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Las teorías de Ra arquitectura gótica

AS divergencias de opinión entre los escritores que

se han ocupado del gótico modernamente, resultan

patentísimas al revisar la materia con cierta atención.

Divergencias qu·e afectan no sólo al origen y al desarro­

llo histórico del estilo - en lo que siempr·e habrá di­

versidad de teorías, - ni a la limitación del calificativo

gótico a mayor o menor número de monumentos y es­

. cuelas regionales, sino que también surgen la.s discre­

pancias respecto a la teoría de los mismos principios

determinantes y sobre los caracteres más salientes de

las construcciones góticas. Se nota ·en seguida que la

teoría del gótico, a pesar de las valiosas obras escritas

últimamente, está todavía en tela de juicio. Por tanto,

conviene ante todo para el presente estudio col eccionar

esas opiniones metódicamente, indicando la relativa im­

portancia que la mayoría de lós autores parece conce·

derles; con lo cual estableceremos una base para nues­

tras observaciones y criticismo. Para ello, haremos

destacar los diversos puntos en discusión, con lo cual

sabremos claramente lo que hemos de preguntar a las

ruinas de los monumentos.

Ante todo conviene establec·er una distinción, que

con frecuencia se olvida, entre los principios determi­

nantes y las formas arquitectónicas de los edificios.

Precisemos con ejemplos: la concentración de los ele­

mentos de apoyo es un principio; la pila compuesta de

la edad media es una forma arquitectónica. El contra­

rresto de empujes, o bien, en otro asunto en que es más

frecuente la confusión, la transmisión de empujes es

el principio; pero el conjunto de arbotante y botarel

no es más que un recurso constructivo. Importa insistir

en que los principios son muy contados, siendo en cam­

bio numerosas las formas llamadas a interpretarlos.

Enumeremos los principios entrañados en la con·

cepción y ejecución de un edificio típicamente gótico:

l. Uno de los que más se invocan y subrayan es el

de la lógica constructiva. Para Viollet-le-Duc, el gran

expositor del gótic.o en la época inicial de su estudio, esa

era la idea madre y principal del estilo, casi con exclu­

sión de cualquiera otra. Según él, todo el desarrollo

histórico, ha•sta llegar a la perfección del gótico, fué

presidido por la lógica, y sólo por la estricta obediencia a severos ra~onamientos, dentro .de las líneas construc•

tivas, es como se llegaron a tr.a~ar las grande.s catedra·

le·s. Este criterio ha .sido extremado aun más todavía por

los ·escritores americanos, hasta consolidar la teoría tal

como generalmente se -ha divulgado. El profesor Moore,

Mr. A. Kingsley Porter y el profesor Frothingham, en

estudios muy prolijos, han aplicado esa idea a casi

todas la·~ partes y elementos de la edificación, insistien­

do en ella con la mayor firme:z.a. Los más recientes

autores ingleses que han tratado del gótico francé.s,

J ackson y Simpson, la han adoptado también.

De otra parte, parece haberse iniciado alguna reac·

ción contra la exagerada importancia concedida a la ló­

gica como factor dominante del proceso. Los escritores

-

franceses, a quienes forzosamente se debe reconocer

autoridad en la materia, y que por espíritu de ra~a, al

menos, son propensos a producirse lógicamente, aunque

sin destituir la Jógica de su preeminente intervención, se

esfuerzan en mostrar que las catedrales góticas, en mu•

chos respectos, no resultan realmente lógicas, existiese

o no tal intención en sus constructores. Así, vemos a

uno de estos autores, M. Brutails (2), insistir en que

el iniciador de esta teoría, Viollet•le-Duc, era m'Uy pro·

penso a los razonamientos a priori, descuidando luego el

severo examen de los hechos en que se fundaban sus

hipótesis, y que " lo de la lógica··· Hegó a ser casi una

obsesión en sus últimos años. También .&e ha demos·

trado el error de Viollet-le-Duc respecto al carácter cí­

vico o comunal del movimiento que produjo las cate·

drales. Mister Porter ha probado con toda claridad que

fué desde su origen completamente eclesiá.stico.

El arquitecto M. Guadet, profundo conocedor de

todas las arquitectura.s, conaidera que el si.stema gótico

de contrarresto de los empujes de las bóvedas es tan

sólo una de las dos soluciones posiblea del problema,

siendo la otra las barras-tirantes usadas por el gótico

italiano (3); y plantea la cuestión de si el sistem·a fran­

cés (arbotante y botarel), meno·a económico y m ás in·

cierto en sus efectos, ·es realmente tan lógico como el

italiano.

Monsieur Enlart, una de las mayor•es autoridades

francesas sobre el gótico, en su estudio de la ca·tedral de

Reims ( 4), dice que en el~ a fué pospuesto el rigor · lógi­

co a la belle~a de la forma, siendo esto n·otol"io en los

contrarrestos, cuyo arbotante más alto es inútil• hasta

como medio de desagüe de las cubiertas.

Constrastando con los arqueólogos, cit.aremos entre

los arquitectos a Mr. R. A. Cram, uno de los mejores di-•

bujantes americanos y de los ·más competentes estudio·

sos del gótico, quien afirma que el principio b4sico del

siglo XII fué el amor a la beHe~a. m1ientras que la lógica, . .

que triunfó más tarde (com9 e"- Amiéns), sólo produjo

monumentos inferiores a los primeros (5) .. El prQfesor.

Hamlin que, en su Historia de la Arquitectur~ publicada

en 1897· (6) empe~ó por admitir .. que lo~ principios de

estabilidad estructural y de la conveniencia siguierQn

todo el desarrollo", en sus más recientes estudi~s (7) sostiene decididamente su creencia de que la pal"te d.e

la lógica ha sido muy ·sobrestimada,_ y que en rigor fué

siempre secundaria con respecto a las consideraciones

estéticas, sobre •todo en cuanto el -estilo sal•ió de su pe·

ríodo de formación.

En resumen: vemos cómo una .diferencia de apre·

ciación acerca de su importancia, lleg~ a convertirse en

(1) Publicado en la Eevi, ta A1ne1·ican Jotwnal o/ A1'CheoZogy - 19:! 0. N.o l.-órgano del Jn-::; tituto Arqueológ ico de América.

( 2) B~utails, I / A1·cheologie cln Moyen -Age, pfi-g. 181. ( 3) Guadet. E!emcnts et t1uwlie de Z' Architect1t1'e, JI, pA.g. :-\07. ( 4) En ar.t, La. C'ated1'ctle rlc R f:i111s ( númer.J especia l rlc L' A1·t

et les A1·tistes, 191.5). pág. 23 . · (5) R. A. Crrun~ llc(Wt o f FJnroz>e ( El co>·a.zón rle Euro¡Jn)

p{tg•.:;, 11 o y 111. (6) Hamlin, Histm·y of A.rl·h1teot1wc. 1897, p~. 1 9:!. ( 7 } ,\ r cJI'iterhtTal Re('Onl, Xl~ . Hll6. págs. 110-11 !?.

81-

AkQUITECTUkA . ' .

una divergencia de opinión sobre el principio más fun•

dame·ntal y en punto de partida de toda la def.inición del

gótico, diferencias que nos invitan a posibles y ulterio­

res pesquisas y discusiones.

II. Otro principio fund.am·ental al que se concede

ca-si ·la misma importancia, y que de ser cierto distin­

guiría al gótico en absoluto de los demá·s ·estilos - ex·

ceptuan.do las fases del último románico que inmedia­

tamente le precedieron -, es lo que se ha denominado

su índole dinámica. Según frase de uno de sus más re­

cientes expositores, por vez primera en la historia de la

arquitectura se ponía en juego una fuerza viviente, para

vencer y n·eutralizar la acción de otra de igual índole·

contrastando así con las demás arquit·ecturas basada-s en

la resietencia inerte: '"Las leyes de la belleza fueron

subordinadas a •las de la vida científica. . . • y de este

modo un edificio gótico llegó a ser un organismo vi­

viente~· (8).

cuán lejos se ha Hevado tal con-• apreciar Se podrá cepto leyendo a otro autor muy conocido, inglés, pero

gran apasionado del gótico de Francia y afortunado di­

bujante de muchos de sus monumentos, el cual habla

de .. las poderosas fuerzas invisibles que riñen fiero com·

bate" (9).

No es de admirar que se insista tanto sobre dicha

cualidad -en las definiciones del gótico. Resulta muy lla­

mativa y nueva para el Jector no especialista a cuya ima·

ginación recurre seductorament.e; y sin embargo, cuando

uno trata de aplicar concretamente est.e principio, tan

sorprendente para el profano como sos·pechoso para un

arquitecto, resulta que en puridad queda limitado al sis­

tema de contra·rresta (arbotante y botarel). Y sin em­

bargo, despierta en el ánimo del lector •la creencia de

que debe existir análogo equilibrio entre dos tramos con·

tiguos de bóveda: entre la·s de la capilla mayor y la pri­

mera de la nave central, por ej.emplo, y entre los arcos

consecutivos de las naves; pero todo ello adolece de una

gran falta de precisión. Aun en el ca.so del arbotante

mismo se advierte gran confusión; así, hay autores qu·e

sugieren la id-ea de que ejerce un empuje hacia dentro

para . contrarrestar el de la bó~eda hacia el exterior.

Otros, como Hamlin y Guadet, afirman que sólo trans­

miten el empuje de la bóv.eda a los botareles actuando

como un puntal ( strut), mientras que algunos, como Moo·

re y ] ackson, le califican de codal ( {Jro{J); pero estiman

que mediante este elemento •• se establece por completo el equilibrio por la contra·posición de empuje •• (10).

Resulta, pues, perfectamente definida la siguiente

disyuntiva: ¿Ejerce el arbotante un empuje opuesto al

de la bóveda, o es meramente una tornapunta que recibe

el empuje de aquélla en un -extremo y lo trasmite al

botarel por el otro 1 En el segundo caso no habría, en

realidad, equilibrio de empujes, sino mer.am·ente un em·

puje ejercido .sobre un machón, y entonces e•l principio

de la contraposición .de los mismos, privado de su prin­

cipal aplicación, sufriría gran restricción en su alcance.

El examen directo de los monumentos arruinados pue·

de darnos ·también bastante luz sobre Ja realidad de ~las

cosa·s en las cuestiones debatidas. Las discrepancias r-e• _ ___... __ ( 8) ,sturgis y Frothingha.:n. Histo1·y o! A1·chi.tecture, Ill, pllg.

XXIX. (9) '1'. C . Jacks on, R cason i11 A1·ch ( La 1·azón en la Arqttitec­

m), .pá.g¡s. 12.6 y 1127. (10) C. U. Moore, DeveloJ)IIIe?tt and clwrncte1· of gothic .4.rch i ­

tect111'C, pág~t. lU ~· S y 20.

imitan menos marcadas al tratar de las cÍemás aplicac~o· nes de dicho principio. Dice Hamlin en su citado trabajo

(11): "'Los \1nicos empujes contrapuestos que se equili­

bran son• en realidad. los de los arcos contiguos de las na­

ves (arcos de comunicación y arcos formeros) y los de las

bóvedas contiguas de una misma nave y que se contra­

rrestan mutuamente···. Esto último parece que se pudie­

ra aceptar sin discusión; pero como pr·ecisamen-te es

cosa qu.e en absoluto pertenece a:l dominio de la cons­

trucción, puede ser también dilucidada estudiando qué

parte de los templos arruinados ha quedado en pie re­

sistiendo la destrucción de los elem·entos contiguos.

