“LA CORRUPCIÓN ES INHERENTE A LA NATURALEZA HUMANA”:...

“LA CORRUPCIÓN ES INHERENTE A LA NATURALEZA HUMANA”: ASÍ SE DESMORONÓ

LA RIQUEZA DE LOS NULE

Claudia Morales

final-las perlas.indd 79 16/09/13 19:38

Claudia Morales

Periodista egresada de la Universidad de La Sabana, con posgrado en Estudios de Medio Ambiente, Economía y Desarrollo de la Universidad de Griffith en Brisbane, Aus-tralia. Empezó su carrera periodística en 1996 en el pe-riódico La Prensa como reportera judicial y de orden pú-blico. Más adelante cubrió las fuentes de Policía, Distrito y Casa de Nariño en el Noticiero cmi. Fue durante cuatro años la jefe de prensa del ex embajador de Colombia en Washington, Luis Alberto Moreno, y a su regreso a Co-lombia formó parte de la mesa de trabajo de la W Radio como responsable de las tareas de investigación. Dirigió el programa rcn La Radio de la Noche, fue editora de la revista Semana y actualmente es la subdirectora de La Luciérnaga de Caracol Radio.


81

“La corrupción es inherente a la naturaleza humana”, dijo Miguel Nule Velilla en marzo de 2011 cuando él y sus socios —Guido Nule Marino, Manuel Nule Velilla y Mauricio Galofre Amín— estaban res-pondiendo ante las autoridades por ser los protagonistas de la mayor defraudación de los recursos públicos en la historia de Colombia.

¿Será cierto que la corrupción es inherente a los seres humanos? ¿Son, entonces, el Estado colombiano, sus instituciones y quienes las integran, y la misma sociedad, provocadores y artífices de la co-rrupción que ha carcomido al país durante décadas? Tal vez sí. Esta historia demuestra por qué.

La caída de los Nule fue producto de la mala suerte, no de nin-guna acción de las entidades encargadas de evitar el robo de los di-neros públicos. Ellos mismos, a través de una entrevista que Guido Nule Marino le dio a la periodista Clara Elvira Ospina, entonces directora de Noticias rCn, lo confirmaron. Admitieron que paga-ron sobornos de los anticipos de cientos de contratos, hasta que se les acabó la plata. Y agregaron que la apuesta por la Ruta del Sol estaba diseñada como su tabla de salvación. Pero la ruleta jugó en su contra y se quedaron por fuera de la adjudicación del que ha sido considerado el mayor proyecto vial del país, que exigirá inversiones superiores a los $2.600 millones de dólares en un término de aproxi-madamente seis años.

Los Nule querían ganar la construcción de alguno de los tres tramos del proyecto con un único fin: usar los anticipos de la obra para tapar los huecos financieros que tenían en sus demás contratos


82

“La corrupción es inherente a la naturaleza humana”: así se desmoronó la riqueza de los Nule.

—también incumplidos— en todo el país. Las cifras eran astronó-micas. Según la revista Semana (11 de septiembre de 2010), solo en el tramo iii de la obra el anticipo para el año 2011 ascendía a $236.595 millones de pesos. De haber ganado, los Nule y su primo Mauricio Galofre seguramente seguirían licitando y obteniendo contratos por toda Colombia.

En la entrevista mencionada, Guido Nule afirmó: “Tú no vas a un partido de fútbol a no jugar, y si esas eran las condiciones que tenías que tener para poder jugar, tenías que ceder a esas presiones” (Noticias rCn, 15 de marzo de 2011). Las presiones a las que él hizo referencia son las mismas de las que hablaron, en sus interrogatorios ante la Fiscalía, los otros Nule y Mauricio Galofre. Se focalizaron en seis funcionarios públicos de la época: el alcalde Samuel Moreno Rojas; su hermano, el senador de la República Iván Moreno Rojas; el contralor distrital, Miguel Ángel Moralesrussi; el representante a la Cámara Germán Olano; la directora del Instituto de Desarrollo Urbano (idu), Liliana Pardo, y el subdirector técnico legal de esa misma entidad, Inocencio Meléndez Julio. También hablaron de los contratistas Emilio Tapia Aldana y Julio Gómez González, y del abogado Álvaro Dávila.

Los Nule y Galofre han señalado que esas nueve personas tra-bajaban aliadas para, literalmente, robarse la plata de los anticipos de los contratos mediante el pago de coimas que eran legalizadas a través de contratos de comisión de éxito. Han hablado de decenas de reuniones que tuvieron lugar en las oficinas y casas de todos los implicados con el fin de acordar los pagos. Han hablado, incluso, de un hotel ubicado cerca al idu, donde funcionaba una oficina paralela de esa entidad; allí se hacían toda clase de modificaciones a los pliegos de condiciones de las licitaciones con el objetivo de acomodarlos a firmas específicas y de esa manera garantizarles los contratos. Por ejemplo, el 14 de abril de 2011 Miguel Nule testificó ante la Fiscalía: “Cuando la plata llegaba a las arcas de las empresas subcontratistas se encargaban de entregarle los recursos a los seño-res Moreno. Esos subcontratistas eran Emilio Tapia y Julio Gómez,


83

Claudia Morales

sobre todo las empresas de Julio Gómez Arko, inCCA Y CostCo, y la de Tapia que era gEos”.

