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UNIVERSIDAD DE MURCIA
EL ARTE POSTPALEOLÍTICO EN LA REGIÓN DE MURCIA
ALGUNOS YACIMIENTOS CON ARTE PARIETAL DE LA ZONA DE MORATALLA
PREHISTORIA DE LA PENÍNSULA IBÉRICA
2º Grado Historia. Curso 2012/13
Norman Fernández Ruiz
Prehistoria P. Ibérica El Arte Postpaleolítico en la Región de Murcia Curso 2012/2013
EL ARTE POSTPALEOLÍTICO EN LA REGIÓN DE MURCIA
Algunos yacimientos con arte parietal de la zona de Moratalla
NORMAN FERNÁNDEZ RUIZ
Palabras clave: Arte Levantino, pintura Esquemática, cazadores-recolectores,
Neolítico, Moratalla, Patrimonio Mundial.
RESUMEN
Tanto el Arte Levantino, de carácter naturalista aunque va tendiendo a la
esquematización, como el Esquemático tienen una gran presencia en tierras
murcianas, sobre todo en Moratalla, Yecla y Cieza, dándose en cavidades de muy poca
profundidad, abrigos calizos que debieron tener la función de lugar sagrado, a veces
relacionados con fuentes cercanas. Analizaremos los abrigos moratallenses de Cañaica
del Calar, Fuente del Sabuco y Abrigos de la Ventana, los cuales son algunos de los más
estudiados y conocidos ejemplos de todo el municipio y de la Región, y haremos una
síntesis de las perspectivas de futuro que hay en el tratamiento de esta manifestación
artística.
Keywords: Levantine art, schematic painting, hunters-gatherers, Neolithic, Moratalla,
World Heritage.
ABSTRACT
Both the Levantine art, naturalistic character but is tending to outlining, as the
schematic have a large presence in Murcia lands, especially in Moratalla, Yecla and
Cieza, occurring in cavities very shallow limestone coats that should be the function of
sacred place, sometimes related to nearby sources. We will analyze the Moratallan
coats of the Cañaica del Calar, Sabuco´s Source y The Window Coats, which are among
the most studied and known examples from around the municipality and the region,
and make a summary of the prospects that exist in treatment of this art.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 1
I. HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN .................................................................................. 3
II. RASGOS GEOGRÁFICOS ............................................................................................... 5
III. CARACTERÍSTICAS DEL ARTE POSTPALEOLÍTICO EN LA REGIÓN DE MURCIA. ........... 6
Arte Levantino ............................................................................................................... 7
Arte Esquemático .......................................................................................................... 9
IV. ALGUNOS YACIMIENTOS DE LA ZONA DE MORATALLA: Cañaica del Calar, Fuente
del Sabuco y Abrigos de la Ventana. .............................................................................. 14
Cañaica del Calar ......................................................................................................... 14
Fuente del Sabuco ....................................................................................................... 18
Abrigos de la Ventana ................................................................................................. 21
V. PUESTA EN VALOR Y PERSPECTIVAS DE FUTURO ...................................................... 25
VI. CONCLUSIONES ......................................................................................................... 29
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................. 31
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INTRODUCCIÓN
La Región de Murcia es una de las provincias de la zona levantina que más presencia de
arte rupestre tiene, pues desde que en 1912 se descubrieran las pinturas rupestres del
Monte Arabí de Yecla van más de 80 lugares con arte documentados. Al aplicar el
término postpaleolítico queremos matizar el arte rupestre en un periodo que va
aproximadamente desde el VIII milenio antes de Cristo, ya entrados en el Holoceno y
perteneciente a grupos de cazadores-recolectores que paulatinamente irían
adoptando modos de vida sedentarios. Salvo por las pinturas paleolíticas de la Cueva
de Jorge, de las Cabras y el Arco I y II, todas ellas en el municipio de Cieza, todo el arte
que tenemos en la Región pertenece a las tipologías que desde comienzos de siglo se
vienen denominando: levantino y esquemático, el primero más naturalista y el
segundo con un gran claro de abstracción y minimalismo. Dentro de la denominación
de arte postpaleolítico o la más genérica de “Levantino”, por ser el levante español el
que abarca la inmensa mayoría de estaciones rupestres con este tipo artístico,
debemos incluir también el arte Macroesquemático, exclusivo del norte de la provincia
de Alicante, donde el Pla de Petracos en Castell de Castells es paradigma, y el cual no
abordaremos por quedar fuera de los límites de este trabajo. También se da un arte de
petroglifos y cazoletas, del cual tenemos numerosas muestras en nuestra región, como
en el Arabilejo o la Cueva de los Encantados, representaciones mucho más complejas a
la hora de vislumbrar su función y significado, de las que tampoco haremos mención
en este dossier por ceñirnos solamente al arte parietal, el Levantino y el Esquemático,
planteando una visión general de las generalidades de estos tipos artísticos en Murcia
y profundizando con el análisis de casos concretos como las estaciones rupestres de
Cañaica del Calar, Fuente del Sabuco y los Abrigos de la Ventana, todas en las sierras
de Moratalla.
Varios autores han venido estudiando este arte en la región de los que podríamos
destacar a Beltrán, Mateo Saura, Montes o Salmerón, los cuales han realizado una
labor inestimable en el descubrimiento, catalogación y estudio de diferentes lugares
con arte rupestre y dejándonos una serie de monografías y artículos que han marcado
las bases del estudio de este arte en Murcia. Desde que en 1998 la Unesco declarase
Patrimonio de la Humanidad al Arte Rupestre del Arco Mediterráneo, se ha venido
incrementando la investigación, divulgación y puesta en valor del arte rupestre,
habiendo un gran auge científico y social de este arte en la primera década del siglo
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XXI, y esperemos que pese a la crisis económica, aunque haya menos inversión pública
en cultura, se siga investigando y creando nuevos planteamientos metodológicos,
donde sin duda las nuevas tecnologías han de tener un papel fundamental.
Se debe continuar y mejorar las labores encaminadas a la protección de los lugares con
arte y también los que tengan restos materiales, con los clásicos sistemas de enrejado
y facilitando por otra parte, el acceso guiado para el público interesado. Este arte es el
más valioso legado que nuestros antepasados prehistóricos nos legaron, el cual era
importante espiritual y materialmente para estos, y no debemos, por tanto, tomar a la
ligera el valor que se debe atribuir a estos lugares, aunque muchos de ellos tengan
escasa calidad artística y visual. Es un patrimonio degradable y susceptible del
vandalismo que debemos conservar para el disfrute de posteriores generaciones.
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I. HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN
En los primeros años de la segunda década del s. XX se producen los primeros
hallazgos de estaciones de arte rupestre prehistórico en la Región que hoy, tras cien
años de prospecciones y estudios, son ya más de ochenta los lugares con pinturas
conocidos, con más de 600 figuras antropomorfas, zoomorfas y signos. Las primeras
referencias las encontramos a finales de la década de los sesenta (Beltrán, 1968),
generalmente en obras de temática general de arte rupestre así como en algunos
artículos, en las cuales se aportaron diversas observaciones sobre representaciones
pictóricas halladas en algunas cuevas de Arte Esquemático y Levantino (Carbonell,
1969; Walker, 1969; Beltrán LLoris, 1970), siendo, pocos años después, abordado el
tema con un tratamiento más profundo. Fue el catedrático Antonio Beltrán Martínez1
el primero en escribir, como tema monográfico, al respecto estas manifestaciones de
arte, agrupadas en diferentes estaciones rupestres, a las que se denominó Cañaica del
Calar I, II y III, y Fuente del Sabuco.
Pocos años después, se realizaron varios descubrimientos fortuitos y, guiados por el
propio descubridor, Pedro y Martín Lillo Cárpio verificaron la autenticidad de estas
pinturas de La Risca, dándolas a conocer mediante un breve artículo (Lillo, 1979), que
tuvo poca difusión. Nuevamente y poco tiempo después se produjo, en el mismo
farallón rocoso, un nuevo descubrimiento de pinturas rupestres, llamado La Risca II, el
cual se constató, prontamente, de alta valía cualitativa.
En 1982 y 1984, se produjeron los hallazgos de la Cueva del Esquilo2 y el Conjunto de la
Andragulla respectivamente, cuyos estudios definitivos no se abordaron hasta el final
de la década y principios de los noventa. Así mismo, destacar el descubrimiento, en
1986, de otro grupo de representaciones, en la misma zona que las descubiertas una
década anterior, a las que se denominó Fuente del Sabuco II cuyo descubrimiento se
1 Antonio Beltrán, fue un catedrático e investigador del arte rupestre Levantino, del que fue uno de los
pioneros y mayores estudiosos, llegando a publicar unos 50 libros y 118 artículos sobre este tema, a parte de otros muchos sobre temas arqueológicos y etnológicos diferentes. También fundó el Museo Municipal de Cartagena y el Museo Etnológico y de Ciencias Naturales de Aragón. A lo largo de su vida recibió numerosas condecoraciones y fue el asesor técnico en arte rupestre de la Unesco. 2 Se localiza en un pequeño barranco en la margen izquierda de la Rambla de Lucas. Se trata de un
abrigo de grandes dimensiones utilizado frecuentemente como refugio de pastores y redil para el ganado. Tiene la peculiaridad de tener pinturas rupestres, pero no prehistóricas, sino del siglo XVI, entre las que destaca la imagen de un barco o la de la Vera Cruz.
