AV Nº 48 Noviembre 2012

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  • 7/31/2019 AV N 48 Noviembre 2012

    1/12

    Nacional

    El sueo de laindustrializacin

    pag. 2

    Latinoamrica

    Venezuela: profundizaradentro para que

    avancen los de afuerapag. 11

    Nacional

    La poltica de losrevolucionarios

    hacia las fuerzasarmadas

    pag. 5

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    2/12

    Sumario

    Las notas firmadas por su

    autor/a no necesariamenteexpresan el parecer colectivode la organizacin. En cambio,aquellos artculos de opinin ode anlisis sin firma deben serconsiderados como expresinde la posicin poltica de nues-

    tra organizacin.

    Nacional

    El sueo de la industrializa-cin- pag. 2

    Editorial

    Hacia un fin de ao agitadopag. 3

    Nacional

    Soberana y poder popularpag. 4

    Trabajadores

    ART: una ley a medida de lasKorpos

    Trabajadores de la educacinmendocinos... a debatir!

    pag. 4

    Nacional

    La poltica de los revoluciona-rios hacia las fuerzas armadaspag. 5

    Derechos Humanos

    Juicios a represores en Mardel Plata: la justicia a medias

    pag. 6

    Trabajadores

    El ajuste de Scioli y Mariottoen Educacin- pag. 6

    La revolucin... siempre larevolucin: justicia a 40 aos

    de la masacre- pag. 7

    Gnero

    Todas juntas, todas librespag. 8

    Trabajadores

    La lucha de los compaerosde la saludad en Chubut

    pag. 9

    Territorial

    Ac y ahora construyendofuturo- pag. 9

    Estudiantil

    En la UBA, la izquierda

    manda- pag. 10

    Latinoamrica

    La paz, con justicia social ysoberana - pag. 10

    Venezuela: profundizaradentro para que avancen los

    de afuera- pag. 11

    Cantos de Victoria

    Invasin de la Baha delos Cochinos- Contratapa

    En anteriores notas sobre los pro-blemas econmicos del modelo noshemos referido a que la obligacin im-puesta a las aseguradoras en octubredel ao pasado para que repatriaransus fondos se deba a la necesidad dedivisas por parte del gobierno. Ese afnde divisas estaba y est signado por elcarcter dependiente del capitalismoargentino, con un desarrollo altamentedesequilibrado y contradictorio.

    Dijimos tambin que todas las restantesmedidas que se pretendieron resear como ac-ciones soberanas y espontneas eran reacciones

    frente al desgaste del modelo en el marco deuna crisis internacional todava activa. Esasmedidas incluan la reforma de la car-ta orgnica del banco central, el uno auno en las importaciones, el crecientecepo cambiario, la toma de controlsobre YPF, la sintona na, etc. En cadauna de estas medidas, se hace evidentela dependencia de la Argentina de d-lares para mantener el tipo de cambiocompetitivo y para el pago de deuda.Pero en estas semanas el gobierno haexpresado otra arista del problema: lanecesidad de la inversin productiva y

    el lugar del dlar en ella.

    Asegurarse la inversin, asegu-

    rarse los dlares?

    El gobierno anunci que las aseguradoras de-bern obligatoriamente invertir en la econo-ma real (infraestructura, produccin).La intencin es pasar de los 88 millo-nes de dlares que invierten actualmen-te en tales actividades a 7mil millonesde pesos en mayo de 2013. No es unanovedad: ya en agosto de este ao Lo-renzino, Ministro de Economa, habadeclarado en el V Seminario Interna-cional de Seguros de Vida y Retiro, la

    intencin de avanzar en esta direccin,aclarando que se viene trabajando en con-

    junto con el sector privado para obtener resul-tados de largo plazo, para lo cual ser vital quems gente se incorpore al mercado de seguros.O sea, el pacto ya est garantizado conlas aseguradoras y apunta a inversionesprevisibles dentro de los marcos nacio-nales y una mayor participacin de losseguros en la vida econmica. Por eso,las aseguradoras no han salido a gritaren defensa de la libertad de mercado.Para decidir dnde y cmo sern esasinversiones se crear un Comit que es-

    tar integrado, entre otros, por Morenoy Kicillof.

    La otra medida relevante anunciada esel proyecto de ley para la regulacin delmercado de capitales (la actividad en labolsa de valores). Segn Lorenzino: [elmercado de capitales] se pondr al servicio dela produccin porque el fnanciamiento para

    el sector productivo debe venir tanto del sistema

    bancario como del mercado de capitales, paraque le sirva a la produccin.

    Entre otros aspectos, la reforma quese llevar a delante permitir que lasempresas que decidan presentarse ac-cionariamente en la bolsa de valores nodeban tener una calicacin crediticiahecha por, al menos, dos calicadorasde riesgo. Podrn no estar calicadas o

    serlo otras instituciones que sern reco-nocidas a tal n. Lo que se busca con

    esto es que ms actores empresarialespueden acceder al mercado de accionescomo una forma de nanciamiento. Al

    mismo tiempo, se adeca la regulacinde la bolsa de valores a los requeri-mientos internacionales de organismoscomo el GAFI que pusieron como l-mite enero de 2013 para que Argentinahiciera las modicaciones pertinentes.

    El gobierno, entonces, avanz en ma-yores regulaciones para poder seguirencontrando fuentes de nanciamientopara el debilitado aparato productivoargentino, altamente decitario en labalanza comercial y, por lo tanto, fuentede prdida de divisas por va comercial.Financiamiento va crditos bancarios(recordemos el 5% obligatorio para in-versin productiva que se impuso a losbancos con la reforma de la carta org-nica del banco central), nanciamientova aseguradoras y nanciamiento va

    mercado de capitales.Y en estrecha relacin con este pano-

    rama, Kicillof nos explic, al presentarel presupuesto 2013, que los dlares sonnecesarios para industrializar al pas.Tambin Lorenzino, frente al UIA, diola misma explicacin. Los industriales lesealaron preocupados la creciente pr-dida de competitividad debido al atrasodel tipo de cambio, la inacin y los cre-

    cientes costos laborales.La preocupacin de la UIA y las accio-

    nes del gobierno ponen al descubiertolos lmites del modelo y de la industria-lizacin. Su competitividad depende deun cambio que le permita vender msbarato en el exterior y de la reduccinde los costos laborales (precarizacin):la inversin tecnolgica a gran escala,ausente. Mientras, el crecimiento de laactivad industrial, impulsada por el con-sumo es dependiente de insumos exter-nos, por lo que la importacin crece. Ypara esto es que se necesitan los dlares

    tambin, para comprar esos insumos. Aesto, Kicillof lo ha llamado industria-lizacin, pero, en rigor, esto es empar-char el dcit de la actual situacin.A este dcit se reere el informe so-

    bre el comercio exterior 2011 de la Aso-ciacin de Importadores y Exportado-res de la Repblica Argentina (AIERA).El supervit comercial, cuando se des-

    agrega, revela un dcit comercial in-dustrial crnico, estructural. El 85% delo importado son bienes industriales dealto valor agregado. Cuando se analizanlos 30 captulos (ramas) ms superavitarios[de toda la economa], la mayora de los mis-mos son captulos que agrupan bienes de bajovalor agregado. De los primeros 30 ms supe-ravitarios, slo 3 corresponden a bienes indus-triales(IERA, 2011). Por otro lado, de60 captulos industriales, slo 3 fueronsuperavitarios.A este panorama, hay que agregarle

    que la industria de mayor desarrollo y

    la que explica el mayor porcentaje de lasexportaciones est en manos extranje-ras, lo que supone otra va para la fugade divisas y una escasa reinversin pro-ductiva.

    Quines y cmo se puede indus-

    trializar al pas?

    La paradoja de las relaciones capita-listas en el plano internacional es quela industrializacin nacional, tan caraal ideario nacionalista, necesita de d-lares, de inversin directa extranjera,como sucedi en China, Brasil, India,etc Pero aquellos pases tenan comoatractivo para el capital concentrado unenorme reservorio de fuerza de trabajodisponible (mucha poblacin) al que erarelativamente fcil imponerle bajsimossalarios y feroces condiciones laborales,entre otras particularidades. La precari-zacin del trabajo que ya existe en la ar-gentina no es suciente para ese capital.Como remedio, el kirchnerismo pareceapuntar a que sea el agro el que nancieel desarrollo industrial local. Pero las re-tenciones vienen alcanzando slo paracubrir el dcit de una industria pococompetitiva, el tipo de cambio, subsi-

    diar determinados servicios y nanciarlas polticas sociales del kirchnerismo,como la AUH, etc...

    Hay dos vas para superar dicho atra-so industrial en el marco del capitalismomundial. O volvernos un plaza atractivapara el capital internacional concentra-do, nico capaz de hacer las grandesinversiones que pueden renovar el apa-rato productivo (lo que supone una ata-que feroz a los trabajadores para garan-tizar dicho atractivo) o la recuperacinde todos los resortes de la economanacional en manos de un poder popular

    capaz de dirigir y planicar la economaen su conjunto en una estrategia queavance hacia la recuperacin de las fuer-zas productivas a escala mundial. En elmedio, el kirchnerismo transita un ines-table y turbulento equilibrio susten-tado en la bonanza de los commoditiesque sta lejos de ser controlable.

    Daniel Hernndez

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    8N, 7D, ya es habitual queel gobierno y los medios identiquencon estas combinaciones de nmerosy letras los hechos de mayor relevan-cia pblica, recurso que comenz ainstalarse con fuerza desde el histri-co 11S del atentado contra las To-rres Gemelas de Nueva York, que yano estn.

    En nuestro caso, 8N reere a lainminente marcha cacerolera dondetodo el antikirchnerismo recalcitran-te, crtico por derecha del gobiernonacional, apuesta a una nueva movi-lizacin de masas. Cita a la que todala impresentable oposicin reaccio-naria se anota con entusiasmo y a laque concede oportunistamente lacentroizquierda de inspiracin sojera.Por el contrario, 7D se vincula conla madre de todas las batallas delocialismo, fecha del almanaque quemarcar el punto nal del monopolio

    meditico de Clarn e inicio de la pri-mavera democrtica comunicacional,segn la pica K.

    En el medio, zancadillas judicia-les en el Consejo de la Magistraturay la Cmara Civil y Comercial Fede-ral; mensajes ambiguos a dos bandasdel Presidente de la Corte Suprema,Ricardo Lorenzetti; operaciones deprensa cruzadas de Lanata a 678 y vi-ceversa

    Nada nuevo bajo el sol en la disputapor arriba, el mismo machaque de losltimos meses.

    Ley de riesgos de trabajo: el kir-

    chnerismo al desnudo

    Mucho ms relevante, en cambio,result la sancin del Congreso Na-cional de la nueva Ley de Riesgos delTrabajo, impulsada por el ocialismo,que constituye un ataque frontal a laclase trabajadora. Pocas leyes o medi-das pusieron tan blanco sobre negrolos intereses de clase que el gobiernokirchnerista deende de manera estra-tgica, ms all de eventuales conce-siones tcticas.

    La nueva normativa no slo man-tiene intacto el contenido regresivodel engendro neoliberal de los 90,sino que lo perfecciona de modo abe-rrante. Su defensa del rgimen nefas-to de las Aseguradoras de Riesgo delTrabajo (ARTs), que alimentan consangre obrera su tasa de ganancia; laausencia absoluta de cualquier consi-deracin referida a la prevencin deaccidentes; la va libre para la creacinde ART Mutuales para darle ingre-so al negocio a la burocracia sindical-

    empresarial y la implementacin de laopcin excluyente (quien acepte laindemnizacin de la ART no podroptar por la va judicial), son algunosde los principales aspectos de una leyque fue votada unitariamente por elkirchnerismo y el PRO, y no por ca-sualidad.

