Anuario hespérides 2009 2010

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ANUARIO DE HESPÉRIDES Investigaciones Científicas e Innovaciones Didácticas XVII-XVIII 2009-2010 / Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía Hespérides XX Congreso de Profesores Investigadores. Bicentenario de la Constitución de Cádiz. Otros Trabajos. Lucena (Córdoba)

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ANUARIO DE HESPÉRIDES

Investigaciones Científicase Innovaciones Didácticas

XVII-XVIII 2009-2010/

Asociaciónde Profesoresde Geografía e Historiade Bachillerato de AndalucíaHespérides

XX Congreso de Profesores Investigadores.Bicentenario de la Constitución de Cádiz.Otros Trabajos.

Lucena (Córdoba)

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ASOCIACION DE PROFESORES DE GEOGRAFÍA E HISTORIADE BACHILLERATO DE ANDALUCÍA

HESPÉRIDES

ANUARIO DE HESPÉRIDES.INVESTIGACIONES CIENTÍFICASE INNOVACIONES DIDÁCTICAS.

Volumen XVII – XVIII (2009-2010)

MÁLAGA, 2009

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ÍNDICE

CRÉDITOS

PRESENTACIÓN

XX Congreso de Profesores Investigadores: “La arqueología: de la ciencia a la docencia”. Lucena, Doña Mencía y Almedinilla (Córdoba), 2010

Conferencias

C. MÁRQUEZ, Apuntes para el conocimiento de la urbanística romana en Córdoba: el

yacimiento íbero-romano de Torreparedones ................................................................... 5

F. LEIVA BRIONES, Los museos locales de Córdoba y su asociación provincial ....... 19

Comunicaciones

E. COZALBES CRAVIOTO, Historiografía de la arqueología en Andalucía .............. 55

A. HERRERA GARCÍA, Antiguas hermandades de Lucena y de otros lugares de su

zona ................................................................................................................................. 69

A. MARTÍNEZ CASTRO, De la ciencia a la difusión de la arqueología en los museos

locales .............................................................................................................................. 79

J. M. NAVARRO DOMÍNGUEZ, El hallazgo del tesoro turdetano de Mairena del

Alcor ................................................................................................................................ 99

J. M. NAVARRO DOMÍNGUEZ, Cuadernos didácticos para el estudio del yacimiento

arqueológico de Gandul (Sevilla) .................................................................................. 115

M. A. NÚÑEZ BELTRÁN, Cristina de Noruega y Felipe de Castilla, un matrimonio de

alianza política en la Europa medieval ......................................................................... 127

A. RAMÍREZ NAVARRO, Vicente Talens Inglá, el gobernador modelo ................... 137

J. P. VÁZQUEZ GUZMÁN, La real fábrica de fundición de Alcora (Canjáyar): un

ejemplo para la didáctica de la arqueología industrial ................................................ 147

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MISCELÁNEA

XVIII Curso de Perfeccionamiento. (Málaga, 2009)

C. GARCÍA MONTORO, Contribución a la historia de la siderurgia malagueña: la

empresa “Ferrería del Ángel” (1826-1873) ................................................................. 165

XIX Curso de Perfeccionamiento. (Sevilla, 2010)

J. M. NAVARRO DOMÍNGUEZ, La arquitectura regionalista en Alcalá de Guadaira ..

....................................................................................................................................... 181

Otros trabajos

A. BOLUFER VICIOSO, ¿Qué representatividad tienen los protocolos de última

voluntad? El caso de la nueva Algeciras: 1711-1799 ................................................... 201

M. A. NÚÑEZ BELTRÁN, Tórtoles de Esgueva. Historia de mi pueblo .................... 223

M. J. PAREJO DELGADO, La iconografía de San Felipe Neri en Sevilla. Escultura ......

....................................................................................................................................... 245

 

“LAS CORTES DE LA LIBERTAD”. Tercera exposición conmemorativa del

bicentenario de la Constitución de Cádiz ...................................................................... 259

Reseñas e informaciones bibliográficas ...................................................................... 309

Publicaciones de la Asociación “Hespérides” .............................................................. 333

Normas de publicación de la Asociación “Hespérides” ............................................... 339

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JUNTA DIRECTIVA DE "HESPÉRIDES"

Presidente de Honor: Antonio Herrera García Presidente: Rubén Juan Aguilar Guerrero Vicepresidenta: Josefa Gámez Lozano Secretaria-tesorera: María dolores Posac Jiménez DELEGADOS PROVINCIALES Almería: Valeriano Sánchez Ramos Cádiz: Inmaculada Gavira Vallejo Córdoba: Rafael Jiménez Álvarez Granada: Juan de Dios Vico Robles Huelva: José Virgilio Sánchez Sánchez Jaén: Brígido Bazán Aguado Málaga: Joaquín Rafael Delgado Márquez Sevilla: Miguel Ángel Núñez Beltrán La dirección actual de la Asociación Hespérides es:

HESPÉRIDES I.E.S. “Nuestra Señora de la Victoria” Paseo de Martiricos, 11 29009. MÁLAGA

Nuestra dirección electrónica: [email protected]

Nuestra página Web es:

www.asociacionhesperidesandalucia.es

La edición del presente volumen ha sido coordinada por MIGUEL ANGEL NUÑEZ BELTRAN y ANTONIO HERRERA GARCÍA

© Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía HESPÉRIDES Edita: HESPÉRIDES Impresión digital en los talleres de Copyflash S. L. I.S.S.N.: 1576-8600 Depósito Legal: SE 2371-2011 Publicado en España

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PRESENTACIÓN

Entre la tradición y la obligada adaptación a las nuevas tecnologías aparece esta publicación de Hespérides. Desea ser una continuidad con las, para algunos, añoradas publicaciones en papel. Esta continuidad se manifiesta, como anuario, en el número del mismo. El último editado en papel fue el XVI, correspondiente al año 2008; el presente, en CD, es anuario doble, de los años 2009 y 2010, siguiendo con la numeración, XVII-XVIII.

En el título del anuario se ha realizado una pequeña variación. Desde ahora llevará por título Anuario de Hespérides. Investigaciones científicas e innovaciones didácticas. Con ello se pretende una única publicación anual de Hespérides (dejando aparte la revista), un anuario que incluirá los trabajos realizados en torno a las actividades programadas por la asociación durante ese año (Congreso de profesores investigadores o Coloquio metodológico-didáctico, jornadas, cursos, ...) y otras contribuciones de los hesperidianos, sean de carácter científico, didáctico o pedagógico. También, como novedad, podrá incluirse más de un trabajo por autor, e incluso podrá ser mayor la amplitud de los mismos. Son las ventajas de la amplia capacidad de los soportes informático-digitales. Se hace preciso recordar, en orden a los trabajos que se presenten, que deben seguir las normas de publicación que se insertarán en cada uno de los anuarios de Hespérides y que, de manera habitual, estarán colgadas en la página web de la asociación. Se va a hacer, además, un esfuerzo para que cada autor disponga de un pequeño número de separatas en papel de los trabajos que se publiquen en digital.

Recoge este primer anuario en soporte digital, no la primera publicación de Hespérides en este medio, el XX Congreso de Profesores Investigadores: “La arqueología: de la ciencia a la docencia”, celebrado en Lucena, Doña Mencía y Almedinilla (Córdoba); los XVIII y XIX Cursos de Perfeccionamiento de Hespérides, celebrados, respectivamente, en Mijas, Marbella y Málaga y en Sevilla. Las comunicaciones presentadas en el Congreso de Lucena sobrepasan la temática arqueológica del mismo, ofreciendo un abanico temático variado. Las aportaciones en torno a los Cursos de Perfeccionamiento son meramente testimoniales y no reflejan el interesante contenido de los mismos, sino solamente algunos aspectos expresados en una conferencia, en el caso del primero, y una comunicación, en el del segundo. También se incluyen tres trabajos de compañeros que han hecho llegar a la Comisión de Publicaciones. Finalmente se publica la tercera exposición conmemorativa del bicentenario de la Constitución de Cádiz, que lleva por título Las cortes de la libertad.

Desde aquí, Hespérides desea manifestar su agradecimiento a todas personas y entidades que coordinaron y colaboraron en la preparación y puesta en marcha los aludidos XX Congreso de Profesores Investigadores y los XVIII y XIX cursos de Perfeccionamiento; de manera especial a las delegaciones de Hespérides de córdoba, Málaga y Sevilla, así como a la delegación de Cádiz en lo que concierne a la tercera exposición del bicentenario.

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El agradecimiento, empero, debe hacerse extensivo a todos los hesperidianos por su entusiasmo, ilusión y trabajo, ya que gracias a todos Hespérides sigue caminando año tras año.

Sabemos que el esfuerzo de quienes han hecho posible esta publicación será valorado con generosidad por los hesperidianos y éstos, a su vez, sabrán comprender y disculpar, con benevolencia, las deficiencias que se detecten.

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XX Congreso de Profesores Investigadores: “La

arqueología: de la ciencia a la docencia”. Lucena,

Doña Mencía y Almedinilla (Córdoba), 2010

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CONFERENCIAS

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ANUARIO DE HESPÉRIDES. INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS E INNOVACIONES DIDÁCTICAS (Málaga), vol. 17-18, págs. 5-18.

APUNTES PARA EL CONOCIMIENTO DE LA URBANÍSTICA ROMANA EN CÓRDOBA: EL

YACIMIENTO IBERO-ROMANO DE TORREPAREDONES

Carlos Márquez1

En muy contadas ocasiones se puede asistir a eventos similares al descubrimiento de un asentamiento urbano de la antigüedad. A las naturales expectativas de índole científico se suman hoy día no pocas voluntades para darle a dichos yacimientos una rentabilidad social a fin de que cumplan uno de los objetivos más anhelados en ámbito cultural: la puesta en valor para que revierta a la sociedad a modo de transferencia científica, cultural y social.

Pero si además, este descubrimiento corrobora y amplía las prometedoras expectativas que de este yacimiento se tenían desde hace décadas, entonces nos encontramos con un hecho excepcional. Así podemos calificar las investigaciones que sobre el yacimiento ibero-romano de Torreparedones (Baena, Córdoba) se vienen desarrollando en los últimos años que, financiados por el Ayuntamiento de Baena2

1 Este trabajo es fruto de la investigación desarrollada dentro del proyecto de investigación “La presencia del princeps: modelos edilicios y prototipos en la monumentalización de las ciudades romanas de Andalucía.”HAR2008-04840, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación con fondos Feder.

,vienen siendo dirigidas por D. José Antonio Morena porque están sacando a la luz un verdadero compendio de urbanística romana. El azar ha querido, además, que los restos tengan un estado de conservación más que aceptable, circunstancia añadida a las anteriores y que concluyen todas ellas en confirmar la excepcionalidad antes reseñada.

2 El Seminario de Arqueología de la Universidad de Córdoba colabora en esta investigación a través de un Convenio firmado entre el Ayuntamiento de Baena y la Universidad de Córdoba.

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Carlos Márquez

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Objetivo de este breve trabajo3 es dar una reseña de lo encontrado hasta ahora en Torreparedones4

El acercamiento a una ciudad romana es la manera más adecuada de comprender la extraordinaria capacidad de adaptación ejercida por aquella cultura y que desarrolla sus modelos teniendo como principales objetivos la aculturación de las poblaciones indígenas, proceso que se fundamenta en la comodidad de la vida urbana y en la monumentalidad de sus componentes como principales presupuestos. Las ciudades actúan como nexos de unión en un territorio que empieza ahora a ser explotado de forma intensiva; conlleva, en consecuencia, un nivel de seguridad dentro de sus murallas que tendrá consecuencias urbanísticas como tendremos ocasión de analizar en su momento.

; si bien es cierto que el yacimiento forma parte de una investigación iniciada hace pocos años y que derivará en un proyecto sistemático de excavaciones, la monumentalidad de lo descubierto hasta ahora justifica lo parcial del contenido de este artículo. Es por ello por lo que haremos un breve paseo por lo conocido hasta este momento intentando señalar las características más destacadas de las distintas partes del yacimiento y, sobre todo, explicando el sentido que cada uno de los componentes urbanos tienen. Al igualo que cualquier ser vivo, una ciudad nace, se desarrolla y muero por unas concretas circunstancias que estamos obligados a conocer. Ese será nuestro objetivo reiterando una vez más que el avance futuro de la investigación nos permitirá ampliar en gran manera esta visión.

Elemento añadido en el caso de Torreparedones es el hecho de fundar una ciudad en un terreno previamente urbanizado por los turdetanos, circunstancia que nos permitirá concluir la fuerza del componente indígena en el diseño urbano o, en este caso, periurbano vinculado con un santuario de terrazas en el lado sur del yacimiento.

El yacimiento ya había sido objeto de estudio hace dos décadas por parte de la Universidad de Oxford y de la Complutense de Madrid, en concreto en el extremo sur, en el Santuario que luego tendremos ocasión de visitar. Pero serán sin duda alguna las prospecciones que hace dos años llevó a cabo el Ayuntamiento bajo la dirección de José Antonio Morena las que señalan el inicio de esta nueva fase de trabajo. Dichas prospecciones se extendieron a lo largo de toda la extensión del yacimiento dentro del perímetro murario que se encuentra en distinto grado de conservación.

1. El marco geográficoLa ciudad romana de Ituci (con total probabilidad esa podría ser la identificación

del yacimiento de Torreparedones) se encuentra situada en una de los cerros más altos de la zona norte de la Subbética, dominando todo el entorno; desde varios kilómetros se puede apreciar la torre del castillo medieval5

3 Toda la documentación gráfica que lo ilustra nos ha sido generosamente facilitado por D. J. A: Morena, a quien agradezco dicha amabilidad.

. Importantes yacimientos se encuentran en las cercanías como Ategua, Ucubi (Espejo), Iponuba (junto a Baena) y Obulco(Porcuna) y muy cerca se encuentra la via que comunica a Corduba con Malaca.Pertenecería al convento jurídico astigitano.

4 La cercanía del fin de excavación de la presente campaña impide contar con la planimetría del yacimiento que se está ultimando en el momento de entregar este texto a la imprenta.5 Este castillo ha sido excavado en los últimos años por nuestro colega el profesor D. Ricardo Córdoba de la Llave.

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Apuntes de la urbanística romana en Córdoba

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La ciudad romana conserva todavía sus murallas que definen un perímetro de forma casi triangular; a estas defensas se unen las naturales formadas por varias zonas de abrupta topografía fácilmente reconocible por las curvas de nivel.

2. Urbanística6

Lo que se conoce ahora del yacimiento es una mínima parte de su extensión, si bien resulta suficiente para conocer los elementos urbanísticos principales; ya nos hemos referido a las murallas, abiertas en el lado oriental por unas potentes puertas. Aunque hasta el momento sólo se conoce la puerta oriental, se ve claramente sobre el plano del yacimiento (FIGURA 1) la disposición de las dos principales vías de acceso: el cardo y el decumanus. El primero de ellos iría en el eje del yacimiento, de norte a sur (desde el castillo hasta el santuario antes visto) y el decumanus iría desde la puerta oriental antes citada hasta otra que se abriría en el otro extremo y que pasaría, además, en las inmediaciones del foro que ha sido localizado, como es habitual, junto a la zona de confluencia de ambas vías principales.

.

3. El santuario ibero-romanoSe encuentra en el sur del yacimiento, extramuros de la ciudad, en una zona

donde siempre ha habido una profusa aparición de pequeñas piezas, exvotos, de piedra caliza y también tenemos la suerte de contar con un interesante relieve que señala, precisamente, un rito de ofrenda a las puertas mismas de este santuario. La cronología ibérica plena dada a este santuario7 ha sido sustancialmente corregida por las excavaciones llevadas a cabo por el equipo de José A. Morena, tras las cuales se hace patente que este santuario, si bien tiene un origen ibérico, fue transformado en época del emperador Claudio, aunque debió continuar con su imagen primigenia que, como se ve en la imagen, consiste en una estructura aterrazada (FIGURA 2), encontrándose en lo más alto una sala pequeña que sería el sancta sanctorum del recinto (FIGURA 3). A dicha sala se accedería a través de un recinto en el que los visitantes podrían beneficiarse de las propiedades salutíferas de un manantial cercano y donde se desarrollarían además, toda una serie de ceremonias (por ejemplo, la incubatio).

4. La puerta oriental. La puerta Este, a la que ahora nos referimos, fue publicada por primera vez en el

año 2002 y es mérito de José Antonio Morena (a quien manifiesto mi agradecimiento por la información) el haberle otorgado una cronología tardo-republicana a la misma tras los trabajos de una excavación inédita hasta ahora, fechada hasta ese momentovarios siglos antes8

6 Sobre la urbanística romana sigue siendo de consulta obligada el trabajo de A. García Bellido al que un reciente estudio preliminar de M. Bendala le da una mayor actualización. A. García y Bellido, Urbanística de las grandes ciudades del mundo antiguo. Estudio preliminar de M. Bendala, Madrid 2009.

. Además, es un magnífico ejemplo de uno de los fenómenos más

7 M.C. Fernández Castro, B. Cunliffe, “El santurario de Torreparedones” en Catálogo de la Exposición Los Iberos, Principes de Occidente, Barcelona 1998, 148-149.8 M.C. Fernández Castro, B. Cunliffe, El yacimiento y el santuario de Torreparedones. Un lugar arqueológico preferente en la Campiña de Córdoba. BAR International Series 1030, Oxford 2002, 36 ss; P. Moret, “Les fortifications ibériques complexes. Questions de trace et d’unité de mesure” en P. Moret,

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claros que se ven en la ciudad romana: la representación de la ciudad a través de los edificios que la forman. Efectivamente, la función de tránsito y de ornato de la puerta se enriquece sobremanera al ser ésta el ingreso con un notable matiz propagandístico de la ciudad, que le añade monumentalidad y volúmenes poco vistos hasta ese momento en otros ejemplos hispanos e itálicos.

El caso de Torreparedones tiene además el interés añadido de ser la única puerta romano-republicana conservada en la Bética dado que su excavador estima que su construcción se llevó a cabo en el siglo I a.C.; dicha puerta (FIGURA 4) se ve flanqueada por dos torreones cuadrados, divididos en cuatro espacios en su interior (FIGURA 5) que se rellenarían a fin de darle mayor consistencia a la estructura9. De aparejo ciclópeo y macizo, debió de contar con un segundo cuerpo desde el que defender el ingreso, pareciéndose en este tipo de aparejo a la torre de Minerva del recinto amurallado de Tarragona con unas componentes helenísticas estas últimas que no han pasado desapercibidas a quienes las han investigado10

Esta estructura es bastante frecuente en los recintos de finales de la República e inicios del imperio en la península ibérica y podemos citar algunos paralelos más o menos próximos tanto en lo que se refiere a la tipología como a su cronología. Así por ejemplo Ercávica

. La anchura de la puerta sería de tres metros y a ambos lados se ha conservado en perfecto estado el acerado así como el pavimento de la vía de entrada.

11 que presenta un torreón rectangular fechado, junto a la muralla, en el siglo I a. de C; o también la puerta norte de Libisosa, si bien en este caso con alguna variante12. Válido resulta igualmente un ejemplo más alejado geográficamente, como es el de la ciudad romana de Emporiae13. No cabe duda, como veíamos antes, que todas ellas parten de un mismo modelo representado en el ejemplo tarraconense de la puerta de Minerva14

Entramos en la ciudad por esta puerta, y accedemos pronto al centro monumental de la misma que forma parte del proyecto de investigación para los próximos años. En el cruce del kardo y decumanus, como sabemos, se ubica el foro de la ciudad y a su lado, dos edificios bien conocidos de la ciudad romana: el mercado y las termas.

F. Quesada (eds) La guerra en el mundo ibérico y celtibérico (ss. VI-II a.C), Collection Casa de Velázquez 78, 2002, 189-215; Pierre Moret “Les portes des enceintes ibériques et des villes puniques d’Hispanie” en Th. Schattner, F. Valdés (eds) Puertas de ciudades. Tipo arquitectónico y forma artística,Toledo 2003, Mainz am Rhein 2006, 108, fig. 11.9 Véanse algunas de sus características en P. León, R. Hidalgo, C. Márquez, A. Ventura, Arte romano de la Bética. Sevilla 2008, 94 ss.10 P. Gros, L’architecture romaine 1. Les monuments publics. Paris 1996, 43.11 R. Rubio “Puertas y torres de la ciudad romana de Ercávica” en Th. Schattner, F. Valdés (eds) Puertas de ciudades. Tipo arquitectónico y forma artística, Toledo 2003, Mainz am Rhein 2006, 185 ss, fig. 9.12 J. Uroz et alii “ La puerta Norte de Libisosa. Cronología y arquitectura” en Th. Schattner, F. Valdés (eds) Puertas de ciudades. Tipo arquitectónico y forma artística, Toledo 2003, Mainz am Rhein 2006, 173 ss.13 X. Aquilué “Puertas de la ciudad griega de Emporion y de la ciudad romana de Emporiae” en Th. Schattner, F. Valdés (eds) Puertas de ciudades. Tipo arquitectónico y forma artística, Toledo 2003, Mainz am Rhein 2006, 119 ss.14 Th. Hauschild, “Die römischen Tore des 2. Jhs. V. Chr. In der Stadtmauer von Tarragona” en Th. Schattner, F. Valdés (eds) Puertas de ciudades. Tipo arquitectónico y forma artística, Toledo 2003, Mainz am Rhein 2006,153 ss, fig. 11.

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Apuntes de la urbanística romana en Córdoba

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5. El mercadoEl macellum de Torreparedones se nos presenta como un edificio excepcional en

la urbanística romana hispana por el reducido número de ejemplos conocidos15. Sirva como referencia el que en la Bética sólo se conoce un solo macellum, el de Baelo Claudia16

Al igual que en la actualidad, un mercado sirve para la adquisición de alimentos, fundamentalmente carne y productos hortofrutícolas. Todos los ejemplos conocidos en el imperio se nos presentan como edificios al abierto, solo cubiertos los pórticos y zonas donde se ubican las tabernae. El agua es algo que está siempre presente y que fluye a través de fuentes situadas en el centro del patio. A través de canales perimetrales se limpia este espacio donde la higiene debió de ser absolutamente fundamental.

. Ello significa la voluntad de sus habitantes por contar en su ciudad con un recinto que sólo en contadas ocasiones se detecta. Esto es, el grado de aculturación alcanzado por este centro urbano se nos presenta como muy elevado a tenor de la existencia del mercado.

El macellum de Torreparedones es un edificio de grandes dimensiones, separado del foro por el decumanus maximus y situado junto a las termas que veremos más adelante. Su superficie es de 380 m2 y a él se accede a través de dos puertas. Se han detectado cuatro fases constructivas (FIGURA 6) y de ocupación del edificio desde el momento de su construcción en el siglo I de C. Responde a un tipo de planta central, pavimentado con grandes losas de piedra, y un canal perimetral para la evacuación del agua de lluvia. En torno al patio corre un pórtico en tres de sus lados con basas áticas y capiteles de orden corintio. La presencia de una cisterna, de forma ovalada, en una esquina de cuyo interior se han recogido restos de espina de pez, podría ser indicio de que se vendiera algún tipo de pez vivo.

La presencia de un mercado en un lugar tan céntrico como el que ocupa el de Torreparedones, similar por cercanía al centro forense con el de Baelo Claudia, indica la importancia que hubo de tener el factor comercial en esta localidad que, seguramente, actuó de centro regional de transacción. Tal importancia es destacada por los habitantes de Torreparedones cuando realizan el ornato de este edificio con capiteles corintios (FIGURA 7) y basas áticas, es decir, elementos del orden que añaden al edificio que adornan un elemento extra de ornamentación y riqueza. El capitel se conserva en buen estado aunque privado del revestimiento de estuco en el que se labrarían los detalles ornamentales. Los elementos de estilo para fechar esta pieza son varios: la presencia de la moldura inferior a modo de collarino, la forma triangular de las zonas de sombra de las hojas y el adorno en el hueco existente entre hélices y volutas. Todas ellas son características de un periodo augusteo o de inicios del periodo julio-claudio.

6. Las termas.

15 Sigue siendo de obligada consulta el libro de C. de Ruyt, Macellum. Marché alimentaire des romains,Louvain la Neuve 1983. Un resumen sobre este tipo de edificios en P. Gros, L’architecture romaine 1. Les monuments publics. Paris 1996, 450 ss.16 R. Hidalgo, “Mercados” en P. León, R. Hidalgo, C. Márquez, A. Ventura, Arte romano en la Bética.Sevilla 2008, 166 s.

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Las termas son el lugar donde con mayor fuerza se estrechan las relaciones sociales en las ciudades romanas. Efectivamente, los habitantes de una ciudad se reúnen en las termas para descansar de una larga y agotadora jornada de trabajo. Amén de la finalidad higiénica, las termas representan una importante materialización de la luxuriaurbana, esto es, el aprovecharse de determinados lujos que sólo algunas ciudades privilegiadas pueden permitirse. Así pues son las relaciones sociales y las higiénicas las finalidades fundamentales de unas termas que representan, además, un verdadero logro para una ciudad.

En el sector comprendido entre el decumano máximo y el límite sur del foro se localizan unas pequeñas termas que aún no se han excavado al completo pero se puede deducir que el acceso se realizaba desde el decumano a través de unas escaleras desde las que se accedía a un vestíbulo. Se han identificado los siguientes espacios: apodyterium, frigidarium, tepidarium y caldarium junto a su correspondiente hypocaustum (FIGURA 8) y las suspensurae normales, tal como se ve en imagen17.

7. El ForoYa hemos mencionado con anterioridad que en las cercanías del cruce entre kardo ydecumanus es donde se ubica el foro, cuyas características formales analizaremos más adelante. Ahora me gustaría responder a la pregunta de qué es exactamente un foro en la ciudad romana en general y en la provincia bética en particular; el foro18

El foro adquiere en el periodo julio-claudio unas características muy bien conocidas para el caso de la provincia bética. Es en este momento de mediados del siglo I cuando este centro urbano alcanza unas cotas de monumentalidad notable, proceso caracterizado por la construcción de edificios de gran volumen realizados, cuando es posible, con materiales nobles; ello se explica en parte por un fenómeno bien conocido de emulación de modelos urbanos procedentes de la capital del imperio y que se copian de forma más o menos mimética dependiendo de la riqueza del centro urbano.

es la plaza principal de la ciudad por las funciones que le corresponden; es el locus celeberrimusdonde se presentan a la población los edificios que simbolizan los principales poderes del estado: el poder religioso, manifestado en el templo generalmente vinculado a la religión oficial (Triada Capitolina y Culto Imperial) También allí se suele ubicar la basílica, edificio de polivalente función en un primer momento tanto comercial como jurídica y que de forma paulatina va afianzando más la segunda de las funciones. Es, además, el lugar donde se ubica la curia destinada albergar la sede del gobierno local y, en menor medida, otra serie de edificios de variada tipología y objetivos.

Pero también es el foro el marco en el que las élites quieren representar los éxitos alcanzados mediante un proceso de autorrepresentación frente a sus conciudadanos. No cabe duda acerca del acierto a la hora de elegir dicho marco por las

17 Aunque todavía es pronto para poder analizar en detalle el edificio, remito a un ejemplo de reciente aparición con ciertos parecidos a estas termas. Vid. M. J. Balanza, J. M. Noguera, V. Velasco “Baño y ocio. Las termas del foro” en J. M. Noguera, M. J. Balanza, Catálogo de la exposición Arx Hasdrubalis.La ciudad reencontrada. Arqueología en el Cerro del Molinete, Cartagena. Cartagena 2010, 90-116.18 Sobre el tema véanse las últimas aportaciones en J. L. Jiménez “Los foros en las provincias de Hispania: estado de la cuestión” en J. M. Noguera (edit) Fora Hispaniae. Paisaje urbano, arquitectura, programas decorativos y culto imperial en los foros de las ciudades hispanorromanas. Monografías del Museo Arqueológico de Murcia 3, 2009, 41-68; a nivel de la provincia lusitana véase T. Nogales (edit)Ciudad y foro en Lusitania Romana. Studia Lusitana 4, 2010.

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Apuntes de la urbanística romana en Córdoba

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enormes posibilidades de publicitar dichos éxitos a través de pedestales, epigrafía y esculturas que sirven para retratar dichas elites locales que han alcanzado el triunfo; incluso, como en el caso de Torreparedones, este foro se ve como marco ideal para que estas mismas élites ejerzan sus deberes de evergesía a su ciudad mediante la construcción de edificios, o, en su caso, mediante la mejora de los mismos. No es otra cosa lo que sucede en esta ciudad con el epígrafe del suelo del foro que recuerda el acto de pavimentarlo por parte de un ciudadano perteneciente a estas mismas élites y al que aludiremos más tarde.

Todo esto y mucho más es el foro en una ciudad romana; la suerte ha querido que, en el caso de Torreparedones su estado de conservación sea tan bueno que nos permitirá un análisis detenido de sus estructuras y edificios que lo rodean y que serán objeto de futuras intervenciones en años próximos.

El foro de Torreparedones se nos presenta como una plaza enlosada (FIGURA 9) con piedra caliza micrítica gris (procedente probablemente de la sierra de Córdoba), la misma con la que se pavimenta el foro cordobés, con un canal perimetral (FIGURA 10) para desalojar el agua de lluvia mediante una tubería de plomo. Al foro se accede a través del cardo máximo, que entra a la plaza a través de unos peldaños colocados en el extremo occidental del lado largo y sale por otras escaleras dirección norte que salvan la pendiente de la zona. Alrededor del mismo se levantan los distintos edificios oficiales: el templo al oeste, un largo pórtico al norte junto a una pequeña sala junto a la escalera norte, al este una sala adornada con varios pedestales y al sur otro pórtico.

La plaza forense es de forma casi cuadrada (24 por 22 metros) y está pavimentada con losas de piedra caliza micrítica, popularmente conocida como piedra de mina. Tiene como dato más característico una inscripción19 en litterae aureae que corre en el eje de la plaza (FIGURA 11), realizada en letras de bronce (hoy desaparecidas) así como tampoco se conservan algunas de las losas que componen es texto epigráfico, motivo por lo que no se puede hacer una segura lectura completa del mismo. El contenido de la misma ha sido objeto de un análisis en profundidad por parte de A. Ventura20

M(arcus) . Iunius .M(arci) .f(ilius) . Galeria . Marcellus ------ Aug)usti . forum . s(travit) . d(e) . s(ua) . p(ecunia)

, cuya transcripción exponemos a continuación:

Y la traducción, que también debemos al trabajo de A. Ventura:

“Marco Junio Marcelo, hijo de Marco, de la tribu Galeria… de Augusto, pavimentó el foro con su dinero”

Nos encontramos, pues, con uno de esos ejemplos de actividad evergética a la que antes aludíamos según la cual un ciudadano de esta localidad, Marcus Iunius Marcellus, pavimentó el foro con su dinero. Falta una parte del texto en el que se nos desvela parte del cursus honorum de este individuo, pero eso será motivo de análisis para futuros trabajos.

19 La importancia de la epigrafía forense ha sido puesta de realce en el trabajo de J. M. Abascal “Programas epigráficos en los foros romanos de Hispania” en J. M. Noguera (edit) Fora Hispaniae. Paisaje urbano, arquitectura, programas decorativos y culto imperial en los foros de las ciudades hispanorromanas. Monografías del Museo Arqueológico de Murcia 3, 2009, 89-104.20 A. Ventura “Torreparedones 2009: hallazgos epigráficos en el centro monumental de la ciudad romana” Madrider Mitteilungen (en prensa).

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Entrando al foro por el lado sur, lo primero que se aprecia en el lado occidental son unas estucturas sobre tres peldaños que ocupan la mitad, aproximadamente, del lado occidental y que han sido interpretadas como el pódium del templo (FIGURA 12).Dicho edificio apenas destaca, en su estado actual, del nivel de la plaza, contrariamente a lo que indican los cánones. Debido seguramente a varias reformas del edificio y de la misma plaza (constatadas en varios lugares del yacimiento), el pódium del templo apenas se alza un metro por encima de la plaza. El único elemento que se nos ha conservado es la moldura que decoraría el coronamiento del pódium, moldura que adoptaba forma de kyma recta que es de gran importancia para fechar este edificio en el periodo augusteo en tanto nuevas excavaciones no nos den más datos a fin de concretar dicha fecha. Esta moldura es la misma que dorna el llamado templo de Diana en Mérida, fechado en los primeros años de la colonia21. El completo análisis que se hizo sobre el templo emeritense en un estudio anterior22

El lado norte del foro se compone, en su extremo occidental, de una escalera que asciende dirección N y que sería la continuación natural del cardo máximo dirigiéndose hacia el norte del yacimiento. A su lado se abre una pequeña estancia que podría servir de tabularium o archivo de la colonia. A ella de accede a través de 3 peldaños.

aborda con precisión los paralelos centro-itálicos en los que corroborar una cronología centrada en el siglo I antes de nuestra Era. Barrera alude a la perduración, durante época augustea, de este tipo de molduras en algunos ejemplos hispánicos e itálicos, al que con toda probabilidad habría que sumar el ejemplo en Torreparedones.

A su lado se extiende un pórtico muy alargado (FIGURA 13). Se trata de un edificio cuyas dimensiones exactas aún no se conocen, pero que es el fruto de una remodelación clara de un edificio anterior: la presencia en los extremos de basas áticas así lo pone de manifiesto. La presencia de varias basas de gran tamaño realizadas en piedra de mina y la aparición de dos esculturas acéfalas, una masculina y otra femenina, destaca la importancia que en el conjunto forense, debió tener esta sala.