Las primeras acusaciones de los Nule en los interrogatorios fue-ron contra Inocencio Meléndez y se referían al contrato 137 de 2007, correspondiente a la fase iii de TransMilenio (calle 26). Los Nule ganaron ese tramo con la Unión Temporal Transvial y recibie-ron el contrato con un anticipo del idu por $85.751.927.394 pesos. En el interrogatorio del 23 de diciembre de 2010, Mauricio Galofre afirmó que Meléndez “cuadró una cifra de $4.000 millones de pe-sos por los cambios y la ayuda en todo el proceso”. El pago de ese dinero les garantizaba el contrato. Sin embargo, el otro grupo que participaba en la licitación fue descalificado, y los Nule quedaron como únicos oferentes. Según la Ley 80 de 1993 (Estatuto general de contratación de la administración pública), cuando eso ocurre la autoridad responsable tiene la facultad para declarar desierta la licitación. De acuerdo con Galofre, fue entonces cuando aparecie-ron el contratista Julio Gómez y el representante Germán Olano, asegurando que tenían la manera de evitar la declaratoria. La pro-puesta, dice el testimonio, era “llegar a un acuerdo económico con ellos y que eso iba a llegar a manos de Liliana Pardo, directora del idu. Ellos solicitaban la suma de $4.500 millones de pesos”. De ese dinero, según la declaración, Julio Gómez recibió $1.750 millones; a Germán Olano, el mismo Mauricio Galofre le entregó, en su casa, $600 millones en efectivo; y a Inocencio Meléndez le pagaron con un apartamento en el barrio Rosales, en el nororiente de Bogotá, $200 millones en efectivo y una Toyota 4 Runner que era de propie-dad de Galofre.

El otro soborno al que se refirieron los Nule y Galofre tiene que ver con los contratos 071 y 072 de 2008 para la conservación de la malla vial en Bogotá. El 071, que costaba $87.398.750.260, lo ganaron con la Unión Temporal g.t.m. El 072, hecho a la me-dida de los Nule con la Unión Temporal Vías de Bogotá, costaba $100.487.124.278.


84


En este caso aparecen en escena Julio Gómez, Emilio Tapia y Álvaro Dávila exigiendo una coima del 6% del contrato. En la am-pliación de interrogatorio, Galofre señaló:

Nos adjudicaron los dos contratos de obra. Eso fue el 2 de enero de 2009, y los de interventoría posteriormente. Se legalizaron los contratos, se giraron los anticipos. En principio lo que habían exi-gido los Moreno para ellos era el 6% […], cuando se cierran las ofertas, nos abordan Dávila y Emilio Tapia en la oficina del Dr. Dávila y allí nos dicen que ya no puede ser el 6% sino el 8% por-que hay que darle 2% al contralor [Moralesrussi] para que blinde el proceso.

Los testimonios de los Nule y de Galofre ante la Fiscalía se limitan a esos tres contratos, el de la fase iii de TransMilenio (2007) y los dos para la conservación de la malla vial en Bogotá (2008). Y queda claro que hasta ahí pagaban todos los sobornos para quedarse con las obras.

En el interrogatorio del 14 de abril de 2011, Miguel Nule se re-firió a un encuentro con el alcalde Samuel Moreno en la sala ViP del aeropuerto El Dorado de Bogotá, encuentro ocurrido el 13 de mayo de 2010. Para esa época, las autoridades habían cedido el con-trato 137 de la fase iii de TransMilenio al Grupo Vías de Bogotá sAs y la aseguradora Segurexpo de Colombia le había pagado al idu la suma de $69.245.234.154 por el manejo irregular de los anticipos. Miguel le informó a la Fiscalía que le había reclamado al alcalde por la cesión de ese contrato: “Yo le dije, ‘Samuel, si ya le pagamos a us-tedes, por qué nos hicieron esto, nosotros les cumplimos, a todos’. Y él dice, ‘Sí, así es, pero al contralor no le cumplieron’. La plata del 071 y el 072 le llegó a él y su hermano Iván. Pero ya la plata no alcanzaba, son unos salvajes”.

De hecho, aunque en otros testimonios los Nule y Galofre ase-guraron que los sobornos que terminarían en las cuentas de Samuel e Iván Moreno habían sido tramitados a través del abogado Álvaro Dávila y el contratista Emilio Tapia, en el mismo interrogatorio de


85

Claudia Morales

abril de 2011 Miguel testificó bajo juramento que en el encuentro del aeropuerto el propio alcalde le pidió la coima de $5.000 millones de pesos: “Los $5.000 millones me los pidió directamente Samuel Moreno, de su voz, me dijo que allí había forma de arreglar eso, que no fuéramos tan duros, que consiguiéramos la plata que hacía falta y arregláramos con Emilio Tapia, que venían otros negocios grandes”.

