“Una academia comprometida con las necesidades de América ... · de este sector. La...

7
“Una academia comprometida con las necesidades de América Latina”* Rafael Correa Delgado C elebrar los 50 años de una institución como FLACSO supone una retrospec- tiva de valoración de las ciencias socia- les y su incidencia en nuestro tiempo y en el de- venir histórico del Ecuador y de América Latina. Conviene recordar que los hombres y mujeres que llevaron a cabo la propuesta de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales alberga- ban un profundo deseo integracionista de nues- tra América Latina y una decidida apuesta a la investigación y la docencia orientada a conseguir el desarrollo de nuestras sociedades. La FLACSO nació de una idea planeada en la Conferencia General de la UNESCO en el año 1957 y fue rápidamente adoptada por di- versos países que entendieron qué era lo que se estaba jugando con esta acción. Los primeros en sumarse fueron Brasil y Chile y luego se ad- hirieron Argentina, Bolivia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Honduras Guatemala, México, Nicaragua, Panamá Paraguay, Uruguay, Perú, República Dominicana y Surinam. Se trataba de construir una entidad de ciencias sociales que genere un espacio de reflexión y análisis hasta ese entonces inexistente y que impulse el despliegue de un pensamiento latinoamericano ligado a las necesidades y problemas específicos de nuestra región. La FLACSO se enmarca en un objetivo que se visualizaba como central en aquellos años: aumentar la capacidad de cooperación de los países en el campo de las ciencias sociales a través de instituciones regionales de alto nivel académico y excelencia que cooperen con los gobiernos y con las universidades nacionales preparando recursos humanos para el cambio social. También hay que recordar que la FLACSO surge en el contexto mundial de la Guerra Fría, en un marco regional de agitación social y política como consecuencia de la influencia de la Revolución Cubana; el surgimiento de movimientos guerrilleros y la difusión de la Teología de la Liberación. Es un momento en el que capitalismo y socialismo parecen definir el campo de lucha de las opciones del cambio social. Esto se complementa en nuestra región con una deci- dida preocupación por las perspectivas desarrollistas impulsadas, en buena medida, por el pen- samiento económico de la CEPAL. * Discurso del Presidente de la República del Ecuador en la ceremonia de conmemoración de los 50 años de la FLAC- SO, Quito, 29 de octubre de 2007. El título ha sido agregado, retomando una frase conclusiva del mismo discurso. (Nota del Editor). Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 30, Quito, enero 2008, pp. 111-117 © Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador. ISSN: 1390-1249

Transcript of “Una academia comprometida con las necesidades de América ... · de este sector. La...

Page 1: “Una academia comprometida con las necesidades de América ... · de este sector. La problemática del campo, del espacio rural, del actor campesino e indígena resultaban ineludibles,

“Una academia comprometida con las necesidades de América Latina”*

Rafael Correa Delgado

Celebrar los 50 años de una institucióncomo FLACSO supone una retrospec-tiva de valoración de las ciencias socia-

les y su incidencia en nuestro tiempo y en el de-venir histórico del Ecuador y de América Latina.Conviene recordar que los hombres y mujeresque llevaron a cabo la propuesta de la FacultadLatinoamericana de Ciencias Sociales alberga-ban un profundo deseo integracionista de nues-tra América Latina y una decidida apuesta a lainvestigación y la docencia orientada a conseguirel desarrollo de nuestras sociedades.

La FLACSO nació de una idea planeada enla Conferencia General de la UNESCO en elaño 1957 y fue rápidamente adoptada por di-versos países que entendieron qué era lo que seestaba jugando con esta acción. Los primerosen sumarse fueron Brasil y Chile y luego se ad-hirieron Argentina, Bolivia, Costa Rica, Cuba,Ecuador, Honduras Guatemala, México,

Nicaragua, Panamá Paraguay, Uruguay, Perú, República Dominicana y Surinam. Se trataba deconstruir una entidad de ciencias sociales que genere un espacio de reflexión y análisis hasta eseentonces inexistente y que impulse el despliegue de un pensamiento latinoamericano ligado alas necesidades y problemas específicos de nuestra región.

