Arte barroco español

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El Arte Barroco Español

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El Arte Barroco Español

ARQUITECTURA

El primer periodo de la arquitectura barroca no ofrece una gran suntuosidad. Comienza con líneas, más bien sencillas, y desprovistas de gran ornamentación. Sólo a finales del siglo XVII es cuando, en interiores y exteriores, se define una clara tendencia hacia la suntuosidad ornamental.

Fachada del Convento de la Encarnación

Plaza Mayor (Madrid).- Gómez de Mora

Plaza Mayor de Madrid.- Auto de fe de 1683.

Plaza Mayor de Madrid.- Corrida de Toros (S.XVII)

Fachada de la C. de Granada.- Alonso Cano

Retablo Mayor del convento de San Esteban (Salamanca).- José Benito de Churriguera

Plaza Mayor de Salamanca.- Alberto de Churriguera.

TransparenteC. de Toledo.- Narciso Tomé

Hospicio de San Fernando (Madrid).- Pedro de Ribera

Palacio del Marqués de Dos Aguas(Valencia).- Hipolito Rovira

Fachada Catedral de Valencia.- Conrado Rodulfo

Fachada de la Catedral de Murcia.- Jaimer Bort

Fachada del Obradoiro.- Casas i Novoa (C. de Santiago)

Sacristía de la Cartuja de Granada.- Francisco Hurtado

Fachada del Palacio de San Telmo .- Leonardo de Figueroa.- Sevilla.

Catedral de Cádiz

• La catedral de Cádiz repite el esquema de buena parte de los templos andaluces al utilizarse como base una mezquita que fue readaptada tras la reconquista de la ciudad.

• Esta catedral primigenia, realizada en estilo gótico de los que hoy apenas tenemos algunas muestras, se perdió tras el incendio y saqueo de la ciudad en 1596, llevado a cabo por tropas angloholandeses dirigidas por el conde de Essex. Inmediatamente se procedió a la construcción de una nueva catedral, hoy iglesia de Santa Cruz.

• Será en el siglo XVIII cuando se construya una nueva iglesia catedral, especialmente tras el traslado de la Casa de la Contratación a Cádiz en 1717.

• Vicente Acero y Arebo será el encargado de las trazas del nuevo edificio. muestra con cierto conservadurismo al invocar un esquema fundamentado en el replanteamiento hecho por Diego de Silóe en la catedral de Granada, empleando una organización basilical de tres naves, crucero y girola, utilizando la capilla mayor como rotonda y colocando tras ella la capilla de las Reliquias. Este toque renacentista sería contrarrestado con el intenso dinamismo que se imprime a la

articulación de los alzados.

ESCULTURA BARROCA

En España la forma más popular de escultura barroca es la de imágenes religiosas, de talla de madera policromada, destinadas para altares e iglesias, muchas de ellas, hoy procesionan. Es en ellas donde los escultores destacan por un gran realismo de detalle y colorido, pero que no resta de la idealización y majestad que se asocia con la idea religiosa.

Escuela Castellana:

Gregorio Hernández

Cristo Yacente

Cristo atado a la columna

Descendimiento

La Piedad

Escuela Andaluza:

Juan Martínez Montañés

Cristo de la Clemencia

Inmaculadas

San Ignacio de Loyola

Escuela Andaluza

Juan de Mesa

Crucificado de la Agonía

Cristo del Amor

Jesús del Gran Poder

Nuestra Señora de las Angustias

Escuela Andaluza:

Alonso Cano

Retablo de la Oliva (Lebrija)

Virgen de la Oliva

Inmaculada (C.Granada)

Virgen de Belén

San Diego y San José

Escuela Levantina

Francisco Salzillo

La última cena

Cristo atado a la columna

El Prendimiento

Oración en el Huerto

La Verónica

PINTURA BARROCA

El gran momento del arte barroco se da en la pintura. En ella se mantiene con el realismo del detalle, la concepción religiosa de las imágenes y el conceptismo barroco de la composición que añade sus símbolos.

La influencia italiana de los fondos oscuros, claroscuro o tenebrismo, permite a los pintores españoles un juego con los efectos de luz usada como medio simbólico o sencillamente como medio de aislar la figura predominante.

Los genios en pintura del momento fueron Velázquez, Zurbarán, Murillo y Ribera, aunque convivieron con un importante número de pintores que aunque fueron eclipsados por ellos, no dejan de ser grandes artistas como Alonso Cano.

Naturalismo Tenebrista

Ribera y Zurbarán

José de Ribera, “El Españoleto”

El Niño Cojo o “El Patizambo”

• En la mano tiene un cartel en el que pide, en latín,limosna por el amor de Dios (DA MIHI ELEMO/SINA PROPTER AMOREM DEI). Este papel era necesario para poder serreconocido en Nápoles por las autoridades como un pordiosero, con derecho a poder mendigar.

La mujer barbuda

El Martirio de San Bartolomé

El Martirio de San Felipe

• En 1953 la historiadora del arte Delphine Fitz descartó que el protagonista del lienzo fuese san Bartolomé, porque en la escena no aparece el cuchillo con el que fue degollado. Justificó que se trata de san Felipe por dos motivos: san Felipe murió crucificado con cuerdas y no con clavos y fue el santo patrón de Felipe IV, para quien Ribera pintó el cuadro.

