Aproximación al análisis de clase de Euskal Herria

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Seminario debate - “Un socialismo para la Euskal Herria del S.XXI” 3ª jornada, 25 de Febrero 2012 APROXIMACIÓN AL ANÁLISIS DE CLASE DE EUSKAL HERRIA Santi Ramírez INDICE 0.- PRESENTACIÓN ………………………………………………………… 2 1.- ASPECTOS GENERALES ………………………………………………. 3 1.1.- El objeto de nuestro estudio. 1.2.- Situación geográfica de Euskal Herria. 1.3.- Distribución espacial de la población. 1.3.1.- El poblamiento urbano. 1.3.2.- El poblamiento rural. 2.- EL CAPITALISMO EN EUSKAL HERRIA …………………………. 5 2.1.- La revolución industrial vasca. 2.2.- La estructura social. 2.2.1.- La clase dominante. 2.2.2.- La burguesía media. 2.2.3.- La pequeña burguesía. 2.2.4.- Las franjas intermedias. Categorías sociales. Directivos y cuadros. Profesionales, intelectuales y científicos. Los técnicos. Funcionariado y trabajadores-as de la administración. 2.2.5.- Trabajadores asalariados. La clase trabajadora. El proletariado o clase obrera. 2.2.6.- Los grupos sociales. Los-las jóvenes. Las mujeres. 2.2.7.- El Pueblo Trabajador Vasco. 3.- IPARRALDE ……………………………………………………………….. 32 3.1.- Población activa. 3.2.- Estructura social. 1

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XXI mendeko Euskal Herrirako sozialismoa Un socialismo para la Euskal Herria del siglo XXI

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Seminario debate - “Un socialismo para la Euskal Herria del S.XXI”3ª jornada, 25 de Febrero 2012

APROXIMACIÓN AL ANÁLISIS DE CLASE DE EUSKAL HERRIASanti Ramírez

INDICE0.- PRESENTACIÓN ………………………………………………………… 2

1.- ASPECTOS GENERALES ………………………………………………. 3

1.1.- El objeto de nuestro estudio. 1.2.- Situación geográfica de Euskal Herria. 1.3.- Distribución espacial de la población.

1.3.1.- El poblamiento urbano.1.3.2.- El poblamiento rural.

2.- EL CAPITALISMO EN EUSKAL HERRIA …………………………. 5

2.1.- La revolución industrial vasca.2.2.- La estructura social.

2.2.1.- La clase dominante.2.2.2.- La burguesía media.2.2.3.- La pequeña burguesía.2.2.4.- Las franjas intermedias.

Categorías sociales. Directivos y cuadros. Profesionales, intelectuales y científicos. Los técnicos. Funcionariado y trabajadores-as

de la administración.2.2.5.- Trabajadores asalariados.

La clase trabajadora. El proletariado o clase obrera.

2.2.6.- Los grupos sociales. Los-las jóvenes. Las mujeres.

2.2.7.- El Pueblo Trabajador Vasco. 3.- IPARRALDE ……………………………………………………………….. 32

3.1.- Población activa.3.2.- Estructura social.

3.2.1.- La pequeña burguesía.3.2.2.- La clase obrera.

4.- ALGUNAS CONSIDERACIONES ……………………………………. 35

5.- PUBLICACIONES CONSULTADAS ……………………….………… 37 LAS CLASES SOCIALES EN EUSKAL HERRIA.

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0.- PRESENTACIÓN.

La sociedad vasca, como toda sociedad en nuestra época, está dividida en clases. Este modesto trabajo pretende llevar a cabo una primera aproximación al estudio de la realidad social vasca. Pero esta es una tarea que no está exenta de dificultades. La sociología burguesa, que impera en todos los planes de estudios de nuestras universidades, trata por todos los medios de dificultar cualquier trabajo de investigación que pretenda desentrañar las causas objetivas de la explotación social y de la opresión nacional. Y uno de los medios con los que cuenta es la manipulación de la información.

Por ello, la forma en que los organismos oficiales presentan los datos estadísticos que podríamos utilizar para nuestro análisis es oscura y muchas veces fragmentada e inconexa. El objeto de esto es ocultar aquellos datos o referencias que nos permitan profundizar en el conocimiento del proceso de producción y, por tanto, de las relaciones de producción. Por ejemplo, el dato relativo a “población activa”, engloba tanto a la población “ocupada” como a la desempleada; y en la población “ocupada”, incluye tanto a los trabajadores asalariados como a los empresarios, con o sin asalariados, trabajadores independientes, etc 1.

Generalmente se ocultan, de forma sistemática todos aquellos datos que hagan referencia al número de propietarios de empresas, de tierras, etc. Además, muchas veces, resulta difícil contrastar los datos procedentes de distintas fuentes, al no estar referidos unos y otros a un mismo periodo o también por existir diferencias terminológicas y/o conceptuales a la hora de efectuar la clasificación de dichos datos. También suele ocurrir que no coinciden las cifras ofrecidas por unas fuentes y otras, aún cuando todas ellas se refieran a un mismo periodo.

Eso ocurre incluso hasta con algunos organismos oficiales. Así, por ejemplo, los datos sobre Población Activa (ocupada y/o desempleada) proporcionados por el EUSTAT. Directorio de Actividades Económicas, no coinciden con los de la Encuesta de Población en Relación con la Actividad (PRA) del propio EUSTAT, y tampoco con los de Afiliación a la Seguridad Social, presentados por LANBIDE para un mismo periodo. Lo cual, dificulta considerablemente la labor de investigación.

1.- ASPECTOS GENERALES.

Los términos Euskal Herria o País Vasco, así como el de Vasconia, empleado por los antiguos romanos, hacen referencia a una misma realidad histórica, cultural, lingüística e identitaria. El término Euskal Herria, también se puede emplear para referirse al Pueblo Vasco, como sujeto social y político colectivo.

1.1.- El Objeto de nuestro estudio.

En este trabajo vamos a contemplar el conjunto de Euskal Herria, aunque tendremos en cuenta los distintos ámbitos político-administrativos en que actualmente se encuentra dividida, ya que estos configuran unos espacios

1 Ver: “Notas de prensa del Instituto Nacional de Estadística. 3er Trimestre de 2009. Nota Metodológica. Definiciones principales”. 23-10-2009.

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económicos y sociales relativamente diferenciados que no debemos pasar por alto.

Por eso, nuestro análisis se va a centrar en el Sur de Euskal Herria, que es donde las contradicciones sociales, nacionales y de género se manifiestan con una especial crudeza; y además, porque es en Hegoalde donde se concentra el 91% de la población vasca, y entre sus cuatro herrialdes suman el 85,43% del territorio. Ello no significa que no intentemos abordar también, con todo el rigor posible, el análisis de clases de Iparralde.

En el conjunto de Euskal Herria no existe una estructura social homogénea sino que, debido al desarrollo desigual del capitalismo y a la división político-administrativa impuesta por los Estados español y francés, se han ido desarrollando unas estructuras de clases relativamente diferenciadas entre sí. Esta diferenciación es más acusada entre el Norte y el Sur de Euskal Herria, y menos acentuada entre los territorios de Hegoalde.

No obstante, esas diferencias no son esenciales. Por ello, podemos decir que en el conjunto de Euskal Herria existe, en lo fundamental, una similitud en lo que respecta a la presencia de las mismas clases (burguesía y clase obrera) en sus estructuras sociales. Similitud y diferencia, son una consecuencia del desarrollo dialéctico y contradictorio (desigual y combinado) del capitalismo en cada uno de los territorios de Euskal Herria, así como en el conjunto de ésta.

1.2.- Situación geográfica de Euskal Herria.

Situada en el paralelo 43º, en las estribaciones occidentales de la cordillera de los Pirineos y bañada por el Mar Cantábrico, comprende siete territorios: Araba, Bizkaia, Gipuzkoa, Alta Navarra, Baja Navarra, Lapurdi y Zuberoa. Los cuatro primeros, situados en el Sur de Euskal Herria (Hegoalde), se encuentran bajo soberanía española y están divididos administrativamente en dos comunidades autónomas, la “Comunidad Autónoma del País Vasco” o “Comunidad Autónoma de Euskadi” (CAPV) y la “Comunidad Foral de Navarra” (CFN) 2. Los tres últimos territorios, situados al Norte de Euskal Herria (Iparralde), se encuentran bajo soberanía francesa y no poseen una entidad administrativa propia.

Euskal Herria constituye un nudo de comunicaciones, por carretera y ferrocarril, entre la Península Ibérica y el resto de Europa. Posee un elevado nivel de desarrollo económico, tanto desde el punto de vista industrial como del científico y tecnológico. Está situada en el área de influencia del eje económico de la UE, así como en el centro del llamado “Arco Atlántico” de ésta. Su situación le permite una excelente conectividad marítima tanto con el norte de Europa como con América. Por todo ello, Euskal Herria tiene una considerable importancia estratégica.

1.3.- Distribución espacial de la población.

La superficie de Euskal Herria es de 20.664 Km2, que se reparten de la siguiente manera: Hegoalde 17.655 Km2 (CAV 7.234 y Nafarroa 10.421) e Iparralde 3009 Km2. Por su parte, la población actual de Euskal Herria es de algo más de tres millones de habitantes. El 91% de los cuales, aproximadamente, vive en Hegoalde (un 72% en la CAV y un 19% en Nafarroa) y el 9% restante en Iparralde 2 Para simplificar el lenguaje, en vez de emplear las denominaciones oficiales utilizadas para designar los dos ámbitos político-administrativos (comunidades autónomas) en que actualmente se divide el Sur de Euskal Herria, la CAPV y la CFN, las sustituiremos por las de País Vasco o Euskadi, y la de Nafarroa, respectivamente.

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3. La inmensa mayoría de la población, en torno a un 95%, se concentra en zonas urbanas, incluidos los pequeños núcleos urbanos.

La CAPV tiene una población de 2.172.175 habitantes (INE 2009), que suponen el 72% de la población de Euskal Herria. De ellos, el 53,3% de la población se concentra en Bizkaia, el 32,4% en Gipuzkoa y el 14,3% en Araba. Por su parte, Nafarroa tiene una población de 630.578 habitantes (INE 2009) e Iparralde unos 288.362 4; lo que hace una población total de 3.091.115 habitantes.

La densidad de población en Hegoalde es de 158,75 hab./Km2. La de la CAV es de 300,27 hab./Km2., mientras que la de Nafarroa es de 60,51 hab./Km2. Comparándolas con la densidad de población española, que es de 92,20 hab./Km2 (INE-2009), vemos que la de la CAV es unas 3,25 veces superior a aquella. Sin embargo, la de Nafarroa tan sólo es un 65,63% del valor de la española.

1.3.1.- El poblamiento urbano.

Debemos tener en cuenta que la población de Hegoalde es eminentemente urbana, especialmente en el territorio de la CAPV.

El 89,25% de la población de la CAPV (1.938.743 personas) se concentra en tan sólo 68 municipios mayores de 5.000 habitantes. Los otros 183 municipios restantes, los podemos considerar rurales. Resulta especialmente significativo que el 35,71% de la población de la CAPV se concentre en sus tres capitales.

Hay que destacar la importancia de Bilbao como ciudad de rango estatal, con 354.860 habitantes (INE 2009) y su comarca, el “gran Bilbao”, con cerca de 1 millón, que constituye el área metropolitana más importante de todo el norte peninsular y que concentra casi al 50% de la población de toda la CAV.

En Nafarroa, el 67% de la población (422.526 personas) vive en 21 municipios mayores de 5.000 habitantes, y hay otros 251 municipios que podemos considerar rurales. El 31,77% de la población de Nafarroa se concentra en Iruña. También en este caso podemos hablar de una población predominantemente urbana, aunque lo sea de forma menos acentuada que en la CAV.

En lo que respecta a los territorios vascos de Hegoalde, en general, podemos afirmar que constituyen un entramado de ciudades, un sistema urbano de alta densidad de población (que podríamos definir como una región urbana), con sus núcleos principales interconectados por carretera-autopista y/o ferrocarril. También hay que destacar el progresivo entrelazamiento entre el área metropolitana de Donostia y la conurbación BAB (Biarritz-Anglet-Baiona). 3 Eusko Jaurlaritzaren Argitalpen Zerbitzu Nagusia. Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco. “Conocer el País Vasco”. Vitoria-Gasteiz, 2009. (N.A.- Los datos relativos a la población contenidos en este libro, son del INE-2007 y se han actualizado con los del INE referentes al 01/01/2009. En los casos en que se ha hecho esto, se cita la fuente empleada a continuación de la cifra correspondiente).

4 No disponemos de datos muy concretos sobre la población de Iparralde y, además, aquellos se encuentran bastante dispersos, en distintas fuentes, y son referidos a diferentes épocas, por lo que resultan difícilmente contrastables. Los más actuales son los que presenta J. Ostolaza. “Iparralde resiste la crisis”. DEIA (07-02-2010). Por su parte, Xavier Isasi Balanzategi. GAINDEGIA (+Idata), usando datos referidos a 2006, daba la cifra de 280.000 En la citada obra “Conocer el País Vasco” (pág. 17), se apunta la cifra de 262.640 para el año 2001.

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1.3.2.- El poblamiento rural.

Tiene una menor importancia en la distribución espacial de la población, ya que sólo vive en núcleos rurales aproximadamente un 5% de la población vasca. El poblamiento rural está íntimamente relacionado con el tipo de explotaciones agropecuarias, con las condiciones geográficas, climáticas, etc.

