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Alejandro López Instituto de Ciencias Antropológicas, UBA Sixto Giménez Benítez Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas, UNLP astronomía cultural? La astronomía cultural permite elucidar las relaciones de los diversos grupos humanos con el cosmos, y las maneras en que ellas se manifiestan en la arquitectura, los mitos y las prácticas cotidianas. £ El caracol de Chichen Itzá, México.

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Page 1: astronomía cultural?

Alejandro LópezInstituto de Ciencias Antropológicas, UBA

Sixto Giménez BenítezFacultad de Ciencias Astronómicas y

Geofísicas, UNLP

astronomía cultural?

La astronomía cultural permite elucidar lasrelaciones de los diversos grupos humanoscon el cosmos, y las maneras en que ellas semanifiestan en la arquitectura, los mitos y las

prácticas cotidianas.

£

El caracol de Chichen Itzá, México.

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E l siglo XX no solo se caracterizó por una enormeproducción científica y tecnológica, también fueun período durante el cual se manifestó creciente

interés por las formas en que los seres humanos pro-ducimos conocimiento. En especial, se volvió tema dedebate hasta qué punto y en qué formas el conocimientohumano se relaciona con la estructura y la dinámica delas sociedades que lo producen. De este modo, y tenien-do en cuenta el contexto sociocultural, se comenzó apensar sistemáticamente en cuestiones que van desde lostemas estudiados a los criterios de verdad, pasando porlas diversas formas en que el conocimiento se organizay clasifica.

Este debate tardó en llegar al campo de ciencias comola astronomía, la física o la matemática, consideradas ha-bitualmente disciplinas generadoras de un conocimientoque es independiente de quienes lo crean, a pesar de queya los antiguos griegos reflexionaron sobre los vínculosentre las sociedades egipcia y babilónica y el saber astro-nómico que elaboraron.

A fines del siglo XIX, el astrónomo británico NormanLockyer (1836-1920), uno de los descubridores del helioy fundador de la revista científica Nature, se interesó por losposibles significados astronómicos de monumentos me-galíticos europeos y de construcciones egipcias. Ello diolugar a una serie de trabajos de astrónomos, físicos, inge-nieros y arqueólogos sobre la astronomía en sociedades dela antigüedad. Ese interés por la astronomía de sociedadesantiguas se vio complementado por la indagación de lasastronomías de diversas sociedades contemporáneas, comolas de los aborígenes de América y Oceanía.

A partir de este núcleo se comenzó construir una re-flexión más amplia acerca de la astronomía como parteintegrante de la cultura, y sobre las relaciones entre elconocimiento de los fenómenos celestes y las sociedadesque lo elaboran.

En la década de 1960, las dificultades de definir mo-dos de trabajo común para las disciplinas concurrentesen este tipo de estudios dieron origen a una serie decontroversias. Durante las décadas de 1970 y 1980 sefue gestando una metodología común y se generaronforos internacionales de intercambio. En la década de1990, dos reconocidos investigadores, el polaco Stanis-law Iwaniszewski y el británico Clives Ruggles, propu-sieron el término astronomía cultural para denominar a cual-quier tipo de estudio o línea de investigación que relacione la astronomíacon las ciencias humanas o sociales. En este contexto, astronomíadebe entenderse de manera amplia: no solo incluye laastronomía académica sino, también, todas las prácticasy representaciones de lo celeste. La astronomía culturalintenta así establecer las concepciones del cielo que sehan ido forjando los seres humanos de diversas culturas,las preguntas que se han hecho y las respuestas que sehan dado. El nombre astronomía cultural está muy difundidoen la actualidad; se considera que la arqueoastronomía, la

etnoastronomía, la historia de la astronomía y la astronomía popularson parte de aquella.

La astronomía cultural es verdaderamente una astro-nomía antropológica. Por sus características, requiereindefectiblemente del trabajo interdisciplinario de astró-nomos, antropólogos, arqueólogos, historiadores, arqui-tectos, sociólogos, etcétera. Ese carácter interdisciplinarioplantea uno de sus mayores desafíos y, simultáneamente,abre una de sus mayores potencialidades. Otro importan-te referente mundial de la astronomía cultural, el españolJuan Antonio Belmente, destacó la necesidad no solo deconformar equipos interdisciplinarios sino, también, de queen ellos se enriquezca el paradigma epistemológico dela disciplina de cada uno de sus miembros con el de lasotras ciencias concurrentes.

