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TAMBIN NOSOTROSESTAMOS POR LA LABOR

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or la hermosa labor de apoyar la cultura de nuestra tierra.

Es lo que, con ALMORAIMA, viene realizando la Mancomunidad de Municipios de la comarca del Campo de Gibraltar. Y nosotros tambin estamos por tan valiosa labor patrocinando esta revista que es un medio plural y riguroso que se ocupa de desentraar los entresijos de la historia y contemporaneidad campogibraltareas. Si toda la provincia es nuestro campo de accin, cmo no estar por la labor cultural campogibratarea?

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ALMORAIMARevista de Estudios Campogibraltareos Nmero 33 - Abril 2006EDITA

Premio LAURISILVA 1996 AGADEN - Campo de Gibraltar

MANCOMUNIDAD DE MUNICIPIOS DEL CAMPO DE GIBRALTARDEPARTAMENTO DE CULTURADIRECCIN, DISEO Y MAQUETA

Rafael de las CUEVAS SCHMITTCONSEJO DE EDICIN

Mario Luis OCAA TORRES ngel J. SEZ RODRGUEZ Antonio BENTEZ GALLARDO Carlos GMEZ DE AVELLANEDA SABIO Juan Emilio ROS VERA Rafael MNDEZ PEREA Rafael FENOY RICO Eduardo BRIONES VILLAFOTOGRAFAS

Archivo-CedidasREDACCIN

Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar Departamento de CulturaParque Las Acacias, s/n 11207 Algeciras (Cdiz) Telfonos: 956 572 680 956 580 069 Fax: 956 602 003 Correo electrnico: [email protected] Y FOTOCOMPOSICIN

Impresur, S.L.Avda. de Italia, Blq. 7. Anexo K 11205 Algeciras 956 652 051 Fax 956 587 274 Correo electrnico: [email protected] Ilustracin Portada:

Escalinata romana de acceso al foro de Carteia (idealizada)

I.S.S.N. 1133-5319 Depsito Legal CA-868-89

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ALMORAIMARevista de Estudios CampogibraltareosNORMAS PARA LA PRESENTACIN DE COLABORACIONES Se admitirn nicamente trabajos inditos relacionados con los temas del Campo de Gibraltar Historia, Geografa, Arqueologa, Artes, Letras, Costumbres, Ciencias, etc que son fundamento de su contenido. Los originales se presentarn en CD de ordenador, preferiblemente en formato Word (seleccione Guardar como en su procesador de texto), e impresos por duplicado en hojas tamao A4, guardando un margen de 2'5 cm por todos sus lados. La extensin de los trabajos no deber ser inferior a tres folios ni superior a veinte, includas notas y bibliografa. No se admitirn trabajos que no vengan acompaados de las correspondientes referencias documentales y bibliogrficas. Se adjuntarn los datos personales del autor: nombre, domicilio, telfono de contacto. El tipo de letra a emplear ser Times New Roman, tamao 12 puntos. Se aplicar un cuerpo menos (tamao 11) en citas de ms de 3-4 lneas dispuestas en prrafo aparte. Las notas irn numeradas de forma consecutiva y reseadas en pgina aparte al final del texto. Las fuentes documentales y bibliogrficas, asimismo en pgina aparte al final del texto, sern citadas de la siguiente manera: - Documentos: Ttulo del documento, archivo, seccin y legajo. - Libros: Apellidos (en maysculas) y nombre del autor. Ttulo de la obra (en cursiva). Lugar de edicin. Editorial. Ao. Nmero de la pgina citada. - Revistas: Apellidos y nombre del autor. Ttulo del artculo (entre comillas). Nombre de la revista (en cursiva). Nmero. Ao. Lugar de edicin. Editorial. Nmero de la pgina citada. Para lo no especificado en estas normas de presentacin de colaboraciones, los autores podrn consultar las Normas de Estilo editadas por el Departamento de Cultura y el Instituto de Estudios Campogibraltareos, solicitndolas en el caso de no disponer de ellas. Las figuras y fotografas que acompaen al texto debern tener su referencia claramente anotada en el mismo y, en hoja a parte, se researn los correspondiente pies de cada una. Asimismo, se har constar el orden de prioridad que el autor estime para su publicacin en previsin de que no todas puedan ser incluidas. Los grficos y tablas digitalizados deben presentarse en alguno de los siguientes formatos: TIFF, BMP o JPEG (para cualquier tipo de ilustracin, incluidos los grficos estadsticos), y no deben ser incluidos en el archivo de texto. Las fotografas e ilustraciones que acompaen a los mismos estarn sujetas para su publicacin al espacio disponible en el conjunto de la maqueta de cada nmero de la Revista, a criterio de los responsables de Diseo y Compaginacin y de la Direccin de la misma. El Consejo de Edicin de la Revista decidir sobre la publicacin en cada caso de los trabajos recibidos que hayan sido admitidos previamente por ajustarse a estas Normas. El criterio de oportunidad de publicacin valorar la originalidad, el rigor cientfico y la necesaria diversidad de materias que deben ser tratadas en cada nmero de ALMORAIMA. Las colaboraciones debern ser enviadas a: ALMORAIMA - Revista de Estudios Campogibraltareos. Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar. Parque Las Acacias s/n. 11207 ALGECIRAS (Cdiz).

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CONCLUSIONES DE LAS I JORNADAS DE ARQUEOLOGA DEL CAMPO DE GIBRALTAR Y PROTECCIN DEL PATRIMONIO Es deseo de la Direccin del Instituto de Estudios Campogibraltareos comenzar estas reflexiones sobre las Jornadas de Arqueologa y Patrimonio, testimoniando nuestro agradecimiento a todos los comunicantes y asistentes a las mismas por el alto nivel de los contenidos que se han expuesto, as como por el interesante nivel de debate y discusin alcanzado; reconociendo que estas Jornadas slo han sido posibles gracias a la desinteresada y entusiasta labor de investigadores y personal tcnico del IECG cuya colaboracin ha contribuido a hacer posible el xito de estas I Jornadas de Arqueologa. Igualmente agradecer a los miembros del Instituto de Estudios y de la Seccin 2 que han contribuido en la organizacin y realizacin de estas Jornadas de forma decisiva: Rafael de las Cuevas, Secretario Coordinador; Andrs Bolufer, Presidente de la Seccin y ngel Sez, Vicedirector del Instituto. A lo largo de este fin de semana de primavera han sido muchos los espacios arqueolgicos que han sido expuestos ante los asistentes. Desde los temas que pueden considerarse clsicos: nuevas aportaciones sobre el Arte Sureo, sobre los grandes complejos urbanos de Roma en la Comarca: Baelo y Carteia, el mundo medieval islmico, por citar algunos, a los que ponen de manifiesto la apertura, o la consolidacin, de nuevos campos de investigacin arqueolgica en la Comarca entre los que mencionara aquellos relacionados con la arqueologa y el patrimonio submarino. Han estado igualmente presentes las Comunicaciones relacionadas con aplicaciones didcticas destinadas a fomentar entre los ms jvenes el afecto hacia el patrimonio y su conservacin para el futuro, elemento, a nuestro juicio, de vital importancia si pretendemos eliminar la actitud de indiferencia, cuando no de desprecio manifiesto hacia el patrimonio histrico, y transformarlo por otro de admiracin y orgullo. Quizs esta cuestin, la proteccin y conservacin del patrimonio histrico arqueolgico, es la que ha estado permanentemente presente en la sala de exposiciones. Algunas Comunicaciones han expuesto sin tapujos como siguen arrasndose elementos histricos, reconocidos y protegidos, y otras han puesto sobre aviso de la necesidad de proteger de inmediato aquellos bienes arqueolgicos que, en el caso de algunos yacimientos, reclaman insistentemente la atencin y los recursos de las administraciones pblicas, so pena de verlos desaparecer en breve. Un ltimo apunte. Por razones geogrficas e histricas nuestra Comarca, cruce de civilizaciones y culturas desde la Prehistoria al presente, conserva un muy importante legado arqueolgico. Los riesgos que, a partir de las experiencias expuestas en estas Jornadas, existen para su conservacin, debido a la presin de diferentes tipos de intereses, son excesivamente altos y requieren una decisiva intervencin tendente a evitar su degradacin, aunque para ello tengan que adoptarse, de verdad, medidas adecuadas para conseguir una verdadera proteccin patrimonial de todos aquellos elementos que constituyen nuestro legado histrico. Por ello, y con esto finalizo, en estas conclusiones, como en muchas de las anteriores, queremos llamar la atencin a las autoridades responsables, sobre la obligacin y la responsabilidad histrica y poltica que tienen de conservar y transmitir el legado histrico arqueolgico heredado; vigilar e impedir cualquier accin que vaya en detrimento o perjuicio de la riqueza patrimonial de nuestra comarca y actuar siempre en defensa del inters pblico que, en el caso que nos ocupa, no aspira ms que a que se proteja y conserve aquello que dictan las leyes. Con la ilusin de que los datos que se reflejan en las Actas de estas I Jornadas de Arqueologa y Patrimonio contribuyan a difundir entre la poblacin el amor a los elementos heredados del pasado y nos abran nuevos caminos a la investigacin, al tiempo que consolidan los ya iniciados, quedamos emplazados a un nuevo encuentro en cualquier otro pueblo o ciudad de la Comarca.

Mario L. OcaaDirector del Instituto de Estudios Campogibraltareos

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SUMARIO

PROGRAMA DE INVESTIGACIONES ARQUEOLGICAS EN EL CASTILLO DE JIMENA DE LA FRONTERA (CDIZ) Miguel ngel Tabales Rodrguez ......................................................................................................................................... 9 ESTUDIANTES EN BAELO CLAUDIA UNA EXPERIENCIA DE PROTECCIN DEL PATRIMONIO EN LA ESCUELA Josefa Contreras Moreno / ngel J. Sez Rodrguez ........................................................................................................ 31 LA PORTADA DE SAN MATEO EN TARIFA Andrs Bolufer Vicioso ...................................................................................................................................................... 39 ACTUACIN EN LAS CANALIZACIONES DE LAS TERMAS DE CARTEIA Margarita Garca Daz y otros .......................................................................................................................................... 55 EL RECINTO NORTE DE LA ALGECIRAS MEDIEVAL: DOS NUEVOS ELEMENTOS DE SU SISTEMA DEFENSIVO Rafael Jimnez-Camino lvarez / Pedro Gurriarn Daza ............................................................................................... 71 EMBARCADERO DEL RO PALMONES (ALGECIRAS). SNTESIS SOCIOECONMICA Y PERSPECTIVAS DE INVESTIGACIN Jos Ramos Muoz y otros ................................................................................................................................................. 95 EL YACIMIENTO DE LOS ALGARBES II (TARIFA, CDIZ) Y LA OCUPACIN IBRICA EN EL CAMPO DE GIBRALTAR Juan Antonio Martn Ruiz y otros .................................................................................................................................... 107 ARTE SUREO: NUEVOS DESCUBRIMIENTOS Y SITUACIN ACTUAL DEL ARTE RUPESTRE DEL EXTREMO SUR DE LA PENNSULA IBRICA Lothar Bergmann y otros ................................................................................................................................................. 117 EL RO PALMONES (LOS BARRIOS, CDIZ) Y LAS SOCIEDADES PORTADORAS DEL TECNOCOMPLEJO ACHELENSE O MODO 2. UNA APROXIMACIN A SU ESTUDIO Vicente Castaeda y otros ................................................................................................................................................ 125 LA PEA: ENTRE EL PALEOLTICO MEDIO Y LA PREHISTORIA RECIENTE Juan Jos lvarez Quintana ............................................................................................................................................ 135 EL CEMENTERIO ISLMICO DEL FUERTE DE SANTIAGO (ALGECIRAS, CDIZ). NUEVAS EXCAVACIONES Y SNTESIS INTERPRETATIVA Jos Mara Tomassetti Guerra y otros ............................................................................................................................ 147 SANTIAGO, EL LTIMO FUERTE DE ALGECIRAS ngel J. Sez Rodrguez / scar Sez Rodrguez ........................................................................................................... 171 'ALLENDE EL RO' SOBRE LA UBICACIN DE LAS VILLAS DE ALGECIRAS EN LA EDAD MEDIA: UNA REVISIN CRTICA Rafael Jimnez-Camino lvarez / Jos Tomassetti Guerra ............................................................................................ 183