En la CAV, podemos distinguir tres tipos principales de poblamiento rural: el caserío (en la vertiente atlántica), el poblamiento en aldeas (comarcas cerealistas alavesas), y el poblamiento concentrado (zona vitivinícola de la Rioja alavesa). En lo que respecta a Nafarroa, podemos distinguir también, el caserío (en la Nafarroa húmeda del Noroeste), el poblamiento en campos concentrado, con campos cerrados (en los valles pirenáicos y la Nafarroa Media montañosa) y el de campos abiertos (en la Nafarroa Media, no montañosa y en la Ribera).

2.- EL CAPITALISMO EN EUSKAL HERRIA.

En primer lugar, nos vamos a referir al Sur de Euskal Herria, donde el proceso de desarrollo y posterior consolidación del modo de producción capitalista ha seguido el modelo “clásico”, a partir de la revolución industrial que se inició tras el final de las Guerras Carlistas, y que tuvo lugar en Bizkaia y Gipuzkoa entre el último cuarto del siglo XIX y principios del XX, y que dió lugar a la creación de una estructura social propia y la posterior industrialización de Araba y Nafarroa.

2.1.- La revolución industrial vasca.

La primera Revolución Industrial se inició en Inglaterra a mediados del siglo XVIII y se mantuvo durante las primeras décadas del XIX. Durante este siglo se fue propagando a otros países de Europa. El fenómeno llegó al Estado español de forma tardía y se circunscribió, prácticamente, al País Vasco y Cataluña. Ello se debe a que en aquella época, se daban una serie de factores que entorpecían y dificultaban el desarrollo del proceso. Entre ellos, cabe citar:

a) La ausencia de una mentalidad capitalista; b) la inexistencia de un mercado nacional; c) el que no se hubiese producido una “revolución agrícola”; d) la falta de estímulos a la inversión; e) el escaso desarrollo legislativo, en materia mercantil, industrial y bancaria; etc.

Esto se debía a que en el Estado español no llegó a haber una revolución burguesa como la que tuvo lugar en los Países Bajos, en Inglaterra o en Francia y que, en caso de que hubiese llegado a producirse, podría haber dado lugar a la creación de una nación capitalista moderna y al establecimiento de un único mercado nacional.

Pero la unificación política de los distintos reinos peninsulares que culminó con la ocupación militar de la Alta Navarra por las tropas castellanas de Fernando el Católico (1512) no tuvo ese resultado y, de hecho, hasta bien entrado el siglo XIX, en el Estado español continuaron existiendo una serie de mercados yuxtapuestos que se circunscribían al entorno más próximo a las ciudades. En realidad, esta situación se mantuvo prácticamente hasta el final de la Primera Guerra Carlista (1841) cuando las aduanas, que se encontraban situadas en el Ebro, se trasladaron a su ubicación actual, el Mar Cantábrico y los Pirineos.

Sin embargo en Bizkaia y Gipuzkoa ya se daban, desde la Baja Edad Media, una serie de condiciones favorables para el posterior proceso de industrialización.

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Desde comienzos del siglo XIV, ya se tiene conocimiento de relaciones comerciales entre los puertos vascos y la ciudad de Brujas, en Flandes; con Inglaterra, y también con los ducados de Bretaña y Aquitania. En este periodo tuvo lugar una “acumulación primitiva de capital”, que luego se invirtió en otros sectores económicos y posibilitó un fuerte impulso de los mismos.

Durante los siglos XV y XVI se había desarrollado una industria metalúrgica (ferrerías) en base a la abundancia de mineral de hierro y el carbón de leña obtenido en nuestros bosques. En ese periodo, en Gipuzkoa y Bizkaia había más de 300 ferrerías que producían aperos de labranza, rejas de arado, anclas para buques, armas, etc., productos manufacturados que gozaban de gran aceptación tanto en Europa como en América y en Asia. Pero en el siglo XVIII se inició el declive de las ferrerías, debido a que se había empezado a exportar mineral de hierro sin elaborar y a que comenzaban a agotarse los bosques.

También contribuyó en buena medida a la “acumulación primitiva de capital” la fabricación de armas que tuvo especial relevancia en Gipuzkoa, en el Valle de Deba, desde la baja Edad Media, y que alcanzó su apogeo durante los siglos XVI y XVII.

El fin de la Primera Guerra Carlista (1833-1839), y el traslado de las aduanas del Ebro a los Pirineos, crearon las condiciones jurídico-políticas para la llamada “revolución industrial vasca”. Por otra parte, los avances tecnológicos producidos en el siglo XIX, entre los que hay que destacar el descubrimiento y la aplicación del sistema Bessemer en la siderurgia, unidos a la existencia de importantes yacimientos de hierro, de gran calidad, en el subsuelo vizcaíno, y a la proximidad del puerto de Bilbao, favorecieron el desarrollo de un rápido proceso de industrialización. Así, en 1841 se funda la empresa Santa Ana de Bolueta y en 1855 la fábrica de Nuestra Sra. del Carmen.

El procedimiento Bessemer permitía la obtención de acero a partir de mineral de hierro con bajo contenido en fósforo, como era el que se extraía en Bizkaia. Lo cual hizo aumentar considerablemente la demanda internacional de mineral vasco. Por otra parte, la modificación del arancel (1868) en un sentido librecambista y del descenso del precio de los fletes, posibilitó el aprovechamiento del viaje de retorno de los barcos que transportaban mineral de hierro a Inglaterra para importar carbón británico, lo cual redujo la dependencia de la reciente siderurgia vasca del mineral de carbón astur-leonés 5

En el periodo comprendido entre 1857 y 1901, sobre todo aprovechando la coyuntura expansiva de 1899-1901, se crearon las principales instituciones financieras vascas. Así, en 1857, un grupo de empresarios agrupados en torno a la Junta de Comercio de Bilbao crea el Banco de Bilbao. Este banco financiaría diversos proyectos industriales como la construcción de ferrocarriles y la creación de empresas siderometalúrgicas, así como la explotación de minas de carbón. Poco más tarde, en 1891, se crea el Banco de Comercio, que en 1901 se fusionaría con el anterior. En 1899, se crea el Banco Guipuzcoano. En el año 1900, se crea el Banco de Vitoria; y en 1901, también en Bilbao, se fundarían el Banco de Vizcaya y el Crédito de la Unión Minera.

La naciente siderurgia vasca estuvo ligada, en sus orígenes, a las inversiones financieras procedentes de todos esos bancos recientemente creados, aunque

5 Ver el artículo de Pedro M. Pérez Castroviejo y José E. Villar Ibañez “Industria y patrimonio en la Ría de Bilbao”, publicado en el libro “Il patrimonio industriale e marittimo in Italia e Spagna. Strutture e territorio”. Editoriale De Ferrari. Genova, 2009.

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también guardó una estrecha relación con las inversiones de capital extranjero, principalmente inglés, en el sector de la minería.

El bajo Ibaizabal 6 y la margen izquierda de la Ría del Nervión, constituyeron los focos de la nueva industria. Pronto, el ferrocarril sustituyó a los carros de bueyes, uniendo el horno con las minas y transportando el mineral de hierro hasta los cargaderos de mineral que era transportado en barco hasta Francia, Gran Bretaña y Bélgica. Así, en torno a la ría surgen una serie de explotaciones mineras y de tendidos ferroviarios (Triano, Orconera, La Robla, etc.), así como de hornos altos.

En 1871, la compañía inglesa The Cantabrian Iron Cia, creó en Sestao el primer alto horno (San Francisco), lo que impulsó a otros capitalistas a crear otras empresas como la Vizcaya, la Iberia y los Altos Hornos, que acabarían fusionándose en 1902 con el nombre de Altos Hornos de Vizcaya. También surgen otras industrias siderúrgicas en el interior, como Echevarría (Castrejana) y Sta. Ana de Bolueta (Bolueta).

En relación con la siderurgia se desarrolló tempranamente la construcción naval, surgiendo diversos astilleros. En 1888, se fundan los Astilleros del Nervión (Sestao) y en 1900, Euskalduna (Bilbao). Alrededor de la construcción naval se va desarrollando toda una industria auxiliar, dedicada a fabricar piezas y componentes para los barcos. Surgen así: La Aurrera, Talleres de Deusto, Talleres de Zorroza, Forjas y Alambres del Cadagua, etc.

Estas empresas y talleres de construcciones metálicas, se instalaron en ambos márgenes de la ría y se convirtieron en proveedoras de las empresas navieras vascas (Aznar, Bilbaína, Vascongada, Ibarra, etc.) que fueron las precursoras del “boom” que se desarrolló como consecuencia de l estallido de la Primera Guerra Mundial, al amparo de la posición neutral mantenida por el Estado español. Una muestra de esa expansión de la industria naval, la tenemos en la creación en Sestao de la Sociedad Española de Construcción Naval, más conocida como “la Naval”, en 1916.

El desarrollo de la industria siderúrgica en Gipuzkoa tuvo un alcance más limitado. No obstante, hay que citar las instalaciones de San Pedro (Elgoibar) y la de la fandería 7 de Iraeta. También hay que citar la Unión Cerrajera de Bergara, creada en 1906 y la construcción de las líneas férreas de Malzaga-Vitoria-Estella y Mekolalde-Zumarraga.

También debemos hablar del desarrollo de la industria de transformados metálicos, entre la que habría que citar la industria armera, en Gipuzkoa y Bizkaia, donde destacaron Eibar y Ermua (Orbea y Garate), Gernika (Astra, Unzeta y Cía, en 1913) y Markina (Esperanza y Cía, en 1931). Así mismo, hay que contar también con la industria de cerrajería integral de la Unión Cerrajera de Mondragón, Bergara y Aretxabaleta.

6 Con frecuencia se suelen confundir el Ibaizabal y el Nervión. El río Ibaizabal nace en la fronteras de Bizkaia con Araba y Gipuzkoa, cerca de Elorrio, de la confluencia de varios arroyos procedentes de los montes Amboto y Udalaitz. Se le suele denominar Ibaizabal, a partir de la unión del Zumelegi y el Arrazola, que se unen en el valle de Axpe Atxondo. Fluye en dirección noroeste por el Valle del Ibaizabal y atraviesa el Duranguesado. Confluye en Basauri con el Nervión, y juntos corren en dirección noroeste. A la altura de Bilbao forman la Ría de Bilbao, que desemboca en el Mar Cantábrico.7 Este tipo de factorías fueron utilizadas hasta el siglo XVIII y se dedicaban a la transformación del tocho de forja en chapa, utilizando medios mecánicos, en sustitución del antiguo “martinete” (mazo de gran peso que se empleaba para golpear metales y transformarlos en láminas).

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En Gipuzkoa surgieron también la industria papelera y textil, que alcanzaron su máximo desarrollo en aquel territorio. La primera se inició en Tolosa con la empresa La Esperanza (1841), a la que seguieron una serie de empresas papeleras situadas a lo largo del río Oria. Esta industria se propagó más tarde a Bizkaia, donde se crearon la Papelera Española, con instalaciones en Arrigorriaga, y Aranguren-Zalla.

Por su parte, la industria química se desarrolló débilmente en Gipuzkoa, creándose una empresa de colorantes y otra de abonos en Renteria, pero cobraría más auge en Bizkaia, donde se instalaron la Vasco-Asturiana (Arrigorriaga) y la Dinamita, S.A. (Galdakao). Al fusionarse ambas con la asturiana Santa Bárbara, darían origen a la Unión Española de Explosivos (1896).

Durante esta fase inicial de la industrialización, también se desarrollaron los primeros ferrocarriles. Surgieron así las siguientes líneas: Bilbao-Tudela, por Miranda (1863); Bilbao-Muskiz (1865); La Robla-Balmaseda (1884); Bilbao-Portugalete (1888); Bilbao-Plentzia, que se construyó en dos fases, Bilbao-Las Arenas (1887) y Las Arenas-Plentzia (1897); y el Elgoibar San Sebastián (1895).

Esta primera fase de la industrialización es la que se suele considerar como una auténtica revolución industrial vasca y es la que hizo posible un desarrollo económico diferenciado en el Sur de Euskal Herria (especialmente en Bizkaia y Gipuzkoa), con respecto al que (excepto en Cataluña) tuvo lugar, de forma mucho más lenta, limitada e impulsada desde “arriba”, en el resto del Estado español. Es en este proceso en el que surge el proletariado vasco como la clase explotada y la, potencialmente, más revolucionaria.

En cuanto a Nafarroa, las primeras industrias siderúrgicas surgen a finales del siglo XVIII, en la zona de Vera de Bidasoa, a partir de primitivas ferrerías que utilizaban el carbón vegetal obtenido en los bosques cercanos. En 1857, los Ibarra, de Bilbao, compran la fábrica de fundición de hierro de Vera, que funcionaba a partir del mineral que se obtenía en las cinco minas de la zona, “La Ley”, “La Catarata”, “La Rica”, “Santa Ana” y “La Amistad”. Pocos años más tarde surgen las primeras instituciones financieras. En 1863, se crea en Pamplona el Crédito Navarro, y en 1866 La Agrícola. No obstante, esta primera industrialización no llegaría a consolidarse y la economía de Navarra continuaría siendo esencialmente agrícola hasta mediados del siguiente siglo.

El desarrollo industrial vasco dio lugar, entre 1877 y 1930 a un fuerte flujo migratorio, principalmente hacia el territorio de Bizkaia, donde se concentró en la ciudad de Bilbao y en la zona minero-fabril. La magnitud de esa corriente migratoria fue tal que produjo una verdadera “revolución demográfica”.

En 1900, casi el 50% de la población masculina de Bilbao había nacido fuera de Euskal Herria. Un pueblo industrial como Barakaldo, pasó de tener 4.700 habitantes en 1877 a los 34.200 en 1930. Según los censos de 1910 y 1920, el 27% del total de la población de Bizkaia era de procedencia inmigrante8. Por el contrario, en Gipuzkoa, el fenómeno migratorio fue menos importante que en Bizkaia y, por otra parte, no se centró en unas comarcas determinadas, sino que se repartió más homogéneamente por el conjunto del territorio9.

