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Año LX. Madrid 1° de Diciembre de 1928. Núm. 23. LA FARMACIA AN A REVISTA FARMACÉUTICA QUINCENAL SUMARIO : Sección científica : Los coloides y principalmente los suspensoides metálicos.—Variedades.—For- mulario variado.—Sección profesional : Crónica profesional.—Un episodio de la vida dé Carrácido.—Los problemas profesionales vistos por una neófita.—El centenario del Doctor Rubio : Hay que hacer algo.— Vida corporativa : Centro Farmacéutico Nacional.—Colegio oficial de farmacéuticos de Madrid.—Real Cole- gio de farmacéuticos de Madrid.—Legislación y Jurisprudencia.—Bibliografía.—Sueltos y noticias. SECCION CIENTIFICA No desdeñes el estudio por difícil ni por in- útil. Cuanto más abstruso, mayor placer en- contrarás en dominarle; del más inútil, sur- ge un copioso manantial de ideas fecundas Los coloides y principalmente los de sus más importantes Por el Doctor GlUSEPPE CARDELLI (L'Officina, suplemento de La Farmacia, año I , núm. 2, pág. 67) I Generalidades de los coloides Una de las partes más importantes de la quí- mica moderna es seguramente la que se ocupa del especial estado de la materia llamado coloir dal, del nombre de coloides que a las substancias que le presentan dió TOMAS' GRÁHAM, que fué quien primero (1) estudió algunos de los pro- blemas que se refieren a los coloiides, y que con- sideró los' estados cristalino y coloide como dos estados opuestos ; mejor dicho, como dos ((mun- dos» de la materia. El progreso de los tiempos ha mostrado que pueden obtenerse soluciones coloidales no sólo de los compuestos orgánicos, sino de los metales y de las sales inorgánicas (incluso del cloruro sódico), partiendo del éter malónico con sodio y éter cloroacético; precipitando con éter de petróleo, y recogiendo en benzol (2), que es la técnica de preparación de las substancias coloi- dales, hoy tan adelantada que no deja duda de (1) T. Graham : Memoria sobre la difusión molecular aplicada al análisis.-^Philbsophical Transaccicns. A. T. XXI, pág. 1-77. (2) C. Paal : Uber Kolloides Chlornatrium (Ber. 1906. T. 39. pág. 1.436-1.441).—C. Paal y G. Kuhn : Uber Kolloides Natriumchlorid. ídem 1908. T . 41, pág. 51-57). suspensoides metálicos y algunas aplicaciones terapéuticas que cualesquiera substancia pueda formar solu- ciones coloidales en condiciones apropiadas, de- mostrando que el estado coloidal no es privativo de ciertas substancias, sino un estado físico común a todas. La importancia teórica de tales estudios para la química pura, y de los problemas que con ellos se relacionan, tanto desde el punto de vista de la química-física como de la química bioló- gica y de la biología ; las numerosas e importan- tísimas aplicaciones industriales y terapéuticas de los coloides, y, en medicina especialmente, de los metales en soluciones coloidales ( A g , H g , etcétera) que, con brillantes resultados, se han exper:mentado, dan 'un gran interés a estos estu- dios, no sólo para el químico, sino para el farmacéutico, que ya indicaba, en los albores de este siglo, el ¡ilustre y competente ClAMICIÁN (3) al reclamar sobre estos y otros problemas de no menor importancia, la atención de los estu- diosos. Mucho se ha discutido la verdadera naturaleza de las soluciones coloidales. Antes de los estu- dios de GRAHAM, en 1802, RICHTER (1762- 1807) había sometido a examen la Púrpura de Casio, precipitado que se produce por la acción de una solución diluida de cloruro de oro, sobre otra, también diluida, de cloruro de estaño. La mezcla de las dos soluciones, diáfana y de color pardo obscuro, deja sedimentar próximamente a (3) G. Ciamicián : 1 problemi chimici del movo se- cólo («Attualitá Scientifice».—Boloña-Zanichelli).

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Año LX. Madrid 1° de Diciembre de 1928. Núm. 23.

L A F A R M A C I A A N A REVISTA FARMACÉUTICA Q U I N C E N A L

S U M A R I O : Sección científica : Los coloides y principalmente los suspensoides metálicos.—Variedades.—For­mulario variado.—Sección profesional : Crónica profesional.—Un episodio de la vida dé Carrácido.—Los problemas profesionales vistos por una neófita.—El centenario del Doctor Rubio : Hay que hacer algo.— Vida corporativa : Centro Farmacéutico Nacional.—Colegio oficial de farmacéuticos de Madrid.—Real Cole­gio de farmacéuticos de Madrid.—Legislación y Jurisprudencia.—Bibliografía.—Sueltos y noticias.

S E C C I O N C I E N T I F I C A No desdeñes el estudio por difícil ni por in­útil. Cuanto más abstruso, mayor placer en­contrarás en dominarle; del más inútil, sur­ge un copioso manantial de ideas fecundas

Los coloides y principalmente los de sus más importantes

Por el Doctor G l U S E P P E CARDELLI

(L'Officina, suplemento de La Farmacia, año I , núm. 2, pág. 67)

I

Generalidades de los coloides

Una de las partes más importantes de la quí­mica moderna es seguramente la que se ocupa del especial estado de la materia llamado coloir dal, del nombre de coloides que a las substancias que le presentan dió TOMAS' GRÁHAM, que fué quien primero (1) estudió algunos de los pro­blemas que se refieren a los coloiides, y que con­sideró los' estados cristalino y coloide como dos estados opuestos ; mejor dicho, como dos ((mun­dos» de la materia.

El progreso de los tiempos ha mostrado que pueden obtenerse soluciones coloidales no sólo de los compuestos orgánicos, sino de los metales y de las sales inorgánicas (incluso del cloruro sódico), partiendo del éter malónico con sodio y éter cloroacético; precipitando con éter de petróleo, y recogiendo en benzol (2), que es la técnica de preparación de las substancias coloi­dales, hoy tan adelantada que no deja duda de

(1) T . Graham : Memoria sobre la difusión molecular aplicada al análisis.-^Philbsophical Transaccicns. A . T . X X I , pág. 1-77.

(2) C . Paal : Uber Kolloides Chlornatrium (Ber. 1906. T . 39. pág. 1.436-1.441).—C. Paal y G . Kuhn : Uber Kolloides Natriumchlorid. ídem 1908. T . 41, pág. 51-57).

suspensoides metálicos y algunas aplicaciones terapéuticas

que cualesquiera substancia pueda formar solu­ciones coloidales en condiciones apropiadas, de­mostrando que el estado coloidal no es privativo de ciertas substancias, sino un estado físico común a todas.

La importancia teórica de tales estudios para la química pura, y de los problemas que con ellos se relacionan, tanto desde el punto de vista de la química-física como de la química bioló­gica y de la biología ; las numerosas e importan­tísimas aplicaciones industriales y terapéuticas de los coloides, y, en medicina especialmente, de los metales en soluciones coloidales (Ag, Hg, etcétera) que, con brillantes resultados, se han exper:mentado, dan 'un gran interés a estos estu­dios, no sólo para el químico, sino para el farmacéutico, que ya indicaba, en los albores de este siglo, el ¡ilustre y competente ClAMICIÁN (3) al reclamar sobre estos y otros problemas de no menor importancia, la atención de los estu­diosos.

Mucho se ha discutido la verdadera naturaleza de las soluciones coloidales. Antes de los estu­dios de GRAHAM, en 1802, RICHTER (1762-1807) había sometido a examen la Púrpura de Casio, precipitado que se produce por la acción de una solución diluida de cloruro de oro, sobre otra, también diluida, de cloruro de estaño. La mezcla de las dos soluciones, diáfana y de color pardo obscuro, deja sedimentar próximamente a

(3) G . Ciamicián : 1 problemi chimici del movo se­cólo («Attualitá Scientifice».—Boloña-Zanichelli).

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las 24 horas la «púrpura de Casio», y el líquido queda incoloro o ligeramente rosa. La púrpura tratada, después, por NH4 O H H2S se trans­forma en un líquido de un bello color rosa púr­pura, diáfano por retracción, y turbio por re­flexión.

Las investigaciones de R l C H T E R , minuciosas y exactísimas para la época en que fueron realiza­das, lleváronle a la conclusión de que la púrpura es el color propio fundamental del oro finamente dividido, que desaparece, transformándose en el suyo (4), y que el color de la ((púrpura de Casio» es producido precisamente por las par­tículas infinitesimales de oro metálico disemina­das en la masa líquida. Más tarde, en 1857, FARADAY (1791-1867) publicó los resultados de numerosas investigaciones suyas sobre la relación del oro y de otros metales con la luz (5), en las cuales investigaciones procuró realizar las ex­periencias en condiciones tales, ((que las partícu­las del metal reducido se diseminaran en toda la masa del líquido y la comunicaran su color». Ensayos analíticos probaron a F ARADA Y que. ((para producir una bella coloración rosa-rubí, es suficiente una cantidad de oro que, aglomerada

en una sola masa, no ocupaba parte 700,000

del volumen del agua en que estaba en sus­pensión».

Tanto FARADAY como R l C H T E R habían ob­servado que, bajo la influencia de las sales, sobreviene fácilmente la precipitación de las par­tículas de oro. Este hecho fué también obser­vado por GRAHAM, sin relacionar los fenómenos por él observados con los estudiados por los an­teriores ; pero, de todos modos, concluyó que (dos coloides, aun cuando sean solubles en gran­des iproporciones, no están contenidos en las soluciones coloidales sino en proporción débil, y de ellas son, en general, expulsados o precipi­tados por la intervención de cualquiera substancia extraña». De modo que, desde el punto de vista histórico, los coloides flúidos de GRAHAM, la púrpura de Casio estudiada por R l C H T E R y el oro reducido de FARADAY, son elementos de una misma serie de cuerpos, que presentan al­gunas propiedades comunes, de las que las más saliente es la precipitabiliidad por la acción de los cristaloides.

Otro experimentador, FRANCISCO SELM1 (1817-1881), había fijadq también su atención sobre

(4) Richter.—Ann. Phys. et Chim. I serie. T . X X V . (5) M. Faraday : «Phiíophical transaccions», 14-1857,

páginas 145-407-539.

las soluciones coloidales, particularmente la de azul de Prusia, la de azufre y las de otros cuerpos, observando la diferente manera de com­portarse con respecto a las soluciones, por un lado, y a las emulsiones, por otro. Designó a tales soluciones con el nombre de «pseudosolu-oiones» o ((soluciones aparentes)), y expuso sus observaciones en varios escritos (6), con los que ¡lustra acertadamente muchas propiedades de los coloides, coincidiendo en su mayor parte con las obseívaciones más reoientes de otros autores. Los estudios iniciados en seguida sobre la tensión de los vapores de las soluciones coloidales, sobre la elevación del punto de ebullición y sobre el descenso del de congelación del dsiolvente, por varios autores, han hecho surgir diferentes hipó­tesis sobre su estructura, considerándose por unos como suspensiones y por otros como soluciones verdaderas de peso molecular extremadamente grande. La cuestión fué resuelta, puede decirse que definitivamente, por el descubrimiento del ultramicroseopio (1903) hecho por H . S lEDEN-TOPF y ZsiGMONDY, utilizando el fenómeno de TlNDALL. Por medio de este aparato, pueden verse las imágenes de las partículas en suspen­sión en los líquidos coloidales, como se ven brillar los corpúsculos de polvo atmosfériico en un rayo de sol que peentra en una habitación obscura. Se concluye de aquí, que las soluciones coloidales son sistemas heterogéneos, que pueden definirse así : estados intermedios entre las suspensiones o dispersiones mecánicas y Jas soluciones o Jrs-persiones moleculares, que pueden considerarse como dispersiones micelares. (7)

El nombre de micelas adoptado para designar los agregados moleculares mantenidos en saispen-sión por la viscosidad del disolvente, fué pro­puesto primero por NAGEL1 (8), quien, en 1858, hizo observar que la smás pequeñas partículas constituyentes de los cuerpos organizados y de los coloides no son moléculas químicas, sino edi­ficios moleculares complejos, resultantes de la agrupación ¿€ moléculas, idénticas o no, sin des­trucción ni condensación. A tales formaciones las llamó micelas, y otros autores (MALFITANO, RUS-SEMBERGER, etc.) adoptaron este nombre para designar las partículas o gránulos coloidales, que se parecían por sus propiedades a las micelas de NAGELI, por lo cual, en la química moderna.

