéis sidolibertados del pecado y hechos siervos deDios, tenéis por vuestro fruto la santifica-ción, y como fin, la vida eterna. Porque lapaga del pecado es muerte, mas la dádiva deDios es vida eterna en Cristo Jesús Señornuestro”. Un verdadero cristiano se esfuer-za por someterse a las instrucciones queDios le da y vivir una vida santa.

Cuando Dios instituyó el cambio admi-nistrativo de sustituir el sacerdocio levíticopor el sacerdocio de Cristo, los principios ad-ministrativos que se aplicaban únicamente alos levitas dejaron de aplicarse de la mismamanera: “Porque cambiado el sacerdocio,necesario es que haya también cambio deley” (Hebreos 7:12). La ley a que se refiereaquí es la que estaba explícitamente relacio-nada con quién podía ser un sacerdote; esteprecepto no fue anulado sino cambiado(vv. 13-14). El cambio de sacerdocio noabrogó las leyes y los principios que Dios nosdio para nuestro beneficio espiritual y físico.

En tiempos del Nuevo Testamento, laiglesia y los apóstoles continuaron recono-ciendo y practicando las normas de Dioscon respecto a la diferencia entre las carneslimpias y las inmundas (Hechos 10:14). Al-gunos piensan que esto es algo que se rela-ciona únicamente con la cultura o la tradi-

ción, pero la Biblia menciona los animalesinmundos en ciertos acontecimientos profé-ticos que aún están por suceder (Apocalip-sis 18:2) y también profetiza los castigosque vendrán para aquellos que se nieguen aobedecer esta ordenanza (Isaías 66:15-17).La Biblia continúa designando la obedien-cia a las leyes acerca de las carnes limpias ylas inmundas como una de las señales queidentifican al pueblo de Dios.

No debemos avergonzarnos si por seguirlas leyes de Dios somos diferentes de la so-ciedad que nos rodea. Hablando acerca delos llamados de Dios, el apóstol Pedro nosdice: “Vosotros sois linaje escogido, real sa-cerdocio, nación santa, pueblo adquirido porDios para que anunciéis las virtudes de aquelque os llamó de las tinieblas a su luz admira-ble” (1 Pedro 2:9). ¡Dios dice que su puebloescogido ha sido llamado a la santidad!

Sin embargo, un cristiano siempre debeser prudente y discreto en su forma de obe-decer y practicar estas leyes, y debe ser cui-dadoso para no tratar de obligar a sus fami-liares y amigos a que sigan estas normas.Como nos dice el apóstol Pablo: “Andadsabiamente para con los de afuera, redi-miendo el tiempo. Sea vuestra palabrasiempre con gracia, sazonada con sal, paraque sepáis cómo debéis responder a cadauno” (Colosenses 4:5-6).

4 ¿Es toda carne propia para alimento?

El apóstol Pablo enunció uno de los principios esenciales delestudio de la Biblia: “Toda la Escritura es inspirada por Dios,

y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir enjusticia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, entera-mente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17).Cuando Pablo escribió esto, el término Escritura se refería a loque ahora conocemos como el Antiguo Testamento. En ese en-tonces, los escritos que más tarde se conocerían como el NuevoTestamento no habían sido reconocidos como parte de las Es-crituras; algunos ni siquiera habían sido escritos.

La Biblia se nos presenta como un todo; en ella hay unidad.Toda la Escritura es inspirada por Dios y es una guía para la con-ducta humana. Si queremos entender la Biblia claramente, esnecesario que estudiemos todos los pasajes que hay respecto adeterminado tema. De esta manera dejamos que la Biblia se in-terprete a sí misma y nos dé el cuadro completo y coherente so-bre cuál es la voluntad de Dios y cuál es su instrucción respectoal tema que estamos investigando.

Si leemos cada pasaje en forma aislada, sin tener en cuentatodo lo que la Biblia nos dice, ésta nos parecerá una simple co-lección de pensamientos y escritos contradictorios en lugar dela revelación de Dios. Lo que Pablo nos dice en 2 Timoteo 3:16-17 nos muestra la premisa fundamental que debe guiar nues-tro estudio e interpretación de la Biblia: toda ella es la inspiradarevelación de Dios.

En Génesis 9:3 encontramos un caso en el que podemosaplicar este principio acerca de cómo entender correctamente

lo que la Escritura nos dice. En este versículo leemos: “Todo loque se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como laslegumbres y plantas verdes, os lo he dado todo”. Si analiza-mos estas palabras dentro de un contexto más amplio, vemosque lo que aquí se dice, en términos generales, es que hay tan-to animales como plantas que fueron creados para la alimen-tación del hombre.

En otros pasajes Dios nos especifica que no todos los anima-les son propios para el consumo humano, como tampoco loson todas las plantas verdes. De hecho, ciertas plantas y ciertosanimales son tan venenosos que incluso pueden ser mortalespara quien los coma. Sin embargo, en el reino animal hay unafuente de alimentación para el hombre, según lo establece entérminos generales el versículo 3 de Génesis 9.

Algunos que siguen un método erróneo para interpretar lasEscrituras afirman que este pasaje anula la distinción entre losanimales limpios y los inmundos que existía en Génesis 7. Peroel error de este método consiste en que impone restricciones ala Palabra de Dios en forma arbitraria. El resultado es que las le-yes divinas (y, por ende, Dios mismo) parecen caprichosas y ar-bitrarias. Pero Dios no es así, pues él no cambia (Malaquías 3:6;Santiago 1:17). Las Escrituras no se anulan ni se contradicen,sino que se complementan de tal manera que revelan un cua-dro completo de la voluntad del Eterno.

Dios espera que con la guía de su santo Espíritu aprendamosa entender y a aplicar correctamente los principios revelados ensu Palabra (2 Timoteo 2:15). ❏

¿Cómo podemos entender las Escrituras?

Page 5: Ayuda al estudio bíblico - ¿Es toda carne propia para alimento?

egún algunos teólogos, con la cruci-fixión de Cristo se anularon las leyes

que Dios había promulgado respec-to a las carnes limpias y las inmun-

das. Para ellos, bajo el nuevo pacto los cris-tianos ya no tienen que guardar estas leyes.Pero ¿qué es lo que la Biblia dice realmente?