8 Ver: VV. AA. “De Túbal a Aitor. Historia de Vasconia”. La Esfera de los libros, S. L.,Madrid, 2002. Pág. 543.

9 Idem. Pág. 556.

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El fenómeno migratorio tuvo unas importantes consecuencias en el proceso de formación del proletariado vasco, dando lugar a dos sectores claramente diferenciados entre sí, uno inmigrante y otro autóctono, lo que dificultó enormemente la necesaria unidad de la clase obrera. Así, el movimiento obrero vasco quedó pronto dividido en dos centrales sindicales, una la UGT, de orientación socialista y de ámbito estatal, que celebró su primer congreso en Barcelona (1888); y otra la de SOV (posteriormente ELA) fundada en 1911 y promovida por un partido burgués, el PNV.

Esta división del proletariado vasco tenía lugar en unos momentos en que la explotación social era más descarnada y la lucha de clases se hacía más virulenta, sobre todo en la zona minera y en la Ría de Bilbao. Desde 1890, la huelgas mineras fueron cada vez más frecuentes, desembocando muchas veces en huelgas generales en toda la Margen izquierda que llevaron a la intervención del ejército. Es conocido el bando del general Loma, dictado para poner fin a la huelga en 1890. En 1903 también tuvo lugar una huelga que finalizó con la promulgación de otro laudo, el bando del capitán general Zappino, en el que se recogían varias de las reivindicaciones obreras más importantes. Nuevamente se produjeron huelgas minero-fabriles en 1906, en 1917, en 1920 y 1921, por citar sólo algunas de las más importantes.

El desarrollo desigual del capitalismo en el Sur de Euskal Herria, es el que ha conferido una especificidad tan acentuada a su estructura socioeconómica, lo que permite hablar de una formación social vasca y de un marco autónomo de la lucha de clases.

Sin embargo, al igual que hay una serie de factores que tienden a reforzar el carácter específico de la formación económica y social vasca, configurándola como conjunto de condiciones nacionales de producción y, por tanto, delimitando un marco (nacional) autónomo de lucha de clases; también hay otros factores que tienden a diluir y a difuminar esos rasgos específicos, reforzando el concepto de marco único (estatal) de lucha de clases.

Ambas tendencias actúan simultáneamente, ya que están dialécticamente unidas, pues forman parte de una misma contradicción, en la que el aspecto principal lo constituye el conjunto de factores que favorece la conformación de Euskal Herria como marco autónomo. Pero, debemos tener en cuenta que, en determinadas condiciones, cada cosa puede transformarse en su contraria.

En cuanto a lo que hemos denominado como revolución industrial vasca, hay que resaltar las dimensiones tan limitadas del ámbito geográfico en que tuvo lugar ya que sólo se desarrolló en Bizkaia y Gipuzkoa (entre el último tercio del siglo XIX y las dos primeras décadas del XX) y que el proceso de industrialización no se extendió a Araba y Nafarroa hasta la segunda mitad del siglo XX.

En el caso de estos dos últimos territorios, la industrialización se desarrolló en unas condiciones marcadas por la sangrienta dictadura franquista, la total falta de libertades políticas y sindicales, y la feroz represión contra el movimiento obrero que aún no se había repuesto de la desarticulación que sufrió tras la derrota en la guerra antifascista.

Hasta ahora nos hemos limitado únicamente a la industrialización inicial de Euskal Herria. Sin embargo, podríamos referirnos a otros periodos del desarrollo de la economía vasca, aunque no nos detendremos en su estudio por no resultar significativos para el objeto de este trabajo. Por eso, únicamente nos limitaremos a enunciarlos. Así, tendríamos que considerar: el periodo de consolidación

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económica (1914-1936); el de autarquía de postguerra (1939-1959); el de desarrollo económico (1960-1975); el de crisis (1975-1985); el de la reconversión industrial (1985-1995); uno periodo de crecimiento relativo (1995-2008), con fuerte peso del sector de la construcción; y finalmente el periodo de crisis que atravesamos actualmente (2008- ).

2.2.- La estructura social.

Es el conjunto de personas que viven en una sociedad, consideradas en relación con el proceso de producción de bienes materiales. Todas ellas contraen entre sí unas determinadas relaciones (relaciones de producción) en función de cual sea la posición que ocupen en el proceso productivo y, más en concreto, en la relación que mantienen con los medios de producción y en cuya base se encuentran las relaciones jurídicas de propiedad de los mismos. Los grupos sociales así definidos son lo que llamamos clases sociales.

Algunas teorías burguesas pretenden que con el desarrollo del capital financiero, la propiedad privada de los medios de producción (y con ello la propia existencia de las clases sociales) ha quedado oscurecida y no se puede delimitar con exactitud quien o quienes son sus propietarios. En este sentido, argumenten que al adoptar la mayoría de las empresas la forma jurídica de “sociedades anónimas” y extenderse la posesión de acciones entre amplios sectores de la población, en los que se incluyen los “pequeños ahorradores” (trabajadores-as, pensionistas, etc), consideran que todos los poseedores de acciones (independientemente de su porcentaje en el capital total de la sociedad anónima) son copropietarios y perceptores-as de ganancia (rentistas), con lo cual, según afirman, se habría “democratizado” o “socializado” la propiedad de los medios de producción. Este fenómeno se ha visto ampliado en las últimas décadas, con la aparición de los fondos de pensiones y de los fondos de inversión.

Pero, nada más lejos de la realidad. En primer lugar, hay que decir que tanto las sociedades por acciones como los distintos tipos de fondos, no responden a una “dispersión” de la propiedad, sino a necesidades del propio sistema capitalista de desarrollar y profundizar el proceso de concentración y centralización del capital, captando los pequeños ahorros de los trabajadores y trabajadoras y de otros sectores populares, para efectuar sus inversiones en las empresas, sectores y/o ramas de la economía, donde más les interese.

Y, en segundo lugar, que los pequeños inversores no tienen la propiedad ni la posesión (control) de los medios de producción, sino que estos se encuentran en manos de los principales accionistas de las empresas (los capitalistas). Por tanto, aunque con sus pequeños ahorros hayan contribuido al acrecentamiento del capital, no por ello han modificado su condición social ni su posición en la estructura de clases.

En cuanto a la definición del concepto de clase social, nos ajustamos a la dada por Lenin, por parecernos la más objetiva, clara y concisa:

"las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupa en un sistema de producción históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran frente a los medios de producción (relaciones que las leyes fijan y consagran), por el papel que desempeñan en la organización social del trabajo y, por consiguiente, por el modo y la proporción en que perciben la parte de la riqueza social de que disponen. Las clases sociales son grupos

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humanos, uno de los cuales puede apropiarse del trabajo del otro por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía social" 10.

Como podemos ver, aquí se definen las clases sociales con relación al proceso de producción y no con el de distribución, porque es precisamente en el primero de ellos donde se crean las condiciones que determinan el desarrollo del segundo, ya que es en la esfera de la producción donde tiene lugar la explotación de los trabajadores y trabajadoras por parte de los propietarios de los medios de producción, mientras que las desigualdades en la distribución tienen su origen, precisamente en la existencia de dicha explotación.

El tomar como factor esencial para definir las clases sociales, los distintos niveles de renta y las desigualdades retributivas, como hace la sociología burguesa, contribuye a ocultar el elemento esencial de la explotación capitalista que es la apropiación privada del producto del trabajo social por parte de los propietarios de los medios de producción.

Como dijo Marx:

“La distribución de los medios de consumo es, en todo momento, un corolario de la distribución de las propias condiciones de producción. Y esta es una característica del modo mismo de producción. Por ejemplo, el modo capitalista de producción descansa en el hecho de que las condiciones materiales de producción les son adjudicadas a los que no trabajan bajo la forma de propiedad del capital y propiedad del suelo, mientras la masa sólo es propietaria de la condición personal de producción, la fuerza de trabajo. Distribuidos de este modo los elementos de producción, la actual distribución de los medios de consumo es una consecuencia natural. Si las condiciones materiales de producción fuesen propiedad colectiva de los propios obreros, esto determinaría, por sí sólo, una distribución de los medios de consumo distinta de la actual” 11

En este trabajo estoy empleando, únicamente a modo de referencia, la distinción que establece la economía burguesa entre los distintos sectores económicos, a los que denomina como sector primario (agricultura, ganadería y pesca), sector secundario (industria y construcción) y sector terciario, o de servicios (administración pública, transportes, banca y seguros, comercio, etc.). No obstante, debo aclarar que esta división tiene un contenido profundamente ideológico, ya que su objeto fundamental es precisamente ocultar la apropiación privada de la plusvalía, que se basa en la propiedad privada de los medios de producción.

Además, esta división (que tiende a presentar una economía “terciarizada” en la que la clase obrera y el proceso de producción tienen una importancia cada vez menor en el conjunto de la economía y que es únicamente el sector “terciario” el que tiene una importancia real) no se corresponde con la realidad.

Esto es así, porque una serie de trabajos relacionados generalmente con el proceso de circulación (comercialización y venta, publicidad, etc.) pueden ser 10 V. I. Lenin. “Una gran iniciativa”. O.E. (3 Tomos). Tomo III, pág. 228. Editorial Progreso. Moscú, 1970.11 C. Marx. “Crítica del Programa de Gotha”. O. E. de Marx y Engels Tomo II. Edit. Fundamentos. Madrid, 1975. Págs. 17-18.

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asumidos por las empresas industriales, a pesar de que sigan siendo trabajos no productivos. Por otra parte, algunos tipos de trabajo considerados como no productivos y realizados por empresas comerciales acrecientan el valor de cambio de las mercancías y, por tanto, son trabajos productores de plusvalía (tal es el caso de la industria del transporte, almacenamiento y distribución de mercancías, que pueden ser considerados como “procesos de producción persistentes dentro del proceso de circulación” 12).

Antes de iniciar el estudio de la estructura social vasca es preciso hacer algunas consideraciones:

a) En una determinada formación económica y social, las relaciones de producción que enfrentan a la clase dominante con la clase dominada no se sitúan sólo en un nivel económico sino que también abarcan los niveles ideológico y político. Ello se debe a que para mantener y reproducir la explotación de una clase por otra, a través del tiempo, la clase dominante necesita extender también esa dominación a los planos ideológico y político.

b) Dado que la clase dominante, para mantener su dominación, recurre a la difusión de su ideología (para tratar de que asumamos como “normal” su explotación) por medio de sus aparatos ideológicos, y a la utilización de formas políticas de dominación (la más sofisticada de las cuales es la democracia parlamentaria burguesa); la lucha de clases no se puede circunscribir única y exclusivamente al terreno socioeconómico, es decir limitarse a la que la clase obrera desarrolla a nivel de la base económica de la sociedad, por sus reivindicaciones más básicas, sino que debe desarrollarse también a nivel de la superestructura, extendiéndose tanto a la esfera ideológica como a la jurídico-política.

c) No debemos concebir la estructura social como algo estático e inmutable, sino dinámica y cambiante. Las clases sociales existen en lucha y, por medio de la lucha de clases se modifica su posición relativa (dominante o subordinada) en el conjunto de la sociedad.

d) Por otra parte, también hay que tener en cuenta que el análisis de la estructura social se puede desarrollar a dos niveles de abstracción. Uno, más general, que hace referencia al modo de producción capitalista, que podríamos calificar de más “teórico”; y otro, más particular, que se puede utilizar como elemento de análisis político de la realidad y que hace referencia a una formación económica y social concreta, como es el caso de la vasca. Ambos niveles de análisis están relacionados entre sí de forma dialéctica y no se puede prescindir de ninguno de ellos ya que sólo su utilización conjunta, resaltando en unas ocasiones lo general o lo particular, nos permitirá tener una visión objetiva y científica de la realidad social.

En cuanto a la población activa de los territorios de Hegoalde, hay que decir que en 2010, en la CAV era de 1.049.400 personas (938.700 ocupadas y 110.700 paradas) y en Nafarroa era de 308.300 personas (271.800 ocupadas y 36.500 paradas), lo que hace un total de población activa para todo Hegoalde de 1.357.700 personas (1.210.500 ocupadas y 147.200 paradas). Por otra parte, también hay que tener en cuenta la llamada población potencialmente activa, 12 C. Marx. “El Capital”. Tomo 3. Pág. 264. Edit. Siglo XXI. México, 1973

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que incluye a todas las personas con edades entre 16 y 65 años, y que en la CAPV era de 1.825.600 personas y en Nafarroa de 511.400 13.

El conocimiento de la estructura social de un país es esencial de cara a determinar, con la mayor objetividad posible, que clases y/o sectores sociales son susceptibles de ser agrupados para impulsar la lucha por la transformación revolucionaria de la sociedad. Cuáles de ellas pueden constituir el “motor” principal del cambio social y cuál puede y debe desempeñar el papel de fuerza social dirigente en el proceso revolucionario.

Si ahora nos centramos en la estructura social de Hegoalde, podemos diferenciar en ella las siguientes clases:

2.2.1.- La clase dominante.

La gran burguesía vasca surgió en el último tercio del siglo XIX, con el desarrollo de la minería, de la siderurgia, de los ferrocarriles y la construcción naval y ha contribuido a la consolidación del Estado español. Esta clase, apoyó resueltamente el levantamiento fascista del 18 de Julio de 1936, que dio origen a la guerra antifascista (1936-39) y tras el triunfo franquista, también apoyó el establecimiento de la sangrienta dictadura fascista que ha sojuzgado a nuestro pueblo durante casi cuarenta años.

