Autorreflexion de La Teoria Critica

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61 Volumen 68 Número 732 eca Estudios Centroamericanos Ignacio Ellacuría y la necesidad de autorreflexión de la teoría crítica José Manuel Romero Cuevas* Resumen El presente artículo pretende explicitar el papel central que, en la producción teórica de Ignacio Ellacuría, juega la tesis de que el teórico debe optar por el lugar-que-da-verdad. Se va a analizar el significado teórico, moral y político de esta tesis y sus implicaciones para el estatuto de la obra de Ellacuría. Además se va a poner en diálogo este planteamiento con las reflexiones de la hermenéutica y de la teoría crítica acerca de la necesidad para la labor teórico-filosófica de efectuar una auto- rreflexión sobre su situación de partida. El diálogo con estas tradiciones contemporáneas de pensamiento nos va a permitir ubicar el trabajo intelectual de Ellacuría en los debates teóricos del siglo XX. Palabras clave: ÀORVRItD SROtWLFD KHUPHQpXWLFD WHRUtD FUtWLFD ÀORVRItD PRUDO * Universidad de Alcalá, Madrid.

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la teroia critica expuesta

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61 Ignacio Ellacura y la necesidad de autorreflexin de la teora crticaVolumen68Nmero 732 ecaEstudios CentroamericanosIgnacio Ellacura y la necesidad de autorreflexin de la teora crticaJos Manuel Romero Cuevas*ResumenElpresenteartculopretendeexplicitarel papelcentralque,enlaproduccinterica deIgnacioEllacura,juegalatesisdequeel terico debe optar por el lugar-que-da-verdad. Se va a analizar el significado terico, moral y polticodeestatesisysusimplicacionespara elestatutodelaobradeEllacura.Adems sevaaponerendilogoesteplanteamiento conlasreflexionesdelahermenuticayde la teora crtica acerca de la necesidad para la laborterico-filosficadeefectuarunaauto-rreflexinsobresusituacindepartida.El dilogo con estas tradiciones contemporneas depensamientonosvaapermitirubicarel trabajo intelectual de Ellacura en los debates tericos del siglo XX.Palabras clave:flosofa poltica, hermenutica, teora crtica, flosofa moral*Universidad de Alcal, Madrid.Volumen68Nmero 732ecaEstudios Centroamericanos62 Ignacio Ellacura y la necesidad de autorreflexin de la teora crtica1.Una metafsica de la realidad histricaPuedeparecerllamativoque,enelttulo delpresenteartculo,sevinculeaIgnacio Ellacuraconlateoracrtica,conceptocon elquecomnmenteserefiereelposiciona-mientotericodeladenominadaEscuelade Frankfurt1, pues para ello no basta con que en suproduccinfilosfica,enlaquefuedisc-pulo de Xavier Zubiri, fuera influido por Hegel, ledo en clave materialista, y por Marx, afron-tado no solo en cuanto filsofo, sino en cuanto tericodelasociedadcapitalista,yhaya convergido en algunos de sus planteamientos conunautorcomoE.Bloch2.Dehecho,su obrainacabadaFilosofadelarealidadhist-rica,redactadaamitaddelosaossetentay publicada despus de su muerte3, se presenta expresamentecomounaformademetafsica intramundana(siguiendoenelloelproyecto filosfico de su maestro Zubiri), que en su caso adopta como objeto lo que Ellacura denomina realidadhistrica.Sepuedesostenerquelo quepretendiEllacuraensuFilosofadela realidadhistricafueunestudiodeloque debeserlarealidad,siesquelahistoricidad hadeentrarconplenoderechoenelcampo de la metafsica4. Ellacura realiza una defini-cin de la realidad histrica de amplio alcance metafsico:comolarealidadradical()en la cual radican todas las dems realidades5.Ya Ortega y Gasset, en uno de sus ensayos filosficosmsimportantes,Historiacomo sistema,habaintroducidolatesisde quelavidahumana()eslarealidad radical,porquetenemosquereferira estarealidadparticulartodaslasdems realidades,entantoqueestastienendeun modo u otro que aparecer en ella6. En otras palabras,paraOrtega,lavidadelhombre eslarealidadradicalporqueincluyey preformatodaslasdems7.SegnOrtega, larealidadespecficamentehumanala vidadelhombretieneunaconsistencia histrica8,conlocuallarealidadradical debe ser considerada en consecuencia como poseyendo tal carcter. Sin embargo, cuando Ortegaempleaelconceptoderealidad histrica,comoocurreenLarebelindelas