AUGE Y CRISIS DE UNA CIUDAD COLONIAL, LA NUEVA POBLACION DE BELLAVISTA

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ISAACS SAENZ MORI

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AUGE Y CRISIS DE UNA CIUDAD COLONIAL LA NUEVA POBLACIÓN DE BELLAVISTA. 1746-1826. Isaac Sáenz Mori Arquitecto. Universidad Ricardo Palma, Lima. Maestría en Historia. Universidad Mayor de San Marcos, Lima. Doctorando en Arquitectura. Universidad de Sevilla, España.

1.- El puerto del Callao y el pueblo de Bellavista.-

A mediados del siglo XVIII un devastador sismo asoló la ciudad de Los Reyes y otro maremoto inundó

el Callao, el puerto más importante del Pacifico Sur. Como resultado la ciudad del Callao perdió virtualmente la

totalidad de su población y sólo quedaron en pie algunos fragmentos de sus murallas y parte de las torres de

las Iglesias. No hizo falta la tan temida incursión de piratas y corsarios para que colapse el puerto. Muy pronto

este panorama desolador fue evolucionando con la voluntad virreinal de construir una nueva ciudad. Esta vez

ya no en las cercanías del mar sino a un tercio de legua del antiguo puerto. El Virrey Conde de Superunda

dispone la fundación de un pueblo alternativo al vecino puerto del Callao, siendo Luis Godín, matemático

francés de la Academia de Ciencias de Paris, quien elabora el proyecto con el nombre de Plan del Pueblo y

Bodegas de Bellavista y quien se encargó asimismo de las obras de reconstrucción de Lima y del diseño de la

ciudadela del Real Felipe y demás baluartes del Callao. El gobierno virreinal estaba interesado asimismo en

reorganizar este espacio estratégico del territorio colonial y sus actividades tras los desastres acaecidos. El

Virrey se encargó de organizar la nueva ciudad para la población civil, mientras que diseñaba una ciudadela

militar en el vecino puerto del Callao.

La Nueva Población toma el nombre de San Fernando de Bellavista, bajo la advocación de San Simón

y San Judas. El nombre de la ciudad aludía a las virtudes del clima y a su favorable localización, a mayor

altitud que el puerto y con un dominio visual sobre los extensos prados que lo rodeaban, emplazándose en las

tierras altas de la hacienda de Aguilar. El emplazamiento guardaba relación con los objetivos planteados y,

entre ellos, con la función residencial.

Se prohibió expresamente el poblamiento del puerto, que quedaría fortificado y las actividades

comerciales y defensivas definirían sus funciones esenciales. Por su parte, la nueva fundación de Bellavista

cumpliría las siguientes funciones: 1) Constituir un centro de almacenaje, para los comerciantes limeños, libre

de eventuales desastres naturales, como parte de las actividades mercantiles de escala intracolonial y

transoceánica; 2) Constituir un núcleo residencial dirigido a la gente de marina, que antes ocupaban el Callao1 y

3) por ultimo, constituir un centro poblado de apoyo al puerto del Callao en sus funciones comerciales y

militares.

El núcleo del Curato del Callao pasó a Bellavista, donde se edificó una parroquia. A partir de entonces,

el Presidio del Callao, donde se estableció una capilla, constituyó una viceparroquia dependiente del Cura de

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Bellavista2. Así pues, el surgimiento y desarrollo de Bellavista esta estrechamente relacionada con la

redefinición funcional del vecino puerto del Callao. Mientras al Puerto le correspondían funciones comerciales y

militares a Bellavista se le asignaba una función residencial y de apoyo al comercio.

Por otro lado, el emplazamiento de una plaza retirada de la playa era una necesidad que venia de

mucho tiempo atrás. Ya Jorge Juan y Antonio de Ulloa habían explicado el problema de la plaza del Callao que

por su ubicación requería constantes trabajos de rehabilitación a causa del embate de las aguas del mar

durante el invierno y que generaban gastos continuos en la real hacienda3. El emplazamiento del nuevo pueblo

de Bellavista venía a solucionar este problema, aunque las protestas iniciales por los comerciantes no se

hicieron esperar, pues implicaba molestas en el desarrollo de sus actividades.