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dio a conocer a la comunidad científica a través de varios artículos (Alonso y Grimal,
1989). Como vemos, estaban siendo profusos los hallazgos en la localidad de
Moratalla, hecho que continuó con el descubrimiento, también fortuito, de las
estaciones Fuente de Serrano I y II, que aportaron información modesta, desde un
punto de vista cuantitativo, pero de gran importancia cualitativa.
Motivados por estos antecedentes se llevó a cabo en 1989, la I Campaña de
investigaciones en Moratalla, en la cual se pretendía el estudio pormenorizado de la
estación rupestre La Risca II, además de la exploración de sus inmediaciones que,
como se puede suponer, dio nuevos frutos con el hallazgo de La Risca III y la Hornacina
de la Fuente del Buitre, esta vez en la zona de la Molata de la Fuensanta3, por parte de
A. Grimal.
A la luz de estos resultados y del más que probable potencial de la zona aún por
explotar, se pidieron en 1990 nuevos permisos para la continuación de las
investigaciones, permisos que se concedieron junto a una importante subvención
económica y que posibilitaron el estudio detallado de las estaciones de La Risca III y la
Hornacina de la Fuente del Buitre, además del descubrimiento de cinco nuevos
conjuntos en la zona de Benizar, de los cuales se hicieron algunas valoraciones
preliminares, presentadas en las II Jornadas de Arqueología Regional, y cuyo estudio
detallado fue llevado a cabo en el 1996, durante la III Campaña de Investigaciones en
Moratalla.
Autores murcianos, como Mateo Saura, Montes Bernárdez, San Nicolás del Toro,
Salmerón o Martínez Andreu serán los principales referentes en investigación de las
dos últimas décadas en la región, quienes junto a Anna Alonso y el pintor y especialista
Alexandre Grimal, irán recogiendo el testigo que Beltrán o Carbonell dejaron tras sus
primeras investigaciones.
Ya en la última década, hemos de señalar la incorporación, en 2004, de otro nuevo
yacimiento, obra del arqueólogo Javier Ros, en la zona del Molino de Capel, además de
la inauguración y labor divulgativa de la Casa de Cristo, un Centro Regional de
Interpretación de Arte Rupestre, fundado en 2007.
3 El conjunto de Abrigos de la Fuensanta fue descubierto en el año 1989, aunque unos años después,
en 1995, se descubrieron nuevas cavidades que completaron el conocimiento de este grupo de abrigos. Se localizan en el paraje de la Fuente del Buitre, en las estribaciones oriental de la Sierra de Zacatín, en la vertiente norte de la llamada Molata de la Fuensanta. Si bien las cavidades rocosas que se encuentran en este cantil son numerosos, tan sólo en cuatro se han encontrado pinturas, todas ellas pertenecientes al arte levantino.
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II. RASGOS GEOGRÁFICOS
La comarca del Noroeste se caracteriza por tener unos rasgos, podríamos decir que de
transición, tanto climática, como topográfica, ubicándose entre la Murcia huertana y la
montañosa.
El paisaje de la comarca el Noroeste,-la cual componen los municipios de Calasparra,
Bullas, Cehegín, Caravaca y Moratalla-, se transforma de Este a Oeste, de los 300
m.s.n.m. en los márgenes del Río Segura hasta los 2.027 metros del macizo de
Revolcadores, transformación en la que el agua ha esbozado los más bellos paisajes.
El municipio de Moratalla tiene una superficie de 960 kms2 y se encuentra en las zonas
externas del dominio Prebético y Subbético. De esta zona aparecen series de dolomías,
calizas con sílex y calizas nodulosas, y son las partes más meridionales del municipio,
limítrofes con Caravaca, Cehegín o Calasparra. La parte más septentrional del término
municipal, la limítrofe con las poblaciones de Sócovos, Hellín, Letur y Nerpio,(las cuales
comparten yacimientos con arte parietal), está ocupada por las sierras Prebéticas
como la de Cubillas, Zacatín o La Muela, presentando series de dolomías, margas rojas,
calizas de diverso tipo, areniscas y arcillas.
La predisposición de calizas y dolomías junto al agua, a erosionarse con facilidad, ha
dado lugar a números barrancos y ramblas, así como cuevas, simas y abrigos, que
muchas veces están en los márgenes de éstos, y que junto al interés espeleológico y
geológico, se añade en muchas ocasiones el arqueológico, al haber en ellas
yacimientos de hábitat y arte parietal. Los abrigos con arte, se suelen ubicar en líneas
de falla y cornisas en la parte superior de cerros y cabezos, y sobre todo en barrancos,
como en los calares de la Santa o de la Cañaica, donde la labor del agua ha generado
oquedades de diverso tamaño en los cortados calizos que bordean estos cauces y
pasos naturales utilizados durante milenios.
Además de las numerosas surgencias de agua y de los más lejanos Segura, Mundo,
Argos y Quípar, hay que añadir los ríos Alhárabe y Benamor, principales cauces
fluviales del municipio de Moratalla. La comarca incluye varios espacios naturales
protegidos en integrados en las redes LIC y ZEPA, como los del Río Alhárabe, la Sierra
de Revolcadores, la Rambla de la Rogativa o la Reserva Natural de los Sotos y Bosque
de ribera de Cañaverosa. En las sierras abundan los jabalíes y pervive la cabra montés y
el ciervo. El entorno de los ríos Benamor, Alhárabe y Segura es particularmente rico,
con presencia de nutria y con buenas muestras de bosques galería. La gran mayoría de
bosques de Moratalla son de pino carrasco o negro, con presencia no desdeñable de la
carrasca y sabina.
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Figura 1. Ampliación en 3D de las tierras del Noroeste de la Región de Murcia.
III. CARACTERÍSTICAS DEL ARTE POSTPALEOLÍTICO EN LA REGIÓN DE
MURCIA.
Si hablamos del Arte Postpaleolítico en la Región de Murcia, hemos de hablar
necesariamente de dos movimientos artísticos que se dieron en la región, así como en
distintas partes de la Península. Estas corrientes son, en primer lugar, el Arte
Levantino, arte eminentemente pictórico hallado en casi la totalidad de la vertiente
mediterránea y, en segundo lugar, el Arte Esquemático, cuyos caracteres esenciales se
encuentran expandidos por casi toda la península.
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Arte Levantino
El término de Arte Levantino fue acuñado por H. Breuil4, a comienzos del siglo XX que
al contrario de lo que pueda parecer, no hace referencia al arte prehistórico propio de
la región levantina de la Península, sino a un estilo artístico con unas características
concretas, que luego veremos, cuya gran parte de su representación se realizó en la
zona del levante, abarcando una franja territorial muy amplia que podría enmarcarse
desde las actuales provincias de Huesca hasta Almería y Jaén, aunque si bien en zonas
generalmente ubicadas al interior, salvo contadas excepciones. Hemos también de
reseñar el amplio espectro que abarca la terminología de Arte Levantino, en cuanto a
formas o estilos pictóricos se refiere, ya que pese a encuadrar unas características muy
concretas, como anteriormente hemos reseñado, todos los investigadores coinciden
en la existencia de bastantes excepciones que inducen a pensar que quizás se esté
englobando en un todo a diferentes tipos de expresiones pictóricas, con marcados
rasgos regionales en algunos modelos representados.
En lo referente al análisis de sus características, habremos de comenzar mencionando
el tipo de soportes empleados en las representaciones que son, por norma general y al
igual que en la gran mayoría de los artes pictóricos prehistóricos, abrigos rocosos de
escasa profundidad y de accesibilidad normalmente buena, aunque también se dan
lugares en rincones agrestes de nuestros montes, bien iluminados por tanto por la luz
solar, mencionando en este aspecto algunas excepciones de expresiones pictóricas
encontradas en el interior de cavidades más profundas y oscuras como en Peñarrubia
de Cehegín, en la Cueva de la Higuera de Cartagena, o en la Cueva de las Arañas del
Carabasí en Santa Pola5, éstas dos últimas de especial importancia, por ser las únicas
estaciones que se conocen en la zona costera. Por otra parte, cabe resaltar la diferente
naturaleza de estos soportes, debido a la gran amplitud geográfica que abarca este
movimiento o arte pictórico, por lo que nos encontraremos soportes de diferentes
litologías, tales como rocas areniscas, carbonatadas o yesíferas. Cabe también
mencionar la frecuente localización de los mismos, cerca de lugares de abastecimiento
de agua, así como la asiduidad que presentan estos soportes de no preparación previa
a la impresión pictórica.
