Aplicaciones Urbanas

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1 EL VALOR CÍVICO DE LAS APLICACIONES MÓVILES URBAPPS, JUNTANDO CODERS Y CITIZENS - AUTOR: MANU FERNÁNDEZ GONZÁLEZ - BIO DEL AUTOR: Investigador y consultor de políticas urbanas, durante sus diez años de trayectoria ha estado involucrado en proyectos relacionados con la sostenibilidad local y el análisis de las economías urbanas. Actualmente trabajo como profesional independiente en tres áreas: las estrategias adaptativas para afrontar la crisis económica, la intersección entre lo digital y lo social desde una perspectiva bottom-up de las smart cities y, por último, las actuaciones de impulso de proyectos de dinamización económica en las ciudades. - PALABRAS: CIUDADES DIGITALES, SMART CITIES, MOBILE APPS, SOSTENIBILIDAD URBANA ABSTRACT Las tecnologías móviles se han convertido en una vía más para romper el modelo tradicional de intermediación institucional del ciudadano con las políticas públicas, que ahora amplía su capacidad para intervenir y hackear el gobierno para crear soluciones colectivas fuera de los circuitos tradicionales. En este nuevo escenario surge la posibilidad de dar una orientación ciudadana al discurso predominante del papel de la tecnología en la ciudad. Mobile technologies have become a new way to break the traditional model of institutional intermediation between citizens and public policy, who now see how their capacity to intervene and hack the government to create collective solutions outside of traditional circuits widens. This new escenario raises the possibilities offering a citizen-led approach to the prevailing discourse of the role of technology in the city.

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EL VALOR CÍVICO DE LAS APLICACIONES MÓVILES

URBAPPS, JUNTANDO CODERS Y CITIZENS

- AUTOR: MANU FERNÁNDEZ GONZÁLEZ

- BIO DEL AUTOR: Investigador y consultor de políticas urbanas, durante sus diez años de

trayectoria ha estado involucrado en proyectos relacionados con la sostenibilidad local y el

análisis de las economías urbanas. Actualmente trabajo como profesional independiente en

tres áreas: las estrategias adaptativas para afrontar la crisis económica, la intersección entre lo

digital y lo social desde una perspectiva bottom-up de las smart cities y, por último, las

actuaciones de impulso de proyectos de dinamización económica en las ciudades.

- PALABRAS: CIUDADES DIGITALES, SMART CITIES, MOBILE APPS, SOSTENIBILIDAD

URBANA

ABSTRACT

Las tecnologías móviles se han convertido en una vía más para romper el modelo tradicional de

intermediación institucional del ciudadano con las políticas públicas, que ahora amplía su

capacidad para intervenir y hackear el gobierno para crear soluciones colectivas fuera de los

circuitos tradicionales. En este nuevo escenario surge la posibilidad de dar una orientación

ciudadana al discurso predominante del papel de la tecnología en la ciudad.

Mobile technologies have become a new way to break the traditional model of institutional

intermediation between citizens and public policy, who now see how their capacity to intervene

and hack the government to create collective solutions outside of traditional circuits widens. This

new escenario raises the possibilities offering a citizen-led approach to the prevailing discourse

of the role of technology in the city.

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ÍNDICE

1. Introducción

2. El valor cívico de las aplicaciones móviles

3. El open data como materia prima para actuar ante los mismos problemas de siempre

4. UrbApps. Jugando en la frontera de dos mundos

5. Conclusiones

6. Bibliografía

7. Notas

1. Introducción

La generalización de los dispositivos móviles y la disponibilidad ya de una amplia experiencia

en el uso de herramientas digitales para la interacción social han creado un nuevo marco de

actuación cívica que multiplica la capacidad de la ciudadanía para intervenir en los asuntos

comunes. En los últimos años hemos asistido a la irrupción de un nuevo discurso en torno a la

ciudad que se focaliza en la idea de las smart cities como vehículo de transformación de lo

urbano. Se trata de un debate hasta cierto punto polarizado por visiones muy distantes unas

de otras respecto al papel de la tecnología en la ciudad y que encierra, en último término, una

visión particular de la ciudad, sus agentes, el espacio físico y el espacio de los flujos de las

relaciones que se dan en el entorno urbano. En este sentido, prácticamente el único punto de

unión en esta “batalla” por las smart cities reside en la asunción de que las tecnologías digitales

implican un cambio de escenario sobre la forma en la que se organiza la vida en la ciudad,

incidiendo en algunos casos sobre la mejora de la eficiencia en la gestión de los servicios

públicos y las infraestructuras que soportan el funcionamiento urbano, mientras que en otros

casos se incide en las tecnologías digitales como habilitadoras de una nueva acción colectiva

con mayor autonomía de organización, creación y aportación sin pasar por los filtros de lo

público para crear herramientas de intervención y organización comunitaria para actuar sobre

los asuntos públicos.

