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AÑO 10 • NÚMERO 107 • ABRIL 2018 Cruzando los límites del hombre normal. Entrevista con Fernanda Melchor Guillermo Fadanelli Reflexiones de un rebelde La selva de lo real Alberto Chimal El tacto Poema de Alberto Ruy-Sánchez SENTIDOS OLFATO GUSTO OÍDO VISTA TACTO

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AÑO 9 • NÚMERO 106 • MARZO 2018

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AÑO 10 • NÚMERO 107 • ABRIL 2018

Cruzando los límites

del hombre norm

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Entrevista con Fernanda Melchor

Guillermo Fadanelli

Reflexiones de un rebelde

La selva de lo real

Alberto Chimal

El tactoPoema de Alberto Ruy-Sánchez

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coleccionfemsa@femsa.com.mxwww.coleccionfemsa.comcoleccionfemsacoleccionfemsa@femsacoleccion

Como parte de las celebraciones por su 40º aniversario, la Colección FEMSA presenta la más grande muestra de su programa de exposiciones, en el Centro Cultural La Moneda, en Santiago de Chile. Conformada por 170 obras, esta exhibición permanecerá abierta al público hasta el 22 de julio de 2018.

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3ELLIBRERO DE...

Originario de Chetumal, Quintana Roo, estudió lengua y literaturas hispánicas en la UNAM. Es poeta, ensayista, columnista, crítico literario y editor. Además de publicar obra propia, ha sido el encargado de seleccionar el contenido de diversas antologías, y se ha desempeñado también dentro del mundo editorial. Su trabajo lo ha hecho acreedor de varios premios y reconocimientos como el Premio Nacional de Poesía Efraín Huerta, el Premio de Ensayo Ramón López Velarde y el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes.

JUAN DOMINGO ARGÜELLES

¿Cuántos libros tienes?Aproximadamente unos diez mil volúmenes, distri-buidos en un estudio que es prácticamente estu-dio-biblioteca, y en todas la habitaciones hay libros. Toda la casa es realmente una biblioteca.

¿Cuál es tu libro favorito?Yo tengo más bien el gusto, el placer, de a veces in-cluso adquirir libros que ya tengo y obtener edicio-nes diversas de esos libros. Entre ellos tengo varias ediciones de Don Quijote de la Mancha. Un libro para mí indispensable del cual también tengo varias ediciones es La guerra y la paz de Tolstoi. Ese libro influyó profundamente en mi gusto por la lectura, porque fue una experiencia totalmente distinta, fue una lectura en dos días febriles. Era yo adolescente y para mí fue un descubrimiento. Siempre recuerdo haber leído ese libro con una gran emoción y no po-der dejarlo hasta haberlo terminado.

¿Cuál es la joya de la corona?Mi biblioteca es prácticamente una biblioteca de uso; quiero decir con ello que no tengo propia-mente libros incunables, no tengo ediciones muy especiales. Mi biblioteca es práctica y se ha ido ha-ciendo conforme yo he avanzado como lector. Re-cuerdo mi pobreza de libros cuando era estudiante de preparatoria y cómo fue creciendo mi biblioteca, y recuerdo también una experiencia que me narra-ba Andrés Henestrosa, que decía que los libros van atrayendo a otros. Eso fue lo que ocurrió conmigo. Cuando uno se convierte en lector, invariablemente comienza a hacer biblioteca. Lo que sí puedo decir

es que entre mis libros, lo que más prefiero es una sección de diccionarios y de enciclopedias sobre distintos temas.

¿Cuál es el libro más nuevo?La buena compañía, de Bárbara Jacobs. No lo he em-pezado a leer. Lo compré porque habla justamente sobre los libros. Otro que entró muy recientemente es este monstruo que es la Obra selecta del Marqués de Sade, publicado por la editorial Mirlo. Este entró por otras razones, porque como yo hago el prólogo, me lo acaban de mandar.

¿Cuál es el libro más antiguo?La antología de la poesía mexicana, El álbum de oro del declamador. Ese libro me acompañó desde siempre, desde que salí de mi tierra natal, Chetumal, Quintana Roo. Yo traía ese libro conmigo y cuando ya estuve aquí, lo encuaderné, y lo guardo con mu-cho cariño porque es un libro con el que descubrí los primeros poemas y a los primeros poetas que yo leí. Es un libro muy popular, además muy viejo.

¿Qué libro no has regresado?Más bien es al revés. He perdido libros con personas a las que de pronto les he prestado el libro porque lo necesitaban y porque había cierta confianza y des-pués se fue perdiendo el recuerdo de en qué momen-to lo presté.

¿Qué libro o autor te cambió la vida?El primer libro que leí completo, Corazón: diario de un niño, que leí a los nueve años en Chetumal, fue

el libro que me hizo descubrir que la lectura tenía al-gún sentido. Lo recuerdo con mucho cariño porque me abrió la posibilidad de comprender que los libros tenían una magia especial, modificó mi forma de ver el mundo.

¿Hay algún libro que no hayas leído?Hay muchos. No puedo determinar exactamente el momento, pero me dije que tendría que ir cubriendo esas lagunas de libros que no he leído completos o no he leído como debí leerlos en su momento. Hace cosa de cuatro o cinco meses, leí Thérèse Raquin de Émile Zola, que me pareció estupendo y me avergon-cé de no haberlo leído. Con esto me he dado cuenta que de los autores clásicos o indispensables a quienes he leído, hay algunos libros de ellos que tampoco co-nozco. Ahora me dedico un poco a buscar justamen-te esos libros que no he leído.

¿Qué libro o autor se repite más en tu colección?Hay muchos. Por poner un ejemplo, Gabriel Zaid. Es uno de mis autores no digamos favoritos, porque ese término no sería ni siquiera del agrado de don Ga-briel, sino que es uno de los autores con los que dia-logo todo el tiempo. Por supuesto hay muchos libros de Octavio Paz, muchos libros de autores que para mí han sido indispensables: Arthur Schopenhauer, José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska y muchísima poesía de Pablo Neruda, de César Vallejo. Tengo este vicio que tienen todos aquellos que hacen una biblio-teca que es que a pesar de que ya tienen a un de-terminado autor en una edición, suelen buscar otras ediciones nada más por el gusto de tenerla. +

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Ve la entrevista en mascultura.mx

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ENVÍA TUS COMENTARIOS A: [email protected] VISITA: www.revistaleemas.mx • www.mascultura.mx /mascultura @revistaLeemas

EL LIBRERO DE…Juan Domingo Argüelles 03

FERNANDA MELCHOREntrevista 08

LA SELVA DE LO REALAlberto Chimal 10

AL REVÉS TAMBIÉN TIENE SENTIDONiños a ¡leer! /Karen Chacek 16

POESÍA Y PIZZA Jóvenes /Raquel Castro 18

CINCO Nerd Plus /Bef 22

GUILLERMO FADANELLIEntrevista 24

PETER ZUMTHOR: "EL PICAPORTE DEL JARDÍN"Una pequeña voz / Rodrigo Velasco 26

ROGER BARTRA: "LA MELANCOLÍA MODERNA"Carlos Torres 28

LA RECONEXIÓNDr. Erik Pearl 30

CUÉNTAME MI ROSTROSandra Lorenzano 34

ENCUÉNTRANOS A NIVEL NACIONAL EN: FILIJ • FIL GDL • FIL Minería • FIL Zócalo • Cine Tonalá • Cineteca Nacional • GritaRa-dio (Universidades, preparatorias CDMX y área Metropolitana) • Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández en Bellas Artes • Orquesta Sinfónica de Minería • OFUNAM •Teatro de la Ciudad Esperanza Iris • Colegio Nacional • SAE INSTITUTE • UNAM • Universi-dad IBERO • Universidad ANÁHUAC del Norte • Instituto Mexicano Norteamericano Relaciones Culturales (Monterrey) • Casa LAMM • Biblioteca José Vasconcelos • Foro Shakespeare • Museo Nacional de Culturas Populares • Museo Franz Mayer • Centro Cultural España • CONARTE (Monterrey) • CENART• MUAC • Museo Jumex • Museo El ECO • MUCA Roma • Museo Universitario del Chopo • Museo Soumaya “Loreto”• Museo Rufino Tamayo •

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Tiraje mensual de60 mil ejemplares

Editor responsable: Yara Beatriz Sánchez De La Barquera Vidal, Información: (55) 5413 0397, Ventas Publicidad: (55) 5335 1327. Editado por www.taraediciones.com Correo electrónico: [email protected], Distribución: Librerías Gandhi, S.A. de C.V., Dirección: Benjamín Franklin 98, Piso 1 y 3, Escandón, Delegación Miguel Hidalgo, 11800, Mexico, D.F. Número de Reserva al Título ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2009-051820092500-102. Certificado de Licitud de Título No. 14505 y Certificado de Licitud de Contenido No. 12078 expedidos en la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Registro Postal EN TRÁMITE. Preprensa e impresión: Multigráfica Publicitaria S.A. de C.V. en Avena núm.15 Colonia Granjas Esmeralda. Iztapalapa. C.P. 09810, México D. F. Título incorporado en el Padrón Nacional de Medios Impresos de la Secretaría de Gobernación. Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa e indirecta, por cualquier medio o procedimiento, del contenido de la presente obra, sin contar con la autorización previa, expresa y por escrito del editor, en términos de la legislación autoral y, en su caso, de los tratados internacionales aplicables, la persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones correspondientes. El contenido de los artículos es responsabilidad de los autores. Librerías Gandhi y la casa editorial se deslindan de los mensajes expresados en los espacios publicitarios cuya responsabilidad pertenece al anunciante. Hecho en México.

Esta revista utiliza tipografías Gandhi Sans y Gandhi Serif, diseñadas para una mejor lectura. Puedes des-cargar ambas fuentes en: www.tipografiagandhi.com

Directora General Yara Sánchez

De La Barquera [email protected]

EditoraAngélica Fajardo Cortés

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Directora de difusión culturalBeatriz Vidal De Alba

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Directora de marketingTatiana Nogueira

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Promoción y difusiónFabián Vásquez [email protected]

Director de arteAlejandro Klamroth

DiseñoCinthya I. Hernández Garcí[email protected]

Editor audiovisualEdwin Reyes Maya

Editor web y redes socialesVíctor García

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Consejo editorial Alberto AcharJorge Lebedev

En portada:

Sentidos

Ilustración de Alets Klamroth.

EDITORIALSENTIDOS

Immanuel Kant, en su Crítica de la razón pura, dijo que “Todo nuestro conocimiento comienza con los sentidos, luego procede a la comprensión y termina con la razón. No hay nada superior a la razón.” Y la razón no podría interpretar nuestra realidad sin los sentidos, en una especie de ciclo sensación-percepción. A pesar de que todos compartimos si no todos, por lo menos algunos de esos cinco sentidos básicos, nuestra experiencia nunca será igual a la de alguien más. Los sentidos nos hacen volver a vivir gratos momen-tos con algo tan simple como el olor del pavimento mojado tras la lluvia, o recordar lugares lejanos con las notas de alguna canción.

En las páginas de esta revista, las letras decidieron tomar de la mano a una gran cantidad de emociones, de sentimientos, de sensaciones que nacen de lo más básico de nuestro ser. Cada vez son más las cosas que nos alejan de nuestros instintos y de los pla-ceres más elementales. Es incluso contradictorio que la tecnología de pronto esté dedicada a recrear aquello que nos hace ser huma-nos, estar aquí y ahora. Es verdad que hay ventajas maravillosas en ello; no todos los días podemos contemplar una aurora boreal o visitar el desierto del Sahara. Pero unos lentes de realidad virtual no pueden -al menos por el momento- sustituir el aroma de una rosa que recién abre sus pétalos ni el sonido de la voz cariñosa de aquella persona que te llama por tu nombre. Eso está dentro de ti, y esperamos que todo lo que encuentres en este número te haga revivir y descubrir aquello que desconocías o no recordabas. Así como dice la expresión, que puedas tener todo “a flor de piel”, que descubras líneas que hagan que tus sentidos lo perciban todo con gran intensidad.

Como cada mes, agradecemos a nuestros queridos columnis-tas (los de siempre y los que se suman) y a los dedicados colabo-radores de esta edición. Todos ellos comparten memorias, impre-siones y recomendaciones que nacen de sus propios sentidos y de las experiencias adquiridas a través de éstos y de las obras que han inspirado sus líneas que hoy son tuyas.

Nos gusta que nos leas. Ahora, esperamos que nos huelas, nos sientas, nos escuches, nos pruebes. No hay límites cuando se trata de sentir.

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ENTREvISTA Fernando Melchor

ENTREvISTA Guillermo Fadanelli

LIbROS cON SENTIDO

cÓMIc Neil Young´s Greendale

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LOS+vENDIDOSFIccIÓN NO FIccIÓN

JÓvENES

LOS CUATRO ACUERDOSMiguel RuizEDICIONES URANOHace miles de años los toltecas eran conocidos en todo el sur de México como “mujeres y hombres de conocimiento”. Los antropólogos los han de-finido como una nación o una etnia, y eran también una sociedad de cientí-ficos y artistas. Miguel Ruiz, un nagual del linaje de los Guerreros del Águila, comparte con nosotros las profundas enseñanzas de los toltecas.

DE ANIMALES A DIOSES: BREVE HISTORIA DE LA HUMANIDADYuval Noah HarariDEBATEHace cien mil años al menos seis especies de humanos habitaban la Tierra. Hoy sólo queda una, la nuestra. ¿Cómo logró imponerse en la lucha por la existen-cia? En De animales a dioses, Yuval Noah Harari traza una breve historia de la humanidad, desde los primeros humanos que caminaron sobre la Tierra hasta los radicales y a veces devastadores avances de las tres grandes revoluciones que nuestra especie ha protagonizado: la cognitiva, la agrícola y la científica.

EL INFIERNO ELECTORAL Bernardo BarrancoGrijalboSeis exconsejeros electorales, una consejera en funciones y un extitular de la FEPADE documentan la montaña de irregularidades del proceso electoral mexiquense de 2017. Su intención: analizar las artimañas de la ‘elección de Estado’ y prevenir al lector de cómo ese modus operandi podría repetirse en las próximas elecciones federales de 2018. Ya no se trata de ganar una gubernatura a la mala, sino de perder todo un proyecto de nación merced a la impunidad y la corrupción.

EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDOViktor Emil FranklHERDEREstremecedor relato en el que Viktor Frankl narra su experiencia en los campos de concentración. Él, que todo lo había perdido, que padeció ham-bre, frío y brutalidades, que tantas veces estuvo a punto de ser ejecutado, pudo reconocer que, pese a todo, la vida es digna de ser vivida y que la libertad interior y la dignidad humana son indestructibles.

TEMPORADA DE HURACANESFernanda MelchorRANDOM HOUSETras el éxito de Falsa Liebre, Fernanda Melchor sigue asombrando con su estilo radical. En esta segunda novela, la autora retrata realidades marcadas por la fatalidad y un constante abandono. El pretexto: una nota roja de la ranchería La Matosa. Según Yuri Herrera: Fernanda Mel-chor no sólo escribe con la potencia rabiosa que le reclaman los temas que ha decidido investigar, sino que en cada página muestra un oído y una agudeza pocas veces vista en nuestra literatura.

ORIGENDan BrownPLANETARobert Langdon acude al Museo Guggenheim Bilbao para asistir a un tras-cendental anuncio. El anfitrión es Edmund Kirsch, un joven multimillona-rio y uno de los alumnos más brillantes de Langdon; se dispone a revelar un extraordinario descubrimiento: ¿de dónde venimos? ¿Hacia dónde va-mos? No obstante, al poco tiempo de comenzar la presentación, estalla el caos. Perseguidos por un peligroso enemigo, Langdon y Ambra descu-brirán los episodios más oscuros de la historia y del extremismo religioso.

READY PLAYER ONEErnest ClineEDICIONES BEs el año 2045, el mundo es un desastre. Un videojuego de realidad virtual llamado OASIS proporciona la vía de escape que las personas necesitan. El creador, un enorme fan de la década de 1980, anuncia tras su muerte que el juego contiene un secreto, y quien lo encuentre heredará toda su fortuna. Wade Watts iniciará una carrera frenética en la que la única solución para sobrevivir es ganar.

UNO SIEMPRE CAMBIA AL AMOR DE SU VIDA (POR OTRO AMOR O POR OTRA VIDA)

Amalia Andrade ArangoPLANETA

OJALÁ TE ENAMORES Alejandro Ordoñez

ALTEA

LA LECCIÓN DE AUGUST R. J. Palacio

NUBE DE TINTA

YO, SIMÓN, HOMO SAPIENSBecky Albertalli

PUCK

COSAS QUE PIENSAS CUANDO TE MUERDES LAS UÑASAmalia Andrade Arango

PLANETA

PEDRO PÁRAMOJuan RulfoEDITORIAL RMPedro Páramo recoge lo más profundo de México y las formas y técnicas lite-rarias más avanzadas de su siglo. Pocas obras tocan al lector mexicano como ésta, considerada también un clásico de la literatura universal. Pedro Páramo tuvo una larga gestación, Rulfo la menciona por primera vez en una carta de 1947. En 1954 publica adelantos de la misma en tres revistas y en 1955 aparece como libro.

FUEGO Y FURIAMichael WolffTEMAS DE HOYPocos libros pueden presumir haber puesto en peligro una carrera presi-dencial, y sólo uno puede decir que ha conseguido que un presidente de Estados Unidos tratara de parar su publicación, reaccionara de manera furibunda en Twitter y provocara, con todo ello, ventas de más de un mi-llón de ejemplares en tres días, además de la publicación en una treintena de países.

LLÁMAME POR TU NOMBREAndré AcimanALFAGUARAUn viaje por los rincones más profundos de los sentimientos y el erotismo. En una localidad de la costa de Italia, durante la década de los ochenta, la familia de Elio instauró la tradición de recibir en el verano a estudiantes o creadores jóvenes que, a cambio de alojamiento, ayudaran al cabeza de familia, catedrático, en sus compromisos culturales. Oliver es el elegido este verano, un joven escritor esta-dounidense que pronto excita sobremanera la imaginación de Elio.

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LOS+vENDIDOSELEcTRÓNIcOS ARTE

NIÑOS

EL INFIERNO ELECTORAL Bernardo BarrancoGrijalboSeis exconsejeros electorales, una consejera en funciones y un extitular de la FEPADE documentan la montaña de irregularidades del proceso electoral mexiquense de 2017. Su intención: analizar las artimañas de la ‘elección de Estado’ y prevenir al lector de cómo ese modus operandi podría repetirse en las próximas elecciones federales de 2018. Ya no se trata de ganar una gubernatura a la mala, sino de perder todo un proyecto de nación merced a la impunidad y la corrupción.

TEORÍA DE LA MÚSICAFrancisco Moncada GarcíaEDICIONES FRAMONGTeoría con la que toda persona puede aprender los conceptos de la música a partir de un sistema de preguntas y respuestas.

MAX ERNST: UNE SEMAINE DE BONTÉFundación Cultural MAPFREEn 1934, el maestro del collage surrealista, Max Ernst, publicó en cinco panfle-tos la obra titulada Una semana de bondad. En ellos, cada día de la semana está asociado a un ‘elemento capital’ y el artista despliega sus seres tan extraordina-rios como grotescos. Esta obra sólo podía ser apreciada por los coleccionistas hasta 1976. Hoy en día, es un título obligado para los amantes de las artes, en general, y de las vanguardias, en particular.

PEQUEÑO CERDO CAPITALISTA: INVERSIONESSofía MacíasAGUILARPequeño Cerdo Capitalista se convirtió en un éxito editorial pues su autora lo-gró asesorar a sus lectores en el ahorro. Logramos ahorrar, pero ¿qué hacer ahora con lo ahorrado? En este volumen, Sofía Macías nos adentra en el mundo de las inversiones. Pequeño Cerdo Capitalista: Inversiones te enseñará entre otras cosas qué son las inversiones, cuál es tu perfil de inversionista y qué hay detrás de cada opción para que elijas las que embonen más con tus metas.

GRAVITY FALLS: DIARIO 3Disney

PLANETA JUNIOR

CUENTOS DE BUENAS NOCHES PARA NIÑAS REBELDES

Elena Favilli/ Francesca CavalloPLANETA

MÉXICOJuan Cristóbal García SánchezPUBLICACIONES ILUSTRACiudades, pueblos, iglesias, conventos, monumentos, gentes, atmósferas, todo esto es descrito en esta magnífica travesía dirigida al generalista selec-to, cubriendo principalmente el Grand Tour cultural mexicano, tan sorpren-dente y valioso como excelso y diverso. En este sabroso y brillante libro el lector disfrutará del olvidado arte de viajar y apreciará el maravilloso legado de México desde valiosas perspectivas, obteniendo así las claves y sugeren-cias para gozar un recorrido esencial, ameno, rico y revelador.

LAS MEDIDAS DE UNA CASA:ANTROPOMETRIA DE LA VIVIENDA Xavier FonsecaPAX MEXICOTodas las medidas para el diseño de una casa. Desde el tamaño de los muebles hasta la altura de los accesorios. ¿Cuánto debe medir una escalera o un área de circulación? Esta obra imprescindible da al profesionista y al usuario, de manera clara y sencilla, todos los datos de la antropometría, análisis de mo-biliario, diseño urbano, control ambiental, incluyendo el uso de energía solar, circulaciones y otros.

MANUAL PRÁCTICO PARA EL ESTUDIO DE LAS CLAVES DE SOL, FA Y DOGeorges DandelotMUSICAL IBEROAMERICANAEste manual te lleva de la mano y paso a paso para que aprendas de la forma más rápida y sencilla a leer la música. Muestra gráficamente la posición de las claves y los tiempos de ejecución.

EL DÍA QUE LOS CRAYONESRENUNCIARON

Drew Daywalt, Oliver JeffersFONDO DE CULTURA ECONÓMICA

DIARIO DE GREG 12Jeff Kinney

OCÉANO HISTORIAS GRÁFICAS

COCO, EL CÓMICDISNEY

PLANETA JUNIOR

LLÁMAME POR TU NOMBREAndré AcimanALFAGUARAUn viaje por los rincones más profundos de los sentimientos y el erotismo. En una localidad de la costa de Italia, durante la década de los ochenta, la familia de Elio instauró la tradición de recibir en el verano a estudiantes o creadores jóvenes que, a cambio de alojamiento, ayudaran al cabeza de familia, catedrático, en sus compromisos culturales. Oliver es el elegido este verano, un joven escritor esta-dounidense que pronto excita sobremanera la imaginación de Elio.

UNA NOVELA CRIMINAL Jorge VolpiALFAGUARABasada en los hechos de una de las más duras crisis del gobierno de Felipe Calde-rón, esta novela narra los acontecimientos del caso de Israel Vallarta y Florence Cassez. Uno de los episodios más oscuros del sistema penal mexicano es aborda-do por Jorge Volpi en esta novela, ganadora del XXI Premio Alfaguara de Novela. Volpi utiliza la ficción para intentar llenar los vacíos recurrentes en este caso que, además, devino en un incidente diplomático entre México y Francia.

CÓMO CONSTRUIR LA AUTODISCIPLINA Martin MeadowsEntre los factores que influyen en la consecución de las metas, la autodisciplina es el más importante y el que más se ha estudiado formalmente. Investigaciones desde muchas ciencias nutren este título, cuyo interés no es explicarte el ‘por qué’ de la autodisciplina, sino ‘cómo’ desarrollarla. A través de casos muy concretos, Meadows muestra al lector un abanico de las más eficientes técnicas para la cons-trucción de la autodisciplina.

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Por ROLANDO RAMIRO VÁZQUEZ MENDOZA

¿Es necesario hablar de los temas que Fernan-da Melchor aborda en Temporada de huraca-nes (Alfaguara, 2017)? Sí, aunque no hacía falta decirlo. Esta novela rebate las lecturas que la consideran un ejemplo de violencia

gratuita y que optan por un tratamiento, más que rudimentario, falso, incluso artificial, lo que haría perder verosimilitud a la potente prosa que cuenta tanto las tragedias personales como sociales que se desarrollan en La Matosa.

Melchor es clara cuando habla acerca de las obli-gaciones que un escritor asume, y traza la diferen-cia entre éstas y los temas inevitables, aquellos que, aunque uno pretenda relegarlos, van a manifestarse de manera inexorable: “Alguna vez alguien me pre-guntó si el compromiso social de un escritor es algo obligatorio. Yo le dije que obligatorio es el compro-miso de referirte a la realidad o de escribir acerca del presente, de la situación de tu país o región. Obli-gación no es quizá la palabra adecuada, porque no creo que sea algo que puedas evitar, incluso aunque tú prefieras eludir estos temas, dejarlos de lado, eso es ya una decisión estética y es política. Para mí es inevitable, nunca me he puesto a pensar por qué lo hago o si quiero hacerlo; a mí me gusta hablar del presente, del México en el que vivimos y de la condi-ción humana. Me interesa abordar estos sentimien-tos difíciles de nuestra condición, porque también es lo que nos hace ser humanos; nuestra humanidad no proviene nada más del altruismo, de la bondad y de la capacidad de sacrificio y del heroísmo que podemos demostrar, proviene también de lo abyec-tos que podemos ser”. Esto último es medular en la postura de la escritora veracruzana, que traza una característica en su narrativa de largo aliento que la acompaña desde Falsa liebre (Almadía, 2013): las situaciones límite y la forma en la que cada persona las afronta, transitando por un camino que no es ni todo luz, ni todo sombra, porque la vida real no se conforma con dos tintas. Melchor añade enseguida: “Considero que es interesante mostrarlo porque sin esa parte no somos nosotros. La literatura, y espe-cialmente la novela, una de la cosas que busca es mostrar esta gran variedad de grises que existen en el espectro de la humanidad, no sólo lo blanco y lo negro; una novela mala es aquélla que te presenta un personaje súper bueno y al villano súper malo, entonces se vuelve una caricatura, otro tipo de pro-ducto que no es una novela. A veces tengo la impre-sión de que a muchas personas no les gusta tocar estos temas, y es comprensible, no es nuestro lado bonito. Escribir Temporada de huracanes se debió a una constante interrogación mía acerca de por qué ciertas personas deciden cruzar una línea: cometer un crimen, matar a alguien, por qué unas personas lo hacen y otras no lo hacemos, hay que ver qué su-cede ahí, qué propicia en la vida de una persona y su entorno que eso suceda. Me parece muy interesante y digno de ser estudiado”.

Abordar y narrar lo abyecto en lo humano se vuelve una forma de poner el dedo en la llaga, de recordarnos en todo momento los peligros que ace-chan detrás de una cara conocida, de una sonrisa o de acciones disfrazadas de benevolencia. El caso de la violencia contra las mujeres puede ser el más visible para estos fines: “Normalmente la prensa o

NARRAR LO ABYECTO

FERNANDAMELCHOR

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cierta visión caricaturista de las cosas quiere ver al feminicida como un tipo idiota, pobre y moreno, porque ser moreno es lo peor que te puede pasar en esta sociedad racista en la que vivimos. Cuando encuentran a un feminicida inteligente, ‘normal’ o funcional, que tiene trabajo o pareja, la gente dice: ‘no, qué pasa, era un hombre normal, cómo se con-virtió en un monstruo’, pero es que no existe el monstruo ni el hombre ‘normal’, hay una sociedad que produce este tipo de violencia, hay un sistema que considera ob-jetos a las mujeres, cosas sin valor, y es el que propicia esta violencia; es una cuestión es-tructural e históri-ca. Muchas veces la normalización del feminicida es la otra cara de la monstri-ficación: el femini-cida tiene que ser feo y te tiene que violar en un callejón oscuro; esta visión pasa por alto que la mayor parte de la violencia contra la

mujer, al menos en Puebla, se comete en los hogares por gente

conocida por ellas, hombres perfectamen-te ‘normales’”.

Hay dos puntos en Tempora-da de huracanes que Melchor

trabajó con minucia a lo largo

Nuestra humanidad no proviene nada más del

altruismo, de la bondad y de la capacidad de sacrificio, proviene

también de lo abyectos que podemos ser.