Efectivamente, este pórtico norte ha deparado algunas sorpresas como son la aparición de dos esculturas, casi completas, representando un togado y una figura femenina vestida. Además, como hemos dicho, se constata la realización de diversas reformas en este espacio por la presencia de distinto material arquitectónico que no puede explicarse de modo distinto. La fase más antigua está representada por elementos arquitectónicos hechos en piedra calcarenita (FIGURA 14) y recubiertos de estuco cuyas características morfológicas, en el caso de las basas (similar desarrollo de las basas, escocia apenas desarrollada, ausencia de plinto) nos indican una fase realizada hacia el cambio de era. Con posterioridad se reforma este espacio mediante la inclusión de unas basas completamente distintas y que se encuentran sobre los peldaños que comunican el pavimento forense con el de este pórtico. En realidad, estamos frente a piezas cuya molduración responde más a pedestales honoríficos que a basas propiamente dichas. Difícil explicación tiene en este momento esta aparente discordancia que se deberá con toda probabilidad a la rápida construcción de todo este sector forense que requeriría la actuación de varios talleres locales o regionales. La similitud de molduración de estas basas respecto a las molduras inferiores de pedestales

21 Que ocurriría en el año 24 antes de C. Sobre esta fecha véase A. Stylow, A. Ventura “6. Los hallazgos epigráficos” en R. Ayerbe et alii, El foro de Augusta Emerita. Génesis y evolución de sus recintos monumentales, Anejos de AEspA LIII, 2009, 520) 22 J. M. Alvarez, T. Nogales, Forum Coloniae Augusta Emeritae, Mérida 2003, 146 ss; J. L. de la Barrera, La decoración arquitectónica de los foros de Augusta Emerita, Roma 2000, 139 ss.

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rectangulares pueden darnos una pista en la realización de todos estos materiales por parte de unas maestranzas más habituadas en la realización de pedestales honoríficos y cuya tarea se aprovecharía para realizar también las basas del pórtico norte cuyo comentario ahora concluimos para analizar de forma somera parte de la decoración escultórica aparecida en esta estancia y que representa una parte solamente del programa escultórico que hubo de tener el foro de Torreparedones. Como decíamos, dos esculturas completas acéfalas han aparecido mientras se procedía a la excavación de esta parte del foro. Son algo inferiores al tamaño natural y representan un togado y una figura femenina vestida.

El togado representa a un personaje masculino portando la toga, símbolo del status ciudadano. De apariencia muy maciza, la pieza (FIGURA 16) se sostiene en el pie izquierdo, estando el derecho flexionado. La toga cubre todo el cuerpo hasta los tobillos donde se aprecia la lacinia. El balteus es ancho y horizontal, sobre el que se destaca el umbo en forma de U. El sinus no alcanza la rodilla derecha. Los pliegues tienen una notable profundidad y una técnica esmerada. Para conocer la cronología de la pieza, hay que analizar el modo en que se labran algunos detalles de la toga; por ejemplo, la inclinación del balteus (que sea más o menos horizontal) o el vuelo del sinus(que llegue o no a la rodilla del personaje) Ambos elementos nos indican que esta escultura forma parte de una producción fechable en el periodo julio-claudio, más en concreto entre los principados de Tiberio y Claudio.

En lo que se refiere a la escultura femenina (FIGURA 15), se encuentra muy dañada en su hombro izquierdo, desaparecido en su totalidad junto al pecho. Tampoco se conserva el antebrazo derecho y las dos manos. La pieza va cubierta con un manto que deja al descubierto, en parte, el brazo derecho y tras formar un umbo que atraviesa en diagonal el pecho, la tela se apoya en el hombro opuesto y cae por la espalda. Esta escultura representa al tipo Kore.

La representación de figuras femeninas vestidas con los ropajes típicos de las matronas romanas o con ropajes de corte greco-helenístico es normal en ámbito público y privado a partir del periodo republicano. En concreto, el tipo al que pertenece la figura ahora comentada es el tipo Koré, cuyo prototitpo se remonta a finales del siglo IV a. de C. y su empleo se detecta al menos hasta el siglo III de C. En los territorios hispanos el tipo fue muy popular a tenor de las numerosas copias conservadas, desde época preaugustea hasta fecha adrianea.

Tan importantes como estas dos piezas es la aparición, fuera de contexto arqueológico en la excavación o bien recuperadas años antes en esta zona, de varios fragmentos escultóricos más que concluyen en la existencia de un extraordinario programa escultórico y que está compuesta además de las ya vistas por un retrato del emperador Claudio (FIGURA 17) que parece haberse realizado de un retrato de su antecesor en el trono, el emperador Calígula; además, una estatua con el manto rodeando la cintura del personaje desnudo (tipo Hüftmantel) y un fragmento de la bota de una escultura que representa un personaje con vestimenta militar, una escultura thoracata. Un estudio en profundidad de estas piezas se está realizando en la actualidad, al que remito para mayor información.

Para finalizar nuestro recorrido por el foro, el lado oriental es el lugar donde se han localizado varios pedestales rectangulares con una molduración similar a las basas del pórtico norte, pedestales que sostendrían estatuas representando a personajes ilustres de aquel municipio bético. Su estado de conservación (junto al lado sur del foro) y la

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falta de más excavaciones avalan la idea de no profundizar en su análisis ni mucho menos en su interpretación.

APÉNDICE FOTOGRÁFICO

Vista parcial del yacimiento

FIGURA 1. Foto aérea de Torreparedones

FIGURA 2. Vista aérea de los torreones de la puerta oriental

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FIGURA 3. Santuario de Torreparedones. Vista de la cella

FIGURA 4. Puerta oriental

FIGURA 5. Vista aérea de los torreones de la puerta oriental

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FIGURA 6. FASE I macellum

FIGURA 7. Capitel macellum

FIGURA 8. Hipocasutum termas

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FIGURA 9. Foro. Vista general

FIGURA 10. Canal perimetral del foro de Torreparedones

FIGURA 11. Inscripción

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FIGURA 12. Escalinata de acceso al templo en el momento de su descubrimiento

FIGURA 14. Basa de la primera fase del pórtico norte

FIGURAS 16 y 17. Estatua femenina vestida. Togado del foro

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ANUARIO DE HESPÉRIDES. INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS E INNOVACIONES DIDÁCTICAS (Málaga), vol. 17-18, págs. 19-52.

LOS MUSEOS LOCALES DE CÓRDOBA Y SU ASOCIACIÓN PROVINCIAL

Fernando Leiva BrionesProfesor y Secretario de la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba

Quiero dejar constancia, en primer lugar, de mi agradecimiento a la Asociación Hespérides por haberme invitado a la participación en este Congreso y a todos los Directores de los Museos Locales por su inestimable ayuda.

RESUMEN

El núcleo principal del presente trabajo trata sobre el nacimiento y desarrollo de un hecho bastante significativo ocurrido en nuestra provincia a finales de la última centuria del pasado milenio: la creación de la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba, nacida con el propósito de aunar esfuerzos entre los museos municipales y compartir inquietudes y experiencias entre los mismos. Este acontecimiento, pionero en nuestra Comunidad, lo es probablemente en España y allende de nuestras fronteras.

Pero previamente, aludiremos a leyes, decretos y órdenes1 promulgados sobre Patrimonio con anterioridad e incluso tras la creación de la mencionada Asociación. Finalizaremos enumerando los Museos Provinciales de Córdoba asociados y comentaremos la situación en que se hallan y los problemas acuciantes a los que se enfrentan.

PALABRAS CLAVE: Asociación, centralismo, Decreto, depósito, excavación, hallazgo, Ley, musealización, Museos Locales, Orden y Patrimonio Histórico,

1 Bastantes se encuentran hoy modificados o derogados. El traerlos a colación es simplemente recordando la evolución de los mismos.

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1. Museos y colecciones, sus iniciosHarto es conocida la etimología del término Museo (museion o museum, ya

proceda del griego o del latín) y su significado como lugar donde habitan las míticas musas inspiradoras y patrocinadoras de las Artes y las Ciencias, concepto que ha variado con los tiempos, pasando de la primitiva concepción estática (almacenamiento y exhibición de colecciones de objetos) al dinamismo que hoy posee.

Según el ICOM (Consejo Internacional de Museos), Museo es una institución permanente sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y abierto al público que adquiere, conserva, investiga, comunica y exhibe para su estudio, educación y deleite los testimonios heredados del Hombre y de su entorno natural. Los responsables de los mismos han de protegerlos y dotarlos de suficientes recursos humanos y financieros o de otra índole2

Por nuestra parte, entendemos que un Museo es el lugar en el que no sólo se muestra de manera más o menos permanente el Patrimonio Cultural y Natural del Hombre, sino que es un espacio donde se pretende dar vida a lo expuesto (fondos) usando de ciertas pericias (formas) por personal idóneo, con el fin de hacer agradable y provechosa la estancia al visitante tras la contemplación y comprensión de lo allí existente, induciéndole, al mismo tiempo, a su participación activa, ya sea preguntando, comentando, valorando, investigando, publicando e incluso haciendo réplicas de lo allí observado y poniendo en práctica la teoría aprendida.

.

El origen de los museos es tan antiguo que me atrevería a decir que museo y persona corren paralelos en el tiempo. De acuerdo con esta premisa, un museo puede crearse en el mismo momento en que una persona toma conciencia del valor que representa un objeto o lugar determinado y lo atesora, usa, aprecia y protege. Así, p. e., los aderezos usados por un individuo o que le acompañan, ya en vida, ya en la tumba, pueden constituir en su conjunto (persona y complementos) un museo más o menos amplio, y no digamos de los ornamentos existentes en un enterramiento ibero o romano,en una tumba principesca o en una pirámide egipcia o maya, dado que esas mismas construcciones pueden constituir en sí un auténtico museo. La misma idea podría tenerse de un monumento megalítico, de un recinto fortificado, de las ruinas proto e históricas, de un paisaje kárstico y de los espacios cultuales, los llamados loca sacra libera.

En las arcaicas civilizaciones mesopotámica, egipcia y griega ya existía curiosidad por el Pasado y se coleccionaron aquellos objetos tenidos como propios de legendarios héroes y de pueblos más antiguos, llegándose a copiar, incluso, piezas difíciles o imposibles de conseguir.

Con la expansión romana llegaron a la capital del Imperio ingentes cantidades de piezas de arte procedentes de las conquistas, obras exhibidas en los desfiles triunfales por los victoriosos generales y emperadores como botín de guerra.

Durante la mal llamada “Época Oscura Medieval”, monjes de diversos lugares recopilaron, estudiaron y copiaron obras antiguas (inscripciones sobre todo) rescatándolas del anonimato, enseñándolas a sus coetáneos y transmitiéndolas a las

2 Son conceptos recogidos en el Código de Deontología del ICOM para los Museos, según acuerdo tomado en la 21 Asamblea General celebrada en Seúl el 8-10-2004 por los profesionales de los museos adscritos a dicha Organización.

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generaciones futuras. Y el mismo San Isidoro, con sus Etimologías, aportó interesantes datos sobre arquitectura, pintura y otros materiales de su tiempo y anteriores.

El hombre renacentista, con su apasionado afán por resucitar la Cultura Greco-Romana3, estudió y restauró viejas construcciones4

En la época barroca, los países afines a la Contrarreforma, partidarios de las imágenes frente a la iconoclastia protestante, convirtieron los interiores y fachadas de los edificios religiosos en verdaderos museos.

, acopió estatuas, monedas e inscripciones (e hizo réplicas y traducciones de las mismas) rememorando vida y costumbres de épocas pasadas. Uno de esos estudiosos fue el hispano Marqués de Villena, que, en su Arte Cisoria, se refería a ciertos útiles líticos y de cobre que gentes del Pasado emplearon en sus labores culinarias.

Los ilustrados del siglo XVIII, con sus actitudes secularizadora y progresista, fomentaron el conocimiento y protección de la Cultura y, por ende, del Patrimonio Histórico5, en lo que jugaron un importante papel las novísimas Reales Academias y Bibliotecas instituidas, caso de España, a imitación de las francesas por la dinastía Borbónica, entronizada en nuestro país a comienzos del setecientos. Aquí, el primer Borbón, Felipe V, y bajo su protección, creó la Real Academia de la Historia por Real Decreto el 18 de abril de 1738. Cuarenta años después, su tercer hijo, Carlos III, dictó en 1779 una Norma en defensa del Patrimonio Cultural y Artístico prohibiendo la venta y salida de objetos antiguos considerados como valiosos, y en tiempos de su hijo y sucesor, Carlos IV, por la Instrucción de 6-6-1803 encargaba a la Real Academia de la Historia de la protección y conservación de los monumentos históricos. Un año más tarde se fundaron las Comisiones -Central y Provinciales- de Monumentos6

3 De suma importancia fue el descubrimiento de la Domus Aurea y las aportaciones de Chrysoloras, Chalcondylas, Argyropoulos y Bessarión llegados a Italia huyendo de Grecia ante la amenaza turca.

.

4 Interesante es la Historia de España de D. Lorenzo de Padilla, obra que dedica al emperador Carlos V y en donde describe diferentes ruinas antiguas. 5 Es en este siglo (el de las Luces o Ilustración) cuando se inauguran los grandes museos, más bien colecciones, de todo tipo: la Colección Arqueológica o Museo Villaceballos de Córdoba (s. XVIII, volveremos más tarde sobre la misma), el Museo del Prado (proyectado en tiempos de Carlos III e inaugurado en 1819), el Real Gabinete de Historia Natural o Museo de Ciencias Naturales de Madrid (1752), El Museo Británico de Londres (1759), el Museo del Louvre (1793) y el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles (1777). De capital importancia fueron los contactos de eruditos con Oriente (p. e., Winkelmann, alemán, considerado como el padre de la Arqueología, que excavó Herculano y Pompeya) y el patrocinio de los monarcas ilustrados, como Luis XIV en Francia, Federico II en Prusia y Felipe V y sus hijos, Fernando VI y Carlos III, en España.6 En el siglo XIX, en nuestro continente surgió una pléyade de eruditos interesados en descubrir, excavar y coleccionar. Se organizaron las primeras expediciones calificadas como científicas y se inventariaron singulares yacimientos en el Próximo Oriente y en el Mundo Clásico: Thomas Young y Jean-François Champollion descifraron la piedra de Rosetta, Ferdinand Mariette descubrrió el Escriba y sacó a la luz numerosas esfinges, mastabas y tumbas; se excavó en Mesopotamia hallándose la Piedra Michaux (que también fue llevada a Francia) y numerosas tablillas con extraños signos cuneiformes. Schliemann excavó Troya y Micenas y Sir Arthur Evans lo hizo en los palacios cretenses de Knossos y Faistos. Por entonces, en Europa Occidental se dataron industrias líticas paleolíticas, el hombre de Neanderthal y el de Cromagnon. Fueron primordiales las figuras del español Marcelino Sanz de Sautuola y su hija María, debido al descubrimiento de las pinturas de la cueva de Altamira; del francés Boucher de Perthes (llamado el Padre de la Prehistoria), del también francés Henri Breuil y del alemán Obermaier (siglos XIX-XX), quienes dieron un fuerte impulso al conocimiento del arte parietal y mueble del Paleolítico en la región franco-cantábrica. Las piezas exhumadas acabarían en los principales museos del Mundo. Capital importancia tuvo el siglo decimonónico en la creación y evolución de los museos, si bien seguían siendo todavía meras colecciones de piezas de todo tipo. Se crearon, entre otros, el Servicio de Antigüedades de Egipto (1835), el Museo Austríaco de las Artes (1864), el Museo Arqueológico Nacional de Atenas (1866), el Conjunto de Museos Romanos con la denominación Museo Nacional

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A raíz de la Desamortización de Mendizábal (1835), se crearon por Real Orden de 29-7-1835 las Comisiones con el fin de recoger, clasificar e inventariar los bienes procedentes de los conventos suprimidos. Al frente de las mismas estuvieron Académicos Correspondientes de la Real Academia de la Historia y se instituyó la figura de Inspector de Antigüedades de Andalucía. El primero en ocupar el cargo fue el egabrense Manuel de la Corte Ruano Calderón (nombrado por Real Orden de 9-10-1838), destinado solamente en la provincia de Córdoba. Su trabajo consistió en informar de los hallazgos habidos en Carcabuey, El Carpio, Baena, Fuente-Tójar, Cabra, Montilla y sobre el descubrimiento de un panteón romano en el cortijo de las Vírgenes de Baena (Castro el Viejo), donde se emplazó la antigua Ituci Virtus Julia (ALMAGRO y MAIER, 2003: 182).

Ana María Vicent, al referirse a la Colección Arqueológica Villaceballos (o Museo del mismo nombre), cuenta que Pedro Leonardo de Villaceballos (s. XVIII) reunió en su casa de Córdoba una colección de antigüedades formada a base de monetarios (de los mejores de España), una gran serie de inscripciones latinas y árabes y muchas esculturas; pero que en la siguiente centuria (en el XIX) desaparecieron las monedas y bastantes inscripciones. El resto lo vendieron sus descendientes al marqués de Casa Loring pasando a engrosar su grandiosa Colección Arqueológica (o Museo) que poseía a las afueras de Málaga. A pesar de los esfuerzos que hizo Ana María desde su puesto como Directora del Museo Arqueológico Provincial de Córdoba, el material no se recuperó para esta ciudad, sino que pasó a los fondos del Museo de Málaga. Vicentconcluye esta noticia diciendo que “La dispersión, pérdida y fuga a otros lugares es el destino final, a la larga o a la corta, de todas, sin excepción conocida, las colecciones particulares” (VICENT, 1984-85: 35).

En 1844, se constituyó en Córdoba la Comisión Provincial de Monumentos Histórico-Artísticos. Su propósito fue recoger el mayor número de obras de arte y documentos existentes en los edificios religiosos que, a raíz de la Desamortización, habían quedado a merced de los acontecimientos. Con los materiales recopilados en 1862, se creó el Museo de Bellas Artes de Córdoba, Institución que también podría almacenar piezas arqueológicas procedentes de la capital y, si se reunían suficientes, podría pensarse en la creación de otro museo, el Arqueológico Provincial, como ocurrió en 1867 a propuesta de don Luis Maraver y Alfaro. Sólo restaba conseguir cuantas más piezas, mejor. Para ello, la Comisión remitió pertinentes escritos a las personalidades más influyentes de los pueblos, a fin de que enviasen las piezas arqueológicas que poseyeran o que pudieran conseguir7

Romano (1890), el Museo Arqueológico Nacional de Madrid (1867), el Museo de Bellas Artes de Córdoba (1862) y el Museo Arqueológico de Córdoba (1866-67).

. En octubre de ese año, a indicación de la Real

7 Uno de los escritos fue dirigido a don Juan de Dios Leiva, cura-párroco de Fuente-Tójar. Llevaba por fecha 21-10-1866. El cura respondió el 8 de noviembre de ese año diciendo que cuantos objetos arqueológicos poseía los ponía a disposición de la Comisión de Monumentos; pero que doña María de la Sierra Arroyo, maestra de la localidad, era quien tenía más piezas. La Junta Gestora cordobesa escribió a la maestra una carta similar a la enviada a párroco; sin embargo, doña María, no respondió, por lo que desde la capital se le volvió a mandar otra circular el 14-3-1867, esta vez a través del cura. A la segunda solicitud, la Sra. Arroyo manifestó que las piezas que tenía –unas dos cargas- se las había hecho llegar al Marqués de la Corte -Juan Antonio de la Corte Ruano- y que ya no obraban en su poder más; no obstante, el 29 de marzo, la maestra envió a Córdoba abundantes piezas con destino al Museo. Una vez examinados los materiales, el 1 de abril de ese año se le comunicó al Gobernador Civil de Córdoba el hecho, quien dispuso que la Comisión mandase un representante de la misma y un arquitecto con el fin de que explorasen el lugar en donde se decía que aparecieron las piezas y practicasen unas excavaciones. A tal efecto, se personaron la mañana del 13 de abril en Fuente-Tójar don Luis Maraver y don Mariano López Sánchez (Arquitecto del distrito de Montoro) comenzando los trabajos de campo ese mismo día en

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Academia de la Historia, la Comisión Cordobesa nombró Conservador del recién creado Museo Arqueológico al Inspector de Antigüedades Sr. Maraver (VICENT, 1984-85: 34-36).

El 1-7-1867, se solicitó a la Comisión Mixta de las Provinciales de Monumentos la creación de Sociedades Arqueológicas en Puente Genil y de una Sociedad de Excavaciones en Andalucía (ALMAGRO y MAIER, 2003: 184 y notas 58 y 59), altiempo que sugería la Real Academia al Ministerio de Fomento que fijara las normas sobre los descubrimientos de monumentos y las relaciones entre descubridor y dueño de los terrenos, así como el destino de los objetos encontrados (Ibídem, nota 60). Las excavaciones se llevaron a cabo en nuestra provincia en Fuente-Tójar y Almedinilla a cargo de don Luis Maraver y Alfaro en el año 1867 (ALMAGRO y MAIER, 2003: 185, notas 63 y 64)8

Desde esos momentos, cualquier pieza (escultura, inscripción, vasija, arma…)que apareciese en Córdoba capital o en sus pueblos y que tuviera cierto valor intrínseco pasaría a engrosar los fondos de los museos, tanto del Provincial como del Nacional y otros más alejados: Barcelona, París, Londres… y de colecciones particulares

.

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Siglos XX-XXI

. Si a ello le unimos los estragos producidos por los agentes atmosféricos, los destrozos in situ de enterramientos, piezas y restos arquitectónicos a consecuencia del laboreo y los estropicios debido a la incultura y falta de concienciación de los lugareños trapicheando con los hallazgos, podremos hacernos una idea de lo desaparecido.

10.- Comenzando la vigésima centuria del pasado milenio, y dependiente del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, se creó una Subsecretaría asumiendo competencias en materia de Patrimonio Histórico11

la necrópolis de La Cabezuela. Sacaron más de “ciento cuarenta y tantos objetos” y una cantidad sin determinar de objetos de hierro y de cobre. Todo ello en dos días que duraron las faenas. El material hallado engrosó los fondos del Museo Arqueológico cordobés (VICENT, 1984-85: 45-47).

, cuyo objetivo era evaluar y conocer el patrimonio existente en el territorio nacional, siendo los Reales Decretos de 1 de junio de 1900 y de 14 de febrero de 1902 quienes señalaban las normativas para redactar el Catálogo Monumental de España por provincias. En

8 Cf. nota anterior.9 Y no fue sólo en nuestra provincia, véanse en el s. XIX: El padre Fidel Fita (Epigrafía romana de la ciudad de León, 1866. Interesante es el trabajo “Fidel Fita y la epigrafía hispano-romana”, 1996, de Juan Manuel Abascal Palazón, publicado en el BRA de la Historia, 193), Eduardo Saavedra (por su contribución al CIL, II y sus excavaciones en Numancia desde 1853), Manuel de Góngora y Martínez (Antigüedades Prehistóricas de Andalucía, 1868), Emilio Hübner (Inscriptiones Hispaniae Latinae, 1869, cfr. CIL, II; Monumentos epigráficos en las islas Baleares, 1888), Aureliano Fernández Guerra (Nuevas inscripciones de Córdoba y Porcuna, 1887), Manuel de la Corte Ruano, Inspector de Antigüedades de Andalucía (Biografía y Expedientes), los hermanos Enrique y Luis Siret (Las primeras edades del metal en el Sudeste de España, 1890). Siglo XX: En las primeras décadas de este siglo se creó la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, organismo que subvencionaba y dirigía multitud de excavaciones por todo el solar hispano. Los trabajos, en su mayoría, vieron la luz en Las Memorias (y decimos en su mayoría, pues los hay, que por diversos motivos, aún no lo han hecho, llegando, incluso, a lo peor: muchas piezas se dispersaron y nunca se sabrá en qué lugar aparecieron; otras se vendieron y otras salieron de España, como ocurrió con muchos materiales hallados por George (Jorge) E. Bónsor -vid. sus trabajos sobre Carmona, los Alcores, expediciones por el Guadalquivir, Palma del Río… y su colaboración con Pierre Paris y relación con el The Hispanic Society of America-), con los hallazgos de Paris y Engels, y con las piezas llevadas a Alemania por el germanófilo Julio Martínez Santaolalla. También decir que muchas memorias que debieron haberse publicado no se hicieron a causa del estallido de la Guerra Civil, como le ocurrió a Navascués y de Juan. 10 En otros lugares más arriba nos hemos referido a Reales Decretos, Normas y Órdenes promulgados en los siglos XVIII y XIX en defensa del Patrimonio Histórico Español.11 Lo relacionado con el mismo se centralizaba en la Dirección General de Bellas Artes.

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medio de esas fechas, por Real Decreto de 29 de noviembre de 1901, se había aprobado el Reglamento de Excavaciones y el de los Museos Arqueológicos del Estado, regentados éstos por el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. Unos días después, el 3 de diciembre se estableció el Funcionamiento y Función Pública de los Museos.

Transcurridos diez años, el 7 de julio de 1911, se promulgó la Ley de Excavaciones Arqueológicas y Antigüedades, que reglamentó las pautas para efectuar excavaciones artísticas y científicas incluyendo los permisos y sanciones. Dicha Ley, señalaba la prioridad del interés público sobre el privado, por lo que pasaban a propiedad del Estado todos los hallazgos, procedieran de excavaciones científicas o casuales.

El 1 de marzo de 1912, se crearon la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades y el Cuerpo de Delegados. Asimismo, se dictaron normativas para la confección del Inventario y otras reglas contra los expoliadores del Patrimonio; sin embargo, tres años más tarde, en 1915, la Dirección General de Bellas Artes fijó otra norma disminuyendo las competencias de las Comisiones Provinciales. Con la Ley de Monumentos, el Estado garantizaba su conservación al declararlos de interés general.

El 9 de enero de 1923, se promulgó el Real Decreto (publicado en la Gaceta al día siguiente) sobre enajenación de obras artísticas, históricas o arqueológicas que estaban en posesión de la Iglesia. En dicho Decreto se recalcaba, una vez más, que es el Estado el propietario de todos los bienes nacionales. Un trienio después, el 15-8-1926,entró en vigor el Decreto-Ley de 9 de agosto de 1926 (Decreto Callejo) sobre la Protección, Conservación y Acrecentamiento de la Riqueza Artística, tanto de los bienes muebles como inmuebles, incluyendo aquellas zonas naturales que por su belleza lo requerían. Fue un Decreto moderno para su época, precursor del actual sobre Bienes Culturales.

En tiempos de la Segunda República, apareció la Ley del Patrimonio Artístico Nacional (13 de mayo de 1933), en donde constaba que toda la riqueza existente en España, independientemente de quien fuera el dueño, constituía el tesoro Cultural de la Nación y estaría bajo el control y conservación del Estado, que podría expropiar y prohibir su exportación y venta (Cf. GARCÍA FERNÁNDEZ, Javier, 2009: 105-164).

Siendo Eugenio d´Ors Director General de Bellas Artes, y a punto de concluir la Contienda Civil Española, se creó por Orden Ministerial (9-3-1939) la Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas, organismo conocido como CGEA12

12 Era ministro de Educación Nacional Pedro Sainz Rodríguez, cargo del que renunció el 27 de abril de 1939. Pasó entonces a ocupar dicha Cartera José Ibáñez Martín el 9 de agosto de ese año. Ambos en la España Franquista (Primer y Segundo Gobierno, respectivamente). La CGEA se transformó en 1955 en el Servicio Nacional de Excavaciones Arqueológicas (SNEA).

. En el texto se preveía disponer a partir del 30-4-1941 de una serie de colaboradores locales sin honorarios (maestros, profesores de institutos, médicos, curas, farmacéuticos…) posibilitando que organismos con ciertas competencias, como las Diputaciones, programasen políticas autónomas de arqueología frente a lo marcado por la CGEA. Fue el primer intento de descentralizar la arqueología española al apoyarse, dadas las escasas partidas presupuestarias, en las Diputaciones, Cabildos, Ayuntamientos, etc. surgiendo la figura del Comisario Arqueológico en muchas capitales de provincias y Ayuntamientos, lo que supuso una mayor vigilancia e investigación del patrimonio y la creación de museos provinciales y locales (MEDEROS, 2003-2004: 12-13).

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En Sesión celebrada el 13-12-1979, la Comisión Provincial Cordobesa de Patrimonio Histórico Artístico13, recogía, entre otras cuestiones14

En 1984, se reglamentaban los trámites autorizando la creación de Museos basándose en el Art. 5.1 de la Ley de Museos 2/1984 (9 de enero) de la Comunidad Autónoma Andaluza: “Los Organismos Públicos y las personas físicas o jurídicas interesadas en la creación de museos promoverán, ante la Consejería de Cultura el oportuno expediente, debiendo garantizar en todo caso, la conservación y el mantenimiento de los bienes culturares que integran los fondos fundacionales o futuros del museo, en la forma reglamentaria que se determine […] A tal efecto, debe iniciarse el procedimiento oportuno con las formalidades previstas en la Ley de Museos…

que la defensa del Estado por la protección de las antigüedades (obras de arte y productos industriales pertenecientes a las edades prehistóricas, antigua y media) ha motivado la publicación de normas proteccionistas. Dicha normativa se refleja en la Ley 7-7-1911, en el Real Decreto de 1-3-1912, en la Ley de 13-5-1933, en el Decreto de 16-4-1936, en la Resolución de la Dirección General de Bellas Artes de 14-7-1960 y en el Convenio Europeo para la Protección del Patrimonio Arqueológico, al que España se adhirió el 18-2-1975. Como preceptos se recogían: Se prohíbe el deterioro de las Antigüedades, el Estado es el propietario de las antigüedades halladas fortuitamente, se indemnizará al descubridor del hallazgo, las ruinas y antigüedades podrán pasar a propiedad del Estado mediante el expediente de utilidad pública y previa indemnización, los exploradores no autorizados son responsables y pérdida de los hallazgos y de indemnización, las autoridades locales, Guardia Civil… deben dar cuenta a la autoridad de los hechos que supongan la transgresión de estas normas, todo español ha de dar cuenta de cualquier hallazgo… los hallazgos se depositarán provisionalmente en el Museo Arqueológico… a excepción del producto de excavaciones autorizadas por la Dirección General del Patrimonio Artístico, Archivos y Museos y realizadas por los Ayuntamientos en sus términos. Como medida precautoria para la protección de yacimientos conocidos, donde no era previsible la realización de excavaciones en un plazo inmediato y existía la posibilidad de que fueran alterados, se declaraban Zonas de Reserva Arqueológica… 1, en Almedinilla; 4, en Baena; 3, en Cabra; 5, en Castro del Río; 2, en Córdoba; 2, en Doña Mencía; 2, en Fuente Obejuna; 1, en Fuente-Tójar; 4, en Luque; 1, en Montoro; 4, en Nueva Carteya; 4, Priego de Córdoba; 1 en, Santaella; y 1, en Valenzuela.

15”… debiéndose presentar la Documentación en la Delegación Provincial de Cultura…16

13 Organismo de la Delegación Provincial dependiente del Ministerio de Cultura.

.

14 Conozco el oficio por una fotocopia que me facilitaron en el Ayuntamiento de Cabra. Fue enviado al alcalde de la ciudad el 14-12-1979 (recibido el escrito el 18-12, registro de entrada nº 7042). Iba firmado por don Manuel Nieto Cumplido. En el encabezamiento se lee: “Comunicación de la Comisión Provincial del Patrimonio Histórico Artístico de Córdoba sobre el destino de los hallazgos arqueológicos fortuitos y la constitución de Zonas de Reserva Arqueológica”. 15 Esta Ley fue modificada parcialmente por la Ley 1/1991 del Patrimonio Histórico de Andalucía. 16 La documentación exigida por la Dirección General para la iniciación del expediente…será: a) Solicitud para la autorización del museo. b) Memoria que recogiendo las propuestas teóricas del museo y la definición de sus objetivos incluyendo 1º.- Programa museológico: justificación del interés de la creación del Museo y tipología, definición del ámbito cultural del futuro Museo, su enfoque y argumentos que sustentarán la instalación permanente del mismo; división funcional por áreas (salas y servicio), visitantes (perfil y media anual, incidencia local y comarcal). 2.- Proyecto museológico: Inventario de bienes muebles (origen de los fondos fundacionales del Museo, propiedad y procedencia de los mismos…), características del inmueble (entorno, propiedad, aspectos históricos, planimetría, documentación…), distribución de las instalaciones (almacenes, talleres, aseos…), equipamiento, instalación de los fondos, recursos didácticos. 3.- Programa institucional (organismos públicos y privados y personas que apoyan la iniciativa): detalles del presupuesto anual y del personal que atenderá el Museo,

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Las disposiciones recogidas en la Orden Ministerial de abril de 194117

adquirieron nuevas dimensiones con la Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español de 25 de junio18, Ley basada en el artículo 46 de la Constitución Española de 1978: “Los poderes públicos garantizarán la conservación y promoverán el enriquecimiento del Patrimonio Histórico, Cultural y Artístico de los pueblos de España y de los Bienes que lo integran, cualquiera que sea su régimen y titularidad. La Ley Penal sancionará los atentados contra ese Patrimonio”19

Un nuevo impulso experimentará Andalucía sobre materia arqueológica con la Resolución de 28 de abril de 1988 de la Dirección General de Bienes Culturales

.