Esta clase está fuertemente integrada en la oligarquía española, que es quien detenta el poder del Estado, y sus intereses económicos y políticos trascienden el ámbito vasco, coincidiendo plenamente con los de aquella. Por eso, aunque su origen se sitúe en Euskal Herria, considero más apropiado no establecer distinciones entre ambas y, en adelante, me referiré únicamente a la gran burguesía, a la oligarquía española o a la clase dominante, indistintamente.

La gran burguesía es la propietaria de las grandes empresas industriales y energéticas, de las compañías constructoras, de las empresas de telecomunicaciones y de la mayor parte de los grandes centros comerciales, así como de las grandes compañías de seguros y los bancos más importantes. Igualmente posee los principales medios de comunicación.

Actualmente, entre los 500 principales grupos empresariales del Estado español, se encuentran cerca de un centenar de grupos vascos (por ejemplo, Iberdrola, Gamesa Corporación Tecnológica, Cie Automotive, CAF, Eulen, Natur Gas Energía, etc.) y entre las 5000 empresas más importantes del Estado español, de los distintos sectores, hay 547 vascas (426 en la CAPV y 121 en Nafarroa) 14.

La gran burguesía detenta los resortes esenciales del poder del Estado aunque, en determinadas condiciones, comparta con otras clases (burguesía media o determinadas fracciones de la pequeña burguesía) algunos elementos del mismo, configurando lo que se denomina “bloque de poder” 15. Esta articulación se pone de manifiesto claramente en el caso del Estado español, donde su estructura

13 Caja Laboral. “Economía Vasca”. Informe 2010. Pág. 42.14 Actualidad Económica. Dossier (Diciembre 2011).15 Este concepto hace referencia a dos aspectos interrelacionados: La unidad política que mantienen entre sí las distintas clases y/o fracciones de clase que detentan el poder del Estado capitalista, y las relaciones sociales propiamente dichas que existen entre dichas clases, en el marco de esa unidad política de poder.

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político-administrativa autonómica posibilita la incorporación de las distintas burguesías periféricas a dicho bloque.

La gran burguesía mantiene una posición ideológica chovinista (españolista) de “gran nación”, y lleva a cabo una política de defensa a ultranza de la unidad territorial del Estado. Sus representantes más destacados son el PP y el PSOE, cada uno de ellos vinculado a una u otra fracción de la clase dominante, y diferenciados entre sí tan sólo por cuestiones accesorias ya que, en todo lo esencial, comparten y defienden unos mismos intereses de clase.

En lo que respecta a Nafarroa, la alta burguesía navarra es producto de la fusión entre la vieja burguesía agraria (latifundista), con la burguesía surgida a raíz de la industrialización de mediados del siglo XX. Sus intereses coinciden plenamente con la gran burguesía española en la que también se encuentra integrada, al igual que ocurre con la alta burguesía vasca.

Pero, además de la oligarquía española, también debemos hablar de la importante penetración del capital extranjero y de las empresas multinacionales (europeas, norteamericanas, japonesas, coreanas, etc.) en Euskal Herria. Con lo cual, a los intereses de la oligarquía en mantener su dominación económica, política y social, vienen a añadirse los propios del capital transnacional.

La penetración del capital transnacional en Euskal Herria tiene un especial relieve en el caso de Nafarroa, donde la inversión en el sector industrial alcanzó en 2010 la cuantía de 41,7 millones de euros, frente a los 12,7 en 2009, procediendo principalmente de Países Bajos, Luxemburgo, Japón, Francia y EEUU. Entre los sectores de la industria que han recibido esas inversiones, hay que destacar el de automoción (Volkswagen, TRW, KYB, SKF, etc.), el agroalimentario (Florette-Vega Mayor, Ardovries, Berlys Alimentación, etc.) y el metalúrgico (Zalain Transformados, Manufacturas de Aluminio Pamplona, etc.) 16.

2.2.2.- La burguesía media.

Para definirla, debemos tener en cuenta tanto sus relaciones con la clase dominante, como las que mantiene con el resto de las clases por ella dominadas. Podemos decir que la burguesía media está orgánicamente integrada en el mecanismo global de acumulación y de reproducción de las relaciones de producción capitalistas hegemonizado por la gran burguesía. Lo que significa que funciona, se desarrolla y reproduce como parte orgánica del funcionamiento, desarrollo y reproducción del sistema capitalista.

Al gran capital le interesa mantener subordinada a él a la burguesía media, tanto por razones económicas como políticas.  Pero, el desarrollo del capitalismo, sobre todo en los periodos de profunda crisis económica, acentúa las contradicciones entre la burguesía media y la gran burguesía. Al mismo tiempo que el hecho nacional, como ocurre en el caso de Euskal Herria, condiciona y modula la relación dialéctica entre ambos. Por ello, podemos decir que entre la gran burguesía y la burguesía media, hay una relación simultánea de oposición y de complementariedad.  Respecto a la burguesía media vasca, conviene aclarar que esta clase está formada por los propietarios de la gran mayoría de las empresas de tamaño medio, ya sean industriales, comerciales o de servicios, así como de una parte de la banca.

16 Caja Laboral. “Economía Navarra”. Informe 2010. Págs. 99 a 102.

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Según los datos de que disponemos, en 2010 se contabilizaban en la CAPV 1688 empresas de tamaño medio, de entre 50 y 250 trabajadores (el 0,98% del total). Igualmente se pueden incluir en esta clase a los agricultores acomodados. Sin duda alguna, se trata de una clase explotadora. La burguesía media vasca es una clase contradictoria. Por una parte, está sometida al expolio de la gran burguesía monopolista y de las multinacionales, pero por otra, necesita del Estado español para sobrevivir. Está económicamente subordinada a la alta burguesía y a su Estado (a través del crédito, de las políticas de precios y salarios, de la política fiscal, de las subvenciones, de los planes de estabilización y/o de reconversión, y a menudo también, a través de su participación accionarial en las empresas propiedad de la gran burguesía, etc.). Un sector de la burguesía media vasca, el más fuerte y dinámico, ha tratado de superar los estrechos márgenes que le ofrece el mercado español, y ha procurado asociarse con otras empresas extranjeras e innovar su tecnología. Al mismo tiempo, en los años de prosperidad, al calor de la expansión económica, también ha aprovechado los distintos mecanismos que le ofrecía el estado español para reforzar su presencia en el exterior (principalmente en los mercados europeo, sudamericano y asiático) y ha utilizado los recursos financieros autóctonos (especialmente los de las cajas de ahorro) para estar en mejores condiciones de competir con otras empresas. Un ejemplo de esta actitud es el del sector de máquina herramienta, radicado principalmente en Gipuzkoa.Con el objeto de situarse en una posición más ventajosa para defender sus intereses económicos y acceder en mejores condiciones al mercado internacional, una fracción de la burguesía media, representada por el PNV, ha venido defendiendo la ampliación del actual marco autonómico e incluso la creación de uno nuevo, donde pueda contar con mayores competencias. Esta fue la razón de que el Gobierno autónomo vasco presentase el llamado Plan Ibarretxe 17 (aprobado por el Parlamento Vasco el 30 de diciembre de 2004 y rechazado por el Parlamento español el 1 de febrero de 2005), lo que en aquel momento provocó a una fuerte división en el seno de la patronal vasca, entre un sector autonomista y otro centralísta 18.

Por su carácter fuertemente contradictorio, la burguesía media es una clase vacilante y muy inclinada a la conciliación y al pacto con los distintos gobiernos del Estado español, ya sean estos del PSOE o del PP.

La capa superior de burguesía media vasca, forma parte del bloque de poder. El resto de esta clase, las capas media e inferior, no forman parte de él, aunque se pueden considerar como una “clase de apoyo”. En cuanto a la fracción de la burguesía media, representada por el PNV, podemos decir que es lo que se denomina una “clase reinante” (clase gobernante o gestora de los intereses de la gran burguesía, en el marco de la CAV). Algunos de sus miembros, llegan a desempeñar funciones tecno-burocráticas, como representantes de los intereses de los grupos financieros internacionales y empresas transnacionales en Euskal Herria.

17 El Proyecto de Nuevo Estatuto de la Comunidad de Euskadi, fue aprobado por el Parlamento Vasco el 30 de Diciembre de 2004 y el 1 de Febrero de 2005 fue rechazado en el Parlamento español.

18 Ver Expansión (03-03-2009). En este sentido, hay que destacar la postura que, en su momento adoptó la patronal guipuzcoana, representada por ADEGI, que al menos tomó en consideración la propuesta.

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También se pueden incluir en la burguesía media a los directivos y cuadros superiores de las medianas empresas y cuyo número estimamos en unas 10.000 personas 19.

Aunque estos sectores no formen parte estrictamente de dicha clase, por no ser propietarios de medios de producción, por la posición que ocupan en la división del trabajo (cumplen una función de planificación, organización y control) resultan imprescindibles para mantener el funcionamiento del proceso de producción, la acumulación de capital y la reproducción de las relaciones de producción capitalistas, basadas en la explotación del trabajo asalariado. 

2.2.3.- La pequeña burguesía.

La pequeña burguesía está constituida por los pequeños empresarios (industriales, comerciantes, etc., que constituyen la que es conocida como “pequeña burguesía “tradicional”); los trabajadores autónomos; artesanos y trabajadores de cooperativas; todos ellos propietarios (individual o colectivamente) de los medios de producción, independientemente de que tengan contratados o no, a su servicio, trabajadores asalariados. También pertenecen a ella los baserritarras (propietarios del caserío, de tierras y ganado) y los propietarios-armadores de los barcos pesqueros, así como los patrones de los barcos de la flota de bajura (que generalmente forman parte de sus tripulaciones). La pequeña burguesía también es una clase explotadora, aunque no lo es en la misma medida que la gran burguesía o la burguesía media.

La pequeña burguesía es una clase de transición, intermedia entre la burguesía y la clase obrera. Algunos teóricos marxistas incluyen también en ella a un sector de trabajadores asalariados, los técnicos, a los que consideran como “nueva pequeña burguesía”, pero que, por las razones que veremos más adelante, no he considerado oportuno incluir en este epígrafe.

En cualquier caso, podemos decir que la pequeña burguesía tiene un origen y una composición contradictoria, pues es producto tanto de la pervivencia de la economía mercantil simple en la formación económica y social capitalista, como de la creciente incorporación de los avances científico-técnicos al proceso de producción y distribución, así como de la hipertrofia del Estado, como consecuencia del número cada día mayor de funciones que debe asumir bajo el capitalismo.

La pequeña burguesía está formada por los propietarios-as de las pequeñas empresas, de tipo familiar o sociedades limitadas, de entre 0 y 50 trabajadores, que en la CAV son unas 169.381 (el 98,85% del total) 20. También forman parte de la pequeña burguesía unos 109.300 trabajadores autónomos y 23.000 trabajadores miembros de cooperativas 21, así como unos 46.700 trabajadores autónomos en Nafarroa 22

La pequeña burguesía se encuentra asfixiada por las grandes empresas y sus estratos medio e inferior se están empobreciendo rápidamente, como 19 Ver, en este mismo documento, el aptdo. 2.2.4.- Las franjas intermedias.20 Fuente: EUSTAT. Directorio de Actividades Económicas. No podemos cuantificar el número de propietarios-as de dichas empresas.21 Fuente: EUSTAT. Encuesta de Población en Relación con la Actividad (PRA).22 Fuente: Afiliación a la Seguridad Social según CNAE-09.

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consecuencia de la crisis económica, y se están viendo abocados a la proletarización.

En la pequeña burguesía, debemos distinguir una capa media, formada por los propietarios de las empresas de menor tamaño, de entre 0 y 2 trabajadores, que en la CAPV son unas 129.179 (el 75,39% del total); y una capa inferior, formada por los trabajadores autónomos sin asalariados, aproximadamente el 80% de los autónomos (taxistas, fontaneros, etc.); así como por los socios-as de las cooperativas.

Como clase de transición que es, entre la burguesía y la clase obrera, la posición política adoptada por la pequeña burguesía es tímida, vacilante e inconsecuente, especialmente en situaciones de profunda crisis económica, social y política como la que estamos atravesando. Las contradicciones internas, entre sus distintas capas y fracciones, la pueden llevar y, de hecho, la han llevado históricamente, bien a adoptar posiciones contrarrevolucionarias y fascistas o a sumarse a la causa de la revolución proletaria.

El que la pequeña burguesía llegue a inclinarse mayoritariamente del lado de la reacción o del de la revolución, dependerá de una serie de factores entre los que cabe destacar como elemento esencial el trabajo ideológico y político que sea capaz de desarrollar el sector más consciente de la clase obrera (aprovechando la creciente agudización de las contradicciones creadas en el seno de dicha clase por el desarrollo del proceso de concentración y centralización del capital) para atraérsela a las filas del pueblo trabajador.

2.2.4.- Las franjas intermedias.

La estructura social vasca, como las de cualquier país de capitalismo desarrollado, es una estructura compleja. En ella, no “todo es blanco o es negro”. No se puede establecer una diferenciación nítida entre todos sus miembros.

Hay que tener en cuenta que existen grupos que no se pueden definir estrictamente como clases sociales porque, en el proceso de producción, ocupan una posición intermedia entre las dos clases antagónicas, la burguesía y el proletariado. Ese es el caso de los directivos, los técnicos y los cuadros; o por no estar ligados directamente a la producción, al prestar servicio en las instituciones u organismos pertenecientes a la superestructura. Este es el caso de profesores, abogados, funcionarios del aparato del Estado, etc.

