AVANCES DE INVESTIGACIÓN EN MANEJO Y … compartidos... · crecimiento del árbol y su rendimiento...

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34 Programa de Investigación INIA Salto Grande Producción Citrícola - 0 - AVANCES DE INVESTIGACIÓN EN MANEJO Y FISIOLOGÍA DE CÍTRICOS ÍNDICE CARGA DE FRUTOS Y FLORACIÓN DE LA NARANJA SPRING NAVEL. Alvaro Otero; Carmen Goñi ………………………………………………………………… 1 ALGUNOS ASPECTOS PRÁCTICOS PARA ENCARAR EL RALEO DE FRUTOS. Alvaro Otero …………………………………………………………………………………… 6 CALCULO DE LA CURVA DE REFERENCIA DEL CRECIMIENTO DE LA FRUTA CÍTRICA. Alvaro Otero …………………………………………………………………………………… 15 OPORTUNIDADES PARA EL MANEJO DE SUELOS EN CÍTRICOS, CON UNA ÓPTICA DE CONSERVACIÓN Y MEJORA. Carmen Goñi ………………………………………………………………………………….. 26

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AVANCES DE INVESTIGACIÓN EN MANEJO Y FISIOLOGÍA DE CÍTRICOS

ÍNDICE CARGA DE FRUTOS Y FLORACIÓN DE LA NARANJA SPRING NAVEL. Alvaro Otero; Carmen Goñi ………………………………………………………………… 1

ALGUNOS ASPECTOS PRÁCTICOS PARA ENCARAR EL RALEO DE FRUTOS. Alvaro Otero …………………………………………………………………………………… 6 CALCULO DE LA CURVA DE REFERENCIA DEL CRECIMIENTO DE LA FRUTA CÍTRICA. Alvaro Otero …………………………………………………………………………………… 15 OPORTUNIDADES PARA EL MANEJO DE SUELOS EN CÍTRICOS, CON UNA ÓPTICA DE CONSERVACIÓN Y MEJORA. Carmen Goñi ………………………………………………………………………………….. 26

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CARGA DE FRUTOS Y FLORACIÓN DE LA NARANJA SPRING NAVEL. Alvaro Otero1; Carmen Goñi Programa Nacional de Producción Citrícola. Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria. CC. 68033. Salto. Uruguay. [email protected] ; [email protected] Introducción La alternancia en el rendimiento es una característica agronómica bastante extendida entre de los cultivares comerciales más populares de la producción citrícola nacional. Una de las causas más comunes de la alternancia productiva es la variación anual de la intensidad y tipología de la floración. En variedades como la naranja Navel se observa una relación directa entre el número de flores en el árbol y la cantidad de frutos en nuestras condiciones agroecológicas, siempre y cuando no existan limitantes importantes de estreses térmicos o hídricos durante la caída fisiológica de los frutos. La alternancia productiva se ve asociada además de con la intensidad de la floración, a variaciones con el número de frutos, en el número y largo de los brotes vegetativos de las diferentes brotaciones y en la relación entre los períodos vegetativos de la planta. Todos estos componentes del crecimiento de la planta hacen pensar en una interrelación de estos con partición y distribución de carbohidratos en la planta. La relación fuente-fosa de los carbohidratos, entre la fotosíntesis de las hojas como fuente y el crecimiento vegetativo-reproductivo como fosa, determinará el potencial crecimiento del árbol y su rendimiento productivo. En este balance fuente-fosa intervienen dos conceptos importantes, a) la distribución y competencia de fotosintatos (nutrientes) por las distintas fosas, en donde la fuerza relativa de cada una de ellas será la que prime en esa competencia y b) la influencia que tiene la fosa (frutos, raíces, brotes, etc.) sobre una fuente en particular de nutrientes (hojas para los carbohidratos, o raíces u otros órganos para nutrientes minerales). En este sentido es bien conocida la competencia entre frutos durante su desarrollo inicial para su supervivencia y crecimiento, como consecuencia directa de este proceso es la aplicación de técnicas de raleo para la reducción del número de frutos, reduciendo así la competencia entre ellos. Por otro lado, durante períodos de alta demanda en carbohidratos por los frutos (fosas), en algunos cultivos, como duraznos y manzanas, se ha constatado incrementos importantes en la tasa de asimilación neta de CO2 (Aco2) de las hojas. En cítricos estas relaciones son más complejas debido a su condición de plantas no caducas, sin embargo, la presencia de frutos en la planta también aumenta o por lo menos mantiene alta la tasa de asimilación neta de CO2 de las hojas. En este sentido y se observa en el campo la relación inversa entre presencia de frutos, reducción de la brotación y menor floración podríamos considerar que la presencia de frutos incide en la floración del siguiente ciclo, acentuando o disminuyendo la alternancia productiva, por una competencia por carbohidratos. Hipótesis La presencia de frutos durante el ciclo productivo reduce las reservas de carbohidratos de los árboles cítricos alterando la relación de la fosa-fruto para los carbohidratos; que a su vez influirá en el padrón de distribución de las flores del siguiente ciclo reproductivo. La presencia de frutos produciría cambios importantes en la Aco2, en el intercambio gaseoso de la hoja y en la partición de carbohidratos, en naranjas Spring Navel (Citrus sinensis Osbeck) bajo condiciones de riego. Materiales y Métodos

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Se utilizaron 109 árboles de naranja Spring Navel de 9 años injertados sobre trifolia (Poncirus trifoliata) bajo condiciones de riego en INIA-Salto Grande. Las plantas se seleccionaron al azar. A un tercio de las plantas (36) se les quitaron todos los frutos, a otro tercio (36) se le removió el 50% de los mismos, mientras que al tercio restante (37) se le dejaron todos los frutos. La actividad fotosintética fue evaluada a través del intercambio gaseoso de las hojas con la presencia de frutas en los árboles y medida con un CIRAS-1 (PP-Systems), a excepción de las plantas con los frutos removidos luego de la caída fisiológica. Se realizaron 3 medidas de intercambio gaseoso por árbol, en hojas de la misma brotación en cada una de las evaluaciones. La medida del intercambio gaseoso comenzaba al medio día. El contenido de carbohidratos de las hojas fue evaluado en dos momentos. El muestreo para determinar el contenido de carbohidratos se realizó siempre en hojas del mismo tipo y de la misma brotación; tomando una muestra de 10 hojas por árbol. Para el análisis de carbohidratos se siguió la técnica de Mehouachi, J. et al. (1995), empleando un HPLC Agilent. En la floración siguiente (septiembre) luego de la cosecha (mayo) se evaluó el número total de flores cada 100 nudos; tomando una muestra de al menos 700 nudos por árbol; donde se registró el número de flores en los brotes florales con hojas o en los brotes florales sin hojas. El diseño experimental fue de parcelas al azar, cada parcela contenía 3 plantas, con un número de 12 parcelas por tratamiento. Para el análisis se emplearon procedimientos estándar del SAS 9.1. Conclusiones ♦ La cantidad de frutos en el ciclo de crecimiento altera la relación fuente-fosa, en

consecuencia la partición y reservas de la planta. ♦ Los frutos se comportan como una fosa (carbohidratos) de alta intensidad, y estos

prevalecen frente a otros posibles destinos de los carbohidratos. ♦ La ausencia de frutos en los cítricos aumenta el contenido de carbohidratos en las

hojas, especialmente de almidón. En los árboles sin frutos la tasa fotosintética disminuye significativamente; posiblemente debido a la inhibición de la ACO2 por retroalimentación (exceso de almidón). La presencia de frutos podría aumentar la intensidad de la fosa (para carbohidratos) provocando una mayor remoción del almidón en las hojas y por lo tanto aumentar ACO2.

♦ La presencia de frutos en el árbol redujo significativamente la cantidad de flores del siguiente ciclo reproductivo.

♦ Se encontró una relación directa entre el contenido de almidón en la hoja y la cantidad de flores; este efecto es claramente constatado de acuerdo al tipo de brote floral del cual proviene la flor.

Citas Mehouachi, J., D. Serna, S. Zaragoza, M. Agusti, M. Talon, and E. Primo-Millo. 1995. Defoliation increases fruit abscission and reduces carbohydrate levels in developing fruits and woody tissues of Citrus unshiu. Plant Sci. 107:189-197.

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Cuadro 1. Efecto de la carga de frutos en los parametros de intercambio gaseoso y asimilación neta de CO2 Spring Navel. 2005. n=3 lecturas por planta, 36 plantas/tratamiento

Temperatura Conductividad Asimilación Eficiencia Usode la hoja Estomática Neta de CO2 del Agua

Ta Gs ACO2 EUAC° mmol.m-2.s-1 μmol.m-2.s-1 Ev/ACO2 Pa

Carga Completa 16.1 ns 83.7 a 7.5 a 7.9 ns 12.5 b

Mitad de Carga 15.9 80.1 a 7.4 a 8.4 12.4 b

Sin Carga 16.5 38.2 b 3.7 b 7.7 14.0 a

Medias en las columnas seguidas por diferente letra son signficativamente distintas (P<0.01).Test de Rangos Múltiples de Duncan.ns = diferencia estadistica no significativa

Déficit de Presión de Vapor

atmósf-hoja

Cuadro 2. Efecto de la carga de frutos en el contenido de carbohidratos en las hojas y su relación con la intensidad de floración del siguiente ciclo reproducivo. Spring Navel. 2005. n = 109 plantas

Almidón CTN 1 Almidón CTN con hojas sin hojas

Carga Completa 125,8 b 166,8 b 135,5 c 194,1 c 45,6 b 27,2 c 73,6 b

Mitad de Carga 125,1 b 168,7 b 146,5 b 208,3 b 41,6 b 35,5 b 80,1 a

Sin Carga 136,8 a 196,3 a 203,5 a 266,8 a 16,5 a 80,7 a 95,2 a

Medias en las columnas seguidas por diferente letra son signficativamente distintas (P<0.01).Test de Rangos Múltiples de Duncan.1 CTN = Carbohidratos Totales No estructurales (Almidón+Fructosa+Glucosa+Sacarosa)

------------ mg/g ------------

Marzo Junio Flores de Brotes

-------- Número de Flores/100 nudos --------

Flores de Brotes Flores Totales

Cuadro 3. Efectos de los flujos de brotación luego de la remoción de los frutos.