TEMPORADA DE HURACANES.Editorial: Random HouseGénero: FicciónCon un ritmo y un lenguaje magistrales, esta obra explora las sinrazones que subyacen a los actos más desesperados de barbarie pasional.

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de los ocho capítulos que conforman la novela; uno fue el lenguaje con el que se cuentan las peripecias de los personajes, y el otro, las perspectivas que van construyendo y ensanchando las dimensiones de los protagonistas: “Amo el lenguaje popular, el lenguaje de la gente, la manera en la que habla, las frases que usamos y reproducimos como memes, y que vienen desde mucho tiempo antes; tienen una sabiduría que a veces otro tipo de explicaciones mucho más racionales no pueden alcanzar. Me in-

teresa que mis personajes puedan construir su mun-do y su percepción de sí mismos y de lo que les rodea por medio de sus propias palabras. Cuando decidí escribir esta novela me costó mucho trabajo encontrar un narrador que pudiera combinar esto; quería un narrador omnisciente porque tie-ne muchas ventajas: está por encima de cualquier cosa y lo puede ver desde cierta distancia, pero no quería sólo tener un na-rrador que lo viera todo, más porque mis perso-najes viven situaciones

de marginalidad muy cañonas. La idea era tener a este narrador que fuera capaz de estar al ras y de ponerme en el lugar de ellos, estar con ellos y hacer sentir al lector sobre todo en carne propia lo que esos personajes estaban viviendo”, y finaliza: “La buena literatura, incluso si no es ficción como A sangre fría, de Truman Capote, cómo fue capaz de presentarnos a estos criminales que son perso-nas que tuvieron vidas difíciles, súper horribles, que los dejaron marcados para siempre y, sin embargo, tú ves el crimen que cometieron y piensas que es algo espantoso. Esta capacidad que tiene Capote y muchos grandes escritores de mostrarnos, de po-dernos hacer empatizar con los personajes, es de-cir, poder entender de dónde vienen pero al mismo tiempo no poder perdonarles lo que han hecho, es algo que yo he tratado de conseguir. Me parece que la única manera de darle dimensión a los personajes es tratando que los lectores puedan encontrar algo de dónde agarrarse. Lo que hago en Temporada de huracanes es que, como hay varios personajes que están hablando desde su propia perspectiva, se pueden ir complementando. Al principio se presen-ta Luismi —uno de los personajes— como un güey irresponsable, un desgraciado que ha roto la armo-nía familiar; en un tercer capítulo se presenta como un cuate que sólo quiere drogarse porque es tanto su sufrimiento que prefiere no sentir; después lo ves como el salvador de una persona y finalmente como un objeto moroso. Colocar varios personajes y sus propias percepciones acerca del entorno, de sí mis-mos y de sus vidas, me permitió mostrar distintas facetas y profundizar cada vez más en ellos. Eso no es ninguna cuestión técnica, es una cuestión intui-tiva; tú vas construyendo las historias un poco a la manera como te cuentan un chisme, te introducen a una y poco a poco vas comprendiendo las com-plejidades entre los personajes y sus conflictos”. +

Ve la entrevista en mascultura.mx

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ALBERTO CHIMALSi las puertas de la percepciónfueran limpiadas, cada cosa aparecería ante el hombre como es: infinita.

WILLIAM BLAKE (1790)

AELV

S

DE LO

LA

REAL

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En Matrix (1999), la famosa película de Lana y Lilly Wachowski, un personaje llamado Mor-pheus –Morfeo, como el dios de los sueños de la mitología griega– encabeza a un grupo de rebeldes dedicado a combatir a las máquinas que han tomado el poder y oprimen a los seres humanos en un futuro distópico. Un recluta de Morpheus, llamado Neo, es rescatado de la Matriz (así se podría haber traducido el título al castellano): una red digital a la que los cere-bros de millones de personas aprisionadas por las máquinas están directa y perpetuamente conectados.

Tras su liberación, Neo se queda asombra-dísimo porque ni siquiera estaba enterado de ser un prisionero: como a todos los demás, la Matriz le había dado (literalmente) la im-presión de vivir una vida libre, rutinaria, en una ciudad occidental de fines del siglo XX. Conectado desde su nacimiento, inmoviliza-do dentro de una estrecha cápsula de metal, en un estado de absoluta privación sensorial, nunca había movido realmente su cuerpo, ha-blado con nadie, vivido nada de lo que creía haber vivido, porque los sucesos de su “exis-tencia” habían sido sólo imágenes de un mun-do virtual, generadas y mantenidas por una computadora.

Peor aún, Morpheus, que además de guerrillero es un poco filósofo, pone en pro-blemas a Neo durante una conversación en la que ambos tocan, justamente el tema de lo real, y le dice:

¿Qué es real? ¿Cómo defines “real”? Si te refieres a lo que puedes tocar, lo que puedes oler, lo que puedes saborear y ver, entonces lo “real” es simplemente señales eléctricas interpretadas por tu cerebro.

Morpheus omite el sentido del oído, por su-puesto; supongamos que fue un error. Igual tiene parte de razón: aunque el verbo inter-pretar puede meternos en problemas a la hora de discutir sus implicaciones, las “señales eléc-tricas” a las que se refiere no son únicamente las que la Matriz enviaba a Neo mediante un cable fijado a su nuca. Los humanos sin cone-xión a la Matriz también utilizamos señales eléctricas: la información que recibe y procesa nuestro sistema nervioso se conduce de esa manera por el interior de nuestro cuerpo. Y parte crucial de esa información es la que llega desde los órganos de los sentidos: los ojos, la nariz, los oídos, la lengua, la piel.

Las impresiones sensoriales que nos dan esos órganos son, en efecto, la única forma que tenemos de hacer contacto con el mundo más allá de nuestro cuerpo y nuestra concien-cia individuales, de saber qué pasa en nuestro entorno físico: la parte a la que tenemos ac-ceso de lo real, y a partir de la cual se forma nuestra experiencia de lo real, nuestra reali-dad.

En el siglo XVIII, el filósofo Etienne Bonnot de Condillac imaginó una estatua viviente a la que se iban dando uno por uno los cinco sen-tidos, y a partir de ellos desarrollaba una con-ciencia; si esto se relatara al revés, quitando uno a uno los sentidos a alguien que los tuvie-ra, tendríamos una historia de terror. Aunque no llega a esos extremos, el caso real de la es-critora Helen Keller puede dar una idea de lo terrible de semejante situación: ciega y sorda desde los 19 meses de edad, Keller pasó años viviendo casi como un animal, en una realidad ínfima, hasta que una maestra, Anne Sullivan, le enseñó con grandes esfuerzos los rudimen-tos del lenguaje.

Aunque tenía experiencias mediante un sustituto o sucedáneo de las impresiones sen-soriales, Neo en la Matriz se parecía más a Ke-ller o a la estatua de Condillac, porque no tenía sentidos, en un principio, que le sirvieran. Al mismo tiempo, así como la conciencia de Neo pudo ser secuestrada fácilmente durante mu-chos años, su libertad no sería nada fácil. Mor-pheus, de forma muy teatral, comienza una de sus primeras lecciones para él con una frase de otro filósofo, Jean Baudrillard: “bienvenido al desierto de lo real”, le dice. El planeta Tie-rra fuera de la Matriz es en efecto un páramo, devastado por guerras espantosas, pero Mor-pheus quiere decir también que la experiencia individual de cada persona sólo puede incluir una parte de la plenitud enorme de todas las cosas que podríamos escuchar, ver, oler, tocar o saborear. El desierto de lo real sería el terri-torio en el que cada uno de nosotros tendría acceso únicamente a su propio fragmento de realidad. Y en éste, además, nunca estarán las impresiones del mundo físico para las que no tenemos órganos adecuados. No podemos sentir campos magnéticos ni eléctricos; no podemos ubicarnos en el espacio por medio de sonidos, como los murciélagos o los delfi-nes… En la serie Battlestar Galactica (2003-2009), el androide Cavil, un ser artificial pero de carne y aspecto humanos, se queja con su creadora de estas limitaciones:

¿Has visto a una estrella convertirse en supernova? (…) Yo sí. Vi explotar a una estrella (…) ¿Y sabes cómo percibí uno de los más gloriosos eventos en el universo? ¡Con estos globos gelatinosos que tengo en el cráneo! Con ojos diseñados para percibir sólo una fracción minúscula del espectro electromagnético, con oídos diseñados sólo para escuchar vibraciones en el aire (…) ¡No quiero ser humano! ¡Quiero ver los rayos gamma! ¡Quiero oír los rayos X! (…) ¡Quiero oler la materia oscura! ¿Ves el absurdo de esto que soy?

Tenemos claras (al menos en las artes) las im-perfecciones: la insuficiencia de nuestros sen-tidos. Y, sin embargo, la cuestión podría abor-darse de otro modo. La frase de William Blake con la que comienza este texto da por sabida la escasa porción de lo real que está a nuestro alcance, pero le interesa insistir en su reverso: en lo enorme que es la plenitud, aunque no podamos aprehenderla completa.

¿No podríamos evocar también esa abun-dancia, aunque fuera con palabras? Imagine-mos no el desierto, sino la selva de lo real: un espacio igual de vasto, igual de intrigante, igual de peligroso, pero no vacío: al contrario, repleto.

Esta otra imagen podría ser útil. Actual-mente, los que están tomando el poder en muchos lugares del mundo no son máquinas tiránicas, sino humanos extremistas de todo tipo, a veces ayudados por las herramientas de información (o desinformación) que ofre-

cen las redes sociales, a las que millones prestan su atención durante buena parte de cada día y que son lo más cercano a la Matriz que ha creado nuestra especie. Y resulta que la mitología de Matrix se ha integrado al vocabulario de esas organizaciones extremistas. Para algunas de ellas, “despertar a la realidad” o “abandonar la Matriz” significa adoptar la creencia de que un enemi-go los tenía bajo su control y les “hacía creer” que el racismo, la discriminación religiosa, el machismo y el abuso de poder están mal.

A la vez, se escudan de toda crítica con una postura relativista: arguyen que no se debe atacar “sus opiniones” y que “a fin de cuentas todo es relativo”. Lo real no existe, parecen decir, más allá de la realidad de cada quién, y del poder físico o económico que respalda a quienes quieren imponerse (e imponer su rea-lidad) sobre otros.

Pero las historias de Morpheus, Condillac, Keller, Cavil y Blake (y muchísimos otros) nos recuerdan uno de los grandes hallazgos del pensamiento humano: precisamente la idea de que la selva de lo real sí existe. De que más allá de nuestras experiencias personales hay un mundo físico que podemos, al menos hasta cierto punto, experimentar, interrogar y comprender. Una realidad común aunque sea inabarcable, a salvo de las veleidades de individuos y de turbas. Pese a todo, los cinco sentidos son la puerta de acceso a ese mun-do. La idea optimista de muchos filósofos del tiempo de Condillac era que concienciar lo objetivamente real permitiría mitigar, al me-nos, nuestros muchos males. No es una idea que convenga abandonar, y menos ahora, que nuestras redes nos ofrecen, con frecuencia, sólo un poco de nuestras peores pesadillas. +

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MATRIXEstrenada el 31 de marzo de 1999 escri-ta y dirigida por las hermanas Wachowski y protagonizada por Keanu Reeves.

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12

Creo que apenas eran las siete cuando el cansancio por no haber dormido la noche anterior acabó por mandarme a la cama temprano, aún vestido. Me encontraba boca abajo cuando sentí la vibración del

celular cerca de mi brazo derecho. A media luz, entre dormido y despierto, estiré la mano para tomarlo y ve-rificar de quién era el nombre en la pantalla. Una parte de mí esperaba que no fuese alguna persona irritante; otra parte de mí esperaba un mensaje de esos cálidos que te toman por sorpresa. Para mi fortuna, fue lo se-gundo. Sorpresa y propuesta. Aquella secuencia me trajo hasta aquí. Once de la noche, un café helado en el buró, y un cigarro que espera a ser consu-mido cuando llegue el bloqueo de creatividad.

Aquí en la habitación, el cuerpo siente los die-cisiete grados centígra-dos, la lengua saborea el sabor amargo del café, mis manos entre pausa, angustia, y arrepenti-miento, sudan sobre las teclas fluorescentes de la computadora. Afuera los perros ladran como siempre en la Ciudad de Mé-xico. Escucho el sonido de los autos sobre la calle, algunos llegan, otros se van, alguna canción de reg-gaetón se oye a lo lejos. La vida nocturna en viernes es electrizante. Soy afortunado al poder percibirlo todo, al no tener ninguna limitante que me permita disfrutar de esta inercia que normalmente no valora-mos, o de la que nunca estamos conscientes. Satis-facemos deseos secundarios que nos causan placer, satisfacción y adrenalina, olvidando de dónde parte todo esto. El comer, el observar un partido de futbol o una pantalla de cine, el comprar boletos para estar en un concierto, cantar a gritos, escuchar la euforia, sentir la euforia, ir a casa de tus padres, oler el aroma de la cocina de tu infancia, tu casa, tus recuerdos, construir nuevos, besar, entrelazar, sentirte dentro, beber alcohol, abrazar, verte frente al espejo, tomar una fotografía, escrolear el Instagram, leer un libro, oler un libro, probarte ropa, la comodidad de usar calcetines nuevos, un nuevo álbum salió al mercado, descargarlo, terminar una serie de televisión, el aro-ma de la lluvia, el aroma del césped recién cortado. Placer y dolor. Desesperación, hambre, desigualdad, leer un encabezado más sobre la corrupción, una fo-tografía de guerra, atentado terrorista, desastre na-tural. Escuchar los gritos de tu jefe, de tu esposa, de toda la ciudad. Respirar el aroma a basura, sentir el calor sofocante del transporte público, caos, ansie-dad. Sentarte a observar durante horas la pantalla en blanco del ordenador, leer un mensaje, una mala no-

ticia de tu mejor amigo o de un familiar. Discusiones y peleas por WhatsApp. Caerte, sufrir una quemadu-ra, romperte un brazo, tener resfriado, despertar con resaca, dolor de cabeza, hambre mundial. Escuchar un accidente, ver el accidente, un auto destrozado, divorcios, soledad. Escuchar una canción que te haga llorar. Podría seguir. He aquí la dualidad. Sentirte vivo. Estar vivo. Estar plenamente consciente de tus sentidos. Esto es el cuerpo, el instrumento, la vasija, la máscara, el recipiente que te hace saber que estás. Eres afortunado, para bien y para mal. Porque de eso se trata el sentir, el poder experimentar todas aque-

llas sensaciones y expe-riencias que se quedan grabadas en tu piel, en lo que creemos que es el alma, en esa porción de ti, en tu nombre, en tu apellido, en tu his-toria, tu presente y tu futuro. Imagina que no existiera, imagina por un momento que tuvieras que despren-derte de todo aquello. El no poder sentir ni dolor ni placer. Impor-tante recordarlo para

que no seamos solamente un cuerpo de metal que va caminando y consumiéndose con la inercia del tiempo. Condenados al tiempo y a esta mortalidad, estamos obligados a disfrutar cada oportunidad de la existencia. Se lee bastante romántico. Bastante ro-mántico es que un desconocido te diga que incluso el sufrimiento es algo que hay que disfrutar. Nadie lo desea. Nadie quisiera experimentar dolor, incomo-didad pero la realidad es inevitable. Aunque también hay de paraísos a infiernos. ¿Cómo los construimos? ¿Dependen de nosotros mismos? ¿De nuestra visión, nuestra experiencia, la madurez emocional, la sani-dad mental, la resistencia, nuestro pasado, el privile-gio? En esto no hay respuestas certeras o exactas, no hay fórmulas, ni maestrías, ni diplomados, ni talleres, ni conferencias. Nos construimos como nos parezca correcto, como vayamos aprendiendo.

