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Atapuerca. XX Jornadas Sociedad Española de Paleontología. Alcalá de Henares 2004 1
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Atapuerca. XX Jornadas de la Sociedad Española de Paleontología.
Alcalá de Henares 2004
Alcalá de Henares del 20 al 23 de Octubre de 2004Guía de la excursión Pinilla-Atapuerca
Los yacimientos del Pleistoceno inferior y medio de
Atapuerca
Cuenca Bescós, G.,a Martínez, I.,b,c Arsuaga, J.L.,c Bermúdez de Castro,
J.M.d y Carbonell., E.e
a. Paleontología, Facultad de Ciencias. Universidad de Zaragoza. E-50009 Zaragozab. Departamento de Geología. Universidad de Alcalá de Henares.Ciencias. E-28871 Alcalá de Henaresc. Centro de Investigación (UCM-ISCIII) sobre Evolución yComportamiento Humanos c/Sinesio Delgado, 4 E-28029 Madridd. Museo Nacional de Ciencias Naturales, Consejo Superior deInvestigaciones Cientificas, Jose´ Gutie´rrez Abascal 2, E-28006 Madrie. Laboratori d’Arqueologia, Universitat rovira I Virgili, Plaza ImperialTarraco. E-43005 Tarragona
Abstract 2
1. Introducción y breve situación geográfica 3
2. Breve descripción geológica de los yacimientos deAtapuerca 6
3. Paleontología de los yacimientos de Atapuerca: evolución delas asociaciones de los mamíferos en los yacimientos 18
Agradecimientos 34
Bibliografía 35
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Abstract
The sites of Atapuerca (Burgos, Spain) are well known for their hominin-
bearing, karstic localities of Early to Middle Pleistocene age.
The Sierra de Atapuerca is a small hill composed of Late Cretaceous
limestone, where a complex karst system developed during the Late Miocene
(Vallesian). The caves and galleries contain sediments dating from at least 1.5
Ma to c. 200 ka. The Sierra is an isolated hill, 1080 m high, located 14 km East
of the city of Burgos, and dominates the Arlanzón valley near the village of
Ibeas de Juarros.
From southeast to northwest, a now abandoned railway cutting through
the southwestern flank of the Sierra exposes a number of sediment-filled
cavities in the limestone. The Sierra de Atapuerca karst has two main cave
systems which are both surface filled: the internal Cueva Mayor system, and a
system of caves now dissected by the railway cutting Trinchera del Ferrocarril.
The first comprises the Sima de los Huesos (SH), Galería del Sílex, Galería
Baja, Galería del Silo, Galería de las Estatuas and Portalón sites. The second
has three main sites along the Trinchera del Ferrocarril: Trinchera Dolina (TD),
Trinchera Galeria (Tres Simas Complex and Cueva de los Zarpazos) and
Trinchera Elefante (TE).
The first palaeontological study of the Sierra was undertaken by Torres in
1976, during his research on fossil bears of the Iberian peninsula. Aguirre
began the Atapuerca Project in 1978 that continues today under the leadership
of Arsuaga, Bermúdez de Castro and Carbonell.
The Trinchera Dolina represents one of the longest stratigraphic
sequences at Atapuerca, comprising 18–19 m of surface filling, and divided into
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11 stratigraphic levels. Nine of these levels (TD3–TD11, numbered from bottom
to top) are rich in faunal remains and artefacts.
Trinchera Dolina yields the oldest fossil hominin of western Europe, the
800 kyr Homo antecessor; at the Trinchera Dolina level TD6, and at Sima de los
Huesos occurs the best collection of the Middle Pleistocene hominin Homo
heidelbergensis. However, small mammals (Rodentia, Insectivora, Chiroptera
and Lagomorpha) represent the largest number of species and greatest fossil
abundance in the deposits of the Atapuerca cave complex. The rodent and
insectivores assemblage distribution at the Trinchera Dolina site reflects
landscape and environmental changes during the past million years. Shifts
between woodland, open land and moorland are indicated by the relative
abundance of species based on diagnostic elements such as first lower molars.
These data are combined with the distribution of large mammals, pollen,
sediments and geological context of the Trinchera Dolina site. From this
interdisciplinary approach we conclude that the first hominins from Western
Europe, Homo antecessor, lived during a warm, wet and wooded interval,
probably corresponding to Marine Isotope Stages 21 to 19. The transition from
Early to Middle Pleistocene at Atapuerca is characterised by
palaeoenvironmental changes recorded between levels TD5–6 and TD8–10,
respectively. The general opening of the landscape at the beginning of the
Middle Pleistocene could have favoured the dispersal of the species Homo
heidelbergensis across western Europe.
1. Introducción y breve situación geográfica
La sierra de Atapuerca está situada casi en el límite entre las cuencas
geológicas del Ebro y del Duero, en el extremo oriental del corredor de La
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Bureba. Constituye una modesta elevación en la llanura burgalesa (con una
cota máxima de 1080 m en el alto de San Vicente) que sobresale menos de
300 m por encima de los materiales neógenos, que colmataban la cuenca del
Duero y que constituyen el techo de la ya de por sí elevada meseta castellana
(unos 800 m de altitud en el área de la Sierra de Atapuerca). En un esquema
regional amplio (Figuras 1 y 2) la sierra de Atapuerca es una elevación apenas
visible por estar rodeada por los altos relieves de las cordilleras Cantábrica
(Sierras de Ubierna y Santa Casilda) e Ibérica (Sierra de la Demanda).
El río Arlanzón, que nace en la Sierra de la Demanda, es el cauce
principal de la red de drenaje de la Sierra de Atapuerca en su vertiente
meridional, que a su vez forma parte de la red del Arlanza, éste del Pisuerga y
todo el conjunto conforma parte de la red hidrográfica del Duero.
IBERIAN RANGE
La Demanda
BURGOS
Duero Basin
BUREBA CORRIDORLogroño
Ebro Basin
CANTABRIAN RANGE
< Sierra de Atapuerca
30 Km
N
Barcelona
Madrid
Sevilla
BURGOS
Zaragoza
SPAINMediterranean
Sea
FRANCE
PO
RT
UG
AL
Figura 1. Situación geográfica de la Sierra de Atapuerca en relación
con los Sistemas Ibérico y Cantábrico
Las cuevas de Atapuerca son parte de un complejo sistema cárstico que
empezó a desarrollarse en el Neógeno. Durante el Pleistoceno, las cuevas se
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fueron colmatando con los materiales de los alrededores, producto de la
denudación de pendientes y el retroceso de las paredes y techo de las cuevas.
Junto con los sedimentos entraron restos de animales y plantas procedentes de
las inmediaciones de las entradas.
