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    ANTGONAY SUS CIRCUNSTANCIAS

    Luis Miguel Pino CamposUniversidad de La Laguna

    RESUMEN

    En este estudio se exponen algunos hechos y circunstancias que relacionan la poltica dePericles con algunos aspectos de la tragediaAntgonade Sfocles. Algunos pasajes de Plutarcoy dos testimonios sobre Sfocles fundamentan la hiptesis expuesta. Los ostracismos deCimn y de Tucdides de Alopeces, el desvo de los tributos de la Alianza tico-dlica desti-nados a la diosa Atenea y las magistraturas desempeadas por Sfocles permitiran establecerunas conexiones entre el ejercicio del poder del mtico Creonte y del histrico Pericles.

    PALABRAS CLAVE: Tragedia Griega. Sfocles. Antgona. Historia de Grecia. Atenas. Pericles.

    ABSTRACT

    The play Antigoneand its circumstances. Some facts and circumstances of the Periclesspolitics in relation with certain aspects of the tragedyAntigoneby Sophocles are shown in thispaper. Several passages from Plutarch and two pieces of evidence concerning Sophoclessupport that hypothesis. The ostracisms of Cymon and of Thucydides of Alopece, the misuseof the Alliances taxes for the goddess Athenea and the magistracies held by Sophocles would

    suggest that there were certain connections between the exercise of authority carried out bythe mythic Creon and by the historical Pericles.

    KEY WORDS: Greek Tragedy. Sophocles. Antigone. History of Greece. Athens. Pericles.

    1. El objetivo de este estudio es exponer algunos hechos y circunstancias anterio-res a la composicin de laAntgonade Sfocles que pudieran explicar las razonesque movieron al autor a representar en el ao 442 a.C., ni antes ni despus, eldoble argumento de esta obra: por un lado, el de Antgona, quien defiende sus cre-encias religiosas y el deber de cumplir los ritos funerarios con el cadver de su her-

    mano Polinices; esta actitud la conducir a quebrantar un decreto, a ser condena-da a muerte y a suicidarse; por otro lado, el de Creonte, quien accede legtima-mente al cargo de rey, pero ante la desobediencia del decreto proclamado y eltemor de perder su autoridad, acta impa y tirnicamente al aplicar ese decreto deforma rigurosa y precipitada; de esta actitud se arrepentir demasiado tarde porquealgunas evidencias lo persuadirn de sus errores, sentir miedo de los dioses, revo-car el decreto, ordenar sepultar a Polinices y sacar a Antgona de la cueva dondehaba sido encerrada. La tragedia, sin embargo, se habr consumado con tres sui-cidios humanamente evitables: los de Antgona, Hemn y Eurdice.

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    FORTVNATAE, 21; 2010, pp. 163-187; ISSN: 1131-6810

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    2. Son numerosos los estudios que han abordado la cuestin de las circunstanciashistricas que pudieran explicar el contenido, pensamiento e intencionalidad deesta obra de Sfocles. En este estudio no es posible hacernos eco de todos ellos, porlo que aludiremos slo a los que entendemos como ms clarificadores en el anli-sis de aquellas circunstancias. Una bibliografa exhaustiva, clasificada y casi actua-lizada (faltan algunos destacados estudios espaoles) ha sido recogida en las pgi-nas 689-740 de la monografa reciente de Jacques Jouanna (2007); en lo que a esteestudio se refiere interesa la de las pginas 690-696 y 699-704.

    3. El ao 442 a.C. parece bien establecido por la crtica como el de la representacinde esta tragedia. Con ella obtuvo Sfocles la victoria en el certamen y un gran xitoentre el pblico. Algunos consideran este xito determinante para su eleccin en elao siguiente, 441-0 a.C., como estratego por su demosnatal, Colonos Hippios. Elprimer Argumento del gramtico Aristfanes [de Bizancio] sobre Antgona, queacompaa la edicin de la obra, informa de algunos de estos datos. Sin embargo,otros crticos sostienen que la eleccin de Sfocles como estratego no fue un pre-mio por su tragediaAntgona, sino por su capacidad y habilidad en el ejercicio deesa magistratura que implicaba mando militar1.

    4. Sfocles participaba en los concursos trgicos desde el ao 468 a.C., en el quehaba ganado el primer premio. Su obraAntgonafue compuesta despus de que eldramaturgo ateniense hubiese representado ms de treinta tragedias con las quehaba obtenido primer o segundo puesto en los concursos, nunca el tercero; elloindica que era ya un autor experimentado y de reconocida y premiada calidad.

    5. Durante la strategacitada del ao 441-440 a.C. particip en la expedicin alia-da contra la isla de Samos que intentaba abandonar la Liga Martima tico-dlica,porque tras la firma de la Paz de Calias en el 449 a.C. con los persas, haba desapa-recido su peligro2. Al frente de esta Liga y de la expedicin estaba Pericles. Un pasajedel historiador del siglo IVa.C. Duris de Samos, transmitido por Plutarco, cuentaque Pericles actu con extremada crueldad en ese asedio: aplastada la rebelin,orden exponer en la plaza de Mileto3 a combatientes samios capturados, golpear-

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    1 Vanse Victor Ehrenberg, 2001: 189 (epgrafe IVdel captulo VI), y la Postfazione queaade Gian Enrico Manzoni, p. 246. Igualmente, interesan el artculo de Fritz Schachermeyr, 1966:45-63, que no comparte la comparacin de Pericles con Creonte; el captulo de Luciano Canfora,1996: 148-171; E. Degani, 1979: 280-292; E. Ugolini, 2000; H. Flashar, 2000.

    2 Karl Reinhardt, 1991: 22; nueva edicin de 2010; original alemn de 1933; JacquesJouanna, 2007: 12 y 556.

    3 Recurdese que Mileto es la ciudad natal de Aspasia, segunda esposa de Pericles, con laque ste tuvo un tercer hijo. Se afirma que la expedicin contra Samos en el 441-0 a.C. habra sidoorganizada por Pericles con toda clase de armamento y con la concurrencia de la mayora de los estra-tegos de aquel ao a instancias de Aspasia, dado que Samos vena atacando con relativa frecuencia laciudad de Mileto, con la que mantena graves diferencias en sus respectivos intereses comerciales.

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    les la cabeza con clavas y, una vez muertos, dejarlos insepultos. Plutarco califica aDuris como exagerado4. Sin embargo, otros testimonios confirman lo dicho por elpolgrafo y poltico samio, como ha demostrado P. Karavites (1985: 40-56)5. Deser cierta esta ejecucin cruel ordenada por Pericles, cuya fama de hombre serio erabien conocida, recordara obviamente el motivo del cuerpo insepulto de Polinicesen la tragediaAntgonade Sfocles, representada un ao antes. Sfocles estaba pre-sente en aquella expedicin y, de haberse producido esa crueldad con los detenidosy su posterior insepultura, no habra dado su consentimiento. En cualquier caso,el castigo de insepultura para los traidores de la patria estaba contemplado en otraslegislaciones griegas6, por lo que la insepultura de la que Sfocles habla en su tra-gedia no debi suponer una novedad especial para los griegos.

    6. La representacin deAntgonaen aquel ao debi tener alguna justificacin his-trica. Dicho en otros trminos: Sfocles compuso esta tragedia movido segura-mente por unas razones concretas que le llevaron a expresar potica y trgicamen-te lo que esas circunstancias histricas le inspiraban, sin que ello quiera decir quela obra trgica fuera una reproduccin exacta en el plano mtico y teatral de unacontecimiento histrico. El dramaturgo compuso esta tragedia para representarladurante las fiestas anuales ms importantes de Atenas, las Grandes Dionisias, entrefebrero y marzo, ante un gradero repleto de ciudadanos atenienses y de otros cien-tos de espectadores llegados de fuera por motivos tributarios y comerciales espe-cialmente. La tragedia escenificaba parte de las consecuencias graves de una mti-ca guerra civil, entre las que se encontraban la muerte de los jefes de los dos ban-dos el que pretenda el poder (Polinices) y el que lo ejerca (Etocles)7, y la des-

    truccin de los templos y de la ciudad tebana.7. La obra sofoclea plantea el enfrentamiento de varios mbitos de la convivencia:el pblico y el privado, el civil y el familiar, el varonil y el femenino, el divino y elhumano, el individual y el colectivo, el de la vida y el de la muerte. Lasso de la Vegaafirmaba que en ella se desarrollaba un juego de sucesivos contrastes (1981: 80).

    8. Por ello esta composicin trgica no puede responder slo a un afn competiti-vo en un certamen teatral ni a una simple motivacin esttica; debe o puede res-ponder tambin a alguna consideracin ms cotidiana en los mbitos poltico,social, religioso y filosfico8.

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    4 Vida de Pericles, 28, 2 (vase Plutarco, Vidas paralelas, II, 1996: 484-485); Jouanna, 2007: 38.5 La fuente principal es Diodoro Sculo (XII, 28.3).6 Respecto a las legislaciones escritas y no escritas de la poca de Pericles es igualmente

    orientador el estudio crtico de Ehrenberg, 2001: 37-76.7 Tema central de la tragedia de Esquilo Los siete contra Tebas.8 Entre las connotaciones filosficas cabe recordar las de Mara Zambrano, que dedic a la

    herona tebana varios escritos: Delirio de Antgona (1948: 14-21), Prlogo a la Tumba de Antgona

    y la Tumba de Antgona, (1967). Entre los estudios que he dedicado a estos escritos zambranianos vase2007: 549-568.