(6) F . Selmi : «Studi intorno al pseudo soluzioni degli azurri de Prusia». «Nuovo annali di sciencie natu-rali». tomo V I H , pág. 104, Bolonia, 1847.

(7) W. Kopaczewski '• «Theorie et pratique des co­loides en biologie et en medicine».—(París, Vigot Fre-res, 1923).

(8) C . V . Nageli y S. Schwendener : «Das mikros-kop». 1877.

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se ha convenido en llamar así a las células de las soluciones coloidales, células capaces de evo­lucionar, ya que los coloides pasan lentamente de un estado dinámico a otro de equilibrio, des­truyéndose en esta evolución la individualidad de la m cela y privándola de sus elementos cons­tituyentes, esto es, de su carga iónica y de con­tacto, sin la cual no puede existir. En una pa­labra, adoptando la misma expresión de GRAHAM, la complejidad físico-química de la mi cela es el principio mismo del coloidismo. (9)

Las soluciones coloidales presentan presiones osmóticas, pequeñísimas, pequeñísimos descensos del punto de congel ación y elevación del de ebullicióin del disolvente, que algunos autores, como hemos dicho, venían atribuyendo, en rela­ción con ila ley de VAN T'HOFF, a un peso molecular elevadísimo (Teoría de las soluciones), y otros a vestigios de electrolitos (Teoría de las siuspensiones). En el día, como hemos visto, se propende a la segunda hipótesis, no sin admitir que las soluciones coloidales son un gradual paso entre las suspeinsiones y las soluciones verdade­ras, que puedein aproximarse más a unas o a otras, según el grosor de las partículas dispersas en Ig masa. (10)

Una suspensión o una solución (verdadera o coloidal) consta de un líquido que se llama me­dio dispersivo, y de una substancia en él dise­minada que se llama parte o fase dispersa. El conjunto del medio dispersivo y de la fase dis­persa se denomina sistema disperso. Cuando se ponen en contacto una substancia sólida con un disolvente, se presentan, en generail, los siguien­tes casos :

1. Difusión espontánea «n el disolvente para formar soluciones cristaloides, dejando o no una parte insolu-ble (cristaloides de GRAHAM).

2. Difusión espontánea en el disolvente para formar soluciones coloidales, pudiendo quedar parte no difundida.

3. Existen otras substancias que dan con unos disolventes soluciones cristaloides, y, con otros, coloides. En la mayoría de estas substancias, la formación de la solución coloidal puede asimilarse a una reacción química entre la substancia soluble y el disolvente, que lleva a la formación de un compuesto prácticamente insoluble en el medio (véase al principio la formación del Na Cl en benzol). Por esto, las substanoias de la primera clase pueden llegar a formar soluciones coloidales

(9) C . Robiere : «Recherches experimentales sur quel-ques Hydrosols a micelles argentiques>) (Macón, Protat r reres, 1918), pág. 39.

(10) /. Guareschi : «Enciclopedia genérale di chimi-ca». Vol. X I I , pág. 48 (estado coloidal).

en medios en que no son solubles ; pero los re­siduos obtenidos por desecación son incapaces de dar nuevas sóluoiones coloidales (Coloides irre­versibles). Las substancias de la segunda clase forman, por el contrario, soluciones coloidales reversibles ( I I ) . Los coloides, por lo demás, sean reversibles o irreversibles, presentan caracteres comunes, que sirven para distinguir el estado coloidal del cristlino. En primer lugar, como se ha dicho, la magnitud de las micelas, superior a las moléculas. Como unidad de medida para el diámetro micelar, se usa la y y, que es la millonésima de milímetro. La magnitud de las micelas está comprendida entre 0,1 y y 100 y y, que corresponde a la longitud de la onda lumi­nosa y, por consiguiente, a la visibilidad extrema en el microscipio, y las fracciones de y y que co­rresponden a la magnitud de las partículas de las verdaderas soluciones, teniendo estas micelas, por tanto, una magnitud entre 40 y y y 0,5 y y, que representa el campo de visibilidad en el ultra­microscopio. ZsiGMONDY ha medido el diámetro de las micelas de oro coloidal (12), y ha en­contrado la de 1 7 y y, en tanto que las del ión hidrógeno no representa más que el 0,87 y. Se comprende, por tanto, que, para retener estas partíoulas sean precisos procedimientos especiiales como la diálisis y la ultrafiltración. La diálisis fué introducida por GRAHAM, y consiste en la utilización de las membranas vegetales, animales o artifiaiales, porosas (13) para hacer pasar a través de sus poros el medio dispersivo, generalmente el agua, reteniendo los coloides y pasando los electrolitos disueltos. La ultrafiltración, adoptada con el mismo objeto por algunos autores, no es más que un caso particular de la diálisis.

Otro de los más salientes caracteres del estado coloidal es la ausenGia, más o menos completa, de la difusión. La velocidad de difusión de los coloides, en efecto, es muy inferior a la que muestran las soluciones mofeculares y particular­mente los electrolitos. El coeficiente de difusión de los coloides típicos es, por término medio, diez veces menor del de la sacarosa, que se di­funde con lentitud, y casi cien veces menor que el de los electrolitos, especialmente los ácidos, que se difunden rápidamente : he aquí un oarácter sencillo y práctico para distinguir un coloide de un electrolito.

Todas las demás propiedades de los coloides

(11) / . Guareschi : «Enciclopedia genérale di chimi-ca». Vol . V I I , pág. 48.

(12) Z . Zsigmondy : «Kolloidehemie. Und ultrami-kroscopie». (Leipzig, 1920, III edición). ,

(13) Malfitano : Comp. rend. 1904, T . C X X X I X , pagina 1.221.

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se derivan de un solo hecho : que las micelas son insolubles en el líquido dispersivo y forman con éste un sistema heterogéneo. Las micelas y el líquido intermicelar no tienen el mismo índice de refracción, y, siendo la magnitud de las mi-celas inferior a la longitud de la onda luminosa, se comprende por qué los coloides difunden la luz y la polarizan. Esto mismo explica el lla­mado fenómeno de T Y N D A L L , que consiste en la laparición de una opalescencia azulada que señala el paso del rayo de luz a través de las solucones coloidales, como si el rayo se difun­diese en la masa líquida. El mismo fenómeno, que puede considerarse fundaimental de la estruc­tura coloidal, nos permite la visión al ultramicros­copio. Un coloide, en efeicto, observado por medio de la ilumiinación lateral sobre fondo ne­gro, laparece bajo el aspecto de corpúsculos lumi­nosos animados de movimientos vivos, y sumer­gidos en «un medio ópticamente vacío. Uno de los caracteres más interesantes del estado coloidal es el moüimiento hrowniano. Ya, en 1827, el botánico inglés R. BRO\VN (1781-1858) había observado estos movimientos rapidísimos y apa­rentemente desordenados, en algunas células ve­getales. El mismo fenómeno ofrecen al ultrami­croscopio las soluciones coloidales. Los puntos luminosos están dotados de una incesante e intensa agitación ; esto es, presentan el movimiento brow-niano.

Los físicos que han estudiado este movimiento han demostrado que es independiente de la na­turaleza del cuerpo suspenso; que no es debido a la acción del calor, ni a presiones hidrostáticas ; sino que tiene por causa la pequeñez de las par­tículas y el choque de las moléculas del líquido intermicelar.

La agitación molecular, dice PERRIN (14), es­capa a nuestra percepción directa, como el mo­vimiento de las ondas del mar a un observador distante. Pero, si aparece un barco a la vista, el mismo observador podrá ver una ondulación de éste, que le revelará la agitación que no podía sospechar, c No es de suponer que las partículas infinitisimales se encuentran en un lí­quido semejante, y que, aunque sean bastante grandes para ser vistas al microscopio, sean lo bastante pequeñas para ser agitadas por los mo­vimientos moleculares? El mismo autor, obser­vando que los electrolitos no tienen influencia sobre la intensidad del movimiento browniano, saca la consecuencia de que este movimiento no está influenciado por la energía eléctrica. Otros

observadores, sin embargo, disienten de PERRIN en este último punto. A tal propósito puede ad­vertirse que si la energía eléctrica no tiene rela­ción con el movimiento browniano, existe una carga eléctrica de las micelas, procedente proba­blemente de dos manantiales : la electriización por contacto, y la absorción por los iones. Sobre la diférente carga de las micelas, se funda la distinción de los coloides en electropositivos y electrenegativos. Y si se hace atravesar por un coloide una corriente eléctriica de débil intensidad, las micelas se agrupan hacia el cátodo o hacia el ánodo, según la naturaleza eléctrica del coloide.

Entre los caracteres del estado coloidal, son también de notarse : la ausencia de las reacciones químicas características del elemento, cuando éste se encuentra disperso, y la diferencia bien pa­tente del espectro de absorción.

Todas las propiedades citadas son comunes a todos los coloides ; pero entre éstos se distinguen fácilmente dos clases, que, iindependientemente de la mayor o menor dispersión, presentan dife­rencias capitales : Considerando los coloides como sistemas heíerogéneos (15) de L (líquido) + S (sólido) y de L + L (líquido + líquido), los que oertenecen a la primera clase ( L + 8) vienen llamándose suspensoides y los de la segunda (L + L) emulsoides, por la analogía que ofrecen, los primeros, con las suspensiones groseras, y, los segundos, con las emulsiones. Los primeros pueden separar un finísimo polvo sólido con la centrifugación, y, además, no varían del todo o casi no varían la tensión superficial ni la interna (16) del medio dispersivo puro. A l ultramicros­copio, se aprecian las partículas brillantes, y, por último, son precipitados de los líquidos coloides por vestigios de electrolitos, y, después de la precipitación, no vuelven más, en general, a su estado coloidal. Los emulsoides (por ejemplo: solución de gelatina o de agar-agar) aumentan, por el contrario, aun en mínimas concentraciones, la tensión interna y varía también mucho con los cambios de temperatura. Otra característica es la de dar, agitados con gases, espuma muy estable. Esta propiedad parece ser absolutamente carac­terística de los emulsoides y no de los suspen­soides. A l ultramicroscopio presentan solamente una iluminación del campo visual, sin que, Ordi-naríiamente, sean visibles las partículas. Y , por último, para obtener la precipitación de los emul-

(14) / . Perrin : «Die brownsche Bewagung. (Dres-den, 1910).

(15) Freedlander : Zeit. fur physik. Chem. 1901. (16) Regla de las fases : la suma del número del

grado de libertad o de variación y del número de las fases de un sistema igual al número de los componentes aumentado en 2,

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soides por las sales, es necesario recurrir a con­centraciones grandes de éstas.

Bajo la influencia de algunos factores, los cmulsoides pasan al estado sólido o semisólido (líquidos de gran tensión interior). Estos emulsoi-des se llaman ahora geles, en oposición a los que se presentan en estado líquido, que se llaman soles (hidrosol, alcoholsol, étersol, etc.). Sería inexacto creer que existe una barrera entre los geles y los soles, porque .las fases de paso de los unos a los otros son casi insensibles, como puede apreciarse en el engrudo de almidón, etc. El estado de gel ofrece dos fenómenos impor-taintísimos y recíprocos entre sí, que son el hin-chamiento y la contracción. El hinchamiento con­siste en la absorción de agua por los geles des­hidratados. La fuerza de esta absorción es tal, que los egipcios la utilizan para hendir las rocas, interponiendo en sus huecos troncos secos que, después, se bañan (17). El fenómeno recíproco es la contracción, ya observada por GRAHAM, que consiste en La contracción del gel con separa­ción de parte de su líquido. Este fenómeno se observa, por ejemplo, en la separación del suero del coágulo sanguíneo. Tanto el hinchamiiento como la contracción tienen grandísima importan­cia, especialmente para el estudio de. los procesos biológicos.

