Articulo Ciudades Invisibles

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86 Nº 235 JUNIO 2015 ARKINKA ›› DISEÑO Por KARINA PUENTE* DE CóMO COMENCÉ A ILUSTRAR LAS CIUDADES INVISIBLES N unca fui buena dibujando en la universi- dad. Mis dibujos a mano eran muy ma- los. Siempre a lápiz, que es el primer ins- trumento con el que te enseñan a dibujar. Creo que el lápiz y yo nunca nos llevamos bien. Cuando descubrí el rotulador negro, fue otra his- toria. Y así me pasé los siguientes años fuera de la universidad, intentando llegar a producir dibujos que me gustaran. No al resto; principalmente, a mí. Nueve años, diez libretas viajeras llenas y un hijo después, descubrí la ilustración. Allí todo cambió nuevamente o, más bien, encajó. Empecé a imagi- narme ciudades que no existían y sentí la urgencia de dibujarlas y pintarlas. No como proyecto, sino como dibujo. Un día me vi recortando, pegando, dibujando y pintando. La primera se llamó “City beneath the City”, una ciudad subterránea debajo de los barrios nuevos de la periferia de la ciudad de Lima, casi como la ilustración de una ciudad utópica que todos merecemos, debajo de una que a la que aún le falta mucho para serlo. A raíz de este intento recordé el libro de Calvino que alguna vez leí parcialmente. Y así empezó todo. Releyendo las Ciudades Invisibles, se despertó en mí el deseo de dibujar. Él tuvo ese poder y así nació el proyecto. La idea fue ilustrar su libro para que un niño de cuatro años pudiera visualizarlo. Por suerte, la primera ciudad que leí en desorden fue Isaura, ciudad de los mil pozos subterráneos. La leí muchas veces. Me fascinó y logró obsesionar- me. Pensé en ella durante un mes, constantemen- te. Dibujé en libretas, sobre las paredes de la casa, en cualquier superficie que encontré, hasta que por fin tuve el coraje de hacerla. De frente, sin líneas guía, a rotulador. Cuando estuvo terminada, pasó la prueba de fuego. Si mi hijo no la entendía, habría fracasado. Felizmente no fue así. Allí comprendí que el reto de hacer tangible lo que no existe, más que en la imaginación del autor, es especialmente difícil. Comunicar visualmente es difícil. Un poco como la arquitectura misma. Así que me propuse ilustrar las 55 ciudades del libro, ¡tome el tiempo que tome! Y aquí sigo. A veces me imagino enseñándole alguna de las ciudades ilustradas a Calvino. Le muestro la colec- ción de dibujos que he hecho y lo visualizo prácti- camente insultándome en la cara mientras mue- ve sus manos “Italian style”. Casi como diciendo ¡Come ti permetti! (¡cómo te atreves!) ¡Me atrevo! Me atrevo porque es un experimen- to. Porque no es un trabajo ni un encargo. Es para mí y porque me gusta. Cuando leo, pienso y ejecuto mis ciudades, las hago mías, mías las ciudades invisibles de Calvi- no, me libero del miedo al error y solamente hago. Hago con pasión. Hago sin restricción. Hago y me divierto haciendo. Cada ciudad es una fiesta. Al- guna vez escribí “aquí estamos Dorotea y yo” y alguien me preguntó ¿Quién es Dorotea? Dorotea es una de las ciudades invisibles. Las leo despacito, con calma, una por una. Leo cuando tengo ganas. Me tengo prohibido leer más de una a la vez. Leo la que voy a ilustrar, sino siento que es como traicionarlas. Cada una tiene su momento. Cada una es especial. Tiene un poco de manía este proyecto. Un poco de locura. Pero como dice Heine, “la verdadera lo- cura quizá no sea otra cosa que la sabiduría mis- ma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de vol- verse loca.” 1 “[…] nutrirse no solo de lo que uno es, sino también de aquello que se quisiera ser, es ansia de conocimiento, curiosidad, pero también insatisfacción, desasosiego y vértigo al descubrir lo que hay más allá de uno mismo. Joan Roig “La casa de Hansel y Gretel” 1 Heinrich Heine (1797 – 1856) Poeta Alemán. * Karina Puente Frantzen Arquitecta. Fan de Archigram, Calvino y las cosas hechas a mano. Apasionada por la arquitectura, las ciudades, la investigación y la enseñanza de la arquitectura. Me interesa la creatividad, el diseño, los libros, el espacio, la filosofía, la música y el arte. Si quieres conocer más sobre el proyecto, búscanos aquí: bit.ly/karinapuente