• Tras la muerte de Cristo san Felipe marchó a Frigia a predicar el Evangelio, fue capturado y muerto crucificado. Ribera eligió el momento anterior al martirio al que fue sometido san Felipe, aquel en el que unos verdugos ataron al santo a la cruz y lo izaron, ante la indiferencia de unos testigos y la curiosidad de otros.

• Ribera retrató a san Felipe ajustándose a los cánones establecidos en el Concilio de Trento (1545-1563) para la representación de los mártires: sufrimiento contenido, resignación ante el martirio y fe y esperanza en el Señor; de ahí que san Felipe eleve su mirada al cielo.

San Pablo Ermitaño

Arquímedes

Inmaculada

Convento de Agustinas Recoletas (Salamanca)

• La Virgen aparece envuelta en un amplio manto azul, vistiendo túnica blanca -siguiendo la visión de Santa Brígida de Suecia, recomendada iconográficamente por Pacheco- y pisando la media luna como símbolo de dominio sobre el infiel. Un grupo de angelitos forma un semicírculo en la zona baja y porta los atributos marianos: la palma, la rama de olivo, rosas, lirios o el espejo. En la zona baja de la composición contemplamos dos ángeles mancebos que dirigen su tierna mirada hacia María mientras que en la zona superior se advierte la escorzada figura del Padre Eterno, rodeado de ángeles y acompañado por la paloma del Espíritu Santo.

El Sueño de Jacob

• El sueño de Jacob es uno de los cuadros más importantes de José de Rivera. En él representa un episodio del génesis en el que el patriarca Jacob se queda dormido camino de Harán y tiene un profundo sueño en el que ve una escalera celestial por la que suben y bajan ángeles.

La Magdalena Penitente

• La tradición popular identifica con su hija Lucía. • El pasado de prostitución de la Magdalena se muestra en el

hombro al descubierto y en el bote de los afeites con el que también ungió los pies a Cristo.

Apolo y Marsias

• El cuadro trata el momento en que Apolo comienza a desollar al imprudente sátiro Marsias, que había osado desafiar al dios en una competición musical sin imaginar cuál iba a ser el cruel y atroz castigo por atreverse, siquiera, a cuestionar la pericia del ser divino con los instrumentos musicales.

• Ribera pintó en varias ocasiones este pasaje mítico

Sileno Borracho

• Está firmado y fechado en 1626, apareciendo la inscripción en un cartel que sostiene en su boca una serpiente, en la zona inferior izquierda.

• La serpiente tiene diferentes significados y podría aludir a la sabiduría, relacionada con Sileno, dios agrícola griego, seguidor de Baco y relacionado con Sócrates por su sabiduría ya que poseía el don de la profecía.

Paisaje con pastores

Francisco de Zurbarán

Visión de la Jerusalén celestial por San Pedro Nolasco

• Encargado en 1629 por los mercedarios de Sevilla, la serie debía adornar e ilustrar el claustro del convento con las figuras de sus fundadores y los monjes más importantes en la historia de la Orden.

• En el cuadro observamos la figura de San Pedro Nolasco, fundador de la Orden de la Merced, recluido en su celda y a quien se aparece un ángel adolescente. Este ángel le muestra en una visión celestial los muros de la Jerusalén fortificada, símbolo de la fortaleza de la fe cristiana. Esta ciudad fue emblema de urbanismo y teología, siempre caracterizada por sus torres, sus murallas y sus puentes levadizos tendidos a los fieles.

Aparición del Apóstol San Pedro a San Pedro Nolasco

InmaculadaConcepción

La Inmaculada Concepción de María significa, según la doctrina católica, que la Madre de Dios desde que fue concebida ha sido preservada del pecado original. Este

dogma católico estaba siendo cuestionado por los protestantes en el siglo XVII por lo que

en la católica España se puso de moda la imagen de la Inmaculada Concepción.

Aparece con las manos unidas en oración y rodeada por los símbolos

de las letanías que recuerdan las virtudes

que acompañan a la imagen de la Virgen. 

Apoteosis de Santo Tomás de Aquino

• Pinta esta obra para el Colegio de Santo Tomás de los PP. Dominicos de la ciudad hispalense, que impartía estudios de Teología y Artes.

• Santo Tomás de Aquino es una de las figuras más relevantes de la teología cristiana. Por su importancia aparece rodeado de los cuatro Padres de la Iglesia, otros tantos personajes fundamentales para la elaboración de la doctrina. A su derecha se encuentran conversando San Ambrosio y San Gregorio; a su izquierda, San Jerónimo, de rojo cardenalicio, y San Agustín. Los cinco intelectuales se encuentran en el plano superior del cuadro, que simboliza en mundo divino.

• En el plano inferior se encuentra representada la tierra: los personajes principales de la Orden y nada menos que el emperador Carlos V. Su presencia se explica porque fue él quien facilitó los terrenos y la dote necesaria para la construcción y puesta en marcha del Colegio

Hércules y el Cancerbero

• Se trata de uno de los diez trabajos sobre Hércules que Zurbarán pintó para el Palacio del Buen Retiro.