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LA PRIMERA FORTIFICACIN SOBRE EL ISTMO DE GIBRALTAR. METODOLOGA DE TRABAJO PARA SITUAR EL TRAZADO DE UNA FORTIFICACIN EFMERA Manuel Lpez Fernndez ................................................................................................................................................. 211 LA EXPLOTACIN DE RECURSOS MARINOS EN POCA ROMANO-REPUBLICANA. RESULTADOS DE LA ACTUACIN ARQUEOLGICA EN PUNTA CAMARINAL-EL ANCLN (BOLONIA, TARIFA, CDIZ) A. Arvalo Gonzlez y otros ............................................................................................................................................. 221 VILLA VICTORIA, UNA FIGLINA ALTOIMPERIAL EN EL TERRITORIUM DE CARTEIA Dario Bernal y otros ........................................................................................................................................................ 235 NOVEDADES SOBRE ESTABLECIMIENTOS ALFAREROS ROMANOS EN EL ARCO NORTE DE LA BAHA DE ALGECIRAS (CDIZ) Jos M Tomassetti Guerra / Salvador Bravo Jimnez ................................................................................................... 251 ESTADO ACTUAL DEL PATRIMONIO ARQUEOLGICO SUMERGIDO EN LA BAHA DE ALGECIRAS Milagrosa Jimnez Melero / Ral Gonzlez Gallero ...................................................................................................... 265 NUEVAS INTERPRETACIONES ARQUEOLGICAS PARA LA PUESTA EN VALOR DE LA CIUDAD DE CARTEIA (SS. VII A.C- S. XIV D.C) Lourdes Roldn Gmez y otros ........................................................................................................................................ 271 PROSPECCIN ARQUEOLGICA SUBACUTICA CON SONDEOS FRENTE A LA COLONIA DE PUENTE MAYORGA (SAN ROQUE) Ral Gonzlez Gallero y otros ......................................................................................................................................... 287 NUEVAS CETARIAE EN IULIA TRADUCTA AVANCE DEL CONTROL ARQUEOLGICO EN CALLE SAN NICOLS 1 Dario Bernal Casasola / J. A. Expsito lvarez ............................................................................................................. 293 APROXIMACIN AL ESTUDIO DEL POBLAMIENTO HISTRICO EN EL ENTORNO DE JIMENA DE LA FRONTERA A TRAVS DE LA TOPONIMIA Rafael Sabio Gonzlez ..................................................................................................................................................... 309 LA EVOLUCIN DEL VALOR SOCIAL DEL PATRIMONIO, EL EJEMPLO DE CARTEIA Manuel Galiano Len ...................................................................................................................................................... 323 INTERVENCIONES ARQUEOLGICAS EN EL POLGONO INDUSTRIAL DE GUADARRANQUE: NUEVOS HALLAZGOS Francisca Piatel Vera .................................................................................................................................................... 337 ALGECIRAS ALTOMEDIEVAL. SECUENCIA ARQUEOLGICA AL NORTE DEL RIO DE LA MIEL: DEL SIGLO IX AL SIGLO X Jos Surez Padilla y otros .............................................................................................................................................. 359

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Comunicaciones

PROGRAMA DE INVESTIGACIONESARQUEOLGICAS EN EL CASTILLO DE JIMENA DE LA FRONTERA. CDIZMiguel ngel Tabales Rodrguez

El presente trabajo pretende dar a conocer los resultados generales de un programa de actuaciones arqueolgicas destinado a la obtencin de informacin material, relativa a la evolucin constructiva del castillo de Jimena de la Frontera. La delimitacin de los elementos arquitectnicos emergentes, las cotas de las distintas ocupaciones, la comprensin espacial y funcional de cada perodo y sobre todo el entendimiento del mismo proceso de transformacin, constituyen argumentos esenciales de un programa de investigaciones vinculado al proyecto de restauracin, del que forma parte y del cual obtiene su justificacin.

1. JUSTIFICACIN La investigacin arqueolgica, independiente y extensa por su naturaleza cientfica, a pesar de que puede justificarse por s sola en otras circunstancias, debe en este caso su razn de ser a la restauracin arquitectnica emprendida por la Delegacin Provincial de Cultura de la Junta de Andaluca con el apoyo del ayuntamiento de Jimena. Este dato es esencial para entender el sentido del programa de actuaciones ya que su principal objeto es el de servir a la restauracin y posterior uso pblico del yacimiento proporcionando selectivamente aquellos datos materiales esenciales para su comprensin, consolidacin y recuperacin. Esto debe entenderse con claridad pues se traduce en una disminucin real y lgica de los objetivos cientficos puntuales (que ni excluye ni coarta) para centrarse fundamentalmente en el proceso de cambio general y en la realidad arquitectnica como argumento arqueolgico principal. Es por tanto la recuperacin y no la investigacin la que determina el orden e intensidad de nuestra labor. Sera absurdo plantear un trabajo de este tipo, no obstante, obviando el valor puntual de cada fase, las potencialidades y expectativas locales existentes o incluso, desestimando la insercin del asentamiento en el entorno. Por ello mantenemos una visin amplia del anlisis fruto de lo cual se incorporan estudios de materiales, prospecciones fsicas y superficiales e indagaciones documentales, manteniendo en la medida de lo posible un asesoramiento continuo por parte de los especialistas zonales y temticos.

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La intervencin es pues de apoyo a la restauracin y este carcter debe asumirse con todo rigor pero tambin con la mayor elasticidad posible, entendiendo que la oportunidad histrica de destruir investigando (excavando) descarta aproximaciones cientficas futuras, por lo que cada paso dado en ese sentido debe acompaarse de un nivel de documentacin alto. La lgica de la indagacin arqueolgica se supedita e integra en el programa de recuperacin general; su discurso en ese sentido es autnomo y no demasiado cmodo pues deben hacerse confluir intencionalidades de orden poco compatibles tales como el uso pblico contra el inters cientfico, la consolidacin de una fase determinada y no de otra tal vez ms vistosa, el inters por una poca concreta (habitual entre historiadores ya que, por lo general, los excavadores lo son al ser especialistas en perodos histricos: prehistricos, clsicos, medievales, etc.) en lugar de la necesidad de valorar por igual todo el proceso, etc En este caso y como consecuencia de lo expuesto, el equipo de investigacin mantiene una clara vinculacin con la direccin facultativa y est formado por arquelogos con experiencia tanto en rehabilitacin arquitectnica como en la lectura de los procesos de transformacin material histrica. Claramente no somos ni los mejores especialistas en el perodo islmico de la zona, ni los investigadores mejor preparados para analizar las fases pre-romanas locales, y mucho menos los mejores conocedores de Jimena de la Frontera y su historia local, pero, probablemente, s podamos aportar una visin general de todo ello en conjunto.

2. ACTUACIONES Los trabajos realizados en el castillo de Jimena de la Frontera, en realidad Antigua ciudad amurallada de Oba-Shemina1 han contado con la presencia de un equipo interprofesional compuesto por arquelogos, historiadores del arte y arquitectos que se han volcado principalmente en la comprensin de la estructura emergente desgranando su superficie y caracterizando cada fbrica.2 Dicho estudio ha estado acompaado por la excavacin de cinco sondeos estratigrficos en las zonas esenciales del conjunto; sus resultados, muy clarificadores, nos permiten a da de hoy plantear los futuros trabajos de excavacin y prospeccin extensiva con cierto conocimiento del sustrato. En la ladera oriental de la ciudad se ha procedido a limpiar e identificar una parte del complejo poliorctico completamente destruido al menos en tres ocasiones, extremo que ha conllevado la organizacin de una consolidacin de emergencia de las estructuras ms llamativas, que son las del perodo alto y bajoimperial romano. Mediante un sondeo en la base de la muralla ms antigua pudimos establecer una teora sobre la adscripcin cronolgica de los tres amurallamientos sucesivos (alto y bajo romano) y almohade-merin. Por su parte, en el extremo opuesto, en el lado oeste, las bvedas concrecionadas que soportaban una terraza destruida avanzada sobre la ladera, han sido limpiadas e interpretadas como la base de un magnfico templo tetrstilo prstilo muy similar a los de la trada capitolina de la cercana Baelo, completamente desaparecido, salvo algunos detalles de su molduracin recuperados in situ y en los rellenos. En este sector se ha hecho patente ms que en ninguna otra zona la necesidad de acometer tareas urgentes de consolidacin de unas estructuras de dos mil aos de antigedad que amenazan desplome.

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Trabajos financiados por la Consejera de Cultura de la Junta de Andaluca en colaboracin con el Ilmo. Ayuntamiento de Jimena de la Frontera. Formaron parte de los estudios de apoyo a la restauracin del castillo, dirigida por el arquitecto Francisco Reina. Agradecemos la colaboracin de Hamo Sassoon y de Jos Regueira durante el proceso de investigacin y restauracin de los restos.

