AÑO 2020 - e-spacio
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TESIS DOCTORAL
AÑO 2020
LA ÉLITE HEROICA MILITAR EN LA
GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936-39)
MANUEL RODRÍGUEZ VICO
PROGRAMA DE DOCTORADO EN UNIÓN EUROPEA
Director: Javier Alvarado Planas
Catedrático de Historia del Derecho y de las Instituciones Universidad Nacional de Educación a Distancia
Codirector: Anselmo del Moral Torres
Subdirector Centro Universitario de la Guardia Civil
2
“y que ni el interés ni el miedo, el rancor ni la afición, no les
hagan torcer del camino de la verdad, cuya madre es la
historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo
de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de
lo por venir”
Miguel de Cervantes. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la
Mancha. Primera parte. Capítulo IX.
LA ÉLITE HEROICA MILITAR EN LA GUERRA
CIVIL ESPAÑOLA (1936-1939)
THE MILITARY HEROIC ELITE DURING THE
SPANISH CIVIL WAR (1936-1939)
Manuel Rodríguez Vico
Bruselas, septiembre del 2020
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LA ÉLITE HEROICA MILITAR EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936- 1939)
SUMARIO
En el Ejército español de 1936, los militares condecorados con las más altas
distinciones en acciones de guerra formaban una reconocida élite heroica de 218 militares
de todos los cuerpos y graduaciones que integraban la Orden militar de San Fernando.
Mediante el análisis cuantitativo de los datos obtenidos de los expedientes
profesionales de este grupo de militares y las correspondientes publicaciones en diarios
oficiales se ha determinado su adscripción al Ejército de la República1 o al Ejército
Nacional y su trayectoria profesional después de la guerra, concluyendo que:
i) la práctica totalidad de los miembros de esta élite heroica pertenecían a los llamados
‘africanistas’; ii) el 80% de los oficiales se sumó al bando de los sublevados;
iii) si bien, la proporción de ellos que realmente participó en la Guerra Civil fue menor,
ya que un 20% de ellos fue neutralizado durante la sublevación; iv) la participación
cuantitativa de los generales africanistas en la contienda fue mínima; v) el 80% de los
miembros de la élite heroica que combatieron en el bando nacional consiguió los más
altos puestos en la administración civil y militar; vi) los que militaron en el bando
republicano se exiliaron, fueron encarcelados y apartados de sus carreras; vii) si bien,
todos, menos uno, conservaron sus derechos como miembros de la Orden de San
Fernando; viii) y, solamente uno fue condenado a muerte, aunque no ejecutado; ix) por
lo que, en ambos casos, el elemento elitista jugó en su favor.
En un análisis de las posibles causas de la mayoritaria elección del bando nacional
por parte de la élite heroica, muy superior a la del conjunto de los militares, se ha podido
concluir que:
x) el 45% de los miembros en activo de la élite heroica se insubordinó contra sus propios
mandos naturales; y
xi) justificaron la sublevación, y la consiguiente indisciplina generalizada, mediante una
particular interpretación del código deontológico militar vigente en 1936.
PALABRAS CLAVE: Guerra Civil Española, Élite, Ejército, Deontología, Africanista.
1 «La denominación ‘Ejército Republicano’ se aplica a la fracción del Ejército español que se mantuvo leal
y por tanto quedó bajo control del Gobierno de la República después de la sublevación del 18 de julio de
1936. Por exclusión, se denomina ‘Ejército Nacional’, sin por ello considerarlo más ‘nacional’, a la facción
restante del Ejército que se sublevó o se sumó a la sublevación». Michael ALPERT: El Ejército Popular de
la República, 3ª edición, Barcelona, Crítica. Barcelona, 2007, p. 76
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ABSTRACT
In the Spanish Army of 1936, the military decorated with the highest honors in war
actions formed a recognized heroic elite of 218 soldiers from all the corps and ranks who
made up the military Order of San Fernando. Through the quantitative analysis of the data
obtained from their professional records and the corresponding publications in official
journals, their affiliation with the Army of the Republic2 or the National Army and their
professional career after the war have been determined, concluding that:
i) Practically all the members of this heroic elite belonged to the so-called ‘africanists’;
ii) 80% of the officers joined the side of the rebels; iii) Although the proportion of them
that actually participated in the civil war was less, since 20% of them were neutralized
during the uprising; iv)The quantitative participation of the Africanist generals in the
contest was minimal; v) 80% of the members of the heroic elite who fought on the
national side obtained the highest positions in the civil and military administration; vi)
those who served on the republican side went into exile, were imprisoned and separated
from their careers; vii) nonetheless, all of them, except one, retained their rights as
members of the Order of San Fernando; and viii) only one was sentenced to death,
although not executed; ix) Therefore, in both cases, the elitist element played in their
favor.
In an analysis of the possible causes of the notable predilection for taking the side of
the nationals by the heroic elite, in a much higher proportion to that of the whole Army,
it has been concluded that:
x) 45% of the active members of the heroic elite were unsubordinated against their own
natural commanders; and xi) they justified the uprising, and the consequent general
indiscipline, through a particular interpretation of the military deontological code in force
in 1936.
KEY WORDS: Spanish Civil War, Elite, Army, Deontology, Africanist
2 «The name ‘Republican Army’ is applied to the fraction of the Spanish Army that remained loyal and
therefore remained under the control of the Government of the Republic after the military coup of 18 July
1936. By exclusion, it is called ‘National Army’, without considering it more ‘national’, to the remaining
faction of the Army that rose up or joined the coup». Michael ALPERT: The People's Army of the Republic,
3rd edition, Barcelona, Critica, 2007, p. 76
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ÍNDICE DE CONTENIDOS
PREFACIO ....................................................................................................................... 9
I. ÁMBITO Y METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN .............................. 12
I.1.- Límites temporales y espaciales. Objetivos ............................................................ 12
I.2.- Hipótesis de trabajo y líneas de investigación ........................................................ 18
I.3.- Metodología ............................................................................................................ 21
II. LAS ÉLITES MILITARES EN ESPAÑA ......................................................... 30
II.1.- El estado de la cuestión ......................................................................................... 30
II.2.- Las élites militares españolas en 1936 ................................................................... 38
III. EL VALOR COMO DETERMINANTE DE LA ÉLITE HEROICA ................ 44
III.1.- Héroes y Ejércitos ................................................................................................ 44
III.2.- La Real y Militar Orden de San Fernando ........................................................... 48
III.2.1- Carácter simbólico (condición intrínseca).............................................. 54
III.2.2.- Carácter elitista (condición extrínseca) ................................................. 56
III.3.- Las recompensas al valor militar en Europa ....................................................... 60
IV. LA ÉLITE HEROICA EN LA GUERRA CIVIL .............................................. 73
IV.1.- Los miembros de la élite ...................................................................................... 73
IV.2.- Análisis de la élite heroica durante la sublevación .............................................. 78
IV.2.1.- Según Edad/ Grado/ Situación administrativa/ Arma o Cuerpo. .......... 80
IV.2.2.- Según el modo de ingreso en la élite .................................................... 83
IV.3.- Análisis de la participación de la élite heroica durante la Guerra Civil ........... 89
6
IV.3.1.- Según Destino/ Situación administrativa / Edad ................................... 90
IV.3.2.- Según el modo de ingreso en la élite / grado militar ............................ 94
IV.4.- Análisis de la élite heroica después de la guerra ................................................ 104
IV.5.- Análisis comparado ............................................................................................ 114
V. POSIBLES CAUSAS PARA LA ELECCIÓN DE BANDO ........................... 120
V.1.- El valor de la disciplina ....................................................................................... 120
V.2.- Los códigos deontológicos militares en 1936 ..................................................... 124
VI. CONCLUSIONES ............................................................................................ 135
VI.1.- La élite heroica africanista en la Guerra Civil (Hipótesis Principal) ................. 138
VI.2.- La élite heroica africanista en la sublevación y durante la Guerra Civil ........... 145
VI.2.1.- Los Caballeros de la Orden de San Fernando (Hipótesis A y B) ........ 145
VI.2.2.- La élite heroica africanista (Hipótesis C) ............................................ 149
VI.2.3.- Adscripción (Hipótesis D) y participación n la guerra (Hipótesis E) . 151
VI.3.- La élite heroica después de la guerra: la pervivencia de la élite (Hipótesis F) .. 157
VI.4.- Los códigos africanistas como elemento de decisión (Hipótesis G) .................. 160
VI.5.- Utilidad de la investigación................................................................................ 165
VII. RESENA BIOGRÁFICA DE LOS MIEMBROS DE LA ÉLITE HEROICA 169
1874 ....................................................................................................................... 171
1894 ....................................................................................................................... 173
1895 ....................................................................................................................... 176
1896 ....................................................................................................................... 190
1897 ....................................................................................................................... 208
1898 ....................................................................................................................... 229
7
1910 ....................................................................................................................... 248
1911 ....................................................................................................................... 250
1914 ....................................................................................................................... 272
1916 ....................................................................................................................... 282
1919 ....................................................................................................................... 284
1920 ....................................................................................................................... 286
1921 ....................................................................................................................... 293
1922 ....................................................................................................................... 309
1923 ....................................................................................................................... 319
1924 ....................................................................................................................... 360
1925 ....................................................................................................................... 407
1926 ....................................................................................................................... 476
1927 ....................................................................................................................... 483
1928 ....................................................................................................................... 502
1929 ....................................................................................................................... 526
1934 ....................................................................................................................... 578
FUENTES ..................................................................................................................... 611
BIBLIOGRAFIA .......................................................................................................... 611
DOCUMENTACIÓN CONSULTADA ....................................................................... 616
ANEXOS ...................................................................................................................... 618
I. Breve glosario de terminología militar .......................................................... 618
II. Índice onomástico .......................................................................................... 624
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ÍNDICE DE ILUSTRACIONES, TABLAS Y GRÁFICOS
ILUSTRACIÓN 1- Tabla comparativa miembros de cada élite en activo en julio de 1936 y
porcentajes sobre el total de componentes del Ejército y Fuerzas del Orden................. 43 ILUSTRACIÓN 2- Recibimiento al cabo Amate, ‘el héroe de Chentafa’. Cartagena 30 de
junio de 1923. ................................................................................................................. 47
ILUSTRACIÓN 3-Anuario Militar 1936. Página 146. Biblioteca Nacional. ...................... 52 ILUSTRACIÓN 4- Anuario Militar 1936.Página 151. Biblioteca Nacional. ...................... 55 ILUSTRACIÓN 5- Tabla comparativa cruces, medallas y órdenes europeas al valor frente al
enemigo. ......................................................................................................................... 71 ILUSTRACIÓN 6- Hoja de Servicios Teniente Guardia Civil Rubio Sanjuán. Anotación
concesión Medalla Militar. ............................................................................................. 76 ILUSTRACIÓN 7- Gráfico análisis élite heroica con mando según tramos de edad. ......... 80
ILUSTRACIÓN 8- Gráfico porcentajes según categorías. ................................................. 81 ILUSTRACIÓN 9- Gráfico porcentajes según situación .................................................... 81 ILUSTRACIÓn 10- Gráfico Arma o Cuerpo / situación administrativa. ........................... 82 ILUSTRACIÓN 11- Gráfico adscripción a bando / destino. ............................................... 90
ILUSTRACIÓN 12- Tabla Distribución de Fuerzas del Ejército español en 1936. ............ 91 ILUSTRACIÓN 13- Gráfico de adscripción a bando / situación administrativa. ............... 92 ILUSTRACIÓN 14- Gráfico adscripción a bando / edad. ................................................... 93
ILUSTRACIÓN 15- Cronograma adscripción según fecha acceso élite ............................. 96 ILUSTRACIÓN 16- Gráfico adscripción a bando/ participación en guerra- Generales. .... 98
ILUSTRACIÓN 17- Tabla adscripción a bando / participación en guerra – Oficiales. .... 100 ILUSTRACIÓN 18- Gráfico adscripción a bando/ participación en guerra- Oficiales. .... 101 ILUSTRACIÓN 19- Gráfico adscripción a bando- Suboficiales y clases de tropa. .......... 103
ILUSTRACIÓN 20- Gráfico situación después de la guerra. ........................................... 111
ILUSTRACIÓN 21- Gráfico comparativo ratio L + MM / duración campañas en años. . 112 ILUSTRACIÓN 22- Gráfico y tabla comparativa adscripción/ participación generalato. 116 ILUSTRACIÓN 23- Tabla recapitulativa adscripción/ participación .............................. 118
ILUSTRACIÓN 24- Gráfico adscripción / no adscritos/ situación administrativa. .......... 121 ILUSTRACIÓN 25- Gráfico adscripción Fuerzas del Orden Público. .............................. 132
ILUSTRACIÓN 26- Gráfico comparativo participación efectiva de cada élite ................ 153
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“Altissima quæque flumina minimo sono labuntur”
Curtius Rufus. Historiae Alexandri Magni Macedonis. Liber VII.
PREFACIO
Cuando uno se siente parte de una generación cuyos padres crecieron en una post-
guerra plagada de hambre y resquemores y, sin embargo, le han educado en la tolerancia,
el respeto y la superación de los miedos legítimos de la guerra, uno no debe dejar pasar
la oportunidad de agradecerlo y alegrarse de ello. No obstante, siempre queda esa duda,
esa curiosa intriga sobre lo que realmente originó ese desastre humano, político y
económico que fue la última Guerra Civil española. Y de ahí nace la inquietud que me
llevó a plantearme, casi sin saberlo, este trabajo de investigación que me ha hecho
disfrutar durante unos cinco años.
Yo soy nieto de los dos bandos. Mi padre nació poco antes de que su padre, mi
abuelo Manuel -militar de carrera condecorado con la Medalla Militar en 1925-, estuviese
jugándose la vida con sus compañeros de armas en la Batalla de Teruel, recién ascendido
a Comandante del Ejército Popular de la República. Mi madre nació en plena guerra, en
zona nacional, donde su padre, mi otro abuelo Manuel -propietario de un pequeño
comercio de tejidos-, “hacía la guerra sentado a la mesa de una cafetería con sus amigos
de Falange”, según me relató su hija, María Vico, el 21 de junio de 2019. Nunca, ninguno
de mis abuelos me contó ‘batallitas’ de la guerra, al menos que yo recuerde ahora que
tengo poco más de 50 años, y quizás esta ausencia de relatos fue la que motivó mi interés
por conocer la Historia, a través de las historias de aquellos protagonistas en los años de
guerra civil.
Empecé la aventura, como es lógico, leyendo, y continué indagando en los
archivos para encontrarme con los hechos directamente. De los casi infinitos aspectos que
podía haber elegido para centrar mi búsqueda, elegí aquel que se me hacía más
interesante, por razones personales, y más asequible, por razones profesionales. Así
comencé a buscar la Hoja de Servicios de mi abuelo paterno donde, como militar, sabía
que aparecen reseñadas con gran detalle las vicisitudes de índole profesional que suceden
a lo largo de la carrera en la milicia.
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Me adentré, por tanto, en las complejas e incongruentes situaciones profesionales
que vivió mi abuelo desde julio de 1936 hasta enero de 1942, cuando pasó a la situación
de retirado del Ejército con poco más de 40 años y cuatro hijos, después de haber
cumplido condena de prisión por ‘rebelión’. Repito, nunca escuché a mi abuelo contar
que, habiendo permanecido leal al gobierno cuando sucedió el golpe de Estado, hubiera
sido juzgado por ‘rebelde’ cuando acabó la guerra. ¿A qué podía deberse ese silencio? La
curiosidad me llevó a investigar qué pasó con los militares de su generación, durante y
después de la guerra civil, pero obviamente, conseguir y analizar copias de decenas de
miles de Hojas de Servicio dispersadas en los archivos militares, no parecía un plan
viable. Así que planteé un criterio de selección que pudiese ofrecerme una muestra lo
suficientemente pequeña para que su estudio pudiese estar al alcance de un investigador
aficionado a tiempo parcial; que presentase una distribución lo más homogénea posible
en un estamento tan estratificado como el militar; y que fuese lo suficientemente grande
para permitir sacar conclusiones de su análisis cuantitativo.
La solución fue considerar, como criterio de selección, al conjunto de militares
que, como mi abuelo, habían sido premiados con una de las recompensas, la Cruz de San
Fernando o la Medalla Militar, que formalmente les hacían acreedores del prestigio y
ejemplaridad en el estamento militar, al suponer su ingreso como Caballeros de la Orden
de San Fernando. Este criterio de selección me llevo a poder identificar este grupo
formado por poco más de 200 militares de todos los grados, Armas y Cuerpos, edades y
procedencias que formaban la élite heroica de la milicia española en 1936, y que se
encontraban perfectamente reseñados en el Anuario Militar de ese año, por delante de los
generales, como elemento inequívoco de su altísimo valor simbólico en el estamento
castrense.
De esta manera nació este trabajo, con la intención de dilucidar el papel colectivo
de este grupo de militares en la guerra civil, mediante un análisis objetivo, basado
principalmente en fuentes primarias, y así contribuir modestamente a poner voz a ese
corto, pero intenso y definitorio, periodo en las vidas de estos soldados.
11
En el proceso de búsqueda, compilación y verificación de datos, que es la parte
que ha requerido mayor esfuerzo y tiempo, he contado con la impagable ayuda del
Capitán Juan Carlos Santamaría, de la Unidad Administrativa de la Real y Militar Orden
de San Fernando, que con su meticuloso e infatigable apoyo contribuyó a localizar y
facilitar el acceso a muchos de los expedientes necesarios; con la rigurosa y paciente
ayuda voluntariosa de Santiago Ochoa; y con el conocimiento y la inmensa generosidad
de Carlos Engel Cellier, quien puso a disposición de este trabajo sus sabios consejos, la
base datos elaborada junto con su padre y su biblioteca familiar de más de 7.000 libros
sobre la Guerra Civil.
A la hora de establecer el plan de investigación y los objetivos de estudio, tuve la
suerte de contar con los trabajos precedentes del Teniente Coronel, doctor en Historia,
Pedro Luis Pérez Frías, en cuya tesis doctoral sobre Las élites militares durante el reinado
de Alfonso XIII recae la inspiración metodológica de este trabajo de investigación, y con
el conocimiento, la dedicación y la ayuda del Coronel José Luis Isabel Sánchez, autor de
decenas de publicaciones sobre la Real y Militar Orden de San Fernando.
Durante el continuo proceso de revisión y modificación del contenido y del formato
de la tesis he tenido la guía y las acertadas sugerencias de los directores del trabajo, el
doctor Javier Planas, quien tuvo la valentía de aceptar la propuesta e involucrarse en su
desarrollo desde el primer momento, y del doctor, compañero de promoción y amigo,
Anselmo Del Moral, quien no ha dejado de inyectar ánimos y soluciones para concluir y
presentar este trabajo; y la de la doctora Mercedes Oriol, quien ha dedicado su escaso
tiempo libre, para regalar ideas innovadoras, compartir experiencias y sacar a la luz la
dimensión humana ensombrecida detrás de las cifras.
El resultado es esta tesis, que aporta una visión objetiva y novedosa sobre los hechos
vividos en terribles circunstancias por un grupo de militares, representantes de los valores
castrenses; y cuyas conclusiones sirven para interpretar, sobre la base de un análisis
cuantitativo, el papel jugado por una de las élites del Ejército de la República en la
sublevación y consiguiente guerra civil.
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I. ÁMBITO Y METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
I.1.- Límites temporales y espaciales. Objetivos
Los sórdidos y cruentos hechos que tuvieron lugar durante la Guerra Civil española
de 1936-1939 han dado lugar a un legado literario de miles de obras y de innumerables
leyendas que han conformado el imaginario común de generaciones de muchos españoles,
y de no pocos extranjeros, y están, ochenta años más tarde, todavía muy presentes en la
sociedad, en la política y en la investigación española. Estas circunstancias hacen posible
que, a pesar de las miles de obras publicadas sobre el tema, siempre queden perspectivas
nuevas, asuntos no tratados o revisiones que amplíen o profundicen en los hechos que
vivieron aquellos muchos que hoy ya no están presentes para contarlos.
Entre las numerosos temas que podrían ser objeto de estudio de una Guerra Civil
(política, economía, armamentos, víctimas, fortificaciones, alianzas, etc.) este trabajo de
investigación se centra en una cualidad inmaterial que constituye uno de los pilares de la
ética profesional en los ejércitos: el valor, que a tenor de su definición en el diccionario
de la Real Academia Española es la “Cualidad del ánimo, que mueve a acometer
resueltamente grandes empresas y a arrostrar los peligros” y que constituye la virtud
básica, cimiento de la moral, no solamente para la milicia, sino para toda la sociedad, ya
que la virtud es precisamente “el arte de realizar con eficacia lo que quiere la voluntad
del valor”3.
En el ámbito militar, además, el valor se convierte en condición profesional
indispensable para los hombres y mujeres que conforman los ejércitos y constituye una
de las cuatro virtudes del militar, junto con la disciplina, la abnegación y el patriotismo4.
En el caso particular que nos ocupa, los militares que componían las Fuerzas Armadas y
de Seguridad españolas en 1936, la ética que regía su profesión, y lo sigue haciendo en la
actualidad, encontraba su forma normativa positiva en las Reales Ordenanzas de los
Ejércitos.
3 SAVATER, F. Invitación a la ética. Anagrama, Barcelona, 1995, Pág. 74. 4 FINNER, S. E. The role of the Military in Politics. Pinguin. Londres. 1975. Pág. 268.
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En estas ordenanzas, que plasmaban los principios éticos de los militares españoles
desde mediados del siglo XVIII, en su versión actual explícitamente recogen el valor,
junto con la moral de victoria, la acometividad, la serenidad y el espíritu de lucha, como
las ‘cualidades del combatiente’5. El hecho de que el valor este recogido en el código
ético militar español en el título referido a las operaciones, confirma la idea sostenida en
este trabajo según la cual las obligaciones deontológicas del militar sobrepasan el umbral
individual ético, como individuo, para convertirse en una virtud colectiva de la milicia de
carácter esencial para asegurar el cumplimiento de sus misiones. Aún más, cuando el
valor se manifiesta en su grado superlativo, el ‘heroísmo’, pasa constituirse en un
elemento de cohesión, de admiración, de liderazgo, de ejemplaridad y de notoriedad que
perdura más allá de la vida del héroe, y no sólo en la memoria colectiva de la milicia, sino
en la de sociedades, naciones y culturas.
El presente trabajo de investigación pretende, por tanto, aportar un análisis y un relato
objetivo de los hechos vividos durante la Guerra Civil por un grupo específico de militares
del Ejército español de 1936, el formado por aquellos que ostentaban el título de ‘héroe’:
los Caballeros de la Orden San Fernando. Un colectivo formado por unos doscientos
militares de todas las armas, escalas, graduación y procedencia que habían sido
galardonados, durante guerras y hechos de armas, con las máximas condecoraciones
militares que dan acceso a la consideración de Caballero de la Orden de San Fernando,
que desde 1811 es la orden militar española que reconoce como mérito para el ingreso en
la misma el valor ‘distinguido’ o ‘heroico’ en combate frente al enemigo6. En los
expedientes profesionales de este grupo selecto de soldados la cualidad castrense del
‘valor’ estaba formalmente acreditada en su grado distinguido o heroico.
5 Real Decreto 96/2009, de 6 de febrero, por el que se aprueban las Reales Ordenanzas para las Fuerzas
Armadas. Título IV “De las operaciones” - Capítulo II “De las operaciones de combate”. Artículo 89
“Cualidades del combatiente”. 6 En este trabajo se hace una interpretación extensiva de la pertenencia a la Orden de San Fernando que
incluye a los condecorados con la Cruz de San Fernando, en todas sus clases, y con la Medalla Militar (que
sustituyó desde 1918 a las Cruces de San Fernando de 1ª y 3ª clases), tal y como lo hace la normativa
vigente que regula la Real y Militar Orden de San Fernando. En esta misma línea interpretativa extensiva:
GARCÍA BAUDÍN, J. M. en su trabajo “La cúspide del generalato el 18 de julio de 1936” (2015) y CALVO
GONZÁLEZ- REGUERAL, F. en su publicación “Notas para un estudio de la laureada y la medalla militar
individual en el frente de Madrid durante la Guerra Civil española” (2017). La explicación detallada de esta
interpretación extensiva se encuentra que en el apartado ‘III.2.1. Ingreso selectivo en la Orden’.
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Este trabajo corrobora que este grupo de militares formaban una élite respetada y
admirada en el Ejército de la República Española, el mismo en el que se inició la
sublevación de julio de 1936 que dio origen a la Guerra Civil Española del 1936-1939 y
en páginas que componen esta tesis doctoral se van a presentar y analizar las vicisitudes,
tal como aparecen documentadas en los expedientes profesionales personales (‘Hojas de
Servicios’ en la terminología de la administración militar) y en las publicaciones oficiales,
de los militares reconocidos como héroes; y así se tratará de determinar las pautas de
comportamiento de este grupo durante la contienda civil y lo que les aconteció
profesionalmente después de la guerra. La tesis quedará así dividida en dos partes,
- El estudio y análisis de la élite heroica como grupo: definiendo su composición,
identificando sus características y analizando su comportamiento en la
sublevación, durante la guerra y después de la guerra, en base al análisis
cuantitativo de una serie de parámetros constitutivos del grupo. Esta parte la
ocupan los capítulos del I al V.
- La descripción individualizada, mediante una reseña biográfica, de cada uno de
los integrantes de la élite heroica, poniendo de relieve los datos sobe su
participación en la Guerra Civil y la eventual adscripción a uno u otro bando. Esta
segunda parte la ocupa el capítulo VI.
Los militares que pudieron ser merecedores del atributo de ‘héroes’ durante la propia
Guerra Civil no son analizados en este trabajo ya que el propósito último es determinar
posibles correlaciones entre el atributo heroico y la pertenencia en uno u otro bando
durante la Guerra Civil, por lo tanto, solamente se analizarán aquellos militares miembros
de la Orden de San Fernando antes del inicio de la contienda. Además, no sería posible
incluir a los militares que ganaron su ingreso en Orden de San Fernando durante la guerra
por una simple cuestión metodológica, ya que este criterio no resulta válido desde las
pocas semanas después de la sublevación del 18 de Julio de 1936, ya que el Ejército, la
Armada, el Servicio de Aviación y las Fuerzas del Orden de la República Española
quedaron divididos en dos, dando origen a dos ejércitos distintos entre sí y distintos del
originario, como si de un proceso de división de células cancerígenas se hubiese tratado.
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Así durante la Guerra Civil, las estrictas condiciones que regían desde 1811 el acceso a
la Orden de San Fernando quedaron disueltas en el caos de la guerra interna, en la
incongruente coexistencia de varias estructuras de gobierno, de administración civil y de
ejércitos, de suerte que cada bando otorgaba con criterios diferentes las recompensas
militares a los componentes de ‘su ejército’, que obviamente no eran reconocidas por el
otro ejército.7
Una vez delimitados los ámbitos material, temporal y espacial de la investigación -
la denominada élite heroica del Ejército español en julio de 1936 -, se define como
objetivo primario de este trabajo el identificar y evaluar el papel jugado por este grupo
de militares en la sublevación del 18 de julio de 1936 y en la subsecuente Guerra Civil.
Nos planteamos como segundo objetivo, en base a los resultados del primero, el
identificar parámetros, situaciones o pautas de comportamiento que relacionen su atributo
como ‘héroe’ con su filiación a uno u otro bando, in fine, las posibles razones que
motivaron su adscripción a los argumentos defendidos por los sublevados, o por su opción
de mantener la fidelidad al gobierno de la República.
No parece difícil predecir los desafíos a los que nos vamos a enfrentar desde el punto
de vista metodológico para alcanzar con éxito el primer objetivo, ya que la adscripción
de una persona a uno u otro bando durante la Guerra Civil no es tarea sencilla. Entre los
militares que conformaban el Ejército en 1936, los había que manifestaron evidentes
pruebas de pertenencia a un bando, como es el caso de los que tomaron parte en la
preparación de la sublevación, pero no está tan claro si el haber militado en un bando, el
haber sido fusilado por el otro bando, ni si quiera, el haber combatido, en uno o en otro
ejército es evidencia suficiente para determinar la adscripción ideológica a un bando. La
evaluación cualitativa de la pertenecía a uno u otro bando se presenta, por tanto, como
uno de los mayores retos para las labores de investigación, ya que tendremos que
7 Durante la Guerra Civil, el gobierno de la República abolió la Cruz de San Fernando y la Medalla Militar
como condecoraciones del Ejército Popular Republicano; mientras que ambas recompensas se conservaron
en el Ejército Nacional, que concedió un total de 1391 Cruces de San Fernando y Medallas Militares
individuales según CALVO GONZÁLEZ- REGUERAL, F. en su artículo “Notas para un estudio de la
laureada y la medalla militar individual en el frente de Madrid durante la Guerra Civil española”. Revista
de Historia Militar. Número 122. (2017) Pág. 69. Tabla3.
16
determinar, con un grado aceptable de validez científica, si el haber combatido en un
ejército, con más o menos entusiasmo, o el haber cambiado de un ejército al otro,
respondió a una decisión independiente, o unas circunstancias que forzaron tomar partido
por uno u otro bando, como fue el caso de los llamados “leales geográficos”8. Se abordará
este asunto con sumo cuidado, ciñéndonos a las evidencias documentales disponibles y,
subsidiariamente, a la literatura existente; además de aplicar dos procesos sucesivos de
verificación; al mismo tiempo que evaluando otros aspectos, no directamente vinculados
al periodo de la guerra, que puedan arrojar claridad en la asignación de esta variable,
como fue la evolución o regresión profesional de estos militares durante el régimen
franquista. En todo caso, los valores asignados a cada caso estudiado sobre su adscripción
a uno u otro bando no presuponen, de manera alguna, una clasificación ideológica del
individuo.
Esta investigación asigna la adscripción a un bando u a otro sobre la base de las
informaciones disponibles en fuentes primarias, y contrastadas según los procesos
analíticos explicados en la metodología, de forma que nos permiten asegurar con certeza
que bien, la persona militó en ese bando, o que combatió en uno de los dos ejércitos, o
que no hay constancia certera de que lo hiciera; sin que por ello se le pueda atribuir una
voluntad para ello, y, menos aún, una coincidencia entre la adscripción a un bando y la
asimilación ideológica o política con el mismo.
En cuanto a la metodología que se seguirá para abordar el segundo objetivo de esta
investigación que nos permita poder identificar las eventuales razones que pudieron
influenciar en la adscripción a uno u otro bando a cada uno de los elementos que
conforman el grupo de militares pertenecientes a élite heroica, se buscarán, en primer
lugar, los elementos en el seno de la propia élite - como edad, grado, destino o hechos
que motivaron el ingreso en la Orden de San Fernando, mediante una serie de análisis
cuantitativos de los datos compilados sobre cada unos de los miembros de la élite, puestos
en relación comparativa entre ellos.
8 Aquellos que militaron en el bando que se hizo con el control de la zona geográfica donde se encontraban
en los primeros días después de la sublevación, independientemente de sus preferencias ideológicas.
17
No obstante, la investigación no pretende - y no puede ser- un mero sumatorio de datos
individualizados y, sobre todo, un análisis de los motivos que influyeron en cada uno de
ellos, no puede llevarse a cabo sin tener en cuenta los marcos conceptuales teóricos que
impregnan legítimamente la labor investigadora el ámbito las ciencias sociales,9 y por
ello, en complemento del análisis cuantitativo -y con la intención de buscar los marcos
conceptuales que pudieron influir en la elección de bando- se analizará, en segudno lugar,
el contexto jurídico y deontológico castrense imperante cuando los hechos tuvieron lugar,
y que sirvió de marco referencial común a todos los militares de la élite heroica en la toma
de su decisión, porque la Guerra Civil española “se convirtió en la cuestión moral más
importante de su época”10. Las obligaciones profesionales, tanto de carácter legal -
normativo, como las de carácter moral que circunscribían las acciones de los militares en
1936 serán las herramientas utilizadas en la investigación para inducir, a partir de los
datos obtenidos sobre la adscripción a uno u otro bando, las conclusiones pertinentes que
sustenten, refuten o modifiquen nuestras hipótesis de partida.
9 WEBER, Max. Sobre la teoría de las ciencias sociales. Ediciones Península. Barcelona. 1972. Traducción
del original publicado en 1904. Pág. 74. 10 WATKINS K.W. Britain divided. The effect of the Spanish civil war on the British political opinion.
Thomas Nelson. Londres. 1963. pág. 13.
18
I.2.- Hipótesis de trabajo y líneas de investigación
El estudio específico de las élites militares es, sin duda, un asunto de interés por sí
mismo en el campo de la Historia militar, en el que aporta elementos de gran importancia
para facilitar la comprensión de las milicias, sus componentes y sus dinámicas. Este
trabajo parte del estudio de las élites militares - concretamente de la denominada élite
heroica - para plantear y responder a unas hipótesis encuadradas en el estudio del
estamento castrense durante la Guerra Civil española. En este marco conceptual, nos
vamos a interrogar sobre el papel de los componentes de la élite heroica en la sublevación,
en la guerra y en la postguerra; y su posible correlación con los denominados ‘militares
africanistas’, ya que, con cierta frecuencia, en artículos periodísticos11, novelas
históricas12 y algunas publicaciones especializadas13 se identifica a los militares que se
sublevaron en julio de 1936 contra el gobierno de la Segunda República Española, y que
acabaron por derrotar al Ejército Popular de la República en abril de 1939, con el término
‘africanistas’ y se les describe como militares que habían ascendido a los más altos
puestos en el Ejército por los méritos ganados en unos hechos, más o menos heroicos,
acaecidos durante las denominadas Guerras de África, o Campañas de Marruecos, que
tuvieron lugar durante el primer tercio del siglo XX.
Efectivamente, es plausible asumir que muchos de los militares que habían
participado en las diversas campañas militares en el norte de África de principios del siglo
XX formasen parte del Ejército en julio de 1936 y que, algunos de ellos, formasen parte
de sus élites. Lo que ya no parece tan evidente es atribuir el valor de su participación en
la Guerra Civil, sino se hace mediante un estudio riguroso y objetivo.
11BARRAGÁN, A. “75 años de la Guerra Civil”. Diario Córdoba. Edición digital de 18 noviembre 2011;
HUERTA ABARGUES, J.C. “El miliciano que retrató la guerra en Ávila regresa a Navalperal 75 años
después” Diario de Ávila. Edición digital. 25 de julio de 2011; MARTIN ALARCÓN, J. “Africanistas: los
conspiradores militares del 18 de Julio de 1936”. El Mundo. Edición digital del 17 de Julio de 2016;
ALVAREZ, L. “Elegía por la tercera España”. El País. Edición digital de 28 de agosto de 2016; AGUIRRE,
E. “Dos tragedias en una”. Diario de León. Edición digital de 30 de junio de 2017.
https://www.elmundo.es/la-aventura-de-la-historia/2014/07/18/53c8d9efca474151348b4571.html. 12DE MADARIAGA, M.R. Los moros que trajo Franco. Alianza. Madrid. 2015; BALFOUR, S. Abrazo
mortal: de la guerra colonial a la Guerra Civil en España y Marruecos (1909- 1939). Ed. Península.
Barcelona. 2002; FRANCISCO, L. M. Morir en África. La epopeya de los soldados españoles en el
Desastre de Annual. Ed. Crítica. 2014; BLANCO ESCOLÁ, C. (2003) Vicente Rojo: El general que
humilló a Franco. Ed. Planeta. Barcelona. 2003. 13GIL ANDRÉS, C. Españoles en Guerra. La Guerra Civil en 39 episodios. Ariel. Barcelona. 2019. Página
33.
19
Con este propósito de verificar la existencia en el Ejército de una élite formada, al
menos en parte, por militares africanistas, evaluar su papel durante la Guerra Civil y
encontrar las posibles correlaciones entre la adscripción a uno u otro bando y las
características de la élite, se formulan las siguientes hipótesis:
Hipótesis principal:
En el Ejército y las Fuerzas del Orden de 1936, (i) existía una élite, (ii) conformada por
militares que se habían distinguido por sus acciones heroicas en las campañas africanas,
(iii) que ocupaba los puestos clave en el estamento castrense; y (iv) cuya actuación fue
decisiva durante la sublevación y la consiguiente guerra civil.
Estas cuatro premisas constituyen la hipótesis principal de trabajo, que, sometida a
una metodología de investigación científica adecuada, nos va a permitir validar, o refutar,
total, o parcialmente, esta afirmación. Con la finalidad de facilitar esta tarea, se han
establecido una serie de hipótesis secundarias o auxiliares:
A. En el Ejército y las Fuerzas del Orden de la República Española en 1936, coexistían
varias élites con capacidad de influencia en el estamento castrense.
B. Los militares que se habían hecho acreedores de las más altas recompensas militares
formaban la denominada élite heroica, formalizada en la Orden Militar de San
Fernando. En el ámbito geopolítico europeo de principios del siglo XX coexistían
instituciones de derecho premial militar similares a la Orden Militar de San Fernando.
C. La élite heroica en julio de 1936 estaba conformada mayoritariamente por militares
africanistas, que habían ganado su ingreso en la Orden de San Fernando por acciones
recompensadas en las campañas del norte de África del primer tercio del siglo XX.
D. La élite heroica -predominantemente africanista- se posicionó en su gran mayoría en
apoyo de la sublevación de julio de 1936.
E. La mayoría de sus miembros combatieron en puestos relevantes del Ejército Nacional.
F. Después de la Guerra Civil surgió una nueva élite heroica en el Ejército, compuesta
por los nuevos Caballeros de San Fernando, procedentes sólo del Ejército Nacional.
G. El posicionamiento mayoritario de los miembros de la élite heroica en el bando
nacional está relacionado con la existencia de un código ético militar particular a los
militares africanistas.
20
Con la finalidad de validar, refutar o modificar las hipótesis de trabajo se han
planteado una serie de líneas de investigación que coadyuven, de forma articulada y
sucesiva, a esta tarea:
1. Comenzamos por preguntarnos si antes de la Guerra Civil realmente existía un grupo
diferenciado en el seno del ejército formado por los militares condecorados con las
más altas condecoraciones al valor durante las campañas militares anteriores.
2. Seguidamente, determinamos si este grupo era reconocido como una élite por el
estamento militar y la existencia de otras élites a nivel nacional y a nivel europeo.
3. A continuación, tendremos que saber qué proporción exacta de esta élite:
- Formó parte, o se sumó, a la sublevación militar de julio de 1936;
- Cuántos pertenecieron al llamado Ejército Nacional, aunque no formasen parte de
la sublevación, ni se manifestaran abiertamente en favor de ella;
- Cuántos se manifestaron abiertamente fieles al gobierno de la República en los
momentos de la sublevación;
- Cuántos formaron en las filas del Ejército Popular de la República;
- Cuántos eran africanistas, para lo que estableceremos unos criterios de identidad;
- Cuántos ocupaban puestos en los máximos grados de la jerarquía militar;
- Cuántos estaban al mando de grandes unidades operativas;
4. Así mismo, resultará provechoso para evaluar el papel en la Guerra Civil de esta élite,
averiguar qué sucedió con cada uno de sus miembros al finalizar la contienda civil, si
fueron castigados o premiados por los vencedores, si sus carreras militares culminaron
en el generalato, o, por el contrario, fueron expulsados de la milicia, o condenados a
prisión o a muerte.
5. Finalmente, la investigación pretende también responder a las causas que pudieron
influenciar en la decisión de combatir en uno u otro ejército a los miembros de la élite,
para lo que cabe preguntarse si en su motivación jugaron factores diferenciadores en
el seno de la élite, tales como el grado militar, la edad; o factores externos como los
códigos deontológicos militares.
21
I.3.- Metodología
La metodología diseñada para poder cumplir los objetivos del trabajo, dentro de
los límites planteados, se divide en una primera etapa de búsqueda, acceso y compilación
de los datos y una segunda etapa analítica que se subdivide, a su vez, en diversas fases y
procesos que tendrán por finalidad elaborar las conclusiones que permitan responder a las
preguntas de investigación y así validar o modificar las hipótesis sobre el papel de la élite
heroica en la Guerra Civil.
A- Etapa de investigación documental: el Anuario Militar y las Hojas de Servicios
La primera etapa de la investigación de esta tesis doctoral se ha basado en la
búsqueda de los datos necesarios en fuentes primarias, recurriendo a la bibliografía
especializada para complementar la información. La obtención de los datos en fuentes
primarias se ha realizado principalmente mediante la localización y el acceso a los
expedientes personales de los algo más de 200 militares identificados en el Anuario
Militar de 1936 como los militares recompensados con la Cruz de San Fernando o con la
Medalla Militar y, por tanto, que conforman la élite heroica militar de antes de la Guerra
Civil.
En el periodo que abarca esta investigación, el Ejército se componía en su gran
mayoría de soldados de reemplazo, reclutados mediante sistema de ‘quinta’ para cumplir
el servicio militar obligatorio que abarcaba desde 12 a 24 meses, y de militares
profesionales en las categorías de suboficiales y oficiales. Sólo las unidades del Tercio de
Extranjeros (también denominado como ‘La Legión’) y del Grupo de Fuerzas Regulares
Indígenas, ambos encuadrados en el Ejército de África, se nutrían de soldados
profesionales. Los Cuerpos policiales, pero de naturaleza militar, de la Guardia Civil y de
Carabineros, encuadrados bajo la denominación de ‘Fuerzas del Orden’, estaban
compuestos por profesionales en su totalidad. Los oficiales de estos Cuerpos policiales,
procedían del Ejército, mientras que suboficiales y guardias eran reclutados en el seno de
ambos Institutos armados.
22
Los documentos que atestiguan la trayectoria profesional de los integrantes de
la élite heroica en este periodo se conservan en diversos fondos documentales y a
diferentes niveles, ya que, expedientes profesionales completos sólo se confeccionaban
de los militares profesionales y se elaboraban a nivel regional (División Orgánica) o
central (Inspecciones Generales de las Armas y de los Cuerpos); por el contrario, de los
soldados de remplazo, si en el mejor de los casos se conserva algo, es a nivel local
(Regimiento, Batallón) y se limita unos folios constatando su ingreso en la unidad militar
en la que sirvió. Además de los expedientes profesionales, las publicaciones oficiales
también aportan datos certeros sobre las situaciones administrativas, tales como, destinos,
ascensos, ceses, bajas, procesamientos y fallecimientos de los militares profesionales.
Entre las publicaciones oficiales utilizadas como referencia de base en este
estudio se encuentran la serie formada por el ‘Anuario Militar’, publicado entre 1891-
1936, cuyo precedente fue el ‘Estado Militar de España’ (1768 -1863) y su continuación
fue el ‘Anuario Estadístico Militar’ (1958- presente). Las tres publicaciones forman parte
de las fuentes de información básicas sobre los efectivos de las fuerzas armadas españolas
a lo largo de su historia, constituyendo una fuente de excelente calidad, ya que se
considera a la administración militar “como una de las primeras grandes burocracias en
desarrollarse y en establecer numerosos sistemas internos de información estadística”.14
En el caso concreto de este trabajo, se ha utilizado como fuente primaria de
referencia principal el Anuario Militar de 1936, que comprende tanto al Ejército de la
península, como al insular (Comandancias Militares de Baleares y de Canarias), y al de
África; así como a los Cuerpos de la Guardia Civil y de Carabineros. Los datos
compilados en la sección de personal del Anuario Militar proceden, tanto de las
informaciones publicadas por el Diario Oficial, como por los datos facilitados por el
propio Ministerio de la Guerra y las correspondientes dependencias militares. La parte
del Anuario dedicada a la orgánica es redactada por la Sección de Organización y
Movilización del Estado Mayor Central (órgano encargado de su edición), y por la
Sección de Personal del Ministerio de la Guerra.
14 Hemeroteca Nacional, Biblioteca Nacional de España, Descripción de la publicación ‘Anuario Militar
1891’. http://hemerotecadigital.bne.es/details.vm?q=id:0026917454&lang=es Última consulta el 21/06/20.
23
La edición de 1936 consta de 594 páginas, en un solo tomo, que se inicia con los
datos del personal del Cuarto Militar del Presidente de la República y una cronología de
los ministros de la Guerra. A continuación, su contenido se estructura en once capítulos,
que incluyen, entre otras informaciones, la organización del Ejército (Capítulos I, IV, V,
VI, VII y XI), sus unidades y centros de formación (Capítulo II), la industria militar
(Capítulo III), las escalas de generales y oficiales (Capítulos IX y X) y, lo que más interesa
para este trabajo de investigación, el “personal condecorado con grandes Cruces”
(Capítulo VIII).
Este Capítulo VIII del Anuario Militar de 1936 ha servido de línea de partida
para identificar a los componentes de la élite heroica y, con esos nombres y apellidos y
fechas de concesión de las recompensas, iniciar la búsqueda de sus correspondientes
expedientes personales, principalmente compuestos de la denominada ‘Hoja Matriz de
Servicios’, o simplemente, ‘Hoja de Servicios’, que consiste en un modelo de documento
oficial donde se recogen las situaciones administrativas (tiempo de servicio, destinos,
ascensos, recompensas, sanciones, retiro) y un breve relato anual de las vicisitudes
profesionales de cada militar anotadas por la Plana Mayor -la Secretaría en la
administración militar- y validadas por el mando de las unidades u organismos en los que
ha estado encuadrado un militar durante toda su vida profesional.
Las Hojas de Servicios de los miembros de la élite heroica en 1936, como toda
documentación de la administración militar con más de 20 años de antigüedad y que debe
conservarse permanentemente, se encuentran en los fondos documentales de los archivos
históricos militares constituidos por los Archivos Generales Militares (AGM) de Ávila,
Guadalajara, Madrid y Segovia15 en los que se ha realizado la búsqueda y el acceso a los
expedientes deseados. En paralelo a esta línea de investigación documental basada en el
Anuario Militar de 1936 y las Hojas de Servicio, se han realizado búsquedas
complementarias en otras publicaciones oficiales de ambos bandos, tales como el Boletín
de Defensa, Gaceta, Boletín Oficial del Estado y el Diario Oficial, a partir de la
herramienta del Portal de Archivos Españoles (PARES).
15 Guía de acceso a los archivos militares y a sus documentos. Subdirección de Patrimonio Histórico y
Cultural. Sección de Archivos. 24 junio 2019.
24
En particular, para los casos de los miembros de la élite que combatieron en el
Ejército Popular de la República han sido de utilidad los expedientes de las causas abiertas
por tribunales militares a partir de 1939 por delito de rebelión, que se conservan en el
Archivo General e Histórico de la Defensa (AGHD) o, en sus Archivos Intermedios, ya
que los sumarios de los procedimientos judiciales incluyen declaraciones de encausados.
La carencia de datos en algunos fondos (por ejemplo, Hojas de Servicio no accesibles, o
no existentes que, como se ha explicado, es el caso de los soldados de remplazo) ha sido
paliada por fuentes alternativas, por ejemplo, los “Informes de averiguación de conducta”
en el Archivo General Militar de Ávila (AGMAV) o en la Causa General, así como por
fuentes complementarias archivísticas, bibliográficas o hemerográficas.
B- Etapa analítica
Primera Fase: Análisis de la élite heroica del Ejército español en el primer tercio del
siglo XX, que incluye los siguientes procesos:
Proceso 1- Descripción y análisis de las élites.
Identificación de las élites militares de principios del siglo XX, mediante el estudio de la
normativa, la bibliografía y los trabajos especializados sobre las élites existentes en
Ejército español - incluyendo el Servicio de Aviación ya que sus componentes formaban
parte del Ejército de Tierra en el marco temporal fijado - y en las denominadas Fuerzas
del Orden, incluyendo a la Guardia Civil y el Cuerpo de Carabineros.
Proceso 2- Análisis cualitativo del atributo ‘pertenencia a la élite heroica’.
Este análisis tiene por finalidad establecer la validez de la tipología considerada en las
hipótesis de trabajo y que viene dada por la condición necesaria y suficiente de
pertenencia a la Orden Militar de San Fernando. Esta asignación del atributo ‘pertenencia
a la élite heroica’ y la identificación de la situación administrativa (activo, retirado,
licenciado, reserva) y de la situación militar (destinado, disponible, baja por enfermedad,
permiso) de cada miembro de la élite en julio de 1936, se hace, primariamente, en base
a la información contenida en el Anuario Militar de España de 1936, en el que se refleja
con bastante aproximación la situación de las unidades y de cada uno de los oficiales del
Ejército a fecha de 30 de abril de 1936. Esta información se contrasta con otras fuentes
primarias, Boletines Oficiales de los dos bandos, para evitar errores que pudiesen producir
25
los cambios de destinos acaecidos en las semanas previas al golpe militar cuando el
gobierno ya temía que esto ocurriese, o a fallecimientos accidentales o naturales ocurridos
entre abril (publicación del Anuario Militar) y 18 de julio. Este proceso ha permitido
hacer una primera selección aproximada de la población a estudiar y que podemos cifrar
en torno a 200 individuos, considerando a los Laureados16 y Medallas Militares vivos en
julio de 1936.
Proceso 3- Elaboración de una base de datos.
Con la muestra de individuos obtenida del proceso anterior, se ha creado una tabla que
recoge, en el eje de ordenadas, los apellidos y nombre de cada individuo; y en el eje de
abscisas, se ha introducido la información relevante de cada uno de ellos, ordenada por
campos, que permita determinar su eventual participación en la sublevación y durante la
Guerra Civil, así como la situación que sobrevino al final de la contienda. Los campos
creados a tal fin han sido los siguientes:
Campo 1- “Año de nacimiento”: para determinar su edad con respecto a otras
variables, como la fecha de la sublevación o la fecha en que accedieron a la élite
heroica.
Campo 2- “Modo de acceso a la Orden”, identificando si el individuo había sido
recompensado con la Laureada o con la Medalla Militar. En el caso de un mismo
individuo con más de una Laureada y/o Medalla Militar, se compatibiliza
solamente una vez, aunque queda registrada esta información en el campo.
Campo 3- “Fecha concesión” de la Laureada o la Medalla Militar, para determinar
la fecha entrada en la élite y poder analizar posibles subgrupos categorizados por
su ‘generación heroica’.
Campo 4- “Empleo en abril 1936”, para determinar su posición dentro de la
jerarquía militar en el momento de la sublevación. Se han verificado y corregido
cuando hubo variación de empleo entre el mes de abril y el julio, con respecto a
lo publicado en el Anuario Militar.
16A los solos efectos de simplificación analítica, en el trabajo se utiliza la denominación ‘Laureado’ para
designar a los condecorados con la Cruz de San Fernando - o 'Laureada' para referirse a dicha
condecoración- en cualquiera de sus clases; si bien, formalmente, sólo las clases 2ª y 4ª y la Gran Cruz son
realmente ‘laureadas’. Todas las clases de Cruz de San Fernando daban acceso directo a sus titulares como
Caballeros de la Orden de San Fernando.
26
Campo 5- “Edad en 1936”, para, en combinación con el campo “Empleo” y “Año
de nacimiento”, identificar dentro de la élite aquellos que habían ascendido a
empleos superiores de forma más rápida y así poder identificar el que sería el
núcleo duro de la élite heroica.
Campo 6- “Destino” en el que se encontraba al iniciarse la sublevación con
indicación de la localidad para facilitar la información del siguiente campo.
Campo 7- “Zona” según si la localidad de destino, o donde se encontrase en el
momento de la sublevación (muchos de los casos estudiados se encontraban de
vacaciones en una localidad distinta de sus destinos el 18 de julio), hubiese
quedado bajo el control del gobierno (R) o bajo el control de los rebeldes (N).
Campo 8- “Bando”: identifica la adscripción a uno u otro bando (N/R) desde el
18 de julio, o, si fue distinto, durante la Guerra Civil, para los que cambiaron de
bando. En estos casos se emplea la simbología “N>R” o “R>N” para determinar
los que cambiaron de un Ejército a otro.
La adscripción a uno u otro bando se ha atribuido, en este proceso número 3, en
base a la bibliografía especializada, que se ha verificado con fuentes
complementarias y mediante un análisis comparado con los campos
“Empleo/Situación post Guerra Civil”. Se han consignado, a continuación de la
letra “N” o “R”, la página de la obra de Carlos Engel Masoliver, El cuerpo de
Oficiales en la Guerra de España, del 2008 o/y de la de Ramón Salas Larrazábal,
Historia del Ejército Popular de la República, del 2006, donde se hace mención
a ese miembro de la élite. En los casos en que no está referenciado en ninguna de
estas obras, se indican las fuentes de las que se ha obtenido la información.
En aquellos casos en los que los condecorados son soldados o suboficiales, o
siendo oficiales no estaban en activo en julio de 1936, se ha hecho más difícil
encontrar referencias en literatura reconocida especializada o en las publicaciones
oficiales de uno u otro bando. En estos casos, solamente las Hojas de Servicios
que se han podido localizar en los archivos, o algunas publicaciones oficiales, han
servido de fuente de información certera para atribuir la adscripción a uno u otro
bando.
27
Proceso 4- Verificación de la asignación del valor ‘Bando’ mediante fuentes primarias.
Uno de los valores singulares de este trabajo consiste en que, en aquellos casos en los que
se ha encontrado una asignación apriorística de pertenencia a uno u otro bando en las
obras especializadas de referencia, esta asignación se ha verificado posteriormente
mediante el análisis de fuentes primarias. Se han analizado los expedientes personales y
las publicaciones oficiales que citan a los aproximadamente doscientos militares que
componen este estudio. En estos documentos se ha podido establecer la pertenencia a uno
u otro Ejército, el paso de uno a otro, y qué les aconteció al finalizar la contienda,
mediante el estudio cuidadoso de las anotaciones contenidas en la sección IX (vicisitudes)
de las correspondientes Hojas Matrices de Servicios disponibles en los archivos militares
consultados. Con la finalidad de poder determinar, no solo la adscripción, sino también
el grado de participación en un u otro bando, se ha establecido el siguiente modelo
comparativo basado en los hechos constatados sucedidos a cada miembro de la élite
durante la sublevación y durante la guerra:
o N +: Participa en la sublevación; milita en Falange o Requetés antes de la guerra / Se
incorpora desde la reserva/ Mando de unidades de combate en el Ejército Nacional.
o N -: Milita en Ejército Nacional / No milita/ Fusilado por bando contrario.
o N: No milita en Ejército Nacional, pero apoya con tareas civiles, o se incorpora
después de la guerra.
o R +: Manifiesta adhesión al gobierno republicano desde los primeros momentos de la
proclamación de la sublevación/ Mando de unidades de combate y/o progresión de
carrera, y/o condecorado en el Ejército Popular Republicano durante la guerra/ Se
incorpora desde la reserva.
o R -: Milita en Ejército Popular Republicano / No milita/ Fusilado por bando contrario.
o R: No milita en Ejército Republicano, pero apoya con tareas civiles, o es sancionado
después de la guerra.
o No adscrito/ No participa/: No se han encontrado elementos para asignarle alguna de
las categorías anteriores, o los elementos contradicen su adscripción.
o Adscripción No constatada: Adscripción, o participación en la guerra o postguerra,
no constatada por falta de datos.
28
Proceso 5- Análisis de la situación de los individuos después de la Guerra Civil.
Este proceso analítico ha permitido, de un lado, realizar una segunda verificación de la
asignación de bando, ya que las vicisitudes que acontecieron a los militares estudiados al
finalizar la guerra revelan su participación en uno u otro bando; y de otro lado, conocer
la permanencia de los vínculos de la élite al terminar el periodo en que la unidad de la
élite se disolvió a consecuencia del enfrentamiento durante la Guerra Civil. Se ha
introducido un campo en la tabla para poder evaluar y comparar esta información:
Campo 9- “Empleo/Situación post Guerra Civil”, refleja con relativo grado de fiabilidad,
el devenir profesional de los militares de la élite heroica al finalizar la Guerra Civil, lo
que permite extraer conclusiones sobre el papel de la élite durante la guerra y validar,
como se ha dicho, su adscripción “N” o “R” en el campo número 8- “Bando”. Estos
parámetros post-guerra, añadirán un atributo complementario para conformar la
evaluación de su adscripción, y el nivel de implicación en los ejércitos de uno u otro
bando, de la forma siguiente:
o N +2: Fuerte progresión en carrera/ generalato.
o N +1: Progresión media en carrera.
o R +2: Exiliado, o condenado a muerte, o pena de reclusión mayor.
o R +1: Continúa carrera, o condenado penas menores.
Segunda Fase - Búsqueda de correlaciones.
Una vez completada la tabla maestra del trabajo con los datos correspondientes a todos17
los militares pertenecientes a la élite heroica en 1936, se han analizado los datos
atendiendo a diferentes parámetros (edad, graduación, situación administrativa, campaña
de guerra que otorgó el ingreso en la orden) en cinco bloques de análisis en los que se han
agrupado los parámetros en tríadas analíticas, correspondientes a tres períodos temporales
- la sublevación, la guerra, la post-guerra - para facilitar la deducción de correlaciones
que permitan responder a las líneas de investigación establecidas y, por tanto, verificar
17 Se ha conseguido asignar la ‘adscripción’ a uno u otro bando, o la ‘no adscripción’ / ‘no participación’
en la guerra del 94% de los miembros de la élite. De 14 de ellos, del total de 218, no se ha podido ni
confirmar, ni desmentir su adscripción/ participación en la guerra, por tanto, se les ha asignado la
adscripción como ‘No constatada’.
29
las hipótesis de la investigación. Estos cinco bloques analíticos se estructuran en tres
etapas cronológicas que se presentan en los siguientes apartados del trabajo comprendidos
en el capítulo IV- LA ÉLITE HEROICA EN LA GUERRA CIVIL, páginas 73-120.
Durante la sublevación
Bloque analítico 1- Parámetros: Edad/ Grado / Situación administrativa/ Arma o Cuerpo
Bloque analítico 2- Parámetros: Modo de ingreso en la élite
Durante la guerra
Bloque analítico 3- Parámetros: Destino/ Situación administrativa/ Edad
Boque analítico 4- Parámetros: Modo de ingreso en la orden/ Grado militar
Después de la guerra
Bloque analítico 5- Parámetros: Grado militar/ Condenas
Tercera Fase - Descripción de los motivos de orden ético que pudieron influir en la toma
de partido por uno u otro bando, en base al estudio de las obligaciones legales y morales
existentes en 1936 para los miembros del Ejército y, en particular, para los de la élite.
Cuarta Fase- Elaboración de unas conclusiones que validen, refuten o modifiquen las
hipótesis de partida, basadas en los datos aportados por los análisis elaborados en las
precedentes fases y que han sido compilados y contrastados en el Capítulo VI-
CONCLUSIONES.
30
II. LAS ÉLITES MILITARES EN ESPAÑA
II.1.- El estado de la cuestión
La cuestión principal de esta investigación - el papel desempeñado por la élite
heroica militar en la Guerra Civil española- no ha sido tratada, ni se conocen
publicaciones, ni estudios específicos, antes de este trabajo. Existen estudios que abordan,
de manera parcial, alguno de los tres ámbitos diferenciados de este estudio: i) el estudio
de las élites militares españolas; ii) el estudio particular de la élite heroica, representada
por la Orden de San Fernando; iii) el estudio de la adscripción a uno u otro bando de los
militares profesionales durante la Guerra Civil española de 1936-39. Sin embargo, no se
han encontrado trabajos anteriores sobre la cuestión secundaria de esta tesis relacionada
con iv) las posibles causas en la elección de un bando u otro, basadas en criterios
deontológicos.
i) Las élites militares en el Ejército español
El estudio del estamento militar en el ámbito de la política, la historia, la economía o
la sociología ha sido ampliamente tratado, en particular en su relación con los conflictos
bélicos interestatales e internos. No ocurre lo mismo con el estudio de los componentes
del propio estamento, cuyo estudio se ha desarrollado, hasta el momento, principalmente
en el campo historiográfico y sociológico, destacando los trabajos clásicos de Janowitz18
y Huntington19, que han aportado teorías sobre las características sociales de los militares,
como un grupo social de características particulares.
En el ámbito español, los trabajos sobre los militares, como entidad social, son
escasos y datan de los años posteriores a la Guerra Civil, destacando los interesantísimos
trabajos de Busquets20 y de Olmeda21 que describen las características sociales y
culturales de los militares profesionales durante el régimen franquista y donde Busquets
apunta ya la existencia de élites en el seno de los militares de carrera, o profesionales de
18JANOWITZ, M. The Professional Soldier. A Social and Political Portrait, Nueva York, 1971. 19HUNTINGTON, S. The Soldier and the State. The Theory and Politics of Civil-Military Relations,
Cambridge, 1970. 20BUSQUETS BRAGULAT, J., El militar de carrera en España, Ediciones Ariel, Barcelona 1967. 21OLMEDA GÓMEZ, J. A., Las Fuerzas Armadas en el Estado Franquista, Madrid, 1988.
31
la milicia. Abundando en el campo del estudio de las élites militares españolas, aunque
no siempre siguiendo el enfoque de las teorías sociológicas de élites, destacan los trabajos
que hacen uso de prosopografía como método para el estudio de la historia militar,
destacando la teoría metodológica de Andújar22 y sus minuciosos trabajos sobre Las élites
de poder militar en la España borbónica. Introducción a su estudio prosopográfico,
publicado en Sociedad, Administración y Poder en la España del Antiguo Régimen,
Granada, 1996, pp. 207 - 235. 87; Los militares en la España del Siglo XVIII. Un estudio
social, Granada, 1991; y, Ejércitos y militares en la Europa moderna, Madrid 1999.
El estudio de las élites militares españolas en el siglo XX, que ha servido de apoyo
directo a la realización de este trabajo, se ha centrado en el ámbito sociológico con la
publicación de Alonso Baquer sobre la selección de las élites militares, en la que el autor
se centra en la élite formada por los miembros del Estado Mayor, la que él denomina
“aristocracia militar” 23, si bien este trabajo es más amplio y hace un recorrido completo
por la institución castrense de la post-guerra mediante cuatro estudios de sociología
militar que abracan, además de la mencionada élite, el ingreso en los centros superiores
de formación, los orígenes del militar de carrera y los oficiales procedentes de suboficial.
Primordialmente, el estudio que ha servido de referencia para la definición del marco
conceptual de este trabajo de investigación y para delimitar el estado de la cuestión, en lo
que se refiere a las élites militares españolas en el siglo XX, es el detallado y sólido trabajo
de Pérez Frías sobre Las élites militares en el reinado de Alfonso XIII, en su tesis doctoral
en la Universidad de Málaga, cuyo avance se dio a conocer en el 2003 y fue presentada
en 201124, en la que el autor sienta las bases teóricas y lleva a cabo un riguroso estudio
de las élites militares en el primer tercio del siglo XX, definiendo la existencia de tres
élites durante el reinado de Alfonso XIII, que coincide con el periodo de las guerras de
Marruecos, a saber: la élite del poder, la técnica y la simbólica, o heroica. Pérez Frías
22ANDÚJAR CASTILLO, F., “Prosopografía e historia militar” en Los Ejércitos y las Armadas de España
y Suecia en una época de cambios (1750 – 1870), Ciudad Real ,2001, pp. 485 – 505. 23ALONSO BAQUER, M., “La selección de la élite militar española en las fuerzas armadas españolas” en
Historia institucional y social, Madrid ,1987, capítulo IV; y en el artículo “La selección de la élite militar
española en el Siglo XIX” en Revista de Historia Militar nº 49 (1980), Madrid, pp. 105 - 137. 24PÉREZ FRÍAS, P. “Élites militares en el reinado de Alfonso XIII”. Avance de investigación de la tesis
doctoral. Universidad de Málaga. (2003).
32
lleva a cabo un preciso, y a la vez amplio, estudio cuantitativo comparativo de las tres
élites, desde 1902 a 1931, en el que la élite simbólica, o heroica, es considerada como
formada por los Caballeros de la Orden de San Fernando, stricto sensu. Este trabajo de
investigación, como se ha explicado, lleva a cabo una interpretación extensiva, que
incluye también a los recompensados con la Medalla Militar a título individual como
miembros de la élite heroica, y lleva a cabo un seguimiento de cada uno de ellos a lo largo
de la Guerra Civil y después de ella, a fin de poder atribuirles el nivel de participación en
la misma a cada uno de los miembros de esta élite, y por extensión, a la élite en sí misma.
Basándose también en el marco conceptual sobre las élites militares definidas en el
trabajo de Pérez Frías, García Álvarez-Coque, en el avance publicado sobre su tesis
doctoral en la Universidad Complutense de Madrid, Los militares de Estado Mayor y su
lealtad a la República (1936-1939)25, lleva a cabo un estudio de la élite técnica, formada
por los oficiales de Estado Mayor, durante el periodo de la Guerra Civil, con la finalidad
de evaluar su posicionamiento en uno u otro ejército, presentando un detallado estudio de
las defecciones de uno a otro bando durante los casi tres años de guerra interna. La
metodología empleada en este trabajo ha servido también de apoyo directo para la
elaboración de la metodología de esta investigación, si bien, el artículo publicado del
trabajo de Álvarez Coque no presenta los datos individualizados de cada uno de los
miembros de la élite técnica, como sí se hace en este trabajo.
La tercera élite militar, la del poder, aunque no tratada como élite, sino como series
de estudios individualizados de los generales que la componían en 1936, ha sido abordada
con anterioridad a este trabajo, tanto de una forma transversal en obras historiográficas
sobre la Guerra Civil; como de forma específica en bibliografía y prosopografía sobre los
generales del Ejército y su papel en la sublevación y durante la guerra. Entre las obras
más recientes que han servido de apoyo para el estudio de los casos de los generales de
la élite heroica cabe destacar: el estudio de García Baudín en “La cúspide del generalato
25GARCÍA ÁLVAREZ-COQUE, A., “Los militares de Estado Mayor y su lealtad a la República (1936-
1939)”, Hispania Nova, 15, (2017), págs. 76-99.
33
el 18 de julio de 1936”26 y el libro de 25 militares de la República de García Fernández27;
además de algunas historiografías de los miembros más conocidos del generalato de 1936,
como algunas de las obras sobre Franco28, sobre Millán Astray29, o Varela30.
ii) La Orden de San Fernando
El estudio de las órdenes, civiles o militares, es propio de la Heráldica, la
Genealogía y el Derecho nobiliario y premial. En estos ámbitos del estudio de la Real y
Militar Orden de San Fernando ha sido objeto de algunas decenas de publicaciones, tanto
en cuanto a la normativa que rige la Orden, como a la casuística y prosopografía,
destacando las series dedicadas al estudio de la Orden, y de cada uno de sus componentes,
llevadas a cabo por el Coronel José Luis Isabel Sánchez y por Alfonso Ceballos Escalera
y Gila y Luis de Cevallos Escalera y Gila, ya sea como autores, coautores, tanto como
colaboradores de publicaciones del Ministerio de Defensa31.
En la misma línea de compilación y reseña biográfica han sido especialmente
útiles para esta investigación, la colección Galería Militar Contemporánea del Servicio
Histórico Militar32 y Las flores del heroísmo de 191933para el estudio de los militares
condecorados con la Cruz de San Fernando y con la Medalla Militar.
26GARCIA BAUDÍN, J.L., en “La cúspide del generalato el 18 de julio de 1936”, Actas del I Congreso
Internacional de Historia Militar. Burgos, 28-30 de mayo de 2014, Madrid, Instituto Universitario General
Gutiérrez Mellado, UNED, 2015. 27GARCÍA FERNÁNDEZ, J., 25 militares de la República, Dirección General de Relaciones
Institucionales de la Defensa, Ministerio de Defensa, Madrid, 2011. 28 PAYNE G, S. y PALACIOS, J. Franco una biografía personal y política. Espasa. Barcelona.2014;
FONTENLA BALLESTA, S. Franco, caudillo militar. Esfera de los Libros. Madrid. 2019. 29TOGORES SÁNCHEZ, L. E., Millán Astray. Legionario, Madrid, 2003. 30ATIENZA PEÑARROCHA, A. “Africanistas y junteros: el ejército español en África y el Oficial José
Enrique Varela Iglesias” Tesis doctoral. Universidad San Pablo CEU, (2012), Madrid 31 ISABEL SÁNCHEZ, José Luis, Caballeros de la Orden de San Fernando del Arma de Infantería, 2
tomos en 5 vols., Madrid 2002 y 2003. 153 ISABEL SÁNCHEZ, José Luis, PUENTE DE MENA, Carlos
Javier y CEBALLOS – ESCALERA Y GILA, Alfonso de, Caballeros de la Orden de San Fernando
(Caballería), 2 tomos, Madrid 2011. 154 ISABEL SÁNCHEZ, José Luis, PUENTE DE MENA, Carlos
Javier y CEBALLOS – ESCALERA Y GILA, Alfonso de, Caballeros de la Orden de San Fernando
(Intendencia, Cuerpos Comunes y Cuerpos disueltos), Madrid 2011. SERVICIO HISTÓRICO MILITAR,
La Real y Militar Orden de San Fernando en la colección Galería Militar Contemporánea, tomos I y VI,
Madrid 1984. CEBALLOS-ESCALERA Y GILA, Alfonso, ISABEL SÁNCHEZ, José Luis y
CEVALLOS-ESCALERA Y GILA, Luis, La Real y Militar Orden de San Fernando, Madrid, 2003. 32Galería Militar Contemporanea. La Real y Militar Orden de San Fernando. Madrid 1984. Servicio
Histórico Militar. Tomos I-VII. ISBN 84-505-0244-6. 33GARCÍA PÉREZ, A., Las flores del heroísmo, Imprenta Eduardo Arias, Madrid, 1919.
34
La mayor parte de estas obras hace una descripción detallada, basada en los
expedientes profesionales, diarios oficiales y entrevistas con los miembros de la Orden,
o las familias de los fallecidos, pero no llevan a cabo un análisis cuantitativo de los
parámetros inherentes a los miembros, tales como su edad, grado, o destino; ni, tampoco
ninguna de ellas trata de forma sistemática la participación de los Caballeros de la Orden
en la Guerra Civil de 1936-39; para poder identificar cualidades del conjunto de
Caballeros, en suma, analizar la élite en sí. Todas estas obras han servido como fuentes
complementarias a la información contenida en las hojas de servicios de los miembros de
la élite heroica, en particular en lo referente a la descripción de los hechos por los que se
hicieron acreedores del ingreso en la Orden que no se encontraban descritos en detalle en
dichas Hojas de Servicio en todos los casos de estudio.
iii) Los militares en la sublevación del 18 de julio de 1936 y durante la Guerra Civil
La cuestión militar en la sublevación y la Guerra Civil ha sido tratada
abundantemente, pero en la mayor parte de las veces desde el punto de vista de la Historia
militar, como el caso de los estudios especializados de batallas o frentes durante la Guerra
Civil de Martínez Reverte34; o desde las relaciones político-militares, como las
publicaciones de Ángel Viñas, en particular su trilogía sobre la República Española35, por
citar algunos libros consultados durante la preparación de este trabajo de investigación.
Además de las obras reseñadas, otras publicaciones han tratado la situación vivida por los
militares en la sublevación y durante la guerra y sus posibles motivaciones para sumarse
a un ejército u otro. Entre las que han sido de mayor utilidad para la realización de este
trabajo, hay que destacar, las de Navajas Zubeldia36; la compilación de artículos de
Martínez Reverte37 sobre los militares durante la Segunda República; además de las
incontables historiografías clásicas sobre la Guerra Civil, entre las que se pueden destacar
34MARTÍNEZ REVERTE, J., La batalla de Madrid, Crítica, Barcelona, 2004; 34MARTÍNEZ REVERTE,
J., La batalla del Ebro, Crítica, Barcelona, 2003; 34MARTÍNEZ REVERTE, J., La caída de Cataluña,
Crítica, Barcelona, 2006. 35 VIÑAS, A.: La soledad de la República; El escudo de la República; El honor de la República
Crítica, Barcelona, 2009. 36 NAVAJAS ZUBELDIA, C., Leales y rebeldes. La tragedia de los militares republicanos, Madrid,
Síntesis, 2011. 37 MARTÍNEZ REVERTE, J., Los militares españoles durante la Segunda República, Pablo Iglesias,
Madrid, 2012.
35
las de Preston38, Payne39 y Corral40 por haber aportado, aunque de forma transversal, una
visión, basada en fuentes documentales, sobre el papel de los militares profesionales en
la misma.
Muchísimo más escasas son las obras que tratan indivudualizadamente sobre las
personas que conformaban esos ejércitos y que combatían en carne y hueso, con nombres
y apellidos, en esos frentes; de los militares en sí mismos, como individuos y de la milicia,
como institución. Los escasos trabajos existentes que tratan, de forma individualizada, los
militares y su participación en la Guerra Civil han sido piezas clave en la elaboración de
esta tesis, ya que han servido de marco conceptual donde integrar la información
proveniente de las fuentes primarias, a la vez que de apoyo bibliográfico para contrastar
las conclusiones propias de la investigación. Las obras destacadas en este sentido son,
principalmente, los detalladísimos seis volúmenes de la Historia del Ejército Popular de
la República de Salas Larrazábal41; la interesantísima y amena obra de Alpert, El Ejército
Popular de la República42; y el único trabajo publicado conocido que se ha atrevido a
compilar los datos necesarios de cada oficial en activo durante la Guerra Civil y asignarle
la adscripción a uno u otro bando, el libro de Engel Masoliver43, y su hijo Engel Cellier,
que ha servido, junto con la mencionada de Salas Larrazábal, de referencia bibliográfica
básica para la verificación de los resultados, si bien, estas obras sólo abarcan los oficiales
y no se ha encontrado publicación similar que recoja los suboficiales y tropa, que, sin
embargo, sí han sido tratados en es esta investigación. En el momento de finalizar esta
tesis, Carlos Engel Cellier, estaba trabajando en la ampliación de la obra de su padre,
mediante la elaboración de un diccionario biográfico de todos los oficiales durante la
Guerra Civil que será, sin duda, un elemento de enorme valor para la investigación cuando
sea publicado.
38PRESTON, P., La Guerra Civil española, 3ª edición. Penguin Random House Editorial, 2016 39PAYNE, S. G., La revolución española 1936-1939. Un estudio sobre la singularidad de la Guerra Civil,
Espasa, Barcelona, 2019. 40CORRAL, P. Desertores. Los españoles que no quisieron la Guerra Civil, Editorial Almuzara, 2017 41SALAS LARRAZÁBAL, R., Historia del Ejército Popular de la República, 2ª edición, La Esfera de los
Libros, Madrid, 2006. 42ALPERT: El Ejército Popular de la República, 3ª edición, Barcelona, Crítica. Barcelona, 2007. 43ENGEL MASOLIVER, C., El Cuerpo de oficiales en la guerra de España, AF Editores, Valladolid, 2008.
36
iv) La ética militar en la elección de bando durante la Guera Civil de 1936-39
En cuanto a la cuestión secundaria del trabajo - le deontología militar como posible causa
de adscripción a uno u otro bando- la cuestión tampoco se ha tratado como tal. Solamente
algunas obras recientes tratan la ética militar y su normativa materializadas en las Reales
Ordenanzas y algunas de principio del siglo XX, que son especialmente relevantes, ya
que sirvieron de orientación a los mismos militares que protagonizaron las hazañas en las
guerras de África y se vieron en la amarga disyuntiva de tener que elegir lado tras la
sublevación iniciada el 17 de julio en las guarniciones del Ejército de África. Entre las
obras de principios de siglo sobre la ética militar, caben destacar las publicaciones del
miembro de la élite heroica Burguete Lana44 que exponen pedagógicamente el modelo de
deontología militar que imperaba cuando se forjó la élite heroica de 1936. Entre los
estudios más recientes sobre la ética militar, entre los que no se ha encontrado ninguno
que trate directamente el asunto en el periodo de la sublevación, ni de la Guerra Civil,
hay que destacar los trabajos publicados por Molinero Navazo 45, De Salas López y
Laguna Sanquirico 46 y de Ordóñez Solís. 47
Este estudio, además, va más allá de las estadísticas y los análisis cuantitativos como
los estudios precedentes sobre élites militares en la Guerra Civil, y se adentra en el ámbito
de la deontología militar vigente en 1936 - cuestión nunca tratada- en busca de las posibles
causas que expliquen la mayoritaria adscripción de los integrantes de la élite heroica al
bando nacional; sin pretensión de que esta relación se interprete por sí sola como la
justificación para la elección de bando, ya que en muchos casos no se trató de una elección
libre, sino influenciada por múltiples factores de índole profesional y personal. Este
cuarto ámbito de la investigación se ha llevado a cabo principalmente mediante el estudio
del código deontológico militar vigente en el siglo XX: las Ordenanzas Militares.
44BURGUETE LANA, R., Preparación de las tropas para la guerra. Estudios de ética militar, Librería
Fernando Fé, Madrid, 1905. 45MOLINERO NAVAZO, J.L. “Estudio sociológico de la organización militar a través de las ordenanzas
militares: 1768, 1978 y 2009” en REQUENA Y DÍEZ DE REVENGA, M., Luces y sombras de la seguridad
internacional en los albores del siglo XXI, Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado, UNED, 2010 46DE SALAS LÓPEZ, F y LAGUNA SANQUIRICO, F. “Las Reales Ordenanzas en el momento actual de
la sociedad española”, Revista Española de Investigaciones Sociológicas (REIS). Núm. 36 (1986) 47ORDOÑEZ SOLÍS, D. “La ética militar en el contexto jurídico español”, Revista española de derecho
militar, número 106, Ministerio de Defensa, Madrid. (2016).
37
En conclusión, el presente trabajo de investigación aporta el estudio particularizado
de la élite heroica durante la Guerra Civil, que no se había tratado con anterioridad y, así,
complementa los estudios existentes sobre la élite técnica y sobre la élite del poder en
este mismo período, para así completar la trilogía de estudios sobre el papel de las tres
élites militares durante la Guerra Civil.
Además de los datos sobre la adscripción a cada bando, comparables con los estudios
de las otras dos élites, este estudio de la élite heroica tiene una dimensión complementaria,
ya que esta élite estaba formada en su mayoría por militares africanistas, y no cualquiera
de ellos, sino los africanistas que habían ganado la admiración y el respeto del resto de
sus compañeros por haber sido premiados con la Laureada o la Medalla Militar y que, por
tanto, ejercían - voluntariamente, o no- una fuerte ascendencia moral sobre ellos, por lo
que el estudio añade el valor de llevar a cabo un análisis cuantitativo de la élite de los
militares africanistas a los que se les atribuye un papel clave en la Guerra Civil española.
Aún más, el estudio ha abordado un tema totalmente innovador, como es el de la
posible relación entre la adscripción de los militares profesionales a uno u otro bando y
las interpretaciones que pudieron hacer de sus obligaciones éticas profesionales,
principalmente de la disciplina.
38
II.2.- Las élites militares españolas en 1936
El término francés élite proviene de la sustantivación del verbo elire [escoger] y desde
el siglo XVIII se empezó a utilizar para identificar y acotar a algunos grupos sociales; y
con tal sentido pasó a otras lenguas, como el español o el inglés. Desde principios del
siglo XX, las teorías socio-políticas sobre las élites, aportan una interpretación de estos
grupos bajo el prisma de su influencia en la Historia, lo que nos es de sumo valor para el
presente trabajo, ya que la tarea de identificación y descripción de las élites militares en
el Ejército español del primer tercio del siglo XX facilitará la interpretación de algunas
de las circunstancias vividas por los militares españoles durante la sublevación y la Guerra
Civil de 1936-39. El marco teórico para la descripción de las élites militares en este
trabajo se apoya en parte en la conceptualización propuesta por C. W. Mills, que define
‘élite’ como “aquel grupo que en virtud de su poder contribuye a la acción histórica de la
colectividad, ya sea en el plano de las decisiones, o de las ideas que simbolizan” 48 y en
la clasificación de élites de Rocher en “tradicionales, tecnocráticas, de propiedad,
carismáticas, ideológicas y simbólicas”49, que constituyen el marco conceptual en la tesis
doctoral de Pérez Frías Élites militares en el reinado de Alfonso XIII (2003) y , así mismo,
son los postulados seguidos por García Álvarez-Coque en su tesis doctoral Los militares
de Estado Mayor y su lealtad a la República (1936-1939)” (2017).
Los dos aspectos principales de estas teorías que son de gran utilidad para elaborar en
este trabajo de investigación el perfil de las élites militares del Ejército español de
principio del siglo XX son:
i) De una parte, el hecho de que existen diversos vínculos que unen entre sí a los
miembros de una élite que aseguran a la élite una unidad suficiente de
pensamiento y de actuación y la cohesión propia como característica de una clase.
Este sentimiento de pertenencia a una casta elitista unida por lazos exclusivos y
no accesibles a los individuos que conforman la mayoría le asegura una influencia
cultural sobre la mayoría menos cohesionada.
48MILLS, C.W. La élite del poder. Fondo de cultura económica. México. 2013. 49ROCHER, G. Introducción a la sociología general, 10ª Edición en castellano de 1987. Editorial Herder.
Barcelona. 1973. Pág. 523 y siguientes.
39
ii) De otra parte, el simbolismo como elemento diferenciador frente al grupo y, sobre
todo, el hecho de que el individuo que posee los elementos que le hacen merecedor
de la pertenencia a la élite, es ejemplo para el resto miembros del grupo a modo
de referente de las virtudes y excelencias profesionales y personales.50
Si bien hay autores que niegan la existencia de élites en el Ejército español51 y
consideran que solo hay cuerpos especializados, como el Estado Mayor, o estamentos con
privilegios económicos o protocolarios, como el Generalato; existe una mayoría de
autores que defienden la existencia de élites en el seno del Ejército español y que, por
tanto, consideran que los generales conforman una élite del poder dentro de la milicia52;
o preconizan la existencia de una élite burocrática formada por los oficiales de Estado
Mayor y cuyas características resume en su “competencia técnica, selección numérica,
aislamiento social, mayor influencia y mejor porvenir”53; o de una élite humanista
formada por los estudiosos de las culturas indígenas del Rif durante las campañas
africanas y los profesores de las Academias y Escuelas militares.54
Así, en línea con las tesis descritas precedentemente sobre la existencia de diversas
élites militares y, en particular continuando con la línea elaborada por Pérez Frías en sus
tesis sobre las Élites militares en el reinado de Alfonso XIII, este trabajo de investigación
parte de la base de la coexistencia de tres élites en el estamento militar español en julio
de 1936:
a) La élite del poder constituida por los generales que ocupan la cúpula de la jerarquía
militar. Una élite que suele ser analizada atendiendo a criterios generacionales y que
en el siglo XVIII formaba un elemento muy cercano al poder absoluto en aquellos
territorios de ultramar gobernados por la figura del capitán general, si bien en el
50PÉREZ FRÍAS, P. L Opus cit., Páginas 742-748. 51FERNÁNDEZ BASTARRECHE, F., El Ejército español en el siglo XIX, Ed. Siglo XXI,1978 52ANDUJAR CASTILLO, F. Los militares del siglo XVIII (1999), citado en PÉREZ FRÍAS, P. L. (2003)
Opus cit. pág. 741. 53BUSQUETS BRAGULAT, J. “El Estado Mayor como aristocracia militar”, Anales de Sociología, nº 2,
Barcelona. (1966). páginas 77-99. 54ALONSO BAQUER, M. A. “Sociología Militar de la España del siglo XIX: la selección de la élite en la
época de la Restauración”, (1983) páginas 477-492, citado en PÉREZ FRÍAS, P. L. (2003) Opus cit. pág.
741.
40
Ejército de principios del siglo XX las funciones asociadas al empleo de general
estaban prácticamente limitadas al ámbito estrictamente militar.
Este es un grupo basado principalmente en la cohesión por razón de su posición
en la cúspide de la administración militar (nivel jerárquico máximo), si bien se pueden
encontrar elementos que añaden características de élite simbólica al mismo, como la
“faja de color rojo” (prenda del uniforme exclusiva al generalato) o los actos oficiales
castrenses y sociales aparejados al ascenso a general, que no se llevan a cabo en los
ascensos a otros empleos militares. En todo caso, estos elementos simbólicos del
generalato no son atributos inherentes al elemento principal de la élite que es el poder,
y son meramente ornamentos que simbolizan el hecho de pertenecer a este grupo.
La élite del poder, por la estructura piramidal inherente a las unidades del Ejército,
tiene un número de componentes muy pequeño en comparación con el número total de
oficiales. Un total de 1.210 generales formaron la élite del poder durante todo el reinado
de Alfonso XIII55. En el verano de 1936, el Ejército español contaba con una plantilla de
92 generales en activo56, lo que representaba el 0,71 del total de oficiales57 y el 0,07 del
total del Ejército.
b) La élite técnica formada por los generales y oficiales pertenecientes al Cuerpo de
Estado Mayor, así como a aquellos militares que mantenían su pertenencia a otras
Armas o Cuerpos, pero que, habiendo obtenido el diploma de Estado Mayor, estaban
habilitados para prestar sus servicios en el Estado Mayor. El elemento determinante
de esta élite viene dado por su alta y específica capacitación técnica obtenida por la
duración y profundidad de los estudios necesarios para formar parte del Cuerpo de
Estado Mayor, que al igual que la élite del poder, guarda ciertos elementos simbólicos
de pertenencia a su grupo, como son la faja azul o la estrella de cinco puntas en los
emblemas de los uniformes.
55PÉREZ FRÍÁS, P. Opus. Cit., (2003), Pág. 749. 56Anuario Militar 1936, pág. 130 (Ejército Península, Baleares y Canarias), Guardia Civil, Carabineros y
Aviación incluidos y pág. 132 (Ejército África). En activo y con mando: 81. 57Usaremos el término “Oficiales” con la “O” mayúscula para designar al conjunto de generales, jefes y
oficiales que en 1936 eran un total de 12.823 en activo, según el Anuario Militar de ese año.
41
Otra de las características distintivas del grupo es que, aún sin ocupar cargos de
poder en el Ejército, su capacidad de influencia en la toma de decisiones es muy
importante, ya que su función principal es la de ser asesores y auxiliares de la
jerarquía, del generalato, lo que le otorga una presencia permanente en los centros de
poder y una cercanía a la cúpula que no disfrutan otros grupos de militares, aunque
sean superiores jerárquicos de los oficiales de Estado Mayor.
La élite técnica también se compone de un número muy reducido de miembros en
comparación con el número total de oficiales, lo que, junto con las razones expuestas
en los párrafos precedentes, la convierten en una élite con una proyección de poder
considerable, en particular en el período de la Restauración y la Segunda República,
como señala Puell de la Villa: “El exiguo siete por ciento de coroneles del Cuerpo de
Estado Mayor era el más favorecido, al copar el 20 por ciento de los ascensos al
generalato que decidía el Consejo de Ministros”58.
Durante los años del siglo XX previos a la proclamación de la Segunda República,
un total de 922 oficiales de Estado Mayor, en activo, conformaron la élite técnica59.
Al inicio de la Guerra Civil, de los 49660 miembros del Cuerpo de Estado Mayor, los
424 de ellos con destino conformaban la élite técnica, lo que representaba
aproximadamente el 3,8% del total de oficiales y el 0,38 del total del Ejército.
c) La élite heroica o simbólica formada por los militares que han demostrado cualidades
personales y profesionales en el más alto grado, en particular el valor en acciones de
guerra y que ejercen el importantísimo influjo del respeto y la admiración en el resto
del grupo. Es una élite eminentemente simbólica, en la que el simbolismo es el
elemento de cohesión del grupo, no un atributo de reconocimiento externo, como en
los dos casos anteriores. El simbolismo reside en que el miembro de esta orden es
considerado por el resto como un modelo para los componentes del Ejército. Los
58PUELL DE LA VILLA, F. Historia del Ejército en España. Ed. Alianza. Madrid. 2000. pág. 121. 59PÉREZ FRÍAS, P. (2003) Opus. Cit. Pág. 279. 60ARTURO GARCÍA ÁLVAREZ-COQUE, Los militares de Estado Mayor y su lealtad a la República
(1936-1939). Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid. pág. 80.
42
Caballeros de la Real y Militar Orden San Fernando representan en el Ejército español
la élite heroica o simbólica61 desde la instauración de la mencionada Orden en 1811
ya que sólo acceden a esta Orden los militares en posesión de la Cruz de San
Fernando, o de la Medalla Militar62, y que, por ello, han demostrado hacer gala,
respectivamente, de un valor heroico o de un valor distinguido frente al enemigo en
una acción en tiempo de guerra.
Durante el periodo de casi 40 años comprendido entre las guerras coloniales de
Filipinas y Cuba y la instauración de la Segunda República Española, un total de 479
militares, la mitad de ellos fallecidos, conformaron la simbólica élite heroica (258,
incluyendo las concesiones a título póstumo, condecorados con la Laureada; y 221,
también incluyendo las concesiones a título póstumo, condecorados con la Medalla
Militar Individual) en ese mismo periodo.63. En abril de 1936, 218 militares de todas
las graduaciones estaban en posesión, en vida, de la Laureada o de la Medalla Militar,
de los cuales algo más de la mitad (53%), estaban licenciados, en reserva o
pertenecían al cuerpo de inválidos, por lo que quedaban en servicio activo poco más
de un centenar, exactamente 107 militares, de los cuales 91 eran oficiales con
mando de unidades, lo que suponía el 0,65 por ciento del total de oficiales pero, dado
que a esta élite podían acceder todas las categorías de militares (Generales, Oficiales,
Suboficiales y Tropa), mientras que las otras dos élites están reservadas a los oficiales,
es muy importante señalar que la élite heroica representaba el 0,079 del total de
miembros en activo del Ejército en 1936.
Al contrario que en las dos otras élites, en el caso de los miembros de la élite
heroica, el hecho de estar en reserva, retirado o licenciado no les impide seguir
ejerciendo su capacidad de influencia sobre el resto del grupo. En el caso de las élites
del poder y técnica, la capacidad de ejercer como élite van necesariamente vinculadas
61PÉREZ FRÍAS, P., Opus cit., pág. 745. 62Recordemos que en esta investigación se ha elegido una interpretación extensiva de la pertenencia a la
Orden de San Fernando que incluye los condecorados con la Medalla Militar, tal y como lo hace la
normativa vigente que regula la Real y Militar Orden de San Fernando, ya que la Medalla Militar se creó
para integrar las antiguas Cruces de San Fernando de 1ª y 3ª clase. 63Galería Militar Contemporánea. Servicio Histórico Militar. Tomo VII. Imprenta IDEAL. Madrid. 1980.
43
a su puesto en activo.64 En esta idea, la presente investigación incluye a los miembros
de la élite heroica en activo y en reserva, mientras que, a los generales, como
miembros de la élite del poder, con los que se hacen comparativas durante el análisis
de los datos, solo se consideran los que estaban en activo y ocupando una vacante en
el ejercicio de su mando.
Los conjuntos formados por cada una de las élites no son excluyentes, sino que se
intersectan naturalmente creando subconjuntos de miembros que pertenecen a dos o a las
tres élites al mismo tiempo. Los casos más habituales de pertenencia a más de una élite
se dan en miembros de la élite heroica que han llegado al generalato (14). Al mismo
tiempo las relaciones dinámicas entre las élites son de gran importancia ya que los
caballeros de San Fernando tienen más posibilidades de llegar al generalato y los
generales tienen que ver con la posibilidad de que un militar se convierta en miembro de
la Orden, ya que son ellos los que realizan la propuesta de las recompensas que dan acceso
a la Orden. En Julio de 1936, entre los caballeros de la Orden de San Fernando (élite
heroica) se contaban 16 generales (élite del poder); 6 de Estado Mayor (élite técnica); y
solamente un miembro pertenecía a las tres élites.
ILUSTRACIÓN 1- Tabla comparativa miembros de cada élite en activo en julio de 1936 y porcentajes sobre
el total de componentes del Ejército y Fuerzas del Orden.
FUERZAS
MILITARES NÚMERO
MIEMBROS DE
CADA ÉLITE
% SOBRE
OFICIALES
% SOBRE
TOTAL ÉLITES MILITARES
GENERALES 92 92 0,71 0,07
PODER
(GENERALATO)
OFICIALES 12.731 424 3,80 0,38
TÉCNICA (ESTADO
MAYOR)
TOTAL 205.545 107 0,65 0,07
HEROICA (ORDEN
SAN FERNANDO)
64 PÉREZ FRÍAS, P., Opus cit., página 65.
44
III. EL VALOR COMO DETERMINANTE DE LA ÉLITE HEROICA “Maratón -490 a.C.- fue el dolor que
acompañó el nacimiento de Europa”
J.C.F. Fuller (1979)
III.1.- Héroes y Ejércitos
Los mitos y leyendas suelen ser el reflejo distorsionado de una realidad que, a
menudo, es menos atractiva que su visión legendaria. Otras veces, son la poética versión
de unos hechos a los que el pensamiento humano no ha podido dar aún explicación. Los
hechos bélicos han sido tradicionalmente motivos destacados de leyendas en las que las
figuras de los héroes se constituyen en una amalgama de quimera y realidad, que se
proyecta desde el pasado hacia el futuro. La figura del héroe suele tomar cuerpo en
nuestro pasado, que fue su presente, y se define y se transforma, a través de las narraciones
de sus hazañas después de su muerte, que es cuando verdaderamente se consolida el
proceso de ‘heroificación’. De hecho, se puede decir que la muerte misma es la que eleva
a ciertos personajes a la estatura de héroes, por lo que la mayoría de los héroes son
retrospectivos. La vida del héroe se forja, en gran medida, en la aproximación a su
muerte, casi de una atracción hacia ella. Eros y Thánatos van de la mano paseando por la,
muchas veces, corta vida del héroe, pero su nombre y su gesta perduran durante
generaciones en forma de enseñanza, de leyenda, o de nombre de una calle o un lugar
público. En suma, sacrificio y fama, son los atributos principales del héroe65 y
constituyen, receptivamente, las bases de las características intrínsecas y extrínsecas de
la élite heroica que se analizarán en detalle en los siguientes apartados.
La importancia del heroísmo en las sociedades no es exclusivo de mitologías y
leyendas, sino que el heroísmo constituye un elemento mismo del proceso evolutivo del
hombre, que ha aportado beneficios a nuestra especie desde las más primitivas
sociedades, mediante comportamientos altruistas en los que un individuo es capaz de
poner en peligro, o incluso sacrificar, su vida en beneficio de otros miembros de su grupo.
65Según el diccionario de la lengua de la Real Academia Española en sus acepciones primera y segunda:
1. m. y f. Persona que realiza una acción muy abnegada en beneficio de una causa noble.
2. m. y f. Persona ilustre y famosa por sus hazañas o virtudes.
45
Según las teorías evolutivas desarrolladas en los años 60 por W. D. Hamilton66, el
hecho de que un humano sacrifique su vida por la de otros miembros de su grupo sería un
comportamiento motivado por el proceso de selección natural, ya que los miembros de
los grupos de homo sapiens cazadores recolectores - compuestos por apenas varias
decenas de ellos- compartirían forzosamente un alto porcentaje de sus genes, lo que
implica que el sacrificio de uno de ellos por al menos dos de sus ‘hermanos’, daría un
balance neutro genéticamente; constituyendo mucha mejor opción que la muerte de la
carga genética de los tres. El principio genético de la ‘selección familiar’ explica también
como la reina madre de una colmena se sacrifica en beneficio de las otras abejas, que
acarrean tres cuartas partes de su material genético, y así asegurar una futura reina para
la colmena y, por tanto, la supervivencia de sus ‘súbditos’.
Además de esta visión estrictamente evolutiva de la conducta heroica, el hecho de
arriesgar la propia vida en beneficio de los demás miembros de un grupo, de una sociedad
o de un estado que están amenazados, representa también una posibilidad de preservar, o
incluso aumentar, las condiciones de vida del grupo que se protege, o el incremento, del
territorio y sus recursos, mediante el ataque a otros grupos. El altruismo ancestral podría
aportar también ventajas individuales al héroe que sobrevive al combate contra otras
tribus, al pasar a ostentar un estatuto prevalente frente a otros machos de su grupo y así
convertirse en macho preferido para la reproducción sexual por las hembras del grupo
que verían en él cualidades sobresalientes para cuidar sus descendientes y así, de nuevo,
asegurar la supervivencia de la especie. Si bien el conocimiento científico sobre la
conducta heroica es aún incompleto, se puede teorizar que, en periodos evolutivos más
recientes, la consideración de héroe de guerra también parece haber reportado al individuo
un especial estatuto de prevalencia frente al resto de los individuos de su grupo, incluido
con respecto a otros combatientes, ya que el héroe beneficia, tanto a los ‘compañeros de
armas’, a los intereses de sus compatriotas, como a él mismo, al elevar sus posibilidades
de reproducción sexual y de ascenso social; o dicho de forma poética, el héroe de guerra
representa la “galantería e intrepidez por encima, y más allá, del deber”.67
66HAMILTON, W. D. "The Genetical Evolution of Social Behaviour", Journal of Theoretical Biology,
Volumen 7, Ed. Elseveir B.V, Ámsterdam. (1964). 67Acta del Congreso de los Estados Unidos de 9 de julio de 1918 sobre la Medalla de Honor.
46
En el ámbito militar, los héroes bélicos se funden con el mito y con la historia y los
ejércitos hacen de su fama un arma de guerra, como en el caso documentado de Shaka
kaSenzangakhona (1787 – 1828), cuya destreza como líder militar durante la expansión
del imperio zulú dio lugar al mito del guerrero Shaka zulú a quien se atribuyeron victorias
durante la guerra contra el Imperio Británico de 1879, aunque él hubiese muerto medio
siglo antes. Otra característica de importante de los héroes, sobre todo en tiempo de
guerra, es el servir de motivo de prestigio local, de modo que todas las ciudades quieren
reivindicar que un heroico guerrero ha nacido o ha sido enterrado en ellas, como ya desde
la Antigüedad lo evidencia el hecho de que todas las ciudades-Estado de la antigua Grecia
pugnasen por haber contado con uno de sus ciudadanos entre los cincuenta argonautas
que junto con Jasón formaron la expedición en busca del Vellocino de Oro.
Además de servir para amedrentar al enemigo, los héroes nacidos de las gestas
bélicas constituyen, desde el inicio de los ejércitos nacionales, uno de los pilares de la
ética militar, de forma que los ejércitos les rinden honores que realzan sus hazañas y hacen
perdurar su nombre para fomentar la cohesión entre sus soldados e inculcarles el valor y
el sacrificio mediante el relato de las hazañas llevadas a cabo por los ‘militares- héroes’
que les precedieron.
Centrándonos en el ámbito geográfico y temporal de este estudio, la práctica
relativamente frecuente del heroísmo en las guerras en que ha participado España en los
dos últimos siglos, y su alto valor como elemento cohesionador de su milicia y de su
propia estructura política, han hecho que el heroísmo se haya convertido en eje central de
la moral en la institución militar española y europea, constituyéndose en elemento
esencial en los códigos deontológicos que han tutelado la milicia española desde la
creación de los modernos ejércitos permanentes al servicio del Estado, en los siglos XV
y XVI, hasta la fecha. El valor, y su grado superlativo: el heroísmo, es uno de los ejes que
vertebra de la esencia de la ‘res militar’. La ética militar, o “ética del guerrero” en palabras
de Ortega y Gasset, gobierna los ejércitos desde el entusiasmo; asociando y solidarizando
a sus componentes mediante el honor y la fidelidad y haciendo así que “el guerrero brote
47
de un genial apetito de peligro”.68 Las muestras de admiración colectiva hacia los héroes
militares de principios del siglo XX - manifestadas en los medios de comunicación, o en
recibimientos multitudinarios - son ejemplos de la importancia del heroísmo más allá del
estamento castrense, penetrando la sociedad transversalmente, convirtiéndolos en
personajes famosos en sus lugares de origen, como el caso de Cerezo, Badal, o Amate.
ILUSTRACIÓN 2- Recibimiento al cabo Amate, ‘el héroe de Chentafa’. Cartagena 30 de junio de 1923.
Fuente: https://archivo.cartagena.es/gestion/documentos/19777.pdf
Las diferentes normas han regulado la ética militar moderna - a través del
comportamiento, los derechos y los deberes de los militares españoles- se han basado en
los preceptos recogidos en 1878, durante el reinado de Carlos III, en las ‘Reales
Ordenanzas para el régimen, disciplina, subordinación y servicio de sus Exercitos’, que
por primera vez sustituían el privilegio hereditario de hidalguía por el de valor personal
como estandarte de la vida castrense. Entre sus artículos, muchos de los cuales son todavía
parte integrante del código ético actual de la Fuerzas Armadas españolas, las referencias
al valor son numerosas y lo convierten, junto con la disciplina y la unidad, en los pilares
de la conducta del militar. La “acciones distinguidas del combatiente” constituyen un
modelo de ejemplaridad de los valores morales y la pericia profesional.
68ORTEGA Y GASSET, J. España invertebrada, Ed. Austral, Barcelona, 2011, pag.53.
48
III.2.- La Real y Militar Orden de San Fernando69
La necesidad de premiar a los servidores públicos de un Estado, o a los empleados
de una corporación privada, nace de la voluntad de fomentar las conductas ejemplares
entre funcionarios y empleados con la finalidad de mejorar el funcionamiento y el servicio
de las instituciones públicas y privadas. En la mayoría de casos, estos premios se llevan
a cabo mediante ventajas contractuales, normalmente de carácter crematístico. En el
ámbito castrense, donde el valor es considerado además como un elemento esencial del
ejercicio de la profesión, las conductas ejemplares de los soldados, son recompensados
tradicionalmente mediante la concesión de condecoraciones, o insignias, atributos que
consisten en collares, bandas, placas, cruces, o medallas, que los galardonados ostentan
de forma visible en sus uniformes. Esta tradición militar de la condecoración se ejercía
ya en el Antiguo Egipto, en el que se imponían a sus más destacados soldados collares
lujosos de los que pendían figuras de leones o moscas; o en los ejércitos de los Imperio
Griego eran distinguidos con coronas de laurel, mirto, o roble; o en las legiones del
Imperio Romano, se distinguían por ornamentos en los cascos de los guerreros en forma
de medias lunas o de coronas. No obstante, los verdaderos antecedentes de las
‘condecoraciones’ militares se encuentran en la Edad Media, en el desarrollo de las
Órdenes de Caballería en Europa, si bien éstas se concedían exclusivamente de forma
hereditaria.
Las primeras Órdenes militares caballerescas españolas nacieron, en el siglo XII,
en los reinos peninsulares para recompensar las acciones militares en la Reconquista en
paralelo al surgimiento de las Órdenes militares europeas concedidas por la participación
en las Cruzadas. Éstas eran las Órdenes de Calatrava (1158), Santiago (1170), y Alcántara
(1176), las tres con un carácter marcadamente religioso, ya que, entre sus objetivos, se
encontraban, tanto la extensión de la fe cristiana, como la defensa de la cristiandad; por
lo que “presentaban un ‘substrato cruzado’, que era de naturaleza, origen y fines
diversos”.70
69Denominación actual de la Orden, si bien en el trabajo se denominará indistintamente por el nombre actual
o como “Orden de San Fernando”, que engloba todas las denominaciones que ha tenido desde 1811 hasta
la fecha. 70FUERTES DE GILBERT ROJO, M., El patrimonio premial y caballeresco del Reino de España,
publicado por la International Comisión for Orders of Chivalry (ICOC), 2007.
49
La Orden de Calatrava, fundada como orden territorial de defensa y repoblación
por el rey Sancho III en la estratégica plaza de Calatrava, fue esencial en la defensa de las
rutas a Toledo y Andalucía. El Abad cisterciense de San Raimundo de Fitero, fue su
primer Caballero, al mando de los soldados, monjes y caballeros que le acompañaban.
La Orden de Santiago se fundó bajo el patrocinio de Fernando II de León para, además
de defender las fronteras de Extremadura, proteger a los peregrinos del Camino Jacobeo
y para tareas asistenciales en sus hospitales de peregrinos y leprosos, bajo la tradición
agustiniana. La Orden de Alcántara, se fundó por Fernando II, bajo la regla cisterciense.
Muy posteriormente, en el siglo XIV se crea la Orden de Montesa, vinculada a la Corona
de Aragón, a instancia de Jaime II, con los bienes que poseían en el Reino de Valencia
las Órdenes Templarias y Hospitalaria de San Juan. Las cuatro referidas Órdenes
caballerescas quedaron disueltas como tales en 1931, si bien siguieron sus actividades
amparadas por las sucesivas leyes de asociaciones vigentes desde la Segunda República
hasta la actualidad, quedando sus escasos dos centenares de miembros dedicados a
actividades religiosas, culturales y asistenciales. 71
Desde el inicio del siglo XIX se inicia el proceso de creación y desarrollo de las
nuevas Órdenes de militares en las que se ingresaba por los méritos contraídos por el
propio militar, y no por herencia del título, al presuponer que “dicho ‘mérito’ le imprimía
ya nobleza”.72 En este espíritu de prevalencia del mérito personal sobre los derechos
nobiliarios heredados, se crean en nuestro país las Reales y Militares Ordenes de San
Fernando (1811) y la de San Hermenegildo (1814), que fueron las primeras Órdenes de
‘mérito’ que se crearon, es decir, estaban abiertas a todo aquél que las mereciese, sin
atender a razones de nobleza, clase social o riqueza, ni siquiera de categoría o jerarquía
militar.
Como se ha avanzado, en el ámbito militar, además de las mencionadas Órdenes
existen distintos tipos de atributos e insignias, con diferente significación castrense, y que
simbolizan la graduación, la pertenencia a un Arma o Cuerpo, la realización de cursos
71FUERTES DE GILBERT ROJO, M., Opus cit. Página 6. 72SERRADOR Y AÑINO, R., “Condecoraciones Militares”, Militaria- Revista de Cultura Militar, número
5, Ed. Complutense, Madrid, (1993), páginas 86-87.
50
específicos, o la permanencia en un destino o especialidad. De entre las expresiones de la
simbología militar, las que nos interesan para este estudio son las ‘Cruces’ y las
‘Medallas’, ya que son éstas las que tienen como objeto “recompensar y perpetuar hechos
militares concretos a favor de quienes participaron en ellos, o de sus descendientes”73.
Así mismo, es relevante antes de adentrarnos en el estudio de la Orden Militar de San
Fernando apuntar la diferencia entre las dos categorías de recompensas militares que se
citan en el trabajo:
- Las Órdenes, en las que se ingresa en una confraternidad, con una estructura
organizativa, ceremoniales y principios de conducta específicos, como vestigio de las
primitivas ordenes caballerescas.
- Las Cruces y Medallas, que son condecoraciones por las que se recibe de la autoridad
política o administrativa el reconocimiento de un mérito y una insignia.
La Orden de San Hermenegildo fue creada, finalizada la Guerra de la
Independencia, por Fernando VII cuando regresa definitivamente a España, para
distinguir de alguna manera a todos los que han contribuido a la victoria, siendo el mérito
necesario para su concesión la ‘constancia’ que se traduce materialmente con el
cumplimiento de más de 25 años de servicio militar. Esta virtud, la constancia, implica a
su vez el cumplimiento de otras virtudes militares, como la ‘disciplina’, entendida como
la adhesión racional al conjunto de reglas establecido para mantener el orden y la
subordinación entre los miembros de la institución militar; la ‘abnegación’, como la
subordinación y el sacrificio voluntario de los propios intereses particulares al
cumplimiento del deber militar y la ‘ejemplaridad’, como práctica de las virtudes que ha
de exigirse a todo militar.74
En el caso de la Orden de San Fernando, la única forma de acceso a la Orden es
el haber sido condecorado, a título individual, con la Cruz de San Fernando, o bien con
la Medalla Militar. Ambas condecoraciones militares se otorgan por méritos contraídos
73 Reglamento General de Recompensas Militares aprobado por Real Decreto 1040/2003. 74 FÉLIX ROMÁN, J., “Las virtudes militares premiadas en la Real y Militar Orden de San Hermenegildo”,
publicado en la Real Y Militar Orden De San Hermenegildo - Segundo Centenario, Ministerio de Defensa,
Madrid, 2014, páginas 18-20.
51
por un militar al haber demostrado su valor en combate frente al enemigo de forma
‘heroica’, para la Cruz de San Ferrando; o ‘distinguido’, para la Medalla Militar. Es el
‘valor’, por tanto, el mérito necesario para la concesión de la Orden de San Fernando. Las
acciones y circunstancias que permiten calificar una conducta valerosa en guerra como
merecedora de una de estas condecoraciones vienen tipificadas en normas de rango
reglamentario y son evaluadas por un ‘tribunal’ formado por propios miembros de la
Orden, mediante un procedimiento contradictorio que garantiza la objetividad y el
carácter puramente ‘meritorio’ para el ingreso en la Orden, como se expondrá en detalle
en los dos sub-epígrafes siguientes. En los más de doscientos años transcurridos desde su
creación hasta nuestros días, la Orden de San Fernando ha contado con un total de poco
más de 7.000 Caballeros. En el período en que se centra este de estudio, 1898-1936,
menos de 500 militares accedieron a la Orden, la mitad de ellos a título póstumo.
La pertenencia a una Orden militar lleva históricamente aparejados una serie de
beneficios y privilegios. En las Órdenes caballerescas, cuando el rey presidía la Asamblea
de las Órdenes de Santiago, Calatrava o Alcántara, los Caballeros tenían el privilegio de
permanecer sentados y cubiertos. En las más modernas Órdenes militares meritorias, de
San Fernando y San Hermenegildo, los Caballeros también reciben tratamientos
protocolarios superiores a los que les correspondería por su jerarquía militar, beneficios
profesionales y ventajas pecuniarias en sus sueldos y pensiones75.
Estos privilegios, simbólicos, profesionales o retributivos, hacían del ingreso en la
Orden de San Fernando una aspiración legítima de todo militar y un aliciente para
combatir en primera línea, ya que, de un lado, el ostentar sobre el uniforme las
condecoraciones de la Orden y su anotación en el expediente personal, eran por sí solos
motivos suficientes para anhelar ser miembro de este selecto grupo; de otro lado, las
ventajas profesionales para ascensos y en los sueldos y pensiones, para uno mismo, o sus
75 Los Caballeros de la Real Orden de San Fernando disfrutaban de pensiones en 1811 de entre 15.000
reales para los generales, 6.000 los capitanes, 1.095 los suboficiales y 750 los soldados. En caso de
fallecimiento, la pensión era otorgada a su viuda y, si no era casado, a su padre. Además de la pensión,
todos los Caballeros tienen el tratamiento de Excelentísimo Señor, sea cual sea su grado en el Ejército. REY
Y CABIESES, A. M., “Órdenes Y Condecoraciones: su historia y su uso por la Realeza Europea”, Discurso
leído el día 17 de mayo de 2017 en la recepción pública de la Real Academia Matritense de Heráldica y
Genealogía, (2017).
52
familiares, constituían un motivo complementario para arriesgar la vida en su
consecución. Ser nombrado Caballero de la Orden de San Fernando podía suponer, en
algunos casos, una verdadera posibilidad de ascenso social. Prueba de la notoria
importancia que, desde su creación, se le atribuye en el estamento militar a la Orden de
San Fernando, es el hecho de que, en una estructura tan jerarquizada y de clase como lo
era el Ejército español del principio del siglo XX, en el que el Oficial “educado en un
ambiente elitista y aristocratizante” compartía cuarteles y campañas con la tropa
“extraída de las capas más desamparadas de la sociedad”76, el nombre de un soldado
condecorado con la Laureada o la Medalla Militar individual precedía al de todos los
generales y oficiales en el Anuario Militar, en las placas conmemorativas en los
establecimientos militares , o en los más solemnes actos castrenses. Este quebrantamiento
del exigente respeto al protocolo y a la jerarquía en la milicia, no puede explicarse sino
por el inmenso poder ejemplarizante que se atribuye en el estamento militar al
heroísmo y a quienes, de cualquier graduación o clase, lo representan en su persona.
ILUSTRACIÓN 3 -Anuario Militar 1936. Página 146. Biblioteca Nacional.
Los militares en posesión de
la Laureada o de la Medalla
Militar, identificados en el
Capítulo VIII del Anuario
Militar, precedían a los
generales y oficiales en
activo. Dentro del Capítulo,
los condecorados estaban
ordenado por la fecha de
concesión de la medalla, es
decir, de ingreso en la élite y
no por grado. Véase cómo el
carabinero Blanco Pardal
precede al capitán Arteaga; el cabo Roig precede al capitán Galán; o como el guardia civil
Badal Suay encabeza la lista de 1897, en la que le suceden un Coronel y un General.
76 PUELL DE LA VILLA, F. Historia del Ejército en España, Ed. Alianza, Madrid, 2000, pág. 93.
53
En los siguientes sub-epígrafes comenzamos analizar la cualidad “pertenencia a la
Orden de San Fernando” (Proceso 2 de la metodología), como la condición necesaria y
suficiente para formar parte de la élite heroica en el Ejército español de principios del
siglo XX, siguiendo los planteamientos que Pérez Frías elabora al defender la existencia
de una «élite heroica o simbólica»77 en su obra Élites militares en el reinado de Alfonso
XIII y que establece las dos premisas que se deben cumplir para asegurar que la existencia
de la élite simbólica:
- La condición intrínseca: la cualidad simbólica ligada a la consideración del
individuo como ejemplo para el resto de los miembros de su comunidad, y
- La condición extrínseca: la pertenencia a un grupo minoritario y selecto objeto
reconocido como tal por el resto del estamento militar.
77 PÉREZ FRÍAS, P. L. Opus cit, (2003). pág. 745.
54
III.2.1- Carácter simbólico (condición intrínseca)
Reconocimiento de un mérito personal
Desde su creación primitiva en el siglo XII, la pertenencia a una Orden militar es
mucho más que una mera distinción profesional, es una recompensa simbólica que tiene
por doble finalidad el reconocer unas altas cualidades profesionales, militares, y a, la vez,
la pertenencia a un modo de vida de extremo sacrificio y alto valor moral. Este carácter
de excelencia en el terreno profesional y personal hace que los miembros de la Orden
desarrollen entre sí unos vínculos de hermandad superiores a los propios de su clase
profesional o social. La pertenencia a la Orden se simboliza por un elemento externo que
les hace reconocibles entre sí mismos y frente al resto del grupo, a diferencia de las
asociaciones secretas, ya que la finalidad de la pertenencia a la Orden es servir de ejemplo
al resto del grupo, al resto de militares.78
Valor ejemplarizante
Uno de los rasgos esenciales de la élite heroica es que han demostrado unas
virtudes militares en el grado de excelencia, siendo el valor una de las virtudes más
apreciadas en el estamento castrense. El valor entendido como virtud sublime que, en el
ámbito militar, se traduce por una serie de acciones y condiciones que son tipificadas en
los diversos reglamentos de la Orden de San Fernando, entre otras, destacan79:
- Que el acto heroico produzca extraordinarios cambios favorables y señaladas ventajas
tácticas para las fuerzas propias.
- Que se hayan tomado las medidas necesarias para obtener el mayor rendimiento de la
acción con el mínimo número de bajas y que tenga lugar en momentos críticos y difíciles
de la batalla.
- Que el hecho no este originado como único impulso por el propósito de salvar la vida,
o por ambición impropia y desmesurada que pueda conducir al interesado o a las fuerzas
de su mando a un riesgo inútil o excesivo.
78 DE CEBALLOS-ESCALERA Y GILA, A. e ISABEL SÁNCHEZ J. L. La Real y Militar Orden de San
Fernando. Ed. Palafox. Madrid. 2003. 79 Título III -De las acciones extraordinarias que pueden dar derecho a la Cruz de San Fernando. Reglamento
para la Real y Militar Orden de San Fernando. Real decreto de 5 de julio de 1920 (C. L. número 147,
Apéndice número 3).
55
Son éstas, por tanto, algunas de las condiciones formales que aseguran que la
condecoración es concedida por acciones que redunden en el beneficio colectivo, de una
forma mesurada, consciente y que demuestre un alto conocimiento y empleo oportuno de
las técnicas profesionales; y no sea un mero impulso individualista, casual o un sacrificio
inocuo.
ILUSTRACIÓN 4 - Anuario Militar 1936.Página 151. Biblioteca Nacional.
Véase cómo la
pertenencia a las élites
se hacía pública,
además de la
simbología externa de
la uniformidad,
mediante la
incorporación de
símbolos específicos
en las escalas
publicadas en el
Anuario Militar:
- Élite del poder: los
generales encabezan la
lista de personal.
-Élite heroica: Cruz
circunscrita para los
Caballeros de San
Fernando (Laureados)
y ‘M. M.’ para los
condecorados con la
Medalla Militar.
-Élite técnica: Estrella
de cinco puntas para
los del Cuerpo de
Estado Mayor.
56
III.2.2.- Carácter elitista (condición extrínseca)
Ingreso selectivo en la Orden
La regla inquebrantable de ingreso en la Orden exclusivamente a través de la
obtención de la Cruz Laureada a título individual se vio interrumpida un siglo más tarde
después de su creación, cuando se instaura la Medalla Militar como consecuencia de la
Ley de Bases para la Organización del Ejército de 29 de junio de 1918 y el quinto
Reglamento de la Orden de 5 de julio 1920, y por esta creación se separa de la Orden de
San Fernando la posibilidad de conceder las condecoraciones por valor muy distinguido,
quedando en la Orden solamente las de valor heroico y pasando la Medalla Militar a
recompensar las de valor muy distinguido que hasta entonces se reconocía en las
suprimidas Cruces de 1ª y 3ª clase de la Cruz de San Fernando. En opinión de los
estudiosos de la Orden “esta segregación de recompensas que premiaban las conductas
heroicas de valor distinguido fue un craso error al seguirse modelos franceses,
completamente ajenos a los nuestros”80. Este error ha sido remediado con la promulgación
del último Reglamento de la Orden, de junio de 2001, que reincorpora a los premiados
con Medallas Militares como Caballeros de la Orden de San Fernando.
A pesar de que los militares recompensados con la Medalla Militar, desde su
creación en 1918 hasta 2001, no eran formalmente nombrados como Caballeros de la
Orden San Fernando, dentro del marco metodológico de este trabajo, ambas
condecoraciones dan acceso a la élite heroica durante este periodo analizado, ya que los
militares recompensados con la recién creada Medalla Militar desde 1920, seguían
beneficiándose de los mismos privilegios que correspondían a la extinta Cruz de San
Fernando de 1ª y 3ª Clase y seguían poseyendo el atributo simbólico de los Laureados,
como demuestra que sus nombres integraban la lista de “Grandes Cruces Militares”, junto
con los Laureados de Segunda y Cuarta clase, en el Anuario Militar, por delante de la lista
de generales en activo81.
80DE CEBALLOS-ESCALERA Y GILA, A. e ISABEL SÁNCHEZ J. L. “La Real y Militar Orden de San
Fernando” en Orden de San Fernando. Evolución histórica, Ministerio de Defensa, Madrid, (2003)
http://www.rmo.mde.es/Galerias/ordensfern/reglamentos/ficheros/Evolucion_Legislativa.pdf. 81Recordemos que el término ‘Caballero Laureado’ o ‘Laureado’ comprende strictu sensu a los
recompensados con la Cruz de San Fernando en sus clases 2ª, 4ª, 5ª, Cruz Laureada y Gran Cruz; mientras
el término ‘Caballero de la Orden de San Fernando’ engloba a todos los condecorados con la Cruz de San
Fernando, sin distinción alguna.
57
Objetividad: Juicio contradictorio
En cuanto a su selección y reclutamiento, el ingreso en la élite se consigue tras
una prueba, el llamado ‘juicio contradictorio’, en la que se somete al aspirante a la
valoración de su actuación en un momento determinado de su carrera, mediante los
testimonios de compañeros, superiores y, si está en vida, del propio interesado para poder
ser recompensado con una de las Cruces de San Fernando, o con la Medalla Militar. Desde
entonces y como es documentado en detalle en su cuarto Reglamento82 de 1866, es
necesario en la tramitación del expediente una exhaustiva relación de hechos necesarios
para ser considerados distinguidos o heroicos. A partir de 1920 el reglamento de la Orden
detallará minuciosamente la forma en que se tendrá que desarrollar este juicio y aumenta
el carácter exclusivista de la élite, al señalar que tanto el juez como el secretario debe
procurarse siempre que fuesen Caballeros de la Orden. El control del ingreso en la Orden
quedaría así asegurado por sus propios miembros, que gestionarían desde el mismo inicio
del procedimiento el complejo expediente que se iniciaba con la detallada descripción de
las acciones de extraordinario valor que darían pie a un posible ingreso, asegurando, así
mismo, la unidad de doctrina en la evaluación de los méritos concurrentes.
Ventajas, derechos y preeminencias
A pesar de que la Orden militar era innovadora por consagrar el principio de
mérito sobre el de privilegio hereditario, conserva muchas de las señas de identidad de
las antiguas Órdenes caballerescas, por lo que retiene ciertos privilegios profesionales, si
bien éstos tienen un carácter más de reconocimiento ante el resto de la comunidad militar,
que de prebenda. Las ventajas para el militar recompensado se convierten en derecho por
la Ley de 1 de marzo de 1909, que concede una serie de beneficios referentes a
tratamientos, destinos, retiros y ascensos a todos los Caballeros de la Orden. También es
prueba del carácter simbólico de las ventajas, el hecho de que para los descendientes de
los Laureados y Medallas Militares se establecían condiciones favorables para el acceso
a las Academias militares, lo que demuestra el reconocimiento y apoyo de la “familia
castrense” hacia los muchos huérfanos de los recompensados con tales distinciones83.
82 La Real Orden de 16 de marzo de 1866 aprueba un pormenorizado modelo para el formulario de los
juicios contradictorios. 83 El 50% de las 179 Laureadas concedidas en las Campañas de África, lo fue a título póstumo.
58
La solemnidad en la imposición de las condecoraciones es también un símbolo
del prestigio de la institución, siendo normalmente el jede del Estado el que impone la
Cruz de San Fernando o la Medalla Individual. La reglamentación actual de la Orden,
sigue reconociendo una serie de derechos a los Caballeros la Orden, que refuerzan la
importancia de la simbología y de la función ejemplarizante, y que se pueden resumir en
las siguientes categorías84:
1- Honores y distinciones
a. El tratamiento inmediatamente superior al que les corresponda, según su empleo
militar
b. El derecho a tener asignado un puesto relevante, específicamente señalado para
ellos, en los actos públicos militares.
c. Los militares de la categoría de Tropa y Marinería formarán en primer lugar de
sus respectivas unidades.
2- Ascensos honoríficos al pase al retiro.
3- Ventajas en el sistema de calificaciones.
4- Antigüedad en el empleo85
5- Pensión vitalicia86
Jerarquía específica
La jerarquía es uno de los principios básicos de la organización y de la vida
militar, que se extiende de manera formal más allá de los límites temporales y geográficos
del periodo de actividad y del lugar de trabajo de los militares, a diferencia de otras
profesiones o instituciones públicas o privadas. Los Caballeros de la Orden de San
Fernando están sujetos a una jerarquía interna paralela, en la que la máxima autoridad la
representa el Soberano de la Real y Militar Orden, que es el Jefe del Estado, creando un
vínculo simbólico con el Caballero de la Orden y la máxima autoridad del Estado, sin
sometimiento a la vía jerárquica de la administración civil, ni militar, que regulan
84 Título I - De la composición y ventajas de la orden. Reglamento para la Real y Militar Orden de San
Fernando. Real decreto de 5 de julio de 1920 (C. L. número 147, Apéndice número 3). 85 La Laureada y la Medalla Militar llevan aparejada la consideración de más antiguo dentro del mismo
empleo, así como la obtención de destinos de antigüedad. Decreto de 26 de mayo 1938 (BOE número 584,
del 29-05-1938). 86 Decreto 192/1937, de 26 de enero (BOE número 99, de 27-01-1937).
59
normalmente las relaciones entre los ciudadanos y el Estado. Además de una máxima
autoridad, la Orden de San Fernando posee unos entes de decisión y administración
independientes, que se estructuran en tres órganos rectores: el Capítulo, la Asamblea y la
Maestranza. Ésta última, a su vez, tiene dos componentes, la Comisión Permanente y la
Unidad Administrativa.
El Capítulo es el órgano superior de gobierno de Orden, lo preside el Soberano y,
en ausencia de éste, el Gran Maestre. Está constituido por la Asamblea y una
representación los Caballeros y la Unidades militares en posesión de la Cruz de San
Fernando o de la Medalla Militar. Se reúnen en sesión ordinaria para conocer los informes
preceptivos elaborados por la Asamblea respecto de las propuestas de concesión de
cualquiera de las recompensas que dan lugar al ingreso en la Orden Militar.
La Asamblea está constituida por el Gran Maestre y los Vocales, representando a
los Caballeros de la Orden. Se reunirá una vez al año para informar al Consejo de
Ministros de los expedientes instruidos para la concesión de Cruces y Medallas. Así
mismo, la Asamblea emite los informes que le sean requeridos por la jerarquía; vela por
el reconocimiento de los derechos; por el cumplimiento de los deberes de los miembros
de la Real y Militar Orden; y por el prestigio de la misma.
La Maestranza, presidida por el Maestre de la Orden, está constituida por la
Comisión Permanente y la Unidad Administrativa. La Comisión Permanente, presidida
por el Gran Maestre, está compuesta de seis Caballeros designados por Orden ministerial
y sus funciones son, entre otras, la de formular las propuestas de calificación de los hechos
para la concesión de Cruces Laureadas de San Fernando y Medallas Militares e informar
y ejecutar los acuerdos que la Asamblea le remita a tal efecto.
La Unidad Administrativa, que será la misma que la de la Cancillería de la Real y
Militar Orden de San Hermenegildo, actuará bajo la dirección del Gran Maestre, para
preparar los asuntos de los que haya de conocer la Asamblea, remitiéndoselos a través de
la Comisión Permanente y llevar los archivos y registros propios de la Orden, que han
sido de gran utilidad para la elaboración de este trabajo de investigación.
60
III.3.- Las recompensas al valor militar en Europa
Como se ha expuesto, la Orden de San Fernando supuso, en el derecho premial
español, el inicio del sistema meritorio, frente al hereditario basado en la ‘nobleza de
sangre’, al basarse exclusivamente en los méritos en el campo de batalla, en particular al
valor en grado heroico o muy distinguido. Con la finalidad de determinar la relevancia de
la Orden de San Fernando en el contexto geopolítico del periodo de estudio, en este
epígrafe se va a proceder a un análisis comparativo con las Órdenes, Cruces y Medallas
militares europeas coetáneas de la Cruz de San Fernando y la Medalla Militar españolas
que son las recompensas militares vinculadas a la Orden de San Fernando.
El modelo meritorio premial era antiguo en Europa, ya que se inició con la Orden
Real de San Luis (Ordre Royale de Saint-Louis) establecida por Luis XIV de Francia en
1693 para premiar a sus generales y oficiales por su virtud, méritos y servicios
distinguidos, si bien se trataba de una institución mixta, ya que de una parte conservaba
muchas de las características de las antiguas Órdenes militares y caballerescas. La Orden
de Saint-Louis, que fue suprimida en julio de 1790 por los revolucionarios, junto a las
demás Órdenes Reales francesas, pero dejo como legado el servir de inspiración directa
de la que sería el modelo directo de la Orden de San Fernando: la Legión de Honor
(Légion d’honneur) establecida por Napoleón Bonaparte el 18 de mayo de 1804, si bien
ésta no era en su origen ni una orden, ni una condecoración, sino una sociedad de gentes
distinguidas en todos los ámbitos sociales, incluido el castrense, con el objetivo de
favorecer la cohesión en la administración imperial.
Los parámetros elegidos para la selección de las recompensas militares o civiles
existentes en las naciones europeas comparables a la Cruz de San Fernando y la Medalla
Militar son los siguientes:
- Que tenga carácter meritorio, como reconocimiento al valor o virtudes militares
o civiles en grado de excelencia
- Que su ámbito de vigencia temporal comprenda en todo, o en parte, el primer
tercio del siglo XX
- Que la obtención y uso de la recompensa esté reglamentada
61
Alemania (Imperio alemán)
Cruz de Hierro
La Cruz de Hierro (Eisernes Kreuz) es una antigua condecoración militar en el
Reino de Prusia, y más tarde en el Imperio alemán, o Segundo Reich, (1871-1918) y de
la Alemania del Tercer Reich (1933-1945), concedida por actos de gran valentía o por
méritos en el mando de las tropas en periodos de guerra. La recompensa fue establecida
por el rey Federico Guillermo III de Prusia en 1813, durante las Guerras Napoleónicas.
La Cruz de Hierro, bajo una nueva reglamentación, fue otorgada durante la Guerra
Franco-prusiana y durante la Primera Guerra Mundial, que tuvieron lugar durante los
periodos considerados en este estudio comparativo. La Cruz de Hierro normalmente era
una condecoración exclusivamente militar, aunque hubo casos en que se otorgó a civiles
por realizar éstos funciones militares.
Las Cruces de Hierro correspondientes a las tres guerras de 1813, 1870 y 1914
tenían tres grados: Segunda Clase, Primera Clase y Gran Cruz, ésta última destinada a los
generales del Ejército prusiano o, más tarde, del Ejército alemán; mientras que los otros
dos grados se otorgaron sin importar el rango militar. Si bien el militar tenía que poseer
la 2ª clase para recibir la 1ª clase, aunque en algunos casos ambos podrían ser otorgados
simultáneamente. La naturaleza igualitaria de este premio contrasta con la de la mayoría
de los otros estados alemanes, donde se otorgaron las condecoraciones militares en
función del rango del destinatario. Por ejemplo, los oficiales bávaros recibieron varios
grados de la Orden de Mérito Militar de ese Reino (Militär-Verdienstorden), mientras que
los soldados de remplazo recibieron varios grados de la Cruz de Mérito Militar (Militär-
Verdienstkreuz).
Prusia tenía otras órdenes y medallas que otorgaba en función del rango, y aunque
la Cruz de Hierro estaba destinada a ser otorgada sin tener en cuenta el rango, los oficiales
y los suboficiales tenían más probabilidades de recibirla que los soldados de remplazo.
Durante la Primera Guerra Mundial, se otorgaron aproximadamente 218.000 Cruces de
Hierro de 1ª clase y más de 5 millones de la Cruz de Hierro de 2ª clase.
62
Orden del Águila Roja
La Orden del Águila Roja (Roter Adlerorden) fue instituida en 1731 por el rey
Jorge Federico Carlos de Brandeburgo-Bayreuth como una orden de caballería del Reino
de Prusia otorgada tanto al personal militar, como a los civiles, para reconocer el valor en
el combate, la excelencia en el liderazgo militar, el servicio largo y fiel al reino u otros
logros. La Orden del Águila Roja, al igual que con la mayoría de las Órdenes alemanas,
solo puede otorgarse a oficiales, o civiles de grado equivalente, si bien existía una medalla
de la Orden, que se podía otorgar a suboficiales y soldados, así como a funcionarios de
menor rango y otros civiles. La Orden del Águila Roja se confirió con frecuencia a
ciudadanos extranjeros para honrar su posición, o trabajo individual, y para promover las
relaciones diplomáticas con sus respectivas naciones.
Cruz del Mérito Militar
La Cruz del Mérito Militar (Militär-Verdienstkreuz), establecida por el rey
Guillermo I de Prusia en 1864, fue el premio por acciones heroicas más importante del
Reino de Prusia para suboficiales y soldados alistados, también fue conocida como la
Cruz de Mérito Militar Dorada (Goldenes Militär-Verdienstkreuz) o como la Cruz ‘Pour
le Mérite’ para suboficiales y soldados.
Durante la Guerra Austro-Prusiana de 1866 se concedieron 16 Cruces, mientras
que no se concedió ninguna durante la Guerra franco-prusiana de 1870-71, donde la
principal condecoración militar prusiana, tanto para los oficiales como para los hombres
alistados, fue la mencionada Cruz de Hierro. Como recompensa a los hechos de valentía
demostrados por soldados rusos durante la guerra ruso-turca de 1877-78 se concedieron
17 nuevas cruces y sólo se otorgaron cinco premios más antes de la Primera Guerra
Mundial: cuatro por conflictos coloniales y uno por la Rebelión de los Bóxer.
Durante la Primera Guerra Mundial, la Cruz de Hierro fue nuevamente
restablecida, y durante los primeros años de la guerra se convirtió nuevamente en la
principal condecoración militar prusiana. La primera Cruz al Mérito Militar se otorgó en
octubre de 1916, seguida de 54 premios más en 1917. El resto de los premios de la Cruz
al Mérito Militar se hicieron en 1918. A pesar del número mucho mayor de premios en
63
1918, la condecoración siguió siendo extremadamente rara en comparación al número de
soldados prusianos elegibles y comparado con el número de premios de la Cruz de Hierro.
Los beneficiarios recibieron un estipendio mensual, que se mantuvo incluso después del
final de la monarquía prusiana en noviembre de 1918 hasta la era del Tercer Reich, y se
restableció en Alemania occidental en 1957.
Austria (Imperio Austro- húngaro)
Orden de María Teresa
La Orden de María Teresa (Militär Maria Theresien Orden) se instituyó en 1757
para recompensar los actos especialmente meritorios y valientes de los oficiales,
especialmente los hechos heroicos que llevan consigo la derrota del enemigo y, por lo
tanto, "servir" al rey. Se valoraban específicamente los "actos militares exitosos, de
impacto esencial en una campaña, emprendidos por iniciativa del propio Oficial y que
podrían haber sido omitidos por un Oficial honorable sin que ello le fuere reprochable".
Se considera el mayor honor para un soldado en los servicios armados austriacos.
Originalmente, la orden tenía dos clases: la Cruz del Caballero y la Gran Cruz.
Todos los oficiales del Ejército Imperial podían ser acreedores de la Orden,
independientemente de su origen y grado militar. Los destinatarios de la Cruz de
Caballero se ennoblecieron automáticamente con el título de caballero (Ritter) en la
nobleza austriaca de por vida, y fueron admitidos en la Corte. Además, posteriormente
podían reclamar el título hereditario de Barón (Freiherr). Los Caballeros tenían derecho
a pensión y sus viudas a la mitad de la pensión del cónyuge durante el resto de sus vidas.
La Orden dejó de ser otorgada tras la caída de la dinastía de los Habsburgo en
1918, cuando su último soberano, Carlos I, transfirió sus poderes con respecto a este
honor al Capítulo de la Orden. Luego, el Capítulo procesó las solicitudes hasta su última
reunión en 1931, cuando se decidió que no se debían otorgar más premios. El 4 de
noviembre de 1938, se decidió en Hungría otorgar más condecoraciones de la orden. El
Regente Miklós Horthy desempeñó los deberes del Gran Maestre de la Orden en Hungría.
Durante su periodo de vigencia, la pertenencia a la Orden fue otorgada un total de 1.241
veces. El último caballero de la Orden falleció en 1986, a los noventa y seis años.
64
Medalla al Valor
La Medalla al Valor (Tapferkeitsmedaille) fue creada por el emperador José II el
19 de julio de 1789 para reconocer el valor en el combate por parte del personal por debajo
del rango de Oficial. Desde 1789 a 1915, la Medalla al Valor existió en tres clases:
Medalla de Oro por la valentía, Medalla de Plata por la valentía de primera clase y
Medalla de plata por la valentía de segunda clase. Una cuarta clase, la Medalla de Bronce
para la valentía, se introdujo el 14 de febrero de 1915 durante la Primera Guerra Mundial.
El 26 de septiembre de 1917, el emperador Carlos I modificó los estatutos de la
Medalla al Valor y decretó que la Medalla de Oro para el Valor y la Medalla de Plata para
el Valor de Primera Clase ahora también podrían otorgarse a los oficiales en aquellos
casos en los que los hechos no les hacían acreedores del ingreso en la Orden Militar de
María Teresa. Después de la Gran Guerra y la desaparición del Imperio Austro- húngaro,
el Nuevo Reino de Hungría instituyó en 1922 la Medalla al Valor en Plata.
Durante el periodo de vigencia de esta Medalla se concedieron unas 3.700 en la
categoría de oro; 143.000 en la categoría de plata, 1ª Clase; 384.000 en la categoría de
plata, 2ª Clase; y casi un millón en categoría de bronce.
Bélgica
La Cruz de Guerra (Croix de guerre, en francés; Oorlogskruis en holandés) es una
condecoración militar del Reino de Bélgica establecida por real decreto el 25 de octubre
de 1915 que se otorgaba a individuos por la realización de hechos heroicos u otra virtud
militar en el campo de batalla. Desde 1940 también podría otorgarse a las unidades
militares. Durante la Primera Guerra Mundial, se concedió la Cruz de Guerra, no sólo a
militares por su valentía, sino también por acumular tres años o más de servicio en el
frente, o por buena conducta en el campo de batalla. Se otorgó a voluntarios mayores de
40 o menores de 16 años, después de un mínimo de 18 meses de servicio, a prisioneros
de guerra escapados que se reincorporaron a filas, y al personal militar retirado del
servicio por lesiones, por lo que el principio meritorio heroico quedó desvirtuado.
65
Los acreedores de la Cruz de Guerra eran mencionados en la orden diaria de las
unidades militares belgas, como signo de distinción ante sus compañeros de armas; y
aquellos que formaban parte de una unidad condecorada a título colectivo con la Cruz de
Guerra portaban unos cordones distintivos en su uniforme (fourragère). Desde 1954 no
se ha concedido ninguna Cruz de Guerra.
Bulgaria
La Orden de Valor (ден За Храброст) creada en 1880 y vigente hasta 1946 se
otorga por acciones excepcionales ante un peligro notable al personal militar y civil por
su valentía y heroísmo en beneficio de la sociedad búlgara y el Estado. La Orden tiene
tres grados: primero, segundo y tercero, y dos categorías, con espadas (militares) y sin
espadas (civiles).
La Orden del Valor se estableció con un decreto del Príncipe Alejandro José de
Battenberg el 1 de enero de 1880. Es la primera Orden búlgara y se inspiró en la Orden
del Mérito Militar del Gran Ducado de Hesse que existió en 1866. Los acreedores de la
Orden se llaman Caballeros y formaban parte de la selecta Orden.
La Orden se otorgó por primera vez en 1880 a 33 militares y un civil, participantes
en la Guerra Ruso-turca (1877-1878). Después del final de la monarquía, las órdenes y
las medallas del Reino de Bulgaria fueron completamente sustituidas por otras.
Francia
La Legión de Honor (Légion d'honneur) es la distinción francesa más alta y una
de las más conocidas del mundo. Durante dos siglos, ha sido otorgado en nombre del Jefe
de Estado para recompensar a los ciudadanos, tanto militares como civiles, merecedores
en todos los campos de actividad. La Legión de Honor nació el 1802 por voluntad de
Napoleón Bonaparte, como parte del programa de reorganización del estado, como un
sistema completo de premios, inspirado en las antiguas órdenes honorarias eliminadas por
la Revolución de 1789, pero respetuosas de la igualdad entre los ciudadanos. Desde las
primeras promociones, Napoleón condecora, en sus propias palabras, tanto a "sus
soldados como sus científicos", si bien hasta el Segundo Imperio, los militares
66
representaban alrededor del 75% de los integrantes de la Legión. A principios del siglo
XX, los legionarios franceses sumaban poco menos de 45,000.
La Legión de Honor no tiene una verdadera ventaja material o financiera y puede
ser otorgada a cualquier ciudadano francés o extranjero sin antecedentes penales que haya
demostrado méritos eminentes al servicio de la nación, sobre una base militar o civil. El
personal militar francés en uniforme debe saludar a otros miembros militares en uniforme
que lleven la medalla, sea cual sea su rango, y se porta en el lado izquierdo del uniforme
antes que cualquier otra condecoración francesa o extranjera.
El ingreso en la Orden se otorga en base a tres principios: el mérito individual, sin
ninguna consideración social o profesional; la universalidad del reconocimiento; y la
contribución al bien público. Hay cinco clases en la Legión de Honor, para las que se
requiere cumplir diferentes plazos de pertenencia a la Orden. En términos generales, y
desde su creación, la Orden ha contado con casi un millón de miembros, en la actualidad
son 92,000. Cada año se puede distinguir un máximo de 2,800 personas, militares o
civiles.
Un máximo de 320 extranjeros puede recibir la Legión de Honor cada año, pero,
a diferencia de los franceses, no son miembros de la Orden. La Orden tiene una cuota
máxima según cada uno de sus grados, si bien los nombramientos de veteranos de guerra
y de otras operaciones militares francesas extranjeras, así como soldados heridos, se
hacen independientemente de la cuota. La edad promedio de entrada es 58 años.
La Medalla Militar
La Medalla Militar (Medaille Militaire) fue instituida 50 años después de la
Legión de Honor en 1852 por Napoleón III, la tercera condecoración francesa en orden
de precedencia, después de la Orden de la Legión de Honor y la Orden de la Liberación.
Es la distinción militar francesa más alta destinada a suboficiales y soldados, por lo que,
de forma coloquial, es llamada "la Legión de Honor del suboficial", si bien también la
pueden recibir los generales (pero, curiosamente, no el resto de los oficiales).
67
Los criterios de obtención no están ligados a acciones heroicas o valerosas durante
el combate ante el enemigo, ya que basta con haber sido herido en combate o en servicio,
o haber destacado con un acto de coraje y dedicación. La Medalla Militar, contrariamente
a la Legión de Honor, no se puede otorgar a extranjeros.
La Medalla Militar se otorga a propuesta del Ministerio de las Fuerzas Armadas y
por decisión del Consejo de la Orden de la Legión de Honor, que también interviene en
cuestiones de disciplina. Estas decisiones se presentan luego al Presidente de la
República, quien firma los decretos de atribución. El componente de reconocimiento
simbólico de la Medalla Militar se asocia con las ceremonias militares que tienen lugar
en el patio del complejo arquitectónico de los Inválidos, en presencia del Presidente de la
República, para rendir homenaje a los soldados, junto con los generales, acreedores de la
misma. Unos 3.000 soldados reciben la Medalla Militar cada año y en total más de un
millón de soldados y suboficiales han sido condecorados en un siglo y medio de
existencia. En la actualidad 159,000 militares vivos, de entre ellos 10,000 mujeres, y 10
unidades militares han recibido la Medalla Militar.
La Cruz de Guerra
La Legión de Honor y la Medalla Militar premian conductas prominentes en el
ámbito civil y militar pero no específicamente las acciones heroicas, por lo que se creó
durante la Primera Guerra Mundial una recompensa para premiar los actos de valentía, la
Cruz de Guerra (Croix de guerre), creada por la ley del 8 de abril de 1915 y cuya vigencia
se vinculó a la duración de la Gran Guerra.
Italia
La Medalla al Valor Militar (Medaglia al valor militare) es una medalla italiana,
originalmente establecida como un premio del Reino de Cerdeña, que se convirtió en una
condecoración italiana en la creación del Reino de Italia en 1861. Se otorga al personal
militar, unidades superiores al nivel de la compañía y a los civiles por su valor
excepcional frente al enemigo. El premio se extendió posteriormente a civiles y a
entidades públicas como, municipios o provincias.
68
La medalla tiene tres grados, la Medalla de Oro del Valor Militar, establecida el
21 de mayo de 1793 por el rey Víctor Amadeo III de Cerdeña; la Medalla de Plata del
Valor Militar, establecida en 1833 por el rey Carlos Alberto de Cerdeña; y la Medalla de
Bronce del Valor Militar, establecida en 1887 por el rey Humberto I de Italia.
En 1887, la Medalla de Bronce fue autorizada por el rey Humberto I a los soldados
que habían recibido menciones honoríficas (menzioni onorevoli) por valentía entre 1848
y 1887 y, desde esta fecha, se otorgó a aquellos cuyos actos de valentía no justifica los
niveles más altos de oro o plata.
El Real Decreto 1423 del 4 de noviembre de 1932 definió nuevas reglas para
otorgar las Medallas de Valor, así como la Cruz de Guerra por el Valor Militar y la Cruz
del Mérito de Guerra y define que las Medallas del Valor se otorgan a aquellos que llevan
a cabo un acto de valentía por encima de los requisitos del deber y el honor, mostrando
un notable coraje e iniciativa, en grave y manifiesto riesgo personal en la guerra. La
adjudicación de tales decoraciones puede hacerse, sin embargo, solo cuando el acto es tal
que en todos los aspectos puede ser un ejemplo digno de emulación. Las nominaciones
para la medalla, excepto en casos excepcionales previstos en tiempo de guerra, son
examinadas por una comisión militar especial.
Durante la Primera Guerra Mundial se otorgaron un total de 368 Medallas de Oro;
38,614 Medallas de Plata y 60,244 Medallas de Bronce por actos individuales de
heroísmo.
Portugal
Orden Militar de la Torre y de la Espada, de Valor, Lealtad y Mérito
La Orden Militar de la Torre y de la Espada, de Valor, Lealtad y Mérito (Ordem
Militar da Torre e Espada do Valor, Lealdade e Mérito) es una orden portuguesa de
caballería, originariamente creada por el rey Alfonso V en 1459 y considerada como el
pináculo del sistema de honores portugués. La orden fue reinstaurada en 1808 por el
príncipe regente Juan VI de Portugal. La Orden está abierta tanto para portugueses, como
para extranjeros y para logros militares, políticos o civiles.
69
En 1910, después del final de la monarquía, el nuevo gobierno republicano de
Portugal abolió todas las órdenes militares, con la excepción de la Orden de la Torre y la
Espada.
Los galardonados con cualquier título de la Orden Militar de la Torre y la Espada
del Valor, Lealtad y Mérito adquieren derechos, tales como la preferencia en la admisión
a establecimientos sociales administrados por el estado, el derecho a una pensión y sus
huérfanos tienen preferencia absoluta en la admisión a las escuelas militares, así como a
las escuelas que dependen de los departamentos militares.
La Orden de la Espada, como es conocida habitualmente, se concede por méritos
excepcionalmente relevantes demostrados en el ejercicio de las funciones de las
posiciones supremas de los órganos soberanos de gobierno, o el mando de tropas de
campaña, o por hechos de heroísmo militar o civil. El Presidente de la República es de
oficio el Gran Maestre de la Orden y miembro de la Orden, la Gran Cruz.
Medalla del Valor Militar
La Medalla del Valor Militar (Medalha de Valor Militar) es una recompensa
militar portuguesa creada 1863, inicialmente con dos grados (Oro y Plata) y hoy en día
con tres grados (Oro, Plata y Cobre), instaurada para recompensar actos heroicos y de
valentía extraordinarios, o de gran valor moral y habilidades excepcionales para la toma
de decisiones, ya sea en campaña o en tiempos de paz, pero siempre en circunstancias en
las que existe un peligro comprobado o presunto para la vida.
La Medalla del Valor Militar ocupa el segundo lugar en el orden de precedencia
de las condecoraciones portuguesas, justo después de la Orden Militar de la Torre y la
Espada, de Valor, Lealtad y Mérito.
70
Reino Unido
En el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda, los premios al valor en campaña
fueron particulares, hasta que en las guerras contra los revolucionarios franceses se
establecieron la Medalla de Oro del Ejército (Army Gold Medal) y la Medalla de Oro de
la Armada (Naval Gold Medal) (1793-1815). La de mayor rango y prestigio es la
denominada Cruz de Victoria, Victoria Cross, creada en de 1856 para premiar a todos los
militares británicos del Ejército, la Marina y la Infantería de Marina (Royal Marines) que
realicen actos de suprema valentía y auto sacrificio en presencia del enemigo. La tradición
en la concesión de esta medalla hace referencia a alguna de las ‘siete cualidades de la
valentía’: agresividad, audacia, resistencia, iniciativa, liderazgo, sacrificio y destreza. Se
trata de una condecoración de grado único. Desde su creación, y a pesar de las numerosas
campañas en que han tomado parte las fuerzas armadas británicas, tan solo se han
concedido 1.355 cruces y la mayor parte de ellas a título póstumo y tras un riguroso
proceso de evaluación por parte de dos oficiales británicos. La Cruz de Victoria ha sido
otorgada solamente a cinco civiles y catorce extranjeros y tres personas la han conseguido
en dos ocasiones.
