Aprendiz de Jedi #16 - La Llamada de La Venganza

84

description

Star WarsAprendiz de JediVolumen 16: La llamada de la venganzaJude WatsonDigitalización: alphacen

Transcript of Aprendiz de Jedi #16 - La Llamada de La Venganza

  • Star WarsAprendiz de Jedi

    Volumen 16: La llamada de la venganzaJude Watson

    Digitalizacin: alphacen

  • Captulo 1

    Los tubos luminosos de la gran residencia estaban a media potencia y mostraban un dbil brillo azulado. Los pasillos estaban silenciosos y en penumbra. Al otro lado de una puerta doble de cristal opaco se alzaba una nica columna de cristal, alta como una figura humana. Emita un brillo suave y constante.

    En el planeta de Nuevo psolon, el azul era el color del duelo. Las columnas de cristal conmemoraban a quienes haban perdido la vida luchando contra la injusticia. Esa esbelta esquirla de luz pura era por la Dama Jedi Tahl.

    Manex, hermano de Roan, difunto gobernante de Nuevo psolon, haba ofrecido a los Jedi su propia casa para que velasen a Tahl. Haba intentado salvarla llaman-do al mejor equipo mdico del planeta para ocuparse de ella. Cuando muri, se haba encargado de hacer los preparativos adecuados. l mismo haba buscado la columna de luz que conmemoraba su espritu.

    Obi-Wan Kenobi se esforzaba por mostrarse agradecido. No confiaba en Manex. No confiaba ni en su gran riqueza ni en su carcter. El nico bienestar que interesaba a Manex era el propio. Entonces, Por qu era tan amable con los Jedi?

    El padawan deseaba poder hablar de ello con suMaestro. Pero Qui-Gon Jinn era inaccesible. Haba entrado en

    la habitacin para estar con Tahl y an no haba salido de ella.Obi-Wan se sent en el suelo. Al principio esperaba de pie,

    pero el cansancio haba acabado obligndole a sentarse. Quera tumbarse, pero permanecera erguido mientas pudiera. Era lo nico que se le ocurra que poda hacer por su Maestro.

    A Obi-Wan ya se le estaba pasando el impacto, pero segua sin poder asimilar que Tahl no estuviera ya con ellos. Eso implicaba mirar a un futuro desprovisto de su espritu, de su sentido del humor y de su aguda inteligencia. Haban sido tantas las veces en que una palabra amable o una sonrisa de ella le haban devuelto la paz. Tahl conoca mejor que nadie a su Maestro, Qui-Gon Jinn, y le haba ayudado a comprenderlo. Incluso sospechaba que, cuando abandon la Orden Jedi, intervino para reconciliarlos. Haba sido una ruptura profunda,

  • difcil de curar, y Obi-Wan se consol sabiendo que Tahl quera que Qui-Gon volviese a aceptarlo. Ella haba comprendido mejor que nadie por qu hizo lo que hizo. Saba que haba aprendido algo importante sobre su propia persona, y haba ayudado a que Qui-Gon le concediera una segunda oportunidad.

    Como estudiante Jedi, haba aprendido muchas cosas, como convertir el miedo en un objetivo, ahondar en la disciplina para moldearlo a voluntad. Pero cmo podra convertir su dolor en aceptacin? No haba mane-ra de que llegase a aceptar lo sucedido. Aun as, deba arreglrselas para seguir adelante hasta aceptarlo.

    Al principio sinti un dolor tan grande que le impe-da hasta pensar. Tahl haba sido secuestrada por Balog, el Controlador en Jefe de Seguridad del planeta, que la haba drogado y encerrado en un contenedor de privacin sensorial que se empleaba para torturar presos polticos. Cuando la liberaron estaba muy dbil, pero Obi-Wan haba estado seguro de que la gran fortaleza de Tahl, com-binada con sus poderes Jedi, bastara para salvarla. Ni por un segundo consider la posibilidad de que muriese.

    Y estaba seguro de que su Maestro tampoco. Cuando entr en el cuarto de Tahl, en el centro mdico, haba visto a Qui-Gon inclinado sobre el cuerpo inmvil de ella. Vio las fras lneas horizontales de las pantallas de los sensores, mostrando la ausencia de signos vitales. Pero Qui-Gon sigui sin moverse. Sostena la mano de Tahl y presionaba su frente contra la de ella. Obi-Wan no slo haba visto su pena, sino que la haba sentido en el cuarto como una sombra viviente. En ese momento se dio cuenta de que los sentimientos de Qui-Gon por Tahl eran ms pro-fundos que los de la simple amistad. Eran tan profundos y complejos como el mismo hombre. Qui-Gon la amaba.

    No poda hacer nada para ayudar a su Maestro. ste no haba respondido ni a sus palabras ni a su presencia. Obi-Wan dese desesperadamente tener ms de diecisis aos. Quizs al ser ms maduro sabra consolar a alguien cuyo mundo se haba desintegrado.

    Le dola ver sufrir a Qui-Gon. Su Maestro slo haba salido del cuarto de Tahl una vez, para hacer un misterioso recado. Al volver dijo secamente a Obi-Wan que haba con-seguido

  • encontrar otras dos sondas robot. Las haba programado para buscar a Balog. Ahora volvera al lado de Tahl.

    Hay algo que yo pueda hacer, Maestro? haba preguntado Obi-Wan.

    Nada le haba respondido Qui-Gon, y cerr la Puerta tras l.

    Obi-Wan estaba acostumbrado a que reinase el silen-cio entre ellos. Muy a menudo, sa era su forma de comu-nicarse, dado que su Maestro era hombre de pocas palabras. Pero este silencio era distinto. No poda leer nada en l. Repas una y otra vez las palabras que Qui-Gon dijo en el lecho de muerte de Tahl: "Nada puede ayudarme ya. Slo la venganza."

    Venganza. Obi-Wan nunca haba odo a Qui-Gon usar esa palabra. No era un concepto que respaldase un Jedi. Nada de venganza, slo justicia. Era un credo grabado en el corazn de todos los Jedi. La venganza conduca al Lado Oscuro. Alteraba la mente y tulla el sentido del deber hasta convertirlo en algo lleno de ego y tinieblas.

    Estaba Qui-Gon combatiendo el Lado Oscuro de su interior? Balog le haba quitado lo que le era ms querido. Lo haba hecho de la forma ms cruel imaginable, desangrando minuto a minuto las fuerzas de Tahl.

    Haba enviado Qui-Gon las sondas robot para que encontrasen a Balog y as poder matarlo l?

    Obi-Wan apart esa idea. Tena que confiar en su Maestro. Acabara encontrando el centro de paz que necesitaba para poder seguir adelante. Deban encontrar a Balog, pero por justicia, no por venganza.

    Cuando un Jedi mora en una misin, deba llamarse de inmediato al Consejo Jedi. Durante el primer periodo de profundo trauma posterior a la muerte de Tahl, Obi-Wan haba preguntado a su Maestro al respecto. Al no obtener respuesta. Obi-Wan se dio cuenta de que en ese momento no le importaban los procedimientos. Por tanto, haba sido el aprendiz quien contact con el Consejo Jedi para informar de lo sucedido.

    La noticia haba impresionado y afectado mucho a Yoda, pues tambin senta una gran afecto por Tahl. Se enviara de inmediato un equipo Jedi. En el transcurso del da, Obi-Wan se

  • haba preguntado quines lo compon-dran. Si haban partido de inmediato en una nave rpida, no tardaran mucho en llegar a Nuevo psolon. No estaba seguro de lo que deba pensar al respecto. Un equipo Jedi era algo que le resultara reconfortante, pero... nota-ran que Qui-Gon no se comportaba de forma normal?

    Manex apareci en el pasillo, y Obi-Wan se puso en pie con un esfuerzo.

    Ha salido ya? pregunt con el rostro surcado por arrugas de preocupacin.

    No desde hace horas.Por favor, hgame saber si puedo serles de ayuda. Yo debo

    ir a la Legislatura Unida. Han pedido por m. Las cosas estn muy revueltas en el Gobierno. Volver en cuanto pueda. Dar instrucciones a los de seguridad para que hagan pasar a su equipo Jedi en cuanto llegue.

    Gracias.Qui-Gon sali al pasillo segundos despus de que Manex se

    fuera.He odo voces dijo con voz ronca.Manex ha ido a la Legislatura Unida. Puedo con-seguir

    alguna cosa, Maestro?No. Han vuelto ya las sondas robot?Obi-Wan neg con la cabeza.En cuanto lleguen te lo notificar. Pero creo que mientras

    tanto podemos hacer otras cosas para encontrar a Balog. No tenemos por qu esperar a las sondas robot.

    Habl apresuradamente, antes de que Qui-Gon pudiera dar media vuelta y entrar en el cuarto. Haba pensado durante la larga espera cul podra ser su siguiente Paso. Era lo nico que haba apartado el dolor de su lado. Eritha sigue viviendo con Alani en la residencia del Gobernador Supremo continu diciendo. Est ocultando el hecho de que sabe que su hermana se ha aliado a los Absolutos, esperando obtener ms informacin as. Prometi hacer de espa para nosotros. Alani puede saber dnde est Balog.

    Entonces, tambin esperaremos a eso dijo Qui-Gon.Pero podemos investigar el lazo que las une. Cmo naci

    su Alianza? Qu espera obtener Alani de Balog? Qu quiere l

  • a cambio? Dnde se refugian los Absolutos, ahora que su base ha quedado destruida? Y qu hay de esa lista de informadores secretos de los Absolutos? Balog no la tiene, porque la buscaba. Sabemos que poda estar en poder del obrero Oleg antes de desaparecer ste.

    Obi-Wan trag saliva. La mirada de Qui-Gon se nubl. Si saban eso era porque Tahl lo haba contado antes de morir. Continu hablando.

    Si conseguimos la lista antes que l, podremos tender una trampa a Balog. Y qu pasa con Manex? Qu motivos tiene para ser tan amable con nosotros? Hay muchas pistas por investigar. Estoy seguro de que la Legislatura Unida estar abarrotada de rumores. Debera-mos investigar alguno de ellos...

    Tenemos que encontrar al asesino de Tahl, no mez-clarnos en poltica dijo Qui-Gon con sequedad. Nuestro principal objetivo es encontrar a Balog. En cuan-to consigamos informacin sobre l, podr irme.

    Querrs decir que podremos irnos le corrigi Obi-Wan, mirando fijamente a su Maestro.

    Ninguno de ellos haba odo los pasos que se acer-caban.Hemos venido lo antes posible dijo una voz grave y

    familiar.Obi-Wan se dio media vuelta. Haba llegado el equi-po Jedi.

    Para su alivio, vio que uno era su buena amiga Bant. Pero su alivio se torn inquietud al ver el Maestro Jedi que la acompaaba. Era Mace Windu.

  • Captulo 2

    Mace Windu slo se ocupaba de las misiones ms cruciales. Sus deberes en el Consejo Jedi eran numerosos. Obi-Wan se dio cuenta as de lo importante que era la prdida de Tahl para los Jedi. Slo haba pensado en Qui-Gon y en l mismo, en la amiga que haban perdido. Pero la influencia de Tahl era mucho ms profunda y grande.

    Mace clav una mirada larga y pensativa en Qui-Gon y Obi-Wan. Con ella pareci captar su pena y cansancio, adems de la tensin reinante entre ellos. Obi-Wan se pre-gunt cunto habra odo de su conversacin. Se senta incmodo bajo su escrutadora mirada.

    Se volvi con alivio hacia su amiga Bant. Haban entrenado juntos en el Templo, y era la persona en la que sola buscar apoyo y comprensin. Pero haba frialdad en como le devolvi Bant la mirada. Era evidente que estaba afectada; haba sido aprendiz de Tahl.