4 Henri Breuil fue un sacerdote francés, naturalista, etnólogo y pionero de la Prehistoria, que llevó numerosas investigaciones tanto en Francia como en España, siendo un referente de la arqueología prehistórica de la primera mitad del siglo XX. 5 Garcia del Toro, J., Eiroa (coord.): “Arte Rupestre Prehistórico en la Región de Murcia”, Prehistoria de
la Región de Murcia, Murcia, 1994, pp.139-141.
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En cuanto a la técnica, decir que el Arte Levantino, como hemos reseñado
anteriormente, es un arte rupestre eminentemente pictórico cuya base, por tanto, es
la representación de imágenes plasmadas en la roca.
“Se utilizan diversos colorantes, con una gama de colores limitada tales como -en
orden de importancia cualitativa- el rojo, el negro y el blanco” (Sanchidrián, 2001), que
son aplicados en estado líquido sobre la pared rocosa. Mencionar en este caso, la
exclusividad del hallazgo de la pintura blanca en el núcleo turolense de Albarracín. En
relación a su origen, decir que, debido a la escasez de análisis e investigaciones sobre
su procedencia, se les supone un origen mineral, siendo el óxido de hierro la fuente del
color rojo, el manganeso del color negro y el caolín de la gama cromática blanca.
Tenemos que destacar la utilización de la pluma a modo de pincel, como medio para
conseguir trazos muy finos, a veces inferiores a 1mm (trazo caligráfico), además de
permitir unos acabados mejor conseguidos. Por otra parte, también permiten el
trazado de dibujos con un marcado grosor, de hasta 4mm, dependiendo del modo de
utilización de la pluma. La pluma terminó constituyéndose como un instrumento
básico en la realización pictórica que, de hecho, acabó por definir el trazo levantino ya
que posibilitó, como hemos dicho antes, un mejor acabado, además de la aplicación de
diferentes técnicas, como son la tinta plana, “superficie uniforme de color y técnica
pictórica básica que ha definido tradicionalmente el Arte Levantino” (Sanchidrián,
2001). También se realizó un relleno homogéneo que recubre el espacio delimitado
por el contorneado totalmente, de manera que resulta imposible distinguir las
diferentes aplicaciones de color. Otro relleno es el alistado, donde los trazos aparecen
nítidos e individualizados, en bandas subparalelas o multidireccionales (Figura 2).
En cuanto a la temática del Arte Levantino, hay que decir que es eminentemente
naturalista, con frecuentes manifestaciones zoomorfas, así como de escenas de caza y
lucha entre grupos humanos. Las figuras animales están representadas por cinco
prototipos: cabras, ciervos, bovinos, jabalíes y caballos, predominando los cápridos y
cérvidos muy por encima de las demás. También se representan figuras humanas,
tanto de hombre como de mujer, apareciendo éstas de forma visiblemente alargada
aunque con una gran profusión de detalles. Si bien el naturalismo es recurrente en
este arte, hay que decir que queda matizado debido al frecuente recurso a la
economía de la forma y a la simplicidad, cosa que produce un empobrecimiento en la
calidad pictórica ya que se tiende a representar las imágenes como simples siluetas y
su representación de perfil. Y también cabe hacer mención al dinamismo existente, al
margen de las composiciones escénicas que proponen diversas acciones muy movidas,
lo cual se ve favorecido por la oblicuidad que adoptan las imágenes al ser
representadas en los diversos planos rocosos irregulares, que provocan una sensación
inconsciente de profundidad. “Todo ello, reforzado con un esmerado detallismo,
consistente en el perfilado de los contornos” (Sanchidrián, 2001).
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Para concluir con los rasgos técnicos, hemos de mencionar que, aunque, como
previamente se ha dicho, el Arte Levantino es esencialmente un arte pictórico,
también encontramos algunos grabados que son dignos de mención. Destaca el
complejo de Albarracín en el cual aparecen representados, con grabados muy finos,
varios cuerpos de animales, aunque parece más bien un método para moldear la figura
en la piedra y poder colorear después, más que una técnica artística en sí misma.
Figura 2. Tipos de relleno con pluma como pincel de las figuras naturalistas según R. Viñas:
1) Imagen silueteada; 2) Silueteado y relleno parcial; 3) Silueteado y listado; 4) Silueteado,
relleno parcial y listado; 5) Tinta plana homogénea; 6) Tinta plana más débil con silueteado
más denso; 7) Tinta plana incompleta o con matices; 8) Silueteado y relleno a bandas.
Arte Esquemático
Por otro lado, encontramos el Arte Esquemático, término también acuñado por Breuil,
a principios del siglo XX, a raíz del descubrimiento del yacimiento de Cogul6, su estudio
y la consecuente publicación de Les Peintures Rupestres Schématiques de la Peninsule
Ibérique. Aunque hay que mencionar que, al igual que lo sucedido con la terminología
de Arte Levantino, se ha venido denunciando desde hace tiempo atrás un excesivo uso
o aplicación de esa nomenclatura, que abarcaba características y rasgos pictóricos
diferentes que, en multitud de ocasiones, nada tenían que ver entre sí, situación que 6 Se trata del Abrigo de la Roca de los Moros, Lérida, uno de los primeros lugares con Arte Levantino descubiertos, datado entre el 6500 y el 5000 a.C., en pleno Neolítico, y en el cual se pueden observar algunas figuras y escenas de corte esquemático, distorsionadas y con cierto aire estático, donde destaca la escena de la Danza Fálica, donde varias mujeres parecen danzar alrededor de un hombre que muestra un falo claramente visible y pronunciado.
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se palió, al menos en parte, con la acuñación de los términos semiesquemático y
seminaturalista. En cuanto a su localización geográfica, mencionar someramente su
práctica extensión por toda la Península Ibérica, sin pasar por alto ciertas zonas de
marcada abundancia, como pueden ser las provincias de Jaén, Cádiz o Alicante, frente
a otras que todavía no disfrutan de ninguna estación artística de esta clase.
En cuanto a su análisis característico, empezaremos por los tipos de soportes que, al
igual que en el Arte Levantino, suelen ser las oquedades y abrigos accesibles y con
buena iluminación, aunque hay que añadir el hallazgo de impresiones pictóricas en
paredes verticales sin ninguna protección o situados en cavidades más profundas y
sumidos en la penumbra, aunque son claramente una minoría. Al igual que en el Arte
Levantino, “su gran extensión geográfica nutre de gran variedad a la tipología de estos
soportes, encontrándonos desde abrigos calcáreos y de arenisca masiva, hasta peñas,
oquedades y lienzos cuarcíticos, junto con algún que otro afloramiento granítico”
(Sanchidrián, 2001), en ocasiones en las cercanías de fuentes de agua.
En cuanto al apartado técnico, mencionar que la técnica plástica, el grafitado o la
aplicación directa de colorante a modo de “lápiz” no es muy corriente, siendo normal
el uso de pintura líquida. La gama cromática es igual que en el caso levantino, siendo el
color rojo el más utilizado, seguido por el negro, mientras que el blanco queda
relegado con una utilización casi simbólica. También se carecen en este apartado, de
análisis fiables para el establecimiento del origen de las sustancias empleadas,
suponiéndose el óxido de hierro para las de color rojo y el manganeso para las negras.
“La única novedad en este aspecto, la aportan las distintas experimentaciones en la
aplicación de los trazos mediante la aplicación de extremos machacados de pequeñas
ramas, muñequillas de piel o, incluso, el propio dedo, en detrimento de la pluma
levantina, con la finalidad de aumentar el grosor de los trazados” (Sanchidrián, 2001).
Estos nuevos métodos, conducen a figuras estereotipadas, con una técnica poco o
nada depurada y de trazado y ejecución rápida.
En cuanto a la temática señalar que, debido al marcado esquematismo en los trazos,
gran parte de las figuras representadas en éste arte nos son imposibles de identificar,
aunque si bien es verdad que hay una serie de uniformidades, figuras o símbolos que
se repiten, que han permitido su clasificación. Fue Breuil quien comenzó a bautizar a
los diferentes motivos, perdurando hasta la actualidad la terminología empleada por él
gracias, en parte, por la sistematización llevada a cabo por P. Acosta7 (1968 y 1983).
Siguiendo sus argumentos tendríamos figuras antropomorfas con formas cruciformes,
en “T”, como golondrina, ancoriformes, en “Y” simple, doble o invertida, y con los
7 Pilar Acosta fue una profesora de Prehistoria de la Univ. de Sevilla, antes, durante los 60 y 70 ejerció la profesión en la Univ. De Granada, donde pudo estudiar el arte rupestre del Levante, y publicar sus estudios en “La Pintura Rupestre Esquemática” (Salamanca, Universidad de Salamanca, 1968).
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brazos en asa, todas ellas basadas en la imagen final a que se asemeja la
esquematización del supuesto antropomorfo.
Entre los zoomorfos, tenemos a cuadrúpedos reducidos a un trazo horizontal y cuatro
trazos verticales que representan las extremidades, a veces con formas pectiformes,
por recordarnos su silueta a la de un peine; también podemos observar en ocasiones
motivos geométricos formados por líneas rectas o curvas, dispuestas de múltiples
formas; otros nos recuerdan a escaleras, por lo que se denominan escaleriformes y por
último tenemos los de estilo petroglifoide, que se asemejan a los modelos
representados en diferentes muestras de petroglifos, sobre todo los que aparecen en
la zona gallega. De igual modo tenemos representaciones de puntos que aisladas o en
grupos parecen formar parte de un simbolismo de difícil matización (Figura 3).