masas, lo hace ms bien en continuidad con lasignificacinqueasumeenDilthey(como realidadhistrico-social,queenelpensador alemnencarnaelmbitoobjetualdelas ciencias del espritu)9 sin otorgarle el carcter filosficofundamentalquevamosaencon-trarenEllacura10.Porotrolado,desdela perspectiva de Ellacura, la identificacin que realizaOrtegaentrevidahumanayrealidad radicaldeberaserreformulada,puesaqu elconceptodevidahumananoserasino latraduccinentrminosdelafilosofade lavidadeDiltheydeloquelatradicin fil osficamodernahabaconceptuado comosujetoosubjetividad.ParaEllacura larealidadradicalnoeslasubjetividadni sutraduccinentrminosdefilosofadela vida,sinolapropiarealidadhistrica,que debe ser entendida, como vamos a ver, como 1.Sobreestacorrientedepensamiento,verR.Wiggershaus,LaEscueladeFrankfurt,BuenosAires, FCE, 2010.2.VerlasreferenciasaBlochenI.Ellacura,Elsujetodelahistoria,Cursosuniversitarios,SanSalvador, UCA Editores, 2009, pp. 283, 309, 311 y 313.3.I. Ellacura, Filosofa de la realidad histrica, San Salvador, UCA Editores, 1990.4.I.Ellacura,LahistoricidaddelhombreenXavierZubiri,Escritosflosfcos,SanSalvador,UCAEditores, 1999, vol. II, p. 199.5.I. Ellacura, "Funcin liberadora de la flosofa", Veinte aos de historia en El Salvador (1969-1989). Escritos polticos, San Salvador, UCA Editores, 1993, vol. I, p. 119.6.J. Ortega y Gasset, Historia como sistema y otros ensayos de flosofa, Madrid, Alianza Editorial, 1981, p. 13.7.Ibid., p. 36.8.Ibid., p. 91. Ortega est convencido de la radical historicidad de todo lo humano.9.VerW.Dilthey,Introduccinalascienciasdelespritu,Mxico,FondodeCulturaEconmica,1944y,del mismo autor, La construccin del mundo histrico, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1944.10. Ver J. Ortega y Gasset, La rebelin de las masas, Madrid, Alianza Editorial, 1983, pp. 56, 188-9, 194 y 206.63 Ignacio Ellacura y la necesidad de autorreflexin de la teora crticaVolumen68Nmero 732 ecaEstudios Centroamericanoslarealidadmediadaporlapraxishistrica11. Esta referencia a la praxis distancia a Ellacura de la ubicacin de la subjetividad o de la vida como constituyentes de lo real, pero al mismo tiempootorgaalserhumanounaposicin metafsicamenterelevante,encuantoquese consideraqueeslapraxishistrico-sociallo quealumbraenlarealidadnuevasposibili-dadesdeser(cuyarealizacinconfiereala realidadunafiguracualitativamentemsrica y desarrollada), evitando as caer en un posi-cionamiento filosfico acrticamente realista.De manera que, para Ellacura, la realidad histricaeslamanifestacinsupremade larealidad12,entantoqueeslarealidad mostrandosusmsricasvirtualidadesy posibilidades13.Endefinitiva:porrealidad histrica se entiende la totalidad de la realidad, talcomosedaunitariamenteensuforma cualitativa ms alta, y esa forma especfica de realidad,queeslahistoria,dondesenosda no solo la forma ms alta de realidad, sino el campoabiertodelasmximasposibilidades deloreal14.Eslapraxishistricaloque alumbra en la realidad nuevas posibilidades de ser y lleva a cabo su realizacin y confiere a la realidadhistricaasconfiguradaunestatuto metafsico superior a las formas de realidad no mediadas por la praxis. Ellacura avanza hacia consideracionesciertamenteespeculativas sobrelanaturalezadeloreal,alcaracterizar lamovilidadpropiadelarealidadhistrica como praxis:Eldinamismoenterodelarealidadhistricaeslo que ha de entenderse como praxis. Esta praxis esunatotalidadactivainmanente,porquesu hacer y su resultado quedan dentro de la misma totalidad una en proceso, a la cual va configu-rando y dirigiendo en su proceso. La praxis, as entendida,tienemltiplesformas,tantoporla partedeltodo,queencadacasoessusujeto mspropio,comoporelmododeaccinyel resultadoquepropicia.Pero,endefinitiva,la actividaddelarealidadhistricaeslapraxis, entendida como totalidad dinmica.15Lapraxishistrica,realizadaporelser humanoespartedelarealidadhistrica,es inmanente a la totalidad de lo real y constituye sudinamismopropio,esdecir,eldinamismo dealumbramientoyrealizacindesusms elevadas posibilidades de ser. El ser humano, parte integrante de la realidad histrica, media con su praxis entre el ser dado de esta realidad