    Sentimos estar aqu en tan trgicas circunstancias dijo Bant a Qui-Gon.

    Obi-Wan capt hasta un atisbo de frialdad en su salu-do a Qui-Gon. sa era una sorpresa an mayor. Bant reve-renciaba a Qui-Gon, y ste reservaba en su corazn un lugar especial para la amiga de Obi-Wan.

    Qui-Gon no pareci notar el cambio. Obi-Wan saba que su Maestro estaba demasiado consumido por su propia pena. Hizo un gesto en direccin a Bant.

    Tahl est dentro dijo.La veremos un momento dijo Mace. Y des-pus

    quisiera un informe sobre la situacin aqu.Qui-Gon asinti con energa. Mace y Bant desapare-cieron

    dentro y volvieron al cabo de unos minutos. Bant pareca afectada. Mace cerr en silencio las puertas dobles y camin por el pasillo.

    El culpable fue Balog, el Controlador en Jefe de Seguridad dice Mace. Eso lo sabemos con certeza, pero no conocemos su paradero. Es as?

  • Qui-Gon no habl, as que tuvo que hacerlo Obi-Wan.S.Contadme lo que sucedi dijo Mace, con los ojos

    puestos en Obi-Wan.Pareca comprender que Qui-Gon no quera hablar. Los ojos

    de ste estaban clavados en la puerta del cuarto donde estaba Tahl, como si slo lo retuviera en el pasillo un ligero asomo de respeto.

    En cuanto supimos que Balog haba capturado a Tahl, compramos dos sondas robot para rastrearlo expli-c Obi-Wan.

    Mace frunci el ceo.No son las sondas robot ilegales en este planeta?S respondi, tragando saliva. Era muy cons-ciente de

    que se supona que los Jedi no quebrantaban las leyes de otros mundos. Pero pueden comprarse en el mercado negro. Era la nica posibilidad de encontrar a Tahl. Tenamos motivos para pensar que poda estar en un contenedor de privacin sensorial, as que cuanto ms tar-dsemos en encontrarla, ms peligro correra. Las sondas nos indicaron que Balog haba salido a campo abierto, rumbo a la regin minera del planeta. Eritha, una de las hijas del difunto gobernante Ewane, nos sigui para decirnos que haba descubierto que su hermana gemela, Alani, se haba aliado con los Absolutos. Esto fue una sor-presa, ya que tanto Eritha como Alani son Obreras. Cuando los Civilizados estuvieron en el poder, emplearon a los Absolutos para vigilar y torturar Obreros, entre ellos al padre de Alani y Eritha.

    Saba que los Absolutos eran la polica secreta de Nuevo psolon -dijo Bant dubitativa. No tuve oportu-nidad de informarme debidamente, pero no fueron declarados proscritos cuando se eligi a Ewane?

    S. Pero los Obreros creen que la polica secreta no lleg a dispersarse. Descubrimos que era as, pero no sos-pechamos que Balog fuera su cmplice. Es un Obrero, y un protegido de Ewane. Gracias a Eritha sabemos que Alani organiz su propio secuestro y el de su hermana para desviarnos de la pista y as ganarse la simpata del pblico. Tambin creemos que fue una forma de poner a Roan en manos de los Absolutos. Roan fue elegido a la muerte de Ewane.

  • Roan era un Civilizado, no un Obrero dijo Bant.As es. Pero simpatizaba con la causa de los Obreros y

    trabajaba con Ewane para traer la justicia a todo Nuevo psolon. Incluso lleg a adoptar a las geme-las cuando asesinaron a Ewane.

    Y Alani lo traicion dijo Bant despacio. Debe de ser muy corrupta.

    Cuando perseguamos a Balog, encontramos unPueblo de Obreros Mineros continu Obi-Wan. El

    pueblo entero haba sido destruido en un ataque del que slo se salv Yanci, una Obrera Minera. Ella nos ayud a encontrar el cuartel general secreto de los Absolutos, donde rescatamos a Tahl. Pero ya era demasiado tarde.

    Qui-Gon la trajo aqu, pero el dao de sus rganos internos era demasiado grave...

    Balog la mat lentamente dijo Qui-Gon. Su voz sonaba ronca y oxidada.

    Escap en un deslizador submarino aadi Obi-Wan. Nos fue imposible seguirlo, y debamos poner a salvo a Tahl.

    Y ahora? pregunt Mace. Hay alborotos en las calles. Si Alani planea dar algn golpe de Estado, lo dar pronto. Lo ms inteligente es partir de inmediato tras Balog.

    Eso es lo que pensamos dijo Qui-Gon.Pero cumplir con nuestra misin tambin nos

    proporcionar resultados continu Mace. Si Balog est escondido, tendremos que encontrarlo utilizando su ambicin. Las ambiciones revelan la direccin.

    Los Obreros me han llamado dijo Obi-Wan. Han examinado todos lo sistemas de archivos del cuartel de los Absolutos. Lo haban borrado todo. No tenemos mucho con lo que continuar.

    Tenemos nuestros instintos dijo Mace. Se volvi hacia Qui-Gon. Hay aqu algn lugar donde podamos hablar a solas, Qui-Gon?

    Qui-Gon asinti con reticencia. Se volvi y camin pasillo abajo delante de Mace.

    En cuanto se quedaron a solar, Obi-Wan se volvi hacia Bant.Siento mucho lo de Tahl dijo atropelladamente. S

    cmo debes de sentirte.

  • Creo que no.El tono de Bant era inexpresivo. Le mir fijamente con sus

    grandes ojos plateados. Los calamarianos tienen ojos extraordinariamente claros, y Obi-Wan siempre haba podido leer en ellos las emociones de Bant. Y se sinti confuso ante la ira que vea en ellos.

    Tus condolencias llegan demasiado tarde continu Bant. Cmo pudiste ocultarme el hecho de que haban secuestrado a Tahl? Sabes que Qui-Gon y t debisteis contactar de inmediato con el Templo.

    Lo s dijo Obi-Wan, pero las cosas pasaron muy deprisa. Qui-Gon pens que la llegada de ms Jedi poda poner en peligro la vida de Tahl. Decidimos llamar al Templo slo si no podamos rescatarla en veinticuatro horas.

    La verdad era que la decisin de esperar haba sido de Qui-Gon, pero Obi-Wan tambin asuma la responsabilidad de la misma. Podra habrsela cuestionado a Qui-Gon, y no lo haba hecho.

    No os corresponda tomar esa decisin le interrumpi Bant. Su voz, normalmente clida, era cortante por la ira. Cmo te sentiras t si otro equipo Jedi te hubiera hecho eso a ti? Y si el secuestrado hubiera sido Qui-Gon?

    Obi-Wan sinti que la vergenza lo inundaba. Qui-Gon ya haba sido secuestrado antes, por la cientfica Jenna Zan Arbor. Se habra vuelto loco de no poder participar en su rescate.

    No lo pensamos con detenimiento admiti.As es dijo Bant amargamente. Nunca haba empleado

    con l un tono tan agresivo. Acaso pensaste en m, Obi-Wan?Por supuesto. Cre ahorrarte un da de preocupa-ron. Si no

    hubiramos podido rescatar a Tahl, habramos llamado a un equipo Jedi.

    Pero no rescatasteis a Tahl dijo Bant con calma. Al menos no a tiempo, verdad?

    Obi-Wan se sinti herido. Bant slo haba dicho la terrible verdad, pero no era propio de ella herirle as.

    Ella pareci darse cuenta de lo mucho que le haban afectado sus palabras.

  • Ella fue mi Maestra, Obi-Wan dijo en tono lige-ramente ms suave. Me necesitaba, y yo no estaba a su lado. No puedes imaginar lo que se siente.

    No dijo l en voz baja. Y no quiero llegar a saberlo. Lo siento de verdad, Bant. Tienes razn. Debimos llamarte.

    Bant asinti con rigidez. Los actos de Obi-Wan ha-ban agrietado su relacin. No saba lo profunda que poda ser esa grieta, ni durante cunto tiempo existira.

    Tahl haba muerto. Qui-Gon era como un extrao. Y ahora hasta su mejor amiga se apartaba de su lado.

    Nunca se haba sentido tan solo.

  • Captulo 3

    Lo ltimo que quera Qui-Gon era una charla privada con Mace Windu. Senta tal dolor de espritu que lo nico que consigui hacer fue mostrarse corts ante el Maestro Jedi. El dolor de su interior lata y flua como una marea impredecible, aumentando a veces de forma tan feroz que le desgarraba las entraas como si fuera un animal salvaje.

    Por qu tena que ser Mace, de todos los Jedi, quien se encargara de esta misin? Exista un gran respeto entre los dos, pero Qui-Gon nunca haba tenido mucha intimi-dad con su formidable colega.

    La puerta se desliz para cerrarse detrs de ellos. Incluso aqu, en su sala de recepcin privada, Manex haba hecho que las luces adquirieran un plido tono azul. Eso dotaba de un extrao brillo a la lustrosa piedra negra que cubra paredes y suelo, dando un aspecto enfermizo a los luminosos verdes de asientos y cojines.

    Deseas acompaar al cuerpo de Tahl hasta el Templo? Pregunt Mace. Bant, Obi-Wan y yo pode-mos quedarnos y acabar la misin.

    Qui-Gon se dio cuenta de que Mace intentaba ser amable. Haba una honda compasin en su sobria mirada. Sinti un gran alivio porque Mace no le preguntara por sus sentimientos, ni quisiera saber si haba algo ms que amistad entre Qui-Gon y Tahl. Sospechaba que ya lo saba sin necesidad de palabras.

    No pensaba renunciar a buscar al asesino de Tahl, pero deba ir con cuidado. No poda decir a Mace que la necesidad de encontrar a Balog le consuma por dentro. La ira poda asomar a su voz o a su rostro y hacer que Mace pensara que no controlaba su rabia. No comprendera que el control de Qui-Gon era completo a pesar de la pena.

    Porque tiene que ser as. Es la nica forma en que puedo seguir adelante.

    Gracias por la oferta dijo, pero debo conti-nuar la misin si quiero honrar el recuerdo de Tahl.

  • Mace asinti, para alivio de Qui-Gon. No pensaba discutir con l. Tahl lo habra hecho. Siempre supo cundo intentaba disimular sus sentimientos. Una nueva pun-zada de dolor le hizo cerrar las manos hasta formar puos. Si Mace se dio cuenta, no hizo ningn comentario.

    La luz situada sobre la puerta se ilumin, y sta se abri a medias. El androide de protocolo de Manex, recu-bierto de plastoide negro muy pulimentado, flot hasta el interior.

    Manex ha vuelto y desea hablar con los Jedi dijo.Qui-Gon se volvi hacia l, alegrndose por la inte-rrupcin.Por favor, dile que pase.Un momento despus, la puerta se abra ms an, y entraba

    Manex, acompaado de Obi-Wan y Bant.Disculpad la interrupcin, por favor dijo Ma-nex,

    pasndose la mano por el corto pelo rizado: Qui-Gon se dio cuenta por primera vez de que empezaba a ponr-sele gris como el de su hermano. Acabo de volver de la Legislatura Unida y tengo noticias que creo deberan or. Me alegra ver que ha llegado el nuevo equipo Jedi.

    Yo soy Mace Windu, y sta es Bant. Manex hizo una reverencia de bienvenida. Me siento honrado por tener en mi casa a unos Jedi tan distinguidos. Me temo que mis noticias no son buenas Se ha filtrado a los senadores la informacin de que Tahl ayudaba a los Absolutos. Tienen una holocinta de una reunin donde habla de derrocar al Gobierno.