• Esta imagen se considera una alegoría del buen gobernante, que somete al enemigo con firmeza y sin necesidad de llegar a usar nunca la fuerza. Tradicionalmente se asociaba la figura de Hércules con la de la monarquía española, por lo que es perfectamente comprensible la elección de esta historia por Zurbarán.

Hércules y el león de Nemea

La Defensa de Cádiz contra los ingleses

• La fama cosechada por Zurbarán en Sevilla motivó su llamada para trabajar en Madrid, concretamente en la decoración del monumental Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, donde trabajará al lado deVelázquez quién realizará para el mismo lugar el famoso cuadro de Las Lanzas.

• La Defensa de Cádiz frente a los ingleses recoge un episodio de la historia contemporánea a Zurbarán. Las tropas inglesas, provistas de una poderosa flota comandada por Lord Wimbledon, se habían hecho fuertes en la torre del Puntal de Cádiz el 1 de noviembre de 1625. Don Fernando Girón, gobernador de la plaza, dictó las órdenes necesarias para la defensa de la ciudad a pesar de estar enfermo de gota. Las escasas tropas de la ciudad lograron resistir hasta la llegada de los refuerzos al mando del Duque de Medina-Sidonia junto a las milicias urbanas. Se consiguió levantar el campamento enemigo, obligándoles a la retirada, habiendo perdido previamente unos mil hombres.

• Así, en primer plano, vemos a Don Fernando Girón sentado en una silla a causa de su enfermedad, dictando las órdenes necesarias a sus capitanes. En el fondo, se aprecian las tropas españolas en tierra y el mar lleno de naves inglesas. Zurbarán consigue dar dosis de credibilidad a los personajes de primer plano al otorgarles realismo en sus gestos y un buen lujo de detalles a sus vestimentas.

• Interesante los estudios que destacan una anamorfosis del fondo.

Fray Gonzalo de Illescas

• Serie sobre la Orden jerónima, para el monasterio extremeño de Guadalupe.

• Aquí muestra a uno de los grandes patriarcas de la orden, Fray Gonzalo de Illescas, sentado en su despacho en actitud de escribir. Gonzalo de Illescas llegó a obispo de Córdoba y Consejero del rey Juan II.

• Tras él, una ventana abierta nos muestra una escena secundaria, aludiendo a las virtudes de su Orden y a las del propio fraile: se trata de unos pobres recibiendo limosna de un monje jerónimo, lo cual nos indica que la escena es una alegoría de la caridad.

• La mesa sobre la que el padre escribe muestra una naturaleza muerta al más puro estilo de la vanitas: la calavera que recuerda la mortalidad del ser humano, el reloj de arena aludiendo al paso del tiempo, y los libros que nos hablan de lo efímero del conocimiento.

La Misa del Padre Cabañuelas

• Por encargo de los frailes del Monasterio de Guadalupe, Zurbarán pintó entre 1639 y 1645 ocho cuadros para la sacristía y tres para la capilla adyacente. Estos cuadros se conservan aún en su emplazamiento original.

La Virgen de los Cartujos

San Hugo en el Refertorio

• San Hugo en el refectorio pertenecía a una serie monástica.

• La escena refleja un milagro acontecido a San Bruno, fundador de los cartujos, y a los seis primeros monjes de la Orden, quienes comían gracias a la generosidad de San Hugo, obispo de Grenoble. Un domingo les envió carne, alimento al que no estaban acostumbrados, lo que provocó una discusión sobre la conveniencia de practicar la abstinencia. Mientras discutían quedaron sumidos en un profundo sueño que duró toda la Cuaresma. El miércoles Santo, San Hugo, que había estado ausente, fue a verlos y los sorprendió despertándose, comprobando que no tenían noción del tiempo transcurrido. Entonces miró a los platos y vio que la carne se convertía en ceniza, interpretándolo como aprobación divina de la abstinencia.

• Zurbarán realiza un muestrario de sus famosos hábitos blancos, color en el cual se dice que llega a manejar hasta 100 tonos diferentes. Aparecen en la imagen las famosas cerámicas blancas y azules de Talavera, con los escudos del obispo y la Orden.

Santa Casilda

• Zurbarán utiliza como modelo para su Santa Casilda a una dama de la corte, probablemente una amiga o conocida, y realiza un retrato en el que conjuga la simbología religiosa con la moda cortesana del siglo XVII. En el cuadro; destaca la elegancia, la serenidad y la dignidad de la mujer. Asimismo, impresionan la luminosidad de las telas, la majestuosidad del traje y el virtuosismo de los brocados

Santa Casilda.- M. Thyssen

Santa Margarita de Antioquia

National Gallery de Londres

• Santa Margarita, su vestido y su tocado no son los de una princesa sino los de una atractiva pastora, con unas albardas en el brazo bordadas primorosamente en el mejor estilo del arte popular de la época. Se cubre el cabello con un gran sombrero de paja, de alas muy anchas pero coqueto. Sus pies están calzados con pobres sandalias de cuero y asoman por debajo de la falda. Y a pesar del humilde origen de su vestido su presencia aparece majestuosa y llena de dignidad, con un librito de oraciones en la mano y el cayado en la otra. A sus pies el dragón, símbolo del pecado.