Figura 2. Esquema geológico general de la Sierra de Atapuerca y
sus alrededores (tomada de Parés y Pérez González, 1999)
Los productos de la actividad biológica de los predadores, especialmente
las carcasas de los animales consumidos, las egagrópilas y las heces son la
principal fuente de acumulación de los restos de vertebrados fósiles que forman
parte de los yacimientos cársticos. Los materiales de menor tamaño entran
tanto por las entradas como por las numerosas fisuras de menor envergadura
que se abren en el techo y las paredes del sistema cárstico.
Los yacimientos paleontológicos de Atapuerca son por tanto unos
yacimientos cársticos, en los que una serie de felices coincidencias geológicas,
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paleontológicas, climáticas e históricas hace que sean el registro más completo
de la historia de la vida en medios continentales del Pleistoceno europeo.
El rico contenido paleontológico y arqueológico de las cuevas y fisuras
cársticas de la Sierra así como el estudio de los restos arqueológicos y
paleontológicos hacen de Atapuerca un importante referente para la
paleontología y en general para la ciencia española. El interés que por la
paleontología y la prehistoria tiene el público en general en España se debe al
esfuerzo que el equipo investigador ha dedicado a estudiar y divulgar los restos
humanos del Pleistoceno Inferior y Medio de Atapuerca, así como de su
actividad biológica e industrial.
2. Breve descripción geológica de los yacimientos de Atapuerca
La Sierra de Atapuerca es un pequeño relieve fundamentalmente
calcáreo situado en el extremo oriental - septentrional de la Cuenca del Duero.
La Sierra está constituida por materiales carbonatados, originados en una
plataforma marina de edad Cretácico tardío. La Sierra formó siempre parte de
un paleorelieve alrededor del cual se acumularon los materiales neógenos de la
Cuenca del Duero que rodean la Sierra, que probablemente llegaron a taparla
por completo durante el terciario. Los materiales neógenos más antiguos se
encuentran adosados, discordantemente, al relieve mesozoico, y son
especialmente visibles en el flanco sur de la Sierra. Son los conglomerados de
base, de edad Oligoceno-Mioceno temprano.
Las facies neógenas más interesantes en el contexto arqueológico y
paleontológico de los yacimientos de Atapuerca son las de La Pedraja por su
alto contenido en cuarcitas y otros materiales utilizados en la elaboración de
herramientas líticas por parte de los homininos burgaleses y las facies de
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margas y calizas blancas, conocidas como Calizas de los Páramos, formadas
por materiales que constituyen el relleno inicial de algunas de las cuevas. Son
particularmente notables las margas blancas que forman el relleno basal en la
Sima de los Huesos.
La carstificación de las calizas cretácicas de la Sierra de Atapuerca
debió de empezar hacia el final del Terciario (fin del Plioceno y comienzos del
Pleistoceno) y continúa aún activa en algunas cuevas de la Sierra. La
carstificación parece más importante en el flanco sur de la Sierra que en el
flanco norte. Todos los yacimientos se encuentran en el flanco sur. El relleno
de las cuevas y fisuras comienza después, durante el Pleistoceno temprano,
probablemente durante el Waalian, hace entre 1,5 a 1,2 millones de años,
según deducimos de la asociación de roedores e insectívoros que hemos
estudiado en los niveles inferiores (unidad roja inferior) del yacimiento de la
Trinchera del Elefante (Cuenca Bescós et al., 2004).
El sistema de cuevas y otras cavidades cársticas está relleno por
sedimentos de origen externo (exocársticos) en los que se encuentran
abundantes restos de fósiles de animales, incluyendo restos humanos, de otros
vertebrados, de invertebrados y de vegetales, así como industria y
herramientas líticas y derrubios producto en general del desmantelamiento del
relieve. Sólo en los primeros momentos del relleno del karst, presentes en la
base de los yacimientos, los primeros niveles están formados por sedimentos
endocársticos o facies de interior de cueva, productos detríticos resultantes de
la disolución de las calizas que se iban disolviendo al formarse las cuevas.
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Figura 3. Plano con la situación de los yacimientos de Atapuerca en laTrinchera del Ferrocarril (TD: Dolina; TP: Penal; TZ: Zarpazos; TG:Galería: TN: Norte; TE: Elefante) y en las cuevas Mayor – Silo – Sílex -Sima de los Huesos (SH). Por cortesía del Grupo EspeleológicoEdelweiss.
Algunas de las cavidades forman parte todavía de un sistema cerrado
como las del complejo Sima de los Huesos - Cueva Mayor y otras han sido
exhumadas por la construcción de un ferrocarril minero a finales del siglo XIX,
lo que hace que se les conozca como los yacimientos de la Trinchera del
Ferrocarril: Dolina, Penal, Zarpazos - Galería - Tres Simas y Elefante. Un
estudio geomorfológico detallado de la Sierra de Atapuerca y sus alrededores
ha sido recientemente desarrollado por Benito (2004).
SH
Entrada a Cueva Mayor
Galería del silex
CUEVA MAYOR
Galería del Silo
Cueva del Silo
Cueva peluda
TRINCHERA FERROCARRIL
Cueva del compresor
Galería baja
Galería del betún
NTN
0 50 100 m
TETE
TP
TD
TZ
TG
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2a. Trinchera del Elefante
El yacimiento de Trinchera o Sima del Elefante (TE) se encuentra a unos
200 m al sur de los yacimientos de Trinchera Dolina y Trinchera Galería. Es
también un yacimiento de relleno de cueva fosilizada como los anteriores, en el
que los materiales fueron diseccionados por las obras del ferrocarril y afloran
en la actualidad a ambos lados de la trinchera. Tiene un espesor visible de
unos 11 m, aunque los datos del sondeo realizado en el año 2001 revelan que
puede alcanzar los 19 metros de potencia, siendo por lo tanto el yacimiento con
mayor espesor de todos los conocidos en Atapuerca. Los materiales de
Trinchera del Elefante tienen una edad comprendida entre alrededor del millón
y medio de años (Cuenca Bescós et al., 2004) y los 200.000.
El relleno de TE (Figuras 4a y 4b) se divide en 21 niveles estratigráficos
(sólo afloran de E8 a E21) formados durante tres fases de relleno distintas
(Rosas et al., 2001):
En la primera fase de relleno la cueva fue rellenándose con las arcillas y
gravas rojas de la unidad roja inferior (TEURI), de 9m de potencia (con bloques
de caliza en algunos tramos y niveles de murcielaguina), todos con un alto
contenido en restos fósiles (niveles E8-E14).
En una segunda fase la cueva sufre un importante proceso de
reactivación con una probable erosión de niveles inferiores y hay un relleno
posterior constituido por una unidad blanca superior (niveles 15-20, de unos 9m
de espesor, formada fundamentalemente por margas (E15-E16), limos y
niveles de espeleotemas calcíticos en el nivel E17) que hacia el techo aumenta
en tamaño de grano y cantidad de clastos y presenta una coloración más rojiza
(E18-E19).