20, que regulaba los permisos para la realización de actividades arqueológicas de urgencia en nuestra Comunidad21

financiación). En la Disposición Derogatoria Única (Ley 8/2007, de 5-10-2007, BOJA 205) se contempla: 1º Queda derogada la

. En ese momento, las Administraciones Central y la Autonómica

Ley 2/1984, de 9 de enero, de Museos, así como cuantas otras disposiciones se opongan a lo dispuesto en la presente Ley. 2 Mientras no se produzca el desarrollo reglamentario de lo dispuesto en la presente Ley, conservarán su vigencia las normas del Reglamento de Creación de Museos y de Gestión de Fondos Museísticos de la Comunidad Autónoma de Andalucía, aprobado por el Decreto 284/1995, de 28 de noviembre, en lo que no se opongan a la presente Ley.17 Con posterioridad, en 1957, en todo lo relativo con hallazgos y excavaciones arqueológicas, la Dirección General de Bellas Artes publicó La Legislación sobre el Tesoro Artístico Nacional, en donde se recogían las Leyes de 7-7-1911 y de 13-5-1933, el Reglamento de 16-4-1936 y el Decreto de 2-12-1955. 18 Cf. Ley de 13/1985 de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español (29 de junio de 1985, BOE número 155). La Ley 16/1985 de 25 de junio se completa y desarrolla con el Decreto 284/1995 de 28 de noviembre amplíándose la Ley 2/1984 de Museos de Andalucía. En la nueva se aprueba el Reglamento de Creación de Museos y Gestión de Fondos Museísticos de la Comunidad Autónoma de Andalucía estableciendo, a su vez, los cauces a seguir para la inscripción de los Museos Locales en el Registro de Museos de Andalucía, infra.19 La Carta Magna Española recoge, además, otras normas referentes al Patrimonio Histórico, ya sea en el Preámbulo o en el desarrollo: El Patrimonio Histórico Español es el principal testigo de la contribuciónhistórica de los españoles a la civilización universal… La protección y el enriquecimiento de los bienes que lo integran constituyen obligaciones fundamentales que vinculan a todos los poderes públicos… Esta Ley contempla, tanto los bienes muebles como los inmuebles y su protección, acrecentamiento y transmisión a las generaciones futuras del Patrimonio Histórico Español de interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico, técnico, documental y bibliográfico, los yacimientos y zonas arqueológicas, los sitios naturales, jardines y parques con valor artístico, histórico o antropológico. Estos bienes deberán ser inventariados o declarados de interés cultural en los términos previstos en esta Ley. Son deberes y atribuciones esenciales de la Administración del Estado… garantizar la conservación del Patrimonio Histórico Español, promover el enriquecimiento del mismo y fomentar y tutelar el acceso de todos los ciudadanos a los bienes comprendidos en él protegiéndolos contra la exportación ilícita y la expoliación recuperándolos cuando hubiesen sido ilícitamente exportados. Asimismo, fomentará el intercambiando cultural con los Estados y Organismos internacionales. Las Administraciones Autonómicas y Ayuntamientos colaborarán con la Administración del Estado. Se entiende por expoliación toda acción u omisión que ponga en peligro la pérdida o destrucción de todos o alguno de los valores de los bienes que integran el Patrimonio Histórico Español en su conjunto […] Si alguien observase cualquier deterioro, debe ponerlo en conocimiento de la Administración, que tomará las medidas oportunas. 20 Desarrolló la Orden de 28-1-1985.21 Esta Resolución se dicta […] ya que hay situaciones de peligro o destrucción del Patrimonio Arqueológico […] que requieren actuaciones de urgencia practicadas de forma científica […] Por todo ello, teniendo en cuenta las competencias asignadas a la Dirección General de Bienes Culturales por los Decretos 6/1984 (27-3), 12/1985 (22-1) y 210/1986 (5-8) y lo establecido en el Art. 42 de la Ley 16/1985 (25-6) del Patrimonio Histórico Español, la Dirección General ha resuelto: a) Que el Dr. General de Bienes Culturales, a la vista del Arqueólogo-Conservador del Patrimonio Histórico de la respectiva Delegación Provincial, podrá autorizar la realización de actividades arqueológicas de urgencia […] Y si hay peligro inminente, el propio Delegado Provincial podrá autorizar el comienzo de los trabajos. b) La solicitud irá acompañada de los nombres del Dr. de los trabajos y su equipo, así como su cualificación profesional, financiación, planteamiento metodológico, delimitación del área y cartografía […] c) El Dr.

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eran las encargadas de velar por la protección y defensa del Patrimonio Andaluz, pero con la Ley 1/1991 de 3 de julio sobre el Patrimonio Histórico de Andalucía, y según se recoge en el artículo 4º, se involucraron también a los ayuntamientos para que adoptaran las necesarias medidas con el fin de vigilar, proteger y dar a conocer el Patrimonio de sus términos municipales.

Una nueva ordenanza, el Decreto 32/1993 (BOJA, 46, de 4-5) sobre Reglamento de Actividades Arqueológicas, señalaba a quién se podía autorizar y quién o quiénes estaban facultados para realizar excavaciones o prospecciones arqueológicas. Por ser los más comunes a la generalidad de las actividades, recogemos lo mencionado en los Artículos 1 y 2. Art. 1.- De conformidad con lo previsto en el artículo 52 de la Ley 1/1991 de 5 de julio del Patrimonio Histórico Andaluz, será necesaria la previa autorización de la Consejería de Cultura y Medio Ambiente para la realización de actividades arqueológicas, ya sean excavaciones o prospecciones… Art. 2: Podrán solicitar autorización las personas que cuenten con la autorización académica de Licenciado y acrediten formación arqueológica [y] excepcionalmente, las personas que, sin contar con la titulación académica oficial antes referida, acrediten haber participado en actividades arqueológicas similares a las que solicitan…

Por Decreto 284/1995, de 28 de noviembre de 1995 (BOJA, 5, publicado el 16-1-1996), se aprueba el Reglamento de Creación de Museos y de Gestión de Fondos Museísticos de la Comunidad Autónoma de Andalucía22

El órgano competente para la aprobación es el Consejero de Cultura. Los Procedimientos a seguir son:

. Entresacamos:

a) Iniciación y estudio de viabilidad y aprobación del proyecto. El Director General de Bienes Culturales resolverá sobre la viabilidad del proyecto, estimando o denegando la solicitud de aprobación y ordenando, en su caso, la anotación preventiva (en adelante AP) en el Registro de Museos de Andalucía. La Delegación Provincial competente podrá realizar inspecciones técnicas para el seguimiento del Proyecto autorizado durante la fase de ejecución del mismo, una vez finalizada ésta y con anterioridad a la autorización definitiva.

b) Autorización definitiva e inscripción en el Registro de Museos Andaluces.-La Orden del Consejero de Cultura autorizará o denegará la creación del Museo, ordenando, en el caso de autorización, la inscripción en el Registro de Museos de la Comunidad Autónoma Andaluza. La Orden de autorización e inscripción será publicada en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía.

Registro de Museos23

de los trabajos deberá comunicar el día de comienzo y finalización de los mismos, que los ha de dirigir personalmente. d) En caso de ausencia justificada delegará en una persona especializada y con conocimientos del yacimiento. e) En el plazo de un mes, una vez terminada la intervención, presentará un breve informe de los resultados y en el plazo de dos meses se presentará a la Dirección General de Bienes Culturales el acta de depósito de materiales obtenidos…

: En el Registro de Museos de Andalucía se inscribirán todos los Museos radicados en el territorio de la Comunidad Autónoma, cualquiera que sea su titularidad, ya sea autonómica, de titularidad pública no autonómica o de titularidad privada.

22 Basado en la Ley 2/1984, de 9 de enero, de Museos. Fueron modificados algunos artículos por la Ley 1/1991, de 3 de julio, del Patrimonio Histórico de Andalucía.23 De conformidad con lo previsto en el artículo 5.3 de la ley 2/1984 (9 de enero) de Museos.

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La AP en el Registro de Museos de Andalucía se realizará en virtud de la resolución del Director General de Bienes Culturales por la que se apruebe el proyecto de Museo.

La inscripción en el Registro de Museos de Andalucía se practicará en virtud de la Orden del Consejero de Cultura que autorice la creación del Museo.

La inscripción o, en su caso, la AP en el Registro de Museos de Andalucía se considerará requisito indispensable para recibir ayudas y subvenciones de la Junta de Andalucía24

Los Museos inscritos en el Registro deberán remitir a la Consejería de Cultura, a través de las correspondientes Delegaciones Provinciales, la información que se detalla y en los plazos expresados a continuación

.

25

Otros asuntos recogidos en esta Ley son los relativos a depósitos de bienes muebles, salidas (préstamos) temporales de fondos pertenecientes a la Junta de Andalucía, su reintegración, gastos (pólizas, embalajes), autorización y accesibilidad para investigadores.

: 1.- En el mes de diciembre de cada año, copia de las fichas de inventario de las piezas ingresadas, estén o no expuestas. 2.- En el primer trimestre de cada año se enviarán: a) La Memoria-Balance de actividades del año anterior, comprensiva de los distintos servicios del Museo y de la dotación de personal, así como del número de visitantes anuales. b) El presupuesto del año en curso, en el que se detallarán los ingresos obtenidos en el ejercicio anterior por derecho de acceso al Museo, y, en su caso, propuesta de revisión de ingresos.

La Orden de 2 de septiembre de 2002 (BOJA, 118, publicado el 8-10-2002) establece las bases reguladoras para la concesión de subvenciones destinadas a los Museos de la Comunidad Autónoma de Andalucía para la mejora de instalaciones, equipamiento de investigación y documentación, equipamiento y actividades de conservación y para difusión de los fondos del Museo. Las ayudas vendrán de la Consejería de Cultura o de los fondos de la Unión Europea.

La Ley 8/2007, de 5 de octubre, de Museos y Colecciones Museográficas de Andalucía26

24 La cancelación de la inscripción en el Registro de Museos de Andalucía será por las siguientes causas: La falta de conservación, mantenimiento o custodia de los fondos del Museo, que pueda producir un perjuicio de imposible o difícil reparación. b) La insuficiencia de medios personales y materiales que produzca un menoscabo fundamental en los objetivos y servicios que preste el Museo o ponga en grave peligro la protección y conservación de sus fondos. c) La salida de fondos de titularidad autonómica depositados en los Museos sin autorización de la Consejería de Cultura. d) La obstrucción grave y maliciosa a la labor inspectora de la Administración Cultural, así como la omisión reiterada del deber de información sin que exista justificación para la misma…

compendia otras Leyes, Decretos y Órdenes anteriores. Viene, al mismo tiempo, a referir, sustituir, modificar o ampliar preceptos definiendo otros nuevos, como ocurre, v. g., en el Artículo 3, en donde quedan definidos Museos y Colecciones Museográficas estableciendo las diferencias entre ellos: Museos son las instituciones de carácter permanente, abiertas al público, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, que, con criterios científicos, reúnen, adquieren, ordenan, documentan, conservan, estudian y exhiben, de forma didáctica, un conjunto de bienes, culturales o naturales, con fines de protección, investigación, educación, disfrute y promoción científica y cultural y sean creados con arreglo a esta Ley. Y Colecciones Museográficas los

25 En cumplimiento de lo dispuesto en los artículos 5.2 y 3, y 19 de la Ley 2/1984, de 9 de enero.26 Antes de la publicación de esta Ley, se nos entregó a los Directores-Conservadores de los Museos Locales un Borrador del Anteproyecto con el fin de que se aportaran las sugerencias pertinentes.

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conjuntos de bienes culturales o naturales que, sin reunir todos los requisitos propios de los museos, se encuentran expuestos de manera permanente al público garantizando las condiciones de conservación y seguridad, y sean creados con arreglo a esta Ley. Vemos, pues, que el concepto de Museo encierra una serie de características que están ausentes en las Colecciones Museográficas, tales como criterios científicos, forma didáctica, fines investigativos, promoción científica, etc.27

Otros aspectos contemplados en esta Ley se refieren a los directores de losmuseos y sus funciones, admisión de fondos y lugares en donde se podrán depositar, Libros de Registros de Entradas y Salidas, conservación y restauración de los fondos y medidas de seguridad en los Museos

.

28.

2. El porqué de los museos locales cordobeses Una serie de circunstancias convergen en la provincia de Córdoba (Corazón de

Andalucía) que han hecho posible que su territorio (de tan sólo 13.718 kilómetros cuadrados) se encuentre habitado de manera continua desde los más lejanos tiempos, hecho debido a:

a) Su privilegiada latitud dentro de la Zona Templada con clima Mediterráneo continentalizado.

b) Su orografía, distinguiéndose dos áreas montañosas: al Norte, Sierra Morena, y, al Sur, las Sierras Subbéticas cobijando entre ambas al Valle del Guadalquivir y a la Campiña, zonas con diferencias estructurales en cuanto a su morfología y edafología.

27 De momento no existe en nuestra provincia ninguna Colección Museográfica que pertenezca a la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba, como podremos comprobar más abajo. Los bienes culturales o naturales a los que se refiere este artículo consisten en bienes muebles o en recintos, espacios o conjuntos de bienes inmuebles o agrupaciones de los mismos con valores históricos, artísticos, arqueológicos, etnológicos, industriales o de cualquier otra naturaleza cultural. 28 Aspectos tocantes a La Dirección y sus funciones técnicas: administración, protección, conservación y restauración, investigación y difusión (Art. 30). Admisión de depósitos que se adecuarán al convenio suscrito con la Administración General del Estado y que podrán ser depositados en los Museos de titularidad estatal, en los Museos y Colecciones Museográficas adheridos al Sistema andaluz de Museos y Colecciones Museográficas, en Instituciones no museísticas cuando tengan por finalidad la investigación, difusión, el análisis científico, la conservación o restauración de bienes culturales o naturales y, excepcionalmente en instituciones no museísticas para fines de alta representación del Estado o de la Comunidad Autónoma. Los depósitos se formalizarán en un contrato que deberá reunir los requisitos que se establezcan reglamentariamente (Art. 38) y podrán ser temporales, con el fin de estudiar y examinar los bienes, con motivo de la celebración de exposiciones y por depósito judicial (Art. 40) o forzosos (Art. 48). Tanto los Museos como las Colecciones Museográficas deberán llevar Libros de Registro con los ingresos, salidas y bajas de sus bienes estables por orden cronológico; de los depósitos, del inventario de sus fondos, que deberá ser actualizado al menos una vez al año y remitir a la Consejería competente en materia de museos copia de las fichas de inventario de las piezas ingresadas, estén o no expuestas (Art. 42). Conservación y restauración de los fondos museísticos mediante un proyecto de conservación: planificando, investigando y aplicando estrategias e intervenciones de prevención, a efecto de crear o mantener las condiciones idóneas que preserven los fondos museísticos de los factores de toda índole que puedan contribuir a su deterioro. Todo de acuerdo con la legislación general de patrimonio histórico (Arts. 44-45). Medidas de protección: Cuando las deficiencias de la instalación o el incumplimiento de la normativa vigente por la persona titular de un Museo o Colección Museográfica pongan en peligro la conservación, seguridad o accesibilidad de los fondos existentes, la Consejería competente podrá acordar la clausura temporal del Museo o Colección Museográfica hasta que desaparezcan las causas que motivaron la decisión. Y si persistieran las anomalías, dicha Consejería podrá disponer el depósito de sus fondos en otro u otros Museos o Colecciones Museográficas hasta que desaparezcan las causas que motivaron la decisión (Arts. 47-48).

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c) Su estratégica situación respecto a las tierras circundantes, lo que obliga al tránsito de gentes (ya foráneas, ya peninsulares por los motivos que fueren) desde las costas Meridional y/u Occidental hasta la Meseta Castellana y/o desde la Andalucía Oriental hacia la Occidental (o viceversa) a través de pasos naturales de sus valles y riberas de sus ríos, o navegando por la singular arteria fluvial, que es el Guadalquivir. Fueron aquellos movimientos poblacionales migraciones aculturizadoras que dejaron su impronta, tanto en lo referente a “las industrias” como en el arte, hablas y pensamiento, cuyo legado hemos heredado y pretendemos que se haga extensible a generaciones futuras.

Y, d) Su abundancia de materias primas (de origen animal, vegetal y mineral) posibilitando la pervivencia y fabricación de herramientas y adornos. Fruto de ello son los cuantiosos vestigios inmuebles (construcciones y pinturas y grabados parietales en cuevas y abrigos) y muebles (objetos de uso doméstico, ornamentales y votivos) encontrados en sus fecundos yacimientos, hallándose bastantes de estos últimos materiales expuestos en 26 de los 36 Museos Locales pertenecientes a la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba29, a lo que hay que añadir la musealización30

de varios yacimientos, casos del cerro de la Cruz de Almedinilla, las Cisternas Romanas de Monturque, la cueva del Ángel de Lucena… Todo ello justifica suficientemente la existencia de estos centros culturales que son los Museos Locales de Córdoba repartidos a lo largo y ancho de la provincia (lám. 1), son “museos vinculados a las administraciones menores, de manera que, para nosotros, decir museo local es decir museo municipal, aunque un museo local puede ser también el de una pedanía o aldea”(MARTÍNEZ CASTRO, 2002: 68).

3. La asociación provincial de museos locales de córdoba. antecedentesCon anterioridad a la promulgación de la Ley del Patrimonio Histórico Español

16/1985, un grupo de municipios cordobeses, conscientes del valor histórico de su Legado Cultural31, decidieron recopilar y exponer en sus respectivas localidades todo tipo de antigüedades halladas en sus términos. Uno de esos pueblos fue Puente Genil, endonde Francisco Esojo Aguilar, discípulo de la Escuela de don Juan Bernier Luque32

29 En el resto de estas Instituciones provinciales, hasta completar el elenco, conservan otros no menos importantes bienes culturales (pinturas, blasones, documentación fotográfica, cerámicas e instrumentos de cocina, de botica, de labranza, industriales, etc.), son los Museos Etnológicos.

,

30 Musealización: Crear un museo o una exposición estable partiendo de un yacimiento arqueológico o bien inmueble (construcción o paraje natural). Museografía es la descripción de un museo: edificio, accesos, instalaciones, etc. Y la Museología la Ciencia que estudia los museos: su historia, catalogación, conservación, divulgación y su influencia en la sociedad.31 A partir de la década de los años sesenta del siglo pasado hay una eclosión cultural muy importante en los pueblos, motivada por la democratización de la enseñanza, que llega prácticamente a todos los niveles sociales, haciendo que bastantes jóvenes accedan al Bachillerato y a la Universidad y que ocuparan diferentes oficios en sus respectivas poblaciones: funcionarios municipales, profesores en los distintos niveles de Enseñanza, sacerdotes, farmacéuticos … en fin, humanistas. Éstos y otros ilustrados locales -con el propósito de inculcar entre sus vecinos una conciencia cultural para defender su patrimonio- fueron quienes se encargaron de recoger de manera más o menos selectiva todo tipo de tiestos, vasijas, monedas, aperos de labranza… con valor histórico y conservarlos provisionalmente en sus domicilios (la mayoría de los Museos Locales de Córdoba nacieron como colecciones privadas) para depositarlas posteriormente en cualquier dependencia municipal. 32 Juan Bernier Luque: Polifacético cordobés (La Carlota, 1911; Córdoba, 1989). Este humanista compaginó su Magisterio con las Bellas Artes, la Arqueología y con su labor Académica. Fue cofundador de las revistas Ardor y Cántico. Recibió varios premios y homenajes. Es el titular de dos premios de otras tantas instituciones cordobesas: el Premio Poesía Juan Bernier, que otorga el Ateneo de Córdoba, y el

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tuvo el acierto de convocarnos al resto de los directores de los Museos Locales de Córdoba en el museo de su municipio. La reunión tuvo lugar el 11 de enero de 198733 araíz de celebrarse unas Jornadas en defensa del Patrimonio Histórico en la localidad pontanense. Al final de las mismas, se abrió una Mesa Redonda en la que se debatieron la mencionada Ley y el tema Agentes que dañan el Patrimonio Histórico y se apuntó la posibilidad de crear una Asociación de Museos. A esta primera toma de contacto le siguió poco tiempo después otra mantenida en la Casa de la Cultura de Cabra, pero los deseos de formar la tan añorada Asociación se disiparon. Pasaron 6 años. Esta vez quien retomó la idea fue el Museo de Santaella, cuyos miembros, aprovechando el acto de clausura de las I Jornadas sobre Museos Locales (20 de mayo de 1993), citaron a los Directores-Conservadores de los Museos existentes en la Provincia a una nueva reunión fijada en este municipio el 13 de junio de 1993 (lám. 2). Ese día se insistió una vez más en la necesidad de constituir una Asociación de Museos Locales, deseo que ya no se abandonaría, como se pudo comprobar en las asambleas habidas en Montemayor (3 de julio de 1993, lám. 3), Montoro (2 de octubre de 1993, lám. 4), Almedinilla (11 de diciembre de 1993) y en Fuente-Tójar (19 de febrero de 1994, lám. 5), en donde, una vez aprobados los Estatutos, quedó fundada la Asociación Provincial de Museos Locales de la Provincia de Córdoba “A.P.MU.L.C.” (lám. 6), cuyo espíritu continuaría siendo el marcado en las primeras reuniones: consolidar a los museos existentes y evitar su desaparición y, con ello, que sus fondos quedaran incontrolados34

A partir de entonces se abrieron nuevos horizontes a la Museística cordobesa, ya que “Atrás quedaron los tiempos en que el Centralismo, no sólo político sino también cultural, trataba de impedir cualquier intento de rebeldía e independencia que ocasionara una pérdida de autoridad al estamento que, marcado por la Ley, tenía encomendadas las competencias en materia de protección y conservación del Patrimonio. En este sentido los primeros atisbos de creación de museos locales causaron algunas inquietudes entre las autoridades, si bien, recibieron por otro lado el apoyo incondicional de algunos intelectuales, entre los que merece mención especial D. Juan Bernier, que ya, en su día, fueron conscientes de la misión rescatadora y protectora de estos pequeños museos para con el patrimonio del entorno, y de la

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Premio Juan Bernier de Arte, Arqueología e Historia, que lo hace la Asociación Arte, Arqueología e Historia. Una plaza en Córdoba –La Plaza de Juan Bernier- y el Museo Histórico Municipal de La Carlota -su pueblo natal- llevan su nombre.33 Para esa fecha ya se habían creado bastantes Museos Locales por acuerdo de los Ayuntamientos respectivos. 34 En extracto, sus Estatutos, compuestos por 6 capítulos con 26 artículos, venían a decir: Se constituye en Fuente Tójar (Córdoba) la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba (art. 1). Como finesmarcados se citan la protección y defensa del Patrimonio Histórico Cultural, el fomento de su rehabilitación, investigación y divulgación, recogiéndose además la organización de actividades de índole cultural y museológica relacionadas con los fines propios de 1os Museos Locales, fomentando su conocimiento, promocionando sus exposiciones e investigaciones sobre sus fondos, de acuerdo siempre con su idiosincrasia (art. 2). El domicilio queda fijado en el Museo Histórico Local de Santaella (Córdoba), calle Antonio Palma, 27, aunque su ámbito es provincial (art. 4). Los órganos de gobierno yadministración son la Asamblea General, o Junta General, y la Junta de Gestión Permanente (art. 5)… La Asociación carece de momento de patrimonio fundacional, que estará formado tanto por los bienes que aporten sus asociados como por las subvenciones y ayudas que se reciban de la Administración, así como otras herencias, legados, etc. que donen Instituciones, Corporaciones, y por las cuotas que se establezcan (arts. 24 y 25), no pudiendo superar el presupuesto anual de cien millones de pesetas (art. 26). En caso de disolución de la Asociación, su Patrimonio se aplicaría a fines benéficos o, si procede, al MuseoArqueológico Provincial. Vid: PALMA FRANQUELO, J.M.; LEIVA BRIONES, F.; y MORENA LÓPEZ, J. A. (1996): En “Presentación” de La Guía de Museos Locales de la Provincia de Córdoba, pp. 9-14.

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repercusión social en el ámbito cultural” (GODOY, 1996: 16). Sin embargo, retrotrayéndonos en el tiempo, desde que se iniciaron los primeros contactos entre los responsables de los museos, y entre éstos y las instituciones locales y provinciales hasta llegar a ese momento, el camino recorrido no fue un paseo plácido a través de un sendero de rosas. Hubo altos y bajos, promesas incumplidas y trabas por parte de algunos que otros políticos de turno y funcionarios35

Por ser a María Dolores Asquerino la última persona a quien se le ha concedido la Insignia de Oro de la Asociación a título póstumo

, pero también hubo, y fue lo más importante, apoyos de personas, instituciones y empresas a los que, una vez consolidada la Asociación, se les reconoció su labor otorgándoles el Distintivo de Oro de la misma coincidiendo siempre con la conmemoración del Día Internacional de los Museos: a don Francisco Godoy Delgado (en 2000), al sargento del SEPRONA don Antonio Barea Mérida (en 2001), a la Delegada de Cultura doña Rafaela Valenzuela Jiménez (en 2002), a don Juan Carlos Romero González (en 2003) y, también ese mismo año, otra insignia con carácter extraordinario a las asociaciones de “Amigos de los Museos de Córdoba”, a la señora Ministra de Cultura doña Carmen Calvo Poyato (en 2005), a don José Antonio Morena López (en 2006), a don Esteban Márquez Triguero (en 2007 a título póstumo), a la Asociación “Amigos de Belalcázar, Villa de Monumentos” (en 2008), a doña María Dolores Asquerino Fernández (en 2009 a título póstumo), a don Alfonso Sánchez Romero (también en 2009) y en el presente año, coincidiendo con el Día Internacional de Museos (DIM), serán concedidas a don José Paniagua Gil (a título póstumo) y a don Antonio Ángel Sánchez Domínguez, según acuerdo adoptado en Lucena en la LII Asamblea General Ordinaria de la Asociación Provincial de Museos Locales.

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“Recordando a María Dolores […] Pero María Dolores era también una defensora del Museo Local, y lo fue en una época en la que los Museos Locales cordobeses echaban a andar, lastrados en ocasiones por malas prácticas, falta de personal o presupuestos insuficientes. Como ella misma dejó escrito, con muchos de ellos colaboró aportando sus conocimientos, su ayuda material y personal, en la confianza de que con el apoyo al Museo Local se apoyaba a la sociedad que lo representa. Los Museos de Santaella, Puente Genil, Montilla o Priego, por citar sólo algunos, tienen motivos para recordarla. Y es que María Dolores fue, en sus primeros años de andadura profesional, uno de los nuestros, cuando ejerció como directora del Museo de Alcoy.

, quisiéramos recordar las palabras que Rafael Carmona Ávila (Director-Conservador del Museo Histórico Municipal de Priego de Córdoba) pronunció al formular la laudatio funebris en memoria de dicha Profesora Dra.:

Sus investigaciones abarcaron, de un modo u otro, a la mayor parte de los municipios cordobeses: Lucena, Almedinilla, Baena, Bujalance, Cabra, Cañete de las Torres, Carcabuey, Doña Mencía, Fuente Tójar, Luque, Montoro, Monturque, Palma del río o Zuheros. Casualmente, todos estos municipios cuentan hoy con un Museo Local, convirtiendo la provincia de Córdoba en un referente nacional dentro de la casuística de la museología territorial.

35 Vid Libros de Actas de la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba, entre otras, las Sesiones celebradas en Fuente-Tójar (19-2-1994), Santaella (22-10-94), Lucena (21-10-1995), Torrecampo (28-9-1996), Monturque (14-11-1998) y La Carlota (27-11-1999).36 A don José Paniagua Gil le será concedida este año en Puente Genil.

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Pero quizás lo mejor será ceder la palabra, palabra escrita, a María Dolores, leyendo un texto que redactó hace ya bastantes años, cuando la mayor parte de los Museos Locales representados en esta sala, no existían:

“La creación de un Museo Local, decía María Dolores, es una iniciativa que los profesionales de la arqueología agradecemos enormemente, porque todo Museo es un archivo del pasado y de la cultura, y todos los que nos dedicamos a estudiar esa cultura y ese pasado deseamos, de todo corazón, que la documentación que de ellos nos hablan se conserve debidamente, no por egoísmo personal, sino para el disfrute de todos.

Los Museos, independientemente de los fondos que en ellos se guarden, son instituciones al servicio de los ciudadanos. Son, por tanto, no sólo un edificio destinado a guardar cosas más o menos antiguas, más o menos valiosas, sino un centro cultural y didáctico.

Visitar un Museo para atiborrarse de objetos varios y salir de él teniendo como único recuerdo el amontonamiento, es un fracaso. A ciertos niveles, algo tan negativo como no haberlo visitado. Los Museos, en general, y los arqueológicos en particular, tienen que servir para enseñar, para proporcionar conocimientos a las gentes que se asoman a sus salas, a sus vitrinas.

Los Museos de contenido arqueológico tienen, además, un valor primordial. Son el archivo histórico y cultural más importante, porque recogen documentos que nos permiten reconstruir la época más antigua de la Historia del hombre, cuando, ante la ausencia de testimonios escritos, no tenemos más recursos que las cerámicas, las armas de metal o piedra, o los objetos de adorno personal. Son, en definitiva, un archivo de nuestro pasado, un recuerdo de nosotros mismos””37

Mas no son sólo esas personas e Instituciones las que, de una forma u otra, han contribuido al engrandecimiento y solidez de la Asociación. En la mente de todo Director de Museo Local están la Excma. Diputación

.

38, el Cuerpo de la Guardia Civil y en particular el SEPRONA, la Delegación de Cultura39, los alcaldes, alcaldesas y numerosos concejales municipales; la empresa PRASA, en la persona del que fuera su representante en la Asociación, el extinto Esteban Márquez Triguero, y la Asociación “Amigos de los Museos de Córdoba”, que dignamente representó don José Paniagua Gil (LEIVA, 2004: 25), también fallecido (LEIVA, 2008b: 321-327).

4. Situación actualEl panorama que presentan los diversos museos integrantes de la Asociación

Provincial de Museos Locales de Córdoba “A.P.MU.L.C.” es bastante dispar. Los hay de titularidad pública (municipales) y privada (dependientes de la Iglesia o de empresas particulares); la temática que tratan difiere de unos a otros abarcando un variopinto

37 Palabras pronunciadas por Rafael Carmona Ávila en Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba) el 16-5-2009 con motivo de la celebración del DIM por parte de la Asociación Provincial de Museos locales de Córdoba. Vid. Libro de Actas de la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba, 2, folios 71-71V. 38 En los primeros tiempos fueron de sumo apoyo: Antonio Sánchez Villaverde, Francisco Solano García Chaparro, Alberto Gómez Velasco y Matías González López. 39 Importantes han sido por diversas causas: Ignacio González Merino, Francisco Godoy Delgado, Angustias Contreras Villa y Antonio Ángel Sánchez Domínguez.

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abanico, desde los meramente arqueológicos, incluyendo los ecomuseos40

Referente a esto último, Godoy comenta: “A este respecto, muchos ayuntamientos deberían ser conscientes de lo siguiente: Las corporaciones locales que promocionan estas fundaciones han de comprender que un museo local no es un lujo, ni tampoco un almacén donde amontonar trastos viejos, sino, como dice la Ley, una "Institución de carácter permanente, abierta al público, orientada al interés general de la comunidad, que recoge, adquiere, ordena, conserva, estudia y exhibe de forma científica, didáctica y estética conjuntos de bienes muebles de valor cultural, señaladamente testimonios de la actividad del hombre y su entorno natural, con fines de investigación, educación, disfrute y promoción científica y cultural". Estas pequeñas instituciones culturales de ámbito local se han podido crear y desarrollar gracias al enorme esfuerzo colectivo de voluntarios que, amantes del patrimonio común de su tierra, comprendieron que la salvaguarda de los bienes sólo era posible a través de la musealización de los objetos. De modo añadido, y no menos importante, han logrado, para dar cobijo digno a las colecciones, la rehabilitación de viejos edificios nobles que en algunos casos ya habían sido desahuciados. Cabe además señalar que toda la labor emprendida por estos voluntarios, auténticos Conservadores del Patrimonio, no ha sido aún reconocida suficientemente” (GODOY, 1998: 16-18). Pero, a pesar de todo, los objetivos marcados al comienzo (defender, conservar y divulgar el Patrimonio de nuestros pueblos) siguen en vigor, como expusiera Santiago Cano con motivo de celebrarse el décimo aniversario de la Asociación Provincial de Museos Locales: “Hay algo más […] que nos mueve a realizar esta noble labor, este ilusionado ministerio, que es llevar adelante un Museo, por pequeño que sea, por humilde que resulte, por poco interesante que pudiera parecer. Porque un Museo es algo que, creo, día a día va tomando cuerpo, que cuando nosotros no estemos, otros llevarán adelante y permanecerá en el tiempo como un árbol dando frutos de Cultura a cuantos a su buena sombra se acerquen.

, hasta los que muestran materiales vanguardistas de artistas actuales, pasando por los etnológicos, paleontológicos y mineralógicos; no todos se ubican en edificios acordes con lo que encierran ni en estancias fácilmente accesibles para personas discapacitadas o de edad avanzada y ni todos cuentan con los mismos presupuestos, ya que hay municipios que superan con creces los 20.000 habitantes y otros que no llegan a los 1.000, a lo que hay que añadir, y esto es más grave, el grado de concienciación de las autoridades locales, pues ni todos los munícipes poseen la misma delicadeza en relación al valor del Patrimonio de su pueblo ni todos los regidores valoran por igual la labor que realizan los directores (voluntarios) de los museos.

Dijo Horacio, el poeta romano, refiriéndose a su obra poética: Exegi monumentum aere perennius: He levantado un monumento más duradero que el bronce. Algo así hemos hecho nosotros, cada uno según sus propias circunstancias, cada uno como ha podido, da uno según su leal saber y entender. Y nuestra obra nos sobrevivirá y nosotros tenemos el honor de haberla hecho nacer, de haberla comenzado” (CANO, 2004: 30-31).

40 Un ecomuseo es un centro de interpretación museístico basado en la interrelación entre un ecosistema y los habitantes del lugar con la finalidad de conseguir un desarrollo sostenible. En nuestra provincia existen dos: El Ecomuseo del río Caicena en Almedinilla y el Ecomuseo de la cueva de los Murciélagos en Zuheros

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De ocho Museos que fundaron la Asociación (Almedinilla, Cañete de las Torres, Doña Mencía, Fuente-Tójar, La Rambla, Montoro, Santaella y Zuheros) hoy ya son treinta y seis los que la componen41

ALMEDINILLA: El Ecomuseo del río Caicena, instalado inicialmente en las dependencias del antiguo Ayuntamiento. Hoy se ubica en una vieja almazara en el paraje Fuente de la Ribera. Fue creado por acuerdo de Pleno Municipal el 22-11-1993.Fondos: arqueológicos y etnológicos. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 29-12-1993.