Las tecnologías móviles, en este sentido, aportan una renovada capacidad cívica de

intermediación en la ciudad con un alto componente de creación colectiva y de intensificación

de las dinámicas urbanas, y existen actualmente muchos casos de utilización exitosa de estas

herramientas en muchas ciudades del mundo, tanto desde un impulso institucional como desde

un impulso ciudadano. Este artículo repasará de forma breve el impacto de las tecnologías

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móviles en la vida cotidiana en la ciudad, algunas dinámicas que se están utilizando para

implicar a las comunidades locales en la generación de soluciones móviles concretas para sus

ciudades, un marco de colaboración entre los ámbitos tecnológicos y no tecnológicos como vía

para asegurar la adecuada contextualización de las aplicaciones móviles que se generen

desde una visión cívica de las tecnologías móviles y, por último, un ejemplo concreto de este

tipo de colaboraciones.

2. El valor cívico de las aplicaciones móviles

Las iniciativas de impulso del uso de aplicaciones móviles (y otras soluciones basadas en las

tecnologías digitales) para generar soluciones prácticas para los diferentes aspectos

relacionados con la vida urbana se están extendiendo por todo el mundo y cuentan hoy en día

con suficiente trayectoria como para presentar un balance significativo de éxitos y fracasos y

lecturas que realizar para mejorar las intervenciones urbanas a futuro. Todas estas dinámicas,

algunas de las cuales mencionaremos en los siguientes párrafos, comparten una visión en

torno al valor cívico de las herramientas digitales como habilitadoras de procesos de cambio y

concienciación. Sin embargo, la presencia de este valor cívico no es tan evidente, entendiendo

valor cívico como el atributo propio de la vida en la ciudad o la incorporación de una variable

urbanai a las tecnologías en cuanto a promoción de la libertad, de la acción comunitaria, del

compromiso social, la crítica social y la construcción de alternativas.

Determinados proyectos que persiguen crear plataformas de innovación social con ayuda de

las tecnologías para afrontar soluciones locales a problemas de las ciudades están explorando

esta vía. Mientras que determinadas dinámicas tipo hackathon o similares, basadas en la

concentración de conocimiento y habilidades técnicas sobre el desarrollo de aplicaciones

móviles buscan promover la creación de nuevas apps u otro tipo de soluciones de manera

generalista, otras dinámicas están sumando a este conocimiento técnico un esfuerzo por dotar

de contenido urbano a estos esfuerzos creando contextos más eficaces para la generación de

soluciones hiper-locales y creando entornos de cooperación entre personas y colectivos

comprometidos con la ciudad y, en algunos casos, también con las propias instituciones

localesii.

En este sentido, el concepto de apropiación de las herramientas sigue siendo clave en una

nueva teoría de la acción colectiva basada en las tecnologías móviles. El proyecto The Mobile

City es una buena exploración de este aspecto y su trabajo Ownership in the hybrid cityiii dibuja

un panorama completo sobre cómo afrontar la construcción de procesos y dinámicas de

interacción social desde el compromiso cívico y la acción comunitaria en las que lo digital juega

el papel de canalizador de un proceso más complejo de activación de la participación social en

los asuntos comunes de la ciudad. En este sentido, la web y todas las soluciones derivadas, en

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el despliegue social que con el que va configurándose, abre nuevas opciones para desarrollar

herramientas de activismo y compromiso social que, sólo apenas unos años apenas podíamos

imaginar. Ha abierto la posibilidad de diseñar instrumentos de relación social que nos hace más

abiertos y colaborativos en entornos personalizables de participación.

