Cuando me puse a trascribir este captulo para la revista an no tena el libro de Joan Garriga entre mis manos. Las cuatro hojas se sucedan, una tras otra. Una y otra vez. Siguiendo el hilo de un texto que me muestra continuamente quin soy y quin pretendo ser. Y creo que a muchos de los que lo lean les suceder lo mismo. Hay una corriente social que puja por alejarnos de quienes realmente somos, con sus propuestas de "estado del bienestar", donde est bien aqul que posee los estndares idealizados. Y es fcil reconocerse en ella. Lo difcil es afrontar lo errneo del camino, tomar aire, dar la vuelta y retomar la esencia.

Deseo que os guste. Por eso lo comparto.Hernn.

Captulo del libro "Vivir en el Alma" de Joan Garriga.AUTOESTIMADichosos los que se encuentran en paz consigo mismos. Felices los que han dejado de pelear contra s mismos, contra algunas partes internas o algunos yoes inoportunos, que se les presentaban en ocasiones como huspedes molestos, de improvisto y sin invitacin, irrumpiendo sin contemplaciones en sus escenarios de vida, en forma de celos, envidias, rencores, quejas, gritos, violencias, etc. Bienaventurados, pues, los que ya no necesitan rechazar a ninguno de sus aspectos internos, nada de lo que les constituye, ni siquiera lo que sienten como molesto, inadecuado, desagradable, o lo que resulta difcil de soportar en algn momento. Han trabajado en ellos mismos. Se han afanado en comprender y han integrado lo aparentemente rechazable. Lo que pareca oscuro y plomizo lo hicierno refulgir como aprovechable y dorado. Se sometieron al reto de la alquimia interior y fueron transformados: lo aparentemente negativo se convirti en recursos para la gracia de su aceptacin, la gran llave maestra.Han logrado algo importante y adems muy popular: la tan apreciada autoestima.

Autoestima significa amar lo que somos tal como somos a cada momento, con lo que emerge en nuestro cuerpo, en nuestros sentimientos, pensamientos, sueos, conductas, anhelos y recuerdos. Autoestima es amar y abrazar lo que cada momento trae y regala a nuestra experiencia. Es amarnos dndole un buen lugar en el corazn a todo lo que nos conforma. Consiste en incorporar esta actitud a cada instante de nuestra experiencia como un cdigo de respeto a uno mismo.

Para ello, debemos comenzar por despedirnos del ser ideal que nos gustara encarnar. Cuntos piensan todava que autoestima es amar el personaje perfecto que imaginan que deberan de ser en lugar de lo que son? Pues no, as no va. Algunos piensan: "Me querr cuando no sienta ms vergenza, o inseguridad, o culpa, o impulsos agresivos, o haya logrado el xito en...". Y mil condiciones. Algunos quieren al que imaginan que pueden llegar a ser. De este modo, se olvidan de quererse tal como son ahora mismo: el nico momento en que realmente pueden hacerlo. Y sufren: gran parte del dolor del mundo consiste en pretender ser o tener algo distinto de lo que somos o tenemos.

Es cierto que todos necesitamos tener visiones de nuestro futuro, elaborarlo, soarlo. Sin duda, facilita nuestro andar saber hacia dnde nos dirigimos. El cerebro necesita pensar el maana y tener claridad sobre la persona en que deseamos convertirnos y lo que deseamos vivir, para atraerlo, para avistar las seales en el camino que nos indican que estamos cerca o lejos de ello, para que se pueda cumplir. Esto se llama construir futuro, ensearle el lugar hacia el que queremos ir. Consiste en formular objetivos, en lanzarle a la vida nuestros anhelos ms queridos. Es correcto y es necesario. Pero una cosa es crear futuro con nuestros pensamientos y otra huir de un presente insoportable que no logramos apreciar. Amarse a uno mismo significa apreciar cada instante con lo que contiene, sea lo que sea, incluyendo por supuesto los recuerdos y tambin las imgenes y fantasas del futuro. Podemos querernos nicamente en cada momento por una simple razn: slo existe cada momento. El ahora.

