AÑO 1918...AÑO 1918 1.AS INVASIONF,S DE MIí,D1U EN 1918.-Empecemos por indi-car que, por lo que...

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AÑO 1918 1.AS INVASIONF,S DE MIí,D1U EN 1918.-Empecemos por indi- car que, por lo que al Mildiu se refiere, el aÍlo 1918 fué aún más benigno que el anterior ya que las condiciones meteoroló- gicas no fueron muy propicias para su desarrollo. Las invasio- nes de dicha criptó}^ama no revistieron, pues, mucha impor- tancia y los viticultores pudieron defenderse perfectamente de ella para lo cual contaron también COIl más productos cúpri- cos que en las anteriores campañas. l:n cambio las dificultades para luchar contra el Oidium fueron en aumento, como se de- talla en el lu^ar oportuno de esta Memoria, a causa de la ex- traordinaria escasez y carestta de.l azufre que aconsejaron a este Establecimiento a desarrollar la campaña que, en este mismo volíimen, relacionamos m^s adelante. No obstante, no dejG de presentarse el Mildiu en estos viñe- dos y especialmente en el constituido por este Campo de ex- perimentaciones cuyas cc^pas por su ^ran frondosidad, aumen- tada en este año por los abonos aplicados, constituyeron te- rreno muy propicio para su desarrollo hasta el punto de que las vides dejadas sin tratamicnio ali;uno, como testii;os, en las parcelas destinadas a experimentaciones contra cl blildiu, lle- garon al final de la campafia con la mayor parte de sus pám-

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AÑO 1918

1.AS INVASIONF,S DE MIí,D1U EN 1918.-Empecemos por indi-

car que, por lo que al Mildiu se refiere, el aÍlo 1918 fué aún

más benigno que el anterior ya que las condiciones meteoroló-

gicas no fueron muy propicias para su desarrollo. Las invasio-

nes de dicha criptó}^ama no revistieron, pues, mucha impor-

tancia y los viticultores pudieron defenderse perfectamente de

ella para lo cual contaron también COIl más productos cúpri-

cos que en las anteriores campañas. l:n cambio las dificultades

para luchar contra el Oidium fueron en aumento, como se de-

talla en el lu^ar oportuno de esta Memoria, a causa de la ex-

traordinaria escasez y carestta de.l azufre que aconsejaron a

este Establecimiento a desarrollar la campaña que, en este

mismo volíimen, relacionamos m^s adelante.

No obstante, no dejG de presentarse el Mildiu en estos viñe-dos y especialmente en el constituido por este Campo de ex-perimentaciones cuyas cc^pas por su ^ran frondosidad, aumen-tada en este año por los abonos aplicados, constituyeron te-rreno muy propicio para su desarrollo hasta el punto de quelas vides dejadas sin tratamicnio ali;uno, como testii;os, en lasparcelas destinadas a experimentaciones contra cl blildiu, lle-garon al final de la campafia con la mayor parte de sus pám-

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panos destruid^s y con pérdida también de numerosos raci•mos, según detallaremos más adelante.

Hicimos también este año un estudio acerca de las invasio.nes acaecidas y sus períodos de incubación que, comparadocon el correspondiente a 1915, revela las grandes diferencia^entre una época vegetativa tan lluviosa como la de este año ^la seca y cálida que caracterizó el de 1918. F.ste estudio vi.eutincluido en el gráfico, que en el anterior tomo de esta Memaria hemos insertado, referente también a otros particulares in^teresantes y que, para comodidad del lector incluimos tambiéd ,adjunto en este tomo (Lám. 18 - III). Observando la parte qutal Mildiu se dedica en dicho gráfico, se deduce que si bién la^lluvias del 24 de Abril y del 6 de Mayo pudíeron haber aca.rreado invasiones, especialmente esta última por el desarrolloque presentaba^a ya los brotes, no tuvierou lugar y por estolas señalamos en el gr^áfico como hipotéticas. Lo rnismo sucedibcon la lluvia del 19 de Mayo, cuya invasión hipotética, po^error de copia, no está incluida en el gráfico.

Las primeras manchas de aceite que nos fué dado observa^en las cepas testigos lo fuerou el dfa 5 de Junio, de cuya lluvi^como de la del dfa siguiente resultó la aparicióu de las efloreacencias o manchas blancas en esta última fecha. La infecciócdebió tener lugar en el período lluvioso del 2G a 27 de Mayocorrespondiendo, por tanto, a esta primet•a irtuasión, un períodtde incubación de 9 a 10 dfas.