El cambio del sacerdocio levítico al mi-nisterio de Jesucristo fue un cambio admi-nistrativo. Sin embargo, este cambio no in-validó la necesidad de que obedezcamos lasleyes que Dios ha promulgado (no solamen-te las referentes a las carnes limpias y las in-mundas) como parte de nuestra santificacióny separación como pueblo suyo (Levítico11:44-47; 19:2; 20:7, 22-26; 21:8). Losapóstoles Pedro y Pablo siguieron insistien-do en la necesidad de que el pueblo de Diosfuera santo (Efesios 1:4; 1 Pedro 1:14-16).

Algunos eruditos bíblicos reconocen elhecho de que los miembros de la iglesiaapostólica continuaron guardando la orde-nanza que prohíbe el consumo de carnes in-mundas. Muchos creen, sin embargo, queen el nuevo pacto se ha abolido gran partede la ley de Dios, y que las leyes referentesa las carnes limpias y las inmundas fueronsimplemente costumbres de la cultura judíaque se mantuvieron hasta que la iglesia es-tuvo compuesta por una mayoría de genti-les. Naturalmente, estas ideas preconcebi-das han influido en la interpretación de cier-tos pasajes bíblicos.

Estudiemos los pasajes del Nuevo Testa-mento que se refieren a los alimentos. Sianalizamos objetivamente el contexto decada uno, podremos aclarar cuál es su apli-cación para nosotros.

La visión de Pedro

Un pasaje que frecuentemente se malen-tiende es el de la visión en la cual el apóstolPedro “vio el cielo abierto, y que descendía

algo semejante a un gran lienzo, que atadode las cuatro puntas era bajado a la tierra; enel cual había de todos los cuadrúpedos te-rrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vinouna voz: Levántate, Pedro, mata y come”(Hechos 10:11-13).

Creyendo que se le estaba ordenandoque comiera animales inmundos, la res-puesta espontánea de Pedro fue: “Señor,no; porque ninguna cosa común o inmundahe comido jamás” (v. 14). Esto ocurrió tresveces (v. 16).

Sin terminar el relato, muchos lectoresdan por sentado que han entendido el signi-ficado de la visión: que Dios le dijo a Pedroque podemos comer de toda clase de carnes.Pero si leemos cuidadosamente, veremosque esto no es lo que Pedro entendió. De he-cho, aun después de verla tres veces, “esta-ba perplejo dentro de sí sobre lo que signifi-caría la visión que había visto” (v. 17).

Más tarde, Pedro captó el significado deesta revelación: “Amí me ha mostrado Diosque a ningún hombre llame común o in-mundo” (v. 28). Dándose cuenta del verda-dero significado de la visión, Pedro bautizóa los primeros gentiles (es decir, no israeli-tas) que Dios llamó a la iglesia (vv. 45-48).

El relato nos dice claramente que la vi-sión divina no tenía nada que ver con losalimentos; se refería más bien a personas.Para los dirigentes religiosos de la época deJesús, los gentiles eran inmundos. Esta ideatambién había afectado a Pedro y otrosmiembros de la iglesia, pero esta dramáticavisión fue en contra de tal concepto. Ahoraentendieron claramente que Dios estabaofreciendo la salvación a todos, de maneraque los gentiles también eran bienvenidos ala Iglesia de Dios.

En lugar de abolir las instrucciones deDios con respecto a la alimentación, lo queestos versículos nos demuestran es que dos

decenios después de la muerte y resurrecciónde Jesucristo, Pedro no había comido ningu-na cosa común o inmunda (Hechos 10:14).

Resulta obvio que Pedro no creía queDios había abrogado sus propias leyes ali-mentarias, ni que la muerte y resurrecciónde Cristo las hubiera hecho obsoletas. Por eltestimonio propio de Pedro podemos verque él siguió guardando estas leyes.

Tampoco existe prueba alguna de que hu-biera comido carnes inmundas después deeste episodio. Está claro que Pedro continuóobedeciendo las leyes de Dios respecto a lascarnes limpias y las inmundas porque no ha-bía ninguna razón para cambiar. Después dereflexionar detenidamente, pudo entenderque en esta visión Dios no estaba anulandolo que había ordenado acerca de las carneslimpias y las inmundas (vv. 17-19, 28). An-tes bien, le estaba mostrando al apóstol queahora también los gentiles podían formarparte de la iglesia (vv. 34-35, 45-48).

Una controversia en la iglesia

Al leer el Nuevo Testamento nos damoscuenta de que existió una controversia res-pecto a la alimentación. Si examinamoscuidadosamente las Escrituras, podemosentender cuál era en realidad el motivo deldebate.

En 1 Corintios 8 el apóstol Pablo da unaexplicación acerca de “las viandas que sesacrifican a los ídolos” (v. 4). ¿Por qué sediscutía acerca de esto?

“En la época de Pablo, frecuentementela carne era sacrificada y ofrecida en los al-tares paganos como ofrenda a los dioses.Más tarde, esa misma carne se vendía enlas carnicerías públicas. Algunos cristianosse preguntaban si para ellos era correctocomer esta clase de carne que había sidopreviamente ofrecida a los dioses paganos”(Nelson’s New Illustrated Bible Dictionary

¿Es toda carne propia para alimento? 5

¿Fueron abolidas en el Nuevo Testamento las leyes alimentarias?

Algunas personas creen que ciertos pasajes del Nuevo Testamento anulan toda distinción entre las carnes limpias y las inmundas. Pero ¿qué dicen realmente estos pasajes?

S

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[“Nuevo diccionario bíblico ilustrado deNelson”], 1995).

Es interesante notar (aunque no es unaprueba concluyente) que en Hechos 14:13,el único pasaje en el que se mencionan losanimales que se sacrificaban a los ídolos, elanimal sacrificado era un toro, un animallimpio.

