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Consideraciones y algunas recomendaciones para escribir un artículo científico en una revista biomédica* Recommendations to write a scientific paper Drs. CARLOS MANTEROLA D. 1,2 , VIVIANA PINEDA N. 1 , MANUEL VIAL G. 1,2 1 Departamento de Cirugía. 2 CIGES (Capacitación, Investigación y Gestión para la Salud Basada en Evidencia), Universidad de La Frontera, Temuco, Chile. Rev. Chilena de Cirugía. Vol 59 - Nº 1, Febrero 2007; págs. 66-74 ARTÍCULO DE REVISIÓN * Recibido el 5 de Junio de 2006 y aceptado el 18 de Agosto de 2006. Correspondencia: Dr. Carlos Manterola Casilla 54-D. Temuco, Chile. Fax: 56-45-325761 e-mail: [email protected] GENERALIDADES Un manuscrito que se envía a publicación en una revista biomédica, al igual que una ponencia en un congreso o el informe final de un proyecto, co- rresponde a una forma de informar los resultados de un proceso de investigación científica. ¿Para qué sirve un artículo científico? Cuando se redacta en forma apropiada, un artículo nos otorga valiosa información referente a lo que se hizo, por qué se hizo, cómo se hizo, qué resultó de lo que se hizo y qué significa lo que se hizo 1 . Pero, antes de pensar en cómo escribir, con- viene decidir si la futura publicación tiene razón de ser. Ello implica haber obtenido pruebas sólidas y respuestas claras en relación con la(s) hipótesis y el o los objetivos previamente establecidos, así como haber calibrado la relevancia de las conclusio- nes a la luz del estado actual de los conocimientos. Este proceso de reflexión y autocrítica es extraordi- nariamente útil, porque evita justificaciones propias y sobreestimaciones en relación a la trascendencia del estudio, potencial interés de los lectores o de alguna revista. Este paso se puede resumir con las siguientes preguntas: ¿tiene razón de ser la publi- cación de los datos disponibles?, ¿se dispone de pruebas sólidas y respuestas claras en relación con las hipótesis y los objetivos previamente estableci- dos? y ¿son relevantes las conclusiones del estu- dio? Luego, con antelación a comenzar a escribir, se debe decidir el formato y la revista idóneos, de lo contrario, un buen manuscrito puede tardar años en ser aceptado por una revista, desilusio- nando y desencantando en el camino a sus auto- res. Para ello, se han de tomar en consideración los siguientes aspectos: examinar las revistas candidatas, leer cuidadosamente la información para autores (hecho habitualmente omitido por los autores), verificar el interés de la revista por el tema del artículo, comprobar si existen publicacio- nes recientes en esa revista referentes al tema de nuestro artículo, examinar la composición del co- mité editorial (puede existir allí un potencial con- flicto de interés), conocer la indización de la revista y rapidez de publicación, conocer si la revista ele- gida dispone de un sistema de evaluación por pares (peer-review) y considerar la tasa de cita- ción de la revista (factor de impacto); aunque este en forma aislada y como única medida de exce- lencia, puede constituir un grave equívoco y una valoración injusta que por otra parte, nos genere pérdida de tiempo a la hora de asegurar la acep- tación de nuestro artículo. A modo de ejemplo, cabría preguntarse ¿a quién no le gustaría pu- blicar un artículo en el New England Journal of Medicine, en el Lancet o en el JAMA?; pero si todos nuestros artículos los enviamos a esas re- vistas con la esperanza de que sean aceptados, probablemente nuestro interés en publicar los re-

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Consideraciones y algunas recomendaciones para escribirun artículo científico en una revista biomédica*

Recommendations to write a scientific paper

Drs. CARLOS MANTEROLA D.1,2, VIVIANA PINEDA N.1, MANUEL VIAL G.1,2

1Departamento de Cirugía. 2CIGES (Capacitación, Investigación y Gestión para la Salud Basada en Evidencia),Universidad de La Frontera, Temuco, Chile.

Rev. Chilena de Cirugía. Vol 59 - Nº 1, Febrero 2007; págs. 66-74

ARTÍCULO DE REVISIÓN

*Recibido el 5 de Junio de 2006 y aceptado el 18 de Agosto de 2006.Correspondencia: Dr. Carlos Manterola

Casilla 54-D. Temuco, Chile.Fax: 56-45-325761e-mail: [email protected]

GENERALIDADES

Un manuscrito que se envía a publicación enuna revista biomédica, al igual que una ponencia enun congreso o el informe final de un proyecto, co-rresponde a una forma de informar los resultadosde un proceso de investigación científica.

¿Para qué sirve un artículo científico? Cuandose redacta en forma apropiada, un artículo nosotorga valiosa información referente a lo que sehizo, por qué se hizo, cómo se hizo, qué resultó delo que se hizo y qué significa lo que se hizo1.