2.- El Consulado de Lima y la gestión de la ciudad.-

La fundación de Bellavista se inscribe en una etapa de importantes cambios en la construcción de la

ciudad colonial. Entre ellos la aparición de nuevos actores y gestores en la manufactura urbana. Uno de ellos

fue decididamente el Tribunal del Consulado. Su influencia tuvo importante relación con la evolución urbana de

la ciudad. La institución sostuvo económicamente un conjunto de proyectos tanto en la ciudad como en el

puerto. En Lima se edificaron un conjunto de obras relacionadas directamente con el desarrollo de la actividad

mercantil que efectuaban sus miembros. El acondicionamiento de las vías de transporte y las puertas de la

ciudad eran obras que redundarían en el óptimo funcionamiento del comercio. En este contexto se ejecutan

algunas de las obras más importantes efectuadas durante el periodo borbónico en el virreinato peruano: la

Nueva Población de Bellavista y la Alameda y Puerta del Callao.

Bellavista se emplazaba en el eje Lima-Puerto del Callao, un eje de gran dinamismo, que se iniciaba en

la portada del Callao, tras una legua de recorrido y exactamente a la mitad del eje se llegaba al Pueblo de La

Legua, un asiento que servia de descanso a los viajeros habituales y donde había mesón y una capilla,

consignada a Nuestra Señora de Monte Carmelo, protectora de los marinos4. A dos tercios del puerto se

emplazaba la Nueva Población de Bellavista, en un entorno rodeado de campos, chacras y haciendas, en lo

que constituía el valle de La Legua. En el extremo final de esta ruta se encontraba el Puerto, Plaza Militar y

Apostadero del Callao. (Ver Mapa No 1). El Virrey Ambrosio O´Higgins quiso destacar la magnificencia de este

eje, que constituía el ingreso a la Capital del Virreinato, construyendo un gran paseo o alameda. La obra se

iniciaba con la una portada monumental de tres puertas, que correspondían a las tres secciones en que se

dividía el Paseo5. En sus más de 13000 varas de longitud se diseñaron 5 óvalos, uno de los cuales se

localizaba en las inmediaciones del pueblo, denominándose entonces Bellavista y que articulaba la Nueva

Población con el magno escenario urbano borbónico propuesto por el Virrey.

1 BNL, Manuscrito C312. Relación que suscribe el Conde de Superunda, Lima, 1761, f. 117 2 AAL, Curatos diversos, Legajo 36, Expediente 36.X, 1816, f. 14 r. 3 ULLOA, Jorge Juan y Antonio. Noticias Secretas de América, pp. 138-139 4 CDIP, Tomo XXVII, Volumen 2º, p. 105 5 CDIP, Tomo I, Volumen 8, pp. 425-431

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Mapa No 1.-

BELLAVISTA Y SU ENTORNO. Principios del siglo XIX.

Museo Naval de Madrid, Bandeja XXXVI, Carpeta A, No 2. Tomado de DE LA PUENTE CANDAMO, José. Historia Marítima del Perú, Tomo

V, Volumen 1. Lima: Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, 1975, p. 220

Pero la obra emblemática de la participación del Tribunal del Consulado en la construcción del

urbanismo del periodo borbónico tiene que ver con la fundación de Bellavista. Los terrenos del pueblo que,

sumaban una extensión de 7 fanegadas y un quinto y un costo de 3160 pesos, fueron adquiridos por la

institución, vendiéndose los solares a los comerciantes que establecieron sus bodegas y almacenes y cuyo

reparto estuvo a cargo del mismo Cónsul de la institución Pedro Gutiérrez Cosio. Los adjudicatarios debían

contribuir con la fábrica de la Casa Cural, la Iglesia, el Cabildo y la Plaza Mayor.6

El Tribunal del Consulado que financió tanto la ciudad de Bellavista como el Paseo del Callao, tuvo en

estos proyectos sus obras-símbolo. El gremio mercantil limeño expresaba a través de ellas su poder y jerarquía

económica y política en el sistema colonial peruano. Asimismo ambos proyectos significaron referentes

esenciales de uno de los momentos culminantes del desarrollo urbano colonial peruano.