Si mezolamos un coloide con otro de signo eléctrico contrario, la intensidad de la carga varía y, por suficiente adición, puede variar también el signo de la misma carga. Así, por ejemplo, si al hierro dializado se le añade, para estabilizarle, un coloide negativo (engrudo de almidón, goma, gelatina, etc.), la mezcla' resulta, si se añade suficiente coloide negativo, hasta electronegativa. Y análogamente, los coloides negativos aumentan la iintensidad de la carga negativa de los coloides del mismo signo con que se mezclan para esta­bilizarlos.

La acción de los coloides entre sí y la de los electrolitos sobre los coloides, puede resumirse en cuatro fenómenos : estabilización, floculación, coagulación y adsorción. La estabilización, im­portantísima especialmente en los preparados te­rapéuticos de metales coloidales, consiste en la adición al suspensoide de un emulsoide apropiado, que dificulta la precipitación de la parte dispersa, por la gran viscosidad que confiere al líquido dispersivo, permitiendo la adición de electrolitos sin que éstos provoquen la precipitación.

La floculación se distingue claramente de la precipitación química, y los modernos autores la distinguen también de la coagulación. Es una

palabra de reciente introducción en la química, que designa la precipitación de las partículas de un suspensoide. Podría preguntarse por qué un sol coloidal, por ejemplo, de oro, que tiene una densidad cerca de veinte veces mayor que el agua, no precipita espontáneamente. Es que la enorme superficie de las micelas se opone a esta floculación. Considerando las micelas como esfé­ricas, para un coloide cuyas micelas tengan un diámetro de I y y, la superficie total de éstas, en ua 0,524 c /m/c , puede calcularse er 31,400 m/2 ; para un número de micelas de 1024, ZsiG-MONDY y KlRCHNER han calculado que el oro coiloidal diseminado a 0,05 gramos por c /m/c, ccntiene cerca de 1015 micelas por litro, con una superficie total de 625 m/2 por milímetro cúbico de la suspensión (18). Por consiguiente, para que la floculación se produzca, es necesario que esta superfiicie dimsinuya. El principal factor para obtener esta disminución es la' tensión superficial , ccnirabalanceada por la repulsión electrostática de las micelas y por la viscosidad del medio. Aplicando la fórmula de STOKES para la velo­cidad de sedimentación :

V 6 z n r

(17) Kopaczewski : obra citada en la nota 7.

en la cual V representa la velocidad, F la fuerza que incita a caer a las partículas esféricas, de radio r y deinsidad d, en un medio de viscosidad

e y densidad 8, y en la cual fórmula F = y - r* (d—6 = g) (g es 'la acción de la gravedad). REBIERE.(19) ha calculado el tiempo que tar­daría un hidrosol de plata en precipitar espontá­neamente, baj-o la sola influencia de la fuerza F, y ha encontrado que una partícula de plata de 10 de radio, situada en un hidrosol a 10 c/m/c del fondo del vaso, empleará 13,500 horas, o sea casi 19 meses. Esta floculación se acelera enor-memente por la acción sobre los suspensoides de los electrolitos, los cuales actúan, según ha dé­me strado PERRIN, en razón de su valencia y de la carga eléctrica que poseen, actuando los anio­nes sobre los coloides positivos y los cationes sobre los negativos. El producto de la flocula­ción, que, por analogía con el de la coagulación {coágulo), podrá llamarse flóculo, puede resultar indispersible, pero a veces se dispersa en el exceso del cuerpo floculante. En algunos casos, generalmente en los emulsoides, la floculación toma un aspecto particular : las micelas, en vez de formar masas irregulares, presentan una es-

(18) Physique de Chwoison (Henry et Mayer). Tomo I, fase. 3. pág. 724. (París, 1907).

(19) G . Rohiere : obra citada en la note 9.

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tructura, por decirlo así, orgánica. Este es el fenómeno que se llama coagulación, la cual se distingue de la floculación también en que, si bastan cantidades relativamente pequeñas de elec­trolitos para provocar la floculación de los suspen-soides, son, por el contrario, grandísimas las necesarias para obtener la coagulación de los emulsoides : en este caso, la acción de los elec­trolitos es una verdadera acción desnidi atante. El producto de la coagulación (coágulo) puede, a veces, redispersarse. Este fenómeno se llama pep-tonización, y tiene gran analogía con la diges­tión de .las substancias albuminoideas oor la ac­ción de ilos fermentos. Así, llamaremos preci­pitación al paso al estado sólido de los elec-troliitos disueltos ; sedimentación, al paso al es­tado compacto de las suspensiones groseras, y floculación, al de los soles emulsoides Los fe­nómenos contrarios son, respectivameinte, la so/«-ción, para los electrolitos; la dispersió:t, para los suspensoides, y la peptonización, para los emul­soides. (20)

(Continuará)

(20) Kopaczewski : obra citada en la nota 7.

V a r i e d a d e s

SOBRE LAS PREPARACIONES DE GUAYACOL.—Por E. RUPT y A . V. BRIXEN.—{Arch. de Pharm., tomo C C L X I V , 1926, pág. 698. Por Journ. de Pharm. et de Chimie, 8.a serie, tomo V I I I ,

pagina 173)

El sulfoguayacolato de potasa o Thiocol está constituido por una mezcla de sales monopotá-sicas de los ácidos

O H (i) C H03(2) S D3H (4)

O H (i) OCH3(2) S O^H (3)

I II

La sal del ácido I I cristáliza con dos molé­culas de agua. Algunos productos comerciales, muy solubles, están constituidos en su mayor parte por sales dipotásicas, básicas, de estos mismos ácidos. El producto corriente contiene siempre una pequeña cantidad de sal básica, y, por consiguiente, su disolución, que debía ser ligeramente acida al tornasol, es neutra o débilmente alcalina. Una valoración acidimétrica con el naranja de metilo, permite valorar la sal básica contenida en una muestra. La determina­ción del potasio no suministra datos sobre este punto, porque la sal básica contiene dos molé­

culas de agua de cristalización que reducen la proporción de potasio a la cifra habitual.

El sulfoguayacolato potásico puede ser valora­do en las preparaciones farmacéuticas por colori-metría. Bajo la acción de un diazoico forma, por copulación, una materia colorante soluble en el agua. Los reactivos utilizados son los mismos empleados para la diazoreacción de Ehrlich : se vierten en una probeta 10 c/m/c. de la solución de ácido sulfanílico al 1 por 200, que contenga 5 por 100 de ácido clorhídrico, 5 c/m/c. de nitrito sódico al 1 por 200 y otros 5 c/m/c. de agua destilada. Después de quince minutos de contacto, se añade 1 c/m/c. de una dilución de la preparación estudiada y 20 c/m/c. de amoníaco al 10 por 100 ; se miezcla y se .com­pleta hasta un volumen determinado, por ejem­plo 50 c/m/c. Se opera de la misma manera con una solución de Thiocol al 1 por 1.000, y se comparan las coloraciones resultantes. Puede prepararse una escala colodmétrica, empleando cantidades progresivamente crecientes de la so­lución patrón.

SENSIBILIDAD DE LAS VITAMINAS HIDROSOLU-BLES B A LA DESECACIÓN. — Por MME. L . RANDOUIN y R. LECOQ— (M. Se. Pharmacol,

tomo X X X I V , pág. 129, 1927) La desecación al aire libre hacia los 50°,

modifica de una manera apreciable las vitaminas hidrosolubles H de la levadura de cerveza de destilerías, en tanto que la desecación de la misma levadura, a baja temperatura y en el vacío, permite conservar toda su actividad a las vitaminas hidrosolubles P, aunque otros princi­pios, particularmente la zimasa, son profunda­mente alterados.

El extracto alcohólico de levadura de cer­veza fresca, utilizado como manantial de vitami­nas hidrosolubles P, es mucho más eficaz que el preparado con la misma levadura previamente desecada al aire.

Las experiencias hechas sobre la rata y sobre el pichón, prueban una vez más que estos ani­males se comportan de diferente manera frente a las dos clases de vitaminas hidrosolubles p..

ESTUDIO FARMACODINÁMICO DE LA «ANEMONE PULSATILLA, L». — Por RAYMOND-HAMET.— {Bull. Sc. Pharmacol, t. X X X I V , p. 143, 1927)

La inyección al perro anestesiado de medio a un centímetro cúbico por kilo de animal, de una preparación de Anemone pulsatilla sensible­mente desprovista de alcohol y correspondiendo

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L A F A R M A C I A E S P A Ñ O L A 415

a su volumen de alcoholaturo oficinal, provoca una hipotensión manifiesta, tanto más acentuada cuanto mayor sea la dosis y más rápidamente practicada la inyección.

Esta hipotensión no procede del vago, ni re­sulta de una depresión cardíaca, al menos con dosis débiles, por lo que hay que pensar que es de origen vascular, al menos para las dosis débiles.

La inyección produce, sin embargo, una vaso­constricción renal ligera y fugaz, y no testicular.

Las experiencias realizadas con perros anes­tesiados no permiten afirmar que los efectos tera­péuticos de la anémona no resulten de su acción vasoconstrictora ; sólo las experiencias en animales no anestesiados permitirían fijar su acción farma-codmámica.

Bajo el punto de vista de su toxicidad, una inyección intravenosa de 200 miligramos de ane-monina cristalizada a un perro de 10 kilos, anes­tesiado, ha provocado rápida y definitivamente la paralización respiratoria, bien pronto seguida de parálisis cardíaca.

% de cromo; en el demantoide, que es una variedad verde del granate, con luces como de diamante, procedente de Poldnewaja, cerca de Siserks, en los Urales, encontramos 0,01 por 100 de cromo. Atendiendo a este pequeñí­simo Contenido de cromo, el color verde ha de tener, en ambos casos, otras causas, que procu­raremos averiguar. Por últmo, en la alejandrita, variedad de color verde oscuro del crisoberilo, procedente del ría Takawaja, en los Urales, al Este de Yekaterinburg, no se pudo apreciar la existencia de cromo, dentro del límite de sensi­bilidad del análisis, que es 0,002 %, en peso, y también para este mineral queremos efectuar más experimentos, encaminados sobre todo a de­terminar cuantitativamente el hierro divalente y trivalente.

EL COLOR DE LAS PIEDRAS PRECIOSAS.—Por el Dr. ARRIEN JOHNSEN, Profesor de la Uni­versidad de Berlín.—(De Ingestigación y Pro­

greso, num. 10, pág. 80) El color de las piedras preciosas ofrece el

mismo problema que el color de los minerales en general. Hay que distinguir entre color pro­pio y color extraño, o minerales idiocromáticos y alocromáticos ; la malaquita, por ejemplo, es idiocromática porque su coloración verde depende de los iones de cobre divalentes que constituyen parte integrante de su composición química ; por el contrario, las diferentes variedades de colora­ción del cuarzo, como el cuarzo ahumado (pardo), la amatista (violeta), el cuarzo citrino (amarillo), el cuarzo rosado (rosa), se consideran como alo-cromátiioas. El comprobar la presencia de un pigmento extraño ha sido, hasta ahora, imposible en muchos casos, debido a su pequeñísima can­tidad. En el cuarzo rosado de la Selva de Ba-viera, pudimos comprobar, por análisis químico, de 0,00029 a 0,00035 %, en peso, de man­ganeso, mientras que el cristal de roca (el cuarzo incoloro) resultó libre de manganeso, hasta el límite de sensibilidad del análisis, que es 0,00004 %, en peso.

Se investigaron luego tres especies de piedras preciosas verdes (la esmeralda, el demantoide y la alejandrita), para averiguar si estaban teñidas por el cromo. Del análisis químico, resultó: que la esmeralda de Muso, en la República de Co­lombia, de donde vienen las mejores esmeraldas,

Formulario variado INSECTICIDAS DE A P L I C A C I O N EN

A G R I C U L T U R A (De E l Noticiero Farmacéutico, pág. 131) EMPLEO DE . LOS COMPUESTOS ARSENICA-

LES.—A base de arsenito de cobre —Prepá­rense los tres solutos siguientes :

I.—Agua 50'000 litros. Sulfato de cobre 2'000 kilos.