    La resistencia activa a esta ley per-

    versa es una tarea que se nos abre deahora en ms, hasta que logremos laeliminacin del perverso rgimen deARTs (ver nota en pg. siguiente.)

    Fragmentacin y legalidades en

    disputa

    Como era de esperar, das atrs elMinisterio de Trabajo reconoci demanera ocial a la CGT Balcarceque encabeza el metalrgico Anto-nio Cal (a quien le falta poco paraser condecorado como el empleadodel mes); al mismo tiempo, rechazla apelacin del sector moyanista ala anulacin del Congreso que lo eli-gi como secretario general el 12 dejulio en la cancha de Ferro. Es decir,las cartas de la legalidad jurdica dela CGT ya estn jugadas y a Moyanoslo le queda la va judicial como lti-mo recurso para acceder a una legali-dad cada vez ms lejana e improbable.

    Algo de esto adelantbamos en laedicin de julio de AV en la que sesealaba: el gobierno nacional no se va aquedar de brazos cruzados en el desenlace deesta interna () En las semanas sucesivasse ir consagrando formalmente una rupturaque es un hecho desde hace meses y la lega-lidad de la CGT ir quedando en manosdel sector que amontona a Cal, Rodrguez,Lingieri y los gordos del menemismo: Les-cano, Cavallieri, West Ocampo... Una muyapropiada y digna representacin gremial delproyecto nacional y popular!

    Este escenario termin de consa-

    grarse en estos das. Y a pocas sema-nas de su amante mandato, los cade-tes de la CGT Balcarce ya sufrieronvarios desplantes y retos de los fun-cionarios kirchneristas. Por su parte,ninguneado por la Casa Rosada, Mo-yano amaga con ir al paro para nesde este mes junto a la CTA que dirigePablo Micheli, mientras se muestra enuna tenebrosa foto con Mauricio Ma-cri, el socio del kirchnerismo en la leyde riesgos de trabajo repudiada por suCGT, con escndalo pblico incluidoentre Recalde y Moyano!

    La deliberada y equivocada polticade la CTA Micheli de estrechar alian-zas con la Federacin Agraria Argen-tina de Buzzi y De Angelis, pegndosea su vez al reclamo de gendarmes yprefectos, al ritmo de las cacerolas Es-sen, no hace ms que aportar confu-sin a un escenario al que no le faltaconfusin precisamente. Y lejos desumar a los legtimos reclamos que sepostulan, le resta fuerza a partir de lareticencia de amplios sectores de basea aportar nmero movilizado a pro-yectos polticos de declarados enemi-gos del pueblo trabajador.

    La legitimidad de la lucha en un

    fn de ao agitado

    Cmo superar esta encerrona?Est claro que no hay frmulas m-gicas, ni recetas tcticas que nos per-mitan afrontar de modo simple todos

    y cada uno de los hechos complejosque nos plantea la lucha de clases hoy.No obstante, es evidente que la de-fensa intransigente de una perspectivade independencia de clase no puede

    contentarse con delimitaciones abs-tractas que nos diferencien de unosy otros. Lejos de esto, llamamos aintervenir activamente con posturas yperspectiva propias, a travs de la mo-vilizacin activa y poltica concreta entodos los casos donde las fuerzas noslo permitan.

    Si para el 20 de noviembre o despussale un paro nacional de la CGT Mo-yano y la CTA Micheli, hay que llamara parar con todo por nuestras reivindi-caciones, movilizndonos con iniciati-vas independientes o con los acuerdosde unidad de accin que sean necesa-rios segn lo impongan las realidadesregionales concretas, defendiendo enla calle nuestra perspectiva poltica in-dependiente.

    En particular, no podemos perderde vista que buena parte de los esta-dos provinciales se encuentran atrave-

    sando graves crisis scales y de ges-tin, lo que abre variados escenariosde conictividad social y resistencia

    en provincias y ciudades del interior,lo que exige sumar toda la fuerza que

    se pueda para enfrentar las polticasde ajuste que estn implementando lasadministraciones provinciales.

    Se acerca n de ao y todo indicaque ser agitado, con la inacin co-mindonos los salarios. Frente a esto,hay que trabajar ya en la preparacinde planes de lucha por dobles aguinal-dos o bonicaciones en las fbricas ygrandes empresas; por el pago de plusextraordinarios en el Estado y en losprogramas sociales como el ArgentinaTrabaja, que emplean a miles y milesde laburantes precarizados.

    Una alternativa obrera, popular ysocialista como la que perseguimosslo puede gestarse al calor de la luchade clases. All tenemos que hacernosfuertes, profundizando la coordina-cin para la lucha y avanzando en launidad entre todos los que batallamospor una sociedad igualitaria.

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    A casi 10 aos de Gobierno del FPV,y seis aos de sancin de la Ley de Educa-cin Nacional se impone un balance. Quienesconvocamos a este 2do Congreso de Educacin

    partimos de la sealar que la poltica educativadesarrollada en estos aos no ha modifcado, en

    lo sustancial, el estado de insufciencia y des-igualdad en la distribucin de los recursos, la

    privatizacin creciente del sistema y por consi-guiente, la continuidad del estado de fragmen-tacin del mismo que afecta el derecho socialigualitario a la educacin.As comienza la convocatoria al 2do

    Congreso Nacional de Educacin. ste serealizar los das 17 y 18 de noviembreen Capital Federal y est convocadopor diversos sindicatos recuperados:ADEMYS-CTA, ADOSAC, AGD-UBA, ATEN y varios SUTEBA. El

    objetivo del mismo es que los trabaja-dorxs de la educacin de diversas partesdel pas nos encontremos para debatiracerca de la situacin actual del sistemaeducativo, las diversas reformas pol-ticas que desde hace dcadas e indife-rentemente al gobierno de turno vienengolpeando a la escuela con un proyectoprivatizador. Dichas polticas no sonprivativas de algunos de los niveles edu-

    cativos, sino que afectan tanto al nivelinicial, secundario y como al terciario, yatacan duramente nuestras condicioneslaborales: aulas superpobladas, enfer-medades laborales que no son recono-

    cidas como tales, contratos a trmino,salarios por debajo de la canasta fami-liar, etc. Entendemos tambin que esteCongreso es una valiosa posibilidad deplantear propuestas, encontrarnos ennuestras experiencias diversas de luchay pensar cmo recuperar nuestros rga-nos gremiales que siguen en manos dela burocracia.

    En el marco de este congreso nacio-nal, agrupaciones opositoras a la con-duccin actual del SUTE, docentesuniversitarios y estudiantes hemos im-pulsado la realizacin de un Congreso

    Provincial de Educacin como preludiopara los debates nacionales.El Congreso Provincial de Educacin se

    realizar los das 9 y 10 noviembre; suejes apuntan en el mismo sentido quelos ya enunciados. Pero adems es im-portante agregar que la provincia deMendoza se encuentra en una coyuntu-ra particular: estamos en vsperas de lasancin de una nueva Ley de EducacinProvincial. La misma no es ms que una

    adecuacin de la actual a la Ley de Edu-cacin Nacional sancionada en 2006. Elproyecto fue elaborado por la bicame-ral de educacin del poder legislativoprovincial, a espaldas de la comunidad

    educativa y con la connivencia de la di-reccin del sindicato. De ms est de-cir que esta ley, en sus rasgos generales,dar continuidad al modelo existente y,en otros casos, lo profundizar: muni-cipalizacin de escuelas, ingerencia deempresas en el nanciamiento, creacin

    de un sistema paralelo de educacinabsolutamente desnanciado para los

    barrios ms pobres, nanciamiento dela educacin privada, omisin de la edu-cacin sexual en las escuelas, etc.

    Lxs trabajadores de la educacin te-nemos una dura tarea para invertir elmodelo educativo actual. Creemos queeste Congreso es apenas una de las pun-tas del ovillo a desenredar y, a la vez,estamos convencidos que cuanto antespongamos manos a la obra, la solucinllegar ms temprano.

    Invitamos a todxs los trabajadores dela educacin mendocinos a ser parte deeste Congreso Provincial de Educacin,y a sumarse al viaje de cara al 2do Con-greso Nacional de Educacin.

    Por una educacin pblica, gra-

    tuita, laica y cientfca para todxs!Por un sistema educativo nico,

    pblico, estatal y nacional!

    Docentes del MIR-Mendoza

    Sitio del 2do Congreso Nacional de Educacin:congresonacionaleducacion.blogspot.com.Informacin e inscripciones para el Congre-so Provincial de Educacin (Mendoza): [email protected]

    Desde la Coordinadora de Organiza-ciones y Movimientos Populares de laArgentina (COMPA), durante el mes denoviembre, realizaremos una Campa-a Nacional por la Soberana Popular

    en torno a cuatro ejes programticos:trabajo, tierra y vivienda, transporte ybienes comunes.

    En ese marco, se realizarn numero-sas actividades en ms de 10 provinciasde nuestro pas, fundamentalmente en-tre el 17 y 24 de noviembre, da en quese concluir la iniciativa con un masivoForo en Plaza Congreso.

    Miles y miles de volantes y folletos,pintadas, actividades callejeras y cul-turales apuntarn a hacer visibles losprincipales problemas que golpean anuestro pueblo y las formas posibles de

    resolverlos desde los intereses popula-res. Del mismo modo, intentaremos ha-cer visible, de manera masiva, que otroproyecto de pas y de continente eman-cipado son posibles, basados en el pro-tagonismo de nuestros pueblos, libre dela injerencia del imperialismo.

    Soberana popular que para noso-tros no es otra cosa que el ejercicio delpoder del pueblo organizado, aplicadoa la resolucin de todas y cada una delas cuestiones que nos incumben comotrabajadores y trabajadoras en nuestroslugares de laburo; en los barrios dondevivimos o en los centros educativos y desalud a los que asistimos.

    Poder popular para la organizacinde una nueva sociedad, sin explotacincapitalista ni opresin de ningn tipo.Vamos por eso.

    El pasado mircoles 24 de octubrese aprobo en el Congreso el proyectoocial que reforma el rgimen de ART(Aseguradoras de Riesgos de Trabajo).La sancin cont con el apoyo mezcla-do de legisladores del bloque del FPVy del PRO. En este caso la teora de loscampos entre los defensores del pro-yecto nacional y la derecha se eva-por para dar todo el respaldo a una leyque venian exigiendo las Korpos englo-badas en la UIA.

    El relato del ofcialismo

    El gobierno de CFK hacindose car-go de un pedido que venan reclamandolas grandes patronales impuls una re-forma al rgimen de las ART para ponern a lo que dieron en llamar la indus-tria del juicio (se estima que en 2012fueron alrededor de 67.000 demandas),una forma de estigmatizar una respuesta

    que se fueron dando los trabajadores enlos ltimos aos. La intencin del o-cialismo es frenar la incesante litigiosi-dad que se abri a partir de los fallosde la Corte Suprema de Justicia en 2004.

    Divisiones frente al nuevo rgimen

    El kirchnerismo no pudo ocultar quesolo logr aliados en el bloque de dipu-tados del PRO. Hctor Recalde (titularde la Comisin de Legislacin del Tra-bajo) present un dictamen de minoraque segn ste era integral y que habasido elaborado por la CGT unicada

    en 2005. La CTA de Yasky no concurria la ltima reunin de la comisin de le-gislacin laboral, pero manifest Esteproyecto no es bueno para los trabaja-dores. Se limita al tema indemnizatorio() pero deja intacto la estructura de

    una ley que viene de la poca de On-gana. Mientras tanto, la CGT de Mo-yano y la CTA de Micheli la criticaronpor ser un negocio de las ART, en unacto realizado frente al Congreso en elmomento en que se trataba el proyecto.

