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1 MECANISMOS DE COHESIÓN La coherencia atiende a la continuidad de sentido. Sin ella no hay aceptabilidad. Para que esa arquitectura textual sea aceptable hay que aplicar una serie de mecanismos, acuñados por Van Dijk: macroestructura global (asunto o tema), estructura de contenidos (disposición de ideas que giran en torno a la macroestructura global), superestructura (patrón, esquema, protocolo que siguen los textos según el tipo al que pertenezcan, estrechamente relacionado con la estructura de contenido), marco (propiedades particulares, internas que tienen que ver con el tipo al que pertenece el texto; pautas, órdenes que se van dando en el texto) y dimensión pragmática (elementos extralingüísticos que infunden coherencia, explícita o implícita). Todos estos mecanismos se llevan a cabo a la hora de crear un texto. Si no seguimos estos pasos, posiblemente obtendremos un texto incoherente y vacío de aceptabilidad. No hay que confundir marco con contexto. Aunque en algunos modelos son sinónimos, el marco lo forman las propiedades internas del texto, mientras que el contexto es un conjunto de variables situacionales que rodean el texto, como pueden ser el tiempo, el lugar, etc. Otro mecanismo de coherencia es la intertextualidad, nombre dado por Julia Kristeva, que trata de las relaciones intertextuales que se dan entre distintos textos. Todo texto es resultado de una cadena textual, es decir, de los textos precedentes. Esto quiere decir que todos los textos son polifónicos, porque en ellos se oyen las voces de distintos autores. Todos estos mecanismos son los que tenemos que tener presentes a la hora de elaborar y comprenderán texto. La cohesión es el otro principio que establece las distintas posibilidades con que pueden combinarse los componentes del cuerpo textual (cotexto). Todos los mecanismos que ayudan a crear el cotexto son los de cohesión. Isenberg considera que la cohesión es la propiedad o principio que implica la buena formación del texto, la adecuada composición de las unidades lingüísticas y la gramaticalidad. La buena formación es la sucesión lineal coherente de las unidades lingüísticas. La buena composición supone la sucesión de esas unidades, seleccionadas y organizadas según el plan previo de elaboración de un texto (intencionalidad). Y, por último, la gramaticalidad es la acomodación de las unidades lingüísticas a las reglas gramaticales de la lengua (concordancia, etc). Ejemplo: “Los niñas pasea contento”. No hay concordancia, es agramatical. Estos mecanismos de cohesión son de naturaleza léxica y gramatical. Establecen la co-textualidad y ayudan a tejer el texto. La coherencia, por otro lado, se sustenta de la semántica y la pragmática. A) PROCEDIMIENTOS LÉXICOS Hay que tener en cuenta dos principios fundamentales a la hora de seleccionar las palabras de un texto: la propiedad y la precisión . L. Carreter dice que la propiedad léxica es el ajuste exacto entre la palabra empleada y lo que se desea significar con ella . También hay que añadir que debemos tener en cuenta el registro o nivel de formalidad al que está sometido el texto.

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MECANISMOS DE COHESIÓN La coherencia atiende a la continuidad de sentido. Sin ella no hay aceptabilidad. Para que esa arquitectura textual sea aceptable hay que aplicar una serie de mecanismos, acuñados por Van Dijk: macroestructura global (asunto o tema), estructura de contenidos (disposición de ideas que giran en torno a la macroestructura global), superestructura (patrón, esquema, protocolo que siguen los textos según el tipo al que pertenezcan, estrechamente relacionado con la estructura de contenido), marco (propiedades particulares, internas que tienen que ver con el tipo al que pertenece el texto; pautas, órdenes que se van dando en el texto) y dimensión pragmática (elementos extralingüísticos que infunden coherencia, explícita o implícita). Todos estos mecanismos se llevan a cabo a la hora de crear un texto. Si no seguimos estos pasos, posiblemente obtendremos un texto incoherente y vacío de aceptabilidad. No hay que confundir marco con contexto. Aunque en algunos modelos son sinónimos, el marco lo forman las propiedades internas del texto, mientras que el contexto es un conjunto de variables situacionales que rodean el texto, como pueden ser el tiempo, el lugar, etc. Otro mecanismo de coherencia es la intertextualidad, nombre dado por Julia Kristeva, que trata de las relaciones intertextuales que se dan entre distintos textos. Todo texto es resultado de una cadena textual, es decir, de los textos precedentes. Esto quiere decir que todos los textos son polifónicos, porque en ellos se oyen las voces de distintos autores. Todos estos mecanismos son los que tenemos que tener presentes a la hora de elaborar y comprenderán texto.

La cohesión es el otro principio que establece las distintas posibilidades con que pueden combinarse los componentes del cuerpo textual (cotexto). Todos los mecanismos que ayudan a crear el cotexto son los de cohesión. Isenberg considera que la cohesión es la propiedad o principio que implica la buena formación del texto, la adecuada composición de las unidades lingüísticas y la gramaticalidad.

La buena formación es la sucesión lineal coherente de las unidades lingüísticas. La buena composición supone la sucesión de esas unidades, seleccionadas y organizadas según el plan previo de elaboración de un texto (intencionalidad). Y, por último, la gramaticalidad es la acomodación de las unidades lingüísticas a las reglas gramaticales de la lengua (concordancia, etc).

Ejemplo: “Los niñas pasea contento”. No hay concordancia, es agramatical. Estos mecanismos de cohesión son de naturaleza léxica y gramatical. Establecen

la co-textualidad y ayudan a tejer el texto. La coherencia, por otro lado, se sustenta de la semántica y la pragmática.

A) PROCEDIMIENTOS LÉXICOS Hay que tener en cuenta dos principios fundamentales a la hora de seleccionar

las palabras de un texto: la propiedad y la precisión. L. Carreter dice que la propiedad léxica es el ajuste exacto entre la palabra

empleada y lo que se desea significar con ella. También hay que añadir que debemos tener en cuenta el registro o nivel de formalidad al que está sometido el texto.

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*”Los estudios de traducción son emblemáticos” No se trata de un empleo vulgar, sino de un mal uso del adjetivo. “Emblemático” significa "representativo de un lugar o de una época" A veces los hablantes confunden “emblemático” con “importante". No se puede aceptar el uso de emblemático con este significado porque no se ajusta con lo que se quiere decir. *“El atraco del Queen Mary II fue un espectáculo histórico” En este ejemplo nos encontramos con dos impropiedades léxicas. El sustantivo “atraco” procede del verbo “atracar” que a su vez tiene dos significados. Por un lado, significa “varar” que da lugar al sustantivo “atraque” y, por otro lado, significa “atracar”, por lo que hablar del atraco de un barco sería una impropiedad a no ser que lo estuvieran asaltando. La segunda impropiedad léxica ocurre con el sustantivo "espectáculo". El atraque de un barco no es nunca un espectáculo, se trataría realmente de un "evento" o "acontecimiento", sustantivos con los que si se podría usar el adjetivo "histórico”. La propiedad también está relacionada con el registro. *”El gobierno pasa de los sindicatos”. El verbo “pasar” se usa en un registro más informal por lo que no se adecua a este contexto y por lo tanto la frase adolece de una impropiedad. La impropiedad léxica también se puede dar con las palabras gramaticales. *”El amor hacia los hijos” La preposición "hacia” solo significa aproximación o dirección, por lo que lo propio sería decir: "Amor por los hijos".

La precisión es un principio que implica la selección del matiz exacto, del término más clasificador y, por tanto, más adecuado para determinado punto del texto. Tiene que ver con la máxima de claridad y con el principio de Grice. No debemos utilizar palabras amplias semánticamente, sino precisas, que no den lugar a ambigüedades.

* “El albañil hace casas (en lugar de construye)”. *”Un texto es una cosa que sirve para comunicarnos” También tenemos que recalcar que las unidades léxicas, dentro del sistema de la

lengua, están en estado puro. Cada una tiene su significado léxico sin mancillar, limitado y definido. Pero cuando las introducimos en el discurso, es decir, las bajamos al plano del habla, se contagian con otros matices y valores al relacionarse con otras. Muchas veces esto supone que terminen significando algo que no significan per se. Así que decimos que la significación de las palabras admite dos variedades: la denotación y la connotación. El término connotación procede del lenguaje del estudio de la lengua. El significado denotativo es la significación nocional que las palabras poseen por naturaleza, y el significado connotativo es el significado o matiz que puede adquirir una palabra al unirse con otras. El significado denotativo es el significado que se puede encontrar en un diccionario. Valga como ejemplo el significado de la palabra “ensangrentado” que significa manchado o cubierto de sangre, que es el significado que se advierte en este enunciado: “El perro está ensangrentado”.

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No así lo advertimos en este enunciado: “El sol está ensangrentado” en el que la palabra en cuestión adquiere otro significado que está mediatizado por su relación con la palabra "sol". De este se infiere por ejemplo el color rojo, el tiempo que sería a las horas del crepúsculo y la violencia que connota la sangre. Otros ejemplos de significados connotativos: “Hidrato” Connota tecnicismo, no es una palabra de uso común. “Fallecer” es mas culto que “morir” Connotaciones que derivan de las palabras tabuizadas como por ejemplo: “Víbora” que en alguna culturas es una palabra tabú “Revolucionario” que es negativa para una persona “conservadora” lo mismo sucede con “ateo” y “creyente”. Todos estos matices se asocian pragmáticamente mediante el contexto lingüístico. Sinestesia: Combinamos dos sensaciones para producir un sentido distinto. “color chillón” Definición de la RAE:

. Ret. Tropo que consiste en unir dos imágenes o sensaciones procedentes de diferentes dominios sensoriales. Soledad sonora. Verde chillón.

Cuando hablamos de unidades léxicas en este estudio, nos referimos a unidades

con contenido autosemántico. Estas palabras son el sustantivo, el adjetivo calificativo, el verbo, el pronombre y el adverbio no relacionante (los adverbios relacionantes son los que utilizamos para unir oraciones, que actúan como marcadores discursivos o nexos).

Además de procedimientos léxicos también hay procedimientos gramaticales, en los que entran en juego los índices morfológicos que ayudan a establecer la cohesión (persona, número, artículo, conjunción, preposición, adverbios relacionantes, sintaxis, puntuación, etc). El sentido de las palabras se infiere del texto, pero siempre tenemos que tener en cuenta lo que significan no en el habla (texto) sino también en la lengua. El texto mediatiza el significado de las palabras porque éstas significan cosas diferentes según el contexto en el que están introducidas. Las palabras siempre tienen un referente pero éste puede variar según el contexto y las connotaciones que en él se vierten.

Ejemplo: Noble asiento tocado de la edad y de la poesía (= sillón) A la hora de evocar este significado el autor identifica este sillón con el que en él

se sentaba, que estaba tocado de la edad por contigüidad con el autor. Por tanto, este renglón solo se puede entender si conocemos el referente al que evocan las palabras. Esto pasa muchas veces en la poesía. Son actitudes, modalizaciones, intencionalidad. La palabra adquiere o puede adquirir valores nuevos.

Witgestein decía “no busquéis el significado de las palabras, buscad su uso”.y cuanta razón tenía, porque si buscamos el significado virtual de las palabras no obtendremos cómo usarlas en contexto. Para ello, debemos analizar el uso, el sentido definitivo. El sentido engloba todos los aspectos y dimensiones significativas que intervienen en un acto de discurso, ya estén ligados al significante lingüístico, ya sean

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aportaciones contextuales, ya sean aspectos de referencias, ya valores intencionales o modalizaciones imprimidas por el emisor (S. Gutiérrez Ordóñez).

Las palabras en un texto se impregnan comúnmente de otra savia que contiene carga expresiva. De la misma manera puede decirse que para producir efectos no tan nobles, las palabras son a veces “armas arrojadizas”- como sugiere A. Muños Molina-, no obstante, para surtir cualquiera de sus efectos, las palabras han de salir de la situación de amparo que les proporciona el sistema de la lengua y batirse en el campo del habla, del texto o del discurso, es decir, en una situación comunicativa concreta, sobre todo para adquirir lo que algunos modelos denominan "el sentido completo”.

TIPOS DE RECURRENCIAS: 1. REPETICIÓN 2. SUSTITUCIÓN LÉXICA SINONÍMICA 3. SUSTITUCIÓN HIPERONÍMICA 4. CORREFERENCIALIDAD 5. SUSTITUCIÓN MEDIANTE PROFORMAS

1. RECURRENCIAS LÉXICAS

Consiste en la reaparición, dentro de un texto, de un elemento léxico o de una categoría autosemántica. Todas las palabras son susceptibles de repetirse y más aún si forman parte del tópico o tema (macroestructura global).

Este fenómeno se manifiesta tanto mediante repeticiones como mediante sustituciones y confiere cohesión al discurso porque la palabra repetida o sustituida en diversos enunciados hace que estos entablen relación entre sí, configurando el llamado tejido reticular o entramado textual. Cuando una palabra en el texto tiene múltiples ocurrencias (apariciones) se convierte en recurrencia, que viene dada por repetición o sustitución (cuando hablamos de ocurrencia nos referimos a aparición de significante o de significado). Hay cinco tipos fundamentales de recurrencias léxicas: la repetición, la sustitución léxica sinonímica, la sustitución léxica hiperonímica, la correferencialidad y la sustitución mediante preformas.

1.1 REPETICIÓN LÉXICA Podemos plantearnos si repetir palabras en el texto es una buena idea. Pues bien,

cuando la repetición se debe a un mecanismo de cohesión, se admite. Esto es, si repetimos la palabra para continuar con el tema textual, y con una continuidad de sentido, sí estaría justificada esta repetición. Además, cuando hablamos de repetición nos referimos a palabras autosemánticas, no gramaticales ya que estas pueden repetirse sin ningún tipo de restricción, pues constituyen un inventario limitado, cerrado. Sin embargo, las palabras autosemánticas (sustantivo, adjetivo, adverbio no relacionante y verbo) forman un inventario rico, abierto y variable (ejemplo: mortandad léxica). Las palabras autosemánticas pueden variar en su significado, adquiriendo nuevos matices o connotaciones, pero las palabras gramaticales no suelen variar.

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Hay dos tipos de palabras, las de significados léxico, que se corresponden con un referente real y no solo tangible, sino también, se pueden referir a algo que esté en la mente (libertad, amor...), pues bien, estas palabras constituyen un inventario abierto que experimenta mayor número de variaciones. Constantemente nacen palabras nuevas, mientras otras mueren. Por otro lado están las palabras de significado gramatical, estas palabras constituyen un inventario cerrado y limitado, por lo que es normal que reaparezcan con frecuencia.

Por esto, cuando un emisor utiliza una misma palabra muchas veces nos choca, ya que sabemos que puede utilizar muchas más. El escritor debe ampliar su lexicón mental para crear un texto aceptable. La repetición excesiva, y en poco espacio, de una unidad léxica puede resultar enfadosa, reprobable y puede devenir en un defecto de estilo.

Pero no hay que olvidar como hemos dicho antes que la repetición de los elementos gramaticales es normal dado que son unidades que forman un inventario cerrado, son escasas y necesarias por lo que su reaparición continua no resulta extraña. Aun así, en ocasiones, su excesiva repetición es reprobable, sobre todo cuando se trata de formas que se pueden alternar. El léxico, sin embargo, forma un inventario abierto de unidades que posibilitan más fácil y comúnmente la variación, razón por la que la repetición excesiva puede resultar enfadosa. La frecuencia de aparición de una unidad léxica dentro de un texto depende particularmente de los diferentes tipos textuales, pues hay textos que admiten la repetición y otros que la rechaza. Cuando el tipo textual no la acepta como normal se dice que ocasiona un defecto de estilo y que atenta contra el principio de “no repetición”, o incluso, puede provocar tautologías, solecismo que consiste en la predicación de una palabra con la misma palabra. *"Determinante es el que determina". Pero hay que tener en cuenta que hay textos en los que no sólo se admite, sino que se exige la repetición. Esto ocurre en los textos científico-técnicos, en los que la máxima de claridad prima por encima del estilo. Además hay que añadir que en este tipo de textos no se acude a la sinonimia porque los términos científicos son únicos. A veces existen sinónimos pero pertenecen a diferentes registros, como por ejemplo el caso de “diabetes” y “azúcar”.

Ejemplo: “La inmunología estudia los mecanismos por los cuales el huésped reconoce lo que es ajeno al organismo y la respuesta que este reconocimiento produce. La respuesta inmunológica habitualmente es protectora, pero en ocasiones es desproporcionada o inadecuada a su función real, ocasionando daños al organismo. Puede ocurrir que la capacidad de la respuesta sea insuficiente; entonces hablaremos de inmunodeficiencias. En otras ocasiones las respuestas pueden ser exageradas y hablaremos de hipersensibilidad.”

Texto médico especializado

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También podemos utilizar la repetición como un mecanismo expresivo, como ocurre en los textos poéticos que hallan en la repetición variados efectos estilísticos. Como son los casos de, reduplicación, retruécano, anáfora o concatenación.

La repetición del mismo significante produce una expresividad dentro de la

poesía que no se produciría fuera de ella, o que sería un defecto. A no ser que tenga una intención fática, aunque también en este caso sería un recurso expresivo (Quiero el pedido hoy. ¡Hoy!). REDUPLICACIÓN : Consiste en la repetición de una unidad léxica de forma sucesiva y próxima.

Ejemplo: Verde que te quiero verde Verde viento, verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña. Con la sombra en la cintura, ella sueña en su baranda verde carne, pelo verde, con ojos de fría plata. “Sonámbulo”, Lorca. Para García Lorca el verde es el color de la muerte, con este recurso lo que

pretende es intensificar y dar énfasis. (Todo se baña del color de la muerte) Ejemplo: Pena con pena y pena desayuno Pena es mi paz y pena mi batalla Miguel Hernández.

RETRUÉCANO : Consiste en la contraposición de dos enunciados que contienen las misma palabras y se presentan en orden diferentes para así obtener sentidos distintos u opuestos.

Ejemplo: Cuando no se piensa lo que se dice Es cuando se dice lo que se piensa

ANÁFORA : Figura retórica que consiste en la repetición de una unidad léxica al comienzo de varios versos sucesivos (en poesía) o enunciados sucesivos.(en prosa)

Ejemplo: Temprano levantó la muerte el vuelo. Temprano madrugó la madrugada, Temprano estás rodando por el suelo. No perdono a la muerte enamorada No perdono a la vida desatenta, No perdono a la tierra ni a la nada “Elejía a Ramón Sijé”, Miguel Hernández

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CONCATENACIÓN : Consiste en la repetición de una palabra al final de una enunciado y al comienzo del siguiente. Se utiliza con frecuencia en el lenguaje publicitario.

Ejemplo: Si usas Evax Fina y Segura, te sientes limpia y seca Si te sientes limpia y seca, te sientes bien Si te sientes bien, te sientes cariñosa Si te sientes cariñosa, te paras a acariciar este perro tan feo Anuncio de publicidad

Todas estas figuras precisan de la repetición para crear estilo, embellecer el lenguaje, por lo tanto, no estaríamos ante un defecto de estilo.

Muchas veces también se justifica la repetición con la intencionalidad. En el

coloquio podemos utilizarla como mecanismo enfatizador. Ejemplo: Escribo y escribo con un lápiz lápiz. (Mucho) (De Calidad)

En conclusión, la repetición de un término depende del fin, de la intencionalidad que se persiga con ella, siempre que este fin esté justificado, ya desde un punto de vista lingüístico, ya desde un punto de vista estilístico, sería tolerable.

En cualquier texto, sea cual sea su naturaleza, vamos a ver que hay algunas

palabras que se repiten más. Esto se debe al tópico del discurso en torno al cual se desarrolla el texto. Por tanto, si un texto tiene como elemento nuclear las drogas, es absolutamente normal que este término aparezca en mayor número de ocurrencias. La repetición es un mecanismo de tematización.

1.2 SUSTITUCIÓN LÉXICA SINONÍMICA La sinonimia es la recurrencia o repetición de elementos léxicos con significantes diferentes pero con absoluta igualdad de significado, es decir, de semas. Por lo tanto, es recurrencia porque se repite el significado de una misma palabra, es decir, reaparece la referencia, reaparecen los semas. Fuera del texto, en el sistema virtual de la lengua, no existe la sinonimia absoluta, ya que ninguna palabra tiene exactamente el mismo significado que otra. Ninguna palabra es capaz de sustituir a otra en todos lo contextos. Palabras aparentemente similares como puerco-cerdo-cochino no son absolutamente sustituibles en todos los contextos. Si decimos “qué cochino eres” no es lo mismo que decir “qué cerdo eres”.

Ejemplo: Fue alumno mío Fue *estudiante* mío Ejemplo: (En un bar con amigos) Ese es mi *automóvil* (en lugar de coche)

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Hay razones de estilo, de registro, de matiz significativo, de asignación, de referencia, etc, que lo impiden. Cabe añadir que la utilización errónea de un sinónimo puede llegar a producir una IMPROPIEDAD LÉXICA. Es en el nivel textual donde único puede darse al sinonimia absoluta puesto que dentro del texto es en donde las palabras sustituidas poseen identidad referencial, es decir, aluden al mismo referente. Por ejemplo, en un texto en el que aparezca la palabra "drogas" con el significado de sustancias aditivas y tóxicas, un término como estupefaciente puede servirle de sinónimo absoluto. Por poner otro ejemplo: En un texto sobre el tabaco, la unidad léxica tabaco se repite muchas veces porque es el tópico del discurso. En un punto del texto aparecía la palabra “pitillo” sustituyendo a “tabaco”. Este fenómeno se llama metonimia, figura que consiste en designar algo con el nombre de otra cosa tomando el efecto por la causa o viceversa, el autor por sus obras, el signo por la cosa significada, etc.; p. ej., las canas por la vejez; leer a Virgilio, por leer las obras de Virgilio; el laurel por la gloria, etc.

Cada palabra tiene sus restricciones de uso. Por eso, solo podremos sustituirlas conociendo el contexto en el que se van a introducir. Además, la sinonimia léxica solo se da entre palabras del mismo nivel categorial, esto quiere decir que un sustantivo solo podrá ser sinónimo de otro sustantivo, etc. Pero esto no quiere decir que solo tengamos la opción de cambiar una palabra por otra, sino que podemos cambiar una palabra por un grupo de palabras (sinonimia construccional) que tenga identidad referencial con esta.

Ejemplo: ocaso = caída del sol. La sinonimia también es un mecanismo de

cohesión y tematización y contribuye a formar el tejido reticular. La sinonimia, igual que la repetición, es un mecanismo de cohesión que incide en la macroestructura global del texto al servir, asimismo, sirve de recurso de tematización de una idea o de una palabra, es decir, la unidad léxica que se sustituye en un texto por un sinónimo, se convierte en tema, garantiza la permanencia e incluso puede convertirse en tópico del discurso si ha tenido múltiples ocurrencias.

1.3 SUSTITUCIÓN LÉXICA HIPERONÍMICA

Hay palabras que no admiten sinónimos, pero sí otras posibilidades de

sustitución dentro del texto. Pero para entender este concepto debemos conocer los términos extensión y comprensión.

La extensión es la capacidad que tiene una palabra de abarcar y nombrar

múltiples realidades o referencias, de tal manera que esa palabra posee un carácter genérico. Las palabras de mucha extensión se definen con pocos semas.

La comprensión, por otro lado, es la capacidad restringida que tiene una palabra de nombrar una o muy pocas realidades, de modo que posee un carácter específico y, por tanto, se define con mayor número de semas. Generalmente, la palabra de mayor comprensión semántica se incluye dentro de aquella que cuenta con mayor extensión. Ejemplo: animal -ave - pájaro - mirlo.

Vegetal- árbol- abedul En estos dos ejemplos se va de mayor extensión a mayor comprensión semántica.

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La hiperonimia consiste, pues, en la sustitución dentro de un texto de una unidad léxica de mayor comprensión semántica por una de mayor extensión. O lo que es lo mismo: por una archilexía.

(Animal y vegetal eran las archilexías de los ejemplos anteriores) Si en un texto hablamos de mirlos, esta palabra puede ser sustituida por pájaro,

ave o animal. A veces podemos confundir este mecanismo con otras relaciones que se dan

entre las palabras. Siempre debemos tener en cuenta que el hipónimo es una “clase de” el hiperónimo. Es decir: un mirlo es una clase de animal. Pero si no se cumple esta condición no se dará una relación de hiperonimia.