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    9. Las consecuencias irreparables derivadas de unas decisiones despticas, propiasde un tirano que ha sobrepasado los lmites del poder establecido, como le sucedea Creonte cuando comprueba la actitud desobediente e inamovible de Antgona,es un asunto lo suficientemente trascendente como para que merezca el esfuerzo

    de un gran dramaturgo de llevarlo a la escena del teatro ateniense, a fin de que todoel pblico, ateniense y extranjero, pueda contemplar, a travs del ejemplo de unarecreacin mtica, los graves efectos que produciran tales conductas de llevarse acabo en su propia circunstancia geogrfica e histrica. Pero Atenas no era unamonarqua ni una tirana, sino una democracia regida por la mayora de los votosque sus ciudadanos emitan en cada ocasin. Veremos que la actuacin tirnica sepuede dar tambin en una democracia cuando desde el ejercicio del poder no serespetan unos principios elementales.

    10. La cuestin que nos planteamos es por qu Sfocles elige ese tema para repre-

    sentarlo en el ao 442 a.C., ni antes ni despus.

    10.1. Para Luis Gil el sentido de esta tragedia consistira en proponer un modelonuevo de herosmo que transmuta el sentido del honor personal en un elevadoconcepto del deber; ste se fundamenta en un sentido teonmico de la existen-cia y en una conciencia plena de las obligaciones que derivan de una ley moral noescrita; en este herosmo no se exige una especial disposicin corporal, sino unaconstancia clara de la jerarqua de valores y de la firmeza de nimo para conformara su escala la propia vida. Por tanto, es un herosmo al alcance de cualquiera, inclu-

    so de una mujer. La propuesta de Luis Gil nos parece acertada; explica el aciertode Sfocles al fijarse en una persona socialmente dbil y fsicamente inferior a losvarones; ambas deficiencias no seran obstculo alguno para que la joven tebanaalcanzara el mximo grado de heroicidad, y su fortaleza radicara en la constanciade los valores eternos de su nimo, de su conciencia. As Antgona se convierte enmodelo universal tanto para mujeres como para hombres. Esta interpretacin, sinembargo, no resuelve la cuestin que planteamos, dado que ese herosmo podrahaber sido representado en cualquier otra ocasin anterior o posterior.

    10.2. La interpretacin de Luis Gil puede ser completada con otros matices queaparecen en la obra cuando se analiza desde otras perspectivas. Por ejemplo, si,segn parece, al teatro griego slo acudan varones, cmo explicar el xito de estaobra entre un pblico exclusivamente varonil, cuando lo que exalta es la virtudheroica de una joven mujer que se enfrenta a la norma de la ciudad y al primervarn que la gobierna, mientras los varones permanecen sumisos y silenciosos?Otros matices de la obra abren el camino a otras interpretaciones como la posicinambigua y cambiante del coro compuesto por los consejeros del rey, el silencio ytemor del pueblo llano ante las amenazas del poder segn lo expresa Hemn, laindiferencia de los dioses ausentes en esta obra, aunque sean mencionados por

    varios personajes y por el adivino Tiresias, o la propia actitud del rey, etc.

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    10.3. La interpretacin de esta obra como propuesta de un modelo nuevo de hero-smo moral significa un adelanto de Sfocles en el camino que habr de recorrervarias dcadas despus la Filosofa de la mano de Scrates.

    11. No aspiramos, pues, a establecer un paralelismo matemtico como si de unespejo se tratara al reflexionar sobre esta ficcin dramtica y la realidad histrica enla que el autor la compone y representa. Aspiramos simplemente a establecer unaproximidad semntica entre esa narracin mtica con raigambre sagrada y su cir-cunstancia histrica; aspiramos a descubrir, en parte, algunos sentimientos que eldramaturgo inserta en la obra consciente o inconscientemente y que pueden habersido resultado de recientes experiencias vividas. En resumen: por qu en ese ao,ni antes ni despus?

    12. No compartimos el paralelismo establecido entre el comportamiento autorita-

    rio y tirnico de Creonte con Antgona y la conducta de Pericles en Atenas que lee-mos en algunos estudios. Preferimos formular la cuestin en otros trminos msdistantes, pues una cosa es la ficcin trgica y otra distinta la realidad histrica. Porello, una cuestin sera en qu medida la conducta autoritaria de Creonte con

    Antgona podra guardar relacin con el hecho de que Pericles no soportara las cr-ticas dursimas que debi recibir en la asamblea ateniense por parte de la oposicin.

    13. En efecto, Pericles fue muy criticado cuando propuso en el 444 a.C. utilizar eldinero de los aliados destinado a la diosa Atenea para otros fines no religiosos, ycuando en el 443 propuso el ostracismo de su rival poltico, Tucdides de Alopeces,cuyos argumentos dialcticos entorpecan la ejecucin de sus proyectos polticospersonales. La asamblea aprobara las dos propuestas despus de dursimos debatesy con restricciones en lo relativo al dinero. Recurdese que el destierro, ostracismopor diez aos, era la pena mxima que poda imponerse a un ciudadano ateniensepor este motivo.

    14. La mayora de los historiadores aceptan que el comportamiento de Pericles conlos que se oponan a su poltica era muy duro y los persegua siguiendo los subter-fugios que Efialtes haba practicado en los aos anteriores. De ello haba prece-

    dente en la propuesta de ostracismo para Cimn, del partido conservador, en elao 461 a.C., propuesta aceptada por la asamblea y que mantuvo al rival polticolejos de Atenas hasta el ao 451 a.C. No conforme con el regreso del desterradotras cumplir su condena, se volvi a desprender de su oposicin al enviarlo al fren-te de la expedicin aliada contra la sublevacin de Chipre, donde morira en com-bate al ao siguiente. Es decir, algo ms de una dcada (461-450) en la que Periclesse benefici de la circunstancia de alejar de Atenas a quien le molestaba en suproyecto poltico.

    15. Los aos situados entre el 450 y 443 a.C., en los que el ser Prw'to" ajnhvr de

    Atenas le fue disputado a Pericles por un nuevo jefe de la oposicin, el antes cita-

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    do Tucdides de Alopeces, debieron haber sido frustrantes en algunos mbitos dela poltica periclea; sin embargo, condenado tambin al ostracismo su nuevo rivalen el ao 443, Pericles pudo gobernar Atenas hasta su muerte con la tranquilidady autoritarismo con que lo haba hecho en su primera dcada.

    16. Ahora bien, admitir esa actitud dura, resistente y hasta hostil en Pericles con-tra la oposicin poltica y considerarlo por ello un tirano como es presentadoCreonte en la tragedia de Sfocles es una conclusin precipitada, pues entre la acti-tud de Pericles y la de un tirano media el hecho de que las decisiones de Pericleseran sometidas a la votacin de la asamblea, mientras que el tirano no tiene queconsultar sus decisiones con nadie.

    17. Cuestin distinta es que Pericles utilizara argucias menos transparentes, menosdemocrticas o menos legtimas desde la perspectiva actual para lograr que sus pro-

    puestas fueran aprobadas, argucias que no suelen constar en los anales de la histo-ria, pero que s pudieron trascender a la opinin pblica de entonces, en particu-lar, a la clase social mejor instruida de Atenas, a la que Sfocles perteneca. Y prue-ba, a modo slo de ejemplo pues hay algunas ms, de que la actuacin de Periclesera considerada como no-democrtica por una parte de la sociedad ateniense ypor la casi totalidad de los aliados aparece en el historiador Tucdides, quien supodistinguir lo que era la poltica de derecho de Pericles, que define como demo-cracia, de su poltica de hecho, que define como el poder (imperio: ajrchv) del pri-mer varn, poltica concreta que s hemos de entender como el ejercicio del poderabsoluto disfrazado de apariencia democrtica9.

    18. Debieron ser frecuentes las discrepancias entre Sfocles y Pericles en determi-nadas cuestiones de poltica interior, sobre las que disponemos slo de algunasancdotas transmitidas entre otros por su amigo In de Quos y por Plutarco ensu Vida de Pericles10.

    19. Igualmente, debemos recordar (Gil Fernndez, 2009; 57-90) que en unademocracia como la ateniense, en la que el poder decisivo estaba depositado en laasamblea, la responsabilidad no recaa nunca en ella, sino en el autor de la propuesta

    de votacin; significaba ello que las decisiones asamblearias adquiran rango de ley,sin que nadie pudiera imponer a dicha asamblea ningn tipo de sancin cuando sus

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    9 II, 65, 9.ejgivgnetovte lovgw/ me;n dhmokrativa, e[rgw/de;uJpo;tou'prwvtou ajndro;"ajrchv: De derecho constitua una democracia, pero de hecho era el poder del primer varn. Msadelante (par. 7.2) volveremos a esta consideracin de Tucdides.

    10Algunas ancdotas estn recogidas en Radt (1977, con nueva edicin corregida y aumen-tada en 1999).

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    decisiones resultaban errneas o perjudiciales para los propios intereses de Atenas.Lo que parece cierto es que Pericles con su lgos, con su retrica, lograba obtener lamayora de votos en la ekklesay converta en ley todas las proposiciones que some-ta a la consideracin del rgano decisorio. Otras lagunas jurdicas, como la defen-sa de derechos individuales, carecan de un rgano jurisdiccional independiente queequivaliera a un tribunal constitucional actual.

    20. Tampoco parece coherente ni honrado que a propuesta de Pericles se aproba-ra pagar una dieta, por baja que fuera su cuanta, a los asamblestas, jurados ymagistrados atenienses con el dinero que los aliados aportaban para el sostn y for-talecimiento de la Liga Martima.

    21. Atenas procuraba implantar regmenes democrticos en aquellas ciudades quese incorporaban a la Liga Marttima, aunque no siempre lo lograba, regmenes que

    simpatizaran y siguieran disciplinadamente las pautas de la capital ateniense, comosuceda en Samos con anterioridad al ao 449 a.C. Desde que se firm la Paz deCalias con los persas, Samos cambi su poltica y decidi abandonar la Liga, por-que ya no exista el peligro persa y porque Mileto, su rival comercial, era favoreci-da por la poltica ateniense (recurdese la gran influencia que ejerci Aspasia deMileto sobre Pericles). Pero Atenas con la fuerza de las armas no se lo permiti.