6 VARGAS UGARTE, Rubén. Historia del Perú, Tomo IV, p. 266

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3.- Reformas, Nuevas Poblaciones y estructura urbana.-

Durante el siglo XVIII se fundaron un gran número de ciudades a lo largo del territorio colonial

denominadas Nuevas Poblaciones. Estas fundaciones se encontraban insertas en un conjunto de medidas que

buscaban consolidar y expandir la presencia del estado virreinal en el espacio colonial, así como generar el

crecimiento de las colonias a través del fomento del comercio, la industria y la agricultura. Otro grupo de

ciudades, bajo esta tipologia urbana, surgieron de un proceso de refundación tras sucumbir por diversos

desastres naturales, generando un replanteamiento del territorio con la reubicación de su emplazamiento

original, modalidad común en el desarrollo urbano colonial iberoamericano. La fundación de Bellavista,

responde a esta tipologia de Nuevas Poblaciones establecidas en el Perú colonial, bajo la modalidad de

poblaciones de nueva planta, vinculándose directamente a las políticas reformistas en términos de

regeneración del territorio.7 Su mismo emplazamiento, dinámico y privilegiado, en el eje Lima-Callao significaba

la posibilidad de desarrollar diversas actividades económicas. De hecho, Bellavista fue aprovechando

paulatinamente sus ventajas comparativas, de acuerdo a los ideas de sus impulsores y, que en general, se

pensaron para las Nuevas Poblaciones fundadas en las colonias hispanoamericanas.

Por otro lado, las reformas tardo coloniales también impactan en las ciudades en términos de gestión y

de administración, y con menos incidencia en la estructura urbana. En el caso de Bellavista el trazado urbano

adopta el formato regular cuadriculado de las primeras ciudades hispanas del siglo XVI., pero adaptándose a la

trama rural del entorno, conformado por diversos elementos como canales de regadío, caminos y el perímetro

de las propiedades colindantes, constituyéndose de esta manera manzanas irregulares en los contornos de la

población (Ver Plano No 1). La organización espacial repitió el modelo de la ciudad colonial bajo las normas

estipuladas en las Ordenanzas de Felipe II de 1573. Algunas características en común con este periodo

fundacional urbano tienen que ver con la adopción de una trama reticular; la organización espacial a partir de

una plaza regular y/o central (donde se emplazará la Iglesia Parroquial); las particularidades del sitio: clima

saludable, abundancia de agua y alimentos y situación favorable, pues se trataba de un paraje bien articulado

con el valle, el puerto y la ciudad de Lima.

7 SAENZ MORI, Isaac. “Territorio y urbanismo borbónicos. Las nuevas poblaciones durante el siglo XVIII en el Perú colonial” En: Revista Aquitextos No 16, URP. FAU, Lima, 2003, p. 44

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PLANO No 1 PLAN DEL PUEBLO Y BODEGAS DE SAN FERNANDO DE BELLAVISTA. 1746-1747

Por el contrario, algunas características que diferencian Bellavista de la ciudad colonial temprana y

que se vinculan directamente a las políticas reformistas, se relacionan con la ausencia de planificación del

suelo urbano para las órdenes religiosas, prohibiéndose expresamente la construcción de monasterios por

parte del clero regular. El paisaje urbano por consiguiente se encontraba dominado por la presencia de las

grandes bodegas del pueblo, antes que por las edificaciones de carácter religioso. Aun los permisos de

establecimiento, concedidos a las órdenes de San Juan y los Jesuitas, fueron para cumplir funciones esenciales

ligadas específicamente al crecimiento de la ciudad como la enseñaza y el servicio médico. Así pues, fue

predominante la propiedad laica del suelo y los predios urbanos, encontrándose en manos de los comerciantes

o eran de propiedad real. Aunque las órdenes establecidas muy pronto fueron cesadas, quedaba demostrado

que, a pesar de la política de la administración colonial por prescindir del clero regular, las órdenes

continuaban constituyendo entidades esenciales en la construcción de la ciudad.

4.- El desarrollo de la ciudad borbónica.-

Los años siguientes a la fundación de la ciudad significaron tiempos de crecimiento y de integración

tanto con el Puerto del Callao como con la capital, siendo sus funciones urbanas variadas: residenciales,

comerciales, recreativas y militares. Algunos de los viajeros ingleses que recorrieron el Perú y que pasaron por

la Capital y sus suburbios llamaban Buena Vista a este pueblo. A propósito de tal denominación, uno de ellos,

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Julian Mellet indicaba que este pueblo era de uno de los lugares tradicionales de esparcimiento y recreación

extraurbana de Lima, especialmente durante los meses de verano cuando se convertía en un lugar de baños.

