“Predica la siste a tiem- Palabra, in- El Expositor po y fuera · 2018-07-07 · peso de la...

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cazaría feliz” para los espe- culadores. Hay una forma para entender el libro. Hay dificultades en el libro para los que no tengo una res- puesta, pero el objetivo principal del libro puede claramente ser entendido. Se le pide que dedique una pocas horas de esfuerzo diligente para comprender este enfoque del libro. Al final de este estudio, creo que muchos de ustedes se convencerán que usted puede entender este gran libro. Cualquier estudio correcto comienza con una introducción al libro. El Libro de Apocalip- sis es Apocalíptico El título del libro en el Griego es apokaluptis, de la cual tomamos nuestra palabra Apocalipsis (1:1). Apokaluptis significa reve- lación o descubrir. Este término clasifica el libro como un a clase de litera- tura reconocida. Esta for- ma literatura no es tan Introducción al Libro de Apocalipsis Ferrell Jenkins Julio-Agosto 2018 Vol. 18, Número 4 El Expositor “Predica la Palabra, in- siste a tiem- po y fuera de tiem- po” (2 Tim. 4:2—LBLA) Introducción al libro de Apoca- lipsis Ferrell Jenkins 1 La Segunda Ve- nida de Cristo Wayne Jackson 5 La Esposa de Pedro Sewell Hall 7 Prioridades de la Verdad Don Willis 8 bien conocida a nosotros como lo es la novela, la poesía o la narrativa histó- rica. En el Nuevo Testamen- to, el libro de Apocalipsis y las secciones sobre la des- trucción de Jerusalén son apocalípticas. (cf. Mat.24; Marr.13; Luc.21). El mate- rial encontrado en estos capítulos son a menudo referidos como el titulo apocalipsis. En el Antiguo Testamento, los libros de Ezequiel, Daniel y Zacarías son apocalípticos. Apoca- lipsis fue una literatura muy común en el periodo entre los dos testamentos. Literatura no Canónica semejante a el libro de Enoc, la Asunción de Moi- sés, el libro de Baruc, el cuarto libro de Esdras, et al., son comúnmente refe- ridos como la Apócrifa y la Pseudoapócrifa del Anti- guo Testamento. No debemos creer que el libro de Apocalipsis sea E l libro de Apocalipsis es una de las porcio- nes más descuidadas y más abusadas de las Escrituras. Es considerado como el libro más difícil del Nuevo Testamento por muchos Cristianos. Es el libro del que mas se “devuelven” Las clases toman su rumbo a lo largo de los libros del Nuevo Testamento, pero cuando llegan a Apocalipsis “se regresan” a Mateo. Algu- nos evitan el libro y otros se concentran en el. Apo- calipsis ha sido abusado y mal usado por parte de los fanáticos religiosos y se ha convertido en “terreno de

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Page 1: “Predica la siste a tiem- Palabra, in- El Expositor po y fuera · 2018-07-07 · peso de la evidencia apuntando a esta última fecha. La evidencia citada an-teriormente bajo el

cazaría feliz” para los espe-

culadores. Hay una forma

para entender el libro. Hay

dificultades en el libro para

los que no tengo una res-

puesta, pero el objetivo

principal del libro puede

claramente ser entendido.

Se le pide que dedique una

pocas horas de esfuerzo

diligente para comprender

este enfoque del libro. Al

final de este estudio, creo

que muchos de ustedes se

convencerán que usted

puede entender este gran

libro. Cualquier estudio

correcto comienza con una

introducción al libro.

El Libro de Apocalip-

sis es Apocalíptico

El título del libro en el

Griego es apokaluptis, de

la cual tomamos nuestra

palabra Apocalipsis (1:1).

Apokaluptis significa reve-

lación o descubrir. Este

término clasifica el libro

como un a clase de litera-

tura reconocida. Esta for-

ma literatura no es tan

Introducción al Libro de Apocalipsis — Ferrell Jenkins

Julio-Agosto 2018 Vol. 18, Número 4

El Expositor

“Predica la

Palabra, in-

siste a tiem-

po y fuera

de tiem-

po” (2 Tim.

4:2—LBLA)

Introducción al

libro de Apoca-

lipsis

Ferrell Jenkins

1

La Segunda Ve-

nida de Cristo

Wayne Jackson

5

La Esposa de

Pedro

Sewell Hall

7

Prioridades de

la Verdad

Don Willis

8

bien conocida a nosotros

como lo es la novela, la

poesía o la narrativa histó-

rica.

En el Nuevo Testamen-

to, el libro de Apocalipsis y

las secciones sobre la des-

trucción de Jerusalén son

apocalípticas. (cf. Mat.24;

Marr.13; Luc.21). El mate-

rial encontrado en estos

capítulos son a menudo

referidos como el titulo

apocalipsis. En el Antiguo

Testamento, los libros de

Ezequiel, Daniel y Zacarías

son apocalípticos. Apoca-

lipsis fue una literatura

muy común en el periodo

entre los dos testamentos.

Literatura no Canónica

semejante a el libro de

Enoc, la Asunción de Moi-

sés, el libro de Baruc, el

cuarto libro de Esdras, et

al., son comúnmente refe-

ridos como la Apócrifa y la

Pseudoapócrifa del Anti-

guo Testamento.