Al final, quizás sabremos que quedarán los compo-nentes del beso, de la mano en tu mano, del aroma a pan recién horneado, el café por la mañana, el aroma de otro cuerpo, las largas conversaciones los viernes o sábados por la noche, un amanecer en la playa, la are-na y la brisa del mar, el helado en verano, el verde en primavera, la lluvia sobre la ventana, una tarde fría en alguna terraza, tu comida favorita, tu lista de películas, de libros, de álbumes y recuerdos. El amor apasiona-do y el amor desvencijado. Tu familia, tus amigos, tu trabajo. Tus logros y reconstrucciones, tus nuevos co-mienzos, tu volver a empezar. Y encontrar a diario en los sentidos, el significado de estar vivo. +

EL TACTOSi la mano se aventuraa conocer tu sonrisaes porque toca en lo obscurouna luz que la acaricia. Tu sonrisa verticalse incendia, muerta de risay a la amante, que suspira,precipita en su codicia: Nada doy, nada soy,nada nunca,no, ni eso. Y el amante, sorprendidopor la mano quebradizarompe el silencio.Y el llanto, confuso,se vuelve risa. Por que el tacto es el sentido sin órgano exclusivo:Todo el cuerpo dentro y fueraes sólo suyo,mío, tuyo.

Alberto Ruy-Sánchez

Alberto Ruy-Sánchez se ha destacado como escritor de novela, de ensayo, de cuento, de poesía. Sus creaciones han re-cibido elogios de los lectores y de gran-des figuras como Octavio Paz, quien dijo que “Las obras de ficción de Ruy-Sánchez son siempre asombrosas […] Su escritura tiene nervios y agilidad, su inteligencia es aguda sin ser cruel.” Se puede hablar de todo lo que ha publicado, de la larga lista de premios y distinciones que ha recibido a lo largo de su extensa carrera, pero nada describirá mejor a Alberto que sus propias palabras, aquí y ahora plasmadas en forma de poema.

Agradecemos a Alberto por su generosidad al compartirnos este poema.

C H R I S T I A N L . V O L K M A R

Secuencias

Soy afortunado al poder percibirlo todo. Al no

tener una limitante que me prohíba disfrutar de la inercia que normalmente

no valoramos.

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MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA 303, COLONIA GRANADA, CIUDAD DE MÉXICO FUNDACIONJUMEX.ORG

Memorias del subdesarrollo

22.MAR.–09.SEP.2018

El giro descolonial en el arte de América Latina, 1960-1985

� MUSEO JUMEX

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Memorias del subdesarrollo: el arte y el giro descolonial en América Latina, 1960-1985 está organizada por el Museo de Arte Contemporáneo de San Diego en conjunto con el Museo Jumex, y el Museo de Arte de Lima. El apoyo principal se proporciona mediante subvenciones de la Fundación Getty. Un apoyo adicional procede de una subvención del National Endowment for the Arts. Este proyecto ha recibido un apoyo generoso de suscripción de Maryanne e Irwin Pfister y de la Fundación LLWW.

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OLFATOThe perfume collector: a novelKathleen TessaroHarper Paperbacks

Inmortalizada en tres per-fumes evocadores, la histo-ria de Eva d'Orsey transfor-mará la vida de una joven

recién casada que parece no encontrar su lugar en el mundo. Grace Monroe es obligada a elegir entre ser la mujer que se espera que sea o convertirse en quién realmente es. Desde Nueva York a Mon-te Carlo, París y Londres, esta es la his-toria de una mujer única que inspiró a uno de los grandes perfumistas de Pa-rís, del amor complejo y obsesivo entre musa y artista y del tremendo poder de la memoria y el olor.

GUSTODelicatessenJean Pierre Jeunet & Marc CaroZima Entertainment

En un viejo edificio afincado en una Francia post-apoca-líptica, sobrevive un grupo de excéntricos habitantes

cuyo apetito es saciado gracias a la te-naz labor de su estricto casero. Nada parece alterar a este poco convencional grupo de sobrevivientes hasta la llegada de un nuevo inquilino que no sólo con-quistará el corazón de la hija del peculiar casero-carnicero sino también cambia-rá las vidas de todos.

Productos disponibles en: Librería Mauricio Achar, Miguel Ángel de Quevedo 121.

Productos de importación sujetos a disponibilidad.

EL RINCÓN GOURMET

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VISTAVermeer. The Complete WorksKarl SchützTaschen

Una profunda mirada a través de nuevas foto-grafías en formato XL de las 35 obras de Johan-

nes Vermeer, que incluye además de numerosos detalles de su vida, tres desplegables y un ensayo que revela su extraordinaria habilidad para convertir una pintura al óleo en una escena que parece cobrar vida ante los ojos del espectador.

TACTOAlberto GiacomettiBeyond Bronze: Masterworksin Plaster and Other MaterialsZürich KunsthausScheidegger and Spiess

Cincuenta y dos años después del fallecimien-to de Alberto Giacometti (1901-1966), esta mono-

grafía ilumina en una serie de imáge-nes que antojan tocarse, los aspectos fundamentales de su obra y técnica en escultura. Este libro reúne años de exhaustivos trabajos de investigación y restauración en setenta y cinco yesos provenientes de la colección de Kuns-thaus Zürich, legados por Bruno Giaco-metti, hermano menor de Alberto.

OÍDO1001 Albums you must hearbefore you dieRobert Dimery & Michael LydonOctopus Publishing Group

Una guía visual para de-leitar tus oídos e imagina-ción con la historia detrás de los álbumes más rele-

vantes que han forjado la música con-temporánea. Ideal para los melómanos de corazón que extrañan el arte en las portadas y la buena música.

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En su deseo por convertirnos en máquinas animadas de sencilla operación, las empre-sas ‘inteligentes’ y los publicistas de nues-tra era promueven hermosear la realidad a la cuenta de unos clics, celebrar el au-

torretrato digital por encima de la sonrisa natural, a las fotografías de paisajes mucho más que a los paisajes originales, a las encantadoras falsas noti-cias por sobre los mundanos sucesos cotidianos, a los buscadores de información mucho más que a la misteriosa e infinita memoria humana. Nada extra-ña que al bajar la guardia un día cualquiera, nos des-cubramos tanto más fascinados por las aplicaciones tecnológicas que prometen recompensar nuestros sentidos corporales, que por las propias capacida-des fascinantes de nuestro cuerpo para percibir estímulos externos o internos. Así las cosas, podría resultar un lujo tomar en consideración esos otros sentidos fabulosos que escapan a los alcances de las aplicaciones tecnológicas. El sentido del equilibrio, por ejemplo, podría incitarnos a caer en disquisicio-nes filosóficas, en la tentación de formular pregun-tas existenciales para las que nunca parece haber respuestas definitivas, la invitación a un viaje que demanda la colaboración del sistema de navegación satelital, pero también del instinto, la memoria, la imaginación y el sentido afectivo. Resistir con de-coro lo impredecible podría depender del auxilio del sentido del humor y el sentido del ridículo, mien-tras que la empatía como sentido sería categórica para consumar la supervivencia, pues a la fecha no hay inteligencia artificial que comprenda por sí mis-ma la lógica de celebrar la vida mediante la ayuda mutua, que implica riesgos. A continuación, cuatro libros que acompañan bien a la hora de caminar por la vereda cambiante que fluye entre la realidad y la fantasía:

El libro negro de los colores cumplió en el 2017 diez años de sorprendernos. ¿Cómo le describirías los colores a alguien que nunca los ha visto? Toca las palabras y empieza a imaginar. Este es un libro que trata sobre la percepción del color, con el negro como único color. Tomás tiene una manera particu-lar de percibir el mundo, lo ha visto de todas las for-mas posibles menos con los ojos. Los colores tam-

bién se oyen, se huelen, se palpan y se saborean. Sansón en la nieve es una celebración a los días

soleados y los sentimientos que el color amarillo fertiliza en el corazón, también es un tributo a las tormentas de nieve que suponen giros en el cami-no, que lo pintan todo de blanco e invitan a rees-cribir la historia sobre una hoja nueva. Un elefante, una pajarita y un ratón son testigos de cómo en el transcurrir de un color a otro, se atraviesan colinas, se viven encuentros y, con suficiente fortuna y una intuición diligente, se consuman anhelos. El libro es una oda a la amistad.

El Hombre Luna, con sus entretenidas aunque no del todo confortables aventuras en la Tierra, nos regala la perspectiva de alguien que vive fuera del planeta y que, por lo mismo, aprecia los detalles sencillos que nos alegran la vida a los habitantes del globo. Era tal su deseo de bailar en una fiesta que se las ingenió para llegar aquí. No tuvo el recibimiento que esperaba; por lo visto a la mayoría de los huma-nos nos asusta lo que desconocemos. Lo bueno es que siempre habrá flores, aromas, fiestas de disfra-ces, científicos olvidados y mariposas que salgan al rescate de nuestra reputación.

¿Ves al revés? Doña Murciélago pidió una som-brilla para poder mantener los pies secos, luego de avistar que un enorme nubarrón de lluvia se forma-ba allá abajo. Pero si el cielo está arriba y no abajo, pensaron casi todos los pequeños animales de la selva, ¡Doña Murciélago está loca! Se convencieron de aquello, apenas la escucharon hablar de las mon-tañas, los árboles y otras cosas. Consultaron al Búho Sabio y la historia se puso otra vez de cabeza… Qui-zá convendría hacer aquello más seguido, convertir en hábito el contemplar las cosas de lado, a ras del suelo, desde un espejo y al revés, hacerlo como una expresión de libertad y de amor al prójimo. Nadie puede limitar nuestra curiosidad natural, aunque conviene mantenernos atentos; quienes procuran vendernos algo, sea un objeto, un estilo de vida, una ideología, se esfuerzan día con día por delimitar nuestro deseo por aprender algo nuevo. De cuánto aprendizaje fabuloso nos perderíamos si aceptára-mos reducir nuestra percepción a la lectura de una única posibilidad. +

K A R E N C H A C E K

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TAMBIÉN TIENE SENTIDOREVÉSAL

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17PARA vER Y OÍR

El sonido en las pelícu-las es un arte aparen-temente olvidado, de esos que si está bien hecho nadie lo nota o los resultados pueden ser exponencialmen-te asombrosos. En el

ejercicio de conocer el mundo que nos rodea a través de nuestros sentidos, Marshall McLuhan afirma en su teoría de la percepción que la “imagen” que creamos por uno de nuestros senti-dos necesita ser fortalecida por todos los demás, debido a la dependencia que tenemos a la percepción visual y la necesidad que tiene el sentido del oído de que la vista confirme lo que ha percibido.El descubrimiento del entorno a través de la exploración sonora es en parte el pretexto con el que Wim Wenders nos introduce en Historia de Lisboa. El ingeniero de sonido Philip Winter (in-terpretado por Rüdiger Vogler) recibe

La Historiade Lisboa

Wim Wenders En 1968 la gran mayoría de los gru-pos británicos que lideraron la escena en los cuatro años anteriores se había disuelto y el rock

entraba en una etapa de sofisticación. Muchos músicos se unirían para expe-rimentar nuevos sonidos dando origen a los llamados supergrupos: bandas con varios músicos virtuosos que ya habían alcanzado popularidad anteriormente. Con el surgimiento de Blind Faith la expresión supergrupo cobró su valor definitivo pese a su corta duración y tremenda calidad.

Blind Faith se formó a finales de 1968 por Eric Clapton –guitarra y voz– y Stevie Winwood –teclado, órgano, piano y voz– durante un descanso de Traffic, junto a Ginger Baker (Cream) –batería y percusiones– y a Rick Grech –violín, bajo y voz– quien había dejado a Family.