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Comunicaciones

En el interior del aljibe almohade se ha realizado un notable esfuerzo para vaciar una mnima parte de su relleno hasta conocer su profundidad mxima, que se manifest a tres metros de profundidad, determinando una altura de 635 m hasta la clave desde el pavimento de losas. En la fortaleza, junto a la Torre del Homenaje se plante un corte que determin la fecha clara de su ereccin, a inicios del siglo XVI, as como el descubrimiento de la articulacin de dependencias interiores de poca moderna. En el exterior, descubrimos la factura y seccin del foso militar de 1812 as como parte de la urbanizacin romana e islmica de la ciudad cortada por ste. Durante la campaa de 2003 ha sido completamente excavado, localizndose los restos del antiguo puente medieval de acceso a la fortaleza, remodelado durante la Guerra de la Independencia. En definitiva, tareas que han aportado algo de luz tanto en la datacin como en la valoracin del conjunto, pero que a su vez, como era de esperar, plantean por un lado nuevas y futuras indagaciones y por otro un programa de consolidaciones y puesta en valor ambicioso. 3. ANTECEDENTES HISTRICOS Los primeros indicios de ocupacin prehistrica en el sector lo constituyen las pinturas rupestres de la Laja Alta y la Cueva de la Chinchilla en el mismo cerro del castillo (Schubart 1993). En el siglo I a.C. hay evidencias de la existencia de un asentamiento libio-fenicio bajo la denominacin de Obaen base a las monedas bilinges localizadas; en la descripcin de la Btica de Plinio se seala el origen pnico de los habitantes de las costas y de algunas ciudades interiores vinculadas a una procedencia norteafricana y fenicia. Isidoro Gmez habla de poblamientos anteriores (tartesos, bstulos, turdetanos) basndose en la toponimia. Se constatan acuaciones de monedas desde el 100 al 23 a.C. (Vargas Machuca 1973). Tras la conquista romana de los nuevos territorios se respetan algunos de los nombres de poblaciones ya existentes. Se latiniza el nombre del municipio pasando a denominarse Repblica Obensis gozando de estatuto de municipio de derecho latino durante el gobierno de Vespasiano ( 69-79 d.C.) convirtindose en una ciudad regida por un senado local y aparecen magistrados como los duumviri y los aediles. Hay inscripciones que pueden fecharse en el siglo I y el II d.C. (Sassoon 2001) Desde el siglo III d.C. desaparece la documentacin referente a Oba y no se conoce la influencia de las invasiones germnicas en la zona. En las proximidades de San Pablo de Buceite se encontr una lucerna de bronce cincelado con forma de paloma y atribuible al siglo IV, en el cerro de los Zarzales una moneda de Constantino, tambin del siglo IV; parece que durante este periodo Jimena de la Frontera se convierte en un mero puesto fronterizo. Entre los siglos V-VIII (aprox. 554 d.C.) los bizantinos se instalan en una amplia franja de terreno entre la desembocadura del Jcar y la del Guadalquivir. Parece que la instalacin de una guarnicin bizantina no tiene duda basndose en materiales de cimentacin romano-bizantinos del castillo, especulndose sobre la Torre del Homenaje y su doble muralla defensiva como estructura de inspiracin romano-bizantina. No existen referencias documentales relacionadas con Jimena de la Frontera en poca de la conquista islmica; parece que en el curso de la campaa que Musa llev a cabo contra Medina Sidonia, en 711, pudo pasar a poder musulmn el enclave de Jimena de la Frontera. Desde el ao 1059 pasa a depender del reino taifa de Sevilla. A finales del siglo XII, segn Alfajeme Ruano, durante el dominio almohade sevillano, el castillo sufre reformas: transformacin del torren circular, construccin de los aljibes, torre albarrana y puerta de entrada. Parece que en esta poca no tiene importancia poblacional sino tan slo de tipo militar (Alfajeme 1978). La primera noticia escrita sobre la Jimena islmica la encontramos en el ao 1293 en un texto en el que el sultn merinita Abu Yacub entrega al rey nazar de Granada las ciudades de Algeciras, Ronda y sus distritos adems de algunos castillos entre los que figura el de XEMINA con una importante poblacin como consecuencia de las conquistas castellanas de todo el occidente andaluz (Bueno 1998). En 1431 Jimena cae en manos cristianas tras el asalto del Mariscal de Castilla Pedro

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Garca de Herrera. Se despuebla la villa volviendo a su carcter puramente militar dependiente de Jerez. Poco despus, en 1451 se reconquista por parte musulmana para volver en 1456 definitivamente a ser conquistada por los castellanos (Valverde 1996). Tras siglos de abandono, al pasar la poblacin a ocupar el emplazamiento actual en la ladera norte, en 1811 se realiz la ltima gran reparacin durante la Guerra de la Independencia. En el presente, la denominacin castillo hace referencia al antiguo conjunto urbano amurallado romano e islmico. La alcazaba o alczar, muy transformada a comienzos del XIX, y abandonada desde entonces, se sita al sur, sobre uno de los dos promontorios que destacan sobre el terreno. En el extremo norte, existe una elevacin similar en la que en la actualidad se ubica el cementerio local. El resto de la antigua villa, accesos y arrabales ha soportado y lo sigue haciendo en parte una actividad agropecuaria que ha contribuido a la desaparicin y ocultamiento de los restos de la antigua ciudad (Regueira 1988). En el centro de la villa se han ido abriendo grandes aljibes desde la poca romana, destacando por su volumen el gran aljibe almohade, el recin restaurado aljibe de Edad Moderna, y desde los aos setenta del siglo XX, la cisterna municipal, en pleno uso. 4. PLANTEAMIENTO METODOLGICO Se ha diseado una estrategia de intervencin acorde con nuestro modelo habitual de aproximacin a edificios histricos (Tabales 2002).ACTUACIONES PREVISTAS FASE I ACTIVIDADES 1. Redaccin del Programa General de actuacin arqueolgica en el castillo y primer anlisis de las edificaciones. 2. Estudio de alzados. 3. Excavacin arqueolgica. - Sondeos prospectivos. - Limpiezas arqueolgicas. 4. Informe provisional. 1. Excavacin del sector alcazaba y accesos. 2. Control y apoyo de las labores arquitectnicas. 3. Informe provisional. 1. Excavacin del sector antiguo acceso romano y plataforma. 2. Control y apoyo de las labores arquitectnicas. 3. Informe provisional. 1. Excavacin sectores urbanos. 2. Control y apoyo de las labores arquitectnicas. 3. Informe provisional. Redaccin Memoria Cientfica. - Sntesis final. - Anlisis final y Acta de depsito de materiales. - Analticas y estudios derivados finales.

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FASE COMPLEMENTARIA 1. Prospeccin arqueolgica de la ladera meridional. 2. Prospeccin geofsica. 3. Investigaciones documentales puntuales.

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Comunicaciones

La primera campaa de estudios arqueolgicos en el castillo de Jimena ha culminado las siguientes actividades:3 1. Redaccin del programa general de actuacin arqueolgica en el castillo y primer anlisis de las edificaciones: a) Coordinacin del proceso con la Delegacin Provincial de Cultura de Cdiz. b) Coordinacin tcnica y cientfica con la direccin facultativa. c) Documentacin bsica. d) Toma de datos in situ relativos a la estructura conservada. e) Elaboracin de la primera aproximacin a su evolucin constructiva. f) Organizacin de un programa general de investigacin arqueolgica del castillo. 2. Estudio de alzados. Se ha realizado durante los primeros meses en la primera fase al mismo tiempo que las excavaciones y limpiezas arqueolgicas. Consta de cuatro actividades aplicadas a todo el permetro urbano:4 a) Aproximacin bsica a la edificacin: identificacin, numeracin, estudio de adosamientos, tipos de fbrica, etc b) Anlisis estratigrfico. c) Anlisis tipolgico. d) Anlisis constructivo (crtico-descriptivo). 3. Sondeos prospectivos en los diferentes mbitos del conjunto destinados al establecimiento de un perfil topogrfico y ocupacional general para cada una de las fases de ocupacin. Los cortes terminados fueron: S-I: Base del torren circular de la alcazaba. S-II: Foso y antefoso de la alcazaba. S-III: Sondeo muralla oriental. S-IV: Inmediaciones de la plataforma abovedada meridional. S-V: Aljibe almohade 4. Limpieza arqueolgica y excavacin de los sectores: a) Sistema de accesos actual al castillo y aljibe. Limpieza de la muralla, la barbacana, liza y antemuro del sector oriental. b) Plataformas y bvedas del sector occidental de la muralla. La segunda campaa se ha centrado en la recuperacin integral del foso de la fortaleza.5

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Campaa dirigida por Pablo Oliva Muoz. Arquelogos Gregorio Mora Vicente y Rosario Huarte. Trabajos realizados por el Departamento de Construcciones Arquitectnicas 2 de la Universidad de Sevilla; Amparo Graciani Garca, Jos Mara Calama Rodrguez, Arturo Prez Plaza, Luis Alberto Nez, coordinados por M.A. Tabales. Trabajo dirigido por Juan Miguel Pajuelo junto a Raquel Utrera.

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4. ESTUDIO BSICO DE LA ESTRUCTURA EMERGENTE Sistemas de contacto murario Se aprecian las siguientes evidencias generales: - El castillo es monofsico, superponindose todos sus lienzos sobre restos previos sin adosamientos ni encastres laterales. - El torren del homenaje es una entidad unitaria sin conexin con alzado alguno, salvo con el murete diafragma que le sirve a oriente como caja de la escalera de acceso a la primera planta. ste se le adosa. - La Puerta del Reloj es una entidad plurifsica que manifiesta la presencia de al menos cinco procesos de transformacin (dos romanos, un impreciso y dos islmicos) cuyo resultado final es el que hoy observamos probablemente inalterado en lo sustancial desde la poca benimer. - El sector occidental presenta una continuidad muraria slo rota por refacciones e implementaciones de pocas diversas. Creemos que es la antigua muralla romana reparada en numerosas ocasiones. - El sector oriental refleja dos reas diferenciadas. La situada junto a la puerta del reloj presenta al menos tres lneas de muralla destruidas (dos romanas y una bajomedieval). Junto al castillo la muralla es ntegramente islmica con tres salvedades: Est coronada por las reformas napolenicas. En algn punto se yuxtapone sobre restos de la muralla romana antigua. Afloran los restos de la segunda muralla romana, desestimada en la Edad Media, y hoy visibles a manera de falsa barbacana, situados sin ninguna concomitancia a un metro al exterior de los lienzos. - El sector meridional es inaccesible momentneamente por la presencia del cementerio local as como de huertos particulares y cortados de difcil acceso. Tipos de fbrica Tras una primera aproximacin al castillo advertimos el empleo de un nmero elevado de fbricas que delatan una diversidad edilicia superior a lo comn explicable por las diversas reformas emprendidas desde la protohistoria hasta nuestros das (figura 1). Inicialmente han sido detectados diecisis tipos con diversas variantes o subtipos que no trataremos en este apartado provisional. Parece existir una clara correlacin entre los tipos de fbrica y los perodos histricos en los que stas fueron habituales; solamente hay divergencias en uno de los tipos (mampostera menuda regularizada) presente en reformas de difcil adscripcin desde la Edad Media hasta nuestros das. Es habitual en nuestros trabajos incorporar nuestras clasificaciones tipolgicas (Tabales 1997) tanto a la primera lectura como a los estudios pormenorizados posteriores; sin embargo, salvando generalizaciones claras, es evidente que dicha estructuracin falla en los distintos aparejos relacionados con el mampuesto. Por ello, y dado que la mayor parte de los tipos aqu presentes son variaciones de dicha fbrica, hemos considerado oportuno crear una nueva secuencia numerada que servir de matriz a futuros trabajos.

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Comunicaciones

Figura 1. Principales fbricas murarias en Jimena de la Frontera.