Pero, antes de pensar en cómo escribir, con-viene decidir si la futura publicación tiene razón deser. Ello implica haber obtenido pruebas sólidas yrespuestas claras en relación con la(s) hipótesis yel o los objetivos previamente establecidos, asícomo haber calibrado la relevancia de las conclusio-nes a la luz del estado actual de los conocimientos.Este proceso de reflexión y autocrítica es extraordi-nariamente útil, porque evita justificaciones propiasy sobreestimaciones en relación a la trascendenciadel estudio, potencial interés de los lectores o dealguna revista. Este paso se puede resumir con lassiguientes preguntas: ¿tiene razón de ser la publi-cación de los datos disponibles?, ¿se dispone depruebas sólidas y respuestas claras en relación conlas hipótesis y los objetivos previamente estableci-dos? y ¿son relevantes las conclusiones del estu-dio?

Luego, con antelación a comenzar a escribir,se debe decidir el formato y la revista idóneos, delo contrario, un buen manuscrito puede tardaraños en ser aceptado por una revista, desilusio-nando y desencantando en el camino a sus auto-res. Para ello, se han de tomar en consideraciónlos siguientes aspectos: examinar las revistascandidatas, leer cuidadosamente la informaciónpara autores (hecho habitualmente omitido por losautores), verificar el interés de la revista por eltema del artículo, comprobar si existen publicacio-nes recientes en esa revista referentes al tema denuestro artículo, examinar la composición del co-mité editorial (puede existir allí un potencial con-flicto de interés), conocer la indización de la revistay rapidez de publicación, conocer si la revista ele-gida dispone de un sistema de evaluación porpares (peer-review) y considerar la tasa de cita-ción de la revista (factor de impacto); aunque esteen forma aislada y como única medida de exce-lencia, puede constituir un grave equívoco y unavaloración injusta que por otra parte, nos generepérdida de tiempo a la hora de asegurar la acep-tación de nuestro artículo. A modo de ejemplo,cabría preguntarse ¿a quién no le gustaría pu-blicar un artículo en el New England Journal ofMedicine, en el Lancet o en el JAMA?; pero sitodos nuestros artículos los enviamos a esas re-vistas con la esperanza de que sean aceptados,probablemente nuestro interés en publicar los re-

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sultados de nuestras investigaciones va a morirantes de conseguir el objetivo2.

Posteriormente, se ha de definir el tipo de ar-tículo que se pretende publicar: editorial, artículooriginal, reporte de caso (s), artículo de revisión nosistemática o puesta al día, carta al Editor, etc.3.

Y esto, se relaciona estrechamente con la pre-gunta ¿qué aceptan los editores de una revistabiomédica? Es obvio que aceptan manuscritos,pero estos han de tener ciertas característicasesenciales: una estructura correcta y acorde a larevista en cuestión en términos de forma, estilo,presentación y línea editorial; y, deben ser de unnivel científico adecuado.

Por ende, el rol del editor es multifacético, pueses quien decide que artículos se publicarán, es quienasegura que esos artículos estén en una forma cien-tíficamente aceptable, es al mismo tiempo el res-ponsable por los estándares científicos de la revistay es quien debe mediar en la relación autor-árbitro-lector; asegurando discreción de la confidencialidadde las informaciones, diplomacia y ética en el trata-miento de las contribuciones a la revista y los tiem-pos involucrados en el proceso editorial.

El proceso de selección de un artículo puedeser muy simple (cuando éste reúne todos los requi-sitos antes expuestos) o muy complejo; pero, entérminos generales, sus pasos principales se pue-den resumir en la Figura 1.

Entonces cabe plantearse ¿por qué se recha-zan los manuscritos? y, para responder a ello, se

ha de pensar en el amplio espectro de la calidadcientífica de los manuscritos médicos; pocos edito-res, incluso en revistas de elite, tienen la suerte derecibir documentos excepcionales y de interés sin-gular, cuya aceptación está casi asegurada. Encontraposición, un grupo numeroso de manuscritosproporcionan información irrelevante, de calidadmetodológica dudosa, muy preliminar, poco útil oredundante, lo que, aunado a la abundancia de laoferta, configura el alto porcentaje de rechazo demuchas revistas. Y entre dos manuscritos poten-cialmente aptos, parecidos en calidad de conteni-do, el mejor organizado, redactado y presentadotendrá notorias ventajas. La falta de claridad, lasincongruencias de la secuencia de razonamiento,el desorden o la prosa tediosa, pueden inclinar labalanza hacia el rechazo.