No debemos creer que

el libro de Apocalipsis sea

E l libro de Apocalipsis

es una de las porcio-

nes más descuidadas y más

abusadas de las Escrituras.

Es considerado como el

libro más difícil del Nuevo

Testamento por muchos

Cristianos.

Es el libro del que mas

se “devuelven” Las clases

toman su rumbo a lo largo

de los libros del Nuevo

Testamento, pero cuando

llegan a Apocalipsis “se

regresan” a Mateo. Algu-

nos evitan el libro y otros

se concentran en el. Apo-

calipsis ha sido abusado y

mal usado por parte de los

fanáticos religiosos y se ha

convertido en “terreno de

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comparte algunas cosas

en común con la literatu-

ra apocalíptica, pero esta

está en la línea verdadera

de los libros proféticos

(1:3; 22:7, 10, 18, 19). Esta

no es pseudónima; el au-

tor de Apocalipsis se

nombra así mismo (cf.

1:3, 4, 9. 10, 12). Usa un

método diferente de tra-

tar las predicciones del

futuro. Contiene exhorta-

ciones éticas.

La literatura apocalípti-

ca fue siempre relevante a

la situación histórica del

tiempo. Daniel y Ezequiel

fueron escritos durante el

exilo Babilónico para con-

solar al pueblo elegido en

su fidelidad y para prepa-

rarles para las pruebas,

incluso hasta el tiempo de

Antíoco Epifanio y al

tiempo del Imperio Ro-

mano. Apocalipsis fue

escrito en un tiempo

cuando los santos de Dios

estaban siendo probados

en el crisol llamado Ro-

ma. La literatura apocalíp-

tica hizo gran uso de sím-

bolos y visiones. El libro

de Apocalipsis no fue es-

crito en un lenguaje se-

creto o bajo códices. Los

símbolos habrían sido

entendidos por sus pri-

meros lectores.

La literatura apocalípti-

ca fue básicamente una

reinterpretación de la

profecía. Esto significa

que el libro de Apocalip-

sis se basa en gran medi-

Página 2 Vol. 18, Número 4

da sobre el Antiguo Tes-

tamento. La falta general

de un conocimiento de la

porción profética del An-

tiguo testamento es pro-

bablemente una de las

razones por las que nues-

tros hermanos se han

sentido incomodos con el

libro de Apocalipsis. Para

una discusión mas deta-

llada de este tema vea mi

libro: El Antiguo Testa-

mento en el Libro de

Apocalipsis.

La Autoricidad de

Apocalipsis

La preponderancia de

la evidencia indica que

Juan el apóstol, el hijo de

Zebedeo, escribió el libro.

El libro reclama haber

sido escrito por Juan

(Apoc.1:1, 4, 9; 22:8). Es

imposible conocer con

certidumbre que este fue

Juan el hijo de Zebedeo,

el apóstol de Cristo. Lo

mismo puede ser dicho

de evangelio y de las

epístolas de Juan. Un caso

fuerte puede ser hecho

para Juan el apóstol co-

mo el autor del evangelio

de Juan. Vea especial-

mente el argumento de

Brooke F. Westcott y uno

más reciente hecho por

Donald Carson. La eviden-

cia interna sugeriría que

la misma persona escribió

Apocalipsis. Por ejemplo,

Jesús es llamado el Verbo

únicamente por Juan

(Juan 1:1; 1 Jn.1:1;

uno de ellos, pero tampo-

co debiéramos pasar por

alto el hecho que incluye

estas características gene-

rales. La literatura apoca-

líptica fue ocasionada por

determinadas condiciones

discernibles; fue “creada

en un tiempo de necesi-

d a d e s a p r e m i a n -

tes” [Rowley]. Mucha de

ella fue escrita entre los

años 200 A. C. y 100 D .C.

cuando la nación Judía

estaba luchando por su

misma existencia. La gran

crisis espiritual que cayó

sobre los Judíos en ese

tiempo fue provocada

desde afuera. Antíoco

Epifanio ofreció al Judío

piadoso la alternativa de

la muerte o la asimilación

del mundo pagano a su

alrededor; el Judío eligió

la muerte. Russell señala

que la literatura apocalíp-

tica ilustra el dicho que

“la extremidad del hom-

bre es la oportunidad de

Dios” (Jenkins 34-35).

La literatura apocalípti-

ca mira más allá del tiem-

po presente a una inter-

vención dramática de

Dios. “Cuando las pruebas

y la persecución fueron

más severas, la luz de la

esperanza se volvió más

brillante” (35). Sin embar-

go, el libro de Apocalipsis

difiere de la literatura

apocalíptica en varios as-

pectos. La literatura apo-

calíptica reescribió la his-

toria bajo el disfraz de la

profecía. Apocalipsis

Apoc.19:13). Everret F..

Harrison provee más de

diez semejanzas adicio-

nales entre el Apocalip-

sis y el evangelio de

Juan (441).

