Armas biológicas

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Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Facultad de Ciencias Químicas Licenciatura en Químico Farmacobiólogo Desarrollo de Habilidades de las Tecnologías de Información y Comunicación “Armas Biológicas” Profesor: Eugenio López Gaspar Damariz Aissa Ortiz Delgado

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Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Facultad de Ciencias Químicas

Licenciatura en Químico Farmacobiólogo

Desarrollo de Habilidades de las Tecnologías de Información y

Comunicación

“Armas Biológicas”

Profesor: Eugenio López Gaspar

Damariz Aissa Ortiz Delgado

14 de noviembre de 2013

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Armas BiológicasResumen

La proliferación de armas biológicas es una amenaza creciente para la paz y seguridad

nacional e internacional por lo que es necesario contar con los mecanismos que permitan

minimizar el impacto de una posible agresión biológica y para ello la clave es el contar con

los medios y con la preparación que permita dar una respuesta efectiva en el menos tiempo

posible.

En el presente trabajo se brinda un conocimiento histórico de lo que ha originado, lo que

hoy conocemos como “Guerra Biológica” o bien, “Bioterrorismo”. De este tópico tan

intrincado no se pretende abarcarlo todo pero en sí dar a conocer el origen cronológico de

los principales eventos registrados en la literatura internacional, el aspecto moral, militar y

científico.

Introducción

Desde el agente naranja al ántrax, las armas químicas y biológicas han sido vistas como

armas inmorales, aberrantes usadas por déspotas malvados de naciones más débiles.

Cubriendo desde el período de la Segunda Guerra Mundial, incluso la guerra de Irak, no

sólo se describe el desarrollo de la clave de los agentes químicos y biológicos, como ántrax,

tularemia, brucelosis, fiebre Q, toxina botulínica sino que también evalúa las amenazas que

enfrentamos, compara la guerra militar químico-biológica con incidentes terroristas, explica

medidas efectivas de defensa y clarifica las responsabilidades de varias agencias federales

encargadas de abordar estas cuestiones.

El comprender completamente la guerra química y biológica requiere descifrar este tema

tan complejo, emocional, técnicamente retador y políticamente susceptible. Hay muchos

aspectos de la guerra biológica y química: Esta el área que es puramente científica donde

los investigadores buscan identificar y manufacturar líquidos y gases tan tóxicos que

pueden provocar la muerte en minutos o cultivar microorganismos mortales que pueden

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Armas Biológicasdevastar la población de una ciudad o los cultivos de un país. También está el lado militar,

donde países buscan una ventaja sobre sus adversarios empleando armas que pueden

inhabilitar miles y pueden al menos desmoralizar las fuerzas enemigas y cambiar el rumbo

de la batalla. De igual manera está el lado moral donde los críticos ven estas armas como

incontrolables y usualmente utilizadas para matar a civiles como a soldados y donde

algunos describen estas armas como herramientas para los cobardes. Está el lado político

donde los gobiernos tratan de frenar la proliferación de material y tecnología a otras

naciones adversarias o grupos terroristas.

La visión general de las armas químicas y biológicas es que son viles instrumentos del

terror que naciones civilizadas no utilizan. Este pensamiento estrecho y no sofisticado

ignora el hecho que las naciones que poseen armas nucleares, no satisfechos con el alcance

de destrucción de estas armas también han desarrollado armas químicas y biológicas. Esta

visión no es consciente de que más países están invirtiendo en programas de armas

químicas y biológicas que en el pasado, a pesar de toda la presunta percepción de que el

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Armas Biológicasmundo encuentra a estas armas inmorales. Los países invierten en éstas armas por motivos

muy razonables: Estas armas pueden ser efectivamente entregadas, pueden ser usadas para

combatir fuerzas insuficientemente entrenadas o equipadas o insurgentes y pueden acortar

conflictos que pueden ser de otra manera muy largos y caros. Un país que pensó que estas

armas eran una inversión racional fue Estados Unidos de América.