• Su leyenda, descrita por los cruzados dice que murió decapitada

Santa Apolonia

• Santa Apolonia fue una virgen martirizada en el siglo IV por no renegar de Dios. Era una mujer de avanzada edad, pese a lo cual se la representa como una joven de serena hermosura. La razón la encontramos en los tratados de la época para educar a los pintores e imagineros, aduciendo para ello que las vírgenes no perdían su belleza ni su juventud con el paso del tiempo.

• Según la leyenda, Apolonia fue castigada por sus perseguidores que le arrancaron y rompieron los dientes, arrojándose ella misma a la pira que estaba preparada para ejecutarla.

Bodegón con cacharros

Bodegón con limones, naranjas y una rosa

Agnus Dei

• Agnus Dei (traducido del latín, Cordero de Dios).

• Iconografía muy representada en el XVII español que alude al sacrificio de Cristo para salvar la humanidad.

Realismo Barroco

Velázquez y Murillo

Diego de SilvaVelázquez

La Epifanía

• Posiblemente, Velázquez utiliza a su familia como modelo para pintar esta escena. Así, su esposa sería la Virgen, el Niño Jesús su hija Francisca, Melchor su suegro, Gaspar el propio artista, y Baltasar un criado, igual que el paje.

Vieja friendo huevos.- National Gallery Edimburgo

• El asunto tratado por el maestro supone una absoluta novedad, ya que hasta ahora nadie se había atrevido a representar en la pintura española escenas tan aparentemente triviales como ésta.

• Se piensa que la anciana podría ser el retrato de su suegra, María del Páramo, mientras que el muchacho sería un ayudante de su taller, posiblemente Diego Melgar.

• Cuanto menos curioso es el debate provocado entre los especialistas por la manera que la anciana prepara los huevos, afirmando unos que los está friendo, otros que los está escalfando y otros que los cuece.

El Aguador de Sevilla.- Apsley House, Londres, Reino Unido

• Podría representar las tres edades del hombre. Tema muy recurrente en la época. Ejemplo, las Tres edades, de Giorgione, o las de Tiziano-

• El colorido que utiliza sigue una gama oscura de colores terrosos, ocres y marrones. La influencia de Caravaggio en este tipo de obras se hace notar

• Vemos un higo en el interior de la copa para dar sabor al agua.

Cristo en casa de Marta y María

• Forma parte de las escenas de cocina o bodegón que tienen en el fondo una imagen religiosa.

• En primer plano a la joven Marta machacando unos ajos, acompañada de una anciana que la señala.

• Excelente el detallismo del bodegón del primer plano con los huevos, los ajos o la guindilla, así como el realismo de la joven y de la anciana, caracterizadas como si se tratara de mujeres populares del Barroco.

• Al fondo podemos contemplar otra escena, supuestamente reflejada en un espejo, en la que aparecen Cristo y María -escuchando atentamente la palabra del Salvador- junto a otra anciana. Se piensa que podría ser un espejo porque Cristo habitualmente bendice con su mano derecha; aquí lo hace con la izquierda ya que el espectador contempla el reflejo.

• Desconocemos el significado exacto de la composición, considerándose como una referencia a la moralidad y a la espiritualidad del ser humano. El católico debe alimentar su espíritu como hace María, dejando de lado las riquezas de la vida terrena. Por eso la anciana señala con su dedo acusador a Marta, indicando lo que no debemos hacer. Este tipo de imágenes iría destinado a un público culto que frecuentaba la tertulia literaria de Pacheco a la que también asistía Velázquez.

La Mulata

Obra perteneciente a la etapa sevillana de Velázquez en la que la influencia de Caravaggio y el Naturalismo Tenebrista es más marcada.

En primer plano contemplamos a una joven de color - de ahí el título - tras una mesa, en la que destacan unos detallados cacharros que conforman un excelente bodegón.

Al fondo aparece una escena religiosa que representaría la Cena en Emaus, vista a través de una ventana. Esta escena fue descubierta en 1933 al someter el lienzo a una restauración y limpieza. Desconocemos cuál sería el significado de la imagen, aunque la mayor parte de los especialistas tienden a interpretarla como una escena moralizante.

Lo más destacable de la composición sería la altísima calidad de los detalles del cesto, los jarrones o los platos, en los que apreciamos una minuciosa pincelada. Los efectos de claroscuro están tomados del Naturalismo, al igual que las tonalidades oscuras empleadas, abundando los sienas, ocres, marrones y blancos para contrastar.

Tres músicos.-  Gemäldegalerie (Berlin)

Se puede decir que Velázquez une en esta imagen el costumbrismo flamenco con el Naturalismo italiano.

Contemplamos a tres personajes populares, totalmente realistas y alejados de la idealización, apiñados alrededor de una mesa sobre la que hay pan, vino y queso. Dos de los tres músicos tocan instrumentos y cantan, mientras el tercero - el más joven - sonríe al espectador y sostiene un vaso de vino en su mano izquierda.

El realismo de los personajes es otra nota característica así como el uso de ocres, sienas, pardos, negros y blancos. El bodegón de primer término vuelve a llamarnos la atención en un primer golpe de vista, casi más que las propias figuras.