Era de temer que las mismas Iluvias del 6 de Junio produja'ran una nueva invasión pero los fuertes vientos del últim0'cuadrante que las sucedieron y que acarrearon gran sequedal'en el ambiente, seguramente la evitarori o a lo menos, no observamos nuevas manchas en las cepas testigos hasta el 25 ^Junio aparecidas merced a las nieblas y elevado grado higrornbtrico precursor de la Iluvia de este último día. F,sta segunJinaasián debió realizarse merced a la lluvia del dfa 17 corrapondiéndole, p^r tanto, un periodo de incubación de 8 días.

Nuevas manchas de aceite hacen su aparición en las cept«testigos los dfas 3 y 4 de Julio, cuyos intensos rocfos, como^

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del dta siguíente, dieron por resultado las tnanchas blancasaparecidas en los días 4 y 5. La infección correspondiente a

esta tercera inva.sión debió realizarse con la lluvia del 26, o qui-zás con la del 25, del mes de Junio anterior, con una incuba-ción de unos 8 días., La lluvia del primero de Julio provocó una nueva inuasí6n,

la cuarta del año, cuyas manchas de aceite aparecieron losdías 6 y 7, cuyos fuertes rocfos, asf como et del dfa 8 provoca-ron la aparición de las efloresc.encias blancas, correspondiendoun perfodo de incubación de unos 7 dfas. 1;1 heeho de aparecereflorescencias en dfas consecutivos, sienrlo el pri ►nero de ellosaquel en que aparecieron las primeras manchas de aceite, se ex-plica por el hecho de ser provocada la eflorescencia por el ro-cfo y no afectar éste, con suficieute intensidad, a toda la cepa.

La quí^^ta invasió^i de 1918 la provocó en este Campo de ex-perimentaciones, ia lluvia del 9 de Julio, apareciendo las man-chas de aceite a ella correspondientr^s los dfas 14 y l5, cuyosintensos s•ocíos ocasionaron también la aparición de algunaseflorescencias en los órganos por ellos afectados, no hahiéndo-se presentado nuevos rocíos hasta el 18 en que aparecieronnuevas manchas btancas. El periodo de incubación fué, en con-secuencia, de unos 6 días, el menor que hemos registrado eneste Campo, faciliiado por óptimas condiciones higrométricasy termométi•icas.

Una nueva séria de manchas de aceiie aparecieron el 29 deJulio acompañadas por otra de manchas hlancas aparecidamerced a los intensos rocíos del mismo día y del siguiente.Esta sexta invasiGn ae realizfi merced a la niebla de la nochede123 al 24 de Julfo correspondíendole, por tanto, un períodode incubación de 6 días.

Y, por ^iltimo, la lluvia del 2 de Agosto, ocasianó una sépti-ma invasión cuyas manchas de aceite se revelaron los dfas 8 y9, apareciendo las blancas en este último y el siguiente en quese presentó el rocío con bastante intensidad. El período de in-cubación fué, en consecuencia, de unos 7 días.

Estas dos últimas invasiones, especialmente la sexta, fueron

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rnuy poco intensas y ya, en el resto de la ve^etación de 1918,no se reveló la presencia de nuevas manchas.

Con los datos auteriores podemos formar, corno en 1915, e^adjunto estado, 13 - III, resúmen de invasiones y per(odos dtincubación:

Est. 13 - I(d

INVASIONES llE MILDIU Y r'ERÍODOS DE rNGL3BACIÓN DE I.AS MISMASy

EN 191ó, ES ESTE CAMPO DE E7CPERrñ[ENTACIONES

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Nqmero de t°sáe la

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1 26 - 27 Mayo ... 5 Junio ..... 9 a 10

2 ]7 Junio . . . . . 25 Junio . . . . . 8

3 25 - 2^ Junio ... 3- 4 Julio .... 8

4 1 Julio. . . . . . 6 - 7 Julio . . . . 7

5 9 Julio. . . . . . 14 -15 Julio. . . . 6

S 23 - 24 Julio. . . . 29 Julio . . . . . 6

I^` 7 • 2 Agosto . . . . . 8 - 9 Agostb . . , . 7

•hRATAMIENTOS CONTRA F.I, MlLD1U, EN 1918, EN ESTE CAMPQ

r)E EXPERIMEN'CACI4NES.-I;rl e5te n[^O Se de9tinarQn, COnfOCrnE

detallaremos mas adelarlte, las parcelas I3 A a 1G 13 a ensayosde diversas fórmulas contra el Mildiu y las 25 A a 28 II a losde distiatas fól•mulas, contra el Oidium. De las restantes parcelas, tas i A a 12 R y 21 A a 24 I^ todas inclusive y con mi^ras especialmente diri^idas a estudiar en ^ran escala el com^portamiento contra el Oidiurn de los caldos mixtos rnildiuiei^das y oidiumicidas, se trataron, en el transcurso de la vegetacióq