No es una cuestión trivial o semántica. La generalización de los dispositivos móviles ha hecho

que la interacción con un espacio digital sea constante y diaria. Un everywareiv invisible que

está en todas partes. Nuestra vida es un permanente camino de rastros digitales de la

interacción con las dependencias públicas, con las máquinas canceladoras o cualquier otro

punto de la esfera de objetos públicos conectadosv, con los servicios y aplicaciones de nuestros

dispositivos móviles, con las tarjetas bancarias, etc. Los ciudadanos somos un continuo de

datos, meros generadores pasivos de información que va quedando por el camino del uso de

las redes sociales. Mariposasvi revoloteando de un tema a otro, de una aplicación a otra, sin

una dirección clara y perdidos en la confusión.

Una respuesta a esta desazón errante del ser humano del siglo XXI es, precisamente, la

posibilidad de crear soluciones en las que podamos ser activos generadores de información y

recopiladores de datos para agregarlos conjuntamente a través de procesos de crowdsourcing,

por ejemplo. Diferentes proyectos relacionados con problemáticas urbanas se han basado en

este modelo, buscando la aportación colectiva de información, en especial a través de

iniciativas de mapeado o simplemente utilizando aplicaciones móviles a través de las cuales los

usuarios generan y comparten información. Sin embargo, el peligro reside en generar con ello

esquemas de actuación en los que el ciudadano –el usuario de las aplicaciones o participante

en los procesos basados en tecnologías móviles- tenga un papel excesivamente pasivo como

mero recolectorvii

de información.

Siguiendo este planteamiento, en el libro From social butterfly to engaged citizen,Kurt Iveson

publica un artículo titulado "Mobile media and the strategies of urban citizenship: discipline,

responsibilisation, politicisation" que marca algunas claves para vincular los dispositivos

móviles en procesos de compromiso ciudadano real más allá del peligro de asignar al

ciudadano un papel de mero recolector de información. Es un punto clave para que las

aplicaciones móviles que se puedan crear tengan un sentido urbano.

"(...)different applications of social and mobile media technologies will have different impacts on

urban life, depending on the model of governance and stategies of citizenship they embody".

De esta manera, la acción colectiva en torno a las redes sociales y las aplicaciones móviles

adquiere un potencial de politización para dar respuesta a problemas urbanos desde la

pertenencia a la ciudad y la apropiación de las tecnologías, frente a modelos de utilización de

las tecnologías digitales para meras estrategias de control –el caso más claro es el de las

aplicaciones dirigidas a la seguridad o la identificación de actividades- o de responsabilización.

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Con estas consideraciones iniciales, las apps se convierten en una vía más para romper el

modelo tradicional de intermediación institucional del ciudadano, que ahora amplía su

capacidad para intervenir y hackear el gobierno para crear soluciones colectivas fuera de los

circuitos tradicionales. Surge así, tenemos la posibilidad de dar una orientación ciudadana al

discurso predominante del papel de la tecnología en la ciudad desde un sentido de apropiación

ciudadana de las posibilidades tecnológicas digitales en el diseño de servicios y herramientas

digitales, un cambio de perspectiva basado en tres pilares: la ciudad como plataforma para

unos datos que deberían ser de "propiedad" colectiva, los medios digitales como instrumentos

de acción colectiva, cocreación y auto-organización y la capacidad de sumar a más actores y

públicos a los temas de interés público.

3. El open data como materia prima para actuar ante los mismos problemas de

siempre

Una de las dinámicas que más está contribuyendo a ampliar el horizonte cívico de las

tecnologías móviles es el open data. El procesamiento de datos públicos para su reutilización

para cualquier uso que de ellos quiera hacer un colectivo a la hora de comprender la

información digital existente sobre cualquier materia permite generar nuevas herramientas.

Estas herramientas basadas en la disponibilidad de datos abiertos permiten comprender mejor

la realidad, observarla de la forma más aproximada a la realidad y, en último término y sobre

todo, construir soluciones abiertas aprovechando las tecnologías móviles.

Que el movimiento del open data está creciendo es un hecho innegable y se ha convertido en

un fenómeno global. Y que su impacto en la forma en que podemos construir la vida colectiva

avanza día a día, también. Es uno de los temas del momento y traspasó hace tiempo las

fronteras de los círculos iniciales que supieron ver la oportunidad de abrir los datos públicos

para liberar información y convertirla en herramientas y capacidades útiles. Es una melodía fácil

de escuchar porque apela a devolver lo que nunca debió dejar de ser nuestro. Pero no es el

final del camino porque el objetivo no es liberar, sino liberar-para y liberar-porque.