El almuerzo y Dos hombres sentados a

la mesa

En los años que Velázquez trabajó en Sevilla ejecutó varias composiciones caracterizadas por tratar asuntos de la vida cotidiana.

Las características de esta composición son las habituales en la etapa sevillana: colores oscuros; realismo en las figuras y los elementos que aparecen en el lienzo; iluminación procedente de la izquierda; y expresividad en los personajes, características tomadas del naturalismo tenebrista que Velázquez conocía gracias a las estampas y cuadros procedentes de Italia que llegaban a Sevilla. Este tipo de obras debieron ser muy demandadas.

San Juan evangelista en la isla de Patmos.- National

Gallery de Londres

San Juan aparece mirando la visión de la parte superior en la que se representa a la Virgen; su atributo -el águila- está tras él, en la zona izquierda. El paisaje que contemplamos al fondo se reduce a un árbol, observándose a la perfección el claroscuro predominante en esta época, creado por una luz blanca que ilumina la escena de izquierda a derecha. Velázquez no va a idealizar al santo y presenta a una figura totalmente realista, de carne y hueso, con sus pómulos salientes, sus gruesos labios, su incipiente bigote y sus cejas largas e irregulares, llegándose a pensar que estaríamos ante un autorretrato.

El detallismo de los libros y de los pliegues de la túnica, obtenido con una pincelada minuciosa, parece inspirado en la pintura flamenca, mientras que los juegos de luz, el realismo del personaje y los colores están tomados del Naturalismo tenebrista.

Inmaculada Concepción.-

National Gallery. Londres

La Inmaculada Concepción formaba pareja con San Juan Evangelista en Patmos, encargadas ambas imágenes posiblemente para la iglesia del Convento de los Carmelitas Calzados de Sevilla entre 1618 y 1622.

Algunos especialistas consideran que se trata del retrato de la esposa del pintor, Juana Pacheco, otorgando de esta manera un mayor realismo a la composición.

Se representaría a María como una mujer joven, coronada de estrellas y vestida con túnica roja y manto azul. Sus manos se colocarían a la altura del pecho, mientras que su cabeza miraría al lado contrario, creando un interesante efecto de movimiento. María apoyaría sus pies sobre una media luna. Velázquez sigue este esquema impuesto por su suegro, destacando las nubes del fondo y el efecto de paisaje de la zona baja del lienzo, donde inserta los atributos de la Virgen. Alejándose de la sombría paleta habitual en estos años, María aparece vestida con una túnica rosada en la que se marcan los pliegues, posible influencia de la pintura flamenca o de las tallas policromadas españolas conocidas como imaginería.

Francisco Pacheco

Sor Jerónima de la Fuente

Impresionante retrato firmado y fechado en 1620, siendo así el primer cuadro conocido firmado por el autor. Representa a una monja clarisa franciscana que, procedente de Toledo, fue a Sevilla para embarcarse rumbo a Manila donde iba a fundar un convento. Contaba Sor Jerónima 66 años de edad como aparece en la inscripción que acompaña a la figura.La silueta de la monja se recorta sobre un fondo neutro, destacando el magnífico rostro y el gesto de la mano derecha que sujeta el crucifijo como si fuera su "arma de conversión". Es impresionante el color del hábito, siempre en una gama oscura como suele ser característico de esta etapa sevillana.El hecho de elegir esta monja a Velázquez como retratista indica su elevada categoría entre los pintores sevillanos de aquel momento, a pesar de contar con sólo 21 años.

El triunfo de Baco o los Borrachos

El artista quiso representar a Baco como el dios que obsequia al hombre con el vino, que lo libera, al menos de forma temporal, de sus problemas cotidianos, por lo que Baco se convierte en uno de los borrachos que participan en la fiesta, diferenciándose de los demás por su piel más clara. El asunto ha sido tratado como una escena realista y popular, del mismo modo que si estuviésemos ante una merienda de amigos en el campo; por esto el título original ha sido sustituido popularmente por "Los Borrachos".

La escena puede dividirse en dos mitades: la izquierda, con la figura de Baco muy iluminada, cercana al estilo italiano inspirado en Caravaggio, y la derecha, con los borrachines, hombres de la calle que nos invitan a participar en su fiesta, con un aire muy español similar a Ribera. En esta obra, Velázquez introduce un aspecto profano a un asunto mitológico, en una tendencia que cultivará aún más en los siguientes años.

Retrato de Felipe IV

• Obra realizada en la primera época madrileña del pintor, entre 1623-1629, aunque sobre la fecha exacta hay enormes controversias entre los especialistas.

• Felipe IV viste traje negro y capa, como era la moda en la España del siglo XVII, apoya su mano izquierda en la espada mientras en la derecha porta un papel.

La fragua de Vulcano

• El tema elegido está inspirado en las Metamorfosis de Ovidio: Apolo se acerca a la fragua de Vulcano para contarle la infidelidad de su esposa, Venus, con Marte. Al escuchar la noticia toda la fragua se queda petrificada: esta sensación la ha conseguido perfectamente el artista.

La túnica de José

• Los hermanos de José, celosos sin duda del pequeño, le introducen en un pozo y le quitan sus ropas, que más tarde serían entregadas a su padre manchadas de sangre, informándole de la muerte del muchacho debido al ataque de unas alimañas. Jacob, el padre, reacciona ante la noticia con un gesto de sorpresa y horror.