    Como deca el general... la nica

    verdad es la realidadLa intencionalidad nal de la reforma

    es terminar con la doble va judicial,obligando a los trabajadores damni-cados a elegir entre la indemnizacinde las aseguradoras o el juicio contrala empresa. De esta forma, el gobier-no de Cristina se para desde una pti-ca mercantil ante un fenmeno muchoms complejo en una clara consecin allobby de la UIA y de las aseguradorasque se benecian de un negocio multi-millonario (se calcula en unos $20 milmillones sus ganancias).

    Claves de la reforma

    -La opcin excluyente: se elimina elllamado cmulo y establece una op-cin excluyente (art. 4), por la cual eltrabajador accidentado deber optar en-tre cobrar la indemnizacin tarifada delsistema o iniciar una demanda judicialen el fuero civil. Se pone n a la dobleva, el principal reclamo de la UIA.

    -Competencia judicial: otro de los cam-bios importantes de la norma es el quedeclara la competencia de la Justicia Ci-vil, y no ms la del fuero laboral.

    -Indemnizaciones: La ley establece unaumento de las indemnizaciones, quesern actualizadas semestralmente (mar-zo y septiembre) en base a la evolucindel ndice RIPTE (Remuneraciones Im-ponibles Promedio de los Trabajadores

    Estables), que tambin se usa comocomponente de la frmula de movili-dad de los haberes jubilatorios. De estaforma quedan afuera casi un 40% de lostrabajadores que se encuentran precari-zados.

    Un prrafo a parte merecen las ART-Mutual que en paralelo a la nueva nor-

    ma, el Gobierno reglament por decre-to, que funcionarn como aseguradorassin nes de lucro y sern constituidaspor patrones y sindicatos. Varias acti-vidades ya avanzaron en negociacionespara conformarlas, como los casos dela UOM, la Cmara de la Construccinjunto al gremio de la UOCRA, o el sin-dicato mercantil con la Cmara de Co-mercio. Una forma de crear una nuevacaja para los burcratas de los sindica-tos nacionales.

    Sin embargo la nueva norma dejaafuera un aspecto central, la cantidad y

    gravedad de los accidentes en el mbitolaboral, que segn cifras ociales (Su-perintendencia de Riesgo de Trabajo),en 2010 registr 871 muertes por mo-tivos laborales slo entre los trabajado-res registrados. Una manifestacin clarade las condicones en las que se trabaja.Ademas, no se reconocenmuchas en-fermedades profesionales, segn algu-nos datos el 47% de los juicios que seinician es por enfermedades no inclui-das en el rgimen de las ART. Tampocose avanza en las comisiones mixtas (pa-trones-trabajadores) para prevencin ehigiene, un planteo resistido por la UIA.

    La salida como siempre sigue sien-do conar en nuestras propias fuerzas

    y avanzar en la organizacin indepen-diente desde las bases.

    Lucas

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    En los ltimos meses se abri un im-portante debate dentro de la izquierday las organizaciones populares acercade qu posicionamiento tomar frente alacuartelamiento de gendarmes y pre-fectos que protestaban en rechazo a unaimportante reduccin salarial. Por otrolado, los distintos conictos policialesprovinciales, pedido de sindicalizacinde por medio, ha sido un parteaguas enla izquierda y la centro izquierda.

    En esta nota intentaremos desarrollarun anlisis general de las fuerzas repre-sivas, su funcin social, y la poltica quedebemos darnos los revolucionarios ha-cia las mismas.

    Trabajadores?

    Uno de los principales ejes de debatefue acerca de en qu clase social se debeincluir a las fuerzas de seguridad (gen-darmera, prefectura, polica, etc.).

    En nuestro anterior nmero de AVencersealbamos que No desconocemosque en su mayora, en sus estamentos ms ba-

    jos, estas fuerzas estn integradas por hombresy mujeres provenientes de sectores popularesque se incorporan a sus flas como salida la-boral y va de ascenso social. Sin embargo, enesta coyuntura de estabilidad poltica del rgi-men capitalista en Argentina, esto no modifca

    la naturaleza represiva de su funcin.Esto implica, que su condicin de cla-

    se no est dada solo por su extraccinsocial sino, y en este caso particular, fun-damentalmente por su funcin social.Para aquellos compaeros de distintasorganizaciones tanto sindicales comopolticas que ubican a estos sectorescomo parte de los trabajadores, se les

    debe recordar que en la contradiccinentre extraccin y funcin, termina pri-mando esta ltima por sobre la primera.

    Para los marxistas, las fuerzas repre-sivas son el brazo armado de laburguesa. Estn destinadas agarantizar el control y la repre-sin de la de la clase obrera yel pueblo en general. En elpolo dialectico de la domina-cin consenso/coaccin, lasfuerzas represivas ocupanun rol que, objetivamente,las coloca como guardianes

    del capital y enfrentadas a lostrabajadores.Por eso no son trabajado-

    res, an cuando perciben unsalario. Si la existencia determinala conciencia, es su condicin de

    fuerzas represivas garantes del ca-pital lo que determina su condicinde represores, por ms salarios quecobren.

    Debilitar o fortalecer, el gran dile-

    ma

    Despejado el terreno, y acordandoque las fuerzas represivas no formanparte de la clase trabajadora como tales,queda por aclarar si el pedido de sin-dicalizacin de la polica y fuerzas re-presivas en general impulsado por CTAMichelli y la CGT de Moyano, acompa-ado entusiastamente por organizacio-nes como el MST, IS, FAP, y aceptadotcitamente por el PO, debilita o for-talece a estas fuerzas en nuestra luchapor la revolucin y el socialismo.

    Quienes sostienen que la sindicaliza-cin implicara que los estamentos msbajos de las fuerzas represivas puedanexpresarse polticamente sin recibir re-presalias por parte de sus superiores, yque con ello se abrira todo un canal dedisputa poltica para ganarlos para lacausa del socialismo, o al menos paraneutralizarlos en su rol represivo, des-conocen la razn de ser de las mismasy la necesidad vital que tienen de jerar-quas rmes y claras. A su vez, ninguno

    de ellos puede citar un solo ejemplo endonde la sindicalizacin de la policahaya debilitado su accionar represivo yhaya fortalecido la lucha de los trabaja-dores. Todo lo contrario.

    Otro elemento que suelen perder devista algunas organizaciones, es que nose puede discutir qu poltica darse paralas fuerzas de seguridad al margen de larealidad poltica de la lucha de clases, dela fortaleza o debilidad de la clase traba-jadora en su lucha por el poder. Comosealramos oportunamente, discutir lasindicalizacin en un contexto de rela-

    tiva estabilidad del rgimen burgus enArgentina, es idealismo y reformismopuro y duro.

    No cambiar el carcter represivo delas fuerzas de seguridad, ni

    n e u t r a -

    lizaremos su poder de fuego, a menosque la clase obrera y el pueblo pobrepongan en jaque el poder de las clasesexplotadoras.

    Sin embargo, an compartiendo ladelimitacin de clase que algunas orga-nizaciones han manifestado con respec-to a este debate, queda un vaco en elanlisis. Si las fuerzas represivas, por sufuncin social no son parte de la clasetrabajadora, y si su grado de profesiona-lizacin en el marco de la estabilidad delrgimen burgus de dominacin haceilusorio su vuelco hacia los interesespopulares y obreros, qu poltica debe-mos darnos los revolucionarios en estemomento histrico de la lucha de claseshacia el brazo armado de la burguesa?

    Dos lneas de accin

    Toda organizacin que se planteeseriamente la disputa por el poder, nopuede omitir la discusin del elementoviolento de toda revolucin y de su pro-yeccin organizativa.

    Por desgracia, las organizaciones que

    han planteado una delimitacin correc-ta de clase con respecto a las fuerzasrepresivas, paso siguiente dejaron enclaro sus limitaciones programticas ypolticas a la hora de abordar este pro-blema. Milicias de obreros armados!Ha sido toda la respuesta que han dadoalgunas corrientes (caso del PTS) fren-te a qu poltica tener en el plano de laconfrontacin con el estado. Esta po-sicin encierra un doble problema. Obien considera que en este momento esviable (y no solo deseable) la conforma-cin de milicias obreras para confrontar

    las fuerzas del estado burgus, o bien,no estn dispuestos seriamente a estaconfrontacin, y por lo tanto utilizanuna consigna de manera irresponsablee idealista.

    Los revolucionarios,debemos discutir

    este

    aspecto desde un ngulo totalmente di-ferente. Por un lado, siendo cierto quelas fuerzas represivas como tal no sonparte de la clase trabajadora, invalidaque determinados elementos de esasfuerzas, a ttulo individual, puedan co-laborar para debilitar su poder y forta-lecer una perspectiva obrera y popular?Debemos trabajar en esta coyunturapara que eso suceda?El Frente de Liberacin Nacional de Viet-

    nam llamaba Binh Van a su programade cooptacin en el ejrcito y los em-pleados pblicos del gobierno, el cualbuscaba frenar, neutralizar o en el peorde los casos dicultar la tarea de los or-ganismos represivos del estado.

    En Argentina, organizaciones comoel PRT se dieron una poltica similar,aunque en menor escala, combinadacon la organizacin de obreros y cam-pesinos armados bajo distintas formas(no solo guerrillera, como de maneradeliberada deforman algunas organiza-ciones) Es decir, que no solo es desea-ble sino necesario en este aspecto des-

    pojarnos de todo idealismo a la hora depensar como debilitamos al enemigo eneste plano.

    Por otro lado, y en la medida en que elbrazo armado de la burguesa es adoc-trinado para cumplir el rol que le co-rresponde y que la tcnica militar se de-sarrolla incesantemente, es una quimerapensar que con llamados a organizarmilicias obreras se resuelve el planomilitar de la confrontacin por el poder.Los obreros deben organizarse en armas

    para defender sus conquistas y disputar el po-der? S. La forma de milicia obrera y

    popular es la nica viable? Difcilmentepueda ser la nica, y menos an la msefectiva.

    En este plano del anlisis, no deja deasombrar la liviandad con se trata eltema. Lenin insista que la insurreccin eraun arte, y que haba que tomarla como

    tal. Por ello desde el MIR ar-mamos que un programa revo-

    lucionario no son consignastiradas al viento, de ocasin

    y para saldar polmicas pe-riodsticas. Nuestro progra-ma, es un programa para laaccin, y como tal debe sermeditado, razonado, y conlos pies en la arena concretadonde se desenvuelve la lu-cha de clases.