Pero lo que se debatía no era la clase decarne que se podía comer. A los judíos cre-yentes que seguían las instrucciones de Diosni siquiera les pasaba por la mente conside-rar como alimento la carne de los animalesinmundos. La controversia tenía que ver másbien con la conciencia de cada creyente.

Al decir que era permitido consumir lacarne de animales que se habían ofrecido alos ídolos, Pablo explicó que “un ídolonada es en el mundo” (1 Corintios 8:4). Elhecho de que el animal hubiera sido ofreci-do a un dios pagano no afectaba la carne enlo más mínimo.

Pablo continuó diciendo: “Pero no en to-dos hay este conocimiento; porque algunos,habituados hasta aquí a los ídolos, comencomo sacrificado a ídolos, y su conciencia,siendo débil, se contamina. Si bien la viandano nos hace más aceptos ante Dios; pues niporque comamos, seremos más, ni porqueno comamos, seremos menos” (vv. 7-8).

Según Pablo, si un creyente comprabacarne en la carnicería, o si en una invitaciónle ofrecían carne, no era necesario que ave-riguara si ésta había sido ofrecida a los ído-los (1 Corintios 10:25-27). Lo que más lepreocupaba era que se tuviera en cuenta yrespetara a quienes tenían una creencia di-ferente. Según sus instrucciones, en estoscasos era preferible no comer carne para noponerle tropiezo al hermano (1 Corintios8:13; 10:28-29).

La controversia respecto a la carne sacri-ficada a los ídolos fue grande en la época delNuevo Testamento. Este es el meollo de

muchas de las cosas que Pablo escribióacerca de la libertad cristiana. Las Escritu-ras hebreas no contienen referencias acercade carne ofrecida a los ídolos, pero sí tieneninstrucciones muy claras con respecto acuáles carnes han de comerse y cuáles no.En el Nuevo Testamento, sin embargo, elasunto de las carnes ofrecidas a los ídolosera muy importante para algunos cristianos,según su conciencia y entendimiento.

La cronología es importante

Un dato muy significativo que a menudose pasa por alto es la relación cronológicaque existe entre las cartas que Pablo escribióa los corintios y a los romanos. Algunos es-tán convencidos de que Romanos 14 res-palda la idea de que los cristianos ya no es-tán obligados a seguir las instrucciones bí-blicas que prohíben el consumo de carnesinmundas. La clave, según ellos, es el ver-sículo 14, en donde el apóstol dice: “Yo sé,

En Romanos 14:14 el apóstol Pablo afirmó: “Yo sé, y confíoen el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo”. ¿Sig-

nifica esto que en la iglesia apostólica no se reconocía ningunadiferencia entre las carnes limpias y las inmundas?

El vocabulario griego de este versículo nos da una clave va-liosa. Es importante que entendamos que en el Nuevo Testa-mento hay dos conceptos diferentes, provenientes de palabrasgriegas distintas, que han sido traducidas como “inmundo”.Así, por una parte inmundo se puede referir a aquellas carnesque no se deben comer (Levítico 11; Deuteronomio 14), y porotra puede referirse a la impureza ceremonial o ritual.

En Romanos 14 la palabra usada por Pablo es koinos, que sig-nifica “común”, “ordinario”, “perteneciente a la generalidad”,“profano” (W.E. Vine, Diccionario expositivo de palabras delNuevo Testamento, 1:284; 2:251; ver Hechos 2:44; 4:32; Tito1:4; Hebreos 10:29; Judas 3). Esta palabra también se aplica acosas contaminadas o corrompidas. En Marcos 7:2, 15-23 seusa koinos y su modo verbal koinoo al hacer referencia a la im-pureza ceremonial en que se hallaban los discípulos por habercomido sin lavarse las manos.

Con la ayuda de una concordancia bíblica podemos compro-bar que koinos y koinoo se emplean varias veces en el NuevoTestamento para referirse a la impureza o inmundicia ceremo-nial. Algo podía ser considerado “común”, o sea ceremonial-mente inmundo, sin que por ello apareciera en la lista de carnesprohibidas o inmundas.

En cambio, la palabra que en el Nuevo Testamento se usapara referirse a las carnes inmundas es akathartos. En la Versiónde los Setenta, o Septuaginta (la versión griega de las Escriturasusada en los días de Pablo), la voz akathartos se utiliza en Leví-tico 11 y Deuteronomio 14 para designar las carnes prohibidas.

En Hechos 10, al referirse a “los cuadrúpedos terrestres y rep-tiles y aves del cielo” (v. 12) que aparecieron en la visión de Pe-dro, se utilizan tanto koinos como akathartos. Había de todo,tanto animales limpios como inmundos. Pedro distinguía per-fectamente la diferencia entre los dos conceptos de “inmundo”

y utilizó ambas palabras en el versículo 14. Una voz le dijo quematara y comiera, y Pedro respondió: “Señor, no; porque nin-guna cosa común [koinos] o inmunda [akathartos] he comidojamás”. La mayoría de las traducciones de la Biblia hacen la dis-tinción entre estas dos palabras griegas. Pedro volvió a usar lamisma terminología en el versículo 28 de este capítulo y en He-chos 11:8 al relatar su visión.

Cuando Pablo escribió en Romanos 14:14: “Yo sé, y confíoen el Señor Jesús, que nada es inmundo [koinos] en sí mismo”,estaba aclarando que aunque una carne considerada limpia se-gún las instrucciones de Dios hubiera sido sacrificada a los ído-los, esto no quería decir que ya no era propia para el consumohumano. Como lo demuestra el contexto, Pablo no estaba refi-riéndose a las restricciones alimentarias según la Biblia. Dichosea de paso, este es el mismo asunto que ya les había aclaradoa los cristianos de Corinto (ver 1 Corintios 8 y 10).

En Romanos 14:20 Pablo dijo: “Todas las cosas a la verdadson limpias”. La voz griega que aquí se traduce como “limpias”es katharos, que significa “libre de mezclas impuras, sin tacha”(W.E. Vine, Diccionario expositivo de palabras del Nuevo Testa-mento, 2:321). Como el tema de las carnes limpias no se abor-da en el Nuevo Testamento, no encontramos un término espe-cífico para describirlas. Katharos es una palabra que se usa paradescribir todo lo referente a la limpieza y la pureza; sirve para de-signar desde un plato (Mateo 23:26), un cuerpo (Juan 13:10),las vestiduras (Apocalipsis 15:6; 19:8, 14), la religión “pura”(Santiago 1:27), hasta el oro y el cristal (Apocalipsis 21:18).