    Tahl trabajaba de incgnito para descubrir a losAbsolutos explic Obi-Wan.Los senadores no saben qu pensar dijo Manex. De

    dnde ha salido esa cinta? pregunt Mace. De Balog dijeron a la vez Obi-Wan y Qui-Gon. Es evidente que la ha filtrado l continu Obi-Wan. Necesita desacreditar a los Jedi para preparar su camino de regreso al poder.

    Eso no importa dijo Qui-Gon. Limpiaremos el nombre de Tahl cuando lo encontremos.

    Si podis encontrarlo con rapidez dijo Manex con gravedad. Yo temo que suba el poder y no podamos acusarle de nada. Sabis quin puede estar respaldndolo? Sea quien sea, debe de ser muy poderoso. No estamos seguros de nada dijo

  • Mace. Los Jedi no podan confiar en Manex, que en teora no saba nada de la traicin de Alani. Hasta poda ser un aliado de ella.

    Tengo ms noticias dijo Manex. Me han nom-brado Gobernador Supremo en funciones hasta que se elebren las elecciones. No buscaba esta posicin, ni la deseo. Soy hombre de negocios, no poltico. Pero los senadores apelaron a mi amor por el planeta y mi deseo de paz. Creen que el hermano de Roan tendr ms posibili-dades que cualquier otro de mantener al Gobierno unido. No hay duda de que el periodo de elecciones ser muy voltil. He doblado la seguridad y cerrado el museo de los

    Absolutos. Queremos mantener al pueblo tranquilo. Y hay una cosa ms. Como Gobernador Supremo en funciones hago una peticin oficial a los Jedi. Quisiera que supervi-saran los preparativos de las prximas elecciones. Se cele-brarn dentro de tres das. No podemos permitirnos retrasarlas ms. Es la nica manera de mantener la paz.

    Pero no todo el mundo confa en los Jedi dijo Obi-Wan. Y seguro que la holocinta de Tahl no nos ayuda mucho.

    Hay los suficientes que s confan dijo Manex. Y el nombre de Tahl quedar limpio en cuanto encontris a Balog. Hasta entonces, tenis todo mi apoyo. He ordenado a Seguridad Mundial que os brinde su cooperacin.

    Mace asinti.Entonces aceptamos.Qui-Gon se tens. Mace ni haba mirado en su direc-cin ni le

    haba pedido su opinin. Se habra manifestado en contra.Entonces, os dejo solos dijo Manex.Sali de la sala con la capa dorada revoloteando alre-dedor de

    sus suaves y pulidas botas.Qui-Gon saba que deba hablar con diplomacia, pero no tena

    tiempo para mostrar tacto.Esto es un error dijo a Mace. Supervisar las elecciones

    nos apartar de la investigacin de la muerte de Tahl. Deberamos concentrarnos en encontrar a Balog.

    Mace retom el tono grave de Qui-Gon.Discrepo. La situacin poltica es parte de la bs-queda de

    justicia para el asesino de Tahl. Todo est rela-cionado. As nos

  • encontraremos en la posicin ideal para recabar informacin. Sin olvidar que nuestra misin ini-cial era devolver la estabilidad a Nuevo psolon. Si el Gobernador Supremo solicita nuestra ayuda para una causa legtima, los Jedi debemos darla.

    Qui-Gon apret los labios con fuerza. Saba que no deba continuar la discusin, pero estaba furioso por la decisin de Mace. Quera salir de ese cuarto, de esa casa, v seguir movindose. Quera alejarse volando en un des-lizador a toda la velocidad posible, aunque fuera sin una direccin concreta. La frustracin bulla en su interior. Senta que Balog se escapaba de su alcance a cada segundo que pasaba.

  • Captulo 4

    Sugiero que busquemos nuestros aposentos y nos refresquemos un poco dijo Mace, volvindose hacia Bant. Hemos hecho un largo viaje y no sabemos cundo tendremos oportunidad de descansar. Despus iremos a la Legislatura Unida y daremos inicio a nuestra misin.

    Obi-Wan haba notado el desagrado de Qui-Gon con la decisin de Mace. Saba que la consideraba una prdida de tiempo, pero tampoco haba ofrecido un plan alternativo... Mace enarc una ceja al mirar a Qui-Gon. Si tienes alguna idea de cul es el paradero de Balog, o alguna forma de encontrarlo, lo pospondremos todo y te seguiremos. Pero, hasta entonces, el nico rumbo de accin que nos queda es obtener informacin. Obi-Wan mir a su Maestro. ste no haba mencinado a Mace las dos sondas robot que envi a buscar a Balog. Una cosa era quebrantar las leyes de un planeta porque haba un Jedi en peligro inmediato de muerte, y otra rastrear a un ciudadano de un planeta donde las son-das robot eran ilegales. No estaba seguro de cmo reaccionara Mace, motivo ms que probable por el que Qui-Gon no se lo haba contado. Los Jedi ya tenan bastantes problemas en el planeta.

    Mace y Bant dejaron la sala. La tensin no se disolvi. Oui-Gon se paseaba de un lado a otro, meditabundo y sin querer hablar.

    El androide de protocolo de Manex volvi a entrar flotando.Lamento interrumpirles. Tienen otra visita. Dice

    conocerles, as que me he tomado la libertad. Se llama Yanci.Yanci? Hazla pasar, por favor dijo Obi-Wan con

    sorpresa en la voz.Yanci era la mdico Obrera Minera que le haba cura-do la

    pierna cuando se la aplast una roca. Les haba pedido ayuda para repeler el ataque de los Absolutos contra su poblado. Obi-Wan y Qui-Gon la haban acompaado, pero ya era tarde. Haban matado a todos los hombres, mujeres y nios. A Obi-Wan an le quemaba en la memoria el terrible sufrimiento de Yanci.

  • Yanci entr en la sala, y Obi-Wan se dio cuenta enseguida de lo mucho que haba cambiado en esos dos das. La masacre de sus compaeros Obreros y la muerte del hombre al que amaba haban grabado el dolor en sus rasgos. Sus ojos eran diferentes, poda verse la prdi-da en ellos.

    Qui-Gon se distrajo por primera vez desde la muerte de Tahl y pareci concentrarse de verdad en otra persona. Pareci que los dos se haban reconocido enseguida como compaeros en el dolor. Se acerc a ella y le cogi la mano.

    Me alegro de verte murmur.Ella le mir a la cara. Me he enterado de lo de la Dama Jedi Tahl. Tiene mi ms

    profunda condolencia.El le apret la mano y luego la solt. Obi-Wan se dio cuenta

    de que su Maestro no necesitaba intercambiar palabras con Yanci.Ella se volvi hacia l.Cmo tienes la pierna?Curada, gracias a ti.Y a ti. Siento un gran respeto por los poderes de

    recuperacin de los Jedi. Siento venir en un momento as. Ahora vivo en la ciudad, con los Obreros Yanci baj la voz. Me he enterado de algo que podra ayudaros. Es sobre un Obrero llamado Oleg.

    Los sentidos de Obi-Wan se agudizaron. Oleg era el Obrero que suponan tena una lista de informadores Absolutos. Se le haba visto con Tahl, lo cual hizo que Balog sospechase que ella tena la lista. Y despus de eso haba desaparecido.

    Me han dicho que Balog busca a Oleg continu diciendo Yanci. No s por qu ni necesito saberlo, pero conozco ese nombre de antes. Hace varias semanas, los Obreros Mineros fueron contactados por los Obreros de la ciudad por si podan enviarnos un Obrero que necesitaba esconderse. Era Oleg. Se haba infiltrado en los Absolutos y necesitaba un lugar donde esconderse tras completar su misin. No estaban seguros de cundo sera eso. Aceptamos, por supuesto. Despus nos dijeron que lo haban descubierto y que deban envirnoslo de inmediato. Pero no lleg a aparecer. Nos preocupamos y registramos la zona

  • por si se haba perdido, pero creemos que no lleg a dejar la ciudad. Y luego nos atacaron. Como ya sabis.

    Gracias por acudir a nosotros dijo Qui-Gon.Obi-Wan not la decepcin en su voz. l tambin estaba

    decepcionado. La informacin era interesante, pero no ayudaba mucho. No les acercara ms a Balog.

    Eso no es todo lo que vengo a deciros aadi Yanci. Haba un motivo para que los Obreros nos lo enviaran a nosotros. Saban que yo estoy especializada en una enfermedad especfica que padece Oleg. La contrajo siendo preso de los Absolutos hace aos. Es una enfermedad provocada por la hibernacin; es recurrente y necesita tratamiento. Yo poda proporcionrselo porque varios de nuestros Obreros Mineros padecan el mismo sndrome. En la ciudad hay muy pocas clnicas que puedan tratarla. As que pens..., pens que sera una forma de encontrar a Oleg, si lo buscabais. Sera una forma de llegar hasta Balog.

    Yanci busc dentro de su capa y sac una duralmi-na. Se la entreg a Qui-Gon.

    sta es una lista de las clnicas.Obi-Wan sinti que se animaba. Si encontraban a Oleg,

    podran llegar hasta Balog. Qui-Gon estaba paralizado, mirando fijamente la lista de su mano.

    Creis que puede seros de ayuda? dijo Yanci.S dijo Qui-Gon. Mucho.Qui-Gon agarr la lista y la mir con tanta ferocidad que

    Yanci mir de reojo a Obi-Wan, preocupada.Este se apresur a agradecrselo.Nos ayudar. Gracias por venir. Te acompaar a la puerta.La acompa hasta la entrada y se despidi de ella. Volvi a

    toda prisa a la sala para decidir con Qui-Gon su siguiente paso.Pero al abrir la puerta, su Maestro ya haba desaparecido.

  • Captulo 5

    Qui-Gon saba que no deba abandonar la residencia de Manex sin decir a Obi-Wan o a Mace a dnde iba, pero no lo lamentaba. Ms conversaciones significaban ms retrasos. Si se hubiera ido acompaado de su padawan, lo habra puesto en una mala posicin. Si deba tener conflictos con Mace Windu, no quera implicar a Obi-Wan en ellos.

    Y, a decir verdad, sus instintos le decan que deba hacer esto solo. Cuatro Jedi eran cuatro opiniones, ms charla y ms discusin. No tena tiempo para eso. Deba moverse con rapidez si quera encontrar a Balog.

    Su comunicador emiti una seal. Era la tercera vez en una hora. Saba que era Obi-Wan. Poda sentir que que-ra hablar urgentemente con l. Qui-Gon titube antes de apagar el comunicador. Le llamara en cuanto tuviera algo concreto. Esperaba que su padawan lo comprendiera.

    La informacin de Yanci poda ser intil. No le lleva-ra mucho tiempo comprobar cuatro clnicas. Mientras tanto, Mace podra ir a la Legislatura Unida y hablar todo lo que quisiera.

    Ya haba visitado tres clnicas. Oleg no estaba inclui-do en la lista de pacientes. Claro que podra estar con nombre falso, pero eso era improbable. El tratamiento mdico era gratuito en Nuevo Apsolon, y se guardaban los historiales de todos los ciudadanos que requeran tratamiento. Los historiales eran accesibles mediante un escner de retina. Cuando Oleg necesitase tratamiento, la clnica necesitara su historial para poder tratarlo. No haba ninguna duda de que correra el riesgo de utilizar su propio nombre.

    Qui-Gon se dirigi a la ltima clnica, situada en las afueras del sector Civilizado. Hasta el momento haba sido sencillo determinar si Oleg haba sido o no un paciente en las clnicas. Se las haba arreglado para sonsacar la informacin a los empleados, utilizando la ame-naza o la persuasin. Las clnicas no tenan mucha seguridad. Esperaba que la ltima fuera igual de fcil. Si tena suerte, Balog estara pronto a su alcance. Sus esperanzas aumentaban a medida que caminaba hacia la entrada.

  • Fuera haba una mujer con aire dubitativo. Qui-Gon se dispuso a abrir la puerta, y entonces not que era ciega. Se detuvo y observ mientras ella alargaba la mano, bus-cando el panel de acceso de la puerta.