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Una tercera fase de relleno corresponde a los depósitos de gravedad
que colma y cierran la entrada de la cueva desde un conducto vertical situado
al sur de la sección (Rosas et al., 2001). Este relleno final se produce en el
nivel 20.
La asociación de micromamíferos de los niveles inferiores de Trinchera
Elefante nos indican que ésta cueva empezó a colmatarse hace algo más del
millón de años, probablemente durante el Waalian, período cálido del
Pleistoceno temprano que está datado en otras regiones de Europa entre los
1,2 y 1,5 millones de años (Cuenca Bescós et al., 2004). En el apartado de
paleontología veremos los micromamíferos que han servido para conocer la
edad de los niveles de Trinchera Elefante.
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Figura 4a Estratigrafía de la Sima del Elefante. Tomada de Rosas et al.,2001
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Figura 4b Esquema geológico del yacimiento de Sima del Elefante.Tomada de Rosas et al., 2001.
2b. Complejo de Galería - Tres Simas - Cueva de los ZarpazosEl complejo de Galería – Cueva de los Zarpazos está situado en una
cueva cuya exhumación no se produjo durante la construcción de la Trinchera
del Ferrocarril, sino en trabajos de minería posteriores. Este complejo está
formado por los yacimientos de Trinchera Galería (TG), una entrada vertical
conocida como Trinchera Túnel (TN) y el posible vestíbulo próximo a la entrada
del complejo conocido como covacha o Trinchera de los Zarpazos (TZ). El
relleno de los tres sectores es más o menos simultáneo y los nivele (tanto de
exterior como de interior de cueva) de los tres, se relacionan espacialmente al
pasar lateralmente de uno a otro.
Perez-Gonzalez et al. (1995) diferencia cinco fases clásticas de relleno y
las nombran de GI en la base a GV a techo culminando con una fase edáfica
relicta que denominan GVI. El nivel GI está constituido por facies laminadas
limosas y arcillosas que terminan a techo con un nivel gris oscuro de
excrementos de murciélagos, bastante continuo y que en el lado sur de Galería
puede alcanzar los 27cm de espesor. En la unidad GI hay también niveles de
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precipitación carbonatada (espeleotemas) uno basal que se apoya en la caliza
cretácica (TN1) y otro interestratificado entre las facies laminadas.
Figura 5. Esquema geológico de los yacimientos de Trinchera
Galería – Zarpazos. Tomada de Pérez et al., 1995.
El nivel GII es el comienzo de la fase de colmatación con sedimentos de
exterior de cueva. Comprende los términos TG6-8, TG9 y TG10 al norte junto
con sus correlativos al sur de Galería, los niveles TN2, 3, 4, 6 y 7 (ver Cuenca
et al., 1999). Esta unidad consiste generalmente en sedimentos clásticos, de
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gravedad, con entrada sur y algo de norte que presentan en la parte central
sedimentos más finos que soportan algunos cantos. Hay finos depósitos
calcíticos intercalados en esta unidad.
Hay fósiles de roedores en los niveles GII, GIII, en la parte inferior de GII
(antes TG8-9 y TG10 CC) los restos son de escasos a ausentes. En los niveles
superiores varían las proporciones relativas y sus caracteres biométricos. En la
distribución de los roedores de Galería (Figura 6) se observan interesantes
diferencias en las proporciones de los distintos taxones.
Se puede decir que en el intervalo representado por G II y GIII las
diferencias temporales no debían ser muy grandes ya que la composición de la
asociación de roedores es parecida, la ausencia / presencia de algunos
taxones debe ser atribuida a razones ecológicas / tafonómicas más que a
verdaderas apariciones o desapariciones por migración o inmigración.
Figura 6. Distribución de los roedores de Trinchera Galería. Tomada
de Cuenca Bescós et al., 1999.
Sí se observa una diferencia en el estadio evolutivo que presentan los
taxones de los niveles TG8, TG9 y TG10 CC que nos puede indicar que estos
niveles estan más separados del resto de GII de lo que están GII y GIII entre sí.
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El intervalo de tiempo representado en estas discontinuidades es, por el
momento, difícil de evaluar.
2c. Trinchera DolinaEl relleno denominado Gran Dolina o Trinchera Dolina (TD) es otra de
las cavidades cársticas situadas en la Trinchera del Ferrocarril de Atapuerca.
Tiene una potencia de 18 metros y una extensión espacial desconocida. Está
formada por 11 unidades, los niveles Trinchera Dolina 1 a 11 (TD1 a TD11)
definidas durante los primeros estudios de Atapuerca (ver Parés y Pérez
González, 1999) y prácticamente se han mantenido hasta hoy, aunque los
trabajos de excavación en extensión dejan al descubierto nuevos perfiles que
permiten detallar mejor estas unidades. Un ejemplo lo tenemos en la reciente
división del nivel Trinchera Dolina 8 en dos unidades distintas gracias al estudio
de los pequeños mamíferos; el nivel TD8a o inferior contiene microfauna de
carácter Pleistoceno temprano mientras que el nivel TD8b o superior tiene ya
una asociación del Pleistoceno medio (Cuenca Bescós et al., 2001).
Los niveles TD1 y TD2 son facies de interior de cueva y el resto de los
niveles son niveles de entrada de sedimentos del exterior, mezclados con
clastos producto de la desintegración de la caliza de las paredes de las cuevas.
Sólo el nivel Trinchera Dolina 7 parece presentar una facies con un origen
mayoritariamente hídrico. Los niveles TD3 a TD11 contienen fósiles e industria
lítica con excepción del nivel 9 que está formado por murcielaguina y
rizoconcrecciones.
Mediante métodos bioestratigráficos (especiamente con los roedores,
ver Cuenca Bescós et al., 1995; 1999, 2001, 2004, y en esta guía, en el
apartado paleontológico) los niveles TD3 a TD8a de Trinchera Dolina han sido
datados como Pleistoceno inferior, mientras que los niveles TD8b a TD11 se
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han datado como Pleistoceno medio. Esta datacion es congruente con las
obtenidas mediante el método del espín de resonancia electrónica (ESR) y el
análisis de las series de uranio sitúan los niveles fosilíferos TD6 a TD11 entre
cerca de 850ky y 300kt (Falguères et al. (1999). Estos resultados concuerdan
con los estudios paleomagnéticos de Parés & Pérez González (1999), que
sitúan el límite Matuyama-Brunhes en el nivel TD7 indicando una edad de
780ky para este nivel (Figura 7).