Es importante notar también que en Romanos 14:14 y 20 Pa-blo no señala ningún objeto específico con referencia a la lim-pieza o inmundicia. Simplemente afirma que “nada es inmun-do [koinos: común o ceremonialmente inmundo] en sí mismo”y “todas las cosas a la verdad son limpias [katharos: libres demezclas impuras, sin tacha]”. Lo que Pablo quería dejar en cla-ro era que el hecho de que alguna comida hubiera estado aso-ciada con la actividad idolátrica no era lo que determinaba si erapropia o no para alimento. ❏

¿Qué significa ‘inmundo’ en Romanos14?

6 ¿Es toda carne propia para alimento?

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y confío en el Señor Jesús, que nada es in-mundo en sí mismo; mas para el que piensaque algo es inmundo, para él lo es”.

Pero esta afirmación desconoce por com-pleto la perspectiva del autor y el contextode la epístola dirigida a la congregación enRoma. Muchos eruditos de la Biblia coinci-den en ubicar la Primera Epístola a los Co-rintios alrededor del año 55, y la Epístola alos Romanos, que fue escrita probablemen-te desde Corinto, alrededor del 56 ó 57.Como lo demostramos anteriormente, lacontroversia en Corinto acerca de la comidatenía que ver con la carne sacrificada a losídolos. De seguro, cuando Pablo les escribióa los romanos desde Corinto tenía muy pre-sente este tema, y esto es lo que debemostener en cuenta para analizar el capítulo 14de Romanos.

Entendamos el propósito de Pablo

Aquellos que aseveran que el capítulo14 de Romanos invalida la ley de Diosacerca de las carnes limpias y las inmundastienen que tergiversar las Escrituras parapoder justificar su posición. La enseñanzaque Pablo da, como el capítulo mismo locomprueba, se origina en la carne sacrifica-da a los ídolos. (Esto concuerda completa-mente con la enseñanza dada en 1 Corintios8, como veremos enseguida.)

El versículo 2 establece el contraste entreel que “come legumbres” y el que “cree quese ha de comer de todo” (esto es, carne y le-gumbres). En el versículo 6 se menciona elcomer y el no comer, y hay varias interpre-taciones al respecto: que se refiere al ayuno(no comer ni beber en ciertos días), que serefiere al vegetarianismo (comer sólo le-gumbres, verduras y frutas), o que se refie-re a comer o no comer de la carne sacrifica-da a los ídolos.

El versículo 21 nos comprueba que eltema fundamental de este capítulo es la car-ne ofrecida a los ídolos: “Bueno es no co-mer carne, ni beber vino, ni nada en que tuhermano tropiece, o se ofenda, o se debili-te”. En el mundo romano era muy comúnofrecer a los ídolos tanto carne como vino.De estas ofrendas, más tarde se vendíanporciones en los mercados.

Respecto al versículo 2, una glosa en laLife Application Bible (“Biblia del diario vi-vir”) anota: “El sistema antiguo de sacrificioera el centro de la vida religiosa, social y na-cional del mundo romano. Después que sepresentaba el sacrificio a un dios en un tem-plo pagano, sólo se quemaba una parte deél. Lo que quedaba, a menudo se enviaba al

mercado para la venta. Así fácilmente, aunsin darse cuenta, un cristiano podía comprardicha carne en el mercado o comerla en lacasa de un amigo. ¿Debía el cristiano pre-guntar acerca del origen de esta carne? Al-gunos pensaron que no había nada malo encomer carne ofrecida a los ídolos, ya que és-tos eran dioses inútiles y falsos. Otros, paraevitar una conciencia de culpa, con cuidadoaveriguaban el origen de la carne o simple-mente no la consumían. El problema eraparticularmente serio para los cristianos quealguna vez adoraron ídolos. Para ellos, talrecuerdo firme de sus días paganos podíadebilitar su nueva fe. Pablo trató este tematambién en 1 Corintios 8”.

¿Cuál es la enseñanza fundamental quePablo imparte en Romanos 14? En su dia-rio vivir, cada creyente tenía varias opcio-nes en lo que a este asunto se refería. Si porningún motivo quería comer carne sacrifi-cada a ídolos, para no correr ningún riesgode ofender su conciencia, podía ayunar oseguir un régimen vegetariano; si no exis-tía ningún problema de conciencia, bienpodía comer la carne. Es dentro de estecontexto que Pablo dice: “Cada uno estéplenamente convencido en su propia men-te” (v. 5), “y todo lo que no proviene de fe,es pecado” (v. 23).

En cierta forma, Romanos 14 es el capí-tulo de la libertad cristiana, porque respectoa la carne sacrificada a los ídolos la personaactúa dentro del marco de la ley de Dios,pero es guiada por su propia conciencia. Silo miramos dentro de este contexto, el capí-tulo 14 de Romanos ni siquiera insinúa quese puede comer cerdo ni ninguna otra carneinmunda. Cuando entendemos que en elNuevo Testamento la controversia acercade la comida giraba en torno a la carne sa-crificada a los ídolos, y que no tenía absolu-tamente nada que ver con las leyes bíblicassobre las carnes limpias y las inmundas,otros pasajes también se nos aclaran.

Debate sobre los lavamientos rituales

Por otra parte, muchos consideran queen la discusión con los fariseos registradaen Marcos 7:1-23, Jesús anuló los estatutosdados en Levítico 11 y Deuteronomio 14con respecto a los animales cuya carne espropia para el consumo humano. De hecho,en la mayoría de las traducciones del Nue-vo Testamento el versículo 19 concluyecon esta frase: “Esto decía, haciendo lim-pios todos los alimentos”. Pero ¿está deacuerdo esta frase con el significado y pro-

pósito de todo el pasaje? ¿Qué fue lo queJesús dijo, o no dijo, realmente?

