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Bci, hechos concretos, no palabras A “Nos obsesionamos con inventar siempre cosas nuevas” “EL SECTOR PRIVADO TIENE UN DEBER CON LA INNOVACIÓN” Tanto la inversión en investigación y desarrollo impulsada por las empresas privadas como el emprendimiento, serán fundamentales para cambiar la matriz productiva de Chile, señala Werner Kristjanpoller. “El emprendimiento es una clave fundamental para poder desarrollar la economía de una nación como Chile. Si pensamos la visión del país en 30 años más, ¿seguiremos siendo exportadores de cobre?, ¿salmón?, ¿frutas?, ¿yodo? Puede ser que todavía sigamos exportando estos productos, pero no serán los más preponderantes dentro de nuestra economía” , dice Werner Kristjanpoller, director de 3IE, la incubadora de negocios de la Universidad Técnica Federico Santa María. En opinión del también jefe de carrera de Ingeniería Civil Industrial de la misma universidad, el emprendimiento e innovación serán esenciales para cambiar las ponderaciones de las exportaciones y para que surjan productos y servicios más especializados y con alto valor agregado, lo que tendrá como consecuencia un aumento en el ingreso per cápita del país. “Países que tienen un alto crecimiento y un desarrollo sostenido, habitualmente se caracterizan por un fuerte aporte privado en ciencia y tecnología” . Sin embargo, admite el director, muchas empresas en Chile aún no entienden la importancia que tiene la introducción o el mejoramiento de un producto en base a estas herramientas. Para Kristjanpoller, el emprendimiento es la capacidad que tienen las personas para salir adelante con ideas innovadoras. Esta labor requiere de habilidades no solo a nivel individual, sino también colectivas. “No basta con tener una buena idea o habilidad técnica o conocimientos específicos, sino que se necesitan personas capaces de formar una organización idónea que permita concretar un producto o servicio que sea valorado por el mercado” . En este sentido, agrega, las universidades y las incubadoras son fundamentales para entregar una base sólida que lleve a los emprendedores a desarrollar sus ideas de una forma organizada y aterrizada con las necesidades de la sociedad y el mercado. “Por ejemplo, una de las iniciativas más importantes que tenemos en 3IE es el programa Booster Up, un modelo de vinculación inédito que busca reunir a las compañías con las startups” . La idea es que los emprendedores, a través de soluciones innovadoras, puedan resolver los desafíos de innovación planteados por la industria en sus distintos rubros. —¿Cómo fueron sus inicios en el mundo del emprendimiento? “Siempre fui bueno para los negocios. A los 16 años, invertí por primera vez importando bicicletas mountainbike. Tras titularme y haber trabajado dos años como abogado en un bufete, surgió la oportunidad de irme con Jóvenes al Servicio de Chile a la Municipalidad de Puerto Varas. Ahí me tocó lidiar con muchos asuntos. Algo que me marcó fue que las vecinas de la tercera edad siempre me contaban que estaban muertas de miedo por el robo en sus poblaciones. Entonces me obsesioné con el tema de encontrar una forma de reducir los pequeños delitos que generan una gran sensación de temor. Postulé a una pasantía en el Manhattan Institute y viajé a EE.UU., donde aprendí, entre otras cosas, sobre el plan de Tolerancia Cero de Nueva York. Volví muy entusiasmado y hablé con el alcalde para implementar un nuevo modelo anti-delincuencia, pero no me hizo caso. El 2003, con mi socio, fuimos al Lider de Puerto Montt y le dijimos: ‘Tenemos una fórmula para reducir delitos’. Lo probamos en ese supermercado y en un año redujimos a la mitad los robos. Con esos resultados nos vinimos a Santiago y cerramos un trato con Lider: nos entregaron 50 locales. En menos de 6 meses, ya estábamos trabajando con todos los retailers menos Cencosud” . —¿Cuáles son los factores de éxito de su empresa? “El primero es que ALTO tiene un gran impacto social. Ayuda a interrumpir carreras delictivas: si una persona es detectada