ÍNDICE

Resumen……………………………………………………………………………………..1

Introducción……………………………………………………………………………...….1

1. Armas biológicas. …………………………………………………………………….…5

1.1. ¿Qué son? …………………………………………………………………………..5

1.2. Agentes químicos…………………………………………………………………...5

2. Historia de las armas biológicas y el bioterrorismo …………………………………….5

2.1. Desde la Edad Antigua hasta la Primera Guerra Mundial………………………….6

3. Ataques bioterroristas……………………………………………………………………7

3.1. Ataque al Servicio Postal de los Estados Unidos………………………………..….7

3.2. Ataque de gas sarín en Tokio…………………………………………………….…8

4. Impacto en la sociedad…………………………………………………………………..9

4.1. Consecuencias a corto plazo……………………………………………………..…9

4.2. Consecuencias a largo plazo………………………………………………………..9

5. Conclusiones………………………………………………………..……………….…12

6. Referencias bibliográficas………………………………………………………...……13

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Armas Biológicas

Armas biológicas

Las armas biológicas se consideran como armas de destrucción masiva y tienen un gran potencial para su utilización, con fines hostiles, como lo atestiguan hechos actuales y pasados.

¿Qué son?

Realmente un arma biológica es un microorganismo o toxina derivada de él, que causa enfermedad en hombres, plantas o animales y produce un deterioro del material. Cuando estas armas son usadas por grupos terroristas, de cualquier tipo de ideología, nos encontraremos con una acción bioterrorista.

Agentes químicos

Los agentes químicos bélicos, o armas químicas, son gases, líquidos o sólidos que pueden envenenar a las personas, los animales y las plantas. Los agentes químicos bélicos pueden provocar lesiones e incluso la muerte. La gravedad de las lesiones depende del tipo de elemento químico, la cantidad y la duración de la exposición.

Los principales agentes químicos bélicos son la mostaza azufrada (gas mostaza) y los agentes nerviosos como el Sarin y VX. Estos agentes generalmente se liberan en forma de vapor o líquido. Durante un ataque con agentes químicos, el mayor peligro proviene de la inhalación de los vapores. Si se libera una gran cantidad de un agente químico en forma de aerosol, la piel de las personas podría estar expuesta al agente en forma de gotitas.

Historia de las armas biológicas y el bioterrorismo

Como las armas químicas, el empleo de las armas biológicas no es algo que se originó en los tiempos modernos, sino que se remonta a épocas muy anteriores. La perversa idea de utilizar agentes infecciosos para lograr efectos semejantes a los de las grandes epidemias ha sido considerada por el hombre desde hace muchos años y existen descripciones en

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Armas Biológicasdistintos periodos de la historia, surtiendo en muchos casos efectos desastrosos a pesar del poco avance de la Microbiología y ciencias afines y desde luego, del desconocimiento de la Biotecnología.

Desde la Edad Antigua hasta la Primera Guerra Mundial

La primera documentación data del siglo VI a.n.e. Los asirios envenenaron los pozos de agua del enemigo con ergotamina, producida por el cornezuelo del centeno. Esta toxina produce efectos gastrointestinales severos. Los persas, griegos y romanos envenenaban los pozos y fuentes de agua con cuerpos de personas y animales muertos por enfermedades contagiosas para erradicar la población de una zona, práctica utilizada muchos años después en la Guerra Civil Norteamericana y en la de los Boers. Sabemos que la peste bubónica es originaria de China y entró a Europa a través del puerto de Kaffa (en la actual península de Crimea, en el Mar Negro, hoy se corresponde con la localidad de Feodosia en Ucrania), en el siglo XIV, colonia de la república marítima de Génova. Hasta ese puerto acudían las caravanas asiáticas que hacían la ruta de la seda para intercambiar sus productos. En la primavera de 1347 la ciudad había sido asediada por un khan tártaro, Djani Bek, que se vio obligado a levantar el sitio al comprobar que la peste diezmaba sus tropas; antes de retirarse, catapultó varios cadáveres dentro de las murallas de la ciudad para envenenar a los cristianos. Kaffa fue liberada pero, en contrapartida, acogió la enfermedad. A finales de 1347, algunos marinos genoveses de regreso, tras pasar por los Dardanelos la propagaron con inusitada rapidez, comenzando por Sicilia y siguiendo luego las ciudades del norte de Halia. Giovanni Bocaccio nos describirá pormenorizadamente su paso por Florencia en el prólogo del Decamerón. Siempre por la costa, la enfermedad llegaría a la Provenza y los las rutas fluviales del Ródano se adentraría en Francia y de allí al Báltico, afectando a unos europeos que carecían de cualquier defensa inmunitaria contra el mal. Ésta es al parecer la primera utilización voluntaria de microorganismos que matan o incapacitan a los enemigos que reconoce la historia. A partir de aquí el método tártaro se convertiría en uso común durante la Edad Media. La conquista por el ejército español del "Nuevo Mundo" ejemplifica el efecto de la introducción de un agente infeccioso en una población susceptible. La diseminación del virus de la viruela entre las poblaciones azteca e inca tuvo un profundo impacto y fue un factor decisivo para facilitar la derrota de éstos. Gracias a la epidemia de viruela entre los soldados del Imperio Inca, Francisco Pizarro, con sólo pocos soldados, fue capaz de derrotar al ejército de 80 000 soldados de Atahualpa.