Como ya hemos mencionado, uno delos principios básicos para entender un pa-saje bíblico es analizar el contexto en quese encuentra. Entendamos, pues, de qué sehabla aquí.

Primero debemos tener en cuenta que elvocablo griego broma, usado en el versículo19, significa sencillamente “comida”. Cuan-do en el Nuevo Testamento se habla especí-ficamente de la carne de los animales, el vo-cablo que se emplea es kreas (ver Romanos14:21; 1 Corintios 8:13). Por lo tanto, el pa-saje que nos ocupa está relacionado en algu-na forma con la comida en general, no sólocon las carnes. Sin embargo, si lo analiza-mos un poco más nos daremos cuenta deque la verdadera controversia nada tenía quever con qué alimentos se debían o no comer.

Los dos primeros versículos nos ayudana entender el contexto: “Se juntaron a Jesúslos fariseos, y algunos de los escribas, quehabían venido de Jerusalén; los cuales,viendo a algunos de los discípulos de Jesúscomer pan con manos inmundas, esto es,no lavadas, los condenaban”. Entonces lepreguntaron: “¿Por qué tus discípulos noandan conforme a la tradición de los ancia-nos, sino que comen pan con manos in-mundas?” (v. 5).

Ahora el asunto se aclara un poco más.Se refiere al comer “con manos inmun-das”. ¿Por qué les preocupaba esto a losescribas y fariseos?

El pacto que Dios hizo con Israel en elmonte Sinaí estaba basado en muchas leyesy otros estatutos que tenían que ver con lapureza ritual. Pero la práctica judía muchasveces se apartaba de éstos por seguir la “leyoral” o “tradición de los ancianos”, la cualconsistía en muchos requisitos y prohibicio-nes agregados a las leyes de Dios por hom-bres. En los versículos 3-4 podemos ver unabreve explicación de la costumbre específi-ca a la que los fariseos y escribas se estabanrefiriendo: “Porque los fariseos y todos losjudíos, aferrándose a la tradición de los an-cianos, si muchas veces no se lavan las ma-nos, no comen . . .”

Observemos que aquí no se mencionaley alimentaria alguna. El asunto era la pu-reza ritual basada en las tradiciones de laley oral. Los discípulos estaban siendo criti-cados por no cumplir con la ceremonia delavado de manos ordenada por esas venera-das tradiciones religiosas.

Con respecto a los antecedentes de losversículos 3-4, una obra de consulta nos

¿Es toda carne propia para alimento? 7

Page 8: Ayuda al estudio bíblico - ¿Es toda carne propia para alimento?

ofrece una explicación de esta costumbre:“En estos versículos Marcos da una expli-cación de un . . . rito de lavado de manosque corresponde a los pormenores dados enel tratado Yadayim de la Misná [la Misná esuna versión escrita de la tradición oral]. Enel mercado uno puede tocar cosas ceremo-nialmente impuras; la impureza se eliminaenjuagándose hasta la muñeca. Hoy en día

los judíos ortodoxos practican [el lavado ri-tual de manos] antes de las comidas. La ra-zón de esto no tiene nada que ver con la hi-giene, sino que está basada en la idea deque ‘el hogar de uno es su templo’ y lamesa es su altar, la comida es su sacrificio yuno mismo es el [sacerdote]. Debido a queel [Antiguo Testamento] exige que los [sa-cerdotes] estén ceremonialmente puros an-tes de ofrecer sacrificios en el altar, la [ley]oral exige lo mismo antes de comer” (Da-vid Stern, Jewish New Testament Commen-tary [“Comentario judío del Nuevo Testa-mento”], 1995, p. 92).

Ya en la época de Jesús, para muchos ju-díos eran muy importantes estos ritos agre-gados y, por practicarlos, en algunas oca-siones descuidaban y hasta violaban losprincipios básicos de la ley de Dios (Mateo23:1-4, 23-28).

La purificación espiritual

Después de censurar la hipocresía de es-tas y otras tradiciones religiosas de su épo-ca, Jesús llegó al meollo del asunto. Lo queles explicó demuestra que es mucho másimportante cuidarse de lo que sale del cora-zón, que de lo que se mete en la boca (Mar-cos 7:15), y agregó: “Porque de dentro, delcorazón de los hombres, salen los malospensamientos, los adulterios, las fornicacio-nes, los homicidios, los hurtos, las avaricias,las maldades, el engaño, la lascivia, la envi-dia, la maledicencia, la soberbia, la insensa-tez. Todas estas maldades de dentro salen, ycontaminan al hombre” (vv. 21-23).

En Gálatas 5:19-21 se mencionan variasde estas características negativas como“obras de la carne”; son todo lo contrario delo que es “el fruto del Espíritu”, que es“amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,

bondad, fe, mansedumbre, [y] templanza”(vv. 22-23). Todo este fruto es el productode un corazón espiritualmente puro.

Los ritos de lavado y purificación del an-tiguo pacto eran representaciones físicas dela purificación espiritual que se ofrecería enel nuevo pacto (Hebreos 9:11-14). Por esoel apóstol Pablo escribió que Jesús “se dio así mismo por nosotros para redimirnos de

toda iniquidad y purificar para sí un pueblopropio, celoso de buenas obras” (Tito 2:14).

Una de las enseñanzas básicas de Jesu-cristo es: “Bienaventurados los de limpiocorazón . . .” (Mateo 5:8).

¿Las manos o el corazón?

En Marcos 7 Jesús explicó que el lavadode manos no es necesario para la pureza o sa-lud espirituales. Dijo que “todo lo de fueraque entra en el hombre, no le puede conta-minar, porque no entra en su corazón, sino enel vientre, y sale a la letrina . . .” (vv. 18-19).

En otras palabras, lo que Jesús dijo es quecualquier partícula de suciedad que no pu-diera ser eliminada por medio del minucio-so lavado ritual de manos, sería eliminadapor medio de los aparatos digestivo y ex-cretor, y no tendría efecto alguno sobre laverdadera pureza de la persona (su mente ocorazón). Debido a que la pureza espiritualtiene que ver con el corazón, los lavados ce-remoniales no son necesarios, ni puedenevitar la contaminación espiritual.