M A T U Y A M A B R U N H E S
M a
T h i c k n e s s i n m
P a l a e o m a g n e t i s m
S t r a t i g r a p h y
L i t h o l o g y
Figura 7 Estratigrafía del relleno de Trinchera Dolina
Cerca del techo de TD6 hay 15 centímetros de una arcilla marrón rojiza,
conocidos como el estrato Aurora, en el cual se encontraron durante las
campañas de excavación de 1994, 1995 y 1996 industria lítica, restos de fauna
y unos 80 restos de fósiles humanos atribuidos en 1997 a una nueva especie
humana, Homo antecesor (Carbonell et al., 1995; Bermúdez de Castro et al.,
1997).
2d. Sima de los HuesosLa Sima de los Huesos (SH) es uno de los rellenos cársticos de
Atapuerca en el que se ha encontrado la acumulación de restos de fósiles de
homínidos, que representan la mayor colección de homínidos del Pleistoceno
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Medio de todo el mundo (Aguirre 1995; Arsuaga et al., 1993; 1996; 1999;
Martínez et al., 1996; Bischoff et al., 1996; 2002). La estratigrafía de la Sima de
los Huesos se describe con detalle Arsuaga et al. (1997) y Bischoff et al. (1996,
2002). Hay dos niveles fósiliferos con restos de roedores, la unidad inferior son
arcillas con fósiles humanos, Homo heidelbergensis, y de osos, Ursus deningeri
(CH&B), que es la misma que la llamada Clay with macrofossils de Arsuaga et
al., (1997), o Arcilla roja, y Yellow brown mud de Bischoff et al. (1997). El nivel
superior se denomina Arcillas marrones con Murcielaguina, y tiene gran
cantidad de quirópteros y algunos restos de roedores. El nivel de arcillas con
restos humanos y osos se ha llegado a diferenciar recientemente en dos
unidades o subunidades distintas: un nivel con sólo restos de Homo
heidelbergensis, y un nivel superior mayoritariamente con restos de Ursus
deningeri, otros carnívoros y algún resto aislado de homínido?. En ambos
niveles se encuentran roedores y quirópteros pero el género de cricétido
Allocricetus, se encuentra mayoritariamente en el nivel con humanos mientras
que con el nivel de los osos este género casi desaparece y se encuentran otras
especies como Pliomys y Eliomys.
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Figura 8. Esquema Geológico del yacimiento de la Sima de los Huesos.Tomado de Bischoff et al., 2003.
3. Paleontología de los yacimientos de Atapuerca: evolución de las
asociaciones de los mamíferos en los yacimientos
Es importante señalar que el registro paleontológico y arqueológico de
los yacimientos es el resultado de una rigurosa excavación realizada con una
metodología arqueológica y paleontológica. Por su parte los microfósiles se
obtienen a partir del lavado-tamizado de todo el sedimento o residuo fino, de
tamaño menor del centímetro, extraído durante las excavaciones, lo que
supone el lavado de cerca de una tonelada diaria, lo suma alrededor de 25
toneladas por campaña de excavación que tiene lugar en los meses de julio
cada año. El material concentrado y el procesado de los levigados para el
estudio de los microvertebrados se realiza durante el resto del año en el área
de Paleontología de Zaragoza.
3a.- El yacimiento de Trinchera o Sima del Elefante
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En la campaña de excavación del año 1995 comenzamos el muestreo
sistemático de microfauna de la unidad roja o unidad inferior de Trinchera
Elefante (TEURI) al hacer una excavación de prueba o cata, de 1 m2 de
extensión, ampliada a 2 m2 en 1996, año en el que se hizo un sondeo de unos
3,5m de profundidad a partir del asiento de la actual trinchera del ferrocarril. En
esta segunda campaña se procesaron otras 16 muestras. En 1999 comenzó la
excavación sistemática del yacimiento que continúa en la actualidad Laplana y
Cuenca Bescós, 2000; Rosas et al., 2001, Cuenca Bescós et al., 2004).
Las especies de roedores determinadas en los niveles E8-E13 de la
unidad roja inferior corresponden a una asociación del Pleistoceno Inferior,
aunque los valores de presencia/ausencia y número de individuos varían de un
nivel a otro, siendo el más rico y diverso el nivel E9 (conocido como
"toblerone"). La lista actualizada de roedores es la siguiente: Allophaiomys
chalinei, A. lavocati, Iberomys aff. nutiensis-thenii-huescarensis, Ungaromys
nanus, Pliomys episcopalis, cf. Mimomys, Castillomys rivas, Apodemus sp.,
Glis sp., Eliomys cf. quercinus, Castor fiber, Sciurus sp. Los insectívoros de
TEURI están representados por 8 especies agrupadas en 3 familias:
Erinaceidae (Erinaceus cf. europaeus); Talpidae (Talpa cf. europaea y
Desmaninae indet.) y Soricidae (Beremendia cf. minor:, Neomyinae indet.,
Sorex sp., Crocidura cf. russula, Crocidura sp.).
La evolución de las asociaciones de micromamíferos parece
corresponder con las tres fases c-f-c características del Waalian en el Norte de
Europa, un episodio en general cálido del Pleistoceno Inferior. Según este autor
el Waalian se encuentra dentro del magnetocron Matuyama y se caracteriza
por una sucesión de eventos cálido, frío, cálido (A,B,C) que tienen lugar entre
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hace 1.500.000 y 1.250.000 años. Los estudios paleomagnéticos confirman la
posición de TEURI dentro del cron Matuyama (Rosas et al., 2001).
Queda descartada una edad más antigua como Eburonian, puesto que
ésta representa un episodio frío con respecto al Waalian y, por otra parte, la
fauna de roedores no parece ser tan antigua como la edad superior al millón y
medio de años del Eburonian (1.8-1.5ma). Por encima del Waalian se
encuentra de nuevo un episodio frío, el Menapian, y a partir de éste el Bavelian
(de alrededor del millón de años), más cálido, y finalmente el "Cromerian
complex" que engloba el límite Matuyama -Brunhes (780.000 años AP). La
base del Bavelian contiene el cron positivo Jaramillo dentro del cron negativo
de Matuyama. No parece haber cambios en la polaridad magnética negativa de
toda la Unidad Inferior de Elefante, por lo que podemos descartar que los
niveles estudiados correspondan al Bavelian.
La fauna de roedores nos da una edad que podría ir desde el millón de
años, por compartir especies semejantes a las de yacimientos europeos de
esta edad (Jaramillo), como Valerots, Vallonnet o Untermassfeld; hasta 1.5ma
por las especies presentes en yacimientos anteriores a Jaramillo como A.
chalinei y Castillomys, taxón este último propio del Plioceno español que se
extingue durante el Pleistoceno Inferior (Laplana y Cuenca Bescós, 2000).