Verano Verano Otoño OtoñoNº brotes/ Largo Nº brotes/ Largo Nº brotes/ Largo

m2 cm m2 cm m2 cm

Toda la Carga 2.9 b 18.9 b 26.9 b 9.6 29.8 b 11.8Mitad de Carga 4.5 b 19.0 b 28.6 b 11.4 33.1 b 12.1Sin Frutos 9.3 a 28.9 a 36.3 a 14.1 45.6 a 16.8

<0.001 <0.001 <0.006 ns <0.001 ns

Verano + Otoño

Media en las columnas seguidas de diferente letra son significativamente distintas P<, Test Rangos Multiples Duncan

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g s (m

mol

m-2

s-1

)

20

40

60

80

100

120

Nov 01 Jan 01 Mar 01 May 01 Jul 01

Ci/C

a

0.45

0.50

0.55

0.60

0.65

0.70

ns

ns

ns ns

ns

ns

a

bb

ns ns

ns

ns

ns

aa

aa

b

b

A C

O2 (

µmol

m-2

s-1

)

1

2

3

4

5

6

7

8

Toda la CargaMitad de CargaSin Frutos

ns

ns

ns

ns

aa

aa

aa

b

b b

Fig. 1 Evolución de los parámetros de intercambio gaseoso de las hojas en las plantas con toda la carga, con mitad de carga y sin frutas. Media de 36 plantas por tratamiento. Letras de las medias distintas son significativamente diferentes p<0.05. Test de Rangos Múltiples de Duncan.

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y = 0.2591x + 41.305R2 = 0.29**

0

20

40

60

80

100

120

140

50 100 150 200 250 300Almidón en hoja (mg/g)

Núm

ero

de F

lore

s /1

00 n

udos

Flores Totales

Fig. 2. Relación entre el contenido de almidón en las hojas (mg/g) luego de la cosecha y el número de flores totales cada 100 nudos en la siguiente primavera.

y = 0.5894x - 47.556R2 = 0.61**

y = -0.3252x + 87.257R2 = 0.50**

0

20

40

60

80

100

120

50 100 150 200 250 300

Almidón en hoja (mg/g)

Núm

ero

de F

lore

s /1

00 n

udos

Flor de Brotes sin Hojas

Flores de Brotes con Hoja

Fig. 3. Relación entre el contenido de almidón en la hoja luego de la cosecha y el número de flores según el brote floral proveniente cada 100 nudos en la siguiente primavera.

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ALGUNOS ASPECTOS PRÁCTICOS PARA ENCARAR EL RALEO DE FRUTOS.

Alvaro Otero Programa Nacional de Producción Citrícola. Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria. C.C. 68033. Salto. Uruguay. [email protected] Introducción. Es casi indiscutido entre técnicos y productores la relación inversa que existe entre el número de frutos por planta y su tamaño promedio (diámetro). El número de frutos en la planta, como hemos discutido en otras ocasiones, es consecuencia de varios factores. Algunos factores son genéticos, determinados por el cultivar y su portainjerto; otros factores son climáticos o ambientales, como los estreses hídricos (por exceso o defecto) y térmicos (especialmente altas temperaturas), durante el período de caída fisiológica, y otros factores están relacionados con la competencia entre órganos de la propia planta, número de flores, tipo de flores, competencia entre frutitos pequeños, etc. Competencia entre órganos por carbohidratos. Además desde un punto de vista muy práctico, debemos considerar además la incidencia del rendimiento del ciclo anterior y el momento de la cosecha que nos afectan los ciclos de alternancia productiva. Tomar la decisión sobre la realización del raleo químico o manual de frutos, a veces no es una tarea fácil, especialmente por la incertidumbre de la demanda del mercado en el momento de la cosecha que pueden, y muchas veces lo son, ser diferentes a los objetivos técnicos fijados al inicio del año productivo. En este sentido es importante evaluar la variabilidad de la carga potencial de frutos, dentro de una misma especie, estimar o fijarse en la variabilidad de la carga entre las plantas de un mismo cuadro y la variabilidad entre cuadros de producción. En cuadros de producción de alta variabilidad de carga de frutas entre los árboles es mucho más aconsejable el empleo del raleo manual frente al raleo químico. Por el contrario, cuadros de producción uniformes, en carga y especialmente cuando esta es muy alta, conviene realizar raleos químicos, con principios activos suaves, que posteriormente puedan ser corregidos con un rápido raleo manual, reduciendo de este modo los costos de mano de obra y aumentando la rapidez del trabajo. Relación entre la Intensidad de la Floración y la Fructificación. Básicamente nos enfocaremos en aquel grupo de variedades que tienen un comportamiento directo entre el número de flores presentes durante la floración y el número de frutos luego de la caída fisiológica. Este grupo, está compuesto por variedades como Montenegrina, Avana, Murcott, Valencia late, Satsumas Owari y Okitsu y mandarina común, tiene la particularidad de que si la floración es intensa, el cuajado y permanencia de frutos es alta, y en consecuencia la producción de éstos será de pequeño calibre. Esta afirmación es válida si las condiciones climáticas durante el cuajado y crecimiento inicial del fruto no se presentan eventos limitantes extremos en la pluviometría o en el régimen térmico que produzca caída de frutos excesiva. Este comportamiento es muy útil para evaluar la variabilidad entre plantas del mismo cuadro de producción, siempre es visualmente más fácil apreciar diferencias entre árboles en la floración que luego de la caída de los pétalos, o cuando el tamaño del fruto es muy pequeño de unos 6 mm. A tal efecto es práctico el empleo de criterios

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comunes en la determinación de la intensidad de la floración, como el empleo de figuras estándar del grado de intensidad de floración. Satsuma Okitsu y Owari. En estas dos variedades hay que diferenciar muy bien el objetivo productivo de las mismas:

a) Para mercado interno, en dónde con la venta de las primeras frutas se obtienen precios muy buenos, y por lo general se prefieren frutas de gran tamaño; el aumento del tamaño y la precocidad pueden ser altamente compensados por la reducción del número de los frutos en la planta.

b) Para el mercado europeo, no solo importa obtener altos porcentajes de fruta de calibres superiores a 56 mm (según la variedad), sino además mantener la producción los subsiguientes años, con una producción de alta calidad y donde los frutos de excesivo tamaño tampoco son comercializables en condiciones normales de mercado, la regulación de la carga es básica para el resultado buscado. Además importa el mejor valor comercial de Okitsu frente Owari por su fecha de madurez comercial.

En el caso de producción de fruta cítrica para mercado interno y en el caso de Satsuma Okitsu para exportación, a menos que el cuajado y permanencia de frutos sea muy alta (1 fruto cada 7-8 hojas), conviene en condiciones normales hacer raleos manuales de fruta, seleccionado al mismo tiempo frutos defectuosos, en posiciones de daño de sol, con cáscara muy gruesa, con problemas sanitarios, etc. Por el contrario, si la fructificación es muy alta como mencionamos anteriormente (1 fruto cada 7-8 hojas), conviene hacer aplicaciones de raleadores químicos suaves, como el ANA (ácido naftalen acético), a concentraciones de 250 ppm a 300 ppm, con aplicaciones hechas a los 35-45 días de plena flor y luego hacer un repaso de raleo manual, para corregir en los racimos excesos de frutos. Al final de la caída de frutos a fines de noviembre, inicios de diciembre, se debería de llegar a una relación óptima de 1 fruto cada 25 hojas; y si el destino de la fruta es el mercado interno, buscando calibres grandes a muy grandes la relación de 1 fruto cada 35 hojas es apropiada. En el caso de Owari, en condiciones normales de productividad, y en montes uniformes o de gran tamaño de la planta, conviene hacer aplicaciones de ANA de 300 a 400 ppm a los 35-40 días de plena flor. También ha dado muy buenos resultados la aplicación de Maxim (Triclopir) a 20 ppm a los 35-40 días de plena flor. Es muy importante destacar que el Maxim aplicado a esta concentración posteriormente, aunque sea a los 50-60 días de plena flor, su efecto raleador se reduce enormemente, mostrando todo su potencial como agrandador de frutos, pero sin remoción de frutos. Valencia late Es una variedad que en los últimos años se ha incorporado al grupo de cultivares en los cuales se piensa o es potencialmente apropiado hacer un control del número de frutos. La posibilidad de la colocación de fruta en los mercados extranjeros de pequeño tamaño es cada vez más difícil o casi imposible, y cuando se realiza el negocio, económicamente no suele ser muy rentable. Esto ha llevado a una priorización extrema en los calibres producidos. La naranja Valencia late tiene la buena particularidad de compensar mucho el rendimiento en toneladas por hectárea, cuando se hace una importante reducción en el número de frutos.