El príncipe Baltasar Carlos

• Sería el primogénito de Felipe IV y su primera mujer, Isabel de Borbón, y por tanto heredero al trono. Murió antes de cumplir los 17 años.

El príncipe Baltasar Carlos

La infanta Maria Teresa• Hija de Felipe IV y de su

primera esposa Isabel de Borbón.

• En junio de 1660 contrajo matrimonio con Luis XIV de Francia, el llamado Rey Sol, primo-hermano suyo tanto por parte de padre como de madre.

• La figura aparece fuertemente iluminada en contraste con el oscuro fondo. La aparición de dos relojes portados por la infanta representan la seriedad y formalidad de la misma. El pañuelo que sostiene en la mano izquierda és uno de los elementos a destacar de la obra. El traje contrasta en colores respecto a la cortina.

Felipe IV de castaño y plata.- National Gallery.- Londres

Felipe IV a

caballo

El monarca aparece representado de perfil, vestido con una armadura, bastón de mando y banda carmesí de general. El caballo alza las patas delanteras en una maniobra de alta escuela de equitación denominada levade o corveta, para la que el rey emplea una sola mano. Así da una muestra de dominio y capacidad de mando, siendo una alegoría del poder.

Velázquez muestra ahora un estilo más suelto y luminista, utilizando diferentes tonalidades de color que hacen que su etapa sevillana.

En esta escena la sensación de tercera dimensión está perfectamente conseguida a través de un paisaje casi impresionista , conseguido a través de bandas paralelas de color. Se supone que tras la figura real se encuentra la sierra del Guadarrama,

El príncipe Baltasar Carlos

• Estaba destinado a ser colocado sobre una puerta, junto a los retratos de sus padres lo que explica la perspectiva de abajo arriba de las figuras, dando el efecto de saltar sobre los visitantes.

• El príncipe viste banda y bastón de mando de general, acentuando los símbolos de autoridad con el caballo encabritado. El niño mira hacia el espectador de manera penetrante.

• Es también digno de mención el paisaje de la sierra de Guadarrama, que parece tomado directamente del natural, obteniendo una fría luz invernal. Se ha criticado la amplitud del vientre y pecho del caballo, algo que se explica por la ubicación que iba a tener el cuadro: pensado para ser visto desde abajo.

Isabel de Borbón a caballo

El príncipe Baltasar Carlos, cazador

• El rey Felipe IV encargó a Velázquez una serie de cuadros con el tema de la caza, destinados todos ellos a adornar el pabellón que para esta actividad habían construido en el monte del Pardo, cerca de Madrid, llamado "La Torre de la Parada”. Este pabellón se convirtió más tarde en un valioso museo de pinturas.

• Este pabellón estaba reservado en exclusiva para la Corte, nadie más tenía acceso. Allí se recopiló el conjunto más importante sobre temas de mitología y gran variedad de desnudos.

El cardenal-infante don Fernando en traje de

caza• Era hermano de

Felipe IV.

• Fue uno de los tres cuadros que Velázquez pintó para la Torre de la Parada con el tema de la caza, junto con Felipe IV y El príncipe Baltasar Carlos.

Felipe IV cazando

• Las tres obras tienen algo en común: formato estrecho, figura presentada de tres cuartos, escopeta de caza en la mano y traje de caza en los protagonistas.

Esopo y Menipo

Ambos destinados a la Torre de la 

Parada.

Tanto, el fabulista Esopo como el filósofo Menipo aparecen representados como mendigos. Representar a filósofos como mendigos era algo típico en el Barroco, como se comprueba en los lienzos como los de Ribera.

Ambas obras son de una incuestionable calidad.

Marte

• El lienzo podría representar el final de los amores de Marte con Venus, por la cara de resignación y tristeza que observamos en el dios. El gesto ha sido perfectamente captado por el pintor, demostrándonos su facilidad para enseñar el alma de sus modelos.

• Vulcano, esposo de Venus, al ser informado de los amores entre su mujer y Marte - que Velázquez recogió en su Fragua de Vulcano - tejió una malla de hierro para sorprender a los ilícitos amantes y que los demás dioses del Olimpo contemplaran el engaño. Todo esto ya ha ocurrido y Marte, aturdido y derrotado, reflexiona sobre todo ello. Tras la figura contemplamos una sábana de color blanco del lecho donde los amantes fueron sorprendidos.

El dios Marte encuentra su marco ideal en el pincel del artista, ya que lo muestra tal y como es, no idealizado.

El Conde Duque de Olivares

• El Conde-Duque viste atuendo  de general, se nos presenta sobre un precioso caballo bayo, en una postura totalmente escorzada - muy empleada en el Barroco al marcarse una clara diagonal en profundidad - colocado de medio perfil. Va tocado con un sombrero de picos que refuerza su carácter de hombre de mando, frío y decidido. El absoluto control del Estado que ostentaba el valido le lleva a retratarse a caballo, privilegio exclusivo de los monarcas. El estilo de Velázquez es bastante suelto, a base de rápidas manchas de color y de luz, sus grandes preocupaciones tras conocer la obra de Tiziano

Pablo de Valladolid

Pertenece al grupo de retratos de bufones pintados por Velázquez. Sin deformidad aparente, seguramente sería un encargado de hacer reir.