Posteriormente se conoció, por boca de Emilio Tapia, un dato revelador sobre el 2% de coima que —según testificaron los Nule y Galofre— iba a ser girado al entonces contralor Moralesrussi por exigencia de Álvaro Dávila y Julio Gómez. De acuerdo con la revista Semana (6 de octubre de 2012), el contratista le dijo a la Fiscalía que la “mordida” por la que está detenido el ex contralor no era para él. Según su versión, “Julio [Gómez] y [Álvaro] Dávila se inventaron ese dos por ciento de más. Era mentira que era para el contralor”. También confirmó que sí hubo cobros de sobornos, que él era el intermediario entre los hermanos Moreno Rojas y los contratistas y que sí hubo coimas en los dos contratos de la malla vial. Tapia le aclaró a la Fiscalía:

Como las comisiones había que repartirlas, en este caso a los Mo-reno, Liliana Pardo, Inocencio Meléndez, Álvaro Dávila, Julio Gó-mez y no recuerdo a quién más, a Dávila y a Julio les pareció que era poco lo que les tocaba y decidieron subirle dos puntos. Dávila, como era el que hacía los “contratos de comisión de éxito”, lo hizo por el 8, y no por el 6 como se había acordado (Semana, 6 de octubre de 2012).

De acuerdo con el mismo testimonio, los “contratos de comisión” funcionaban como pagarés para garantizar que los contratistas cumplieran con la “mordida”. Cuando los documentos estaban lis-tos, Tapia los recogía, como recogía la plata que les correspondía a Samuel e Iván Moreno.

Entonces [declaró Tapia a la Fiscalía] después empiezan los Mo-reno a decir, “¿Ya Dávila te dio el contrato?”, y Dávila me sacaba


86


todo tipo de excusas. Hasta que un día llegó a mi oficina primero Julio Gómez y luego Álvaro Dávila y me contaron que ellos le habían subido al ocho y que ese dos nos lo íbamos a dividir entre los tres. Yo les dije “Listo, chévere”. Les pedí el contrato. Y me dijeron, “Si te lo piden ellos diles que el contralor pidió plata”. Y me fui y apenas vi a los Moreno les conté la verdad. Porque mis amigos son ellos, no los otros (Semana, 6 de octubre de 2012).

Emilio Tapia dice que los Moreno son sus amigos, y de todas ma-neras los hunde. ¿Probará eso, entonces, que Samuel e Iván sí eran las cabezas del cartel de la contratación en Bogotá? Miguel Nule aseguró: “Samuel Moreno Rojas en su condición de alcalde mayor por conocimiento propio y por conocimiento de terceros era el jefe, junto a su hermano Iván Moreno, de una organización mafiosa que se dedicaba a contratar obras sin diseños y hacer gastos sin ningún nivel de planeación con el propósito de recibir comisiones” (Sema-na, 6 de octubre de 2012). ¿Tendría razón?

Vivian Morales: ¿la mano negra?

Las acusaciones de los integrantes del grupo Nule contra varios fun-cionarios de la administración de Bogotá fueron el principal sustento para que Germán Pabón, fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia, los convenciera de servir como testigos en el proceso contra Samuel Moreno. El pacto inicial contemplaba un principio de oportu-nidad parcial para ellos, según su colaboración con la justicia. La nego-ciación tuvo hasta último momento el visto bueno de la fiscal general de la Nación, Vivian Morales. Sin embargo, dos acontecimientos aca-baron con el arreglo: Morales echó para atrás el preacuerdo alcanzado para que los Nule testificaran contra el ex alcalde Moreno, y el 8 de julio de 2011 declaró insubsistente al fiscal Pabón.

El ex fiscal Pabón habló largamente con esta periodista y le contó que cuando Vivian Morales fue elegida fiscal general, en diciembre de 2010, le anticipó que él recibiría la investigación sobre el cartel


87

Claudia Morales

de la contratación en Bogotá. “Cuando me posesioné como fiscal delegado encontré que ese expediente estuvo parado en la Fiscalía Delegada Primera ante la Corte casi ocho meses. Y a los 15 días de mi llegada, formulamos imputación contra Inocencio Meléndez, Li-liana Pardo, Moralesrussi, y empezaron las conversaciones con los Nule” (Pabón, comunicación personal, 14 de septiembre de 2012).

En ese momento, los Nule y Galofre estaban viviendo con sus fa-milias en Italia. Cuando le pregunté al ex fiscal cómo los convenció de regresar al país, me contestó:

Todo fue telefónicamente. Les propuse que le diéramos una se-gunda oportunidad a Colombia. La denuncia sobre la corrupción era una necesidad histórica. Ellos firmaron cerca de 1.900 contra-tos y al menos en la mitad tuvieron que dar dádivas a funcionarios públicos. Si contaban al menos el 10% de la corrupción, ya esta-ríamos generando una gran reflexión. Yo hablé cerca de 12 horas con ellos.

El 3 de abril de 2011, los cuatro contratistas aterrizaron en el aero-puerto El Dorado, e inmediatamente fueron trasladados al búnker de la Fiscalía. Allí tuvieron el primer encuentro con el fiscal Pabón. Le pregunté a él qué había percibido al verlos, y me dijo: “Yo vi cuatro muchachos juguetones. Ellos jugaban con la vida, no se la tomaban en serio”. También le pregunté cuál de los cuatro le había llamado más la atención, y por qué. Me contestó: “Miguel era un hombre muy explosivo. Se creía el dueño de Colombia. Me decía: ‘Si quiere, yo le entrego al presidente Uribe, a sus hijos, al ‹Chiqui› Va-lenzuela’. Y empezó a mostrarme documentos. Y seguía diciendo: ‘Yo era la contratación en Colombia, los demás eran unos payasos’”.