    Leonardo Pereyra

  • 7/31/2019 AV N 48 Noviembre 2012

    6/12

    Ciudad de Buenos Aires: Subte B: - Subte C Est. Diagonal Norte hacia Constitucin - Est. Diag-onal Norte hacia Retiro - Est. Av. de Mayo hacia Retiro - Constitucin: Hall Central andn 3 -Hall Central andn 8 (15 a 23) - Hall Central andn 4 - Hall Central andn 12 - Kiosco Brasil 1140- Kiosko Pza - Retiro: Mitre Tablero/ Academia Calabr - Retiro Mitre Frente andn 3 - Termi-nal Omnibus de Retiro: Plataforma 63- Plataforma 24- Plataforma 5 - Estac. Villa Pueyrredn(tren Mitre) // Gran Buenos Aires: Temperley: Estacin Andn 3 (a Ezeiza) - Casa Fuentealba14 de Julio N140/ Lomas de Zamora: Kioscos Fonrouge y las vas (ambas veredas) / Banfeld:kioscos a la salida del tnel (ambos lados de la estacin) / Escalada: andn a Constitucin - Ki-osco Av. Pavn Esq. Garay - Kiosco Av. Pavn Esq. Fray Luis Beltran / Lans: Kiosco estacinanden a Constitucin - Kiosco salida del tunel lado Av. Pavon / Avellaneda: Kiosco Av. MitreEsq. Alsina - Kiosco Av. Mitre Esq. 25 de Mayo/ Moreno: Kiosco de la estacin (sobre andn)/ Haedo: Kiosco de la estacin (sobre andn) /// La Plata: Librera De la Campana (Av. 7, entre58 y 59) // Rosario: Kiosco La Toma (Tucuman 1349) / Kiosco Ay Carmela (Terminal de mni-bus, loc. 37) // Mar del Plata: San Juan y Luro / Independencia y Luro // Trelew: San Martny Fontana / 25 de Mayo y Pasaje Tucumn/ Pellegrini entre El Carmen y Cambrn // PuertoMadryn: kiosco de la Pza. Central // Rawson: Kiosco Pza. Central // Comodoro Rivadavia: Ki-osco Luisito, San Martn y Belgrano / / Cipolletti: kiosco de Espaa y Roca / Irigoyen y Espaa/// Neuqun: kiosco de Tucuman y Alderete / Amancay y Ro Salado // Mendoza: Kiosco Jos

    (Terminal, Plataforma 30), Kiosco de revistas en Garibaldi y San Martn.

    En el marco de los Juicios por De-litos de Lesa Humanidad, en Mar delPlata, luego de 15 meses de debate oral,el 1de octubre se ley la sentencia dela megacausa La Cueva que incluye elcircuito represivo Necochea-Comisara4ta y La Cueva.

    El fallo dej un sabor amargo paralos luchadores del campo popular y fa-miliares de las vctimas. Se esperaba unproceso condenatorio ejemplar, perotermin convirtindose en la justicia a

    medias tintas que tantas veces hemos deesperar de este sistema judicial. No slosabemos que la inecacia de los juicios

    realizados luego de ms de 30 aos decometidos los crmenes, que la mayorade las veces se hace cuesta arriba debidoal tiempo trascurrido; sino que ademsde los imputados en la causa del circuitorepresivo Mar del Plata-Necochea, cin-co de ellos no llegaron a sentarse en elbanquillo de los acusados debido a quefallecieron durantela etapa de instruc-cin y dos im-

    putados debieron ser apartados del pro-ceso oral por sufrir afecciones que no lepermiten ejercer el derecho de defensa.Por otra parte, tampoco fueron juzga-dos en este proceso por permanecerprfugos de la justicia, los abogados exmiembros de la agrupacin de ultrade-recha Concentracin Nacional Univer-sitaria (CNU) y los colaboradores delEjrcito, Fernando Federico Delgado yEduardo Salvador Ulla.

    De los catorce imputados en este

    proceso, en que se exponan 85 casos,los jueces Alfredo Ruiz Paz, Lidia Soto,Elvio Osores Soler y Daniel Cisneroscondenaron a prisin perpetua al exgeneral Alfredo Manuel Arrillaga, a losex coroneles Leandro Edgar Marquie-gui, Eduardo Jorge Blanco y Jorge LuisToccalino. La misma pena recibieronlos miembros de la Fuerza Area, el excomodoro Ernesto Alejandro Agusto-ni y el ex vicecomodoro Jos CarmenBeccio. Por su parte, el ex coronel For-tunato Valentn Rezett fue condenadoa 25 aos de prisin. El 1 de octubre,

    hasta la lectura de

    estas condenas se viva un clima de fes-tejo entre los militantes de las organiza-

    ciones polticas y sociales que participa-mos. Si bien las penas no representanen gran medida lo esperado y no sonsucientes para conformar en justicia aningn luchador, era lo mximo que po-damos esperar de este proceso.

    La Cueva o la justicia a medias

    En la principal avenida de Mar delPlata, entre banderas agitadas y cantosde alegra, todo comenz a pintarse degris, de bronca, de impotencia, de gritosde justicia, cuando el tribunal anuncila decisin de absolver a dos de los seis

    policas imputados y a condenar con pe-nas menores a los cuatro restantes.El ex comisario Ernesto Orosco, para

    el cual la scala haba pedido la penade 20 aos de prisin fue condenadoa 12. Lo mismo ocurri con el ex o-cial Hctor Carlos Cerutti que recibi 5aos de prisin a pesar del pedido deuna condena de 12 aos por parte delscal Daniel Adler. Por su parte, el ex

    comisario de Necochea Hctor Fran-cisco Biccarelli fue condenado a 7 aosde prisin cuando el Ministerio Pblico

    haba solicitado 15. El ex ocial MarioLarrea fue sentenciado a 5 aos de pri-

    sin. No obstante, el tribunal entendique esa pena ya fue cumplida con losaos de crcel preventiva por lo que or-den la inmediata libertad del condena-do. Para el Tribunal, los dos ex policasabsueltos, Marcelino Blaustein y AldoSagasti, no cometieron ninguno de losdelitos que se le imputaron.

    El ltimo imputado, Nicols Caffa-rello, ex integrante de la CNU, quiencumpla funciones como integrante delservicio de inteligencia del Ejrcito, yque haba sido imputado por tres casosde secuestro y torturas, dos seguidas de

    homicidio, fue condenado a solo cincoaos de prisin siendo que todas laspartes de acusadoras haban solicitadola prisin perpetua. El tribunal encon-tr responsable a Caffarello solo de ladesaparicin de un militante, restndoleresponsabilidad en su posterior torturay muerte.

    Hubo insultos, empujones y reprimie-ron al grupo de compaeros con gaspimienta.

    MIR-Mar del Plata

    Un poquito de historia

    El ao se inici con una parodia deparo por aumento salarial, luego de unacuerdo por dems insuciente. Si nosguiamos por los niveles de inacin,

    era ms que claro que con el transcurrirdel ao la recomposicin salarial iba a

    quedar por detrs del costo de vida. Apesar de la predisposicin de lucha delas bases, la direccion del SUTEBA conel resto del FGDB, le garantiz la pazsocial al gobernador Scioli.

    Los recortes de Scioli-Mariotto

    Pero la ofensiva no tard en llegar.Acercndose la fecha de cobro delaguinaldo comenz a circular el rumorde que no iban a pagar los aguinaldos,hasta que se ocializ que la provinciapagara en 4 cmodas cuotas. Segn laprovincia, no se contaba con los recur-

    sos sucientes para afrontar el pago, lasalida que quedaba era el rescate desdelas arcas de Nacin. Pero en el mediose habian producido las declaracionesdel gobenador Daniel Scioli sobre supretensin de ser presidente en el 2015.Con lo cual, el clculo politico que sehizo desde el gobierno de CFK fue queel conicto era un buen medio de des-gastar a Scioli y una buena oportuni-dad de obligarlo a disciplinarse. Luego

    de una serie de paros y con los fondosliberados desde Nacin el conicto seresolvio transitoriamente.

    No obstante, el conicto era la puntade lanza de un ajuste mucho ms pro-fundo por parte de la administracinScioli-Mariotto. Fue as que desde el

    reinicio de las clases, luego del recesoinvernal, la ofensiva se despleg en todasu magnitud: con los cierres de cursos,los recortes en los cupos de los come-dores, la falta de nombramientos paracubrir nuevos cargos, una presin enor-me desde la prestataria de salud que seencarga de las licencias medicas sobrelos compaeros/as sin tener en cuentala gravedad de los casos, la suspensinde las prestaciones mdicas de centena-res de clnicas sobre nuestra obra social(IOMA), una sistemtica practica dedesdoblar pagos (titulares, provisionales

    y suplentes) con las excusas mas varia-das, etc.Ante este enorme ataque, al FGDB

    no le qued otra que llevar adelante unaserie de medidas, movilizaciones a laCasa de la Provincia y a la DGCyE ylos ltimos paros del 23 y 24 de octu-bre con movilizacin a la Casa de Go-bierno en la ciudad de La Plata. En estaltima medida los distintos oradores hi-cieron se reivindicaron por estar frente

    a la gobernacin y no en el Congreso(momento en el que se trataba la refor-ma de la ley de ART!) pero el secretariogeneral de SUTEBA Roberto Baradelfue mas lejos y plante que los docentesbonaerenses debian saber diferenciarentre la contradiccin principal y lassecundarias. Fue la forma de justi-car un supuesto accionar progresivo dela Legislatura provincial que preside elvice gobernador Gabriel Mariotto y enla cual el FPV es mayoritario por enci-ma del PJ que responde a Scioli.

    La provincia al rojo vivoEn el proyecto de Presupuesto Pro-vincial y de Ley Impositiva, que el eje-cutivo provincial envi a la Legislaturase prev un gasto superior a los $139millones, un 22% ms que el de 2012,

    aunque no contempla aumentos salaria-les para todo el 2013, tampoco la crea-cin de nuevos cargos y presupone undcit de $3.400 millones que, junto alos pagos por vencimientos de interesesde deudas, lo llevan a una necesidad denanciamiento de $13.700M.

    Unidad para resistir el ajuste

    La salida para ellos es clara, no que-da otra que ajustar. A nosotros, unirnosdesde las bases con todos los estatalespara resistir el ajuste de Scioli-Mariotto,lograr un accionar unitario de las dis-

    tintas corrientes poltico-sindicales quepotencien al movimiento como condi-cin de posibilidad de presentar una di-reccion alternativa e independiente.

    Docentes de MIR

  • 7/31/2019 AV N 48 Noviembre 2012

    7/12

    As como la historia en su misma di-

    nmica tiene laberintos recnditos enlos que la verdad queda sumergida y esdejada- en los pasillos del olvido, es lapoltica con su esencia revelada median-te la accin donde la historia encuentrala raz social para su posible transfor-macin.

    Es as que -utilizando la expresin queel Dr. Mattarollo acu para referir alplan sistemtico de exterminio nazi- en-tre los pasillos de la noche y la niebla,la verdad qued deliberadamente sola-pada, bajo el yugo de intelectuales quese preocupaban ms por la vida institu-

    cional y republicana que por la justiciaante tanto terror de estado. El regresoa la democracia no alcanz para que laverdad aore como necesidad intestinaurgida por una justicia que, nalmentehoy podemos decir, lleg.

    La conmemoracin de los 40 aos dela masacre fue especial este ao. Esteagosto fue distinto. El juicio estaba endesarrollo haca tres meses, y las emo-ciones ms a or de piel que de cos-tumbre. Pudimos ver de cerca una vezms- como las distintas organizacionessociales y estudiantiles de la zona tra-bajaban por los 40 aos; ellos fueronlos merecedores de estar all, porquesabemos que desde el principio cami-naron cada fro 22 de agosto hasta elsolitario aeropuerto; no olvidamos quedesde siempre marcharon cantando porlas calles de Trelew emocionados, quecomo a los nazis les iba a pasar. Sa-bemos bien que siempre leyeron los 19nombres y que nunca olvidaron ni per-donaron, y que desde hace mucho man-tienen viva la memoria y exigen justicia:ellos son los compaeros custodios dela Memoria del Pueblo, los dirigentessociales comprometidos y los pibes de

    la Uni: nuestros compaeros.Sin embargo tampoco falt lugar para

    la apropiacin poltica de la masacre. Unda la poltica, enhorabuena, entr enescena, pero apropindose de la memo-ria; la reacomod a su antojo y se senten primera la, a pesar de que ese lugarle quedara tan grande. Y no lo decimosgurativamente: el da de la sentencia,el gobernador Buzzi ocup junto a susfuncionarios- la primera la de asien-tos, pretendiendo que los familiaresque haban esperado por 40

    aos ese

    da, se sentaran en la 2da la.