Por ejemplo: “freno, volate, acelerador,…” ¿Se podría sustituir por la palabra coche?- No, un freno no es una clase de coche. En este caso, freno se incluye en el campo semántico de coche, pero no es un hipónimo de esta palabra. En este caso el hiperónimo para todas estas palabras sería “piezas de un coche”

Por ejemplo: “Rosa” puede sustituirse en un texto por "flor" ya que “rosa” es un

tipo de "flor" Tampoco debemos confundirla con la sinonimia, ya que esta es la equivalencia

de referentes; y la hiperonimia, un proceso de inclusión. En la hiperonimia el significado de una unidad léxica se incluye dentro del significado de la otra. RELACIÓN DE INCLUSIÓN .

En la sinonimia hay una relación de igualdad semántica o de semas entre las dos palabras sustituidas, porque las dos posen la misma capacidad de nombrar dentro de un texto, es decir, tienen la misma comprensión semántica.

Por ejemplo: “tabaco" no es un hiperónimo de "pitillo", son sinónimos, ya que el "tabaco" es el producto del que está hecho el "pitillo", no un tipo� Metonimia

En la relación de hiperonimia el signo incluyente, el de mayor extensión semántica es el “hiperónimo” y el incluido, el de mayor comprensión semántica es el “hipónimo”.

Hiperónimo� signo invluyenye� + extensión Hipónimo� signo incluido�+ comprensión El ámbito significativo del hipónimo se encierra en el ámbito significativo del

hiperónimo, pero no a la inversa, por ejemplo: “Toda rosa es una flor, pero no toda flor es una rosa.”

Por lo tanto, cuando hablamos de hiperonimia podemos hablar también de hiponimia. Para poder habla de hiperonimia y de hiponimia en un texto deben de aparecer las unidades, la sustituida y la que la sustituye.

No tiene nada que ver el orden de aparición, puede aparecer primero el hiperónimo y después el hipónimo o a la inversa:

“Cada vez que Isabel salía al campo, venía cargadas de flores. Las rosas nunca le faltaban. Las margaritas y las azucenas dependían de la época exacta de año (...)"

En el ejemplo anterior, primero aparece el hiperónimo y después la serie de hipónimos.

Puede que en un texto aparezcan diseminados una serie de hipónimos como rosa,

clavel, tulipán y girasol. Cuando queramos reunir esta lista de co-hipónimos (hipónimos que se reúnen bajo un mismo hiperónimo) podemos hacer uso del hiperónimo flor.

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Al igual que la sinonimia, también puede darse con grupos de palabras (instrumentos para escribir > lápiz, bolígrafo, pluma) y debe producirse entre palabras de la misma categoría gramatical. Y también es un mecanismo cohesivo y tematizador.

Al igual que en la sinonimia, tenemos que tener en cuenta el tipo de texto, ya que en un texto preciso, claro y conciso es mejor evitar generalidades.

1.4 CORREFERENCIALIDAD

También es un proceso de sustitución léxica y va estrechamente ligada a la

sinonimia y a la hiperonimia. La correferencialidad es la recurrencia consistente en la sustitución de una unidad o de una expresión por otra que designa el mismo objeto. Pero esta sustitución no se da entre esas unidades porque haya una relación lingüística de significado sino por una relación pragmática de igualdad no necesariamente permanente.

Es decir, los elementos se relacionan entre si por el conocimiento del mundo. Por ejemplo: Madrid = capital de España; García Márquez = el novelista

colombiano. Estos casos de correferencialidad enriquecen el texto porque informan sobre los

referentes sustituidos. Los sustantivos propios son identificadores no clasificadores y, por tanto, no

podemos hablar nunca de relación semántica entre un sustantivo propio y uno simple. Solo habrá relación pragmática. Pero la correfencialidad también se da entre nombres comunes.

Ejemplo: “tabaco: vicio”: Correferencialidad. “futbolista: héroe”: Correferencialidad Este proceso es muy útil y enriquecedor a la hora de elaborar un texto. Refleja la

capacidad de saber construir textos y evitar repeticiones, además del bagaje cultural del escritor. Es un proceso tematizador y cohesivo.

No hay que olvidar que, como ocurría con la sinonimia, en la relación con la hiperonimia se encuentra también la correferencialidad, es decir, una serie de unidades léxicas de un texto pueden recogerse bajo la forma de una expresión que las englobe a todas por igual, ahora bien, no estamos ante un caso de relación propiamente semántica, sino, más bien, de orden pragmático.

“Madrid, Berlín, Roma, Londres,..." � Capitales europeas “García Márquez, Vargas Llosa, Cabrera Infante,…”�Escritores

hispanoamericanos.

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Maldita televisión “La televisión es un intento equivocado, algo que no debió inventarse nunca”.

Esto escribía, no hace mucho, Francisco Umbral. Casi al mismo tiempo, Antonio

Mingote vertía la siguiente frase: “la televisión ha acabado con el cine, el teatro, las

tertulias y la lectura. Ahora, tantos canales terminan con la unidad familiar”.

Al margen de reconocer la brillantez en la exposición, es inevitable que alguien

que se dedique a la crítica del medio se pregunte si estas visiones catastróficas están

justificadas; si la televisión, efectivamente, está aniquilando cuanto de hermoso,

aventurero o sublime tiene el ser humano; si la principal secuela de este narcótico no

será única, y exclusivamente, la de configurar una sociedad átona, uniforme y dúctil en

manos de los poderosos.

La primera impresión nos empuja a dar una respuesta afirmativa a estas

cuestiones, y a aceptar que las visiones apocalípticas nos son tan excesivas ni

descabelladas en este caso. Basta con echar un somero vistazo a la parrilla y a los

programas con más audiencia para darse cuenta de que la vulgaridad, la frivolidad y, por

supuesto, la mendacidad son consustanciales a todos ellos. ¿Hay algún signo de

esperanza? Seamos optimistas. Si lo hay. Hasta en la más casposa y siniestra de las

programaciones existen resquicios por los que acaban filtrándose el ingenio y la

imaginación, la bondad y la nobleza, el valor y el sacrificio. Pero no es esto lo

fundamental, sino que en su mayor pecado se encuentra también su mayor virtud. La

televisión es como un bombardero. Por si misma no piensa, no actúa, y sólo de quienes

la gobiernan depende de que arroje napalm o víveres. Basta, por tanto, un pequeño

cambio de sensibilidad en quienes la conducen para que su poderosísima influencia sea

más benéfica que perjudicial. Y no parece tan difícil conseguirlo.

Si eliminamos el “núcleo duro” del cotilleo, en todos los horarios y cadenas hay

numerosos espacios de éxito que, en teoría, admiten una amplia gama de contenidos. En

realidad, se dedican casi en exclusiva al chismorreo, pero ¿por qué esta situación no

podría cambiar? Dado que su audiencia está bastante estabilizada ¿por qué no introducir

de vez en cuando un apunte sobre una novela, una entrevista a un artista que no cante,

un retazo de lo que ocurre sobre algunos escenarios? Habría que hacerlo lentamente, en

pequeñas dosis, pero con ganas, con un sello distinto del habitual. Y, mientras tanto,

pensar en que uno de los referentes más firmes en el imaginario del espectador español

sigue siendo el de un insigne escritor protestando justamente porque no le dejaban

hablar de su libro. Y ha llovido.

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Pregunta de examen: Comete qué tipo de relaciones pragmáticas o semánticas se establecen en el texto entre las palabras subrayadas y el sustantivo "televisión"

Televisión� Narcótico: Hay una relación pragmática, pero no semántica, y también, se produce sustitución, por lo que se trata de un correferente.

PRÁCTICA TEXTO: “Un retroceso de medio siglo” Jatami� Presidente de Irán�mandatario árabe�Presidente de un país con (…) Todos estos son casos de correferencia. PRÁCTICA TEXTO: “Si bebes deja vivir" En este texto se repite la palabra “calle” para darle un efecto intensificador. Copear� beber, son sinónimos Beodo� borracho, es sinónimo de dipsómano, que es una palabra de origen

girgo. Abstemio� sinónimo de sobrio. PRÁCTICA TEXTO: “Divorcio súbito” Separaciones matrimoniales� sinónimo construccional de divorcio. Aunque

aquí también podríamos hablar de hiperonímia, ya que no toda separación es un divorcio.

Rupturas inmediatas: es un caso de hiperonimia porque hay muchos casos de rupturas, no solo divorcio.

Unión� Hiperónimo de matrimonio Casamiento� sinónimo de matrtimonio Estado civil � hiperónimo de casado y de soltero o de viudo 1.5 SUSTITUCIÓN MEDIANTE PROFORMAS

Las proformas son elementos lingüísticos creados para sustituir otros. En los

textos es común el uso de estas palabras especializadas o proformas como sustitutas de otras palabras para producir cohesión. A diferencia de los sinónimos y los hiperónimos, el significado de las proformas es ocasional porque depende de la palabra sustituida.

Tres tipos: - Proformas lexicales: nominales y verbales - Pronombres - Pro- adverbios.

1.5.1 PROFORMAS LEXICALES

Son sustitutos universales, de gran extensión semántica, llamadas también palabras baúl o comodines léxicos. No son nada recomendables en los escritos cuando

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se abusa de ellas. Son elementos de cohesión léxica siempre que sustituyan a otra palabra dentro del mismo texto. Cuando no sustituyen son una lacra textual ya que no tienen un referente definido y son más propias de la lengua hablada e informal.

Hay dos variedades de proformas lexicales: nominales y verbales. La proforma nominal por antonomasia es “cosa”, cuya definición es muy

abstracta y difusa: todo lo que tiene entidad corporal y espiritual, natural o artificial, real o abstracta. Lo mismo sucede con las palabras cuestión, asunto, problema, tema, etc.

(Definición RAE de cosa: Todo lo que tiene entidad, ya sea corporal o espiritual, natural o artificial, real o

abstracta.) Proformas verbales son hacer, haber, tener, poder, ser, estar, etc. Ejemplo: el

albañil hace casas (en lugar de construye). Cuando el verbo de carácter universal sustituye a uno ya nombrado, puede valer

en el texto. Ejemplo: María fuma y José también lo hace. En estos casos se acompaña de un pronombre que aclara el elemento sustituido.

Es preciso no abusar de estas palabras y menos aún cuando no tienen carácter de

proformas o de sustitutas. Son clara muestra de pobreza léxica y de estilo poco elegante. Se trata de conseguir más variedad léxica y mayor riqueza de matices semánticos, empleando palabras más exactas y precisas. Su uso indiscriminado atenta contra el principio de precisión léxica.

Una premisa para diferenciar una proforma de un hiperónimo es que las proformas no pueden formas campos semánticos, porque no tienen límites semánticos precisos. Además, un hiperónimo no puede ser un sustituto universal.

Ejemplos: Hacer maravillas o milagros: obrar... una canción o un poema: componer preguntas: formular estragos: causar Tener varias partes: constar joyas: lucir proyectos o ilusiones: concebir o albergar una sensación, una mejoría o un cambio: experimentar Haber una inquietud: latir peligros: acechar una conjura: tramarse gente en una lista: figurar Poner atención: prestar una tarea, un sueldo: asignar argumentos: esgrimir una emisora: sintonizar Ser de una religión: profesar muy fácil, aburrido: resultar un peligro: constituir Decir unas frases: pronunciar insultos: proferir un lugar: indicar una cantidad: fijar razones: aducir

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argumentos: esgrimir lástima, confianza: inspirar la dirección: facilitar

1.5.2 PRONOMBRES

Actúan dentro del texto como sustitutos o como proformas, es decir, como mecanismos de cohesión y tematización. Son los deícticos por antonomasia. Debemos conocer el paradigma de los pronombres completo, desde los demostrativos, con fuerte carácter deíctico, hasta los personales o posesivos.

PRONOMBRE PERSONALES: Pronombre tónicos: desempeñan función de sujeto o de CD o de CN “Yo, tú, él, nosotros, vosotros y ellos. Pronombre átonos: Siempre hacen de objeto y pueden estar en posición enclítica

(detrás) o proclítica (delante) PRONOMBRE POSESIVOS Pueden ser formas plenas o apocopadas. “mío-mi” Los pronombres posesivos concuerdan con el elemento poseído, no con el

poseedor. Suyo� pronombre tremendamente ambiguo porque puede ser de él o de ella.

No debemos acompañarlos de pronombre personales porque provocan pleonasmo: *”Nosotros nos vamos” *” Esa es la suya” � “esa es suya” PRONOMBRE DEMOSTRATIVO No llevan tilde en ningún caso. A excepción de algunos casos ambiguos, por

ejemplo, cuando le sigue un sustantivo: “Es ésta enfermera del hospital” *”He hecho solo dos problemas”� “he hecho sólo dos problemas” Los demostrativos son pronombre que indican espacio, es decir, proximidad o

lejanía. Este: indica proximidad q la primera persona, la que habla. Ese: proximidad a la segunda persona, la que escucha Aquel: proximidad a la tercera persona, otra que se encuentra más lejos. “Antonio y Felipe no fueron a la fiesta. Este a causa de su enfermedad y aquel

por estar estudiando toda la noche”. Aquel: alude al más alejado en el discurso, es decir, al primero que se nombró, a

Antonio Este: alude al más cercano en el discurso, a Felipe. PRONOMBRES RELATIVOS Que: pronombre relativo por antonomasia. No tiene género ni número y puede

tener como antecedente personas o cosas. Cual: Precisa de artículo para indicar género y número del antecedente. Se

emplea cuando el antecedente está muy alejado. Ha de utilizarse dentro de oraciones explicativas, encerrado entre comas.

“Los libros con los cuales aprobaste este año”

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Aquí se usa con preposición y tiene función especificativa por lo que se podría sustituir por "que"

“Los libros, los cuales has utilizado, están encima de la mesa” Aquí si tiene función explicativa. Ejemplo del uso de “cual” en oraciones en donde el referente se encuentra

alejado del pronombre: “Entraron en el salón dos máscaras ataviadas con vistosos trajes, (...), las

cuales..." El uso aquí de “Cual” es obligatorio para señalar el número y el género de su

referente. Ayuda a esclarecer el sentido de la frase. Cuyo: Relativo de carácter posesivo. Siempre se utiliza como determinante,

porque siempre acompaña a un sustantivo “Aquellos autores cuyas novelas…” Donde, como y cuando: También se incluyen dentro de los pronombres relativos.

Son mecanismos de cohesión, ya que son conectores, pero no podemos olvidar que también son mecanismos de sustitución.

“La manera como hace las cosas”� funciona como relativo. “Te acuerdas de los años cuando estábamos en la escuela" � relativo. PRONOMBRE INDEFINIDOS Son muy abundantes Unos: significa algunos PRONOMBRES NUMERALES (...)

EJEMPLOS DE CASOS DE SOLECISMOS RELACIONADOS CON LAS PREPOSICIONES Y CON LOS PRONOMBRES

(son ejemplos de clase) Uso incorrecto de la preposición “entre ” *”Entre yo y la mesa está la silla” “Entre mi y la mesa está la silla” Cuando la preposición “entre” se utiliza con un pronombre que esté coordinado

con un sustantivo, tenemos que usar el pronombre tónico preparado para llevar preposición:

ENTRE + PRONOMBRE (TÓNICO)+ Y + SUSTANTIVO Mi Ti :-0 ¡OH!

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Pero cuando al primer pronombre le sigue otro, no ocurre lo mismo: “Entre tu y yo llevamos el equipaje” ENTRE + PRONOMBRE + Y + PRONOMBRE Uso incorrecto de posesivos que concuerdan con adverbios *”Detrás mía”� “Detrás de mi”: Es una locución prepositiva *”Debajo suyo” *”Debajo suya”�”Debajo de él” El adverbio no admite ningún tipo de concordancia, por lo tanto no puede estar

acompañado de un determinante. Sujetos que llevan preposición Un sujeto nunca lleva preposición: *”Por la calle que vamos hay poco tráfico” “La calle por la que vamos tiene poco tráfico” *”Mira con las cosas que se divierte"� Un C.D nunca puede llevar preposición C.D “Mira las cosas con las que se divierte” El quesuísmo *”Los alumnos que sus padres no fueron a la reunión” *”Los alumnos que los padres no fueron a la reunión” Se usa “CUYO” para oraciones que impliquen pertenencia: “Los alumnos cuyos padres fueron a la reunión” Quesuísmo: Es un anacoluto porque se deja al pronombre “que” sin referente Muchas veces nos encontramos con casos de discordancia cuando el pronombre

tiene función catafórica y el referente es plural. Ejemplo: “Le pedí a los Reyes una bicicleta.” Este fenómeno se llama anacoluto.

También cabe mencionar que no se ha de confundir los adverbios con los

pronombre indefinidos: “A lo largo de mi vida he comido mucha”� En este caso “mucha” sería un

pronombre que está sustituyendo a un sustantivo femenino singular, por eso, concuerda con él en género y número.

“He comido mucho” � Aquí se trata de un adverbio que es siempre invariable La deixis no solo opera dentro del texto, sino que también puede referirse a

elementos que están fuera. Así que tenemos dos clases de deíxis: endofórica, relaciona dos elementos dentro del texto, y exofórica, relaciona un elemento del texto y el referente que está fuera. La endofórica, como ya sabemos, posee dos dimensiones: la anafórica, las partes se conectan retrospectivamente, y la catafórica, prospectivamente.

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Ejemplo: Andrés y Felipe no vinieron a la fiesta. Este porque estaba enfermo y aquel porque tenía que estudiar. (deíxis endofórica anafórica)

Ejemplo: ¡Dame eso! (Deíxis exofórica) Ejemplo: Les dije a mis padres toda la verdad (deíxis endofórica catafórica) Ligado estrechamente al pronombre tenemos el concepto de elipsis, que consiste

en la omisión de un elemento, dada su obviedad. H. Mederos dice que al hablar se sobrentienden muchas cosas que el contexto suple. Cuando lo sobrentendido se refleja en alguna parte integrante de la cláusula, estamos ante un caso de elipsis. Lo que se sobrentiende puede ser cualquier parte del enunciado: un sujeto, un verbo, un complemento, etc. Dada la frecuencia con la que se omite el sujeto en castellano, asociamos la elipsis con los pronombres personales. Pero la elipsis ocurre con cualquier parte del texto.

La elipsis también es un mecanismote cohesión y tematización porque, cada vez que omitimos un elemento, se está haciendo referencia a este. Así que la elipsis en este caso podemos decir que es una recurrencia por omisión.

Es preciso dejar claro cuál es el referente omitido. Si se induce a la ambigüedad, la elipsis puede causar anfibología. En estos casos es preferible repetir y explicitar esa unidad léxica o recurrir a un procedimiento de sustitución.

Ejemplo: *“Antonio fingió en su careo con la policía. Luego, le recordó sus derechos” (¿Quién recordó?)

También se podría generar otro fallo gramatical llamado “zeugma", un solecismo del que se hablará más adelante.

*“Hoy, en occidente, se ha conseguido la igualdad legal de la mujer. Ahora buscan la igualdad social”

El primer enunciado no tiene sujeto, se trata de una oración impersonal, y en el segundo hay un verbo que concuerda con un sujeto elíptico en 3ª persona del plural, pero no se sabe a que sujeto se refiere ya que no se ha nombrado con anterioridad.

Como en el siguiente ejemplo que si se nombre el sujeto con anterioridad: “El perro es un animal fiel. Es más, nunca pide nada a cambio” Se puede omitir cualquier palabra pero los elementos más omitidos en los

discursos son los sujetos, la frecuencia con la que el sujeto es remplazado por el pronombre hace que éste esté estrechamente relacionado con la elipsis.

1.5.3. PRO-ADVERBIOS Son adverbios que sustituyen a otras unidades léxicas y también tienen valor

deíctico endofórico y exofórico cuando los referentes cumplen una función circunstancial. Cuando el elemento sustituido no cumple esta función, es mejor sustituirlo por otra forma con preposición. Este carácter deíctico de algunos adverbios los convierte en mecanismos correferenciales y, por lo tanto, en procedimientos de cohesión dentro de un discurso.

Ejemplo: *“Se compró una casa. Allí vivirá el resto de su vida” “Casa” en la oración es un CD por lo que sería más conveniente decir "en ella",

si el adverbio no sustituye a un CC la frase esta muy forzada.

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Ejemplo: Por los años sesenta, todo era más auténtico. Entonces, los amigos eran verdaderos amigos. (adverbio endofórico anafórico).

2. RELACIONES ENTRE UNIDADES LÉXICAS Hasta ahora hemos tratado los procedimientos de recurrencias. Pero a partir de

aquí nos disponemos a citar y explicar otros procedimientos que ayudan a la cohesión del texto. Las relaciones entre lexías que expondremos en este apartado, también afectan a la coherencia porque tienen que ver con la semántica. Son mecanismos que atacan por dos frentes aunque prioritariamente son cohesivos. Hablamos de grupos de palabras que tienen algún rasgo semántico en común, o cuyos mundos se encuentran muy próximos. Por tanto, intervienen factores semánticos y pragmáticos.

Muchos autores consideran que estos vínculos entre lexías sirven para crear las

llamadas cadenas nominativas. Viehweger dice que estas se crean a partir de la aparición en un texto de una unidad léxica que va generando otros términos que tienen relación entre sí. Por ejemplo, si el texto tiene como tópico “las drogas”, también encontraremos los términos “estupefacientes, vicio, adicción, narcotráfico, yonki, consumo, etc”. Cada una de estas palabras guardan una relación con “drogas”, pero algunas son relaciones semánticas y otras pragmáticas (como en el caso de consumo o vicio). En esta cadena nominativa hay que tener en cuenta por un lado las recurrencias (que se dan por repetición o sustitución) y por otro, las relaciones entre lexías (a través de las relaciones pragmáticas y semánticas).

CADENA NOMINATIVA : series de unidades léxicas que se forman a partir de

la aparición de un elemento en un punto del texto que va generando nominaciones sucesivas relacionadas entre si, ya sea de forma semántica o pragmática.

Estas cadenas nominativas se consiguen gracias a los procedimientos de recurrencia (repeticiones y sustituciones que hemos estudiado con anterioridad) y a este tipo de relaciones semánticas (relaciones parciales de significado: derivación, antonimia y parentesco) o pragmáticas que van relacionando las palabras entre si

En lo que al léxico se refiere, todo texto se presenta formando cadenas

nominativas. Todas las palabras de un texto contribuyen a la cohesión, pero no todas forman cadenas. Por eso, conviene distinguir entre léxico específico y léxico común o general. El primero es el que incluye las unidades léxicas relacionadas con la macroestructura global del texto. En el ejemplo anterior, todas las palabras que se relacionan con “drogas” semántica o pragmáticamente forman parte del léxico específico. Pero las que aparezcan sin motivación alguna, como “caminar, preferir, mesa, etc.”, forman parte del léxico común. Las cadenas tienen un límite, ya que no podemos asociar playa con árbol, pero sí con toalla. Estas relaciones nos sirven para hablar con propiedad y precisión.

Las relaciones semánticas no dejan de ser recurrentes porque las palabras que se relacionan comparten semas. Sin embargo, no ocurre así en las relaciones pragmáticas.

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2.1 RELACIONES SEMÁNTICAS Las lexías que guardan relación semántica son aquellas que poseen algo en

común dentro de sus significados, es decir, que tienen en común alguno o algunos semas. La unidad sema es un componente, un rasgo, un dato o una característica que se encuentra en el significado o definición de la palabra. El significado de una palabra será, por tanto, el conjunto de semas asociado de manera permanente a un término.

B. Pottier para explicar las relaciones semánticas y la noción de sema parte del siguiente ejemplo:

Semas � Términos

Asiento Con respaldo Para una sola persona

Sin brazos

SILLA + + + + SILLÓN + + + - SOFÁ + + - -

TABURETE + - + + BANCO + - - +

Cuando hacemos un estudio componencial de estas palabras observamos las

diferencias semánticas que hay entre ellas. Así, vemos que comparten algunos semas y otros no.

La suma de todos los semas se llama semema (de un concepto) y será el significado denotativo de la palabra. Solo uno de estos semas es común a todos los términos presentados en la tabla. A este sema se le llama archilexía. Digamos que la archilexía podría actuar en un texto como hiperónimo. En este caso es “asiento” el hiperónimo de los cohipónimos “silla, sillón, sofá, taburete y banco”. Los semas que son comunes entre algunos (como respaldo) son los que igualan, los que hacen que estas palabras pertenezcan al mismo campo semántico o paradigma léxico. Los semas distintivos no vinculan, sino que sirven para diferenciar significados. Si no tuvieran algún sema distinto estaríamos ante casos de sinónimos, palabras que poseen semas iguales, es decir, ante sinónimos.

Como hemos dicho antes, el semema de una palabra es el significado denotativo,

el virtual; pero no podemos olvidar que las palabras, introducidas en los textos, pueden adquirir significados connotativos en virtud de las relaciones que mantienen con otras y en virtud de una asociación que hacemos mentalmente.