Hay abundante evi-

dencia externa que Juan

el apóstol fue el autor

de Apocalipsis. Donald

Guthrie dice que los

padres primitivos asu-

mieron la autoricidad

apostólica “sin discu-

sión” Tan fuente es la

evidencia que es difícil

creer que todos ellos

cometieron un error en

confundir el Juan del

Apocalipsis con Juan el

apóstol” (935).

Dos de las referencias

mas tempranas son ci-

tadas aquí. Justino Már-

tir (c. 100-165 D.C.) en

la alusión histórica más

primitiva al libro de

Apocalipsis, dice que

este fue escrito por

Juan, un apóstol de

Cristo (Dialogo Con Tri-

po, 81). Ireneo, quien

floreció durante el últi-

mo cuarto del segundo

siglo, dijo que Juan vio

la revelación “casi en

nuestro tiempo cerca

del fin del reinado de

Domiciano” (Contra

Herejes V. xxx.3; Vea

también a Eusebio, His-

toria Eclesiástica V. viii).

Referencias a evidencias

adicionales pueden ser

encontradas en Henry

Thiessen, (317-320), en

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en Everett F. Harrison

(440) y Donald Guthrie

( N e w T e s t a m e n t

Introduction, 934-949).

El Pueblo Dirigido

E l l i b r o d e

Apocalipsis es dirigido a

las siete Iglesias que

están en Asia. En el

Imperio Romano, la

provincia de Asia

comprendió el territorio

de Asia Menor al sur de

Bitinia, norte de Licia,

oeste de Galacia y Este

de Mar Egeo” (Charles

F. Pfeiffer, 287). Cartas

separadas son dirigidas

a las siete Iglesias de

Asia: Éfeso, Esmirna,

Pérgamo, Tiatira, Sardis,

Filadelfia, y Laodicea.

Las “cartas” ciertamente

toman la forma de

edictos Imperiales, con

aperturas “con las

características verbales

de declaraciones, legei

[dice]” (G. H. R. Horsley

1:40; cf. Adolph

Diessmann, 375). Estas

Iglesias deben ser

representativas, porque

hubo otras Iglesias en

Asia: Troas (Hech.20:7);

Colosas (Col .1:2) ;

Hierápolis (Col.4:13).

Comenzando en Éfeso,

las ciudades nombradas

formaron un circuito. Si

uno comienza en Éfeso

y sigue la ruta sugerida

en Apocalipsis, la

distancia desde Éfeso a

Laodicea es de cerca de

Página 3 Vol. 18, Número 4

Profesor Frederick F. Bru-

ce. Esta obra confirmada

con la nueva y adicional

información, la obra más

temprana de William

Ramsey, la cual mostró

que el autor tenía con

conocimiento profundo

de las ciudades de Asia a

las cuales el libro de Apo-

calipsis fue dirigido.

Domiciano. El hijo

de Vespasiano y hermano

de Tito, reinó del año 81

al 96 D. C. ). La Encylope-

dia Cambridge Ancient

History ofrece una buena

descripción de Domiciano

(XI:22-45). Él es descrito

como un hambriento de

poder, despiadado― cul-

pable de crueldad delibe-

rada e inmoral, incluso

por las mismas normas

del Imperio. Se hizo lla-

mar así mismo “Maestro”

y “Dios” y le gustaba que

las personas se dirigieran

a él bajo estos títulos.

Durante la segunda parte

de su reinado, aceptó

formas de dirigirse a él

que implicaban divinidad

y señorío. Los que no re-

conocieron su “divinidad”

fueron acusados de at-

heotes (impiedad o teís-

mo). Dos inscripciones

del reinado de Domiciano

fueron encontradas en

Jerash en 1974 las cuales

mencionan que Domi-

ciano era el “divino Ves-

pasiano” (Newsletter,

American Schools of

256 millas. Desde Laodi-

cea a Éfeso son casi 100

millas. Vea un mapa bíbli-

co para comprobarlo.

La Fecha y el Tras-

fondo Histórico de

la Escritura de Apo-

calipsis

La Fecha de la com-posición de Apocalip-

sis ha sido colocada en

los reinos de varios em-

peradores Romanos in-

cluyendo a Claudio, Ves-

pasiano, Nerón, Trajano y

Domiciano. Muchos ex-

positores mantienen una

de las dos fechas. (1) Una

fecha durante o poco

después de la persecu-

ción de Nerón (quien

reino durante los años 54

-68 D.C.) y antes de la

destrucción de Jerusalén

(año 70 D. C.). Esta es co-

múnmente llamada la

“fecha temprana”. (2) Una

fecha durante o poco

después de la persecu-

ción por Domiciano

(cerca de los años 95-96

D. C.). Esta es comúnmen-

te llamada “la fecha tar-

día”. Este escritor ve el

peso de la evidencia

apuntando a esta última

fecha.