Figura 3. Tipología de la Pintura Esquemática según P. Acosta: 1) Cruciforme. 2) Golondrina. 3)
Ancoriforme. 4) Doble Y. 5) Brazos en asa. 6) Phi. 7) Acéfalo. 8) Asexuado. 9) Piernas en ángulo.
10) Ciervo. 11) Cuadrúpedo “seminaturalista”. 12) Pectiniforme. 13) Estructura. 14)
Escaleriforme. 15) Petroglifoides. 16) Ramiforme general. 17) Ramiforme especial. 18)
Esteliforme. 19) Ídolo oculado. 20) Placa. 21) Triángulos. 22) Bitriangular. 23) Bitriangulares
antropomorfizados. 24-25) Halteriforme. 26) Carro. 27) Trineo.
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En la Región de Murcia, podríamos hablar de una serie de características que tiene la
pintura postpaleolítica. Se tiende generalmente a la paulatina disminución del tamaño
de las representaciones tanto antropomorfas, como zoomorfas dentro del
denominado Arte Levantino. También se da una “evolución artística de los zoomorfos,
que va desde unas representaciones iniciales, que intentan representar lo más
fielmente el modelo natural, hacia un esquematismo más acusado” (Montes,
Salmerón, 1998), reduciendo la imagen hasta una estilización pura. Las figuras
humanas no parten del naturalismo, como se aprecia en la primera etapa faunística,
sino que se ve desde el principio un cierto esquematismo unido a cierto aire de
movimiento.
La mayor parte de los yacimientos existentes pertenecen a un momento avanzado del
fenómeno que podríamos denominar estilizado, como en los Abrigos de la Risca, El
Milano8, Los Grajos o la Fuente del Sabuco.
Del estilo Levantino clásico podríamos nombrar los yacimientos de Cantos de la
Visera9, Los Pucheros o la Cañaica del Calar (Figura 4). En cuanto al Arte Esquemático
podríamos nombrar los Abrigos del Pozo, del Buen Aire, la Cueva-Sima de la Serreta10 o
los Abrigos del Mediodía.
Todo el conjunto de Arte Rupestre Postpaleolítico parece circunscribirse a un periodo
que va desde el VII al II milenio antes de Cristo. En muchas ocasiones se da un
reaprovechamiento de los lugares, lo que podría interpretarse como si se tratara de
lugares con algún tipo de sacralidad. Con frecuencia se han hallado restos
arqueológicos asociados a las pinturas como en los yacimientos de Las Conchas, Las
Palomas, Los Grajos o El Milano, “todos con materiales Neolíticos y Eneolíticos, lo que
apunta a que se traten de lugares de uso cultural” (Montes, Salmerón, 1998).
Los animales más representados son cápridos y cérvidos, aunque también aparecen
équidos, bóvidos e incluso aves, pero siempre en un número muy reducido de
ocasiones. La caza con arco es la actividad económica predominante, plasmada en
grupos de escenas donde se mezclan imágenes de animales junto con humanas, donde
aparecen actividades cinegéticas, y otras que aluden a una danza o alguna especie de
ritual tribal. En las representaciones esquemáticas, sin embargo, faltan las
8 El Milano es un conjunto de dos abrigos que se encuentran en el municipio de Mula. En uno de ellos se conservan restos de pintura Levantina y Esquemática y en el otro se han hallado una serie de enterramientos adscritos en época eneolítica. 9 Cantos de la Visera consta de dos abrigos situados en el Monte Arabí, a unos 20 kms al Noroeste de Yecla. En ellos se pueden observar más de cien figuras, 30 en el I y 70 en el II, tanto en color rojo como en negro, y de gran naturalismo, siendo un paradigma en el estilo Levantino clásico.
10
La Cueva de la Serreta es la estación rupestre más importante del municipio de Cieza. Ésta es una sima que se abre en un gran balcón sobre el Río Segura, a unos 50 metros sobre el lecho fluvial en la pared izquierda del cañon cárstico de Los Almadenes. En ella se han hallado numerosas pinturas, así como restos materiales de época neolítica, romana e incluso árabe. Hace unos años se realizaron unas labores de musealización dignas de ser observadas y tomadas de ejemplo para otras estaciones rupestres con potencial turístico.
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composiciones con valor narrativo y los elementos paisajísticos. La proporción realista
entre las figuras pierde rigor ante un animal o personaje que preside el panel y que
adquiere medidas exageradas respecto a las del resto de las representaciones. Muchas
veces se pueden distinguir hombres y mujeres, por llevar éstas una especie de falda, y
aquellos tener el falo representado o portar un arco. “El peinado globular, tanto en
mujeres como en hombre, que en apariencia muestran gestos y actitudes sagrados, es
propio del Alto Segura” (Jordán Montes, 2005) y confiere una personalidad singular a
estas figuras humanas y a este reducto del Arte Levantino.
También hay que hacer mención de los híbridos que parece surgen de la yuxtaposición
de figuras humanas con las animales, lo que recuerda a los seres híbridos, valga la
redundancia, que aparecen en las grandes cuevas del norte, que algunos han
identificado con chamanes fundiéndose en pleno trance con el espíritu de un animal,
quizás el protector de la tribu11.
En cuanto a las pinturas esquemáticas se han querido ver unas escenas de tipo
hierogámico, donde la ritualística hacia la Diosa Madre o el mundo espiritual y animal,
serían el trasfondo que quizás se esconde tras los abstractos y complejos trazos
esquemáticos.
Los grupos que realizaron dichas pinturas se asocian con la caza y la recolección, en
épocas protoholocénicas, surgiendo el Arte Levantino durante el periodo conocido
como Epipaleolítico, y manteniéndose durante todo el Neolítico, periodo donde se
encuadran la mayor parte de las representaciones de éste estilo, realizadas por
sociedades de gente que ya producía sus alimentos, aunque por supuesto, de forma
limitada, y manteniendo la caza y recolección, según se ha propuesto a raíz de las
investigaciones en algunos de los yacimientos donde también se ha hallado cultura
material; el Esquemático, parece que surgió más tardíamente, según se iba estilizando
y simplificando el Levantino, y teniendo su máxima expresión en fases finales del
Neolítico y durante la Edad del Cobre.
Es común, sobre todo en el arte naturalista, ver escenas domésticas como los
recolectores de miel de la zona del Alto Segura, no obstante pienso que gran parte de
la representación animal y costumbrista, se puede deber más a un tipo de simbolismo
relacionado con la caza y la fertilidad, o sea con el sustento, que para la sociedades
primitivas era tan sumamente importante y prioritario en sus vidas, que tendían a
magnificarlo, consagrarlo, e insertarlo como parte esencial de sus mitos. En ocasiones
se puede ver como hay mutaciones que crean quimeras de dos o más animales, lo que
11 Las teorías del trance chamánico vienen a raíz de las hipótesis planteadas por la autoridad mundial en arte rupestre, Jean Clottes, quien junto a Lewis Williams, publicó el libro “Los Chamanes de la Prehistoria” (Barcelona, 1996), donde postulan una serie de teorías antropológicas basadas en el estudio exhaustivo de las grandes cavernas paleolíticas así como en las comparaciones etnográficas con sociedades primitivas actuales, donde para ellos, el significado del arte viene unido a los viajes chamánicos y a los diferentes estadios del trance, que por otra parte es común para todos los Homo Sapiens, pues son una serie de respuestas fisiológicas del cerebro ante ciertas situaciones inductoras.
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se relaciona con viajes sincréticos e iniciáticos o tal vez, con un carácter narrativo de
algún mito del clan. “Recientes estudios realizados por Teodoro Crespo (Crespo, 2007),
evidencian la importancia del análisis de los mitos para desentrañar las posibles
significados de las escenas del Arte Rupestre Levantino” (Jordán Montes, 2008).
En conclusión, podríamos decir que este arte surgió en una sociedad de cazadores-
recolectores en torno al VIII milenio a.C., que fue cambiando y haciéndose más
estilizado y abstracto conforme pasaban los milenios y cambiaban los modos de vida
de los grupos humanos, y junto con éstos la cultura y las mentalidades, hecho que sin
duda esta patente en las tendencias artísticas.
Figura 4. Fragmento simplificado de la parte central del abrigo II de la Cañaica del Calar según
Carbonell.
IV. ALGUNOS YACIMIENTOS DE LA ZONA DE MORATALLA: Cañaica del
Calar, Fuente del Sabuco y Abrigos de la Ventana.