    22. Por otro lado, llama la atencin que Sfocles plantee un mito que tiene comolugar de desarrollo Tebas, y no Atenas, dos ciudades rivales desde tiempos antiguos,lo que explica la tradicional alianza de aqulla con Esparta. Varias guerras se haban

    entablado directa e indirectamente entre Atenas y Tebas durante la Pentecontecia,de las que en una ocasin (457 a.C.), ya en tiempos de Pericles, Atenas fue clara-mente derrotada, batalla de Tanagra, y en la siguiente, unos meses despus, Atenaslograra una victoria parcial, batalla de Enfita, gracias a la cual Atenas se anexio-n Lcrida, Fcida y Beocia para la Liga, pero no pudo con Tebas (Kinder yHilgemann, 1971: 58.); esta ciudad sigui siendo independiente y aliada deEsparta.

    Podra haber ocurrido que la eleccin de Tebas y su ciclo mtico tuvieratambin una intencin, aunque secundaria, de presentar un contraste entre ciuda-des: Atenas, lugar de representacin de la tragedia, y Tebas, lugar donde tiene lugar

    la accin dramtica del mito. Dos ciudades que haban vivido histricamenteenfrentadas y que en el momento de la representacin la primera luchaba porsometer a su poder imperial a todas las ciudades griegas, incluida Tebas, mientrassta luchaba por conservar su autonoma; dos ciudades cuyos regmenes se dife-renciaban claramente: la primera era demcrata, la segunda, aristocrtica.

    23. Damos por entendido que la participacin de Sfocles en el concurso trgicoaspiraba al triunfo y, como buen poeta, buscaba la perfeccin esttica del mito recre-ado. Todos los analistas aceptan por obvia esta intencin (Lasso de la Vega, 1981:

    7-112; y Jacques Jouanna, 2007). Cabra ver tambin en la obra, representada pre-cisamente unos meses despus de haber sido aprobado el ostracismo del opositor

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    Tucdides de Alopeces, la intencin de denunciar y advertir a Pericles, dominador dela asamblea ateniense, del carcter desptico de sus medidas consideradas radicales porel propio Sfocles? Es posible que s. La relacin entre historia y teatro es conocida enEsquilo, en Eurpides y en el mismo Sfocles, cual es el caso del Edipo Rey, cuyarepresentacin se fija en torno al ao 427 a.C., y en la que se alude a la existenciade una epidemia de peste que asolaba la ciudad de Tebas y cuya causa era, segn eladivino Tiresias, el que no hubiera sido expiado an el asesinato del anterior reyLayo. Pues bien, se admite que dos alusiones, la de la peste tebana por un lado, y lade la suerte ruinosa del rey Edipo por otro, guardaran una estrecha relacin con laepidemia de peste padecida por Atenas en el ao 429 a.C., al poco tiempo de ini-ciada la guerra del Peloponeso, en lo que atae a la primera, y con Pericles, jefe de

    Atenas, dhmagwgov" y strathgo;" aujtokravtwr, muerto como vctima de aquellaenfermedad, en lo que atae a la segunda (Ehrenberg, 2001: 17-35; FernndezUriel, 1993: 519-20; Jouanna, 2007: 39-42). Una segunda obra de Sfocles en la que

    se ha querido ver alguna relacin con un hecho histrico contemporneo es la tra-gedia Filoctetes, en la que el regreso histrico de Alcibades a Atenas guardara rela-cin con el regreso del hroe trgico al escenario de Troya (Jouanna, 2007: 64-72).

    24. La hiptesis de que la argumentacin de la tragedia Antgonapuede contenerreferencias a circunstancias contemporneas del autor, no debe resultar extraa a lavista de los comentarios anteriores al Edipo Reyy al Filoctetes, porque, adems, elautor intervino varias veces en puestos de responsabilidad poltica y militar, lo queviene a confirmar que estaba al tanto del acontecer diario de su ciudad y de susaliados. En este sentido debemos comprender las frecuentes referencias hechas aPericles por algunos comentaristas de la tragediaAntgonacuando han comentadosu posible semejanza con la actitud radical de Creonte11.

    24.1. Sfocles, en efecto, haba ejercido otra magistratura, laeJllhnotamiva (hele-notama), helentamoso tesorero de la Liga Martima tico-dlica, en el ao 443-2a.C., previamente al cargo militar de estratego (Jouanna, 2007: 25 y 743-4, n. 5;Meritt, Wade-Gery y McGregor, 1949: 18; = lista 12.1.36. [= Test. 18 Radt]). Estaexperiencia le permiti a Sfocles conocer en primera persona cmo el dinero des-tinado a la diosa Atenea, una sexagsima parte de los tributos aliados, era desviado

    tambin para otros asuntos a peticin de Pericles y previa aprobacin de la asam-blea (Tovar - Martn Ruiprez, 1968: 170). Estos funcionarios constituan un cole-gio de diez ciudadanos elegidos anualmente y se encargaban de la recaudacin yadministracin del tesoro de la Liga Martima; as suceda desde que en el ao 454-3a.C. se decidi por iniciativa de la isla de Samos cuando an era partidaria de per-

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    11 Sigue siendo vlida a nuestro entender la matizacin clara de Victor Ehrenberg, 2001: 11.

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    manecer en la Liga porque el peligro persa no haba desaparecido trasladar el teso-ro aliado a Atenas para garantizar su seguridad12. Con anterioridad, aos 478-454a.C., el tesoro se depositaba y administraba en la isla de Delos, bajo la proteccin deltemplo de Apolo, para el que se destinaba una sexagsima parte de lo recaudado, ylos diez helentamoseran nombrados entre ciudadanos de esta isla. Al pasar a Atenas,Pericles sustituy los helentamos delios por helentamos atenienses, la proteccindivina de Apolo Delio por la proteccin de la diosa Atenea, y el dinero aliado seradestinado ntegramente para necesidades de Atenas, incluyendo la sexagsima partedel tributo que se consideraba sagrada. Ahora bien, debemos precisar que la prcticade destinar la mayor parte del tributo aliado a las necesidades atenienses exista desdeantes del traslado a Atenas de dicho tesoro (Jouanna, 2007: 23-27).

    El desempeo de estaeJllhnotamiva debi impresionar a Sfocles, cuandoen las fiestas de las Grandes Dionisias ocup un sitial honorfico en el mismoTeatro, donde los helentamosreciban pblicamente los tributos (fovro",phros) de

    los delegados de la Liga, cuya cuanta se elevaba a cuatrocientos sesenta talentos13.

    24.2. La otra magistratura poltica, strategsen el 441-0, al ao siguiente de larepresentacin de Antgona, fue desempeada por Sfocles al ser elegido por sudemos. Conocemos hoy los nombres de estos diez estrategos gracias a una inscrip-cin; entre ellos se encuentra tambin el nombre de Pericles, elegido por el demosde Cholargs14. La principal misin que tuvo Sfocles como estratego y compae-ro de Pericles en esta magistratura fue la de formar parte de la expedicin destina-

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    12 Vase Kinder - Hilgemann, 1971: 58. La causa del traslado haba sido que los ateniensesbajo la direccin de Pericles fomentaban los movimientos de insurreccin contra los persas y, dentrode esta poltica, se incluy que la Liga Martima tico-dlica apoyara la sublevacin del jefe libioInaros, pero los atenienses y sus aliados fueron derrotados por los persas en Rosopitis (Egipto); per-dieron ms de doscientas cincuenta naves y murieron ms de cincuenta mil aliados. Teman a conti-nuacin que los persas y sus aliados pasaran a la ofensiva atacando centros neurlgicos de la LigaMartima como era la isla de Delos.

    13 Se ha propuesto que Sfocles pudo haber sido antes estratego con Tucdides, el poltico con-servador, hijo de Melesias, entre los aos 450-445 a.C, de acuerdo con los datos contenidos en la Vidade Sfocles(vase ms adelante); incluso habra sido estratego una o dos veces ms: en 438 a.C. y en 421a.C. con Nicias. Tambin se afirma que lleg a votar comoprbouloso comisario, en torno al 411 a.C.,el establecimiento del rgimen de los Cuatrocientos por ser la alternativa menos mala. Vanse Jouanna,2007: 11-12 y 48-62; Tovar - Ruiprez, 1968: 168, y Kinder - Hilgemann, 1971: p. 58.

    14 La presencia de Sfocles como estratego es mencionada por Estrabn (14, 1, 18; = Test.20 Radt); tambin por Aristodemos (FGrHist. 104 F 1, 15, 4 Jacoby; = Test. 21 Radt). La lista delos diez estrategos de ese ao se debe a Androcin, historiador, orador y poltico ateniense del sigloIVa.C., contra el que escribi un discurso Demstenes; su historia local del tica fue muy apreciaday ha servido de fuente principal a Aristteles para cuanto tena que ver con Atenas; la lista de

    Androcin es conocida gracias a un escolio a Arstides (FGrHist. 324 F 38 Jacoby; = Test. 19 Radt).Ver Jouanna, 2007: 30 y 745, n. 26 y 27.

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    da a derrotar a los samios por su intento de separarse de la Liga, derrota que se con-seguira tras ocho meses de asedio y gracias a la accin estratgica de Pericles.

    En esta aventura militar Sfocles tuvo ocasin de visitar a su amigo, elpoeta y dramaturgo In de Quos, de quien se conserva un testimonio de la per-sonalidad de Sfocles, al que define como hbil en las tcticas militar y amorosa,con poder de seduccin, astuto y lleno de humor e irona hasta el punto de atraer-se los aplausos aun cuando se estuviese burlando de los espritus ms serios, comolos del gramtico Eretrieo y del poltico Pericles15.