La Victoria Cross es siempre el primer premio que se presenta en una investidura,
incluso antes de los títulos de nobleza, como el Caballero, así mismo es siempre la primera
condecoración usada en una fila de medallas en el uniforme de los que la poseen. Aunque
no es una obligación reglamentaria, la tradición castrense dicta que todos los grados
superiores saluden a un portador de la Cruz Victoria. Además, los titulares de Victoria
Cross tienen derecho a una paga anual, cuyo monto es determinado por el gobierno y que
en 2015 era de 10.000 libras esterlinas.
71
ILUSTRACIÓN 5- Tabla comparativa cruces, medallas y órdenes europeas al valor frente al enemigo.
Premio Acceso Concesiones87 Derechos/Beneficios Vigencia
Alemania
Cruz de Hierro
Militares
Civiles en
funciones
militares
280.000 - 1ª Clase
5 millones- 2ª
Clase
- 1813-1918
Alemania
Orden del
Águila Roja
Oficiales - Ingreso en la Orden 1731-1918
Alemania
Medalla Mérito
Militar
Suboficiales
Tropa
92 Emolumento
Austria
Orden de María
Teresa
Oficiales 1.241 Título nobiliario
Pensión
1757- 1918 en
Austria
1757-1938 en
Hungría
Austria
Medalla del
Valor. Grado
Oro
Militares 3.700 - 1757-1918 in
Austria
1957-1938 en
Hungría
Bélgica
Cruz de Guerra
Militares
Unidades
- Citación en la Orden del
día
1915-
Bulgaria
Orden del Valor
Grado I
Militares
Civiles
>100 Caballero de la Orden 1880-1946
España
Cruz de San
Fernando
Militares
Unidades
192
Ingreso Orden
Preminencias militares
Emolumento
Ingreso Academias
Militares
1811-
España
Medalla Militar
Militares
Unidades
251 Ingreso Orden
Preminencias militares
Emolumento
Ingreso Academias
Militares
1918-
87 Cifras aproximadas desde creación condecoración hasta 1936.
72
Francia
Legión de
Honor
Militares
Civiles
Extranjeros
45.000 Grados en la Orden 1802-
Francia
Medalla Militar
Militares
Unidades
800.000 Acto militar
Francia
Cruz de Guerra
Militares - - 1914-1918
Italia
Medalla de Oro
al Valor Militar
Militares
Civiles
Unidades
Entidades
368 - 1861-
Portugal
Orden de la
Torre y la
Espada
Altas
Autoridades
Militare
Civiles
- Ingreso en la Orden
Pensión
Ingreso en Academias
Militares
1808-
Portugal
Medalla Valor
Militar
Militares - - 1863-
Reino Unido
Cruz Victoria
Militares
Civiles
1.355 Preminencias militares
Emolumento
1856-
Este análisis comparativo permite corroborar cómo la Orden Militar de San
Fernando, como la mayoría de las Órdenes europeas de similares características, rompe
con el modelo de las órdenes de Caballeros basadas en la pertenencia a un estamento
social, la nobleza, y se inscribe en el marco de las reformas políticas y sociales que la
revolución francesa de 1789 radió a lo largo y ancho de Europa, al basar su ingreso en
criterios puramente de mérito personal, en este caso el valor en el campo de batalla. No
obstante, el cambio de régimen nacido en Francia tuvo en España unas características
peculiares, porque no fue revolucionario sino pactado, y “por ello las nuevas instituciones
-como esta Orden Militar [de San Fernando]- conservarán muchas de las señas de
identidad de las antiguas Órdenes caballerescas, que coexistirán con las nuevas Órdenes
de mérito”88.
88CEBALLOS-ESCALERA y GILA, A. La Institución de la Real y Militar Orden de San Fernando:
Breve examen comparativo en el contexto premial europeo. Ministerio de Defensa. Madrid. 2011
73
IV. LA ÉLITE HEROICA EN LA GUERRA CIVIL
"Dulce bellum inexpertis est"
Erasmo de Rotterdam
IV.1.- Los miembros de la élite
Los criterios expuestos anteriormente nos han permitido llevar a cabo un análisis
cuantitativo fiable sobre el conjunto denominado ‘élite heroica’ constituido por los
militares que estaban en posesión de alguna de las categorías de la Cruz de San Fernando,
o de la Medalla Militar, y que se encontraban en vida en julio de 1936, en base a la
información recogida detalladamente en el Anuario Militar a fecha de 30 de abril89 y
contrastada por otras fuentes primarias, como las publicaciones oficiales y hemerotecas,
y en fuentes secundarias, como la bibliografía especializada referenciada en la
Metodología y otra bibliografía consultada y referenciada en el trabajo.
En esta fase del proceso de investigación se va proceder a la definición concreta del
universo de estudio mediante la enumeración y descripción de cada uno de los elementos
del mismo, para seguidamente desarrollar el análisis cuantitativo en diferentes procesos
en los que se analizarán los elementos en función de las diferentes características de los
mismos. La fuente primaria que ha servido para la identificación de los miembros de la
élite heroica ha sido el Anuario Militar de 1936. Ésta es una publicación oficial y
periódica de la administración militar con fines estadísticos que recoge detalladamente la
organización de las unidades militares y la filiación de su personal con las categorías de
Oficial General y de Oficial. El Anuario Militar de 1936 está estructurado en once
capítulos, dedicándose los siete primeros a la orgánica, en asuntos como la descripción
de las unidades, organismos, centros y servicios, la demarcación militar o la industria
militar y los cuatro siguientes al personal.
89 La situación y los destinos publicados en el Anuario Militar corresponden a los datos obrantes en la
Sección de Personal del Ministerio de la Guerra a fecha de 30 de abril de 1936.
74
En el capítulo octavo, el primero de la sección de personal, se recogen a los militares
y las unidades pertenecientes a la Orden de San Fernando en todas sus clases - Corbata,
Gran Cruz y Cruces de 1ª, 2ª, 3ª, 4ª clase y Cruz Laureada- y a los recompensados con la
Medalla Militar (253 condecorados), la Medalla Aérea (4 condecorados), la Medalla Plus
Ultra (1 condecorado) y la Medalla Naval (1 Corbata).
El capítulo noveno recoge las escalas, es decir los listados ordenados por grado y
antigüedad, de todos los oficiales, comenzando por los oficiales generales, en activo. El
capítulo décimo comprende la Escala de los Oficiales en reserva y el undécimo una lista
de los mandos de grandes unidades90. El hecho de que la lista de los militares
condecorados con la ‘Laureada’ o la Medalla Militar, de cualquier grado, empleo y clase,
precediese en el Anuario a la lista de los generales es, como se ha dicho, uno de los
símbolos del carácter ejemplarizante y elitista de los miembros de la élite heroica en el
seno de la institución militar en el año 1936.
De las 253 menciones de militares condecorados con la Cruz de San Fernando,
Laureada o de alguna de las otras clases, y la Medalla Militar individual existentes en el
Anuario Militar de 1936, para este estudio se ha contabilizado como un solo caso aquellos
militares con varias condecoraciones91 (9 casos), se ha prescindido de los militares que
estuviesen fallecidos antes del 18 de julio de 193692 (11 casos) y de aquellos que
erróneamente aparecían en el Anuario como condecorados con la Cruz de San Fernando
o la Medalla Militar Individual y que realmente no estaban en posesión de esa distinción93
(1 caso).
90El término militar “gran unidad” comprende las unidades tipo Ejército, Cuerpo de Ejército, División y
Brigada, en las que están encuadradas las unidades menores del tipo Regimiento, Batallón y Compañía. 91Varela Iglesias, García Esteban, Ordiales González, Rodrígo Martínez, Sanurjo Sacanell, Sevillano
Cousilla, Tella Canto, Blanco Pardal y Franco Bahamonde. 92A pesar de estar incluidos en la lista del capítulo octavo del Anuario, como es el caso de Fermín Galán
Rodríguez, José López de Roda y Zuleta, Juan Villar Pérez, Jesús Rodríguez Losada, José Pascual Prats,
Carlos López Hidalgo, Pedro González Anido, Fernando Delgado Otaolaurruchi, Salvador Castro Somoza,
Ricardo Bellod Keller y José Carrillo Durán. 93Eduardo Gras Guarro no estaba en posesión de la Medalla Militar, aunque así conste en el Anuario Militar.
75
Por otro lado, se han añadido al estudio aquellos que no se encontraban
relacionados en el Anuario Militar de 1936 como condecorados con la Cruz de San
Fernando o la Medalla Militar, pero de los cuales se han podido verificar las tres
condiciones necesarias y suficientes para su inclusión en el análisis:
i) ser identificados completa y certeramente como miembros de este grupo al
comprobar que efectivamente le fueron otorgadas una de estas condecoraciones;
ii) establecer que estaban con vida en julio de 1936;
iii) determinar su situación profesional durante la sublevación, en la guerra y después
de la guerra.
En este proceso, se han identificado 19 militares que habían sido condecorados,
todos con la Medalla Militar, y que no están consignados, como tales, en el Anuario
Militar de 1936:
- 1 condecorado por hechos en la campaña africana de 1923 (Alegre Rodríguez);
- 2 condecorados por hechos en los sucesos de Bujalanace (Córdoba) en 1933
(Gómez Cotta y Rubio Sanjuán)
- 11 condecorados por hechos en los sucesos de Asturias en 1934 (Ruedas Ledesma;
González Anido; Martínez Marina y Vigil de la Escalera; Mejuto Dorna; Méndez
Ferreiro; Peña Torres; Pérez Serrano; Saavedra Soto; Tella Cantos; Tomé Laguna
y Toribio García)
- 5 condecorados por hechos durante los sucesos de Barcelona en 1934 (Caballero
Campos; Cuervo Blázquez; Espinosa Valiente; Franco López y Moreno Lara)
De estos miembros de la élite heroica identificados por otras fuentes distintas al
Anuario Militar de 1936, sólo en cuatro casos se han podido obtener los datos necesarios
para poder cumplir los criterios establecidos para ser incluidos en el estudio: dos oficiales
de la Guardia Civil - que curiosamente fueron las suyas “las primeras Medallas Militares
Individuales que concedió la República”94- (Rubio Sanjuán y Gómez Cotta y), dos
oficiales de Infantería (Ruedas Ledesma y Alegre Sánchez).
94 BLÁZQUEZ MIGUEL, J. La Guardia Civil durante la República y el 18 de julio. Madrid. 2010. Págs.
25 y 29.
76
Nos detendremos a exponer estos cuatro casos, que se salen de la fuente de referencia
primaria, para justificar su inclusión en el estudio y dejar constancia de las fuentes usadas
para ampliar y corregir los datos aportados por el Anuario Militar de 1936.
Caso Rubio Sanjuán
En el caso de Agustín Rubio Sanjuán, en su Hoja de Servicios95 constata la concesión
de la Medalla Militar por Orden General de 8 de abril de 1935 (Diario Oficial 282) por
“los méritos contraídos combatiendo en los sucesos revolucionarios ocurridos en
Bujalance (Córdoba) los días 11 y 13 de diciembre de 1933”. El resto de información
necesaria se ha obtenido también en su referida Hoja de Servicios.
ILUSTRACIÓN 6 - Hoja de Servicios Teniente Guardia Civil Rubio Sanjuán. Anotación concesión Medalla Militar.
8ª Subdivisión. Página 20. Archivo General Ministerio del Interior. Sección Guardia Civil.
Caso Gómez Cotta
En el caso de Federico Gómez Cotta, la octava subdivisión (Recompensas) de su
Hoja de Servicios96 no recoge la concesión de la Medalla Militar, como sí es el caso de
Rubio Sanjuán. En este único caso, su inclusión en la lista de miembros de la élite heroica
se ha hecho en base a fuentes secundarias, la bibliografía ya referenciada97, y
95 Archivo Ministerio Interior. Serie Documental: Expedientes Guardia Civil; Signatura: 2391, Expediente:
18670. 96Archivo Ministerio de Interior. Serie Documental: Expedientes Guardia Civil; Signatura: 2366,
Expediente: 18516. 97BLÁZQUEZ MIGUEL, J. Opus cit. Página 29 y SERVICIO HISTÓRICO MILITAR, Opus cit., pág. 306
77
presuponemos que la concesión no está anotada en su Hoja de Servicios ya que causó
baja antes de que diese tiempo a resolver el expediente y formalizar la recompensa en su
expediente personal. El resto de información necesaria para determinar su participación
en la guerra se ha obtenido tanto de su Hoja de Servicios, como de publicaciones oficiales.
Caso Ruedas Ledesma
Este caso no se encontraba tampoco incluido en el listado del Anuario Militar de
1936, si bien sí se encontraba referenciado en el tomo de la colección Galería de Militar
Contemporánea98 dedicada a los recompensados con la Medalla Militar, concretamente
en 1934, durante los sucesos de Asturias. Diversas fuentes primarias99 han confirmado su
pertenencia a la élite heroica, y que se encontraba en Madrid en situación de disponible
el 18 de julio, fue detenido y asesinado por milicias en octubre de 1936. Este caso también
ha permitido confirmar que el gobierno creado por los sublevados en Burgos asignaba
una pensión de supervivencia a los familiares de los militares que habían sido hechos
presos en la zona leal a la República100, como se recoge en algunos estudios, como el de
Alejandre García sobre las prestaciones extraordinarias originadas por la Guerra Civil. 101
Caso Alegre Rodríguez
Este caso tampoco se encontraba incluido en el listado del Anuario Militar de
1936, si bien sí se encontraba referenciado en el tomo de la colección Galería de Militar
Contemporánea102 dedicada a los recompensados con la Medalla Militar, concretamente
en los combates en Tizi- Aza (Melilla) durante mayo de 1923. Los datos que permiten
determinar su destino en julio de 1936 se han obtenido mediante fuentes secundarias103 y
su participación en la guerra civil de publicaciones en diarios oficiales104.
98 SERVICIO HISTÓRICO MILITAR, Opus cit. Pág 234 99 BOE 9.7.40 y 24.2.45. CDMH: DNSD-SECRETARIA, FICHERO,58, R0165302 100 Orden por la que concede a doña Mary Younger (…) la pensión alimenticia del 25 por 100 del sueldo
de dicho Jefe. (Boletín Oficial del Estado núm. 125, de 22/02/1937, páginas 494 a 495. 101 ALEJANDRE GARCÍA, J.A., “La protección social en el primer franquismo: régimen jurídico de las
pensiones y prestaciones extraordinarias originadas por la Guerra Civil”, Anuario de historia del derecho
español, Nº 78-79, 2008-2009, págs. 371-396. 102 SERVICIO HISTÓRICO MILITAR, Opus cit. Pág 156 103NÚÑEZ CALVO, J. N., La Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz en la Guerra Civil (1936-1939).
Tesis doctoral. UNED. 2015. Página 122 104B.O.E. número 45 de 14 de agosto de 1938. Página 715
78
IV.2.- Análisis de la élite heroica durante la sublevación
La relación de individuos que conforman el grupo de estudio “élite heroica” (218)
incluye, una vez excluidos los errores del Anuario y añadidos los cuatro casos
consignados en el epígrafe precedente, a todos los militares que estaban vivos y en
posesión de la Laureada o la Medalla Militar en Julio de 1936, aunque no ostentasen el
mando de unidades, por razones de graduación (39); por pertenecer a un cuerpo sin mando
de unidades de combate, como el de sanidad (14); o porque no estaban en activo, por
haber pasado a licenciado, reserva o retiro, de forma voluntaria o por edad, o por
pertenecer al cuerpo de inválidos, (111), o por estar sin destino (4). De hecho, el 65% de
los individuos que conformaban la “élite heroica” en 1936, no se encontraba en
disposición de ejercer mando y solamente el 30% de los caballeros de San Fernando
estaba al frente de unidades o servicios, susceptibles de sumarse o no a la rebelión.
Como se avanzó en la introducción, los datos de esta investigación indican que solamente
107 miembros de la élite estaban en activo105 el 18 de julio de 1936, de los que
solamente 91 estaban capacitados por su grado y formación para el mando de
unidades, y de los cuales, solamente 67 ostentaban mando de unidad o servicio en el
momento del golpe de la rebelión militar.
En todo caso, y siguiendo la metodología diseñada para poder verificar las
hipótesis de la investigación, el trabajo de investigación incluye a todos los miembros de
la élite heroica, aun sabiendo que no pudieron poner a favor o en contra de la sublevación
las tropas bajo su mando, en aras de poder analizar de esta manera, si la pertenencia a la
élite heroica suponía un potencial elemento de influencia en otros militares, aunque no
existiera una relación formal de jerarquía entre ellos. Los resultados han confirmado que
la opción era la correcta, ya que ha permitido constatar que muchos de estos militares
retirados se reincorporaron al inicio de la guerra a uno u otro ejército y fueron actores
destacados durante la guerra; y que otros, aun retirados o en activo, pero perteneciendo a
cuerpos sin mando, fueron fusilados por significarse con uno u otro bando, lo que les
atribuye, cuando menos, el doloroso papel de víctima.
105 Se exceptúan en este cómputo a los dos tenientes generales (empleos militares a extinguir) - López Pozas
y Rodríguez Casademut- que, aunque en situación de ‘activo’, estaban respectivamente en situación de
‘disponible’ y de ‘asesor de la Orden San Fernando’, sin atribuciones de mando.
79
Del subgrupo formado por los 127 componentes de la élite heroica retirados o
sin mando, se han encontrado evidencias documentadas de su implicación en la guerra
de aproximadamente la mitad (61) , ya sea su reingreso en el ejército, en las milicias,
de haber sido hechos prisioneros, fusilados o asesinados por uno u otro bando106; los 66
restantes, o bien no participaron como combatientes en la Guerra Civil, o no se ha
encontrado documentación que atestigüe su adscripción a uno u otro ejército durante la
contienda.
106 La diferenciación entre ‘fusilado’ y ‘asesinado’ que se utiliza en el trabajo se basa en las condiciones
conocidas y documentadas de la muerte. Los que fueron detenidos, en ocasiones juzgados (aunque sin
garantías jurídicas), y sentenciados a muerte ejecutada por autoridades civiles o militares de uno u otro
bando se califican de ‘fusilados’. Los que fueron objeto de detenciones fuera de la jurisdicción o autoridad
civil o militar y fueron ejecutados por milicias o grupos para-militares o criminales, son calificados como
‘asesinados’. El resto se califican como ‘fallecidos’ de muerte accidental o natural; o ‘muerto en combate’
si fueron muertos por acciones de guerra encuadrados en uno u otro ejército.
80
IV.2.1.- Según Edad/ Grado107/ Situación administrativa/ Arma o Cuerpo
Una vez presentada la estructuración general del grupo en función de su capacidad
para sumar las fuerzas a su mando a la sublevación, o la defensa del gobierno, según
tuviesen mando, o no; el siguiente análisis de los datos compilados y organizados en
campos ha versado sobre la edad de sus miembros y ha permitido concluir que se puede
atribuir la “juventud” como un rasgo distintivo de la élite heroica con mando, lo que
es debido a que la mayoría de la Laureadas y Medallas Militares se concedieron a
Tenientes y Capitanes, los primeros empleos en la Oficialidad, que se obtenían entre los
22 y los 35 años de edad. Este hecho implica que los componentes de la élite heroica en
1936 con capacidad de influenciar con sus decisiones en el posicionamiento de las
unidades militares durante la sublevación eran militares relativamente jóvenes y la
mayoría se encontraba todavía lejos de los puestos del generalato.
ILUSTRACIÓN 7 – Gráfico análisis élite heroica con mando según tramos de edad.
Seguidamente, se han analizado los datos atendiendo a sus empleos o grados
militares, y resultando que,
- 46 formaban parte de las Clases de Tropa y Suboficiales (Soldados, Marineros,
Cabos, Suboficiales, Guardias, Carabineros);
107 A efectos de este estudio, ‘Grado’ y ‘Empleo’ se emplean como sinónimos de la posición en la jerarquía
militar. Cfr. ‘Breve Glosario de terminología militar’, Anexo I.
0 5 10 15 20 25 30 35
30-40
40-50
50-60
Miembros élite, en activo y con mando, por tramo de edad
81
- 62 oficiales (Alféreces, Tenientes y Capitanes);
- 75 jefes (Comandantes, Tenientes Coroneles y Coroneles),
- 35 Generales (General de Brigada, General de División), de los cuales, solamente
14 estaban en activo y con mando el 18 de julio de 1936.
ILUSTRACIÓN 8 - Gráfico porcentajes según categorías.
ILUSTRACIÓN 9 -Gráfico porcentajes según situación
En un tercer análisis, atendiendo ahora a la situación administrativa (activo, reserva,
licenciado); a la disponibilidad (destinado, disponible, procesado) y al posible ejercicio
del mando de unidad, como se ha apuntado con anterioridad, los componentes de la élite
heroica de 1936 se podían dividir de dos entidades primarias de número prácticamente
igual: los miembros en reserva o licenciados (111); y los miembros en activo (107) de los
cuales (65) estaban al frente de unidades, lo que implica que aproximadamente el 30%
de los individuos que conformaban la “élite heroica” en 1936 ejercía mando de
unidades militares en el momento de la sublevación.
En un cuarto análisis, se ha usado como parámetro el Arma o Cuerpo militar al que
pertenecían los integrantes de la élite, y se ha combinado con los datos obtenidos del
precedente análisis sobre la situación administrativa; y se ha podido identificar que:
- De los que estaban en activo: 63 pertencen a Infantería, 6 a Caballería, 3 a
Artillería , 9 a Ingenieros, 4 a Intendencia, 7 a la Guardia Civil, 4 a Carabineros,
12 al Cuerpo de Estado Mayor, 1 al Servicio de Estado Mayor y 5 al de Sanidad
Militar.
21%
28%35%
16%
Suboficiales y Tropa Oficiales
Jefes Generales
7%12%
30%
51%
Activo sin mando
Activo con mado organismos, servicios, centros
Activo con mando unidades
Reserva
82
- De los que estaban en reserva: 38 pertencen al Arma de Infantería (INF), 3 a la
de Caballería (CAB), 5 a Artillería (ART), 5 a Ingenieros (ING), 6 al Cuerpo de
la Guardia Civil (GC), 1 al de Carabineros (CARB), 5 al Cuerpo de Estado Mayor
(CEM), 1 al Servicio de Estado Mayor (EM) y 2 al de Sanidad Militar (SAN), 1
al Jurídico (JUR), 2 al Eclesiástico (ECL) y 1 al extinto Cuerpo de Alabarderos
(ALAB).
ILUSTRACIÓn 10 – Gráfico Arma o Cuerpo / situación administrativa.
Con estos datos se ha podido contrastar que, más de la mitad del total de los
miembros de la élite heroica pertenecía al Arma de Infantería, llegando al 60% de los
que se encontraban en la situación de actividad en julio de 1936, quedando la restante
cuota muy distribuida entre el resto de Armas y Cuerpos de forma que la prevalencia del
grupo formado por los infantes es muy superior al de cualquier otro, siendo el segundo
grupo más numeroso el de los componentes del Cuerpo de Estado Mayor, quienes además
eran en su mayoría también procedentes del Arma de Infantería.
0
10
20
30
40
50
60
70
INF CAB ART ING INT GC CARB SAN CEM EM JUR ECL ALAB
Arma o Cuerpo de pertenencia, según situación administrativa
ACTIVO RESERVA
83
IV.2.2.- Según el modo de ingreso en la élite
El segundo bloque de análisis se ha dedicado en exclusividad a un parámetro
considerado como clave para poder completar los objetivos del presente trabajo de
investigación, que es la determinación de la ‘africanidad’ de los componentes de la élite
heroica en 1936. Con esta finalidad se ha realizado un análisis cuantitativo de los datos
obtenidos sobre los miembros de la élite atendiendo al hecho bélico en el que se concedió
la condecoración necesaria para ingresar en la Orden de San Fernando. Este análisis ha
confirmado que la élite heroica de principios de 1936 estaba compuesta en su mayoría
(70%)108por los militares que se habían hecho acreedores de la Laureada o la Medalla
Militar por hechos acaecidos durante las guerras en Marruecos del primer tercio del siglo
XX.
Si tenemos en cuenta a los que estaban en activo (107), los condecorados en las
guerras de Marruecos (92) suponen el 85 % del total de miembros de la élite heroica
en activo. Éstos formaban un selecto grupo que, habiendo hecho parte de su carrera
militar en las campañas africanas, representaban la esencia de los denominados ‘militares
africanistas’ y que vamos a definir en este trabajo como la ‘élite africanista’, y que por
su transcendencia en la Guerra Civil hace necesario un análisis particular y profundo de
este particular subgrupo dentro de la élite heroica. Además, el 15% restante se compone
de los militares que ingresaron en la élite heroica durante la República por acciones
acaecidas durante los sucesos revolucionarios de Asturias, pero que también pertenecían
en su mayoría, excepto tres guardias civiles, a unidades militares del Ejército de África
que fueron enviadas a Asturias, por lo que se puede confirmar que la práctica totalidad
(97%) de los miembros de la élite heroica en activo y con mando en julio de 1936
pertenecía a los denominados ‘africanistas’, según los criterios que se van a definir en
este epígrafe del trabajo.
108 Del total de 218caballeros de la Orden de San Fernando: 155 condecorados en las campañas de
Marruecos; 36 condecorados en Cuba o Filipinas; 26 por los sucesos revolucionarios de 1934 y 1 en Ifni
en 1934.
84
Esta excepcional representatividad de los africanistas en la élite heroica hace que el
término ‘élite heroica’ y ‘élite africanista' se puedan prácticamente identificar con la
finalidad de poder responder a las líneas de investigación propuestas, es decir, en poder
determinar el papel desempeñado por los africanistas, representados por su élite, en la
sublevación y en la Guerra Civil.
En este momento del análisis, se hace por tanto indispensable dotar de un significado
concreto y mesurable al término ‘africanista’, que, en el ámbito militar, se podría definir
de forma genérica como el militar que participó de forma destacada en las campañas de
Marruecos; y para ello, empezaremos por acotar temporalmente las acciones bélicas
españolas en el territorio marroquí.
Las acciones militares españolas en el norte de África se remontan a la ocupación de
Melilla en 1497, si bien cuando se usa del término “africanista” en relación con la Guerra
Civil española de 1936-39, se está haciendo referencia a la denominada “Guerra de
África” o “Campañas Marroquíes” que definen a los enfrentamientos armados que
España sostuvo, desde la segunda mitad de siglo XIX y el principio del siglo XX, con las
tribus que habitaban la zona del Rif en el norte de Marruecos.
Estas acciones bélicas suelen dividirse en diferentes periodos109: la “Guerra
Romántica” de 1859-1960; la “Guerra Patriótica” de 1893, considerada “el aldabonazo
previo al desastre del 98”110; la “segunda Campaña Marroquí”, y la “Guerra del Rif” o
“Guerra de África” que se enmarca en el ambiente de tensiones prebélicas entre las
potencias europeas que se materializó en la celebración de la Conferencia de Algeciras
en 1906. Esta última serie de acciones militares al inicio del siglo XX se componen, a su
vez, de diferentes campañas: las de Melilla (1909), las del río Kert (1911-1912), y las
acciones que culminaron con el desastre de Annual y el derrumbamiento de la
Comandancia de Melilla (1912-1921). Después de este hecho, que tambaleó la sociedad
y la política española y que supuso la dimisión del gobierno de Allendesalazar en agosto
de 1921 y el encargo del rey Alfonso XIII de formar nuevo gobierno de concertación
109 VILLALOBOS F. El sueño colonial: las guerras de España en Marruecos. Ariel. Barcelona. 2004. 110 PUELL DE VILLA, F. El soldado desconocido. De la leva a la mili. Biblioteca nueva. Madrid.1996
85
nacional a Antonio Maura, los mandos del ejército español en África fueron considerados
los primeros responsables de la muerte de casi 10.000 soldados españoles y 2.500
indígenas. La consiguiente fase de repliegue (1921-1924) y la ofensiva franco-española
(1925-1927) que se inicia con el desembarco de Alhucemas conforman el último periodo
de acciones militares en Marruecos.
En base a la precedente descripción y a los datos obtenidos de los miembros de la élite
heroica en 1936, se define como “Guerra del Rif” o de “Guerra de África”, el periodo de
acciones militares en el territorio marroquí comprendidas entre 1909 y 1927. Este es el
periodo en el que los militares de la élite que estaban en activo en el año 1936 participaron
y forjaron sus características como grupo dentro del Ejército.
Una vez acotados los límites temporales del uso del término ‘africanista’ para este
trabajo, tendremos que definir también la extensión de su significado, ya que cabría desde
la interpretación semántica más extensa, que pudiera englobar a todos los militares que
combatieron en la guerra de África111; hasta otras más restrictivas de uso habitual en el
ámbito historiográfico112. Así, a los efectos de análisis en este trabajo, se va a identificar
una llamada ‘particularidad africanista’ sobre la base de los militares que tomaron parte
en las guerras de África de 1909-1927 y que hacían de estas guerras su modus vivendi y,
en particular, su modelo de carrera militar basada en los ascensos por méritos ganados en
acciones violentas en las que se ocasionaban un gran número de bajas, como la batalla de
Annual del 22 de julio de 1921. Una “élite militar forjada en las guerras africanas del Rif
que se inicia con la Campaña de Melilla”113 y cuyos integrantes “pretendían con sus
hazañas borrar el estigma del desastre del 98 del que se les culpaba”.114 Sin olvidar que
los africanistas eran también considerados como “una auténtica secta que despreciaba al
resto de compañeros de armas y despreciaba más aún al poder civil”115.
111 El Ejército español de África en 1936, cuando la zona del Rif estaba “pacificada” contaba con más de
30000 soldados y casi 1800 oficiales. 112 Otro uso historiográfico es el “pensamiento africanista” que define el estudio de la cultura y costumbres
de Marruecos desde finales del siglo XIX, como hicieron Donoso Cortés o Joaquín Costa. 113 VILLALOBOS F. Opus cit. Pág. 73. 114 MAS CHAO, A. (1988) La formación de la conciencia africanista en el ejército español (1909-1926).
Editor As. Madrid pág. 18. 115 MARTINEZ REVERTE, J. Los militares españoles en la Segunda República. Coord. Editorial Pablo
Iglesias. Madrid. 2012. Pág. 11.
86
Si bien, los calificativos o las características de los africanistas no son
unánimes, Alpert elabora, según el punto de vista de la opinión pública de la época116,
una descripción muy apropiada para definir el perfil particular africanista, que hemos
llamado ‘particularidad africanista’, a los efectos de este trabajo:
- “Los tradicionalistas los consideraban como unos héroes que sacrificaban su vida
y salud a la gloria de la misión civilizadora de España”,
- “Los progresistas los tenían por unos mercenarios rapaces y sedientos de sangre
que protegían los intereses comerciales contra la reprimida protesta del pueblo
marroquí, recibiendo en cambio melladas y ascensos”
Sea cual fuese la actitud que la opinión pública tuviese de estos militares, de lo
que no ha quedado duda es de que forjaron una forma particular de entender su
profesión dentro del seno de la milicia, llegando a cuestionar los méritos o virtudes
como militares del resto de sus compañeros de armas. La ‘particularidad africanista’
fue el motivo de la rivalidad entre las asociaciones gremiales militares nacidas
precisamente como consecuencia de los méritos otorgados a los militares encuadrados
en el Ejército Español de África, frente a los que servían en unidades en la península;
los ‘africanistas’ contra los ‘junteros’, sobre cuya rivalidad se han escrito numerosos
trabajos de investigación.117 Después de la guerra, la historiografía franquista
también ofrece su visión propia del ‘africanismo’ como el lugar “donde mejor se
cultivaban las virtudes castrenses” o “la esperanza del Ejército peninsular, en
particular, y del pueblo honrado, en general”118.
116 ALPERT, M. El Ejército Popular de la República. 3ª edición. Ed. Crítica Barcelona. 2007. pág. 8 117 ATIENZA PEÑARROCHA, A. “Africanistas y junteros en el ejército español en África y el Oficial
José Enrique Varela Iglesias”. Tesis doctoral. Universidad CEU - Cardenal Herrera. Madrid (2012);
NAVAJAS ZUBELDÍA, C. Los militares en el poder. El Ejército durante la dictadura de Primo de Rivera.
Ed. Síntesis. Madrid. 2006; MACÍAS FERNÁNDEZ, D. El africanismo castrense, 1909-1927: una cultura
de guerra en la España del primer tercio del siglo XX. Tesis doctoral Universidad de Cantabria. 2013. 118 CHAMORRO MARTÍNEZ, M. 1908/1936. 4ª edición. Ed. Doncel. Madrid. 1975. Pág. 49.
87
La denominada ‘particularidad africanista’, más allá de la rivalidad gremial en el
ejército español de principios del siglo XX, representaba unos valores especialmente
apreciados y reverenciados en el ámbito castrense en el periodo post- colonial, ya que
la pérdida de las colonias en ultramar en el llamado Desastre del 1898 había dejado
en el estamento militar, y en cierta parte de la sociedad civil, un amargo sabor a
derrota, del que el nuevo colonialismo surgido por el reparto de las potencias europeas
de África bajo el eufemismo del ‘Protectorado’ podía resarcir. La herencia del
‘africanismo romántico’ de 1859 sentó los postulados para la justificación de la
aventura colonial española en el Rif y “en la utilización de esta actividad colonial
como cantera de valores militares y buque insignia del régimen dictatorial de
Franco”119. Estos valores propios del militar africanista se exteriorizaban en dos
características principales, que son especialmente relevantes para analizar su papel en
la sublevación y en la Guerra Civil:
- Militares que han experimentado “mayores posibilidades de ejercer el oficio militar,
y de morir, resultar herido o enfermar”,120 que el resto de sus compañeros de Armas.
- Militares líderes de la “transformación del Ejército decimonónico e ineficaz en una
excelente fuerza operativa, encabezada por una élite de tropas de choque, conducidas
por competentes oficiales y provista de los más modernos medios de combate, en cuya
utilización, en muchos casos había sido pionera”.121
Resulta, por tanto, plausible pensar que los militares de la élite africanista con mayor
graduación y con mando el 18 de julio de 1936 estaban en una situación privilegiada para
influir en sus compañeros de armas, i) ya fuese por la autoridad que les confería su
jerarquía; ii) ya por su ascendiente simbólico como héroes y militares curtidos con éxito
en actos de combate; iii) ya fuese por sus conocimientos y praxis en las más modernas
tácticas de combate al frente de soldados profesionales. Además de estas características
técnicas del militar africanista suficientemente tratado por la literatura especializada,
119 PEDRAZ MARCOS, A. Quimeras de África. La Sociedad Española de Africanistas y Colonialistas. El
colonialismo español de finales del siglo XIX. Polifemo. Madrid. 2000. Pág. 133. 120 APLERT, M. El Ejército Popular de la República.1936-1939. Crítica. Barcelona (2007). Pág. 8. 121 VILLALOBOS F. El sueño colonial: las guerras de España en Marruecos. Ariel. Madrid. 2004. Pág.
279.
88
desde una perspectiva moral, la particularidad africanista aporta elementos para un
nuevo análisis sobre el papel de esta élite en la Guerra Civil y en concreto sobre la
influencia de este hecho particularista en el desarrollo de una forma propia de interpretar
los deberes y obligaciones militares por parte de los militares durante la sublevación y la
Guerra Civil y su impacto en la elección de bando.
Antes de cerrar este análisis según el modo de ingreso en la élite, abordemos ese
30% de integrantes de la élite que no era ‘africanista’ y que lo integraba aquéllos que
habían ingresado en la élite por sus acciones valerosas recompensadas durante las
campañas de Filipinas y Cuba. El 95 % de este grupo minoritario no africanista, por
obvias razones de edad, se encontraba en situación de retiro o licenciados, lo que
refuerza la conclusión apuntada sobre el carácter africanista de la élite heroica en el
Ejército español de 1936.
89
IV.3.- Análisis de la participación de la élite heroica durante la Guerra Civil
Con la finalidad de poder valorar el papel de la élite heroica en los acontecimientos
vinculados a la sublevación militar del 18 de julio y a la Guerra Civil, el tercer bloque
analítico se va a centrar en la adscripción de cada uno de sus componentes a uno u otro
bando en tres momentos particulares:
i) En el momento mismo de la sublevación, en los días 17 y 18 de julio,
identificando la zona en la que se encontraban destinados, para poder pre-asignar
una adscripción a uno u otro bando, prestando particular atención a la unidad y
plaza donde estaban destinados, y si, según las anotaciones en sus Hojas de
Servicios, el 18 de julio se encontraban de permiso en una ciudad diferente a la
de sus destinos, ya que en muchos casos, su adscripción a uno u otro bando
dependerá de la adhesión a la sublevación o no de la autoridad militar de la plaza
donde se encontrasen.
ii) En los días siguientes a la sublevación, una vez que se fijaron los límites donde
ejercían el control del territorio un bando y otro, prestando especial atención al
alto número de militares que fueron fusilados o encarcelados en los días siguientes
al 18 de julio122, ya que esto implica que no tuvieron una participación real en el
desarrollo de la contienda, por lo que su papel en la guerra es meramente
simbólico.
iii) Al término de la Guerra Civil, para poder identificar los componentes de la élite
cuyo papel durante la contienda fue importante y, por tanto, valorado
(positivamente o negativamente, según el bando en el que se combatió) por el
régimen que surgió al finalizar la guerra. En el caso de aquellos miembros de la
élite que combatieron activamente con el Ejército Nacional, sus carreras militares
continuaron durante los años posteriores al fin de la guerra; y para los que
combatieron en el Ejército Popular de la República, sus carreras profesionales
terminaron en 1939, y en algunos casos, sus vidas también.
122 «258 militares fusilados o expulsados del Ejército en el territorio que dominaban los franquistas,
mientras que en el campo de enfrente fueron 4.450 los que sufrieron este trato, entre ellos 1.729 fusilados»
ENGEL MASOLIVER, C. (2008). Opus cit. página 11.
90
IV.3.1.- Según Destino/ Situación administrativa / Edad
Teniendo en cuenta que la situación geográfica marcó en muchísimos casos la
adscripción a uno u otro bando, se ha llevado a cabo un primer análisis sobre la
ubicación geográfica de cada uno de los miembros de la élite, haciendo uso de los
parámetros “Empleo” y “Destino en 1936”, en conjunción con los parámetros
“Bando” y “Empleo/Situación post Guerra Civil” que han permitido establecer que la
mayor parte de los militares de la élite se encontraba en julio de 1936 en destinos en
la península o en situación de disponible. Del total de 107 miembros de la élite en
activo, tan solo 24 de ellos (23 %) estaban destinados en unidades o servicios del
Ejército de África en el momento de la sublevación.
ILUSTRACIÓN 11 – Gráfico adscripción a bando / destino.
Esta cifra es particularmente
relevante para el estudio si
consideramos que casi todos
habían ganado su ingreso en la
élite por acciones en el ejército
de África y que en 1936 éste
contaba en plantilla con un total
de 30.383 efectivos, entre
soldados de reemplazo, soldados
locales profesionalizados
(Grupos de Fuerzas Indígenas Regulares) y soldados españoles o extranjeros
profesionales (Tercio de la Legión), lo que suponía el 22% del total de soldados
en el Ejército español en ese momento123 y además, contando con una experiencia
en combate y una formación y adiestramiento superior a las unidades equivalentes
desplegadas en la Península, Baleares y Canarias.
123 Cifras basadas en los datos del Anuario militar de 1936. Algunos autores indican que en la práctica dos
terceras partes del ejército en 1936 eran efectivos del ejército de África. CHAMORRO MARTÍNEZ, M.
1908/1936. 4ª edición. Ed. Doncel. Madrid. 1975.pág. 86.
0 20 40 60 80 100
Ejécito Península, Baleares yCanarias
Ejército de África
Adscripción élite heroica según destino Ejército África/ resto
Bando N Bando R
91
ILUSTRACIÓN 12 - Tabla Distribución de Fuerzas del Ejército español en 1936.
Generales Oficiales Suboficiales Tropa Total
Ejército Península, Baleares y Canarias
81 8.851 11.273 101.455 121.660
Ejército África 3 1.688 2.166 30.383 34.240
Guardia Civil 6 1.516 2.127 30.742 34.391
Carabineros 2 676 1.115 13.461 15.254
Subtotales por categoría 92 12.731 16.681 176.041 205.545 Fuente: Anuario Militar 1936
De los 24 miembros de la élite destinados en el Ejército de África, el 75% (18) se
posicionó en favor de la sublevación, frente a los seis que intentaron defender su fidelidad
al gobierno republicano y fueron neutralizados inmediatamente. Cabe destacar que entre
los que se posicionaron en el bando republicano estaban dos de los tres generales del
Ejército Africano y el tercero (Capaz) no se encontraba en su destino el 18 de julio, sino
en Madrid, y que fue encarcelado y posteriormente asesinado; por tanto, ninguno de los
generales del Ejército de África tomó parte en la sublevación, ni combatió en la
Guerra Civil.
Seguidamente, el análisis se ha llevado a cabo atendiendo a su situación
administrativa (activo/retirado) y a las zonas, republicana y nacional, que se establecieron
en los días inmediatos a la sublevación:
- 85, de los 107 militares de la élite que estaban en activo se ha constatado se
unieron al bando nacional.
o De éstos, 20 fueron neutralizados (fusilados o asesinados en los días
inmediatos al golpe de Estado, o encarcelados durante la Guerra Civil)
- 22, de los 107 que estaban en activo se ha constatado se unieron al bando
republicano.
o De éstos, 2 fueron fusilados en los días inmediatos al golpe de Estado.
92
- 36, de los 111 que estaban retirados124, se ha podido constatar, que se unieron
y combatieron en el bando nacional
o De éstos, 5 fueron fusilados y 1 encarcelado durante la Guerra Civil.
- 6, de los 111 que estaban retirados, se ha podido constatar, se unieron y
combatieron en el bando republicano.
o Sin que ninguno de ellos resultara neutralizado.
En total 33 miembros de la élite heroica, 31 en activo y 2 en reserva, fueron
neutralizados y no pudieron combatir en ninguno de los bandos en los que se
adscribieron, lo que supone el 15% del total de la élite y el 31% de los que estaban en
activo. El resto de miembros de la élite en reserva (70) no combatieron durante la Guerra
Civil, o no se ha podido constatar su incorporación, en uno u otro ejército.
ILUSTRACIÓN 13- Gráfico de adscripción a bando / situación administrativa.
Por último, en este bloque de análisis se han buscado las correlaciones entre la
edad, el empleo (grado) militar y la adscripción de cada uno de los miembros de la élite
a uno u otro bando, se ha realizado un tercer análisis de los datos recogidos haciendo uso
de los parámetros “Año nacimiento” “Empleo” y “Edad en 1936”, en conjunción con los
parámetros “Bando” y “Empleo/Situación post Guerra Civil”, lo que ha permitido
establecer las siguientes afirmaciones:
- La edad media en 1936 de los que optaron por mantenerse fieles a la República y
combatir en el Ejército Republicano y la de los que optaron por sublevarse y combatir
en el Ejército Nacional es, en ambos casos, de 43 años.
124 La situación de “retirado”, a efectos del estudio, comprende las situaciones administrativas de retirado,
licenciado, en reserva o inválido.
0
50
100
150
Activo Retirado
Adscripción a bando según situación administrativa
N R No adscito/ Desconocido Neutralizados N Neutralizados R
93
- Se ha conseguido establecer una relación entre las edades de los miembros de la
élite125, sus respectivas posiciones en la jerarquía del Ejército y su adscripción que
indica que los más jóvenes se adhirieron en mayor proporción a la sublevación,
de la siguiente forma:
o En la treintena de edad se encuentran 33 de los miembros, todos ellos son
oficiales de los empleos de Teniente, Capitán y Comandante; de los cuales un
21% del bando republicano, y 79% del nacional.
o En la cuarentena, se encuentran 29 miembros, 5 generales126 y el resto Jefes.
Estos generales, y alguno de los más jóvenes Coroneles127, con 40 años,
representan el núcleo duro de la élite heroica ya que son los que han alcanzado
la cúpula de la jerarquía del Ejército de 1936 en base a los ascensos obtenidos
durante las campañas africanas, mientras que el resto de miembros de la élite
continuaban en los niveles jerárquicos correspondientes a su edad. De ellos,
sólo el 14% se adscribe al bando republicano.
o En la cincuentena, se encuentran 15 miembros, entre los cuales 6 generales, el
resto son jefes y oficiales. De esta categoría generacional, el 27% se adscribe
al bando republicano.
o De 60 a 63 años, se encontraban en activo 3 generales, de los cuales uno, el
33%, permaneció leal al gobierno republicano.
ILUSTRACIÓN 14- Gráfico adscripción a bando / edad.
125 No se ha conseguido establecer la fecha de nacimiento de 3 miembros de la élite. 126 Capaz Montes (N), Franco (N), Varela (N), Núñez del Prado (R) y Mola (N). 127 Muñoz Grandes (N) y Martín Alonso (N).
0
10
20
30
40
30-40 40-50 50-60 60-70
Adscripción a bando según tramos de edades
Nacional Republicano
94
IV.3.2.- Según el modo de ingreso en la élite / grado militar
El cuarto bloque de análisis se va a centrar en dos parámetros clave para culminar
los objetivos de la investigación: el modo en que se accedió a la élite, que ya se ha
identificado como el rasgo característico ‘africanista’ de la élite; y el grado militar de los
miembros de la élite, ya que, en los cuerpos militares donde se conjuga una estructura
altamente jerarquizada y un culto casi sagrado a la disciplina, la posición en el nivel
jerárquico condiciona la actitud del individuo mismo y tiene unas consecuencias
cardinales en la actitud del resto de integrantes, como se analizará en detalle en el punto
V.1.- El valor de la disciplina, de este trabajo.
El análisis de la adscripción a uno u otro bando, según el modo de ingreso en la
élite, ha proporcionado como datos relevantes, como se avanzó en el análisis general de
la élite, que el 80% de los ‘africanistas’ en activo y con mando se posicionó con los
sublevados. Si comparamos la adscripción del total de miembros de la élite ‘africanistas’
(180)128 al bando nacional, la cifra es del 58%, sensiblemente inferior, ya que entre los
que se encontraban licenciados o retirados, el índice de participación en la guerra fue
mucho menor. De la minoría formada por los miembros que ingresaron por las acciones
en las campañas de Filipinas o Cuba (36), y que, como se ha explicado anteriormente, se
encontraban en situación de retirados en su práctica totalidad, solamente el 22% se alineó
en el bando nacional, un 6% en el republicano, mientras que el 70% no participó.
En un análisis interno de los ‘africanistas’, atendiendo a la acción concreta de las
campañas africanas por la cual accedieron a la Orden, no se han encontrado correlaciones
entre la adscripción a un bando y la serie de acciones constatadas. De hecho, la mayor
parte de miembros de la élite fueron condecorados en acciones en las que no se
condecoraron otros, o si lo fueron, murieron en la acción. No obstante, a modo de
ejemplo, se ha seleccionado una de las pocas acciones en las que fueron condecorados
varios miembros de la élite: la defensa de la posición de Kudia Tahar en la línea defensiva
de Tetuán en 1925.
128 Recordemos que se han considerado ‘africanistas’ tanto los condecorados en las guerras de Marruecos
entre 1909-1927, como a los condecorados en los sucesos revolucionarios de Asturias de 1934, que
formaban parte del Ejército de África.
95
En esta acción fueron condecorados con la Cruz de San Fernando o con la Medalla
Militar:
Capitán Gómez Zaracíbar (muerto),
Teniente Fuentes Pila(muerto),
Teniente Bartolomé Muntané Cirici (R),
Teniente José Martínez Anglada (R),
Teniente Nombela Tomasich (R),
Comandante Francisco García-Escámez (N),
Teniente Sevillano (N),
Capitán Miguel Rodrigo Martínez (N),
Sargento Ascoz Cabañero (N).
Lo que implica que de los miembros de la élite heroica que ingresaron en la misma
por una misma acción, aproximadamente la mitad combatieron en el bando republicano
y la otra mitad en el nacional.
Si analizamos la adscripción según el año en que se produjeron los hechos bélicos
que permitieron el ingreso en la Orden, podemos comprobar que, en
- el período del siglo XIX - que corresponde a los miembros de más edad de la élite que
accedieron a ella por hechos de las guerras de Cuba y Filipinas - la adscripción a uno
u otro bando presenta una ratio de 1R:2N;
- mientras que, en el período del siglo XX -las guerras africanas, y concretamente las
últimas campañas después del desastre de Annual- la proporción es claramente más
favorable a la adscripción al bando nacional, situándose en una horquilla entre 1R:3N
y el 1R:5N (1923).
- La proporción de adscripción al bando sublevado llega a su máximo, 1R:6N, en el
caso de los galardonados por sus acciones en 1934 durante los sucesos revolucionarios
de Asturias, que eran en su mayoría jóvenes oficiales de unidades del Ejército de
África.
96
ILUSTRACIÓN 15- Cronograma adscripción según fecha acceso élite
A continuación, en la segunda parte de este epígrafe, se va a exponer el análisis
de la adscripción y participación en uno u otro bando, según el grado jerárquico,
desglosado según las categorías jerárquicas existentes en el Ejército en 1936:
A. El generalato
La plantilla de generales en activo del Ejército en 1936 se componía de tres
Tenientes Generales (empleo a extinguir); 24 Generales de División y 58 de Brigada, pero
dada la importancia que tuvieron en muchos casos los mandos de las Fuerzas de
Seguridad en la definición de los territorios que permanecieron fieles a la República , para
el análisis se han añadido a este número los cinco Generales de la Guardia Civil y los dos
de Carabineros, que eran también militares y entre los cuales, había también un miembro
de la élite africanista, el General Pozas Perea, Inspector General de la Guardia Civil.
Nacional 1 1 1 1 1 1
94 95 96 97 98 99 00 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34
Republ icano 1 1 1 1 1 1 1 1 23 3
2 2
3 3 9
Siglo XIX Siglo XX
21 1817 1613 116 4 4 432 2 2
97
En el grupo formado por los militares de la élite heroica, se contabilizan 28 con el
empleo de general, de los cuales algo menos de la mitad estaba en situación de reserva y
16 están en activo. El estudio de estos generales que formaban parte de la élite heroica es
especialmente relevante, ya que los miembros de este sub-grupo eran miembros a la vez
de las élites heroicas y del poder, por lo que podemos considerar que ellos ostentaban una
doble ascendencia sobre sus compañeros del Ejército, de mando y de simbolismo.
Del total de los 90 generales en activo en julio de 1936, 51 participaron en el golpe
de Estdo, como sublevados o sumándose a ellos, y a ellos se sumaron otros generales
cesados, retirados y sin mando, como es el caso de José Sanjurjo y Alfredo Kindelán. El
mismo fenómeno se observa en otros oficiales en reserva que intervinieron muy
activamente, “pasando a engrosar las filas del bando nacional en proporción similar a los
que estaban en activo”129.
Analizando uno por uno los miembros de esta ‘élite de élites’, compuesta por los
16 generales de la élite heroica en activo en 1936:
- 10 de ellos se sublevaron, o manifestaron su apoyo a la sublevación, pero solamente
4 de ellos (Franco, Mola, Orgaz y Varela) participaron efectivamente en la Guerra
Civil en el Ejército Nacional, ya que el resto de ellos fueron neutralizados:
condenados a muerte (Goded), asesinados (Capaz), fallecido a los cuatro meses
después del golpe (Terraza), exiliado (Carrasco) o encarcelados (Virgilio Cabanellas,
Sánchez Ocaña), por lo que no participaron en la contienda.
- 6 permanecieron fieles al gobierno de la Segunda República, de los que dos
combatieron en el Ejército Popular (Encomienda y Pozas), uno fue encarcelado al
inicio de la sublevación (Gómez Morato), dos fusilados por los sublevados (Núñez de
Prado y Batet) y uno asesinado por las propias milicias republicanas (López de
Ochoa).
129 PUELL DE LA VILLA (2012) Opus cit. Página 79.
98
ILUSTRACIÓN 16- Gráfico adscripción a bando/ participación en guerra- Generales.
Como se ha expuesto, un número considerable de generales fueron condenados a
muerte, a prisión, o fueron asesinados en los días posteriores al 18 de julio, por lo que
su participación en la sublevación fue testimonial, pero no efectiva, ya que las fuerzas
a su mando quedaron bajo control del gobierno de la República. Este hecho deja como
resultado que fueron un total de 30 los generales que participaron en la Guerra Civil
en el denominado Ejército Nacional, de los cuales, sólo 4 pertenecían a la élite heroica
y los 4 habían ingresado en la Orden de San Fernando por acciones durante las
campañas del Rif, por lo que eran africanistas. Esto implica que solamente el 13%
de los generales que combatieron en el Ejército Nacional pertenecía a la élite
heroica africanista. En el Ejercito Republicano combatieron sólo 2 generales de la
élite heroica, también africanistas; los otros cuatro fueron neutralizados por los
sublevados, lo que representa el 15% del total de los 13 generales que comandaron
el Ejército de la República.130
Estos datos demuestran que la participación efectiva en la Guerra Civil de los
generales de la élite heroica africanista -la élite de élites- fue mínima en términos
cuantitativos.
130 ALPERT, M. Opus cit. Apéndice 8. Página 375.
0
2
4
6
8
10
12
Adscrpción Pariticipan en guerra
Pendiente de neutralización: número asdscritos por bando -número de neutralizados= Participación en guerra
Bando N Bando R
99
Además de las importantes conclusiones extraídas del análisis de su adscripción
a uno u otro bando, el estudio de otras variables en este subgrupo formado por los
generales de la élite heroica africanista, resultan también relevantes para esta
investigación las siguientes aseveraciones:
- El primer dato relevante es que la mayoría de los generales de la élite africanista no
se encontraban destinados en el Ejército de África, si bien esta afirmación hay que
ponerla en contexto, ya que solamente existían 3 vacantes con mando del empleo de
Oficial General en el Ejercito africano, por lo que en realidad el 75% de las vacantes
de General estaba cubierto por miembros de la élite africanista.
- El segundo dato relevante es que el 18 de julio de 1936, el Jefe de las Fuerzas de
África, el General de División Agustín Gómez Morato, permaneció leal al gobierno
y por ello fue detenido, juzgado y condenado a 12 años de prisión por los sublevados.
B. La oficialidad
La oficialidad de la élite heroica en activo estaba compuesta en su gran mayoría
por africanistas, ya que habían ingresado en la Orden de San Fernando por acciones en
las campañas del Rif. Los jefes y oficiales de la élite africanista, fueron ‘neutralizados’
en un porcentaje menor a los generales, concretamente un 16%, por lo que estos grados
al mando de unidades medias o pequeñas, sí que supusieron un apoyo considerable al
Ejército Nacional, que ante la carencia de mandos del empleo de general, utilizó a los
comandantes y tenientes coroneles para el mando de sus grandes unidades, ya que eran
oficiales formados en una manera de hacer la guerra basada en la confrontación directa,
”en el cuerpo a cuerpo, en el asalto a la trinchera y el escarmiento en la retaguardia”131.
131 MARTÍNEZ REVERTE, J. Los militares españoles en la Segunda República, Ed. Pablo Iglesias,
Madrid, 2012 página 20.
100
La oficialidad de la élite africanista estaba compuesta por 80 miembros,
distribuidos entre jefes132 y oficiales133, cuya adscripción en uno y otro bando ha sido
precisada de la siguiente forma, atendiendo a su empleo militar en el momento de la
sublevación el 18 de julio:
- 9 tenientes en el bando nacional, dos fusilados en la sublevación; 1 teniente del bando
republicano.
- 26 capitanes del bando nacional, 4 de ellos fueron fusilados durante la sublevación,
por lo que fueron sólo los que 22 combatieron en el ejército nacional y 7 en el ejército
republicano.
- 17 comandantes del bando nacional, 2 fusilados al inicio de la sublevación, 2 en el
republicano, de los cuales 1 estuvo encarcelado durante la guerra, por lo que 15
comandantes sirvieron en el ejército nacional y 1 en el republicano.
- 9 tenientes coroneles del bando nacional y 3 del bando republicano, de los cuales uno
es encarcelado durante la contienda.
- 5 coroneles en bando nacional, uno fusilado, y uno en el bando republicano.
ILUSTRACIÓN 17 – Tabla adscripción a bando / participación en guerra – Oficiales.
132 La categoría jerárquica ‘jefe’ comprende los grados de Coronel, Teniente Coronel y Comandante. 133 La categoría jerárquica ‘oficial’ comprende los grados de Capitán, Teniente y Alférez.
0
10
20
30
40
50
60
70
Tte. Cap. Comte. Tte. Col. Coronel Total
Adscripción N 9 26 17 9 5 66
Adscripción R 1 7 2 3 1 14
Participa en EN 7 22 15 9 4 57
Participa en ER 1 7 1 2 1 12
Adscripción y participación por graduación
Adscripción N Adscripción R Participa en EN Participa en ER
101
ILUSTRACIÓN 18 – Gráfico adscripción a bando/ participación en guerra- Oficiales.
Este análisis ha demostrado que el grupo formado por los jefes y oficiales de la
élite africanista, representados todos sus grados, arroja un porcentaje de casi el 80% de
adhesión al bando nacional, dato sensiblemente superior al porcentaje que, tanto Alpert,
como Engel Masoliver, evalúan en aproximadamente un 50%; aunque otros autores,
como Puell de la Villa consideran que la proporción fue de dos tercios para los
sublevados134; si bien ambos precisan que la presencia en una zona u otra, “no presuponía
en modo alguno adscripción a un bando” 135 y que “resulta problemático saber cuántos
estaban después de la rebelión con vida, libres o eran de confianza” 136. Alpert calcula con
certeza en unos 1.200 los oficiales “neutralizados” en la zona donde se abortó la
sublevación en los días siguientes a al 18 de julio,137 y quedó por tanto bajo el control del
gobierno del Frente; y Puell de la Villa cifra en unos 650 los oficiales fusilados o
expulsados del Ejercito por los sublevados y en unos 3.000 los fusilados o encarcelados
por los partidarios republicanos.138
134 PUELL DE LAVILLA, F. (2012) “Julio de 1936: ¿Un Ejército dividido?” en MARTÍNEZ REVERTE,
J. (Coord.) Los militares españoles en la Segunda República. Opus cit. Pag.82. 135 ENGEL MASOLIVER, C., Opus cit. Página 11. 136 ALPERT, M., Opus cit. Página 100. 137 ALPERT, M., Opus cit. Apéndice X. Página 382. 138 PUELL DE LA VILLA, F., Opus cit. Página 80.
0
10
20
30
40
50
60
70
Adscrpción Pariticipan en guerra
Pendiente de neutralización: número adscritos por bando -número de neutralizados= Participación en guerra
Bando N Bando R
102
Por otro lado, algo más del 20% de la oficialidad de la élite se declaró leal a la
República, de los que el 16% participó en la Guerra Civil en el Ejército Popular
Republicano. Esta minoría de militares de la élite africanista que sirvió en el Ejército
Popular de la República, en muchos casos, sufrió detenciones y depuraciones por las
mismas autoridades gubernamentales, que profesaban una desconfianza generalizada a
los militares. No obstante, ellos dieron lo mejor de sus aptitudes profesionales, sus
cualidades personales, “su leal saber y entender al servicio de esta causa”139 para
contribuir a la formación, adiestramiento y combate de una nueva estructura militar,
híbrida del recién dividido Ejército regular y de las milicias armadas. El papel de estos
oficiales profesionales, salvo excepciones en los cargos de máxima responsabilidad,
como Rojo, Llano de la Encomienda, Pozas, o Miaja, quedó relegado a funciones de
planeamiento y burocráticas debido a la desconfianza que las autoridades políticas
republicanas tenían en ellos, como demuestra el hecho de que sólo 130 oficiales
profesionales murieron en acción de guerra en las filas del Ejército Popular durante la
Guerra Civil, frente a los 1.280 oficiales que murieron en las filas del Ejército
Nacional.140
Esta minoría de miliares republicanos de la élite africanista, al igual que el resto
de militares profesionales que permaneció leal y sirvió en el Ejército Popular, “fueron
sistemáticamente desobedecidos, juzgados muchas veces por asambleas de soldados y,
en algunos casos, fusilados sobre el terreno si los hombres a su mando consideraban que
no habían cumplido con sus obligaciones de manera eficaz”141.
C. Suboficiales, guardias, carabineros y tropa.
La cantidad y calidad de los datos disponibles sobre los suboficiales del Ejército,
guardias civiles, guardias de asalto, carabineros y, sobre todo, de cabos y soldados, son
muy inferiores a los que se han podido obtener para confeccionar los análisis de los
generales y oficiales, lo que tiene su justificación en el hecho de que no se elaboraban
139 ENGEL MASOLIVER, C., Opus. cit. Pág. 13. 140 Ibídem. Página 12. 141 REVERTE J. M. Artículo publicado en el diario EL PAÍS el 15 marzo de 2009.
http://elpais.com/diario/2009/03/15/eps/1237102013_850215.html.
103
expedientes profesionales personales de las clases de tropa del Ejército y los datos de los
mismos, en la mayor parte de los casos, eran confeccionados y custodiados en sus
respectivas unidades, no a nivel central.
En todo caso, con los datos obtenidos y comprobados, se han identificado a los 39
miembros de la élite que conformaban el subgrupo de suboficiales y clases de tropa. Este
subgrupo está formado por militares sin mando de unidad independiente y, por tanto, con
una menor posibilidad de influencia en los acontecimientos ligados a la sublevación. La
distribución de este subgrupo según los parámetros analizados para el resto es la siguiente:
- 16 estaban en situación de retirados, licenciados o pertenecían al cuerpo de
inválidos; 10 estaban en activo: en unidades del Ejército y cuatro en los cuerpos
de la Guardia Civil o Carabineros; del resto, no se ha podido precisar su situación,
pero, dado que los soldados eran de reemplazo cuando fueron condecorados, lo
más probable es que se encontrasen licenciados en 1936.
De los componentes de la élite africanista que se ha podido identificar su
pertenencia a uno u otro ejército, se ha establecido la participación de 5 en el bando
nacional y 5 en el republicano y casi todos ellos se alinearon con la posición de sus
superiores, según la zona en que sus unidades quedaron encuadradas después de la
sublevación.
ILUSTRACIÓN 19- Gráfico adscripción a bando- Suboficiales y clases de tropa.
0
2
4
6
8
10
12
14
16
Subobficiales, guardias y tropa:
Bando N Bando R No participa/ Indeterminado Licenciado/ Reseva/ Inválido
104
IV.4.- Análisis de la élite heroica después de la guerra
En el quinto bloque analítico se van a tratar los datos sobre los miembros de la
élite heroica después de la Guerra Civil, hasta su fallecimiento. Así, hemos podido
identificar las distintas situaciones en las que, al finalizar la guerra, se encontraron los
105 miembros de la élite heroica, que, habiéndose incorporado a uno u otro bando,
sobrevivieron al final de la guerra. Los que combatieron en el Ejército Popular de la
República: bien, se exiliaron (5), o aquéllos otros que quedaron en España, fueron
retenidos en campos de internamiento y condenados a prisión acusados paradójicamente
de traición (4); para después de cumplir condena, ser apartados de sus carreras por
decisiones administrativas en aplicación de la conocida como Ley Varela142 (6), que
constituyó la base normativa de un proceso de depuración del «nuevo Ejército » surgido
tras la contienda civil; y del cual, “ni si quiera pudieron resarcirse en la Amnistía de 1976,
como sí lo pudieron hacer los funcionarios civiles del régimen republicano que se
integraron en sus carreras y empleos”.143
No obstante, y a pesar de estar exilados, presos, o separados del Ejército por
sanciones judiciales o administrativas, el presente trabajo de investigación ha permitido
constatar que todos los caballeros de la Orden de San Fernando que combatieron en el
bando gubernamental, menos en un caso, conservaron sus derechos y elementos
simbólicos como miembros de la Orden, como la preminencia en los actos militares y
ninguno de ellos fue condenado a la pena capital, como si pasó con otros militares que
habían combatido en el bando republicano, y que no se exiliaron al final de la contienda,
como el general de la Guardia Civil Escobar en Barcelona o el general de Infantería
Cabrera en Valencia. En total, 83 militares del Ejército Popular de la República fueron
condenados a muerte y ejecutados al final de la guerra, contando los fusilados por el
propio bando republicano, durante la sublevación de Casado en marzo de 1939.144
142Ley de la Jefatura del Estado de 12 de Julio de 1940 (B.O.E núm. 158). Según los meticulosos cálculos
de BUSQUETS, unos 5.000 militares de ambos bandos fueron ‘depurados’ y pasaron a la reserva. El militar
de carrera en España. Ariel. 1984, pág. 263. 143NAVAJAS ZUBELDIA, C. Leales y Rebeldes, Editorial Síntesis, Madrid, 2011. 144ENGEL MASOLIVER, C y ENGEL CELLIER, C. Opus cit. y base de datos.
105
Las circunstancias personales y vicisitudes profesionales de cada militar durante
la Guerra Civil, como de cualquier otra persona, son únicas e irrepetibles. No obstante,
se ha profundizado en la investigación a fin de poder determinar alguna posible
correlación entre los 83 militares de carrera fusilados después de la Guerra Civil y los
miembros de la élite heroica republicanos, que ninguno fue ejecutado a la pena capital,
que aporte datos objetivos sobre la cohesión de la élite heroica, incluso después de la
escisión en dos del Ejército tras la sublevación. En este contexto se han buscado los
posibles casos en que uno de los oficiales fusilados perteneciese a la misma unidad de
origen, en julio de 1936, que uno de los miembros de la élite y la investigación ha arrojado
los siguientes datos que coadyuvan a sostener la tesis formulada en este trabajo sobre el
valor intrínseco de la pertenencia a la élite heroica.
Caso Arteaga- Rodríguez
El Teniente Coronel Arteaga del Regimiento Tarifa 11 de Alicante fue condenado
a muerte y fusilado en junio de 1939, incluso si su participación en el Ejército Popular de
la República no fue demasiado destacada, ya que su desempeño del cargo de jefe militar
de Málaga durante la ofensiva nacional en enero de 1937 le supuso la acusación de
traición y la apertura de un expediente por las autoridades militares de la República145. El
resto de la guerra ocupó el puesto de jefe militar de Alicante.
El Capitán Rodríguez López, también destinado en el Regimiento Tarifa 11 de
Alicante, miembro de la élite heroica africanista, ascendido por el gobierno de la
República a Comandante- Mayor en 1937146, combatió en las operaciones militares del
frente del Teruel encuadrado en el XIII Cuerpo de Ejército del Ejército Popular de la
República y por su actuación fue condecorado con la Medalla del Deber de la República
en marzo de 1938147. El Capitán Rodríguez fue “sometido a depuración como procedente
de zona no liberada”, juzgado y condenado a dos años de prisión menor por Consejo de
Guerra celebrado en Madrid el 31 de enero 1940.148. Sus derechos y beneficios asociados
145ABC (Madrid) 21 de octubre de 1937. “La caída de Málaga”. 146Diario Oficial Ministerio de la Guerra 22.03.1937. 147Diario Oficial Ministerio Defensa Nacional (Valencia) 03.08.1938. 148Hoja Matriz de Servicios del Capitán Rodríguez López División de Apoyo al Personal (Área de
Pensiones)- Dirección General de Personal Ministerio de Defensa, Pág. 33.
106
a la Medalla Militar, como honores, tratamientos, pensión, o los beneficios de ingreso en
centros militares para sus hijos y nietos, fueron respetados.
Caso Martínez Anglada149
El también Capitán Martínez Anglada, miembro de la élite heroica, al ser
Caballero Laureado de San Fernando, estaba destinado en la 7ª Brigada de Infantería en
Barcelona y de permiso en Alicante el 18 de julio, sirvió en Estado Mayor de la 3.ª
División del Ejército Republicano, en el Frente de Aragón y en el Ejército del Este a las
órdenes del general Pozas. En agosto de 1936 fue ascendido a Comandante-Mayor y en
1838 al empleo de Teniente Coronel.
En 1939 ingresó preso en la Cárcel Modelo a la espera del Consejo de Guerra que
le condenó a dieciséis años de prisión, que en 1940 le fueron conmutados por la pena de
seis años de prisión, quedando al año siguiente en libertad y separado del servicio en
1944, en una trayectoria similar a la del Capitán Rodríguez López. En noviembre de 1983,
la Audiencia Nacional reconoce José Martínez Anglada, Capitán de Infantería, “tiene
derecho, por su condición de Caballero Laureado de la Orden de San Fernando, a que sus
haberes pasivos se regulen por el sueldo del empleo de General de Brigada, sin que tal
declaración tenga otro alcance que el económico” 150
Caso Roig Solé151
También se ha podido constatar que la desconfianza del nuevo régimen nacido tras
la guerra, y particularmente de su estamento militar, hacia los militares que habían
formado parte del Ejército o de las Fuerzas del Orden gubernamentales no se acabó con
las penas impuestas a los oficiales en los Consejos de Guerra o en las conclusiones de los
expedientes de depuración a los que fueron sometidos los militares de toda graduación.
El caso del Carabinero Roig Solé, héroe laureado de la defensa de un blocao durante 15
días en la zona de Xauen (Marruecos), es significativo.
149 Hoja de Servicios en AMG Segovia 1ª, 1ª, M-834 - K121. 150 BOE-A-1983-30523 Orden de 17 de octubre de 1983.
https://www.boe.es/boe/dias/1983/11/19/pdfs/A31428-31428.pdf 151 Hoja de Servicios- Archivo histórico Ministerio del Interior, ACGC, Expediente personal.
107
Las anotaciones en su Hoja de Servicios correspondientes a los años 1937 y 1938
están marcadas con una anotación al margen “anotaciones hechas por el Ejército rojo”,
ya que la provincia de Castellón se mantuvo bajo el mando gubernamental durante ese
periodo. En el año 1939 se recoge la anotación “permanece en territorio no liberado desde
el 18 de julio de 1936 hasta el 31 de marzo del año marginal”.
Como consta en su Hoja de Servicios, en el año 1940 se le instruye expediente
para determinar “su conducta en relación con el Glorioso Movimiento Nacional” que se
debió resolver sin responsabilidad a tenor del hecho de que su carrera militar continua
hasta 1952, si bien, se le descuenta como tiempo de abono en servicio el período de
“permanencia en zona roja”, lo que indica que la duda sobre aquellos militares que no se
unieron a los sublevados no se limitó a los expedientes de depuración o a los consejos de
guerra, sino que la desconfianza les acompañó durante el resto de sus carreras militares.
No obstante, en el caso de Roig Solé, esta desconfianza no le impidió ascender durante el
régimen franquista y hacer uso de sus derechos como Caballero de la Orden de San
Fernando, ya que queda constancia documental de que siguió percibiendo su pensión
mensual correspondiente a la Cruz Laureada y fue ascendido al grado superior al llegarle
la edad de retiro.
Caso Jiménez Fuentes152
El único caso constatado en que un miembro de la élite heroica haya sido
desposeído de sus derechos como Caballero de la Orden de San Fernando es el del
Teniente del Cuerpo de Inválidos Jiménez Fuentes, el cual ganó la Cruz de San Fernando
por su comportamiento en 1910 en la estación de Nador (Melilla), siendo soldado del
Regimiento del Rey. En julio de 1936 se incorpora al Ejército Popular de la República y
lleva a cabo funciones de formación en la Escuela Militar de Paterna y en el Centro de
Reclutamiento, Instrucción y Movilización de Cuenca. Al terminar la Guerra Civil es
procesado por auxilio a la rebelión y condenado a la pena principal de 12 años de prisión
y las accesorias de pérdida de empleo y pérdida de la Cruz de San Fernando por sentencia
de 23 de julio de 1941 del Juzgado Militar Permanente número 12 de Madrid.
152 Hoja de Servicios en AGM Segovia 1ª, 1ª, J-561 9ª J-36.
108
La sentencia recoge como atenuante el bajo nivel cultural del procesado. Es
indultado a la pena de reclusión mayor, pero se mantienen las de penas accesorias153. Es
el único caso constatado de pérdida de la Cruz de San Fernando, y por tanto de expulsión
de la Orden, que podría estar ligado a su actividad política, ya que, como recoge la
sentencia, fue militante de la Unión General de Trabajadores, concejal de Real de San
Vicente (Toledo) y fue nombrado durante la Guerra Civil Vocal del ‘Comité Marxista’
de dicha localidad. Esta afiliación política y su incorporación voluntaria al Ejército
Popular, desde su situación de retiro como inválido, pudieron influir en la sentencia
especialmente dura en este caso.
Los datos obrantes en la Unidad Administrativa de la Orden de San Fernando han
permitido confirmar que éste es el único caso conocido de pérdida de la Cruz de San
Fernando154 entre los miembros de la élite heroica de 1936 y, posiblemente en los más de
doscientos años de existencia de la Orden. No obstante, dado que la eventual retirada de
la recompensa no tiene que ser comunicada a los órganos de gobierno de la Orden, se ha
verificado la excepcionalidad de este caso mediante entrevista telefónica en junio de 2020
con el autor de la mayor parte de la bibliografía especializada existente sobre la Orden de
San Fernando, el Coronel D. José Luis Sánchez Isabel, quien ratificó que no tenía
constancia de un caso similar al de Jiménez Fuentes.
Además, en esta misma perspectiva de consolidar la verificación de la hipótesis
sobre la pervivencia de los derechos y beneficios inherentes a la pertenencia a la Orden
de San Fernando para los miembros de la élite que combatieron en el bando republicano,
se ha procedido a la investigación de las vicisitudes en los años posteriores a la guerra de
los 21 miembros de la élite que militaron en el Ejército republicano, lo que ha permitido
constatar que:
153 Hoja de Servicios en AGM Segovia 1ª, 1ª, J-561 9ª J-36 y Sentencia de 23 de julio de 1941 del Juzgado
Militar Permanente número 12 de Madrid custodiada en la Unidad Administrativa de la Real y Militar
Orden de San Fernando. 154 El Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando de 1925, vigente hasta 1978, tipifica la
pérdida de la Cruz en su “Artículo 31.º Ningún individuo de esta Orden podrá ser privado de la Cruz de
San Fernando aun cuando lo fuera del empleo que ejerza sin que terminantemente se exprese esta pena en
la Sentencia del Tribunal competente.” Real decreto de 26 de noviembre de 1925 (Gaceta de Madrid
número 336, del 2 de diciembre).
109
- Al menos en dos casos (Muñoz Güi155 y Rodríguez López156), a sus
descendientes de segundo grado se les reconoció el beneficio de ingreso en las
academias militares o en los cuerpos civiles de la administración militar, como
prueba más tangible de la permanencia de los beneficios obtenidos por sus
acciones heroicas.
- En otro caso (Castelló del Olmo157), la administración del bando nacional siguió
pagando durante la guerra los beneficios pecuniarios a un miembro de la élite
pese a estar preso por no haberse sumado a la rebelión en Marruecos.
- Así mismo, se concedió el pago de la pensión correspondiente por estar en
posesión de la Laureada a la viuda de un miembro de la élite del bando
republicano (Martínez Anglada158), incluso años después de haber sido
condenado y separado de la carrera militar.
- Un Capitán (Nombela Tomasich159) consiguió, después de la guerra, el
reconocimiento de empleo de Coronel con antigüedad de 1966 y, posteriormente,
en 1985 se le concede el ascenso honorífico a General de Brigada por estar en
posesión de la Laureada.
En el polo opuesto, se encuentran los miembros de la élite heroica que decidieron
unirse y combatir en el bando sublevado y que sobrevivieron la guerra. Éstos fueron
recompensados con las más altas distinciones públicas y el 80% de ellos alcanzó el
generalato, siendo 4 de ellos (Joaquín Planell Riera, José Enrique Varela Iglesias, Camilo
Alonso Vega y Agustín Muñoz Grandes) nombrados ministros en los gobiernos de Franco
y otros dos altos cargos en la administración (Director Asuntos Indígenas y Presidente de
155 Concesión beneficio de ingreso cuerpos civiles administración militar para su nieta.
http://www.bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/i18n/catalogo_imagenes/imagen.cmd?path=134936
&posicion=1®istrardownload=1 156 Concesión beneficio ingreso centros de enseñanza militar para su nieto. https://docplayer.es/97139386-
Del-ministerio-de-defensa.html 157 Concesión premio efectividad. BOE 16/01/1938.
http://bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=16694 158 Anotación en Hoja de Servicios. Archivo General Militar Segovia. 1ª, 1ª, M-834 159 Nombramiento general de brigada. https://www.boe.es/boe/dias/1985/11/25/pdfs/A37252-37252.pdf
110
Campsa). De los 52 que alcanzaron el generalato, exactamente la mitad llegaron a la
máxima graduación, teniente general, si bien, hay que tener en cuenta que, como
Caballeros de la Orden de San Fernando, al pasar a la reserva, ascendían a un grado
superior de forma honorífica y esto puede explicar que los generales de división
ascendieran al grado de teniente general. En tres casos (Muñoz Grandes, Varela Iglesias
y Alonso Vega) que poseían el empleo de teniente general, se les otorga el grado de
capitán general, que es la más alta posición en la jerarquía militar. Además, estos tres
casos ilustran la importancia que la administración militar, y su simbología, representó
en el régimen dictatorial franquista, ya que los tres generales fueron ministros de los
gobiernos de la post-guerra y ocuparon la posición de mando de capitanía general, como
colofón de su carrera, atestiguando así que la posición de Capitán General en el Ejército
era considerada por el aparato del régimen como ‘superior’ a la de Ministro en la
administración civil.
Como se ha puesto en evidencia, todos los miembros de la élite que combatieron
en el Ejército Republicano, menos uno, conservaron sus derechos como caballeros de la
Orden de San Fernando después de la guerra y su prestigio como miembros de la élite
heroica le sirvió para recibir un trato favorable después de la guerra. Los que combatieron
en el Ejército Nacional, en su inmensa mayoría llegaron a las posiciones más altas de la
jerarquía militar y política. No obstante, se ha constatado un único caso de pérdida del
prestigio como miembro de la élite heroica y que se dio en uno de los combatientes en el
bando nacional y ‘doblemente Caballero’ (Laureado y Medalla Militar), el General de
Brigada Heli Rolando de Tella y Cantos, que en 1943 fue procesado por un Tribunal de
Honor Militar y separado del servicio por ser declarado culpable de “hechos indignos con
la condición militar", por haber hecho uso de vehículos y personal militar con fines
privados, mientras era gobernador militar en Lugo.160 Si bien detrás de la acusación podría
haber motivaciones políticas, ya que Tella era un reconocido monárquico.161
160 Decreto de 14 de junio de 1943. (BOE n.º 167, 16/06/1943). Si bien detrás de la acusación podría haber
motivaciones políticas, ya que Tella era un reconocido monárquico. (Preston, P. El gran manipulador. La
mentira cotidiana de Franco. Ediciones B S.A. Barcelona. 2008. Pág.151. 161 Preston, P. El gran manipulador. La mentira cotidiana de Franco. Ediciones B S.A. Barcelona. 2008.
Pág.151.
111
Esta circunstancia viene a confirmar que la disparidad de trato dado a Jiménez
Fuentes, a Arteaga, y otros militares que combatieron en el bando Republicano, en las
sentencias de los Consejos de Guerra, se debiera a consideraciones de índole política o
ideológica, principalmente la pertenecía a la masonería, más que a elementos
estrictamente relacionados con su conducta como militares durante la sublevación y la
guerra.
En conclusión, siguiendo la metodología que asigna el grado de adscripción según
las vicisitudes acaecidas después de la guerra, se han podido identificar y catalogar los
miembros de la élite heroica que combatieron en uno u otro ejército durante la guerra, de
la siguiente manera:
Fuerte adscripción (+2) Republicanos: 13 Nacionales: 60
Débil adscripción (+1) Republicanos: 8 Nacionales: 23
Cambio de adscripción durante la guerra: 1
ILUSTRACIÓN 20 – Gráfico situación después de la guerra.
0 10 20 30 40 50 60
Jefe Estado/Miembro Gobierno/ Alto Cargo
Generales
Exiliados
Prisión
Depurados (Ley Varela)
Fallecieron durante la guerra
Situación élite heroica después de la guerra
Ejército Nacional Ejército Republicano
112
Estos datos sobre los miembros de la élite después de la guerra, compilados y
analizados, han permitido catalogar las vicisitudes personales y profesionales vividas por
cada uno de los sobrevivientes de la élite heroica en dos grupos:
Regresión: Exiliados /Procesados y presos/ Depurados, en el que se encuentran todos los
que combatieron en el ejército republicano y dos casos de combatientes en el ejército
nacional (23).
Progresión: Continúan la carrera, ascendiendo al menos dos grados antes de pasar a
reserva, donde se encuentran todos los que participaron en el ejército nacional, menos
nueve que no ascendieron, o sólo lo hicieron un grado. (74)
Finalmente, a modo de observación general sobre la evolución de la élite heroica
tras la guerra, hay que indicar que, desde 1893, fecha en que existen datos cotejados de
la concesión de la Laureada - coincidiendo con el inicio de las guerras de independencia
de Cuba y Filipinas- se han contabilizado un total de 263 Laureadas concedidas. Y en el
caso de la Medalla Militar, desde su creación en 1918, hasta la actualidad, se han
concedido 1.549 Medallas Militares, más de la mitad a título póstumo.
ILUSTRACIÓN 21- Gráfico comparativo ratio L + MM / duración campañas en años.
Campañas Cuba/ Filipinas
Campañas Africa
Guerra Civil (un solo bando)
0
100
200
300
400
500
Ratio
Ratio: Número condecorados (Cruces Laureadas + Medallas Militares) / Duración períodos de guerras
113
En los menos de tres años que duraron las guerras de independencia de Cuba y
Filipinas se concedieron 13 Laureadas; en los aproximadamente dos decenios que duraron
todas las campañas de África, 179 Laureadas y 251 Medallas Militares; mientras que, en
los tres años de la Guerra Civil, en el ejército nacional, se otorgaron 71 Laureadas y 1.205
Medallas Militares. Lo que supone que después de la Guerra Civil, la élite heroica
incrementó en siete veces el número de sus miembros. Estas cifras indican que, después
de la Guerra Civil, se asistió en el seno de la milicia al nacimiento y desarrollo de una
nueva élite heroica formada por el centenar de Caballeros que ya pertenecían a la élite y
habían militado en el ejército nacional y por los casi 1.300 nuevos ingresados en la Orden
de San Fernando, que habían sido condecorados por el Ejército Nacional durante la
Guerra Civil. Esta nueva élite heroica carecía de la presencia en las filas del nuevo
Ejército de la postguerra de los Caballeros de la Orden de San Fernando que habían
militado en el bando gubernamental, si bien conservaron sus derechos como miembros
de la Orden en la reserva, después de cumplir las condenas dictadas por los Consejos de
Guerra. El hecho de que la Laureada y la Medalla Militar siguieran siendo las
recompensas militares más prestigiosas en el bando nacional162, y por otro lado, el
gobierno republicano decidiese suprimirlas en 1937 y crear dos nuevas recompensas; una
para premiar las acciones heroicas163- la Placa Laureada de Madrid -; y otra para premiar
el valor distinguido -la Medalla de la Libertad-. Esta duplicidad de recompensas disolvió
el principio de unidad de la élite heroica nacido a principios del siglo XIX, y sobre todo,
se “quebró durante muchas décadas la tradición liberal, democrática que había existido
en el Ejército español que no se recuperó hasta la Constitución de 1978”.164 Con la llegada
del régimen democrático, tras largos procesos judiciales y administrativos, algunos de los
Caballeros de la Orden de San Fernando consiguieron ser ascendidos a los empleos
militares que les hubiesen correspondido de haber combatido en el Ejército nacional. Este
reconocimiento, por parte de las autoridades del nuevo régimen nacido con la
Constitución de 1978, incide en la demostrada transcendencia del carácter simbólico y el
prestigio asociados a la pertenencia a la Orden y, por ende, a la élite heroica militar.
162Decreto núm. 192 de 26.01.1937 se establece un sistema de recompensas por méritos de campaña donde
en su art.1 se relacionan por el siguiente orden: a) ascenso por mérito de guerra, b) Cruz Laureada de San
Fernando, c) Medalla Militar. 163Gaceta de la República, núm. 145 de 25 de mayo de 1937. 164MARTÍNEZ REVERTE, J., Opus cit., página 40.
114
IV.5.- Análisis comparado
En este punto, se van a compilar las deducciones aportadas parcialmente en los cinco
bloques analíticos precedentes, en los que se ha evaluado la información sobre los
miembros de la élite heroica según diferentes parámetros; y se van comparar estas
conclusiones con los datos generales para el conjunto del Ejército de adscripción a cada
bando, obtenidos de las fuentes bibliográficas reseñadas. Este análisis comparado servirá
para validar las hipótesis de partida de este trabajo y poder inferir las conclusiones finales
del mismo, en tres etapas cronológicas:
A) Adscripción de la élite heroica a uno u otro bando (Sublevación)
B) Participación real de la élite heroica en uno u otro ejército (Guerra Civil)
C) Consecuencias en la élite heroica de su adscripción y participación (Post-guerra);
A- ¿Africanistas liderando la sublevación?
Partamos del hecho constatado de que, de los 28 generales Caballeros de la Orden de
San Fernando vivos en julio de 1936, sólo 16 estaban en activo y sólo 12 de ellos
ostentaban mando, ya que Varela, Orgaz, Carrasco y López de Ochoa estaban disponibles
y sin mando, por diferentes motivos. De los 16 generales miembros de la élite heroica en
activo en julio de 1936, todos habían conseguido el ingreso en la Orden de San Fernando
por las condecoraciones ganadas en las campañas de África, excepto Batet y López Ochoa
que obtuvieron las condecoraciones durante los sucesos de Asturias de 1934. Ambos, no
africanistas, fueron neutralizados -uno en cada zona- durante los primeros días de la
sublevación. Pues bien, de estos 14 generales restantes, miembros de la élite heroica
africanista, solamente cuatro (Franco, Mola165, Orgaz y Varela)166, es decir el 30%,
estuvo al mando de unidades militares del Ejército Nacional, y dos de ellos (Llano
Encomienda y Pozas Perea), es decir el 15%, al mando de tropas del Ejército Popular
Republicano. Los otros siete generales de la élite africanista fueron neutralizados,
ajusticiados, presos o expulsados. Estos porcentajes son netamente inferiores a los
cálculos realizados para la totalidad de generales con mando del Ejército que indican que
165 Mola fallece el 3 de junio de 1937, luego participa en las operaciones militares durante 11 meses. 166 El también general Benito Terraza, si bien apoyó la sublevación desde su puesto de Jefe de la X Brigada
de Infantería con sede en Huesca, estuvo escasos 3 meses al mando de la VI División Orgánica en la zona
nacional ya que falleció el 15 de noviembre del 1936, por lo que su participación en la Guerra Civil es
considerada prácticamente como testimonial.
115
el 45 % de los 81 generales tomó parte por el bando de los sublevados167; si bien, después
de los neutralizados y los cambios de bando durante la sublevación, fueron 17 los
generales que prestaron servicio en el ejército nacional (20% del generalato con mando),
frente a 22 que lo hicieron en el del gobierno republicano168 (27 % del generalato con
mando). Estas cifras comparadas indican positivamente que el mando de las Fuerzas de
ambos Ejércitos recayó principalmente en generales que no pertenecían a la élite
heroica africanista, si bien no se puede precisar si estos generales, no pertenecientes a
la élite heroica africanista, habían servido en algún periodo de sus carreras en el Ejército
de África. Además, la comparación con los datos existentes para el resto del generalato,
en el Ejército y en las Fuerzas del Orden, arroja como conclusión que el número de
generales que militaron en el ejército de la República fue superior (22) al de aquellos
que lo hicieron en el ejército sublevado (17).
De los generales destinados en el Ejercito de África en julio de 1936, además del
mencionado Gómez Morato, Jefe de las Fuerzas de África , y encarcelado durante la
contienda por no sumarse al golpe; el Jefe de la Circunscripción Oriental; el general
Romerales Quintero fue también leal al gobierno de la República y fue fusilado por los
sublevados; y el general Capaz Montes, Jefe de la Circunscripción Occidental, que se
encontraba en Madrid el 18 de julio, fue detenido, encarcelado y asesinado por las milicias
pro-gubernamentales. Luego, ninguno de los generales al mando del Ejército de África
en julio de 1936 participó en la sublevación, ni en la Guerra Civil.
Este análisis también permite confirmar que los oficiales generales fue la categoría
que más bajas sufrió proporcionalmente en los primeros días de la sublevación, en
particular el número de generales encarcelados, fusilados o asesinados, lo que tuvo un
impacto sustancial en la organización de los respectivos Ejércitos durante la contienda
civil, en particular en el Ejército Popular Republicano, ya que casi un tercio de los
generales fueron encarcelados, fusilados o asesinados, ya fuese por los sublevados por no
167Por categorías: El 25 % de los Generales de División, y 57% de los Generales de Brigada, apoyó el golpe
de Mola. PUELL DE LAVILLA, F. “Julio de 1936: ¿Un Ejército dividido?” en MARTÍNEZ REVERTE,
J. (Coord.) Los militares españoles en la Segunda República. Opus cit. Pág. 93. 168 SALAS LARRAZABAL, R., Opus. cit. Pág. 267.
116
adherirse al golpe; como por los sectores más violentos del gobierno y la sociedad que
consideraban a todos los militares como enemigos de la República, aunque hubieren
permanecido leales a ella durante la sublevación.
ILUSTRACIÓN 22 – Gráfico y tabla comparativa adscripción y participación generales de la élite vs. generalato.
05
101520253035404550
Elite Africanista Total Ejército y FO
Bando N 10 47
Bando R 6 43
Participa EN 4 17
Participa ER 2 22
Generales de la élite heroica africanista vs totalidad generalato: adscripción y participación en respectivos ejércitos.
117
II- Participación de la élite heroica en uno u otro bando
Como ha quedado evidente la escasa participación del generalato de la élite
heroica, el siguiente análisis comparativo se centra en la oficialidad de la élite heroica en
activo, todos ellos condecorados en las campanas africanas, excepto 10 oficiales que lo
fueron en los sucesos de Asturias, estando encuadrados en el Ejército de África.
En resumen, de los 80 jefes y oficiales de la élite heroica, más del 80% del total se
unió al bando nacional, de los cuales, el 66% pudo combatir con su Ejército, ya que
el resto fueron fusilados o encarcelados. Por otro lado, 14 de ellos, es decir algo menos
del 20% de los oficiales de la élite heroica se declaró leal al gobierno de la República,
de los que el 16% participó en la Guerra Civil en el Ejército Popular Republicano.
En términos generales, ponderando las cifras aportadas por la bibliografía
especializada de referencia169, el apoyo de los jefes y oficiales al golpe militar del 18 de
julio se estima en un 58% para los jefes y del 60% para los oficiales, lo que supone que
los jefes y oficiales de la élite heroica superan notablemente el apoyo medio recibido
por el resto de oficiales del Ejército. Hay que tener en cuenta que, como se ha puesto
de manifiesto en este trabajo, que la mayor parte (60%) de los componentes de la élite
heroica en activo pertenecían al Arma de Infantería, en la que se dio una adscripción
mayor al bando nacional170, mientras que en otras Armas, como las llamadas
‘facultativas’ (Artillería e Ingenieros) y los Cuerpos de Seguridad (entonces llamados
Fuerzas del Orden Público), Guardia Civil y Carabineros, presentan los más altos
porcentajes de adscripción al bando leal al gobierno en los mandos superiores171 y en sus
respectivos conjuntos, apoyando decididamente al gobierno republicano el 55% de los
efectivos de guardias civiles y carabineros.172
169 Según ENGEL MASOLIVER, C. Opus Cit. Pág. 16: Tenientes 59%, Capitanes 62% y Jefes 55%. Según
PUELL DE LAVILLA, F. Opus. Cit. Págs.94-95: Coroneles 58%; Tte. Coroneles 60%, Comandantes 65%,
Capitanes 71%, Tenientes 71%, Alféreces 44%. 170 ALPERT, M. (2007). Opus cit. Apéndice 11. Pág. 385. 171 ENGEL MASOLIVER, C., Opus cit. Pág. 17. Si bien LÓPEZ GARRIDO, D. -en su obra El aparato
policial en España: historia, sociología e ideología. Ariel. Barcelona. 1987- estipula que el 64% de la
oficialidad de la Guardia Civil apoyó a los rebeldes. 172 PUELL DE LA VILLA, F. (2012). Opus cit. Pág. 97.
118
Son, por tanto, los oficiales africanistas de la élite heroica, los que apoyan más
decididamente y, sobre todo, los que sirven de forma más eficaz al Ejército Nacional
durante la guerra, de forma similar al fenómeno observado en el resto de la oficialidad en
el Ejército, “donde los rebeldes tuvieron, desde el principio, una clara supremacía entre
los jefes y oficiales más jóvenes”173. Los suboficiales y clases de tropa de la élite heroica
se sumaron a cada ejército en números prácticamente iguales a como lo hicieron en la
totalidad del Ejército.
ILUSTRACIÓN 23- Tabla recapitulativa adscripción y participación de los militares en activo de la élite heroica.
TODOS los
empleos en
activo
GENERALES
(Élite de la
élite)
OFICIALES
(Jefes y
Oficiales)
SUBOFICIALES
GUARDIAS
CARABINEROS
SOLDADOS
Total miembros 107 (100%) 16 (100%) 81 (100%) 10 (100%)
Adscripción
Republicanos
25 (24%) 6 (37%) 14 (18%) 5 (50%)
Adscripción
Nacionales
82 (76%) 10 (63%) 67 (82%) 5 (50%)
Neutralizados:
Fusilados o
encarcelados
durante
sublevación
26= 6R + 20N
(24%/ 25%)
8 = 3R + 5N
(50%/50%)
18=3R + 15N
(21%/ 22%)
0
Sirven en el
Ejército
Republicano
19 (18%) 2 (12%) 11 (14%) 5 (50%)
Sirven en el
Ejército Nacional
62 (58%) 5 (31%) 52 (64%) 5(50%)
Porcentajes sobre el número contabilizado en cada bando. Porcentaje sobre el total de cada élite.
173 MARTÍNEZ REVERTE, J., Opus Cit. Página 16.
119
C- La élite africanista al terminar la guerra
Los datos aportados por el análisis de la información sobre las vicisitudes
profesionales y personales de los miembros de la élite heroica después de la guerra han
permitido, de un lado, validar las características intrínsecas y extrínsecas expuestas sobre
la Orden de San Fernando:
- la importancia simbólica del valor ejemplarizante de la élite heroica en el seno
del estamento militar, ya que a pesar de haber combatido en el bando perdedor y ser
condenados a prisión y pasar a la situación de retirados, sus derechos y privilegios como
caballeros de la Orden de San Fernando fueron respetados.
- el carácter elitista y la cohesión entre los miembros de la élite, ya que, por un
lado, ninguno de los que militaron en el bando republicano sufrió la pena capital después
de la guerra; y, por otro lado, la inmensa mayoría de los que combatieron en el bando
nacional llegaron al generalato y a los más altos puestos de la administración en los
gobiernos de la post-guerra.
Así mismo, por otro lado, se ha observado que los que alcanzaron los más altos
empleos militares y civiles después de la guerra eran aquellos miembros de la élite
africanista con los grados militares de Capitán, Comandante y Teniente Coronel, que
fueron el motor del Ejército Nacional durante la guerra que, a falta de generales en sus
filas, hizo uso de los oficiales con experiencia en el mando de la guerra de África para el
mando de las grandes unidades militares. Esta circunstancia hace de una relevancia
absoluta el papel de los oficiales de la élite heroica, todos africanistas, que
combatieron con el Ejército Nacional durante la Guerra Civil y por ello fueron
premiados con las máximas posiciones en el Ejército nacido tras la guerra.
Algunos de los miembros de la élite heroica que combatieron en el bando
republicano consiguieron hacer valer sus derechos y fueron ascendidos a los grados
militares que les hubiesen correspondido si no hubiesen sido separados del Ejército al
final de la guerra como consecuencia de los procesos de depuración, lo que corrobora la
tesis del valor permanente de las características simbólicas y materiales de la élite.
120
V. POSIBLES CAUSAS PARA LA ELECCIÓN DE BANDO
V.1.- El valor de la disciplina
El análisis cuantitativo del papel de los militares en activo que conformaban la élite
heroica en 1936 y que, por tanto, estaban en una situación privilegiada para influir con su
posicionamiento en el desarrollo de la sublevación y de la consiguiente guerra, ha
permitido extraer datos y conclusiones sobre las características de este grupo de militares,
tales como: la predominante componente ‘africanista’ de esta élite; la mayoritaria
adscripción al bando sublevado; y, por el contrario, el exiguo nivel de participación de
los generales de la élite en el Ejército Nacional , frente a un decisivo apoyo de la joven
Oficialidad; así como la supervivencia del valor simbólico de esta élite después de la
guerra.
No obstante, los cinco procesos analíticos cuantitativos no han conseguido aportar
ninguna información conclusiva sobre las razones que pudieron motivar que en este grupo
de militares la proporción de adscripción fuese de 4N:1R, cuando en el resto de la
oficialidad la proporción era aproximadamente de 3N:2R y en el conjunto de los
ejércitos y fuerzas de orden público se mantuviese en un tenso equilibrio de 1N:1R.
En el caso de la otra mitad de los miembros de la élite que no estaban en activo en
julio de 1936 -por encontrarse en la reserva o licenciados por edad, por invalidez o por
decisión voluntaria-, se ha podido concluir que la mayor parte de ellos no participaron de
manera alguna en la Guerra Civil, pero que, aquellos que lo hicieron se adscribieron al
bando nacional en una proporción similar a la que lo hicieron los que estaban en activo.
Estas cifras son particularmente difíciles de entender si se atiende a la condición
necesaria que ha permitido el ingreso de estos militares en la élite: su heroicidad y el
consiguiente ‘valor ejemplarizante’ para con el resto de sus compañeros, que añade sobre
sus conciencias profesionales una dosis extra de compromiso con los valores militares,
entre otros, la disciplina.
121
ILUSTRACIÓN 24 – Gráfico adscripción a bando / no adscritos/ situación administrativa.
Los datos recabados y contrastados hacen fácilmente palpable la preferencia de los
militares de la élite heroica, tanto en activo como en reserva, por posicionarse en el lado
sublevado, in fine, por quebrantar su promesa de defender la Constitución, las leyes y el
principio ético militar de disciplina. Puell de la Villa en “Julio de 1936: ¿Un ejército
dividido?” enumera la ruptura de la línea jerárquica de mando, entre las causas por las
que el Ejército quedó dividido, ya que de los ocho generales al mando de las respectivas
divisiones orgánicas en julio de 1936, solamente uno - Miguel Cabanellas174, jefe de la V
División Orgánica con sede en Zaragoza- se sumó a la sublevación, lo que implica que,
de un lado, más de 8000 oficiales en activo desobedecieron las órdenes de sus Generales
Jefes de División orgánica y del General Jefe del Ejército de África; y por otro lado, que
el golpe militar se fraguó siguiendo los cánones de los pronunciamientos militares
decimonónicos, es decir, “encomendando la sublevación de las grandes unidades a sus
mandos naturales y, en el caso de que estos no estuviesen dispuestos a cooperar,
nombrando mandos foráneos para realizarla.”175
174Hermano del también general, Virgilio Cabanellas, que es miembro de la élite heroica y era Jefe de la I
División Orgánica en julio de 1936. 175GARCÍA BAUDÍN, J. M. “La cúspide del generalato el 18 de julio de 1936”. Actas del I Congreso
Internacional de Historia Militar. Burgos, 28-30 de mayo de 2014, Madrid, Instituto Universitario General
Gutiérrez Mellado-UNED. (2015), pág. 556.
0
20
40
60
80
100
Activo Reserva
Porcentaje de adscripción por bando de la élite heroica (activos y en reserva)
Nacional Republicano No adscritos
122
Esta suplantación, incluso por medio de la violencia, del poder decisional de
quienes lo ostentan legal y moralmente, es particularmente significativa en el ámbito
castrense en el que el respeto y acatamiento a las decisiones de la jerarquía es un elemento
inherente a la condición de la organización militar. La disciplina, como uno de los pilares
de los ejércitos, y su expresión concreta en el acatamiento de las órdenes recibidas de los
superiores, es sin duda la primera opción ante una disyuntiva ética en el ámbito militar, y
muy particularmente en las situaciones bélicas o prebélicas. Por esta razón, el hecho de
que el 80% de los miembros de la élite heroica apoyase la sublevación contra el gobierno,
en mayor medida que el resto de la oficialidad que, recordemos, lo hizo en
aproximadamente un 60%, merece una reflexión particular en este trabajo de
investigación.
Con la finalidad de investigar las posibles causas de esta altísima proporción de
insubordinación en el grupo estudiado se ha llevado a cabo un nuevo proceso de análisis
de los datos compilados de la élite heroica, teniendo en cuenta dos parámetros
fundamentalmente: la zona en que se encontraban el 18 de julio y la adscripción a uno u
otro bando. Este análisis ha permitido verificar que, en 46 casos, los militares de la élite
heroica en activo - por tanto, sujetos a las obligaciones militares- no acataron la opción
mantenida por la máxima autoridad militar de la que dependían jerárquicamente, es decir,
el General Jefe de la División orgánica en que estaban encuadrados el 18 de julio, que
además era la máxima autoridad disciplinaria. Esto significa que casi la mitad de sus
componentes en activo, en concreto el 45%, no acató las órdenes directas de sus
superiores jerárquicos; llegando en algunos casos a suplantar la autoridad de sus jefes,
incluso a darles muerte, por dar unas órdenes contrarias a los planteamientos que ellos
defendían, como en el caso del general Batet, jefe de la VI División Orgánica, que el 18
de julio fue detenido y ajusticiado por sus subordinados por no sumarse a la rebelión. El
general Núñez de Prado, Director General de Aeronáutica, corrió la misma suerte que
Batet cuando intentó convencer al general Miguel Cabanellas de no secundar la
sublevación en Zaragoza. El Capitán Merino se sublevó contra las órdenes directas de su
Coronel en la Inspección del Tercio en Melilla de mantener la legalidad.
123
Estos hechos demuestran que casi la mitad de los militares que componían la élite
heroica se rebelaron en contra de las órdenes de sus superiores jerárquicos directos con
grave quebranto del principio de disciplina interna, y que el 80%, incumplió sus
obligaciones legales y morales, en particular su promesa de obediencia a las leyes y de
defensa de la República al sublevarse, apoyar la sublevación o incorporarse al Ejército
Nacional. Esta decisión, tomada en amplia mayoría por un colectivo de militares que
gozaba de la máxima consideración y reputación entre sus compañeros y en la sociedad
civil, no puede haber sido tomada sin un convencimiento moral, o al menos, una reflexión
ética176, que les permitiese, o incluso alentase, a romper con el sagrado principio
deontológico militar, la disciplina, y que será el objeto de estudio en las siguientes
páginas.
176 En la interpretación del filósofo Alain Badiou, la ética no refiere a situaciones generales de la humanidad,
sino que centra en lo singular, lo concreto, en hechos particulares. BAIDOU, A. Metapolitics. Ed. Verso.
Londres. 2005. Citado por AGUADO, T. en “Metapolítica y Ética en los tiempos de la proliferación de la
memoria histórica” I/C Revista Científica de Información y Comunicación. Núm. 6. Universidad de Sevilla.
(2009) pág. 250.
124
V.2.- Los códigos deontológicos militares en 1936
Los militares en activo en julio de 1936 no tuvieron otra opción que posicionarse
frente al golpe de Estado y, una vez que el golpe fracasó, tuvieron que alinearse en uno o
en otro de los dos nuevos ejércitos nacidos del original en el que estaban encuadrados.
Esta decisión fue trascendental en su carrera profesional, y en muchísimos casos, la
opción elegida (o la opción que les quedaba) llevó aparejada la pérdida de la vida o de la
libertad. Como acabamos de ver, esta decisión no se hizo simplemente por obediencia
debida al superior jerárquico, sino que en muchos casos se trató de hechos gravísimos de
insubordinación y en la mayoría en contra de los principios legales. Ante esta situación,
se hace imprescindible el recurso a un marco referencial ético en el cual apoyar la
decisión, en la que, indudablemente, también pesaron otros factores personales, sociales,
familiares que se escapan a la capacidad de investigación y de análisis de este trabajo.
En la España de 1936, el estamento militar disponía de un conjunto de leyes,
normas, reglas y preceptos que integraban, en un cuerpo coherente, el ordenamiento moral
al que se ha de ajustar la conducta de los militares177. Este ordenamiento moral, o código
deontológico, servía de norma y guía en el momento crítico en el que se ejerció la decisión
ética sobre la toma de posición frente a la disyuntiva de acatar la legalidad, o infringir las
obligaciones; sobre obedecer o insubordinarse; o sobre tomar parte en el conflicto, o
abandonar las armas y huir. La normativa aplicable a los militares en 1936 no dejaba duda
alguna sobre la obligación de mantener su promesa de respecto y sometimiento a las leyes
civiles y a las propias de la jurisdicción militar; pero en el otro plato de la balanza ética
pesaban aún mucho entre los militares una ideología ‘primoriverista’ de supremacía del
poder militar sobre el civil y una tradición intervencionista que se encontraba arraigada
en sus códigos morales internos que propició en mucho la Guerra Civil178.
El conjunto normativo al que estaban sometidos los militares españoles en 1936
se componía, tanto de las leyes generales aplicables como ciudadanos; como de unas
normas particulares del régimen militar, entre otras las Ordenanzas en lo relativo al
177MOLINER GONZÁLEZ, J. A. “La educación en los valores de la moral y la ética militar en las Fuerzas
Armadas Españolas”. Revista de Aeronáutica y Astronáutica, número 764, Madrid, (2007). 178NAVAJAS ZUBLEDÍA, C., Opus cit., Pág. 596.
125
servicio ordinario, o el Código de Justicia Militar, en el ámbito penal militar; y de unas
normas de conducta que rigen la vida moral de la milicia que se encontraban
principalmente recopiladas en el Tratado II de las Ordenanzas del Ejército. Las normas
de carácter legal, tanto las generales, como las específicas militares, conforman los
mínimos dentro de los cuales se desarrolla la función militar, mientras que las de carácter
moral y deontológico constituyen los límites máximos179 a los que la conducta del militar
debe atenerse; además, las leyes son mutables, se adaptan a las realidades, a los cambios,
mientras que las norma morales, y sobre todo el juicio ético, permanecen durante siglos
anclado en las mismas referencias inmutables del pensamiento humano.
Estas son las razones por las que esta investigación va a centrarse en los códigos
de carácter deontológico que imperaban en los militares que constituían la élite heroica
de la milicia española de 1936, ya que la mayor parte de estos militares que servían de
ejemplo de los valores castrenses, no sólo cometieron actos contra el ordenamiento legal
con su decisión de propugnar o de sumarse al golpe de Estado, sino que, además, un 45%
de ellos, contravino uno de los principios fundamentales en los que se asienta la milicia,
la disciplina, al rebelarse contra las órdenes de sus superiores jerárquicos. Estos militares,
caballeros de la prestigiosa Orden de San Fernando, cuyas identidades encabezan las
escalas del Ejército, daban nombre a calles y plazas en sus lugares de origen y eran
considerados referente modélico de las virtudes militares, quebrantaron sus obligaciones
en tres niveles:
- El legal, al ser sujetos de la obligación genérica de respeto de las leyes y en particular
de defender la República, al haber todos prometido la defensa de la Constitución del
9 de diciembre de 1931.
- El disciplinario militar, al estar todos los militares en activo sujetos al régimen
disciplinario, penal y administrativo, que cualifica y sanciona duramente la
insubordinación o el incumpliendo de órdenes.
- El moral, que impone la especial obligación de la disciplina para el militar y que, in
fine, es el fundamento de las conductas tipificadas en el régimen disciplinario militar.
179 CORTINA, A., Ética mínima, 6ª edición, Tecnos, Madrid.,2000. Pág. 79.
126
El código deontológico del ejército español no ha variado en su esencia desde la
publicación de las Reales Ordenanzas de Carlos III en 1768 hasta la promulgación de las
Reales Ordenanzas de las Fuerzas Armadas el 28 de diciembre de 1978 (Ley 85/1978),
lo que supuso “un hito en la historia de los Ejércitos, tanto en el orden estrictamente
legislativo, como en lo que podría llamarse el espíritu militar”180. Desde la primera
compilación de normas en el siglo XVIII sobre las obligaciones, la administración, los
honores y el empleo de las unidades de Infantería, las sucesivas versiones de las Reales
Ordenanzas para los Ejércitos, o para las Fuerzas Armadas en su conjunto, han constituido
el código de conducta de los militares españoles y han definido los principios éticos y las
reglas de comportamiento, en consonancia con los sucesivos regímenes políticos y
ordenamientos jurídicos. Las Ordenanzas militares del Ejército en su versión de 1896,
herederas directas de las de 1768, estuvieron vigentes hasta la publicación, después de la
Guerra Civil, de las Ordenanzas del Ejército de 1944181, es decir, que las mismas normas
deontológicas rigieron la vida profesional, incluso la personal, de los militares durante
todo el periodo objeto del estudio.
Efectivamente, las normas éticas que rigen la milicia española durante el primer
tercio del siglo XX no difieren en lo esencial de las que lo hacían a finales del siglo XVIII.
Las sucesivas publicaciones de las ordenanzas militares, desde su primera versión
original, se reinterpretaron a la luz de los avances organizativos y tácticos, se
complementaron con normas específicas y nuevas denominaciones castrenses, se
ampliaron con nuevos derechos y obligaciones para los militares, pero conservaron la
esencia del código moral de la milicia española,182 que se dividió en dos, y se combatió a
sí misma durante casi tres años.
180 DE SALAS LÓPEZ, F y LAGUNA SANQUIRICO, F. “Las Reales Ordenanzas en el momento actual
de la sociedad española”, Revista Española de Investigaciones Sociológicas (REIS). Núm. 36 (1986). Pág.
119. 181 Guía de fuentes bibliografías especializadas: Ordenanzas militares para las Fuerzas Armadas. Ministerio
de Defensa. Dirección General de relaciones institucionales- Subdirección General de publicaciones.
Madrid. (2011). 182 ORDONEZ SOLÍS, D. “La ética militar en el contexto jurídico español”. Revista española de derecho
militar. Número 106. Ministerio de Defensa. Madrid. (2016). Epígrafe 2. La ética militar en las Reales
Ordenanzas para las Fuerzas Armadas Págs. 34-39.
127
Como ha quedado patente, las ordenanzas del Ejército vigentes en 1936, eran en su
esencia, herederas de los valores morales propugnados por las Reales Ordenanzas de
Carlos III, auspiciadas por el Conde de Aranda y redactadas por cinco juntas sucesivas
formadas entre los años 1749 y 1767, en las que intervinieron veinte generales, seis de
ellos en la última y siempre con la influencia, directa o indirecta, del Coronel Antonio
Oliver Sacasa quien es considerado el autor material de las ordenanzas durante el reinado
de Carlos III183. Estas Ordenanzas eran, ya en su origen, “una compilación de tradiciones
castrenses del pasado glorioso”184 en las que la disciplina y el valor formaban, y no
casualmente, la columna vertebral de la res militar. El valor es donde la vocación ética se
regenera y el héroe, como personificación superlativa del valor, es el ser que posee la
visión ética por excelencia185.
Entonces, ¿cómo fue posible que una gran parte de los héroes del ejército español en
1936 desobedeciese sus códigos éticos, quebrantando el sagrado principio de la disciplina
militar? La respuesta la vamos a encontrar buscando la posible existencia de un código
ético particular; o, cuando menos, una interpretación particular, en el seno de la élite
heroica - compuesta en su práctica totalidad de militares africanistas- de las reglas
deontológicas imperantes en el Ejército de 1936.
La deontología castrense al uso en 1936, ya de por sí, recreaba un espacio ético
particular, exclusivamente centrado en el mundo militar, alejado de los valores
democráticos, de la sociedad y del poder civil. El soldado sólo debía obediencia a su
mando, sin más limitaciones que el espíritu de camaradería y de unidad del Ejército y,
sobre todo, el amor a la Patria. Estas ordenanzas, vigentes en el Ejército de la Republica,
conservando el viejo articulado de las originales de Carlos III, dejaban la puerta abierta a
una heterodoxa interpretación del concepto de la ‘disciplina’ y su corolario de la
‘obediencia debida’ en el impreciso artículo 9, que explícitamente, e íntegramente,
formaba parte de las ordenanzas vigentes y de aplicación directa para los militares del
183PÉREZ FRÍÁS, P.L. “El Ejército de Carlos III”. Péndulo: revista de ingeniería y humanidades. Nº. 18.
(2007). Pág. 123. 184 ORDONEZ SOLÍS, D. Opus cit. Pág. 35. 185 SAVATER, F., Opus cit. Pág. 60.
128
Ejército de la República. El artículo 9, en el Título Decimoséptimo de las Ordenanzas del
Ejército186 prescribía:
“Todo Oficial en su puesto será responsable de vigilancia de su tropa en él, del exacto
cumplimiento de las órdenes particulares que tuviere, y de las generales que explica la Ordenanza; como
de tomar, en todos los accidentes y ocurrencias que no le estén prevenidas, el partido correspondiente a
su situación, caso y objeto, debiendo en los lances dudosos elegir el más digno de su espíritu y honor”187
Esta norma no imponía, en caso de duda y ausencia de órdenes concretas, al
Oficial al mando, limitación legal alguna, respeto a los principios constitucionales, ni
observancia de las reglas del derecho de guerra, leyes, o subordinación al poder civil; con
respecto a su elección en circunstancias en las que no existieran órdenes expresas, tales
como la sublevación de julio de 1936 en la que, recordemos, un 80% de los militares de
la admirada élite heroica quebrantó sus obligaciones legales y las órdenes de las
autoridades civiles; además de que el 45% incumplió órdenes directas de sus superiores
jerárquicos en la milicia.
El referido artículo procedente de las Reales Ordenanzas de Carlos III insertado
textualmente en el Título decimoséptimo del Tratado II - “Órdenes Generales para
Oficiales”- de las Ordenanzas del Ejército de la Segunda República, armonizadas con la
legislación vigente, es una clara evidencia de la pervivencia de los principios de las Reales
Ordenanzas de 1768, tanto en su forma, como en su contenido. Esta extensión temporal
de los principios lógicos y morales del despotismo ilustrado a inicios del siglo XX puede
ayudar a entender “algunos problemas ocurridos entre militares y civiles durante los
siglos XIX y XX”188.
Los militares africanistas profesaban un culto por los valores castrenses recopilados
en las Ordenanzas del Ejército, directamente inspirados de las arcaicas Reales Ordenanzas
186 Ordenanzas del Ejército. Decimoprimera edición. Librería y casa editorial Hernando. Madrid. 1936.
Página 116. 187 Se ha subrayado la parte del texto original de interés para este estudio. 188 MOLINERO NAVAZO, J.L. “Estudio sociológico de la organización militar a través de las ordenanzas
militares: 1768, 1978 y 2009” en Luces y sombras de la Seguridad Internacional en los albores del siglo
XXI. REQUENA Y DÍEZ DE REVENGA, M. y GÓMEZ ESCARDA, M. (Coordinadores). Tomo II. Eje
temático 5: Sociología Militar. Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado – UNED. (2010). Pág.
363.
129
de 1768, e hicieron de estos conceptos fuente esencial en la enseñanza de los valores
éticos militares en la Academia General Militar189 durante el periodo en que fue dirigida
por el general Francisco Franco y la mayor parte del profesorado estaba formado por
africanistas190. El mismo Franco redactó el código de conducta de los alumnos de la
Academia General, inspirándose directamente en las Reales Ordenanzas de Carlos III.191
Además de profesar devoción a las Ordenanzas, sin atenerse a más norma militar o
civil, la ‘particularidad africanista’ – representada por algunos de sus más prominentes
miembros-, cultivaba una retórica de justificación moral de defensa de la Patria frente a
los enemigos interiores de la que han dejado manifiesta constancia en las obras clásicas
de la historiografía militar del régimen franquista, en las que exponen su versión de las
razones para ‘alzarse’ contra el gobierno del Frente Nacional -que no contra la República-
, ya que, la mayoría de los militares que se sublevaron eran declarados y reconocidos
republicanos, frente a una minoría de monárquicos, si bien ambas facciones se aliaron en
el transcurso de la contienda civil. Un ejemplo es el general Chamorro, reputado
africanista, que en su obra 1808/1936, publicada en 1975, expone una comparativa entre
la guerra de independencia de 1808 y la Guerra Civil, a la que denominada ‘guerra de
liberación’, ya que, la Guerra Civil sirvió para librar a Europa del comunismo192, de la
misma manera como la guerra de 1808 libró a los españoles de la dominación
napoleónica. Este autor justifica en su obra comparativa las circunstancias que forzaron
la intervención militar del 18 de julio de 1936, de la siguiente forma:
“El Ejército no podía quedar al margen de esta situación de oprobio y de vergüenza nacionales, más
aún convencido como estaba de que las mayores glorias de España han ido siempre unidas a su
grandeza castrense”.193
189 Centro de enseñanza superior militar para los Oficiales del Ejército y de la Guardia Civil. Se fundó en
1882 y, en su primera época 1883-1893, formó los Oficiales que vivieron las guerras de Cuba y Marruecos.
Su reapertura, segunda época, tiene lugar de 1927-1933, período en que su Director fue el general Franco
Bahamonde. Su tercera época, se inicia en 1942, hasta la fecha. https://ejercito.defensa.gob.es/ 190 BUSQUETS BRAGULAT, J., Opus cit. Pág. 84. 191 AGUILAR OLIVENCIA, M., El ejército español durante el franquismo. Akal, Madrid, 1999. Pág.315 192 Coincide este argumento con la inscripción “en zona roja”, o “en zona no liberada”, en las hojas de
servicio pertenecientes a los militares que habían combatido en el bando republicano desde 1936 a 1939,
en vez de constatar que estaban sirviendo en el ejército de la República. 193 CHAMORRO MARTÍNEZ, M., Opus cit., pág. 46.
130
Estos párrafos sintetizan el ‘estado de necesidad’ que justifica, según los exponentes
africanistas sublevados, su obligación moral para actuar. Como quince años antes Ortega
y Gasset había previsto en su obra España invertebrada, que el gremio de los militares,
como otros ‘particularismos españoles’, pasarían a la acción, en vez de dialogar, para
afrontar las diferencias y como también parecían desear que ocurriese los sectores
revolucionarios del Frente Popular, que veían en la confrontación violenta con el ejército
el fin de la ‘República burguesa’ y el principio de la ‘República Popular’194. La situación
social y política creada por la violencia, y por la aparente pasividad del gobierno,195
supuso una encrucijada moral, un momento de obligado ejercicio del juicio ético para el
estamento militar que temía, fundada o infundadamente, el inicio una revolución violenta
como la sucedida en Guerra Civil rusa de 1918.196 El que existiera realmente una
coherencia entre la realidad política y social y las razones expuestas por los militares
rebeldes para justificar su levantamiento contra el gobierno del Frente Popular no es la
pretensión de este estudio.
El somero análisis de estas circunstancias nos ha servido para contextualizar la posible
situación ante la que se encontraban los militares en julio de 1936 en general, y los
miembros de la élite africanista, en particular y que ésta nos sirva para analizar si los
miembros de élite africanistas que apoyaron la sublevación se basaron en su particular
código moral para explicar el quebrantamiento de las leyes y del imperativo ético. Para
ello hemos buscado la referencia canónica de las posturas que justificaron la sublevación
en las palabras del referente de los militares rebeldes - y miembro de la élite heroica
africanista- el general Mola, ‘director’ del golpe, en su alocución en ‘Radio Castilla’ el
16 de agosto de 1937 y que corroboran claramente las dos líneas argumentales sostenidas:
- la interpretación de los acontecimientos sociopolíticos:
“[Nosotros] seguimos ardorosamente al pueblo trabajador y honrado para librar nuestra Patria del
caos de la anarquía, caos que, desde escaló al Poder el llamado Frente Popular (…) las más
194PAYNE, S.G. La revolución española 1936-1939, Espasa, Barcelona, 2019. Pág. 67. 195El secuestro y asesinato del diputado Calvo Sotelo, a juicio de Pérez Salas, militar republicano, provocó
una reacción del Ejército que “quizá hubiera podido haberse evitado con un rápida y enérgica intervención
del Gobierno” PÉREZ SALAS, J., Guerra de España 1936-39, Imprenta Grafo. México, 1947. Pág. 83. 196El embajador de Gran Bretaña en Madrid daba cuenta de una reunión entre los embajadores de países
europeos en Madrid para acordar una respuesta común cuando, un proceso revolucionario “como en Rusia
estallara en España.” PAYNE, S.G., Opus cit. Pág. 65.
131
sangrienta de las revoluciones que nos hubiera llevado forzosamente a desaparecer del mapa de
Europa como nación civilizada y libre"197
- la justificación moral a la indisciplina:
“nosotros nos rebelamos contra un gobierno ilegal. (…) ¿Y aún se permiten hablar de
indisciplina en el Ejército? ¡Disciplina! ¡Santa Disciplina! (…) La indisciplina está justificada –
escribí en un libro- cuando los abusos del Poder constituyen vejación y oprobio y llevan a la
nación a la ruina.”198
Finalmente, para poder concluir este epígrafe en el que se ha descrito el particular
código deontológico de los militares africanistas hay que tener en cuenta que, como se ha
expuesto en el capítulo anterior, la adscripción en el conjunto del Ejército se dividió
ecuánimemente entre los dos bandos, lo que permite confirmar la hipótesis de partida y
concluir la existencia de una interpretación particular de la deontología castrense
vigente en 1936 por parte de la élite africanista. No obstante, hay que señalar que ni la
interpretación ortodoxa de los códigos deontológicos contenidos en las Ordenanzas; ni
los argumentos invocados por los líderes africanistas de la sublevación, constituyeron la
referencia ética para la totalidad de los militares de la élite africanista, ya que la
investigación ha revelado cómo una cuarta parte de ellos permanecieron leales al gobierno
y a sus obligaciones legales y morales.
Con la intención de proceder a una segunda validación de esta hipótesis, buscamos
la referencia en el límite superior de adscripción al bando gubernamental y comprobamos
que fueron las Fuerzas de Orden Público donde encontramos una mayoría que permaneció
leal durante la sublevación y combatió en las filas del Ejército Popular Republicano.
Según la bibliografía de referencia, en el caso de los Cuerpos de Orden Público
encontramos una mayoría que permaneció leal durante la sublevación y se integraron en
las unidades de vanguardia y retaguardia del Ejército Popular Republicano y en los
ejércitos al mando de los gobiernos vasco y catalán.199 Como nota anecdótica, aunque de
197 GONZALO SOTO, J. Radio Castilla y el General Mola. Esbozo de una síntesis del ideario de Mola.
Hijos de Santiago Rodríguez Editores. Burgos. 1937. Pág. 22. 198 GONZALO SOTO, J. Opus cit. Pág. 26. 199 SALAS LARRAZABAL, Opus cit. Pág. 262, da las siguientes cifras globales para las Fuerzas de Orden
Público: 40.500 militaron en las filas gubernamentales y 27.000 en las nacionales. Datos sensiblemente
diferentes a los aportados por CHAMORRO (en el gráfico –Ilustración 25), si bien la proporción entre
bandos se asemeja (60R/40N).
132
gran valor en este contexto de análisis de las valoraciones éticas de los militares en 1936,
cabe reseñar el caso de los guardias civiles que formaron parte de las unidades que
defendieron el País Vasco de los ataques del Ejército Nacional y, en particular, de las
decenas de oficiales de la Guardia Civil que formaron parte de los cuadros de mando del
Euzko Gudarostea (Ejército Vasco), siendo muchos de ellos recompensados con ascensos
y nombrados jefes de diferentes frentes y del Estado Mayor200.
ILUSTRACIÓN 25- Gráfico adscripción Fuerzas del Orden Público.
Estas divergencias de posicionamiento entre militares sometidos a la misma
normativa legal y que comparten los valores y obligaciones profesionales de las
ordenanzas militares vigentes en 1936, nos conducen a buscar la posible existencia en las
Fuerzas de Orden Público de 1936 de unos códigos deontológicos, particulares a las
mismas, que favoreciesen una interpretación ética diferente a la africanista.
El hecho diferenciador, en el campo de la deontología, entre los miembros de los
Cuerpos de Orden Público y el resto de militares, y en particular los africanistas, radicaba
en que los primeros profesaban una ética profesional estricta basada en unos códigos
deontológicos particulares, un contacto cotidiano con la sociedad civil y una
subordinación práctica a los poderes civiles.
200 SALAS LARRAZABAL, R. Opus cit. Pág. 1219.
0
5000
10000
15000
20000
25000
30000
35000
40000
Guardia Civil Carabineros Guardias Seguridad yAsalto
142006040
11500
20120
9750
24000
Adscripción a uno u otro bando de las Fuerzas de Orden Público durante la Guerra Civil. Fuente: Chamorro (1975)
N R
133
En concreto, los miembros de la Guardia Civil, además de estar sujetos a las
Ordenanzas militares vigentes como los componentes del Ejército, lo estaban a su propio
código deontológico, vigente desde 1845 (un año después de su fundación): la Cartilla
del Guardia Civil. Esta cartilla, complementada por el Reglamento del Servicio de la
Guardia Civil de 1844, “prescribía tanto reglas morales, como de urbanidad y protocolo, y
pretendía dotar a los guardias civiles de una sobria formación moral y humana y de un
sentido compartido del honor, haciendo de éste el valor principal que debe asumir cada
miembro de la Guardia Civil”.201
Esta interpretación particular en la Guardia Civil del honor como
“cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes”202, junto con la
expresa subordinación del Cuerpo al poder civil recogida, entre otros, en los artículos 3,
4 y 24 del Reglamento del servicio,203 jugaron un papel decisivo en la decisión tomada
por los integrantes del Cuerpo de la Guardia Civil en julio de 1936 ,y en su contribución
durante la guerra, en la que sumó 2.714 muertos y 4.117 heridos, correspondiendo el
83% de los muertos a los guardias civiles que fueron leales al gobierno de la República204.
Antes de concluir el análisis de las causas de orden moral, debemos hacer
referencia a las posibles causas internas que dentro de la misma élite motivaron diferentes
posicionamientos. El hecho de que, dentro de la élite, sean los generales (el subgrupo de
mayor edad y más alta posición en la jerarquía) y los suboficiales, guardias y soldados (el
subgrupo de mediana edad y situados en las posiciones más bajas en la jerarquía) los que
ofrecieron los mayores porcentajes de lealtad al gobierno durante la rebelión militar, el
30% y el 43% respectivamente, nos pueden poner en la pista de algunas reflexiones que
sirvan para elaborar las conclusiones a este respecto.
201https://www.guardiacivil.es/es/institucional/serguacivil/valores/index.html Consultada el 11/10/19 202 Acepción primera. Diccionario de la Lengua Española. Real Academia de la Lengua. (2019). 203 Art. 3º “La Guardia civil depende: 1- Del ministerio de la Guerra por lo tocante á su organización,
personal, disciplina, material y percibo de sus haberes. 2- Del ministerio de la Gobernación de la Península
en cuanto al servicio y acuartelamiento.” Art. 4° “El ministerio de Gracia y Justicia y las autoridades
judiciales podrán requerir su cooperación por conducto de la autoridad civil, (…)” Art. 24. “Todo individuo
de la Guardia civil tiene obligación de auxiliar y obedecer al gefe político ó á sus delegados (…)”. Real
Decreto de la Reina Isabel II publicado en el número 3679 de la Gaceta de Madrid de 9 de octubre de 1844. 204 “El papel de la Guardia Civil a través de los años”. CISDE. Campus Internacional para la Seguridad y
la Defensa. (2013). https://observatorio.cisde.es/archivo/6000/ Consultado el 04/04/2020.
134
En la cúspide del estamento militar de la élite africanista, incluso dentro de la misma
promoción de ascenso al generalato, convivían tendencias liberales (Mola) que hacían
una interpretación de la disciplina subordinada a las obligaciones militares
intervencionistas para salvar la Patria de enemigos internos; con otros generales (Llano
de la Encomienda) que representaban el concepto de soldado leal y respetuoso con las
obligaciones establecidas.
Dentro del grupo de generales de la élite africanista, todos declarados partidarios del
régimen republicano (por oposición a la monarquía), unos se vieron favorecidos por los
gobiernos republicanos de derechas (Mola) y otros por los de izquierdas (Llano de la
Encomienda). Valga como ejemplo que Llano de la Encomienda pasó de ser el penúltimo
en la escala de generales de brigada en 1932 a ser el número 14 en 1934, por delante de
Franco, que en 1931 era el número uno del escalafón205. Por su parte en la base de la
pirámide de la jerarquía castrense, los suboficiales, guardias y soldados de los que se ha
podido verificar su participación durante la guerra (recordemos que la gran parte de ellos
se encontraban retirados o licenciados en 1936), se constata que solamente en dos casos
se alinearon con el bando contrario al de la zona en la que se encontraban el 18 de julio,
resultando en ambos casos neutralizados: el Sargento Lanzas, que se declara leal a la
República, es hecho prisionero en Melilla; y el practicante militar Cordón, que se suma a
la sublevación, muere por fuego enemigo el 20 de julio en las proximidades de San Rafael
(Segovia). El resto de ellos cumplió sus obligaciones militares respetando las órdenes de
sus superiores y militaron en el nuevo ejército constituido en la zona que quedó
conformada en los días inmediatos a la rebelión del 18 de julio de 1936.
Esta posición respetuosa con el principio de disciplina militar, por parte de los
miembros de los escalones jerárquicos inferiores de la élite, también apoya la validación
de la hipótesis enunciada en esta investigación sobre la influencia del artículo noveno
de las Ordenanzas del Ejército - que otorgaba una autonomía al oficial en la toma de
decisiones sin atenerse a la legalidad-, por contraposición a la adscripción mayoritaria de
los grados de la oficialidad al bando sublevado.
205 MUÑOZ BOLAÑOS, R., “Francisco Llano de la Encomienda. General de División”, en GARCÍA
FERNÁNDEZ, J. (coord.): 25 militares de la República, Madrid: Ministerio de Defensa. (2011). Págs. 563.
135
VI. CONCLUSIONES
Los numerosos estudios existentes sobre la Guerra Civil española aportan una
visión integradora y contextualizada de los acontecimientos y circunstancias que
conformaron este desgarrador evento de la historia de nuestro país; contribuyendo con
grandes cifras -centenares de miles de muertos en ambos bandos, millones de
desplazados-, al conocimiento de este hecho histórico clave para entender, según unos, la
descomposición de valores en Europa que sirvió de preámbulo a la Segunda Guerra
Mundial; o, para otros, la última revolución derivada de la Gran Guerra.
Este trabajo de investigación, partiendo de estas referencias en macro-perspectiva
histórica, se ha centrado en el estudio de un grupo reducido de personajes, particularmente
relevantes en los aspectos militares de la Guerra Civil, que vivieron estos acontecimientos
en primera persona y que contribuyeron al desarrollo del conflicto con su participación
como componentes de una de las élites del Ejército de 1936. Un grupo formado por unos
doscientos individuos que ha permitido afrontar un estudio profundo y detallado, casi
familiar, de las vicisitudes que los soldados, suboficiales, oficiales y generales de las
Fuerzas Armadas y de Seguridad vivieron en los días inmediatos a la sublevación, durante
la guerra y una vez acabado el conflicto interno. Este estudio ha conseguido aportar
nuevos datos sobre la dinámica interna que supuso la división de la milicia en dos bandos
antagónicos y apuntar algunas razones que pudieron influenciar en la elección de uno u
otro bando, bajo el prisma de la ética profesional que regía en la vida castrense de 1936.
La investigación ha permitido corroborar y afinar las hipótesis de trabajo, a la vez
que ha aportado algunas conclusiones no previstas en el planteamiento inicial del trabajo,
como la pervivencia, después de la guerra, de los derechos, ventajas y preeminencias
propias de la Orden de San Fernando para los militares que habían combatido en el
Ejército Popular Republicano, confirmando la supervivencia de las características que
conformaron la élite desde su nacimiento. Así pues, en este capítulo conclusivo se van a
presentar:
136
Primeramente (VI.1), las conclusiones que han permitido confirmar y afinar la
hipótesis principal, es decir, la relevancia de los militares africanistas en la sublevación y
en la Guerra Civil. Concretamente se ha podido determinar con certeza que,
- En el Ejército de 1936, su élite heroica estaba formada en su práctica totalidad por
militares africanistas.
- Si bien, muy pocos componentes de esta élite ocupaban puestos clave en la jerarquía
del Ejército y de las Fuerzas de Orden Público; y, además, aquellos que los que los
ostentaban, se posicionaron mayoritariamente en favor del gobierno de la República.
- También se ha podido cuantificar el nivel de participación de la élite del poder (el
generalato) en la sublevación del 18 de julio, así como durante la Guerra Civil,
dejando patente que el papel de los generales africanistas fue mínimo, y que fue la
joven oficialidad la que más contribuyó en su mayor parte al ejército nacional.
En el apartado siguiente (VI.2) se presentan, en tres sub-epígrafes, las conclusiones
aportadas por los diferentes bloques analíticos que han facilitado la investigación,
siguiendo los procesos establecidos en la metodología y basándose en los datos de las
vicisitudes profesionales y personales de los componentes de la élite en la sublevación y
durante la Guerra Civil. Estos procesos analíticos han permitido verificar las hipótesis
auxiliares o secudnarias, de la siguiente forma:
- que existía una élite heroica en el Ejército español de 1936, compuesta por los
Caballeros de la Orden de San Fernando y que la mitad de ellos se encontraban en
situación de reserva o licenciados en julio de 1936, (VI.2.1)
- que de los miembros de la élite con capacidad de influenciar con la acción de las
unidades a su mando en la sublevación y durante la guerra, la práctica totalidad de
ellos eran militares africanistas, (VI.2.2)
- que la élite heroica africanista apoyó mayoritariamente el golpe de Estado. En el caso
de los oficiales en un 80%, si bien, se ha comprobado y cuantificado que su
participación real en la Guerra Civil fue mucho más limitada, sobre todo por parte del
generalato, debido al alto número de neutralizados; y que no fueron los generales de
la élite africanista los que estuvieron al frente de las operaciones de ningún bando
durante la Guerra Civil. (VI.2.3)
137
En tercer lugar (VI.3), se presentan las conclusiones que se han obtenido del estudio
y análisis de los datos de los miembros de la élite después de la Guerra Civil y que han
permitido demostrar cómo la pertenencia a la élite heroica proporcionó un vínculo
corporativo entre sus miembros, que encumbró a aquellos que combatieron en el bando
ganador, y a los que combatieron en el bando republicano de ser ejecutados tras la guerra.
A continuación (VI.4), se exponen las conclusiones sobre las posibles razones que
subyacen en este apoyo mayoritario de los mandos militares de la élite heroica a la
sublevación, basadas en un análisis de los códigos éticos vigentes en la milicia de la
Segunda República. La investigación ha aportado, en este punto, unas interesantes pistas
sobre la existencia de códigos éticos militares particulares a los africanistas, apoyados en
la obsolescencia de ciertos preceptos de las Ordenanzas del Ejército vigentes en 1936.
Finalmente (VI.5), se hará una presentación de la utilidad y posibles aplicaciones
prácticas que este trabajo de investigación pudiera tener, primordialmente en el ámbito
del estudio y divulgación de la historia militar; de los estudios militares sobre el liderazgo
y la gestión de crisis; y de la ética militar en clave europea.
138
VI.1.- La élite heroica africanista en la Guerra Civil (Hipótesis Principal)
El trabajo arranca de la constatación, sentada en los estudios referenciados, de
la existencia de tres élites en el Ejército español, que coexisten al menos desde el
siglo XIX y que se habían conformado durante el reinado de Alfonso XIII, como
ilustra el trabajo de Pérez Frías en este campo: la ‘élite del poder’, formada por la
plantilla de 92 generales en activo, de los cuales más de la mitad habían sido
nombrados durante los gobiernos de la Segunda República; la ‘élite técnica’,
conformada por los casi 500 oficiales en funciones de Estado Mayor que asesoraban
técnicamente a los máximos responsables del Ejército; y la ‘élite heroica’,
conformada por los militares de todos los empleos y categorías en posesión de una de
las dos más altas distinciones militares - la Cruz Laureada y la Medalla Militar- que
dan acceso a la Real y Militar Orden de San Fernando.
Las tres élites tienen relevancia en el estudio de los acontecimientos
relacionados con el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y el estallido de la Guerra
Civil, pero las que juegan en este contexto un papel preponderante son:
i) la élite del poder, por su condición de autoridad formal, disciplinaria y mando
operativo de las grandes unidades militares y de las divisiones orgánicas;
ii) y la élite heroica, por su condición de ejemplo de valores militares para el
resto de la milicia. Esta élite formada por dos grupos casi idénticos
cuantitativamente, pero diferenciados cualitativamente:
a. Los militares retirados, muchos de ellos soldados y suboficiales, que habían
sido condecorados por acciones en las guerras de Cuba y Filipinas y que, en
su mayoría, no participaron en la Guerra Civil;
b. Los jóvenes oficiales africanistas poseedores de una aptitud demostrada para
ponerse al frente de unidades armadas en combate que se encontraban, la
mayoría, en puestos intermedios en la jerarquía militar.
139
El conjunto formado por la intersección de ambas élites -la del poder y la
heroica- al que denominamos ‘élite de élites’, es especialmente relevante, ya que
aunaban en una misma personalidad las características de ambas élites mediante el
ejercicio del principio de autoridad real y simbólica.
La composición de la élite heroica, formada por los 218 Caballeros de la Orden
de San Fernando vivos en julio de 1936, estaba dividida, como se ha explicado, en
dos partes prácticamente iguales entre los que seguían en activo (107), con una edad
media de 43 años y que habían accedido a la élite por acciones en las guerras de
África; y los que ya estaban en situación de retirados, reserva o licenciados (111),
prácticamente todos habían accedido por acciones durante las guerras de Filipinas y
Cuba.
El grupo formado por los miembros de la élite en activo es a su vez heterogéneo,
ya que está constituido tanto por generales al mando de divisiones, como generales
sin destino, procesados o en el hospital; por oficiales al mando de pequeñas unidades
y por oficiales alumnos del curso de Estado Mayor; por médicos y enfermeros
militares; por suboficiales, soldados, carabineros o guardias civiles. De hecho, se ha
constatado que solamente el 30% de los Caballeros de la Orden se encontraba al
mando en unidades militares el 18 de julio de 1936, lo que limita a 65 el número de
miembros de la élite heroica que realmente pudieron influenciar directa y eficazmente
en el desarrollo de los acontecimientos durante la sublevación. El grado de influencia
de estos miembros de la élite heroica con mando varía según la entidad de la unidad
a su mando y su valor táctico y estratégico.
El Ejército español de 1936 estaba formado, después de las reformas llevadas
a cabo por los gobiernos republicanos, por nueve divisiones y dos brigadas de
montaña encuadradas en dos ejércitos: el de la península, incluyendo Baleares y
Canarias, y el de África. De entre todas las unidades de combate, las del Ejército de
África eran las de mayor valor táctico, al ser unidades experimentadas en las guerras
del Rif, estar formadas por soldados profesionales y entrenados, y estar bien
equipadas de armamento y material.
140
Las otras grandes unidades, divisiones y brigadas, estaban normalmente
acantonadas en las grandes ciudades, y son consideradas como de gran valor
estratégico, al permitir asegurar el control de los órganos de gobierno, las zonas
industriales y los medios de comunicación. Estos parámetros convierten a los
generales al mando de las de las ocho divisiones orgánicas emplazadas en las
capitales, y a los tres generales al mando de las grandes unidades del Ejército de
África, en las piezas clave de la sublevación. Entre ellos se encontraban los siguientes
miembros de la élite heroica, a los que, en base a los datos verificados en el trabajo,
se les ha asignado su destino; su adscripción a uno u otro bando; su participación en
la guerra y su situación después de la guerra:
1. Virgilio Cabanellas Ferrer, Jefe I División Orgánica, con sede en Madrid-
Nacional- Neutralizado- Nombrado Teniente General después de la guerra.
2. Francisco Llano de la Encomienda, Jefe IV División Orgánica, con sede en
Barcelona- Republicano- Participa en ejército popular de la República- Exiliado
después de la guerra.
3. Domingo Batet Mestres, Jefe VI División Orgánica, con sede en Burgos-
Republicano- Neutralizado- Fallecido
4. Agustín Gómez Morato, Jefe Tropas del Ejército África, con sede en Ceuta-
Republicano- Neutralizado- Prisión y pérdida de carrera después de la guerra.
5. Oswaldo Fernando Capaz Montes, Jefe Circunscripción Occidental Marruecos,
con sede en Tetuán- Nacional- Neutralizado- Fallecido.
Lo que deja patente que los cinco generales de la élite heroica en los puestos de
mayor valor militar no supusieron apoyo alguno a la sublevación, sino todo lo
contrario, ya que tres de ellos se posicionaron claramente en favor de la lealtad al
gobierno, y los dos que no lo hicieron, fueron neutralizados. De los cinco, solamente
uno - Llano de la Encomienda-, pudo efectivamente influir en el desarrollo de la
guerra al frente de grandes unidades en el Ejército Popular Republicano.
141
En un segundo nivel de importancia militar, se encontraban los otros generales de
la élite heroica con mando de las dos comandancias militares insulares, entidades
administrativas de menor entidad que las divisiones orgánicas peninsulares, y grandes
unidades, que por orden de escalafón en 1936 eran:
6. Manuel Goded Llopis, Comandante Militar de Baleares, con sede en Mallorca-
Nacional- Neutralizado- Fallecido durante la sublevación.
7. Miguel Núñez de Prado y Subielas, Director General Aeronáutica, con sede en
Madrid- Republicano- Neutralizado- Fallecido durante la sublevación.
8. José Sánchez Ocaña, Jefe Estado Mayor Central, con sede en Madrid- Nacional-
Neutralizado- Asciende a Teniente General en la post-guerra.
9. Francisco Franco Bahamonde, Comandante Militar de Canarias, con sede en
Tenerife- Nacional- Participa en el Ejército Nacional- Jefe de Estado.
10. Pío Pozas Perea, Inspector General Guardia Civil, con sede en Madrid-
Republicano- Participa en ejército popular de la República- Exiliado.
11. Emilio Mola Vidal, General de la Brigada de Infantería con sede en Pamplona-
Nacional- Participación limitada a 11 meses- Fallecido durante la guerra.
12. Gregorio Benito Terraza, Jefe de la Brigada de Infantería con sede en Huesca-
Nacional- Participación a 4 meses) Fallecido durante la guerra.
En este grupo de segundo nivel de influencia militar, se comprueba que de los seis
miembros de la élite heroica africanista, solamente, Franco en el bando nacional y
Pozas en el republicano, participaron efectivamente durante toda la guerra.
En tercer lugar, los generales de la élite heroica que, estando en activo, estaban en
la situación de disponibles sin destino en julio, pero podían hacer valer el carácter
simbólico de su posición en la jerarquía militar:
13. Eduardo López de Ochoa Portuondo- Republicano- Neutralizado- Fallecido.
14. Manuel González Carrasco- No adscrito- Neutralizado- Exiliado.
15. Luis Orgaz Yoldi- Nacional- Participa en Ejército Nacional- Asciende a teniente
general en la post-guerra.
16. José Varela Iglesias- Nacional- Participa en ejército nacional- Asciende a teniente
general y es nombrado ministro en la post-guerra.
142
Este estudio de los generales de la élite heroica y su participación real en la Guerra
Civil, según su nivel de influencia militar, permite concluir que el papel de los
generales de la élite heroica, que constituían la denominada ‘élite de élites’, con
mando de unidades en julio de 1936 fue limitado a Franco y Mola durante la
sublevación. A estos dos generales sublevados con mando, se unieron otros generales
que se encontraban sin mando, como Orgaz y Varela, y así formaron el ‘cuarteto de
generales de la élite africanista’ que sí tuvieron un papel muy destacado en el
desarrollo de la Guerra Civil. En el bando leal al gobierno, durante la sublevación, se
posicionaron generales con mando de unidades clave; pero fueron neutralizados y
sólo pudieron servir en el Ejército Popular de la República Pozas Perea y Llano de la
Encomienda.
Esta conclusión modela la hipótesis de trabajo y permite establecer que, en los
ejércitos surgidos de la escisión provocada por el golpe de Estado en julio de 1936,
los generales de la élite africanista representaron solamente el 13% de los generales
del Ejército Nacional y el 15% de los generales del Ejército Popular de la República.
De hecho, esta escasez en Ejército Nacional de generales experimentados en las
guerras en Marruecos, como se expondrá más adelante, obligó al empleo de oficiales
de la élite africanista para el mando de grandes unidades y frentes. En el nivel
jerárquico inmediatamente inferior al del generalato dentro de la élite, se encuentra el
Cuerpo de Oficiales, formado por las categorías de jefes (coroneles, tenientes
coroneles, comandantes) y oficiales (capitanes, tenientes y alféreces), que
representaban el 75% de los componentes de la élite heroica en activo.
Este grupo mayoritario de la élite estaba al mando de unidades tipo medio- como
el Regimiento o Tercio, el Batallón o la Comandancia- y pequeñas unidades -como
compañías, o centros de formación-, concentrados en su mayoría en dos zonas
geográficas: Madrid y en el Ejército de África, lo que, de haber podido actuar de forma
autónoma cada mando, hubiese dado una clara ventaja al bando nacional en estas
plazas, al que los oficiales apoyaron en un 80% como se explicará en el siguiente
punto. Sin embargo, paradójicamente, el fenómeno observado revela otra situación:
143
- Los oficiales de élite heroica que se posicionaron en favor de la sublevación
en Madrid fueron neutralizados al declararse leales al gobierno los generales
al mando las grandes unidades de estas plazas y el general al mando de la
Guardia Civil, miembros también de la élite heroica.
- Los oficiales de la élite heroica destinados en las plazas del norte de África,
que suponían una cuarta parte del total de la élite, y que se posicionaron
mayoritariamente (70%) en favor de la sublevación, tuvieron que vencer la
resistencia de sus mandos naturales, ya que dos de los tres generales del
Ejército de África se mantuvieron leales al gobierno, aunque finalmente
fueron neutralizados por sus subordinados.
En conclusión, los oficiales de la élite heroica, que conformaban la mayoría de la
élite con mando de unidades, fueron esencialmente útiles en su apoyo a la sublevación
en las plazas del norte de África donde se insubordinaron y se impusieron por la fuerza
a sus mandos. Por el contrario, la insubordinación de éstos contra la posición lealista
de sus mandos en Madrid, o la mera sospecha de su falta de fidelidad al gobierno,
supuso su inmediata neutralización, como también fue el caso en Barcelona.