Cañaica del Calar
El descubrimiento en 1966 del segundo conjunto de la Cañaica del Calar en las
proximidades del Calar de la Santa marca el inicio de la investigación del arte rupestre
en la comarca del Noroeste de Murcia. Ya se conocían algunas muestras en el vecino
municipio de Nerpio, y las pinturas ya fueron estudiadas a finales de los sesenta por
especialistas como Michael Walker, Jaime Carbonell y Antonio Beltrán convirtiéndose
dichos estudios en un referente en los trabajos de investigación posteriores que se han
hecho sobre el tema. Además, la prospección de la zona aportó el hallazgo de otras
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cavidades con arte parietal como los conjuntos III y IV de la misma Cañaica del Calar y
el yacimiento de la Fuente del Sabuco.
El conjunto de la Cañaica del Calar se localiza en un pequeño barranco en las
proximidades de la aldea del Sabinar; la parte inferior del barranco esta recorrida por
el arroyo Sabuco, es profundo y de bordes escarpados y en él se dan numerosas
explotaciones de piedra caliza, teniendo unos dos kilómetros de longitud con la
cabecera a mas de 1200 m sobre el nivel del mar. Aparte de los abrigos pintados hay
otras muchas oquedades en las paredes calcáreas entre los que se descubrió un
yacimiento de la Edad del Bronce.
La primera publicación que se realizó sobre el yacimiento de la Cañaica del Calar vino
de la mano de Antonio Beltrán, aunque a la par en el hallazgo y estudio de los
conjuntos moratallenses iba Jaime Carbonell.
El primer abrigo se haya situado a un centenar de metros del principal o segundo
abrigo. Fue descubierto por Antonio Cajal y no es mas que una pequeña cavidad de
metro y medio de altura en la cual solamente hay una figura. Ésta es de color rojo
oscuro como viene siendo habitual en este tipo de arte y presenta rasgos humanoides
y esquemáticos. La figura mide 0,13 m de alto, le faltan las piernas y los brazos son
arqueados, curvados hacia abajo y desiguales.
El segundo abrigo esta localizado a una altitud de 1180 m.s.n.m. y es poco profundo,
siendo más bien una especie de covacha con una forma semicircular y que tiene unas
dimensiones de 7,60 m en su boca, 2 m de profundidad, y 1,65 m de altura. La pared
del abrigo es de caliza amarillenta y se encuentra a unos 15 m de altura sobre el fondo
del barranco presentando dos concavidades menores separadas por una pequeña
arista rocosa y ahí es donde se encuentran las pinturas, bastante cerca del nivel del
suelo del abrigo. El conjunto esta orientado hacia el sur haciendo que las figuras estén
sometidas a la luz del sol durante gran parte del día, y este motivo junto a la acción del
agua que resbala sobre la pared caliza son las principales causas del deterioro de los
motivos pintados. También se pueden observar manchas de humo quizás provocadas
por las hogueras que pastores han realizado durante siglos en su transito por la
cañada.
De las 26 figuras que registró Antonio Beltrán en su estudio, se ha pasado a 53 motivos
conocidos actualmente; el tratamiento de limpieza y restauración del panel sin duda
fue determinante para poder descubrir estos nuevos motivos y así poder ver el panel
completo. El conjunto es un claro exponente de la pintura levantina conteniendo
diversas escenas con figuras humanas y animales. Además, algunas de las
representaciones animales se podrían considerar como pintura de estilo esquemático,
o más bien, semiesquemático.
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Entre las figuras humanas que se dan en la Cañaica del Calar II tenemos por ejemplo
las figuras masculinas presentadas como arqueros y cazadores, presentan unas
proporciones anatómicas correctas y pueden ir en posición relajada o participando
activamente en una cacería.
Por otra parte, las representaciones femeninas que se dan son las típicas del estilo
regional que se pretende ver para la zona del Alto Segura, predominando los cuerpos
alargados y desproporcionados, presentando una cintura estrecha con el trasero y los
pechos pronunciados. Los brazos suelen estar doblados por el codo y llevan una falda
acampanada que cubre las piernas completamente, excepto los pies.
En cuanto a los animales, de los cuales hay 33 figuras, la mayoría son pequeños
ungulados, cápridos y cérvidos. Los ciervos presentan formas casi mayestáticas y
merece la pena destacar la figura de un oso, única representación de este animal en
todo el Arte Levantino, aunque la lastima es que solo se conserva parcialmente.
También podemos ver dos figuras esquemáticas de difícil identificación y de cronología
más tardía12.
En cuanto a los temas, la caza es la actividad principal, situándose en la parte central
del conjunto las figuras masculinas y alrededor las figuras de animales. Las figuras
femeninas se encuentran situadas en los márgenes y no se puede concretar el
significado de las representaciones, pero parecen estar relacionadas con motivos
simbólicos.
El conjunto III se encuentra a unos 200 m al oeste del segundo abrigo, y es una cavidad
orientada hacia el suroeste presentando una dimensiones de 8,20 m de abertura,
2,40m de profundidad y otros 2,40 m de altura, dándose también diversas cavidades
menores que permiten dividir la composición en 3 paneles. El primero de ellos está
ubicado en la parte central del abrigo y en él encontramos múltiples grupos de puntos
y trazos curvos, además, en este panel hay dos figuras de color blanco que parecen
presentar formas animales, color por otra parte raro de encontrar en el Arte Levantino
y donde las muestras más claras se localizan en la comarca turolense de Albarracín.
El segundo panel está localizado en la parte derecha y tiene unos motivos semejantes
a los del otro panel con grupos de puntos dispuestos en hileras verticales y algunos
trazos sueltos. El tercer panel está en una hornacina en el margen derecho del abrigo.
En ella se dan tanto figuras humanas como de cérvidos así como agrupaciones de
puntos y un motivo soliforme, conformando uno de los paneles más complejos de la
zona. Todas estas figuras presentan trazos de estilo esquemático, que por estar unidas
a composiciones abstractas de puntos y trazos se piensa que podría tratarse de una
especie de altar rupestre.
12 Mateo Saura, M. A. (2007): La Cañaica del Calar II (Moratalla, Murcia), Murcia.
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La Cañaica del Calar IV esta orientada hacia el sur y tiene unas dimensiones máximas
de 6,30 m en su boca, 2,35 m de fondo y 1,20 m de altura. Las pinturas se agrupan en
la pared del fondo del abrigo en un único panel, y entre los motivos podemos apreciar
un posible antropomorfo, un escaleriforme, un motivo circular y diversos trazos
verticales.
Para la elaboración de la pintura el artista utilizó óxidos de hierro obtenidos de
hematites, de limonita o de goethita para el color rojo, y para el negro, carbón u oxido
de manganeso. El pintor recurre en ocasiones a un silueteado de la figura o a un
relleno parcial.
En cuanto al contexto arqueológico, hay que nombrar los dos abrigos con pinturas
levantinas de la Fuente del Sabuco, 400 m aguas abajo del barranco, y a menos de un
kilometro al sureste se sitúan los Abrigos de la Ventana con figuras de estilo
Esquemático. También, en los alrededores se encuentra el poblado del Castillico
datado en el Bronce Final, y también se han hallado diferentes restos de adscripción
neolítica en las inmediaciones de los abrigos. Asimismo tenemos un asentamiento
Argárico en el cercano cerro del Castellar y a menos de dos kilómetros se encuentran
los Abrigos con Arte Levantino de las Bojadillas.
En definitiva, los varios abrigos que conforman el conjunto de la Cañaica del Calar son
un ejemplo paradigmático del Arte Postpaleolitico, tanto por la diversidad de motivos
representados, por tener muestra de los dos principales artes parietales del levante, el
Levantino y el Esquemático, como por la zona donde se encuentran ubicados, en un
lugar de paso entre diferentes partes de la comarca, con abundancia de agua y de
oquedades provocadas por ésta en la roca calcárea. Estos conjuntos forman, quizás, el
más célebre conjunto artístico prehistórico murciano, con permiso de los Cantos de la
Visera del Monte Arabí, el otro de los yacimientos mejor estudiados y más conocidos.
Figura 5. Planta y sección del abrigo II. Figura 6. Detalle de cérvido del II abrigo.
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Figura 7. Localización cartográfica del abrigo principal del conjunto de la Cañaica del Calar.
Fuente del Sabuco
El conjunto de la Fuente del Sabuco se encuentra medio kilómetro más abajo, por el
mismo barranco, que los abrigos de la Cañaica del Calar. Este barranco tiene unos tres
kilómetros de longitud, y por él discurre el arroyo del Sabuco, en las inmediaciones del
Calar de la Santa. El caudal del arroyo, aunque escaso, es continuo todo el año y
permite la existencia de gran número de especies vegetales, entre los que destacan las
sabinas y los nogales. La media de precipitaciones es la mayor de toda la Región, lo
que da pie a numerosos manantiales que se encuentran en las cercanías.
Geológicamente la zona se inscribe en el Prebético interno, en el que destacan las
calizas masivas, lo que favoreció que se abrieran varias canteras de este material en el
mismo barranco.
El descubrimiento en 1966 de dos de los abrigos del conjunto de la Cañaica del Calar
por Jaime Carbonell, motivó el comienzo de las investigaciones por parte del propio
Carbonell, Antonio Beltrán y Michael Walker, dando como fruto el descubrimiento de
los otros abrigos de la Cañaica, así como de los que integran el conjunto del Sabuco.