    Con agrado vimos como Ali-cia Bonet, frente a las cmaras,les exigi que se retiraran por-que ese lugar les perteneca alos familiares. Todos cedieron,menos l; coherente en su in-transigencia para atender lospedidos del pueblo; acorde asu manera de no-atender losconictos laborales del sector pblico.

    El primer da del Juicio debimos to-mar apuntes desde fuera del recinto,mirando la pantalla que proyectaba so-bre la fachada de la legislatura ubicadajusto enfrente- las primeras imgenesde un momento histrico que pocosimaginaron que llegara. El teatro pron-tamente vio colmada su capacidad, re-pleto de periodistas y transmisiones envivo; de militancia, de familiares, y defuncionarios conscientes del capital po-ltico en juego. Para el segundo da aunresonaban ecos del fervor de aquellaprimera jornada, pero rpidamente seaplacaron. En los 5 meses que queda-ban por venir slo un reducido nme-ro acompaara el histrico proceso; lams representativa de ellas, fue sin dudaEncarnacin, una mujer a la que con

    sus 83 aos nunca le faltaron fuerzaspara levantarse en las fras maanas deinvierno para tomar el colect ivo de Tre-lew a Rawson.

    Rpidamente la verdad aor impug-nando la versin del intento de fuga;bast con el sentido comn para enten-der que militantes de esa talla y prepa-racin, jams intentaran fugarse de unaBase que contaba con ms de 1.000militares acuartelados! La estrategia dela defensa fue dejar de insistir con ello,y tratar de imponer que se trat de unexabrupto de unos ociales que tenan

    unas copas de ms; que haban come-tido un crimen, pero que ste ya habaprescripto.

    En el transcurso del proceso pudimosver heridas que nunca cerraron; el tesnde los familiares en una inclaudicablebsqueda de justicia que no llegaba aocultar el profundo dolor que la mismaimplicaba; aun as los vimos estoica-mente subir a luchar por la verdad y porla memoria de sus cados. Con profun-

    da indignacin tam-bin

    n o stoc ver como se retorca la impuni-dad aferrndose a la mentira, cuando elguardiamarina Jorge Barreto se contra-dijo en numerosas oportunidades, di-ciendo no haber estado de guardia esanoche, contra dos testimonios que aslo conrmaban. Pero tambin vimos exconscriptos profundamente consterna-dos que difcilmente olvidaron las im-genes de aquella masacre. Sin duda, elmomento ms impactante fue cuandoescuchamos la voz de los 3 sobrevivien-tes: Mara Antonia, Ricardo y Miguel.Una conjuncin de emociones se abro-quelaron en las gargantas de los presen-tes; un confuso nudo que cea por unlado la alegra de or sus voces llenas devida y de fuerza revolucionaria, y porel otro la indignacin de estar viendo asus envejecidos verdugos conservados

    en impunidad.La Masacre de Trelew ha abandonadolas de por s ya relevantes connotacio-nes ideolgicas y, ms all de la inelu-dible recomposicin histrica, la cali-cacin de los hechos de Trelew comodelitos de lesa humanidad lo perlancomo la piedra basal en la instauracindel terrorismo de Estado que, hasta elmomento, era indicado a partir del 24de marzo de 1976. El fallo, si bien in-dignante en las absoluciones de Bautis-ta y Pacagnini, instala la posibilidad deinvestigar los delitos cometidos por laTriple A e incorporarlos a la categorade lesa-humanidad; al tiempo que sirvecomo cimientos sobre los cuales los ca-sos de Mario Abel Amaya y Elvio ngelBel consigan establecer una nueva ins-tancia en la imprescindible reparacinhistrica que luego de 40 aos empiezaa desandarse.

    La masacre y su condena ya insti-tucionalizada, permiten visibilizar lascontinuidades que desde la dictadura de

    Ongana comienzan a darse enla formacin militar vinculada

    a la Doc-trina de

    Se-guridad Nacional y apoyada por la Es-cuela de las Amricas, como as tambinen la instauracin de un marco legalcada vez ms represivo.

    Como seala Len Rozitchner, pensartiene sus riesgos y se incrementan cuan-

    to ms desnuda la realidad que ame-naza. Y no es para menos: la realidadcon su apariencia democrtica de natu-ralidad siempre opuso obstculos parael develamiento de la verdad histrica.Nosotros, jvenes o no tanto, historia-dores y no tanto, hemos crecido con esepapel fetiche narrativo con claro objetoestigmatizador del subversivo o te-rrorista, ocultando deliberadamente labiografa social de una lucha de clases.Ensendonos, las mismas institucio-nes de la sociedad, que el legado hist-rico social que hemos recibido era slo

    una yuxtaposicin mecnica de factoresestereotipados. La propia desaparicinde personas exiga una desaparicinnarrativa de la historia, de la poltica,de la voluntad del pueblo. El sentidocomn se ve encandilado hoy por unaverdad que empieza a institucionalizar-se producto de un odo poltico que yano poda seguir ignorando el reclamo deun importante sector de la sociedad queexige recordar y reivindicar a aquellosque la poltica y la historia ocial quisie-ron hacer olvidar.

    Esa constelacin violenta y a contra-

    pelo de ese pasado -en palabras de W.Benjamin- hoy lo disfrutamos con res-ponsabilidad, porque es el presente quenos exige -desde nuestra humilde labor-desmantelar esa Historia de la derechaliberal que fue con la cual nos educa-mos. El sentido comn bien puededar cuenta de que el pensamiento y laaccin fueron obligados a tomar porsenderos diferentes y cuya distancia,hoy ms que nunca, debemos procurarsalvar.

    La revolucin siempre la revolu-cin, nos exige no ser tomada como unartefacto cultural snob sino otorgarle

    sentido de justicia a la historia, proyec-tndola hacia el futuro; porque concebiras la Historia es una necesidad, y cons-tituye, tambin, un noble acto revolu-cionario.

    Colectivo redactor del Blog El Dia-rio del Juicio

    1. veintidosdeagosto.blogspot.com.ar

    El pasado 15 de octubre finaliz el juicio sobre la masacrede Trelew. 40 aos despus fueron condenados por delitosde lesa humanidad los genocidas Sosa, Del Real y Marandino.Lamentablemente fueron absueltos Bautista (indicado comoencubridor) y Paccagnini (jefe de la Base durante los fusila-mientos). Asimismo se reclam la extradicin de Bravo, quevive en EEUU y fue protegido por el gobierno de ese pas.Esta nota la escriben los compaeros que durante los ms

    de 5 meses de duracin de este juicio lo cubrieron da a da,informando al pueblo desde el blog El Diario del Juicio1.

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    8/12

    Entre los das 6 y 8 de octubre en laciudad de Posadas ms de 25.000 muje-res nos reunimos en el XXVII Encuen-

    tro Nacional de Mujeres. Desde all no slocompartimos experiencias, sensaciones,alegras, dolores, sino que fue un espa-cio activo donde miles de mujeres pen-samos nuestras diferentes realidades,nuestras opresiones comunes, las resis-tencias, las luchas, la necesaria coordi-nacin; la sociedad que queremos alcan-zar, en la que todxs seamos libres.

    Porque no hay nadie como yo,

    pero soy ms junto a vos

    Los Encuentros van tornndose, cadavez ms en un espacio en el que las in-

    tersecciones de las diferentes opresio-nes se entrecruzan y se vuelve necesariogenerar articulaciones para poder pen-sar las estrategias de lucha y organiza-cin de modo coordinado y articulado.La violencia machista, policial, institu-cional, los femicidios, la precarizacinlaboral, la educacin, la salud, la pros-titucin, las sexualidades son frentes debatalla enmarcados dentro de un siste-ma que oprime desde diferentes regme-nes de dominacin que se entrecruzanentre s fortalecindose y perpetuandolas subordinaciones. Nos referimos alcapitalismo heteropatriarcal, racializado.

    Este ao la lucha por la legalizacindel aborto se hizo escuchar con fuerzaen la marcha multitudinaria que escra-ch a la Iglesia Catlica, como todos losaos, denunciando su doble moral. Esuna institucin que ha estado a lo largode toda su historia del lado de los po-derosos, los opresores, los asesinos, losvioladores. A la vez, se siguen inmiscu-yendo en nuestros cuerpos, atentandocontra nuestras libertades y nuestros de-rechos mientras que el Estado la siguenanciando.

    Denunciamos que la criminalizacin

    del aborto atenta contra los derechos delas mujeres. En relacin a este eje fun-damental, se acord en el ENM la rea-lizacin de una movilizacin nacional alcumplirse un ao del cajoneo del pro-yecto de la Campaa Nacional por el De-recho al Aborto en el Congreso Nacionalpara el primero de noviembre. Nuestrasfuerzas y nuestra militancia estn pues-tas en que en esa movilizacin, que en

    Buenos Aires se har de Congreso aPlaza de Mayo. Seamos miles exigiendo elinmediato tratamiento y aprobacin del Proyec-

    to de Interrupcin Voluntaria del Embarazode la Campaa Nacional por el Derecho al

    Aborto Legal, Seguro y Gratuito!El reciente veto de Mauricio Macri a

    la Ley de Abortos No Punibles aproba-da en la legislatura portea es un retrasoy un intento fuerte de avasallamiento anuestros derechos elementales. A la vezque es muestra de la connivencia de laIglesia con el Estado, quienes a travsde sus instituciones patriarcales nieganun derecho plasmado en el Cdigo pe-nal desde 1921.

    No podemos aqu, dejar de hacer

    mencin a la reciente aprobacin dela despenalizacin de aborto en el pasvecino del Uruguay. All, si bien se haavanzado un paso, es pequeo ya quelas diferentes trabas burocrticas queprev la ley para que una mujer puedahacerse un aborto, sumado a los comi-t interdisciplinarios por los que debepasar la mujer, ms los das para me-ditarlo, no son ms que trabas y unanegacin de la mujer como sujeto dederecho, autnoma y capaz de decidirsobre su propio cuerpo.

    Libre de tu violencia, de tu mal-

    trato, de tu irona. Libre de esas no-ticias de pesadilla, todos los das

    Como MIR, y como parte de laCOMPA, fuimos parte junto a miles decompaeras de las diferentes jornadas yactividades que el Encuentro nos pro-puso a la vez que impulsamos desde eseespacio el Panel de Mujeres Latinoamerica-nasque se llev a cabo en una de las pla-zas de la ciudad. Al nal del Encuentro

    declaramos que: En el marco del Encuen-tro, desde la COMPA impulsamos y acompa-amos actividades que apuntaron a denunciarla situacin de saqueo y militarizacin en los

    pases de Nuestra Amrica y las formas parti-culares de violencia y represin que sufrimos lasmujeres en esos contextos.

    Los golpes de estado en Honduras y Para-guay, promovidos por las trasnacionales aliadasa los poderes polticos fueron puestos en discusinen el panel de Mujeres luchadoras de Nuestra

    Amrica. All, integrantes de la Coordinado-ra Nacional de Mujeres Trabajadoras Ruralese Indgenas del Paraguay (CONAMURI);del SERPAJ Paraguay, FRIDA (Feminis-

    tas Radicales de Iz-quierda) de Asuncin;Feministas en Resistencia

    de Honduras; de la Red de Her-mandad y Solidaridad conColombia y estudiantesexiliadas por la Educacinde Chile, dieron cuenta de lasituacin de violencia y persecucinsobre el campo popular y los sectores en luchade toda Amrica Latina...