La silueta se recorta nítidamente sobre un fondo neutro, sin otra referencia espacial del punto donde apoya los pies que la sombra que proyecta.

La novedad de representar al personaje en un espacio desvanecido es el rasgo que más veces se ha destacado de este retrato.

En 1865 Édouard Manet visitó España y contempló en el Museo del Prado las obras de Velázquez allí conservadas, causándole una notable impresión.

Diego de Acedo

El bufón Calabacillas

El niño de Vallecas, Francisco Lezacno

El bufón don Sebastián de

Mora

San Antonio Abad y San Pablo ermitaño

• Esta es una de las pocas obras religiosas que realizó Velázquez a lo largo de su carrera. Su destino sería una de las numerosas ermitas que había en el Jardín del Buen Retiro, Cuenta la historia de la visita de San Antonio Abad a San Pablo, el primer ermitaño. Cuando ambos estaban hablando, un cuervo les trae la comida, lo que Velázquez muestra en primer plano.

• Al partir San Antonio, San Pablo muere, siendo enterrado su cuerpo por San Antonio con la ayuda de unos leones, escena que vemos a la izquierda de la composición.

• Representar diferentes episodios en un solo lienzo no es muy frecuente en el Barroco por lo que el maestro debió de inspirarse en algunas estampas o escenas pintadas al fresco durante el Renacimiento. Pero el artista consigue una luminosidad totalmente novedosa, con una perspectiva muy amplia y un paisaje perfectamente captado, con ojos casi impresionistas gracias a la luz levemente azulada que emplea.

Cristo Crucificado

Inocencio X

• El artista sigue el modelo establecido por Rafael al colocar al papa de media figura, sentado y girado hacia su derecha. Pero sin duda lo mejor es el rostro, donde Velázquez capta el alma del retratado; Inocencio X tenía fama de estar siempre alerta, desconfiado e infatigable en el desempeño de su cargo. Todos estos sentimientos los trasmite el papa cuando le miramos. En la mano izquierda lleva un papel donde el pintor se identifica como el autor de esta excelente obra. "Demasiado real", cuentan que dijo el protagonista cuando vio el cuadro acabado.

La Rendición de Breda o las Lanzas

• Representa un episodio de la Guerra de Flandes ocurrido el 5 de junio de 1625. Tras un año de sitio por parte de las tropas españolas, la ciudad holandesa de Breda cayó rendida, lo que provocó que su gobernador, Justino de Nassau, entregara las llaves de la ciudad al general vencedor, Ambrosio de Spínola.

• Las tropas españolas aparecen a la derecha, tras el caballo, representadas como hombres experimentados, con sus picas ascendentes que consideradas lanzas por error dan título al cuadro.

• Velázquez no representa una rendición normal sino que Spínola levanta al vencido para evitar una humillación del derrotado; así, el centro de la composición es la llave y los dos generales.

• A la izquierda se sitúan los holandeses, hombres jóvenes e inexpertos, cuyo grupo cierra el otro caballo.

• Al fondo aparecen las humaredas de la batalla y una vista en perspectiva de la zona de Breda. Esta ciudad volvió para siempre a manos holandesas en 1639.

La tarde, Vista del jardín de la Villa Médicis en Roma

Velázquez realizaría esta preciosa escena casi con total seguridad entre 1649 y 1650, durante su segunda estancia en Roma, junto a su compañera llamada El mediodía, aunque no existe acuerdo al respecto. Se trata de una obra tomada directamente del natural, interesándose el maestro por dar una impresión de la luz en un momento determinado del día, por lo que recibe el sobrenombre de La tarde. Al interesarse por captar la luz del atardecer, Velázquez se anticipa en dos siglos a Claude Monet, siendo considerado así el primer impresionista.

Su pincelada cada vez es más deshecha, aplicando el óleo con gran rapidez y soltura, casi manchas de color y luz.

El mediodía, Vista del jardín de la villa Medicea

Con esa pincelada suelta que define

ambas escenas y su peculiar estudio

lumínico, se puede considerar al

maestro como el

primer impresionista de la historia.

La Costurera. National Gallery.- washington

El aspecto inacabado de esta brillante imagen provoca que sea una de las más discutidas de Velázquez, especialmente en cuestión de la datación. También existen dudas sobre quién es la representada: bien Francisca Velázquez, hija del pintor y supuesta protagonista de ”La dama del abanico”; bien Juana Pacheco, su esposa; o podría ser una pintura de género sin una protagonista definida. Incluso existen opiniones que sugieren que estaríamos ante la amante de Velázquez en Italia.

La joven, está realizada a base de manchas de luz y color, dando la impresión de que capta el movimiento de la aguja y de las manos. El colorido oscuro de verdes y pardos se rompe con las manchas blancas de la pañoleta que lleva la mujer sobre los hombros y con la tela que cose.

La nota de color rojo en el moño y el fogonazo de luz del pecho sitúan esta imagen entre las más sugerentes del pintor.

