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34 BOLETÍN DE INFORMACIÓN TÉCNICA Nº 288 arquitectura EL PRIMER GOETHEANUM , DE RUDOLF STEINER Rudolf Steiner (Donji Kraljevec, actual Croacia, 25 de febrero de 1861-Dornach Suiza, 30 de marzo de 1925), erudito austria- co, filósofo, autor teatral, arquitecto, escultor, pintor, pensador social, ma- temático, esoterista, historiador... fue el fundador de la antropo-sofía, un sendero de conocimiento espiri- tual de difícil explicación y en cierto modo inaprehensible como todo su pensamiento. Rudolf Steiner nació en el seno de una familia humilde, pero gracias a su precalara inteligencia, a los 23 años ya era egresado de la Escuela superior Técnica de Viena, con un doctorado en filosofía y diplomas en química, biología y física. Había seguido los consejos de un viejo y desconocido maestro con quien había contactado a los 18 años quien le había aconsejado una formación de amplio espectro. Este maestro no sólo le enseñó la manera correcta de ver más allá del tiempo y del espacio, sino que además le indicó la nece- sidad de que adquiriera un conoci- miento profundo de la mentalidad científica para poder rebatir, de este modo, el materialismo imperante. PRIMEROS PASOS Steiner fue secretario general de la sección alemana de la Sociedad Teosófica, creada por la maestra Blavatsky, con la que había contacta- do unos años antes. Dimitió porque quería difundir un conocimiento más acorde con la tradición esotérica occidental. Lo llamó Antroposo- fía. Nace así, en 1913, la Sociedad General Antroposófica, con sede en Dornach, Basilea (Suiza), al pie de las montañas del Jura, donde comenzó en 1914 la construcción de un gran edificio, según las más antiguas tradiciones arquitectónicas. Se llamó Goetheanum en homenaje a Goethe, inspirador y precursor de muchas de sus ideas. Un legado que perdura Pocas personas han dejado una influencia tan profunda en genera- ciones posteriores sin que su nombre sea muy conocido como Steiner. Aparte de la Antroposofía (o unión del conocimiento esotérico y la cien- cia) a Steiner se deben ideas como la educación Waldorf, la agricultura biodinámica, la consideración de la Tierra como un ser vivo (la vida humana forma parte de su proceso respiratorio, desarrollándose a través de ciclos. El hombre cambia física y psíquicamente como parte de un organismo espiritual y físico macro- cósmico evolutivo, que reproduce microcósmicamente), la arquitectura orgánica, la euritmia (el cuerpo hu- mano dibuja palabras y notas musica- les en el espacio con su movimiento), el arte abstracto (Kandinsky fue uno de sus primeros seguidores), las auras o líneas de fuerza que rodean a todas las criaturas vivas, o el desa- rrollo del concepto de karma y un largo etcétera de ideas que han sido adoptadas por la Nueva Era y otros movimientos. Al final de su vida se acercó también al cristianismo tras haber recibido una revelación parti- cular bastante curiosa. En sus ideas se mezcla con sorpren- dente naturalidad lo racional y lo científico (especialmente lo matemá- tico) con revelaciones transcenden- tes de origen desconocido. Su obra escrita abarca 40 títulos ade- más de 270 volúmenes con las transcripciones de sus más de 6000 conferencias. A decir de sus contemporáneos su personalidad era arrolladora, pero den ella dominaba la componente espiritual por utilizar un concepto tan simple como difuso. Un arquitecto extraordinario Podría pensarse que una persona con tal versatilidad y variedad de aptitu- des produjera obras superficiales o intrascendentes. Nada más lejos de la realidad, lo que hace sospechar del efectivo acceso de Steiner a fuentes de conocimiento o energías de otro nivel. Una muestra clara de lo anterior es el contenido del presente artículo, que se centra en su arquitectura, o más concretamente en un edificio. Steiner, sin formación académica arquitectónica de ningún tipo, hizo incursiones en el campo de la edi- ficación con sorprendente lucidez, dejando como legado una decena de edificios francamente interesantes y desde luego completamente van- guardistas. Son proyectos de una concepción simple y fresca y en su materializa- ción anticipa grandes innovaciones como el uso del hormigón moldeado o la madera laminada y alistonada para formar grandes volúmenes resis-
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34Boletín de InformacIón técnIca nº 288
arquitectura
EL PRIMER GOETHEANUM, DE RUDOLF STEINER
Rudolf Steiner(Donji Kraljevec, actual Croacia, 25 de febrero de 1861-Dornach Suiza, 30 de marzo de 1925), erudito austria-co, filósofo, autor teatral, arquitecto, escultor, pintor, pensador social, ma-temático, esoterista, historiador...fue el fundador de la antropo-sofía, un sendero de conocimiento espiri-tual de difícil explicación y en cierto modo inaprehensible como todo su pensamiento.Rudolf Steiner nació en el seno de una familia humilde, pero gracias a su precalara inteligencia, a los 23 años ya era egresado de la Escuela superior Técnica de Viena, con un doctorado en filosofía y diplomas en química, biología y física. Había seguido los consejos de un viejo y desconocido maestro con quien había contactado a los 18 años quien le había aconsejado una formación de amplio espectro. Este maestro no sólo le enseñó la manera correcta de ver más allá del tiempo y del espacio, sino que además le indicó la nece-sidad de que adquiriera un conoci-miento profundo de la mentalidad científica para poder rebatir, de este modo, el materialismo imperante.