Las relaciones semánticas son, por tanto, permanentes, y se deben a tres tipos de

procedimientos: la derivación, la antonimia y la cognación. RELACIONES SEMÁNTICA, (tres procedimientos) 1- Derivación 2- Antonimia 3- Cognación

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2.1.1. a DERIVACIÓN La derivación consiste en el fenómeno mediante el cual una palabra nace de otra

gracias al proceso de sufijación. Cuando hablamos de derivación nos referimos solo a los sufijos y no a los prefijos. La base o matriz es la raíz de la palabra derivada, por ejemplo jardin- en jardinero. La base puede coincidir íntegramente con la palabra primitiva o sufrir algunos cambios, como ocurre en zapat-ero, en elec-ción, perman-encia o en dent-al.

La base léxica no siempre se mantiene: Diente� dental- modificación vocálica. Elegir� elección- modificación consonántica. Pertenecer� pertenencia- modificación por elisión. En estos tres casos lo derivados se han formado en la base latina, por eso sufren

estas modificaciones, por ejemplo: ĕ : es igual a una “e” breve y da lugar en español a una "ei" También existe el caso de los derivados regresivos: tomadura Tomar toma � derivado regresivo Mudar mudanza muda� derivado regresivo

RELACIÓN DE LAS PALABRAS DERIVADAS QUE HAN SIDO ACEPTADAS CON EL TIEMPO

Conflicto� conflictual Culpa� culpabilizar Explotar� explosionar Posición� posicionarse� posicionamiento Privado � privacidad (en este caso era muy necesario porque no existía el

sustantivo) Sacrificio� Sacrificial Repetido� repetitivo

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Si embargo estas otras constituyen un solecismo: *Legitimizar *iniciamiento *conectividad *basamentar *chocolatear Son múltiples los sufijos que la lengua utiliza para crear nuevas palabras, de

modo que los hay para crear sustantivos, para adjetivos o para verbos. Asimismo, los sufijos son portadores de diversos matices semánticos (ver ejemplos en el cuadernillo de lengua AII). Por otro lado, la base contiene el significado léxico primitivo, esencial, primario.

Todas las palabras derivadas de una misma matriz forman con esta una familia y todas ellas guardan – claro está – una relación semántica. Por tanto, cuando estos casos de derivación aparecen en un texto, decimos que la derivación es un mecanismo válido para establecer relaciones semánticas entre unidades léxicas. Ahora bien, en un texto los derivados pueden figurar junto con su palabra matriz o puede que esta no se encuentre en el texto, pero sí una serie de derivados suyos. En el primer caso la relación es directa y en el segundo, indirecta.

El procedimiento de la derivación es muy fecundo y socorrido, ya que ha hecho que la lengua se haya ampliado enormemente. Pero esto no significa que podemos echar mano de él indiscriminadamente. No podemos sacarnos palabras nuevas de la manga y, por tanto, tenemos que tener cuidado de formar palabras inexistentes y usarlas. Ejemplo:

*controlación > control; *preocupable > preocupante; *suprimición > supresión. No obstante, en algunos campos técnicos se usan algunas palabras que no

existían pero ahora se admiten como tecnicismos, como “inicialización” o “situacionalidad”.

2.1.1.b PARASÍNTESIS El concepto “parasíntesis” ha sido explicado de varias maneras por distintas

gramáticas. En unas se define como la formación de una palabra mediante prefijo + palabra base + sufijo (ejemplos: encarcelar, sobrealimentación, aclarar, embellecer). En otras se define como un caso de composición + derivación (ejemplos: picapedrero, radiotelegrafista). La Academia llama parasíntesis al primer caso.

Muchos de los prefijos utilizados en este procedimiento son transcategorizadores, pues, con ellos, la base de una categoría pasa a ser base de otra: la base cárcel (sustantivo) necesita el prefijo en- y la terminación –ar para formar el verbo “encarcelar”.

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2.1.2 ANTONIMIA Solemos confundir la antonimia con la oposición absoluta de dos elementos, lo

que resulta confuso, valga la redundancia. Se incluye también en los tipos de relación semántica porque, aunque dos palabra antónimas sean contrarias, guardan relación porque forman parte del mismo ámbito significativo; comparten semas. Podemos decir que incluso comparten campo semántico. Ejemplo: blanco ≠ negro > color (relación semántica). Si se establecieran los límites del campo semántico del color, diríamos que blanco se sitúa en el extremo opuesto al negro. Aún perteneciendo al mismo ámbito significativo, están en el límite opuesto, razón por la que los antónimos también reciben el nombre de contrarios. Podemos decir que estas relaciones son arbitrarias porque podríamos coger como límite el rojo en lugar del negro; pero esto lo marca la tradición lingüística, que estructura la lengua.

Decimos que “calor” y “frío” son contarios porque se sitúan en los polos contrarios del ámbito significativo de temperaturas, pero ambos son grados de temperaturas, y por lo tanto guardan relación semántica, comparten la archilexía.

En algunos estudios se distinguen tres tipos de contrarios: los llamados

propiamente antónimos, los recíprocos y los complementarios. De los primeros se dice que entre ellos hay gradación (alto ≠ bajo; caliente ≠ frío). De los recíprocos se dice que uno implica al otro necesariamente (vender ≠ comprar; entrega ≠ recepción, abuelo- nieto). De los complementarios se indica que la negación de uno implica la afirmación del otro (positivo ≠ negativo – lo negativo es lo que no es positivo; masculino ≠ femenino; ileso ≠ lesionado).

Para crear antónimos, la lengua utiliza sobretodo prefijos (inmóvil, deshacer), aunque existen muchos ejemplos en los que el prefijo no se opone a su ausencia porque no existe la palabra sin prefijo, como en el caso de “despabilar”.

Para hablar de antonimia como mecanismo de cohesión deben aparecer los dos contrarios en el texto, no basta con que aparezca una sola palabra que virtualmente sea contraria de otra. Además, también podemos hablar de antonimia construccional.

A veces hay palabras que no están concebidas como antónimas en la lengua pero que en el texto el autor las expone como contrarios. Esto es la antonimia textual. Ejemplos: perros de ataque ≠ víctima; mesa ≠ silla – si el enfoque que adopta el autor es el de oponerlas. Es el texto le que decide si existe la antonimia o no.

2.1.3 COGNACIÓN O PARENTESCO La cognación o parentesco es la tercera forma de relación semántica entre las

unidades léxicas de un texto. En su caso, las palabras poseen como mínimo alguno o algunos semas en común porque pertenecen a un mismo campo semántico, pero ni derivan unas de otras, ni se oponen unas a otras, ni pueden sustituirse. Es el caso de relación que existe, por ejemplo, entre mesa, silla, armario, cama, etc. o de fútbol, ciclismo, deportista, entrenador, competición, etc. Se dice de las palabras de cada uno de estos grupos que son cognados entre sí.

La cognación se define como la exclusión o negación de los procedimientos que hemos visto hasta ahora. Es decir, no son ni sinónimos, ni derivados, ni antónimos, etc. En los casos de sinonimia, antonimia o hiperonimia, los términos debían pertenecer a la misma categoría gramatical. No ocurre así en el caso de los cognados (ni en el de los derivados). Y tampoco debemos olvidar que la aparición de estos procedimientos en un

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texto da como resultado una cadena de nominaciones que se relacionan con el tópico del discurso y, por ende, con la macroestructura global.

Pongamos un ejemplo para acabar de entenderlo. Si en un texto aparecen los

términos silla, taburete, banco, sofá, hamaca, etc. pero no su hiperónimo (asiento), estos mantendrían una relación de cognación. Si apareciera en el texto también el hiperónimo correspondiente serían cohipónimos.

2.2 RELACIONES PRAGMÁTICAS Cuando en el texto aparecen palabras que nuestro conocimiento del mundo

puede asociar, aunque no exista relación en el diccionario, hablamos de relaciones pragmáticas, extralingüísticas. Esto ocurre cuando no tienen ningún sema en común, pero aun así las relacionamos. Ejemplo: moto – accidente; circo – león; playa – toalla. Pero, aunque parezcan relaciones ambiguas y muy extendidas, tienen un límite. Nunca podremos asociar, por ejemplo, playa con árbol.

Lo que campo semántico es a relación semántica, es campo asociativo a relación pragmática.

Recordemos que el procedimiento de correferencialidad se sustenta asimismo de una relación pragmática, pero su fin es la sustitución de una unidad o expresión léxica por otra, hasta el punto de que se adquiere, dentro del texto, toda la significación de aquella por asociación (son como “sinónimos pragmáticos”).

Como en el caso de cognación y derivación, las palabras que guardan relación pragmática no tienen que ser de la misma categoría. Por tanto, podremos relacionar verbos con sustantivos, o adjetivos con adverbios, etc.

Las relaciones pragmáticas pueden llegar a convertirse en relaciones semánticas, con el paso del tiempo y el uso, como ocurre con la relación entre dopaje y deporte. Asimismo, pueden variar o incluso romperse.

Todas estas relaciones (pragmáticas y semánticas) contribuyen a la formación de cadenas nominativas en los textos y también a la creación de la macroestructura global.

(Analizar los textos proporcionados por el profesor a modo de prácticas) B) PROCEDIMIENTOS GRAMATICALES 1- RECURRENCIAS GRAMATICALES 2- USO DEL ARTÍCULO 3- USO DE CONECTORES 4-USO DE LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN RECURRENCIAS GRAMATICALES La concordancia es uno de los procedimientos de cohesión que brinda la lengua.

El género y el número, a diferencia de los morfemas verbales, empiezan y acaban su misión dentro del sintagma, o del enunciado como mucho. No son itinerantes. Sin embargo, las desinencias verbales sí que caminan a lo largo del texto, son itinerantes, y se convierten, por tanto, en constantes textuales. La repetición de estos morfemas como mecanismo de cohesión está ligada estrechamente a la tipología textual y a otras propiedades como la función lingüística dominante. De manera que algunos exigen tercera persona, otros segunda y otros primera.

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La adecuada utilización de estas marcas dentro de un texto contribuye al logro de la aceptabilidad del discurso. Un descuido puede conllevar un error de cohesión, no solo en el nivel intraoracional sino también interoracional o transfásico. Y del mismo modo ocurre con otros morfemas verbales: persona, tiempo, modo y aspecto. Tales índices morfológicos se repiten a lo largo del discurso como un recurso de cohesión y, mientras no se den otras órdenes en el texto, se someten a continuidad.

¡OJO! Algunas gramáticas prescriptivas nos dicen que ciertos tipos textuales exigen determinadas categorías gramaticales, por ejemplo, la función argumentativa necesitará más sustantivos. Esto es falso. Ligar las categorías gramaticales o la sintaxis a la función textual es una teoría frágil y endeble.

Los morfemas verbales de tiempo, modo y aspecto caminan a lo largo del texto.

Si cambiamos de tiempo, modo o aspecto una forma verbal, necesariamente cambiarán las siguientes. Las formas verbales se acomodan al tipo textual. Si cambiamos el presente por imperfecto se crea un relato (descripción de la narración). De argumentación a narración, dos funciones muy diferentes. Estos accidentes gramaticales, que son constantes, están ligados al tipo y técnica textual (descriptiva, narrativa o expositiva). El tipo textual va en línea con las propiedades internas del texto.

Ejemplo: Cada cultura se caracteriza - y se diferencia de otras - por los velos y

tamices que coloca entre sus miembros y la realidad. Es decir, por la forma que les impone su percepción y su valoración. Con tales tamices cada cultura uniforma en cierta manera a los seres humanos que le pertenecen – forja su personalidad y hace que se sientan protegidos de la soledad y de la angustia. Sí; pero a costa de ocultarles o falsearles una parte más o menos grande, aunque siempre intencionada, de la autenticidad que les rodea. Porque la verdad no es de nadie: sólo podemos buscarla y descubrirla, no inventarla. (Antonio Gala)

Práctica: cambiar las formas verbales de presente a imperfecto, y observar la diferencia.

Observar que una vez se cambia una, tenemos que seguir haciéndolo con las demás. FUNCIONES LINGÜÍSTICAS 1-FUNCIÓN REPRESENTATIVA O REFERENCIAL - Textos argumentativos� artículo de opinión -3ª persona, pone de relieve el contexto situacional. Es habitual y necesario que en un texto argumentativo y expositivo predomine la

3ª persona como una constante discursiva, alternando sus ocurrencias con la 1ª persona, que es la persona que da la opinión. La razón es porque representan hechos o contenidos objetivos, razonamientos o argumentos que son constatables. Incluso la primera persona utilizada en estos textos es, con mucha frecuencia, sustituible por la 3ª.

-Tiempo presente -Modo indicativo -Aspecto

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2- FUNCIÓN APELATIVA O CONATIVA -2ª persona, interés por el receptor -Modo imperativo 3-FUNCIÓN EXPRESIVA O EMOTIVA -1ª persona, las opiniones que aparecen en el texto son resultado de la opinión

subjetiva del emisor 1.1) Morfema de persona Cuando hablamos de persona debemos acordarnos no sólo del verbo sino

también de los pronombres. Es un morfema ligado a la función lingüística dominante del texto, de tal forma que, si la función que se cumple en él preferentemente es la referencial o representativa, la persona utilizada con mayor número de ocurrencias, sustentadora del grueso fundamental del texto, será la tercera. Mientras que, si se produce un abundante uso de la segunda persona, la función que cumple el texto será la apelativa o conativa. Sin embargo, con el frecuente uso de la primera, el texto cumple la función expresiva o emotiva. Esto que decimos, grosso modo, suele ser común y debe tenerse en cuenta, particularmente en nuestro caso, como mecanismo de cohesión textual.

Por ejemplo, es habitual y necesario que en un texto argumentativo y expositivo, o en un texto informativo, predomine la tercera persona como constante o recurrencia, alternando esporádicamente con la primera, que es la persona de la opinión. La razón de ello es bien evidente: en el caso de los ejemplos propuestos, es la función referencial o representativa la que se cumple, pues en tales discursos la información se orienta al contexto, a la realidad extralingüística, al referente. Es decir, con ella se enuncian o se representan hechos o contenidos objetivos, razonamientos o argumentos que son constatables. Incluso la primera persona utilizada en estos textos es fácilmente conmutable, la mayoría de las veces, por la tercera, razón por la que esa primera persona no refleja expresividad del productor del texto, no cumple función emotiva.

Se puede hablar de un predominio de una persona en cada tipo textual, pero esto no quita que se pueda utilizar cualquier persona en cualquier tipo textual. Por tanto, las personas pueden alternarse y también pueden mezclarse más de una función lingüística en un texto.

La persona tiene tres funciones lingüísticas: 1- referencial���� 3ª persona 2- conativa���� 2ª persona 3- expresiva���� 1ª persona

Al margen de estas tres funciones se puede decir que también existen la “función poética” y la “metalingüística”, ambas consisten en el uso de lengua para hablar de la lengua. También existe la “función lúdica”, uso de lenguaje con el fin de entretener.

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1.2) Morfema de modo. 1- Indicativo� modo de la objetividad�argumentativo(artículo de opinión) 2- Subjuntivo� modo de lo subjetividad� emotivo o expresivo 3- Imperativo�modo del ruego�apelativo.(publicidad) También el modo es una constante discursiva. Traduce la actitud del hablante

ante la acción o proceso que el verbo expresa. Es una forma de entender la acción. Esa actitud varía según el modo que se emplee. Si el hablante explica lo que ve objetivamente, utilizará el indicativo. Está convencido de que es una realidad que puede observarse; aunque estos hechos no tengan realización efectiva en la realidad externa, como ocurre en la narración. Son hechos verosímiles. Por otro lado, el modo subjuntivo se utiliza para dar a entender que la acción verbal sucede en su pensamiento, pero no confirma que pueda tener existencia real. Se emplea en casos de hipótesis, falta de certeza, condiciones, concesiones, probabilidad o apreciación subjetiva. Estas oraciones son planteadas como posibilidad no realidad. Y por último, el modo imperativo es el modo del ruego, de la orden, de la invitación o del mandato.

También los verbos pueden tipificarse de acuerdo con el modo predominante, de tal forma que, por ejemplo, en un texto argumentativo, el modo indicativo es el que se ofrece con mayor número de ocurrencias, frente al subjuntivo, que depende sobre todo del engranaje sintáctico o del tipo de oraciones elegidas (concesivas, condicionales, finales, etc.). La razón es la misma que antes se argüía para el morfema de persona.

No hay que olvidar que el uso del subjuntivo está estrechamente ligado a las estructuras sintácticas, como por ejemplo, las oraciones subordinadas sustantivas y adjetivas.

“Es importante que vengas mañana” “Te lo digo para que lo tenga en cuenta”� en estos 2 caso pierden el valor de

posibilidad. Ejemplo-práctica: Texto “Contra nuestra voluntad”. Hay un predominio del indicativo y de la tercera persona. También hay formas

de subjuntivo y de primera persona pero son menos. No se puede hablar de que haya una sintaxis textual que defina el tipo de texto.

SIGNIFICADO DE LOS MODOS VERBALES: Modo, con las desinencias verbales se alude también a la postura o actitud personal del emisor ante la noción expresada por el verbo. Según sea esa actitud ante la acción se distinguen tres modos: MODO SIGNIFICADO EJEMPLOS Indicativo Afirma o niega hechos pensados como se

producen, se produjeron o se producirán en realidad.

Juan vendrá mañana Juan no vendrá mañana

Subjuntivo Afirma o niega actos anímicos del sujeto. La realidad de los hechos se ignora. Los hechos se desean, se imaginan o se sospechan.

Ojala Juan venga mañana

Imperativo Expresan exhortación, mandato o ruego. Ven mañana, Juan.

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1.3) Morfema de tiempo. También es un morfema que se repite a lo largo del discurso de acuerdo con el

tipo textual de que se trate. Expone un tiempo relativo al momento en que el autor reprodujo su discurso. Para diferenciar los tres tiempos (pasado, presente y futuro) hay que tener en cuenta el punto de referencia, que es el momento en el que se escribió. Del presente hay que destacar su valor intemporal, es decir, que muestra los hechos sin límites temporales, eternos, duraderos. El pasado es retrospectivo, remite al tiempo anterior a la producción del texto; y el futuro es predictor o prospectivo, remite a un tiempo posterior. En los textos argumentativos es el presente el que sustenta la argumentación propiamente dicha.

PRESENTE: muestra los hechos sin límites temporales PASADO: presenta los hechos como sucedidos en un tiempo anterior, es un

tiempo retrospectivo FUTURO: presenta hechos que están por venir. Así en los textos argumentativos, es el presente el que sustenta la argumentación

propiamente dicha, dado su valor intemporal. Los hechos se presentan sin límites temporales. Lo que se demuestra en estos textos es presente, el presente que vive el productor de tales textos, pero, a su vez, es el presente que avala unas opiniones que se ofrecen sin fronteras temporales, es decir, opiniones válidas para siempre mientras no se refuten o se invaliden mediante contraargumentos.

1.4) Morfema de aspecto. Es el tiempo interno. Indica en qué fase de su desarrollo considera el hablante la

acción o proceso y bajo qué óptica con respecto a su duración y acabamiento. No necesita punto de referencia para que la acción se presente como acabada o inacabada. En la argumentación (tercera persona, presente, indicativo, aspecto imperfectivo) se contienen hechos sin caducidad. Se ofrecen como eternos, que pueden continuar en el tiempo.

Hay textos como la noticia o el relato, en los que los hechos se presentan concluidos (perfectivo), y otros, como el artículo de opinión o la argumentación, en los que los hechos se presenta sin caducidad, sin límites temporales. (imperfectivo)

SIGNIFICADO DEL ASPECTO VERBAL El aspecto expresa como transcurre la realización de la acción verbal:

- Tiempos imperfectos. El hablante se fija en el transcurso o en la continuidad de la acción, sin que le interese el comienzo o el final de la misma. (Acción durativa).

- Tiempos perfectos. El hablante señala la acción como completa o acabada, (acción acabada).

Son imperfectos todos los tiempos simples, excepto el pretérito perfecto simple. Son perfectos el pretérito perfecto simple y todos los tiempos compuestos.

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2) EL ARTÍCULO Todo lo nombrado anteriormente son recurrencias gramaticales. Pero no son los

únicos procedimientos gramaticales cohesivos. El artículo, por ejemplo, también redunda en la cohesión textual porque tiene carácter deíctico, señala otros puntos del texto. La aportación del uso del artículo como elemento de cohesión textual la hizo la gramática textual, mientras que la gramática tradicional se limitaba a ligar el artículo al sintagma nominal, y hacer una descripción frágil de él.

La tradición engloba dos variedades de determinantes bajo el nombre de artículo: el indeterminado o indefinido, y el determinado o el definido. No obstante, hay muchos gramáticos que no están de acuerdo con esta clasificación, ya que creen que el indefinido (un) no es un artículo propiamente dicho por distintas razones:

TEORÍA DE LOS ARTÍCULOS

Razones por la que el artículo determinado se considera el verdadero artículo

1- RAZÓN FONOLÓGICA

El determinado es átono y nunca puede ser núcleo del SN y el indeterminado es

tónico. El determinado lo pronunciamos completamente ligado al sustantivo. Es una sílaba más del nombre. Mientras que el indeterminado se pronuncia separado.

1) El determinado es átono. El indeterminado es tónico /elárbol/ /ún árbol/ 2- FUNCIÓN SINTÁCTICA El artículo determinado no puede ser nunca núcleo de un SN, es inseparable del

nombre, de modo que solo no puede funcionar. El artículo indeterminado si puede ir solo y, por lo tanto, puede ser núcleo de un

SN. *”Los niños caminaban lentamente”� sin el sujeto no tiene sentido “ Unos niños caminaban lentamente" � Aquí no se diferencia entre el artículo y

el numeral. Puede ir solo sin ningún problema. Por lo que el artículo indeterminado a veces acompaña al nombre (determinante)

y a veces no (numeral)

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2- ALTERNANCIA El artículo determinado alterna o bien con su ausencia o con algún indeterminado:

“Al principio de la frase”� concreta “A principio de frase”� nombra un hecho general En este caso el artículo determinado alterna con su ausencia para generalizar.

El indeterminado alterna con los numerales, a excepción de algún caso que lo hace con un determinado.

(Excepción en la que el artículo determinado alterna con el indeterminado) a) “Una rana es un batracio”� “La rana es un batracio” Ambos cumplen la misma función significativa. b) “Un caballero español nunca miente”� “Los caballeros españoles nunca

mienten” Aquí se usa para designar un hecho general en plural. Estos dos casos (a y b) son los que dan lugar a que se haya integrado el

indeterminado en el paradigma de los artículos. En estos dos casos, ambos confluyen, nombra el mismo hecho general, pero esto no quiere decir que pertenezcan al mismo paradigma.

Alarcos decía que el indeterminado tiene funciones completamente distintas, y en lo único en que coincidían (razón por la cual la gramática tradicional los agruparon bajo un mismo nombre) es en las ocasiones en las que el indeterminado en singular, al pasar la oración a plural pasa a ser determinado sin perder el sentido. Ejemplo: Un caballero español nunca miente (generalidad, no uno en concreto) = Los caballeros españoles nunca mienten.

El indeterminado además forma parte de varios paradigmas: pertenece tanto a los determinados indefinidos (algún, cierto) como a los numerales (uno y no dos). También podemos decir que es tónico y puede ser el núcleo del SN al convertirse en su versión pronominal, que es equivalente. Por todo esto, decimos que el determinado es el real artículo.

El indeterminado alterna con indefinidos y numerales: “Un día te lo diré” : “Algún día te lo diré” “UN y UNA” adquieren diferentes valores según la casuística, según el caso en

el que se presente. En los textos aparecen muchas veces estas palabras emparejadas, aportando cohesión al texto. Cuando introducimos una palabra nueva, la acompañamos del determinante indefinido, mientras que, si lo volvemos a citar, lo actualizamos con el artículo. Por tanto, “un” remite a algo que va a ser nombrado posteriormente (deixis catafórica), y “el” remite a algo mencionado con anterioridad (deixis anafórica). En este caso, la gramática moderna continúa llamándolos artículos a ambas clases, pero no con tal simplicidad y para fines diferentes.

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4.1) EL ARTÍCULO DETERMINADO El artículo determinado es una creación romance que tiene origen en el

demostrativo latino ille – illa – illud, de ahí su valor deíctico. Este artículo determina a un sustantivo conocido por el hablante o bien es indicador genérico de una clase o especie:

“El hombre mortal”� Valor genérico “El hombre se sentó”� Sustantivo conocido de antemano En cualquiera de sus casos el determinado siempre identifica y actualiza y,

además, posee un valor deítico destacado, ahora bien la manera de identificar no es siempre igual. Su función básica es la de identificar, pero esto lo hace a través de cuatro maneras diferentes según Helbig y Buscha.