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Dosis de ANA a 350-400 ppm aplicadas a los 35-40 días de plena flor han dado resultados muy buenos, sin tener que hacer posteriormente raleo manual. El Maxim (triclopir), en aplicaciones también a los 35-40 días, a dosis de 25 ppm, también ha dado resultados muy satisfactorios, en la reducción del número de frutos. Es de tener en cuenta que estimuladores hormonales del crecimiento, como el Maxim (Triclopir) o el 2,4 DP, dan resultados buenos y repetibles para el aumento del tamaño del fruto, aplicados al inicio de la etapa II del crecimiento del fruto, cuando este tiene aproximadamente 20-22 mm. En este caso el efecto de estos principios activos, no es la remoción de frutos, con los cuales seguramente alcanzamos a tener una buena a muy buena cosecha ese año, pero es altísimamente probable la entrada en alternancia productiva del árbol por reducción de la floración la siguiente primavera. Mandarina Murcott común Mandarina de maduración tardía, con fines de exportación y de mercado interno. Es una variedad conocida por su alternancia productiva, cuando se dejan demasiados frutos en la planta. La planta se extenúa en términos de carbohidratos y reservas en general. El raleo manual ha sido la opción más frecuentemente usada por los productores, fundamentalmente porque tiene frutos de muy pequeño calibre al final de la caída fisiológica, y en consecuencia se hace un raleo manual más tardío, porque es más fácil de este modo reconocer y remover el frutito. Esta práctica si bien disminuye la competencia entre los frutos y estimula el crecimiento individual, es más importante para la acumulación de reservas en los brotes y en los árboles, evitando la entrada de la planta en una profunda alternancia. Los frutos de la planta son de difícil raleo por la presencia de semillas en los frutos. Trabajos hechos con aplicaciones de ANA a 400 y 500 ppm a los 25-30 días de plena flor han dado resultados satisfactorios, en el tamaño de los frutos logrados y en el retorno de la floración el siguiente año, pero no es una práctica aún muy extendida. Se prefiere sacar a mano lo que se ve y a los 45 días de plena flor los frutitos son muy pequeños. Mandarina Montenegrina y Avana. Son variedades relativamente tardías, de alta alternancia productiva, en donde la reducción de la floración de un año está inversamente relacionada con el rendimiento del ciclo anterior. Esta relación es tan fuerte que en experimentos llevados a cabo en INIA-Salto Grande, en donde la remoción de los frutos se hacia en forma manual, cuando se dejaban solo unos pocos frutos (el equivalente a 10-12 kilos por planta) la planta entraba en alternancia productiva el siguiente ciclo, reduciendo casi a 0 el número de flores en el árbol, con hojas más pequeñas, y brotes muy pequeños durante el ciclo con frutas en el árbol. Este fenómeno no fue atenuado con la incorporación de riego localizado en las plantas. El raleo manual comercial, realizado por las empresas productoras, no parece solucionar el problema. Si bien con esta intensidad de raleo se logran tamaños de fruta muy buenos, en calibres de alto valor comercial, y la planta vegeta durante las brotaciones de verano y otoño con mayor intensidad que las plantas con todos los frutos, las plantas raleadas a mano aún así entran en alternancia el siguiente año. Por otro lado, el aumento de la intensidad de raleo manual, que seguramente aumentará el tamaño de los frutos se hace poco aconsejable ya que la reducción del rendimiento por hectárea pasa a un nivel antieconómico de producción y la alternancia permanece el siguiente año. El empleo de raleadores químicos acompaña este comportamiento varietal, con aplicaciones de Maxim (Triclopir) a dosis de 30 ppm a los 35-40 días de plena flor se

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obtienen resultados muy satisfactorios en cuanto a la reducción del número de frutas para lograr calibres de buen tamaño, pero la planta entra nuevamente en alternancia. El ANA no es aconsejable en estas variedades, ya que con el empleo de concentraciones de 500 a 700 ppm los resultados no fueron buenos respecto al testigo sin aplicación. En estos momentos se están buscando y probando otras formulas químicas de mayor efectividad en la remoción de los frutos, los resultados parciales son muy prometedores, pero siempre con la incertidumbre sobre el comportamiento varietal de cual es el mínimo de frutos que se deben dejar en la planta para que ésta no entre en alternancia productiva. Hasta que no se encuentre una respuesta, una alternativa válida es hacer producir cuadros o filas de plantas en los cuadros en años alternos, y manejar los árboles seleccionados para producir ese año con raleadores químicos, logrando así calibres apropiados. Si bien es algo paliativo, nos aseguramos que todos los años tengamos una producción de frutas estable por hectárea, de menor rendimiento por unidad de superficie o respecto al número total de plantas, pero de tamaño aceptable para el negocio citrícola todos los años. Ralear el 100% de los frutos en estas variedades es técnicamente posible a costos muy bajos.

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Fig 1. Relación del número de frutos por planta y el peso promedio (g). Satsuma Okitsu.

Fig 2. Relación del número de hojas por fruto y la distribución de calibres. Satsuma Okitsu.

y = -2E-05x2 + 0.0393x + 47.929R2 = 0.6615

y = 67.384Ln(x) - 390.8R2 = 0.9447

0

20

40

60

80

100

120

140

160

0 500 1000 1500 2000 2500 3000Número de frutos por planta

Peso de fruto promedio (g)

Kilogramos de frutos/planta

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

< 50 50-54,9 55-60,9 61-66,9 67-72 > 72

Díametro de fruto(mm)

Porc

enta

je

Control (1:8)

I R 1:15I R 1:25

I R 1:35

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Fig. 3. Relación de la intensidad de raleo y la distribución de calibres de frutos. Satsuma Okitsu.

Okitsu

0

20

40

60

80

100

120

140

Raleo 25% Raleo 50% Raleo 75% Sin Raleo

Kg

por p

lant

a

Kg TotalesKg > 50 mmKg > 55 mm

Fig. 4. Distribución de frutos mayores a 55 mm en tratamientos químicos. Satsuma Okitsu. (Porcentaje de los Kg para categoría > 55 mm).

30

40

50

60

70

80

90

100

Control ANA 100-20

ANA 100-35

ANA 200-20

ANA 200-35

IZAA 200-35

IZAA 200-45

ANA 300-45

Tratamiento

Porc

enta

je

c

bb

bc

a

bc

b

*

C.V= 15.9 %

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Fig. 5. Distribución de frutos mayores a 55 mm en tratamientos químicos. Satsuma Okitsu. (Porcentaje de los Kg para categoría > 55 mm).

Fig. 6. Distribución de calibres en Valencia late con distintos raleadores químicos.

05

101520253035404550

<55 mm 56-60.9 61-66.9 67-72.9 73.79.9 >80 mm

Por

cent

aje

de F

ruta

s (k

g) p

or C

ateg

oría

ANA 300 ppm ANA 400 ppmMAXIM 20 ppm Sin Raleo

Okitsu 35 días de Plena Flor

0

20

40

60

80

100

120

140

Testigo:Raleo Manual

MAXIM 20ppm

ANA 300 ppm ANA 400 ppm

Kg

de F

ruta

/ pl

anta

Kg Total

Kg > 55 mm

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Fig. 7. Porcentaje de Frutos mayores a 67 mm y su relación al rendimiento. Valencia late.

0

20

40

60

80

100

120

140

160

180

200

ANA 300 ppm ANA 400 ppm MAXIM 20 ppm Sin Raleo

Kg / plantaPeso promedio fruto (g)Kg > 67 mm

Tabla 1. Intensidad de raleo en Avana.

Nº TotalKilos por

plantaPeso promedio

de fruto (g)Kg. de fruta >

55 mm% de fruta >

55 mm

Testigo 1185 a 81.7 a 70.0 c 53.3 a 66.7 bRaleo 25% 858 bc 62.0 b 72.5 c 40.1 b 64.6 bRaleo 50% 896 b 67.8 ab 75.5 bc 50.7 ab 74.4 bRaleo 75% 633 c 58.4 b 92.3 b 55.7 a 95.4 aEmpresa 659 bc 53.8 b 82.4 b 46.0 ab 86.4 aMedias con letras diferentes son significativamente distintas al test de Rangos Múltiples Duncan (P<0.05).

Raleo Manual Avana

Fig. 8. Intensidad de raleo manual en mandarina avana.

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0

10

20

30

40

50

60

<50 50-54,9 55-60,9 61-66,9 67-72 > 72 Diámetro de Fruta (mm)

Porc

enta

je

Empresa Raleo 50% Raleo 25% Testigo Raleo 75%

Fig. 9. Raleo químico en avana. Efectos de los tratamientos químicos.

Raleo Químico de Frutos Avana

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

ANA300_20 ANA400_20 ANA500_20 MAX20_20 ANA300_35 ANA400_35 ANA500_35 MAX20_35 Testigo

Kilos por planta Kg. de fruta > 55 mm % de fruta > 55 mm

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CALCULO DE LA CURVA DE REFERENCIA DEL CRECIMIENTO DE LA

FRUTA CÍTRICA Alvaro Otero Programa Nacional de Producción Citrícola. Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria. C.C. 68033. Salto. Uruguay. [email protected] Introducción La sostenibilidad productiva de la citricultura involucra –entre otros factores- la optimización de los recursos disponibles para lograr anualmente una alta relación fruta exportada/fruta producida dentro de un marco de cuidado y respeto medio ambiental. Estos objetivos gerenciales están altamente relacionados con la competitividad del sector citrícola, cuyos márgenes de error en la toma de decisiones técnico-productivas son cada vez menores y que están muy influenciados por altos riesgos productivos relacionados fundamentalmente de las condiciones climáticas imperantes. De esta forma la producción de fruta cítrica en los calibres de mayor precio comercial y la minimización de calibres no comerciales son dos aspectos de importancia, aunque no los únicos, en la maximización de la fruta exportada. Varios factores están incidiendo anualmente en el tamaño y distribución de los frutos en el momento de la cosecha, y la mayoría de los cuales están interrelacionados. El conocimiento y la cuantificación de éstos nos permitirán aumentar la capacidad de planificación y en consecuencia realizar los ajustes técnicos oportunos. En este sentido, la formulación de modelos matemáticos y/o probabilísticos, ajustados a las variables de mayor incidencia en el crecimiento del fruto son una herramienta más en la toma de decisiones, que nos facilitará el análisis y la evaluación del crecimiento de los frutos cítricos en diferentes escenarios productivos y climáticos. Quizás la razón más importante al formular y diseñar los modelos, es que nos exige la cuantificación de los procesos y sobretodo discernir de entre todos los factores actuantes en un momento dado, cuales de éstos realmente tienen una incidencia significativa en el proceso. Distribución de las Frecuencias del Tamaño de los Frutos. A los efectos de un buen pronóstico sobre es importante determinar la distribución de las frecuencias del tamaño del fruto durante todas las etapas de su crecimiento. A partir de las evaluaciones realizadas en Salto en variedades como Valencia late, Washington Navel, satsuma Owari y Ellendale, con mediciones periódicas del diámetro de la fruta se vio que la distribución de las frecuencias del tamaño de fruto tiene una forma simétrica, acampanada, que estadísticamente no se puede diferenciar de una distribución normal, mediante el test de Shapiro-Wilking (Tabla 1). Esta afirmación es válida en las cuatro variedades estudiadas y para cada una de las fechas de muestreo, desde los 70 días desde plena flor hasta la cosecha, en una muestra de 100 frutos etiquetados a los 60 días de plena flor (DPF) por árbol. En el conjunto de todas las plantas de la misma variedad y portainjerto de un cuadro de producción tiene una distribución de la frecuencia del tamaño de fruto comercial, simétrica y en forma de campana cuando estas frutas son cosechadas y clasificadas por tamaño en las clasificadores de los packings. Ajuste de la Curva de Referencia para el Crecimiento de los Frutos Cítricos. Se han propuesto varias formas y ecuaciones que describen el comportamiento del crecimiento del fruto después de plena flor. Algunas de estas ecuaciones con