La FLACSO se enmarca en un objetivo que se visualizaba como central en aquellos años:aumentar la capacidad de cooperación de los países en el campo de las ciencias sociales a travésde instituciones regionales de alto nivel académico y excelencia que cooperen con los gobiernosy con las universidades nacionales preparando recursos humanos para el cambio social.También hay que recordar que la FLACSO surge en el contexto mundial de la Guerra Fría, enun marco regional de agitación social y política como consecuencia de la influencia de laRevolución Cubana; el surgimiento de movimientos guerrilleros y la difusión de la Teología dela Liberación. Es un momento en el que capitalismo y socialismo parecen definir el campo delucha de las opciones del cambio social. Esto se complementa en nuestra región con una deci-dida preocupación por las perspectivas desarrollistas impulsadas, en buena medida, por el pen-samiento económico de la CEPAL.

* Discurso del Presidente de la República del Ecuador en la ceremonia de conmemoración de los 50 años de la FLAC-SO, Quito, 29 de octubre de 2007. El título ha sido agregado, retomando una frase conclusiva del mismo discurso.(Nota del Editor).

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 30, Quito, enero 2008, pp. 111-117© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.

ISSN: 1390-1249

LORE
Iconos, Revista de Ciencias Sociales No. 30 Flacso-Ecuador Enero 2008 p. 111-117
Page 2: “Una academia comprometida con las necesidades de América ... · de este sector. La problemática del campo, del espacio rural, del actor campesino e indígena resultaban ineludibles,

Así, la FLACSO o, mejor dicho, las sedesque en ese momento empezaban a funcionar,asumen la investigación académica ligada auna serie de líneas. Por ejemplo, la problemá-tica del desarrollo. Adquieren cuerpo tesisacerca de estrategias nacionales de desarrolloregional, la concentración económica y el de-sarrollo, y los modos de desarrollo alternati-vo, etc. Investigaciones que, vale la pena re-cordar, trabajaban en muchos casos vinculan-do lo económico, lo social, lo cultural y lo po-lítico y no disociándolos como si fueran esfe-ras escindidas y sin ningún tipo de relación.

En el campo del desarrollo la educacióntampoco era ajena. El desarrollo económicose pensaba de manera integral. La teoría delcapital humano, que luego fue y por buenasrazones, ampliamente criticada, planteaba co-nexiones importantes entre la formación delos recursos humanos y el crecimiento econó-mico. No era menor la preocupación porpensar las formas que adquiriría una revolu-ción en la región y tampoco los impedimen-tos que permitirían consolidar el régimen de-mocrático.

También asumen importancia los temasrelativos a la sociología agraria y a la reformade este sector. La problemática del campo, delespacio rural, del actor campesino e indígenaresultaban ineludibles, pero, nuevamente hayque decir, en el marco de procesos de cambiosocial.

Asimismo, los análisis de corte históricotenían un importante peso. Se trataba dehacer emerger los fenómenos, su significacióny productividad, en su desarrollo históricoconcreto. La historia adquiere en esos tiem-pos una relevancia clave en los estudios lati-noamericanos: se trataba de descubrir la espe-cificidad latinoamericana así como los proce-sos y las relaciones de fondo que la estabanconformando.

En suma, había una decidida preocupa-ción por construir objetos de investigaciónque atendieran a las problemáticas latinoame-

ricanas y, en particular, aquellas relevantespara cada país y hasta subregión. Por ejemplo,en el caso de la FLACSO-Ecuador se cobijóen buena medida un interés por la problemá-tica específicamente andina e indígena.

Ahora bien, luego de 50 años, y si tuviése-mos que hacer un balance, podríamos decirque la FLACSO en buena medida sigue sien-do heredera de aquellas expectativas iniciales.En la actualidad, esta institución se ha trans-formado en un referente ineludible del mundoacadémico y político de nuestra región. Nadiepodría negar que sus investigaciones, semina-rios, libros, revistas y hasta la opinión infor-mada de sus docentes e investigadores resultanampliamente valoradas, no sólo en el mundode las ciencias sociales, sino también en el es-pacio público y en las esferas de quienes toma-mos decisiones políticas. También la FLACSOsigue participando en la generación de recur-sos humanos altamente capacitados que inte-gran muchas de las plantas docentes de uni-versidades públicas y privadas de la región, asícomo de altos cargos en diferentes institucio-nes de la administración gubernamental y nogubernamental de nuestros países. La FLAC-SO sigue colaborando, a través de las diversasactividades académicas que desarrolla, en laconsolidación de las disciplinas sociales, aun-que -como veremos más adelante- en muchoscasos bajo la dominancia ideológica de ciertasperspectivas teórico-metodológicas.