II.—Agua l'OOO litros. Arsenito sódico.. 0'150 kilos.

III.—Agua 50'000 litros. Cal viva l'OOO kilos.

Viértase primeramente el sulfato y después la cal en el arsénico.

Resulta un líquido de coloración verde.

Arseniato de plomo.—Prepárense los dos si­guientes solutos. I.—Agua 10'000 litros.

Arseniato sódico cristalizado. 0*475 kilos. II.—Agua ÍO'OOO litros.

Acetato neutro de plomo 1 '050 kilos. Viértase el soluto de acetato en el de arsé­

nico, hasta que un papel impregnado de un soluto de ioduro potásico al veinte por ciento, se vuelva ligeramente amarillo.

La mezcla se diluye en agua, hasta formar una masa total de cien litros.

Caldo a base de arsenito ferroso.—Prepárense las siguientes soluciones :

I.—Agua lO'OOO litros. Arseniato sódico 0'200 kilos.

I I ._Agua lO'OOO litros. Sulfato ferroso 0'300 kilos.

416 LA FARMACIA ESPAÑOLA

Viértase al soluto de sulfato ferroso en el de arsénico, y agítese briosamente. La adición debe verificarse por porciones, hasta que, mojado un papel impregnado de ferrocianuro potásico en el líquido, se colorea de azul.

No debe añadirse un exceso de solución fe­rrosa, porque se quemarían las hojas de los ve­getales bajo la acción del preparado.

OTROS INSECTICIDAS

A base de cloruro bórico : Agua lOO'OOO litros. Cloruro bárico 2'000 kilos. Azúcar de melaza 2 000 » Disuélvase primero el cloruro bárico, y des­

pués la melaza, calentando ligeramente el so­luto.

Caldo Laborde, a base de resina de pino : Agua lOO'OOO litros. Resina de pino I'500 kilos. Sosa cáustica 0'200 » Amoníaco 1 '000 » Acetato de cobre O'fOO » Debe aplicarse en tiempo seco y cálido, sobre

plantas en plena floración.

Caldo bordelés, a base de polisulfuros : Agua lOO'OOO litros. Sulfato de cobre I'500 kilos. Cal viva. 0'250 » Polisulfuros I'OOO » Se prepafa como el caldo bordelés corriente.

Caldo borgoñón, a los polisuljmos : Agua lOO'OOO litros. Carbomato de sosa anhidro. 0'500 kilos.. Sulfato de cobre I '500 » Polisulfuros I'OOO »

Solución insecticida, a base de jabón : Agua I'OOO litros. Jabón negro 0'500 kilos. Disuélvase el jabón en el agua hirviente. En el acto de emplear el preparado, se diluye

en agua, hasta formar 25 litros -de producto.

Emulsión de jabón y petróleo : Agua de lluvia lOO'OOO litros. Jabón negro 3'000 kilos. Petróleo 3'000 » Disuélvase el jabón en el agua calentada,

añádase el petróleo, agítese la masa-, y diluyase con más agua, hasta formar un total de 100 litros.

Solución de resina de pino.—Esta fórmula, debida a Laborde, se prepara de la manera «i guien te ;

Agua lOO'OOO litros. 1*500 kilos." 0'200 » I'000 »

doble de su peso

Resina de pino Sosa cáustica Amoníaco Caliéntese la resina con e

de agua, conteniendo la sosa cáustica disuelta. Añádase otra cantidad de agua igual a la pre­cedente, fíltrese a través de una tela clara, añá­dase el amoníaco y viértase el resto del agua.

Emulsión de jabón y aceite pesado de hulla.— Esta fórmula es debida a Langlois y se prepara como sigue :

Agua 94'000 litros. Aceite pesado de hulla 5'000 kilos.

' Jabón blando I'OOO » Disuélvase primeramente el kilo de jabón en

tres litros de agua hirviente, añadiéndole por porciones, agítese briosamente e incorpórese poco a poco el aceite pesado, para obtener una emul­sión. Agréguese por fin todo el resto de agua.

Zumo de tabaco.—El zumo o extracto de ta­baco, se expende de una concentración compren­dida entre 12 a 15 grados. Es un insecticida de primera fuerza, y se administra en las fórmulas siguientes :

I.—Agua lOO'OOO litros. Extracto de tabaco I '000 kilos. Jabón negro 1 000 » Carbonato sódico 0'200 » Alcohol desnaturalizado 0'900 »

Disuélvase el jabón en el alcohol, el carbo­nato sódico en el agua, méxclense ambos solutos, disuélvase el extracto en el total.

II.—Agua lOO'OOO litros. Jabón negro 2'500 kilos. Extracto de tabaco...... r500 »

Disiuélvase priimerameñte el jabón en algunos litros de agua calieinte, añádase el agua restante y el extracto de tabaco.

El jabón puede substituirse por 300 gramos de ' sosa cáustica.

Los vegetales tratados con estos preparados, deben lavarse, por rociadura, con agua clara, al día siguiente de la aplicación.

Lechada de cal.—En un recipiente de ma­dera, un barreño u otro parecido, hágase una lechada con

Agua 30'000 litros. Cal viva 20'000 kilos. Déjese enfriar, y cuando toda la cal está ex­

tinguida, se añaden a la lechada Agua 80'000 litros. Cuélese a través de un tamiz de mallas de

L A F A R M A C I A E S P A Ñ O L A 417

un milímetro, aplastando los grumos, y se agre­gan al líquido :

Agua, cantidad suficiente hasta completar 120 litros.

Solución de pelitre.—Esta fórmuli, debida a Dufour, se prepara como sigue :

Agua 90'000 litros. Pelitre en polvo l'^OO kilos.

Añádase a la mezcla : Agua lO'OOO litros. Jabón negro...... 3'000 kilos.

Disuélvase en caliente. X . X . X .

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Crónica profesional

EL PROYECTO DE BASES PARA UNA LEY DE EJERCICIO DE LA FARMACIA : LA EXCLUSIVIDAD DEL MANEJO DE LAS SUBSTANCIAS MEDICINALES PARA EL FARMACÉUTICO.—Ocúpanse las bases 6.a, 7.a y 8.a del proyecto aprobado, de deter­minar a quiénes compete la elaboración y dispen­sación de medicamentos, y, como la lógica y la razón dictan y la convenieinciia pública aconseja y la justicia impone, preceptúa la primera de estas tres bases que ((sólo los farmacéuticos, en las Oficinas de Farmacia de su propiedad, po­drán dispensar y vender—'nosotros hubiéramos su­primido el verbo vender—ímedicamentos)), enten­diéndose por tales, según la base 7.a, ((todas las substancias simples o compuestas, inorgánicas u orgánicas, de origen mineral, animal o vegetal, adecuadas para llenar indiciaciones terapéuticas)), e incluyéndose en la exclusiva de dispensaciión por el farmacéutico, por la base 8.a, ((todos aquellos medicamentos que son de uso común en ila Medicina doméstica)), y que no por su más débil acción terapéutica, necesitan menos que los más activos, de uan elección cuidadosa, de una coinservación adecuada y de una dispensa­ción consciente por personas de probada compe­tencia.

La característica de todos los títulos profesio­nales es la exclusividad de practicar las funciones para que el título se crea. Constituyen una de­claración de competencia probada para la fun­ción, que sólo los que están en posesión del título han probado, y el Estado, persiguiendo la garantía y la eficacia de la función, sólo con­cede su ejercicio a quienes han probado esta competencia.

Es, por esto, sencillamente absurda la conce­sión otorgada a los drogueros para vender cier-¡

tas drogas simples para uso terapéutico, ampliada con la de vender especialidades.

La lógica, el derecho adquirido con el título y la conveniiencia pública aconsejan que todo cuanto haya de usarse con fines terapéuticos, esté siempre bajo la vigilancia del farmacéu­tico. Y , seguramente, cuando llegue el día de una razonada revisión de esas absurdas conce­siones, con un criterio sanitario y no mercantil, se impondrá su absoluta supresión.

EL REAL DECRETO DE 13 DE NOVIEMBRE.— Ya tenemos en la Gaceta la disposición tanto tiempo esperada, bastante cambiada de como era en el principio, por efecto de las supresiones, limaduras y enmiendas sufridas en tres años de andar de mesa en mesa, persiguiendo el utópico fin de contentar a todos.

Como ocurre invariablemente cuando tan ideal propósito se persigue, es lo probable que el Real decreto no haya contentado a nadie : que los farmacéuticos titulares le estimen anodino, y los otros funcionarios sanitarios invasor de sus atri­buciones, y los Ayuntamiéntos coartador de sus facultades autónomas.

Encontramos justificado que no haya satis­fecho por completo a los farmacéuticos titulares, que esperaban de esta disposición la total repa­ración de las injusticias de que han sido víc­timas desde la promulgación del Estatuto muni­cipal ; pero sería injusto no reconocer que es el punto de partida para el logro de esas ansiadas reparaciones; que fija en términos precisos y concretos la función sanitaria del farmacéutico, que sólo vagamente establecía el artículo 43 del Reglamento de 4 de febrero de 1905 ; que enmienda algunos preceptos de los Reglamentos de Empleados y de Sanidad Municipal que los farmacéuticos titulares consideraron perjudiciales, y que opone un serio obstáculo a la creación de las farmacias municipales, reputadas perjudioialí-

LA FARMACIA ESPAÑOLA

simas por la clase farmacéutica.—Nuestro cri­terio diverge en este punto del de la mayoría.—-

Estos beneficios y otros que pueden derivarse del Real decreto del 13 de noviembre, quedarán más patentes en el Reglamento que ha de dic­tarse para su aplicación ; pero, sin embargo, procuraremos puntualizarlos con una breve glosa del Real decreto.

Lo primero que en él resalta es una cierta desproporción entre lo que su exposición pro­mete y lo que su parte dispositiva preceptúa. Y es que el traje fué hecho a la medida; pero la posterior reducción del cuerpo que había de vestir, hízole ya demasiado holgado, a pesar de los cortes y reducciones que también debió sufrir.

Queda bien fijada en el artículo 1 .0 la funcióa sainiítaria que compete al farmacéutico : reconoci­miento y análisis de todas la ssubstancias alimen­ticias, excepto la inspeción de carnes, etc., se­gún preceptúa el artículo 10 del Real decreto de 22 de diciembre de 1908. (El Real decreto dice el de 14 de septiembre de 1920; pero éste se refiere a las instrucciones técnicas sobre las condiciones que deben reunir los alimentos .y no a la delirratación de atribucioines de los inspectores. Creemos que ha habido una expli­cable confusión). Y estimamos que las mismas funciones que en el citado Real decreito de 22 de diciembre de 1908 se atribuyen a los peritos-químicos, pueden servir de base para el detalle de la función de los farmacéuticos titulares.

Entre la obligación que corresponde a los Ayuntamientos de facilitar el material necesario y la dificultad de conseguir que la cumplan, el Real decreto ha elegido un término medio muy discreto, disponiendo que los farmacéuticos titu­lares utilizarán para la práctica de su función el material que les proporcionen los Ayuntamien­tos, y, en su defecto, el de que ellos mismos dispongan. Y estamos seguros de que tratando la cuestión hábilmente y probando la eficacia de servicio, en muchos casos los farmacéuticos con­seguirán interesar a los Ayuntamientos en la ampliación del material.

Muy plausible es la ratificación establecida por el, artículo 2.°, del precepto de que no se consienta más forma de retribución del servicio farmacéutico de la Beineficencia, que el pago de recetas. Aunque es posible que algún interés particular resulte con esta práctic» perjudicado, es lo justo.

También perjudicará intereses particulares-en mayor número seguramente—el precepto esta­blecido por el artículo 3.", ratificación de la disposición 7,a de la Real orden del 18 de abril de 1905, que concede derecho a todos los

farmacéuticos establecidos en una localidad, sean 5 no ititulares, para despachar las recetas de la Beneficencia. Pero es una atención debida a los 'nfermos pobres la de facilitarles el servicio y •acuitarles para la elección de sus farmacéuticos.