Pero asimismo, se frecuentaban sus cafés, hoteles y juegos. El juego precisamente constituía una de sus

principales diversiones y donde el oro circulaba generosamente. Este dispendio de dinero generaba

importantes ganancias a los dueños de cafés y posadas donde se efectuaban estos juegos y hacía de

Bellavista un pueblo donde era notoria la abundancia. 8 Junto a Lurín, constituían los dos centros más

importantes de juego en los valles periféricos de Lima.

Los servicios esenciales como la curación y la enseñanza, como hemos visto estuvieron a cargo de

religiosos regulares. Hasta 1770 funcionaba el Colegio que la Compañía de Jesús había establecido durante los

primeros años del pueblo. Ese año, tras la expulsión de los Jesuitas, la Junta de Temporalidades ordenó el

cambio de uso del Colegio de Bellavista, construyéndose en su lugar un Hospital General destinado a servir a

la población del pueblo, así como a la guarnición del presidio del Callao y a la tripulación de las embarcaciones

de guerra del puerto. La administración del nuevo hospital se confió a la Religión de los Betlehemitas,

entregándoseles la Hacienda de Bocanegra para solventar sus gastos9. Hacia 1775 por Real Orden se les

separa de la administración por servicio negligente, según informe oficial, y el Hospital vuelve a control real,

bajo un Contralor y otros dependientes regulares.

Bellavista muy pronto se integró a la economía urbana de Lima y desarrolló un conjunto de actividades

y funciones urbanas. Diariamente partían diferentes acémilas conduciendo los efectos almacenados en sus

bodegas hacia la Plaza de la Capital. En el informe del Intendente Gabriel de Arias de 1777, se indica que hacia

1755 se consumía en el Pueblo de Bellavista, Playa y Presidio del Callao 8500 cargas de alfalfa por un valor

de 1000 pesos diariamente. Asimismo se vendía leña y caña quemada a 42 pulperías y bodegones en

Bellavista y Playa del Callao por un valor anual de 2184 pesos10. Así pues, las actividades se fueron

diversificando: el arrieraje y el aprovisionamiento de pastos para las acémilas que trasportaban bienes y

personas en la ruta de Lima-Puerto del Callao se fueron consolidando como las principales actividades de su

población y los alrededores durante el siglo XVIII.

A fines de siglo el pueblo contaba con una Iglesia Parroquial, un camposanto adyacente y el Hospital

Real con una escuela anexa gratuita y permanente. El Callao por su parte deviene ahora en un pueblo anexo

del Curato de Bellavista, cuya población en conjunto alcanzaba 1436 habitantes, según estadística parroquial,

y se encontraba constituida por una población heterogénea, donde españoles, indios y castas presentaban un

relativo equilibrio, presentando asimismo predominio del sexo masculino sobre el femenino y una población

relativamente joven. (Ver Cuadro No 1).

Cuadro No 1

8 MELLET, Julián. “Impresiones sobre el Perú en 1815”. En: CDIP, Tomo XXVII, Volumen I, pp.89-90 9 B.N.L., Manuscrito C3003, 1784 10 VEGAS de CACERES, Ileana. Economía rural y estructura social en las haciendas de Lima durante el

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Población de Bellavista y puerto del Callao según estados y clases. 179011

Clases

Estados

Españoles Mestizos Indios Pardos Negros Total

Casados 134 97 161 109 63 564

Solteros 82 57 50 52 62 303

Solteras 28 34 12 37 20 121

Viudos 5 7 9 4 -- 25

Viudas 11 24 14 26 9 84

Párvulos 69 77 79 91 13 329

Total 329 296 325 319 167 1436

El censo de 1790, levantado por orden del Virrey Gil de Taboada y Lemos (Ver cuadro No 2) presenta

diferencias notables con las estadísticas parroquiales. Mientras éstas consignan clases y estado, el primero se

concentra sólo en las clases. En términos numéricos la diferencia central estriba en que en el primer documento

virtualmente no se contabilizan españoles ni mestizos; mientras que indios y negros relativamente presentan

números similares. La población acantonada en los Castillos del Callao y en las precarias viviendas del puerto,

no obstante el mandato virreinal de no habitar las playas del Presidio, podrían completar las estadísticas

oficiales.