Se sabe que entre un 60% y 70% de los artí-culos enviados a revistas biomédicas son rechaza-dos por los editores; y, en algunas revistas como elNew England Journal of Medicine, este porcentajepuede alcanzar el 90%. Pero, por muy frustranteque sea para quien lo envía, un artículo rechazadono es necesariamente un artículo carente de inte-rés o deficiente y una de las primeras cosas quemerecen ser aprendidas es cómo superar el des-ánimo que sigue al rechazo de un manuscrito en elque tanto esfuerzo se ha puesto. Conviene saberque, independientemente de la calidad técnica ycientífica, otras circunstancias juegan también supapel en la aceptación o el rechazo del artículo: la

Figura 1. Esquematización delproceso de selección de un ma-nuscrito en una revista biomédicacon sistema de revisión por pa-res.

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institución donde trabaja el autor o autores, y elpaís de procedencia, el mayor o menor renombrecientífico de los mismos, la oportunidad de recibirconsejos de algún miembro del comité editorial quetrabaje en el mismo Hospital que los autores, sonalgunas de las circunstancias no estrictamentecientíficas pero reales, que pueden ayudar a que untrabajo sea o no aceptado y, que en definitiva,constituye un tipo de sesgo (error sistemático), de-nominado “sesgo de la publicación”.

El texto de un manuscrito debe considerar loscapítulos de un artículo, es decir, introducción yobjetivo; material y métodos; resultados; discusióny conclusiones (si los resultados lo permiten); yreferencias bibliográficas, tablas y figuras (si co-rresponde). Una forma fácil de recordar los capítu-los esenciales de una publicación científica son lassiglas IMRD (Tabla 1) pues, además, se asocia apreguntas concretas que en la medida que éstas seresponden, el manuscrito va tomando forma.

Antes de distribuir el manuscrito entre loscoautores, debe haber sido corregido por el autor.La revisión tiene varias intenciones:

1. Asegurar que el mensaje que se quiere tras-mitir llega clara y directamente al lector.

2. Comprobar que cada sección del manuscritotenga la información necesaria.

3. Verificar la línea argumental, es decir, lasecuencia coherente y el razonamiento lógico ycompleto.

4. Eliminar repeticiones, desacuerdos numéri-cos, errores de citación e interpretaciones equívo-cas de estudios ajenos.

En el segundo borrador se han de incorporarlas modificaciones y sugerencias de los coautores.Hay que estar abierto a las críticas, aceptar losconsejos y, entender que al final del proceso siem-pre resulta un original sustancialmente mejor que elrelato primitivo. El número de revisiones posterio-res suele estar en relación inversa con la experien-cia del escritor, hasta llegar a la versión final que sesomete a juicio de nuestros pares.

Intentar que la escritura sea clara, concisa,precisa, organizada, fundamentada y honrada. Evi-tar algunos vicios de escritura como artificios,vacuidad, monotonía, improvisación, coloquialismoy ambigüedad.

Una escritura sin artificio se refiere a que elautor debe esforzarse por no complicar sus escri-tos, limitar el uso de la jerga especializada y nodejarse arrastrar hacia lo pedante y esotérico. Re-cuerde que el lenguaje de las ciencias particularesse está volviendo cada vez más inaccesible, inclu-so para los científicos que cultivan otras áreas afi-nes. Por ejemplo, en un artículo se lee: “Durante el

ejercicio, junto a la adaptación cardiovascular yrespiratoria, ocurren importantes cambios endocri-nos y metabólicos, destinados a mantener lahomeostasis energética necesaria para los proce-sos contráctiles de las fibras musculares”; cuandopodría haberse escrito de una forma menos compli-cada: “Durante el ejercicio ocurren importantescambios endocrinos y metabólicos, que contribu-yen a la homeostasis energética de la contracciónmuscular”.

La vacuidad se manifiesta en sentencias hue-cas, comentarios irrelevantes, datos duplicados ytablas y figuras superfluas. Es un defecto habitual ygran parte de los artículos pueden ver reducida suextensión sin quebranto de su contenido y con netaganancia de la legibilidad. Aún poniendo cuidado, acualquiera se le escapan frases huecas, perogrulla-das o vaguedades. Eso suele ocurrir al comienzode un artículo. Es esencial ir al grano, pero no esfácil que el autor descubra estas burbujas, por lasimple razón que no es consciente de ellas. Porejemplo, en un artículo se lee: “El impacto social dela colelitiasis es enorme, tanto por su elevada pre-valencia como por las complicaciones propias desu historia natural y los importantes gastos econó-micos que genera”; cuando podrían señalarse da-tos precisos (prevalencia, incidencia, número deintervenciones al año, número de pacientes en listade espera, proporción de pacientes que ingresan oque se intervienen producto de complicacionesevolutivas de la enfermedad, costos de una colecis-tectomía electiva vs costos de una colecistectomíade urgencia, gastos en licencias médicas, etc.).