La utilización del virus de la viruela de forma deliberada como arma biológica fue realizada por vez primera por el ejército británico en contra de los nativos norteamericanos entre 1754-1767, cuando el general Jeffrey Amherst (1717-1797), ordenó la entrega de mantas que habían sido utilizadas por enfermos con viruela entre nativos norteamericanos que

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Armas Biológicasmilitaban con los franceses, matando hasta el 50% de las tribus afectadas. El Coronel Bouquet se hizo famoso en el Fuerte Pitt por conseguir diezmar hasta casi la desaparición a la población indígena del lugar, que tenían una nula resistencia a esta nueva enfermedad. Murió el 95% de la población.

Existen numerosos relatos de europeos que, conscientemente diseminaron viruela y sarampión cuando comerciaban con los nativos de Norteamérica, durante los siglos XVII y XVIII. También existe documentación de que el ejército norteamericano durante el sometimiento de los indios en las grandes llanuras, usó mantas infectadas con viruela con resultados devastadores. Con el descubrimiento de la vacuna contra la viruela por Edward Jenner y el siguiente desarrollo de la vacunación, la amenaza potencial de utilizar la viruela como arma biológica disminuyó considerablemente.

Ataques bioterroristas

Bioterrorismo es el término utilizado para definir el empleo criminal de microorganismos patógenos, toxinas o sustancias dañinas contra la población con el propósito de generar enfermedad, muerte, pánico y terror.

Es utilizado también para denominar la introducción en un país de material biológico con agentes fitopatógenos, enfermedades cuadragenarias, insumos químicos o cualquier otro tipo de material que atente contra la vida y la salud de las personas.

Ataque al Servicio Postal de los Estados Unidos

Los ataques con carbunco (ántrax) en 2001 en los Estados Unidos, también conocidos como Amerithrax por el nombre dado al caso por el FBI, ocurrieron en el curso de varias semanas desde el 18 de septiembre de 2001. Las cartas que contenían esporas de carbunco fueron enviadas a varias oficinas de medios de información y a dos senadores demócratas de los Estados Unidos en Nueva York, Boca Raton y Washington, D.C.. El resultado fue un total de 22 personas infectadas, cinco de las cuales fallecieron. Se concluyó con la culpabilidad de Bruce Edwards Ivins, un bioquímico que trabajó en Fort Detrick. En julio de 2008, se suicidó por medio de una sobredosis.

Los ataques con carbunco tuvieron lugar en dos olas. La primera serie de cartas con carbunco tenía un sello postal de Trenton (Nueva Jersey) fechado el 18 de septiembre de 2001, exactamente una semana después de los Atentados del 11 de septiembre de 2001. Se cree que cinco cartas habían sido enviadas, hasta ese momento, a ABC News, CBS News, NBC News y el New York Post, todos localizados en Nueva York; y al National Enquirer

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Armas Biológicasde la editorial American Media, Inc. (AMI) en Boca Ratón (Florida). Robert Stevens, la primera persona que murió por estos correos, trabajaba en un tabloide llamado Sun, también publicado por AMI. Solamente se encontraron las cartas del New York Post y de NBC News; la existencia de las otras tres cartas se infiere por personas en ABC, CBS y AMI que fueron infectadas con carbunco. Los científicos que examinaron el carbunco de la carta del New York Post dijeron que parecía un material marrón granular y áspero, parecido a la comida para perros Purina.