Por otra parte, en estas franjas intermedias, a su vez, existen diversas fracciones y capas. Para tratar de diferenciarlos, lo más objetivamente posible, es preciso recurrir a los conceptos de “determinación (adscripción o situación) de clase” y de “posición de clase”. El primero, tiene un carácter estructural y con él se designa el lugar objetivo ocupado por cada persona en la división social del trabajo, es decir, independientemente de su voluntad. El segundo, tiene un carácter coyuntural y con él se designa el lugar ocupado por una persona en un momento dado, es decir, en una situación concreta de la lucha de clases.

El hecho de mantener una determinada posición de clase, no elimina la adscripción, la pertenencia, de una persona o un grupo, a una determinada clase, o a una fracción de clase. Por ejemplo, el hecho de que la aristocracia obrera mantenga una “posición de clase” burguesa, nos permite asimilarla a la burguesía; pero no por ello debemos dejar de considerarla como una parte (una capa o un estrato) de la clase obrera.

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Categorías sociales.

En las franjas intermedias, también debemos distinguir a determinados grupos cuyo papel principal está relacionado con el funcionamiento del aparato del Estado, como es el caso de la burocracia administrativa, y con el desarrollo y la difusión de la ideología, como es el caso de los intelectuales. Estos grupos, constituyen lo que la teoría marxista denomina “categorías sociales”, y sus funciones son, esencialmente, políticas e ideológicas.

Las categorías sociales no son grupos externos, situados “al margen” de las clases, ni en sí mismas constituyen clases sociales. Pero, sus miembros pertenecen a una u otra clase. Por ejemplo, en el caso de la burocracia administrativa, los altos funcionarios, por su adscripción de clase y/o el papel que juegan en el funcionamiento del aparato del Estado pertenecen, en general, a la alta o media burguesía; su nivel intermedio, a la burguesía media o a la pequeña; y su nivel inferior, a la pequeña burguesía o incluso a la clase trabajadora 23.

No obstante, aunque las categorías sociales no sean clases y sus miembros pertenezcan a una u otra clase, su importancia práctica estriba en que, en determinadas condiciones, pueden presentar una unidad propia y tener un funcionamiento político relativamente autónomo, respeto a las clases a las que pertenecen sus miembros.

Directivos y cuadros.

Generalmente, bajo la denominación de “empresarios” se suele incluir tanto a los dueños (propietarios legales) de las empresas como a los directivos y altos cuadros de las mismas, aunque estos últimos no posean la titularidad jurídica de las mismas. Para definir la determinación de clase de estas categorías, hay que tener en cuenta que en el capitalismo desarrollado se produce una diferenciación entre la propiedad jurídica y la posesión (control) de los medios de producción. Por otra parte, lo que caracteriza a la clase dominante en una formación social no sólo es la propiedad jurídica legal de los medios de producción, sino la posesión real, el control efectivo de los mismos.

En este sentido, generalmente, un directivo de una empresa mediana o grande, posee un grado de poder y control económico mayor que el dueño de una pequeña empresa, aunque legalmente no sea el propietario de la empresa en la que trabaja, sino que tenga la consideración de trabajador asalariado.

Por el lugar que ocupa en la división social del trabajo, un directivo o alto cuadro de una gran empresa, tiene capacidad para tomar decisiones en materia de inversiones (para adquisición de maquinaria, materias primas y fuerza de trabajo), de organización de la producción, de contratación, etc. Funciones que son derivadas de la necesidad de llevar a cabo la reproducción ampliada del capital.

Por tanto, su capacidad de control se deriva de la necesidad de acumulación capitalista misma. Es por ello que, en general, la “posición de clase” de los directivos y cuadros superiores de las grandes empresas es burguesa. Además, muchas veces, estos directivos y altos cuadros, también son propietarios de paquetes de acciones de las empresas en las que trabajan, aunque no sean accionistas mayoritarios de las mismas.

23 Ver aptdo. 2.2.5.- Trabajadores asalariados y clase obrera.

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En la CAPV, el sector de “directores y cuadros superiores” que trabajan en las empresas, se cuantifica en unas 46.500 personas 24

(aproximadamente el 5,9% del total de trabajadores asalariados). En Nafarroa, el número de directivos de empresas es de 12.600 25 Pero, entre ellos, debemos establecer diferencias, dependiendo del tipo o tamaño de empresas en que trabajen.

Hemos estimado que en la CAPV unos 30.000 de estos “directores y cuadros superiores” forman parte de las pequeñas empresas (10.000 de ellos en las de entre 3 y 10 trabajadores y los otros 20.000 en las de entre 10 y 50) por lo que, como ya hemos dicho, serían asimilables a la pequeña burguesía. Otros 10.000 directivos y cuadros formarían parte de las medianas empresas, de entre 50 y 250 trabajadores), por lo que serían asimilables a la burguesía media. El resto, unos 6.500, trabajarían en las grandes empresas, las mayores de 250 trabajadores.

En el caso de estos últimos hay que decir que una parte importante de ellos tiene una procedencia (origen, por su trayectoria familiar inmediata) de clase burguesa, es decir que procede de la propia gran burguesía o de la capa superior de la burguesía media. Por tanto, esta franja de directivos y altos cuadros sería asimilable a la capa superior de la burguesía media o a la gran burguesía.

Según los mismos criterios empleado en el caso de la CAPV, estimamos que en Nafarroa el número de directivos y cuadros superiores que trabajan en la pequeña empresa es de unos 8.100, en la mediana empresa unos 2.700 y otros 1.800 aproximadamente lo harían en las grandes empresas 26.

Pero, los directivos y cuadros superiores de las grandes empresas, también sufren las consecuencias del actual modelo de acumulación capitalista, aunque en menor medida que los directivos y cuadros de las medianas y pequeñas empresas. La agudización de la crisis económica, que se viene a sumar a los efectos de la incorporación de las TIC´s al proceso de producción y de distribución, y a la fusión de empresas, con la consiguiente centralización de funciones y/o externalización de servicios que venían desarrollando las mismas, pone en peligro su estabilidad en el empleo y, en general (salvo excepciones), empeora sus condiciones de vida y de trabajo. Todo lo cual viene a agudizar la contradicción permanente en que se encuentran, debido a su condición de trabajadores asalariados, por una parte, y a la posición que ocupan en la división del trabajo, por otra.

Profesionales, intelectuales y científicos.

24 LANBIDE-Servicio Vasco de Empleo. Gobierno Vasco: “Población de la CAPV en relación con la actividad por ocupación. 1er. Trimestre de 2011”.25 Fuente IEN. Encuesta de Población Activa de Navarra. Población ocupada por categoría profesional (3er. Trimestre 2011). 26 Se han estimado unos porcentajes similares a los de la CAPV.

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En este sector, se incluyen a profesionales liberales (médicos, farmacéuticos, dentistas, abogados, asesores financieros, etc.), científicos e investigadores que trabajan en laboratorios y centros de investigación pertenecientes a fundaciones privadas, e intelectuales (profesores-as, escritores-as, periodistas, cineastas, etc.) 27.

En la CAPV, los profesionales, intelectuales y científicos alcanzan la cifra de 179.700 28. En Nafarroa son unos 43.200 29. En Hegoalde, este colectivo asciende a 222.900 personas (aproximadamente al 18,5% de la población ocupada).

La mayoría de ellos se incluye en el grupo de los trabajadores autónomos y otra parte, cuya cuantía aún no podemos determinar, tiene la condición de trabajadores asalariados. Sin embargo, en general, este sector se incluye dentro de la pequeña burguesía.

Los técnicos.

En su conjunto, forman parte de los trabajadores asalariados. Es por ello que no se les ha incluido dentro de la pequeña burguesía. Sin embargo, aquellos que en la división del trabajo que tiene lugar en el seno de las empresas, desempeñan tareas de mando, de organización, de supervisión y control, sí se les puede incluir en esa clase, pues su posición de clase viene determinada por su papel en el proceso de producción.

Entre los técnicos existen diversos niveles, en lo que respecta a sus conocimientos y nivel de cualificación (que van desde la formación profesional, en el caso de los ayudantes técnicos, a la universitaria, media o superior).

En la CAPV, el número de técnicos-as es de unos 182.500 30 y en Nafarroa de 27.500 31, lo que para el conjunto de Hegoalde hace un total de 210.000 personas (el 17,34% del total de la población ocupada).

Funcionariado y trabajadores-as de la administración.

Hay que tener en cuenta que una parte importante de este sector está constituida por la “burocracia” 32. Por ello, antes de cualquier otra consideración, vamos a efectuar un análisis de esta categoría social. Considerada en sentido amplio, la burocracia desempeña un papel propio que se desarrolla, precisamente, dentro de los límites de la autonomía relativa que tiene el Estado capitalista como parte de la superestructura de la sociedad. De ahí que no podamos abordar esta cuestión sólo desde el punto de vista del origen de clase 27 Los intelectuales tienen como función social la de producir ideología. Constituyen una categoría social.28 Fuente: LANBIDE. Población de la CAPV en relación con la actividad por ocupación. 1er. Trimestre de 2011.29 Fuente: IEN Encuesta de Población Activa de Navarra (3er. Trimestre 2011).30 Fuente: LANBIDE. Población de la CAPV en relación con la actividad por ocupación. 1er. Trimestre de 2011.31 Fuente: IEN Encuesta de Población Activa de Navarra (3er. Trimestre 2011).32 Conjunto de funcionarios públicos o empleados del Estado que, por su posición en las estructuras administrativas, tienen acceso a los centros de decisión.

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de sus miembros. Pero, por otra parte, tampoco podemos ignorar que la adscripción de clase de estos influye, de un modo u otro, en el funcionamiento político de la burocracia.

El hecho de que esta categoría social pueda funcionar, en determinadas coyunturas, de manera “unitaria” y que, por ello, actúe de forma contradictoria con respecto a las clases de las que son originarios sus miembros, pero a las que siguen perteneciendo, no significa que su adscripción de clase deje de tener efecto. Esto, se pone de manifiesto en determinadas situaciones por el surgimiento o la agudización de contradicciones en el seno de la propia burocracia, entre su cúpula (capa superior) formada, generalmente, por miembros de adscripción de clase burguesa, y los grados subalternos e inferiores, generalmente, pequeño burgueses. Contradicciones que, en determinadas situaciones de crisis política, pueden llegar a revestir una especial agudeza.

Aclarado esto, hay que decir que el sector incluido en este epígrafe, aunque desde un punto de vista cuantitativo no sea tan relevante como el anterior, tiene una gran importancia desde un punto de vista sociológico. Se puede incluir dentro de la categoría de “trabajadores asalariados” y se subdivide en funcionarios y contratados. En la CAPV concurren cuatro administraciones públicas distintas: la central, la autonómica, la foral y la local.

En la CAPV, el número total de trabajadores dependiente de las distintas administraciones públicas se eleva a la cifra de 152.600 33. De estos, el número de trabajadores dependientes del Gobierno Vasco es de 37.364, entre los que se incluyen 2.790 con contratos laborales indefinidos y 95 eventuales. El número de altos cargos es de 191 34.

En lo que respecta a este sector, también habría que establecer una diferenciación entre, por ejemplo: un funcionario administrativo o un peón (municipal o foral) que repara las carreteras, que no participan directamente en el proceso de producción y por tanto no crean plusvalía, pero cuyo trabajo es imprescindible para que se mantenga el propio proceso de producción; y un juez o un policía, que forman parte del aparato coercitivo del Estado. En cuanto al número de miembros de los distintos cuerpos policiales (autonómico y estatales) que se incluyen en esta cifra, se estima que es, aproximadamente, de 20.000 35.

2.2.5.- Trabajadores asalariados.

Aquí es necesario efectuar previamente algunas aclaraciones conceptuales. En primer lugar, nos vamos a referir al término de “trabajadores asalariados” (trabajadores por cuenta ajena, no propietarios de medios de producción) que engloba tanto a los que trabajan en el sector productivo, es decir en aquel en el que se genera el valor (de cuyo excedente se apropian los propietarios de los

33 Fuente: EUSTAT. Encuesta de Población en Relación con la Actividad (PRA).34 Fuente: EUSTAT. Plantilla presupuestada del Gobierno Vasco.35 Estimación realizada en base al estudio realizado por STEE-EILAS y el colectivo Gazteizkoak, titulado:”Principales datos de la militarización vasca (2002)”.

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medios de producción, en forma de plusvalía), como los que trabajan en el sector no productivo del valor, que es el de la circulación y/o de la distribución.

En 2010, el número de trabajadores asalariados (por cuenta ajena) en la CAV era de 784.000, 36 lo que representaba (el 82,6% de la población activa ocupada). De ellos, 152.600 pertenecían al sector público y 631.400 al sector privado. En Nafarroa, la cifra era de 206.988 37 (el 76,10 de la población activa ocupada), de los cuales, aproximadamente 34.000 pertenecían al sector público 38.

La clase trabajadora.- Podemos definirla, de forma amplia, como el conjunto de trabajadores asalariados. En él incluimos a la capa inferior del funcionariado, algunos sectores de su capa media [difíciles de cuantificar], y a los técnicos. Sin embargo, habría que excluir de este conjunto al alto funcionariado, a algunos sectores de su capa media [también difíciles de cuantificar] y a los que forman parte de los aparatos coercitivos del Estado capitalista, así como a los directivos y cuadros superiores de las medianas y grandes empresas.

La clase trabajadora vasca, tanto los varones como las mujeres, está sometida a una doble opresión, social (de clase) y nacional; y las trabajadoras vascas, por el hecho de ser mujeres, también están sometidas a la opresión patriarcal, de sexo-género.