La monotonía proviene de suponer que el artícu-lo biomédico es más serio por ser detallista, imparcialy completo al citar los datos de la bibliografía, aun-que ello se haga a costa de una insoportable ari-dez. Por ejemplo, “Mientras que Jhones y Changa,y por su parte, Bellowson et al.b, asimilan las lesio-nes generadas a consecuencia de un SIRS a las dela variante aguda del SDOM descritas ya en 1987por Shanker y Bolomeyc, en, al menos, dos terceras

Tabla 1

ESTRUCTURA DE UN ARTÍCULO ORIGINAL SEGÚNEL FORMATO IMRD EJE DE TODO MANUSCRITO

QUE QUIERA SER PUBLICADO

Capítulo del Pregunta a contestar en el capítuloartículo

Introducción ¿Por qué se ha hecho este trabajo?Material y método ¿Cómo se ha hecho el estudio?Resultados ¿Qué se ha encontrado en el estudio?Discusión ¿Cuál es la relevancia del estudio?

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partes de los pacientes de menores de 50 años;Alzheimer y O’Flanagan encuentrand, a juzgar porlos resultados del análisis multivariado desarrolladopor Grosseteste y Samuelsone para estudiar lainterdependencia leucotrienos e inhibidores natura-les de elastasa y proteínas de fase aguda, que sonmás atribuidas a equivalencias del SIRS con elSDOM, cuando tales pacientes presentan simultá-neamente una capacidad disminuida de síntesis dela superóxido dismutasa como han señalado recien-temente Orlowski et al.f y Merleau-Chiffonier et al.g”.

Por su parte, el concepto de coloquialismo serefiere a la informalidad con que en ocasiones seescribe un texto, en el cual el autor da por entendi-do que los lectores deben entender a lo que él seestá refiriendo. Por ejemplo: “La endo puso, al fin,el dedo en la llaga al visualizar erosiones cecales”,enunciado del que se ha de desprender que la“endo”, se refiere a la colonoscopia y que el quevisualiza es el operador y no el instrumento; ó, “enla palpación abdominal no había megalias”, ¿serefiere a la existencia de aumentos de volumen dealgún órgano abdominal, tumores abdominales,ganglios?

La ambigüedad hace referencia a la vaguedadde una oración, de la que se pueden desprenderdudas acerca de su interpretación. Por ejemplo: “Lapaciente refería haber tenido en su domicilio el mesprevio a su ingreso un loro brasilero, sin otros an-tecedentes de interés”, ¿quién será quien carecede otros antecedentes de interés, la mujer o elloro?; ó “La inyección intradérmica de una mínimacantidad de rojo congo solamente puede distinguirentre una placa de amiloide y un fibroma dérmico”,¿qué hemos de entender? ¿Qué, fuera de esa in-yección, ninguna otra cosa es capaz de distinguirentre placa y fibroma o qué la inyección tiene lalimitada capacidad de distinguir sólo entre placas yfibromas?

A continuación se realizará una descripción delos pasos fundamentales del proceso de escriturade un manuscrito, desde su título hasta la formula-ción de las conclusiones, incluyendo la generaciónde tablas, figuras y referencias de la bibliografía.

EL TÍTULO

Al escribir el título de un manuscrito vale lapena plantearse la siguiente pregunta ¿es informa-tivo y refleja el tema del estudio? El título de unartículo debe contener el menor número de pala-bras que describan adecuadamente el contenidode éste; o, al igual que como ocurre en otras instan-cias de la vida, es posible que tengamos que cedery escribirlo como le guste al revisor o al Editor. Pero

no es apropiado que un manuscrito lleve títulosmuy generales o demasiado puntillosos. Los prime-ros confunden al lector acerca de lo que trata elartículo (por ejemplo, “Sigmoidocele”4, ¿trataráacerca de las características anatómicas, de la pre-valencia o incidencia del fenómeno, de las manifes-taciones clínicas que produce, sobre medidas tera-péuticas o sobre su pronóstico?). Por otra parte, lossegundos marean pues llegan a entregar tanta in-formación que también pueden confundir y des-alentar a posibles lectores (“Cytokine elaboration incritically ill infants with bacterial sepsis, necrotizingentercolitis, or sepsis syndrome: Correlation withclinical parameters of inflammation and mortality”5).Los títulos pueden ser informativos (“High risk ofgallbladder carcinoma in elderly patients withsegmental adenomyomatosis of the gallbladder”)6 oindicativos (“Risk of gallbladder carcinoma inadenomyomatosis of the gallbladder”).

De esta forma, la primera página de un manus-crito debe llevar el título pero, además, ha de incluirinformación referente a los autores, su filiación, sudirección para futuras correspondencias, las fuen-tes de financiamiento (si las hubo) y, en ocasiones,se solicita que quede establecido si parte del ma-nuscrito ha sido objeto de alguna presentación encongresos; por ende, esta página se podría consi-derar como un bloque independiente.