III.El principio que sigue en importancia a los an­

teriores hace consistir la con·strucción gótica con una

armazón o esqueleto perfectam·ente organizado, que cons­

ta, ante todo, de arcos de osatura, pilas de apoyo, arbo­

tantes y botareles. Mr. Moore, en su resumen de la

teoría de Viollet-le-Duc (12) lo expone muy . bien, des­

cribiéndolo como un sistema cuyo carácter distintivo es

"que todo el esquema del ed·ificio está determinado por

una armazón h.ermosamente organizada, en la cual re­

side toda su solidez, más bien que en los muros. Esta

arm·azón, que se acusa y manifiesta con toda franqueza,

se com·pone de pilares, arcos y contrafuertes, -emanci­

pándola de todo entorpecimiento innecesario de muros

y aligerándola en todas sus part.es de cuanto sea com·

patible con la solidez". Sobre esta parte de la defini­

ción del gótico están conformes todos los tratadistas,

que insisten mucho en ella. Podemos, por consiguiente,

considerarla como un fundam-ento no discutido de la

teoría y buscar su conformidad en los monumentos.

IV. Se considera también como prin·cipio general la

deliberada y consciente manifestación de la estructura.

Según lo formula Frothingham (13), .. todo elemento es­

tructural era francamente acusado". Con análoga amp!Í··

tud lo afirma Moore, y agrega: "'a la primera ojeada se

advierte que el edificio no se compone de muros y de

techumbres de madera, sino que consta de bóvedas sos­

tenidas por paares y contrafuertes ... ••; •• en la franca

exhibición de cada miembro funcional y en la artística

habilidad con que aparecen todos conformados y aco­

plados, atendiendo al papel que juegan en el grandioso

conjunto, reside en gran parte esa peculiar y profunda

impresión que nos causan las catedrales góticas" (14). Por otra parte, tenemos que el profesor Hamlin hace

resaltar el hecho de que en ciertos respectos esa ex­presión funcional no concuerda con la realidad (15); así,

por ejemplo. los fustes "'de las pilas no soportan la bó­veda en rigor, sino tan sólo en apariencia". Guadet fC'r­

mula la pregu·nta (16) de si este sistema de contrarresto,

en el cuélll las bóvedas interiores resultan sostenidas por

puntale.s exteriores, insospechados desde el interior del

edificio. no será realmente menos expresivo de la es­

tructura que los recursos empleados por otros estilos ar­

quitectónicos. Como ya hemos indicado, tanto él como

M .. Enlart, estiman que el arbotante superior ( en los

contrafuertes que los llevan dobles) no tien·e utilidad estructural alguna. desmintiéndose así e] principio de

uno d·e sus más importantes elementos. También se ha

(11 ) A1·chitect-w·al Reco1·cl. Xf, , 191G. pág. 109. ( 12) Moore, obra citada, pág:, S. (13) S turgis y Frothingham. Ill. pá;.:·. H. (14) M.ooll:!. obra citada, pág-ir.a 18 7. (1·5 ) Hamlin, Archi tectural flN·onl. XJ, , 191fi , pág-, 11 0. (16) Guarlet, II, pág. 330.

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crn~~c&do co~ trecuel1ilcia el que lml;} {achmdm~ ll\10 mcu§el!í\

la v®:t:dlmd!~t·iíll. ·e~iJrudu:ra dlel edificá.o. Moor.e~ telii!. cumlliliO

¡¡ilRSW~h~& A m cue.~({ñómt~ SJ.I\\Iegurm ~·que Jm f mdhmd!a! ·e~ mermo

1J'il'i1elffi(re um.m edlifácmciól!il orgmrmi2-mdlm po!l' lfilR~\(}~~ JP&lir& lim que

!lilO ~e &J?~lm m lot~ ¡;¡rillll.cipioi!S ~cttuciuraAe~ pecullim:re., &el gótñco collll. mbsoho rigor .. (ll.í'). §e Oln§cu~e~ ,u~cq ~ñ l&

el.}*:tuc1h.&Irm die limt~ l!il& veG m ~mr®ce Irem·Amelii!.\te e'%JFJ.r!@~mdia mA • n • r e~ie:tr.OT JPO>R" llOtl llfill'll m n'O>Il'i\ ~e·s.

Climro es <JlUe eü u !nlm cmtedlrml e'l'l:nCHteRñ o~J<o~ gTmrmdle·I!S

eleme1ato~~ pmrm lot~ que §e mmi!tiene en todo Gu vigor

esa~ reve~mc:iól?ll de lm estructura ; pero •la di~ctu~ñó!ill sobi"e

d Bli cmlñlce y ~elñleT&·Aidia.d de diicho prnll'l\clÍ¡piO> filO> cede eí:'A

nl1il11'ell"éG m oOl*lf& liDÍllilgulii!.m~ dJeodl.e el lfilUlliltO dle v i G\tm dle[ h•ao

~mdlo y com~;,Ílcnólii!. dlei e&Rfñ.cáo. lRSJ.o~-a-m.rm coi!il l o d.ñcho pao

r~ p~i®~~ñz&r c:¡¡u.e existe Rño~oria coll'Utrovel:"oia acerca del

m~ulñlto. y como é~ie m~atiie real y efectivmmel1ñie a ltdl coll'UJ"

tl1"uccá6lfu9 cabe e~perar que soobJre esta ll'i'J'il&t·e:rim ~e h.allil

dle olh~mllel!' ¡il!'&lilldle~ ellil~eú'Ílmlli\~~H~ . l'üiled!imlm*e eli e~&nrui'lerm de lat:) Jigll~113Úat:) cuym ©>~trudurm !ha dej mdo al Je~nudl<r» Rol:) r e·

cie~ie~ deottrozoa. V. Otrro ]p)li'lÍllil~ÚJP.É.O .Ílll'Ucorpox-m.dO> a l z teoda &d sóúco

e~ ~R di~ h~ liig~re:gm die •lm Colñl~tr>ucciól1il~ que ~e .dlice evlÍ"

.dleliu~Ji.&:dlm JllloO>li' llm reedlucclÍÓ>l1il de A o~ m poyoa>~~ e!5\cm~o ea~~eso¡¡

de liS~>.:; bóv~dl&-<'. <'R~telií!ila de mThot&lii!.~es y botmJr~Ae§ Y~ ellil

!lJUllilHl.9 ~or cm§i todms lac dell'ifim·c pmTte3 del edi!f-icio. La co:ñf:t»IrMndlmdl "obl!'e e~te pR"Álii!.cÁJ?lÍo dlitrectoOlll' 1FE'i!i311.ll fi'icSl Muy

utrumfillime • ¡p>~r((j) ~u:rge!l'il. ·l&o dñ.~creLfilmll'ilcimll' mli fij &K' ~u ori"

ge1Jíl. o cm11.ll~m dleteTmallilmllil~e. que ~e hace corñ1~ñ~ú:r~ ya en

!m 16~ic~. ym eiil lm ecollilómicm. bieü el1il uRñm tmúl '81 ;1'~UO"

aiJt:ul de lm t<&cliilica corl'u~tructivm~ o bieii ellil otrm~ el!ágeiil"

cim~ rnn.&~ com.cll'®\tal ll}~ coll'i'J'ilo~ ,oo- ejernn.wlio~ liz lille~©~idlmdl dl~

rredh.llcil!' lo~ IID.~((l)YO" ~mll'& mumermttmll' ~J elólJPlBlcÁo dl@.~\trrllilmdio a

RoD fi®ll®~ ~ llil((J) fm.hSlfiit.dlo~ ¡p>or úhimoOl~ qua~ll'il lo j tll:ggm Jil)iiX'~e

i:li\t®~Jrmrute del idlesl de belle%m &e quicne~ tr&&&X'OI1il lm~

lli!'.lClf.n.tiiTr1e:mto§ gótico~. lEl ejeih-,¡~lo máa ¡r>m·~ellil\te de o~te

J?lrni::mcir~io o \t~lñldielillcim tJe dlió eli'il 'lim :redlucci6!f.l JíYlfO~x·e~ávm

dl®li rrülltllZ'O &.eH cu®r~o de h.nce¡¡¡ dle lm lfii..m\re MmyO>Jr y ~li'i\ lo~

cerrrmt"rfiíl.n-®IID~O*' de lBl!3 liT! a veo cola:tte wmlea y cm)FnUm-~· bm~im !l~gmr & trmll'il~forrn&r§e por completo ell'il Vellili&li'i!.&.Jle~ fJumra l?lle,:R.¿o¡; ~OT wndJri®Tme. ILorJ Jre§uhmdos rep®ll"CUÚeJX'Oli'i!. COlmo

sñdeJrmblielli1il.elmi® fobx-e d CO>llil] llllillÍO .&eA Sloli!¡pl~C*O nquielrR0>11' ~ Jlllf>X'O> vuellve m i)ilX' et~ellil~mue COM((J) ·tl!!lmm dle clJi¡¡s~usnómt (l;lR de ..

tteJrMñL'llmoJr m cu~R de lms cmusms ilñldlac~d&m ~Ne dlebe;¡lñl m~rio

huiro §egÚllil los dife:re!rotes pulliltO!iil de witJtm de RoGJ mutoo

l."'e~ ca~~dlo"· vmlrÉmrru !m&~ e~¡p>!JÍcm·cio!ru®!\5 formmulmdlm~o Ai\lll?iiQ!Ue

tmo q'i¡j)eg¡m ®~JP>eir&l!' qrue eliil ll'ilUe!JliT&~ lÍüdmgmcnoli'il®~ lhmU~mo~

¡tlll"ut~lb~1 coOlllilcli'ce~m mlgu.liil& dle ~mm. im.m·mtteJrimli®-&1 Cil.u~ms~ ¡puo

d!K.eT&m. co!lil.dlucnR'Ililo~~ ~irru embmrgo9 m tell'iler qule mdluuú~ñr eliil

lm *®t.)):ff~ cier~m~ modificeciolll\e~~ que ari'ojmTR&Ill\ ~mmbñé~ru llilu®w~ 11\.ll~ cobl!'e ®~~m mmt~rrJÍIJl.

li??.®v.Íl~m.d\o¡¡s Ros ~rrlÍücn¡pñ~~ furrullmfñl'llellílt mll.es b~~ico~ die

~m ~®oll'ÍÍ&~ ll'~S\\!.mlllÚJremo&~ lmlll JP>lrR1ruci¡¡vdes cu>f)~iño!ru-<Sl~ ellil E .. ti~ño Cj'Wl® su~ciem c&&m uno &e eHo~.

M ~riiici~ao (geü®l"a:lmeliilt~ mdmiúdo) de lm ocmtur~ o SllrmmzÓ!lil oJrgilllliicm9 ~e opoüe lm ell:ñ~t·elm·ci.m de ~~r\te.§

am1r. )lilrPll'~il.llil ~es -= JP©lJr lO> m e!l'll.oe elill l m-EJ lillta:l ves ,~ que llil((J) solii\

die ~~&iurm~ y mdemm.s se pre~um:tim: ¿ lhB~~~& q¡u¿ JlilUI1il~o corruc\U~i'dlm dlnchm o~mturm co&o'l la teodm 1

R®~~~cto m lm cuestBÓllil de la 76gica. ¿ fué re~mfJnte d fmc'lc~T SU]p)ll"®mO> y liilormru1Úvo de loe iR"m~mdl((j)~. o ~P.}i\nvo ~UJ}D®dhiimdlo m ullilm Q!,tfo(}j.í!'icerecia d!e lógácm y m C((J)ü~n&ermc io" liT.~_, die ordlerm Jlll'!.llirB~lñl'il~te es~~ltico T

( 17) Moore, 'Piig. 17 S.