y tiene una consecuencia a tiempo, lo más probable es que no se transforme en un delincuente en potencia. También ayuda a reducir los delitos y aumenta la seguridad y la sensación de seguridad dentro de las tiendas. El área social está en nuestro ADN. Cuando entrevistamos a las personas, la primera pregunta que le hacemos es ¿qué has hecho por tu comunidad? Lo segundo es el modelo de economía colaborativa. Tenemos que estar en colaboración con la mayor cantidad de clientes: las empresas compiten en la calle en ventas, pero en lo que es delincuencia, todos trabajamos juntos. Y lo tercero es nuestro modelo de innovación. El 2007 nos dimos cuenta de que si seguíamos eliminando los delitos íbamos a desaparecer. Entonces nos obsesionamos con inventar cosas nuevas. Nos preguntamos a qué otras industrias podemos aplicar el mismo modelo. Entramos en el sector de la salud con todo lo que es fraude y reducción de ausentismo laboral. Nos metimos en la industria del transporte público con el control de la evasión. Creamos nuevas unidades de negocio a partir de necesidades que detectamos. Al mismo tiempo, nos expandimos a Colombia y México. Hoy ya tenemos más de 5 mil locales en los tres países” . —¿La inversión en I+D es un deber de la empresa privada? “Alguna vez, un profesor de Harvard dijo: ‘Ojalá todas las empresas tuvieran el problema de Alto –que van a desaparecer en el futuro– porque las obliga a siempre estar innovando’. Nosotros todavía tenemos nuestro negocio tradicional, pero siempre vamos un paso adelante. Ya estamos pensando en meternos en clonación de tarjetas de crédito, sustracción de identidad, el hackeo de datos personales. Tenemos un proceso de innovación que se llama el embudo. Hacemos campañas y concursos de innovación donde salimos a captar ideas de nuestros clientes, colaboradores o de la calle. Por un extremo del embudo se introducen las ideas y, por el otro extremo, sale el producto o servicio final. Siempre tenemos las puertas abiertas para recibir ideas; los gerentes y subgerentes tienen bonos de innovación” . De ser un tímido emprendimiento piloto que partió en 2003 para combatir el robo hormiga en Puerto Varas, hoy la empresa ALTO es un holding con cuatro unidades de negocio presente en diferentes industrias (sanitaria, transporte, retail y servicios de agua y electricidad). Jorge Nazer, abogado y emprendedor, tuvo siempre el sueño de combatir la delincuencia e interrumpir las carreras delictivas. Su innovador modelo de negocios le ha valido múltiples premios, como el Premio Nacional de Innovación Avonni y el premio al Emprendedor del Año de El Mercurio y EY. Afirma que para ser un buen emprendedor hay que “ser honesto contigo mismo y el mundo. También, ser ‘loco’ o creativo. Creo que los chilenos somos los más creativos de Latinoamérica, pero no nos damos cuenta” . Y añade: “Además, el objetivo del emprendimiento no es solo ganar dinero, sino hacer algo diferente y con impacto en la comunidad”. PALABRAS DESTACADAS... • El objetivo no es solo ganar dinero, sino hacer algo diferente y con impacto en la comunidad. • Tenemos un proceso de innovación que se llama el embudo. Por un extremo se introducen las nuevas ideas que logramos captar y, por el otro extremo, sale el producto o servicio final. • El área social está en nuestro ADN. Una iniciativa de www.bci.cl/valorempresario y síguenos en Facebook.com/BancoBci y Twitter @BancoBci #ValorEmpresario ALTO nace con la idea de ser un aporte a la sociedad a través de la generación de soluciones innovadoras e integrales que buscan disminuir pérdidas ocasionadas por delitos patrimoniales que afectan a las empresas y que impactan directamente su estado de resultados. WERNER KRISTJANPOLLER, director del Instituto Internacional para Innovación Empresarial, 3IE, de la Universidad Técnica Federico Santa María: “Creo que en el futuro emergerán otros productos y servicios que cambiarán las ponderaciones de las exportaciones y es allí donde entra el concepto de emprendimiento e innovación que hoy estamos comenzando a gestar” . Jorge Nazer