Hasta ese momento, todo indicaba que los Nule serían una pieza fundamental para probar lo que estaba pendiente en las investiga-ciones contra los funcionarios de la administración distrital señala-dos de participar en el cartel de la contratación. “La Fiscalía les está dando las garantías procesales. Cumplimos con el deber de buscar la comparecencia de los imputados y los señores Nule cumplieron con


88


su deber de presentarse”, dijo la fiscal general Morales en una rueda de prensa la noche que los cuatro implicados aterrizaron en Bogotá.

La expectativa en el país por lo que los Nule y su primo Mauricio Galofre iban a revelar creció como la espuma. Y luego, tan rápido como la espuma, desapareció. En ello hubo dos tipos de injerencia: la de un supuesto miembro de las Bacrim y la de la fiscal Morales. Le pregunté al ex fiscal Pabón:

—Ellos finalmente no fueron testigos en el proceso contra Samuel Moreno. Si ese era el pacto al que habían llegado con usted, con la anuencia de la fiscal Morales, ¿por qué no ocurrió?

Y me dijo:—Sí, ellos llegaron con un gran propósito y los frenaron justo

ese mismo fin de semana cuando llegaron a la Fiscalía porque re-cibieron una visita de un emisario de un jefe de las ahora llamadas bandas criminales, Bacrim. Ellos me lo dijeron.

—Eso es muy grave. ¿Por qué no se investigó?—Eso se lo puede decir uno de los abogados defensores de ellos,

Daniel Largacha. Mire, el día que les hice formulación de imputa-ción yo di un discurso muy emotivo. Íbamos bien. Yo dije en esa au-diencia: “Ustedes hoy en día son los más grandes hijueputas que hay en Colombia, pero tienen la posibilidad de cambiar la ecuación para convertirse de villanos en héroes”. Tan pronto pasó la audiencia, en el pasillo recibieron una llamada de ese mismo jefe de las Bacrim. Yo estaba a dos metros. Luego me contaron que ese señor le dijo a Miguel: “Si tú vas a prender el ventilador, ten en cuenta que ustedes tienen hijos, acuérdate de Rina [Mendoza, la ex esposa de Miguel]. Fueron silenciados muy rápidamente. Desde ahí empezaron las di-ficultades con el principio de oportunidad.1

1. Con el fin de complementar la información suministrada por el ex fiscal, esta periodista intentó contactar a los Nule en la cárcel La Picota en Bogotá a través de Andrés Garzón, uno de sus abogados defensores. Sin embargo, los intentos resultaron infructuosos. El abogado nunca dio una razón justificada sobre la negativa para la visita.


89

Claudia Morales

—Doctor Pabón, después de la audiencia metieron presos a los Nule y a su socio Mauricio Galofre. Además, les negaron la posi-bilidad de servir como testigos contra el ex alcalde Moreno y por ende se les acabó la ilusión de obtener un principio de oportunidad parcial. ¿Los volvió a ver? ¿Qué le decían?

—Se volvieron más agresivos y estaban muy arrepentidos de haber regresado a Colombia. Miguel se cruzó unos puños con Gui-do. Le echaban la culpa de todo a sus abogados. Pesaban mucho en ellos sus hijos y su familia. Comenzaron a valorar a sus esposas. Se autoincriminaban.

—Permítame insisto con lo de las Bacrim. Esa interferencia, por llamarla de alguna manera, ¿en qué quedó?

—Entendí que en la megaconstrucción en Colombia está metida la plata de las Bacrim. Y hacer investigación sobre eso es un suici-dio. Esa es mi conclusión.

—Contra todos los principales involucrados mencionados ante-riormente hay imputación de cargos. ¿Por qué entonces persiste la sensación de que no ha pasado nada?

—Samuel Moreno sigue siendo un proyecto presidencial apo-yado por el samperismo. Todo lo que usted dice pasa porque las posibilidades están vivas. Si llega a resultar inocente resucitará de la tumba en la que se encuentra. Y no pierda de vista lo siguiente: un proyecto presidencial es un proyecto empresarial, y un proyecto empresarial es un proyecto corrupcional [sic].

Luego de ser silenciados, como dijo Pabón, la suerte de los Nule quedó echada. Les imputaron cinco cargos y se fueron para la cár-cel. Solo reconocieron el delito de peculado por apropiación. Ade-más, en contravía de lo que estaba pactado, la fiscal Morales impidió que comparecieran en el juicio contra el ex alcalde.

—Doctor Pabón, ¿qué objetivo tenía Vivian Morales para haber impedido que las pruebas que usted logró con los Nule fueran al juicio contra Moreno?


90


—El lado flaco de ella es Carlos Alonso Lucio. Ella tiene hoja de vida y es cristiana. Pero su marido tiene pasado judicial y los dos son amigos del ex alcalde. La pregunta es por qué tanta fuerza para tratar de salvar a Samuel Moreno. Una respuesta es que Samuel no es tan cadáver como creen.