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frecuentes componentes empíricos: Gompertz, monolineales, Exponenciales (Monselise, 1981; Goldschmidt, 1992; Bustan, 1996; Otero, 1996; Otero, 1998 y Franco et al., 1999). En cítricos no se ha desarrollado aún un modelo funcional con suficiente validez universal como para ser aceptado en todas las regiones citrícolas. Un criterio importante al enfoque del problema ha sido abordado por Gandar et al. (1996) para modelos determinísticos y para modelos estocásticos por Hall y Gandar (1996). El objetivo de determinar las curvas de referencia para variedades cítricas es proporcionar a los productores y a la industria citrícola una herramienta de estimación y pronóstico del diámetro promedio de la fruta cítrica y de la frecuencia de diámetros del fruto (calibre) en la cosecha, pero realizada esta estimación a partir del mes de enero, promedialmente unos 120-150 días luego de la plena flor. En definitiva una estimación hecha con suficiente antelación como para ajustar los negocios de venta de la fruta. Metodología. Desde la primavera de 1994 se seleccionaron en INIA-Salto Grande (Colonia Gestido, Salto) unidades experimentales de 7 plantas adultas homogéneas por variedad-lote en similares condiciones de secano y riego. En cada planta bajo estudio se identificaron y etiquetaron individualmente al azar un grupo de frutitos. El primer año se etiquetaron 25 frutos por planta y por lo menos 50 frutos por árbol los siguientes años. En los años 1996, 1997 y 1998 se marcaron 100 frutos por árbol. Se realizaron medidas de diámetro ecuatorial del fruto en forma semanal hasta el mes de enero y posteriormente en forma quincenal hasta la cosecha. La cosecha se definió por el color externo de la fruta y por el ratio sólidos solubles/acidez. En cada planta individual para cada variedad/lote se evaluó el número de frutos y el peso total de los mismos en la cosecha todos los años. Simultáneamente se registraron desde plena flor hasta la cosecha, la temperatura diaria del aire (máxima y mínima) y la pluviometría. Estos datos fueron utilizados para calcular la temperatura media quincenal y decáica, la temperatura máxima promedio quincenal y decáica, y la precipitación acumulada quincenal y decáica. Los valores registrados de temperaturas y precipitación fueron analizados en base a días desde la plena flor (DPF), para cada año en particular, y promediados o acumulados cada 10 o 15 días. En base a esta información se ajustó una curva que describe el crecimiento del diámetro promedio del fruto en cada planta individual bajo estudio, posteriormente se obtuvo promediando los diámetros promedio por planta el diámetro promedio de las 7 plantas por variedad en cada año. Como resultado se describió la curva de referencia anual utilizada para el relacionamiento con los eventos climáticos. Para expresar la curva de referencia que reflejara el crecimiento del diámetro del fruto en función de los días desde plena flor, se optó por una ecuación empírica logística asimétrica (Ec. 1), que tuviera un coeficiente para la intersección con el eje de las ordenadas (diámetro del fruto), cuyo valor, el día 0 desde plena flor, exprese el diámetro inicial del crecimiento, el tamaño de los ovarios de las flores.

b

XoDPF

aYoDiámetro

⎟⎠⎞

⎜⎝⎛+

+=

1

(Ec. 1)

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En donde Diámetro, es el diámetro ecuatorial del fruto promedio (mm) y DPF, representa los días computados desde plena flor. Este diseño de la curva tiene la particularidad que dentro de las dimensiones reales del crecimiento con fines de pronóstico comercial; de presentar parámetros que conceptualmente representan distintos puntos de importancia en el crecimiento, como ser: “a”, el máximo de crecimiento asintótico; “X0” el punto de inflexión del crecimiento; “Y0”, el inicio del desarrollo (tamaño del ovario) y “b”, la pendiente de crecimiento. Es importante destacar que el ajuste está dado dentro del período de crecimiento del fruto, desde plena flor hasta la cosecha comercial para exportación, dejando de lado la evaluación del crecimiento luego de este período o para frutos sobremaduros. La estimación de los parámetros de la ecuación ajustada, fue realizada con el SigmaPlot 8.0 y SAS 6.0-9.1, en las rutinas regulares del SigmaPlot y con el Proc Nlin y Proc Reg del SAS. Los parámetros estimados para la ecuación de crecimiento en cada planta y para cada año se relacionaron con los datos climáticos quincenales y decáicos. Se realizaron regresiones simples y múltiples de los datos climáticos privilegiando aquellas variables que pudieran ser explicativas del comportamiento del fruto y que tuvieran incidencia en el período anterior a los 100-120 días desde plena flor, a los efectos que pudieran ser utilizadas con fines de pronóstico. Además de estas variables, se relacionaron los mismos parámetros de las ecuaciones con el número y peso total de los mismos en cada planta, como forma de evaluar la competencia de los frutos en el tamaño promedio del fruto en cada planta y entre años. Factores Relacionados con el Crecimiento Inicial del Fruto • Intensidad y Calidad de la floración (Fig. 1). La relación entre el número de flores

totales y la tipología de la misma es bien conocida, y altamente dependiente de la variedad. Este comportamiento lleva a tener mayores o menores porcentajes de cuajado de flores, a una mayor o menor competencia entre ellos y sin duda a un comportamiento diferencial en la sensibilidad de los factores climáticos en los primeros estadios de desarrollo del fruto.

• Frecuencia de caída de frutos en los primeros estadios de desarrollo. El número

de frutitos luego el cuajado está altamente influenciado por la floración y las condiciones ambientales-productivas existentes (dejando a la variedad fuera del análisis). Durante este período, los factores endógenos de regulación hormonal, los nutricionales en el término más amplio y los estreses (déficit de presión de vapor y temperatura) van a actuar en momentos distintos del desarrollo del frutito, incidiendo principalmente en la tasa de crecimiento del mismo, lo que determinará su fortaleza como fosa de nutrientes y en consecuencia su supervivencia. Estos factores combinados determinarán en la planta una población de frutitos al final de la caída fisiológica de noviembre-diciembre y que con su variabilidad en tamaño tendrán que continuar su crecimiento compitiendo entre sí por los fotosintatos. Es aquí donde la relación entre la cantidad de frutos y hojas fotosintéticamente exportadoras (área foliar) es determinante (Fig. 2). Como veremos este es el período crítico para la evaluación del potencial tamaño del fruto.

• Desarrollo posterior del fruto. Luego de fijada la cantidad de frutas en la planta y

en relación al área foliar fotosintéticamente activa, conjuntamente con las condiciones de ambientales y de manejo, se determinará el crecimiento para la población de frutos en el árbol. El riego, la nutrición mineral y la temperatura juegan un rol preponderante en este período fenológico donde la producción de

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fotosintatos va a tener que ser distribuida entre los frutos en desarrollo, las brotaciones y las reservas propias de la planta.

• Brotaciones. Las intensidades de las distintas brotaciones (sin tomar en cuenta

el efecto varietal) están directamente involucradas con la floración y con el suministro de nutrientes a las flores, a los frutos y a las reservas. A su vez, y por ser un cultivo de crecimiento perenne, estas brotaciones están influenciadas por las condiciones ambientales y productivas de la planta. La presencia de frutos (competidores por fotosintatos) entre otros es un factor determinante en el número y tamaño de los flujos de crecimiento vegetativo.

Para cada una de estas etapas del cultivo, están a disposición, técnicas de manejo, desde el riego, la nutrición y la poda hasta la regulación hormonal en distintas fases fenológicas, permiten con criterios agronómicos ser empleadas para dar solución total o parcial de las diferentes desajustes o alternativas productivas. Resultados El tipo de curva elegida refleja con precisión el comportamiento del crecimiento del fruto para las variedades en estudio en todos los años evaluados. La utilización de la escala fenológica desde días desde plena flor, parecería ser muy apropiada para los fines de la industria citrícola nacional. Los coeficientes ajustados de la curva de referencia para Valencia late, Washington Navel y Satsuma Owari se pueden ver en la tabla 2. De ellos podemos ver cierta variación entre años para una misma variedad, variación que luego va a ser explicada por la temperatura media, por la temperatura máxima, por la precipitación y fundamentalmente por el número de frutos en la planta. Así mismo se observa bajos valores de los errores estándar de estimación de cada coeficiente, reflejado en el coeficiente de determinación y en su significación estadística. A los efectos de poder estimar anticipadamente el valor de estos coeficientes, en vez de utilizar el promedio de los mismos, se relacionó el valor anual de cada uno de ellos con las temperaturas media y máxima, con la precipitación y especialmente con la carga de frutos prevista para ese año. Las ecuaciones de estimación de estos parámetros son mostradas en las tablas 3 a 6. De ellas se pueden estimar los coeficientes para la precisión mostrada en cada una de las tres variedades. Con el modelo de crecimiento propuesto en la Curva de Referencia, y con los valores de los parámetros climáticos que tienen incidencia en los primeros 100 días luego de la plena flor, se puede recrear la probable curva de referencia anual del crecimiento del fruto, medido como diámetro ecuatorial. En términos computacionales se ha preparado una planilla de cálculo en la cual, con la incorporación de los datos climáticos y de muestreo propios de cada productor, se puede describir el comportamiento más probable del crecimiento del fruto en las variedades bajo estudio (Fig 3 y 4). Citas Bustan, A., E. E. Goldschmidt y Y. Erner. 1996. Integrating temperature effects on fruit growth into a Citrus productivity model. Proc. Int. Soc. Citric., 938-944.