La evidencia citada an-

teriormente bajo el enca-

bezado de la autoricidad

favorece a esta última

fecha. Ireneo declaró que

el libro fue escrito “cerca

del fin del reinado de Do-

Herejes V. xxx.3). Victo-

riano, al fin del tercer si-

glo, dijo que Juan vio el

Apocalipsis mientras él

estaba en Patmos, ha-

biendo sido condenado al

exilio por Domiciano

(Commentary on the

Apocalypse, 10:11; La

Versión Inglesa de Ante-

Nicene Fathers VII:353;

Vea Everret Harrison,

446). La fecha del libro de

Apocalipsis está relacio-

nada con el tiempo de la

persecución descrita en el

libro. Este escritor está

convencido que los Cris-

tianos fueron persegui-

dos por el emperador

Domiciano. Vea una dis-

cusión de este tema en

¿Domiciano Persiguió a

los Cristianos? Por Arthur

Ogden y Ferrell Jenkins.

Estoy convencido que el

contenido de Apocalipsis

encaja mejor con la fecha

tardía. Pasemos a tocar

algunas cosas que cono-

cemos sobre Domiciano.

En recientes investiga-

ciones del medio ambien-

te de la Iglesia en Asia

Menor en el período ente

el año 70 D. C. y el año

100 D. C. Colin Hemer

presenta la evidencia dis-

ponible concluyendo que

esta ciertamente apoya la

fecha para Apocalipsis

durante el reinado de

Domiciano. El libro de

Hemer fue desarrollado

desde su tesis doctoral

[PhD] en Manchester,

Inglaterra escrita bajo el

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L os libros, las conferencias, los

viajes de excursión y la predicación experimentada del hermano Ferrell Jenkins ha bendecido a muchos Cristianos que le han escuchado o leído por los pasados 65 años. Su discurso en Colegio Florida en 1994 bajo el título: Introducción al Libro de Apocalipsis presenta un breve pero provechoso trasfondo del posible marco histórico que condujo a la producción de las visiones apocalípticas. Publicamos una conferencia mas de este mismo año bajo el título: Retratos de Jesús en el Apocalipsis expuesto por el hno. Weldon Warnock Búsquenlo en las ediciones de EL Expositor (Abril-Mayo de 2014). El articulo del hno. Wayne Jackson: La Segunda Venida de Cristo detalla los acontecimientos cruciales relacionados con el desenlace de la historia de la humanidad a la venida del Señor. Escrito en el estilo y sabiduría del hno. Sewell Hall el tema: La Esposa de Pedro nos dibuja el carácter apacible y la adecuada disposición que ella pudo tener a pesar de no ser mencionada por su nombre.

El Expositor Julio-Agosto 2018 COLUMNA EDITORIAL

Página 4

cuadradas con las más her-

mosas ciudades de Asia

Menor.” (Cosmades, 36).

Esta vasto territorio sirvió

como un excelente amorti-

guador entre Roma y el

Imperio Seléucida de Siria.

Esto explica como Roma

paso a tener el poder en

Asia Menor. La adoración

al Emperador fue tempra-

namente adoptada por el

pueblo de esta región.

Los Cristianos no podía

adorar al Emperador y eran

considerados ateos por las

normas del Imperio. Los

Cristianos no fueron perse-

guidos por servir a Cristo,

sino por no adorar al Em-

perador. Las ciudades de

Asia Menor compitieron

por el honor de levantar

un templo al emperador.

Pérgamo ganó este honor

tan pronto como el año 29

A. C. (cf. Apoc.2:13). Cuan-

do los Cristianos fueron

perseguidos, algunos de

Oriental Research, Oct.,

1974).

El Imperio Romano es-

tuvo compuesto por mu-

chas pequeñas naciones.

Roma aceptó todas las

formas de “dioses” y el

Partenón Romano fue eri-

gido de manera que todos

estos “dioses” pudieran ser

adorados. Más tarde, los

gobernantes fueron a me-

nudo adorados

por todos los

ciudadanos. La

adoración a los

reyes era una

practica común

en la porción

Este del Imperio

Romano. Cerca

de trecientos

años antes que

Cristo, el reino

Atalid se esta-

bleció en Asia

Menor. Estos

reyes Átalies

que llevaban el

nombre de Áta-

los, fueron adorados co-

mo dioses. En Pérgamo

uno puede ver las ruinas

de heroon, fuera de la

puerta de la fortaleza, la

cual sirvió como santuario

de los reyes heonizados.

Átalos III quien murió en el

año 133 A. C. legó todos

sus bienes de su Imperio a

los Romanos. “Esto fue

mal interpretado como

significando todas sus po-

sesiones, incluyendo todo

su Imperio. De esta forma,

los Romanos heredaron un

territorio de 66, 750 millas

perseguidos, algunos de

ellos estuvieron dispues-

tos a servir al emperador

pero otros estuvieron

dispuestos a morir. Les

costó la vida ser Cristia-

nos a ellos.

Dos grandes Imperios

salieron a conquistar los

corazones de los hom-

bres — el Imperio Ro-

mano y el Reino de Cris-

to. El libro de

Apocal ips is

describe una

batalla entre

Dios y el Dia-

blo, entre

Jesucristo y

el Emperador

Romano, en-

tre la Iglesia

y el Imperio.

¿Quién gana-

rá la batalla?

Este libro les

dice a los

C r i s t i a n o s

habitando la

región de

Asia Menor, por adelan-

tado, que el Cordero y

Sus seguidores serán

finalmente victoriosos.