Por supuesto, quienes trabajan más directamente en proyectos relacionados con el open data,

tanto desde la gestión pública (luchando, gran parte de las veces, contra muros visibles e

invisibles que poco a poco van cayendo por su propio peso) y desde la creación de soluciones

y herramientas para su aprovechamiento para diferentes fines colectivos, son perfectamente

conscientes de que la extensión de experiencias de open data en diferentes instituciones

públicas en todo el mundo no es un buen indicador. Simplemente, refleja una tendencia, pero

poco más. El problema de celebrar que el movimiento avanza es dejarnos en el tintero algunas

cosas más de fondo. viii

Por un lado, plantea un aspecto fundamental a la hora de trasladar todo

el discurso del big data de esas smart cities de las que tanto se habla a la realidad de la vida

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urbana, marcada principalmente por la complejidad y la impredecibilidad, silenciada esta última

esperando un futuro de predecibilidad total. Y por otro lado, una salvedad relacionada con el

riesgo de convertir todo esto en una gran barrera de entrada para el no experto. También David

Eaves ha planteado últimamente un tema de fondo en su artículo Lies, damned lies and open

dataix, en el que apunta que no podemos quedarnos paralizados celebrando el éxito de un

movimiento tan fuerte e influyente cuando, en realidad, el open data no elimina la necesidad del

debate político. Esta idea encaja con la del riesgo del neo-positivismo del dato: como

disponemos de información pública accesible y transparente, los datos ya están ahí y son

claros, objetivos y sin sesgos. Y, sin embargo, son sólo el material –y bastante avance es poder

acceder a él- para intervenir críticamente sobre la realidad. Un nuevo aviso frente a los cantos

de la despolitización y la desideologización a lomos de la asepsia del dato. Acceder a las

evidencias de la gestión pública –a través del rastro que deja la acción institucional- y poder

usarla y manipularla para crear herramientas, aplicaciones y servicios no es el final sino el

principio:

Quite the opposite. Open data will not depoliticize debate. It will force citizens, and

governments, to realize how politicized data is, and always has been.

¿Cómo obtiene el poder público los datos? ¿Y para qué los utiliza? ¿Qué sesgo utiliza para

elegir unos temas y no otros a la hora de procesar la información que generan? Estas y otras

preguntas siempre han sido parte del terreno del debate y la confrontación política y van a

seguir estando y, sumándolo a ello, el creciente riesgo de de divide en la capacidad de poder

participar en esta nueva cultura digital. Con esto, llegamos al tercer tema de fondo en el open

data, The open data doppelgänger o quién controla los datos y para quién. ¿a que vuelve a

sonar a tema clásico de ciencia política? Será que la política siempre da vueltas sobre los

mismos temasx. Es una posición que puede ser vista como crítica o cínica por un entusiasta del

open data, pero no debería minusvalorarse porque es la clave de todo este asunto.

Son tres aproximaciones para poner un poco de cautela ante el riesgo de triunfalismo. El open

data, junto con el resto de movimientos han puesto en cuestión muchas lógicas tradicionales

sobre lo público, lo colectivo, la creación o el acceso a la información, abre posibilidades

inmensas….para tratar de dar respuesta a los mismos problemas y conflictos de siempre.

Rompiendo las barreras de la información que nunca debería haber dejado de ser accesible,

ganamos en capacidad para intervenir, para crear y para posibilitar otra forma de hacer las

cosas. La nueva dimensión de la acción cívica a partir de las aplicaciones digitales cuenta con

las dinámicas abiertas de innovación y co-creación (desde el open government al open data,

formando todas sus vertientes un conjunto) para explorar nuevos modelos de intervención en lo

público y para actuar sobre las problemáticas y conflictos tradicionales.

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4. UrbApps. Jugando en la frontera de dos mundos

UrbApps es una iniciativa de innovación social en el ámbito de las tecnologías móviles que

quiere poner en común el conocimiento de personas del mundo del desarrollo de aplicaciones

pero y el de las personas que puedan aportar claves de diseño y de experiencia de usuario y

personas más relacionadas con la promoción de la sostenibilidad y el trabajo comunitario. Son

tres ingredientes básicos para acertar bien en el desarrollo de aplicaciones móviles para la

ciudad inteligente, que al final son sólo un instrumento para intervenir en un contexto en el que

la solución técnica depende del comportamiento de los usuarios, de entender bien las claves

del funcionamiento urbano, de los problemas ambientales que quiere resolver, etc. Mediante

metodologías de análisis y debate para el prototipado de aplicaciones, UrbApps se sitúa en el

entorno de las hackathons sumando al trabajo de desarrollo de código el análisis crítico del

contexto urbano y el comportamiento social de la ciudadanía para adoptar soluciones prácticas.