1ERñ cum~io m·l eqM;19twi<!) Jce em~se;@~p ¿ ®%R~~~ (g¡~ E'&~~ lidmd Uliil em¡?U]e dld ml!'lb~~mrru'lce COITil'~lr~ n~ h~w®dl~ di® A~G

iX'&MO~ dJ~ JhóvedJm e!iilili'~ Sll y dJe ll@~ ~li'IfJ©&í ~OlffiJ<~~·I!%tÚWC~

de las llil&V®~? t=!! l 'il ~~ _;¡ p ~Q WJUR'g~ u~go r~g~®ct~ ma m~u~® Ol® J..tl ~~ti':Rd:nx-m

las siguielillt~!ll cue§Úoa>llile~: ¿ IHI·s:u:~*-& qu~ J¡Yu:r.;,ito ®~ ::>®~ l~ e~tr.uc~urm mpmrellil\t~merrute mcu~aldlm f ¿ IE)t;Íf}~~ ~~ll'[\ ®~'tl1'1\1'.C0

turm ll'ilO> mcu~mdimT

DnS~cú(r~~e~ wor ilihnM~~ lm ie®dl®:ruci~ m <5l!1l1'@ril'.lm::> l m

ligere~a de lm corru~ii'ucció®. pu~gu?!l'.ti!!edl~tJe: ¿ dñ!:iíffi~~&bm de enig~lillcnm~ ló~icm~~ de rruece~idmd d® «illi'¿j~Eil !f.liDtu::>mll o

de ra~O>!ffi.e.~ e"téúcms {

JBm·~*e !o dlidhoO> ~Ol!' lio que cO>llil~lÍ~ l1'::me m•R @B(C&fblli®ctffiJÍ~m¡ ..

to d e lo~ ~Jrñliilcn¡pno~. y J?m~~mo~ ym ~~ R~§ ~rr'r.r,¡cn~_~J®>'3 e.ile.o

i'll'U~RitO§ y cmr~ctere§ de lm co:J'Ai\}1i'tn~n6~ gé~:i~mo q_ll® ~e

suelen elrnumoerai" como ~igut~h ~mlwo li5.~®n.~ dlñ~:~l1'®~~U~ci:m~~~ eliTlire loB autol!'es~ ll'©~¡p>®c~o m ~m awt.JlD·Dll"\h~\riilCllWl Ir~h.>trnv~ de

dP.choa elemellíl *o&~~ : !tll. lb6w®dlm cOllilil1~u:~F.i'* @. dl~ r:ll®rrvíioO¡;¡ y

plemelñ\~o.§ ~ el &ll'CO> m,ullíl~mdlo01 \MH2\·~l~> ~&:rm lim o&~m\\::il!l'ffi dk l ms bóveda§ y pmra todoo lo~ wm'&lio~ d®J ~¿jifácilo ~ 1¿tJ · eoliil=

trmfuerte" cOO!ll,ue~io" die ml!'botlilllil~© y b~<nir®ll®~S ~©>iu ~il.llS

pnl1ll iu:~u·Roa~ q lims ¡pni!m~ ~or¡¡rru ~us lbSJ.c~li;l dl® ~<Wll'llilfJilln&~ ~ ®t \tlr ~rru . . .

pera he dl~ Rm ll'i\.m ve · c®llil\tli'ml ~ 15l ~W~l!'®~n©si.l .dJ® Mtll~©l;l ~ ~t~~ . vell'iltmllilml~s cumjmdloo co!iil wi&i'neR"m·&i flillliili~ID~~~~~ :;: Rm (:l~c~li'm:O cióllll escuhóricm. 1f surir1hi~liX dñoci'®,mllll 1©~ : ~n1nco~ ~oh:f~ otr&i'!l WIID.ll'Ú~a~ C'IUl'~S~RO>Ilil®~ COlliiC~Jrllilá®rm~®&l -~ ll©&S ®ft®:süi1®ml'~©~

eiruurnuermdloOl~~ twR~~ ~~rnroo ~u dl~~&ft'R'©lill© ~'i'lnél~&irn~:© ;¡ f®cl¿~g¡ de lms C@ffil~~rucciom.~~~ liffi~ c¡u~ dlñifilt:ihu~®lE-i~ ¡pl))J,dili®ll'~ID.llilll<t?~

aborclmR' mqui~ mullil ~Rte!iildlo lli!iluy ~~;M® Q!Jl~ ~1 ~m&n© ~®" telll)ido de' h.liilÍO§ filll«llliilUR'Jilefiil~O~ qu® pX'oti~@Ul*~ ~!iil n~ ~~~tn~"' lidmd ~u e~~l!'u~h.a:n. irm~®l?!iiH~l mll dl@~cu íbn®lrit©~ ~~llildl'i!J}i oo® m

Ám ¡p>or im'fiilte&J com.dul:lR(!))!ill®~ q ¡¡vero ~.&[®S~ ®~*u.d\11@~ 'ffi\© §® ).Wíl..1®"

&el?il r®mll~&T mdl@cumdl.mm®E"1l*®~ m rruOJ ~®:r @twtb:r@ ®~ll 't>otll:'Ir@fiil·t:J @~ por lo meliilo~q COllil f~togi'mfñms die ñlil&~ @~~&Á~ ;¡ l!ñmdio dmd mYq¡uitec~ólillica GIU® lm~ que ·mllu~'::f-lll ~e.clM"Jil~ JrX'OOU"

rm:r!l'll.o~. D ®lñl*ll"o dlell c&lilli'IJlV@ dle l!'il\U\@~1-lf© otJ&Jt11ll.<dlü~ :~r~©:dl~m:t~ J>~r .ialllil*o!J)~ ~odlm~ IID.<¡ftlll&llftg¡¡&J ~'all.:J~*R©!ill®fiil lid'l!® &:l@ R'®~li~rr'·®·ffil &l . . . lm mutu& dle~®llildlemca~ a© ·ftma~ W¡sli"ltOO dld @dJu1g~a@<l ~ ~'lA ful!'ilcnÓiil d® ~u" mn()Mbi'~~~- m su E'~~~'*i.VID Ú!:im~l!'~~i'll(;~IDo¡ m

s u i!!ll.dcl© ~.liltruc~ulrml tü) .dl®~ormÚw& y ~1 ®";~.';rélmG".IID'l cl® 'i:Q;cl~~ mqudRm~ J?mll"ie!\5 q¡u~ Oirdhiliil~lri&m~lli.l*® riil© ®©~!Ílffil· &.\ n~ íYÉ~{;Ii)~ CO!lil tmli q¡ue ¡pu~dlmliil ~f¡illr&~R&Jl"S @l ~lill fi0~ li'©.tJ}w,i¡?~~ffiSJ á[·~~~ll'fil"' CROll'ii~E) dl® Q[U® r¡i)Ol!' moh~l?~ ¡plOdl®m~" dj¡}¡;¡Jjl}§IZ"ll®Jro <'

Rfi~pec~o m lm bówed~ llil~lrvm&~ d® ~~l!'il&~ i?~i'®~<Y ser lm tthnlñl'il& psJlmbrm di® li@SJ cirñ~ñ~o&l ~Jl~}~ elJW® A©~ ffil®·l:'W~~~ O hmttJ[U®Í@!ill~~ "~ll'VR&lñl ~liilic® wdJo C\illll'iiil@ ~~~Ir·~@ ~ ~U& g¡@

hm ~· tJ~mger&dlo lburdl&Wl®riil1t® ~~ s~ n!TI!il JPl©lr~gru~iiD ll:liill ~í!.ll©ffil~© d so"teuaáñ!iln®Si'lto dl~ im~ bówtJdlm~:~ t®R'mlix.~dl~ A& ~~~'tf\,:l(,.;~:iQílli\ d~ éetm~~~ y qu® JFrob&bl~®llllt~ ~m ¡g, m:iey~Tn-m ¿¡® ll©g¡ ~&=­so§ ee .so~~®!lildll!'ííal.ll'il SllÍlñl e.lll@s oom@ ~a ftll·@.§@:.;u Jh,©w&dl©&~ @®llil"'

cñHme d® &~&l!'®jo C(Q)!lil*ll!illl\ll~ (N !k~ JffiP(gj;ff> (J/r?©vro WtfJ&:JP'fJ~ )o illrm

m ¡poyo dle lio cumli e~ CR~ffi!iil ~@K'CIÍOlliJ@¡<;i ,¿¡@ n~@ ~@w®~1M [>E'R'llll<>

nmdms ®lll\ ~m Abll&ám d® lLolrug~!lil.i'~ i'tlillffil@l}ID y& mwd}/1© &lll\.,

t es d~ lm guenm. If:!Sl~O collil~Útuy® ~e ~I."t:ll!lim:ill~~~&~ &ño

v~rg~uuclÍm r®~f?~cio m H~ Jiilli'Wllilnll'lÍw~ *®©dím &~ ~~© llm ~ li'llel!'vmiuli"&" ~OJP>OR"Í&fill li'emR y d~cÚ"'JJáliTü!.c-;¡m~~© ®[ dl~llg111dl© c&J~"' C2i'Óllil dJzg loa JP~lieffiro®!ill'okOSl~ CWY{!) JlV©il© *lf~!iMlli'Júll*@fm ~ n~¡,¡¡ puiatOI\l d® CO!ñlC~lliltT&~R~ d~ ~lliia~UJ©~o

Üil'O ~i'llilil~l!'ilOl!' dJ® · Rffij.&lGrill!ñlClliD @~ ®! d© !©~ ~:¡';¡'m:ffio

ques o ~rruj&ll"e[e§ die ~lim~ lb6v®dlm~~ lio~ CThi>@·R®~ ~~ ~R'®nffitfil. ~\illllil~"'

truadios elí'il t:IU JP!illl"t® nlllif®Tll©lr CO>l?il §nllll'1nR'@@ lñlíl~~ ~®&Ja!dl@~~ 'J

atigo!lilmrrudlo lbi®rru '&Ir& QJU® e~iu&@®llil ~©:lli'ili!J) ~Iril· t9ll@um®'ffi\~o . .

(18) Porter, CO'I:st?·uctio" o! L ombtwd tw~l Go~~ic VGtt!ts. i)ág lS.

e: . ., - L t..J -

de gran solidez, con objeto de • comuntcar los empujes

transmitidos por las nervaturas que concurren en el en­

jarge al arbotante correspondiente. cuyo carácter y fun­

ción son distintos evidentemente de los del arbotante

alto. Hasta qué punto sea esto verdad. es cuestión cuya

respuesta podemos muy bien solicitar de las bóvedas

arruinadas. Por lo que respecta a la bóveda en general

y a su papel preeminente en el conjunto esquemático de

la nave, cabe preguntar hasta qué punto constituyó en

realidad el "hecho central .. y el elemento que gobernara

todo el desarrollo de la arquitectura gótica. En cuanto al

arco apuntado, la cuestión que nue6tras investigaciones

pueden proponerse es la de comparar su re.sistencia con

la del arco de medio punto, contribuyendo quizás de este

modo a solucionar el problema de si su adopción fué

motivada por la conveniencia de regular la altura o

montea de los arcos.