La expectativa generada por el si-guiente proyecto de Clapton causó que

Blind FaithBlind Faith

17

una invitación de su amigo, el direc-tor de cine Friedrich Munro, para viajar a Lisboa a grabar sonidos de la capital portuguesa para completar el montaje sonoro de su última pelí-cula. Al llegar, el cineasta ha desapa-recido pero dejó mensajes crípticos que lo ponen en movimiento.La fascinación que la ciudad y una hermosa cantante de nombre Teresa causan en Winter, le hace quedarse en Lisboa a terminar el trabajo de su amigo ausente con quien finalmente se encuentra. Winter sonoriza sus imágenes; en el improvisado estudio donde se aloja recrea algunos soni-dos ambientales y recupera otros grabando el ruido de la ciudad, en un recorrido que es al mismo tiempo un viaje interior.Este filme germano-portugués lan-zado en 1995, originalmente sería un simple documental promocional sobre la ciudad de Lisboa comisiona-do a Wim Wenders, pero el director decidió agregar algunos componen-tes ficticios a la película y creó una historia con una simple pero cauti-vadora línea argumental que nos de-muestra que aún “A plena luz, inclu-so los sonidos brillan”.

para mayo de 1969 la banda ya hubie-ra grabado el que sería su único álbum con un característico sonido mezcla del virtuosismo de sus integrantes. Entre el virtuoso blues eléctrico de "Had to Cry Today", la acústica “Can’t Find My Way Home", la creciente "Presence of the Lord" y "Sea of Joy", contrastan la apenas interesante versión de "Well All Right” original de Buddy Holly y "Do What You Like" de Ginger Baker, que ocupa quince minutos del álbum que podrían haberse utilizado para un solo de batería más corto y más canciones.

A pesar de las críticas negativas por la portada que mostraba a una adoles-cente desnuda jugando con un avión plateado, el álbum fue un éxito comer-cial y ante la crítica, encabezando las listas de éxitos en Gran Bretaña y Es-tados Unidos. Al regresar a Inglaterra de su gira por Estados Unidos a fines de agosto, la banda se separó debido al choque de personalidades, marcan-do el camino de lo que los supergrupos serían siempre: reuniones poco dura-deras de mitos que servían para dejar uno o dos discos impresionantes y al-gún concierto histórico.

@DiegoHerrera

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18

R A Q U E L C A S T R O

A veces pasa que uno se mete tanto en

los libros que se le desdibuja el mundo:

ya no escuchas los gritos de tu mamá

que quiere que vayas por las tortillas;

ya no sientes el calor extenuante del

microbús; ya no percibes el olor del cafecito tan sa-

broso que tienes a un lado en la mesa (y que por eso

se te enfría, lo que es terrible; pero no tan terrible

como cuando, por estar claveles en la lectura, le das

un trago que te quema la lengua, el paladar y la gar-

ganta). Pero no me estoy quejando: ese extravío, ese

entorpecimiento de los sentidos es gozoso porque

no consiste en simplemente no sentir, sino en expe-

rimentar otras sensaciones, distintas, planteadas por

el autor o la autora de lo que leemos: es un poco una

especie de poder mutante o de posesión (no diabó-

lica, calma) que nos permite evocar, a veces, sensa-

ciones que ya conocíamos; pero, otras, consigue que

nuestros sentidos tengan experiencias totalmente

nuevas, como el frío extremo del norte del mundo,

magistralmente descrito en El país de las sombras

largas, de Hans Ruesch. En esta novela nos adentra-

mos en las costumbres y creencias de los esquimales

a través de la vida de una pareja, Ernenek y Asiak; y

con ellos descubrimos los sabores del pescado seco y

la carne de oso, y las texturas de la grasa de foca y los

muchos tipos distintos de nieve (que, además, tienen

diferentes tonos de blancura, cada uno con su propio

nombre). Nos enteramos de la relación simbiótica

entre los seres humanos y sus perros y atisbamos la

manera en que se percibe la muerte cuando vive uno

con ella todo el tiempo. No es extraño que el lector,

así esté bajo el rayo del sol, comience a tiritar a causa

de las descripciones tan vívidas del libro, y que des-

pués de cerrarlo tarde un poco en reacostumbrarse a

los paisajes de su vida diaria.

Sensaciones tan intensas no sólo son posibles

cuando los autores describen mundos reales: en la

literatura de imaginación fantástica también nos po-

demos encontrar con descripciones tan elocuentes

que pareciera que estamos ahí. A mí, por ejemplo,

me pasó cuando leía El lado oculto de la luna, de

Anthony O’Neill. En esta novela hay un detective de

esos duros y cansados de la vida, un ex policía recién

retirado que ya no cree en nada, que de pronto se

ve obligado a descubrir y detener a un asesino se-

rial. La historia sería una típica de detectives (bueno,

hay giros que no les quiero contar para que mejor los

descubran ustedes) pero resulta que todo pasa en

un futuro no muy lejano, en la luna. En particular me

encanta una persecución que hay hacia la mitad de la

novela, en la que el personaje principal se da cuenta

de cómo afecta la atmósfera lunar a sus capacidades

físicas y las de su adversario. Les juro que al leer sen-

tía yo que mis músculos se volvían ágiles o pesados

según el momento de la narración.

Pero no sólo en la narrativa tenemos ocasión

de experimentar con nuestros sentidos: también la

poesía puede darnos experiencias únicas. A mí me

acaba de pasar con un libro de A. E. Quintero, La te-

lenovela de las cuatro no se detendrá porque alguien

logró matarse. Si, como yo, alguna vez pensaste que

la poesía sólo trataba de temas trascendentes (el

amor, el alma, un surtidor, un chopo de agua, qué

se yo), este libro te va a abrir una nueva dimen-

sión: poesía de lo cotidiano, de las pequeñas tra-

gedias cotidianas, pero también de las alegrías

pequeñas del día a día y de cómo se llegan a en-

trelazar ambas. En uno de los poemas habla de

tal forma de las pizzas que incluso me pareció

oler una y hasta sentí el queso derritiéndo-

se en mi boca (ay, ya me dio hambre). Por

cierto, otro sentido que explora Quintero

en este libro es el sentido del humor: un

humor ácido quizá, pero muy grato: un

humor que nos hace comprender que,

no importa lo mal que pudiera estarnos

yendo (incluso si estuviéramos en un

desierto helado o persiguiendo crimi-

nales en la luna), podemos sonreír de

vez en cuando. +

Con

recu

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Free

pik.

com

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tía yo que mis músculos se volvían ágiles o pesados

según el momento de la narración.

Pero no sólo en la narrativa tenemos ocasión

de experimentar con nuestros sentidos: también la

poesía puede darnos experiencias únicas. A mí me

acaba de pasar con un libro de A. E. Quintero, La te-

lenovela de las cuatro no se detendrá porque alguien

logró matarse. Si, como yo, alguna vez pensaste que

la poesía sólo trataba de temas trascendentes (el

amor, el alma, un surtidor, un chopo de agua, qué

se yo), este libro te va a abrir una nueva dimen-

sión: poesía de lo cotidiano, de las pequeñas tra-

gedias cotidianas, pero también de las alegrías

pequeñas del día a día y de cómo se llegan a en-

trelazar ambas. En uno de los poemas habla de

tal forma de las pizzas que incluso me pareció

oler una y hasta sentí el queso derritiéndo-

se en mi boca (ay, ya me dio hambre). Por

cierto, otro sentido que explora Quintero

en este libro es el sentido del humor: un

humor ácido quizá, pero muy grato: un

humor que nos hace comprender que,

no importa lo mal que pudiera estarnos

yendo (incluso si estuviéramos en un

desierto helado o persiguiendo crimi-

nales en la luna), podemos sonreír de

vez en cuando. +

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SENTIDO

Ensayo so

bre

la ceguer

a

José Sara

mago

Portugal

1995

Bola de seb

o

Guy de Maupass

ant

Fran

cia

1880

El arte

de ver

Aldous Huxley

Inglaterra

1942

Poema

de los d

ones

Jorg

e Luis Borg

es

Argentin

a

1960

Smell

Radhika Jha

India

1999

El cora

zón

delato

r

Edgar Alla

n Poe

Estados U

nidos

1843

Por tre

ce ra

zones

Jay A

sher

Estados U

nidos

2007

The Taste

of a M

an

Slavenka D

rakulić

Croac

ia

1997

Esper

ando a

Mist

er Bojangles

Olivier B

ourdeaut

Fran

cia

2016

The Power

Naomi A

lderman

Inglaterra

2016La lu

z que no

puedes

ver

Anthony D

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Estados U

nidos

2014

El sen

tido

olvidado

Pablo Maure

tte

Argentin

a

2016

Arom

as

Philippe C

laudel

Fran

cia

2012

El per

fum

e

Patrick

Süskind

Aleman

ia

1985

Como agua

para ch

ocolate

Laura Esq

uivel

México

1989

VISTA

GUSTO

GUSTO

OÍDO

OÍDO

OLFATO

TACTO

Los cinco

sentid

os prim

ordiales.

Sus funcio

nes pare

ciera

n ser m

uy clara

s, pero

la

realid

ad es que van m

ucho m

ás allá

. Al s

er una parte

fundam

ental d

e nuestro

entendim

iento de la

vida y el mundo que nos r

odea, han si

do motiv

o de infin

idad

de estudios c

ientífico

s, fu

ncionan co

mo fu

ente de in

spira

ción de gra

n cantid

ad de

historia

s que han si

do plasmadas e

n lienzos o

escultu

ras,

en cancio

nes, en pelíc

u-

las, y por s

upuesto, e

n novelas,

poemas,

cuento

s y ensa

yos. Com

encem

os con

unas cuanta

s de est

as hist

orias,

y que los s

entidos n

os guíen a m

uchas m

ás.

LIBROS CON

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SENTIDO

Ensayo so

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José Sara

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Portugal

1995

Bola de seb

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1942

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Sus funcio

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22

De todos los ilustradores mexicanos, conside-ro a Patricio Betteo como el mejor. No se me malinterprete, desde luego que no demerito el trabajo de ninguno de sus colegas, que son los míos. Pero Patricio se erige por encima de todos nosotros por su permanente exploración formal y, sobre todo, por su refinado oficio narrativo.Proveniente del mundo de los cómics y siendo un gran cinéfilo que alguna vez incluso se dedi-có a traducir subtítulos de películas, Betteo sabe narrar una historia. Por ello, cada imagen suya, por sencilla o modesta que sea, parece encerrar un microuniverso completo y complejo. Cada di-bujo, cada viñeta, es como una pequeña ventana hacia un mundo que se antoja mucho más gran-de de lo que el lector alcanza a atisbar.

Para evidencia, su libro de cuentos gráficos Cinco (La Cifra), que contiene un quinteto de historias breves en forma de cómic, cada uno de-dicado a uno de los sentidos perceptivos.

Producto de una beca del FONCA en el área de Narrativa Gráfica, Patricio entrelaza con gran delicadeza su espléndida gráfica con una prosa solvente que se hilvanan en cinco homenajes pictográficos a nuestras maneras de percibir.

El breve volumen abre fuego, casi de manera obligada, con la historia dedicada a la vista. En

ella nos presentará a un personaje que habrá de brincar a lo largo del libro por varios de los rela-tos, sin embargo, completada la lectura del pri-mer cuento, el autor da un giro radical.

De ese modo se hilvanan las secuencias de estas cinco historias, viñeta a viñeta, página a página, en un álbum al que la brevedad se le aña-de a sus virtudes.

Probablemente sea una deformación pro-fesional, pero disfruté especialmente el cuento dedicado al sentido del olfato, escrito en clave de historia detectivesca. No es fácil abordar el gé-nero policíaco y sus tropos sin caer en la parodia o el pastiche. Betteo emprende la faena con una sangre fría escalofriante, presentando desde la primera página a un detective duro y su clienta, la consabida femme fatale.

Lo que en manos de un narrador menos ex-perto naufragaría en medio de lugares comunes, fluye virtuosamente del pincel digital de Betteo, con un sentido del humor que fluctúa entre la crueldad y la simpleza casi infantil.

Cinco es una obra que anuncia la madurez a la que se aproxima su autor, de quien sólo cabe esperar álbumes progresivamente más ambicio-sos. Seré el primero en correr a comprarlos.

B E R N A R D O F E R N Á N D E Z

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CINCO

1

2

3

4

5

Tony Sandoval es el hijo pródigo del cómic na-cional. Autoexiliado en Francia, vuelve de tanto en tanto a publicar algo y regresa a París a seguir cosechando éxitos. Creador de un estilo visual que parece abrevar lo mismo de los portadistas de discos de metal como Vince Locke, que de Ed-ward Gorey; sus entregas siempre rebozan gran calidad gráfica, con historias que usualmente apelan tanto a la melancolía y lo grotesco como a lo desconcertante, como ya se anunciaba años atrás en El cadáver y el sofá, novela gráfica creada al alimón justamente con Patricio Betteo.

El año pasado Sandoval refrendó su status de estrella del cómic nacional con Entre brujas y vientos (Resistencia), también una antología de cuentos breves, en este caso en blanco y negro,

a diferencia del glorioso technicolor que adorna el libro de Betteo. Pero en sus páginas la ausencia de color se convierte en una virtud.

Las historias, todo hay que decirlo, son irre-gulares. Acaso aquellas en que aparece su desdo-blamiento en un alter ego historietístico resulten chocantes para algunos lectores; a cambio Tony compensa las pequeñas autocomplacencias con un dibujo impecable y con otras historias cuyo espíritu lúdico terminan seduciendo al lector más estricto: duendes concupiscentes, niños que matan gigantes con antenas de televisión, parajes apocalípticos y esqueletos voladores pueblan, al lado de demás fauna, las páginas de este volumen de gran vocación lírica.

Hablando de Francia, ¿quiere alimentar el senti-do del asombro de los más jóvenes? Acérqueles los álbumes recopilatorios de Valerian de Pie-rre Chistin y Jean-Claude Mézières (Dargaud/Televisa). Serie francesa de aventuras de ciencia ficción que inspiró una reciente adaptación cine-matográfica dirigida por Luc Besson y con la que Star Wars tiene más de una deuda, es un clásico

del cómic europeo puesto al alcance de los lecto-res mexicanos en siete tomos (se han publicado cinco) de precios realmente accesibles. Y si bien los primeros tomos pueden resultar un poco densos y cargados de textos, con un estilo algo envejecido, a medida que la serie avanza tanto guión como dibujo se refinan enormemente. Una pequeña joya francesa.

¿A poco no han leído Salón Destino de Carlos Vélez? ¡Ya ni la friegan!