También los insectivoros de las subfamilias Desmaninae y Neomyinae indican
una edad más antiguas, pues la mayoría de sus representantes europeos son
formas plio-pleistocenas.
3b. - Los yacimientos de Trinchera Galería - Tres SimasLa mayoría de las especies de roedores se encuentran representadas en
mayor o menor proporción en todos los niveles, salvo Marmota que sólo
aparece en los niveles más bajos de Galería. También se encuentran
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diferencias de orden biométrico a lo largo de la secuencia del relleno. La
asociación de roedores está compuesta por 11 especies: Arvicola sp. (grupo
sapidus), Microtus jansoni, Microtus aff. arvalis, Terricola atapuerquensis,
Iberomys brecciensis, Pliomys lenki, Allocricetus bursae, Apodemus sp.,
Eliomys quercinus quercinus, Marmota sp. e Hystrix (Acanthion) vinogradovi.
La composición de esta asociación faunística y el estadio evolutivo de las
especies estudiadas en Galería nos permite encuadrar estos yacimientos en
relación con otros yacimientos del Pleistoceno Medio de España, como Aridos
1, Ambrona, Cueva del Agua y en Francia el de Aragó (Tautavel). Por otra
parte la presencia de Hystrix, junto con otras especies mediterraneas como
Iberomys brecciensis, y Arvicola (grupo sapidus), así como especies con
afinidades por climas menos mediterráneos a templados como Pliomys lenki,
nos indican un clima templado-cálido más propio de una época interglacial
(Mindel-Riss) que de una época glacial, aunque también esto podría
interpretarse como una menor influencia de las glaciaciones en la península
Ibérica.
Con relación a la escala bioestratigráfica de Europa central y
suroccidental, la correlación es realizada a través de las localidades francesas.
Aridos 1 y Saint Esteve Janson se sitúa en las últimas fases del Bihariense
(Verteszöllös- Uppony). Estas son fases frías en Europa central aunque en los
yacimientos españoles y Saint Esteve Janson, la fauna presenta componentes
de clima cálido-templado. Verteszöllös y por consiguiente Saint Esteve y El
Higuerón pueden ser atribuidos al Mindel. La fase de l’Arago se identifica con la
base del Riss y cerca se deben situar los niveles con roedores de Trinchera
Galería - Tres Simas. En las últimas campañas, durante la excavación de la
Atapuerca. XX Jornadas Sociedad Española de Paleontología. Alcalá de Henares 2004 22
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Cueva de los Zarpazos, la asociación de roedores continúa siendo la misma
aunque hay un ligero incremento en el número de individuos de puercoespín
(Hystrix).
3c. - El yacimiento de Trinchera DolinaHemos subdividido esta secuencia de relleno de la cueva de la Trinchera
Dolina en tres biozonas en función de su contenido en microfauna: La biozona
de Allophaiomys chalinei, la biozona Iberomys aff. huescarensis y la biozona
Iberomys brecciensis.
1. Biozona Allophaiomys chalinei: la asociación faunística de esta
biozona se encuentra representada en los niveles de Trinchera Dolina 3 a parte
del nivel 6 (hasta la talla T45, es decir, unos centímetros por debajo del
“estrato” Aurora (T43-36). Los roedores Allophaiomys chalinei, Stenocranius
gregaloides, Terricola arvalidens, Pliomys episcopalis, Mimomys savini,
Iberomys aff. huescarensis, Microtus seseae, Hystrix refossa, Castor fiber,
Marmota sp., Allocricetus bursae, Elliomys, Apodemus, Micromys caracterizan
esta biozona. También se encuentran los géneros de insectívoros Beremendia,
Sorex, Crocidura, Talpa y Erinaceus, ver Cuenca Bescós, 2000, López
Antoñanzas y Cuenca Bescós, 2002 y Cuenca Bescós et al., 2004). La última
aparición de Allophaiomys chalinei en Dolina se encuentra en la talla 45 del
nivel TD 6. Esta especie está presente en otros yacimientos del Pleistoceno
temprano mediterráneos, encontrándose en localidades de España e Italia
como Cueva Victoria, Bagur 2, Casablanca 3 (=Almenara 3), Castelldefells, Las
Cabezas, Fuentenueva 3 y Pietrafitta, representa una edad que comprende
entre los 1,6 millones de años (Bagur 2) a los 0,8 ma de Gran Dolina 6
(Laplana, 2000, Cuenca-Bescós y García, 2004).
Atapuerca. XX Jornadas Sociedad Española de Paleontología. Alcalá de Henares 2004 23
23
2. Biozona Iberomys aff. huescarensis: Los roedores de esta
biozona se encuentran en los niveles TD6 superior (Tallas 44 a 33,
comprendiendo el “estrato” Aurora), hasta el nivel TD8a o inferior. Los roedores
característicos de esta biozona son: M. seseae, Terricola arvalidens, Pliomys
episcopalis, Mimomys savini, Iberomys aff. huescarensis and Microtus aff.
oeconomus, Hystrix refossa, Castor, Allocricetus, Elliomys, Apodemus. Algunos
de estos taxones son típicos elementos del Bihariense. El Bihariense tardío, en
el que está incluida la biozona Mimomys savini comprende el límite
paleomagnético Matuyama/Brunhes (M/B, 780 Ky) como se verifica en el
yacimiento de Trinchera Dolina nivel 7, que está comprendido en una
secuencia TD3 a TD8a a lo largo de la cual está presente el taxón índice de la
biozona del mismo modo que en otras secuencias del Pleistoceno Europeo
(Cuenca Bescós et al., 1999, 2001, Pérez Antoñanzas y Cuenca Bescós,
2002). Este límite paleomagnético es el más utilizado para marcar el límite
entre el Pleistoceno Inferior y medio, aunque esta propuesta es todavía
discutida. En los trabajos de Atapuerca utilizaremos el límite M/B para situar el
límite Pleistoceno Inferior – Medio aunque la fauna cambia realmente al
comienzo del Pleistoceno Medio.
3. Biozona Iberomys brecciensis: Los niveles de Trinchera Dolina
TD8b, TD10, TD11 con Arvicola sp., Iberomys brecciensis y Microtus agrestis
jansoni son claramente de edad Pleistoceno medio. El nivel TD8b es difícil de
comparar con otras localidades europeas, sin embargo TD10 puede ser
correlacionado con los yacimientos que registran la primera entrada del género
de arvicólido arrizodonto Arvicola, supuesto descendiente directo de Mimomys
savini. Otros roedores de esta biozona presentes en los niveles TD10 y TD11:
Atapuerca. XX Jornadas Sociedad Española de Paleontología. Alcalá de Henares 2004 24
24
Terricola atapuerquensis, Microtus arvalis, Clethrionomys glareolus, Pliomys
lenki, Allocricetus bursae, Elliomys quercinus, Apodemus flavicollis, Marmota.