Asimismo, la FLACSO contribuye, a tra-vés de sus sistemas de becas en los programasde formación, a que muchos estudiantes de laregión puedan realizar estudios y sobre todoen países diferentes a los de su origen. Al te-ner sedes en diferentes naciones, mantener unintercambio de estudiantes y de experienciasde aprendizaje, la FLACSO ha puesto su gra-no de arena en pos de la integración latinoa-mericana. Finalmente, el carácter latinoame-ricano de la FLACSO se refuerza hoy por hoyno sólo por la procedencia de los estudiantessino de su cuerpo académico.

temas

112ÍCONOS 30, 2008, pp. 111-117

Rafael Correa

Page 3: “Una academia comprometida con las necesidades de América ... · de este sector. La problemática del campo, del espacio rural, del actor campesino e indígena resultaban ineludibles,

Si bien podríamos organizar un seminariopara ver el papel de la FLACSO en las cien-cias sociales, quisiera reflexionar sobre retosque puedo percibir, en el marco de una críti-ca constructiva. Principalmente trataré decentrarme en una reflexión crítica sobre loque creo constituye uno de los principalesproblemas de la academia latinoamericana yal que no escapa la FLACSO: la crisis de pen-samiento latinoamericano.

Una pregunta clave, que todo cientista so-cial alguna vez se ha formulado, es la que llevaa interrogarse por el sentido de la labor cien-tífico-social: ¿Qué es lo que en rigor justificala existencia y desarrollo de las ciencias socia-les? ¿Cuál es la misión que como científicosocial le corresponde a cada uno de nosotrosante la dinámica, contradictoria y en muchosaspectos dolorosa realidad del mundo con-temporáneo? Si bien se pueden dar múltiplesrespuestas, en términos generales podríamosdecir que los académicos buscamos contri-buir a aumentar nuestra compresión de los fe-nómenos del mundo social para incrementartambién nuestra capacidad de actuar en laconstrucción de una sociedad mejor, de laque todos podamos y puedan beneficiarse.Particularmente, en el campo social, una teo-ría que no implique claros corolarios de polí-tica para mejorar la realidad, es sencillamenteuna teoría inservible.

No obstante, surgen algunas preguntasque esconde esta respuesta general. Cuandodecimos “nuestra comprensión de los fenó-menos”, ¿a quiénes nos referimos con nuestracomprensión? Y cuando hablamos de una so-ciedad mejor, ¿cómo estamos entendiendo lapalabra “mejor”?

Respecto a lo primero hay que señalar queexisten diferencias entre la compresión querealiza la academia de aquella que se da enotros espacios de saber. El tipo de explicacio-nes que construye el discurso académico, adiferencia de otros como el del sentidocomún, el del sofista o el del mismo político,

se basa en un proceso específico para produ-cir sus argumentos y verificarlos. Esto no sig-nifica menospreciar o no buscar formas dediálogo entre diferentes saberes y experien-cias, ni creer que existen jerarquías entre ellos.El argumento científico-social no se justificaa través de la intuición, de la creencia o deldeseo sino a través de un procedimiento re-flexivo que reconozca el error, los mecanis-mos que lo producen, las formas de superarlodejando intacta la capacidad de descubri-miento. Como diría Pierre Bourdieu, no setrata simplemente de una metodología abs-tracta que funciona como un manual -comoconjunto de reglas aplicables a todos los ca-sos- y como garantía inequívoca de cientifici-dad. Justamente porque la obediencia incon-dicional a un órganon de reglas lógicas tiendea producir un efecto de clausura prematurapara el descubrimiento. Más bien se trata deuna actitud de vigilancia epistemológica endonde no sólo hay un esfuerzo por captar lalógica del error sino un esfuerzo para cons-truir una lógica del descubrimiento de la ver-dad. En este sentido, puede decirse que elacadémico-investigador busca el mayor gradode “objetividad” posible. El ideal sería que através de la transparencia de la metodología(de las operaciones realizadas y de las justifi-caciones esgrimidas para cada decisión) y dela democratización de la información, cual-quier persona pueda lograr la reproducibili-dad de los resultados y conclusiones encon-tradas. De esta manera, a través de un juegodialéctico, se podría seguir mejorando la cali-dad en el conocimiento de la realidad.