Estimamos que la clase trabajadora, en la CAV, está formada por unas 747.500 personas y en Nafarroa por 206.988, lo que para el conjunto de Hegoalde hace un total de unas 954.488 personas 39

No obstante, el criterio seguido hasta aquí es un tanto estrecho y rígido ya que, con él, únicamente se tiene en cuenta, como miembros de la clase trabajadora a las personas que están ocupadas y no a los parados y paradas que, según Marx, constituyen el “ejército de reserva” de fuerza de trabajo; al mismo tiempo que sólo se refiere a quienes ocupan (directamente) un puesto de trabajo y no a quienes por su “trayectoria familiar inmediata (vínculos familiares) o por su trayectoria de clase” 40 también se les puede considerar ligados a la clase trabajadora.

Utilizando este último criterio, más amplio y flexible que el anterior, habría que aumentar dichas cifras en 115.600 personas (desempleadas en la CAV), y otras 33.700 en Nafarroa 41, con lo que la clase trabajadora en Hegoalde alcanzaría la cifra de 1.103.788 personas 42.

36 Fuente: EUSTAT. Encuesta de Población en Relación con la Actividad (PRA).37 Fuente: Afiliación a la Seguridad Social según CNAE-09.

38 Diario de Navarra (05-05-2010).39 Estos datos son aproximados, ya que no se ha excluido a los miembros de los aparatos coercitivos en Nafarroa, ni a los directivos y cuadros superiores de las empresas medianas y grandes, por no disponer aún de esos datos.40 Ver Erik Olin Wright: “Clase, crisis y Estado”. Las definiciones ampliadas de las clases. Edit. Siglo XXI. Madrid, 1978. Pág 91. 41 Según datos de paro correspondientes a 2010. Ver: Caja Laboral. “Economía Vasca”. Informe 2010. Pág. 42.42 No disponemos de datos relativos al número de personas que, por vínculos familiares, podrían incluirse en el concepto de “clase trabajadora”, según una definición ampliada de la misma

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El proletariado o clase obrera.- Utilizamos estos términos indistintamente, como sinónimos. Con ambos nos referimos a los trabajadores y trabajadoras de los sectores productivos (minería, industria y construcción). Estimamos que en la CAV, la clase obrera asciende a la cantidad de 279.800 personas y en Nafarroa 91.000, lo que para todo Hegoalde hace un total de 370.800 personas.

En 2010, los trabajadores y trabajadoras empleados-as en la industria y la construcción representaban el 30,7% del total de la población ocupada, mientras que los empleados-as en el sector servicios, ascendían al 67,5% y los-las del sector primario representaban tan sólo el 1,9%.

Si a los y las trabajadoras de los sectores productivo les sumamos el número de parados-as que, en esa fecha, pertenecían a dichos sectores, estimamos que la clase obrera vasca asciende a unas 410.000 personas.

El proletariado, constituye la base, el estrato inferior, de la estructura social vasca. Está sometido a la explotación de la burguesía. Sin embargo, esta clase ha experimentado un profundo proceso de cambio, como consecuencia de la crisis económica de 1975-1985, cuando se desmantelaron muchas de las grandes empresas, donde históricamente había habido importantes concentraciones obreras, especialmente en Ezkerraldea 43.

La crisis industrial supuso la pérdida de alrededor de 100.000 puestos de trabajo y afectó principalmente a Bizkaia y Gipuzkoa, mientras que Araba no lo fue tanto y, en cierta medida, mantuvo el empleo, como consecuencia del establecimiento de la capitalidad autonómica en Gasteiz y la consiguiente centralización del aparato administrativo en dicha ciudad.

Desde la década de los años 20 hasta la de los 70, el llamado sector secundario (industria y construcción) concentró a la mayor parte de la clase trabajadora vasca. Sin embargo, desde mediados de la década de los 70, debido a la crisis y al proceso de “reconversión” industrial a que esta dio lugar, el proletariado fue perdiendo peso cuantitativo y, con ello, la clase obrera experimentó una relativa pérdida de centralidad.

El cambio que ya se estaba empezando a producir en el modelo de acumulación capitalista, con el peso cada vez mayor de la fracción del capital financiero en el seno de la gran burguesía, y con ello de sus sectores más parasitarios y especulativos, al mismo tiempo que se desarrollaba un proceso acelerado de introducción de las innovaciones técnicas (electrónica, microinformática, etc.) en el proceso productivo, dio lugar a un desarrollo cada vez más rápido del sector servicios, que desde entonces pasó a ser el que ocupó a la mayor parte de los trabajadores y trabajadoras.

Para hacernos una idea de la importancia de estos cambios, veamos unos datos referentes a la población ocupada en cada uno de los sectores económicos antes de iniciarse el proceso de “reconversión industrial”, y después de que esta se hubiese llevado a cabo.

POBLACIÓN OCUPADA POR SECTORES ECONÓMICOS EN

43 Ver: Paco Vega. “La crisis de 1975-1985 en la Margen Izquierda. El caso AURRERA”. Febrero, 2010. http://sugarra.blogspot.com/

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HEGOALDE (1969).(En porcentajes)

Araba Bizkaia Gipuzkoa Nafarroa

Agricultura y Pesca 18,8 10,7 10,8 31,7Industria y constr. 55,4 54,9 57,4 39,3 Servicios 25,8 35,4 32,8 30,0 44

Como podemos ver, si comparamos los dos cuadros, el peso de la clase obrera de los sectores productivos ha pasado de ser aproximadamente un 55% de la población ocupada, en cada uno de los territorios de la CAPV, y un 39,3% en Nafarroa (1969) a representar un 29,8% en la CAPV, y un 30,7% en Nafarroa (2010).

POBLACIÓN OCUPADA POR SECTORES ECONÓMICOS EN

HEGOALDE (2010).(En porcentajes)

CAPV Nafarroa Hegoalde

Agricultura y Pesca 1,3 4,1 1,9Industria y constr. 29,8 33,5 30,7 Servicios 68,9 62,4 67,4 45

Como consecuencia del desarrollo capitalista, de la globalización económica, de la incorporación de los avances científico-técnicos al proceso de producción y distribución, así como de los efectos producido por la progresiva desregulación laboral que ha tenido lugar en las últimas décadas, del fenómeno migratorio 46, etc.; ha tenido lugar un proceso, cada vez más acentuado, de precarización de las condiciones de vida y de trabajo de la clase obrera.

Al mismo tiempo, esta nueva situación ha ido produciendo en su seno una serie de cambios estructurales que han dado lugar a la aparición de contradicciones (no antagónicas) entre diferentes sectores de la clase obrera, que dificultan la necesaria unidad estratégica del proletariado, y que es necesario superar.

Me refiero a las contradicciones entre empleados y desempleados, entre trabajadores fijos y eventuales, entre trabajadores autóctonos e inmigrantes, que se han venido a sumar a aquellas que ya existían como consecuencia de la división del trabajo en las propias empresas entre trabajo de dirección y de ejecución, entre trabajo cualificado y no cualificado, entre trabajo manual e intelectual.

44 Fuente: Banco de Bilbao. “Renta Nacional de España y su distribución provincial”. Elexpuru Hermanos, S. A., Zamudio (Bilbao), 1969. Citada por Jokin Apalategi. “Los vascos, de la nación al Estado”. Pág. 37. Edit. Astero. Iruñea, 2006. 45 Ver: Caja Laboral. “Economía Vasca”. Informe 2010. Pág. 44.46 El número de extranjeros empadronados en la CAV, el 1 de enero de 2011, asciende a 144.551 (el 51,4% hombres y el 48,6% mujeres), de los que el 24,8% procede de países miembros de la UE. Ver Ikuspegi@k. Población extranjera en la CAPV 2011.

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Por supuesto que todos estos cambios, también han tenido unos considerables efectos ideológicos y han dado lugar a la desaparición de algunas de las formasen que se manifestaba la conciencia de clase.

El tipo de conciencia de clase predominante antes de la “reconversión” industrial, guardaba una estrecha relación con el sindicalismo, era primaria y básica. Se forjó en unas condiciones muy duras de lucha, contra la dictadura fascista y por la mejora de las condiciones de vida y de trabajo de la clase obrera y se fundamentaba en unos lazos elementales de solidaridad. Estaba muy vinculada a los grandes centros de producción, con gran cantidad de trabajadores y trabajadoras.

En muchas ocasiones, también estaba asociada a la vida en barrios obreros y en grupos de viviendas propiedad de las propias empresas. Muchos recordamos las viviendas de AHV, de GEE, de Babcock Wilcox, etc., en Ezkerraldea y, mirando más hacia atrás, los barracones de las empresas mineras en Gallarta, Ortuella y La Arboleda; lo que contribuyó a crear formas de conciencia comunitarista entre los trabajadores. Pero, en general, salvo en el caso de una minoría, no se trataba de una conciencia de clase verdaderamente consciente de los intereses objetivos finales (estratégicos) del proletariado, es decir, una conciencia de clase revolucionaria. Era una forma primitiva de conciencia de clase, que algunos han calificado de “obrerismo” y que tenía un fuerte componente economicista.

Pero, hoy día, además de la reducción cuantitativa del proletariado, han desaparecido los grandes centros de trabajo, se han fragmentado. Los trabajadores y trabajadoras viven en barrios no vinculados a las empresas., etc., lo que ha redundado en la progresiva desaparición de las formas de conciencia social (de clase) desarrolladas en ese contexto.

Sin embargo, a pesar de la pérdida de peso (cuantitativa) de la clase obrera en la estructura social vasca, el proletariado continúa siendo la clase objetivamente (potencialmente) más revolucionaria, lo cual le confiere una importancia cualitativa. Por otra parte hay que tener en cuenta que, a pesar de haber disminuido su importancia cuantitativa, la clase obrera vasca tiene, hoy día, un peso social considerablemente mayor del que tuvo el proletariado en aquellos países en los que históricamente se produjeron las revoluciones más paradigmáticas, como Rusia y China.

Por otra parte, la exacerbación de las contradicciones del capitalismo en su fase actual, la eliminación sistemática de las conquistas obreras de las últimas décadas, la acentuación de las tendencias autoritarias y fascistizantes de los Estados capitalistas “democráticos”, la sistemática destrucción de la naturaleza, la opresión de pueblos y naciones, la opresión patriarcal-capitalista a que se ven sometidas las mujeres, la creciente precarización laboral de mujeres y jóvenes, etc., crea las condiciones objetivas para el surgimiento de una nueva forma, más elevada y compleja de conciencia de clase.

2.2.6.- Los grupos sociales.

En la sociedad en la que vivimos, existen conjuntos o grupos de personas que no se caracterizan por pertenecer a una clase social concreta, sino que sus miembros pueden formar parte de una u otra de las distintas clases. Sin embargo, lo que define a todo el conjunto es una posición social, una problemática específica que, aunque no tenga una relación directa e inmediata con el proceso de producción, viene determinada (en última instancia) por la

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existencia de unas relaciones de producción capitalistas. Estos conjuntos de personas son los grupos sociales.

Los y las jóvenes.

La juventud es una etapa de maduración del ser humano a partir de la adolescencia. Los y las jóvenes, constituyen un conjunto con unas características especialmente complejas. Aspectos biológicos, educativos, psicológicos, afectivos, sexuales, socio-culturales, laborales, etc., influyen y condicionan el desarrollo de su autoafirmación (de su especificidad como individuos) y de su autoestima.

Pero, todo este complejo proceso tiene lugar en el marco de una situación histórico-concreta; en el que se dan unas determinadas condiciones sociales, económicas, políticas, ideológicas y culturales. En una sociedad en la que, simultáneamente, y de forma interdependiente, se desarrollan la explotación social (de clase), la dominación nacional y la opresión patriarcal (de sexo-género).

En esta situación, los y las jóvenes de Euskal Herria, son uno de los sectores más castigados por la crisis. En el primer trimestre de 2011, la tasa de paro juvenil fue de un 21,7% 47. También hay que tener en cuenta que gran parte de los y las jóvenes que trabajan, lo hacen en precario (contratos basura, temporales, discontinuos, con plena disponibilidad y movilidad geográfica y/o funcional, etc.) y con unos salarios de miseria (la mayoría son “mileuristas” o, incluso, no llegan a ese nivel), lo que unido a los elevados precios de la vivienda (ya sea en compra o en alquiler), los altos intereses de las hipotecas, etc., imposibilita su emancipación y les obliga a permanecer largos años en casa de sus padres.

En la CAV, los y las jóvenes, entre 14 y 29 años representaban, en 2010, el 15,1% de la población 48, lo que supone aproximadamente la cifra de 328.000 jóvenes, de los cuales unos 120.800 eran estudiantes de enseñanza media (bachillerato y formación profesional) o superior 49. En Navarra, los y las jóvenes entre 14 y 29 años representaban el 16,78%, lo que hace una cifra de 107.600 jóvenes, de los y las que unos 37.000 eran estudiantes 50. En total, en los cuatro territorios de Hegoalde, el número de jóvenes alcanzaba la cifra de 435.600, de los que 157.800 eran estudiantes (un 36,22% del total).

Hay que tener en cuenta que los y las estudiantes se encuentran en un periodo de formación cuyo objeto es su futura incorporación al llamado “mercado laboral”, es decir que se preparan para vender su fuerza de trabajo en mejores condiciones a los propietarios de los medios de producción, para convertirla en mercancía. Según que cualificación obtengan por medio de sus estudios, llegarán a alcanzar un valor de cambio determinado. Por ello, salvo una minoría de estudiantes que proceden de las familias burguesas, la inmensa mayoría pasará a ser explotada, de una u otra forma, por la burguesía. De ahí que, mientras 47 Observatorio Vasco de la Juventud (junio 2011).48 Idem. Hay que destacar que en 1991, el índice de juventud era de un 25,4% de la población.

49 EUSTAT y Departamento de Educación del Gobierno Vasco (21 marzo 2011).50 Gobierno de Navarra. Departamento de Educación.

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están estudiando, constituyan, de hecho, una parte (encubierta) del ejército de parados-as y que, por tanto, también se les deba considerar como parte de la clase trabajadora.