ysusposibilidadesmspropiasquesoloson alumbradas por esa praxis. La praxis histrica seconvierteconelloenprincipiometafsico quecatalizalarealizacindelasgenuinas posibilidadesdeserdelarealidad,deviene elprincipioactivoquedinamizalatotalidad. LareferenciadeEllacuraaltodocomoel sujetomspropiodelapraxissubrayael significadometafsicodelapraxisyubicaal serhumanocomointegradoeneltododela realidad (como no contrapuesto a la realidad, sino como siendo l mismo realidad entre las demsrealidades)ycomoloqueposibilita que la realidad se medie consigo misma en un proceso dinmico de alumbramiento y realiza-cindeposibilidades16.Secompruebacmo estametafsicadelarealidadhistrica,con todasuambicinespeculativa,convergecon las consideraciones sobre el significado metaf-sico de la praxis realizadas por Bloch en obras 11.I. Ellacura, enFilosofa de la Realidad Histrica, op. cit., pp. 591-596.12. I. Ellacura, "El objeto de la flosofa", en Escritos polticos, vol. I, op. cit., p. 85.13. Ibid., p. 86.14. Ibid., p. 87.15. I. Ellacura, "Funcin liberadora de la flosofa", en Escritos polticos, vol. I, op. cit., p. 119.16. SobreelsignifcadometafsicodelapraxisenEllacura,ver A.Gonzlez,Aproximacinalaobraflos-fcadeIgnacioEllacura,enECA.EstudiosCentroamericanos,n.505-506,SanSalvador,Universidad Centroamericana Jos Simen Caas (UCA), 1990, pp. 979-989; y H. Samour, Voluntad de liberacin. La flosofa de Ignacio Ellacura, Granada, Comares, 2003.Volumen68Nmero 732ecaEstudios Centroamericanos64 Ignacio Ellacura y la necesidad de autorreflexin de la teora crticasuyas como Sujeto-Objeto o El principio espe-ranza17, que Ellacura conoca. Tambin resulta patentequetalesespeculacionescarecende vnculosperceptiblesconlatradicindela teora crtica de Horkheimer a Habermas.2.La necesidad de autorreflexin de la filosofaPero a la luz de sus artculos filosficosde los aos 70 y 80 puede explicitarse un proceso de autoclarificacintericaporpartedeEllacura que,desdemipuntodevista,convergeen puntosimportantesconlasreflexionesde Horkheimerenlosaos30sobreelestatuto delateoracrticaypermitereconsiderarel significado de la propuesta de Ellacura de una metafsica de la realidad histrica.Esteprocesodeautoclarificacinalcanza unmomentoculminanteensuartculoLa funcinliberadoradelafilosofa,de1985, conelqueEllacurapretendarealizaruna contribucinalafundamentacindela filosofalatinoamericanadelaliberacin. Ellacura se confronta aqu con la cuestin de lascondicionesquedebecumplirlafilosofa queasume,comohorizontefundamental desuquehacerfilosfico,laliberacinde las mayoras populares que viven en secular estado de opresin-represin18. La condicin fundamental de esa filosofa impulsada por un inters en la liberacin va a ser que tal filosofa asuma, consciente y reflexivamente, su papel comoelmomentotericoadecuadodela praxishistricaadecuada19,esdecir,tiene quepreguntarseporloquerepresentacomo parte del conjunto de la praxis social20.Estonosuponealgoascomoviolentar elestatutotericodelafilosofa,puestoque Ellacurareconocelarelativaautonoma delpensarfilosfico21,locualimpidequela filosofasedejeconducirsinmediacinpor lapraxispolticarealmenteexistente.Pero,a pesardeestaautonoma,Ellacurasubraya quelafilosofaesunaactividadsituada:El filsofo () filosofa desde su situacin, y esta situacin es hoy ms que nunca una situacin pblicaypoltica22.Esestecarctersituado loquedefineelintrnsecocarcterpoltico quecorrespondeatodointentofilosfico23. Esdecir,lafilosofaporestarsituadahist-ricamenteest,quiraseono,politizada24. Lafilosofadebetomarconcienciadeesta politizacininevitablederivadadesunece-saria ubicacin en una situacin histrica y ser consecuente con ello: La debida politizacin de la filosofa consistira radicalmente en hacer delfilosofarunpensarefectivodesdelams concretasituacinrealsobrelarealidadms totalyconcreta25.Lafilosofadebepartir, pues, de la ms concreta situacin real; ahora bien, cul es esa situacin?AquintroduceEllacuralatesisdequela situacin o el lugar desde el que parte el filo-sofares,encadacaso,objetodeunactode eleccin reflexiva por parte de cada pensador: esteseveabocadoaoptarporaquellugar que muestra ser el adecuado punto de partida para la