    Ya no ms explotacin, ya no

    quiero ms de tu violencia, ni tu in-

    sistencia. Cuando se ponga el sol,

    vamos a romper las diferencias...

    Nos duele Yanina Treuquil, asesi-

    nada por su pareja en Trelew, quien laprendi fuego convirtindose en do-ble femicida; nos duele Johana Chacndesaparecida en la ciudad de Mendo-za; nos duelen las cifras de femicidiosy violencia por razones de gnero quecrecen da a da; nos duelen las muertespor abortos clandestinos; nos duelen lasdesaparecidas por las redes de trata; nosduelen las desigualdades en los lugaresde trabajo por jerarquas de gnero; nosduele la discriminacin por el hecho deser mujeres; la violencia de los medios;la explotacin sexual; la violencia poli-cial e institucional; la criminalizacin de

    la pobreza y la protesta.

    Por eso creemos que tenemos que se-guir saliendo a las calles y movilizarnospara hacernos visibles y se oigan nues-tros reclamos: en noviembre comenza-mos con la marcha por la despenaliza-cin del aborto y lo cerraremos con elDa Internacional de Lucha contra la Vio-lencia hacia las Mujeres. Que se escuchenuestro pedido, se declare la Emergen-cia de Violencia de Gnero en el pasy se tome conciencia que con buenasleyes solamente no alcanza. Es nece-

    sario que se desplieguen polticaspblicas que avancen en dar

    respuestas concretas a lasmujeres en situaciones deviolencia, a la vez que se

    discuta qu se hace conel violento y se empiecea desplegar una campaareal de concientizacin

    y transformacin de lassubjetividades. Todas estas

    polticas deben ir acompaa-das de un presupuesto real que

    permita bajar las propuestas a la

    realidad, como as tambin que secastiguen las publicidades misginas ylas programaciones que cosican a las

    mujeres. Que se desmantelen las redesde trata y se acabe la connivencia entreEstado, policas y proxenetas.

    Sabemos que de este Estado patriar-cal no podemos esperar que se desplie-guen las tareas propias de una sociedadantipatriarcal y nueva. Sin embargo en-tendemos que el proceso es dialctico yes nuestra tarea es exigirle que avanceen muchos de estos planteos a la vezque, de manera paralela, desde nuestrasagrupaciones vayamos avanzando enconstruir contrahegemona en base anuevos valores, nuevas formas de rela-cionarnos varones y mujeres. De cara aconstruir una nueva sociedad en la quetendremos que destruir todos los vesti-gios de esta sociedad opresora.

    Sin feminismo no hay socialismo!

    Juana Bentez

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    Un gran paso

    Con los pies en el da a da pero conla mirada puesta en maana, hemos im-pulsado la conformacin de un agrupa-miento que nos permita ir consolidandolos avances y cristalizar el trabajo acu-mulado en todo este tiempo. Desde all,venimos dando importantes pasos paracumplir con nuestros objetivos. Impul-sando actividades, formando parte delos rganos de decisin de los espaciosdonde nos encontramos. Somos cons-cientes que all donde las fuerzas po-pulares logran articular y consolidar supoder, la burguesa encuentra un lmite

    para el despliegue de su dominacin.Por eso, nuestra tarea principal es ir for-jando y ampliando instancias de tomade decisiones con clara independenciadel estado y de sus representantes mso menos formales en el territorio. Elenemigo tiene presencia en el da a daen las barriadas populares: asistencialis-mo y clientelismo, punteros y policas.Nuestro desarrollo de poder populartiene que apuntar a disputar y ganar

    estos espacios, haciendo que nos sin-

    tamos capaces de llevar adelante nues-tros propios intereses y enfrentando laviolencia (institucionalizada o no) quenos quieren imponer para obstruir di-cho logro. Tenemos que poder decidircmo tienen que ser nuestros barrios.Cmo nuestras escuelas, nuestros cen-tros de salud, cules las prioridades delas familias que viven all. Generar en lasorganizaciones un perl de lucha quenos permita salir a conquistar nuestrosderechos, confrontando contra los quesiempre nos los han negado, contra losque siempre han relegado al pueblo.

    No estamos solos

    As mismo, sabemos que esta tarea de-bemos asumirla en encuentro y coordi-nacin con organizaciones compaeras.Sin descuidar las rmes conviccionesde nuestro proyecto poltico, debemosavanzar conjuntamente sin mezquinda-des y soberbias que nos impidan supe-rar la fragmentacin y los particularis-mos con los que nos encontramos en

    nuestros trabajos cotidianos.

    Hemos comenzado a andar ese cami-no a partir del impulso y sostenimientode un espacio de coordinacin con or-ganizaciones con las que compartimosobjetivos anes, realizando inicialmenteuna serie de actividades de manera con-junta en las barriadas donde desarrolla-mos nuestro trabajo militante. Partimossin duda de una necesidad. De la debi-lidad propia que nos exige esta bsque-da. Pero no es esta la razn ltima quenos mueve a estrechar vnculos cada vezms fraternos principalmente con lasorganizaciones con las que nos encon-

    tramos en instancias de coordinacinsuperiores. Debemos superar la ato-mizacin en la que nos movemos parapoder golpear juntos y generar accionesque nos permitan romper el techo queel asistencialismo estatal nos impone.

    Estamos convencidos de la necesidadimperiosa de poner en pie una alterna-tiva poltica que nos permita unir org-nicamente a amplios sectores de nues-tro pueblo. Sabemos que para lograrlo

    debemos desarrollar agrupamientos

    que sean parte de este proceso. Perotambin sabemos que para cumplir coneste objetivo debemos desplegar nues-tra fuerza militante para convocar, dis-cutir y avanzar en mayores niveles decoordinacin con las organizacioneshermanas que dedican da a da sus me-jores esfuerzos en la construccin de unpoder capaz de terminar con este siste-ma injusto. Con este modelo nacionaly popular que ha aceptado desde suscomienzos y sin ruborizarse que miles ymiles de personas nazcan, vivan y mue-ran en la pobreza.

    Nosotros no vamos a aceptarlo y se-guiremos luchando para cambiar la his-toria. Por tierra y vivienda, por el accesoa los servicios pblicos bsicos en losbarrios populares. Por trabajo y salariosdignos, por salud y educacin gratuitasy de calidad.

    Territorial Oeste

    Desde el oeste del conurbano bonaerense, nos encontramos en la ta-rea de desarrollar instancias de organizacin en los barrios en los quetrabajamos. Aunque todava estas instancias son incipientes, estamosconvencidos de la importancia de poner en pie organizaciones en lasque los miles de hombres, mujeres y nios de nuestras barriadas seanprotagonistas de su historia, de la historia del pueblo trabajador que

    lucha da a da por transformar esta injusta realidad.

    Desde el inicio de este ao los traba-jadores de la salud de Chubut vienenprotagonizando una histrica lucha,buscando revertir el desguace de la sa-lud pblica que han realizado los diver-sos gobiernos provinciales. En un claroproyecto de instalar como nica provee-dora de salud a las empresas privadas,los gobiernos radicales de los 90 y el deMario Das Neves del 2003 al 2011, hanatacado a la salud pblica y sus traba-jadores, instalando la precarizacin, los

    bajos salarios y la permanente persecu-cin laboral.

    Contra todo esto se han levantadolos trabajadores, con huelgas, marchasy cortes de ruta que han puesto de pie atoda la provincia y han planteado en laprovincia el debate sobre el derecho detoda la poblacin a una salud gratuita decalidad. Sus luchas han debido enfrentartambin a la dirigencia de los sindicatos,que han funcionado como apoyo del re-presivo gobierno de Buzzi y Mackharty,quienes ayer noms fueron elegidos porla lista de Das Neves y hoy se han hecho

    fervientes kirchneristas.Las dirigencias de UPCN y ATSAfueron eles a su triste papel de alca-huetas del poder; y solamente un sectorde ATE apoy la lucha. Por ello los tra-bajadores han construido expresionesautoconvocadas para organizarse, y mu-chos de ellos se han aliado a ATE, en-tendiendo la necesidad de construir unsindicato que los represente. Mostrandola necesidad de organizacin que tienenlos trabajadores, a pesar de que sus ac-tuales dirigentes de primera lnea quehasta ayer estaban juntos para la foto decampaa, hoy desgastan y perjudican asus bases por disputas cargadas de inte-

    resesy/o benecios personales. O a lo sumobenecios de un pequeo sector cm-plice, lejos de la defensa de los interesesdel conjunto de los trabajadores, para laque se supone existen sus cargos.

    Los reclamos pasaban por la incor-poracin de todos los trabajadores aplanta permanente, un aumento salarialque recompusiera sus sueldos y la plenavigencia de la ley de Carrera Sanitaria,entre otros puntos. El gobierno ha in-

    tentado no responder a ningn reclamo,atacando a los trabajadores con fuertesdescuentos salariales y con varios des-pidos. Pero nada de esto ha frenado elreclamo y se ha conseguido el pase aplanta de casi todos los compaeros yla reincorporacin de los trabajadoresque haban sido despedidos. Hoy siguela lucha para que vuelvan atrs con losdescuentos y conseguir el salario que semerecen.A continuacin, incorporamos ex-

    tractos de una nota de la Asamblea deTrabajadores de la Salud Autoconvoca-dos de Esquel, quienes han desarrolla-

    do un impresionante ejemplo de lucha y

    organizacin, avan-zando en propuestas concretas acercade cmo mejorar la salud pblica. Enella discuten con el gobierno acerca dela poltica de formacin de recursos hu-manos:

    En lo que hace a la resolucin de la actualcrisis provincial de RRHH profesional consi-deramos imprescindible para ATRAER YRETENER RRHH califcado a nuestra

    provincia, CUMPLIR CON nuestra Leyde Carrera Sanitaria, que establece la confor-

    macin de un Comit de Carrera SanitariaProvincial, Regional y Local que garantice elCONCURSO DE OPOSICIN Y AN-TECEDENTES de TODOS los cargos

    jerrquicos desde el Jefe de rea Programticahacia abajo. Es decir, QUE CADA ASPI-RANTE PUEDA DEMOSTRAR suidoneidad NO SOLO PARA EL CAR-GO A OCUPAR SINO tambin su ido-neidad general en lo que hace a la ADMI-

    NISTRACION DE SERVICIOS DESALUD.

    PERMITANOS PREGUNTARNOSEN VOS ALTA: POR QU LA AC-

    TUAL ADMINISTRACION SE EM-

    P E AEN NO CUMPLIR CON NUESTRALEY DE CARRERA SANITARIAVIGENTE N 2672? POR QU SE

    EMPEA EN DESCONOCER UNALEY QUE NO SOLO PROPONE

    MEJORAS SALARIALES, SINOQUE PLANTEA UNA JERARQUI-ZACIN PLANIFICADA Y SOS-TENIBLE DE TODO NUESTROSISTEMA PUBLICO DE SALUD?

    SER QUE NECESITAN DE UNANUEVA LEY QUE PERMITACONTINUAR UNA ESTRATEGIADE VACIAMIENTO DE NUES-TRAS INSTITUCIONES PBLICAS

    QUE BRINDAN SERVICIOS ESEN-CIALES, INSTITUCIONES QUEGARANTIZAN EL ACCESO A DE-RECHOS CONSTITUCIONALES,COMO EL DERECHO A LA SA-LUD PUBLICA EFICIENTE PARATODA LA COMUNIDAD?() Desdelas autoridades solo hay discurso, y con el dis-curso no solo no alcanza, sino que permite queel problema se profundice hasta lmites difcilesde determinar.