    24.3. Otro posible cargo de Tucdides de Alopeces, anterior al ao 444-3 a.C.,podra apoyar la actitud crtica de Sfocles con el jefe de la ciudad, Pericles, refle-

    jada literariamente en la tragedia Antgona, y de la que da amplio testimonio elestudio citado de Victor Ehrenberg. Se trata de la indicacin que aparece en la Vidade Sfocles1 (Test. 1 de S. Radt)16, segn la cual el dramaturgo habra sido estratego

    con Pericles y con Tucdides cuando stos eran primeros varones de Atenas. Pareceque el nombre de Tucdides y como primer varn de laplisslo se puede referiral mismo poltico ya nombrado, hijo de Melesias y nacido en Alopeces, sucesor deCimn al frente del partido conservador. De ser cierto el desempeo de este cargopor parte de Sfocles, habra que situarlo con anterioridad al ao considerado hastaahora como el de su primera stratega, 441-0 a.C., y por ello, tambin anterior a suhelenotamadel ao 443-2 a.C. Los datos para suponer que esa posible primera stra-tegade Sfocles debi ser anterior al 443 a.C. son:

    a) El conservador Tucdides, condenado al destierro, estara fuera de

    Atenas entre los aos 443 y 433, por lo que esta dcada queda eliminada comoposible poca en la que Sfocles y Tucdides compartieran strategasiendo Tuc-dides Strathgo;" Aujtokravtwr.

    b) Pericles fue Strathgo;" Aujtokravtwr desde el ao 444 a.C. hasta sumuerte en el 429, por lo que tampoco Tucdides de Alopeces pudo ser primervarn de Atenas entre los aos 433 y 429.

    c) En consecuencia, es necesario entender que la posible stratega deSfocles con Tucdides slo pudo tener lugar entre los aos 450 y 445 a.C.(Jouanna, 2007: 48).

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    15Jouanna, 2007: 11-12 y Ateneo, Deipnosofistas, 13, 603f-604d (= Test. 75 Radt). La anc-dota ya haba sido comentada con su habitual picarda docente por el profesor Lasso de la Vega (1981:16-18), que la enriquece cuando afirma que Sfocles contaba que era experto en estrategia, pero quePericles lo acusaba de ser experto slo en poesa, pero nada en absoluto en el arte blico, lo que per-mite pensar que la confianza entre ambos no era muy grande.

    16 Porque no es verosmil que un hombre [Sfocles] nacido de un padre tan modesto haya sidoestimado digno de la strategacon Pericles y Tucdides, los primeros [ciudadanos] de la ciudad. Ver

    Jouanna, 2007: 48 y 750 n. 117; tambin Linaje y vida de Sfocles en Sfocles. Tragedias (1981: 113).

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    De haber sucedido as, la relacin de amistad entre Sfocles y Tucdides serams estrecha que la que pudiera haber tenido hasta ese momento con Pericles.

    As pues, Sfocles no era un dramaturgo que se dedicara en exclusiva a lapoesa y al teatro, sino que se ocupaba tambin de otras actividadescomo la polti-ca, la militar y la administrativa. Se puede afirmar que era un hombre plenamen-te integrado en las circunstancias de su tiempo.

    25.1. Esas circunstancias que pudieron haber movido a Sfocles a representar en suAntgonaa Creonte con rasgos tirnicos y a la joven tebana con firmeza en cumplirlas leyes no escritas de origen divino, las sintetizamos en los puntos siguientes 17:

    a) Uso abusivo del tesoro. Desde los inicios de la Liga Martima (478 a.C.)Atenas haba destinado el dinero aliado, custodiado en Delos hasta el ao 454a.C., al fortalecimiento militar de Atenas y a la defensa de los aliados, procurando

    que toda la gestin pasara por la capital y justificando el destino de la mayor partedel presupuesto a los gastos de la propia Atenas. Recurdese que los conflictos bli-cos contra los persas no cesaron hasta el ao 449 a.C. (Paz de Calias), y que Atenasy la Liga Martima tuvieron que afrontar otros conflictos blicos por distintosmotivos contra ciudades griegas continentales e isleas que no quisieron entrar enla Liga (Tebas, Corinto, Locros, Egina...) o que se enfrentaron a ella.

    b) Dieta a los cargos pblicos. Como hemos adelantado, desde el ao 461a.C. aproximadamente (Kinder - Hilgemann, 1971: 58 izq.), se instaur a inicia-tiva de Pericles la misqoforiva (misthophora), pago de una dieta de dos bolos alos buleutas y heliastas18, entre otros cargos; este dinero se extraa de los fondos del

    tesoro aliado, a lo cual se oponan no slo los polticos conservadores atenienses(quienes podan ver en ello una compra de voluntades, a pesar de la escasez de esacantidad), sino tambin muchas ciudades aliadas. Esta oposicin le costara elostracismo al conservador Cimn durante los aos 461 al 451 a.C.

    c) Desvo del dinero aliado. Agotado el dinero ateniense destinado a la recons-truccin de la Acrpolis y fortalecimiento de los muros en el 444 a.C., Pericles recu-rri a laejkklhsiva para que aprobara una propuesta de ley que le autorizara aemplear para otros fines el dinero aliado destinado a la diosa Atenea, cifrado en lasexagsima parte de los cuatrocientos sesenta talentos fijados por la Liga. Con lanegativa radical del grupo conservador encabezado por Tucdides de Alopeces, hijo

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    17 Recurdese que Eurpides tambin compuso una tragedia de igual ttulo,Antgona, que nose ha conservado, de la que se sabe por testimonios indirectos que difera bastante de la de Sfocles;por ejemplo, descubierta Antgona con Hemn dando sepultura a Polinices, ambos contraeran matri-monio con el beneplcito de Creonte. Vase Jouanna, 2007: 547.

    18Algunos manuales de Historia sitan el establecimiento de esta dieta a partir del ao 450a.C. (Fernndez Uriel 1993: 521, punto 2).

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    de Melesias, y la protesta de los aliados, Pericles logr que la asamblea ateniense apro-bara la propuesta, pero con la enmienda aadida de que el dinero sagrado que yase destinaba a la diosa Atenea desde el ao 454 a.C. se usara en calidad de prs-tamo y que los atenienses tendran que devolver por medio de sus propios impues-tos. No consta si esta devolucin se produjo o no, pero s es cierto que el Partennse fue reconstruyendo a lo largo de los aos siguientes hasta el 435 a.C., y quePericles haba logrado establecer en Atenas y entre las ciudades aliadas como cultodominante el de la diosa Atenea por encima del culto de Apolo.

    d) Socorro egipcio. La gravedad econmica por la que Atenas debi pasaren el ao 444 a.C., se confirma tambin con el hecho de que el egipcio Psamticodon cuarenta mil medimnos (mevdimnoi, medida equivalente a 52,5 litros) de trigoa Atenas y que su distribucin entre los ciudadanos provoc las denuncias contraquienes queran recibir una parte sin ser ciudadanos legales.

    e)Abuso de poder. Un pasaje de Plutarco recuerda la actitud de Pericles res-

    pecto al destino del dinero tributado por los aliados, actitud que se podra consi-derar algo insolente con los atenienses que criticaban su decisin por abusiva eimpa con la divinidad (abuso del dinero sagrado), a la vez que desptica o propiade un tirano segn los propios aliados19; la respuesta que Pericles dio en nombre delos atenienses a las crticas recibidas deca:

    Los dineros no pertenecen al que los paga, sino al que los recibe y los ateniensesno estn obligados a rendir cuentas a sus aliados sobre la manera de gastar el dine-ro, por cuanto combaten por ellos y rechazan los ataques de los enemigos 20.

    f ) El Imperio y la conversin de Pericles en Dhmagwgov"y Strathgov"Aujtokravtwr. En el ao 449-8 se haba firmado la Paz de Calias, por la que Persiase comprometa a no acercarse a las ciudades jonias autnomas a una distanciainferior a tres jornadas y a respetar la autonoma de las islas griegas al oeste deFasalis, con lo que las ciudades jonias, tracias y del Quersoneso as como las islasdel Mediterrneo oriental quedaban liberadas del peligro persa; por su parte,

    Atenas y sus aliados se comprometan a respetar los territorios ocupados por lassatrapas persas. Esta paz trajo como consecuencia que muchas ciudades e islas alia-das pidieran su separacin de la Liga, dado que haba desaparecido el peligro quehaba originado su creacin. Sin embargo, Atenas bajo la jefatura poltico-militar

    de Pericles impidi por las armas cualquier intento de separacin, llegando a apli-car a los rebeldes como castigo traslados masivos de habitantes de las ciudadessublevadas, expropiaciones de tierras e instalaciones de grandes grupos de clerucosFO

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    19 Sobre las caractersticas de la democracia ateniense y la irresponsabilidad del demos van-se ahora reunidos los estudios de Luis Gil (2009; especialmente, pp. 57-90; concretamente, pp. 70-73).

    20 Struve, 1976: 280. La noticia en Plutarco, Vida de Pericles, 12, 3 (1996: 441).

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    atenienses que tenan la doble misin de explotar los recursos y de servir de fuer-za militar persuasiva.