Cuadro No 2

Población de la Doctrina de Bellavista y pueblo anexo del Callao según Censo de 179012

Clases Población

Eclesiásticos 2

Españoles 4

Indios 328

Negros Libres 4

Esclavos 414

Total 752

Las funciones de apoyo al vecino puerto y las propias que se iban constituyendo se añade otra y que

fue central en la organización de las ciudades durante el periodo borbónico: la función militar. En Bellavista y

sus alrededores funcionarán la Real Fundería de Cañones de Bronce hacia 177813 y un almacén de pólvora,

uno de los dos más importantes de la Capital junto a La Menacho hacia 1790 durante el gobierno de Gil de

siglo XVIII, pp. 232-236 11 AAL, Estadística: Callao.“Padrón General del Pueblo de Bellavista Puerto del Callao con distinción de clases y estados. 1790”, Expediente XIV, Legajo 3, f. 12 r. 12 AGI, Estado, 75, N. 19/2/ f. 1r. y 2r. (fragmento 1) 13 CDIP, Tomo VII, Volumen I, Lima, 1971, p. 213

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Tabeada y Lemos14. Asimismo durante el gobierno de Amat se formó una Tropa de Caballería en el valle de

Bellavista, conformada por nueve compañías.15

5.- Guerras y decadencia urbana.-

Durante el conflicto bélico independentista que enfrentó realistas y patriotas, Bellavista funcionó como

una plaza militar. El ejército realista abandona Lima en 1821, tras el ingreso de San Martín a la Capital,

quedando en su poder la plaza del Callao. Hasta entonces el límite de la zona de control de los patriotas se

encontraba en el campo de Maranga y tanto el Real Felipe como Bellavista estaban ocupados por las fuerzas

españolas. El Coronel realista Manuel Quimper había sido destinado a Bellavista y tenia encomendada la

defensa de los dos castillos del Callao y la orden de acudir con 40 hombres de caballería a su mando en caso

de ataque a la plaza del Callao.16. Con la partida de las fuerzas realistas a la serranía peruana, Bellavista pasa

a control patriota y hasta enero de 1826 funcionó en el pueblo y su entorno el cuartel del ejército libertador,

bajo el nombre de Cuartel General de Bellavista17.

Con el desarrollo de estas campañas militares, el pueblo de Bellavista se consolida como centro

hospitalario, esta vez de carácter marcadamente militar. Aquí son destinados los enfermos y heridos del ejército

y la marina realistas, llegando de diversos puntos del territorio virreinal. Así, en 1818 ingresaban al hospital 146

enfermos del Batallón de Cantabria, conducidos al Callao por la Fragata Especulación. Dada la estrechez del

hospital para atender simultáneamente a todos los pacientes, el Hospital de Santa Ana colabora brindando las

camas faltantes18. Bellavista se convierte en punto de encuentro consecutivo de enfermos, heridos y fallecidos,

constituyendo una ciudad sanitaria-militar antes que una residencial (Ver Cuadro No 3). El Hospital de

Bellavista constituía entonces, junto al de Santa Ana, uno de los dos centros hospitalarios militares de la ciudad

de Lima y su entorno rural.19 En un principio estuvo bajo control de las fuerzas realistas y más tarde del ejército

libertador, aunque en esta fase final atendió tanto a la población civil de la Plaza del Callao como a las fuerzas

patriotas. Cuadro No 3

Registro del Real Hospital de Bellavista20 1802-1817

Año Número de Ingresos

Fallecidos

1802 798 12

1804 816 27

14 FUENTES, Manuel A., Memoria de Virreyes..., Tomo VI, p. 312 15 VARGAS UGARTE, Rubén. Op. Cit., Tomo IV, p. 289 16 CDIP, Tomo VI, Volumen 1, p. 317 17 CDIP, Tomo VI, Volumen 8, p. 305 18 CDIP, Tomo VI, Volumen 1, pp. 210-212 19 CDIP, Tomo VI, Volumen 5, Lima, 1971, p. 217 20 DE LA PUENTE CANDAMO, José. Historia Marítima del Perú, Tomo V, Volumen 1, pp. 211-212

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1805 792 17

1806 581 19

1807 802 8

1809 1129 23

1810 1486 35

1811 1096 33

1812 477 11

1813 552 6

1814 795 25

1815 975 39

1816 1815 22

1817 777 26

En esta última fase de la guerra el pueblo siguió prestando servicios médicos, consolidándose su

función hospitalaria. Más tarde se une a esta función, la de campo santo. Aunque Bellavista ya contaba con un

pequeño panteón, se construye un cementerio de mayor envergadura para los súbditos de Gran Bretaña, en

1838, conocido como el cementerio británico de Bellavista.