(vid. lám. 1):

BAENA: El Museo Histórico Municipal, inaugurado en 1999, se halla en la planta primera de la Tercia (edificio del s. XVIII), calle Santo Domingo de Henares, 5. Fondos: Arqueología. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 7-7-2007.

BAENA: Museo “Cervantes”. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 7-11-2009.

BELMEZ: El Museo Histórico de Belmez y del Territorio Minero se localiza en el viejo Pósito Municipal, calle Córdoba. Se creó por acuerdo de Pleno Municipal en 1997 y se inauguró un año después, el 14-5-1998 (lám. 7). Fondos: Paleontología, Mineralogía, Arqueología y Etnología. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 25-4-1998.

BUJALANCE: Su Museo, “El Hombre y su Medio”, se localiza en el antiguo Pósito del Ayuntamiento, calle Plaza Mayor, 1. Fue creado por acuerdo de Pleno Municipal el 3-11-1994. Fondos: Arqueología y una interesante colección de mariposas en un hipotético ecosistema (lám. 8). Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 17-6-1995.

CABRA: El Museo Arqueológico de Cabra se creó por Orden Ministerial el 15-1-1973teniendo como sede el Ayuntamiento de la ciudad. Desde 1984 se halla en la Sala de Columnas del antiguo Banco de España, calle Martín Belda. Fue inaugurado el 23-6-1992. Fondos: Paleontología y Arqueología. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 17-6-1995.

CABRA: Museo del Aceite. Se halla en una vieja almazara –el Molino Viejo-, calle del Vado del Moro. Fue admitido en la Asociación el 23-6-2001. Fondos: Etnología. No poseemos más datos. Privado. Pertenece a la Asociación desde 23-6-2001.

CAÑETE DE LAS TORRES: El Museo Histórico Municipal se encuentra en la Casa de Cultura, calle Plaza de España. Fue creado por acuerdo de Pleno Municipal el 29-6-1983. Fondos: Arqueología, emblemática y numismática moderna. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 25-1-1994.

CARCABUEY: Museo Histórico Municipal. Se ubica en el edificio de las Antiguas Escuelas. Fue inaugurado el 2007. Fondos: Paleontología y Arqueología. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 20-11-2004.

41 Las fechas anteriores al día de la constitución de la Asociación (18-03-1994) se deben a que los ayuntamientos de esos pueblos aprobaron los Estatutos y solicitaron en las indicadas fechas el ingreso en la futura Asociación de Museos Locales de Córdoba. El Museo “Tren del Aceite” de Cabra, el “Museo de Joyería Regina” de Córdoba y el Museo Histórico Municipal de Fuente Obejuna han dejado, de momento, de pertenecer a la Asociación Provincial de Museos Locales.

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CASTIL DE CAMPOS (Priego de Córdoba): Casa-Museo de Artes y Costumbres Populares. Fue inaugurado el 19-5-2002. Se ubica en una pequeña casa con sabor popular. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 25-11-2006.

CERRO MURIANO, OBEJO: Llamado en un principio “Museo de Arqueometalurgia”, a partir de 2003 se le denomina Museo del Cobre. Fue creado por acuerdo de Pleno Municipal el 9-7- 2002. Se halla en la antigua Casa-Cuartel de la Guardia Civil, calle Acera del Cuartel Viejo. Fondos: Metalurgia, Arqueología y Fotografía (lám. 9). Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 5-10-2002.

DOÑA MENCÍA: El Museo Histórico-Arqueológico Local de este municipio se halla en la Casa de Cultura, calle Juan Ramón Jiménez, 6. Tuvo sus inicios en la década de los años 50 del siglo pasado y creado por acuerdo de Pleno Municipal el 26-5-1980. Fondos: Arqueología y Etnología. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 28-1-1994.

FUENTE-TÓJAR: Su Museo Histórico Municipal se gestó en 1972 teniendo su sede en la Cámara Agraria Local (lám. 10), desde allí se trasladó a las dependencias del Ayuntamiento y finalmente al Edificio Polivalente Municipal, calle Nueva (lám. 11). Se creó por acuerdo de Pleno Municipal el 20-2-1985 e inaugurado el 2-3-1990. Fondos: Paleontología, Arqueología y Etnología. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 18-3-1994.

LA CARLOTA: Museo Histórico Municipal “Juan Bernier”. Tiene su sede en el edificio-palacio de Subintendencia. Sus antecedentes se remontan a 1988 y se inauguróel 5-7-1998. Al principio se ubicó en las Caballerizas del antiguo Cuartel de la Guardia Civil teniéndose previsto trasladarlo al edificio de la antigua Cárcel de la Subdelegación de las Nuevas Poblaciones. Fondos: Paleontología, Arqueología y Etnografía.Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 6-2-1999.

LA RAMBLA: Casa-Museo “Alfonso Ariza”. Museo ubicado en la casa del personaje que le da nombre, calle Santaella, 39. Fue creado por acuerdo de Pleno Municipal en 1990 e inaugurado en 1995. Fondos: pinturas, esculturas cerámicas y dibujos. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 17-1-1994.

LA RAMBLA: Museo de la Cerámica. Se halla en un edificio creado ex profeso en la calle Plaza de la Cadena. Fondos: Arqueología y cerámica. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 22-10-2005.

LUCENA: Su Museo Arqueológico y Etnológico se ubica en el Castillo del Moral. Se creó por acuerdo de Pleno Municipal el 6-12-2001, aunque tuvo sus inicios por decisión Municipal en 1994. Fondos: Paleontología, Arqueología y Etnología. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 4-3-1995.

MONTEMAYOR: El Museo de Ulía tuvo sus comienzos en 1965. Inicialmente estuvo instalado en el Cuartelillo de Hermandades, sito en la parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción, a partir de 1976 se encuentra bajo el coro de la misma iglesia. Fue declarado Museo Oficial de la Iglesia de Córdoba, según Decreto del Vicario General del Obispado en 1971. Fondos: Paleontología y Arqueología. Privado. Pertenece a la Asociación desde 21-3-1994.

MONTILLA: Su Museo Histórico Local se ubica en la Casa de Cultura, calle Padre Miguel Molina, 2. Fue creado por acuerdo de Pleno Municipal el 25-3-1994. Fondos: Paleontología, Arqueología y Etnología. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 2-7-1996.

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MONTORO: El Museo Arqueológico Municipal fue inaugurado el 28-2-1992. Al principio estuvo en la calle Sor Josefa Artola y desde el 3-4-1995 se encuentra en la iglesia de Santa María del Castillo de la Mota, enclavada en el viejo Castillo de Muntur árabe. Fondos: Paleontología, Mineralogía y Etnología. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 27-1-1994.

MONTURQUE: Museo Histórico Local. Se localiza en un edificio moderno en la calle Paseo de San Mateo, edificio rodeado de una vasta zona arqueológica. Fue creado por acuerdo de Pleno Municipal en 1997. Fondos: Paleontología y Arqueología. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 25-4-1998.

NUEVA CARTEYA: En proceso de montaje. Pertenece a la Asociación desde 15-2-2003.

PALMA DEL RÍO: Museo Histórico Municipal. En un principio se ubicó en la Casa de Cultura y desde 1995 lo hace en el edificio de Las Caballerías Reales. Sus comienzos tuvieron lugar en 1985, si bien no se creó por acuerdo de Pleno Municipal hasta el 28-12-1989. Fondos: Arqueología, Etnología y Bellas Artes. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 27-7-1995.

PEÑARROYA-PUEBLONUEVO: Museo Geológico-Minero. Se encuentra en el Polígono Industrial de la Papelera, concretamente en la antigua fábrica de la Yutera. Fue creado por acuerdo de Pleno Municipal el 30-10-1996. Fondos: Mineralogía, Paleontología, Arqueología y Etnología. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 13-2-2005.

PRIEGO DE CÓRDOBA: Museo Histórico Municipal. Comenzó a gestarse entre las décadas 60-80 del pasado siglo, aunque no culminaría su creación por acuerdo de Pleno Municipal hasta el 24-11-1983. Entonces tuvo su sede en el edificio renacentista de las Carnicerías Reales, en la actualidad se halla en el Centro Cultural Lozano Sidro, calle Carrera de las Monjas. Fondos: Arqueología. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 22-6-1996.

PRIEGO DE CÓRDOBA: El Museo Casa-Museo de don Niceto Alcalá-Zamora y Torres se ubica en la casa en donde nació don Niceto, primer Presidente de la II República Española, calle del Río, 33. Fue inaugurado en agosto de 1987, si bien el Patronato de su nombre se creó por acuerdo de Pleno Municipal el 26-10-1993. Fondos: Etnología. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 20-01-1996.

PRIEGO DE CÓRDOBA: Museo Adolfo Lozano Sidro. Se halla instalado en la casa en donde vivió el pintor que le da nombre a esta institución prieguense, calle Carrera de las Monjas. El Patronato fue creado por acuerdo de Pleno Municipal e1 17-11-1994 e inaugurado el 21-5-1999. Fondos: Pintura costumbrista. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 23-06-2001.

PUENTE GENIL: Museo Arqueológico Municipal. Al principio se ubicó en El Hogar Juvenil “Los Pinos” y desde 1991 se halla en el antiguo Convento de la Victoria de los Padres Franciscano, s. XVII, calle Ancha. Fue creado por acuerdo de Pleno Municipal el 7-9-1981. Fondos: Paleontología, Arqueología y Etnografía. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 22-10-1994.

RUTE: Museo del Anís (Museo y fábrica de anís). Se encuentra en el edificio de la fábrica de destilerías “Anís Duende” construida en 1908, calle del Fresno. Se creó el 20-10-1994. Fondos: Etnografía y Fotografía. Privado. Pertenece a la Asociación desde 22-2-2003.

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SANTAELLA: El Museo Arqueológico Municipal, hoy denominado Museo Histórico Municipal de Santaella, se ubica en el antiguo Pósito, inmueble acondicionado para Casa de Cultura, calle Antonio Palma, 27. Fue creado por acuerdo de Pleno Municipal el 20-12-1970. Fondos: Paleontología, Arqueología y Etnología. Titularidad municipal.Pertenece a la Asociación desde 25-1-1994. En esta población tiene la sede la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba (lám. 9).

TORRECAMPO: Casa-Museo “Posada del Moro” de Torrecampo, hoy llamado Museo PRASA Torrecampo. Se halla en un viejo edificio renacentista del s. XVI sobre sustratos de los ss. XIV y XV, calle Mudo, 1. Sus orígenes, como tal Museo, se remontan a 1960. Fondos: Mineralogía, Paleontología, Arqueología, Pintura y Etnología. Privado. Pertenece a la Asociación desde 20-01-1996.

VILLA DEL RÍO: Su Museo Histórico Municipal se ubicó en primer lugar en la Torre de Poniente del viejo castillo de la Villa. A partir de 2001 se trasladó a la Casa de las Cadenas, calle Blas Infante, 13, pasando a denominarse Museo Histórico Municipal “Casa de las Cadenas”. Fue creado por acuerdo de Pleno Municipal el 29-5-1997.Fondos: Paleontología, Arqueología y Pintura. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 17-6-1995.

VILLANUEVA DE CÓRDOBA: Museo Histórico Municipal. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 7-7-2007. En proceso de montaje.

VILLARALTO: Su Museo del Pastor se ubica desde su inauguración (el 10-8-2006) en una casa de mediados del siglo XIX, calle Buensuceso número 17. Su creación fue aprobada por Pleno Municipal el 1-9-2004. Fondos: Etnología y Arqueología.Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 17-2-1007.

ZUHEROS: Museo Histórico Local. Se localiza en la Plaza de La Paz número 2. Fue inaugurado el 15-8-1991, si bien sus orígenes datan de 1988 y su creación por acuerdo de Pleno Municipal en 1992. Fondos: Arqueología. Titularidad municipal. Pertenece a la Asociación desde 22-12-1993.

ZUHEROS: Museo de Costumbres y Artes Populares “Juan Fernández Cruz”. Se halla en la denominada “Casa Grande”, calle Santo, 29. Fue inaugurado el 16-5-2003.Fondos: Etnología. Privado. Pertenece a la Asociación desde 22-11-2008.

5. Museos locales de córdoba inscritos el registro andaluz de museos (museo, fecha de orden, nº BOLA y fecha, código)

Almedinilla: 23/05/1997 74 28/06/1997 019-B-015. Baena (Museo Histórico Municipal): 07/02/2000 35 23/03/2000. Belmez: 09/03/1999 49 27/04/1999 011-B-009.Bujalance: AP-063-B-050. Cabra (Museo Arqueológico): 28/05/1997 74 28/06/1997 023-B-019. Cabra (Museo del Aceite): 09/07/2002 36 21/02/2003 AP-039-C-008.Cañete de las Torres: 10/03/1997 50 29/04/1997 003-B-003. Carcabuey: AP-066-B-052. Castil de Campos (Priego de Córdoba): AP-057-C-012. Cerro Muriano (Obejo): 16/02/2004 51 15/03/2004 038-B-030. Doña Mencía: 28/05/1997 74 28/06/1997 024-B-020. Fuente-Tójar: 23/05/1997 74 28/06/1997 019-B-015. La Rambla (Museo “Alfonso Ariza”): 15/07/2002 36 21/02/2003 AP-035-B-028. La Rambla (Museo “De la Cerámica”): 22/10/2003 36 23/02/2004 AP-046-B-037. Lucena: 07/03/2006 127 04/07/2006 057-B-043. Montemayor: 12/06/1997 84 22/07/1997 027-C-005. Montilla: 19/03/1997 55 13/05/1997 008-B-006. Montoro: 23/05/1997 74 28/06/1997 020-B-016.Monturque: 19/07/2004 184 20/09/2004. Palma del Río: 23/05/1997 74 28/06/1997

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021-B-017. Peñarroya-Pueblonuevo: AP-068-B-054. Priego de Córdoba (Museo Histórico Municipal): 10/03/1997 50 29/04/1997 004-B-004. Priego de Córdoba (Casa-Museo de “Don Niceto Alcalá-Zamora”): 20/05/1997 72 24/06/1997 016-B-012. Priego de Córdoba (“Museo Lozano Sidro”): 16/01/2002 26 02/03/2002 042-B-033. Puente Genil: 31/03/1997 56 15/05/1997 011-B-008. Rute: 12/06/1997 84 22/07/1997 028-C-006. Santaella: 20/05/1997 71 21/06/1997 015-B-011. Torrecampo: AP-26-1-2007.Villa del Río: AP-070-B-055. Villanueva de Córdoba: AP-065-B-051. Villaralto: 20/4/2009 065-B-049. Zuheros (Museo de Costumbres y Artes Populares “Juan Fernández Cruz”): AP-088-C023.

6. Miembros asociadosCASTIL DE CAMPOS: Asociación “Amigos de la Casa-Museo”.

CÓRDOBA: Asociación “Amigos de los Museos”.

LA CARLOTA: Asociación “Ad Aras”.

LUCENA: Asociación “Torre del Moral”.

PALMA DEL RÍO: Asociación “Saxoférreo”.

PRIEGO DE CÓRDOBA: “Asociación Amigos del Museo Histórico Municipal”.

De acuerdo con lo establecido por el ICOM y el CDPH (Comité Directivo para la conservación integrada del Patrimonio Histórico)42

Entre las labores que llevan a cabo los Museos Locales podemos citar: a, vigilancia de los yacimientos de sus términos municipales; b, colaboración con las administraciones Local, Provincial y Autonómica y con diferentes Universidades y servicio a las mismas; c, conservación de los materiales en almacenes adecuados y con

, el primer objetivo marcado (y continúa siéndolo) por los Museos Locales de Córdoba es acercar el Patrimonio a la comunidad municipal y a su entorno, a fin de que sean valorados, una vez conocidos, los vestigios del Pasado y, al tiempo, que se adquiera conciencia para conservarlos, defenderlos evitando el expolio y hacerlos llegar a las generaciones venideras (lám. 10). Visto así, puede parecer que la beneficiaria es sólo la Comunidad Local y su entorno, nada más lejos, las puertas de los Museos Locales están abiertas a la Comunicad Científica, a la que se le brinda cada día más los materiales presentes en los Museos, así como los lugares y piezas conocidos, ora yacimientos, ora materiales en manos de particulares. Además, tanto la Asociación Provincial del Museos Locales de Córdoba como cada Museo, individualmente hablando, están continuamente en contacto y en estrecha colaboración con la Administración, última garante del Patrimonio, a la que, dada la riqueza patrimonial de nuestra provincia, le resultaría imposible hacer frente a la misma, tanto por falta de medios materiales como humanos, hecho que se suple con la labor llevada a cabo por los Museos Locales y sus responsables en cada uno de los municipios, desde donde envían a la Administración cualquier incidencia relacionada con los vestigios materiales aparecidos en los pueblos. Es más, hoy día no es posible la reconstrucción de cualquier época pasada, ni presente, si no se tiene en cuenta la información que pueden ofrecer los fondos de los Museos Locales, y todo estudio científico que no los contemple será un estudio sesgado y carente de rigor.

42 Según la Recomendación hecha por el Consejo de Europa a los Estado Miembros en materia de protección y puesta en valor del Patrimonio Arqueológico en el contexto de las operaciones urbanísticas de ámbito urbano y rural (Estrasburgo, 13-4-1989).

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la seguridad necesaria; d, restauración (lám. 11), inventario y catalogación de materiales y yacimientos en los preceptivos Libros de Registro; e, publicaciones propias y/o en colaboración con otras de carácter más general43

Como logros alcanzados por la Asociación se pueden señalar: la Asociación posee una base de datos con los fondos de los Museos en cada Museo, se editó el cartel DIM 97

; f, exposiciones permanentes y/o temporales; g, incorporación en bastantes Museos de la interactividad informática ofreciendo al visitante una información general de la Institución, de sus salas y vitrinas y, en particular, de cada una de las piezas expuestas y del ambiente cultural de su época; y, h, Educación, que es la estrategia mayor puesta en práctica por los Museos, así, de esta forma, la mayoría de ellos exhiben sus fondos en función del gran público mediante maquetas, paneles, reconstrucciones ideales, gráficos, dibujos, fotografías... que hacen fácilmente comprensibles las huellas materiales del Pasado.

44, se está en contacto con la Asociación Arte, Arqueología e Historia, se han publicado varias Guías de los Museos Locales45

A lo anterior, habría que añadirse, también como logros, los intercambios bibliográficos que asiduamente se mantiene con la Asociación Provincial de Cronistas Oficiales de Córdoba y con otras entidades culturales a nivel provincial, autonómico y nacional

, existen una publicación sobre los Museos y la Asociación en el Patronato de Turismo, una página Web, un Boletín anual y una serie documental en TV, se está presente en el Boletín de la Asociación de Museólogos, existen numerosas noticias en diferentes medios de comunicación sobre la Asociación y los Museos componentes, el 9-11-1995 se presentó a la Asociación en la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, se ha estado presente en Jornadas sobre Patrimonio en el Principado de Asturias, en las Jornadas de Arqueología Cordobesa, en la Universidad de Otoño de Jaén, en las Jornadas de Patrimonio del Alto Guadalquivir, en numerosas mesas redondas, en Jornadas de la Federación Andaluza de Municipios, en Jornadas de Formación de la Guardia Civil, en Sesiones de actualización sobre conservación preventiva y en Actos Institucionales del Día Mundial de los Museos y se está presente en la Comisión Andaluza de Museos. Por todo ello, a la Asociación se le otorgó un Premio a la labor Cultural por la Junta de Andalucía el Día de la Comunidad en 1998.

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Otros proyectos conseguidos y que se siguen realizando son la publicación en1996 de "La Guía de Museos Locales de la Provincia de Córdoba" en colaboración con el Grupo de empresas PRASA, también en colaboración con el Patronato Provincial de Turismo de Córdoba se editó en español e inglés la "Guía de Museos y Monumentos",

y la grabación de los Museos Locales, en 2002, por la cadena PROCONO, vídeos que se presentaron en Córdoba ese mismo año con motivo de la conmemoración del Día Internacional de los Museos.

43 Existen Museos que periódicamente editan Hojillas Informativas sobre sus fondos para ser distribuidas entre los escolares de la localidad. Otros cuentan con Hojas Didácticas elaboradas por los responsables del Museo o por el Gabinete Pedagógico. Los objetivos de los Museos están totalmente en consonancia con los de los planes de estudio, ya sean de Primaria, Secundaria o de Bachillerato. Otro objetivo es concienciar a los chavales de las medidas a tomar en caso de destrucción y expolio del patrimonio, cómo prevenir tales hechos y a quién dirigirse. 44 DIM: Día Internacional de los Museos. Se celebra el 18 de mayo de cada año.45 Hasta la fecha sólo se han publicado las guías de los Museos de Almedinilla, Palma del Río, Priego de Córdoba (la del Museo Histórico Municipal y la de la Casa-Museo de D. Niceto Alcalá-Zamora) y la de Puente Genil. Ello ha sido posible gracias a las subvenciones recibidas por la Diputación, CajaSur y los respectivos ayuntamientos. 46 En la actualidad se está elaborando en la Sede en Santaella el inventario con los volúmenes llegados vía intercambio.

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Guía que se presentó en Priego de Córdoba estando la Asociación coordinando la Mesa de Debates, y todos los años, coincidiendo con el Día Internacional de los Museos, sellevan a cabo una serie de actividades de toda índole con la pretensión de conocer y acercar el Patrimonio y los Museos a los ciudadanos y escolares de la provincia: réplicas de piezas (lám. 12), visitas concertadas a los diferentes Museos (Jornadas de Puertas Abiertas), contacto con los yacimientos más señeros…

En cuanto a la labor de Investigación-formación, y siempre respetando la libertad de actuación e idiosincrasia de cada Museo, la Asociación contribuye a dotar a los distintos Museos de material informático y bibliográfico, a la vez que realiza cursos de formación (sobre museología, conservación preventiva...) impartidos por miembros de la Asociación o bien por personal especialista de nuestra provincia. Ejemplo de esto último ha sido el Curso sobre conservación preventiva de piezas de metal, cerámica y vidrio dirigido por los compañeros del Museo de Montilla. En lo concerniente a Cursos sobre Patrimonio, la Asociación ha impartido tres al Equipo del SEPRONA de la 405ª Comandancia de la Guardia Civil y a varios acuartelamientos de la Provincia. Estos cursos, denominados también Jornadas sobre Vigilancia y Protección del Patrimonio,comenzaron allá por 1995 y tuvieron, en principio, un carácter bianual siendo impartidos conjuntamente por la Delegación Provincial de Cultura, por la Asociación Provincial de Museos y por miembros del propio Cuerpo. Tuvieron como objetivos ase-sorar a las citadas Fuerzas de Seguridad en temas como Legislación sobre Patrimonio, información sobre yacimientos y piezas que son objeto de expolio por parte de clandestinos y nociones que les permitieran el encuadre cultural de los materiales expoliados (lám. 13). Fruto de ello han sido las diversas actuaciones realizadas por la Guardia Civil permitiendo la recuperación de elementos de nuestro Patrimonio pasando a titularidad pública en algunos de nuestros Museos.

Referente al "Convenio de Colaboración" firmado entre la Asociación y la Universidad de Córdoba (lám. 14), desde un principio se pretendió potenciar y completar la capacitación técnica de los universitarios cordobeses en el ejercicio de su actividad profesional, fomentar el conocimiento de los Museos de la provincia y el Patrimonio de sus respectivos términos municipales y desarrollar y ejecutar proyectos de investigación conjunta. Otros datos de interés logrados han sido la puesta en funcionamiento de la página Web de la Asociación y la elaboración del Código Ético de obligado cumplimiento entre los Museos que componen la Asociación, Código de Conducta que fue aprobado por unanimidad el 10-5-2007 en Asamblea General Extraordinaria celebrada en Monturque con motivo del DIM47

47 La ASOCIACIÓN PROVINCIAL DE MUSEOS LOCALES DE CÓRDOBA, reunida en Asamblea, acuerda aprobar el presente CÓDIGO DEONTOLÓGICO destinado a regularizar y homogeneizar las relaciones entre los museos asociados, inscritos o no en el Registro andaluz de Museos, y entre éstos y los donantes o depositantes de cultura material en dichas instituciones. En todos los casos se entiende que el Patrimonio Histórico afectado es el arqueológico. 1.- Todos los acuerdos reflejados en el presente documento se han de considerar como concordables con la normativa legal, general o sectorial, en vigor, así como sujetos a la competencia o discrecionalidad de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. 2.- La adscripción de fondos a los museos asociados se entenderá como aceptada de hecho hasta el momento de la fecha de ratificación del presente documento en Asamblea, con independencia de la procedencia de los mismos. 3.a.- Se aceptarán depósitos o donaciones, efectuados por particulares, procedentes de cualquier término municipal de la comunidad autónoma andaluza, si bien se pondrán con posterioridad a disposición del museo correspondiente, si fuese el caso, mediante la fórmula de depósito indefinido o cualquier otra que determinen, de mutuo acuerdo, los museos afectados. Esta circunstancia se pondrá en conocimiento del donante o depositario quien, de no aceptar dicha determinación, podrá desistir de su intención. En este último supuesto, se trasladará informe a la Delegación Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía. 3.b.- En el caso de que el material recibido proceda de un término

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Sin embargo, aún quedan planes por lograr: confeccionar pegatinas para los Museos en las conmemoraciones del DIM, realizar una Exposición conjunta sobre el Mundo Ibérico y finalizar las Guías de los Museos que aún no se han publicado48

La Asociación, en su breve historia, se ha congregado en 52 Asambleas Generales: 41 fueron Ordinarias y 11 Extraordinarias, de las que 8 lo hicieron para la renovación de la Junta de Gestión y 2 para la modificación de los Estatutos

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municipal sin museo, el ingreso se entenderá como condicionado a la futura e hipotética creación del mismo. Si así ocurriere finalmente, los objetos quedarán a disposición del nuevo museo en las circunstancias que se determinan en el apartado 3.a. 3.c.- Los objetos sin procedencia, o de procedencia desconocida, se podrán aceptar sin las reservas detalladas en los apartados anteriores, hasta el momento en que, por razonamiento justificado y fiable, pudiera determinarse la procedencia. En este supuesto se procederá como ya se ha señalado en este mismo artículo. 4.a.- Todos los objetos y restos materiales integrantes del Patrimonio Arqueológico serán considerados, a priori, como bienes de dominio público, salvo las excepciones contempladas en la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía. Por ello, no se aceptarán depósitos efectuados por particulares que aleguen la titularidad de dichos bienes pero que no puedan demostrar la posesión de los mismos conforme a derecho. En caso necesario, se elevará consulta a la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. 4.b.- Excepcionalmente, se aceptarán los depósitos anteriormente referidos, especificando en el documento de entrega la manifestación del depositario en relación a la titularidad del objeto u objetos afectados, si bien para la rescisión de los mismos se deberá contar con la autorización previa de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. 5.- En ningún caso los museos realizarán, promoverán o gestionarán la compra de objetos de procedencia ilícita. 6.- Se atenderá rigurosamente, en plazo y forma, lo estipulado en la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía sobre los hallazgos casuales. 7.- En caso de duda o litigio en la aplicación del presente código deontológico, los museos asociados se comprometen a exponer y debatir en el seno de la Asamblea los motivos objeto de discusión. En Monturque, a 10 de mayo de 2008.

, ello sin contar las reuniones mantenidas por la Junta de Gestión Permanente para tratar diversos asuntos relacionados con la Asociación. Sean cuantas fueren o donde hubiesen sido las reuniones, lo más importante son, sin duda, las conclusiones a las que se llegan, como comenta constantemente don Juan Manuel Palma Franquelo (Presidente de la Asociación): “Las reuniones siempre aportan un gran elemento de interés, pues se han convertido en auténticos symposia sobre museología por el continuo intercambio de experiencias de los miembros enriqueciéndoles cada vez más en la visión y respeto sobre y del Patrimonio” (lám. 15, 16 y 17).

48 Palabras pronunciadas por don Juan Manuel Palma Franquelo (Presidente de la Asociación Provincial de Museos Locales) en la Asamblea General Extraordinaria celebrada en Cabra el 22-2-03, palabras recogidas en el Acta correspondiente. 49 Los Estatutos de la Asociación se modificaron por primera vez en Asamblea General Extraordinaria celebrada el 20-1-1996 en Palma del Río (Córdoba). Afectó a los artículos 2, 7, 10 y 17, siendo lo más novedoso lo recogido en el art. 7, que añadía en su apartado 4 las figuras de Asociados Colaboradores. Lo mismo se indicaba en el art. 10 (apartado 6) y en el 17, donde se refleja: Se reconoce la figura de ASOCIADO COLABORADOR, que podrá serlo a título personal o como representante de cualquier entidad. Una nueva modificación se hizo el 20 de abril de ese año en Cabra (Córdoba) al celebrarse la VII Asamblea General Extraordinaria. Aquí se aprobó por unanimidad la modificación ampliándose el art. 17 y modificando los artículos 7-4 y 10-6, que estaban afectados por la ampliación propuesta. En cuanto a los Estatutos actuales, señalar que en la Asamblea General Extraordinaria, reunida el 5 de julio de 2003 en Fuente-Tójar, se acordó la modificación a la totalidad y adaptar los Estatutos de la Asociación (nº 2.678-S.1ª) a la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo reguladora del Derecho de Asociación. En el Capítulo I, Art. 1º se recoge: Con la denominación de “ASOCIACION PROVINCIAL DE MUSEOS LOCALES DE CÓRDOBA «APMULC”, se constituyó en FUENTE TÓJAR (Córdoba), el día 19 de febrero, de 1994, una organización de naturaleza asociativa y sin ánimo de lucro, al amparo de lo dispuesto en el artículo 22 de la Constitución Española, la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo… El domicilio social de la Asociación radicará en el MUSEO HISTÓRICO MUNICIPAL en la calle/plaza Antonio Palma nº 27 de la localidad de SANTAELLA (Córdoba). C.P. 14546 (art. 3ª). El ámbito territorial de acción de la Asociación es la provincia de Córdoba (art. 4º)…

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7. Los museos locales de Córdoba y su problemáticaMás arriba, al referirnos al periodo previo a la creación de la Asociación de

Museos Locales, contábamos que “… hasta llegar a ese momento, el camino recorrido no fue un paseo plácido a través de un sendero de rosas”. Hoy, felizmente superados aquellos baches, sin embargo, los tiras y aflojas entre los Museos Locales y las diferentes Administraciones siguen existiendo, y no digamos las muchas veces en las que hay que enfrentarse a constructores y agricultores en temas de Patrimonio.

Que los Museos Locales nacieron gracias a las donaciones altruistas y voluntarias de piezas halladas por los lugareños en sus diferentes oficios en el campo, no hay duda; como tampoco la hay de que tales entregas se debieron a los consejos de sus otros vecinos, los llamados “hombres de letras”, que les convencieron de que algún día las verían expuestas en sitio seguro, ya en las dependencias de sus Escuelas, ya de sus Parroquias, ya de sus Hermandades de Labradores y Ganaderos, o ya en sus Ayuntamientos. Y tampoco hay duda de lo complacidos que se sienten los donantes hoy día cuando las ven en el Museo de su pueblo y se alegran de no haberlas destruido o malvendido.

Mas la labor de esas “personas de estudio” no se dio por finalizada entonces, sino que periódicamente, y en silencio, vigilan los yacimientos para ver si hay o no expolios y anotan las incidencias, los fotografían, los “siembran” con virutas de metal, acopian toda serie de datos ante peligros inminentes y pagan de su bolsillo los gastos ocasionados en sus desplazamientos. Y todavía hay más detalles: se enfrentan, cuando la ocasión lo requiere, a expoliadores y a constructores y denuncian ante la Autoridad Competente los actos de pillaje y destrucciones del Legado Histórico… Y también, cómo no, conversan con los labradores intentando convencerles para que respeten los restos existentes en sus propiedades. Y ahí no queda la cosa, sino que también esos “vecinos eruditos” recopilaron (y lo siguen haciendo) viejas canciones, costumbres, danzas, decires, piezas etnológicas, fotografías y un elenco de comidas en desuso y de flora y fauna, tanto desaparecidas como las que se prolongan en nuestros días… Y en más de una ocasión, esos “listillos de pueblo” riñen con sus cónyuges por el poco tiempo que les dedican. Y todo ello, sin ánimo de lucro ni de poder, pues el cargo de director/a de Museo Local es, en más de un 90 por ciento de los casos, honorífico y, por lo tanto, gratis.

Pues bien, muchos de “esos intelectuales pueblerinos”, respetuosos con el lugar al que se sienten ligados y con sus gentes y su Pasado, en ocasiones fueron (y son) tratados de manera no muy ortodoxa por ciertos alcaldes/esas y concejales/alas de Cultura que, apoyándose en los votos que los ciudadanos le otorgaron, tienen facultad para nombrar y deponer directores a su antojo (cuando no, obligarlos a dimitir), lo que ocasiona “un grave trastorno y vacío museístico”. Ello, tal vez, porque “esos intelectuales inconformistas”, en todo momento, actuaron (y actúan) anteponiendo lo social a sus intereses particulares y exigen a los políticos de turno que hagan lo mismo y cumplan con sus deberes en relación al Patrimonio, lo que lleva, como es de suponer, al enfrentamiento poder-director.

Conexo con lo anterior, aflora otro tema no menos espinoso en relación con los Museos Locales (y que no deberíamos perder de vista) se sustenta en los caprichos (ocurre con una frecuencia mayor a la deseada) y endiosamiento de algunos gobernantes municipales, que ven en ese “Voluntariado Social” (me refiero a los directores-conservadores, que fueron –y lo siguen siendo- los verdaderos artífices de los Museos)

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“un fantasmal enemigo potencial” (no sé por qué) y, por lo tanto, hay que castigarle condenándole al ostracismo y a una damnatio memoriae, dando la sensación que poco le importa a muchos políticos de turno la esencia del pueblo que gobiernan ni el desarrollo sostenible (tan llevado y traído hoy en día) que el Museo puede reportar al municipio, ya que dichos regidores, saben bien de la poca rentabilidad en votos que podrían conseguir apoyando la Cultura Patrimonial, al contrario, se decantan por “otras” más en consonancia con aquel viejo axioma latino de panem et circenses.