las síete I(neas m^s orientales de cada una de eltas exclusiva

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mente con caldo bordelés neutro al 2 % de suifato de cobre ylas siete occidentales con caldo mixto constituido añadiendo,a la disolución de sulfato de cobre al2 ó, polisulfuro de caly neutralizando luego con lechada de cal hasla indicios decolor rosa en el papel de fenolftaleina. E1 polisulfuro fué ela-borado por este )►stablecímiento siguiendo las instruccionesrecomendados por el mismo en el tratado del que suscribe so-bre el «Oidium de la vid• y ddda su densidad de 20 gradosBaumé fué añadido, en el primer tratarniento, a la dósis del3% en volúmen pero, en vista de que a esta concentraciónocasionaba qnemaduras, especialmente en los pámpanos tier-nos, en los tratamientos sucesivos se añadió solaruente al 2 porciento en volíuuen a cuya concentración ya no qut•mab..r o lasquemaduras eran muy leves. I,as restantes parcelas fueron tra-tadas integramente con caldo bordeles neutro al 2%.

Cuatro fucron los tratamientns generales yue dimos en esteCampo, en 1918, contra el Mildiu, en la forma que acabamosde exponer y en las fechas siguir.ntes : Uado el crecimiento debrotes, el descenso de temperatura y grandes humedades IlOC-turnas se empezó el primer tratarniento el dfa 2 de Mayo enprevisián de un carnbio de tiempo, present^ndose, efectivamen-te, alguna 1{uvia los citas ^4 y ^i y algo más imporiante el G enque acabG de aplicarsc dicho h•atamiento. I:I segundo se su-ministró del 22 al 2^i dc Mayu en vista del gran desarrollo fo-liáceo; la oportunidacl de este tratamiento quedG demostradapor las grandes lluvias presentadas, los días ^fi y 27 (E:s decirlos siguientes a aquel en c{uc se acabfi de dar) yne, como he-mos visto, dieroiti lugar a l.r priu^era invasión dcl .rtio en luscepas tesli};os dc este (,ampo. i?l tercer tratamiento se preparfiel día 1:'i de •lunio al oliservarse Un posihle cambio dc tiempo,dado el descenso notablc de temperatura eon humedad, em-pezándose el lti (c^n duc efectivamenle llovió algo como tam-bién el 17 cuyas lluvias ocasionaroa la segunda invasiGn delaño según vicnos anteriorrnenle) y terminiaudose el 2'L. LateconstituyG el tratan^ienlo post-lloracifin yue es uno de los queeon más interés recomendamos en nuestro tratado sobre •EI

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Mildily de la l^ida, Por último, al presenlarse la tluvia del 9 deJnlio y aunque las invasiones de Nlildiu no revestfarr gl'all ln-tensidad, se preparó el cuarko tratamiento general par aconse-jarlo asf el gran desarrollo de las brotes en este Campo, mer-ced a los abonos aplicados al mismo, y convenir también paraasegurar los racimos; este cuarto tratamiento se aplicó del 10al 17 de dicho mes y ya, en lo sucesivo, las condiciones metea-rológicas, y encontrándose todavía defendidas las vides pc^r elírltimo sulfatado, no hicicron preciso ningún trata ►niento más,Hay que consignar que, en la segunda quincena de Junio, esdecir, entre el tercer y cuarlo tratamiento contra el Mildiu, lapresencia del Oidium, hizo precisa la aplfcación, en las semi-parcelas tratadas con el caldo mixto que bemos índicadv, deuu tratamiento especial suplementar°io a los racimos con dicboealdo mixto acifcion:rdo de diversas substancias mc^jantes y ad-herentes, como la k?elatina, el aceite común }^ el cle linaza, eljtrgo de higos cl)umbos y el jabón hlando, que se ensayaronsucesivamente se^;ún detallarernos crr la parte de esfa i^temariareferente el Oidium debiendo tan solo consignar aqut que conlos tratamíentos, con los mencfonados caldos mixtos, iv^;ramosdefender perfecttrmente contra el IVlildiu las parcclus corres-pondientes.

^!.NSAY05 Y EXPERIMF.NTAC[SNF.3 CON'I'RA F.L MIr,DIU FN ^9IH.-

Fueron varias, ^demhs de las expresadas con caldos rnixtos,las que se pusieron en práctica :

a) Sulfixtados en pleita floraci6n. -- llel l(1 al 14 de .iunió,es decir•, eir pleno perfodo de tloración cie la vid ens^ ► yamos,en algunas lf ►^e<rs, la influcncia cle las divc•rsas fórmulas cúpri-cas usuales, cuajando con todas ellas perfeclamerrte los frutos•Estas tratamientos los recomendam^s, incluso can polvos cú-pricos, en años muy lluviosas, en nuestro tratado sohre ^ElMildin de Ia t^id» recomendando, no abstante, ctue Ias produc•tos sean neutros para evitar quemaducas.