La asociación de grandes mamíferos de los niveles Trinchera Dolina 3/4
a 8a en la Sierra de Atapuerca, incluye a los siguientes carnívoros y herbívoros
(García y Arsuaga, 2001; Made 2001, Cuenca Bescós y García, 2004): los
carnívoros Ursus dolinensis, Crocuta crocuta, Mustela palerminea, Canis
mosbachensis, Vulpes praeglacialis, Lynx sp., Homotherium latidens and
Panthera gombaszoegensis; los hervíboros Mammuthus sp., Stephanorhinus
etruscus, Equus altidens, Dama ‘nestii’ vallonnetensis, Eucladoceros giulii,
Cervus elaphus acoronatus, Bison cf. voigtstedtensis, Sus scrofa,
Hippopotamus amphibius, Praeovibos sp.; Estos taxones son característicos
del final del Pleistoceno temprano.
Algunas de las especies de los niveles 3-8a (como Vulpes praeglacialis,
Homotherium latidens, Panthera gombaszoegensis, Dama ‘nestii’
vallonnetensis, Stephanorhinus etruscus, Bison cf. voigtstedtensis, Mimomys
savini, Stenocranius gregaloides y Terricola arvalidens) sobrepasa al límite
Pleistoceno Inferior – Medio y pueden encontrarse hasta el Pleistoceno medio
en otras localidades europeas así como en el nivel TD8a de Trinchera Dolina
en Atapuerca.
Los grandes mamíferos de los niveles TD 10 y TD 11 incluyen a los
carnívoros Ursus cf. arctos, cf. Cuon alpinus, Panthera leo, Vulpes vulpes, y
Homotherium latidens excavado en las campañas más recientes entre los
grandes carnívoros, los pequeños Meles meles, Mustela sp. (erminea/nivalis), a
los grandes herbívoros Hemitragus bonnali, Equus caballus, Bos/Bison,
Stephanorhinus cf. hemitoechus, Sus scrofa, Dama dama clactoniana, Cervus
Atapuerca. XX Jornadas Sociedad Española de Paleontología. Alcalá de Henares 2004 25
25
elaphus cf. priscus, y a los roedores Arvicola cf. sapidus, Pliomys lenki,
Microtus agrestis, Microtus arvalis, Iberomys brecciensis y Terricola
atapuerquensis.
Un taxón de carnívoros interesante es la de la hiena del género Crocuta
en los niveles TD4 al nivel TD8a. Esta es la primera presencia de Crocuta
crocuta en Europa, aunque hay dos yacimientos europeos más antiguos con
restos dudosos de esta hiena, Selva Vecchia y Betfia V (García y Arsuaga,
1999). En el nivel TD6 la hiena coexiste con los humanos de la especie Homo
antecesor. En los niveles superiors, TD11 no se han encontrado restos de
hienas, a pesar de que la excavación tiene alrededor de 100 metros cuadrados
por lo que es probable que la hiena desapareciera de Atapuerca en este nivel.
También resaltaremos que Vulpes vulpes hace su primera aparición en los
yacimientos de Atapuerca después de la inversión paleomagnética Matuyama-
Bruhnes en los niveles TD10 y TD11, así como en Trinchera Galería y Sima de
los Huesos, todos ellos yacimientos del Pleistoceno Medio de la Sierra de
Atapuerca. En los niveles inferiores, por debajo de M/B encontramos Vulpes
praeglacialis.
Entre los grandes herbívoros es interesante resaltar la presencia única
de Hippopotamus amphibius en TD8a, únicamente representado por un diente
aislado, un incisivo superior.
Atapuerca. XX Jornadas Sociedad Española de Paleontología. Alcalá de Henares 2004 26
26
Figura 9. Distribución de los mamíferos en el yacimiento de
Trinchera Dolina y Trinchera Galería (en gris). Tomada de Cuenca Bescós
et al., 2004.
Así podemos concluir que en Trinchera Dolina tenemos la transición
Mimomys/Arvicola la cual a su vez sirve de marcador bioestratigráfico del límite
Bihariense/Toringiense. Este límite ha sido considerado como el del límite entre
el Pleistoceno Inferior y Medio en la bioestratigrafía continental del Cuaternario.
Sin embargo en las escalas cronológicas del cuaternario se utiliza la inversión
paleomagnética Matuyama/Brunhes y M i m o m y s cruza este límite
encontrándose en yacimientos “post M/B” como: West Runton, Voigtstedt,
Atapuerca Trinchera Dolina 8a y otras faunas del Cromeriense en general.
El Bihariense tardío, con la biozona Mimomys savini incluye el límite
paleomagnético Matuyama/Brunhes en Europa, registrado en las secuencias
de diversos yacimientos como Trinchera Dolina, Stranska Skala, Grace,
Shamin, Mahlis, Kärlich (Cuenca Bescós et al., 1999). Puesto que el nivel con
?
?
TD7
TD6
TD5
TD8
TD10
TD3/4
TD11
H.a
0,40 ka
0,78 ka
Carnivores
TD1/2
Small herbivores Large herbivores
Atapuerca. XX Jornadas Sociedad Española de Paleontología. Alcalá de Henares 2004 27
27
Homo antecesor, el nivel TD6 con el estrato Aurora a techo, está debajo de
TD7, entonces los primeros europeos pasaron a Europa occidental antes de los
780.000 años, durante el Pleistoceno temprano.
Los niveles inferiores de Trinchera Dolina (TD3 a TD8a) pueden
representar también al inestable período que caracteriza al final del Pleisoceno
inferior. Elementos de medios abiertos y áridos como la Marmota así como una
gran diversidad de arvicólidos se encuentran en TD5. Anteriormente, en TD4 y
posteriormente, en TD6 el paisaje puede ser más arbolado y el tiempo más
templado y húmedo como muestra la presencia de Hystrix y Castor. En el nivel
TD8a, la presencia de Hystrix así como la de Hippopotamus junto con la baja
diversidad de topillos (arvicólidos) puede indicar un período relativamente más
cálido.
Los niveles TD8b y D10, TD11 pueden representar un período más
complejo con un clima que alterna entre condiciones más cálidas y más frías
coherente con la correlación con los estadios isotópicos marinos (MIS) 9 a 11
considerada para estos niveles, TD6 se correlaciona con el MIS 19 o 21, TD5
con el MIS 22 y TD4 con el MIS 23 (Falguères et al., 1999, López Antoñanzas y
Cuenca Bescós, 2002, Cuenca Bescós et al., 2004).