    Cuntas veces le haba reprochado Tahl que le dejara hacer algo por s misma? Haba aprendido a dejar que ella le sirviera el t, que accediera a un archivo, que le precediera cuando iban al lago.

    "No puedo soportar que me adelantes", le deca ella. "Ser ciega, pero sigo teniendo sentido de la direccin." Hasta el menor recuerdo de Tahl le provocaba dolor. Puede que los pequeos recuerdos fueran los peores. Su larga amistad estaba hecha de miles de pequeos recuerdos como se. Nadaran en la superficie de su consciencia el resto de su vida. Recordara cosas de ella que ya haba olvidado. Sufrira cada vez que la recordara. A su izquierda dijo Qui-Gon educadamente. Gracias murmur ella.

    La mujer busc el panel de acceso y puls la seal. La puerta se desliz, abrindose. Entr y se dirigi hacia el mostrador, que estaba justo delante. Qui-Gon pudo ver entonces que ella empleaba un sensor lser para guiar sus movimientos. Como Jedi, Tahl haba decidido recurrir a sus otros sentidos para no depender de semejante tecnologa.

    La mujer habl un momento con el encargado, que la mand a un asiento con voz sonora y desabrida. Al ver la expresin altiva y el rostro delgado del encargado, Qui-Gon sinti que tendra problemas. Mir el nombre en la placa identificativa y camin hacia l.

    Buenos das, Vero. Espero que puedas ayudarme. Mi sobrino Oleg ha desaparecido. Creo que es paciente aqu. Me sera de gran ayuda saber...

    Vero le interrumpi de inmediato.No se entregar ninguna informacin mdica sin la debida

    autorizacin.Aprecio su fidelidad a las normas, pero...Sin excepciones.Vero se volvi y ladr el nombre de otro paciente, ignorando

    a Qui-Gon.

  • Desde luego, era una situacin diferente. En las otras clnicas haba encontrado empleados amables que escucharon su historia e intentaron ayudarle. Qui-Gon poda usar la Fuerza en Vero, pero todo el mundo en la clnica estaba escuchando. Les parecera extrao que el grosero Vero cambiase de actitud. Y tampoco pensaba irse sin descubrir lo que necesitaba saber.

    De pronto, oy un estruendo detrs de l. La mujer ciega haba tirado su silla, y despus la que tena al lado-Intent levantarlas, ponindose en el camino de otro paciente. Empez una discusin.

    Callen! Callen! Esto es una clnica! Qu esta haciendo? No toque eso! No se mueva! Vero rode el mostrador, alterado por la conmocin.

    La aguda mirada de Qui-Gon vio que la mujer derribaba a propsito un florero.

    Cuidado con mis ginkas! grit Vero, lanzndose a por las flores.

    Supo que lo haca por l. Le estaba dando un poco de tiempo.Alarg la mano sobre el mostrador y gir la pantalla de datos

    para tenerla de frente. Tecle rpidamente el nombre de Oleg. Para su alivio, el historial apareci ante l. Oleg haba dado una direccin cercana a la clnica. Su prxima cita era en dos semanas.

    Devolvi la pantalla a su posicin original, pas junto a Vero, que recoga las flores y rea a la mujer por tirarlas, enderez una silla y ofreci una mano a la mujer para ayudarla a sentarse. Se inclin hacia su odo.

    Gracias por su ayuda.Usted sabe cundo ayudar y cundo no dijo ella. Eso

    es raro.Tuve una buena maestra.Qui-Gon sali con rapidez. La puerta se cerr tras l,

    aislndolo del gritero. Haba memorizado la direccin y recordaba la calle por haberla cruzado camino de la clnica. Se dirigi rpidamente hacia all.

    La direccin era de un pequeo hotel. Pregunt por Oleg y le dijeron que haba salido, pero que mirara en el caf de la esquina. As lo hizo, algo sorprendido porque Oleg no fuera ms discreto.

  • El dueo estaba limpiando las mesas del frente y, tras preguntarle, le seal una mesa del fondo.

    A la mesa se sentaba un hombre pequeo y rubio, rodeando con las manos una taza de zumo. Qui-Gon se sent junto a l.

    Ya era hora dijo Oleg nervioso. Cada minuto que paso aqu me pone en ms peligro.

    He venido lo antes posible repuso Qui-Gon.Evidentemente, Oleg esperaba a alguien que no conoca. Eso

    explicaba por qu no se haba molestado en usar un nombre falso. Era evidente que el joven no acos-tumbraba a tratar con el peligro. Miraba continuamente a todas partes, buscando posibles problemas. Cualquiera que fuera buscndole lo identificara enseguida.

    Tengo el archivo dijo Oleg. No lo tengo enci-ma, pero no est lejos de aqu. Y te prevengo que estoy dispuesto a disparar si intentas cualquier cosa. He subido el precio.

    Por qu?Qui-Gon pensaba seguirle el juego. Supuso que Oleg hablaba

    de la lista, claro. No quera comprrsela. Si an la tena, eso significaba que Balog no.

    Tengo que dejar el planeta repuso Oleg, secndose la frente hmeda con una servilleta. Crees que esto es fcil? Hay demasiada gente buscndome.

    Igual puedo conseguir ms.Aclrate ahora. No tengo tiempo que perder. Su

    comunicador se encendi, lo escuch por un momento y respondi con los ojos fijos en Qui-Gon. S, eso es. An lo tengo. Acepta mi precio? Bien. Entonces nos veremos all. No puede ser antes? De acuerdo. Apago el comunicador. Como ves, hay otros que s pagarn mi precio. Tengo una cita, pero puedes comprrmela t antes. As que decdete. O ahora o nunca.

    Nunca. El precio es demasiado alto. Lo siento.Qui-Gon se levant, y Oleg pareci ponerse todava ms

    nervioso.Mira, no tengo por qu vendrselo a esa persona. No me

    cae bien. Es un Absoluto, y yo los odio. Me arruinaron la salud. De verdad que prefiero que la lista acabe con un Obrero. Puede

  • que te parezca un traidor, pero slo intento cuidar de m mismo. Igual podemos llegar a un acuerdo.

    Lo siento volvi a decir Qui-Gon, volvindose y saliendo del caf.

    Se situ fuera de la vista de Oleg, pero sin dejar de verlo mediante su reflejo en el escaparate del caf. Sera Balog el postor que haba llamado? Tena el presentimiento de que s. Oleg haba empezado a sudar. Y haba dicho que no quera que la lista cayera en manos Absolutas.

    Estaba muy cerca. Lo senta. Toda su concentracin estaba centrada en el hombrecito nervioso del caf. La ira y la pena se haban comprimido en su interior hasta formar una ardiente bola que amenazaba con estallar en llamas, y se esforz por apaciguarla. Paciencia, se rega. Tendra a Balog muy pronto.

  • Captulo 6

    Qui-Gon no le pareca posible que un ser tardara tanto como Oleg en consumir un vaso de jugo. No pareca notar la mirada hosca del dueo del caf, ni la presin de los clientes que entraban buscando mesa a medida que el caf iba llenndose.

    Qui-Gon empez a sentir que su presencia era notoria, y se desplaz por la calleja para pararse ante otro escaparate del caf. Minutos despus se movi hasta el fondo para vigilarlo a travs de un sucio ventanuco. Permaneci all, merodeando, hasta que la gente empez a volver a casa del trabajo y las ventanas se iluminaron en la calle. Volvi a moverse hacia el frente y cruz la calle. Se situ ante un bar de jugos, con un buen ngulo para vigilar la parte frontal del caf. Cay la noche. Su paciencia se agotaba. No habra sido la conversacin un farol. Un intento de que Qui-Gon aceptara su precio?

    Empezaba a considerar la posibilidad de volver a abordar a Oleg cuando le vio salir del caf, mirando nervioso por encima del hombro. Qui-Gon se uni a la riada de gente de la acera y le sigui.

    Al principio le result fcil. La gente de la calle era una buena tapadera. Pero el gento aument al entrar en e sector Obrero. Oleg era un hombre pequeo, y pronto se perdi entre la multitud. Era difcil no perderlo de vista sin tropezarse con el.

    Poco a poco se dio cuenta de que l no era el nico que lo segua. No volvi la cabeza ni cambi el paso, pero lanz su atencin a su alrededor como si fuera una red. Alguien segua a Oleg desde la otra acera.

    Era Balog. Lo vio reflejado en la reluciente superficie de un deslizador. Reconoci su forma robusta, la forma en que sus piernas musculosas parecan mover su cuerpo hacia adelante como una mquina, no como un hombre.

    No saba si Balog le haba visto a su vez. Igual estaba concentrado en Oleg. Con suerte, sera as. Pero no poda depender de la suerte. El corazn se le empez a acelerar y tuvo que disciplinarse para mantener la concentracin. Quera volverse y precipitarse contra Balog en un ataque demoledor. Quera

  • hacerle pagar por cada bocanada de aire que Tahl haba obtenido entre jadeos, por cada segundo que sus sistemas vitales haban tardado en desmoronarse. Hara que cada instante de sufrimiento de Balog le pareciera una eternidad...

    De dnde haba salido ese pensamiento? Su ferocidad le asust. Haba brotado de su interior. Sonaba a venganza. No saba que una emocin semejante pudiera existir en su interior. Ese conocimiento lo incomod.

    Puedo controlarlo. No se apoderar de m. Puedo capturar a Balog sin dejar que la ira se apodere de m.

    Se dijo eso tal y como se lo habra dicho a Obi-Wan.Era un Jedi. Su entrenamiento lo mantendra en el buen

    camino. Deba ser as.Las manos le temblaron, y se las agarr por un momento'

    "Aydame, Tahl", dijo con fervor. Nunca le haba dicho algo as cuando ella viva, aunque ahora se daba cuenta de la cantidad de veces que haba acudido a ella buscando ayuda. Ella siempre supo lo mucho que le costaba pedrsela. Era lo nico de lo que ella no se burlaba. En vez de eso, se limitaba a proporcionarle lo que necesitaba: informacin, tranquilidad, compasin.

    A su izquierda, Balog aceler el paso. Qui-Gon retro-cedi. Ahora deba tener controlados tanto a Balog como a Oleg.

    ste entr en un almacn. Balog corri por una calleja lateral del edificio. La mente de Qui-Gon no albergaba ninguna duda respecto a cul deba seguir. Se dirigi a la calleja, tras Balog.

    Cuando lleg al final se encontr ante una pequea valla. El lugar estaba vaco. Todas las ventanas del alma-cn que miraban a la calleja estaban a oscuras. Prob con la puerta. Cerrada.

    Un movimiento que capt por el rabillo del ojo lo alert. Slo era eso, pero fue bastante. Se estaba volviendo y activando el sable lser cuando le atac la primera sonda robot. Disparos lser resonaron en su odo. Sinti calor cerca de su hombro. Intent derribarla con el arma, pero se apart.

    Disparos a su izquierda, luego a su derecha. Y detrs de l. Cont siete sondas, todas en modo de ataque. Sus sensores brillaban rojos al establecer las coordenadas de su paradero. Los disparos lser llovieron a su alrededor, trazando una jaula. Era casi imposible esquivarlos.

  • Corri hacia la valla. Desplaz su cuerpo de forma horizontal, llamando a la Fuerza para que le ayudara a escalarla sin usar las manos. Tena un equilibrio perfecto al llegar a lo alto. Dio un salto hacia atrs y acab con dos sondas de un solo mandoble hacia abajo.

    Antes de tocar el suelo, se dobl en el aire para ate-rrizar a unos centmetros de all, confundiendo a la sondas robot, que dispar hacia donde deba haber aterrizado.