—Hay algo que no entiendo. Antes de que Vivian Morales fuera elegida fiscal, ustedes eran muy amigos. Incluso con Carlos Alonso. ¿Cómo es que todo entre ustedes terminó tan mal que llegó a sacri-ficarse la que pudo ser la mayor prueba que lograron con los Nule?

—Es verdad. Éramos cercanos. Tanto que yo le ayudé a hacer a Vivian el discurso que dio ante la Corte Suprema de Justicia como candidata para la Fiscalía. La puse a hablar en clave para los oídos de la Corte. Pero le digo una cosa: si se presenta una segunda opor-tunidad no lo volvería a hacer. Uno de los errores más grandes que le ocurrió a la justicia en Colombia fue la llegada de ella a la Fiscalía, porque con ella llegó Carlos Alonso Lucio.

De pequeños empresarios a “cacaos” de la construcción

Se sabe muy poco sobre los detalles de la corrupción en Bogo-tá y —lo que es aún más dramático— no se sabe nada sobre las irregularidades en la contratación nacional. Los Nule facturaban más de $200 millones de dólares al año gracias a los cerca de 1.900 contratos que tenían en casi todos los departamentos: contratos de energía, de agua, de construcción, y hasta de distribución de la Bien-estarina con el Instituto de Bienestar Familiar. Ni uno solo de esos contratos se cumplió de acuerdo con los términos acordados para la adjudicación.

Dos años después de haberse hecho público el escandaloso mane-jo de los recursos del Distrito Capital, sigue siendo un misterio cómo unos personajes tan jóvenes, que habíam empezado con pequeños contratos en la provincia, lograron tener a sus pies a las élites de la so-


91

Claudia Morales

ciedad colombiana y a los altos funcionarios del Estado y convertirse, en cinco años, en los “cacaos de la construcción”, como los llamaron varios medios en la época más boyante de sus negocios.

La estrepitosa carrera de los primos Nule empezó en 1994 cuando fundaron mnV, una firma de ingeniería civil que manejaba contra-tos de baja cuantía en Sucre. Allí tuvieron la posibilidad de realizar su sueño como empresarios gracias a las puertas que les abrió, entre otros, Miguel Ángel Nule Amín, ex gobernador de ese departamen-to y padre de Miguel y Manuel.2 No era mayor cosa, en realidad, lo que hacían. De acuerdo con el especial sobre ellos que presentó el Canal rCn, los Nule trabajaban en la canalización de aguas, cons-truían parques y aulas de colegios y pavimentaban pequeñas vías.

Cuatro años después, en 1999, los Nule se trasladaron a Bogo-tá y fundaron las firmas Bitácora Soluciones y Aguas Capital. Con esta última ganaron en 2002 la licitación por $60.000 millones de pesos para distribuir la red de acueducto en Bogotá. La concejal María Victoria Vargas denunció que esa empresa no reunía las con-diciones para que le fuera adjudicada la obra. Tenía razón: los Nule incumplieron el contrato. Y, ya expertos en hacer trampa, volvieron a licitar pero con Aguas Kapital. Las autoridades competentes si-guieron adjudicándoles obras por todo el país.

En 2004 los Nule y Galofre entraron a las grandes ligas de la con-tratación en Colombia, cuando el gobierno adjudicó la que iba a ser una de las más ambiciosas obras viales del país: la doble calzada de la autopista Bogotá-Girardot. En 2003, el Ministerio de Transporte había anunciado que la concesión elegida debía construir, operar y

2. Nule Amín se encuentra privado de la libertad desde finales de febrero de 2012, acusado por la Fiscalía de ser el presunto determinador de los delitos de homicidio agravado y desplazamiento forzado. Estos se relacionan con hechos ocurridos el 14 de octubre de 2000, cuando las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) incursionaron en las veredas El Floral, Verruguitas y La Cañada del Limón, del corregimiento Macayepo, municipio Carmen de Bolí-var, donde al menos 15 campesinos fueron asesinados y cerca de 200 familias fueron desplazadas.


92


mantener la obra. Esa responsabilidad quedó en manos de la Pro-mesa de Sociedad Futura Autopista Bogotá-Girardot S. A., consor-cio integrado por Alejandro Char, mnV s. A., Gas Kapital, Vergel y Castellanos Ingenieros Asociados, y Álvarez y Collins S. A. La autopista terminada, con su doble calzada, debía haberse entregado en 2010, según los términos del contrato.

Hasta ahora nadie ha asumido la responsabilidad política por los abusos e incumplimientos de los Nule, ni por las adjudicaciones de obras que ellos siguieron recibiendo a pesar de que había, como en la de Bogotá-Girardot, fuertes indicios de irregularidades en los pliegos de condiciones de los procesos licitatorios, además de dudas sobre la documentación que presentaban a los concursos y sobre su comportamiento gerencial.