Otras dos cartas con carbunco, con el mismo sello postal de Trenton, estaban fechadas 9 de octubre, tres semanas después del primer envío. Las cartas estaban dirigidas a dos senadores demócratas: Tom Daschle de Dakota del Sur y Patrick Leahy de Vermont. En ese entonces, Daschle era el líder de la mayoría del Senado y Leahy era el Presidente del Comité judicial del Senado. Ambos eran identificados en los medios de comunicación masiva, por presentar reservas a la Ley Patriótica propuesta debido a la preocupación de que algunas partes de ella pudieran violar las libertades civiles. La carta dirigida a Daschle fue abierta por un ayudante el 15 de octubre y el servicio postal del gobierno fue cerrado. La carta de Leahy aún sin abrir fue descubierta en un maletín de correo el 16 de noviembre. La carta de Leahy había sido mal dirigida al anexo postal del Departamento de Estado en Sterling (Virginia) debido a un código postal mal leído; un trabajador postal allí, David Hose, se infectó con el carbunco al inhalarlo.

Más potente que las primeras cartas con carbunco, el material en las cartas del Senado era un polvo seco altamente refinado que consistía en alrededor de un gramo de esporas casi puras. Barbara Hatch Rosenberg, una bióloga molecular e investigadora en la Universidad del Estado de Nueva York, describió el material como carbunco "armado" o "con grado de arma" durante una entrevista en 2002. Sin embargo, en 2006, el Washington Post informó que el FBI no cree ya que el carbunco hubiera sido convertido en arma.

Al menos 22 personas desarrollaron infecciones por el carbunco, once de ellas por la variedad de inhalación que es potencialmente letal. Cinco murieron por inhalación de carbunco: Stevens; dos empleados de la instalación postal de Brentwood en Washington, D.C., Thomas Morris Jr. y Joseph Curseen; y otros dos cuya fuente de exposición a la bacteria es todavía desconocida: Kathy Nguyen, una inmigrante vietnamita residente en el distrito del Bronx que trabajaba en Nueva York, y Ottilie Lundgren, una viuda de 94 años de edad de Oxford, Connecticut, quien fue la última víctima conocida.

Ataque de gas sarín en Tokio

El lunes 20 de marzo de 1995, cinco miembros de Aum Shinrikyo lanzaron un ataque químico en el metro de Tokio, uno de los sistemas de transporte de cercanías más activos

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Armas Biológicasen el mundo, en plena hora punta de la mañana. El agente químico utilizado, sarín líquido, estaba contenido en bolsas de plástico que cada equipo envolvió en periódicos. Cada perpetrador llevaba dos paquetes de sarín con un total aproximado de 900 mililitros de sarín, excepto Yasuo Hayashi, quien llevaba tres paquetes. Aum originalmente planeó propagar el sarín en forma de aerosol, pero no se siguió adelante con ello. Una sola gota de sarín del tamaño de una cabeza de alfiler podía matar a un adulto.

Con sus paquetes de sarín y paraguas con puntas afiladas, los perpetradores abordaron los trenes designados. En las estaciones preestablecidas, los paquetes de sarín fueron abandonados y pinchados varias veces con las puntas afiladas de los paraguas. Luego, los autores se bajaron del tren y salieron de la estación para encontrarse con su cómplice que tenía un coche. Al dejar los paquetes perforados en el suelo, el sarín se empezó a escapar en el vagón del tren y las estaciones. Este sarín afectó a los pasajeros, trabajadores del metro y aquellos que entraron en contacto con ellos. El sarín es el más volátil de los agentes nerviosos, lo que significa que puede evaporarse rápida y fácilmente desde líquido a vapor y propagarse en el ambiente. Las personas pueden estar expuestas al vapor incluso sin entrar en contacto con la forma líquida del sarín. Debido a que se evapora tan rápido, el sarín presenta una amenaza inmediata, pero de corta duración.

Impacto en la sociedad

Consecuencias a corto plazo

A corto plazo, el efecto más importante de las armas biológicas o químicas es el gran número de víctimas que pueden causar, lo que determina la mayoría de las estrategias de preparación. Su capacidad para extenuar los recursos y la infraestructura médicos aumenta por el hecho de que la reacción psicológica, que incluye posible terror y pánico, de la población civil a un ataque biológico o químico puede ser más importante que la causada por un ataque con armas convencionales. Las estrategias de apoyo psicológico combinadas con la comunicación del riesgo son parte integral de los servicios necesarios para manejar la gran cantidad de víctimas expuestas y no expuestas que puede acudir a las instalaciones médicas. Un ejemplo instructivo sobre la naturaleza de las consecuencias a corto plazo de un ataque urbano con agentes químicos lo constituyen los ataques terroristas de 1994 y 1995 con gas nervioso sarín en Japón. El episodio de las «cartas con ántrax» en los Estados Unidos a finales de 2001, cuyos autores y motivo siguen aún en el misterio, proporciona luces sobre las consecuencias a corto plazo cuando se diseminan deliberadamente agentes biológicos.