    Corri hacia la pared del almacn, subi por ella y dio un salto hacia atrs, barriendo con un golpe a la tercera mquina. sta lanz un zumbido, y los disparos lser brotaron en una serie de fogonazos. Entonces empez a echar humo y a girar sobre s misma hasta caer.

    Qui-Gon luch con frenes, pensando que Balog estaba dentro del almacn. Las sondas robot le retrasaban, y la frustracin arda en su interior.

    Atac con ferocidad redoblada. Salt a lo alto de la valla, dando una patada que hizo volar a una sonda mien-tras hunda su arma en el corazn de otra. sta lanz un chirrido angustioso y se desplom rpidamente contra el suelo, estrellndose y explotando en llamas.

    Qui-Gon toc el suelo, sable lser en alto, listo para el siguiente asalto. Pero, para su sorpresa, las dos sondas robot restantes se alejaron de pronto y desaparecieron en la oscuridad.

    No titube ni un momento. Abri un agujero en la puerta con el sable lser y carg dentro. Corri por el pasillo, mirando cuarto tras cuarto. Estaban llenos de herramientas, equipos y bidones de duracero. No encon-tr nada hasta llegar a un pequeo cuarto cerca del turbo-ascensor.

    All estaba Oleg, tumbado en el suelo, con los brazos estirados y la boca abierta. Una expresin de sorpresa se pintaba en su rostro. Pero nunca volvera a sorprenderse.

  • Captulo 7

    Mace no haba evidenciado ninguna emocin cuando Obi-Wan le notific la desaparicin de Qui-Gon. Se haba limitado a asentir.

    Estoy seguro de que tendremos noticias suyas haba dicho.

    Pero cuando descubrieron que Qui-Gon haba apaga-do su comunicador, la desaprobacin de Mace fue obvia.

    Habr que proceder sin Qui-Gon. Creo que debe-mos separarnos. Yo ir a la Legislatura Unida a recabar informacin. Obi-Wan, puedes encontrar a esa mdico, Yanci? Necesitamos otra copia de su lista.

    Supongo que s dijo Obi-Wan. Dijo que esta-ba con los Obreros; podr encontrarla mediante Irini y Lenz.

    Bien. Entonces, Bant y t iris a buscarla y os uniris a Qui-Gon en la bsqueda de Oleg. No tengo ninguna duda de que as os toparis con Qui-Gon. En cuanto os encontris con alguno de los dos, comunicdmelo.

    Obi-Wan asinti. Mace los dej, saliendo a toda prisa de la residencia de Manex y bajando a la calle. Alguno de los viandantes le mir, fijndose en sus ropas de Jedi. Seguramente habran odo los rumores sobre la traicin de la Jedi. Obi-Wan estaba seguro de que Mace lo haba notado, pero, aun as, se alej sin titubeo visible en sus andares o su expresin.

    Adonde vamos? pregunt Bant. Haba una nueva frialdad en su voz.

    Al sector Obrero. Por all tomaremos un transporte pblico.Mientras caminaban, Obi-Wan pens que no soportara que

    no pudieran volver a ser amigos. Necesitaba que las cosas quedaran claras y en paz con Bant. Las cosas ya estaban muy confusas ahora que no estaba Qui-Gon. Le preocupaba el motivo por el que se haba ido sin l. Le movera la venganza? Por qu no quiso que le acompaara?

    Obi-Wan echaba de menos a su Maestro y le resulta-ba muy difcil tener que echar de menos tambin a su amiga. Sobre todo cuando iba caminando a su lado.

  • Subieron a bordo de un aerobs casi vaco. Obi-Wan mir las calles ante las que pasaban, esperando poder captar algn atisbo de su Maestro.

    Est ah fuera, en alguna parte dijo. No saba si Bant le hablaba, pero estaba tan acostumbrado a confiarse a ella que las palabras brotaron de l antes de que pudiera detenerlas. Y no s lo que piensa o planea, Prodra estar encaminndose a un peligro. Podra necesitarme. Si le pasa algo...

    Bant clav en l sus fros ojos plateados.Si a tu Maestro le pasa algo, te sentirs como me siento yo.Tras decir esto, volvi a mirar al frente. Obi-Wan se sinti

    como si le hubiera abofeteado. Por supuesto, ella tena razn.Qu poda decir? Ya se haba disculpado.Lamentaba sinceramente no haber tenido en cuenta los

    sentimientos de Bant. Lo nico que poda hacer era mostrarse de acuerdo.

    S dijo. Entonces sabra con exactitud cmo te sientes.

    ***

    Era rara la misin donde algo sala tal y como debera salir. Pero esta vez tenan la suerte de su lado. Obi-Wan recordaba con exactitud dnde se haban reunido Qui-Gon y l con Lenz. Slo haba sido unos das antes, pero le pareca como si hubiera pasado toda una vida. Con suerte, Lenz an vivira en el mismo lugar. Sola moverse mucho para escapar a la vigilancia de los nuevos Absolutos.

    Lenz les comunic voluntariamente la direccin donde estaba Yanci, a poca distancia de all. Yanci recibi a Obi-Wan con afecto cansino y le imprimi una copia de la lista. En un periodo de tiempo muy corto volvieron a estar en la calle, camino de la primera clnica.

    No tuvieron problemas en las tres primeras clnicas. Los empleados les dijeron sin poner trabas que Oleg no era un paciente. Pero en la cuarta clnica haba un empleado arrogante llamado Vero. Se daba una importancia excesiva y se neg a facilitar cualquier informacin.

  • No s lo que harn las clnicas del sector Obrero dijo con altivez, pero aqu somos Civilizados, y nos tomamos nuestro trabajo muy en serio. Mir a Bant con desdn. Es obvio que eres nueva aqu. Seguro que en tu planeta las cosas son ms primitivas. Igual no ests familiarizada con nuestros procedimientos.

    La piel de Bant se torn rosada por la ira. Mira, eres...Gracias dijo Obi-Wan rpidamente, apartando a Bant del

    mostrador.Iniciar un enfrentamiento no nos ayudar en nada le

    susurr. Tenemos que pensar en otra cosa.Bant mir al empleado.Y usando los sables lser? Crees que ser lo bastante

    "primitivo" para l?Obi-Wan sonri. Bant era la ms dulce de las criaturas, pero

    hasta ella tena sus lmites.Seguramente nunca ha visto un calamariano. Nuevo

    psolon no tiene mucho turismo. Hay Civilizados buenos, pero estoy seguro de que tambin hay muchos como Vero.

    Qu tal eres usando la Fuerza para afectar su mente? pregunt Bant, frunciendo el ceo. No s si yo podra con l. Es un estpido, pero parece testarudo.

    Obi-Wan no crea que l tuviera xito, de intentarlo.Y la sala de espera es muy pequea... Nos oira todo el

    mundo murmur.La mirada plateada de Bant se pase sobre la gente.Nos mira todo el mundo.Seguro que ellos tampoco han visto nunca una calamariana

    coment Obi-Wan.Algo destell en los ojos de Bant.Eso me da una idea.De pronto se tambale y empez a boquear.He superado mi lmite dijo. Aydame. Necesito agua.Obi-Wan la sostuvo mientras se derrumbaba.Agua! grit ella.Vero los mir con una expresin mezcla de irritacin y

    alarma.Qu pasa? Los mdicos estn ocupados.

  • Es una calamariana dijo Obi-Wan frentico. No puede estar fuera del agua ms de cuatro horas. Necesitamos sumergirla en agua ahora mismo!

    No puedo autorizar eso dijo Vero, meneando la cabeza. Tendr que esperar.

    Se morir! grit Obi-Wan. Bant cooper, hundindose ms an.

    He odo hablar de los calamarianos dijo alguien de la sala de espera. Lo que dice es verdad.

    Esto figurar en tu expediente! avis Obi-Wan a Vero. Estuvo a punto de decir conciencia, pero no saba si Vero tendra alguna. Es lo que quieres?

    Vero pareci alarmarse ante la mencin de su expediente.De acuerdo, de acuerdo dijo. Atrs hay una baera de

    inmersin. La llevar a ella.Obi-Wan entreg a Bant a Vero, que cogi su brazo con

    desagrado. Medio la arrastr hacia los cubculos mdicos.Obi-Wan no perdi el tiempo. Se movi con discrecin hacia

    el mostrador y accedi rpidamente a los holo archivos.S! Oleg haba estado all pocos das antes. Y se inclua una

    direccin. Obi-Wan la memoriz rpidamente y volvi adonde estaba antes. Se estaba sentando en una silla de la sala de espera cuando volvi Vero.

    Tu amiga est nadando dijo Vero con el ceo fruncido.Bant sali unos minutos despus, todava mojada. Obi-Wan le

    hizo una sea con la cabeza para hacerle saber que haba tenido xito. Dejaron la clnica rpidamente y se dirigieron a un quiosco topogrfico de una esquina cercana. Localizaron la direccin. Slo estaba a unas manzanas de distancia. Era la direccin de un pequeo hotel, pero su bsqueda concluy al descubrir que Oleg haba salido.

    Preguntan demasiado por l dijo el dueo hotel con tono siniestro. Y no tengo nada que deciros a vosotros.

    Decepcionado, Obi-Wan se par en la acera. Tena la sensacin de que Qui-Gon no se haba rendido tan fcil-mente.

    Supongo que podemos vigilar este sitio dijo Bant, dubitativa. O vigilar la clnica.

  • Su siguiente cita es dentro de dos semanas repuso Obi-Wan, desanimado.

    Bueno, llamemos a Mace y digmosle que es un callejn sin salida.

    A Obi-Wan no le gustaba tener que dar malas noticias a Mace, pero busc el comunicador.

    Cuando contest, le explic rpidamente los pasos que haban dado y dnde estaban.

    Vuelve a darme tu localizacin dijo Mace con tono extrao. Cuando Obi-Wan se la repiti, rein una larga pausa. Acaban de informarme de que han encontrado un cadver cerca. Reunos all conmigo. Yo salgo ahora.

    Mace le dio la direccin y cort la comunicacin. El padawan mir a Bant. Saba que los dos teman lo mismo. No poda manifestar el miedo con palabras, pero creci en su interior, vacindole de energas. El cadver poda ser el de Qui-Gon.

    Se volvieron sin decir palabra y corrieron hacia la direccin que les haba dado Mace. Slo estaba a unas manzanas de all.

    Se pararon ante un almacn. Haba vehculos de seguridad aparcados fuera, y los guardias entraban y salan, Obi-Wan avanz como si tuviera la obligacin de estar all. No poda esperar ni un segundo ms. Sonos Jedi. Manex nos ha autorizado a investigar dijo con firmeza.

    Para su sorpresa, el guardia les hizo pasar con un gesto. Manex deba de haber llamado y exigido acceso para los jedi.

    El cuerpo estaba en el pasillo, bajo una tela. Obi-Wan sinti que el alivio terminaba de dejarle sin fuerza en 1os msculos. Pudo ver por su forma que el cuerpo era demasiado frgil y bajo para ser el de Qui-Gon.

    Aun as, se inclin y alz una esquina de la tela unos ojos azules le miraron con sorpresa. Por muchas veces que viera la muerte, Obi-Wan segua sin acostumbrarse a ella.

    Supuso quin era el joven.Lo han identificado? pregunt a un oficial cercano.Se llamaba Oleg replic el oficial mientras tecleaba algo

    en su datapad.Llevaba algo encima? pregunt Bant.

  • Slo una pistola lser. No tuvo oportunidad de usarla. Una sonda robot le mat antes.

    Obi-Wan y Bant exploraron la zona mientras espera-ban a Mace. Al principio no encontraron nada que indicara una lucha, ninguna pista que les enviara en una nueva direccin. Entonces llegaron a la puerta de atrs. Estaba destrozada, con un agujero lo bastante grande como para que pasase un hombre.