A pesar de que las fbricas murarias que han sido sistematizadas en los diferentes sectores del recinto de Jimena de la Frontera no destaquen por su excepcionalidad en cuanto a calidad de ejecucin y tratamiento superficial, hay que reconocer un doble inters a este conjunto con relacin a este asunto. Por una parte, las tipologas predominantes ponen de manifiesto las vinculaciones y las relaciones constructivas que histricamente ha existido con otros centros del entorno, como por ejemplo en lo que se refiere a las fbricas romanas, con la Carteia imperial. En segundo lugar, a travs de la diversidad de fbricas que hemos podido determinar, quedan patente las constantes intervenciones que histricamente se han producido en este sector, desde el siglo II a.C. (especialmente en el sector oriental, que ha sido excavado) hasta las recientes actuaciones de carcter parcial de hace unos aos. No obstante, los restos murarios corresponden fundamentalmente a las pocas romana (alto y bajoimperial), medieval (islmico, XII-XIII y cristiano XIV), moderno (XV-XVII) y contempornea (de poca napolenica, a comienzos del siglo XIX). Aunque en menor medida hay fbricas mixtas, las fbricas predominantes en Jimena de la Frontera son las ptreas, de modo que la presencia de piezas latericias se limita, prcticamente, a acuamientos y a verdugadas de ladrillo de un pie que se alternan en hiladas con mampuestos reutilizados (B.2.1) y que por tanto tienen como finalidad la de regularizar fbricas de mampostera. Las fbricas ptreas corresponden a una amplia diversidad (sillera, opus vittatum y diversos tipos de mampostera); de entre las de poca romana, las fbricas predominantes concretamente fueron realizadas en opus vittatum, una tcnica muy habitual tanto en la Btica romana, como en otras provincias del Imperio, por su practicidad, facilidad de ejecucin y solidez.

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Figura 2. Estratigrafa de la Torre del Reloj.

Los sectores de mayor complejidad tipolgica son el Sector 1 (de la Puerta del Reloj, donde llegan a encontrarse hasta ocho tipologas diferentes) y el 2 (sector de la muralla oriental, especialmente en la zona recientemente excavada); en ocho sectores, las fbricas ms antiguas corresponden cuanto menos al siglo I a.C. e incluso, en funcin de la cermica de excavacin, podran retrotraerse al siglo II a.C. (A.1.0, sector muralla oriental). En cuanto a la calidad de ejecucin y tratamiento superficial, por la finura en su tratamiento pulido de su haz, destacan algunas fbricas del sector de la Puerta del Reloj y de la muralla occidental, correspondientes a poca romana (figura 2). Concretamente, las tipologas A.1.1 y A.1.2, referidas como Opus Quadratum y Opus vittatum A, respectivamente, que aparecen en el Sector de la Puerta del Reloj y la tipologa A.1.3. referida como Opus Vittatum B, en el sector de la muralla occidental, en la fbrica correspondiente al basamento del templo. En general, los diversos tipos constatados de fbricas ptreas estn conformados por piezas bastante irregulares, a excepcin de las piezas isdomas del A.1.4 bis y de las seudoisdomas, en hiladas de diferente altura del Opus quadratum (A.1.1.) y de los Opus vittatum C y D (A.1.4 y A.1.5). Esta irregularidad en cuanto a las piezas est tambin presente en las fbricas de mampostera ordinaria, donde en contraposicin para obtener la horizontalidad de tendeles y regularizar las fbricas en la medida de lo posible, se recurre a cuas regularizadoras ptreas o cermicas, (B.1.1, B.1.3 y B.1.4), encadenados de sillares y sillarejos en los ngulos, hiladas alternas de regularizacin (mampostera regularizada B.1.2). Por esta amplia diversidad tipolgica, el castillo de Jimena de la Frontera se ofrece como un abanico de soluciones, especialmente en cuanto a fbricas de mampostera de diferentes momentos de la historia.

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Figura 3. Limpieza arqueolgica del sector oriental.

5. LIMPIEZAS ARQUEOLGICAS Lienzo oriental El trabajo realizado en la ladera de oriente del castillo constitua una limpieza arqueolgica general. Para llevar a cabo la misma se traz un programa de actuacin que parta de la delimitacin de una serie de sectores de cinco metros de anchura cada uno a partir de la Torre del Reloj (flanco sur), hasta el encuentro con el lienzo rehecho en el ao 1992. En definitiva de la compartimentacin resultaron once sectores (C-M), tratados de diferente forma respecto de las dificultades y los resultados cientficos que ofrecan cada uno. La finalidad de este trabajo radicaba en la comprensin del sistema poliorctico del castillo, ya que en este lado la muralla era parcial debido a la acumulacin de tierras y el derrumbe de la ruina en la que est constituida la defensa. En este punto se presentaban varios interrogantes, como la cronologa precisa del propio paramento, la presencia de restos anteriores en alzado, la existencia de un antemuro, etc (figura 3). El sistema de trabajo ideado se basaba en el rebaje exhaustivo de cada sector, llegando hasta la cimentacin de los lienzos en los lugares que fuese oportuno, intentando aclarar en todos los casos la secuencia estratigrfica de las fases, mediante la recogida sistemtica del material que los rellenos ofrecan. Los resultados se sintetizan en este esquema:

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UNIDAD 521 526 543 534 553 585 573 504 650-639-583 636-643-663 684

ELEMENTO Paramento de opus vittatum A. Paramento opus quadratum. Torre del recinto inicial. Plataforma de cimentacin del bastin. Muralla de levante. Opus vittatum C. Torre cuadrangular perteneciente al recorrido de 534. Calzada de caliza. Refuerzo de muralla 534 Torre del reloj Paramentos de articulacin urbana. Rellenos de destruccin de estructura urbana. Camino del cementerio.

CRONOLOGA Siglo I a. C. Siglo I a. C. Siglos II-III. Siglos II-III. Siglos II-III. Siglos II-III Siglo XIII Siglo XIII Siglos XIII-XV Siglos XV-XVI Siglo XX

COTA 18834 / 18678 18853 / 18678 18188 / 18138 (excavada) 18548 / 18768 19038 / 18553 18972 / 18997 18953 / 18358 18830 18997 19132 /18957 18848 / 19140

Limpieza arqueolgica del lienzo occidental (plataforma abovedada) A simple vista el lugar ofreca posibilidades manifiestas; primero porque se conservaba en bastante buen estado el permetro de la muralla defensiva de la ciudadela, cuyo recorrido encerraba un cubo que interiormente se articula mediante nueve bvedas de medio can. Puestas en relacin estas estructuras con la recientemente localizada muralla en el flanco oriental (unidad 575) y despus de realizarse el estudio paramental y tipolgico, comprendimos que ambos referentes podan ser puestos en relacin, siendo fechados en el siglo I a. C. A esta premisa habra que unir la frecuencia con la que aparece en esta zona material romano en superficie, bastando con realizar una leve prospeccin superficial para encontrar testimonios materiales de todo tipo, desde cermicas a fragmentos arquitectnicos de entidad, en concreto molduras, fustes de columnas etc (figura 4). Desde esta base nuestro trabajo persegua no solo la clarificacin de estas evidencias, sino la localizacin de una posible puerta de acceso a la ciudad antigua, que hubiese quedado fosilizada en determinadas etapas histricas. Esta suposicin se basaba en buena medida en grabados decimonnicos en los que se ofreca una panormica de la fortaleza desde el norte, aprecindose en dicho lugar las ruinas de un arco ms o menos monumental. Esta hiptesis quedaba igualmente refrendada con la existencia de una construccin como las citadas bvedas (cuya misin, como granero o espacio de almacenamiento simple cimentacin, se pretenda distinguir), que pudiese condicionar otro tipo de construcciones prototpicas en zonas de acceso tan abruptas como la nuestra, fundamentalmente relacionadas con las de tipo templario. Tambin eran evidentes replanteos y reparos en el perfil de la propia muralla, que hacan pensar que la secuencia obtenida en la de levante pudiese repetirse en esta zona. Por ltimo la existencia de un pavimento de ladrillos a la palma as como de algunos muros nos evidenciaban una ocupacin del sector hasta poca moderna; si bien de forma reciente el espacio permanece baldo y cubierto de vegetacin. Tras el desbroce general se decide acotar como espacio de trabajo una cuadrcula de 1330 x 15 m, la cual se divide en nueve compartimentos que oscilan en los 25 m 2. De ellos se trabaja en siete, realizando un rebaje medio de 090 / 110 m, teniendo en cuenta la irregularidad del terreno. Ante la pronta aparicin de los restos y la envergadura de la mayora se decidi establecer en uno de los estancos un corte arqueolgico con el fin de determinar estratigrficamente el sector. Este sondeo fue denominado como IV y su trabajo se llev a cabo a medida que avanzaba la propia limpieza. Las unidades descubiertas presentan un faseado que puede desarrollarse como sigue: - La presencia de un avanzado estado urbano entre los siglos I-II a. C con elementos de la entidad arquitectnica de una muralla, un conjunto de nueve bvedas de medio can entendido como aljibe o cimiento de un templo y una posible puerta de acceso a la urbe (figura 5).

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Figura 4. Limpieza arqueolgica del sector occidental (Bvedas).

- Nivel de arrasamiento de determinadas estructuras en los siglos II-III (templo), repavimentacin del espacio y refuerzo parcial de la muralla, como posible consecuencia de las invasiones de los siglos II-III. - Periodo de crisis o abandono superado en el siglo XIV con la construccin de un nuevo espacio residencial y manteniendo la orientacin ofrecida por los caones. - Nueva articulacin de la residencia en el siglo XVI, mantenimiento de algunas estructuras y formacin de diferentes espacios articulados mediante pilares primero, y posteriormente con muros que los sustituyen, hasta su definitivo abandono y progresiva degradacin a partir de los siglos XVI-XVII.UNIDAD 716 764 727 728 717 729 776 730 763 718 711 ELEMENTO Muralla de poniente de la fortaleza. Opus vittatum B. Cubierta sobre cubo de las nueve bvedas. Pavimento de losas con media caa. Moldura de piedra caliza. Refuerzo defensivo sobre ngulo N-W. Pavimento de losas calizas Pavimento de losas calizas Relleno de anulacin de suelo 729 bajo capa 763. Capa de cal, asiento de solera perdida. Paramento de articulacin. Solera de ladrillos a la palma CRONOLOGA Siglo I a.C. Siglo I a. C. Siglo I a.C. Siglo I a. C. Siglo II-III. Siglo II-III. Siglo II-III Siglo XIV. Siglo XIV. Siglo XIV. Siglo XVI. COTA 18996 19028 19044 / 19028 19166 / 18789 19053 / 19044 19006 /18992 19114 / 19053 19114 19160 / 19028 19128

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Figura 5. Reconstruccin hipottica del templo romano sobre el acceso original a Oba.