El director de la diAn, Juan Ricardo Ortega, por ejemplo, infor-mó que los Nule “nunca han presentado un plan de pago. Ya se han interpuesto las demandas penales por los $18.000 millones de pesos de retenciones en la fuente e IVA que dejaron de pagar” (W Radio, 18 de marzo de 2011). Adicionalmente, las pesquisas de la Super-intendencia de Sociedades encontraron que el grupo tenía deudas de impuestos por $28.000 millones de pesos. Lo que, según varios abogados tributaristas, ha debido tener implicaciones penales. Sur-ge entonces otra duda: ¿cómo hacían los Nule para contratar con el Estado si eran sus deudores morosos? En su momento, Guido Nule se defendió. En la ya mencionada entrevista con Clara Elvira Ospina, señaló: “Nunca se podrá comprobar que nosotros cogimos para nuestras vidas dineros del Estado” (Noticias rCn, 15 de marzo de 2011).

Pese a todas las irregularidades, el ex presidente Álvaro Uribe Vélez ha defendido la gestión de su ministro de Transporte, Andrés Uriel Gallego, en la adjudicación de la doble calzada Bogotá-Girar-dot. En entrevista del 5 de mayo de 2011 con W Radio, señaló que cuando los Nule ganaron esa licitación no estaban siendo investiga-dos, y que el ministro adelantó el proceso “con todo rigor”.


93

Claudia Morales

En 2006, cuando llegó el momento de empezar la construcción, los Nule estaban sin liquidez y los bancos ya no les prestaban. En-tonces decidieron pedirle a la Dirección Nacional de Estupefacientes (dnE) $26.000 millones de pesos. Con ese préstamo, cualquier órga-no de control hubiera tenido suficientes argumentos para destapar la corrupción. No fue así. Los Nule, una vez más, demostraron ser empresarios sin músculo financiero ni ético pero con todas las po-sibilidades de seguir participando en la feria de contratos en el país.

Sobre la irregularidad del préstamo de la dnE el superintendente de Sociedades, Luis Guillermo Vélez, comentó lo siguiente:

En 2006 le pidieron $40.000 millones de dólares a un fondo de inversión extranjero. Y al tiempo le pidieron la plata a la dnE. Cu-rioso, a nadie le presta plata la dnE, eso no es posible legalmente. Nadie ha respondido cómo les dieron ese dinero. Eso es como si yo agarrara plata de los tEs de la Superintendencia y se la diera a un amigo para que compre un apartamento. Es plata del fisco (Vélez, comunicación personal, 8 de agosto de 2012).

La deuda con la dnE terminó pagándola Fuad Char, padre del ex alcalde de Barranquilla Alejandro Char. Este último, socio de los Nule y cuñado de uno de ellos, trabajó como consejero para las regiones en el gobierno de Juan Manuel Santos. Como bien lo dijo la periodista María Jimena Duzán en su columna de junio de 2012 titulada “Alejandro Char, el intocable”:

Tengo entendido que fue buen alcalde, pero sus prácticas políticas no son las más prístinas ni las más éticas. Su decisión de ser polí-tico y empresario, y no uno cualquiera sino el socio de los Nule, deshacía todas las reglas del buen gobierno. Y si hasta ahora ha salido indemne, eso no significa que sea para siempre un intocable (Duzán, 2 de junio de 2012).

Volviendo al tema de la doble calzada Bogotá-Girardot, lo que le dijo el ex presidente Uribe a W Radio ha servido de excusa para


94


todos los funcionarios públicos. Cabe entonces preguntarse: ¿quién —y cuándo— debió abrirle investigación a los Nule? Si no se hubiera hecho pública una grabación, al mejor estilo de los grandes capos, a la que tuvo acceso un medio de comunicación, ¿estaríamos en las mismas? La respuesta a esta última pregunta es afirmativa, y puede explicarse con una frase del superintendente Vélez: “Cuando llegó la liquidación de todo lo que tenían los Nule, había 108 consorcios en los que ellos participaban”. La liquidación ocurrió en 2010.

Lo que los primos Nule tenían en términos de contratos era, li-teralmente, una extravagancia frente a la cual hubo ojos ciegos: se metieron, en todo el país, en obras de acueductos, cárceles y carre-teras, incluso en la construcción del famoso túnel del Congreso de la República. Y, como si fuera poco, eran los interventores de sus propias obras. Sobre las sospechas que esto ha debido despertar, y las alarmas que no se prendieron en su momento, el superintenden-te Vélez comentó:

Cuando uno mira los grandes constructores de Colombia y el mun-do, ve que eso no es normal. Un ejemplo: Luis Carlos Sarmiento duró 50 años para empezar a ser un empresario de importancia. Y la mayoría son así, son empresas de décadas. Y en esa cantidad de años, se van diversificando. Los Nule, en cambio, se volvieron los constructores más importantes en cinco o seis años.

Sobre el mismo punto, el ex fiscal Pabón señaló:

El Estado tiene una alianza muy fuerte con la criminalidad. Hay una dialéctica histórica entre poder y criminalidad. Todos los deli-tos contra la administración pública están a la orden del día. Desde el Estado no se piensa como criminalidad, se concibe como ne-gocio. Dar un 10% por un contrato se llama cohecho o concusión pero igual se da. Y hoy no es posible pensar en una contratación estatal diferente. Todo es corrupto.