    Un sable lser, sin duda dijo la voz de Mace tras ellos.Igual lo hizo un vibrosoplete sugiri Obi-Wan. De

    pronto no quera que Mace pensara que Qui-Gon haba estado all.Mace no contest. Sus ojos se estrecharon, y avanz para

    coger algo del extremo afilado de una bisagra rota. Se lo mostr a Obi-Wan y a Bant. Era un pedazo de tnica Jedi.

    Se volvi y mir por la abertura de la puerta. Los guardias de seguridad haban dejado barras luminosas para iluminar la parte de atrs.

    Aqu tuvo lugar una batalla con sondas robot dijo Mace Veis las quemaduras del sueo? Cuatro o cinco, puede que ms Se volvi hacia Obi-Wan. No emple Qui-Gon sondas robot para buscar a Balog?

    Obi-Wan trag saliva. No poda mentir a Mace.S.Mace permaneci inmvil, sosteniendo el trozo de tela. Su

    rostro no evidenciaba nada de lo que pensaba, pero Obi-Wan poda adivinarlo.

    Estaba implicado Qui-Gon en la muerte de Oleg? Se habra pasado al Lado Oscuro movido por su pena y su ira? Qu hara si alguien se interpona en su deseo de vengar la muerte de Tahl? Obi-Wan tema las preguntas que haba en la mente de Mace. Y lo que ms le preocupaba es que tambin eran las suyas.

  • Captulo 8

    Qui-Gon se movi con rapidez por las calles oscuras, siguiendo la pista que encontr junto a Oleg un colgante con su fina cadena. La cadena estaba rota. Haba reconocido enseguida el colgante. Irini haba estado en el almacn.

    Se detuvo un momento ante la morada de Lenz, pre-guntndose cmo proceder. Irini no le proporcionara libremente la informacin, pero su impaciencia no le con-ceda tiempo para persuasiones.

    Entonces vio a Irini dirigindose hacia l, con las manos ocupadas por una bolsa de comida. Sus pasos se ralentizaron un instante al ver a Qui-Gon. Y entonces se movi con rapidez para ocultar su titubeo. En ese momento, Qui-Gon decidi que su mejor posibilidad sera soltarse un farol.

    Nos vemos otra vez esta noche dijo.Ella le mir temerosa.Otra vez? Esta noche estuviste en el almacn con Oleg. Igual que yo.Ella trag saliva. Sus ojos se estrecharon.Qu quieres?Conseguiste la lista?Ella solt aire.No. No la tena. Me hice pasar por comprador esperando

    conseguirla. O poner a salvo a Oleg si no la tenaTraicion a los Obreros.Vio una forma de hacer fortuna, s dijo Irini con ir

    cansino. Hay muchos Obreros desesperados como l Pese a nuestras esperanzas, la riqueza de los Civiliza-dos sigue sin llegar hasta nosotros. Pero Oleg sigue sien-do un Obrero, y sabemos que van tras l. Mi trabajo era traerlo.

    Viste lo que sucedi?Lo atacaron dos sondas robot, y me march. Estoy segura

    de que las envi Balog.Balog tambin estaba all. Yo le vi.Irina dej caer el paquete que llevaba. Frutas y paquetes de

    protenas se derramaron por el pavimento.

  • Balog estaba all? Tiene la lista?Dijiste que Oleg no la tena.Ella neg con la cabeza, pareciendo de pronto preocupada.No la vi. Pero igual se me escap algo... No creo que Oleg

    llevara la lista encima. Estaba preocupado por su seguridad. Creo que ya la haba ven-

    Entonces, por qu se reuni con otro comprador? T lo has dicho, quera hacer fortuna. Poda vender la lista varias veces y ganar lo bastante como para pasar el resto de su vida rodeado de lujo.

    Irina se apret los ojos con la mano. Entonces, puede haber varias personas con la lista. No se me haba ocurrido.

    La cuestin es quin? dijo Qui-Gon. Y, de tenerla Balog, cul sera su prximo movimiento?

    No puedo responder a esas preguntas. Estoy tan a oscuras como t.

    Irini se agach y empez a recoger la comida. Qui-Gon se agach para ayudarla.

    Los dos buscamos lo mismo, Irini dijo, ponien do un paquete de t en la bolsa. Sera buena idea que me ayudaras.

    Una sombra de tristeza se adue del rostro normal-mente impasible de Irini.

    Lo hara si pudiera. Tengo que llevarle esto a Lenz.Entonces se alej, acunando el paquete en sus brazos.Qui-Gon medit su siguiente movimiento. Le costaba

    mantener la mente despejada. Se senta como tanteando en la oscuridad. Haba basado en conjeturas gran parte de su bsqueda de Balog.

    Pero era todo lo que tena.La lista segua siendo la clave. Si Balog la tena ya, su

    siguiente paso sera consolidar su poder. Si Oleg la haba vendido a otro, quin la habra podido comprar?

    La respuesta era sencilla. Las elecciones estaban a punto de celebrarse. Los ms beneficiados por la lista, y los ms amenazados, seran los polticos. Un Legislador con esa lista tendra un poder muy grande.

    Odiaba admitirlo, pero Mace haba tenido razn. Deba ir a la Legislatura Unida. Ya era de noche; no encontrara a ningn

  • Legislador. Pero seguro que encontraba algo que hacer. Qui-Gon dio media vuelta y se dirigi hacia el sector Civilizado.

  • Captulo 9

    Obi-Wan y Bant estaban parados ante el Luster, un opulento caf situado cerca del edificio de la Legislatura Unida. Dentro, bajo las cpulas de las grandes lmparas, poda verse a la lite Civilizada sentada ante pulidas mesas, riendo, comiendo, hablando y acercndose las cabezas para comunicarse cotilleos gubernamentales. Se acercaban sillas a mesas ya abarrotadas, dificultando moverse por el lugar, pero eso no pareca importar a nadie.

    Mace estaba dentro, en alguna parte, intentando recabar informacin. Les haba dicho que podan esperarle en los cmodos aposentos de la residencia de Manex, pero ni Obi-Wan ni Bant quisieron irse. Tenan una sensacin de urgencia, como si cada momento contase.

    Bant estaba parada con los brazos cruzados y los ojos clavados en el caf brillantemente iluminado. Obi-Wan se preguntaba cmo empezar una conversacin con la joven.

    Pronto, tras aos hablando con ella de todo lo que le pasaba por la mente, no encontraba nada que decir.

    Bant tena el cuerpo rgido y una mirada tan feroz como la de Mace. La rigidez y concentracin que vea en ella le dificultaba an ms romper el silencio. Entonces not que no estaba tan contenida como pareca. Se apretaba las manos con fuerza. Se dio cuenat de que en vez de estar sumida en la concentracin, luchaba por mantener la compostura.

    Fijndose mejor, vio que tena los ojos llenos de lgrimas. Luchaba para impedir que se derramaran.

    Bant dijo l con suavidad. No saba qu otra cosa decir.Ella deba estar aqu dijo Bant con voz ahogada. Me

    resulta imposible pensar que no est aqu. No puedo creer que no vaya a aparecer en cualquier momento por la esquina. No paro de orla regandonos por armar tanto jaleo y venir a salvarla las lgrimas corrieron por su cara. Duele mucho, Obi-Wan. No puedo encontrar paz en su muerte. Se supone que debo aceptarla. Pero no puedo.

  • Era la riada de palabras ms larga que haba dicho desde que lleg. Obi-Wan se dio cuenta de que Bant haba dicho todo lo que l haba estado sintiendo. Le resultaba imposible creer que Tahl estuviera muerta. Saba que una parte de su ser segua sin asimilarlo. Saba que se estaba concentrando en su preocupacin por Qui-Gon para no tener que pensar en ello.

    S lo que quieres decir dijo. Cuando la encontramos, estaba muy dbil, y ni por un momento imagin que pudiera morirse. Tahl era muy fuerte. Siempre fue tan fuerte como Qui-Gon.

    Dijo alguna cosa? pregunt Bant con timidez. Algo antes de...

    Cuando yo la vi, estaba demasiado dbil para hablar. Qui-Gon estaba a su lado cuando muri.

    Me alegro de que tuviera a un buen amigo a su lado.Obi-Wan titube. No saba si deba decirlo o no. Pero, acaso

    no le deba a Bant su confianza? Igual eso ayudaba a cerrar el abismo que se haba abierto entre ellos.

    Creo que Qui-Gon y Tahl se convirtieron en algo ms que amigos le dijo. Aqu, en Nuevo psolon, cambi algo entre ellos. Por eso est Qui-Gon tan afectado.

    Bant se volvi, sorprendida.Quieres decir que se queran?Obi-Wan asinti.Bant se mir sus propias manos agarradas.Entonces, es an ms triste, verdad?S dijo Obi-Wan. Es lo ms triste que he visto nunca.

    Por eso estoy tan preocupado por Qui-Gon.Bant alarg la mano y le apret el brazo. Obi-Wan se sinti

    feliz ante la espontaneidad del gesto.Le ayudaremos, Obi-Wan prometi ella.Y, por primera vez, Obi-Wan sinti que igual po-dran

    hacerlo.En ese momento, Mace sali del caf con la tnica

    revoloteando alrededor de los tobillos. Cruz la calle y lleg hasta ellos.

    No he descubierto mucho admiti. Pero o un cotilleo interesante al salir. La legisladora Pleni ha anunciado hoy que se

  • presentar para Gobernadora Suprema, Hasta ahora no haba intervenido mucho en la Legislatuta, as que ha sido una sorpresa para todos. En slo una tarde ha conseguido atraer a su lado a varios legisladores muy poderosos.

    Mace vio el desconcierto en el rostro de Bant y Obi-Wan. Su repentino inters por el poder y el rpido apoyo que ha

    obtenido podra significar que ha comprado la lista de Oleg les dijo. En cualquier caso, vale la pena investigarlo Mace se envolvi en la capa. Si tiene la lista puede correr peligro. Todo el que est en posesin de ella podra acabar como Oleg. Vamos. Su residencia no est lejos.

    Su larga zancada cubra ms distancia de la que Obi-Wan poda cubrir a paso normal. Bant y l tuvieron que correr para mantenerse a su altura.

    La legisladora Pleni viva sola en una pequea y ele-gante morada hecha de la misma piedra gris con la que estaba construida buena parte de Nuevo psolon. Todas las luces del interior estaban encendidas. Mace presion la barra luminosa que la alertara de que tena visitas. Esperaron junto al panel para anunciarse, pero no obtu-vieron respuesta.

    Podra haberse dejado las luces encendidas al salir dijo Mace. Pero explormosla de todos modos.

    Tena una mirada preocupada. Mace tena una pro-funda conexin con la Fuerza. Obi-Wan no haba sentido nada, pero ahora concentr su atencin en la Fuerza, buscando a su alrededor. No capt nada.

    Recorrieron el permetro de la morada. Mace se mos-traba cada vez ms preocupado a medida que caminaban. Cuando llegaron a la parte de atrs, tambin lo sinti Obi-Wan; una perturbacin en la Fuerza. Mir a Mace, que le indic seales de que una sonda robot haba entrado por una ventana.

    La puerta estaba cerrada, pero Mace no titubeo. Abri un agujero en ella con el sable lser y entr. Obi-Wan y Bant le siguieron.

    Los suelos de piedra estaban relucientes. Nada pare-ca estar fuera de lugar. Caminaron por las salas vacias en un silencio tenebroso, y subieron las escaleras.

  • Arriba vieron al fin seales de lucha. Haba muebles tirados. Jarrones de cristal rotos.

    Mace mir al techo. Seal varias marcas borrosas.Sondas robot.La perturbacin en la Fuerza era ahora para Obi-Wan algo

    ms que una onda en el agua. Era una enorme oleada. Avanz con la mano en el pomo del sable lser. Dobl a esquina y entr en el dormitorio de la legisladora pleni. La puerta medio abierta estaba acribillada por dis-paros lser.