Supongamos que

alguien con una esposa

e hijos no podía comprar

o vender (cf.Apoc.13:17)

sin un certificado que

mostraba que él había

quemado una pizca de

incienso ante la imagen

del Emperador. ¿Qué

haría usted? ¿Qué haría

yo? ¿Qué haría ellos?.

― Continuará (Parte 1 de 2)

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El Expositor Jul-Agosto 2018 Pág. 5

¡Cómo se atreve algún

clericó moderno que él

conoce el tiempo de la

segunda venida!

La Forma de Su

Venida

Por inspiración, Pablo

dramáticamente describió

algunos eventos caracte-

rísticos del regreso del

Señor.

“Porque el Señor mis-

mo con voz de mando,

con voz de arcángel, y

con trompeta de Dios,

descenderá del cielo; y

los muertos en Cristo

resucitarán primero.

Luego nosotros los

que vivimos, los que

hayamos quedado,

seremos arrebatados

juntamente con ellos

en las nubes para reci-

bir al Señor en el aire,

y así estaremos siem-

pre con el Señor” (1

Tes.4:16-17).

Los escépticos moder-

nos, por supuesto, desa-

fían la declaración de

Cristo con respecto a su

regreso. Los Testigos de

Jehová sostienen que Je-

sús regreso a la tierra en

el año de 1914 y que Él ha

estado presente invisible-

mente en nuestro planeta

d e s d e e n t o n c e s

(GMWELL, Sección III).

Este concepto esta vacío

de cualquier prueba.

Eventos Asociados

con La Venida de

Cristo

nida (Jn.14:3). Pero sub-

secuentemente Él tam-

bién prometió: “vendré a

vosotros” (v.19). Este ver-

sículo no alude a su se-

gunda venida literal, sino

se refiere a la venida re-

presentativa del Señor

por medio del Espíritu

Santo en el día de Pente-

costés (cf. V. 26). Pero

observe estas referencias

a la venida literal de Cris-

to. Cuando Jesús ascen-

dió al cielo, los ángeles

prometieron que Él ven-

dría “como le habéis vis-

to ir al cielo” (Hech.1:11).

Y Pablo se refirió a la se-

gunda venida de Cristo

como “la esperanza bie-

naventurada” de los redi-

midos (Tito 2:13). Esta

será en persona y visible.

El Tiempo del Re-

greso del Señor

Por los pasados varios

siglos diversos cultos han

profesado conocer el tiem-

po preciso del regreso del

Señor. Por ejemplo, Charles

T. Russell, fundador de los

Testigos de Jehová reclamó

que Cristo regresó

“indivisiblemente” en el

año de 1874.En 1992, el

pastor Harold Camping de

Oakland, California proféti-

camente predijo que “el fin

de la historia ocurriría en

Septiembre de 1994 (531).

No habiendo aprendido

nada de su previo fracaso,

Camping repitió error en el

año 2011 con aun una más

grande atención de los me-

dios a nivel mundial. Cuan

arrogante es hacer seme-

jantes reclamos absurdos

cuando Cristo mismo de-

claró que aun Él no conocía

el tiempo de Su regreso y

cuando el día final de la

historia humana ocurriría,

“Pero del día y de la hora

nadie sabe, ni aun los ánge-

les de los cielos, sino sólo

mi Padre” (Mat.24:36).

L a Segunda venida

de Jesucristo es un

tema bíblico importante,

pero uno que es seria-

mente mal entendido por

muchos que profesan

una relación con el Cris-

tianismo.

Aunque el regreso de

Cristo es negado por la

comunidad escéptica,

algunos eruditos han

sugerido que el regreso

de Jesús es referido en

más de trecientas veces

en el Nuevo Testamento.

Consideremos algunos

elementos de este tema

crucial.

La Certidumbre

del Evento

La realidad del re-

greso de Jesús está en-

raizado en la integridad

del testimonio del Señor.

Sin embargo, una distin-

ción debe ser hecha en-

tre la venida del Señor en

un sentido indirecto y

aquella de su regreso

corporal literalmente. Por

ejemplo, poco antes de

Su muerte, Cristo prome-

tió a sus discípulos que Él

vendría “otra vez” alu-

diendo a Su segunda ve-

La Segunda Venida de Cristo Wayne Jackson

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Página 6 El Expositor Julio-Agosto 2018

Un numero de eventos

significativos ocurrirá con

el regreso del Señor. La

venida final de Jesucristo

será un evento único en la

historia de la humanidad.

Confrontación Divina:

Todos los incrédulos des-

de el más puro ateo hasta

el religioso liberal que ha

ridiculizado la promesa

del regreso de Cristo se

derretirán en el disgusto

de su error. A lado de

ciertos antiguos, estos se

lamentarán: “Cesó el gozo

de nuestro corazón; Nues-

tra danza se cambio en

luto” (Lam.5:15). La justi-

cia prevalecerá.

Resurrección: Cristo

declaró que todos los

muertos serán resucita-

dos, los justos a la vida

eterna (es decir, la comu-

nión eterna con Dios),

pero los impíos al castigo

eterno, simbolizado por la

llanto constante y el crujir

de dientes (Mat.24:50-51;

2 5 : 4 6 ; J n . 5 : 2 9 - 2 9 ;

Hech.17:31; 24:15).