1) De manera automática. Los interlocutores saben, por su conocimiento del

mundo, cuál es el nombre al que se refiere. Ejemplos: La bondad siempre encuentra recompensa. La playa sirve de medio terapéutico. Hablante y oyente reconocen los sustantivos como los conceptos de bondad y playa en general

2) Por contexto social. El nombre presentado por el artículo, solo es conocido

por los que viven en un mismo ámbito social. Ejemplos: El director está preocupado. Los sindicatos han pedido al Gobierno que retire su reforma. Los interlocutores, al compartir un mismo ámbito social, saben de qué director o sindicatos se habla.

3) Por contexto situacional. Los interlocutores están presentes en una misma situación, que permite reconocer los nombres presentados por el artículo. Ejemplo: Coloca las piezas en la caja.

4) Por contexto lingüístico (cotexto). Solo se reconocer los nombres

acudiendo a otras partes del texto. Ejemplo: De toda la producción de Delibes, la novela más enternecedora es “El Camino”, además de ser la más representativa de la Guerra civil.

El primer artículo aparece porque el CN (de Delibes) determina el sustantivo “producción”. Remite a otra parte del texto. Si no apareciera el CN parecería que estamos hablando de la producción en general de cualquier cosa. El cotexto nos determina de qué sustantivo hablamos. El artículo con elipsis del nombre tiene función transcategorizadora, porque ha convertido al adjetivo “representativa” en el núcleo del SN. El artículo que precede a Guerra Civil, hace la actualización del nombre mediante el contexto social, ya que somos todos los españoles los que conocemos esa guerra. No hay que explicarla.

Las tres primeras maneras de identificar tienen un valor exofórico, es decir, los

artículos señalan sustantivos cuyos referentes se reconocen pragmáticamente, se infieren por el conocimiento del mundo. Sin embargo, el último posee un valor deíctico endofórico, precisa del texto; por lo tanto, el artículo también contribuye a la consecución de cohesión

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4.2 EL ARTÍCULO INDETERMINADO No tiene carácter actualizador. Vamos a decir que tiene tres valores, que no

tienen nada que ver con los del determinado. 1) Valor general. Presenta al nombre representante de la clase o especie,

frente al determinado que recogía toda la clase. En este caso sus funciones son equivalentes aunque se diferencian en ese pequeño matiz. Ejemplo: “Una rana es un batracio. La rana es un batracio”

2) Valor particular. Presenta un nombre no conocido. Este es el caso en el que

el indeterminado puede alternar con indefinidos y numerales. Ejemplo: “Vino a visitarme un primo.” “Pasaron unas vacas.” “Parece que lo ha descubierto un periodista.”

Este es el valor propio del indeterminado. 4) Valor enfático. Se utiliza con los nombres propios. (el nombre propio en si

es un identificados) “Un Einstein nacerá dentro de poco” “Un Julio Iglesias no vendría a cantar aquí nunca" “Esto si que es un coche”

EL ARTÍCULO EN EL TEXTO Lo incluimos como mecanismo de cohesión porque a veces, ambas formas

aparecen en el texto emparejadas, presentando un mismo nombre pero señalándolo de maneras distintas. Colaboran a la cohesión cuando el indeterminado tiene el valor sígnico, mediante el cual se señala información de un nombre que se va a desarrollar con posterioridad en el texto.

En los 70, Weinrich fue el 1º en señalar que el artículo indeterminado tiene valor catafórico y el determinado anafórico.

Esto es, el determinante indica que la información relativa al sustantivo se debe encontrar en un punto anterior del texto, sin embargo, el indeterminado señala que debemos esperar a un punto posterior para encontrar información nueva relacionada con el sustantivo, es una advertencia para que el lector o el receptor sepa que el objeto presentado no es conocido todavía, y que hallará más información sobre él en puntos posteriores del texto.

Por lo que debemos meterlo dentro de los mecanismos de cohesión en el estudio del texto.

“Un hindú inventó en ajedrez. El hindú era un hombre sabio y reposado al que le gustaba mucho los juegos de mesa”

El artículo forma parte de los elementos de cohesión, camina dentro del texto más allá de los límites oracionales.

Texto práctica: “Perros de ataque”

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6. LA CONEXIÓN

Si queremos medir la madurez lingüística de un usuario, solo tenemos que proponerle que conecte varias frases y ver qué resultado obtiene (ver cuadernillo de 2º página 17). La conexión es el recurso más importante para la consecución de la cohesión desde un punto de vista global. Además, también incide sobre la coherencia del texto, y hace que sea aceptable o no, ya que, desde este punto de vista, el texto se define como un conjunto de partes adecuadamente conectadas, no sólo de acuerdo con significados internos o intensionales (pragmáticos o referenciales) sino también con factores externos o extensionales (extralingüísticos).

Ejemplo: No voy al cine, por lo tanto, llueve. Hay un factor extensional que impide la conexión: la lluvia no puede ser

consecuencia de no ir al cine. Cuando hablamos de partes que se conectan no nos referimos solo a palabras

sueltas sino también a sintagmas, proposiciones, oraciones, enunciados y párrafos. En un texto coherente, todo está conectado, si no explícita será implícitamente.

Nos referimos, no a la conexión en sentido extenso, lato o amplio, que es la aportada por los elementos deícticos y léxicos del texto, que ya hemos estudiado en apartados anteriores al hablar de las recurrencias, sino a la conexión en sentido estricto, que es aquella para la que están preparadas determinadas unidades lingüísticas de inventario cerrado que solo poseen significado gramatical, pero con gran poder de cohesión.

En toda conexión deben cumplirse unas condiciones, pues no todo es susceptible de conectarse sin más. Estas condiciones son las siguientes:

a) Que haya relación de significado o de sentido entre las palabras de las partes

conectadas. No obstante, no es una condición suficiente para que las frases se conecten adecuadamente.

Ejemplo: Juan es soltero; por tanto, no está casado. ☺ b) Que en ambas partes haya referencia al mismo individuo o a la misma cosa o

idea. Ejemplo: Juan es soltero; por tanto, Pedro no está casado. � Al cambiar de sujeto se convierte en un enunciado no aceptable. c) Que exista una relación entre los hechos denotados en las parte conectadas, es

decir, que los hechos denotados en ellas estén relacionados con mundos que, a su vez, sean compatibles, se relacionen de alguna forma. Relación pragmática.

Ejemplo: Juan es soltero; por tanto, compra muchos discos. � Ejemplo: Juan es soltero; por tanto, Ámsterdam es la capital de Holanda. � d) Desde el punto de vista gramatical, debe existir una continuidad o una

simetría entre las partes conectadas para evitar saltos que rompen la cohesión. Casi puede afirmarse que esta condición es un imperativo de la conexión. Ejemplo: La crisis de la adolescencia crea en los jóvenes problemas psicológicos y buscan evadir esos problemas con la droga. �

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Hay una alteración gramatical que hace que el enunciado sea inaceptable. En la segunda parte debería seguir hablándose del mismo tema, del mismo sujeto. Pero en su lugar, aparece un salto en el vacío, una ausencia de simetría. Ejemplo: Actualmente, el conocimiento de una lengua extranjera permite viajar sin problemas, profundizar en una cultura extranjera y es requerido en sectores de trabajo que tienen relación con el exterior. Hay un salto en el tercer punto, donde nos esperábamos un infinitivo objeto de “permite”.

Ejemplo: Todo texto que se produce se basa y depende de otros textos anteriores. Se han conectado dos verbos con regímenes distintos y a ambos les hemos

asignado el mismo complemento. No podemos unir verbos con régimen preposicional diferente y omitir el objeto del primero. Quedaría: ... se basa en textos anteriores y depende de ellos.

Tales condiciones han de cumplirse tanto cuando la conexión sea explícita como

cuando sea implícita. 5.1 CONEXIÓN EXPLÍCITA La conexión explícita es la que se manifiesta con la presencia de enlaces en la

superficie del texto. Cuando hablamos de enlaces, no solo nos referimos a las palabras gramaticales, que forman un inventario cerrado (como conjunciones y locuciones conjuntivas, adverbios relacionantes, preposiciones y locuciones prepositivas), sino también a otras formas que no se registran normalmente en los inventarios de conectores conocidos, pero que cumplen la función de la conexión. Unen palabras, sintagmas, proposiciones, oraciones, enunciados e, incluso, párrafos.

Cuando nos comentaban el paradigma de las conjunciones copulativas, nos decían que eran “y, e, ni, que”, pero esta lista se quedaba corta, ya que hay otras palabras que la gramática tradicional no recogía en sus estudios.

Los términos que emplearemos para recoger a todas estas palabras serán los de “marcadores textuales” o “conectores”. Los clasificamos en intraoracionales y extraoracionales según las dos posibilidades que admiten a la hora de enlazar. Los marcadores intraoracionales unen palabras, sintagmas y proposiciones o cláusulas dentro de una misma oración o enunciado. De otra parte, los marcadores extraoracionales enlazan unidades más complejas, como los enunciados y los párrafos.

Esta clasificación no supone una división estricta de paradigmas de estas palabras, sino que una misma palabra puede funcionar como marcador extraoracional e intraoracional. Por ejemplo la conjunción “y”.

Ejemplo: Juan y Luisa estudian juntos porque usan los mismos libros. Intraoracional

La televisión es un medio necesario en la actualidad para todas las edades. Sin embargo, la contemplación indiscriminada de todos sus programas resulta nociva particularmente para los niños. Extraoracional

Estos marcadores admiten dos posibilidades a la hora de conectar, motivo por el

que pueden se:

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Marcadores intraoracionales: cuando unen palabras, sintagmas y oraciones dentro de un mismo enunciado.

“Solo toma café con leche y pan con mermelada” “Solo toma café con leche porque no le gusta el pan con mermelada” Marcadores extraoracionales: cuando enlazan unidades más complejas, como los

enunciados y los párrafos. Es posible considerar que el límite de un enunciado es un punto y coma o los dos puntos siempre y cuando estos puedan ser reemplazados por un punto.

“Entrar en aquella dependencia era conocer el mundo del caos y del desorden. Y también era encontrarse con el fantasma del pasado”

Un mismo marcador puede funcionar a veces de forma intraoracional o extraoracional, como por ejemplo, la conjunción “y”.

5.1.1 CONEXIÓN INTRAORACIONAL La gramática oracional observaba la conexión intraoracional como único tipo de

relación entre las partes de la oración, y que se manifestaba de dos maneras: parataxis o coordinación, e hipotaxis o subordinación. Ahora bien, la conexión no se obtiene exclusivamente por coordinación o por subordinación porque, en un texto, se pueden dar otras múltiples relaciones que no se acogen a estas dos tradicionales, es decir, que exceden los límites de la sintaxis oracional.

Los enlaces coordinantes se clasifican, según nociones semánticas, en: copulativas, disyuntivas, adversativas, explicativas y distributivas.

1- copulativa: une y coordina. “y” 2- Adversativa: Son contraargumentativos. “pero, más, sino, aunque” 3- Disyuntivas. Son excluyentes o restrictivas. Una restringe a la otra e impide

que aparezca. "o/u, o bien) 4- Explicativas: En donde la segunda explica la primera. "a sea, es decir, esto

es…) 5- Distributiva: Acciones que se pueden realizar en momentos diferentes

Los enlaces subordinantes se clasifican en, según nociones sintácticas o semánticas, sustantivas, adjetivas y adverbiales. Los subordinantes introductores de oraciones subordinadas sustantivas adquieren también el nombre de la función sintáctica que cumple la proposición en relación con la oración principal. De este modo, pueden ser de sujeto, de objeto directo, de objeto indirecto, etc. Siempre serán funciones propias del sustantivo. Las oraciones adjetivas se clasifican según nociones estilísticas y semánticas en explicativas y especificativas. Y, por último, las oraciones adverbiales se clasifican según nociones semánticas en temporales, locativas, modales, causales, finales, consecutivas, concesivas, condicionales y comparativas.

Subordinadas: 1. sustantivas 2. adjetivas (especificativas/explicativas) 3. adverbiales

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(Hacer práctica “Los Ídolos”� Conexión intraoracional explícita)

Los ídolos

Si en todo los terrenos de la vida el éxito resulta algo difícil de llevar, quizá porque

vivimos en una cultura enraizada en el sentimiento de culpa, es seguramente en el

ámbito del deporte, y, más aún, en el del fútbol, donde el éxito resulta más espectacular

y, por tanto, más arriesgado.

En absoluto es fácil ser un futbolista famoso, un futbolista solicitado, por cuyo

traslado de un club a otro se ofrecen muchos millones. Por supuesto, son envidiados, y

no les falta razón a quienes les envidian, puesto que las cifras que se embolsan son muy

suculentas y se imagina uno que su vida ha sido resuelta para siempre. Sin embargo, no

sucede siempre así, y entre las crónicas de la vida deportiva leemos a veces breves

referencias al drama personal de los jugadores tempranamente enriquecidos o que o que

se han arruinado o han sido destruidos por aficiones peligrosas. La caída de estos héroes

tiene algo de patético. Juguetes rotos, así los llamó Martín Patino en una película

estremecedora.

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Lo cierto es que el éxito le sobreviene al futbolista, al deportista en general, en

plena juventud, cuando la naturaleza humana está más inclinada a actuar, a

experimentar, que a pensar, a reflexionar. Y, desarrollarla, ya tiene suficientes razones

para considerarse afortunado. Y, repetidamente, llegan las solicitaciones, el dinero. Es

difícil, por ello, no perder la cabeza en esta condiciones. Es verdad que el reto continúa:

el entrenador, los compañeros y los aficionados esperan de él que sea el mejor y se

supone que, cada vez que pisa el ampo, él quiere demostrarlo, pero la tensión se va

haciendo más y más fuerte. Se ha pagado por él mucho dinero, se sabe que vive muy

bien, la exigencia aumenta. Incluso corren rumores-en algunos casos más que

comprobados- de turbios enredos en el lado oscuro de la vida, y se habla de drogas, de

alcohol, de mujeres, en tono de escándalo. Encima, el jugador es examinado ahora con

desconfianza, y, más de una vez, esa desconfianza queda justificada. No hay empeño en

sus jugadas, no hay nada ya que recuerde al jugador que fue, ¿se ha vuelto cínico?, ¿se

está riendo de nosotros, que le hemos encumbrado?

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Fue la conexión, y en concreto la coordinación, el detonante de que se empezaran a revisar las teorías tradicionales sobre la conexión. Tradicionalmente se consideraba la coordinación como una mera suma de elementos, sin embargo, hay algo más. El significado de dos proposiciones coordinadas viene a ser el que cada una posee más el propio de la coordinación (ya adversativo, ya copulativo, etc.), que es el denominador común que se infiere de la unión.

Otro de los valores que suele aportar la coordinación es el de sucesión temporal de las cláusulas, información que también se infiere de la unión, de tal manera que la inversión del orden de las cláusulas produce un cambio en el significado global. Ejemplo: Elías va de paseo. Pedro se queda en el bar.

Elías va de paseo. Pero Pedro se queda en el bar (se infiere que Elías también estaba en el bar).

Antonio se rasca la barriga. Juan fue reclutado para ir a Afganistán. Antonio se rasca la barriga, y Juan fue reclutado para ir a Afganistán. (Se infiere un nuevo significado de la primera parte)

Fueron a casa de los vecinos y jugaron al póquer. (Primero fueron y luego jugaron) Jugaron al póquer y fueron a casa de los vecinos. (primero jugaron y luego fueron) En la coordinación, al significado de cada una de las proposiciones que se van sumando, se le suma otro significado inferido. La coordinación no es una mera suma de significados, sino también, aporta otros valores. Significado global que se desprende de la unión, de la suma de ambas proposiciones, esto hizo rebasar los límites oracionales en el estudio de las lenguas.

5.1.2 CONEXIÓN EXTRAORACIONAL Los enlaces extraoracionales reciben muchos nombres en las diferentes

gramáticas: relacionantes supraoracionales (Fuentes), conectores discursivos (Montolío), conectores enunciativos (Lamíquiz), enlaces textuales (López García), ordenadores del discurso (Alcina y Blecua),marcadores del discurso (Martín Zorraquino), marcadores de función textual (CasadoVelarde) y enlaces o marcadores extraoracionales (Gili Gaya). Nosotros los llamaremos marcadores extraoracionales o textuales, o marcadores de función textual.

Nosotros los llamaremos marcadores de función textual. Terminología de Casado Valarde.

El primero que consideró importante ir más allá de la oración en lo que refiere a

la conexión fue Gili Gaya (“Curso superior de sintaxis española”). Él llama a los enunciados oraciones contiguas si están conectadas.

De los marcadores extraoracionales se dice lo siguiente: (1) Que son palabras gramaticales que no poseen significado léxico, como

sucede en el siguiente ejemplo con la palabra “cambio” “Luís Y María son hermanos. Luís es dinámico, en cambio, María es tranquila" En este ejemplo la palabra en cuestión adquiere naturaleza gramatical. (2) que son partes invariables, y que no cumplen función dentro del enunciado

en el que se encuentran (son marginales)

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(3) que tienen dos cometidos en el texto: unir, normalmente partes superiores a la oración, y dar cuenta del desarrollo lógico del discurso para guiar al receptor en la interpretación que ha de inferir. Esta tercera cualidad parece irrefutable y precisa. Sin embargo, las dos primeras cualidades son revisables y cuestionables.

Ejemplo: Por eso = Por esto = Por estas (pocas/muchas) razones “Estoy muy cansado. Por esto, me quedo en casa."� CC de causa Y también podría variar: “La inmigración es una evidencia. Por ello, los gobiernos deberían buscar

soluciones.”� tiene función de CC, y además podría admitir variaciones� “ Por esta misma razón…” o en caso de plural “Por estas razones…”

Algunos marcadores cuentan con cierta movilidad: pueden aparecer tanto al

principio como incrustados en medio de la frase o al final. Por esto decimos que el texto se define a posteriori, es decir, se puede analizar pero no presuponer ni establecer normas prescriptivas. Pero esto no quiere decir que podamos colocarlos a nuestro libre albedrío.

Ejemplo: Javier y Luisa son hermanos. Él es muy colérico. En cambio, ella es muy reposada. / Ella, en cambio, es muy reposada. / Ella es muy reposada, en cambio.

Ella es muy, en cambio, reposada. � Otra característica de los marcadores es que suelen ir acompañados gráficamente

por comas, que suponen una pausa fónica. Además, pueden aparecer combinados, aunque no con toda libertad. Es más, hay combinaciones absolutamente imposibles, como y/o (leer artículo de “El dardo en la palabra” de F. Lázaro Carreter).

Ejemplo: Se me ha dicho que la vida es hermosa. Pero también se me ha dicho

que la vida duele. En este ejemplo se puede suprimir el primer marcador y “también” seguirá

cumpliendo su función de suma. De ahí deducimos que ambos cumplen una función por separado, su función propia.

Formalmente pueden ser simples o complejos. Los primeros son aquellas

unidades únicas (y, pero, además...), y los segundos están constituidos por acumulación de partículas, a modo de locuciones (sin embargo, por consiguiente, por un lado, en resumen...). También podemos clasificarlas por su uso, según se empleen en el registro formal escrito o coloquial. Nosotros estudiaremos los marcadores pertenecientes a la lengua escrita.

Para saber qué función textual cumple el marcador, solo tenemos que conmutarlo con otro de su mismo paradigma.

Ejemplo: Estaba lloviendo y no fuimos al cine (y = por eso � consecuencia)

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Combinación de y/o

Hemos dicho que hay marcadores que se pueden combinar, pero no todas las combinaciones son posibles. Este es el caso del fenómeno y/o. Esta combinación procede del lenguaje de la lógica para señalar lo que se llama disyunción inclusiva. Su uso está muy extendido y es aceptado en inglés, pero no en español.

Gramaticalmente es una coordinación de coordinadores. El valor semántico de "y" es combinatorio y el de "o" alternativo o disyuntivo. Aparentemente se excluyen, sin embargo, no siempre "o" presenta” una alternativa entre términos que se desplazan mutuamente, hay casos en el que el hablante puede optar indistintamente por uno o por otro:

A) En estos casos las dos conjunciones significan lo mismo y puede ser palabras

polisémicas. “Aquí o en mi casa, estoy a su disposición” “Aquí y en mi casa, estoy a su disposición” En este caso tienen el mimo significado (Y: O) B) Valor de disyunción inclusiva que es atribuible al valor que el hablante le

otorga a la combinación "y/o" “Quizás venga a vernos mi hermano o mi primo” En efecto, no se elimina la posibilidad de que vengan ambos C) Valor en el que “o” es solo metalingüísticamente disyuntivo, porque en

realidad conecta términos equivalentes. Disyunción apositiva “El hueso que hay entre la cadera y la rodilla, o fémur" En este ejemplo la “o” indica igualdad. Solución para sustituir la forma “y/o”: “Considerando este asunto desde el punto individual o social o desde ambos…”

RESUMEN DE LAS POSIBILIDADES DE LAS QUE GOZA UN MARCADOR

1- MOVILIDAD

“Javier y Nuria son hermanos. Él es muy inquieto y nervioso. En cambio, ella (*) es (*) muy reposado y tranquila”

Como vemos en el ejemplo, este marcador adversativo (equivale a pero) tiene en

esta frase tres posibles colocaciones.

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2- COMBINACIÓN Pero también… 3- SIMPLES O COMPLEJOS En cambio: es un solo marcador pero complejo 4- REGISTRO Aunque hoy en día se utilizan todos independientemente del registro, existen

modelos que distinguen entre marcadores conversacionales y marcadores propios de la escritura.

“en efecto, por supuesto, de hecho…” � algunos modelos los consideran

propios de la conversación. 6- MARCADORES PLURIFUNCIONALES

Un mismo marcador puede cumplir varias funciones según el co-texto. “pues”� causal�consecutivo�continuativo Para obtener exactamente de que función se trata habrá que conmutarlo por otro del mismo paradigma.

La FUNCIÓN TEXTUAL es la instrucción o información que aporta el marcador al discurso para que el lector siga la disposición lógica del texto. Algunos añaden, otros aclaran, otros contraponen, otros enumeran, etc. Para ver la clasificación de los marcadores textuales según la función textual, veamos la lista de Velarde o la de Martín Zorraquino y Portolés Lázaro, ambas ofrecidas en clase (cuadernillo páginas 22 y 23). El listado de Velarde atiende a la información que aportan los marcadores, es decir, a la pragmática y semántica, pero no a la sintaxis. Por el contrario, la lista de Zorraquino y Portolés atiende al papel que cumplen los marcadores en la comunicación.

Muchos marcadores aparecen en más de una lista. Son los marcadores plurifuncionales. En estos casos tampoco hay ambigüedad porque es el contexto el que define la función textual del marcador.

Ejemplo: Pues � causa, consecuencia, continuidad, conclusión... El concepto de función textual va más allá de la coordinación o subordinación.

En esta nueva clasificación sí encuentran cabida marcadores como “en efecto” o “en pocas palabras”, que incorporan nuevos valores que no encajaban en la clasificación de coordinantes o subordinantes.

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PRINCIPALES FUNCIONES TEXTUALES 1- aclaración y explicación: Es decir, o sea, esto es, a saber, a lo que es lo mismo, en otras palabras, en otros términos, mejor dicho, quiero decir, dicho de otro modo (manera), etc. 2- Adición e intensificación: Y, además, asimismo, más aún, es más, todavía más, incluso, aparte, encima, también, ni, ni siquiera, etc.

3- Atenuación y restricción: En cierta medida, en cierto modo, si acaso, en todo caso, hasta cierto punto, claro está que, al menos, salvo que, etc. 4-Causalidad: Pues, puesto que, porque, ya que, etc 5-Cierre discursivo: En fin, por fin, finalmente, por último, en último lugar, en conclusión, etc. 6-Concesividad (contraargumentativo) Aunque, a pesar de, pese a, a pesar de todo, con todo, en cualquier caso, en todo caso, de todos modos, etc.