En una nota sobre el versículo 19, el cita-do comentario judío resume bien el signifi-cado global de este pasaje: Jesús “no abrogó,como muchos suponen, las leyes de kashrut[kosher, término que significa “adecuado,propio”], ¡haciendo así limpio el jamón!Desde el principio del capítulo, el tema hasido la pureza ritual . . . ¡y de ninguna mane-ra las leyes alimentarias! En este versículo noexiste ni la más remota insinuación de quelas comidas aquí mencionadas se refieran aalgo diferente de lo que la Biblia permite co-mer . . . en otras palabras, comida kosher . . .

”Más bien, [Jesús] continúa su discursoacerca de la prioridad espiritual (vv. 6-13).Enseña que [la pureza] no es primeramenteritual o física, sino espiritual (vv. 14-23). En

todo esto él no descarta completamente lasampliaciones farisaico-rabínicas de las le-yes de pureza, pero las considera de menorimportancia” (Stern, op. cit., p. 93).

¿Qué podemos decir, entonces, de Mar-cos 7:19? En la última parte del versículoleemos lo siguiente: “Esto decía, haciendolimpios todos los alimentos” (Reina-Vale-ra, revisión de 1960). Sin embargo, en larevisión de 1977 de esta Biblia el versícu-lo 19 se tradujo de esta manera: “porqueno entra en su corazón, sino en el vientre,y sale a la cloaca, purificando todos losalimentos”.

Este versículo es especialmente intere-sante, porque hay un error de traducción yesto nos sirve para ilustrar el hecho de quees muy importante leer el contexto y, ade-más, comparar diferentes versiones de laBiblia. En este caso, el contexto contiene laclave para entender el verdadero significadodel pasaje y también para determinar cuál esla traducción más acertada.

El significado claro del versículo 19, talcomo aparece en la revisión de 1977, es quemediante los aparatos digestivo y excretorel cuerpo asimila los alimentos y elimina laspartículas de polvo que puede haber enellos. Pero ¿es correcta esta traducción?

Si nos atenemos al medio cultural delpueblo judío, en el que sólo se consumíanlas carnes limpias (según Levítico 11 yDeuteronomio 14), y si tenemos en cuentaque lo que se estaba discutiendo en este pa-saje era la necesidad de lavarse las manosde cierta manera antes de comer, resulta ob-vio que la versión Reina-Valera de 1977 esla que encaja perfectamente con el contex-to. Conviene mencionar también que las pa-labras Esto decía, refiriéndose a Jesús, noaparecen en los manuscritos originales grie-gos, sino que fueron agregadas por los tra-ductores, quizá en un intento por interpretarel pensamiento de Marcos.

Además de analizar el contexto, otra cla-ve para entender correctamente un versícu-lo de la Biblia es examinar otros pasajes re-lacionados con el tema que se estudia. Eneste caso tenemos la ventaja de que en Ma-teo 15 se menciona el mismo incidente y seaclara aún más el asunto. Jesús dijo: “Delcorazón salen los malos pensamientos, loshomicidios, los adulterios, las fornicacio-nes, los hurtos, los falsos testimonios, lasblasfemias [todas estas cosas son infraccio-nes de la ley de Dios y, por tanto, pecados].Estas cosas son las que contaminan al hom-bre; pero el comer con las manos sin lavarno contamina al hombre” (vv. 19-20).

8 ¿Es toda carne propia para alimento?

El capítulo 2 de Colosenses es una exhortación a la Iglesia de Dios para que no abandone la sana enseñanza y

las prácticas correctas. Este pasaje no es ningún tratado acerca de cuáles son las carnes que debemos comer y cuáles son los días en que debemos adorar a Dios.

Page 9: Ayuda al estudio bíblico - ¿Es toda carne propia para alimento?

El hecho es que en ningún pasaje delNuevo Testamento se encuentra el caso dealgún cristiano que haya comido carne con-siderada inmunda; en la Biblia sencillamen-te no existe nada parecido. Por el contrario,encontramos pasajes en los que el apóstolPablo nos exhorta a que guardemos todaslas leyes de Dios (Hechos 24:14; 25:8; Ro-manos 3:31; 7:12, 22). Así también lo hacenSantiago, medio hermano de Jesús, y Juan(Santiago 2:8-12; 4:11; 1 Juan 3:4). Violarlas leyes alimentarias de Dios habría sidosimplemente inimaginable para ellos.

La controversia en Colosas

Con base en lo que Pablo escribió enColosenses 2:16: “Nadie os juzgue en co-mida o en bebida, o en cuanto a días defiesta, luna nueva o días de reposo”, algu-nos afirman que los cristianos de Colosascomían cerdo y otras clases de carne queanteriormente se habían considerado in-mundas. Pero la Biblia no ofrece respaldopara esta conclusión.

De hecho, este pasaje nada tiene que vercon el tema de las carnes limpias y las in-mundas; Pablo no se refería a la clase decarnes que estaban consumiendo los colo-senses. Según el Diccionario expositivo depalabras del Nuevo Testamento, la vozgriega brosis, traducida por “comida” eneste versículo, denota “el acto de comer”(1984, 1:272). Por su parte, el Comentarioexegético y explicativo de la Biblia, de Ja-mieson, Fausset y Brown, aclara que laspalabras griegas traducidas como “comi-da” y “bebida” en este versículo significan“comer y beber” (1969, 2:520). Por consi-guiente, el tema era el hecho de comer o be-ber, no el tipo de carne que consumían loscolosenses.

Aunque muchos suponen que esta adver-tencia de Pablo es una crítica contra quienesenseñaban la validez de algunas prácticasdel Antiguo Testamento (tales como cum-plir la ley y practicar la circuncisión), no tie-nen pruebas de ello. Sin embargo, debemosreconocer que en aquella época, tanto en eljudaísmo como en la iglesia apostólica, nofaltaban las tergiversaciones de las enseñan-zas y prácticas bíblicas. “Estas falsas ense-ñanzas iban mucho más allá del judaísmo.Sus maestros creían en los intermediariosespirituales, o sea ángeles a los que ellosadoraban, e insistían en un ascetismo muyrígido” (International Standard Bible Ency-clopaedia [“Enciclopedia internacional ge-neral de la Biblia”], 1956, 2:677).