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Bci, hechos concretos, no palabras

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“Nos obsesionamos con inventar siempre cosas nuevas”

“El sEctor privado tiEnE un dEbEr con la innovación”tanto la inversión en investigación y desarrollo impulsada por las empresas privadas como el emprendimiento, serán fundamentales para cambiar la matriz productiva de chile, señala Werner Kristjanpoller.

“El emprendimiento es una clave fundamental para poder desarrollar la economía de una nación como chile. si pensamos la visión del país en 30 años más, ¿seguiremos siendo exportadores de cobre?, ¿salmón?, ¿frutas?, ¿yodo? puede ser que todavía sigamos exportando estos productos, pero no serán los más preponderantes dentro de nuestra economía”, dice Werner Kristjanpoller, director de 3iE, la incubadora de

negocios de la universidad técnica Federico santa María.En opinión del también jefe de carrera de ingeniería civil industrial de la

misma universidad, el emprendimiento e innovación serán esenciales para cambiar las ponderaciones de las exportaciones y para que surjan productos y servicios más especializados y con alto valor agregado, lo que tendrá como consecuencia un aumento en el ingreso per cápita del país. “países que tienen un alto crecimiento y un desarrollo sostenido, habitualmente se caracterizan por un fuerte aporte privado en ciencia y tecnología”. sin embargo, admite el director, muchas empresas en chile aún no entienden la importancia que tiene la introducción o el mejoramiento de un producto en base a estas herramientas. para Kristjanpoller, el emprendimiento es la capacidad que tienen las personas para salir adelante con ideas innovadoras. Esta labor requiere de habilidades no solo a nivel individual, sino también colectivas. “no basta con tener una buena idea o habilidad técnica o conocimientos específicos, sino que se necesitan personas capaces de formar una organización idónea que permita concretar un producto o servicio que sea valorado por el mercado”. En este sentido, agrega, las universidades y las incubadoras son fundamentales para entregar una base sólida que lleve a los emprendedores a desarrollar sus ideas de una forma organizada y aterrizada con las necesidades de la sociedad y el mercado. “por ejemplo, una de las iniciativas más importantes que tenemos en 3iE es el programa booster up, un modelo de vinculación inédito que busca reunir a las compañías con las startups”. la idea es que los emprendedores, a través de soluciones innovadoras, puedan resolver los desafíos de innovación planteados por la industria en sus distintos rubros.

—¿Cómo fueron sus inicios en el mundo del emprendimiento?“Siempre fui bueno para los negocios. A los 16 años, invertí por primera vez importando bicicletas mountainbike. Tras titularme y haber trabajado dos años como abogado en un bufete, surgió la oportunidad de irme con Jóvenes al Servicio de Chile a la Municipalidad de Puerto Varas. Ahí me tocó lidiar con muchos asuntos. Algo que me marcó fue que las vecinas de la tercera edad siempre me contaban que estaban muertas de miedo por el robo en sus poblaciones. Entonces me obsesioné con el tema de encontrar una forma de reducir los pequeños delitos que generan una gran sensación de temor. Postulé a una pasantía en el Manhattan Institute y viajé a EE.UU., donde aprendí, entre otras cosas, sobre el plan de Tolerancia Cero de Nueva York. Volví muy entusiasmado y hablé con el alcalde para implementar un nuevo modelo anti-delincuencia, pero no me hizo caso. El 2003, con mi socio, fuimos al Lider de Puerto Montt y le dijimos: ‘Tenemos una fórmula para reducir delitos’. Lo probamos en ese supermercado y en un año redujimos a la mitad los robos. Con esos resultados nos vinimos a Santiago y cerramos un trato con Lider: nos entregaron 50 locales. En menos de 6 meses, ya estábamos trabajando con todos los retailers menos Cencosud”.