La declaración de Mauricio Galofre ante la Fiscalía el 23 de diciem-bre de 2010 parece encajar a la medida en esta opinión de Pabón. Re-


95

Claudia Morales

firiéndose a las irregularidades en la contratación de la malla vial en Bogotá, señaló: “Julio Gómez y Emilio Tapia buscaron otros con-tratistas porque eran seis grupos y los Nule solo podían ser adjudi-catarios de dos contratos. Necesitaban buscar cuatro grupos que se ganaran el resto y que accedieran a las exigencias que ellos pedían”.

Surge de esto una reflexión: si los Nule accedieron al pago de dá-divas, como ya lo confesaron, ¿se le ha ocurrido a alguna autoridad investigar a los demás consorcios que hacían parte de las mismas obras, o de otras? ¿Será que solo los Nule pagaban sobornos para que les ajustaran los pliegos con el fin de ganarse las licitaciones?

A pesar del préstamo que le pidieron a la dnE de los incumpli-mientos en sus obras por todo el país, los Nule se presentaron en 2006 a la licitación para la modernización del aeropuerto El Dorado de Bogotá. Por fortuna no ganaron. Y aunque parezca un relato de ficción, el grupo empresarial continuó haciendo negocios: en 2007 les fue adjudicada, como ya se dijo, la construcción de TransMilenio por la calle 26, con lo cual recibieron un anticipo de $81.000 millones de pesos para empezar la obra; en 2008 ganaron los dos contratos de mantenimiento de la malla vial de Bogotá, también mencionados; en febrero del mismo año, siendo Fuad Char alcalde, les entregaron el recaudo de Transmetro en Barranquilla. En este caso, las autorida-des comprobaron que la empresa con la que los Nule pretendieron comprobar su experiencia en el negocio era falsa. También en 2008, los Nule se convirtieron en socios del empresario Alberto Ríos en el negocio de Enerpereira, a pesar de que la banca ya había empezado a cerrarles los créditos. Constituyeron entonces una mesa de dinero, similar a las conocidas pirámides, a través de la cual hicieron captacio-nes ilegales. Al respecto, el superintendente Vélez contó:

La mesa de dinero salía y conseguía inversionistas. A la fiducia le transferían los derechos económicos y financieros del contrato. En 2009 la Superintendencia empezó a mirar ese tipo de operacio-nes que se hacían a través de Fiduoccidente, advirtió que era una captación ilegal y le pidió desmontar eso. Los Nule pagaron una buena parte del dinero pero siguieron captando a mesas de dinero


96


y particulares como los Guerra de la Espriella y Carlos Náder. A finales de ese año ya estaban en los rines. Las obras estaban sin ejecutar y los socios de los consorcios ya estaban fastidiados y les tocó salir a responder.

En 2008, mientras las administraciones locales y central les seguían entregando contratos a los Nule, ocurrió algo particular. Lo denun-ció, en una entrevista que hace parte del documental del Canal rCn sobre los Nule, el presidente de la Cámara Colombiana de la In-fraestructura, Juan Martín Caicedo Ferrer: tres ministros del gobier-no Uribe habían firmado un decreto (el 2474 del 7 de julio de 2008) con el cual se eliminaba el control a los anticipos establecido por el Decreto 2170 de 2002, que se hacía a través de una cuenta espe-cial establecida entre contratante y contratista. Respecto del nuevo decreto, Caicedo Ferrer comentó: “El contratista podía agarrar los anticipos y llevárselos para la casa. ¿Dónde estaban los organismos de control?”. Los tres ministros a los que se refirió son el de Trans-porte, Andrés Uriel Gallego; el del Interior, Fabio Valencia Cossio, y el de Hacienda, Óscar Iván Zuluaga.

2013. El estado de los procesos

La Fiscalía le confirmó a esta periodista que centralizó en Bogotá cerca de cinco casos que había contra los Nule en distintos lugares del país.

El ex senador Iván Moreno Rojas está detenido y es investigado por los delitos de concierto para delinquir, concusión, celebración indebida de contratos y tráfico de influencias. Liliana Pardo, ex di-rectora del idu, acudió el 4 de marzo de 2013 a la audiencia contra el ex senador en la Corte Suprema de Justicia y señaló que nunca recibió presiones de él ni de su hermano, el ex alcalde, para entregar obras en Bogotá.

El contratista Emilio Tapia aceptó los delitos de concierto para delinquir, cohecho e interés indebido en la celebración de contratos.


97

Claudia Morales

Está libre, a la espera de que un juez apruebe el preacuerdo al que llegó con la Fiscalía.

El contratista Julio Gómez —acusado de cohecho, celebración indebida de contratos y peculado por apropiación a favor de terce-ros— también está libre, esperando que se le otorgue un principio de oportunidad.

El abogado Álvaro Dávila, detenido en diciembre de 2012 luego de que la Fiscalía emitiera una orden de captura en su contra, aún no ha hecho acercamientos concretos de los que se permita inferir que colaborará con la justicia. Es investigado por los delitos de con-cierto para delinquir agravado, interés indebido en la celebración de contratos y cohecho.