La falsa enseñanza condenada por Pablotenía muchos elementos del ascetismo (filo-sofía según la que era pecaminoso todo loque produjera gozo) con el cual se pretendíahacer más espirituales a los que la seguían.Notemos lo que les escribió a los colosen-ses: “Si habéis muerto con Cristo en cuantoa los rudimentos del mundo, ¿por qué,como si vivieseis en el mundo, os sometéisa preceptos tales como: No manejes, ni gus-tes, ni aun toques (en conformidad a man-damientos y doctrinas de hombres), cosasque todas se destruyen con el uso? Tales co-sas tienen a la verdad cierta reputación desabiduría en culto voluntario, en humildad yen duro trato del cuerpo; pero no tienen va-lor alguno contra los apetitos de la carne”(Colosenses 2:20-23).

Este pasaje muestra varios aspectos ascé-ticos del error que Pablo estaba atacando.En su intento descaminado por ser más es-pirituales, los falsos maestros adoptaban un“duro trato del cuerpo” (v. 23). El apóstolresumió las rígidas normas ascéticas con es-

tas frases: “No manejes, ni gustes, ni aun to-ques” (v. 21). Estas prácticas no podían lo-grar nada verdadero porque estaban basadasen “mandamientos y doctrinas de hombres”(v. 22), no en las instrucciones de Dios.

Pablo amonestó a los cristianos de Colo-sas para que no prestaran oídos a estosmaestros del ascetismo. En lugar de abolirlas normas alimentarias de Dios (que es loque algunos suponen que este pasaje signi-fica), Pablo les dijo a los colosenses que nose preocuparan por lo que decían los maes-tros del ascetismo, quienes los criticabanpor la forma en que guardaban el sábado ylas demás fiestas bíblicas. Para los ascetas,las observancias cristianas llenas de gozo ydeleite eran censurables, pero a los ojos deDios no tenían nada de malo. (Si desea es-tudiar más a fondo el tema de las fiestas bí-blicas, le invitamos a que nos solicite dospublicaciones gratuitas: Las fiestas santasde Dios y El día de reposo cristiano.)

El capítulo 2 de Colosenses fue más bienuna exhortación a la iglesia para que noabandonara la sana enseñanza y las prácti-cas correctas. Este pasaje no es ningún tra-tado acerca de cuáles son las carnes que de-bemos comer y cuáles son los días en quedebemos adorar a Dios. Es muy importanteque al estudiar este y otros pasajes, demosde lado las ideas preconcebidas.

Las instrucciones a Timoteo

Otro de los pasajes que con frecuencia seinterpretan erróneamente es 1 Timoteo 4:3-5, donde el apóstol Pablo escribió acerca delas enseñanzas de cierto tipo de falsosmaestros: “Prohibirán casarse, y mandaránabstenerse de alimentos que Dios creó paraque con acción de gracias participasen deellos los creyentes y los que han conocido

¿Es toda carne propia para alimento? 9

Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, no encontramos unsolo ejemplo de un siervo de Dios o discípulo de Jesucristo

que haya comido la carne de un animal inmundo. Si en algúnmomento hubiera dejado de existir la diferencia entre las carneslimpias y las inmundas, ¿no sería de esperar que encontráramoscuando menos el ejemplo de alguno de los siervos de Dios?

Pero sucede exactamente lo contrario. Lo que encontramoses que los miembros de la Iglesia de Dios en el primer siglo evi-taban escrupulosamente comer la carne de los animales desig-nados por Dios como impuros (Hechos 10:14; 11:8). En algunasprofecías relativas a los tiempos del fin también aparece esta di-ferencia (Apocalipsis 18:2; Isaías 66:15-18).

No es solamente cuestión de dieta. Un cuidadoso estudio dela Biblia nos ayuda a comprender otros aspectos de la importan-cia que tiene la diferencia entre las carnes limpias y las inmundas.

En la Palabra de Dios se nos dice que la carne de los animalesinmundos es “abominación” (Levítico 11:10-13, 20, 23, 41-42)y “abominable” (Deuteronomio 14:3) y es dentro de este con-texto que Dios nos lo advierte para que no la consumamos (Le-vítico 11:43). Son palabras fuertes, pero lo que dejan muy enclaro es que debemos aceptar todo lo que la Palabra de Dios nosdice, incluso las leyes básicas acerca de los alimentos tal comoestán expresadas en Levítico 11 y Deuteronomio 14.

Cuando Dios instituyó el sistema de sacrificios del antiguo Is-rael, ordenó que se sacrificaran varios tipos de animales para lasdiferentes ofrendas. Pero ningún animal impuro podía ser ofre-cido en sacrificio, y no existe un solo ejemplo de un siervo deDios que lo hubiera hecho. Para un verdadero siervo de Dios erainimaginable ofrecer semejante sacrificio, porque habría sidouna grave afrenta para el Todopoderoso. ❏

No es sólo cuestión de dieta

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la verdad. Porque todo lo que Dios creó esbueno, y nada es de desecharse, si se tomacon acción de gracias; porque por la pala-bra de Dios y por la oración es santificado”.

¿Qué era lo que pretendían estos falsosmaestros? ¿Acaso Pablo estaba advirtiendoa Timoteo acerca de maestros “judaizan-tes” que exigían la obediencia a las leyesalimentarias de Dios, o se trataba de algomuy distinto?

Tomemos nota de un detalle muy signifi-cativo. Pablo le dijo a Timoteo que “toda laEscritura” (esto es, lo que ahora se conocecomo el Antiguo Testamento) era “inspirada

por Dios, y útil para enseñar, para redargüir,para corregir, para instruir en justicia” (2 Ti-moteo 3:16). ¿Cómo puede afirmarse enton-ces que le estaba diciendo a Timoteo que hi-ciera caso omiso de las instrucciones que seencontraban en esas mismas Escrituras?