Estas dos conclusiones sobre la participación cuantificada de los generales y
de los oficiales de la élite africanista, permiten afinar, corregir y cuantificar la
hipótesis principal, ya que, se ha podido demostrar:
- La existencia de un grupo reconocido como tal en el seno del Ejército y de las Fuerzas
del Orden formado por los Caballeros de San Fernando que habían obtenido su
ingreso en la Orden en las Campañas de África.
- Esta élite africanista no ocupaba los puestos con mayor poder en la estructura militar
en julio de 1936, ya que muchos de los componentes de esta élite africanista se
encontraban sin mando, o en destinos con menor capacidad táctica y estratégica que
otros generales no pertenecientes a la élite africanista. Sólo el 17% de los generales
en activo pertenecía a la élite africanista y sólo 2 de los 14 generales de la élite
africanista consiguieron movilizar a las unidades bajo su mando directo en favor de
la rebelión (Mola y Terraza).
144
- De los generales de la élite africanista, sólo cuatro combatieron en el Ejército
Nacional y dos en el Ejército Popular de la República, luego el peso del planeamiento
y la conducción de las operaciones militares durante la guerra recayó en el resto de
generales no pertenecientes a la élite africanista y en algunos oficiales de la élite
africanista (Alonso Vega, Martín Alonso).
De hecho, se podría resumir esta conclusión sobre la hipótesis general diciendo que,
más que ser una sublevación propiciada por africanistas, los sublevados, entre los cuales
se encontraban prominentes africanistas, sacaron partido de las características que el
Ejército de África y los militares africanistas ofrecían, ya que su papel en la Guerra Civil
fue principalmente el de servir como mandos experimentados de unidades tipo Batallón
y Brigada en el Ejército Nacional, en sustitución de los mandos naturales que, o bien
habían permanecido fieles a la República, o bien habían sido neutralizados por el bando
republicano. Esto les permitió continuar demostrando su meritoria pertenencia a la élite
heroica y hacer valer sus cualidades profesionales y personales en grado de excelencia,
lo que les garantizó una carrera fulgurante y acabar en los más altos cargos del nuevo
Ejército español creado tras la Guerra Civil. Los otros, que optaron por servir en el
Ejército de la República, no tuvieron en general un papel especialmente relevante durante
la guerra - no más que el de los oficiales de reserva, de campaña, o de las milicias
populares-, ya que fueron desprestigiados e infrautilizados como profesionales en el
Ejército Popular de la República y, después al finalizar la contienda, apartados del
Ejército, pero no de sus atributos heroicos, aunque sus carreras y sus vidas fueran
ocultadas bajo condenas y depuraciones por el bando vencedor.
El papel indirecto, que se puede atribuir por igual a todos los integrantes de la élite
heroica africanista, es el de haber contribuido, no en exclusividad, pero sí de forma muy
significativa, a la creación de unas fuerzas profesionales y aguerridas en el Ejército de
África, cuya intervención en la Guerra Civil fue concluyente para el rumbo que tomaron
los acontecimientos, desde el momento en que desembarcaron en la península tras la
rebelión del 17 y 18 de julio de 1936.
145
VI.2.- La élite heroica africanista en la sublevación y durante la Guerra Civil
VI.2.1.- Los Caballeros de la Orden de San Fernando (Hipótesis A y B)
En el Ejército y las Fuerzas del Orden - cuerpos policiales también
militarizados- de la España del primer tercio del siglo XX coexistían tres élites
constituidas por el Generalato (élite del poder); el Cuerpo de Estado Mayor (élite
técnica) y por los Caballeros de la Orden de San Fernando (élite heroica). La
pertenencia a la élite heroica se otorga, en virtud a los Reglamentos que regulan la
Orden de San Fernando desde 1811, a aquellos militares de todos los grados, Armas,
Cuerpos o Servicios que habían sido acreedores a título individual de las más altas
recompensas militares -la Laureada o la Medalla Militar- por haber demostrado, en
acciones de guerra frente al enemigo, un valor de carácter heroico o distinguido, unido
a unas cualidades profesionales en el grado de excelencia. Si bien formalmente,
solamente los recompensados con la Cruz Laureada de San Fernando eran miembros
de la Orden militar de San Fernando, consideraciones históricas y reglamentarias
expuestas en el trabajo avalan la tesis, compartida por especialistas en el estudio de
las órdenes militares, de incluir a los recompensados con la Medalla Militar, que se
creó, precisamente durante el periodo de las guerras de Marruecos, para sustituir los
mismos hechos recompensados por las Cruces de San Fernando de 1ª y 3ª clase,
existentes desde la creación de la recompensa en 1811 por las Cortes de Cádiz.
En el entorno geopolítico europeo, durante el periodo de estudio, coexistieron
instrumentos similares para premiar el valor en los militares y civiles de sus países,
también sobre la base de Cruces, Medallas y Órdenes. La mayor parte de estas
recompensas eran pioneras, como la Orden de San Fernando, en ser otorgadas por
méritos individuales, frente a las antiguas Órdenes de caballeros, que se otorgaban
por razones hereditarias, entre la nobleza y la realeza europea. Las condecoraciones
europeas que premiaban los actos heroicos frente al enemigo se otorgaron
principalmente durante la Primera Guerra Mundial (1914-18) y otros conflictos
regionales de finales del siglo XIX, mientras que, en España durante el periodo de
estudio, la Cruz de San Fernando se otorgó por las guerras coloniales en Cuba,
Filipinas y Marruecos que abarcaron diferentes periodos entre 1895 y 1926.
146
El análisis de las condiciones para la obtención y de los beneficios asociados a las
condecoraciones, o a la pertenencia a las Órdenes europeas ha permitido constatar
similitudes entre la Orden de San Fernando y las Medallas al Valor, en la categoría
de Oro, de Austria y de Italia y la británica Cruz Victoria, cuyos elementos comunes
son:
- la universalidad de rangos militares que se podían beneficiar, desde los soldados
de recluta a los generales;
- el reducido número de premiados, por debajo de los mil durante los 30 años del
periodo comprendido entre finales del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX;
- la concesión llevaba aparejada unos derechos simbólicos, como la preeminencia
de los condecorados en los actos militares o la imposición por el Jefe del Estado en
acto público, y privilegios materiales, como pensiones vitalicias.
Por otro lado, se ha podido comprobar que otras conocidas recompensas militares
y civiles, como la Legión de Honor francesa, o la Cruz de Hierro alemana, se
concedieron a cientos de miles de personas, por lo que el componente de exclusividad
de la élite no existía en la misma; además de no aparejar derechos particulares. Es por
tanto plausible concluir que la Orden de San Fernando se inscribe en la normativa y
la práctica existente desde el inicio del siglo XIX de premiar el mérito de aquellos que
habían demostrado un valor extraordinario en servicios de armas en defensa de su
Patria, si bien el número muy restrictivo de concesiones de la Cruz de San Fernando
y la Medalla Militar a finales del siglo XIX y en el primer tercio del siglo XX podría
estar motivado, además de por las dificilísimas condiciones para su obtención, por el
hecho de que las campañas de Cuba, Filipinas y Marruecos tuvieron una participación
reducida de efectivos y se llevaron a cabo en un teatro de operaciones limitado, si se
les compara con la Primera Guerra Mundial en la que adquirieron los méritos para el
ingreso en órdenes militares similares los combatientes de otros ejércitos europeos.
Hecha esta salvedad sobre el número de componentes de la Orden de San Fernando
con respecto a otras recompensas similares europeas, la investigación permite, no
obstante, corroborar que los derechos y privilegios asociados a la obtención de Cruz
de San Fernando y a la Medalla Militar no tienen parangón en el entorno europeo,
llegando incluso a favorecer el ascenso social de aquellos que fueron premiados
147
perteneciendo a los estratos menos favorecidos de la sociedad española de principio
del siglo XX206, constituyendo la base para la pertenencia a una exclusiva élite en el
seno del Ejército español y , por ende, en su sociedad.
La élite heroica en julio de 1936, formada por los Caballeros Laureados de
San Fernando y los que estaban en posesión de la Medalla Militar, se componía de
218 militares, lo que suponía el 0,079 del total de componentes del Ejército, de los
cuales 111 estaban en reserva o licenciados y los restantes 107 en servicio activo, de
los que solamente 66, es decir el 30% del total de la élite heroica, estaban al mando
de unidades militares operativas y, por tanto, con capacidad de influenciar con sus
decisiones y acciones en la sublevación. El 63% de los miembros de la élite heroica
eran oficiales en la treintena de edad y mayoritariamente del Arma de Infantería.
Los Caballeros miembros de la Orden de San Fernando encabezaban la lista
de personal del Ejército publicada en al Anuario Militar de 1936, por delante de los
generales miembros de la élite del poder, como símbolo de los atributos intrínsecos a
la pertenencia a la Orden que les hacían ser reconocidos como máximos exponentes
de los valores castrenses, en particular del ‘valor’, a los ojos de sus compañeros de
armas, y de la sociedad civil, como demuestra el hecho de atribuir a calles o edificios
públicos el nombre de caballeros de la Orden de San Fernando. Estos atributos se
veían complementados por otros de carácter extrínseco, concretados en unos rituales
estéticos que realzaban la pertenencia a la élite como el uso exclusivo de estas
condecoraciones en el uniforme, eclipsando el resto de otras recompensas militares
obtenidas, o el derecho al trato formal superior al que por su grado le correspondiese.
206Véanse en el Capítulo VII, entre otras, las reseñas biográficas de Hernández Bello, Aparicio Micó, Lucas
Canillas, Trapote González, Crespo Coto, Hortigüela Carillo, todos ellos procedían de familias humildes
en zonas rurales desfavorecidas, iniciaron su carrera militar como soldados de remplazo y llegaron a
pertenecer con pleno derecho y reconocimiento al cuerpo de oficiales y algunos al generalato. Los
beneficios de ingreso en las Academias Militares de Oficiales, por ser Caballeros de la Orden, para sus
hijos y nietos también favorecieron la permanencia en la nueva clase social a la que habían logrado ascender
tan meritoriamente.
148
El estudio de la Orden de San Fernando y las condecoraciones militares que la
conforman en el contexto del análisis de la élite militar española ha aportado, además de
las conclusiones mencionadas que directamente son relevantes para la élite heroica, otras
más genéricas sobre el conjunto de la institución militar, ya que se ha podido vislumbrar
un característica más profunda de las órdenes militares como instrumentos de
vertebración de la milicia que va más allá de las características simbólicas de
ejemplaridad para el resto compañeros de armas. El ingreso en la Orden de San Fernando,
además de constatar los méritos profesionales en grado de excelencia para el Caballero
que accede a la Orden, suponían también el establecimiento de una línea nueva de
subordinación, sustituta del antiguo pleito o vasallaje feudal de las órdenes hereditarias
de Caballeros, resultando en una obligación del miembro de la Orden con la misma, e
indirectamente con los representantes del mecanismo de concesión de las
condecoraciones que le dieron acceso a la misma. En conclusión, los miembros de la
Orden de San Fernando, recibieron con su ingreso en la prestigiosa Orden militar un
reconocimiento profesional y social, a la vez que unas obligaciones no escritas de
sometimiento a la Orden que, de forma práctica, estaba representada por los estamentos
militares africanistas que habían llevado a cabo la propuesta de concesión de la
condecoración y el juicio contradictorio que avaló el ingreso en la Orden. En suma, los
miembros en activo de la élite heroica, cuya mayoría eran ‘africanistas’, estaban sujetos
por una obligación moral de lealtad con la ‘particularidad africanista’, añadida a sus
obligaciones deontológicas militares, lo que pesó en favor de su decisión de adscribirse
al bando sublevado, donde la élite africanista se sumó en una gran mayoría.
149
VI.2.2.- La élite heroica africanista (Hipótesis C)
La élite heroica militar en 1936, en activo y en reserva, se componía en un
70% de aquellos militares que habían ingresado en la Orden de San Fernando por
acciones militares acaecidas en las diversas guerras en territorio del Norte de África
de principios del siglo XX, que abarcan diversas campañas en el concreto periodo
entre 1909 y 1927. Un 17% lo conformaba los condecorados en las guerras de
independencia de Filipinas y de Cuba de finales del siglo XIX, particularmente en el
período entre 1995 y 1998207; y un 13% los más recientes ingresos en la Orden al
haber sido condecorados durante los sucesos revolucionarios de Asturias en 1934.
Si tenemos en cuenta a los militares de la élite heroica que estaban en servicio
activo en julio de 1936, un 85% había ingresado por los méritos adquiridos durante
en las campañas africanas. El 15% restante se compone de los militares que ingresaron
en la élite heroica durante la República por acciones acaecidas durante los sucesos
revolucionarios de Asturias, Barcelona o Córdoba, aunque también pertenecían en su
mayoría, excepto tres guardias civiles, a unidades militares del Ejército de África que
fueron enviadas a Asturias en 1934.
Si además, acotamos a aquellos miembros de la élite heroica en servicio activo
y con mando - que eran los realmente podían movilizar a sus unidades en favor de
uno u otro bando durante la sublevación- el porcentaje de africanistas en la élite
heroica es del 97%, ya que prácticamente todos los militares de la élite con mando en
julio de 1936 habían ingresado en la élite por acciones ocurridas en la guerra de
Marruecos, la mayor parte de ellos en las campañas de repliegue y contraofensiva
franco-española posteriores al desastre de Annual, que tuvieron lugar desde 1921 a
1927; o en acciones durante los sucesos revolucionarios de Asturias de 1934,
encuadrados en el Ejército de África.
207Sólo un condecorado en 1872 y otro en 1894, en acciones bélicas anteriores a este periodo de guerras
declaradas.
150
En estas campañas militares en el norte de Marruecos de principios del siglo
XX, que constituyeron la llamada ‘guerra de África’ o ‘guerra del Rif’, se acuñó el
término ‘africanista’, para designar a los militares que habían progresado en la carrera
de forma rápida y prestigiosa y que forjaron una forma particular de entender su
profesión dentro del seno de la milicia, llegando a cuestionar los méritos o virtudes
como militares del resto de sus compañeros de armas, al considerarse, seguramente
con razón, experimentados combatientes y técnicos innovadores en las tácticas
militares de inicios del siglo XX, como el uso ofensivo de la aviación o de los carros
de combate.
Los datos inferidos del estudio nos han permitido establecer que la élite
heroica militar que tenía capacidad de influenciar en 1936 en el desarrollo de la
sublevación y de la Guerra Civil estaba formada en su práctica totalidad por militares
‘africanistas’, los cuales aunaban una probada experiencia en combate; con su
ascendiente simbólico como héroes reconocidos en el estamento militar; con una
particular forma de entender las obligaciones deontológicas; y que estaban al mando
de unidades en el Ejército y en las Fuerzas del Orden en la Segunda República.
151
VI.2.3.- Adscripción (Hipótesis D) y participación en la guerra (Hipótesis E)
Los diversos procesos analíticos, agrupados en cinco bloques, llevados a cabo en
este trabajo de investigación han permitido obtener los datos precisos de la
participación efectiva, en uno u otro ejército, de los miembros de la élite heroica
africanista, después de identificar cuidadosamente los casos de aquellos que fueron
“neutralizados” en ambos bandos durante la sublevación. Estos datos se han
comparado con los niveles de participación, tanto de las otras élites militares descritas
en el trabajo, como con los niveles generales de adscripción a uno u otro bando en el
Ejército y Fuerzas del Orden para así poder contextualizar su relevancia y extraer las
conclusiones, por comparación, con el conjunto del estamento castrense.
Primeramente, con respecto a las otras élites militares existentes en 1936, el
análisis comparativo, basado en fuentes primarias y secundarias, sobre el nivel de
participación en la Guerra Civil de las tres élites identificadas (poder/técnica/heroica)
arroja las siguientes conclusiones:208
- En la élite del poder, que contaba con 90 generales en activo y con mando en
julio de 1936, el 35% militó en el Ejército Republicano y otro 35% en el
Ejército Nacional; lo que implica una práctica división en dos entidades
iguales de esta élite.
- En cuanto a la élite técnica, compuesta por los 500 oficiales de Estado Mayor
en cuyos despachos se planificaban las operaciones militares y se asesoraba a
los generales de la élite del poder en sus decisiones, el 25 % permaneció en el
bando republicano, y el 35% en el sublevado; lo que indica una ligera
preferencia por el bando nacional.
208Los resultados expuestos en las conclusiones son cifrados en tantos por ciento, redondeadas a valores
múltiplos de 5. El porcentaje restante en cada caso corresponde a los militares sin bando determinado,
hechos prisioneros, o muertos del 18 julio 1936 a 1 abril 1939. En los apartados precedentes del trabajo se
exponen las cifras del número de casos y los porcentajes exactos.
152
- De los componentes de la élite heroica, representantes del poder simbólico de
influencia en todos los estratos militares, el 20% permaneció en el bando
republicano y el 65% apoyó al bando nacional, lo que supone que los que
apoyaron el bando sublevado triplican sobradamente a los que permanecieron
fieles al gobierno. Si tenemos en cuenta solamente a los miembros de esta élite
en activo, como se sucede en las otras dos élites, el porcentaje de adscripción
al bando nacional se eleva hasta el 80%.
- A la que hemos denominado élite de élites - los generales de 1936 que
pertenecían a la élite heroica por haber demostrado años antes su heroísmo en
acciones de guerra – y que estaba formada por 14 generales, el 15% formó
parte de los cuadros de mando del Ejército Republicano y el 30% en el
Nacional; lo que supone el doble en el bando nacional que en el republicano.
Estos datos evidencian que los militares de la élite heroica se alinearon con el
bando nacional en una proporción de casi 4N:1R; frente a una ratio prácticamente de
1N:1R en la élite del poder; y una ratio de 3N:2R en la élite técnica.
No obstante, el nivel de adscripción no se corresponde cuantitativamente con el
nivel de participación efectiva en uno u otro ejército, ya que un tercio de los militares
de la élite heroica fueron ‘neutralizados’ durante los días inmediatos a la sublevación
en ambos bandos. El estudio comparativo de las tres élites ha permitido establecer
que, aproximadamente, también un tercio de los miembros de las élites militares en
1936 fue ejecutado, asesinado, encarcelado o se exilió en los días siguientes al 18 de
julio y, por tanto, no pudo participar en la Guerra Civil. Esta altísima cifra de
‘neutralizados’ revela la importancia, para uno y otro bando, del posicionamiento de
los miembros de las élites en el eventual éxito o fracaso del golpe militar y, así mismo,
reitera la certeza de la ‘hipótesis A’ sobre la existencia de las tres élites y su
importancia en el seno del estamento militar.
153
ILUSTRACIÓN 26- Gráfico comparativo participación efectiva de cada élite
Además, el estudio particular de las cifras de militares neutralizados en el seno
de la élite heroica ha permitido afinar la hipótesis principal y diferenciar el nivel de
adscripción, o apoyo, a la sublevación y el nivel real de participación en uno y otro
de los ejércitos surgidos de la escisión en dos del Ejército y las Fuerzas del Orden de
la Segunda República después de la sublevación el 18 de julio.
A continuación, se exponen las correspondientes conclusiones que verifican y
amplían las hipótesis relativas a la participación de la élite heroica africanista en la
Guerra Civil, agrupadas en cuatro apartados: primero (a), sobre la intencionalidad de
adscribirse en uno u otro bando; segundo (b), sobre su participación real en la guerra
en uno u otro ejército; tercero (c) sobre el papel desempeñado en la guerra; y cuarto
(d), sobre el papel de los miembros de la élite que estaban en reserva o licenciados en
el momento de la sublevación.
(a) Amplia vocación golpista de la élite africanista
En términos absolutos, de la totalidad de los generales con mando en el
Ejército y las Fuerzas del Orden en julio de 1936, el 45 % tomó parte por el bando
de los sublevados. De los 14 generales de la élite africanista, 10 de ellos mostraron
su apoyo a la rebelión militar, en diversos grados de convicción, mientras 4 de
ellos lo hacían en defensa del orden establecido. Estos valores indican una clara
vocación golpista entre los generales de la élite africanista, de casi 30 puntos
superior al resto del generalato.
0 50 100 150 200 250 300 350 400 450
Élite poder (Generales)
Élite técnica (Estado Mayor)
Élite heroica (Orden San Fernando)
30
179
60
32
113
16
28
132
31
Participación efectiva de los miembros en activo de las tres élites en los Ejércitos Nacional y Republicano
Nacional Republicano Neutralizado/ No participa
154
Por su parte, los 69 oficiales de la élite africanista en activo, superaron
aún más el porcentaje de apoyo a la sublevación de sus generales, llegando
prácticamente al 80%, sobre todo entre los más jóvenes. Esta cifra es 20 puntos
superior al apoyo estimado de los oficiales en términos absolutos, que apoyaron
el golpe en un 60%.
La veintena de miembros en activo de las clases de suboficiales y tropa
no estaban al mando de unidad independiente - por tanto, tuvieron una menor
posibilidad de influencia en los acontecimientos - y mantuvieron unos niveles de
apoyo parecidos a los registrados en términos absolutos entre los suboficiales,
guardias y soldados.
El análisis de otros parámetros ha permitido constatar que la edad media
de los miembros de la élite que se sumaron a uno, u otro bando, fue en ambos
casos de 43 años y que los más jóvenes se sumaron en mayor proporción al bando
nacional. En cuanto al grado militar, son los comandantes los que combaten en el
Ejército Nacional en una proporción mayor que los que lo hacen en el Ejército de
la República (15N:1R), seguido por los tenientes coroneles (9N:1R); mientras que
la participación de los capitanes se equilibra (2N:1R) en parte por el alto número
de neutralizados durante la sublevación. En cuanto Arma, o Cuerpo, de
procedencia, el 60% de la élite se componía de militares del Arma de Infantería,
por lo que es el Arma más representada en ambos Ejércitos durante la contienda.
(b) Limitada participación de la élite africanista en la Guerra Civil
La masiva adscripción de la élite africanista al bando de los sublevados
no se tradujo, sin embargo, en un apoyo importante en el desarrollo de la rebelión
y de la guerra. Los diferentes análisis presentados en este trabajo de investigación
han permitido concluir que esta potencial determinación no se vio acompañada de
la necesaria capacidad de acción para convertirse en un apoyo eficaz, ya que el
alto porcentaje de neutralizados impidió que un tercio de los militares de la élite
con experiencia ‘africanista’ y al mando de unidades se incorporarse a los ejércitos
en la contienda.
155
De los diez generales de la élite africanista que mostraron su apoyo, seis
fueron neutralizados durante las primeras horas después de la proclamación el 18
de julio, por los que solamente cuatro generales de la élite heroica pudieron
realmente ejercer el liderazgo y presión para convencer a sus compañeros para
sumarse al golpe. Estos cuatro fueron: Franco, Mola, Orgaz y Varela. Algo
proporcionalmente similar sucedía a los cuatro generales que se declararon
abiertamente defensores del gobierno, ya que solamente dos de estos generales de
la élite africanista pudieron posicionarse frente a la sublevación en el bando
republicano: Llano de la Encomienda y Pozas Perea.
En paralelo, un proceso similar se daba en los militares de la jerarquía
inmediatamente inferior al generalato, los oficiales, que se demostraron su apoyo
a la sublevación, o su falta de determinación en la defensa al gobierno, y eran
neutralizados, aunque en menor medida que los generales, ya que un total de 46
pudieron combatir al mando de unidades en el Ejército Nacional y 11 en el
Republicano.
(c) La conducción de las operaciones militares durante la guerra
Como corolario de las conclusiones precedentes, es evidente que el papel
de los generales de la élite heroica en el planeamiento y la conducción de las
operaciones militares durante la guerra fue muy limitado, al igual que también lo
fue la participación del resto del generalato, que se estima contribuyó solamente
con el 20% del total en el Ejército Nacional, frente a un 27% en el Republicano.
El resto de los generales fueron neutralizados por uno y otro bando durante la
sublevación. Consecuentemente, el papel de la Oficialidad de la élite africanista,
sobre todo los jefes con grados superiores, fue mucho más importante, y muchos
de ellos combatieron en ambos ejércitos al mando de grandes unidades
(Brigada/División) para suplir la falta de generales.
156
(d) Los militares retirados de la élite también se suman a las filas de los
sublevados
Así mismo, en el marco de evaluar correctamente la contribución de la
élite africanista en la Guerra Civil, se ha constatado la incorporación de 31
oficiales de la élite africanista retirados, o en reserva, a filas nacionales, frente a 5
a las republicanas, del total de 111 que estaban en esta situación en julio de 1936.
Muchos de los que se incorporaron, también contribuyeron en el mando de
unidades militares y de milicias durante la guerra. Lo que ha permitido concluir
que los militares de la élite heroica en situación de retirados se unieron a las filas
sublevadas en un porcentaje similar a los oficiales en activo. El resto de los
miembros de la élite heroica retirados no participó en la guerra, o no se ha
encontrado evidencia de ello.
En resumen, estas conclusiones sobre el nivel de participación de la élite heroica
en la Guerra Civil permiten asegurar que, durante la sublevación y la guerra, la élite
heroica participó en el denominado ejército nacional, por encima de los valores de las
otras élites, y muy por encima de la media de afiliación en términos generales, que la
bibliografía especializada evalúa en aproximadamente la mitad de los militares en
activo en 1936 en cada bando.
157
VI.3.- La élite heroica después de la guerra: la pervivencia de la élite (Hipótesis F)
Este tercer sub-epígrafe presenta las conclusiones de la investigación que han
venido propiciadas por el análisis de las vicisitudes profesionales y personales
acaecidas a aquellos miembros de la élite heroica al terminar la guerra. Siguiendo la
misma metodología utilizada para el estudio de los periodos de la sublevación y de la
guerra, se ha constatado fehacientemente que 109 miembros de la élite heroica
participaron en la contienda, esta cifra incluye tanto a los que se encontraban en
activo, como los que se incorporaron desde la situación de reserva, descontando a los
‘neutralizados’ (fusilados, asesinados o encarcelados) en los primeros días después la
sublevación. De este segmento de la élite que combatió en uno u otro ejército durante
la Guerra Civil, se ha constatado que 89 estaban vivos en abril de 1939. De los 20 que
murieron durante la guerra, se ha podido identificar a los 17 que murieron
combatiendo en el Ejército Nacional y a los 3 lo hicieron en el Republicano. Estos
datos permiten establecer que la cifra de mortandad de los miembros de la élite
heroica africanista durante la Guerra Civil en casi el 20% del Ejército Nacional (88
combatientes- 17 bajas) y en casi el 15% en el Ejército Republicano (21 combatientes-
3 bajas), niveles de bajas inferiores, en ambos casos, a los sufridos durante la
sublevación que, recordemos, se estimaron en el 30% en cada bando.
Los miembros de la élite heroica africanista supervivientes a la Guerra Civil, al
igual que sus compañeros de milicia, se encontraron ante dos situaciones, personales
y profesionales, muy diferentes al final de la guerra. De un lado, el grupo formado
por los que se exiliaron, los que fueron apresados y posteriormente fueron procesados
y sentenciados a prisión o retirados forzosamente del ejército mediante un proceso
administrativo de depuración, aunque todos ellos, excepto uno, conservaron sus
derechos como miembros de la Orden de San Fernando. A este grupo, formado por
20 miembros de la élite heroica africanista, pertenecían los 18 sobrevivientes que
habían combatido en el Ejército Republicano y dos de los que lo habían hecho en el
nacional. Del otro lado, se encontraban los 71 componentes de la élite que continuaron
sus carreras profesionales y que habían combatido en el Ejército Nacional. Un 80%
de los militares de este grupo llegaron al máximo nivel de la jerarquía castrense: el
158
generalato. De estos 52 que alcanzaron el grado de general, la mitad alcanzó al grado
de teniente general y dos el de capitán general209. Además, cuatro de ellos formaron
parte de los gobiernos de la postguerra como ministros o altos cargos.
La conclusión del estudio de la élite heroica después de la guerra es, por tanto, la
constatación de la pervivencia de los valores intrínsecos a la pertenencia a la élite, también
después del periodo de Guerra Civil, que viene demostrada por dos datos principalmente:
de una parte, la progresión profesional al máximo de los niveles jerárquicos en la milicia
y en la administración civil de los miembros de la élite que combatieron en el bando
ganador; de otra parte, el hecho de que ninguno de los miembros de la élite heroica
africanista que combatió en el bando perdedor fue sentenciado y ejecutado a la pena
capital después de la guerra.
Como corolario de la conclusión que confirma la hipótesis de trabajo, debemos
remarcar el hecho de que todos los miembros de la élite heroica que combatieron en el
Ejército Popular de la República, excepto uno, continuaron su pertenencia a la Orden de
San Fernando, conservando intactos todos sus derechos y privilegios, a pesar de haber
militado en el bando perdedor y haber sido condenados a penas de prisión, curiosamente,
por el delito de rebelión militar. No solamente conservaron los derechos y privilegios para
sí mismos, sino que sus familiares de primer y segundo grado pudieron también
favorecerse de los beneficios asociados al ingreso en los centros de enseñanza militar y
en los cuerpos civiles de la defensa, como de hecho lo hicieron algunos de ellos (Muñoz
Güi y Rodríguez López). En un caso, los tribunales de justicia después del régimen
franquista reconocieron el grado militar que le hubiese correspondido a un miembro de
la élite, de no haber sido apartado de su carrera al finalizar la guerra (Nombela).
La confirmación de la hipótesis de trabajo y su corolario permiten, a modo de
conclusión final, confirmar la permanencia de los atributos de la pertenecía a la élite
heroica después de la confrontación entre bandos antagónicos en la Guerra Civil y la
209 Téngase en cuenta que, como Caballeros de la Orden de San Fernando, al pasar a la reserva, podían
solicitar el ascenso a un grado superior, de forma honorífica.
159
prevalencia de la cohesión entre los miembros de la élite. Esta cohesión interna, facilitó
que unos tuviesen un papel muy destacado en la conducción de operaciones durante la
guerra y que después de la misma llegasen a lo más alto de sus carreras profesionales. A
los otros, les facilitó la dura transición por el camino de la derrota hacia su retiro
anticipado del ejército, después de cumplir una media de 6 años de prisión, sin que
ninguno de ellos fuera aplicada la pena capital.
Finalmente, a modo de prospectiva sobre la élite heroica militar después de la Guerra
Civil, se ha evidenciado un incremento en el número de componentes de la élite
directamente relacionado con el periodo de la guerra, ya que durante estos tres años se
concedieron 71 Laureadas y 1.205 Medallas Militares, cifras muy superiores a las
otorgadas en los treinta años de guerras coloniales en Filipinas, Cuba y Marruecos. Estas
cifras se tradujeron en una élite heroica de la post-guerra civil siete veces mayor en
número de miembros que la existente antes de la guerra. Esta constatación revela que
después de la Guerra Civil se asistió en el seno de la milicia al nacimiento y desarrollo de
una nueva élite heroica estructurada en tres niveles:
- Un nivel nuclear formado por los Caballeros de la Orden que provenían de la élite
heroica africanista antes de la guerra y que habían militado en el Ejército Nacional.
Éstos formaron la cúpula jerárquica y el referente del nuevo Ejército español de la
post-guerra;
- Una amplia y variada capa formada por los nuevos ingresados en la Orden de San
Fernando tras haber sido condecorados por su demostrado valor heroico o distinguido
en el Ejército Nacional durante la Guerra Civil y que constituían la base del liderazgo
del nuevo Ejército;
- Un finísimo estrato externo formado por la escasa veintena de Caballeros que
pertenecían a la élite heroica africanista antes de la guerra pero que, al haber militado
en el ejército republicano, no tenían cabida en el nuevo ejército, si bien conservaban
los atributos externos de la pertenecía a la élite, como caballeros de la Orden de San
Fernando en la situación de reserva.
160
VI.4.- Los códigos africanistas como elemento para la adscripción (Hipótesis G)
Como las conclusiones precedentes han evidenciado, el 80% de los miembros de
la élite africanista incumplió sus obligaciones legales y morales, en particular su promesa
de obediencia a las leyes y de defensa de la República, al sublevarse, apoyar la
sublevación o incorporarse al Ejército Nacional. Además, contrastando la posición que
cada uno de ellos tomó durante la sublevación con respecto a la de su máximo superior
jerárquico militar, el general Jefe de la División Orgánica en la que estaban encuadrados,
casi la mitad de los militares que componían la élite africanista se rebeló en contra de las
órdenes de sus superiores jerárquicos directos, con grave quebranto del principio de
disciplina interna.
El hecho de que esta conducta tuviese lugar en el seno de un grupo selecto de
militares -los Caballeros de la Orden de San Fernando- que gozaba de la máxima
consideración y reputación entre sus compañeros, y en la sociedad civil, ha aconsejado
llevar a cabo un estudio descriptivo y un análisis de las posibles causas de esta conducta
y buscar posibles correlaciones entre los códigos deontológicos imperantes en la milicia
del primer tercio del siglo XX y la toma de decisión de alinearse en uno u otro bando.
Partiendo del principio de que todos los militares de la élite heroica en activo
estaban sujetos a las mismas obligaciones legales y deontológicas, la normativa aplicable
a los militares en 1936 no dejaba duda alguna sobre la obligación de mantener el respecto
y sometimiento a las leyes civiles y a la disciplina interna, como uno de los pilares de la
deontología militar y, sin embargo,
- el 80% de la élite heroica africanista incumplió su promesa formal de acatamiento
constitucional, defensa del gobierno y sus obligaciones legales, al sumarse a la
rebelión militar del 18 de julio; y, además,
- el 45% de esta élite se rebeló contra sus propios mandos militares, quebrantando un
principio esencial de la militar moral, la disciplina, consagrada formalmente en las
ordenanzas militares españolas desde el siglo XVIII.
161
Ante esta situación en la que la prestigiosa élite heroica, exponente de los valores
castrenses en excelencia, se convierte en ejemplo mayoritario del quebranto de las
obligaciones legales y morales, se han expuesto en este trabajo dos líneas argumentales
conexas utilizadas por los miembros de la élite africanista sublevados para justificar el
quebranto de la disciplina, basadas, por un lado, en los conceptos intervencionistas
militares y, de otro lado, en una interpretación interesada de los principios establecidos
en las Ordenanzas del Ejército vigentes en 1936, en particular en su artículo 9 que
estipulaba que el oficial podía decidir, en caso de duda, la opción más digna de “su espíritu
y honor”, sin limitación legal o moral.
En cuanto a la primera línea argumental, se ha constatado que la bibliografía
especializada es unánime en constatar la pervivencia en una gran parte del estamento
militar, y en particular en la élite africanista, de una ideología ‘primoriverista’ de
primacía, o cuando menos autonomía, del poder militar sobre el civil; y de la convicción
de su obligación de defender a la Patria, incluso de su propio gobierno, cuando éste
representa valores revolucionarios y contrarios a la unidad nacional.
Esta interpretación particular de las obligaciones del militar, no supeditadas a las
leyes o a las autoridades civiles, se vio refrendada por la preeminencia dada por ciertos
círculos militares -entre los cuales figuraban los africanistas, como se ha expuesto en la
segunda línea argumental de este trabajo- a los valores ensalzados en las Ordenanzas del
Ejército que, en 1936, eran en su esencia, aún herederas de los valores morales
propugnados por las Reales Ordenanzas de Carlos III, que sirvieron de marco
deontológico a la milicia española desde 1768 hasta 1978.
Estas ordenanzas, en particular el artículo 9, proporcionaba una escapatoria moral
al cumplimiento de las órdenes de sus superiores, civiles o militares, y por tanto
quebrantar la ‘disciplina’, ya que esta disposición normativa estipulaba que, en aquellas
situaciones en las no haya una instrucción particular y en caso de duda, el oficial podía
“elegir el (lance) más digno de su espíritu y honor”, sin indicación ni límite al debido
respeto a los principios constitucionales y legales.
162
Este modelo de autonomía del poder militar con respecto del civil, que lleva
aparejado la consideración de la supremacía de los principios deontológicos contenidos
en las ordenanzas militares y los valores africanistas sobre la normativa legal y
reglamentaria, podría explicar la mayoritaria adscripción a la rebelión de aquellos
militares que se consideraban depositarios de la excelencia de estos valores puramente
castrenses.
Esta estructura conceptual propia de la mentalidad militar africanista se vio
protegida y amplificada por las características en la misma esencia elitista del grupo, es
decir, por los elementos constitutivos de la pertenencia a una élite militar.
De un lado, la esencia misma de la condición de ‘héroe’ y el atributo de ‘ser
ejemplo’ para el resto de los compañeros jugaba como un factor impulsivo que lleva a los
miembros de la élite a buscar las circunstancias de mayor riesgo y sacrificio en sus
trayectorias profesionales, como lo demuestra que, en ambos bandos los Caballeros de la
Orden de San Fernando siguieron demostrando sus reconocidos valores militares, de tal
modo que, los que combatieron en el bando nacional lo hicieron al mando de importantes
unidades y frentes y la mayor parte de ellos llegaron al generalato; del de otro lado, los
que combatieron en el bando republicano, lo hicieron hasta el último momento, siendo
procesados y encarcelados por haber dado lo mejor de su valía y prestigio profesional
durante la guerra.
En segundo lugar, el corporativismo asociado a la pertenencia de la élite
africanista, reforzado por un sentimiento de prepotencia frente a la misma clase militar,
al considerarse los únicos representantes de los valores castrenses. Estos lazos de
hermandad, casi sagrada, pudieron tener mucho que ver en el momento de la toma de
decisión sobre apoyar o no el golpe, sobre todo si los principales organizadores del mismo
eran miembros de la misma élite, que bien pudieron hacer valer su condición de altos
mandos en la jerarquía interna de la élite, para atraerse a sus correligionarios, frente a la
posición de permanecer leales a la República decidida por sus mandos naturales.
163
No obstante, a pesar de compartir unos valores deontológicos comunes, las
conclusiones aportadas por el estudio de la élite heroica durante la Guerra Civil, han
dejado patente que no todos los componentes de la élite heroica africanista fueron
partidarios del golpe de Estado. La élite demostró su cohesión interna, pero no se
comportó de forma monolítica debido, entre otras razones, a la existencia de diferentes
tendencias que coexistían dentro de la élite africanista, primordialmente creadas por las
políticas de recompensas de los diferentes gobiernos durante la Segunda República que
fueron progresivamente politizando la jerarquía militar. Sin embargo, siguiendo las tesis
expuestas en este trabajo, fueron las valoraciones deontológicas de cada miembro de la
élite las que, junto con el cúmulo de circunstancias familiares y personales, motivaron la
decisión de cada uno de ellos. Este juicio ético profesional tenía su base normativa, como
se ha explicado, en la Ordenanzas del Ejército vigentes durante la Segunda República, las
cuales, en su artículo 9, dejaban un considerable margen para la toma de decisión fuera
del marco de las obligaciones legales y el respeto al poder civil.
Esta conclusión, la existencia de un juicio ético individualizado, basado en
códigos deontológicos, como elemento para la decisión en la adscripción a uno u otro
bando, está respaldada por el hecho de que los cuerpos policiales de naturaleza militar,
como la Guardia Civil y los Carabineros, en cuya normativa específica y en su práctica
cotidiana no había margen de duda sobre su subordinación al poder civil y el respeto
absoluto a la Ley, se mantuvieron en su mayoría leales al gobierno. Además, apoyando
esta misma conclusión, no podemos olvidar que, casi una cuarta parte de los militares de
la élite africanista valoró su obligación, y su convicción ética de lealtad al gobierno de la
Republica, por encima de otras circunstancias políticas, sociales o profesionales y
combatieron en el Ejército Popular de la República, a pesar de ser recompensados con la
sistemática desconfianza, por las autoridades políticas, y con la obtusa indisciplina por
parte de sus subordinados.
164
Como corolario de las conclusiones aportadas en este punto, cabe apuntar que las
reformas de Azaña en la administración militar al inicio de la Segunda República, aunque
fueron extensas, más de 35 decretos-leyes concentrados temporalmente en tres meses del
1931 en sectores tan sensibles como la organización, la justicia militar, las plantillas de
efectivos, las retribuciones y los medios; paradójicamente no abordaron el tema de los
códigos morales militares. Si bien las reformas en la enseñanza - incluyendo la clausura
de la Academia General Militar de Zaragoza, que servía de vector de propagación a la
cultura africanista- y la obligada fórmula de promesa de la Constitución de 1931,
apuntaban certeramente a reformar la mentalidad intervencionista militar que dominaba
muchos y amplios sectores del estamento militar, muy particularmente a los jóvenes
oficiales africanistas, ningún gobierno de la República se propuso si quiera la simple
revisión, o adaptación, de los principios deontológicos militares, en particular en lo
referente a las arcaicas Ordenanzas del Ejército -cuya última revisión había tenido lugar
en 1896- al menos para acotar las actuaciones de los militares dentro del respeto a las
leyes y a la Constitución, como no sucedió sino hasta la promulgación de las Reales
Ordenanzas militares el 28 de diciembre de 1978.
165
VI.5.- Utilidad de la investigación
Las conclusiones aportadas por este trabajo ponen de manifiesto tres resultados
de directa aplicación práctica en varios ámbitos académicos y en particular en la
enseñanza militar de formación y de perfeccionamiento:
i. la posibilidad de llevar a cabo un estudio novedoso sobre el estamento militar
en la Guerra Civil usando una metodología científica y datos obtenidos de
fuentes primarias sobre una muestra seleccionada por criterios objetivos.
ii. la importancia del liderazgo ejemplarizante, como el ejercido por los militares
de la élite heroica, como factor de cohesión interna en los cuerpos militares y
policiales.
iii. el valor que los códigos éticos tienen en el estamento militar, como elemento
indispensable en su preparación para hacer frente a situaciones extremas en las
que se requiere un juicio ético individual acorde con los principios legales y
deontológicos.
Estos tres corolarios pueden tener una aplicación en sus tres correspondientes ámbitos:
A. En el área de la divulgación histórica
Se trata de una investigación académica que profundiza en los expedientes
profesionales de los militares considerados como ‘héroes’ antes de la Guerra Civil y
analiza su actitud ante una situación de crisis inaudita, con un estudio cuantitativo
exhaustivo apoyado en diversas variables (edad, Arma o Cuerpo, empleo, destino).
Por tanto, es un trabajo que aporta un valor añadido en el ámbito de la narrativa
histórica por su originalidad, y complementariedad a los estudios existentes y muy
particularmente en los estudios sobre las élites, los principios que las gobiernan, sus
códigos éticos y su interacción con otras élites. La personalización de una élite; el
estudio de sus vicisitudes durante un periodo crítico que lleva a sus componentes a
enfrentarse unos contra otros; y la constatación de la supervivencia de la cohesión de
la élite tras la guerra; son elementos de gran utilidad en el ámbito de los estudios de
las ciencias sociales.
166
Además de los elementos genéricos mencionados, la metodología planteada para
la investigación ha permitido identificar, corregir y ampliar algunos datos concretos
publicados sobre los Caballeros de la Orden de San Fernando, tanto en las mismas
fuentes primarias, como en la bibliografía especializadas, ya que se ha contrastado la
información contenida en la Hoja de Servicios y en las publicaciones oficiales de
ambos bandos y este proceso ha permitido detectar errores en el listado de personal
condecorado con la Cruz de San Fernando y con la Medalla Militar, Capítulo VIII,
del Anuario Militar de 1936, que es una fuente primaria frecuentemente usada como
referencia para la investigación de la Guerra Civil.
Los errores detectados incluyen casos que estaban listados erróneamente, al no
estar en posesión de las citadas condecoraciones; casos de militares condecorados
pero que habían fallecido antes de 1936; y cuatro casos de militares que, habiendo
sido recompensados con estas dos máximas condecoraciones, no se encontraban
citados en el mencionado Capítulo VII del Anuario Militar de 1936.
La investigación también sirve de complemento informativo y de ayuda para la
búsqueda de datos sobre militares durante la Guerra Civil en los fondos documentales
de los archivos históricos militares, ya que ha quedado constatado que los expedientes
personales contienen poca información de los acontecimientos acaecidos a estos
militares durante la sublevación y la Guerra Civil, ya que durante este periodo en
muchos casos los datos consignados son escasos, llegando a constar una lacónica
anotación marginal indicando ‘en zona no liberada’ como toda información
profesional en los años 1936-1939. Si bien, se ha confirmado una abundante y
detallada información disponible en las publicaciones oficiales, de ambos bandos,
sobre los acontecimientos profesionales acaecidos a este grupo de militares durante
los días inmediatos a la sublevación y durante la guerra.
En este particular, se ha elaborado un índice onomástico que permitirá un acceso
sencillo a la información sobre hechos clave de la Guerra Civil española de 1936-39
a futuros investigadores en el ámbito de la historia militar. Así, se podrá hacer uso de
167
información completa y estructurada sobre todos los integrantes de la élite militar en
la Guerra Civil, y su participación en la misma, que hasta ahora se encontraba dispersa
en fuentes primarias de laborioso acceso y en diversas publicaciones especializadas
de forma parcial. Este recurso es especialmente útil para los estudios técnicos que
apoyen la aplicación de la conocida como ‘Ley de Memoria Histórica’, Ley 52/2007,
en lo referente a la supresión de símbolos, como los nombres de calles, de militares
pertenecientes a la élite heroica, ya que con una simple consulta a la reseña biográfica
- con la ayuda del índice onomástico- se podrá acceder a los datos sobre la adscripción
a uno u otro bando, incluyendo el grado de adscripción según los criterios definidos
en este trabajo, y así apoyar la identificación de si la exaltación o notoriedad están
relacionadas con sus acciones durante el levantamiento militar, la Guerra Civil, o la
represión de la dictadura; o por el contrario, están relacionadas con sus acciones
durante las guerras precedentes a la civil, y no participaron en el bando sublevado.
Finalmente, la investigación correspondiente a la post-guerra ha permitido
constatar que el Consejo Supremo de Justicia Militar se convirtió, desde el mismo año
1939, en el órgano centralizador, no sólo de la jurisdicción militar, sino también en el
ámbito del reconocimiento de derechos a los familiares de los militares de ambos
bandos, otorgando pensiones y mesadas de supervivencia. Esto implica que las
resoluciones del Consejo Superior de Justicia Militar son relevantes, no sólo en el
caso de los hechos y causas entendidos y juzgados por la jurisdicción militar, sino que
son fuente de datos de relevancia para establecer situaciones administrativas
acaecidas a los militares después de la guerra. Esta constatación puede ser de gran
ayuda para orientar futuras investigaciones en el ámbito de la administración militar
durante el régimen del general Franco.
B. En el ámbito de la enseñanza superior militar
En particular, en relación a los aspectos de liderazgo y toma de decisiones en el
ámbito de las instituciones tanto de las fuerzas armadas como de los cuerpos policiales
de naturaleza militar, como la Guardia Civil. El análisis histórico-científico realizado
es de relevancia en la formación de los futuros líderes de estas instituciones en las que
se pone de manifiesto el reconocimiento del valor acreditado en combate, o en
168
situaciones de crisis, como elemento de reconocimiento y respeto independientemente
de las decisiones de seguimiento de un bando u otro en una guerra civil. El liderazgo
por reconocimiento - de los colaboradores, los subordinados, los superiores y, sobre
todo, de los pares-, demuestra ser el modelo preferible para la gestión de crisis en las
que los modelos de liderazgo formales, basados en normas o en acuerdos, pueden
verse fácilmente comprometidos por la naturaleza misma de la crisis.
C. En el ámbito de la gestión civil y militar de crisis de la Unión Europea
La papel jugado por los códigos éticos en los conflictos, demostrado en esta
investigación, bien puede servir de base para la reflexión sobre un modelo ético
militar común eurupeo, en el marco de la Política Común de Seguridad y Defensa
(PCSD) de la Unión Europea, donde los esfuerzos actuales recaen en la
compatibilidad de fuerzas y equipos, pero no se ha contemplado la necesidad de un
modelo deontológico, basado en los valores comunes y el respeto a los derechos
humanos consagrados en el Tratado de la Unión Europea, como base moral del
proyecto de defensa de la Unión Europea.
D. En el ámbito de la formación en principios legales y éticos en el ámbito policial a
nivel europeo
El estudio pone de manifiesto cómo los mandos de la Guardia Civil, pese a
provenir en su mayoría del Ejército, tuvieron un comportamiento en parte diferente
ante una situación de crisis como fue el inicio de la Guerra Civil, esencialmente al
contar con un código ético complementario al militar, que era el proporcionado por la
Cartilla de la Guardia Civil de 1844 en la que prevalece el honor; el respeto a la Ley;
y a los poderes públicos legalmente constituidos, como eje vertebrador de su
actuación. Esta constatación se considera de utilidad como referencia para la
elaboración de manuales deontológicos para otros cuerpos policiales de carácter
militar en Europa, en particular, en el ámbito de la Fuerza de Gendarmería Europea,
como instrumento de la Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD) de la Unión
Europea, que agrupa las fuerzas de policía de naturaleza militar de seis Estados
miembros: España Francia, Países Bajos, Italia, Portugal y Rumanía.
169
VII. RESEÑA BIOGRÁFICA DE LOS MIEMBROS DE LA ÉLITE HEROICA210 El presente trabajo de investigación está basado, como se ha expuesto, en la
compilación de datos, procedentes de principalmente de fuentes primarias, sobre las
personas que componían la definida como élite heroica militar en 1936. En la primera
parte de esta tesis, los procesos analíticos han servido para llegar a unas conclusiones
científicas sobre el comportamiento de un grupo, pero ineludiblemente han
cuantificado esos datos despojándolos de la ‘personalidad’ existente detrás de los
titulares de los mismos, es decir, han deshumanizado los personajes, sus vivencias y
los hechos encontrados en sus Hojas de Servicios, en los Boletines Oficiales, Anuarios
Militares o referencias bibliográficas. La única finalidad perseguida con este
tratamiento cuantitativo de los datos era poder llevar a cabo una investigación
científica objetiva que, en el caso que se trata, era una condición necesaria para la
obtención de unas conclusiones útiles y verificables.
Esta segunda parte de la tesis, y último capítulo, tiene como finalidad ‘humanizar’
las cifras, parámetros, gráficos y conclusiones en forma de porcentajes que han
predominado en los capítulos precedentes y exponer una síntesis la información
completa con la que se ha trabajado a fin de que pueda ser utilizada en futuros trabajos
de investigación, o simplemente consultada. La reseña biográfica de cada uno de los
218 miembros de la élite heroica, que se expone en el este último y extenso capítulo,
se ha elaborado en base a los datos compilados de los expedientes personales del
grupo objeto del estudio y con la completísima y detallada información sobre la Orden
de San Fernando ya existente en los trabajos publicados en las series Caballeros de
la Real y Militar Orden de San Fernando, en la Galería Militar Contemporánea, y en
el Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia.
210 Los datos aportados en este epígrafe cuentan, además de con la información recopilada de fuentes
primarias, con la información – en ocasiones recogida textualmente- de los estudios de José Luis ISABEL
SÁNCHEZ, en Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando, diversos tomos, Madrid,
Ministerio de Defensa, 2001; y en sus contribuciones a la página web de la Real Academia de la Historia,
https://www.rah.es/, última consulta 21 de junio de 2020; así como por GARCÍA PÉREZ, Flores del
heroísmo, Madrid, Imprenta Arias, 1919; por Ramón SALAS LARRABAL, Opus Cit., 2006 y por ENGEL
MASOLIVER, Opus Cit., 2008 y de la base de datos elaborada y mantenida por su hijo, Carlos ENGEL
CELLIER, sobre Oficiales en la Guerra Civil, referenciada en este capítulo bajo el título de la citada obra
bibliográfica. La mayoría fotografías han sido cedidas por Jose Luis Isabel Sánchez o proceden de la
bibilografía referenciada, en el resto de casos se especifica la fuente.
170
El valor añadido de esta reseña biográfica, con respecto a las biografías ya
existentes, reside en tres aspectos: i) aporta datos contrastados referentes a las
vivencias de los Caballeros de San Fernando y a los condecorados con la Medalla
Militar durante la guerra civil y en la post guerra; ii) proporciona correcciones y
precisiones a los datos ya publicados; y, principalmente, iii) valora el nivel de
participación de los miembros de la élite, permitiendo una clasificación de los mismos
en función de los parámetros con los que se les ha evaluado, que se recuerdan fueron:
o N/R +2: ‘Determinada adscripción en el bando nacional/republicano desde la
sublevación’ y/o ‘Milita en Ejército Nacional/ Republicano con mando de
grandes unidades’ y/o ‘Fuerte progresión de carrera tras la guerra’/’Exiliado,
o condenado a las penas más graves’211.
o N/R+1: ‘Milita en Ejército Nacional/Republicano’, y/o ‘Progresión moderada
de carrera tras la guerra’/’ Condenado a las penas menos graves212’
o N/R-1: ‘Neutralizado por el bando contrario’ y/o ‘Manifiesta adscripción por
bando nacional/republicano, pero no milita en su respectivo ejército’
o N/R: -2: ‘No milita en Ejército Nacional/Republicano, pero apoya con tareas
civiles’ y/o ‘Se incorpora/es dado de baja en el Ejército después de la guerra’
o No adscrito/ No participa/: No se han encontrado elementos para asignarle
alguna de las categorías anteriores, o los elementos contradicen su
adscripción.
o Adscripción no constatada: Falta de datos.
Las reseñas biográficas individuales de los miembros de la élite heroica están
ordenadas siguiendo el criterio de antigüedad en la élite, es decir, el año en el que se
concedió la Cruz de San Fernando o la Medalla Militar y, dentro del mismo periodo anual,
por orden alfabético del primer apellido, prescindiendo del grado militar, en la idea de
preservar y realzar el espíritu meritorio de la élite, en la que sus componentes están unidos
por su demostrado valor frente al enemigo, independientemente de su procedencia, grado
militar, arma, cuerpo o escala.
211Comprendidas la pena de muerte, la reclusión mayor -mas de 20 años- y reclusión menor -de 20 años a
12 años y un día-. 212Prisión mayor - de 12 años a 6 años y un día- y penas inferiores.
171
1874
Hernández Bello, Tiburcio
Fecha de nacimiento: 15 de agosto de 1846
Fecha de defunción: Siglo XX, no consta, en abril de 1936 continuaba vivo.
Empleo Julio 1936: Comandante de Infantería retirado con casi 90 años
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Cuba (1874)
Hechos que motivaron la concesión:
Fue recompensado con la Cruz Laureada de 2 ª Clase de en 24 de febrero de 1874 por los
hechos acaecidos el 16 de mayo de 1872 en Bayamo (Cuba), siendo Cabo 1º, cuando al
mando de un Teniente y acompañado de veinticuatro hombres, reconocían el camino que
conducía a Zamanillo. Al apartarse del camino en compañía de cuatro soldados e
internarse en una estrecha vereda llamada Callejón del Macuto, advirtió la presencia del
enemigo. Avisado de ello, el Teniente jefe del destacamento dispuso su fuerza para atacar
a los insurrectos y siguió avanzando hasta que una descarga terminó con su vida y la de
tres soldados, hirió de gravedad al Cabo 1º Hernández y a varios soldados más, y sembró
entre el resto el desconcierto y el desorden.
La partida de insurrectos, compuesta por más de doscientos hombres, salió de sus
posiciones y, machete en mano, rodeó a los supervivientes; entonces, el cabo 1.º
Hernández, olvidándose de sus heridas, animó a los suyos, los reunió y ordenó hacer
varias descargas, tras lo cual se lanzaron al ataque a la bayoneta sobre el contrario, al que,
a pesar de ser diez veces superior en número, arrollaron e hicieron huir, obligándole a
abandonar a sus heridos, armas y otros efectos de guerra.
Carrera militar:
Inició su vida militar como soldado en 1867, ascendió a Sargento graduado, poco después
de la concesión de la Laureada, que, además, en ese momento llevaba aparejada una
pensión vitalicia de 400 pesetas. En1875 fue ascendido a Alférez, el primer empleo de
Oficial; en 1892 ascendió a Capitán; y en 1895 ascendió a Comandante. En julio de 1936
era Comandante de Infantería retirado con casi 90 años y no constan datos de su
participación en la Guerra Civil.
Condecoraciones: Cruz Laureada de 2 ª Clase
172
Fuentes:
Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1ª, Legajo H-847
http://dbe.rah.es/biografias/68577/tiburcio-hernandez-bello
Observaciones, comentarios:
La biografía del Laureado Cabo 1º Hernández, abriendo la lista de los componentes de la
élite heroica de 1936, es el mejor exponente, y un bello ejemplo, del carácter meritorio
de la Orden de San Fernando que promueve el valor acreditado como criterio único de
pertenencia a la misma, sin atender a consideraciones sobre el grado en la milicia o la
procedencia de sus Caballeros.
Adscripción: No adscripción/ No participa
173
1894
López Pozas, Pío
Fecha de nacimiento: 7 de abril de 1871 - Orihuela (Alicante)
Fecha de defunción: 7 de noviembre de 1936. – Paracuellos del
Jarama (Madrid)
Empleo Julio 1936: Teniente General
Destino Julio 1936: Disponible
Campaña en la que obtuvo la Cruz o la Medalla: Filipinas
(1894)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
El 9 de julio de 1894 combatió contra los moros de la Laguna de Lanao en el camino de
Momungán a Pantar, recibiendo durante la acción dos heridas graves de arma blanca y
otras dos de pronóstico reservado, teniendo que ser trasladado a Manila para atender a su
curación. Sometido este hecho al preceptivo juicio contradictorio exigido por el
reglamento de la Orden de San Fernando, le sería concedido por Real Orden de 24 de
abril de 1895 la Cruz de San Fernando de 2.ª Clase, laureada, junto con el empleo de
capitán por méritos de guerra.
Carrera militar:
Ingresó en la Academia General Militar en agosto de 1888, siendo promovido al empleo
de 2º teniente de Infantería en marzo de 1892 y destinado al Regimiento de Baleares, al
que se incorporó en Madrid.
En marzo de 1893 fue destinado al Ejército de las islas Filipinas, llegando en el mes de
mayo a Manila, donde pasó a servir en el Regimiento de Visayas, del que en diciembre
se le trasladó al de Joló, embarcándose para unirse a su compañía, que se encontraba en
Momungán (Mindanao). El 5 de marzo de 1894 asistió a la toma de las cotas de
Cabasarán, donde recibió una herida leve de bala en el muslo derecho, y el 27 intervino
en la defensa de Pantar y en los combates que durante los días siguientes tuvieron lugar
en sus inmediaciones, siendo recompensado por todo ello con el ascenso a primer
Teniente por méritos de guerra
174
En septiembre de 1895 se le concedió un año de licencia en la Península para reponerse
de sus heridas, siendo dado de alta al año siguiente en el Regimiento de Asturias y
destinado por gracia especial a la Escuela Superior de Guerra, pero muy pronto solicitó y
cubrió vacante en el Regimiento Expedicionario de Cuenca, con el que embarcó hacia la
isla de Cuba, donde a su llegada salió de operaciones de campaña por la provincia de
Matanzas.
A lo largo de 1896 y 1897 mantuvo constantes combates contra el enemigo, siendo
recompensado con cuatro Cruces rojas al Mérito Militar. Por su destacada intervención
en los combates de Raíz de Jobo y Montes Prendes, los días 12 y 14 de septiembre de
1896 recibió como premio en septiembre del año siguiente el ascenso a Comandante,
pasando destinado un mes después al Batallón de Cazadores de Las Navas.
Durante 1898 recibió otras dos Cruces rojas al Mérito Militar como reconocimiento a su
valor, continuando en operaciones hasta que en el mes de diciembre fue abandonada la
isla. A su llegada a la Península recibió una nueva Cruz roja al Mérito Militar y una Cruz
de María Cristina en premio a hechos anteriores, pasando a disfrutar dos meses de licencia
e incorporándose en el mes de marzo a su Batallón en Vitoria.
En agosto de 1899 pasó a la situación de excedente, en la que permaneció hasta que en
agosto de 1901 fue colocado en el Regimiento de León, al que se incorporó en Leganés y
en el que prestó servicio hasta que en agosto de 1904 fue destinado a la Inspección
General de las Comisiones Liquidadoras del Ejército.
En mayo de 1906 pasó del Batallón de Reserva de Toro al Regimiento de Toledo y en
abril del año siguiente obtuvo el empleo de teniente coronel, siendo poco después
destinado al mando del 1.er Batallón del Regimiento de Wad Ras, con el que en agosto
de 1909 se trasladó a Marruecos, combatiendo en el Barranco del Lobo, Tahuima, Nador
y Beni bu Ifrur, ganando en estas acciones dos Cruces rojas al Mérito Militar. En mayo
de 1910 embarcó hacia España para hacerse cargo de la Mayoría de su Regimiento, cargo
en el que cesaría un año después al confiársele el mando del Batallón de Cazadores de
175
Madrid. En 1913 volvió a luchar en Marruecos, obteniendo el 11 de junio el ascenso a
Coronel por sus méritos en el combate librado para la ocupación de Laucien, en el que
resultó herido, teniendo que ser evacuado a Tetuán y declarado más tarde en situación de
reemplazo por herido, en la que se mantuvo hasta que en agosto de 1914 se le encomendó
el mando del Regimiento del Rey, en el que causó baja en junio de 1918 por haber sido
promovido al empleo de general de brigada, haciéndose cargo a continuación del
Gobierno Militar de Segovia. En junio de 1921 fue designado para formar parte de la
comisión de generales nombrada para visitar los campos de batalla de Francia en la pasada
Guerra Mundial.
En julio de 1922 fue ascendido a general de división, ejerciendo, sucesivamente, diversos
mandos y cargos: gobernador militar de Tenerife, La Coruña y Madrid, y jefe de las
divisiones 15ª y 1ª. Se le concedió el empleo de Teniente General en 1927 y fue puesto al
frente de la Capitanía General de la 6ª Región Militar, haciéndose cargo tres años después
de la Jefatura de la Casa Militar de Su Majestad el Rey y de la Comandancia General de
Alabarderos, cargo en el que cesó al llegar la República, pasando a la situación de
disponible en Madrid, en la que se encontraba al iniciarse la Guerra Civil. Detenido en la
cárcel de San Antón al iniciarse la contienda, fue trasladado y fusilado en Paracuellos del
Jarama por milicianos.
Condecoraciones:
Grandes Cruces de San Hermenegildo (1925) / Mérito Militar (1921)
Orden del Sol Naciente de Japón
Cruz laureada de la Orden de María Cristina /Medalla de Sufrimientos por la Patria
10 Cruces rojas al Mérito Militar
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/69094/pio-lopez-pozas
Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. L-1716
Adscripción: N-1
176
1895
Aparicio Micó, Juan
Fecha de nacimiento: 17 noviembre 1866
Fecha de defunción: 25 abril 1937
Empleo Julio 1936: Capitán Artillería
Destino Julio 1936: Retirado desde 1902
Campaña en la que obtuvo la Cruz o la Medalla: Filipinas
(1895)
Hechos que motivaron la concesión:
El 10 de marzo de 1895, combate de Marahuit (Filipinas) y toma de sus cotas por las
tropas del General D. Ramón Blanco, después de un furioso combate y asalto, ganando
la Cruz Laureada de San Fernando el primer Teniente de Ingenieros D. José Mera Benítez,
médico D. Esteban Gutiérrez del Olmo, Capitán de Artillería D. Luis Eytier, Sargento D.
Juan Aparicio Mico y los soldados D. Rufino Lucas y D. José Castillo. Concesión por
Real Orden de 17 de marzo de 1896 (DOMG 63/1896, de 19 de marzo). Real Cédula de
8 de agosto de 1897.
Carrera militar:
Ingresa como quinto de caja en 1885, siendo nombrado Artillero de 2ª en marzo de 1886,
destinado en la guarnición de Barcelona, donde asciende a Cabo 1º en 1888 parte como
voluntario a Manila (Filipinas) donde asciende a Sargento en 1890. En julio de 1895,
después los hechos que le hicieron acreedor de la Cruz de San Fernando de 1ª clase,
asciende a Segundo Teniente. En enero de 1897 asciende a Teniente y en mayo del mismo
año a Capitán de la Escala de Reserva Retribuida. Permaneció en Filipinas hasta el 17 de
febrero de 1898 cuando embarca en el vapor ‘P. de Arístegui’ con destino a la Península,
desembarcando en Barcelona el 17 de marzo. Finaliza su carrera militar en 1902 después
de 16 años, 7 meses y 19 días de servicios que, por haber participado en la Campaña de
Filipinas le computaron por 18 años, 6 meses y 25 días.213
213 Aumentos por abonos del doble tiempo de campaña computados en la 3ª Subdivisión de la Hoja de
Servicios
177
Condecoraciones: 1891 y 1892 Cruz Roja de Plata del Mérito Militar. 1895 Cruz de
Plata con distintivo rojo. 1896 Cruz San Fernando 1 ª Clase con prima de 150 pesetas
anuales. 1897 Cruz Roja del Mérito Militar de 1ª clase.
Fuentes:
Hoja de Servicios en Archivo General Militar Segovia (Sección 1ª, Legajo 1-A1945)
Comentarios:
Juan Aparicio Micó es exponente de los valores más positivos de la pertenencia a la élite
heroica. Hijo de labradores sin tierras, quedó huérfano muy joven y con sólo 14 años
empieza a trabajar en una fábrica textil mientras aprendía a leer y escribir por sí mismo.
Al cumplir los 18 años se alista el Ejército y pide servir en las provincias de ultramar
donde demuestra sus capacidades profesionales y su heroísmo en acciones de guerra, lo
que le permite llegar a los treinta años a ingresar en la Escala de Oficiales, a una edad
similar a los oficiales provenientes de las prestigiosas Academias Militares, normalmente
pertenecientes a un estrato social medio-alto.
Adscripción: No adscripción/ No participa
178
Castillo Melero, José
Fecha de nacimiento: 19 marzo 1871
Fecha de defunción: -
Empleo Julio 1936: Soldado Artillería
Destino Julio 1936: Licenciado por inválido desde 1897
Campaña en la que obtuvo la Cruz o la Medalla: Filipinas
(1895)
Hechos que motivaron la concesión:
El 10 de marzo de 1895, combate de Marahuit (Filipinas) y toma de sus cotas por las
tropas del General D. Ramón Blanco, después de un furioso combate y asalto, ganando
la Cruz de San Fernando el primer Teniente de Ingenieros D. José Mera Benítez, médico
D. Esteban Gutiérrez del Olmo, Capitán de Artillería D. Luis Eytier, Sargento D. Juan
Aparicio Mico y los soldados D. Rufino Lucas y D. José Castillo. Concesión por Real
Orden de 17 de marzo de 1896 (DOMG 63/1896, de 19 de marzo). Real Cédula de 8 de
agosto de 1897.
Carrera militar:
Ingresa como soldado en diciembre de 1890 en la Caja de Reclutas de Albacete a los 19
años. En noviembre de 1891 se le concede el empleo de Artillero en el Regimiento de
Infantería de Zaragoza, pasando posteriormente al Depósito de Banderas y Embarque
para Ultramar. El 13 de noviembre de 1891 embarcó en el vapor ‘Santo Domingo’,
desembarcando en Manila (Filipinas) el 17 de diciembre. El 1º de marzo de 1892 parte
de Manila al fuerte de ‘Reina Regente’214 donde fue destacado durante el resto de su
estancia en Filipinas. José Castillo termina su carrera militar como soldado inválido en
junio de 1897, poco después de la concesión de la Laureada.
Condecoraciones: Cruz de San Fernando de 1ª Clase (DOMG 63/1896, de 19 de marzo).
Hoja de Servicios: Archivo General Militar (Segovia Sección 1ª, Legajo C-7144)
Adscripción: No adscripción/ No participa
214 El Fuerte militar de ‘Reina Regente’ se situaba en la ciudad de Tiunkup, en la margen izquierda del río
Grande de Mindanao, a 36 millas marinas de Cottabatto - en la isla de Mindanao- donde tuvo lugar la acción
por la que se le otorgó la Cruz de San Fernando. En la ilustración la rendición del ‘blockhaus’ avanzado
del Fuerte el 25 de febrero de 1896. Biblioteca Nacional de España. Hemeroteca Digital — La Ilustración
española y americana-. 15/6/1896, página 4.
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001171796&page=4.
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Burguete Lana, Ricardo
Fecha de nacimiento: 3 de febrero de 1891 - Zaragoza
Fecha de defunción: 30 de marzo de 1937 - Valencia
Empleo Julio 1936: Teniente General
Destino Julio 1936: 2ª Reserva
Campaña en la que obtuvo la Cruz o la Medalla: Cuba (1895)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
Por los méritos contraídos en la acción de Managuaco librada el
28 de diciembre de 1895 obtuvo la Cruz de 2ª clase, según Real orden de 2 de marzo de
1897 (D. O. núm. 49).
Mandando la sección de tiradores del Batallón Cazadores de Colón núm. 23, compuesta
de 36 hombres, formaba en aquel día la extrema vanguardia de la columna; el enemigo,
posesionado del frente y flanco derecho en una ceja del monte, rompe el fuego; Burguete
avanza resuelto con sus tiradores distanciándose del resto de la columna; los adversarios,
apercibidos bien pronto de esta circunstancia, cargan con 200 jinetes sobre su retaguardia.
La sección de Burguete es envuelta, sin que el grueso de la columna pueda socorrerla con
sus fuegos; Burguete y sus soldados no se amilanan, antes, al contrario, centuplican sus
energías; uno y otros acuérdense de que son soldados de España, de que tienen un pacto
sagrado con la Patria.
Burguete se bate personalmente con el titulado Capitán Juan Reyes, a quien arrebata la
vida en correspondencia a la herida que le causar a; los soldados luchan valerosos,
resistiendo constantes y desesperadas acometidas de los cubanos; y cuando la columna
puede acudir en socorro de aquel puñado de bravos combatientes, éstos todavía tienen
energías para contener el furor de sus adversarios.
Carrera militar:
Con catorce años ingresó en la Academia General Militar de Toledo, terminó sus estudios
cinco años después, en 1891, y fue destinado al batallón de Cazadores de Puerto Rico, de
guarnición en Madrid, con el empleo de segundo Teniente.
Iniciado en el combate en la campaña de Melilla de 1893, dos años después se incorporaba
al conflicto ultramarino en Cuba y Filipinas, respectivamente. En los tres años que
180
duraron las operaciones, Burguete mostró un valor heroico que le valió el ascenso a
Capitán y a Comandante por méritos de guerra, además de la Cruz Laureada de San
Fernando.
Su intensa actividad intelectual comienza en esta época, impresionado por el desastre
ultramarino y sus consecuencias sobre la conciencia nacional. Es en ese momento cuando
entra en contacto con los miembros de la Generación del 98, como Baroja, Unamuno y
Ramiro de Maeztu, con los que llegó a forjar una estrecha amistad. Bajo el seudónimo de
El Comandante, publicó en 1903 su libro más importante: Así hablaba Zorrapastro,
basado en el mismo esquema argumental Así hablaba Zaratustra de Friedrich Nietzsche.
Los doce años que Burguete disfrutó del empleo de comandante, entre 1898 y 1909,
fueron de una gran fecundidad intelectual, publicando una serie de obras de gran
importancia y desarrollando toda una serie de ideas que tuvieron gran influencia, tanto en
el ámbito castrense como en el civil. Los ensayos de tema militar y de política general
son alternados por Burguete con otros más profesionales, por ejemplo, su Métodos del
combate (1903), un excelente y completo estudio de la táctica que fue muy elogiado, tanto
en España como en el extranjero, por la prensa profesional.
En 1909 ascendió a Teniente Coronel, y al poco tuvo la oportunidad de poner en práctica
sus teorías sobre la supremacía de la moral en el combate. Ascendido a General, en 1917,
siendo gobernador militar de Oviedo, dirigió la dura represión contra los huelguistas y
por aquellos años también participó en el conflicto producido entre las Juntas de Defensa
y el Gobierno como interlocutor de los junteros.
Tras el desastre de Annual, Burguete vio la oportunidad de ratificar su tesis sobre la
primacía del valor frente al estudio sistemático y atacó duramente al general Berenguer
por medio de la prensa. Poco después, en julio de 1922, es el propio Burguete el
nombrado, por el gobierno presidido por Sánchez Guerra, como alto comisario de España
en Marruecos. Aquí puso en marcha la política de aproximación a los marroquíes dictada
por el gobierno, basada en el principio de la penetración pacífica que Burguete intentó
combinar, a finales de 1922, con el avance sobre Alhucemas que fue detenido en Tizzi
Azza.
Promovido al empleo de Teniente General, ejerció el mando de las capitanías generales
de Burgos y Madrid respectivamente, siendo nombrado en 1925 Director General de la
Guardia Civil. Enemistado con Primo de Rivera, éste intentó en 1928 atraerlo,
181
nombrándole presidente del Consejo Supremo de Guerra y Marina, pero Burguete
comenzó a manifestar su republicanismo que se puso en evidencia durante el juicio que
presidió en marzo de 1931 contra el Comité Revolucionario. Burguete, además de
permitir el uso propagandístico antimonárquico, hizo público su fallo a favor de la
absolución de los encausados. Destituido de su cargo, fue condenado a un arresto de dos
meses en Cádiz.
Durante la República fue director de la Cruz Roja. Falleció en Valencia en el hospital de
la Cruz Roja, el 30 de marzo de 1937 durante la Guerra Civil con la pena de ver morir a
sus tres hijos combatiendo al lado de la República.
Condecoraciones:
Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo
Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco
Medalla de Melilla
Hoja de Servicios:
http://dbe.rah.es/biografias/9454/ricardo-burguete-y-lana
Hoja de Servicios en AGM Segovia 1ª, 1ª, B-3995
Imagen: https://www.ecured.cu/index.php?curid=936457
Observaciones, comentarios:
Su especial personalidad y formación intelectual, son un ejemplo de aquellos militares
que vivieron una evolución de su mentalidad desde posiciones radicales, hasta otras
perfectamente compatibles con el liberalismo que caracteriza el republicanismo de 1930.
Adscripción: R+1
182
Estrada García, Gonzalo
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Soldado licenciado
Destino Julio 1936: Desconocido
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Cuba (1895)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
Diez y siete hombres del Regimiento de Tarragona núm. 67 a las órdenes del Sargento
Domínguez, guarnecían el fortín Ramblazo; el ataque de los cubanos tuvo lugar en dicho
día, impetuoso y esperanzado. Al comenzar la refriega sale el soldado Estrada para dar
aviso al Capitán en la estación «Lugareño», atravesando las líneas atacantes con tanto
éxito como riesgo; los demás continuaron defendiendo heroicamente el fuerte; y cuando
debilitados por la pérdida de sangre caían al suelo, entregaban sus cartuchos a los que
todavía quedaban en pie. Cuando llegaron los refuerzos aún seguían haciendo fuego
aquellos bravos españoles. de los 16 que tan arrogantemente defendían la causa de
España, 3 estaban muertos y 13 habían sido heridos.
La Cruz de San Fernando fue concedida a los cabos Venancio Mena Ortiz y Julián
Domínguez García, y a los soldados Alonso Fernández Mondelo, Faustino Martín
Sánchez, Jerónimo Manrique Manrique, Guillermo Fernández Vallejo, Isidro Sanvicens
Bonet, Isidoro Vázquez Marqués, Joaquín Jerónimo Sillera, Claudio Peña López, Jaime
García Boneda, José Puig Fabregat, Juan Llodrá Durán y Gonzalo Estrada García.
Condecoraciones:
Cruz laureada de San Fernando
Fuente:
GARCÍA PÉREZ, J., Flores del heroísmo, Madrid, Imprenta Arias, 1919
Adscripción: No adscripción/ No participa
183
Lucas Canillas, Rufino
Fecha de nacimiento: 10 de julio de 1873
Fecha de defunción: 17 de octubre de 1947
Empleo Julio 1936: Teniente, Sargento de Alabarderos
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Filipinas (1895)
Hechos que motivaron la concesión:
El 10 de marzo de 1895, combate de Marahuit (Filipinas) y toma de sus cotas por las
tropas del General D. Ramón Blanco, después de un furioso combate y asalto, ganando
la Cruz Laureada de San Fernando. Concesión por Real Orden de 17 de marzo de 1896
(DOMG 63/1896, de 19 de marzo). La Cruz llevaba aparejada una pensión vitalicia de
100 pesetas anuales.
Carrera Militar:
El 10 de octubre de 1892 ingresa como soldado de reemplazo en la Caja de Reclutas de
Ciudad Rodrigo (Salamanca) para servir por un periodo de cuatro años en el Regimiento
de Artillería de Plaza en Manila desde el 3 de marzo de 1994, fecha en que embarca en
Barcelona en el vapor San Ignacio de Loyola con rumbo a las Islas a las que llega el 4 de
mayo. En agosto de 1897 es ascendido a Cabo y el 5 de abril de 1998 el ‘Capitán General
de las Islas Filipinas, Director General de todas las Armas e Institutos’ expide pasaporte
en su favor para que pueda regresar a la península como licenciado. Ingresa en fecha
desconocida en el Real Cuerpo de Guardias Alabarderos en el que llega al grado de
Capitán, tras veinte años de servicio, en 1925 como atestigua el despacho firmado por
Alfonso XIII, Rey Constitucional de España, y refrendado por el Ministro de la Guerra.
El 15 de mayo de 1935 pasa a la situación de retirado, con el grado de Comandante ‘por
ser Laureado’, al disolverse el Real Cuerpo de Alabarderos.
Condecoraciones: Cruz del Mérito Militar; Cruz roja de Plata del Mérito Militar
Fuentes: Hoja de servicios (AGM Segovia 1ª, 1ª, L-2017);
Decreto de 15 de mayo de 1931 (Gaceta de Madrid núm. 139 de 19 de mayo de 1931,
pág. 800)
Adscripción: N+1
184
Llodrá Durán, Juan
Fecha de nacimiento: 6 de noviembre de 1874 - Manacor
(Palma de Mallorca)
Fecha de defunción: 12 de diciembre de 1957 – Manacor
(Palma de Mallorca)
Empleo Julio 1936: Soldado licenciado – Teniente honorario
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Cuba (1895)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
Al comenzar la refriega sale el soldado Estrada para dar aviso al Capitán en la estación
«Lugareño», atravesando las líneas atacantes con tanto éxito como riesgo; los demás
continuaron defendiendo heroicamente el fuerte; y cuando debilitados por la pérdida de
sangre caían al suelo, entregaban sus cartuchos a los que todavía quedaban en pie.
Cuando llegaron los refuerzos aún seguían haciendo fuego aquellos bravos españoles. de
los 16 que tan arrogantemente defendían la causa de España, 3 estaban muertos y 13
habían sido heridos!
La Cruz de San Fernando fue concedida a los cabos Venancio Mena Ortiz y Julián
Domínguez García, y a los soldados Alonso Fernández Mondelo, Faustino Martín
Sánchez, Jerónimo Manrique Manrique, Guillermo Fernández Vallejo, Isidro Sanvicens
Bonet, Isidoro Vázquez Marqués, Joaquín Jerónimo Sillera, Claudio Peña López, Jaime
García Boneda, José Puig Fabregat, Juan Llodrá Durán y Gonzalo Estrada García.
Carrera militar:
Soldado de Infantería perteneció al 2º Batallón de Zaragoza de guerrilla montada con
guarnición en Puerto Príncipe en la isla de Cuba.
Condecoraciones:
Cruz laureada de San Fernando
Fuentes:
GARCÍA PÉREZ, J. Flores del Heroísmo, Ed. Arias, 1919, página 49
Adscripción: No adscripción/ No participa
185
Mera Benítez, José
Fecha de nacimiento: 6 de noviembre de 1874 – Medina Sidonia (Cádiz)
Fecha de defunción:
Empleo Julio 1936: Capitán Ingenieros
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Filipinas (1895)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
En el ataque a la cota de Marahuit, el 10 de marzo de 1895, ganaba la Cruz de San
Fernando de 1ª clase, Sencilla, concedida por Real Orden de 18 de noviembre de 1895
(Diario Oficial núm. 260). Con siete soldados asaltó el reducto fortificado que defendía
el enemigo, resultando herido, al igual que tres de los soldados que mandaba.
Carrera militar:
Ingresó en la Academia de Ingenieros en 1884, de la que salía como teniente el 15 de julio
de 1889, después de terminar los estudios reglamentarios.
Destinado al Regimiento de Zapadores-Minadores Nº 3, en 1891 marchaba a las islas
Filipinas, donde se integraba en el Batallón de Ingenieros. En el archipiélago, además de
la realización de gran número de obras, entre ellas la construcción de varios fuertes,
tomaba parte en numerosas acciones contra los insurrectos. Por otras operaciones de
guerra, era recompensado con seis Cruces de 1ª clase al Mérito Militar con distintivo Rojo
y la Cruz de María Cristina, entre otras condecoraciones.
Una de las obras de fortificación más importantes realizadas por Mera fue la del fuerte
Reina Cristina en la región de Tinunkup (Mindanao), en la zona de las llamadas colinas
de Kabalokan. La obra se realizaba por la cuarta compañía del batallón de Ingenieros,
contando con la colaboración de la primera y cuarta del batallón disciplinario. Comenzada
su construcción el 1 de marzo de 1894, bajo su dirección, se terminaba el 15 de octubre
de 1895.
En 1897 volvía a la Península, siendo destinado a la Comandancia de Ingenieros de
Málaga, y en mayo del siguiente año, se le designaba para formar parte de nuevas fuerzas
expedicionarias para Filipinas. En esta ocasión no llegó a salir de Cádiz, puerto previsto
para el embarque, sino que se le agregaba a las Compañías de Zapadores del Campo de
Gibraltar, con el encargo de realizar el replanteo y posterior construcción de la carretera
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de Sierra Carbonera y la de Tarifa. En enero de 1899 pasaba al Regimiento de Zapadores
Minadores Nº 3, con guarnición en Sevilla, y en 1900 se le concedía la baja definitiva (la
licencia absoluta) del Ejército, a petición propia.
Condecoraciones:
Cruz de San Fernando de 1ª clase
Cruz de María Cristina
6 Cruces de 1ª clase al Mérito Militar con distintivo Rojo
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/77165/jose-mera-y-benitez
Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, Exp. personal
Observaciones, comentarios:
En 1925, por un Real Decreto, de fecha 28 de mayo, era nombrado inspector de tercera
clase del Cuerpo de Administración del Estado.
Adscripción: No adscripción/ No participa
187
Sierra López, Diodoro
Fecha de nacimiento: 14 de febrero de 1865 Ponteareas (Pontevedra)
Fecha de defunción: 30 de octubre de 1950.
Empleo Julio 1936: 2º teniente de Ingenieros retirado
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Filipinas (1895)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
En 1895 obtuvo la Cruz de San Fernando de 2ª Clase, Laureada, concedida por Real
Orden de 8 de junio de 1896 (Diario Oficial, n.º 151), por la acción del asalto a la Cotta
de Tugayas (el 18 de julio de 1895), donde resultó herido de gravedad.
Carrera militar:
Ingresó en el servicio como soldado en 1885, siendo su primer destino el Batallón de
Ferrocarriles (de Ingenieros) con guarnición en Madrid. En agosto de 1897, ascendido a
cabo 1º, era destinado a la ciudad de Manila en las Islas Filipinas. Desde esta plaza
efectuaba gran número de desplazamientos por distintas islas del archipiélago, y diversas
localidades, siguiendo a su compañía, con la que realizaba trabajos de fortificación, y
otros propios de su instituto. Ascendió por méritos a sargento de Ingenieros en diciembre
de 1890. Entre los años 1890 y 1895 participó en numerosas operaciones contra los
insurrectos, siendo recompensado por su valor, hasta con diez cruces al Mérito Militar
con distintivo rojo. En 1897 fue promovido a 2.º teniente de Ingenieros, asistiendo
posteriormente a numerosas acciones de guerra.
En 1898 tomó parte en la defensa de Manila, una vez declarada la guerra con Estados
Unidos. Durante el desarrollo de las acciones posteriores, cayó prisionero de los
insurrectos, siendo repatriado en 1900.
Condecoraciones:
Cruz Laureada de 2 ª Clase/ 10 Cruces al Mérito Militar con distintivo rojo
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/83199/diodoro-sierra-lopez
Adscripción: No adscripción/ No participa
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Trapote González, Francisco
Fecha de nacimiento: 10 de octubre de 1874 - Cistierna (León)
Fecha de defunción: 22 de julio de 1959 - Valladolid.
Empleo Julio 1936: General de Brigada de Ingenieros
Destino Julio 1936: Reserva
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Filipinas (1895)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
En 1895 fue destinado al Batallón de Ingenieros de Filipinas, donde ganaba la Cruz de
San Fernando de 2ª Clase, Laureada, concedida por una Real Orden de 8 de julio de 1896
(Diario Oficial, n.º 151). La acción que merecía tal recompensa fue la de la Cota de
Tugayas (Mindanao), el 18 de julio de 1895, en el marco de la guerra de la independencia
filipina. En esa acción fue el segundo en alcanzar la cota, colocando un hornillo de
dinamita que, al hacer explosión, abrió una amplia brecha por la que se pudo realizar el
asalto a la posición enemiga.
Carrera militar:
Ingresó en el Ejército en marzo de 1894 como soldado, siendo su destino el Regimiento
de Zapadores- Minadores nº 2. Siguió participando en la campaña citada, y en septiembre
de 1897 era promovido a sargento de Ingenieros. Cuando se produjo la guerra con los
Estados Unidos (1898) continuaba en las Filipinas, siendo ascendido a segundo teniente
de Ingenieros. Finalmente, en enero de 1899, terminada la guerra, era reconocido por un
tribunal médico en el Hospital Militar de Manila, el cual acordaba recomendar la
inmediata repatriación a la Península del citado segundo teniente, debido a su precaria
salud, causado esto último por las penalidades de la vida en campaña.
En 1893 figuraba en el Anuario Militar como teniente coronel de Ingenieros en la
Reserva, en el de 1929 como coronel en la misma situación y ascendía a general de
brigada de Ingenieros en la Reserva en 1931.
Condecoraciones:
Cruz de Plata del Mérito Militar, roja, pensionada
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/77391/francisco-trapote-gonzalez
Archivo General Militar (Segovia), Exp. personales.
189
Observaciones, comentarios:
Preside el Consejo de Guerra contra el coronel Peña (LV 28.4.39) y también presidió el
Consejo de Guerra contra el general Aranguren, aunque no consta su participación en las
operaciones militares durante la guerra, ni en la sublevación.
Adscripción: N-2
190
1896
Álvarez- Espejo González de Castejón, Ricardo
Fecha de nacimiento: 25 de octubre de 1864 – París (Francia).
Fecha de defunción: 16 de septiembre de 1943 - Zaragoza.
Empleo Julio 1936: General de división
Destino Julio 1936: 2ª Reserva
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Cuba (1896)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
Fue recompensado con la Cruz de San Fernando de primera clase, sencilla, por Real
Orden de 23 de noviembre de 1898 y 26 de diciembre del mismo año, Diario Oficial n.º
290, por la acción, en el ataque a la posición de “Cayo Toro” del Guao (Cuba), el 4 de
octubre de 1896. En la citada acción, al mando de veinte zapadores, fue atacado por unos
tres mil insurrectos que dejaron sobre el campo sesenta muertos, por nueve bajas de los
españoles.
Carrera militar:
Ingresó en la Academia General Militar de Toledo en 1883 y en el Cuerpo de Ingenieros
en julio de 1889, después de haber realizado los estudios reglamentarios, tanto en Toledo
como en la Academia Especial de Ingenieros de Guadalajara. En 1894 ingresaba en la
Escuela Superior de Guerra, donde permaneció hasta 1895, año en el que era destinado a
Cuba, donde tomaba parte en numerosas acciones, en las que por su heroico
comportamiento ganaría ocho Cruces de primera clase del Mérito Militar y dos Cruces de
María Cristina. En 1924, al ascender a coronel de Ingenieros, se le nombró jefe del
Servicio de Aviación, tomando parte como piloto y jefe de los grupos de bombardeo en
numerosas acciones en la guerra de Marruecos. En 1926 se le nombró segundo jefe de los
Servicios de Aeronáutica y, finalmente, en 1928 se le destinó inspector de las Tropas y
Servicios de Ingenieros de la 7ª Región, pasando ese mismo año a la reserva.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/68256/ricardo-alvarez-espejo-y-gonzalez-de-castejon
Archivo General Militar de Segovia, Expedientes Personales.
Adscripción: No adscripción/ No participa
191
Carranza y Fernández de la Reguera, Ramón de
Fecha de nacimiento: 16 de abril de 1863 - Ferrol (La Coruña).
Fecha de defunción: 13 de septiembre de 1937 – Cádiz.
Empleo Julio 1936: Contralmirante
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Cuba (1896)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
Fue recompensado con la Cruz Laureada de San Fernando (26 de abril de 1904) por la
operación naval de Río de San Juan (Cuba) el 15 de octubre de 1896.
Cruzando por la noche el citado contramaestre, vio Carranza una luz que se dirigía hacia
la costa, y sospechando que fuese algún barco que llevase armas y pertrechos a los
rebeldes, aguardó á que amaneciera, convenciéndose de que, en efecto, se trataba de un
alijo ya realizado. Propúsose apoderarse de las armas, y con este objeto dejó el cañonero
al cuidado del Comandante del Ardilla, señor Bauza, y saltando él en tierra con 30
hombres se internó hasta un kilómetro de la playa, yendo a parar a un campamento
enemigo donde estaban atrincherados 400 insurrectos.
Atacados éstos con heroico denuedo por aquel puñado de valientes, no pudieron
sospechar que se las había con tan escasas fuerzas y huyeron, pudiendo realizar su
propósito, pues se apoderó de vanos cajones llenos de fusiles (más de 800), gran cantidad
de municiones, medicinas atalajes, maletas con papeles, ropas, etc., no sin tener que
batirse de nuevo contra el enemigo, ya rehecho.
Regresó victorioso al ‘Ardilla’, que contuvo a los insurrectos con nutricio fuego de
metralla, y así realizó Carranza este hecho heroico, casi inconcebible, pues los españoles
pelearon contra fuerzas diez veces superiores en número, ya que no en arrojo.
Carrera militar:
Inició su carrera militar el 17 de agosto de 1876. El 15 de octubre de 1898 solicitó la
excedencia voluntaria de la Armada para emprender carrera política en el Partido
Conservador y desarrollar negocios en buques de pesca y explotaciones de almadrabas en
las provincias de Cádiz y Huelva.
Carranza sustituyó a Rafael de Muro en el Congreso de los Diputados en 1903, por el
fallecimiento de éste en esa fecha. En el escaño, representando al distrito de Algeciras,
192
permaneció hasta 1905. Tras un año de inactividad política, logró ser elegido senador por
la provincia de Cádiz en 1907, cargo en el que se mantuvo hasta 1917. En 1919 volvió a
ser diputado, esta vez por el distrito de El Puerto de Santa María. Durante este período
participó activamente en el debate sobre la reforma del Ejército, suscitado por el negativo
resultado de la guerra contra Estados Unidos en 1898.
Durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera fue designado alcalde de Cádiz el 15 de
julio de 1927. En esta etapa emprendió un ambicioso programa de obras públicas que
transformó la ordenación urbanística de la ciudad. El 14 de abril de 1931, tras la
proclamación de la Segunda República, se vio obligado a abandonar el gobierno
municipal.
Las elecciones legislativas de 1933 marcaron el regreso de Carranza a la política activa
al incorporarse a las Cortes como diputado por el partido Acción Ciudadana, que más
adelante se fusionó con la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). En
estos años, el Ministerio de la Gobernación realizó una inspección de la gestión realizada
por los ayuntamientos de la dictadura, que lo situó en primer plano del debate político en
Cádiz. No obstante, permaneció en el Congreso de los Diputados hasta el inicio de la
Guerra Civil.
Tras el golpe militar del 18 de julio de 1936 se sumó al ejército rebelde, dirigido en Cádiz
por el general Varela. Por ello ocupó, de forma simultánea, los cargos de alcalde y
gobernador civil desde el 26 de julio de 1936. En esas mismas fechas, su hijo Ramón
presidía el Ayuntamiento de Sevilla. A partir del 6 de agosto de 1936 fue sustituido por
Eduardo Varela Valverde como gobernador civil. El 12 de noviembre de 1936 solicitó
del general Franco ser nombrado almirante de la Flota Nacional, pero la petición le fue
denegada. Su deteriorado estado de salud lo obligó a dimitir de la alcaldía el 9 de julio de
1937. Falleció dos meses más tarde, el 13 de septiembre.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/34183/ramon-de-carranza-y-fernandez-de-la-reguera
Observaciones, comentarios:
Marqués de Villapesadilla (IX).
Adscripción: N+1
193
Crespo Coto, Ignacio
Fecha de nacimiento: 15 de abril de 1971
Fecha de defunción: 7 de octubre 1938
Empleo Julio 1936: Teniente Coronel Infantería, Coronel
honorífico
Destino Julio 1936: Retirado desde 1931
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Filipinas (1896)
Hechos que motivaron la concesión:
El destacamento de Novaliches (Quezón, Filipinas), compuesto por cincuenta y siete
hombres del Batallón Expedicionario núm. 3 y veinte del Tercio de la Guardia Civil, fue
atacado por más de tres mil insurrectos, armados en su mayor parte de rifles y fusiles y
provistos de dos lantacas, sosteniéndose la defensa durante toda la noche del día 18. En
la mañana del día siguiente, el segundo teniente Crespo, comandante del puesto, recibió
tres heridas graves de arma de fuego y sin atender a su curación continuó defendiendo el
convento, donde se alojaban, hasta que, incendiado el edificio y siendo imposible la
resistencia en él, se resolvió a abandonarlo y atacar y apoderarse de la iglesia, ocupada
por el enemigo, dividiendo al efecto la fuerza en dos grupos, y marchando uno de ellos,
mandado por el sargento de la Guardia Civil Venancio María de Paula a realizar la
operación, quedando el jefe con los heridos al frente del segundo grupo en el atrio del
convento para contener al enemigo, que, después de una lucha tenaz, durante la cual fue
herido gravemente por dos veces el soldado Alejandro Revuelta Espinosa, permaneciendo
no obstante en su puesto y coadyuvando al ataque a la iglesia, fue ésta tomada, penetrando
el primero el citado sargento, estableciéndose allí el destacamento, después de recoger
todos los muertos, heridos y armamento. Aunque con menor intensidad, siguió el fuego
por ambas partes hasta las tres de la tarde, en que cesó, retirándose el enemigo al notar la
aproximación de una columna de socorro.
Carrera militar:
Ingresó en como soldado en noviembre de 1889 en el Regimiento de Infantería Luzón
número 18 del Ferrol, siendo al año siguiente ascendido a cabo y sargento por elección e
ingresando en 1894 como cadete en la Academia de Infantería de Toledo, terminando sus
estudios el 21 de febrero de 1896, fecha en la que fue promovido al empleo de segundo
194
teniente y destinado de forma voluntaria al Batallón de Cazadores Expedicionario África
número 3. Con su Batallón, embarca en Barcelona en el vapor ‘Isla de Luzón’ y llegando
a Manila el 17 de octubre, quedando incorporado al Ejército de Filipinas.
En 1898 ascendió a primer teniente y al volver de Filipinas en el mes de junio fue
destinado al Batallón de Cazadores de Canarias, en Santa Cruz de Tenerife. En 1906 pasó
al Regimiento de Las Palmas, donde continuó hasta su ascenso a Comandante en 1914.
En 1919, consiguiendo dos años después un puesto de profesor en la Academia de
Infantería, en la que continuó en comisión de servicio tras su ascenso a teniente coronel
en enero de 1923.
En los años siguientes estuvo destinado en los Regimientos de Álava y Wad Ras,
desempeñando, al mismo tiempo, el cargo de delegado gubernativo en Torrelavega
(Santander) y en Haro (Logroño). En 1926 pasó destinado al Regimiento de Ceuta y al
año siguiente se le confió el mando del Batallón de Cazadores de África, en Tetuán, que
ostentó hasta que en 1929 pasó al Regimiento de León.
En 1931 se retiró del Ejército con el empleo de teniente coronel, siendo ascendido a
Coronel por ser Caballero de la Orden de San Fernando. Fue autor de numerosos libros
de interés militar, entre ellos Ética Militar, Pedagogía Militar, Ensayo de descripción
geográfica de la isla de La Palma y Apuntes históricos de la Real y Militar Orden de San
Fernando.
Otras condecoraciones:
Medalla Militar de Marruecos
Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo
Observaciones:
Desde su ingreso como soldado llega al máximo grado de la Escala de Oficiales. Como
otros miembros de la élite heroica, después de sus destinos operativos en el frente donde
son recompensados con el ingreso en la Orden de San Fernando, enfocan su carrera a la
docencia militar y al estudio académico de temas militares.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/84312/ignacio-crespo-coto
Hoja de Servicios, Archivo General Militar de Segovia (Sec. 1ª, Legajo C3759)
Adscripción: No adscripción/No participa
195
Del Castillo Sánchez, Julián Emilio
Fecha de nacimiento: 9 de enero de 1866 - Cabezarrubias
(Ciudad Real).
Fecha de defunción: 1956
Empleo Julio 1936: Comandante
Destino Julio 1936: Reserva
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Cuba
(1896)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
El 13 de junio cuando salió parte de la guerrilla de su batallón, constituyendo la punta de
la extrema vanguardia de la columna mandada por el coronel Nario, con el fin de realizar
un reconocimiento por la Tienda de la Mulata. Al avistar a numerosas fuerzas enemigas
en la zona conocida como Sabanilla de La Palma, fue atacado por un grupo de setenta
insurrectos, contra los que cargó, adelantándose a todos, luchando cuerpo a cuerpo con el
contrario y dando muerte a cuatro de ellos, entre los que se encontraba el cabecilla
llamado “Periquito”, recibiendo una herida grave de machete en la mano derecha,
sosteniendo el fuego contra el contrario hasta que llegó el resto de la guerrilla. Al término
de la acción fue llevado al Hospital de la Cruz Roja de Cárdenas. En recompensa a su
heroica intervención se le otorgó el empleo de segundo teniente de Infantería de la Escala
de Reserva Retribuida, abriéndosele juicio contradictorio para averiguar si su hazaña
merecía como premio la Cruz de San Fernando de 2.ª clase, Laureada, que le sería
concedida por Real Orden de 21 de marzo de 1899.
Carrera militar:
Ingresó en el Ejército para cumplir su servicio militar, entrando en la Caja de Ciudad Real
en diciembre de 1885, marchando a continuación con licencia a su pueblo, donde
permaneció hasta que en junio de 1887 pasó al Ejército de Filipinas, siendo a su llegada
a Manila destinado al Regimiento Peninsular de Artillería, pasando con su Compañía en
el mes de octubre a Santiago de la Asunción (Carolinas Orientales) y en febrero del año
siguiente a Joló, donde se enfrentó a los insurrectos, regresando a Manila en abril.
En julio de 1890 causó alta en el Regimiento de Infantería n.º 7 con el empleo de cabo,
embarcando al mes siguiente con destino a Zamboanga, donde a su llegada partió hacia
196
Iligán acompañando al general gobernador político militar de Mindanao, regresando
seguidamente a Zamboanga, donde permaneció de guarnición hasta finales de 1892.
En agosto de 1893 fue ascendido a sargento, continuando en Zamboanga hasta que en
enero de 1894 embarcó hacia Manila con el fin de regresar a la Península por haber
cumplido su compromiso.
Ya en la Península, fue destinado al regimiento de Infantería de Baleares, de guarnición
en Badajoz, del que en marzo de 1895 se incorporó voluntariamente al Batallón
Peninsular n.º 1, organizado con destino a la isla de Cuba. A su llegada a La Habana
marchó a Puerto Padre, en la costa del noroeste de la isla, desde donde salió de
operaciones por las jurisdicciones de Holguín y Victoria de las Tunas, asistiendo en el
mes de julio a la defensa de un convoy en Playuelas, en agosto a las acciones de La
Breñosa, Sabana Becerra, Cuatro Caminos de la Cuaba y Caridad, y enfrentándose a
Antonio Maceo en el mes de septiembre en San Fernando.
En febrero de 1896 se trasladó de Puerto Padre a Cárdenas, operando seguidamente contra
partidas insurrectas en la jurisdicción de Matanzas y provincia de La Habana,
En 1897 continuó luchando en Matanzas formando parte del Regimiento de Bailén, en el
que causó baja en el mes de noviembre por pasar a mandar la sección de policía de la
Comandancia General de la División de La Habana, con la que desempeñó durante 1898
diversas comisiones en Matanzas, Cienfuegos, Sagua la Grande, Cruces y otros puntos,
hasta el 19 de noviembre que embarcó con rumbo a la Península.
En 1899 obtuvo el empleo de primer teniente por méritos de guerra en las operaciones
practicadas en Cuba durante el año anterior y al año siguiente pasó a la situación de
reserva, fijando su residencia en Puertollano y posteriormente en Ciudad Real,
concediéndosele el retiro en febrero de 1902.
Al habérsele concedido prórroga de edad para el retiro por ser Caballero Laureado,
regresó al servicio activo, alcanzando en 1926 el empleo de capitán y en 1931 el de
comandante de la Escala de Reserva.
Al estallar la Guerra Civil tenía setenta años y, deseando servir en el ejército republicano,
solicitó el reingreso, pero no se le admitió dada su elevada edad, por lo que se vio obligado
a alistarse en las Milicias, donde le concedieron el empleo de comandante. Combatió en
el Frente de Extremadura, pasando posteriormente a defender Madrid, confiándosele el
mando del Batallón Comuneros, en el Frente de la Ciudad Universitaria, junto al Hospital
197
Clínico.
Mandó uno de los batallones de la PUA (Primera Unidad de Avance) y la Brigada entera
durante casi toda la batalla del Jarama. Por sus méritos se le concedió el reingreso en el
Ejército con el empleo de teniente coronel, con el que estuvo al frente de la 17ª Brigada
Mixta y posteriormente de la 15ª División del Ejército del Centro.
En 1938 se le concedió el mando de la 50ª División, con la que intervino en Levante,
unidad que dejó para intervenir en la ofensiva sobre Extremadura, en la que se le dio el
mando del 8º Cuerpo de Ejército y más tarde de la 63ª Brigada.
De esta última unidad pasó a Almería como gobernador militar, puesto del que fue
relevado en el mes de marzo de 1939, tras el golpe militar del coronel Casado.
Condecoraciones:
Hoja de Servicios:
http://dbe.rah.es/biografias/69012/julian-del-castillo-sanchez
Archivo General Militar (Segovia), secc. 1.ª, leg. C-2159.
Adscripción: R+2
198
Durán de Cottes, Jerónimo
Fecha de nacimiento: 23 de mayo de 1868 - Cervera (Lérida).
Fecha de defunción: 1de enero de 1938 – Madrid.
Empleo Julio 1936: General de Brigada – Cuerpo de Sanidad
Destino Julio 1936: Reserva.
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Cuba (1896)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
En el combate de Hato Jicarita se comportó de forma heroica cuando, al romper el fuego
el enemigo contra la columna de la que formaba parte, cayó herido un soldado en la línea
de fuego, acudiendo inmediatamente a curarle, recibiendo al apearse del caballo una
balazo en la rodilla derecha, lo que no le impidió curar al citado soldado, tras atarse una
venda para detener la hemorragia, cubriéndose detrás de unas piedras del intenso fuego
que hacía el enemigo, situado a unos cuarenta metros; seguidamente, desde ese mismo
sitio y recostado en una camilla, atendió a los veinte heridos que había tenido la columna.
Este extraordinario comportamiento hizo que se le abriese juicio contradictorio para la
concesión de la Cruz laureada de San Fernando, que le fue concedida en 1897,
premiándosele un año después con la Cruz de María Cristina por el mismo hecho.
Carrera militar:
Realizó la carrera de Medicina en Madrid, obteniendo la licenciatura el 6 de diciembre de
1890. Tres años después ingresó en el Cuerpo de Sanidad Militar con el empleo de médico
segundo y fue destinado al Hospital Militar de Madrid.
Seguidamente ganó la oposición a jefe clínico de la Beneficencia Provincial y fue médico
agregado a la Beneficencia General en el Hospital de la Princesa, así como médico
supernumerario de la Beneficencia Municipal.
En 1895 se le concedió destino en el Ejército de Operaciones de la isla de Cuba con
ascenso a médico primero, pasando a prestar sus servicios a su llegada a La Habana en el
Batallón Peninsular de Antequera n.º 9, al que se incorporó en Santiago, partiendo
enseguida hacia el poblado de Cristo y pasando más tarde al de San Luis. En el mes de
julio comenzó a participar en operaciones de guerra, embarcando en diciembre hacia la
provincia de Matanzas.
Al año siguiente intervino en numerosos combates en las provincias de Matanzas y Pinar
199
del Río, ganando una Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo en el encuentro de San
Joaquín de Pedroso, en el mes de febrero, y la Cruz de María Cristina por su actuación en
el mes de mayo en el combate de las Lomas de Santa Ana, recibiendo una herida grave
de bala en la rodilla derecha durante el combate de Hato Jicarita, en el mes de julio, lo
que le obligaría a permanecer un mes hospitalizado, pasando a disfrutar seguidamente
cuatro meses de licencia para la Península; antes de finalizar el año recibió una segunda
Cruz al Mérito Militar por su valeroso comportamiento en las acciones libradas en el mes
de abril en Cocodrilo, Cayo Lanza y Tejar.
Tras su restablecimiento ya no regresó a Cuba, pasando en el mes de febrero de 1897 a la
situación de reemplazo en Madrid y en septiembre del año siguiente fue destinado al
Instituto de Higiene Militar, en el que permanecerá los siguientes diez años.
En septiembre de 1901, previa oposición, en la que obtuvo el número uno, fue destinado
para desempeñar una comisión de ampliación de estudios de Bacteriología y Sueroterapia
en el Instituto Pasteur de París, regresando a España en junio del año siguiente e
incorporándose al instituto, en el que impartió la clase de Bacteriología Aplicada y en
cuyo laboratorio desempeñó cargos en Análisis Clínicos y Químicos, y Sueros y Vacunas,
al tiempo que desempeñaba el cargo de ayudante de profesor en la Academia Médico
Militar, donde ocupó la cátedra de Higiene Militar y fue profesor de Estudios
Fisicoquímicos y Bacteriológicos.
En abril de 1907 fue comisionado para trasladarse a Cartagena con el fin de estudiar la
epidemia de fiebre tifoidea que se había extendido por la ciudad, estableciendo, junto con
el doctor Martínez Salazar, un nuevo método para diagnosticar el tifus; en julio fue
ascendido al empleo de médico mayor, causando baja en el instituto y academia, y
pasando a la situación de excedente. Aunque a continuación se le concedieron varios
destinos, en el mes de diciembre fue agregado al Cuerpo de Inválidos, en donde al año
siguiente se le concedió el ingreso, pudiendo a partir de ese momento dedicar todos sus
esfuerzos a las tareas científicas.
Formó parte del Laboratorio Municipal de Madrid como jefe de la sección de Sueros y
Vacunas, ingresando en la Real Academia de Medicina por sus trabajos sobre la fiebre de
Malta. También dirigió el Instituto Ibys de Madrid y fundó el Instituto Magnus,
dedicándose preferentemente a la investigación de la fiebre de Malta y a la fabricación de
nuevos productos farmacológicos.
200
En 1914 fue ascendido a teniente coronel y en 1922 a coronel, concediéndosele en 1925
la Medalla de Sufrimientos por la Patria, por haber sido herido en la acción de Hato
Jicarita.
Al llegar la Segunda República se le otorgó el pase a la situación de segunda reserva con
el empleo de general de brigada, por ser Caballero Laureado, causando baja en el Cuerpo
de Inválidos.
Condecoraciones:
2 Cruces al Mérito Militar con distintivo rojo
2 Cruces de María Cristina
Medalla de Sufrimientos por la Patria
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/26661/jeronimo-duran-cottes
Archivo General Militar (Segovia), leg. D-1287, Exp. personal de Jerónimo Durán Cottes.
Observaciones, comentarios:
Obras publicadas: Método del diagnóstico del Bacilo Eberth, Madrid, 1904; Nuevo
método de suero-diagnóstico de la fiebre tifoidea, Madrid, 1904; La fiebre mediterránea
en España, Madrid, 1906; Investigación sobre el tifus en España, 1906; Investigación
sobre el tifus exantemático, Madrid, 1906; Tratamiento racional de la fiebre tifoidea,
Madrid, 1908; Fiebre de Malta, estudio clínico y bacteriológico, Madrid, 1914;
Vacunoterapia en los procesos infectivos locales y generales, Sevilla, 1917; Síntesis de
cómo debe ser el tratamiento específico de la fiebre de Malta, Sevilla, 1917; Tratamiento
vacunoterápico de la fiebre de Malta, Madrid, 1919.
Adscripción: No adscripción/No participa
201
Gil García, Francisco
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: Desconocida, posterior a 1953
Empleo Julio 1936: Teniente Voluntarios
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Cuba (1896)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
Cruz de 1ª clase, Sencilla. Real orden de 13 de diciembre de 1898 (Diario Oficial del
Ministerio de la Guerra, núm. 272/1898). Guerra de Cuba. Encuentro de Anape, el 17 de
septiembre de 1896.
Habiendo recibido orden de conducir un convoy desde Hoyo Colorado a Caimito,
llevando como escolta a sus órdenes a veintiséis hombres, al regresar de cumplir su misión
se encontró, en el sitio denominado Anape, a unos cuatrocientos insurrectos que le
envolvieron, teniendo necesidad de refugiarse en la calzada, desde donde rechazó las
cargas del enemigo con fuego a quemarropa, no obstante las diecisiete bajas que tuvo
entre muertos y heridos hasta que recibió auxilio, viéndose obligados los contrarios a
emprender la retirada dejando en nuestro poder a sus bajas y armamento.
Carrera militar:
Ingresó en el Ejército en 1886, pasando a la situación de retirado con el empleo de
segundo teniente. Todavía vivía en 1953, teniendo su residencia en La Baña (La Coruña).
Condecoraciones:
Cruz de San Fernando, 1ª Clase
Fuentes:
CEBALLOS-ESCALERA Y GILA, Alfonso, ISABEL SÁNCHEZ, José Luis y
CEVALLOS-ESCALERA Y GILA, Luis, La Real y Militar Orden de San Fernando,
Madrid, 2003.
Adscripción: No adscripción/ No participa
202
Hortigüela Carrilllo, Víctor
Fecha de nacimiento: 12 de abril de 1867
Fecha de defunción: 7 de junio 1948
Empleo Julio 1936: Teniente Coronel de Infantería, Coronel
honorífico
Destino Julio 1936: Retirado desde 1931
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Cuba (1896)
Hechos que motivaron la concesión:
El 20 de agosto de 1896, estando el sargento Hortigüela encargado de la defensa del fortín
situado en el kilómetro 18 de la línea defensiva de Holguín a Gibara, en el término de
Aguas Claras (Cuba), al frente de 19 soldados de un batallón del Regimiento de Sicilia
Nº 7, se vieron acosados por miles de rebeldes mambises al mando de los generales
rebeldes Máximo Gómez y Calixto García. El fortín fue sometido durante más de dos
horas a un intenso bombardeo, que causó la muerte de dos soldados y heridas a otros
cinco, además de dejar el fortín semiderruido por dos de sus costados. Ante tan
desesperada situación, el sargento supo mantener la calma y organizar una salida de los
cinco heridos, protegidos por otros diez soldados, hacia el siguiente fortín de la línea
defensiva, situado a unos tres kilómetros, quedándose él y otros dos soldados para
proteger la retirada y mantener la posición hasta que ellos mismos pudieron abandonarla
y llegar sanos y salvos a lugar seguro. El fortín se perdió, pero se salvaron las vidas de
dieciocho soldados, incluida la del propio Sargento Hortigüela.
Se le concedió la Cruz de San Fernando de 2ª clase, después del correspondiente proceso
de juicio contradictorio ordenado por el General de División González Muñoz, Jefe del
Ejército de Operaciones en Cuba, e instruido por el Comandante de Estado Mayor Luis
León y Apalategui, según lo prevenido en la Ley de 18 de mayo de 1862.
Carrera militar:
El sargento Hortigüela había nacido en el pueblo burgalés de Villayuda el 12 de abril de
1867, en el seno de una modesta familia de labradores. En 1888, al cumplir los 21 años,
ingresó como soldado de infantería en el Regimiento Inmemorial del Rey para cumplir
con el servicio militar obligatorio, consiguiendo enseguida los galones de cabo segundo.
En 1890, cuando llegó el momento de la licencia, decidió reengancharse, alistándose en
203
el Regimiento de Sicilia Nº 7, consiguiendo ascender rápidamente, primero a Cabo y más
tarde, en 1893 a Sargento. Ese mismo año se alistó como expedicionario a Cuba,
embarcándose para la isla en el puerto de Santander.
Al estallar en la isla la insurrección de 1895, estaba destinado en la jurisdicción de
Holguín, ocupándose su batallón en la protección de la línea del ferrocarril de Jibara a
Holguín, donde se encontraba en el mes de agosto cuando se produjo la ofensiva lanzada
por más de dos mil mambises rebeldes contra dicha línea férrea.
El sargento Hortigüela siguió combatiendo en primera línea durante los años siguientes,
ganando una nueva medalla, la Cruz Roja del Mérito Militar, en 1897.
La temida fiebre amarilla hizo presa en este valeroso soldado, obligándole, tras una larga
estancia en un hospital militar, a pedir su traslado a la Península, a donde regresó en 1898,
poco antes de que se produjera el total descalabro del ejército colonial español.
Durante su carrera militar en la península pasó por diferentes destinos en San Sebastián,
Vitoria, Pamplona y Burgos y también por Murcia y Andalucía, consiguiendo, siempre
dentro de la Escala de Reserva, los correspondientes ascensos a primer Teniente en 1905,
a Capitán en 1909 y a Comandante en 1913. En 1919 alcanzó el grado de Teniente
Coronel, siendo destinado a la 6ª Región Militar, alternando su residencia entre Burgos y
Santander. En 1927, se le asciende de forma honorífica, como Caballero de la Orden de
San Fernando, al grado de Coronel, pasando a la situación de reserva tras 39 años y 7
meses de servicio ininterrumpido.
Observaciones:
Otro ejemplo de soldado de extracción humilde que se hace acreedor con su conducta
heroica de la Cruz de San Fernando y que llega al máximo grado de la Escala de Oficiales,
empezando desde la categoría más baja de la jerarquía castrense.
Otras condecoraciones:
Cruz roja del Mérito Militar (1898)
Fuentes:
Hoja de Servicios Archivo General Militar de Segovia (Sección 1ª, División 1ª, Legajo
O-674); Orden General del Ejército de 9 de enero de 1897, Habana (Cuba)
Adscripción: No adscripción/No participa
204
Maté Asenjo, Egidio
Fecha de nacimiento: 1 de septiembre de 1856
Fecha de defunción: 1939.
Empleo Julio 1936: Coronel del Cuerpo de Inválidos procedente del Arma de Infantería
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Cuba (1896)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
Era del Batallón Expedicionario del Regimiento de Baleares núm. 42 (hoy Regimiento de
Gravelinas núm. 41); por su comportamiento en la acción Loma del Rubí el 10 de
noviembre de 1896 mereció la Cruz de 1ª clase, según Real orden de 24 de febrero de
1899 (D. O. núm. 45).
Este Segundo Teniente mandaba la vanguardia de la columna; en las primicias del
combate rasga sus carnes el plomo enemigo; y ocultando las torturas del dolor bajo dulce
sonrisa y alentadoras palabras sigue enérgico en su puesto.
Por segunda vez cae herido; una vez más no abandona la dirección de su tropa, llevando
a su ánimo la fortaleza de su alma y lo excelso de su voluntad.
Carrera militar:
En 1891 ascendió a 2º Teniente; en 1896 ascendió a 1er. Teniente y pasa al Cuerpo de
Inválidos; en 1903 ascendió a Comandante del Cuerpo; en 1910 ascendió a Teniente
Coronel del Cuerpo; en 1918 ascendió a Coronel del Cuerpo.
Condecoraciones:
Fuentes:
GARCÍA PÉREZ, J. Flores del Heroísmo, 1919, página 41
AGM Segovia 1ª, 1ª, M-2315
Adscripción: No adscripción/No participa
205
Martínez Pérez, Venancio María de Paula
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Sargento Guardia Civil
Destino Julio 1936: Licenciado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Filipinas (1896)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
Este Sargento pertenecía al Batallón Cazadores Expedicionario núm. 3; por la defensa de
Novaliches el 18 de noviembre de 1898 mereció la. Cruz de 1ª clase, según Real orden
de 13 de agosto de 1903 (D. O. número 176).
El destacamento de Novaliches ocupaba el convento; en la noche del 18 atacan unos 3.000
insurrectos, armados en su mayor parte de rifles y fusiles, con dos lantacas; incendiado el
edificio y siendo imposible continuar en él la defensa, el Teniente Crespo (herido) se
resuelve a abandonarlo; más para ello necesita apoderarse de la iglesia ocupada por el
enemigo.
Divide el Teniente Crespo su fuerza en dos grupos: uno, bajo su mando, constituyendo
los heridos y queda en el atrio del convento para contener a los insurrectos; el otro grupo,
mandado por el Sargento Venancio María de Paula, tiene por objetivo la ocupación de la
iglesia.
El Sargento Paula avanza peleando tenazmente; asalta brioso el edificio de los adversarios
y logra ocuparlo, siendo el primero en penetrar; ya en la iglesia resiste un vigoroso
contraataque de los filipinos, encaminado a su reocupación; rechaza varios asaltos que se
suceden después; y en la tarde del 19 ve alejarse a sus rivales ante la aproximación de una
columna de socorro
Fuentes:
GARCÍA PÉREZ, J. Flores del Heroísmo, 1919, página 32
Adscripción: No adscripción/ No participa
206
Poch Juli, José
Fecha de nacimiento: 20 de octubre de 1866
Fecha de defunción:
Empleo Julio 1936: General de Brigada
Destino Julio 1936: Reserva
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Cuba (1896)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
Era Segundo Teniente en el Batallón Expedicionario del Regimiento de la Albuera núm.
26; por su comportamiento en la acción Tienda de Campaña el 25 de septiembre de 1896
mereció la Cruz de 1ª clase, según Real Orden de 13 de diciembre de 1898 (D. O. núm.
279).
En el referido día sale el Teniente Poch de Tapaste, al frente de 40 soldados; su misión
era conducir el correo a Tienda de Campaña para su entrega a la guerrilla de San José de
las Lajas.
En la marcha es sorprendido y envuelto por una partida de 400 a 500 hombres montados;
Poch resiste valerosamente, infunde ánimos a sus soldados y logra vencer la osadía de sus
adversarios; no obstante, su herida, Poch sigue al frente de su fuerza, consiguiendo evitar
que el enemigo lograse sus propósitos; a la aproximación de fuerzas de socorro ceden y
huyen los insurrectos, dejando varios muertos en poder de nuestros valientes soldados.
Carrera militar:
En 1895 ascendió a 2º Teniente de la Escala de Reserva; en 1897 a Teniente de la Escala;
en 1907 a Capitán; en 1913 a Comandante; en 1919 a Teniente Coronel; en 1922 a
Coronel; en 1932 a General de Brigada en la Reserva.
Condecoraciones:
Gran Cruz de San Hermenegildo (1933).
Fuentes:
GARCÍA PÉREZ, J. Flores del Heroísmo, 1919, página 41
AM Segovia 9ª CAJA 4552 / EXP 36117 P 2345
Adscripción: No adscripción/No participa
207
Vilanova Rubiol, Matías
Fecha de nacimiento: 1872 - Conques (Lérida)
Fecha de defunción: 7 de agosto de 1947 - Madrid
Empleo Julio 1936: Soldado
Destino Julio 1936: Licenciado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Cuba
(1896)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
El 26 de enero de 1896 el cabo José Pedarrós había salido con nueve soldados del
destacamento de San José de Abajo (Cuba) con la misión de practicar un reconocimiento,
cuando en el sitio denominado el Papayal fueron atacados por fuerzas enemigas muy
superiores, que en la primera descarga mataron al citado cabo. Entonces, el soldado
Vilanova, sin vacilación alguna, entabló un duro y desigual combate con cuatro
insurrectos, matando a dos de ellos e hiriendo a los otros dos, recibiendo él mismo catorce
machetazos en la cabeza y cuerpo, y quedando tendido en tierra creyendo el enemigo que
estaba muerto. Con su ejemplo dio lugar a que el resto de la fuerza se rehiciese y acudiese
a auxiliarle, haciendo huir al enemigo.
Por Real Orden de 30 de marzo de 1898 recibió en recompensa a su heroísmo la Cruz de
San Fernando de 2ª Clase, Laureada.
Carrera militar:
Sirvió como soldado en el Regimiento de Vizcaya nº 51 del Ejército de la Isla de Cuba.
Condecoraciones:
Fuentes:
GARCÍA PÉREZ, J. Flores del Heroísmo, 1919, página 51
Observaciones, comentarios:
Una vez cumplido su servicio militar se licenció, concediéndosele posteriormente el cargo
de conserje del Ateneo de Madrid.
Adscripción: No adscripción/No participa
208
1897
Badal Suay, Bernardo
Fecha de nacimiento: 24 de agosto de 1867
Fecha de defunción: 28 de julio de 1936
Empleo Julio 1936: Guardia 1º, Licenciado
Destino Julio 1936: Licenciado desde 1919
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Cuba (1897)
Hechos que motivaron la concesión:
El día 24 de febrero de 1897, en la defensa que hizo de una casa
fortificada, titulada Dolores, (Cienfuegos- Cuba) atacada por los insurrectos de esa isla,
y la retirada que en el mismo día se vio obligado a efectuar; considerando que el fuerte
Dolores, guarnecido por D. Bernardo Badal, con 9 guardias civiles a sus órdenes, dos de
ellos enfermos, fue atacado a las seis de la mañana del día citado, por la fuerza enemiga,
y que declaraciones de algunos testigos la hacen subir a 500 hombres con una pieza de
Artillería que hizo sobre el fuerte 15 disparos de cañón con granada ordinaria,
derrumbando un tambor, parte del otro y una de las paredes, por lo que el referido guardia
Badal, viendo imposible la resistencia en el fuerte, y teniendo ya tres heridos, ordenó se
recogieran todos los armamentos y municiones, como se verificó, y dividiendo su fuerza
en dos grupos, emprendió la retirada hacia el puesto de Dolores, distante dos kilómetros,
efectuándola con el mayor orden, siendo en ella constantemente hostilizado por el
enemigo y contestando también a los fuegos de aquél, haciéndose, según manifestación
de algunos pacíficos, 5 o 6 muertos y bastantes heridos, no habiendo sido auxiliado por
ninguna fuerza hasta que llegó a unos 200 metros de distancia del ingenio, cuyo
destacamento salió a su encuentro en momento en que por haber cesado el fuego del
enemigo no tuvo necesidad de romperlo dicho destacamento; resultando que por este
hecho el guardia civil D. Bernardo Badal Suay, se halla comprendido dentro de lo que
previene el número 5 del art. 35 de la ley de 18 de mayo de 1862, el Rey (q.D.g.), y en su
nombre la Reina Regente del Reino, de acuerdo con lo informado por el Consejo Supremo
de Guerra y Marina ha tenido a bien conceder al solicitante la cruz de la Orden de San
Fernando de 1ª Clase, con la pensión anual de 100 pts., señalada a su categoría en el
209
artículo 8º de la ley antes citada, abonable, conforme a la real orden de 17 de noviembre
de 1875 (C.L. núm. 994), desde el día 24 de febrero de 1897, en que tuvo lugar el hecho
de armas objeto de esta recompensa. (Diario Oficial Ministerio de la Guerra número 144
de 2 julio de 1998, página 30)
Carrera militar:
Ingresa como soldado en la Caja de Reclutas de Segorbe (Castellón) en 1889. Siendo
nombrado Guardia 2º en 1991 y Guardia 1º por elección en 1995. Inicia su destino en
Cuba en el 18 Tercio, Comandancia de Remedios. En noviembre de 1899 regresa a la
Península, quedando destinado en la Comandancia de Castellón hasta su pase a licenciado
en 1919.
Otros datos:
Es el primer Guardia Civil condecorado con la Cruz de San Fernando. Una calle en la
ciudad de Castellón lleva su nombre.215
Fuentes:
Hoja de Servicios- Archivo General del Ministerio de Interior- Sección Guardia Civil
Imagen http://guardiacivilcastellon.blogspot.com/
Adscripción: No adscripción/No participa
215 https://www.codigopostal.ovh/castellon/cirat-don-bernardo-badal-suay.html
210
Rodríguez Casademunt, José
Fecha nacimiento: 8 de diciembre de 1870- Inca (Baleares)
Fecha de defunción: 7 de noviembre de 1936-Paracuellos del
Jarama (Madrid)
Empleo Julio 1936: Teniente General
Destino Julio 1936: Consejo Asesor Orden San Fernando
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Filipinas
(1897)
Hechos que motivaron la concesión:
Al ser atacado el poblado de Arayat el 19 de julio de 1897 por una partida de quinientos
insurrectos, salió con cuarenta hombres, con los que sostuvo empeñado combate en
diferentes puntos del poblado, consiguiendo obligarles a retirarse al llegar la noche y
produciéndoles abundantes bajas durante la persecución. Al llegar la mañana del día 20
dispuso el regreso de las fuerzas, cansadas tras una jornada agotadora, pero antes realizó
un reconocimiento acompañado de un solo soldado, siendo sorprendido por un grupo de
insurrectos, con los que luchó cuerpo a cuerpo, dando muerte al cabecilla, hiriendo a uno
de ellos y poniendo en fuga a los demás, a pesar de haber recibido quince heridas, cuatro
de ellas graves.
Al acudir el resto de la fuerza en su ayuda fue recibida por más de cien enemigos
emboscados en la espesura, que trataron de rodearles; ante el peligro de esta situación, el
capitán Casademunt reaccionó rápidamente, sin tener en cuenta la gravedad de sus
heridas, ordenando a uno de sus oficiales que ocupase una determinada posición para
apoyarle, mientras él, empuñando un fusil, se puso al frente de la fuerza restante y,
animándola con la palabra y el ejemplo, atacó con energía y arrojó al enemigo de sus
posiciones, haciéndole muchas bajas y apoderándose de gran cantidad de armamento, tras
lo cual, tuvo que ser sostenido por dos soldados debido a que la gran hemorragia que
sufría le había hecho perder el sentido.
Sometido el hecho a juicio contradictorio, por Real Orden de 25 de junio de 1900 se le
concedería la Cruz de San Fernando de 2.ª Clase, Laureada.
211
Carrera militar:
Ingresó en la Academia General Militar a los quince años, de fue promovido a segundo
teniente de Infantería en 1890 y destinado al Regimiento de América. En 1892 fue
ascendido a primer teniente y cuatro años después marchó a Filipinas con el Batallón de
Cazadores Expedicionario n.º 4. En 1897 ganó el ascenso a Capitán por los méritos de
guerra. En 1898 se le concedió el empleo de comandante por la defensa de la plaza de
Manila, desde el 16 al 20 de julio, día este último en que fue herido.
De vuelta a la Península en 1899 con licencia por enfermo, ocupó destino en el
Regimiento de Aragón, del que en 1903 pasó al Ministerio de la Guerra y poco después
a la Academia de Infantería de Toledo, como profesor, donde continuó a su ascenso a
teniente coronel en 1910. Hasta su ascenso a coronel, en 1918, ocupó destino en los
Regimientos de Valencia y Ceriñola, interviniendo con este último en operaciones en
Melilla desde 1915. Ya de coronel, se le concedió, sucesivamente, el mando de los
Regimientos de Asia y San Fernando. En 1920 fue promovido al empleo de general de
brigada, regresando a la Península, donde se le concedió el mando de la Brigada de
Infantería de Mallorca. Al año siguiente pasó a Las Palmas de Gran Canaria como
segundo jefe del Gobierno Militar, y en 1921 ingresó en el Cuerpo de Inválidos.
Ascendido a general de división en 1925, se le confirió el mando de la 9.ª División y más
tarde el de la 1.ª. En 1927 se le nombró gobernador militar de Cádiz, ascendiendo a
teniente general al año siguiente y siendo nombrado capitán general de Canarias, cargo
que desempeñó hasta el mes de julio de 1931.
Comentarios:
Posteriormente, y ya en la reserva, fue presidente del Consejo Director de las Asambleas
de las Órdenes Militares de San Fernando y San Hermenegildo. Desempeñando este
cargo, en 1936 fue apresado, encerrado en la Cárcel Modelo de Madrid y asesinado por
milicianos. Inca le dedicó una de sus calles, Su hijo, el capitán de Infantería Miguel
Rodríguez Bescansa, ganó en Marruecos dos Cruces Laureadas a título póstumo.
Fuentes:
Hoja de Servicios en el Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. R-2049
http://dbe.rah.es/biografias/70077/jose-rodriguez-casademunt
Adscripción: N-1
212
Castells Ballespí, Rosendo
Fecha de nacimiento: 21 de octubre de 1868 - Lérida
Fecha de defunción: 8 de febrero de 1942 - Barcelona
Empleo Julio 1936: General de Brigada del Cuerpo de Inválidos, procedente del Cuerpo
de Sanidad
Destino Julio 1936: 2ª Reserva
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Cuba (1897)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
El 15 de diciembre de 1897, durante el combate de Asiento de Ortega, mientras presta
auxilios sanitarios en primera línea de fuego, resulta gravemente herido de bala en ambas
piernas. Por su heroico comportamiento, gana varias condecoraciones entre las que
destaca la Cruz Laureada de San Fernando.
Carrera militar:
Ingresa en la Facultad de Medicina donde se licencia en 1888 después de ser alumno
interno en 1887. Paralelamente, estudia la carrera de Farmacia y obtiene la licenciatura
en 1894. En 1906, en la misma Universidad obtiene la licenciatura en Derecho. En 1894,
ingresa por oposición al Cuerpo de Sanidad Militar. Después de un tiempo en el Hospital
Militar de Barcelona, es destinado a Cuba donde dirige las Enfermerías de Sagua de
Tanami y de Baracoa. El 15 de diciembre de 1897, durante el combate de Asiento de
Ortega, mientras presta auxilios sanitarios en primera línea de fuego, resulta gravemente
herido de bala en ambas piernas. Por su heroico comportamiento, gana varias
condecoraciones entre las que destaca la Cruz Laureada de San Fernando.
En 1887, ingresa en la Logia Colmena, englobada en Gran Logia Regional Catalano-
Balear. Más adelante, se integra a otras Logias. Él mismo es el fundador y venerable de
la Logia Condorcet, en 1937, se convierte en gran comendador interino del Supremo
Consejo del Grado 33 para España y sus Dependencias. La Guerra Civil le sorprende en
el Balneario de Puente Viesgo de Cantabria, pero retorna a Madrid y se ofrece
incondicionalmente al Gobierno de la República, que le nombra médico de la Junta
Provisional de Protección de Menores. Al acabar la contienda, vive en clandestinidad en
Barcelona donde muere el 8 de febrero de 1942. No obstante, en 1943, el Tribunal
Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo le abre un juicio y el agosto
213
de 1944 lo condena "en rebeldía" a treinta años de prisión.
Condecoraciones:
Cruz del Mérito Militar de 1ª Clase
Medalla de plata conmemorativa de los Sitios de Zaragoza.
3 Cruces del Mérito Naval con distintivo rojo.
Medalla de Cuba con 3 pasadores.
3 Cruces de María Cristina.
Medalla de Sufrimientos por la Patria
Fuentes:
AGM Segovia 1ª, 1ª, C-2076 - 1ª, GU, C-277
http://www.galeriametges.cat/galeria-hemeroteca.php?icod=LJK
Adscripción: R+2
214
Fuentes del Olmo, Ciriaco
Fecha de nacimiento: Desconocida – Buezo (Burgos)
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Coronel de Infantería
Destino Julio 1936: Reserva
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Filipinas
(1897)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
El 22 de abril de 1901 el Consejo Superior de Guerra y Marina acordó conceder la Cruz
de primera clase de la Real y Militar Orden de San Fernando, al sargento burgalés de
Infantería D. Ciriaco Fuentes del Olmo, por su heroica acción realizada en la campaña de
Filipinas el 25 de febrero de 1897, en la que, de forma voluntaria y al frente de ocho
soldados, consiguió ocupar una importante trinchera enemiga, situada en el camino de
Pérez Dasmariñas, que estaba defendida por un gran número de insurrectos tagalos,
causándoles numerosas bajas y obligándoles a abandonarla, sufriendo en dicha acción tan
sólo tres bajas: un soldado muerto y dos heridos. La condecoración también está
acompañada de una pensión vitalicia anual de 150 pesetas, que le serán abonadas desde
la fecha de los hechos.
Carrera militar:
Se apuntó voluntario para Filipinas, donde consiguió los galones de sargento. Cuando en
1896 estalla la insurrección de los tagalos contra el dominio español en las islas,
pertenecía a la famosa División del general Lachambre, donde estaba integrado en la 1ª
Brigada, mandada por el general Jaramillo. Después de la conquista de Cavite por los
insurrectos, la División Lachambre tuvo que entrar inmediatamente en acción, pues el
general Polavieja, por entonces Capitán General de Filipinas, la encargó defender las
provincias de La Laguna, Batangas y Tayabas, para proteger Manila, la capital, que se
encontraba seriamente amenazada.
El 15 de febrero de 1897 la 1ª Brigada sale del cuartel de Santo Domingo, y comienza a
desplazarse hacia el norte, sin encontrar apenas resistencia, siguiendo hasta Binabangang
y llegando al día siguiente a Mataas-na-lupa e Iba, donde se encontraron con un poderoso
frente enemigo, atrincherado en la orilla opuesta del río del mismo nombre. El general
215
Jaramillo ordena tomar posiciones y esperar la llegada del resto de la División. El 19 de
febrero, con la División agrupada y después de un intenso bombardeo que barrió las
trincheras enemigas, la 1ª Brigada inicia el ataque sobre Iba, en una encarnizada lucha de
más de cuatro horas, en la que tuvieron que tomar casa por casa, hasta conseguir que los
tagalos se retirasen después de sufrir más de 600 bajas. Gracias a esta acción, las tropas
españolas consiguieron tomar la estratégica plaza de Silang, donde quedaron acuarteladas
la 1ª y 2ª Brigadas.
El 22 de febrero se produce una oleada de terribles asaltos de los tagalos sobre las
posiciones españolas de Silang, que a duras penas consiguen rechazar; una vez contenido
el ataque, la 1ª Brigada, dividida en dos frentes, emprende la marcha hacia la ciudad de
Pérez-Dasmariñas (1), ya dentro de la provincia de Cavite. El primer frente queda
bloqueado al desbordar los tagalos intencionadamente la presa de San Julián, cuyas aguas
inundaron los campos circundantes, convirtiéndoles en un impracticable lodazal, que
impidió el libre movimiento de los soldados españoles, atrapados en el barro. El otro
frente, formado por el Batallón nº 12 y el Regimiento de Infantería nº 74, al que pertenecía
el sargento Fuentes, siguió avanzando palmo a palmo, venciendo la feroz resistencia de
los tagalos, fuertemente atrincherados en parapetos y casas, que tuvieron que ir ocupando
uno por uno.
En esta acción final de la 1ª Brigada sobre las líneas enemigas, realizado el día 25, se
produjo la gesta del valiente sargento burgalés que, al mando de su pelotón, se apoderó
de una de las mejor fortificadas trincheras enemigas, situada en su línea de vanguardia,
abriendo de esta forma un importante hueco, por el que se abalanzaron el resto de los
soldados españoles, enardecidos por el valor de sus compañeros. Finalmente, después de
un duro y sangriento enfrentamiento, la ciudad es conquistada y ocupada por la División
Lachambre, quedando momentáneamente Manila libre del peligro de los insurgentes.
Después de Barcelona, estuvo de guarnición en Lérida y Ceuta. En 1918 fue trasladado a
Madrid, donde se retiró después de alcanzar el empleo de coronel, y donde finalmente se
instaló la familia.
Fuentes:
GARCÍA PÉREZ, J. Flores del Heroísmo, 1919, página 29
Adscripción: No adscripción/ No participa
216
Martín Cerezo, Saturnino
Fecha de nacimiento: 11 de febrero de 1866 – Miajadas
(Cáceres)
Fecha de defunción: 2 de diciembre de 1945 – Madrid
Empleo Julio 1936: General de Brigada
Destino Julio 1936: 2ª Reserva
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Filipinas (1897)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
Uno de los incidentes más sonados fue el que tuvo lugar a finales de agosto al norte del
distrito del Príncipe, perteneciente a la provincia de Nueva Écija, en la costa oriental de
Luzón. El capitán Antonio López Irizarri, comandante político-militar de Baler, capital
del citado distrito, cuya guarnición se limitaba a cinco guardias civiles indígenas, detectó
el desembarco de un importante alijo de armas, solicitó ayuda para recuperarlas y Primo
de Rivera le envió cincuenta soldados del batallón de Cazadores Expedicionario n.º 2, al
mando del teniente José Mota.
El 5 de octubre de 1897, cuando sólo llevaban allí quince días, los tagalos atacaron el
destacamento, los guardias desertaron con sus fusiles, Mota y nueve soldados murieron
en el encuentro, y otros ocho fueron apresados. La tripulación del cañonero Manila, que
patrullaba la costa, acudió en su auxilio, pero los supervivientes y los doce marineros
desembarcados se vieron forzados a refugiarse en la iglesia del pueblo.
El día 8, conocido el incidente en Manila, se ordenó que el capitán del citado batallón,
Jesús Roldán Maizonoda, embarcara hacia Baler con cien hombres, en el vapor Cebú.
Diez días después, Irizarri y los supervivientes del primer destacamento fueron evacuados
y Roldán se encerró en la iglesia con su compañía, atacada diariamente y cortada la
comunicación terrestre con Manila.
El 13 de noviembre, el crucero Don Juan de Austria logró avituallar el destacamento, no
sin antes tener que dispersar a los rebeldes con el fuego de sus cañones.
Nada más perderse de vista el crucero, la iglesia volvió a quedar cercada. Primo de Rivera,
confirmado por Sagasta en el puesto tras el asesinato de Cánovas, decidió reemprender
las operaciones una vez finalizada la estación de lluvias. El 6 de diciembre dio orden de
avanzar a la columna del general Castilla, de la que formaba parte la compañía del
217
teniente Martín Cerezo, logrando cercar a Aguinaldo en los montes de Biacnabató,
territorio donde la supervivencia era prácticamente imposible, por lo que el día 23 se vio
obligado a capitular a cambio de una compensación económica.
Veinte días después, el 11 de enero de 1898, el vapor Compañía de Filipinas no pudo
desembarcar los víveres que transportaba para el destacamento de Baler, y Primo de
Rivera organizó una columna de socorro, mandada por el comandante Juan Génova Iturbe
y formada por cuatrocientos soldados del batallón de Cazadores Expedicionario n.º 2.
Ésta llegó a su destino la misma fecha en que, al conocer la capitulación de Aguinaldo,
los insurrectos levantaron el cerco.
Aparentemente pacificado el distrito, se nombró comandante político-militar al capitán
Enrique de las Morenas Fossi, quien marchó hacia Baler escoltado por un destacamento
de cincuenta soldados del citado batallón, mandados por el teniente Juan Alonso Zayas,
secundado por el 2.º teniente Martín Cerezo y auxiliado por el médico militarizado
Rogelio Vigil de Quiñones Alfaro. El 12 de febrero llegaron a su destino y el 15 la fuerza
del comandante Génova emprendió camino de regreso a Manila.
En abril, declarada la guerra por Estados Unidos, la insurrección volvió a cobrar bríos y
Las Morenas fue informado de la formación de algunas partidas en el territorio de su
demarcación. El 20 de mayo, el mismo día que conocieron la derrota de la escuadra en
Cavite, una de las partidas rodeó el pueblo. Los cinco soldados enviados a Manila para
alertar de su precaria situación fueron capturados, aunque lograron evadirse, y el 26 de
junio la población local abandonó sus viviendas, llevándose consigo los uniformes de
repuesto de la tropa, almacenados en la casa parroquial.
Al día siguiente, el destacamento, junto a Las Morenas y el párroco, se recluyó en la
iglesia, cuyas puertas fueron tapiadas y las ventanas acondicionadas como puestos de
tirador.
El 1 de julio, al día siguiente del desembarco de una división norteamericana en la bahía
de Manila y mientras veintidós mil insurrectos cercaban la capital, Las Morenas fue
conminado por primera vez a rendirse, advirtiéndole el cabecilla de la partida sitiadora
que su situación era desesperada. Rechazada la propuesta, el cerco se estrechó,
excavándose una línea de trincheras a menos de veinte metros de los muros de la iglesia.
Durante el mes de julio, el intercambio de disparos fue continuo, y dos soldados españoles
y los dos sanitarios indígenas desertaron.
218
En agosto, tras capitular Manila, los tagalos intentaron incendiar la iglesia, y al no lograrlo
enviaron a dos sacerdotes indígenas a intimar su rendición, que fueron retenidos por los
defensores. En septiembre, la carencia de alimentos frescos provocó una epidemia de
beriberi, cuya primera víctima fue el párroco. Poco después, los sitiadores hicieron llegar
a Las Morenas la copia de una carta del gobernador político-militar de Nueva Écija,
Dupuy de Lome, en la que reconocía que España había perdido Filipinas. Las Morenas
no le dio crédito, esta vez acertadamente, pues, aun cuando no estuviera en condiciones
de saberlo, el archipiélago no se cedió a Estados Unidos hasta el mes de diciembre.
El 18 de octubre, el beriberi mató al teniente Alonso y Martín Cerezo se hizo cargo del
mando del destacamento.
Un mes después, el 22 de noviembre, el capitán Las Morenas fue víctima del mismo mal,
por lo que hubo de asumir el cargo de comandante político-militar del distrito. Aparte de
él, sólo quedaban vivos el médico y un sanitario, tres cabos, un corneta y treinta y cinco
soldados. Las provisiones disponibles eran veinte sacos de harina apelmazada por la
humedad, unas cuantas planchas de tocino agusanadas, algo de café, unos sacos de
habichuelas, varias cajas de latas de sardinas en mal estado, mucho azúcar y nada de sal.
A partir de esa fecha, Martín Cerezo dejó de recibir parlamentarios, para que los sitiadores
no conocieran la muerte de Las Morenas. El 14 de diciembre, se decidió a efectuar una
salida nocturna al objeto de incendiar las viviendas que cobijaban a los tiradores enemigos
y despejar el terreno circundante. El éxito de la operación permitió, en días sucesivos,
salir a recolectar hojas de calabacera, con lo que remitió la epidemia de beriberi.
El 29 de diciembre, veinte días después de que se firmara el Tratado de París y de que El
Diario de Manila denunciara el abandono en que se tenía a la guarnición de Baler, se le
anunció la llegada de un capitán español, que no llegó a presentarse. El 31 de enero, el
Diario Oficial del Ministerio de la Guerra declaró disuelto su batallón y le destinó al
Cuadro Eventual de la Escala de Reserva. Sólo dos días después, se presentó a la puerta
de la iglesia el capitán Miguel Olmedo Calvo, portando un oficio del general Diego De
los Ríos, máxima autoridad española en el archipiélago, en el que se ordenaba a Las
Morenas proceder a la evacuación de Baler. Diversos defectos de forma en la redacción
del escrito le llevaron al convencimiento de que se trataba de una falsificación, por lo que
se negó a cumplimentar la orden.
A finales de febrero, un cabo y dos soldados pretendieron evadirse y fueron esposados y
219
confinados en el baptisterio. Decidido Aguinaldo a poner fin a la resistencia de aquel
puñado de españoles, desplazó una pieza de artillería de campaña desde Cavite a Baler,
la cual, cargada sólo con metralla, no hizo demasiados destrozos en el recinto. No
obstante, acabadas todas las provisiones, sin calzado y medio desnudos, la situación se
hizo insostenible, pues sólo se mantenían con hojas de calabacera, caracoles y pequeños
reptiles.
El 11 de abril, avistaron al cañonero estadounidense Yorktown, que confundieron con un
buque español, lo que les reafirmó en la falacia de cuantas intimidaciones a la rendición
se les venían haciendo. Parte de la tripulación del cañonero, que efectivamente venía a
evacuarlos, fue apresada por los tagalos, en lucha ya con Estados Unidos, y el navío puso
proa a Manila.
El 8 de mayo, un disparo de cañón destrozó la pared del baptisterio y uno de los presos
logró fugarse, con lo que los tagalos conocieron la muerte de Las Morenas y de Alonso,
y sobre todo sus precarias condiciones de vida.
El día 28, se presentó a parlamentar con Martín Cerezo el teniente coronel de Estado
Mayor, Cristóbal Aguilar Castañeda, comisionado por el general de los Ríos para
evacuarles a Manila. Desconfiado de su apariencia, al no ir armado y no llevar la faja azul
reglamentaria, le pidió que se dejara ver el barco en el que había llegado. Dos días
después, vio la silueta de un buque que navegaba demasiado cerca de la costa, donde
estimaba que no había calado suficiente, y supuso que era un artefacto de tramoya
elaborado por los sitiadores. Personado de nuevo Aguilar, no atendió a sus razones y éste
le dejó un fajo de periódicos, para que se convenciera de la sinrazón de su obstinación.
En la preconcebida idea de que se trataba de otra falacia, los reputó por falsificaciones,
sin prestarles atención.
Sin embargo, carentes totalmente de alimento y agotadas las municiones, decidió
abandonar Baler e incorporarse a alguna otra guarnición española. Prevista la salida para
el 1 de junio, ordenó fusilar a los presos, conforme a lo dispuesto en el bando dictado por
el capitán general al inicio de la insurrección, y quemó los fusiles sobrantes. La claridad
de la noche frustró sus planes, que fueron pospuestos por un día.
Para entretener la tensa espera, se dedicó a hojear los periódicos que le había dejado
Aguilar, y se topó con un pequeño suelto titulado “Movimientos de personal”, inserto al
final de la página 2 de La Correspondencia Militar del 6 de marzo de 1899, que daba
220
cuenta del traslado a Málaga del teniente Francisco Díaz Navarro, destinado con él a
Filipinas y cuyo interés por esa guarnición conocía de primera mano. Convencido de la
imposibilidad de que los tagalos hubieran podido urdir la noticia, se lo comunicó a la
tropa, izó bandera blanca, requirió la presencia de Aguilar, que ya había regresado a
Manila, y pactó una capitulación honrosa con el teniente coronel Simón Terson, jefe de
los sitiadores.
Carrera militar:
En 1885, al cumplir diecinueve años, cuando trabajaba de jornalero en su pueblo, fue
alistado como recluta disponible en el batallón de Depósito de Cáceres n.º 12. Dos años
después, ingresó en la Caja de Reclutas de Cáceres, pendiente de sorteo.
El 9 de abril de 1888, causó alta como soldado del Regimiento de Infantería Borbón n.º
17, de guarnición en Málaga, en el que ascendió a cabo, cabo 1.º y sargento. En mayo de
1890, solicitó reengancharse en el ejército y, tres años después, con ocasión del incidente
fronterizo que costó la vida al general Margallo en Melilla, embarcó con su batallón a la
plaza africana, donde permaneció combatiendo contra las cabilas rifeñas hasta primeros
de enero de 1894.