Astronomía y cultura en América

En América se han realizado numerosos estudios deastronomía cultural, por lo general concentrados en unaspocas zonas geográficas, en especial Mesoamérica, elárea andina y el sur de los Estados Unidos. En las tierrasbajas sudamericanas los estudios no se han caracterizadopor su continuidad y sistematicidad, sobre todo para losgrupos de cazadores-recolectores, acerca de los cualesla mayor cantidad de investigaciones corresponde a lacuenca amazónica.

Uno de los primeros autores en trabajar sistemática-mente las concepciones no europeas de lo celeste fue elantropólogo alemán Roberto Lehmann-Nitsche (1872-1938), quien publicó a partir de 1919 una serie demonografías en la Revista del Museo de La Plata sobre lo quedenominó etnoastrognosis. A pesar de que no tuvieron con-tinuidad, esas monografías constituyeron un importanteantecedente de la disciplina. Aunque en forma provisoriay como primer esbozo, cubrieron una gama muy ampliade intereses: buscaron elementos astronómicos en relatosmíticos y analizaron las vinculaciones de los cielos conel ciclo productivo y otras prácticas cotidianas. Tambiénse ocupó Lehmann-Nitsche de la astronomía popular degrupos criollos.

En la literatura académica argentina solo se encuen-tran referencias esporádicas a estas cuestiones. La mayo-ría aparece en trabajos etnográficos y antropológicos quehan estudiado diversos temas relacionados: la cosmovi-sión de los grupos indígenas, sus prácticas y creenciasreligiosas, sus formas de representación y sus caracte-rizaciones del tiempo, el espacio y el cuerpo. Si bienconforman un importante antecedente, por lo generallos estudios no fueron pensados en el marco de la as-tronomía cultural, por lo que no suelen tener en cuentalo estudiado antes sobre la astronomía de otras culturasdel mundo. Más allá de los trabajos de Lehmann-Nitschey de los tempranos estudios de Pedro Parodi sobre as-

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isuira 1. La Vía Láctea se observa en la noche como una larga mancha blanquecina. En la concepción mocoví, es un sendero a lo largo del cual se despliegan

z -as Aportantes asterismos de esa cultura chaqueña. Los relatos míticos mocovíes asociados con dichos asterismos delinean una suerte de camino

erado por los encuentros de los chamanes con los seres poderosos que dominan el cosmos mocoví. Las posiciones que toma la Vía Láctea a lo largo de

E ícete y sus cambios en el transcurso del año proporcionan a los mocovíes reloj y calendario: les permiten determinar el momento de la noche y del ciclo

•~~¿ r~ que se encuentran. La Vía Láctea les proporcionó también direcciones de referencia para organizar el espacio terrestre, análogas a nuestros puntos

amia aymara, las investigaciones sistemáticas en el. comenzaron con la conformación en la Universidadional de La Plata de un grupo de investigación de laDnomía en la cultura.

Las noches del Chaco

Ese grupo de La Plata se propuso estudiar la astrono-de los pueblos chaqueños mediante el análisis de

concepciones astronómicas de comunidades moco-. del suroeste del Chaco, sus variantes y sus procesosconstrucción y cambio. El esfuerzo luego se amplió

vincularse con trabajos llevados a cabo con la mismaspectiva sobre otros grupos chaqueños, como los

tobas del oeste y los wichí. Entre 2004 y 2008, el pla-netario Galileo Galilei de la ciudad de Buenos Aires par-ticipó de esta investigación, y de su difusión medianteseminarios y cursos formales. Los trabajos procuraronabordar en forma integrada las astronomías de una impor-tante zona del país, ubicada en una región de encuentrode las de las culturas andinas, amazónicas, pampeanas ymesopotámicas.

Así, se ha comenzado a comprender la lógica de lossistemas cosmológicos y de las cosmovisiones de estosgrupos, y la forma en que concibieron el espacio celestey su vinculación con diversos aspectos de su vida social.Se encontró que entre los mocovíes el concepto de noyic,o camino, es una estructura fundamental de su visión delmundo. Hasta el momento de su contacto con europeos,

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Figura 2. Para diversas sociedades sudamericanas, las manchas oscuras que se distinguen en la Vía Láctea constituyen importantes rasgos del cielo. Los

pueblos andinos ven en ellas una llama con su cría y otros poderosos seres con forma animal. Muchos grupos chaqueños, como los mocovíes y los tobas, ven

allí un enorme ñandú celestial, el dueño de esa especie, al que los relatos de los grupos chaqueños dan gran importancia.