Las propias palabras de Pablo nos aclarancuál era la situación realmente: había maes-tros que estaban exigiendo a las personas co-sas que Dios no había ordenado. Ellos prohi-bían casarse, algo que en la Biblia no sólo noaparece, sino que se recomienda exactamen-te lo contrario; a los ojos de Dios, el matri-monio es algo muy positivo. Además, losfalsos maestros mandaban “abstenerse dealimentos que Dios creó para que con acciónde gracias participasen de ellos los creyentesy los que han conocido la verdad”.

En la Life Application Bible (“Biblia deldiario vivir”) encontramos una explicaciónacerca del error que Pablo estaba tratandoaquí: “El peligro que Timoteo enfrentó enÉfeso parece haber venido de ciertas perso-nas en la iglesia que seguían a algunos filó-sofos griegos que enseñaban que el cuerpoes malo y que sólo el [espíritu] importaba.Los falsos maestros rehusaban creer que elDios de la creación era bueno, porque susólo contacto con el mundo físico lo hubie-ra ensuciado . . . [Los falsos maestros] esta-blecían normas estrictas (como prohibir alpueblo a que se casara o que comiera cier-

tos alimentos). Esto los hacía aparecer muydisciplinados y justos”.

En 1 Timoteo 4:1, Pablo aclara el verda-dero origen de estas herejías; en lugar de te-ner su origen en la Biblia, provenían de “es-píritus engañadores” y eran “doctrinas dedemonios”. Podemos ver que el problemaque se trataba en este pasaje tenía que vercon un ascetismo mundano y pervertido,no con la obediencia a las normas alimen-tarias de Dios.

Cuando Pablo escribió esto, tenía en men-te a aquellos “creyentes y los que han cono-cido la verdad” (v. 3), es decir, los que tenían

conocimiento de las Escrituras y, por tanto,de las leyes que Dios había dado respecto ala alimentación, y que podían identificarcuáles carnes habían sido “santificadas” paranuestra alimentación y deleite “por la pala-bra de Dios y por la oración” (v. 5). Exhortóa Timoteo para que en lugar de dejarse llevarpor lo que enseñaban estos maestros del as-cetismo, tuviera las Escrituras como base ypunto de referencia en todo.

Así como Pablo desenmascaró el ascetis-mo en Colosas, así también alertó a Timo-teo acerca de la misma falsedad. En ningu-no de los dos pasajes se trataba de las ins-trucciones de Dios respecto a los alimentos.

Miremos todo el panorama

Como hemos visto, no hay ninguna prue-ba bíblica para suponer que bajo el nuevopacto los cristianos de la iglesia apostólicadejaron de obedecer las leyes de Dios res-pecto a las carnes limpias y las inmundas.En cambio, lo que sí encontramos son laspalabras claras e inequívocas de uno de losapóstoles quien, dos décadas después de lamuerte y resurrección de Jesucristo, decla-ró: “Ninguna cosa común o inmunda he co-mido jamás” (Hechos 10:14).

¿Podemos encontrar en la Biblia algunareferencia acerca de la vigencia y la aplica-ción de estas leyes? Dejemos el presentepor un momento y trasladémonos hasta el

momento en que Cristo regresará a la tierrapara establecer el Reino de Dios. Cuandoentendemos la voluntad de Dios para el fu-turo podemos tener más certeza sobre loque debemos hacer en el presente.

En el último libro de la Biblia, al hacerreferencia a los acontecimientos finales quenos conducirán al regreso de Cristo, se em-plea esta frase: “albergue de toda ave in-munda y aborrecible” (Apocalipsis 18:2). Silos conceptos de limpio e inmundo ya notienen ninguna validez, ¿por qué Jesús ins-piró a Juan esta expresión? ¿Será porque ély Dios no cambian? (Santiago 1:17; Mala-quías 3:6; 4:4; Hebreos 13:8; Mateo 5:17-19). Los animales que Dios clasificó comoinmundos hace miles de años, aún serán in-mundos en el futuro.

En otro pasaje que habla acerca del tiem-po del retorno de Cristo, encontramos lo si-guiente: “He aquí que el Eterno vendrá confuego, y sus carros como torbellino, paradescargar su ira con furor, y su reprensióncon llama de fuego. Porque el Eterno juz-gará con fuego y con su espada a todo hom-bre; y los muertos del Eterno serán multi-plicados. Los que se santifican y los que sepurifican en los huertos, unos tras otros, losque comen carne de cerdo y abominación yratón, juntamente serán talados, dice elEterno” (Isaías 66:15-17). Aquí vemos queal retorno de Cristo será prohibido el con-sumo de cosas inmundas, y quienes lo ha-gan recibirán castigo.

Es muy claro lo que dice la Biblia: la di-ferencia entre las carnes limpias y las in-mundas ha existido desde mucho antes deque fuera escrito el Nuevo Testamento; losapóstoles y los primeros miembros de laIglesia de Dios siguieron estas instruccio-nes y actualmente también las practican losque “guardan los mandamientos de Dios ytienen el testimonio de Jesucristo” (Apoca-lipsis 12:17).

Como hemos visto, estas leyes seguiránvigentes hasta el regreso de Cristo, y cuandoél venga las hará cumplir. En el primer siglo,muchos cristianos tuvieron que luchar con laobjeción de conciencia que sentían respectoa la carne que había sido sacrificada a losídolos, pero la Biblia nos muestra que tam-bién obedecían las leyes de Dios acerca delas carnes limpias y las inmundas. ¿No de-bemos obedecerlas nosotros también?

Dios formuló y reveló sus leyes paranuestro bien. “La devoción a Dios es útilpara todo, porque nos trae provecho paraesta vida y también para la vida futura”(1 Timoteo 4:8, Versión Popular). ❏

10 ¿Es toda carne propia para alimento?

El apóstol Pablo nos exhorta con estas palabras: “Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos,

dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas,

dice el Señor Todopoderoso. Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación

de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2 Corintios 6:17-7:1).

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