El 24 de octubre de 1896, al objeto de poder contraer matrimonio con Fuensanta Morales
Rincón, solicitó ingresar en el Cuerpo Auxiliar de Administración Militar, en el que causó
alta con el empleo de auxiliar interino de 4.ª clase, pasando a prestar servicio en la Sección
Directiva de la Intendencia de Málaga.
Seis meses después, en abril de 1897, fue destinado al Hospital Militar de esta ciudad.
Sólo un mes después falleció su esposa al dar a luz a su primer hijo. Tal vez esta desgracia
le movió a pedir traslado al Ejército de Operaciones de Filipinas, destino que llevaba
aparejado el ascenso a 2.º teniente de la Escala de Reserva Retribuida de Infantería. Tras
un mes de travesía, el 17 de julio pisó por primera vez el territorio filipino, siendo
destinado al batallón de Cazadores Expedicionario n.º 2, acuartelado entonces en Manila,
uno de los quince enviados por Cánovas para hacer frente a la insurrección tagala, iniciada
un año antes.
Al objeto de enmarcar su posterior trayectoria, hay que remontarse a la madrugada del 20
de agosto de 1896, cuando se detectó la inminente sublevación de unos treinta mil tagalos
en Luzón, juramentados para degollar a los españoles al cabo de seis días. Sólo se disponía
de trescientos soldados españoles, los del Regimiento de Artillería, y se ignoraba el grado
221
de implicación de los dos mil soldados y guardias civiles indígenas estacionados en
Luzón. El capitán general, Ramón Blanco Erenas, envió una pequeña columna de
artilleros y guardias civiles a la provincia de Cavite, territorio donde los hermanos
Aguinaldo se habían hecho fuertes. Rechazada por los rebeldes, se vio forzada a regresar
a Manila.
El 29 de agosto, Blanco solicitó refuerzos, y decretó el estado de guerra. Cánovas, que
había mandado ya ciento noventa mil hombres a Cuba, ordenó el embarque de cinco mil
cuatrocientos cincuenta soldados, pero antes de su llegada varias unidades indígenas
desertaron. Los residentes españoles se alarmaron y, abanderados por la jerarquía
eclesiástica, exigieron el cese del capitán general, al que acusaron de debilidad y falta de
decisión. Éste, preocupado por la seguridad de Manila y Cavite, las dos principales plazas
fuertes de Luzón, asignó a su defensa la primera expedición peninsular, y para
contrarrestar las críticas, mandó a Cavite otra columna mixta de indígenas y artilleros,
que también fue rechazada.
El 17 de octubre, Cánovas decidió relevarlo por el teniente general Camilo García de
Polavieja, quien embarcó al frente de otros diez mil hombres. Blanco, no informado de
su cese, reemprendió las operaciones en Cavite. Esta tercera columna, cuyo grueso lo
formaban regimientos indígenas, reforzados con dos batallones expedicionarios, forzó a
los tagalos a ceder algo de terreno. El cesado capitán general se dio por satisfecho,
anunció que los rebeldes quedaban aislados y esperó la llegada de las tropas de Polavieja
para dar el golpe definitivo. Su decisión alentó la rebeldía, extendida a las provincias
centrales de Luzón, aunque su núcleo más virulento continuó circunscrito a la de Cavite.
En enero de 1897, tras hacerse Polavieja cargo de la situación, se organizó una división,
mandada por el general José Lachambre, que logró un primer triunfo en Silang. Los
insurrectos abandonaron la lucha; la mayoría regresó a sus pueblos, y los hermanos
Aguinaldo se refugiaron en Imús, en la zona más abrupta de la provincia de Cavite.
Lachambre, antes de proseguir las operaciones, advirtió del riesgo de avanzar sin asegurar
la retaguardia. Polavieja reclamó otros veinticinco mil hombres, Cánovas se opuso y, el
7 de marzo, presentó la dimisión. Entretanto, Lachambre reanudó los combates y el 25 de
marzo ocupó Imús.
La caída de aquel foco de resistencia, considerado inexpugnable, provocó la desbandada
de los insurrectos.
222
Críspulo Aguinaldo murió en el combate; su hermano Emilio, el llamado generalísimo,
se refugió en las montañas del norte de la provincia de Manila, y el resto de los cabecillas
se enmascararon entre los campesinos e interrumpieron la lucha armada. Aparentemente
pacificada Cavite, Polavieja prometió indultos, ordenó disolver la división y dispersó sus
efectivos entre pequeños destacamentos.
Cuando el 23 de abril el capitán general Fernando Primo de Rivera relevó a Polavieja,
Aguinaldo lideraba a unos veinticinco mil tagalos, que disponían al menos de mil
quinientos fusiles. Ante este panorama, y habiéndose comprometido a no solicitar nuevas
tropas, mantuvo el despliegue anterior, y ordenó que sólo se actuara ante una provocación.
Las unidades permanecieron siete meses en esa actitud, sosteniendo esporádicos
combates en el norte de Manila y en Cavite, cuando los tagalos atacaban algún
destacamento.
Aunque la situación se mantuvo estable hasta diciembre, menudearon los incidentes en
las zonas más alejadas de Manila
El 7 de junio, emprendió la marcha a Manila, escoltado por la partida sitiadora, a través
del territorio donde combatían los tagalos contra los norteamericanos.
Al llegar a Tarlak, cuartel general del ejército tagalo, conoció el decreto expedido el 30
de junio por el autotitulado presidente de la República Filipina, Emilio Aguinaldo, en el
que se enaltecía el valor de los defensores de Baler.
Tras un mes de azarosa marcha, llegó a Manila sin perder un solo hombre por el camino.
Después de pasar veinte días hospitalizado y ser objeto de todo tipo de homenajes,
embarcó en el vapor Alicante, que llegó a Barcelona el 1 de septiembre. En la capital
catalana se reprodujeron los homenajes y tuvo conocimiento de habérsele abierto juicio
contradictorio para la concesión de la Cruz laureada de San Fernando, resuelto
favorablemente el 11 de julio de 1901.
Trasladado a Madrid, para incorporarse al Regimiento de Infantería León n.º 38,
encargado de liquidar su disuelto batallón, fue recibido por el ministro de la Guerra y por
el jefe del Cuarto Militar de la Reina regente, y ascendido a 1.er teniente y a capitán de la
Escala de Reserva, por los méritos contraídos en la defensa de Baler, pasando destinado
al Regimiento de Reserva de Cáceres n.º 96, con residencia en Miajadas.
El 5 de abril de 1900, tuvo la interior satisfacción de enterarse de que la guarnición
norteamericana cercada en la iglesia que había defendido durante once meses, se había
223
visto obligada a rendirse a los tagalos tras tan sólo una semana de resistencia.
El 23 de abril de 1901, fue trasladado al Regimiento de Reserva de Madrid n.º 72,
acuartelado en Getafe.
El 9 de mayo de 1904, el general Arsenio Linares Pombo, ministro de la Guerra del
Gobierno de Maura, concedió una pensión vitalicia de 5.000 pesetas a la viuda del capitán
Las Morenas, y cuatro años después, otra de 720 pesetas a la tropa que defendió Baler,
quedando sólo excluidos los dos tenientes y el médico del destacamento: Alonso Zayas,
Martín Cerezo y Vigil de Quiñones.
Similar anomalía se reprodujo en los sucesivos ascensos a los que el capitán Martín
Cerezo se consideraba acreedor, según lo dispuesto en el vigente reglamento de la Orden
de San Fernando. Recurridas por vía contencioso-administrativa las diversas resoluciones
ministeriales en este sentido, logró que se le reconocieran los empleos de comandante
(1909), teniente coronel (1912) y coronel (1917), siempre de la Escala de Reserva, pero
el Gobierno del general Berenguer vetó su petición de ascender a general de brigada con
ocasión de cumplir la edad reglamentaria para pasar a la situación de reserva. Azaña,
ministro de la Guerra del Gobierno provisional de la República, rectificó la decisión
anterior y le concedió el citado empleo el 1 de junio de 1931.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/16216/saturnino-martin-cerezo
AGM Segovia 1ª, 1ª, M-1262 (tiene expediente en el Archivo Histórico Nacional
CODÍCES, L.1490)
Observaciones, comentarios:
Jefe de los llamados “últimos de Filipinas”, defensores del destacamento de Baler.
Hijo adoptivo de Cáceres y de Trujillo y tiene calles dedicadas en Miajadas y en Madrid.
Obras: El sitio de Baler (Notas y recuerdos), Guadalajara, Taller Tipográfico del Colegio
de Huérfanos, 1904 [pról. de Azorín, Madrid, Ministerio de Defensa, 2000 (5.ª ed. corr.
y aum.)]; Under the red and gold: being notes and recollections of the siege of Baler,
Kansas City, Franklin Hudson, coop., 1909; Mis páginas mejores, Madrid, Gredos, 1969;
El destierro (Novela), Madrid, Magisterio Español, 1970; El premio, Barcelona, Noguer,
1970; La pérdida de Filipinas, ed. de J. Bautista, Madrid, Información y Revistas, 1992.
Adscripción: No adscripción/ No participa
224
Muruzábal Resano, Arcadio
Fecha de nacimiento: 19 de enero de 1872- Arróniz (Navarra)
Fecha de defunción: 30 de abril de 1948 - Pamplona
Empleo Julio 1936: General de Brigada
Destino Julio 1936: 2ª Reserva
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Cuba (1897)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
Era Segundo Teniente del Batallón Cazadores de Riza núm. 6;
por la heroica defensa del destacamento del Guamo el 9 de diciembre de 1897 mereció la
Cruz de 2ª clase, según Real orden de 3 de febrero de 1899 (D. O. núm. 27).
Desde el 8 al 18 de noviembre y desde el 27 de noviembre al 9 de diciembre, atacan
impetuosos los cubanos en número considerable; el fuego de fusilería es apoyado por el
de artillería; el fuerte y la factoría anexa caen desmoronados; y el ardor de los atacantes
no puede, sin embargo, quebrantar la valentía de los defensores.
Muruzábal, alma de aquella brava tenacidad, trasladase con los suyos al foso; en él
rechazan nuevos y formidables ataques, uno de los cuales dejó 22 cadáveres en la
alambrada; desde el foso Muruzábal desoye altivo las propuestas de rendición; y la
defensa prosiguió altiva y decidida hasta la llegada de fuerzas de auxilio.
El destacamento del Guamo tuvo en tan admirable defensa, 6 muertos y 31 heridos.
Carrera militar:
Ingresó a los dieciséis años como soldado voluntario en el Regimiento de la Constitución,
en el que en mayo de 1889 fue ascendido a cabo y en noviembre del año siguiente a
sargento. En 1893 embarcó hacia Melilla, donde pasó al campamento de Ataque Seco
formando parte de la brigada de operaciones del general Linares Pombo.
Regresó a la Península en 1894 y dos años después, cuando servía en el Cuerpo Auxiliar
de Oficinas Militares, fue ascendido al empleo de segundo teniente de la Escala de
Reserva y destinado al Batallón Peninsular de Baza, con el que pasó a la isla de Cuba con
el empleo de primer teniente.
Ya en la isla asistió a múltiples operaciones de guerra, ganando una Cruz al Mérito Militar
en la acción de Peralejo y otra en la de Puente Terronas.
Siendo comandante del destacamento del Guamo fue atacado por numerosas fuerzas
225
insurrectas, resistiendo el fuego de fusilería y cañón en los dos sitios que sufrió, uno desde
el 8 al 12 de noviembre y otro del 17 de este mes al 9 de diciembre de 1897. Durante ellos
rechazó varios ataques del enemigo y cuantas proposiciones de rendición se le hicieron,
castigándolo duramente, pues sólo en uno de los intentos de asalto le produjo veintiséis
muertos.
Destruido el fuerte, siguió la guarnición defendiéndose en el foso hasta la llegada de
auxilios. Las bajas propias fueron seis muertos, 31 heridos y el resto, hasta sesenta,
contusos, incluidos los oficiales.
Sometido su comportamiento al juicio contradictorio exigido por el reglamento de la
Orden de San Fernando, por Real Orden de 3 de febrero de 1899 se le concedió la Cruz
de 2.ª Clase, Laureada, al tiempo que el ascenso a capitán por méritos de guerra.
A su regreso a la Península, en marzo de 1898, fue destinado a la zona de Pamplona y en
1900 fue nombrado primer ayudante de dicha plaza, en la que permaneció hasta 1906,
año en que pasó a desempeñar el cargo de comandante militar del fuerte del Rastrillar
(Laredo).
En 1910 fue ascendido a comandante y destinado a la Zona de Pamplona, para ser
nombrado al año siguiente sargento mayor de plaza de San Sebastián.
Ascendido a teniente coronel en 1912, volvió a la zona de Pamplona, a la que continuó
agregado tras su ascenso a coronel en 1917. En 1924 pasó al Regimiento de Reserva de
Pamplona y de allí de nuevo a la Zona de esta ciudad, para en 1928 quedar en situación
de disponible en la 6.ª Región Militar, hasta que en 1931 fue promovido al empleo de
general de brigada, pasando a la situación de segunda reserva en la plaza de Pamplona,
en la que se mantuvo durante los siguientes ocho años. En marzo de 1939 pasó a
Barcelona, destinado al Consejo de Guerra de Oficiales Generales.
Condecoraciones:
Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo
Gran Cruz de San Hermenegildo
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/69452/arcadio-muruzabal-resano
AGM Segovia 1ª, 1ª, M-5040 - 1ª, CG, M-602
Adscripción: N+1
226
Ocaña Téllez, Francisco
Fecha de nacimiento: 1 de abril de 1871 – Tembleque
(Toledo)
Fecha de defunción: 6 de enero de 1937
Empleo Julio 1936: Coronel Capellán Castrense
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Cuba (1897)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
El Capellán del Batallón de Álava, muy próximo al enemigo y bajo sus ruegos, solo piensa
en los deberes que su excelso ministerio le exige. Pero no se circunscribe a lo espiritual,
sino que ayuda a curar a los heridos, trasladándolos fuera del alcance de los proyectiles,
y realiza cuanto le sugieren las críticas circunstancias del momento. Por su actuación, la
Orden de San Fernando le acoge entre sus miembros, y la Reina Regente desde las
columnas del Diario Oficial del Ministerio de la Guerra proclama sus méritos y le
reconoce el derecho al disfrute de la pensión adscrita a la Cruz de la primera clase de la
Orden de San Fernando.
Carrera militar:
Ingresó en el Ejército el 30 de agosto de 1895. El día 8 de diciembre, día de la Inmaculada,
de 1898, D. Francisco Ocaña, que pertenece al Batallón de Álava, se encuentra en
operaciones cerca de Laguna Itabo, en terrenos bajos que encharcan las lluvias, allá por
donde se va ensanchando el vientre de ese caimán a que semeja el mapa de Cuba. El
batallón, formado por gente de probada bravura, va bajo las órdenes del General García
Aldave, cuyo nombre se haría popular después por tierras de Marruecos.
Dos heridas de guerra por él sufridas testimonian su tributo de sangre. Una en Cuba; la
segunda, en Marruecos, en el tristemente célebre Barranco del Lobo.
Fuentes:
https://ame1.org.es/el-capellan-militar-ayer-y-hoy-artifice-de-la-paz-jose-francisco-
nistal-martinez-coronel-capellan-en-reserva-con-destino/
Adscripción: No participa/ No adscrito
227
Seijo Carballo, Manuel
Fecha de nacimiento: 23 de noviembre de 1859
Fecha de defunción: 3 de marzo de 1953
Empleo Julio 1936: Capitán de Caballería, Comandante
honorífico
Destino Julio 1936: Retirado desde 1898
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Cuba (1897)
Hechos que motivaron la concesión:
El ocho de abril de 1896, cuando Manuel Seijo es Teniente de Caballería, y mientras
realizaba un reconocimiento topográfico, se encontró en el lugar llamado el Blanquizal y
la Legua con la partida del general José González, compuesta por un millar de hombres,
que había ocupado la Loma de los Ángeles, la cual tomó el teniente Seijo al mando de
veinticinco jinetes y cincuenta infantes, recibiendo una herida de bala, lo que no le
impidió seguir animando a sus hombres hasta conseguir la completa dispersión del
enemigo. En el mismo mes de abril, una vez curado, emprende la marcha hacia Jajuagay
como guía de una escolta de convoyes por ser él quien mejor conoce ese terreno.
Es por esta acción por la que, tras el preceptivo juicio contradictorio, se le concede por
Real Orden de 16 de julio de 1898 la Cruz de San Fernando de 2ª clase. No obstante, su
Hoja de Servicios relata con detalle otras acciones por las que fue recompensado con
diferentes condecoraciones.
En 1895 intervino en operaciones en las Jurisdicciones de Remedios y Sancti Spíritus y
en la provincia de Puerto Príncipe, donde tuvo numerosos encuentros con el enemigo. En
el mes de julio fue ascendido a primer teniente y seguidamente se le concedió una Cruz
roja al Mérito Militar. El 22 de diciembre salió en vanguardia de su columna hacia
Remedios y realizando un flanqueo con veinte hombres sobre el camino que seguían cayó
en una emboscada del enemigo, atravesándole el cuerpo por el costado izquierdo una bala,
que le causó una herida grave, siendo curado en Remedios, donde permaneció hasta su
restablecimiento en el mes de marzo de 1896, volviendo enseguida de operaciones.
En junio de 1896, se incorporó a su Escuadrón en Placetas y salió de operaciones,
participando en la protección de la construcción de fortines y conducción de convoyes,
venciendo en incontables ocasiones al contrario y recibiendo como recompensa el empleo
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de capitán, una Cruz roja al Mérito Militar por las operaciones practicadas entre los meses
de abril y junio del año anterior, y otra de igual clase pensionada por la acción de La
Piedra y Guayajal.
El 7 de abril de 1897 se enfrentó en el Asiento de la Reforma a una partida de cuatro a
cinco mil insurrectos, que tras media hora de fuego fueron totalmente dispersados,
destruyendo al mes siguiente varios campamentos enemigos y siendo recompensado con
una tercera Cruz roja al Mérito Militar por la acción del Blanquizal y otra por el encuentro
de Corrales de Maíz, el 10 de abril de este año.
Carrera militar:
El 26 de marzo de 1879, a la edad de 19 años, ingresa como quinto en el Ejército y poco
después, embarca en el vapor Ciudad Condal con destino a La Habana, capital de la isla
donde va a servir toda su carrera militar que inicia en el Regimiento de Infantería de
Tarragona, de guarnición en Holguín, donde se licencia en 1883 siendo cabo primero,
para ingresar en octubre de 1888 como voluntario en el Arma de Caballería, siendo
encuadrado en el 1.er Escuadrón Movilizado del Regimiento de Caballería de Camajuaní,
al que se incorporó en Vista Clara, dedicándose el resto del año a la persecución de
malhechores. En septiembre de 1887 fue de nuevo ascendido a Cabo segundo y en
diciembre del año siguiente a Cabo primero, guarneciendo hasta 1894 los destacamentos
de Mayajigua, Buenavista, Ingenio Panchita e Ingenio Dolores, del cual pasó a ser jefe en
el referido año. En 1890 había sido ascendido a Sargento segundo. En agosto de 1891 se
le asciende a Teniente por elección y cinco años más tarde a Capitán, grado con el que
acaba su carrera militar tras 17 años de servicio y es ascendido al pasar al retiro a
Comandante por ser Caballero de San Fernando.
Otras condecoraciones:
Cruz de María Cristina de 1ª clase (1896) / Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo
(1896) / Medalla de constancia del instituto de Voluntarios (1898)
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/84177/manuel-seijo-carballo
Hoja de Servicios, Archivo General Militar de Segovia, Secc. 1.ª, Legajo S-230
José de Corá, “El álbum de los lucenses” en el diario El progreso, 25 marzo 2020, edición
digital
Adscripción: No adscrito/ No participa
229
1898
Alonso Díaz, Félix
Fecha de nacimiento: 18 de mayo de 1873 - Armenteros
(Salamanca).
Fecha de defunción: 1937, no consta fecha –
Navarredondilla (Ávila)
Empleo Julio 1936: Teniente de Infantería
Destino Julio 1936: Retirado por heridas en 1902
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla:
Filipinas (1898)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
En febrero del año 1898 se le encomendó guarnecer el destacamento de Bani al mando
de diez soldados europeos, y un cabo y cuatro guardias civiles indígenas, siendo el día 7
de marzo atacado por más de dos mil independentistas.
Después de defenderse tenazmente en el cuartel donde se alojaban, un edificio de madera
y caña, al ser incendiado hubieron de refugiarse para continuar la resistencia en el
convento, el cual, a la vez que la iglesia, fue pasto de las llamas comunicadas por haber
prendido fuego el enemigo a todo el poblado. La defensa, en la que tuvo el destacamento
dos muertos y un herido, se sostuvo enérgicamente gracias al arrojo y serenidad del
sargento Alonso, que se impuso y sostuvo el espíritu de su tropa.
En lo peor del asedio consiguió abatir de un disparo al jefe de los insurrectos, lo que
sembró el desconcierto en los atacantes y permitió al destacamento apoderarse del
banderín enemigo y eludir el cerco. Para emprender la retirada hacia un punto ocupado
por fuerzas leales, fue necesario tomar un puente y cruzarlo, única salida del pueblo por
la parte sur y hacia el cual convergían los disparos del enemigo, perdiendo otro hombre.
Durante el trayecto hacia Agno, a lo largo de cinco horas, combatió a la desesperada, fue
atacado constantemente, se le hizo otra baja y estuvo a punto de ser envuelto por el
enemigo, a pesar de lo cual supo mantener la moral de la tropa y evitar la defección de
los guardias indígenas, obligándolos a combatir y teniendo que desarmar al cabo, tras
intentar traicionarlos, consiguiendo, por fin, incorporarse al destacamento de Agno, en el
que, bajo el mando del segundo teniente José Gómez Zamalloa, resistieron un nuevo
230
ataque hasta el día 16, en que se emprendió la retirada hacia Tarlac. Cuando regresaron
las tropas españolas a la zona del asedio, descubrieron con horror que las guarniciones de
todos los destacamentos avanzados habían sido pasadas a cuchillo, excepto la de Bani.
Carrera militar:
A los diecinueve años ingresó como quinto en la Caja de Reclutas de Salamanca, siendo
un año más tarde destinado como soldado al Regimiento de Garellano, al que se incorporó
en Bilbao.
En 1894 fue ascendido a cabo y al año siguiente a sargento, en ambas ocasiones por
elección, siendo trasladado antes de finalizar el año al Regimiento de Cantabria, de
guarnición en Pamplona, donde fue baja voluntaria en 1896 con destino al Batallón de
Cazadores Expedicionario de Visayas, en Filipinas, por permuta con otro de su clase y
Cuerpo, desembarcando en el mes de diciembre en Manila.
Enseguida entró en operaciones en la provincia de Zambales, siendo trasladado en el mes
de septiembre de 1897 a la de Tarlac, donde siguió combatiendo a los insurrectos.
Fue ascendido a segundo teniente de la Escala de Reserva Retribuida en recompensa por
la defensa de los destacamentos de Bani y Agno y retiradas de los mismos, siendo
propuesto para la Cruz de San Fernando, que, tras el correspondiente juicio contradictorio,
le sería concedida por real orden de 12 de febrero de 1904.
El 4 de junio de 1898 fue sitiada Tarlac por numerosas fuerzas insurrectas, teniendo que
resistir ataques diarios, en cuya situación continuó hasta el 11 de julio, en que, agotados
los víveres y municiones, la plaza tuvo que capitular, siendo hecho prisionero de guerra
por los insurrectos filipinos.
Desconociéndose su situación, a finales de enero de 1899 fue dado de baja en Cazadores
de Visayas por pase al cuadro de reemplazos, continuando privado de libertad hasta ser
liberado por las tropas americanas el 10 de diciembre siguiente, después de un año y cinco
meses de cautiverio, siendo trasladado a Manila, donde permaneció el resto del año.
En el mes de enero de 1900 embarcó hacia la Península, desembarcando en Barcelona,
donde se le concedieron dos meses de permiso para Armenteros, siendo en el mes de
marzo destinado al Regimiento de Reserva de Salamanca y en situación de reserva en
Armenteros. Al año siguiente le fue concedido el traslado de residencia a Salamanca.
Las penurias y enfermedades sufridas por el héroe durante el cautiverio le hicieron perder
la vista, lo que motivó su pase a la situación de retirado en el mes de julio de 1902, siendo
231
ascendido a primer teniente por ser Caballero de San Fernando.
Además de la Cruz de San Fernando, en 1900 había recibido la Medalla de Oro de
Sufrimientos por la Patria y dos años después la Cruz de 1ª Clase al Mérito Militar.
Condecoraciones:
Medalla de Sufrimientos por la Patria
Cruz de 1ª Clase al Mérito Militar
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/84132/felix-alonso-diaz
Archivo General Militar de Segovia, sección 1ª, leg. A-1258.
Adscripción: No adscrito/ No participa
232
Arrojo López, Manuel
Fecha de nacimiento: 24 de abril de 1875 – San Juan de Muro
(Lugo)
Fecha de defunción: 1953
Empleo Julio 1936: Coronel del Cuerpo de Inválidos
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Filipinas (1898)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
Destinado a Filipinas formando parte del Batallón Expedicionario n.º 8, se le dio el mando
del destacamento del Pilar, compuesto por nueve cazadores, que el 29 de mayo de 1898
fue atacado por numerosas fuerzas insurrectas.
En un principio procedió a defender la casa-alojamiento, que era de materiales ligeros,
pero, vista la imposibilidad de mantenerse en este lugar, se retiró a la iglesia, distante
unos trescientos pasos, después de haber tenido dos muertos y un herido, que fue hecho
prisionero, quedando reducida su fuerza a seis hombres, dos de los cuales se hallaban,
como él, heridos.
Continuó la heroica defensa ayudado por el párroco, fray Francisco García, herido
también, y fortalecida por el heroísmo del cabo Arrojo, quien animaba a su escasa fuerza,
que rechazó con energía cuantas intimaciones de rendición se le hicieron, hasta que en la
tarde del día 30, sin esperanza de refuerzos, agotados por falta de alimentos y de agua y
extenuados por la fatiga y el agravamiento de las heridas, y ya en la iglesia los insurrectos,
acordaron rendirse a condición de que se les respetara la vida; los heridos, que enseguida
fueron puestos en libertad, fueron conducidos a Cavite, y el resto de los prisioneros
continuaron retenidos.
En premio a su heroico comportamiento, en 1899 se le concedió la Cruz al Mérito Militar
con distintivo rojo —que en 1901 le sería permutada por el empleo de sargento—,
mientras se le abría juicio contradictorio para la concesión de la Cruz de San Fernando de
2.ª clase, Laureada, que obtendría por Real Orden de 9 de noviembre de 1900.
Carrera militar:
A los diecinueve años ingresó en el Ejército, en el que alcanzó muy pronto el empleo de
cabo. A consecuencia de las heridas recibidas perdió una mano, por lo que tuvo que pasar
233
al Cuerpo de Inválidos, en el que, en 1918, alcanzó el empleo de teniente; en 1925, el de
capitán, y en 1935, el de comandante; falleció en 1953 con el de coronel.
Condecoraciones:
Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/68376/manuel-arrojo-lopez
Archivo General Militar (Segovia), secc. 1ª, leg. A-2497
Adscripción: No adscripción/ No participa
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Herreros De-Ridder, José
Fecha de nacimiento: 1 de Julio de 1857 - El Puerto de Santa María (Cádiz)
Fecha de defunción: 19 de septiembre de 1938 – Madrid
Empleo Julio 1936: General de Brigada
Destino Julio 1936: Reserva
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Filipinas (1898)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
En 1898 se le encomendó el mando de una columna que tenía como misión sofocar la
rebelión que había estallado en la provincia de Ilocos Sur, consiguiendo en breve tiempo
dar fin a la misma, tras lo cual se le puso al frente de esta provincia y de la de Ilocos
Norte.
Al desencadenarse la guerra con Estados Unidos, quedó incomunicado con el resto del
archipiélago, estableciendo con sus escasas fuerzas y con gente del país un servicio de
vigilancia de las costas y dedicándose a organizar unidades de milicias, consiguiendo
mantener leales ambas provincias.
Habiendo recibido en el mes de julio solicitud de auxilio por parte del comandante militar
de la vecina provincia de la Unión, acudió a ella con ciento veinte hombres, logrando
batir las considerables fuerzas enemigas después de duros combates que se prolongaron
varios días.
Al mando de unos ciento diez hombres, mitad cazadores y mitad indígenas, fue sitiado en
el convento de San Fernando de la Unión por fuerzas insurrectas superiores a los diez mil,
con más de mil fusiles y cinco piezas de artillería que llegaron a emplazar a cubierto y a
menos de treinta metros del edificio, cuyo piso superior era de madera. Entre los días 26
y 31 de julio sufrió un constante fuego de fusilería y cañón que le dirigían desde las alturas
próximas y edificios cercanos, especialmente desde la iglesia.
Siendo escasísima la cantidad de víveres y municiones de que disponían los sitiados, y
careciéndose de agua, hubo de practicarse una excavación, que dio por resultado obtenerla
escasa, salobre y cenagosa, creándose tan difícil situación que, unida a la certeza absoluta
de que no podía esperar socorro alguno ni recurso de ninguna especie, era bastante para
que desde el segundo día del asedio se juzgase honrosa la inmediata capitulación.
Por el contrario, continuó con vigor la defensa, siendo el comandante Herreros herido de
235
bala en la frente al tercer día, mientras las bajas superaron el cincuenta por ciento,
aumentadas por las enfermedades a que dieron lugar las mismas que se desprendían de
las numerosas reses muertas esparcidas por las inmediaciones, y a que, por falta de
asistencia facultativa y carencia de medios de curación, varios heridos se engangrenaron.
En tan crítica situación, y después de ser desechadas enérgicamente cuantas intimaciones
se les hicieron para rendirse, fue rechazado en la mañana del quinto día el asalto que dio
el enemigo, empleando para ello las últimas municiones que quedaban y, ya sin víveres,
que se habían consumido el día antes; existiendo, por otra parte, la amenaza de incendiar
el convento, a cuyo efecto habían amontonado los insurrectos grandes cantidades de
ramas rociadas con petróleo, el comandante Herreros, considerando la aflictiva situación
en que se encontraba su gente, y que no había esperanza alguna de socorro, capituló en
las condiciones más honrosas, después de haber apurado cuantos medios pudo emplear
en tan brillante defensa, no sin haber rechazado antes las proposiciones presentadas por
aquéllos. Las bajas del enemigo fueron trescientas sesenta y siete, de ellas, doscientos
veintisiete muertos, por ocho de los sitiados y veinticinco heridos.
Sometida su actuación a juicio contradictorio y siéndole favorables las conclusiones del
mismo, por Real Orden de 13 de marzo de 1902 se le concedió la Cruz de San Fernando
de 2.ª Clase, laureada.
Carrera militar:
Procedente de la clase civil, a los veintitrés años fue nombrado alumno de la Academia
de Estado Mayor, siendo ascendido a alférez-alumno en 1883 y a teniente dos años más
tarde, pasando a realizar las prácticas de Infantería en el Regimiento de Garellano.
Finalizadas las mismas, fue destinado a la sección de Aragón, de donde pasó al Depósito
de la Guerra, interviniendo en el levantamiento del Mapa Militar de España.
En 1893 ascendió a capitán y fue destinado al cuartel general del 5.º Cuerpo de Ejército,
regresando al año siguiente al Depósito de la Guerra y pasando en 1896 a formar parte de
la Comisión del Mapa Militar de España.
En 1897 fue ascendido a comandante y destinado al Ministerio de la Guerra, siendo en
ese mismo año trasladado a Filipinas, para prestar servicio en la Capitanía General,
interviniendo en la organización de la unidad de Voluntarios Movilizados.
Tras la capitulación sufrió diecisiete meses de dura prisión, durante los cuales Aguinaldo
le ofreció altos cargos militares una vez rotas las relaciones entre filipinos y
236
norteamericanos. En el mes de diciembre de 1899 fue puesto en libertad y se trasladó a
Manila, desde donde embarcó hacia España.
En el mes de agosto de 1900, después de habérsele concedido la Medalla de Sufrimientos
por la Patria, fue destinado al Ministerio de la Guerra, pasando a formar parte del Estado
Mayor del ministro, del que en 1905 fue trasladado al Estado Mayor Central, dedicándose
al estudio de las defensas de Cádiz, islas Baleares, rías de Galicia y costas de Asturias, y
de las posesiones del Norte de África.
En 1909 fue ascendido a teniente coronel por antigüedad, volviendo al Estado Mayor
Central, siendo poco después nombrado profesor de la Escuela Superior de Guerra, en la
que impartió las materias de Geología y Geografía, Mar y Estratégica.
Ascendido a coronel en 1920, fue nombrado jefe de Estado Mayor de la 5.ª Región Militar
y posteriormente de la 1.ª, pasando al año siguiente a la situación de reserva.
En 1923 se le concedió el empleo de general de brigada, con el que fallecería.
Condecoraciones:
Medalla de Sufrimientos / Encomienda de Isabel la Católica
Medalla de la Orden Militar de San Benito de Avis
2 Cruces al Mérito Militar de 1ª Clase
4 Cruces al Mérito Militar de 2ª Clase con distintivo blanco
Cruz al Mérito Militar de 2ª Clase con distintivo rojo
Cruz al Mérito Naval con distintivo rojo
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/68597/jose-herreros-de-ridder
Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1ª, leg. E-1008
Observaciones, comentarios:
Obras: Escalafón de los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando, Madrid,
1912.
Adscripción: No adscripción/ No participa
237
Puente Pérez, Agustín
Fecha de nacimiento: 15 de febrero de 1873
Fecha de defunción: 27 de diciembre de 1964. - Madrid
Empleo Julio 1936: Comandante
Destino Julio 1936: Cuerpo de inválidos
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Filipinas (1898)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
Sargento segundo del Regimiento de Visayas núm. 72. Cruz de 2ª clase, Laureada. Real
orden de 29 de abril de 1902 (Diario Oficial del Ministerio de la Guerra núm. 96). Guerra
de Filipinas. Encuentro del barranco de Danar (Mindanao), el 19 de enero de 1898.
En el encuentro habido con los insurrectos en el barranco de Danar, inmediato al
campamento de Momungan, después de haber sido gravemente herido, el sargento Puente
luchó cuerpo a cuerpo con varios enemigos, logrando herir mortalmente en el pecho al
que los capitaneaba y poner en fuga a los restantes, hasta que, desangrándose por las once
heridas recibidas y horriblemente mutilado, cayó al fin a tierra sin abandonar su fusil, que
salvó de la codicia del enemigo.
Carrera militar:
Nació en 1873 e ingresó en el Ejército a los 20 años. En 1913 pasó al Cuerpo de Inválidos
con el empleo de segundo teniente, siendo ascendido a primer teniente en 1916, a capitán
en 1923 y a comandante en 1933. En 1961 alcanzó el empleo de general de brigada con
carácter honorífico en el Cuerpo de Inválidos y en 1962 pasó a la situación de actividad
como caballero mutilado permanente, residiendo en Madrid, donde falleció el 27 de
diciembre de 1964
Condecoraciones:
3 Cruces de plata del Mérito Militar con distintivo rojo
3 Cruces de 1ª Clase de la misma Orden
Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/69888/agustin-puente-perez
Adscripción: N+1
238
Ristori Granados, Ambrosio
Fecha de nacimiento: 28de octubre de 1878 - Cádiz
Fecha de defunción: 19 de marzo de 1966 - Madrid
Empleo Julio 1936: Coronel
Destino Julio 1936: Cuerpo de Inválidos
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Filipinas (1898)
Hechos que motivaron la concesión:
El 29 de mayo de 1898, fue destacado para reforzar el puente de Banalo o de Imus con
una dotación muy escasa en hombres (no pasaban de los treinta), fueron atacados por un
gran número de insurrectos; Ristori continuó la lucha con sus tropas, no obstante las dos
graves heridas de bala que recibió en un brazo, defendiéndose heroicamente hasta ser
hecho prisionero por los tagalos que no le regatearon su admiración y respeto ante tan
heroica conducta. Conducido a Cavite, tuvo que soportar la amputación del brazo derecho
tras una cura poco hábil, permitiéndosele el traslado a Manila, todavía en poder español,
donde el capitán general del Archipiélago lo promovió al empleo de capitán de Infantería
de Marina por los méritos contraídos; nombramiento que tuvo su confirmación por la
Reina Regente. Tenía entonces veinte años y desde ese momento fue llamado El Manco
de Baccor.
Una vez repatriado, le fue concedida la Cruz Laureada de San Fernando tras el
correspondiente juicio contradictorio y se dispuso su pase al Cuerpo de Inválidos con
residencia en Cartagena desde 1901.
Carrera militar:
Nació en Cádiz el 28 de octubre de 1878, fueron sus padres Ambrosio Ristori Mella,
contador de navío de primera, y Adelaida Granados y Coch. Ingresó como alumno en la
Academia de Infantería de Marina de San Fernando en mayo de 1895 formando parte de
la promoción 67 que fue la primera al abrirse la Academia después de cuatro años de estar
interrumpida la enseñanza; salió con el número 1 de su promoción. La mayoría de estos
jóvenes oficiales eran destinados a Cuba y Filipinas, sumadas ya en las guerras
insurrecciónales, y a Filipinas fue destinado apenas alcanzada la estrella de alférez (12 de
octubre de 1896) para prestar sus servicios en el primer batallón del primer regimiento de
239
Infantería de Marina que operaba en las provincias de Cavite y Mindanao y que había
tenido una actuación muy destacada en las playas de Binicayan. El joven alférez de
dieciocho años se encontró de inmediato en primera línea de combate recibiendo su
bautismo de fuego en la isla de Joló, batiéndose contra los rebeldes tagalos y más tarde
contra los sublevados del Regimiento de Legazpi 68, en aquella serie de traiciones
encubiertas y probadas deserciones que tanto complicaron las operaciones de las tropas
españolas.
Por Real Orden (R. O.) de 27 de octubre de 1897 ascendió a teniente y pasó a formar parte
de la dotacion del crucero Reina Cristina como comandante de la guarnición de dicho
buque y soportó con elevado espíritu las consecuencias de aquel desafortunado combate.
Ristori, herido, no se retiró de su puesto hasta que el buque fue echado a pique, momento
en que tuvo que arrojarse al agua para salvarse a nado, no sin antes haber salvado de
perecer ahogados a dos marineros y un contramaestre, evidenciando sus condiciones de
formidable nadador. Apenas curadas sus heridas, se presentó al jefe de su batallón
participando en la defensa del Arsenal de Cavite, donde también tuvo que ser evacuado
ante la superioridad numérica de norteamericanos e insurrectos, estos últimos atacando
por la retaguardia. Pasó entonces con su compañía a San Francisco de Malahón y después
a Bacoor, población cercana a Cavite. En 1918 ascendió a Coronel en dicho Cuerpo con
el sueldo de general de brigada, y en 1935 consta como primer jefe del Cuerpo de
Inválidos con residencia en Madrid. Tras la Guerra Civil española, integrado en el
Benemérito Cuerpo de Mutilados por la Patria y con el ascenso efectivo a general de
brigada, dirigió el Archivo Militar de Segovia y el Museo del Ejército.
Condecoraciones:
Medalla de Sufrimientos por la Patria (1926).
Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo (1961)
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/65902/ambrosio-ristori-granados
Imagen. https://todoavante.es/index.php?title=Ristori_Granados,_Ambrosio_Biografia
Observaciones, comentarios:
Fue Director General del Cuerpo de Inválidos y del Museo Histórico Militar (1933)
General de Brigada (honorífico) Cuerpo de Mutilados
Adscripción: N-2
240
1909
Cavalcanti de Albuquerque, José
Fecha de nacimiento: 1 de diciembre de 1871 - -San José
de las Lajas (Cuba)
Fecha de defunción: 3 de abril de 1937 – San Sebastián
(Guipúzcoa)
Empleo Julio 1936: Teniente General
Destino Julio 1936: 2ª Reserva
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla:
Marruecos (1909)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
A los 38 años se hizo célebre por la carga de Taxdirt contra 1500 rifeños en la campaña
de 1909 en el norte de Marruecos donde condujo una “gloriosa” carga de Caballería, lo
que le valió la Laureada de San Fernando, su primer título de nobleza, y la admiración y
amistad de Alfonso XIII, quien en 1919 le concedió un segundo título.
Carrera militar:
Hijo de un emigrante florentino y su mujer española, Cavalcanti nació en Cuba en
diciembre de 1871. Ingresó como alumno de la Academia General Militar en 1888 y
después estudió en la Academia de Caballería junto a Dámaso Berenguer y Manuel
Fernández Silvestre. Fue ascendido por méritos de guerra a capitán (septiembre de 1896),
comandante (agosto de 1898) y coronel (septiembre de 1909). Fue diputado conservador
por La Coruña en 1915 y subsecretario del Ministerio de la Guerra entre el 13 de agosto
y el 18 de diciembre de 1919, fecha en la que dimitió de su cargo. Once días antes había
sido promovido al empleo de general de división.
El 27 de julio de 1921, es decir, una vez sucedido el desastre de Annual, fue nombrado
comandante general de Melilla, cargo en el que permaneció hasta mediados de diciembre
de 1921, momento en el que fue cesado por unas críticas públicas a la inactividad del
gobierno. El 15 de marzo de 1922 fue designado general de la 1.ª División de Caballería,
siendo cesado de su mando el 21 de septiembre de 1923, ya iniciada la dictadura de Primo
de Rivera.
241
En el proceso que condujo al golpe de Estado de 13 de septiembre de 1923, Cavalcanti
jugó un papel destacado, pues fue el dirigente de “El cuadrilátero”, un grupo de cuatro
generales —el propio Cavalcanti, Federico Berenguer, Saro y Dabán— que conspiraban
contra el Gobierno liberal de García Prieto. Un día después de que se produjera el golpe
de Primo de Rivera, los cuatro, más el capitán general de la I Región Militar (Muñoz
Cobo), formaron el Directorio Militar interino que el día 15 fue sustituido ya por el
definitivo, presidido por el propio Primo de Rivera. Cavalcanti fue absuelto en febrero de
1924 en la causa instruida en única instancia para depurar las responsabilidades exigibles
por la conducción de un convoy a la posición de Tizza el 29 de septiembre de 1921 cuando
era comandante general de Melilla. Dicha absolución provocó la posterior dimisión del
general Aguilera como presidente del Consejo Supremo de Guerra y Marina. El 4 de
marzo de 1924 Cavalcanti fue nombrado nuevamente general de la 1.ª División de
Caballería y seis días después ascendido al empleo de teniente general “sin ocasión de
vacante”. El 14 de junio del mismo año fue nombrado jefe de la Casa Militar del Rey en
sustitución del general Miláns del Bosch y comandante general del Real Cuerpo de
Guardias Alabarderos. En septiembre de 1924, Cavalcanti lideró al parecer una
conspiración anti-primorriverista que tenía como objetivo la constitución de un gobierno
civil presidido por un militar y el restablecimiento de la “normalidad constitucional”. Por
ello, no es de extrañar que el 5 de noviembre de 1924 fuera sustituido al frente de la Casa
Militar de Alfonso XIII y designado capitán general de Baleares, islas a las que ya había
sido destinado algún que otro opositor militar a Primo de Rivera —el general Miguel
Cabanellas, por ejemplo, quien en julio del mismo año había sido nombrado gobernador
militar de Menorca—. Ya durante la dictadura civil, el 20 de marzo de 1926 Cavalcanti
fue nombrado capitán general de la VI Región Militar.
Entre el otoño de dicho año y enero de 1929, esto es, durante la “segunda etapa” de las
conspiraciones anti dictatoriales, Cavalcanti fue sondeado por Burgos y Mazo para que
se sumara a los constitucionalistas. Sin embargo, su “monarquismo” le impedía dar su
apoyo a un movimiento que podía acabar con la institución monárquica.
Durante la ‘dictablanda’ de Berenguer fue designado capitán general de la II Región (27
de marzo de 1930). A finales de marzo de 1931, durante el breve gobierno del almirante
Aznar, fue nombrado presidente del Consejo Supremo de Guerra y Marina en sustitución
del general Ricardo Burguete, aunque fue cesado tan pronto como se proclamó la
242
República, concretamente el 17 de abril de 1931, sin duda porque fue uno de los pocos
generales que estuvo dispuesto a defender el trono de Alfonso XIII con las armas. Ello
no fue óbice para que diez días después prestara su adhesión y fidelidad a la República,
lo cual casa con unas palabras de Azaña escritas sobre él en su diario de 2 de septiembre
del mismo año: “¡El hombre quería ser jefe del Estado Mayor Central, y estaba algo
atufado en nuestra última entrevista, porque no se lo prometía!” Por circular de 27 de abril
de 1931 se dispuso la supresión en todos los documentos oficiales de su título de marqués
de Cavalcanti. Al igual que otros generales implicados en el golpe de Estado de Primo de
Rivera, también se vio inmerso en la cuestión de las responsabilidades. Así, por sentencia
de 7 de diciembre de 1932 fue condenado a la pena de doce años de confinamiento e
inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena. En agosto de 1932 había
participado en la ‘Sanjurjada’, por lo que también fue condenado por el delito de rebelión
militar a la pena de diez años de prisión militar mayor, siendo separado del servicio (19
de enero de 1933). Cavalcanti también se vio beneficiado por la amnistía de 26 de abril
de 1934. El 30 de julio de 1936 se presentó en Burgos ante el presidente de la Junta de
Defensa Nacional tras desplazarse desde La Coruña, donde se encontraba previamente.
Con anterioridad había enviado un telegrama a Franco adhiriéndose al levantamiento, por
lo que recibió la orden de éste para que se presentara ante el citado presidente. En una
carta escrita por el propio Cavalcanti el 26 de agosto de 1936 hablaba de tópicos tales
como la salvación de España por el “verdadero” Ejército —por oposición lógicamente a
los militares leales republicanos—; de “las hordas marxistas”; etc. Falleció en San
Sebastián en abril de 1937.
Condecoraciones:
Cruz de María Cristina / 5 Cruces al Mérito Militar / Gran Cruz de la Orden de San
Hermenegildo (1925) / Gran Cruz al Mérito Militar por servicios especiales
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/14707/jose-cavalcanti-de-alburquerque-y-padierna-de-
villapadierna
Archivo General Militar (Segovia), leg. C-5, Exp. Personal
Observaciones, comentarios:
Conde de Taxdirt (I) y Marqués de Cavalcanti (I)
Adscripción: N+1
243
Moreno Álvaro, Jesús
Fecha de nacimiento: 9 de enero de 1870 - Horcajada de la
Torre (Cuenca)
Fecha de defunción: 18 de agosto de 1936 – Paracuellos del
Jarama (Madrid)
Empleo Julio 1936: Capellán Mayor
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos (1909)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
Según contaba el periódico El Imparcial, en su edición del 13 de agosto de 1909, Jesús
Moreno “iba con su batallón de Las Navas el día 27 de julio por las ásperas barrancadas
del cerro el Gurugú. Moreno veía caer en torno suyo a jefes, oficiales y soldados. El trance
era recio y la situación de las tropas más que difícil. Iba el capellán socorriendo a los
moribundos y les administraba los últimos auxilios. El médico del batallón cayó a tierra,
recibiendo un golpe gravísimo. Desde ese momento el capellán Moreno se creyó obligado
a sustituirle en lo que fuese posible.
El cura pasó a ser “médico” también, y según publicaba El Imparcial “asombra oír a los
soldados el relato de los auxilios científicos que recibieron del esforzado sacerdote”. A
unos los curaba como podía y a otros les daba la absolución…
Los soldados de Las Navas, a las órdenes del improvisado e inverosímil jefe, no sólo
defendieron aquel rincón del Gurugú, sino que alejaron al enemigo, dando espacio a que
llegasen refuerzos y a que los jefes y oficiales con nuevas tropas, impusieran un duro
correctivo a los rifeños. Esto es lo que hizo el capellán segundo castrense del batallón de
Las Navas, Jesús Moreno Álvaro, según figura en el informe militar de la horrenda batalla
del Gurugú, donde perdieron la vida 153 soldados españoles.
Después de la tensa batalla, el general en jefe propuso al capellán Moreno para la Cruz
de San Fernando de 1ª clase. Se abrió el pertinente “juicio contradictorio”, para la
concesión de tan alta distinción en Madrid el día 8 de agosto de 1909. Cuenca le recuerda
con una calle desde hace 108 años.
244
Carrera militar:
Ingresa en el Seminario Conciliar de San Julián de Cuenca, recibiendo las órdenes
sacerdotales a los 22 años. Su primer destino como presbítero fue la villa de San
Clemente, donde estuvo como capellán de los Trinitarios de aquella villa, fundado en
1588; así como capellán de las Hermanitas de los Pobres y de nuevo en Cuenca como
capellán de la Casa de Misericordia.
Desde 1892 y hasta comienzos del siglo XX estuvo entre San Clemente y Cuenca. Pero
en junio de 1901, ya con 31 años, ingresó por oposición en el Clero Castrense,
permaneciendo durante ocho años como capellán segundo en unidades militares de
Zaragoza, Castellón, Madrid y Chafarinas, adaptándose al ambiente militar. Ocho años
en distintos destinos militares como capellán castrense para curtirse en esa vida militar
que tanto le gustaba, hasta que el 22 de julio de 1909 embarcó en Málaga con el Batallón
de Cazadores de las Navas hacia Melilla, y apenas le dio tiempo a reconocer el terreno y
a sus soldados, pues a los cinco días de estar allí comenzaron los combates en el Barranco
del Lobo.
Fuentes:
AGM Segovia 9ª, CAJA 3922 / EXP 31172 y 1ª M-4429
https://www.arzobispadocastrense.com/index.php/1545-el-capellan-moreno-un-heroe-
conquense-en-el-desastre-del-barranco-del-lobo
https://www.armas.es/foros/viewtopic.php?t=1010285&start=1250
Observaciones, comentarios:
Fusilado por milicias republicanas, en Paracuellos de Jarama (Madrid).
Tiene una calle dedicada en Cuenca.
Adscripción: N-1
245
Moreno Gamero, Nicolás
Fecha de nacimiento: 28 de septiembre de 1885 – Escalonilla
(Toledo)
Fecha de defunción: 15de enero de 1960 - Madrid
Empleo Julio 1936: Teniente Coronel de Infantería
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos (1909)
Hechos que motivaron la concesión de la Medalla:
En el combate de Taxdirt encontrándose con su compañía en la línea de fuego, recibió
orden de su capitán para avanzar con diez hombres y ocupar una posición de vanguardia,
cuya posesión favorecía la acción de nuestras fuerzas. Dicha orden fue valientemente
realizada, a pesar del nutrido fuego del enemigo, que en el avance le ocasionó seis bajas
en las fuerzas que conducía. Una vez ocupada la posición, permaneció allí con sus
efectivos, haciendo fuego hasta que se trasladó a otra posición inmediata su compañía, a
la que entonces se incorporó llevándose sus heridos. Como consecuencia de esta acción
es por lo que fue condecorado con la mencionada Cruz de San Fernando de 1ª clase, por
Real Orden de 22 de marzo de 1910.
Carrera militar:
A los veinte años ya ocupaba plaza de soldado en el Batallón de Cazadores de Chiclana
número 17, en Madrid. En agosto de 1909 salió su batallón hacia Melilla, para luchar en
las Campañas de Marruecos, donde al llegar se le promovió a Cabo por elección. Intervino
allí en misiones de reconocimiento y de conducción de convoyes, hasta su bautismo de
fuego en el combate de Taxdirt, donde ganó el ascenso a Sargento.
Siguió combatiendo por aquellas tierras y en 1912 obtuvo el empleo de Segundo Teniente
por méritos de guerra, pasando destinado al Regimiento de Ceuta número 60.
Posteriormente ocupó vacantes en los Regimientos de Gravelinas número 41 y Castilla
número 16, hasta su ascenso a Capitán en 1918. Las heridas sufridas en Marruecos le
obligaron a ocupar destinos sedentarios en Badajoz y Toledo.
En 1931 ascendió a Comandante por antigüedad y tres meses después se acogió a la Ley
de Retiros de la República, siendo ascendido a Teniente Coronel por ser Caballero
Laureado. Al producirse al Alzamiento Nacional fue detenido por fuerzas del Frente
246
Popular, pasando encarcelado toda la guerra. En 1940 sería rehabilitado y al año siguiente
se le concedió el reingreso en la Escala Activa con el empleo de teniente coronel, siendo
destinado al Regimiento de Infantería número 40. En 1945 ascendió a Coronel y se le
encomendó el mando del Regimiento de Asturias número 31 y posteriormente de la Zona
de Reclutamiento y Movilización número 6. En 1949 pasó a la situación de reserva con
el empleo de General de Brigada, fijando su residencia en Madrid, donde falleció el año
1960
Condecoraciones:
Fuentes:
AGM Segovia 1ª, 1ª, M-4518
http://aytoescalonilla.com/pdfs/libro39.pdf
Adscripción: N-1
247
Vila Pérez, Benigno da
Fecha de nacimiento: 1 de julio de 1888 - Puebla del Caramiñal
(La Coruña)
Fecha de defunción: 16 de enero de 1956 - Ferrol (La Coruña)
Empleo Julio 1936: Contramaestre mayor de primera
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1909)
Hechos que motivaron la concesión:
A bordo de la ‘Numancia’ mostró un valor heroico frente a la costa de Alhucemas, el 4
de septiembre de 1909, cuando inmovilizado el bote de vapor del buque por haberse
enredado un chicote en la hélice –estaba dando remolque a otro bote con pertrechos– y
derivando peligrosamente ambas embarcaciones hacia la costa, desde la que los moros
hacían nutrido fuego, se lanzó voluntario al agua, junto con el marinero Melchor Uso y,
buceando, entre ambos lograron zafar el chicote y liberar la hélice, salvando los dos botes
y a sus dotaciones. Este hecho le valió la Cruz de primera clase de la Orden de San
Fernando, que le fue concedida el 20 de diciembre de 1909.
Carrera militar:
Aprendiz de marinero desde 1904, a bordo de la corbeta ‘Villa de Bilbao’, embarcó
después sucesivamente en el guardacostas ‘Numancia’ (1906), acorazado Pelayo,
torpedero Terror y de nuevo en el guardacostas ‘Numancia’ (1908), siendo ya cabo de
mar. En el año 1910 trasbordó a la corbeta ‘Nautilus’ y durante 1910 embarcó en el
crucero ‘Reina Regente’, torpedero n.º 1, de nuevo en el ‘Reina Regente’ y en la corbeta
‘Villa de Bilbao’. Se reenganchó por cuatro años en 1911.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/86439/benigno-da-vila-perez
Observaciones, comentarios:
Hija plaza de gracia en 1971
(http://bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?pa
th=127046)
Adscripción: No adscripción/ No participa
248
1910
Jiménez Fuentes, Luis
Fecha nacimiento: 25 agosto 1886
Fecha de defunción: 1956- El Real de San Vicente (Toledo)
Empleo Julio 1936: Teniente Cuerpo de Inválidos
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1910)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su comportamiento durante la noche del 5 de febrero de
1910 en la estación de Nador (Melilla) obtuvo la Cruz de 1ª Clase, según Real orden de
30 de agosto de 1910 (D. O. núm. 189). Este soldado del Regimiento del Rey prestaba el
servicio de centinela con otro de su clase, Ciriaco López; varios disparos de los moros
hieren gravemente al soldado López derribándolo sin conocimiento; su compañero
Jiménez adelantándose entonces hacia el sitio de donde partían los disparos, cayendo a
tierra por efecto de la obscuridad de la noche. Levántese Jiménez y sigue avanzando;
herido gravemente en la mano derecha bien pronto se ve rodeado por cinco moros; sujeta
fuertemente el fusil con la otra mano y continúa defendiéndose de modo heroico; recibe
nuevas heridas y ahogando el dolor que le producen prosigue el fuego, impidiendo así la
aproximación de sus adversarios; éstos redoblan sus esfuerzos, tratando en vano de matar
al soldado para arrebatarle su arma.
Carrera militar:
Ingresa como soldado en el Regimiento Inmemorial del Rey. Ascendió a Sargento del
Cuerpo de Inválidos, en 1930 ascendió a Alférez del Cuerpo; en 1933 ascendió a Teniente
del mismo Cuerpo.
Fuentes:
Hoja de Servicios en AGM Segovia 1ª, 1ª, J-561 9ª J-36
GARCÍA PÉREZ, J. Flores del Heroísmo, 1919, página 80.
Comentarios:
249
Militante de UGT y concejal de Real de San Vicente (Toledo), durante la República, es
nombrado durante la Guerra Civil Vocal del Comité Marxista de dicha localidad. Se
incorpora al Ejército Popular de la República y lleva a cabo funciones de formación en
las Escuela Militar de Paterna y en el Centro de Reclutamiento, Instrucción y
Movilización de Cuenca.
Al terminar la Guerra Civil es procesado por auxilio a la rebelión y condenado a la pena
principal de 12 años de prisión y las accesorias de pérdida de empleo y pérdida de la Cruz
de San Fernando por sentencia de 23 de julio de 1941 del Juzgado Militar Permanente
número 12 de Madrid. La sentencia recoge como atenuante el bajo nivel cultural del
procesado. Es indultado a la pena de 12 años de reclusión mayor, pero se mantienen las
de penas accesorias. Es el único caso constatado de pérdida de la Cruz de San Fernando
y por tanto de expulsión de la Orden.
Adscripción: R+2
250
1911
Martínez Cortés, Juan
Fecha de nacimiento: 19 de enero de 1876 - Badajoz.
Fecha de defunción: 7 de noviembre de 1940 – Barcelona
Empleo Julio 1936: Coronel de Infantería
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1911)
Hechos que motivaron la concesión:
Al ser hostilizada la posición de Ishafen por numerosos grupos de moros, se dispuso el
12 de septiembre la salida de algunas fuerzas para castigar al enemigo, verificándolo el
segundo teniente Martínez Cortés al mando de una sección, que entró en fuego; pero
dándose cuenta de las condiciones desventajosas en las que se encontraba por hallarse su
tropa al descubierto, ordenó armar el cuchillo y cargar, marchando él al frente y siendo el
primero en descender al barranco donde aquél se hallaba emboscado, entablándose la
lucha cuerpo a cuerpo, matando por lo menos a un adversario y consiguiendo desalojar y
dispersar al enemigo. Esta heroica intervención mereció ser recompensada con la Cruz de
San Fernando de 2.ª Clase, laureada, concedida por Real Orden de 27 de febrero de 1913,
al mismo tiempo que con el ascenso a primer teniente por méritos de guerra.
Carrera militar:
Ingresó a los diecisiete años como soldado voluntario en el batallón de Cazadores de
Tarifa, con el que partió enseguida hacia Melilla para tomar parte en la campaña contra
los moros iniciada en el mes de octubre de 1893 como consecuencia del ataque dirigido
contra el fuerte de Sidi Auriach.
En 1894 fue ascendido a cabo, a sargento en 1897 y a segundo teniente de la Escala de
Reserva en 1910.
Entre 1896 y 1898 luchó en Cuba, donde ganó cinco Cruces rojas al Mérito Militar. En
1899 regresó a la Península y al año siguiente fue destinado al Regimiento de Córdoba,
del que pasaría posteriormente al de San Fernando, con el que tomó parte en 1911 en las
campañas de Marruecos.
En el mes de septiembre de 1911 ganó la Cruz de María Cristina con motivo de la
251
ocupación de Tauriat y Talusit.
Vuelto a la Península en 1912, pasó al Regimiento de Granada, obteniendo dos años
después el empleo de capitán y destino en el batallón de Reserva de Montoro y
posteriormente en el de Mahón.
En 1919 fue agregado a la zona de Barcelona y seguidamente destinado al Cuerpo de
Seguridad, en Barcelona, hasta que en 1926 alcanzó el empleo de comandante y fue
trasladado a la zona de Reclutamiento de Barcelona, prestando sus servicios más tarde en
el Cuerpo de Seguridad, hasta ser en 1930 ascendido a teniente coronel, empleo con el
que se retiró del Ejército en 1931, concediéndosele el de coronel por ser Caballero
Laureado. Durante la Guerra Civil permaneció en Barcelona, reincorporándose al Ejército
tras conquistar los nacionales esta plaza. Al terminar la contienda era coronel retirado
extraordinario. En 1940 se le concedió la Placa de San Hermenegildo.
Condecoraciones:
5 Cruces del Mérito Militar con distintivo rojo (entre 1896 y 1898)
Cruz de la Orden de María Cristina (1900)
Placa de San Hermenegildo
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/68799/juan-martinez-cortes
AGM Segovia 1ª, CG, M-206
Adscripción: No participa
252
Mas Aznar, Francisco
Fecha de nacimiento: 13 de marzo de 1887 - Crevillente (Alicante)
Fecha de defunción: 30 de octubre de 1963
Empleo Julio 1936: Soldado de Artillería, Licenciado
Destino Julio 1936: Licenciado del Ejercito- Ordenanza del Cuerpo
subalterno del Ejército
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1911)
Hechos que motivaron la concesión:
El día 9 de agosto de 1911, con motivo de la explosión de un barril de pólvora, se originó
un violento incendio en el polvorín del fuerte de San Miguel de Melilla. Este heroico
artillero fue el primero en lanzarse a extinguir las llamas. Exponiendo su vida en el
cumplimiento de su deber, logró su propósito y el fuego pudo ser sofocado.
Por una Real Orden de 21 de marzo de 1914, (RO de 21.03.1914, D. O. del Ministerio de
la Guerra núm. 65, de 24.03.1914) se le concedió la Cruz de San Fernando de 1ª clase.
Carrera militar:
Condecoraciones:
Cruz al Mérito Militar en plata por méritos de guerra
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/69197/francisco-mas-aznar
AGM Segovia 1ª, 1ª, M-240
Observaciones, comentarios:
Fue nombrado Hijo Predilecto por el Ayuntamiento de Crevillente, que erigió un busto
en su honor; y desde 2002 existe en Melilla una calle con su nombre.
Adscripción: No adscripción/ No participa
253
Vila Pérez, Benigno
Fecha de nacimiento: 1 de julio de 1888 - Puebla del Caramiñal (La Coruña)
Fecha de defunción: 16 de enero de 1956 - Ferrol (La Coruña).
Empleo Julio 1936: Contramaestre mayor de primera
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1909)
Hechos que motivaron la concesión:
A bordo de la Numancia mostró un valor heroico frente a la costa de Alhucemas, el 4 de
septiembre de 1909, cuando inmovilizado el bote de vapor del buque por haberse
enredado un chicote en la hélice –estaba dando remolque a otro bote con pertrechos– y
derivando peligrosamente ambas embarcaciones hacia la costa, desde la que los moros
hacían nutrido fuego, se lanzó voluntario al agua, junto con el marinero Melchor Uso y,
buceando, entre ambos lograron zafar el chicote y liberar la hélice, salvando los dos botes
y a sus dotaciones. Este hecho le valió la cruz de primera clase de la Orden de San
Fernando, que le fue concedida el 20 de diciembre de 1909.
Carrera militar:
Aprendiz de marinero desde 1904, a bordo de la corbeta Villa de Bilbao, embarcó después
sucesivamente en el guardacostas Numancia (1906), acorazado Pelayo, torpedero Terror
y de nuevo en el guardacostas Numancia (1908), siendo ya cabo de mar. En el año 1910
trasbordó a la corbeta Nautilus y durante 1910 embarcó en el crucero Reina Regente,
torpedero n.º 1, de nuevo en el Reina Regente y en la corbeta Villa de Bilbao. Se
reenganchó por cuatro años en 1911; parece que alcanzó el grado de contramaestre.
Condecoraciones:
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/86439/benigno-da-vila-perez
Observaciones, comentarios:
Hija plaza de gracia en 1971
(http://bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?pa
th=127046)
Adscripción: No adscripción/ No participa
254
1913
Aguilera Ramírez de Aguilera, Modesto
Fecha nacimiento: 21 noviembre 1874 – Porcuna (Jaén)
Fecha de defunción: 1 enero 1945- Madrid
Empleo Julio 1936: General de Brigada
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla:
Marruecos (1913)
Hechos que motivaron la concesión:
El 13 de junio de 1913, se libraron combates en la posición de Lucien, en la que el capitán
Aguilera puso de manifiesto su valor, serenidad y dotes de mando, emplazando las piezas
de su batería, primera batería montada del regimiento Mixto de Ceuta, sin parapeto alguno
y batido por el fuego enemigo, consiguió reducir a éste, aunque con importantes pérdidas
propias. Por este hecho fue condecorado con la Cruz Laureada de San Fernando.
(Concesión por R.O. de 15-12-1914, DOMG., núm. 283/1914, de 17 de diciembre.)
Carrera militar:
El 28 de agosto de 1891 ingresó en la Academia General Militar para iniciar los estudios
superiores militares. En junio de 1893 —superada la primera fase— pasó a la Academia
de Artillería donde completó su formación hasta agosto de 1896 en que ascendió a primer
teniente de artillería.
Sus primeros años discurrieron por distintas guarniciones como las de Cádiz, Algeciras o
Granada, excepto un breve intervalo de apenas un año como ayudante de profesor en la
Academia de Artillería de Segovia. En enero de 1907, ya de capitán (diciembre de 1904),
pasó destinado a la guarnición de Ceuta en donde transcurriría gran parte del resto de su
vida militar. En febrero de 1911, formando parte del regimiento de Montaña de esa ciudad
e integrado en la columna mandada por el general Zubía, participó activamente en la
ocupación de diversas posiciones próximas a la misma.
En ese mismo año actuó con las columnas organizadas y mandadas por los generales
Berenguer, Primo de Rivera y coronel García Moreno, ascendiendo antes de finalizar el
año a comandante por méritos de guerra, ascenso que fue por antigüedad en 1917 y que
255
le supuso su paso al Quinto Regimiento Montado de Artillería, que al año siguiente tomó
la denominación de Segundo Regimiento Ligero de Campaña.
Tras un breve paréntesis en la Escuela Central de Tiro en los años 1921 y 1922 y su
ascenso a teniente coronel por antigüedad en ese último año, se le ve destinado en el
regimiento de Artillería a caballo participando en numerosas acciones en territorio
próximo a Melilla, formando parte de varias de las columnas constituidas con el fin de
combatir con mayor eficacia al enemigo rifeño. Su actuación en esas acciones fue
premiada por la concesión de la Cruz del Mérito Militar con Distintivo Rojo.
El día 5 de septiembre de 1925 el teniente coronel Aguilera embarcó en Ceuta con
dirección a Alhucemas formando parte de la brigada Ceuta mandada por el general Saro.
Embarcado asistió al bombardeo de la escuadra sobre Wad-Lau, al simulacro de
desembarco de dicho poblado preparatorio del desembarco final y al bombardeo sobre
Alhucemas.
En enero de 1931 asumió el cargo de inspector de las fuerzas de Artillería en Marruecos.
Con la instauración de la Segunda República pasó a la situación de segunda reserva con
residencia en Porcuna y con el empleo de general de brigada. Falleció en Madrid el 1 de
enero de 1945.
Otras condecoraciones:
Cruz del Mérito Militar de 1ª Clase con distintivo blanco (1903).
Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo (1924).
Cruz de María Cristina de 1ª Clase (1903).
Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo (1922).
Comentarios:
Si bien no hay constancia de su participación en la Guerra Civil, a su fin, es nombrado
miembro Consejo Superior de la Guerra por Franco en 1940. Es nombrado hijo predilecto
de su ciudad natal, Porcuna, en 1942.
Fuentes: Hoja de Servicios Archivo General Militar de Segovia 1ª, 1ª, A-245
http://dbe.rah.es/biografias/26575/modesto-aguilera-ramirez-de-aguilera
https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1940/234/A05781-05781.pdf
http://todoslosnombresdeporcuna.blogspot.com/2011/08/homenaje-modesto-aguilera-
morente.html
Adscripción: N-2
256
Barreiro Álvarez, Manuel
Fecha de nacimiento: 2 de octubre de 1880 - Bayona
(Pontevedra).
Fecha de defunción: 13 de julio de 1940 - Bayona
(Pontevedra).
Empleo Julio 1936: General de división – Cuerpo de
inválidos
Destino Julio 1936: 2ª Reserva
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1913)
Hechos que motivaron la concesión:
El 19 de noviembre de 1913 tuvo lugar el “bautismo de sangre” de la escuadrilla. Habían
despegado del aeródromo cuatro aparatos para realizar sendos reconocimientos en otros
tantos sectores; el M. Farman MF-7, n.º 1, pilotado por el teniente Ríos, se dirigió a
Laucién; el observador de este biplano era el capitán Barreiro que estaba considerado uno
de los más minuciosos y seguros de la unidad. El aparato se mantenía volando a poca
altura sobre un terreno que, cubierto de monte bajo y matorral, dificultaba la localización
del enemigo cuya situación y fuerza precisaba el mando conocer. Al sobrevolar la ladera
occidental del monte Cónico hubo de descender aún más el Farman por querer Barreiro
identificar algo que había visto moviéndose; Ríos siguió las indicaciones de su
observador, lo que aprovecharon las guardias yebelíes, situadas en cota más alta que el
biplano, para hacer varias descargas sobre él. Los certeros tiradores del Raisuni no
perdieron sus disparos, alcanzando varios de ellos al aparato, y tres a los aviadores, que
resultaron gravemente heridos.
Decididos a que el aeroplano no cayera en terreno enemigo —ya que esto desvanecería
el gran efecto moral que su sola presencia ejercía sobre los combatientes de ambos
bandos— y a llevar al mando el resultado de su misión, ambos aviadores,
sobreponiéndose al dolor que sus heridas les producían, continuaron el vuelo, dándose
ánimos mutuamente, llegando hasta el campo español, aterrizando junto a la posición
principal, a poca distancia del poblado de Zuitín, luego de dar varias vueltas sobre el
campamento buscando un lugar despejado donde poder posar el aparato sin causar
257
desperfectos, haciéndolo finalmente con gran seguridad, sin que el biplano, las tropas, el
ganado, ni el material sufrieran el menor daño.
Fueron sacados los aviadores del aparato en estado grave —Barreiro había recibido un
balazo en el pulmón derecho y Ríos, uno entre las piernas y otro en el vientre—, haciendo
más crítico su estado la gran hemorragia sufrida por ambos. Luego de una primera cura
en el campamento, fueron evacuados a Tetuán en cuyo Hospital Militar quedaron
ingresados y fueron intervenidos, y donde permanecieron hasta que su estado permitió su
traslado a la Península, para continuar su recuperación en el Hospital Militar de la capital
de España.
Un telegrama de Su Majestad el Rey ascendía el día 20 a ambos aviadores al empleo
inmediato, y unos días después se abría el expediente de juicio contradictorio para la
concesión de la Cruz Laureada de San Fernando a los dos oficiales.
En septiembre de 1921, tras un largo proceso en que hubo de reabrirse el expediente que,
por atenerse a la letra del reglamento, había cerrado el Consejo Supremo de la Orden de
San Fernando, le fue concedida la Cruz Laureada al teniente coronel Barreiro.
En el decreto de concesión, publicado en el Diario Oficial de 27 de septiembre, se decía:
“El día 19 de noviembre de 1913, el capitán de Ingenieros D. Manuel Barreiro Álvarez,
tripulando el biplano MF n.º 1, practicó un reconocimiento sobre el Monte Cónico
(Tetuán), y fue gravemente herido por el enemigo, regresando al campamento principal
sin causar desperfectos en el aparato y cumplida la misión que le fue encomendada”.
Carrera militar:
Estudió el bachillerato en Vigo, en el internado de Santiago Apóstol, de la Compañía de
Jesús; a los dieciocho años ingresó en la Academia Militar de Ingenieros, en Guadalajara,
en la que cursó los correspondientes estudios, siendo promovido a primer teniente en
1905. Sirvió su primer destino en el Regimiento Mixto de Zapadores, en Valladolid,
donde únicamente permaneció un año, ya que en 1906 pasó voluntariamente a la
Compañía de Zapadores de Mallorca, haciéndose cargo de la red telefónica de la isla.
En 1911 ascendió a capitán, y de nuevo fue destinado a Valladolid, donde, lo mismo que
la vez anterior, solamente sirvió un año, volviendo a Mallorca a mandar la Compañía de
Telégrafos de aquella comandancia.
Atraído por la incipiente actividad aeronáutica, solicitó realizar el curso de piloto de
258
aeroplano, y en abril de 1913 fue llamado a la Escuela de Aerostación, de Guadalajara,
para realizar las ascensiones y prácticas en globo cautivo y libre —previas a iniciar el
aprendizaje en aeroplano—, pasando más tarde al aeródromo de Cuatro Vientos, donde
únicamente tuvo ocasión de realizar las prácticas de tripulante, siendo declarado apto para
ingresar en la escuela tan pronto como la capacidad de ésta lo permitiera; esta
circunstancia se produjo en agosto, incorporándose al curso de piloto de aeroplano,
efectuando las prácticas y vuelos previstos, realizando su primer viaje como piloto en un
biplano Maurice Farman MF-7, desde Alcalá de Henares hasta Cuatro Vientos. Algunos
días más tarde, el 6 de octubre, recibió el título de observador de aeroplano, y el 10, con
el número 47, el de piloto militar de 2.ª categoría.
El 23 de agosto de 1913 se hizo cargo de la Alta Comisaría de España en Marruecos el
general Marina que, tratando de realizar algunas operaciones que alejaran a los moros
rebeldes de la capital del protectorado, solicitó que le fuera asignada una unidad de
aeroplanos. Elegido por el coronel Vives, jefe de Aeronáutica, un terreno despejado en
Sania Ramel, no lejos de Tetuán, en una llanura delimitada por los ríos Martín y Xéxera,
cerca de su confluencia, se dio a una escuadrilla la orden de marchar a Marruecos.
A finales de aquel octubre, formando parte de la escuadrilla de aeroplanos mandada por
el capitán Kindelán, una de las primeras que en el mundo participaría en misiones
ofensivas, marchó a Tetuán, ya capitán, Barreiro, dispuesto sin saberlo a escribir una de
las primeras páginas gloriosas de la aviación militar.
La escuadrilla inició su bélica aventura el 3 de noviembre, mes de importancia para ella,
por la cantidad y la calidad de los vuelos realizados, y por ser en él cuando se produjeron:
el primer vuelo en escuadrilla sobre territorio enemigo, el primer ataque con bombas a
los rebeldes y los primeros heridos en vuelo por fuego desde tierra. El capitán Barreiro
realizó en los primeros dieciocho días del mes frecuentes vuelos como observador y como
piloto, con un tiempo de 11 horas y 31 minutos, siempre sobre terreno insumiso,
hostilizado por el enemigo.
Nunca se recuperó Barreiro de su grave herida, y al quedar inútil para el servicio, ingresó
en el Cuerpo General de Inválidos en el que, en 1920, ascendió a teniente coronel.
En un acto celebrado en Vigo, en el parque de Bellavista, del Colegio del Apóstol
Santiago en el que había cursado el bachillerato, le fue impuesta la preciada cruz por el
general Salgado, gobernador militar de la plaza.
259
Coronel en 1928 y general de brigada en 1931, fue ascendido a general de división en
1934, al pasar a situación de reserva.
En el verano de 1936 se encontraba internado en el sanatorio Hispano Americano, en la
sierra de Guadarrama, desde donde se trasladó a Madrid, refugiándose en una embajada
a través de la cual pudo pasar a Francia, entrando desde allí en la zona nacional, donde
ofreció sus servicios. La quebrantada salud no le permitió realizar clase alguna de trabajo,
por lo que fijó su residencia en la Bayona natal; allí pasó sus últimos días el general
Barreiro, aquel que el 19 de noviembre de 1913, tripulando un primitivo biplano, frágil
artilugio de listones de fresno, alambre y lona, sobrevolando territorio insumiso de la zona
de Tetuán, escribió una gloriosa página de la incipiente historia de la aviación marcial al
derramar su sangre en vuelo a consecuencia del fuego enemigo.
El Caballero Laureado de San Fernando, general de división Manuel Barreiro Álvarez
falleció el 13 de julio de 1940.
Condecoraciones:
Medalla de Alfonso XIII
Cruz de María Cristina de 1.ª clase
Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo
Medalla de Sufrimientos por la Patria
Cruz y Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/26530/manuel-barreiro-alvarez
http://www.ejercitodelaire.mde.es/ea/pag?idDoc=98A53CE7DB287A80C1257A3F003
9B66D&idRef=169D6DC9C084B11DC1257AAF0044A153
AGM Segovia 1ª, 1ª, B-886
Adscripción: N+1
260
Del Real y Bienert, León
Fecha de nacimiento: 22 de abril de 1889 - Toro (Zamora)
Fecha de defunción: 30 de abril de 1994 - Ceuta
Empleo Julio 1936: General Brigada- Cuerpo de Inválidos
Destino Julio 1936: 2ª Reserva
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1913)
Hechos que motivaron la concesión:
El 3 de octubre de 1913 formó parte de la columna destinada a practicar el reconocimiento
y establecimiento de un reducto en el punto denominado Mahara, desplegando para ello
en vanguardia para que con su protección pudiera llegar el grueso de la columna al monte,
objetivo principal de la operación, realizando este servicio bajo un fuego nutrido y eficaz
del enemigo, arrostrándolo con serenidad y valor, y sufriendo una herida en una pierna,
no obstante lo cual y haberle ordenado se retirase, continuó al frente de su fuerza,
consiguiendo con sus disposiciones asegurar convenientemente la realización de la
operación.
Herido nuevamente y muerto su caballo, quedó todavía en la línea de fuego y, ya en tierra,
dirigió enérgicas y patrióticas palabras a los soldados hasta que, desvanecido por la
pérdida de sangre y después de tres horas de fuego, fue retirado del lugar que había
ocupado desde el principio del combate, que era el de mayor peligro.
La herida le ocasionó la pérdida de la pierna izquierda, recibiendo como recompensa a su
heroico comportamiento el ascenso a comandante por méritos de guerra y la Cruz de San
Fernando de 2.ª Clase, Laureada, que le sería concedida por Real Orden de 15 de abril de
1915.
Carrera militar:
Ingresó a los diecinueve años en la Academia de Infantería, en la que fue elegido sargento
galonista por su aplicación en los estudios. Siendo cadete, en el verano de 1909 asistió a
las operaciones de Melilla, distinguiéndose en los combates de Sidi Musa y Lavaderos,
por los que se le concedió la Cruz roja al Mérito Militar. En 1911 salió de la Academia
promovido a segundo teniente y destinado al Regimiento de Ceuta, con el que se
incorporó en Melilla al Ejército de Operaciones. Al año siguiente intervino en la conquista
261
de Tifasor y poco después fue destinado a la Milicia Voluntaria de Ceuta, destacando al
mando de la 3.ª Compañía de Moros por su actuación en la posición de Malalién, en la
ocupación de la Alcazaba de Tetuán y de Laucién, y en el combate de Ben Karrich. En
julio de 1913 ascendió a primer teniente, concediéndosele la continuación en la Compañía
de Moros, con la que se trasladó al Rincón del Medik. En agosto fue ascendido a capitán
por méritos de guerra
En 1914 ingresó en el Cuerpo de Inválidos, donde fue ascendido a teniente coronel en
1924, a coronel en 1928 y a general de brigada en 1931, fijando su residencia en Ceuta.
En 1936 se adhirió al levantamiento, prestando durante la guerra los servicios que su
estado físico le permitía. Al finalizar la contienda pasó a la situación de mutilado de
guerra por la Patria y continuó residiendo en Ceuta, donde fallecería.
Condecoraciones:
Cruz roja al Mérito Militar
Fuentes:
AGM Segovia 1ª, 1ª, R-41
http://dbe.rah.es/busqueda?dbe=Del+Real+y+Bienert%2C+Le%C3%B3n
http://www.eloraculodeltrisquel.com/2013/08/el-teniente-de-infanteria-leon-del-
real.html
Adscripción: N+1
262
García Rodríguez, Luis
Fecha de nacimiento: 29 de octubre de 1884 - Villajuán (Pontevedra)
Fecha de defunción: 8 de mayo de 1957 – Ceuta
Empleo Julio 1936: Capitán de caballería
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1913)
Hechos que motivaron la concesión:
En febrero de 1913 se incorporó a una columna de operaciones con la que se dirigió al
Rincón de Medik para posteriormente establecerse en la posición de Malalien, con el
objeto de proteger el paso de la columna destinada a la ocupación de Tetuán. Los meses
siguientes realizó diversos servicios desde Malalien, hasta que el 11 de junio, formando
la extrema vanguardia de la columna de flanqueo, asistió a los combates para la toma de
Laucien, ocupando una posición aislada al frente de una sección compuesta por seis
hombres de caballería y diez de infantería, manteniéndola ante los ataques del enemigo,
que produjeron ocho bajas y le causaron una herida de gravedad. Una vez evacuado, no
pudo incorporarse a su unidad hasta cuarenta días más tarde. Los meses siguientes realizó
misiones de reconocimiento, protección y conducción de convoyes, obteniendo en
octubre el empleo de capitán por méritos de guerra y siendo confirmado en el mando de
la Sección Montada Indígena, con la que continuó guarneciendo la posición de Malalien
e interviniendo en numerosas operaciones de campaña.
Por resolución de 9 de julio se le concedió la Cruz de San Fernando de 2.ª Clase, laureada,
por el valor heroico demostrado en 1913 durante los combates de Laucien. El día 17 del
mismo mes le fue impuesta tan preciada condecoración en Tetuán por el general José
Marina Vega, alto comisario y general en jefe del Ejército de España en África.
Carrera militar:
En el mes de septiembre de 1899 obtuvo plaza de alumno en la Academia de Caballería
de Valladolid, en la que siguió sus estudios militares hasta ser promovido a segundo
teniente en julio de 1902. Su primer destino fue el Regimiento de Caballería de Dragones
de Santiago, al que se incorporó en Barcelona, desde donde en enero del año siguiente
fue destacado a Vich y un mes después al Tercer Depósito de Sementales, en Baeza, para
realizar durante un año un curso agrícola-ganadero. En marzo de 1904 fue trasladado al
263
Regimiento de Lanceros de España y en agosto al Escuadrón de Cazadores de Gran
Canaria, en la plaza de Las Palmas, en el que se mantendría los siguientes seis años.
En julio de 1905 obtuvo el empleo de primer teniente y en enero de 1910 estableció su
primer contacto con Marruecos al ser destinado al Regimiento de Cazadores de Sesma y
agregado al Grupo de Escuadrones de Ceuta, recientemente organizado, a cuyo 1.er
escuadrón se incorporó y en el que obtuvo destino en plantilla en enero del año siguiente.
Enseguida entró en operaciones con su escuadrón, protegiendo en el mes de mayo la
ocupación de las posiciones del Fondak y la carretera a Tetuán. En el mes de agosto
siguiente se le encomendó en comisión el mando de la Sección Montada Indígena,
acabada de crear y afecta a la Milicia Voluntaria de Ceuta. Además de realizar el servicio
reglamentario, dispuso de tiempo para dedicarse al estudio de la lengua árabe, obteniendo
la calificación de sobresaliente en los exámenes finales y el premio de 1.000 pesetas.
El 7 de enero de 1914 demostró su valor al recuperar al frente de nueve jinetes el cadáver
de un oficial que había quedado en poder del enemigo, cayendo muertos dos de sus
caballos durante el intento. Destinado en abril de 1915 en plaza de inferior categoría a la
Sección Montada de Policía del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta,
continuó destacado en Malalien, encargándosele en junio de la organización de una Mía
de Policía Indígena en el Rincón de Medik, que fue puesta bajo su mando.
En mayo de 1916 cayó enfermo y tuvo que ser ingresado en el Hospital Militar de Tetuán,
en el que tuvo que volver a ingresar al mes siguiente, causando baja en su destino y
pasando a la situación de excedente en la plaza de Ceuta, donde continuó hasta que en
abril de 1918 se dispuso que pasase a la situación de retirado.
Condecoraciones:
Cruz de María Cristina / Dos Cruces al Mérito Militar con distintivo blanco
Tres Cruces al Mérito Militar con distintivo rojo
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/69932/luis-garcia-rodriguez
Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. G-1475.
Adscripción: No adscripción/ No participa
264
López Muñoz, Manuel
Fecha de nacimiento: 23 de marzo de 1886 - Granada
Fecha de defunción: 1937 - Granada
Empleo Julio 1936: Brigada del Cuerpo de Inválidos
Destino Julio 1936: Reserva
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1913)
Hechos que motivaron la concesión:
El 15 de agosto de 1913, en que como era habitual, salió de la posición de Kudia Federico
un convoy destinado a aprovisionar a otras posiciones próximas que dependían de ella.
A pesar de las precauciones tomadas en cuanto a la seguridad, no pudieron evitar el caer
en una emboscada al llegar al llano de Los Castillejos, perdiendo la vida a los primeros
disparos el teniente que mandaba el convoy, por lo que el sargento López Muñoz tuvo
que asumir el mando, recibiendo durante el combate dos heridas graves, a las que se
sobrepuso con gran espíritu de sacrificio y entereza, reuniendo a su gente, organizándola
y dándole ánimos con su ejemplo, consiguiendo con ello conducirles a la victoria sobre
los atacantes, a los que se logró rechazar.
Llevado al Hospital Marítimo de Ceuta, tuvo que permanecer ingresado en él durante los
dos meses siguientes y tres más en Granada con licencia por enfermo, mientras se iniciaba
el juicio contradictorio para la concesión de la Cruz de San Fernando, al que no se daría
fin hasta cuatro años más tarde.
Por Real Orden de este día se concedió la Cruz de San Fernando de 1ª clase al Sargento
Manuel López Muñoz, del Regimiento de Infantería de Córdoba núm. 10, por el valor
distinguido demostrado el 15 de agosto de 1913 en el combate librado en los Llanos de
Los Castillejos en las operaciones que se venían llevando a cabo para pacificar las cabilas
rebeldes al Sultán, en las cercanías de Ceuta, en lo que se llamó la guerra de Marruecos.
Carrera militar:
Fue llamado a filas en 1907 y destinado al Regimiento del Serrallo, de guarnición en
Ceuta. Durante el tiempo de cumplimiento de su servicio militar llegó al empleo de
sargento, con el que se reenganchó en 1910, dispuesto a seguir la vida militar.
Destinado a la Península en enero de 1913 al Regimiento de Infantería de Córdoba, que
265
estaba de guarnición en Granada, en el mes de junio siguiente embarcó con él hacia Ceuta,
donde a su llegada fue enviado al destacamento de la posición de Kudia Federico.
Transcurrieron los meses siguientes sin novedad para el sargento López Muñoz, que
prestó durante ellos el servicio propio de campaña y de protección de convoyes. Las
heridas sufridas hicieron que en 1914 fuese declarado inútil para el servicio, pues la
recibida en el brazo izquierdo le había causado la atrofia de la mano, por lo que tuvo que
pasar al Cuerpo de Inválidos. Al cumplir la edad reglamentaria pasó a la reserva con el
empleo de brigada, fijando su residencia en Granada.
Fuentes:
AGM Segovia 1ª, 1ª, L-1010
Observaciones, comentarios:
La acción de López Muñoz, junto con la de otros dos sargentos, fue conmemorada por el
pintor José Ordóñez en un bello pergamino de los que integraron una gran serie dedicada
a los héroes. La ciudad de Granada dio el nombre de “Laureado López Muñoz” a una de
sus calles, que todavía conserva, si bien formalmente, la Cruz de San Fernando de 1ª clase
no es ‘laureada’.
Adscripción: No participa
266
López Pérez, Baltasar
Fecha de nacimiento: 6 de marzo de 1891 - Santa María de Bares, Mañón (La Coruña)
Fecha de defunción: 2 de noviembre de 1971 – Puerto de Bares, Mañón (La Coruña)
Empleo Julio 1936: Marinero
Destino Julio 1936: Licenciado - Civil
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Temporal costas de
Galicia 1913
Hechos que motivaron la concesión:
Perteneciendo a la dotación de la ‘Nautilus’ demostró un valor heroico en la madrugada
del 24 de diciembre de 1913, al subir voluntariamente —junto a los cabos Saleta y
Blanco— a los palos, armado con un hacha de abordaje, para degollar las velas, que
comprometían la suerte del buque poniéndolo en grave peligro de zozobrar, durante un
fortísimo temporal en alta mar, a 80 millas del cabo de Finisterre. Lo logró con mucho
riesgo de su vida, el buque arribó a Vigo el 29 de diciembre, y esta acción le valió la Cruz
de la Orden de San Fernando de 1ª clase, que le fue concedida por el Rey el 19 de
diciembre de 1914.
Carrera militar:
Alistado en la Armada como aprendiz de marinero desde el 27 de abril de 1911, sirvió en
el Arsenal de Ferrol y, tras obtener el grado de marinero de primera, embarcó en la corbeta
‘Nautilus’. Concluido el servicio militar obligatorio, fue licenciado y regresó a su pueblo,
empleándose como peón caminero en las obras de construcción de la carretera de El
Barquero al semáforo del cabo de Estaca de Bares. En 1921 solicitó y obtuvo el ingreso
en el Cuerpo de Vigías de Semáforos, y fue destinado precisamente al de Estaca de Bares,
donde pasó toda la Guerra Civil. Concluida la campaña fue destinado al puerto
guipuzcoano de Guetaria, y, tras aprobar el curso de especialista en la Escuela de
Suboficiales de San Fernando (Cádiz), retornó a Guetaria con el grado de vigía de 2.ª
clase; en 1941 ascendió a vigía de 1.ª clase y volvió a ser destinado al faro de Estaca de
Bares, en el que alcanzó el retiro en marzo de 1956.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/86444/baltasar-lopez-perez
Adscripción: No adscripción/ No participa
267
Pérez Ayala, Francisco
Fecha nacimiento: 16 septiembre 1889- Alboloduy (Almería)
Fecha de defunción: 1967- Gijón (Asturias)
Empleo Julio 1936: Cabo de la Guardia Civil
Destino Julio 1936: Comandancia de la Guardia Civil de Almería
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1913)
Hechos que motivaron la concesión:
El 24 de julio de 1913, el segundo teniente José Fernández de Córdoba salió a hacer la
aguada con un cabo, doce soldados y una acémila, llegando al río Smir. Una vez pasado
el puente, ordenó al cabo y a ocho soldados que se desplegasen, quedando él en
retaguardia con tres soldados y el acemilero. Los soldados comenzaron a avanzar hacia
el bosque alto que rodeaba en forma de arco la explanada. No habían advertido que en la
espesura se hallaban ocultos unos veinte o veinticinco moros, esperando tenderles mortal
emboscada, como así sucedió. En efecto, al llegar a unos ocho pasos del linde del bosque,
abrieron fuego sobre la patrulla y de inmediato cayeron muertos el cabo y tres soldados y
heridos los otros cinco. Una bala alcanzó, asimismo, al segundo teniente Fernández de
Córdoba, provocándole tan graves heridas que falleció poco después. De inmediato, los
moros salieron de su escondite y se abalanzaron sobre los que quedaban de la patrulla.
Uno de los soldados que habían permanecido con este oficial quedó protegiéndole,
abriendo fuego, pero el otro, que era Pérez de Ayala, avanzó solo al encuentro del
enemigo que se le echaba encima con la intención de apoderarse del cuerpo del oficial
herido y del armamento de los caídos.
En cabeza iba el jefe del aduar de Buluasin, quien, rodilla en tierra, le apuntó, e igual hizo
Pérez de Ayala, que disparó un segundo antes, matándole en el acto. Ante el momentáneo
desconcierto de los enemigos, al ver muerto a su jefe, se incorporó y avanzó contra todos
ellos sin cesar de disparar, obligándoles a emprender la huida. Llegaron en esos momentos
el capitán Manuel Serrano, que mandaba la 2.ª compañía, con veinte hombres, y otros
veinticinco al mando del Brigada López Sánchez, los cuales envolvieron a los huidos,
consiguiendo la victoria. Cruz de 2ª clase, Laureada. Real orden de 11 de julio de 1916
(Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, núm. 154).
268
Carrera militar:
Labrador de profesión, se incorporó al servicio militar con su reemplazo en 1911, como
soldado del Regimiento de Córdoba núm. 10. En junio de 1913 embarcó hacia Ceuta, y
de allí marchó al Rincón del Medik, de donde salió destacado con su compañía a la
posición que estaba situada a la derecha de la desembocadura del río Smir, donde ganaría
la Cruz Laureada. Después de este acto heroico continuó prestando sus servicios en
aquella posición hasta terminar el servicio militar. El 1º de julio de 1917 ingresa en el
Cuerpo de Carabineros en el que sirve hasta su fusión con el Cuerpo de la Guardia Civil
por Ley de 15 de marzo de 1940. El 20 de febrero de 1941 pasa destinado a la
Comandancia de Costas de la Guardia Civil de Málaga, pasando a la situación de retirado
por edad en septiembre de 1945.
Comentarios:
El 14 de agosto de 1936, estado destinado como Cabo en la Comandancia de Carabineros
de Almería, es ascendido al empleo de Sargento ‘por su muy distinguido comportamiento
contra el movimiento subversivo’. Al terminar la Guerra Civil no se le reconoce el
ascenso a Sargento y continua como Cabo, si bien se le reconocen ‘cuatro quinquenios de
25 pesetas mensuales abonables desde el 1 de abril de 1939’. En 1945, en el momento de
su pase a retiro, se le concede el ascenso honorífico a Sargento por ser Caballero de la
Orden de San Fernando.
Fuentes:
Hoja de Servicios en Archivo General Militar de Segovia 9º Caja 4430/ Exp. 35142
Hoja de Servicios en Archivo General del Ministerio del Interior- Sección Guardia Civil
http://dbe.rah.es/biografias/26363/francisco-perez-de-ayala
Adscripción: R+1
269
Ramos- Izquierdo y Gener, Rafael
Fecha nacimiento: 11 julio 1884, San Fernando (Cádiz)
Fecha de defunción: 5 noviembre 1936
Empleo Julio 1936: Capitán de Fragata
Destino Julio 1936: Estado Mayor de la Armada, Madrid
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1913)
Hechos que motivaron la concesión:
El 11 de junio de 1913, prestando servicio en Marruecos a bordo de su buque, el Concha,
una densa niebla le hizo embarrancar en los arrecifes de la ensenada de Busicú, a pocos
kilómetros de Alhucemas, abriéndose en el casco una brecha por donde penetró el agua.
Tras embarrancar, se iniciaron por la mañana los trabajos para desencallar y reparar el
buque, observados desde tierra por cabileños de Bocoya, quienes amenazaron a la
tripulación con disparar sobre ella si trataban de desembarcar. De nada sirvió que los
tripulantes se retirasen al interior del barco, pues los moros, en progresivo aumento y al
amparo de las rocas de la playa, comenzaron a hacer fuego, que no pudo ser respondido
por la tripulación con la intensidad debida al haberse inundado el compartimento donde
se hallaban las armas. La actuación de piratas pertenecientes a la cabila de Bocoya había
sido frecuente en años anteriores, atacando buques de diversas nacionalidades y
secuestrando a sus capitanes para exigir la puesta en libertad de varios piratas que habían
sido apresados por España en 1896. El condestable, con temeraria decisión, trató de llegar
a la ametralladora del buque, pero perdió la vida al recibir varios balazos. Los asaltantes
dominaban la cubierta del barco desde sus elevadas posiciones, lo que les permitió causar
más bajas, empeorando la situación cuando de dos botes pudieron acceder numerosos
enemigos a la cubierta del General Concha. Al toque de zafarrancho de combate comenzó
una lucha cuerpo a cuerpo, viéndose obligada la tripulación a retirarse a los camarotes,
mientras el enemigo tomaba varios prisioneros y se retiraba con ellos a la playa. Por la
tarde volvieron los moros a desencadenar el fuego y seguidamente un grupo de unos
doscientos se aproximó al barco, librándose a continuación una cruel batalla, en la que
perdió la vida el comandante y sufrieron numerosas bajas ambos bandos. Tomado el
mando por el alférez de navío Rafael Ramos-Izquierdo, la tripulación mantuvo al enemigo
270
disparando desde la popa hasta la llegada del cañonero ‘Lauria’, que no se atrevió a
intervenir en el combate al haberse apoderado los asaltantes de los uniformes de la
tripulación y haberse vestido con ellos. Interrumpido el ataque por la presencia del buque,
los moros volvieron a abordar al General Concha al hacerse de noche, conferenciando
con el alférez Ramos-Izquierdo, a quien le pidieron les entregase el armamento y el dinero
que portasen, a lo que se negó, por lo que comenzaron a registrar el buque, momento que
aprovechó la tripulación para arriar uno de los botes salvavidas y embarcar en él a los
heridos para trasladarlos al ‘Lauria’, negándose a acompañarlos el alférez Ramos-
Izquierdo, que había recibido tres balazos, dos de ellos en ambos brazos. Terminó el
combate con la retirada de los asaltantes, que se llevaron con ellos al alférez Ramos-
Izquierdo junto con otros nueve tripulantes más. Durante el enfrentamiento perdieron la
vida diecisiete miembros de la tripulación y otros tantos resultaron heridos, lo que suponía
más de un cincuenta por ciento de bajas. Los prisioneros fueron llevados a la cabila de
Bocoya y enseguida se empezó a negociar su liberación, consiguiendo huir algunos, entre
ellos el alférez Ramos-Izquierdo, que lograron llegar a la playa y embarcar en un bote, al
que persiguieron los moros en una embarcación a vela que fue rechazada por el cañonero
Recalde.
Según el expediente de juicio contradictorio abierto para determinar si se había hecho
acreedor a la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, el alférez Ramos-Izquierdo
había luchado con «heroico valor, después de haber sido herido de gravedad, demostrando
gran espíritu militar y excediéndose notoriamente en el cumplimiento de su deber», por
lo que por real orden de 1 de mayo de 1914 le fue concedida la Cruz Laureada de 2.ª clase,
que le fue impuesta el 31 de mayo de 1914 a bordo del acorazado ‘Pelayo’, anclado en el
puerto de Cartagena, por el contraalmirante Miguel Márquez de Prado, comandante jefe
de la 2.ª División de la Escuadra.
Carrera militar:
Al cumplir los dieciséis años realizó su ingreso en la Armada como aspirante de Marina
en la Escuela Naval Flotante, instalada desde 1869 en la fragata Asturias, de pontón en
Ferrol, en la que se formarían los guardiamarinas hasta su disolución en 1908 al ser
trasladada la Escuela a San Fernando (Cádiz). En 1905 obtuvo el empleo de alférez de
navío, pasando posteriormente a formar parte de la oficialidad del cañonero General
Concha. Incorporado al servicio después de las graves heridas recibidas en 1913 en
271
Marruecos, obtuvo los empleos de teniente de navío en 1914 y de capitán de corbeta en
1920, con los que estuvo destinado en varios buques y fue profesor en la Escuela Naval
Militar.
En los años siguientes fue fundador del Polígono de Tiro de Fusil de San Fernando y de
la Base Aeronaval de San Javier, realizó el curso de Aeronáutica y estuvo al mando del
portaaviones Dédalo y del destructor Almirante Antequera. Al producirse el
levantamiento militar de julio de 1936 fue detenido, encerrado en la ‘checa de Porlier’ y
posteriormente asesinado en Rivas Vaciamadrid por milicianos del Frente Popular el 5 de
noviembre del mismo año.
Fuentes:
Hoja de Servicios en Archivo Museo don Álvaro de Bazán, Cuerpo General, leg. 620/994
http://www.lahistoriatrascendida.es/documentos/personajeshistoricos/ramos-
izquierdo.pdf"
http://dbe.rah.es/biografias/86383/rafael-ramos-izquierdo-y-gener
Imagen: El Heraldo de Melilla http://elheraldodemelilla.blogspot.com/2010/01/
Adscripción: N-1
272
1914
Collado Sánchez, Esteban
Fecha de nacimiento: 28de abril de 1890
Fecha de defunción: 21 de diciembre de 1956
Empleo Julio 1936: Capitán Infantería
Destino Julio 1936: Regimiento Ceriñola- Tetuán- Ejército de
África
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1914)
Hechos que motivaron la concesión:
Concesión de Real Orden de 6-7-1915, DOMG., núm. 147/1915
Carrera militar:
En 1912 ascendió a Cabo por elección; en 1924 era Alférez de la Escala de Reserva; en
1926 ascendió a Teniente; en 1935 ascendió a Capitán. Al comienzo de la Guerra Civil
era Capitán y se le da de baja. Pasa a reserva en 1940 con mismo empleo.
Condecoraciones:
Dos Cruces al Mérito Militar con distintivo rojo
Fuentes:
AGM Segovia 1ª, 1ª, C-3069
http://bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/i18n/catalogo_imagenes/imagen.cmd?p
ath=44278&posicion=1®istrardownload=1
http://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1950/262/A04026-04027.pdf
Adscripción: No participa
273
Fuentes Clemente, Antonio
Fecha de nacimiento: 3 de mayo de 1890 - Villar de Farfón
(Zamora).
Fecha de defunción: 1959 - Madrid.
Empleo Julio 1936: Sargento
Destino Julio 1936: Reserva - Conserje de las Cortes
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1914)
Hechos que motivaron la concesión:
El 3 de agosto de 1914 combatió en las inmediaciones de la loma de Los Arapiles cuando,
al salir de la posición la fuerza encargada de hacer la descubierta, el enemigo hizo una
descarga sobre ella, ordenando el teniente que la mandaba lanzarse a la bayoneta hacia
las piedras de donde había partido la agresión, cayendo bajo el incesante fuego muertos
o heridos el expresado oficial y varios individuos de tropa, siendo el soldado Fuentes el
primero en llegar a las piedras, luchando cuerpo a cuerpo con el enemigo y haciéndole
una baja. Esta heroica hazaña fue recompensada con la Cruz de 2.ª Clase, laureada, que
le fue concedida por Real Orden de 19 de diciembre de 1914, recibiendo, al mismo
tiempo, el ascenso a cabo.
Carrera militar:
Tuvo entrada en el Ejército como soldado de reemplazo en 1911, pasando a pertenecer al
Regimiento Inmemorial del Rey, con el que dos años después desembarcó en Ceuta,
pasando a guarnecer posiciones en Laucien y en el Rincón de Medik y tomando parte,
posteriormente, en las operaciones de Ben Karrich, Ben Amran y Loma Amarilla.
En febrero de 1914 intervino en el reconocimiento de Ben Salem y al mes siguiente
combatió en Laucien, guarneciendo en junio las posiciones de Río Martín y al mes
siguiente las de las Lomas Amarillas.
En septiembre de 1914, consiguió una Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo
pensionada y en marzo de 1915 otra sin pensionar, pasando a la reserva en ese mismo año
y recibiendo el ascenso a sargento.
El Príncipe de Asturias regaló al héroe la Cruz laureada, que le fue impuesta en Marruecos
antes de regresar a la Península con permiso. En el reverso de la misma estaba grabada la
274
siguiente dedicatoria: “Al soldado de mi regimiento don Antonio Fuentes Clemente,
Alfonso, Príncipe de Asturias, 19-12-14”.
En 1920 fue invitado, en unión de los otros dos antiguos soldados del Regimiento
Inmemorial del Rey pertenecientes a la Orden de San Fernando —Luis Jiménez Fuentes
y Cesáreo Moreno Terrón—, al acto de entrega de una nueva bandera al Inmemorial, que
tuvo lugar el 14 de junio en el Campo de Polo de la Real Casa de Campo de Madrid.
Poco después, y por gracia de Su Majestad el Rey, pasó a formar parte del Cuerpo de
Conserjes de las Cortes, empleo del que más tarde, al llegar la República, se le privó,
siendo perseguido en Madrid por las fuerzas gubernamentales.
Condecoraciones:
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/69835/antonio-fuentes-clemente
AM Segovia 1ª, 1ª, F-1984 - 9ª 2185/17620
Observaciones, comentarios:
En 1943 se le concedió beneficio de ingreso en las academias militares a su hijo Antonio
Fuentes Vélez.
Adscripción: No adscrito/ No participa
275
Moreno Terrón, Cesáreo
Fecha nacimiento: 28 febrero 1890, Navas del Madroño
(Cáceres)
Fecha de defunción: 14 de febrero de 1969 (Cáceres)
Empleo Julio 1936: Carabinero
Destino Julio 1936: Comandancia de Carabineros de Cáceres
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1914)
Hechos que motivaron la concesión:
El 3 de agosto de 1914, en el arroyo de la Sausa, cerca de Tetuán, su compañía sufrió un
pequeño ataque y él fue el encargado de recoger a los caídos, pero en un momento dado,
al ver la impetuosidad de los enemigos, tomó el palo de la camilla y sin dudarlo se lanzó
contra ellos, junto con su compañero Antonio Fuentes Clemente, permitiendo a éste
utilizar su fusil, y entre ambos pusieron en fuga a los atacantes. Por esta hazaña, los dos
fueron recompensados con la Cruz Laureada de San Fernando de 2ª clase. (D.O. 286, de
20 de diciembre de 1914) (D.O. 67, de 25 de marzo de 1915).
Carrera militar:
En agosto de 1911, ingresa como soldado recluta en el Regimiento de Infantería
Inmemorial del Rey número 1 y fue destinado al Ejército de África embarcando para
Ceuta en 1913. De inmediato entró en combate en Laucien y después tomó parte en
algunas pequeñas escaramuzas en Ben Karrich, Ben Amran y Loma Amarilla.
De vuelta a la Península, en 1917 ingresó en el Cuerpo de Carabineros, y se le destinó a
la Comandancia de Cáceres. Al final de la Guerra Civil, en enero de 1940, ascendió a
cabo de la Guardia Civil, tras la fusión de ambos cuerpos, y el 26 de febrero de 1946 a
Sargento, al haber cumplido la edad reglamentaria de retiro.
Comentarios:
Le recibió en Palacio el Rey Alfonso XIII, como recogía la prensa:
CORRESPONDENCIA DE ESPAÑA: Madrid, jueves 15 de abril de 1915
El coronel del Regimiento del Rey, D. Pío López Pozas, ha estado en Palacio y ha
presentado al Monarca el soldado laureado de dicho Cuerpo, Cesáreo Moreno Terrón,
que se haya en la reserva activa y ostentaba cruz y venera de caballero de la Orden de San
276
Fernando.
Su Majestad le acogió con gran afecto, preguntándole por su madre, pidiéndole detalles
del hecho de armas que motivó la concesión de la cruz, y felicitándole por su
comportamiento ante el enemigo. (…) Cesáreo Moreno marchará esta noche a Navas del
Madroño, donde saldrá a recibirle todo el pueblo. Habrá en su honor música, colgaduras,
fuegos artificiales y una solemne función religiosa en acción de gracias.
Hay una calle en su honor en Navas del Madroño.
Fuentes: Hoja de Servicios en Archivo General Militar de Segovia, Sección 9ª, Caja 3914
https://www.foro-ciudad.com/caceres/navas-del-madrono/mensaje-2859802.html
http://deespana.blogspot.be/2014/08/un-siglo-de-una-laureada.html
Adscripción: N+1
277
Sanjurjo Sacanell, José
Fecha de nacimiento: 28 de marzo de 1872 - Pamplona
(Navarra).
Fecha de defunción: 21 de julio de 1936 – Estoril
(Portugal).
Empleo Julio 1936: Teniente General
Destino Julio 1936: 2ª Reserva
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla:
Hechos que motivaron la concesión:
Participó en la operación contra Sidi-Salem (1 de febrero de 1914), dirigida por el coronel
de Infantería Enrique Marzo Balaguer, y cuyo objetivo era castigar la sublevación de las
cabilas de Beni-Salem, Malalien y Kalatien. Durante la misma, se produjo un fuerte
combate en el desfiladero de Dersa, donde los cabileños se habían atrincherado. Sanjurjo
fue herido dos veces en el costado izquierdo, pero siguió combatiendo, a pesar de las
súplicas de sus subordinados que querían evacuarlo, hasta finalizar la operación que
tenían encomendada. Por esta acción, el entonces comandante recibiría el ascenso a
teniente coronel, por méritos de guerra (7 de mayo de 1914) y la Cruz Laureada de San
Fernando de 2.ª Clase (16 de diciembre de 1914), la condecoración más importante del
Ejército español
Carrera militar:
Ingresó en la Academia General Militar el 31 de octubre de 1890. El 1 de julio de 1893,
tras superar los exámenes del 3.er curso, se convirtió en alférez de Infantería. Su primer
destino fue el Regimiento de Infantería Almansa n.º 18, con guarnición en Lérida, donde
permaneció nueve meses. En marzo de 1895, pasó al Batallón de Cazadores de Arapiles
(Madrid). En este destino, tuvo noticias de que se estaba organizando en Leganés
(Madrid) un batallón de cazadores con destino a Cuba, donde el “Grito de Baire” (24 de
febrero de 1895), había iniciado una nueva insurrección. El joven segundo teniente, que
deseaba combatir, no dudó en solicitar destino en el mismo, cosa que le fue concedida de
forma inmediata. El 15 de febrero de 1896, embarcó en Cádiz, en el vapor León XIII con
destino a la isla caribeña, donde desembarcó quince días después. Comenzó entonces la
278
primera campaña de su vida, que iba a ser decisiva en la vida del futuro capitán general
por dos razones. La primera, porque durante tres años, y salvo una pequeña estancia en
España (de diciembre de 1896 a marzo de 1897) para curar una grave herida de guerra,
iba a participar en numerosas acciones tanto de guerra regular como de guerrilla (Sanjurjo
estuvo al frente de una guerrilla de cuarenta hombres, encargada de servir de vanguardia
o de flanqueo a las unidades regulares), que transformaron al inexperto oficial de 1895,
en un veterano combatiente y en un excelente conductor de hombres. La segunda, porque
durante estos cuatro años obtuvo importantes recompensas: tres Cruces rojas al Mérito
Militar, y dos ascensos por méritos de guerra —a teniente, por su actuación, el 18 de
agosto de 1896, en Taco-Taco y Bacanagua, que lo permutó por la Cruz de María Cristina,
dado que el citado ascenso le correspondía, tras dos años como 2.º teniente, por
antigüedad, el 1 de octubre de 1896— y a capitán (19 de abril de 1896), por su brillante
actuación en el Paso de la Mula (18 de abril de 1898).
Estas recompensas iban a relanzar su carrera militar, situándolo por encima de la totalidad
de sus compañeros de promoción. Poco después, el 11 de enero de 1899 embarcó para
La Coruña, donde el Regimiento de Infantería Zamora n.º 8, al que pertenecía, estaba de
guarnición. En abril de ese mismo año, pasó al Regimiento de Infantería Asturias n.º 31,
acuartelado en Madrid. En 1901 obtiene una plaza en el Regimiento de Infantería Gerona
n.º 22, de guarnición en la citada ciudad.
En agosto de 1906, consiguió su objetivo, al ser agregado a la Comisión Liquidadora de
las Capitanías Generales y Subinspecciones de Ultramar y posteriormente a Marruecos.
Sanjurjo participó en la mayor parte de las operaciones que Marina desarrolló en la zona
de Melilla hasta la finalización de la campaña. De entre ellas, destaca sin duda su
actuación en la toma de la Alcazaba de Zeluán (27 de septiembre de 1910), por la que se
le concedió una Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo pensionada. Por esta acción,
se le concedería el ascenso a comandante por méritos de guerra (30 de septiembre de
1909), que apenas supuso un avance en su carrera, pues se encontraba próximo al mismo
por antigüedad. Finalizada la campaña, Sanjurjo pasó a la Península. El 27 de diciembre
de 1911 pasó a Melilla, en cuya zona había comenzado un nuevo conflicto que había de
denominarse la “Campaña del Kert (1911-1912)”. Tras una estancia de tres meses en el
hospital de Tetuán, se convirtió en ayudante del general de división Joaquín Miláns del
Bosch y Carrio, comandante general de Ceuta (28 de junio de 1914), hasta que el 21 de
279
julio de 1915, pasó a ser jefe del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta.
Sanjurjo pasó entonces a la Península, quedando disponible forzoso en la 1.ª Región
Militar hasta abril de 1917. Entonces, tras varios destinos transitorios, quedó al mando
del Regimiento de Infantería Pavía n.º 48, acuartelado en Cádiz, donde permaneció hasta
mayo de 1918, cuando obtuvo la jefatura del Regimiento de Infantería Wad-Ras n.º 50,
con sede en Madrid, y el de vocal de la Comisión de Táctica y de la Junta Facultativa de
Infantería. Esta situación se mantuvo hasta agosto de 1918, cuando fue nombrado 2.º jefe
de la Zona de Tetuán. Poco después, el 17 de marzo, era ascendido a general de brigada
de Infantería por elección. Y, al igual que le había ocurrido cuando se convirtió en
coronel, quedó sin destino en África, pasando a Madrid. Sin embargo, su estancia en la
capital de España no fue muy larga. En diciembre de ese mismo año, fue nombrado jefe
de la zona de Tetuán (30 de diciembre de 1920).
El derrumbamiento de la Comandancia General de Melilla, obligó a Sanjurjo que se
encontraba entonces en la cabila de Beni-Aros, a ponerse al frente de la columna de
socorro que rápidamente organizó Berenguer, después, Sanjurjo era nombrado
comandante general de Melilla, el 14 de diciembre de 1921, continuando la campaña de
reconquista de la zona oriental, que quedó totalmente concluida en el primer tercio de
1922. Entonces, Sanjurjo pasó a Larache, como comandante general el 12 de abril de ese
mismo año, para hacer frente a una nueva rebeldía del Raisuni. Tras este éxito continuó
las operaciones de limpieza en la zona occidental, y le fue concedida la Medalla Militar
Individual, la segunda condecoración más importante del Ejército (R.O. de 15 de
septiembre de 1922).
El 27 de junio de 1923, asciende a general de división, junto al nombramiento de
gobernador militar de Zaragoza y el de general-jefe de la 9.ª División de Infantería. El 13
de septiembre de 1923, Primo de Rivera se pronunció en Barcelona, recibiendo el apoyo
inmediato de Sanjurjo, que puso a sus órdenes la 5.ª Región Militar, sobre la que mandaba
interinamente, por estar el capitán general titular enfermo. Tras el triunfo del golpe,
Sanjurjo se convirtió en gobernador civil de Zaragoza, pues una de las primeras medidas
del nuevo gobierno fue la sustitución de los gobernadores civiles por los militares. Sin
embargo, el general no se sentía cómodo en un puesto político, y por eso no solicitó otro
de mayor relevancia, sino que optó por volver a Marruecos. El 10 de mayo de 1924, se
convirtió en comandante general de Melilla, en sustitución del general de división Enrique
280
Marzo Balaguer. El 5 de octubre de 1925, ascendía a teniente general, y sustituía a Primo
de Rivera como alto comisario en Marruecos y como general jefe del Ejército de
Operaciones en África, el 2 de noviembre de ese mismo año. Con el apoyo de su jefe de
Estado Mayor, el general de brigada Manuel Goded Llopis, y del teniente coronel de
Estado Mayor Antonio Aranda Mata, y con el acuerdo de los franceses, Sanjurjo puso en
marcha la última gran operación de la guerra de Marruecos: acabar con las fuerzas de
Abd-el-Krim. Esta operación, en la que la colaboración entre españoles y franceses fue
muy eficaz, culminó cuando el líder rebelde se rindió el 27 de mayo al general francés
Ibbos, y con el sometimiento de la más importante de las cabilas rebeldes, los Beni
Urriaguel, el 10 de junio.
El nuevo Gobierno republicano, que entró en funciones el 14 de abril de 1931, le confirmó
como director de la Guardia Civil y, a la vez, se le nombró alto comisario en Marruecos.
El asesinato de cuatro guardias civiles en Castilblanco (Badajoz), el 31 de diciembre de
1931, y la muerte de once personas a manos de la misma Guardia Civil en Arnedo (La
Rioja), el 5 de enero de 1932, Sanjurjo sería destituido de la dirección de la Guardia Civil,
y enviado a la de Carabineros, tras rechazar la jefatura del Cuarto Militar del presidente
de la República, Niceto Alcalá Zamora, que éste, personalmente, le había ofrecido.
Condecoraciones:
Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo de Cuba.
Cruz de María Cristina. / Cruz de la Beneficencia.
Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo (1912).
Gran Cruz del Mérito Militar (1920) / Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo rojo
(1926) / Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo (1928) / Gran Cruz de la Orden de
Carlos III (1931).
Fuentes:
AGM Segovia 1ª, 1ª, S-1462 1ª, CG2, CAJA 1161/14
http://dbe.rah.es/biografias/7489/jose-sanjurjo-y-sacanell
Observaciones, comentarios:
Marqués del Rif (1925)
Marqués de Monte Malmusi (1926)
Adscripción: N+2
281
Vidal Sombá, Vicente
Fecha de nacimiento: 18 de diciembre de 1887 - Benitachell
(Alicante)
Fecha de defunción: 14de enero de 1949.
Empleo Julio 1936: Soldado
Destino Julio 1936: Licenciado
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1914)
Hechos que motivaron la concesión:
En Marruecos estuvo guarneciendo diversas posiciones, siendo una de ellas la del fuerte
que defendía el río Negro. Encontrándose el día 3 de abril de 1914 en dicha posición,
formó parte de un grupo de doce hombres que al mando de un teniente salieron del fuerte
para apoyar a los que, desplegados por parejas, realizaban el servicio de descubierta,
cuando fueron agredidos por un grupo numeroso de moros que ocupaban posiciones en
las alturas y bosque próximos, llegando a combatir cuerpo a cuerpo. El soldado Vidal se
vio rodeado por cinco moros, y en heroica lucha, después de hallarse herido, logró
deshacerse de ellos, matando a uno con el machete.
Carrera militar:
Ingresó en el Ejército como soldado de reemplazo, incorporándose en 1912 al Regimiento
de Córdoba, con el que en junio de 1913 desembarcó en Ceuta.
Tras el combate del 3 de abril de 1914, tuvo que ser hospitalizado en Ceuta, y una vez
curado de sus heridas pasó a la situación de reserva en su pueblo debido a la inutilidad
física que padecía, y allí llevó una vida tranquila, dedicado a la agricultura, pero con su
salud muy resentida por las heridas de bala recibidas en el brazo y pierna izquierdos.
Por Real Orden de 6 de marzo de 1916 obtuvo la Cruz de San Fernando de 2.ª Clase,
Laureada, en recompensa al mencionado hecho. La condecoración le sería regalada por
el Regimiento de Córdoba, al que había pertenecido, e impuesta en Tetuán en el mes de
abril de 1916.
Fuentes:
AG M Segovia 9ª CAJA 853/6465 9ª CAJA 855/6475 1ª B-2384
http://dbe.rah.es/biografias/69400/vicente-vidal-somba
Adscripción: No adscrito/ No participa
282
1916
Bertoloty Ramírez, Ricardo
Fecha nacimiento: 20 de octubre de 1916
Fecha de defunción: 1 de agosto de 1977
Empleo Julio 1936: Comandante Médico
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1916)
Hechos que motivaron la concesión:
El 29 de junio de 1916, el Grupo de Regulares de Tetuán, del que formaba parte como
Teniente Médico, recibió como misión de la ocupación del Biutz, Ain Yir y Hafa el
Hamra, interviniendo en dicha acción, en la que demostró un valor heroico, ya que “no
obstante hallarse enfermo el expresado día, asistió a la referida acción y permaneció
siempre en las guerrillas prestando los servicios propios de su profesión a más de noventa
heridos que no podían ser retirados por el fuego inmediato y certero del enemigo,
resultando que, a pesar de haber sido alcanzado por cuatro proyectiles, aunque sin ser
herido, continuó dicho servicio con serenidad y valor heroico”.
Sometido este hecho a juicio contradictorio, se le concedió por Real Orden de 21 de julio
de 1918 la Cruz de San Fernando de 2.ª clase, laureada, pensionada con mil pesetas
anuales.
Carrera militar:
Estudió la carrera de Medicina, ingresando a su término en los equipos de los doctores
Cardenal y Cifuentes. El 25 de febrero de 1914 tuvo entrada en el Cuerpo de Sanidad
Militar, siendo en ese mismo año destinado con el empleo de teniente médico al Grupo
de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla, con el que tomó parte en numerosas acciones
de guerra, por las que recibió como recompensa una Cruz al Mérito Militar roja y otra de
María Cristina. En 1917, pasa destinado al Real Cuerpo de Alabarderos, ya con el empleo
de Capitán Médico, siendo en 1922 trasladado a la Casa Militar de Su Majestad el Rey.
En 1931 pasó a la situación de retirado a petición propia y fue ascendido Comandante
médico por ser Caballero Laureado, siguiendo, no obstante, ocupando su plaza en el
283
Hospital Militar de Urgencias de Madrid. Durante la Guerra Civil, que pasó en Madrid,
fue detenido siete veces y condenado en diversas checas, rechazando el ofrecimiento de
reingreso en el Ejército que le hizo el Frente Popular.
Comentarios:
Al terminar la guerra, continuó dedicado a su profesión, destacando en su especialidad,
la Dermatología, recibiendo como recompensas la Gran Cruz de Sanidad y la Medalla de
Oro al Trabajo.
Entre sus actividades de carácter sanitario fue dermatólogo del Estado, director del
Dispensario Martínez Anido, secretario general y vicepresidente de la Academia de
Dermatología, miembro del Comité Central de Enfermedades Venéreas, delegado oficial
en el Congreso Internacional de Budapest de 1935 y otros muchos cargos. Fue autor de
tres obras de carácter profesional y de más de doscientos artículos en revistas técnicas
nacionales e internacionales. En su biblioteca llegó a reunir más de tres mil quinientos
volúmenes, la mayor parte de ellos profesionales.
Fuentes:
Hoja de Servicios en el Archivo General Militar de Segovia, Sección 1.ª, leg. B-2155.
A. de Ceballos-Escalera y Gila, J. L. Isabel Sánchez y L. Ceballos-Escalera y Gila, La
Real y Militar Orden de San Fernando, Madrid, Ministerio de Defensa, 2003.
http://dbe.rah.es/biografias/29842/ricardo-bertoloty-ramirez
Imagen
https://www.defensa.gob.es/rmo/Galerias/ordensfern/historia/ficheros/13_HEROISMO_
EN_LOS_CUERPOS_AUXILIARES.pdf
Adscripción: N -1
284
1919
Ruigómez Velasco, Manuel
Fecha nacimiento: 8 de septiembre de 1889- Villa Sana
de Mena (Burgos)
Fecha de defunción: 21 marzo de 1967 - Madrid
Empleo Julio 1936: Capitán Médico
Destino Julio 1936: Inspección General de Carabineros
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla:
Marruecos (1919)
Hechos que motivaron la concesión:
El 11 de julio de 1911 tomó parte en la ocupación de Kudia Rauda, agregado al tercer
Tabor del Grupo de Regulares de Ceuta, en misión de garantizar la comunicación entre
Tetuán y Larache. Durante esta operación, prestó asistencia médica en primera línea y en
zonas batidas por el fuego enemigo a los numerosos heridos habidos en la operación,
considerándose su actuación como distinguida. Del relato de los hechos del propio
Laureado:
‘Alguien me avisó de que se escuchaban lamentos fuera de la posición, me asomé y
saltando del parapeto sin dudarlo me encontré a unos veinte metros al teniente Pablo
Martín Alonso216 que estaba herido, atravesado del pecho y visto que no podía andar me
lo puse a mis espaldas y arrastrándome le lleve a la posición y al entrar en ella, un
segundo disparo le destrozó el codo. Así terminó aquel trágico día en el que de toda la
oficialidad del Tabor quedamos indemnes cinco...’
Se le concedió la Cruz de San Fernando de 2ª clase por Real Orden de 7 de mayo de 1924.
Carrera militar:
Se licenció en Medicina en 1914 en la Universidad de Madrid, demostrando muy pronto
su vocación militar al ingresar al año siguiente en la Academia Médico Militar, de la que
salió con el empleo de médico segundo. Tras dirigir el Hospital de Santoña, en diciembre
216 Posteriormente, también ingresa en la élite heroica. Medalla Militar, Marruecos (1929)
285
de 1915 obtuvo destino en el Regimiento de Infantería de Ceuta, de guarnición en dicha
ciudad. En 1918 había sido destinado al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta
e intervino en la acción del Zoco de Anyera, en la que fue citado como “Distinguido”, y
a continuación en la de Beni Madan.
En enero de 1920 fue ascendido a Capitán Médico y destinado al Grupo de Hospitales de
Ceuta, desarrollando una intensa actividad en los hospitales de campaña repartidos por la
zona occidental, que le haría ser tratado contra la rabia en 1922 y tener que solicitar al
año siguiente licencia por enfermo.
En 1924 fue destinado al Regimiento de León, de donde fue trasladado muy pronto a la
Comandancia de Carabineros de Madrid, pero agregado al Cuadro Eventual de la
Comandancia General de Ceuta, desempeñando su cometido en los hospitales de campaña
establecidos en Riffien, Monte Arruit y otros lugares.
En 1925 pudo incorporarse a su destino de Carabineros en Madrid y ganar la oposición a
la plaza de médico de la Beneficencia Municipal, y dirigir la Casa de Socorro de Canillas
(Madrid). Alcanzó, en diciembre de 1935, el empleo de Comandante Médico,
sorprendiéndole al año siguiente en el Valle de Mena el comienzo de la Guerra Civil, tras
lo cual se trasladó a Burgos para unirse al ejército nacional, siendo destinado al 4.º Grupo
de la 2.ª Comandancia de Sanidad Militar, desempeñando posteriormente de forma
sucesiva los cargos de 2.º jefe de Sanidad de la 62.ª División y de los Cuerpos de Ejército
de Castilla y de Urgel. Terminada la guerra, en 1940 pasó a prestar sus servicios en el
Instituto de Carabineros y posteriormente en la Dirección General de la Guardia Civil, en
la que en 1943 obtuvo el empleo de Teniente Coronel Médico y en 1951 el de Coronel,
quedando en 1955 a las órdenes del Ministro del Ejército, tras su ascenso a General
Inspector Médico.
Comentarios:
Fue declarado ’hijo predilecto’ del Valle del Mena (Burgos)
Fuentes:
Hoja de Servicios en Archivo General Militar de Segovia 1ª, 1ª, R-3354.
HERNÁNDEZ SANCHEZ-BARBA, M., España: Historia de una nación, Ed.
Complutense, Madrid, 1995.
http://dbe.rah.es/biografias/69410/manuel-ruigomez-velasco
Adscripción: N +2
286
1920
Varela Iglesias, José Enrique
Fecha de nacimiento: 17 de abril de 1891 - San Fernando
(Cádiz)
Fecha de defunción: 14 de marzo de 1951 - Tánger
(Marruecos)
Empleo Julio 1936: General Brigada
Destino Julio 1936: Activo – Disponible – Recluido - Cádiz
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1920 – 1921 – 1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Bi-Laureado (1920 – 1921) y Medalla Militar (1925)
A mediados de septiembre de 1919, se decidió ocupar Xauen, para lo que una columna
de la Comandancia de Larache emprendió una acción ofensiva de distracción en el valle
del Lucus. El día 20, la columna fue copada en las cercanías de Muires, batida por el
fuego desde la llamada cueva de Ruman. Tras dos infructuosos ataques a la posición,
Varela se ofreció voluntario para asaltarla. Con los tres sargentos y veinte soldados de su
sección, se lanzó al interior de la cueva y la tomó en un breve y violento combate cuerpo
a cuerpo. Las dieciséis bajas propias y los veintiséis muertos causados al enemigo dan
idea de la dureza del enfrentamiento. La prensa española mitificó su arrojo y Berenguer
ordenó abrir juicio contradictorio para la concesión de la cruz laureada de San Fernando,
resuelto favorablemente el 12 de diciembre de 1921.
En mayo de 1921, Berenguer decidió someter a la cabila de Beni Arós, la más belicosa
de la región occidental, en una nueva acción conjunta en la que las tropas de la
Comandancia de Larache debían internarse por el macizo de Beni Gorfet, núcleo central
de La Yebala. El día 6, la columna se concentró en Sidi Otzman y el 10 se inició el avance
hacia el este, ocupando la meseta de Abdama. El Raisuni trató de impedir los trabajos de
fortificación y la cercó con los cabileños de Beni Arós. El día 12 amaneció con una espesa
niebla, lo que impidió actuar a la artillería y a la aviación, pero no a la fusilería enemiga,
que batió incesantemente la posición. La compañía mandada por Varela se mantuvo firme
287
en Abdama, dando tiempo a que, al levantarse la niebla, aviones y cañones pusieran en
fuga al enemigo. En ocho horas de combate, causaron baja tres de los cuatro oficiales de
Varela, dos de los tres sargentos, y cincuenta y uno de los ochenta soldados. Distinguido
en la orden general por su valor, Berenguer le propuso para una segunda laureada, que le
fue concedida el 21 de julio de 1922.
Las treinta y dos acciones nocturnas realizadas en la retaguardia enemiga por la llamada
Harka Varela, entre noviembre de 1924 y agosto de 1925, acrecentaron su fama y
erosionaron el prestigio de Abd el Krim, que llegó a poner precio a su cabeza. Su golpe
de mano más celebrado fue la voladura del cañón que batía la posición de Tamersit desde
la cima del monte Ifermín; Varela resultó herido grave y estuvo un mes hospitalizado,
Alfonso XIII le telefoneó para felicitarle y Primo de Rivera le concedió la Medalla Militar
individual.
Carrera militar:
El 2 de junio de 1909, con dieciocho años, se alistó como educando de corneta, y a los
tres meses sentó plaza de soldado voluntario en su regimiento. Gracias a sus estudios de
bachillerato, pudo ascender a cabo y a sargento en breve plazo de tiempo, lo que le
permitía afrontar los gastos derivados de su acceso y permanencia en la Academia de
Infantería, donde obtuvo plaza de cadete el 22 de julio de 1912 tras aprobar el examen de
ingreso.
Tenía veintiún años, cinco más que la edad media de sus cuatrocientos setenta y dos
compañeros de promoción. Al terminar su formación como oficial fue destinado al cuadro
para eventualidades del servicio en Melilla, quedó agregado al Regimiento de Infantería
Ceriñola n.º 42. El 28 de abril de 1916, debido a la creación de dos nuevas unidades de
Fuerzas Regulares Indígenas, obtuvo destino en el Grupo de Larache n.º 4.
Bajo el mando del general José Sanjurjo Sacanell, las tropas ceutíes iniciaron el avance,
llegando el día 29 al límite oriental del territorio de Beni Arós, a la vez que las de Larache
se posicionaban al sur de la linde. El 4 de julio, en uno de los primeros combates, Varela
fue herido de gravedad en ambas piernas. Evacuado al puesto de socorro avanzado, fue
trasladado al día siguiente al Hospital Militar de Larache. El 28 de enero de 1922, Varela
fue dado de alta y a los tres días regresó a Larache.
Ascendido a capitán por méritos de guerra el 11 de junio de 1922, fue destinado al
Regimiento de Infantería Segovia n.º 75, al que no llegó a incorporarse por continuar las
288
operaciones y lograr, el 2 de agosto, ser confirmado en Regulares de Larache. En
diciembre, se reincorporó a Alcazarquivir, y en febrero de 1924 fue nombrado alumno
del Curso de Observadores de Aeroplano, impartido en el aeródromo de Cuatro Vientos
(Madrid). El 12 de marzo ascendió a comandante por méritos de guerra; en abril realizó
prácticas de vuelo en el aeródromo de Los Alcázares (Sevilla), y en mayo fue destinado
a la Escuadrilla de Bombardeo de Melilla, ubicada en Tahuima.
El 27 de febrero de 1926, al filo de cumplir treinta y cinco años, Varela fue recompensado
con el ascenso a Teniente Coronel y pasó a mandar el Grupo de Fuerzas Regulares
Indígenas de Ceuta n.º 3. Unos días antes, los generales Sanjurjo y Boichut habían
perfilado una operación terrestre hispano-francesa para someter a Abd el Krim, lo que
provocó el inmediato embarque de su unidad hacia la bahía de Alhucemas, base de partida
de la acción proyectada.
El 17 se ocupó Temasint, y el 27 Varela coronó la cima del Yebel Hamman. Una vez
establecido el enlace con las columnas francesas, que habían apresado a Abd el Krim en
Targuist, ambos ejércitos reunidos continuaron su avance hacia el oeste hasta alcanzar los
límites de Gomara, donde se detuvieron a finales de junio.
Un mes después se iniciaron las operaciones dirigidas a la recuperación de Xauen,
abandonado por orden de Primo de Rivera en 1924. En la llamada campaña de la Yebala,
Varela se encargó de fijar al enemigo en las alturas de Keri Kera y Cudia Censura, al
suroeste de Tetuán, mientras la harka de Capaz entraba en Xauen por sorpresa el 10 de
agosto de 1926.
Recompensado con la Cruz de María Cristina, Varela se reincorporó a su acuartelamiento
ceutí, donde permaneció hasta ser ascendido a Coronel por méritos de guerra el 18 de
abril de 1929. Francisco Franco, entonces director de la Academia General Militar,
contaba con él para dirigir la Academia de Infantería, pero el teniente coronel Juan
Beigbeder Atienza, agregado militar en Berlín, propuso que realizara un viaje de estudios
para informarse de los cambios experimentados por los principales ejércitos europeos tras
la Primera Guerra Mundial.
El 14 de agosto, comisionado por el Estado Mayor Central, marchó a Francia, para visitar
los campos de batalla de Metz y asistir a unas maniobras de carros de combate. Después,
tras una breve estancia en Suiza, se trasladó a Dresde, donde asistió a otras maniobras y
visitó distintas unidades. En diciembre, interrumpió el viaje para marchar a Cádiz por
289
encontrarse su madre gravemente enferma. De regreso a Berlín, el ministro de la Guerra
le recibió personalmente y le informó sobre la organización del ejército alemán y sus
novedosos planes de enseñanza. Por último, en Potsdam, le rindió honores el 10.º
Regimiento de Infantería, heredero de la tradición e historial de la Guardia Imperial.
El 14 de enero de 1930 volvió a Ceuta y solicitó el mando del Regimiento de Infantería
Cádiz n.º 67. El prestigio militar de Varela, unido al carácter popular de su origen, le
convirtieron en foco de atracción para los firmantes del Pacto de San Sebastián. De estos
contactos, está documentada una entrevista en Cádiz con Alejandro Lerroux, el 3 de
octubre, en el que éste le instó sin éxito a unirse al golpe de Estdo que se estaba
preparando, y que luego se limitaría a los sucesos de Jaca y Cuatro Vientos, del 12 y 15
de diciembre.
La inesperada proclamación de la República, no tuvo para Varela consecuencias
inmediatas, pero sí se vio pronto implicado en la necesidad de utilizar tropas para
solventar incidentes de orden público. Así, a los dos meses, declarado el estado de guerra
en San Fernando, Varela acudió a su ciudad natal para dispersar a los obreros de los
astilleros y desmantelar sus barricadas.
Las reformas de Azaña le relegaron cincuenta y cuatro puestos en el escalafón como
consecuencia de la revisión de los ascensos por méritos de guerra concedidos por Primo
de Rivera. Probablemente por el estrecho vínculo que le unía con los generales Sanjurjo
y Goded, le movieron a implicarse en la preparación del golpe de Estdo del 10 de agosto
de 1932, en el que no llegó a participar con su unidad, pero por el que fue detenido al día
siguiente en el castillo de Santa Catalina de Cádiz. Procesado el día 25 por delito de
adhesión a la rebelión, fue internado por orden del juez especial del Tribunal Supremo en
la prisión militar de Sevilla. Allí estableció contacto con varios de los oficiales que habían
apoyado a Sanjurjo, afiliados a la Comunión Tradicionalista, quedando vinculado
emocionalmente con esta facción política durante el resto de su vida. El 14 de febrero de
1933, el Tribunal Supremo decretó su libertad provisional, y su causa fue definitivamente
sobreseída, quedando en situación de disponible forzoso en la plaza de Cádiz, lo que le
permitió incrementar sus contactos y colaboración con los carlistas.
El triunfo de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) en las
elecciones de noviembre de 1933 coadyuvó a su rehabilitación y así el 17 de febrero de
1934, se incorporó a la Escuela Superior de Guerra.
290
De nuevo en Cádiz, se ofreció para acudir a reprimir la revolución de Asturias,
ofrecimiento que fue desestimado por Franco, y el 30 de octubre de 1935, tras recuperar
los puestos perdidos en el escalafón, el gobierno le ascendió a general de brigada sin
asignarle destino alguno.
Tras las elecciones de febrero de 1936, que ganó la coalición ‘frentepopulista’, su
actividad conspiratoria se incrementó. El gobierno, informado de sus actividades
delictivas, le conminó a permanecer en Cádiz, adonde marchó el 20 de abril, tras ceder al
general Emilio Mola Vidal, comandante militar de Pamplona, la representación de
Sanjurjo y los documentos que obraban en su poder. A finales de este mes, se trasladó a
Granada, debidamente autorizado, como candidato por el Frente Antirrevolucionario en
las elecciones parciales convocadas a consecuencia de algunas irregularidades detectadas
en los comicios de febrero. Al no resultar elegido, regresó a Cádiz, desde donde mantuvo
continuos contactos con Mola para preparar otro golpe de Estado de mayor envergadura.
A media tarde del 17, la guarnición de Melilla se sublevó y el gobernador civil de Cádiz
ordenó detener a Varela. En la madrugada del 18, al generalizarse la rebelión en otras
provincias, Ruiz de Atauri declaró el estado de guerra y Pinto ordenó liberar a Varela,
quien reunió unos trescientos soldados de su antiguo regimiento y cercó el Gobierno Civil
y el Ayuntamiento, a la espera del tabor de Regulares que había partido de Ceuta. Su
llegada, el día siguiente, provocó la capitulación de ambos edificios.
Varela marchó a Sevilla para ponerse a las órdenes de Queipo de Llano, le envió una
compañía de Regulares y procedió a organizar columnas mixtas de soldados, falangistas
y requetés, que fueron ocupando los pueblos de la provincia. A primeros de agosto,
nombrado por Queipo jefe del Ejército de Operaciones de Andalucía, levantó el cerco de
Córdoba, ocupó Antequera y Ronda y, cuando se disponía a avanzar hacia Málaga, Franco
le envió a Talavera de la Reina y le puso al frente de las dos columnas encargadas de
levantar el sitio del Alcázar de Toledo, donde entró el 27 de septiembre. Su mando fue
ampliado a las ocho columnas que debían avanzar sobre Madrid desde Talavera y Toledo.
El 11 de diciembre, Franco le quitó el mando de la División Reforzada de Madrid y le
puso al frente de tres columnas para rectificar el flanco izquierdo del frente, en la zona de
Villanueva de la Cañada, lugar donde fue herido de gravedad y evacuado al Hospital de
Sangre de Griñón hasta el 17 de enero de 1937.
291
Franco decidió apartarle definitivamente del frente madrileño y le envió a Ávila, al mando
de la 71.ª División, formada por soldados bisoños y sin apenas armamento, donde
permaneció tres meses inactivo mientras tenía lugar la batalla de Guadalajara y la ruptura
del frente vizcaíno. El 30 de mayo, Indalecio Prieto, recién nombrado por el presidente
Negrín ministro de Defensa Nacional, decidió atacar Segovia al objeto de forzar a Franco
a retirar tropas de Bilbao. En lugar de hacerlo, puso a Varela al frente de las Divisiones
de Ávila y Soria, articuladas en el VII Cuerpo de Ejército, con el que logró detener el
avance republicano.
Su ascenso a general de división, el 12 de mayo de 1938, no impidió que durante el resto
de la guerra Franco le mantuviese apartado de la acción principal. Mientras otros
generales de menor relieve y graduación llegaban al Mediterráneo, libraban la batalla del
Ebro y ocupaban Cataluña, su misión fue progresar lenta y trabajosamente, sin apenas
medios, sobre el eje de la carretera de Teruel a Sagunto, entre el Maestrazgo y la sierra
de Javalambre. El 30 de marzo de 1939, el Ejército Popular abandonó sus posiciones y
Varela se trasladó a Requena, desde donde preparó el triunfal desfile del Ejército de
Levante en Valencia, que presidió Franco el 3 de mayo.
A las dos semanas, marchó a Madrid para convocar la Asamblea de la Orden de San
Fernando que acordó conceder a Franco la Gran Cruz Laureada, la cual le impuso, el día
19, antes de iniciarse el llamado Desfile de la Victoria.
El 5 de julio fue nombrado jefe de las Fuerzas Militares de Marruecos, pero el 9 de agosto,
antes de marchar a Tetuán, Franco le puso al frente del recién creado Ministerio del
Ejército. Durante los tres años que desempeñó esta cartera, se ocupó de pasar las unidades
del pie de guerra al de paz y de reorganizar la estructura del Ejército de Tierra.
Los dos aspectos más relevantes de su gestión ministerial fueron la promulgación de la
llamada “ley Varela”, que rigió la organización del Ejército de Tierra durante los
siguientes veinte años, y la reforma de la enseñanza militar
El 13 de abril de 1950, como más antiguo de los Tenientes Generales, fue nombrado
miembro de los Consejos de Regencia y del Reino. Un año después fallecía cuando pasaba
unos días de descanso en Tánger. Ascendido a capitán general y ennoblecido con el
Marquesado de Varela de San Fernando, recibió sepultura en su ciudad natal.
292
Condecoraciones:
2 Medallas Militares colectivas / Cruz de María Cristina
3 Cruces de Guerra, Cruz / Placa y Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San
Hermenegildo / 5 Cruces del Mérito Militar con distintivo rojo
Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco
Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco
Gran Cruz del Mérito Aeronáutico con distintivo blanco
Cruz del Mérito Naval con distintivo rojo / Medalla de Sufrimiento por la Patria
Medalla Militar de Marruecos con pasadores de Larache, Melilla y Tetuán
Medalla Conmemorativa de las Campañas / Gran Cruz de la Orden de la Medhania
Medalla de la Campaña / Gran Cruz de la Orden de la Corona de Italia
Gran Cruz de la Corona de Rumania / Gran Cruz de la Orden Militar de Aviz de Portugal
Gran Cruz de la Orden Militar del Aguila de Alemania
Cruz de Guerra de Francia / Gran Cruz de la Orden Militar del Sol de Perú
Gran Cruz del Mérito Militar del Brasil / Gran Cordón de la Orden Ouissan Alaouita de
Marruecos / Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica
Gran Cruz de la Orden Imperial del Yugo y las Flechas,
Medalla de Oro de la Ciudad de Melilla / Medalla del Mérito Militar Jerifiano,
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/4954/jose-enrique-varela-iglesias
AGM Segovia 1ª, 1ª, B-743
Observaciones, comentarios:
Marqués de Varela de San Fernando (I)
Ministro del Ejército, Alto Comisario de España en Marruecos, Miembro del Consejo del
Reino y del Consejo de Regencia
Adscripción: N+2
293
1921
Ara Izquierdo, Julio
Fecha nacimiento: 10 agosto 1899- Valencia
Fecha de defunción: 1943- Alicante
Empleo Julio 1936: Carabinero
Destino Julio 1936: Inspección General de Carabineros
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1921)
Hechos que motivaron la concesión:
El 21 de agosto de 1921, cuando, muerto el Sargento jefe del puesto en enconada lucha
con un enemigo superior en número, recayó en él el mando de la fuerza, continuando
enérgicamente la defensa y sosteniendo brillantemente el combate durante toda la tarde y
noche de dicho día, sin que la pérdida, entre muertos y heridos, de la mitad de la tropa a
sus órdenes, ni la superioridad numérica de los atacantes hicieran decaer su valor. La Cruz
Laureada le fue concedida por Real Orden de 18 de mayo de 1923 (D.O núm. 108).
Carrera militar:
El 1 de agosto de 1918, al cumplir la edad reglamentaria, ingresó en el Ejército como
soldado de reemplazo, siendo destinado al Regimiento de Infantería de Extremadura, en
el que muy pronto fue ascendido a Cabo. Al licenciarse en 1922, ingresó en el Cuerpo
de Carabineros.
Fuentes:
Hoja de Servicios en el Archivo General Militar de Segovia, 1ª, 1ª, A-2072.
http://dbe.rah.es/biografias/68291/julio-ara-izquierdo
Adscripción: No adscrito/ No participa
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Cebollino von Lindeman, Joaquín
Fecha de nacimiento: 1 de marzo de 1889 - Madrid.
Fecha de defunción: 18 de abril de 1938 – Burgos.
Empleo Julio 1936: Comandante Caballería
Destino Julio 1936: Regimiento de Cazadores de España, 4º
de Caballería, en Burgos
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1921)
Hechos que motivaron la concesión:
El 17 de julio de 1921 recibió la orden de proteger un convoy de suministro a la posición
de Igueriben, sitiada por un enemigo que no bajaría de mil quinientos hombres. El
escuadrón del capitán Cebollino, compuesto por sesenta jinetes, se destacó de la fuerza
protectora para escoltar el convoy en los tres últimos kilómetros. A pesar de la fuerza
enemiga consiguió llegar a la posición, siendo el primero en alcanzarla, abrir la puerta de
la alambrada y retirar los sacos terreros que obstruían el paso. Realizado su cometido,
regresó con su escuadrón hasta el grueso de las fuerzas protectoras del convoy, rompiendo
nuevamente el cerco enemigo y recogiendo todas las bajas habidas, siguiendo hasta
Annual. Esta acción le fue recompensada con la Cruz Laureada de San Fernando.
Además, se hizo acreedor a ser citado como “distinguido”, en la Orden General del
Territorio de Melilla, y a una cuarta Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo por sus
actuaciones entre el 1 de noviembre de 1920 y el 24 de julio de 1921, así como a ser
propuesto para la concesión de la Medalla Militar Individual, por los combates habidos
entre el 17 y el 23 de julio.
Carrera militar:
Nacido el 1 de marzo de 1889 en Madrid, hijo de un coronel de Infantería, ingresó en la
Academia de Caballería el 31 de agosto de 1909 y, una vez acabados sus estudios
reglamentarios, fue promovido al empleo de 2.º teniente desde el 23 de junio de 1912,
siendo destinado al Regimiento de Dragones de Numancia, 11.º de Caballería, en
Barcelona. Durante los dos cursos escolares 1912-1913 y 1913-1914 realizó el Curso de
Equitación, en Madrid, obteniendo el título de profesor de equitación.
En junio de 1914 ascendió a 1er teniente y a final de noviembre fue destinado al
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Regimiento de Cazadores de Alfonso XII, 21.º de Caballería, en Larache (Marruecos),
incorporándose al escuadrón expedicionario en la posición de Ras Remel, prestando
servicios de protección de carreteras y convoyes hasta primeros de enero de 1916 en que
marchó —con su escuadrón— a El Puerto de Santa María (Cádiz).
A finales de marzo fue destinado al Regimiento de Cazadores de Taxdirt, 29.º de
Caballería, en Melilla, y el 2 de mayo embarcó con rumbo a Larache para incorporarse al
5.º escuadrón en Bibán (al norte de Arcila). A finales de mayo fue destinado al Grupo de
Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla, número 2, pero continuó en Larache tomando
parte, a finales de junio, en la toma y ocupación de diversas posiciones de la cabila de
Anguera, limítrofes a la zona internacional de Tánger; entre ellas: Tzafualtz, Yebel Zinatz
y Melusa. Por los méritos contraídos en estas acciones se le concedió una Cruz del Mérito
Militar con distintivo rojo.
A final de agosto de 1916 marchó a Melilla para incorporarse a su destino en Regulares,
en el que permaneció hasta mediados de 1925, alternando sus servicios (tanto ordinarios
como de campaña) entre numerosas posiciones a lo largo y ancho del territorio hasta que
se produjo —en julio de 1921— el denominado “desastre de Annual”.