Otra cuestión, íntimamente relacionada con lo que venimos comentando, gira en torno a la estabilidad y remuneración del responsable (llámese director/a-conservador/a) del Museo Local.

Respecto a la estabilidad, Antonio Martínez escribe “… que es muy variopinta y que se caracteriza por la alta presencia de personal voluntario; ello quiere decir que no abunda precisamente el personal adscrito de una manera más o menos fija a los museos, lo que vendría sin duda a mejorar el funcionamiento general de estas instituciones. Pero por más vueltas que le demos a esta cuestión, ello nos llevaría por desgracia a terminar admitiendo “la escasa potencialidad presupuestaria”, en general, de las administraciones locales para contratar a un personal que en principio es “superfluo” en el organigrama de dichas administraciones pero que, sin embargo, nosotros consideramos tan necesario como un/a profesor/a en una escuela o un/a bibliotecario/a en una biblioteca. […] no es casualidad que los pocos museos locales cordobeses dotados de personal sean los que mejor funcionen” (MARTÍNEZ CASTRO, 2002: 76-77). Postura cierta la de Martínez. Sin embargo, el que existan adscripciones más o menos fijas en los Museos, como es el deseo de todos, depende, primero, del presupuesto municipal que cada pueblo destine a su Museo, y, segundo y como hemos comentado, del “interés Cultural” que tenga quien ostenta el poder en la localidad (recordamos que hay adscripciones fijas, sobre todo, en los pueblos grandes y, en menos medida, en los medianos y pequeños).

Es obvio que los Museos de las localidades grandes tienen asignaciones presupuestarias abundantes; pero no debemos olvidar que la mayoría de los municipios cordobeses son medianos y pequeños, por lo que el presupuesto que éstos han venido destinando a su Museo desde su creación es corto o nulo, según qué casos; sin embargo, esta Institución podría estar mejor atendida si a algún que otro “funcionario-asesor-político municipal de reciente creación” (con sueldo a cargo del erario público) se le asignaran unas mínimas obligaciones en las tareas del Museo: apertura, limpieza y atención al público. Bastaría con la buena fe por parte de los munícipes. Pues no, el director-conservador, además de sus tareas propias, en bastantes casos, tiene que hacer de portero, electricista, limpiadora, etc. y, a pesar de todo, los Museos funcionan más bien que mal.

Por otra parte, los Museos Locales se encuentran en bastantes ocasiones con cierta dificultad para dar la respuesta adecuada de ¿adónde irán a parar los materiales arqueológicos procedentes de las excavaciones realizadas en sus términos municipales? ¿Al Museo Local o al Museo Arqueológico y Etnológico Provincial?, lo que provoca una situación más o menos tensa entre ambos Museos ante la disyuntiva; sobre todo si está en liza un objeto relevante, ya que a Córdoba le interesa y al pueblo, como parte de su Historia, también, puesto que si la pieza “emigrara” el municipio se quedaría manco sin uno de sus “tesoros” atrayentes. ¿Qué dice la Ley al respecto?

La Consejería de Cultura obliga, en principio, a depositar las piezas en el Museo de Córdoba (las de los hallazgos casuales, también), lo que ocasiona un enorme

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malestar en los pueblos con museos legalizados, pues puede darse el caso, y está dentro de lo posible, que una vez entregadas las piezas en la capital se obstaculizara la vuelta de la totalidad, o parte, de los materiales al municipio de origen, ya que para que sean devueltas es necesario solicitar el depósito y correr con los gastos de un seguro obligado por la propia Administración, hecho que está fuera de toda lógica, puesto que lo que marca la Ley y el Reglamento de Actividades Arqueológicas es que la Administración determinará el lugar de depósito de dichos materiales sin indicar expresamente que tenga que ser obligatoriamente en el Museo Provincial, pudiéndolo hacerse en los citados entes locales, ello siempre que éstos se hallen inscritos en el Registro de Museos de Andalucía, lo que les otorga la capacidad legal, sin impedimento de ningún tipo, para ser depositarios de los materiales obtenidos en las intervenciones arqueológicas (e incluso de los incautados por las Fuerzas de Seguridad, caso de las confiscaciones del SEPRONA) en sus términos municipales. De esta forma, se enriquecería el Museo Local, a la vez que aligerarían las colecciones existentes en los almacenes del Provincial con el consiguiente problema que le supone. (En que permanezcan las piezas en los Museos Locales juegan, una vez más, la concienciación hacia el Patrimonio Municipal que tengan los/as alcaldes/esas y la defensa que de las mismas hagan).

Concluimos nuestro trabajo con dos máximas, una de Hipócrates y otra de los escolásticos encabezados por Santo Tomás (ambas perfectamente aplicables a la Enseñanza y a la Museística): Un sabio [Maestro, Director-Conservador y, ¿por qué no?, Edil] es aquel que bien presenta y vende los frutos que alimentan su alma y Nada es querido sin que antes haya sido conocido. Son axiomas muy presentes en el pensamiento de todo Museo Local de Córdoba. Tengo la seguridad que se mantendrán ad aeternum.

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Los museos locales de Córdoba y su asociación provincial

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ANUARIO DE HESPÉRIDES. INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS E INNOVACIONES DIDÁCTICAS (Málaga), vol. 17-18, págs. 55-68.

HISTORIOGRAFÍA DE LA ARQUEOLOGÍA EN ANDALUCÍA

Enrique Gozalbes CraviotoUniversidad de Castilla-La Mancha

1. Desarrollo de los estudios historiográficosEn los últimos años una serie de temas o líneas de estudio vienen cobrando un

creciente protagonismo en la investigación sobre la arqueología y las ciencias de la antigüedad en España1. Entre ellos se encuentra el de la Historia de la Arqueología, y en general el análisis de la Historiografía existente al respecto de la antigüedad, cuestiones sobre las que en los últimos años se está produciendo una especial profusión de trabajos. Se trataba de un conjunto temático al que, hasta ese momento, no se le había prestado la debida atención en nuestro país, con la excepción de algún trabajo puntual. El cambio vino derivado sobre todo del interés de trabajos (traducidos al español) elaborados en medios anglosajones y franceses2

1 M. Oria Segura, “El estado de la arqueología clásica en España: propuestas para un debate necesario”, Spal, 8, 1999, pp. 9-19.

. La línea de estudios viene a superar el deficit español

2 G. Daniel, Historia de la Arqueología. De los anticuarios a Gordon Childe, Barcelona, 1974, 2ª ed., Madrid, 1981; Towards a History of Archaeology, Londres, 1981; B. Trigger, Historia del pensamiento arqueológico, Barcelona, 1992; J. Vercoutter, A la recherche de l´Égypte oubliée, Paris, 1986 (hay traducción española); C. Moatti, A la recherche de la Rome antique, Paris, 1986 (hay traducción española). Estas obras, junto a otras, formaron parte de la serie de Archéologie publicada por la editorial Gallimard, y en España traducidas por la editorial Aguilar. Una obra muy notable, siguiendo la metodología de exponer la historia de los descubrimientos arqueológicos para analizar la Historia de Egipto, es la de N. Reeves, El Antiguo Egipto. Los grandes descubrimientos, Barcelona, 2001. Para el caso español, visión muy resumida en M. C. Pérez Die, “Los orígenes de la investigación arqueológica española en Oriente”, en M. C. Pérez Die y J. M. Córdoba Zoilo (Eds.), La aventura española en Oriente (66-2006), pp. 25-30. Vid. también en general E. Ripoll, “Notas para una Historia de la Arqueología”, en G. Ripoll (Coord.), Arqueología hoy, Madrid, 1992, pp. 15-28.

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consistente en el escaso sentido crítico mostrado como tendencia por los historiadores, que llevó con profusión a la práctica de las bibliografías en lugar de los análisis críticos.

Esta tendencia de los estudios adquiere cada vez un mayor despliegue en España. El punto de partida respecto al mismo se produjo en 1988 cuando se celebró en Madrid, organizado por el CSIC, un Congreso que estuvo dedicado a la historiografía de la Arqueología y de la Historia Antigua en España3. Esta reunión científica constituyó la primera puesta a punto sobre estos temas, al cual siguió un segundo Congreso sobre esta temática reunido en el año 1995 y que mostró los avances al respecto, que evidenciaban ya una mayor madurez y diversidad en los trabajos presentados al mismo4

Desde la reunión de 1988 la temática está teniendo un despliegue que puede hasta considerarse espectacular

. Esta proliferación de estudios al respecto plantea la necesidad de vislumbrar las grandes líneas en las que el tema se desarrolla, así como detectar hasta qué punto nos encontramos ante una moda.

5, con la elaboración al respecto de múltiples tesis doctorales dedicadas a aspectos muy variados de la cuestión, algunas de ellas en Universidades andaluzas, con la celebración de diversas jornadas o congresos, con publicaciones muy diversas, incluso con el nacimiento de una organización propia, la Sociedad Española de Historia de la Arqueología, y una revista dedicada a esta temática como es Archaia6.Sobre la temática esta Asociación desarrolló otra nueva reunión de investigadores, cuyas contribuciones dieron lugar a un conjunto de estudios7, así como otra más dedicada a la arqueología española a través de documentos inéditos8

Junto a todo lo anteriormente expuesto, Margarita Díaz Andreu ha publicado su estudio monográfico sobre la Historia de la Arqueología en España, que si bien centrado de una forma más específica en el siglo XX, y con una señalada focalización en la arqueología prehistórica, entre otros muchos méritos presenta el de introducir en la cuestión una temática más novedosa, con el capítulo dedicado a la arqueología islámica y

, y en fechas próximas se celebrará otra que estará centrada en el impacto de las Desamortizaciones en el patrimonio arqueológico.

3 J. Arce y R. Olmos (Eds.), Historiografía de la Arqueología y de la Historia Antigua en España (siglos XVIII-XX), Madrid, 1991. Vid. en general los trabajos reunidos por J. Gomez Pallarés y J. Joaquín Caerols (Eds.), Antiqva Tempora. Reflexiones sobre las ciencias de la antigüedad en España, 2ª ed., Madrid, 1995. 4 G. Mora y M. Díaz Andreu (Eds.), La cristalización del pasado: génesis y desarrollo del marco institucional de la Arqueología en España, Málaga, 1997, pp. 19-29. Resultan particularmente interesantes las aportaciones de M. Díaz Andreu y G. Mora, “La historiografía española sobre arqueología : panorama actual de la investigación”, pp. 9-18 y de R. Olmos, “La reflexión historiográfica en España ¿una moda o un requerimiento científico?”, pp. 19-29. 5 J. Beltrán Fortes, “Historia de la Arqueología en España: precedentes y líneas actuales”, Revista de Historiografía, 1, 2004, pp. 38-59; G. Mora, “La investigación en historiografía de la Arqueología: últimas tendencias”, en V. Cabrera y M. Ayarzagüena (Eds.), El nacimiento de la Prehistoria y de la Arqueología científica (= Archaia, 3-5), Madrid, 2005, pp. 13-17. 6 En 2004 el Museo Arqueológico Regional de Madrid organizó una exposición sobre los orígenes de la arqueología en España. Dio origen a un catálogo elaborado por M. Ayarzagüena y G. Mora, Pioneros de la Arqueología en España, Madrid, 2004. 7 V. Cabrera Valdés y M. Ayarzagüena Sanz (Eds.), El nacimiento de la Prehistoria y de la arqueología científica, Madrid, 2005.8 G. Mora, C. Papí y M. Ayarzagüena (eds.), Documentos inéditos para la Historia de la Arqueología,Madrid, 2008.

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el origen de la nación española9. Y también el que en fechas muy recientes un número muy amplio de investigadores españoles hayamos colaborado en la edición del primer diccionario de historia de la arqueología española, que se ha convertido en una publicación imprescindible sobre el tema10. Y sin dejar de analizar con ello en buena parte la propia arqueología en Andalucía, incluso los análisis y la atención se ha centrado en el impacto y la relación de la propia arqueología española y andaluza en el cercano territorio del Norte de Marruecos, que fue una cierta proyección del mismo en la época del Protectorado11

No está de más indicar, incluso de salida, que cuando se trata de la historiografía y de hallazgos arqueológicos efectuados en momentos pre-científicos, precisamente los materiales sobre Andalucía son, con mucha diferencia, los más destacables de todo el territorio español, mostrando ciertamente una larga tradición en los estudios sobre los numerosos elementos del patrimonio material de la antigüedad. Este hecho justifica el que también, en la estela del primer Congreso organizado en su día por el CSIC, sobre Andalucía se hayan organizado al menos dos Congresos titulados La Antigüedad como argumento, cuyas actas editadas, bajo la coordinación de Fernando Gascó y José Beltrán, constituyen un magnífico elenco de estudios sobre historia de la arqueología, de la recuperación y conservación del patrimonio, así como acerca de la historiografía sobre la antigüedad

.

12. De igual forma debe destacarse la contribución de un análisis de la Historia Antigua al terreno de la historiografía nacional española, en la importante monografía de Fernando Wulff Alonso13

En lo que respecta a la Historia de la Arqueología, entendida como un sistema de obtención de fuentes materiales de la Historia, la misma puede dividirse en diversos

. Son todos ellos ejemplos de unos estudios de análisis crítico que cobran cada vez mayor importancia.

9 M. Díaz Andreu, Historia de la Arqueología. Estudios, Madrid, 2002. Acerca del problema en relación con la arqueología árabe, en la época mucho más constreñida a las Bellas Artes, vid E. Gozalbes, “Los inicios de la investigación española sobre arqueología y arte árabes en Marruecos (1860-1960)”, Boletín de la Asociación Española de Orientalistas, 4, 2005, pp. 225-246; P. Cressier, “Archéologie du Maghreb islamique, archéologie d´Al-Andalus, Archéologie espagnole?”, en M. Marín (Ed.), Al-Andalus/España. Historiografías en contraste. Siglos XVII-XXI, Madrid, 2009, pp. 13-145. Por supuesto que entre los estudiosos, en su gran mayoría arquitectos, hay ya planteamientos de carácter arqueológico, como en el caso de Ricardo Velázquez Bosco (del que se acaba de editar en facsímil su Arte del Califato de Córdoba. Medina Azzahra y Alamiriya, Madrid, 1912=Sevilla, 2009), y sobre todo Leopoldo Torres Balbás, arquitecto de La Alhambra de Granada, que elaboró la mayor parte de los contenidos de la “Crónica Arqueológica de la España musulmana” en la revista Al-Andalus.10 M. Díaz Andreu, G. Mora y J. Cortadella (Coords.), Diccionario histórico de la Arqueología enEspaña, Madrid, 2009. 11 J. Beltrán Fortes y M. Habibi (Eds.), Historia de la Arqueología en el Norte de Marruecos durante el periodo del Protectorado y sus referentes en España, Sevilla, 1988; D. Bernal, B. Raissouni, J. Ramos, M. Zouak y M. Parodi (Eds.), En la orilla africana del Círculo del Estrecho. Historiografía y proyectos actuales, Tetuán-Cádiz, 2008. En cualquier caso, la proyección de la arqueología española en Marruecos en tiempos del Protectorado ha sido objeto de estudios diversos sobre prehistoria (Fernandez Martinez, Ramos), sobre la época anterior a la guerra civil (E. Gozalbes), sobre la actuación de Pelayo Quintero (M. Parodi) o de Tarradell (Gozalbes, Blázquez, Aranegui). Esta proliferación de estudios se enmarca en la recuperación de una memoria común entre marroquíes y españoles en los últimos años. 12 F. Gascó, J. Beltrán y J. T. Saracho (Eds.), La antigüedad como argumento: historiografía de Arqueología e Historia Antigua en Andalucía, Sevilla, 1993; F. Gascó y J. Beltrán (Eds.), La Antigüedad como argumento. II. Historiografía de Arqueología e Historia Antigua en Andalucía, Sevilla, 1995. 13 F. Wulff Alonso, Las esencias patrias. Historiografía e Historia Antigua en la construcción de la identidad española (siglos XVI-XX), Barcelona, 2003.

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periodos según las preferencias particulares de los distintos analistas14. En general hay tres grandes etapas que podrían resumirse en los que respecta a métodos y planteamientos en la pre-arqueología, la arqueología marcada por el coleccionismo, el anticuarismo y las Bellas Artes, y finalmente la arqueología científica.

2. La pre-arqueología. La pre-arqueología en España en general, y muy señaladamente en Andalucía en

particular, arranca desde unos momentos particularmente antiguos, con las percepciones medievales sobre los monumentos antiguos que estaban a la vista, y también de los elementos descubiertos a partir de la búsqueda de tesoros. Ello se refleja sobre todo en los autores árabes, muy en especial el onubense Al-Bakri en el siglo XI (conservado en los apuntes recogidos en el diccionario de Al-Himyari), también por ejemplo en las numerosas referencias de autores árabes a las ruinas de Itálica y a su interpretación15, o a las del famoso monumento de la torre de Cádiz16 (Fig. 1), acerca del que son múltiples las descripciones que aparecen en geógrafos árabes medievales.

Fig. 1. La torre y estatua de Cádiz según Al-Garnati (Ms. 2168 B. N. Paris).

Esta pre-arqueología a partir del siglo XVI fue de forma creciente suponiendo la aparición de los grandes temas de la Historia de Andalucía en la antigüedad, en especial el esplendor de la Bética romana, o incluso el mundo de Tartessos (identificada a comienzos del siglo XVII por el jesuita Juán de Pineda con la bíblica Tarsis). Eruditos y coleccionistas andaluces que, fascinados por la antigüedad romana, intentaban borrar los recuerdos de la “bárbara” presencia arabo-islámica, al tiempo que las obras urbanas

14 M. Díaz Andreu, G. Mora y J. Cortadella, pp. 18 y ss establecen la “arqueología humanista” (siglos XVI y XVII), la de la “Ilustración”, la de la “primera mitad del siglo XIX”, la “profesionalización de la segunda mitad del siglo XX”, la “consolidación” en el primer tercio del siglo XX, la arqueología del “periodo franquista”. 15 P. Martínez Montávez, “Referencias a Itálica en los geógrafos andalusíes”, Homenaje al Profesor Carriazo, vol. 3, Sevilla, 1973, pp. 185-207. 16 Es la “Torre de Hércules”, destruida en el tránsito del siglo XII al XIII, Identificada en ocasiones como faro, y en otras como torre funeraria; J. A. Fierro, Puntualizaciones sobre el templo gaditano descrito por los autores árabes, Cádiz, 1983. No está de más indicar que algunas de estas referencias ya fueron objeto de atención especial por parte de Antonio García y Bellido, y algunas de ellas también por Sánchez-Albornoz, que consideró eran alusiones al viejo templo de Hércules.

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extraían no pocos vestigios de la época romana. Porque de igual forma que se trazaba la tradición clásica, en esta época se originó y desarrolló el fenómeno del coleccionismo de antigüedades (monedas, estatuas, inscripciones), que tuvo unos notables ejemplos en Andalucía, tanto en el desarrollo inicial por parte de algunos nobles, a los que dirigió buena parte de sus escritos el erudito Juan Fernández Franco17, como sobre todo a partir del siglo XVII en el clero, a cuya dedicación a estas cuestiones se ha dedicado precisamente un encuentro de estudiosos con muy buenas aportaciones al respecto de sus aficiones18

Este tema de las percepciones sobre los restos antiguos tiene, sin duda, un gran desarrollo, y en nuestra monografía sobre el descubrimiento de la antigüedad en Andalucía recogemos bastantes ejemplos y referencias al hilo de la formación de una imagen de prestigio “clásico” por parte de muchos eruditos

.

19. Entre esos ejemplos posibles nos llama mucho la atención el referido a la citada Cueva de Menga, citada ya en 1587 por Tejada y Páez en sus Discursos históricos de Antequera20

descrita en los primeros años del siglo XVII de la siguiente forma en un manuscrito de la Biblioteca Nacional de Madrid:

“hállase en Antequera a los mil passos della una cueba que vulgarmente llamamos Cueba de Menga, la qual parece fundaron aquellos gentiles quanto aun no habia noticia de cal, arena y yeso, y hacían cuebas para defenderse de fieras y animales…. Su traza es esta: están puestas las piedras de canto lebantadas como dos varas en alto, de ancho dos y media y de grueso mas de cinco cuartas. Tiene por cubierta tres hojas de extraña grandeza de veinte y quatro pies de largo cada una, y otro tanto de ancho, y cinco cuartas de grueso, y quedan en hueco (que es la anchura de la cueba) diez y seis pies bien largos. La entrada tiene angosta (como defensa) y dificultosa con dos piedras que la cubren de diez y seis pies en largo, y quince de ancho. En medio de la cueba están tres pilares cuadrados de cinco cuartas…. Las cubrieron aquellos antiguos con mucha tierra de tal modo que su obra haze un cerrillo mediano. La tierra está bien pisada, con cascajo y piedras pequeñas. Junto a esta cueba diez pasos de distancia ai otra y que está tapada la entrada, no se ha visto”21

Esta descripción, con la anotación incluso a la existencia del dolmen de Viera que oficialmente no sería descubierto hasta mucho tiempo más tarde (hemos visto como fue ya mencionado en 15587), supera en muchos aspectos las que encontramos en algunos autores contemporáneos nuestros. Por esta razón resulta lógico que en los últimos tiempos se haya comenzado a prestar atención a las menciones de escritores andaluces de los siglos XVI, XVII y XVIII, en las que describían construcciones y restos aparecidos en lugares muy diversos del territorio. La causa de la proliferación de los hallazgos en el siglo XVI, aparte del gusto por conocer y reflejar lo antiguo, se encuentra en las grandes

.

17 E. Gozalbes, “Antigüedades romanas en los manuscritos del erudito Juan Fernández Franco (siglo XVI)”, Antiqvitas, 18-19, 2007, pp. 227-235. 18 J. Beltrán y M. Belén (Eds.), El clero y la Arqueología española. IIª Reunión Andaluza de Historiografía arqueológica, Sevilla, 2003. 19 E. Gozalbes, El descubrimiento de la Historia Antigua en Andalucía, Málaga, 2001. 20 Sobre la que indica, “una cueva que se dice de Menga y otra junto a ella, poco ha, se ha descubierto”; texto recogido por J. E. Márquez y J. Fernández, Dólmenes de Antequera. Guía oficial del conjunto arqueológico, Sevilla, 2009, p. 69. 21 Biblioteca Nacional de Madrid, Ms. 9333, Fol.. 26 y 27. Corresponde a una obra escrita por Alonso García de Yegros, titulada “Historia de la ciudad de Antequera”, con añadidos de autor posterior.

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obras de remodelación urbana que se afrontaron en esos momentos en las ciudades y pueblos de Andalucía22

Una buena parte de estos restos que entonces se consignaron se perdieron de forma irremediable, y de ellos tenemos unos abundantes ejemplos que recogimos de manuscritos y de obras impresas y sobre los que tratamos nosotros mismos en diversos trabajos referidos a distintas provincias andaluzas en anteriores números del Anuario de Hespérides

.

23. Todo ello en un contexto estético que buscaba la recreación de la antigüedad, como vemos en el arco de La Peña de Aracena, y sobre todo, en el famoso “Arco de los Gigantes” de Antequera, donde se concentró una colección de inscripciones romanas de la comarca24 (Fig. 2), formando una especie de museo epigráfico de la antigüedad.

Fig. 2. Figura del arco de los Gigantes de Antequera según el P. Cabrera (siglo XVII).

22 E. Gozalbes, “Sobre los orígenes de la arqueología urbana en Andalucía”, Actas del XXV Congreso Nacional de Arqueología, Valencia, 1999, pp. 314-319. 23 E. Gozalbes, “Restos arqueológicos romanos de las provincias de Sevilla y Cádiz reflejados en escritores del siglo XVI”, Anuario de Investigaciones, 5, 1997, pp. 53-64; “Notas sobre hallazgos arqueológicos en la provincia de Córdoba en el siglo XVI”, Anuario de Investigaciones, 6, 1998, pp. 381-395; “La conciencia de patrimonio cultural a finales del siglo XVI: Agustín de Horozco y las antigüedades romanas de Cádiz”, Anuario de Investigaciones, 9-10, 2001-2002, pp. 243-256; “Las antigüedades romanas de Alcalá la Real. Notas sobre un manuscrito de comienzos del siglo XVII”, Anuario de Investigaciones, 8, 2001, pp. 449-462. 24 M. Morán Turina y D. Rodríguez Ruiz, El legado de la antigüedad. Arte, arquitectura y arqueología en la España moderna, Madrid, 2001. Sobre el arco de los Gigantes el mismo año de su levantamiento, en 1585, un anónimo escritor publicó un opúsculo con el título Edificio en la ciudad de Antequera con las medallas antiguas halladas en ella, rarísimo y del que hemos consultado un ejemplar en la Biblioteca Colombina de Sevilla, 39-1. Tradicionalmente se atribuía la obra a Juan de Vilches, pero éste había fallecido algunos años atrás. Con casi total seguridad el autor fue Juan de Mora, mucho más joven y preceptor de gramática también en Antequera. En cualquier caso, sobre las inscripciones latinas y la construcción de la obra, vid. el trabajo de R. Atencia Páez, “El arco de los Gigantes y la epigrafía antequerana”, Jábega, 35, 1981, pp. 47-54.

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Muchos eruditos de la época se encontraban entre la percepción y elucubración, de un lado, y el informe “arqueológico” del otro, de lo que tenemos en Andalucía algunos casos en el siglo XVII, con el precedente de Elio Antonio de Lebrija, cuyo interés anticuario no se centró en la arqueología sino en los textos clásicos25. Por el contrario, emblemática es la figura bien conocida de Rodrigo Caro, recopilador de las antigüedades romanas en la zona de Sevilla, que considerará el gran centro de la Bética romana, así como descriptor y poeta de las ruinas de Itálica26; su manuscrito de “adicciones” encierra datos de particular importancia, no suficientemente explotados por parte de los arqueólogos. Por cierto que el escrito de Rodrigo Caro, con su “Principado” de Sevilla, merecerá la contestación polémica de Martín de Roa, quien reclamará, hay que reconocer que con justicia histórica, para Córdoba y sus vestigios romanos la capitalidad de la antigua Andalucía27. También en ese mismo siglo tiene que destacarse la figura del Marqués de Estepa y su Museo de Antigüedades, cuya aportación también ha sido objeto de un magnífico estudio hace poco tiempo28.

3. La arqueología pre-científica: anticuarios y coleccionistasAunque con algunos precedentes, que siempre los hay, la misma tiene su

desarrollo más concreto en el siglo XVIII cuando, como veremos con algunos ejemplos, fueron bastante numerosas las pesquisas arqueológicas que se realizaron en Andalucía. El mundo de la Ilustración supuso una mirada más especializada al pasado, y sobre todo el propio surgimiento de la Real Academia de la Historia será particularmente importante, en los siglos XVIII y XIX, para la recuperación de piezas y la documentación arqueológica y patrimonial29. El siglo XVIII en Andalucía, como han mostrado los numerosos trabajos de Jesús Salas, fue una época en la que el interés por la antigüedad alcanzó una cierta importancia30

25 A. Caro Bellido y J. M. Tomassetti, Antonio de Lebrija y la Bética (sobre arqueología y paleografía del Bajo Guadalquivir), Cádiz, 1997.

, en el contexto de una atención preferente por los restos antiguos. Si en el siglo XVII la atención se había centrado en la búsqueda de vestigios materiales para documentar el fenómeno de los santos, en el siglo XVIII (con la excepción notable de Granada, donde se producirían excavaciones y falsificación de antigüedades con el fin de documentar el Concilio de Elvira) el estudio intentaba documentar el pasado con voluntad de conocimiento.

26 A. García y Bellido, “Rodrigo Caro. Semblanza de un arqueólogo renacentista”, Archivo Español de Arqueología, 83-84, 1951, pp. 5-22. En realidad Rodrigo Caro es un escritor del siglo XVII, por tanto del Barroco. Pero junto a su obra publicada tiene una “Adicciones al Principado y Antigüedades de la ciudad de Sevilla y su convento jurídico”, que se conservó inédito, y del que por ejemplo se conserva una copia en el Ms. 5784 de la Real Academia de la Historia. 27 La obra del P. Martín de Roa, Antiguo principado de Córdoba en la España Ulterior o andaluzí,Córdoba, 1636, ha sido reeditada con breve estudio previo por parte de F. López Pozo, Córdoba, 1998. 28 J. R. Ballesteros, La Antigüedad Barroca. Libros, inscripciones y disparates en el entorno del III Marqués de Estepa, Estepa, 2002. 29 Vid. sobre todo J. Maier y J. Salas, “Los inspectores de antigüedades de la Real Academia de la Historia en Andalucía”, en M. Belén y J. Beltrán (Eds.), Las instituciones en el origen y desarrollo de la Arqueología en España, Sevilla, 2007, pp. 175-238. 30 Por ejemplo muy recientemente, en lo que respecta a la numismática, J. Salas Álvarez, “El coleccionismo numismático en Andalucía durante la Ilustración”, Numisma, 252, 2008, pp. 149-178, así como “Geografía histórica e Historia Antigua de Andalucía durante la Ilustración”, Habis, 40, 2009, pp. 289-302.

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Estudios arqueológicos de esta época son, entre otros, el de mediados del siglo XVIII del Marqués de Valdeflores en la malagueña localidad de Cártama31 con unos restos romanos de cierta importancia, o los realizados en el faro de Torrox pocos años más tarde32, que permitieron igualmente la recuperación de objetos de la extensísima villa de época romana allí ubicada. En el terreno del coleccionismo33 tenemos que destacar el Museo de antigüedades recuperadas que en la Córdoba del siglo XVIII formó Pedro Leonardo de Villacevallos, que ha sido objeto de una extensa monografía por parte de diversos especialistas34. De igual forma, en el contexto del coleccionismo arqueológico en esta época podemos mencionar al Marqués de la Cañada y su gabinete de Antigüedades en el Puerto de Santa María35. Muchos ejemplos del seguimiento de los restos aparecidos en diversos lugares se encuentra en la monografía de Gloria Mora sobre el siglo XVIII, estudio de referencia fundamental36

En ocasiones estos estudios permiten detectar la aparición de unos vestigios arqueológicos que, al menos en una buena parte, resultan desconocidos por cuanto en fechas posteriores se perdieron. Otras veces conocemos los materiales arqueológicos, que están depositados en Museos, pero están descontextualizados por no tener en cuenta las circunstancias en las que se produjeron el hallazgo. En el primero de los casos, la mayor dificultad se encuentra en la comprensión puesto que la cita de los restos se realiza sin ninguna clase de lenguaje científico.

.

Como hemos indicado. también en esta línea se permite documentar con mucha más ajustada precisión condiciones y características de hallazgos conocidos, como es el caso de la tesis doctoral sobre epigrafía latina de Helena Gimeno Pascual37, con buena representación de inscripciones andaluzas halladas desde el siglo XVI (al respecto fue importantísima la acción del mencionado Juan Fernández Franco), o como un ejemplo más de detalle, nuestro trabajo en el que seguíamos la pista del pie monumental romano en mármol del Museo de la Alcazaba de Málaga, tratando de demostrar a partir del testimonio del Padre Martín de Roa de que su procedencia real era de Écija38

Por último, también tenemos ejemplos de unas menciones y descripciones algo más precisas, en momentos ya más avanzados de la arqueología pre-científica, recogidas en documentación sobre hallazgos y que permiten precisar muchas cuestiones. Un buen

, referencias todas ellas incluso anteriores al propio siglo XVIII.

31 P. Rodríguez Oliva, “Investigaciones arqueológicas del Marqués de Valdeflores en Cártama (1751-1752)”, Cártama en su historia. V Centenario de su incorporación a la Corona de Castilla (1485-1985),Málaga, 1985, pp. 59-70. 32 P. Rodríguez Oliva, “Hallazgos arqueológicos en Torrox-costa en el siglo XVIII”, Jábega, 26, 1979, pp. 39-42. 33 G. Mora, “La investigación”, p. 14, considera la línea del coleccionismo de antigüedades de forma específica como una de las seguidas por la investigación. 34 J. Beltrán, F. G. Sáez, J. R. López, G. Mora, J. Salas, y otros, El Museo cordobés de Pedro Leonardo de Villacevallos, Madrid, 2003. 35 J. I. Buhigas y E. Pérez, “El Marqués de la Cañada y su gabinete de antigüedades del siglo XVIII en el Puerto de Santa María”, en J. Beltrán y F. Gascó, pp. 205-221. 36 G. Mora, Historia de mármol. La Arqueología clásica española en el siglo XVIII, Madrid, 1998. 37 H. Gimeno Pascual, Historia de la investigación epigráfica en España en los ss. XVI y XVII, Zaragoza, 1997. 38 E. Gozalbes, “El pie en mármol del Museo de Málaga y el Padre Martín de Roa”, en F. Wulff, R. Chenoll e I. Pérez (Eds.), La tradición clásica en Málaga (siglos XVI-XXI), Málaga, 2005, pp. 131-138.

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ejemplo de Baena, en su límite con Castro del Río, está representado por los hallazgos del imponente mausoleo de los Pompeii en el Cortijo de las Vírgenes, no sólo con una serie epigráfica de la familia en sus epitafios, sino también con otros objetos. A partir de las referencias publicadas en prensa y otros medios en su época, el hallazgo fue estudiado por parte de José Beltrán39. En la Real Academia de la Historia existe un muy voluminoso expediente relativo a estos descubrimientos, con informes y con diversa correspondencia, que resultan de sumo interés también para completar la investigación puesto que las piezas originales se perdieron40 (Fig. 3).

Fig. 3. Documento de la R.A.H. referente a los hallazgos en Baena.