13espeeto a este particular, con fecha 2G de Julia del misrnoatlo, se sirvió comunicarnos un distinguido Sr. Viticultor de

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Berja (Prov. Almerfa) y refiriéndose precisamente a cuantosobre el particular menciouamos en dicho tratado, que habfasulfatado sus parcelas en plena iloración con caldo bordelés al2 0^ cuajando la uva sin diFicultad alguna y que lo mismo ha-bfan efectuado, con igual resultado satisfactorio, otros Srs. Viti-cultores en sus parras, lo cual consignamos con gnsto por loque pudiera interesar.

b) Incrttsiaciones y absorcio^tes de sul fato de. cobre.. - El 5de Julio ensayamos el mélodo que pudiera llamarse de incrus-tación que no pudimos completar el año anterior. A este efectoaplicanaos, en varios pics de vid, sulf^tto de cobre en polvo enheridas practicadas en el tronco o en orificios abiertos en elmismo con una barrena y tapados ui^a ver llenos, con paraFi-na. 1:1 resultado fué ia presentaciGn de l;raves quemaduras enel follaje en visla de lo cual se ensayG también, el 9 del mismomes, la aplicaciGu d^l mismo sulfuto, en disoluciGn al 10, al5, al 2,5 v^d una por ciento tlotándose quc si al lU f se pro-dueían qnemaduras, al ^i era» ya muv dél:►iles v a meuot• con-centracif,n no se pt•oducfan ya. La l^uca inten^^a^,d de las inva•siones del Mildiu no permiticron deducir n^tda acerca de tusefectos sobre éstc cie los indicados ens<ty^us teniendo, por tanto,que quedar para ulleriores esluciios lo misn^o yue los iniciadosel at^o anteriot•, por ott•os proccditnicntus, sei;ítn qucdG opor-tunamente consignud^.

c) Ettsa,yo de ^iírntulct.ti tltilclittrcidcrs. --- Se planteat•on en1918 (en las mistnas parcclas 1;3 A a lii 13, int;crtas todus sobreMourviedro h Itupestris, que el ai5o anteriot•) y eii la formaque se indica eti el adjunto ^;c^tlico 141 -!Il trtttandose, portanto, las filas 1 y ^ ae caciu l^arcelsa cou (;upriol al 2°^^^, las ^ty 5 con disolución simple de '?:>t) ^;ramos dc sulFato de cobreen cien litros de apna, las filas 7^• S con caldc, bordelbs nc^utroal uno por cietito adicionaclo clc^ un cc^i ► tenar de t;ran^os de ge-latina por hectblitro, las líneas IU y I1 con caldo bordelés neu-tro al uno por ciento sin adhcrente al^;uno y las ]3 y 1^ conealdo bordelés al 2!',^; dc sulfato de cobre yuedando lras l(neas3, 6, 9 y iz ^on^^ te^ti^^^ sin Iratantietito alg ►tno contra el Mi1-

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diu. Desde luego que todos los tratamientos fueron aplicados,con las fórmulas y en las líneas correspondientes, en lasmisrnas fechas (en los mismos instanles pudieramos decir) quefueron, según se observa en el gráfico 18 - III correspondientea las invasiones y pexíodos de incubación que hemos inclufdoen este tomo, y al que anteriormente nos hemos r•eferido, el'L de Mayo para el primero, el 25 del mismo mes el segundo,el 16 de Junío el tercero y ei 15 de Julio el cuarto y último,También fueron idénticos y efectuados al mismo tiempo losrestantes cuidados culturales y, por lo que respecta a la defensacontra el Oidium, se dieron idénticos tratamientos, a todas lasfilas sin distinción de dichas ocho parcelas y efectuados enellas al mismo tiempo, consistentes en la aplicación del azufreamarillo ordinario excepto en el primero que se aplicó el ne-gro precipitado.

Los resultados obtenidos en estos ensayos los consignamos

en ]os adjuntos estado t4 - III y gráfico 19 - III correspondiente,

cuyas principales indicaciones o características pondremos de

relieve a pesar de que sus diversos detalles no necesitan casi

aclaración. En el estado vienen representados los resultados,

como en su analogo del año anterior, por kilógramos de raci•

mos obtenidos por hect5rea y por tantos por ci^^nto cte mayo•

ración de coseeh^^s alcanzada en las diversas parcclas con los

distintos h•at21111ientOS y, en cuanto t^l gr4^tlco, vienen represen-

tados por tantos por ciento solamente obedeciendo a las rar.o•

nes que ya indicamos oport^mamente.