    Obi-Wan avanz despacio, temiendo lo que podra encontrar tras la puerta. La abri, empujndola con la punta del pie.

    La legisladora Pleni yaca encogida en un rincn, aferrando una pistola lser con las manos. A sus pies haba una sonda robot. La mujer estaba muerta.

    Mace apareci tras l sin hacer ruido. Obi-Wan oy su profundo suspiro.

    En Nuevo psolon siempre vamos un paso dema-siado tarde -dijo Mace.

    Obi-Wan pudo identificar en su voz la determinacin de que dejara de suceder as.

    Oyeron ruido abajo, y el sonido de pies en las escale-ras. Una escuadra de seguridad apareci segundos despus.

    Est aqu dentro dijo Mace.Condujo a Obi-Wan y a Bant hasta abajo, donde no tendran

    ante ellos la evidencia de la horrible muerte de la legisladora Pleni. Fueron interrogados por la escuadra de segundad, y despus les dijeron que eran libres de irse. Aun as, Mace se demor all.

    Cuando por fin baj la escuadra de seguridad, una vez completada su investigacin, Mace detuvo al oficial enjefe.

    Alguna conclusin? S dijo el oficial, pasando ante ellos. Mace se par ante l, bloquendole el camino. Sabe que el Manex ha ordenado a las escuadras de seguridad que cooperen con los Jedi.

    El oficial titube. Un brillo de malicia ilumin sus ojos.Muy bien. Entonces, deje que le diga lo que hemos

    descubierto. La legisladora Pleni fue asesinada por una sonda robot. Hemos podido rastrear a su propietario.

  • Tienen un nombre? pregunt Mace Windu.Desde luego el oficial de seguridad ense los dientes

    con una sonrisa. Su amigo Jedi, Qui-Gon Jinn.

  • Captulo 10

    La maana siguiente, Qui-Gon empez a actuar muy temprano. Haba pasado la mayor parte de la noche de caf en caf, intentando recabar informacin. Cuanto ms tarda era la hora, ms sueltas se tornaban las lenguas, pero no pudo descubrir nada que lo pusiera tras la pista de Balog. Se cotilleaba mucho sobre el hecho de que Alani se presentara al puesto de Gobernador Supremo, y Manex cada vez tena ms partidarios. Ninguna de ambas cosas le ayudaba.

    Pas el resto de la noche en el banco de un parque de hierba, esperando impaciente la llegada del alba. Poda sen-tir a Balog movindose en alguna parte, maniobrando, intrigando, planeando su siguiente movimiento. Senta la ausencia de Tahl con un dolor tan profundo que no poda rentarlo de forma directa. Pensar en sus ltimos das, en todo lo que la haba hecho sufrir Balog, le forzaba a mover-se, a levantarse y caminar por el parque hasta alcanzar un amiento que le impidiera pensar en la oscura venganza arda en su interior. Tendra que dominarla... de algn modo. Y acab embotando su mente con el cansancio, como nica forma de seguir adelante. No tard mucho en haber dibujado caminos del gran parque urbano. Podra haber dibujado un mapa del lugar con los ojos vendados.

    Los soles salieron, y la gente empez a salir a las calles. Qui-Gon vio con alivio la llegada de la maana Fue hasta un caf situado ante la Legislatura para tomar un desayuno ligero, y observ y esper a que los edificios oficiales se llenaran de personas que empezaban su jorna-da laboral.

    Segua llevando una capa de viajero encima de su tnica. Esperaba no ser identificado como un Jedi y deci-di hacerse pasar por un hombre de negocios que busca-ba nuevas oportunidades en Nuevo psolon.

    Justo cuando estaba a punto de irse, oy una conver-sacin a sus espaldas. Dos asistentes acababan de salu-darse. Oy el nombre de "legisladora Pleni". Y despus el de "Qui-Gon Jinn".

    Se inclin hacia delante, simulando beber su t mien-tras filtraba el ruido del caf y se concentraba en la con-versacin que

  • tena lugar tras l. Entonces recibi la desa-gradable sorpresa de descubrir que lo buscaban por el ase-sinato de un legislador.

    Lo cual dificultaba ms de lo que esperaba sus planes de obtener informacin en los edificios oficiales de la Legislatura. Qui-Gon senta un gran respeto por los agen-tes de seguridad de Nuevo psolon. Estaba seguro de que hasta el ltimo de ellos tendra una detallada descripcin suya. Y los despachos de la Legislatura estaban vigilados por guardias de seguridad.

    Qui-Gon rode con las manos su taza de t, pero tuvo que llevrselas al regazo. El deseo de romper la taza en pedacitos era demasiado grande. Le pareca que cada vez que intentaba dar un paso adelante, le hacan retroceder de una patada.

    Expuls el aire por la nariz, respirando de forma repo-sada y regular. No pensaba como un Jedi. Deba controlar la frustracin. Siempre haba un modo de hacer las cosas.

    Las calles seguan abarrotadas de gente, pero necesiba moverse. Tambin necesitaba un disfraz mejor que una simple capa. No poda disimular su altura, pero s disfrazarse de alguna manera. Qui-Gon dej el caf y fue de compras.

    Al cabo de media hora se haba transformado en un hombre de negocios de ojos oscuros vestido con una tnica veda. Llevaba los largos cabellos ocultos por un turbante como el que utilizaba la lite del planeta Rorgam. Lo haba encontrado en una pequea tienda de objetos usados. Hacerse pasar por un ciudadano de Rorgam, pla-neta compuesto por inmigrantes de muchos mundos dife-rentes, sera una buena tapadera.

    Qui-Gon se dirigi a las salas de la Legislatura. Que Nuevo psolon fuera el centro tecnolgico de esa parte de la galaxia haca que all se firmaran muchos acuerdos. La creciente inestabilidad del planeta causaba cierto frenes en el ambiente.

    En el primer control haba un guardia de seguridad. Qui-Gon no tena ms remedio que cruzarlo. Si no poda cruzar las salas sin problema, no podra hacer nada.

    Sinti alivio al pasar junto al guardia de seguridad, que se limit a mirarlo sin inters antes de desplazar la mirada para examinar al visitante que iba tras l. Tena suerte de que Manex no hubiera instituido medidas de seguridad ms frreas que requiriesen documentacintextual para la admisin.

  • Necesitaba saber varias cosas. Por qu era sospe-choso de la muerte de Pleni? No haba conocido su existencia hasta esa maana. Estaba su muerte relacionada con la de Oleg? Haba intentado comprar tambin la lista? Qui-Gon haba decidido que el nico rumbo a seguir que le quedaba era presentndose como posible comprador de la misma. Si se corra la voz de que haba un prspero hombre de negocios de Rorgam con dinero para gastar, tarde o temprano aparecera alguien con algo que vender.

    Se ajust la tnica y se sumergi en la multitud.

    ***

    Estaba conversando con un importante asistente legislativo cuando vio a Eritha y Alani al fondo de la sala Alani hablaba con un grupo de admiradores que se agrupaban a su alrededor. Para su alivio, se alejaron por un pasillo. Eritha iba rezagada y vio a Qui-Gon. Una expresin de sorpresa, y luego de saludo, llenaron su rostro. Qui-Gon la ignor.

    Eritha titube. Entonces, su rostro se torn inexpresi-vo al darse cuenta de que l no quera que lo reconocie-ran. Todo esto pas en un latido. Una vez ms, Qui-Gon tuvo que admirar la inteligencia de Eritha. La chica tena buenos reflejos.

    Ela le hizo una sea y se desplaz a una sala conti-gua. Qui-Gon concluy su conversacin con el asistente y se encamin hacia ella con aire casual.

    La sala estaba vaca y ella se asegur de que l la segua antes de abrir una puerta. l la sigui hasta una pequea sala de conferencias.

    Para su sorpresa, Eritha se arroj a sus brazos.Me alegro mucho de verte dijo. Estaba muy

    preocupada l le dio unas palmaditas en el hombro y ella se apart. No deberas estar aqu. No sabes que te buscan por asesinato?

    Qui-Gon asinti.Sabes por qu? Nunca he visto a la legisladora Pleni. Lo

    ha preparado Balog?No lo s. Es posible. S que Alani sigue en contacto con l.

    Yo he venido a conseguir informacin. Creo tener una pista. Pero

  • debo ir con cuidado. No quiero que Alani sospeche, as que simulo apoyar su candidatura. Por la Legislatura corre un rumor del que debas estar enterado. Manex tiene la lista de informadores secretos de los Absolutos. Manex? Eritha asinti.

    Tengo la sensacin de que el hermano de Roan es ms ambicioso de lo que pretende aparentar. Quiere mantenerse en el poder.

    Necesito poder contactar contigo le dijo Qui-Gon. Voy a moverme mucho. Eritha se mordi el labio.

    Puedes esperar aqu unos minutos? Estoy a punto de descubrir dnde se esconde Balog. Esta sala de confe-rencias ya no se usa mucho. Volver en unos diez minutos. Si te retrasas...

    No me retrasar dijo Eritha, confiada, y sali por la puerta.

    Qui-Gon suspir. Eritha tena la impaciencia y el optimismo de la juventud. Si no volva no tendra modo de contactar con ella y debera entrar en la residencia del Gobernador Supremo para hacerlo.

    No le quedaba ms remedio que esperar. Poda perder diez o quince minutos. Se sent en una silla y repas lo que haba pasado esa maana. Haba dejado caer insinuaciones de que quera comprar poder y que estaba dispuesto a pagar bien por ello. Hasta haba insinuado la existencia de una lista. Haba captado ocasionales destellos de inters en algn legislador o en algn asistente, pero no saba con certeza si se basaban en el conocimiento o en la pura avaricia.

    Pasaron cinco minutos. Estaba inquieto y se acerc a la ventana. Mir a la abarrotada calle de abajo, al otro lado del muro de la Legislatura. Se estara moviendo Balog con libertad, o se escondera durante el da, dejan-do que aliados como Alani prepararan su regreso?

    La puerta se abri con un siseo. Pero en vez de Eritha, apareci un asistente con aire confundido.

    Disculpe, no es aqu donde se rene el comit para el Acta de Desarrollo Minero?

    Me temo que no dijo Qui-Gon.Oh. Disculpe otra vez.

  • El joven asinti y se retir, y la puerta volvi a si-sear al cerrarse tras l.

    "Una interrupcin inocente", se dijo Qui-Gon. Pero igual no lo era. Pens cuidadosamente en la apariencia del joven. Llevaba la tnica azul de un asistente, pero...

    Las botas. Llevaba las botas de un agente de seguri-dad. Estaba comprobando todas las salas. Y poda haber reconocido a Qui-Gon.

    Cogi el sable lser con un rpido movimiento. Ya hablara ms tarde con Eritha. Cort un agujero limpio en el cristal y sali a la cornisa. Descendi hasta el suelo de su lado del muro empleando el lanzacables.

    All est!Esquirlas del muro volaron al ser alcanzado por dis-paros

    lser a ambos lados de l. Qui-Gon alz la mirada. Dos agentes de seguridad le apuntaban con sus armas.

    No se mueva! grit uno de ellos.Qui-Gon corri. Desvi los disparos mientras zigz gueaba por

    el corto pasaje que haba entre el muro y edificio legislativo. Entonces salt a lo alto del muro y franque.

    Los peatones se apartaron al aterrizar l. Le miraron con curiosidad, pero igual su paso al de la gente y cami-n entre ella, acelerando los andares a medida que la gente se desinteresaba de l. Entr por una calle lateral y se movi entre los edificios que rodeaban la Legislatura. Finalmente, encontr un callejn desierto donde quitarse la tnica y el turbante. Ya deba de haber una descripcin actualizada de su persona en el datapad de todos los agen-tes de seguridad. Le ira mejor mezclndose entre la gente llevando su capa de viajero.