Desde el año 1919 hasta julio de 1921 tomó parte en la ampliación de la ocupación del
territorio que componía el Protectorado de Marruecos, desde los ríos Kert y Gan hasta el
Amekran, interviniendo en cuantiosas acciones, así como en la toma y ocupación de
diversos poblados. Durante 1919 fue citado como “distinguido” por su actuación en Sidi
Yagub y en octubre ascendió a capitán, quedando agregado a su unidad y siendo
nuevamente destinado a ella en el mes de noviembre. En 1920 fue condecorado con una
segunda Cruz del Mérito Militar, con distintivo rojo, por los servicios prestados y méritos
obtenidos por sus actuaciones entre el 29 de junio de 1918 y el 3 de febrero de 1920 y
citado como “distinguido” en la Orden de la Alta Comisaría de España en Marruecos por
las operaciones en que participó entre el 4 de febrero y el 31 de octubre de 1920 por las
que también obtuvo su tercera Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo.
Desde el 8 de octubre de 1921 participó en la recuperación del territorio y a su ampliación
hasta Xauen, ya en 1927. Durante estos años fue citado como “distinguido” y “muy
distinguido” en cuantiosas ocasiones, fue ascendido a comandante —en 1923— por
méritos de guerra; obtuvo otras cuatro nuevas cruces (hasta un total de ocho) del Mérito
Militar con distintivo rojo; una Medalla Militar Colectiva por los combates del 28 de
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mayo al 5 de junio de 1923, y una Cruz de María Cristina por los servicios prestados y
méritos contraídos entre el 1 de octubre de 1925 y el 30 de septiembre de 1926. A finales
de 1925 pasó destinado a la Mehal-la Jalifiana de Tafersit, número 5 que, en 1929, tomó
la denominación de Mehal-la Jalifiana del Rif, número 5. En agosto de 1933 volvió a las
Fuerzas Regulares Indígenas; en esta ocasión, al Grupo de Larache, número 4, en
Alcazarquivir. En 1935 ascendió a teniente coronel, continuando en Regulares, y a finales
de enero de 1936 fue destinado al Regimiento de Cazadores de España, 4.º de Caballería,
en Burgos. El 15 de julio de este último año, por retiro del coronel jefe del regimiento se
hizo cargo del mando de éste y el día 18, según consta en su Hoja de Servicios, “tomó
parte activa en el Movimiento Nacional Militar acordando en compañía de varios Jefes
del Cuerpo proclamar el estado de guerra”. Hasta final de año combatió en las zonas de
Somosierra, Gredos y provincia de Madrid, concediéndosele el mando efectivo del
regimiento el día 8 de octubre. Desde primeros de 1937, mandando la Brigada de
Caballería afecta al Cuerpo de Ejército de Madrid, tomó parte en las operaciones del río
Jarama y en marzo marchó a Valdemoro (Madrid) y fue ascendido a coronel, siendo
destinado como jefe del Territorio de Larache (Marruecos) hasta el 13 de diciembre que
regresó a la Península. En 1938, como 2.º jefe de la 1.ª División de Caballería, fue herido
grave en Fayón (Tarragona) el 2 de abril, falleciendo en Burgos el día 18 a consecuencia
de dichas heridas.
Condecoraciones:
Ocho Medallas al Mérito Militar con distintivo rojo / Medalla Militar Colectiva
Comendador de la Orden de la Medahuía / Cruz de María Cristina
Cruz de San Hermenegildo / Medalla de la Campaña de Marruecos.
Fuentes:
AGM Segovia 1ª, 1ª, C-2477
http://dbe.rah.es/biografias/69113/joaquin-cebollino-von-lindeman
http://www.altorres.synology.me/guerras/1921_annual/personajes/cebollino_lindeman.h
tm
Adscripción: N+1
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Gutiérrez De Diego, Pedro
Fecha de nacimiento: 29 de abril de 1901 - Melgar de Fernamental
(Burgos).
Fecha de defunción: 15 de septiembre de 1956 - Burgos
Empleo Julio 1936: Sargento
Destino Julio 1936: Cuerpo de Inválidos
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1921)
Hechos que motivaron la concesión:
Estando encargado el 29 de septiembre de 1921 de la bolsa de socorro y encontrándose
curando a los heridos en la primera línea de fuego, recibió tres heridas graves de bala en
ambas piernas y en la mano izquierda, a pesar de lo cual continuó ejerciendo su misión
eficazmente hasta que otra bala, perforándole el fémur, le hizo perder el conocimiento,
llevando su abnegación al extremo de que al recobrarlo y pedir auxilio, al llegar éste
indicó con el dedo que fuese evacuado otro soldado de los que allí se encontraban, que
había sido herido mortalmente. El sitio en que desempeñaba su cometido era tan peligroso
que en el flujo del combate se llevaron los moros a algunos de los heridos que tenía que
atender, sin que por ello perdiese la serenidad y dejase de ocuparse de la curación de ellos
mientras conservó el conocimiento. Tan heroica hazaña mereció ser recompensada con la
Cruz Laureada de San Fernando, concedida por Real Orden de 29 de abril de 1926 y que
le sería impuesta en Santander por el también Caballero Laureado general Cavalcanti.
Carrera militar:
Sentó plaza de soldado voluntario en 1920, siendo destinado al Regimiento de Valencia,
de guarnición en Santander. El 23 de septiembre de 1921 marchó a Melilla y el 29
intervino en la conducción de un convoy a Tizza. Debido a la importancia de las heridas
que sufrió, tuvo que ingresar en el Cuerpo de Inválidos, haciéndolo con el empleo de cabo
y siendo en 1933 ascendido a sargento.
Fuentes:
AGM, Sc. 1ª, legajo G-4535
http://dbe.rah.es/biografias/70050/pedro-gutierrez-de-diego
Adscripción: No adscrito/ No participa
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Navarrete Ceniza, Francisco
Fecha de nacimiento: 13 de diciembre de 1889 - Ferrol (La
Coruña)
Fecha de defunción: 14 de mayo de 1954 – Ortigueira (La
Coruña)
Empleo Julio 1936: Contramaestre mayor
Destino Julio 1936: Retirado - Se reincorpora al Ejercito Nacional
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Temporal océano
Atlántico 1921
Hechos que motivaron la concesión:
Siendo contramaestre segundo de la dotación de la corbeta ‘Nautilus’ mostró un valor
heroico durante un terrible temporal acaecido el 27 de julio de 1921 en travesía desde la
Martinica a Santander, cuando acudió al puesto de mayor peligro en la proa, trepó a los
palos con el hacha de abordaje, picó las relingas que gualdrapeaban furiosamente y logró
envergar el velacho de respeto —única vela que quedaba intacta—, y con ella el propio
buque. Esta acción le valió la Cruz Laureada de la Orden de San Fernando, que le fue
concedida por el Rey el 7 de mayo de 1924.
Carrera militar:
Alistado en la Armada como aprendiz de marinero el 23 de septiembre de 1905, embarcó
en la corbeta ‘Villa de Bilbao’, trasbordando a la corbeta ‘Nautilus’ en 1907 –como
juanetero–; en 1908 pasó sucesivamente al acorazado Pelayo, y al crucero Cataluña, y fue
progresando en su carrera hasta obtener el empleo de cabo de mar en 1910. En 1911
participó a bordo del ‘Cataluña’ en el bombardeo de las cabilas de Beni Said, Sidi Dris y
Beni Urriaguel, y en 1912 pasó a la reserva; pero en 1913 volvió al servicio. En 1915
pasó como maestre de marinería al acorazado ‘España’, con base en Ferrol, y en 1918
hizo el curso de submarinos. Al proclamarse la Segunda República se acogió a la Ley
Azaña quedando como retirado desde diciembre de 1931. Al estallar la Guerra Civil se
presentó a las autoridades militares en Ferrol, embarcó en el ‘Sálvora’ y se dedicó durante
toda la campaña al rastreo y caza de minas en las costas de Levante. En julio de 1939
solicitó continuar en servicio activo, fue ascendido a oficial primero y, en enero de 1941,
ingresó en el Cuerpo General de la Armada con el empleo de alférez de navío. Teniente
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de Navío desde septiembre de 1944, y Capitán de Corbeta desde septiembre de 1948, fue
entonces nombrado ayudante mayor de la Comandancia de Marina de Ortigueira (La
Coruña), en la que permaneció hasta su fallecimiento.
Condecoraciones:
Medalla de la Espada de Suecia
Medalla de la Campaña (G.C.E.)
Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo
Cruz de Guerra
Cruz y Placa de San Hermenegildo.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/86445/francisco-navarrete-ceniza
Adscripción: N+1
300
Millán- Astray Terreros, José
Fecha de nacimiento: 5 de julio de 1879 - La Coruña
Fecha de defunción: 1de enero de 1954 – Madrid
Empleo Julio 1936: General Brigada
Destino Julio 1936: Cuerpo de Inválidos
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1921)
Hechos que motivaron la concesión:
Carrera militar:
A los quince años ingresó de cadete en la Academia de Infantería de Toledo. La necesidad
urgente de oficiales subalternos en las colonias, hizo abreviar los estudios y con sólo año
y medio, en febrero de 1896, salió de 2.º teniente. Destinado en el Regimiento del Rey n.º
1 en Madrid, ingresó en la Escuela Superior de Guerra para hacerse de Estado Mayor,
pero ante la sublevación tagala pidió la baja y con un batallón expedicionario partió para
la isla de Luzón.
Por su participación en los combates recibió dos Cruces de 1.ª Clase de María Cristina,
máxima condecoración al valor en aquellos tiempos, y otras dos del Mérito Militar. En
julio, fue destinado de nuevo a la Escuela Superior. Promovido al empleo de teniente,
cesó como alumno.
La reorganización del Ejército, después del desastre colonial, supuso para Millán Astray
el paso en los años siguientes por varios destinos de guarnición. En 1905 ascendió a
capitán en Madrid. Al año siguiente, obsesionado con el Estado Mayor, pidió reingresar
de nuevo. Por tercera vez volvió a la Escuela, terminó los estudios, hizo dos años de
prácticas, entre las que cabe destacar su trabajo en la comisión topográfica hispano-
francesa para trazar la frontera y obtuvo el diploma de Estado Mayor.
En 1911 adoptó una decisión que marcó su carrera, nombrado profesor de la Academia
de Infantería, renunció a pertenecer al Cuerpo de Estado Mayor para continuar en su Arma
de procedencia. En 1913, ante el ataque general de los hombres del Raisuni en la Yebala,
le trasladaron al Tabor de Regulares de Arcila, en la Comandancia de Larache mandada,
entonces, por el coronel Fernández Silvestre. En la campaña destacó a plena satisfacción
ascendiendo por méritos de guerra a Comandante.
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Terminadas las operaciones, volvió a Madrid, en 1917, al Regimiento de Saboya n.º 6.
Allí desarrolló una incansable actividad profesional e intelectual. La experiencia de
mandar en combate a soldados conscriptos y sin apenas instrucción hacía que elevado
número de profesionales desearan que España siguiera el ejemplo francés con la Legión
Extranjera y unidades de indígenas. El Ejército ya tenía Policía indígena y Regulares,
pero hacía faltaba una fuerza de choque. Los políticos, ante la presión social, estaban
predispuestos a admitir las iniciativas, que ahorrasen enviar soldados de quinta a África.
Millán Astray, viendo la oportunidad, se convirtió en activo propagador mediante cartas,
charlas y artículos, de la necesidad una fuerza mercenaria. No paró hasta conseguir
entrevistarse con el ministro de la Guerra, general Tovar, al que convenció. Durante el
mes de octubre de 1919 estuvo en Tremecen y Sidi-Bel-Abbes (Argelia) conviviendo
como un oficial más entre los legionarios franceses. El 28 de enero de 1920 el Rey firmó
la Real Decreto que creaba el Tercio de Extranjeros, pero por una crisis el Gobierno cesó,
y el nuevo ministro, general Villalba, lo archivó; hubo otra crisis y el sustituto, vizconde
de Eza, tras escuchar en el Casino Militar una vibrante conferencia sobre el Tercio del
recién ascendido Millán Astray, decidió poner en marcha el proyecto que, con algunas
variantes, hoy perdura con el nombre de Legión Española. El código de la nueva unidad
fue el Credo legionario, basado según su propio creador, en el Bushido, el código moral
de los samuráis.
Millán Astray quería crear una unidad bien preparada para el combate. El Tercio no entró
en combate hasta después de más de seis meses de instrucción. Las Banderas del Tercio
con esa magnífica preparación, fueron la baza fundamental de Berenguer que evitaron
(1921) la caída de Melilla en manos de Abd el Krim y luego la punta de lanza con que
hizo retroceder a los rifeños. La fama de su jefe, que recibió la Medalla Militar individual,
se propaló dentro y fuera de España.
En septiembre, el 17, recibió una bala en el pecho, el rey le felicitó y nombró gentilhombre
de Cámara en enero, el día 10, la segunda, esta vez en una pierna. Las juntas de defensa
determinaron su destitución como jefe del Tercio dejándole disponible en Madrid. El
nombramiento del teniente coronel Valenzuela, provocó la inmediata petición de destino
y marcha del comandante Franco, jefe de la 1.ª Bandera del Tercio, defraudado por
considerarse como el lógico sucesor al estar propuesto para el ascenso. Valenzuela murió
a los pocos meses en los durísimos combates del Tercio en Tizzi Azza y le sustituyó
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Franco recién ascendido.
Primo de Rivera, al llegar al poder le rehabilitó colocándolo a sus órdenes directas en
África, ascendiéndolo a coronel por méritos de guerra. En la primera operación en que
participó, el 26 de octubre de 1924, cayó herido. Dos días después, ante la presencia de
síntomas de gangrena hubo que amputarle el brazo izquierdo. El 1 de febrero de 1926
(Diario Oficial, n.º 32) se le concedió la vuelta al servicio activo concediéndosele el
mando del Tercio que, ironías del destino, se lo entregó su antiguo subordinado, el recién
ascendido a general de brigada Francisco Franco Bahamonde.
Todavía no llevaba un mes en África, cuando el 4 de marzo le dieron mando de una de
las columnas organizadas en la operación sobre Bu-Zeitung, monte cercano a Tetuán,
desde donde persistentemente un cañón disparaba sobre la ciudad. Nada más iniciarse el
combate recibió un balazo en pleno rostro que le destrozó el ojo derecho. Un año después
le ascendieron a general por méritos, nombrándole coronel honorífico del Tercio.
Su vida militar tenía ya pocos horizontes, mutilado y lacerado por tantas heridas, aun así,
le nombraron jefe de la Circunscripción de Ceuta-Tetuán, después de un transitorio paso
por el ministerio como jefe de la 2.ª sección de Reclutamiento y Doctrina. En estos años
se prodigó como conferenciante no sólo en España, sino también en Francia, Italia y
América.
Con la llegada de la República, por Decreto de 10 de agosto de 1932 (Diario Oficial, n.º
189), pasó forzoso a la situación de segunda reserva (con arreglo a la Ley de 9 de marzo).
En 1934 el primer ministro, Alejandro Lerroux, que había sido amigo del padre de Millán,
le nombró secretario del Consejo Supremo del Ministerio de la Guerra, cargo burocrático
y poco importante, pero prestigioso. Tras la elección del Frente Popular, a petición propia
por Decreto de 11 de mayo de 1936 (Diario Oficial, n.º 67), se le concedió el ingreso en
el Cuerpo de Inválidos Militares. Al producirse el levantamiento militar del 18 de julio,
Millán Astray se encontraba dando conferencias en Buenos Aires, Argentina.
Al estallar la Guerra Civil, Millán Astray, en cuanto pudo, se trasladó a España
poniéndose incondicionalmente a disposición de Franco, realizando una activa labor de
propaganda. Se le encargó la creación del Cuerpo de Mutilados por la Patria y terminada
la guerra, fue nombrado procurador en Cortes en 1943.
Condecoraciones:
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Caballero Gran Cruz de la Orden de San Lázaro de Jerusalén.
Caballero Gran Cruz de la Orden de Avís (Portugal).
Gran Cruz de la Orden de San Fernando.
2 Grandes Cruces al Mérito Militar con distintivos rojo y blanco.
Gran Cruz al Mérito Naval con distintivo blanco.
Cruz de 1ª Clase del Mérito Militar con distintivo rojo
Cruz de 2ª Clase del Mérito Militar con distintivo rojo.
Cruz de 1ª Clase de María Cristina. Gran Cruz de Guerra (Italia).
Cruz de Guerra con palmas de oro (Francia).
Gran Cruz de la Medahuía.
Cruz de la Orden del Águila (Alemania).
Medalla de la Campaña de Filipinas con pasador "Luzón".
Medalla de Alfonso XIII.
Medalla de la Campaña de Marruecos con pasadores "Larache", "Tetuán" y "Melilla".
Medalla de la Paz de Marruecos con pasadores "Tula" y "Marruecos".
2 Medallas de Sufrimientos por la Patria
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/12787/jose-millan-astray-y-terreros
https://www.lalegion.es/millanastray.htm
Adscripción: N+2
304
Ríos Angüeso, Julio
Fecha de nacimiento: 28 de febrero de 1888 - Lanajos
(Huesca)
Fecha de defunción: 6 de mayo de 1973 - Sevilla
Empleo Julio 1936: Teniente Coronel
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1921)
Hechos que motivaron la concesión:
El 19 de noviembre de 1921, el Mando requería información sobre los núcleos rebeldes
establecidos en la ladera occidental del monte Cónico, y la misión fue asignada al biplano
Farman n.º 1, pilotado por el teniente Ríos, llevando como observador al capitán Barreiro.
Despegaron los aviadores a primeras horas de la mañana, del aeródromo de Adir, y se
dirigieron a su objetivo; la necesidad de situar con precisión al enemigo oculto entre el
espeso matorral que cubría el monte, forzó a Ríos a descender hasta casi rozar la gaba,
volando el Farman en cota inferior a la de los puestos enemigos que desde la altura a que
estaban dominaban con su fuego al aeroplano. Una descarga de los certeros tiradores
yeblíes cogió de lleno al biplano, hiriendo de gravedad a ambos aviadores, con un disparo
en el pecho a Barreiro, y a Ríos con dos, uno en el vientre y entre las piernas, otro. Sin
perder la cabeza, pese a lo doloroso y grave de sus lesiones, inició Julio Ríos el regreso
al campo español, logrando alcanzar el campamento principal, y, decidido a salvar el
aparato y a no ocasionar daños en el campamento, pese a que la pérdida de sangre lo iba
debilitando por momentos, dio una vuelta sobre aquél para elegir el lugar más apropiado
para el aterrizaje, realizándolo a la vista del poblado enemigo de Zuitín, entre tiendas,
armas y ganado, sin causar el menor desperfecto en el aeroplano ni en el campamento.
Sacados ambos aviadores del aparato y realizada la primera cura en el puesto de socorro
del campamento, fueron trasladados al Hospital Militar de Tetuán, y en él permanecieron
hasta que, pasada la fase de gravedad, estuvieron en condiciones de ser trasladados al de
Carabanchel.
El rey, en uso de sus atribuciones de jefe del Ejército, ascendió a ambos aviadores al
empleo superior inmediato, felicitándoles por su brillante comportamiento y ordenando
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se abriera el expediente para la concesión de la Cruz Laureada, pero el Consejo Supremo
de la Orden de San Fernando, aun reconociendo lo heroico del hecho realizado por el
teniente Ríos, denegó la concesión de la Laureada, dado que el Reglamento de la Orden,
vigente a la sazón, no preveía hechos realizados con aparatos aéreos. Una modificación
de aquél, realizada en 1921, en la que se definían las acciones realizadas en aeróstatos y
aeroplanos, susceptibles de ser premiadas con el ingreso en la Orden, permitió que se
reabriera el expediente, y así, por Real Orden de 11 de agosto de 1921, le fue concedida
al capitán Ríos la Cruz Laureada de San Fernando. El decreto de concesión decía
escuetamente: “El día 19 de noviembre de 1913, el Teniente de Infantería, piloto aviador,
D. Julio Ríos Angüeso, pilotando el biplano M.F. n.º 1, realizó un reconocimiento sobre
el Monte Cónico (Tetuán), siendo gravemente herido por el enemigo, y regresó al
campamento general sin causar desperfectos en el aparato, cumplida la misión
encomendada”.
Carrera militar:
Ingresó en la Academia de Infantería en 1906, siendo promovido a 2.º teniente tres años
más tarde, y a 1.º en 1911; destinado en Valencia, en junio del año siguiente, logró
dominar una insurrección en la Cárcel Modelo de aquella plaza, encontrándose de guardia
en ella. Aquel mismo año, 1912, fue designado para efectuar en las Escuelas de
Guadalajara y Cuatro Vientos, las prácticas de Aviación, obteniendo los títulos de piloto
y observador de aeroplano. Formó parte de la escuadrilla de Aviación que, al mando del
capitán Kindelán, marchó a Marruecos, instalándose en las proximidades de Tetuán,
participando en las operaciones que el Alto Comisario de España en Marruecos, general
Marina, llevaba a cabo en los alrededores de aquella plaza.
La escuadrilla comenzó sus vuelos de guerra el 3 de noviembre de 1912, con misiones de
reconocimiento de la zona enemiga a vanguardia de Laucién, en las kabilas de Uad Ras
y Beni Ider.
Continuó Ríos en el Servicio de Aeronáutica, destinado como profesor de vuelos en las
escuelas de Cuatro Vientos, Getafe y Alcalá de Henares hasta noviembre de 1927, fecha
en que ascendido a comandante, y con la categoría aeronáutica de jefe de grupo, pasó
destinado a los servicios de Material, en Cuatro Vientos, como jefe de la sección de
Parque y Fabricación.
Al advenimiento de la República, en abril de 1931, se retiró del Ejército, y durante los
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primeros meses de 1936 se entrevistó en Tetuán con los jefes de la Mehal-la y las
Mehaznías, obteniendo su adhesión al levantamiento que se preparaba.
El 19 de julio de aquel año fue detenido en Madrid, permaneciendo en prisión hasta
noviembre en que, tras laboriosas gestiones del representante de Noruega, quedó en
libertad y pudo refugiarse en la Legación de aquella nación; en marzo de 1937 pasó a la
Embajada de Chile donde se encontraba al terminar la guerra.
Incorporado al Arma de Aviación del, a la sazón, recién creado Ejército del Aire, pasó a
formar parte de la Escala del Aire, y ascendido a teniente coronel fue nombrado jefe de
las Fuerzas Aéreas del Atlántico, permaneciendo únicamente tres meses en Las Palmas
de Gran Canaria, ya que en septiembre fue nombrado jefe del Estado Mayor de las fuerzas
Aéreas de Marruecos.
En febrero de 1941 pasó a la Escala de Tierra y, ascendido a coronel, fue designado 2.º
jefe de la Región Aérea del Estrecho.
General de brigada en 1945, recibió el nombramiento de vocal del Consejo Supremo de
Justicia Militar, cargo que desempeñó hasta 1952 en que pasó a la situación de Reserva,
y fue ascendido a general de división.
Condecoraciones:
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/26526/julio-rios-angueso
AM Segovia 1ª, 1ª, Caja 1047/7
Observaciones, comentarios:
Primer aviador que fuera condecorado con la Cruz Laureada de San Fernando.
Adscripción: N+1
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Vázquez Bernabéu, Antonio
Fecha nacimiento: 4 de mayo de 1896, Blida (Argelia)
Fecha de defunción: 29 de julio de 1936, Paterna (Valencia)
Empleo Julio 1936: Capitán Médico
Destino Julio 1936: Zona de la Guardia Civil de Valencia
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos (1921)
Hechos que motivaron la concesión:
Al producirse el 22 de junio de 1921 la caída del frente de la Comandancia de Melilla, al
mando de una unidad de la Policía Indígena protegió el flanco de las fuerzas de la
guarnición de Buy Meyan que se replegaban, cayendo prisionero al ser abandonado por
sus hombres.
Sufrió cautiverio en Axdir, lugar de nacimiento de Abd el Krim, donde se desvivió en la
atención médica al resto de los prisioneros, hasta que en el mes de septiembre decidió
fugarse, consiguiéndolo el día 21, en que se arrojó al mar y llegó nadando al Peñón de
Alhucemas, donde fue rescatado por sus compañeros.
Sometido estos hechos a juicio contradictorio, se considerarían como heroicos, por lo que
a través de la Real Orden de 26 de mayo de 1924 se le concedería la Cruz Laureada de
San Fernando.
Carrera militar:
En junio de 1918 obtuvo en la Facultad de Valencia el título de licenciado en Medicina y
Cirugía y en septiembre del año siguiente fue nombrado Alférez alumno de la Academia
de Sanidad Militar, en la que terminaría su formación en enero de 1920.
Con el empleo de Teniente Médico fue su primer destino la Policía Indígena de Melilla,
a cuya 11.ª Mía se incorporó en el mes de marzo en la cabila de Beni Said, entrando
enseguida en operaciones de campaña y cosechando numerosas felicitaciones por su
destacada intervención en muchas de ellas, ya que fue citado como “Distinguido” en cinco
ocasiones, en dos como “Muy distinguido” y propuesto dos veces para la concesión de la
Cruz Laureada de San Fernando.
El 1 de junio de 1921 se encontraba en Buy Meyan cuando se produjo la pérdida de
Abarrán, curando a muchos de los heridos procedentes de dicha posición. A partir de ese
día sufrieron intensos tiroteos que dificultaron las descubiertas y aguadas, turnando con
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los oficiales de la guarnición en la protección de los diferentes servicios. Atacados por el
enemigo, la tropa sufrió abundantes bajas, que recogió personalmente, pero al resultar la
línea defensiva debilitada por el gran número de heridos, se produjo la deserción de un
grupo de policías, lo que obligó a efectuar una retirada, manteniéndose el teniente
Vázquez en el lugar de la acción hasta comprobar que no quedaban heridos y muertos que
retirar.
En octubre de 1922, tras su ascenso a Capitán Médico, fue trasladado al 1.er Grupo de
Hospitales Militares de Melilla, dos meses después al Regimiento de Infantería de León,
establecido en Larache y en junio de 1924 a la Harka de Abd el Malek, con la que entró
de nuevo en acción, formando parte de diversas columnas de operaciones y destacando
en innumerables acciones de guerra.
Sirvió durante 1925 en el 1.er Tercio de Caballería de la Guardia Civil y en el 3.er
Regimiento de Sanidad Militar, pasando en 1927 al 5.º Regimiento de Artillería Ligera,
en Valencia, al tiempo que se hacía cargo de la jefatura de la clínica de cirugía del Hospital
Militar de dicha Plaza. A lo largo de 1931 cambió con frecuencia de destino: Regimientos
de Artillería Ligera n.º 3 y de Infantería n.º 7, Batallón de Zapadores Minadores n.º 3 y
2.º Grupo de Intendencia.
Al año siguiente fue destinado en el Hospital Militar de Valladolid, en 1933 en el 2.º
Grupo de la 2.ª Comandancia de Intendencia y en 1935 al servicio de otros Ministerios,
con destino en la Guardia Civil.
Al haberse resentido su salud debido a las penalidades padecidas en campaña, pensó
solicitar el retiro en 1934, pero renunció a ello y continuó en el servicio. Al estallar la
sublevación militar en julio de 1936, se encontraba reponiéndose en Paterna (Valencia),
siendo apresado y asesinado por milicianos el 29 de agosto de 1936.
Fuentes:
Hoja de Servicios en el Archivo General Militar de Segovia, 1ª, 1ª, B-1160
http://dbe.rah.es/biografias/69413/antonio-vazquez-bernabeu
Imagen:
http://www.altorres.synology.me/guerras/1921_annual/personajes/vazquez_bernabeu.ht
m
Adscrispción: N-1
309
1922
Arias Rivas, Adolfo
Fecha nacimiento: 22 de febrero de 1877
Fecha de defunción:
Empleo Julio 1936: Coronel Infantería, Retirado
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1922)
Hechos que motivaron la concesión:
Los méritos en operaciones realizadas en el territorio de Melilla, muy especialmente, por
su actuación perteneciendo al Regimiento de Infantería Toledo número 35, como jefe de
la posición de Sidi-Ahmed El- Hach desde el 8 de agosto al 17 de septiembre de 1921.
Se le concede la Medalla Militar por R.O. de 15 de septiembre de 1922 (D.O. 208 de 16
de septiembre de 1922).
Carrera militar:
Ingresa como alumno en la Academia de Infantería el 31 de agosto de 1894. Asciende a
Teniente en febrero de 1898 y a Capitán en diciembre de 1904. En 1916 alcanza el grado
de Comandante seis años más tarde a Teniente Coronel. Su ascenso a Coronel se produce
el enero de 1929, si bien en mayo de 1931, cuando pasa a la reserva, este ascenso es
anulado y queda con el empleo de Teniente Coronel.
Otras condecoraciones:
Cruz de María Cristina (1899) / Cruz 2ª clase al Mérito Militar (1924 y 1926) /
Medalla Sufrimientos por la Patria (1925) Cruz Orden de San Hermenegildo (1927)
Fuentes:
Hoja de Servicios en el Archivo General Militar de Segovia, 1-A- 238- EXPO
Imagen y datos: Galería Militar Contemporánea, Tomo VII, Medalla Militar- Quinta
Parte, Servicio Histórico Militar, 1980, página 118.
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1925/11/29/021.html
Adscripción: No adscrito/ No participa
310
Castelló del Olmo, José
Fecha de nacimiento: 25 de marzo de 1893- Constantina
(Sevilla)
Fecha de defunción: 27 de febrero de 1976- Sevilla
Empleo Julio 1936: Comandante Infantería
Destino Julio 1936: Activo - Servicio Intervención - Tetuán
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1922)
Hechos que motivaron la concesión:
Por los méritos contraídos en la Policía Indígena de Tetuán y Larache, en particular por
su comportamiento en la toma de Dar-el- Atar. Se le concedió la Medalla Militar, según
D.O. Número 208 de 16 de septiembre de 1922.
Carrera militar:
Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo el 29-8-1912. Al igual que su primo, el
general Castelló, obtuvo dos ascensos por méritos de guerra. El 17-9-1922 en un
homenaje popular en Constantina se le dedicó una plaza que lleva el nombre de capitán
Castelló. En el año 1936 no quiso sublevarse, era hombre de confianza del Frente Popular
en el norte de África y tenía una gran influencia, era Comandante (ya había realizado el
curso de teniente coronel) e interventor Regional, fue encarcelado en la prisión del Monte
Hacho. Al acabar la guerra fue condenado a reclusión a perpetuidad, si bien fue indultado
unos años más tarde. Con posterioridad fue dado de baja del Ejército.
Comentarios:
Durante el tiempo que estuvo en prisión por no sumarse al golpe en Marruecos, el bando
nacional le siguió pagando los premios en efectivo por el aumento de antigüedad.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
SALAS LARRAZABAL, R. “Historia del Ejército Popular de la República” Volúmenes
I al V. Editorial La Esfera de los Libros. (1973) Reedición (2006)
Adscripción: R+1
311
Castro Girona, Alberto
Fecha nacimiento: 7 de octubre de 1875, Puerto Princesa
(Filipinas)
Fecha de defunción: 3 de agosto de 1969, Madrid
Empleo Julio 1936: Teniente General
Destino Julio 1936: Disponible- Madrid
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1922)
Hechos que motivaron la concesión:
Por sus extraordinarios méritos, puestos de relieve al secundar la acción política del
Mando sobre las cabilas de Beni-Hosmas, Beni-Said, Gomara y Beni Hassan, que merced
a ella y a la acertadísima misión militar de las fuerzas a sus órdenes, logró no solo la
pacificación de dichas cabilas, sino la ocupación del territorio de éstas.
Se le concedió la Medalla Militar por O.O. de 13 de septiembre de 1922 (D.O. número
208 de 16 de septiembre de 1922).
Carrera militar:
Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en 1893. Asciende a Segundo Teniente
en septiembre de 1895 y es destinado a Cuba, primeramente, en la zona de Santa Clara,
pasando después a Cienfuegos. En 1897 asciende a Teniente, por méritos de guerra, y es
condecorado con varias cruces del mérito en campaña.
En el año 1900 ingresó en la Escuela Superior de Guerra, para acceder al Cuerpo de
Estado Mayor obteniendo, tres años después, el empleo de Capitán, único en su historial
militar que alcanzó por antigüedad, pues los demás, hasta teniente general, lo fueron por
méritos de guerra.
En 1911 pidió destino a África, donde desarrollaría la mayor parte de su vida militar.
Quedó asignado a la Milicia Voluntaria de Ceuta, haciéndose cargo de la Primera
Compañía de Moros, voluntarios nativos del Rif que hacían labores de guías e intérpretes.
Castro Girona mostró sus buenas dotes de negociador con los moros notables y se le
encomendaron varias misiones reservadas. En 1913 ascendió, por méritos, a Comandante
y se hizo cargo de la Oficina de Asuntos Indígenas del Ejército de Operaciones. Aquí,
312
con su capacidad para la negociación y el dominio de varios dialectos bereberes,
consiguió la recuperación de algunos cadáveres de soldados españoles y la liberación de
un buen número de militares y paisanos prisioneros de los árabes, lo que le valió el
ascenso a Teniente Coronel en 1916, cuando contaba 41 años.
A principios de 1920, dirigió una columna formada por la Mehal-la y Regulares de
Tetuán, empeñado en tomar la importante ciudad santa de Xauen. En el verano de 1922,
cuando ya había alcanzado el generalato, participa en las conversaciones de paz con el
cherif Raisuni que concluirían con la llamada Paz de Yebala a la que siguió la retirada
escalonada y muy costosa de Xauen, con el apoyo de los coroneles Núñez de Prado y
Franco. A finales de 1924 asciende a General de División, volviendo al Ejército de África
a primeros de noviembre como Comandante Militar de Melilla, desde donde dirigió las
últimas operaciones contra Abd el Krim. Se le concedió, por méritos de guerra el ascenso
a Teniente General en octubre de 1927, abandonando definitivamente el Marruecos
español para hacerse cargo de la Capitanía General de la 3ª Región Militar con sede en
Valencia.
Por su supuesta implicación en el intento de golpe, no reconocida por él, en enero de 1929
contra Primo de Rivera encabezada por Sánchez Guerra, Castro Girona fue detenido,
condenado, pasado a la reserva y finalmente indultado a finales del mismo año. El
gobierno provisional de la República le volvió a la situación de activo en julio de 1931,
quedando disponible forzoso. El 18 de julio de 1936 le sorprendió en Valencia donde fue
detenido en dos ocasiones y, posteriormente, conducido al Ministerio de la Guerra, en
Madrid. Rechazó varios ofrecimientos, según consta en su Hoja de Servicios, para hacerse
cargo de operaciones militares en varios frentes del Ejército Popular de la Republica. A
finales de junio de 1937 consiguió refugiarse en la embajada de Francia en Madrid, desde
donde se traslada y refugia en el Liceo Francés en Valencia, donde, el 16 de julio de 1937,
embarca en el “Imheretit” de bandera francesa con dirección a Marsella. Desde allí a Irún
y el 20 de julio llega a Burgos, presentándose a las autoridades militares. Permaneció el
resto de la guerra dirigiendo la Inspección General de la Organización Defensiva de la
Frontera Pirenaica. Acabada la Guerra Civil, en 1940, el Teniente General Castro Girona
encabezó una misión económica oficial que visitó Japón y la China dominada, entonces,
313
por los japoneses.
Fuentes:
Hoja de Servicios en Archivo General Militar de Segovia, caja 97.
http://dbe.rah.es/biografias/134632/alberto-castro-girona
Imagen y datos: Galería Militar Contemporánea, Tomo VII, Medalla Militar- Quinta
Parte, Servicio Histórico Militar, 1980, página 35
Adscripción: N+1
314
Franco Bahamonde, Francisco
Fecha de nacimiento: 4 de diciembre de 1892 - Ferrol (La Coruña)
Fecha de defunción: 20 de noviembre de 1975 - Madrid
Empleo Julio 1936: General División
Destino Julio 1936: Comandante Militar Canarias –Santa Cruz de
Tenerife
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1922 y 1928)
Hechos que motivaron la concesión:
Medalla Militar por los méritos contraídos durante las operaciones encaminadas a salvar
la ciudad de Melilla (julio 1921) y a reconquistar la zona de aquélla Comandancia
General.
Medalla Militar, por su actuación en los combates librados desde el 23 de septiembre al
16 de diciembre de 1924, destacándose de modo notable en el episodio del barranco de
Xeruta, en que acudió con sus fuerzas en auxilio de la columna de Dar Akobba, cortando
la retirada del enemigo; así como en el bosque de Tenafet, donde por su serenidad, acierto
y prontitud en organizar un flanco defensivo, permitió el paso de la columna y del convoy.
Merced a sus extraordinarias dotes de mando y a su sereno valor, e igualmente a la pericia
con que manejó los diversos elementos a sus ordenes, y a sus iniciativas acertadísimas,
se salvaron muchas situaciones difíciles».
Carrera militar:
El 21 de agosto de 1907, con 14 años, ingresó en la Academia de Infantería. El 13 de julio
de 1910 obtiene el despacho de Segundo Teniente de Infantería y es destinado al
Regimiento de Zamora número 8, en El Ferrol. En 1912 solicita ir destinado a Marruecos
como Segundo Teniente, incorporándose al 18 Regimiento de África, mandado por el
Coronel Villalba Riquelme. Su primer destino está en la columna del Coronel Villalba,
que opera en vanguardia y está acampada en Tifasor. Participa en el asalto y conquista de
la aldea de Haddú-Allalu-Kaddur el 14 de mayo de 1912. Cinco meses después, el 13 de
julio de 1912, obtiene su primer, y único, ascenso por antigüedad a Primer Teniente y la
primera Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo. La segunda la ganaría un año después,
incorporado al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas.
315
En abril de 1913, el Teniente Franco solicita y obtiene el ingreso en las Fuerzas
Regulares Indígenas de Melilla y en 1915 es ascendido a Capitán por méritos de guerra.
En Biutz, en junio de 1916, cae herido por una bala, a pesar de ello, al frente de sus
soldados y conquista la posición, pero poco después la hemorragia le desvanece y es
transportado al puesto de socorro, donde fue atendido por el Capitán médico don Enrique
Blasco que ordena su traslado al Hospital Militar de Ceuta. Por su comportamiento en la
acción del Biutz, obtuvo la Cruz María Cristina, la Medalla de Sufrimientos por la Patria
y el ascenso por méritos de guerra a Comandante. En este nuevo empleo es destinado al
Regimiento del Príncipe núm. 23, de la guarnición en Oviedo donde participa, en agosto
de 1917, en las operaciones de mantenimiento del orden público en la cuenca minera de
Asturias.
En otoño de 1918 asiste al curso para Jefes de Infantería, que tiene lugar en Valdemoro,
y coincide allí con Millán Astray, quien le expone sus ideas sobre la creación de un cuerpo
de soldados profesionales a semejanza de la Legión Extrajera francesa. Dos años más
tarde, Millán Astray funda el llamado Tercio de Extranjeros y ofrece al Comandante
Franco el puesto de segundo jefe del mismo y mando de la Primera Bandera de la Legión,
participando en las acciones de Xauen, Benilai y Bujarraz. Por su comportamiento en el
asalto y conquista de Dar-Drius, se le concede la Medalla Militar Individual, que le es
impuesta en el mismo campo de lucha, al tiempo que al, entonces, Teniente Coronel
Núñez de Prado. Este año publica un libro titulado Diario de una Bandera.
En 1923, el Teniente Coronel Valenzuela sustituye a Millán Astray en el mando de la
Legión, y a Franco, después de dos años y medio de campaña continuada, le asignan el
destino a su antiguo Regimiento del Príncipe, en Oviedo, pero a la muerte del Teniente
Coronel Valenzuela, Franco obtiene el puesto de Jefe de la Legión en Ceuta y es
ascendido a Teniente Coronel el 8 de junio de 1923, recibiendo un homenaje en Madrid,
donde es nombrado por Alfonso XIII Gentilhombre de Cámara.
En septiembre de 1925, en la operación conjunta hispano-francesa conocida como el
desembarco de Alhucemas, Franco participa al mando de la vanguardia de una de las dos
columnas, la, mandada por el General Saro. El General Sanjurjo será el jefe de la División
de desembarco. Treinta días más tarde se culmina la operación y Abd-el-Krim, el jefe
insurrecto, se rinde a las autoridades francesas. El Gobierno francés le nombra
316
Comendador de la Legión de Honor en febrero de 1926, el mismo año en que es ascendido
a General de Brigada y es destinado al mando de la segunda Brigada de Madrid. En marzo
de 1927, se le encarga la reapertura de la Academia General Militar en Zaragoza, que fue
cerrada cuatro años más tarde en el marco de las reformas del Ministro Azaña.
En diciembre de 1931, es destinado como Jefe de la Brigada de Infantería con sede en La
Coruña y en 1933 se hace cargo de la Comandancia Militar de Baleares.
En marzo de 1934 asciende a General de División y es destinado, como asesor técnico
del ministro de la Guerra, Diego Hidalgo, y del jefe del Estado Mayor, general Masquelet.
En este puesto, se encargó de dirigir en Madrid las operaciones militares contra la
insurrección obrera iniciada en la cuenca minera asturiana ese mismo año.
En febrero de 1935 es nombrado jefe del Ejército en Marruecos, donde permaneció solo
tres meses porque el 20 de mayo, el ministro de la Guerra, José María Gil Robles, le
designó para desempeñar el cargo más prestigioso de la jerarquía castrense, el de jefe del
Estado Mayor Central. En el ministerio coincidió con los generales Manuel Goded —
subsecretario de Guerra— y Joaquín Fanjul, así como el general Mola.
En enero de 1936 viajó a Londres para asistir, con el agregado militar en París,
comandante Antonio Barroso, y en representación del Ejército español, a los funerales de
Jorge V y la coronación de Eduardo VIII de Inglaterra.
Tras la victoria del Frente Popular en los comicios del 16 febrero de 1936, se le destino a
la Comandancia General de Canarias. El 16 de julio el general pasó de Tenerife a las
Palmas, el 18 pernoctó en Casablanca (Marruecos) y el 19 a primera hora, en Tetuán, se
puso al frente de las guarniciones sublevadas dos días antes.
El 24 de julio, la Junta de Defensa Nacional formada en Burgos por los sublevados le
otorgó el mando del Ejército de África y del Sur, mientras que Mola se responsabilizaba
del Ejército del Norte.
Tras la muerte de Sanjurjo en accidente de aviación (20 de julio), la competencia por el
mando único quedó restringida a Mola, a quien Franco superaba no solo por rango
jerárquico (general de división frente a general de brigada), sino también por el prestigio
obtenido en su estancia en Marruecos y Zaragoza., y por la importancia intrínseca de sus
tropas respecto al total de las sublevadas.
El 21 de septiembre, se reunió con los generales Cabanellas, Mola, Queipo de Llano,
Saliquet, Dávila, Orgaz, Kindelán y Gil Yuste en las cercanías de Salamanca para tratar
la cuestión de la jefatura única, a la que solo se opuso Cabanellas, quien también rechazó
317
la candidatura de Franco para desempeñarla de manera provisional. El 28 de septiembre
presentó ante la Junta un decreto —elaborado por su hermano y asesor, Nicolás, y por
Kindelán — en virtud del cual a sus funciones de mando supremo unía las de jefe de
Estado en tiempo de guerra. El 1 de octubre de 1936 Franco fue proclamado generalísimo
de las fuerzas nacionales de tierra, mar y aire y Jefe del Gobierno del Estado español.
El fracaso de la ofensiva sobre Madrid (23-XI-1936) y, en segunda instancia, el avance
por Guadalajara (20-III-1937), fue el comienzo de una nueva fase de la guerra
caracterizada por la prolongación, magnificación e internacionalización del conflicto, que
obligaba a modificar las tácticas iniciales. Respecto al desarrollo bélico, Franco optó por
una estrategia gradual, comenzada con el traslado del frente al norte (País Vasco,
Asturias, Cantabria), que solo abandonó para responder a cada una de las ofensivas
emprendidas por el Ejército de la República.
El 30 de enero de 1938 formó su primer Gobierno, única institución política efectiva del
régimen, y promulgó la Ley de Administración Central del Estado. Un año más tarde se
rindió Barcelona y el 27 de febrero Francia y el Reino Unido se sumaron a Italia,
Alemania, Japón y la Santa Sede —desde abril de 1938— en el reconocimiento
democrático del gobierno de Franco. El primero de abril de 1939 firmó el último parte de
guerra y poco tiempo después estableció su residencia oficial en el Palacio del Pardo de
Madrid.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/9565/francisco-franco-bahamonde
Observaciones, comentarios:
Obras: Diario de una bandera, Madrid, Afrodisio Aguado, 1956; J. de Andrade (seud.),
Raza. Anecdotario para el guión de una película, Madrid, Ediciones Numancia, 1945;
Jakim Boor (seud.), Masonería, Madrid, Gráficas Valera, 1952.
Adscripción: N+2
318
Peña Rodríguez, Eleuterio
Fecha de nacimiento: 18de abril de 1878
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Teniente Coronel Infantería
Destino Julio 1936: Activo - Delegación Asuntos Indígenas -
Tetuán
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1922)
Hechos que motivaron la concesión:
Por los méritos contraídos como Jefe de la Mía de Condesa y su asidua labor, política y
militar, consiguiendo la sumisión de muchos poblados de Anyera. Se le concedió la
Medalla Militar, según D.O. Número 208 de 16 de septiembre de 1922.
Carrera militar:
Detenido y encarcelado desde el inicio de la sublevación. Al terminar la guerra es juzgado
y condenado a reclusión a perpetuidad; pena que es conmutada con posterioridad.
Fuentes:
BOE de 23 de mayo de 1937
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: R+ 1
319
1923
Alegre Rodríguez, Ángel
Fecha nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Teniente de Carabineros
Destino Julio 1936: Comandancia de Carabineros de
Algeciras (Cádiz)
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1923)
Hechos que motivaron la concesión:
Por sus méritos en los combates librados con el enemigo en los días 28, 29 y 31 de mayo
de 1923 con motivo de la conducción de convoyes a Tzi- Aza (Melilla). Se le concedió
la Medalla Militar por R.O. de 4 de agosto de 1923. (D.O. número 170 de 5 de agosto de
1923). La citada Real Orden por la que se le concedió la Medalla Militar fue confirmada
por la R.O. de 20 de enero de 1925 (D.O. número 17).
Carrera militar:
Siendo soldado en el Grupo de fuerzas Regulares Indígenas de Melilla núm. 2, y según
consta en el D.O. número 276 de 7 de diciembre de 1924, el General en Jefe del Ejército
de España en África le concede ascenso por los distinguidos servicios que prestaron y
méritos contraídos en operaciones realizadas en la zona de Protectorado en Marruecos,
desde febrero a julio de 1922.
En 1935, siendo teniente de Infantería, presenta solicitud de que se le conceda figurar
nuevamente en la escala de aspirantes a ingreso en Carabineros, no obstante haber sido
eliminado de la misma, por ser procedente de la suprimida escala de reserva, basando su
petición en la fusión en el año 1931 las escalas ‘activa’ y de ‘reserva’ del Ejército.
Haciendo valer para su recurso, publicado en la Gaceta de Madrid Núm. 269 de 26
septiembre de 1935 (página 2364) sus antecedentes consignados en su Hoja de Servicios
como ‘valor acreditado ‘por estar condecorado con la Medalla Militar.
320
En 1938 es declarado apto, por reunir las condiciones señaladas en la Ley de 12 de
septiembre de 1932 (D- O. número 118), para el ascenso, cuando por antigüedad le
corresponda, según consta en la decisión del general encargado del despacho del
ministerio -Luis Valdés Cavanilles- de 11 de agosto de 1938, publicada en el B.O.E
número 45 de 14 de agosto de 1938.
En 1954 es destinado como comandante a la Comandancia de Castellón.
Comentarios:
Este caso ha permitido confirmar, no solamente el ascenso en la jerarquía militar, y social,
de los miembros de la élite, sino también las ventajas inherentes a su pertenenecia a la
élite, como en este caso fue la posibilidad de ingresar en el Cuerpo de Carabineros
(posteriormente fusionado con el Cuerpo de la Guardia Civil) procedente del Ejército.
Fuentes:
Gaceta de Madrid Núm. 269 de 26 septiembre de 1935, página 2364.
NÚÑEZ CALVO, J. N., La Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz en la Guerra
Civil (1936-1939). Tesis doctoral. UNED. 2015. Página 122
Galería Militar Contemporánea, Tomo VII, Quinta Parte. Servicio Histórico Militar,
1980, página 156
http://guardiacivilcastellon.blogspot.com/2017/11/otros-jefes.html
Adscripción: N+1
321
Benito Ibáñez de Aldecoa, Gabriel de
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Coronel Caballería
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
La actuación en el ataque al aduar de Feddan Yebel el día 28 de abril de 1922.
Se le concede la Medalla Militar por R.O. de 23 de agosto de 1923. (D. O. número 185
de 24 de agosto de 1923)
Carrera militar:
En 1917 era Capitán; en junio de 1931 pasó a retiro a petición propia, siendo Coronel;
en marzo de 1933 es declarado en rebeldía por la República por su implicación en el
golpe militar encabezado por Sanjurjo.
Adscripción: No adscrito/ No participa
322
Benito Terraza, Gregorio
Fecha de nacimiento: 16 de marzo de 1879
Fecha de defunción: 15 de noviembre de 1936
Empleo Julio 1936: General de Brigada
Destino Julio 1936: 10ª Brigada de Infantería- Huesca
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
Por sus méritos y distinguidos servicios en diversas acciones a mando del Grupo de
Fuerzas Regulares Indígenas de Tetuán n.º 1, poniendo de manifiesto sus excepcionales
dotes militares. Se le concedió la Medalla Militar según D.O. núm. 19 de 26 de enero de
1923.
Carrera militar:
Nacido el 16 de marzo de 1879, ingresó en el servicio militar en 1895. Tuvo una destacada
actuación durante la Guerra del Rif, recibiendo numerosos ascensos y condecoraciones;
durante la guerra de Marruecos llegó a mandar el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas
de Tetuán n.º 1, actuando principalmente en la zona de Ceuta-Tetuán y Larache.1 En 1930
ascendió al rango de general de brigada y fue nombrado jefe de la circunscripción militar
de Ceuta-Tetuán. En junio de 1931 fue nombrado jefe de la Circunscripción occidental
del Protectorado español de Marruecos.
En julio de 1936 era jefe de la 10.ª Brigada de Infantería, mando que venía ejerciendo
desde marzo de ese año. Mantuvo varias entrevistas con los generales Cabanellas y Mola
comprometiéndose con el golpe. Tras la sublevación del general Cabanellas en Zaragoza,
el general Benito sublevó a sus fuerzas y se hizo con el control de Huesca. Tras el estallido
de la Guerra Civil pasó a ocupar otros destinos militares. El 17 de agosto fue nombrado
comandante de la VI División Orgánica, en sustitución del general Mola. Falleció el 15
de noviembre de 1936.
Fuentes: https://es.wikipedia.org/wiki/Gregorio_Benito_Terraza
Adscripción: N+2
323
Coronel Cubriá, Alfredo
Fecha de nacimiento: 1880
Fecha de defunción: 1936 en circunstancias no aclaradas
Empleo Julio 1936: General División
Destino Julio 1936: 2ª Reserva
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
Por los servicios notorios y distinguidos por él realizados durante dieciocho años en
campaña, demostrando poseer excelentes condiciones de competencia, decisión y buen
espíritu, dando pruebas de gran valor, permaneciendo en puestos de gran peligro y
dirigiendo sus tropas con el mayor acierto. Se le concedió la Medalla Militar según D.O.
número 125 de 9 de junio de 1923.
Carrera militar:
En 1924 era Coronel y ascendió a General de Brigada. En 1929 era General de División.
Detenido por la policía en Madrid en agosto de 1936.
Condecoraciones:
Gran Cruz del Mérito Militar (1929)
Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo pensionada.
Cruz de María Cristina
Fuentes:
Imagen: https://imageshack.com/i/ipmsZcx2p
Adscripción: N-1
324
Delgado Mena, Antonio
Fecha de nacimiento: 26de abril de 1896
Fecha de defunción: 1936
Empleo Julio 1936: Comandante de Infantería
Destino Julio 1936: Brigada Infantería 4- Málaga
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
Por sus méritos en la posición de Gueldetz B (Costa Gomara) los días del 3 al 27 de
octubre de 1921. Se le concedió la Medalla Militar, según D.O. número 221 de 23 de
septiembre de 1923.
Comentarios:
Fusilado en 1936
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: N-1
325
Fernández Pérez, Emilio
Fecha de nacimiento: 8 de julio de 1871 - Madrid (España)
Fecha de defunción: 19 de diciembre de 1941 - Madrid
(España)
Empleo Julio 1936: Teniente General
Destino Julio 1936: 2ª Reserva
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
Se le concedió la Medalla Militar según D.O. número 153 de 13 de julio de 1923
Carrera militar:
Militar español del Arma de Caballería, en la que alcanzó el grado de teniente general.
Fue director de la Academia de Caballería de Valladolid, presidente del Consejo Supremo
de Justicia Militar, Consejero nacional de Falange Española Tradicionalista y de las JONS
y presidente del Casino de Madrid. Durante la Guerra Civil Española fue Director General
de la Guardia Civil en la zona sublevada.
En 1894 es 2º Teniente; en 1895 asciende a 1er. Teniente; en 1904 a Capitán; en 1912 a
Comandante; en 1915 a Teniente Coronel; en 1918 a Coronel; en 1924 a General de
Brigada, con antigüedad de 1922, por méritos de guerra; en 1925 a General de División;
en 1930 a Teniente General; en 1931 pasa a 2ª Reserva; en 1932 participó en la
‘Sanjurjada’; en 1933 es expulsado del Ejército; en 1937 se reintegra al Ejército con los
sublevados.
Condecoraciones:
Gran Cruz de San Hermenegildo.
Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo rojo.
Gran Cruz de la Corona de Italia.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: N+1
326
García Esteban, Mariano
Fecha de nacimiento: 17 de octubre de 1894 - Báguena (Teruel)
Fecha de defunción: 14 de agosto de 1971 – Teruel
Empleo Julio 1936: Teniente
Destino Julio 1936: Cuerpo de Inválidos procedente del Arma
de Infantería
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
El 5 de junio de 1923 intervino con su Compañía de Carros de Asalto, y al mando del
carro n.º 9, en la protección de un convoy organizado en Dar Drius para abastecer las
posiciones avanzadas de Tizi Aza y Benítez.
Marchando su unidad en primera línea, se le ordenó avanzar en vanguardia, rompiendo
el fuego sobre nutridos grupos de enemigos que, fuertemente parapetados, hostilizaban
con dureza el avance de las fuerzas propias a fin tanto de impedir el paso del convoy
como, infiltrándose a través del barranco de Buhafora, caer sobre las unidades de
retaguardia de la columna, cosas ambas impedidas, en primer lugar, por la acción de los
carros de asalto al conseguir con sus fuegos desalojarlos de sus posiciones, tras causar
numerosas bajas, y la consiguiente desorganización, facilitando que el convoy cumpliese
su misión.
En el transcurso de la acción, el carro n.º 9, cumpliendo órdenes del jefe de su sección y
no sin iniciativa fruto del espíritu de la unidad, avanzó en vanguardia de ésta y destacado
de la misma hasta situarse en posición favorable de tiro junto al propio barranco, que
conocía bien por anteriores encuentros, abriendo un violento fuego a muy corta distancia
del enemigo en el que produjo numerosas bajas y recibiendo, a su vez, el de aquél al haber
concentrado sobre dicho carro sus disparos.
Para hacer más eficaz su propio fuego y con objeto, asimismo, de ahorrar combustible y
aceite, el sargento García Esteban ordenó al conductor que hiciese alto para poder batir
con mayor precisión al numeroso grupo de moros que había descubierto parapetados en
las inmediaciones de un morabito cercano y tras sus muros, al cual causó numerosas bajas
vistas. En el curso de la refriega, un proyectil disparado casi a bocajarro penetró por la
mirilla de la torreta desde la que observaba al enemigo, produciéndole heridas en la
327
cabeza que le causaron instantáneamente la pérdida del ojo derecho y una grave lesión en
el izquierdo, con pérdida total de la visión.
Sobreponiéndose al intenso dolor producido por las heridas, conservando la imagen y
situación del enemigo y demostrando una fortaleza de espíritu y una abnegación
difícilmente igualables, tras vendarse él mismo con un pañuelo, continuó haciendo fuego
por ráfagas hasta consumir el último cartucho de la nueva cinta que tenía puesta en la
ametralladora, con objeto de evitar el favorable efecto moral que si no se continuaba
disparando desde el carro hubiera producido en el enemigo. Éste, confiado en haber batido
el carro, se aproximaba peligrosamente para apoderarse de él o destruirlo, produciendo la
reacción del sargento García Esteban nuevas bajas y provocando la dispersión del
contrario.
Consumida la totalidad de los proyectiles de la cinta, a pesar de la oscuridad en que le
había sumido la ceguera, todavía realizó movimientos de la torreta y de la ametralladora,
tratando de ocultar al enemigo su propia baja y la consiguiente indefensión del carro, del
cual podría aquél apoderarse si se percataba de que se había dejado de disparar desde el
mismo. Así, impedido de continuar el combate y una vez hecha la señal de carro baja por
medio de bandera convenida, ordenó al conductor que lo pusiera en marcha para regresar
a las líneas propias, salvando el material y hurtando al enemigo la fácil presa en que el
carro se había convertido.
Cuando el sargento García Esteban fue ayudado a salir del carro, se comprobó que las
heridas que había recibido eran de extraordinaria gravedad, presentando un rostro por
completo desfigurado, cubierto de sangre y con heridas de las cuales, aparte otras muchas
producidas por esquirlas originadas al tropezar el proyectil con los bordes de la propia
mirilla, las de mayor importancia eran la cuenca por completo vacía de uno de sus ojos y
el amasijo de carne del otro, heridas que le habían provocado, además de un indescriptible
dolor instantáneo y persistente, la ceguera total desde el primer momento.
No obstante, sobreponiéndose al sufrimiento, había conseguido no perder el conocimiento
ni un solo instante, manteniendo su entereza cuando recibió la primera cura en el puesto
de socorro, en el que, al interesarse su capitán, José Alfaro Páramo, por su estado y
hacerse cargo de su ceguera, le respondió: “Todo sea por la Patria, mi capitán, qué vamos
a hacerle”.
328
En recompensa a su heroica acción obtendría la Medalla Militar individual por Real
Orden de 22 de noviembre de 1928 y por otra Real Orden publicada cinco días más tarde,
la Cruz laureada de San Fernando, siendo al mes siguiente ascendido al empleo de
suboficial por méritos de guerra. Ambas condecoraciones le serían impuestas por Alfonso
XIII en un solemne acto celebrado en el parque del Retiro de Madrid.
Carrera militar:
Ingresó en el mes de marzo de 1915 en el Ejército, sentando plaza como soldado
voluntario en el Regimiento de Infantería de Mahón, en el que al año siguiente obtuvo el
empleo de cabo y en julio de 1917, el de sargento por elección. En marzo de 1922 se
incorporó a la 3.ª sección de la Escuela Central de Tiro, en Madrid, para el servicio de
ametralladoras de los carros ligeros de asalto, incorporándose al campamento de
Carabanchel en donde realizó el correspondiente curso de instrucción como tirador.
En abril de ese año se incorporó a la 2.ª sección de la Compañía de Carros de Asalto
destacada en el campamento de Dar Drius, sector de Melilla, comenzando de inmediato
a prestar servicio de campaña y participando, en calidad de jefe de carro y ametrallador,
en diversas acciones de guerra, generalmente en misiones de reconocimiento de pistas y
en vanguardia de los dispositivos de protección de convoyes a las posiciones avanzadas,
siendo citado en varias ocasiones como distinguido en los respectivos partes de
operaciones de su unidad, particularmente tras las operaciones de ocupación de Buhafora,
Tafersit y Tizi Aza. Tras varias jornadas de intensos combates, el 31 de mayo combatió
en el barranco de Buhafora, siendo de nuevo citado como distinguido en la relación unida
al parte dado de la operación.
En junio de 1924 había sido excluido del servicio por pérdida total de visión, fijando su
residencia en Teruel y pasando en noviembre del mismo año al Cuerpo de Inválidos, en
el que en 1929 alcanzó los empleos de alférez y teniente. En 1935 alcanzó el empleo de
capitán del referido Cuerpo; en 1945, el de comandante; en 1952, el de teniente coronel,
y en 1960, el de coronel. Llegó a alcanzar el empleo de general de brigada con antigüedad
de 1960, permaneciendo en Teruel como caballero mutilado absoluto.
Condecoraciones:
Gran Cruz de la orden de San Hermenegildo
Varias Cruces de Guerra
Medalla de Sufrimientos por la Patria
329
Medalla de la Vieja Guardia de Falange
Cruz de Combatiente Europeo
Legionario de Honor;
Fuentes:
Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. G-1548. y/o en 1ª, CG2, Caja 470//5 9ª,
2456 / 1960
http://dbe.rah.es/biografias/69923/mariano-garcia-esteban
Imagen Fototeca del Jiloca http://xiloca.org/galeria/details.php?image_id=10060
Observaciones, comentarios:
La ciudad de Teruel dio el nombre de Laureado García Esteban a una de sus calles, que
actualmente se mantiene, y en su lugar de nacimiento, Báguena, localidad aragonesa a
orillas del río Jiloca, le fue dedicada otra con el de García Esteban y, asimismo, le fue
levantado un busto en su Plaza de la Iglesia, que todavía se puede contemplar, en el que
aparece con gafas oscuras, que siempre llevaba puestas, y luciendo en el uniforme la Cruz
Laureada y la Medalla Militar individual.
La Compañía de Carros de la Academia de Infantería de Toledo adoptó para su
designación el nombre de “García Esteban”, como primer militar español que se hizo
acreedor a la Cruz Laureada combatiendo en unidades de carros de combate.
Adscripción: N+1
330
Goded Llopis, Manuel
Fecha de nacimiento: 15 de octubre de 1882 - San Juan de
Puerto Rico (Puerto Rico)
Fecha de defunción: 12 de agosto de 1936 - Montjuic
(Barcelona)
Empleo Julio 1936: General de División
Destino Julio 1936: Comandante Militar Baleares
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
El 28 de abril de 1922 en la toma de las alturas de Fedda Yebel, que con gran valentía
coronó al frente de las tropas de Regulares de Larache al haber caído herido su jefe, el
teniente coronel González Carrasco, consiguiendo imponerse al enemigo cuando la
situación era crítica. Por este hecho, en abril del año siguiente se le concedería la Medalla
Militar.
Carrera militar:
Inició su formación militar en la Academia Militar de Infantería siendo muy joven, con
catorce años. Aunque hizo méritos para progresar rápidamente, cierto es también que la
demanda de oficiales para combatir en las campañas de Cuba y Filipinas facilitó una
rápida promoción en los alumnos de esos años. Así, en 1897, con quince años, ya era
segundo teniente de Infantería, posición desde la que seguiría mejorando hasta
convertirse, después de su paso por la Escuela Superior de Guerra y los períodos de
prácticas, en capitán de Estado Mayor en 1905.
En 1913 logró el ascenso a Comandante, pero antes había conseguido ya varias
distinciones y medallas. A partir de ese año trabajó dentro del organigrama del ministerio
de Guerra, formando parte del Estado Mayor del ministro y colaborando en varias
comisiones de estudio durante la Primera Guerra Mundial. Cuando terminó este conflicto,
Goded estaba a punto de cumplir los 36 años. La carrera de Goded continuó su ascenso y
en 1921 alcanzó el rango de teniente coronel del Estado Mayor, posición que le duraría
poco, al ser ascendido a coronel por méritos de guerra en 1922.
331
A comienzos de 1925 Goded era el jefe del Estado Mayor del general Sanjurjo cuando
éste inició la última de las grandes operaciones que tenían como propósito derrotar en el
frente oriental a las cabilas rebeldes de Abd-el-Krim y sentar las bases para poner fin a
un costoso conflicto que se extendía ya durante de tres lustros. La guerra terminó en el
verano de 1927. Unos meses más tarde, en octubre, recién cumplidos los 45 años, Goded
conseguía el ascenso a general de división por méritos de guerra y, tras la reorganización
de la estructura militar española en Marruecos, pasaba a desempeñar las funciones de
general segundo jefe de las Fuerzas Militares.
Con la proclamación de la Republica en 1931, fue nombrado jefe del Estado Mayor
Central del Ejército. En el verano de 1932 apoyó el golpe de Estado que protagonizó el
general Sanjurjo, sin embargo, Goded no estuvo en el sitio que se esperaba cuando el
golpe tuvo lugar en Madrid y, por tanto, aunque fue detenido, no resultó condenado.
Diego Hidalgo de nuevo ministro de Guerra, contó con él para diversas responsabilidades
y colaboró además en las operaciones para sofocar la huelga revolucionaria de octubre de
1934; y, ya en febrero de 1935, ocupó la jefatura de la Comandancia militar de Baleares.
de la Guerra. Goded se prestó a ayudar a Gil-Robles, que le nombró jefe de la Tercera
Inspección del Ejército y director general de Aeronáutica.
El día 18 de julio, Goded consiguió levantar a la guarnición de Mallorca y poner la isla
bajo su mando mediante la publicación del estado de guerra. En Barcelona, sin embargo,
los acontecimientos se desarrollaron de otro modo, dada la importante resistencia de las
fuerzas de orden público, guardia civil incluida -comandada por el general José
Aranguren Roldán, que no se sublevó-, amén de la decisiva negativa del general Francisco
Llano de la Encomienda, comandante de la IV División, a apoyar la sublevación. En esa
situación, el 19 de julio Goded tomó un hidroavión y ordenó la preparación de un
contingente para embarcar camino de Barcelona, por entonces conocía ya el éxito de la
sublevación en Zaragoza. Goded fracasó en su intento de convencer al general Aranguren
para que se sumara a los sublevados, si bien no dudó en amenazarle con un fusilamiento
inmediato si a la mañana siguiente el movimiento triunfaba. Finalmente, el edificio de
Capitanía General en el que estos se parapetaron apenas resistió unas horas más. Goded
fue detenido por guardias de Asalto y conducido a la sede de la presidencia de la
Generalitat, donde le esperaba Companys y desde la que se radiaron unas palabras suyas
admitiendo la derrota. Fue luego recluido en el buque Uruguay y posteriormente
332
procesado, junto con el general de brigada Álvaro Fernández Burriel, en un Consejo de
guerra que condenó a ambos a muerte. El 12 de agosto se aplicó la sentencia y fue fusilado
en los fosos de Santa Eulalia del Castillo de Montjuic.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/10807/manuel-goded-llopis
Observaciones, comentarios:
Obras: Marruecos: las etapas de la pacificación, Madrid, CIAP, 1932
Adscripción: N+1
333
Gómez Morato, Agustín
Fecha de nacimiento: 11 de diciembre de 1879 - Valencia
Fecha de defunción: 19 de febrero de 1952 - Valencia
Empleo Julio 1936: General de División
Destino Julio 1936: Jefe Fuerzas Marruecos- Tetuán
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
Por los hechos y combates de los días 5 a 8 de julio de 1923A partir del verano de 1923,
(operaciones de repliegue de la línea del Lau y Xauen, cuando Franco y él mandan sendas
columnas en la liberación de la posición de Coba Darsa), en los que en todo momento
inculcó un admirable espíritu a sus tropas y dio pruebas de entusiasmo, valor, dotes de
mando y serena reflexión. Se le concede la Medalla Militar por R.O. de 12 de julio de
1923 (D.O. Número 153 de 13 de julio de 1923).
Carrera militar:
Al finalizar sus estudios militares, inició su andadura profesional en Cuba y Filipinas.
Como teniente y capitán, del batallón de Cazadores de Barbastro n.º 4, donde coincidió
con los que más tarde serían generales de Franco, Saliquet y Moscardó.
En sus empleos de comandante, teniente coronel, coronel y general de brigada, alternó
sus servicios de guerra, en los que obtuvo nuevas recompensas, con destinos en la
Península, hasta alcanzar el empleo de general de división, con el que fue jefe de la 9.ª
división y gobernador militar de Zaragoza, hasta que, instaurada la República, se le
nombra jefe de las Fuerzas Militares de Marruecos. Con el triunfo de las derechas, fue
desposeído de este alto cargo, para reintegrarse a él al acceder al Gobierno el Frente
Popular, tras las elecciones de 1936. El 17 de julio se había producido el levantamiento
en Melilla es detenido en el aeródromo de Tauima, juzgado en Consejo de Guerra
sumarísimo y fue condenado a doce años, que no cumplió.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/76960/agustin-gomez-morato
Adscripción: R+ 1
334
González Carrasco, Manuel
Fecha de nacimiento: 24 de diciembre de 1877 - Sevilla
Fecha de defunción: 10 de octubre de 1958 - Madrid
Empleo Julio 1936: General de División
Destino Julio 1936: Activo - Disponible forzoso Valencia
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
Comandante militar de Alcazarquivir en 1920, participó en todas las campañas africanas,
resultando herido en 1922 —mereció por su valor el ascenso a coronel— y, de nuevo,
gravemente en 1923 —ganó la Medalla Militar individual y fue propuesto para la Cruz
laureada de San Fernando. (D.O. número 19 de 26 de enero de 1923)
Carrera militar:
Alumno de Infantería en 1894, estuvo destinado como oficial de los batallones de
cazadores de Alfonso XII y de Mérida, durante la campaña de Cuba desde 1896 a 1898.
Comandante militar de Utrera en 1899, ascendió a capitán en 1904 y sirvió en varios
cuerpos hasta que en 1909 pasó a la guarnición de Melilla, y allí permaneció ya durante
la mayor parte de su carrera. Comandante en 1912, aprendió el árabe, y en 1914 fue
nombrado profesor de la Academia de Árabe de Alcazarquivir. En 1919, estaba al frente
del Grupo de Regulares de Larache. Comandante militar de Alcazarquivir en 1920,
participó en todas las campañas africanas, resultando herido en 1922 y, de nuevo,
gravemente en 1923. Un año después pasó al Servicio Militar de Aviación con destino en
Bilbao, ascendió al generalato en 1924, y fue gobernador militar de Guadalajara en 1925.
Comandante militar de Melilla en 1927, la pacificación definitiva del Rif le valió la Gran
Cruz de la Orden Militar de María Cristina. General de división y gobernador militar de
Ferrol en enero de 1930, y de Granada al año siguiente, pasó a la primera reserva en
noviembre de 1931 por decisión del Gobierno republicano. Poco después, participó en
agosto de 1932 en la “sanjurjada” monárquica, sin apenas consecuencias. Recurrida dicha
decisión gubernativa, pudo volver al servicio activo por decisión judicial en enero de
1936. Actor de la conspiración militar contra el Frente Popular, dudó en los últimos
momentos y esta indecisión motivó el fracaso del levantamiento en Barcelona. Esta
335
negligencia le costó ser condenado a muerte por los republicanos en 1936, y a ocho años
de prisión por los nacionales en agosto de 1939, por sentencia de Consejo de Guerra de
Oficiales Generales.
Condecoraciones:
Llave de gentilhombre de Cámara de Su Majestad (1922)
Mérito Militar con distintivo rojo (1927)
2 Medallas Militares individuales (1923 y 1936)
Cruz de 1.ª Clase (1910) y otra de 2.ª Clase (1916) de la Orden de María Cristina.
Gran Cruz al Mérito Naval
Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo
7 Cruces con distintivo rojo de 1ª Clase
5 Cruces con distintivo rojo de 2ª Clase
Medalla de Sufrimientos por la Patria
Comendador de la Legión de Honor francesa.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/86299/manuel-gonzalez-carrasco
Adscripción: N-1
336
Goróstegui Robles, Antonio
Fecha de nacimiento: 30 de enero de 1894 – Madrid
Fecha de defunción: 3 de noviembre de1937 - Madrid
Empleo Julio 1936: Coronel Infantería
Destino Julio 1936: Activo- Disponible- Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
Por los méritos contraídos en en el territorio de Melilla, en particular por su
comportamiento en la toma de Tizi- Aza en mayo y junio de 1923. Se le concedió la
Medalla Militar, según D.O. Número 170 de 5 de agosto de 1923.
Carrera militar:
Antonio Goróstegui Robles siguió la carrera militar en Infantería llegando a ser el
arquetipo del soldado africanista de la época. Entre los años 1913 y 1922 pasó por varios
regimientos de Infantería para pasar después al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas.
Entre 1922 y 1936 repartió su tiempo entre Marruecos y Toledo, unas veces peleando con
los regulares y otros con responsabilidades en la Escuela militar Central de Gimnasia.
Al estallar la guerra, Antonio Goróstegui estaba en Villaviciosa de Odón. Pretendió allí
convencer a un general, que también se encontraba en el pueblo y que disponía de
automóvil, para ir a Toledo y unirse a la sublevación. Pero el general vaciló y deja pasar
los días. El día 3 de noviembre Antonio Goróstegui fue detenido en su casa de Madrid y
es conducido a la cárcel Nueva de Hombres (cárcel de Ventas). Hasta esa fecha no se
había presentado en su cuartel pese a las órdenes que se habían hecho públicas en ese
sentido. En la madrugada del día 3 de noviembre fue fusilado en el cementerio de
Aravaca. Fue de los primeros en ser fusilado dada su condición de militar experimentado.
Condecoraciones:
Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo
Fuentes:
Galería Militar Contemporánea, Tomo VII, Quinta Parte. Servicio Histórico Militar,
1980
Adscripción: N-1
337
Gutiérrez Maturana Matheu, Carlos
Fecha de nacimiento: Nacido en 1892 - San Ildefonso de la
Granja. Segovia.
Fecha de defunción: el 19 de julio 1936 - Madrid
Empleo Julio 1936: Comandante Caballería
Destino Julio 1936: Retirado - Se une a la sublevación en Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
Se le concedió la Medalla Militar, según D.O. Número 211 de 23 de septiembre de 1923.
Carrera militar:
En 1923 era Capitán; en 1936 era Comandante. Falleció el 19-7-1936, en Madrid, en
defensa del Cuartel de la Montaña en el bando sublevado.
Adscripción: N+2
338
Moreno Abella, Luis
Fecha de nacimiento: 25 de abril de 1890 - Madrid
Fecha de defunción: 3 de julio de 1940
Empleo Julio 1936: Comandante Infantería (piloto aviador)
Destino Julio 1936: Oficina Mando Aviación - Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
Operaciones en la zona de Rs-Tikerin. El 23 de julio de 1923, el general Ardanaz,
Comandante General de Melilla, impuso las primeras Medallas Militares que se
concedieron a aviadores. Se las impuso a los capitanes Luis Moreno Abella, José Carrillo
Durán, Rafael Lorente Sola, Apolinar Sáenz de Buruaga y Polanco, y Mariano Barberán
y Tros de Ilardu. (D.O. número 125 de 9 de junio de 1923)
Carrera militar:
En 1904, con catorce años de edad, se preparó para el ingreso en el Ejército y el 31 de
agosto de 1905 ingresó como alumno en la Academia de Infantería de Toledo. Prestó
juramento a la bandera y permaneció tres años, hasta el 1908, realizando los estudios
correspondientes. En julio de 1908, terminó el período académico y fue promovido a 2.º
teniente de Infantería por promoción.
El 22 de julio fue destinado al Regimiento de Infantería de Sicilia n.º 7 y, sin incorporarse,
fue destinado al Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey n.º 1 de Madrid, al Grupo
de Ametralladoras, en el cantón de Leganés. Asistió a las maniobras militares de la
Primera Región y desfiló con la guarnición ante el Ministro de la Guerra. Posteriormente
asistió a las prácticas de tiro y así finalizó el año 1908. En agosto de 1909 fue movilizado
y enviado a Melilla, donde comenzó su primera campaña de Marruecos, que duró hasta
el 24 de septiembre de 1910.
El 13 de julio de 1910 fue ascendido a teniente de Infantería, en propuesta extraordinaria
de ascensos. Desde su regreso a Madrid en septiembre de 1910 se encontraba en la
plantilla de reemplazo de la Primera Región y afecto al Regimiento de Infantería del Rey
n.º 1. Fue nombrado ayudante del infante Alfonso de Orleans y en esta situación
permaneció hasta final de mayo de 1914.
339
Por necesidades del servicio, pasó en 1914 a excedente de la plantilla de la Primera
Región y continuó en la misma situación como ayudante del infante de Orleans y en
comisión de servicio en el Servicio de Aeronáutica Militar, hasta fínales de enero de 1920.
Por Real Orden de 7 de enero de 1910 le fue concedida la Cruz de 1.ª Clase del Mérito
Militar con distintivo rojo por su comportamiento en la campaña de Marruecos. En el
mismo año recibió la Medalla Conmemorativa de la Campaña de Melilla.
A finales de 1910 fue destinado en comisión a Alemania al Regimiento de Magdeburgo
n.º 66, para enseñar la instrucción a los reclutas alemanes, y allí permaneció hasta
septiembre de 1911, recibiendo una felicitación del Ejército Alemán por su
profesionalidad. En abril de 1912 se desplazó a Tokio (Japón) formando parte de la
Comisión presidida por el infante de Orleans para asistir a los funerales del Emperador.
El viaje le llevó dos meses y adquirió cierta experiencia en los asuntos asiáticos.
En enero de 1913 comenzó las prácticas de pilotaje de aeroplanos en el aeródromo de
Cuatro Vientos, siendo declarado piloto militar de 2.ª categoría el 15 de abril,
comenzando así una brillante carrera de aviador. Volvió a la Escuela de Aviación, para
continuar las prácticas de vuelo. Se desplazó por motivos profesionales a Algeciras y
volvió a Madrid. En agosto de 1913, fue nombrado componente de la Primera Escuadrilla
Expedicionaria que, al mando del capitán Kindelán, se desplazó a Marruecos,
estableciendo su base en Tetuán, primer aeródromo militar español en el extranjero.
Realizó numerosos vuelos de guerra, teniendo también como base el aeródromo de Arcila.
En febrero de 1914 fue declarado piloto militar de primera categoría. El 11 de febrero
embarcó con destino a la Península, incorporándose al aeródromo de Cuatro Vientos. En
abril se desplazó a Rumanía como ayudante del infante de Orleans para la entrega de un
uniforme de coronel honorario español al rey Carlos I de Rumanía. Posteriormente le
concedieron la Orden de la Corona de Rumanía.
Por Real Orden de abril de 1914 le concedieron la Cruz de 1.ª Clase del Mérito Militar
con distintivo rojo pensionada, por su segunda campaña en Marruecos en el Servicio de
Aviación. En 1914 obtuvo el título de observador de aeroplano, y en octubre de ese año
le concedieron la Cruz de 1.ª Clase del Mérito Naval, por los servicios prestados a la
Marina en la campaña de Marruecos. Realizó numerosos vuelos en ese año: setenta y siete
como piloto y siete como observador.
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Por su habilidad y experiencia como piloto fue nombrado profesor de vuelo de la Escuela
de Pilotos de Cuatro Vientos. El 4 de enero de 1915 ascendió a capitán por antigüedad.
En 1916 se desplazó a Alemania en Comisión de Servicio para estudiar el papel de la
Aviación en la guerra. Allí permaneció tres meses. Al regresar, realizó numerosos vuelos,
entre ellos, uno en escuadrilla a Cartagena y otros individuales a Barcelona y Tarragona.
En el mismo, el 15 de enero, batió la marca de altitud con un aeroplano Farman-Dión-
Bouton, sobre el aeródromo de Cuatro Vientos.
Durante los meses de julio a septiembre de 1918 realizó viajes por el territorio nacional
para elegir emplazamientos de bases aéreas. En septiembre se desplazó al extranjero para
la adquisición de material aéreo para el servicio de Aviación.
En 1920 se desplazó por vía aérea a Tetuán, para comenzar su tercera ronda de
operaciones en Marruecos, que sólo duró unos meses, volviendo en julio para su cuarta
campaña. En octubre volvió a la Península y se incorporó a Cuatro Vientos en el mismo
destino como profesor de vuelo. En 1921 volvió a incorporarse a Marruecos para efectuar
la quinta campaña, que comprendió desde finales de 1921 hasta abril de 1922. Realizó
numerosos vuelos de observación, ataque y bombardeo y fue nombrado por dos veces
“distinguido” en las órdenes de campaña.
De 1920 a 1922, permaneció en el Servicio de Aeronáutica Militar, actuando como
profesor de vuelo, asistiendo a cursos de tiro y bombardeo y realizando más de ciento
quince vuelos, hasta final de agosto de 1922, sin olvidar las campañas de Marruecos.
El 31 de enero de 1922 fue propuesto para el ascenso a comandante de Infantería por
méritos de guerra y ese mismo año realizó su sexta campaña en Marruecos desde abril
hasta agosto. Nuevamente se le nombró “distinguido” en las operaciones aéreas contra el
enemigo, resaltándose “sus excelentes dotes de mando, su entusiasta actividad y destreza
como piloto, sus grandes condiciones como observador contribuyendo con las
intervenciones de su avión en las operaciones y facilitando al Alto Mando y a los pilotos
sus observaciones...”, según consta en su expediente personal.
En 1923 se le destinó de jefe del 4.º Grupo de Aviación a Melilla y posteriormente a jefe
del Grupo de Escuadrillas de Cuatro Vientos. Se le designó para asistir al Curso Especial
de Aeronáutica, necesario para el ascenso a comandante, que se celebró en Versalles.
En 1924 fue nombrado miembro de la Orden de la Corona de Italia concedida por Su
Majestad el rey Víctor Manuel. El rey de España le nombró gentilhombre de cámara.
341
Ascendió a comandante por méritos de guerra el 12 de noviembre de 1924.
En 1928 continuaba en la misma situación y realizó vuelos a varias poblaciones e
inspeccionó el recorrido de la línea aérea de Madrid a Lisboa. Se le concedió la Cruz de
la Real y Militar Orden de San Hermenegildo en 1929. En 1931, como consecuencia de
la reorganización de la aviación, provocada por la sublevación de Cuatro Vientos del 15
de diciembre de 1930, fue destinado al Primer Batallón de Aviación, prestando sus
servicios como piloto y jefe del Primer Batallón hasta pasar a disponible en la Primera
Región el 17 de abril.
Al implantarse la República el 14 de abril tuvo que jurar su acatamiento a la misma y
continuó disponible durante los años 1932 y 1933. El día 3 de enero de 1934 se le nombró
jefe del Servicio de Material del Servicio de Aeronáutica. El 18 de julio pasó a la situación
“Al servicio de otros Ministerios” por petición propia. En 1935 continuaba en la misma
situación y ascendió a teniente coronel con antigüedad del 10 de diciembre de 1934. Por
orden de 30 de enero fue destinado como jefe a la Oficina de Mando de la Jefatura de
Aviación y posteriormente jefe interino del Mando de la 3.ª Escuadra. La Dirección
General de Aeronáutica pasó a depender del Ministerio de la Guerra, y se le confirió el
Mando de la Escuadra n.º 3 del Arma de Aviación.
En 1936 pasó a ocupar el cargo de jefe de la Oficina de Mando de la Jefatura de Aviación
y el 3 de marzo pasó destinado a la 1.ª Inspección General del Ejército. En julio de 1936
fue detenido y confinado en su domicilio de Madrid al estallar la Guerra Civil. El 3 de
agosto le trasladaron a la Cárcel Modelo de Madrid hasta que el 30 de septiembre de 1937
fue canjeado como prisionero pasando a la denominada zona nacional. El 22 de octubre,
pasado el período de información por haber estado en la zona republicana, fue destinado
como jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire con sede en Salamanca. El 8 de
noviembre de 1937 fue ascendido a coronel y en 1938 participó en numerosas operaciones
aéreas de guerra, volando treinta y cinco horas, compatibilizadas con su destino. El 8 de
septiembre de 1938 fue nombrado inspector general de Aeronáutica y se le concedió la
Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y la Orden del Águila Alemana.
Asistió en 1940 al curso de aptitud para el ascenso a general y fue nombrado representante
del Ejército del Aire en el Consejo Superior del Ejército. El 21 de junio ascendió a general
de brigada, figurando en la escalilla del Arma de Aviación. Continuó en la misma
situación hasta su fallecimiento el 3 de julio de 1940.
342
Condecoraciones:
4 Cruces de 1ª Clase del Mérito Militar con distintivo rojo.
Medalla Conmemorativa de la Campaña de Melilla.
Orden de la Corona de Rumanía.
Cruz de 1.ª Clase del Mérito Naval
Medalla de Plata de la Jura de Su Majestad el rey
Cruz de la Orden del Sol Naciente
Caballero de la Legión de Honor (Francia)
Orden de la Corona de Italia concedida por Su Majestad el rey Víctor Manuel.
Gentilhombre de cámara del rey de España.
Comendador de la Orden Militar de Asís (Portugal)
Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo
Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo
Orden del Águila Alemana
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/45516/luis-moreno-abella
Observaciones, comentarios:
Marqués de Borja (II)
Adscripción: N+2
343
Nuñez de Prado y Susbielas, Miguel
Fecha de nacimiento: 30 de marzo de 1822 - 82 - Montilla
(Córdoba)
Fecha de defunción: de julio de 1936 - Pamplona (Navarra)
Empleo Julio 1936: General División
Destino Julio 1936: Activo - Director General de Aeronáutica
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
El comandante Núñez de Prado, al frente de su columna de Regulares, tenía la misión de
llegar hasta Igueriben protegiendo un convoy de aprovisionamiento, lo que intentó
denodadamente sin éxito, hasta que recibió un balazo en el brazo izquierdo que le dejó
fuera de combate, siendo trasladado urgentemente al hospital militar de Melilla. A la caída
de Igueriben y Annual, que sucumbieron los días 21 y 22 de julio, siguió la de Monte
Arruit y el derrumbamiento de la Comandancia de Melilla, con enormes pérdidas
materiales y un espantoso número de bajas. Repuesto de sus heridas, el teniente coronel
Núñez de Prado se reintegró a su destino en Regulares en un momento de gran actividad,
con la agradable pausa que se produjo el día 12 de enero de 1923, cuando le fue impuesta
la Medalla Militar (junto al comandante F. Franco y al sargento Rancaño) en un
protocolario acto celebrado en Dar Drius. (D.O. número 19 de 26 de enero de 1923)
Carrera militar:
En el año 1897, viajó a Puerto Rico, donde se encontraba destinado su padre, siendo
filiado allí como obrero voluntario del Cuerpo de Ingenieros. Un primer destino que le
permitiría hacer méritos y le abriría una buena vía de entrada en el Ejército. El día 12 de
mayo de 1898 intervino en su primera acción de guerra soportando, en el puesto que le
fue asignado, el bombardeo que tuvo lugar contra Puerto Rico, regresando poco después
a España para ingresar en la Academia de Caballería.
Pasados cuatro años de estancia en la Academia, fue promovido al empleo de teniente y,
tras una serie de destinos en Alcalá de Henares, León y Madrid. Destinado, al año
siguiente, al Escuadrón Real del Cuerpo de Alabarderos, donde no permanecería mucho
tiempo.
344
Destinado a la plantilla del Grupo de Escuadrones de Melilla, se incorporó en el mes de
marzo de 1910, prestando los servicios de su clase en guarnición. Durante el año 1911, el
teniente Núñez de Prado dio la medida de su valía en las operaciones de campaña que se
desarrollaron, interviniendo en numerosos combates siempre en extrema vanguardia hasta
que, finalizando el año, pidió el traslado al Grupo de Regulares, de reciente creación. En
este destino recibió su primera herida de guerra, que le mantendría de baja varios meses,
tiempo de inactividad en el que se interesó por la aviación, un nuevo y atractivo servicio
que había sido creado el mismo año que el Cuerpo de Regulares.
El capitán Núñez de Prado, que reunía sobradamente las condiciones exigidas para
acceder al curso de pilotos —“una buena condición física, no haber cumplido los treinta
años de edad y haber tenido ocasión de acreditar valor sereno y dominio de sí mismo”—
, se presentó voluntario obteniendo plaza para asistir a las prácticas previas de aviación
en Guadalajara, formando parte de la que sería cuarta promoción en el año 1913. Realizó
ascensiones en Guadalajara y Cuatro Vientos, siendo declarado apto para ser llamado a
la Escuela de Pilotos, cuando la capacidad de la misma lo permitiera, pero no constan, en
su Hoja de Servicios, las razones por las que no continuó en aviación. En el mes de junio
de aquel mismo año se reincorporó a su anterior destino en las Fuerzas Regulares
Indígenas de Melilla.
Con motivo del ascenso a general de su progenitor, se desempeñó como ayudante de su
padre hasta el año 1919, volviendo a África para mandar el Grupo de Fuerzas Regulares
Indígenas n.º 2. De regreso a la Península, asistió a un curso de aviación. En el Anuario
Militar de España del año 1924, el coronel Núñez de Prado figuró como afecto al 1.er
Regimiento de Aviación a las órdenes del general en jefe del Ejército de España en África.
En el mes de enero de 1925, la Comisión Municipal Permanente de Montilla acordó que
el nombre de la calle Fuente Álamo cambiara a calle del Coronel Núñez de Prado,
distinción que se sumaba a la de Hijo Predilecto que le había sido otorgada poco antes.
Finalizando el año 1925, fue nombrado gobernador general de los territorios españoles en
el golfo de Guinea,
Finalizando el mes de septiembre de 1930, viajó a la Península con motivo de su ascenso
a general de división, encontrándose en Madrid a mediados del mes de diciembre cuando
se produjeron los intentos de sublevación en Jaca y Cuatro Vientos. En el mes de enero
de 1931 regresó a Santa Isabel.
345
Durante el Gobierno de la República desempeñó los cargos de gobernador militar de
Baleares (1932- 1934), jefe de la II División con residencia en Sevilla (1934), jefe de la
2.ª Inspección General del Ejército (1935) hasta que, el día 12 de enero de 1936, fue
nombrado director general de Aeronáutica, sustituyendo al general Manuel Goded.
El día 17 de julio, cuando se inició la sublevación con el asalto a la base de hidros de
Melilla (Atalayón), Núñez de Prado tuvo conocimiento de ello a través de Hidalgo de
Cisneros, que se encontraba en el cuarto de ayudantes del Ministro de la Guerra y
Presidente del Consejo, Santiago Casares Quiroga. Apreciando la gravedad de lo que
estaba ocurriendo, Núñez de Prado tomó las medidas que le parecieron más urgentes y
necesarias, telefoneando a los jefes de las bases y cursando instrucciones, en ese momento
muy generales. A media mañana del día 18, el ministro habló por teléfono con el jefe de
la 5.ª División, general Cabanellas, pidiéndole que viajara de inmediato a Madrid para
informarle de la situación en Zaragoza. El gobierno nombró de urgencia a Núñez de Prado
jefe de la 2.ª Inspección General del Ejército, poniéndose éste en camino por vía aérea en
un avión militar DH- 89 Dragón Rapide (idéntico al que utilizó el general Franco para
volar de Canarias a Tetuán).
Confiscado el avión a su llegada a Zaragoza, Núñez de Prado y sus acompañantes fueron
capturados. Conducido a Capitanía General, el general Núñez de Prado quedó retenido
hasta el día 21 y posteriormente trasladado a Pamplona. Fue fusilado por orden del
General Mola el 27 de julio de 1936.
Condecoraciones:
Cruz de María Cristina (1914)
Gran Cruz del Mérito Naval (1928)
Gran Cruz del Mérito Civil (1928)
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/8503/miguel-nunez-de-prado-y-susbielas
Adscripción: R+1
346
Ortiz Muñoz, Juan
Fecha de nacimiento: 2 de febrero de 1894 - Barcelona
Fecha de defunción: 24 de diciembre de 1974 - Cartagena
(Murcia)
Empleo Julio 1936: Comandante Infantería (piloto aviador)
Destino Julio 1936: Activo- Aeródromo Los Alcázares-
Murcia
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
Realizó una brillante campaña aérea en Marruecos durante los años 1922 y 1923,
resultando herido en accidente con el Bristol n.º. 32 el 30 de abril de ese año de 1923,
efectuando a diario multitud de servicios de reconocimiento, ataque y bombardeo. El 17
de mayo de 1923, por orden general del comandante general de Melilla, se le concedió la
Medalla Militar individual que le fue confirmada el 7 de junio siguiente. (D.O. número
125 de 9 de junio de 1923).
Carrera militar:
Ingresó en 1911 en la Academia de Infantería, saliendo de ella en 1914, destinado al
Regimiento de Infantería La Albuera n.º. 26. En 1915 se encontraba en Ceuta en el Grupo
de Fuerzas Regulares Indígenas de aquella ciudad. Durante los años siguientes, alternó su
destino en los Regimientos de Guadalajara n.º. 20 y de nuevo en el de La Albuera. Al
ascender a capitán por antigüedad, en mayo de 1921, pasó destinado al Regimiento Jaén
n.º. 72.
El 12 de febrero de 1920 había comenzado su curso de piloto en Los Alcázares, pasando
en junio del año siguiente a la Escuadrilla De Havilland en la Escuela de Alcalá de
Henares y algo más tarde a Getafe para formar la 1.ª Escuadrilla de Bristol. Estaba desde
entonces adscrito al Servicio de Aviación Militar y en 1922 fue destinado al 2.º Grupo de
Escuadrillas de Marruecos estacionado en Melilla. Poco más tarde, era nombrado jefe de
la Escuadrilla de Caza Martin- Syde, cargo que simultaneaba con el de jefe técnico de la
Escuadrilla de Bristol. A primeros de septiembre, pasó al Curso de Jefes de Grupo y de
Escuadrilla, recibió la Medalla de Sufrimientos por la Patria y se le confirmó la Medalla
347
Militar concedida por su actuación durante el 5.º período de operaciones en Marruecos.
En 1925, efectuó el Curso de Hidroaviones en Barcelona volando a continuación hidros
tanto en Melilla como en el desembarco de Alhucemas, y pasó al final de ese año a Los
Alcázares como profesor.
Resultó herido grave en accidente el 21 de junio de 1926 en Cuatro Vientos. El 10 de
agosto del mismo año ascendió a comandante de Infantería por Méritos de Guerra con
antigüedad de la fecha de concesión: 1 de octubre del año anterior. En 1931 se encontraba
destinado en la Escuadra de Aviación n.º. 1, y durante el año 1933 pasó de nuevo a
desempeñar un puesto en el Ejército de Tierra en la Inspección General del Ejército, hasta
finales del 1933. En 1934 volvió otra vez a Aviación en los Servicios de Instrucción y
Material de la Aviación Militar y poco después en la Escuadra Aérea n.º. 1 como segundo
jefe, hasta finales de octubre del año siguiente. Pasó a la situación de disponible a finales
de 1935 y en ella, como disponible forzoso, se encontró hasta finales de enero de 1936.
El 5 de marzo de 1936 estuvo destinado como jefe de la Escuela de Tiro y Bombardeo,
en Los Alcázares de nuevo.
El 18 de julio de 1936 tomó partido defendiendo la legalidad republicana de forma muy
activa, ya que encabezó de madrugada la marcha de tropa y paisanos a sus órdenes desde
Los Alcázares a San Javier, tomando por sorpresa a los oficiales y guarnición de esta
base, haciendo prisioneros a numerosos oficiales de la Aeronáutica Naval, marinos y
aviadores. Este grupo de oficiales fue trasladado al buque España n.º. 3 en Cartagena y la
mayoría fueron ejecutados en noviembre del mismo año. Algo después fue ascendido a
teniente coronel de Infantería con fecha del 19 de julio de 1936. Pocas semanas más tarde,
participó también de forma destacada en las acciones para sofocar la resistencia de un
grupo de guardias civiles en Torrevieja.
En noviembre de ese mismo año, marchó a París para tomar parte en la adquisición de
material de guerra aeronáutico y allí estuvo hasta enero de 1937. Al volver de esa
comisión tenía que ser recibido por el ministro de Marina y Aire, Indalecio Prieto, en
Valencia, cuando, por diferencias de criterio, promovió un importante disturbio en el ante-
despacho del ministro, cuando se encontraba esperando para ser recibido por éste. Parece
ser que arrojó el retrato del político socialista por una ventana. A continuación, huyó a
Francia, pasando a la Situación B en Infantería el 18 de febrero de 1937, aunque no consta
como baja en el Ejército de la República en ningún momento.
348
En el Consejo de Guerra Sumarísimo en el que fue juzgado el 7 de julio de 1942, se le
acusó de “izquierdista y masón con el grado 3.º de la Logia Concordia de Madrid”,
aplicándosele condena a muerte por “sublevación y auxilio a la rebelión. Se le conmutó
la pena de muerte por la de prisión de treinta años el 25 de noviembre de ese mismo año.
Permaneció en la zona de Murcia y Levante en prisiones. En 1945 se encontraba en la
prisión de Cieza para penados de procedencia militar cuando firmó una de las diversas
peticiones de indulto parcial. En enero de 1956, el Servicio Histórico Militar le solicitó
una fotografía para que figurara en su historial de concesión de la Medalla Militar
individual en Marruecos, anotada en la colección Galería Militar Contemporánea, tomo
II. El 22 de abril de 1967 fue ingresado en el Hospital Provincial de Alicante, para ser
atendido de viejas dolencias producidas por sus heridas de la Guerra de Marruecos y en
agosto de 1969 se atendió una nueva petición de ingreso. Finalmente, Ortiz falleció el día
24 de diciembre de ese mismo año en un asilo de Cartagena.
Condecoraciones:
Medalla de Sufrimientos por la Patria
Medalla Militar colectiva
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/45519/juan-ortiz-munoz
Observaciones, comentarios:
Expulsado de Ejécito republicano - Juzgado en rebeldía por nacionales -Pérdida de carrera
Adscripción: R+2
349
Rodríguez Almeida, Pedro
Fecha nacimiento: 20 de noviembre de 1878
Fecha de defunción: 1945
Empleo Julio 1936: Comandante
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
Entre el 16 y el 22 de agosto de 1923 en Tifaruín por haber participado en los hechos de
armas.
Tifaruin era una posición guarnecida por la segunda compañía del batallón de Isabel II.
por una sección de Artillería del regimiento de Gerona, una sección de Ingenieros de
Melilla y 17 soldados de la Policía indígena. Mandaba estas fuerzas, muy modestas en
número, el capitán de Infantería don Pedro Rodríguez Almeida.
Los cabileños rebeldes sitiaban Tifaruín con unos 9.000 hombres. La defensa era
problema de vida o muerte. Pero los recursos se iban agotando rápidamente, y cuando el
mando reiteró la orden de resistir a toda costa porque llegarían socorros, que llegaron en
día 22 produciendo entre los sitiados 600 bajas.
R.O de 8 de febrero de 1928 (D.O. 23 de 10 de febrero de 1928)
Carrera militar:
Inicia sus estudios en la Academia de Infantería, entre los años 1898 y 1900; en aquel
momento no existía Academia General.
En agosto de 1921, tras Annual, fue enviado a Melilla y su paso por África significó
alguna escaramuza, en la que resultó herido menos grave. Abandonó el servicio en 1931
con el grado de Comandante. Durante la Guerra Civil se había reincorporado al servicio
del ejército nacional, estando al mando de varias unidades de milicias nacionales en
Valladolid. Finalmente, se anota su fallecimiento en 1945, el 10 de octubre, como
Coronel, de nuevo en situación de retiro.
Comentarios:
El Ayuntamiento de Villar de Ciervo decidió nombrarle hijo predilecto, poner su nombre
a la calle donde se encontraba su casa solariega y colocar una lápida conmemorativa en
350
su fachada: «Al capitán D. Pedro Rodríguez Almeida, héroe de Tifaruín, le dedica este
homenaje su pueblo natal Villar de Ciervo, 26 de octubre de 1923».
Fuentes:
RODRÍGUEZ DE ALMEIDA, J, “Pedro Rodríguez Almeida en Tifaruín. Orientalismo:
a ras de tierra, el Blocao”, Salamanca: revista de estudios, ISSN 0212-7105, Nº. 63,
(2019), págs. 177-198
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1923/09/18/020.htm
Adscripción: N+2
351
Parra Mateo, Santiago
Fecha nacimiento: 1 de mayo de 1894
Fecha de defunción: noviembre de 1936
Empleo Julio 1936: Capitán de Intendencia
Destino Julio 1936: Alumno de la Escuela Central de Tiro,
Madrid
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1923)
Hechos que motivaron la concesión:
Como recompensa a sus excepcionales méritos y comportamiento en distintos servicios
y operaciones de campaña realizados en Tafersit y Tizi-Aza.
Se le concede la Medalla Militar el 21-9-1923 (D.O. 211 de 23 de septiembre de 1923)
Carrera militar:
Ingresa como alumno de la Academia de Intendencia Militar en febrero de 1911.
Asciende a Teniente en junio de 1916 y a Capitán en 1920.
Otras condecoraciones:
Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo (1919)
Comentarios:
Detenido y posteriormente asesinado junto con otros dieciséis alumnos de la Escuela
Central de Tiro, según esquela publicada en 1939 en ABC de Madrid.
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1939/09/07/023.html
Fuentes:
Hoja de Servicios en AGM Segovia, 1-P-568
Imagen: Museo del Ejército- Ministerio de Defensa
Adscripción: N-1
352
Sáenz de Buruaga y Polanco, Apolinar
Fecha de nacimiento: 9 de junio de 1890 - Puerto Príncipe,
Camagüey (Cuba).
Fecha de defunción: 26 de agosto de 1963 – La Coruña.
Empleo Julio 1936: Teniente Coronel Infantería (piloto
aviador)
Destino Julio 1936: Activo - Oficina Mando Aviación -
Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
El 17 de mayo, el general Vives concedió la Medalla Militar individual a tres aviadores
de Melilla: Luis Moreno Abella, Apolinar Sáenz de Buruaga y Mariano Barberán.
Recibió la Medalla Militar individual, concedida por el comandante general de Melilla en
Orden de la Comandancia General de Melilla de 17 de mayo de 1923 y confirmada por
Real Orden Circular de 7 de junio del mismo año y Real Orden de 1 de septiembre de
1927.
Carrera militar:
Hijo de Apolinar Sáenz de Buruaga Mateos, que llegaría a general de brigada de Estado
Mayor, y de Concepción Polanco Mateos, optó por la carrera de las armas, ingresando en
la Academia de Infantería de Toledo en julio de 1907. En el mismo mes de 1910, fue
promovido a segundo teniente, siendo destinado al Regimiento de Infantería de León n.º
38 en Madrid.
Ascendido a primer teniente en julio de 1912, continuó en el Regimiento de León. El 1
de abril de 1913 marchó a Guadalajara para realizar prácticas de Aviación allí y en el
aeródromo de Cuatro Vientos, volviendo a su destino el 2 de mayo. Aunque fue llamado
en agosto para asistir a un curso de pilotos de aeroplano, hubo de interrumpir su
instrucción a los pocos días por tener que marchar a África con su batallón. En la zona de
Tetuán, Sáenz de Buruaga participó por primera vez en una operación real frente al
enemigo (alturas de Beni Ider, 17 de diciembre). El 28 de mayo de 1914 se incorporó al
aeródromo de Tetuán, quedando “de servicio de explorador” en la escuadrilla allí basada
desde fines del año anterior.
353
En enero de 1915 pasó a Cuatro Vientos, donde obtuvo el título de piloto de primera
categoría el 30 de abril, quedando en la situación B del Servicio de Aeronáutica (es decir,
afecto al mismo para movilización y maniobras) y volviendo a su regimiento en Tetuán.
Una vez más fue llamado al Servicio de Aeronáutica, sirviendo en el aeródromo de Tetuán
desde el 20 de agosto hasta final de septiembre.
Quedó de nuevo en situación B de Aeronáutica desde el 1 de octubre de 1915, fecha en
que se incorporó a un nuevo destino: el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla
n.º 1 (en Tetuán). Cuatro días después de su incorporación, tomó parte en la operación
realizada para la ocupación de Dar Malalien.
Destinado por orden del general Echagüe, nuevo director del servicio, al aeródromo de
Tetuán, Sáenz de Buruaga dejó Alcalá y, el 14 de agosto, salió en vuelo de Cuatro
Vientos, como observador, en el primer bimotor de bombardeo Farman F.50 enviado a
Marruecos. Sáenz de Buruaga se hizo con los mandos del F.50, con el que realizó sus
primeras misiones de guerra en el mismo mes de agosto, en apoyo de las operaciones que
culminaron con la ocupación del Fondak de Ain Yedida en octubre. Este mismo mes
recogió en Cuatro Vientos otro F.50 que llevó en vuelo a Tetuán.
En febrero de 1920, Sáenz de Buruaga fue nombrado jefe de la Escuadrilla. Berenguer
continuó sistemáticamente sus operaciones de ocupación y pacificación de las cabilas. En
junio se tomó Ben Karrix y en octubre la ciudad santa de Xauen. Pero los medios de las
escuadrillas de Tetuán y Larache eran reducidísimos.
El capitán Sáenz de Buruaga dejó Melilla el 24 de enero de 1922, cuando las misiones de
bombardeo y reconocimiento se sucedieron y el 17 de agosto, dieciséis aviones de Melilla
atacaron la cabila de Alhucemas, siguiendo vuelo a Tetuán. Como observador de Sáenz
de Buruaga voló el coronel Soriano, jefe de las Fuerzas Armadas de Marruecos. El 28 de
octubre, el Ejército tomó Tizzi Assa, posición inadecuada para estabilizar el frente
precisamente cuando el Gobierno decidió interrumpir el avance hacia el corazón de la
insurgencia. Los servicios de Aviación siguieron, no obstante, el resto del año.
En octubre de 1924 se incorporó al primer Curso de Mandos que se hizo en Aviación
Militar (hasta entonces, los jefes de grupo y escuadrilla se formaban sólo en la dura
experiencia de África). En julio de 1926, al crearse la Escala Inicial del Servicio de
Aviación, fue clasificado en la categoría de jefe de grupo. Las Bases Aéreas pasaron a ser
Escuadras.
354
Como consecuencia de la sublevación republicana que tuvo lugar en Cuatro Vientos en
diciembre de 1930, Aviación Militar recibió una reorganización “de castigo” en enero de
1931, afectando a todas las unidades, aunque no hubieran participado en la sublevación,
y pasando las Escuadras a ser llamadas Batallones. La de León se convirtió en 3.er
Batallón de Aviación, cuyo mando se dio al teniente coronel Aymat, antiguo jefe de Sáenz
de Buruaga en Tetuán. Éste fue nombrado jefe del 1.er Grupo (antes Grupo n.º 23).
Al proclamarse en abril la Segunda República, Sáenz de Buruaga fue puesto al mando del
3.er Batallón, que unos días después era otra vez rebautizado, ahora como Escuadra n.º 3
de Aviación. En este destino continuó hasta que por Orden Circular del 21 de noviembre
cesó en la Escuadra n.º 3 y fue nombrado jefe de la Escuadra n.º 1 (Getafe), de la que se
hizo cargo el 9 de diciembre. En febrero de 1933 fue nombrado jefe de las Tropas de los
Servicios de Material e Instrucción y jefe del Servicio de Instrucción, haciéndose cargo
de estos destinos el 4 de marzo en Cuatro Vientos. El 1 de octubre de 1934, Sáenz de
Buruaga fue nombrado jefe de Aviación, haciéndose cargo del Arma precisamente en las
difíciles circunstancias de la Revolución de Asturias. En enero de 1935 fue ascendido a
teniente coronel, con antigüedad de 10 de diciembre de 1934. En noviembre de 1935 cesó
como jefe de Aviación y fue destinado otra vez a mandar la Escuadra n.º 1, si bien por
breve tiempo, porque en febrero de 1936, como consecuencia de los cambios introducidos
por el Frente Popular, pasó a desempeñar el cargo de jefe de Material.
El 14 de julio de 1936, el teniente coronel Sáenz de Buruaga marchó de Madrid para
disfrutar el permiso de verano en Galicia. Iniciada la Guerra Civil, se incorporó al “bando
nacional” en León el día 20. Nombrado jefe de las Fuerzas Aéreas del Norte, permaneció
en dicho cargo hasta fin de septiembre, en cuya fecha fue nombrado jefe del Estado Mayor
del Aire. La incorporación a este destino, en Salamanca, la realizó el 1 de octubre. Este
mismo día fue habilitado para desempeñar el empleo de coronel.
En 1937, se encargó desde el principio de la organización de la Primera Brigada Aérea,
sin dejar el cometido de jefe de Estado Mayor. El 22 de octubre, por orden del jefe del
Aire, general Kindelán, cesó como jefe de Estado Mayor y pasó a mandar dicha brigada,
que era el grueso (no el total) del contingente hispano de la Aviación de los “Nacionales”
(en paralelo con la Legión Cóndor alemana y la Aviazione Legionaria italiana). Al
establecerse en febrero de 1940 las Escalas de Aire y Tierra del Arma de Aviación, figuró
en la del Aire con el n.º 2, a continuación de Joaquín González Gallarza, con el empleo
355
de coronel. Al mismo tiempo desempeñando cargos civiles como vicepresidente del
Patronato del INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeronáutica) y en 1945 consejero de
Estado. En junio de 1950 cesó como subsecretario, pasando a mandar la Región Aérea de
Levante. En febrero de 1953, dejó este destino para desempeñar el de jefe de la Región
Aérea Central, cargo que ocupó hasta fin de junio de 1956, en cuya fecha pasó al “Grupo
B” por haber cumplido la edad reglamentaria.
Condecoraciones:
Diez Cruces del Mérito Militar con distintivo rojo
Cruz, Placa y Gran Cruz de San Hermenegildo
Gran Cruz de Isabel la Católica
Gran Cruz del Mérito Naval
Gran Cruz del Mérito Militar
Gran Cruz del Mérito Aeronáutico con distintivo blanco.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/26563/apolinar-saenz-de-buruaga-polanco
Adscripción: N+2
356
Simarro Puig, Luis
Fecha de nacimiento: 21de junio de 1898
Fecha de defunción: 1938- Frente de Teruel
Empleo Julio 1936: Capitán Ingenieros
Destino Julio 1936: Activo- Jefe Tropas y Servicios- Baleares-
Palma Mallorca
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
Se le concedió la Medalla Militar, según D.O. Número 211 de 23 de septiembre de 1923.
Carrera militar:
Se incorpora al Ejército Nacional encuadrado en la 82 División, falleciendo en combate
en el Frente de Teruel.
Condecoraciones:
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: N+2
357
Torres Sánchez, Juan
Fecha de nacimiento: 21de agosto de 1900
Fecha de defunción:
Empleo Julio 1936: Soldado Corneta Infantería
Destino Julio 1936: Licenciado (HS)
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: (Marruecos 1923)
Hechos que motivaron la concesión:
Diversos servicios y operaciones en el territorio de Melilla.
Se le concedió la Medalla Militar, según D.O. Número 170 de 5 de agosto de 1923.
Adscripción: No adscrito/ No participa/ No identificado
358
Teijeiro Pérez, Jesús
Fecha nacimiento: 5 de enero de 1892
Fecha de defunción: octubre 1936
Empleo Julio 1936: Teniente Coronel Infantería
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
Por sus méritos en los combates de los días 28 a 31 de mayo y el 5 de junio con motivo
de la ocupación de la Loma Roja, en el llano Heli y el Jarrut (Melilla) perteneciendo al
Tercio de Extranjeros. Se le concede la Medalla Militar el 4 de agosto de 1923 (R.O. 170
de 6 de agosto de 1923)
Carrera militar:
Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en 1912, y recibió el empleo de segundo
Teniente en 1915. En 1917 se unió al 2º Batallón de Cazadores de Madrid en Tetuán. En
1921 solicitó unirse a la Legión de Extranjeros, y en 1925 estuvo a cargo de comandar la
5ª Bandera de la Legión, participando en el desembarco de Lavandas. Fue ascendido a
Teniente Coronel en 1928, dejó la Legión y fue asignado a la zona de reclutamiento de
Lugo. Con la proclamación de la República y la promulgación de la Ley de Azaña, se
acogió al retiro adelantado el 30 de agosto de 1931 y se fue a vivir a A Coruña.
Se alistó a las fuerzas milicianas del bando nacional con las que entró en Oviedo el 17 de
octubre de 1936, rompiendo el asedio que sufrió la ciudad. Unos días después, el 27 de
octubre, fallece durante un bombardeo.
Fuentes:
Hoja de Servicios AGMS, 1-T-207, Exp O
https://gl.wikipedia.org/wiki/Jes%C3%BAs_Teijeiro_P%C3%A9rez
http://www.lne.es/oviedo/2013/05/11/teijeiro-heroe-o-villano/1410282.html
Imagen: https://lacomunidadelanillo.blogia.com/2011/021001-al-heroico-teniente-
coronel-teijeiro.php
Adscripción: N+2
359
Urrutia González, Gustavo
Fecha de nacimiento: 24 de julio de 1890 - Valladolid
Fecha de defunción: 26 de octubre de 1959 - Madrid
Empleo Julio 1936: Teniente Coronel Caballería (piloto
aviador)
Destino Julio 1936: Regimiento Castillejos - Zaragoza
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
Por los méritos contraídos en los combates de Buhafora y Tafersit el 28 de mayo de 1923.
Se le concedió la Medalla Militar, según D.O. Número 170 de 5 de agosto de 1923.
Carrera militar:
Militar profesional, pertenecía al Arma de Caballería. En julio de 1936 se encontraba
destinado en el Regimiento de Caballería «Castillejos» n.º 9, con el grado de teniente
coronel, ocupando el puesto de segundo jefe de la unidad. Implicado en la conspiración
militar contra la República, tras el comienzo del golpe de Estado se unió a la sublevación.
Se puso al frente de una columna compuesta por seiscientos requetés navarros, con la que
se dirigió a Huesca para aliviar el sitio republicano sobre la ciudad. Urrutia llegó a mandar
uno de los sectores del Frente de Aragón. Posteriormente fue nombrado comandante de
la 51.ª División, que cubría el frente de Huesca, interviniendo en el auxilio del asedio de
Huesca. Más adelante acudiría con sus fuerzas al frente de Jaca para reforzar las defensas
del Ejército Nacional. En la primavera de 1938, Urrutia intervino con su unidad en la
ruptura del frente de Aragón, y a finales de año participaría en la ofensiva de Cataluña.
Tras el final de la contienda fue nombrado comandante de la División de Caballería y
llegaría a ser nombrado posteriormente capitán general de la III Región Militar.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: N+2
360
1924
Amate Hernández, Melchor
Fecha nacimiento: 2 de mayo de 1900- Fuente Álamo (Murcia)
Fecha de defunción: 15 de noviembre de 1983- Cartagena (Murcia)
Empleo Julio 1936: Guardia Civil Retirado
Destino Julio 1936: Funcionario civil Maestranza militar- Cartagena
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos (1923)
Hechos que motivaron la concesión:
El 14 de agosto de 1924 la posición de Chentafa fue atacada y sitiada
por el enemigo, consumiéndose en ese mismo día todas las subsistencias con que contaba,
quedando la guarnición a falta de todo, pues no pudo abastecerse por los continuos
ataques que recibía. El día 18 la situación llegó a ser insostenible, pues la mayor parte de
los hombres que quedaban estaban heridos y todos ellos atormentados por la sed. En estas
circunstancias, el cabo Amate, herido en una muñeca y que a todos daba ejemplo por su
levantado espíritu y especial atención por los heridos, se ofreció al oficial para intentar
hacer la aguada en el Wad Lau, a un kilómetro de la posición, oferta que no fue aceptada
en un principio, pero autorizado más tarde salió de la posición acompañado de otro
soldado (muerto después en cautiverio), en dirección al río, llevando las cantimploras del
blocao. Al hallarse a unos trescientos metros de la posición encontraron a un grupo de
moros, por lo que se pusieron a la defensiva protegiéndose en un matorral próximo, pero
al intentar disparar su fusil sobre el grupo que le atacaba fue hecho prisionero y llevado
hasta la alambrada del blocao, intimidándole a que gritase que iba solo, que llevaba agua
para la posición y que le abriesen la alambrada, pero, dándose cuenta del peligro que con
el engaño ponía a sus compañeros, gritó: “Mi teniente, no puedo llevarle el agua, estoy
en poder del enemigo, ¡haga fuego!”, voces que oídas por la guarnición les aprestó a la
defensa, por lo que fue bárbaramente apaleado por los moros y conducido a Ait Kamara,
en la cabila de Beni Urriaguel. Durante cerca de dos años permaneció en cautiverio,
padeciendo grandes sufrimientos debido a los castigos a que fue sometido por no querer
humillarse ante sus guardianes, palizas que dejaron como prueba en su cuerpo numerosas
cicatrices y llagas. Finalmente, fue liberado el 26 de mayo de 1926
361
Por Real Orden de 11 de junio de 1929 se le concedió la Cruz Laureada de San Fernando,
reconociendo así su heroísmo.
Carrera militar:
Ingresó a los veintiún años como soldado en el Regimiento de Vizcaya, en el que ascendió
a cabo en 1923. En marzo de 1924 marchó a Melilla con el batallón expedicionario de su
regimiento y en junio fue trasladado su batallón desde Melilla a Ceuta, acampando en
Wad Lau, pasando poco después a la posición de Chentafa.
Al año siguiente de licenciarse, ingresó en el Cuerpo de la Guardia Civil, solicitando la
baja dos años después para pasar a la Maestranza de la Armada en una plaza ganada por
oposición, manteniéndose en este puesto hasta su jubilación en 1965.:
Comentarios:
En 1926 se le había dedicado una de las plazas de El Estrecho, en la que se colocó una
placa con la siguiente inscripción: Plaza del Cabo Amate, hijo de este pueblo.
Fuentes:
Hoja de Servicios Archivo General del Ministerio del Interior- Sección Guardia Civil
http://dbe.rah.es/biografias/26351/melchor-amate-hernandez
Adscripción: No adscrito/ No participa
362
Ansaldo Vejarano, Juan Antonio
Fecha de nacimiento: 24 de junio de 1901 - Arechavaleta
(Guipúzcoa)
Fecha de defunción: 20 de abril de 1958 - San Juan de Luz
(Francia).
Empleo Julio 1936: Teniente auditor piloto aviador
Destino Julio 1936: Retirado-se reincorpora al Ejercito Nacional
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1924)
Hechos que motivaron la concesión:
Localizado por el reconocimiento aéreo el 22 de marzo de 1924, un aeroplano adquirido
por Abd el Krim, en Tizzi Moren, en la cabila de Bocoia, amparado en una excavación
realizada en un montículo, rodeado de emplazamientos de ametralladoras, el día 23 se
llevó a cabo contra él un duro ataque con bombas y ametralladora en el que varios aviones
resultaron alcanzados por el fuego de tierra.
El teniente Ansaldo, que con su acostumbrada acometividad rozaba el suelo en sus
pasadas para asegurar los blancos, resultó herido en una pierna por una bala rifeña, pero
no quiso abandonar la misión, y siguió atacando con encarnizamiento hasta que el teniente
Orduña, su observador, le comunicó que no quedaban más bombas ni munición de
ametralladora, regresando entonces a las líneas españolas, aterrizando con seguridad en
Tafersit, a donde llegó en estado muy grave por la gran cantidad de sangre perdida.
Por este heroico acto fue propuesto para la Cruz Laureada de San Fernando.
Carrera militar:
Nacido en una familia en la que seis hermanos fueron aviadores y entre los seis reunirían
una Laureada de San Fernando, tres Medallas Militares y una Medalla Aérea, tras
licenciarse en Derecho a los veinte años de edad, ingresó en el Cuerpo Jurídico Militar,
siendo promovido a teniente auditor de 3.ª en 1923.
Aquel mismo año, por estar en posesión del título de piloto civil, ingresó en la Aviación
Militar, incorporándose al aeródromo de Nador, donde —para realizar las prácticas
correspondientes— había sido destinado al 3.er Grupo de Escuadrillas de Marruecos.
Realizó con esta unidad un importante número de servicios de guerra, en misiones de
reconocimiento, ametrallamiento y bombardeo de las posiciones y núcleos enemigos en
363
Amesauro, Sidi Dris, Ifeermín, el yebel Udía, Afrau y muchos otros objetivos, destacando
su audacia y su agresividad en el ataque con bombas y ametralladora al campamento del
rebelde Burrahai. Terminado el período de prácticas con informe muy favorable de su
jefe, fue destinado al 4.º Grupo de Escuadrillas de Marruecos, en la zona occidental, y allí
quedó formando parte de la 1.ª escuadrilla Bristol, a las órdenes del capitán Ortiz.
Siete meses tardó el teniente Ansaldo en ser dado de alta para el servicio, siendo entonces
destinado a Getafe, al Grupo de Caza, dotado con aviones Martinsyde; allí sufrió un
accidente que le produjo heridas que tardaron tres meses en curar, y en agosto de 1925
fue destinado a la 2.ª Escuadrilla del Grupo Expedicionario Breguet XIX, participando
con él en las gloriosas jornadas de Kudia Tahar, en septiembre. El teniente Ansaldo fue
uno de los distinguidos entre tantos que lo fueron. Liberada finalmente Kudia Tahar, el
Grupo Expedicionario regresó al frente oriental, y allí tomó parte en las operaciones de
la bahía de Alhucemas, en la ampliación de la cabeza de playa, en la conquista de la kabila
de Beni Urriaguel. En diciembre de 1926 le fue concedida la Cruz Laureada de San
Fernando, y en un brillante acto castrense celebrado en el parque de El Retiro, en Madrid,
le fue impuesta por S. M. el rey.
Llegada la paz, ya con categoría aeronáutica de jefe de Escuadrilla, realizó el curso de
observador y sirvió en distintos destinos en la Península, hasta el 14 de abril de 1931, en
que, al proclamarse en España la República, causó baja a petición propia en las filas del
Ejército. Intervino en el levantamiento del general Sanjurjo, en agosto de 1932, y
participó activamente en la preparación del levantamiento de 1936. El 20 de julio, cuando
desde un campo próximo a Cascais, en Portugal, despegaba con el general Sanjurjo para
trasladarle a Burgos a tomar el mando de las fuerzas alzadas contra el gobierno del Frente
Popular, sufrió un grave accidente en el que el general resultó muerto y él, herido de
gravedad. Sin apenas estar repuesto de las heridas sufridas en el accidente, se incorporó
en Burgos a las Fuerzas Aéreas del Norte, recibiendo el mando de la unidad de Dragones.
En 1937, al mando del 4-G-12, grupo de biplanos Romeo 37, actuó en los frentes del Tajo
y en la durísima batalla del Jarama, rechazando los ataques enemigos en Segovia, y en las
duras jornadas de la batalla de Brunete. Finalizada la guerra, fue nombrado jefe de la 2.ª
Escuadra de la 2.ª Región Aérea, hasta que, ascendido a teniente coronel, fue designado
agregado aéreo a las embajadas de España en París y Londres.
364
Condecoraciones:
Cruz Laureada de San Fernando
Medalla Militar
2 Cruces de Guerra
5 Cruces de 1.ª clase del Mérito Militar con distintivo rojo
3 Medallas de Sufrimientos por la Patria
Medalla de la Campaña 1936-1939
Medalla Militar de Marruecos con pasadores “Ceuta” y “Melilla”
Medalla de la Paz de Marruecos
Cruz del Mérito Militar de Italia
Cruz de la Orden del Mérito del Águila Alemana
Comendador de la Orden de la Corona de Italia.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/26535/juan-antonio-ansaldo-vejarano
AM Segovia 1ª, GU, A-578
Observaciones, comentarios:
Declarado monárquico, se exilió en 1943 a Francia y murió en San Juan de Luz el 20 de
abril de 1958, sin haber regresado a España.
Adscripción: N+2
365
Arteaga Pastor, Federico
Fecha de nacimiento: 18 de julio de 1895 - Linares (Jaén)
Fecha de defunción: 18 de abril de 1964 - Madrid
Empleo Julio 1936: Capitán Médico
Destino Julio 1936: Inspección Gral. Guardia Civil- Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1924)
Hechos que motivaron la concesión:
El 13 de diciembre de 1924 se realizó un reconocimiento ofensivo desde Ain Yir hasta
Zoco el Telata de Anyera para evacuar a sus defensores y a los de la posición de Tuila.
La columna encargada de esta misión, al mando del teniente coronel Moll de Alba, sufrió
un ataque a seis kilómetros de dicha posición por su frente y flanco izquierdo en el que
intervinieron medio millar de moros, produciéndose un gran número de bajas, imposibles
de evacuar, por lo cual se ordenó la retirada, que comenzó a realizarse de forma ordenada.
El capitán Arteaga acudió inmediatamente a primera línea para atender y evacuar a los
heridos; quiso curar al teniente coronel Moll de la herida que había recibido, a lo que éste
rehusó, y cuando se dirigía a auxiliar a un soldado, que estaba herido y aislado, cayó a un
agujero y de pronto se vio rodeado por varios moros que le condujeron al blocao de Tuila,
que se encontraba sitiado, y le obligaron a decir al jefe de la posición que era el capitán
encargado de la evacuación, a lo que Arteaga se negó sin importarle el maltrato sufrido y
las amenazas de muerte recibidas. Seguidamente fue llevado al poblado de Amsot y más
tarde a la cabila de Anyera, donde permaneció preso hasta que el 28 de enero siguiente
consiguió fugarse. Su heroico comportamiento le sería recompensado con la concesión
de la Cruz Laureada de San Fernando por Real Orden de 10 de junio de 1929.
Carrera militar:
Ingresó en el Ejército como soldado para cumplir su servicio militar, al tiempo que
cursaba la carrera de Medicina, a la que dio fin en 1919, entrando enseguida en la
Academia de Sanidad Militar, de la que salió en 1920 con el empleo de teniente médico.
Su primer destino fue el Grupo de Escuadrones de Las Palmas, con el que estuvo
destacado en Agüera, Cabo Blanco y Cabo Jubi, pasando más tarde destinado a Melilla y
prestando sus servicios en unidades del Tercio y Regulares, hasta que, en 1923, una vez
366
ascendido a capitán, fue destinado al Regimiento de Ceuta.
Puesto en marcha el plan de Primo de Rivera, uno de cuyos puntos consistía en el
repliegue de las posiciones alcanzadas, donde muchos puestos avanzados se encontraban
continuamente cercados por el enemigo, dieron comienzo las operaciones en el mes de
septiembre y finalizó en diciembre con el repliegue de la zona occidental.
En mayo de 1925 regresó a Marruecos para intervenir en nuevos combates; fue ascendido
a comandante por méritos de guerra y fue evacuado por haber caído enfermo. En 1930
pasó destinado al Regimiento de Lanceros de España y al año siguiente al primer Grupo
de la 1.ª Comandancia de Sanidad Militar, sirviendo a partir de 1832 en el Cuerpo de la
Guardia Civil.
Prestó como comandante médico sus servicios en el Ejército nacional, al que se pasó
desde la zona republicana.
Posteriormente, como jefe del Grupo de Sanidad de la División Azul, estuvo presente en
la campaña de Rusia.
En 1957 alcanzó el empleo de inspector médico de segunda y tres años más tarde, el de
primera, siendo en 1962 nombrado jefe de Sanidad Militar del Ejército.
Condecoraciones:
Fuentes:
AGM Segovia 1ª, 1ª, A-2546
http://dbe.rah.es/biografias/68379/federico-arteaga-pastor
Adscripción: N+2
367
Baquera Álvarez, Luis
Fecha de nacimiento: 13 de julio de 1899 - Madrid
Fecha de defunción: 29 de julio de 1936 - Majadahonda
(Madrid)
Empleo Julio 1936: Capitán Infantería
Destino Julio 1936: Remplazo por herido en Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1924)
Hechos que motivaron la concesión:
El Teniente Baquera, el día 6 de julio de 1924, al frente de su Sección de treinta hombres
y formando parte de la vanguardia de su columna, tomó el poblado de las Vargas de
Amadoz, primer objetivo de la misma y sin cuya ocupación no se hubiera podido avanzar
ni efectuar el posterior repliegue. Ante la tenacidad con que el enemigo atrincherado
defendía el poblado y a pesar del obstáculo que ofrecía el fuego intensísimo que la
Sección sufría desde las posiciones dominantes que aquél ocupaba, se lanzó al asalto, y
en lucha al arma blanca venció la resistencia y obligó al enemigo, más numeroso que las
fuerzas asaltantes, a abandonar sus posiciones en precipitada huida, dejando sus bajas y
armamento en nuestro poder, y sufriendo su sección cinco muertos y nueve heridos, que
fueron recogidos. Tomado el poblado, continuó con el resto de su sección el avance hacia
la posición de Cobba Darsa, en cuyas proximidades contuvo al enemigo, que trataba de
impedir la entrada en ella de un convoy, siendo herido gravemente y retirado del campo
de batalla. La operación terminó con éxito, ya que se consiguió abastecer la posición y
realizar el relevo de su guarnición.
Carrera militar:
Fueron sus padres el Capitán de Ingenieros Luis Baquera Ruiz y María Álvarez
Ballesteros. Ingresó en septiembre de 1915 en la Academia de Infantería de Toledo, de la
que salió en julio de 1918 promovido a alférez, una vez superados los estudios
reglamentarios, siendo su primer destino el Regimiento de Bailén, de guarnición en la
plaza de Logroño.
En 1920 sintió la llamada de África y consiguió ser destinado en el mes de marzo al Grupo
de Fuerzas Regulares de Ceuta, con el que dos meses después entró en combate. Resultó
368
herido en febrero de 1922 en Miskrela y en ese mismo año fue citado dos veces como
“Distinguido” por su destacada actuación en combate. Tras obtener en julio de 1922 el
empleo de teniente, en diciembre fue trasladado al Regimiento de Wad Ras, del que
regresó a Regulares de Ceuta en febrero de 1923, continuando en operaciones.
El Grupo de Ceuta fue el primero de los Regulares en recibir una Bandera, que le fue
entregada en el Parque de El Retiro de Madrid el 27 de mayo de 1923, actuando como
madrina Su Majestad la Reina doña Victoria Eugenia y como abanderado, el teniente
Baquera.
Tras tomar parte en cuarenta y dos acciones de guerra, el 1 de julio de 1924 se organizó
una columna de tres mil hombres al mando del coronel García Fuentes, formada por dos
tabores de su Grupo, un batallón del Regimiento de Ceriñola y otro del de Ceuta, tres
compañías del de Serrallo y una batería ligera y otra de montaña, con la misión de
abastecer la posición de Cobba Darsa. Fracasado el intento al ser la columna detenida por
el enemigo, el día 4 se formaron dos columnas, bajo el mando del general Serrano Orive,
con objeto de levantar el cerco que sufría dicha posición, integrándose su Tabor en la del
coronel García Fuentes. En ese día se ocuparon posiciones y se esperó la llegada de
refuerzos trasladados desde la Zona Oriental. El día 6 tuvo lugar el ataque final.
Ascendido a capitán por méritos de guerra, seguidamente se le abrió juicio contradictorio
para concederle la máxima recompensa del Ejército al valor heroico: la Cruz Laureada de
San Fernando, que le sería otorgada años después por real orden de 20 de junio de 1928.
Debido a la herida que recibió en la referida acción tuvo que pasar a la situación de
reemplazo en la 1.ª Región Militar, fijando su residencia en Madrid, donde le sorprendió
el inicio de la Guerra Civil, siendo a los pocos días detenido y asesinado por milicianos
del Frente Popular.
Fuentes:
AGM Segovia 9ª, caja 547/ 4401 y 4402 - 9ª caja 548/ 4403
http://dbe.rah.es/biografias/68405/luis-baquera-alvarez
Adscripción: N-1
369
Blanco Pardal, Manuel
Fecha nacimiento: 9 de marzo de 1900- Valga
(Pontevedra)
Fecha de defunción: 1949
Empleo Julio 1936: Carabinero
Destino Julio 1936: Comandancia de Pontevedra
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla:
Marruecos (1924)
Hechos que motivaron la concesión:
Formando parte de una sección compuesta por un alférez, un cabo de Ingenieros y veinte
soldados del Batallón de Cazadores de Madrid, marchó el 23 de agosto de 1924 a
guarnecer la posición de Abada Alto. El 7 de septiembre salió acompañado de seis
individuos a realizar el servicio de aguada, siendo agredido por el enemigo, que causó en
la patrulla cuatro muertos y un herido.
A partir de ese día comenzó el asedio a la posición, sin que el enemigo les dejase punto
de reposo, haciendo fuego desde una trinchera que construyó rodeando al blocao,
resultando ineficaces los esfuerzos que para auxiliarles intentaron varias veces los
aeroplanos, pues todo lo que arrojaron cayó fuera de la posición, por ser de escasas
dimensiones, no pudiendo los sitiados recuperar nada porque los sitiadores, bien
parapetados, hacían un intenso fuego en cuanto alguno de aquellos se asomaba al exterior.
En la posición fallecieron siete hombres a consecuencia de la sed y el hambre, pues desde
que el día 16 de octubre se había terminado la existencia de agua, hubo necesidad de beber
orines y sufrir toda clase de privaciones, hasta que el 25 de dicho mes pudo ser evacuada
la posición, habiendo desaparecido antes cuatro individuos que habían salido de la
posición en busca de algo con qué mitigar la sed.
No obstante, las energías perdidas por la falta absoluta de alimentos y agua, el cabo
Blanco continuó en todo momento prestando relevantes servicios, alentando a la tropa,
demostrando poseer extraordinarias virtudes militares y cumplimentando con el mayor
celo cuantas órdenes recibía de su jefe para la defensa de la posición, contribuyendo a
escribir una de las páginas más brillantes de la campaña de Marruecos.
370
La defensa del blocao se alargó más de cuarenta días, consiguiendo la escasa guarnición
defenderlo y conservarlo a pesar de haber perdido más de sus dos terceras partes.
Tras este hecho, el general en jefe le ascendió a sargento y le fue concedida por Real
Orden de 31 de marzo de 1925 la Medalla Militar Individual y por otra de 29 de
septiembre la Cruz Laureada de San Fernando.
Carrera militar:
Comenzó en 1921 a cumplir su servicio militar en el Batallón de Cazadores de Madrid,
con el que se trasladó en enero de 1922 a Tetuán, pasando todo este año guarneciendo
posiciones en el sector de Xauen y siendo ascendido a cabo en el mes de agosto.
Posteriormente en enero de 1929 ingresa en el Cuerpo de Carabineros y es destinado a la
Comandancia de este Cuerpo en Pontevedra, donde se encuentra en el momento de la
sublevación militar de 1936. Continúa prestando servicio en Pontevedra como
Carabinero. Asciende en 1942 a Cabo y un año más tarde a Sargento. Asciende a Brigada
por antigüedad en 1947 y se retira en agosto de 1948 como Teniente de la Guardia Civil.
Comentarios:
En mayo de 1939 se desplaza a Madrid para participar en el Asamblea de la Orden de San
Fernando.
Fuentes:
Hoja de Servicios Archivo General del Ministerio del Interior- Sección Guardia Civil
http://dbe.rah.es/biografias/68540/manuel-blanco-pardal
Imagen: Instituto de Historia y Cultura Militar en Revista Minverva, núm. 88, (2010)
Adscripción: N+1
371
Bravo Moraño, Martín
Fecha de nacimiento: 1 de enero de 1894 - Villamesías
(Cáceres)
Fecha de defunción: 1 de septiembre de 1980 – Valencia
Empleo Julio 1936: Teniente
Destino Julio 1936: Cuerpo de Inválidos
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos 1924
Hechos que motivaron la concesión:
El 29 de septiembre de 1924, su batallón, Cazadores de Barcelona, efectuó servicio de
protección de caminos entre las posiciones rifeñas de Rokba el Gozal y Sidi Buker,
situadas, en sendos mogotes separados entre sí por el cauce del río Harrub. Al llegar la
sección del suboficial Bravo junto a un rústico puentecillo, comenzó a recibir fuego desde
una fronda de matorrales del cauce, lo que obligó a los hombres a buscar protección en
las cunetas de la carretera. El jefe del batallón, teniente coronel Rubia Sardá, mandó
repeler la agresión; pero ante el avance del enemigo, Bravo propuso abandonar los
exiguos parapetos y atacar frontalmente al grupo que les cerraba el paso. La actuación
heroica del suboficial, enfrentándose a fuerzas numerosas en lucha cuerpo a cuerpo, evitó
que varias posiciones de la línea se vieran asediadas. Tras el preceptivo expediente de
juicio contradictorio, le fue concedida la Cruz Laureada de San Fernando.
Carrera militar:
Fue jornalero agrícola hasta 1910, cuando ingresó como soldado de reemplazo en el
Regimiento de Infantería Vergara, de guarnición en Barcelona. En el verano de 1921 llegó
a Melilla formando parte del Batallón expedicionario de su regimiento.
Bravo regresó enfermo a la Península, lo que motivó su pase a la situación de reemplazo.
Fijó su residencia en Valencia. Un día de 1929, el capitán general de la IV Región Militar
le impuso la recompensa ante las tropas de la guarnición formadas en el cuartel barcelonés
de San Jaime. En esa fecha, el Laureado ya era alférez por méritos de guerra; meses
después ascendía a teniente, y en julio de 1931, a capitán del Cuerpo de Inválidos
Militares. Se trasladó entonces a su pueblo natal, pero su estancia en Villamesías no fue
bien acogida por la totalidad del vecindario: llegó un momento en que las provocaciones
372
contra él fueron tan violentas, que hubo de defender su casa empuñando una pistola. La
noticia se conoció en el Gobierno Militar de Cáceres y trascendió al Ministerio de la
Guerra; en consecuencia, fue juzgado por un tribunal militar y condenado con la pérdida
de empleo y sueldo.
El 18 de julio de 1936, el ex oficial fue detenido y encarcelado, pero logró desarmar a
uno de sus guardianes y se dio a la fuga, escondiéndose en la sierra, donde organizó una
guerrilla compuesta por unos cincuenta hombres procedentes de los pueblos de la
comarca. Cuando iba a ser atacado el monasterio de Guadalupe por individuos de milicias
populares, Bravo bajó del monte y con su guerrilla se apoderó del santuario,
defendiéndolo hasta que la zona fue tomada por el ejército nacional. Tras la defensa de
Guadalupe recibió el mando de una bandera de Falange y pasó poco después a mandar el
Batallón A de Las Navas como comandante habilitado. En esta unidad combatió por
varios frentes, lo que le valió, una vez terminada la campaña, el ascenso a teniente coronel
por méritos de guerra.
En 1962 ascendió a general de Brigada, en situación de actividad por su condición de
mutilado permanente.
La imposición del fajín correspondiente al nuevo empleo tuvo lugar en Villamesías, en
un acto de homenaje multitudinario al que asistieron autoridades militares y civiles de la
provincia de Cáceres. En enero de 1974 fue promovido al empleo de general de División.
Residió casi toda su vida en Valencia y en la capital levantina se produjo su fallecimiento.
Condecoraciones:
Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/43852/martin-bravo-morano
Adscripción: N+2
373
Carvajal Sobrino, Aniceto
Fecha de nacimiento: 4 de septiembre de 1897 -
Navalcán (Toledo)
Fecha de defunción: 24 de marzo de 1962 - Ciudad de
Méjico.
Empleo Julio 1936: Capitán Infantería
Destino Julio 1936: Alumno Escuela de Guerra - Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1924)
Hechos que motivaron la concesión:
Perteneciente a la 14.ª Compañía de la 2.ª Bandera y formando parte de una columna cuyo
objetivo era batir al enemigo e introducir un convoy en la posición de Sidi Mesaud, salió
del campamento de Dar Quebdani el 10 de mayo de 1924, y entabló un rudo combate con
el enemigo que, fuertemente atrincherado en barrancadas y laderas, oponía tenaz
resistencia al avance de la columna.
Dada la orden de asalto, y previo intenso fuego de artillería, ametralladoras y actuación
de la aviación, se lanzaron las fuerzas al ataque de las trincheras enemigas.
La compañía del teniente Carvajal llegó hasta las primeras de ellas y consiguió
posesionarse del terreno que el enemigo defendía con tesón, pero la situación era muy
difícil por el mortífero fuego que de frente y flanco sufrían.
El teniente Carvajal, poniéndose a la cabeza de los pocos hombres que quedaban, pistola
en mano y con gran desprecio de su vida, se lanzó a la segunda trinchera, atacándola por
el flanco izquierdo; fue el primero en entrar en ella y logró desalojar al enemigo, que
abandonó sus posiciones ante el empuje de los legionarios, que consiguieron con esta
actuación, a la que contribuyeron con su ciega obediencia, serenidad, valor y audacia, que
el convoy entrase en Sidi Mesaud.
Carrera militar:
Ingresó en 1916 en la Academia de Infantería de la que salió en 1920 promovido al
empleo de alférez y destinado al Regimiento de Galicia, del que dos años después, una
vez hubo obtenido el empleo de teniente, consiguió destino en el Tercio de Extranjeros.
En 1926 le fue concedido el ascenso a capitán por méritos de guerra y por Real Orden de
374
28 de febrero de 1929 la Cruz Laureada de San Fernando por su heroica hazaña en Sidi
Mesaud. Continuó en el Tercio hasta que en 1932 pasó destinado al Escalón ligero de la
1.ª División y al año siguiente ingresó como alumno en la Escuela Superior de Guerra,
donde se diplomó.
Al estallar la Guerra Civil acababa de terminar sus estudios en dicha Escuela y había
pasado a formar parte en el mes de septiembre del recién creado Estado Mayor del
ministro de la Guerra del Ejército republicano. De este destino pasó, una vez hubo
alcanzado el empleo de comandante, al Ejército de Operaciones del Centro, afecto al
cuartel general del general Sebastián Pozas Perea, de quien era yerno y con el que
combatió en el Jarama. Tras esta batalla, el general Pozas quedó disponible y se disolvió
su cuartel general; Carvajal pasó al Ejército del Centro.
Después de la batalla de Guadalajara se le nombró jefe de Estado Mayor del IV Cuerpo
de Ejército y posteriormente del XXI, cuyo cuartel general se encontraba en Binéfar
(Huesca); más tarde pasó a desempeñar el mismo cargo en el Ejército del Este, situado
entre el Ebro y los Pirineos.
En junio de 1938 fue ascendido a teniente coronel como recompensa a su distinguida
actuación en diversas operaciones de guerra, y después de la batalla del Ebro continuó en
el Ejército del Este como jefe de Estado Mayor, ya con el empleo de coronel.
Terminada la guerra se exilió en México, donde en junio de 1939 se hizo cargo de la
Delegación en Veracruz del Comité Técnico de Ayuda a los españoles en México,
encargado de recibir y facilitar alojamiento y atención a los españoles exiliados que
llegaban de Europa.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/68874/aniceto-carvajal-sobrino
Observaciones, comentarios:
Exiliado en Méjico
Adscripción: R+2
375
García Marcos, José
Fecha de nacimiento: 9 de enero de 1899 - Archena
(Murcia)
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Suboficial Ingenieros
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1924)
Hechos que motivaron la concesión:
El 10 de diciembre de 1924 salió de servicio con su camión blindado, situándose en la
retaguardia de la columna del general Castro Girona. En la citada acción, su misión era
la de proteger la retirada, cuyo servicio realizó con gran valor y heroísmo, defendiendo
su vehículo durante cuarenta y ocho horas de un enemigo muy superior en número y
armamento, hasta que deteriorado por completo el coche, debido a los fuegos de fusil,
granada y cañón del enemigo, agotadas por completo las municiones, heridos y fuera de
combate casi todos sus hombres, con los cinco que le quedaban útiles (de los nueve que
componían la dotación), no sin antes haber inutilizado las dos ametralladoras del camión,
emprendió la retirada. Durante la marcha fue sorprendido por el enemigo, hecho
prisionero y conducido a la zona del Rif, de donde fue liberado en 1926. Por su heroica
actuación se le concedió la Cruz laureada de San Fernando, según la Orden de 8 de
noviembre de 1932, Diario Oficial n.º 264.
Carrera militar:
Ingresó como soldado de reemplazo en el 4.º Regimiento de Zapadores, en 1921. Ese
mismo año fue destinado al batallón expedicionario del mismo, con destino a Melilla,
donde realizó con su compañía numerosos trabajos de fortificación, en muchas ocasiones
bajo fuego enemigo. En 1922 continuó fortificando puntos, casi siempre hostigado por el
enemigo, hasta septiembre de ese año, en que fue destinado al Centro Electrotécnico y de
Comunicaciones, pasando, en enero de 1923, a la Unidad Automovilista de Campaña de
Melilla. En ese mismo año de 1923 ascendió a sargento de Ingenieros.
En su nuevo destino se le asignó el mando de un camión blindado, con el que realizó
numerosas misiones de protección de convoyes de aprovisionamiento y acompañamiento
376
de columnas. En marzo de 1924 cumplió los tres años de servicio activo, por lo que
solicitó el reenganche, lo que le era concedido por cinco años. Siguió en su destino,
realizando misiones de protección, con gran riesgo de su vida, hasta octubre del mismo
año, en que pasó destinado a la Compañía Automovilista de Ceuta, donde llevó a cabo
igualmente servicios de protección y descubierta, en este caso destacado en el zoco Arbaa.
El 1 de noviembre intervino brillantemente en la retirada de Seruta, protegiendo el
repliegue del último escalón, llegando dos horas después de la retaguardia de la columna
al zoco Arbaa, tiempo que empleó en batir al enemigo, entre los que causó más de cien
bajas. Además, consiguió, con grave riesgo de su vida, en unión del mecánico del
vehículo blindado que resultó herido, rescatar un camión de montaña que había sido
abandonado. Por estos hechos se ordenó que se abriera juicio contradictorio para la
concesión de la Cruz laureada.
En 1927 fue destinado al Regimiento de Radiotelegrafía y Automovilismo,
permaneciendo en el mismo hasta 1931 en el que pasó al Grupo de Alumbrado e
Iluminación. En agosto de ese mismo año pasó a la situación de retirado por orden de 25
de agosto 1935. Se reincorpora al Ejército de la República, llegando al empleo de
Comandante. A finalizar la guerra, se le anulan los ascensos y se le condena a 3 años de
prisión menor.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/busqueda?dbe=Garc%C3%ADa+Marcos%2C+Jos%C3%A9+
https://ejercitotierra.wordpress.com/2018/09/
Adscripción: R+1
377
Gómez del Barco, José María
Fecha de nacimiento: 19 de marzo de 1901 - Valladolid
Fecha de defunción: 18 de septiembre de 1936 – Madrid
Empleo Julio 1936: Teniente Ingenieros (piloto aviador)
Destino Julio 1936: Aeródromo Cuatro Vientos - Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1924)
Hechos que motivaron la concesión:
La situación en la línea del Lau (que el mando español había decidido mantener) era muy
grave, y la de algunas posiciones de ella, gravísima; habiendo ya sido derribados cinco
aeroplanos por el fuego de tierra mientras abastecían a aquéllas. El 21 de agosto la
posición de Solano se hallaba al límite de su capacidad de resistencia, totalmente
desprovista de agua, por lo que del aeródromo de Sania Ramel, en Tetuán, despegó la
escuadrilla de biplanos Breguet XIV, del capitán Fernando Capaz, con la misión de arrojar
barras de hielo en la posición.