labor filosfica. Tambin la actividad 17. Ver las obras de E. Bloch, Sujeto-Objeto, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1982, pp. 390-408 y El prin-cipio esperanza, Madrid, Trotta, 2004, vol. I, pp. 242 y ss. y 307 y ss.18. I. Ellacura, "Funcin liberadora de la flosofa", en Escritos polticos, vol. I, op. cit., p. 94.19. Ibid., p. 112.20. Ibid., p. 113.21. Ibid., p. 110.22. I. Ellacura, Filosofa y poltica, en Escritos polticos, vol. I, op. cit., p. 49.23. Ibid., p. 52.24. Ibid., p. 60.25. Ibid., p. 53.65 Ignacio Ellacura y la necesidad de autorreflexin de la teora crticaVolumen68Nmero 732 ecaEstudios Centroamericanosteolgica,comoveremosluego,seracarac-terizable por su carcter opcional, que no es frutotansolodeunasopcionesindividuales, sinotambindealgoformalmentesocial26. Estaopcinporellugardesdeelqueseha de filosofar va a ser decisiva, segn Ellacura, paraeltipodefilosofaquesevaarealizar: Este situarse en un lugar o en otro a la hora defilosofaresunodeloshechosquems contribuye a la diferenciacin de las filosofas, nosolodesdeunpuntodevistatico,sino tambin desde un punto de vista terico27.Enrelacinaunafilosofaimpulsadapor elintersenlaliberacin,sostieneEllacura quelorazonableessituarseenelterrenode lacontradiccinprincipalrespectoalorden dedominacinyopresinexistente28.Este situarseenellugarqueconstituyelacontra-diccincentralrespectoalordenvigenteno tienesoloimplicacionestico-polticas,sino tambin tericas y epistemolgicas fundamen-tales:Nosoloparaserefectivosenlatarea liberadora, sino para ser verdaderos en ella, y aun en el propio filosofar, es menester situarse en el lugar de la verdad histrica y en el lugar delaverdaderaliberacin29.Porello,enla determinacindellugardelpropiofilosofar intervienen consideraciones ticas y tericas:Ladeterminacindeesel ugar-que-da-verdadtiene,encadacaso,unmomentode discernimientoterico,aunquetienetambin unmomentodeopciniluminada.()El momentoopcional,quebuscaeselugar-que-da-verdad y que hace verdad, () debe ser () iluminado () en un primer paso, por una valo-racin tica que hace () de la no-justicia y de lano-libertadquesedanennuestrasituacin [latinoamericana, JMR] como hechos primarios, un punto de referencia esencial, e iluminado, en un segundo paso, por la valoracin terica que ve en la injusticia y en la no-libertad una de las represiones fundamentales de la verdad30.Elfilsofodebeelegircomolugardesde elcualfilosofarloqueEllacurademanera significativa denomina el lugar-que-da-verdad. Entaleleccin,elmovimientotericotiene quevolversealahistoriapresentedeun modocrticoparadeterminarahsulugar (ibid.). En este sentido, la historia aparece aqu comomaestradelaverdad31.Lahistoria esmaestradelaverdaddedosmodos:en primerlugar,enconcordanciaconlameta-fsicadelarealidadhistricadeEllacura, porque en la historia se manifiesta la realidad ensuformamsplena,mselevaday,en estesentido,msverdadera.Lahistoriasera elgrancriteriodeverdad,derevelacinde loqueesrealidad,puestoqueeldiscurrir histrico va desvelando y revelando la verdad delarealidad32.DeahderivaEllacuraun imperativo:Hayquehacerlaverdad,lo cualimplicahaceraquellarealidadqueen eljuegodepraxisyteorasemuestracomo verdadera33. En segundo lugar, porque es en referencia a la historia real, es decir, tal como veremosluego,mediantesuhistorizacin (mediantesuremisinaloquerealmente ocurre), que las formulaciones tericas mues-tran su grado de verdad y de realidad34.26. I.Ellacura,Haciaunafundamentacindelmtodoteolgicolatinoamericano,Escritosteolgicos,San Salvador, UCA Editores, 2000, vol. I, p. 214. Ms adelante expondr por qu esta caracterizacin de la auto-rrefexin de la teora en trminos de opcin por el lugar desde el que realizar la labor terica me parece, en principio, problemtica y propondr una formulacin alternativa a la misma.27. I. Ellacura, "Funcin liberadora de la flosofa", Escritos polticos, vol. I, op. cit., p. 115.28. Ibid.29. Ibid.30. Ibid.31. Ibid.32. I. Ellacura, A modo de conclusin, en Filosofa de la realidad histrica, op. cit., pp. 599-600.33. Ibid.34. I.Ellacura,"Universidadypoltica","Funcinliberadoradelaflosofa",enEscritospolticos,vol.I,op.cit., pp. 18 y 22.