Naturalmente, a lo largo del siglo XIX la calidad de algunos de los trabajos fueaumentando, por lo que podría deslindarse incluso una etapa nueva de transición hacia la arqueología moderna, que ha suscitado el interés por recuperar la información contenida en algunos informes41. De hecho, a todo lo largo del siglo XIX se detecta una continua lucha, después del Sumario de las Antigüedades romanas que hay en España de Juan Agustín Ceán-Bermúdez (Madrid, 1833), por la lucha por la recuperación, estudio y conservación del patrimonio histórico-arqueológico-artístico en España, con actividades y proyectos bastante avanzados, si bien generalmente limitados y lastrados por los intereses y por el atraso cultural que terminarán por imponerse a tan nobles intenciones, como se ha desarrollado muy bien en la magnífica tesis doctoral de Miguel Ángel López Trujillo42

39 J. Beltrán Fortes, “Mausoleos romanos de Torreparedones (Castro del Río/Baena, Córdoba): sobre la tumba de los Pompeyos y otro posible sepulcro monumental”, Habis, 31, 2000, pp. 113-136.

.

40 R. Cebrián Fernández, Comisión de Antigüedades de la Real Academia de la Historia. Antigüedades e inscripciones 1748-1845, Madrid, 2002, pp. 52-57. El expediente muestra a las claras que, como defendía Beltrán en su trabajo mencionado, a veces la información se mezcla con la de un segundo mausoleo cuyos restos se encontraron en el Arroyo del Plomo en Baena.41 J. Gómez Pantoja (Ed.), Excavando papeles. Indagaciones arqueológicas en los archivos españoles,Guadalajara, 2004.. 42 42 M. A. López Trujillo, Patrimonio. La lucha por los bienes culturales españoles (1500-1939),Madrid, 2006.

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Y también en el terreno de los estudios, en los últimos tiempos la Real Academia de la Historia, bajo el impulso del “Anticuario” Martín Almagro Gorbea, está realizando un esfuerzo considerable al encargar múltiples publicaciones con las Actas de la Comisión de Antigüedades que, con una arranque en el siglo XVIII, y una llegada hasta el siglo XX, sin embargo en el siglo XIX tiene un espacio de atención especial43

No obstante, el atraso de los estudios sobre arqueología y ciencias de la antigüedad en España lo reflejaba de forma expresa Emil Hübner al señalar el desconocimiento que en España había sobre “las distintas ramas de la anticuaria”

. En el siglo XIX la Real Academia de la Historia se convirtió en el referente básico de los estudios arqueológicos, o si se quiere anticuarios, a través de la red de sus académicos correspondientes, superando la competencia de la Real Academia de Arqueología del Príncipe Alfonso (disuelta por La Gloriosa en 1868), y manteniendo la atención pero cediendo el papel de conservación de piezas a partir de la creación del Museo Nacional de Arqueología.

44. Pese a todo, y para ser justos, existieron algunos estudiosos que en la segunda mitad del siglo XIX comenzaron a abrir ese tránsito hacia la arqueología científica. Este hecho lo vemos, por ejemplo, en Andalucía en las publicaciones de Manuel Góngora Martínez sobre dólmenes y arqueología prehistórica entre otros temas45, si bien en general estos escritos siempre mantendrán un nivel entre mediocre y discreto. En cualquier caso, si Rafael Mitjana había descrito y dibujado la cueva de Menga en su Memoria publicada en 1847, interpretándolo como un templo de los druidas (hecho por otra parte usual en aquella época), Manuel de Góngora ya dedicó atención y descripción más valiosa de los monumentos megalíticos de Granada y zonas próximas, por ejemplo del dolmen de Dilar, descubierto en 1851 y destrozado poco tiempo más tarde46, por lo que su descripción y dibujo es lo único que conocemos (Fig. 4).

43 El Archivo de la Comisión de Antigüedades de la Real Academia de la Historia ha sido publicado en fichas en diversos tomos referidos a cada una de las regiones de España. Vid. para el caso que nos interesa J. Maier, J. Salas y M. J. Berlanga, Archivo de la Comisión de Antigüedades de la Real Academia de la Historia. Andalucía. Catálogo e índices, Madrid, 2000; M. Almagro Gorbea y J. Maier (Eds.), 250 años de Arqueología y patrimonio histórico, Madrid, 2003. 44 E. Hübner, La Arqueología de España, Barcelona, 1888, p. VI. 45 L. Baena del Alcázar, “Semblanza de D. Manuel de Góngora y Martínez (1822-1884) y sus estudios sobre arqueología clásica”, Baetica, 25, 2003, pp. 355-376.46 M. Góngora y Martínez, Antigüedades prehistóricas de Andalucía, Madrid, 1868, p. 81. Un estudio sobre su aportación en M. Pastor Muñoz y J. A. Pachón, “D. Manuel de Góngora y Martínez: biografía y obra”, en la ed. facsimil de Antigüedades prehistóricas de Andalucía, Granada, 1991, pp. XIII-XLVII.

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Fig. 4. El dolmen de Dílar (Granada). Litografía de esta tumba monumental desaparecida realizada por Manuel de Góngora y Martínez.

Quizás el máximo representante de este aumento de la calidad de los trabajos de la época sea el malagueño (de origen ceutí) Manuel Rodríguez de Berlanga, estudioso de los bronces jurídicos aparecidos en un paraje de la ciudad (entre ellos la Lex Flavio Malacitana), así como de los “monumentos” romanos de Málaga, y cuyas aportaciones han sido muy bien analizadas recientemente por parte de Manuel Olmedo Checa47

Y un representante final del paso de ese muy predominante anticuarismo a una visión científica de la arqueología, ya en el siglo XX, es Pelayo Quintero Atauri. Como profesor de Bellas Artes, y director del Museo Provincial de Bellas Artes, se interesará también por las antigüedades en el marco de la arqueología urbana de Cádiz (actuaciones entre 1915 y 1937). Es cierto que sus estudios arqueológicos comenzaron faltos de método, con numerosos errores e imprecisiones, y terminaron con ilustraciones y con dibujos (era un buen dibujante) bastante aceptables, y con alguna que otra referencia a la estratigrafía

. Su aportación incluirá la compra y recuperación de multitud de piezas con las que formará el Museo Loringiano, que más tarde pasarán al Museo de la Alcazaba de Málaga. Con ribetes de modernidad pero es cierto que Rodríguez de Berlanga será un anticuario inserto en el tradicional coleccionismo, que mantendrá relación científica con Mommsen y Hübner.

48

Y por supuesto, en un sentido similar pero llegando mucho más allá, la figura del granadino Manuel Gómez Moreno, que inició sus estudios cuando apenas contaba con 20 años con su monografía Monumentos romanos y visigóticos de Granada (1890)

. Como arqueólogo, en Cádiz comenzó hablando de “barros saguntinos” y terminó citando como tal a la Terra Sigillata de época romana.

49. Su propia trayectoria vital se desarrolló entre dos siglos, por lo que marcó la transición entre el simple anticuarismo y la arqueología y sus fuentes documentales conexas. La realidad es que Gómez Moreno trató con enorme erudición muchos temas, que dominó con una cierta maestría, por ejemplo la numismática antigua en la que fue un auténtico experto (aunque la estudiaba como simple diversión), o los estudios sobre la cultura argárica y las tumbas megalíticas de la provincia de Granada. Por esta razón, como demuestra su obra Miscelánea, Historia, Arte, Arqueología (1949), así como otras aportaciones puntuales (entre las que destaca el desciframiento hacia 1920 de la escritura ibérica, aunque el mérito al respecto se lo auto-atribuyera Schulten), merece realmente consignarlo como el más destacable entre los iniciales arqueólogos estrictamente científicos en España.

4. La arqueología científicaLa arqueología científica se inició en Andalucía con unos métodos más o menos

burdos, pero con el influjo indudable de algunos investigadores extranjeros, por lo cual no tiene nada de extraño que los mismos, entre los que se encontraban personajes como

47 M. Olmedo Checa, “Introducción” a la reedición de la obra de M. Rodríguez de Berlanga, Monumentos históricos del Municipio Flavio Malacitano, Málaga, 2000, pp. 9-129. 48 Las actuaciones arqueológicas de Pelayo Quintero están siendo objeto de atención creciente en los últimos años. Vid. el volumen de M. Parodi, J. Ramos, E. Gozalbes y otros, Pelayo Quintero en el primer centenario de 1912, Cádiz, 2010. 49 De esta obra se ha publicado una edición facsimil con estudio previo de J. M. Roldán Hervás, Granada, 1989.

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Louis Siret50 o como Georges Bonsor, sean objeto de gran atención preferente en los últimos años51

El despertar de la arqueología conducirá, junto al caso ya citado de Cádiz con los trabajos de Quintero Atauri, a otros ejemplos de transición desde el anticuarismo en las distintas provincias de Andalucía, y en conjuntos patrimoniales como Italica, en Córdoba, o incluso en Medina Azzahara. En la Alhambra de Granada destacará la actuación de su arquitecto restaurador Leopoldo Torres Balbás, creador en la revista Al-Andalus de la sección “crónica arqueológica de la España musulmana”. En Sevilla también destacará a lo largo del siglo XX la figura de Juan de Mata Carriazo, con su contribución final al tema de Tartessos, y su relación con el emblemático conjunto del “Tesoro del Carambolo”

. De esta forma, el primero será quien aporte la construcción de las Edades del Metal, a través de sus excavaciones en la zona de Almería (Los Millares, El Algar, Fuente Alamo, etc.), mientras el segundo explorará de forma intensa la zona de Carmona, con materiales preciosos que en parte saldrán de España. Además los investigadores franceses, con el impulso inicial de Pierre Paris (que había logrado años atrás llevarse a Paris la Dama de Elche) convirtieron en emblemáticos los trabajos en su campo arqueológico, el del antiguo municipio romano de Baelo Claudia.

52

No obstante, el atraso de la arqueología andaluza durante mucho tiempo será particularmente evidente, más allá de la vida desarrollada y de la recuperación de piezas por parte de algunos Museos, como en el caso de Sevilla, Granada, y sobre todo, del Museo Arqueológico de Córdoba. La serie de las Memorias de los Museos Arqueológicos Provinciales muestra ese esfuerzo que, ciertamente convirtió a los Museos andaluces en el centro de la escasa arqueología científica que se practicaba en Andalucía

.

53. Este atraso se manifiesta sobre todo en métodos y publicaciones de los datos que se aportaban. Como ha indicado Margarita Díaz Andreu, “brillan por su ausencia planos y estratigrafías, tan sólo incluidas por escasos autores…. La arqueología clásica todavía sigue dominada por el monumentalismo y así los planos que se añaden a la memoria están realizados por arquitectos. El caso de Andrés Parladé, conde de Aguiar, en Itálica es el más evidente”54

La guerra civil española vino a cortar la evolución que se seguía, puesto que hubo arqueólogos a un lado y otro de la contienda. El tema de la arqueología del periodo franquista está despertando en los últimos años una muy especial atención. Los estudios de Margarita Díaz-Andreu, ya mencionados, planteaban esa ruptura con el establecimiento de un modelo (el de “Comisarías”) que pretendía seguir la arqueología alemana del periodo nazi. Dichos Comisarios provinciales en su mayor parte eran

.

50 M. Pellicer y otros, Homenaje a Luis Siret, Sevilla, 1986. 51 Destacamos especialmente los trabajos de J. Maier, Jorge Bonsor: un académico correspondiente de la Real Academia de la Historia y la arqueología española, Madrid, 1999; Varios autores, Jorge Bonsor y la recuperación de Vaelo Claudia (1917-1921), Sevilla, 2009. 52 J. L. Carriazo (Coord.), Juan de Mata Carriazo: perfiles de un centenario (1899-1999), Sevilla, 2001, en especial la aportación de M. Bendala, “D. Juan de Mata Carriazo, arqueólogo”, pp. 39-58.53 Otra línea de estudios es la referida a la evolución de los Museos Arqueológicos en la región. Sobre los orígenes del de Granada vid. M. M. Villafranca Jiménez, “Los orígenes del Museo Arqueológico de Granada: el auge de la arqueología científica y la comisión provincial de monumentos”, Cuadernos de Arte de la Universidad de Granada, 28, 1997, pp. 183-191. Sobre el de Sevilla, J. Lorenzo Morilla, “La creación del Museo Arqueológico de Sevilla”, Atrio: revista de Historia del Arte, 4, 1992, pp. 139-145.54 M. Díaz Andreu, Historia, p. 44. La autora se refiere a las aportaciones de A. Parladé, Excavaciones en Itálica (1921-1922), Madrid, 1923, y años sucesivos, publicadas como “memorias de la Junta Superios de Excavaciones y Antigüedades”.

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nombrados a partir de una afinidad al régimen, iniciando su serie con los nombrados en 1939-1941 (Juan Cuadrado en Almería, César Pemán Pemartín en Cádiz, Enrique Romero de Torres en Córdoba, Cecilio Barberán en Jaén, Simeón Giménez Reyna en Málaga, Francisco Collantes de Terán en Sevilla).

Las luchas y tensiones que desembocarán en la derrota final de este modelo en 1961, simbolizado por el desplazamiento efectuado por Almagro Basch respecto a Martínez Santa-Olalla, han sido objeto de una clarificadora monografía muy reciente por parte de Francisco Gracia Alonso55. La misma permite seguir de forma pormenorizada la evolución de la historia interna de la actuación de los arqueólogos, por ejemplo en la subvención económica entregada a los mismos para sus actuaciones56. A la luz de los datos los principales trabajos parecen concentrarse en el teatro romano de Málaga, en las excavaciones de la Carteia romana, en el poblado y necrópolis megalítica de Los Millares, aunque también se cosigna el inicio de trabajos en Baza (Francisco Presedo) y en Almuñécar (Gaspar La Chica). En cualquier caso, debe indicarse que también unas Jornadas organizadas por la Universidad de Málaga dieron lugar a una imprescindible monografía referida a los planteamientos más estrictamente historiográficos en relación con la Historia Antigua y con la Arqueología Clásica en la época franquista57

Si entre 1939 y 1961 puede definirse como un modelo de arqueología, ligado a lo que se han llamado los “aficionados” en relación con la Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas, a partir de los años sesenta la arqueología comienza a relacionarse en una mayor medida con la Universidad. Esta etapa de la investigación, más en consonancia con las transformaciones del “desarrollismo”, tendrá algunas figuras emblemáticas como Manuel Pellicer (que aportará datos sobre la colonización fenicia a partir de la necrópolis de Almuñécar), o Antonio Arribas, en especial con los estudios sobre las Edades del Cobre y del Bronce (Los Millares, Monachil, Purullena…), entre otros. Serán las escuelas formadas en las Universidades de Sevilla y de Granada las que fomentarán una arqueología profesional directamente ligada a la investigación universitaria.

.

Y queda la última etapa, la de la arqueología en la democracia. En este caso no hay una historiografía concreta pues en la Historia del tiempo presente. Con el fin de completar la visión recogeremos algunas notas finales acerca de la misma. Si por un lado los principales conjuntos arqueológicos han avanzado de forma notable en la protección, y la legislación es ejemplar sobre conservación del patrimonio, sin embargo la realidad de las últimas décadas es alarmante. Los destrozos ocasionados por la multiplicación de

55 F. Gracia Alonso, La arqueología durante el primer franquismo (1939-1956), Barcelona, 2009. 56 De las relaciones se deduce la extrema pobreza de la arqueología andaluza; p. 386 en 1951 sólo actuaciones de urgencia en Córdoba (Samuel de los Santos); pp. 388-389, en 1952- sólo acciones en Los Millares (Luís Pericot, Martín Almagro y Juan Cuadrado), en la provincia de Granada (Joaquina Eguarás, Francisco Presedo, Georg Leisner y Udo Oberem), en el teatro romano de Málaga (Juan Temboury, Simeón Jiménez y Jorge Rein), y en la provincia de Cádiz (sin duda se refiere a las acciones en Carteia, con Martínez Santa-Olalla y colaboradores de la Comisaría General); pp. 392-393, actuaciones del año 1954 nuevamente en Cádiz (se refiere a Carteia sin duda), Málaga con el teatro romano, Los Millares (Martín Almagro y Antonio Arribas) y provincia de Granada (Francisco Presedo y Joaquina Eguarás)57 F. Wulff Alonso y M. Álvarez Martí (Eds.), Antigüedad y franquismo (1936-1975), Málaga, 2003, con trabajos como “Falange e Historia Antigua” (A. Duplá), “El CSIC y la antigüedad” (G. Mora), “La antigüedad en la enseñanza franquista” (A. Prieto), “Äfrica antigua en la historiografía y arqueología de época franquista” (E. Gozalbes), “Aventuras y desventuras de los iberos durante el franquismo” (A. Ruiz, A. Sánchez y J. P. Bellón), “Tartessos” (M. Álvarez), “Los celtas” (G. Ruiz Zapatero), “Franquismo e Historia Antigua en Cataluña” (J. Cortadella).

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usuarios de detectores de metal, y sobre todo, el expolio a mucha mayor escala por parte de los grandes negociantes de antigüedades, ocasionan no sólo una pérdida patrimonial sino también la definitiva pérdida de datos para el conocimiento del pasado histórico a través del registro material.

Con la democracia municipal, provincial y autonómica, la arqueología vivirá de igual forma la multiplicación de sus agentes, que también se manifestará en que muchos pueblos con riqueza arqueológica, y la misma es extraordinaria en la región, pondrán en funcionamiento Museos locales, y con el tiempo con aspiraciones a pequeños centros de interpretación. El desarrollo económico permite estos esfuerzos, dirigidos en su mayor parte al uso y disfrute social del conocimiento, y esta faceta es, sin duda, la que mayor valor (con diferencia) ha aportado a la arqueología española y andaluza. Los materiales al respecto se han multiplicado, en no pocas ocasiones intentando servir de orientación y documentación para el profesorado.

Esta preocupación por la difusión social de la cultura se encuentra en la línea del desarrollo de un turismo, tanto nacional como extranjero, que ya requiere con mucha más atención el producto cultural. En estos últimos años la arqueología se enmarca de forma creciente en ofrecer resultados para fomentar eso que de forma creciente se viene conociendo como “economía de la cultura”. En los últimos años los grandes conjuntos arqueológicos realizan ese esfuerzo considerable por la difusión del conocimiento. La investigación se reduce en muchos aspectos, pero se enmarca en el fenómeno social de la difusión que tiene su expresión en las nuevas “Guías” publicadas, con valor mucho más didáctico (y riqueza de medios de imprenta) 58

Junto a ello, la Ley de Patrimonio Histórico de 1985, así como el despliegue de las actividades arqueológicas y museos en las esferas de competencias de la Junta de Andalucía, supondrá un elemento tan característico como es el de las excavaciones de urgencia, al igual que la proliferación de museos y de actividades arqueológicas locales, todo lo cual desplaza a la investigación universitaria del principal protagonismo. Basta con repasar los distintos ejemplares de la publicación Anuario Arqueológico de Andalucía para vislumbrar el inicio de esta proliferación. Sin duda el sistema ha tenido sus grandes virtualidades, sobre todo ha introducido la financiación privada (y forzosa) de la arqueología, pero también un cuarto de siglo después de su introducción ya muestra sus evidentes problemáticas. Las mismas pueden centrarse, entre otras, en la multiplicación de intervenciones, la existencia de numerosas actuaciones cuyos resultados se desconocen porque no se publican, y sobre todo la aparición caótica de vestigios de la antigüedad, o de la edad media, incluso de la moderna, que no están en absoluto enmarcadas en un plan en lo más mínimo coherente de investigación.

, así como en magníficos y costosos centros de interpretación (no siempre exentos de polémica), como el de los dólmenes de Antequera, el del conjunto patrimonial de Medina-Azzahara en Córdoba, o el de Baelo Claudia, en Tarifa.

58 La introducción de la historiografía o historia de la arqueología de cada conjunto arqueológico es una senda que parece bien marcada por los arqueólogos franceses. Vid. el volumen Archéologies. 20 ans de recherches françaises dans le monde, Paris, 2005. Para el caso de Andalucía, en especial en relación con su presencia en el desarrollo de las excavaciones Belo Claudia y su intra-historia, C. Domergue, “À cinquante ans d´intervalle: Bélo 1916, Bélo 1966”, Actas I Jornadas Internacionales de Baelo Claudio. Balance y perspectiva (1966-2004), Sevilla, 2008, pp. 9-35. Vid. J. Salas Álvarez, Imagen historiográfica de la antigua Vrso (Osuna, Sevilla), Sevilla, 2002; J. Maier Allende, “Imagen historiográfica de la Carmo romana”, en A. Caballos Rufino (Ed.), Carmona romana, Carmona, 2001, pp. 53-70. También la imagen histórica de los monumentos se va incorporando a las distintas guías oficiales de los conjuntos arqueológicos andaluces publicada por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

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ANUARIO DE HESPÉRIDES. INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS E INNOVACIONES DIDÁCTICAS (Málaga), vol. 17-18, págs. 69-77.

ANTIGUAS HERMANDADES DE LUCENAY DE OTROS LUGARES DE SU ZONA

Antonio Herrera GarcíaSEVILLA

El principal objetivo de esta comunicación es el de dar noticia de la existencia en el Archivo Histórico Nacional, de Madrid, de una serie de expedientes iniciados a instancia de diversas asociaciones religiosas de finales del siglo XVIII, a fin de que puedan ser de utilidad para aquellos investigadores que están trabajando sobre temas de esta índole o para aquellas personas de esta ciudad de Lucena a las que puedan resultarles interesantes o simplemente curiosos. Se tratará aquí, más que de analizar o estudiar esta documentación, de señalar su contenido y de exponer las noticias de más interés que incluyen. El meollo de la cuestión de la finalidad o el significado de estas asociaciones religiosas ha sido tratado en bastantes ocasiones por varios estudiosos del tema, tales como M. L. López Muñoz o J. Sánchez Herrero en diversos trabajos1

Los señalados expedientes se hallan en la sección de Consejos del citado Archivo debido, por una parte y especialmente en los del XVIII, a las medidas de política religiosa tomadas por el gobierno de Carlos III. De todos es conocida la postura de los ministros ilustrados de este monarca, que con más o menos base o razón confundían de forma bastante indiscriminada religiosidad popular y fanatismo: tras de una serie de prohibiciones puntuales sobre determinados aspectos de las cofradías, la administración borbónica promovió la elaboración de un “Expediente General de Cofradías del Reino”, que había de investigar sobre ello

.

2

1 Por ejemplo, ARIAS DE SAAVEDRA, I., y LÓPEZ MUÑOZ, M. L.: “Auge y control de la religiosidad popular andaluza en la Contrarreforma”. En Actas del Congreso Internacional “Felipe II (1598-1998). Europa dividida: la monarquía católica de Felipe II”, vol. III. págs. 37-61.

, y finalmente se llegó a la promulgación de un Real

2 Este “Expediente general sobre extinción y arreglo de las cofradías erigidas en las provincias y diócesis del Reino” se halla en dicho archivo madrileño, sección de Consejos, legajo 7.090. Sobre el mismo vease la comunicación de I. ARIAS DE SAAVEDRA y M. L. LÓPEZ MUÑOZ, “El Expediente General de

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Antonio Herrera García

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Decreto en junio de 1783 en el que se disponía la extinción de todas las Hermandades y Cofradías, tanto las estrictamente religiosas como las gremiales o laborales, excepto las sacramentales y las de Animas o aquellas que tuviesen una finalidad fundamentalmente de beneficencia; aún así, éstas debían recabar su aprobación del Consejo de Castilla, presentando para ello ante dicho Consejo Real sus Reglas, Ordenanzas o Estatutos, que habían de introducir las modificaciones pertinentes que los actualizasen y adecuaran a los fines señalados.

Conforme a esto, al solicitar esta aprobación de dicho Consejo, las Hermandades presentaron las Reglas por las que se habían venido rigiendo hasta entonces o aquellas por las que pretendían regirse en adelante, junto con las modificaciones que sobre los capítulos de las antiguas habían efectuado para ello. Algunas Hermandades no se contentaron con mandar copias o traslados autorizados de sus antiguas Reglas, sino que enviaron los originales, que en algunos casos habían sido las redactadas en el siglo XVI. No todas las Cofradías y Hermandades existentes a la sazón solicitaron y tramitaron esta aprobación del Consejo de Castilla. De toda Andalucía hemos encontrado de estos años en los expedientes del citado Archivo unas doscientas solicitudes, cuando sólo en Sevilla y su antiguo Reino existían 1.621, según el censo efectuado en 1771.

Seguramente muchas Hermandades no solicitaron tal aprobación, bien porque no tuviesen medios ni disponibilidades para emprender los trámites que ello conllevaba, que entre otros gastos habían de comenzar por el nombramiento de un agente en Madrid que llevase el asunto ante los Reales Consejos, bien porque se encontraban ya en una situación precaria y aceptaron el Real Decreto de extinción o bien porque prefirieron dejar pasar “la tormenta ilustrada” y aguardar pacientemente a que las aguas agitadas por el vendaval volviesen a sus antiguos y pacíficos cauces. A través de una ojeada superficial a las Reglas encontradas en el Archivo madrileño, se pueden observar algunas de sus características generales, ya que en su articulado suele tratarse casi sin excepción la admisión de hermanos, cuidado de los enfermos, entierros de los hermanos difuntos y sufragios por sus almas, limosnas o cuotas, celebración de cabildos, etc., siendo frecuentes las alusiones al Real Decreto de 1783, que les obligaba a modificar sus Reglas, incluyéndose a veces un ejemplar impreso del mismo Decreto.

En los expedientes encontrados y aquí considerados, aparte de esas características generales de sus reglas, aparecen ciertas peculiaridades y noticias de muchas de esas Hermandades. Tres de esos expedientes, son de hermandades existentes en Lucena, fechados entre 1789 y 1794, si bien sus noticias se refieren a muchos años antes o le adjuntamos referencias posteriores. De las hermandades que promovieron estos expedientes, unas eran de antigua fundación, algunas de ellas del siglo XVI, y por lo general trataban de conseguir la aprobación real, modificando adecuadamente para ello sus antiguas reglas.

El primer expediente hallado es el relativo a las cofradías de la Pasión y la de la Purísima3

Cofradías (1769-1784). Propuestas para su estudio”, publicado en Iglesia y sociedad en el Antiguo Régimen. III Reunión Científica. Asociación de Historia Moderna, 1994. Vol. I, págs. 31-40.

. Lo encabezan la petición de las dos hermandades, las que, estando aprobadas por los ordinarios, pero careciendo de la aprobación regia de S. M. Y del Supremo Consejo de Castilla, solicitaban dichas aprobaciones, adjuntando copias de las actas de

3 1789. Expediente formado a instancia de los individuos de las cofradías de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo y Concepción Purísima de María Santísima, sitas en el convento de San Francisco, titulado de Madre de Dios, de la ciudad de Lucena, sobre aprobación de las constituciones que tienen formadas para su régimen y gobierno (A.H.N., Consejos, leg. 1.425, nº 25).

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Antiguas hermandades de Lucena

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sus respectivos cabildos celebrados en 1788 y el poder otorgado a un agente de negocios en Madrid, otorgado a principios de 1789.

Le sigue una carta del Consejo de Castilla dirigida al corregidor del Ayuntamiento de Lucena, en la que, según el dictamen fiscal, mandaba que, “oyendo instructivamente a los diputados y personero del común de esa ciudad y a la parte de las [dichas] cofradías… y teniendo presente la Real Resolución tomada a consulta del Consejo de 25 de junio de 1783… y lo prevenido en las Leyes 3 y 4, título 14, libro 8, de la Recopilación de las ordenanzas insertas y, en caso de deber subsistir las citadas cofradías, las moderéis, ampliéis o reforméis en los puntos y partes que estimaseis conveniente y, hecho, informéis al nuestro Consejo… para [su] debida instrucción… a fin de tomar la provisión que corresponda”. Se fecha en Madrid, el 20 de mayo de 1789.

Vienen luego los testimonios presentados por la Cofradía de Pasión. La Cofradía celebraba su procesión el Miércoles Santo con música. Esta hermandad y cofradía había sido instituida en 1578, cediéndole provisionalmente el convento una capilla y enterramiento, en la que se dijesen sus misas y sufragios y se hiciesen sus fiestas, mientras se terminaba la iglesia que se estaba construyendo.

En los años siguientes de 1610, 1611 y 1621 el convento otorgó otras escrituras a favor de la cofradía, señalándole sitio y, en el último año, vendiéndole una de las capillas que había fabricado para que en ella se pusieran los asientos que ocupasen el hermano mayor y los demás hermanos (capillas de Jesús crucificado y Jesús Nazareno). En 1770 esta Cofradía ocupaba el lugar décimo octavo de antigüedad entre las hermandades de la ciudad y entre sus hermanos de conservaba el recuerdo de sus antiguas Constituciones, que constaban de 19 puntos de contenido muy elemental, que en este testimonio se trascriben: recepción de hermanos, entierros, juntas, procesión del Miércoles Santo y fiesta de año nuevo, misas, etc.

Perdidas esas antiguas Constituciones se otorgó en dicho año poder a unos hermanos para elaborar unas nuevas, que se hicieron basándose en las antiguas y que fueron debidamente aprobadas por el provisor y vicario general del Obispado de Córdoba, bajo ciertas modificaciones que se indicaban. Una de éstas era la prohibición de sacar en la procesión del Miércoles Santo con sus imágenes titulares un paso del “Despedimiento de Jesús y María Santísima”, propio del convento. En esos años fue su hermano mayor, Pedro Julián de Luque y Aguilar, quien llevó todos los trámites de este asunto, revigorizó la cofradía y consiguió para ella el título de Archicofradía, admitiéndose en ella por un acuerdo de 1772 la inscripción como hermanos a todos los fieles de ambos sexos que lo solicitaran. A veces aparece la Virgen con el título de María Santísima de la Pasión4

Por su parte, la Cofradía de la purísima Concepción adjuntaba el ejemplar original de sus reglas del año 1779

.

5

4 Sobre edsta Hermandad puede verse el trabajo de L. F. Palma Robles,

. Muy pocos años después esta iglesia del convento

Noticias sobre las pertenencias de la Gran Cofradía de la Pasión, sita en el convento de San Francisco de la ciudad de Lucena. En “El franciscanismo en Andalucía: conferencias del V Curso de Verano: San Francisco en la cultura y en la historia del arte español” (Priego de Córdoba, agosto de 1999), Vol. 1, 2001, pags. 381-392. También en los Boletines, tanto de esta Hermandad, como de la de Jesús Nazareno, suelen hallarse noticias históricas de las mismas.5 1779. Constituciones que ha formado para su gobierno la siempre venerable y santa Hermandad de la Purísima Concepción de la ciudad de Lucena, sita en el convento de Madre de Dios, religiosos del señor san Francisco de Asís, de cuyo documento carece por haberse extraviado muchos años hace. Siendo su hermano mayor el Sr. D. Joseph Joachín Domínguez de Pareja Cuenca Pacheco y Rojas. 11 hojas, encuadernado en piel, 30’5 x 21 cm.

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franciscano debía hallarse en muy mal estado, pues su comunidad solicitaba permiso para pedir limosna en toda Andalucía y poder reunir suficientes recursos para reedificarla, pues según decían se hallaba enteramente arruinada6.

Virgen del Patrocinio. Grabado de J. de Ahumada(Archivo Histórico Nacional, Consejos, leg. 1.426)

El segunda expediente es el que toca a la Hermandad de la Caridad7

6 1793. Expediente formado a instancias del guardián y religiosos del convento de San Francisco de la ciudad de Lucena sobre permiso para pedir limosna por todos los pueblos de la Andalucía para la reedificación de su iglesia, que está enteramente arruinada (A.H.N., Consejos, leg. 1.556, nº 22, 7 folios).

. Para gestionar la aprobación de sus reglas también se otorgó poder a un agente de negocios en los Reales Consejos de Madrid, cuya larga solicitud presentada ante los mismos incluye numerosas noticias históricas. Se dice en ella que esta Hermandad poseía el “Pósito del Monte de Piedad y Arca de Misericordia” de Lucena y que ya existía en 1554, teniendo

7 1789. Expediente formado a instancia de la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo, sita en la parroquial de Nuestra Señora de los Desamparados, de la ciudad de Lucena, sobre aprobación de las ordenanzas formadas para su régimen y gobierno (A.H.N., Consejos, leg. 1.426, nº 36).

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entonces a su cargo dos hospitales y que se hallaba en la parroquial de San Mateo, trasladándose en 1612 a la de Santiago, desapareciendo luego hasta que en 1691 el hermano mayor de la Obra pía de los Niños Expósitos y su administrador la restauraron en el Hospital de Nuestra Señora de los Desamparados.

Sus Constituciones fueron reformadas en 17198

En el capítulo titulado “Insignia escudo y divisa de esta Venerable Hermandad” de estos Estatutos se dice textualmente: La insignia que lleva por guía en sus funciones esta Venerable Hermandad es una cruz de plata con un Crucifijo dorado, y por el otro lado una imagen de María Santísima de Nuestra Señora del Patrocinio, con manga de color negro, verde y encarnado, en significación de las tres virtudes teologales, Fe, Esperanza y Caridad, de que deben estar adornadas nuestras obras y ejercicios… Y el escudo y divisa de que usa es una cruz verde sobre un corazón encarnado guarnecido con negro, en significación de lo ya expresado. No se habla, sin embargo, en ningún pasaje de imagen alguna, ni siquiera cuando se habla de la fiesta del Patrocinio. Al no hallarse actualmente el Lucena ninguna imagen antigua con esta advocación, ¿podría estar el grabado que reproducimos basado en la señalada insignia?.

, y en ellas se exponen los fines que perseguía la Hermandad, efectuando un recorrido histórico de sus actuaciones. Así se dice cómo se dedicaba a dar sepultura a los cadáveres hallados en el campo, los arrabales o las calles de la ciudad; a acompañar a los ajusticiados y recoger sus miembros dispersos; a conducir a los enfermos pobres en sillas a los hospitales para su curación; a asistir a los “incunables” y a recoger y hospedar a los peregrinos, pagándole su tránsito hasta su destino; a recoger limosnas para los niños expósitos y pobres vergonzantes, enseñando la doctrina cristiana a los recogidos, etc. En lo que tocaba a cultos y otros fines, la Hermandad de la Caridad asistía a la procesión del Entierro de Nuestro Señor Jesucristo el Jueves Santo, hacía una fiesta solemne a Nuestra Señora “en los días que celebra la Iglesia su glorioso Patrocinio”, visitaba a los enfermos, celebraba misas por las almas de los hermanos difuntos, etc.