Sólo así es posible evitar el riesgo de convertir las herramientas digitales en un medio pasivo

de generación de información digital incapaz de crear dinámicas de compromiso personal y

social.

Con esta perspectiva, el proyecto aborda cómo fomentar procesos colaborativos entre

diferentes los ámbitos de conocimiento que intervienen en la creación de soluciones móviles

para problemas urbanos (especialmente en materia de problemas ambientales, movilidad

urbana, participación ciudadana y disfrute de la ciudad), entendiendo que esta suma de

acercamientos es la mejor manera de que estas apps móviles sean un medio de intervención

crítica y de compromiso activo.

El proyecto está inspirado algunas iniciativas en forma de hackathons o encuentros de

desarrollo rápido. La mayoría de ellos tiene como fin desarrollar un concurso con sus

correspondientes premios. Es claro que esto funciona como incentivo pero, en nuestro caso,

además de no tener recursos para adaptar un premio, hemos preferido aparcar la idea

competitiva para crear un entorno de aprendizaje y encuentro. La dinámica de trabajo quiere

unir el conocimiento de personas del mundo del desarrollo de aplicaciones pero también

personas que puedan aportar claves de diseño y de experiencia de usuario y personas más

relacionadas con la promoción de la sostenibilidad y el trabajo comunitario. Son tres

ingredientes básicos para acertar bien en el desarrollo de aplicaciones, que al final son sólo un

instrumento para intervenir en un contexto en el que la solución técnica depende del

comportamiento de los usuarios, de entender bien las claves del funcionamiento urbano, de los

problemas ambientales que quiere resolver, etc.

Para ello, propone trabajar en tres ámbitos

+GREEN

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Aplicaciones que contribuyan a construir ciudades más sostenibles en relación a problemáticas

como la calidad del aire, del agua, el uso de recursos naturales, el ruido, la disponibilidad de

espacios verdes o las incidencias en la vía pública. Seguramente este último tema sea el que

ha visto apps y webs más conocidos como Fix My Street, Repara Ciudad, Street Bump o

Arregla Mi Calle, pero hay vida mucho más allá y las posibilidades son casi inagotables.

MOVE!

Aplicaciones que mejoren la accesibilidad de la ciudad y en concreto relacionadas con la

movilidad, la intermodalidad, el transporte público, el acceso a personas con movilidad

reducida, los modos de transporte alternativos, las zonas peatonales, etc. Desde aplicaciones

para facilitar el aparcamiento, hasta toda la diversidad de sistemas de seguimiento en tiempo

real del transporte público (posiblemente, el área de servicios públicos donde las

Administraciones se han implicado más hasta ahora).

NET-CITY

Aplicaciones que ayuden a generar relaciones entre las personas que viven en una ciudad y

mejorarla en alguna de sus dimensiones. Esta categoría la usaremos como un ámbito más

abierto en el que pueden entrar cuestiones que faciliten la vida en la ciudad para cuestiones de

organización colectiva, de ocio, de legibilidad de la ciudad, de economía, de compartición de

infraestructuras de comunicación, etc.

De manera más concreta, en la primera edición de estos encuentros celebrada en junio de

2012 en Valladolid se trabajaron ocho temáticas más específicas sobre las que se proponía

prototipar soluciones móviles analizando previamente la problemática urbano y los agentes

centrales en la misma:

TRANSPORTE PÚBLICO. ¿Información al instante de dónde están los autobuses en

marcha en cada línea? ¿Cómo saber si merece la pena acercarse a una parada u otra?

¿Y cómo saber la mejor combinación de líneas? ¿Dónde está la parada más cercana a

donde estoy yo o a donde voy a estar esta tarde para volver a casa? ¿Puedo dar

información adicional a otros usuarios?

VISIBILIZAR LA BICICLETA. ¿Andas en bici? ¿No sabes cuál es el camino más

seguro? ¿Quieres destacar las rutas más seguras? ¿Podemos evaluar colectivamente

la facilidad de movernos en bici? ¿Y los sitios más seguros o inseguros para dejar la

bici?

BUSCANDO UN SITIO PARA TRABAJAR UN RATO. ¿Tienes un rato entre reuniones?