Observando, en primer lugar y en el estado, las produccio-nes correspondicntes a las lfneas testigos, se rwela la aún me•nos importante intensidacl de las iiivasiones dc :^lildiu duranteel año pues son, casi siempre, mayores yue en 1917 (en lasmismas parcelas sometidas entonces a análoga experimentacióny tratándose precisamente de las mismas lilas que en dichoaño quedaron tambiCn como tesligo^) resultando igualmenlemayor el promedío, a pesar de haberse acentuado de modoconsiderable la depresión iniciada anteriormente en el Esquit-xagos y a pesar de las tarnbién escasísimas producciones que

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ESCUELA DE VITICULTURAY ENOLOOÍADE REUS.

GRÁFICO DE LOS RESULTADOS DE LAS EXPERIMENTACIONES DE PRODUCTOS MILDIUICIDAS, EN 1918,CALCULADOS EN TANTOS POR CIENTO

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Parcelas 13 A a 16 B sobre Mourviedro - Rupestris

2 0 O Testigos sin tratamiento contra e/ Mildiu.fllas: 3- 6- . .9- f

Fi/as: f-2. • ------- Cupriol.'

Filas : 4 - 5 . . . . . . • • • • • • • • • • • • • • • • • • /„ de sullato de eobro.Disolución simpla a! 0,25 •°

Fílas : 7 - 8 . . . . . - • • - • • - • • - • • - • • - ; 0 9ela(nizado.Caldo bordelés a! I

Fi/as : f0 - 1 t . . . . -- • - • - • - • •-- -

Caldo bordelés a/ f ^^, neutro. •

Cafdo borde/és neutro a! 2•i•.Filas: 13 - f6 .•••

Promedios de todes !as filas.

90

Bo

/Io

/6 0

I30

/40

i3o

/zo

//o

ioo

Bo

IU

bU

50

40

30

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30

40

SO

6U

TO

60

^4/^e•fxrl ^ar ^^7^ ^r^c^ia ^FO^a ^nrnc^as; ^,

;'02.

C. Olrvaraa, ing. /ec.

A. Garcla, Ing. del.

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161

t, 14-III.

ESCUELA DE VI'fICUI.TURA Y ENOI.OGfA llE HI;US

RESULTADOS DE LOS F.NSAYOS DE PRODUCT05 CUN'1RA FL Mli.UIU, EN 1918, CALCULAUOS EN KILÓGRAMOS DE RACIMOS

Y REFERIUOS A LA HECTÁRF.A, Y EN TANTOS POR CIF,NTO

Par

cela

13A

19B

14A

I148

15A

15B

18A

18B

Claee de vid

Macabeo / 1'1U2. . .

Sumoll / 1202 . . .

Xarel-lo 1 1202 . . .

Tempranilla / 1202 .

Macabeo I 120'l. . .

Cariñena / 1202. . .

Esquitxa•gos I 1202 .

Garnacha negra /1202

3. 8, N y 12

Testigos

sin

tra4-micnto

(

5187

3^J7G

G02G

484G

fi958

24f35

22.37

-_ _- ------- __ ___1y2

(:upriol- _ __-

I'ro-

duo-

ción

por

Ha.

i Aumeuto snbre lastestigos

IIPor I' pOt' o/olia. ^,

i ^i

7206 ^ -{- 2019 ^ -}- 38,9

50('i4

8449 ^ -}- 2423 ', -{- 40,2

$076 ' -}- 3230 -}- G(i,Ei

5218 ' -- 17•10 - 25,0

3-t7!) -}- 99•1 ' -}- 40,0

2733 i -}- 4!)G ' -^ 22,1

•1100 ^ -}- 144)1 i -}- 57,1I

___ __- __--- -- -- -- -4y6

Disoiución aimplc nl 0'25 °/e__.-_ __ _ _ _Pro- Aumento aobre Ina

cluc- testiRos

r.tónporHn.