Sentencia Justa: Ocu-

rrirá un día de juicio final.

Este no será un tiempo

para determinar el destino

de uno. Cada persona co-

noce su destino en el mo-

mento de su muerte. El

día del juicio será un

tiempo de vindicación de

la justicia de Dios en la

implementación de Su

voluntad, la belleza de Su

rectitud y el horror de re-

velarse contra Él.

(Mat.11:20-24; 25:31-46;

Jn.16:11; Rom.2:5; 2

Cor.5:10). El Creador será

liberado de la critica fa-

bricada por los ateos re-

beldes. Él demostrará ser

el Justo, como también el

Justificador de todos

aquellos quienes por me-

dio de Cristo, son recom-

pensados por su fe obe-

diente (Rom.1:5; 6:3-4,

17-18; 16:26). (Nota: El

volumen de F. LaGard

Smith titulado After Life

tiene más errores con

respecto a las ultimas

cosas incrustadas en su

páginas que casi cual-

quier producción que

haya llamado mi aten-

ción).

Asignaciones Divinas:

Dos secciones sagradas

están específicamente

conectadas con la venida

de Cristo. Primero, como

fue notado anteriormen-

te, Él ejercerá su poder

sagrado en levantar de

entre las tumbas a todos

los difuntos de todas las

edades. Segundo, Él

“ejecutará juicio” sobre

aquellos que estén vivos,

a Su venida, como tam-

bién sobre los muertos

resucitados, ejerciendo

ese derecho como “el

H i j o d e l H o m -

bre” (Jn.5:27).

En el texto (1 Tim.5:16-

17) Pablo afirma: (a) Un

tiempo de juicio venidero

que ha sido establecido

por Dios; (b) La totalidad

de la población mundial

estará sujeta a esta de-

terminación; (c) la norma

del juicio será absoluta-

mente “justa”; (d) Cristo

ha sido establecido ser el

juez, funcionando con

absoluta justicia; (e) La

evidencia que apoya este

futuro proceder esta fun-

damentado en la resu-

rrección de Jesus de en-

tre los muertos (Vea

Hech.17:31). El erudito

Británico Thomas Arnold

caracterizó a la resurrec-

ción de Cristo como “el

hecho mejor atestiguado

en la historia de la huma-

nidad” (ISBE, IV, 2569).

Juicios Eternos: Para

los justos, su morada

eterna estará en los cie-

los. Cristo anunciará:

“Venid, benditos de mi

Padre, heredad el reino

preparado para vosotros

desde la fundación del

mundo” (Mat.25:34). El

cielo involucrará muchas

cosas: Será un lugar ma-

ravilloso de descanso

(Heb.4:11; Apoc.14:13).

Será un dominio en el

cual cosecharemos las

recompensas de las labo-

res terrenales (Gal.6:9;

Mat.6:10; Luc.16:9; I

Cor.3:14). El cielo será un

medio ambiente de gran

regocijo por la victoria

ganada (Mat.25:21;

Apoc.12:11-12; 19:7).

Será un ámbito de res-

ponsabilidad para el ser-

vicio ante Dios (Apoc.

22:3; Luc.19:16-19). El

cielo El cielo también

involucrará reuniones

preciosas de fieles de

todos los tiempos

(Gen.25:8; 35:29; 37:35; 2

Sam.12:23; Mat.8:11; 1

Tes.2:19-20). En contras-

te con aquellos que se

rebelaron contra Dios,

estos sufrirán la separa-

ción eterna constante de

su Creador, un destino

absolutamente más allá

de nuestra habilidad para

apreciar en la actualidad.

Cristo declarará:

“Apartados de mí, maldi-

tos, al fuego eterno pre-

parado para el diablo y

sus ángeles” (Mat.25:41).

La escena es descrita

en el libro de Apocalipsis

en una imaginaria tan

dramática para apreciar

(14:9-11). ¿Cómo puede

la penalidad del sufri-

miento eterno en el in-

fierno ser ignorada por

aquellos que están fami-

liarizados con el testimo-

nio de las Escrituras?.

Quizás no esta fuera

de contexto decir que los

ateos, escépticos, etc.

han vorazmente atacado

a Jesús sobre la enseñanza

del Señor respecto al des-

tino final de los impíos.

— Continua Página 8

Page 7: “Predica la siste a tiem- Palabra, in- El Expositor po y fuera · 2018-07-07 · peso de la evidencia apuntando a esta última fecha. La evidencia citada an-teriormente bajo el

H ace cincuenta

años era más fácil

recordar los nombres de

los Cristianos de lo que

es ahora. El primer nom-

bre de cada varón era

“Hermano” y el nombre

de cada mujer

“Hermana”. Ahora la

mayoría de las personas

se conocen por sus

nombre casi exclusiva-

mente. Sin embargo,

debemos regresar, a la

antigua costumbre de

designar la esposa de

Pedro porque …. No te-

nemos ninguna pista en

cuanto a su nombre per-

sonal.