En este mismo recorrido histórico se amplían las cuestiones indicadas al principio del expediente y se expone cómo la Hermandad había tenido antiguamente dos hospitales, uno de ellos, llamado de la Caridad, que en 1567 fue vendido al hermano Jerónimo de Frutos con todas sus pertenencias, incluida su botica, para que con su valor fuese aplicado a fundar otro hospital, con el nombre de San Juan Bautista y con la obligación de asistir a los enfermos que el anterior habían sido admitidos, enterrar a sus muertos y demás obligaciones. Por los años de este informe, tal hospital continuaba su actividad a cargo de los hermanos de San Juan de Dios. El otro hospital, de los dos indicados al principio, había sido el llamado de Santiago, seguramente por su pertenencia a esa parroquia, se hallaba extinguido totalmente, aunque la Hermandad mantenía la obligación de la recogida de los niños expósitos9

En lo tocante al Monte de Piedad o Monte Pío se expone cómo el año de 1716, en una reunión que celebró la propia Hermandad en el “Oratorio del Santo Cristo de los

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8 Estatutos, Reglas y Constituciones de la Vene Hermandad de la Sta Charidad de Nuestro Sor Jesu Christo de la ziudad de Luzena, renovados, ampliados y reformados. Año de 1719. Debaxo de la protección de la Serenísima Reyna de los Ángeles María Ssma Sra nuestra de el Patrocinio, su patrona y tutelar. Ibídem, 96 págs, + 4 hojas, encuadernada en pergamino, con grabs. (32 x 22 cm.). Estos Estatutos llevan una dedicatoria a “la Santísima Virgen María de los Desamparados en su admirable título y advocación de su sagrado Patrocinio”.9 Sobre estos hospitales da noticia F. Ramírez de Luque en sus Tardes divertidas... (1794-1808), edición moderna, Lucena, 1982, págs. 88-89.

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Desamparados”, añadió a sus obligaciones la administración del mismo10, cuya finalidad era prestar trigo a los labradores, amasar y vender pan en los años difíciles a bajo precio, destinando los beneficios obtenidos en todas sus operaciones a fundar un hospital para ocho enfermos incurables, que tendría sus propios estatutos. Acumulados trigo y dineros suficientes, el hospital fue erigido en 1760 y la Hermandad y el Monte Pío continuaron impartiendo sus socorros y ayudas, pero la disminución posterior de sus ingresos les obligó a reducir el personal del hospital y a limitar a cuatro el número de camas del mismo. También la Casa cuna de los niños expósitos experimentó parecidas necesidades, donde las amas de cría se consideraban mal pagadas y, descuidando sus funciones, ocasionaban que los lactantes muriesen de hambre; para tratar de poner remedio a todo este, la Hermandad trasladó la Casa cuna al hospital, subió su salario a las amas de cría, con lo que disminuyó la mortalidad de los expósitos, aumento salarial que en parte fue posible por las aportaciones, aunque cortas, de las vecina localidades de Cabra. Priego y Rute, cuyos expósitos también eran acogidos en esa Casa11

El tercer expediente se refiere a la gestión emprendida en 1794 para la aprobación de las ordenanzas de la Hermandad Sacramental de la iglesia parroquial de San Mateo

.

12.El expediente incluye las Constituciones de la Hermandad, elaboradas por esos mismos años, y se servía, según se dice expresamente, en la capilla del sagrario nuevo de dicha iglesia. Para obtener la aprobación de sus reglas se siguieron los trámites usuales, comenzando con el apoderamiento de un agente de negocios en la Corte. En los primeros años del siglo XIX, esta Hermandad gestionó la colocación de un nuevo tabernáculo en el sagrario, ya que consideraba que el existente a la sazón presentaba “el mal gusto de la época” en que se hizo, y deseaba sustituirlo por uno nuevo de estuco y, al mismo tiempo eliminar los intersticios o “escondites” que existían entre sus elementos, que daban lugar a algunas “indecencias”13

Como es fácil comprobar, esta sustitución no se llevó a cabo, afortunadamente, y permanecen el rico sagrario y tabernáculo de mediados del XVIII, proyectados por Leonardo Antonio de Castro y realizado por Pedro de Mena Gutiérrez, autor también de la portada de la capilla.

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Además de estos tres expedientes incoados en el siglo XVIII, hemos hallado otro, fechado recién pasada la “francesada”, que nos aporta ciertas noticias sobre otra

10 En este mismo expediente se incluye la escritura de Aprobación de el Monte de Piedad y Arca de Misericordia, fundación nueva de la Vene Hermandad de la Sta Charidad de esta ziudad de Luzena, siendo su ho mor D. Juan Joseph Ramírez del Rosal Rico de Rueda. Tuvo su origen en 26 de el mes de julio de 1716. Al fin se hallará la escriptura de donazión que hizo nro ho D. Franco de Paula Rico de Rueda y Ramírez de un solar, ce de Sta Catherina, para la fábrica del granero. 11 folios.11 Tanto de este Monte de Piedad como de la Hermandad de la Caridad recoge numerosas noticias F. López Salamanca en su trabajo “Cofradía de la Santa Caridad”, publicado dentro de su “Historia de Lucena” en Araceli. Órgano de la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli (Lucena), XXXV, núm. 110 (1993), págs. 433-44212 1794. El hermano mayor de la Cofradía del Santísimo Sacramento, sita en la parroquial de San Mateo de la ciudad de Lucena, sobre aprobación de las Ordenanzas para el gobierno de ella (A.H.N., Consejos, leg. 1.556, nº 21).13 1806. Los individuos de la Cofradía Sacramental de la parroquial de San Mateo de la ciudad de Lucena, sobre que se coloque en ella el nuevo retablo de estuco, construido a expensas de dicha Cofradía, en la forma que se propone (A.H.N., Consejos, leg. 2.533, nº 13, 5 folios, más el impreso de una Real Provisión de 1801 sobre los requisitos exigidos a arquitectos y maestros de obras que presenten diseños de obras públicas).

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hermandad de Lucena, la de Jesús Nazareno14. Esta vez no se trataba de la aprobación de sus reglas, que ya lo habían sido en 1787 el reinado de Carlos III15, sino sobre los pasos que sacaba en la procesión de Semana Santa, desde su sede en el convento de la orden de Predicadores de la ciudad, que efectuaba con unas especiales características: eran los pasos de “la Despedida” entre Jesús y su Santa Madre, y que no sabemos si tiene algo que ver con el aludido en el primer expediente, y el del “Pregón de Pilatos”, cuyo pregón se daba en la plaza de la localidad. Por lo que podemos deducir del contenido de tal expediente, existía cierta oposición a que se sacaran estos pasos; los que se oponían a que desfilasen estos pasos aducían que en su manera y en su recorrido se daba algunos desórdenes, como el de producirse enfrentamientos y pujas entre los propios portadoresque los llevaban por ver quienes resistían más, haciendo gala de sus fuerzas: las mujeres acudían con leche y dulces para sus hijos que intervenían para mantener su resistencia, el peso de los pasos se aumentaba durante el recorrido añadiéndoles pesas de plomo o de hierro, y todo ello producía muchas veces diversos alborotos, peleas, etc. Los pasos “a correón”, que ya salían en Lucena en el siglo XVII, y los mentados correones eran las correas “de baqueta con ganchos de hierro”, como se dice en algún documento, mediante las cuales se transportaban los pasos y que pendían de los cuellos de los portadores. Esos pasos habían sido prohibidos por el obispo de Córdoba y lo fueron definitivamente en 1839. Se tiene noticia de que esta cofradía con tal advocación fue fundada en 1599; el Cristo con la crus a cuestas era de brazos articulados y bendecía a los fieles en el sermón que se predicaba en la Plaza Nueva16

Queremos también aquí dejar constancia de la existencia en el mismo Archivo Histórico Nacional de otros expedientes sobre Lucena que, aunque no están relacionados directamente con las Hermandades, si lo están con la religiosidad popular o la beneficencia. Por orden cronológico, el primero de ellos es el incoado a instancia de un presbítero de la ciudad sobre su readmisión como hermano de la Escuela de Cristo de la misma

.

17

14 1817. Expediente formado sobre una instancia de don Vicente Cerrato y Tafur, hermano mayor de la Archicofradía de Jesús Nazareno, establecida en el convento de San Pedro mártir de la ciudad de Lucena, en que solicita se le conceda permiso para sacar en correones varios pasos en la procesión del Viernes Santo (A.H.N., Consejos, leg. 3.599, nº 10, 10 hojas).

. Este presbítero era Ramírez de Luque, quizás el clérigo más destacado de los que intervinieron con diversos escritos en la polémica sobre diversos aspectos de la historia de la ciudad, como a continuación veremos. En el segundo se trata la celebración en 1807 de una especie de cabildo abierto para la ratificación de la Virgen de Araceli

15 Don Alonso Jerónimo Ramírez, mayordomo de la Archicofradía de N. P. Jesús Nazareno de la ciudad de Lucena, sobre aprobación de sus ordenanzas (A.H.N., Consejos, leg. 29.284, nº 25); contiene las reglas de 1599 originales. Sobre las ordenanzas nazarenas se ha presentado una comunicación a la última Reunión Provincial de Cronistas Cordobeses por J. Palma Robles, que se halla actualmente en prensa (“Sobre los primitivos Estatutos de la V. Archicofradía N. P. Jesús Nazareno”), y también unas “Notas para su historia” de este mismo autor, aparecidas en la revista Torralbo, de la propia Lucena. De J. Rodríguez Millán y F. López Salamanca es la obra Orígenes de la Semana Santa: sus inicios en Lucena. La Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno: cuatrocientos años de historia, Lucena, Imprenta Tenllado, 2000.16 Estas últimas noticias sobre la cofradía y algunas más, pueden verse en el “Pregón” (1991) de José Rodríguez de Millán y Fernández publicado en Pregones en honor de Nuestro Padre Jesús Nazareno, 1991-1996. Ayuntamiento de Lucena y Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, 2005.17 1798. Don Fernando Ramírez de Luque, pbro. y cura beneficiado de la ciudad de Lucena, sobre que se le vuelva a admitir por hermano de la Congregación de la Santa Escuela de Cristo, de que se le ha despojado por algunos de sus individuos (A.H.N., Consejos, leg. 1.924, nº 13, 17 folios).

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como patrona de la ciudad18. Si bien no hemos leído este expediente, que es bastante voluminosos, es posible que con esta consulta popular se tratase de cerrar la controversia enzarzada en Lucena en las últimas décadas del XVIII sobre si el patronazgo de la ciudad pertenecía a San Jorge o a la Virgen de Araceli, a la que la población terminó ratificando y como tal fue reconocido al año siguiente por una Resolución del Consejo de Castilla19.Finalmente, en el tercero, se tramita la solicitud del propietario de una fábrica de jabón de Lucena para rifarla y donar parte de su precio a una institución benéfica de la Corte20

También hemos hallado en el mismo Archivo otros expedientes tocantes existentes por esos años en lugares de la zona cordobesa de Lucena, más o menos cercanos a ella. Relativos a Priego de Córdoba hemos visto tres expedientes, uno del año 1780 sobre la aprobación de las reglas de la Hermandad rosariana de Nuestra Señora de las Mercedes

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21;otro de 1801 que atañe a la economía de otra Hermandad, la del Cristo de las Benditas Ánimas, sobre la redención de un censo que ésta venía disfrutando22, y un tercero, de 1825, de interés para el estudio de la evolución de la religiosidad popular en el XIX, sobre los abusos que se daban en las procesiones de Semana Santa23

Un expediente de 1790, incoado a petición de un vecino de Cañete de las Torres, denunciaba los excesos que se cometían en las procesiones de Semana Santa en la villa

.

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18 1807. Lucena. Diligencias practicadas para la celebración de una junta general del vecindario de esta ciudad, en la que se explore la voluntad de todos acerca de reelegir por patrona a María Santísima nuestra señora con el dulce título de Araceli (A.H.N., Consejos, leg. 2.533, nº 14; grabado con el escudo de la ciudad).

.Otro de 1792 se abría a petición de un vecino de Valenzuela sobre que le admitiesen como “esclavo” de la Esclavitud o Hermandad Sacramental de la villa, denunciando al mismo tiempo que, debido a ciertas irregularidades de sus Ordenanzas, sería preferible

19 El enfrentamiento dialéctico que suscitó la cuestión de dicho patronazgo podría estar bien representado por dos curas, el de Montoro, Fernando José López de Cárdenas (Memorias de la ciudad de Lucena y su territorio, Écija, 1771), y el de Lucena, Fernando Ramírez de Luque (El patronato único de Nuestra Señora de Araceli, 1795). Sobre esta discusión puede consultarse el artículo de J. Calvo Poyato “Aracelitanos y sanjorgistas. Una polémica en la Lucena de finales del siglo XVIII”, publicado en las actas de las II Jornadas de Historia de Lucena (Ayuntamiento de Lucena, 1983), págs. 129-152. Un análisis historiográfico de esta polémica se halla en la obra de J. L Casas Sánchez Estudio de la Historiografía sobre Córdoba y su provincia, publicada en 1992 por la Caja Provincial de Ahorros de Córdoba, págs. 85-93.20 1818. Expediente formado sobre una solicitud de D. Vicente Andrés y Almarza que pedía permiso para rifar una fábrica de jabón que poseía en Lucena, ofreciendo dejar la cuarta parte del producto en beneficio del Real Colegio de Niños Desamparados de esta Corte (A.H.N., Consejos, leg. 3.599, nº 11).21 1780. Expediente formado a instancia de D. Antonio Rodríguez de Quesada, hermano mayor, y demás oficiales de la Congregación del Rosario de Nuestra Señora de las Mercedes, sita en la ermita de San Antonio Abad, de Priego [de Córdoba], sobre aprobación de las constituciones para su buen régimen y gobierno (A.H.N., Consejos, leg. 842, nº 34, 26 hojas); incluye las constituciones.22 1801. Don Rodrigo Infante, pbro., Antonio Arenas y otros, hermanos mayor y celadores de la Hermandad del Smo. Cristo de las Benditas Animas, sita en la iglesia parroquial de Priego, sobre que se le admita la apelación que ha interpuesto de la providencia dada por el corregidor de la misma acerca de la redención de un censo a favor de la misma contra don Juan de Reyna (A.H.N., Consejos, leg. 4.020, nº 54; no está).23 1825. Expediente formado a instancia del Rvdo. Obispo abad de Alcalá la Real sobre que se declare lo que se ha de observar para las procesiones de Semana Santa por los abusos que observa en las que se celebran en Priego (A.H.N., Consejos, leg. 3.660, nº 33, 16 folios).24 1790. Expediente formado a instancia de D. Francisco Javier Barnuevo y Espinosa, vecino de Cañete de las Torres, en que hace presente los excesos que se experimentan en aquel pueblo en cuanto al modo y horas de salir las procesiones de Semana Santa (A.H.N., Consejos, leg. 2.364, nº 1, 6 folios).

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que la Hermandad se extinguiese25. Un tercero, de 1795, solicitaba la aprobación de las reglas de la Hermandad de San Miguel y Ánimas, de Montilla26 y, por último, un expediente de 1803 solicitaba la aprobación de las reglas de la Cofradía y Esclavitud de María Santísima de la Piedad, de la iglesia de Baena27. Y tocante a instituciones de beneficencia aparece uno referido a los recursos que contribuían al mantenimiento de un hospital de Bujalance28

Por último, aunque no intentaremos de ningún modo valorar estos documentos, sí creemos oportuno a modo de colofón de esta breve comunicación destacar algunas de las aportaciones que se evidencian en su contenido. En primer lugar y en un ámbito general, queda patente su interés para el estudio de la religiosidad popular andaluza y, en algunos casos, cierta relajación que se produce en sus manifestaciones desde fines del XVIII; luego, se vislumbran en ellos varios aspectos de la situación social de esa época, particularmente en el campo de la asistencia social y, por último y concretamente en lo que toca a la historia local, es evidente el interés de las noticias sobre las cofradías de Lucena y sobre algunas de sus particularidades más notables y curiosas.

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25 1792. Expediente formado a representación de Antonio García, alcalde ordinario de la villa de Valenzuela, con que remite el expediente formado a instancia de Carlos Sánchez sobre que se le admitiese por esclavo de la Cofradía, sita en aquella villa bajo la invocación del Santísimo Sacramento, y también remite parte de las Ordenanzas con que la misma se gobierna, consultando al Consejo que, para evitar otras resultas más funestas, convendría se extinga dicha Cofradía (A.H.N., Consejos, leg. 1.501, nº 5, 45 folios).26 1795. Expediente formado a instancia del hermano mayor, consiliario y demás individuos de la cofradía de San Miguel y Animas, establecida en la parroquial de Santiago de la ciudad de Montilla, sobre aprobación de las ordenanzas formadas para su régimen y gobierno (A.H.N., Consejos, leg. 1.648, nº 28, 5 piezas). Incluye copia de las ordenanzas.27 1803. La Cofradía y Esclavitud de María Santísima de la Piedad, establecida en la iglesia parroquial de San Bartolomé de la villa de Baena, sobre aprobación de las Ordenanzas que ha formado para su mejor régimen, dirección y gobierno en lo sucesivo (A.H.N., Consejos, leg. 2.147, nº 25, 20 folios). Incluye las nuevas Ordenanzas.28 1803. El procurador síndico de la ciudad de Bujalance y el administrador del hospital de la Caridad de ella sobre que se le concediese permiso para que por ocho años se pudieran tener corridas de novillos, invirtiendo su producto en la subsistencia de dicho hospital (A.H.N., Consejos, leg. 2.127, nº 29, 7 folios).

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ANUARIO DE HESPÉRIDES. INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS E INNOVACIONES DIDÁCTICAS (Málaga), vol. 17-18, págs. 79-98.

DE LA CIENCIA A LA DIFUSIÓN DE LA ARQUEOLOGÍA EN LOS MUSEOS LOCALES

Antonio Martínez CastroI.E.S. CUMBRES ALTAS. NUEVA CARTEYA (Córdoba)

El presente trabajo1

1 Los contenidos de esta comunicación presentada al XX Congreso de Hespérides se desarrollan con mayor amplitud en un trabajo que verá la luz en el número 10 del Boletín de la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba, correspondiente al año 2009. Aquí se exponen, por tanto, las ideas principales o que con mayor énfasis hemos pretendido subrayar de dicho trabajo.

parte de considerar que las labores de investigación científica que, bien por parte de universidades, museos o personas a título individual, se desarrollan acerca de los más variados aspectos arqueológicos en nuestros municipiosno deben tener un fin en sí mismas y acabar sólo con una publicación científica de los resultados así como con los objetos derivados de las mismas arrinconados en los almacenes de los museos. Al contrario, deberían proyectarse a la sociedad con el fin de que nuestro pasado y nuestro patrimonio alcancen la función social y cultural que les corresponde. En este sentido, la comunicación que aquí recogemos trata de ofrecer unas líneas acerca de la puesta en conexión de dicho patrimonio con la sociedad, lo cual se consigue mediante la difusión, que quizá es, por ello, la función más importante dentro de las que comprenden la tutela de los bienes culturales en lo que a repercusión social del patrimonio se refiere. La difusión no es simple, sino que constituye una compleja gestión en la que caben multitud de recursos, desde la simple exhibición de las piezas arqueológicas en un museo hasta el desarrollo de sesiones de trabajo con escolares o la elaboración de publicaciones divulgativas. En este trabajo analizamos cómo se puede llevar a cabo la difusión del Patrimonio Arqueológico desde el museo local, con toda la problemática que ello lleva implícito, especialmente de falta de recursos y medios de gran envergadura.

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Asimismo, en este trabajo nos detenemos en ciertas cuestiones concretas que nos resultan especialmente interesantes y en las que creemos que se ha incidido poco, tras abordar previamente algunos aspectos generales que consideramos de esencial importancia para comprender esta importante faceta de la gestión patrimonial como es la difusión. Tal y como hemos señalado, los parámetros que manejamos en cuanto a la difusión son los más propios de un museo local, entendiendo por este, grosso modo, el de una población de entre 2.000 y 15.000 habitantes. La justificación de esta óptica desde la que abordamos la difusión del Patrimonio Arqueológico se justifica porque, en base a una serie de motivos, siempre hemos creído que esta es la forma más importante hacia la que se debe encaminar no sólo la difusión, sino en general la tutela, de los bienes culturales en los términos municipales del territorio español, y más particularmente andaluz2, hasta el punto de que de los museos locales puede depender buena parte del desarrollo cultural de comunidades enteras.

La difusión: definición e importanciaComenzando por el concepto de difusión, puede decirse que esta constituye una

importante función de la tutela del Patrimonio Histórico y que podría definirse como la acción mediante la que se pone al alcance de todo el mundo un tema complejo, cultural o científico, en este caso relacionado con el patrimonio heredado de los antepasados3.También se ha definido la difusión como una gestión cultural mediadora entre el patrimonio y la sociedad. Sería una gestión porque implica un proceso complejo que abarca documentar, valorar, interpretar, manipular, producir y divulgar no ya el objeto en sí, sino un modelo comprensible de dicho objeto en su relación con la historia y el presente. Cultural porque se opera con la obra del hombre, tangible e intangible. Y sería mediadora porque requiere una técnica y un soporte material independiente del objeto y ajena al sujeto que la recibe4. Como bien señalaron Querol y Martínez, la difusión es “la responsable de que el Patrimonio pueda cumplir la acción social que le da sentido y la que asegura también que todo el esfuerzo realizado en la investigación revierte en la sociedad”5

2 Así lo quisimos hacer ver en un trabajo nuestro sobre la importancia de los museos locales en la gestión del Patrimonio Arqueológico municipal publicado en 2002 (MARTÍNEZ CASTRO, Antonio, “Los museos locales...). A él remitimos para ver los motivos que en su momento aludimos como justificativos de la necesidad de contar con museos locales en los municipios andaluces. Ver, asimismo, el más reducido: MARTÍNEZ CASTRO, Antonio, “Los museos locales de Córdoba... Interesantes trabajos donde se resalta laimportancia de los museos locales, tanto en sus logros como en sus retos aún pendientes, son también: ALAMINOS LÓPEZ, Eduardo, “Los museos locales..., con una interesante introducción histórica al surgimiento de los mismos (pp. 115-129); OSUNA RUIZ, M., “Reflexiones...; CARMONA ÁVILA, Rafael, “El Museo local...; ZUBIAUR CARREÑO, Francisco Javier, “Los museos locales... y MUÑIZ JAÉN, Ignacio, “Museos arqueológicos municipales... La posición actual de la administración andaluza respecto a los museos locales de la comunidad y su ordenación jurídica puede analizarse en la reciente Ley 8/2007 de Museos y Colecciones Museográficas de Andalucía, sobre la que se recoge una buena visión de conjunto en: CARUZ ARCOS, Eduardo, “Principales aspectos...

. Y en esa acción social juegan un gran papel, según creemos, dos elementos específicos: la valoración y el respeto hacia el Patrimonio Histórico, pues es de nuestra opinión que sólo conociendo adecuadamente dicho patrimonio este se podrá respetar, y para ello hace falta difundirlo, que la sociedad sepa apreciar sus cualidades y su significado, y también que se trata de una serie de bienes únicos, no regenerables. Sólo

3 Ver: VALDÉS SAGÜÉS, Carmen, “La difusión..., p. 68.4 MARTÍN GUGLIELMINO, Marcelo, “Difusión del Patrimonio..., p. 6 y “Reflexiones..., p. 15.5 QUEROL, Mª A.; MARTÍNEZ, B., La gestión..., p. 313.

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así podrá lograrse que el Patrimonio Histórico llegue a cumplir las importantes funciones que debe tener en la sociedad a la que pertenece o representa.

Elemento de gran importancia es la difusión del Patrimonio Arqueológico, ya que tiene un valor trascendental al resultar un elemento clave para soslayar la progresiva pérdida de identidad que se ha venido produciendo en las sociedades mundiales durante las últimas décadas, debido fundamentalmente a la mal entendida “globalización”, la competitividad y el “todo vale” que se han impuesto en casi todos los ámbitos y que han supuesto una ruptura con el pasado y los elementos patrimoniales. Diversos estudios han demostrado que en museos especialmente enfocados al turismo exógeno la afluencia de población residente era menor, es decir, que potenciar la visita del turista distancia al residente con respecto a la institución museística6. Para que la población local no quede al margen del museo, y por tanto este deje de cumplir su importante función social, es necesario que exista un reencuentro con la herencia cultural y se recupere el crédito y significación social del Patrimonio Cultural, produciéndose un sentimiento de pertenencia y una simbiosis. También es importante tener en cuenta que existen tipologías de museos que favorecen más que otras el vínculo de la institución museística con la sociedad local, como sucede con el ecomuseo7.

La difusión, elemento clave para la conservación del patrimonio arqueológico de nuestros municipios

Vistas estas consideraciones generales sobre la difusión patrimonial y en concreto del patrimonio arqueológico, un segundo punto de gran importancia que queremos analizar aquí son las dificultades para concienciar a las poblaciones locales sobre la necesidad de respetar y poner en valor el patrimonio. Entre esas dificultades están el hecho de encontrarnos ante una sociedad poco concienciada, poco dinámica y escasamente participativa en temas relacionados con el Patrimonio Histórico, hecho común a casi todas las sociedades locales españolas. Otro hecho que interviene decisivamente en la escasa conciencia hacia el valor social y cultural del Patrimonio Histórico en los pueblos es el avance de la vida y la cultura modernas, que hace a la población contemplar todo lo “viejo” como obsoleto y como necesario de ser renovado (pensemos en un edificio o un utensilio doméstico antiguo, por ejemplo), si bien es cierto que cada vez existe una mayor concienciación acerca de la importancia de conservar, recuperar o adquirir objetos antiguos que ya es difícil hallar en nuestras casas.

Finalmente, no menor problema derivado también del primero es la extendida creencia de que el único valor que poseen los bienes culturales es el económico, sin sospecharse siquiera el gran valor histórico, cultural y social que pueden poseer y de hecho poseen todos esos bienes. Lo peor de todo es que ello conlleva no sólo esa consideración por parte de las personas hacia el patrimonio, sino que además desencadena ciertas actividades encaminadas a obtener rentabilidad económica de los

6 SÁNCHEZ LUQUE, María, “La población local...7 El siguiente trabajo de síntesis puede proporcionar un buen acercamiento al concepto de ecomuseo: NARANJOS, Óscar, “Intrahistoria..., sin olvidar, por supuesto, la obra de su creador, Georges Henri Rivière (ver: RIVIÈRE, Georges Henri, La Museología...). Finalmente, el trabajo de Ignacio Muñiz que citamos en la bibliografía relativo al Ecomuseo del Río Caicena también resulta de interés por contener algunas consideraciones generales acerca del ecomuseo.

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bienes culturales y que señalábamos antes (venta, expolio, coleccionismo privado, etc.), actividades, por cierto, de muy difícil erradicación al estar sustentadas sobre actitudes muy arraigadas y, sobre todo, en ganancias pecuniarias que, por desgracia, son consideradas por muchos el objetivo básico del hombre.

Pero, ¿cómo se puede llevar a cabo la concienciación de las personas hacia el significado del Patrimonio Histórico por medio de la difusión con vistas a la protección y conservación del mismo? Para ello damos algunas claves que pueden resultar de interés y ofrecemos los errores en los que no se debe caer a la hora de exponer el Patrimonio Arqueológico8

-Descontextualizar el objeto tanto espacial, como funcional o históricamente.

. Son estos:

-Omitir el proceso de investigación científica.

-No distinguir en el discurso expositivo entre los bienes recuperados con metodología científica y los procedentes de actividades no científicas.

-Exponer interpretaciones monolíticas y sin razonar, es decir, cerradas y como si de dogmas de fe se tratase.

-Omitir distintos niveles de información, con lo que se margina a ciertos sectores del público.

La difusión del patrimonio arqueológico y algunas de las principales vías para llevarla a cabo

Entre las diversas vías mediante las que puede llevarse a cabo la difusión del Patrimonio Arqueológico encontramos la exposición permanente del museo, donde ante todo es preciso singularizar dicha exposición y hacerla girar en torno a una temática que no sea fácil de encontrar en cualquier otro sitio. En lo que se refiere a las vitrinas, a pesar de que presentan ciertas ventajas hay autores que últimamente optan más por expositores permanentes tipo escaparate, es decir, de grandes dimensiones, en los que se puede renovar fácilmente el contenido sin grandes costes, ya que para estos autores la mejor exposición es aquella que va cambiando continuamente y que por este motivo puede luchar contra el fatídico “ya lo he visto” 9

A pesar de que muchas piezas hablan por sí solas, es un hecho evidente que toda exposición debe contar con una serie de información complementaria o medios interpretativos que faciliten la comprensión de los contenidos y el discurso expositivo. Destacan en este sentido la información gráfica, donde se incluyen los grabados, los

. La ventaja de esos expositores es que, como si de un escaparate comercial se tratase, en ellos todo es posible: exponer piezas como en una joyería, proyectar pantallas, introducir plasmas o monitores, montar escenografías, etc. Por el contrario, las vitrinas pequeñas condicionan la exposición, puesto que sólo permiten mostrar objetos y no es fácil instalar en ellas equipos audiovisuales o preparar escenografías. Según estos autores, el museo local debería actuar en sus exposiciones como la prensa local: con bajos costes, con información cambiante, apoyándose en lo específico de la localidad -sin olvidar el contexto- y con inmediatez.

8 El papel de la exposición museográfica como medio para difundir el aprecio y la protección hacia el Patrimonio Arqueológico aparece muy bien desarrollado en SAN MARTÍN, Concha, “La protección del Patrimonio Arqueológico..., pp. 29-37.9 SANTACANA, J.; LLONCH, N., Museo local..., pp. 109-110.

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dibujos, las fotografías, los mapas, los gráficos, los esquemas y los diagramas. También los medios audiovisuales, es decir, todos aquellos que utilizan estos dos sentidos (oído y vista) o todos a la vez para dar información. Entrarían aquí desde las audioguías y audiovisuales más sencillos, tipo diaporama10, hasta los más sofisticados sistemas multimedia (proyecciones de diapositivas sincronizadas con sonido, radio, televisión, cine, vídeo, consulta mediante ordenador con o sin pantalla táctil o proyección sobre pantalla del contenido de soportes ópticos de memorias, es decir, CD-ROM, CD-I y DVD). Finalmente, los medios tridimensionales, como modelos, maquetas y dioramas, poseen una eficacia comunicativa basada en el principio de analogía, es decir, la recreación de la realidad, normalmente de espacios interiores, paisajes urbanos, ecosistemas o yacimientos. Entre ellos debemos resaltar particularmente los dioramas,ya que ciertos estudios han demostrado que se trata, al margen de las piezas en sí mismas, de los recursos más efectivos en los montajes de las exposiciones, opinión avalada tanto por los profesionales de los museos como por los visitantes11

Asimismo, también destacan dentro del apartado de los medios interpretativos de un museo, debido a su relevancia y su bajo coste para las instituciones museísticas locales, la cartelería y la rotulación, encargadas de recoger el texto escrito. A continuación trataremos algunos aspectos generales de los textos de los museos y ofreceremos algunas pautas para elaborar textos eficaces, pues los estudios al respecto no hacen sino confirmar que a menudo dichos textos a veces desinforman más que informan al visitante, o no ofrecen información adecuada y útil

. Un diorama arqueológico podría definirse como un tipo de maqueta, a menudo a escala real, donde se representan figuras, animales u otros elementos como punto focal de su composición y donde con frecuencia existe un fondo pintado o simulado por otras vías reproduciendo un entorno real natural o arquitectónico, pudiéndose completar la escena con efectos de iluminación. Es importante tener en cuenta que, según los mencionados estudios, el público prefiere siempre los dioramas de mayor tamaño que los más pequeños (“bigger is better”, es decir, “cuanto más grande, mejor”).

12

El hoy considerado como padre de la museología, Georges Henri Rivière, dijo que la presencia de textos ha sido una querella abierta entre museólogos

.

13, habiendo incluso quienes afirman que los textos son inútiles, engorrosos, dirigistas, ofensivos y que lo mejor es ahorrar la lectura a los visitantes. Según Rivière, el exceso justifica esas críticas: una colección de museo no es una biblioteca, la exposición no es el momento de hojear los libros sobre las paredes. Si tal fuera el caso, una guía escrita reemplazaría sin dificultad a la exposición, y su coste comparativamente sería ínfimo. Así pues, hay que preservar la especificidad del lenguaje museal. La presencia de textos está bien para informar al visitante, orientarlo y detallarle la identidad de los objetos expuestos. Como ha indicado Luis Alonso14

10 El diaporama se define como una técnica audiovisual consistente en la proyección simultánea de diapositivas sobre una o varias pantallas, mediante proyectores combinados para mezclas, fundidos y sincronizados con una banda sonora (música, palabras y/o efectos especiales). También se puede denominar como “multivisión” o “diatape”. La clave de un buen diaporama radica en la integración de los diferentes lenguajes que utiliza de tal modo que no se estorben entre sí ni sean redundantes.

, el objeto por sí mismo no puede comunicar más allá

11 POL, E.; ASENSIO, M., “¿Por qué es efectivo..., pp. 185-188.12 Para este aspecto nos basamos, esencialmente, en una aportación anterior nuestra acerca de los textos en los museos (MARTÍNEZ CASTRO, A., “Textos en museos...).13 RIVIÈRE, Georges Henri, La Museología..., pp. 353-354.14 ALONSO, L.; GARCÍA, I., Diseño de exposiciones..., pp. 157-158.