dicho grupo fue cazador-recolector y vivía sujeto a des-plazamientos estacionales. Para ellos, la idea del caminose vincula primariamente con la experiencia de las sendasque se internan en el monte desde los lugares que habitany los conducen a los espacios donde obtienen recursos.Los ámbitos que deben recorrer y los bienes que contie-nen se encuentran bajo el dominio de seres poderososllamados dueños, con quienes entienden que deben pactarcon el fin de acceder a los recursos necesarios para la su-pervivencia. Los encuentros con los dueños jalonan loscaminos y dieron lugar al nayic, metáfora o modelo de unrecorrido que lleva de lo conocido a lo desconocido, en elque acontecen los pactos con los poderes que gobiernanel cosmos. Esta estructura es usada por los mocovíes paraelaborar la propia historia, la que suele por eso conocersecomo las andanzas. El nayic organiza el espacio celeste moco-ví del mismo modo que conforma la estructura narrativade sus relatos y la descripción de su territorio.

La Vía ¿¿¿tea, íicccscra galaxia., tjcre se w en ei1 cieíonocturno como una enorme franja de brillo difuso, espara los mocovíes un gigantesco camino que une las di-ferentes capas del mundo. La astronomía cultural utilizael término asterismo, en lugar de constelación, para desig-

nar aquellos rasgos celestes a los que una cultura otorgasentido, los que no necesariamente toman la forma deun conjunto de estrellas unidas por líneas imaginarias,como es el caso de las constelaciones europeas. Muchosde los asterismos mocovíes se ubican a lo largo de la VíaLáctea, como hitos del nayic. De hecho, las historias quese asocian con sus asterismos son un relato de encuen-tros y pactos con seres poderosos. Ese nayic es el caminoque recorren en su iniciación los pi'xonaq, los chamanesmocovíes, en el que deben enfrentarse con los poderososque encuentran y pactar con ellos. De este modo, la ima-gen de nuestra galaxia constituye el eje estructurador delespacio celeste mocoví, y cuya forma y aspecto quedanvinculados con principios organizativos generales del es-pacio, la narrativa y la historia de esa etnia.

Aportes para una educaciónastronómica

Un aspecto importante de la astronomía cultural es elenorme aporte que puede realizar a la educación cientí-

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I ARTÍCULO

fica y, en particular, a la popularización de la astronomía.Ello resulta doblemente importante a la luz de las eleva-das tasas de fracaso escolar en el área de ciencias entremuchas poblaciones de Iberoamérica. La astronomía cul-tural evoca tradiciones conocidas por los escolares y esta-blece puentes entre estas y el conocimiento académico.

Asimismo, la astronomía cultural no solo permiteentender la influencia que tienen las representaciones yprácticas astronómicas sobre los más variados aspectosde nuestras culturas sino que, además, muestra el come-tido central de los procesos sociales en la construcciónde conocimiento acerca de los fenómenos celestes.

Al poner en escena no solo la astronomía que se valede telescopios sino, también, las concepciones de socie-dades que observan el cielo a ojo desnudo, la astronomíacultural brinda la oportunidad de adquirir una experien-cia directa del espacio celeste, algo, como es bien sabido,cada vez más raro entre habitantes de centros urbanos.Poder presenciar fenómenos fácilmente observables,como la variación a lo largo del año de los lugares desalida y puesta del sol, el movimiento diurno de la bóve-da celeste, los períodos de visibilidad e invisibilidad dedeterminadas estrellas en ciertas latitudes, etcétera, tornael cielo en una realidad tangible.

Hoy se da la paradoja de que niños de grandes ciuda-des sientan curiosidad por los agujeros negros y por la

expansión del universo —temas que no se vinculan consu observación del cielo—, y acepten sin cuestionar in-adecuadas frases de algunos manuales escolares, comoque el sol se pone siempre por el punto cardinal oeste,algo que para los pobladores rurales es un error obvio.

Los vínculos emocionales que se forman medianteuna observación temprana y directa de la naturaleza soncentrales para el interés que los niños tendrán por losfenómenos celestes. A partir del reconocimiento y la va-loración de sus tradiciones relacionadas con el cielo, losdiversos grupos humanos podrán verdaderamente apro-piarse del saber astronómico académico y contribuir a élen formas originales e insospechadas. Surgirán así nue-vas metáforas y modelos, nuevos procedimientos y for-mas de concebir nuestra exploración de los cielos.

¿Qué nos espera?