El ex subdirector técnico del idu, Inocencio Meléndez, negoció con la Fiscalía y fue condenado a siete años y medio de prisión por los delitos de interés indebido en la celebración de contratos, con-tratación sin el cumplimiento de requisitos legales, prevaricato por acción y prevaricato por omisión. En la Fiscalía y en la Contraloría cursan investigaciones contra el ex alcalde de Barranquilla Alejan-dro Char por la adjudicación, en febrero de 2008, del sistema de recaudo de Transmetro a una empresa de su cuñado Guido Nule.

La Procuraduría destituyó e inhabilitó para ejercer cargos públicos por 20 años al ex contralor Miguel Ángel Moralesrussi. Acusado del delito de concusión, está recluido en la cárcel La Picota de Bogotá.

El titular de la Fiscalía General de la Nación, Eduardo Monteale-gre, le dijo a esta periodista que para su entidad es claro que las de-laciones y pruebas que entreguen Tapia y Gómez abrirán el segundo capítulo del escándalo de la corrupción que nació con el cartel de la contratación en Bogotá. Algo de eso ya empezó a verse en repor-tes de medios escritos como Semana, El Tiempo y El Espectador, que han recibido documentación filtrada de los testimonios de ambos contratistas. De sus declaraciones parece desprenderse que cerca de diez concejales, funcionarios y ex funcionarios de la capital estarían involucrados en el desfalco a la ciudad.


98


El ex alcalde Samuel Moreno enfrenta este año un segundo proce-so por concierto para delinquir y peculado por apropiación agrava-do. El fiscal auxiliar de la Fiscalía Tercera Delegada ante la Corte Su-prema de Justicia, Juan Vicente Valbuena Niño, dice en su escrito de acusación, fechado el 15 de febrero de 2013: “Samuel Moreno tenía la dirección del gobierno y la facultad de designar al director del idu. De acuerdo con las evidencias, con destino suyo y de su hermano iba dirigida la mayor cantidad de dinero producto de los sobornos soli-citados a los contratistas”. Valbuena no ahorra frases para describir el saqueo de las finanzas del Distrito y el contubernio entre políticos y funcionarios para desfalcar el erario. Sus gravísimas acusaciones están dirigidas especialmente contra el ex alcalde Moreno.

El ex fiscal Germán Pabón concluye lo siguiente: “Hay mane-ras de que la historia no se repita: generando permanente reflexión sobre lo que pasó, recuperando la memoria histórica. Eso es más importante que la condena”.

Para el superintendente Luis Guillermo Vélez, en términos de contratación el gobierno del presidente Juan Manuel Santos es más serio que el anterior, y eso le da al país mayores garantías de que se controlarán los abusos:

Va a haber errores porque es imposible controlarlo todo. Las em-presas y los políticos van hasta donde uno los deje ir. Pero di-fícilmente ocurrirán cosas como la de la doble calzada Briceño-Tunja-Sogamoso: en un consejo comunal en Boyacá le dijeron al ex presidente Uribe que necesitaban la variante, y así empezó la construcción, sin licitación ni nada. Los que estaban construyendo siguieron con ese tramo, les hicieron una adición, y ni siquiera hay un contrato.

Los ojos están muy abiertos sobre la Fiscalía General de la Nación, que tiene la responsabilidad de demostrar que sí habrá justicia y que las investigaciones trascenderán el “nicho” de corrupción de Bo-gotá. Es posible que no logre desvirtuar por completo la frase de Miguel Nule Velilla con que se abre este capítulo, pero al menos


99

Claudia Morales

sentará un precedente para que quienes se sienten en total libertad para robar y corromper perciban que hay autoridades que les pueden respirar en la nuca.

Sobre las demás instituciones del Estado que se han prestado para que la corrupción llegue a todos los niveles, la sociedad y los gobier-nos correspondientes tendrán que hacer una tarea mayor. Investigar hechos de la envergadura de los que ocurrieron con los personajes de esta historia nunca será suficiente si los primeros filtros para evi-tarlos no cumplen su función. El 19 de abril de 2011 Miguel Nule Velilla dijo, al explicar su llegada al país: “Vine a buscar la libertad del alma”. Más que liberar el alma de un contratista, se necesita liberar a Colombia de una corrupción que se ha convertido en el principal agente para la falta de confianza y desarrollo de sus ciudadanos.


100


Referencias

Duzán, M. J. (2 de junio de 2012). Alejandro Char, el intocable. Semana. Recuperado de: http://www.semana.com/opinion/articu-lo/alex-char-intocable/258871-3

Noticias rCn (15 de marzo de 2011). Entrevista a Guido Nule. Re-cuperado de: http://www.canalrcnmsn.com/content/marzo_15_ de_2011_10_45_pm

Semana (11 de septiembre de 2010). La caída del grupo Nule. Re-cuperado de: http://www.semana.com/nacion/articulo/la-caida-del-grupo-nule/121790-3

Semana (6 de octubre de 2012). “Carrusel de la contratación” en Bogotá: se destapó Emilio Tapia. Recuperado de: http://www.se-mana.com/nacion/articulo/carrusel-contratacion-bogota-desta-po-emilio-tapia/265981-3


“LA CORRUPCIÓN ES INHERENTE A LA NATURALEZA HUMANA”:...

Documents

Transcript of “LA CORRUPCIÓN ES INHERENTE A LA NATURALEZA HUMANA”:...