El cabo Gómez del Barco, piloto del aparato n.º 114, que llevaba como observador al
alférez Felipe Iruretagoyena, recibió la orden de proteger al avión del jefe de la escuadrilla
en su misión de lanzamiento del hielo; cuando llegaron a la vertical de la posición, Gómez
del Barco se lanzó a ametrallar unos trincherones desde los que nutridos grupos enemigos
recibieron a los aviones con violento fuego de ametralladora y fusil. Disparando en vuelo
rasante, evolucionó para atraer sobre sí la atención y el fuego de los moros, siendo
alcanzado repetidas veces el biplano por proyectiles de fusil y ametralladora, mientras
que, amparado por la labor de Gómez del Barco, el capitán Capaz podía descender sobre
la posición hasta casi rozar las galletas de las tiendas de campaña, dejando caer con
precisión en el interior del reducido recinto, las barras de hielo que aliviarían la sed de los
defensores. Cambió de objetivo el capitán para dirigirse a abastecer a la avanzadilla, y
asimismo cambió el cabo del Barco para mejor proteger el avión del capitán Capaz que
se sentía seguro ante las hábiles maniobras y la precisión del fuego de su avión de
acompañamiento.
Lo que no sabía el capitán —y la actitud de Gómez del Barco no daba lugar a adivinarlo—
era que, a poco de comenzar el ataque, un proyectil había alcanzado a éste, hiriéndole en
378
la sien izquierda, cerca del ojo, y poco después, otro balazo le había atravesado el hombro
derecho, no obstante, lo cual logró que su labor, valiente, audaz e inteligente, resultara
muy eficaz y el aparato protegido rematara con éxito la misión sin recibir un solo impacto.
Al darse cuenta el alférez Iruretagoyena de que su piloto estaba herido, le autorizó a
regresar al aeródromo, pero del Barco le hizo señas de que no era necesario y que
continuaría hasta concluir la misión. Terminado el lanzamiento del hielo, el capitán
Capaz, sin haberse percatado de la situación del piloto del 114, le indicó que podía
regresar. Iruretagoyena pretendió que tomara tierra en el campo eventual de Uad Lau, a
pocos kilómetros de Solano, pero Gómez del Barco decidió regresar a Sania Ramel
logrando tomar allí tierra con toda corrección, aunque hubo de ser sacado del aparato,
desvanecido y casi desangrado, con heridas que fueron calificadas de graves.
Carrera militar:
Hijo de un abogado en ejercicio en Valladolid, después de terminar el bachillerato en el
colegio de San José, de la Compañía de Jesús, y tras cursar un año de la carrera de
Medicina, decidió aprender el oficio de mecánico al tiempo que practicaba el ciclismo,
tomando parte con éxito en varias pruebas. En 1922 se presentó voluntario en Ingenieros,
para el Servicio de Aviación, y tras realizar el período de instrucción en Cuatro Vientos,
donde realizó el juramento de fidelidad a la bandera, solicitó ir destinado a las escuadrillas
de África, incorporándose en el aeródromo de Nador, donde el 1 de noviembre fue
ascendido a cabo.
En 1923 marchó a Burgos como alumno piloto, realizando los vuelos y prácticas, en el
aeródromo de Gamonal, y luego en el de Cuatro Vientos, donde, tras realizar con
brillantez las reglamentarias pruebas, recibió el título de piloto militar en mayo de 1924.
Solicitó José María Gómez del Barco ser destinado a las Fuerzas Aéreas de Marruecos y,
aunque inicialmente fue denegada su petición, él no cejó, y pronto se vio formando parte
del Grupo Expedicionario, de Breguet XIV, que se estaba formando en Sevilla, y con él
marchó a África, al aeródromo de Sania Ramel, en el que desde los primeros momentos
se distinguió por su valor, sentido de la disciplina y habilidad para el vuelo, y, cuando
únicamente llevaba tres meses como piloto, culminó la hazaña que le llevaría a ver su
valor calificado de heroico y propuesto para la más alta recompensa militar de España.
A principios de 1924, la rebeldía se extendía por la zona occidental de Marruecos,
encontrándose las comunicaciones cortadas en muchos puntos, por lo que el mando se
379
vio forzado a ordenar el repliegue de los puestos avanzados y la retirada de las posiciones
más occidentales. El 17 de septiembre resultó su aparato derribado por el fuego de
ametralladora, teniendo que tomar tierra en Mídar.
El 25 de octubre de 1925, resuelto favorablemente expediente del juicio contradictorio,
le fue concedida la Cruz laureada de San Fernando, que le fue impuesta en Tetuán, por el
Laureado general Sanjurjo, alto comisario y jefe del Ejército de España en África, en un
solemne acto castrense celebrado en la plaza de España, en Tetuán, al final del cual
desfilaron las tropas asistentes ante el heroico aviador.
Aún tomó parte el sargento Gómez del Barco en las operaciones para la conquista y
pacificación de la cabila de Beni Arós, y en la protección y abastecimiento de la columna
del comandante Capaz —aquél a quien él supo defender tan bien sobre Solano— en su
audaz penetración en la región de Gomara, volando siempre y realizando las misiones
más comprometidas para las que en todo momento se presentaba voluntario, haciendo
con su pericia, valor y arrojo, muy fértil su labor.
Terminada la guerra en el verano de 1927, ya suboficial desde el año anterior, prestó
servicio Gómez del Barco en Cuatro Vientos y, promovido a alférez en enero de 1928,
fue destinado al Grupo de Experimentación cuya 2.ª escuadrilla llegó a mandar en
diferentes ocasiones. Efectuó las prácticas de vuelo nocturno y tras realizar las preceptivas
pruebas, recibió el título de vuelo sin visibilidad, y obtuvo posteriormente en la Escuela
de Tiro y Combate de Los Alcázares, la aptitud de caza. Ascendido a teniente en julio de
1930, realizó el curso de paracaidismo, y al año siguiente el de hidros, yendo destinado
al grupo de esta especialidad de Los Alcázares, en el que permaneció hasta que dos años
después pasó destinado a los servicios de Instrucción.
Aquel mismo 1932, recorrió con una avioneta de su propiedad las principales ciudades
de América del Norte, visitando fábricas de material aéreo y aeródromos. En 1935 realizó
un raid Madrid-Bengasi-El Cairo y regreso.
En 1935 la Jefatura de Aviación le designó para la organización de la Sección Aérea de
la Dirección General de Seguridad.
El 18 de julio de 1936 se encontraba en Cuatro Vientos y, al negarse a volar con las
fuerzas gubernamentales, fue separado del servicio y arrestado en Madrid en su domicilio,
de donde desapareció, encontrándose su cadáver en la carretera de Aravaca, asesinado en
la madrugada del 18 de septiembre, por “elementos incontrolados”.
380
Condecoraciones:
Cruz del Mérito Naval con distintivo rojo, no pensionada
Fuentes:
AGM Segovia 1ª, 1ª, G-2448
http://dbe.rah.es/biografias/26536/jose-maria-gomez-del-barco
Adscripción: N-1
381
Lizcano de la Rosa, Fernando
Fecha de nacimiento: 12 de febrero de 1900 - Madrid
Fecha de defunción: 26 de agosto de 1936 - Barcelona
Empleo Julio 1936: Capitán Infantería
Destino Julio 1936: Sección Destinos 4 División- Barcelona
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1924)
Hechos que motivaron la concesión:
El 10 de mayo de 1924 se distinguió especialmente durante el combate que tuvo lugar en
las inmediaciones de Sidi Mesaud, cuando, encontrándose mandando accidentalmente la
14.ª Compañía de la 2.ª Bandera del Tercio, demostró en las dos fases del combate librado
en dicho día un completo desprecio a su vida, afrontando y sobreponiéndose al riesgo sin
preocuparse de si su ejemplo había de ser o no seguido por sus subordinados. Su actuación
determinó que se tomasen las trincheras enemigas y variase con ello el desarrollo del
combate, sosteniéndose en la posición ocupada hasta la llegada de otras fuerzas que la
consolidaron.
Tan heroico comportamiento fue recompensado con la Cruz laureada de San Fernando,
que le sería concedida por real orden de 27 de mayo de 1926, y con el empleo de capitán,
obtenido en 1925.
Carrera militar:
Ingresó en 1916 en la Academia de Infantería, en la que tres años más tarde fue promovido
al empleo de alférez y destinado al Regimiento de Alcántara.
En 1921 solicitó voluntario pasar a la Legión, a la que se incorporó en Zoco el Arbaa y
con la que combatió en Dar Akoba, Sidi Embarek y el Zoco el Jemis, resultando herido
en marzo de 1922 en Annual.
Cayó herido por segunda vez en junio de 1923 al dirigir un ataque a la bayoneta en Tizi
Azza, y otra vez más en septiembre, teniendo que ser trasladado a los hospitales de Tetuán
y de Barcelona para atender a su curación, regresando a la Legión una vez restablecido
de sus heridas.
Continuó en el Tercio, del que en 1926 Millán Astray le nombró ayudante, actuando más
tarde a las órdenes del coronel Mola y del general Sanjurjo.
382
Las heridas recibidas en combate le obligaron en 1933 a pasar a la situación de reemplazo
por herido, siendo al año siguiente destinado al Regimiento n.º 10, de guarnición en
Barcelona, interviniendo en la represión de la revolución de octubre de 1834 en dicha
plaza, concurriendo con la Unidad de su mando, Compañía de Ametralladoras y máquinas
de acompañamiento, a la toma de la Generalidad, adoptando tales medidas y
disposiciones y cooperando tan eficazmente al logro del cometido asignado y al conjunto
de las fuerzas, que mereció extraordinarias y muy señaladas alabanzas y distinciones de
todos sus superiores jerárquicos, siendo recompensado con la Medalla Militar individual
por orden de 10 de octubre de 1935.
Entre los meses de octubre de 1934 y febrero de 1936 estuvo al mando del Cuerpo de
Mozos de Escuadra.
El 18 de julio de 1936 se unió al sublevado general Goded y luchó defendiendo el edificio
de la IV División Orgánica, antiguo palacio de la Capitanía General, siendo apresado y
encerrado a bordo del vapor Uruguay, en el que fue juzgado y condenado a muerte, en
Consejo de Guerra presidido por el general de Artillería Manuel Cardenal, para
posteriormente ser ejecutado, en cumplimiento del acuerdo del Comité Central de las
Milicias Antifascistas de Cataluña, en los glacis de Santa Elena del castillo de Montjuic
a las seis horas de la mañana del día 26 de agosto de 1936.
Fuentes:
AGM Segovia 1ª, 1ª, L-844
http://dbe.rah.es/biografias/68886/fernando-lizcano-de-la-rosa
Observaciones, comentarios:
Dos de sus hermanos, Martín y Miguel, fueron oficiales de complemento, y el primero de
ellos un compositor musical de renombre.
Adscripción: N+1
383
Llano de la Encomienda, Francisco
Fecha de nacimiento: 17 de septiembre de 1879 - Ceuta
Fecha de defunción: 31 de diciembre de 1963 - Ciudad
de México
Empleo Julio 1936: General de Brigada
Destino Julio 1936: Jefe 4 División - Barcelona
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla:
Hechos que motivaron la concesión:
En noviembre resultó herido grave en el combate de Igueriben, siendo evacuado al
Hospital Militar de Málaga y posteriormente al de Alicante. En enero de 1922, la
gravedad de sus heridas aconsejó su traslado a Madrid, al Hospital Central de la Cruz
Roja. Una vez totalmente recuperado, se reincorporó a Melilla a primeros de mayo de
1922 y, al frente de su batallón, participó en las operaciones que se desarrollaron en
aquella zona hasta que, en junio de 1923, se hizo cargo del mando de la Mehala Jalifiana
de Tafersit n.º 5, con la que protegió el desembarco de Afrau para socorrer la asediada
posición de Tifaurín. Los relevantes méritos acreditados en este ciclo de operaciones
fueron recompensados con la concesión de la Medalla Militar individual en 1924 y con
el ascenso a coronel por méritos de guerra en julio de 1925, lo que le impediría intervenir
en el desembarco de Alhucemas por verse obligado a regresar a la península en situación
de disponible forzoso.
Carrera militar:
El 26 de agosto de 1898 ingresó por oposición en la Academia de Infantería de Toledo,
ciudad donde residían sus padres, en una nutrida promoción (409 alumnos) de la que
también formaban parte Luis Orgaz Yoldi y Adolfo Prada Vaquero. Estaba a punto de
cumplir veintiún años, edad muy elevada para lo que era habitual en la época. Sin
embargo, dos ascensos por méritos de guerra, obtenidos en las campañas de Marruecos,
le convertirían en general cuando la mayoría de sus compañeros continuaban siendo
comandantes. Debido a las numerosas bajas sufridas en la escala de oficiales en Cuba y
Filipinas, solo cursó tres semestres lectivos en la Academia, siendo promovido a segundo
teniente el 5 de abril de 1900 y destinado al Batallón de Cazadores de Canarias, de
384
guarnición en la isla de La Palma. Al año siguiente marchó a Castellón de la Plana, por
haber sido trasladado al Regimiento de Infantería Otumba n.º 49, y poco después a
Valencia, al Regimiento de Infantería Mallorca n.º 13. Allí permaneció tres años, hasta
que en 1904 le correspondió el ascenso a primer teniente y regresó a Castellón. Cinco
años después, en 1909, marchó por primera vez a África, al haber solicitado destino en su
ciudad natal, en el Regimiento de Infantería Serrallo n.º 69. En febrero de 1910 pasó a
mandar una compañía de las Milicias Voluntarias de Ceuta, siendo la primera vez que
tuvo bajo sus órdenes soldados de origen marroquí, y a finales de ese año contrajo
matrimonio con Isabel Palmer Arizo.
En abril de 1911 ascendió a capitán por antigüedad y fue destinado al Batallón de
Cazadores de Cataluña n.º 1, por entonces destacado en Melilla, aunque se le envió a
Jerez de la Frontera para hacerse cargo de la compañía encargada de recibir y enviar a su
unidad a los nuevos contingentes de reclutas. En junio, debido al hostigamiento de las
cabilas, volvió a Melilla y se incorporó al dispositivo encargado de defenderla. En agosto
solicitó voluntariamente integrarse en las entonces llamadas Fuerzas Regulares Indígenas
de Melilla, fundadas y mandadas por el teniente coronel Berenguer, hecho que marcó
indeleblemente su futura trayectoria profesional. Al frente de la 1.ª Compañía, en la que
tenía bajo sus órdenes al teniente Mola, intervino brillantemente en la denominada
campaña del Kert, librada contra el caudillo rifeño Sidi Mohamed El Mizzian a lo largo
del otoño de aquel año, y en la progresiva ocupación militar del recién instaurado
Protectorado durante 1912, acciones que le valieron su primera Cruz de María Cristina,
entonces la mayor condecoración al valor tras la Cruz de San Fernando.
En junio de 1913, los Regulares de Melilla se trasladaron por mar a Ceuta para hacer
frente a la rebelión encabezada por El Raisuni, cuyas partidas hostigaban los aledaños de
Tetuán, capital del flamante Protectorado. Siempre bajo las órdenes de Berenguer, su
compañía se distinguió en las operaciones emprendidas a lo largo de aquel año, lo que le
valió el ascenso a comandante por méritos de guerra, siendo nombrado en diciembre jefe
del Campamento Principal de Tetuán. Sin embargo, en enero de 1914 el ya general
Berenguer decidió que se incorporara a su brigada, para lo cual le concedió el mando de
una de las unidades que la integraban: el I Batallón del Regimiento de Infantería Mallorca
n.º 13, con el que intervino en diversos combates en el área de influencia de Tetuán,
recompensados con otra Cruz de María Cristina.
385
En marzo de 1915, a consecuencia de una enfermedad contraída por la insalubridad de la
zona de operaciones, solicitó la excedencia y regresó a la Península, fijando su residencia
en Castellón de la Plana. En diciembre se le concedió el mando del Batallón de Reserva
de Castellón n.º 46, cargo que llevaba aparejado el de delegado del capitán general de la
III Región Militar ante la Comisión Mixta de Reclutamiento de la provincia y el de vocal
de la Junta Provincial de Sanidad de la misma. En febrero de 1917, volvió al servicio
activos en el Regimiento de Infantería Tetuán n.º 45, de guarnición en la citada ciudad,
donde permaneció hasta que le correspondió el ascenso por antigüedad a teniente coronel
a finales de 1919, lo que ocasionó su traslado a Pamplona, al Regimiento de Infantería
Constitución n.º 29, del que pasó al de la Princesa n.º 4, de guarnición en Alicante, en
julio de 1921.
En agosto, debido al desastre de Annual, en el Princesa embarcó hacia Melilla y quedó
integrado en la columna del general Sanjurjo, con la que intervino en diversas operaciones
para reconquistar la zona de influencia de la asediada ciudad. En octubre, su columna
recuperó Monte Arruit, donde asistió a la macabra ceremonia de identificar e inhumar los
putrefactos cadáveres de los cientos de soldados allí masacrados por las huestes de Abd-
el-Krim.
Mientras se culminaba con éxito la total ocupación y pacificación del Protectorado y
algunos de sus antiguos compañeros, como Franco o Mola, eran promovidos al
generalato, el coronel Llano se limitó a cumplir rutinarios servicios de guarnición,
primero en Lérida, al mando del Regimiento de Infantería La Albuera n.º 26 desde finales
de 1925 hasta 1929, y a continuación en Castellón, al mando del Regimiento en el que ya
había estado de comandante: el Tetuán n.º 45. Allí, el 25 de abril de 1931, prometió por
su honor ser leal a la recién proclamada República, obedecer sus leyes y defenderla con
las armas, promesa a la que se mantuvo leal en julio de 1936. Poco después, en junio de
1931, el ministro de la Guerra, Manuel Azaña, le confió el mando del Regimiento de
Infantería n.º 20, cargo que aparejaba el de gobernador militar de la provincia de Huesca,
y en noviembre, al haber sido declarado apto para el ascenso a general, se trasladó a
Madrid para realizar el preceptivo curso preparatorio en la Escuela Superior de Guerra.
Finalizado este en diciembre, fue promovido a general de brigada en enero de 1932 y
regresó a Huesca para mandar la X Brigada de Infantería, conservando el puesto de
comandante militar de la provincia, denominación que Azaña dio a los antiguos
386
gobernadores militares. La revisión de los ascensos por méritos concedidos por Primo de
Rivera favoreció notablemente su carrera, al tiempo que perjudicaba la de otros
africanistas, cuestión que los enemistó con el régimen republicano y que influiría en su
posicionamiento en 1936. Llano, que era en 1932 el penúltimo de los generales de brigada
de Infantería, pasó a ocupar el número 14 en 1933, adelantando incluso a Franco, que era
el primero del escalafón.
En octubre de este año, nada más ganar las elecciones la derecha, el gobierno de Martínez
Barrio dispuso su trasladó a Valencia para que se hiciera cargo del mando de la V Brigada
de Infantería.
El triunfo de la coalición electoral del Frente Popular en febrero de 1936 fue nombrado
jefe de la División Orgánica de Cataluña, siendo todavía general de brigada.
En los planes de Mola, Barcelona era clave por su posición geográfica y por el potencial
industrial de Cataluña. Por ello, instó sin éxito al general Llano, su antiguo capitán, a que
se uniera a la trama golpista. Ante su negativa, terminó confiando la sublevación de la
capital catalana al general Goded, pese a que, aparte de no ser el mando orgánico de la
IV División, por lo que muchos oficiales se resistirían a obedecerle, desempeñaba el cargo
de comandante militar de Baleares.
Este cúmulo de circunstancias terminaría abortando el golpe en Barcelona, en cuyo
desarrollo y desenlace Llano desempeñó un papel bastante desairado. En los días previos,
quitó importancia a lo que sucedía, pese a estar perfectamente informado a través del
capitán Federico Escofet, comisario general de Orden Público de la Generalitat; el 18 de
julio, incluso después de que Mola le telefonease para que declarara el estado de guerra,
se opuso a arrestar a los abiertamente declarados en rebeldía, como le ordenó tajantemente
Casares Quiroga, todavía ministro de la Guerra, y el 19, se desmoronó e incluso sufrió un
infarto cuando sus propios subordinados le confinaron en un despacho del palacio de
Capitanía a la llegada de Goded. El golpe no triunfó en Barcelona porque la Guardia Civil,
se enfrentó sin fisuras a las tropas sacadas de los cuarteles. Su indecisa actitud le costó el
puesto y el general Castelló, ministro de la Guerra del gobierno de Giral, le dejó
disponible en Barcelona, donde testificó en contra de Goded en el consejo de guerra
convocado en agosto, que culminó con su condena a muerte y ejecución.
387
En noviembre, tras la constitución del Ejército Popular de la República, Largo Caballero
le confió el mando del Ejército del Norte, del que dependían los 100.000 efectivos
desplegados en Asturias, Cantabria y Vizcaya, zona totalmente aislada del resto del
territorio leal a la República. Sin recibir instrucción alguna, pues su nombramiento
coincidió con el ataque de Franco a Madrid y la marcha del gobierno a Valencia, se
trasladó a Bilbao por vía aérea en el momento en que el comandante Francisco Ciutat,
jefe interino de aquel Ejército, intentaba infructuosamente recuperar Vitoria. Las Cortes
acababan de aprobar el Estatuto de Autonomía del País Vasco y el recién elegido
lehendakari, José Antonio Aguirre, se consideraba el jefe natural de las fuerzas que
guarnecían Vizcaya, por lo que enseguida surgió un conflicto de competencias entre él y
Llano, que hizo crisis en enero de 1937, momento en que este último se vio obligado a
trasladar su cuartel general a Santander y a inhibirse del mando del Cuerpo de Ejército
vasco. No obstante, cuando las tropas de Mola irrumpieron en Vizcaya a finales de marzo,
Aguirre acudió a él y regresó a Bilbao al frente de una división del Cuerpo de Ejército de
Cantabria. El insuficiente refuerzo no impidió la pérdida de Vizcaya y en julio Indalecio
Prieto, ministro de Defensa del gobierno de Negrín, le sustituyó por el general Gámir y
puso a su cargo la Inspección General de Infantería, un cometido estrictamente
burocrático que desempeñó hasta el final de la guerra sin moverse apenas de su oficina
de Valencia.
Al finalizar la guerra, embarcó hacia Francia, donde residió algunos meses antes de
instalarse definitivamente en México, donde Indalecio Prieto le confió la presidencia de
la Financiera Industrial de Ayuda, S. A. (FIASA), empresa dependiente de la Junta de
Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE). La tensa pugna entre la JARE y el Servicio
de Emigración de los Republicanos Españoles (SERE), que lideraba Negrín, casi le costó
la vida en 1942, al ser herido grave en el cuello por unos pistoleros de la Federación
Anarquista Ibérica (FAI), al servicio del SERE, que intentaban robar los fondos
depositados en FIASA.
En 1945, el general Hernández Saravia, ministro de Defensa del gobierno republicano en
el exilio, convencido de que la victoria aliada pondría término al régimen franquista, le
puso al frente de la Comisión Organizadora de las Fuerzas Militares de Tierra, Mar y
Aire, a la que se asignó la tarea de censar a los exiliados desperdigados por América y
pulsar su disponibilidad para cuando el gobierno republicano recuperase el poder en
388
España. En 1947, al constatar que los aliados no iban a intervenir en los asuntos españoles,
Llano abandonó la Comisión y renunció para siempre a intervenir en cuestiones políticas.
Desde entonces y hasta el momento de su muerte el día 31 diciembre de 1963, continuó
afincado en la Ciudad de México.
Condecoraciones:
2 Cruces de María Cristina
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/26717/francisco-llano-de-la-encomienda
Adscripción: R+2
389
Orgaz Yoldi, Luis
Fecha de nacimiento: 28 de mayo de 1881 - Vitoria
Fecha de defunción: 31 de enero de 1946 - Madrid
Empleo Julio 1936: General Brigada
Destino Julio 1936: Activo- Disponible Canarias
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1924)
Hechos que motivaron la concesión:
Desde junio de 1921 hasta finales de febrero de 1924 desempeñó el cometido de primer
jefe instructor de la mehala jalifiana, actuando siempre en la región occidental del
Protectorado. En 1922 participó en la ocupación de Tazarut, último refugio de Raisuni, y
en muchas otras acciones en la región de Gomara. En octubre de 1924 recibió la Medalla
Militar por estas operaciones. (D.O. número 280 de 13 de diciembre de 1923).
Carrera militar:
Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en 1898, siendo promovido a segundo
teniente en abril de 1900 y a primer teniente en diciembre de 1903. Sus destinos iniciales
fueron en los batallones de cazadores de Llerena y Arapiles, ambos pertenecientes a la 1.
Brigada de Cazadores, de guarnición en Madrid.
En julio de 1909, mandando la 2. Sección de Ametralladoras de su brigada, desembarcó
en Melilla, tomando parte, entre otros, en los combates de Loma de Ait-Aisa, Barranco
del Lobo, Zoco del Hach de Beni Sicar y Taxdir. Continuó en operaciones en la zona de
Melilla hasta enero de 1910, fecha en que su unidad regresó a la Península. En septiembre
del mismo año fue ascendido a capitán, siendo destinado al Batallón de Arapiles y, más
tarde, al Grupo de Ametralladoras de la Brigada de Cazadores. En abril de 1913 pasó
destinado al Tabor de Fuerzas Indígenas de Alcazarquivir y luego a la Policía Indígena
de Larache. En agosto de 1913 ascendió a comandante por méritos de guerra y en
diciembre de 1915 fue destinado como profesor a la Academia de Infantería, destino que
ocupó hasta finales de 1919. En noviembre de 1919 pasó a las tropas de policía indígena
de Ceuta, donde permaneció hasta junio de 1921. En ese destino participó en las
operaciones que finalizaron con la ocupación de Xauen en septiembre de 1920. En enero
del mismo año había sido ascendido a teniente coronel por antigüedad.
390
Desde junio de 1921 hasta finales de febrero de 1924 desempeñó el cometido de primer
jefe instructor de la mehala jalifiana, actuando siempre en la región occidental del
Protectorado. En 1922 participó en la ocupación de Tazarut, último refugio de Raisuni, y
en muchas otras acciones en la región de Gomara. En 1924 fue ascendido a coronel por
méritos de guerra.
En febrero de 1924 fue destinado al «servicio de la presidencia del gobierno, en la sección
de asuntos militares de la oficina de Marruecos», manteniéndose como secretario de la
Dirección General de Marruecos y Colonias hasta febrero de 1928. En junio del mismo
año es ascendido a general por elección, dándosele la antiguedad en el empleo de
septiembre de 1926. Ya como general de brigada ostenta el mando sucesivamente de las
brigadas 1, de la 13. división y de la 1 división.
En el verano de 1932, después del intento de golpe de Sanjurjo, fue acusado de haber
estado implicado en el mismo, siendo procesado y condenado por la Sala Segunda de lo
Criminal de la Audiencia de Madrid e ingresando en agosto del mismo año en la Cárcel
Modelo.
En julio de 1936, tras la salida de Franco desde Canarias hacia Marruecos, Orgaz
proclamó el estado de guerra en las islas y quedó como máxima autoridad en ellas durante
unos días. El 21 de julio, en un avión incautado a la compañía Lufthansa, se trasladó a
Tetuán, donde, tras el paso de Franco a la Península, el día 6 de agosto, ocupó el puesto
de alto comisario, con el teniente coronel Juan Beigbeder como secretario general y
delegado de Asuntos Indígenas.
Hombre de mentalidad conservadora y de bruscos modales, Orgaz pronto chocó con el
principal líder nacionalista, Abd el-Jalek Torres, con el mismo jalifa e incluso con
Beigbeder, que trataba de mediar en estos enfrentamientos. Franco, consciente de la
necesidad de que el Protectorado se mantuviese sin agitaciones, desautorizó a Orgaz y
ordenó que toda la política indígena y las relaciones con los nacionalistas marroquíes
quedasen, exclusivamente, a cargo de Beigbeder.
En diciembre de 1936, tras el fracaso del asalto a Madrid, Franco reclama a Orgaz a la
Península, encomendándole la transformación de las desgastadas columnas marroquíes
en la División Reforzada de Madrid. En la práctica se trataba de un cuerpo de ejército con
más de treinta mil hombres. Las dotes de organización de Orgaz se ponen a prueba no
solo para estructurar esa gran unidad, sino también para crear los necesarios apoyos
391
logísticos. En ese mismo mes es ascendido a general de división.
Si la creación de la División Reforzada es un éxito para Orgaz, fracasa mandándola en la
batalla del Jarama, lo que implica su alejamiento de los mandos de operaciones. A finales
de marzo del mismo año, Franco le nombra jefe de movilización, de recuperación y de
preparación e instrucción de la oficialidad de las academias de retaguardia. En este nuevo
puesto, contribuyó a la creación de las nuevas divisiones que acabarían dando la
superioridad numérica a Franco, a la movilización económica que puso a disposición del
ejército las capacidades industriales del país y, finalmente, a la formación de oficiales y
suboficiales provisionales que permitieron el encuadramiento de todos los reemplazos
movilizados. La eficaz actuación de Orgaz fue una de las claves para la victoria de Franco
en la Guerra Civil.
Terminada la guerra, en mayo de 1939 es nombrado capitán general de Cataluña. En ese
puesto empezó a demostrar su poco apego al ideario falangista y su convencimiento de
que la única actitud posible de España ante la guerra mundial era el mantenimiento de
una estricta neutralidad. En mayo de 1941 fue nombrado alto comisario en Marruecos, en
sustitución de Carlos Asensio. De fuerte carácter y poco amigo de componendas, Orgaz
exige que a este cargo vaya unido el de jefe superior de las Fuerzas Militares de
Marruecos, lo que implica la salida del general Ponte, que pasa a ser capitán general de
Andalucía. Franco nombra a Orgaz alto Comisario, a pesar de ser monárquico declarado
y firme partidario de la neutralidad. La tarea de Orgaz en Marruecos es aún más difícil
que la de su antecesor, Asensio. La escasez de alimentos llega hasta el extremo de que se
recogían en los caminos cadáveres de muertos por inanición y la tropa se veía forzada a
pedir comida por las casas o a comer, a escondidas, las magras raciones de algarrobas que
constituían la base de la alimentación del ganado de las unidades.
Desde julio de 1941, Orgaz había tomado parte activa en las intrigas de los generales
monárquicos que trataban de forzar a Franco a abandonar el poder y reinstaurar la
monarquía en la persona de don Juan. El momento clave de estos intentos es la
presentación, en septiembre de 1943, de la carta en la que ocho tenientes generales
solicitaban respetuosamente a Franco la reinstauración monárquica.
A mediados de 1945 Orgaz, enfermo, es nombrado jefe del Alto Estado Mayor en Madrid.
Las opiniones de que es alejado de Marruecos ante el temor de Franco de una sublevación
por parte de Orgaz quedan sin valor por el hecho de que su sucesor como alto comisario,
392
el teniente general Varela, también había firmado la carta de septiembre de 1943
reclamando la retirada de Franco y la entronización de don Juan. Varela era, incluso, más
antifalangista y proaliado que Orgaz.
Fuentes:
http://www.lahistoriatrascendida.es/documentos/personajeshistoricos/OrgazYoldi.pdf
Adscripción: N+2
393
Tella Cantos, Heli Rolando
Fecha de nacimiento: 14 de septiembre de 1888 - Gomeán
(Lugo)
Fecha de defunción: 10 de octubre de 1967 - Aday (Lugo)
Empleo Julio 1936: Teniente Coronel Infantería
Destino Julio 1936: Activo- Disponible Melilla
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1924 Laureada y 1925 MM)
Hechos que motivaron la concesión:
El 23 de septiembre al mando de su compañía y marchando en extrema vanguardia,
avanzó en unión de otra compañía hacia el collado de Dar Raid, tomando previamente
unas posiciones que el mando había designado.
A los pocos momentos el enemigo, fuertemente atrincherado y desde posiciones
dominantes, rompió violento y certero fuego contra las dos compañías, causándoles en
pocos momentos gran número de bajas, entre ellas las de todos los demás oficiales,
produciendo el desorden en las fuerzas y un retroceso en toda la línea avanzada, sin poder
retirar las bajas y el armamento, que quedaron en vanguardia a merced del enemigo, el
que, para evitar el inmediato avance de nuestras tropas, prendió fuego a la gaba.
El capitán Tella, único oficial ileso de las dos compañías, dándose cuenta de lo crítico de
la situación y del peligro que para la columna suponía el abandono de esta primera línea,
se lanzó a contener a las fuerzas, y con gran decisión, energía y desprecio del peligro,
consiguió, tras poderosos esfuerzos, imponerse, logrando rehacerlas y que se lanzasen a
ocupar las posiciones que el mortífero fuego del contrario les había forzado a abandonar,
y rechazando y batiendo al enemigo, cada vez más numeroso, restableció la situación, y
viendo que el incendio de la gaba iba a alcanzar a los muertos y heridos que habían
quedado en el campo, con las escasas fuerzas que mandaba, reforzadas con otras del
Tercio que le habían sido enviadas, sin intimidarle el incesante fuego enemigo, procedió
a retirar a muertos y heridos, algunos por él mismo, logrando salvar a todas las bajas y
recoger el armamento.
Abierto el correspondiente expediente de juicio contradictorio, por Real Orden de 28 de
febrero de 1929 le sería concedida la Cruz Laureada de San Fernando.
394
En 1925 fue recompensado con la Medalla Militar Individual por Real Orden de 13 de
febrero por sus méritos durante las operaciones realizadas desde el 31 de julio de 1921 al
22 de agosto de 1923, especialmente en las de Tazuda, el 10 de octubre de 1921, Dar
Quebdani, el 8 de abril de 1922, y la del 22 de agosto de 1923.
Carrera militar:
Ingresó en la Academia de Infantería en agosto de 1907, siendo en septiembre de 1910
promovido al empleo de segundo teniente y destinado al Regimiento de Ceriñola, en
Cabrerizas Altas (Melilla), tomando parte en ese año en diversas operaciones de campaña.
En 1911 pasó al Batallón de Cazadores de Ciudad Rodrigo, con el que ganó el ascenso a
primer teniente por méritos de guerra.
De regreso a la Península, empleó su tiempo libre en escribir obras de ambiente bélico,
volviendo a Marruecos en 1913, destinado al Regimiento de Melilla. Al año siguiente se
incorporó en Larache al Regimiento de Wad Ras.
Ascendido a capitán en 1916, fue destinado al Regimiento de San Marcial, pero volvió a
Melilla en 1921, entrando de nuevo en operaciones y siendo herido el 10 de septiembre.
Dos años después pasó a Regulares de Alhucemas, recibiendo otra herida el 21 de agosto.
Trasladado su Grupo a Ceuta en julio de 1924, al mes siguiente recibió dos heridas, una
de ellas grave. Al terminar en 1927 la campaña de Marruecos había alcanzado el empleo
de comandante por méritos de guerra, pasando a ser nombrado ayudante de campo del
general Rodríguez Arias, gobernador militar de Salamanca.
En 1930 fue destinado a la Inspección General del Ejército, interviniendo dos años
después en el levantamiento de agosto de 1932, siendo detenido, juzgado y deportado a
Villa Cisneros, de donde conseguiría huir posteriormente, dedicándose a estudiar la
carrera de Derecho hasta que fue amnistiado en 1934. A su ascenso a teniente coronel, en
1935, se le concedió el mando de la 1.ª Legión, en Tauima (Melilla), pero al triunfar el
Frente Popular fue depuesto el 13 de junio de 1936, quedando en situación de disponible
forzoso en la plaza de Melilla y pasando más tarde exiliado al Marruecos francés, de
donde regresó al español a las pocas horas de iniciado el levantamiento, atravesando el
Estrecho al mando de dos banderas del Tercio, con las que combatió en las provincias de
Córdoba, Badajoz y Toledo, al mando de una de las agrupaciones que integraban la
llamada “Columna Madrid”, a las órdenes de Yague y Varela.
395
En 1937 ascendió a coronel por méritos de guerra y se le concedió el mando de una
brigada navarra en el Frente de Asturias, y más tarde fue puesto al frente de la 63.ª
División, con la que intervino en la ofensiva de Aragón.
Al terminar la guerra, era general de brigada habilitado, siendo ascendido a este empleo
efectivo en julio de 1940, pasando a mandar la División n.º 81. Dos meses antes se le
había concedido la Medalla de Sufrimientos por la Patria por haber sufrido prisión en
1932. En 1941 se le nombró gobernador militar de Burgos.
En la década de 1940 formó parte de un grupo de altos mandos del Ejército que conspiró
contra Franco para tratar de conseguir que abandonase el poder, por lo que fue acusado
de defraudación y contrabando, juzgado y en 1945 dado de baja en el Ejército y desterrado
a Palencia, no consiguiendo que fuese revisado su caso. Cuando se le permitió regresar a
Lugo sufrió un atentado del que salió ileso, pero en el que hubo dos víctimas.
Estuvo casado en segundas nupcias con María de la Concepción Cabrera Benito, condesa
de Amayuelas, hija del barón de la Torre de Argel, y habían sido sus padrinos de boda los
reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Actualmente una de las calles de la ciudad de
Lugo lleva el nombre de general Tella.
Condecoraciones:
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/70031/heli-rolando-de-tella-y-cantos
Observaciones, comentarios:
Obras: Escuela y patria o la preparación del servicio militar, Toledo, 1910; Evolución de
las ideas sobre el empleo táctico y la organización del terreno para el combate, Zamora,
1928;
Adscripción: N+2
396
Lucas Mercader, Enrique
Fecha de nacimiento:
Fecha de defunción: año 1972
Empleo Julio 1936: Teniente Coronel de Infantería
Destino Julio 1936: Retirado- Barcelona
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1924)
Hechos que motivaron la concesión:
La Orden Circular de 6 de diciembre de 1924 publicaba la concesión de la Medalla Militar
Individual al Comandante de Infantería D. Enrique Lucas Mercader, con destino en el
Tercio de Extranjeros, por sus méritos en el territorio de Melilla, desde el 26 de mayo al
11 de junio de 1923. En dicho tiempo, mandando las Fuerzas de la I y IV Banderas de la
Legión se distinguió en los combates sostenidos en la región de Tarfesit, siendo citado en
el parte de la acción del día 28 de Mayo, así como por su eficaz intervención en las
posiciones de "Viernes" y "Benítez" de las cuales asumió el Mando el día 29, en los
difíciles momentos en los que había que proteger desde ella el paso de convoyes a Tizzi
Azza, y por haber dirigido con acierto el día 5 de Junio el combate librado con el enemigo
en el barranco del poblado de Iguermiren, para lo cual tuvo que hacer varias salidas de
guarnición con el fin de proteger el avance de la Columna que operaba dicho día. (D.O.
número 275 de 6 de diciembre de 1924)
Carrera militar:
Se reincorpora al Ejército Nacional, encuadrado en el Ejército de Levante, combatiendo
en Teruel en 1938.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: N+2
397
Munar Munar, Bartolomé
Fecha de nacimiento: 8 de octubre de 1895 - Palma de
Mallorca (Islas Baleares)
Fecha de defunción: 11 de agosto de 1962 - Palma de
Mallorca (Islas Baleares)
Empleo Julio 1936: Capitán de El Tercio
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1924)
Hechos que motivaron la concesión:
El 14 de septiembre de 1924 se presentó voluntario para mandar una pequeña columna
compuesta por dieciséis legionarios con la misión de prestar inmediato socorro a la
posición de Kala Bajo, asediada por un enemigo fuertemente atrincherado y que
dominaba el camino de acceso a la avanzadilla y a la posición.
Portando mochilas metálicas con agua, se lanzó valientemente hacia dicha posición,
recorriendo unos doscientos metros bajo un intenso fuego, consiguiendo penetrar en la
avanzadilla, en la que dejó cuatro legionarios con su provisión de agua, y con los dos
restantes continuó hacia la posición, en la que consiguió penetrar, teniendo en la marcha
tres legionarios muertos y otros tres heridos, pues el enemigo, apercibido de la maniobra
y situado en la proximidad de la posición, concentró con especial empeño su fuego sobre
la entrada.
Entregado el convoy, salió con otro legionario y retiró a uno de los heridos que había
quedado en el campo, efectuando seguidamente una nueva salida para recoger los
cadáveres de los legionarios muertos, momento en que el enemigo, concentrando su fuego
en descargas cerradas, produjo la muerte del legionario que le acompañaba y señales de
proyectiles en su ropa.
A pesar de la presión que el enemigo ejercía para impedir las comunicaciones, el
suboficial Munar se presentó voluntario para llevar un parte del jefe de la posición al de
la columna, lo que intentó con especial arrojo, mas obligado a volver a la posición
perseguido por un grupo de moros, recogió en el camino unos paquetes de algodón y gasa,
elementos de cura de que se carecía en la posición, de la que nuevamente salió y recogió
398
los cuatro cadáveres de sus legionarios.
En la tarde del día siguiente el enemigo atacó nuevamente la posición y avanzadilla,
especialmente ésta, en la que causó importantes destrozos y dejó fuera de combate a sus
escasos defensores, y ante el peligro de que el enemigo se apoderase de ella, el jefe de la
posición ordenó al suboficial Munar que fuese a ella con cuatro legionarios, lo que
resueltamente y comprendiendo la dificultad de hacerlo por la entrada, barrida por el
fuego enemigo, lo hizo saltando la alambrada y parapeto, rodeado por el enemigo, que
hirió a tres de los cuatro legionarios que le acompañaban, encontrando muertos a los que
guarnecían la avanzadilla.
Con fuego de fusil contuvo al enemigo, permitiendo que los heridos entrasen en la
avanzadilla, cuya defensa continuó él mismo, el legionario ileso y uno de los heridos, que
lo estaba en un pie. Durante la noche el enemigo renovó sus ataques, arrojando granadas
de mano y piedras, algunas de las cuales le alcanzaron, produciéndole fuertes golpes en
la cabeza, con derramamiento de sangre, y en una oreja, sosteniendo con tenaz valor la
defensa de la avanzadilla, haciendo fuego con tal intensidad que, a pesar de cambiar de
fusiles, se produjo quemaduras en las manos.
Al día siguiente, aprovechando que el enemigo había disminuido su presión sobre la
avanzadilla, se reforzó ésta con los demás legionarios y algunos soldados de cazadores y
se evacuaron las bajas que había sufrido, quedando el suboficial Munar como jefe de ella
hasta el día 17, en que fue relevado, y durante cuyo mando la avanzadilla fue
frecuentemente atacada con fuego de fusil, granadas de mano y piedras.
Su comportamiento en esta acción fue sometido a juicio contradictorio, considerándose
que había actuado de forma heroica, por lo que le sería concedida la Cruz Laureada de
San Fernando por Real Orden de 17 de julio de 1928.
Carrera militar:
El 2 de octubre de 1920 se presentó en Palma de Mallorca en el banderín de enganche del
Tercio un hombre que deseaba alistarse y que aparentaba unos veinticinco años, que dijo
llamarse Bartolomé Munar Munar, de profesión electricista y que, según él, había servido
cinco años en la Marina de Guerra como artillero.
Una semana después desembarcó en Ceuta, incorporándose a la 1.ª Compañía de la 2.ª
Bandera. El último día del año fue promovido a cabo.
En abril de 1921 recibió su bautismo de fuego, y el 24 de julio fue trasladado de Ceuta a
399
Melilla, tomando parte en la reconquista del Gurugú.
Fue ascendido a sargento en octubre de 1922, y al año siguiente su Bandera se trasladó a
Ceuta, donde tomó parte en numerosos hechos de armas.
En 1925 fue ascendido al empleo de alférez legionario y a teniente al siguiente año, y con
este empleo solicitó y obtuvo en 1931 el retiro, concediéndosele el empleo de capitán y
fijando su residencia en Palma de Mallorca, donde, al estallar la Guerra Civil, ofreció sus
servicios al gobernador militar, interviniendo en la organización de la Legión Mallorquina
y en la defensa de la isla contra la operación de desembarco de las fuerzas republicanas.
En agosto de 1936, siendo capitán de la Milicia de Falange Española Tradicionalista
(FET) y de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS) de Baleares, resultó
herido de gravedad en el frente de Manacor, por lo que se le concedió la Medalla de
Sufrimientos por la Patria, ingresando, como consecuencia de la herida, en el Cuerpo de
Mutilados de Guerra. En 1945 fue agregado al Ejército del Aire, con destino en la
Maestranza Aérea de Baleares.
Condecoraciones:
Fuentes:
AGM Segovia 1ª, 1ª, M-4749
http://dbe.rah.es/biografias/68894/bartolome-munar-munar
http://www.lahistoriatrascendida.es/documentos/personajeshistoricos/munar-munar.pdf
http://wikiheroes.es/pages/heroes/bartolome-munar-munar.php
Observaciones, comentarios:
Primer legionario Laureado. La ciudad de Palma de Mallorca, le dedicó una de sus calles,
cuyo nombre se mantiene actualmente.
Adscripción: N+2
400
Nicolás Ordóñez, Guillermo
Fecha de nacimiento: 31 de julio de 1897 - Badajoz
Fecha de defunción: 27de agosto de 1936 – Castellón
Empleo Julio 1936: Capitán Infantería
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1924)
Hechos que motivaron la concesión:
En 1922 fue trasladado al Grupo de Fuerzas Regulares de Tetuán, tomando parte el 24 de
agosto de 1924 en la acción de Tagsut, en la que, formando parte de la 1.ª Compañía del
3.er Tabor de su Grupo, marchaba en vanguardia de la columna de Xauen, cuando, en
cumplimiento de las órdenes recibidas, al realizar la referida unidad el avance hacia unas
peñas ocupadas por el enemigo, resultó herido leve en una pierna y al reanudar la marcha
incorporado a su sección, recibió una segunda herida en la mano. Continuó, no obstante,
en la línea de ataque, y se entabló una reñidísima lucha con el enemigo que sostenía las
posiciones, animado por las bajas que causaba.
Herido el capitán de la Compañía y reducida notablemente la fuerza, Nicolás se negó a
ser retirado de la línea de fuego y se hizo cargo del mando de la sección, recibiendo una
tercera herida en el cuello que le atravesó el pecho. Perdió el conocimiento debido a la
gravedad de la herida y se encontró aislado al recobrarlo, tras lo cual acudió en auxilio de
un grupo en el que estaba su capitán herido, defendiéndole con innegable valor y tenaz
esfuerzo y protegiendo su evacuación. Recibió en esta fase la cuarta herida de proyectil
en la mano derecha, pero continuó el repliegue haciendo fuego y sufrió la quinta herida
en la oreja izquierda. Consiguió llegar a la guerrilla del Tercio, donde se le practicó la
primera cura.
Tan manifiesto hecho heroico sería recompensado, tras juicio contradictorio, con la Cruz
Laureada de San Fernando por Real Orden de 14 de julio de 1928. Esta preciada
condecoración le fue impuesta por el general Jordana el 6 de octubre de 1929.
Carrera militar:
Ingresó a los diecisiete años como educando de corneta en el Regimiento de Isabel II,
incorporándose en 1916 al Batallón de Cazadores de Segorbe en Nador, como soldado de
401
segunda, ascendiendo a cabo al año siguiente e interviniendo en las operaciones de Monte
Arruit y Laucién.
En 1919 fue ascendido a sargento, destacando en los combates del Monte Cónico y el
Fondak, por lo que fue recompensado con una Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo.
Destinado a la Mehalla de Tetuán en 1925, en el mes de septiembre volvió a ser herido,
esta vez en Kudia Tahar. Al año siguiente fue ascendido a suboficial por méritos de guerra
y se le concedió otra Cruz roja al Mérito Militar, obteniendo en 1929 el empleo de alférez.
Debido a sus ideas monárquicas, en 1931 se acogió a la reforma de Azaña y pasó a la
situación de retirado con el empleo de capitán, fijando su residencia en Figueroles
(Castellón), donde tenía una hermana que ejercía de maestra.
Al estallar la Guerra Civil fue obligado en dos ocasiones a comparecer ante el gobernador
civil, sin consecuencia alguna, pero el 27 de agosto de 1936 se presentó en su domicilio
un grupo de milicianos del Frente Popular que lo detuvieron y se lo llevaron con dirección
a Castellón, deteniéndose en el cruce de la carretera a San Juan de Moró, donde le
asesinaron y arrojaron su cuerpo a la cuneta.
Condecoraciones:
Cruz al Mérito Militar
Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo
Fuentes:
AGM Segovia 1ª, 1ª, N-342
http://dbe.rah.es/biografias/69429/guillermo-nicolas-ordonez
Adscripción: N-1
402
Pajares Colodrón, Daniel
Fecha de nacimiento: 21 de julio de 1895 - Navas del Rey
(Valladolid)
Fecha de defunción: 25 de julio de 1936 - Valladolid
Empleo Julio 1936: Practicante militar
Destino Julio 1936: Hospital militar de Toledo
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1924)
Hechos que motivaron la concesión:
El 24 de agosto de 1924 se halló en los combates de Tagsut formando parte del tercer
Tabor de su Grupo. Estando en el puesto de socorro atendiendo a los heridos, se le ordenó
acudir a la línea de fuego para curar a un oficial que había caído herido, recibiendo un
balazo en el brazo derecho cuando le estaba prestando los primeros auxilios, lo que no le
impidió terminar con la cura, dedicándose a continuación a otros heridos, momento en
que volvió a ser herido, esta vez en la rodilla derecha, a pesar de lo cual continuó
prestando sus servicios. Cuando regresaba al puesto de socorro transportando al oficial
herido, recibió el impacto de otra bala en una pierna, con fractura ósea, lo que le impidió
continuar la marcha hasta que fue recogido, siendo llevado a continuación al hospital de
Tagsut y posteriormente a los de Xauen y Tetuán.
Por Real Orden de 15 de febrero de 1929 se reconoció su heroísmo en el combate de
Tagsut y fue recompensado con la Cruz Laureada de San Fernando, que le sería impuesta
en Madrid en el mes de agosto siguiente.
Carrera militar:
En agosto de 1918 ingresó en la Caja de Reclutas de Medina del Campo y en febrero de
1919 fue destinado en clase de soldado al Regimiento de Infantería de Isabel II, de
guarnición en Valladolid. Tras alcanzar los empleos de cabo, en octubre de 1920, y
sargento, en agosto del año siguiente, se reenganchó en el Ejército en febrero de 1922,
partiendo hacia Marruecos dos meses después formando parte del Batallón
Expedicionario de dicho Cuerpo y regresando a España en julio del mismo año por
excedente de plantilla.
Nombrado practicante militar en enero de 1923, pasó destinado a la Jefatura de Sanidad
403
Militar de Ceuta, prestando sus servicios en el Grupo de Regulares de Tetuán e
interviniendo en multitud de operaciones durante los meses siguientes.
Dado de alta en octubre y tras disfrutar de dos meses de licencia, se reincorporó a
Regulares de Tetuán, recibiendo al año siguiente la Cruz de María Cristina y otra al
Mérito Militar con distintivo rojo por los servicios prestados desde agosto de 1924 a
octubre de 1925.
Cambió de destino en octubre de 1926 al ser trasladado al Hospital Militar de Tetuán, del
que fue destacado meses después al lazareto de Dar Murcia para atender a los enfermos
afectados de peste bubónica, regresando a Regulares en enero del año siguiente. Continuó
participando en operaciones hasta que en diciembre fue destinado a la enfermería de Punta
Pescadores y más tarde a la establecida en el Zoco el Arbaa de Beni Hassan.
De nuevo en Regulares de Tetuán a partir del mes de abril, pasó en enero de 1930 a la
Academia de Caballería de Valladolid, donde permaneció hasta que al año siguiente la
institución fue trasladada a Toledo, siendo entonces agregado y posteriormente destinado
al Hospital Militar de dicha ciudad.
Al comenzar la Guerra Civil se adhirió al levantamiento, perdiendo la vida de un disparo
enemigo cuando se dirigía desde Valladolid a San Rafael, en cumplimiento de una misión
que se le había encomendado.
Condecoraciones:
Cruz de María Cristina
Cruz del Mérito Militar
Fuentes:
AGM Segovia 1ª, 1ª, P-135
http://dbe.rah.es/biografias/69607/daniel-pajares-colodron
Imagen:http://alcantara.forogratis.es/revista-tabor-n-11-con-bravura-sin-igual-
t2401.html
Adscripción: N+1
404
Roig Solé, Bartolomé
Fecha nacimiento: 16 de febrero de 1900- Agramunt (Lérida)
Fecha de defunción: 19 de octubre de 1954- Cadaqués
(Gerona)
Empleo Julio 1936: Carabinero
Destino Julio 1936: Comandancia Castellón
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1924)
Hechos que motivaron la concesión:
El día 23 de junio de 1924 el blocao, defendido por el cabo Roig Soler con ocho soldados
a sus órdenes, comenzó a ser hostilizado por los moros, intensificándose los ataques a
partir del 20 de septiembre, cuando fueron cercadas casi todas las posiciones. El último
convoy que había llegado a Magó n.º 1 había sido diez días antes y, por tanto, las
provisiones y sobre todo el agua escaseaban alarmantemente.
El 10 de octubre se formalizó el asedio. Atacaron el puesto con fuego de fusiles y bombas
de mano, lo que causó la muerte del soldado Francisco Martínez Lucas y resultaron
heridos todos los demás. El cabo Roig Soler resultó alcanzado levemente en la región
deltoidea derecha, cara dorsal del pie izquierdo, región costal, dorso de la nariz y región
frontal; quedó ciego, pero consiguió telefonear a Xauen e informar de la situación: “El
enemigo ayer noche nos mató a Francisco Martín Lucas y todos los ocho restantes nos
encontramos heridos, teniendo el blocao que no podemos parar, porque nos entran los
tiros por todas partes y se nos va a caer en cuanto se repita del sitio más peligroso. Ruego
a V.S. haga lo posible por arreglarnos de tal situación porque no es imposible defendernos
[...] necesitamos auxilio cuanto antes porque estamos indefensos”.
El techo de la fortificación se había hundido a causa del impacto de una gran piedra, por
lo que la defensa desde el interior se hizo imposible. Se fortificó con piedras, colchonetas
y morrales desde el exterior, y aquí se agiganta la historia de este soldado, pues estando
herido y ciego organizó la defensa, con su gran disposición y temple, animando y
elevando el espíritu de sus compañeros sin permitirles desfallecer a pesar de la
desesperada situación en que se encontraban; eran atacados durante el día con tiros e
intentaban cada noche dos o tres asaltos, siendo todos rechazados por este puñado de
405
heridos. Así, la situación en el blocao, con hombres heridos y consumidos por la fiebre,
sin apenas comer ni beber ni casi dormir, con la línea telefónica cortada desde el principio
del asedio, el día 14, ante la imposibilidad de seguir manteniendo la defensa, el soldado
Anastasio Pachá Serrano se ofreció voluntario para intentar salir en busca de refuerzos; a
pesar de encontrarse casi deshidratado y herido en un hombro, pudo llegar a Xauen, donde
dio parte de la situación y solicitó auxilio.
Inmediatamente se formó una columna, pero al llegar a unos dos mil metros de su objetivo
hubo de entablar un duro combate y sólo al amanecer del día 15 pudo alcanzar el blocao
y liberar a los sitiados. El cabo Roig Soler fue hospitalizado durante treinta y un días. No
tardó en recuperar la visión, siendo su hazaña merecedora de la Cruz Laureada de San
Fernando que se le concede 10 años más tarde en 1933 por D.O. número 1 de 1º de enero
de 1933. La Cruz llevaba entonces aparejada una pensión mensual de 83,33 pesetas.
Carrera militar:
Fue llamado a filas el 1 de agosto de 1921, ascendiendo a Cabo el 1 de marzo de 1923.
Se le destinó en 2.ª compañía del Batallón de Cazadores de Llerena n.º 11, quedando al
mando del blocao denominado Magó nº1 que se encontraba situado en la falda del monte
del mismo nombre, en el resalto de un elevado acantilado y a la izquierda del camino de
Xauen a la posición de Miskrela.
El 1 de enero de 1925 fue ascendido a sargento en 2.ª situación e ingresó en Carabineros
el 21 de octubre de 1925, Cuerpo con el que participó en la Guerra Civil en el “bando
nacional”217. El 15 de marzo de 1940 pasó a la Guardia Civil, al fusionarse ambos
cuerpos. Ascendió a cabo el 27 de diciembre de 1947, y a sargento el 27 de diciembre de
1954. Se le concede el ascenso honorifico a Brigada por ser Caballero de la Orden de San
Fernando.
Comentarios:
Las anotaciones en su Hoja de Servicios correspondientes a los años 1937 y 1938 están
marcadas con una anotación al margen “anotaciones hechas por el Ejército rojo”, ya que
la provincia de Castellón se mantuvo bajo el mando gubernamental durante ese periodo.
En el año 1939 se recoge la anotación “permanece en territorio no liberado desde el 18
217 La información contenida en la página de la Real Academia de la Historia, no coincide con las
anotaciones de su Hoja de Servicios que claramente indican que durante la Guerra Civil estaba encuadrado
en el bando gubernamental.
406
de julio de 1936 hasta el 31 de marzo del año marginal”.
En el año 1940 se le instruye expediente para determinar “su conducta en relación con el
Glorioso Movimiento Nacional” que se debió resolver sin responsabilidad a tenor del
hecho de que su carrera militar continua hasta 1952, si bien, se le descuenta como tiempo
de abono en servicio el período de “permanencia en zona roja”, lo que indica que la duda
sobre aquellos miliares que no se unieron a los sublevados no se limitó a los expedientes
de depuración o a los consejos de guerra, sino que la desconfianza les acompañó durante
el resto de sus carreras miliares.
Fuentes:
Hoja de Servicios- Archivo histórico Ministerio del Interior, ACGC, Expediente personal
http://dbe.rah.es/biografias/26365/bartolome-roig-soler
Adscripción: R+1
407
1925 Alonso Alonso, Luis
Fecha nacimiento: 17 de agosto de 1896- Madrid
Fecha de defunción: 8 de septiembre de 1936-
Paracuellos del Jarama (Madrid)
Empleo Julio 1936: Capitán Médico
Destino Julio 1936: Cuerpo de Seguridad- Centro de
Movilización y Reserva- Madrid
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla:
Marruecos (1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Como premio a su distinguido y valeroso comportamiento en el combate del 18 de agosto
de 1932 en Melilla, al que asistió con las fuerzas del Tercio, destacando su actuación de
un modo excepcional, evidenciando valiosas dotes, curando a los heridos en las mismas
guerrillas y dando en todo momento pruebas de inteligencia, elevado espíritu, entusiasmo
y valor personal. Se le concedió la Medalla Militar el 1 de mayo de 1925 (D.O. número
98 de 5 de mayo de 1925)
Carrera militar:
Licenciado en Medicina y Cirugía el 21 de junio de 1919, por la Facultad de Medicina de
la Universidad Central de Madrid. Ingresó en el Cuerpo de Sanidad Militar el 27 de
septiembre de 1919 y fue promovido a Teniente Médico el 21 de enero de 1920 ocupando
plaza de su clase en el Regimiento de Infantería de Mahón.
En 1922 fue destinado con carácter forzoso y como refuerzo a las urgentes necesidades
sanitarias producidas por los sucesos de Anual, al Hospital Docker de Melilla del que fue
nombrado jefe de la 5ª Clínica, y de la de Presos y Dementes. Allí inició la práctica de la
psiquiatría científica, en los años que ésta disciplina se abría paso en España. Influido por
el aumento de las enfermedades mentales que la Gran Guerra había producido, solicitó
por motivos científicos su ingreso voluntario en la recién fundada Legión española, con
el fin de estudiar la conducta del hombre en combate. Su actuación en el auxilio a los
heridos en primera línea de fuego, controlando reacciones de pánico colectivo, le hizo
merecedor a la Medalla Militar Individual, siendo el primer médico de la Sanidad Militar
408
en obtener esta distinción recientemente creada.
En el periodo 1924-1926, solicitó su pase a la situación de Disponible en la 1ª Región
Militar (Madrid) para dedicarse a la investigación en base a la experiencia acumulada, en
colaboración con los médicos de la recién creada Escuela de Psiquiatría Militar de la
Clínica de Ciempozuelos. Participó y colaboró en el movimiento de Higiene Social,
promovido por la Liga de Higiene Mental.
En 1926 solicitó destino a la zona occidental del Protectorado, donde permaneció hasta
1932. En estos años contribuyó con eficacia a la erradicación de las enfermedades
endémicas de la zona, viruela, sífilis y, especialmente el paludismo, por lo que recibió
menciones especiales. Fue el artífice de la campaña antipalúdica mejor reglada en cuanto
a medios y organización, la de 1929. Su condición de médico militar, su conocimiento
del árabe y sus cargos de responsabilidad político-militares le situaron cerca de las
autoridades locales y de la población rural. Adquirió una experiencia de primer orden de
las peculiaridades de la sociedad marroquí, que plasmó en sus escritos. Sus obligaciones
en el seno del Ejército no le impidieron tomar parte activa en las reformas en el
tratamiento de los enfermos mentales, que estaban inspiradas en principios humanistas.
Entre ellas la del Código Penal y la intervención de los psiquiatras como peritos en los
tribunales. Estas reformas dieron lugar a que se planteara el problema de la criminalidad
y responsabilidad de los enfermos mentales, lo que originó agrios y duros debates entre
juristas y psiquiatras, en los que Luis María Alonso se implicó, siendo muy crítico con
los jueces y con el Código. Sus argumentos los expone en el artículo: “El médico y el
juez ante el Código”, (1928).
En 1932 ingresó como alumno en la Clínica Militar de Ciempozuelos, para tomar parte
en el curso de Especialidades Médicas - Neuropsiquiatría. Dos años después, en 1934
obtuvo el Diploma en Neuropsiquiatría. Luis María Alonso fue el diplomado en
Psiquiatría Militar con más recompensas militares y mayor experiencia tanto en combate,
como en el ámbito hospitalario.
En 1935 ingresó, previo concurso, en el Cuerpo de las Fuerzas de Asalto y fue destinado
en vacante de capitán médico al Cuartel de Zaragoza de Madrid.
El 16 de julio de 1936 por decisión gubernamental se dispone su pase a la situación de
Disponible forzoso en la 1ª Región Militar, por lo que causa baja en el Cuerpo de Guardias
de Asalto. El 29 de septiembre del mismo año fue detenido en su domicilio por milicianos
409
del Frente Popular y conducido a la Cárcel Modelo, de donde salió en la madrugada del
8 de noviembre para ser fusilado en Paracuellos de Jarama (Madrid).
Fuentes:
Hoja de Servicios en el Archivo General Militar de Segovia, 1-A-1422- Exp Z
Galería Militar Contemporánea. Tomo VII. Las campañas españolas en África (1893-
1935), Madrid, Servicio Histórico Militar, 1980, pág. 291
Texto e Imagen: http://dbe.rah.es/biografias/135874/luis-maria-alonso-alonso
Adscripción: N-1
410
Ascoz218 Cabañero, Mariano
Fecha de nacimiento: 3 de marzo de 4898 - Barrachina (Teruel)
Fecha de defunción: 18 de septiembre de 1970 – Zaragoza
Empleo Julio 1936: Comandante Infantería
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Campañas de Marruecos (1909 – 1927)
Hechos que motivaron la concesión:
Al iniciarse el 3 de septiembre de 1925, la presión del enemigo en el frente de Gorgues-
Kudia Tahar- Nator-Ben Karrich, el blocao Nator n.º 3 del sector Vázquez-Nator,
guarnecido por cinco cabos y diecisiete soldados al mando del sargento Ascoz, fue
atacado con fuego de fusil a las dos de la mañana por numeroso enemigo, que fue
rechazado, sosteniendo su guarnición un intenso combate, recrudecido a las pocas horas
por el fuego de cañón, cayendo dos proyectiles dentro del blocao, por lo que dispuso que
la fuerza saliera de él y se situara fuera de la alambrada, en la que se continuó la lucha
hasta que al anochecer, por haber disminuido la intensidad del fuego, volvió la guarnición
al puesto, dedicándose durante la noche a reparar los numerosos desperfectos con los
escasos medios de que se disponía.
Al amanecer el día 4, el enemigo reanudó el ataque con mayor intensidad, intimidando a
la rendición del puesto, y en vista del decidido propósito de defenderlo se solicitaron
refuerzos de la posición del Nator principal debido a la escasez de municiones y tener
siete heridos y cuatro enfermos, siéndole enviados nueve hombres, transcurriendo la
noche con continuos ataques del enemigo. En los combates de este día resultó herido por
tiro de fusil y casco de metralla en la mano derecha y en la pierna y costado del mismo
lado.
En la madrugada del día 5, el enemigo intensificó sus ataques con fuego de fusil y cañón,
pero los valientes defensores consiguieron alejarlo, empleando las granadas de mano de
que disponían, pero, agotadas éstas, y con pocas municiones de fusil, con once muertos y
218 En Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Infantería). Tomo I/1, consta como Azcoz,
pero en Infantería revisión consta Ascoz.
411
nueve heridos, entre ellos Mariano Ascoz, que en este combate sufrió nuevas heridas en
distintas partes del cuerpo y en el pómulo y ojo izquierdo, con pérdida de la visión, pudo
el enemigo acercarse nuevamente al puesto y quitar la alambrada de un frente, por lo que,
considerando materialmente imposible continuar la defensa, ordenó la evacuación, siendo
el último en abandonarla junto con un cabo y un soldado, intensamente perseguidos por
los disparos del enemigo, hasta que fueron recogidos por la guarnición de un blocao
próximo.
Carrera militar:
Ingresó en el Ejército en 1917. Combatió durante muchos años en la zona del
Protectorado, distinguiéndose en numerosas acciones de guerra.
Tras recuperarse de sus heridas, pasó destinado al Regimiento de las Órdenes Militares,
en el que en 1926 fue recompensado con la Cruz al Mérito Militar de plata por su
destacada actuación en campaña.
Encontrándose sirviendo con el empleo de suboficial en el Regimiento del Infante, en
Zaragoza, por Real Orden de 18 de enero de 1929 le fue concedida la Cruz Laureada de
San Fernando, que el 27 de febrero siguiente le fue impuesta con todos los honores por el
capitán general de la Región Militar. En ese mismo año ingresó en la Escala de Reserva
con el empleo de alférez.
Al llegar la República, Mariano Ascoz se retiró del Ejército, concediéndosele el empleo
de capitán. En 1939 reingresó en la escala complementaria con el mencionado empleo y
antigüedad de marzo de 1937, siendo ascendido en 1943 a comandante de dicha escala y
agregado más tarde al Batallón de Cazadores de Montaña de Talavera, pasando destinado
en 1950 al Patronato de Huérfanos de la 5.ª Región Militar, manteniéndose en este destino
hasta que en 1956 pasó a la situación de disponible en la 5.ª Región Militar, en la que fue
nombrado teniente coronel al siguiente año. A su muerte fue ascendido a coronel por ser
Caballero Laureado.
Condecoraciones:
Cruz al Mérito Militar de plata
Fuentes:
AM Segovia 1ª, 1ª, A-2692
http://dbe.rah.es/biografias/68389/mariano-ascoz-cabanero
Adscripción: N+2
412
Becerril Peigneux d’Egmont, Florencio
Fecha de nacimiento: 18 de Julio de 1.900 - Mahón
Fecha de defunción: 9 de agosto de 1987
Empleo Julio 1936: Capitán Ingenieros (piloto aviador)
Destino Julio 1936: Escuela Aeronáutica- Madrid (se
encontraba en Alemania en Julio 1936)
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Campañas de Marruecos (1909 – 1927)
Hechos que motivaron la concesión:
En la Orden General de la Comandancia de Melilla de 6 de marzo de 1925 y por el Excmo.
Sr. General en Jefe de éste Ejército de Operaciones, le es concedida la Medalla Militar
como premio por su valeroso y ejemplar comportamiento por los trabajos para
contrarrestar la acción del enemigo, de quien se supo por confidencias que construía una
mina para volar la posición de Tizi Alma, o causarle cuando menos grandes daños,
disponiendo el Mando que por fuerzas de Ingenieros bajo la dirección de éste oficial se
hiciera una contramina que además de frustrar los propósitos del contrario les produjera
el mayor daño posible. La ejecución de éste plan ,en cuya preparación se empleó el
periodo comprendido entre el 4 de noviembre de 1.923 y 8 de diciembre de igual año,
representó un éxito para las fuerzas que lo llevaron a cabo y por ende para su director que
personalmente y en condiciones extraordinarias realizó trabajos muy duros y penosos por
la escasez de medios y la urgencia requerida por la proximidad del enemigo a la posición
y a pesar de asegurar confidencias que la mina explotaría cada día y cada noche a partir
del 15 de noviembre supo calmar con su serenidad las impaciencias que había creado
éstas noticias y el temor de que el enemigo se adelantara a su acción, animar a sus
soldados con su valor y espíritu sereno realizando por si el servicio de escucha las noches
que por las confidencias aseguraban ser más inminentes el peligro y proseguir la dirección
de los trabajos con la sangre fría necesaria para conducirlo al feliz término que alcanzó
.En premio a su valeroso y ejemplar comportamiento por los trabajos de referencias por
R. O. de 31 de marzo (D. O. núm.72) se confirma la concesión de la Medalla Militar por
los hechos relatados. El 5 de abril marchó con su sección a Tafersit para serle impuesta
la Medalla Militar por el Excmo. General Primo de Rivera…”
413
Condecoraciones:
Medalla Militar colectiva
Cruz de la Orden del Águila alemana de 2º Clase
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
“El Tte. De Ingenieros D. Florencio Becerril Peigneux D´Egmont, un oficial Zapador-
Minador en la posición de Tizi-Alma (Nov-Dic-1.923) – Memorial del Arma de
Ingenieros - diciembre 2005
Adscripción: N+1
414
Casas Bartolomé, Segundo
Fecha de nacimiento: 1 de junio de 1892
Fecha de defunción:
Empleo Julio 1936: Alférez Infantería
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Campañas de Marruecos (1909 – 1927)
Hechos que motivaron la concesión:
Siendo Sargento del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas por su comportamiento en
los combates para romper el cerco de Tifaruín.
Se le concedió la Medalla Militar, según D.O. Número 85 de 18 de abril de 1925.
Carrera militar:
En 1937 era Capitán de Infantería. Por Orden de 24 de enero de 1940 pasa a formar parte
del Arma de Tropas de Aviación como Capitán. Se reincorpora en el Ejército Nacional,
en el Regimiento de Carros de la División 52 en Zaragoza. Después de la guerra, continua
carrera alcanzando el grado de Coronel Aviación.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: N+2
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Fernández Mulero, Pio
Fecha de nacimiento: 17 de julio de 1888 - Yeste (Albacete)
Fecha de defunción: 3 de octubre de 1936 – Albacete
Empleo Julio 1936: Comandante de Infantería (piloto aviador)
Destino Julio 1936: Activo-Bon Zapadores - Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Campañas de Marruecos (1909 – 1927)
Hechos que motivaron la concesión:
Le fue concedida la Medalla Militar individual, por su actuación en el ataque realizado
por su escuadrilla en Ben Tieb protegiendo la retirada el 19 de julio, dando pruebas de su
bravura y acometividad, sirviendo de ejemplo a sus hombres, insistiendo en el ataque a
los grupos enemigos, en vuelo a baja altura hasta lograr disolverlos, aunque su aparato
recibió numerosos impactos y resultó herido su observador, capitán Montalt.
Carrera militar:
Ingresó a los dieciséis años de edad en la Academia de Ingenieros Militares, en
Guadalajara, y una vez completados los estudios, fue promovido a teniente en 1908,
yendo destinado a la Comandancia de Ingenieros de Melilla, distinguiéndose en diversas
acciones, especialmente en los combates del 11 de septiembre en las posiciones de Isafan
e Imarusen, y el 7 de octubre en el paso del Kert y la conquista de las lomas de Tikermín;
por estas acciones recibió sendas Cruces del Mérito Militar con distintivo rojo.
Ascendió a capitán en 1914, y estando destinado en el Regimiento de Ferrocarriles,
solicitó realizar el curso de piloto aerostero, obteniendo el correspondiente título en la
Escuela de Aerostación, de Guadalajara.
Desde este primer contacto con el aire, Pío Mulero —que así se le conoció siempre en la
Aviación Militar, y así firmaba— no abandonaría la Aeronáutica, que sería su gran
pasión.
En 1917 se haría piloto militar de aeroplano, quedando prestando servicio como tal, en el
aeródromo de Cuatro Vientos durante algunos meses, y al adquirir España los primeros
biplanos De Havilland DH- 4, fue el capitán Mulero designado jefe de la escuadrilla que
con éstos se formó, y con ella marchó a la zona oriental de Marruecos a establecerse en
el aeródromo de Zeluán, reanudándose en éste la actividad que, por falta de material
416
aéreo, llevaba varios meses interrumpida. Desde allí realizó una importante labor,
reconociendo el terreno a vanguardia de las posiciones, y realizando misiones de
bombardeo contra Zoco el Arbaa de Beni Ulisech, Tensaman, Beni Said y otros puntos.
Cuando tras la retirada de las tropas españolas en el verano de 1921, el enemigo se
apoderó de casi todo el territorio conquistado, llegando a alcanzar los aledaños de la plaza
de Melilla, el aeródromo de Zeluán —único que existía en la zona oriental— fue
desbordado por los rifeños y, posteriormente, ocupado. La pérdida del aeródromo y la
escuadrilla fue un duro golpe para Pío Mulero, no en el orden material, ya que del
expediente que en consecuencia se abrió, salió su nombre limpio de cualquier anomalía,
sino en el espiritual, ya que mientras estuvo pendiente de resolución dicho expediente,
hubo de sufrir la incomprensión de algunos compañeros que, en el apasionado ambiente
que se vivía aquel fatídico verano, veían poco airosa la figura de aquel capitán que había
perdido su aeródromo y su escuadrilla, y sin embargo, fue declarado sin responsabilidad
en ello.
En noviembre de aquel año llegaría Pío Mulero al nuevo aeródromo de Tauima,
encuadrado en la escuadrilla mandada por el capitán Joaquín González Gallarza, y con
ella participó en los duros combates que exigió la recuperación del terreno perdido en la
retirada de unos meses antes, distinguiéndose en el ametrallamiento de Ras Medua y los
poblados de Yasmén y Tifasor. En 1924, de nuevo al mando de una escuadrilla, volvió a
sobresalir su actuación en los certeros bombardeos a las fuerzas enemigas que atacaban
el peñón de Vélez de la Gomera.
Ascendido a comandante, recibió el mando del Grupo Bristol, y con él tomó parte en las
gloriosas jornadas del desembarco en las playas de Bocoia —operación conocida como
“desembarco de Alhucemas”—, donde tan destacado papel jugó la Aviación Militar.
Su Grupo, el 14 de octubre de 1925 salvó de una muy complicada situación a una columna
francesa que operaba en el límite de las cabilas de Gueznaia y Marnisa tratando de
profundizar hacia las fuentes del Kert; los aviadores españoles, volando a muy baja altura,
lograron desorganizar y dispersar muy oportunamente a los grupos de moros, evitando
que aniquilaran a las fuerzas francesas que ya habían iniciado la retirada en la que
sufrieron setecientas cincuenta bajas, perdido una batería de artillería y abundante
material. El Gobierno francés concedió la Cruz de Guerra con Palmas a los aviadores
españoles que serían citados en la Orden General del Ejército francés de Marruecos.
417
En el verano de 1927, sometida y desarmada la belicosa cabila de Beni Urriaguel, sólo
quedaba por abatir el fantasma legendario del yebel Alám, macizo abrupto y cubierto de
bosque de gran importancia bélica y, especialmente, espiritual y psicológica; el 16 de
julio se inició el asalto, cooperando seis escuadrillas de los aeródromos de Tetuán y
Larache en el avance de cuatro columnas. El comandante Mulero, al frente del 5.º Grupo,
se lanzó contra las posiciones del enemigo, barriendo a éste con sus bombas y
ametralladoras, resultando herido en una pierna por el fuego que de tierra se le hacía;
insistió, no obstante, en sus pasadas cada vez a menor altura, recibiendo un nuevo balazo
que le atravesó la cabeza dejándole conmocionado; el observador, capitán Lloro, era
piloto, y tras hacerse con los mandos del aparato fue a tomar tierra en el zoco el Jemiz de
Beni Arós, donde Mulero recibió la primera cura de sus graves heridas, siendo luego
evacuado a la posición de Dexiar, que tenía instalado un equipo quirúrgico; allí sería
trepanado, salvando la vida y el ojo izquierdo, que se temió iba a perder.
Pío Mulero fue nombrado en 1928 jefe de las Fuerzas Aéreas de África, y al frente de
ellas permaneció hasta 1930 en que fue destinado al mando de la Jefatura de Material, al
tiempo que era jefe del aeródromo de Cuatro Vientos. En 1931 sería elegido presidente
de la Federación Aeronáutica Española.
Ascendido el año anterior a teniente coronel, en julio de 1936 se encontraba disfrutando
las vacaciones estivales en Yeste, su pueblo natal, y allí fue detenido por las milicias
populares y conducido a la cárcel de Albacete, donde quedó preso al negarse a prestar
servicio al Frente Popular. El 3 de octubre fue puesto en libertad, pero elementos de
Aviación de la plaza, le detuvieron al día siguiente y le asesinaron junto al “puente viejo”,
dejando allí su cadáver.
Condecoraciones:
Cruz de Guerra con Palma (Francia)
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/45493/pio-fernandez-mulero
Imagen: https://www.pinterest.cl/pin/329818372682396743/
Adscripción: N-1
418
Franco Bahamonde, Ramón
Fecha de nacimiento: 2 de febrero de 1896 - Ferrol (La
Coruña)
Fecha de defunción: 28 de octubre de 1936 - Mar Mediterráneo
Empleo Julio 1936: Comandante Infantería (piloto aviador)
Destino Julio 1936: Activo - Agregado Militar – Washington -
EEUU
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Por sus relevantes servicios prestados como piloto en ambas zonas del protectorado desde
1921 a 1923, se le concedió la Medalla Militar individual, que le sería impuesta en Melilla
el 24 de septiembre de 1923.
Carrera militar:
Ramón Franco ingresó en la Academia de Infantería de Toledo el 28 de agosto de 1911,
siguiendo los pasos de su hermano Francisco, que un año antes había obtenido el grado
de segundo teniente. Salió de la Academia el 25 de junio de 1914 y fue destinado al
Regimiento de Zamora, de guarnición en su ciudad natal. En 1915 pasó a Marruecos, al
Cuadro eventual de Larache y al Regimiento Extremadura n.º 15, con residencia en
Alcazarquivir, y allí inició el estudio del árabe, lengua de la que llegó a ser profesor.
El 25 de junio de 1916 ascendió a primer teniente y poco después regresó a la Península.
En 1917 solicitó ser trasladado al Grupo de Regulares Indígenas n.º 4 (Larache),
incorporándose a su nuevo destino en el mes de febrero, en el que permaneció hasta el
año 1920. En febrero de este año se le autorizó a pasar, en comisión, al Servicio de
Aeronáutica Militar y el 1.º de dicho mes hizo su presentación en el aeródromo de Getafe,
en el que inició el curso de pilotaje de aeroplano y obtuvo su ascenso a capitán por
antigüedad el 31 de agosto de 1920.Terminada la primera parte del curso, el 19 de
diciembre de 1920, pasó al vecino aeródromo de Cuatro Vientos para completar su
formación, que finalizó a primeros de 1921.
419
En junio de 1921 retornó a Marruecos, esta vez a Tetuán, a la 1.ª Escuadrilla, en la que
realizó una incansable labor de continuos servicios de bombardeo y reconocimiento, que
le valieron ser calificado por sus jefes como “oficial entusiasta y decidido, siempre
dispuesto a marchar donde se le ordena; ha prestado muy buenos servicios”. El 22 de
febrero de 1922 fue destinado a Los Alcázares (Murcia), para efectuar las prácticas
requeridas para el manejo de hidroaviones. El 29 del mes siguiente, a los mandos de un
hidro Savoia n.º 3 marchó en vuelo a la base de Atalayón (Melilla). En 1922 tuvo que
tomar agua a causa de averías por tres veces, el 6 de mayo en un servicio de bombardeo
al peñón de Vélez de la Gomera; y el 5 de junio y el 8 de octubre en el estrecho de
Gibraltar (la segunda vez, tuvo que permanecer toda una noche en el mar, antes de ser
recogido).
A primeros de 1923, volando en hidroavión Dornier Wal, acompañó a los Breguet XIV
terrestres en el vuelo Cádiz-Canarias; en la vuelta, que los Breguet efectuaron
embarcados, realizó la etapa Arrecife- Casablanca de 817 kilómetros nueva marca
hispana de distancia en hidroavión. Nada más volver a Melilla, en marzo de 1923,
participó en la destrucción de aviones en poder del cabecilla rifeño Abd-el-Krim,
operación en la que cayeron varios aviones españoles, entre ellos el hidro de Franco, que
fue remolcado a Melilla por el cañonero Recalde. En 1924 realizó en Cuatro Vientos el
curso de jefe de escuadrilla y en 1925 el de observador de aeroplano, terminado el cual
se reincorporó voluntariamente a la base de hidros de Atalayón. A partir del primero de
septiembre de 1925, se fueron concentrando en Melilla el centenar largo de aeroplanos
preparados para participar en el desembarco de Alhucemas. La operación comenzó el 8
de dicho mes y en esta misma jornada el hidro de Ramón Franco fue derribado por
impactos enemigos y tuvo que amarar en la bahía de Alhucemas. En este mes de
septiembre Franco voló 45 horas y 47 minutos.
En 1928, intentó dar la vuelta al mundo, con Eduardo González Gallarza y el mecánico
Rada, en un hidro de mayor porte que el Wal, el Super Wal Numancia, pero la nueva
aeronave falló antes de doblar la punta de Portugal. En octubre Franco fue nombrado jefe
de la Escuela de Tiro y Bombardeo de Los Alcázares.
Franco, con Ruiz de Alda, Gallarza y Madariaga, en junio de 1929 intentaron un vuelo
trasatlántico, en dos etapas nocturnas, a las Azores y Nueva York, con vuelta directa desde
Terranova a Galicia.
420
Estaba programado hacerlo en el primer Wal montado en la factoría CASA de Cádiz, el
n.º 16 (M-MWAP); pero Franco y sus compañeros decidieron usar el último fabricado en
Pisa, el n.º 15 (M-MWAO), que habían probado en vuelo y les ofrecía mayores garantías,
intercambiando sus matrículas.
El vuelo se inició en Los Alcázares el 21 de junio, a las 17:00 horas, con idea de llegar a
las Azores a las 9:00 del 22 (hora española), equivalente a las 6:00 locales.
La última vez que pudieron calcular su posición navegaban por la latitud 37º 35’,
intermedia entre las de las islas más meridionales de las Azores, las de San Miguel y
Santa María. Antes de llegar a su destino densos nubarrones ocultaron la luna y las
estrellas, por lo que no pudieron volver a calcular su posición.
Cuando amaneció pudieron ver el sol y tomar la longitud geográfica, que era de 30º 15’,
a occidente de las islas citadas y de las del núcleo central, que habían sobrepasado sin
divisarlas (en 5º a las meridionales y en 2º a las centrales), por lo que perforaron las nubes
en búsqueda de tierra o de barcos, que no encontraron. Optaron por amarar, para ahorrar
combustible, en espera de conocer su posición exacta; a mediodía calcularon su latitud,
que era 35º N, o sea, 2º menos que la isla de Santa María, que habían rebasado por el Sur,
debido a un fuerte viento del Nordeste. Quedaban 350 litros de gasolina en los depósitos
y Franco creyó que podría llegar a Santa María, pero el combustible se agotó cuando
faltaban 45 millas por arribar.
El gran tesón y fuerza de voluntad de Franco y sus compañeros, unidos a su buena
preparación física, les permitió mantenerse siete días en el mar, con violenta marejada y
un fuerte temporal, manteniendo un hombre permanentemente a los mandos y otro en un
puesto de observación elevado. Antes del alba del 29 de junio avistaron al portaviones
Eagle, que volvía a su base de Gibraltar, y le alertaron con toda clase de señales.
Como consecuencia del incidente se descubrió el cambio del Dornier n.º 16 por el n.º 15,
y Ramón Franco fue dado de baja en Aviación y pasado a situación B. A toda prisa
escribió el libro Águilas y Garras, que fue secuestrado antes de salir de imprenta, se le
retiró la licencia para trasladarse a Sudamérica y se le formó expediente. Esto le impulsó
a ingresar en la masonería y a iniciar su etapa conspiradora, con sus primeros contactos
con dirigentes de la Confederación Nacional de Trabajores (CNT) en Barcelona, y le
originó su ingreso en prisión el 11 de octubre de 1930 y un arresto militar de cuatro meses.
421
Evadido de la prisión en la madrugada del domingo 24 de noviembre, el 15 de diciembre
participó en la sublevación de Cuatro Vientos, que le valió el exilio en Portugal, Bélgica
y Francia.
Instaurada la Segunda República, Ramón Franco fue nombrado el 15 de abril de 1931
jefe superior de Aeronáutica, cargo en el que cesaría el 26 de junio de 1931. Partícipe
activo en la campaña electoral de junio de 1931, en la que sufrió la fractura de una pierna
por hundimiento de un estrado, salió diputado por Sevilla y Barcelona, eligiendo esta
segunda circunscripción.
Una vez constituido el primer gobierno Lerroux, el comandante Franco se reintegró en la
Aviación Militar y poco después fue nombrado agregado aéreo a la embajada española
en Washington, donde le sorprendió el levantamiento militar de 1936.
El 6 de octubre de 1936 renunció a su cargo, viajó en barco a Lisboa, entró en España por
Salamanca y se presentó a sus hermanos Francisco y Nicolás. El 23 de noviembre de 1936
se le habilitó para ejercer el empleo de teniente coronel y se le confió el mando de la
Aviación en Baleares; al mes siguiente ascendió por antigüedad a teniente coronel de
Infantería.
Recibido en Palma de Mallorca con cierta hostilidad, pronto fue ganándose el aprecio de
los aviadores, por su eficacia y espíritu de trabajo, y por lo alejado que se mantuvo en
esta época de su vida de toda ostentación. Aunque su misión en la isla no le obligaba a
efectuar servicios de guerra, todos los meses realizó alguno para mantenerse al tanto de
la actividad de sus subordinados. Para el 28 de octubre de 1938 se había ordenado una
acción contra el puerto de Valencia y, a pesar de las condiciones atmosféricas
desfavorables, Franco tomó el mando de uno de los hidroaviones Cant Z-506 que
ejecutarían el servicio. Caído al mar poco después del despegue, los restos del hidro
fueron localizados doce horas más tarde y el cadáver de Ramón Franco el día depués.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/9248/ramon-franco-bahamonde
Observaciones, comentarios:
Obras: De Palos al Plata, Madrid, Espasa Calpe, 1926; Águilas y Garras, Madrid,
Iberoamericana de Publicaciones, 1929; Madrid bajo las bombas, Madrid, 1931.
Adscripción: R > N-2
422
García- Escámez Iniesta, Francisco
Fecha de nacimiento: 1 de marzo de 1893 - Cádiz
Fecha de defunción: 12 de junio de 1951 – Santa Cruz de
Tenerife
Empleo Julio 1936: Coronel Infantería
Destino Julio 1936: Activo - Disponible Pamplona
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Campañas de Marruecos (1909 – 1927)
Hechos que motivaron la concesión:
En 1925 volvió a Marruecos, pues fue destinado el 8 de mayo de dicho año al Tercio.
Pocos días después entró en combate, participando a continuación en numerosas
operaciones, si bien su actuación más arriesgada y destacada se materializó el 12 de
septiembre de 1925 teniendo por escenario la posición defensiva clave de Cudia Tahar,
situada a doce kilómetros de Tetuán, y cuya guarnición se encontraba sitiada por los
rebeldes de Abd-el-Krim. El comandante García-Escámez al frente de una Bandera del
Tercio constituyó una de las columnas encargadas de liberar la citada posición.
Cumplió con éxito y valor extremo la misión y una vez liberada Cudia Tahar, se unió a
las fuerzas que habían desembarcado en Alhucemas el 8 de septiembre, participando en
aquella importante operación bélica que significó el final de la Guerra de Marruecos.
Ascendió a teniente coronel por méritos de guerra en agosto de 1926, siendo además
recompensado por estos hechos con la Cruz laureada de San Fernando, en 1930, que le
impuso el rey Alfonso XIII.
Carrera militar:
Nació en el fuerte de San Sebastián de Cádiz. A los dieciséis años ingresó en la Academia
de Infantería de Toledo, donde fue promovido a segundo teniente en 1912, año en el que
pasó destinado al Regimiento de Pavía n.º 48. Al año siguiente fue destinado al
Regimiento de Extremadura n.º 15, en Algeciras, desde donde embarcó con rumbo a
Larache (Marruecos) el 16 de julio del citado año, entrando en misiones de campaña al
día siguiente, dando así comienzo a una brillante carrera militar. De hecho, en 1914
obtiene en Marruecos su primera Cruz del Mérito Militar.
Sus ascensos a primer teniente y capitán llegaron por antigüedad, pero sus once
423
condecoraciones logradas hasta su promoción con veintinueve años por méritos de guerra
a comandante, en 1922, fueron fruto de sus méritos en campaña. En diciembre de 1923
fue designado delegado gubernativo de Moguer (Huelva), puesto en el que permaneció
hasta marzo de 1925.
En 1925 volvió a Marruecos, pues fue destinado el 8 de mayo de dicho año al Tercio.
Después de ocupar distintos destinos en la Península, volvió a Marruecos como jefe de la
2.ª legión del Tercio. Ascendido a coronel de Infantería en 1935, fue destinado a mandar
la 2.ª media brigada de la 2.ª brigada de Montaña de Pamplona. En la capital navarra le
sorprendió el 18 de julio de 1936, poniéndose a las órdenes del general Emilio Mola que
le encargó delicadas e importantes misiones. Su actuación en la Guerra Civil fue muy
brillante y se vio recompensada con la Medalla Militar individual en noviembre de 1936
por su acertada dirección de las operaciones en el sector de Somosierra, al mando de una
columna de ocho mil hombres, así como por su participación en las operaciones de
Sigüenza.
Finalizada la contienda, ya ascendido a general de brigada, fue nombrado gobernador
militar de Barcelona, pasando después sucesivamente a desempeñar igual cargo en las
provincias de Las Palmas de Gran Canarias y Sevilla en septiembre de 1940. Finalmente,
en 1943, ascendido a general de división, fue nombrado capitán general de Canarias y
jefe del Mando Económico, organismo creado para evitar las consecuencias del
aislamiento del archipiélago por causa de la Segunda Guerra Mundial, cargos que
desempeñó hasta su fallecimiento el 12 de junio de 1951, si bien con el grado de teniente
general al que había ascendido por Decreto de 10 de enero de 1947. Ese mes, el
Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife le concedió la Medalla de Oro de la Ciudad por
los méritos contraídos en beneficio del municipio. De hecho, en Canarias realizó una obra
social y cultural extraordinaria, materializada en la construcción de viviendas para
obreros, complejos sanitarios, cementerios, grupos escolares, casas para maestros,
embalses, iglesias, carreteras y hoteles para la prometedora industria turística insular. Su
gestión del mando económico en el archipiélago canario es recordado más de medio siglo
después de su fallecimiento en otras ciudades, como Madrid o Cádiz, con calles, plazas o
instituciones que llevan su nombre, y que llevó a José María Pemán a escribir que
“García-Escámez era un tipo de héroe cueto, humano, constructivo, cuya laureada parece
que se enreda tanto en hojas de laurel como en ramos de olivos... Éste es un tipo
424
gaditanísimo de jefe que, al día siguiente de la batalla, parece que se vuelve alcalde,
gobernador, ingeniero, contratista: toda la gama pacífica de la vida administrativa y civil”.
No en vano, siendo capitán general de Canarias, desempeñó el mando de las fuerzas de
tierra, mar y aire del archipiélago y del África occidental española, habiendo sido jalonada
su trayectoria militar con dos ascensos por méritos de guerra y condecorado hasta en
cuarenta ocasiones, que incluyeron por su valor a las dos máximas que concedía el
Ejército español: la Cruz laureada de San Fernando y la Medalla Militar individual; e
incluso, a título póstumo, el general Franco le distinguió el 18 de julio de 1952 con la
merced nobiliaria de marqués de Somosierra.
Fuentes:
AGM Segovia 1ª, CÉLEBRES, CJA 64, EXP 2
http://dbe.rah.es/biografias/84344/francisco-garcia-escamez-e-iniesta
https://ejercito.defensa.gob.es/unidades/Santa_Cruz_De_Tenerife/cg_mcana/Historial/C
G.html
Adscripción: N+2
425
García Figueras, Tomás
Fecha de nacimiento: 19 de junio de 1892 - Jerez de la
Frontera (Cádiz)
Fecha de defunción: 13 de febrero de 1981
Empleo Julio 1936: Capitán Artillería
Destino Julio 1936: Retirado - Civil- Historiador
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Campañas de Marruecos (1909 – 1927)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su brillante actuación como Interventor de la cabila de Beni-Arós del 19 de enero al
31 de octubre de 1924. Diversos servicios y operaciones en el territorio de Melilla.
Se le concedió la Medalla Militar, según D.O. Número 78 de 8 de abril de 1925.
Carrera militar:
Este destacado africanista nació en la gaditana ciudad de Jerez de la Frontera, en el seno
de una familia de clase media acomodada (su padre fue hombre de negocios). El joven
Tomás sintió vocación por la carrera militar desde la adolescencia y obtuvo el grado de
teniente de artillería a los veintitrés años; diez años más tarde, en 1925, era ya comandante
del Arma artillera. Mientras tanto, había obtenido el diploma de Estado Mayor, título con
el que se le reconocían sus dotes intelectuales puestas al servicio del Ejército.
Cabe recordar que, durante los diez años que transcurren entre la obtención de su grado
de teniente y el advenimiento de la Segunda República en España (1931), García Figueras
vivió un período de especial intensidad histórica en Europa (Primera Guerra Mundial y
sus secuelas) y en España (crisis postreras de la Monarquía constitucional a partir de 1917
y paréntesis primorriverista entre 1923 y 1930).
Al advenimiento de la Segunda República, García Figueras tomó la decisión de retirarse
del ejercicio de las armas, ampliamente motivada por la aplicación del Decreto de 3 de
junio de 1931 del retiro voluntario, sin supresión de sueldo, de jefes, oficiales y
suboficiales con destino en la Península, Canarias, Baleares y la zona del protectorado
español en Marruecos. En julio de 1936, García Figueras tomó partido por los generales
sublevados, muy en particular por el general Franco.
426
Con el triunfo militar de los ejércitos y de la población de signo “nacional”, el Gobierno
de Franco estableció ataduras sólidas con las autoridades de la Alta Comisaría con sede
en Tetuán (generales Varela y Valiño, entre 1945 y 1956). Fue en el marco de la “acción”
de España en Marruecos donde Tomás García Figueras encontró el contexto adecuado no
tanto para ejercer de oficial artillero de probada lealtad al nuevo régimen, sino de
investigador de la presencia secular del mundo hispano en el noroeste de África desde
mediados del siglo XV: plazas y fortalezas de Orán, Melilla, Ceuta, Tánger
(ocasionalmente) y Larache.
Condecoraciones:
Orden de Carlos III
Caballero de la Legión de Honor de Francia.
Caballero de la Orden de la Corona de Italia.
Gran Encomienda de la Medahuía Alauita.
Gran Cruz del Mérito Civil.
Gran Cruz de Alfonso X el Sabio.
Gran Cruz de Isabel la Católica.
Medalla del Mérito al Trabajo
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/41067/tomas-garcia-figueras
Observaciones, comentarios:
García Figueras legó su vasto patrimonio documental y biblioteconómico a la Biblioteca
Nacional, legado que nutrió durante años la llamada “Sección de África”.
Obras: Marruecos (La acción de España en el norte de África), Barcelona, Ediciones
Federación Nacional de Artes Gráficas, 1939; Miscelánea de estudios africanos, Larache,
Editora Marroquí, 1947; La acción africana de España en torno al 98 (1898-1962),
Madrid, Instituto de Estudios Africanos, Consejo Superior de Investigaciones Científicas,
1966, 2 vols.
Adscripción: N+2
427
García-Almenta y Gutiérrez, Miguel
Fecha de nacimiento: 10 de enero de 1903
Fecha de defunción:
Empleo Julio 1936: Capitán Infantería
Destino Julio 1936: Fuerzas Ejercito África
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Campañas de Marruecos (1909 – 1927)
Hechos que motivaron la concesión:
Por R.O. de 20 de octubre de 1925 se concede al Teniente de Intendencia D. Miguel
García-Almenta y Gutiérrez, la Medalla Militar Individual por su brillante acción al
mando de un convoy de municiones para la posición de Kudia Tahar, bajo intenso fuego
enemigo, y por su valerosa actuación en la defensa de dicha posición desde el 3 al 13 de
septiembre de 1925, en la que resultó gravemente herido.
Tetuán era uno de los objetivos más codiciados por Abd el-Krim (líder de las cabilas del
Rif), pues era consciente del daño que podía causar la pérdida de la ciudad a los intereses
españoles en el norte de África. De todas ellas, la más importante era Kudia Tahar, pues
era el enlace clave, por su situación estratégica, con las demás posiciones.
Abd el-Krim era consciente de que la toma de Kudia Tahar suponía la caída casi inmediata
de las demás posiciones, y así, estando el Ejército Español, en ese momento, ocupado en
Alhucemas, el paso libre hacia Tetuán, quedaría prácticamente libre para sus fuerzas. De
esta manera, el 3 de septiembre, los rifeños de la cabila de Beni Hosmar ponen sitio a
Kudia Tahar. Tras durísimos enfrentamientos, casi todos a la bayoneta, casa por casa y
reducto tras reducto, tras 13 días de asedio, se consigue liberar Kudia Tahar.
Carrera militar:
Continua carrera: Coronel Intendencia Ejército del Aire
Condecoraciones:
Fuentes:
https://ame1.org.es/efemeride-dia-20-de-octubre-recompensas-medalla-militar-
individual-al-teniente-de-intendencia-don-miguel-garcia-almenta-y-gutierrez/
Adscripción: N+1
428
Herreros de Tejada y Francia, Fernando
Fecha de nacimiento:
Fecha de defunción: 22 de julio de 1937 - Brunete (Madrid)
Empleo Julio 1936: Capitán Infantería
Destino Julio 1936: Retirado (no en Anuario Militar)- Jefe
Milicias FE- Cáceres
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Combate en las peñas de Kaiat.
El Teniente Fernando Herrero de Tejada y Francia asaltó un puesto defendido tenazmente
por un enemigo superior en número. Fue herido en el asalto y se negó a ser retirado hasta
dar por terminada la misión que se le había ordenado. Se le concedió la Medalla Militar,
según D.O. Número 88 de 22 de abril de 1925.
Carrera militar:
Se reincorpora en el Ejército Nacional y fallece en acción bélica en Brunete en 1937.
Condecoraciones:
Fuentes:
https://elgrancapitan.org/portal/index.php/articulos3/guerra-civil-espanola/1142-
combate-en-las-penas-de-kaiat-19-de-agosto-de-1-923
Adscripción: N+1
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Jiménez Canito, Enrique
Fecha de nacimiento: 29 de marzo de 1894
Fecha de defunción: 18 de agosto de 1942
Empleo Julio 1936: Capitán Infantería
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Por las acciones en ‘loma roja’ en el sector de Tifarsit llevadas a cabo el 5 de junio de
1923. Se le concedió la Medalla Militar, según D.O. Número 88 de 22 de abril de 1925.
Carrera militar:
Se reintegra en el Ejército Popular de la República en 1937 (Diario del Ministerio de
Defensa, número 106, Valencia 5 de mayo de 1937, se le asciende a Comandante/ Mayor,
pasando destinado al Ejército del Este, ejerciendo tareas burocráticas, hasta que es dado
de baja unos meses más tarde por enfermo. Por decisión del Consejo Supremo de Justicia
Militar de enero de 1943, se le asigna una pensión de mesada y supervivencia a su viuda,
Balbina Micó Aguilar. Uno de sus hermanos, Carlos, Comandante de Infantería, fue un
destacado mando del Ejército Republicano y gobernador civil de Murcia hasta el final de
la guerra en que fue procesado y condenado a muerte. Su otro hermano, también militar
y firme partidario de la sublevación en Málaga, fue asesinado en julio de 1936.
Fuentes:
SALAS LARRAZABAL, R. “Historia del Ejército Popular de la República” Volúmenes
I al V. Editorial La Esfera de los Libros. (1973) Reedición (2006)
Adscripción: R+1
430
Martínez Anglada, José
Fecha nacimiento: 13 de febrero de 1908- Valladolid
Fecha defunción: 20 de julio de 1990- Barcelona
Empleo Julio 1936: Capitán de Infantería
Destino Julio 1936: 7ª Brigada de Infantería- Barcelona
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1925)
Hechos que motivaron la concesión:
El 12 de septiembre pasó a formar parte de una de las columnas que operaban para la
liberación de la posición de Kudia Tahar, al mando de la 4.ª Compañía de la 2.ª Bandera,
con la que se le ordenó apoyar a las fuerzas que ocupaban una casa del aduar de Dar
Gassi, batida por un intenso y cercano fuego del enemigo, que ocupaba otras del poblado,
sufriendo la referida unidad durante la marcha quince bajas.
Al comenzar el avance juzgó el mando necesaria la ocupación de una de las casas, desde
la que el enemigo parapetado oponía tenaz resistencia, y al pedir un oficial y tropa
voluntaria para el asalto, el primero en presentarse fue el teniente Martínez Anglada con
unos veinte legionarios de la 2.ª y 3.ª Banderas que, animados por las palabras que les
dirigió y por su brillante ejemplo al ponerse al frente de ellos, pistola en mano se lanzaron
al asalto, en el que al llegar a una de las primeras tapias organizadas defensivamente y
advertir este oficial un grupo de cuatro moros que la defendían, trabó lucha cuerpo a
cuerpo con ellos, hiriendo gravemente a tres mientras el otro huía, y como uno de los
heridos apuntara con su fusil, le hizo un nuevo disparo mientras desviaba el arma,
matándolo. Unido a sus legionarios, continuó el avance, al que se oponían grupos
enemigos superiores en número, apoyados en trincheras y parapetados con alambradas,
que constituían, por lo accidentado del terreno y abundante vegetación, defensa de
importancia, hasta la llegada de refuerzos, con los que prosiguió el asalto hasta la total
dominación del poblado, que el enemigo abandonó tan quebrantado que al día siguiente
se pudo llegar a Kudia Tahar sin encontrar resistencia. La acción fue recompensada por
Real Orden de 14 de noviembre de 1928 con la Cruz laureada de San Fernando, previo
juicio contradictorio.
431
Carrera militar:
A los dieciocho años obtuvo plaza de alumno de la Academia de Infantería, en la que fue
nombrado sargento galonista por su aprovechamiento en los estudios y de la que en 1923
salió promovido al empleo de alférez y destinado al batallón de Cazadores de Lanzarote,
pasando en ese mismo año al Regimiento de Cartagena y al siguiente al de San Fernando.
En el mes de abril de 1924 fue trasladado al Tercio, en el que al año siguiente fue
ascendido a Teniente. En 1927 consiguió el ascenso a capitán por méritos de guerra,
causando baja en el Tercio en 1930 al ser nombrado alumno de la Escuela Superior de
Guerra, cuyos cursos siguió hasta el mes de mayo de 1935, siendo destinado al término
de sus estudios al Cuartel General de la 7.ª Brigada de Infantería, en Barcelona.
El 18 de julio de 1936 se encontraba en Alicante con permiso de verano, incorporándose
enseguida a su destino y quedando afecto al Estado Mayor de la 3.ª División del Ejército
Republicano, en la que en el mes de agosto fue ascendido a Comandante. En el ataque a
Huesca formaba parte del Estado Mayor del frente de Aragón, de donde pasó a
desempeñar el mismo cometido en el ejército del Este, a las órdenes del general Pozas,
del que más tarde sería jefe de operaciones.
Durante la invasión de Cataluña perteneció al Ejército del Este, del que el coronel
Carvajal Sobrino, también Laureado, era jefe de Estado Mayor y él segundo jefe.
En noviembre de 1838 alcanzó el empleo de Teniente Coronel y en febrero de 1839 se
exilió a Francia por Irún, siendo pasaportado para Barcelona, donde ingresó en la Cárcel
Modelo a la espera de Consejo de Guerra.
Condenado a dieciséis años de prisión, comenzó a cumplirlos en el castillo de Montjuic.
En 1940 le fue conmutada la pena por la de seis años de prisión, quedando al año siguiente
en libertad y separado del servicio hasta 1944, en que pasó a la situación de segunda
reserva.
Comentarios:
En noviembre de 1983, la Audiencia Nacional reconoce a don José Martínez Anglada,
Capitán de Infantería, que ‘tiene derecho. por su condición de Caballero Laureado de la
Orden de San Fernando, a que sus haberes pasivos se regulen por el sueldo del empleo de
General de Brigada, sin que tal declaración tenga otro alcance que el económico”.
En agosto 1985, por Real Decreto 1349/1985, de 16 de julio, se asciende al empleo de
432
General de Brigada de Infantería al coronel de Infantería, diplomado de Estado Mayor,
don José Martínez Anglada. Con arreglo a lo dispuesto en el apartado cinco del artículo
6° de la Ley 15/1970, General de Recompensas de las Fuerzas Armadas, y en aplicación
de la Ley 37/1984, de 22 de octubre.
‘Vengo en promover al coronel de Infantería, diplomado de Estado Mayor, don José
Martínez Anglada, que se halla en posesión de la Cruz Laureada de San Fernando, al
empleo de General de Brigada de Infantería, con antigüedad del 13de febrero de 1967,
pasando a la situación de Reserva. Dado en Madrid a 16 de julio de 1985. JUAN
CARLOS R.’
Fuentes:
Hoja de Servicios en AMG Segovia 1ª, 1ª, M-834 - K121
http://dbe.rah.es/biografias/68998/jose-martinez-anglada
Boletín Oficial Ministerio de Defensa—Núm. 128, Jueves, 8 de agosto de 1985 Tomo
IV.-Pág. 5.87Í
BOE-A-1983-30523 Orden de 17 de octubre de 1983
https://www.boe.es/boe/dias/1983/11/19/pdfs/A31428-31428.pdf
Imagen: https://lalegion.almerisoft.com/laureados/
Adscripción: R+2
433
Lapatza Valenzuela, Simón
Fecha de nacimiento: 17de mayo de 1900 – Santiago de
Compostela
Fecha de defunción: 24 de julio de 1936
Empleo Julio 1936: Comandante Infantería
Destino Julio 1936: Disponible Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su distinguido comportamiento en la madrugada del 24 de marzo de 1925 para asaltar
la posición enemiga de Afernún. Se le concedió la Medalla Militar, según D.O. Número
108 de 17 de mayo de 1925.
Carrera militar:
En 1920 era Alférez; en 1925 ascendió a Capitán. En el momento de la sublevación, se
encontraba en Sevilla y se une a los rebeldes. Fallece en combate en Morón de la Frontera
en julio 1936.
Condecoraciones:
Medalla de Sufrimientos por la Patria
Adscripción: N+1
434
Moyano Araiztegui, Ignacio
Fecha de nacimiento: 13 de mayo de 1902 – Madrid.
Fecha de defunción: 5 de noviembre de 1955 - Madrid
Empleo Julio 1936: Capitán de Artillería
Destino Julio 1936: Activo- Escuela Central Tiro - Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1925)
Hechos que motivaron la concesión:
El Teniente Moyano se comportó de una heroica manera mientras dirigía sus baterías, ya
que, al poco de iniciarse el fuego, hubo un impacto directo contra una de sus piezas que
le costó la vida a seis de sus artilleros, así como la imposibilidad de volver a utilizar esa
pieza. A pesar de este duro golpe, mantuvo la disciplina y continuó el ataque con el fuego
y con los artilleros que aún le quedaban, siendo de esta forma, un ejemplo a seguir para
todos los allí presentes. En cuanto logró acallar a los cañones de Yebel Sel-lum, su
superior le felicitó, ordenándole dos cosas: que intentara hacer lo mismo con todos los
asentamientos que se fueran descubriendo en el ataque a Alhucemas a partir de aquel
mismo momento, y que contrabatiera las cañoneras enemigas del Camino de las Prisiones,
logrando que éstas disminuyeran su intensidad de fuego. Ese día, Moyano se rebeló como
un diestro artillero, ya que, en poco más de dos horas hizo trescientos disparos
comprobando los datos de tiro de cada uno de ellos, de los que casi ninguno se perdió.
Por otra parte, demostró que sabía transmitir a los artilleros que tenía a su cargo un
optimismo y una confianza en la victoria que lograron que pudieran despreciar el peligro
que entrañaban los proyectiles enemigos que caían incesantemente sobre el Peñón.
Durante las cuatro horas que duró el combate de artillería, las bajas de la batería del
Teniente Moyano Araiztegui fueron de más de un tercio de su personal.
En aquel parte mencionaba al teniente Moyano en los siguientes términos: “a pesar de las
condiciones desfavorables en que se debatió la plaza, el Teniente Moyano acreditó un
distinguido comportamiento en el desempeño de las funciones que le fueron
encomendadas en todo el curso del combate, demostrando serenidad y elevado espíritu,
así como acierto, firmeza y competencia técnica, no obstante, la sorpresa provocada por
el inesperado ataque del enemigo”. La duración e intensidad del extraordinario esfuerzo
que realizó aumentaron extremadamente la gravedad inicial de la herida de la cabeza, ya
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que fue curada cuarenta y ocho horas después de recibirla. Hubo que realizarle una
trepanación craneal y tuvieron que extraerle un trozo de una rompedora de siete gramos
que tras el impacto se le había quedado incrustada en el lóbulo occipital. Su acción se
recompensó con la Cruz Laureada de San Fernando
Carrera militar:
A los dieciséis años ingresó en la Academia de Artillería, donde en 1922 terminó los
estudios, ascendiendo a alférez. En diciembre de ese mismo año, ya como teniente, pasó
a ser destinado al Campamento de Carabanchel, al Regimiento de Artillería a caballo.
A principios de 1923 salió con la 2.ª batería hacia Melilla y se incorporó en Dar Driuch a
las columnas de operaciones, con las que tomó parte en los combates de Azib de Mídar.
En febrero del año siguiente asistió a diversos cursos celebrados en Madrid que
ampliarían su formación militar, relacionados con la técnica artillera. Como consumado
jinete, obtuvo autorización para participar en concursos hípicos, una de sus grandes
pasiones. En agosto regresó de nuevo a Melilla asistiendo al combate de Tizzi Aza, así
como a la mayoría de las operaciones que tuvieron lugar aquel año en la zona oriental del
Protectorado español. Por estas acciones se le otorgó la Cruz del Mérito Militar con
distintivo rojo. En el mes de febrero de 1925, el teniente Moyano Araiztegui fue destinado
a la isla de Alhucemas, encargándose del mando de dos baterías pertenecientes a la
Comandancia de Artillería de Melilla: la de San Agustín y la de San Miguel. Tras el éxito
obtenido en Alhucemas y demostrado su experta preparación técnica y su acreditado e
increíble valor Moyano fue ascendiendo en su carrera militar, ocupando diferentes
destinos y cargos, llegando a ser general de división
Condecoraciones:
Oficial de la Legión de Honor francesa
Cruz al Mérito Militar de 3ª Clase con distintivo blanco, pensionada durante 5 años
Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo
Cruz del Mérito de la Orden del Águila alemana
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/26730/ignacio-moyano-araiztegui
Observaciones, comentarios:
Adscripción: N+2
436
Muntané Cirici, Bartolomé
Fecha nacimiento: 25 de mayo 1899- Igualada (Barcelona)
Fecha defunción: 3 agosto 1977- Igualada (Barcelona)
Empleo Julio 1936: Capitán de Infantería
Destino Julio 1936: Batallón Tiradores Ifni- Marruecos
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Al conocerse la angustiosa situación en que por falta de agua se encontraba la guarnición
de la posición de Kudia Tahar, cercada por el enemigo y que desde el 3 de septiembre de
1925 resistía los constantes ataques del numeroso enemigo que la rodeaba, el mando
dispuso el día 7 que se organizase un grupo de cincuenta soldados indígenas voluntarios,
que con un oficial deberían tratar de atravesar las líneas enemigas para socorrer la referida
posición.
Formado este grupo con gente voluntaria, los demás oficiales juzgaron imposible el éxito
de la empresa y manifestaron que iría gustoso el que fuese designado, y al presentarse
entonces el teniente Muntané e indicársele el propósito, aun juzgándolo también de difícil
realización, se ofreció voluntario, y a fin de aprovechar los momentos de entusiasmo de
su gente distribuyó entre ella cuanto había de llevarse, y con sus armas y municiones
salieron inmediatamente para las líneas más avanzadas, desde las que, al comenzar la
noche, y previas acertadísimas disposiciones para la marcha, en los momentos en que el
enemigo, empeñado en un ataque a la posición, había descuidado la vigilancia, se
consiguió llegar sin baja alguna y entregar el convoy al jefe de aquélla en las primeras
horas de la madrugada del día 8.
Terminado su cometido y al salir de la posición para incorporarse a la columna, el
enemigo, que les descubrió, rompió fuego sobre ellos y les obligó a refugiarse en la
posición Tienda Fortificada, en la que fueron cañoneados, ocasionando la muerte de dos
de sus askaris y heridas a otros nueve y al kaid, y viéndose forzados a salir para evitar
más bajas, se ocultaron entre las peñas próximas hasta la noche, en que, reunidos,
continuaron la marcha.
A pesar de las precauciones adoptadas, fueron descubiertos, atacados y obligados a
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retroceder, si bien antes se lanzaron en decidida ofensiva para retirar las nuevas bajas, un
Sargento y un askari muertos y otros dos heridos. Nuevamente se acogieron a unas
piedras, en las que, atrincherados, se defendieron durante dos días, decidiendo salir en la
noche del primero, pero tuvieron que regresar, pues, creyéndoles enemigos, fueron
tiroteados por sus propias tropas. Al amparo de una aguada próxima que encontraron,
siguieron hasta la madrugada del día 13, teniendo durante la noche anterior que resistir
un intenso ataque, pero al advertir que éste cesaba y que el enemigo se retiraba,
emprendieron nuevamente la marcha, llegando a Tuab, donde fueron atendidos los
heridos y continuando a Gorgues para incorporarse a la columna.
Su heroica actuación mereció ser recompensada con el empleo de capitán por méritos de
guerra y con la Cruz Laureada de San Fernando, concedida por Real Orden de 6 de
diciembre de 1928. Por igual hecho recibieron también la Cruz Laureada el comandante
Francisco García Escámez, los capitanes José Gómez Zaracíbar y Miguel Rodrigo
Rodrigo, y los tenientes José Martínez Anglada y Antonio Nombela Tomasich.
Carrera militar:
Ingresó en la Academia de Infantería a los diecinueve años. En 1921 fue promovido al
empleo de Alférez y destinado al Regimiento de Vergara, pasando al año siguiente al de
Ceuta. Al ascender a teniente, en 1923, fue destinado al Regimiento de Jaén, y de éste a
la Mehalla Jalifiana de Tetuán, destacando por su valerosa intervención en el mes de
agosto en el levantamiento del sitio de Tifaruin. Tras su ascenso pasó a la situación de
reemplazo en la 4.ª Región Militar, siendo en 1927 destinado al batallón de Montaña de
Alfonso XII, regresando a continuación a la Mehalla Jalifiana de Tetuán.
En 1930 pasó a los Mozos de Escuadra de Barcelona, donde continuó al proclamarse la
República, siendo trasladado en 1935 al batallón de Tiradores de Ifni como jefe del primer
Tabor.
Al estallar la Guerra Civil continuaba en Ifni, que se mantuvo fiel al Gobierno con el
apoyo del Tabor de Muntané, pero el 15 de agosto, aprovechando que éste había
marchado a inspeccionar los puestos del interior, y al tener conocimiento del asesinato de
Capaz, triunfó la rebelión, se detuvo a Muntané y se le dio opción a unirse al
levantamiento o a marchar a la zona francesa, tomando esta última decisión, y, aunque
después se puso al frente de una de sus mías en un intento de recuperar el mando, fue
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tarde, viéndose obligado a huir.
Ya en la Península, ingresó en el Cuerpo de Asalto y tuvo el mando de una de las
agrupaciones de la columna Riquelme, pasando luego a las órdenes del Coronel en el
frente de Talavera, donde resultó herido en una mano y tuvo que ser hospitalizado.
En octubre de 1936 fue ascendido a Comandante (más tarde convertido en Mayor) por el
Gobierno de la República y nombrado para prestar servicio en el Cuerpo de Seguridad de
Barcelona. En diciembre de 1937, siendo todavía mayor, se le dio el mando del 2.º
Regimiento de la 3.ª División del Ejército de Cataluña y, una vez sustituido éste por el
Ejército del Este, el de la Brigada 139, con la que marchó a Andalucía.
En abril de 1938 fue nombrado jefe de la Comandancia Militar exenta de Almería,
cesando en el mando de la Brigada. En septiembre, al organizarse en Andalucía la
División 71, se le puso a su frente, regresando en diciembre a Cataluña para tomar el
mando de la División 44, en Aragón.
En la batalla del Ebro mandó una agrupación compuesta por la División 44 reforzada con
una compañía de blindados y un grupo de 105, y en marzo de 1939 tomó el mando del
11.º Cuerpo de Ejército, pasando más tarde al Estado Mayor del ejército del Este,
mandado por Perea.
Comentarios:
Al terminar la guerra, se exilió a México, donde residió por espacio de treinta y siete años,
regresando enfermo a Madrid, donde se le rehabilitó el empleo de Comandante,
retornando a su lugar de nacimiento, donde fallecería al poco tiempo de su llegada.
Fuentes:
Hoja de Servicios en el Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. M-4767.
http://dbe.rah.es/biografias/56564/bartolome-muntane-cirici
Adscripción: R+2
439
Muñoz Güi, Carlos
Fecha de nacimiento: 17de febrero de 1889
Fecha de defunción:
Empleo Julio 1936: Teniente Coronel Infantería
Destino Julio 1936: Activo- Disponible- Melilla
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Campañas de Marruecos (1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Combate en las penas de Kaiat 19de agosto de 1923
El Capitán Carlos Muñoz Güi al mando de su Compañía se distinguió por su gran pericia
militar y extraordinario conocimiento del mando, al tomar posiciones tan ventajosas que
impidió la retirada del enemigo, el cual acosado por el avance de otras fuerzas intentó
romper el cerco formado por la Compañía del citado Capitán, aguantando éste el
desesperado esfuerzo de aquel. El Capitán Muñoz Güi necesitó de todo su valor y
autoridad para imponerse a su gente que sufría bajas considerables, lo que no solamente
consiguió, sino que también logró lanzarla al asalto de posiciones y grutas donde los
rebeldes se habían refugiado, logrando de este modo capturar prisioneros y armamento.
Durante todo el combate el Capitán Muñoz Güi ocupó el sitio de mayor peligro, como lo
demuestra el hecho de haber tenido bajas de tropa superiores al tercio de sus efectivos,
además de dos Oficiales muertos y uno herido; así mismo, sus disposiciones influyeron
en el buen éxito de la operación y supo transmitir su energía a sus tropas haciéndolas
actuar de modo extraordinario. Se le concedió la Medalla Militar, según consta en D.O.
Número 36 de 15 de febrero de 1925.
Carrera militar:
Siendo Comandante, por orden de Azaña según D. O. núm. 128, de 12 de junio de 1931,
queda disponible. Durante la guerra, es declarado de baja por el gobierno republicano
(Boletín Defensa Nacional número 23 de 27 enero 1938) lo que haría presuponer su
adscripción al bando nacional; sin embargo, al finalizar la guerra, el procesado por lo que
parece haber combatido en el bando republicano, en el cual fue ascendido a Coronel. Su
nieta consigue el beneficio de ingreso en la administración militar.
440
Fuentes:
https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1938/051/A00810-00810.pdf
http://bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/i18n/catalogo_imagenes/imagen.cmd?p
ath=44268&posicion=1
http://www.bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/i18n/catalogo_imagenes/imagen.c
md?path=134936&posicion=1®istrardownload=1
https://elgrancapitan.org/portal/index.php/articulos3/guerra-civil-espanola/1142-
combate-en-las-penas-de-kaiat-19-de-agosto-de-1-923
Adscripción: R+1
441
Nombela Tomasich, Antonio
Fecha nacimiento: 18 de julio de 1900- Madrid
Fecha defunción: 16 de marzo de 1986- Madrid
Empleo Julio 1936: Capitán de Infantería
Destino Julio 1936: Cuadro eventualidades- Madrid
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1925)
Hechos que motivaron la concesión:
El día 9 de septiembre de 1925 un fuerte temporal hacía casi imposible el vuelo, pero la
situación de los defensores de Kudia Tahar era crítica: sin agua y necesitados de
elementos de cura para los muchos heridos que había en la posición. A media mañana
despegó de Sania Ramel el Breguet n.º 12 pilotado por el capitán Gallego y llevando de
observador al Teniente Nombela, para abastecer de hielo y material sanitario a quienes se
hallaban al límite de su resistencia. Sobrecargado el sesquiplano, apenas podía volar,
violentamente sacudido por la dura turbulencia que amenazaba aplastarlo contra la
montaña, pero decididos los aviadores a que el socorro llegara a Kudia Tahar, lograron
alcanzar la posición sobre la que volaron a apenas una docena de metros para asegurarse
de que los abastecimientos cayeran dentro de ella.
El enemigo hacía fuego sobre el avión con todo lo que tenía; en cada pasada recibía aquél
numerosos impactos, y uno de ellos alcanzó al teniente Nombela atravesándole la
columna vertebral y causándole un gran destrozo en el hueso sacro y el paquete nervioso,
pero él, haciendo señas al piloto para que diera otra pasada, arrojó el material de socorro
que aún quedaba por lanzar. Cumplida la misión, los defensores de la posición podían
prolongar su defensa, y el Breguet n.º 12 regresó a Sania Ramel donde Gallego tomó
tierra con Nombela casi moribundo.
Abierto el expediente para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, ésta le
sería otorgada por Real Orden de 16 de noviembre de 1927.
Carrera militar:
Hijo de Julián Nombela Campos, vicerrector de la Universidad de Madrid, ingresó a los
dieciséis años de edad en la Academia de Infantería de Toledo, de la que saldría en 1920
promovido a alférez, siendo destinado al Regimiento de San Marcial, marchando con el
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batallón expedicionario a Melilla, en agosto de 1921, para participar en las operaciones
para la recuperación del territorio perdido en la retirada del mes anterior. Recibió su
bautismo de fuego en la reconquista de Nador, distinguiéndose en la toma de Zeluán y
Bumedián, y en la protección de convoyes a Sidi Amarán, Tekil Maun y Tizzi Assa.
Ascendió a Teniente en 1922 y durante aquel año se mantuvo casi constantemente en
fuego en las posiciones de Daar Keb Dani, Monte Arruit, Das Medua y Beni Faklan,
participando en el socorro a Tafersit. Pasó posteriormente al servicio del Protectorado, a
la Mehal-la Jalifiana de Melilla, combatiendo con ella, al mando de la 2.ª mía en la
conquista de Azib de Mídar y en la ocupación de Amarán, tomando al arma blanca varias
posiciones en el sector de Issen Lassen en marzo de 1924, y pocas semanas más tarde
protegió los convoyes de Tauriat Tausat e Issen Lassen, y luchó en la retirada de Tafersit
al frente de una harka de Infantería. Aquel año fue llamado para asistir al curso de
observadores de aeroplano, en Cuatro Vientos, completándolo en Los Alcázares, yendo
destinado al Grupo de Breguet XIX con el que marchó a Melilla encuadrado en la 1.ª
Escuadrilla que estaba mandada por el capitán Barberán; con ella tomó parte, en 1925,
desde el aeródromo de Tauima, en misiones de reconocimiento y bombardeo
preparatorias del desembarco de Alhucemas.
Ascendió a capitán en 1927, realizó el curso de piloto y prestó servicio en distintas
unidades de la Península. En 1931 pasó a la Guardia Colonial de Guinea y tres años
después fue nombrado inspector general de Colonias, cargo desde el que en 1935 logró
evitar el saqueo del tesoro colonial, denunciando el turbio intento de políticos venales del
momento a los que logró desenmascarar, evitando el expolio.
En julio de 1936 se encontraba en Madrid y consta que no se sublevó por los que se le
considera como adscrito al bando gubernamental, si bien no consta que ejerciese el mando
de unidades militares en el Ejército Republicano. En 1940, causó baja en el servicio
activo, en aplicación de los procedimientos de depuración del nuevo Ejército.
Comentarios:
Se le reconoce empleo Coronel en 1980, con antigüedad 1966, y en 1986, por Real
Decreto 2208/1985 de 21 de noviembre. se le promueve al empleo de General de Brigada
de Infantería, quedando en situación de Segunda Reserva, por estar en· posesión de la
Cruz Laureada de San Fernando y de conformidad con lo dispuesto en los artículos 2.0
de la Ley 37/1984, de 22 de octubre y de la Ley 15/1970, General de Recompensas de las
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Fuerzas Armadas, a propuesta del Ministro de Defensa y previa deliberación del Consejo
de Ministros en su reunión del día 20 de noviembre de 1995.
Fuentes:
Hoja de Servicios en AMG Segovia 1ª, 1ª, N-542
http://dbe.rah.es/biografias/26540/antonio-nombela-tomasich
Imagen: http://museodelaire.online/antonio-nombela-tomasich-el-heroe-de-kudia-tahar/
Adscripción: R+2
444
Ocasar Blanco, Carlos
Fecha de nacimiento: 4 de noviembre de 1902
Fecha de defunción: 23 de marzo de 1972
` Empleo Julio 1936: Capitán de Infantería
Destino Julio 1936: Activo - Ministerio Guerra - Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Campañas de Marruecos
(1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su valeroso comportamiento en la defensa de Cudia Tahar desde 3 al 13 de septiembre
de 1925. Se le concedió la Medalla Militar, según D.O. número 234 de 21 de octubre de
1925.
Carrera militar:
En 1922 era Alférez; en 1925 era Teniente. Al estallar la guerra, queda encuadrado en la
División Territorial de Albacete, unos meses más tarde se encontraba de baja por
enfermedad en Valencia. El 6-1-1938 causó Baja en el Ejército republicano por desafecto
y, sin embargo, también se le somete a expediente de depuración después de la Guerra
Civi.l En 1965 era Coronel.
Condecoraciones:
Fuentes:
http://bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/i18n/catalogo_imagenes/imagen.cmd?p
ath=44232&posicion=1
https://www.scribd.com/document/191671420/1939-Noviembre-22
Observaciones, comentarios:
Medalla de Oro de la Ciudad de Zaragoza en 1927
Adscripción: R>N
445
Ordiales González, Senén
Fecha de nacimiento: 1 de noviembre de 1900 –
Madrid.
Fecha de defunción: 18 de agosto de 1936 -
Madrid
Empleo Julio 1936: Capitán Artillería
(Aviación)
Destino Julio 1936: Activo – Laboratorio - Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Se distinguió de nuevo el teniente dando pruebas de su valor y concepto del
compañerismo, durante una misión de reconocimiento ofensivo sobre el Zoco el Had de
Beni Buyari, al resultar derribado por el fuego de las ametralladoras rifeñas el Bristol n.º
24; sin dudarlo un instante, tomó tierra Ordiales junto al avión abatido, y en unión de su
bombardero, el sargento Gutiérrez Lanzas, defendió con la carabina los cuerpos sin vida
de sus compañeros hasta la llegada de fuerzas propias, despegando entonces y
protegiendo desde el aire, con el fuego de su ametralladora, la retirada de aquellos que
transportaban los cadáveres de los aviadores. Por esta decidida y valiente acción recibiría
el teniente Ordiales la Medalla Militar. (D.O. 263 de 29 de noviembre de 1928)
Participó de lleno el teniente Ordiales en las operaciones de desembarco en Alhucemas,
de consolidación de la cabeza de playa y del avance subsiguiente, y el 1 de octubre,
víspera de su toma por los soldados españoles, sobre el abrupto y mítico yebel Amekrán,
escribiría una muy brillante página de la historia de la Aviación Militar, haciendo gala de
su heroico valor, su carácter tenaz y su gran capacidad para soportar el sufrimiento físico
y sobreponerse al desfallecimiento atacando el objetivo, pese al duro fuego del enemigo,
y estar gravemente herido desde el comienzo del combate. Se abrió expediente para la
concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, y fue ascendido a capitán por méritos
de guerra, aunque renunció al ascenso, de acuerdo con la tradición artillera, recibiendo en
compensación una Cruz de María Cristina. En julio de 1926 ascendió por antigüedad, y
un año más tarde, ya completamente restablecido de sus heridas, fue de nuevo destinado
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a Marruecos, al aeródromo de Nador donde recibió el mando de una escuadrilla de
biplanos DH-Hispano.
La Laureada le fue concedida por Su Majestad el Rey el 4 de marzo de 1927, y en el Real
Decreto se decía: “El día 1 de octubre de 1925, el Teniente de Artillería al servicio de
Aviación, D. Senén Ordiales y González, tomó parte en el reconocimiento practicado en
el sector de Axdir (Alhucemas) por una escuadrilla de Aviación, tripulando un Bristol n.º
15, en el que iba también un sargento bombardero.
Carrera militar:
Nacido en Carabanchel Alto en 1900, ingresó en 1915 en la Academia de Artillería de
Segovia, pero vio retrasados sus estudios un año, por no tener la edad reglamentada.
Promovido a teniente cinco años más tarde, fue destinado al 5.º Regimiento Ligero, en
Valencia, donde solamente sirvió un año, ya que en mayo de 1922 pasó voluntariamente
a Marruecos, al Regimiento Mixto de Artillería de Melilla, prestando servicio en las
posiciones de Kadia y Daar Queb Dani, participando en el ataque y conquista de Nador
de Beni Ulixech, donde su batería de montaña se situó en vanguardia, sufriendo bajas por
el fuego enemigo de ametralladora, quebrantando a los de Abd el Krim con su duro y
certero cañoneo. El teniente Ordiales, que allí recibía su bautismo de fuego, actuó en todo
momento con la serenidad de un veterano, adoptando las decisiones acertadas.
En 1923 fue admitido para tomar parte en los cursos de piloto de aeroplano, y tras realizar
en la escuela de Tablada el curso elemental, y el de transformación en Cuatro Vientos,
recibió el título de piloto militar en abril de 1924, incorporándose voluntario al Grupo de
Escuadrillas Expedicionarias, para combatir en Marruecos.
Ya en el Servicio de Aviación, y en África de nuevo, participó de lleno en la campaña
llevada a cabo por el grupo de biplanos Breguet XIV cuando ya rematada la “campaña de
desquite” y alcanzada y estabilizada la línea anterior al desastre del 21, la guerra era
únicamente mantenida por los aviadores que, en largos y peligrosos vuelos, penetraban
profundamente en el territorio enemigo, facilitando al mando valiosa información sobre
las fuerzas rifeñas y atacando poblados, disolviendo zocos, dispersando ganados e
incendiando cosechas, con el fin de persuadir a los kabileños de la impotencia de Abd el
Krim para protegerles de los ataques españoles, apartándoles así de la influencia del
megalómano caudillo de Beni Urriaguel. Muy importante fue en aquellos meses la
campaña de bombardeo sistemático y pertinaz contra los aduares de la costa de
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Alhucemas, entre el uad Guis y Morro Nuevo, de los existentes entre la desembocadura
del Kebir y el cabo Quilates, y entre este último y el Nekor, sin descuidar en ningún
momento la protección de los convoyes a las diferentes posiciones.
Con ocasión de los bombardeos de las cabilas de Beni Buyari y Metalza, el 11 de octubre
fue citado el teniente Ordiales en la Orden de las Fuerzas Aéreas, “[...] por el gran celo y
espíritu demostrado al efectuar en la tarde de ayer, un bombardeo de las trincheras
enemigas frente a Dar Mizian, en el que resultó el bombardeo herido de bala enemiga”.
En la zona occidental, el Grupo Expedicionario (conocido como La Balumba) se
estacionó en el aeródromo de Sania Ramel, en Tetuán, y desde allí, durante dos meses,
participó en el gigantesco esfuerzo que hubo de desarrollar la Aviación para abastecer,
día tras día, a las numerosas posiciones asediadas y atacadas por las fuerzas de Abd el
Krim que en el zénit de su poderío militar, contaba con siete mil askaris de Ejército regular
y varias decenas de miles de harkeños de recluta forzosa, más de cien cañones, una red
telefónica de 300 kilómetros, y numerosas fortificaciones y emplazamientos de
ametralladoras antiaéreas.
Después de practicados varios vuelos de reconocimiento, descubrió el Teniente Ordiales,
a la altura del Yebel Amekranes, un grupo de moros que transportaban un cañón y a fin
de bombardearlos más eficazmente, acercó su Bristol a unos 70 metros de altura, siendo
entonces herido en la cabeza por proyectil enemigo; ello no obstante, insistió el interesado
en el bombardeo, y al hacer otra pasada sobre el citado grupo, recibió el referido Oficial
un segundo balazo en la muñeca derecha y a pesar de la gran pérdida de sangre que sufría,
continuó su vuelo y bombardeo, después de vendarse por sí mismo con la corbata del
Sargento, hasta arrojar todas las bombas que llevaba el aparato. Después de recibir esta
segunda herida, que fue calificada de grave, continuó el vuelo el Teniente Ordiales, hasta
ultimar el servicio que se le había encomendado. Aterrizó entre Malmusi y la Cala del
Quemado sin averías en el aparato, y éste en condiciones de prestar servicio sin la menor
reparación. Al descender a tierra el mencionado Oficial perdió el conocimiento, y al ser
asistido inmediatamente por los médicos, observaron su estado gravísimo, debido a la
gran pérdida de sangre sufrida por haber seguido el vuelo tanto tiempo después de haber
recibido las heridas”.
La Laureada le fue impuesta por Su Majestad el Rey, en un solemne acto castrense
celebrado en el parque del Retiro, de Madrid, el 15 de mayo de 1927.
448
Realizó Senén Ordiales el curso de observador en Los Alcázares en agosto de aquel año,
ya acabada la guerra, y de nuevo en Marruecos, recibió el mando de la Escuadrilla de
Henry Potez; dos años después fue destinado a la Escuadrilla de Experimentación, y
estando al mando de ella desempeñó una misión de estudio en Alemania, en el Centro de
Investigación y Técnica de Berlín, y en el Instituto Hidrodinámico de Hamburgo. En 1934
fue nombrado delegado de Aviación en el Consejo de Administración de Líneas
Aeropostales Españolas (LAPE).
Al estallar la Guerra Civil en julio de 1936, el capitán Senén Ordiales, que se encontraba
destinado en Madrid, se negó a prestar servicio al Gobierno del Frente Popular, siendo
detenido y encarcelado en la Cárcel Modelo de donde fue sacado en la noche del 18 de
agosto, para ser asesinado en las afueras de la capital.
Condecoraciones:
Cruz de María Cristina
Fuentes:
AGM Segovia, 1ª, 1ª, O-425
http://dbe.rah.es/biografias/26541/senen-ordiales-gonzalez
Adscripción: N-1
449
Planell Riera, Joaquín
Fecha de nacimiento: 22 de septiembre de 1891 - Vitoria
(Álava)
Fecha de defunción: 3 de julio de 1969 - Madrid
Empleo Julio 1936: Comandante Artillería
Destino Julio 1936: Activo - División 1 - Movilización de
industrias civiles - Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1925)
Hechos que motivaron la concesión:
El 17 de julio pasó destacado al peñón de Alhucemas, donde la tarde del 20 de agosto de
1924 sufrió un intenso cañoneo enemigo. Respondió con la artillería de la isla hasta
acallar las piezas contrarias, negándose a entregar el mando a pesar de sufrir heridas
graves en la cabeza y leves en el brazo izquierdo.
Acallado el fuego enemigo, el 21 fue hospitalizado en Melilla y se inició un expediente
para considerar si era merecedor de la Laureada. Se encontraba de nuevo en el Hospital
Militar de Barcelona cuando le fue concedida la Medalla de Sufrimientos por la Patria,
por las heridas sufridas en el aeródromo de Nador.
Concluido favorablemente el juicio contradictorio por su defensa de Alhucemas, el rey
Alfonso XIII le impuso la Laureada, recibiendo además una nueva Medalla de
Sufrimientos por la Patria por sus heridas y la Cruz de Beneficencia por las ayudas
prestadas a los afectados en los accidentes de iperita.
Carrera militar:
Ingresó voluntario en 1908 en el Regimiento de Artillería n.º 2, de Barcelona. Dos años
después, el 7 de julio de 1910, ingresó en la Academia de Artillería de Segovia, y, el 24
de junio de 1913, fue 2.º teniente alumno. Por su aplicación mereció, en 1914, la Cruz del
Mérito Militar con distintivo blanco. Terminados sus estudios el 25 de julio de 1915, fue
destinado como 1.º teniente al Regimiento de Artillería de Montaña n.º 1 de Barcelona.
Distinguido a causa de sus conocimientos técnicos, el 14 de julio de 1916 pasó a la Fábrica
de Artillería de Trubia, donde permaneció hasta 1917, recibiendo la Cruz de 1.ª Clase del
Mérito Naval por los servicios prestados a la Marina en el estudio de su armamento.
450
La permanencia en Trubia iba a vincularlo definitivamente a la industria militar y, aunque
fue destinado al Regimiento Montado de Artillería n.º 9, marchó a Bilbao en la comisión
que estudiaba la fabricación de ferromanganeso en industrias civiles.
Capitán, por antigüedad, el 11 de enero de 1919 fue destinado a la Comandancia de
Artillería de Mallorca, aunque la fábrica de Trubia lo retuvo porque había demostrado su
competencia en los aceros especiales, sobre los cuales había redactado una memoria con
la intención de presentarla al Congreso Nacional de Ingeniería. Trabajaba en el
Laboratorio de Química de Trubia cuando, en 1920, fue nombrado profesor de Aritmética
y Álgebra en la Escuela de Artes y Oficios de la fábrica. Luego marchó dos meses a
Inglaterra a visitar laboratorios y centros siderúrgicos y, en 1921, pasó a la sección de
Artillería del Ministerio de la Guerra. Reconocido especialista, fue enviado a la
Maestranza de Artillería de Barcelona y temporalmente a Málaga, para estudiar la carga
y recarga de municiones de artillería de campaña y de montaña.
A raíz del Desastre de Annual, se estudió la utilidad de los gases de guerra en Marruecos.
A tal fin, fue comisionado, entre 1922 y 1924, para buscar el terreno donde levantar una
fábrica de productos químicos de aplicación militar y permaneció tres meses en Estados
Unidos estudiando la fabricación de gases de guerra.
Tras tanta dedicación a la industria militar, el 24 de marzo de 1924, marchó a la Batería
de Obuses de 15,5 mm de Melilla, incorporándose al campamento de Tefersit, donde
participó en varias operaciones. Por entonces, el alto mando militar decidió lanzar los
gases de guerra mediante la Aviación, que constituía un servicio propio del Ejército de
Tierra, y pasó como agregado al aeródromo de Nador, a fin de instruir a los aviadores
sobre el empleo de la iperita y de las precauciones necesarias para manejar los proyectiles
químicos. En su nuevo cometido, practicó varias experiencias de lanzamiento aéreo, de
explosión en reposo de bombas lastradas y, para comprobarlo en la práctica, participó,
desde el 30 de mayo, en bombardeos químicos contra diversos zocos y poblaciones, como
Alhucemas, Benu Buyain y Axdir, cuartel general rifeño. Sin embargo, la iperita no tardó
en producir accidentes. Una bomba química se desprendió del avión y cayó junto a un
blocao, que Planell se encargó de desinfectar, sometiendo a los afectados a un tratamiento
de urgencia, y que a su vez a él le ocasionaron una úlcera de iperita en el ojo derecho.
451
Cuando otra bomba química explotó en el mismo aeródromo, abriendo otras treinta que
se encontraban almacenadas, desinfectó el lugar de la explosión y acondicionó las
municiones dañadas, pero sufrió graves heridas que le llevaron al Hospital Militar de
Melilla, mereciendo una citación a su valor en la orden del día. Marchó entonces a
Barcelona para reponerse y, al regresar a Marruecos, volvió a su batería de obuses.
Tardó meses en restablecerse y, el 3 de febrero de 1926, se incorporó al Regimiento Mixto
de Artillería de Ceuta, para mandar la 2.ª Batería de Montaña, con la que entró en
operaciones hasta incorporarse, en mayo, al Regimiento de Plaza y Posición n.º 2, de
Barcelona.
Con antigüedad de 1 de octubre de 1925 ascendió a comandante por méritos de guerra en
Marruecos y quedó excedente en Barcelona hasta diciembre, cuando regresó a sus
antiguos cometidos técnicos como miembro de la Dirección Superior Técnica de la
Industria Militar y jefe de laboratorio en la Fábrica Nacional de Productos Químicos
Alfonso XIII.
Otra vez en la industria militar, pasó a la jefatura de Fabricación, Estudios y Proyectos y
luego al Taller de Precisión, Laboratorio y Centro Electrotécnico de Artillería a fin de
estudiar la unificación de los procedimientos de análisis, para lo cual desempeñó
comisiones en las fábricas de armas de Oviedo y Trubia, y en Sevilla, Murcia, además de
tomar parte en la preparación de un curso sobre empleo táctico de los gases y la protección
contra ellos.
En 1928 permaneció disponible voluntario en Bilbao, hasta que, en 1930, ganó una plaza
de profesor auxiliar de Metalúrgica y Mecánica Aplicada en la Escuela de Estudios
Superiores Militares. Su prestigio profesional, culminado por la Laureada, y el dominio
del inglés y el francés le valieron ser nombrado agregado militar en Washington con
legaciones en Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Cuba. Antes
de marchar a su nuevo destino, contrajo matrimonio con Teresa Rodríguez del Valle.
Durante su estancia en América siguió la tradición de su cuerpo y permutó el empleo de
comandante por méritos de guerra, por la Cruz del Mérito Militar, volviendo al empleo
de capitán. Visitó el Polígono de Experiencias de Aberdeen, asistió en Fort Benning a
unas maniobras de división de tierra, además de presenciar la actuación de una división
aérea y otros adiestramientos militares.
452
El 22 abril de 1931 juró fidelidad a la República. Ascendió a comandante en febrero de
1934, en abril cesó como agregado militar, en mayo pasó al Regimiento de Costa n.º 3 y
en julio a la Comisión de Industrias Militares de la 1.ª División. Ese año participó en la
comisión para formar Cooperativas Militares y en la redacción de la Memoria sobre
Movilización de Industrias Civiles establecidas en Madrid, a fin de fabricar proyectiles y
espoletas-cebo y movilizar las empresas dedicadas a la construcción de edificios.
Al producirse la sublevación de julio de 1936, veraneaba en Altea (Alicante) y no
obedeció la orden de presentarse, sino que marchó de incógnito a Madrid con la finalidad
de pasarse a los sublevados. Fue descubierto e ingresado, el 2 de septiembre, en la cárcel
de Ventas, hasta ser liberado el 23 de febrero de 1937, refugiándose sucesivamente en la
Legación de Panamá, en la Embajada de Cuba y la de Francia, donde consiguió un
pasaporte falso que le permitió marchar a Valencia, donde embarcó para Francia, el 27
de julio de 1937. Pasó a la zona franquista por Irún y se presentó en Burgos, donde superó
un expediente de información sobre sus actividades. El 1 de septiembre fue destinado a
la Comandancia General de Artillería del Cuartel General del Generalísimo, como jefe de
la sección de Fabricación. Permaneció toda la guerra en este cometido y, en junio de 1939,
visitó algunos centros industriales alemanes, pasando luego a la 6.ª Sección de Estado
Mayor del Ministerio del Ejército. En enero de 1940 fue destinado a la Dirección General
de Industria y Material, ascendiendo a teniente coronel el 28 de junio de dicho año.
En junio de 1941 marchó a Italia para estudiar la sustitución del cobre electrolítico de las
bandas de forzamiento de los proyectiles de artillería por otros metales o aleaciones, así
como los nuevos explosivos y modelos de material de artillería, visitando varias fábricas
de armas y el polígono de experiencias de Neptunio.
En agosto se desplazó a Alemania para adquirir la patente de bandas de forzamiento de
hierro capilar, visitar otras fábricas e informar sobre los explosivos, los modelos de
hidrófono y los materiales de artillería.
Al regresar, marchó en comisión de servicio a Bilbao y Mondragón a fin de preparar la
fabricación de cartuchería de acero.
En diciembre fue nombrado vocal del Instituto Nacional de Industria (INI), fundado en
septiembre del mismo año con las finalidades de promover el desarrollo industrial con
criterios autárquicos y cubrir las necesidades militares españolas. En agosto de 1943
453
ingresó en el recién creado Cuerpo de Ingenieros de Armamento y Construcción,
manteniendo su puesto en el INI que había fundado diversas empresas, entre ellas la Calvo
Sotelo, dedicada a los hidrocarburos y lubricantes, de la que fue nombrado presidente.
Como tal, en 1944, visitó Alemania, Francia, Suiza, Hungría y el Protectorado de
Bohemia y Moravia.
Su gestión resultó muy comprometida, porque el Gobierno de Washington recortaba las
exportaciones de petróleo a España y amenazaba con suspenderlas, a fin de evitar que
Alemania recibiera volframio español e incluso parte de la gasolina entregada por
compañías norteamericanas. Dedicado a la gestión empresarial pública, al año siguiente
continuó viajando por Alemania, Suiza y Tánger, hasta que fue nombrado vicepresidente
del INI, en cuya condición visitó Inglaterra en 1946 y, dos años más tarde, Guinea, el
África Occidental Española y los Estados Unidos.
Ascendió a coronel en abril de 1950 y el 15 de julio de 1951 fue nombrado ministro de
Industria, en sustitución de Juan Antonio Suances. Durante su mandato, la industria
militar española recibió el impulso inicial del Pacto de Ayuda Mutua de 1953 con Estados
Unidos, pero luego sufrió una grave crisis, causada por la dependencia tecnológica y los
suministros de armas extranjeras. Se retiró del Ejército en 1955, por cumplir la edad
reglamentaria y, por ser Laureado, ascendió a general en reserva y continuó como
ministro de Industria hasta que, el 10 de julio de 1962, fue sustituido por Gregorio López
Bravo, debido a que los criterios autárquicos habían fracasado y la economía española
emprendía un nuevo rumbo. Retirado, vivió en Madrid hasta su fallecimiento a principios
de agosto de 1969.
Condecoraciones:
Cruz de 1.ª Clase del Mérito Naval
2 Medallas de Sufrimientos por la Patria
Cruz de Beneficencia
Fuentes:
Hoja de Servicios en AGM Segovia 1ª, 1ª, P-2279
http://dbe.rah.es/biografias/25689/joaquin-planell-riera
Adscripción: N+2
454
Pozas Perea, Sebastián
Fecha de nacimiento: 22 de enero de 1876 – Zaragoza
Fecha de defunción: 28 de noviembre de 1946 – Ciudad de
Méjico
Empleo Julio 1936: General Brigada
Destino Julio 1936: Activo - Inspector General Guardia Civil
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Destacó en 1923 durante su participación en la liberación de Tifaruin al mando del Grupo
de Fuerzas regulares Indígenas de Melilla número 2, acción por la que fue condecorado
con la Medalla Militar Individual. (D.O. Número 19 de 27 de enero de 1925)
Carrera militar:
A los dieciséis años ingresó en la Academia Militar de Zaragoza. Perteneciente al Arma
de Caballería, participó en la guerra de Marruecos, en donde tuvo una destacada
actuación, consiguiendo varios ascensos por méritos de guerra. Ascendió al grado de
general en 1926, durante la Dictadura de Primo de Rivera.