    Qui-Gon subi a un aerobs propulsado por repulso-res y no baj hasta llegar al final de su recorrido. Decidi volver y visitar a Eritha al abrigo de la noche.

    Balog siempre haba ido un paso por delante de l. Decidi que esta vez sera l quien fuera delante.

  • Captulo 11

    La holocinta de Tahl actuando como un Absoluto haba perjudicado mucho a los Jedi. La orden de arresto contra Qui-Gon haba empeorado la situa-cin. Mace encontraba obstculos cada vez que intentaba obtener informacin. Ya no bastaba con el respaldo de Manex.

    Obi-Wan vio cmo la frustracin tensaba los rasgos de Mace. Saba que a Mace le preocupaba profundamen-te que Qui-Gon no hubiera aparecido para limpiar su nombre. l tambin se preguntaba qu estara pensando su Maestro. En los escasos momentos de reposo, lo buscaba con la Fuerza, intentando conectar desesperadamente con l. A veces le pareca sentir a Qui-Gon, pero no de forma clara y potente, sino de un modo turbio y gris. Saba que su intento de llegar a su Maestro con la Fuerza no funcionara. No conectaran. En Qui-Gon haba dema-siadas emociones sin resolver, demasiadas cosas que intentaba ocultar.

    Necesitas descansar dijo Mace al cabo de un largo e infructuoso da. Los dos lo necesitis.

    Pero ni Bant ni Obi-Wan queran retirarse a sus apo-sentos. Se sentaron en la sala privada de Manex. Siendo el verde el color favorito de Manex, y en vista de su aficin a darse el gusto en todo, cada cojn y cada zona para sentarse era de un tono diferente de ese color. Los suelos eran de piedra negra muy pulida. Tanto color brillante casi mare a Obi-Wan cuando se sent en el centro de la sala, pero Manex insisti en cederles su sala favorita, y no les pareci correcto rechazarla.

    Manex haba vuelto de la Legislatura slo momentos despus que los Jedi. Corri a la sala con los rizos agi-tndose y aspecto alterado.

    Vieron a Qui-Gon en la Legislatura. Tuvo lugar un tiroteo con lser.

    Obi-Wan sinti que un silencioso grito de protesta se elevaba dentro de l. No soportara que ahora le pasara algo a Qui-Gon. Su cuerpo se volvi glido al instante. Bant se acerc a l y le toc con el hombro.

  • Mace se levant.Qu ha sucedido?Escap, por supuesto.Obi-Wan lanz un largo suspiro. Qui-Gon estaba a salvo.

    Sinti que Bant se relajaba una fraccin, y not que le miraba con alivio.

    Manex se sec la frente con un pauelo dorado plido.Menudo da. Debo deciros que intentan reclutarme ara que

    me presente a las elecciones. No es un trabajo que desee, pero me lo estoy pensando. Quiz ya sea hora de que me implique. Siempre consider que el hroe, el servidor del pblico, era mi hermano. Siempre dije que yo estaba aqu para ganar dinero Manex se meti el pauelo en el bolsillo. Igual he acabado siendo como soy porque mi hermano era as de noble. Ya no estoy seguro de cul es mi papel. Igual ha llegado el momento de abandonar mis principios de autoproteccin. Qu pasa con Alani? pregunt Obi-Wan. No te costar mucho enfrentarte a ella?

    Manex no conoca la relacin de Alani con los Abso-lutos. Senta mucho afecto por las gemelas.

    Manex titube.Tengo que pensar en lo que le conviene a Nuevo psolon.

    Y me he dado cuenta de algo. No se podr formar un Gobierno slido, conmigo o con otro lder, si no descu-brimos antes a Balog y a los Absolutos. Tengo un plan.

    Obi-Wan intent no parecer desconfiado. No poda imaginar qu clase de plan poda concebir Manex.

    Actuar de seuelo. Correr la voz de que tengo en mi poder la lista de informadores secretos.

    Mace neg con la cabeza.No, es demasiado peligroso. Te das cuenta de lo que le

    pas a las dos ltimas personas que afirmaron tenerla?Han muerto, s. Me doy mucha cuenta de ello. Manex se

    agarr las manos. Intento no pensar en ello. Y la verdad es que no podis decirme que no, porque ya he difundido el rumor.

    Obi-Wan not cmo miraba Bant las caras de los dos hombres. Normalmente no hablaba en las reuniones, pero era la

  • oyente ms atenta que haba visto. Poda aprender mucho de su quietud, pens de pronto.

    Eso podra no ser inteligente dijo Mace, frun-ciendo el ceo.

    A m me lo dices buf Manex. Yo no soy un hombre valiente, pero espero que no me pasara nada si tengo proteccin Jedi. Si conseguimos que Balog se des-cubra, podremos vencerlo. No quieres limpiar el nombre de Qui-Gon?

    Por supuesto. Pero no tengo claro que sta sea la forma de hacerlo.

    Es la nica manera insisti Manex. Sabes que lo es.La mirada de Obi-Wan fue de Manex a Mace. Por supuesto,

    saba que Mace estaba obligado a proteger a Manex. Haba sido un gesto imprudente por parte de vfanex, pero no le haban pedido opinin a Obi-Wan. Ahora tendran que hacer de canguros de Manex con la speranza de que apareciera Balog. Era eso lo que que-ra Manex? Quera mantener ocupados a los Jedi hasta nue pudiera consolidar su poder? Igual estaba aliado con Balog.

    Obi-Wan record que Qui-Gon haba confiado en Manex. Haba indicado amablemente que el hecho de que un hombre disfrutara de riquezas no lo converta en un hombre malvado. Qui-Gon haba visto algo agradable en la alegre bsqueda de su propio placer por parte de Manex.

    De acuerdo, te protegeremos dijo Mace. Pero nosotros daremos forma al plan.

    ***

    Las luces de la casa seguan bajas, como corresponda a una casa en duelo. Manex estaba sentado ante una mesa, en su jardn, jugueteando con una taza de "el mejor jugo de todo Nuevo psolon, puedo ofrecer una copa a loss Jedi?". Los Jedi la haban rechazado mucho tiempo antes, y Manex apenas haba sido capaz de comer o beber a su vez.

    Debes parecer relajado le dijo Mace en voz baja.Lo intento repuso Manex entre dientes.Mace estaba tras una pantalla de arbustos. Obi-Wan, a unos

    metros de l. Bant estaba al otro lado del pequeo claro de hierba

  • sobre el que Manex haba hecho poner piedra negra para obtener una zona donde sentarse.

    Si iba a haber una emboscada, Mace quera tener mucho sitio para maniobrar. Haba decidido que Manex cenara fuera y que se quedara all mientras los soles se ponan. ste haba jugueteado con la comida y ahora haca un dbil intento para sorber su jugo de una forma serena. Slo consigui derramrselo por la tnica.

    Los soles se pusieron y la oscuridad aument. Slo una pequea luz en la mesa iluminaba la zona. Obi-Wan se mantuvo atento por si oa el sonido que hacan los robots sonda al acercarse. Estaba decidido a no permitir que Balog se les escapara entre los dedos. Una vez lo tuvieran, se hara justicia con Tahl. Y Qui-Gon volvera con ellos. Obi-Wan no lo admitira nunca ante nadie, pero se sentira mejor si quienes cogan a Balog eran ellos, y no Qui-Gon.

    Mace haba conectado su comunicador a los sistemas de seguridad de la casa. Deba de haber vibrado una aler-ta, porque se volvi hacia Obi-Wan.

    Se ha violado la seguridad en la parte Este dijo.Qu? pregunt Manex.Acrcate a nosotros haciendo como que miras a las

    estrellan orden Mace en voz baja.Manex apart la silla. Se levant, aferrando todava su taza, y

    simul mirar al cielo. Obi-Wan saba que Mace quera a Manex cerca de alguna proteccin por si pasaba algo. Haba un muro de piedra bajo tras el que podran empujarlo en unos segundos.

    Obi-Wan sinti una oleada en la Fuerza y vio una sombra recorriendo el csped. Poda ser un ave nocturna o una nube cruzando ante la luna, pero no lo era.

    Mace y l saltaron a la vez. Bant sali de su escondi-te en un movimiento lateral. Obi-Wan empuj a Manex detrs del muro cuando pas por su lado. Tres sables lser se activaron cuando los Jedi avanzaron.

    Yo tambin me alegro de veros dijo Qui-Gon saliendo a la luz.

    Maestro! exclam Obi-Wan.Mir a Manex, que miraba a los tres Jedi desde detrs del

    muro.

  • Veo que es una trampa. Y parece que quien ha cado en ella he sido yo, en vez de Balog.

    Qui-Gon empez a decir Mace con severidad, qu ests...?

    Se interrumpi bruscamente. Qui-Gon y l miraron hacia la fachada de la casa. Obi-Wan necesit un segundo ms, pero tambin lo oy. Segundos despus, Obi-Wan vea a travs de las cristaleras a las fuerzas de seguridad derribando la puerta de entrada, mientras el androide de protocolo de Manex agitaba los brazos en protesta.

    Mace se apresur a avanzar hacia ellos, dirigindose hacia Qui-Gon por encima del hombro.

    Te sugiero que busques otra salida.Mace entr rpidamente en la casa, envolvindose en sus

    ropajes. Oyeron la voz furiosa de un agente de seguridad.S que est aqu. Tenemos pruebas! l compr la sonda

    robot que mat a la legisladora Pleni!Qui-Gon estaba oculto por los elaborados arbustos del lugar.

    Dud un momento, escuchando al oficial.Debes irte, Qui-Gon le urgi Obi-Wan. Yo voy

    contigo.Qui-Gon titube y mir a Obi-Wan a los ojos. No. Siento

    haberte causado preocupacin, pada-wan, pero debo hacer esto a mi modo. Pero... empez a decir Obi-Wan. Antes de que pudiera terminar sinti que sus palabras se perdan en el viento incluso antes de tener oportunidad de formularlas.

    Qui-Gon se haba convertido nuevamente en una sombra, movindose sobre la suave hierba verde y desapareciendo.

  • Captulo 12

    Qui-Gon corri en la oscuridad, dando gracias por las lunas nuevas que hacan tan oscura la noche. Se desplaz de sombra en sombra sin hacer ruido. No redujo la marcha hasta que hubo una buena dis-tancia entre l y la residencia de Manex.

    Estaba cansado, pero quera volver a correr. La nica forma que tema de vaciar su mente era forzando su cuerpo. Ver a Mace haba sido difcil. Ver a Obi-Wan haba sido peor an. Saba que su lugar estaba con los Jedi, pero tena que continuar solo. Sus emociones estaban demasiado desbocadas, demasiado a flor de piel. Se senta demasiado expuesto al lado de los Jedi. Mace se dara cuenta de lo que le costaba mantener la serenidad. Incluso podra ordenar a Qui-Gon que volviera al Templo. Y eso no poda permitirlo.

    La verdad era que tema el momento de volver al Templo y saber que los pasos de Tahl nunca volveran a levantar un eco en sus salones. El Templo ya no le dara la bienvenida del mismo modo. La prdida sera tan parte de Templo como el refugio que brindaba.

    Su ansia por coger a Balog luchaba con su temor por el futuro, cuando esta misin concluyera. Entonces ten dra que enfrentarse a su pena y mirar a los aos vacos que le esperaban. Qu sera entonces de l?

    Una brisa fra le provoc un escalofro. El viento fro le secaaba el sudor. Vio una patrulla de seguridad delante de 1 v se meti rpidamente por una calleja lateral. Esa noche tampoco dormira. Debera mantenerse alerta.

    Todos los agen