Libro friki del mes: Los cuentos reunidos de George R. R. Martin en tres tomos: Los reyes del arena, Una canción para Lya y Viajeros de la noche. Martin me parece mejor cuentista que novelista y aquí está la evidencia. +

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Ya conoces al

lobo de Wall street.

ahora conoce

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JORDAN BELFORT

EL CAMINO DEL LOBO

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24Por ROLANDO RAMIRO VÁZQUEZ MENDOZA

En una sociedad desbordada por discursos audiovisuales, donde la teleserie impera los sentidos y las formas de acercarnos al mundo, Guillermo Fadanelli se cuestiona en Meditaciones desde el subsuelo (Almadía,

2017) si vale la pena seguir escribiendo ficción. El escritor plantea: “El libro representa un conjun-

to de reflexiones, de dudas que me han surgido a lo largo de los últimos años, quizá de la última década; si tuviera que definir o resumir esta duda o pregunta sería de este modo: ¿tiene sentido hoy en día con-tinuar escribiendo ficción? ¿Sirve para algo la litera-tura? ¿Vale la pena esforzarse y escribir o intentar reflexionar a partir del lenguaje, en sociedades abo-cadas principalmente al mundo visual, en sociedades en su mayor parte analfabetas, mediáticas o aman-sadas? ¿Es posible que la literatura sea todavía un ve-hículo para la rebeldía, para la reflexión y la crítica?”

El tema de los discursos visuales es en algunas ocasiones polémico; ¿cómo se aprehende el mundo por medio de estos y cuáles son sus consecuencias? Giovanni Sartori ya abundó en este punto al teori-zar el homo videns de la sociedad global teledirigida. Ahora bien, ¿existen discursos visuales que, como

la literatura, puedan mover a la rebeldía? Fadanelli expone mejor la cuestión de la rebeldía con la si-guiente pregunta que se extrae del libro: “¿Qué cla-se de sentido tiene seguir luchando por el progreso de una comunidad de humanos cuando éstos han dejado de pensar y cumplen funciones que les im-piden la rebeldía y la crítica?”, y él mismo responde durante la plática: “Cuando el cine, el cortometraje o el video van acompañados de un guión o de pala-bras, tienen una relación con la literatura y, por lo tanto, con el lenguaje, pero también hay lenguajes visuales, que por supuesto pueden despertar la re-flexión y la duda. Sin embargo, no hay crítica pro-funda a la sociedad y a las instituciones actuales sin lenguaje articulado, es decir, sin lenguaje escrito o hablado, porque es por medio de éstos con los que puedes proponer una rebelión y una crítica de las instituciones, las maldades sociales, las empresas criminales, los monopolios, del delincuente político, por medio de argumentos y de palabras, de expo-ner vía metáforas y analogías la maldad humana”. Fadanelli asiente tras la lista recién enunciada, enu-meración seguramente pequeña, y continúa: “Creo que si bien en el cine y a partir de la experiencia vi-sual encuentras estímulos para la crítica y la rebe-

lión, y para rebelarte o decantarte como crítico, sólo por medio de la literatura es como puedes llevarlo a buen fin o por buen camino; no porque se trate del medio de expresión o de mi oficio —porque uno termina también detestando su oficio u odiándose a sí mismo o al resto de los escritores—, creo que la literatura prodiga y estimula la conversación, que es la relación con el otro por medio del lenguaje; es la conversación, la palabra y la crítica por medio del lenguaje la que nos puede llevar a una mayor inten-sidad en la rebeldía social. No obstante, me parece que la danza, las artes visuales, el cine y demás, son necesarios para el conocimiento y la aprehensión del mundo en el que vivimos”.

Ver la miseria humana en la sociedad por medio de la literatura de ficción nos acerca a una parte del mundo que habitamos, muy a pesar de los lectores —y escritores— que prefieren volver la mirada en sentido contrario. ¿Esta literatura trasciende frente a la que es escrita en otro tono y estilo, con otras preocupaciones?: “Yo creo que la literatura es una reunión o una suma de excepciones y que los escri-tores pueden ser tan distintos entre sí, como lo son una cebra o un colibrí; la literatura acentúa la dife-rencia, no la concordancia. Hay escritores tan distin-tos, tan disímiles entre sí que podríamos pensar que

la literatura es una especie de zoológico extravagan-te. E. L. Doctorow, el escritor judío estadounidense, decía que la literatura es una manera de distribuir el sufrimiento humano entre los lectores, porque por medio de la literatura uno conocía las leyes y la experiencia de la comunidad en sus problemas más profundos, y que al describir esos hábitos morales de la comunidad, de alguna manera extendías o más bien compartías el sufrimiento con los lectores. Ni-colás Berdiaev, el crítico ruso, decía también que era el sufrimiento el medio de conocimiento que Dos-toievski utilizaba a la hora de escribir su novelas, sus artículos o sus memorias, que el sufrimiento era un vehículo para conocer la intimidad y la profundidad del espíritu humano. Imre Kertész, el escritor hún-garo ganador del Premio Nobel, que estuvo recluido durante su adolescencia y parte de su juventud en un campo de concentración, decía que sólo por me-dio del sufrimiento podíamos encontrar sentido a la escritura, podíamos lograr que la sensibilidad nos acercara al resto de los seres humanos y al objeto del conocimiento. Hay una tendencia en la literatu-ra, de la que Emil Cioran forma parte, que considera que el sufrimiento es un aliciente, y el gusto por la enfermedad y la autodestrucción son un estímulo

para vivir. Fernando Pessoa escribió: ‘para compren-der me destruí’. Ésta pareciera ser una tendencia que considera a la autodestrucción y al sufrimiento como formas de conocimiento y de vivir. La literatu-ra, reitero, es un encuentro de voces distintas. Hay escritores gimnásticos, fotográficos, otros que po-seen un espíritu filosófico, algunos que son muchos más artífices de fantasías; diría incluso que hay es-critores optimistas, aunque dudo que sean buenos. En lo personal creo que un escritor optimista sería la negación propia de la literatura”.

La plática, llevada a cabo en el centro de ope-raciones de Editorial Almadía, se apresura hacia el final. Guillermo Fadanelli, además de tener libros de ensayo y narrativa, es editor de Moho, su propio se-llo y revista que, como su nombre lo sugiere, se pro-paga de forma cautelosa pero constante: “Mientras se divulgue la literatura, creo que se está haciendo un bien. Sin embargo, tratar a los escritores como productos de mercado, y venderlos, a partir de es-trategias mercadotécnicas, premeditadas, inventar-los incluso a partir de grandes premios y de trucos periodísticos, resulta contraproducente: lo pequeño es hermoso. Yolanda Martínez, mi pareja, y yo, fun-damos la editorial Moho en 1995, aunque la revista comenzó desde 1988, y una de sus pretensiones era

la de jamás crecer; no tenemos oficinas, somos sólo Yolanda y yo, un amigo diseñador, René Velázquez, y de pronto alguna que otra persona que nos ayuda por mero gusto, por vocación, porque no es nuestro afán ganar dinero, sino simplemente mantener la editorial, divulgar determinada tendencia o tipo de literatura, no formar parte de la globalización eco-nómica, sino más bien ubicarnos un poco al margen y en la periferia; por ello me han atraído siempre los proyectos subterráneos —que no buscan el éxito a priori, que consideran su existencia efímera— en los que encuentro honestidad y no deseo de celebridad ni de acumulación de fortuna. A veces pienso si me he transformado en otro desde aquellos años de la fundación de Moho, pero aún creo que quizá con otros instrumentos y en otra posición, sigo apostan-do por la rebeldía y lanzándome contra la autoridad, haciendo la crítica de todo lo que llego a considerar injusto, y escribo lo que se me da la gana. Nadie me dice lo que tengo que escribir, nunca he escrito a petición un artículo, y cuando lo he hecho es porque he tenido la libertad absoluta para decir o expresar lo que desee. Creo que de alguna manera ahí están las semillas de la revista Moho y de la editorial, to-davía presentes”. +

GUILLERMO

FADANELLICONVERSACIONES DESDE EL SUBSUELO

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25

MEDITACIONES DESDE EL SUBSUELOEditorial: Almadía

Género: Ensayo¿Qué causas pueden sustentar a la escritura?

¿Tiene sentido seguir escribiendo en el mundo contemporáneo? Para responder, recurre a una cita de E. L. Doctorow: “[La ficción] enseña las leyes de

la comunidad y distribuye el sufrimiento”. A partir de ella construye distintos argumentos a favor de la

producción de ficciones y su consumo.

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Ve la entrevista en mascultura.mx

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El picaporte del jardín

Justamente hace un año, tuve la fortuna de acompañar a Peter Zumthor en su visita a la Ciudad de México. Zumthor, nacido en Basilea en 1943 y formado origi-

nalmente como ebanista, diseñador y arquitecto, estudio en la Kunst-gewerbeschule de Basilea y en el Pratt Institute de Nueva York. Desde 1979 tiene su oficina en Haldenstein, un pequeño pueblo de 970 habitan-tes en Suiza. Y es, entre otras cosas, el ganador del Premio Pritzker 2009.

La visita de Zumthor sucedió dentro del marco del festival Mextró-poli 2017, una serie de conferencias y eventos que año con año reúne a lo mejor de la arquitectura mundial en la Ciudad de México. Como resulta-do de esta visita, acaba de aparecer un muy interesante libro publicado por Editorial Arquine, Peter Zumthor en/in México, donde se concentran las transcripciones de dos mesas re-dondas; una en la casa del embajador de Suiza, hablando sobre “El origen de las ideas” y la segunda, un poco más informal, en el Pabellón Suizo localizado temporalmente en la Ala-meda Central, hablando sobre “La responsabilidad del arquitecto”. El libro incluye también la conferencia que impartió en el Teatro Metropólitan, llamada “La Profundidad del Tiempo”. El libro abre con un una en-trevista que le hace Nicolás Alvarado en la Casa Prieto López (obra del también acreedor del Pritzker, Luis Barragán) donde el entrevistador genera un diálogo inteligente con el arquitecto, sin protocolos, y en al-gunos puntos de una manera sumamente personal, abordan temas como la belleza, el ser, la sorpresa y la música, entre varios más.

Dentro de los días que me tocó compartir con Pe-ter Zumthor, tuvimos muchas conversaciones, pero en especial me pidió ir al Museo Nacional de Antro-pología donde nos sentamos en el patio a hablar de lo que representaba ese lugar en términos arquitectóni-cos. Hablamos de la escala y la proporción de las for-mas, las remembranzas de la arquitectura prehispáni-ca, los cambios de nivel y la posición de la Sala Mexica. Me decía que la arquitectura todo el tiempo da un mensaje y es un medio de comunicación; es el primer “mass media” de la historia. Lo visto en el museo daba un mensaje: “The building says: we are a great nation” (el edificio dice: ‘Somos una gran nación’), me dijo. Durante un par de horas estuvimos ahí, recorriendo y sintiendo el espacio, escuchando el agua de la fuente,

oliendo los jardines, viendo los materiales. Esa tarde hablando con Zumthor me dejó la lucidez de enten-der que la arquitectura es tan de quien la produce, como de aquel que tiene la inteligencia de leerla, de adoptarla y de razonarla.

La arquitectura se piensa. Tal vez es un ejercicio que se entiende hasta que se llega a cierto nivel de madurez dentro de la producción del espacio, pero se ha dejado de pensar a veces en la esencia, en la poéti-ca, en la identidad, en el silencio. Creo que en muchos casos, se ha encaminado sólo a cumplir con la funcio-nalidad de cada edificio, o a solamente engancharse con la espectacularidad formal y no sucumbir más allá de lo que podemos lograr con la arquitectura.

Pensar la Arquitectura, de Editorial GG, es el pri-mer libro escrito por Peter Zumthor; no sé si llamarlo directamente un libro de teoría de la arquitectura tal cual, sino que quizás es más un libro sobre la poética de la arquitectura. En él, Zumthor habla de una mane-ra corta pero profunda acerca de los distintos temas que le han interesado y de las influencias dentro de su trabajo. Dentro de diez capítulos acumula lo que parece ser una serie de escritos producidos de manera aleatoria y desordenada, para después ser selecciona-

dos y ordenados por temas específicos e ilustrados a color con fotografías del estudio y la casa de Zumthor en Haldenstein, tomadas por Laura Padgett. En esta lectura Peter Zumthor narra sus experiencias analíti-cas, arquitectónicamente hablando, de edificios y de la ciudad, de cómo se integra el contexto con la obra misma, y cómo el edificio está pensado no sólo para verse, sino también para olerse, para sentirse y para escucharse.

Para reducir el trabajo de Peter Zumthor a un ni-vel más profundo, creo que es necesario revisar es-tas dos publicaciones (dejando la parte meramente anecdótica del libro de Arquine y basándonos en la importancia del discurso). Posiblemente aunadas a su segundo libro llamado Atmósferas, de Editorial GG (cuya edición al día de hoy es difícil de encontrar, pero se espera se reimprima pronto), estas tres piezas pue-den abrirle al lector un nuevo y amplio camino en el entendimiento de la producción espacial de la mano de un arquitecto como Zumthor.

“Aquel picaporte se me sigue representando, to-davía hoy, como un signo especial de la entrada a un mundo de sentimientos y aromas variados”. Así, Peter un día entró a la arquitectura. +

“Aún creo sentir en mi mano el picaporte, aquel trozo de metal, con la forma parecida al dorso de una cuchara, que agarraba cuando entraba al jardín de mi tía.”

Peter Zumthor

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Carlos Torres Tinajero

Roger Bartra dice que la melancolía es un malestar generalizado, efecto del capitalismo feroz del siglo XX. Como si fuera un río de humor negro, sombrío, “a veces se ensancha y escurre con tranquilidad, pero en ocasiones el cauce se estrecha y las aguas se precipi-tan a borbotones y con violencia”, según argumenta en su ensayo La melancolía moderna (FCE, 2017).

El origen conceptual de la melancolía, de acuer-do con Bartra, está en el trabajo del filósofo coreano Byung-Chul Han (1959), quien dice que una de las características de nuestra época son los malestares internos —la depresión, el déficit de atención— difí-ciles de percibir. El resultado es la necesidad de ocu-parse todo el tiempo: pertenecemos a una “sociedad del rendimiento” en la que domina un ánimo de auto explotación.