—¿Cuáles son los factores de éxito de su empresa?“El primero es que ALTO tiene un gran impacto social. Ayuda a interrumpir carreras delictivas: si una persona es detectada y tiene una consecuencia a tiempo, lo más probable es que no se transforme en un delincuente en potencia. También ayuda a reducir los delitos y aumenta la seguridad y la sensación de seguridad dentro de las tiendas. El área social está en nuestro ADN. Cuando entrevistamos a las personas, la primera pregunta que le hacemos es ¿qué has hecho por tu comunidad? Lo segundo es el modelo de economía colaborativa. Tenemos que estar en colaboración con la mayor cantidad de clientes: las empresas compiten en la calle en ventas, pero en lo que es delincuencia, todos trabajamos juntos. Y lo tercero es nuestro modelo de innovación. El 2007 nos dimos cuenta de que si seguíamos eliminando los delitos íbamos a desaparecer. Entonces nos obsesionamos con inventar cosas nuevas. Nos preguntamos a qué otras industrias podemos aplicar el mismo modelo. Entramos en el sector de la salud con todo lo que es fraude y reducción de ausentismo laboral. Nos metimos en la industria del transporte público con el control de la evasión. Creamos nuevas unidades de negocio a partir de necesidades que detectamos. Al mismo tiempo, nos expandimos a Colombia y México. Hoy ya tenemos más de 5 mil locales en los tres países”.

—¿La inversión en I+D es un deber de la empresa privada?“Alguna vez, un profesor de Harvard dijo: ‘Ojalá todas las empresas tuvieran el problema de Alto –que van a desaparecer en el futuro– porque las obliga a siempre estar innovando’. Nosotros todavía tenemos nuestro negocio tradicional, pero siempre vamos un paso adelante. Ya estamos pensando en meternos en clonación de tarjetas de crédito, sustracción de identidad, el hackeo de datos personales. Tenemos un proceso de innovación que se llama el embudo. Hacemos campañas y concursos de innovación donde salimos a captar ideas de nuestros clientes, colaboradores o de la calle. Por un extremo del embudo se introducen las ideas y, por el otro extremo, sale el producto o servicio final. Siempre tenemos las puertas abiertas para recibir ideas; los gerentes y subgerentes tienen bonos de innovación”.

De ser un tímido emprendimiento piloto

que partió en 2003 para combatir el

robo hormiga en Puerto Varas, hoy

la empresa ALTO es un holding con

cuatro unidades de negocio presente

en diferentes industrias (sanitaria,

transporte, retail y servicios de agua y

electricidad). Jorge Nazer, abogado y

emprendedor, tuvo siempre el sueño de

combatir la delincuencia e interrumpir

las carreras delictivas. Su innovador

modelo de negocios le ha valido

múltiples premios, como el Premio

Nacional de Innovación Avonni y el

premio al Emprendedor del Año de El

Mercurio y EY. Afirma que para

ser un buen emprendedor

hay que “ser honesto contigo

mismo y el mundo. También,

ser ‘loco’ o creativo. Creo que

los chilenos somos los más

creativos de Latinoamérica,

pero no nos damos cuenta”.

Y añade: “Además, el objetivo del

emprendimiento no es solo ganar

dinero, sino hacer algo diferente y con

impacto en la comunidad”.

pALAbrAs desTACAdAs...• El objetivo no es solo ganar dinero, sino hacer algo diferente y con impacto en la comunidad. • Tenemos un proceso de innovación que se llama el embudo. Por un extremo se introducen las nuevas ideas que logramos captar y, por el otro extremo, sale el producto o servicio final. • El área social está en nuestro ADN.

Una iniciativa de

www.bci.cl/valorempresario y síguenos en Facebook.com/bancobci y twitter @bancobci #valorEmpresario

ALTO nace con la idea de ser un aporte a la sociedad a través de la generación de soluciones innovadoras e integrales que buscan disminuir pérdidas ocasionadas por delitos patrimoniales que afectan a las empresas y que impactan directamente su estado de resultados.

WerNer KrIsTJANpOLLer, director del instituto internacional para innovación Empresarial, 3iE, de la universidad técnica Federico santa María:

“Creo que en el futuro emergerán otros productos y servicios que cambiarán las ponderaciones de las exportaciones y es allí donde entra el concepto de emprendimiento e innovación que hoy estamos comenzando a gestar”.

Jorge Nazer