En resumen, se ha de describir en forma ade-cuada el contenido de un artículo con el menornúmero posible de palabras de forma que resultecomprensible y localizable. Ni muy corto, ni muylargo; evitando abreviaciones, nombres registradosy terminología poco ortodoxa.

EL RESUMEN

Al escribir el resumen de un manuscrito vale lapena preguntarse ¿se ajusta éste a las normas dela revista en longitud y estructura? y ¿contiene in-formación sustancial como para actuar de sustitutodel extenso?

En el resumen, que ocupa la segunda páginadel manuscrito, se deben exponer las ideas y resul-tados esenciales con el fin de ofrecer una instantá-nea del contenido y valor del artículo. Según lasnormas editoriales de cada revista, se pueden optarpor resúmenes estructurados (con los apartadosde: objetivo, diseño, entorno, sujetos, resultados yconclusiones; pero con un número de palabras in-ferior a 250) y no estructurados (en el que la infor-mación se suele dar en dos o tres párrafos, con unnúmero de palabras inferior a 150). Se ha de tenerpresente que, en ocasiones, el resumen es el únicométodo utilizado en los sistemas de búsqueda bi-

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bliográfica; y, que los errores más frecuentes en laredacción del resumen son los de ser muy detalla-dos, demasiado largos y carecer de una pregunta;y, desde esta perspectiva, es importante hacernotar el gran valor que tiene un resumen estructu-rado7.

Las palabras clave, que son de gran utilidadpara clasificar el artículo en los sistemas de indi-zación, se han de elegir con cuidado, pues el colo-car cualquier palabra podría quitarle visibilidad alartículo y evitar, de esta forma, que pueda estarefectivamente disponible a los lectores cuando es-tos buscan la información a través de las baseselectrónicas. El número de palabras clave por artí-culo suele ser entre 3 y 10; pero este ítem siempreestará especificado en las “Instrucciones para losAutores”. Utilice de preferencia términos MeSH(Medical Subject Headings), obtenidos de la basedel Index Medicus o del Índice Médico Español. Enesta base podrá obtener términos MeSH propia-mente tales, términos múltiples y otros. Por ejem-plo, si lo que se requiere es una palabra clavereferente a cáncer gástrico, podremos obtener lassiguientes opciones: “Stomach Neoplasms” [MeSH],Gastric cancer[Multi], Gastric cancers [Multi], Neo-plasm, Stomach [Multi], Gastric Neoplasms [Multi],Gastric Neoplasm [Multi], Neoplasm, Gastric [Multi],Neoplasms, Stomach [Multi], Neoplasms, Gastric[Multi], Cancer of stomach [Multi], Stomach cancers[Multi], Stomach cancer [Multi], Cancer, gastric[Multi], Cancers, gastric [Multi], Cancer, stomach[Multi], Cancers, stomach [Multi], Cancer of thestomach [Multi].

LA INTRODUCCIÓN

Hay 3 formas de comenzar: dando cátedra,demostrando la gravedad de la situación ó citandola controversia existente. Cada cual ha de elegircuál forma le acomoda más o es acorde al artículoen cuestión. Sin embargo, independiente de la for-ma de comenzar que elija o prefiera, recuerde unafrase de Eurípides: “Lo que mal comienza, malacaba”.

Para introducir un manuscrito se ha de tenerpresente que 3 ó 4 párrafos son suficientes (no setrata de un artículo de revisión ó de demostrar lomucho que yo sé). Incluya las referencias bibliográ-ficas pertinentes si corresponde, cuando corres-ponda y si es que corresponde. Y, recuerde que esfundamental que el último párrafo de la introducciónse utilice para describir el objetivo del estudio quese está presentando en este manuscrito.

La introducción debe responder a la preguntade “por qué se ha hecho este trabajo”. Describe el

interés que tiene en el contexto científico del mo-mento, los trabajos previos que se han hecho sobreel tema y qué aspectos no están claros. Con laabundancia de trabajos de revisión existentes ac-tualmente, la introducción no debe ser muy extensay puede beneficiarse de lo expuesto en la revisiónmás reciente sobre el tema.

La introducción es, pues, la presentación deuna pregunta, la cual es a su vez como el nexo deunión que engarza la investigación con el cuerpo dedoctrina existente. Y para no encontrarse al final delesfuerzo con la sorpresa de que la pregunta ya hasido respondida por otro investigador más madru-gador, es necesario (imperativo, por mucho quecueste) hacer una revisión bibliográfica previa. Pro-bablemente es la parte más costosa del trabajo,entre otras cosas, porque siempre existe la posibi-lidad de que de dicha revisión pueda concluirse quenuestras preguntas ya tienen respuesta y que, porlo tanto, no vale la pena terminar la escritura delmanuscrito8.

Antes de finalizar este capítulo del artículo esfundamental responder a la pregunta ¿están clara-mente expuestos la hipótesis y el o los objetivos delestudio?