Respecto a lo segundo, es decir, qué en-tendemos por un mundo mejor, surge uno delos peligros más graves que se esconden bajoel discurso académico: este es tratar de igualarobjetividad con neutralidad y, por lo tanto,deslindarse del inevitable carácter políticoque entraña todo quehacer docente e investi-gativo, especialmente en ciencias sociales.Siguiendo a Boaventura de Sousa Santos,

113ÍCONOS 30, 2008, pp. 111-117

Una academia comprometida con las necesidades de América Latina

Page 4: “Una academia comprometida con las necesidades de América ... · de este sector. La problemática del campo, del espacio rural, del actor campesino e indígena resultaban ineludibles,

temas

114ÍCONOS 30, 2008, pp. 111-117

Rafael Correa

creo que es fundamental distinguir entre ob-jetividad y neutralidad. Debemos querer sercientíficos sociales objetivos pero no neutros,y ello significa utilizar las mejores metodolo-gías que las ciencias sociales nos ofrecen y ha-cerlo con la mayor rigurosidad, imparcialidady autonomía posibles.

Pero a su vez, hay que tener claro en quélado estamos, es decir, cómo construimosnuestro problema de investigación, nuestroobjeto de estudio, cómo formulamos nuestrashipótesis de trabajo, cómo elegimos la estra-tegia metodológica y hasta las mismas técni-cas de investigación. Tal no neutralidad (ine-vitable en nuestro oficio) nos lleva indiscuti-blemente a las posiciones políticas, sociales,culturales, etc. que encarnamos necesaria-mente y sobre las cuales es indispensable te-ner vigilancia constante. Pero atentos, vigilarno es lo mismo que negar.

Una vez que tenemos claras estas distin-ciones, podemos ahora preguntarnos porejemplo: ¿De dónde surgen los temas de in-vestigación en las ciencias sociales actuales?¿Desde qué lugar se construyen las preguntasde investigación? ¿Cuál es la economía políti-ca de las teorías dominantes en las ciencias so-ciales? Lo que nos lleva a plantear: ¿cuál es laforma de producción del conocimiento queparece funcionar en la academia de AméricaLatina? Estas preguntas nos ubican en un es-pacio de reflexión sobre lo que ha acontecidoen las últimas décadas en la academia latino-americana y de lo que la FLACSO, creo yo,no ha podido escapar. Como mencionamosanteriormente: la crisis de pensamiento lati-noamericano.

Sin temor a equivocarme sostengo que losespacios académicos son espacios de disputaideológica en pos de construir hegemonía deunos intereses por sobre otros, de unas visio-nes del mundo por sobre otras. Se trata deimponer significaciones sobre lo que llama-mos “realidad” -y de esta forma construirla- ylo que en última instancia cada uno de noso-

tros entendemos por un mejor mundo. Enesta línea, el espacio académico latinoameri-cano fue prácticamente colonizado por unconjunto de teorías y recetas metodológicasque surgieron de los países centrales. Porejemplo, esto pudo verse en el predominioque adquirió la economía positivista y que seaplicó acrítica y descontroladamente al cam-po de la ciencia social. Se produjo una suertede homogeneización a un nivel muy profun-do del quehacer investigativo y docente y sólomarginalmente ciertos reductos lograron re-sistir y disputar lo que se ha transformado enuna suerte de sentido común de la academia.