No será preciso decir que los arbotantes y botareles

despiertan vivísimo interés. Y a hemos expuesto las

cuestiones que abiertamente se plantean acerca de su

papel en el contrarresto de empujes; principalmente so­

bre si ejercen o no un contraempuje opuesto al d e la

bóveda, y también por lo que atañe al acuse de la estruc­

tura, puesto que se ha llegado a decir que los arbotantes

de la parte superior no sólo no la expresan, sino qu e

constituyen una ficción.

La•s pilas de apoyo con sus haces de columnas se

consideran, por lo general, como un caso típico de es­

tructura gótica, por suponerse que a cada uno de los

fustes adosados incumbe soportar el peso de la parte de

bóveda que les transmite el arco o nervio correspondien­

te. El tomar esto completamente al pie de la letra podrá

ser una exagerada extensión de la teoría; pero tal es, sin

embargo, 1la idea que por lo común se sugiere al que es-

tudia esta materia. Formará. por tanto, parte de nuestras

indagaciones ver el efecto del bombardeo sobre los re­

feridos fustes.

Las discusiones sobre la menor importancia conce­

dida al muro. hasta su completa supresión; la reducción

del edificio en conjunto a bóvedas, pilas y vidrieras; así

como la cuestión del papel desempeñado por los venta­

nales en el desarrollo del estilo (litigio que por lo gene­

ral se considera resuelto en favor de la bóveda como

factor predominante). podrán parecer materias que caen

fuera del alcance de nuestras averiguaciones; pero

~~ al practicarlas las tenemos presentes, qui:á podamos

obtener también algún esclarecimiento sobre ellas.

Las cuestiones que sugiere la escultura atañen más

a la significación que a la estructura del edificio. Es ma•

teria sobre la cual evidentemente no pueden las ruinas

suministrarnos luz alguna; pero de pasada debe decir­

se que inspira un interés aún más punzante y doloroso·

po: que las pérdidas sufridas son. en verdad, irrepara­

bles.

Hay que suponer que algunos de esos edificios se­

rán reconstruidos, y que cuando el tiempo haya teñido

y suavizado la crudeza de lo nuevo. las iglesias sus­

ceptibles de reedificación. recobrarán hasta cierto pu n­

to su primitivo aspecto; pero los escultores de la edad

media y el espíritu que les animaba se fueron para no

volver, y las copias frías y mecánicas de sus obras n u n­

ca llegarán a igualarlas. En este capítulo y en el de laD

"idrieras la mutilación de las iglesias se pt1ede

derar como irreparable. - Rogerio Gilman.

(Traáacción áel arqaítedo Román Loreáo).

. cons1-

(Concluiní.)

Proyecto <dle Esta~utos deU Comñ·~~ lPermatm®n~~ de los Congre~cs Pan -Americano~ <dle Ar<qiaaite«:~ura

1--L proyecto que más abajo transcribimos fué repar•

tido entre todos los miembros del Comité desig­... ..-nado por el Primer Congreso Pan- Americano de Ar·

quitectos para redactarlo, a fín de que cada uno de

ellos formule las observaciones que su lectura le su· • •

g'trtera.

Su redacción fué hecha por los miembros radica­

dos en Montevideo.

Artículo 1.0- El Comité Permanente de los Con­

gresos Pan· americanos tiene por objeto:

Servir de unión entre los Congresos Pan· america­

nos de Arquitectos.

Preparar. organizar y determinar los programas de

este Congreso.

Servir de órgano oficial entre estos y los G obiernos

de América, gestionando su apoyo y el que sean lleva­

dos a la práctica los votos emitidos por aquellos.

Propender al mejoramiento del ejercicio de la pro•

fesión de Arquitecto, defender sus derechos intelectua­

les y sociales. Contribuir al progreso de la arquitectura

desde el punto de vista técnico y artístico.

Artículo 2 .0 La Sede Social es

Sin embargo la Sede de la Mesa podrá ser cam·

8-!

biada debiendo quedar en el lugar determinado u n pe­

ríodo no menor de tres años .

Artículo 3.0- El Comité se compondrá de los miem­

bros que designe cada Congreso que .se celebre.

Artículo 4.0- Los miembros del Comité deberán ser

Arquitectos, gozar de derechos civiles y políticos en

sus respectivos · países. Podrán también ser miembros

correspondientes de alguna Sociedad de Arquitectos del

país que representan dentro del Comité.

Artículo 5.0- El número de delegados será provi­

soriamente de tres por cada uno de los países adheren­

tes.

Esta proporción podrá ser modificada por el primer

Congreso que se celebre. Si la modificación fuera dis­

minuyendo el número de representantes de cada país

esta disminución la hará por sorteo el C omité Perma­

r-.ente.

Artículo 6." - Dentro de las condiciones establecidas,

cada país nombrará sus representantes por el término

que designe y comunicará esta designación al Comité Per­

manente.

Estas designaciones deberán ser ratificadas por e l

primer Congreso a celebrarse y deberán hacerse dentro

•

(

ARQUITECTURA

de los tres meses de aprobado el presente Reglamento.

Los miembros designados entrarán en funciones inmedia­

tamente. Los miembros del Comité Permanente son indefini­

damente reelegibles. Artículo 7." - La Mesa del Comité Permanente se

compone de 1 Presidente, 6 Vice-presidentes, 1 Secreta·

río General, 8 Secretarios• 1 Tesorero y Vocales.

Artículo 8.'' - La Mesa será elegida por los miembros

del Comité y durará el término en que se celebren dos

Congresos, debiendo elegirse en el que tenga lugar

antes del término de su mandato.

Artículo 9.''- En el caso de quedar va·cante el car­

go de Presidente, el Comité elegirá reemplazante por

el término del mandato de su antecesor.

Artículo 1.0.0- En el caso de producirse vacantes

dentro del Comité el país donde se produzcan esas va·

cantes deberá designar el reemplazante dentro del tér·

mino de un mes.

Artículo 11.- En caso de empate en cualquier elec­

ción relacionada con la constitución del Comité, corres­

ponderá ocupar el puesto a la persona de más edad.

Artículo 12. - El Comité ·Se reunirá por lo menos una

"·ez al año debiendo celebrarse siempre una reunión

antes de los seis meses de la celebración de un Congreso.

Además el Comité podrá ser convocado por el Pre·

.sidente siempre que sea necesario o por el pedido de

la mayoría de los delegados de tres países.

En todos los casos deberá hacerse la convocato·

ria con una anticipación de dos meses y medio por carta

recomendada. ]unto con la convocatoria se enviará a

cada miembro la Orden del Día de la sesión a cele­

bParse.

Los miembros del Comité que no puedan concu•

rrir a una sesión podrán comunicar sus opiniones por

escrito, las que se harán conocer antes de votarse los

asuntos correspondientes.

Las resoluciones del Comité serán tomadas a mavo· •

ría de votos de los miembros presentes y emitidos por •

escnto.

Las actas de estas sesiones serán comunicada.s a to·

dos los miembros del Comité.

El número de miembros asistentes necesarios para

celebrar sesión será de X como mínimo y el de países X.

Artículo 13. - El Comité Perman·ente estatuye so·

bre todos los asuntos concernientes a su administración ..

Toma en consideración las proposiciones para deter•

minar el lugar de celebración del próximo Congreso, a·sí

como la Orden del Día del mismo para lo cual deberá tener en cuenta la·s resoluciones del Cong:t'leso anterior, y

los temas que le sean propuestos ya por los miembro::;

del Comité, ya por las Sociedade·s, Corporaciones o Es­

cuelas adherentes a los Congresos Pan-americanos de Arquitectos.

Las cuestiones propuestas para ser tratad-as en un

Congreso debidas a la iniciativa individual de miembros

del Congreso, no serán tomadas en consideración sino

son apoyadas por la mitad de los miembros del Comité , .

como m1n1mo.

Las resoluciones relativas a la aceptación de lega·

dos, aceptación o venta de inmuebles dependi~ndo del

activo, y las que se relacionen con la Jiquidación del

- 8ii

mismo o con la disolución del Comité no serán válidas

sino después de la ratificación de la.s mismas por el próximo Congreso.

Artículo 14. - Son atribuciones del Presidente:

a) Representar al Comité en todos los actos de la

vida civil.

b) Ordenar todos los gastos.

e) Presidir las sesiones del Comité Permanente y

dirigir las discusiones.

d) Fijar la Orden del Día.

Son atribuciones de los Vice-presidente:

e) Suplir al Presidente en todos los casos en que

sean designados por aquet En los casos en que

no exista designación especial suplirá al Presi ..

dente el Vice-presidente de más ·edad.

Son atribuciones y deberes de los Secretarios:

Redactar las actas, ocuparse de la corresponden­

cia y mantener en orden y al día los archivos.

Son atribuciones y deberes del Tesorero:

Recolectar las cuotas, donativos y legados y pa·

gar las deudas y gastos del Comité Permanente

requeriéndose para eso la autori~ación del Pre·

sidente.

Artículo 15. - El Comité Permanente es el eneal"·

gado de transmitir a los gobiernos los votos de los Con·

g·resos y hacer todas las gestiones -ante los mismos a fin

de que se tomen en consideración y se lleven a la práctica.

Artículo 16. - El Comité Permanente encargará a

los miembros representantes del país dond·e se vaya a

celebrar el próximo Congreso, la org'ani~aoeión del mismo

constituyéndose a tal efecto en Comité Ejecutivo. Estos

miembros podrán integrar el Comité Ejecutivo con el

número de per.sonas que crean conveniente teniendo en­

tera libertad para organuarse y trabajar como mejor les

parezca.

Artículo 17. - El Comité Permanente cubrirá sus

gastos propios con las coti~aciones voluntarias de cada

país, donativos y legados. Las cotuaciones serán remi­

tidas al Tesorero antes del 31 de Diciembre de cada año.

Los Arquitecto·s que se cotuen con una cantidad

mínima anual de ;€ 1 se considerarán como miembros

permanentes del Congreso y recibirán las publicaciones

del Comité Permanente.

Artículo 18. - El Comité Permanente deberá pre·

sentar en Ja ·sesión preparatoria de cada Cong'r·eso un

informe sóbre los trabajos realiz·ados durante .su Ínter· . , ses10n.

Artículo 19. - La disolución del Comité no podrá resolverse si no por la mayoría de los dos tercios de

sus 'miembros convocados especialmente.

Artículo 20. - La modificación a los presentes Es­tatutos no podrá hacerse si no por la iniciativa del Co­

mité Permanente o de los dos tercios de sus miembros,

sometiéndola a la Mesa con dos meses de anticipación

como mínimo a la reunión del Comité.

Las modificaciones propuestas deberán ser aprol>a­

das por los dos tercios de miembros pres·entes.

Disposición transitoria

El primer Congreso que se celebre fijará definiti·

vamente el número de delegados que corresponderán a cada N ación.