EL MATERIAL Y MÉTODO

Esta sección es el corazón del manuscrito o ala que la mayoría de los lectores deberían ir des-pués de leer el resumen; aún cuando, suele ser elapartado al que menor importancia se la da.

En esta sección se responde a la pregunta ¿sedescribe el método con precisión para que el estu-dio pueda ser reproducido?, de tal forma que nospermite (o debería permitirnos) entender cómo seha hecho el estudio. Una vez que se han visto lasrazones por las que merece la pena acometer elproyecto, hay que pensar en cómo llevarlo a lapráctica a fin de no malgastar esfuerzos en vano.Un magnífico proyecto puede resultar inválido oineficiente si no utiliza la metodología adecuada: nose puede llevar a cabo un estudio de causalidadcon un diseño transversal; es ineficiente hacer unestudio prospectivo, más largo y costoso, si lo quese busca es simplemente explorar una hipotéticarelación causa-efecto, algo que con un estudio re-trospectivo, más rápido y barato, puede resolverse,reservando el estudio prospectivo para probar di-cha relación. Muchos estudios fracasan por defec-tos en la metodología utilizada.

El capítulo referente a la metodología de unartículo debe incluir al menos los 8 ítems que seenumeran a continuación: el tipo de diseño utiliza-

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do (serie de casos, corte transversal, cohorte, en-sayo clínico, otros)9-14; la población participante enel estudio y su entorno (el marco de la muestra,cómo se ha hecho su selección y dónde se hahecho el estudio), con una clara definición de loscriterios de inclusión y exclusión; las variables enestudio, las que a su vez deben estar no sóloenunciadas sino que, además, definidas (cuandocorresponda); los criterios de medición y segui-miento, con qué se midió, cómo se midió, quiénesy cuántas veces midieron, cuál es su nivel de ex-periencia en las mediciones, etc.; la estimación deltamaño de la muestra; el plan de análisis incluyen-do las herramientas estadísticas utilizadas, defi-niendo si se utilizaron estadística descriptivas,estadística analíticas y para qué; los aspectos éticosrelacionados con la investigación que dio origen almanuscrito en cuestión; y, los aspectos concernien-tes con el financiamiento del artículo, de tal formade salvaguardar eventuales conflictos de interés eneste sentido15.

LOS RESULTADOS

El capítulo “resultados” debe cumplir con dosfunciones: expresar los resultados de las experien-cias descritas en la sección material y método; y,presentar las pruebas que apoyan tales resultados,sea en forma de figuras, tablas o en el mismo texto.De tal forma que se pueda responder a la pregunta¿describen los resultados en forma ordenada yadecuada todos los hallazgos inherentes al estudioen cuestión?

Los resultados deben poder ser vistos y enten-didos de forma rápida y clara. Es por ello por lo quela construcción de esta sección debe comenzar porla elaboración de las tablas y figuras y, sólo poste-riormente, redactar el texto pertinente en función deellas. El primer párrafo de este texto debe ser utili-zado para resumir en una frase concisa, clara ydirecta, el hallazgo principal del estudio. Esta sec-ción debe ser escrita utilizando los verbos en pasa-do. Aunque se utiliza mucho la voz pasiva o elimpersonal (“se ha encontrado que...”) como prefie-ren algunos editores, cada vez se tiende más autilizar la voz activa en primera persona del plural(“hemos visto que...”); al fin y al cabo el mérito esde los autores y no hay por qué ocultarlo.

Se recomienda seguir el orden establecido enel capítulo material y método, de esta forma sepuede comenzar con una descripción general de lamuestra para posteriormente ceñirse a los resulta-dos de interés. Para ello se puede utilizar el texto,las tablas, los gráficos y las figuras, pero no repitainformación de dos o más formas; sin embargo,

conviene tener presente que se debe reportar sólolos datos que son relevantes a la investigación y noatiborrar el manuscrito de raudales de información(hecho muy típico en el ámbito de la cirugía y susdisciplinas afines) que, aún cuando pueda ser valio-sa, en nada altera los resultados de la investigaciónque se pretende reportar y que, por otro lado, pue-de dar lugar a un reporte posterior.

Si se decide a utilizar tablas, éstas han detener un título claro, preciso y conciso; los datos sehan de organizar de arriba a abajo y, puede sernecesario, escribir algunas notas explicativas bre-ves en el margen inferior de la página correspon-diente. Si se decide a utilizar gráficos, recuerde queestos no son adornos; sólo son útiles cuando losdatos muestran una tendencia que compone unaimagen interesante. Sea que decide utilizar tablas,gráficos o figuras, consulte antes las instruccionesa los autores de la revista a la que pretende enviarsu manuscrito.