    Adems, se penaliz el retraso en el pago de los tributos con el recargo deun segundo tributo denominadoejpivforo" y si no se regularizaban los pagos,

    Atenas intervena militarmente contra los aliados morosos e impona su propiogobierno.

    g) Ciudadanos y sbditos. La Liga Martima tico-dlica haba dejado de seruna alianza de ciudades e islas autnomas para convertirse en el imperio (ajrchv) de

    Atenas, que dominaba a los aliados con la persuasin y con las armas; estos aliados(suvmmacoi) se sentan cada vez menos autnomos y menos iguales; al contrario, seconsideraban tratados como sbditos (uJphvkooi). Como medida complementaria asu hegemona imperial Atenas exiga a los aliados el compromiso escrito de lealtad yla denuncia de las sediciones y traiciones en caso de haberlas (grafh;paradoxiva).

    h) La justicia ateniense como Tribunal Supremo. Adems, la jurisdiccin de

    la Liga permita que cualquier ciudadano pudiera apelar a la justicia de Atenas enel caso de sentirse injustamente tratado en una ciudad aliada, de tal manera queera la justicia ateniense la que en definitiva resolva los conflictos que se plantea-ban no slo en Atenas, sino tambin en las ciudades aliadas.

    i) Unificacin de monedas, pesas, medidas y tributos. Entre las medidas que con-tribuyeron al dominio imperial de Atenas se encuentra la de la unificacin del sistemade pesas y medidas que en el ao 448-7 a.C. estableci Clearco mediante un decreto;medida que se complet con el decreto del ao 447-6 a.C., por el que Clinias regulla unificacin de los tributos; por otro lado, se prohibi acuar monedas de plata salvoen las cecas de Atenas, aunque esta norma no fue siempre respetada. Todo ello con-tribua a disminuir la poca autonoma que les iba quedando a las ciudades aliadas.

    j) Ostracismo de Tucdides de Alopeces. Como ha quedado dicho, en la ciudadde Atenas el control de Pericles slo tropezaba con la dura oposicin de Tucdides, hijode Melesias. Con sus habilidades oratorias Pericles logr que la asamblea aprobara elostracismo de su oponente en el ao 443 a.C., el mismo en el que Sfocles ejerci elcargo de helentamos. Para Pericles, con este destierro del opositor Tucdides, habaquedado despejado el camino para actuar con apariencia democrtica en la polti-ca interior ateniense, aunque en la prctica llevara a cabo su personal voluntadhasta su muerte en el 429 a.C. en todos los mbitos del poder (ejecutivo, legislati-

    vo, judicial y militar).k) El crculo de Pericles. Tambin es destacable el hecho histrico bien docu-mentado de que Sfocles se mova, al menos a partir del ao 441-0 a.C., en el cr-culo selecto de personas ilustradas que frecuentaban la compaa de Pericles, entrelos que se encontraban Herdoto, Anaxgoras de Clazomene, Protgoras de Abdera,Empdocles de Acragante, Fidias, Zenn de Elea, Hipdamos de Mileto, etc. Ello noquiere decir que no existieran disensiones entre ellos. El propio Ehrenberg a lo largodel libro citado insiste en la profunda diferencia de criterios entre Sfocles y Pericles.

    l) La limitacin de la ciudadana. En el ao 451 a.C. se limit el derechode ciudadana a aquellos hijos nacidos de padre y madre atenienses, por lo que sefren el nmero de personas residentes en el tica que pudieran acceder a los dere-

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    chos de ciudadano. Hasta la aprobacin de esta ley podan adquirir la ciudadanaaquellos hijos de padre o madre ateniense, siempre que fueran reconocidos pbli-camente y registrados en uno de los demos. En cambio, a partir de esta ley, para serciudadano ateniense haba que ser hijo de padre y madre atenienses, ser reconoci-do pblicamente y registrado en el correspondiente demosde los padres. Los dere-chos de ciudadano ateniense para los varones eran votar, elegir, ser elegido, nopagar tributos de extranjero (meteco), poder comprar tierras de cultivo, participaren los repartos de beneficios, como el trigo enviado por Psamtico de Egipto en el444 a.C., etc. Esta medida restrictiva habra sido padecida tambin por el tercerhijo del propio Pericles, fruto de su segundo matrimonio contrado con Aspasia deMileto. Si se hubiese aplicado esta Ley con anterioridad al ao 451, habra nega-do la ciudadana ateniense a clebres polticos como Clstenes, Temstocles yCimn, porque sus madres eran extranjeras; esta limitacin del derecho de ciuda-dana fue bien vista por los que frecuentaban la ekklesay la heliea, porque redujo

    el nmero de ciudadanos nuevos que pudieran participar en las magistraturas y enlas elecciones21.m) Tambin haba sido importante para la trayectoria poltica de Pericles

    la circunstancia de la muerte de su rival poltico Cimn en el asedio a la localidadde Citin en el ao 450 a.C, cuando como strategsdiriga una expedicin contraChipre. Antes de esa expedicin Cimn haba logrado una tregua de cinco aos conEsparta, servicio que prestaba a Atenas tras haber cumplido el destierro (561-551a.C.), al que haba sido condenado por la ekklesaa iniciativa del propio Pericles.

    25.2. Podramos seguir la relacin de hechos y circunstancias histricas que reve-

    lan una fuerte tensin interna en la Atenas democrtica de mediados del siglo Va.C., todos ellos son prcticamente anteriores al ao 442 a.C.; pero sean los expre-sados suficientes para entender que es comprensible que Sfocles pudiera aludir deforma indirecta, a travs de su obra dramtica, a circunstancias contemporneasque podan perjudicar no slo al rgimen democrtico con comportamientosdemaggicos, autoritarios y despticos, sino al mismo progreso de Atenas y de susciudadanos, a sus creencias religiosas y tradicionales.

    26.1. Sfocles podra haber elegido uno de los dos temas que desarrolla en su obra:o la inocencia de Antgona al cumplir con un deber sagrado sin importarle el coste

    mortal de su atrevimiento, o el trgico error de Creonte, que ejerca el poder con

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    21 Struve, 1976: 298. La noticia la comenta Plutarco en el citado pasaje Pericles37, 1996:511-514. Lo curioso es que en el ao 429 a.C., haban muerto sus dos primeros hijos, habidos de suanterior matrimonio; ambos tenan la condicin de ciudadanos al ser sus padres atenienses; ante la cir-cunstancia de que su tercer hijo, por tener madre extranjera, no tena la condicin de ciudadano y, portanto, careca de los derechos correspondientes, Pericles volvi a cambiar la normativa con gran enfa-do de la ciudadana, a fin de que su hijo adquiriese esa condicin.

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    legitimidad hasta que una desobediencia familiar lo convirti en un tirano insegu-ro de s mismo, que actuaba con impiedad y soberbia. Pero no fue as; prefiri ladualidad argumental como otras dualidades en contraste que aparecen en su obra(Lasso de la Vega, 1981: 80-82).

    26.2. Es bien conocido el debate acerca de cul de los dos personajes, Antgona oCreonte, es el protagonista (principal) de esta tragedia, cuando lo cierto es que losdos son protagonistas de esta tragedia singular cuyo desenlace se resume as: elrecin llegado al poder, Creonte, pierde lo que tena y lo que ms quera (su hijo ysu esposa) por ser impo con los dioses y por sobrepasar los lmites razonables enel ejercicio del poder con sus propios familiares y con el resto de ciudadanos, a losque trata, a partir de cierto momento, como sbditos22, mientras que Antgona,por mantenerse piadosa con los dioses y leal con sus familiares, aunque tuviera quedesobedecer las leyes humanas y ser condenada a morir, gana lo que era, ser amada

    y amante de los suyos (Lasso de la Vega, 1981: 77-82).26.3. Para ambas posturas hay argumentos suficientes, sin que hasta la fecha hayasurgido una interpretacin completamente satisfactoria en uno u otro sentido. Lainterpretacin de Luis Gil antes comentada estima predominante el protagonismoheroico de Antgona.

    27.1. No ha sido ni es el objetivo de este estudio entrar en ese debate, pues, preci-samente, el anlisis del contenido de la tragedia nos lleva a interpretar que la dis-tribucin y presencia de los dos protagonistas23 encajan en el posible propsito que

    Sfocles tena24, de acuerdo con la hiptesis que estamos exponiendo: advertir indi-rectamente al poltico ateniense de su conducta desptica.

    27.2. Cabra tambin entender que Sfocles representaba en la tragediaAntgonaunaespecie de alegora de la ciudadana, en este caso de Atenas: la joven doncella,

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    22Antgona[en adelante:Ant.] 734 y 738: [Creonte]: Y la ciudad va a decirme a m lo quedebo hacer? [...] No se considera la ciudad de quien gobierna?.

    23Antgona aparece desde el primer verso en la primera escena y desaparece en el verso 943:se puede decir que acta durante un 70% de la representacin y que desaparece fsicamente del lti-mo tercio de la obra; Creonte, en cambio, aparece en la segunda escena tras el primer coro, verso 162,y acta en la ltima escena antes de que el corifeo cierre la tragedia; su actuacin transcurre duranteun 88% de la representacin, mientras que su ausencia es poco ms de una dcima parte, justo alcomienzo de la obra. Es cierto, por otro lado, que a Creonte se alude en ese inicio de la obra variasveces por parte de las dos hermanas, Antgona e Ismene, y por el coro (vv. 155 ss.), mientras que

    Antgona apenas es aludida en la parte final.24 Lasso de la Vega (1981: 82) se decanta por proponer que el protagonismo se encuentra en

    el contraste de los dos personajes y es este contraste el que adquiere un dinamismo particular tanto enel conjunto de la obra como en los pormenores.

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    Antgona, representara a esos ciudadanos que se dedican a su trabajo cotidiano yno participan en los aledaos del poder, son conscientes de sus limitaciones y res-ponsables de lo que hacen, fieles a sus creencias religiosas y cumplidores de susobligaciones con los dioses, con la familia y con la ciudad, en este orden de prela-cin. Lo que en nuestros das se ha denominado como mayora silenciosa. Sonellos, ciudadanos sencillos, los que se ven arrastrados por el mpetu autoritario dequien los gobierna, los que no disponen de tiempo para una adecuada reflexinsobre cuantas medidas pudieran ser sometidas a su decisin y pronunciamiento.