Algunas personas se complacen ocultamente en ser nufragos de sus remordimientos, resistindose a apreciar lo que en el pasado hicieron, pensaron, dijeron, etc. Se niegan a tomar y poseer su historia. Quieren al que debera de haber sido, no al que fue. Quisieran un pasado sin mculas ni errores, a la medida de la imagen idealizada que se cultivan para ellos mismos. As pierden la oportunidad de asumirse con todo lo que fue y sentir su dignidad, incluso en la culpa por lo que hicieron mal, por sus errores, o por el dao que hicieron. Pierden la oportunidad de aprender. No incorporan en s mismos lo difcil. Lo niegan como los nios que dicen "yo no fui" y pretenden inocencia. Se desconectan de su fuerza y de su centro. Y as, repito, no va.

Todo es ahora. Incluso el pasado y el futuro no existen ms que como creaciones de nuestro pensamiento actual. La mente crea la idea del tiempo. De esta manera es ms fcil gestionar con xito la realidad prctica, los requerimientos profesionales, relacionales, cotidianos. Pero quiz no sea el mejor camino para gestionar la felicidad, que slo es amor natural al presente. El presente tiene la cualidad de ser, en l lo que es, es, y el amor no tiene otra funcin que la de reconocer lo que es. Amor es reconocimiento de la realidad.

Lo que s funciona es responsabilizarse de lo que uno vive y experimenta a cada momento, y aprender a hacerle espacio, a observarlo y vivirlo con benevolencia, por difcil que sea, a sacarle partido. Lo que funciona es asumirse, y asumirse significa aceptarse y quererse.

La autoestima no mira al personaje ideal que fantaseamos, mira al ser real que somos.

Alguien dijo "no soy perfecto, pero soy real". Lo nico que podemos amar es el ser real que somos. Lo otro son fantasas que perpetan la guerra interior contra los aspectos que no nos gustan de nosotros mismos y que tratamos de destruir (casi siempre infructuosamente) y sustituir por los que s nos gustan.

Hellinger tiene una bonita frase al respecto: "Slo podemos amar lo imperfecto". Yo interpreto esta frase como un canto a la realidad de lo humano. La cualidad esencial de lo humano es su propia imperfeccin. La esencia de lo humano la encontramos, por supuesto, en lo sublime, pero tambin en lo aparentemente burdo o negativo. Quin sabe si la autntica perfeccin es exactamente lo imperfecto que todos somos? As quiz somos perfectos en nuestros defectos, en nuestras maneras torpes, en nuestro subterrneo freudiano (donde rugen los ms temibles -en apariencia- rostros del instinto y el desenfreno). La clave es mirarlos de frente, tomar conciencia y darles lugar; a continuacin aprovecharlos al servicio de la vida, ya que, de hecho, pertenecen a la vida. "Para volverte sabio debes aprender a escuchar a los perros salvajes que ladran en tu stano", escribi Nietzsche.

Todo lo humano nos pertenece en alguna medida, todo nos corresponde en la dosis justa. Nada nos es ajeno. En consecuencia, lo que rechazamos en nosotros, lo convertimos en ajeno. Tcnicamente se llama proyeccin. Se lo asignamos a los dems, se lo adjudicamos a nuestra pareja, amigos, socios, etc. en un inmenso teatro interpersonal repleto de equvocas pasiones humanas. Cuando enajenamos lo que nos pertenece nos alejamos de nosotros mismos. Cuando desviamos lo propio hacia los dems nos empobrecemos (adems de sufrir embrollos en nuestras relaciones).

Muchas tcnicas y formas de ayuda, en especial la terapia Gestalt, proponen reposeer aquellos aspectos que habamos desplazado hacia los dems. Al hacerlo se produce el crecimiento. Al retomarlos como propios y aprender a amarlos nos hacemos ms reales. Ganamos grandeza, amplitud, solidez, espacio interior. Empieza a soplar la libertad de ser lo que somos y sentimos, la felicidad de estar cmodos en nuestra piel.