La esposa de Pedro

es únicamente mencio-

nada en conexión con la

madre de esta cuando

fue sanada por Jesús

(Mat.8:14-15) y en la

defensa de Pablo sobre

su propio derecho de

estar casado. Pablo dice,

“¿No tenemos derecho

de traer con nosotros

una hermana por mujer

como también los otros

apóstoles, y los herma-

nos del Señor, y Ce-

fas?” (1 Cor.9:5). La úni-

ca otra posible referen-

cia a la esposa de Pedro

es la declaración se en-

cuentra al cierre de su

pr imera ep ís to l a ,

Vol. 18, Número 4

“elegida juntamente con

vosotros” (1 Ped.5:13),

pero la identidad de la

mujer es incierta.

¿Supone usted que la

esposa de Pedro se re-

sintió con el hecho que

ella en únicamente men-

cionada en conexión con

su madre y con su mari-

do? De algún modo lo

dudados. De hecho,

puede ser que Pedro

pensó en su esposa

c u a n d o e s c r i b i ó ,

“Vuestro atavío no sea el

externo de peinados

ostentosos, de adornos

de oro o de vestidos lu-

josos, sino el interno, el

del corazón, en el inco-

rruptible ornato de un

espíritu afable y apaci-

ble, que es de grande

estima delante de

Dios” (1 Ped.3:3-4). Una

mujer de espíritu “afable

y apacible” no se resien-

te de ser identificada

principalmente como la

hija de una madre sir-

viente o la esposa de un

marido piadoso.

Cualidades Im-plicadas

Primero, de acuerdo a

Pablo, ella fue una cre-

yente, tal como la ver-

sión King James lo tiene

Página 7

(1 Ped.5:1). Pocas personas

fuera de la familia de un

anciano reconocen la ten-

sión que esto coloca sobre

su esposa. Una vez mas,

ella seguramente tuvo que

sufrir por el hecho de no

tener a su marido disponi-

ble para ayudarle tan a

menudo como las otras

mujeres tenían a sus mari-

dos. Y ¿Es mucho suponer

que cuando Pablo perma-

neció quince días con Pe-

dro (Gál.2:18), ella ayudó a

proveer de la hospitalidad

que esperaba todo Cris-

tiano (1 Ped.4:9) y especial-

mente de los ancianos (1

Tim.3:2)? Piense del dolor

que ella debe haber sufrido

cuando Herodes había

arrestado a Pedro, inten-

tándole poner a muerte tal

como lo había hecho con

Santiago (Hech.12:1-4).

El dolor no habría veni-

do de afuera únicamente.

Ella debe haber escuchado

la murmuración “contra los

hebreos, de que las viudas

de aquellos eran desatendi-

das en la distribución dia-

ria” (Hech.6:1), marido

siendo criticado. Podemos

preguntarnos, también si

ella estaba presente cuna-

do Pablo “lo resistió cara a

cara, porque era de conde-

nar” (Gál.2:11) y Pablo lo

reprendió frente a todos

(v.14). Semejantes quejas

contra un marido son a

menudo más difíciles para

la esposa que para él, y si

ella no hubiera poseído un

espíritu “afable y apacible”

ella pudo haber sido perju-

dicial para la paz de una

Iglesia y para vergüenza de

su buen marido.

— Continua Página 8

“una hermana” [de igual

modo la versión castellana

Reina-Valera—AR]. Esto es

significante. Si hubiera sido

de otra manera, esto segu-

ramente habría limitado la

utilidad de Pedro.

Ella debe haber perma-

necido en el hogar mien-

tras Pedro seguía a Jesús

alrededor del país. Pedro

dijo a Jesús, “He aquí, no-

sotros lo hemos dejado

todo, y te hemos segui-

do” (Mar.10:28). Esto segu-

ramente no significó que

Pedro la abandono com-

pletamente, lo que sería

contrario a la enseñanza de

1 Corintios 7:2-5. Ella y

Pedro vivieron en Caper-

naum, el mismo pueblo

donde Jesús vivió

(Mat.4:13). Mas bien esto

significaría que, mientras

que acompañaba a Jesús,

Pedro habría estado a me-

nudo en Capernaum con su

esposa, quizás teniendo a

Jesús como su invitado. Sin

embargo, seguramente

hubo tiempos en que ella

habría permanecido en el

hogar sin él, quizás al cargo

de su madre y sus hijos. Al

hacer esto ella estaba sir-

viendo a Jesús tan segura-

mente como aquellas mu-

jeres que viajaban con Él y

“le servían de su bie-

nes” (Luc.8:2-3).

Después que la Iglesia

comenzó, Pedro se convir-

tió en un anciano (1

La Esposa de Pedro Sewell Hall

Page 8: “Predica la siste a tiem- Palabra, in- El Expositor po y fuera · 2018-07-07 · peso de la evidencia apuntando a esta última fecha. La evidencia citada an-teriormente bajo el

J esús dijo que únicamente la

verdad nos volverá libres

(Jn.8:32). Si uno intenta ir al

Cielo, uno colocará la verdad

por encima de todo lo demás.