En 1934 mandaba una de las brigadas pertenecientes a la IV División Orgánica con sede
en Barcelona. Participó en el tribunal militar que juzgó a los militares que habían tomado
parte en la proclamación del Estado Catalán en octubre de 1934.
A comienzos de 1936 el ministro de la Gobernación Portela Valladares le nombró
Director General de la Guardia Civil, teniendo bajo su mando a más de 35.000 efectivos.
Con la sublevación del 18 de julio de 1936, Pozas se situó en defensa de la legalidad
constitucional y consiguió que un gran número de unidades del Cuerpo de la Guardia
Civil se mantuviesen leales a la República, exhortando a las fuerzas a sus órdenes a que
cumpliesen «con absoluta lealtad el precepto reglamentario de permanecer fieles a su
deber por el honor de la Institución». El 19 de julio es nombrado Ministro de Gobernación
en el gobierno de José Giral, y procede entonces a la distribución de armamento entre los
civiles. Durante su mandato, se cambió el nombre de la Guardia Civil, que pasó a llamarse
Guardia Nacional Republicana.
El 5 de octubre se hace cargo de la I División Orgánica y es nombrado presidente de la
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Junta de Defensa de Madrid. El 23 de octubre deja el mando de la I División al general
Miaja y toma el mando del Teatro de Operaciones del Centro. A finales de octubre
organizó el ataque de Seseña, que no logró detener el avance franquista hacia Madrid.
El 6 de noviembre, con la salida del Gobierno de la capital, Pozas entrega el mando de
la defensa de la ciudad y de la Junta de Defensa al general Miaja. A partir del 31 de
diciembre de 1936 pasa a dirigir el nuevo Ejército del Centro, organizando la defensa
alrededor de Madrid. Desde la jefatura del Ejército del Centro tomó parte en la batalla del
Jarama, donde él y el Miaja tuvieron serias diferencias en cuanto a la dirección de las
operaciones. El 27 de febrero de 1937 fue sustituido por enfermedad por Miaja.
Al producirse los sucesos de mayo en Barcelona, el gobierno republicano le nombró jefe
de la IV División Orgánica en sustitución del general José Aranguren Roldán, con la
misión de restaurar el orden público en Cataluña y hacerse cargo del Ejército de Cataluña.
Una de sus primeras medidas fue reorganizar al Ejército de Cataluña y reorganizarlo como
Ejército del Este, con lo que pasaba a depender directamente del Gobierno central y no
de la Generalidad de Cataluña y disuelve el Consejo Regional de Defensa de Aragón.
Además, reorganizó las antiguas columnas situadas a lo largo del Frente de Aragón, que
se militarizaron e integraron en la estructura del Ejército republicano. En junio, Pozas
dirigió un ataque sobre Huesca que resultó un fracaso, y más tarde dirigió la Ofensiva de
Zaragoza, que acabó siendo otro fracaso, excepto por la conquista de Belchite. Las
ofensivas buscaban sobre todo aliviar la presión del Ejército Nacional sobre el Frente
Norte, objetivo que no lograron. Cuando en marzo de 1938 se produce la gran ofensiva
franquista en Aragón, su ejército es completamente desbordado y en unas semanas queda
prácticamente destruido. Incapaz de hacer frente a la avalancha de las tropas franquistas,
el 30 de marzo es destituido y sustituido por el Teniente coronel Perea. Hacia el final de
la guerra fue nombrado Comandante militar de Gerona, y posteriormente de Figueras —
cerca de la Frontera Francesa—, puestos militares totalmente secundarios. Al caer
Cataluña se exilió primero en Francia, marchando luego a Méjico.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: R+2
456
Pueyo Ayneto, Francisco
Fecha nacimiento: 14 de diciembre 1900- Almunia de San Juan
(Huesca)
Fecha defunción: 30 de mayo1938 - Teruel
Empleo Julio 1936: Capitán Infantería
Destino Julio 1936: Regimiento Carros núm. 2- Zaragoza
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos (1925)
Hechos que motivaron la concesión:
El 1 de octubre de 1925 se encontraba al mando de la 3ª compañía, del 1er Tabor de
Regulares, apoyando al 2º Tabor del mismo grupo, que había realizado la ocupación de
Amekran con toda normalidad, ante un rápido contraataque enemigo desplegaron dos
secciones de su Compañía, quedándose él con la suya en reserva. Por la violencia del
enemigo y el gran número de bajas que hacía, hubo un momento de vacilación,
retrocediendo la fuerza y abandonando su emplazamiento, por lo que el teniente Pueyo,
ante la inminencia del peligro que ello significaba, desplegó rápidamente su sección, que,
con extraordinaria decisión, ocupó dicho emplazamiento y con fuego de fusil y granadas
de mano contuvo al enemigo, ya muy próximo, teniendo desde el primer momento bajas
y continuando la defensa del puesto, no obstante haber sido herido primero en la cabeza
y después en el muslo izquierdo, negándose a ser evacuado por considerar que en aquellos
momentos tenía que seguir al mando de la sección.
Para desalojar al enemigo de sus ventajosas posiciones se le mandó avanzar, y cuando a
ello se decidía, animando a su tropa con su ejemplo, fue nuevamente herido, pero
rechazando a unos soldados que trataban de retirarlo de la línea de fuego continuó al
frente de su tropa hasta que perdió el conocimiento, que recuperó cuando, ya curado, se
le transportaba en una camilla al Hospital de Morro Nuevo.
El comportamiento heroico demostrado le valió la Cruz Laureada de San Fernando, que
le sería concedida por Real Orden de 19 de julio de 1929, recibiendo también el ascenso
a capitán por méritos de guerra. El 6 de octubre siguiente asistió a la entrega de banderas
a los Batallones de Cazadores, siéndole impuesta en este día la Cruz Laureada.
457
Carrera militar:
Ingresó en septiembre de 1918 en la Academia de Infantería, de la que salió tres años más
tarde con el empleo de Alférez y destino en el Batallón de Cazadores de Barcelona, del
que en noviembre fue trasladado al Regimiento de Aragón, de guarnición en Zaragoza,
residiendo en esta plaza hasta que en 1922 marchó con uno de los batallones de su Cuerpo
a Marruecos, participando en diversos servicios de campaña. Más tarde pasó al
Regimiento del Serrallo, con el que combatió en diferentes lugares durante ese año y los
siguientes.
En 1925 pasó agregado a Regulares de Tetuán, siendo citado como “distinguido” por las
operaciones realizadas en el territorio de Ceuta-Tetuán. Con la columna del general Saro
participó en el desembarco de Alhucemas, ocupando una línea avanzada frente al fuego
constante del enemigo.
Con el empleo de capitán, continuó en Regulares de Tetuán, hasta 1931, en que volvió a
la Península destinado al Regimiento n.º 22, en Zaragoza, de donde en 1934 pasó al
Regimiento de Carros n.º 2, en la misma ciudad, en la que el 14 de abril de 1935 se
encontraba presenciando un desfile militar en el paseo de la Independencia cuando
aparecieron unos alborotadores a la altura de la plaza de Aragón pretendiendo reventar el
acto lanzando tomates y basura, a los cuales se enfrentó a mandobles, en unión de otros
militares, disolviendo al grupo, actuación que le valió la imposición de un arresto de
treinta días por el Capitán General.
El inicio de la Guerra Civil le sorprendió en La Almunia de San Juan (Huesca),
incorporándose a su Regimiento en Zaragoza y colaborando en la organización del Tercio
de Requetés de Nuestra Señora del Pilar, cuyo mando se le encomendó y a cuyo frente
luchó en Calabazares, Farlete y Leciñena. El 22 de octubre ocupó con su Tercio la ermita
de Santa Quiteria (Huesca), siendo protagonista dos días después de un hecho heroico
durante la defensa de dichas posiciones ante un ataque enemigo, en el que cayó herido y
perdió el sentido, por lo que fue evacuado a un improvisado hospital de campaña
establecido en la estación de Almudévar, donde al recuperar el conocimiento animó a
otros heridos a que le acompañasen a la ermita, penetrando en ella y contraatacando con
el resto de sus hombres, hasta conseguir rechazar a los atacantes. Por su intervención en
esta acción fue ascendido a comandante y propuesto para una segunda Cruz Laureada.
Tras recuperarse en Zaragoza, a principios de 1937 se trasladó al mando del Tercio al
458
Sector de Huesca, volviendo a ocupar Santa Quiteria y guarneciendo en el mes de junio
posteriormente las posiciones de Mediana, Puebla de Albortón y Belchite, y días más
tarde las de Sabiñánigo y Senegüé (Huesca), haciéndose cargo en julio del Sector de
Bueña y del mando de la 2.ª Media Brigada de la Brigada Móvil y a continuación de la
3.ª y 1.ª Media Brigada de la 2.ª Brigada de la División 53.
En marzo de 1938 fue puesto al frente de una agrupación en el frente de Teruel, con la
que tomó los pueblos de Almonacid de la Cuba, Vinaceite, Azaila y la estación y
depósitos de agua de Caspe, resultando herido en esta última acción y siendo evacuado,
pero a los pocos días se incorporó a su unidad en Masalcorreig (Lérida), hallándose en la
toma de Serós y Aitona (Lérida), y Cedrillas (Teruel), iniciando el 30 de mayo el avance
sobre el Vértice Canalizo, durante el que cayó herido en el vientre en los primeros
momentos de la operación, falleciendo enseguida.
Comentarios:
Calle en Zaragoza con su nombre.
https://zaragoza.callejero.net/calle-del-teniente-coronel-pueyo.html
Fuentes:
Hoja de Servicios e AGM Segovia, 1ª, 1ª, E-1008
http://dbe.rah.es/biografias/69441/francisco-pueyo-ayneto
Adscripción: N+2
459
Rapela Rodríguez, Manuel
Fecha de nacimiento: 24 de diciembre de 1901 - Sobral
(Orense)
Fecha de defunción: 27 de agosto de 1945 - Orense
Empleo Julio 1936: Alférez
Destino Julio 1936: Cuerpo de Inválidos
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Ascendido a cabo, fue destinado a la posición de Estigua, en la que el 14 de marzo de
1925, por corresponderle efectuar el servicio de descubierta, salió de la posición al mando
de cinco soldados, reconoció uno de los frentes sin novedad, y como en otro de ellos
observase unos parapetos hechos por el enemigo, retiró a retaguardia parte de la fuerza,
y avanzó con el resto ordenó a un soldado que procediese a deshacerlos, pero al cumplir
esta orden el soldado cayó herido por un disparo enemigo, acudió rápidamente en su
defensa el cabo Rapela, en cuyo momento recibió una descarga que le produjo una herida
grave en el pecho y continuó el servicio que se le había ordenado fue herido nuevamente,
y no obstante la gravedad de sus heridas siguió haciendo fuego apoyándose en unas
piedras, resultó herido en la mano derecha por una tercera descarga, no abandonó su
puesto, en el que se defendió con singular arrojo, permitió, con su decidida y valerosa
actitud, que salieran en su apoyo fuerzas de la posición, que alejaron al enemigo, pudo
retirarse todos los heridos con su armamento.
El juicio contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada se prolongaría durante seis
años, hasta que por fin la Real Orden de 18 de marzo de 1931 le otorgaría tan preciada
condecoración, reservada para los héroes; con anterioridad había obtenido el ascenso a
sargento por méritos de guerra.
Carrera militar:
Hasta su incorporación al Ejército como soldado en 1922, desempeñó el oficio de
labrador. En 1922 se incorporó a filas para cumplir su servicio militar, comenzó a prestar
sus servicios en el Batallón de Montaña n.º 5, de guarnición en Orense, embarcando en
1924 hacia Larache, donde fue destinado al Batallón de Cazadores de Mérida, pasando a
460
formar parte de la guarnición de diversas posiciones. Resultó herido el 14 de marzo de
1925, debido a la importancia de sus heridas ingresó en el Cuerpo de Inválidos, en el que
en 1933 ascendió al empleo de alférez, que conservaba al iniciarse la Guerra Civil,
obteniendo posteriormente el de capitán. Los últimos años de su vida sufrió mucho debido
a las heridas recibidas en combate; falleció soltero y fue enterrado en el panteón familiar
del cementerio de Gustei.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/69434/manuel-rapela-rodriguez
https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1935/276/A00054-00066.pdf
https://www.amesete.es/wp-content/uploads/docs/minerva/minerva_95cr.pdf
Observaciones, comentarios:
El 24 de septiembre de 1925 se le dedicó un homenaje en Gustei, durante el que se le
regaló un anillo de oro y se inauguró en la casa donde había nacido una placa de mármol
en la que se podía leer: “En esta casa nació el cabo Manuel Rapela Rodríguez, héroe de
la acción de Estigua (África), ocurrida el 14 de marzo de 1925. La banda del lugar estrenó
en ese día un pasodoble titulado Cabo Rapela”.
Adscripción: No participa
461
Rodríguez Cañivano, Eladio
Fecha de nacimiento: 31 de enero de 1885
Fecha de defunción: 27 de agosto de 1937
Empleo Julio 1936: Capitán Caballería
Destino Julio 1936: Activo - Escuela Aplicación Caballería -
Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1926)
Hechos que motivaron la concesión:
El 16 de diciembre de 1925. Se concede al Teniente de Caballería D. Eladio Rodríguez
Cañivano la Medalla Militar Individual, por la brillante actuación de conjunto que
desarrolló al frente de la Intervención Militar de Río Martín y muy especialmente por el
hecho extraordinario que llevó a cabo en la madrugada del día 16, al desembarcar en la
playa de Ensa con 11 indígenas, atacando a un enemigo muy superior, e infligiéndole
duras pérdidas en hombres y material. (D.O. número 11 de 15 de enero de 1926).
Carrera militar:
En el mismo 18 de julio, consigue reducir los brotes de los sublevados en la unidad donde
se encontraba destinado. En diciembre de 1936 es agregado a la presidencia del Consejo
de Ministros. Es enviado a Marruecos a intentar sublevar las cabilas contra las tropas
nacionales (Operación Baraibar). Muere en acción de guerra en 1937.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
LUNA ALONSO, M. A., “La misión de Carlos Baraibar en Marruecos durante la guerra
civil”, Espacio, Tiempo y Forma, Serie V, (2002), págs. 391-406
CAUSA_GENERAL, 1516, Exp.9
Adscripción: R+2
462
Rodrigo Martínez, Miguel
Fecha de nacimiento: 27 de diciembre de 1895 -
Santa Clara (Cuba)
Fecha de defunción: 15 de noviembre de 1968 -
Madrid
Empleo Julio 1936: Comandante Infantería
Destino Julio 1936: Activo - Grupo Fuerzas
Regulares Indígenas Melilla - Nador
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Durante las campañas de Marruecos fue recompensado por Real Orden de 7 de abril de
1925 con la Medalla Militar Individual, concedida por su excepcional actuación en la
operación efectuada el día 23 de agosto de 1923 en territorio de la Comandancia General
de Melilla para levantar el asedio que el enemigo había establecido a la posición de
Tifaruin. Al mando de la 3.ª Compañía del 2.º Tabor formó parte el 12 de septiembre de
1925 de la columna mandada por el teniente coronel Balmes, cuya misión era librar del
cerco a la posición de Kudia Tahar, habiendo de forzar para ello la resistencia organizada
por el enemigo a lo largo del barranco de Izarduy, con el núcleo más numeroso en el
bosque y poblado de Dar Gassi. Apenas iniciado el movimiento en Tetuán, al amanecer
del día 11, el enemigo detuvo con sus fuegos el avance de la columna, dirigiéndose
entonces el capitán Rodrigo a ocupar con dos secciones el poblado de Dar Alka, con
objeto de proteger desde allí el avance del resto de las fuerzas, sosteniéndose todo el día
en dicho poblado, hasta que, al llegar el anochecer, viendo que la columna no avanzaba,
se replegó a reunirse con su Tabor.
Al día siguiente se le ordenó de nuevo el avance, recibiendo orden de ocupar con su
Compañía los montes existentes a la izquierda del barranco y a la altura de Dar Gassi,
consiguiendo desalojar al enemigo de sus primeras posiciones, para a continuación
perseguirle rápida y encarnizadamente para entrar a establecerse en Dar Gassi, pero
cuando llegaba con su Compañía a unos doscientos metros de dicho lugar, un fuego
intenso e inesperado del enemigo causó numerosas bajas en su tropa, obligándole a
detenerse y cubrirse para estudiar la situación, que no podía ser más comprometida y
463
peligrosa, lo mismo para él que para el resto de la columna, que quedó detenida sin hacer
posible la menor maniobra a cubierto, sufriendo bajas continuamente.
Ante la gravedad de la situación no dudó en adoptar una heroica determinación: arengó a
su tropa, la enardeció con su ejemplo y se lanzó a la bayoneta sobre el referido bosque,
arrastrando a sus soldados, arrollando al enemigo y poniéndolo en fuga, causándole gran
número de bajas.
Propuesto para la Cruz Laureada por su heroica acción, el juicio contradictorio se
prolongaría durante los siguientes diez años, no siéndole concedida hasta el 10 de marzo
de 1933. Por igual hecho recibieron también la Cruz Laureada el comandante Francisco
García Escámez, el capitán José Gómez Zaracíbar, y los tenientes José Martínez Anglada,
Bartolomé Muntané Cirici y Antonio Nombela Tomasich.
El 16 de agosto de 1936 ganó una segunda Medalla Militar Individual
Carrera militar:
Ingresó en la Academia de Infantería a los diecisiete años, saliendo de la misma en 1916
con el empleo de segundo teniente. Destinado al Regimiento de San Fernando, en 1918
fue ascendido a teniente, pasando a ocupar vacante en el Grupo de Fuerzas Regulares
Indígenas de Melilla, en el que permaneció tras su ascenso a capitán en 1923 y a
comandante, por méritos de guerra, en 1926. Al llegar la República seguía destinado en
Regulares de Melilla, continuando en esta misma Unidad hasta el inicio de la Guerra
Civil, en la que intervino al mando de un tabor, combatiendo en los frentes de
Extremadura, Toledo y Madrid.
En enero de 1937, siendo coronel habilitado y estando al mando de la División n.º 61,
recibió una herida grave, por lo que se le recompensó con la Medalla de Sufrimientos por
la Patria. En octubre de 1939 se le nombró jefe del Grupo de Fuerzas Regulares de
Alhucemas y en abril de 1941 se le concedió el ascenso a coronel por méritos de guerra,
recibiendo en julio la orden de organizar el primer Regimiento de la División Española
de Voluntarios, combatiendo a partir de octubre de ese año en el frente de Rusia como
coronel jefe de la Infantería Divisionaria y luego del Regimiento 269, siendo ascendido a
general de brigada en 1942 y ganando la Cruz de Hierro de 1.ª Clase.
Al regresar de Rusia estuvo, sucesivamente, al frente de las Divisiones 31, 13 y 113, que
cubrían la zona pirenaico-catalana, y en 1944 mandó la 1.ª Brigada de la División
Acorazada.
464
Ascendido a general de división en 1946, pasó a mandar la División n.º 12. En los años
siguientes desempeñó los cargos de director general de Reclutamiento y jefe de la
División Acorazada, hasta que, a su ascenso a teniente general, en 1953, se le nombró
capitán general de Canarias y posteriormente de la 1.ª Región Militar.
En 1961 pasó a la situación de reserva, quedando a las órdenes del ministro del Ejército
en Madrid, quien dos años después le nombró inspector general de Movilización y
Reclutamiento, cargo que desempeñaba en Madrid en el momento de su fallecimiento.
Condecoraciones:
Medalla de Sufrimientos por la Patria
Cruz de Hierro de 1.ª Clase
Observaciones, comentarios:
En julio de 1964 el Ayuntamiento de Mengíbar (Jaén) acordó dar a una de las calles de la
población el nombre de “Avenida del general Rodrigo”, levantando un monolito en su
homenaje al final de la misma, a cuya inauguración acudió éste; el nombre de dicha
avenida desapareció en 1983, como también las letras del citado monolito. Badajoz, Jaén
y Madrid dieron el nombre de este héroe a una de sus calles; en 1983 sería borrado del
callejero de Badajoz.
Adscripción: N+2
465
Rodríguez López, Manuel
Fecha nacimiento: 26 de mayo de 1899, Jumilla (Murcia)
Fecha defunción: junio 1986
Empleo Julio 1936: Capitán Infantería
Destino Julio 1936: Regimiento de Infantería, núm. 10-
Alicante
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Siendo Alférez y perteneciendo al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Alhucemas
número 5, como premio a su valerosa actuación en diversos hechos de armas y muy
especialmente en el combate del día 5 de junio de 1923, en el que, herido su Capitán,
tomó el mando de la Compañía, y no obstante la intensidad del fuego enemigo, protegió
muy acertadamente la retirada de la columna. Se le concedió la Medalla Militar por R.O.
de 31 de marzo de 1925 (D.O. núm. 72 de 1 de abril de 1925).
Carrera militar:
El 28 de agosto de 1918 ingresa en la Academia de Infantería de Toledo con 19 años,
siendo promovido a Alférez en 1921 y destinado al Regimiento de Infantería Navarra
número 25 de donde pasa en septiembre de 1922 al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas
de Alhucemas número 5. En julio de 1923 asciende a Teniente a propuesta extraordinaria
en ese mismo destino en el Ejército de África.
En agosto de 1923, después de las acciones que le hicieron acreedor de la Medalla Militar,
vuelve a demostrar su valor en la zona de Tifarrruin donde entabló rudo combate con
arma blanca hasta desalojar al enemigo de sus atrincheramientos, quedando gravemente
herido por arma de fuego, siendo evacuado al hospital de la Cruz Roja de Melilla.
En verano de 1924, recuperado de las graves heridas sufridas el año precedente, y yendo
al mando de su Compañía en vanguardia de la columna del Coronel Agustín Gómez
Maroto, sostuvo fuego con el enemigo en las posiciones de Tisagrín e Ifartar. El 30 de
julio embarca con su Tabor en el “Atlante” con rumbo Uad San, desde donde realizó
diferentes incursiones, participando en los combates de Kudia Machafosa y los poblados
de Tafugal, a las órdenes del general Serrano Arcid.
466
El día 17de julio forma parte de la vanguardia que protege la columna del Tercio de
Extranjeros al mando del Jefe del Tercio, Francisco Franco, y en la zona de Emsa sostuvo,
con sus fuerzas, combate con el enemigo.
El 15 de mayo de 1925 es destinado a la península, al Regimiento Sevilla número 33 en
Cartagena, donde desde el 5 de julio es nombrado profesor de las Academias de
Sargentos, Cabos y Alumnos del Regimiento.
En 1928 pasa destinado al Regimiento de Infantería España número 46, donde asciende
a Capitán de Infantería el 7de julio. En el Regimiento de Infantería número 11, antiguo
Regimiento Tarifa número 4, con sede en la ciudad de Alicante, está destinado en julio
de 1936.
El 11 de diciembre de 1933 marchó en comisión de servicio a Elda (Alicante) al mando
de su compañía con motivo de la alteración del orden público; por su actuación durante
estos altercados es felicitado por el Ayuntamiento de Elche por las “acertadas y
activísimas gestiones que llevó a cabo el Capitán Don Manuel Rodríguez López que
permitieron solucionar completamente y satisfactoriamente el conflicto de orden social
planteado en esa ciudad”. El día 6 de octubre de 1934, y por haberse declarado el estado
de guerra, realiza “extraordinarios servicios y de guarnición” en la plaza de Alicante.
En 17 de diciembre de 1936 es destinado al Subsector de Yznalloz (Granada) y
posteriormente a la Plana Mayor de la 6ª Brigada de Infantería. En marzo de 1937
asciende a Mayor y destinado a la Comandancia Militar de Cartagena. Combatió en las
operaciones militares del frente del Teruel encuadrado en el XIII Cuerpo de Ejército del
Ejército Popular de la República y por su actuación fue condecorado con la Medalla del
Deber de la República en marzo de 1938.
El 27 de marzo de 1939 se encontraba en la zona de Nava- Hemosas donde es detenido e
internado en el campo de concentración de San Martin de Pusa (Toledo). El Capitán
Rodríguez fue “sometido a depuración como procedente de zona no liberada”, juzgado y
condenado a dos años de prisión menor por Consejo de Guerra celebrado en Madrid el 31
de enero 1940 y en 1942 pasa a la situación de retiro en aplicación de la denominada Ley
Varela de depuración.
467
Condecoraciones:
Cruz del Mérito Militar de 1a clase con distintivo rojo (1923)
Medalla Militar de Marruecos con aspa roja de herido en Campaña (1924)
Cruz del Mérito Militar de 1a clase 1924
Cruz del Mérito Militar de 1a clase con distintivo rojo (1925)
Cruz del Mérito Militar de 1a clase con distintivo rojo (1926)
Cruz del Mérito Militar de 1a clase con distintivo rojo (1927)
Medalla de la Paz de Marruecos (1928)
Cruz del Mérito militar de 1a Clase con distintivo blanco
Comentarios:
Se le descuentan para el cálculo de tiempo de servicios, los dos años de la condena de
prisión tras la guerra y los dos años, 8 meses y 12 días de “permanencia en zona no
liberada”.
Fuentes:
Hoja de Servicios en División de Apoyo al Personal (Área de Pensiones)- Dirección
General de Personal Ministerio de Defensa
D.O. Ministerio de la Guerra 22.03.1937
D.O. Ministerio Defensa Nacional (Valencia) 03.08.1938
Adscripción: R+1
468
Ruiz y Sáez de Santamaría, Celestino
Fecha de nacimiento: 31de marzo de 1899
Fecha de defunción:
Empleo Julio 1936: Capitán Infantería
Destino Julio 1936: Activo - Batallón Cazadores - Melilla
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Combate en las penas de Kaiat
El Teniente Celestino Ruiz Sáenz de Santamaría al frente de parte de su Sección y en
vigoroso ataque al arma blanca desalojó al enemigo de un punto casi inexpugnable; ayudó
luego con el bien dirigido fuego de su sección a la eficacia de las ametralladoras. Herido
el teniente Peñalver, de su misma Compañía, en terreno peligroso no vaciló en retirarlo
por sí mismo de la línea de fuego y coronó su meritoria labor cooperando a proteger el
repliegue de tal forma que el enemigo no causó más bajas. Se le concede la Medalla
Militar, según consta en D.O. Número 98 de 5 de mayo de 1925.
Carrera militar:
Durante la Guerra Civil combate en el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas. Mediante
el Decreto 1264/1961, de 21 de julio, se promueve al empleo de Teniente General al
General de División don Celestino Ruiz Sáenz de Santa María. Fue Capitán General de
Burgos.
Condecoraciones:
Fuentes:
https://elgrancapitan.org/portal/index.php/articulos3/guerra-civil-espanola/1142-
combate-en-las-penas-de-kaiat-19-de-agosto-de-1-923
Adscripción: N+2
469
Sánchez Vivancos, Manuel
Fecha de nacimiento: 10 de abril de 1901 - Alhama
(Murcia)
Fecha de defunción: 1953- Alhama (Murcia)
Empleo Julio 1936: Teniente
Destino Julio 1936: Cuerpo de inválidos
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1925)
Hechos que motivaron la concesión:
El día 7 el enemigo intentó el asalto a la posición, llegando a las alambradas y siendo
detenido por el fuego de la guarnición. El 13, en nuevo ataque, llegó hasta a apoderarse
de unas peñas situadas dentro de la alambrada inmediata al parapeto y, dada su
proximidad, la defensa se hizo con granadas de mano, lanzadas incluso por el sargento
Sánchez Vivancos, quien, al arrojar una, le hizo explosión prematura, destrozándole la
mano derecha y causándole diversas heridas. Ante lo crítico de la situación, y a fin de
mantener la moral de la tropa, ocultó la gravedad de sus lesiones, haciéndose curar por
un soldado y continuó al mando de su fuerza, rechazando el ataque del enemigo.
Dado el aislamiento en que el puesto se encontraba, llegaron a un total agotamiento de
los víveres y elementos de curación. En tal situación, el día 3 de noviembre se presentó
ante el blocao un cabo del batallón, que estaba prisionero y que, obligado por los moros
que le conducían, hizo proposiciones invitando a la rendición, mediante ofertas que
fueron rechazadas, al igual a las análogas hechas en días posteriores por un sargento
prisionero. El enemigo, que persistió en sus ataques, lo repitió con violencia el día 8,
siendo, como otras veces, batido y obligado a retirarse. El día 10 se intentó el
abastecimiento de la posición por medio de la aviación, cuyos primeros auxilios no
pudieron ser recogidos por caer lejos del blocao e impedir el enemigo con sus fuegos toda
salida, siendo más afortunados en días posteriores. Prosiguieron los ataques con el mismo
resultado hasta el 8 de enero del año siguiente, en que disminuyó la acometividad y
número del enemigo. El día 15 evacuó la posición, llegando el pequeño destacamento a
Aulef conducidos por un guía moro designado por la Oficina de Intervenciones, siendo
posteriormente hospitalizado en unión de los soldados enfermos.
470
Durante todo el asedio quedó patente la esforzada conducta del comandante del blocao
de Tikun y de la reducida guarnición a sus órdenes, defendiendo y conservando la
posición en el cerco puesto por el enemigo, sufriendo con firme constancia las
penalidades y privaciones consiguientes por la falta de alimentos y de todo medio de
asistencia, a pesar de cuyo agotamiento y de las heridas sufridas, el sargento Sánchez
Vivancos supo infundir en su reducida gente el ánimo necesario para soportar las fatigas
de la defensa, extremando la resistencia hasta el límite de todo sufrimiento, actuación que
sería recompensada con la Cruz Laureada de San Fernando, que le sería concedida por
orden de 15 de junio de 1934, una vez finalizado el obligado juicio contradictorio
Carrera militar:
Ingresó voluntario en el Ejército a los dieciséis años, siendo destinado a Melilla en 1918
una vez hubo ascendido a cabo. En 1921 fue ascendido a sargento y en mayo de 1924
volvió a la Península, pero un mes más tarde regresó a Marruecos con el Batallón de
Cazadores de Chiclana, siendo destinado al blocao de Tikun, en la kabila de Beni Gorfet.
Estando al mando de la guarnición de dicho blocao, el 3 de octubre, y con ocasión de
practicar el servicio de aguada, fue agredida su fuerza de protección, resultando un cabo
y dos soldados muertos, retirándose al blocao el resto bajo la protección de las fuerzas del
mismo, y empezando el asedio por parte de un enemigo notoriamente superior al pequeño
número de defensores del puesto. En 1925 obtuvo el empleo de suboficial por méritos de
guerra e ingresó en el Cuerpo de Inválidos, donde en 1931 alcanzó el empleo de alférez
y tres años después el de teniente, que era el que tenía al estallar la Guerra Civil. En 1947
alcanzó el empleo de comandante del Cuerpo de Inválidos Militares.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/69433/manuel-sanchez-vivancos
https://elretohistorico.com/manco-tikun-sanchez-vivancos/
Observaciones, comentarios:
Su fama y el haber perdido un brazo durante el asedio motivó que se le diese el
sobrenombre de El manco de Tikun. El pueblo en el que nació le nombró hijo predilecto
y puso el nombre de “Sánchez Vivancos” a una de sus calles.
Adscripción: N-2
471
Sanféliz Muñoz, Felipe
Fecha de nacimiento: 27de junio de 1899
Fecha de defunción: 9 octubre de 1951
Empleo Julio 1936: Capitán Infantería
Destino Julio 1936: Activo - Escuela Superior de Guerra - Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su valeroso y distinguido comportamiento en las operaciones de los días 22 a 25 de
octubre de 1924 para levantar el asedio de de Rapta y Sidi- Hozman. Se le concede la
Medalla Militar, según consta en D.O. Número 284 de 20 de diciembre de 1925.
Carrera militar:
Al iniciarse el golpe militar, se encontraba en Ceuta (zona nacional) haciendo prácticas
como alumno del curso de Estado Mayor, sumándose a las fuerzas del Ejército de África
sublevadas, a pesar de que su destino era la Escuela de Guerra en Madrid. Se le convalidan
los estudios de Estado Mayor a finales de 1936 y se le destina como Jefe de Estado Mayor
de la 1ª Brigada de la 12 División. Se le asciende a Comandante en 1937. Después de la
guerra es ascendido a Teniente Coronel Infantería en 1941 y termina su carrear como
Coronel de Infantería (mutilado).
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
GARCÍA ÁLVAREZ-COQUE, A. en su tesis «Los militares de Estado Mayor en la
Guerra Civil española» (2018)
Adscripción: N+1
472
Sevillano Cousillas, Ángel
Fecha de nacimiento: 14 de octubre de 1897 - San Fernando
(Cádiz)
Fecha de defunción: 19 de noviembre de 1936 - Paracuellos
de Jarama (Madrid)
Empleo Julio 1936: Capitán Ingenieros
Destino Julio 1936: Activo - Regimiento Zapadores - Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Laureada Individual por su actuación en la defensa de Kudia Tahar en septiembre de
1925. Del 3 al 12 de septiembre de 1925 es atacada Kudia Tahar, punto estratégico para
la defensa de Tetuán. Tras la muerte del capitán José Gómez Zaracíbar, asumió el mando
de su guarnición el teniente Ángel Sevillano, no obstante, de haber sido gravemente
herido. Consiguieron rechazar los ataques y sobrellevar el asedio del enemigo,
aguantando la posición hasta la llegada de tropas españolas.
Por R.O.C. de 20 de octubre se le concede la Medalla Militar Individual. Por R.O. de 31
de enero de 1935 se le concede la Cruz Laureada de la Orden Militar de San Fernando
por su heroico comportamiento en la posición de Kudia- Tahar. (Diario Oficial núm.
27/1935).
Carrera militar:
Causó alta el 26 de octubre de 1914 en el primer Regimiento de Infantería de Marina en
concepto de soldado voluntario, prestando servicios de su clase. En virtud de haber
aprobado los exámenes de ingreso en la Academia de Ingenieros fue nombrado alumno
de la misma por Real Orden (R.O.) de 6 de agosto de 1915. El 27 de julio de 1919 fue
promovido al empleo de alférez alumno de Ingenieros. Por Real Orden Circular (R.O.C.)
de 9 de julio de 1921 fue promovido al empleo de teniente de Ingenieros por promoción.
Destinado a las compañías expedicionarias de Melilla del 5.º Regimiento de Zapadores
Minadores, el 6 de agosto de 1921 se hizo cargo del mando de su Compañía. El día 2 de
noviembre de 1924 se incorporó a la Academia de Ingenieros en Guadalajara desde cuya
fecha empezó a prestar servicios de su clase. Por R.O.C. de 1.º de agosto de 1925 se le
473
concede la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo por mérito y servicios prestados en
la zona del Protectorado de África. Por R.O. de 12 de agosto es destinado al cuadro
eventual de Ceuta, incorporándose el 17 de agosto y quedando agregado para prestar
servicio a la 2.ª Cía. expedicionaria del 6.º Regimiento de Zapadores Minadores,
haciéndose cargo de la misma que se hallaba realizando trabajos de fortificación.
Por R.O.C. de 14 de octubre de 1926 se le concede el empleo de capitán de Ingenieros
por méritos de guerra, con antigüedad de 1.º de octubre de 1925.En la Jefatura de Tropas
y Servicios de Ingenieros de la II División orgánica, mandando la 1.ª Compañía de Armas
con Plaza en Sevilla, hasta el 13 de agosto de 1932 que quedó en situación de disponible
forzoso, siendo el 17 del mismo mes procesado e incomunicado por el juez magistrado
de la Sala 6.ª del Tribunal Supremo en la causa que se seguía con motivo de la rebelión
militar ocurrida en Sevilla el día 10. Conducido a prisiones militares de Madrid,
compareció como testigo en juicio sumarísimo el 24 de agosto. En la prisión militar de
Guadalajara y de Madrid hasta febrero de 1934, que retirada por el fiscal la acusación,
fue puesto en libertad. El 21 de marzo de 1935 pasa a prestar sus servicios en el Ministerio
de la Guerra. El 18 de julio de 1936 le sorprendió en el Cuartel de la Montaña (Madrid)
tomando parte activa en la sublevación militar, hasta que el 20 del mismo mes fue tomado
el cuartel por el Ejército Republicano y conducido a la cárcel de Porlier. Permaneció en
dicha cárcel hasta el 18 de noviembre en que fue sacado en una expedición para ser
fusilado.
Condecoraciones:
Medalla Militar de Marruecos / 2 Cruces del Mérito Militar con distintivo rojo
Cruz de 1.ª Clase de la Orden Militar de María Cristina
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/69438/angel-sevillano-cousillas
http://altorres.synology.me/personajes/ingenieros/laureados/sevillano_cousillas.htm
Adscripción: N+2
474
Soler Lacambra, José
Fecha nacimiento: 16 de junio de 1885
Fecha defunción: 29 de abril de 1952
Empleo Julio 1936: Teniente de Infantería, Retirado
Destino Julio 1936: Retirado - Zaragoza
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Como recompensa ejemplar e inmediata al valeroso y distinguido comportamiento que
observa en la defensa de la posición de Kudia Tahar desde 3 al 13 de septiembre de 1925,
se le concede la Medalla Militar por R.O de 20 de octubre de 1925 (D.O. número 234 de
21 de octubre de 1925).
Carrera militar:
Ingresa como soldado en agosto de 1905, ascendiendo por elección a Cabo en 1907 y a
Sargento en 1910 en el Regimiento Cantabria número 12. Pasando desde 1915. al
Regimiento de la Constitución número 29. En 1919 a Brigada y en 1924 a Alférez por
antigüedad, sirviendo en el Regimiento Tetuán número 45. En 1926 pasa destinado al
Regimiento Infante número 5, donde asciende a Teniente por antigüedad, siendo
adelantado un año su antigüedad en el empleo al ser ascendido retroactivamente a fecha
de 1925 por méritos de guerra. Pasa al Regimiento de Infantería de Reserva y Cuerpo de
Seguridad en 1927, en este destino pasa a la situación de retirado en agosto de 1931.
Comentarios:
Por este mismo hecho fueron recompensados con la Medalla Militar individual: Gómez
Zaracíbar (a título póstumo), Ocasar Blanco, Yagüe Romeo, Fuentes Pila (a título
póstumo), Sevillano Cousillas y García Almenta)
En la Hoja de Servicios queda anotada la “solemne promesa de adhesión y fidelidad a la
República” con arreglo al artículo 2º del Decreto de 22 de abril (D.O. número 90), que
realiza un día más tarde de la promulgación de este Decreto.
Fuentes:
Hoja de Servicios en Archivo General Militar de Segovia
Adscripción: No participa/ No constatada
475
Yagüe Romero, Florencio
Fecha nacimiento: 5 de abril de 1901- Zaragoza
Fecha defunción: 31 mayo 1971
Empleo Julio 1936: Capitán de Infantería, Retirado
Destino Julio 1936: Retirado - Zaragoza
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos (1925)
Hechos que motivaron la concesión:
Como recompensa ejemplar e inmediata al valeroso y distinguido comportamiento que
observa en la defensa de la posición de Kudia Tahar desde 3 al 13 de septiembre de 1925,
se le concede la Medalla Militar por R.O de 20 de octubre de 1925 (D.O. número 234 de
21 de octubre de 1925).
Comentarios:
Por este mismo hecho fueron recompensados con la Medalla Militar individual: Gómez
Zaracíbar (a título póstumo), Ocasar Blanco, Soler Lacambra, Fuentes Pila (a título
póstumo), Sevillano Cousillas y García Almenta).
En julio de 1936 se encuentra en situación de retirado en Zaragoza. Se incorpora al
Ejército Nacional, como jefe del Batallón de Carros de Zaragoza, de la 55 División.
Asciende en octubre de 1938 a Comandante. En 1941 pasa a la situación de disponible
forzoso tras haber pasado por la situación de reemplazo por enfermedad.
Fuentes:
B.O.E de 16 de enero de 1938
B.O.E de 22 de octubre de 1938
D.O. número 214 de 21 de septiembre de 1941
Adscripción: N+1
476
1926
Capaz Montes, Oswaldo Fernando de la Caridad
Fecha de nacimiento: 17 de marzo de 1894 – Puerto Príncipe
(Cuba)
Fecha de defunción: 23 de agosto de 1936 –Madrid
Empleo Julio 1936: General de Brigada
Destino Julio 1936: Jefe Fuerzas Circunscripción Occidental
Larache- Ceuta (Marruecos)
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1926)
Hechos que motivaron la concesión:
Diversos hechos y actuación de conjunto desde 1924. Se le concedió la Medalla Militar,
según D.O. Número 162 de 22 de julio de 1926.
Carrera militar:
Oswaldo Fernando de la Caridad Capaz y Montes nació en Puerto Príncipe, Cuba, el 17
de marzo de 1894; el futuro héroe de Marruecos «inició su carrera militar en la Academia
Militar de Infantería de Toledo. Tras graduarse, en 1922 pasó a servir en África, donde
trascurrió la mayor parte de su vida. Su primera parada fue la Policía Indígena, en la que
sirvió como capitán y donde se destacó como uno de sus principales mandos. En 1926,
ya ascendido a comandante, volvió a demostrar que andaba sobrado de valor al someter
en la región de Gómara a una decena de tribus a las que confiscó 3.000 fusiles. Lo más
llamativo es que aquella gesta no la hizo solo a golpe de espada y fusil, sino mediante la
palabra. En ese momento se dejaron ver también sus dotes como parlamentario y
diplomático. Fue posteriormente nombrado Delegado General de Asuntos Indígenas hasta
1931, cuando el gobierno lo destituye y lo destina a Canarias con el grado de coronel. Sin
embargo, en 1934 fue llamado de nuevo a primera línea para participar en la toma de Ifni
(región también denominada como Santa Cruz de la Mar Pequeña. Por su éxito en esta
misión es ascendido a General y nombrado gobernador de Ifni.
En julio de 1936, era comandante general de Ceuta y Jefe de la Circunscripción
Occidental y, al conocerse el alzamiento, se mantuvo fiel a la Segunda República, al igual
que Manuel Romerales Quintero, Jefe de la Circunscripción Oriental.
477
El 17 de ese mismo mes, pide permiso para viajar hasta la capital donde le sorprende el
golpe, y después de negarse a dirigir a milicianos, fue detenido en su domicilio por
miembros del Frente Popular e inmediatamente internado en la cárcel Modelo de la
capital, donde fue asesinado unos días después.
Fuentes:
PRIMO JURADO, J.J., Los generales de África, Almuzara, 2017
GARCÍA ÁLVAREZ-COQUE, A. en su tesis «Los militares de Estado Mayor en la
Guerra Civil española»
https://www.abc.es/historia/abci-guerra-civil-traiciono-y-asesino-frente-popular-
grandes-heroes-espana-202001291423_noticia.html
http://bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/i18n/consulta/registro.cmd?id=33394
Adscripción: N-1
478
Rey Castiñeira, Perfecto
Fecha de nacimiento: 17 de octubre de 1899 - Lamas (La
Coruña)
Fecha de defunción: 21 de octubre de 1936 – Valencia
Empleo Julio 1936: Teniente Infantería
Destino Julio 1936: Guardia de Asalto- Valencia
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1926)
Hechos que motivaron la concesión:
El día 29 de mayo de 1926 se le dio a su Compañía la misión de ocupar unas lomas en la
parte derecha del río Guis, para lo cual destacó una sección, que ocupó, tras reñido
combate, una de las mencionadas lomas y desalojó al enemigo de unas piedras en las que
se hallaba fuertemente parapetado.
Al observar desde ellas que el enemigo situado en una casa próxima hacía intenso fuego,
el alférez jefe de la sección avanzó con dos escuadras, dejando las otras dos al mando del
sargento Rey con orden de protegerle en el avance, sosteniendo fuego nutrido con el
enemigo, que trataba de impedirlo.
Para oponerse a la maniobra enemiga se le ordenó que tomase posiciones con el fin de
impedir el ataque que por su derecha se iniciaba, y al efectuarlo y observar que la fuerza
del alférez, que había conseguido ocupar la referida casa bajo la presión de numeroso
enemigo, retrocedía desordenadamente por haber sido muerto dicho oficial, dándose
cuenta de lo crítico de la situación se interpuso con su escuadra para contener a los que
se retiraban, consiguiendo hacerlos reaccionar, y aunque cayó herido por la explosión de
una granada enemiga, continuó el avance al frente de su tropa, a la que dio aliento hasta
conseguir que reaccionase y lograse vencer la tenaz resistencia que el enemigo oponía y
recuperar la casa que las fuerzas habían abandonado, y sin cuidarse de atender sus heridas,
continuando toda la noche de servicio en la posición ocupada, cooperando a su
fortificación hasta la mañana siguiente, en que, dada la gravedad de sus heridas, fue
llevado al hospital de sangre y más tarde al de Pagés de Melilla.
Tras concedérsele la Cruz Laureada de San Fernando por Real Orden de 24 de julio de
1929, le sería impuesta con todos los honores en Tetuán el 6 de octubre. En diciembre
ingresó en la Escala de Reserva Retribuida con el empleo de alférez y fue destinado al
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Regimiento de Tarragona, regresando en marzo del año siguiente a Regulares de
Alhucemas.
Carrera militar:
Ingresó en marzo de 1918 como soldado voluntario en el Regimiento de Zaragoza, de
guarnición en la plaza de Santiago de Compostela, en el que en abril de 1919 fue
ascendido a cabo.
En julio de 1921 embarcó hacia Melilla, donde a su llegada entró de servicio de trincheras
en las estribaciones del Gurugú. Durante los meses siguientes participó en
reconocimientos, protección de convoyes y establecimiento de posiciones, teniendo
encuentros armados con el enemigo en Hidun, el Atalayón, Izumar, Sidi Amaran y Garet.
Asistió en septiembre a la toma de Nador y al mes siguiente a las de Sebt, Ulad Dau,
Atlaten, Segangan y Zeluán.
Ascendido a sargento en noviembre, al mes siguiente tomó parte en la conquista de Sidi
Amaran y en la ocupación de Ras Medua, continuando en operaciones al año siguiente
formando parte de las columnas de los generales Sanjurjo y Castro Girona. En 1923
guarneció la posición de Bufahora, acampó en Tafersit y condujo un convoy a Tizi Azza,
pasando a finales de año destacado a Kaddur; por su comportamiento en estas acciones
fue recompensado con una Cruz roja al Mérito Militar. En febrero de 1924 fue destinado
al Grupo de Fuerzas Regulares de Alhucemas, al que se incorporó en Tafersit, marchando
al mes siguiente con su Tabor a Uad Lau bajo el mando del teniente coronel Temprano,
a cuyas órdenes combatió en septiembre en las operaciones para la liberación del Monte
Cónico y la Casa Aspillerada, en el levantamiento del sitio puesto por el enemigo a las
posiciones del macizo de Gorgues y en la protección de la retirada de Dar Akkoba a
Xeruta y Zoco el Arbaa, operación en la que perdería la vida el teniente coronel
Temprano. Durante 1925 prestó servicio de campaña en Kandussi y Tafersit, tomando
parte en agosto a las órdenes del comandante Tella en el aprovisionamiento y posterior
liberación de la posición de Tauriat Amaran.
En diciembre embarcó con su Tabor para desembarcar en Axdir (Alhucemas), regresando
en marzo del año siguiente a Melilla y trasladándose a Tafersit, desde donde partió en el
mes de mayo formando parte de la columna mandada por el coronel Campíns para tomar
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Tanergat y Zoco Telata de Eslef, ocupando la llanura entre los ríos Guis y Nekor.
En febrero de 1931 fue destinado a Intervenciones Militares del Rif como oficial
informador, siendo en noviembre ascendido a teniente de la Escala Activa, con el que en
febrero de 1932 fue trasladado a la Mehalla Jalifiana del Rif. En 1935 pasó a prestar sus
servicios en el Centro de Movilización n.º 5, en Valencia, y agregado al Cuerpo de
Seguridad. Al concedérsele a este Cuerpo el uso de la Bandera Nacional, se organizó una
parada el 29 de septiembre en el madrileño parque del Retiro, actuando como
portaestandarte el teniente Rey.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/69443/perfecto-rey-castineira
AGM Segovia 1ª, 1ª, R-657
Adscripción: N+1
481
Rivera Macías, Claudio
Fecha de nacimiento: 5 de mayo de 1893 - Alguaire (Lérida)
Fecha de defunción: 6 de agosto de 1971 - Madrid
Empleo Julio 1936: Comandante Infantería
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1926)
Hechos que motivaron la concesión:
El 29 de mayo de 1926, se avanzó sobre la cabila de Bocoia, manteniendo la columna del
general González Carrasco, de la que formaba parte Regulares de Alhucemas, duros
combates en el Zoco el Had de Tizar, donde resistía un numeroso grupo de rebeldes.
Durante la operación, al teniente Rivera se le señaló como misión la ocupación de unas
crestas, de las que desalojó al enemigo empleando granadas de mano y arma blanca,
continuando el avance por propia iniciativa y sin esperar refuerzos, alcanzando una casa
en ruinas en la que recibió orden de fortificarse, pero los intensos ataques del contrario
hicieron vacilar a la tropa, que retrocedió, permitiendo que los moros ocupasen dichas
ruinas. El teniente Rivera hizo que sus hombres reaccionasen y se lanzasen al asalto de la
casa, de la que consiguieron volver a apoderarse, sufriendo sus fuerzas durante estos
combates un cincuenta por ciento de bajas. Recibió como recompensa por estos hechos
el ascenso a capitán por méritos de guerra.
En averiguación de si su heroica actuación merecía la Cruz Laureada de San Fernando,
se le abrió juicio contradictorio, que daría como resultado la concesión de tan preciada
recompensa por Real Orden de 30 de enero de 1930.
Carrera militar:
Ingresó en 1909 en el Ejército como educando de banda del Regimiento de Toledo, en el
que durante los años siguientes alcanzó los empleos de cabo segundo, cabo primero y
sargento segundo.
Tras estudiar durante 1919 en el Colegio Preparatorio Militar de Burgos, al año siguiente
consiguió plaza de alumno en la Academia de Infantería de Toledo, en la que fue elegido
sargento galonista por su aplicación. En 1923 fue promovido al empleo de alférez y
destinado al Regimiento de Ceriñola, en Melilla, pasando meses después al Grupo de
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Fuerzas Regulares Indígenas de Alhucemas, en cuyas filas se batió durante 1924 en
Buhafora, Tizzi Aza, Azib de Midar, Issen-Lahssen, Uad Lau, Koba Darsa, Monte Cónico
y Macizo de Gorgues; en la última de estas acciones resultó herido en el pecho y se negó
a ser evacuado. Días después volvió a ser herido, esta vez de gravedad, por lo que tuvo
que ser ingresado en el hospital. Su intervención en estos hechos le hicieron acreedor al
ascenso al empleo de teniente por méritos de guerra, que le fue concedido en el mes de
diciembre.
Intervino en 1925 en el desembarco de Alhucemas y en las operaciones posteriores.
Terminada en mayo de 1926 la primera fase de las operaciones acordadas en la
conferencia de Uazan, las acciones se dirigieron hacia el oeste para dominar el macizo de
Yeben Hamman. Cayó herido por tercera vez el 12 de junio de 1926, y de nuevo se resistió
a ser evacuado. Continuó en Regulares hasta que en 1928 regresó destinado al Regimiento
de Toledo. En 1930 fue trasladado al Regimiento del Rey y al año siguiente, proclamada
la República, solicitó el retiro del Ejército, concediéndosele el empleo de comandante por
ser Caballero Laureado.
Durante la Guerra Civil, estuvo preso en zona republicana y al terminar la contienda se le
concedió la Medalla de Sufrimientos por la Patria y en septiembre de 1940 el reingreso
en la Escala Activa con el empleo de comandante, destinándosele al Batallón Ciclista n.º
1. Fue comandante jefe del primer Batallón del Regimiento n.º 262 en la Campaña de
Rusia. En 1944 ascendió a teniente coronel y fue destinado a la Escuela de Aplicación y
Tiro, mandando posteriormente el Batallón de Cazadores de Montaña de La Albuera.
En 1949 pasó a la Escuela de Aplicación y Tiro de Infantería, en la que se mantuvo hasta
su ascenso a coronel en 1955, encomendándosele entonces el mando del Regimiento de
San Quintín y al año siguiente el de Asturias. Fue promovido en 1958 a general de brigada
y al año siguiente pasó a la reserva, en la que se le concedió el empleo de general, de
división por ser Caballero Laureado.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/69444/claudio-rivera-macias
AM Segovia 1ª, GU R -45 - CAJA 1038/2
Observaciones, comentarios:
Fundador FET
Adscripción: N+2
483
1927
Abriat Cantó, Miguel
Fecha de nacimiento: 10 de octubre de 1879 - Aguadilla (Puerto
Rico)
Fecha de defunción: 1972 - Segovia
Empleo Julio 1936: Coronel Infantería
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1927)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su intervención al ocupar Morro Viejo, Alhucemas, Marruecos. Se le concedió la
Medalla Militar, según D.O. Número 194 de 2 de septiembre de 1927.
Carrera militar:
Ingresó en el Ejército el 25 de agosto de 1894. Fue capitán de Infantería del Regimiento
Otumba, nº49. Más tarde, siendo comandante, formó parte del profesorado de la
Academia de Infantería de Toledo. Posteriormente fue coronel director de la Escuela de
Tiro de Infantería de Madrid.
Durante la Guerra Civil estuvo al mando de la VI Brigada de Navarra, creada en mayo de
1937 durante la Campaña del País Vasco. Posteriormente comandó la 73.ª División,
perteneciente a la Agrupación de Divisiones de Guadalajara, que a su vez formaba parte
del Ejército del Centro. Más tarde fue capturado por tropas del ejército republicano,
estando preso en Molina de Aragón, siendo liberado cuando las tropas sublevadas
entraron en la localidad. Tras el fin de la guerra, fue gobernador militar de Cartagena
(1939-1940), y Asturias, cuyo nombramiento se produjo el 23 de noviembre de 1940.
Ascendido a general de brigada en 1938 y de división el 12 de julio de 1940. Asimismo,
fue capitán general de Valencia de 1943 a 1945. Pasó a la reserva en 1945.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Observaciones, comentarios:
Miembro de Unión Patriótica.
Adscripción: N+2
484
Camacho Benítez, Antonio
Fecha de nacimiento: 24 de mayo de 1892 - Málaga
Fecha de defunción: 25 de septiembre de 1974 -Ciudad de
México (México)
Empleo Julio 1936: Teniente Coronel de Intendencia (piloto
aviador)
Destino Julio 1936: Activo - Escuadra 1 – Getafe - Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1927)
Hechos que motivaron la concesión:
Tiene intervenciones heroicas en las que continuamente es citado por los partes de
operaciones, y entre ellas culmina el servicio del día 10 de octubre de 1924, en el cual, al
abastecer la posición de Ain Rapta, el avión que pilotaba, junto con el observador
Cipriano Rodríguez, recibe impactos que producen averías importantes en el motor y
heridas al piloto. Cumple, no obstante, su misión y trata de continuar en vuelo hacia el
aeródromo, pero al llegar sobre la posición de Tefer, también sitiada, comprueba que ha
perdido mucha altura, que no puede recuperar, por lo que decide refugiarse en ella y
consigue meter el aeroplano contra las alambradas. Participa con su observador en la
defensa de la posición hasta el 11 de noviembre, cuando fueron evacuados por una
columna que se abría paso en retirada hacia Mexerach. Por esta acción le será concedida
la Medalla Militar individual. (D.O. número 194 de 2 de septiembre de 1927)
Carrera militar:
En junio de 1910 ingresó como alumno en la Academia Administrativa Militar, que luego
se convertiría en Academia de Intendencia. Cuatro años más tarde aparece como oficial
tercero de Intendencia en la Subintendencia Militar de Ceuta y en junio de 1916 es
destinado como oficial segundo transformado en teniente del mismo Cuerpo y asignado
a la Comandancia de Tropas de Intendencia de la misma ciudad. En octubre de 1920 era
ya capitán del mismo Cuerpo y figuraba destinado en la Comandancia de Tropas de
Intendencia de Campaña de Melilla.
Con el empleo de Capitán asiste al curso de pilotos que se celebra en el aeródromo de
Cuatro Vientos, perteneciendo a la 10.ª promoción, en la cual se encuadraron aviadores
distinguidos, como Ramón Franco, Joaquín González Gallarza, Loriga y otros también
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muy destacados. Obtiene el título correspondiente en octubre de 1921 y es comisionado
para el Servicio de Aeronáutica Militar en Melilla. Inmediatamente pasa a la 3.ª
Escuadrilla de Havilland, en las Fuerzas Aéreas de Melilla, dando comienzo a una labor
destacada y continua de servicios de guerra, siendo diaria su salida en vuelo para
bombardeos, abastecimiento de posiciones, protección de columnas, ametrallamiento de
concentraciones y reconocimiento y obtención de fotografías del campo enemigo.
Se inicia un expediente para concederle el ascenso a comandante por méritos de guerra,
que le fue conferido en 1925, con fecha de 21 de enero de 1923. Las condecoraciones que
fue ganando iban llenando rápidamente su guerrera: en 1917, la Medalla Militar de
Marruecos; al año siguiente, el pasador de Melilla; en 1923, la Medalla al Mérito Militar
con distintivo rojo por el 5.º Período de Operaciones; en 1925, la Medalla de Sufrimientos
por la Patria; en 1926, la Cruz de la Orden Militar de María Cristina y el nombramiento
de gentilhombre de cámara, “con ejercicio”; y finalmente, en 1927, la Medalla Militar
Individual ganada heroicamente aquel 10 de octubre de 1924 en que resultó herido.
Todavía en los años siguientes acumuló algunas distinciones más, sobresaliendo una vez
más en los sectores de Larache, Tetuán y Melilla, ascendiendo en 1927 a teniente coronel
de nuevo por méritos de guerra con fecha de 30 de septiembre del año anterior.
Permaneció en Marruecos sin interrupción cerca de seis años, tiempo en el cual realizó
seiscientos cincuenta servicios de guerra y más de setecientas horas de vuelo.
En 1928 se le clasificó en la Escala de Aviación con la categoría de jefe de Escuadrilla,
realizando el curso de mandos en la Escuela de Los Alcázares y obteniendo además el
título de observador, volviendo a su escuadrilla de Nador (Melilla), hasta su
nombramiento como jefe del grupo número 10 de hidroaviones destinado en la base de
Hidros de Atalayón. A finales de 1930 se encontraba estacionado en ese mismo destino,
causando baja en febrero de 1931 en el Servicio de Aviación, sin duda a consecuencia de
los sucesos del mes de diciembre anterior. En abril de 1931, rehabilitado, se le nombra
para el mando de la 2.ª Escuadra en Sevilla, donde poco después pasó a situación de
disponible. Resuelto expediente a su favor, fue sucesivamente destinado a desempeñar
los mandos de la base de Hidros de Atalayón, jefatura del aeródromo de Cuatro Vientos
y 1.ª Escuadra del Aire en Getafe, donde le sorprendió el inicio de la Guerra Civil.
Desde los primeros momentos se manifestó afecto al gobierno de la República,
dedicándose a la organización y distribución de las fuerzas aéreas que quedan en la zona
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gubernamental. Al constituirse el Gobierno de Largo Caballero y asumir Indalecio Prieto
el Ministerio de Marina y Aire, sustituye a Ángel Pastor en la Subsecretaría del Aire.
Toma a su cargo la reorganización de la aviación y unifica en un solo cuerpo la Naval,
Militar y Civil; crea escuelas, organiza la defensa antiaérea y divide el territorio ocupado
por los gubernamentales en ocho regiones aéreas. Cuando en marzo de 1939, el jefe de
Gobierno, Negrín, quiere continuar la guerra, a pesar de estar virtualmente derrotado el
ejército republicano, desempeña como general la jefatura de las Fuerzas Aéreas del
Centro. Camacho es uno de los militares emplazados que más se opone a las ideas de
Negrín en la reunión convocada al efecto en el aeródromo de Los Llanos, lo que le induce
a abandonar España. El 29 de marzo de 1939 embarcó en Gandía y abandonó el territorio
nacional a bordo de un navío de guerra inglés con destino a Londres. En aquella ciudad
estuvo un año y medio trabajando en la embajada de Chile. De allí marchó a México.
El nuevo gobierno le abrió un procedimiento sumarísimo el 8 de agosto de 1940, siendo
declarado en rebeldía. Era notorio que no tenía a su cargo actos de sangre ni había
participado en delitos comunes. Sus acusaciones prescribieron el 9 de octubre de 1967 y
el sobreseimiento definitivo tuvo lugar el mes de noviembre del mismo año.
En un documento en el cual pedía permiso para visitar España durante dos meses hacía
constancia modestamente de sus méritos: recordaba que tenía una medalla militar
individual y dos colectivas, se declaraba católico apostólico romano y se negaba a firmar
los documentos que ante él extendía el representante de España en México, el cual a pesar
de esta negativa recomendaba que se le concediera el permiso. El coronel Camacho
falleció de un paro cardíaco, a las nueve de la noche, el 25 de septiembre de 1974 en el
Sanatorio Español de México donde estaba internado. A pesar de que la familia decidió
que sus cenizas reposaran en Getafe, esto no fue posible finalmente.
Condecoraciones:
Medalla Militar de Marruecos (1917) / Pasador de Melilla (1923)
Medalla al Mérito Militar con distintivo rojo (1923)
Medalla de Sufrimientos por la Patria (1925) / Cruz de María Cristina (1926)
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/45485/antonio-camacho-benitez
Adscripción: R+2
487
Mola Vidal, Emilio
Fecha de nacimiento: 9 de julio de 1887 - Placetas (Cuba)
Fecha de defunción: 3 de junio de 1937 - Alcocero (Burgos)
Empleo Julio 1936: General Brigada
Destino Julio 1936: Activo - Jefe 12 Brigada Infantería -
Pamplona
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1927)
Hechos que motivaron la concesión:
En septiembre le fue confirmada la Medalla Militar Individual que había ganado en 1924,
según el Diario Oficial, por su brillante comportamiento en el combate librado el día 30
de septiembre de 1924 en el barranco de Xeruta para proteger el paso de un convoy a
Xauen, en el que dicho jefe mandaba una columna cuya vanguardia, constituida por el
Grupo de Fuerzas Regulares de Larache, fue violentamente agredida por un grupo rebelde
numerosísimo que, apostado en dicho barranco, esperaba el paso del convoy. La
impetuosidad del ataque produjo en la vanguardia numerosas bajas y momentánea
vacilación; pero reaccionando al instante, se entabló duro combate, en el que el adversario
llevaba la mejor parte merced a la situación ventajosa entre la maleza y su
atrincheramiento perfectamente elegido y disimulado, y dándose cuenta dicho Jefe de la
importancia del combate y de la gravedad que pudiera tener un contratiempo, dictó
disposiciones acertadísimas, y con gran conocimiento del terreno y del enemigo,
maniobró con sus fuerzas con habilidad tal que consiguió envolverlo y arrollarlo,
lanzándolo al fondo del barranco, donde fue casi aniquilado, pues dejó en nuestro poder
ochenta y siete muertos y cuatro prisioneros con armamento y municiones.
Carrera militar:
El general Mola fue, entre abril y julio de 1936, el principal responsable de la
organización del levantamiento militar que, iniciado el 18 de julio, puso fin a la Segunda
República Española y desencadenó la Guerra Civil (1936-1939). Como tal, Mola llevó a
cabo en esos meses lo más urgente: ultimar contactos con jefes y oficiales
comprometidos, ampliar la conspiración, calibrar la situación, definir objetivos, fijar
fechas. Era probablemente el hombre idóneo para todo ello. Su paso por la Dirección
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General de Seguridad en 1930-1931 le había familiarizado con el secretismo y los
sistemas de trabajo –uso de confidentes y agentes secretos, espionaje, infiltración en
organizaciones enemigas, y similares– propios de los servicios de inteligencia y seguridad
del estado. Con alguna razón, por sus libros –dos tomos de memorias sobre su labor en la
Dirección General de Seguridad (Lo que yo supe y Tempestad, calma, intriga y crisis) y
el volumen El pasado Azaña y el porvenir, publicados en 1933-1934, Mola estaba además
considerado como un intelectual de los militares que en 1936 encabezaron el
levantamiento contra la República.
En julio de 1936, Mola era general de brigada. De familia militar, nacido en Placetas,
Cuba –destino de su padre, capitán de la Guardia Civil; su madre era una mujer criolla de
ascendencia catalana–, y en España desde 1894 por traslado de su padre ascendido a
comandante a la Península, ingresó en la Academia Militar de Toledo en 1904 y se
graduó, como n.º 1 de su promoción, en 1907. Como otros militares de su generación,
Mola hizo gran parte de su carrera en Marruecos. Combatió primero, entre 1909 y 1912,
en las campañas de Melilla y del Kert, para pasar luego a la zona de Tetuán, inicialmente
como oficial en el Regimiento de Infantería de Melilla, enseguida en las Fuerzas
Regulares Indígenas creadas en 1911: resultó herido en mayo de 1913, ascendió a capitán
en junio de ese mismo año y a comandante en 1914 (con 27 años). Mola permaneció en
la Península entre 1917 y principios de 1919, casi todo el tiempo en Barcelona, en el
batallón de Cazadores Alba de Tormes, y unos meses en Madrid, como juez instructor en
Capitanía General. Volvió a Marruecos en enero de 1919, al reavivarse la guerra.
Incorporado en el Grupo de Regulares de Ceuta, entró de nuevo en combate, primero, en
la zona occidental del Protectorado (operaciones de Uad Ras, Fondak de Ain Yedida,
Álcazar Seguer, Miskrela,..); luego, tras su ascenso a teniente coronel en junio de 1921 y
al frente sucesivamente del Regimiento de Andalucía y los Regulares de Melilla, en las
operaciones llevadas a cabo esta vez en las zonas central y oriental del mandato español
para recomponer las posiciones de la comandancia de Melilla casi deshechas tras el
desastre de Annual de julio de 1921. Su acción más destacada, y la más dura de su carrera:
la defensa de Dar Akobba, en el marco de las varias operaciones que en 1924 conllevó la
difícil evacuación de Xauen.
Mola no tuvo mando en el desembarco de Alhucemas (septiembre de 1925); pero
ascendido a coronel en febrero de 1926, participó en las operaciones de “limpieza” y
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pacificación definitiva del Rif –en su caso: pacificación de la cabila Beni Urriaguel y
ocupación de Axdir, operaciones de Ketama, ocupación de la cabila de Tegsut– que
siguieron a, y completaron, la operación hispano-francesa sobre Alhucemas. Mola
ascendió a general de brigada en octubre de 1927. En 1928 ocupó la Comandancia
General de Larache, la ciudad portuaria del Atlántico y uno de los principales centros
administrativos del Marruecos español. Con una vida privada y familiar estable –Mola se
casó en 1922 con Consuelo Bascón; el matrimonio tuvo cuatro hijos–; con una brillante
y rápida carrera profesional, general de brigada con 44 años y al frente de una
Comandancia prestigiosa, la carrera de Mola parecía culminada.
Marruecos, pues, marcó su carrera militar. Inesperadamente, en enero de 1930 Mola
aceptó el cargo de Director General de Seguridad en el gobierno que el general Dámaso
Berenguer –creador en 1911 de las Fuerzas Regulares españolas, las unidades militares
coloniales con tropa indígena y mando español con las que Mola se sintió especialmente
identificado en Marruecos– formó tras la caída de la dictadura de Primo de Rivera. Mola
pasó a desempeñar así responsabilidades más policiales y represivas que militares (a
riesgo de empañar de alguna forma su trayectoria militar). Mola fue Director General de
Seguridad en los gobiernos de Berenguer (enero de 1930–febrero de 1931) y Aznar,
(febrero-abril de 1931), en una situación definida por la caída de Primo de Rivera, el
restablecimiento del orden constitucional, el ascenso del republicanismo y la creciente
movilización contra la Monarquía. Dos sucesos sobre todo marcaron su gestión: el
movimiento republicano de diciembre de 1930 –cuyo episodio más dramático fue la
sublevación militar de Jaca y la ejecución de los capitanes Galán y García Hernández—
y la represión por la policía de seguridad, en marzo de 1931, de la agitación de los
estudiantes de medicina de la Universidad de Madrid. El paso por la Dirección General
de Seguridad cambió a Mola, y cambió su imagen y valoración públicas.
La Segunda República apartó a Mola. Cesado en su cargo de forma inmediata –por Azaña,
ministro de Defensa en el gobierno provisional que apareció el mismo 14 de abril de 1931
al frente del nuevo régimen–, brevemente encarcelado y procesado luego, fue separado
del Ejército en agosto de 1932 tras el intento de golpe de Estdo del general Sanjurjo. Mola
escribió entonces, y con gran éxito, los libros citados: Lo que yo supe; Tempestad, calma,
intriga y crisis; El pasado Azaña y el porvenir, publicados en 1933 y 1934 (un último
libro de Mola Dar Akobba, totalmente acabado, que apareció póstumamente).
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La Ley de Amnistía de abril de 1934 permitió su reincorporación al Ejército. Gil Robles,
el líder de la derecha católica y ministro de Defensa entre mayo y diciembre de 1935,
siendo Franco Jefe de Estado Mayor, nombró a Mola primero general jefe de la zona de
Melilla, y luego jefe de las Fuerzas Militares en Marruecos (del Ejército de África). La
victoria del Frente Popular en febrero de 1936 llevó a un núcleo importante de militares,
entre ellos Mola –a quien el nuevo gobierno, presidido por Casares Quiroga, trasladó a
Pamplona como jefe de la 12.ª Brigada de Infantería y comandante militar de la plaza– a
la conspiración. Desde abril, Mola asumió, como ‘El Director’, la organización del golpe
militar en preparación. De sus varias Instrucciones Reservadas, dos ideas fueron
particularmente importantes: la idea de que el golpe, que Mola preveía para el 19 de julio,
debía partir de la periferia para converger –con unidades procedentes de Valencia,
Zaragoza, Burgos y Valladolid– sobre Madrid; y la idea de que la acción militar debía ser
“en extremo violenta” para reducir de forma fulminante al “enemigo”. Mola añadió luego,
a fines de junio, después que el cauteloso Franco decidiese su participación en el golpe,
instrucciones para operaciones a cargo de columnas de Ceuta y Melilla sobre Algeciras y
Málaga para confluir en Córdoba, y marchar desde allí también sobre Madrid.
El golpe fulminante, la convergencia sobre Madrid desde regiones militares periféricas,
fracasaron. El levantamiento desembocó en guerra civil. Mola, personalmente, rechazó la
posibilidad de acuerdo que el gobierno de Madrid (Martínez Barrio) le ofreció
telefónicamente el 19 de julio. El Ejército de África, trasladado a la Península desde
finales de julio y cuyo mando había asumido Franco el día 19, aparecía, contra lo que
había pensado Mola, como el cuerpo de ejército más importante de los ejércitos
“nacionales”. Mola, que tras deponer y detener al general Batet, luego fusilado, asumió
el mando de la VI División Orgánica con sede en Burgos, sólo pudo enviar a Madrid tres
columnas, que además quedaron retenidas en el puerto de Somosierra, en la sierra
madrileña: tuvo, contra lo previsto, que enviar tropas a Guipúzcoa, Logroño y Zaragoza.
El norte recobró centralidad en la guerra a partir de marzo de 1937, cuando Franco,
fracasadas las ofensivas sobre Madrid –desde Andalucía-Extremadura, por la carretera de
La Coruña, por el Jarama, desde Guadalajara—decidió llevar la guerra a aquel frente, con
Vizcaya, Santander y Asturias como objetivo. Primero fue, a partir del 31 de marzo de
1937, la ofensiva sobre Vizcaya, la única fase de la guerra del norte en que Mola, que
murió el 3 de junio de 1937, pudo intervenir. Franco concentró sobre Vizcaya bajo el
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mando de Mola la casi totalidad de las fuerzas aéreas (entre ellas, la Legión Cóndor
alemana) y de artillería de que disponía, y fuerzas de infantería de gran capacidad de
maniobra (cinco Brigadas Navarras, flanqueadas por la Brigada Mixta italiana de Flechas
Negras: en total, en torno a 50.000 hombres), al servicio de una táctica básica:
bombardeos masivos de aviación y artillería, asalto posterior de la infantería. Mola, cuyo
mando quedó condicionado por las interferencias del cuartel general de Franco –en lo que
hacía, por ejemplo, a la aviación y la artillería, o al mando de las distintas Brigadas, o en
las relaciones con las fuerzas extranjeras–, creyó que ocuparía Vizcaya en tres semanas.
Le llevó tres meses hacerlo, no obstante, la absoluta superioridad aérea de su ejército. Él
no llegó a verlo: murió días antes de la toma de Bilbao (19 junio 1937).
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/12899/emilio-mola-vidal
http://www.lahistoriatrascendida.es/documentos/personajeshistoricos/mola-vidal.pdf
Adscripción: N+2
492
Muñoz Grandes, Agustín
Fecha de nacimiento: 27 de enero de 1896 – Carabanchel
(Madrid)
Fecha de defunción: 11 de julio de 1970 - Madrid
Empleo Julio 1936: Coronel Infantería
Destino Julio 1936: Activo - Disponible- Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1927)
Hechos que motivaron la concesión:
Por diversas acciones realizadas al mando de su Harka en el Monte Malmusi durante
septiembre del año 1925, se le concede la Medalla Militar según consta en D.O. número
137 de 23 de junio de 1927)
Carrera militar:
En 1913, a los diecisiete años, recibió el despacho de segundo teniente, siendo destinado
al Regimiento de Infantería Covadonga n.º 40, de servicio en Marruecos, incorporándose
inmediatamente a su unidad que estaba de operaciones en el Garb, en la provincia cuya
capital es Arcila, feudo del rebelde El Raisuni, señor de la Yebala, contra cuyos guerreros
se centró la acción militar de España en la zona occidental del Protectorado, bajo el mando
del general Silvestre.
Nada más llegar, Muñoz Grandes recibió su bautismo de fuego en los combates de Casar-
Hamer y El Zenin de Sidi Llamani y participó en las acciones en la zona de la Xarquia
contra los Beni-Aros, mandando por vez primera con éxito una misión independiente: la
protección de un convoy hasta cerca de Arcila. Los combates se prolongaron sin tregua
durante los meses siguientes, destacando sus actuaciones en Cuesta Colorada, Buisa y
Bufax. A finales de 1914, después de más de un año de continuas operaciones, regresó a
la Península, al cantón de Leganés, para en 1915 ser nuevamente destinado a Ceuta, al
Regimiento de Infantería Serrallo n.º 69, una de las unidades con más experiencia y
tradición de entre las que operaban en el escenario marroquí. A las pocas semanas de
llegar, se hizo cargo de su compañía por ausencia del capitán. Fue su primer mando de
plena responsabilidad.
En 1915 ascendió a primer teniente y tras mandar de nuevo compañía, consiguió en enero
de 1916 ser destinado a una de las unidades especiales que llevaban el peso y el mayor
493
número de bajas en los combates que tenían lugar en el Protectorado: los Regulares,
nacidos en 1911, en Melilla, a instancias del teniente coronel Berenguer. Tuvieron su
bautismo de fuego en los combates de Monte Arruit. Desde un principio se comprobó que
era una unidad de choque excelente y que, al estar compuesta por soldados marroquíes
mandados por oficiales españoles, suponían un ahorro importante de sangre hispana. Por
sus filas pasaron los más destacados oficiales del Ejército.
Muñoz Grandes se incorporó al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas Ceuta n.º 3 que
mandaba González Tablas, y de inmediato empezó a operar, destacando en los combates
de El Fondak y Loma de los Pacos, y en el establecimiento de posiciones defensivas en
zonas próximas a Ceuta. En julio fue citado como distinguido en la orden del grupo y, en
diciembre de 1916, se le concedió la Cruz roja de 1.ª Clase del Mérito Militar. A
comienzos de 1917, este teniente de veintiún años contaba ya con amplia experiencia de
combate, fruto de sus cuatro años de estancia en Marruecos, pudiendo considerarse como
un ejemplo del oficial africanista, que pedía siempre acudir al combate en defensa de la
dignidad de España. En septiembre de 1917 pasó destinado al Regimiento de Infantería
Navarra n.º 25 y posteriormente al Albuera n.º 26, ambos de guarnición en Lérida. En
esta etapa sufrió su primera baja por enfermedad de casi tres meses de duración. Fue la
primera muestra de lo que luego se calificará como “mala salud de hierro”, que no le
impidió desempeñar con plena eficacia todas las misiones que le fueron encomendadas.
En octubre de 1918, vuelve a África, al Grupo de Regulares Tetuán n.º 1, como jefe de la
2.ª compañía del 3.º tabor, mandado por el comandante Sanz de Larín, incorporándose al
destacamento del Fondak de Ain-Yedida. Durante su ausencia, se habían producido dos
hechos importantes: el nombramiento del general Berenguer como alto comisario y el
incremento de la rebeldía de dos importantes jefes marroquíes: El Raisuni en la zona de
Ceuta-Larache, y Abd-el-Krim en la de Melilla.
En los siguientes meses, Muñoz Grandes formó parte de las vanguardias de la columna
Sanjurjo, que tomó Gorgues (desde donde El Raisuni había bombardeado Tetuán con
artillería) y Kudia-Kaison, y la de la Mehala Jalifiana de Castro Girona, distinguiéndose
en las acciones en el entorno del poblado de Ben-Karrich. El 23 de agosto formó parte de
la columna Saliquet en la ocupación de Kerikora, recibiendo su primera herida en
combate en la cadera derecha, siendo evacuado en estado grave al hospital de Tetuán y
citado especialmente en el parte de operaciones. El 20 de septiembre, manda la
494
vanguardia de la columna del general Vallejo, ocupando Kudia S’biet, para participar
pocos días después, bajo el mando del general Navarro, en la ocupación del Zoco el
Arbaá.
En septiembre de 1920, Muñoz Grandes participó en la ocupación de Mura-Tajar y en la
construcción de varios “blocaos”. En el duro combate del 21 de octubre, contra fuerzas
enemigas muy superiores en número, bien armadas y aguerridas, fue herido a las ocho de
la mañana en el muslo derecho, negándose a ser retirado y, a pesar de volver a ser herido
a la una de la tarde, continuó al frente de su compañía hasta que al anochecer se retira con
todas sus fuerzas a Xauen. Durante las semanas siguientes fue, de nuevo, destacado
repetidas veces en los partes de operaciones, actuando como jefe de las vanguardias del
coronel Saliquet y del general Sanjurjo en las conquistas de Bujevas Beni-Said y de Sa-
lach, donde murió el heroico teniente Muñoz Crespo y algunos de sus mejores hombres.
En julio se distinguió en los combates de Robat el Cozal, en la toma de Beni Aros y en la
difícil retirada de la columna del general Marzo.
En abril de 1923, dio comienzo el juicio contradictorio para el ascenso a comandante por
méritos de guerra, y en julio de 1924 dejó de prestar servicio en Regulares —donde
llevaba cinco años y nueve meses sin dejar de combatir— para trasladarse a Melilla donde
se incorporó a la “Harka” de Ab-El-Malek, asentada en Asil de Midar, como interventor
e instructor de la misma. Es la primera unidad, concebida para la guerra irregular,
integrada totalmente por tropa indígena reclutada en las cabilas, en la que se incrustan
unos pocos oficiales y suboficiales españoles, especialmente distinguidos. Entre ellos, los
tenientes Hernández Menor y Rodríguez Bescansa, que morirían heroicamente en el
desembarco de Alhucemas, ya integrados en la Harka “Muñoz Grandes”. Ambos
recibieron la Cruz Laureada de San Fernando.
Desde su incorporación a esta singular unidad, maestra en los golpes de mano, llevó
siempre el peso y el mayor número de bajas en todos los combates, avanzando incluso
por delante de los Regulares y la Legión. Como consecuencia de la muerte en combate
del cherif Ab-El-Malek, su harka fue disuelta, siendo Muñoz Grandes enviado de nuevo
a Ceuta donde el 26 de septiembre recibió la orden urgente del alto comisario, general
Aizpuru, de crear una nueva unidad para apoyar a las columnas que, en un intento de abrir
el camino hacia Xauen, se encontraban en apuros, por haber cortado el enemigo la
comunicación con Tetuán, a la altura de Zinat. Nace la “Harka Muñoz Grandes”, que dos
495
días después, con doscientos cuarenta efectivos reclutados entre los hombres de Abd el
Malek, unidos a rifeños que escapaban de Abd-el-Krim, y a otra buena parte procedente
de los bajos fondos tetuaníes, entró en combate.
El 30 de septiembre de 1924 ocupó e inició la fortificación de las alturas de Zinat. Muñoz
Grandes recibió dos heridas graves en el vientre, negándose a dejar el mando durante los
días que duró la operación. Como consecuencia de su actuación, se abrió el juicio
contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando. No le fue
otorgada: en su declaración, el propio Muñoz Grandes no se consideró acreedor a ella,
hecho realmente inédito. En octubre ascendió a comandante por méritos de guerra y, ya
restablecido de sus heridas, continuó como jefe de su harka en permanente combate. Entre
las muchas acciones destacadas de esta etapa hay que resaltar las realizadas contra las
kabilas de Beni-Aros y Beni-Iser y su actuación el 12 de noviembre en los combates del
Zoco Sebk que permitieron evacuar su guarnición. Su harka sufrió muchas bajas, entre
ellas todos sus oficiales, marroquíes y españoles; Muñoz Grandes fue nuevamente herido
grave en el antebrazo izquierdo, quedando hospitalizado, lo que le impidió participar en
la retirada de Xauen.
Después de dos meses de convalecencia, se reincorporó Muñoz Grandes a la zona de
combate, tomando de nuevo el mando de su Harka en Tetuán, con la que el 5 de
septiembre, formando parte de la columna Saro, embarcó en Ceuta para participar el día
8 en el desembarco de Alhucemas. Dos brigadas, nueve mil hombres, mandados por el
general Sanjurjo navegaron rumbo a Alhucemas. Las vanguardias de esta fuerza de
desembarco fueron encomendadas a Franco y Goded. En la extrema vanguardia, una
unidad especial de choque, la Harka de Muñoz Grandes. Dice literalmente su Hoja de
Servicios: “[...] con sus harkeños es el primero que desembarca en Alhucemas, playa de
Ixdain (Cebadilla) sosteniendo fuego con el enemigo, que dispone de elementos
modernos de guerra continuando hasta el 22 del mismo mes, en el que con su harka hace
un reconocimiento ofensivo sobre Yebel-Malmusi para obligar al enemigo a descubrir
sus fuegos y proteger el desembarco del ganado; el día 23, marchando a vanguardia de la
columna de Franco ocupa Yebel-Malmusi, donde con su Harka, una Bandera del Tercio,
dos Baterías y dos Compañías de Ingenieros queda de jefe del Campamento”. Ese mismo
día, fue herido leve en la rodilla derecha, negándose a retirarse. Tras los correspondientes
expedientes se le concedió la Medalla Militar individual y, el 20 de febrero de 1926, fue
496
ascendido a teniente coronel por méritos de guerra, quedando disponible en la 1.ª Región
Militar para recuperarse de la grave herida recibida.
El 15 de diciembre fue destinado a mandar el batallón de Lanzarote n.º 9, sito en Alcalá
de Henares. En esta etapa de calma contrajo matrimonio con María Galilea Cabrerizo,
siendo padrino de la boda, celebrada en Sigüenza el 12 de mayo, el presidente del Consejo
de Ministros, general Miguel Primo de Rivera. Recibió la Medalla de Sufrimientos por la
Patria por sus heridas y entró en la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. En octubre
volvió a Melilla para asistir a la visita del rey Alfonso XIII al territorio con motivo del
fin de la guerra que oficialmente terminó el 10 de julio de 1927. A final del año, Muñoz
Grandes dejó el mando del Lanzarote n.º 9 para hacerse cargo de la Meha-la Jalifiana
Melilla n.º 2. Desde los años 1928 al 1931 alternó el mando de esta unidad con el de la
Jefatura de Intervención del Rif, recibiendo en este tiempo la segunda Medalla de
Sufrimientos por la Patria.
El 3 de febrero de 1932, tras diez meses de servicio en Marruecos, quedó en situación de
disponible en Guadalajara, incorporándose a la Caja de Reclutas n.º 3 de Toledo, donde
permaneció olvidado durante casi un año y medio. El 12 de septiembre de 1933 cayó el
cuarto gobierno republicano y el tercero de Azaña, formando gobierno Lerroux. El 23 de
septiembre de 1933, Muñoz Grandes fue destinado a mandar los Guardias de Asalto. Por
su falta de sintonía con el tercer gobierno de Lerroux y con el rumbo que tomaba la
Segunda República, el 1 de enero de 1935, Muñoz Grandes fue apartado del mando de
los Guardias de Asalto. Quedó en situación de disponible, para ser destinado en
septiembre al Regimiento de Infantería Galicia n.º 19, de servicio en Asturias. En
noviembre volvió de nuevo a África como delegado de Asuntos Indígenas de la Alta
Comisaría de España en Marruecos e interventor general del Rif. El 31 de diciembre
ascendió a coronel quedando disponible en Marruecos «al servicio del Protectorado». El
7 de julio de 1936, a petición propia, pasó a la situación de disponible forzoso en la 5.ª
División de Sigüenza-Guadalajara. En estas fechas parece que formó parte del grupo de
oficiales que en Madrid preparaban el levantamiento contra el Gobierno del Frente
Popular que habría de estallar el 18 de julio de ese mismo año.
El 24 de julio, Muñoz Grandes fue detenido en Madrid e internado en la Cárcel Modelo,
en la que salvó la vida, a pesar de los numerosos fusilamientos que mermaron la población
carcelaria. El 21 de marzo de 1937, tras nueve meses de prisión, logró evadirse, para
497
llegar el día 25, a través de Valencia, a la llamada zona nacional.
A los cinco días se hizo cargo del mando de la 2.ª Brigada Navarra perteneciente a la
Agrupación que mandaba Solchaga, con la que operó los meses siguientes en el frente
norte, participando en la liberación de Santander. Posteriormente, desempeñó un papel
destacado en la batalla de Teruel, participando en los combates que se desarrollaron con
temperaturas extremadamente bajas, hasta bien entrado el mes de febrero de 1938. El 1
de marzo de 1938 fue nombrado jefe de la 150.ª División Marroquí, con la que participó
en la ruptura del frente de Aragón, entrando en Belchite y llegando hasta Lérida. En abril
de 1938 se hizo cargo del mando del Cuerpo de Ejército de Navarra, que, junto con las
fuerzas mandadas por Moscardó y Solchaga, aniquiló la resistencia de la bolsa del valle
de Bielsa defendida por la 43.ª División republicana del coronel Beltrán.
El 12 de mayo ascendió a general de brigada por méritos de guerra para, a finales de junio,
hacerse cargo del mando del Cuerpo de Ejército de Urgel, con el que participó en la
crucial batalla del Ebro. Las fuerzas de Muñoz Grandes, en unión con las de García
Valiño, Solchaga y Gambara —doscientos sesenta mil hombres— iniciaron la victoria en
Cataluña, llegando hasta la frontera con Francia.
Terminada la guerra, pasó a formar parte del Gobierno, siendo nombrado, el 9 de agosto
de 1939, secretario general de Falange Española Tradicionalista (FET) y de las Juntas de
Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS), cargo del que dimitió el 15 de marzo de 1940.
Durante su corta estancia como ministro, destacaron sus circulares n.º 74, en la que exigió
austeridad, y el número 75, en la que pidió generosidad en el acogimiento de los
combatientes del bando contrario que no hubieran cometido delitos de sangre.
El 12 de julio, fue nombrado jefe de la 22.ª División y gobernador militar del Campo de
Gibraltar, participando activamente en los planes desarrollados por el Ejército español en
torno a la colonia británica, como consecuencia de la guerra que ya enfrentaba a Gran
Bretaña con Alemania e Italia. El 21 de enero de 1941, ascendió a general de división,
siéndole conferido a los pocos meses el mando de la que fue denominada División Azul
de voluntarios españoles para luchar en el frente ruso contra el comunismo, siete días
después de haber comenzado la invasión de Rusia por parte alemana. Los cuadros de
mando, oficiales y suboficiales, fueron elegidos dentro del Ejército, así como buena parte
de la tropa, siendo los voluntarios falangistas un tercio del total.
El 12 de diciembre de 1942, Muñoz Grandes fue ascendido por méritos de guerra a
498
teniente general, y el 19 de ese mes entregó el mando de la División al general Esteban
Infantes. Tras ser designado procurador en Cortes, el 2 de marzo 1943 fue nombrado jefe
de la Casa Militar del Jefe del Estado, para dos años después, hacerse cargo de la
Capitanía General de la 1.ª Región Militar, mando que ejerció hasta el 19 de julio de 1952,
entrando de nuevo en el Gobierno como ministro del Ejército. Previamente había sido
nombrado consejero del reino. Permaneció como ministro hasta el 25 de febrero de 1957;
a su cese, por Decreto de 27 de ese mes, se le exalta a la categoría de capitán general del
Ejército, empleo que ostentará hasta su muerte. Durante su segunda etapa en el Gobierno,
fue un decidido impulsor del entendimiento con los Estados Unidos, hasta lograr un
acuerdo que rompió el bloqueo que había sufrido España desde el final de la Segunda
Guerra Mundial y que permitió iniciar la modernización de los Ejércitos españoles. Se
entrevistó con los generales Ridgway y McArthur y el 23 de octubre fue condecorado con
la Cruz de la Legión del Mérito en el grado de Comendador personalmente por el
presidente Eisenhower, que, para hacerlo, interrumpió su campaña electoral.
Muchas fueron las condecoraciones, españolas y extranjeras, que se otorgaron a Muñoz
Grandes en los años siguientes, pero es de destacar que, además de esta alta distinción
americana, en el año 1961 recibió la Gran Cruz de la Legión de Honor en grado de Gran
Oficial que le concedió el general De Gaulle, presidente de la República Francesa, y la
Gran Cruz del Mérito Civil de la República Federal Alemana, que le concedió su
presidente Adenauer.
Condecoraciones:
5 Cruces rojas del Mérito Militar /Medalla de Sufrimientos por la Patria
Real y Militar Orden de San Hermenegildo /Caballero de la Orden de la Cruz de Hierro
con las Hojas de Roble /Cruz de la Legión del Mérito en el grado de Comendador (EEUU)
Gran Cruz de la Legión de Honor en grado de Gran Oficial (Francia) /Gran Cruz del
Mérito Civil de la República Federal Alemana / Gran Cruz de Isabel la Católica
Gran Cruz de Guerra / Orden Piana / Gran Collar de la Orden de Cisneros
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/6598/agustin-munoz-grandes
Adscripción: N+2
499
López de Haro del Rey, José
Fecha de nacimiento: 12 de enero de 1902 - Madrid
Fecha de defunción: 6 de diciembre de 1980 - Madrid
Empleo Julio 1936: Capitán Guardia Civil
Destino Julio 1936: Comandancia de Lugo
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1927)
Hechos que motivaron la concesión:
En enero de 1925 cayó herido en combate y, una vez recuperado, fue trasladado al
batallón de Cazadores de África, en cuyas filas luchó en el sector de Alhucemas, donde
volvió a resultar herido, recibiendo en premio una Cruz roja al Mérito Militar. Una vez
repuesto, fue destinado al Tercio, siendo en junio de 1926 ascendido a teniente y
confirmado en el mismo destino, que abandonaría en febrero del año siguiente al pasar a
servir en el Regimiento de Melilla. El 22 de abril de 1927 se encontraba al mando de la
posición de Peñas Altas de Sidi Mesquin cuando sufrió repetidos y violentos ataques del
enemigo que, con intenso fuego de fusil y granadas de mano, había llegado a corta
distancia del parapeto después de ocupar la avanzadilla y rebasar la alambrada,
consiguiendo rechazarlo.
Al mando de un sargento, dos cabos y cuarenta y siete soldados, que formaban la
guarnición de la posición, organizó su defensa y, no obstante la superioridad numérica
del enemigo y resultar con varias contusiones por metralla, sostuvo durante siete horas de
combate el espíritu de su tropa y, animándola con su brillante ejemplo, compensó con su
acertada y activa dirección las pérdidas que representaban los desperfectos del parapeto
y las bajas que sufría, que fueron en total cuarenta y cinco, de ellas cuatro muertos,
consiguiendo conservar la posición, pues el enemigo, muerto su jefe y ante la inutilidad
de su esfuerzo, desistió del ataque, retirándose del campo duramente quebrantado; el
teniente López de Haro tuvo que ser evacuado al hospital para curase de las múltiples
heridas que había recibido durante el combate. Enseguida se abrió expediente de juicio
contradictorio para determinar su derecho a recibir como recompensa a su heroico valor
la Cruz laureada de San Fernando, que le sería concedida por Real Orden de 5 de
diciembre de 1929. Con anterioridad había recibido por su distinguido comportamiento
500
en Marruecos dos Medallas de Sufrimientos por la Patria, una Cruz roja al Mérito Militar
y otra de María Cristina.
Carrera militar:
En 1921 ingresó como soldado voluntario en el Batallón de Cazadores de Cataluña, de
guarnición en Larache. Al tiempo que cumplía el servicio militar, inició la preparación
para el ingreso en la Academia de Infantería de Toledo, que conseguiría en 1922 al
obtener plaza de alumno en la misma. Promovido en 1924 al empleo de alférez, fue
destinado al Regimiento de Tenerife, al que se incorporó en la plaza de Santa Cruz. Poco
tiempo permaneció en esta ciudad, ya que enseguida pasó a formar parte del batallón
expedicionario formado en dicho Cuerpo con destino a las campañas de Marruecos, con
el que en el mes de septiembre volvió a Larache, prestando a lo largo de ese mes servicio
de campaña en los campamentos de Teffer y Taatof. Muy pronto se le concedió destino
en la Mehalla Jalifiana de Larache, a la que se incorporó en la posición de Mexerah para
hacerse cargo del mando de la 2.ª Mía, a cuyo frente intervino durante el resto del año en
numerosas operaciones de campaña.
Una vez conseguida la paz, continuó guarneciendo diversos puntos de Marruecos con el
Regimiento de Melilla, hasta que en 1930 pasó al Cuerpo de la Guardia Civil con el
empleo de teniente, siendo destinado a la Comandancia de Las Palmas, en 1933 a la de
Tarragona y al año siguiente a las de Teruel, Las Palmas y Málaga. En junio de 1935 fue
baja en la Comandancia de Málaga por pase a la de Marruecos, donde continuó al mando
de la línea de Ceuta, hasta que en septiembre pasó a prestar sus servicios en las Mejaznías
Armadas de la zona, haciéndose cargo en noviembre de la línea de Alcazarquivir. En abril
de 1936 obtuvo el empleo de capitán y causó baja en la Comandancia de Marruecos al
ser destinado a la de Lugo, en la que se le confió el mando de la 2.ª Compañía. Al estallar
la Guerra Civil, pasó a formar parte de las fuerzas nacionales. En los primeros meses
luchó contra grupos de milicianos en diversos puntos de la provincia, hasta que en
noviembre fue trasladado a la provincia de Toledo, donde prestó servicio en los pueblos
de Bargas y Yuncos, para seguidamente ocupar una posición en Carabanchel Bajo, en la
que durante el mes de diciembre rechazó varios ataques enemigos. Estando en junio de
1937 prestando servicio en Talavera de la Reina, fue trasladado a la Comandancia de Las
Palmas, continuando al mando de destacamentos en dicha población hasta que en julio
volvió a Lugo, tomando parte en acciones de guerra en esta provincia y en la de León. En
501
marzo de 1938 se incorporó a la Comandancia de Las Palmas, donde se le dio el mando
de la 11.ª Compañía Expedicionaria en Torrijos (Toledo), a cuyo frente tuvo varios
encuentros armados con el enemigo. Destinado en el mes de julio al frente de Teruel,
realizó servicios de vigilancia, control de vías de carretera y férreas, recuperación de
personal y otros cometidos propios del Cuerpo. En diciembre se incorporó con su unidad
en Monzón (Huesca) al Cuerpo de Ejército CTV (Corpo di Truppe Volontarie), con el
que tomó parte en la ofensiva sobre Cataluña al mando de la Agrupación de la Guardia
Civil. En marzo de 1939 llegó a Alicante, en cuyo puerto se encontraban numerosas
fuerzas del ejército republicano dispuestas a defenderse, interviniendo como
parlamentario, con gran riesgo para su vida, hasta conseguir su rendición.
Al término de la guerra se le concedieron dos Cruces rojas al Mérito Militar y dos Cruces
de Guerra. Incorporado a la Comandancia de Las Palmas en el mes de junio de 1939,
causó baja en ella en febrero de 1941 al haber sido destinado al Centro de Instrucción de
la Guardia Civil, del que en agosto siguiente pasó a la Dirección General del Cuerpo, en
la que permaneció hasta su ascenso a comandante, en noviembre de 1943. En los años
siguientes prestó sus servicios, sucesivamente, en el 1.er Tercio Rural, 1.er Tercio Móvil,
4.ª Academia Regional de Instrucción de la Guardia Civil y 212.ª Comandancia del 12.º
Tercio.
En 1952 fue ascendido a teniente coronel y en 1959 a coronel, mandando con este empleo
en los años siguientes el Tercio Móvil hasta su ascenso a general de brigada en 1963,
encomendándosele entonces el mando de la 4.ª Zona. Pasó al grupo de destino de Arma
o Cuerpo en 1964, en 1967 a la de disponible y al año siguiente a la de reserva con el
empleo de general de división por ser Caballero Laureado.
Era oficial de la Orden de la Corona de Italia (1942) y poseía la Gran Cruz de San
Hermenegildo (1964) y la Cruz de Guerra al Valor Italiana.
Condecoraciones:
2 Cruces rojas al Mérito Militar /2 Cruces de Guerra/ 2 Medallas de Sufrimientos por la
Patria / Cruz roja al Mérito Militar / Cruz de María Cristina
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/69100/jose-lopez-de-haro-y-del-rey
AGM Segovia 9ª, L-88
Adscripción: N+2
502
1928
Arjona Monsó, Rafael
Fecha de nacimiento: 20 de junio de 1902
Fecha de defunción: 5 de octubre de 1975 - Málaga
Empleo Julio 1936: Capitán Infantería
Destino Julio 1936: Batallón de Tiradores- Ifni
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1928)
Hechos que motivaron la concesión:
Defensa de la posición de Cudia Tahar del 3 al 13 de septiembre de 1925. Se le concedió
la Medalla Militar, según D.O. Número 113 de 24 de mayo de 1928.
Carrera militar:
En 1963 asciende a General de División (honorario).
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: N+2
503
Cabanellas Ferrer, Virgilio
Fecha de nacimiento: 14 de agosto de 1873 - Madrid
Fecha de defunción: 19 de octubre de 1954 - Madrid
Empleo Julio 1936: General División
Destino Julio 1936: Activo - Jefe 1 División - Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1928)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su brillante actuación en el combate de día 14 de septiembre de 1924, al mando de la
columna de Chauen encargada de abastecer la posición de Calaa- Bajo, cercada por el
enemigo. Se le concede la Medalla Militar, según consta en D.O. Número 154 de 14 de
julio de 1928.
Carrera militar:
El 30 de agosto de 1888 ingresó en la Academia de Infantería de Toledo. Tras graduarse,
fue enviado a distintos destinos hasta recalar en Marruecos, donde participaría en la
Guerra del Rif. En 1922 ya ostentaba el rango de coronel y mandaba una unidad de
Cazadores de Tetuán. Cuatro años después ascendió a general de brigada. y en 1930
ascendió al rango de general de división. Poco después de proclamarse la Segunda
República, fue nombrado comandante de la I División Orgánica. En julio de 1936 seguía
al mando de la I División Orgánica, que tenía su cabecera en la villa de Madrid y abarcaba
las provincias de Badajoz, Madrid, Toledo, Ciudad Real, Cuenca y Guadalajara. También
era jefe de la II Inspección General del Ejército. Tal y como ha señalado el historiador
Guillermo Cabanellas, el general Virgilio Cabanellas era partícipe en la conspiración
militar que pretendía derribar al gobierno de la República. Aunque Virgilio Cabanellas
no llegó a unirse a la sublevación militar —a diferencia de lo que hizo su hermano Miguel,
que sublevó la V División Orgánica de Zaragoza— el 18 de julio el gobierno republicano
lo destituyó del mando de la I División. Además, Virgilio Cabanellas causó baja en el
Ejército, y pasó el resto de la contienda en prisión, hasta la entrada del Ejército franquista
en Madrid en marzo de 1939. Falleció en Madrid el 19 de octubre de 1954.
Fuentes:
Guillermo Cabanellas, La Guerra de los mil días, Editorial Helias, 1975
Adscripción: N-1
504
Chao Martín, Domingo
Fecha nacimiento: Desconocida
Fecha defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Desconocido
Destino Julio 1936: Desconocido
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos (1928)
Hechos que motivaron la concesión:
En el combate celebrado el 19 de agosto de 1923, y en cumplimento de las órdenes
recibidas, avanzó con su pelotón con el propósito de coger al enemigo entre dos fuegos,
y lo hizo con tal decisión y arrojo, que llegando al cuerpo a cuerpo logró desalojarlo de
unas cuevas donde estaba defendiéndose tenazmente. Herido el oficial comandante de su
sección, tomó el mando de ella, retirándose en último lugar y manteniendo la moral de su
tropa en gran altura, no obstante, la rudeza del combate y las bajas sufridas.
Se le concedió la Medalla Militar por R.O. de 19 de noviembre de 1928. (D.O. número
255 de 20 de noviembre de 1928)
Carrera militar:
El 13 de julio de 1922 pasa destinado al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Tetuán
núm. 1.
Fuentes:
D. O. núm. 155, del viernes 14 de julio de 1922 Tomo III.-Pág. 161
O. G. de las Fuerzas Militares de Marruecos de 5 de noviembre de 1928 en Archivo
General Militar de Segovia
Adscripción: No Participa/ No Constatada
505
González-Gallarza Iragorri, Eduardo
Fecha de nacimiento: 18 de abril de 1898 - Logroño
Fecha de defunción: 24 de mayo de 1986 - Madrid
Empleo Julio 1936: Comandante Infantería (piloto aviador)
Destino Julio 1936: Activo - Disponible forzoso - Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1928)
Hechos que motivaron la concesión:
Durante las operaciones de socorro a la sitiada posición de Tifaruin, el 22 de agosto de
1923, localizó un nido de ametralladoras enemigo, y en un furioso ataque con bombas, en
vuelo rasante, lo aniquiló, recibiendo él dieciocho impactos en su biplano De Havilland
DH-9. Por este hecho, además de ser felicitado en la orden del Ejército de África, recibió
la Medalla Militar que le fue impuesta solemnemente un mes más tarde, el 24 de
septiembre, en el aeródromo de Tauima, por el comandante general de Melilla. (D.O.
número 33 de 10 de febrero de 1928)
Carrera militar:
Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en 1913, y con dieciocho años de edad
fue promovido a alférez, desempeñando diversos destinos en Marruecos hasta que, en
1920, siendo ya teniente, ingresó en la Aviación Militar formando parte de la 10.ª
promoción que, convocada por el general Echagüe para formar cien pilotos, tanto juego
dio en las campañas de África en los años siguientes.
Desde 1921 participó muy activamente en Marruecos donde se distinguió en las duras
jornadas de Yebala, sobre un terreno boscoso en el que tan difícil se hacía la observación
aérea. Ascendido a capitán en 1923, después de unos meses destinado como profesor de
vuelo en la Escuela de Transformación, en Cuatro Vientos, regresó a Marruecos y
participó al mando de una escuadrilla, en los combates para la toma de Tazarut, en los
bombardeos a las faldas del mítico yebel Alam, y en los ataques a las harkas enemigas
que trataban de apoderarse del peñón de Vélez de la Gomera, en difíciles y arriesgados
vuelos en los que los aviadores habían de permanecer en cada misión, más de dos horas
sobre territorio enemigo.
Al mando de la 2.ª Escuadrilla Expedicionaria de Breguet XIV, combatió en ambas zonas
506
del Protectorado, destacando su labor en las operaciones defensivas de la línea del Lau en
las que resultó gravemente herido por fuego de tierra, mientras abastecía de hielo a la
posición de Koba Darsa cercada por la harka, continuando, no obstante, la misión hasta
rematarla, logrando luego llegar con gran esfuerzo a la posición de Uad Lau donde tomó
tierra sin dañar el aparato.
La Orden de las Fuerzas Aéreas, del 17 de julio de 1924, decía: “Las circunstancias que
han concurrido a la realización del hecho llevado a cabo por el capitán Eduardo González
Gallarza, el día 5 del actual, ponen de manifiesto las virtudes de este oficial que, no
obstante ser alcanzado por proyectiles enemigos que le hirieron, continuó desempeñando
la misión conferida, logrando abastecer la posición de Coba Darsa, cercada por el
enemigo. Al considerar este heroico proceder, lo pongo en conocimiento del General en
Jefe, proponiéndole para la Laureada de San Fernando”.
Participó con su escuadrilla en las operaciones de desembarco en la bahía de Alhucemas,
en las de la kabila de Beni Arós, en la zona occidental, y en cuantas se realizaron hasta la
terminación de la guerra en julio de 1927.
Ascendido a comandante por méritos de guerra, fue nombrado ayudante del rey que
recibió el “bautismo del aire” en aeroplano, en agosto de 1929, en Santander, en el
hidroavión Dornier “Wal” n.º 16 pilotado por el propio Gallarza que unos meses antes,
acompañado por Ramón Franco y Julio Ruiz de Alda, había corrido una seria aventura
durante el fallido intento de dar la vuelta al mundo, perdidos durante ocho días en pleno
Atlántico, hasta ser descubiertos y salvados por el portaaviones británico Eagle.
Al proclamarse la República en España, en abril de 1931, el comandante Gallarza
acompañó al rey hasta Cartagena, en su último viaje por territorio español, en un gesto de
lealtad que le creó serios inconvenientes en los años siguientes. El 18 de julio de 1936 se
encontraba en Madrid, y tuvo que sufrir la persecución hasta poder refugiarse en la
embajada de Polonia y, amparado por ella, pasar a través de Francia a la zona nacional
donde, ascendido a teniente coronel, tuvo el mando, sucesivamente, del Grupo 2-G-22,
de Junkers Ju-52, y de la 1.ª Escuadra de Bombardeo de la Brigada Hispana, participando
en diferentes frentes y batallas con sus unidades, a las que supo infundir su espíritu de
lucha, su fe en la victoria y su optimismo, logrando situarlas entre las mejores de aquella
pujante Aviación que salía de la guerra.
Al crearse en 1939, el Ejército del Aire, el recién ascendido a coronel, González Gallarza,
507
fue nombrado jefe del Estado Mayor y, desde este delicado puesto, trabajó intensamente
en la organización del nuevo Ejército. Dedicó un gran esfuerzo a la enseñanza, formando
un considerable número de pilotos y demás personal aéreo, y dio un importante impulso
al desarrollo de la industria aeronáutica, dentro de las grandes limitaciones impuestas por
la Guerra Mundial.
Al ascender a general de brigada en 1941, fue confirmado en el cargo, y cuatro años más
tarde, promovido a general de división, fue nombrado ministro del Aire, siendo el primer
aviador que desempeñaría este cargo. Bajo su larga etapa al frente del Ministerio del Aire,
creó la Academia General del Aire, dio un fuerte impulso a la Aviación Civil, que
extendió sus líneas, abriéndose con la Madrid-Buenos Aires, creó los Mandos de las
Aviaciones de Defensa, Táctico, Estratégico y de Transporte, y la Escuela de
Paracaidistas, y estructuró los servicios, actualizó las escalas y creó nuevas unidades.
Ascendió a teniente general en 1953, continuando al frente del Ministerio. En 1957, al
cesar como ministro del Aire, sería nombrado capitán general de la Región Aérea del
Estrecho, cargo que desempeñó hasta su clasificación en el grupo “B”, en abril de 1964,
al cumplir la edad para ello reglamentada. En 1961 fue designado procurador en Cortes,
representando a la provincia de Logroño, y seis años después, en 1967, fue nombrado
consejero electivo de Estado, cargo que le fue renovado en 1970.
Condecoraciones:
Medalla Aérea
Grandes Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval, del Mérito Aeronáutico
Cruz de Guerra con Palmas / 2 Cruces de Guerra
7 Cruces Rojas de 1.ª Clase, con distintivo rojo
Cruz del Mérito Naval, de 1.ª Clase, con distintivo rojo
2 Medallas de Sufrimientos por la Patria
Medalla Militar de Marruecos, con pasador “Tetuán”
Medalla de Plata de Marruecos, con pasador “Larache”
Medalla de las Campañas de Marruecos
Cruz y Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/11056/eduardo-gonzalez-gallarza-iragorri
Adscripción: N+2
508
Fortea García, Julio
Fecha nacimiento: 20 de mayo de 1887- Burjasot (Valencia)
Fecha defunción: 13 de diciembre de 1952- Madrid
Empleo Julio 1936: Comandante de Infantería
Destino Julio 1936: Retirado en Salamanca
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos (1928)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su brillante actuación el 22 de agosto de 1923 en la rotura del
cerco de Tifaruín, que se añade a la reconocida distinción en todos los combates, dando
siempre el máximo rendimiento que se le exigía y con grandes y positivos resultados.
Se le concede la Medalla Militar por R.O. de 8 de febrero de 1928 (D.O. núm. 33 de 10
de febrero de 1928).
Carrera militar:
Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo el 31 de agosto de 1905. El 26 de junio
de 1908 fue promovido al empleo de Segundo Teniente y destinado al regimiento de
Infantería "San Fernando núm. 11, en Melilla. El 9 de septiembre de 1913 ascendió a
capitán. Con anterioridad a su destino en la Policía Indígena había formado parte del
regimiento de Infantería "Melilla" número 59.
En junio de 1921 tomó el mando de la mía número 13, para sustituir a su jefe, el capitán
de Infantería don Ramón Huelva Pallarés, muerto en la posición de Abarrán.
El 3 de junio ya se hallaba al frente de su unidad. El 22 de julio sus hombres se hallaban
repartidos entre el Morabo de Sidi Mohamed y Yebel Udia. A diario realizaban
descubiertas entre Tahuarda, el collado de Tizzi Azza y la posición Intermedia "B". Por
lo tanto, no es desdeñable pensar que el capitán Fortea pudiera pernoctar en una de esas
dos posiciones el 21 de julio. En los listados del general Picasso se cita que el 22 de julio
había en Annual 1 oficial y 40 de tropa de la 13ª Mia de Policía. Sin embargo, en los
listados que publicó el comandante Caballero Poveda en la Revista "Ejército" se afirma
que las fuerzas de Policía presentes en Annual pertenecían a las mías número 5ª, 6ª, 10º,
11ª y 15ª (804 hombres). El resto de la unidad parece que permaneció en el Morabo de
Sidi Mohamed. En la mañana del 22 de julio el comandante Alzugaray afirma en su
declaración que se encontró con el capitán Fortea en Ben Tieb y que mantuvo una
509
conversación con él. Es de suponer que prosiguió a retirada hasta Ar Dríus y, de aquí,
hasta Melilla.
Como consecuencia de la experiencia vivida en aquellos días de julio, el capitán Fortea
sufrió un grave ataque de estrés post-traumático por neurosis de guerra, pues perdió el
habla y no lo recuperó hasta semanas más tarde. Fue curado el 19 de agosto mediante una
sesión de hipnosis a la que le sometió el teniente coronel de Ingenieros don Bernardo
Cabañas Chavarrías, ayudante del general Muñoz Cobos; este general llegado a Melilla
comisionado para supervisar, inspeccionar y gestionar el tratamiento de los heridos
durante el desastre, y elevar un informe al Ministro de la Guerra. Parece ser que el teniente
coronel Cabañas había conocido años antes el tratamiento del comandante médico don
Julio Camino Galicia años, experto en enfermedades mentales, profesor de psiquiatría y
medicina legal en la Academia de Sanidad Militar y autor de numerosos libros sobre
enfermedades mentales.
En febrero de 1922, al mando de la harka auxiliar de Beni Said, llegó hasta el barranco
del Izumar, el lugar donde murió el coronel Morales. En su osadía pretendió realizar un
rápido avance para llegar hasta el maldito campamento de Annual. El mando le negó el
permiso para llevar cabo la acción, que no se pudo realizar hasta mayo de 1926. Ese
mismo año de 1922 sufrió un accidente de moto en el que se fracturo la mano y sufrió
contusiones en la cabeza. Meses después, en agosto de 1922, perdió de nuevo a su jefe en
combate al ser muerto en el Igan el coronel Lasquetty. Le sucedió en el cargo el coronel
Manuel de las Heras, muerto en 1930 en los sucesos revolucionarios de Jaca. En 1923
ascendió a comandante, con 40 años.
En 1924 se le destinó a la Mehala Jalifiana de Melilla y un año después a los Servicios
Jalifianos como Interventor Militar de Melilla. En ese destino compartió el mando con
otros supervivientes de Annual: el comandante Gómez Iglesias y posteriormente Jiménez
Ortoneda. Durante los tres años siguientes permaneció como Interventor; en 1925
sustituyó provisionalmente al coronel Monasterio en la jefatura del Peñón de Alhucemas.
Se retiró en fecha no precisada y volvió a ingresar voluntariamente durante la Guerra
Civil. Finalizó su carrera militar con el empleo de coronel.
510
Comentarios:
Se reintegra del retiro en el Ejército Nacional, llegando a estar al mando de grandes
unidades, la 2ª Brigada de la 52 División, si bien posteriormente se revoca la orden del
mando de Brigada por Franco. Se le concede el mando de la División en marzo de 1938.
Al finalizar la guerra, preside Consejo de Guerra en marzo de 1940 en Salamanca contra
civiles.
Fuentes:
Boletín Oficial del Estado. Burgos 15 de noviembre de 1937. Número 391, página 4.354
IGLESIAS OVEJERO, A., “La represión militar legalizada a partir de 1936: terror e
impunidad en el occidente de Salamanca”. Univ. Orleans - D. y E. El Rebollar (2012)
Archivo Militar El Ferrol, caja 146, expediente 1886, en Asociación Salamanca Memoria
y Justicia
http://salamancamemoriayjusticia.org/vic_ver.asp?id=13894
http://www.altorres.synology.me/guerras/1921_annual/personajes/fortea_garcia.htm
Adscripción: N+2
511
González- Gallarza Iragorri, Joaquín
Fecha de nacimiento: 29 de enero de 1887 - Laguardia (Álava)
Fecha de defunción: 7 de febrero de 1960 – Barcelona
Empleo Julio 1936: Teniente Coronel Infantería (piloto aviador)
Destino Julio 1936: Disponible- Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1928)
Hechos que motivaron la concesión:
Por la actuación en Marruecos entre el 1 de mayo de 1924 y final
de octubre de 1925, le fue concedida la Medalla Militar individual en 1928, que le fue
impuesta en Madrid en un solemne acto en 1929. (D.O. Número 33 de 10 de febrero de
1928)
Carrera militar:
Ingresó en la Academia de Infantería en 1904, siendo promovido a 2.º teniente,
denominación que luego cambió a la de alférez, tres años más tarde.
Sirvió diferentes destinos en la Península, como alférez comenzando en julio de 1907,
pasando por el Regimiento de Infantería de Inca en 1909 y el de Bailén estacionado en
Logroño en 1911. Pasó destinado a Marruecos, al Regimiento de Melilla en 1912, y al de
Bailén otra vez en 1916 y de nuevo en Melilla.
Participó en 1911 en la campaña del Río Kert, acreditando su valor en los duros combates
de Tauriat Zag, Ras Medua e Izarrora, donde, duramente atacada su sección por enemigo
muy superior en número, resistió hasta la llegada de las fuerzas de socorro que
abastecieron la posición y evacuaron a los heridos y muertos.
Ascendió a teniente el 24 de diciembre de 1909.
Continuó en Marruecos hasta 1915, habiendo ascendido a capitán el 12 de abril de 1914,
y fue llamado para formar parte de la quinta promoción de pilotos, realizando el curso de
piloto militar en Cuatro Vientos, y una vez en posesión de dicho título completó el curso
de observador, realizando prácticas como observador de aeroplano hasta el 30 de abril y
obteniendo el título de piloto de aeroplano en Alcalá de Henares. Volvió a Marruecos
como jefe del aeródromo de Arcila en 1916, y después de una breve estancia en Sevilla y
en Getafe como jefe accidental, participó en las operaciones del frente occidental,
512
pasando luego a Tetuán en 1919, al aeródromo de Sania Ramel. Destacó en los
bombardeos al Fondack de Ain Yedida, donde fue derribado el 17 de junio de 1919 y
poco más tarde, el 14 de septiembre del mismo año, también resultó tocado, de nuevo en
los alrededores del Fondack, tomando tierra junto a las líneas y resultando gravemente
herido.
En 1920 fue nombrado profesor de vuelo en Cuatro Vientos, en la convocatoria de “cien
pilotos” del general Echague, y un año más tarde, desde el improvisado campo de vuelo
de La Hípica, en Melilla, realizó con un Avro 504K, único aeroplano disponible en
aquellos cruciales momentos y ante la carencia de otros aviones más modernos o pesados,
varias misiones de reconocimiento fotográfico.
El 8 de octubre de 1921 se le nombró jefe de la 3.ª escuadrilla de De Havilland DH-4 para
ser estacionada en Melilla. Regresó a Cuatro Vientos y desde allí, al mando de la
escuadrilla De Havilland DH4 “Rolls” marchó en vuelo a Melilla, participando en la
“compaña de desquite”, realizando misiones de bombardeo en monte Mauro, valle del
Baax, Dar Driux y diversos objetivos en la cabila de Beni Sidel, realizando su escuadrilla
treinta y siete salidas el 7 de noviembre.
Una de las misiones más arriesgadas fue realizada al amanecer del 22 de diciembre de
1921, cuando la vanguardia de la columna del general Berenguer se encontraba en una
situación muy apurada, ya que, ocupadas las lomas de Ras Tikermin con escasa
resistencia, no tardó en verse rodeada de numerosas harkas enemigas que la forzaron a
establecerse a la defensiva. Mientras llegaba el grueso de la columna, ya tenían casi
agotadas las municiones y el asalto de los moros era inminente, cuando se presentaron en
el lugar del combate tres biplanos De Havilland DH-4 que, bajando a pocos metros sobre
el terreno, lanzaron sus bombas en reguero sobre los grupos de moros, volviendo luego,
una y otra vez, a repetir las pasadas para ametrallarles con sus máquinas de torreta,
causando gran estrago entre ellos y obligándoles a retirarse.
La llegada de la columna, a la que grandes concentraciones enemigas que descendían por
las laderas del monte Mauro atacaban con gran decisión, coincidió con la del resto de los
aviones de la escuadrilla, y, poco después, la de las otras tres del grupo mandado por el
capitán González Gallarza, que, sucesivamente, fueron entrando en combate a lo largo
del día, manteniendo siempre sobre la zona una escuadrilla, al menos, mientras las otras
regresaban al aeródromo para repostar combustible, bombas y municiones de
513
ametralladora, consiguiendo así que las fuerzas de tierra lograran alcanzar todos los
objetivos. Fue una jornada en la que los aviadores realizaron ciento cuarenta y tres salidas,
y no cesaron de atacar a los moros, entrando y saliendo entre las explosiones de las
granadas de la artillería propia, y recibiendo nutrido fuego de fusil y ametralladora que
alcanzó a todos los aviones, de los que tres resultaron derribados, con dos aviadores,
heridos.
Joaquín González Gallarza, que ahora mandaba el 3.er grupo de Melilla, fue quien por
primera vez puso en práctica el bombardeo rasante y en reguero, entrando y saliendo a lo
largo de las posiciones enemigas.
El 20 de enero de 1922, formados los aviones en fila, separados apenas cien metros uno
de otro, se presentó bruscamente sobre el zoco de Bu Hermana, donde los hombres de
Abd el Krim estaban reclutando gente para sus harkas, causando más de doscientas
cincuenta bajas al enemigo. En abril desanimó con su bombardeo a los moros que se
preparaban para asaltar el peñón de Vélez de la Gomera, y en agosto bombardeó con gran
éxito los cañones enemigos de La Rocosa. El 3 de noviembre de 1923 le fue concedida al
grupo de escuadrillas de Melilla la Medalla Militar colectiva.
Después de ser eventualmente jefe del grupo de Caza en Getafe en marzo de 1923, ya en
1924 fue ascendido a comandante por méritos de guerra acreditados durante el año 1922,
recibió el mando del grupo expedicionario de escuadrillas Breguet XIV, que recibiría el
nombre de “La Balumba”, y con él voló de Melilla a Tetuán, para reforzar las fuerzas
aéreas de la zona occidental, y allí, desde los aeródromos de Sania Ramel y Auámara,
tomó parte en los bombardeos sobre Targa y Koba Darsa; fue derribado el 2 de julio,
tomando tierra en territorio insumiso y, tras incendiar el avión, logró alcanzar a pie las
líneas propias en Zoco el Sebt. En septiembre de 1924 realizó el curso para jefes de grupo
en Getafe que organizó el entonces teniente coronel Kindelán como jefe de instrucción,
volviendo de nuevo al grupo de Melilla.
En abril de 1925 vuelven a Melilla para la preparación del desembarco de Alhucemas los
aviones DH-4 y algunos DH-9A y se organizan tres escuadras con dos grupos cada una.
En las operaciones de Alhucemas, Gallarza estuvo al mando del grupo 3.º —escuadrillas
De Havilland-Rolls, De Havilland-Napier y Potez—, actuando intensa y eficazmente, en
numerosos servicios, no sólo en aquella región, sino en toda la zona, distinguiéndose en
toda su actuación, como jefe y como piloto, de modo extraordinario, por su abnegación,
514
pericia, sereno valor y dotes de mando.
Ascendido a teniente coronel el 12 de julio de 1926, también por méritos de guerra, se
estableció con su grupo en el aeródromo avanzado de Asgar desde donde actuó con
brillantez en la fase final del frente oriental, distinguiéndose su unidad en la conquista de
la loma de Los Morabos, y Timegart, sacando materialmente al enemigo de sus
posiciones, y protegiendo el avance de las tropas, los días 9 y 12 de mayo. Colaboró con
gran eficacia en las brillantes operaciones de la columna Capaz, así como con la de Pozas,
recibiendo, entre otras, la felicitación del general francés jefe de la 128 División y,
terminada la campaña de Gomara, fue nombrado jefe del aeródromo de Cuatro Vientos y
jefe de la escuadra de instrucción.
En 1928 fue destinado temporalmente al batallón de Montaña “Antequera” n.º 12 de
guarnición en Ciudad Rodrigo, pasando en 1930 de nuevo al Servicio de Aviación, en la
situación “A”, a las órdenes del jefe superior de Aeronáutica.
En febrero de 1931 volvió a Marruecos, a Tetuán, para mandar el 4.º batallón de Aviación.
En abril de 1931 quedó en situación de disponible forzoso al volverse las tornas, pasando
a continuación por varios destinos en Infantería como la Comandancia Militar de Huesca
y la Caja de Reclutas n.º 32, acabando en el Regimiento de Infantería n.º 34 y en el n.º 6
de guarnición en Barcelona. Se encontraba en la Ciudad Condal cuando los sucesos de
octubre de 1934, actuando como juez instructor en varias causas motivadas por el Estado
de Guerra. En enero de ese mismo año fue destinado a la Jefatura de Aviación Militar y
en noviembre recibió el mando de la Escuadra n.º 3 en Barcelona. Ascendido a coronel
en diciembre de 1935, fue destinado a la Dirección de Aeronáutica.
En enero de 1936 se encontraba como mando de la Aviación Militar y agregado a la
Dirección de Aeronáutica en el Ministerio de la Guerra en Madrid. Al comienzo de la
Guerra Civil estaba en el mismo puesto, pero vigilado y sin ningún cometido debido a sus
convicciones políticas. Estuvo oculto hasta el 11 de septiembre en que fue detenido y
pasó por la cárcel Modelo y la checa de la calle Fomento, ingresando el 15 de noviembre
en la cárcel de San Antón hasta el 27 de febrero de 1937. Puesto en libertad, se acogió a
la embajada de Chile, donde estuvo hasta el 29 de julio en que fue detenido al escapar y
volvió a la embajada. De nuevo intentó la fuga el 21 de septiembre de 1938 siguiendo una
compleja ruta de noche por la provincia de Madrid y la de Toledo, el Tajo y atravesando
las líneas enemigas entre Talavera y Toledo, se presentó finalmente a las fuerzas
515
nacionales en la Puebla de Montalbán.
Al presentarse a las Fuerzas Aéreas, fue encuadrado en el Cuartel General del Aire,
recibiendo poco después el mando de la 1.ª Brigada del Aire con la que intervino,
personalmente, en las operaciones de Cataluña y Extremadura.
Terminada la guerra fue nombrado inspector de las Regiones 1.ª y 5.ª, y, al ascender a
general de brigada en 1940, recibió el mando de la 1.ª Región Aérea y de la Jurisdicción
Central Aérea, cargos que conservó al ascender a general de división en 1943 y a teniente
general en 1948. Durante sus años de generalato desempeñó numerosas comisiones en
visitas protocolarias y realizó varios cursos, girando numerosas visitas de inspección a
unidades y sectores de su jurisdicción.
Fuentes:
Archivo Histórico del Aire, expediente personal.
http://dbe.rah.es/biografias/26561/joaquin-gonzalez-gallarza-iragorri
Adscripción: N+2
516
Gutiérrez Lanzas, Manuel
Fecha de nacimiento: 30 de julio de 1902 - Jaén
Fecha de defunción: 6 de enero de 1949
Empleo Julio 1936: Sargento Aviación
Destino Julio 1936: Servicio Aviación- Melilla
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1928)
Hechos que motivaron la concesión:
El día 19 de enero de 1925, en un servicio de reconocimiento y bombardeo al Zoco el Ha
de Beni-Bu- Yai del Llano, volando el Bristol n.º 15, toma tierra en campo enemigo para
auxiliar al Bregueta n.º 24 y proteger con la ametralladora al avión abatido, hasta la
llegada de fuerzas propias en su auxilio, cubriendo la retirada hasta territorio amigo desde
el aire. Por esta acción llevada a cabo como ametrallador le fue concedida la Medalla
Militar individual al entonces sargento Gutiérrez Lanzas. Continuó su actuación durante
ese año volando en septiembre durante el desembarco de Alhucemas desde Nador
protegiendo la operación en Playa Cebadilla.
Por Real Orden de 22 de noviembre de 1928 se le concedió la Medalla Militar a la que se
había hecho acreedor en abril de 1925. (D.O. Número 258 de 23 de noviembre de 1928)
Carrera militar:
Ingresó en el servicio, como soldado, el 1 de julio de 1922, habiendo firmado por un
período de cuatro años. Pasó posteriormente en 1923 a la Aeronáutica en Sevilla para el
Servicio de Aviación Militar. El 31 de julio de ese año realizó el curso de Ametrallador-
Bombardero extendiéndose su título el 17 de diciembre del mismo año y quedando afecto
al Servicio de Aviación. Desde ese momento efectuó numerosos servicios aéreos
ocupando su puesto en vuelo.
El 16 de noviembre de 1924 en operaciones que se llevaron a cabo sobre Teffer y Mexerah
para proteger a las fuerzas que se dirigían a levantar el cerco de esta última posición,
resultó herido en la espalda, pasando como convaleciente al Hospital de la Cruz Roja de
Larache hasta el 15 de diciembre del mismo año. El 13 de enero de 1925 fue ascendido a
sargento de Ingenieros destinado como ametrallador-bombardero en el 1.er Regimiento
de Aviación. Realizó numerosos servicios desde el Aeródromo de Nador desde enero a
517
marzo, acreditados con la firma del jefe de escuadrilla Calderón.
En abril de 1925 actuó desde Nador en misiones de reconocimiento y bombardeo de la
zona de Annual, Zoco el Zelata, Cuevas de Jebel-Udia y Beni Buyari. El día 1 de octubre
en reconocimiento y bombardeo del sector de Alhucemas por disparo enemigo resultó
herido su piloto teniente Senén Ordiales, tomando tierra en dicho sector.
Pasó parte de los meses de noviembre y diciembre en el Grupo de Reconocimiento de
Getafe, así como los primeros meses de 1926.
Por Orden del 22 de abril de 1926 fue designado para hacer el Curso de Piloto en la
Escuela de Alcalá de Henares, siendo nombrado piloto militar de aeroplano el 9 de
diciembre del mismo año y pasando destinado al Grupo de Reconocimiento n.º 2. El 2 de
diciembre de 1926 fue ascendido a suboficial por méritos de guerra.
El 31 enero de 1927 recibió la Medalla de Sufrimientos por la Patria. En ese mismo mes
se le confirmó en el Aeródromo Dávila de Granada a partir del 24 de enero y allí continuó
volando durante el resto del año.
El 23 de agosto de 1927 solicitó el ya entonces suboficial de Ingenieros, ametrallador-
bombardero y piloto militar de aeroplano el pasar al Servicio de Aviación. Volvió de
nuevo a Marruecos siendo destinado a Nador el 7 de enero del nuevo año de 1928,
teniendo como jefe de escuadrilla a su viejo amigo Ordiales en el Grupo Breguet-Rolls y
consiguiendo la Medalla de la Paz. Voló mucho durante todo el año 1928 desde Nador,
permaneciendo destacado en el Aeródromo Herraiz los meses de julio, agosto,
septiembre, octubre y noviembre.
Durante 1929 continuó cada mes efectuando numerosos vuelos, incluidos vuelos
nocturnos y traslados frecuentes desde Herraiz, al mando del jefe de escuadrilla Antonio
Munaiz y con sede permanente en Nador. A partir de noviembre de 1929 pasó a
disposición del juez instructor, permaneciendo en esa misma situación durante el resto
del año y el siguiente, hasta causar alta de nuevo el 27 de diciembre de 1930.
A comienzos de 1932, en marzo, fue enviado a la Escuela de Reentrenamiento en Alcalá-
Guadalajara por orden del teniente coronel Ángel Pastor y allí se incorporó el 23 de marzo
según atestigua la firma de Ignacio Hidalgo de Cisneros. En abril pasó destinado a la
Escuadra n.º 3 en Barcelona y en marzo del año siguiente se le confirmó como
subayudante. Al año siguiente en abril de 1934 fue destinado a la Escuela de Ataque y
518
Bombardeo de Los Alcázares.
Al año siguiente fue acusado de nuevo de actos en los cuales se citaba el honor militar y
fue condenado en Cartagena a tres años y un día con pérdida de empleo, causando baja
en el Ejército el 6 de febrero de 1936. Al sobrevenir el levantamiento militar el 18 de julio
de 1936, Manuel Gutiérrez Lanzas se encontraba separado del Ejército y cumpliendo una
condena de tres años en uno de los penales-castillo de Cartagena. Se incorporó a la
Aviación de la República el 26 de julio.
Cumplió distintos cometidos en la zona gubernamental volando en diferentes servicios
desde Manises, aeródromo de Andújar y campo de Guadix con aviones Breguet XIX.
En enero de 1937 fue enviado a la Escuela de Polimotores de Reus. Durante este período
fue ascendido a teniente por haber desaparecido la categoría de alférez que era la última
que él poseía. A finales de septiembre de 1937 causó baja en el curso de polimotores y
fue enviado a distintos puestos como oficial de enlace de Aviación en varios Cuerpos de
Ejército, tanto en levante como en el centro, donde ocupó el puesto de jefe de enlaces de
Aviación. En el mes de marzo de 1939 en Madrid, durante el golpe del coronel Casado,
se alineó con los casadistas contra los comunistas, siendo encarcelado por aquéllos. Fue
liberado por fuerzas del Consejo de Defensa Nacional el día 12 de marzo de 1939. Poco
después del final de la Guerra Civil, se encontraba, el 15 de junio de 1939, como alférez
de Aviación en prisión figurando en la cárcel de Porlier el 18 de agosto de ese año.
Un Consejo de Guerra permanente de Aviación lo condenó a cadena perpetua, equivalente
a treinta años de prisión. Fue indultado el 4 de julio de 1947, cuando ya llevaba en libertad
condicional desde septiembre del año anterior.
Condecoraciones:
Medalla de Sufrimientos por la Patria
Medalla de la Paz
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/26557/manuel-gutierrez-lanzas
Adscripción: R+2
519
Merás Vázquez, César
Fecha de nacimiento: 15de octubre de 1890
Fecha de defunción: 22 de julio de 1959 - Madrid
Empleo Julio 1936: Capitán Médico
Destino Julio 1936: Mehalla Jalifiana de Melilla número 2
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1928)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su comportamiento el día 21 de septiembre de 1925 en Alhucemas cuando acudió con
excelente espíritu y abnegación, y con riesgo inminente de su vida, y bajo una intensa
lluvia de metralla, atendió con absoluta serenidad al Capitán Moral y diecisiete heridos
más, logrando salvarles de una muerte cierta. Se le concedió la Medalla Militar, según
D.O. Número 258 de 22 de noviembre de 1928.
Carrera militar:
Durante la Guerra Civil presta servicios al Ejército Nacional en la 53 División y en el
Ejército de Levante en 1937, pasando posteriormente a ser Jefe de Sanidad de la 52
División. Termina su carrera como Inspector General de Sanidad.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: N+2
520
Merino Mantilla de los Ríos, José
Fecha de nacimiento: 14 de octubre de 1897 – Manila
(Filipinas)
Fecha de defunción: 7 de diciembre de 1983 - Madrid
Empleo Julio 1936: Capitán Infantería
Destino Julio 1936: Inspección Tercio - Marruecos
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1928)
Hechos que motivaron la concesión:
Por la defensa de la posición de Tizi-Alma. Se le concedió la Medalla Militar, según D.O.
Número 239 de 24 de noviembre de 1928.
Carrera militar:
Al iniciarse el golpe militar, se subleva, llegando a detener a su propio Coronel jefe, por
no sumarse a la rebelión. Durante la guerra, fue ayudante de campo del Coronel Yagüe y
resulto herido, terminando el periodo de baja en 1939. Después de la guerra, continua su
carrera y es nombrado General Brigada de Infantería.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: N+2
521
Ramírez Domingo, Juan
Fecha de nacimiento: 24 de septiembre de 1889 – Aranjuez
(Madrid)
Fecha de defunción: 7 de noviembre de 1936 - Paracuellos del
Jarama (Madrid)
Empleo Julio 1936: Comandante Infantería
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1928)
Hechos que motivaron la concesión:
Por el brillante comportamiento en la operación realizada en el sector de Axdir el 23 de
septiembre de 1925 para la ocupación del monte Malmusi. Se le concedió la Medalla
Militar, según D.O. Número 264 de 30 de noviembre de 1928.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Observaciones, comentarios:
Al estallar la Guerra Civil trabajaba como periodista. No participa como combatiente,
pero es detenido en la Cárcel Modelo y fusilado por milicias leales al gobierno.
Adscripción: N-1
522
Roldán y Díaz de Arcaya, Fernando
Fecha de nacimiento: 24 de febrero de 1905
Fecha de defunción: 16 de abril de 1964 - Madrid
Empleo Julio 1936: Comandante Artillería
Destino Julio 1936: Retirado
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1928)
Hechos que motivaron la concesión:
Por la actuación el 19 de septiembre de 1925 en la paya de la Cebadilla (Alhucemas) con
ocasión de incendiarse un proyectil de artillería enemiga en los empaques de cartuchería
Máuser, lanzándose con gran arrojo y extraordinaria decisión a extinguir el fuego. Se le
concedió la Medalla Militar, según D.O. Número 257 de 22 de noviembre de 1928.
Carrera militar:
Se reintegra en el Ejército Nacional, como Jefe de Agrupación de Artillería en 1937. En
julio de 1938 es nombrado Jefe del Servicio de Munición del Ejército del Norte. Continua
carrera y es ascendido a General División, ocupando después de su pase a la reserva,
puestos en la administración civil, como Delegado CAMPSA y Presidente del Patronato
de Apuestas Mutuas Benéficas.
Condecoraciones:
Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica
Gran Cruz del Mérito Civil
Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: N+2
523
Sánchez-Ocaña y Beltrán, José
Fecha de nacimiento: 27 de septiembre de 1874 - Valencia
Fecha de defunción: 10 de agosto de 1964 - Madrid
Empleo Julio 1936: General de División
Destino Julio 1936: Activo - Jefe Estado Mayor Central
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1928)
Hechos que motivaron la concesión:
Diversos hechos y actuación de conjunto desde 1919 a 1922 en el territorio de Ceuta. Se
le concedió la Medalla Militar, según D.O. Número 269 de 16 de diciembre de 1928.
Carrera militar:
Ingresó en el Ejército el 30 de agosto de 1888. Procedente del Arma de Caballería,
posteriormente se especializó en Estado Mayor. Tras la proclamación de la Segunda
República, en julio de 1931 fue nombrado Director de la Escuela Superior de Guerra.
Unos meses después, ascendió al empleo de General de división. Durante el período
republicano llegó a ser jefe de las divisiones orgánicas IV y V, con sedes en Barcelona y
Zaragoza respectivamente. En febrero de 1936 fue nombrado jefe del Estado Mayor
Central del Ejército, en sustitución de Francisco Franco. No se unió a los sublevados, sin
embargo, Sánchez Ocaña fue destituido de su puesto la noche del 18 al 19 de julio y
encarcelado. Sobrevivió a la contienda, aunque no llegó a ocupar ningún puesto activo
posteriormente.
Fuentes:
CABANELLAS, G., La Guerra de los mil días, Editorial Helias, 1975
Adscripción: N-1
524
Santamaría Pérez, Ceferino
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Cabo Infantería
Destino Julio 1936: Desconocido
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1928)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su brillante actuación en el combate del 19 de agosto de 1923, en el que muerto el
Oficial de su Sección y reducida la misma por el número de bajas sufridas, contuvo al
frente la Escuadra y rescató el cadáver del Oficial y mantuvo con valor y energía la
posición hasta la llegada de refuerzos. Se le concedió la Medalla Militar, según D.O.
Número 256 de 21 de noviembre de 1928.
Fuentes:
Galería Militar Contemporánea. Tomo VII. Quinta Parte, Servicio Histórico Militar,
Madrid, 1980.
Adscripción: No adscripción/ No participa
525
Soláns Lavedán, Luis
Fecha de nacimiento: 28 de diciembre de 1879 - Albalate de
Cinca (Huesca)
Fecha de defunción: 6 de septiembre de 1951 - Vitoria
Empleo Julio 1936: Coronel Infantería
Destino Julio 1936: Plana Mayor Infantería - Melilla
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1928)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su distinguida acción del 19 de septiembre de 1925 en la ofensiva de Morro Nuevo.
Se le concede la Medalla Militar, según D.O. Número 258 de 23 de noviembre de 1928.
Carrera militar:
Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en 1896, y posteriormente se diplomó en
la Escuela Superior de Guerra. Participó en la Guerra del Rif, donde obtuvo sus ascensos
a Teniente coronel y Coronel. En julio de 1936 estaba destinado en la Agrupación de
Cazadores de la Circunscripción Oriental del Protectorado español de Marruecos. Cuando
la tarde del 17 de julio se adelantó la prevista sublevación militar de Melilla, el coronel
Soláns, al frente de un grupo de oficiales y jefes rebeldes, ocupó el edificio de la
comandancia militar donde se encontraba el general Romerales y su Estado Mayor, la
mayor parte del cual se sumó a la sublevación. Bajo amenaza de ejecutarlo allí mismo
forzaron al general a rendirse y declinar el mando, y tanto él como quienes le
acompañaban fueron detenidos. En diciembre de 1936 fue nombrado gobernador militar
de Huesca. El 8 de enero es ascendido al rango de general de brigada. Después se haría
cargo del mando del II Cuerpo de Ejército, unidad que formaba parte del Ejército del Sur.
Durante la dictadura franquista se convirtió en presidente del Consejo Superior
Geográfico. También fue miembro del Consejo Nacional del Movimiento y procurador
en las Cortes por designación directa entre 1943 y 1951. En 1945 ascendió a Teniente
general.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: N+2
526
1929
Allanegui Lusarreta, Manuel
Fecha de nacimiento: 24 de diciembre de 1878 – Calanda
(Teruel)
Fecha de defunción: 25 de enero de 1958 - Sevilla
Empleo Julio 1936: Coronel Infantería
Destino Julio 1936: Activo - Regimiento Granada 6 - Sevilla
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su brillante comportamiento en la operación realizada el 14 de septiembre de 1924
por la Columna de Chauen para abastecer la posición de Calaa-Bajo. Se le concedió la
Medalla Militar, según D.O. Número 265 de 22 de noviembre de 1929.
Carrera militar:
Siendo Coronel, el 18 de julio de 1936 se encontraba al mando del Regimiento Granada
número 6 en Sevilla. Al no unirse al golpe militar, fue detenido por los sublevados en
Sevilla, pasando a retiro por desafecto al alzamiento y pérdida de condición militar.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: R+1
527
Alonso Vega, Camilo
Fecha de nacimiento: 29 de mayo de 1889 - Ferrol (La Coruña)
Fecha de defunción: 1 de julio de 1971 - Madrid
Empleo Julio 1936: Comandante Infantería
Destino Julio 1936: Batallón de Montana Flandes - Vitoria
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Por la acción ofensiva de Buharras de 29 de junio de 1921, se decidió recompensarle con
la Medalla Militar, según consta en D.O. 283 de 20 de diciembre de 1929.
Carrera militar:
Hijo de Camilo Alonso Quintana y de Herminia Vega Vizoso. El 27 de agosto de 1907,
con dieciocho años, ingresó por oposición en la Academia de Infantería de Toledo, en
una promoción formada por 354 alumnos, de la que también formaban parte José Asensio
Torrado y Francisco Franco Bahamonde, ambos compañeros y condiscípulos suyos en su
ciudad natal, así como Eduardo Álvarez Rementería, Helí Rolando Tella y Juan Yagüe
Blanco.
En julio de 1910 recibió el despacho de segundo teniente y fue destinado al Regimiento
de Infantería Zamora n.º 8 de guarnición en Ferrol. En febrero de 1912, fue destacado a
Melilla, quedando agregado al Regimiento de Infantería África n.º 68, mandado por el
coronel Villalba Riquelme, a cuyas órdenes intervino en diversas operaciones para
sofocar la rebelión encabezada por El Mizián. En julio, le correspondió ascender a primer
teniente y en plantilla del mismo Regimiento, al que acababa de incorporarse también el
teniente Francisco Franco, continuó combatiendo en las inmediaciones de Melilla.
En septiembre de 1913, volvió al Regimiento Zamora, aunque continuó operando en la
zona de Melilla hasta que, a comienzos de diciembre, se incorporó a su destino en Ferrol.
Allí permaneció hasta su ascenso a capitán en diciembre de 1916, siendo destinado al
Regimiento de Infantería Lealtad n.º 30, al que se incorporó en Burgos a principios de
1917. De marzo a noviembre, marchó con su unidad a Asturias para reprimir la huelga
desencadenada en la cuenca minera, movimiento que se repetiría entre noviembre de 1918
y febrero de 1919. Y en mayo de 1920 regresó a su ciudad natal, destinado al Regimiento
de Infantería Ferrol n.º 65.
528
Solo permanecería cinco meses con su familia, pues en octubre del mismo año obtuvo
destino en el recién creado Tercio de Extranjeros, mandado por el teniente coronel Millán-
Astray, y cuyo segundo jefe era el comandante Franco. Nada más llegar a Ceuta, recibió
el encargo de organizar la Compañía de Ametralladoras de la II Bandera, trasladándose a
Dar Riffien con el personal que debía integrarla. En aquellos momentos, el alto comisario,
general Berenguer, intentaba someter de la forma más pacífica posible el Protectorado de
Marruecos, mediante los denominados ‘paseos militares’, logrando un relevante éxito con
esa estrategia en Xauen. La compañía de Alonso Vega, encuadrada primero en la columna
mandada por el general Sanjurjo y posteriormente en la del coronel Castro Girona,
intervino en diversas y penosas operaciones de ese tipo durante los últimos meses de 1920
y primeros de 1921 en la zona de La Yebala con la pretensión de poner término a la
rebelión encabezada por El Raisuni. En junio, en el curso de dichas operaciones, fue
propuesto para la laureada de San Fernando por su heroico comportamiento en la defensa
de las lomas de Buharrat, abriéndosele el preceptivo juicio contradictorio. A las tres
semanas se produjo el desplome de la Comandancia de Melilla tras el desastre de Annual,
pero la II Bandera del Tercio continuó operando en la zona de La Yebala, encuadrada en
la columna mandada por el general Marzo durante el resto del año 1921.
A todo lo largo de 1922, una vez reincorporadas la I y la III Banderas del Tercio a Ceuta,
continuó operando junto con ellas en la misma zona, a las órdenes de Sanjurjo y de Castro
Girona, siendo citado varias veces en la orden general de la Alta Comisaría por su
distinguido comportamiento.
Durante el primer semestre de 1923, al mando interino de la III Bandera y encuadrado en
la columna del teniente coronel Franco, volvió a operar en la zona de Tetuán, siendo
recompensado con el ascenso a comandante por méritos de guerra, lo cual supuso su baja
en el Tercio y su traslado a La Coruña, en situación de disponible forzoso. En noviembre
pasó destinado al Regimiento de Infantería del Príncipe n.º 3, de guarnición en Oviedo,
contrayendo poco después matrimonio con la asturiana Ramona Rodríguez Bustelo, con
la que no tendría hijos y con la que recorrió Francia e Italia durante dos meses. En febrero
de 1925 regresó a Oviedo, donde permanecería tres años, hasta que en enero de 1928 el
general Franco, nombrado por Primo de Rivera director la recién creada Academia
General Militar de Zaragoza, le reclamó para formar parte de la plantilla de profesores
para impartir las materias de táctica, tiro y armamento y ejercer el mando del Batallón de
529
Cadetes.
A finales de agosto, a consecuencia de la disolución de la Academia General Militar, se
trasladó a Oviedo en situación de disponible forzoso y en marzo de 1932 fue destinado a
su Caja de Reclutas de Oviedo, puesto en el que permaneció hasta que, en octubre de
1934, con ocasión de la Revolución de Asturias, se hizo cargo de la jefatura del
Acuartelamiento de Santa Clara, donde estaba ubicada la Caja de Reclutas y otras diversas
dependencias militares, viéndose obligado a repeler varios ataques y efectuar salidas en
fuerza para proveerse de víveres, incorporándose después a la columna mandada por el
coronel Solchaga, con la que coadyuvó a sofocar la violenta rebelión de los mineros
durante veinte días. Una vez reintegrado a su destino, fue nombrado jefe de los Servicios
de Censura de Prensa, a las órdenes directas del gobernador militar de Asturias, general
López Ochoa, y seguidamente juez instructor de la Auditoría de Guerra del Ejército de
Operaciones del Principado.