El argumento esgrimido fue que tales teo-rías y procedimientos eran los únicos que ga-rantizaban temas “pertinentes” a estudiar,perspectivas de análisis “objetivas” (confundi-do este concepto con neutralidad) y metodo-logías “científicas”. El resto era justamenteresto. Era residual. Siguiendo con nuestroejemplo, podemos pensar en el rational choi-ce aplicado al campo de la ciencia política yen algunos casos hasta de la sociología políti-ca. Esto ha implicado el retorno del dominiode una metodología positivista a ultranza quesólo da valor a lo que puede “observarse”(léase preferencias) y por lo tanto “medirse” yque menosprecia todo aquello que desde eselugar se considera “subjetivo”2. También invo-lucró la generación de explicaciones unidi-mensionales que tendieron a dar cuenta delos fenómenos sociales siempre bajo un argu-mento similar y único: el hombre egoísta,atómico, maximizador, etc.

Bajo tal dominancia, la definición del“mundo mejor” que debe buscar la ciencia so-

2 Entre paréntesis podríamos decir que este punto vol-vió a plantear de manera decidida la imagen de la aca-demia como único espacio de saber válido y el me-nosprecio del dialogo con otros saberes. Así, se dejóde lado -entre otras cuestiones- aquellas perspectivasteóricas y metodológicas que hacían hincapié en laparticipación de los sujetos a investigar, al considerarque eran ellos los principales beneficiarios de tales es-tudios.

Page 5: “Una academia comprometida con las necesidades de América ... · de este sector. La problemática del campo, del espacio rural, del actor campesino e indígena resultaban ineludibles,

cial, pudo reducirse a la optimización maxi-mizadora individual de las utilidades, vistaésta principalmente por las preferencias ex-presadas en cualquier mercado (político, cul-tural, económico, familiar, comunitario), víael consumo (también de cualquier producto:voto, bien, dinero, amor, consumo cultural,etc.). Además de ser una teoría en gran parteinservible, tremendamente reduccionista,pretendió presentar a las ciencias socialescomo independiente de juicios de valor.

Una revisión de los diseños curriculares delos programas de formación en ciencia políti-ca, sociología y economía de muchas de lassedes FLACSO devela hasta qué punto esadominancia también caló hondo en una ins-titución que pretendía generar un pensa-miento independiente y propiamente latino-americano. Ni mencionar los programas quese conocen bajo el título de Gobierno yAsuntos Públicos o Administración y Polí-ticas Públicas.

Lo que hay que darse cuenta es que estasteorías y las categorías de análisis a ellas aso-ciadas, que cooptaron el espacio ideológico,nos impiden ver otras maneras de construirlos problemas de investigación y los objetos deestudio relevantes para los proyectos de cam-bio en los que creemos. También invisibilizanla herencia intelectual de aquella academia la-tinoamericana, esa que hasta hace algunas dé-cadas atrás se enorgullecía de sus avances y desu compromiso con la emancipación latinoa-mericana. No se trata de un retorno acríticodel pasado sino de una recuperación más justade un legado que no ha sido suficientementevalorado. Con esta dominancia han desapare-cido disciplinas y líneas completas de investi-gación como por ejemplo la historia, la socio-logía en su vertiente agraria, los estudios de es-tructura social, de concentración económica,de desigualdad social, entre otros.

Es verdad que se han incorporado otrostemas sumamente relevantes que tienen quever con formas de exclusión social. Por ejem-

plo, el tratamiento de grupos conformados apartir de determinaciones de edad, como losjóvenes, de género como las mujeres, de ori-gen étnico como los indígenas, de movilidadcomo los inmigrantes, etc. La academia hasido particularmente sensible a estas proble-máticas y a los grupos humanos que han sidohistóricamente privados de su voz. Esto pue-de verse en los múltiples proyectos que se handesarrollado por ejemplo en las sedes FLAC-SO y sobre todo en las tesis de investigaciónque esas sedes promueven.