La Verdad Debe Tener

Prioridad sobre la

Amistad. Aunque las

diferencias son desagradables,

la verdad es más importante

que la amistad. La amistad con

Dios es mas relevante, y Jesús

dijo que sus amigos son los

q u e o b e d e c e n s u s

mandamientos (Jn. 15:14).

La Verdad Debe Tener

Prioridad sobre la

Cortesía. Juan nos advierte,

“Si alguno viene a vosotros, y

no trae esta doctrina, no le

recibáis en casa, ni le digáis:

¡Bienvenido! Porque el que le

dice: ¡Bienvenido! Participa en

sus malas obras” (2 Jn.10-11).

La Verdad Debe Tener

Prioridad sobre la Paz,

Unidad y la Comunión.

Aunque estas son cualidades

admirables, la base para la paz,

la unidad y la comunión debe

ser la verdad de Dios. Si existe

algo peor que la división, es la

¡unidad en el error!

“Compra la verdad, y no la

vendas; La sabiduría, la

e n s e ñ a n z a y l a

inteligencia” (Prov.23:23).

—Viene de la Página 6

El filósofo ateo Británi-

co Bertrand Russell escri-

bió un pequeño ofensivo

libro bajo el título Why I

Am Not a Christian

[Porque no Soy un Cris-

tiano] Aunque él “dudaba

que Cristo haya existi-

do” (16), no obstante, él

consumió un esfuerzo de

oposición considerable a

e s t e p e r s o n a j e

“inexistente”. Una de sus

objeciones contra Jesús

fue esta: “él creyó en el

infierno” (17). Jesús cierta-

mente lo hizo y habló más

sobre el castigo final que

cualquier otro contribui-

dor del registro bíblico.

El Universo Material: es

aparente que aun ciertos

burladores del primer si-

glo estaban consientes de

la doctrina del regreso de

Jesús y que uno aspecto

de la venida del Señor era

que el universo material

sería destruido a Su veni-

da.

“pero los cielos y la

tierra que existe ahora,

están reservados por la

misma palabra, guar-

dados para el fuego en

el día del juicio y de la

perdición de los hom-

bres impíos” (2 Ped.3:7)

“Pero el día del Señor

vendrá como ladrón en

la noche; en el cual los

cielos pasarán con

grande estruendo, y los

El Expositor Julio-Agosto 2018 Página 8

— (Viene de la Página 7)

Pero no hay ninguna insi-

nuación de tal conducta en

la esposa de Pedro. La re-

prensión de Pablo sobre

Pedro tomó lugar en Antio-

quía, pero como fue obser-

vado antes (1 Cor.9:5), la

esposa de Pedro le acompa-

ño durante sus viajes en los

últimos años. La versión

King James vierte que Pedro

le “llevaba”. Esta acción bien

describe lo que a menudo los

predicadores hacen, y Pedro no

fue una excepción. La esposa

de un predicador, quien

esta deseosa en servir don-

de su marido es más necesi-

tado, puede bien ser llevada

a lugares ya sean desagra-

dables o poco placenteros.

Algunos predicadores son

prevenidos de ir a donde

ellos sienten que debieran ir

debido a una esposa que

está indispuesta a ir donde

ella no lo desea. Aparente-

mente semejante esposa no

estorbó a Pedro.

Un Pensamiento Final

Al enumerar las mujeres

importantes en el servicio

de Dios podemos ignorar a

la mujer de espíritu “afable

y apacible” quien amorosa-

mente apoya a su marido en

la obra que hace. Estimada

hermana, aunque no podre-

mos saber su nombre; para

muchos puede ser solamen-

te conocida como “la espo-

sa del predicador”. Pero

“Dios no es injusto para

olvidar vuestra obra y el

trabajo de amor que habéis

mostrado hacia su nom-

bre” (Heb.6:10).

—Fuente: Biblical In-sights, Vol. 10, Num.11;

Noviembre 2010,

elementos ardiendo

serán desechos, y la

tierra y las obras que

en ella hay serán que-

madas” (2 Ped.3:10; cf.

11-12).

Cristo enfáticamente

declaró: “El cielo y la tie-

rra pasarán, pero mis

palabras no pasa-

rán” (Mat.24:35). Es prác-

ticamente imposible para

el incrédulo entender

que la fuerza personal de

quien creó el universo

algún día lo destruirá. De

esta magnitud es el po-

der del Dios Altísimo. Es

una demostración de un

intelecto arruinado en

aquellos que creen que

nuestro universo se creó,

así mismo y se sustenta,

así mismo y perdurará

para siempre (Gen.1:1;

Heb.1:3; Mat.24:35).

___________

Camping Harold,1992.

1994? New York: Vantage

Press.

GMWELL. 1991. The Grae-

test Man Who Ever Lived.

Brooklyn, NY: Watchtower

Society.

ISBE, 1939. International

Standard Bible Encyclope-

dia, James Orr, Ed. Grand

Rapids: Eerdmans.

Russell Bertrand. 1957 Why

I Am Not a Christian. New

York: Simon & Schuster.

Smith F. LaGard. 2003. After

Life. Nashville: Cotswold.

― Fuente: Cristian

Courier, Mayo de 2018.

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