Las mujeres.

Constituyen un grupo social que, aproximadamente, representa la mitad de la población y que, desde la más remota antigüedad, está sometida a unas condiciones de marginación y de dominación que remontan su origen a la división sexual del trabajo que tuvo lugar en la comunidad primitiva. Sobre esta inicial división del trabajo fue tomando cuerpo la subordinación de la mujer al hombre, la apropiación por parte de éste de la mujer e hijos como bienes propios, en una palabra, la opresión de un sexo por otro. Con el desarrollo de la propiedad privada y de la división de la sociedad en clases, este sistema de la opresión de la mujer que conocemos como patriarcado, se consolidó y ha llegado, con distintas formas, hasta nuestros días.

La división del trabajo en función del sexo lleva aparejada una organización social y familiar basada en el dominio del hombre y en la marginación y opresión de la mujer, la cual se ha mantenido a lo largo de los distintos modos de producción aunque con algunas modificaciones y adaptaciones hasta la sociedad capitalista actual.

La situación de la mujer en Euskal Herria, no es muy diferente a la que viven las mujeres de otros países capitalistas de Europa occidental. Aparentemente, las legislaciones de estos Estados recogen una serie de aspectos que se nos presentan como un gran avance hacia la equiparación o, incluso, la igualdad de derechos entre la mujer y el hombre. Pero, en realidad, sólo se trata de una mera igualdad jurídica-formal que, aunque ciertamente suponga un avance con respecto a la situación de las mujeres hace unas décadas, sólo sirve para legitimar la desigualdad real que existe en la sociedad vasca actual y para ocultar la opresión a que todavía sigue estando sometida.

Por ejemplo, el llamado “trabajo doméstico” se sigue considerando todavía, por parte de una amplísima mayoría de nuestra sociedad, como un trabajo propio y exclusivo de mujeres. Un trabajo que, hasta hace pocas décadas, ha venido suponiendo para la mayoría de las mujeres su reclusión entre las cuatro paredes del hogar, el aislamiento de la vida social y el estrechamiento de los horizontes y las perspectivas para las mujeres.

Sin embargo, tal situación está cambiando lentamente desde que a mediados de la década de los ochenta del siglo pasado, como consecuencia de las necesidades del propio modelo de acumulación capitalista (que necesitaba la incorporación masiva de mano de obra barata al mercado de trabajo), se inició lo que se ha conocido como la “revolución silenciosa” de las mujeres, que tuvo como consecuencia su progresiva incorporación al mundo laboral. Así tenemos que la tasa de actividad laboral femenina 51 ha pasado de ser un 32% en 1985 a un 44% en 2005 y a un 50,6% en 2010.

Si ahora nos atenemos a la tasa de ocupación femenína 52, vemos que en la última década ésta ha ido variando en la siguiente medida:51 Porcentaje de mujeres incluidas en la Población Activa (ocupada +desempleada) con respecto a las mujeres incluidas en la Población Potencialmente Activa (total de mujeres en edades comprendidas entre 16 y 65 años).52 Porcentaje de mujeres con empleo, del total de mujeres incluidas en la Población Activa.

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TASA DE OCUPACIÓN FEMENINA

2000 2005 2010

UE – 27Edad (16 - 64 años) 53,7% 56,3%

58,2%Edad (55 – 64 años) 27,4% 33,6%

38,6%

CAPVEdad (16 - 64 años) 43,0% 54,8%

58,7%Edad (55 – 64 años) 17,8% 25,7%

33,0%

Fuente: PRA. EUSTAT.

Sin embargo, en 2005 aún había en la CAV 242.800 mujeres que declaraban dedicarse exclusivamente a las tareas domésticas, aunque sólo un 27% de las mismas eran mujeres menores de 45 años, lo que indica que la mayoría de las “amas de casa” eran mujeres mayores de esa edad 53 y estimamos que en esas fechas, en Navarra eran 57.040 mujeres las que se dedicaban exclusivamente a las labores del hogar, lo que para 2005 hace una cifra de unas 300.000 “amas de casa” en Hegoalde 54.

En cuanto a las mujeres que traban fuera de casa, la mayoría lo hacen en los puestos de inferior categoría, en gran medida eventuales. Entre los hombres, 3 de cada 10 tienen contratos temporales, mientras que entre las mujeres es el doble. El 4,6% de los trabajadores y trabajadoras, no tienen contrato de trabajo, de los que el 87% son mujeres 55. Mas de los 2/3 e contratos, son de una duración inferior a dos meses (la mayoría de los realizados a tiempo parcial). Además, los empleos de las mujeres son los peor retribuidos, ya que perciben unos salarios inferiores en un 25% a los de los varones, por un mismo trabajo 56.

En muchas ocasiones, estos trabajos reproducen las tareas domésticas (corte y confección, peluquería, limpieza, etc.) o trabajan como “empleadas de hogar” sin horarios fijos, ni alta en la seguridad social, sin contrato laboral y con salarios bajísimos (inferiores a los de los-las mileuristas), sin posibilidades de sindicación, etc.

No obstante, el trabajo doméstico no lo realizan únicamente las “amas de casa”, sino que la mayoría de las mujeres que trabajan fuera del hogar, cuando regresan a este, después de su jornada laboral, se ven obligadas a desempeñar las tareas domésticas, llevando así una doble jornada de trabajo, como 53 Mertxe Larrañaga. LAN HARREMANAK / 13 (2005-II).

54 No disponemos de datos actualizados del número de “amas de casa”, para 2010.55 VV. AA. “La Euskal Herria ¿de quien?”. GITE-IPES y Elkartzen. Bilbao, 2008. Pág. 57.56 Idem.

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consecuencia de la subordinación de la mujer al hombre en el marco de la familia patriarcal-burguesa.

El trabajo doméstico realizado por la mujer cumple una importantísima función social que es la de reproducir y mantener (reconstruir) diariamente la fuerza de trabajo, produciendo los bienes necesarios para el autoconsumo de la familia, sin recibir nada a cambio de este trabajo, al no estar valorado económicamente. El trabajo realizado por la mujer en la esfera doméstica, cumple una función que, de no ser así tendría que ser asumida por la propia sociedad capitalista, con el consiguiente coste económico que esto supondría.

Esto llevó, hace algunas décadas, a ciertos sectores del movimiento feminista a considerar que el trabajo realizado por las mujeres en el domicilio configura un modo de producción diferente al capitalista, el “modo de producción familiar” (Christiane Dupont), también denominado “modo de producción doméstico”, basado en la reproducción de la fuerza de trabajo y que daría lugar a la existencia de dos clases antagónicas, los hombres (explotadores) y las mujeres (explotadas).

El desarrollo consecuente de esta teoría, conduciría a ocultar la explotación capitalista y el entronque del patriarcado en la sociedad burguesa, convirtiendo a la mujer y al hombre en enemigos; impidiendo que las mujeres trabajadoras tomen conciencia de que tienen unos intereses comunes con los trabajadores varones en la lucha contra el capitalismo; y haciéndoles creer que todas las mujeres, independientemente de la clase social a la que pertenezcan (incluidas las mujeres burguesas y explotadoras, que se benefician del sistema capitalista-patriarcal) tienen unos intereses comunes. Lo cual, no hace falta decirlo, únicamente beneficia a la clase dominante y en nada favorece la lucha de las mujeres trabajadoras contra su triple opresión y por su emancipación.

Otra cuestión a tener en cuenta, en lo que respecta al trabajo doméstico es que, en términos marxistas, con él no se crea un valor de cambio sino un valor de uso 57. La producción-reproducción de la fuerza de trabajo, contiene en sí dos aspectos: uno, biológico, la perpetuación de la especie, y otro económico, la reproducción de la fuerza de trabajo mediante las tareas que (generalmente) desarrolla la mujer en el seno del grupo familiar (trabajo doméstico

El primero de ellos, por su carácter biológico, no va destinado al mercado. El segundo, los bienes de uso creados en el marco del grupo familiar (alimentación, limpieza, cuidados relativos a la salud familiar, etc.) se consumen en seno del propio grupo familiar. La única relación de la familia con el mercado capitalista es a través del salario obtenido por aquellos de sus miembros que venden su fuerza de trabajo (sean varones y/o mujeres). De ahí que no considere procedente considerar al “ama de casa” como parte de la clase trabajadora, por el hecho en sí de realizar el trabajo doméstico, a pesar de la importancia que este tiene y que ya he resaltado más arriba.

Por ello, creo que a la hora de definir la situación de las mujeres (y de los-las jóvenes) en la estructura social, habría que tener en cuenta otro tipo de consideraciones. Así, las mujeres (al igual que los-las jóvenes) que pertenecen a la población potencialmente activa (entre 16 y 65 años) y no realizan un trabajo remunerado ni estudian, pertenecen a la clase trabajadora no por el hecho de ser mujeres (ó jóvenes) sino por formar parte de un grupo familiar cuya subsistencia depende del salario

57 VV. AA. “Marxismo y liberación de la mujer”. Ediciones DÉDALO. Madrid, 1977.

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obtenido por alguno-os de sus miembros (sean estos varones o mujeres). Esto, según un concepto ampliado de las clases sociales.

De igual modo, pertenecerían a la clase burguesa si formasen parte de un grupo familiar que se beneficiase de la explotación de los trabajadores y/o trabajadoras.

2.2.7.- El Pueblo Trabajador Vasco.

En la sociedad vasca, además de la clase obrera, hay una serie de clases, franjas y sectores sociales que son susceptibles de ser ganadas para la causa del socialismo. Todas ellas, en mayor o menor medida, tienen entre sí unos intereses comunes y también unas contradicciones (aunque no antagónicas). El conjunto de estas clases, capas y sectores sociales constituye el Pueblo Trabajador Vasco.

En ese conjunto, el proletariado, la clase obrera de los sectores productivos (minería, industria y construcción), constituye el núcleo del Pueblo Trabajador Vasco. Ello es así, porque debido al lugar que ocupa en el proceso de producción es la clase objetivamente (potencialmente) más revolucionaria (ello a pesar de que, en estos momentos, no haya llegado todavía a tomar conciencia del papel histórico que puede y debe desempeñar, como fuerza social dirigente, en el proceso revolucionario, es decir, aunque todavía no haya dejado de ser una “clase en sí”, para convertirse en una “clase para sí”).

Por tanto, podemos considerar que el Pueblo Trabajador Vasco está formado por la totalidad de la clase trabajadora y (potencialmente) por las capas baja y media de la pequeña burguesía 58, así como por aquellas fracciones intermedias que, por su posición social, se encuentran más próximas a la clase obrera.

Así, también podemos considerar como parte integrante del Pueblo Trabajador Vasco a los y las baserritarras; a los artesanos y artesanas; a los trabajadores autónomos y los-las profesionales (sin asalariados); intelectuales progresistas, y las los científicos, etc. También forman parte del Pueblo Trabajador Vasco, algunos sectores de la capa media del funcionariado, así como la mayoría de los-las jóvenes (vinculados a la clase trabajadora por vínculos familiares) y de las “amas de casa” 59 de las familias trabajadoras.

Hay que tener en cuenta que la pertenencia de una clase, de una fracción de clase o de determinadas franjas sociales, al Pueblo Trabajador Vasco, no es definitiva (estática y permanente) sino que será consecuencia del desarrollo de la lucha de clases en cada coyuntura histórica concreta y dependerá de la posición que adopte cada una de esas clases, fracciones de clase o franjas sociales, en el transcurso de esa lucha, en cada coyuntura concreta.

3.- IPARRALDE.

Ocupa, aproximadamente el 14,57% del territorio de Euskal Herria. Está dividida en tres provincias históricas, Lapurdi, Baja Navarra y Zuberoa, y está habitada por unas 288.362 personas. El reparto de la población es muy desigual.

58 Ver: aptdo. 2.2.3.- La Pequeña burguesía (pág. 16).59 Las mujeres que realizan un trabajo asalariado fuera del domicilio, ya están contabilizadas como parte del conjunto de la clase trabajadora o de la clase obrera, y las estudiantes, formando parte del citado conjunto.

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En Lapurdi, habita el 87%, un 8% en la Baja Navarra, y tan sólo un 5% en Zuberoa. La mayor concentración de población se sitúa en la costa (Lapurdi), especialmente en la Mancomunidad de aglomeración BAB (Baiona-Anglet-Biarritz) que cuenta con unos 112.000 habitantes 60. Sin embargo, Baja Navarra y Zuberoa están sufriendo un proceso de despoblamiento. Actualmente, la densidad de población de Iparralde es de 97 habitantes/Km2., considerablemente inferior a la de Hegoalde y ligeramente superior a la española.

La economía de Ipar Euskal Herria tuvo un desarrollo muy diferente al de los territorios vascos de Hegoalde. No experimentó un proceso de industrialización como el que tuvieron Bizkaia y Gipuzkoa a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, ni como el de Araba y Nafarroa a partir de la década de los 50. Aunque sí ha habido un cierto desarrollo económico en Iparralde, este ha seguido unos ritmos y ha tenido unas características muy distintas a los del sur.

En el último tercio del siglo XIX, la economía de Iparralde se basó, fundamentalmente, en la agricultura, la ganadería, la explotación forestal y la pesca. En definitiva, se trataba de una economía pobre, aislada y de subsistencia, con un predominio del policultivo, con abundancia de pastos y tan sólo un 10% de la tierra labrada. Abundaban los pequeños agricultores y el 80% de los cuales, cultivaba sus propias tierras. Entre 1832 y 1891, se calcula que emigraron a América unos 79.000 vascos, y la pérdida de población sólo pudo ser compensada con una elevada tasa de natalidad.