Han está seguro de que el siglo XXI ya no presen-ta problemas bacterianos —como en el pasado— sino neuronales. Bartra argumenta que el individuo libra batallas imaginarias: es una división mental entre el “adentro” y el “afuera”, el “amigo” y el “enemigo”, lo “propio” y lo “extraño”, característica fundamental de estos días.

El ensayo también se preocupa por la repercusión de los temas públicos en los privados. La melancolía moderna se nutre de la desesperación por la falta de soluciones concretas a problemas cotidianos, causán-doles confusión y melancolía a los ciudadanos.

Es importante destacar que la melancolía también tiene origen en la pérdida de objetos importantes, pero Bartra argumenta que es posible matizarla a través de la creación artística. Habla del “Capricho” número 43, obra de Francisco de Goya, donde repre-sentó la melancolía a través de la pérdida de la razón —lo más preciado para el ser humano— y dio pie a pinturas con personajes melancólicos: moribundos,

heridos de guerra, ancianos. Pensando en la melanco-lía en la pintura, Bartra recuerda los rostros abatidos de María Magdalena, Artemisa Gentileschi o Francis-co Zurbarán. Estas obras revelan estados anímicos ocultos en las profundidades de la muerte y se repre-sentan, desde una perspectiva plástica, en el trazo de las facciones.

Bartra también habla de Paul Delvaux, un pintor belga, a quien le llamó tanto la atención “Misterio y melancolía de una calle” de Chirico que pintó un cua-dro de una mujer desnuda en la típica frase melancóli-ca: la mejilla apoyada en la mano en un diván, enfren-te de otra, cubierta con un brocado y ropa negra en el suelo. La mujer pensaba en la falta de sentido de la modernidad y representaba la tristeza tras el coito y la muerte de Dios, el amado que la abandona.

Otro ejemplo de la melancolía en la pintura son los cuadros de Edward Hopper, que Bartra retoma en su trabajo. Existe la noción de soledad en la obra, a pesar de que sus personajes se rodean de otros, como los que beben un trago en un bar en “Nigh-thawks”, un cuadro de 1942 o un cine en “New York Movie” de 1939, donde una acomodadora de cine —un típico lugar de aislamiento— tiene una postu-ra melancólica clásica: de pie, apoyada en la pared, esperando que la película termine, sin esperanza por el futuro.

La melancolía moderna de Roger Bartra describe un malestar generalizado en el ser humano. Hace un recuento de personajes célebres en la historia de la humanidad y pone en perspectiva el trabajo artístico de algunos creadores artísticos —escritores y pinto-res— que experimentaron, en algún momento de sus vidas, los estragos de la melancolía. El libro es una in-vitación para hacer hincapié en los claroscuros de la melancolía en el mundo contemporáneo y ponerlos sobre una balanza racional para aprovecharla como un motor para la creación artística. +

Un ríode humor negro

y sombrío.

de Roger Bartra

melancolíamodernaLa

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Desde hace 9 años he podido entrevistar a autores de todos los géneros literarios, pero el género de desarrollo espiritual siempre ha hecho click conmigo porque me parece imperativo que la humanidad

logre el balance que siempre ha buscado, ahora más que nunca. Lo mejor que puedo hacer es compartir lo que voy encontrando en mi camino, esperando que a otros también les mueva. Desde Grecia platicamos con el doctor Eric Pearl y con Jillian Fleer sobre el li-bro La reconexión (Ediciones Obelisco) con más de 18 ediciones y traducido a 40 idiomas. Me emocionan muchas cosas de esta interacción energética llamada reconexión y Reconnective Healing.

Para comprenderla he echado un vistazo fuera de la caja limitada en la que entendía las dinámicas de una sanación; después de recibirla entendí que no se puede analizar, sólo sentir y ver los cambios suceder. Eric ha viajado a más de 55 países y ha enseñado a más de 30 mil practicantes cómo activar y utilizar un espectro de frecuencias de sanación que permite que accedamos a un nuevo nivel de curación que nunca se ha documentado anteriormente. En palabras de Eric: “Estas sanaciones y frecuencias evolutivas son de un nuevo ancho de banda y son traídas a través de espectros de luz e información que nunca antes ha estado presente sobre la Tierra.” Para los lectores que apenas comienzan este camino consciente de cuidar sus pensamientos, que meditan, que hacen sus “vision boards”, y que están en constante crecimiento, les quiero comentar que para mí, este tipo de sanación parece ser el siguiente paso dentro de nuestra evolu-ción, como lo menciona Jillian Fleer, jefa de desarrollo y visión en The Reconnection: “Lo importante es que logremos una progresión de vida. Reconnective Hea-ling es vivir en una plenitud que no se va si dejamos de meditar, o de hacer una oración; nos encuentra don-de estemos y como estemos. No necesitamos piedras o amuletos, es la siguiente frontera de sanación. Ya sabemos cómo mantener una intención, manifestar algo en particular, pero ahora es vivir en una sincronía con el Todo constantemente”.

Las nuevas frecuencias de energías terapéuticas descritas por el Dr. Pearl en su libro, trascienden cual-quier técnica o método conocido hasta ahora. Para Eric estas frecuencias se presentaron a través de sus manos en su profesión como quiropráctico, hace 25 años. Nadie le enseñó a guiarlas más que a través de la constante interacción con ellas y gracias a un corazón y una mente abiertas a romper el miedo que pudiera suscitarse al recibir un regalo divino de este tipo. Co-menzó a postrar sus manos en sus pacientes y ellos se pararon frente a él sin rastros de enfermedades como escoliosis, parálisis cerebral, enfermedades y dolores crónicos, degeneraciones cerebrales y del sistema nervioso, entre otros. Eric describe estas frecuen-cias como “provenientes de Dios, del amor supremo y de la inteligencia del universo. Además cuando la

gente ha recibido la Reconnective Healing y toma el entrenamiento para convertirse en facilitadores de estas frecuencias para poder darlo a otras personas, hemos podido escuchar que están interactuando con seres como ángeles, entidades y se sienten con Dios.” No es una técnica, porque no tiene técnica; sólo nos permite accesar a la energía: “nos convertimos en la sanación, la energía no cambia, no tenemos que ha-cer nada más que permitirle que se presente y seguir evolucionando, nos convertimos en la energía, la luz, en la información. Nuestra esencia se conecta natu-ralmente con ella y sólo la compartimos con los que interactuamos, ya sea físicamente o a distancia.”

Estamos atrapados por varios conceptos que pue-den confundir a las personas; el primero es la divini-

dad comprendida desde el punto de vista religioso, el segundo es en sí nuestro entendimiento de Dios. ¿En particular cómo logran acercarse a diversos públicos? Eric responde que: “Hablamos de Reconnective Hea-ling desde una premisa espiritual pero de ninguna re-ligión, porque partimos de una naturaleza espiritual como seres humanos.” Jillian agrega: “Cuando lidiamos con culturas con tanta riqueza religiosa y un sistema de creencias profundo como el de México, les explica-mos que lo bello de estas frecuencias es que no inte-ractúan contigo a partir de tu sistema religioso ni de creencias. Sea cual sea tu interpretación de Dios o del Universo, no hay conflicto alguno con estas frecuen-cias de información, porque la interacción con ellas va a ser tangible y esta energía la ha comprobado la cien-cia, es de la Tierra. Las personas que siguen exploran-do en su propia vida y se suman a Reconnective Hea-ling se unen a un lado espiritual hermoso. Sólo conecta y recibe. Ya somos suficientes de la forma que somos. No necesitamos ninguna interferencia externa.”

Eric, ¿qué es lo que ocurre cuando interactúas con estas frecuencias? “Sí hay una transformación, pero no son enviadas desde ningún lado. Aprendemos a ser catalizadores para las sanaciones, la mera presencia de alguien que ya sabe conectarse con ellas puede acelerar y expandir las sanaciones.” El conocimiento es enviado de manera divina, y nos enfrentamos a la complejidad de querer entender con un conocimiento limitado estas experiencias ilimitadas. Jiillian agrega: “No estamos meditando para llegar a contactar cierta información, estamos yendo en contra de la neuro-ciencia, la cual quiere que te salgas de tu mente para poder tener contacto. Aquí es más sencillo, es un es-tado de entender que sólo vamos a recibir la informa-ción así, en el estado de conciencia que conocemos como natural.”

Después de recibir la reconexión comprendí que me puedo sentir cómoda al decir que no sé cómo ex-plicarlo, pero lo sentí y estoy viviendo un estado de certeza, de conocimiento, sin tener que practicar ho-ras un mantra, ayunar, meditar días o aislarme para provocar experiencias divinas. La meditación seguirá siendo parte de mi camino, seguiré aprendiendo, pero conectada con lo que siempre busqué, un abrazo lleno de paz, conectada a un potencial que sólo veía posible a través de horas y horas de calma y el cual sentía que tenía caducidad. Voy a tomar el programa de entrena-miento a finales de mayo aquí en la Ciudad de México, al que aún te puedes inscribir. Volveré a dialogar con ellos y les contaré aquí la segunda parte de nuestra plática, compartiré lo que experimente, ya que para mí esto apenas comienza. +

Para mayor información: ReconnectiveHealing.comFacebook.com/DrEricPearlLareconexionMexico Contacto: Gabriela [email protected]

Sentir la reconexión

Hay una necesidad de reconciliación entre la

religión y la ciencia, igual que es necesario

reconciliar la intuición y la razón, la experiencia y

el conocimiento.

Dr. Jonas Salk

YA R A S Á N C H E Z D E L A B A R Q U E R A D E M E N T E

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Emil:

¿O debo decir estimado profesor? Creo que eso le molestaría; tal vez el mero hecho de que le escriba lo incomode.

Lo bueno es que usted nunca recibirá esta carta, será sólo al introyecto que dejó en mí, la huella nauseabunda que impron-

tó en mi adolescencia para corroborar el sinsentido que yo experimentaba. Debería estar enojada, si hubiera leído el Tao Te

Ching o las cuatro nobles verdades en vez de Ese maldito yo, no habría formulado tantos silogismos amargos ni regodeado

mi dolor en ellos.

Aún así, le estoy agradecida por la sensación de que no estaba sola en la inconveniencia de haber nacido, que compartía

este peso con otras almas, la suya, la de sus lectores.

Recuerdo que en mi viaje a París, después de haber muerto también mi padre, compré sus obras completas por la editorial

Gallimard. Para tener 19 años era una adquisición poco común que abarcaba buena parte de mi equipaje. Aprendí francés para

leer a los clásicos, a mis autores favoritos en su lengua originaria. Usted escribió en rumano también, y sin conocer su idioma

materno, me atrevo a decir que el francés le da un tono patético -literalmente hablando- a todos sus textos. En especial a los

aforismos. Así aprendí el significado de esa palabra y comencé a escribir los míos propios.

Había un gusto por pasarla mal muy propio de mi edad, pero mi circunstancia dotaba de contenido cualquier historia que

pudiera exagerar. Citarlo hacía sentir pequeños a mis compañeros de aula, quienes leían a Carlos Fuentes y los más román-

ticos, a Neruda.

A usted no muchos lo conocían y los que lo hacían disfrutaban de la marginalidad que da el sufrimiento, porque se es más

bienvenido en la dicha que en la lamentación constante.

Por sus textos pude justificar mi Dies irae, más bien la que yo sentía hacía Él, que por momentos era mucho mayor que la

que Él me mostró dejándome huérfana. Dios era el mito por desvanecer, la afrenta más total a una educación católica donde

el proselitismo se disfrazaba de valores morales. Fui su discípula blasfema, iconoclasta, agnóstica.

El suicidio, más que tabú, salía de mi boca como una provocación, cuando lo citaba a usted diciendo que sólo los optimis-

tas se suicidan porque los pesimistas, al no tener razones para vivir, por qué habrían de tenerlas para morir.

Usted me enseñó a apreciar el silencio mucho antes de que la vida me acostumbrara a él: raza de parloteadores la nuestra,

“deberíamos ser mudos como los animales”. Que el clima lluvioso es empático con lo que experimenta el alma, que nos vemos

tentados a existir aún en la cima de la desesperación. Usted me hizo diferente, pero me marcó. Maldijo mi juventud y me hizo

despreciar todo aquello que era propio hacer a mi edad. Fui tan solemne como un paraguas y lapidaria como el mármol. Sus

lecturas me arrancaron de la infancia y me convencieron de que en el sufrimiento había especialidad, una exclusión voluntaria

que nos distinguía del resto de los mortales, todos despreciables tan sólo por el hecho de soñar y aspirar a algo distinto a su

realidad. Usted me sorprendió como una bofetada sin darme tiempo a reaccionar. Su lucidez me atrapó en un momento en

que mi equilibrio era precario. Me hizo caminar como funambulista entre el instinto y la razón y mi único asidero eran sus

palabras tan eruditas y certeras, como dichas para sostener y derribar al mismo tiempo.

Será siempre mi pensador favorito, por lo que dijo, cómo lo dijo y cuándo lo oí. Punto de inflexión. Trabajo existencial des-

hacerme de su carga que me impuse voluntariamente. Y hoy todavía, veinticinco años después lo reconozco vigente en su ser

veraz, escéptico impertinente, recalcitrante al punto de lo cómico. Especie de personaje creado para ser odiado sin término

medio porque usted, como el cristo de sus diatribas, no toleraba a los tibios.

Afortunadamente he sanado muchas heridas y no las lamo una y otra vez como los mártires de sus textos. He encontrado

un camino entre la misantropía y la pertenencia: intercedo por unos inspirando a otros. He hecho un buen trabajo, no es ya

la infelicidad lo que me inspira, sino la tranquilidad de no tener que buscar un sentido y entregarme al inútil gozo del efímero

instante.

@leonoraesquivel

www.AnimaNaturalis.org

Octubre 2017

L E O N O R AE S Q U I V E L

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Augusto Cury

“Resolví estudiar de manera estricta y detallada la mente del personaje más

famoso de la historia…”

El hombre más inteligente de la historia

Más de 28 millones de libros vendidosPublicado en más de 70 países

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No me importa que llueva en verano. Hasta me gusta. Es mi lluvia favorita.– ¿Tu lluvia favorita? –dijo Thea-. Pues la mía es la lluvia antes de caer.– Pero, cielo, antes de caer en realidad no es lluvia. (…) Es sólo humedad. Humedad en las nubes. (…)– Ya sé que no existe. Por eso es mi favorita. Porque no hace falta que algo sea de verdad para hacerte feliz. ¿No?