3d. - El yacimiento de la Sima de los HuesosLos micromamíferos son escasos en la Sima de los Huesos, por lo que
tradicionalmente las correlaciones bioestratigráficas basadas en las
asociaciones faunísticas se han realizado con el grupo más abundante, el de
los carnívoros, especialmente los úrsidos (Torres, 1988; García et al., 1997,
García, 2002). Un primer intento de datar con roedores es el trabajo de
Cuenca Bescós et al. (1997) y Cuenca Bescós (2004). La lista de
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micromamíferos de la Sima de los Huesos es: Miniopterus schreibersi, Myotis
myotis/blythi, Allocricetus bursae cf. correzensis, Pliomys sp., Arvicolidae
indet., Eliomys quercinus cf. quercinus y Apodemus sp., y Allocricetus bursae.
El escaso contenido en restos de estos fósiles, tan abundantes en los demás
yacimientos de la Sierra de Atapuerca, puede indicar una cierta distancia del
lugar de origen de la acumulación, éste último generalmente está asociado a
una de las entradas a las cuevas, bien sea por las fisuras, bocas o simas que
conducen al interior del sistema cárstico. Desconocemos el lugar donde se
estaban produciendo y amontonando los restos de micromamíferos, pero se
puede asumir que dicha fuente estaba relativamente lejos del actual
yacimiento. Esto es, que la Sima de los Huesos era inaccesible para los
roedores, por lo que sus restos debieron de ser transportados hasta el
emplazamiento actual junto con los demás sedimentos y otros fósiles.
Los microfósiles presentan ligeros signos de digestión en algunas
piezas. Unicamente un ejemplar de microtino tiene evidencias de digestión de
ligera a moderada. Los dientes situados en las mandíbulas de A. bursae y A.
sylvaticus están inalterados con excepción de roturas que pueden explicarse
por el transporte y por los procesos de lavado y tamizado de los sedimentos a
los que los sometemos para concentrar los microfósiles. Los dientes, aunque
se encuentran aislados, conservan las raíces y las mandíbulas mantienen los
incisivos. También los especimenes de A. sylvaticus están bien conservados
en los dos niveles fosilíferos.
La buena conservación de los quirópteros y su gran proporción en
relación con los restos de roedores indica que éstos se acumularon en un
Atapuerca. XX Jornadas Sociedad Española de Paleontología. Alcalá de Henares 2004 29
29
lugar cercano o donde había una colonia de hibernación (Kowalski, 1995),
después fueron transportados junto con otros restos fósiles en el sedimento. Si
los murciélagos fueran restos de excrementos o egagrópilas de aves o
mamíferos predadores, los huesos tendrían más signos de estar digeridos,
siendo las roturas y alteraciones mayores. Nuestra hipótesis es que un gran
número de carcasas de murciélagos y algunos cadáveres de roedores se
acumularon en o cerca de la cueva de la Sima de los Huesos, quizás una
cavidad más alta, de la cual fue transportado algo de material a la cavidad
inferior (La Sima de los Huesos es el lugar topográficamente más bajo del
sistema cárstico de Atapuerca, Arsuaga et al., 1993, 1996) y acumulado junto
con los sedimentos que contienen los restos de macromamíferos y de
humanos. Algunos excrementos o egagrópilas también podrían haber sido
transportados junto con los cadáveres.
En la Unidad de Arcillas con Murcielaguina la concentración de
quirópteros es mayor, siendo posible denominarla “capa de murciélagos” ya
que estos mamíferos son los más abundantes, además, las mandíbulas y los
maxilares están completos, incluso se encuentran cráneos enteros y los
gráciles y largos elementos postcraneales de quirópteros sin romper, con las
epífisis intactas. Los múridos no están tan completos como los restos de
quirópteros pero se encuentran mandíbulas prácticamente completas. En
general los restos de pequeños mamíferos de esta unidad superior dan una
impresión general de buena conservación y mejor preservación de las partes
anatómicas.
Atapuerca. XX Jornadas Sociedad Española de Paleontología. Alcalá de Henares 2004 30
30
En este nivel, el número de mandíbulas y dientes de A. sylvaticus es
proporcionalmente mayor que el de restos del esqueleto postcraneal. En la
actualidad, similares condiciones de acumulación de murciélagos se dan en
cuevas en las que hay colonias hibernantes (Kowalski, 1995), ya que en
verano los huesos se disolverían en el guano. Algunos roedores visitarían
esporádicamente la cueva durante la estación invernal. La entrada principal no
debía de estar alejada pero sería muy pequeña e impediría la entrada de
animales de mayor tamaño.
Por otra parte el tamaño de Allocricetus bursae del nivel con homininos
de Sima de los Huesos coincide con el del máximo de tamaño presentado al
final del Pleistoceno Medio en otras poblaciones europeas. Según Kurtén
(1960), estos cambios pueden ser debidos a oscilaciones climáticas, a
contrastar con la existencia de gradientes de tamaño en formas similares
actuales (Cricetus cricetus). Este autor apunta que C. cricetus presenta un
gradiente de tamaño de norte a sur, siendo las formas sureñas más pequeñas
que las norteñas. Además existe un gradiente métrico de oeste al este: los
especímenes belgas son más pequeños que los alemanes. Por otra parte,
Barnosky (1994) demuestra que Microtus pennsylvanicus Ord, 1815, un topillo
de las praderas de Norteamérica, responde a los cambios climáticos de su
medio ambiente con un aparente aumento de tamaño en su longitud cuando
las condiciones climáticas son adversas; según este autor, la variación de
tamaño puede ser debida a la entrada de inmigrantes de mayor tamaño y
concede menor importancia a una evolución in situ hacia un tamaño mayor de
los individuos. En la Sima de los Huesos podríamos tener una variedad de
tamaño mayor debido a condiciones climáticas más frías.
Atapuerca. XX Jornadas Sociedad Española de Paleontología. Alcalá de Henares 2004 31
31
Además del ya mencionado Ursus deningeri, que es taxón dominante,
los otros elementos faunísticos, aparte de los humanos, que aparecen en la
Sima de los Huesos corresponden a especies de carnívoros de distintas tallas,
sin que hasta la fecha se halla recuperado ni un solo fósil de herbívoro. Estas
especies acompañantes de humanos y osos son: Mustela erminea/nivalis,
Martes martes/foina, Lynx pardinus spelaeus, Panthera sp., Panthera leo cf.
Fossilis, Canis lupus y Vulpes vulpes (García et al., 1997, 2001).
4. Los humanos pleistocenos de la Sierra de Atapuerca
En la Sierra de Atapuerca vivieron dos tipos de homínidos consecutivos
en el tiempo, el Homo antecessor y el Homo heidelbergensis, que ocuparon
las cavidades de esta sierra burgalesa durante el Pleistoceno Inferior y el
Pleistoceno Medio respectivamente.