Como afirma Todd Gitlin, si bien la pro-fusión de agentes sociales ocurrió en toda lasociedad (pensemos en la visibilidad que ad-quieren las minorías y los movimientos socia-les en los últimos años), en ninguna parte pa-rece haber resultado tan vigoroso como en elmundo académico. Allí en los múltiples pro-gramas de estudio cada movimiento pudo ex-perimentar el regocijo de una identidad basa-da en el grupo. El problema radica en que laexpansión de lo que se dio en llamar la “polí-tica de la identidad” fue inseparable de lafragmentación política de lo compartido quese dio primeramente. El mundo universitarioy académico ha adoptado estos nuevos temasdesde un lugar poco crítico ya que en muchoscasos tales líneas de investigación involucranel abandono de la preocupación por aquelloque los seres humanos y grupos comparten.El estudio de la “identidad” se vuelve el estu-dio de una suerte de destino inexorable, enun mundo conformado por identidades in-trínsecas y esencialistas que impiden conec-tarse con el otro. La voz de los sin voz puedeterminar conformando así un nuevo silencio,funcional al paradigma dominante y la acade-mia no ha sido ajena a ello.

Entonces, basándome en gran medida enlo planteado por Boaventura Sousa Santos,quizás una deuda y un reto pendiente quetiene la FLACSO para construir durante suspróximos 50 años sea la decisión de invertirtiempo, dinero y recursos humanos en plan-

115ÍCONOS 30, 2008, pp. 111-117

Una academia comprometida con las necesidades de América Latina

Page 6: “Una academia comprometida con las necesidades de América ... · de este sector. La problemática del campo, del espacio rural, del actor campesino e indígena resultaban ineludibles,

tear aportes hacia una decidida revisión epis-temológica y teórica sobre las ciencias socialesactuales. Una revisión desde una mirada lati-noamericana, es decir, desde el Sur.

Asimismo, la comprensión del mundoque realizan las ciencias sociales en muchoscasos niegan la experiencia social y niegan loscambios sociales que están aconteciendo. Unconjunto de experiencias quedan así desper-diciadas, desconocidas, descredibilizadas porvisiones hegemónicas. Así, lo que se presentacomo la tesis es a lo sumo la teoría dominan-te. Nuestro desafío debe ser enfrentar estedesperdicio de experiencia social. Ello se lo-grará en la medida en que no sólo nos ocupe-mos de la discusión por las condiciones obje-tivas de la transformación de la sociedad sinode aquellas condiciones que hablan de la vo-luntad de cambio. Quizás hay que pensar encomo crear una subjetividad rebelde y no unaobjetividad paralizante.

En este sentido, lo que trato de decir esque no podemos salir de este atolladero conlas ciencias sociales que tenemos, porque sonparte del problema. Hay que primero trabajarlas ciencias sociales epistemológicamente.Nuestras formas de racionalidad emergen dela periferia y debemos tener en cuenta estopara producir un cambio en los esquemas depensamiento, como diría Edgar Morín. Enbuena medida, como afirma Santos, esto pa-sará si nosotros pensamos las “ausencias”desde un lugar diferente. Me explico. Muchode lo que no existe en la sociedad es produci-do como no existente, lo que termina redu-ciendo “la realidad” (siempre construida) a loexistente. Una mirada desde las ausencias esun procedimiento insurgente para mostrar loque no existe pero con un objetivo diferente yclaro: buscar alcanzarlo. También implica verlo que no existe todavía pero que está emer-giendo, que da señales de vida. Por ejemplo,hacer una ampliación simbólica de un movi-miento social o ciudadano. Sin romanticis-mos, debemos credibilizar esta emergencia.

También cuestionar aquellos conceptosque nos hablan de un tiempo que no es elnuestro y de un punto de llegada ya definido.Así, en el tiempo andino e indígena lo ances-tral no es parte del pasado como se nos dicesino del presente cotidiano; o las mismas no-ciones de países “desarrollados”, de “progre-so”, de “modernización” y hasta de “globaliza-ción” nos hablan de un tiempo y un destinoque nos son ajenos aunque los hayamos inte-riorizado como necesarios de ser alcanzados.Un primer paso para esto es repensar la no-ción de desarrollo. No desde un lugar moder-nizante o centrado sólo en el crecimiento.Creo que esto ya está incluido en nuestroPlan Nacional de Desarrollo para el Ecuador,el cual articula, más allá de las miradas eco-nomicistas, la relación del ser humano con lanaturaleza, la relación entre las personas y laforma de perpetuar indefinidamente las cul-turas latinoamericanas.