Echamos de menos en el artículo 4." la ex­presa indicación de que, cuando los Ayuntamien-los de diez mil o más habitantes no sostengan laboratorios, quedan obligados, como los de me-

or población, al nombramiento y pago de far-nacéuticos titulares. Esperamos la aclaración en 1 Reglamento.

El artículo 5." preceptún que las farmacias Tiunicipales establecidas al promulgarse el Real decreto, se regirán por el Reglamento que, a Lal efecto, se dicte. Respetamos el silencio que guarda sobre la posibilidad de instalarlas en lo sucesivo, cuya causa conocemos, y nos confor­mamos con la expresa condenación que de ellas hace la exposición.

Determina el artículo 7.° quiénes han de for­mar el Cuerpo de titulares, y no cabe criticar lo que a tal fin dispone. Con mayor amplitud o con mayor restricción, era necesario hacer esta determinación, sin poder fundamentarla en razo­nes positivas, sino en apreciaciones arbitrarias, que siempre parecerían demasiado estrechas a los excluidos y demasiado amplias a los distintos grupos incluidos.

El precepto del artículo 8.° referente al in­greso en el Cuerpo, corresponde a lo que se ha venido solicitando y a lo que se practica en todos, y, establecido el ingreso por oposición, puede hacerse la provisión de plazas por concurso, como dispone el 9.°.

Y , por último, nos parece muy bien la crea­ción de un Negociado afecto a la Jefatura de Servicios farmacéuticos, para la custodia del ar­chivo y consulta de cuantos asuntos afecten a los titulares farmacéuticos, de preferencia a la Asociación propuesta en el párrafo segundo del artículo 107 del Reglamento de empleados.

La duplicidad de asociaciones de los mismos individuos, no conduce más que a suscitar com­petencias de jurisdicción y dualidad de gestiones, enconadas siempre por vanidades y personalis­mos, que destrozan más que organizan.

Véase el ejemplo de la clase veterirfaria, que ha necesitado que, de Real orden, se la im­ponga la refundición de todas sus asociaciones en una, que, asobre la base de los Colegios oficiales)), comprenda todos los fines económicos, profesionales, benéficos y culturales de la clase veterinaria. {Gaceta del 13 de noviembre).

Se notan en el Real decreto que glosamos algunas omisiones, que, por estar enterados de

LA FARMACIA ESPAROLA 419

su causa, nos permitimos la oficiosidad de jus­tificar.

Faltan nuevas bases para la clasificación de partidos, menos complicadas que las dictadas por la R»al orden de 18 de abril de 1905. Se es­tablecían en el primitivo proyecto, y, en rela­ción con ellas, se establecían también dotaciones más elevadas. Pero unas y otras fueron supri­midas en una de las podas sufridas por el pro­yecto.

Falta también en el Real decreto la declara­ción de autoridad sanitaria del farmacéutico titu­lar, análoga a la que se ha otorgado a médicos y veterinarios ; pero ha de tenerse en cuenta que el Real decreto está redactado hace tres años y estas declaraciiones son recientes.

Y damos por terminada nuestra breve glosa con un consejo a los farmacéuticos titulares. Si de verdad quieren intervenir en la Sanidad mu­nicipal y recobrar con esta intervención pres­tigios y derechos, el Real decreto les da sobrado motivo para una intervención gallarda, y para probar sus buenos deseos y su competencia, jus-tiicatlvos en su día de derechos que nadie podrá negarles cuando los hayan conquistado en buena lid.

No hay que esperar para marchar a que se nos dé hecho un camino llano; hemos de apro­vechar todas las trochas y veredas que se nos ofrezcan, y desbrozarlas y hacerlas practicables con nuestro esfuerzo. El triunfo en la vida es de la audacia, de la diligencia, de la laborio­sidad, y el que se sienta al borde del cam no en espera del vehículo apropiado para continuar la marcha, se expone a que, cuando éste llegue, hayan alcanzado la meta los que marcharon an­dando, que así aumentaron el mérito del triunfo, con la consideración de que le debieron a su exclusivo esfuerzo.

IMPUDOR INTOLERABLE.—Las últimas sesiones del Colegio oficial de Farmacéuticos de Madrid no se han distinguido por la elevación de sus discursos.

Con motivo de la entablada para fijar el cri­terio que ha de dictar la información a la Comi­saría Sanitaria sobre \a reglamentción de socie­dades, se han dicho atrocidades respecto a cómo cumplen algunos farmacéuticos sus deberes pro­fesionales, y se ha sentado como principio incon­cuso la claudicación ante la necesidad.

Ya sabemos que no es la rigidez de los prin­cipios morales lo que distingue a esta Sociedad, prostituida por el culto al dinero ; pero es falso que el mal tenga la intensidad y la extensión

que esos Epicuros modernos le atribuyen, y me­nos entre la clase farmacéutica.

Ni es lugar adecuado para regodearse en la exhibición de esas repugnantes lacras una cor­poración que tiene como fin principal la morali­zación del ejercicio profesional, a menos que se haga en forma de acusación concreta, para imponer al culpable o culpables las sanciones deb:das. En tono de fenómeno natural, relatado ante la indiferencia de los unos, el asentimiento de los otros y la repugnancia callada de los demás, no puede tolerarse sin que caiga sobre la clase que lo aguanta una ola de ignominia.

La piedad y la comprensión de las debili­dades humanas pueden dictar y dictan a la con­ciencia más severa la justificación del culpable ; pero toda conoiencia honrada, aun la más pia­dosa, ha de oponerse a la justificación general del delito y condenarle con la mayor severidad.

De esa justificación general del delito con la necesidad, a la pérdida completa del sentido mo­ral, sólo hay un corto paso. Los que no posean principios morales firmes o estén en el período de formación de su conciencia profesional—y son muchos los jóvenes que ahora asisten a las se­siones del Colegio—y oigan a personas de cierto prestigio justificar todas las claudicaciones con la necesidad, lo considerarán todo lícito, si esta necesidad lo requiere. Y la necesidad, que es para unos el mendrugo de pan indispensable para sostener las energías vitales, alcanza para otros los límites de la vida más fastuosa y regalada.

No ; en un Colegio de farmacéuticos, no pue­den decirse esas cosas sino en el sentido de una severa condenación, y seguidas de una sanción para los culpables.

Y ha de inspirarse a sus individuos la idea de oue la pureza y la perfección del ejercicio profesional, ha de extremarse hasta el heroísmo, respondiendo así al sentido humanitario que in­forma nuestra profesión, que, si así no responde, no merece más que el desprecio y la burla de que con tanta frecuencia nos dolemos.

J. P. FRANCO

Un episodio de la vida de Carracido

El ilustre escritor y académico, Sr. Gutiérrez Gamero, evoca en una de las interescuites in­formaciones de uLa España de ayer», que viene publicando La Libertad, el siguiente recuerdo de Carracido, que transcribimos para delectación de nuestros lectores :

420 L A F A R M A C I A E S P A Ñ O L A

De estos pensamientos me sacó Valero de 1 ornos para presentarme a un joven de vein­tidós años que se llamaba José Rodríguez Ca-rracido. Un galleguito de mediana estatura, del­gado, respetables narices, cara sonriente, hablar meloso y nada ((pisaverde«, antes por el con­trario vestido con un traje que no se parecía a los que usaba el Petronio madrileño de aque­llos años. Iba a dar una conferencia en el Ate­neo, acerca de cosas científicas, y como en el susodicho centro cultural varios amigos for­mábamos numeroso grupo, , un poco intransi­gente con los llegados de fuera, llenos de pre­sunción provinciana, le parecía al neófito, como medida útil, poinerse bien con una fuerza que, aplaudiendo o censurando, siempre con algún bullicio (al fin gente moza y alentada), le podría servir y empujar.

No era preciso ser un lince para percatarse lo que aquel muchacho valía. Ligeramente, nos habló del programa de su discurso; en lo to-cante al apoyo que de nosotros esperaba estuvo sumameinte hábil, sin pordioseos ni vanaglorias, y tanto Juan Valero como yo sacamos el con­vencimiento de que el galleguito, melinuo y sutil, llegaría a ocupar un alto puesto en la ciencia española. Le auguramos un triunfo en el Ateneo, y así fué. Admirable facilidad de palabra, sin rozamientos ni vacilaciones, siempre con acento suave, matizado con el dejillo de su tierra, que le hacía más insinuante (nunca pudo -desprenderse de él), y una imaginación viva, permitente de dar galanura al estilo puro castellano, y, al par de estas facultades, meri­diana claridad para exponer cosas abstrusas e intrincadas a la generalidad de cuantos le escu­chábamos. No mi grupo, - sino el Ateneo en masa, tributó a Carracido el aplauso de que era merecedor.

—¿Ustedes han visto qué muchacho éste? ¡ Si es una maravilla cómo habla y cómo pien­sa !—decía en un corro Moreno Nieto, que en punto a ser orador claro y fácil (los taquígrafos apenas podían seguir su palabra, casi eléctrica) se las podía apostar con el más ((verborreante».

Por lo que a mí toca, di un abrazo a Carra­cido, y así «ellamos una amistad que sólo pudo cortar su muerte.

Muchas veces me reuní con él en el Ateneo, cuando éste se hallaba en la calle de la Mon­tera, hasta que diferentes caminos ños alejaron ; pero siempre que en aquél había sesión de re­sonancia nos juntábamos, ya inscrito Carracido en el grupo de mis amigos.

Ees problemas profesionales Vistos por una neífiia

ó , v VOLVEMOS AL PALENQUE.—Dos meses de

silencio son pena demasiado cruel para una mujsr que arde en deseos de desatar su pluma para decir unas cuantas que ella estima verdades ; pero la reseña y los comentarios de la Asamblea exi­gían el mayor espacio posible, y hubo necesidad de sacrificar algunos originales, que, como era natural, fueron los menos interesantes y de firmas menos prestigiosas. Y conste que no hay la más leve retlcenaia en esta declaración.

Desde que comencé estos escritos, he recibido algunas cartas de aplauso y adhesión, hasta del extranjero. En algunas la cortesía y el felogio se extreman hasta el punto de iniciarse declara­ciones amorosas ; pero todas, todas, son de com­pañeros ya maduros. Ni un sol o. joven ha respon­dido a mi toque de atención. Solamente de la Federación Catalana de Estudiantes Católicos, de Barcelona, viene un amable requerimiento para que LA FARMACIA ESPAÑOLA dedique una sec­ción a los estudiantes de Farmacia, que, con el mayor gusto, abriremos en cuanto tengamos ori­ginal con qué llenarla. Pero, farmacéuticos jó­venes, ni uno solo ha respondido a nuestra lla­mada.

Vamos, pues, a dar un nuevo toque.

JUVENTUD.—En todos los sectores sociales, las juventudes sienten iinquietudes, que se tradu­cen en movimientos reveladores de vida, aunque no en todos los casos sean acertadamente diri­gidos y convenientemente organizados.

En todos los sectores sociales, las juventudes, ante la crisis de las ideas y de las organizaciones, se lanzan audazmente a la palestra para inter­venir en la vida colectiva y aun para empuñar las riendas de su dirección, declarando fracasa­dos—no aiempre con justicia y muchas veces con excesiva ligereza—a los hombres de la gene­ración madura.

Pero esas juventudes que, sacudiéndose la carga del tradicianal respeto a los viejos, irrumpen con bríos arrolladores en la palestra social, no en todos los casos se presentan con el bagaje carac­terístico de la juventud, que puede justificar su audaz pretensión de empuñar el timón de la nave.

Porque la juventud es idealismo generoso, y veo a muchos jóvenes preocupados únicamente del cajón del pan.

La juventud es sensibiilidad hiperestésica, y

LA FARMACIA ESPAÑOLA 421

veo a muchos jóvenes insensibles a todos los estímulos morales.

La juventud es optimismo sano y alegre, y veo a muchos jóvenes rendidos a un pesimismo agobiador, a las primeras dificultades de su marcha.