PRIMEROS PASOSSteiner fue secretario general de la sección alemana de la Sociedad Teosófica, creada por la maestra Blavatsky, con la que había contacta-do unos años antes. Dimitió porque quería difundir un conocimiento más acorde con la tradición esotérica occidental. Lo llamó Antroposo-fía. Nace así, en 1913, la Sociedad
General Antroposófica, con sede en Dornach, Basilea (Suiza), al pie de las montañas del Jura, donde comenzó en 1914 la construcción de un gran edificio, según las más antiguas tradiciones arquitectónicas. Se llamó Goetheanum en homenaje a Goethe, inspirador y precursor de muchas de sus ideas.
Un legado que perduraPocas personas han dejado una influencia tan profunda en genera-ciones posteriores sin que su nombre sea muy conocido como Steiner. Aparte de la Antroposofía (o unión del conocimiento esotérico y la cien-cia) a Steiner se deben ideas como la educación Waldorf, la agricultura biodinámica, la consideración de la Tierra como un ser vivo (la vida humana forma parte de su proceso respiratorio, desarrollándose a través de ciclos. El hombre cambia física y psíquicamente como parte de un organismo espiritual y físico macro-cósmico evolutivo, que reproduce microcósmicamente), la arquitectura orgánica, la euritmia (el cuerpo hu-mano dibuja palabras y notas musica-les en el espacio con su movimiento), el arte abstracto (Kandinsky fue uno de sus primeros seguidores), las auras o líneas de fuerza que rodean a todas las criaturas vivas, o el desa-rrollo del concepto de karma y un largo etcétera de ideas que han sido adoptadas por la Nueva Era y otros movimientos. Al final de su vida se acercó también al cristianismo tras haber recibido una revelación parti-cular bastante curiosa.
En sus ideas se mezcla con sorpren-dente naturalidad lo racional y lo científico (especialmente lo matemá-tico) con revelaciones transcenden-tes de origen desconocido.Su obra escrita abarca 40 títulos ade-más de 270 volúmenes con las transcripciones de sus más de 6000 conferencias.A decir de sus contemporáneos su personalidad era arrolladora, pero den ella dominaba la componente espiritual por utilizar un concepto tan simple como difuso.
Un arquitecto extraordinarioPodría pensarse que una persona con tal versatilidad y variedad de aptitu-des produjera obras superficiales o intrascendentes. Nada más lejos de la realidad, lo que hace sospechar del efectivo acceso de Steiner a fuentes de conocimiento o energías de otro nivel.Una muestra clara de lo anterior es el contenido del presente artículo, que se centra en su arquitectura, o más concretamente en un edificio.Steiner, sin formación académica arquitectónica de ningún tipo, hizo incursiones en el campo de la edi-ficación con sorprendente lucidez, dejando como legado una decena de edificios francamente interesantes y desde luego completamente van-guardistas.Son proyectos de una concepción simple y fresca y en su materializa-ción anticipa grandes innovaciones como el uso del hormigón moldeado o la madera laminada y alistonada para formar grandes volúmenes resis-
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El edificio cn su color original con los muros de madera encolada
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tentes o estructuras extremadamente ligeras como las cúpulas a partir de tablas simplemente clavadas.