•

A~QUIT~ECTURA

PAR UE PEREIRA- ROSSELL Refor1na en su disposición general

Arquitecto Eugenio· P .. Baroffio

._.,.L Jardín Zoológico que donaron los esposos Pereira

..__,_ Rossell al Municipio, por acuerdo del Consejo de Ad­

ministración Departamental, se está trans·formando en

su tra%ado planimétrico y en la disposición y forma de

sus construccionés. Todo aquello que acusaba una falta

de criterio y de buen gusto, desaparecerá ahora para

ser sustituido por otros elementos apropiados, siguiendo

el plan ideado por el ] efe de la División de Arquitec•

tura Municipal.

• • • • . ·•

. .

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1 1

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1 ••

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1 (

•

Las nuevas líneas, de mas natural adaptación a las

características del ter reno, darán una impresión de varie­

dad y permitirán una conveniente ubicación de las casas

de los distintos animales que se exhibirán con mayor evÍ·

dencia.

Los lagos actuales, que ocupan el centro del paseo.

se ensancharán en forma que desapa1rezca la impresión

de arroyuelo que hoy producen en conjunto.

En donde ahora existe un lago, en el fondo, se

1

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• 1nsta·

Plano actual del Parque Pereira Rossell

El nuevo trazado responde a un criterio de respete

de los caminos existentes, allí donde ·su disposición y

su estado actual a·sÍ ·lo aconsejen. El conjunto, de for·

mas más propias para el efecto pintoresco de un paseo,

resultará, ·sin embargo, bien cambiado. Los grandes ca·

minos de circunvalación, sus cruces y empalmes y la

ubicación de las construcciones, propia para · un buen

efecto per spectivo han de transformar radicalmente el

aspecto del paseo y le darán más carácter de ] ardín

Zo~ógico. •

-86

lará el nuevo circo, con una construcción y amplitud en

armonía con la importancia del paseo.

El cerco que cierra el jardín, tanto como sus entra·

das, adquirirán proporciones más amplia·S y un aspecto

arquitectónico que responda al ambiente y al adelanto

de nuestra-s instituciones edilicias. Todo lo que hoy a cusa

en ese paseo, la falta de adecuada disposición y de deco·

rosa expresión artística, desaparecerá paulatinamente a

medida que la aplicación del nuevo plan de obras· haga

necesaria la transformación •

•

1 •

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ARQUITECTURA

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C- A. D.

·~t:,\Of' ot ARQUÍT ECTQ/:J_,.· \) · - .~Al

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PROYéCTO .E RE:FORMA · oeL

. . PARQUE PERtlRA ROSSELL

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Pfano general de las reformas ¡:royectadas por el Arq: Eugenio P. Baroffio

-87 -

ARQUITECTURA

Salón •

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Un palacio de la Prensa Perspectiva: Estudiante : Jorge M. Caprario

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•

Completamos en este número la

not a gráfica aparecida en el anterior

relativa al 4.'' salón anual de Arqui ..

tectura· con la publicación del trabajo

titulado ···un palacio de la Prensa",

del estudiante ] orge M. Caprario,

que cqmo ya lo manifestamos resultó

premiado con m edalla por e l jurado •

respechvo .

Planta genera!

Fallllo de] JJJJra oo He aquí el texto del fa llo que ha dictado el jurado,

encargado de apreciar los trahajos presentados para la

('Onstrucción del H ospital Marítimo:

" El jurado design ado par a dictaminar sobre el m érito

de los proyectos presen tados para la construcc ión del

Hospital Marítimo "Gallina! H eber", declara:

l." Que despué s de habe:: estudiado cada u no de lo.3

miembros que lo integran, los proyectos presentados al

concurso, resolvió en su primera sesión y por u nanimidad

eliminar los proyectos ''Char ite " , " M osca Blanca " y " T ra­

bajo", por su deficien cia notoria. En u na segunda reunión

e liminó los proyectos "Socorro" " Notas M usicales", "Na­

tura duce sequar··· , ''L 'As" y " Hars ", por n o responder a

las necesidades del programa, en su distribución , orien-•

tacwnes

dejar de

e logio.

o relaciones entre sus partes constitutivas, s in

reconocer que representan un esfuerzo dign o de

2, 0 Q u e en una tercera reunión se e ntró al e studio

' l.! -~o -·

ARQU ITECTUR l\

detallado y comparativo de los proyectos .. Rach", .. Sol", "N ,, ''H ,, ··e 'd d" b, d i t . , • , y an a , compro an ose que os cua ro

primeros sobrepasan con exceso el monto de la cantidad

fijada en el inciso 3." del programa• por lo cual y sin

desconocer sus méritos se resuelve no adjudicarles los

premios establecidos en el artículo 7." de las bases.

En cuanto al proyecto "Caridad", que es el que se

ajustaría al costo fijado, razón principal por la cual se

le h a incluído en este g'rupo de proyectos, no es acreedor

en opinión del jurado, a ninguno de los premios fijados

en el programa, por la inferioridad de su composición

general.

3." Que cada uno de los cinco proyectos que figuran

en la cláusula anterior representa un trabajo encomiable

y digno d e estímulo, creyendo por lo tanto el jurado, co­

·rresponde acordarles remuneraciones especiales.

( o Que en la cuarta reunión se sometió a considera­

ción del jurado si correspondía establecer diferencia de

méritos entre los proyectos incluídos en la cláusula segun­

da, resolviéndose por unanimidad, hacerlo así:

5." Q u e en la quinta reunión, de acuerdo con lo re~

suelto en la cuarta, se procedió después de un prolong·ado . .

cambio de ideas, a la votación, la cual dió el siguiente

resultado:

ODAS las estadísticas demuestran que la tuberculc ·

sis es más frecuente en los bar rios de población

densa y formados por casas viejas y mal ventiladas.

Según una estadística de París resulta que en los ba­

rrios muy poblados de Yavel, Grenelle y Plaisance, la

mortalidad por tuberculosis ha llegado a 104 por cada

10.000 habitantes: disminuye en los barrios más aireados,

para reducirse a 20 en el barrio de la Madeleine y a 11

en el de los Campos Elíseos, que es el más rico en jar·

dines.

En Salford, una encuesta sobre la influencia que la

ventilación de las casas ejerce en la marcha de la tuber­

culosis, ha demostrado que en los barrios constituidos por

casa·s adosadas unas a otras, se tenía 52 muertos de t u·

berculosis por cada 10.000 habitantes; en cambio donde

la edificación ocupaba el 56 ~0 no se tenían sino 36 de­

funciones por tuberculosis; donde todas la·s casas recibían

aire y luz tanto por delante como por detrás se registraban

.solo 28. En las grandes ciudades es ya corr iente que se

conozcan ciertas casas llamadas de la tuberculosis pre­

'~isamente por . la frecuencia con que en ellas se produ­cen ca-sos de tuberculosis en los inquilinos que se su·

ceden.

Tiene, pues, la casa una gran influencia al favore·

cer o impedir el desarrollo de la tuberculosis y de ello,

por lo que ya conocemos de e·sta enfermedad, fácil nos

es hallar la razón.

Alrededor del tuberculoso es donde se encuentran

los mayores peligros de contagio. Y cuando el tubercu­

loso vive en una casa oscura, mal ventilada y está en

Íntimo contacto con muchas personas, los peligros se

multiplican cada vez más. En efecto, los bacilus que él

propaga a su alrededor, con la tos y los esputos, se

conservan por más tiempo virulentos, ~n las piezas os·

curas y húmedas, y las personas que viven cerca de él,

1." Provecto lema Sol, 6 votos. •

1." Proyecto lema N~ • . 2 votos.

2." Proyecto lema N., 5 ·votos. •

2.'' Provecto lema Rash, 3 votos. •

3." Proyecto lema Rash· 5 votos.

3." Proyecto lema N., 3 votos.

4." Proyecto lema H., 4 votos.

4." Proyecto lema Caridad, 4 votos. •

En vista del empate producido pa·ra el cuarto puesto,

se resuelve colocar ambos proyectos en la misma cate~ ,

gona.

6." Se procedió entonces a fijar las

corresponderían acordar a los diversos

el siguiente resultado:

Proyecto Sol. $ 700.

Provecto N. $ 600. . '

Proyecto Rash. $ 500.

• • astgnac10nes que

proyectos, daildo

Proyecto H y Caridad $ 350 clu. $ 700" ..

Montevideo Julio 28 de 1921 - Firmado J. Ma.rti~ rené, Alejandro Ga17inal, Alfredo }ones Brown, F_. Gó~ mez F errer, M. M oreau, G. Arrizabalaga, A. Sanguinetti.

El Consejo Directivo de la Asisten~ia Pública, apro~

bó el fallo precedente, acordando, además, que se pu~ blicara.

•

están, por consiguiente, más facilmente y con más fre--cuencia expuestos al contagio. Las casas malsanas, por

otra parte, disminuyen de por sí la resistencia de los

habitantes, y la a glomeración infecta el aire y aumenta

Jos contactos.

El sol y la buena ventilación son lo·s grandes ene~

mígos de la tuberculosis. Con mucha razón decían los

italianos de tiempos pasados : "ove entra il sol e non en~

tra il medico" Todas las iniciativas tendientes a me"

jorar las habitaciones resultan medidas eficacísimas de

prevención contra la tuberculosis, al punto que alguien

dijo justamente que el problema de la tuberculosis serú

resuelto· por el problema de la edificación.

El ideal desde el punto de vista higiénico como del

social sería el de demoler los viejos y malsanos barrios

de las ciudades, para construir lueg'o en localidades

aunque sean alejadas de los centros, pero provistas de

medios fáciles de comunicación, las l.lamadas ciudades­

jardín, que constan de casas a cada una de las cuales

va unido un pequeño terreno cultivable como huerta o

jardín.

Pero este ideal, precisamente por ser tal, no es

amenudo realizable, y entonces sin dejar de aplaudir y

propiciar con todos los medíos lo.s saneamientos radica~

les, la construcción de casas populares y el mejoramien­

to de la edificación en general, debemos tratar de bus·

car algún otro remedio inmediato.

1." El primero de ellos sería la regeneración del

interior de las casas. Una casa, por humilde que sea,

puede transformarse y dejar de ser por ello un foco de

infección, s iempre que se haga una limpieza más esme·

rada, que tenga una distribución racional y se modifi­

quen las malas costumbres de sus habitantes. La crea­

ción de un cuerpo de enfermeros visitadores capaces

de advertir los inconvenientes y de dar consejos sobre

ARQUJT,6CTURA

lo que haya que hacer, podría dar excelentes resultados.

Otros remedios de actuación inmediata serían: La

aplicación sería· por parte de los Municipios, de la ley

de locales de habitación y la severidad necesaria para

impedir que seres humanos, por sordidez de algunos

propietarios sin escrúpulos, vivan en ciertos tugurios

verdaderas vergüenza para nuestra civilización.

2." La form·ación de un casillero sanitario en los

Municipios, para registrar las condiciones higiénicas de

toda-s las casa·s.

3,0 La obligación de desinfectar todos los locales

en que muere a·lguno, y todos los que se desalquilan,

para proteger a los nuevos inquilinos de un eventual

contagio. Aunque no fuera más que una buena mano de

cal, sería con poco gasto una medida preventiva efic az.

(Dr. P. Vittorelli: La lotta antitubercolare ).

1loA ARaUITECTURA EN MÉ~ICO De una nota oficial pasada a la Facultad de Ar­

quitectura transcribimos la parte que va a continuación:

México ha sido y es tierra propicia para el desarro­

llo de la arquitectura~ los monumentos innumerables de

nuestro suelo - precortesiano, coloniales y aún moder·

nos - lo demuestran, pero, además, es increíble la gran

cantidad de aficionados a este bello arte entre nosotros.

