articulo de bañuelos

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MARTÍN MUCHA l palacete refugio de Enrique Bañuelos [ca- lle La Paz 24, Valencia] tiene las luces encendi- das. Desde la planta uno dirige y pla- nea su próxima resurrección. Cuando regresa de sus continuos viajes a Bra- sil, se parapeta allí. Su nuevo equipo lo conforman no más de 10 personas. La empresa que reconstruirá su impe- rio se llama CV Capital. El logotipo no figura por ningún lado. Pedimos una entrevista con él por distintas vías [la oficial, por amigos íntimos e incluso a través de sus antiguos compañeros de Astroc] y se niega. Los que lo conocen dicen que espera volver con un gran anuncio. De esos grandilocuentes. De esos que reafirmen la frase que refleja su espíritu. «Déjenme desnudo en Central Park y saldré en una limusi- na». Su secretaria, María S., nos cuen- ta que está fuera del país. Que aún evalúa reunirse con nosotros. Mientras charlo con ella, un todo- terreno Audi Q7 de cristales tintados se mete en la única plaza de garaje del palacete, en el espacio que debe- ría ocupar un local. La entrada es co- mo la del batimóvil en la cueva. Den- tro, tres personas: un guardaespal- das, un chofer y alguien más. ¿Es Enrique Bañuelos de Castro? La se- cretaria niega esa posibilidad. Bañuelos [Sagunto, 1966], el otrora tercer hombre más rico de Es- paña, puesto 95 de la lista Forbes 2007, habitué —en su momento— de reuniones con la realeza, es un fan- tasma que quiere volver a la vida empresarial con un milagro. El hom- bre que representa el inicio del fin de la bonanza económica [o el co- mienzo de la crisis económica más importante en medio siglo en Espa- ña] vuelve a hacer negocios. ¿Nos sorprenderá? La clave para su resurrección es Brasil. Desde octubre, viaja en su jet privado constantemente a São Paulo y Río de Janeiro. Quiere formar un holding de entre seis y 10 empresas brasileñas para construir allí. Nego- ciará con terrenos y edificios. Vuel- ve a sus fueros en uno de los países con mayor futuro urbanístico del planeta. Los medios brasileiros ya lo han bautizado: el Donald Trump es- pañol o el Señor de los Ladrillos. «Es la jugada más osada del mercado in- mobiliario brasileño», describe el prestigioso diario económico Valor. ¿De dónde saca el dinero? ¿No esta- ba en la ruina? No [a secas]. Es menos rico que en la etapa feliz de Astroc, cuando su fortuna en 2006 se estimaba en más de 4.500 millones de euros [to- do basado en la capitalización bur- sátil de Astroc, un bluff]. Un año después sus acciones valían 2.182 millones. Hoy, su participación ac- cionarial —exagerando— vale en el mercado poco más de 10 millones. ¿De dónde saca el dinero entonces? La mayoría creía que la debacle bur- sátil, que hundió sus acciones de 75 euros a la nada, le finiquitó como magnate [el boom fue espectacular, inédito, su cotización cuando salió a bolsa fue de 6 euros, subiendo por encima del 1.000% en un año]. La clave de la historia sería el pa- trimonio paralelo que acumuló a tra- vés de diversos movimientos finan- cieros entre Astroc, su empresa ma- triz, y CV Capital [una sociedad pa- ralela a la gallina de los huevos de oro]. Esto evitó que cayera en la bancarrota. ¿Es millonario aún? Sí, pero su fortuna no llega ni al 5% de su etapa Forbes. Se acerca al fotógrafo un guar- daespaldas vestido de civil. Sin ame- nazar y con buenos modales pre- gunta por los retratos que se toman al edificio de CV Capital [otrora sede de la paralizada Fundación Astroc]. «¿Está allí?», preguntamos. En tono burlón responde: «No te lo puedo decir». Se va. Las cortinas bajan. En el aeropuerto de Manises, na- die se pone de acuerdo acerca del número de aviones suyos que aterri- zan allí. «Son tres», dice uno. «Son dos». «Es sólo uno». El descenso se acaba en ese número. Un aeroplano lo tendría alquilado a una empresa de vuelos privados. Otro estaría listo para transportar a su madre [la per- sona más importante de su vida, en homenaje suyo bautizó a su antigua empresa: es una variante de su ape- llido materno, Castro]. AVIÓN ANTIMISILES. El único jet acerca del que hay consenso es para su uso exclusivo. Es el Falcon 900. Mejor que el de Bill Gates o el Rey. «Tiene detector de misiles», presumía. Actualmente, lo usa en sus paseos con los más importantes empresarios de Brasil. En el aire, les explica in situ sus proyectos. Su método con ellos es el mismo que empleó cuando pretendía ocu- par un lugar privilegiado en EEUU. Deslumbrar. En Nueva York pagó para estar en las más importantes ci- tas sociales. Fue parte del grupo de selectas personalidades que acom- pañaron al Príncipe de Asturias a la Casa Blanca. Invitó a una paella a 20.000 personas en Manhattan. En el país de la samba, frecuenta los mejores salones de Río de Janei- ro y São Paulo. En Brasil no hay mo- narquía pero sí potentados que mue- ven los hilos de una alta sociedad ce- rrada y de difícil acceso. Su cicerone es Israel Klabin [octogenario pa- triarca de una de las más aristocráti- cas y adineradas familias brasileñas, viejo político y fundador de un reino industrial del papel]. Bañuelos man- tiene cenas y reuniones íntimas con Klabin y su entorno. SU ÚNICO VICIO. Nada lo distrae. Ni los agazajos de los nuevos ami- gos. Ni las bellas y esculturales mo- renas que le acosan [su fidelidad a su esposa no tiene dudas]. Nada consigue desviar a Enrique de su único vicio: ganar montañas de di- nero. Está comprando acciones de empresas inmobiliarias para formar el mayor grupo del país y, de conso- lidarse, uno de los primeros de Amé- rica Latina. Las características de ellas son: están en crisis y tienen muchas tierras entre sus activos. Quiere formar un nuevo Astroc allí [recordemos que en Valencia poseía 20 millones de metros cuadrados]. En este mundo globalizado su fra- caso empresarial previo comenzó a ser un obstáculo tras ser citado en los medios cariocas y paulistas. Pero ha sabido superar los co- mentarios negativos con sus manio- bras en la alta sociedad. En sus reu- niones vende la idea que un sólo hol- ding —casi monopólico— de inmo- NEGOCIOS / ¿SE ACUERDAN DEL PERSONAJE? CRÓNICAS DE UNA CRISIS / 11 AL MÁXIMO EXPONENTE DEL PELOTAZO EN LA ESPAÑA RECIENTE LO LLAMAN EN BRASIL EL TRUMP ESPAÑOL BAÑUELOS RENACE EN BRASIL E EL PRIMER CAÍDO. Enrique Bañuelos [Sagunto, 1966] intenta reflotar su imperio comprando acciones de empresas brasileñas. Cuando vuelve de Sudamérica, no es difícil verlo paseando por las calles de Valencia. EL MUNDO / AÑO XXI, NÚMERO 695 CRÓNICA DOMINGO 8 DE FEBRERO DE 2009 4