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Franco, J. y A. Gravina. 1999. Predicción temprana del calibre final de fruto en naranja Valencia. Avances de Resultados. En Resultados de investigación y desarrollo tecnológico del rubro citrus. Facultad de Agronomía. Montevideo. Gandar, P.W.; A.J. Hall; y H.N. de Silva. (1996). Deterministic models for fruit growth. Acta Hort. 416. ISHS 1966. Pag 103-113. Goldschmidt, E.E., Harpaz, A., Gal, S., Rabber, D. y E. Gelb. 1992. Simulation of fruitlet thinning effects in Citrus by a dymanic growth model. Proc. Int. Soc. Citric., 1: 515-519. Hall, A.J. y P.W. Gandar. (1996). Stochastic models for fruit growth. Acta Hort. 416. ISHS 1996. Pag 113-121. Monselise, S.P., Goren, R., Costo, J., y M, Simkhi. 1981. Development of lemon originating at different blossom dates around the year. Sci. Hortc., 15, 23-32, 1981. Otero, A. y M. Spina. 1996. Predicción de calibres de frutos a la cosecha. Serie Actividades de difusión. Nº 118. INIA-Uruguay. Otero, A. y M. Spina. 1998. Modelización del crecimiento de la fruta cítrica para la predicción del tamaño del fruto. Serie Actividades de difusión. Nº 178. INIA-Uruguay. Abreviaturas NFRUTOS Número de Frutos por árbol. DPF Días desde Plena Flor. PPA 50 Precipitación Acumulada (mm) desde Plena Flor hasta 50 DPF. PPA 60 Precipitación Acumulada (mm) desde Plena Flor hasta 60 DPF. PPA 70 Precipitación Acumulada (mm) desde Plena Flor hasta 70 DPF. PPA 90 Precipitación Acumulada (mm) desde Plena Flor hasta 90 DPF. PP85-100 Precipitación Acumulada (mm) desde Plena Flor entre 85 y 100 DPF. MED 40-55 Temperatura Media Diaria (ºC) desde los 40 hasta los 55 DPF. MED 55-70 Temperatura Media Diaria (ºC) desde los 55 hasta los 70 DPF. MAX 40-55 Temperatura Máxima Diaria (ºC) desde los 40 hasta los 55 DPF. MAX 40-60 Temperatura Máxima Diaria (ºC) desde los 40 hasta los 60 DPF.

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Tabla 1. Evolución de la normalidad de los frutos dentro de la planta para distintos días luego de plena flor. Se muestra una sola planta para el análisis de Valencia late, en Secano. n = es el número de frutas marcadas dentro de la planta.

Días desde Diámetro Desvío Plena Flor Promedio Estándar W P<W n

48 14.9 2.1 0.938 0.216 10052 17.3 2.4 0.951 0.386 10059 21.5 2.8 0.946 0.307 9865 24.5 2.9 0.931 0.165 9876 29.3 3.4 0.923 0.114 9880 31.0 3.6 0.942 0.257 9887 33.5 4.0 0.963 0.613 9893 36.1 4.1 0.979 0.109 98

107 41.2 3.9 0.987 0.476 98125 47.2 4.1 0.987 0.475 98136 50.5 4.2 0.986 0.387 98150 53.2 4.2 0.986 0.409 98164 56.0 4.1 0.990 0.663 98178 58.5 4.2 0.984 0.283 98199 62.0 4.2 0.989 0.559 98206 62.6 4.2 0.980 0.143 98220 64.0 4.2 0.980 0.143 98233 65.2 4.6 0.988 0.500 98248 65.5 5.0 0.892 <0.0001 98262 66.4 4.6 0.978 0.100 98304 66.1 4.4 0.981 0.190 98318 66.1 4.4 0.979 0.159 98

Shapiro-Wilk Test

Fig. 1 Relación entre categorías de floración y Rendimiento.

Valencia 1995-1998

020406080

100120140160180200

0 1 2 3 4 5 6

Categorias de Floración

Kg/

plan

ta

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Fig. 2. Efecto de la relación Número de frutos/Número de hojas

1

2

3

4

5

6

7

12-Oct 1-Dec 20-Jan 11-Mar 30-Apr

Dia

met

ro fr

uto

(cm

)

1/151/251/35Control 1/13

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Tabla 2. Coeficientes estimados de la Curva de Referencia del Crecimiento del Fruto para Valencia late, Washington Navel, y Satsuma Owari con su respectivo error estándar de estimación en cada año de evaluación.

Valencia

a Error Std b Error Std Xo Error Std Yo Error Std R2 P<

1995 71.7 1.42 -1.86 0.006 105.5 1.98 4.0 0.09 0.996 0.0011996 65.6 1.51 -2.28 0.095 94.3 1.91 4.0 0.91 0.997 0.0011997 75.2 1.64 -1.77 0.065 100.7 2.39 4.0 0.78 0.998 0.0011998 68.9 0.93 -2.12 0.057 114.5 1.41 4.0 0.52 0.999 0.0011999 78.8 1.90 -1.82 0.075 97.8 2.52 4.0 0.88 0.998 0.0012001 68.0 2.42 -2.31 1.525 101.4 3.05 4.0 0.11 0.997 0.0012002 76.5 2.08 -1.61 0.065 105.6 3.26 4.0 0.79 0.997 0.0012003 67.3 3.13 -2.60 0.230 105.9 3.93 4.0 1.37 0.998 0.001

1995 72.5 2.94 -1.75 0.113 120.1 4.73 4.0 1.52 0.993 0.0011996 62.4 3.69 -2.06 0.188 109.4 6.05 4.0 1.72 0.999 0.0011997 75.7 4.80 -1.51 0.127 122.6 10.10 4.0 1.48 0.993 0.0011998 68.0 0.92 -2.19 0.057 116.0 1.38 4.0 0.53 0.999 0.0011999 87.1 3.32 -1.51 0.085 105.2 5.29 4.0 1.08 0.997 0.0012001 67.6 1.79 -2.04 0.089 98.3 2.44 4.0 0.82 0.998 0.0012002 80.0 1.70 -1.67 0.052 103.2 2.44 4.0 0.67 0.996 0.0012003 67.8 2.90 -2.37 0.184 100.1 3.66 4.0 1.31 0.997 0.001

Navel

a Error Std b Error Std Xo Error Std Yo Error Std R2 P<

1995 94.1 7.16 -1.64 0.144 119.4 10.11 4.0 1.75 0.993 0.0011996 92.7 4.73 -1.77 0.093 124.1 7.43 4.0 0.93 0.992 0.0011997 86.2 8.15 -1.68 0.187 100.7 12.67 4.0 1.51 0.994 0.0011998 85.0 2.10 -2.05 0.091 117.8 2.68 4.0 0.71 0.999 0.0011999 89.6 3.18 -1.78 0.073 116.2 5.08 4.0 0.55 0.999 0.0012000 86.2 5.51 -1.87 0.150 133.3 8.23 4.0 1.23 0.996 0.0012001 77.1 3.05 -2.14 0.151 96.7 3.35 4.0 1.16 0.999 0.001

Satsuma

a Error Std b Error Std Xo Error Std Yo Error Std R2 P<

1995 134.2 55.51 -1.14 0.177 299.1 184.61 3.0 1.48 0.990 0.0011996 193.4 66.58 -1.20 0.161 403.0 190.47 3.0 0.86 0.997 0.0011997 77.3 9.31 -1.56 0.168 117.4 18.33 3.0 1.05 0.982 0.0011998 82.9 3.28 -1.82 0.066 140.3 6.21 3.0 0.35 0.999 0.0011999 109.8 13.11 -1.40 0.104 171.0 28.28 3.0 0.59 0.998 0.0012000 129.2 45.63 -1.49 0.210 272.6 110.69 3.0 1.21 0.995 0.0012001 89.2 4.27 -1.72 0.076 128.2 6.83 3.0 0.57 0.999 0.001

RIE

GO

SEC

ANO

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Tabla 3. Ecuaciones de Regresión Washington Navel.

Coeficiente Variable r 2 Prob <

A PP85-100 Y= 93.6 - 0.104 X 0.550 0.092

PP115-130 Y= 94.1 - 0.079 X 0.650 0.054

NFRUTOS Y= 109.9 - 0.0433 X 0.850 0.008

Med40-55 Y= -54.8 + 6.797 X 0.780 0.021

Max40-60 Y= -33.6 + 4.54 X 0.780 0.020

Max40-55 Y= -43.8 + 4.884 X 0.620 0.062

B PPA130 Y= -1.6 - 0.001 X 0.620 0.045

PP115-130 Y= -1.6 - 0.003 X 0.680 0.045

NFRUTOS Y= -1.3 - 0.00107 X 0.400 0.170

Med40-55 Y= -7.2 + 0.255 X 0.840 0.010

Max40-60 Y= -6.45 + 0.17 X 0.710 0.036

Max40-55 Y= -7.5 + 0.209 X 0.880 0.006

Xo PPA100 Y= 143.2 - 0.121 X 0.740 0.028

PP85-100 Y= 128.9 - 0.197 X 0.630 0.059

NFRUTOS Y= 142.7 - 0.04788 X 0.340 0.220

Med40-55 Y= -63.7 + 8.668 X 0.410 0.171

Tabla 4. Ecuaciones de Regresión Satsuma Owari.

Coeficiente Variable r 2 Prob <

A PPA85 Y = 197.5 - 0.5 X 0.500 0.076

PPA70 Y = 188.1 - 0.643 X 0.750 0.012

PPA55 Y = 166.6 - 0.872 X 0.490 0.078

PPA100 Y = 194.4 - 0.365 X 0.430 0.110

NFRUTOS Y = - 122.3 LN(X) + 1008.21 0.517 0.020

Med70-85 Y = - 608.8 + 30.212 X 0.701 0.064

Max70-85 Y = - 879.5 + 33.002 X 0.930 0.001

Max40-85 Y = - 779.2 + 31.4 X 0.640 0.023

B PPA70 Y = - 1.124 - 0.003 X 0.480 0.084

PPA100 Y = - 0.98 - 0.002 X 0.490 0.081

PP55-70 Y = - 1.24 - 0.0043 X 0.480 0.084

NFRUTOS Y = - 0.91 LN(X) + 0.1241 0.639 0.030

Med70-85 Y = - 5.138 + 0.153 X 0.500 0.070

Max70-85 Y = - 5.95 + 0.149 X 0.550 0.055

Max40-85 Y = - 6.297 + 0.16946 X 0.545 0.030

Xo PPA85 Y = 442.9 - 1.376 X 0.490 0.081

PPA70 Y = 417.9 - 1.78 X 0.740 0.013

PPA55 Y = 350.5 - 2.261 X 0.430 0.110

PPA100 Y = 456.2 - 1.113 X 0.520 0.069

NFRUTOS Y = - 30251 LN(X) + 2428.4 0.395 0.050

Med70-85 Y = - 1770.6 + 82.913 X 0.686 0.080

Max70-85 Y = - 2447.9 + 88.412 X 0.870 0.002

Max40-85 Y = - 2043.5 + 79.4 X 0.521 0.058

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Tabla 5. Ecuaciones de Regresión Valencia late Riego.