Como ya se ha dicho, las primeras evidencias de presencia humana en
la Sierra de Atapuerca se documentan en los niveles inferiores de la Sima del
Elefante. Sin embargo, es en la secuencia de Gran Dolina en donde puede
estudiarse la historia de las ocupaciones humanas en la Sierra de Atapuerca
durante el Pleistoceno Inferior y Medio. En los niveles inferiores de este
yacimiento (TD4) se han recuperado varios cantos de cuarcita toscamente
trabajados que dan testimonio de una industria muy arcaica de tipo
Olduvayense (Modo 1). Por la escasez de los hallazgos parece tratarse de
visitas esporádicas, posiblemente para refugiarse o abastecerse de animales
muertos.
En niveles superiores se observa una mayor intensidad en la ocupación
humana de la Sierra, aumentando el número de visitas, que eran cada vez
Atapuerca. XX Jornadas Sociedad Española de Paleontología. Alcalá de Henares 2004 32
32
más prolongadas, según se desprende del número de útiles recuperados.
Estas piezas de industria están confeccionadas en su mayoría de sílex,
material muy apto para la fabricación de instrumentos líticos. Se trata de una
evidencia de selección previa de los materiales en el proceso de fabricación de
instrumentos, lo que indica el gran conocimiento de las diferentes
caracteríasticas de los materiales líticos. Sin embargo, la práctica ausencia de
lascas retocadas apunta a que aquellos humanos realizaban actividades poco
diversificadas.
Los fósiles humanos recuperados de Homo antecessor (Carbonell et al.,
1995) representan a una especie humana que vivió en Europa y Africa durante
el Pleistoceno Inferior. A partir del estudio de sus fósiles se ha llegado a la
conclusión de que esta especie constituye la última antepasada común de los
linajes de los neandertales y de los humanos modernos (Bermúdez de Castro
et al., 1997). La fracción de la población de Homo antecessor que llegó a
Europa desde tierras africanas dio lugar, por evolución , a la especie Homo
heidelbergensis (representada en la Sima de los Huesos) que, a su vez es la
antecesora de los neandertales (Homo neanderthalensis), que poblaron
posteriormente Europa. Por su parte, la población de Homo antecessor que
permaneció en Africa evolucionó, a lo largo del Pleistoceno Medio, hasta dar
lugar a nuestra propia especie (Homo sapiens).
Los restos humanos de Homo antecessor hallados hasta la fecha
corresponden a un número mínimo de 6 individuos: dos niños de entre 3 y 4
años, uno de 11 años, otro de 13 años y dos adultos jóvenes de no más de 20
años (Carbonell et al., 1995 y Bermúdez de Castro et al., 1997).
Atapuerca. XX Jornadas Sociedad Española de Paleontología. Alcalá de Henares 2004 33
33
A partir de análisis anatómicos y estudios realizados con el concurso de
microscopía electrónica, se ha podido constatar la existencia de marcas de
corte en un gran número de fósiles humanos, cuya morfología y situación
anatómica indican que fueron realizadas durante el proceso de
descarnamiento de los cadáveres, documentándose así el caso de
canibalismo más antiguo conocido. Puesto que las marcas de corte y el estado
de fracturación de los huesos humados son idénticos a los hallados en los
restos de herbívoros, con los que aparecieron mezclados en el yacimiento,
parece claro que humanos y herbívoros fueron consumidos del mismo modo,
descartándose así la antropofagia ritual del tipo de la existente en algunas
culturas históricas.
El origen de la extraordinaria acumulación de fósiles humanos de la
Sima de los Huesos constituye un problema de difícil solución. En el
yacimiento no aparece ningún fósil de herbívoro ni los huesos están alterados
por la acción de los depredadores, lo que descarta que se trate del cubil de un
carnívoro. La ausencia de herbívoros e industria lítica muestra que tampoco se
trata de un lugar habitual de ocupación humana. Además, este yacimiento es
excepcional por haberse recuperado en él restos humanos de todo el
esqueleto, lo que significa que la acumulación original consistía en cadáveres
y no en huesos aislados. Con estos datos, la hipótesis más razonable es la de
proponer un origen antrópico para la acumulación ( Arsuaga et al., 1990 y
1997) lo que constituiría, con mucho, la evidencia más antigua de práctica
funeraria y de comportamiento simbólico.
Atapuerca. XX Jornadas Sociedad Española de Paleontología. Alcalá de Henares 2004 34
34
Por otra parte, las investigaciones realizadas a partir de los fósiles
humanos de la Sima de los Huesos han demostrado que se trataba de
personas mucho más corpulentas que las actuales y de una estatura
equivalente a la de una población humana moderna. También ha sido posible
demostrar que, contra lo que pensaban muchos, las diferencias de tamaño
corporal entre las mujeres y los varones eran del mismo grado que las que
existen en la actualidad. El análisis del material pélvico ha llevado a la
conclusión de que el parto de las mujeres de la Sima de los Huesos era
complicado, como entre las mujeres actuales, pero más holgado y que no se
producirían conflictos de tipo pélvico-cefálico (esto es, entre la anchura del
canal del parto de la madre y el diámetro de la cabeza del recién nacido)
relativamente frecuentes en la actualidad.
Entre los aspectos especialmente interesantes que se han podido
estudiar en los fósiles de la Sima de los Huesos destaca el descubrimiento del
origen del lenguaje, sus capacidades auditivas fueron distintas de las de los
actuales chimpancés e indistinguibles de las de los humanos modernos
(Martínez et al., 2004). Este resultado es especialmente relevante para los
estudios sobre el origen del lenguaje, ya que indica que estos humanos fósiles
ya presentaban las capacidades anatómicas necesarias para producir y
percibir el lenguaje hablado.
Agradecimientos
Agradecemos a todos los miembros de la Sociedad Española de Paleontologíapor su asistencia a estas XX Jornadas anuales de la Sociedad. A todo elequipo de Atapuerca que con su trabajo tanto durante las campañas deexcavación como en su estudio de laboratorio permiten que haya fósiles paraestudiar. A la Junta de Castilla y León, al Ministerio de Ciencia y Tecnología(Proyecto BOS2003-08938-C03-01), al Consejo superior de InvestigacionesCientíficas, a la Fundación Atapuerca, al Instituto Nacional de Empleo por su
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35
continua colaboración económica e institucional que hacen que el proyectoAtapuerca siga adelante. Finalmente, a todas las Universidades Españolas enlas que trabajan los miembros investigadores de este proyecto (UniversidadComplutense de Madrid, Universidad de Alcalá, Universidad de Burgos,Universidad Rovira i Virgili, Universidad de Zaragoza y Universidad del PaísVasco).
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