Limpieza del foso (fase 2- 2003) - Proceso inicial: La construccin del foso se ha fechado a travs del estudio paramental realizado durante el ao 2002 y de su similitud constructiva con el foso de Algeciras, dando una cronologa de los siglos XII-XIV, con caractersticas norteafricanas (figura 6). Es un foso seco de seccin en V con un refosete en su parte inferior para facilitar la limpieza del mismo, la seccin longitudinal del foso est pensada para que desage en una fisura natural de la roca, que lo mantendra limpio sin apenas esfuerzo; tal es as que incluso se situ en su parte occidental una poterna para el vertido de basura cuando se construye el foso. Est excavado en la roca tanto la escarpa como la contraescarpa y acondicionada en la parte superior de la primera, nivelndola para acomodar las murallas. Las grietas de la roca madre se hallan reforzadas con muros de piedras caliza medianamente escuadradas que, amoldndose a los huecos, los rellenan para evitar un fcil acceso por las mismas. Hay dos muros en esta construccin de grandes dimensiones, el primero (UE-58) se localiz durante la intervencin arqueolgica del ao 2002 (Tabales et alii 2002) y su tamao, de unos tres metros de largo y dos de alto, obedece a que cierra una cisterna romana cortada al ras para la realizacin de la obra del foso, el muro en cuestin se acomoda a la superficie de la roca ataluzndose siguiendo la seccin en V con la que se excav el foso, estando cimentado sobre la misma roca natural. El otro, UE-12, est realizado al igual que el anterior con piedra caliza escuadrada y unida por mortero de cal. Cierra una parte muy baja del foso en su zona oriental. Sobre ambos muros hallamos otro, UE-08, este realizado de mampuesto de piedra caliza y arenisca de la zona amalgamadas con mortero de cal de baja calidad y que

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Figura 6. Perfil del foso de la alcazaba islmica. Sondeo II.

interpretamos como muros que delimitan el foso en su parte septentrional, all donde la roca natural no alcanza a tener la elevacin necesaria. Estos muros aparecen a lo largo de todo el foso especialmente en la zona occidental donde documentamos un muro in situ y su parte superior volcada hacia atrs. La zona occidental del foso se halla, al igual que la oriental, excavada en la roca con la misma seccin en V pero a una mayor altura para desaguar por la fisura sealada anteriormente. A esta zona se le ha dejado un escaln, UE-51, recortado en la contraescarpa, y, sobre l, otro escalonamiento ms, UE-50. No conocemos la razn de estas construcciones pero puede que tengan que ver con elementos constructivos realizados con materiales perecederos hoy da desaparecidos. De la intervencin se desprende que la construccin del foso y las murallas medievales son parte de una misma obra, es decir, que los muros meridionales de la alcazaba son diferentes fases de una misma construccin. La falta de materiales de la poca se debe a que el foso esta en funcionamiento desde su construccin XII-XIV hasta su abandono en el siglo XVI, momento en que empieza su colmatacin progresiva. La falta de restos de los siglos XVII y XVIII en los vertidos de amortizacin est relacionada con las obras de acondicionamiento realizadas durante la guerra de independencia para poner en valor un elemento defensivo de primer orden como es el foso defensivo de la fortaleza. - Proceso moderno: El primer estrato que cubre al foso se fecha aproximadamente en la segunda mitad del siglo XVI, con un amplio repertorio cermico que abarca desde las producciones esmaltadas en blanco (blanco de Sevilla), hasta algunas importaciones italianas de la zona de Liguria, as como sus correspondientes imitaciones realizadas en los

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alfares sevillanos. El proceso de degradacin y abandono que pasa el castillo de Jimena en estos momentos se debe a la paz que impera en la zona desde el fin de la guerra con el reino de Granada a finales del Siglo XV. Es en este marco cuando se rellena la parte inferior del foso, quiz sirviendo de vertedero para toda la zona, una vez perdido el carcter defensivo principal. Lo cierto es que se trata de un relleno muy homogneo en toda su longitud con una acumulacin de materiales en la zona central del foso De esta poca no se conoce ninguna construccin en el castillo, siendo las ms cercanas en el tiempo la torre del homenaje de la alcazaba y parte de las murallas que la circundan, as como los restos de ocupacin (soleras y pavimentos) encontrados durante la campaa anterior. Todos estos restos son de la centuria anterior y relacionados con la ocupacin cristiana definitiva de la fortaleza. - Proceso contemporneo: En este periodo el paisaje de la alcazaba se transforma, recuperando gran parte del esplendor de los lienzos medievales pero, con las mejoras poliorcticas caractersticas de la poca, como los merlones para la fusilera. Su construccin se fecha en 1810, la fbrica contempornea en el caso de la alcazaba se sita directamente sobre los lienzos islmicos y con una lnea de estacas lgneas tpica del momento. En relacin al foso es ahora cuando se realiza una verdadera obra de acondicionamiento, creando un nuevo acceso a la alcazaba compuesto por un cuerpo realizado con sillares y sillarejos provenientes del propio castillo y unidos entre s por argamasa. Este cuerpo esta directamente apoyado sobre otro construido ex profeso en la zona sur, adems de los restos del acceso medieval tallado en la roca alisado con un muro de piedra caliza. En la zona norte se apoya a la embocadura formada por un cajn cerrado por su parte este por un muro de piedras escuadradas, que se cimienta directamente sobre una zapata tallada en la roca natural y esta cerrado en su lado oeste tambin por la roca natural. Esta embocadura formaba parte del acceso original de la alcazaba en los siglos XII-XIV, siendo su construccin muy similar a los muros conservados del foso de Algeciras. El cuerpo contemporneo tiene en su parte inferior una abertura relacionada con la evacuacin de aguas que saldra por una atarjea localizada en la zona este del foso y que desaguara a travs del lienzo oriental. Este nuevo cuerpo constituye la base para situar un camino de acceso estable y con fuerza suficiente para aguantar el peso de la artillera usada en la poca. Para situar el nuevo acceso a la fortaleza se realizaron trabajos de acondicionamiento del foso, nivelando toda su extensin con el relleno de un estrato de tierra y la colocacin de un firme de piedras de buen tamao, que se us como base para situar el acceso mas arriba sealado. Los trabajos del foso tambin tuvieron en cuenta su carcter defensivo, dotndolo, en su zona oriental, de un muro adelantado a forma de barbacana que protega tanto la torre de flanqueo este como el acceso ms practicable al foso por la contraescarpa. Mientras que en la zona oriental se dot tanto de torre albarrana como de muro barbacana, en el occidente solo se construy un lienzo apoyado sobre la roca natural y las murallas medievales que delimitaba lateralmente el foso y es defendido en su parte externa por la torre occidental del castillo. - Proceso de abandono: La mayor parte de los rellenos de colmatacin del foso provienen de este momento, es decir, desde el abandono tras la guerra de independencia a principios del siglo XIX hasta la dcada de los aos setenta del siglo XX, cuando se produce la ltima intervencin de importancia con la construccin del aljibe que nutre de agua a la poblacin hoy da. Este periodo es de un abandono total y de dedicacin exclusiva de la fortaleza para usos agropecuarios, convirtindolo en espacios para huertos, tanto en el interior del recinto amurallado como en las laderas orientales, llegando en algunos a conservarse hasta la actualidad la divisin de estos huertos.

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N 1 2 3 4 7 14

PROCESO EXPLOTACIN AGRCOLA Y RELLENOS DE AMORTIZACIN EXPLOTACIN AGRCOLA FORTIFICACIN ALCAZABA RELLENO DE ABANDONO FORTIFICACIN NORTEAFRICANA RELLENOS PROTOHISTRICOS

CRONOLOGA s. XX ss. XIX-XX 1812 s.s. XVI ss. XII-XIV ss. VIII-VI a.C.

COTAS 198,22 197,48 196,69 195,92 199,19 196,47

7. SONDEOS ESTRATIGRFICOS SE I. Torre del Homenaje. Este primer sondeo qued ubicado en las inmediaciones de la Torre del Homenaje. En concreto fue colocado en el sector oriental del alczar entre la muralla, la torre y el muro diafragma de acceso a sta. Entendamos que era esta la mejor localizacin para intentar dilucidar la evolucin del alczar y, sobre todo, para poder llegar a los niveles de cimentacin de la propia torre y as datarla de forma inequvoca. Tiene unas dimensiones de 5.50 x 4.85 metros y llegamos a identificar las siguientes unidades estratigrficas:UNIDAD 568 640 644, 673, 674 638 26 / 564 690 /696 ELEMENTO Pavimento Relleno Estructuras de habitacin Pavimento empedrado Torre del homenaje Estructuras islmicas CRONOLOGA 1812 XVII-XIX Inicios del siglo XVI Inicios del siglo XVI Inicios del siglo XVI Siglo XV COTA 205.25 204.78 204.73 204.58 204.10 204.30

SE II. Foso de la Alcazaba. El segundo de los sondeos qued localizado en el exterior del recinto amurallado del alczar. Concretamente llevamos a cabo una zanja de 15 x 2 metros que, con direccin norte-sur, parta desde el exterior de la muralla septentrional de dicho recinto. El objetivo principal de dicha zanja era el de poder visualizar, y poner en relacin las estructuras del foso defensivo y las propias de la urbanizacin interior del castillo. Las unidades que identificamos son las siguientes:UNIDAD 708 756 749, 761 762 709 ELEMENTO Relleno de huerta Muro del foso Muros interiores de la villa Pavimento interior de la villa Cisterna romana Roca madre CRONOLOGA Siglo XX 1811-1812 Siglos XV-XVI Siglos XV-XVI Siglos I-II COTA 198.14 196.34 197.70 197.04 197.58 196.84

SE III. Muralla oriental (sectores J-K) El sondeo supone un rea tendente a la cuadrcula, si bien su apariencia irregular se debe a las ampliaciones puntuales que se llevaron a cabo. La superficie total excavada fue de 8250 m2, formalizndose un espacio de 1100 m de largo por 750 m de anchura. Partimos de la cota mxima de 19250 que marcaba el relleno general que cubra por completo todas las estructuras a continuacin descritas (salvo el lienzo 579), hasta alcanzar la de 18788 que marcaba la zapata de la unidad 645, punto en el que abandonamos la excavacin. El resultado general de este trabajo fue la obtencin de una secuencia cronolgica completa del yacimiento, que a nivel estructural parte, como mnimo, del siglo I a.C., al XX; mientras que materialmente podemos remontarnos a la Edad del Bronce (siglos VIII-VII a. C.).

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UNIDAD 699 575 660 534 647 579 578

ELEMENTO Pavimento de opus signinum vinculado a muro 575 Paramento en damero, muralla oriental. Zapata interior de muralla 534 Muralla de levante Pavimento calizo Muralla de cierre oriental Pavimento calizo dispuesto en vas.

CRONOLOGA Siglo II-I a. C Siglo I a. C.. Siglos II-III Siglos II-III Siglos II-III Siglos XII-XIV Siglos XV-XVI.