Variables Ecuación de Regresión r2 Prob <

A Nº frutos (estimados) Y = -12-463 Ln(x) + 155.02 0.71 0.002Nº frutos PPA-70 MAX40-55 Y = 28.185 - 0.002 x1 + 0.110 x2 + 1.13 x3 0.99 0.090PPA-50 Y = 61.58 + 0.123 x 0.72 0.050

PPA-70 Y = 55.189 + 0.126 x 0.78 0.048PPA-70 MAX 205-220 MAX 40-55 Y = 17.864 + 0.107 x1 - 0.06 x2 + 1.49 x3 0.99 0.080

PPA-70 MAX 40-55 Y = 14.53 + 0.109 x1 + 1.562 x2 0.99 0.008

PPA-70 MED 40-50 Y = 22.64 + 0.099 x1 + 1.67 x2 0.99 0.006

PPA-70 MED 40-50 MAX 40-55 Y = 25.137 + 0.10 x1 + 2.20 x2 - 0.47 x3 0.99 0.090

PPA-70 Nº frutos Y = 191.23 - 0.092 x1 - 0.083 x2 0.98 0.020

B PP 85-100 Y = -1.763 - 0.009 x 0.87 0.002

PPA 60 Y = -2.61 + 0.0065 x 0.79 0.045PPA 70 Y = -2.668 + 0.005 x 0.73 0.050

PPA 70 MED 210-220 Y = -2.548 + 0.005 x1 -0.005 x2 0.95 0.048

X0 PPA 85 Y = 88.52 + 0.099 x 0.94 0.007

PPA 100 Y = 84.81 + 0.104 x 0.94 0.007

Nº frutos PPA-90 Y = 68.88 + 0.012 x1 + 0.118 x2 0.97 0.020

MED 210-200 MED 55-70 PPA 115 Y = 145.26 + 0.42 x1 + 3.14 x2 - 4.23 x3 0.99 0.020

Tabla 6. Ecuaciones de Regresión Valencia late Secano.

Variables Ecuación de Regresión r2 Prob <

A PP 130-145 Y = 86.44 - 0.154 x 0.85 0.020PP 85-100 Y = 81.063 - 0.326 x 0.81 0.060PPA 50 Y = 56.467 + 0.197 x 0.61 0.080

Nº frutos Y = -12.463 Ln(x) + 155.02 0.72 0.002MED 40-50 MAX 40-55 Y = 89.116 + 24.58 x1 - 19.67 x2 0.81 0.090

MED 40-50 Y = -24.557 + 4.587 x 0.58 0.090

MAX 40-55 Y = -37.318 + 4.03 x 0.47 0.070

B PP 90-100 Y = -1.585 - 0.011 x 0.80 0.040

PPA 50 Y = -2.45 + 0.008 x 0.82 0.030

PP 30-40 Y = 121.66 - 0.19 x 0.75 0.060X0 PP 80-90 Y = 125.9 + 0.39 x1 - 0.073 x2 0.85 0.030

PPA 30-40 Y = 121.55 - 0.165 x 0.55 0.090

Fig. 3. Planilla propuesta para la estimación del crecimiento del fruto en Washington Navel.

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Fig. 4. Planilla propuesta para la estimación del crecimiento del fruto en Valencia late.

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OPORTUNIDADES PARA EL MANEJO DE SUELOS EN CÍTRICOS, CON UNA ÓPTICA DE CONSERVACIÓN Y MEJORA.

Carmen Goñi Programa Nacional de Producción Citrícola. Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria. CC. 68033. Salto. Uruguay. [email protected] Hablar de sostenibilidad productiva y de conservación de los recursos naturales es sinónimo de pensar inteligentemente en la preservación de la fuente de alimento para las generaciones futuras. Basta con recordar que el proceso de formación de un suelo tarda millones de años y que un uso abusivo del mismo, sin medidas de conservación o con un manejo contaminante hipotecan un país en lo social, económico y ambiental, con trascendencia más allá de fronteras. Nos sobran ejemplos de este tipo, desertificación de áreas agrícolas, contaminación de fuentes de aguas, migración de personas, subdesarrollo. Razón de más para pensar en Uruguay en cuáles son las oportunidades u opciones tecnológicas que están disponibles para conservar, mantener o mejorar ese patrimonio de la sociedad, los suelos del país. Es muy corriente escuchar hablar hoy día de la responsabilidad por el manejo de los recursos naturales, de la sustentabilidad productiva, pero del dicho al hecho sabemos que hay distancias por recorrer. Con los progresos que se dan en el campo de la ciencia (genética, biología, informática, etc.) no podemos asegurar hoy que conceptos manejaremos en el próximo siglo de sustentabilidad, lo cierto es que desde que el hombre comenzó con la agricultura sobre la tierra, sucesivas aproximaciones se han venido dando al tema. Simplemente recordemos que tan solo hace pocos años atrás que se viene variando la forma tradicional del laboreo mecánico de los suelos con la incorporación más reciente en la agricultura con la siembra directa; que hemos dejado de pensar en un objetivo en particular en forma aislada para integrarlo al proceso más global dentro de la planta. Por ejemplo en la producción de fruta se tiene en cuenta los balances en la planta entre brotación-floración, relaciones hídricas e intercambio gaseoso, etc. Las distintas partes de la planta: raíces, hojas, frutos interactúan entre si, de ahí lo importante de disponer de esa visión integradora. El desafío de hoy es el rediseño del manejo de los montes, la búsqueda de optimización de la estrategia productiva en uso; el cuidado en forma efectiva y simultánea los recursos en juego en sus aspectos productivos, ambientales y financieros e integrar además la dimensión social. En los cítricos como todo cultivo perenne, se han tomado precauciones para asegurar esa sostenibilidad en el tiempo del cultivo, la permanencia en un sitio dado. Muchos productores han cuidado y cuidan aspectos relacionados al manejo de sus suelos y de la topografía de sus predios. Vemos predios en la zona con una cuidada sistematización del área plantada o por plantar, con un planteo y estudio previo en el diseño de las cortinas corta vientos, sus caminería y desagües etc. Todos estos son aspectos básicos a cuidar en el momento de la implantación de un monte. Sin embargo, estas medidas no deben ser las únicas, deben ser parte de un conjunto de otras medidas que hacen a lo que llamamos un manejo integrado de esa actividad productiva. Para que resulte sustentable, sostenible en el largo plazo para el suelo, las plantas y el negocio mismo. Tomando como ejemplo el cultivo del manzano, Stuat Hill citado por (MacRae et al., 1990) ejemplifica ese concepto de sostenibilidad, comentando los caminos por los que se ha transitado y de sus diferentes etapas: de una primera orientación por la búsqueda de una mejor eficiencia en el manejo del cultivo (uso de análisis, monitoreo de plagas etc.), por una etapa de sustitución de productos (uso de agroquímicos menos contaminantes, nuevos métodos de aplicación, etc., en contraposición a la

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incorporación indiscriminada de moléculas químicas sintéticas), a la etapa actual, con un rediseño del agrosistema como un todo, donde se buscan incorporar la mayor cantidad de relaciones biológicas posibles a la construcción de las soluciones y a la exclusión de los problemas. En la producción citrícola se ha venido hablando de sustentabilidad con distintos énfasis; se ha recorrido un camino con etapas diferenciadas que pasan por el manejo integrado de plagas (IPM); más recientemente se habla de la Producción Integrada de Frutas, donde se va más allá de la consideración de las plagas mismas considerando además la sustentabilidad para el suelo, el agua y los propios seres humanos y hoy comienza a entrar el concepto de la Producción Orgánica con una rápida expansión, buscando minimizar impactos ambientales y procurando asegurar la máxima inocuidad alimentaria. Sin irnos a los extremos, lo interesante es rescatar esta nueva visión integradora al concepto de sostenibilidad como la oportunidad de mejora presente y futura a las medidas de manejo en el cultivo. El concepto de calidad de un suelo se lo ha asociado al de sostenibilidad, aunque este último parece ser más amplio. Para Buol (1995) la sostenibilidad en el uso del suelo se relaciona con la capacidad de éste para proporcionar elementos esenciales ya que estos son finitos y limitan en consecuencia la productividad. El concepto calidad se lo ha relacionado más con la capacidad del suelo para funcionar, en sus atributos de fertilidad, productividad potencial, sostenibilidad y calidad ambiental. ¿Cabría entonces preguntarnos que se entiende por calidad de un suelo? Aunque el concepto de calidad esta en evolución, parece relacionarse más a la multifuncionalidad de un suelo que solo al de su uso específico. Para el comité de la Salud del Suelo de la Sociedad Americana de la Ciencia del Suelo (Soil Science Society of America) (Karlen et a., 1997) se lo visualiza más como la capacidad del suelo de funcionar dentro de los límites de un ecosistema natural o manejado, sostener la producción de plantas y animales, mantener y mejorar la calidad del aire y del agua y de sostener la salud humana y el hábitat. Para tener una referencia de cómo es esa evolución se generan indicadores en base a la función del suelo que se evalúa, considerando en especial aquellas propiedades sensibles a los cambios con el uso del suelo. Hay autores como Hünnemeyer et al., (1997) que dicen que los indicadores deberían permitir: a) analizar la situación actual e identificar los puntos críticos con respecto al desarrollo sostenible, b) analizar los posibles impactos antes de una intervención, c) monitorear el impacto de las intervenciones humanas y d) ayudar a determinar si el uso del recurso es sostenible. Los indicadores físicos de suelo evalúan la forma en que el suelo acepta, retiene y trasmite el agua para las plantas así como los impedimentos que pueden encontrar las plantas para el crecimiento de sus raíces, la emergencia, la infiltración o el arreglo de las partículas. Los indicadores químicos hacen énfasis en aquellas propiedades químicas relacionadas a la relación del suelo con la planta como la disponibilidad de nutrientes, el carbono orgánico, pH, conductividad eléctrica, capacidad de intercambio catiónico etc. Los indicadores biológicos integran los factores que afectan al suelo como la abundancia de micro y macroorganismos, tasa de descomposición de residuos ó de la biomasa microbiana, etc. Los enfoques cambian con el tiempo según la evolución de los conocimientos y los valores predominantes. De igual forma y hablando más concretamente de los cítricos se han dado cambios en las técnicas de manejo y de aquellos aspectos relacionados al manejo de suelos en los montes. Avances en la disminución de la intensidad del laboreo para control de malezas, a la selección y aplicación restringida de herbicidas; sin embargo aún visualizamos restricciones físico-químicas en los suelos no resueltas