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N º 2 3 5 • j u N i o 2 0 1 5ARKINKA

›› DISEÑOPor Karina Puente*

De CóMO COMenCÉ a iLuStrar LaS CiuDaDeS inViSiBLeS

nunca fui buena dibujando en la universi-dad. Mis dibujos a mano eran muy ma-los. Siempre a lápiz, que es el primer ins-

trumento con el que te enseñan a dibujar. Creo que el lápiz y yo nunca nos llevamos bien.

Cuando descubrí el rotulador negro, fue otra his-toria. Y así me pasé los siguientes años fuera de la universidad, intentando llegar a producir dibujos que me gustaran. no al resto; principalmente, a mí.

nueve años, diez libretas viajeras llenas y un hijo después, descubrí la ilustración. allí todo cambió nuevamente o, más bien, encajó. empecé a imagi-narme ciudades que no existían y sentí la urgencia de dibujarlas y pintarlas. no como proyecto, sino como dibujo. un día me vi recortando, pegando, dibujando y pintando. La primera se llamó “City beneath the City”, una ciudad subterránea debajo de los barrios nuevos de la periferia de la ciudad de Lima, casi como la ilustración de una ciudad utópica que todos merecemos, debajo de una que a la que aún le falta mucho para serlo.

a raíz de este intento recordé el libro de Calvino que alguna vez leí parcialmente. Y así empezó todo. releyendo las Ciudades invisibles, se despertó en mí el deseo de dibujar. Él tuvo ese poder y así nació el proyecto. La idea fue ilustrar su libro para que un niño de cuatro años pudiera visualizarlo.

Por suerte, la primera ciudad que leí en desorden fue isaura, ciudad de los mil pozos subterráneos. La leí muchas veces. Me fascinó y logró obsesionar-me. Pensé en ella durante un mes, constantemen-te. Dibujé en libretas, sobre las paredes de la casa, en cualquier superficie que encontré, hasta que por fin tuve el coraje de hacerla. De frente, sin líneas guía, a rotulador. Cuando estuvo terminada, pasó la prueba de fuego. Si mi hijo no la entendía, habría fracasado. Felizmente no fue así.

allí comprendí que el reto de hacer tangible lo que no existe, más que en la imaginación del autor, es especialmente difícil. Comunicar visualmente es difícil. un poco como la arquitectura misma. así que me propuse ilustrar las 55 ciudades del libro, ¡tome el tiempo que tome!

Y aquí sigo.a veces me imagino enseñándole alguna de las

ciudades ilustradas a Calvino. Le muestro la colec-ción de dibujos que he hecho y lo visualizo prácti-camente insultándome en la cara mientras mue-ve sus manos “italian style”. Casi como diciendo ¡Come ti permetti! (¡cómo te atreves!)

¡Me atrevo! Me atrevo porque es un experimen-to. Porque no es un trabajo ni un encargo. es para mí y porque me gusta.

Cuando leo, pienso y ejecuto mis ciudades, las hago mías, mías las ciudades invisibles de Calvi-no, me libero del miedo al error y solamente hago. Hago con pasión. Hago sin restricción. Hago y me divierto haciendo. Cada ciudad es una fiesta. al-guna vez escribí “aquí estamos Dorotea y yo” y alguien me preguntó ¿Quién es Dorotea?