F'or

Ha.L'or •/o

84•t^J -}- 32G'l ^ -^- G2,8

84)a6 -{- 4970 ^ -}-125,0^ ^

7703 i -}-1G77 i -}- 27,8I

4721 ! - 125 ' - 2,5

5715 ' - 1243 ; --- 17,8i ^

2:)82 -^- 497 í -^ 2U.C)^

1G17i j -- fi22 ^ - 27,K^ ^

24l1.5 ^ - 12•t ^ - d,7i

^ ^^i(i53 , -{- 13G2 -^- :31,7 ÍI 5327 ^ -}- lU:3G ^ -}- 2a,1Promedios generttlcs . •1291 ^

j _^ ^ NN ,

^ -}- 1988 ^ -}- ,,0,0

Flles y irninmientns respecth•os

7y8 t0y II(:aldo bordclRs 1"/o Kelntinizado (:aldo Frordelés F°/^ ucutro

Aumenln sobrn ias Aumcntn sobre ItnPro- i te.stfgns Pm- . tc.aliKu.r

ducción ; _' ducción -por ^ Por I^ por ^ F'or

°Hectóren , Ilectóren ^, ' EFect6ren IlectM1ren

Por •/o

t9 y 14

Cnldo t^ordclós 2 "/^ neu(m

_ _ ^ Aumrnto sobrr. lasPro- lesllKos

ducrión _ _

por ^ 1'or ^ ,1 or ^/°

Ileclórcn I fíeclrSrcu I

be todns

Ins tllos en

rndn clnse

rlc v{d

Promodlos

Aumento dcl promedloanleNor sobre Ias

fllns tasNgos

Por ^^ Por °/o

Hect► ren '

10561 -}- 537d + 10:3,ti 7703 -}- 'l; t (i -^- 48,5 50! •d _- 93 j -- 1,7 73(i7 -}- 2180 -{- 42,0

7'lOfi -}- 3`>30 -^ 81 'l 422•t -}- 248 . (; 2 4!)70 -}- ^)!)•1 -{- 2^ U 5881 1 ^05 7, ; f , ' i, -}- -}- 4 ,fl

59G•t - fil - 1,U 720(i -}- 11$0 -}- 1!),5 5591 ^ - - 435 ^ - 7,2 (i823 -}- 797 -{- ] 3,2

3T17 - 111 J - ?1,0 59fi4 -{- 1180 ^- 23,() !)31!) -{- 447:i ^ -}- !)2,a G1(19 -}- 12G3 -}- 26,1

5dfi7 - laJl - 21 •t 5!ki•t - - 991 _ __ i 1 2 10-t:37 ^ -}- 3479 ^^^'-f- 5l) 0 Gfi27 -- 331 - 4 R, ,, ,

3230 -^ 7•t5 -}- 19;J 4•173 -}- 1!)88 -}- 80.0 3fi03 -{- 1118 ' -}- 4d,fl 3:37:^ -I- xflo -{- 3a,8

13G7 --- R70 - :38,8 R70 ^ --- 1 a(37 __ a1,1 s337 ; -}- 41(x) ^ -}- t83,2 2.,27 -{- 2^0 --^- 13,0

1 h$?i - fi21 - 2:i,8 248a ' __ 1'^.t a,7 (iR3•t ; -}- •t2'l^i -}- 1G1,!) :i•t 17 -^- rcoK -^ :3t,o

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proporeionaron la Garnacha negra y la CariiSena a las cualescontribuyeron, indudablernente, por lo que a la primera se re-fiere, el corrimiento por fas lluvias aeaecidas durante la flora-ción y, por lo que concierne a la Cariñena, las fuertes invasio-nes de Oidium a la que se mues ►ra muy sensible, como sabe-rnos, esta vinffera. r^ causa de la indicada depresión en laEsquitxa-gos (que alcauzó no solo a las filas testigos sino quetambién a los diversos tratamientos excepto el caldo bordelésneutra al 2 oo) que produjo aún menos yue las dos variedadestintas con ella colindantes, Garnacha negr•a y Cariñena, a pesarde la escasfsima cosecha prociucida también por éstas, si cons-truyérarnos el gráfico correspondiente a producciones en kifó-gramos, por t^ectárea, verí:,mos yiie el zig ^ag de que hablamasen los ensayos de los añ^s anteriores vc,lvf;^ a aparecer en éste,tanto en las iilas sin h•atar corno rn t+l^;irnos de l.,s tr<+lan,ir.n-tos, para !as seis pt'imeras parcelas pe:•v .ie^+apat•rcfa a! Ilc•^;ara dicho 1=squitxa gc,s pc,r ser sus valore^S infc•t•iorr^ (con la úni-ca excepcibn incliz,^ad^, del caido t,ordr.fés al 2^) a los ciadospor las otras dos vínfferas a su lado situ,idas, contirmando esteheeho lo que yu ínciican+o5 respecko a qur dicho zíl; ru^; obe-decfa a ia capacid:+d ^rc,at,^tt•íZ y no [tl poder drfensiva contrael Mildiu.