En el siglo XIX, la industria tenía un carácter artesanal, destacando únicamente las fábricas de calzado de Hasparren y de Maule. Esta última ciudad experimentó una fuerte inmigración de mano de obra, pasando su población de 2.100 habitantes, en 1880 a los 3.300 en el año 1901. La única industria pesada de Iparralde fue la siderúrgica de las Forges de l´Adour, situada cerca de Baiona, en la desembocadura del Adour. En 1883 se instaló en esta empresa el primer horno alto y en el primer tercio del siglo XX llegó a contar con 1800 trabajadores, aunque su producción fue 2,5 veces menor que la de AHV en 1925. En 1937 se instaló en Anglet la empresa aeronáutica Latécoère, procedente de Toulouse, que entró en crisis al finalizarla Segunda Guerra Mundial. También fracasó el intento de crear una banca local, como sucedió con el Crédit Basque (1919) que fue cerrado en 1940.

Las condiciones económicas imperantes en Iparralde, no permitieron el surgimiento de una burguesía autóctona, como sucedió en Hegoalde, fundamentalmente en los territorios de Bizkaia y Gipuzkoa.

Sólo a partir de la década de los 50 del siglo XX, se produjo una leve industrialización aunque, en la década siguiente quebraron algunas de las empresas tradicionales y tuvo lugar un proceso de reconversión similar al que se produjo en Bizkaia en los años 80.

3.1.- Población activa.

La distribución de la población activa (empleada) por sectores económicos, es la siguiente: Sector primario (agricultura y pesca), el 5,7%; Industria, el 13,5%; Construcción, el 8,3%; Sector servicios el 72,5% que se reparte del siguiente modo: Educación, sanidad, servicios sociales, el 22%; comercio, el 17,9%; 60 Erramun Bachoc. “Población del País Vasco norte”. EKE.orghttp://www.eke.org/es/euskal_herria/iparraldea/iparraldea_biztanlegoa

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hostelería, restauración y servicios a los particulares, el 11%; administración, el 8%; servicios a empresas, el 7,6%; y transportes, banca, inmobiliarias, el 6% 61.Iparralde tiene una posición estratégica para el flujo económico entre el norte y el sur de la UE. Al año, pasan por Iparralde unos 52 millones de toneladas de mercancías (por carretera y ferrocarril). Unas 600.000 toneladas lo hacen empleando un sistema combinado tren/carretera. El puerto de Baiona ocupa el 9º lugar entre los puertos franceses. Tiene una importancia regional, dentro de la región de Aquitania a la que pertenece administrativamente, y por él pasan 4 millones de toneladas al año 62.

Según datos referentes a 2001, en Iparralde había 26.643 empresas, de las que el 61% eran unipersonales (trabajadores autónomos) y el 36% contaban con menos de 10 trabajadores. Por otra parte, el 69% de los asalariados estaban empleados en empresas de menos de 50 trabajadores 63.

Respecto al sector primario, hay que decir que ocupa a una pequeña parte de la población activa, que se extiende fundamentalmente por los cantones rurales del interior (Baja Navarra y Zuberoa), así como por la zona intermedia de Lapurdi, representando un porcentaje muy pequeño (entorno al 2%) en la zona costera. No obstante, está teniendo lugar una progresiva reducción del número de explotaciones agrícolas, que entre 1988 y el 2000, han disminuido en un 16% 64. Actualmente el sector ocupa a 6.500 personas.

En el sector industrial, hay que destacar el subsector de bienes de equipo (aeronáutica, mecánica, material eléctrico, electrónica, informática y material de oficina), el de bienes intermedios (textil, química, papel, caucho, etc.), el de bienes de consumo (cuero y calzado, farmacia, edición, etc.) y el de la alimentación.

Según datos referentes al año 2003, el subsector agroalimentario ocupaba a 2.200 trabajadores, el de bienes de consumo a 2.700, el de bienes de equipo a 3.500 y el de bienes intermedios a 3.600 65. Hay que resaltar que la industria es muy dependiente del exterior y que el 32% de los trabajadores pertenecen a empresas multinacionales.

Como hemos dicho más arriba, la pequeña empresa domina en el sector productivo de Iparralde, absorbiendo al 97% del empleo. La mayoría de las microempresas que forman el tejido productivo de Iparralde, se subdivide entre artesanía y otras actividades (industria, construcción, servicios y comercio).

En cuanto a la distribución geográfica de la población y, por tanto, del empleo, debemos resaltar que en la zona litoral se concentran, aproximadamente, los 2/3 de la población y los 3/4 del total de los puestos de trabajo. Esta concentración es aún mayor en el caso del sector terciario (servicios) que concentra en ese mismo ámbito el 80% del empleo.

61 Pais Vasco norte: indicadores. EKE.org http://www.eke.org/es/euskal_herria/iparraldea/kartak

62 Idem.

63 Antón Borja, Mikel Gómez Uranga. “¿Qué futuro para la economía de Iparralde?”. Dpto. de Economía Aplicada 1. UPV-EHU. 2004.

64 Idem.

65 Idem.

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Sin embargo, también debemos tener en cuenta que algunas actividades económicas tienen cierta importancia en las zonas intermedia e interior. Tal es el caso de las industrias agroalimentarias, de las que el 50% de los puestos de trabajo se encuentran fuera de la zona litoral, y la construcción que cuenta con un 40% de los empleos en las zonas intermedia e interior.

3.2.- Estructura Social.

La población activa de Iparralde se cifra en 121.036 personas, de las que 10.046 (el 8,3%) se encuentra en paro, como consecuencia de la actual crisis económica.

3.2.1.- La pequeña burguesía.

Está constituida, fundamentalmente, por los propietarios de las pequeñas empresas. En Iparralde se contabilizan 29.759 empresas, el 90,2% de las cuales emplea a menos de 10 trabajadores 66.

3.2.2.- La clase obrera.

Está formada por 108.921 trabajadores asalariados-as 67. De ellos, 14.725 (el 13%) están empleados en la industria, que está formada por unas 1845 empresas, de las cuales sólo 37 emplean a más de 50 trabajadores-as 68.

4.- ALGUNAS CONSIDERACIONES.

1.- En Euskal Herria, especialmente en Hegoalde, interactúa una serie de factores (económicos, sociales, históricos, culturales, psicológicos, políticos, etc.) que hacen que, de hecho, constituya una realidad marcadamente diferenciada. Hemos de tener en cuenta que Marx ya planteó que, en determinadas condiciones, una misma base económica:

“pueda mostrar en su modo de manifestarse infinitas variaciones y gradaciones debidas a distintas e innumerables circunstancias empíricas, condiciones naturales, factores étnicos, influencias históricas que actúan desde el exterior, etc., variaciones y gradaciones que sólo pueden comprenderse mediante el análisis de estas circunstancias empíricas dadas” 69.

En consecuencia, podemos considerar que en el Sur de Euskal Herria existe una formación económico-social diferenciada, que posee unos rasgos específicos tan acusados que la distinguen, como ámbito particular, de la formación social española, en la que se incluye, es decir que posee una autonomía relativa. Sin embargo, como consecuencia del desarrollo desigual del capitalismo, la formación económico-social vasca se encuentra aún insuficientemente vertebrada.

66 Chambre de Comerce et d´Industrie. Bayonne. “Le Pays Basque en Chiffres”. Edition 2009.

67 J. Ostolaza. “Iparralde resiste la crisis”. DEIA (07-02-2010).

68 Chambre de Comerce et d´Industrie. Bayonne. “Le Pays Basque en Chiffres”. Edition 2009. 69 C. Marx. “El Capital”. (Libro III. Sección Sexta. Capítulo XLVII.) Pág. 733. Edit. Fondo de Cultura Económica. México, 1973.

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2.- En la formación económico-social vasca, al mismo tiempo que se desarrollan todas las contradicciones propias de cualquier formación capitalista, surgen otras nuevas y específicas que se entrelazan con aquellas, contribuyen a agudizarlas y les confieren una especial crudeza. Por todo ello, la realidad vasca se configura como un marco autónomo de la lucha de clases.

3.- Actualmente hay, al menos, 5 países europeos (3 de ellos miembros de la UE) con una superficie y una población menor que la de Hegoalde; y 8 países (6 de ellos pertenecientes a la UE) con una población menor. A ello debemos añadir que en el Sur de Euskal Herria existe una economía relativamente desarrollada (por su grado de industrialización, su nivel tecnológico y su apertura al exterior) y que cuenta con una buena posición geoestratégica, tanto en relación con Europa como con el continente americano.

Por todo ello, podemos decir que desde un punto de vista económico, demográfico y territorial, un Estado vasco resultaría perfectamente viable. En ese sentido, resulta significativo un artículo del economista José Manuel Farto, en el que reconoce que:

“…la mayor modernidad y eficacia relativa del Estado vasco emergente, frente al Estado español, le puede dar la ventana de oportunidad histórica que posibilite una secesión política” 70.

4.- Si ahora atendemos a los aspectos sociales, debemos tener en cuenta que en Hegoalde se dan unas condiciones que difieren notablemente de las que había en aquellos países en los que llegó a triunfar la revolución. En concreto, me refiero a las que existían en Rusia y en China, por poner los dos ejemplos más paradigmáticos.

Así, mientras que estos eran eminentemente rurales, la mayoría de la población del Sur de Euskal Herria está concentrada en las zonas urbanas. Mientras que en Rusia y China, la clase obrera era muy reducida (aunque en la primera estaba concentrada en unas pocas ciudades); en Hegoalde, la clase trabajadora es la más numerosa de la estructura social vasca. Por último, mientras en aquellos países la burguesía estaba poco desarrollada y era débil; en el Sur de Euskal Herria, la pequeña y media burguesía son unas clases relativamente numerosas.

Por otra parte también hay que tener en cuenta que, a diferencia de Rusia y China, donde los sectores sociales intermedios (salvo en el caso de la burocracia zarista) tenían una importancia relativa bastante escasa; en Hegoalde, los directivos y cuadros, los profesionales y técnicos, así como los funcionarios y trabajadores de las administraciones públicas, tienen un peso importante.

5.- En base a lo expuesto hasta ahora y de cara al desarrollo de un proceso revolucionario anticapitalista, antipatriarcal y de liberación nacional, se pueden definir las líneas maestras de una estrategia de acumulación de fuerzas cuyo objetivo fundamental sería la toma del poder político por parte del Pueblo Trabajador Vasco y la creación de un Estado Socialista Vasco.

a) Agrupar al conjunto del Pueblo Trabajador Vasco, como un bloque revolucionario, en torno a la clase obrera. El Pueblo Trabajador Vasco

70 José Manuel Farto. “El Estado vasco emergente”. El País (13-11-2007).

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constituiría la fuerza motriz principal, y la clase obrera la fuerza social dirigente.

b) Atraer a las capas inferior e intermedia de la pequeña burguesía, para construir el bloque de apoyo al Pueblo Trabajador Vasco.

c) Con objeto de debilitar a las clases de apoyo de la clase dominante (que detenta el poder político y económico), tratar de neutralizar, en la medida de lo posible, a la capa superior de la pequeña burguesía y a la fracción nacionalista de la burguesía media.

5.- PUBLICACIONES CONSULTADAS.

Obras Generales.

VV.AA. ”De Túbal a Aitor. Historia de Vasconia”. Edit. La Esfera de los Libros. Madrid, 2002.

Tamames, Ramón y Rueda, Antonio. “Estructura Económica de España” (25ª Edición). Alianza Editorial. Madrid, 2008.

Manuel Núñez de Arenas y Manuel Tuñón de Lara. “Historia del Movimiento Obrero Español”. Editorial Nova Terra. Barcelona, 1970.

Economía y Sociología.

VV.AA. (Comisión del Comité Central del PCF). “Tratado marxista de Economía Política. El capitalismo monopolista de Estado”. (2 Tomos). Editorial LAIA. Barcelona, 1977.

Nicos Poulantzas. “Las clases sociales en el capitalismo actual”. Editorial Siglo XXI. México, 1987.

Nicos Poulantzas. “Poder político y clases sociales en el Estado capitalista”. Editorial Siglo XXI. México, 1975.

Erik Olin Wright: “Clase, crisis y Estado”. Edit. Siglo XXI. Madrid, 1978.

Jokin Apalategi. “Los vascos, de la nación al Estado”. Editorial Astero. Iruñea, 2006.

Publicaciones de Instituciones públicas.

Ministerio de Trabajo e Inmigración. Varios.

ICO. Instituto de Crédito Oficial. Varios.

INE. Instituto Nacional de Estadística. Varios.

LANBIDE-Servicio Vasco de Empleo. Varios.

EUSTAT-Instituto Vasco de Estadística. Varios.

Euskadi.net Red de portales de la Administración de la CAPV (Sectores industriales).

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Informes de entidades financieras.

Caja Laboral. “Economía Vasca”. Informe 2009.

Caja Laboral. “Economía Navarra”. Informe 2009.

Caja Laboral. “Economía Vasca”. Informe 2010.

Caja Laboral. “Economía Navarra”. Informe 2010.

Informes de sindicatos.

ELA. “Análisis de Coyuntura”. Varios.

CCOO de Navarra. Gabinete de Estudios.

STEE-EILAS.

EHNE. Varios.

LAB. Varios.Otros.

GAINDEGIA. Observatorio para el Desarrollo Socioeconómico de Euskal Herria. Varios.

EKE. El portal de la cultura vasca. Varios.

LURRALDEA. Conseil de Développement du Pays Basque (CDPB) ; Conseil des Elus du Pays Basque (CEPB). Varios.

INSEE. Institut National de la Statistique et des Études Économiques. Varios.

Chambre de Comerce et d´Industrie. Bayonne. Varios.

SANTI RAMIREZ

Euskal Herria (Revisado y actualizado el 14-02-2012).

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