La juventud es entusiasmo exaltado, y veo a muchos jóvenes invadidos de un desaliento' senil y cobarde.

La juventud es altruista, y veo a muchos jó­venes entregados a un egoísmo feroz e inhumano.

La juventud es limpieza y honradez de con­ducta, y veo a muchos jóvenes utilizar procedi­mientos iind;gnos y tortuosos para triunfar.

La juventud es, en fin, eclosión triunfal de todas las energías y 'de todas las virtudes, al ser­vicio de ideas elevadas y de sontiimientos gene­rosos, y veo a muchos jóvenes carentes de ideas, de sentimientos y de energías, y sin más-, ley de vida que un grosero egoísmo.

Existe, sin embargo, esa juventud culta y en­tusiasta ; animada por un espíritu elevado; an­siosa del ennoblecimieinto de la vida, en una sociedad simceramente fraternal y justa, y existe —estoy convencida—entre las últimas promo­ciones de farmacéuticos.

A esta juventud es a la que llamo con vibrante toque de alarma, para que acuda a su puesto y cumpla su destino, ennobleciendo el ejercicio de la Farmacia y ahogando con sus voces juveniles de audacia y esperanza, las tristes lamentaciones del impotente pesimismo y los sordos gruñidos del repugnante ego"ísmo.

CLARITA DE LA FUENTE

El Centenario del Doctor Rubio

Hay que hacer algo

En una de las informaciones que E l Defensor de Granada viene dedicando al interesantísimo tema del homenaje que se prepara en honor y recordación del ilustre y benemérito farmacéutico D. Juan López Rubio, con motivo de cumplirse, en fecha próxima, el centenario de su natalicio, formula P. Clarines, a uno de sus interviuvados, cata pregunta: «cQué medios emplear, qué re­sortes tocar para que el proyecto de monumento al doctor Rubio entre en ejecución?))

Va para dos años que funciona un Comité eje­cutivo, encargado de los trabajos preparatorios, cuyo programa hubo de trazarse en líneas gene­rales en la Asamblea magna convocada por la Real Sociedad Económica, iniciadora y patro­

cinadora del homenaje, y en la que los elemen­tos sociales que concurrieron, todos de la más alta significación y valía, dieron su conformidad y manifestaron su entusiasmo en pro de la mejor y más brillante realización del pensamiento. For­man el referido Comité, presidido por el sabio catedrático de Ciencias y ex director general de Primera Enseñanza D. Manuel Nachrer, que es también farmacéutico, aunque no ejerce, las personalidades más sobresalientes de los distintos sectores de la vida local. Hay al frente un ges­tor que se llama D. Miguel Pizarro—y su solo nombre es sinónimo de actividad y movimiento—, enamoradísimo de la idea del homenaje; las pruebas de su amor están ahí, patentes, en los números que van publicados de El Boletín del Centenario, que edita la Real Sociedad Econó­mica, y en cuyas páginas resplandecen periódica­mente süs trabajos y sus desvelos, y refléjanse también sus inquietudes. Por otra parte, la clase farmacéutica, a la que perteneció y dió brillo el señor Rubio, inclínase, naturalmente, a pro­curar que' tengan el mayor esplendor y resonan­cia cuantos actos y solemnidades se verifiquen con motivo de la exaltación de una de sus figu­ras representativas.

La Facultad de Farmacia de Granada tiene, en la persona de un miembro del ilustre Claus­tro, su puesto correspondiente en el Comité de referencia, y el Colegio provincial, en la de su. digno Presidente, el suyo respectivo. Esta enti­dad viene promóviendo y solicitando, por medio de su Boletín mensual, sus circulares y sus pro­pagandas en la Prensa diaria y en la profesional, LA FARMACIA ESPAÑOLA especialmente, el apo­yo moral y la cooperación pecuniaria de todos los demás Colegios. Inició la suscripción con 500 pesetas, cantidad desproporcionada a la escasez de sus recursos, y está esperando desde entonces el apetecido auxilio de los otros. Las clases agricultoras y las industrias azucareras, benefi­ciadas, de una manera material, fabulosa en los primeros tiempos, a consecuencia de las inicia­tivas y itrabajos de D . Juan López Rubio, in­tervienen, como es niatural, en los preliminares de la celebración del centenario.

Pues si todos esos elementos que acabamos de enumerair marchan acordes, sin cejar en sus pro­pósitos, tras la consecución del pensamiento tra­zado, ¿qué es lo que origina las dilaciones? ¿ Por qué los retrasos ? Sencillamente porque la suscripción, pese a todos los esfuerzos, no avanza, según acaba de leerse en las listas publicadas en los periódicos locales.

Está, pues, en su punto la pregunta que hace P. Clarines en las aludidas informaciones ¿e E l

422 L A F A R M A C I A E S P A Ñ O L A

Defensor de Granada, y a la que creemos que debe contestarse con una mayor actividad en los Ir abajos y propagandas ; con sonoras llamadas a todas las puertas, repitiendo los aldabonazos donde se hagan los sordos; con arbitrios no ensayados todavía, enderezando la postulación por rutas inexploradas ; con algo, en suma, o mejor una serie de algos que conduzca al fin apetecido. Hay campo todavía. No estaría fuera de lugar, por ejemplo, hacer intervenir a la clase escolar—.ahora en plena actividad, y siempre pronta a sumar su brío y su entusiasmo a toda empresa noble—, instruyéndola primero acerca de la significación y transcendencia de la perso­nalidad y de los hechos conmemorados, y recla­mando, de paso, su prestación espiritual y su ayuda económica. Puede dirigirse una excitación al ilustre Claustro granadino para que tome la iniciativa por su cuenta e interese vivamente la aportación ideal y material del profesorado y alumnos de las Facultades de Farmacia de los tres distritos universitarios de Madrid, Barcelona y Santiago. Tampoco estaría fuera de tino una medalla conmemorativa del centenario acuñada en oro, plata y bronce, para acomodar su adqui­sición a las distintas calidades y circunstanciias de los adquireintes. Otro ingreso lo daría, quizá, la edición de un folleto vendible, o colocable, en el que se historiasen, detallada y documental-mente, la obra y los merecimientos de Rubio.

Por último, no está ensayada, al objeto, la ex­ploración de la tierra de las posibilidades : la América hispana. La repercusión que suelen tener allá todas las vibraciones del alma española; la facilidad con que se funden, a pesar de las distancias, los sentimientos y las ideas de quie­nes pronuncian el santo nombre de Dios con las mismas sílabas y dicen madre con igual acento ; la solidaridad nobilísima que se establece, en todas las empresas culturales, entre los profesio­nales suramericanos y los del solar patrio, y que ha de resaltar una vez más con ocasión del pró­ximo Congreso Farmacéutico Iberoamericano de Sevilla, son circunstanoias propicias todas., que debían aprovecharse para intentar un llamamiento que, acaso, rendiría la contribución de todos los elementos profesionales de habla española.

Cierto que es aventurada la cosa ; tratándose de un -asunto que, si se mira con ojos miopes, no rebasa los límites de un interés local, pudiera dar lugar a que algunos considerasen detestable el propósiito de adjudicarle tal extensión.

Y , a más de aventurado, expuesto a que se. le calificase de atraco, timo de la estatua o algo por el estilo. Pero entonces, ¿qué hacer? ((¿Qué medios emplear, qué resortes tocar...», cuando la tacañería de los de dentro mueve a pensar en la posible esplendidez de los de fuera?

A . RAMOS LÓPEZ

V . I D A C O R P O R A T I V A La actual organización social se fundamenta, no sobre la célula del individuo, sino sobre la agrupación celular del gremio. Hay que vivir ~ la vida corporativa o sucumbir r

(entro farmaclttlico ¡facionat Ha sido, en estos últimos tiempos, preocupa­

ción constante del Consejo de Administración del Centro Farmacéutico Nacional, la elevación de su capital hasta rebasar la cifra de un millón de pesetas, para colocarse así en condiciones de aprovechar los beneficios que las vigentes dispo­siciones contributivas asignan a las Sociedades Anónimas que operen, como mínimum, con la suma de capital indicado; colocados ya todas Las acciones en cartera, en la última reunión cele­brada se acordó el aumento hasta 1.500.000 pe­setas, a cuyo efecto, y teniendo en cuenta los preceptos del Código de Comercio pertinentes al caso, el mes próximo se insertará en la Gaceta la oportuna convocatoria y se verificará la Asam­blea extraordinaria que dé validez a lo resuelto

por el Consejo, a tenor de lo que dispone el ar­tículo 6.° de nuestros Estatutos.

Esta Junta directiva se complace en testimo­niar su reconocimiiento hacia los señores Socios, cuya eficaz cooperación ha hecho posible el rá­pido y progresivo avance que propios y extraños aprecian en la marcha de nuestra entidad, y tiene fundado motivo para esperar que los compañeros todos han de apresurarse a suscribir buen número de acciones de la nueva emisión, único medio de ampliiar las operaciones mercantiles hasta con­seguir nuestra total emancipación económica, pro­blema para el que están perfectamente capacita­dos los llamados Centros Farmacéuticos.

Madrid, Noviembre 1928.

E l Consejo de Administración del Centro Far­macéutico Nacional.

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la antigüedad de treinta años La composición y dosis constan en los prospectos

Cinco pesetas botella.—Serrano, 30, Farmacia, y en las principales del mundo \ i « * 1

L A F A R M A C I A E S P A Ñ O L A 423

Colegio oficial de farmacéuticos de Madrid Terminamos la reseña de la sesión del 12 con

la manifestación de que ((eran las nueve y media cuando abandonamos el Salón, donde aún que­daban algunos rezagados escuchando la tardía oposición del Sr. Alfonso al acuerdo adop­tado)).

Pues la oposición, que estimamos atardían, del Sr. Alfonso, consiguió que se celebrara el día 19 una sesión extraordinaria para revisar el acuerdo.

Que comenzó con una justificación del Presi-dernte, Sr. Rodríguez, de la ausencia suya y de los demás iindividuos de la Junta, en el momento de la votación en la Asamblea, justificación que el Colegio aceptó, quedando terminado el inci-dente.

Mingo protesta contra la revisión del acuerdo adoptado por unanimidad en la Junta anterior, y, tras de varias intervenciones en pro y en contra de la protesta de Mingo, el Presidente justifica hábilmente la discusión de algunos puntos no bien precisados.

Eraso pide se discuta el servicio de la Bene­ficencia por todos; el Presidente defiende el derecho del Ayuntamiento a seleccionar sus fun-clonarios, y García Rodrgo el adquirido por los que sirven la Beneficencia en virtud de un con­curso.

Alfonso recaba para las Sociedades el mismo derecho que el Presidente reconoce al Ayunta­miento, pidiendo idéntico trato para aquéllas que para éste ; Villalón aboga por la continuación del staiu quo para las Sociedades y para la Be­neficencia, y Sanjuambenüo opina que el Colegio no tiene para qué defender el derecho del Ayun­tamiento, sino exponer los deseos de sus cole­giados.

El Presidente propone la petición de régimen libre para las plazas vacantes, que dice es la fórmula del concejal Sr. Arteaga ; Eraso, Mingo y García Rodrigo insisten en sus respectivas opi­niones, y Aparicio advierte la inutilidad de la discusión, estando resuelta la cuestión por el Real decreto del 13.

Sobre si éste afecta o no afecta a Madrid, se entabla animado debate, con intervención de López García, Duran, Eraso, Hernández, Min­go, Martínez (D. Jacinto), Sánchez Martínez, Carreño, García Rodríguez y Sanjuamhenito, y Eraso propone que la Junta de Gobierno visite al Alcalde para pedirle el cumplimiento del Real decreto, acordándose, en definitiva, que la acom­pañen algunos colegiales.

En los ruegos y preguntas, Villalón argumenta

razonadamente contra la libertad de esrvioio a las Sociedades, y termina con elocuentes manifesta­ciones de desinterés y fraternidad, que nos hacen aplaudir sinceramente, arrepentidos de haberle atribuido como habituales, manifestaciones que, por lo visto, fueron solamente ocasionales. Muy complacidos, rectificamos ; porque estamos siem­pre dispuestos a rectificar juicios equivocados.