¿No pasarás por la oficina? ¿Qué necesitas para trabajar? ¿Dónde encontrar una

mesa de trabajo o wifi?

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OTRA FORMA DE DESCUBRIR LA CIUDAD. ¿Alguna alternativa a la guía clásica?

¿Podemos darle un contexto más social a descubrir la ciudad a través del móvil? ¿Sólo

para turistas o visitantes de fuera?

ESTÁ PASANDO. Está la ciudad "oficial": lo que está en los mapas, lo que está

previsto, lo que está indicado. ¿Podemos ayudar a resaltar otras situaciones,

experiencias o actividades de la ciudad que no aparecen en ningún sitio?

ANDANDO POR LA CIUDAD. ¿Cómo llegar de un sitio a otro? ¿Es posible añadir

incentivos a las rutas? ¿Sugerir rutas alternativas? ¿Cruzarlas con disponibilidad de

ciertos "recursos" (sombra, tiendas, facilidad para acceso de personas con movilidad

reducida, etc.?

NO TIRAMOS, REUTILIZAMOS. ¿Alguna forma de conectar objetos obsoletos,

personas que no quieren tirarlos simplemente y personas/colectivos que los podrían

necesitar?

MÁS QUE JARDINES. ¿Cuántos parques y jardines hay en la ciudad? ¿Qué

actividades se pueden hacer? ¿Qué servicios tienen? ¿En qué estado están? ¿Qué

especies tienen?

5. Conclusiones

El artículo ha presentado una serie de reflexiones sobre el papel de la tecnología en la

intermediación en problemas relacionados con la vida urbana, presentando algunas

aportaciones conceptuales y su traslación a la práctica de la acción colectiva para dar a estas

aplicaciones tecnológicas un sentido transformador. A modo de aportación, el artículo plantea

la necesidad de establecer vínculos más fuertes y presenciales en el dialogo entre quienes

disponen de conocimiento técnico (todo el ecosistema de agentes que se mueven y desarrollan

herramientas en el ámbito de la programación, el desarrollo de soluciones digitales, la

promoción del open data, etc.) y los agentes implicados en la dinamización y el activismo en

torno a los diferentes problemas y ámbitos urbanos (urbanistas, sociólogos, funcionarios

públicos, responsables políticos, etc.). Para quienes están interesados en el desarrollo de

herramientas técnicamente robustas dirigidas a intervenir en algún ámbito urbano, conocer y

entender bien las diferentes aristas del tema les ayudará a afinar mejor la usabilidad, las

funcionalidades y cualquier otra dimensión que, en último término, ayudarán a dar utilidad a la

aplicación que estén desarrollando. Para quienes trabajan en el ámbito de lo urbano, acercarse

sin miedo al uso de nuevos medios de acción colectiva y de dinamización de los procesos de

participación e intervención en la ciudad servirá de incentivo para renovar sus medios de

acción. Y, en ambos casos, necesitarán desarrollar estas dinámicas en procesos abiertos de

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co-creación y dotar a las aplicaciones que generen de una dimensión presencial y de

intervención a pie de calle para que los usuarios de estas aplicaciones descubran en la acción

“más allá de hacer click” una forma de compromiso a largo plazo y de comprensión real de los

problemas más allá de la cultura de la adhesión acrítica.

6. Bibliografía

DE LANGE, Michiel, y Martijn DE WAAL (2012). Ownership in the Hybrid City, Virtueel

Platform, Amsterdam

DE WAAL, Martijn (2012). The city as interface. Digital media and the urban public sphere,

Universidad de Groningen, Groningen

FOTH, Marcus, Laura FORLANO, Christine SATCHELL y Martin GIBBS (eds.) (2011). From

Social Butterfly to Engaged Citizen: Urban Informatics, Social Media, Ubiquitous Computing,

and Mobile Technology to Support Citizen Engagement, MIT Press, Cambridge

GREENFIELD, Adam (2006). Everyware: The Dawning Age of Ubiquitous Computing, New

Riders Publishing, Berkeley

GREENFIELD, Adam y Adam SHEPARD (2007). Situated Technologies Pamphlets 1: Urban

Computing and its Discontents, The Architectural League of New York, New York

KITCHIN, Rob y Martin DODGE (2011). Code/Space. Software and Everyday Life, MIT Press,

Cambridge

MITCHELL, William J. y Federico CASALEGNO (2008). Connected sustainable cities, MIT