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MARTÍN MUCHA

l palacete refugio deEnrique Bañuelos [ca-lle La Paz 24, Valencia]tiene las luces encendi-

das. Desde la planta uno dirige y pla-nea su próxima resurrección. Cuandoregresa de sus continuos viajes a Bra-sil, se parapeta allí. Su nuevo equipolo conforman no más de 10 personas.La empresa que reconstruirá su impe-rio se llama CV Capital. El logotipo nofigura por ningún lado. Pedimos unaentrevista con él por distintas vías [laoficial, por amigos íntimos e incluso através de sus antiguos compañeros deAstroc] y se niega. Los que lo conocendicen que espera volver con un grananuncio. De esos grandilocuentes. Deesos que reafirmen la frase que reflejasu espíritu. «Déjenme desnudo enCentral Park y saldré en una limusi-na». Su secretaria, María S., nos cuen-ta que está fuera del país. Que aúnevalúa reunirse con nosotros.

Mientras charlo con ella, un todo-terreno Audi Q7 de cristales tintadosse mete en la única plaza de garajedel palacete, en el espacio que debe-ría ocupar un local. La entrada es co-mo la del batimóvil en la cueva. Den-tro, tres personas: un guardaespal-das, un chofer y alguien más. ¿EsEnrique Bañuelos de Castro? La se-cretaria niega esa posibilidad.

Bañuelos [Sagunto, 1966], elotrora tercer hombre más rico de Es-paña, puesto 95 de la lista Forbes2007, habitué —en su momento— dereuniones con la realeza, es un fan-tasma que quiere volver a la vidaempresarial con un milagro. El hom-bre que representa el inicio del finde la bonanza económica [o el co-mienzo de la crisis económica másimportante en medio siglo en Espa-ña] vuelve a hacer negocios. ¿Nossorprenderá?

La clave para su resurrección esBrasil. Desde octubre, viaja en su jetprivado constantemente a São Pauloy Río de Janeiro. Quiere formar unholding de entre seis y 10 empresasbrasileñas para construir allí. Nego-ciará con terrenos y edificios. Vuel-ve a sus fueros en uno de los paísescon mayor futuro urbanístico delplaneta. Los medios brasileiros ya lohan bautizado: el Donald Trump es-pañol o el Señor de los Ladrillos. «Esla jugada más osada del mercado in-

mobiliario brasileño», describe elprestigioso diario económico Valor.¿De dónde saca el dinero? ¿No esta-ba en la ruina?