El primer Goetheanum de Dörnach (Suiza)Hablar del primer Goetheanum revela la existencia de un segundo como así es, en efecto, y es el más conocido. El primero fue destruido y el actual está construido sobre el primero. El primer Goetheanum fue realizado casi completamente en madera, fue víctima de un incendio provocado y ardió, no porque fuera de madera, sino porque se fue consumiendo muy lentamente, sin ser percibido desde fuera al ser incendiado en un día muy singular, el 1 de enero de 1923, cuando se encontraba completamen-te deshabitado. Lejos de desanimar-se, en marzo de 1924, un año antes de su muerte, Rudolf Steiner ideó un nuevo edificio y construyó una maqueta del segundo Goetheanum, para ser realizado completamente en hormigón entre los años 1925 y 1928. Fue el primer edificio monumental en la historia de la arquitectura que utilizó este material para resolver sus formas plásticas.El Goetheanum de madera nació totalmente desprovisto de ideas arquitectónicas previas sino funcio-nales y geométricas. Ayudado por arquitectos profesionales el proyecto se materializa en una maqueta de yeso realizada por el propio Steiner y planos posteriores desarrollados por sus arquitectos colaboradores. Asistido por numerosos expertos, desde talladores de madera a cris-taleros, el proceso constructivo fue prueba visible de los ideales prácticos y comunitarios de la antroposofía en acción: artistas e intelectuales, artesanos y aficionados, miembros de la base y líderes, fueron desarro-llando sobre la marcha el edificio que fue evolucionando a partir de la idea inicial. Steiner no solo proyectó el edificio, también dirigió cada detalle
de la obra, hasta el más mínimo detalle de la la intrincada decora-ción. También trabajó personalmente como un obrero más en los intervalos de sus giras por Alemania y Europa Central. Los primeros meses se dedican al vaciado de la cimentación. En febrero de 1914 estaba terminado el zócalo de hormigón de la planta baja y se empieza a montar el anda-mio de madera que sostendría las dos cúpulas.Con posterioridad se completan los muros de la planta principal a partir de bloques formados por ‘ladrillos’ de madera maciza encolada en torno a una pulgada de espesor. A finales de 1922 el edificio está prácticamente terminado. Se quema, como queda dicho, en la Nochevieja de 1922/23 cuando el edificio está vacío.
Dos cascarones de maderaEl edificio se forma en planta alrede-dor de dos grandes salas cupulares desiguales que se maclan entre sí. Este doble espacio circular espacio sirve para usos varios: representa-ciones teatrales y de danza donde el espacio de la cúpula pequeña se usa como escenario y el grande, como an-fiteatro. La sala también está prevista como templo, para celebraciones: hay 12 sitiales y una cátedra en la zona del escenario.Alrededor y debajo de estos espa-cios se sitúan una serie de salas de uso flexible: desde camerinos a despachos, pasando por viviendas, talleres, aulas para las actividades de la sociedad, etc. Esas salas forman una corona rematada por una terraza corrida semicircular.La relación entre ambas cúpulas es 3. El radio de la esfera mayor es 17 m y la menor, de 12,40 m.Las cúpulas son, constructivamente, dobles. Una interior apoyada sobre un anillo que descarga sobre una se-rie de columnas de madera (7 + 7 en el anfiteatro y 6 + 6 en el escenario) y otra exterior o cubierta, apoyada en
los muros exteriores de madera.Las cúpulas se forman sobre costillas de tablas de canto en meridianos y paralelos, sobre los que forma la superficie esférica, lograda a base de capas cruzadas de tablas. Estructu-ralmente la cáscara es casi autopor-tante.Como las cúpulas se maclan, una sostiene parcialmente a la otra.El revestimiento de la cubierta es de pizarra noruega de color verde-azulado.
Pilares y capiteles que evolucionanLos pilares, de sección pentagonal son el motivo arquitectónico princi-pal de los interiores. Están realizados cada uno con una especie de madera diferente. Están formadas por lami-nados o alistonados de ladrillos de madera. Las piezas llegaban encola-das de taller en bruto y se armaban y tallaban a su forma definitiva in situ. Uno de los sótanos sirve de improvi-sado taller: los huecos perimetrales permiten una buena iluminación y ahí trabajan los voluntarios (la ma-yoría mujeres) tallando las piezas con maza y gubia que deja su impronta en las piezas. Los diseños de basas y capiteles son de Steiner. Son todos diferentes. Cada uno parte de la for-ma de su precedente y va evolucio-nado ligeramente siguiendo, según Steiner, las leyes del desarrollo de la vida (las metamorfósis de Goethe, distinta del evolucionismo como se entenderá más tarde). De esta mane-ra todas las basas y los capiteles son distintas pero similares y proceden de una experiencia artística abstracta sentida en el momento de su realiza-ción y no como fruto de una planifi-cación detallada. Afortunadamente gran parte del proceso constructivo fue fotografiado, evitando así que cayera completamente en el olvido. Estas fotos son en realidad el verda-dero contenido de este artículo
Luis OramasArquitecto
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Rudof Steiner con la maqueta del primer Goethe-anum
Dibujo del interior del Goetheanum, de Rudolf Steiner
Mobiliario y edificio del segundo Goetheanum
El edificio fue construido por voluntarios
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