    27.3. Antgona era mujer y menor de edad es denominada incluso nia,pai'25,por ello careca de derechos de ciudadana y de participacin pblica, aunque sestuviese informada de las decisiones polticas que le afectaban. Eso haca su atre-vimiento an ms grave. Mas Antgona desobedeci el decreto no slo por piedad,por respeto a las leyes divinas, sino tambin por amor, porque amaba a sus dos her-manos y se volc con el insepulto porque era el que ms la necesitaba, y porque,

    como hermana, como hija del mismo padre y de la misma madre, estaba compro-metida en que los ritos funerarios con todos sus familiares se cumplieran 26, fuerade manera pblica, en cuyo caso debiera haber ejercido esa funcin un varn segncostumbres sociales27, o fuera a escondidas, siendo ella la ejecutora, porque no que-daba ningn varn en su familia28. Parece que en circunstancias habituales era cos-tumbre que las mujeres se encargaran de preparar el cadver de un difunto antesde ser enterrado y de recibir los ritos funerarios en las debidas condiciones29. Masotra cosa era la ceremonia pblica del funeral.

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    25Ant. vv. 378, 423, 472, 561, 639, 648, 654, 693.26 Varias dcadas despus Sfocles incluira en Edipo en Colono(vv. 1405-13) una referencia

    a este compromiso familiar: [Polinices...]: Oh hermanas mas, hijas de ste [Edipo]! Vosotras, ya quehabis escuchado la crueldad de nuestro padre en su maldicin, por los dioses!, si sta se cumple y si regre-sis a casa, no permitis, al menos, mi deshonra, antes bien depositadme en una tumba y tributadme hon-ras fnebres. Y las alabanzas que os habis ganado por las fatigas que os tomis con este hombre, se incre-mentarn con otras no menores por la ayuda que me prestis. [Trad. de Assela Alamillo, 1981: 565].

    27Ant. 905-915: [Antgona]: oujgavr pot jou[t ja]n eijtevknwn mhvthr e[fun / ou[t jeijpovsi"moi katqanw;n ejthvketo, / biva/politw'n tovnd ja]n hj/rovmhn povnon. /tivno" novmou dh;tau'ta pro;"

    cavrin levgw; /povsi" me;n a[n moi katqanovnto" a[llo" h\n, / kai;pai'" ajp ja[llou fwtov", eijtou'd jh[mplakon, / mhtro;" d jejn {Aidou kai;patro;" kekeuqovtoin / oujk e[st jajdelfo;" o{sti'" a]n blav-stoi potev. / Toiw/vde mevntoi s jejkprotimhvsas jejgw;/novmw/, Kreovnti tau't je[dox jaJmartavnein /kai;deina;tolma'n, w\kasivgnhton kavra. [Antgona]: Pues jams, ni aunque fuera madre de hijos, ni aun-que mi esposo muerto se estuviera pudriendo, hubiera tomado sobre m esta tarea en contra de los ciudadanos.Y en razn de qu ley digo esto? Muerto mi esposo, otro hubiera podido tener, y un hijo de otro varn si lo per-da. Pero estando padre y madre ocultos en el Hades, no hay hermano que pueda nacer jams. Por tal ley te pusea ti el primero en mi estima; pero a Creonte le pareci esto una falta y un gran atrevimiento, querido hermano.

    28 La irona en las palabras de Creonte es evidente:Ant. 525: [Creonte]:ejmou'de;zw'nto"oujk a[rxei gunhv: Mientras yo viva, no mandar una mujer.

    29 Vase Ronnet, 1969: 113; este autor no habla de la ceremonia de enterramiento, sino delos preparativos; dice Ronnet: cest aux femmes quincombait dabord le soin des morts, la toilette fun-raire, les lamentations rituelles; Antigone est donc dans son rle de femme quand elle veut honorer le corps

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    27.4. Sfocles se ocupa de que en su tragedia no aparezcan elementos que choquenfrontalmente con la situacin contempornea de Atenas, de ah que Creonte ejer-za su cargo igual que cualquier otro jefe de gobierno en otra ciudad, conforme a lanorma establecida y tomando sus primeras decisiones previa consulta con los con-sejeros que la ley dispone30. Decretar la mxima pena para quien se rebelaba con-tra una orden fue lo que Creonte dispuso para Antgona, sin darse cuenta de queesa condena supondra tambin la muerte de sus seres ms queridos (esposa e hijo),hasta el punto de quedarse solo.

    Advertira Sfocles con este desenlace trgico las consecuencias que sepodran derivar de la actitud desptica del gobierno de Atenas, es decir, dePericles, cuando manejaba la voluntad de la asamblea con la persuasin sufi-ciente para que todas sus propuestas de ley fueran aprobadas, incluso las queimplicaban eliminar a la oposicin o emplear en otros fines el dinero destinadoa la diosa Atenea?

    27.5. Ante la amenaza y rigurosidad del decreto de Creonte y la heroica desobe-diencia de una piadosa muchacha, los ciudadanos tebanos murmuraban a escon-didas la injusticia cometida por el dspota; slo Hemn haba podido escuchartales rumores cuando caminaba por las calles31.

    Insinuara Sfocles que tales murmuraciones circulaban tambin porAtenas con ocasin de la aprobacin de algunas medidas polticas como las msarriba comentadas?

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    de Polynice... [Es a las mujeres a las que incumba, en principio, el cuidado de los muertos, el aseofunerario, las lamentaciones rituales; Antgona est, pues, en su papel de mujer cuando ella quiere hon-rar el cuerpo de Polinices]. Esos cuidados iniciales son previos a la ceremonia pblicade enterrar aldifunto, cuya oficialidad quedaba reservada generalmente al varn, como suceda en todos los actospblicos de la Grecia antigua.

    30 La palabrayh'fon es decreto y aparece en Ant. 60 en boca de Ismene para aludir aldecreto de los tiranos:yh'fon turavnnwn, y enAnt. 632:teleivan yh'fon: decreto definitivo, que

    hemos de interpretar como aquella norma que es aplicacin de una ley general a un caso concreto yque requiere la aprobacin del rgano consultivo correspondiente.31Ant. 690-9: [Hemn]:to;ga;r so;n o[mma deino;n ajndri;dhmovth/ / lovgoi" toiouvtoi"

    oi|" su;mh;tevryh/kluvwn: /ejmoi;d jajkouvein e[sq juJpo;skovtou tavde, /th;n pai'da tauvthn oi|jojduvretai povli", /pasw'n gunaikw'n wJ" ajnaxiwtavth / kavkist jajp je[rgwn eujkleestavtwn fqivnei: /

    h{ti" to;n auJth'" aujtavdelfon ejn fonai'" /peptw't j a[qapton mhvq juJp j wjmhstw'n kunw'n /ei[as jojlevsqai mhvq j uJp joijwnw'n tinov": / oujc h{de crush'" ajxiva timh'" lacei'n; /toiavd jejremnh; si'g j

    uJpevrcetai favti": Tu rostro resulta terrible al hombre de la calle, y ello en conversaciones tales que no tecomplaceras en escucharlas. Pero a m, en la sombra, me es posible or cmo la ciudad se lamenta por esta

    joven, diciendo que, siendo la que menos la merece de todas las mujeres, va a morir de indigna manerapor unos actos que son los ms dignos de alabanza: por no permitir que su propio hermano, cado en san-grienta refriega, fuera exterminado, insepulto, por carniceros perros o por alguna ave rapaz. Es que no

    es digna de obtener una estimable recompensa? es el oscuro rumor que se difunde con sigilo.

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    27.6. El coro de ancianos guardaba silencio tambin y segua las directrices deCreonte, segn lo explica minuciosamente Antgona32. Se comportaba como Ismene,cobardemente, siguiendo la costumbre de no oponerse al poderoso ni al varn33.Slo Antgona34 con su accin y con su voz se alzaba contra el decreto impo y con-tra las sucesivas medidas autoritarias y soberbias del rey Creonte.

    27.7. Despus de que el adivino Tiresias hubiera vaticinado las desgracias que seavecinaban35, el corifeo, en nombre de los consejeros ancianos, habl con intencinde persuadir a Creonte de que cambiase su decisin, y fue Tiresias, representantede la voluntad divina, el que pronunci la palabra tirano para referirse aCreonte36 mientras ste se autodenominabatagov" (jefe o comandante del ejrci-to)37. Con anterioridad slo Antgona lo haba denominado indirectamente tira-no38; Hemn lo har cuando, enterado de lo ocurrido, trate de persuadir a su padre

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    32Ant. 504-7 y 509: [Antgona]: [...] Touvtoi" tou'to pa'sin aJndavnein / levgoit j a[n, eijmh;glw'ssan ejgklhv/soi fovbo". / jAll jhJturanni;" pollavt ja[ll jeujdaimonei'/ ka[xestin aujth/'dra'n levgein q j a}bouvletai / [...] / oJrw'si cou|toi: soi;d j uJpivllousi stovma: Se podra decir que estocomplace a todos los presentes, si el temor no les tuviera paralizada la lengua. En efecto, a la tirana le vabien en otras muchas cosas, y sobre todo le es posible obrar y decir lo que quiere. [...] stos tambin lo ven,

    pero cierran la boca ante ti.33Ant. 61-64: ajll j ejnnoei'n crh;tou'to me;n gunai'c jo{ti /e[fumen, wJ" pro;" a[ndra" ouj

    macoumevna: /e[peita d jou{nek jajrcovmesq j ejk kreissovnwn / kai;tau't jajkouvein ka[ti tw'nd jajlgiv-ona: [Ismene]: Debemos considerar primero esto, que somos por naturaleza mujeres, de forma que nopodemos luchar contra los varones, y despus, puesto que somos mandadas por los ms poderosos, debemosobedecerles en esto y aun en cosas peores.