Muchos con profesiones que tienen algunos estudios

científicos similares a la de arquitecto las abandonan

por dedicarse a la arquitectura, y aún médicos, abogados

y simples comerciantes t-ratan de ejercerla, no solo por

las pingües utilidades que la edificación produce, sino

por el atractivo especial que tiene aun el más sencillo pro·

blema de habitación, desde que intentamos resolverlo.

Por supuesto que esa innumerable serie de personas que

se lanza sin los conocimientos necesarios sólo produce

edificios incó.modos, antihigiénicos y feos.

El plan de estudios para la carrera de arquitecto en

nuestra Academia N. de Bellas Artes, se aprecia que las

enseñanzas responden por su medida y sucesión progre­

siva a lo que en los menores planteles análogos de en­

señanza se ejecuta en la actualidad en el mundo entero.

En ese plan de estudios resalta la rara cualidad de la

profesión del arquitecto: su doble carácter científico y

artístico~ así los jóvenes que a ella se dediquen pueden

satisfacer sus anhelos de inve·stigación científica por los

serios estudios matemáticos y de resistencia de materia­

les, y sus aspiraciones artísticas, no solo con el estudio

mismo de la arquitectura, sinó con los indispensables de

Dibujo y Modelado, Historia del Arte• etc., que los po­

nen en contacto con todas las bellas artes plá·sticas.

Basta una ligera visita a la Academia para conven­

cerse de que las enseñanzas impartidas a los futuros ar­

quitectos han entrado en un verdadero progreso, que se

traduce en el entusiasmo de los alumnos que realizan

trabajos en los que se exceden de lo que su programa

les exige para el año o grado de enseñanza en que se

encuentran.

Ojalá que, como en todos los años anteriores, no

escaseen los nuevos

nuestras gloriosas

además de iniciarse

alumnos que vayan a continuar

tradiciones arquitectónicas y que,

en una profesión que es de las

más lucrativas e independientes, vayan a sa·tisfacer ese

anhelo de comodidad y belleza en la morada del hombre

y en los innumerables edificios públicos, destinados al

solaz como los teatros· v a la educación, como las es· •

cuelas, y a las comunicaciones como las grandiosa·s es-

taciones del ferro carril, que se comienzan a ejecutar

en nuestra República, o esos jardines, plazas y monu·

mentos conmemorativos que sintetizarán la era de bien-

-

estar y progreso

tra rica y noble

extraordinario que se inicia en nues-• • •

patria meJICana.

PLAN DE ESTUDIOS DE LA ESCUELA NACIONAL

DE BELLAS ARTES- AI'IO 1921

90-

Arquitectura

PRIMER AÑO

Levantamiento de Planos y Nivelaciones.

Geometría De-scriptiva.

Mecánica General precedida de nociones de análisis

y cálculos gráficos.

Teoría de la Arquitectura.

Dibujo Arquitectónico.

l.o de Dibujo de imitación.

l. o de Modelado.

SEGUNDO AI'IO

Conocimiento de materiales.

Estabilidad de las Construcciones.

Estereotomía y Perspectiva.

1.'' de Estilos de Ornamentación.

Composición de Elementos de los Edificios.

2."' de Dibujo de Imitación.

2,0 de Modelado.

TERCER AÑO

1.0 de Historia del Arte.

2." de Estilos de Ornamentación.

1.0 de Composición de Arquitectura.

l. o de Construcción. Arquitectura Comparada.

Croquis del Natural.

CUARTO AI'IO 2.'' de Historia del Arte. 2. o de Construcción. . Arquitectura Comparada.

2." de Composición de Arquitectura.

Composición de Elementos Ornamentales.

Croquis del Natural.

QUINTO AI'IO 3.0 de Historia del Arte.

Composición de Conjuntos Ornamentales.

3." de Composición de Arquitectura.

Presupuestos y Avalúos.

Legislación e Higiene de los Edificios.

Croquis del Natural.

1

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1

ARQUITECTURA

Traba jos de la Facultad de Arquitectura PROYECTOS Y CONCURSOS

Proyectos de Arquitectura 111 y IV - Tercer trabajo de dos meses. Tema: Un pequeño museo en un establecimiento industrial.

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Profesor - Arq:

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Profesor - Arq: J. V ázquez Vareta Alumno- Daniel R. P érez Profesor- Arq: Alfredo J. Brown

Alumno: Héctor N. Casellí

Profesor - Arq: Alumno : ). Vázquez Varela Daniel R. Pérez

Segundo esquicio de proyecto de Arquitectura 111 y IV. - Tema: Un pabellón de entrada a un parque importante .

Este pabellón haciendo e ntrada del cerco de la pro­

piedad con tará de u n pasaje que dará acceso al parqu :::

y que estará dispuesto para permitir la e ntrada indepe~ ·

diente de los vehículos y de los peaton es acompañado d e

diversos locales destinados a la portería u otros servicio~ .

La dimensión máxima no podrá exceder de 15m.OO.

Se hará la planta, fachada y corte a la escala d~

de Om.Ol p. m.

Segundo esquicio de proyecto de Arquitectura V y VI. Terna: Una residencia para un artista.

En la proximidad de M ontevideo, en u n terren o si­

tuado en la esquin a de dos avenidas una de ellas de ma­

~·or importancia, se estudiará l a residencia privada de u!l

artista, la que tendrá además un pequeño taller.

El terreno de form a rectangular tendrá 50m.OO por 50.

El edificio comprenderá los siguientes locales: sala, co­

mednr, "Hice , cocina y sus dependencias, tres d<'rmito­

rios, cu arto de baño etc. El taller completará la casa, y

dispondra de una luz apropiada a su destino. D e ntro del

terreno se podrá adoptar cualquier disposición a condi­

ción que todas las piezas estén directamente iluminadas

y ventiladas.

L os alumnos presentarán la planta, fachada y u n

corte a la escala d e Om.005 p. m.

Profesor - Arq. Alumno: J. Vázquez Vareta Francisco P. Larrañaga

-91 -

•

ARQUITECTURA

Proyectos de Arquitectura 1 y 11 Semestre - Tercer

trabajo de dos meses. Tema: El vestíbulo de entrada de una casa habitación.

Este vestíbulo estará situado en el eje de la fachada

) dará acceso a un a residencia de cierto lujo.

Profesor - Arq: ]acoto Vázquez Vareta •

Proyecto de Arquitectura 111 y IV semestre - Tercer proyecto de dos meses. Tema: Un pequeño mu­seo en un establecimiento industrial.

E n un a Escuela de Arte lndust ~i :!l se hallan s ituados

dos pabellones s imétricos con relación al eje principal

r J.~j~.l.-, l ...... ~:~ '.

t:t . . .

4 f ~

~ i i ti . -

Profesor - Arq: Alfredo Jones Brown

Tendrá sobre u no de sus lados acceso a la escalera

principal, sobre e l opuesto el acceso a una antecám ara

que com u nicará a locales com o escritorio, biblioteca,

etc. y e n e l lado opuesto a la puerta de entrada, n o ten·

drá abertura de pasaje pudiendo tener cualquier m otivo

decorativo. L a mensión m áxim a n o eccederá de 12m.OO.

~"· ;._?' .

... '

. -·

-.... -.-..

Alumno: H ércules Mazzuchelli

• . .

'

•

del edificio y unido a e stos pabellones por m edio de

pórticos que dan acceso a su vestíbulo, se halla un pe­

queño edificio de u n solo piso destin ado a Museo General.

El M useo consta: de u n vestíbulo de entrada, salón

principal del Museo y dos o t res salones más pequeños.

L a dimensión del fren te n o podrá exceder de 15 m .

Íl ........

~ :

~ .. · .

Alumno: Héctor N. Caselli

•

ARQUil'ECTUkA

tfliSTORIA DE LA ARo UITECTURA DE LA RlEP~BLHCA DEL E~UJJAWOR

Epoca Pre-incaica· Siglo V 11 a7 XV

OS abor.ígenes de lo que hoy es la República del

Ecuador, usaron como habitaciones, cabernas o agu­

jeros abiertos en la tierra o construciones ligeras hechas

con madera. cortezas de árboles. hojas y paja. que las aban­

donaban en sus emigraciones. El Arte de construir. puede

decirse. que era desconocido entre estos P.ueblos primi­

tivos. Solamente, cuando la invasión de los Incas. constru­

yeron. para su defensa. fortalezas (Pucarás) situadas en

l~s cumbres de las montañas o sitios escarpados que do­

minaban los pasos de las cordilleras o los valles situados

al pie de éstas. Dichas fortalezas estaban construidas por

tcrra:::.as esca1lonadas hechas sobre muros. a la rústica,

de piedra. que contenían los terraplenes. Las trincheras

y parapetos estaban así mismo formados con piedras

rústicas o simplemente con tierra. En la colina de Tul-,

canquer, cerca de la frontera de Colombia. ~ay un reducto

circular de 18 metros de diámetro. rodeado de un talud

que parece resto de una muralla de tierra comprimida.

En los alrededores del pueblo de Huaca existen res­

tos de habitaciones aborígenes que demuestran haber

sido cabañas circulares con paredes de tierra prensada

(Tapias). de gran consistencia por la calidad de la tie­

rra. Existen también vestigios de dos templos, uno en

el pueblo de Caranqui y otro cerca de Cayambe; el prime­

ro, hecho con piedras rústicas unidas co·mo mortero de

arcilla y arena· y el otro hecho con ladrillos crudos (Ado­

bes) cimentados con barro y de forma circular de 50

metros en circunferencia. Así mismo, en 1~ región de Puruhá se han hallado

construcciones de adobes y algunas revestidas exterior·

mente con piedras planas. Como monumento preincáicas ecuatorianos, que se

puedan considerar dentro del campo de la Arquitectura,

son los sepulcros abiertos en la roca a manera de pozos.

como los de "La Roma" en Ma·nabí y los de la Provincia

del Carchi. provistos de galerías que comunican varios

pozos entre sí. o que irradian del fondo de un solo pozo

más o menos profundo. Existen algunos en la costa, en

las cercanías de Guaillabamba, en Atnntaqui, Urcuquí y

Cochasquí.

Ej>oca Incaica, Siglo XV.

La conquista del antiguo reino de Quito por los

Incas, a mediados del siglo XV. introdujo ·en el país el arte de construir de manera más sólida; y así se han con­

servado algunos edificios de esta época, aunque no ha

quedado ninguno en la capital que fué Quitu y sólo hay

memoria de que existieron dos templos, el uno dedicado

al culto del Sol, en el cerrito denominado "Yavirac •• o

Panecillo, y el otro el de la Luna, en la colina Uamada

"Huanacauri". hoy San Juan, en las faldas del volcán

Pichincha.

En esta época se construyeron edificios destinados a

servicios públicos, tales como templos, palacios, monas-

terios para las vírgenes y casas para los sacerdotes. Ade­

más de estos edificios, en todas las capitales de provin­

cia. donde residían los Gobernadores o sus delegados.

habían cuarteles y almacenes. para aposentar y proveer

a los ejércitos, y también fortalezas. De todo esto, sólo

han quedado ruinas de edificios de secundaria impor· •

t~ncta.