COTA 18988 / 18950 19105 / 18854 18893 / 18823 19001 / 18763 18992 / 19313 / 19110 19159 / 19115

SE IV. Plataforma abovedada. Situado en la cuadrcula S-E de las que forman la superficie de limpieza de las nueve bvedas. Se trata de una planta de 450 x 380 m. El objetivo de este sondeo era determinar con mayor claridad la secuencia estratigrfica obtenida en la limpieza arqueolgica, y la presencia de estructuras vinculables al acceso de la ciudad. Partimos de la cota general de 19207 del relleno inicial, alcanzando la mxima de 19048. Los resultados obtenidos en este sentido pueden considerarse de manera siguiente.UNIDAD 766 753 773 / 745 741 736 735 ELEMENTO Relleno de anulacin de estructuras. Pavimento calizo Recodo Solera caliza. Capa de cal de anulacin de estructuras. Relleno General CRONOLOGA Siglos II-III Siglos II-III Siglo II-III Siglos XIV-XV Siglo XVI. Siglo XVI-XVII COTA 19010 / 19048 19070 19166 / 19070 19170 / 19160 19200 / 19196 19207 / 19200

SE V. Aljibe almohade. El sondeo V se llev a cabo en uno de los aljibes que se hallan repartidos por el interior del castillo. En concreto se trabajo en la esquina nororiental del aljibe situado delante del actual cementerio. El corte tena unas dimensiones de 3.35 x 3 metros y tambin se aprovech para hacer una pequea auscultacin en el flanco oriental exterior del mismo. Los objetivos perseguidos eran, en el caso de la zona exterior, intentar localizar algn tipo de estructura relacionada con el aljibe; mientras que en el interior intentbamos localizar la solera para as conocer su profundidad y estado de conservacin (figura 7). Tan solo identificamos dos unidades:UNIDAD 779 780 ELEMENTO Relleno de colmatacin Bvedas Solera original del aljibe Roca madre CRONOLOGA Siglo XVI Siglo XII Siglo XII COTA 193.64 197.24 190.54 196.27

8. APROXIMACIN A LA ESTRATIGRAFA DEL YACIMIENTO Los sondeos practicados en los diferentes sectores de la ciudad han revelado una topografa poco alterada si se la compara con otros yacimientos similares. La roca natural aflora a una cota relativamente cercana a la actual, debido a mltiples factores entre los que destaca, sobre todo, el uso agrcola al que fue sometido el recinto amurallado durante los ltimos quinientos aos. Por otro lado, aunque an no estamos capacitados para establecer consideraciones generales sobre el urbanismo interior, s puede advertirse una superposicin muy directa de las edificaciones islmicas merines sobre las romanas, con soterramientos muy dbiles y sin solucin de continuidad.

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Figura 7. El aljibe almohade tras la excavacin del Sondeo V.

Nuestras apreciaciones, por otro lado, adems de puntuales, se circunscriben a la mitad meridional del conjunto. Las limitaciones de distinto signo sufridas por nuestro equipo han imposibilitado practicar un sondeo en la zona norte, junto al cementerio, pues aunque se ha realizado un corte en el interior del aljibe almohade, situado en dicha zona, no es representativo de la estratificacin urbana. A pesar de todos los inconvenientes s estamos en condiciones de aportar una visin aproximada de la mitad meridional y en ese sentido establecemos la siguiente secuencia general:N 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 PROCESO RELLENOS DE AMORTIZACIN EXPLOTACIN AGRCOLA FORTIFICACIN ALCAZABA RELLENO DE ABANDONO OBRAS MODERNAS URBANIZACIN NORTEAFRICANA FORTIFICACIN NORTEAFRICANA RELLENOS DE AMORTIZACIN URBANIZACIN BAJOIMPERIAL FORTIFICACIN BAJOIMPERIAL RELLENOS DE AMORTIZACIN FORTIFICACIN REPUBLICANA RELLENOS PNICOS RELLENOS PROTOHISTRICOS CRONOLOGA 2 mitad del s.XX ss. XVI-XX 1812 s.s. XVI-XVII Inicios del s. XVI ss. XII-XV ss. XII-XIV ? ss. III-IV d.C. ss. III-IV d.C. ss. III-IV d.C. s. I a.C. ss. IV-II a.C. ss. VIII-VI a.C. COTAS snm 198-192 198-192 205 198-192 204 191-197 191-193 190 192 190 191 191 189 188

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Deben tenerse en cuenta como resumen las siguientes consideraciones: - Los niveles protohistricos se han localizado en la base de la muralla oriental de la ciudad, tanto al interior como al exterior de la misma. Pertenecen a rellenos arquitectnicos vinculados con la edificacin romana por lo que ignoramos si su posicin es primaria o secundaria. En cualquier caso, y bajo la ptica topogrfica que nos atae, puede afirmarse, adems de la existencia de ocupacin en el promontorio durante los siglos VII-VI, que la posibilidad de localizacin de restos arquitectnicos de este perodo es notable desde escasos centmetros bajo la superficie actual. - La misma consideracin debe hacerse respecto a los rellenos pnicos, ya que se superponen a los anteriores en la misma zona y bajo los mismos condicionantes. Sin embargo aqu debe constatarse la existencia de un paramento destruido por una de las torres del lienzo bajoimperial, que aflora en la ladera oriental, lo que advierte para intervenciones futuras de la existencia de construcciones de ese perodo en esa parte del cerro, sin edificios conservados sobrepuestos. - Las murallas romanas primitivas aportan un probable nivel de ocupacin interior en el sector oriental por debajo del metro desde la superficie actual. En este sector, por tanto deber tomarse en consideracin a la hora de excavar, que en menos de un metro se suceden niveles de pavimentacin desde el siglo XV al I a.C. sin una pauta de superposicin. - La ocupacin del siglo III-IV se manifiesta en el sector oriental de manera clara mediante la conservacin de pavimentos de losas calizas y suelos de signinum de mala calidad a escasos centmetros de la superficie actual; por el contrario en la parte occidental, junto a las bvedas, se ubica a algo ms de un metro debajo de grandes niveles de escombros medievales. En ambos casos, y suponemos que en el resto de la villa, el acceso a dichas cotas es relativamente cmodo. - En todo el yacimiento, desde el castillo hasta la Puerta del Reloj, los niveles de pavimentacin medievales son fcilmente accesibles pues se localizan bajo las capas de amortizacin (siglos XVI al XX) que constituyen la superficie actual. Es previsible, por tanto una relativa conservacin de las estructuras islmicas inmediatamente debajo de la superficie tal y como se vio en la zanja practicada junto a la muralla diafragma del castillo.

9. PROCESOS CONSTRUCTIVOS GENERALES Las observaciones indagatorias iniciales apuntan hacia un esquema de superposicin muy similar al argumentado por diversos autores (Torremocha, Regueira, Corzo, Sassoon, etc.) consistente en la presuncin de una ocupacin romana a la que se superpuso en el siglo XII un nuevo amurallamiento que se sirvi parcialmente del anterior (Torremocha 1996) y sobre el cual se levantaron en el siglo XV la torre del homenaje y en el XIX las defensas de la alcazaba. (figura 8) Una revisin pormenorizada de los sistemas de adosamiento, as como la identificacin de los diversos tipos de aparejos presentes en la cerca urbana y de la fortaleza, as como la lectura de paramentos y los sondeos estratigrficos practicados evidencian efectivamente la presencia de cuatro grandes sistemas amurallados: - Muralla urbana romana - Muralla islmica - Reformas castellanas. - Reformas de la guerra de la independencia. No obstante, y en contraposicin con la uniformidad de las tres ltimas operaciones, la denominada fase romana ofrece al menos tres variables constructivas que responden a concepciones militares diferentes:

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Figura 8. Adscripcin cronolgica de las estructuras localizadas.

Primera fase romana. - Primeras estructuras, caracterizadas por el uso de fbricas de opus vittatum con emplecton cementicio. Son aparejos de bloques a hueso de roca arenisca local dispuestos en hiladas horizontales, a veces isodomas, otras con piezas cuadrangulares bien escuadradas pero de distinto tamao, manteniendo la regularidad de hilada, e incluso en ocasiones con sillares bien escuadrados a juntas vivas. La caracterstica principal de estos muros es el perfecto acabado ya que las piezas aparecen a cara vista tallada. - Corresponden a esta fase en la cara oriental de la cerca urbana, dos fragmentos de lienzo situados en las inmediaciones de la puerta del reloj (uno bajo el camino actual del cementerio y la misma puerta, y el otro en un huerto contiguo). El de la puerta dispona de una torre cuadrangular de sillares de roca caliza. En el permetro de la cerca se advierten fragmentos de lienzos o zcalos con esta fbrica bien aislados o bajo murallas islmicas. En el sector occidental, hacia el ro, el bastin de las bvedas y los lienzos contiguos responden tambin al mismo esquema. - La cronologa es claramente altoimperial, con paralelos de aparejos similares durante el perodo augusteo (cambio de Era), si bien, como sucede en las principales ciudades romanas de la zona (Carteia, Lacipo, Baelo, etc.), existe una vinculacin entre las tendencias constructivas romanas representadas por el uso del vittatum de calidad (Ocuri, Carteia) y la tradicin pnica representada por la tendencia a la horizontalidad combinada con bloques de distinto tamao [Carteia, Baelo, Dhuga, Lixus... (Puertas Tricas 1998)]. Por tanto, y como hiptesis de trabajo entendemos que este primer cercado (detectado hasta el momento) es del siglo I d.C., realizado por gente de origen pnico muy influenciado por la tcnica romana.

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- El esquema supondra la existencia de una ciudad pnica amurallada y mejorada por los invasores en el perodo altoimperial. El tipo de muralla, su escasa consistencia, las fbricas a hueso vistas, el bastin de las bvedas, que cimentaba un templo de entrada, nos hablan de un fin para este pomerium menos militar que propagandstico. Parece un bello escenario imperial destinado a impresionar a la poblacin autctona y en menor grado para una defensa efectiva (en esa poca no existen peligros evidentes). Nos viene a la mente el caso de la Puerta de Sevilla en Carmo. Como all, el templo se eriga sobre un podium (del que perdura parte de una moldura) y se conformaba como una estancia rectangular precedida de un prtico de un tramo tetrstilo; no sera muy diferente a cualquiera de los capitolinos hoy conservados en Baelo Claudia o los del foro de Singilia Barba. - Esto no quita para que bajo los muros romanos aparezcan vestigios pnicos o protohistricos de carcter defensivo. El hecho de la existencia de un asentamiento en altura (Oba) con acuaciones republicanas con caracteres latinos y cartagineses evidencian la existencia de una fortaleza en el promontorio. As lo atestiguan los restos cermicos encontrados en sendos paquetes situados bajo la muralla oriental (uno del Bronce final (VIII-VI a.C. y el otro pnico del IV-II a.C.) que al menos ponen de manifiesto una ocupacin clara desde mediados del primer milenio. En otro orden de evidencias, ya en el campo de los indicios, cabe destacar la presencia de sillares como los de la torre, regidos por patrones modulares heleno-pnicos, o el tipo de fbrica empleado en la muralla ms antigua. Dichas evidencias nos mueven a hipotetizar la existencia de una estructura urbana slida anterior a la ocupacin romana. - Desde el punto de vista urbano, la zanja efectuada junto al foso del castillo, nos aporta datos relativos a la existencia de una cisterna ovalada (recubierta de opus signinum) similar a la de otros yacimientos (Ocuri) junto a un silo campaniforme; ambas estructuras, muy profundas, nos hablan de aprovisionamiento de la ciudad en poca romana. Segunda fase romana - Conformada mediante una nueva muralla que en algunos puntos forra literalmente a la anterior y que en otros se anticipa unos metros. Est presente exclusivamente en la cara oriental de la cerca, que es la ms expuesta ya que presenta los terraplenes ms suaves del montculo. Su fin no es otro que reforzar el flanco ms dbil. - Sus fbricas son similares a las anteriores; de hecho es posible que muchos bloques fueran reutilizados en dicho refuerzo; se caracterizan por el uso de un opus vittatum regularizado mediante bloques a soga unidos con argamasa pero con la superficie ligeramente desbastada. En la nica torre de este perodo se advierte un emplecton de opus caementicium por compresin con caementa de gran calibre. - En algn punto el intervalo entre la nueva muralla y la antigua es lo suficientemente espacioso como para requerir su atado mediante tirantes de mampostera a manera de casamatas. - Existen paralelos de estas fbricas en Lacipo, Carteia, Baelo y su cronologa no es demasiado precisa si bien, el grado de inacabado, los materiales superficiales recogidos en su base, la noticia de la recuperacin de esta tcnica en poca de Diocleciano (inicios del siglo IV), etc... nos permiten conjeturar sobre el perodo bajoimperial para su levantamiento (siglos II al IV). Probablemente a raz o como consecuencia de la invasin de los mauri a fines del II o de los francos y alemanes en el III. La cronologa del V (vndalos) o del VI (bizantinos) nos parece inicialmente excesiva dado el aparejo y la lgica militar, aunque no estamos momentneamente en condiciones de establecer tal precisin. - En la zona del bastin abovedado se detecta la desaparicin del templo altoimperial y la repavimentacin de la terraza mediante losas calizas; tambin se advierten reformas en las inmediaciones de la probable puerta de la ciudad, encaminadas a adecentar quiz una destruccin parcial de la misma.