Si ohsetwarnos ahnra ciicho est<tdu y, c.^n más claridad, eigráfico 19- I1[, vc•ruos que {o yue m:is resalta son Ia5 grandesbonificacioues obtenicias con el c[+Ido bordeÍés neutro al dosporciento, en la tnayorfa cle l;ts p;ircelas, resultundo su Itneala que se cc,nserva, r.n t;e+ret•al, m(is alta yuc: las de los restauteckratamienlos y siendo por esto m:is nc^table yue en el Macabeoy ei larel^lo st: nos ru:,nilieste no so)o pc,r drbajo dr todosestos otrvs lrat<ttnic^rttc,s siuo quc^ tamtiién, aúc+ cuancio por pe-quetias cantidades, por clcl+ajo cie los tcatigos correspondientes,tninoracíones yne, d^: t^das suertes, resultan contrarrestadasporlas otras excelentes bc,niticac•.iones (yue alcanzaron a un92,3 /ó, en el 'I'en+pranillo, a l1i1,4) ^,^; en la G;+rn.+cha negra ya un 183,2 ji;, et^ el 4^:scl++itxa-^;os} tl++e:tias^+ic^ rn el promrdiogeneral con una rr,ayoruciótt media drl ;,^,t) jó superior a la

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media de todos los demás tratamientos y superior, en un20,3 %, a la del (^upriol que fué, después de dicho Caldo bor•delés neutro al 2%, el producto que ma5or bonificación me.dia produjo. Por esto, a nuestro juicio, los valores y lfnea de^Cupriol siguen, a los del mencionado caldo al 2%, en poder yregularidad mildiuicida dándonos en la mayoria de las vin(•feras bonificaciones superiores, con alguna que otra excepción,a las dadas por las otras tres fórmulas de que no nos hemosocupado todavfa y sin que falte, como en el bordelés al 2^^una parcela, la del Ylacabeo alto, en que ei Cupriol se nos mos•tró irzferior no solo a las filas testigos sino yue también a todo9los restanles tratamientos, merecieudo especial mención elhecho cie que, precisamente en esta parcela de Mac<^beo alto,nos produjera el repetido caldo bordelés al 2 ^^ +ma ma^^ora-ción del 5U,U %, cuando, todas las demí+s fórmulas ensayadas,y con ellas su promedio, quedaron inferiores a ias produccio-nes dadas por las filas testigos.

Los valores correspondientes a las filas 4 y:^, tratadas con

disolución simple al cuarto por eienlo nos dieron lu{;r+r, como

se ve en el gráfico, a una ]fnea reveladora de la poca regulari•

dad en su eficacia (en las condiciones, rt:++•o está, eu que rea4i•

zamos [os ensayos, de dar el mismo lllÍfl]Cr0 (íe tratHniientosy

en las mismas fechas con las diver•sas fGe•mulas) pues si bién

en al^una parcela nos produjo bonificaciones muv aceptables

(especialmente con ei Sumoll que alcanzó un 125 %, que fué

la lllayor cíespués cíe las obtenidas en el H;squitxa-{;os y lu Gar•

nacha por el Caldo bordelés al 2°;) en otras los valores alcan•

zados fueron rnenos importantes quedar+do notahlemente por

debajo de los dados por los otros dos productos de que noa

ocupamos y aún, en cuatro parcelas, es decir, en la mitad de

las sometidas a ensayo, poa' debajo de las testinr^s. f:n el pra

medio de parcelas queció, la 1(nea correspondiente a dicha di•

solución simple de sulfato de cobre, con una mayoración del

24,1 % es decir, tan solo un 1,4 ^^, superior a1 promedio de

tratamíeutos pero infecior, en más de la mítad, a la bonífica•

ción media proporcionada por el caldo Uordelés neutro al

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IÓ►

2^, y casi una tercera parte menos que la dada por el Cu-priol.

Respecto a los Caldos bordeleses al 1%, gelatinizado y singelatinizar, los resultados obtenidos nos revelaron su escasopoder, pues aún, cuando en una parcela, cada una de dichasfórmulas, nos ofrecieron valores no solo muy aceptables sinoque también más elevados que los dados en ellas por todos losdemás tratamientos (circunstancia verdaderamente notable},en fodas las demás parcelas se nos mostraron muy deficientesquedando, en el promedio de parcelas, con bonificaciones pocoimportantes ( ligeramente a favor del caldo gelatinizado) locual, a nuestro juicio, nos dernuestra que para obtener resul-tados remuneradores es escasa, en general, la proporción del1 0o de sulfato de cobre en el Caldo bordelés por poco que lascondiciones meteorológicas, en una u otra é poca de dar algúntratamiento, sean favorables al desarrollo del Mildiu, es decir,que no puede tomarse como regla general la de dar todos lostratamientos del a8o al 1^̂ , sino que, si acaso, la cantidad desulfaio de cobre, debe estar en relación con dichas circunstan-cias meteorológicas y, si algún tratamiento podrá darse al1^o, otros convendrá darlos al 2 y hasta al 3 ó 4%, todo ellode eonformidad con lo que indicamos en nuestras instruccio-nes sobre •E1 Mildiu de la vid•.