Alfonso se manifiesta conforme con Villalón, y el Presideinte del Colegio de Barcelona, señor Fábregat, invitado por el Presidente, después de saludar al Colegio, relata los beneficios ob-teinidos por la intervención del Colegio en el servicio de la Beneficencia de la ciudad condal, y aconseja se siga idéntico procedimiento en Madrid.

Siguen insistiendo en sus respectivas opiniones Eraso, Rodríguez Silúa, Villalón y Carreño; súmase Borrallo con nuevos argumentos a los partidarios del siatu quo, y abandonamos e r Salón a las nueve, temiendo que pasado mañana reci­bamos nueva citación para otra revisión del acuerdo.

Real Colegio de farmacéuticos de jYiadrid Con el doctor Zúñiga, que preside ; el .Teso­

rero, Sr. Ruiz de Ocaña; el Secretario, señor Hergueta, y el benemérito delegado de la Au­toridad—a quien proponemos para la Medalla de sufrimientos por la Farmacia—en el estrado, V los señores Bí anco, Heras y García Rodríguez en e l Salón, con los reporters de E l Monitor de la Farmacia y de "LA FARMACIA ESPAÑOLA, celebra la antigua y gloriosa institución la pri­mera sesión del curso, que más bien parece la última de una larga agonía. Es justo que consten los nombres de los héroes que resisten la general indiferencia de los colegiales del secular Colegio.

Había de hacerse la elección de Junta ; pero con tan escasa concurrencia no sería reglamen­tario, y se hará por escrito, i Buena ocasión para resucitar el Colegio, si hubiera una docena de compañeros de buena voluntad dispuestos a car­gar con la cruz 1

Se vota el ingreso de sfeíe nuevos colegiados, por unainimidad de los siete asistentes a la sesión, que seguramente pensaron al hacerlo en que en la sesión siguiente se duplique su número, si los elegidos tienen la elemental atención de presen­tarse a tomar posesión.

El Presidente, Doctor Zúñiga, tiene frases de cariñoso recuerdo para los Doctores ANDREU y BoNAL, fallecidos durante las vacaciones, y los siete colegiales presentes acuerdan, por unami-dad, que conste en acta el sentimiento del Co-

424 LA FARMACIA ESPAÑOLA

leglo por la muerte de los distinguidos com­pañeros.

Se lee el presupuesto, que pasa a examen de la ((Sección económica», para ser discutido en la sesión del 21 de diciembre.

Y , no habiendo más asuntos de qué tratar ni gánas de tratarlos en tan ((.espantosa soledad», el Doctor Zúñiga levanta la sesión, y salimos los siete colegiales y los dos adjuntos, tristones, añorando, llorosos, con el poeta :

«i Qué solitaria la nación, que un día poblara inmensa gente !

¡ La nación, cuyo imperio se extendía del ocaso al oriente !»

j Señor, señor! c N0 habrá una docena de farmacéuticos amantes de las glorias de su pro­fesión, capaces de tomar a su cargo el noble empeño de infuindir alientos de vida a esta ins­titución gloriosa ?

R. E. PORTER

L F >»Sl ACIÓN Y . J U R I S P R U D E N C I A

Quien desconozca sus deberes y sus dere­chos, marchará por la vida como por una selva erizada de peligros. Sólo es fácil el camino del deber; sólo el arma del derecho

$ es eficaz y humana en la lucha social

Para servir a nuestros suscriptores en cuanto esté a nuestro alcance, evacuaremos GRATUITAMENTE cuantas consultas nos hagan sobre cuestiones de legislación far­

macéutica

CORRECCION DE U N ERROR —En el Real decreto de 13 de noviembre sobre reorga­nización de los farmacéuticos titulares, cometimos un error de imprenta, que importa deshacer : Dice el articulo 3.° : ((Cuando hubiese en la localidad más Farmacéuticos QUE LOS titula­res...» Y por el mencionado error, se decía en nuestra Reüista : ((Cuando hubiere en la localidad más Farmacéuticos titulares...» que es cosa muy distinta.

ORGANIZACIÓN DE LA CLASE VETERINARIA.— Por Real decreto de 10 de noviembre, publi­cado en la Gaceta del 15, se nombra una Comi­sión para condensar EN UNA SOLA ENTIDAD, «SOBRE LA BASE DE LOS COLEGIOS OFICIALES», los fines económicos, profesionales, benéficos y culturales que al presente desperdigan en diferen­tes asociaciones las energías de la clase.

Sabia disposición que brindamos a los farma­céuticos, que cada día inventan una nueva, cre­yendo que el secreto de la fuerza corporativa está en el cambio de nombre de las asociaciones, y no en el espíritu que las anima.

ESTUPEFACIENTES SOMETIDOS A LA RESTRIC­CIÓN.—La Gaceta del 15 de noviembre publica

el siguiente Real decreto-ley, que publicamos íntegramente :

MINISTERIO DE L A GOBERNACION

EXPOSICIÓN

Señor : El dictamen de la Comisión nombrada por Real orden número 436, con arreglo a lo d spuesto en la base adicional del Real decreto-ley de Restricción de Estupefacientes, número 824, en relaciión con la base tercera, determina y enumera las substancias y especialidades far­macéuticas que han de ser objeto de las limita­ciones impuestas por el expresado Decreto-ley, y que, en resumen, son las mismas aprobadas por los Convenios internacionales.

La misma Comisión, al final de su dictamen, solicita que, previas las debidas garantías, se conceda a los mayoristas la autorización de ven­der a las farmacias las especialidades estupefa­cientes, y aunque esta petición no es admisible, en sus términos generales, porque vendría a desvirtuar los efectos de la Ley, puede accederse a ella en parte, a título de ensayo, limitando la autorizaciión a las especialidades nacionales, siem­pre que sea con carácter provisional y garantías suficientes, que habrán de dictarse dentro del plazo marcado para la vigencia del citado De­creto-ley.

LA FARMACIA ESPAÑOLA 425

En su virtud, el Ministro que suscribe tiene el honor de someter a la aprobación de V . M . el siguiente proyecto de Real decreto-ley.

Madrid, 13 de noviembre de 1928. SEÑOR

A L . R. P. de V . M . , SEVERIANO MARTÍNEZ ANIDO

R E A L DECRETO-LEY

Núm. 2.045 De acuerdo con el parecer de Mii Consejo

de Ministros, y a propuesta^ del de la Gober­nación,

Venao en decretar lo siguiente : Artículo 1.0 La base tercera del Real de­

creto-ley número 824 se entenderá redactada en los términos siguientes :

Desde esta fecha pertenece a la Restricción de Estupefacientes el exclusivo derecho de im­portación y reparto de las substancias y prepa­rados que a continuación se expresan :

A) Opio, sus extractos, tinturas, electuarios, polvos y pildoras.—-Morfina y sus sales.—Dia-celilmorfina (diamorfina) y su clorhidrato (He­roína) Narcil.—Hojas de coca y sus extractos.— Cocaína y sus sales.—Ecgonina.—Cáñamo in­diano, su resina y extractos.—Eter etílico me­dicinal.

B) Todas las formas farmacéuticas extran­jeras (comprimidos, granulados, polvos, gránu-íos, inyectables, pildoras, soluciones, etc.), ¡in­tegrados exclusivamente por una o varias de las substancias antes citadas con escipiente a vehículo inerte, siempre que su concentración sea superior a 0,2 por 100 de morfina, 0,1 por 100 de co­caína o se refiere a la heroína en cualesquiera proporción.

C) Las especialidades farmacéuticas extran­jeras que a continuación se enumeran :

Anestésico local Winter (Clorhidratos de co­caína y adrenalina).

Dicodido (Hidrocodeinona). Didial (Dietilbarbiturato de etilmorfina). Dilaudido (Clorhidrato de dihidromorfina). Eucodal (Clorhidrato de dihidrooxicodeinón). Holopón (Alcaloides del opio). Hipecopan (Alcaloides del opio, cloruro mór-

(ico y emetina). Laudanón (Alcaloides del opio bajo la forma

de clorhidratos). Narcofina (Meconatos de morfina y narcotina). Narcotal (Mezcla de opio, dextrina y lactosa). Opiosan (Alcaloides del opio). Pantopón (Alcaloides del opio bajo la forma

de clorhidratos).

Paracodina (Opiáceo obtenido por hidratación de la codeína).

Paverón (Alcaloides del opio bajo la forma de clorhidratos).

Pavón (Alcaloides del opio). Sedopón (Alcaloides del opio, escopolamina

y esparteína). ' Artículo 2.° El primer párrafo de la base 29 quedará redactado en la forma siguiente :

Los Laboratorios inscritos oficialmente en el Instituto Técnico de Comprobación y Restricción de Tóxicos, proporcionarán exolusivamente a las farmacias las especialidades por ellos elaboradas, cuando las cantidades de morfina o cocaína sean superiores a las citadas en el apartado B) de la base tercera y cuando contengan heroína.

Artículo adicional. La Restricción de tóxicos organizará, en el plazo más breve posible, los depósitos necesarios para asegurar en todo mo­mento el Teparto legal de las substanciias inter­venidas, sin que ello sea obstáculo para que, aun transcurridos los seis meses que fija la base adicioinal tercera, en casos especiales y transito­riamente, pueda la Dirección del Instituto seguir valiéndose de la organización actual, a cuyo efec­to, cuando las circunstancias lo aconsejen, se cursarán los pedidos de los Farmacéuticos en la forma establecida en la misma base de refe­rencia.

Dado en Palacio a trece de noviembre de mil novecientos veintiocho.

ALFONSO El iMinistro de la Gobernación, SEVERIANO MARTÍNEZ ANIDO

PROVISIÓN DE PLAZAS VACANTES DE SUB- DELEGADOS DE MEDICINA, FARMACIA Y VE­TERINARIA.—Por Real orden, publicada en la Gaceta del 16 de noviembre, se dispone que las plazas vacantes de Subdelegados de Medi­cina, .Farmacia y Veterinaria o las que puedan vacar en lo sucesivo, se proveerán por los tur­nos que a continuación se expresan :

Primer turno.—Concurso de traslado, al que podrán concurrir los Subdelegados de las profe­siones correspondientes que sirvan o hayan ser­vido plazas de mayor o igual categoría que las vacantes, con las siguientes preferencias :

a) Los excedentes de las mismas plazas va­cantes.

b) Los que desempeñen otras subdelegacio-nes de la misma población.

c) Los excedentes de subdelegaciones de la misma localidad donde existan las vacantes.

d) Los que sirvan plazas de mayor o igual

426 L A F A R M A C I A E S P A Ñ O L A

categoría en cualquier otra localidad o provincia. Segundo turno.—Concurso de ascenso entre

los Subdelegados de las respectivas profesiones que sirvan o hayan servido plazas de las cate­gorías inmediatas inferiores, con las siguientes prelaciones : •

a) Los que desempeñen subdelegaciones en partidos judiciales de ascenso.

b) Los excedentes de plazas de esta cate­goría.

c) Los que sirvan subdelegaciones de parti­dos judiciales de entrada.

d) Los excedentes de plazas de esta cate­goría.

Los referidos turnos para la provisión de pla­zas de subdelegaciones de Medicina, Farmacia y Veterinaria, se aplicarán rigurosamente a cada una de las vacantes; esto es, que cada plaza determinada se proveeirá en la primera vacante que se produzca por concurso de traslado, y al volver a ser vacante, por concurso de ascenso.

Quedan vigentes las demás disposiciones refe­rentes al personal y servicios de las subdelega­ciones, y, por tanto, suspendidas las oposiciones de ingreso en el Cuerpo y la provisión interina de las plazas sin autorización expresa de la Di­rección general de Sanidad, hasta que esté apro­bada la reorganización que se proyecta.

Para cumplimentar estas disposiciones, por Real ordem del 16, que publica la Goce/a del 17, se dispone que, para la provisión de las vacantes que no hayan de ser amortizadas por virtud de la reorganización a que se refieren las Reales órdenes de 24 de marzo y 23 de no­viembre de 1927, se convoque concurso por la "Dirección general de Sanidad, y que, a este efecto, los Inspectores provinciales de Sanidad den cuenta, con la diligencia debida, a la Direc­ción, de todas las vacantes, especificando cuáles estimen que no deben ser amortizadas.