    34Ant. 443, 448, 450-460: [Antgona]: kai;fhmi;dra'sai koujk ajparnou'mai to;mhv. / [...] /h/[dh: tivd joujk e[mellon;ejmfanh'ga;r h\n; /[...] / oujgavr tivmoi Zeu;" h\n oJkhruvxa" tavde, / oujd jhJxuvnoiko" tw'n kavtw qew'n Divkh /toiousd jejn ajnqrwvpoisin w{risen novmou", / oujde;sqevnein

    tosou'ton wj/ovmhn ta;sa;/ khruvgmaq jw{st ja[grapta kajsfalh'qew'n /novmima duvnasqai qnhto;no[nq j uJperdramei'n. / Oujgavr ti nu'n ge kajcqev", ajll j ajeivpote / zh/'tau'ta, koujdei;" oi\den ejxo{tou jfavnh. / Touvtwn ejgw;oujk e[mellon, ajndro;" oujdeno;" /frovnhma deivsas j, ejn qeoi'si th;ndivkhn / dwvsein: Digo que lo he hecho y no lo niego. [...] Lo saba cmo no iba a saberlo? Era mani-

    fiesto. [...] No fue Zeus el que los ha mandado publicar [los decretos], ni la Justicia que vive con los dio-

    ses de abajo la que fij tales leyes para los hombres. No pensaba que tus proclamas tuvieran tanto podercomo para que un mortal pudiera transgredir las leyes no escritas e inquebrantables de los dioses. stas noson de hoy ni de ayer, sino de siempre, y nadie sabe de dnde surgieron. No iba yo a obtener castigo porellas de parte de los dioses por miedo a la intencin de hombre alguno.

    35Ant. 1091-4: [Corifeo]: aJnhvr, a[nax, bevbhke deina;qespivsa". / jEpistavmesqa d j, ejxo{tou leukh;n ejgw;/thvnd j ejk melaivnh" ajmfibavllomai trivca, / mhvpwvpot jaujto;n yeu'do" ej"

    povlin lakei'n: El hombre [adivino], seor, se va tras haber predicho cosas terribles. Y sabemos desde queyo tengo cubiertos mis cabellos antes negros de blanco que l nunca anunci una falsedad para la ciudad.

    36Ant. 1056: [Tiresias]:to;devge turavnnwn aijscrokevrdeian filei': Y la [clase] de los tira-nos est apegada a la codicia.

    37Ant. 1057: [Creonte]:a\r joi\sqa tagou;" o[nta" a}n levgh/" levgwn; Sabes acaso que cuan-do hablas es a tu[s] jefe[s] a-l[os] que ests hablando?

    38Ant. 506, ya visto (nota 32).

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    de que no gobierne por s solo ni desprecie las honras de los dioses. En estos pasa-jes Sfocles vuelve a sealar el carcter religioso y sagrado de las actitudes nobles yheroicas como la de Antgona: sepultar a su hermano y reconocer que lo ha hecho39.Tras las palabras de Hemn y del adivino, el corifeo tomar partido por lo divino,y se pondr del lado de Hemn y de su prometida, manteniendo el temor hacia eltirano. Creonte se habr quedado solo y desautorizado, dudar de la validez de supropio decreto y terminar anulndolo.

    Estas actitudes heroicas con consecuencias trgicas son las que Sfoclesquera reflejar para enseanza del pblico ateniense, aunque en el mito aparecie-ran lgicamente referidas a Tebas? Posiblemente s, en el sentido de que lo que sehaca mticamente en Tebas, actos de impiedad, no se deban hacer en Atenas. Dela religiosidad y piedad de Sfocles da cuenta su inters por el culto de Asclepios.

    28. A pesar del proceso democratizador vivido por Atenas desde Clstenes hasta

    Pericles, se podra decir que ello no habra afectado al desarrollo de la tragedia ni alsignificado alegrico que sus dos protagonistas, Antgona y Creonte, representan:a) Creonte en Tebas no representa un rgimen de gobierno concreto,

    monrquico, tirnico, oligrquico o demcrata, sino el ejercicio del poder, sea cualsea el rgimen; de hecho se le llama general, rey, seor y tirano; lo cierto es quederivar en una actuacin autoritaria, tirnica y sobre todo impa.

    Pericles en Atenas representa tambin el ejercicio del poder, pero en un rgi-men democrtico, en el que todas las decisiones son adoptadas tras haberlas aproba-do el rgano consultivo correspondiente. Pero en el rgimen democrtico ateniensela responsabilidad no recaa en los que integraban el rgano legislativo que las apro-

    baba, en este caso en la asamblea, ekklesa (de ah la irresponsabilidad personal dequienes votaban), sino en el cargo poltico que propona esas decisiones40. En estepunto (el ser el cargo poltico que aparece como responsable de las decisiones que seadoptan), coinciden ciertamente el rey Creonte y el strategs autokrtorPericles.

    b) Antgona, modelo universal de un nuevo herosmo en palabras de LuisGil, representa, como ha sido dicho en otros estudios anteriores, el mbito religio-so, familiar y tradicional, mas tambin la firmeza moral de una conciencia perso-nal que se rige por leyes eternas y universales, y no por los decretos o leyes que loshombres aprueban por la inmediatez de las circunstancias y cuya validez es siem-pre transitoria. En este punto, el ejemplo de Antgona vale no slo para Tebas enel mito, sino tambin para la realidad histrica de Atenas: no se puede legislar paraunos cuantos, sean la mayora o la minora; la ley tiene que servir para todos y hade ser justa con todos. FO

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    39Ant. 745: [Hemn]: oujga;r sevbei", timav" ge ta;" qew'n patw'n: no la respetas [a tuautoridad], pisoteando precisamente los honores de los dioses.

    40 Vase en Luis Gil, 2009: 57-90, La irresponsabilidad del demos, especialmente pp. 70-71.

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    Mas esta universalidad de Antgona incluye una caracterstica esencial: ellaes mujer y su repercusin adquiere mayor significado como germen, como germi-nadora, como madre de una nueva conciencia del hombre, de una nueva moral,pues significa que la conducta humana se ha de regir por leyes de siempre y parasiempre, no por leyes efmeras que responden slo a intereses parciales.

    Su trascendencia en quienes asistieron a la representacin no ha sido sufi-cientemente explicada o entendida; a lo ms se ha dicho que Sfocles fue premiadocon la strategaal ao siguiente, lo cual se ha puesto tambin en duda. Tal vez hayaque poner en relacin el espritu universalista, panhelnico que viva Atenas enaquellos aos, con este nuevo concepto moral del hombre, a quien debe caracteri-zar una conducta universalista, y no la conducta limitadamente ciudadana, racis-ta, discriminatoria en definitiva, como era la que se haba impuesto en Atenasunos aos antes.

    29. Mujer, otra cuestin igualmente suscitadora de mltiples interpretaciones. Lamujer careca de derechos pblicos en el mito que dramatiza Sfocles y tambinen la realidad histrica ateniense, aunque tuviese la condicin de ciudadana libreen los dos mbitos: el mtico y el histrico. Una contradiccin que ha necesitadoveinticinco siglos para que la sociedad occidental la resuelva.

    Con quin se podra identificar un espectador de esta tragedia? Con unamujer rebelde? Con el tirano? Con los ancianos del coro? Con el pueblo tebanoque murmura a espaldas del rey? Su ctharsisa travs de qu vctima se producira?

    Cuesta trabajo imaginar que tras la figura humana de la mtica Antgonapudiera estar la voz de una parte de la ciudadana ateniense, una voz que pudieraenfrentarse a un poder autoritario ejercido por el mximo jefe de una polis. Peroen la historia de Atenas y en aquellos aos, el enfrentamiento con el poder, que, enefecto, se produjo, no fue el de una joven mujer, sino el de un ciudadano varn ypoltico, Tucdides de Alopeces, cuya resistencia frente a Pericles le cost la mxi-ma pena a la que entonces se le poda condenar (el ostracismo por diez aos, pre-cisamente unos meses antes de la representacin trgica deAntgona), y con quienSfocles podra haber tenido una amistad bastante estrecha desde que pudieroncompartir una magistratura juntos entre los aos 450 y 444 a.C., la de estratego.Que esa semejanza simblica se pudo haber dado no es descartable.

    30. Desde una perspectiva actual, debemos recordar que la democracia radicalateniense tena an muchas lagunas: la cuarta clase de ciudadanos, los qhvte", nopodan acceder a todos los cargos; carecan de derecho de ciudadana los metecos yesclavos; y todas las mujeres (fueran libres o no) ni votaban, ni elegan ni eran elegi-das; no exista una separacin clara de los poderes legislativo, judicial y ejecutivo, noexista un tribunal independiente que garantizase los derechos bsicos, etc.

    31. Las diferencias existentes entre el rgimen poltico que ofrece el mito y el quevive la Atenas del ao 442 a.C. son obvias: el rey es nombrado en el plano mticode acuerdo con unas normas hereditarias, mientras que en la historia de Atenas el

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    jefe de la ciudad es nombrado tras ser elegido por los ciudadanos varones libres.Los rganos judiciales, las magistraturas, etc. eran elegidos en Atenas por votacino por sorteo, no as en la mtica Tebas, aunque no se aluda a ello en la tragedia.

    32. sta es la cuestin latente enAntgonay el motivo histrico que vive Atenas: la

    tensin por un lado, entre las leyes adoptadas por los hombres, representadas porCreonte, y, por otro, las leyes de los dioses, denominadas tambin leyes no escritas,leyes de siempre o tradicin, representadas por Antgona, con las trgicas conse-cuencias de tomar decisiones que, aunque sean acordadas por el rgano preceptivo,incluso por la mayora del pueblo, pueden ser injustas en s mismas. La cuestinmtica de la tragedia sofoclea cabra plantearla en los trminos siguientes y trasladar-la a la realidad histrica de cada momento (de aquel momento de Atenas tambin),para ver si hay en ellas alguna que pueda guardar al menos cierta semejanza41:

    a) Dejar insepulto el cadver de un ciudadano, por muy traidor que hayasido, es legtimo o no, aunque su insepultura haya sido aprobada por el rganopoltico competente?

    b) Es legtimo condenar a muerte a quien desobedece un decreto de laciudad, cuando el delito es haber enterrado a un familiar por un deber superior deorden religioso? Es esto realmente un delito tan grave que merezca la pena demuerte, o no?

    c) Es aceptable que un rey detenga (u ordene detener), juzgue, condene yejecute la sentencia de muerte de un reo (la condenada Antgona), sin que ste(sta) disponga del derecho a una asistencia de su defensa por un experto? Es sufi-ciente slo el testimonio de la detenida ante el centinela y el rey-juez para decidiry ejecutar una condena a muerte?