Y hagamos resaltar, antes de dar por terminada la discusióndel resultado de nuestros ensayos de fórmulas mildiuicidMS en1918, una circunstancia, a nuestro juicio, notable e interesante,que nos revelan dichos resnltados en e1 eslado 14 - Ili y másclaramente, en el gráfico l9 - III a él correspondiente, Vése,en efecto, que precisamente en las parcelas ( Macabeo bajo, Su-moll, Xarel-lo) en que, el Caldo bordelés ncutro al `Z % o elCupriol, o ambas fórmulas, nos sef5alaron menorinflujo fueronlas que resultaron mírs beneficiadas con los otros productosmientras que, por c1 contrario, aquellos en yue éstos resultaronmás deficientes y hasta inútiles (como el 1?squitxa^gos, la Ca-riñena y el Macabeo alto) dicho Cupriol o dicho Caldo borde-lés neutro al 2%, o ambos productos, nos dieron importantes

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bonificaciones notabilísimas en algunos casos, especialmenttpor lo que al indicado Caldo se refiere. El hecho de que la,máximas bonificaciones a}canzadas por este último se hayatrealizado precisamente en las parcelas de E squitxa-gos y Gar•nacha negra, victimas como hemos indicado anteriormente dtimportantes depresiones debidas a causas agenas al Mildiu,segtín sabemos, nos inclinan a hacernos creer que, quizás, esdichos resultados obtenidos por el Caldo bordelés, puede teneralguna influencia determinada acción fortificadora o vigorizaate, de dicho Caldo a la concentracrón del 2 j, sobre las cepa^accián que, aún cuando en menos escala, poseería tambiéndCuprio} no teniéndola, en cambio, las fórmulas con menor can•tidad de cobre. Esta acción vigorizadora de los Caldos cúpricqsobre las vides ha sido señalada y afirmada como un hechoindudable por numerosos y notables experimentadores (véasten el capílulo correspondiente al año 1919, un arllculo en qutse ocupa de este importante particulat• nuestro distinguidocompañero D. Angel García, encargado de la Sección Patoló^gica de este Establecimiento) y, sea de ello lo que fuere, los r^suttados por nuestra experimentacibn obtenidos se nos haapresentado, a nuestro juicio, de confor•midad con dichas afir•maciones constituyendo, por tanto, un no despreciable punlo .de partida para emprender, según nos proponemos hacer opor• :kunamente, y en año que se preste a ello más que el de 1918,una série de ensayos especialmente encaminados a tan impor^tantítiimo aspecto del empleu de las sales cúpricas en viticul•tura Indiqucrnus también yue, en las reperidas parcelas, Itob^c•rv.rcibn dirrcta cie las cc^pas in^licaba a favor del Caldobordrlés nrutro al 2 %, signiéndule de^pués muy cerca el Cu^priol, rro solo un m<,jor• estado de cunsc•rvación de los racimasino yue también del foll:rje traduciéndose todo ello en una ma•yor lozanla y exuber•anc•ia vegetativa.

Díg;rmos, para terminar, yue aún cuando, según hemosdicho, la^ i^,^a^iunes d^ alilciirt revistieron en i9^8, y en gertera^^puca imhnrt;rncia. nu dc•.larun dc^ presrnfarse en estr, Campo icunru iiu. lu rc•^^elan. bic•n clarumentt^, lus esladu y gráíicoqu

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acabamos de discutir comparando en ellos los valores obteni-dos, en las lfneas testigos sin tratamiento alguno contra dichacriptógama, con los alcanzados en el conjunto de líneas soa^e-tidas a unos u otros mildiuicidas. El estado de los racimos endichas líneas testigos reveló también claramente la presencia

del Mildiu corroborada, igualmente, por el hecho de que,estas mismas llneas testigos, perdieron por mildiuación granparte de su follaje en el transcurso de la vegetación. La granlozanfa y exuberancia del Campo, favorecida por los abonoscon que fué beneficiado, contribuyeron indudablemente a faci-litar el desarrollo de dicha devastadora criptógama de la cual,no obstante, logramos defender al Campo completamente conlos tratamientos que ya indicamos al principio de este capítulo,produciendo, a pesar también de la virulencia de las invasio-nes de Oidium, la mayor cosecha que desde su plantación ha-bía pt•oporcionado.

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