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Armas BiológicasConsecuencias a largo plazo

Las consecuencias a largo plazo del uso de las armas biológicas o químicas, incluso los efectos en la salud retardados, prolongados o mediados por el ambiente mucho tiempo después del momento y lejos del lugar del ataque, son más inciertas y menos comprendidas.

Algunos agentes biológicos o químicos tienen el potencial de causar enfermedades físicas o mentales que persisten o que se hacen evidentes meses o años después de que se han usado las armas. Tales efectos se conocen desde hace mucho tiempo y han sido tema de monografías científicas. Pueden extender el potencial del daño de las armas biológicas o químicas más allá de su blanco inmediato tanto en tiempo como en espacio. Se conoce muy poco sobre los efectos a largo plazo de muchos de estos agentes para poder hacer predicciones confiables.

Tales incertidumbres se trasladan a la planificación de las medidas médicas para enfrentar estos efectos, y es poco más lo que se puede hacer fuera de señalar las diversas posibilidades, que ameritan estudios ulteriores. La experiencia no militar con microorganismos que causan enfermedades o con la presencia de ciertos químicos en el ambiente puede que no sea una guía útil para manejar los efectos de estos mismos agentes bajo condiciones de liberación intencional, en las cuales las cantidades son mayores. Sin embargo, puede ser de utilidad el estudio de los efectos de la exposición ocupacional a químicos. Los insecticidas organofosforados, por ejemplo el metil paratión, son peligrosos para los humanos y tanto los métodos de tratamiento como los probables efectos de la intoxicación a largo plazo pueden semejarse a los de gases nerviosos como el sarín.

Las consecuencias a largo plazo de la liberación de agentes biológicos o químicos pueden incluir enfermedades crónicas, efectos retardados, la endemicidad de nuevas enfermedades infecciosas y efectos mediados por los cambios ambientales.

El potencial de aparición de enfermedades crónicas luego de la exposición a algunos agentes tóxicos químicos e infecciosos es bien conocido. La aparición de enfermedad pulmonar debilitante crónica en víctimas de la exposición al gas mostaza se informó después de la Primera Guerra Mundial, efecto que también se ha descrito en los informes del estado actual de las víctimas iraníes del gas mostaza iraquí durante la guerra Irán - Irak de la década de 1980. El seguimiento de las víctimas iraníes ha revelado enfermedad debilitante a largo plazo de los pulmones (bronquitis crónica, bronquiectasias, bronquitis asmática, fibrosis pulmonar, obstrucciones de vías aéreas principales), de los ojos (queratitis tardía con ceguera causada por gas mostaza), y de la piel (piel seca y con prurito, con múltiples complicaciones secundarias, desórdenes de la pigmentación y anormalidades estructurales desde hipertrofia a atrofia). Todavía se presentaban muertes por complicaciones pulmonares hasta 12 años después de la exposición. Los agentes biológicos, que incluyen algunos de los agentes de particular interés, también pueden causar enfermedades prolongadas. Las infecciones por Brucella melitensis, por ejemplo, las

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Armas Biológicascuales son típicamente más graves que la brucelosis por Brucella suis o Brucella abortus, afectan especialmente los huesos, las articulaciones y el corazón (endocarditis). Son comunes las recaídas, la fatiga, la pérdida de peso, el malestar general y la depresión. Las infecciones por Francisella tularensis ocasionan malestar prolongado y debilidad que puede durar muchos meses. Las encefalitis virales pueden tener efectos permanentes en el sistema nervioso central y periférico.