Beltrán será el primero en publicar, en 1968 y 1972, las primeras referencias científicas
sobre tales yacimientos. Pero no será hasta 1985, cuando Anna Alonso y Alexandre
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Grimal descubran en las cercanías, el resto de pinturas que forman los conjuntos de la
zona. Posteriormente Mateo Saura estudiará los abrigos, y tan solo hace siete años,
Guillamet descubrió más pinturas ocultas durante las labores limpieza del abrigo.
El conjunto de la Fuente del Sabuco I se encuentra a una altitud de 1080 m.s.n.m.,
orientado al sur y la oquedad presenta unas dimensiones de 4,20 m de boca, 1,50 m de
profundidad y 2,40 m de altura. Las representaciones son de color rojo y se encuentran
formando un friso continuo de dos metros de longitud en el fondo del abrigo. El
conjunto se puede encuadrar dentro del estilo Levantino, y en él están representadas
figuras masculinas y femeninas, así como diferentes animales, principalmente
pequeños ungulados, équidos y un posible lagomorfo.
Comenzando por la derecha, nos encontramos con la figura de un arquero, con los
brazos en cruz y con un peinado triangular un tanto sobredimensionado. Conforme
avanzamos hacia la izquierda, nos encontramos los restos de pintura de al menos cinco
figuras más, y la representación de un équido, de gran tamaño, y de formas
anatómicas algo irregulares pero naturalistas. Debajo de éste se puede ver la figura de
un cuadrúpedo de difícil definición por su alto estado de deterioro. En la parte superior
podemos ver la imagen de un arquero, también algo deteriorado, que porta el arco en
la mano derecha, mientras que en la izquierda parece que es una flecha o un bastón lo
que sujeta.
En cuanto al segundo panel, la limpieza de la capa de suciedad, permitió el hallazgo de
nuevas imágenes que se disponen en la parte más baja del friso, a la derecha y el
centro del mismo. De las nuevas imágenes destacan tres cérvidos de muy buena
factura y de correctas proporciones, dos de los cuales están inmersos en una escena
de caza en la que también hay dos arqueros algo esquemáticos.
Por otra parte, el panel III, se encuentra en la zona central del abrigo, que es donde se
encuentran la mayor parte de las representaciones. Salvo por un arquero y un
cuadrúpedo algo separados del núcleo central del conjunto, en éste se hallan diversas
figuras de arqueros en posición de caza o no, parejas de mujeres y otros personajes de
difícil interpretación, que se hallan inmersos en un contexto escénico claramente
cinegético, con representaciones de varios animales, casi todos cápridos y cérvidos.
Asimismo, en la parte baja, podemos ver más figuras humanas en actitud de disparo.
A tan solo unas decenas de metros encontramos el segundo abrigo, una pared casi
vertical protegida en su parte más alta por una cornisa que otorga al abrigo apenas
metro y medio de profundidad, mientras que se superan los dos de altura, estando
orientado al suroeste; conserva 14 figuras: cuadrúpedos, figuras humanas masculinas y
femeninas, arqueros y algunos motivos indeterminados.
Las pinturas se distribuyen en el centro y la derecha del abrigo, a un metro del nivel del
suelo, y al igual que en el abrigo I, se dan figuras antropomorfas y zoomorfas de tipo
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Levantino. El panel I está muy deteriorado y entre los restos podemos ver varios trazos
rectilíneos y los restos de lo que parece ser un antropomorfo y un pequeño
cuadrúpedo. En el panel II, la parte alta está presidida por una docena de figuras
humanas alineadas, que parece que marchan hacia la izquierda en alguna especie de
desfile. Bajo éstas se puede ver, aunque no muy clara, la figura de un arquero y la
representación de un suido, la única de esta especie en toda la zona del Júcar-Segura, y
por último se ve la mitad posterior de un cuadrúpedo indeterminado.
Las escenas principales tienen que ver con la caza, por lo visto, actividad económica
principal de las sociedades que plasmaron su arte en estos abrigos. Tanto en la
derecha como en el centro del conjunto podemos ver claras escenas de esta temática.
Interesante resultan las escenas de guerra que podemos ver representadas en el
abrigo I, donde parece que dos bandos armados con arcos, se enfrentan cara a cara.
También, la imagen del desfile del abrigo II puede que tenga que ver con esta
connotación. En mi opinión, puede que se trate de la plasmación de un suceso
histórico concreto vivieron estos grupos, el cual quedó reflejado en la roca como
medio para salvaguardar la memoria y el recuerdo de unos hechos, quizás de suma
importancia para estas gentes.
En cuanto a la técnica utilizada, parece que el pintor recurre indistintamente a un
silueteado de la figura, a un relleno parcial de la misma por medio de una superficie
homogénea de color, o su relleno completo con esa misma superficie homogénea, a
modo de tinta plana. El color empleado fue el rojo, obtenido de hematites, limonitas o
goethitas, y también podemos observar trazos finos realizados de una sola pincelada,
como en los esquemáticos cuerpos de algunas figuras humanas.
El contexto arqueológico de la zona nos muestra numerosos lugares con yacimiento,
como los abrigos de la Cañaica del Calar, medio kilómetro aguas arriba en el mismo
barranco, el poblado del Bronce Final del Castillico, un hábitat con varias chozas
neolíticas-eneolíticas en la llanura superior de los abrigos pintados, un poblado
argárico sobre el cerro del castellar, y los abrigos de Las Bojadillas13, en Nerpio, pero a
solo dos kilómetros de distancia.
13
Los Abrigos de las Bojadillas, se encuentran frente a la aldea de este nombre, en el término de Nerpio, Albacete. Se trata de siete oquedades estudiadas por Alonso y Grimal, en 1996, y por Jordán Montes en 2006, en las cuales se observan toros enfrentados, híbridos de toro-ciervo, damas en posición de parto y seres sobrenaturales, lo que indica la importancia del lugar como lugar de culto.
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Figura 8. Abrigo I de la Fuente del Sabuco. Figura 9. Planta y sección del abrigo II.
Figura 10. Localización cartográfica del conjunto de la Fuente del Sabuco.
Abrigos de la Ventana
Un avance al estudio definitivo del yacimiento fue presentado a las VIII Jornadas de
Arqueología Regional celebradas en 1997 (Bernal, Mateo y Pérez, 1997), al tiempo que
una breve comunicación sobre el hallazgo fue leída también en el XXIV Congreso
Nacional de Arqueología celebrado ese mismo año en Cartagena (Bernal y Mateo,
1999).
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Podemos localizar los Abrigos de la Ventana en el Calar de la Santa en Moratalla, se
trata de una zona rodeada de yacimientos con pintura rupestre de estilo Levantino
como Fuente del Sabuco y la Cañaica del Calar. El yacimiento se encuentra situado en
un farallón rocoso de caliza, con afloramientos yesíferos, en las inmediaciones de la
Rambla del Rollo y consta de dos oquedades. En las cercanías discurren el Arroyo del
Sabuco y de Sevilla, a los que además hay que añadir múltiples fuentes que nacen por
la zona.
El primer abrigo se sitúa a 1200 m.s.n.m. y tiene unos 6,30 m de abertura en su boca,
1,90 de profundidad y 2,10 m de altura. Las pinturas se localizan repartidas por toda la
pared y tienen forma cruciforme de doble crucero. El color predominante es el rojo,
como es habitual en el Arte Levantino.
El descubrimiento de este yacimiento es clave para la investigación del arte parietal en
la Región, porque la escasez de figuras cruciformes en otros yacimientos de la zona, se
ven completadas con el número elevado de estas figuras en este yacimiento.
Los motivos cruciformes parecen haber sido pintados con pinceles rudimentarios de
pelo de animal y en el resto de pinturas se observan rasgos que nos hacen pensar que
han sido pintadas con los dedos. Lo más destacable es la homogeneidad del conjunto.
Cabe resaltar que muchos de los motivos fueron repintados, transportándolos de
tonos claros a oscuros (Rojo), ya que los pobladores posteriores preferían tal color.
Los motivos son una treintena y parecen estar realizados con trazos continuos, pues
sabían lo que querían representar. “Asimismo, dentro de los aspectos técnicos hemos
de resaltar la existencia de varios repintados y superposiciones en el panel
esquemático del abrigo I, ya reseñados en la descripción de motivos” (Bernal y Mateo,
2002). El estado de conservación de las pinturas del abrigo I es bueno en general, si
bien algunas de las figuras, sobre todo las situadas en la parte más exterior del abrigo,
se han visto afectadas por la acción de los agentes climáticos, el sol principalmente,
que ha difuminado la pintura de manera notable, hasta el punto de que en la
actualidad se perciben muy débilmente.