Mobile Experience Lab Publishing, Cambridge

SHEPARD, Adam (2011). Sentient City. Ubiquitous Computing, Architecture, and the Future of

Urban Space, MIT Press, Cambridge

7. Notas

i i A este respecto, al socióloga Saskia Sassen ha propuesto una expresión, “urbanizing technology” que

refleja bien este componente “urbano” que es necesario asignar a las tecnologías que intervienen en la ciudad para que realmente tengan sentido, respondan a un contexto local adecuado y tengan un significado urbano/social. Véase Open Source Urbanism (http://www.domusweb.it/en/op-ed/open-source-urbanism/

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ii Seguramente sea Summer of Smart, en San Francisco, uno de los proyectos más destacados, ya que

combina bien la parte de desarrollo con el trabajo de dar contexto a aplicaciones y soluciones móviles que tengan un sentido social en el entorno urbano y otros casos más recientes, por mencionar sólo algunos, como Reinvent Green Hackathon en Nueva York o el UP Singapore son un buen ejemplo de esta combinación de conocimeitno de código y conocimiento sobre la ciudad. Otros encuentros, aunque también centrados en sedes locales (como en Buenos Aires, Ottawa o Sydney, por poner sólo unos pocos ejemplos de hackathons y formatos parecidos), se centran más en la parte de desarrollo, código y programación, mientras otros toman la forma de concursos de aplicaciones directamente vinculadas a algunos temas urbanos como Open Cities App Challenge, Apps4Bcn, Big Apps 3.0 o Apps for the Environment son ejemplos que bajo un formato clásico de concurso (inscripción previa, presentación, selección) también tienen interés y pueden ser una referencia. iii DE LANGE, Michiel, y Martijn DE WAAL (2012). Ownership in the Hybrid City, Virtueel Platform,

Amsterdam iv Véase GREENFIELD, Adam (2006). Everyware: The Dawning Age of Ubiquitous Computing, New

Riders Publishing, Berkeley v El planteamiento de la esfera de objetos públicos lo ha formlizado conveneientemente Martijn de Waal

en su tesis presentada en 2012, The city as interface. Digital media and the urban public sphere vi Véase FOTH, Marcus, Laura FORLANO, Christine SATCHELL y Martin GIBBS (eds.) (2011). From

Social Butterfly to Engaged Citizen: Urban Informatics, Social Media, Ubiquitous Computing, and Mobile Technology to Support Citizen Engagement, MIT Press, Cambridge vii

Como decía Usman Haque en Surely there's a smarter approach to smart cities?: We, citizens, create and recreate our cities with every step we take, every conversation we have, every nod to a neighbour, every space we inhabit, every structure we erect, every transaction we make. A smart city should help us increase these serendipitous connections. It should actively and consciously enable us to contribute to data-making (rather than being mere consumers of it), and encourage us to make far better use of data that's already around us.

http://blog.cosm.com/2012/04/surely-theres-smarter-approach-to-smart.html viii

Cosas como las que dejaba apuntada Usman Haque en sus notas resumen (http://haque.tumblr.com/post/25500577232/notes-from-my-talk-at-the-open-iot-assembly-june-16-17) de la exposición que hizo en la Open IoT Assembly celebrada en junio en Londres y que desde entonces las tengo muy presentes (rescato algunas):

the spectacularisation of data, revelling in complexity only so that ‘experts’ can rescue us from the cacophony: scientists, urban planners, yes, even artists

the concerning thing about this neo-postivism is when it’s applied to the design and manipulation of our cities because these processes have their own ‘god fantasies’:

o efficiency (those big biz initiatives that use “Smart” throughout their PR material) o predictability o homogeneity o all the things that go counter to the sustainability of what makes a city a city o social goals that rarely have anything to do with technology and sound suspiciously like

the sorts of things urban planners were saying in the 50s and 60s when they gave us highways and highrises/tower blocks

ix

http://www.slate.com/articles/technology/future_tense/2012/09/open_data_movement_how_to_keep_information_from_being_politicized_.single.html x Merece la pena leer el artículo de Tom Slee, titulado Seeing like a geek

(http://crookedtimber.org/2012/06/25/seeing-like-a-geek/) , porque revisa el papel de grandes empresas y emprendedores digitales en la selección de qué y cómo se libera y se reutiliza, el funcionamiento de este ecosistema como mercado, el siempre presente sesgo cultural y demográfico ("empoderar a los empoderados"), etc.