Dorotea es una de las ciudades invisibles. Las leo despacito, con calma, una por una. Leo cuando tengo ganas. Me tengo prohibido leer más de una a la vez. Leo la que voy a ilustrar, sino siento que es como traicionarlas. Cada una tiene su momento. Cada una es especial.

tiene un poco de manía este proyecto. un poco de locura. Pero como dice Heine, “la verdadera lo-cura quizá no sea otra cosa que la sabiduría mis-ma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de vol-verse loca.”1

“[…] nutrirse no solo de lo que uno es, sino también de aquello que se quisiera ser, es ansia de conocimiento, curiosidad, pero también insatisfacción, desasosiego y vértigo al descubrir lo que hay más allá de uno mismo.

Joan Roig“La casa de Hansel y Gretel”

1 Heinrich Heine (1797 – 1856) Poeta Alemán.

* Karina Puente Frantzen Arquitecta. Fan de Archigram, Calvino y las cosas hechas a mano. Apasionada por la arquitectura, las ciudades, la investigación y la enseñanza de la arquitectura. Me interesa la creatividad, el diseño, los libros, el espacio, la filosofía, la música y el arte. Si quieres conocer más sobre el proyecto, búscanos aquí: bit.ly/karinapuente

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Ciudad invisible Isaura.Del capítulo de Ciudades

Sutiles. “Se supone que Isaura, ciudad de

los mil pozos, surge sobre un profundo lago subterráneo.

Dondequiera que los habitantes, excavando

en la tierra largos agujeros verticales,

han conseguido sacar agua, hasta allí y no más

lejos se ha extendido la ciudad: su perímetro

verdeante repite el de las orillas oscuras del

lago sepulto, un paisaje invisible condiciona el visible, todo lo que se

mueve al sol es impelido por la ola que bate

encerrada bajo el cielo calcáreo de la roca. “

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Ciudad Invisible Diomira.Del capítulo de Ciudades

y la Memoria. “Partiendo de allá y caminando tres

jornadas hacia levante, el hombre se encuentra

en Diomira, ciudad con sesenta cúpulas de

plata, estatuas en bronce de todos los dioses,

calles pavimentadas de estaño, un teatro

de cristal, un gallo de oro, que canta todas

las mañanas sobre una torre. “

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›› DISEÑO

Ciudad invisible Isidora.Del capítulo de Ciudades y la Memoria. “Al hombre que cabalga largamente por tierras agrestes le acomete el deseo de una ciudad. Finalmente llega a Isidora, ciudad donde los palacios tienen escaleras de caracol incrustadas de caracolas marinas […]”

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›› DISEÑO

Ciudad invisible Dorotea.Del capítulo de Ciudades y el Deseo. “De la ciudad de Dorotea se puede hablar de dos maneras: decir que cuatro torres de aluminio se elevan desde sus murallas flanqueando siete puertas del puente levadizo de resorte que franquea el foso cuya agua alimenta cuatro verdes canales que atraviesan la ciudad y la dividen en nueve barrios, cada uno de trescientas casas y setecientas chimeneas”

Ciudad invisible Zaira.Del capítulo de Ciudades y la Memoria. “Inútilmente, magnánimo Kublai, intentaré describirte la Ciudad de Zaira de los altos bastiones. Podría decirte de cuántos peldaños son sus calles en escalera, de qué tipo los arcos de sus soportales, qué chapas de Zinc cubren los techos; pero sé que sería como no decirte nada. No está hecha de esto la ciudad, sino de relaciones entre las medidas de su espacio y los acontecimientos de su pasado […]

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Ciudad invisible Anastasia.Del capítulo de Ciudades y el Deseo. “Al cabo de tres jornadas, andando hacia el mediodía, el hombre se encuentra en Anastasia, ciudad bañada por canales concéntricos y sobrevolada por cometas.”

“City beneath the city” ZOOM.¿Qué es hoy la ciudad para nosotros? Creo haber escrito algo como un último poema

de amor a las ciudades, cuando es cada vez más difícil vivirlas como ciudades. Tal vez estamos acercándonos a un momento de crisis de la vida urbana y Las ciudades

invisibles son un sueño que nace del corazón de las ciudades invivibles. (Ítalo Calvino en una conferencia de presentación del libro).