Introducción

La educación nació de la necesidad de aprender e integrar en los seres humanos

aquellos saberes o ciencias que se creía no podían conocer de manera autónoma;

el maestro surge entonces como la respuesta a esta necesidad, tomando el papel

de intermediario entre el conocimiento y el individuo. Este artículo busca explicar

que no hay un único método de enseñanza, que ésta al igual que los estudiantes y

los seres humanos en general, es diversa y singular, pues dependiendo de un

contexto y de unas dinámicas sociales puede variar.

En educación existe una amplia gama de discursos y estrategias que dan soporte

a la enseñanza y a la formación. El maestro, como portador y representante de la

cultura, debe asumir una postura crítica que le permita integrar las múltiples

direcciones y sentidos en un solo camino donde el deseo de aprender y de

enseñar, presente tanto en maestros como en estudiantes, sea la premisa y el

punto de partida, sin discriminar o tomar como eje la superioridad de uno sobre el

otro, bajo un punto de vista jerárquico, sino como actantes semejantes de sus

procesos educativos y formativos.

Lo anterior, es la introducción al problema institucional que se puede identificar

teniendo como base el documento “Maestro ignorante” de Jacques Ranciere, el

cual parte de la invisibilidad de otros métodos de enseñanza y a la vez esa

relación de superioridad que muchas veces los maestros tienen con respecto a

sus estudiantes, este texto tiene como finalidad demostrar como la enseñanza es

un proceso de construcción y de voluntad.

Desarrollo

Para conocer el contexto actual de esta problemática es importante ahondar un

poco en la historia de la cuna de la civilización, Grecia, en donde los maestros

ocupaban un lugar muy importante, ya que eran los encargados de enseñar las

tradiciones y la literatura1 de aquel tiempo. El método de enseñanza más común

en aquella época era la recitación, la imitación y la memorización, no se trataba de

1 Literatura: En aquella época era una de las enseñanzas más importante, junto con política y filosofía.

cuestionar lo que el maestro planteaba o lo que les enseñaban por medio de los

libros, sino de poder aprenderse de memoria todo aquello que constituía su

cultura y su sociedad. (CITA DE HABLA NIÑO)

El problema radica en que las cosas no han cambiado mucho a lo largo de los

siglos, Skinner, quien es el padre del conductismo, plantea en el siglo XX un

concepto muy importante y es el de condicionamiento operante, que es:

Un proceso en el cual la frecuencia con que ocurre una conducta depende de las consecuencias que tiene esa conducta. La conducta que tiene consecuencias agradables para el sujeto se ve fortalecida y tiende a repetirse, y la conducta que tiene consecuencias negativas para el sujeto se debilita y tiende a desaparecer”. 2

Si se analiza esta teoría, se puede evidenciar que no varía mucho de la imitación y

repetición de la edad antigua, los mejores estudiantes o los que repitan mejor son

aquellos que reciben un estímulo, en el siglo XXI son las notas académicas, o por

el contrario los que no se desempeñen correctamente pueden ser castigados

ahora es con la mala nota, antes podía haber un castigo físico y doloroso. Es

importante rescatar de su teoría la relación entre la tríada de estímulo-respuesta-

recompensa, es que en parte la escuela se ha convertido en una reproducción de

lo que dice el maestro.

Es cierto que los maestros son la base de la educación junto con el conocimiento,

pero ¿para qué existir los maestros? ¿Por qué no dejar que cada quien aprenda

desde su experiencia? No se trata de que los maestros tengan el conocimiento

absoluto y que no haya otras maneras de aprenderlo, se trata de la manera en que

juntos maestro y alumno crean un binomio perfecto donde se complementen. “[…]

Sin embargo, él quería responder a los deseos de ellos. Por eso hacía falta

establecer, entre ellos y él, el lazo mínimo de una cosa común” (Ranciere, 2002, p.

5) Este fragmento que hace parte de una experiencia de un profesor, contextualiza

al maestro para hacerle una invitación: Logre una puesta en común con los

estudiantes, cree lazos, de eso trata la educación y la enseñanza.

2 El documento (pdf) encontrado en internet no tiene autor ni referencias bibliográficas, por lo que se pone la página de donde fue sacado. http://www.ctascon.com/Aportaciones%20de%20Skinner.pdf

Cada cultura, sociedad y época tiene una manera de enseñanza, pues como se ha

dicho antes en la introducción, el contexto y las dinámicas sociales son parte

fundamental para el acto educativo. Cada ser humano viene cargado de una

historia y de unas experiencias que hacen de su saber algo único e irrepetible. Por

ello la tarea principal del maestro no es solo explicar un tema o repartir fotocopias,

es encontrar un punto de convergencia entre la simplicidad y la ignorancia, es

decir, el maestro como formador y a su vez sujeto en formación es un ser de

apertura cuyas posibilidades surgen en el poder presentarle a sus estudiantes el

mundo desde su propia mirada, claro está sin desvincular otras. En esta medida,

su rol va más allá de transmitir información, en tanto desde su estar y sus modos

de ver y actuar ejerce su papel, teniendo en cuenta además que todo aquello que

realiza ha de dejar huellas en sus estudiantes y cuyo efecto puede no ser

inmediato.

Lo que faltará siempre al trío que forma con el niño y el libro, es ese arte singular del explicador: el arte de la distancia. El secreto del maestro es saber reconocer la distancia entre el material enseñado y el sujeto a instruir, la distancia también entre aprender y comprender. El explicador es quien pone y suprime la distancia, quien la despliega y la reabsorbe en el seno de su palabra.

Este texto aporta una consigna muy importante para la relación maestro-

estudiantes y es que el maestro es quien pone un velo al conocimiento, es la

persona que se encarga de establecer la distancia entre el estudiante y el saber,

distancia que le crea a su aprendiz la necesidad de tener alguien que le explique

cada conocimiento, lo fascina de tal modo que lo hace pensar que es inferior.

Teniendo en cuenta que la tarea del maestro ya es monumental, Larrosa dice que

un verdadero maestro tiembla al ver la enormidad de la tarea que tiene entre

manos, y no solo porque deban explicar y hacerle comprender al estudiante un

tema o unos conceptos, debe temblar porque se dará cuenta de que cada proes

de enseñanza es diferente, “la individualidad es la ley del mundo” (Ranciere, 2002,

p. 15). Aunque la educación esté regida por unos lineamientos curriculares y unos

estándares básicos, no es posible hablar de homogeneización, cada persona en el

mundo es distinta y por ende su proceso de aprendizaje será distinto.