7- Condición Siempre que, a condición que, con tal (de) que, etc. 8-Consecuencia, inferencia y conclusión Pues, luego, entonces, de ahí que, así, así que, por consiguiente, en definitiva, en conclusión, etc. 8- Continuidad, ordenación y enumeración: Pues bien, primero, segundo…, en primer lugar, por una parte, por otra parte, luego, después, etc. “Por otra parte”: si aparece sin estar precedido de su correlato la función sería de suma�Bifuncional. “Pues”: Forma parte de este grupo siempre y cuando sea como respuesta a una pregunta: “¿Qué tal el viaje? Pues al final no fui.” “Pues bien”: también se utiliza después de una secuencia enunciativa, pero no necesariamente tiene que ser un pregunta: Por ejemplo: se enuncia algo y a continuación se dice: “Pues bien,…” � y se sigue sumando la información. “Después”: marcador que indica tiempo por lo general, pero cuando indican el orden en el que va apareciendo los acontecimientos pierden el carácter temporal. “Antes dijimos que…”: aunque se mantenga un matiz temporal, la función principal es de ordenación. 10- Contraste u oposición Sin embargo, ahora bien, por lo contrario, al contrario, pero, no obstante, etc. “Ahora”: es como un “pero”�”…ahora, hubo un problema”

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11-Digresión Por cierto, a propósito, a todo esto, a todas estas, etc. Consiste en el efecto que se `produce cunado en un discurso e interrumpe el hilo para añadir cosas que no tienen un vínculo mus estrecho con lo dicho. Es una pausa que indica un añadido. Estamos hablado y nos acordamos de algo, entonces paramos y decimos: “..., por cierto,..." 12- Ejemplificación Por ejemplo, si (por ejemplo), pongo por caso, verbigracia, tal como, etc. Ilustra lo dicho con un caso que aclara lo anterior “Verbigracia”: equivale a un “por ejemplo”, pero es mucho más culto, este marcador goza de una gran movilidad y se utiliza solo en la escritura. 13- Evidencia, constatación o confirmación En efecto, efectivamente, sin duda, evidentemente, por supuesto, desde luego, etc. Lo dicho se confirma con otras palabras, es prácticamente decir lo mismo de nuevo. “es verdad que…”: En efecto, es cierto. 14- Precaución Por si acaso, no sea cosa que, no sea que, no vaya a ser que, etc. 15- Precisión o matización Precisa algo ya dicho antes. En realidad, en rigor, en puridad, en el fondo, precisamente, en concreto, etc. 16- Recapitulación o resumen Al fin y al cabo, en conclusión, en resumen, en resumidas cuentas, total, en dos palabras 17-Tematización o topicalización Retoman algo dicho con anterioridad para volver a presentarlo En cuanto a, al respecto, en este sentido, etc. 5.2 CONEXIÓN IMPLÍCITA Es la que se manifiesta mediante la ausencia de marcadores, la que se infiere de

la pragmática y semántica de las partes conectadas. Es una conexión asindética, tácita, subyacente, la llamada por la gramática tradicional yuxtaposición, y que abunda entre los enunciados y párrafos de los textos españoles. Se infiere de la semántica y de la pragmática.

Esto se debe a que la conexión implícita guarda estrecha relación con la concisión del estilo, es decir, constituye una opción estilística que redunda en beneficio de la fluidez del texto.

Ejemplo: Jesús suspendió. Estudió mucho. (� Se infiere un matiz contraargumentativo: aunque, pero).

Ejemplo: No puedo dormir; los vecinos me molestan (� el lector sabe que la

segunda proposición indica la causa de la primera: porque)

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Esto se debe a que la conexión implícita guarda estrecha relación con la concisión del estilo, es decir, constituye una opción estilística que redunda en benefico de la fluidez del texto.

En cambio, si todas las partes estuvieran conectadas con marcadores se obtendría un texto con un ritmo apelmazado.

En español no es corriente explicitar todos los marcadores. Y, en este punto, es donde entra en juego el principio de cooperación de Grice: yo no te explicito la información para que tú interactúes con el texto y la repongas (con tu cálculo inferencial).

Pero si el escritor ve que, si omite un marcador, se puede malentender o entender de muchas maneras (ambigüedad) una parte de su texto, es imprescindible que lo explicite. Ya no hay lugar al estilo, sino que se trata de nociones lingüísticas.

Las razones de la conexión implícita son de índole estilística. La omisión de los conectores tiene su máxima expresión en el asíndeton. Para que se produzca un asíndeton no debe de aparecer ni una sola vez una

conjunción y, además, debe de haber una gradación. En relación directa con el asíndeton figura la gradación o intensidad significativa,

que puede ser ascendente (clímax) o descendente (anticlímax). Ejemplo: Acude, corre, vuela, � gradación con clímax Traspasa la alta sierra, ocupa el llano. Se vuelva, más tú y ello juntamente, � gradación con anticlímax En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada. Por otro lado, en posición al asíndeton figura el polisíndeton, o coordinación de

varios elementos mediante abundantes y reiteradas conjunciones, para producir el efecto contrario, es decir, la pausa, la lentitud, etc.

Practica, analiza la conexión explícita e implícita extraoracional. Página 44 de apéndice.

7. LA ORDENACIÓN DE LAS PARTES

La ordenación de los elementos de un texto puede considerarse como un

mecanismo más de cohesión, que, además, afecta también a la coherencia discursiva. Con ordenación de las partes nos referimos a cómo se distribuyen las palabras dentro de los enunciados y cómo se ordenan los párrafos dentro del texto. La disposición de las partes es muy importante en la lengua. Aunque en algunas lenguas el orden de los elementos oracionales es inamovible, véase el alemán, en español gozamos de una libertad constructiva que muy pocas lenguas alcanzan, y, precisamente por esto, tenemos que tener en cuenta que, simplemente por cambiar de orden un sintagma, podemos crear anfibologías o errores de sentido.

Ejemplo: 1-“Sacó los muebles de la casa” OD CN

2-“De la casa sacó los muebles” CC OD

3-“Sacó de la casa los muebles” CC OD

4-*“De la casa los muebles sacó” � � no es propia del español

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1- El sintagma “de la casa” no es el lugar de donde sacó los muebles, los

ha podido sacar de cualquier orto sitio. 2- El sintagma “de la casa” es el lugar de donde se sacan los muebles 3- Se distingue el lugar de donde se sacan los muebles al adelantar el

sintagma, esto produce un efecto estilístico. No solo se nombre el lugar, sino que también, se pone de relieve. Lo normal sería que la frase siguiera del siguiente modo: "... y del jardín las sillas, la ropa la sacó del otro cuarto (...)"

4- Esta oración no es propia del español. En efecto, las palabras que componen un enunciado o un texto no se suceden siempre al azar de la iniciativa individual de los hablantes, sino que el sistema sincrónico impone a todos unas restricciones que deben observarse. De no ser así cada cual ordenaría a su manera y esto podría bloquear la comprensión.

La gramática tradicional no estudiaba detenidamente la ordenación de las partes, sino que se limitaba a decir que el orden de las palabras podía obedecer a dos patrones: orden recto o estructura lineal (suj + pred), y orden envolvente (orden recto alterado). Asimismo, se decía que cuando se alteraba la estructura lineal de la oración se debía a que el emisor quería poner de relieve la parte adelantada, y, por tanto, le daba matices estilísticos. Pero tal consideración no es en absoluto válida para todos los casos de colocación, puesto que esta desempeña muchas veces una función crucial no solo en la interpretación simultánea de los enunciados, sino también en su estructuración sintáctica.

Ejemplo: De la plaza del Obelisco saldrá una manifestación. CC SUJ En este caso, la intención del hablante no es poner de relieve que es de la plaza

del obelisco de donde va a salir la manifestación, sino que quiere poner delante la información que estima conocida por el oyente y al final la desconocida.

No siempre que el orden de la oración es envolvente se debe a una elección del

hablante, sino que la norma ya impone algunas premisas que son infranqueables. El traductor tiene que tener muy en cuenta estas limitaciones.

Como decíamos, la colocación con que enunciamos los elementos es el resultado, unas veces, de la tradición heredada o de la imposición de la norma; pero con frecuencia la construcción está motivada por determinadas vivencias que el hablante procura diferenciar de las más comunes o habituales, es decir, el hablante elige libremente y ordena no solo por razones estilísticas sino también con otros fines específicos.

Por lo tanto, podemos establecer dos grandes grupos de factores o razones que han de tenerse en cuenta en la ordenación lingüística de las partes: los estilísticos y los propiamente lingüísticos. Estos últimos, a su vez, se agrupan en dos tipos de aspectos: los formativos y los informativos.

ASPECTOS QUE DEFINEN LA ORDENACIÓN DE LAS PARTES

ESTILÍSTICOS: HIPERBATÓN Y EPÍTETO

LINGÜÍSTICOS: ASPECTOS FORMATIVO Y ASPECTOS INFROMA TIVOS

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ASPECTOS ESTILÍSTICOS

Como ya hemos dicho, existen casos en los que la ordenación se debe a razones exclusivamente estilísticas, a un deseo de transmitir un efecto expresivo. Las cuestiones estilísticas están al alcance del hablante. Incluso puede valerse de figuras retóricas que se sustentan en la alteración del orden sintáctico para crear ritmos musicales en la poesía o para producir rareza en el lector.

Estos recursos están muy ligados a diversos movimientos espirituales, poéticos, que se han sucedido a lo largo de la historia literaria. En el barroco la poesía culterana (ej. Luis de Góngora) era muy dada a retorcer la sintaxis, porque manifestaban que lo retorcido era bello (como en las columnas barrocas).

Claros ejemplos de figuras retóricas que juegan con la alteración del orden recto de los elementos son el hipérbaton y el epíteto.

El hipérbaton EL hipérbaton es un recurso poético que persigue un fin estilístico, un fin

enrarecedor y embellecedor del enunciado. Consiste en una alteración sintáctica que el poeta efectúa deliberadamente y que se usa sobre todo en la poesía.

Un claro ejemplo lo vemos en la fábula de Góngora “Polifemo y Galatea” Polifemo es un cíclope caníbal de un solo ojo que se enamora locamente de

Galatea, diosa de la fecundidad de los ganados. La poesía gongorina huye de la realidad y se centra en la mitología. Busca el

embellecimiento y el enrarecimiento de las formas.

De este, pues, formidable de la tierra Bostezo el melancólico vacío,

a Polifemo, horror de aquella sierra, bárbara choza es, albergue umbrío y redil espacioso donde encierra cuanto las cumbres áspera cabrío de los montes esconde: copia bella

que un silbo junta y un peñasco sella.

Ejercicio: prosificar la poesía --> darle el orden lineal

“El vacío melancólico de este bostezo formidable de la tierra es, pues, a Polifemo

horror de aquella sierra; choza bárbara, albergue umbrío y redil espacioso, donde encierra

cuanto cabrío esconde las cumbres ásperas de los montes: copia bella

que un silbo junta y un peñasco sella.”

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- Bostezo formidable de la tierra� entrada de la cueva de donde sale aire caliente como el de un bostezo.

- Choza bárbara� lugar mal construido - Cuanto cabrío esconde las cumbre� son tantas cabras que no se ve la

montaña - Copia� abundancia

Otro fragmento de la octava de Góngora: “Donde espumoso el mar sicilïano el pie argenta de plata al Lilibeo (bóveda o de las fraguas de Vulcano o tumba de los huesos de Tifeo), pálidas señas cenizoso un llano, cuando no del sacrílego deseo, del rudo oficio da. Allí una alta roca moraza es a una gruta de su boca.”

• Prosificación: “Donde el mar siciliano, espumoso, argenta de plata el pie al Lilibeo (bóveda de las fraguas de Vulcano o tumba de los huesos de Tifeo), un llano da, cenizoso, pálidas señas del duro oficio, cuando no del sacrílego deseo. Allí una alta roca es mordaza de su boca a una gruta.”

• Notas: En el extremo occidental de la isla de Sicilia hay un promontorio llamado Lilibeo. Más hacia el este se alza el Etna. Hay varias leyendas mitológicas que pretenden explicar la actividad volcánica del Etna. Según una de ellas, el volcán era la chimenea de la fragua de Vulcano, situada bajo la isla. Vulcano forjaba en su fragua los rayos que lanzaba Júpiter durante las tormentas. Según otra leyenda, antes de que el hombre poblara la Tierra ésta era habitada por gigantes, que trataron de escalar el monte Olimpo, la morada de los dioses, para dominarlo también, pero fueron aniquilados. Uno de ellos, Tifeo, fue sepultado vivo por una gran roca que le lanzó Júpiter, roca que se convirtió en la isla de Sicilia y el Etna era el respiradero por donde el gigante exhalaba su aliento.

• Observaciones: La expresión A cuando no B equivale a A si no B, o más simplemente a A o B. El llano, con sus cenizas, da muestras de la actividad del Etna, es decir, señas del duro oficio (el oficio de herrero de Vulcano) o del sacrílego deseo (que tuvieron Tifeo y los demás gigantes de invadir el Olimpo). Pálidas puede entenderse como débiles (pálidas señas = débiles indicios) o bien como lúgubres, pues en la literatura latina es habitual calificar a la muerte como pálida. Así, pálidas señas = señales de muerte. La expresión A es B a C significa A le sirve a C como B. Esto es habitual en castellano cuando B es un adjetivo (La roca es útil a Juan), pero Góngora la emplea habitualmente con sustantivos (La roca es mesa a Juan = le sirve como mesa a Juan.) Así, los últimos versos significan que una roca hace de mordaza a la boca de una gruta (es decir, la cierra).

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Comentarios: La narración comienza con una colorida descripción del escenario:

Donde, espumoso, el mar sicilïano el pie argenta de plata al Lilibeo

El mar azul se vuelve plateado por la espuma de las olas que rompen al pie del Lilibeo. Sintácticamente, los versos son llanos: no hay un hipérbaton forzado en el primero, ya que no hay que entender "el espumoso mar siciliano", pues lo que dice es que el mar siciliano argenta espumoso el pie al Lilibeo (espumoso = con su espuma). La frase no es más retorcida que "donde, afanosos, los agricultores trabajan los campos", que a nadie le chocaría lo más mínimo en poesía. Etimológicamente, argentar es platear, por lo que argenta de plata puede parecer un pleonasmo. No lo es, pues en la época de Góngora argentar se usaba con el sentido general de dar brillo de oro o plata, especialmente a determinados calzados, lo que hace necesaria la precisión "de plata" y hace todavía más oportuna la expresión "argenta de plata el pie". En Lilibeo los cartagineses instalaron su plaza más fuerte en Sicilia. Durante las interminables luchas que mantuvieron contra los griegos por la supremacía en la isla, Lilibeo nunca les fue arrebatada. Cualquier lector educado en la época de Góngora había estudiado historia antigua, y los nombres de Sicilia y Lilibeo le resultaban muy familiares y bastaban para evocarle muchas escenas que indirectamente le situaban en el lugar de los hechos. Una técnica que Góngora usa con frecuencia es la de evocar hechos conocidos con unas mínimas alusiones, lo que le permite condensar muchos matices en pocas palabras. Por desgracia, los conocimientos que Góngora podía esperar en sus coetáneos no son los mismos que cabe esperar en un lector moderno, lo que impide leer su poesía seriamente sin aclaraciones como éstas. Hay que insistir en que esta dificultad no es intencionada, sino fruto de las circunstancias. A continuación nos encontramos con

(bóveda de las fraguas de Vulcano o tumba de los huesos de Tifeo),

Nuevamente, los contemporáneos de Góngora con estudios básicos conocían sin duda las historias de la mitología clásica a las que aluden estos versos. Casi todas las alusiones mitológicas de Góngora pueden ser captadas fácilmente por un lector familiarizado únicamente con las Metamorfosis de Ovidio, que en aquella época eran tan conocidas como hoy puedan serlo Hamlet, o Romeo y Julieta. Estos versos indican que (en el poema) la Mitología es real, que la Sicilia que han evocado los versos anteriores no es la Sicilia histórica, sino la Sicilia mitológica, con sus dioses, ninfas, faunos, monstruos, etc. Además, las dos referencias aluden al Etna, y los versos siguientes refuerzan esta alusión:

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pálidas señas, cenizoso, un llano, - cuando no del sacrílego deseo - del duro oficio da.

Ahora estamos en un lúgubre llano en las cercanías del Etna. Una vez más, no debemos ver un hipérbaton en cenizoso un llano, pues, como en el primer verso, hay que entender que el llano da, cenizoso, (= con las cenizas que lo cubren) señas pálidas del duro oficio. Aquí tenemos un ejemplo de correlación: Góngora propone dos explicaciones alternativas de la actividad del Etna y, en correlación con ellas, da dos interpretaciones de por qué hay cenizas en el llano (son señas del duro oficio si pensamos que el Etna es la chimenea de las fraguas de Vulcano, o señas de la historia de Tifeo, si creemos que Sicilia es la tumba de Tifeo). Góngora siempre deja al lector la tarea de ir atando cabos, como en este caso captar la correlación. Sí tenemos un hipérbaton en el desplazamiento del verbo da hasta el final de la frase. No dificulta en absoluto la comprensión, pero la frase termina bruscamente. No sería descabellado decir que evoca un martillazo del herrero Vulcano. Más violento es que el punto final no puede ser respetado, pues es necesario formar una sinalefa y leer en la misma sílaba la vocal siguiente: da. Allí... Esto fuerza a una transición brusca que nos saca rápidamente de las digresiones mitológicas para interesarnos en una cueva. Si esta estrofa fuera una película, estaríamos ante un lento zoom: primero el mar, luego el Lilibeo, luego el Etna, luego el llano, luego la cueva. Este zoom continúa en la estrofa siguiente, que nos llevará hasta el interior de la cueva. El epíteto

Este es un adjetivo calificativo que se antepone con el fin de poner de relieve una cualidad inherente del sustantivo. Sobejano nos dice que puede hablarse de dos tipos de epítetos: el propio, que indica una cualidad inherente del nombre; y el accidental, que señala una cualidad accidental pero, que al anteponerse al nombre, produce un efecto expresivo.

El epíteto es un medio ornamental que se logra anteponiendo el adjetivo al

nombre, se trata de un adjetivo inherente al sustantivo: “blanca nieve” “negra noche” Se quiere destacar esta cualidad que además es inherente Si la cualidad es consustancial, también sería un epíteto aunque aparezca

pospuesto: "hierba verde” “nieve blanca”� también es epíteto aunque no se anteponga,

porque la cualidad es inherente al sustantivo. “Hermosa mujer”� al anteponer el adjetivo al nombre también se forma epíteto

aunque no sea cualidad inherente. “El fuerte viento asolaba la alta hierba” “proceloso mar”� los dos forman epítetos accidentales

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El efecto es adornar esa cualidad sin ánimo de distinguirlo de otro, es el adjetivo explicativo. Es un adjetivo ornamental que no conlleva diferenciación alguna de ese nombre. Sin embargo, el especificativo si tiene finalidad lingüística de carácter semántico, distingue ese sustantivo de otros: "Alcánzame la carpeta azul"

“Pueblos mediterráneos” El adjetivo explicativo puede ir también entre comas detrás de un nombre. El

adjetivo especificativo no pertenece al ámbito de la estilística, sino más bien, al de la sintaxis.

“Cual queda el blanco cisne (1) cuando pierde � orden que favorece la rima la dulce vida (2) entre la hierba verde (3)” 1. epíteto propio 2. se puede considerar epíteto propio por tratarse de la vida del cisne 3. sigue siendo epíteto, ya que es una cualidad inherente al sustantivo pero se

pospone en beneficio de la rima “Tristes recuerdos del placer perdido”� epíteto accidental, se adelanta para dar un valor estilístico.

Los hay asimismo que forman pleonasmos (términos innecesarios, redundantes),

que son los casos de epítetos gastados, como dulce miel, altas torres, etc. Estos epítetos gastados no poseen carga expresiva alguna ni, por consiguiente,

enriquecen la lengua. Son tópicos que no aportan riqueza léxica al discurso, están excesivamente usados.

Pero,a pesar de todo esto, dependerá de cómo se usen, porque en el "cante jondo" de García Lorca, se utiliza el epíteto "altas torres" para establecer la diferencia entre Sevilla y Granada, y adquiere un gran valor expresivo.

“Guadalquivir, Altas torres y viento en los naranjales Darro y Genil, torrecillas muertas sobre estanques”

ASPECTOS LINGÚÍSTICOS

2 RAZONES:

1- ASPECTOS FORMATIVOS 2- ASPECTOS INFROMATIVOS

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6.2 ASPECTOS FORMATIVOS Entramos en el ámbito puramente lingüístico. Los aspectos formativos son los

que obligan a ordenar de una manera determinada, sin posibilidad de alterar ese orden. Son principios estructuradores fijos que afectan a la sintaxis y a la semántica, y que son propios de cada lengua. Son varias las razones por las que el hablante esta obligado a seguir estos patrones:

1. El uso normativo

La norma impone un uso que el hablante no puede permitirse alterar. Hay razones lingüísticas que obligan a colocar las piezas de manera determinada. Por ejemplo, si bien el adjetivo explicativo se puede colocar delante por razones estilísticas, el especificativo debe siempre posponerse al nombre.

Normas como las siguientes: - Artículo antes del nombre.“La casa” - Conjunciones en medio de los elementos conectados, este es el motivo por el

que un CN siempre tiene un orden fijo, no se puede alterar: - *” De madera la casa” � “la casa de madera” - Los pronombres objetos que también tiene un orden específico, como por

ejemplo, los pronombres proclíticos que se usan con el gerundio, infinitivo y participio.

- “Tráeme el periódico” “Tiendo a olvidarlo” � enclíticos - *” díjole” � “le dijo” - Adjetivos que van en un aposición obligada con respecto a sus significados,

como es el caso de, grande, pobre o nuevo Pobre hombre / hombre pobre Gran hombre / hombre grande Casa nueva / nueva casa - Adjetivo especificativo que va siempre detrás del nombre. Se coloca de

acuerdo al uso formativo y por lo tanto ésta colocación es fija. “Piel morena” “Árbol frondoso” “Animal mamífero” Se distingue ese sustantivo de otros, ese animal de otros. 2. La tradición idiomática

La costumbre lingüística, la convención, las normas sociolingüísticas, exigen una ordenación determinada. Este es el caso del nombre + adjetivo o adjetivo + sustantivo que han adquirido una posición fija inalterable.

Por ejemplo: fuego fatuo, libre albedrío, alta mar, idea fija, etc. Son construcciones ya lexicalizadas. Este es el caso también de los refranes y frases hechas o lo que Coserio llama discursos repetidos, como entre la espada y la pared, poner la mano en el fuego, etc. Y lo mismo ocurre con las fórmulas de cortesía como Señor Presidente o Señoras y Señores Diputados.

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“las reacciones suyas son fuego fatuo” � reacciones momentáneas Discurso repetido: “Entre la espada y la pared” “Atado de pies y manos” “A las duras y a las

maduras” etc. 3. El valor diferencial

El orden de los componentes de un enunciado debe atender a la semántica, de manera que no confundamos un sujeto con un OD o un CN con un CC. Es decir, cuando tenemos una pieza de la oración en un lugar, esta adquiere un significado sintáctico que puede variar si lo cambiamos de posición. Estas palabras desempeñan una función sintáctica y cuando se cambian el significado también lo hace.

“El director está verdaderamente nervioso”� adverbio El adverbio cambia al adjetivo hasta el punto de que lo cambia de grado, “está

muy nervioso” “Verdaderamente, el director está nervioso”� marcador de función textual “Probablemente mis amigos me visitarán a las 5”� modifica a todo el

enunciado “Mis amigos me visitarán probablemente a las 5”�se da por echo que vendrá

seguro, lo que no se sabe es la hora. 4. La cacofonía.

Ocasionalmente se produce cacofonía, para lo cual se recomienda buscar otro orden u otra manera de expresar las mismas ideas. La cacofonía es la disonancia que resulta de la inarmónica combinación de elementos acústicos, resultado a su vez del encuentro de palabras con sonidos iguales o parecidos.

*“El niño cunado cuenta ya pasa de cuarenta” “El niño al contar ya pasa de cuarenta” *”Vemos unos casos corrientes en la relación siguiente” “En la siguiente relación vemos casos corriente” A veces se soluciona con un cambio de orden 5. La extensión o la longitud del período sintáctico. Cuando tenemos un enunciado extenso, podemos tener problemas de

comprensión porque no sabemos a qué grupo pertenece un elemento de la oración. Para ello, redistribuimos el enunciado dejando clara su pertenencia al conjunto o su relación concreta con otras partes, de manera que no haya malos entendidos.

Ejemplo: “En España las mujeres hemos estado luchando durante décadas para

conseguir tener los mismos derechos que los hombres y ser consideradas como iguales.” “Las mujeres hemos estado luchando durante décadas para conseguir tener los

mismos derechos que los hombres y ser consideradas como iguales en España.”

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La rozón por la que se adelanta el CC de lugar es lingüística, al adelantarse deja clara su pertenecía a toda la frase.