Los efectos retardados en personas expuestas a ciertos agentes biológicos y químicos, que dependen de la dosis recibida, pueden incluir carcinogénesis, teratogénesis y quizá mutagénesis. Ciertos agentes biológicos y químicos se han asociado fuertemente como causa de cáncer, pero todavía no se sabe si la infección por cualquiera de los microorganismos utilizados como armas biológicas puede ser carcinogénica en humanos y solamente hay información limitada sobre la carcinogénesis de ciertas clases de químicos, principalmente en animales de experimentación. Por ejemplo, algunos químicos de interés particular, como el gas mostaza, son agentes alquilantes y se ha encontrado que muchos de ellos son carcinógenos. Mientras la evidencia que sugiere la carcinogénesis después de una única exposición aguda a la mostaza de azufre es equívoca, existe buena evidencia sobre el aumento significativo de cáncer del tracto respiratorio entre trabajadores luego de exposiciones prolongadas a dosis bajas en fábricas que producen gas mostaza. Los experimentos con animales y los datos epidemiológicos de poblaciones humanas muestran que la incidencia de carcinogénesis química originada por muchos carcinógenos depende de la duración de la exposición. Por consiguiente, se espera que las exposiciones únicas sean mucho menos carcinogénicas que meses o años de exposición a la misma dosis total. Ciertos químicos y agentes infecciosos pueden causar daños graves al feto humano en desarrollo, la talidomida y el virus de la rubéola son ejemplos particularmente bien conocidos. No se sabe si alguno de los agentes químicos y biológicos específicos aquí considerados tiene efectos teratogénicos con las dosis a las que pudieran estar expuestas las mujeres embarazadas en caso de un ataque. Se ha prestado poca atención a la posibilidad de que agentes químicos y biológicos conocidos puedan causar mutaciones dañinas susceptibles de ser heredadas. Se ha informado que varios químicos causan tales cambios en animales de experimentación y células humanas en cultivo.

Si se usan agentes biológicos para causar enfermedades que no son endémicas del sitio atacado, la enfermedad puede hacerse endémica, ya sea en poblaciones humanas o en vectores adecuados, como los artrópodos, y otros huéspedes no humanos, como roedores, aves, equinos o ganado vacuno. Las esporas de B. anthracis son altamente resistentes a la degradación ambiental y pueden permanecer, sobre todo en la tierra, por largos periodos. Al infectar y reproducirse en animales pueden establecer nuevos focos. Los microbios que causan infecciones gastrointestinales en humanos, como Salmonella y Shigella, pueden establecer reservorios permanentes. Las cepas de Salmonella pueden hacer lo mismo en animales domésticos. Una preocupación particular sería una liberación intencional del virus de la viruela, ya que podría causar el resurgimiento de esta enfermedad, erradicada en su forma natural en la década de 1970 con especial beneficio para los países en vías de desarrollo.

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Armas BiológicasPor último, existe la posibilidad de los efectos mediados por cambios ambientales. Se pueden establecer nuevos focos de la enfermedad en humanos y animales como resultado de los cambios ambientales causados por el uso de agentes biológicos infecciosos o como resultado del uso de agentes contra las plantas. Éstos pudieran tener efectos adversos a largo plazo en la salud humana por la reducción en la calidad y en la cantidad del suministro de alimentos derivados de las plantas y los animales. También podrían tener un importante impacto económico, ya sea por los efectos directos en la agricultura o a través de efectos indirectos en el comercio y el turismo.

La conclusión general que se puede sacar del anterior análisis es que existen grandes dificultades asociadas con la evaluación de los efectos a largo plazo de la exposición a los agentes químicos y biológicos. Las variables de confusión pueden afectar los resultados de los estudios y dificultar la distinción entre los verdaderos efectos a largo plazo de la exposición y la aparición de los mismos síntomas por otras causas. Los datos conflictivos y los resultados inconclusos a menudo hacen imposible llegar a conclusiones definitivas

Conclusión

La inminente amenaza del bioterrorismo y de la guerra biológica, como indudables flagelos de la humanidad, puede convertirse en un hecho de impredecibles consecuencias. Por consiguiente es necesario que las organizaciones internacionales, los gobiernos, científicos e intelectuales y la población en todos los países del orbe, no solo tomen conciencia de este peligro potencial, sino que desarrollen acciones concretas en evitación de la proliferación y empleo de este tipo de arma.

La comunidad internacional tiene una gran preocupación en todo lo referente a las armas

biológicas y en el terreno militar han conseguido llegar a acuerdos que pueden evitar el uso

de estas armas, pero ¿Se puede firmar acuerdos con terroristas? Este es el punto clave de

muchos países y entre otros México.

Es necesario contar con los mecanismos que permitan minimizar el impacto de una

agresión biológica y para ello la clave es el estar preparados para una respuesta efectiva.

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Armas Biológicas

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