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como aspectos de compactación de suelos, acidificación etc. Subir un peldaño en esa escalera en pro de una mayor sostenibilidad implica entonces buscar y adaptar soluciones de aspectos puntuales con una dimensión más integradora. Una reducción de la compactación de los suelos bajo citricultura implica integrar las modificaciones en la forma del laboreo de suelo con los cambios en el uso y la asiduidad de la aplicación de herbicidas, el rediseño de los sistemas de riego del área, el manejo de las enmiendas orgánicas, el uso de la variabilidad genética en la incorporación de coberturas vegetales, la incorporación de mulches, etc. Algunas restricciones encontradas hoy en el manejo de los suelos citrícolas. La región se caracteriza por un alto predominio de suelos arenosos con bajo contenido de MO, baja capacidad de intercambio catiónico, asociados a variaciones topográficas de pendientes que superan en algunos casos el 3-4 %. Estos suelos han sido sometidos hasta hace pocos años, a una alta intensidad de laboreo, con labranzas en sentido paralelo y vertical a las filas de plantación para un control de malezas como ocurrió en la década del setenta, lo que ha generado problemas de erosión superficial, disminución del horizonte A, pérdidas de nutrientes etc.; posteriormente con el uso sistemático y en algunos casos irrestrictos de herbicidas y la introducción del cero laboreo se generaron problemas de reducción en la estabilidad estructural del suelo, en la velocidad de infiltración del agua, problemas de compactación. La incorporación reciente de los sistemas de riego en las filas de plantación en suelos no alomados, con un horizonte A poco profundo, que sistemáticamente venía siendo reducido por las pérdidas ocasionadas de años previos por erosión y la asociación con lentes de canto rodados que caracteriza a gran parte del área ha dado lugar a la actual situación, donde es posible ver plantas con gran parte de sus sistemas radiculares visibles, portainjertos colmatados por arrastres de suelo, problemas sanitarios colaterales etc. Situación que de no mediar medidas compromete la sostenibilidad productiva de las plantaciones de la región. Montes con árboles donde los sistemas radiculares exploran horizontes de menor profundidad, degradados en sus propiedades físico-químicas y sin medidas correctivas plantean problemas a la ecuación económica del productor de hoy. ¿Será rentable seguir trayendo tierra de los puntos topográficos más bajos para subsanar estos problemas, o buscar paliativos con incorporaciones de materia orgánica, aportes de más nutrientes? ¿Hasta cuándo será posible mantener esta situación? La respuesta lógica parece ser que no por mucho tiempo. Estudios previos han señalado que el 90 % del sistema radicular fino del P. trifoliata, portainjerto más usado se encuentra en los primeros 40 cm. de suelo (Goñi, 1997) y que existe una alta dependencia del crecimiento y la productividad de los cítricos con el desarrollo del sistema radicular y del suelo (anclaje de plantas, transporte de agua y contribución de nutrientes para el árbol). Estamos acostumbrados a visualizar los estreses de los árboles en las copas de los cítricos pero, el crecimiento del sistema radicular también es fuertemente afectado por las condiciones ambientales tales como la temperatura de suelo y la humedad. Recordemos además que el crecimiento del sistema radicular es cíclico pero alterno al de la parte área. El crecimiento radicular y vegetativo son interdependiente, es decir uno puede subsistir en ausencia del otro pero por períodos muy cortos. La actividad radicular se inicia cuando la temperatura del suelo alcanza cierto umbral, a partir de los 12 ºC y que a medida que la temperatura del suelo va ascendiendo en el periodo primavera - verano (12-30 ºC) se producen los flujos de crecimiento de la raíz y la parte aérea. Comúnmente estamos habituados a diferenciar esos flujos de crecimiento

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vegetativo por sus repercusiones en los tratamientos sanitarios, pero no imaginamos que bajo superficie se dan procesos similares pero ocultos a nuestra vista. Los empujes de crecimiento radicular y vegetativo son alternos en sus ciclos. Es decir, cuando se da el máximo de crecimiento de la raíz se inicia el de la parte vegetativa. Así como la humedad de suelo restringe el crecimiento de uno y otro en la planta, los déficit hídricos, excesos de agua, compactación de suelo (déficit de oxígeno), reducido suministro de nutrientes, acidificación de suelos son algunos de los estreses a los cuales están sometidos los sistemas radiculares, y en forma paralela condiciones de alta intensidad de vientos, heladas, temperaturas del aire excesivamente altas, baja humedad relativa, baja intensidad lumínica son algunos de los factores que influyen en el crecimiento vegetativo-reproductivo de los cítricos. Es decir múltiples estreses afectan al crecimiento de la parte radicular y aérea de los árboles. Armonizar todas las medidas de manejo para controlar estos estreses en la relación suelo-planta-atmósfera son desafíos viejos y nuevos a la sostenibilidad productiva del cultivo. La relación rendimiento/calidad de fruta puede verse limitada por cortos o más prolongados periodos de estrés. Caso sencillo de visualizar para todos es el del estrés hídrico, por déficit o excesos de agua. Si una situación de estrés por déficit hídrico (seca) ocurre en áreas de suelos con disminuida capacidad de almacenamiento en el perfil o con escasa profundidad, la incorporación del riego puede subsanar el problema puntual. Sin embargo, en el otro extremo, si se diera la ocurrencia de largos periodos con abundantes precipitaciones en similares condiciones de suelo, los resultados probables serán suelos erosionados, alta compactación, condiciones de asfixia radicular, modificaciones en la relación hormonal de las plantas, en la nutrición, en la traslocación de carbohidratos, acentuando el debilitamiento general y favoreciendo a nivel del suelo las pérdidas de suelo, el lavado de nutrientes y la contaminación ambiental. Algunas medidas integradas de manejo como: una adecuada sistematización de la chacra, el control del riego, una equilibrada nutrición pueden reducir y levantar algunas de las restricciones del sitio para el cultivo, sin embargo si se siguen produciendo pérdidas de sedimentos, nutrientes o contaminación de aguas subsuperficiales etc., las mismas serán difícilmente recuperables. Un suelo tarde millones de años en generarse y puede tardar horas en perderse. De ahí el concepto de que un suelo como recurso no renovable debe ser manejado en forma preventiva. El proceso erosivo del suelo comienza con el impacto de las gotas de agua sobre la superficie del suelo provocando la desagregación de su estructura, con intensidades aún mayores de lluvias y superada la velocidad de infiltración característica del suelo, se inicia un proceso de arrastre y escorrentía de las partículas más finas, arcilla, limo, nutrientes, con deposición en zonas bajas o contaminación de aguas subsuperficiales. Enumeraremos algunas condiciones no asociados a problemas varietales o de insectos, enfermedades o problemas climáticos que pueden provocar disminución de rendimientos y que entre otras son consecuencia de condiciones físicas-químicas de suelo y de manejos no favorables:

• Las pérdidas de suelo (erosión) son consecuencia en términos generales de un manejo previo inadecuado, a una mala sistematización y planteo de los cuadros.

• La presencia de árboles débiles, con pobre crecimiento y productividad son indicadores en general, de la presencia de algún problema de manejo de suelo (arraigamiento, anegamiento, compactación o pobre nutrición).

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• En suelos mayormente frágiles de estructura, el pasaje frecuente de maquinarias sin medidas de mejora ha inducido a una mayor compactación, reduciendo la penetrabilidad e infiltración del agua e incrementando el drenaje superficial.

• Una producción de fruta que responde en forma lenta al riego es un probable indicador de problemas estructurales en el suelo (pobre drenaje superficial, infiltración, penetración, conductividad).

• Con las medidas actuales de manejo de suelo, es cuestionable en aquellos suelos arenosos de bajo poder buffer, la aplicación del agua en montes no diseñados desde su origen (plantación), la incorporación de los sistemas de riego no debería realizarse de no mediar medidas correctivas, o un estudio previo a su incorporación.

• El control de malezas mediante el uso de herbicidas en forma sistemática ocasiona problemas colaterales en el suelo como pérdidas de la estabilidad estructural, la potencial generación de resistencias y ocasiona disminución de la diversidad genética.

• Aún hay un bajo énfasis en minimizar los problemas detectados de acidificación o potenciales de salinización a nivel regional.

• Hasta la fecha, en la región no han sido mayormente tenidas en consideración las variaciones espaciales en las propiedades intrínsecas del suelo (físico-químicas) y las limitaciones que a nivel de predio generan para su uso y manejo.

Oportunidades de mejoras para algunos de los puntos problemas detectados

Reducir el laboreo de suelo: La reducción del laboreo minimiza las perdidas de materia orgánica y protege al suelo con los residuos de las plantas. El laboreo se utiliza generalmente para “aflojar” un suelo, controlar malezas, acumular agua y preparar sementeras. Sin embargo el laboreo también rompe la estructura del suelo, acelera la descomposición de la materia orgánica, incrementa los riesgos de erosión y causa compactación, destruyendo además el hábitat de los organismos benéficos del suelo. La tendencia actual es ir hacia el uso de equipos, maquinaria que minimizan los disturbios en el suelo.

Minimizar el tránsito: La compactación de suelo es producida por el uso reiterado de maquinaria pesada o la circulación con suelos húmedos. La compactación de suelos reduce la cantidad de aire y agua y el espacio disponible para las raíces y los organismos de suelo. La compactación por el tránsito de tractores en las entrefilas es bastante difícil de remediar (ancho de los neumáticos), lo que se debe tratar de evitar es la circulación con el suelo muy húmedo.