“A medida que se abre el día otros pájaros se incorporando al concierto de los árboles. Y al mismo tiempo, en el transistor (…)”

Todo lo que le sigue, sucede a medida que se abre el día, si lo colocáramos al

final, que es el sitio que le correspondería según el orden recto, solo afectaría a la última parte del enunciado.

5. La ambigüedad o anfibología.

Los casos de ambigüedad son la excusa perfecta para alterar el orden de alguna parte del texto. Pero a veces no se resuelven todos los problemas de ambigüedad simplemente variando el orden y hay que recurrir a otros mecanismos.

*“Me gusta ir por el mundo libre” “Me gusta ir por el mundo con libertad” “Me gusta ir libre por el mundo” * “Vieron los cometas cuando descendían” “Cuando descendían vieron los cometas” *“Vendo bicicleta para señora en buen estado” Estos aspectos formativos son intrínsecos de cada lengua y, por tanto, son

factores distintivos. Esta es la razón por la que es preciso cuidar mucho la ordenación de los elementos en la actividad de la traducción.

Hay que añadir que muchas veces el orden no afecta al mensaje desde un punto de vista semántico, pues el contenido de una frase puede ser el mismo si se invirtieran sus términos. A pesar de todo, como advierte Shogt, las dos frases resultantes no son siempre intercambiables, y no lo son porque en cada una de ellas se produce, en relación con la otra, un desplazamiento del centro de atención. En ambos casos, el contenido de la designación es el mismo, pero el modo de designación es diferente.

Ejemplo: Nueva York está a 500 millas de Toronto. Toronto está a 500 millas de Nueva York. Se produce un desplazamiento del centro de atención que no sería válido en un texto sobre Nueva York, ya

que se le atribuye más importancia a Toronto por estar al principio. 6.3 ASPECTOS INFORMATIVOS La informatividad, término acuñado por Dressler y De Beaugrande, es el

principio de la textualidad que regula el grado de expectativa o de novedad que presenta un mensaje. Pues bien, este principio también influye en gran parte en el orden de las partes, y da razón de ser a los aspectos informativos.

La carga informativa o el grado de aportación de la información hacen que los distintos componentes puedan ir colocados de una manera u otra; de esta forma, los enunciados, además de articularse sintácticamente en sujeto y predicado, se articulan asimismo de acuerdo con esa carga informativa, en tema y rema.

En muchas lenguas esto siempre ha sido así y por ello los enunciados no solo se articulan sintácticamente en sujeto y predicado, sino que también se articulan de acuerdo con la carga informativa de las partes en tema y rema.

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No obstante, hay que tener siempre muy en cuenta que los aspectos que prevalecen siempre son los formativos, pero una vez que estos no lo impiden, podremos modificar el texto según nociones informativas.

Los conceptos tema / rema reciben también los nombres de tópico y comentario o foco respectivamente. Hacen referencia fundamentalmente a la perspectiva comunicativa del hablante, es decir, lo que previamente supone que el oyente sabe y desconoce.

El tema puede definirse como aquello que contiene lo ya conocido o presupuesto y que, en consecuencia, posee la menor información en un contexto dado o en una situación de enunciación determinada. El rema, por el contrario, es lo que aporta el contenido fundamental del mensaje en un contexto dado o en una situación determinada, lo nuevo, lo que se comunica acerca del tema. Así que sacamos como conclusión que muchas veces los textos no siguen el orden lineal porque la carga informativa de los elementos requiere esa colocación, siempre que los aspectos formativos lo permitan.

“En el parque de Santa Catalina ya no hay inmigrantes.” El hablante se imagina que el oyente ya conoce la información que encabeza el enunciado

(en el parque de Santa Catalina). Introduce el enunciado con una parte conocida, que es la menos informativa.

“De la plaza del Obelisco parten muchas manifestaciones" No hay razones formativas que explique el adelantamiento de este CC. La única

razón es informativa, se adelante lo que se cree conocido por el receptor. TEMA: Es lo conocido por el hablante y el receptor, tiene craga

expresiva�Tópico REMA: Es lo desconocido, lo que tiene un mayor peso informativo� Foco o

cometario. Detrás de la distinción entre tema y rema hay un principio fundamental,

denominado por Bolinger principio de modificación lineal. Viene a definirse como la ordenación mediante la cual todo elemento de un enunciado está mediatizado por el que le antecede inmediatamente, es decir, el elemento posterior restringe informativamente al elemento anterior.

Ejemplo: Ayer fue el último día de vacaciones “Último día” restringe lo que se podría decir de ayer; restringe al elemente que le

precede. “Los hijos son para toda la vida”� Concepto amplio “Los hijos de parejas desavenidas sufren trauma”� Se restringue el concepto de

la palabra “hijos”. Este principio guarda relación, a su vez, con el proceso de progresión

informativa, en otras palabras, el proceso por el que todo texto debe avanzar en la información o debe añadir información nueva a medida que se va desarrollando. Es más, este principio regula que todo aquello que va apareciendo en un texto se justifica por lo aparecido anteriormente o por lo que aparecerá con posterioridad. Hay veces en que

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leemos un texto y no lo entendemos hasta que en un punto avanzado se aclara la información, ya que esta va progresando hacia datos nuevos.

El hecho de que en español parezca frecuente la anteposición del tema, no significa que lo primero en aparecer sea siempre el tema. Se considera tema lo que, o bien ya ha sido presentado con anterioridad, o bien, si se trata de un elemento que no aparece explícitamente, lo que el hablante presupone perfectamente conocido por el oyente por su conocimiento del mundo, por ejemplo.

Como sabemos que no tiene porqué coincidir el sujeto y el tema, vamos a

explicar las divergencias que existen entre la articulación sintáctica sujeto-predicado y la articulación informativa tema-rema:

a) El tema puede plasmarse en cualquier elemento o conjunto de elementos del enunciado. En principio, existe la tendencia generalizada de situar el tema al comienzo del enunciado, así que suele coincidir con el sujeto si se sigue el orden lineal, que es el más usual. Incluso podemos decir que la sintaxis se subordina en muchas ocasiones a la carga informativa.

"En la plaza Sta. Ana hay muchas palomas"� tema es CC porque se adelante. “La tele no la veo mucho”� CD adelantado “A Juan no le digas lo sucedido”� CI tematizado “De Pedro es mejor no hablar”� Suplemento b) Muchas veces el tema es una simple proforma o sustituto léxico. Ejemplo: Mi tío tiene 80 años. Lo conserva el vino. Tema/Suj Tema/OD

c) A veces todo lo presentado es rema porque el enunciado es una expresión de

lo inesperado por el oyente o porque el tema está implícito. Ejemplo: Está lloviendo. Aquí y ahora. No hace falta explicitarlo porque estos complementos coinciden con la situación comunicativa, que es conocida por ambos.

-“¿Qué paso? - “Que zarpó el Queen Mary II” El enunciado se construye en base a una ideas única y carece, por tanto, de la

articulación tema/rema. Ocurre con frecuencia en la oraciones impersonales, en donde todo lo que se anuncia es novedoso.

La operación lingüística que consiste en convertir un elemento del enunciado en

tema marcándolo inequívocamente como tal, es la tematización o topicalización, que puede ser lingüística o pragmática. La operación inversa es la rematización o focalización, que consiste en señalar un elemento como foco o rema. Pero la tematización no solo se señala ordenando los elementos de un modo, sino que existen otros procedimientos. En principio, cuando un elemento se presentan una vez en el texto, se tematiza. Pero, además, tenemos los procedimientos de sustitución o recurrencia, de elipsis, de alusión a los dicho, e incluso los marcadores de función textual llamados precisamente marcadores de tematización (con respecto a, en lo que concierne a, en cuanto a, etc).

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Existen dos tipos de tematización: a) tematización por contacto, que se produce cuando el componente tematizado está inmediatamente antes o muy próximo al que sigue; b) tematización a distancia, que se produce cuando el tema o componente tematizado se encuentrea alejado del otro elemento que también está sirviendo de tema.

Un fenómeno derivado del anterior es la progresión temática, que consiste en lo

siguiente: la estructura superficial de un texto se presenta como una articulación sucesiva de temas y remas concatenados de forma diversa que van configurando el armazón del texto. Son cinco los tipos fundamentales de progresión temática, según Danes:

a) Progresión lineal simple. El rema de una proposición se convierte en tema de la siguiente. Se va concatenando.

Ejemplo: Tengo un perro. Le puse un nombre muy bonito. Lo elegí entre varios. b) Progresión con continuidad del tema. A un mismo tema se van asignando

sucesivos y nuevos remas. Ejemplo: Mi perro se llama Rex. Ø Es un podenco. Ningún perro lo supera en inteligencia. c) Progresión con despliegue del tema. El rema se reinterpreta como compuesto

de dos o más elementos, y cada uno de ellos se va utilizando sucesivamente como nuevo tema. Se va dividiendo el grupo, formando subgrupos de los que se va a añadir un rema.

Ejemplo: En el salón había un buen número de personas. Unas bailaban; otras

miraban. Las más jóvenes se mostraban preocupadas. d) Progresión por el contexto situacional. Se toma un tema directamente del

contexto, es decir, el elemento tematizado no es un rema anterior. Ejemplo: En este pueblo abundan las perdices. e) Progresión con derivación del tema. Puede darse progresión temática con

temas derivados o relacionados semántica o pragmáticamente. Este tipo guarda relación directa con la formación de cadenas nominales dentro de un texto.

Ejemplo: Los libros suben de precio al llegar a los puntos de venta. Los libreros estiman que el porcentaje aplicado es una necesidad. La tematización guarda una estrecha relación con la macroestructura global

porque, cuando extraemos de un texto la idea principal, la elaboramos mediante los elementos tematizados. No todos los textos se presentan con un único tópico; hay algunos que abordan información relativa a temas diferentes. Estos textos se llaman híbridos o misceláneos.

6.4 LA ORGANIZACIÓN Y COLOCACIÓN DE LOS PÁRRAFOS EN EL

TEXTO. A veces, a la hora de crear un texto, cometemos saltos de sentido, produciendo

un párrafo que no sigue ningún orden con respecto a la idea anterior. Una de las soluciones para evitar este tan frecuente error es planificar previamente nuestro texto en macroestructuras parciales, de manera que en cada párrafo haya un idea principal. Un

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texto no debe tener saltos de continuidad de sentido, por eso, es muy importante que nos esforcemos en cohesionar y conectar de manera adecuada sus partes.

El párrafo es una unidad estructural; la unidad jerarquizante por antonomasia. Existen por necesidad. Para ayudar al lector en su proceso de lectura, por un lado, proporcionándole una pausa y, por otro, organizando el discurso. Tanto es así que cuando observamos que un texto no tiene divisiones de ningún tipo, nos resistimos a la lectura.

El concepto de párrafo no está muy definido. De la teoría anglosajona se infiere que es una unidad gráfica que contiene una idea separada por un punto y aparte. Otras gramáticas defienden la idea de párrafo por su contenido, sin tener nada que ver que haya o no punto y aparte. Otro punto de vista atiende a la unidad temática, no necesariamente entre dos puntos y aparte. En las monografías podemos encontrarnos con estos símbolos: § y //. Nos indican acudir al número de párrafo que se especifica.

La disposición de párrafos depende de la actitud del escritor pero nunca de manera arbitraria, ya que deben seguir un orden restringido. Hay párrafos conectados expresamente, que están atados, impidiendo su descolocación. El hilo del discurso no puede romperse en ningún momento. Cuando se escribe según el flujo del pensamiento, el texto resulta caótico. Es imprescindible saber qué se va a decir antes de comenzar el texto.

Los párrafos o parágrafos se conectan mediante distintos modos: a) Por medio de la conexión en sentido estricto, es decir, mediante conectores o

marcadores de función textual que nos permiten deducir si un párrafo es consecuencia del anterior, o causa, o precisión, etc.

b) Por medio de recurrencias, sustituciones y relaciones léxicas. En este sentido, es muy frecuente la presencia de elementos deícticos de un párrafo que remiten a párrafos anteriores.

c) Por medio de elipsis, es decir, partes que, una vez presentadas en un determinado párrafo, se omiten en el siguiente.

d) por medio de recursos semánticos y pragmáticos, pues el contenido de un párrafo debe guardar estrecha relación con el sentido del que le precede y del que le sigue para dar cuenta de la continuidad.

Estas razones explican, a su vez, que los párrafos guarden un orden. Asimismo,

nos llevan al concepto de restricción, porque el orden en que se presentan los párrafos está sometido a unas condiciones que les impiden situarse en otro lugar.

Muy unido al concepto de restricción figura el de transición, un período sintáctico o un enunciado del final de un párrafo que antepone o anuncia la idea que se va a desarrollar en el párrafo siguiente. Por esto decimos que también la transición restringe el orden de los párrafos. Es una manera de impedir roturas de sentido y, consecuentemente, de facilitar la labor del lector.

6. EL SISTEMA PUNTUARIO

La puntuación no es solo un mecanismo de coherencia en cuanto que jerarquiza

las ideas, sino que también incide en el sentido del texto. Constituyen un mecanismo importante de cohesión textual toda vez que se proyectan en forma de señales en la superficie del texto.

Hay tres razones fundamentales que justifica el uso de los signos de puntuación:

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a) Razones lingüísticas. Poseen una función demarcativa porque establecen los límites de las unidades lingüísticas, las individualizan y jerarquizan. De este procedimiento se sirven especialmente los signos fonográficos (los que todos conocemos como signos de puntuación comunes; la coma, el punto...), pero también los ideográficos (los que destacan o subrayan una idea; las comillas, la cursiva, el subrayado...), que no implican pausa fónica, pero sí ponen de relieve algún segmento discursivo. Aparecen allí donde la delimitación facilita la correcta interpretación de la información.

La demarcación que estos signos establecen se produce en todos los niveles lingüísticos del texto: fónico, morfosintáctico y semántico; y en todos ellos puede tener carácter distintivo.

Ejemplo: Cuando llega Luis se pone contento. Cuando llega, Luis se pone contento. Cuando llega Luis, se pone contento.

El tonema es la inflexión tonal de una frase enunciativa a partir de la última

sílaba. La coma, en el caso del ejemplo, determina el tonema de la oración, que puede ser ascendente, descendente o en suspensión.

b)Razones pragmáticas y estilísticas. En ocasiones el signo se utiliza como un simple refuerzo, resultado de una

intencionalidad específica, o tiene una finalidad estilística. Este es el caso en el que no existe una razón lingüística que obligue a su aparición aunque sí un efecto expresivo determinado, que no se lograría si el signo no apareciera.

Todo signo obedece, pues, a un criterio: lingüístico, pragmático o estilístico.

Pero, en lo que respecta concretamente a la coma, se da con frecuencia el caso que obedece a más de una razón: es la coma bifuncional, llamada así porque cumple simultáneamente dos funciones y que ocasiona sincretismos fónicos.

Ejemplo: En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.

NORMAS DE PUNTUACIÓN

Este texto fue tomado del "Esbozo..." de la Real Academia Española, que es poseedora los derechos de autor

a) Hay necesidad de signos de puntuación en la escritura, porque sin ellos podría resultar dudoso y oscuro el significado de las cláusulas. Los que se usan en castellano son estos: coma (,), punto y coma (;), dos puntos (:), punto final (.), puntos suspensivos (...), principio de interrogación (¿), fin de interrogación (?), principio de admiración (¡), fin de admiración (!), paréntesis ( ), diéresis o crema ( ¨ ), comillas (« »; "), guión (-), raya (—), dos rayas (= ). La coma, los puntos y paréntesis indican las pausas más o menos cortas que en la lectura sirven para dar a conocer el sentido de las frases; la interrogación y la admiración denotan lo que expresan sus nombres, y la segunda, además, queja, énfasis o encarecimiento; la diéresis sirve en unos casos para indicar que la u tiene sonido (§ 1.8.1A, 2.°) y en otros se puede emplear para deshacer un diptongo; las comillas señalan las citas, o dan significado especial a las palabras que compreenden; el guión es signo de palabra incompleta; la raya lo es de diálogo, o de separación de palabras, cláusulas o párrafos; las dos rayas solo se usan ya en las copias para denotar los párrafos que en el original van aparte.

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b) De la coma. 1.° El nombre en vocativo llevará una coma detrás de sí cuando estuviere al principio de lo que se diga, y en otros casos la llevará antes y después; p. ej.: ¡Cielos, valedme!; Julián, óyeme; Repito, Julián, que oigas lo que te digo. 2.° Siempre que en lo escrito se empleen dos o más partes de la oración consecutivas y de una misma clase, se separarán con una coma para que al leerlas haya de hacerse una leve pausa que separe su sentido, a excepción de los casos en que mediare alguna de las conjunciones y, ni, o; como Juan, Pedro y Antonio; sabio, prudente y cortés; vine, vi y vencí; NI el joven NI el viejo; bueno, malo o mediano. 3.° Dividense con ella los varios miembros de una cláusula independientes entre sí, vayan o no precedidos de conjunción: Todos mataban, todos se compadecían, ninguno sabía detenerse; Al apuntar el alba cantan las aves, y el campo se alegra, y el ambiente cobra movimiento y frescura. 4.° Cuando una oración se interrumpe, ya para citar o indicar el sujeto o la obra de donde se ha tomado, ya porque se inserta como de paso otra que aclara o amplía lo que se está diciendo, tales palabras, que suspenden momentáneamente el relato principal, se encierran entre dos comas; v. gr.: La verdad, escribe un político, se ha de sustentar con razones y autoridades; Los vientos del sur, que en aquellas abrasadas regiones son muy frecuentes, ponen en grave conflicto a los viajeros. 5.° Por igual motivo suelen ir precedidas y seguidas de coma las expresiones esto es, es decir, en fin, por último, por consiguiente, sin embargo, no obstante y otras parecidas: La enfermdad parece grave, es decir, más grave de lo que esperábamos: Tales incidentes, sin embargo, no se repitieron por entonces. 6.° Cuando se invieste el orden regular de las oraciones de la cláusula, adelantando lo que había de ir después, debe poner-se una coma al fin de la parte que se anticipa; v. gr.: Donde interviene conocerse las personas, tengo para mí, aunque simple y pecador, que no hay encantamento alguno. Como el orden regular de este ejemplo de Cervantes, Quijote, I, 37, seria: No hay encantamento alguno donde interviene conocerse las personas, importa para la claridad que se haga una breve pausa en personas, la cual se indica con la coma. Pero es de advertir que en las transposiciones cortas y muy perceptibles no se ha de poner esta señal. c) Del punto y coma. 1.° Cuando los miembros de un período constan de más de una oración, por lo cual o por otra causa llevan ya alguna coma, se separarán con punto y coma unos 6 otros; por ejemplo: Vinieron los aquilones de noviembre, glaciales y recios; arrebataron sus hojas a los árboles, llevándolas, ya rodando por la tierra, ya volando entre nubes de grueso polvo. se guareció el rabadán en su cabaña, y el labrador en su alquería; la nieve, descendiendo espesa sobre el monte y el valle, borró los matices del suelo, toda la variedad riquísima de la Naturaleza. 2.° En todo período de alguna extensión se pondrá punto y coma antes de las conjunciones adversativas mas, pero, aunque, etc.; verbigracia: Salieron los soldados a media noche y anduvieron nueve horas sin descansar; pero el fatal estado de los caminos malogró la empresa. Cuando la cláusula sea corta, bastará una simple coma antes de la conjunción; como en Vendrá, pero tarde; Lo hizo, aunque de mala gana. 3.° Siempre que a una oración sigue, precedida de conjunción, otra oración que, en orden a la idea que expresa, no tiene perfecto enlace con la anterior, hay que poner al fin de la primera punto y coma, según lo aclarará el ejemplo siguiente: Pero nada bastó para desalojar al enemigo, hasta que se abrevió el asalto por el camino que abrió la artillería; y se observó que uno solo, de tantos como fueron deshechos en este adoratorio, se rindió a la merced de los españoles (Solís, Historia de Nueva España, III, 7). Si después de la palabra artillaría solo se pusiese coma, la oración y se observó, etc., vendría regida de la preposición hasta y cambiaría el sentido. d) De los dos puntos. 1.° Cuando se sienta una proposición general y en seguida se comprueba y explica con otras oraciones, se la separa de estas por medio de los dos puntos; como, por ejemplo: No aflige a los mortales vicio más pernicioso que el juego: por él gentes muy acomodadas han venido a parar en la mayor miseria, y aun en el patíbulo; por él, además del caudal, pierde el hombre la vergüenza y hasta la estimación de sí propio.

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2.° Cuando a una o varias oraciones sigue otra que es consecuencia o resumen de lo que antecede, esta se ha de separar con dos puntos, como en el ejemplo que sigue: Aquel que por sus riquezas y esplendor fue tan aplaudido como envidiado cuando entraba triunfante por las puertas de Constantinopla, y cuyo nombre era respetado y temido desde la capital del Imperio hasta el confín de los arenales de la Líbia, murió ciego, pobre, olvidado y mendigando su alimento de puerta en puerta:¡raro y espantoso ejemplo de las vicisitudes de la fortuna! 3.° En los decretos y sentencias, bandos y edictos se ponen dos puntos al final de cada motivo o fundamento de la resolución, aunque estos van en párrafos distintos y principian con letra mayúscula. En certificaciones y memoriales también se ponen dos puntos antes de ciertos párrafos con letra inicial mayúscula. 4.° Citando palabras textuales, se han de poner dos puntos antes del primer vocablo de la cita, el cual suele principiar con mayúscula; v. gr.: Cicerón en sus Oficios dice a este propósito lo siguiente: No hay cosa que tanto degrade al hombre como la envidia. 5.° También se emplean los dos puntos después del Muy señor mío y otras expresiones semejantes con que se suele dar principio a las cartas; v. gr.: Muy señor mío: Sírvase usted tomar a su cargo, etc.; Amigo mío: En contestación a la estimada de usted, etc. e) Después de los dos puntos se escribe indistintamente con letra mayúscula o minúscula el vocablo que sigue. f) Del punto. 1.° Se pone punto cuando el período forma sentido completo, en términos de poderse pasar a otro nuevo sin quedar pendiente la comprensión de aquel. Es la mayor pausa sintáctiva que la ortografía señala. En la lectura, la duración de la pausa indicada por el punto puede variar más o menos, según el sentido y la interpretación del lector; pero en todo caso, es mayor que la que señalan la coma y el punto y coma. En la escritura, se le llama punto y seguido (o punto seguido), cuando el texto continúa inmediatamente después del punto en el mismo renglón, o en el siguiente sin blanco inicial; y punto y aparte (o punto aparte), cuando termina párrafo, y el texto continúa en otro renglón más entrado o más saliente que los demás de la plana. Por último, punto final es el que acaba un escrito o una división importante del texto (parte, capítulo, etc.). 2.° Resta advertir que en toda clase de escritos suelen hacerse después del punto final ciertas separaciones o divisiones llamadas párrafos, cadauna de las cuales ha de empezar en renglón distinto de aquel en que acabe el anterior, y más adentro que las otras líneas de la plana. Deben principalmente usarse tales divisiones cuando se va a pasar a diverso asunto, o bien a considerar el mismo desde otro aspecto. g) De los puntos suspensivos. 1.° Cuando conviene al escritor dejar la oración incompleta y el sentido suspenso, lo denota con los puntos suspensivos; v. gr.: Él concitó la plebe contra los patricios; él acaudilló y juramentó a los mozos más corrompidos y perversos de la República para subvertila con su auxilio; él subornó con oro y con promesas... Pero ¿a qué repetir lo que a todos es notorio? 2.° Si en una cláusula de completo sentido gramatical se necesita pararse un poco, expresando temor o duda, o para sorprender al lector con lo inesperado de la salida, se indicará la pausa con puntos suspensivos; v. gr.: ¿Le diré que ha muerto su padre?... No tengo valor para tanto; Se citó a junta, distribuyéronse centenares de esquelas, y llegamos a reunirnos... cuatro personas. 3.° También se usan dichos puntos cuando se copia algún texto o autoridad los cuales no hace al caso insertar íntegros, indicando así lo que se omite. h) De la interrogación y la admiración. 1.° Los signos de interrogación y de admiración se ponen al principio y al fin de la oración que deba llevarlos: ¿Dónde estás?; ¿A qué vienes?; ¿Te veré mañana?; ¡Qué asombro!; ¡Ay de mí! 2.° Si las oraciones con interrogación o admiración son varias, breves y seguidas, no hay necesidad de que, exceptuada la primera, empiecen con mayúscula: ¿Dónde has estado?,