Los efectos de la guerra prologada sobre la ciudad fueron catastróficos. Charles Samuel Stewart,

viajero ingles, se refiere a Bellavista hacia 1829 como “los restos de una ciudad que en un tiempo fue un

lugar grande y esplendido, pero ahora solo un montón de ruinas por la mezcla desoladora de la guerra y los

terremotos”. Ciertamente el factor detonante de su decadencia tiene que ver con el primer factor antes que con

el segundo. Samuel Haigh asegura que Bellavista fue enteramente demolido por el fuego proveniente del

Callao. El efecto fue tal que después de estos ataques “no había casa habitable en todo el lugar, y las paredes

sin techo, agujereadas por las balas…”21

Bellavista fue pues, escenario de las últimas acciones bélicas de las guerras de independencia,

organizándose desde aquí, por parte de las fuerzas patriotas, el sitio terrestre de la Fortaleza del Real Felipe,

tras el desconocimiento de la Capitulación de Ayacucho de las fuerzas acantonadas en esta fortaleza. La

destrucción del pueblo se produce por el fuego de la artillería de las fuerzas del Brigadier José Ramón Rodil que

defendían la ciudadela del Callao.22 Pero no solamente el fuego de las baterías destruyeron al ciudad, sino

también las obras de defensa que emprendieron las fuerzas patriotas para fortificarse. Los diferentes viajeros

que visitaron Bellavista post guerra se refieren a la ciudad en términos como: un montón de escombros, ruinas,

desolación.

Córdoba Urrutia señala que hasta antes de los conflictos bélicos el pueblo tenía alrededor de 4000

habitantes. Si el Callao fue destruido con el sismo y maremoto de 1746, Bellavista perdió su esplendor con las

21 CDIP. Tomo XXVII, Volumen 3, p. 60 22 STEWART, Charles Samuel. “Cartas sobre una visita al Perú en 1829.” En: CDIP, Tomo XXVII, Volumen IV, p. 315

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guerras de independencia. Hacia 1839, la ciudad contaba con 306 personas: 124 hombres y 176 mujeres y la

ciudad arruinada23.

Con las guerras de independencia Lima y el Estado peruano colonial en general, entran en un período crítico.

Esta crisis alcanza a la clase mercantil limeña, cuyo protagonismo se sustentaba en el rol metropolitano que

Lima tenía en el Pacifico24. Con la ininterrupción de la extensa red mercantil que partía de la Capital se produce

la pérdida del predominio limeño. Con el ocaso del orden colonial, el Tribunal del Consulado, institución fidelista

y protagonista de la construcción de esa ciudad símbolo del gremio que fue Bellavista, sufre una ruina

económica y muchos de sus miembros optan por la emigración a la ex-metrópoli. Bellavista ingresa a un nuevo

ciclo, experimentando de manera particular este periodo negativo, pues las funciones que lo sustentaban

decaen, mientras el Callao va recuperando paulatinamente sus antiguas funciones, entre ellas la residencial en

desmedro de Bellavista, hasta adquirir un rol protagónico en el sistema urbano y territorial, similar al alcanzado

en el sistema colonial peruano anterior a la fundación de Bellavista.

FUENTES DOCUMENTALES Y REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

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AGI, Estado, 75, N. 19/2/. Virrey del Perú remite Estado Geográfico del Perú. 05 de noviembre de 1792.

B.N.L. Manuscrito C312. Relación que suscribe el Conde de Superunda, Lima, 1761

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Felipe Bailly, 1859

23 CORDOBA y URRUTIA, Op. Cit., p. 117 24 FLORES GALINDO, Alberto. La ciudad sumergida, pp. 165-175

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Abreviaturas:

A.G.I. Archivo General de Indias, Sevilla.

AAL: Archivo Arzobispal de Lima

BNL: Biblioteca Nacional de Lima

CDIP: Colección Documental de Independencia del Perú.