No [a secas]. Es menos rico queen la etapa feliz de Astroc, cuandosu fortuna en 2006 se estimaba enmás de 4.500 millones de euros [to-do basado en la capitalización bur-sátil de Astroc, un bluff]. Un añodespués sus acciones valían 2.182

millones. Hoy, su participación ac-cionarial —exagerando— vale en elmercado poco más de 10 millones.¿De dónde saca el dinero entonces?La mayoría creía que la debacle bur-sátil, que hundió sus acciones de 75euros a la nada, le finiquitó comomagnate [el boom fue espectacular,inédito, su cotización cuando salió abolsa fue de 6 euros, subiendo porencima del 1.000% en un año].

La clave de la historia sería el pa-trimonio paralelo que acumuló a tra-vés de diversos movimientos finan-cieros entre Astroc, su empresa ma-triz, y CV Capital [una sociedad pa-ralela a la gallina de los huevos deoro]. Esto evitó que cayera en labancarrota. ¿Es millonario aún? Sí,pero su fortuna no llega ni al 5% desu etapa Forbes.

Se acerca al fotógrafo un guar-

daespaldas vestido de civil. Sin ame-nazar y con buenos modales pre-gunta por los retratos que se tomanal edificio de CV Capital [otrora sedede la paralizada Fundación Astroc].«¿Está allí?», preguntamos. En tonoburlón responde: «No te lo puedodecir». Se va. Las cortinas bajan.

En el aeropuerto de Manises, na-die se pone de acuerdo acerca delnúmero de aviones suyos que aterri-zan allí. «Son tres», dice uno. «Sondos». «Es sólo uno». El descenso seacaba en ese número. Un aeroplanolo tendría alquilado a una empresade vuelos privados. Otro estaría listopara transportar a su madre [la per-sona más importante de su vida, enhomenaje suyo bautizó a su antiguaempresa: es una variante de su ape-llido materno, Castro].

AVIÓN ANTIMISILES. El únicojet acerca del que hay consenso espara su uso exclusivo. Es el Falcon900. Mejor que el de Bill Gates o elRey. «Tiene detector de misiles»,presumía. Actualmente, lo usa ensus paseos con los más importantesempresarios de Brasil. En el aire, lesexplica in situ sus proyectos.

Su método con ellos es el mismoque empleó cuando pretendía ocu-par un lugar privilegiado en EEUU.Deslumbrar. En Nueva York pagópara estar en las más importantes ci-tas sociales. Fue parte del grupo deselectas personalidades que acom-pañaron al Príncipe de Asturias a laCasa Blanca. Invitó a una paella a20.000 personas en Manhattan.

En el país de la samba, frecuentalos mejores salones de Río de Janei-ro y São Paulo. En Brasil no hay mo-narquía pero sí potentados que mue-ven los hilos de una alta sociedad ce-rrada y de difícil acceso. Su ciceronees Israel Klabin [octogenario pa-triarca de una de las más aristocráti-cas y adineradas familias brasileñas,viejo político y fundador de un reinoindustrial del papel]. Bañuelos man-tiene cenas y reuniones íntimas conKlabin y su entorno.

SU ÚNICO VICIO.Nada lo distrae.Ni los agazajos de los nuevos ami-gos. Ni las bellas y esculturales mo-renas que le acosan [su fidelidad asu esposa no tiene dudas]. Nadaconsigue desviar a Enrique de suúnico vicio: ganar montañas de di-nero. Está comprando acciones deempresas inmobiliarias para formarel mayor grupo del país y, de conso-lidarse, uno de los primeros de Amé-rica Latina. Las características deellas son: están en crisis y tienenmuchas tierras entre sus activos.Quiere formar un nuevo Astroc allí[recordemos que en Valencia poseía20 millones de metros cuadrados].

En este mundo globalizado su fra-caso empresarial previo comenzó aser un obstáculo tras ser citado enlos medios cariocas y paulistas.

Pero ha sabido superar los co-mentarios negativos con sus manio-bras en la alta sociedad. En sus reu-niones vende la idea que un sólo hol-ding —casi monopólico— de inmo-

NEGOCIOS / ¿SE ACUERDAN DEL PERSONAJE?

CRÓNICAS DE UNA CRISIS / 11

AL MÁXIMOEXPONENTE DELPELOTAZO EN LAESPAÑARECIENTE LOLLAMAN ENBRASIL ELTRUMP ESPAÑOL

BAÑUELOS RENACE EN BRASIL

E

EL PRIMER CAÍDO.Enrique Bañuelos [Sagunto, 1966] intenta reflotar su imperio comprando acciones deempresas brasileñas. Cuando vuelve de Sudamérica, no es difícil verlo paseando por las calles de Valencia.

EL MUNDO / AÑO XXI, NÚMERO 695 CRÓNICA DOMINGO 8 DE FEBRERO DE 20094