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¿qué has hecho en tantos días?, ¿como no te pusiste en camino, así que recibiste mi carta?; ¡Cuánto engaño!, ¡cuánta perfidia!, ¡qué impudencia! 3.° Cuando lo escrito después de la interrogación o la admiración fuere complemento de la pregunta o de la frase admirativa, no comenzará con letra mayúscula: ¿Digo yo que no tengas razón?, contestó Blas a Diego; ¡A las armas!, gritaron todos. 4.° El signo de principio de interrogación o admiración se ha de colocar donde empieza la pregunta o el sentido admirativo, aunque allí no comience el período; v. gr.: Privado del racional discurso, ¿que es el hombre sino una criatura desvalida, inferior a los brutos? Y si la caprichosa fortuna lo encumbra en alto puesto, ¡cuántas lágrimas y ruina y sangre le cercarán en torno! 5.° El signo de principio de interrogación o admiración refleja el movimiento de la entonación en las frases de este tipo, da claridad a la escritura, y no debe suprimirse por imitar, con mal acuerdo, la ortografía de lenguas extranjeras, que solo usa el signo final. 6.° Hay cláusulas que son al par interrogativas y admirativas, y en ellas podrá ponerse nota de admiración al principio y de interrogación al fin, o viceversa: ¡Que esté negado al hombre saber cuándo será la hora de su muerte? ¿Qué persecución es esta, Dios mío! i) Del paréntesis. 1.° Cuando se interrumpe el sentido y giro del discurso con una oración aclaratoria o incidental y esta es larga o tiene conexión escasa con lo anterior, se encierra dentro de un paréntesis, como en el siguiente ejemplo: Acostados todos en un género de lechos que rodeaban la mesa (pues los romanos comían tendidos y soslayado el cuerpo sobre el codo izquierdo), empezó a echarles en cara la tibieza de su fe, etc. 2.° En este ejemplo se ha puesto como después del paréntesis porque allí finaliza el miembro del periodo con que va unida la oración comprendida en el paréntesis; y al fin de él o dentro se ha de usar, además, la puntuación que la cláusula necesitare. Cuando el paréntesis termine la cláusula de que depende, el punto final irá fuera. 3.° En las obras dramáticas suele encerrarse entre paréntesis lo que los interlocutores dicen aparte. Para que tales paréntesis no se confundan con otros convendría valerse de los rectangulares, en esta forma [ ], que algunos impresores usaban en el siglo pasado. El punto final de los apartes va colocado dentro del paréntesis. 4.° Empléese también el paréntesis curvo para encerrar en él noticias o datos aclaratorios, explicaciones de abreviaturas, etc.; y el rectangular, para indicar en la copia de códices o inscripciones lo que falta en el original y se suple conjeturalmente. Ejemplos: El hijo del rayo de guerra, Carlos V (D. Juan De Austria); Perdió Boabdil a Granada en la hégira 897 (1492); Imp(eratori) Caes(ari) [Nervae] Traiano [Aug(usto)] p(ontifici) m(aximo). etc. 1.8.6 De la diéresis o crema. — El uso de la diéresis solo es preceptivo para indicar que ha de pronunciarse la u en las combinaciones gue, gui: pingüe, pingüino, argüir /ar.gu.ír/. Véase el § 1.8.1A, 2.°. Queda a salvo el uso discrecional cuando, por licencia poética o con otro propósito, interese una pronunciación determinada 50. 1.8.7 De las comillas. — a) Para distinguir las palabras sobre las cuales quiere el que escribe llamar particularmente la atención del lector, se sublayan en lo manuscrito; y en lo impreso se ponen de letra cursiva, y a veces con versales u otras que resalten por su figura o su tamaño. Se practica lo mismo con las voces o citas en idioma extranjero, con el texto literal de citas en castellano, con los títulos de libros y con las dicciones y cláusulas que en las obras de enseñanza y otras se ponen por ejemplo. Mas cuando las cláusulas de este género tienen alguna extensión o llenan varias líneas, se les suelen poner comillas inversas al principio de cada uno de los renglones que ocupan; v. gr.: Dice un escritor célebre: «El hombre tiene aptitud, por su naturaleza, para habitar en todos los países del mundo: en los arenales del desierto, en los montes más encumbrados, en los climas polares puede vivir y propagarse. No así los animales, que, sujetos a más estrechos límites, perecen fuera de ellos o arrastran vida penosa.» b) Las comillas simples (‘ ’ o , ’) se usan al principio y ao final de una palabra o frase incluidas como cita o puestas de relieve dentro de un texto entrecomillado más extenso. También se emplean para indicar que una palabra está usada en su valor conceptual o como

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definición de otra, ejemplo: espiar ‘acechar’. 1.8.8. Del guión. — a) Cada vocablo de por sí, ya simple, como guardia, poner, ya compuesto, como salvaguardia, reponer, se ha de escribir aislado, o con entera separación del que le preceda o siga. Sin embargo, en la escritura hay necesidad muchas veces de dividir una palabra, y entonces se ha de observar lo siguiente: b) Cuando al fin del renglón no cupiere un vocablo entero, se escribirá solo una parte, la cual siempre ha de formar sílaba cabal. Así, las palabras con-ca-vi-dad, pro-tes-ta, sub-si-guien-te, podrán dividirse a fin de renglón por donde señalan los guiones que van interpuesto en dichas voces, mas no de otra suerte. c) Esto no obstante, cuando un compuesto sea claramente analizable como formado de palabras que por sí solas tienen uso en la lengua, o de una de estas palabras y un prefijo, será potestativo dividir el compuesto separando sus componentes, aunque no coincida la división con el silabeo del compuesto. Así, podrá dividirse no-sotros o nos-otros, de-samparo o des-amparo. d) Como cualquiera diptongo o triptongo no forma sino una sílaba, no deben dividirse las letras que lo componen. Así, se escribirá gra-cio-so, tiem-po, no-ti-ciáis, a-ve-ri-güéis. e) Cuando la primera o la última sílaba de una palabra fuere una vocal, se evitará poner esta letra sola en fin o en principio de línea. f) Cuando al dividir una palabra por sus sílabas haya de quedar en principio de línea con h precedida de consonante, se dejará esta al fin del reglón y se comenzará el siguiente con la h: al-haraca, in-humación, clor-hidrato, des-hidratar. g) En las dicciones compuestas de preposición castellana o latina, cuando después de ella viene una s y otra consonante además, como en constante, inspirar, obstar, perspicacia, se han de dividir las sílabas agregando la s a la preoposición y escribiendo, por consiguiente, cons-tan-te, ins-pi-rar, obs-tar, pers-pi-ca-cia. h) La ch y la ll, letras simples en su pronunciación y dobles en su figura, no se desunirán jamás. Así, co-che y ca-lle se dividirán como aquí se ve. La erre (rr) se halla en el mismo caso, y por ello debe evitarse separar los dos signos de que consta, que habrán de ponerse de esta manera: ca-rre-ta, pe-rro. i) Cuando los gentilicios de dos pueblos o territorios formen un compuesto aplicable a una tercera entidad geográfica o política en la que se han fundido los caracteres de ambos pueblos o territorios, dicho compuesto se escribirá sin separación de sus elementos: hispanoamericano, checoslovaco, afroantillano. En los demás casos, es decir, cuando no hay fusión, sino oposición o contraste entre los elementos componentes, se unirán estos con guión: franco-prusiano, germano-soviético. 1.8.9 De la ortografia de las palabras extranjeras. — Los nombres propios extranjeros se escribirán, en general, sin ponerles ningún acento que no tengan en el idioma a que pertenecen; pero podrán acentuarse a la española cuando lo permitan su pronunciación y grafía originales: Schlegel o Schlégel, Wagner o Wágner, Schubert o Schúbert; Lyon o Lyón, Windsor o Wíndsor. Si se trata de nombres geográficos ya incorporados a nuestra lengua o adaptados a su fonética, tales nombres no se han de considerar extranjeros y habrán de acentuarse gráficamente de conformidad con las leys generales: París, Berlín, Turín, Nápoles, Támesis. 1.8.10 De la raya. — 1.° Este signo se emplea en los diálogos, como puede verse en el ejemplo siguiente: Maravillado el capitán del valor de aquel soldado, le mandó venir a su presencia y le dijo: —¿Cómo te llamas? — Andrés Pereda, contestó el valiente. — ¿De dónde eres? — De Castilla. — ¿De qué pueblo? — De Bercimuel. 2.° Empléase también al principio y al fin de oraciones intgercalares completamente desligadas, por el sentido, del período en que se introducen: Los celtíberos —no siempre hubían de ser juguetes de Roma— ocasionaron la muerte de los dos Escipiones. 3.° Sirve asimismo para indicar la palabra que se ha de entender suplida dentro de un mismo renglón; ejemplo: Sanar de la enfermedad. —por ensalmo. Secar al aire. —con un paño. Seguir con la empresa. —de cerca. —en el intento. —para Cádiz, etc.

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O en renglones diferentes, como en el índice alfabético de un libro: Verbos: intransitivos. — transitivos. — irregulares. — regulares. 1.8.11. De las dos rayas. — Este signo se usaba para dividir algunas palabras compuestas; actualmente se emplea solo en las copias, para denotar que en el original se pasa a párrafo distinto. 1.8.12. De otros signos auxiliares. — a) Apóstrofo (‘ ). Solía emplearse antiguamente, sobre todo en poesía, colocado a la mayor altura de los palos de las letras, con el fin de indicar la omisión o elisión de una vocal: d’aquel, por de aquel; l’aspereza, por la aspereza; qu’es, por que es. Recientemente, y para evitar dudas al lector, se ha restablecido en algunas reimpresiones de obras antiguas, donde palabras de esta clase aparecen como si fuera una sola; v. gr.: daquel, laspereza, ques. b) Párrafo (§). Sirvió en lo antiguo para distinguir los diversos miembros de un escrito, y como signatura de pliegos impresos. Ahora se emplea en los libros, seguido del número que corresponda, para indicar divisiones internas de los capítulos: § 12, § 13, etc. c) Calderón ( ¶ ). Tuvo antiguamente los mismos oficios que el signo anterior. Ahora se emplea en lo impreso para señalar alguna observación especial. d) Asterisco ( * ). Es una estrellita que se pone sencilla, doble o triple en ciertas palabras del texto, como llamada a nota que en el margen o al pie de la plana va encabezada con el mismo signo. Para igual fin se emplean letras, números, cruces, etc., en vez de asteriscos. En obras de lingüística se coloca delante de las formas cuya existencia se supone sin estar documentada. e) Llave o corchete ( {} ). Su oficio es abrazar diversas partidas en una cuenta, varios miembros en un cuadro sinóptico, etc., que deben considerarse agrupados y unidos para determinado fin. f) Manecilla - Puesta al margen o en el texto de un escrito, da a entender que lo señalado por ella es particularmente útil o interesante.

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Práctica: “Filomeno a mi pesar”. Me instalaron, bien instalado, en una habitación grande de la casa Villavieja, con un

balcón a la calle de la fachada en que da el sol, justamente la opuesta a la que da al

obispado. A Belinha le concedieron otra a mi lado, a pesa de no ser aquel el piso de los

criados, más pequeña y con una ventanita por la que el sol entraba hecho apenas un

hilillo de luz; pero ella estaba contenta, y, por ese lado, no hubo cambios en mi vida.

Como el obispo seguía viniendo a tomar el chocolate cunado mi padre estaba en la

ciudad, una tarde me vistieron de gala y me presentaron a él, y quedó convenido que me

confirmaría en la capilla de la casa, un día cualquiera; pero en aquella reunión entrevista

se descubrió que mi abuela se había despistado en materia religiosa y que yo no había

hecho aún la primera comunión; de modo que se organizó la ceremonia para recibir los

sacramentos uno detrás de otro, con una sola fiesta. Al día siguiente vino un clérigo,

que empezó a instruirme en el catecismo, y venía todas las tardes. Al principio

estábamos solos; pero, como yo le contaba a Belinha todo lo que aprendía del clérigo,

ella pidió que la dejase asistir a las lecciones para entretenerse también; porque de

aquellas cosas de Dios le habían hablado poco, y todo lo que sabía, era de oídas. Así,

entraba conmigo en el salón donde el presente ya se había instalado: siempre en un

sillón de alto respaldo, y, nosotros, en sillas. Yo quedaba frente a él, y , Belinha, en un

rincón, muy recogida y silenciosa, aunque alguna vez interrumpiese al cura para hacerle

alguna pregunta sobre cosas que no entendía. Yo se lo agradecía a Belinha, porque

generalmente lo que ella no entendía tampoco lo entendía yo, pero el cura no se

esforzaba mucho por aclarárselas: nos mirábamos, ella y yo, y la lección seguía su curso.

Después, el cura merendaba conmigo y Belinha servía. Sin embargo, al llegar la noche y

acostarme, no rezábamos ninguna de las oraciones que nos enseñaba aquel cura, sino la

que habíamos aprendido de la abuela Margarida, cuyo significado tardé mucho tiempo

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en comprender: "Dios todopoderoso, mantén en tus infiernos al marqués del Pombal por

los siglos de los siglos, amén".

Hubo otra novedad, más importante. Una tarde, después de haberse ido el cura, mi padre

me llamó a su despacho, que era muy oscuro, con muebles grandes y cortinajes rojos, y

un gran Cristo encima de la mesa, un Cristo que yo había visto en el pazo miñoto, cuyo

mérito descubrí años después, cunado ya empezaba a entender de esas cosas. Mi padre

me mando sentar y me echó un largo sermón del cual recuerdo dos advertencias

principales: la de que, en lo sucesivo, yo me llamaría Filomeno Freijomil Taboada, que

era mi verdadero nombre, y nada de señorito Ademar de Alemcastre. La segunda, que

todo aquello de los reyes de Inglaterra era una pura invención de mi abuela, que estaba

loca, y que los Alemcastre eran una familia que se había enriquecido robando negros en

África y vendiéndolos en Brasil. “De modo que todo lo que has heredado de tu abuela

está hecho con sufrimiento y la muerte de seres humanos como nosotros; es dinero

sangriento. Tú ahora no lo entiendes, pero algún día lo comprenderás, cuando llegues a

la edad apropiada. Lo que tienes de los Taboada es un poco más limpio, pero no

demasiado. Cuando sepas de historia lo suficiente, verás que esas riquezas feudales

tampoco son muy legítimas. Lo único limpio es lo que tendrás de mí: el nombre

preclaro de un hombre que no debe nada a nadie, y unos dineros menores, pero ganados

con mi trabajo. Esto no debes olvidarlo nunca. ¡Ah! Como en octubre comenzarás a ir al

instituto, para estudiar bachillerato, debes tener que tu obligación es ser siempre el

primero de la clase, el que lleve las mejores notas, y que nadie pueda decir que estás por

debajo de tu padre”. Así es cómo perdí el nombre de Alemcastre y, sobre todo, el de

Ademar, y me quedé Filomeno, ni siquiera señorito Filomeno, que mi padre no toleraba

que me llamasen así. (…)

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DIAGNOSIS TEXTUAL

1. INTRODUCCIÓN

Tradicionalmente, en los tratados de lingüística, se viene describiendo la lengua en cuanto al sistema se refiere, es decir, virtualmente. Pero la poca eficacia de la aplicación de estos métodos ha llevado a la necesidad de hacerlo al revés: observar los errores y decir lo que no hay que hacer. Precisamente por eso llamamos “diagnosis” – un término más bien médico - a este estudio, porque tratamos de localizar los errores y subsanarlos. Hay un buen número de publicaciones de índole lingüística que persiguen un fin normativo, aplicando las normas en sentido inverso y sistematizando los errores. Hay dos vías de expresión de la lengua: la oral y la escrita. Existen muchas diferencias entre ellas que no deben transferirse de una a otra. Estas propiedades dispares son varias:

La lengua oral se caracteriza por la poca elaboración del discurso (libertad constructiva), que es consecuencia a su vez de otra característica, la repentización. Permite mayor libertad a la hora de seleccionar y combinar las unidades lingüísticas. La lengua oral carece de filtro; no seguimos a rajatabla las normas lingüísticas. Pero, por otro lado, al hablar tenemos la ventaja de que tenemos al receptor delante de nosotros, es decir, que el receptor es conocido y, además, nos puede advertir de si entiende lo que le decimos a no mediante gestos o respuestas. Por esto, lo oral se produce en una situación de baja incertidumbre, permite un mayor grado de implicitud y, consiguientemente, genera un menos gasto lingüístico.

Sin embargo, la lectura es diferente. No solemos conocer al receptor, no estaba delante cuando redactamos el discurso. Así que la lengua escrita se produce en una situación de alta incertidumbre, posee un mayor grado de explicitud, lo que genera un gasto lingüístico superior. Ahora bien, la escritura no siempre es usada de forma conveniente y correcta, no solo por el desgaste que ha sufrido sino también y sobre todo porque la lengua oral contamina la escrita. Quien incurre en errores en la lengua escrita por influjo de la lengua oral ignora que lo escrito requiere mucha más formalidad.

Antonio Briz denomina oralidad a la influencia o manifestación de lo oral en lo escrito y, por analogía, llama escrituridad a la influencia de lo escrito sobre lo oral. De ello se deriva la necesidad de reconocer el grado de oralidad o escrituridad que tiene un texto y subsanarlo. En este sentido, uando un escrito posee un alto grado de formalidad, no admite interferencias de lo oral. Estas interferencias constituyen errores que deben evitarse siempre. Cuando un texto es emitido oralmente y se registra de manera escrita, sufre una transformación. Esto es, la escrituridad ha afectado al texto.

Todo escrito tiene, en principio, grado de formalidad alto. Pero esta regla se rompe cuando el escribiente incurre en errores léxicos (barbarismos) y sintácticos y gramaticales (solecismos)

2. SOLECISMO Esta palabra proviene del griego y viene a significar “falta contra las reglas del

idioma, expresión que contraviene las reglas de la gramática”. Proviene del gentilicio de los habitantes de Soloi, donde se hablaba una versión muy mala del griego. A pesar de que en su definición aparece solo la palabra ‘gramatical’, se aplica a los barbarismos léxicos, los calcos sintácticos de otras lenguas, las frases incoherentes o la pérdida de cohesión; en definitiva, cualquier falta que contravenga la normativa de la lengua.

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Los solecismos más comunes son el anacoluto, la silepsis, el anantapódoton, el zeugma, el pleonasmo, la anfibología, la cacofonía, la afectación, el inadecuado uso de los signos de puntuación y otros errores variados.

2.1 ANACOLUTO Término griego que proviene de la voz anakolouthon, negación de akolouthon,

que significa “compañero de camino, el que sigue”. Por tanto, consiste específicamente en una ruptura de la construcción sintáctica, en una inconsecuencia en la construcción o en el régimen. Dicho de otro modo, el anacoluto es tanto la frase rota como la frase inacabada, es decir, la frase cuya segunda parte no sigue a la primera, bien porque no se corresponde con ella, porque no sigue la estructura presentada en la primera parte, bien porque no aparece esa segunda parte.

No obstante, en un sentido amplio, anacolutos son todas las rupturas, todas las desavenencias y descalabros gramaticales, como el dequeísmo, el queísmo, el quesuismo, etc. Y todos ellos son absolutamente reprobables.

Ejemplos: *“La televisión, aparte de distraernos, su función tendría que ser también

educativa.” SN SUJ SN SUJ “La televisión” que se supone que tendría que ser el SUJ de la oración, se ve

desbancada por otro SN SUJ. El segundo sujeto le usurpa ese puesto. “La sunción de la televisión, aparte de distraernos, tendría que ser también la de

educarnos” *”Entre el 38% de residentes en Cataluña, que se consideran castellano hablantes lo interesante sería saber la clase social a la que pertenecen” Si se le da la vuelta ala frase se ve más claro: “Lo interesante sería saber la clase social a la que pertenecen el 38% de

residentes en Cataluña que se consideren castellanohablantes” *”El sujeto es cuando concuerda con el verbo en número y persona” Siempre que veamos "es cuando" o "es donde" en estructuras copulativas

encierran un anacoluto. Estructura copulativa: SUJETO+VERBO+ATRIBUTO Por eso hay una ruptura, porque falta el atributo “El sujeto es la palabra que dentro de una oración concuerda (…)” *”Los textos que necesitan restricciones son [los que cada párrafo encierra

una idea suelta]” VC sujeto otro SUJ en singular plural “(…) son aquellos en los que cada párrafo encierra una idea suelta” *”Los signos fonográficos son representaciones gráficas que,(1) al verlas,

reconocemos su significado” (Sub. Sus. Verbo CD Adverbial de tiempo)

Comentario [N1]: No lleva preposición, porque es un sujeto.

Comentario [N2]: Aquí debería de comenzar el atributo.

Comentario [N3]: Se deja al pronombre relativo sin función, éste debe de ser o SUJ o CD.

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(1) Rasgos de oralidad. El uso de la 1ª persona� “al verlas” “(…) cuyo significado reconocemos al verlas” *”Te presento a la chica que su hermano” “Te presento a la chica cuyo hermano”� Normalmente el hablante huye de la

forma “cuyo” al considerarla muy culta y cae en este defecto llamado quesuísmo.

*” No hay duda 0 que la filosofía es una disciplina útil y conveniente” Falta la preposición “de”, ha este fenómeno se le llama “queísmo" y se cree que

esa ultracorrección del hablante medio culto que huye en el “dequeísmo” y cae en el “queísmo”.

“No hay duda de que (…)” *”(…). Es por ello que decidimos intervenir desde el 1er momento” *”Es por ello que” *”Es por eso que”�Son estructuras galicadas. La solución sería colocar delate del relativo la preposición propia para definir la

función que desempeña, que es la de CC de causa. “Es por ello por lo que…” * “Le pedí a los Reyes una bicicleta.”� “Pedía a los Reyes una bicicleta" 2.2 SILEPSIS La palabra silepsis, que proviene del término griego sullepsis, “comprensión”,

tiene dos significados: 1) dilogía, doble sentido – que es un recurso estilístico legítimo - y 2) concordancia ad sensum, solecismo que incurre en la ruptura de la concordancia. Este último significado es el que aquí nos ocupa.

La concordancia ad sensum consiste en el quebrantamiento de la concordancia en el género, el número o la persona para atender al sentido.

Ejemplo: (Silepsis como recurso estilístico) ...que la muerte, su vida acabe y su vivir ordene... (Quevedo) Ordene: que le dé órdenes ≠ que ponga las cosas en su sitio

(Silepsis como solecismo) ¿Veis esa repugnante criatura, chato, pelón, sin dientes, estevado...? (Moratín)

El término de concordancia ad sensum abarca varios casos:

Comentario [N4]: Otra vez se deja al relativo sin función sintáctica.

Comentario [N5]: Se deja al pronombre sin función sintáctica. No es ni sujeto, ni CD.

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1) discordancia de número en los casos de pluralia tantum, sustantivos de

número gramatical plural pero cuyo referente es un solo objeto. Está tan extendido que el D.R.A.E. ha admitido algunas de estas palabras en singular. Un claro ejemplo de su popular aceptación es el dicho “están cortados por la misma tijera”. Ejem.: ”la tijera”, ”el pantalón.”� “las tijeras”

Este uso está aceptado. También existe el singularia tatum, que abarca un buen número de palabras que

no tienen plural. 2) discordancia de género que se hace atendiendo al sexo de la persona,

obviando el género gramatical del nombre. Está absolutamente legitimado. “Su Señoría está enfermo”� Atiende al género de la realidad y no al género del

referente gramatical. 3) discordancia de número que se hace atendiendo a la pluralidad contenida en el

sustantivo. Es reprobable. No obstante, nos extenderemos en este tema más adelante. *“El matrimonio discutió y se marcharon”�Este uso es reprobable 4) discordancias hechas deliberadamente por motivos estilísticos y afectivos.

Está admitido, por ser una práctica muy usual. “¿Cómo estamos?” 5) concordancia de nombres colectivos en plural. Es reprobable según el caso.

Ejem.: *“la mayoría opinan así.” En este ejemplo es reprobable porque no hay ningún índice plural que lo propicie.

Esta última variedad admite, a su vez, dos tipos: 5.1) Si el colectivo está seguido de un complemento del nombre en plural que lo

determina, la concordancia en plural es más tolerable. Ejem.: “La mayoría de los españoles opinan del mismo modo.”

5.2) Cuando el sujeto colectivo está alejado del verbo es más tolerable aún.

Ejem.: “La mitad de los invitados, entre los que figuraba el representante del Partido Conformista, llegaron a tiempo.”

La R.A.E. se limita a señalar que estas licencias deben usarse con parsimonia y

tino, mientras que la recomendación general que dan muchas gramáticas es la de transferir la concordancia gramatical con el núcleo sustantivo principal. Es decir, la concordancia estricta es la más formal y correcta.