    MIR-Chubut

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    La paz que hemos querido nosotros, por lacual hemos luchado por mucho tiempo, ha sidosiempre buscando que en este pas, Colombia,se acaben las desigualdades que son tan pode-rosas. Manuel Marulanda Vlez

    Con estas palabras iniciaba su inter-vencin Ivn Mrquez, en la conferen-cia de prensa que dieron las FARC-EPy los delegados del gobierno de Colom-bia, una vez nalizada la primera reu-nin formal de la mesa de dilogo quebusca llegar a un acuerdo para el cese deun conicto que lleva ms de 48 aos.Durante todo su discurso insisti en lanecesidad de la incorporacin masivadel pueblo organizado a este dilogopor la paz, entendiendo que las causasde este conicto son sufridas por elconjunto de la poblacin.

    De manera que el gobierno colom-biano y las FARC-EP han acordadodiscutir de cara al pueblo, y reconocien-do institucionalmente su participacinen la resolucin de las diferencias unaagenda poltica integral que aborda lascausas del conicto. Consta de los si-guientes puntos: 1) Poltica de Desa-rrollo Agrario Integral; 2) Participacin

    poltica; 3) Fin del conicto; 4) Solu-cin al problema de las Drogas Ilcitas;5) Victimas; 6) Implementacin, veri-cacin y refrendacin.

    Esta agenda habla por s sola del pro-ceso que vive Colombia en estos mo-mentos. Tanto el Plan Colombia como elPlan Patriota, que se proponan derrotarrpidamente a las FARC-EP y al ELN,fracasaron en un intento que le costal gobierno de Colombia 23 billones depesos (aparte de los ms de US$6.000millones que lleva gastado EEUU). Porotro lado, cada vez es ms difcil para

    el estado colombiano ocultar los crme-nes de lesa humanidad cometidos desdeel inicio del conicto y profundizados

    durante el gobierno de lvaro Uribe(ms de 550.000 muertos, 6 millones dedesplazados, 50.000 desaparecidos). Aesto hay que sumarle que desde 2006 sehan radicalizado las luchas de los mo-vimientos indgenas y campesinos, congrandes movilizaciones hacia la capitaly otras ciudades importantes y masivasrecupera-

    ciones de tierras.Sin mencionar siquiera estas realida-

    des en su anlisis, distintos medios vie-nen diciendo que a esta mesa de dilogose llega por debilidad de las FARC-EP.En primer lugar, hay que decir que lainiciativa del dialogo fue del gobierno.En segundo lugar uno podra pregun-tarse si las FARC-EP estn derrotadas,

    como dice el gobierno, por qu se sien-tan a dialogar con ellas? Parece pococreble que el gobierno acepte incluiren la agenda puntos como Derechosy garantas para el ejercicio de la oposi-cin poltica en general y en particularpara los nuevos movimientos que sur-jan luego de la rma del acuerdo nal.

    Acceso a medios de comunicacin,o Cese al fuego y de hostilidades bi-lateral y denitivo. Dejacin de armas.Reincorporacin de las FARC-EP a lavida civil en lo econmico, lo social ylo poltico de acuerdo a sus intereses.Revisin de la situacin de las personasprivadas, procesadas o condenadas porpertenecer o colaborar con las FARC-EP si la correlacin de fuerzas fuesetan desequilibrada en su favor.

    El prximo 5 de noviembre se llevara cabo en La Habana la segunda rondade la mesa de dilogo. All se comen-zarn a ver los primeros resultados enel debate en torno al punto 1: tierrasimproductivas; formalizacin de la pro-piedad; frontera agrcola; proteccin dezonas de reserva; programa de desarro-llo con enfoque territorial; infraestruc-tura y adecuacin de tierras; desarrollo

    social: salud, educacin, erradicacinde la pobreza; estmulo a la produccinagropecuaria, a la economa solidaria ycooperativa; asistencia tcnica; subsi-dios; crditos; mercadeo; formalizacinlaboral.

    Seguramente este ser un proce-so largo, con avances y retrocesos, enel que, como deca Ivn Mrquez elpueblo debe trazar la ruta de la solu-cin poltica. Pero este inicio fue en smismo una gran victoria: no slo paralas FARC-EP que han sido reconoci-das internacionalmente como fuerza

    beligerante y excluidas de las listas deorganizaciones terroristas, sino fun-damentalmente para el pueblo colom-biano, que pudo exponer ante los ojosdel mundo entero que buscar la paz enColombia es buscar las resolucin deestos gravsimos problemas sociales.

    Nestor Cabral

    Llegado el mes de noviembre, se handesarrollado las elecciones de centro deestudiantes en gran parte las universida-des del pas, quedando pendientes andos paradas importantes para universi-dades con conducciones de izquierda:La Plata y Patagonia. Para completarel anlisis, es necesario tener en cuentacuales fueron los avances que se pudie-ron dar y dnde aun la burocracia estu-diantil (encarnada en la Franja Morada,el Partido Socialista y cualquiera de lasvariables pejotistas, ya sea kirchnerista

    o no) sigue fuerte. En esta oportunidadcentraremos el anlisis en la UBA.

    Desde la recuperacin muchos delos centros de estudiantes post 2001,incluyendo el momento en que laFUBA dej de estar en las manos dela Franja Morada para pasar a manosde la izquierda, los avances dados sonuna punta de lanza para el movimientoestudiantil nacional. Tal situacin haceque el kirchnerismo an no pueda hacerpie en esta universidad, y en estas lti-mas elecciones qued demostrado.

    Pasadas 11 de las 12 elecciones al cie-

    rre de esta edicin (quedando pendienteslo Psicologa, disputada entre fuerzasde izquierda; PO por lado, Mella porel otro), 8 facultades son dirigidas porfuerzas de izquierda. Dos de estos cen-tros, Medicina y Sociales, fueron dispu-tados hasta el ltimo da contra la Fran-ja y el kirchnerismo respectivamente,pudiendo ganar en ambos las opcionesde izquierda que defendan conduccin.El caso de Sociales merece ser destaca-do, ya que en una eleccin que fue votoa voto hasta el cierre, El Empuje (LaMella-Rebelin, Socialismo Libertario,CAUCE, FER), sumado al apoyo de co-

    rrientes y fueras de todo el pas, como laTER, La Copa de La Plata, o la SantiagoPampilln de Rosario, se pudo imponertras haber llegado a estar ocho puntosabajo del frente encabezada por la UES.

    Por otro lado, en la Facultad de Filoso-fa y letras, el frente La Juntada (La Me-lla-Rebelin, Un Solo Grito en la TER,Socialismo Libertario) logr ganar portercera vez consecutiva, obteniendo el

    31,60% de los votos y sacando ms de12 puntos de ventaja a la segunda lista,Plenario de Izquierda (PO, PTS, PSTU)y dejando como tercera fuerza porms de 15 puntos al frente kirchnerista(FUP). De este modo se consolida unaconduccin que ha logrado construiruna legitimidad incuestionable y masivaentre los estudiantes.

    El resto de los centros que mantuvola izquierda estn conducidos por elPO (Medicina, Veterinaria, Farmacia) elPCR (Ingeniera y Arquitectura) y La

    Mella (Exactas). Los sectores burocr-ticos siguen manteniendo sus enclaveshistricos: Econmicas (Nuevo espa-cio- Franja Morada) y Derecho (MNR-Partido Socialista), los que les permitean tener cierto margen de maniobracon sus congresales frente a la eleccinde autoridades en la FUBA. As es comooperaron en conjunto con el kirchneris-mo y el PRO en el ltimo congreso de laFederacin, no dando qurum.

    El desafo que se plantea en la UBA aestas distintas expresiones de izquierdaes cmo avanzar cada vez ms en queestas herramientas gremiales, para quesean reales espacios de participacin yorganizacin estudiantil. Ms cercanoa este camino vemos las experienciasde Sociales y Filosofa y Letras. All esconstante la bsqueda de que ms com-paeros se sumen a los debates, a ve-ces con mayor y otras veces con menorxito, pero con una vocacin clara. Poresto, y ms que nunca en este escena-rio favorable, tenemos que profundizarestas discusiones, para estar en mejorescondiciones de seguir avanzando.

    En el prximo nmero se har unaevaluacin general de los resultados a

    nivel nacional, teniendo en cuenta Men-doza, Patagonia, La Plata y Mar del Pla-ta, para de esa forma ir pensando cual esel panorama y la correlacin de fuerzashacia un 2013, donde la disputa por unaeducacin pblica, gratuita y de calidad,tiene que ser central, tanto en las univer-sidades, como en las calles.

    Estudiantes de MIR- Buenos Aires

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    Finalmente, las urnas expresaron unainstantnea de la voluntad del pueblo el7 de octubre. Por encima del bombar-deo meditico internacional dedicadocuestionar la revolucin y desgastar lagura de Chvez, el pueblo venezolanohabl y renov su conanza en un pro-ceso que ya lleva 13 aos en el gobier-no. 8 millones de votos (55%) fueronpara las fuerzas que impulsaban a HugoChvez a la presidencia por un tercerperodo y 6 millones y medio de votos

    (44%) para Capriles Radonzky. La dere-cha estuvo ms cerca que nunca, perootra vez no le alcanz. Incluso la victo-ria del chavismo en 22 estados (variosdonde es gobierno la oposicin) sobre24, tambin es un dato relevante. Pesea los pronsticos de un nal peleado, lavictoria electoral fue holgada, sin tan-ta diferencia como en aos anteriores,pero suciente como para rearmar elapoyo mayoritario a la Revolucin Bo-livariana.

    Estos resultados no pueden entender-se sin reconocer los logros alcanzados

    por las medidas tomadas a favor de lasgrandes mayoras populares. Funda-mentalmente, las Misiones Sociales quehan permitido a los venezolanos alcan-zar mejores niveles de vida, productodel redireccionamiento de la renta pe-trolera.

    Sin embargo, las contradicciones ylas dicultades van apareciendo en esteproceso. La principal base social delchavismo es de origen campesina y esla que le brinda la mayor cantidad devotos. Las primeras leyes signicativasfueron orientadas a los sectores delcampo, como la Ley de Tierras que ha-bilita a una reforma agraria. En cambio,el movimiento obrero tiene sus distan-cias con el proceso. Las medidas pocohan impactado en la mejora de las con-diciones de vida de los trabajadores y nose le han solucionado problemas. Datosestadsticos revelan que la explotacinse ha incrementado en los ltimos 10aos. Recin el 1 de mayo de 2012 sepromulg una Ley de Trabajo que ge-nera mejoras.A la vez, se evidencia un cambio en la

    base electoral de cada partido, indican-do un crecimiento de la derecha y una

    disminucin de los votos a la izquierda.Parte de este hecho se debe al anquilo-samiento y la burocratizacin de secto-res del gobierno, el retroceso en variasmedidas polticas frente a la boliburgue-sa o los vaivenes en la poltica interna-cional que se ejemplican en el caso delgobierno colombiano, a quien se entre-g guerrilleros de las FARC o el haberlegitimado a Porrio Lobo en la OEA(hijo poltico del golpe que derroc alpresidente Zelaya en Honduras). Todoshechos que tambin van encontrandocuestionamientos en la militancia y en

    los cuadros polticos de la izquierdadentro del movimiento bolivariano.El contrapeso a estas contradiccio-

    nes no se encuentra slo en las Misio-nes como forma de poltica pblica yde redistribucin del ingreso. La razdel fenmeno chavista se encuentraprincipalmente en el impulso de cons-trucciones de poder popular, de formasde democracia directa y participativade carcter socialista, que conviven, se

    entrecruzan y se disputan con el viejoEstado. Hay que mirar ms all de losdiscursos y las elecciones y analizar elproceso social que se desenvuelve porabajo. En ese sentido hay que destacarel gran proceso de organizacin y movi-lizacin que logr desplegar el proyectobolivariano. Los ms de 30.000 Conse-jos Comunales que se encuentran des-parramados por todo el pas dan cuentade una experiencia que busca hacer dela democracia liberal algo ms que un

    procedimiento y que con el impulso delpoder popular como base de un nuevoEstado pretende ir ms lejos.