En abril de 1935 le correspondió ascender a teniente coronel por antigüedad, lo que forzó
su traslado a Vitoria para mandar el Batallón de Montaña de Flandes n.º 8. Sin embargo,
el ministro de la Guerra, José María Gil Robles ordenó que regresase a Oviedo para
continuar desempeñando el cometido de juez instructor, puesto que ejerció hasta finales
de septiembre. Reincorporado a Vitoria, volvió a hacerse cargo del mando del Flandes,
puesto en el que permaneció hasta que se sumó al golpe de Estado de julio de 1936,
dirigido por el general Mola desde Pamplona.
Principal artífice de la trama golpista en Vitoria, logró que el gobernador militar, general
García Benítez, se sumara a la rebelión, lo que fue decisivo para su parcial éxito en la
provincia de Álava. A medianoche del 18 de julio, a instancias suyas, García Benítez
convocó en su despacho a los jefes de las unidades que guarnecían Vitoria y les comunicó
su decisión de alzarse en armas contra el llamado gobierno del Frente Popular. Tras recibir
su beneplácito, informó a Mola de que Vitoria estaba a sus órdenes y declaró el estado de
guerra en toda la provincia, sin que las autoridades republicanas llegaran a reaccionar y
con la única oposición de las organizaciones obreras, que declararon la huelga general.
Al amanecer del día 19 se leyó el bando de guerra y grupos de requetés y falangistas,
escoltados por piquetes de soldados, se fueron adueñando de todas las dependencias
oficiales de la ciudad.
El día 21, se puso al frente de una compañía reforzada de su propia unidad para sofocar
530
los últimos núcleos de resistencia leales a la República. Durante los meses de agosto y
septiembre, al mando de una columna motorizada, efectuó diversas salidas hacia el norte
de la provincia de Álava y sur de la de Vizcaya para hacer frente a las agrupaciones de
milicias enviadas desde Bilbao. Y a primeros de diciembre, una vez reforzada
considerablemente su columna, logró ocupar Villarreal, resultando herido en el curso de
la operación. En diciembre, Mola, jefe del Ejército del Norte, le puso al mando de la
recién creada IV Brigada de Navarra, que encuadraba todas las unidades de guarnición
en la provincia de Álava, con la que se estableció a la defensiva al sur de la provincia de
Vizcaya.
El 31 de marzo de 1937, el Ejército del Norte inició la ofensiva que le permitiría
apoderarse de toda la cornisa cantábrica a lo largo de los siguientes meses. A finales de
abril, la IV de Navarra logró apoderarse del puerto de Barazar, quebrando así la primera
línea del llamado Cinturón de Hierro, colosal obra de fortificación construida por el
gobierno vasco en torno a Bilbao. El éxito alcanzado fue recompensado con el ascenso
de Alonso Vega al empleo de coronel por méritos de guerra.
La ruptura del frente permitió que la IV de Navarra se apoderase de Durango y de la
asolada Guernica y que, pese a la tenaz resistencia ofrecida por el Eusko Gudarostea, se
situase a finales de mayo prácticamente a la vista de Bilbao. Tomada esta ciudad por las
tropas franquistas el 19 de junio, la IV de Navarra la rebasó por el sur y se estableció a la
defensiva en la línea de Balmaseda.
En julio, para hacer frente a la ofensiva lanzada por el Ejército Popular de la República
al oeste de Madrid, la IV de Navarra marchó al Teatro de Operaciones de la Zona Centro,
interviniendo en las acciones que culminaron con la ocupación de Brunete el día 25.
A primeros de agosto, su unidad desplegó al norte de Burgos para iniciar la ofensiva
contra Cantabria. El 14 de agosto, rompió el frente y al día siguiente se apoderó de
Reinosa, prosiguiendo la marcha hacia Santander, donde entró el día 26. Cuatro días
después se dirigió hacia Unquera, resultando Alonso Vega herido grave. Aun sin estar
totalmente recuperado, retomó el mando de su Brigada, con la que ocupó Ribadesella y
continuó avanzando por el norte de Asturias, llegando a Gijón el día 21, momento en que
se dio por finalizada la campaña del Norte y su unidad, debido a la entidad que había
alcanzado, pasó a ser denominada 4.ª División de Navarra.
A finales de enero de 1938, la flamante División se trasladó al frente de Aragón para
531
intervenir en la batalla del Alfambra, iniciando después una vertiginosa marcha hacia el
este que culminaría con la ocupación de Benicarló y Vinaroz el 15 de abril, logrando
partir en dos el territorio leal a la República. Seguidamente, se dirigió hacia el sur,
tomando Castellón de la Plana el 14 de junio, quedando finalmente detenida en la sierra
de Espadán, frente a la línea fortificada XYZ, al norte de Sagunto el 25 de julio.
Ese mismo día, el Ejército del Ebro, mandado por el coronel Modesto, cruzó el Ebro por
la zona de Gandesa. Ante la situación sobrevenida, la 4.ª de Navarra fue trasladada al
sector de Amposta. Logrado el objetivo de contener a la XIV Brigada Internacional, se
incorporó a la acción principal en el área de Prat de Comte, interviniendo en las sucesivas
contraofensivas que culminaron con el asalto a la sierra de Pándols. Se dirigió después
hacia el norte y, tras durísimos combates, tomó Corbera y se situó en Ribarroja a mediados
de noviembre, momento en que las últimas unidades republicanas se replegaron al otro
lado del Ebro, dando fin a esta decisiva batalla.
Sin solución de continuidad, las tropas de Alonso Vega se incorporaron a la ofensiva
contra Cataluña, logrando apoderase de Valls en enero de 1939, de donde prosiguieron
hacia Martorell y Rubí y entraron en Barcelona el día 26. De allí se dirigieron a Gerona
y finalmente a la frontera francesa, en la zona de Port Bou, adonde llegaron a primeros
de febrero, siendo recompensado con el ascenso a general de brigada por méritos de
guerra.
Finalizada la campaña de Cataluña, la 4.ª División fue trasladada al frente de Toledo,
desde donde se lanzó en tromba a ocupar el sur de la provincia. El día 29, una vez
suspendidas las hostilidades, Alonso Vega recibió orden de llevar sus tropas a toda
marcha a Cartagena, llegando allí el 1 de abril, logrando copar a los responsables políticos
y tropas enemigas que confiaban en poder embarcar hacia Argelia.
Finalizada la guerra, el general Varela, ministro del Ejército, le nombró director general
de Enseñanza Militar, puesto que desempeñó hasta hacerse cargo de la Subsecretaría del
Ministerio del Ejército en agosto de 1940. En enero de 1942 fue promovido al empleo de
general de división y confirmado en su cargo. Un año después fue designado procurador
de las recién constituidas Cortes Españolas y en agosto de 1943 se hizo cargo de la
Dirección General de la Guardia Civil. En marzo de 1947 ascendió a teniente general y
continuó desempeñando el cargo hasta que, en junio de 1955, dejó de estar en activo y
quedó en situación de disponible.
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El 25 de marzo de 1957 fue nombrado ministro de la Gobernación, puesto que revestía
una extraordinaria importancia al depender de él en aquella fecha, aparte de Guardia Civil,
Policía y Tráfico, la gestión de la Administración Local, la Sanidad, la Asistencia Social,
el Correo y las Telecomunicaciones. Doce años después, en octubre de 1969, al cesar
como ministro, fue ascendido a capitán general del ejército.
Condecoraciones:
Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo (1942).
Gran Cruz del Mérito Militar (1943).
Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio (1955).
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/6732/camilo-alonso-vega
Adscripción: N+2
533
Azcona Arrivillaga, Antonio
Fecha de nacimiento: 15 de abril de 1904 - Pamplona
Fecha de defunción: 17 de diciembre de 1936 - Boadilla del
Monte (Madrid)
Empleo Julio 1936: Capitán Infantería
Destino Julio 1936: Batallón Cazadores Melilla 3-
Alhucemas
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su distinguido comportamiento al ofrecerse voluntario para el reconocimiento
ofensivo de los barrancos próximos a la línea de Morro Nuevo el 19 de septiembre de
1925, donde desalojo al enemigo en lucha cuerpo a cuerpo. Se le concedió la Medalla
Militar, según D.O. Número 254 de 6 de noviembre de 1929.
Carrera militar:
Se unió al bando sublevado, por lo que, según publicación en Diario Oficial del Ministerio
de Defensa Nacional, Barcelona, de 2 de febrero de 1938, causa baja del Ejército, después
de haber fallecido en diciembre de 1936.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: N+1
534
Burguete Reparaz, Manuel
Fecha nacimiento: 23 de abril de 1901- Madrid
Fecha defunción: 26 de febrero de 1937- Sevilla
Empleo Julio 1936: Capitán de la Guardia Civil
Destino Julio 1936: Retirado- Murcia
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su brillante comportamiento en la operación realizada el 18 de
septiembre de 1924 en el que formando la vanguardia de la columna organizada para
romper el cerco de la posición de Gorges, recibió la orden de avanzar para ocupar unas
rocas y, a pesar de haber sido herido, continuó hasta completar la ocupación. Ordenado
por el Mando que siguiese avanzando, para desalojar al enemigo de Hafa-el-Ma, recibe
un segundo balazo, que no le detiene y al frente de su sección, ya reducida pos las bajas
sufridas, ocupa el objetivo rechazando la violenta reacción hasta la llegada de refuerzos,
acreditando en todo momento extraordinario valor, gran habilidad en el manejo de su
tropa y elevado espíritu militar.
Se le concede la Medalla Militar por R.O. de 12 de diciembre de 1928 (D.O. de 13 de
diciembre de 1928)
Carrera militar:
Ingresa como Alumno en la Academia de Infantería en 1920, siendo promovido a Alférez
en 1922 y asciende a Teniente de Infantería por méritos de guerra en 1924. En 1927
ingresa en el Cuerpo de la Guardia Civil como Teniente, para retirarse el 1º de marzo de
1933. Se reincorpora al servicio en septiembre 1936.
En sus 14 años y 11 meses de servicio estuvo destinado como oficial de Infantería en el
Regimiento Cerdiñola, en el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Alhucemas
número 5 y en la Harka de Melilla en territorio marroquí desde 1923 hasta 1927. En ese
año pasa destinado al Batallón de Montaña Reus por un año y al Batallón de Montaña
Lanzarote por otro año.
A partir de 1928 que pasa a la Guardia Civil está destinado en la Comandancia de Segovia,
en la Dirección General por unos meses antes de pasar a la Guardia Colonial del Golfo
535
de Guinea. A su vuelta, en enero 1929, queda disponible en la Dirección General de la
Guardia Civil por 3 años, hasta 1932. Siendo destinado con posterioridad a la
Comandancia de Guadalajara y a la de Santa Cruz de Tenerife en el periodo de 1929 a
1932. En 1933 pasa a la situación de retiro con 28 años de edad y tras haber pasado por
un total de 18 destinos diferentes en el Ejército y en la Guardia Civil.
Comentarios:
En cumplimiento de la Orden 14 de octubre de 1936 (Gaceta número 289), se le concede
el reingreso en ese instituto de la Guardia Civil al Teniente don Manuel Burguete Reparaz
en el puesto y lugar que le corresponda y se le promueve al empleo de Capitán, con
efectividad de 14 de mayo de 1935, siendo colocado en la escala de los de su nuevo
empleo entre Federico Gómez Cotta (también miembro de la élite heroica) y D. Gabriel
Coronado Zaragoza. Al propio tiempo se dispone continúe en comisión en el mismo
destino que tenía en el empleo inferior, sin cesar en el mando de la columna de Milicias
que tiene conferido en el sector de Sierra Nevada (Granada). En diciembre del mimo año,
asciende a Comandante de la Guardia Nacional Republicana.
Su padre, Ricardo Burguete Lana, también miembro de la élite, al igual que su hermano
Ricardo -Laureado- que falleció antes de la Guerra Civil. Su otro hermano, Antonio,
también fallece fusilado durante la Guerra Civil.
Fuentes:
Hoja de servicios en Archivo General del Ministerio de Interior- Sección Guardia Civil.
Gaceta de Madrid. Núm. 291 de 17 octubre 1936, página 377
Gaceta de la República. Núm. 357 de 22 diciembre 1936, página 1080
Adscripción: R+2
536
Campos García, Juan
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Soldado Infantería
Destino Julio 1936: Desconocido
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su distinguido comportamiento el 19 de septiembre de 1921 formando parte de las
fuerzas de la posición de Timisar. Se le concedió la Medalla Militar, ocho años más tarde,
según D.O. Número 36 de 16 de febrero de 1929.
Carrera militar:
En 1934 era ingresado en el Hospital de Carabanchel por heridas a consecuencia de los
hechos ocurridos en Oviedo, estando destinado en el Tercio. No hay más referencias.
Comentarios;
La Medalla Militar es concedida ocho años más tarde de la fecha de los hechos por la que
se le concede.
Fuentes:
Galería Militar Contemporánea. Tomo VII. Quinta Parte, Servicio Histórico Militar,
Madrid, 1980.
Adscripción: No participa / No constatada
537
Domínguez Catalán, Juan
Fecha de nacimiento: 16 de septiembre de 1901 – Tarancón
(Cuenca)
Fecha de defunción: 21 de noviembre de 1969 – Tarancón
(Cuenca)
Empleo Julio 1936: Capitán Infantería
Destino Julio 1936: Brigada Infantería 14- Salamanca
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Ocupación Mote Malmusi el 23 de septiembre de 1925. Se le concede la Medalla Militar,
según D.O. Número 274 de 13 de diciembre de 1929.
Carrera militar:
Se suma al Ejército Nacional, pasando a ser destinado al Cuartel General del 7º Cuerpo
de Ejército en mayo de 1937. Continua carrera: General Brigada Infantería
Condecoraciones:
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: N+ 2
538
Franco Salgado Araujo, Francisco
Fecha de nacimiento: 16 de julio de 1890 - Ferrol (La Coruña)
Fecha de defunción: 21 de abril de 1975 - Madrid
Empleo Julio 1936: Comandante Infantería
Destino Julio 1936: Activo – Arsenal - Ferrol
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Se distingue en los numerosos combates en que interviene, mereciendo especial mención
en los de Yetinen, Anvar, Tugumtz, Tamasusin y Tizzi Assa, por lo que es premiado con
la Medalla Militar.
Carrera militar:
Ingresa en el Ejército como alumno de la Academia de Infantería de Toledo el 31 de
agosto de 1908. Al finalizar sus estudios, en julio de 1911, es promovido el empleo de 2.º
teniente y destinado al Regimiento de Infantería de Zamora n.º 8.
En 1912, formando parte del Regimiento de Infantería Mallorca n.º 13, participa en la
Campaña de Melilla. Asiste, entre otras, a las acciones de Tumiats y poblado de Zarrora,
obteniendo por los méritos que contrae en la mencionada campaña la Cruz de 1.ª Clase
del Mérito Militar con distintivo rojo y la Medalla de Melilla con los pasadores de Beni-
Bu- Gafar y Beni-Sidel.
Con el empleo de capitán es destinado en agosto de 1921 al Tercio de Extranjeros,
entrando en acción al mando de su compañía en la Guerra de Marruecos. Es herido en
Sidi-Hamet en la cabeza y en la posición de Sebt en la pierna izquierda, obteniendo la
Medalla de Sufrimientos por la Patria.
Se distingue en los numerosos combates en que interviene, mereciendo especial mención
en los de Yetinen, Anvar, Tugumtz, Tamasusin y Tizzi Assa, por lo que es premiado con
el ascenso a comandante por méritos de guerra, el 31 de julio de 1922, y con dos Cruces
Rojas del Mérito Militar de 1.ª Clase y la Medalla al Mérito Militar. A partir de febrero
de 1928 realiza las funciones de ayudante de campo del general Francisco Franco en los
sucesivos destinos de éste como director de la Academia General Militar, en la que Franco
Salgado- Araujo también fue profesor de Táctica y Armamento, jefe de la 15.ª Brigada
539
de Infantería, comandante militar de Baleares, jefe superior de las Fuerzas Militares de
Marruecos, comandante militar de Canarias y jefe del Ejército de África y de la Alta
Comisaría de España en Marruecos.
Al iniciarse la Guerra Civil (1936-1939), continúa como ayudante de campo del general
Franco, siendo nombrado además jefe de las Tropas de la Casa Militar y jefe de su
Secretaría Particular y Militar, cargo este último con el que continuará Franco Salgado-
Araujo hasta su fallecimiento en 1975.
Asciende a general de brigada en julio de 1941, y entre 1942 y 1943 ocupa los cargos de
presidente de la Junta Regional de Educación Física y Deportes, jefe de la Infantería
Divisionaria de la 11.ª División y 2.º jefe y subinspector de la Casa Militar de Franco. El
23 de diciembre de 1944 asciende al empleo de general de división y el 30 de enero de
1953 a teniente general. Es nombrado capitán general de la 5.ª Región Militar y jefe del
Cuerpo de Ejército V, y en febrero de 1954 se le designa para mandar la Casa Militar del
jefe del Estado.
Al pasar en 1956 al Grupo de Destino de Arma o Cuerpo, ocupa el cargo de
subgobernador 1.º del Banco de Crédito Local de España. En 1957 se declara de utilidad
para el Ejército su obra titulada Centinela de Occidente, Semblanza biográfica de
Francisco Franco, que recibe además, ese mismo año, el Premio Ejército.
Condecoraciones:
Estaba en posesión de innumerables condecoraciones nacionales y extranjeras; entre
otras:
Medallas de Plata de los Sitios de Zaragoza y Gerona
Medalla de Marruecos
Cruz del Mérito Militar con distintivo Blanco
Gran Cruz, Cruz y Placa, de San Hermenegildo
Medalla de la Campaña
Cruz Roja del Mérito Militar
Cruz de Guerra
Caballero de San Mauricio y San Lázaro de Italia
Cruz del Mérito de Guerra italiana
Cruz del Mérito de la Orden del Águila alemana
Cruz Blanca del Mérito Naval
540
Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco
Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica
Cruz Distinguida de 1.ª Clase de San Raimundo de Peñafort
Gran Cruz de la Orden Militar de Avia de Portugal
Gran Cruz de la Orden de Cisneros.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/69813/francisco-franco-salgado-araujo
Observaciones, comentarios:
Primo hermano de Francisco Franco. Obras literarias: Mi vida junto a Franco, Barcelona,
Editorial Planeta, 1976. - Mis conversaciones privadas con Franco
Adscripción: N+2
541
Gallego Gil, Gregorio
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Cabo Infantería
Destino Julio 1936: Desconocido
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su brillante comportamiento formando parte de la dotación del camión blindado en la
operación de repliegue de Xauen, desde el Zoco Arbáa hasta Ben-Karrich, el 10 de
diciembre de 1924. Se le concede la Medalla Militar, según D.O. Número 38 de 19 de
febrero de 1929.
Adscripción: No participa/ No constatada
542
García-Valiño y Marcén, Rafael
Fecha de nacimiento: 24 de octubre de 1898 - Toledo
Fecha de defunción: 29 de junio de 1972 - Madrid
Empleo Julio 1936: Comandante Infantería
Destino Julio 1936: Escuela Superior de Guerra - Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Combate de Ali-Fahal el 18 de diciembre de 1924. Se le concede la Medalla Militar,
según D.O. Número 125 de 11 de junio de 1929.
Carrera militar:
El 30 de agosto de 1913, con catorce años, ingresó por oposición en la Academia de
Infantería de Toledo, donde tendría como compañeros de promoción y condiscípulos a
Ramón Franco Bahamonde, Pablo Martín Alonso, Vicente Rojo Lluch y Juan Bautista
Sánchez González. En junio de 1916 recibió el despacho de segundo teniente y fue
destinado a Zaragoza, al Regimiento de Infantería Gerona n.º 22, del que en enero de
1918 marchó a Málaga, al Regimiento de Infantería Borbón n.º 17, donde le correspondió
ascender a primer teniente. En marzo de 1919 pasó al Regimiento de Infantería Serrallo
n.º 69, de guarnición en Ceuta, y dos meses después al Grupo de Fuerzas Regulares
Indígenas de Tetuán n.º 1, con el que intervino en diversas operaciones encuadrado en la
columna del general Sanjurjo. En marzo de 1920 se incorporó a la Mehala Jalifiana y, al
frente de una mía encuadrada en la columna del general Castro Girona, fue herido menos
grave en octubre. Evacuado al Hospital Militar de Ceuta, completó su convalecencia en
Madrid, ciudad en la que permaneció casi tres años, los dos últimos en la Escuela Central
de Tiro.
Ascendido por antigüedad a capitán en junio de 1923, pasó dos meses en Gerona, en el
Regimiento de Infantería Asia n.º 55, y otros dos en La Seo de Urgel, en el Batallón de
Cazadores de Montaña Alfonso XII n.º 15, antes de volver a ser destinado al Grupo de
Regulares de Tetuán en diciembre de 1923, entonces al mando del teniente coronel
Campins. Una nueva herida de guerra forzó su evacuación a Madrid en agosto de 1924.
Tras reincorporarse a su tabor, protegió con la columna del general Núñez de Prado la
llamada campaña de repliegue de Xauen ordenada por el presidente del Directorio,
543
general Primo de Rivera, acción recompensada con la Medalla Militar individual.
En agosto de 1925 fue destinado a la Mehala Jalifiana de Tetuán n.º 1 y, al mando de su
III Tabor, intervino en la defensa de Kudia Tahar. Su brillante actuación le valió ser
propuesto para la laureada de San Fernando, que no llegó a concedérsele. Trasladado en
comisión a la Harka de Tetuán, embarcó hacia Alhucemas para participar en el
desembarco dirigido por Primo de Rivera. Su decisiva contribución a la ocupación de la
cabeza de playa fue recompensada con la Cruz de María Cristina, la más alta recompensa
al valor después de la laureada de San Fernando. En diciembre pasó a la plantilla de dicha
unidad y, encuadrado su tabor en las columnas de los tenientes coroneles Álvarez Coque
y Sáenz de Buruaga, participó en diversos hechos de armas en Gomara, siendo por tercera
vez herido y evacuado a Tetuán. Mientras se encontraba hospitalizado, recibió la noticia
de su ascenso a comandante por méritos de guerra.
En julio de 1926, se le concedió el mando del III Tabor del Grupo de Fuerzas Regulares
Indígenas de Tetuán n.º 1. Encuadrado en la columna del general Amado Balmes,
contribuyó decisivamente a la recuperación de Dar Akobba en agosto. En enero de 1927
fue destinado a la Mehala de Larache, asignándosele el mando del Grupo de Harkas, con
el que, a las órdenes de los tenientes coroneles Martín Alonso y Asensio Cabanillas,
participó en las operaciones que condujeron a la total pacificación de zona más occidental
del Protectorado, por las que se le concedió otra Cruz de María Cristina. Llegada la paz,
continuó otros dos años en la Mehala, en el campamento de Arcila, efectuando numerosos
reconocimientos por la zona para supervisar la total sumisión de las cabilas, en
colaboración con el Grupo de Regulares de Larache n.º 3, que por entonces mandaba el
coronel Yagüe.
En febrero de 1930 fue destinado por segunda vez a la Escuela Central de Tiro.
Transcurrido un año, regresó a la Mehala de Tetuán, donde se le comunicó que su ascenso
a comandante por méritos de guerra había sido anulado y quedaba postergado hasta que
le correspondiese ascender por antigüedad. En 1935, José María Gil Robles, derogó el
decreto de anulación de ascensos por méritos de guerra de Azaña, y García Valiño
recuperó el puesto que anteriormente ocupaba en el escalafón. Casi simultáneamente,
aprobó la oposición de ingreso en la Escuela Superior de Guerra, a la que se incorporó en
octubre para iniciar los estudios necesarios para obtener el diploma de Estado Mayor.
Se encontraba de vacaciones en Zarauz en julio de 1936 cuando, nada más conocer el
544
golpe contra el gobierno del Frente Popular, se dirigió a Pamplona para ponerse a las
órdenes del general Mola, con quien había coincidido varias veces en Marruecos.
Decidido Mola a impedir la entrada de armas por el paso fronterizo de Irún, le confió el
mando de una columna integrada por cuatro compañías de requetés, con la que, junto con
las del coronel Beorlegui y del teniente coronel Los Arcos, avanzó por el valle del
Bidasoa. A finales de agosto, situado en vanguardia del dispositivo, logró apoderarse del
monte de San Marcial, donde resultó herido grave, siendo evacuado a Pamplona. El 18
de diciembre, todavía convaleciente de su herida, ascendió a teniente coronel por
antigüedad. En el invierno de 1937, con los efectivos de las citadas columnas, organizó
la I Brigada Navarra, que desplegó al este de Vizcaya. El 31 de marzo, el Ejército del
Norte inició la ofensiva que le permitiría apoderarse de toda la cornisa cantábrica a lo
largo de los siguientes meses. Tras la ruptura del frente, la I de Navarra logró posicionarse
en el puerto de Urquiola, lo que puso en sus manos Durango y Guernica, recién
bombardeada por la aviación alemana. Los violentos combates librados durante el mes de
mayo permitieron la aproximación al llamado Cinturón de Hierro. Una vez rebasado este,
los requetés de García Valiño entraron en Bilbao el 19 de junio sin encontrar resistencia,
prosiguiendo la marcha hacia el oeste hasta el límite de Cantabria. Este ciclo de
operaciones le valió el ascenso a coronel por méritos de guerra.
En agosto la I de Navarra marchó en ferrocarril hacia el norte de Palencia para proceder
a la ocupación de Santander. Mediante una vertiginosa maniobra, entró en Torrelavega el
día 24 y continuó avanzando por la costa hacia Asturias, llegando a Llanes y a Ribadesella
a finales de septiembre. Finalizada la campaña del Norte el 21 de octubre, su brigada se
trasladó en barco de Gijón a Bilbao, de donde marchó a Pamplona para reorganizarse. En
noviembre recibió la denominación de 1.ª División de Navarra y el 19 su jefe fue
recompensado con una segunda Medalla Militar individual.
En el ataque y defensa de La Muela, la 1.ª División de Navarra sufrió 2.185 bajas por
arma de fuego y otras 2.400 por congelación, por lo que fue retirada del frente. Trasladada
a Monreal del Campo y convenientemente reorganizada, en febrero intervino en la batalla
del Alfambra, cuyo favorable desenlace permitió realizar la maniobra de envolvimiento
que terminó con la recuperación de Teruel. En marzo y abril, García Valiño, puesto al
frente de una agrupación de divisiones, avanzó vertiginosamente por el sur del Ebro hasta
Gandesa, de donde se dirigió a Amposta y finalmente a San Carlos de la Rápita, a orillas
545
del Mediterráneo.
En febrero de 1939 fue recompensado con el ascenso a general de brigada por méritos de
guerra. A primeros de marzo, se trasladó con su unidad a la zona de Toledo y durante los
últimos días de la guerra se encargó de ocupar militarmente la parte sur de dicha provincia
y la de Ciudad Real.
En enero de 1947 ascendió a teniente general cuando ya el general Dávila estaba a cargo
del Ministerio del Ejército y Franco le nombró consejero nacional de FET y de las JONS
en 1949. Hasta mayo de 1950 permaneció en el mismo puesto, fecha en que fue nombrado
capitán general de la VII Región Militar, con cabecera en Valladolid. En septiembre de
ese año y en el contexto de los acercamientos de las Fuerzas Armadas estadounidenses al
régimen franquista, con la mirada puesta en la concesión de bases en la península, presidió
la comisión enviada a la República Federal Alemana para visitar diversas instalaciones
militares.
El fallecimiento en marzo de 1951 del general Varela condicionó su nombramiento como
alto comisario y jefe de las Fuerzas Militares de Marruecos. Durante los siguientes cinco
años dirigió la Escuela Superior del Ejército, hasta que, en febrero de 1962, se hizo cargo
de la Capitanía General de la I Región Militar. En 1964 fue designado consejero del Reino
y consejero nacional del Movimiento y, a finales de ese año, cesó en el cargo de capitán
general al dejar la situación de actividad por cumplir la edad reglamentaria.
Condecoraciones:
Caballero Gran Cruz de la Orden de San Lázaro de Jerusalén
Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica
Caballero Gran Cruz de la Orden de Carlos III
Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo
Gran Cruz de la Orden de Cisneros al mérito político
Gran Cordón de la Real Orden Alauita
Medalla de Oro de la Ciudad de Ceuta.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/10446/rafael-garcia-valino-y-marcen
Adscripción: N+2
546
Héctor Vázquez, José
Fecha de nacimiento: 2 de julio de 1903 - Sevilla
Fecha de defunción: 11 de junio de 1977 - Madrid
Empleo Julio 1936: Capitán de Caballería
Destino Julio 1936: Regimiento Taxdir- Sevilla
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Carrera militar:
En 1919 ingresó en la Academia de Caballería, y en 1922 fue destinado como alférez al
Regimiento de Cazadores Alfonso XII. En 1923 fue ascendido a teniente y destinado al
Regimiento de Cazadores de Alcántara número 14 de Melilla, unidad reconstruida
después del desastre de Annual. De allí se incorporó a la Mehal·la Khalifiana y en 1925
se distinguió en la acción de Morro Viejo, por lo que le fue concedida la Medalla Militar.
Ascendido a capitán, fue nombrado profesor de equitación y 1927 destinado a Sevilla.
Formaba parte del equipo olímpico español de equitación. El golpe de Estado del 18 de
julio le sorprendió en Berlín, ya que iba a participar en los Juegos Olímpicos de verano
de 1936. Volvió a España y se unió al bando nacional, poniéndose a las órdenes de
Francisco García Escámez en Pamplona. Al acabar la guerra civil española fue ascendido
a teniente coronel y nombrado profesor de la Escuela de Estado Mayor. En 1949 fue
ascendido a coronel y en 1953 a general de brigada, año en que se le confió el mando de
la Brigada Mixta de Caballería de Marruecos. En 1958, recién ascendido a general de
división, fue destinado a la guerra de Ifni, donde fue nombrado gobernador general del
Sahara Español. En esta calidad fue responsable del acuerdo con el general francés
Gabriel Bourgund que permitió la expulsión de los rebeldes del Ejército de Liberación
Marroquí. En enero de 1962 fue ascendido a teniente general y nombrado Capitán General
de Canarias, cargo que ocupó hasta julio de 1969. En 1973 pasó a la situación de Reserva.
Fuentes:
CANALES TORRES, Carlos; DEL REY VICENTE, Miguel. Breve Historia de la guerra de
Ifni-Sahara. Ediciones Nowtilus S.L., 2010, p. 288.
Adscripción: N+2
547
Juanola Durán, Lorenzo
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: 15 de noviembre de 1966
Empleo Julio 1936: Suboficial de Ingenieros
Destino Julio 1936: Desconocido
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Hechos heroicos de la tripulación del Blindado nº 6 al mando del sargento Lorenzo
Juanola Durán, en la campaña de Marruecos, en el territorio de Melilla, el 10 de diciembre
de 1924, particularmente en el repliegue de la línea de Xauen. Estos hechos fueron
difundidos por la prensa española de la época y puestos de ejemplo en la mayoría de las
arengas que se daban a las tropas para levantar la moral de las mismas. Se le concedió la
Medalla Militar, según D.O. Número 36 de 16 de febrero de 1929.
Fuentes:
Galería Militar Contemporánea. Tomo VII. Parte Quinta. Servicio Histórico Militar.
1980. Página 274
http://depersonasyrecursos.blogspot.com/2017/01/la-sublime-arenga-del-ejemplo.html
Adscripción: No participa/ No constatada
548
Llorente Solá, Rafael
Fecha de nacimiento: 25 de febrero de 1893 - Madrid
Fecha de defunción: 7 de febrero de 1948
Empleo Julio 1936: Comandante Ingenieros (piloto aviador)
Destino Julio 1936: Activo - Oficina Mando - Aviación -
Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su actuación en Marruecos en los años 1921 a 1923 se le concedió la Medalla Militar
individual, por Orden del 26 de junio de 1923, que le fue impuesta solemnemente en el
aeródromo de Tauima (Melilla) el 13 de julio.
Carrera militar:
Ingresó en la Academia Militar de Ingenieros el 1 de septiembre de 1907, ascendió a 2.º
teniente alumno el 9 de septiembre de 1912 y a primer teniente de Ingenieros el 26 de
junio de 1915. Al terminar sus estudios fue destinado al Regimiento de Ferrocarriles, al
que no llegó a incorporarse, pues dieciocho días después se le cambió el destino al
Regimiento Mixto de Ingenieros de Ceuta, concretamente a la 3.ª Compañía de
Zapadores. Por disolución de dicho regimiento en 1917, Llorente pasó a la Comandancia
Mixta de Ingenieros de Ceuta. En recompensa a su actuación en el sector de Ceuta, a
finales del año 1916 se le había concedido la Cruz de 1.ª Clase del Mérito Militar, con
distintivo rojo, por el período de operaciones de mayo de 1915 a fin de julio de 1916; y
en 1917 se le concedería la Medalla Militar de Marruecos, con pasador Tetuán.
Por Real Orden de 31 de agosto de 1917 fue destinado al Servicio de Aeronáutica, al que
se incorporó el 8 de octubre en Guadalajara, donde efectuó dos ascensiones en globo
esférico y un vuelo en aeroplano antes de acabar el año. Por Real Orden Circular de 22
de mayo de 1918 se le declaró apto para el ascenso a capitán y ese mismo día inició su
participación en la Escuela Práctica de Aerostación, que se desarrolló en dos fases, en
Guadalajara y Navarra. Durante 1918 realizó siete vuelos en aeroplano como tripulante y
ocho ascensiones en globo esférico (3.ª a 10.ª) y otras varias en globo cautivo; en dos de
las subidas en globo libre lo hizo como piloto y en una de ellas yendo sólo en la barquilla,
549
lo que le valió la concesión del título de piloto de esférico de 2.ª categoría.
Promovido a capitán el 8 de marzo de 1919, poco después fue destinado al Regimiento
de Zapadores de San Sebastián, al que se incorporó en abril. En diciembre de 1919 superó
el reconocimiento médico reglamentario y el 21 de enero de 1920 [Diario Oficial (DO),
n.º 26] fue nombrado alumno de la llamada promoción larga de pilotos. Le correspondió
efectuar el curso en Zaragoza en donde se incorporó el 1 de abril de 1920 y simultaneó
su condición de alumno con la de delegado de la Comandancia de la Escuela en la
construcción de las obras del aeródromo.
Comenzó el adiestramiento para piloto de cazas en Los Alcázares, en febrero y marzo de
1922, volando en los Breguet Br-14 de ametralladora Breda y motor Fiat, y practicando
el tiro sobre blancos remolcados. El 21 de marzo de 1922 Llorente se incorporó en Melilla
a la 2.ª Escuadrilla Bristol y se hizo notar en las operaciones de reconquista de los
territorios al oeste del río Kert. El 12 de junio de 1922, llevando de observador a Barberán,
descubrieron el avión del capitán García de la Peña, derribado en territorio enemigo dos
días antes; aterrizaron en sus proximidades y lo fotografiaron, pudiendo despegar antes
de que se acercara un grupo de jinetes enemigos. En 1922 Llorente se hizo cargo del
mando de la 2.ª Escuadrilla Bristol, en el período julio-agosto de forma accidental, y a
partir del 1 de noviembre en propiedad, en agosto efectuó un levantamiento fotográfico
del territorio entre los ríos Kert y Nekor.
En la Orden General de la Comandancia General de Melilla del 13 de diciembre de 1922,
se le cita como distinguido en el período de operaciones comprendido entre el 14 de
febrero y fin de julio del año en curso. En la primavera de 1923 tuvo una actuación
destacada en las operaciones de Tafersit y Tizzi Assa, especialmente en los días 25 y 31
de mayo y 5 de junio. En esta última jornada llevaba de observador al teniente coronel
Kindelán; en la tercera pasada a las posiciones enemigas Kindelán fue herido en el brazo,
con gran derrame de sangre. Llorente aterrizó a muy corta distancia de las líneas
avanzadas y Kindelán fue llevado al equipo quirúrgico de vanguardia.
A finales de 1924 asistió en Los Alcázares al curso de jefes de grupo y escuadrilla, que
terminó en Cuatro Vientos en febrero de 1925. El 2 de noviembre de 1924 fue
seleccionado para asistir en París al curso superior de la Escuela Aeronáutica y de
Construcciones Mecánicas, en la que permaneció hasta obtener el título el 27 de agosto
de 1925. Poco antes se le había concedido el título de observador de aeroplano y un mes
550
de permiso en Inglaterra para apoyar las demostraciones prácticas del autogiro inventado
por el ingeniero Juan de la Cierva. A su vuelta a España a finales de agosto fue nombrado
jefe de la Escuadrilla de la Sección de Experiencias y fue agregado a la Cruz Roja
Española para organizar un servicio de transporte de heridos en Marruecos,
incorporándose a Melilla el 21 de septiembre, poco después del desembarco en
Alhucemas, que marcaría un punto de inflexión en las perspectivas militares españolas.
En noviembre se le ordenó incorporarse al curso de hidroaviones de Los Alcázares, en
donde se presentó el 17 de dicho mes. Terminado el curso, el 5 de febrero de 1926 fue
destinado al Primer Regimiento de Aviación (Getafe) y el 13 del mismo mes a la base de
hidroaviones de Atalayón (Melilla), en donde se hizo cargo de la jefatura de la base y del
mando de la escuadrilla Dornier Wal.
Por Real Orden de 8 de mayo (DO, n.º 105) fue ascendido a comandante de Ingenieros
por méritos de guerra, reconociéndosele una antigüedad de 1 de julio de 1923.
Por Real Decreto de 13 de julio de 1926 se creó la escala de Aviación, en la que los
aviadores se ordenaron por las nuevas categorías aeronáuticas y Rafael Llorente fue
clasificado como jefe de grupo.
Por Real Orden Comunicada de 4 de mayo de 1927 (DO, n.º 100) se le concedió la Cruz
de 1.ª Clase del Mérito Militar con distintivo rojo, por el 6.º período de operaciones; y el
1 de octubre se le concedió la Cruz de la Orden Militar de María Cristina por el año que
mediaba entre el 1 de octubre de 1925 y el 30 de septiembre de 1926. El 19 de septiembre
de 1926 la Jefatura Superior de Aeronáutica le destinó a los servicios de instrucción para
el mando y dirección de la Escuela de Tiro y Bombardeo Aéreo de Los Alcázares. En
noviembre de 1927 Llorente fue nombrado representante de la Aeronáutica Militar en la
comisión técnica encargada del estudio para el establecimiento del aeropuerto nacional
en Galicia. El 6 de octubre de 1928, en un vuelo de Los Alcázares a Melilla, tuvo que
tomar agua por avería en el motor, cerca del cabo Tres Forcas, permaneciendo en el mar
hasta la mañana del siguiente, día en que fue recogido por un barco francés que lo remolcó
a Alhucemas. Llorente causó baja en el Servicio de Aviación y en noviembre fue
destinado a la Comandancia de Obras y Reserva de Mahón.
El 10 de enero de 1929 volvió al Servicio de Aviación, al Grupo de Hidros de la Península,
y en comisión a la Escuadra de Madrid, al mando del 21º Grupo de Reconocimiento. En
octubre y noviembre realizó el Curso de Observador de Aerostación y participó en las
551
maniobras tácticas de ese servicio.
El 12 de noviembre de 1930 se le confirió una comisión de servicio para viajar desde La
Coruña a Lisboa (Portugal) en el hidroavión gigante alemán Dornier Do X, que
desempeñó del 20 al 30 del mismo mes. Exiliado el general Primo de Rivera, desapareció
la prohibición de renuncia de ingenieros y artilleros a los ascensos por méritos de guerra,
y Rafael Llorente se apresuró a solicitarla. Recibió a cambio la Cruz de 1.ª Clase del
Mérito Militar con distintivo rojo (Real Orden de 31 de diciembre, DO, n.º 1, de 1931).
Como resultado de la sublevación de Cuatro Vientos, en 1931 desaparecieron la Jefatura
Superior de Aeronáutica, la escala propia de Aviación y las categorías aeronáuticas. En
febrero de este año Llorente volvió a causar baja en el Servicio de Aviación, a petición
propia.
Destinado sucesivamente al Grupo de Ingenieros de Menoría y al Regimiento de
Ferrocarriles n.º 1, no se incorporó a estos destinos por estar efectuando el curso de
preparación para el ascenso a comandante.
Por Orden del 22 de abril volvió al Servicio de Aviación y fue destinado a los Servicios
de Material, como jefe de los Talleres Centrales, que pasaron a llamarse Parque Central
a partir de diciembre.
El 1 de agosto de 1934 fue nombrado director jefe de la Escuela de Observadores de
Cuatro Vientos y el 8 de enero de 1935 fue trasladado a Los Alcázares, a la jefatura de la
Escuela de Tiro y Bombardeo Aéreo, y del Grupo de Hidros de la Península. En octubre
de 1935 y en enero-febrero de 1936 se le concedieron dos comisiones de servicio a
Francia para visitar establecimientos de la industria aeronáutica y estudiar nuevos tipos
de aviones y material aéreo.
El 1 de marzo de 1936 pasó destinado a la Oficina de Mando, a su 5.º Negociado donde
le sorprendió el golpe de Estado. El Gobierno lo dejó cesante en julio y lo encarceló el 1
de octubre de 1936. Al terminar la campaña de Cataluña se le trasladó a Francia el 7 de
febrero de 1939 y cuatro días después cruzó la frontera y se presentó al ejército de los
sublevados. En marzo fue destinado al Cuartel General del Aire, en San Martín de
Valdeiglesias, el 26 de este mes fue nombrado enlace aéreo en el Cuerpo de Ejército de
Navarra, el 13 de abril recibió orden de incorporarse a la 6.ª Sección de Estado Mayor del
Aire y el 17 de mayo reingresó en el Arma de Aviación (Boletín Oficial, n.º 144).
Creado el Ejército del Aire, Llorente fue nombrado el 4 de septiembre de 1939 jefe de la
552
Escuadra de bombarderos bimotores Tupolev SB-2 Katiuskas y del aeródromo de Los
Llanos (Albacete).
Ingresado en la Escala del Aire del Arma de Aviación, en febrero de 1940 ascendió a
teniente coronel, con antigüedad de 18 de abril de 1938, y quedó disponible en la 3.ª
Región Aérea. A continuación, se le encomendó el mando del Regimiento Mixto n.º 2,
basado en el Norte de África y con su jefatura en Melilla, adonde se incorporó el día 1 de
noviembre. En dicho Regimiento se encuadraban el 27 Grupo Mixto de Caza (Fiat G-50
y Heinkel He 112), el 43 Grupo de Reconocimiento (Polikarpov R.Z Natacha y Grumman
Delfín), la 51 Escuadrilla de hidros Dornier Wal y la 41 patrulla de Henschell Hs 126.
Unos días después, el 8 de noviembre de 1942, las fuerzas aliadas desembarcaron en
Marruecos y Argelia, poniendo en una difícil posición al Regimiento Mixto n.º 2. Las
fuerzas ítalo-alemanas de Túnez se rindieron el 13 de mayo de 1943, con lo que finalizó
la guerra en el Norte de África.
Llorente se hizo cargo en 1943 del mando accidental de la zona aérea de Marruecos en
diversas ocasiones y a partir del 25 de noviembre en propiedad (BOA, n.º 141), sin
perjuicio de su asistencia al Curso de Mandos Superiores impartido en la Escuela Superior
del Ejército, que se prolongaría hasta julio de 1944.
Acabada ya la Segunda Guerra Mundial, Rafael Llorente ascendió a general de brigada
(Decreto de 19 de octubre de 1945 (BOA, n.º 109) y fue nombrado jefe de la Región
Aérea de Levante, con sede en Valencia, cargo que asumía el día 29 del mismo mes. En
abril de 1946 acompañó al general Franco en su visita a las provincias de Murcia y
Alicante, con motivo de las inundaciones del bajo Segura.
Por Decreto de 20 de febrero de 1948 (BOA, n.º 30) ascendió a general de división en
consideración a hallarse en posesión de la Medalla Militar individual.
Condecoraciones:
Cruz de 1.ª Clase del Mérito Militar / Medalla Militar de Marruecos, con pasador Tetuán
Cruz de 1.ª Clase del Mérito Militar con distintivo rojo / Cruz de la Orden Militar de
María Cristina / Cruz de 1.ª Clase del Mérito Militar con distintivo rojo /Gran Cruz de
San Hermenegildo,
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/26524/rafael-llorente-sola
Adscripción: N+2
553
Martín Alonso, Pablo
Fecha de nacimiento: 10 de julio de 1896 - Ferrol (La
Coruña)
Fecha de defunción: 11 de febrero de 1964 - Madrid
Empleo Julio 1936: Teniente Coronel Infantería
Destino Julio 1936: Regimiento Zamora- La Coruña
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
En octubre de 1928 se le concedió la Medalla Militar individual como recompensa al
valor demostrado en Alhucemas y en marzo de 1929 fue nombrado ayudante de órdenes
de Alfonso XIII, puesto que desempeñaba cuando, como colofón de sus largos servicios
prestados en Marruecos, recibió la Cruz de María Cristina. (D.O. núm. 35 de 15 de febrero
de 1929)
Carrera militar:
El 28 de agosto de 1911, recién cumplidos los quince años, ingresó por oposición en la
Academia de Infantería de Toledo, donde tendría como condiscípulos a Carlos Asensio
Cabanillas, Ramón Franco Bahamonde, Vicente Rojo Lluch y Juan Bautista Sánchez
González. El 25 de junio de 1914 recibió el despacho de segundo teniente y fue destinado
al Regimiento de Infantería Zamora n.º 8 de guarnición en su ciudad natal. Un año
después, probablemente inducido por su paisano, el teniente Camilo Alonso Vega, que
acababa de llegar a su mismo regimiento procedente del Protectorado de Marruecos, pidió
traslado al Regimiento de Infantería Ceuta n.º 60, con el que, encuadrado en la columna
mandada por el teniente coronel Sanjurjo, participó en algunas operaciones en las
inmediaciones de Ceuta y Tetuán dirigidas a sofocar la rebelión encabezada por El
Mizián.
En junio de 1916 le correspondió ascender a primer teniente y en agosto obtuvo destino
en el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta n.º 3, siendo su tabor, que mandaba
el laureado comandante Santiago González-Tablas, destacado a guarnecer las posiciones
fortificadas que defendían esta ciudad. Durante los siguientes tres años participó en
diversos combates en la zona de la Yebala, resultando herido grave en el librado en Kudia
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Rauda, al oeste de Tetuán, en junio de 1919. Evacuado al Hospital Militar de Ceuta y
posteriormente al de la Princesa de Madrid, solicitó traslado al Regimiento de Infantería
Ferrol n.º 65 al objeto de terminar su convalecencia en casa de sus padres.
En febrero de 1920 obtuvo destino en Madrid, en el Batallón de Instrucción de Infantería,
donde le correspondió ascender a capitán por antigüedad a primeros de junio, siendo de
nuevo destinado a Regulares de Ceuta. A lo largo de este año, encuadrado sucesivamente
en las columnas del teniente coronel Orgaz, del general Navarro y del teniente coronel
Castro Girona, intervino en numerosas operaciones contra las huestes del Raisuni en el
área de influencia de Tetuán y participó en la ocupación de Xauen en octubre.
En 1921, continuó operando en la misma zona, encuadrado en la columna del general
Sanjurjo, hasta que el 16 de agosto, debido al desastre de Annual, dicha columna embarcó
con destino a Melilla para intentar levantar el sitio al que la sometía Abd el Krim y
reconquistar su zona de influencia, logrando recuperar Nador el 17 de septiembre. En
octubre regresó con su unidad a Ceuta y reinició los combates en esta zona. Formando
parte de la columna del coronel Serrano Orive, resultó herido muy grave el 15 de
diciembre en la toma de Ayalia, teniendo que ser evacuado al Hospital de la Cruz Roja
de Tetuán y en enero de 1922 al Central de la Cruz Roja en Madrid. A finales de abril se
reincorporó a su tabor en Ceuta y a partir de julio, con la columna del coronel Saliquet,
comenzó de nuevo a operar en la zona de la Yebala, pero en agosto, a causa de las secuelas
de su herida, marchó a Ferrol con licencia por enfermo, donde permaneció hasta finales
de noviembre. Reincorporado a su unidad, volvió a intervenir en distintas operaciones
hasta que en julio de 1923 pasó destinado al Regimiento de Infantería Aragón n.º 21, de
guarnición en Zaragoza, ciudad de la que era gobernador militar el general Sanjurjo.
En mayo de 1924, se trasladó a Marruecos en comisión para integrarse en calidad de
ayudante de órdenes en el Cuartel General de Sanjurjo, a quien Primo de Rivera había
nombrado comandante general de Melilla. Continuaba desempeñando esta comisión
cuando en diciembre se le comunicó su ascenso a comandante por méritos de guerra. En
julio de 1925 viajó con Sanjurjo a Tetuán para asistir a la conferencia hispano-francesa,
donde se planificó el desembarco de Alhucemas y de nuevo a la convocada por Primo de
Rivera en Algeciras en agosto, para concretar los detalles de dicha operación. En
septiembre fue destinado a la Mehala Jalifiana de Melilla n.º 2, con la que intervino en el
citado desembarco el día 9 bajo las órdenes del coronel Franco y a continuación hizo
555
frente a los violentísimos contraataques de las huestes de Abd el Krim que se prolongaron
hasta finales de octubre. El 3 de noviembre, Sanjurjo fue nombrado Alto Comisario de
España en Marruecos y jefe superior de las fuerzas allí desplegadas, y Martín Alonso pasó
a desempeñar el cargo de ayudante de campo y secretario suyo, estableciéndose en
Tetuán. Durante los siguientes meses se convirtió en la sombra de Sanjurjo, al que
acompañó en todas sus visitas a los frentes y a las reuniones con las autoridades francesas
en Rabat para coordinar la actuación de ambos ejércitos hasta que, en septiembre de 1926,
ascendió a teniente coronel por los méritos contraídos en las operaciones derivadas del
desembarco de Alhucemas.
En octubre se le puso al mando del Batallón de Cazadores de África n.º 8, destacado en
Larache, A partir de ese momento intervino en las operaciones dirigidas a doblegar la
resistencia de El Raisuni en La Yebaja, encuadrado inicialmente en la columna del
coronel Luis Castelló, después al frente de una columna propia formada por regulares y
legionarios y finalmente en la del coronel Amado Balmes. En julio de 1927 se le confió
el mando del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Tetuán n.º 1, con el que, bajo las
órdenes de los coroneles Mola y Asensio Torrado, intervino en las operaciones que
pusieron término a la larguísima campaña de ocupación militar del Protectorado.
Al proclamarse la República en abril de 1931 pasó a la situación de disponible forzoso en
Madrid, en la que prometió por su honor ser leal a la recién proclamada República,
obedecer sus leyes y defenderla con las armas, promesa que muy pronto vulneraría, y a
finales de junio se trasladó a Teruel para mandar la Caja de Reclutas n.º 34, oscuro puesto
que aparejaba el de comandante militar de aquella provincia.
En agosto de 1932, participó activamente en el frustrado golpe de Estado encabezado por
su antiguo valedor, el general Sanjurjo, con la pretensión de restaurar la Monarquía.
Azaña decretó su separación del Ejército y le deportó a Villa Cisneros, de donde logró
huir a Portugal a finales de ese año. Sin embargo, en abril de 1935, cuando el general
Franco, que, aparte de ser paisano suyo, había combatido con él en Marruecos en
numerosas ocasiones y valoraba su relevante actuación, fue nombrado jefe del Estado
Mayor Central, le concedió la vuelta al servicio activo sin pérdida de antigüedad en el
empleo y le confió el mando del Batallón de Cazadores de Chiclana n.º 3, de guarnición
en Figueras.
En enero de 1936 le correspondió ascender a coronel por turno de antigüedad y, tras una
556
breve estancia en Madrid, fue destinado a mandar el Regimiento de Infantería n.º 8, al
que se incorporó en La Coruña el 10 de febrero, el lunes anterior a la celebración de las
elecciones generales en las que la coalición electoral del Frente Popular obtuvo una
amplia mayoría parlamentaria.
Nada más conocer lo sucedido en Marruecos el 18 de julio, el coronel Martín Alonso,
apoyado por la mayor parte de la oficialidad, detuvo a los generales Salcedo, jefe de la
VIII División Orgánica, y Caridad Pita, comandante militar de La Coruña, y declaró el
estado de guerra en toda Galicia. Tras ocuparse hasta mediados de agosto en neutralizar
los escasos focos de resistencia en la región, Mola le puso al frente de las columnas con
las que el 27 de octubre logró romper el cerco de Oviedo, de cuya guarnición y defensa
se hizo cargo. Durante el resto del año 1936 y hasta octubre de 1937, continuó
combatiendo en Asturias, a cuya ocupación por el Ejército del Norte contribuyó desde
finales de septiembre de este último año.
A primeros de noviembre, una vez finalizada la campaña del Norte, Franco puso a su
cargo la recién constituida 83 División del Cuerpo de Ejército de Galicia, con la que
marchó a las inmediaciones de Huesca. En enero de 1938 se trasladó al frente de Teruel,
siendo su actuación decisiva en la batalla del Alfambra y en la toma de Teruel en febrero.
En marzo, una vez ascendido a general de brigada, la 83 División ocupó su base de partida
al norte de esta provincia para iniciar la espectacular explotación del éxito que terminaría
a orillas del Mediterráneo a mediados de abril. Seguidamente, se dirigió hacia el sur,
tomando Castellón de la Plana el 14 de junio. A partir de ese momento, la progresión se
hizo más difícil y quedó definitivamente detenida frente a la Línea XYZ, fortificación
con la que el general Miaja logró evitar la pérdida de Valencia, y después interrumpida
por el inicio de la batalla del Ebro el 25 de julio.
En agosto, Martín Alonso fue nombrado gobernador militar de Asturias, territorio en que
rechazó los numerosos intentos de la República por recuperarlo durante el resto de aquel
año y los primeros meses de 1939. En marzo de este año, volvió a ponerse al frente de la
83 División, todavía desplegada en Castellón, y se dirigió por mar a Cartagena, al objeto
de copar a la flota republicana, objetivo que no llegó a conseguir, viéndose obligado a
regresar a Castellón, desde donde partió para apoderarse de Sagunto y Valencia.
Finalizada la guerra, se hizo cargo de la Capitanía General de Galicia, regresando a
Valencia a finales de mayo para ponerse al frente del Cuerpo de Ejército de Galicia,
557
encargado de sofocar los últimos restos de resistencia en la región levantina, y en agosto
fue nombrado gobernador militar de Asturias para realizar el mismo cometido. En octubre
de 1939 se trasladó a Madrid para contraer matrimonio con Livia Falcó y Álvarez de
Toledo, marquesa de Villatorcas e hija de los duques de Fernán Núñez; la boda constituyó
el primer gran acontecimiento social madrileño tras la guerra y firmaron como testigos
del novio los generales Alonso Vega, Millán-Astray, Moscardó, Muñoz Grandes, Orgaz,
Solchaga, Varela y Yagüe (ABC, 27.X.1939, p. 10). De este enlace nacerían dos hijos:
Silvia y Pablo.
En enero de 1941, Varela, ministro del Ejército, puso a su cargo la Dirección General de
Enseñanza, puesto en que ascendió a general de división en julio de ese mismo año. En
octubre de 1944, siendo ya ministro del Ejército el general Asensio Cabanillas, se le
comisionó para mandar la Agrupación Occidental de Divisiones de Cataluña, con la que
rechazó contundentemente la invasión del valle de Arán por la 204 División de
Guerrilleros, una malograda iniciativa del Partido Comunista de España ante la inminente
derrota alemana en Francia. Los supervivientes volvieron a cruzar la frontera y las tropas
de Martín Alonso continuaron hasta finales de enero de 1945 barriendo el Pirineo leridano
y oscense para localizar y aniquilar partidas de maquis.
Reincorporado a su despacho madrileño, ascendió a teniente general en mayo de 1946 y
fue nombrado jefe de la Casa Militar del Jefe del Estado, demostración palpable de la
amistad y confianza que le deparaba Franco, a quien comenzó a acompañar a todo tipo
de actos oficiales, a sus viajes a Portugal, a Ifni y al Sáhara español, y a sus vacaciones
estivales, así como a representarle en los funerales de los generales Varela, alto comisario
de España en Marruecos, y de García Escámez, capitán general de Canarias.
En septiembre de 1951, se hizo cargo de la Capitanía General de la I Región Militar,
puesto que llevaba aparejada la Jefatura del Cuerpo de Ejército de Guadarrama. Durante
los cuatro años que desempeñó el cargo visitó prácticamente todas las guarniciones de
Madrid, de Castilla-La Mancha y de Badajoz, siendo tachado de excesivamente
autoritario y ordenancista por sus subordinados.
En julio de 1955, cuando el general Alonso Vega cesó en la Dirección General de la
Guardia Civil por haber dejado de estar en activo, Franco echó mano de otro de sus
incondicionales y nombró a Martín Alonso director general de tan decisiva institución
para el mantenimiento del orden público. Sin embargo, cuando en marzo de 1957, a
558
consecuencia de la gran crisis del régimen iniciada con los sucesos estudiantiles de
febrero de 1956 y la subsiguiente pretensión falangista de monopolizar el poder, Alonso
Vega fue nombrado ministro de la Gobernación, procedió inmediatamente a cesarle y
reemplazarle por un general de menor relumbrón y más manejable: Eduardo Sáenz de
Buruaga. Inmediatamente Franco le situó en otro puesto de suma importancia: la
Capitanía General de Cataluña que aparejaba la Jefatura del Cuerpo de Ejército de Urgel.
Tanto en uno como en otro puesto desarrolló una trepidante actividad, prodigando las
visitas a las unidades de él dependientes y procurando siempre estar presente cuando
Franco se desplazaba a cualquier lugar. Obsesionado por dejar su impronta en Cataluña,
remozó el vetusto convento de la Merced, sede de la Capitanía General, y ordenó construir
un faraónico campamento en Tremp con vistas a instruir a los reclutas recién
incorporados, invirtiendo en ello todos los fondos disponibles en la Región por carecer
de asignación presupuestaria. Casi veinte años después pudo por fin darse utilidad a aquel
apenas utilizado recinto, ubicando allí la Academia General Básica de Suboficiales creada
en 1974. También durante su mandato se cedió al ayuntamiento de Barcelona la propiedad
del castillo de Montjuich, con la servidumbre de instalar en él un museo militar.
Más de un centenar de intelectuales españoles, tanto del exilio como del interior, se
reunieron en Múnich en junio de 1962 y rubricaron un manifiesto muy crítico con el
régimen franquista. Entre las diversas consecuencias del entonces llamado ‘Contubernio
de Múnich’, se produjo una remodelación ministerial en la que Franco se rodeó de leales
a su persona: el general Muñoz Grandes en la Vicepresidencia, el general Martín Alonso
en Ejército, el almirante Nieto Antúnez en Marina y el general Jorge Vigón en Obras
Públicas, siendo confirmado en la cartera de Gobernación el general Alonso Vega y
ascendido a ministro de la Presidencia el almirante Carrero Blanco. También entraron en
el gobierno, a instancias de Carrero, el grupo capitaneado por Laureano López Rodó,
partidario de instaurar una monarquía franquista, y el encabezado por Manuel Fraga,
proclive a que Muñoz Grandes fuera nombrado regente a la muerte de Franco.
Durante el año y medio que ocupó el palacio de Buenavista, mantuvo el mismo ritmo de
viajes que en sus anteriores destinos, pero, acostumbrado a controlarlo todo, casi paralizó
la burocracia ministerial al pretender supervisar personalmente cualquier decisión. En la
mesa del Consejo de Ministros se opuso a que la Jurisdicción Militar dejara de ser
competente en cuestiones de disidencia política y votó a favor de refrendar la condena a
559
muerte impuesta al dirigente comunista Julián Grimau por un consejo de guerra, el cual
terminaría siendo ejecutado por un piquete de soldados en abril de 1963. La reacción
internacional obligó finalmente al gobierno a crear el Tribunal de Orden Público para
juzgar delitos de naturaleza política.
En política militar, sin embargo, su labor fue más productiva. De una parte, sustituyó los
precarios campamentos de cada unidad por grandes Centros de Instrucción de Reclutas
(CIR) regionales. Y de otra, sentó las bases de la organización que rigió en el Ejército de
Tierra hasta las grandes reformas impulsadas por los gobiernos de Felipe González. A su
llegada al Ministerio, se mantenía la llamada Organización Pentómica de raíces
estadounidenses, que Martín Alonso decidió sustituir por otra, de inspiración francesa,
consistente en dividir el ejército en dos grandes conjuntos operativos: las Fuerzas de
Intervención Inmediata (FFI), masa de maniobra integrada por cinco divisiones, y las de
Defensa Operativa del Territorio (DOT), destinadas a asegurar la retaguardia. Las
restricciones presupuestarias impidieron dotar de los medios adecuados a ambos
conjuntos; las primeras nunca llegaron a estar al completo de efectivos y material, y las
segundas terminaron orientadas hacia cometidos de carácter antisubversivo.
A primeros de febrero de 1964, nada más regresar de una breve visita a Cataluña, adonde
había acudido en numerosas ocasiones durante su etapa ministerial, fue internado en la
clínica madrileña de Nuestra Señora de Loreto para extirparle un tumor papilar en la
vesícula. En la mañana del día 11, aparentemente recuperado de la operación, sufrió una
embolia pulmonar y falleció repentinamente. Sus restos fueron inhumados al día siguiente
en el panteón de la casa ducal de Fernán Núñez en el pueblo de Barajas.
Condecoraciones:
Cruz de María Cristina
Gran Cruz de la Orden de Cisneros (1956)
Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica.
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/11753/pablo-martin-alonso
Observaciones, comentarios:
Marqués de Villatorcas
Adscripción: N+2
560
Ortíz Portillo, Gonzalo
Fecha de nacimiento: 10 de enero de 1897
Fecha de defunción: Año 1936 – Combate del Alto del León
(Madrid)
Empleo Julio 1936: Capitán de Caballería
Destino Julio 1936: Retirado - Afiliado a milicias falangistas. Ejerce como periodista
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su brillante actuación la noche del 11 de septiembre de 1925 en la Casamata del
Canón de la línea del sector de Axdir, donde se lanzó cuerpo a cuerpo contra las
posiciones enemigas, dejando dieciséis bajas con armamento. Se le concede la Medalla
Militar, según D.O. número 245 de 6 de noviembre 1929.
Carrera militar:
Ingresó en la Academia de Caballería en septiembre de 1916. Fue ascendido a capitán el
1 de octubre de 1925. En el 1929 se le concedió la medalla del Mérito Militar, y el año
1931 se encontraba destinado en Tafersit, en el Marruecos español, al frente de la Mehal-
la Jalifiana del Rif número 5. El advenimiento de la República le movió a apartarse de
sus actividades militares, inclinándolo a la política y al periodismo.
Fuentes:
https://www.acdp.es/causas-abiertas-o-en-estudio-para-su-apertura-diocesana-por-
martirio/
Observaciones, comentarios:
Vinculado políticamente a Onésimo Redondo, el fundador de las J. O. N. S.
Adscripción: N+2
561
Osés Armesto, Fernando
Fecha nacimiento: 12 de diciembre de 1899- Lugo
Fecha defunción: 24 de julio de 1975
Empleo Julio 1936: Capitán de Infantería
Destino Julio 1936: Retirado- Madrid
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su brillante comportamiento en la operación que se realizó el día 23 de septiembre de
1925 en el sector de Axdir para ocupar Malmusi y en la que su Compañía, que marchaba
de vanguardia de una columna, tenía por objeto apoderarse de una altura ocupada por el
enemigo y defendida con minas que creo una situación de gravedad que fue salvada por
el Capitán Osés que pudo contener a los que estaban a su alcance y , a pesar de las
numerosas bajas, entre ellas dos de sus Oficiales, consiguió el objetivo.
Se le concedió la Medalla Militar por R.O. de 19 de febrero de 1929 (D.O. número 41 de
22 de febrero de 1929)
Comentarios:
El 3 de octubre de 1937 (D. O. número 223) reingresa en el Ejército Nacional con el
empleo de Comandante, con antigüedad de 26 de marzo de I937. Se retira con el empleo
de General de División (honorario por ser Medalla Militar) del Cuerpo de Mutilados.
Fuentes:
D.O. número 258 de 16 de noviembre de 1940, página 668
Adscripción: N+2
562
Pérez Manzanares, Antonio
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Cabo Artillería
Destino Julio 1936: Desconocido
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su distinguido comportamiento conduciendo de Taguesut a Tazza un convoy con
quince cargas de municiones el 2 de julio de 1924, resultando herido, insistiendo en su
deseo de continuar, a pesar de ser nuevamente herido, sin dejar el mando de su Escuadra
hasta terminar la operación. Se le concede la Medalla Militar, según D.O. Número 276
de 15 de diciembre de 1929.
Fuentes:
Galería Militar Contemporánea. Tomo VII. Quinta Parte. Servicio Histórico Militar.
1980, pág. 254
Adscripción: No participa/ No constatada
563
Pozuelos Fernández, Antonio
Fecha de nacimiento: 23 de julio de 1889
Fecha de defunción: 1 de diciembre de 1954 - Barcelona
Empleo Julio 1936: Comandante Ingenieros
Destino Julio 1936: Batallón Zapadores- Melilla
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1929)
Carrera militar:
En 1914 ascendió a Teniente. Antes del 22-1-1923 debía de estar de Baja o fuera del
Ejército, retirado, por inutilidad para el servicio, ya que en dicha fecha se le concede el
reingreso en el Ejército. En 1925 asciende a Capitán y el 23-10-1930 se le concede la
Placa de San Hermenegildo siendo Comandante de Ingenieros. En 1938 era Teniente
Coronel en el Ejército Nacional.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: N-2
564
Rada Peral, Ricardo
Fecha de nacimiento: 5 de febrero 1885- Almería
Fecha de defunción: 6 de julio de 1956- Madrid
Empleo Julio 1936: Reserva
Destino Julio 1936: Carrera Política: Inspector General
Requetés
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Por las excelentes aptitudes demostradas en la dirección y mando de la columna
encargada de abastecer la posición de Calaa- Bajo el 12 de septiembre de 1924. Se le
concede la Medalla Militar, según D.O. Número 247 de 8 de noviembre de 1929.
Carrera militar:
En 1914 ascendió a Capitán; en 1923 ascendió a Comandante por méritos de guerra; en
1926 ascendió a Teniente Coronel; en junio de 1931 causó baja en el Ejército por
aplicación de la Ley Azaña. Entre 1931 y 1935 fue uno de los creadores de los Requetés;
en 1935 era Inspector General de Requetés; en 1936 se afilió a Comunión Tradicionalista.
Durante la guerra, en 1937, es nombrado subjefe de milicias del bando nacional,
gobernador de Cáceres y Jefe de la 152 División. En 1937 ascendió a General de Brigada;
en 1946 ascendió a Teniente General. Ricardo de Rada y Peral y fue el primer general al
mando de la División Acorazada Brunete.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: N+2
565
Rañola Castellón, Agustín
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Soldado de Infantería
Destino Julio 1936: Desconocido
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su distinguido comportamiento formando parte voluntariamente, toda vez que le
había correspondido ser licenciado, de la dotación del camión blindado en la operación
de repliegue de Xauen, desde el Zoco Arbáa hasta Ben-Karrich, el 10 de diciembre de
1924. Se le concede la Medalla Militar, según D.O. Número 38 de 19 de febrero de 1929.
Fuentes:
Galería Militar Contemporánea. Tomo VII. Quinta Parte. Servicio Histórico Militar.
1980, pág. 223
Adscripción: No participa/ No constatada
566
Relimpio Carreño, Fernando
Fecha nacimiento: 3 de abril de 1899- Sevilla
Fecha defunción: 27 de mayo de 1968
Empleo Julio 1936: Teniente de Infantería
Destino Julio 1936: Retirado- Madrid
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Siendo Sargento del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas, Tetuán número 1, por su
distinguido comportamiento en el combate del día 19 de agosto de 1923 en las Peñas de
Kaiat (Monte Adgos) cuando a su Sección de le ordenó que dos de sus Escuadras se
extendiesen por el flanco donde el enemigo estaba ocupando posiciones desde las que
dominaría el camino por el que debía pasar su Tabor y , previendo el peligro que eso
significaría , avanzó al frente de sus Escuadras consiguiendo ocuparlas antes de que el
enemigo llegase, acreditando durante el resto del combate sus brillantes cualidades,
quedando a petición propia, como último escalón de la retirada. Se le concedió la Medalla
Militar, según consta en D.O. 276 de 15 de diciembre de 1929)
Carrera militar:
Ingresa como soldado en 1919, ascendiendo a Sargento en 1921 por elección y a
Suboficial por méritos de guerra en 1925. Asciende a Alférez en reserva en 1929 y el 29
de agosto de 1931 pasa a retiro con el empleo de Teniente. Después de reintegrarse al
servicio en el Ejército Nacional, se retiró con el empleo de Teniente Coronel.
Comentarios:
Durante la Guerra Civil es detenido reiteradas veces en checas en Madrid, se refugia en
Embajada francesa, y de ahí parte en barco a Francia, desde Barcelona, donde es detenido
primeramente en centro de concentración y desde allí se incorpora al Ejercito Nacional
en Burgos a principio de 1939. Una vez en zona nacional, se le somete a una investigación
para averiguar si había combatido en el Ejército Popular de la República y, superara ésta,
se le habilita para ejercer el empleo superior inmediato, con arreglo a lo que preceptúa el
Decreto número 342 de 25 de agosto de 1937 (B. O. núm. 310), al de Teniente de
Infantería, retirado, que tiene solicitado su reingreso en la Escala Activa.
567
Fuentes:
Hoja de Servicios en AGMS – GG- R-70. Exp.15
Boletín Oficial del Estado de 6 de mayo de 1939, Página 2 4 8 0
https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1939/126/A02480-02480.pdf
Adscripción: N+2
568
Rodríguez y Díaz de Lecea, José
Fecha de nacimiento: 2 de mayo de 1894 - Matanzas (Cuba)
Fecha de defunción: 28 de noviembre de 1967 - Madrid
Empleo Julio 1936: Comandante Infantería (Aviación)
Destino Julio 1936: Activo - Disponible- Madrid
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la
Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Su brillante comportamiento el 11 de noviembre de aquel mismo año, mientras realizaba
una misión de abastecimiento a la sitiada posición de Sidi Selim —en la que pese a
resultar herido y con el avión averiado por el fuego enemigo, completó la misión e incluso
ametralló las concentraciones de moros— hizo que fuera propuesto para la Medalla
Militar, que le sería concedida por Real Orden de 19 de febrero de 1929, en la que se lee:
“[...] por su distinguida actuación el 11 de noviembre de 1924 en el abastecimiento de la
posición de Sisi Selin, que se hallaba asediada por numeroso enemigo, y a pesar del
intenso y eficaz fuego que se le dirigía, descendió a muy escasa altura para realizar con
mayor eficacia el servicio. Herido leve, agujereado el depósito de la gasolina y averiado
uno de los mandos por el fuego enemigo, continuó el aprovisionamiento con toda
serenidad, haciendo las pasadas con tal precisión y volando tan bajo que todos los sacos
de víveres cayeron dentro de la posición, y una vez terminado este servicio, apreciando
con absoluta serenidad la importancia de las averías, y no obstante estar herido, aprovechó
la gasolina que le quedaba para volar sobre las concentraciones enemigas y ametrallarlas
con gran eficacia, regresando al aeródromo, a donde llegó con medio litro escaso de
gasolina”.
Carrera militar:
Ingresó en la Academia de Infantería, en Toledo, y, promovido a 2.º teniente en 1918, fue
destinado al Regimiento de Zaragoza n.º 12, de guarnición en Santiago de Compostela.
Pronto pasó a África, y destinado en la Comandancia de Ceuta, recibió su bautismo de
fuego en el blocao de Anzar. Solicitó pasar al Servicio de Aeronáutica, y admitido al 10.º
curso, se hizo piloto de aeroplano, realizó las prácticas de caza en Los Alcázares y pasó
a formar parte de la escuadrilla de esta especialidad que, con aviones Martins, se formó
569
en Melilla ante la posibilidad de que Abd el Krim adquiriera aeroplanos.
El 30 de julio de 1924, cuando su escuadrilla realizaba una operación de castigo contra la
cabila de Beni Tuzin, una descarga enemiga alcanzó a su biplano, forzándole a tomar
tierra en territorio enemigo, a 5 km de las líneas propias, siendo salvado y conducido a
ellas por un jinete moro que a galope lo llevó a la posición de Azur. Se distinguió en los
combates desarrollados los días 3, 7 y 9 de mayo de 1923, para llevar el convoy a la
sitiada posición de Sidi Messaud en que la durísima resistencia del enemigo pudo ser
vencida por el coraje y esfuerzo de los aviadores, que, desde el campo avanzado de Dar
Driux, llegaron a realizar hasta seis salidas por avión y día.
Participó en las operaciones de la bahía de Alhucemas, en 1925, apoyando con su Grupo
a las fuerzas que desembarcaban en las playas de Ixdain y La Cebadilla, resultando
derribado por fuego de ametralladora enemiga, el 8 de septiembre, cayendo al mar de
donde, con su bombardero, el sargento Núñez, fue rescatado por una embarcación de la
Armada.
Ascendió a capitán, por méritos de guerra, en 1926, y a comandante cuatro años más
tarde, siendo nombrado jefe de la Escuela de Reentrenamiento de Pilotos.
Con la proclamación de la República, en abril de 1931, estuvo separado del servicio de
Aviación hasta 1933 en que fue destinado al Grupo de Caza de la Escuadra n.º 3, en Prat
de Llobregat, pasando en 1935 al aeródromo de Getafe, como mayor de la Escuadra n.º
1. En marzo del año siguiente, el gobierno del Frente Popular le dejó “disponible”, y en
esta situación se encontraba el 18 de julio de 1936, en Tetuán, uniéndose a los alzados en
aquella plaza, recibiendo pronto el mando de la 1.ª Escuadra de Bombardeo que se formó
con trimotores Junkers Ju-52, con la que actuó en los frentes de Andalucía y el Centro, y
apoyando a las columnas que desde el Sur avanzaban sobre Madrid.
En 1937 —ya ascendido a teniente coronel— fue nombrado jefe de la Región Aérea del
Centro, y en este cargo terminó la guerra.
Al crearse en 1939 el Ejército del Aire, fue nombrado jefe de la Región Aérea de Levante,
al año siguiente, ascendido a coronel, recibió el mando de la Zona Aérea de Marruecos,
y al ascender a general de brigada dos años más tarde, fue designado director general de
Aeronáutica. En 1957 ascendería a general de división, recibiendo el mando de la Región
Aérea del Estrecho, cargo que desempeñó hasta que, ascendido a teniente general en
1957, fue nombrado ministro del Aire el 25 de febrero de ese mismo año.
570
Su paso por éste se inició con la campaña de Ifni-Sáhara, en la que la Aviación tuvo tanto
protagonismo y en la que hubo de combatir con aviones anticuados y obsoletos, ya que,
aunque el Ejército del Aire disponía de material moderno, no pudo ser empleado por no
permitirlo el Tratado de Amistad y Ayuda con los Estados Unidos. Durante su gestión, se
reorganizaron las Fuerzas Aéreas del Mando de la Defensa, y se llevó a cabo la estructura
funcional de la red de Alerta y Control, creándose el Centro de Operaciones de Combate
(COC), y los escuadrones de Alerta y Control.
Al cesar como ministro, el 11 de julio de 1962, recibió el nombramiento de consejero
electo de Estado.
Condecoraciones:
Gran Cruz al Mérito Aéreo
Gran Cruz al Mérito Naval
Gran Cruz de Carlos III
Gran Cruz de San Hermenegildo
Orden de la Medhauia
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/25745/jose-rodriguez-y-diaz-de-lecea
Adscripción: N+2
571
Sáenz de Buruaga y Polanco, Eduardo
Fecha nacimiento: 15 de abril de 1893- Puerto Príncipe (Cuba)
Fecha defunción: 17 de febrero de 1964- Madrid
Empleo Julio 1936: Teniente Coronel de Infantería
Destino Julio 1936: Disponible- Tetuán- Marruecos
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su disntinguido comportamiento en el repliegue de la línea de Xauen el 10 de
diciembre de 1924, al mando del 2º Tabor de Regulares de Tetuán. Se le concede la
Medalla Militar, según consta en D.O. núm. 125 de 11 de junio de 1929)
Carrera militar:
Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo el 31 de agosto 1910. El 24 de julio de
1913 fue promovido a segundo teniente y pasó destinado a Marruecos, donde
prácticamente transcurrió toda su carrera militar hasta el inicio de la guerra civil. Durante
la Guerra del Rif sufrió heridas en dos ocasiones. La primera el 25 de octubre de 1921
cuando fue herido en el brazo derecho y la segunda vez el 18 de julio de 1922 en las dos
piernas, con rotura de la tibia. El 17 de julio, momento de la sublevación en Marruecos,
se encontraba en situación de disponible en Tetuán en julio de 1936, tomó el mando de
las tropas sublevadas, poniéndolas al servicio de Franco. En los primeros días del golpe
se une al mando de una columna que tomó parte en numerosas operaciones, como la
ocupación de Córdoba, batallas del Jarama, Brunete, Teruel y Ebro. El 20 de marzo de
1939, se le nombró Jefe de la Circunscripción Occidental. Tras la guerra, capitán general
de Baleares y Sevilla y director de la Guardia Civil desde febrero de 1957.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Comentario:
Su hermano Apolinar, también miembro de la élite heroica, combatió así mismo en el
bando nacional; mientras que su hermano Gabriel, en el bando gubernamental, siendo
dado de baja en aplicación Ley Varela, según consta en Diario Oficial de 5 julio 1942.
Adscripción: N+2
572
Sánchez González, Juan Bautista
Fecha nacimiento: 12 de octubre de 1896 – Íllora (Granada)
Fecha defunción: 30 de enero de 1957- Puigcerdá (Girona)
Empleo Julio 1936: Teniente Coronel Infantería
Destino Julio 1936: Comandancia Militar del Rif-Alhucemas
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Siendo comandante, por su brillante comportamiento en la retirada de la columna que
operó el 18 de diciembre de 1924, para socorrer la guarnición de Ali-Fahal, Zoco de Jemis
de Anyera, Zinat Norte y Sur y la columna de Yarda. Resistió valientemente sin ceder
terreno el choque del numeroso enemigo que intentó envolverlo. Agravada la situación
por el considerable número de bajas, del 50% en oficiales), el comandante Sánchez frustró
los ataques del enemigo mediante frecuentes reacciones ofensivas. Se le concedió la
Medalla Militar por R.O. de 10 de junio de 1929 (D.O. de 11 de junio de 1929).
Carrera militar:
Durante la sublevación, se pone de parte de los rebeldes y manda la 5ª División del
Ejército del Norte, siendo ascendido a General de Brigada en 1938, a General de División
en 1940 y pasando a la situación de retiro con el empleo de Teniente General.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
CARDONA ESCANERO, Gabriel, Franco y sus generales. La manicura del tigre,
Madrid, Temas de Hoy, 2011
Adscripción: N+2
573
Sueiro Villarino, Álvaro
Fecha de nacimiento: 12 de enero de 1892 - Puebla de Trives
(Orense)
Fecha de defunción: 24 de enero de 1953 - Zaragoza
Empleo Julio 1936: Teniente Coronel de Infantería
Destino Julio 1936: Activo – Disponible - Zaragoza
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Por los méritos contraídos en 57 hechos de armas al mando de una Compañía del Tercio
durante la Campaña de Marruecos de abril de 1921 a octubre de 1922. Se le concede la
Medalla Militar, según D.O. Número 274 de 14 de diciembre de 1929.
Carrera militar:
Álvaro Sueiro Villarino ingresó en la Academia de Infantería en 1908, en la promoción
siguiente a la de Franco. Tras graduarse como Segundo Teniente en 1911, estuvo
destinado en Asturias, al igual que otros futuros africanistas de su generación, como
Franco, Camilo Alonso Vega, Miguel Campins o Francisco Franco Salgado-Araujo. Muy
pronto pasó a Marruecos, donde combatiría hasta el final de las campañas de pacificación.
En 1920, siendo Capitán, fue uno de los primeros oficiales del recién creado Tercio de
Extranjeros (Legión Española), donde se hizo cargo del mando de la 6ª Compañía de la
II Bandera. En 1926, ya Comandante, participó en el Desembarco de Alhucemas. Fue
ascendido a Teniente Coronel (1927).
En 1927 es uno de los miembros de la comisión organizadora de la Academia General
Militar, de la que sería profesor desde 1928 hasta su cierre definitivo en 1931. Tras la
proclamación de la Segunda República, Sueiro fue uno de los oficiales cuyos ascensos
por méritos de guerra fueron sometidos a revisión. Finalmente, su ascenso a Teniente
Coronel fue confirmado en 1933
Se unió a la rebelión militar del 18 de julio de 1936 y fue uno de los organizadores de las
fuerzas sublevadas en Aragón. En 1937, siendo ya coronel, intervino en los combates que
sucedieron a la ofensiva republicana, mando de la I Brigada de la 51.ª División. En
noviembre de 1937, con el empleo de General de Brigada estampillado, es designado para
mandar la recién creada 53.ª División. Permanece al mando de esta División hasta el final
574
de la guerra y participa en la defensa de la cabeza de puente de Balaguer, en los combates
del Segre y Serós, y en la campaña final de Cataluña. En el último mes de guerra es
ascendido al empleo de General de Brigada efectivo.
Tras terminar la Guerra Civil la 53.ª División fue disuelta y el General Sueiro pasó a
mandar la 51.ª División. En 1942 ascendió a General de División, continuando al frente
de la 51.ª División. En este mismo empleo desempeñaría más tarde el puesto de Director
General de Enseñanza Militar. En 1949 ascendió a Teniente General y fue nombrado
Capitán General de la V Región Militar. Ocupaba este puesto cuando falleció en enero de
1953.
Condecoraciones:
Gran Cruz del Mérito Naval en 1943
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Observaciones, comentarios:
Una calle del centro de Zaragoza llevó el nombre del General Sueiro hasta 2009, en
aplicación de la Ley de la Memoria Histórica.
Adscripción: N+2
575
Tejel Bes, Ramón
Fecha nacimiento: 28 de febrero de 1906
Fecha defunción: septiembre 1936
Empleo Julio 1936: Teniente de Carabineros
Destino Julio 1936: Comandancia Barcelona- En comisión de
servicio en la Academia de Carabineros- Barcelona
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Marruecos
(1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Siendo Alférez de Infantería por su brillante comportamiento en la defensa del blocao de
Tazarín número 1 que hizo el 7 de septiembre de 1925 y en la que, a pesar del intenso
cañoneo del enemigo que destruyó el parapeto , convirtió el blocao en un montón de
escombros y produjo importantes bajas, continuó fuera de la posición, y amparado en las
ruinas, la resistencia, y dando admirable ejemplo de valor y serenidad a su tropa, preparó
la defensa, rechazando enérgicamente al enemigo , que en la madrugada asaltó la
alambrada, obligándole a retirarse en precipitadamente sin recoger sus muertos y heridos,
lo que pudo hacer en parte después a costa de nuevas bajas.
Se le concedió la Medalla Militar por R.O de 20 de diciembre de 1928 (D.O. número 282
de 22 de diciembre de 1928).
Carrera militar:
Ingresa como Alumno en la Academia de Infantería en 1922, asciende en 1924 a Alférez
y en 1926 a Teniente por méritos de guerra, pasando al Cuerpo de Carabineros en marzo
de 1928.
Durante su corta carrera, estuvo destinado en el Regimiento de Infantería Ceuta en 1925,
un año más tarde en el Regimiento Tetuán número 1, para regresar al Ceuta número 60.
En 1928 pasa al Regimiento Aragón número 21, desde donde pasa al Cuerpo de
Carabineros, destinado a la Comandancia de Algeciras hasta fines de abril de 1929. En
mayo se incorpora a la Comandancia de Navarra y en 1935 a la Comandancia de
Barcelona, en comisión de servicios como profesor ayudante en los Colegios d
Carabineros.
576
Comentarios:
EL 18 julio esta de permiso en Zaragoza desde el día 8 de ese mes, regresa a Barcelona a
incorporarse a su destino, pero, según anotación en Hoja de Servicios, es procesado por
“supuesto delito de abandono de destino el 22 de julio”. Entonces es detenido por
ausentarse de destino y encarcelado.
En la Gaceta de Madrid consta este proceso, textualmente “Este Ministerio ha resuelto
disponer que el Teniente de Carabineros D. Ramón Tejel Bes, perteneciente a la provincia
de Barcelona, de la primera Comandancia y en comisión como Ayudante de Profesor en
los Colegios del Instituto, quede en situación de procesado, con arreglo a lo dispuesto en
el artículo 9 ° del Decreto de 7 de septiembre de 1935 {Diario Oficial número 207), y
adscrito para haberes a los referidos Colegios. Lo comunico a V. É. para su conocimiento
y cumplimiento. Madrid, 30 de Julio de 1936.” Su Hoja de Servicios consta su detención
e incomunicación “en la Sala de Banderas” del Centro de Enseñanza donde estaba en
comisión de servicio como ayudante de profesor. Con fecha 2 de agosto se le traslada por
el Capitán de Carabineros Manuel Reparaz Astein (cuñado del también miembro de la
élite heroica Manuel Burguete Reparaz) al Ministerio de Hacienda. La Hoja de Servicios
se cierra en octubre de 1936 “por no justificar su existencia” después de ser conducido al
Ministerio de Hacienda en Madrid para ser interrogado por las fuerzas gubernamentales.
En folio separado anexado a su expediente personal consta anotación manuscrita
referenciando el Oficio número 308 de 28 de noviembre de 1939 en el que el Comandante
Director de los Colegios (de Carabineros) da cuenta de que “el Teniente D. Ramón Tejel
Bes falleció asesinado por los marxistas el día 3 de octubre de 1936, a efectos de
(asistencia) Humanitaria”
Fuentes:
Hoja de Servicios en Archivo General Ministerio del Interior- Sección Guardia Civil
Gaceta de Madrid, núm. 213, 31 Julio 1936, página 926
Adscripción: R>N-1
Tejel Bes es inicialmente considerado como adscrito al bando Republicano, ya que,
estando el 18 de julio de permiso en Zaragoza (zona nacional en el momento de la
sublevación) se reincorporó a su destino en Barcelona (zona bajo control gubernamental).
Sin embargo, es detenido en su destino militar en Barcelona y procesado por “ausentarse
del destino” y posteriormente asesinado durante su traslado a Madrid.
577
Verdú Verdú, Gregorio
Fecha de nacimiento: 19 de julio 1892- Monóvar (Alicante)
Fecha de defunción: 21 de mayo de 1944- Madrid
Empleo Julio 1936: Teniente Coronel Infantería
Destino Julio 1936: Reserva- Cartagena
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Marruecos (1929)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su distinguido comportamiento al mando de un Tabor de Regulares de Alhucemas
número 5 en los combates de los días 18, 19 y 20 de septiembre de 1924 para romper el
cerco que el enemigo tenía puesto a la posición de Gorgues, para lo que ocupó las cretas
de Hah-el-Nator, donde el enemigo estaba fuertemente atrincherado. Se le concede la
Medalla Militar, según D.O. Número 283 de 20 de diciembre de 1929.
Carrera:
Al tener conocimiento de la sublevación, reingresa en el Ejército gubernamental y es
nombrado jefe de la Columna de Guadix (Granada) del Ejército de Andalucía. En junio
de 1937 es destinado como Jefe del VII Cuerpo Ejército de Andalucía, pasando a la
situación de remplazo por herido en Ciudad Real, en octubre del mismo año. Al terminar
la guerra, es juzgado y condenado a 20 a años, siendo indultado en 1942.
Fuentes:
Galería Militar Contemporánea. Tomo VII. Quinta Parte. Servicio Histórico Militar.
1980, pág. 136
Adscripción: R +2
578
1934
Batet Mestres, Domingo
Fecha de nacimiento: 30 agosto 1872- Tarragona
Fecha de defunción: 18 febrero 1937- Burgos
Empleo Julio 1936: General de División
Destino Julio 1936: Jefe de la VI División orgánica- Burgos
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
El general de división Domingo Batet Mestres, ostentando el cargo de jefe supremo de
todas las fuerzas que guarnecían el territorio de la IV División Militar, cuya cabecera era
Barcelona, al producirse un movimiento revolucionario en los primeros días de octubre
de 1934. Con su acierto, resolución y bravura supo concebir, dirigir y realizar en toda
Cataluña las operaciones militares necesarias para dominar la rebeldía. Por estos hechos,
y según Decreto de 18 de febrero de 1935 (D. O. n.º 42, de 20 de febrero de 1935), se
hace acreedor a la Gran Cruz laureada de San Fernando.
Carrera militar:
Ingresa en la Academia General Militar en septiembre de 1887. Es promovido al empleo
de teniente en 1893 y su primer destino es el regimiento de Infantería de guarnición en
Barcelona. Posteriormente es designado alumno de la Escuela Superior de Guerra; pero
no llega a terminar los estudios, al partir como voluntario a Cuba en abril de 1895.
Participa con el batallón provincial de La Habana en las campañas que culminaron con la
guerra contra Estado Unidos y la pérdida de la isla. Batet Mestres destaca en la operación
desarrollada en la zona de Ticarita el 5 de junio de 1896, por la que se le concede en
noviembre de ese mismo año el ascenso a capitán.
En abril de 1897, se embarca para la península en el vapor María Cristina, con cuatro
meses de licencia por enfermedad, para recibir baños termales en Caldas de Montbuy.
Continúa sus estudios en la Escuela Superior de Guerra y los finaliza en 1900. Pasa al
579
regimiento de Luchana, y un año después a los Somatenes de Cataluña, puesto en que
permanece hasta su ascenso a comandante en 1909.
En 1915 asciende a teniente coronel y regresa al regimiento de Luchana, de donde pasa
a la zona de Lérida, una vez ascendido a coronel en 1919. En 1922 manda el regimiento
de Valladolid y es designado como juez especial encargado de instruir los procedimientos
derivados de los desastres militares acaecidos en la guerra de Marruecos, a las órdenes
del Alto Comisario (Expediente Picasso), pero al considerar que esta misión le
correspondía desarrollarla a un militar del Cuerpo Jurídico, presenta su dimisión.
En 1923 se hace cargo del regimiento de Jaén y al año siguiente del de Alcántara.
Es promovido a general de brigada en 1925, ocupando destino en Alicante al mando de
la 1.ª Brigada de la 6.ª División. Al conspirar contra la dictadura de Primo de Rivera y
por su complicidad en el intento de alzamiento denominado “la noche de San Juan” en
1926, es detenido y procesado. Se le sanciona con el retiro, aunque posteriormente el
Consejo Superior de Guerra le absuelve.
En 1927 se le concede el mando de la brigada de Infantería Mallorca, destino en que
permaneció hasta la proclamación de la Segunda República en 1931, cuando se le confía
el mando de la IV División Orgánica con sede en Barcelona. En este destino actúa con
prudencia para limar las tensiones existentes entre algunos sectores militares y la nueva
administración autonómica. Asciende a general de división en 1932.
El 6 de octubre de 1934, al producirse la insurrección catalanista y la proclamación por
Lluís Companys como presidente de la Generalitat de la República Catalana,
simultáneamente al estallido de la revolución de Asturias, Batet recibe la orden de aplastar
con dureza, al frente de su división, el movimiento secesionista para aplicar un
escarmiento ejemplar. Sin embargo, procede con cautela y precisión, sofocando la
insurrección con el mínimo de destrucción y derramamiento de sangre. Esta actitud le
valió los ataques de la derecha y de algunos sectores militares, así como la hostilidad de
los vencidos.
En marzo de 1935 es nombrado jefe del Cuarto Militar del Presidente de la República
Niceto Alcalá-Zamora, cargo en el que cesa a petición propia después de las elecciones
de febrero de 1936.
En junio de 1936, el Gobierno de Casares Quiroga le nombra jefe de la VI División
Orgánica, cuya sede estaba en Burgos. El 16 de julio de 1936 se entrevista en el
580
Monasterio de Irache con el general Mola, subordinado suyo y comandante militar de
Pamplona, el cual le dio su palabra de no estar implicado en ninguna aventura.
El 18 de julio, después de estar anunciado el levantamiento contra la República, intenta
disuadir en conversación telefónica a los sublevados. En la madrugada del 19 de julio,
cuando frente al edificio de la división se emplazan cañones por los ya sublevados, el
general Batet decide rendirse, y es detenido por sus propios subordinados.
Posteriormente, el 8 de enero de 1937, es juzgado por un consejo de guerra sumarísimo
que le condena a la pena de muerte, pese a la petición de indulto de personajes como
Queipo o Cabanellas. Fusilado el 18 de febrero de 1937, se enfrentó a la muerte con gran
serenidad. Fue enterrado en el cementerio de Tarragona.
Comentarios:
La ciudad de Barcelona puso su nombre a una de las calles.
Fuentes:
Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, Expediente personal.
Adscripción: R-1
581
Castro Adelantado, Antonio
Fecha de nacimiento:
Fecha de defunción: Año 2001 - Madrid
Empleo Julio 1936: Cabo Aviación
Destino Julio 1936: Aeródromo de León
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
El soldado Castro junto al teniente Mariano Cutre salen de enlace de aviación el día 7 de
octubre hacia el pueblo de Campomanes en Asturias, y desde este pueblo se trasladan a
Vega del Rey, para abastecer de víveres y municiones a distintas fuerzas que el gobierno
republicano envió para sofocar la revuelta socialista, y que se encontraban sitiadas.
Durante el trayecto de Campomanes a Vega del Rey, el camión que conducía el soldado
Castro fue constantemente ametrallado y hostigado por fuego de fusilería y
ametralladoras, consiguiendo gracias a su serenidad llegar a su destino y entregar los
suministros a las tropas sitias. Por su arrojo y valor le fue concedida la Medalla Militar
Individual por los sucesos de Asturias (O.C. 13 diciembre 1934, y confirmada por O.C.
del 16 octubre de 1935).
Carrera militar:
Se presentó voluntario en Aviación en 1933 como soldado, siendo destinado al aeródromo
de Getafe, Escuadra de Aviación nº 1. Asiste a un curso denominado “auxiliares de
información” en el aeródromo de Cuatro Vientos, el cual aprueba y pasa posteriormente
de nuevo a su destino en Getafe. Solicita el traslado al aeródromo de León en mayo de
1934, a donde se incorpora y presta sus servicios en la especialidad de auxiliar de
información. Aquí en el aeródromo de León le coge el golpe de Estado a la República. Se
le autoriza a usar sobre el uniforme la Medalla Militar Colectiva que le fuera concedida
a la Escuadra nº 1 de Aviación. En julio de 1935 asciende a cabo, y comienza un curso
de fotografía. En 1936 el alzamiento nacional le coge en Madrid y se traslada a su destino
en el aeródromo de León donde se pone a las órdenes de sus superiores. En agosto
asciende a sargento. Durante la guerra civil vuela en distintos grupos como los 4-G-12, o
el 3-G-11 en su especialidad, fotógrafo-informador.
582
En 1938 es destinado a la Jefatura del Aire en Salamanca, 5ª sección del estado mayor,
pasa por Burgos y realiza una ampliación del curso de información y fotografía que
imparte la Legión Cóndor, y posteriormente pasa por varios grupos de vuelo, 4-G-12 en
Teruel, el grupo mixto de “angelitos” (86-70) en diversos frentes. Es ascendido al empleo
de brigada en 1939 y permanece con las fuerzas aéreas de Marruecos a donde llegó en
febrero, a su estado mayor en Tetuán. En 1940 es destinado a la 21º Escuadra de aviación
en Getafe, y posteriormente en febrero es destinado al Alto Estado Mayor. En plena
Segunda Guerra Mundial, en 1941, realiza varias comisiones reservadas de servicio,
curiosamente en Algeciras, cuando su especialidad es la de informador fotógrafo, en
1942, y siguiendo destinado en el Alto Estado Mayor, realiza otras tres comisiones
reservadas de servicio a Algeciras. Este año se incorpora como voluntario en la 3ª
escuadrilla española de voluntarios (3ª escuadrilla azul), cruza la frontera el 5 de
noviembre, y pasa 12 días en el aeródromo francés de D´angely, el 17 sale para el frente
(Orel) llegando el día 29 de noviembre, donde se junta con los voluntarios de la 2ª
escuadrilla. El 7 de diciembre es ascendido al empleo de alférez de fotografía y
cartografía, siendo su destino oficial el alto estado mayor. En 1943 es trasladado con su
escuadrilla al aeródromo de Shenchinskaja, pasa por Smolenko, y el día 27 de junio
retorna a España, a donde llega el 11 de julio, tras un periodo de vacaciones se incorpora
a su destino en el alto estado mayor. Permanece en él durante estos años, realizando viajes
de comisiones reservadas de servicio a la zona de Gibraltar (1945) donde realiza
fotografías. En 1949 realiza el curso de capacitación para el ingreso en la escala de
oficiales del cuerpo de especialistas, ascendiendo a teniente en 1950, sigue prestando
servicios en el alto estado mayor. En 1962 realiza el curso de criptografía (curso XV),
especialista en cifra. En junio solicita plaza en el estado mayor del aire a donde se
incorpora voluntariamente, prestando los servicios de su empleo y especialidad en la 3ª
sección. Seguirá formando parte del estado mayor del aire hasta 1973, ascendería a
comandante ese año, retirándose con ese empleo. Falleció en Madrid en 2001.
Condecoraciones:
Medalla Militar Colectiva
Cruz de Guerra
Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo
Medalla de la Campaña 1936-39
583
Cruz del Mérito Militar con pasador “Rusia”
Medalla conmemorativa de la Campaña de Rusia (1949).
Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo (1954)
Cruz de Hierro alemana de 2ª clase
Fuentes:
http://museoaviacionmilitarespaola.blogspot.com/2018/10/uniforme-del-capitan-
antonio-castro.html
Observaciones, comentarios:
El capitán Castro Adelantado fue el único soldado de la Aviación Militar Española en
conseguir la Medalla Militar Individual, hubo otros soldados y clases que consiguieron la
Cruz Laureada de San Fernando, pero eran del Arma de Ingenieros, Castro Adelantado
cuando era soldado servía en el arma de Aviación, no se volvió a conceder ninguna otra
Medalla Militar a soldado alguno.
Adscripción: N+1
584
Castro Feijoo, Jesús
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Sargento Primero de Infantería
Destino Julio 1936: Desconocido
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su actuación siendo Sargento en las operaciones que condujeron a la liberación de
Oviedo y Avilés el 13 de octubre de 1934, se le concedió la Medalla Militar por Orden
Circular de 16 de octubre de 1935. (D.O. núm. 238).
Comentarios:
Se retira con el empleo de Capitán de Infantería. Su hijo se beneficia del derecho de
ingreso en centros de enseñanza militares como descendiente de Caballero de la Orden
de San Fernando.
Fuentes:
http://bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?pat
h=15710
Adscripción: No participa/ No constatada
585
Collado, Aurelio
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Soldado Infantería
Destino Julio 1936: Desconocido
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su actuación, siendo soldado y en compañía del también soldado Cruz Ramos, en la
defensa del Regimiento de Infantería número 3 en Oviedo el 8 de octubre de 1934, se le
concedió la Medalla Militar por Orden Circular de 16 de octubre de 1935. (D.O. núm.
238).
Fuentes:
Galería Militar Contemporánea. Servicio Histórico Militar. Madrid. 1980.
Adscripción: No participa/ No constatada
586
Cruz Ramos, Benigno
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Cabo de Infantería
Destino Julio 1936: Desconocido
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su actuación siendo soldado en la defensa del Regimiento de Infantería número 3 en
Oviedo el 8 de octubre de 1934, se le concedió la Medalla Militar por Orden Circular de
16 de octubre de 1935. (D.O. núm. 238).
Fuentes:
Galería Militar Contemporánea. Servicio Histórico Militar. Madrid. 1980.
Adscripción: No participa/ No constatada
587
Díaz Carmona, José
Fecha nacimiento: 20 de enero de 1912- Santa Amalia (Badajoz)
Fecha defunción:
Empleo Julio 1936: Cabo de Artillería
Destino Julio 1936: Regimiento de Artillería núm. 13, Segovia
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Siendo el movimiento subversivo desarrollado en todo el territorio
de Asturias en el mes de octubre de 1934 y habiendo ordenado el
General Jefe del Cuerpo de Operaciones que se trasmitiese a la Villa de Avilés la
incorporación de las fuerzas allí destacadas al resto de la columna, el Cabo Díaz Carmona,
se prestó voluntario inmediatamente para este cometido, lo que cumplimentó teniendo
que pasar por una extensa zona ante un nutrido y compacto fuego del enemigo, que
hostigaba con fusilería y ametralladoras, demostrando en todo momento un valor digno
de toda clase de elogios , y despreciando para facilitar su objetivo, su vida, facilitando
con su manera de proceder las funciones del mando, cayendo prisionero del enemigo, y
sometido a cautiverio , pudiendo escapar al cuarto día e incorporándose a su Unidad. Este
Cabo, por su bizarro comportamiento y modo de proceder fue propuesto para la concesión
de la Medalla Militar, que le fue concedida por Orden de 13 de noviembre de 1934 (D.O.
número 263).
Carrera militar:
Ingresa como soldado en marzo de 1930, ascendiendo a Cabo Artillero por antigüedad el
4 de noviembre y a Sargento en febrero de 1935.
Durante la Guerra Civil, en el Ejército Nacional, es promovido a Brigada en agosto de
1936, Teniente en 1938 y a Capitán provisional de Aviación en 1940, siendo nombrado
en julio de 1942 Capitán profesional del Arma de Aviación. Continua con su carrera en
el ya Ejército de Aviación, como Comandante en 1945, Teniente Coronel en 1952 y a
Coronel en 1960. En 1976 de le promueve al empleo de General de Brigada del Arma de
Aviación, en situación de reserva, y al de General de División del Ejército del Aire, con
carácter honorario.
588
Comentarios:
Ejemplo de ingreso en la élite desde los grados más bajos de la jerarquía militar y haber
alcanzado los máximo empleos del generalato. Tiene dedicada una calle en su pueblo
natal,
Fuentes:
Hoja de Servicios en AGMS, signatura 1033707
REAL DECRETO 95/1976, de 23 de enero (BOE núm. 23 de 27 de enero de 1976)
Imagen: Foto oficial de la ceremonia del Capítulo extraordinario de la Real y Militar
Orden de San Fernando de 4 de marzo de 2003.
Adscripción: N+2
589
Fernández, José Ramón
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Cabo Infantería
Destino Julio 1936: Desconocido
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Medalla Militar concedida en 1934, según consta en el Anuario Militar de 1936.
Fuentes:
Galería Militar Contemporánea. Servicio Histórico Militar. Madrid. 1980.
Adscripción: No participa/ No constatada
590
García Caballero, Miguel León
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: 26 de marzo de 1938 - Caspe
Empleo Julio 1936: Teniente de El Tercio
Destino Julio 1936: Activo
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla:
Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su acción el día 13 de octubre de 1934 en Villafría (Asturias), se le concedió la
Medalla Militar según Orden Circular de 3 de enero de 1935. (D.O. núm. 3)
Carrera militar:
Por orden del Subsecretario de Defensa del Gobierno del Frente Popular, Antonio
Fernández-Bolaños, se le da de baja en el Ejército sin opción a derechos pasivos y sin
perjuicio de lo que en su día resulte de la información que se le sigue (Diario Oficial del
Ministerio de Defensa Nacional núm. 34, de 9 de febrero de 1938).
Fuentes:
Fuentes:
Galería Militar Contemporánea. Servicio Histórico Militar. Madrid. 1980.
http://www.bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/i18n/catalogo_imagenes/imagen.c
md?path=44288&posicion=1
Imagen:
https://es-es.facebook.com/308631082236/photos/jefes-de-bandera-muertos-al-frente-
de-sus-unidadescapit%C3%A1n-d-miguel-le%C3%B3n-garc%C3%ADa-
c/10151749463212237/
Adscripción: N+1
591
Gómez Cotta, Federico
Fecha nacimiento: 10 de marzo de 1902- Málaga
Fecha defunción: 15 de septiembre de 1939- Córdoba
Empleo Julio 1936: Teniente de la Guardia Civil
Destino Julio 1936: Inspección General - Madrid
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Bujalance- Córdoba (1933)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su distinguido y brillante comportamiento en los sucesos desarrollados en Bujalance
los días 11, 12 y 13 de diciembre de 1933. Orden Circular de 8 de abril de 1935 (D.O.
número 82)
Carrera militar:
Ingresa como alumno en la Academia de Infantería en agosto de 1920, ascendiendo a
Alférez en 1922 y a Teniente en 1924. En mayo de 1927 pasa a la Guardia Civil con el
empleo de Teniente de ese Cuerpo. Desarrolla su carrera miliar en el Arma de Infantería
en el Ejército de África, en diferentes destinos, el último de 1922 a 1925 en el Batallón
de Cazadores Cataluña. En la Guardia Civil es primeramente destinado en 1927 a la
Comandancia de Segovia, posteriormente al 18 Tercio y en septiembre de 1934 a la
Comandancia de Córdoba. En julio de 1936 se encontraba destinado en la Inspección
General, en Madrid. Al inicio de la Guerra Civil, se pasa a zona nacional, quedando en
situación de disponible forzoso y fue dado de baja definitiva del servicio por las
autoridades de la República en abril de 1937. Las autoridades nacionales le destinan a la
Comandancia General de Canarias en mayo de 1937 y posteriormente a la Comandancia
de Tenerife. En enero de 1938 pasó como agregado a la Comandancia de Ávila.
Fuentes:
Hoja de Servicios en Archivo Ministerio del Interior- Sección Guardia Civil
Gaceta de Madrid de 15 de septiembre de 1936 /Gaceta de Madrid de 14 de abril de 1937
y BOE 28 de mayo de 1937/ BOE 1 de septiembre de 1938 y BOE 10 de octubre de 1940
BLÁZQUEZ MIGUEL, J. La Guardia Civil durante la República y el 18 de julio. Madrid.
2010.
Adscripción: N+2
592
Gómez Flórez, Fernando
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Cabo Marinería
Destino Julio 1936: Desconocido
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Desembarco en Santa María de la Mar Pequeña, Territorio del Ifni, el 6 de abril de 1934,
se le concede la Medalla Militar, según consta en D.O. número 18 de 22 de enero de 1935.
Adscripción: No adscrito/ No participa/ Indeterminada
593
Gómez Rial, Antonio
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Cabo Infantería
Destino Julio 1936: Desconocido
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Hechos que motivaron la concesión:
Por su actuación siendo cabo de Infantería en las operaciones ofensivas para la liberación
de Oviedo y Avilés el 6 de octubre de 1934, se le concedió la Medalla Militar por Orden
Circular de 13 de noviembre de 1934. (D.O. núm. 236).
Carrera militar:
Se retira de Brigada de la Guardia Civil.
Fuentes:
Galería Militar Contemporánea. Servicio Histórico Militar. Madrid. 1980.
Adscripción: No participa/ No constatada
594
González Cutre Villaverde, Mariano
Fecha nacimiento: 3 febrero 1908
Fecha defunción: octubre 1972
Empleo Julio 1936: Teniente Caballería
Destino Julio 1936: Escuadra núm. 1 Aviación- Getafe (Madrid)
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Medalla Militar concedida en 1934, según consta en el Anuario Militar de 1936.
Comentarios:
Fue hecho prisionero durante la guerra civil. Al terminar, continua carrera, llegando al
empleo de Teniente General Ejército del Aire.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: N+2
595
González Pérez Caballero, Rafael
Fecha nacimiento: 16 de junio de 1998
Fecha defunción: 13 de diciembre 1936 (Madrid)
Empleo Julio 1936: Capitán del Tercio
Destino Julio 1936: 2ª Legión del Tercio- Dar Riffien
(Marruecos)
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Asturias
(1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Medalla Militar concedida en 1934, según consta en el Anuario Militar de 1936.
Comentarios:
Su hermano Miguel estaba destinado en 1936 en el Regimiento Tarifa de Alicante. Rafael
muere en combate frente a la Brigada Mixta que estaba al mando de su hermano Miguel.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
ALPERT, El Ejército Popular de la República, 3ª edición, Barcelona, Crítica.
Barcelona, 2007
Adscripción: N+2
596
Ladia Manejaron, Emilio
Fecha nacimiento: Desconocida
Fecha defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Soldado de Infantería
Destino Julio 1936: Desconocido
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su actuación en la defensa del cuartel ocupado por el Regimiento de Infantería número
3 en Oviedo el 8 de octubre de 1934, se le concedió la Medalla Militar por Orden Circular
de 5 de octubre del 1935. (D. O. núm. 238).
Comentarios:
Se licencia como Cabo de Infantería. De su vida después de servir en el Ejército en 1934,
sólo se ha encontrado referencia sobre la realización de un donativo en 1961 para
huérfanos de militares.
Fuentes:
http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/1961/11/11/pagina-37/32697286/pdf.html
Adscripción: No participa/ No constatada
597
Ruedas Ledesma, Luis
Fecha nacimiento: 12 febrero 1891- Cuenca
Fecha defunción: 31 octubre 1936
Empleo Julio 1936: Comandante Infantería
Destino Julio 1936: Disponible forzoso- Madrid
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Asturias (1934)
Carrera militar:
Al estallar la sublevación se encontraba en Madrid en situación de disponible. El 18 de
julio, fue detenido y asesinado por milicias en octubre de 1936. Este caso
Comentarios:
Este caso ha permitido confirmar que el gobierno creado por los sublevados en Burgos
asignaba una pensión de supervivencia a los familiares de los militares que habían sido
hechos presos en la zona leal a la República, como se recoge en algunos estudios, como
el de Alejandre García sobre las prestaciones extraordinarias originadas por la Guerra
Civil.
Fuentes:
BOE de 9 de julio de 1949
Boletín Oficial del Estado núm. 125, de 22/02/1937
CDMH: DNSD-SECRETARIA, FICHERO,58, R0165302
ALEJANDRE GARCÍA, J.A., “La protección social en el primer franquismo: régimen
jurídico de las pensiones y prestaciones extraordinarias originadas por la Guerra Civil”,
Anuario de historia del derecho español, Nº 78-79, 2008-2009, págs. 371-396.
Adscripción: N-1
598
López de Ochoa y Portuondo, Eduardo
Fecha nacimiento: 31 enero 1877- Barcelona
Fecha defunción: 17 agosto 1936 - Madrid
Empleo Julio 1936: General de División
Destino Julio 1936: Procesado- Disponible- Madrid
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Recompensado por Decreto de 18 de febrero de 1935 con la Gran Cruz de la Real y Militar
Orden de San Fernando por dicho el mando de las fuerzas encargadas de aplacar la
sublevación de Asturias de 1934 y, especialmente, por el heroísmo, resolución y acierto
con que concibió, dirigió y realizó las operaciones militares que rápidamente
restablecieron el orden y reprimieron la rebeldía.
Comentarios:
Ingresó en la Academia de Infantería a los dieciséis años, alcanzando en 1895 el empleo
de segundo teniente. Destinado al Ejército de la isla de Cuba, participó en numerosas
acciones, siendo recompensado con cinco Cruces al Mérito Militar y una de María
Cristina, el ascenso a primer teniente en 1896, por la acción de montes de don Martín, y
el de capitán en 1898, por la acción de Loma Ayua. En 1909 luchó en Marruecos, siendo
recompensado con el empleo de comandante en 1909; con el de teniente coronel, dos años
después; y con el de coronel en 1914 por el mérito contraído en los combates sostenidos
en Malalien y Beni.
Fue promovido a general de brigada en 1918, permaneciendo los años siguientes
disponible en Madrid, Melilla y Palma de Mallorca, hasta que en 1921 se le encomendó
el mando de la 2.ª Brigada de la 7.ª División (Barcelona). En 1924 pasó a la situación de
primera reserva en Barcelona con el empleo de general de brigada, y cuatro años después
fue dado de baja en el Ejército. En julio de 1930 publicó el libro titulado De la Dictadura
a la República, por lo que fue procesado, al igual que Ortega y Gasset, autor del prólogo
de dicha obra, por sus connotaciones republicanas y masónicas.
Volvió al servicio activo en 1931 al proclamarse la República. En el mes de octubre de
1934 fue nombrado jefe de las fuerzas encargadas por el Gobierno de sofocar el
599
movimiento revolucionario socialista de Asturias, posteriormente fue cesado y pasó a la
situación de procesado en el mes de marzo de 1936, tras ganar las elecciones el Frente
Popular, El 16 de agosto de 1936 causa baja definitiva del Ejército con pérdida de honores
y atribuciones económicas; estaba ingresado en el Hospital Militar de Carabanchel; el 17
de agosto de 1936, milicianos republicanos le sacan del Hospital, lo llevan al Cerro de
Almodóvar y lo asesinan.
Fuentes:
Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, Legajo L-1152.
http://dbe.rah.es/biografias/56525/eduardo-lopez-de-ochoa-y-portuondo
Adscripción: R+1
600
Lorenzi De la Vega, Emilio
Fecha nacimiento: 8 de diciembre de 1905
Fecha defunción: 14 de febrero de 1978
Empleo Julio 1936: Teniente Infantería
Destino Julio 1936: Oficina Asuntos Indígenas- Ifni
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Acción: desembarco y ocupación de Santa Cruz de Mar Pequeña el 5 de abril de 1934.
Concesión por Orden de 24 de enero de 935, D. O. Ministerio de la Guerra, núm. 21/1935,
de 25 de enero, pág. 198.
Comentarios:
En 1947 era Comandante de la Escala de Tierra de Aviación; en 1957 era Teniente
Coronel; en 1970 asciende a General de Brigadas, en 1973 a General de División
honorífico. Caballero Mutilado Permanente. Gran Cruz de San Hermenegildo. Asiste a
una audiencia con Franco en 1970.
Fuentes:
Galería Militar Contemporánea. Tomo VII. Quinta Parte. Servicio Histórico Militar.
1980, págs. 131-132.
http://linz.march.es/Documento.asp?Reg=r-37689
Adscripción: N+2
601
Manso Rodríguez, Jesús
Fecha nacimiento: 1899
Fecha defunción: 31 de julio 1936- Madrid
Empleo Julio 1936: Comandante de Infantería
Destino Julio 1936: Regimiento Infantería Zaragoza número 30- Lugo
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Medalla Militar concedida en 1934, según consta en el Anuario Militar de 1936.
Comentarios:
Se subleva en Lugo e inicia un avance hacia Ponferrada y, desde allí, a Madrid, en cuyo
frente norte muere en combate a finales de julio de 1936.
Calles en su nombre en Lugo y en el Bierzo que han sido recientemente retiradas del
callejero.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/lugo/lugo/2015/05/05/siete-ilustres-guerra-caen-
callejero/0003_201505L5C3992.htm
Adscripción: N +2
602
Marín de Bernardo Las Heras, Carlos
Fecha nacimiento: 14 enero de 1896
Fecha defunción: 22 septiembre 1992
Empleo Julio 1936: Comandante de Ingenieros
Destino Julio 1936: Escuela de Estado Mayor- Turín (Italia)
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Medalla Militar concedida en 1934, según consta en el Anuario Militar de 1936.
Comentarios:
Durante la Guerra Civil se hace cargo en febrero de 1937 del Estado Mayor de la
Comandancia Militar de Baleares, para posteriormente ir destinado en noviembre de 1938
al Ejército de Levante. Asciende a Teniente Coronel en 1938. Al final de su carrera es
ascendido a Teniente General honorífico.
Fuentes:
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: N +2
603
Martínez Alonso de Celada, José
Fecha nacimiento: 19 de marzo de 1904
Fecha defunción: diciembre de 1954
Empleo Julio 1936: Teniente de la Guardia Civil
Destino Julio 1936: Comandancia de Burgos
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Asturias (1934)
Medalla Militar concedida en 1934, según consta en el Anuario Militar de 1936.
Comentarios:
Se suma a la sublevación el 18 julio y en noviembre de 1937 es destinado a la
Comandancia de la Guardia Civil de Oviedo. Fallece siendo Teniente Coronel y es
ascendido a Coronel, en virtud de la Ley 32/1963, de 2 de marzo, por la que se amplían
los beneficios concedidos por la Ley de 26 de mayo de 1944 al personal en posesión de
la Cruz de San Fernando o Medallas Militar, Naval o Aérea individuales que pase a la
situación de reserva o retiro por inutilidad física.
Fuentes:
Boletín Oficial del Estado, núm. 388, de 12/11/1937, página 4.300
Adscripción: N+2
604
Menéndez Pérez, Bernardo
Fecha nacimiento:
Fecha defunción: 14 diciembre 1936 - Pozuelo Alarcón
(Madrid)
Empleo Julio 1936: Teniente del Tercio
Destino Julio 1936: 2ª Legión del Tercio
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Por el asalto a la barricada de la entrada de Gijón el 10 de octubre de 1934 se le concede
la Medalla Militar, según consta en D.O. número 238 de 15 de octubre de 1935.
Comentarios:
Muere en combate con el Ejército Nacional en diciembre de 1936, por la acción recibe
una segunda Medalla Militar a título póstumo.
Fuentes:
Boletín Oficial del Estado, núm. 312, de 28/08/1937, página 3078
Adscripción: N+2
605
Montero García, Nicasio Joaquín
Fecha nacimiento: 14 abril 1907
Fecha defunción:
Empleo Julio 1936: Teniente del Tercio
Destino Julio 1936: 2ª Legión- El Tercio (Marruecos)
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Medalla Militar concedida en 1934, según consta en el Anuario
Militar de 1936.
Comentarios:
Se alista a las fuerzas sublevadas desde el primer momento y asciende a Capitán en abril
de 1937. Termina su carrera con el empleo de General de División.
Fuentes:
Boletín Oficial del Estado núm. 270, de 17/07/1937, página 2.409
ENGEL MASOLIVER, C. El cuerpo de oficiales en la guerra de España. AF Editores.
2008
Adscripción: N+2
606
Pérez Sánchez, José
Fecha nacimiento: 16 de mayo de 1901
Fecha defunción: 18 de junio de 1960- Sevilla
Empleo Julio 1936: Teniente Ingenieros- Servicio de
Aviación
Destino Julio 1936: Escuadrilla de la Escuela de
Observadores -Cuatro Vientos (Madrid)
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Ifni (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
El 8 de abril de 1934, cooperando en la ocupación del territorio del Ifni por el Coronel
Capaz, siendo Suboficial piloto de Aviación Militar de la primara patrulla del Grupo 31
de la 1ª Escuadra de Getafe, tomó tierra en un pequeño poblado de Amezdog, pese a
desconocer el terreno y no tenerse seguridad sobre la actitud de los indígenas. Se le
concedió la Medalla Militar, según consta en D.O. 18 de 22 de enero de 1935)
Carrera militar:
Al estallar la guerra es destinado al Cuartel General del general Pozas y en junio de 1937
es nombrado alumno de la Escuela Popular de Estado Mayor, saliendo graduado con la
1ª Promoción en octubre del mismo año. Se destina a Aviación en junio de 1838 y
posteriormente a la Secretaría del Ejército del Aire en marzo de 1939. Ascendido al
empleo de capitán en marzo de 1937 y a Mayor en junio de 1938. Al terminar la guerra
es procesado en 1939 en las Causas de la Jurisdicción Aérea y condenado por un delito
de adhesión a la rebelión, a pena de muerte que le fue conmutada por 30 años de reclusión
mayor e indultado posteriormente. Se le hizo señalamiento de pensión y mesadas de
supervivencia para su familia, mientras subsistiera la privación de libertad.
Fuentes:
Gaceta de Madrid de 2 de diciembre de 1936.
Diario Oficial del Ministerio de la Guerra. Publicaciones de 17.3.37/ 17.6.37/ 9.3.37
/13.10.37 / 25.10.37 / 24.6.38 / 12.6.38 /18.3.39. Causas de la Jurisdicción Aérea-
Sign.2477. Archivo Histórico Nacional- CAUSA_GENERAL, 1517, Exp.4
Revista de Aeronáutica y Astronáutica, número 7 de abril 1995
Adscripción: R+2
607
Rubio San Juan, Agustín
Fecha nacimiento: 38 de agosto de 1894
Fecha defunción: 8 de julio de 1943
Empleo Julio 1936: Teniente de la Guardia Civil
Destino Julio 1936: Colegio Huérfanos- Valdemoro (Madrid)
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Bujalance- Córdoba (1933)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su distinguido y brillante comportamiento en los sucesos desarrollados en Bujalance
los días 11, 12 y 13 de diciembre de 1933 se le concede la Medalla Militar en 1935, según
constan anotaciones en su Hoja de Servicios.
Comentarios:
Durante los días posteriores a la sublevación, viaja a Pontevedra para pasarse a zona
nacional, donde fue agregado a la Comandancia de Salamanca y destinado al 7º Cuerpo
de Ejército (BOE 18.5.37), a disposición del general jefe del MIR (BOE 19.7.37), a la
Comandancia de Salamanca (BOE 18.12.37) y agregado a la Comandancia de Pontevedra
(BOE 21.10.38). Estas circunstancias hacen que cause baja definitiva en la Guardia Civil
Republicana (GM 30.7.36).
Ascendido a capitán (BOE 14.5.37) y habilitado a comandante (BOE 3.8.38). Medalla de
Sufrimientos por la Patria por herido grave en acción de guerra en el frente de Guipúzcoa
el 26.12.1936 (BOE 12.1.38). Fallecido el con el empleo de capitán en 1943 (DOME
16.7.43).
Fuentes:
Hoja de Servicios, Archivo Ministerio del Interior, ACDGGC, expediente personal
Diversos Boletines Oficiales del Estado, Diarios Oficiales del Ministerio del Ejército y
Gacetas de Madrid, referenciados en el texto.
Adscripción: N+2
608
Sánchez Herrero, Gaspar
Fecha nacimiento: 1 de junio de 1900- La Redonda (Salamanca)
Fecha defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Sargento de la Guardia Civil
Destino Julio 1936: Puesto de Tetuán- Marruecos
Campaña en la que obtuvo la Cruz o Medalla: Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Siendo jefe del puesto de La Llanera (Oviedo) al estallar el movimiento revolucionario,
rechazo el ataque de un numeroso grupo de rebeldes y lo alejó del Puesto, saliendo a la
carretera que mantuvo expedita, a pesar de haber sido gravemente heridos dos de los
cuatro guardias que tenía a sus órdenes, permitiendo con su actitud y acertada actuación
la llegada de refuerzos. Se le concedió la Medalla Miliar por Orden de 13 de diciembre
de 1934 (D.O. número 290)
Carrera militar:
Ingresa como Trompeta de la Guardia Civil el 25 de septiembre de 1915, siendo
nombrado Guardia 2ª clase en 1918 y Cabo por elección en 1923. Asciende a Sargento
en 1933 y a Brigada un año más tarde. En 1941 es nombrado Alférez y Teniente al año
siguiente. Asciende a Capitán en 1942. En 1958 asciende a Comandante y se retira tras
42 años y 4 meses de servicios en las Comandancias de Barcelona, Salamanca, Oviedo,
Cáceres y Córdoba; así como en la Casa Militar del Jefe de Estado, en el Grupo de
Investigación y Vigilancia de Ferrocarriles.
Comentarios:
Al estallar la Guerra Civil, está destinado en Marruecos y forma parte de las tropas que
cruzan el estrecho en octubre 1936, encuadrado en la compañía expedicionaria de la
Comandancia de la Guardia Civil de Marruecos, a bordo del vapor "Ciudad de Alicante".
Durante la guerra, sirve en el Ejército de Andalucía, concretamente en Sevilla, y pasa,
posteriormente a Salamanca al servicio de vigilancia exterior e interior de la residencia
provisional de Franco.
Fuentes:
Hoja de Servicios en Archivo Ministerio del Interior- Sección Guardia Civil
Adscripción: N+2
609
Sánchez López, Manuel
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Cabo de ‘El Tercio’
Destino Julio 1936: Desconocido
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Asturias (1934)
Hechos que motivaron la concesión:
Por su valerosa y solitaria actuación, siendo Cabo de ‘el Tercio’, en el rescate de varios
oficiales presos de los sublevados en Trubia (Asturias) el 17 de octubre de 1934, se le
concedió la Medalla Militar concedida, según consta en el D.O. numero 238 de 16 de
octubre de 1935.
Carrera militar:
Participa en División Azul. Continua carrera, progresando desde Cabo a Comandante de
la Legión.
Adscripción: No determinada
610
Villarino, Ricardo
Fecha de nacimiento: Desconocida
Fecha de defunción: Desconocida
Empleo Julio 1936: Cabo Infantería
Destino Julio 1936: Desconocido
Campaña en la fue recompensado con la Cruz o la Medalla: Asturias (1934)
Por su actuación siendo cabo de Infantería de la 2ª Compañía de la columna que partiendo
de Lugo participó en las operaciones ofensivas para la liberación de Oviedo y Avilés el 6
de octubre de 1934, se le concedió la Medalla Militar por Orden Circular de 13 de
noviembre de 1934. (D.O. núm. 236).
Fuentes:
Galería Militar Contemporánea. Servicio Histórico Militar. Madrid. 1980.
Adscripción: No determinada
611
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Sr. D. Amadeo-Martín Rey y Cabieses, Real Academia Matritense de Heráldica y
Genealogía, 2017.
618
ANEXOS
I. Breve glosario de terminología militar219
Este anexo contiene las definiciones y explicaciones de los conceptos y la
terminología técnica militar usada en este trabajo de investigación. En particular, se
glosan los términos relacionados con los parámetros que han servido para llevar a cabo
los análisis y para inferir las conclusiones presentadas en esta tesis doctoral.
Armas
Las Armas son conjuntos de personal y medios, organizados y empleados en unidades,
que desarrollan actividades específicas en las operaciones. Históricamente, responden a
la especialización impuesta por la evolución de los medios y los procedimientos.
Depositarias de los valores tradicionales, proporcionan identidad y espíritu a sus
componentes, diferenciándose por sus características particulares de actuación y por las
funciones que desarrollan en el combate. Las Armas del Ejército de Tierra son:
Infantería
Es por excelencia el Arma de la maniobra. Concebida para actuar en toda clase de terrenos
y circunstancias, constituye el núcleo de las Fuerzas Terrestres y en su beneficio actuarán,
normalmente, todas las demás. Las características de la Infantería son la movilidad,
adherencia y adaptación al terreno; la versatilidad, fluidez y flexibilidad de sus
despliegues, y la potencia de choque.
Caballería
Es por excelencia el Arma del reconocimiento, de la seguridad y del contacto. Sus
características principales son: velocidad, movilidad, flexibilidad y fluidez, de las que son
consecuencia su rapidez de maniobra y gran radio de acción. Sus acciones tienen siempre
un marcado carácter ofensivo. En su origen, la movilidad venía dada por el uso de caballos
219 Definiciones, adaptadas por el autor, procedentes de la Doctrina empleo de las fuerzas terrestres (3.a
Edición), Doctrina Mando de Adiestramiento y Doctrina, 2003 y del Reglamento de adquisición y pérdida
de la condición de militar y situaciones administrativas de los militares profesionales. B.O.E. núm. 297, de
12 de diciembre de 2015
619
por los jinetes militares. En el período de estudio, las unidades de caballería estaban
formadas, tanto por équidos, como por vehículos a motor acorazados y por los primeros
modelos de carros de combate (comúnmente denominados ‘tanques’).
Artillería (en 1936 era un Cuerpo)
Es por excelencia el Arma del fuego. Los objetivos terrestres, navales y aéreos sobre los
que actúa caracterizan a las diferentes clases de Artillería: de campaña, de costa y
antiaérea. Las unidades de Artillería de campaña apoyan y protegen al resto de las fuerzas
en acciones terrestres con sus fuegos potentes, precisos y profundos, proporcionados por
cañones y obuses.
Ingenieros (en 1936 era un Cuerpo)
Es por excelencia el Arma del trabajo técnico. Sus características esenciales son la
flexibilidad en la organización y la coordinación técnica en todas sus acciones. Las
unidades de Ingenieros favorecen la maniobra propia y dificultan la del enemigo mediante
acciones conducentes a modificar las condiciones del terreno, mediante la construcción
de fortificaciones, puentes, caminos, tendiendo cableado para las comunicaciones
telefónicas y, en general, realizando misiones de apoyo a la movilidad, contra-movilidad
y protección
Cuerpos
Los Cuerpos militares son especialidades que dan apoyo a las funciones de combate de
las Armas. También han heredado el nombre de Cuerpo los Institutos o entidades
policiales de carácter militar, o civil.
Cuerpo de Estado Mayor
Sus cometidos son la planificación y el asesoramiento al mando y está conformado por
generales, jefes y oficiales pertenecientes al Cuerpo de Estado Mayor, como por aquellos
otros militares que mantenían su pertenencia a otras Armas o Cuerpos, pero que, habiendo
obtenido el diploma de Estado Mayor tras la superación de los estudios correspondientes,
estaban habilitados para prestar la función de planeamiento y asesoramiento, denominada
entonces ‘Servicio de Estado Mayor’.
620
Cuerpo de Intendencia
Sus cometidos son el planeamiento y gestión de los recursos económicos, el
asesoramiento en materia económico-financiera y los de carácter logístico que se les
encomienden reglamentariamente.
Guardia Civil
Cuerpo de seguridad pública de naturaleza militar y ámbito nacional que formaba parte
de las Fuerzas de Orden Público (en la actualidad Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado). Además de las funciones policiales desarrolladas en tiempo de paz, en tiempo de
guerra servía de apoyo a las unidades de combate, como policía militar, y también como
unidades combatientes, de infantería o caballería.
Carabineros
Cuerpo armado cuya misión era la vigilancia de costas y fronteras, y la represión del
fraude fiscal y el contrabando. Se integró en el Cuerpo de la Guardia Civil en 1940. En
tiempo de guerra, al igual que la Guardia Civil, podía ser empleado como unidades de
combate.
Conducción de operaciones de guerra
Una vez producido el conflicto armado, la conducción de las operaciones se efectúa en
tres niveles: estratégico, operacional y táctico. Todos los niveles se encuentran
estrechamente relacionados de una forma dinámica y no existen límites precisos entre
ellos.
Nivel estratégico
Se define el objetivo estratégico militar como cada una de las metas que las Fuerzas
Armadas deben alcanzar para lograr los grandes objetivos estratégicos que le han sido
asignados para la resolución del conflicto. La conducción estratégica de las operaciones
es el proceso por el cual se dirigen en su conjunto todas las operaciones militares,
coordinándolas entre sí y con otras actividades civiles y militares, se distribuyen fuerzas
entre ellas para su ejecución y se vela por su sostenimiento en medios y recursos, todo
ello en el marco de la finalidad política que las determinó.
621
Nivel operacional
En este nivel se desarrolla la concepción, planeamiento y dirección de las campañas que
tienen por finalidad alcanzar los objetivos estratégicos militares y se fijan los objetivos
operacionales que han de lograrse mediante las operaciones principales.
Nivel táctico
En él se lleva a cabo el planeamiento y la conducción de las batallas y combates para
alcanzar los objetivos tácticos y, a través de ellos, los objetivos operacionales. En este
nivel se aplica la táctica, entendida como la ciencia y el arte que permite determinar el
modo de empleo de la fuerza en operaciones militares, de acuerdo con sus características,
posibilidades, misión y situación.
Batalla
Se entiende por batalla una serie de combates relacionados entre sí para alcanzar el o los
objetivos tácticos necesarios para la consecución de un objetivo operacional.
Combate
Se entiende por combate una serie de encuentros de duración e importancia variables,
necesarios para la consecución de un objetivo táctico.
Unidades
El personal y los recursos militares se organizan en unidades - normalmente para el
combate-, en servicios, - normalmente para el apoyo logístico o sanitario- y en centros -
normalmente para el reclutamiento, la instrucción y la enseñanza-.
Gran unidad es el conjunto de unidades de combate, de apoyo operativo y logístico, capaz
de vivir y combatir con sus propios elementos durante un tiempo proporcionado a su
entidad y su estructuración está fijada por la legislación vigente. Son la Brigada, la
División, el Cuerpo de Ejército y aquellas otras de nivel superior que la dimensión del
conflicto requiera de composición variable. Las grandes unidades están al mando de
generales y están compuestas de pequeñas unidades: Regimiento, Batallón, Compañía.
En julio de 1936 el Ejército español se estructuraba en ocho Divisiones Orgánicas, de las
622
que se reseñan la sede de sus Cuarteles Generales y sus máximos mandos:
I - Madrid (Virgilio Cabanellas); II – Sevilla (Fernández de Villa- Abrille); III – Valencia
(Martínez- Monje); IV – Barcelona (Llano de la Encomienda); V- Zaragoza (Miguel
Cabanellas); VI- Burgos (Batet); VII-Valladolid (Molero); VIII - Coruña (Salcedo); y
Una División de Caballería – Madrid (Peña); Las Fuerzas militares de África – Tetuán
(Morato); la Comandancia de Baleares (Goded); la Comandancia de Canarias (Franco);
la Dirección General de Aeronáutica (Núñez de Prado); la Inspección General de la
Guardia Civil (Pozas); y la Inspección General de Carabineros (Queipo del Llano).
Jerarquía militar
En el Ejército y en los Cuerpos de Orden Público de 1936, la jerarquía militar consistía
en los siguientes grados, o empleos, agrupados por categorías o escalas, de menor a mayor
posición en la jerarquía, contando aproximadamente220 con los siguientes efectivos:
Tropa: Soldado/ Cabo: 175,000
Suboficiales: Sargento / Suboficial: 17,000
Oficiales: 13,000
- Oficiales subalternos: Alférez/ Teniente/ Capitán
- Jefes: Comandante221/ Teniente Coronel/ Coronel
Generalato: General de Brigada/ General de División222/ Teniente General: 100
El término ‘empleo’ acumula el concepto de ‘grado’ (posición en la jerarquía militar), la
retribución y la capacidad sancionadora. Así, en el Cuerpo de la Guardia Civil, los
oficiales podían tener, por ejemplo, el empleo de Teniente de la Guardia Civil y el grado
de Capitán del Ejército.
220 Para una cuantificación exacta de los efectivos por categorías, cfr. “ILUSTRACIÓN 12 - Tabla
Distribución de Fuerzas del Ejército español en 1936”, en la página 91 221 “Mayor” en el Ejército Popular de la República 222 En los Cuerpos (Intendencia, Sanidad, Guardia Civil, Carabineros): Inspector General
623
Situación administrativa
Con independencia del Arma o Cuerpo, el grado o empleo, la categoría o escala, los
militares, como los funcionarios de la Administración civil, se pueden encontrar durante
su vida profesional en diferentes situaciones con respecto a la Administración militar.
Todo cambio de situación administrativa del militar se refleja en su Hoja de Servicios.
Militar de carrera: mantienen una relación de servicios de carácter permanente,
contrariamente a los militares con una relación de servicios de carácter temporal, como
por ejemplo los que realizan el servicio militar.
Activo: Cuando el militar ocupa puestos en unidades, servicios o centros del Ejército,
ejerciendo sus funciones y atribuciones. El militar en activo puede estar destinado en un
puesto concreto, o sin destino, a la espera de ser destinado. El militar con destino, ejerce
mando cuando es responsable operativo y/o administrativo de una unidad militar.
Reserva: Sin actividad, pero puede ser movilizado en caso de necesidad. Existen también
destinos para personal en situación de Reserva, en servicios o centros, pero no en unidades
operativas.
Separado del servicio: Cesa temporalmente en sus funciones y atribuciones por una
decisión administrativa o judicial.
Licencia (para la categoría de tropa no profesional) / Retiro (para militares de carrera):
Cese definitivo de la relación profesional. En el periodo temporal que abarca este estudio,
y solamente para los generales, la situación de ‘retiro’ se denominaba ‘segunda reserva’.
624
II. Índice onomástico
Abriat Cantó, Miguel, 483
Aguilera Ramírez de Aguilera, Modesto, 254
Alegre Rodríguez, Ángel, 75, 77, 319
Allanegui Luzarreta, Manuel, 526
Alonso Alonso, Luis, 407
Alonso Díaz, Félix, 229
Alonso Vega, Camilo, 109, 110, 527
Álvarez- Espejo González de Castejón, Ricardo, 190
Amate Hernández, Melchor, 47, 360
Ansaldo Vejarano, Juan Antonio, 362
Aparicio Micó, Juan, 147, 176
Ara Izquierdo, Julio, 293
Arias Rivas, Adolfo, 309
Arjona Monsó, Rafael, 502
Arrojo López, Manuel, 232
Arteaga Pastor, Federico, 52, 319, 365
Ascoz Caballero, Mariano, 95, 410
Azcona Arrivillaga, Antonio, 533
Badal Suay, Bernardo, 52, 209
Baquera Álvarez, Luis, 367
Barreiro Álvarez, Manuel, 256
Batet Mestres, Domingo, 97, 114, 122, 140, 490, 578
Becerril Peigneux d’Egmont, Florencio, 412
Benito Ibáñez de Aldecoa, Gabriel de, 321
Benito Terraza, Gregorio, 97, 114, 141, 143, 322
Bertoloty Ramírez, Ricardo, 282
Blanco Pardal, Manuel, 52, 369
Bravo Moraño, Martín, 371
Burguete Lana, Ricardo, 36, 179
Burguete Reparaz, Manuel, 534
Cabanellas Ferrer, Miguel, 121, 122, 140
625
Cabanellas Ferrer, Virgilio, 97, 121, 122, 140, 316, 322, 345, 503, 580
Camacho Benítez, Antonio, 484
Campos García, Juan, 536
Capaz Montes, Oswaldo Fernando, 91, 93, 97, 115, 140, 288, 377, 437, 476
Carranza Reguera, Ramón, 191
Carvajal Sobrino, Aniceto, 373, 431
Casas Bartolomé, Segundo, 414
Castelló del Olmo, José, 109, 310
Castells Ballespí, Rosendo, 212
Castillo Melero, José, 178
Castro Adelantado, Antonio, 581
Castro Feijoo, Jesús, 584
Castro Girona, Alberto, 311, 375, 479, 493, 582, 542, 554
Cavalcanti de Albuquerque, José, 240, 297
Cebollino von Lindeman, Joaquín, 294
Chao Martín, Domingo, 504
Collado Sánchez, Esteban, 272
Collado, Aurelio, 585
Coronel Cubriá, Alfredo, 323
Crespo Coto, Ignacio, 193, 147, 205
Cruz Ramos, Benigno, 586
De la Fuente del Olmo, Ciriaco, 214
Del Castillo Sánchez, Julián, 195
Del Real y Bienert, León, 260
Delgado Mena, Antonio, 324
Díaz Carmona, Jose, 587
Domínguez Catalán, Juan, 537
Durán de Cottes, Jerónimo, 198
Estrada García, Gonzalo, 182, 184
Fernández Mulero, Pio, 415
Fernández Pérez, Emilio, 325
Fernández, José Ramón, 589
626
Fortea García, Julio, 508
Franco Bahamonde, Francisco, 18, 33, 87, 93, 97, 110, 114, 127, 139, 141, 155, 167, 192,
242, 252, 282, 290, 301, 312, 314, 333, 343, 385, 390, 395, 425, 465, 490, 495, 510, 552,
527, 540, 545, 555, 573, 607
Franco Bahamonde, Ramón, 418, 484, 542, 553
Franco Salgado Araujo, Francisco, 538
Fuentes Clemente, Antonio, 273, 275
Gallego Gil, Gregorio, 541
García Caballero, Miguel León, 590
García- Escámez Iniesta, Francisco, 422
García Esteban, Mariano, 326
García Figueras, Tomás, 425
García Marcos, José, 375
García Rodríguez, Luis, 262
García-Almenta y Gutiérrez, Miguel, 427, 474, 475
García-Valiño y Marcén, Rafael, 497, 543, 425, 497, 542
Gil García, Francisco, 201
Goded Llopis, Manuel, 97, 141, 280, 289, 316, 330, 345, 382, 386, 495
Gómez Cotta, Federico, 75, 76, 535, 591
Gómez del Barco, José María, 377
Gómez Flórez, Fernando, 592
Gómez Morato, Agustín, 97, 99, 115, 140, 333
Gómez Rial, Antonio, 593
González Carrasco, Manuel, 97, 114, 141, 330, 334, 481
González- Cutre Villaverde, Mariano, 581, 594
González- Gallarza Iragorri, Eduardo, 419, 505
González- Gallarza Iragorri, Joaquín, 335, 416, 484, 511
González Pérez- Caballero, Rafael, 595
Gorostegui Robles, Antonio, 336
Gutiérrez De Diego, Pedro, 297
Gutiérrez Lanzas, Manuel, 134, 445, 516
Gutiérrez- Maturana Matheu, Carlos, 337
627
Héctor Vázquez, José, 546
Henández Bello, Tiburcio, 171
Herrero de Tejada y Francia, Fernando, 428
Herreros de Ridder, José, 234
Hortigüela Carrilllo, Víctor, 147, 202
Jiménez Canito, Enrique, 429
Jiménez Fuentes, Luis, 107, 248, 274
Juanola Durán, Lorenzo, 547
Ladia Manejaron, Emilio, 596
Lapatza Valenzuela, Simón, 433
Lizcano de la Rosa, Fernando, 381
Llano Encomienda, Francisco, 102, 114, 133, 134, 140, 142, 155, 331, 383
Llodrá Durán, Juan, 182, 184
Llorente Solá, Rafael, 548
López de Haro de Rey, José, 499
López de Ochoa Portuondo, Eduardo, 97, 114, 141, 529, 598
López Muñoz, Manuel, 264
López Pérez, Baltasar, 266
López Pozas, Pío, 78, 173, 275
Lorenzi de la Vega, Emilio, 600
Lucas Canillas, Rufino, 147, 183
Lucas Mercader, Enrique, 396
Manso Rodríguez, Jesús, 601
Marín de Bernardo Las Heras, Carlos, 602
Martín Alonso, Pablo, 93, 284, 542, 553
Martín Cerezo, Saturnino, 216
Martínez Alonso de Celada, José, 603
Martínez Anglada, José, 95, 106, 109, 430, 437, 463
Martínez Cortés, Juan, 250
Martínez Pérez, Venancio María de Paula, 193, 205
Mas Aznar, Francisco, 252
Maté Asenjo, Egidio, 204
628
Menéndez Pérez, Bernardo, 604
Mera Benítez, José, 176, 178, 185
Merás Vázquez, César, 519
Merino Mantilla de los Ríos, José, 122, 520
Millán- Astray Terreros, José, 33, 300
Mola Vidal, Emilio, 93, 97, 114, 115, 130-134, 141-143, 155, 290, 316, 345, 381, 384,
487, 529, 544, 555, 580,
Montero García, Nicasio Joaquín, 605
Moreno Abella, Luis, 338
Moreno Álvaro, Jesús, 243
Moreno Gamero, Nicolás, 245
Moreno Terrón, Cesáreo, 247, 275
Moyano Araiztegui, Ignacio, 434
Munar Munar, Bartolomé, 397
Muñoz Grandes, Agustín, 93, 492, 557, 558
Muñoz Gui, Carlos, 109, 439
Muntané Cirici, Bartolomé, 95, 436
Muruzábal Resano, Arcadio, 224
Navarrete Ceniza, Francisco, 298
Nicolás Ordóñez, Guillermo, 400
Nombela Tomasich, Antonio, 95, 109, 437, 441, 463
Nuñez de Prado y Susbielas, Miguel, 93, 95, 122, 141, 270, 312, 315, 343, 542
Ocaña Téllez, Francisco, 226
Ocasar Blanco, Carlos, 444
Ordiales González, Senén, 445, 517
Orgaz Yoldi, Luis, 94, 114, 141, 142, 155, 316, 383, 389, 554, 557
Ortíz Muñoz, Juan, 346
Ortíz Portillo, Gonzalo, 560
Osés Armesto, Fernando, 561
Pajares Colodrón, Daniel, 402
Parra Mateo, Santiago, 351
Peña Rodríguez, Eleuterio, 318
629
Pérez Ayala, Francisco, 267
Pérez Manzanares, Antonio, 562
Pérez Sánchez, José, 75, 77, 606
Planell Riera, Joaquín, 449
Poch Juli, José, 206
Pozas Perea, Sebastián, 77, 96,97, 102,106, 114, 141, 142, 155, 374, 431, 454
Pozuelos Fernández, Antonio, 563
Puente Pérez, Agustín, 237
Pueyo Ayneto, Francisco, 456
Rada Peral, Ricardo, 564
Ramírez Domingo, Juan, 521
Ramos- Izquierdo Gener, Rafael, 269
Rañola Castellón, Agustín, 565
Rapela Rodríguez, Manuel, 459
Relimpio Carreño, Fernando, 566
Rey Castiñeira, Perfecto, 478
Ríos Angüeso, Julio, 304
Ristori Granados, Ambrosio, 238
Rivera Macías, Claudio, 481
Rodrigo Martínez, Miguel, 95, 462
Rodríguez Almeida, Pedro, 349
Rodríguez Cañivano, Eladio, 461
Rodríguez Casademut, José, 78, 210
Rodríguez López, Manuel, 105, 106, 109, 465
Rodríguez y Díaz de Lecea, José, 568
Roig Solé, Bartolomé, 106-107, 404
Roldán y Díaz de Arcaya, Fernando, 522
Rubio San Juan, Agustín, 75- 76, 607
Ruedas Ledesma, Luis, 75, 77, 597
Ruigómez Velasco, Manuel, 284
Ruíz de Sáez de Santamaría, Celestino, 268
Sáenz de Buruaga y Polanco, Apolinar, 338, 352, 571
630
Sáenz de Buruaga y Polanco, Eduardo, 571
Sánchez González, Juan Bautista, 572
Sánchez Herrero, Gaspar, 608
Sánchez López, Manuel, 609
Sánchez Vivancos, Manuel, 469
Sánchez-Ocaña y Beltrán, José, 523
Sanféliz Muñoz, Felipe, 471
Sanjurjo Sacanell, José, 97, 277, 287-290, 315, 331, 363, 379, 381, 385, 390, 479, 489,
493-495, 542, 553, 555
Santamaría Pérez, Ceferino, 524
Seijo Carballo, Manuel, 227
Sevillano Cousillas, Ángel, 472
Sierra López, Diodoro, 187
Simarro Puig, Luis, 356
Soláns Lavedán, Luis, 525
Soler Lacambra, José, 474
Sueiro Villarino, Álvaro, 573
Teijeiro Pérez, Jesús, 358
Tejel Bes, Ramón, 575
Tella Cantos, Heli Rolando, 74, 110, 393, 479, 527
Torres Sánchez, Juan, 357
Trapote González, Francisco, 147, 188
Urrutia González, Gustavo, 359
Varela Iglesias, José, 33,97, 104, 109-110, 114, 141-142, 155, 192, 286, 392, 394, 425,
466, 531, 545, 557, 571
Vázquez Bernabéu, Antonio, 307
Verdú Verdú, Gregorio, 577
Vidal Somba, Vicente, 281
Vila Pérez, Benigno da, 247, 253
Vilanova Rubiol, Matías, 207
Villarino, Ricardo, 609
Yagüe Romero, Florencio, 475
631
Tesis doctoral: La élite heroica militar en la Guerra Civil Española (1936-1939)
Doctorando: Manuel Rodríguez Vico
Escuela Internacional de Doctorado UNED
Programa Unión Europea
Septiembre 2020
- FIN DEL DOCUMENTO -