La Dama del abanico

Las Hilanderas.- La fábula de Aracné

Una de las obras más interesantes y enigmáticas del pintor sevillano, sobre todo en cuanto al tema.

En primer plano vemos cinco mujeres que

preparan las lanas para la fabricación de tapices.

Al fondo, detrás de ellas, aparecen otras cinco mujeres ricamente vestidas, sobre un fondo de tapices. Esta última

escena sería la que da título al cuadro ya que recoge la fábula

en la que la joven Aracné, al presumir de tejer como las

diosas, es retada por Atenea a la confección de un tapiz. El jurado dictaminó un empate

pero Atenea castigó a Aracné convirtiéndola en araña para

que tejiera durante toda su

vida.

Con esta fábula, Velázquez quiere indicarnos que la pintura es un arte liberal, igual que el tejido de tapices, no una artesanía como la labor que realizan las mujeres en primer término. Poner el mensaje en un segundo plano es un juego típico del Barroco.

• Estamos ante una de las mejores pinturas, en la que Velázquez ha sabido dar sensación de movimiento, como se aprecia en la rueca de la izquierda, cuyos radios no vemos,

• Esta figura de la derecha que devana la lana con tanta rapidez que parece que tiene seis dedos.

También hay que destacar el efecto atmosférico, es decir, la sensación de que entre las figuras hay aire que distorsiona los contornos y hace

que las figuras estén borrosas

La pincelada no puede ser más suelta, utilizando manchas como en el caso del gato o el rostro inacabado de la mujer del centro, que está a contraluz. La luz viene de la derecha, siendo admirable que con tan limitado colorido se obtenga esa excelente luminosidad. El

artista consigue anticiparse al Impresionismo en 250 años.

Venus del espejo.- National G. Londres

Es la única obra conservada de Velázquez en la que aparece una mujer desnuda, aunque sabemos que pintó alguna más. Por supuesto, nadie duda de su autenticidad, pero sí existen discusiones en torno a la fecha.

Era propiedad del Marqués del Carpio, gran amante de la pintura de Velázquez y de las mujeres, por lo que se piensa que puede representar a su esposa o a una de sus amantes.

Quizá por despistar, el pintor coloca el rostro del espejo difuminado para así reflejar el cuerpo desnudo de la dama que el marqués amaba. Existen

numerosas referencias en la obra: Rubens,Tiziano, Giorgione e

incluso Miguel Ángel.

El pintor coloca a una mujer de belleza palpable, de carne y hueso, resaltando aun más la carnación gracias al contraste con el paño azul y blanco, o el cortinaje rojo que da gran carga erótica al asunto.

Posiblemente esto provocó que una sufragista inglesa acuchillara el cuadro en 1914 con siete puñaladas que apenas sí se notan.

Da la sensación de que el artista ha sorprendido a Venus mientras Cupido, resignado, sostiene el espejo en el que se refleja el rostro de la belleza, aunque lo que deberíamos ver sería el cuerpo de la diosa.

En cuanto a la técnica, cabe destacar cómo el pintor utiliza una pincelada suelta, que produce la sensación de que entre las figuras circula aire, el famoso aire velazqueño.

Hermafrodita borghese

Una antigua copia romana, de un original helenístico, actualmente en el Museo del Louvre. Cuando Velázquez estuvo en Roma, encargó un molde de bronce de la obra para Madrid.

Rembrandt.- Grabado.- Negra Desnuda

El Barbero del Papa

Mariana de Austria, segunda esposa de

Felipe IV

La infanta Margarita en azul

• Hija de Felipe IV y su segunda esposa Mariana de Austria

La familia de Felipe IV o las

Meninas

Cuando se pintó este cuadro, la princesa Margarita era el único vástago de la familia real.

Después de siete años de matrimonio, no había ningún heredero, todos habían muerto al nacer. Más tarde la reina trajó al mundo dos varones. Uno de ellos que era retrasado se convirtió en el sucesor de Felipe IV y cerró la era de los Austrias en España

• El artista retrataFelipe IV y a su

esposa Mariana de Austria. La pareja aparece indirectamente, reflejada en el espejo de la pared del fondo

La pintura data de 1656, el rey tenía entonces 51 años y estaba enfermo. Había arruinado a España politica y económicamente.

• Velázquez lleva en el pecho la cruz de la Orden de Santiago, aunque en ese momento no perteneciera a ella, lo hizo tres años después; tras una larga verificación de su pureza de sangre.

El príncipe Felipe Próspero

• Siempre fue un niño con aspecto enfermizo y salud delicada, falleciendo el 1 de noviembre de 1661, sin llegar a cumplir los cuatro años, a causa de la epilepsia y otras enfermedades. Para evitar ese mal estado de salud llevaba un buen número de reliquias y amuletos en sus vestiduras - algunos contra el mal de ojo - como aquí claramente se aprecia.

Carlos II. Obra de Juan Carreño de

Miranda

Bartolomé Esteban Murillo

Inmaculadas

La Sagrada Familia del Pajarillo

La Virgen del Rosario

Descanso en la huída a Egipto

Anunciación

Los desposorios de la Virgen

Rebeca y Eleazar

Los niños de la Concha

El Buen Pastor

San Leandro de Sevilla

Santa Justa y Santa Rufina

Costumbrismo realista