Estas líneas son parte de La lluvia antes de caer, del británico Jonathan Coe. Una novela a la que regreso una y otra vez desde el día en que la des-cubrí. Hay algo en ella que me atrapa siempre. Volver a sus páginas es como volver a casa, a un paisaje conocido y amado en un pasado un tanto inasible. Quizás sea por las fotos. Siento especial fascinación por la fotografía. Crecí entrando al pequeño cuarto que mi padre había convertido en laboratorio fotográfico, como se entra a un espa-cio mágico: la luz roja, la sorpresa de ver aparecer las imágenes al sumergir el papel en los líquidos de olores penetrantes que hoy me resultan en-trañables (son, con el perfume del pasto recién cortado, mi magdalena proustiana), y las pregun-tas que no me han dejado desde entonces sobre la memoria, sobre lo que está y lo que no está, sobre la realidad y su imagen, convertían ese ri-tual de entrar al cuarto oscuro en una suerte de milagro permanente. De todo lo que se ha escrito sobre fotografía (Walter Benjamin, Susan Sontag y tantos teóricos más), me quedo con otro de mis textos favoritos: el de Roland Barthes, nacido a partir del duelo por la muerte de su madre, e in-cluido en La cámara lúcida. Una tarde, ordenan-do las fotos de su madre con la certeza de que jamás la “encontrará” realmente en ellas –“esa fa-talidad constituye uno de los rasgos más atroces del duelo”, escribe-, halla de pronto la única ima-gen que le permite verdaderamente saber que ahí está ella: es la de una niña de cinco años. Esa ma-dre-niña conmueve por su inocencia. Es a la vez la

que fue y la que será. Barthes elige no mostrarnos esa foto, sino contarla. La fotografía (o su relato) como memento mori: infinitas muertes para lle-gar al presente; quien estuvo ya no está. Pero, de pronto, un destello de vida, de memoria, lleva a la verdad que guarda la imagen.

La lluvia antes de caer juega también con esta idea de hablar en torno a fotos que no vemos. Coe hace que una de sus protagonistas las describa para quien fuera hace muchos años una niña rubia, hermosa y ciega. Pero la trama es más compleja aún: Rosamund muere y deja dos tercios de su he-rencia a sus sobrinos y un tercio a Imogen, alguien que nadie recuerda muy bien quién es. Como parte de esa herencia hay unos casetes que Rosamund grabó el mismo día de su muerte, en los que cuen-ta su propia vida a través de la descripción de vein-te fotografías. Se construye así una saga familiar en la voz de una mujer especial: irreverente, atípi-ca, transgresora.

La pregunta que me interesa aquí es cómo des-cribimos fotografías para alguien que no puede verlas. Barthes describe para nosotros, sus lecto-res, la imagen de su madre niña. Coe, por medio de Rosamund, las describe para Imogen, en primer término, y para nosotros que igual de ciegos que ella, tampoco podemos verlas.

¿Cuáles son las sensaciones que las palabras despiertan en alguien que no puede ver? ¿Cómo elegimos el modo, el tono, los relatos que acom-pañen las imágenes interiores que queremos que el ciego “vea”?

Pienso en poesía, pienso en la profundidad de la palabra poética, en la posibilidad de suplir los sentidos porque apela tal vez a un sexto sentido, el de la conmoción: aquel que nos sacude, que nos lleva a los espacios más secretos de nosotros mis-mos, y al mismo tiempo nos vincula a los demás y al mundo a través de la inefable relación con lo sagrado.

Quizás por esto se dice que Homero era ciego. Quizás por esto Jonathan Coe, que tiene tan acos-tumbrados a sus lectores a sus irónicas críticas so-bre la sociedad británica, necesitó una niña que no pudiera ver aquello que todos creemos que vemos, para crear su obra más poética. ¿Es más verdadero lo que vemos o lo que no vemos? ¿Es más verda-dera la lluvia antes de caer? ¿Acaso no es más ver-dadero aquello que necesitamos para ser felices? +

Cuéntamemi rostro

S A N D R A L O R E N Z A N O

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@rsanchezriancho

En esta sección aparecerán relatos de autores contemporáneos. Cada mes una ficción para arrebatarle un espacio a la vida cotidiana.

Mi madre solía decirme que si sonreía, la vida me iba a res-ponder de la misma forma. También que personas impor-tantes, como médicos o mili-

tares, usan uniforme. Cuando conseguí este em-pleo, ella estaba tan contenta porque creía, como le dijeron mis abuelos, que el trabajo dignifica al hombre. De alguna forma yo también pensaba lo mismo, ya que por fin iba a poder colaborar con los gastos y ella dejaría de hacer la limpieza de por lo menos una o dos casas a la semana. Los primeros meses fueron difíciles, no lo niego, pero uno hace callo demasiado pronto. Además, aquí imparten cursos que te preparan para todo y, si demuestras tener actitud o aptitud —siempre me confundo—, tienes derecho a eso que le llaman “oportunidades de crecimiento”. Al principio yo era demasiado torpe y hablar con la gente me parecía algo aterrador. De hecho, no creí que me dieran el contrato definitivo. Pero mira, aquí ando. Después me di cuenta de que el diálogo con los clientes es tan repetitivo como los videos que nos pasan cada vez que hay una junta de capa-citación. Se nota que tienen bien checadita a la gente para que se vayan contentos y supergas-tados, aunque siempre hay juniors que jamás son complacidos.

Para serte sincero, me gusta trabajar aquí a pesar de que la chamba es pesada y mis compa-

ñeros se quejan todo el tiempo porque la paga es una vil mierda. Este lugar es muy agradable, sólo míralo: ¿no te parecen comodísimos esos asientos con vista a la avenida? ¿La luz no es la adecuada para que te relajes y tomes alguna de nuestras bebidas antes de que regreses a tu casa después del trabajo? Aquí descubrí que soy fanático de la trompeta de Charlie Parker o del magnífico blues de Elmore James. La verdad es que quien realiza la selección musical se la sabe, hace que trabajar aquí apenas y se sienta, a menos que sean las ho-ras en que comen los Godínez y, como te has de imaginar, la talacha se triplica.

¿Sabes? En algún momento pensé en estudiar música, pero este trabajo me lo impide. Como de-cía mi abuelo: la papa es primero. Creo que ésa es la verdadera razón por la que aún sigo aquí, aun-que ya no sonriendo, como mi mamá me lo decía antes de que le diagnosticaran cáncer y falleciera hace apenas una semana sin que pudiera darle un funeral digno como ella se lo merecía.

Pero... perdón, no quise aburrirlo o incomo-darlo. Sé que su tiempo es demasiado importan-te. ¿Su Caramel Frapuchino conserva la crema ba-tida? ¿Leche entera o deslactosada? Si gusta, por siete pesos más, le podemos poner leche de coco o un ligero toque sabor a menta. ¿Cuál es su nom-bre? Son cincuenta y dos pesos, por favor. Recibo un billete de quinientos… Aquí está su cambio… Disfrute su bebida.

CARAMEL FRAPUCHINO

Por Kevin Aragón

Hace casi un año perdimos a uno de los últi-mos grandes poetas vivos del siglo XX: Derek Walcott (Santa Lucía, 1930 - 2017). Gana-dor del Premio Nobel de Literatura en 1992, Walcott ha pasado a la historia como una voz que logró conectar el espíritu del Caribe con la tradición sajona de la poesía. Creó puentes entre los imaginarios de figuras latinoameri-canas como Neruda o Vallejo, con formas que nos recuerdan a T.S. Eliot (su Tierra Baldía, o The Waste Land en su original en inglés) y los metafísicos (quizá John Donne o Henry Vau-ghan): “Troya, la ciudad, despierta / con su camisón de fuego, pero en nuestra calle”. En especial el tercer capítulo del volumen traba-ja entre tradiciones clásicas de la literatura y nuevas interpretaciones de ese imaginario ya permeado en la cultura del mundo.

Con un bosquejo biobibliográfico y en una edición bilingüe (inglés-español), Galaxia Gu-tenberg nos entrega un hermoso homenaje con la publicación de su poemario Otra vida, traducido por Luis Ingelmo. Muy atinado del sello el escoger esta obra en particular, pues-to que permite al público hispanohablante conocer una parte de su obra que se aproxi-ma a la tradición de la escritura de desarrollo; vienen a mi cabeza muchos ejemplos, desde la novela como Herman Hesse y Demian, Las tribulaciones del estudiante Torless de Robert Musil o el icónico Retrato del artista adolescente de James Joyce, pero plenamente como poeta solo el trabajo de Walcott. Desde la nostalgia podemos acceder a los caminos que formaron al escritor.

Marcado por la pobreza de las islas en que creció, su imaginario se ve nutrido por con-trastes que resultan en hermosas imágenes: “y la risa de una puta se abría como fruta cor-tada.” A su vez, el paisaje, las mezclas raciales y las costumbres religiosas crean un sincre-tismo único: “Un paso más allá de la ciudad se hallaba el bosque. / Un paso tras la puerta de la iglesia acechaba el diablo” o “Gaga, / el travesti local, de una criada el niño mimado / mira los escaparates y voltea su bolsa de plástico”.

La unicidad de la obra de Walcott se en-cuentra al ser un punto de encuentro y géne-sis entre el Caribe, Latinoamérica, la literatu-ra inglesa, americana e irlandesa. Su trabajo es testigo de que en la migración, el mestizaje y la suma de muchas culturas podemos reco-nocer riqueza artística, sin mencionar que el mundo de la creación sigue revelándonos nuevos escenarios y emociones.

En otra vida:Derek Walcott

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A. G. Roemmers

El regresodel Joven Príncipe

Una historia de autodescubrimiento, búsqueda espiritual y esperanza.

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Por Juan Cárdenas

Sun Green es a la vista una obra de arte. Un placer a los sentidos. Una mujer inteligente, radiante, sensible y madura para su edad. Pero la habitante de Greendale

tiene además una conexión especial con la naturaleza, que hace de su historia una fábula oscura, moderna y contestataria.

Creada a partir del disco de Neil Young que lleva el mismo nombre, la no-vela gráfica Greendale narra la historia del pueblo y la familia Green y sobre todo de las mujeres de esa familia y su especial poder para comunicarse con animales, plantas, el cielo, etc. Sun, la más joven de estas mujeres, es la protagonista y una mujer fuera de serie, especialmente para un “small-town” (pueblo pequeño) de los Estados Unidos, pues desde siempre ha tenido una consciencia mayor a los pro-blemas de cualquier adolescente, aunque en un inicio ni ella lo sabe.

Pronto, y tras vivir algunas tragedias, encontrará inspiración en una malévola figura fantasmagórica (que semeja por cierto a Young) y descubrirá su destino y sus raíces, llegando a ser una activista ambiental importante.

El disco y la novela cumplen con el ob-jetivo de empoderar a jóvenes mujeres, como fue la intención de Neil Young al crear el concepto, y de hecho al pueblo de Greendale, California.

Las mujeres son quienes tienen esta sensibilidad especial, poderosa, que acompañada de la sabiduría y fortaleza femeninas las hace casi deidades. Pero el

mensaje de la novela no se refiere a las mujeres de la familia Green solamente, sino a cualquier mujer que así lo decida y lo sienta.

La cohesión de talento y enfoque son notorios para el resultado del libro. La colaboración de Young fue fundamen-tal y paciente. El artista e ilustrador Cli-ff Chiang fue elegido por el mismo Neil Young luego de trabajar con el escritor Joshua Dysart, con quien una y otra vez revisó el guion.

El arte de Chiang es apropiado, expre-sivo y dulce, capaz de expresar ternura o terror, pero sobre todo, de expresar lo humano y mundano de los personajes y del pueblo. Y es que esta fábula por muy fantástica que sea, toca temas actuales tan reales como podamos imaginar.

Dysart supo desarrollar bien la his-toria, a veces inspirándose mucho en las canciones y letras del disco, en ocasiones sólo haciendo homenaje y referencias para que Chiang las plasmara.

Leer este libro es ir descubriendo poco a poco sobre muchos aspectos de la protagonista y sobre la naturaleza, del mundo y la cruda realidad, y aprender que se debe actuar y levantar la voz, siempre.

“Hay mucho sucediendo en Greenda-le”, dice Young, “Yo fui su creador y ni yo mismo sé todo lo que pasa aquí, así que no se desesperen si tampoco entienden todo”.

Imprescindible oír el disco a manera de soundtrack al leer esta novela gráfica.

@desautomatas

Neil Young’s

La historia de una activista ambiental

Greendale

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Carlos Miguel PrietoDirector artístico

Miércoles 2mayo de 2018

20:00 horasSala Nezahualcóyotl

Centro Cultural Universitario

VENTA DE BOLETOS: https://boletoscultura.unam.mx y en la taquilla de la Sala Nezahualcóyotl

INFORMES: 5554-4555 5658-6705 www.mineria.org.mx www.cultura.unam.mx /SinfonicadeMineria @orquestamineria @orquestamineria

Faust Ballet Music y Romeo y Julieta de Gounod • La Forza del Destino y Rigoletto de VerdiZaide de Mozart • Don Pasquale de Donizetti • La bohème de Puccini • Louise de Charpentier

Selecciones orquestales de óperas de De Falla, Granados y Mascagni

La voz que estáhaciendo historia

en la ópera mundial

¡único día!

Primer piso $1500. Orquesta/Coro $800. Segundo piso $400.

Dvořák Sinfonía núm. 8

J. Strauss, hijo Vals Sangre vienesa• Vals Por el bello Danubio azul

Lehár Canción de Vilja, de La viuda alegre• Meine Lippen, de Giuditta

Rossini Obertura de El barbero de Sevilla

Jessika Arévalo, soprano

León SpiererDirector huésped honorario vitalicio

Concierto conmemorativo

Miércoles 25 de abril de 2018 20:00 horas

Sala NezahualcóyotlCentro Cultural Universitario

Primer piso $600. Orquesta/Coro $400. Segundo piso $300.