El material empleado. comunmente. fué la piedra y

en todas las construcciones predominaba la misma forma

de las piedras, en las cuales eran sus lados toscos y con­

servaban su forma natural. y solamente uno estaba la­

brado en forma ligeramente convexa.

Los palacios abarcaban una extensión considerable

de terreno, en los cuales había casa principal destinada

al soberano y los edificios del contorno donde se alojaba

la regia servidumbre; de estos quedan todavía las ruinas

de dos; el uno situado en la Provincia de León cerca del

cerrito de Callo a tres leguas de distancia del volcán

Cotopaxi• y el otro .. Ingapirca" en la Provincia del Cañar.

El palacio de Callo fué construido con piedras de

forma paralepípeda de base cuadrada de 25 centíme·

tros de lado o rectangular de 25 centímetros por 50 cen­

tímetros colocadas en hileras de igual altura si~ndo estas

perfectamente paralelas entre sí; pero las líneas de se­

paración verticales, unas son normales, otras oblicuas y

a veces curvas. La cara exterior de dichas piedras es

convexa y pulidas con esmero. Parece que el intervalo

comprendido entre dos ideas estaha lleno con arcilla y

guijarros. Las puertas son alta.s y estrechas en forma de

trapecio, siendo el umbral más ancho que el dintel. que

está hecho de una sola piedra pla·na, larga y no desvasta­

da. Interiormente de los cuartos hay al nivel de la octava

fila de piedras, nichos en forma trapezoidal como las

puertas. cuya altura corresponde a la de dos hiladas y

cuya profundidad ocupa la mitad del espesor del muro.

Del edificio de .. Y ngapirca •• sólo quedan h fortaleza

elíptica con su cuerpo de guardia, algunas terrazas, trozos

de la muralla y una que otra sala y galería de los cuark·

les adjuntos. Las piedr~s. que forman los muros. tienen

labradas la cara exterior ligeramente convexa y cortada

en bisel hacia los bordes. Las hiladas de piedra están

perfectamente paralelas. Las puertas son como en el edi­

ficio de Callo de forma trapezoidal, semejantes a las de los monumentos Egipcios.

'

También pertenecen a esta época otros edificios de

estilo más rústico, construidos . con piedras brutas que se

unían con barro y se recubrían con un enlucido así mismo

de barro fino y generalmente rojizo. A este estilo p·ertene­

cen las importante$ ruinas del pueblo de Caranqui.

Epoca de la Colonia Española de 1534 -1822.

En materia de construcciones particulares, todas se

hicieron de tierra (adobes) de uno o ·dos pisos, los cua­

les, generalmente, eran enladrillados y las cubiertas con

tejas de barro cocido. Solamente en las casas de los no­

bles y ricos se hicieron construcciones de piedra labrada

ARQUITeCTURA

en las fachadas, en la parte correspondiente a la puerta

de la calle, donde· de cada lado habían columnas o pi­

lastras que obedecían a alguno de los órdenes de Arqui­

tectura, especialmente al Toscano o Dórico y otras ca­

prichosas.

En el piso alto, encima de la puerta de calle, corres·

pondía una ventana ancha, dividida en dos partes por

una pequeña columna, _sobre la que arr:1ncaba dos arcos

de medio punto, y en el friso, sobre dichos arcos, se co·

locaba el escudo, ya de armas o de nobleza pertenecien·

te al propietario. Aún existen tres o cuatro casas de es~

tilo, como se puede ver en la fotografía de la casa deno­minada de la •• Inquisición,,.

Las casas, en sus fachadas, no tenían ninguna sime·

tría en la distribución de sus puertas y ventanas, ni

tampoco ornamentación ni moldura•s ~ eran ·huecos practi­

cados en la pared, que consultaban más la comodidad in­

terior para los cuartos que su aepecto exterior.

Para protejer la fachada se colocaban aleros de ma­

dera bastante salientes, los cuales iban forrados con ca·

rrizos y empañetados con barro. Generalmente, las casas

centrales tenían balcones de madera labrada• muy vola­

dos, muchos cerrados hasta la altura de las ventanas y

ocupando, a veces, toda la longitud de la fachada; todo

lo cual daba un aspecto desagradable a la vista. Interior­

mente se formaban los cuatro tramos de la casa en con·

torno de un gran patio, que llevaban corredores en contor·

no, los bajos con pilares de piedra labrada y los altos con

pilares de madera. Los cuartos se distribuían sin un pla­

no que consultase la comodidad e higiene y eran de

dimensiones muy grandes, especialmente los salone·s que

algunos medían hasta veinte metros de longitud. Cada

casa ocupaba una área muy considerable de terreno,

pues todos sus dueños aspiraban a tener en ella, patio,

traspatio, caballeriza, jardín y terreno para agricultura;

de tal manera que en cada cuadra cuadrada, que medía

más o menos siete mil metros cuadrados, había solamen·

te de dos a cuatro casas. Posteriormente, desde el tiem·

po de la Independencia hasta nuestros días, se han sub­

dividido las propiedades y actualme.nte en cada cuadra

no hay menos de doce casas.

En cuanto a edificios públicos de esta época existen

muchos muy notables, especialmente Iglesias y Conven·

tos, entre los cuales sobresalen los siguientes:

Iglesia de la Compañ1a de ]esús

Su construcción, interior, bóved'\s y cúpulae son de

cal y ladrillo y su fachada de piedra tallada, su estilo es

Barroco; tiene tres naves, la central cubierta con bóveda

en cañón seguido y las laterales cubiertas con cupulines.

Tiene dos cúpulas la que reposa sobre los arcos torales y

la otra que corresponde al altar mayor. Toda la Iglesia,

interiormente, está decorada con altos y bajos relieves

y dorada al esmalte, lo cual hace que se conserve en per­

fecto estado y le dá un aspecto grandioso y siempre nue- ·

vo. Su fachada es una obra maestra hecha con piedras de

las canteras que existen en los alrededores de la ciudad.

Esta piedra, que es volcánica, no es muy adecuada para

el pulimiento, por tener el grano grueso y tendencia a

requebrarse; y por lo mismo, causa admiración como los

artífices españoles, que fueron individuos de la misma

Compañía de Jesús lograron labrar aquella piedra como

94

si fuese el mármol más fino. En dicha fachada, en su

composición, domina el orden compuesto, conteniendo co·

lumnas salomónicas, estatuas, medallones y toda clase

de ornamentación adecuada al estilo que hacen un con·

junto armonioso, elegante y bello, que obliga al pasajero

a detenerse y contemplar extasiado esta espléndida obra

de arte reputada como una de las mejores de la América Latina.

Esta obra se construyó durante los años de 1722 a

1725 bajo la dirección del P. Leonardo Edubler y desde

1760 a 1765 en que se concluyó, siendo director de la obra

el Hno. Arquitecto Venancio Gandolfi, Emperador de Es­paña e Indias Carlos III y Sumo Pontífice el Papa Cle­mente XIII.

Convento, 1 glesia y atrio de San Francisco

Este extenso convento que, hasta la fe cha, lo ocupan

los P.P. Franciscanos, está cerrado por una muralla de

cal y ladrillo, de un metro 4e espesor y diez metros de

altura y encierra un espacio de cinco cuadras cuadradas.

donde existettt la Iglesia, dos capillas, el Orfelinato de

San Carlos y el edificio de la Policía Nacional. En los

edificios que pertenecen al convento, hay nueve patios,

siendo el principal el que queda contiguo a la Iglesia, el

cual es cuadrado y mide cuarenta metros por lado. Toda

es construcción de cal y ladrillo, y los claustros en con·

torno de los patios, llevan corredores sostenidos por co·

lumnas de piedra labrada, sobre los que arrancan arcos

de cal y ladrillo, tanto en los pisos bajos como en los altos.

El orden dominante es el Dórico y todo está bien distri­

buído y solidamente construído.

La Iglesia es también del estilo Barroco, así en su

interior como en la fachada, siendo esta muy elegante y

bella encontrándose bloques de piedra, que forman los

fustes de las columnas· hasta de tres metros de altura.

Tiene tres naves, las laterales cubiertas con cupulines

elípticos, y la central anteriormente, fué cubierta con

boveda ~ pero el terremoto que hubo en el siglo XVII la

destruyó, y hoy está cubierta con madera labrada, y for·

mando cielo razo en casetas muy bien decoradas y dora­

das. No existen tampoco las cúpulas y tan sólo las dos

torres, de cada lado de la fachada, aunque disminuídas la

altura que tenían antes del terremoto del año 1859. El Atrio, que existe delante de la Iglesia, de las Ca­

pillas y parte del Convento, ocupa el lado de la Plaza que

antes se denominó de San Francisco y hoy cambiado en

Plaza Bolívar, es de gran mérito arquitectónico, ya sea

por sus bóvedas interiores, ya sea por su antepecho, ya . por su escalera central circular, ya en fin por la pavimen·

tación de su piso hecha con piedras irregulares ; pero per·

fectamente acomodadas y unidas, que dán la idea de un

mosaico a la Veneciana.

Todas estas construcciones, según datos históricos,

fueron hechas en más de un siglo y costaron en esa épo·

ca como tres millones de pesos españoles. El convento lo

fundó el P. J odoco Rike natural de Flandes, el año 1534 y en el 1553 estuvieron bastante adelantadas las obras;

en esa época regía los destinos de España Carlos V; pero

la conclusión total, de lo que actualmente existe, fué en

el año del 1686, habiendo intervenido en su dirección por

los años de 1654 el Hermano Arquitecto Quiteño Fray

J 1 t

t

t '

A~QU11ECTUR.A

Antonio Rodriguez y en i686 el Rdo. Padre Quiteño Fer·

nando de Cozar.

Catedral, su Atrio y Pórtico

La Iglesia misma como construcción, no tiene n.ada

de notable, al no ser _por sus famosos cuadros colosales,

pinturas de los célebres maestros Gorivar y Samaniego•

todo representando pasajes del Evangelio y que se hallan

fijados en las parede.s de las naves laterales. Lo que sí es

digno de mencionarse es el Atrio que queda al lado la­

teral de la Iglesia y que ocupa todo un costado del par­

que de la Independencia; dicho atrio, en su construcción

es semejante al de San Francisco; lo notable que hay en

él es el pórtico que queda adelante de la puerta lateral de

la Iglesia: es de piedra labrada y está interpretado en él,

de una manera correcta, el orden Jónico. Este pórtico fué

construido en el año de 1807.

Palacio de Gobierno

En su construcción interior nada hay que valga la

pena de mencionar. Consta de dos pisos, con dos patios,

en contor·no de los cuales se hallan las diversas Oficinas

y los salone·s del Congreso. Todas las paredes son de cal

y ladrillo. Su frontis, que mira al Parque de la Indepen·

dencia, se compone de un embovedado interior, en el que

se le han formado cobachas, sobre las cuales está el atrio

o galería que lo forma un columnado del orden Dórico

que soportan su trabrazón completa sobre esta serie de

columnas y en la pared de fachada reposa una gran azotea

que ocupa toda la extensión de la galería.

A los lados de esta hay cuatro arcos c;le cal y ladrillo

sobre sus respectivo.s pilares, y sobre ellos se lev.antan

dos gabinetes laterales los que en su fachada tienen pi­

lastras del orden Jónico y rematan con tímpanos trian ..

guiares en cuyo vacío hay escudos de armas. El aspecto

del edificio en su conjunto, es maje.stuoso y hace una

grata impresión a la vista: su conjunto arquitectónico

obedece •al Neo Clásico.