    33. Por otra parte, la cuestin histrica de Atenas cabra plantearla con estos otrostrminos:

    a) Usar el dinero correspondiente al templo de la diosa Atenea para finesdistintos del establecido es legtimo o no? Es una impiedad o no?

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    41 Lejos de nuestra intencin est interpretar que la representacin trgica es un reflejodirecto del acontecer histrico que vive Sfocles. S se pueden aceptar interpretaciones derivadas deltexto dramtico teniendo en cuenta la situacin histrica en la que se compone y representa. As haoperado Victor Ehrenberg, entre otros. Por su parte, Gilberte Ronnet (1969), sin que compartamossus conclusiones, a pesar de su agudo anlisis, interpreta que la obraAntgonatiene un sentido pecu-liar: [p. 190] Colocando en el centro de su tragedia a la vctima y no al culpable, Sfocles hace des-tacar la insuficiencia de esta concepcin de la justicia (humana y divina), que no tiene en cuenta losmritos y que golpea colectivamente. [...] El desenlace surge exclusivamente de las pasiones huma-nas, y la justicia que se cumple es la que se denomina precisamente inmanente. Los dioses, como losugiere Whitman (1951), no sirven para nada, excepto para revelar que Antgona tena razn. [... einsiste en p. 200]: Esta justicia inmanente supone que el mal ha sido cumplido, que las vctimas hanperecido. Sfocles tomando por hroes no a los culpables, sino a las vctimas, hace resaltar no la jus-ticia, sino la crueldad de la vida.

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    b) Es legtimo utilizar demaggicamente la habilidad oratoria ante laasamblea para condenar al destierro a un rival poltico por el simple hecho de opo-nerse dialcticamente a las propuestas polticas del que manda, o no?

    c) Utilizar la fuerza militar para impedir la libertad de los pueblos que sehaban aliado con ocasin del peligro de un enemigo comn, es legtimo o no, siese peligro ha desaparecido totalmente?

    d) Es legtimo tratar como sbditos a unos aliados que se comprometie-ron a colaborar en una alianza como iguales y autnomos, o no?

    e) Es legtimo que dirija una Liga de ciudades e islas autnomas el jefe deuna de ellas, cuando ya no acta como primus inter pareselegido anualmente,sino como Hegemno Strategs Autokrtor, o no?

    f) Es legtimo que no se consulten las decisiones que conciernen a la LigaMartima, porque se traen ya adoptadas y votadas por la ekklesade Atenas, quesimplemente las comunica e impone autoritariamente a todos los aliados, o no?

    g) Aplic Pericles en alguna de sus expediciones militares anteriores a larepresentacin deAntgonala medida de dejar insepultos los cadveres de los suble-vados y rebeldes a la Liga, o esta medida slo fue aplicada al ao siguiente segnla informacin de Duris de Samos?

    34. Est claro que Sfocles no poda representar directamente en el escenario ate-niense su posicin poltica en relacin con estos hechos histricos; no era el lugarni el momento ni el objetivo de su creacin dramtica. Lo que s poda hacer esofrecer un leve reflejo o una alusin indirecta de fenmenos de su realidad hist-rica en esa representacin, y esto s parece que se da en laAntgona. Precisamentelo que se salva de la tragedia es que Antgona tena razn, es decir, su conducta reli-giosa, piadosa, fraterna, amorosa, es la que Sfocles hace prevalecer, frente a lanorma circunstancial que dicta o aprueba el jefe poltico de turno. Una norma cir-cunstancial que en el caso de Creonte se rectificara cuando ya era demasiado tarde,mientras que en la realidad histrica de Atenas no es que se diera en aquellosmomentos o que se hubiese dado anteriormente, es que Sfocles podra estar insi-nuando que se podra dar esa necesidad de rectificacin42, como en algn caso lahistoria demostrara unos doce aos despus de la representacin. Recurdesecmo la ley de ciudadana del ao 451 a.C., por ejemplo, perjudicaba a muchos

    atenienses que tenan a uno de sus padres de otra nacionalidad y les impeda acce-der a los derechos ciudadanos; cuando fallecieron los dos primeros hijos de Periclesy su tercer hijo, habido con Aspasia de Mileto, careca de la ciudadana ateniense,ya cercano a su muerte, el Primer Varnde Atenas removi cuanto hizo falta para

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    42 Lasso de la Vega (1981: 79), insiste en que en toda tragedia griega est presente el senti-do religioso, porque ese teatro se origina por razones precisamente religiosas.

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    derogar su propia ley y permitir que este hijo superviviente adquiriese la ciuda-dana. Se calcula, segn cuenta Plutarco en el pasaje citado (Vida de Pericles37),que aquella ley restrictiva perjudic en el momento de aplicarse a ms de cincomil atenienses.

    35. Como deca In de Quos, Sfocles tena la astucia e irona suficientes comopara expresar con palabras claras lo que quera decir sin que los afectados se sin-tiesen incmodos; era un estratego hbil en lo militar, aunque Pericles dijera locontrario43, y en lo amoroso; diramos que tambin en lo literario y en lo poltico.

    36. La tragedia Antgona no es solamente un enfrentamiento de dos posturasopuestas que terminan trgicamente. Esta tragedia presenta, adems, una tercerapostura, decisiva en la argumentacin trgica de la obra, cual es la del arrepenti-miento del jefe de una ciudad, Creonte en su condicin de rey o de regente44, que

    haba tomado unas medidas conforme al derecho vigente, pero despus las radica-liz. De sus gravsimas consecuencias se da cuenta demasiado tarde; y slo cuandoya es demasiado tarde ese rey reconoce45 que sus medidas drsticas eran unas medi-das errneas y las anul sin consultar a nadie!

    37. Estara Sfocles dirigiendo a Pericles el mensaje de que sus medidas de usoabusivo del dinero de la Liga, del trato como sbditos de los aliados y del ostra-cismo para el rival Tucdides de Alopeces, entre otras, desbordaban los lmites delo aceptable y que las consecuencias de ello podran ser graves, aunque hubiesen

    sido aprobadas por la mayora de los que votaban las propuestas?

    38. Parece claro que Sfocles pretenda decir algo ms con esta tragedia que el simpleentretenimiento espectacular de dramatizar un mito trgico. Sfocles seguramentepretenda transmitir su pensamiento personal, es calificado por Mara Zambrano ensu Prlogo citado como el ms filsofo de los autores trgicos conservados; y ese

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    43 Lasso de la Vega (1981: 18): [Sfocles]: Amigos, me ejercito en la estrategia. Pericles diceque yo entiendo algo de poesa y nada de arte blico... (In de Quos, fr. 8; Ateneo,XIII, 603e-604d).

    44 La denominacin de Creonte vara a lo largo de la obra: strathgov" (9); despovth"(1208, 1219);tuvranno" (60, 1056, cf.turanniv" 506); basileuv" (155, cf. 382); a[nax (223, 278,388, 563, 724, 766, 1091, 1103, 1150, 1257); monarcivan eu[qune (1163).

    45 Es la anagnrisisdel protagonista masculino (Ant. 1095-9): [Creonte]:e[gnwka kaujto;"kai;taravssomai frevna": /tovt jeijkaqei'n ga;r deinovn, ajntistavnta de;/ a[th/patavxai qumo;n

    ejn deinw/'pavra. / [Corifeo]:eujbouliva" dei', pai'Menoikevw", labei'n. / [Creonte]:tivdh'ta crh;dra'n;fravze: peivsomai d j ejgwv. [Creonte]: Tambin yo me he dado cuenta y estoy turbado en micorazn; ceder es ciertamente terrible, pero tambin lo es herir mi alma con una desgracia por oponer-me con ceguera. [Corifeo]:Hijo de Meneceo, se debe ser prudente! [Creonte]: Qu debo hacer? Dime,

    yo te obedecer.

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    pensamiento personal se concretaba en su disconformidad con la actitud intransi-gente y avasalladora del Prw'to" ajnhvr Pericles, quien acuda a toda clase de argu-cias para que laejkklesiva, la asamblea ciudadana convertida en mximo rganode decisin en el gobierno de Atenas, votase mayoritariamente una vez tras otratodas sus proposiciones de ley.

    39. Sfocles y Pericles, cada uno en sus respectivos mbitos, deseaban para su ciu-dad de Atenas lo mejor. Los hechos circunstanciales de Atenas en los aos ante-riores a la representacin deAntgona, el desarrollo de un racionalismo humanistafavorecido por la presencia de los sofistas y la prctica de una poltica atenta fun-damentalmente a las condiciones de cada momento, permiten comprender mejorlas diversas propuestas de interpretacin que esta tragedia de Sfocles ha suscitadoentre los analistas.

    40. Hasta aqu una sntesis de lo que puede ser un intento de interpretacin de laAntgonade Sfocles en relacin con algunas circunstancias histricas de su tiem-po. Dada la riqueza y complejidad de esta tragedia, este estudio ha pretendido seruna renovada reflexin, modesta e incompleta, que evidencia cmo esta tragediade Sfocles sigue suscitando inters de nuevas lecturas y planteando nuevas pre-guntas no fciles de resolver.

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