El abrigo II se sitúa a 100 m al norte del habitáculo I y se trata de dos hornacinas de las
cuales solo una está pintada. Se encuentra a una altitud de 1140 m.s.n.m. y está
orientado al suroeste. Sus dimensiones son: 3,65 m de abertura, 1 m de profundidad, y
2,30 m de altura. En esta hornacina encontramos una sola pintura pero clave para
situar el yacimiento en un marco totalmente Levantino, compartido con los
yacimientos próximos que también contienen animales, en concreto cuadrúpedos y de
estilo naturalista. De éste solo quedan restos de la pintura en el cuerpo y el arranque
de la cabeza. El cuadrúpedo mide 8 cm y es de color rojo oscuro.
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En cuanto a su cronología, el cuadrúpedo es anterior a las figuras cruciformes del
abrigo I que se sitúan en torno al comienzo del Neolítico, pues en el trascurso del
Neolítico desaparece bastante este estilo asociado a una sociedad depredadora. La
conservación del cuadrúpedo deja mucho que desear pues está muy degradada,
debido a la perdida de material de la pared y también a la continua exposición al sol.
En cuanto a la tipología de los motivos pintados, si exceptuamos una sola figura que se
puede incluir en el grupo de los soliformes o esteliformes, el resto de representaciones
muestran una notable homogeneidad aunque haya pequeños detalles que varíen de
unas a otras. En todos ellos se repite como esquema básico un trazo vertical
atravesado por uno o dos trazos horizontales. En la comarca solo aparecen
representaciones de este tipo en la Cueva de los Cascarones14, también en Moratalla, y
en el Abrigo de los Ídolos, en Nerpio. Los soliformes, son más comunes, y los podemos
ver representados por ejemplo en los Abrigos de Zaén, o en la Cañaica del Calar III y IV.
En cuanto al contexto arqueológico, tenemos varios conjuntos con arte en las
cercanías, además del asentamiento Eneolítico de Arroyo Tercero, en del Castellar, del
Bronce inicial, y el del Castillico, datado en el Bronce final – Hierro inicial.
La cronología de la pintura esquemática es compleja de definir, por tener unos límites
amplios que perviven en diferentes contextos culturales. La relación establecida con
elementos de cultura material ha permitido establecer unos límites generales que van
desde un Neolítico Antiguo al Calcolítico. En el caso murciano, “los paralelos mobiliares
que podríamos relacionar con estas pinturas de los Abrigos de la Ventana nos llevan al
mundo de los ídolos eneolíticos, realizados en hueso o piedra, entre los que
encontramos con frecuencia los de tipo cruciforme” (Bernal y Mateo, 1996). “No
obstante, la pintura esquemática regional tendría una presencia muy anterior si
consideramos el hallazgo de restos de pigmento en un nivel Neolítico antiguo, quizás
medio, de los Abrigos del Pozo15 de Calasparra, fechado por C14 en 6260 +/- 120 B.P.”
(Martínez, 1994). “Por su parte, si aceptamos que la figura del abrigo II es un
cuadrúpedo naturalista, la cronología para él propuesta sería anterior a la de los
motivos del abrigo I” (Bernal y Mateo, 2002).
En resumen, los Abrigos de la Ventana descubren a nuestros ojos pinturas
características del Arte Levantino Esquemático en su más pura esencia. Concuerda con
una cronología y una morfología claras y su conservación (al menos en el abrigo I) nos
14
La Cueva de los Cascarones es un abrigo de grandes dimensiones, ocupado asiduamente por pastores. Las pinturas se conservan malamente y se sitúan a la derecha de la entrada del abrigo, siendo representaciones de carácter esquemático entre las que parece verse un cruciforme, con lo que tendríamos un paralelo con los Abrigos de la Ventana. 15 El conjunto rupestre de los Abrigos del Pozo (descubierto oficialmente en 1978 por Juan Abellán Hernández, aunque era conocido por los pastores de la zona) comprende dos abrigos continuos que contienen pinturas rupestres. El recinto queda limitado topográficamente por un alto escalón perpendicular al río y por un suave meandro que describe el Rio Segura a su paso por el lugar. Contiene varios paneles todos encuadrables en el estilo Esquemático.
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permitirá disfrutar de un buen yacimiento siempre y cuando se proteja
adecuadamente, pues es una zona de encuentro para turistas y jóvenes de la zona que
podrían perjudicar las pinturas, de hecho se pueden observar unos grabados hechos en
época actual que intentan imitar las figuras pintadas, y sólo se consigue deteriorar, aun
más si cabe, el panel pintado.
Figura 11. Detalle de signos cruciformes. Figura 12. Planta y sección del abrigo I.
Figura 13. Localización cartográfica del conjunto rupestre de los Abrigos de la Ventana.
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V. PUESTA EN VALOR Y PERSPECTIVAS DE FUTURO
En 1998, la Unesco junto a las seis comunidades autónomas con Arte Postpaleolítico,
(Cataluña, Valencia, Aragón, Andalucía, Murcia y Castilla La Mancha), crearon el
Consejo de Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, el cual se
encargaría de proteger el patrimonio, de la actualización de inventariado, de la
conservación, de la difusión y de la organización de reuniones de carácter científico.
Comenzaba así una nueva etapa de catalogación, estudio y conservación del Arte
Rupestre Postpaleolítico, que pretendía compensar las carencias en protección e
intervención institucional que había en la gestión de los yacimientos con arte, donde la
mayoría de las veces se producía una situación de semiabandono por parte de los
ayuntamientos titulares de los yacimientos, limitándose su actuación a colocar una reja
protectora,- no en todas las ocasiones-, o a divulgar, de un modo, en mi opinión
insuficiente, cierta información con carácter turístico.
Solo a mediados de los noventa se tomaría conciencia del valor de los yacimientos y de
su potencial turístico, por parte de pueblos y aldeas, las más de las veces semiaislados
entre zonas agrestes, donde el tener uno o varios yacimientos en sus términos
municipales puede suponer un aliciente muy poderoso como una más de las
propuestas que pueden ofrecer dentro del ámbito del turismo rural, muy en boga
actualmente y desde fines del siglo pasado, así la visita a ciertos lugares arqueológicos
se sumaría al senderismo o a la gastronomía por ejemplo, resultando un dinamizador
turístico de primer orden.
“Una de las iniciativas que el Consejo promovió fue la creación de una revista de
nombre Panel, que junto a la investigación se ocupase de difundir y conservar el arte
rupestre. En dicha publicación se debía informar de la gestión y de los últimos
descubrimientos que se iban produciendo en cada una de las comunidades
autónomas” (Hernández Pérez, 2008). Además se crearán otras iniciativas editoriales
desde las propias comunidades autónomas y ayuntamientos, con el fin de potenciar el
turismo cultural. Una de esas iniciativas será la creación de centros de interpretación
de este tipo de arte, como el de Moratalla, del cual hablaré más tarde, que publicarán
sus propias revistas, que hay que sumar a la contribución que diputaciones,
instituciones culturales y privadas, han tenido en la publicación de diversas
monografías dedicadas al arte rupestre.
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Asimismo, desde la inclusión del Arte Rupestre del Arco Mediterráneo en la lista de
Patrimonio Mundial en 1998, se han organizado varios congresos como el de 2004,
celebrado en la comarca de los Vélez, y otro en Alicante el mismo año, el de Valencia
en 2002 o el de Morella en 2005, a los que habría que sumar otros congresos menores,
seminarios y cursos realizados por diferentes universidades. Otra de las iniciativas que
se han efectuado para la conservación y difusión del arte rupestre ha sido la creación
de parques culturales, siguiendo el modelo pionero de Aragón. A todas estas
actuaciones, “además hay que sumar la incorporación de una nueva generación de
investigadores que han iniciado nuevos caminos en el estudio e interpretación del arte
prehistórico, ampliando, matizando o corrigiendo, algunas de las opiniones
fuertemente arraigadas durante décadas en nuestra literatura científica” (Hernández
Pérez, 2008).
En estos últimos años se han venido produciendo nuevos enfoques en investigación,
tanto en la prospección, el calco, reproducción y estudio analítico de diversas formas.
Los avances fotográficos han permitido prescindir del calco directo y poder visualizar
imágenes de muy alta calidad en las publicaciones; también se han aplicado nuevas
metodologías y analíticas en el estudio del color, junto a los análisis de las
irregularidades del soporte y de la relación de éste con las imágenes, a los que habría
que unir el estudio de la composición de los paneles, los nuevos métodos digitales para
la reconstrucción virtual y los avances que se han producido en los sistemas de
información geográfica. Estos sistemas nos ayudan a resolver el problema de la
localización exacta de los más de 800 sitios con arte rupestre conocidos en el Arco
Mediterráneo, constatándose la imprecisión en muchos casos con localización manual
sobre cartografía en papel. “Valiéndonos de las nuevas tecnologías conviene emplear
información geoespacial primaria mediante el empleo de métodos de captura digital
(GPS manual, GPS diferencial o levantamientos planimétricos georeferenciados), que
puedan ser integrados en un SIG junto a otro tipo de documentación cartográfica
digital” (Fernández Cacho, 2008).