Pero a veces ocurre que esta concordancia gramatical estricta no es conveniente, por lo que se hace necesario tolerar aquellas desavenencias más corrientes que permiten mayor claridad o las que no causen extrañeza o extravagancia, particularmente cuando el sustantivo con el que se establece la concordancia no es el más apropiado semánticamente para establecerla.

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1- “La mitad llegó a tiempo”� MITAD+ SINGULAR� ESTRICTA, es la correcta

2- “La mitad de los individuos llegó a tiempo”�MITAD+ CN PLURAL� AD SENSUM. Porque se establece la concordancia con el complemento del nombre.

3- “La mitad de los individuos, entre los que figuraba el representante del Partido Reformista, llegaron a tiempo”� Cuando se aleja del verbo es más tolerable.

4- *“La mitad de los individuos llegó agotada”� Este caso resulta extravagante� “La mitad de los individuos llegaron agotados”� más natural.

CONCORDANCIA AD SENSUM CON PRONOMBRE RELATIVO Uno de los casos de concordancia ad sensum en el que no se ponen de acuerdo

los gramáticos es el de la concordancia en número o en persona del pronombre relativo cuando la preposición principal es atributiva.

“Yo soy de los que (verbo)…” VC Esta concordancia ofrece dos variedades: a) la del pronombre relativo, sujeto de la subordinada, con el verbo, en los casos

en que la cláusula principal tiene como sujeto la primera o segunda persona, o un nombre o pronombre con un número diferente.

“Soy de los que creo en la familia.”� Sujeto de la subordinada es “YO” y no el pronombre relativo.

“Soy de los que pensamos que es lo mejor.” b) la del pronombre relativo con un pronombre que aparece en su propia cláusula

subordinada y con el que establece una relación deíctica catafórica. “Yo soy de las personas a las que nos gusta la verdad por delante” En vez de: “Yo soy de las personas a las que les gusta la verdad por delante” La Academia indica que la abundancia con la que aparecen las hace

gramaticalmente posibles y correctas. A. Bello recomienda como más lógica la concordancia en tercera persona, es decir, estricta; y por otro lado, R.J. Cuervo ve en la discordancia una actitud afectiva, y en la concordancia una actitud lógico-discursiva. Muchos otros gramáticos consideran obligatoria la concordancia estricta.

A la vista de esta divergencia de opiniones, nosotros nos inclinarnos por la

concordancia en tercera persona, si bien hay concordancias en primera y segunda

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persona del plural, cuando el relativo no lleva preposición, que resultan aceptables. Son los casos en los que el hablante o el referente se incluyen.

Ejemplo: “Nosotros somos los que dijimos la verdad.” Estructura copulativa sin preposición y en plural En estos casos, el sujeto de la subordinada incluye la persona del sujeto principal. 2.3 ANANTAPÓDOTON Voz procedente también del griego que significa ‘carente de la correspondencia

simétrica’, ‘ruptura de una estructura de dos pies, partes’. Es una variante de anacoluto pero especializado, porque con el anacoluto también se rompe el curso lógico del período sintáctico. No obstante, la diferencia de este solecismo radica concretamente en que solo se expone uno de los dos elementos correlativos o distributivos que tendrían que aparecer, es decir, el error ocurre cuando la información se divide en dos pero no aparece la segunda parte. Por ejemplo, se muestra el primer elemento de la distribución o correlación introducida mediante un marcador del tipo ‘por otra parte’, ‘de un lado’, ‘ en primer lugar’, etc. pero no se muestra el segundo. Es un fallo muy corriente, incluso entre escritores y periodistas.

Ejemplo: El sistema permite mejorar, por una parte, el ruido de los vehículos y el alto riesgo de accidentes.

En este ejemplo hay ambigüedad porque no se sabe si el sintagma introducido por la conjunción copulativa es el segundo término de la distribución o si forma parte del primero.

El error, recalcamos, solo existe cuando se presenta el primer miembro

introducido por un marcador y no el segundo. Si apareciera sólo el segundo marcador no hay problema, ya que equivaldría a un marcador de adición.

2.4 ZEUGMA La palabra zeugma también es polisémica. Por un lado, es un recurso estilístico

totalmente legítimo que supone la omisión de una parte que ya se ha presentado con anterioridad o se va a presentar posteriormente, es en definitiva una elipsis; y por otro, se trata de un solecismo que supone una elipsis inapropiada que conlleva una asimetría, un defecto gramatical, una discordancia o una irregularidad. De esto deducimos que debemos saber hacer uso de la elipsis, ya que no se puede omitir todo.

Ejemplo: Major planta cara a sus rivales y Rocard, sin opción a la presidencia. Es incorrecto porque el verbo omitido no es el mismo verbo que el anterior. Romario, que marcó dos goles y le fueron amulados otros dos, puso en pie al

público del Camp Nou. Falta la preposición ‘a’ y su correspondiente pronombre relativo delante de ‘le

fueron’, porque al coordinar ambos verbos se presupone que el pronombre relativo tiene la misma función, pero no es así, ya que tenemos dos verbos con régimen diferente.

Todavía mis padres se acuerdan y sueñan con la isla griega donde pasaron su

luna de miel. Se han coordinado dos verbos con regímenes diferentes y, consecuentemente, se

les ha asignado la misma preposición, lo que supone un error.

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Algunos ejemplos de zeugma como solecismo se observan cuando: 1) el hablante une dos verbos con regímenes diferentes, omitiendo una de las dos preposiciones indebidamente; 2) se omite un complemento de modo que sea lógico (ejemplo: El banquete tenía que satisfacer económicamente a los novios y al paladar de los invitados); 3) se omite el determinante de un sustantivo haciéndole concordar en un género que no le corresponde (ejemplo: *”Nuestros alumnos y alumnas”); 4) en estructuras sintácticas complejas, se omite el segundo sujeto, creándose una asimetría gramatical (ejemplo: la crisis de la adolescencia crean en los jóvenes problemas psicológicos y buscan evadirlos con la droga); 5) se omite un complemento produciendo un descalabro gramatical (ejemplo: ... permite viajar, profundizar y es requerido...), etc.

Muchos de estos errores también vienen dados por una de las máximas que han

de darse para que la conexión de las partes sea posible. Es la simetría gramatical. Si una conjunción coordinada está uniendo infinitivos en función de objeto directo, no podrá unir un verbo conjugado deliberadamente. En la coordinación se conectan sintagmas o estructuras sintácticas equivalentes.

NOTA: Cuando se dan dos o más sustantivos coordinados cuyos referentes se consideran como entidades independientes lo recomendables es que a cada uno les preceda el determinante en género y en el número correspondiente.

“Vinieron el padre y la madre” “El padre y los hermanos” Se puede dar el caso de utilizar un solo determinante para la serie de sustantivos.

En este caso el determinante ha de concordar con el 1er sustantivo de la serie. Existen tres casos: a) Cuando los sustantivos se refieren a la misma cosa o persona, tienen el mismo

referente. “Él es el dueño y señor de todo lo que se ve" b) Cuando los sustantivos llevan delante un adjetivo calificativo “En estas fechas ofrecía su mejor vino y jamón” c) Los sustantivos se concibe como un todo compuesto de partes. “Como premio a vuestro empeño y dedicación” En este caso, empeño y dedicación forman parte de un conjunto, se podría decir

que los dos forman parte del esfuerzo. “Las ventanas y balcones”� Forman parte de un todo, del conjunto de la

fachada. “Las ventanas y los balcones”� También se puede decir. *”Nuestros alumnos y alumnas” � En este caso, el emisor no lo considera parte

de una todo porque, de hecho, lo está repitiendo. Por eso mismo no se puede dar por válido.

2.5 PLEONASMO O REDUNDANCIA La palabra pleonasmo viene también del griego y significa superabundancia. Se

asocia a la redundancia como con el énfasis, y se opone a la elipsis. El pleonasmo supone, según el DRAE, emplear en la oración uno o más vocablos innecesarios para el correcto y cabal sentido de ella, pero con los cuales se da gracia y vigor a la expresión. Tanto el DRAE como el diccionario de María Moliner tratan este fenómeno con benevolencia y, aunque reconocen su carácter redundante y gratuito, no llegan a censurarlo.

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Ejemplo: Yo lo vi con mis ojos. Lo escribió de su puño y letra Entrad dentro Martínez de Sousa clasifica algunos casos como tolerables y otros como

reprobables. Considera correctos los pleonasmos que dan mayor énfasis al enunciado, como en “verlo por mí mismo”, “nunca jamás”, “al fin y al cabo”, “a mí me buscan”, “hoy en día”, etc. Por otro lado, clasifica las expresiones redundantes como “subir”, “bajar abajo”, “salir fuera”, “entrar dentro”, etc. porque considera que son frases que constituyen pleonasmos atenuados por la necesidad de dotar la lengua de viveza, espontaneidad y dinanismo. Dice M. De Sousa que si nadie se percata de la redundancia en oraciones como “sube al desván”, tampoco han de resultar pleonásticas las expresiones antes mencionadas. Finalmente, recoge como pleonasmos sibilinos las expresiones como “doblar a muerto”, “macedonia de frutas”, “divisa extranjera”, “erario público”, etc. Así pues, no todos los pleonasmos son reprobables.

Sí lo son: “volver a reincidir”, “reiniciar de nuevo”, “ser aproximadamente unas...”, “...apenas ninguno...”, “introducirse dentro”, “idiomas diferentes”, “bifurcarse en dos direcciones”, “adelantar un anticipo”, “mejorar favorablemente”, etc. En definitiva, todas aquellas expresiones que nos hacen saltar la alarma.

“A mí me han dado un premio” Los dos cumplen la función de CI Hay redundancia tanto gramatical como sintáctica Le les llama pronombres pleonásticos 2.6 ANFIBOLOGÍA Esta palabra proviene también del griego (amphibolia) con el significado de

ambigüedad, doble sentido. Ya la comentamos en el apartado de ordenación de las partes, como uno de los fenómenos lingüísticos que obligan a ordenar de una manera determinada la oración para que no se den malos entendidos, dobles sentidos. Cuando hablamos de anfibología no nos referimos a dilogía, que es un recurso estilístico que supone un juego de palabras, un doble sentido pretendido. Nos referimos a los casos en los que se ha producido un error de sentido por estar mal construido el enunciado. Muchas ocasiones, la anfibología va de la mano de la extravagancia, por eso es tan común en los chistes o la publicidad.

Ejemplos: Llaman al hijo de un compañero cobarde Llaman cobarde al hijo de un compañero Compré un diccionario de uso académico

Compré un diccionario académico de uso Tengo un trabajo para entregar al director, que me tiene muy

preocupado Tengo que entregar al director un trabajo que me tiene muy

preocupado.

Muchas veces los hablantes piensan que el error se subsana poniendo comas, pero esto incluso puede empeorarlo

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Traigo unos caramelos para los niños, cuyo sabor es muy bueno Traigo para los niños unos caramelos cuyo sabor es muy bueno Hablo de Pablo, el hijo de mi vecino, a quien usted conoce muy bien. Hablo del hijo de mi vecino, Pablo, a quien usted conoce muy bien 2.7 CACOFONIA Se define como la disonancia producida por la repetición casual de letras o

sílabas, que produce un efecto acústico desagradable o inarmónico. Produce ripios que deben evadirse, con el fin de tener un estilo mejor.

Ejemplo: [Hemos excluido] [los siguientes contenidos.]

Hemos excluido los contenidos siguientes. Puede solventarse con la redistribución del enunciado o recurriendo a otras

palabras de significado equivalente. Ejemplo: Siguiente = que siguen = a continuación. Muchas veces se produce cacofonía cuando siguen varios adverbios terminados

en –mente. De ahí que sea posible la coordinación de adverbios omitiendo el sufijo: “feliz y tranquilamente”.

2.8 AMPULOSIDAD Y AFECTACIÓN La afectación es la extravagancia presuntuosa en la manera de hablar o escribir,

es decir, el defecto cometido cuando el hablante se aparta viciosamente de lo natural. De debe seguir la naturalidad, sin extender esa verborrea innecesaria, y a veces pedante. Por otro lado, la ampulosidad es la hinchazón y la redundancia en la expresión, defecto que, asimismo, se aparta de lo que suena natural. La diferencia en este caso es que con la ampulosidad el hablante no se da cuenta de ello. Lo hace porque cree que de esa forma parece más culto. No obstante, suelen darse conjuntamente.

Hay que tener en cuenta que ambos vicios se muestran frecuentemente cuando se hace uso de extranjerismos y de calcos de otras lenguas, sobre todo de expresiones anglicadas o galicadas. En los textos de pedagogía se ven muchos casos de ampulosidad y afectación.

Ejemplo: La verdad es que su conferencia impactó a los oyentes, que quedaron epatados por sus vastos conocimientos puntuales. Como quiera que a lo largo y a lo ancho del coloquio se columbraban posicionamientos distintos, yo deje como muy claro el rol que los profesores deben jugar a nivel pedagógico en las técnicas grupales y conductuales que toda pedagogía comporta de cara a motivar a sus alumnos y alumnas y dinamizar así las clases.

2.9 TICS PERSONALES Repetición enfadosa de palabras, sobre todo cuando va contra el estilo; abuso de

algunas estructuras sintácticas, como las de gerundios inapropiados: usos pocos comunes y defectuosos de los signos de puntuación; alteración del uso de las preposiciones; uso indiscriminado de muletillas, etc.

Un tic es cualquier solecismo que se de reiteradamente en el idiolecto de un usuario de la lengua.

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2.10 OTROS DEFECTOS A este grupo pertenecen todos aquellos defectos que no hemos nombrados ya y

que atentan contra el buen estilo. Hay que incluir la imprecisión léxica, uso de palabras semánticamente amplias y vagas; y la impropiedad léxica, uso de palabras que no son las adecuadas en determinado contexto; las derivaciones inapropiadas; el uso de “mismo” con valor pronominal anafórico, etc. Este último defecto destaca por su recurrencia.

“Mismo” es siempre un adjetivo que desempeña esencialmente tres fines: a) refuerza la significación del nombre, del pronombre y de otras palabras a las

que acompaña. Por ejemplo: Juan mismo lo hizo. Ayer mismo lo compré. b) establece comparaciones. Por ejemplo: En estos cuadros se pinta el mismo

paisaje c) como cualquier adjetivo se puede sustantivar, en cuyo caso denota mera

identidad o semejanza. Por ejemplo: Este chico no es el mismo. Eso que dices no es lo mismo.

Algunos ejemplos en los que el uso de “mismo” supone un error son: * Se ha levantado la estructura del edificio pero la terminación del mismo está

aún muy lejana. * Fue hasta el coche y se introdujo en el mismo. PRÁCTICAS: TEXTO 5- “PASAR EL MONO” “Quiero aconsejar y animar a toda persona que consuma heroína o cualquier otra

droga que cree dependencia para que se sacrifiquen, pasen el mono y lo dejen, sobre

todo el primer motivo por la calidad-precio. Si el día de mañana con suerte está todo

esto legalizado y hay una buena información entonces ya veo que quien quiera que se

drogue pero hoy en día la gente se está engañando a sí mismo comprando porquería,

destrozándose a sí mismo y en segundo lugar pues a la familia y amigos, aparte de todas

las degradaciones que tiene que ir pasando al cabo de su vida. Que se animen, pues el

mono no es tan duro, hay medicamentos para pasarlo y hay muchas cosas agradables

que el estar dependiendo del consumo de heroína o cualquier otra droga “

TEXTO 6- “RESIDUOS EN LA PLAYA”

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“Quisiera denunciar el estado en que se encuentra la playa de Las Canteras con

la cantidad de residuos que hay en ella. Yo creo que la cantidad de cartuchos de caza,

aparte de los residuos de esos cartuchos, ya que en su interior lleva una cápsula de

plástico, cómo es posible que la playa de Las Canteras se encuentre llena totalmente de

esos residuos. De dónde provienen esos cartuchos de caza, de qué lado provienen

porque es increíble que en la misma playa se encuentre infectado de esos residuos"

TEXTO 7- “EL PESO DE LA LEY”

“Mi llamada es en relación a ese perro que quemaron hace unos días en la playa

de La Garita tres individuos y mi llamada, repito, es muy especial porque tengo

conocimiento que uno de ellos tiene un familiar que trabaja en el juzgado. Yo espero

que todo el peso de la ley caiga sobre ellos y que no sea un atenuante esta relación

familiar. Es un ruego que el hago a las autoridades oficiales"

TEXTO 8- “DE MALAS MANERAS”

“Quiero denunciar que nosotros nos hemos manifestado pacíficamente cortando

la carretera de San Lázaro. Ha habido problemas con los GEOS. Hay personas que han

recibido golpes y nos han tratado muy mal cuando lo único que hacíamos era expresar

lo que pensábamos”

TEXTO 9-

“Quiero denunciar la jornada continua en los colegios de enseñanza pública.

Estas medias jornadas que tienen algunos centros por la tarde no ponen actividades, los

colegios prometen actividades y los niños están desde la una y media en casa y por la

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tarde no tienen ninguna actividad que desarrollar. Me gustaría que lo tuvieran en

cuenta”

TEXTO 10

“¿Se imaginan la buena imagen que daríamos de personas civilizadas, unidas y

que además nos gusta hacer región, etcétera? A lo mejor, incluso, nos respetarían más.

Yo, al menos, he llegado a esa conclusión y estoy seguro que muchos coinciden

conmigo"

TEXTO 11 “LA PLAZA DE SANTA ANA”

“¿Cómo es posible que la plaza de Santa Ana emblemática de la ciudad se halle

en ese estado de abandono y desidia tan lamentable? El piso y las paredes de cantería se

desmoronan lentamente sin remedio; en los parterres de las palmeras se debería plantar

césped para embellecerlas. A las tres entradas sur y norte les faltan los floreros y los que

están no tienen ni una flor. Algunas farolas le han sustituido las tapas de la conexión

eléctricas por una chapa sujeta con unos cables en plan chapuza.

Yo me pregunto ¿Dónde están los equipamientos de urbanismo y jardinería?

Si esto pasa en el corazón de Vegueta, que es visitado por muchos turistas a

diario, comprendo el estado de otros monumentos de la ciudad”

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TEXTO 12- “ESTUDIO SOBRE LA DELICUENCIA”

“Quisiera hacer una sugerencia al CANARIAS7. Sería interesante que los

periodistas hicieran un exhaustivo estudio de la inseguridad que padece Canarias en

general y Gran canaria en particular, debido a que las alusiones del señor Anastasio

Travieso, por otro lado tenía que haber dimitido si tenía un poco de vergüenza, cosa que

en este país no tiene muchos políticos nuestros, puesto que habla de que hay seguridad,

será para él puesto que tiene personas a su cargo que le protegen a él y a su familia,

pero evidentemente ayer mismo decían ustedes que Fernando en Guanarteme se había

producido un intento de violación en un garaje de esta calle y en las primeras páginas

del mismo periódico aludía el señor Travieso que no venían policías porque no les

daban la supercomisaría. Hay muchos sitios donde enclavarla, como por ejemplo la

antigua plaza de toros en Jinámar, que es sitio ideal de conexión tanto para el sur como

para Las Palmas de Gran Canaria. Lo demás me parece un chantaje por parte de este

buen señor, al que no conozco y no puedo asegurar nada, pero a través de lo que veo y

leo, como muchos canarios con los que hablamos, probablemente éste sea un tema

bastante candente y delicado pues nuestra economía depende del turismo y lo último

que nos podía pasar es la muerte de un turista como si esto fuera Harlem”

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TEXTO 13- “AL BARRIO DE TINOCA”

“Me confieso amante de los animales, pero con el defecto de no saber

convivir con ellos, yo, que he tenido perros en casa y que cualquier animal casero me

parece adorable, he de confesar que cuando voy por la calle me asusta mucho cualquier

chucho que vaya suelto, las personas que como yo tienen miedo a un animal

desconocido, nos sentimos muy inseguras cuando, caminamos, nos encontramos con

estos amigos, sin poder remediarlo se nos mete miedo en el cuerpo y ellos, sabedores de

la situación, nos miran y se acercan desafiantes, sintiéndose superiores. Por eso hago

una llamada de atención al barrio de Tinoca, a todos aquellos vecinos que salen con sus

perros a pasear y los llevan sin correas, por favor, habemos muchos, que como yo, nos

sentimos aterrorizados ante la presencia de un perro desconocido.

TEXTO 14- “VOLUNTARIOS DE PROTECCIÓN CIVIL”

“Hola soy un voluntario de una determinada agrupación de Protección Civil y

leyendo un artículo, que está muy bien por cierto, sobre el incendio de Barranco de

Santa Lucía al cual axistí junto a mis compañeros a sofocar el mismo. Cual fue mi

sorpresa cunado seleccionaba a las diferentes agrupaciones no estaba la mía, al margen

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de que fue la que más personas y medios llevó, es un halago menos. En la mayoría de

las ocasiones no se nos reconoce nuestra labor; incluso nos insultan y critican sin

reconocer la ayuda que prestamos a la sociedad y que en algún momento podemos

ofrecerles nuestros servicios. Un saludo y mi felicitación a los que, como a mi, nos

gusta este mundo de ayudar a los demás y seguir adelante"

TEXTO 15- “LUCHAR CONTRA LA DROGA”

“Soy Carmen Tacoronte, de Madres unidas contra la Droga. Es un mensaje

dirigido a los padres. Le hago esta pregunta tanto al padre como a la madre. ¿Qué

compromiso tiene en su casa con sus hijos tantos en los hogares como en lo social? Yo

le hago esta pregunta a todos ellos. Cuando vez a tu hija de 10 y de 11 años cuídela,

porque detrás hay un narcotraficante que ya le esta echando el ojo a tu hija. Hay que

pensar qué posturas tenemos que coger las madres canarias, para buscar soluciones, no

quedarse pasiva ante la situación y dejarse manipular por los propios hijos y por la

propia sociedad. La manipulación está en la mentira, y la mentira y la realidad son dos

cosa. Aprender a luchar, así que tenemos que pensar que pensamos la sociedad que

pensamos los padres, en esta sociedad actual integrarnos al mismo juego de estos

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asesinos o integrarnos a la luchador la vida de nuestros hijos y hoy en día digo también

y por mis nietos. Así que adelante y no llorar a la familia, sino que busquen soluciones.”

TEXTO 16- “¿POR QUÉ?

Si, no existe hecho más cruel, triste, abominable, perverso, espeluznante y

monstruoso que la guerra, máxime, si es civil. La vida es patrimonio de Dios.

Ha habido lamentablemente guerras; hay y seguirán habiendo. ¿ Por qué después

de 60 años, aún corren ríos de tinta, evocando hasta la saciedad nuestra guerra civil?

Abrigo la esperanza que con la aparición de Romario se relegará al olvido. Todo,

absolutamente todo lo negativo sucedido o suceda es con o después de Franco. Me

comentaba hace unos días que el culpable de los casos Lasa Y Zabala es Franco, era su

sistema. "Más mérito que el Cid Campeador, que ganó una sola batalla después de

muerto".

Si, Franco fue un general de 33 años, el más joven de Europa, enviado a todas

las contiendas por su bravura y bizarría. Amó entrañablemente a España. Hizo una

guerra que contuvo la invasión del Comunismo en Europa, aunque no podemos

enjuiciarla con la mentalidad actual, (Ya he expresado mi opinión respecto a las guerras.

Impidió el libertinaje y la corrupción, levantó a España sin oro. Su equivocación:

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encerrarse en sí mismo con la frase atribuida: “Que inventen otros”, lo no apertura al

resto del mundo y la longevidad de su mandato.

¿Por qué? Pese a los errores mencionados, y los atribuidos a 60 años luz, no le

reconocemos algo constructivo: la O.N.C.E., el N.S.S., los pantanos que movía a risa y

se quedó corto; en el ranking industrial mundial estuvimos en el undécimo lugar; nos

legó un gran Rey, viviendas con módicos alquileres, que pasaban a ser propiedad a los

20 años (Schamann y Escaleritas…), bagatelas comparado con lo que han hecho sus

sucesores. ¡Claro!

Murió mucha gente de un bando y de otro; fatal para ambos bandos. Ruego por

todos.

¿Por qué recordar de continuo, las víctimas de la zona nacional, vejadas y

torturadas, y omitimos, las víctimas de la zona republicana? Evidente que "curas y

monjas" antes iban al cielo..., y ¿los qué oían misa, y porque rezaban el rosario, y los

que "paseaban" de "derechas"? (así llamados) y no regresaron...

¿Por qué no olvidamos el deplorable pasado?