    La eleccin en Venezuela fueatentamente seguida por miles depersonas a nivel internacional.Como lo fue el caso de Chileen los aos 70, el resultadode una eleccin marcaba elpanorama global de la lu-cha contra el imperialismoy el capitalismo. Una vezrefrendado dicho camino,se abre el ciclo ms difcil

    e importante, que es el deconrmar materialmente yvolcar la balanza hacia lostrabajadores y el poder orga-nizado de las comunidades, labase de un proyecto realmentesocialista. Segn Modesto Gue-rrero: La contradiccin ms dulce de larevolucin bolivariana es que avanz tantoque no es posible hacerla retroceder por mediospacfcos o electorales, siempre bajo la condicin

    que sus vanguardias y movimientos conservensu actual conciencia anticapitalista y antiburo-crtica. De ella depender que en el prximo

    perodo las presiones internacionales y localesno conduzcan a un gobierno de coalicin conla burguesa, como ya se ha instalado en unsector del chavismo ms institucional. Que enel actual contexto internacional, el debate enVenezuela sea entre transitar al socialismo oretroceder, ya es en s mismo un avance desco-munal. El dilema est en las mediaciones so-ciales, programticas y polticas, para transitara lo primero e impedir lo segundo.

    Los nuevos gobiernos que surgieroncomo producto de las resistencias alneoliberalismo y de diferentes gradosde acumulacin de las luchas popularesmarcaron un nuevo escenario en la pol-

    tica regional a partir del nuevo siglo. Eneste sentido, Venezuela viene a ser juntocon Cuba uno de los focos de referen-cia para las izquierdas latinoamericanasen sus diferentes vertientes. El impe-rialismo norteamericano ha intentadonumerosas estrategias para derrocara Chvez y abortar la experiencia bo-livariana. A partir de la confrontacindirecta y abierta de Venezuela (aunquemuchas veces contradictoria tambin)con Estados Unidos, el resto de los pa-ses han encontrado un espacio mayorpara desarrollarse. El desenvolvimiento

    del carcter socialista marcar nuevosparmetros a partir de los cules losdistintos gobiernos progresistas debe-rn contrastar sus propios caminos. A lavez, otorgar a las fuerzas revoluciona-rias ejemplos concretos que permitirndisputar las orientaciones con otras op-ciones polticas respecto de hacia dndeimpulsar las luchas en cada uno de lospases. Para el caso de Argentina, clara-mente el avance del proceso nos per-

    mitir sealar las diferencias cualitativasentre un proceso real de carcter socia-lista y la defensa de un capitalismo enserio como propone el kirchnerismo.

    La victoria de Chvez genera expecta-tiva en las iniciativas de integracin parala regin, como son la conformacin dela Comunidad de Estados Latinoame-ricanos y del Caribe (CELAC) que ex-cluye a Estados Unidos y a Canad o laAlianza Bolivariana para los Pueblos de

    Nuestra Amrica (ALBA). Ambas ex-periencias que vienen intentando posi-cionarse como espacios de articulacinpara una poltica latinoamericana au-tnoma de los Estados Unidos, debentambin ahondar en las relaciones tantoeconmicas como polticas que rompancon la dependencia frente al imperialis-mo.

    Las grandes expectativas puestas enVenezuela, de acuerdo al desarrollo para

    la prxima etapa, se aprecian sobre tododebido a la debilidad y las mayores am-bigedades de los procesos en Ecuadory Bolivia. Las nuevas medidas de aper-tura en Cuba provocan temores som-bros respecto a sus consecuencias y lasnegociaciones de paz entre las FARC yel gobierno de Santos generan interro-gantes respecto a las posibilidades delavance de las fuerzas populares anteuna poltica ms abierta. Este panorama

    deja un margen mucho mayor, pero a lavez una necesidad, para que la lucha delpueblo venezolano se convierta deni-tivamente en la vanguardia de un pro-yecto revolucionario para el continente.

    Pedro Benedetti

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    Se conoce con el nombre de Invasinde Playa Girn al triunfo de Cuba sobreel intento militar Estadounidense en abrilde 1961. Planeado, dirigido y nanciadopor el gobierno de Estados Unidos y laCIA y puesto en marcha por alrededor de1.500 quinientas personas, en su mayoraexiliados cubanos que habitaban en Mia-mi, este hecho pas a la historia por ser laprimera derrota militar de los yanquis en

    Amrica Latina.

    Cuba imperdonable

    Por qu Estados Unidos intenta unay mil veces desestabilizar, golpear e in-tervenir Cuba? Por qu planea e intentauna y mil veces matar a Fidel? Para Esta-dos Unidos, Cuba es por denicin im-perdonable. Imperdonable porque leshicieron una revolucin en sus narices.Una revolucin socialista justo a ellos, laeterna potencia imperial. Una revolucinsocialista justo en Cuba, que era su pa-tio trasero, su prostbulo, casi una nuevaestrella en su bandera. Es imperdonableporque es solidaria con todos los pueblosdel mundo que necesitan ayuda. Cuba esimperdonable porque la realidad objetiva

    muestra que en un pas socialista las ne-cesidades bsicas de todos los habitantesson plenamente satisfechas. Por eso, Es-tados Unidos, no sus trabajadores, no supueblo, sino su Estado y sus clases domi-nantes siguen hasta el da de hoy buscan-do la forma de que el socialismo en Cubadeje de existir.

    Los motivos de la invasin nor-

    teamericana

    El triunfo de la Revolucin el primerode enero de 1959 acab con ms de 50aos de dependencia econmica y polti-ca por parte de Estados Unidos. En 1898

    la isla se haba independizado de la Co-rona Espaola pero casi inmediatamentepaso a ser un pas sometido por los nor-teamericanos.

    Como dijo el Che: Hay que separar a laRevolucin Cubana en dos etapas absolutamentediferentes; la accin armada hasta el 1 de enerode 1959 y la transformacin poltica, econmica

    y social de ah en adelante.La segunda etapa es decisiva para Cuba.

    Si bien en los inicios la revolucin no fue

    de c l a r adasocial is tapor ningu-no de sus

    d i r i -gen-

    t e s ,

    n ohaba dudas de cmo iban a ser las co-sas. El apoyo popular cre condicionesfavorables para que el nuevo gobiernocomenzara a hacer rpidamente cambiosestructurales que beneciaban a todos lostrabajadores y a los sectores mas empo-brecidos. Todo esto perjudic los intere-ses de los terratenientes del pas y mayor-mente de las empresas estadounidensesque operaban en la isla. Por ejemplo, lareforma agraria expropi los latifundiosagrcolas y agropecuarios y sucesivamen-

    te se fueron nacionalizando todas las po-sesiones que tenan las empresas yanquis.A partir de esto EEUU primero dej decomprar azcar que era el producto ex-portable con el que mas recaudaban enla isla. Despus les cortaron las ventas depetrleo desde Estados Unidos y desdelos pases aliados al imperio. As querandetener la marcha de la industria cubanapara generar una crisis econmica. Al go-bierno cubano no le qued otra que enta-blar de inmediato relaciones econmicasuidas con la Unin Sovitica.

    En plena guerra fra los EEUU con-sideraron que la Revolucin Cubana era

    una amenaza y un riesgo por ser un alia-do sovitico geogrcamente cercano yporque sus dirigentes, con Fidel y el Chea la cabeza, estaban dispuestos a apoyara todos los movimientos revolucionariosdel mundo. Ac terminaron las relacionesentre los dos pases y en 1961 se decretel aun vigente bloqueo econmico aCuba y el imperialismo empez a apoyara todas las organizaciones anticastristastanto dentro como fuera de la isla quetrataran de derrocar a Fidel.

    El plan de la CIA y de Kennedy

    El plan de invasin se llam OperacinPluto. Fue creado por la CIA, aprobadopor el presidente Eisenhower en 1960y ejecutado por su sucesor Kennedy en1961.

    De la mano de la CIA tambin se creen Cuba el Frente Revolucionario Demo-crtico (FRD), para dar un marco polti-co-legal a la contrarrevolucin y as tratarde ocultar el protagonismo de EEUU.

    La contrarrevolucin tena inltradosactuando en las principales ciudades de

    Cuba. Realizaban todo tipo de propa-ganda y acciones para desestabilizar algobierno. Ingresaban armas, explosivosy medios de comunicacin. Tambinhacan uso de las radios, los diarios y latelevisin que todava no haban sido in-tervenidos. La orden que tenan era la deir creando las condiciones para que una

    vez que se iniciara la invasin la sociedadque supuestamente estaba cada vez masdescontenta se plegara a sus las.

    La invasin da a da

    15 de abril. Ocho bombarderos nor-teamericanos que hacan base en Nicara-gua atacaron por sorpresa los aerdromosde Ciudad Libertad, San Antonio de losBaos y Santiago de Cuba. De esta formaiban a tratar de diezmar a la fuerza areacubana para que no entrara en combatelos das posteriores. Los bombardeos nolograron su objetivo principal porque losaviones ms potentes estaban resguarda-dos en otros lugares y porque el ataquetuvo respuesta.

    16 de abril. Este da, aunque no tuvo

    combates pas a la historia por el discur-so que dio Fidel Castro ante su puebloque ya estaba levantado en armas para de-fender a su patria. Ese da el Comandantedespidi a los siete cubanos muertos enel bombardeo del da anterior, declar elestado de alerta permanente ante la inmi-nente invasin, y lo ms importante fueque proclam pblicamente y por prime-ra vez el carcter socialista de la revolu-cin. El pueblo ovacion a Fidel y quedpreparado para empezar a defender a supatria y desde ese entonces para combatirtambin por el socialismo.

    17 de abril. 1.500 mercenarios llegaron

    en cinco buques de guerra y desembar-caron en dos puntos de Baha de los Co-chinos: Playa Girn y Playa Larga. En losbarcos traan adems de fusiles, tanquesde guerra, morteros, caones, lanchas,jeeps y camiones. A la espera del desem-barco estaban las Milicias Nacionales Re-

    volucionarias que intentaban rechazar o almenos demorar el ataque. A estos se fue-ron sumando las tropas regulares cuba-nas. Los invasores penetraron hasta diezkilmetros en suelo cubano, tomando laslocalidades de San Blas y El Rincn. A pe-sar de esto, hubo barcos que no pudieronanclar y as se evit la descarga de armasy municiones.

    Las fuerzas revolucionarias combatanheroicamente con armas que en su ma-yora haban llegado de la Unin Soviticapoco tiempo atrs. Esas ametralladorasy tanques soviticos sirvieron para queeste mismo da el enemigo comenzaraa retroceder. Tambin haba entrado endecisivos combates la Fuerza Area Cu-bana, destruyendo buques y aviones delenemigo

    18 de abril. Se inicia la contraofensivacubana que obliga a retroceder al grupoenemigo mas avanzado, que abandona su-cesivamente las posiciones que haba ocu-pado y se refugia en su totalidad en PlayaGirn. Desde ese lugar, con sus fuerzasya diezmadas y desmoralizadas van a li-brar la ltima parte de la batalla.

    19 de abril. Los invasores tenan el ob-jetivo de mantener la ocupacin de posi-ciones en territorio cubano como mnimo

    durante 72 horas para que el gobierno deEstados Un