Por otra parte, hay que repensar el modode producción del conocimiento. No olvide-mos una vez más que lo que está en juego esla construcción de hegemonía. No necesita-mos alternativas sino un “pensamiento alter-nativo de alternativas”. No queremos decircon esto que hay que negar el conocimientodel “norte” sino que hay que conocerlo paradescubrir sus formas de construcción delsaber, aquellas que lo vuelven hegemónico.

También hay que reflexionar en torno alas condiciones en que la academia latinoa-mericana lleva a cabo su labor. En primerlugar, es necesario pensar y relacionar el fi-nanciamiento con la producción investigati-va. Muy frecuentemente las investigaciones ylos programas de formación están condicio-nados por la fuente de financiamiento ya queno sólo definen cuánto se gasta sino en qué ycómo se gasta. En muchos casos, los progra-mas surgen primero por la necesidad de fon-dos antes que por una necesidad académica.Esta forma de financiamiento ha promovidoinvestigaciones de corto plazo, ligadas a pro-

temas

116ÍCONOS 30, 2008, pp. 111-117

Rafael Correa

Page 7: “Una academia comprometida con las necesidades de América ... · de este sector. La problemática del campo, del espacio rural, del actor campesino e indígena resultaban ineludibles,

yectos puntuales de coyuntura y son desesti-madas las investigaciones de problemas es-tructurales y de largo alcance. Todas ellas ter-minan reproduciendo el predominio de unalógica de la consultoría y la asesoría técnicamás ligada a las ONGs que a la academia. Enel mejor de los casos, las agendas investigati-vas de largo plazo son proyectos personales yno institucionales. Todo esto ha producidoque desaparecieran la idea de programas o lí-neas de investigación y solo parecieran rele-vantes las individualidades que se vuelven is-lotes o archipiélagos de estatus.

Por estas razones, tampoco se trata de in-dagaciones de corte empírico. En la mayoríade los casos constituyen recopilaciones defuentes secundarias, estados de arte, investi-gaciones bibliográficas o de generación de in-terpretaciones sin ningún respaldo en traba-jos de campo. Esto también ha estado acom-pañado de un cambio relevante respecto alperfil del cientista social. El doble papel o uti-lidad de las ciencias sociales en tanto insumotécnico y espacio de productividad intelectualperdió su equilibrio en el marco de la cre-ciente participación de estos recursos huma-nos en los procesos de transformación delEstado promovidos por las políticas neolibe-rales. La relevancia que adquieren los sociólo-gos, politólogos, antropólogos, entre otros,para abordar el diseño, evaluación y funda-mentación teórica y metodológica de las polí-ticas públicas de estos años no ha sido sufi-cientemente valorado en términos de los efec-tos para la autonomía del campo y el papelpolítico de tales recursos.

Frente a este problema, lo primero que esnecesario recuperar es la autonomía de laproducción investigativa y las agendas res-pecto al financiamiento, y la soberanía de laoferta de programas de formación en funciónde criterios académicos y de necesidades so-ciales. Uno de los mensajes que quiero dejaren claro es que parte de la crisis de pensa-miento se debe al descrédito de la políticaque se vivió en las últimas décadas. La acade-mia se autoinmoló tratando de visibilizarsecomo algo separado de la política a nombrede una objetividad confundida con neutrali-dad. Bajo el predominio del discurso tecni-cista de los 90 se dotó de toda la negatividada lo político. Creo que debemos repensar quéentendemos por lo político en la academia.No se trata de justificar intereses políticosmediante las investigaciones o la docencia,sino de reconocer el carácter político de lasvisiones de realidad que construimos desde laacademia. Esta es una responsabilidad queno se puede eludir.

Los invito entonces a construir una aca-demia comprometida con las necesidades deAmérica Latina y atenta a los procesos decambio que hoy por hoy estamos experi-mentando. Y esto no es menor. Quizás ahorano lo percibimos con claridad. No vemosmaterializada una revolución, pero eso nosignifica que no la estemos transitando. Yahay señales de que estamos viviendo no sólouna época de cambios sino un cambio deépoca. Ayudémosla a nacer desde el lugarque nos toca ocupar en este tiempo his-tórico.

117ÍCONOS 30, 2008, pp. 111-117

Una academia comprometida con las necesidades de América Latina