LA DISCUSIÓN

Hay muchas formas de discutir un artículo,pero recuerde que en este capitulo se ha de: esta-blecer nexos entre sus objetivos y resultados; rea-lizar una relación de sus hallazgos con los de otrosautores; y, comentar eventuales problemas meto-dológicos de su artículo, en este caso el hecho de“tirar piedras sobre su tejado” constituye una prác-tica sana que pone de manifiesto ante los lectoressu compromiso con el proceso investigativo, suhonestidad y su humildad como investigador; y, porotra parte, evitará que el revisor o el editor lo criti-quen en ese aspecto poniendo incluso en riesgo laaceptación de su manuscrito.

No hay duda que ésta puede ser la secciónmás compleja de elaborar y organizar. Algunassugerencias que pueden ayudar son: comenzardando respuesta a la pregunta planteada en la in-troducción, siguiendo con las pruebas expuestasen los resultados que permitan o no corroborarla;escribir esta sección en presente (“nuestros datosindican que”), porque los hallazgos del trabajo sonya considerados evidencia científica (independiente-mente de que tipo de evidencia estemos hablando);comentar los resultados anómalos, dándoles unaexplicación lo más coherente posible o simplemen-te diciendo que esto es lo que ha encontrado, aun-que por el momento no le encuentra explicación; y,especular con imaginación y lógica, este hechopuede encender el interés de los lectores16.

A continuación, se pueden esbozar conclusio-nes, a propósito de las cuales cabe preguntarse¿se fundamentan éstas en los datos que se obtiene

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de este estudio? Es muy importante entender quese ha de evitar sacar más conclusiones de las quesus resultados permitan, por mucho que esas con-clusiones sean menos espectaculares que las es-peradas o deseadas.

Finalmente, se pueden plantear las recomen-daciones que crea oportunas siempre y cuando susresultados lo permitan.

LAS REFERENCIAS

Las referencias se citarán según la normativaexigida por la revista elegida. Salvo casos de publi-caciones de gran relevancia histórica o técnicas,las citas debieran ser recientes, no superiores a 5años de antigüedad para artículos de revisión opuesta al día.

Las referencias que decida utilizar deben sersólo aquellas que aportan algo a su manuscrito. Esimportante entender que su artículo no será mejorni peor porque tenga más referencias17.

En la mayoría de las revistas, se aceptan lascitas sólo de artículos ya publicados y no de resú-menes de congresos, experiencias personales(aunque de gran relevancia) que estén aún en pro-ceso de publicación.

Las referencias deben citarse en orden deaparición en el texto, con números arábigos o enalgunos casos mencionando el apellido del primerautor y año de publicación del artículo, según larevista para la que esté preparando el manuscrito.Por ello es de gran utilidad la lectura de las normasde publicación de las revistas.

Utilice el estilo de referencia de la revista a laque se somete el artículo. Por ejemplo, para lacitación de algunas revistas se indica el siguienteorden: Nombre de los autores, hasta un máximode seis, separados por comas, con su apellido ylas iniciales sin puntos; si hay más de seis, hayque escribir los seis primeros y añadir “et al.”(abreviación de la expresión latina “et al” que sig-nifica “y otros”); si el autor es un Comité, poner elnombre del Comité. A continuación se escribe eltítulo del artículo, el que termina en un punto.Luego, el nombre de la revista biomédica, en suexpresión abreviada según aparece en el IndexMedicus; a la que sigue, sin puntuación algunaintermedia, el año de publicación, –punto y coma–, Volumen, –dos puntos–, primera y última páginadel artículo. Por ejemplo: Fuster J, Llovet JM,Garcia-Valdecasas JC, Grande L, Fondevila C,Vilana R, et al. Abdominal drainage after liverresection for hepatocellular carcinoma in cirrhoticpatients: a randomized controlled study. Hepato-gastroenterology 2004; 51: 536-40.

Existen normativas que son utilizadas por lasdistintas revistas, como las normas de Vancou-ver18, en las que se detallan con mayor acuciosidadvarios de los aspectos antes señalados.

PROBLEMAS ÉTICOS FRECUENTES ENLAS PUBLICACIONES BIOMÉDICAS

La ética en la comunicación científica se rela-ciona con principios morales, reglas de conducta,deberes y obligaciones. A continuación nos referi-remos a 3 de los problemas éticos que con ciertafrecuencia se pueden verificar en las publicacionesbiomédicas.

1. Falta de publicación de resultados. Puedeocurrir en diversas circunstancias, pero quizásaquellas de mayor relevancia debido a sus alcan-ces es aquella falta de publicación de resultados enensayos clínicos. Esta situación ocurre cuando losresultados de una investigación son frustrantes opoco interesantes y se asocia al no reporte deterapias ineficaces o peligrosas, a la falta de reco-nocimiento de terapias eficaces y al desconoci-miento de estas situaciones por parte de los parti-cipantes del estudio y de la comunidad científica engeneral19.