La astronomía cultural es un campo relativamentenuevo, pero cuenta ya en el mundo con una trayectoriaimportante. Ha pasado sus primeras fases de desarro-llo, ha comenzado a afianzar sus métodos de trabajo yha logrado acuerdos importantes entre los principalesexpertos en el área. Pero aún resta mucho que hacer ennumerosos frentes.

Figura 3. El templo de las inscripciones, Palenque, México.

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Debido al interés que despierta el terna y a la funciónlegitimadora del saber astronómico en muchos contex-tos, existe enorme cantidad de material en circulaciónsobre la astronomía de diversas culturas construido conescaso rigor metodológico y, por ende, de muy dudosacalidad. En sí mismo, este es un fenómeno interesan-te que la astronomía cultural debería indagar. Por otraparte, se hace imprescindible promover la realización ydifusión de buenos trabajos científicos que aborden conrigor los temas discutidos por los mencionados materia-les de mala calidad. Aunque muchas veces los resultadosdel trabajo científico son menos espectaculares que lasespeculaciones, permiten ir construyendo una miradamás profunda sobre nosotros mismos y el mundo enque vivimos.

Hoy los esfuerzos se encaminan, por una parte, aabordar la astronomía de grupos culturales y períodospoco estudiados. También, se procura incorporar esosestudios a los debates teóricos sobre las ciencias sociales.Las nuevas investigaciones adoptan una mirada menosingenua sobre los vínculos del conocimiento con losprocesos políticos, económicos y de identidad. Prestanparticular atención a las concepciones acerca de la es-tructura última del universo en las luchas simbólicas porla legitimidad social. Se ve un creciente interés por darcuenta de la diversidad de discursos y prácticas relacio-nadas con lo celeste que coexisten en una misma so-ciedad, explorando las diferencias entre clases sociales,grupos profesionales, géneros, edades, etcétera.

Una comprensión más profunda de las astronomíasde otras culturas, que trascienda lo anecdótico, es muyimportante en la enseñanza y popularización de la as-

tronomía. Por lo general, se usan los relatos míticos deotras culturas como ilustraciones curiosas de 'locuras enque pensaba la gente'. Pero ver esos relatos en mayorprofundidad, entender su estructura y su razón- de sernos permite apreciar la forma en que articularon y ar-ticulan nuestras formas de conocer. Esto puede aportarmucho a nuestra comprensión de los procesos que ge-neran las ideas y los modelos científicos.

Una mirada más antropológica de la historia de la as-tronomía académica nos permite ser más conscientes desu carácter de producto histórico sin perder la capacidadde evaluar su valor científico.

En el caso sudamericano, se impone la realización detrabajos sistemáticos, con métodos adecuados y en contac-to con la producción mundial. Creemos que son especial-mente importantes los trabajos que conecten a los gruposétnicos de una misma región, y que posean tanto un com-ponente etnográfico como uno histórico o arqueológico.Hay gran cantidad de desafíos por delante, por ejemplo,entre otros, que los integrantes de los grupos de investiga-ción se formen en las disciplinas que concurren al trabajo,para poder construir un lenguaje común mediante el cualrelacionarse. En enero de 2011 se realizará en Lima, Perú,el IX Simposio Oxford, la más importante conferenciamundial de astronomía cultural. Será la primera que serealiza en Sudamérica, lo que brindará una oportunidadúnica para los investigadores del continente. CH

Las figuras 1 y 1 fueron elaboradas por^Uejandro López y Diego Alterleib, y

dibujadas por Lorena Castro. Las fotografías de Mesoamérica fueron tomadas

por Sixto Giménez Benítez.

Alejandro Martín López

Doctor en antropología, Facultad de Filosofía y

Letras, UBA

Licenciado en astronomía, Universidad Nacional

de La Plata.

Investigador del CONICET

Sixto Giménez Benítez

Licenciado en astronomía, Universidad Nacional

de La Plata.

Director del Museo de Astronomía y Geofísica, UNLP.

Docente de la Facultad de Ciencias Astronómicas y

Geofísicas, UNLP.

LECTURAS SUGERIDAS

BELMONTE JA, 2009, 'El origen de nuestra visión del cosmos', CIENCIA

HOY, 19:18-20.

LEHMANN-NITSCHE R, 1924, 'La astronomía de los mocoví', Revista

del Museo de La Plata, XXVIII:66-79.

EN INTERNET (marzo de 2010), http://www.archaeoastronomy.org/

(proporciona información sobre la conferencia Oxford IX); http://www.

archeoastronomy.org/; http://www.fcaglp.unlp.edu.ar/~sixto/arqueo/

index.htm.

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