Incorporar materia orgánica: Independientemente de que un suelo tenga más o menos contenido de carbono orgánico, la incorporación periódica de materia orgánica a un suelo es una de las mejores maneras de mantener la calidad del mismo. El agregado de materia orgánica a un suelo incrementa su capacidad de retención de agua y nutrientes, protege al suelo de la erosión y la compactación. Las prácticas más corrientes que existen para mejorar su contenido en el suelo son: la deposición de los residuos en superficie, el agregado de estiércoles y compost, el uso de mulches y/ó una adecuada rotación.

Mantener los suelos cubiertos: Un suelo desnudo es más susceptible al secado, a la erosión por el agua y al encostramiento. Un suelo cubierto esta protegido. Un suelo cubierto puede mejorar su disponibilidad de agua y es el habitad para la

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micro fauna y múltiples organismos como lombrices, insectos etc. El uso de coberturas vegetales en suelos no solo aumenta la cantidad de residuos en el mismo sino que también modifica su temperatura.

Manejar eficientemente los nutrientes y las plagas: Los fertilizantes al igual que los plaguicidas en general si son usados en forma racional causan efectos benéficos a las plantas, pero un uso abusivo causa ineficiencias, contaminación de aguas subsuperficiales y el deterioro a la micro fauna (plagas y enemigos naturales). Un manejo eficiente de los nutrientes y de las plagas se logra mediante el monitoreo del suelo y los árboles y con la aplicación oportuna de las recomendaciones. Existe experiencia e información sobre el uso de fuentes menos contaminantes y amigables, como los químicos selectivos y de prestar un mayor énfasis al control biológico. Un crecimiento rápido y saludable de las plantas y de su sistema radicular aumenta el reciclaje de nutrientes y la incorporación de residuos al suelo.

Usar coberturas vegetales: Inicialmente su uso estaba destinado a proteger la superficie del suelo de los daños causados por el agua y el tráfico de maquinarias. Sin embargo hoy en día el manejo de coberturas en términos de composición, duración, ciclo e incorporación de biomasa ofrecen múltiples beneficios que aún no han sido totalmente explorados. Su uso es cada día más corriente en las quintas más modernas con riego a nivel mundial.

Ventajas- El uso de pasturas asegura que las raíces generen y mantengan los macroporos que en definitiva contribuyen a mejorar la infiltración y el drenaje. Existen evidencias de que la estructura del suelo mejora por el efecto de la actividad microbiana alrededor de las raíces fibrosas de las gramíneas, estas también favorecen el tránsito en condiciones húmedas. Los residuos de los cortes dejados en superficie contribuyen a incrementar la MO del suelo, la fertilidad y a disminuir la lixiviación de nutrientes.

Desventajas- El costo adicional del establecimiento de la cobertura, la necesidad de preparación de la sementera (opción siembra directa), de niveles de fertilización adicionales, la adecuada selección de especies. No disponemos aún de datos en cítricos del uso de diferentes opciones y comportamiento de especies (gramíneas y leguminosas o mezclas), la estimación de los requerimientos adicionales de fertilidad, producción de materia seca, nivel de resiembra etc.

La incorporación de mulches a los árboles. Hay información con referencia al uso de mulches indicando que estos reducen la compactación sobre las raíces y favorece la agregación del suelo. El mulch al facilitar la penetración amortiguada de las precipitaciones al suelo, evita el deterioro de la estructura del suelo, favoreciendo el incremento del número y la superficie de las raíces absorbentes, lo cual incrementa la población de lombrices por una mayor aireación. Existe una mayor eficiencia del uso del agua, habría una menor necesidad de horas de riego por una mayor absorción de las precipitaciones ya que mantienen la humedad del suelo, reduciendo las pérdidas de agua por evapotranspiración (Watson, 1988). Su uso produce un menor enmalezamiento, al enlentecer el crecimiento de malezas, hay un ahorro de trabajo por reducción de las aplicaciones de herbicidas y en consecuencia resultan ser más seguros, amigables con el ambiente. Modifican la temperatura del suelo, reducen el efecto de temperaturas extremas, manteniendo así una mejor actividad radicular en especial durante los meses de verano (Grennly et al, 1995).

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Cualquier tipo de mulch degradable al descomponerse incorpora nutrientes al suelo y materia orgánica, disminuyendo las pérdidas por lixiviación. Existen evidencias de que el uso en árboles estimula el crecimiento en comparación a testigos y que su uso en árboles promueve una mayor resistencia a las plagas. Otro de los efectos señalados es la eliminación de daños mecánicos en árboles como consecuencia de choques con el pasaje de maquinarias.

Algunas de las desventajas indicadas al uso de los mismos están relacionadas a la disponibilidad de materiales, a la selección de los mismos, al costo de traslado establecimiento, a los requerimientos adicionales de fertilización por inmovilización de N durante el período de descomposición del material. Otros se refieren a eventuales adecuaciones al uso según sistemas de riego empleados, al potencial uso del fertirriego. Algún tipo de mulch puede favorecer el establecimiento de roedores y podrían además aumentar el riesgo de incendios.

Uso de enmiendas. Vale la pena diferenciar lo que se entiende normalmente por un fertilizante y una enmienda al suelo. Fertilizante es todo material que afecta directamente el crecimiento de la planta por una mejora en el suministro de nutrientes disponibles al suelo. La enmienda, se refiere al agregado de un material que influencia el crecimiento de la planta en forma indirecta, vía una mejora en las propiedades físicas del suelo (estructura, infiltración del agua etc.). Esta distinción puede ser más difícil de visualizar cuando se comparan las incorporaciones de materiales orgánicos ya que éstos pueden caer en ambas categorías, ser una fuente de suministro inmediata de nutrientes y suministrar cantidades significativas de materia orgánica, la cual repercute en la aireación del suelo, en la retención de agua etc. Algo importante a resaltar de las fuentes orgánicas es que son menos concentradas que las fuentes sintéticas de nutrientes (fertilizantes) y que el N agregado en estas formas es retenido en forma menos lixiviada y además que son de disponibilidad lenta, por lo que podríamos comparar o catalogarlos como un tipo especial de fertilizante de “liberación lenta”. Algunas de las desventajas de su uso son la composición y la calidad de los materiales es altamente variable, y que tampoco podemos encontrar un registro estandarizado para ellos. Generalmente resultan ser más caros por unidad de nutriente para su compra, transporte, almacenamiento y distribución. Su uso en forma única no resuelve problemas de estructura de suelos, fertilidad. Alomado. El alomado de suelos es una técnica de laboreo de suelo que intenta remediar los problemas ocasionados por la escasa profundidad de la capa arable, horizonte A. Una superposición de capas de suelo forman un camellón con material trasladado de zonas adyacentes, donde finalmente se ubican las plantas, buscan remediar las restricciones propias de un suelo de escasa profundidad favoreciendo un mayor arraigamiento y exploración radicular o mejorando la superficie de drenaje. Sus ventajas radican en que son una de las pocas opciones de laboreo disponibles para cultivar en suelos de escasa profundidad o con napas de agua a escasa profundidad de la superficie. Las desventajas radican que su uso no es garantía de mejora para las plantas de no mediar una correcta sistematización y rebaje de caminos y que es requerimiento previo el tener un adecuado nivel de pendiente en las filas de plantación.

Conclusiones: Es imposible pensar en sostenibilidad en el sentido amplio sin un cuidado y protección de los recursos naturales en juego. Buscando mejoras en la productividad y sostenibilidad de los suelos del área citrícola se detallan algunas de las restricciones encontradas para su uso y manejo y se discuten las opciones

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de manejo disponibles como las oportunidades existentes para un mejor rediseño del agrosistema como un todo, tentando soluciones y buscando la exclusión de las restricciones detectadas. El trabajo conjunto de la investigación con el accionar de los productores puede generar oportunidades innovadoras de múltiples beneficios para la producción citrícola. Referencias: Buol S. W. 1995. Sustainability of soil use. Annual Review of Ecology and Systematic. 26: 25-44. Casale W.; Minassian V.; Mengue J.; Lovatt C.; Pond E.; Johnson E. y Guillemet F. 1995. Urban and agricultural wastes for use as mulches on avocado and citrus and for delivery of microbial biocontrol agents. Jour. of Horticulture Science 70(2) 315-332. Doran J.W.; y Parkin T.B. 1994. Defining and assessing soil quality. Pag. 3–21. JW. Doran et al (eds). Defining soil quality for a sustainable environment. SSSA. Spec. Publ. 35 SSAA y ASA, Madison , WI. Goñi, C. 1997. Estudio del sistema radicular del trifolia. INIA Serie Actividades de Difusión Nº 155. Pág. 45-51. Greenly K.M. y Rakow D.A. 1995. The effect of Word mulch type and depth on weed and tree growth and certain soil parameters J. Arboric. 21(5)225-232. Gleason M.L. y Iles J.K. 1998. Mulch matter. Americ. Nurseryman Feb. 24-31. Hünnemeyer J.D.; De Camino R. y Müller S. 1997. Análisis del desarrollo sostenible en Centroamérica. Indicadores para la agricultura y los recursos naturales IICA/GTZ. Karlen D.L., Wollenhaupt N.C., Erbach D.C., Berry E.C., Swan J.B., Each N.S. y Jordahl J.L. 1994. Crop residue effects on soil quality following 10 years of no till corn. Soil Tillage Research 31: 149-167 Mac Rae R.S; Hill S.B; Henning J. y Bentley A.J. 1990. Policies, programs and regulations to support the transition to sustainable agriculture in Canada. Amer. Jour. Alternative Agriculture 5:76-92. Skroch W.A. y Shribbs. 1986. Orchard floor management: an overview. HortScience 21: 390–394. Watson G.W. 1988. Organic mulch and grass competition influence tree root development J. Arboric. 14(8) 200-203. Wolstenholme B.N. ; Moore Gordon C.; y Ansermino S.D. 1996. Some Pros and Cons of Mulching Avocado Orchards. S. African Avocado Growers Association Yearbook 19:87-91.