2. Autoría múltiple e injustificada. Si entende-mos que el autor de un artículo se define como uninvestigador que ha participado activamente en elplanteamiento y realización del estudio, entonceses fácil comprender que estará capacitado paraargumentar su significación y será responsable delcontenido intelectual del mismo20. Por ende, resultasimple de asumir que deben incluirse como autoressólo a quienes verdaderamente participaron en laejecución del estudio, en un orden dado por laimportancia real que tuvieron en la gestión y desa-rrollo de éste o en el que el equipo de investigaciónestime. Por otra parte, la autoría múltiple es unconcepto relativo, pues no existe un límite deaceptabilidad en el número de autores. Lo que estáclaro es que el número de éstos no incrementa lacitación del artículo, no se relaciona con la calidadde éste y sólo ayuda a sobrecargar los listados deíndices de bibliógrafos e investigadores21. Porejemplo, un reporte de un caso clínico no permitejustificar más de 2 ó 3 autores y es habitual encon-trar reportes de casos con múltiples autores, lamayor parte de los cuales probablemente no hansiquiera leído el manuscrito definitivo. De estemodo, podemos encontrar múltiples ejemplos encualquier revista como el reporte en Disease of theEsophagus de una hemangioma esofágico tratadopor fulguración publicado por 7 autores22. Algo si-milar ocurre con los artículos originales, en los que

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73Consideraciones y algunas recomendaciones para escribir un artículo... / Carlos Manterola D. y cols.

con cierta frecuencia aparecen manuscritos quepudieran ser considerados en el anecdotario de lamedicina, como una publicación de la revista PhysRev Lett que en el año 2001 publicó un artículo con601 autores23.

Otro problema relacionado con la condición deautor, es el que dice relación con la autoría injusti-ficada, la que se define como la inclusión de sujetoscuya contribución al artículo es mínima o nula. Nose conoce la prevalencia de este fenómeno, debidoa la escasez de pruebas objetivas para su consta-tación; en general, suele ocurrir por ignorancia yconfusión y es parte de una tradición mal entendi-da24. En este ámbito, existen formas de autoríainjustificada muy bien definidas como la “apropia-ción de la autoría”, el “derecho a pernada”, “quiena buen árbol se arrima ......”, “uno para todos ytodos para uno”, etc. Lo que sí se ha podido verifi-car es la magnitud del fenómeno de autoría múltiplee injustificada, pues el incremento del número deautores a través del tiempo ha sido objeto de estu-dio y se ha demostrado que revistas de alto impactocomo Ann Intern Med, New Engl J Med, Lancet yJAMA han incrementado el número promedio deautores en sus publicaciones en al menos 3 porartículo en los últimos 60 años15.

3. Conflictos de interés. Se definen como situa-ciones en que la validez e integridad de una inves-tigación puede ser influenciada por un interés se-cundario directo o indirecto; ya sea por beneficioseconómicos, ideologías, intereses personales o in-tereses profesionales26-28. No es sinónimo de frau-de ni de mal praxis de investigación; además, lagran variación conceptual entre las institucionesinvestigadoras hace difícil una aceptación univer-sal. Sin embargo, puede constituir una fuente im-portante de sesgos y, por otra parte, un problemapara mantener la integridad científica26,29. Un ejem-plo interesante relacionado con este aspecto es elque dice relación con investigaciones relacionadascon el riesgo de muerte por el uso de albúmina enpacientes críticos. En 1998 la colaboración Cochra-ne publicó una revisión sistemática de ensayos clí-nicos en el que comparaba el uso de albúmina vscristaloides y albúmina vs no albúmina en este tipode pacientes y demostró que la albúmina aumenta-ba el riesgo de mortalidad total y en el subgrupo depacientes quemados; y que, por ende, no habíaevidencia que soportara la seguridad del uso dealbúmina, por lo que su uso debía ser revisado30.Tres años después, un grupo financiado por “Plas-ma Protein Therapeutics Association”, realizó otrarevisión sistemática comparando el uso de albúmi-na vs cristaloides; albúmina vs no albúmina; y, al-búmina vs bajas dosis de albúmina. Sus resultados

demostraron que el uso de albúmina no incrementala mortalidad en pacientes críticos y concluyeron quesus hallazgos soportaban la seguridad del uso dealbúmina31. ¿Dónde estuvo la diferencia entre am-bos estudios? En la segunda revisión sistemática nofueron tomados en cuenta algunos de los ensayosclínicos utilizados por el meta-análisis de laCochrane que aparte de su rigor científico, presen-taban resultados que ponían de manifiesto el riesgode la utilización de albúmina en pacientes críticos.

A modo de resumen, nos parece relevanteseñalar que una publicación es el resultado final deun proceso complejo que comienza mucho antes,cuando alguien cree que tiene algo nuevo que deciry que, por lo tanto, puede añadir algo al acervo delos conocimientos sólidamente establecidos

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