JUNTAS ADMINISTRATIVAS DE LOS INSTITUTOS DE HIGIENE.—Por Real orden del 16 de no­viembre {Gaceta del I 7), se establece con carác­ter definitivo la organización de las Juntas Admi­nistrativas de los Institutos de Higiene, de las que, entre otras personas, deberá formar parte un vocal farmacéutico, nombrado por la Direc­ción de Sanidad a propuesta, en terna, de las Juntas provinciales de Sanidad. El nombrado desempeñará el cargo durante dos años.

TITULAR.—El médico tiular del ((Valle de Me­na» fué destituido; contra la destitución entabló el perjudicado pleito contencioso-administrativo, fallado por el Tribunal provincial de Burgos revocando el acuerdo del Ayuntamiento, y, con­tra esta sentencia, apeló la Administración ante el Supremo, el cual confirma la sentencia ape­lada por fallo que publica la Gaceta del 20 de noviembre.

OTRA SENTENCIA SOBRE DESTITUCIÓN DE UN

LOS SUBDELEGADOS, AUTORIDADES SANITA­RIAS.—Por Real orden del 16 de noviembre, publicada en la Gaceta del 21, se dispone:

1.0 Que se reconozca a los Subdelegados de Medicina, Farmacia y Veterinaria como Auto­ridades sanitarias de los distritos o partidos judi­ciales donde ejerzan, en todo lo referente a las funciones de su cargo.

2. ° Que dicha autoridad se considere como una derivación y permanentemente delegada de la de los Inspectores provinciales de Sanidad, de quien dependerán inmediatamente, ejercién­dola en las mismas condiciones que estos fun-cionanos.

3. ° Que se reconozca a dichos Subdelegados las facultades asignadas a los Inspectores pro­vinciales de Sanidad, aunque limitadas a los servicios que les están asignados en los partidos judiciales o distritos en que sirvan.

4. ° Que para la identificación de los suso­dichos funcionariios y reconocimiento de su au­toridad, se cree un carnet de identidad ajustado al modelo que se describe a continuación, del que deberán proveerse los Subdelagdos de las tres clases sanitarias.

5. ° Que dicho carnet se expida a solicitud de los interesados por los Gobernadores civiles, previo informe de los Inspectores provinciales de Sanidad, no pudiendo exceder de cinco pesetas el coste idel mismo.

PLEITO ENTRE UN FARMACÉUTICO Y UNA FARMACÉUTICA.—El Ayuntamiento de Agudo (Ciudad Real), proveyó una titular vacante en la farmacéutica doña Angeles Cabanillas ; contra tal nombramiento entabló pleito contencioso-ad-miniistrativo el farmacéutico D. Ignacio F. Ba­rranquero, alegando, entre otras cosas, que la nambroda no pertenecía al Cuerpo de titulares como el apelante y había sido señalada esta condición en el concurso, y el Tribunal provin­cial revocó el nombramiento. Apelada esta sen­tencia, el Tribunal Supremo la ha confirmado.

LA FARMACIA ESPAÑOLA 427

B I B L I O G R A F Í A En nada podras emplear tu caudal que te rinda mayores placer y provecho que en los libros bien elegidos. He aquí los que

te convienen

((LA VIDA EjEMPLARIZADORA DE D. JACINTO BARANGUÁN».—El Doctor D. Alvaro del Busto ha tenido la feliz ocurrencia de editar, con sen­cillez y buen gusto tipográfico, la admirable con-feirenoia con que deleitó a los asistentes a la X V I Asaimblea de la Unión Farmacéutica Nacional, de lia cual hizo una breve y merecidamente entusiasta referencia nuestro compañero R. E. PoRTER, en su reseña de la Asamblea.

Las bellezas literarias que el rápido curso de su lectura nos mostró, se saborean con mayor delectación con la lectura despaciosa y meditada, en la soledad del gabinete, que permite releer los párrafos más bellamente construidoJ y des­cubrir nuevas bellezas de dicción y de pensa­miento.

Está tan maravillosamente dibujada, en esta aejemplar)) pieza literaria, (da vida ejemplari-zadora)) de aquella robusta persona moral que fué D. Jacinto, que cuantos vivimos en su intimidad y en ella aprendimos a quererle y venerarle, como extraordinario ejemplar humano, sentírnosle revivir al conjuro del arte y del cariño que el Doctor Busto ha puesto en esta original bio­grafía.

Tenemos entendido que de este admirable tra­bajo se ha hecho una tirada copiosa, para que pueda ser gustado por el mayor número de far­macéuticos. Nosotros recomendamos a todos su lectura, especialmente a los gustadores de belle­zas literarias, que en él las encontrarán copiosas y selectas, y a los admiradores de D. Jacinto, que, con él, ¡tendrán presente ante sí, como refle­jado en un fiel espejo, aquel espíritu bueno, recto y noble, que, en su vida terrena, fué ob­jeto de la mereaida veneración de ellos.

«IMPORTANCIA SOCIAL DE LA FARMACIA».— El fecundo publicista y entusiasta fairmacéutico D . Leopoldo López Pérez, ha publicado en un bien editado folleto el discurso que, bajo el título que encabeza esta nota, leyó con motivo de su ingreso en la Real Academia de Medicina de Cádiz, y el de contestación del ilustre médico gaditano Doctor Rodrigo Lavín.

Sobre todas las demás cualidades de la labor del Doctor López Pérez, resalta la de un amor exaltado a la profesión a la que en todos los

Servimos a nuestros lectores cuantos li­bros nos pidan, aparezcan o no en esta sec­ción y sean nacionales o extranjeros, con­tra envío de su importe y gastos de correo

aspectos de su vida honra, y así el tema de este discurso es una fervorosa exaltación de los me­recimientos de la Farmacia a la estimación social.

Ocupan las primeras hojas del folleto los re­tratos del Rey y de Carraoido, y sigue, en la siguiente, una exaltada dedicatoria «A LA CLASE FARMACÉUTICA, sufrida y abnegada, cuyo es­fuerzo—carente del espejuelo que subyuga a las multitudes—realiza honda labor social».

Contimúa la exposición del tema, que divide en las oinco partes siguientes : ((La Farmacia : su espíritu».—«La' Farmaciia y la Medicina».— ((La Farmacia y la Industria y el Comercio)).— «La Farmacia y la Defensa Nacional)).—((Ho­menaje a la clase farmacéutica : Glorias far­macéuticas)).

El desarrollo de cada una de estas partes es una nueva gallarda muestra de la extraordinaria erudición del Doctor López Pérez y de su in­saciable amor a la Farmacia, que busca con empeño todas las ocasiiones de cantar sus glorias con quijotesco empeño.

Si otras cualidades intrínsecas no avaloraran la obra del Doctor López Pérez, bastaría esta del empeño con que persigue el ennoblecimiento de nuestra profesión, para conquistarla mereci­mientos a la perdurable y honda gratitud de la clase farmacéutioa.

• «EL FANTASMA DE LA TUBERCULOSIS».— Con este título ha escrito el Doctor Valdés Lam-bea. Jefe de los servicios de Tiisiología del Hospital Militar de Carabanchel, un folletito de •divulgación de los cuidados que han de te­nerse para evitar y curar la terrible ((peste blan­ca)), que tantas bajas ocasiona en la Humanidad presente.

Y un editor altruista, D . Javier Morata, Tu­descos, 39 y 41, ha tenido la generosidad de hacer de él una gran edición con destino a su distribución gratuita.

A l recomendar la lectura de este folleto tan acertadamente escrito y que tan humanitarios fines cumple, felicitamos al autor y al editor, y les damos muy expresivas gracias por los ejemplares con que nos han obsequiado.

428 L A F A R M A C I A E S P A Ñ O L A

S U E L T O S Y N O T I C I A S TRABAJOS DEL INSTITUTO TÉCNICO DE COM­

PROBACIÓN. (Del Boletín del Instituto),—Han sido sometidas a análisis en el mes de septiem­bre 45 especialidades, de las que algunas son productos envasados en los cuales es suficiente el ensayo de la Farmacopea.

La preparación número ... está constituida por óvulos, en los gue la cantidad de morfina es menor que la correspoindiente al extracto tebaico, que dice su propietario haber puesto en la fór­mula, .

La especialidad número ,.. es una mezcla de plantas, en las que existen sustituciones que se perciben claramente, sin necesidad de técnica farmacognóstica.

La señalada con el número ... es un prepa­rado de levadura de cerveza en la que, durante las operaciones de la granulación, ha perdido los fermentos, y, por consecuencia, la mayor parte, si no toda, su actividad medicinal.

La especialidad número ... es un callioida, a base de ácido láctico, en el cual la cantidad de este ácido es la mitad de la que se declara, sin mala fe ; evideintemente, el autor ha puesto de un ácido láctico de 10 gramos que dice, pero na ha analizado antes el productq empleado, y resulta que sólo contiene la mitad. Es un hecho s-n importancia, en este caso, pero lo hacemos destacar para llevar al conveincimiienío de los preparadores la neeicsidad del análisis de las materias primas antes de proceder a la confec­ción de sus especialidades.

La indicada con el número ... es un remedio odontálgico a! que falta considerable cantidad de cocaíná, respectó de la declarada.

i La especialidad número ..., de procedencia extranjera, contiene un anestésico en menor pro­porción que la expresada en el rótulo.

El número ..., con el que se señala un pro-dúcto dentífrico, como otros análogos, no tiene la pureza que indica, ' ~"

En la preparación número confeccionada a base de extracto de cereales, se ha puesto mejor deseo que fortuna. Como otros productós similares, carece de los compuestos que carac­terizan los fru|os aludidos ; no contiene ácido fosfórico ni inosita, procedentes de los inosito-penl a fosfatos naturales, ni su autor, procediendo eii esto honradamente, los ha suplido con mate­riales de síntesis química. ; 1 Madrid, 8 de octubre de 1928.

multas a dos farmacias madrileñas acreditadas como (ceconómicas», por infracción de la Real orden de 21 de abril.

Por el mismo concepto han sido multadas en idéntica cuaintía varias de Barcelona y una de Valencia, estando ésta propuesta para otra mayor como reincidente.

Tendrán.que vender unos cuantos millares de especialidades para compensar el coste de la multa, y es posible que lleguen a darse cuenta de que han emprendido un mal negocio.

FlNAL DE UNAS OPOSICIONES.^En las opo­siciones convocadas para cubrir cuatro plazas de profesores químicos del Laboratorio municipal de Madrid, han obtenido plazas, tras de brillantes ejercicios, con el número 1, el Sr. García del Val , hijo político del catedrático Sr. Rodríguez ; con el 2, el Sr. Mingo, hijo de nuestro querido amigo D, Mariano; con el 3, el Sr, Rivas Goday, hijo del catedrático Sr. Rivas Mateo, y con el 4, el Sr, Comenge, farmacéutico mi­litar,

A todos felicitamos cariñosamente, y felicita­mos también a nuestras distinguidas compañeras Srtas, Asunción Vidal y Mercedes Tarancón, que han hecho también brillantes ejercicios.

UN FARMACÉUTICO INVENTOR.—En el mes de octubre último, a presencia de varios ingenieros y ante numeroso público, se verificaron las prue­bas, en el contradique de Castro Urdiales, de un aparato ideado por el culto farmacéutico de Madrid D . Daniel López y Vélez para apro­vechar la fuerza de las mareas.

En un pequeño flotador se produjo un fuerte y constante movimiento en un volante de 200 kilogramos de peso, a pesar de estar la mar casi en calma aquel día.

A las muchas felicitaciones recibidas por nues­tro compañero, unimos la nuestra entusiasta.

INFRACCIONES CASTIGADAS.—Se han impuesto

Registro ide marcas y de especialidades f a r m a c é u t i c a s \

V I Z C A R E L Z A Apartado 511 - MADRID - Zurbano, 21