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- En la zona oriental, junto a la muralla recin avanzada, se pavimentar mediante grandes losas calizas una calle perimetral que en pocas posteriores acabara siendo absorbida por viviendas. Tercera fase romana - El anlisis superficial del sistema de acceso de la Puerta del Reloj evidencia la existencia de al menos dos ampliaciones de la torre en poca preislmica. La primera ampliacin debe corresponderse con la reforma bajoimperial del sector oriental de la muralla. La segunda supone la construccin de un potente bastin rectangular de potentes muros y tirantes interiores que servira de flanqueo a un probable paso de doble arco con intervallum, como en Carmona. Su fbrica es de mampostera regularizada con cuas y unin mediante barro. - La cronologa de esta ltima reforma no es precisa, pero en cualquier caso no es anterior a la poca bajoimperial. Sin embargo su importancia es capital ya que evidencia la existencia de una portada a la ciudad de entidad por este sector, contrapuesto, al menos eso parece en principio, al acceso ancestral, situado junto al bastin-templo del lado occidental. - Es probable la existencia de un paso en este lugar desde la primera fase romana. De hecho, la existencia de una torre de sillares, mientras que el resto de lienzos discurre en cremallera siguiendo la topografa natural, parece dignificar un arco de ingreso. En la segunda fase (la de la ampliacin de la cerca oriental) existira sin duda una puerta, de ello da fe la potencia del bastin cuadrangular que forra al anterior y la reciente aparicin en los primeros das de la limpieza arqueolgica de una calzada de roca caliza que parece proceder del exterior. Reformas islmicas Se hacen patentes en todo el permetro urbano y parecen (Torremocha 1997) adecuarse especialmente al sector oriental de la cerca. Si las noticias son ciertas la mayor parte de la obra sera realizada durante la poca almohade y merin (siglos XII al XV), perodo de actividad militar que justificara dicha reparacin. De momento advertimos algunas evidencias que aportan cierta solidez a dicha afirmacin: - La existencia de aljibes interiores con arcos de medio punto y bvedas ligeramente apuntadas con resalte de imposta, y en uno de los casos, con las enjutas caladas de manera similar a la del acueducto de los Caos de Carmona en Sevilla, parecen encuadrarse dentro de dicho perodo (Sassoon 2003:213). - Los aparejos utilizados en la construccin de la Puerta de la Buhedera y en otros sectores de la muralla responden al uso de una mampostera bien escuadrada y regularizada con algunas variantes (pseudoisodoma, mixta, regularizada) habitual en castillos y fortalezas de la zona (Castellar de la Frontera, Ronda, Medina Sidonia, Tarifa) - Respecto a la ubicacin de las reformas parece clara una triple solucin segn el sector: as, en el lado occidental, las reformas son simplemente de coronacin, parcheado o implementacin del muro romano; en el lado oriental existe un forro desde la primera torre, junto a la puerta, de la segunda muralla romana, mientras que en el resto de la ladera suroriental hay un retranqueo de algo ms de un metro respecto a la muralla segunda, que queda convertida, ms que en barbacana, en base de camino exterior de ronda. - En el rea del castillo, la torre del homenaje responde a un esquema mudjar monofsico en el que no parecen advertirse fases preexistentes alzadas. Las bvedas ochavadas esquifadas y los vanos apuntados y abocardados, con imposta resaltada (como la de los aljibes), junto al tipo circular, propio de las atalayas, nos apuntan hacia la segunda mitad del siglo XV para su ereccin. No es descartable que dicha torre se yuxtaponga sobre algn bastin islmico o romano, pero lo cierto es que la excavacin practicada en su base (SE I) parece apuntar en direccin opuesta ya que tanto la

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cimentacin, como sus materiales y la yuxtaposicin a estructuras islmicas, nos permiten datarla provisionalmente a inicios del XVI. - El foso se excava en un momento indeterminado de la baja Edad Media respondiendo a necesidades militares compatibles con la ltima etapa urbana de Shemina. Se trata de un foso seco excavado en forma de V en la roca, con refosete y una grieta-sumidero. Tras el abandono de la ciudad a inicios del XVI el foso fue abandonado, lo que provoc su colmatacin. Reformas Contemporneas Respecto a la fase de la Guerra de la Independencia, sus fbricas son tan elocuentes (mampostera enripiada con ladrillos en pseudocloisonn) que permiten atribuir todo el castillo actual a dicha reforma militar. En los fundamentos de dichos muros se advierten tipos murarios islmicos y romanos que evidencian una reutilizacin de estructuras militares de dominio previas, pero hoy por hoy, los alzados y la merlatura artillera indican una obra de calibre que supuso la eliminacin de la alcazaba antigua. Destaca en cualquier caso el programa de reparaciones del foso de la alcazaba consistente, tras el establecimiento de una cota ms antigua que la del predecesor, en la simplificacin del puente coincidente con el retranqueo parcial del muro del castillo, que queda ahora muy disminuido.BIBLIOGRAFA A.A.V.V. Historia de los Pueblos de la provincia de Cdiz. Jimena de la Frontera. Cdiz 1984. ALFAGEME RUANO, P. El castillo de Jimena de la Frontera. Archivo Hispalense. Sevilla 1978. BUENO LOZANO, M. Significado del nombre de Jimena y su aparicin en la Historia. Almoraima 2. Algeciras 1989. La frontera entre Jimena y Alcal de los Gazules. Almoraima 9. Algeciras 1993. Las dos visitas de Enrique IV, rey de Castilla y Len, a Jimena de la Frontera. Almoraima 20. Algeciras 1998. BARROSO RUIZ, C. Nuevas pinturas del abrigo Cueva de la Laja Alta. Jbega n 24. Mlaga 1978. Nuevas pinturas rupestres en Jimena de la Frontera (Cdiz): Abrigo de la Laja Alta. Zephyrus XXX-XXXI. Salamanca 1980. PREZ GARCA, P.A. Oba: Jimena de la Frontera, Evolucin Histrica. Cdiz 1976. PUERTAS TRICAS, R. Excavaciones arqueolgicas en Lacipo (Casares, Mlaga). Campaas de 1975-76. Madrid 1988. REGUEIRA RAMOS, J; E. Regueira Mauriz; M. A. Mena Torres. Jimena y su castillo. Algeciras 1988. ROLDAN GMEZ, L. Tcnicas constructivas romanas en Carteia (San Roque, Cdiz), (Monografas de Arquitectura romana 1), Madrid 1992. Tcnicas arquitectnicas en la Btica romana, Madrid 1993. SNCHEZ SAS, R. Jimena 1431-1451: Avanzada de Castilla en la Frontera. Estudios de Historia y Arqueologa medievales, II. Cdiz 1982. SASSOON, H. Una posible Iglesia Mozrabe en Jimena de la Frontera (Cdiz). Almoraima 17. Algeciras 1997. Oba Romana. Algeciras 2001. Romanos y moros en las afueras del Castillo de Jimena: Nuevos descubrimientos. Almolraima, 25. Algeciras 2001. Hacia la datacin del castillo de Jimena de la Frontera. El aljibe central. Almoraima 29, pp. 213-218. Algeciras 2003 SCHUBART, H. Investigaciones geolgicas y arqueolgicas sobre la relacin costera de los asentamientos fenicios en la Andaluca mediterrnea. Alvar, J. y Blazquez, J.M., (eds.), Los enigmas de Tartessos, Madrid 1993, pp.69-80. TABALES, M.A. Sistema de anlisis arqueolgico de edificios. Sevilla 2002. TABALES ET ALII: Intervencin Arqueolgica de Apoyo a la Restauracin del Castillo de Jimena de la Frontera. Memoria de la Fase I. (2002) Cdiz. (en prensa) TORREMOCHA SILVA, A; A. Saz Rodrguez. Fortificaciones islmicas en la orilla norte del Estrecho. Actas del I Congreso Internacional de Fortificaciones en Al Andalus. Algeciras 1996. VALVERDE, M. J. La prematura conquista de la fortaleza de Jimena en 1431 y su vinculacin al cabildo de Jerez. Estudios de Historia y Arqueologa medievales, XI. Cdiz 1996. VARGAS-MACHUCA GARCA, T. Oba (Jimena de la Frontera en la poca Romana), Ceuta 1973.

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ESTUDIANTES EN BAELO CLAUDIA.UNA EXPERIENCIA DE PROTECCIN DEL PATRIMONIO EN LA ESCUELAJosefa Contreras Moreno / Licenciada en Geografa ngel J. Sez Rodrguez / Doctor en HistoriaEsta comunicacin no va a presentar nuevos datos objetivos sobre la ciudad hispano romana de Baelo Claudia. Tampoco interpretaciones novedosas acerca de los materiales all recuperados. Se trata de una experiencia pedaggica que venimos desarrollando con alumnos de 2 curso de Bachillerato de Ciencias Sociales, desde hace tres aos, como aplicacin prctica de algunos contenidos de la asignatura optativa Patrimonio histrico y monumental de Andaluca. La propuesta de trabajo se vincula con uno de los objetivos de estas jornadas al convertirse en un instrumento de concienciacin de jvenes preuniversitarios que asumen un papel de directa implicacin en la gestin de conservacin del patrimonio arqueolgico. Como se explica en las lneas siguientes, los jvenes llevan al terreno de la prctica unos planteamientos conservacionistas que, de mantenerse en niveles meramente tericos, pueden resultar menos eficaces como accin formativa.