Como ejemplos de uso de los SIG de red, o sea, mediante internet, aplicados a la
Prehistoria y al arte rupestre en el ámbito del Mediterráneo, podríamos destacar el
“Mediterranean Landscape Dynamics Project”, desarrollado en la Universidad de
Arizona, en el cual se analizan las dinámicas de ocupación del territorio en diversas
regiones del Mediterráneo durante la Prehistoria, permitiendo la descarga desde su
web de modelos de evolución paisajística y captación agrícola, así como la visualización
y descarga de capas temáticas de naturaleza geográfica y arqueológica.
En cuanto a la Región de Murcia, la página web Arqueomurcia permite la visualización
cartográfica de yacimientos que incluye un modelo de elevación digital del terreno, la
hidrografía y los límites administrativos de los municipios.
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La creación de infraestructuras de datos espaciales de tipo arqueológico entre las que
se incluyan las del Arte Rupestre del Arco Mediterráneo, es el paso siguiente en este
proceso y debe ser considerada como un reto de cara al futuro inmediato; en España
se han desarrollado algunas iniciativas como el proyecto IDEARK o el ARANO: la
primera tiene como objetivo crear una infraestructura de datos que permita compartir
información arqueológica entre diferentes grupos de investigación; el segundo, por
otra parte, se plantea como un software libre sobre arte rupestre en el Norte de África,
permitiendo el acceso a servicios de consulta a bases de datos de arte rupestre y a
servicios de acceso a geodatos para la obtención de mapas, datos vectoriales y en
formato ráster (Fraguas, 2008).
Continuando con el ámbito de la tecnología digital, merece la pena hablar de los
métodos de restauración mediante calcos digitales de alta resolución y su tratamiento
mediante programas de retoque y montaje fotográfico como Photoshop, el cual nos
puede servir para hacer fieles reproducciones restauradas y con definición aumentada,
con el fin de documentarlas y catalogarlas, mediante un método inocuo, reversible y
modificable, al alcance de casi todos, porque uno de los principales problemas que hay
en la conservación de este tipo de arte es su deterioro, aumentado sin duda por los
calcos y otros métodos utilizados anteriormente en el análisis de composiciones y
pigmentos, aunque de todas las variables que pueden afectar al arte rupestre, las más
importantes son los factores climáticos, la naturaleza del soporte rocoso y los agentes
biológicos. Se han realizado estudios sobre el deterioro y la composición química de
los pigmentos como el de Ramiro Alloza, Enrique Arranz, y otros, donde se ha
estudiado el comportamiento térmico de los soportes rocosos y se han identificado
una serie de microrganismos que crecen en dichos soportes y deterioran
paulatinamente la roca.
Se deben buscar unas soluciones limpias y acordes con el aspecto visual y
medioambiental, a fin de consolidar tanto el soporte como las pinturas, quizás
estabilizando las partes de la roca más susceptibles de desprenderse, utilizando algún
tipo de aglutinante con el mínimo impacto visual, y en el caso de las pinturas, quizás
con la aplicación de un producto incoloro que no tenga ningún tipo de propiedad
disolvente y que actúe como una especie de barniz protector.
No obstante, pienso que la acción antrópica es el principal peligro al que se ven
expuestas las pinturas rupestres, por la condición aislada de los lugares donde se
hallan y por la siempre elevada presencia de vándalos que en el monte pintan, arrojan
basuras, encienden hogueras y destrozan cualquier elemento público o privado, por
eso los cierres de protección de los abrigos suponen una de las mayores prioridades de
las administraciones, tanto para el resguardo ante actos vandálicos, o como paso
previo para la ordenación de las visitas. Desde que las pinturas fueron reconocidas
como Patrimonio Mundial, la labor de protección se ha visto incrementada, instalando
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rejas nuevas y más elaboradas. Ha de tenerse en cuenta la eficacia, diseño y
mantenimiento del cierre, adaptándolo a las peculiaridades de cada cavidad. No todos
los yacimientos están cerrados y la elección de cada lugar dependerá de su
“importancia histórico-cultural, científica, artística o de su posible peligro de deterioro,
aunque por desgracia no se toma la decisión de cerrar la mayoría de los sitios, estando
muchos de los abrigos en lugares inhóspitos y alejados que permiten la visita
incontrolada” (San Nicolás del Toro, 2008).
Por otro lado, y como antes he dicho, en nuestra Región se tomó la iniciativa de crear
un Centro de Interpretación del Arte Rupestre, que está ubicado en el santuario del s.
XVIII de la Casa de Cristo, en Moratalla, en un lugar situado a más de 1000 metros de
altitud, rodeado por montañas donde se localizan la mayor parte de las pinturas de la
Región. En él se exponen diferentes módulos, ya no solo sobre arte, sino sobre otros
temas referentes a la Prehistoria. De igual modo, el centro dispone de una web, de una
biblioteca y publica una revista. También se realizan actividades como talleres para
niños y jóvenes y colabora activamente en la organización de eventos relacionados con
el arte prehistórico. Asimismo, los museos locales también han dedicado espacios
específicos al arte rupestre de su municipio, como el de Cieza, Jumilla, Yecla o Cehegín.
En definitiva, el futuro de la investigación se presenta optimista por las novedosas
propuestas que se van planteando, donde hay que intentar buscar nuevas líneas de
trabajo que valoren más los espacios naturales y continuar con las investigaciones y
excavaciones en los pocos casos donde se pueden realizar, para definir mejor la
secuencia cronológica. Es imprescindible por tanto, reanudar las excavaciones de los
Abrigos del Pozo, que presentan una secuencia ininterrumpida desde el Epipaleolítico
hasta la época tardorromana, los Abrigos de la Rogativa o Corniveleto en Nerpio, por
poner algunos ejemplos.
Figura 14. Detalle del cierre protector de Figura 15. Reconstrucción digital del Centro de
la Cañaica del Calar II. Arte Rupestre de la Casa de Cristo.
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VI. CONCLUSIONES
El arte rupestre de la vertiente mediterránea de la Península Ibérica es una
manifestación cultural de primer orden, ampliamente representada y con unas
características propias que la hacen única dentro del ámbito arqueológico y artístico.
A priori puede parecer que es una arte de calidad inferior al que se da en las grandes
cuevas cantábricas, o que incluso es una degeneración de éste, como algunos han
querido ver, pero lejos de resultar así, el Arte del Arco Mediterráneo es una
plasmación original y única que goza de identidad propia, que al mismo tiempo
identifica a las sociedades que lo realizaron, mostrándonos sus modos de vida, sus
ritos o sus creencias, con lo que no podemos restar ni un ápice de importancia y de
interés a esta manifestación pictórica. Ésta no es sencilla precisamente, pues a parte
de los múltiples estilos que parecen surgir de tendencias regionalistas, las
representaciones son muy variadas y complejas, aunque lo suficientemente
homogéneas como para poder encuadrarlo todo en dos o tres estilos básicos,
(Levantino, Esquemático y Macroesquemático), que parten desde un naturalismo casi
palpable, a unos trazos abstractos pero llenos de simbolismo, secuencia cronológica
con la que podemos ver la evolución cultural que se ve plasmada en las rocas. Parece
que este arte estaba unificado, es decir, que el ámbito cultural relacionado con éste
era común para los habitantes del oriente peninsular, con lo que podemos suponer
que esas gentes tenían en común unos hábitos y creencias, y compartían rasgos
culturales básicos, salvando las distancias.
Mucho se ha especulado sobre si eran las mismas gentes que vivían durante el
Paleolítico Superior, pero parece ser que los grupos descendientes de estos homo se
mezclaron con gentes nómadas que se iban instalando con los siglos, formando una
sola esencia cultural, y que conocían como sacar provecho de los recursos que la Tierra
les ofrecía. Este arte de los abrigos, religioso en ocasiones, artístico y social en otras,
era una seña de identidad de estos grupos humanos, y para mí, cumplía la misma
función que los bajorrelieves egipcios: representaba hechos cotidianos algunas veces,
otras hechos históricos de importancia para la comunidad y que querían conservar
para la posteridad, algunos símbolos quizás también podían ser identificativos de un
clan concreto y utilizados para delimitar su territorio, y otros también podían ser
simples representaciones casuales, sin más valor que el individual para quien los hizo.
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Parece que todavía, pese a los múltiples estudios que hay sobre el tema, el arte
rupestre nos da pie a plantear suposiciones, por lo misterioso y atractivo que resulta.
Se debe por tanto continuar investigando, pues es una temática sumamente
importante dentro de la Prehistoria y Arqueología, para que no se pierda la mayor de
las herencias que los hombres primitivos nos legaron. Tenemos una gran suerte de
tener en España tantas y tan diferentes y exclusivas muestras de arte prehistórico, y
más concretamente en Murcia, se debería ser más consciente del valor que este
legado tiene, y se deberían promover por medio de las instituciones, más medios para
su investigación, conservación y divulgación, pues es un aspecto cultural de los más
admirados y que más interesa al público en general. Pienso que se debería estudiar
más a fondo en la Universidad de Murcia, donde no hay ninguna línea de investigación
sobre el tema. Esperemos que en los próximos años cambie el panorama social y
económico y se vuelva a invertir en ciencia y cultura. Las nuevas generaciones
estaremos ahí esperando el momento.
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