Arte persa

Hacia el 900 a. C. un pueblo de origen indoeuropeo, los persas, se asentó en lo que hoy conocemos como una árida meseta, Irán. Era un pueblo eminentemente guerrero que fue extendiendo su dominio hasta formar un gran imperio y llegó incluso a conquistar Egipto. Las dinastías durante las cuales se vivió un esplendor artístico fueron la aqueménida (560-331 a.C.) y la sasánida (227 d. C.-siglo VII d. C.)

Arquitectura

El arte persa estaba al servicio del Estado. La arquitectura persa en general, presenta características y procedimientos constructivos muy semejantes y derivados del mundo mesopotámico, con influencias egipcias, y no aporta novedades de importancia. La decoración, escultura y arquitectura es el resultado de la fusión de distintas influencias. Los materiales utilizados fueron el ladrillo y la piedra. Dan un papel importante a la columna y al capitel. Emplearon arcos y bóvedas en sus construcciones y edificaron sus palacios sobre terrazas.

Capitel persa

Susa, Palacio de Darío

La arquitectura funeraria se inspiró en los zigurats mesopotámicos. Además, utilizaron el hipogeo como en Egipto y recibieron influencias de la escultura asiria en los frisos de relieves de piedra o cerámica esmaltada con escenas de arqueros y leones atacando a un toro.

Los edificios más característicos del arte persa son los palacios. Durante el imperio aqueménida se elevan sobre terrazas, con puertas adinteladas que se rematan con dos esculturas aladas de cuatro patas. Los palacios estaban tapiados y en el centro dominaba una gran galería de columnas. Los muros se levantaban de ladrillos de adobe y los pórticos, columnas y pedestales, de piedra. En las ciudades de Persépolis y Susa se conserva gran número de restos arquitectónicos.

En la dinastía sasánida, los muros eran de ladrillo cocido, al igual que las bóvedas de medio punto. En todos los palacios aparece una novedad: el iwán, pórtico con gran arco abierto al patio. Encontramos restos de arquitectura sasánida en las ruinas de los palacios cupulados de Girra y Firuzabad.

Escultura

La escultura de los aqueménidas fue monumental. De la época de Darío I se conserva un gran relieve grabado en la roca, en el que el monarca vence a sus enemigos. Aunque el modelo y el detallismo se recojan de la escultura asiria, los persas añaden la armonía y el naturalismo de ropas y ojos. En los edificios de Persépolis fueron frecuentes los capiteles con formas de animales, los frisos en las paredes con decoración de leones, las jambas de las puertas con relieves del rey, la puerta principal con toros con cabezas humanas en altorrelieve, etc.

Palacio de Persépolis

Relieves de Susa

Historia del Arte. Bachillerato. Edebé.

M. C. Guerrero RománI. López MartínezJ. Rubio Lapaz

PPS María del Pilar González López