Además hay otros Conventos, Monasterios e Iglesias

de ba·stante mérito arquitectónico, tanto por su solidez

cuanto por sus buenas disposiciones, como son los Con·

ventos de la Merced, Santo Domingo y San Agustín, los

Monasterios de Santa Clara, Carmen Alto, Carmen Bajo

y Santa Catalina; todo.s con m•agníficas y hermosas Igle­

sia·s con elevadas torres ; distinguiéndose ent·re ellas la

fachada de la Iglesia contigua a la Catedral y que se le

denomina Capilla Mayor. En tod•a.s estas construcciones

domina el estilo Barroco.

Epoca de la República de 1830 a 1860

No habí·a ento.nces arquitectos titulados, sino aficio ..

nados al arte de construir, como el señor N . Vandeville,

Cónsul de Bélgica, persona que poseía conocimientos ar·

quitectónicos y ·que en varias oca·siones dió a conocer su

muy buen gusto. Bajo su dirección se construyeron casas

de cal y ladrillo, en cuyas fachadas habían pilastras,

cornisas de coronación, cornisas sobre las puertas y

ventanas y todo bastante ornamentado· y consultando, en

todo, la simetría y solidéz; solamente 8e nota en todas

estas construcciones la falta absoluta de zócalos en las

-

fachadas. Interiormente, ya ten~an una distribución más

acertada y convenientemente bien repartidas; general­

mente, los corredores en contorno de los cuartos, se hi­

cieron con pilares de piedra labrada y sobre ellos arran·

caban arcos de punto rebajado y de cal y ladrillo. Ejem­

plo de estas construcciones, que todavía existen hasta

hoy, son: Palacio Arzobispal, Palacio de Justicia, Casa de

la familia Freile Zaldumbide, Alcazár, León, Chiriboga y

la del señor don Rafael V áz.cone·s Gómez.

Presidencia de los señores don Gabriel Garc1a Moreno, don Javier Espinosa y don Gerónimo Carrion de 1860 a 1875.

El .señor García Moreno, quien tomó el mayor inter~s

por el adelanto material del país, ya en vías de comunica­

ciones, edificios públicos, etc., hizo venir dos Arquitectos,

el señor Thomás Reed, de nacionaiidad inglesa y el señor

Francisco Schmith de nacionalidad alemana. Además en

la misma época en 1870, víno como prof·esor de la Escue·

la Politécnica el señor J acobo Elbert con los Padres J e·

suitas alemanes que vinieron a fundar dicha institución,

contándose entre eHos científicos en materia de cons­

trucciones que ·eran los Padres Menten, Koblerg y Dre­

ssel. Con tan buenos elementos se puede decir, que em·

pezó la época de la verdadera arquitectura en Quito: en

esa época se construyeron los notables edificios, de la

Penitenciaría, el Puente y TÚnel denominado de la Paz,

bajo la dirección del señor T. Reed, el Observatorio As-"-"

tronómico, dirigido por los Padres Menten y Dressel, la

Escuela de Artes y Oficios por el señor F. Schmith; ade­

má•s en esa misma época se construyeron muchas casas

particulares, entre las que ·son má·s dignas de mencio­

narse la del señor García Moreno, familia Salv.ador Or­

doñez y Hotel Parí-s, dirigidas por el señor T. Reed y la

de la familia Freile León por el señor J. Elbert.

Presidencia del General l. de V eitemilla 1876 a 1883

Durante esa época continuaron ejerciendo su pro­

fesión los Arquitectos señores Schmith y Elbert, y los

nacionales J. Gualberto Pérez, E. Anda Vazcones. A.

Velazco, Lino M . Flor y J. P. Saenz.

Se construyó el Teatro Sucre, bajo la dirección del

señor F. Schmith, el frontis de la entrada al paseo del

Alameda bajo la del ·señor J. Elbert. Las construcciones

de la·s casas particulare.s de est.e período tienen un a·s·

pecto serio, pero correcto y domina ·el estilo del Renaci­

miento alemán, cuyo gusto se habí-a formado con los

profesores de esta escuela. Interiormente, las ca·sa·s ya

obedecen a reglas que con.sulta.n la radecuada distribu­

ción y comodielad. Como tipos merecen citarse la Casa . d.e la familia Barba Aguirre, por J. Elbert, la de la•s familias Larrea Jijón, Lasso, Jijón Caamaño, y Gango­

tena por F. Schmith y la de la fa·mrlia Villagomez por J. P. Sáenz.

Presidenc.ia de los Señores Caamaño, Flores y Cordero

1884 a 1895

En estos períodos se construyeron las siguientes

obras públicas: El monumento al M .ariscal Sucre, en la

plaza que lleva su nombre, proyecto de J. G. Pérez. Se

95-

•

ARQUITEéTURA

empe%Ó la construcción de la :Basílica dedicada al Co­

ra%Ón de Jesús, proyecto del arquitecto francés señor

Chevalier y se hicieron dos salones para el Congreso en

el Palacio Nacional, bajo la dirección de J. P. Sáenz.

Como casas particulares, de buen estilo merecen

mencionarse la de la familia Guarderas Villavicencio y

de Carlos J. Mateus y García por F. Schmidt.

Presidencias de los Generales Alfaro y Plaza Gutierre.z

1896-1911

En esta época vinieron los arquitectos italianos Lo­

renzo y Francisco Durini y Giacomo Radiconcini• y en

esta época empezó la transformación de estilos, sustitH ·

yéndose el del renacimiento italiano al del alemán.

Se construyeron los siguientes edificios públicos : La

Plaza de Mercado al sur de la ciudad, de mamposterí.a

con cubierta de hierro, proyecto y dirección de los seño­

res F. Schmidt y J. G. Pérez.

El monumento a los Mártires del 10 de Agosto. en

el Parque de la Independencia, proyecto del escultor

italiano Lorenzo Minghetti. ejecución de Lorenzo Durini.

El Sanatorio Rocafuerte. por F. Schmidt y casas parti­

culares las siguientes: Hotel Europa, por L. Durini;

casa del señor Ignacio Heredia por Schmidt y Pérez:

casa La Rotonda del señor J org'e Cordovés. por G. Ra­

diconcini; Pasaje Baca. por G. Radiconcini; Palacio Sa­

maniego, por G. Radiconcini; casa Jacinto J ijón y Caa­

maño, por Schwdt; chalet del mismo por Schmidt; casa

del doctor Cartag'enova. por J. G. Pérez.

Presidencia del General Leonidas, Plaza Gutierrez y

Alfredo Baquerizo Moreno

1912-1920

El estilo dominante en el día es el renacimiento italiano

y como buenos ejemplares se distinguen lo.s · siguientes

edificios públicos: Pasaje Royal, por F. Durini; Univer­

sidad Central, por F. Espinosa Acevedo; Banco Agrícola

Industrial e Hipotecario, por Luis F. Donoso; Quinta pre-

Seccñón Consultas RESPUESTA A LA PREGUNTA 1

Empezaré por decir que me ha parecido incompleta

la consulta, pero interpreto que han publicado las dos

cuentas formuladas para el cobro respectivo de las me­

dianerías a adquirirse. La primera es la que B. debe

abonarle a A. y la segunda e·s la que A. debe abonarle a B.

1

Establecido esto, manifiesto que en mi opinión el

consultante ha .formulado bien las cuentas respectiv3~ y

para eso me fundo en que, siendo el principio establ~­

cido en el Código indemnizar un perjuicio que se causa,

en este caso el de soportar el muro común· un mayor

peso de la propiedad de uno solo de los condominos de

la pared medianera, no puede admitirse que ese perj m­

cio existe cuando primero se levanta una parte y lueg\")

la otra y no existe cuando el muro se ha levantado de una vez en aquella misma altura total.

Que el Código diga:

"Pagará al vecino a título de indenmización por el

•

sidencial• por .J. G. Pére%; Círculo Militar, por F. Duri­

ni; Hospital Civil, por Augusto Ridder; Iglesia de San

Roque ""estilo románico", por el Rdo. P. Pedro Brüning.

En casas particulares las que a continuación se ex­

presan: Casa de la familia Calisto, por Russo Hnos.; ca­

sa de don Enrique Gangocena, por Russo Hnos.; casa de

José Javier Chiriboga, por Russo Hnos.; Chalet del doc­

tor Gabriel Baca, por Russo Hnos.; Mausoleo de la fa­

milia Gangotena Alvarez, por Russo Hnos.; casa de Ma­

nuel Pardo, por F. Durini, ejecución de Russo Hnos.;

casa del ·señor E. Bueno, por R. A. Sánchez, Chalet del

señor Pedro Guaderas, por R. A. Sánchez, casa del doc­

tor Romo Leroux, por P. Aulestía, Chalet del señor

M. Larrea, por Raúl M. Pereira• Chalet V azconez, L. Braeür y doctores Ayora y Villavicencio, por A. Ridder .

En la·s demás ciudades de la república, el arte de

construír ha sido. en toda época, el reflejo del de la ca­

¡;ital, puesto que para levantar sus edificios han solici­

tado siempre los proyectos a los arquitectos establecidos

en Quito; y se hallan tanto en edificios públicos como en

particulares varios de bastante importancia, especialmen­

te en 1a:s ciudades de !barra, Latacunga, Ambato, Río­

bamba y Cuenca, situadas en el interior del país.

En las ciudades de la costa, como son Guayaquil.

Portoviejo, Esmeralda·s y Machala, las construcciones

son de madera, y aunque hay muchísimas de muy buen

gusto y que prestan las comodidades adecuadas a clima

cálido, por ·Su material no tienen todo el valor arquitectó­

nico. Hace sólo diez años que en Guayaquil se están

construyendo buenos edificio·s de cemento armado· y

valen la pena mencionarse "el Banco del Ecuador", "El

Banco Comercial y Agrícola". la Plaza del Mercado, La

Biblioteca Nacional y varias casas particulares.

Como dato informativo, que puede tener alguna im­

portancia para los fines que persigue el Congreso de

Arquitectos, se expresa que hay actualmente en la ciu­

dad de Quito 102 edificios públicos y 4050 casas parti­

culares.

). G. Pérez.

.. aumento de peso que va a cargar sobre la pared me·

•• dianera, la sexta parte de lo que valga la nuevamente

•• levantada" no puede quererse decir con eso que haya

querido excluir los otros casos semejantes, que no hay

más remedio que resolver por analogía como se ha he­

cho y se hace siempre.

No admitir esto es aceptar que la ley establece una

enorme contradicción, como es la que resulta de que dos

cosas completamente idénticas · produciendo el mismo

perj-uicio se hacen completamente diferentes por el solo

hecho de que se construyan totalmente en una sola vez

parcialmente en distintas veces.

Y que el principio establecido es el de indemnizar ·

un perjuicio está bien explicado en estas palabras que ·

transcribo del texto de M ·uller y T riper •• porque es e vi- ·

•• dente que por medio del peso que se le hace soportar

•• al muro no durará tanto y tendrá necesidad de ser

" reparado más pronto que si no tuviera encima aquel

•• peso; es pues justo que el otro vecino co-propietario '

•• del muro sea indemnizado por ese perjuicio''.

A. B. C.

~6 -

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