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2. EXPLICACIN DEL PROYECTO El proyecto se concibe como la planificacin, ejecucin y redaccin de la memoria final de una excavacin arqueolgica ficticia en la citada ciudad romana por parte de nuestro alumnado. Crear una forma distinta de estudiar y conocer el patrimonio era el fin que perseguamos. En todo momento pretendimos que el alumno valorara la importancia del patrimonio histrico artstico de Andaluca conociendo tcnicas especficas de conservacin y manifestando actitudes de respeto hacia nuestro legado, contribuyendo as a la preservacin para generaciones futuras. 2.1. La fase previa: programacin Parte de un planteamiento hipottico en el que los estudiantes encarnan a un equipo de arquelogos al que se le ha encomendado la excavacin de un lugar denominado Baelo, un campo de ruinas en el que nunca se ha trabajado de manera cientfica y sistemtica, aunque ha sido pasto de saqueadores y canteros a lo largo de los siglos. Los arquelogos gestionan los permisos para la intervencin, que les son expedidos por las autoridades competentes. En l se especifica el lugar o la zona en la que se puede excavar, la duracin de los trabajos, el destino que deben seguir los materiales encontrados, las normas de publicacin de los resultados, etc. Desde ese momento se procede a realizar todos los trabajos previos a la excavacin. El anlisis de fotografas areas del yacimiento permite una aproximacin exhaustiva al objeto de trabajo, con la determinacin de su situacin y emplazamiento, adems de permitir valorar el volumen y disposicin de los restos arquitectnicos. Los datos registrados se cruzan con los que ofrecen mapas topogrficos y planos del lugar, siendo interesante disponer de planos de diferentes pocas que permitan apreciar la evolucin de los restos emergentes, de la vegetacin, de las construcciones modernas parsitas, de los cursos de agua o redes de drenaje. Por su parte, el mapa geolgico permiti comprender la forma interna y externa del territorio. Los diferentes materiales que componen el suelo, los cambios y alteraciones que stos han experimentado desde su origen a su colocacin actual. En esta primera fase es fundamental la implicacin activa de los estudiantes en la investigacin de los primeros datos barajados. El trabajo bibliogrfico tradicional o mediante internet permite que sean ellos mismos los que aporten la informacin que permita proseguir con el proceso. Es el momento de aplicar la teora sobre la urbanstica romana, los contenidos propios para la realizacin de una excavacin arqueolgica con todas y cada una de sus fases asimimo, la puesta en prctica de todos los conocimientos adquiridos con esta primera fase. 2.2. La fase de desarrollo: excavacin Finalizada la fase previa, se procede a la de excavacin propiamente dicha. Se trata de la tarea de campo que se desarrolla en el propio yacimiento, previa autorizacin de sus gestores. El proyecto intent fundir imaginacin, conocimientos previos y deseos de aprender sobre el terreno. Teniendo en cuenta los conceptos impartidos previamente y el material aportado comienza la difcil y desafiante tarea de investigacin arqueolgica que iba a ser utilizada como recurso para un aprendizaje significativo que buscaba actitudes de respeto hacia un legado patrimonial de sociedades pretritas. Esta labor comporta el establecimiento del sistema de ejes o cuadrculas del yacimiento. En dicho sistema se van a especificar espacialmente todos los hallazgos de la excavacin.

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Cada alumno elabora tambin sus propias fichas de excavacin, as como el pertinente diario de excavacin. En ellos se recogen los datos aportados por la prospeccin, habiendo sido denominada cada cata de forma individual. Para ejemplificar la relevancia de la documentacin grfica de cada fase de la excavacin deben fotografiar y dibujar algunos aspectos relevantes de la cuadrcula en la que cada uno trabaja. Se insiste tambin en que se reflejen los cortes estratigrficos donde resulte posible, dibujndose, por tanto, plantas y alzados. 2.3. La fase final: memoria Por ltimo, se aborda la Memoria de Excavacin, con los mismos elementos con que se trabajan las de excavaciones arqueolgicas reales: Antecedentes: una breve introduccin histrica de la zona. Descripcin de la localizacin del yacimiento. Metodologa arqueolgica aplicada. Desarrollo y descripcin de los trabajos. Cierre de la excavacin. Dibujo de materiales. Fotografas de las piezas y del yacimiento. Planimetras y estratigrafas. Conclusiones. Equipo de trabajo.

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3. VALORACIN DE LA EXPERIENCIA Los resultados obtenidos hasta el momento son muy positivos. El proyecto est permitiendo el logro de algunos objetivos, como son: - La aplicacin de una parte del programa de la asignatura de forma prctica y amena. - La difusin del atractivo de Baelo Claudia como centro monumental de gran relieve. - La comprensin de la actividad arqueolgica desde dentro. - El fomento en nuestro alumnado de una conciencia conservacionista del patrimonio monumental. - La formacin de autnticos agentes de difusin cultural, que transmiten su innovadora experiencia a las personas de su entorno. - Desarrollar actitudes favorables para el anlisis riguroso y crtico de los bienes patrimoniales, utilizando mtodos de investigacin y tcnicas de carcter cientfico. Adems, nos permite evaluar un trabajo de campo sobre un bien patrimonial cercano, aplicando conceptualizaciones, mtodos de investigacin y tcnicas de carcter cientfico. Dicha prctica nos permitir seguir trabajando en otros aspectos a lo largo del curso y evaluar el alcance del proyecto en temas que van desde el anlisis y valoracin de la legislacin especfica sobre patrimonio histrico artstico hasta la poltica seguida en nuestra Comunidad en relacin con la administracin, tutela, fomento, conocimiento y proteccin de estos bienes.

4. MATERIALES DIDCTICOS El material elaborado para dicha actividad se divide en tres partes y se realiza tambin en tres fases distintas: Para la fase 1: Documentacin del yacimiento. Para ello contamos con la creacin en el aula de los grupos de trabajo integrados por alumnos que realizan una primera aproximacin al estudio arqueolgico de una ciudad romana, siguiendo las pautas necesarias para llevar a cabo el proyecto. La localizacin del yacimiento y el estudio detenido del rea ser el punto de partida para conocer el yacimiento. El cuaderno de trabajo para esta primera fase plantea actividades en torno a la localizacin general, las coordenadas geogrficas del lugar de estudio y otros datos de inters como las vas de acceso a dicho yacimiento. Son muchos los recursos utilizados para la consecucin de los objetivos. As, la fotografa area permitir revelar datos importantsimos sobre la ciudad, las tierras, los caminos, los monumentos. La observacin y la asociacin de afirmaciones sobre dicha fotografa nos permitir conocer an ms el lugar de estudio. Observando ms detenidamente la fotografa se podr estudiar la disposicin de la ciudad. Podremos, por tanto, comprender la estructura de una ciudad romana y la disposicin clara de los distintos monumentos. A partir de ah investigaremos y crearemos hiptesis sobre la posible ubicacin del asentamiento y la extensin que pudo ocupar. Buscaremos explicaciones que nos lleven a justificar la localizacin del mismo a lo largo de la costa utilizando, como ya hemos dicho, la fotografa area y el mapa topogrfico.

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Comparar los planos y fotografas areas de la ciudad romana nos permiti deducir la morfologa de las calles y la funcin de cada uno de los elementos arquitectnicos que observamos en ella. Disponer de planos de distintas pocas sirvi para apreciar la evolucin de los restos emergentes y la aparicin de construcciones parasitarias modernas. Para nosotros fue fundamental la utilizacin del mapa topogrfico. Recordamos a nuestros alumnos que el mapa es la representacin de un rea geogrfica, que suele ser generalmente de una porcin de la Tierra, dibujada o impresa en una superficie plana. En la mayor parte de los casos, un mapa es una representacin del terreno en forma de diagrama por lo que suele contener una serie de smbolos aceptados en el mbito mundial que representan los diferentes elementos naturales, artificiales o culturales del rea que se quiere representar. Gracias a l nuestros alumnos pudieron analizar los elementos naturales del rea analizada y tambin ciertos elementos artificiales, humanos o culturales como, por ejemplo, las carreteras, los pueblos y ciudades, las fronteras y lmites de pases, provincias y municipios, las lneas de ferrocarril, tendidos elctricos, los ros, etc. De esta forma pretendimos identificar alturas mximas en la zona de estudio, cauces de ros y arroyos, que nos permitiera situarnos en el espacio. En el aula y sobre un plano se trabaj para hacer ms fcil la comprensin de cada uno de los elementos del espacio geogrfico que nos bamos a encontrar durante la visita. Otra actividad interesante fue la realizacin de un perfil topogrfico de la zona, intentando comprobar un desnivel interesante de la zona de estudio que despus observaramos in situ, adems del clculo de distancias mediante la utilizacin de la escala. Sobre el mapa geolgico se sealaron, segn la leyenda, unidades, materiales y eras geolgicas de la zona de estudio. La comprensin del entorno de estudio mediante la utilizacin de diversos recursos se consigui observando el mapa topogrfico y el geolgico y relacionando cada elemento morfoestructural con los materiales que se expresaban en los mapas geolgicos.

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Otra actividad interesante fue la creacin de un mapa temtico sobre un plano de Baelo Claudia. Los mapas temticos, como su propio nombre indica, reflejan algn tipo de dato del tema que se est estudiando. Para que un mapa pueda contener gran cantidad de informacin de fcil lectura debe emplearse un sistema de smbolos. Con este fin, se cre una leyenda que mostrara los datos ms caractersticos de dicha ciudad. La fase 2: Excavacin arqueolgica. Fue la fase ms compleja de todas. El alumnado tuvo que imaginar que Baelo no estaban excavada, y que ellos iban a ser los verdaderos responsables de dicha excavacin. Esta tarea se desarrolla en el propio yacimiento, por lo que fue necesario crear una delimitacin clara del terreno de estudio. Cada grupo tena asignado una zona del yacimiento. Comenzaron por analizar el terreno y crear una hipottica divisin en cuadrculas que iran plasmando en el papel milimetrado del cuaderno de trabajo. El siguiente paso consisti en establecer el sistema de ejes o cuadrculas del yacimiento. Con dicho sistema se fueron especificando espacialmente todos los hallazgos de la excavacin. La tcnica no es otra que la del dibujo lineal y por ello en el plano se representa la planta mientras que en la siguiente actividad se realiz un alzado que nos pareci interesante. Cada cuadrcula se corresponde con una sigla, el objeto ser designado por sus coordenadas o distancias a los lados del cuadrado de la cuadrcula donde se encuentre. Cada grupo tom una zona de estudio, traz mentalmente la cuadrcula sobre el suelo y la llev a la plantilla. En dicha actividad ser necesario plantear la escala que creamos conveniente. Podr valernos 1:200 o podemos probar con otras escalas. Cada grupo elegir un edificio concreto que designamos de distinta forma: Tp Templo, F Foro, B Baslica, Tt Teatro, M Macellum, B Termas, S Industrias de Salazn, etc. Recordamos a nuestros alumnos que para tomar toda la informacin y posicin de los objetos encontrados utilizarn las siguientes siglas: rea de excavacin Tp (Templos), Cuadrcula C-4 Cuadrante B, x=0,45, y=0,75 y z=-1,18 En teora todos los hallazgos, grandes y pequeos, significativos o sin importancia, deben ser inventariados. Esto hoy no nos va a ser fcil, especialmente cuando la excavacin no es real y no tenemos los datos verdaderos de los materiales encontrados. En dicho inventario aparecer una lista de los objetos encontrados ordenados, con una descripcin de los mismos. Es necesario documentar la forma, textura, volumen, etc., incluso realizar un dibujo y una fotografa. Despus de la prospeccin o excavacin ficticia comienza el anlisis de toda la informacin recogida, tarea clave de la Arqueologa. Cada miembro del grupo rellenar una ficha, para ello necesitar el documento de interpretacin arqueolgica. Dicho documento no es ms que una relacin detallada de posibles restos romanos encontrados en una ciudad-tipo. Ellos, despus de haber analizado cada uno en cla