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de su propia existencia –de ellos tenemos que ser muy conscientes-, ya que no existe el hecho simple y puro. Los objetos necesitan un contexto coherente e informativo donde se relacionen con otros objetos, hechos o ideas más amplias y unificadoras, según señaló una personalidad tan destacada como Karl Popper. Además, los objetos son significantes que han adquirido esta condición porque la investigación científica sobre la cultura y la sociedad de la época así se lo han conferido. De modo que un objeto por sí mismo no dice nada a una persona que no sabe lo esencial sobre dicho objeto. Por ejemplo, a una persona que no sabe nada de prehistoria, una bifaz dirá poco, por eso es necesario proporcionarle una serie de datos básicos mediante los textos. El textos no se limita a decir sólo lo que esa persona ve: “Piedra con algunos trozos desprendidos”, sino que añade lo más esencial que la Ciencia ha aportado a su conocimiento: “Hacha de mano de piedra con dos caras....”. En definitiva, los textos en los museos no se han de concebir por puro dirigismo, para controlar el aprendizaje del visitante, sino que constituyen una oferta para todo aquel o aquella que sienta una mayor curiosidad. En este sentido, los textos en los museos vendrían a recoger las respuestas que tenemos preparadas ante posibles preguntas que puedan hacerse los visitantes.

Dependiendo de si los textos están bien o mal, informarán o desinformarán, respectivamente. Ahora bien, ¿qué textos se pueden considerar como acertados o válidos y cuáles como desacertados e inútiles? Como norma general, hay que elaborar textos que sean comprendidos por el público, esto es, ante todo fáciles de leer15. Esto parece una simplicidad, pero basta con salir a la calle, entrar en un museo y ver que en un texto figura una serie de términos que son incomprensibles para un buen número de personas. Para que se produzca una comunicación hace falta un proceso en el que intervienen los siguientes elementos: emisor, receptor, canal de comunicación y cosa emitida. Como señaló Joan Rosas16

Esta primera norma nos lleva a su vez a otra que es el principio del que debe partir toda persona que se dedique a la elaboración de textos para museos y/o exposiciones: el profesional debe bajarse del mundo de la Ciencia para instalarse en el de la comunicación. La comunicación en un museo ni siquiera puede compararse con la educación. Es simplemente, podríamos decir, una cuestión de lenguaje y en cierta manera de marketing, en el sentido de que hay que ingeniárselas para saber transmitir el significado de la obra de arte o pieza en cuestión al espectador. Lógicamente, si un agricultor con escasa formación cultural nos preguntara por un bifaz prehistórico, jamás se nos ocurriría decirle: “es un bifaz realizado en material lítico, durante el períodoMusteriense, con forma cordiforme y fechable entre hace 300 y 100 mil años”. Decirle esto sería, evidentemente, peor que no decirle nada. Es preciso, por tanto, que el elaborador de textos tenga plena conciencia de que el público se debe hacer una idea lo

, para que la comunicación sea correcta deben funcionar bien todos estos elementos. El emisor, en nuestro caso los textos, debe emitir bien, diciendo exactamente lo que debe decir. Es preciso elaborar los textos del museo para todo el público, no puede pensarse en un único nivel intelectual. A esto alguien podría objetar que sería conveniente que el público se fuese familiarizando con una serie de conceptos y términos clave, pero esta objeción es errónea: para educarformalmente ya está la escuela, y, además, si una persona se ve apabullada porque no comprende ciertas palabras técnicas y decide marcharse del museo, o simplemente se queda aunque no las comprenda, el objetivo comunicativo de la institución habrá quedado anulado.

15 RIVIÈRE, Georges Henri, La Museología..., p. 353.16 ROSAS, Joan, “La difusión..., pp. 266-267.

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más clara y sencilla posible del objeto que va a contemplar, y para ello es necesario hacer un esfuerzo mediador entre la Ciencia y el nivel cultural del público, aunque ello signifique el sacrificio de toda o parte de la verborrea científica que, por otro lado, nada importa al común de la gente.

Otra norma importante es, como indicó Georges Henri Rivière17

Respecto a la concepción general de un texto, la primera recomendación para llevarla a cabo es que el texto debe acompañar a la pieza u obra de arte a la cual dicho texto trata de explicar o complementar, pues, lógicamente, en caso contrario se produciría un desconcierto en el público así como una falsa información, con lo cual no se cumplirían los fines comunicativos de la exposición. Como indica Francisca Hernández

, el respeto hacia la libertad del visitante, lo cual incita a no imponer una excesiva información escrita en el museo o exposición. En efecto, el mensaje explicativo no debe entorpecer el encuentro con los objetos. Hay que admitir que el público tiene modos de aproximación diversos a los objetos, incluso a veces desconcertantes, por lo que no podemos imponer al visitante unas pautas de aproximación a los objetos basadas en la lectura necesaria de toda la información que ponemos en el museo.

18

La segunda recomendación a la hora de elaborar los textos de un museo es que, normalmente, estos deben dirigirse a todo tipo de público, como ya dijimos. Ello se debe a que estas instituciones son visitadas tanto por niños y niñas de cortas edades como por adultos o personas de la tercera edad. Además, dentro de esos visitantes se podrán distinguir ciertos niveles en función de su formación educativa. Es preciso, pues, elaborar unos textos que contengan una información media entre el niño y el adulto, entre el letrado y el no letrado.

, normalmente el texto debe ir asociado a los restantes elementos de la exposición. Hay que cuidar sumamente la posición del textos con respecto al objeto, no debiendo aquel ir ni demasiado lejos ni demasiado cerca de este, pues ello provocaría una cierta molestia en los visitantes, en el primer caso por la dificultad para leer y observar la vez, y en el segundo por el recargamiento visual que ello supondría.

La tercera recomendación para la concepción general de un texto museístico es que este se base, en primer lugar, en la descripción del objeto al cual el texto pretende complementar, pues esta será la única forma de asegurarnos que al menos esta parte del texto llega a todo tipo de públicos. Ciertamente, para explicar una obra hay que partir de la obra misma, de lo que toda la gente vería en ella, es decir, de lo que la obra transmite indudablemente a primera vista. Paradójicamente, está demostrado que la descripción atrae mucho al público y que no hay por qué menospreciarla. Simplemente, cumple su función. Aunque parezca banal, hay personas que no siempre saben qué es lo que están viendo. Y – a todos nos suele ocurrir- no es grata la sensación de contemplar un objeto cuya función o significado no logramos comprender. Ello nos lleva a salir del museo un tanto malhumorados o, al menos, con la convicción de que existe una cierta distancia entre lo que se expone en él y nosotros mismos, de que pertenece a otro mundo distinto al nuestro, cuando en realidad no es así. Como ha indicado Ángela García Blanco19

17 RIVIÈRE, Georges Henri, La Museología..., p. 353.

, con la descripción la mente aprehende la realidad, condición sin la cual el proceso de descubrimiento de los objetos adolecerá de deficiencias al fallar los datos base.

18 HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, Francisca, Manual de Museología..., p. 208.19 GARCÍA BLANCO, Ángela, Didáctica del museo..., pp. 15-16.

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Tras la descripción del objeto, que proporciona unos datos mínimos y seguros sobre la obra, se puede hablar, si es preciso, del contexto, autor e interpretación de dicha obra. No conviene sobrecargar al visitante con datos factuales (sobre un período o un movimiento artístico, por ejemplo). Al visitante suele interesarle más lo interpretativo (el trasfondo y significado de las cosas) que lo factual (el dato por sí mismo, tan agobiante y tan manido). Fechas, lugares de nacimiento, movimientos culturales, etc. sólo deben ponerse si es necesario hacer referencia al contexto porque este sea vital para comprender la obra (una guerra, una revolución, etc.). Finalmente, es importante tener en cuenta que no debemos confundir al público con las dudas que a veces tienen los investigadores sobre ciertas cuestiones, es decir, que no debemos trasladar a los textos aquellas ideas conflictivas o que se contradigan con otras que aparecen en el mismo texto, a menos que se dé una explicación a esa contradicción.

La estructura y el estilo del lenguaje, en lo que se refiere a su carácter máspráctico, son fundamentales a la hora de diseñar los textos de los museos. Normalmente, estos se hacen teniendo cuidado de que el lenguaje que aparece en ellos sea “correcto”, sin faltas ni expresiones enrevesadas gramaticalmente. Sin embargo, ello no es suficiente. Está demostrado que en bastantes ocasiones el lenguaje, incluso cuando nos andamos con especial cuidado, nos cuela muchas “fórmulas” o “clichés” vacíos de contenido e incluso un texto aparentemente sencillo puede ser complejo para el espectador, o al menos sustituible por otro más fácil de comprender. Entre los consejos o apreciaciones para redactar textos “bien” elaborados desde el punto de vista lingüístico y más comprensibles por parte del público podemos enumerar los siguientes:

-Hay que dar fluidez y transparencia al texto. Cuando el texto tiene una estructura narrativa (con una introducción o presentación, un nudo o desarrollo y un desenlace) las ideas se encadenan mejor que si fuesen oraciones o párrafos sueltos.

-Se comprende mejor un texto donde aparece un sujeto que realiza una acción, es decir, una oración activa más que una pasiva o impersonal.

-Es importante emplear muchos verbos, ya que son palabras dotadas de mucha fuerza expresiva.

-Es difícil entender una oración donde el sujeto sea un concepto, y más aún si es un concepto técnico.

-Si se puede cambiar un concepto por su significado, mejor.

-La retórica y la densidad de clichés hacen que un texto esté vacío, mientras que la abundancia de tecnicismos lo recargan hasta tal punto que el texto no transmite adecuadamente lo que realmente debe transmitir. Por ejemplo, decir que tal pintor “es una expresión de la sensación estética pura” sería un tecnicismo, mientras que decir de un pintor famoso que “es un pintor distinguido” sería un cliché, es decir, algo obvio, algo que ocupa un espacio y que en verdad no añade nada importante o nuevo para el visitante.

-Las preguntas retóricas al comienzo de un texto “enganchan”al visitante. Por ejemplo, en el texto que acompaña a un bifaz paleolítico, puede comenzarse con esta pregunta: “¿Quién y para qué realizó este hacha de mano?”.

-Los textos subjetivos gustan más que los objetivos, porque están más cercanos al público y este siente que también puede opinar sobre la obra. Es decir, los visitantes se dan cuenta de que los textos no son “obra de Dios”, sino que los han hecho personas como ellos.

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-Los títulos de los textos e incluso de las exposiciones deben ser atractivos y sugerentes. Por ejemplo, el título “Del Paleolítico al Neolítico” podríamos sustituirlo por “De la cueva a la ciudad”, o el de “La Segunda República Española” por “La España que no pudo ser”.

-En los textos no se debe poner explicaciones que resten fuerza a la obra de arte. Por ejemplo, en un importante museo, junto a un emblema o estandarte de una tribu africana, realizado entre otros materiales con placenta humana, semen, heces y sangre, figuraba en el texto que lo acompañaba que se trataba de una obra realizada en “técnica mixta”. Nada más apropiado para desilustrar sobre el verdadero significado de la obra y destruir su fuerza expresiva.

En definitiva, se trata de hacer textos que no aburran, cansen o desinformen al público.

Tras estos consejos relacionados con el lenguaje, creemos que es preciso referirse a la necesidad de que los museos se adapten y habiliten espacios y posibilidades para los llamados “otros visitantes”, es decir, aquéllos que no acuden al museo en las circunstancias habituales en que lo hace el grueso del público, particularmente las personas con minusvalía o invidencia y los investigadores20

Otra vía de difusión son las exposiciones temporales, que en el caso de las de arqueología en los museos locales pueden versar, por ejemplo, sobre las nuevas piezas arqueológicas más significativas que cada año pasen a formar parte de los fondos del museo

. En el primer caso, la difusión debe comenzar por posibilitar el acceso mismo al edificio del museo, mediante las oportunas obras de adaptación que intenten ofrecer una alternativa fácil y cómoda a los escalones, tanto en el exterior como en el interior. En el segundo caso, para quienes no ven debe contemplarse la posibilidad de poder tocar ciertos objetos o réplicas y tener colecciones adecuadas para su visita, como ya se ha puesto en práctica en algunos museos arqueológicos como el de Sevilla. Finalmente, más fácil parece la respuesta ante el investigador, pero la realidad es que aún apenas se dispone en los museos locales de espacios adecuados para la manipulación de series amplias de objetos de las colecciones, y esto se agrava todavía más si se da el caso de la coincidencia simultánea de varios investigadores en el museo.

21, aunque también hay otros tipos de exposiciones de similar interés, como las conmemorativas. No cabe duda de que las exposiciones de arqueología constituyen un tema de moda que ha venido a suplantar incluso a las grandes exposiciones de obras de arte, debido a la adopción de nuevas técnicas expositivas, de un lenguaje que sabe conectar con el público, y también por la popularidad que esta ciencia ha alcanzado en el ámbito social, hecho debido en parte a su difusión por la filmografía y el impulso dado en los últimos tiempos por los mass media, aunque no con pocos tópicos y tergiversaciones intencionadas22

La creación de una revista de divulgación sobre aspectos históricos, arqueológicos, artísticos, etc. del municipio en el cual el museo esté radicado puede constituir también un importante capítulo dentro de la difusión patrimonial llevada a

. No obstante, creemos que en los pueblos la situaciónestá más ralentizada y que aún queda un cierto camino por recorrer.

20 FARIÑA BUSTO, Francisco, “Qué servicios...21 Exposiciones que pueden hacerse bajo los títulos de “Últimas adquisiciones”, “Recientes hallazgos”, “Novedades arqueológicas”, etc.22 NOGALES BASARRETE, Trinidad, “Las exposiciones temporales..., p. 332.

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cabo por los museos locales. A modo de ejemplo, en la provincia de Córdoba contamos con algunos casos de este tipo de publicaciones impulsadas por los museos o por su personal, como es la revista Antiqvitas, en Priego de Córdoba, Ariadna, en Palma del Río, Singilis, en Puente Genil, Oikos en Almedinilla o Al-masan en La Carlota.

Pero, además de las revistas, existen otros tipos de publicaciones periódicas de menor entidad a las que el museo local puede recurrir para difundir el Patrimonio Arqueológico de su entorno. Entre estas publicaciones podemos destacar las hojas informativas y los boletines informativos de los museos. Otras publicaciones de mayor entidad son las guías de los museos, y a este respecto podemos mencionar el caso de la elaboración de la guía del Museo Histórico de La Carlota, llevada a cabo por nosotros en colaboración con otros autores, que fue elaborada partiendo de los intereses del público y con un lenguaje adaptado para evitar al máximo posible dificultades en la lectura y el aprendizaje.

Finalmente, otras vías de difusión en los museos locales pueden ser las visitas guiadas23, tanto del público en general como de escolares24, las asociaciones de amigos de los museos25, los media o nuevas tecnologías de la información y la comunicación y otras iniciciativas como la creación de rutas e itinerarios más o menos teatralizados, los actos de re-enactment (reconstrucción o recreación histórica) y las ferias o fiestas de tipo histórico, como pueden ser festivales históricos o mercados romanos o medievales.

ConclusiónEn conclusión, con este trabajo queremos evidenciar que la difusión del

Patrimonio Arqueológico desde el museo local es insustituible por muchas razones y que se lleva a cabo por muchas vías. Aunque las funciones museísticas de recuperación, catalogación, conservación, etc. son vitales para la supervivencia y gestión del legado que nos han dejado las sociedades pretéritas, no cabe duda de que por medio de la difusión el museo despliega su verdadero papel en la sociedad y puede ser sentido como algo útil por esta. Por ello, es preciso que desde los escasos medios con que a veces cuentan los museos locales se ponga todo el empeño en conseguir un vínculo con sus sociedades más inmediatas, y de paso ello asegurará que a la larga pueda producirse la supervivencia del ente museal. Indirectamente, y conectando con la conferencia de Fernando Leiva, este trabajo ha pretendido también resaltar el papel que cumplen estas instituciones en lasalvaguarda y divulgación del Patrimonio Cultural y, por tanto, reivindicar una mayor atención por parte de los poderes públicos hacia ellas, puesto que representan un verdadero elemento educativo e identitario de las sociedades cuando, en cambio, todavía

23 HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, F., Manual…, p. 277.24 La visita guiada supone para los escolares el acercamiento a la cultura material elaborada por los seres humanos, pudiendo contrastar este la teoría recibida en las clases con, en palabras de Ángela García Blanco, el “descubrimiento de los objetos” que experimenta en el museo. Así se logra que el niño y la niña aprendan a pensar en el marco de una disciplina científica partiendo de la cultura material -por la capacidad informativa que esta tiene-, que observen, que comparen y, en definitiva, que adquieran un espíritu crítico que constituye el objetivo fundamental de la enseñanza y la base del conocimiento. Todos estos aspectos aparecen desarrollados en: GARCÍA BLANCO, Ángela, Didáctica del museo...25 Dos buenas y recientes síntesis sobre el concepto, características y funciones de las asociaciones de amigos de los museos pueden verse en: VALDÉS SAGÜÉS, María del Carmen, La difusión cultural..., pp. 157-160 y ZUBIAUR CARREÑO, Francisco Javier, Curso de museología..., pp. 309-311 y 321-327. También se recoge interesante información en: OSUNA RUIZ, Manuel, “Reflexiones..., pp. 296-297 y DE LA PEÑA HUERTAS, María José (dir.), Temario para Conservadores..., pp. 357-381.

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se da el caso de que, como han indicado algunos expertos, constituyen “la cenicienta de la cultura”.

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APÉNDICE DE FOTOS

Modelos de circulación en un museo según Lehmbruck

Museo de Santaella-Vitrinas de pared y de mesa

Diversos soportes para objetos en el Museo de Priego de Córdoba

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Portada del número 21 de la revista Antiqvitas (año 2009)

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Hoja informativa del Museo Arqueológico de Cabra

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Portada del boletín informativo Baena Arqueológica (julio 2007)

Guía del Museo Municipal de Palma del Río

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Visita guiada de adultos al Museo de Almedinilla

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ANUARIO DE HESPÉRIDES. INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS E INNOVACIONES DIDÁCTICAS (Málaga), vol. 17-18, págs. 99-114.

EL HALLAZGO DEL TESORO TURDETANO DE MAIRENA DEL ALCOR

José Manuel Navarro DomínguezAsesor CC.SS. CEP de Alcalá de Guadaira (Sevilla)

El tesoro de Mairena del Alcor constituye uno de los conjuntos de joyería prerromana más importantes localizados en Andalucía, tanto por su calidad artística, como por su aportación al conocimiento de la evolución de la joyería ibérica. Su descubrimiento fue calificado por el Ministerio de Cultura como "el hallazgo más importante del año en materia de Arqueología".1

Se compone de diez joyas de oro (un torque, dos brazaletes, una diadema, una fíbula, una cinturón, una pulsera, un anillo y dos pequeños colgantes) y tres vasos de plata. Ya la propia importancia del oro resulta excepcional pues la mayoría de los tesorillos peninsulares de época prerromana suelen estar compuestos por piezas de plata y bronce, excepción hecha de los localizados en el área galaica por la abundancia de lechos auríferos en los ríos de la región. El conjunto presenta una rica diversidad de piezas que combinan elementos arcaizantes (como las diademas y torques) y piezas realmente novedosas para la época (como la fíbula y los vasos de plata). Se trata de piezas de producción local cuya técnica combina elementos de influencia centroeuropea (hallstatica) y mediterránea (helenística y oriental). El análisis de las piezas ha permitido datarlas como piezas iberas de influencia tartésica del s. III a C., apuntando la posibilidad de que se trate de joyas femeninas.2

1 “El tesoro de Mairena es el más importante de los encontrados en 1980, según Cultura”, ABC, 24-1-1981.

Se desconoce el contexto en el que se hallaron, aunque probablemente fuese ocultado durante la segunda mitad del s. III a. C., en un momento de inestabilidad asociado bien a la conquista cartaginesa, bien a la Segunda Guerra Púnica.

2 FERNÁNDEZ GÓMEZ, Fernando: "El tesoro de Mairena del Alcor", en Andalucía y el Mediterráneo, (Catálogo de la exposición), Sevilla, 1992.

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Su relevancia ha sido debidamente reconocida al convertirse en una de las piezas destacadas de la exposición permanente del Museo Arqueológico de Sevilla y formar parte de las más importantes exposiciones realizadas en las últimas décadas sobre la prehistoria peninsular. Entre ellas podemos destacar la exposición Andalucía: testimonios de su pasado, celebrada en el Museo Arqueológico de Sevilla en 1981;3 la exposición Tesoros de la Antigüedad en el valle del Guadalquivir, 4 celebrada en Córdoba en 1997; la itinerante Los iberos, príncipes de Occidente, celebrada en París, Barcelona y Bonn en 1997 y 1998;5 la exposición Andalucía y el Mediterráneo,desarrollada en 1992; Ecos del Mediterráneo. El mundo ibérico y la cultura vettona: tesoros,6 celebrada en Ávila en 2007 y finalmente El héroe y el monstruo, un microcosmos de la edad del hierro europea, organizada por el Museo Arqueológico Nacional en 2008.7 Recientemente ha sido uno de los reducidos conjuntos de piezas del museo seleccionadas para su estudio mediante las más modernas técnicas de análisis, incluida la microsonda de partículas.8

Su descubrimiento permitió completar la secuencia evolutiva de la joyería ibérica conocida desde las formas tartésicas del s. VII a. C. de las piezas de Ébora, pasando por las piezas proto-ibéricas de Aliseda, del s. VI a. C., la asimilación de la influencia fenicia manifiesta en El Carambolo, hasta las joyas turdetanas de influencia griega del yacimiento de Javea, ya del s. IV a.C. Pero la secuencia se interrumpía hasta bien avanzado el s. II a C., cuando ya la presencia cartaginesa e incluso romana condicionaban claramente la producción peninsular. El tesoro de Mairena ha permitido ilustrar adecuadamente las características de las formas evolucionadas de las joyas tardo-ibéricas del s. III a. C. producidas justo antes de la conquista romana.

Y próximamente formará parte de la exposición El oro de los Argonautas, que reunirá en el Museo Arqueológico de Sevilla piezas de joyería de entre los siglos VII al IV a.C., de la antigua Cólquide (Georgia) y Tartessos.

9

1. El hallazgo del tesoroComo ocurre con muchos de los tesorillos localizados en nuestra tierra, el

hallazgo del de Mairena no fue fruto de una excavación académica. El descubridor del tesoro fue Andrés Morales Guillén, perito industrial, vecino de Mairena y aficionado a

3 FERNÁNDEZ GÓMEZ, Fernando: “La Exposición: Andalucía: testimonios de su pasado", Boletín de la ANABAD, Tomo 31, Nº 4, 1981.

4 FERNÁNDEZ GÓMEZ, Fernando: Tesoros de la Antigüedad en el valle del Guadalquivir, Córdoba, 1997.

5 “España, Alemania y Francia organizan una muestra sobre los íberos”, El País, 14-3-1997.

6 FERNÁNDEZ GÓMEZ, Fernando y otros: Ecos del Mediterráneo: el mundo ibérico y la cultura vettona, Ávila, 2007.

7 PEREA, Alicia, WILLIAMS, Dyfri y Olmos Ricardo: El héroe y el monstruo, un microcosmos de la edad del hierro europea, en el Museo Arqueológico Nacional,Madrid, 2008.

8 GÓMEZ TUBIO, Blanca María y otros: “Caracterización de joyas del Tesoro de Mairena mediante microsonda de partículas”, IV Congreso Nacional de Arqueometría,Universidad de Valencia. 2001 y FERNÁNDEZ GÓMEZ, Fernando y otros: “Estudio preliminar de orfebrería tartésica-turdetana del Valle del Guadalquivir”, Avances en arqueometría, Madrid, 2004.

9 FERNÁNDEZ GÓMEZ, Fernando: "El tesoro turdetano de Mairena del Alcor (Sevilla)", Trabajos de Prehistoria, nº 42, Madrid, 1985.

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la arqueología “por tradición familiar y vocación propia”.10 Atraído por las maravillas que ofrecía nuestro suelo, dedicaba los fines de semana a rastrear la campiña sevillana, junto a un grupo de amigos, desenterrando restos cerámicos, monedas, pequeñas estatuillas y otras piezas que consideraba amenazadas por la creciente mecanización del campo.11 Algunas de ellas las donó al Ayuntamiento de Mairena del Alcor, como el busto de Sileno, un fragmento de escultura del siglo III, encontrado en las Peñuelas, una zona próxima a la villa donde todavía pueden apreciarse restos de sillares de una villa romana.12 Pero la mayor parte de las piezas encontradas las conserva, conformando una más que interesante colección arqueológica.13

En una de estas expediciones por las tierras cercanas, probablemente en la primavera o el verano de 1979,14 Andrés Morales, posiblemente en compañía de algunos amigos,15 encontró algo que sobrepasaba en calidad y valor a todo lo que había desenterrado en anteriores ocasiones. Si la posesión de unas monedas, idolillos y algunos vasos cerámicos era algo relativamente habitual entre los aficionados, y hasta entonces no les había causado mayores problemas, el valor de las piezas de oro y plata del tesorillo abría unas perspectivas (y amenazas) completamente diferentes y comenzaron a plantearse la posibilidad de entregar las piezas al Ayuntamiento. De hecho en agosto de 1979 el Ayuntamiento de Mairena recibió la oferta de varios aficionados a la arqueología de la localidad dispuestos a donar un conjunto de piezas arqueológicas de su propiedad que denominaban “Colección Alcor".16

Finalmente, tras considerarlo detenidamente, Andrés Morales Guillén, por entonces Concejal de Cultura, decidió hacer público su hallazgo y donar tan preciado tesoro al Ayuntamiento de Mairena. El 22 de noviembre dirigió una instancia al pleno exponiendo su deseo de donar las piezas reseñadas en el catálogo que adjuntaba y solicitando una rápida contestación "por motivos de seguridad".17

10 MORILLA, I.: “Noticiario arqueológico”, Boletín de la Asociación Española de Amigos de la Arqueología, n.º 13, mayo 1981.

En conjunto ofrecía donar unas tres mil piezas arqueológicas (monedas, idolillos, cerámica) junto con el llamado "Tesorillo de Mairena", compuesto de piezas de oro y plata. En la lista de donación al Ayuntamiento se recogen 317 monedas en 15 monetarios, 33 figurillas y

11 Ibidem.12 NAVARRO DOMÍNGUEZ, J.M.: “Mairena del Alcor”, PLATA FORMA EN

DEFENSA DE LOS ALCORES: Los Alcores. Informe a la Comisión Nacional Española de Coooperación en la UNESCO, Sevilla, 2009.

13 “Tesoro prerromano donado por un concejal al Museo Arqueológico de Sevilla”, El País,29-1-1981 y MORALES, Andrés: “Los dioses de la porra también iban a la feria”, Revista de Feria, Mairena del Alcor, 1993.

14 Andrés Morales se niega a precisar tanto el momento como las condiciones y el lugar exacto del hallazgo.

15 La información sobre este punto resulta confusa y las versiones ofrecidas por distintos testigos son contradictorias. La más extendida en la localidad apunta a que Andrés Morales solía realizar rastreos por la comarca en compañía de varios amigos aunque el descubrimiento lo efectuó él. Al parecer el grupo de amigos no llegó a un acuerdo sobre el reparto de las piezas y, finalmente, tras varios meses de dudas, ante el temor a una denuncia, Andrés decidió entregar las piezas al Ayuntamiento.

16 Archivo Municipal de Mairena del Alcor (A.M.M.), Ac. Cap. 31-8-1979. Desconocemos la naturaleza de la colección pero diversos testimonios orales de vecinos de la localidad apunta a que se trataba de la colección reunida por Andrés Morales y algunos amigos.

17 A.M.M., Secretaría, expediente Castillo, documento n.º 12, 22-11-1980.

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estatuillas de metal o terracota, 4 hebillas metálicas, diversos instrumentos, una lámpara de bronce y varios pequeños ornamentos.18

2. La donación al Ayuntamiento de Mairena y al Estado Las condiciones que impuso el donante, y aceptó el pleno municipal,19 parecen

mostrar su preocupación por regularizar la situación de las piezas y asegurarse de que servirían de base para la constitución de un museo local.20 Según lo estipulado el conjunto debía denominarse "Donación Andrés Morales" y exponerse en el castillo de Mairena, junto a la colección Bonsor, salvo aquellas piezas de gran valor, de las que, por razones de seguridad, se expondría sólo una copia y las piezas que no se considerasen de interés para exposición museística, que quedarían como propiedad del donante.21 Estas condiciones debían firmarse conjuntamente con el documento de donación de las colecciones al Estado. 22

La cesión al Ayuntamiento se produjo el 28 de noviembre de 1980, según consta en la documentación municipal.23 Al día siguiente, el Alcalde comunicó el hecho por telegrama al Delegado Provincial del Ministerio de Cultura,24 e inició las gestiones para proceder a su cesión al Estado. Mientras la operación se ultimaba el tesoro fue expuesto por primera vez al público en la Biblioteca de Mairena.25 Entre los visitantes que tuvieron ocasión de admirar las piezas estuvo el profesor Juan de Mata Carriazo, que poseía una finca de veraneo en las proximidades de Mairena. De inmediato lo puso en relación con los tesoros de El Carambolo y Ébora, describiéndolo como un conjunto tartésico o al menos de clara influencia tartésica.26

Finalmente el 19 de diciembre de 1980 Antonio Mateo Domínguez, alcalde accidental del ayuntamiento mairenero, entregó el tesoro al Estado, representado en el acto por el Delegado Provincial del Ministerio de Cultura, Gabriel Bascones Grijalba, y el Director del Museo Arqueológico de Sevilla, Fernando Fernández Gómez. El acto contó con la presencia del propio donante, el secretario habilitado del Ayuntamiento,

18 A.M.M., Sec., ex. Castillo, Relación de objetos de la colección arqueológica donada por don Andres Morales Guillén a este Ayuntamiento y que se hacen entrega al Sr. Depositario de fondos, Don Emilio Zarco Carmona, 19-12-1980.

19 A.M.M., Ac. Cap. 27-3-1981.20 A.M.M., Ac. Cap. 27-3-1981. Su objetivo, en palabras del propio donante, era

"Contribuir a la riqueza cultural de mi pueblo natal, aumentando de esta forma su patrimonio artístico y con las miras puestas en que se realicen estudios de todas las fuentes de cultura de su área de influencia...”.

21 “El Museo Arqueológico de Mairena podría crearse en breve”, ABC, 12-12-1981. Era intención del donante que la colección no saliese de Mairena, e incluso que las copias que deban hacerse no saliesen de Andalucía, aunque se contemplaba la posibilidad de exponer algunas piezas en el Museo Arqueológico Provincial de Sevilla. Los derechos de reproducción fotográfica de las piezas revertirían al Ayuntamiento de Mairena para su empleo en la asociación APRODI y en actividades culturales.

22 A.M.M., Ac. Cap. 27-3-1981.23 A.M.M., Ac. Cap. 28-11-1980.24 A.M.M., Sec. ex. Castillo, d. 34, 29-11-1980. 25 Biblioteca de Mairena del Alcor, Administración, informe estadístico, 1980. 26 Archivo de Radio Mairena, “Entrevista a Andrés Morales”, 18-6-1994.

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Desiderio Peña Gómez, y el depositario de fondos del mismo, Emilio Zarco Carmona.27

El tesorillo fue depositado en la caja de seguridad que el Museo Arqueológico de Sevilla posee en el Banco Central.28

En declaraciones a la prensa el Director del Museo Arqueológico de Sevilla, señala de inmediato la relevancia del tesoro, calificándolo como el más importante de los hallados en 1980, tanto por el número de piezas de oro y plata, como por la calidad del trabajo artístico de las joyas y su estado de conservación.29 Por ello resulta lógico que aprovechase la primera oportunidad para exhibirlo. Ésta se la ofreció el I Congreso Nacional de la Asociación de Archiveros, Bibliotecarios, Museólogos y Documentalistas, celebrado en el Museo Arqueológico de Sevilla en 1981. En la exposición Andalucía: testimonios de su pasado, reunió documentos de diferentes archivos y algunas de las piezas recientemente incorporadas al fondo del museo. Entre ellas los vasos de plata y reproducciones de las joyas de oro del tesoro de Mairena que se encontraban en proceso de restauración, una reproducción de la diadema del cortijo de Ébora (Sanlucar de Barrameda, Cádiz) y el tesorillo encontrado en El Castillo de lasGuardas (Sevilla).30

3. Las discrepancias en torno a la propiedad del tesoroEn 1981 los periodistas que se hicieron eco del hallazgo ofrecían versiones

contradictoria, confundiendo algunos la colección privada de Andrés Morales y el tesoro de Mairena,31 que había sido donado, según unos al Ayuntamiento de Mairena,32

y según otros al Museo Arqueológico de Sevilla,33 e incluso alguno lo consideraba propiedad del Concejal de Cultura.34 El propio Andrés Morales, preguntado por ello en el pleno municipal, adjudicó al Director del Museo Arqueológico de Sevilla tales declaraciones.35

Resulta extraña tal opinión en el hombre que había recibido la donación en nombre del Estado,36 que consideraba sospechoso que el donante se negase a revelar el lugar donde descubrió el tesoro y que no hubiese solicitado la indemnización que legalmente le correspondía,37

27 A.M.M., Sec., ex. Castillo, 19-12-1980. Acta de recepción por el Estado español del tesorillo donado a este Ayuntamiento por don Andrés Morales Guillen de su colección arqueológica familiar.

y que se mostraba muy crítico con las excavaciones

28 A.M.M., Sec., ex. Castillo, d. 56, 14-1-1983.29 “El tesoro de Mairena es el más importante de los encontrados en 1980, según Cultura”,

ABC, 24 -1-1981.30 FERNÁNDEZ GÓMEZ, Fernando: “La Exposición: Andalucía: testimonios de su

pasado”, Boletín de la ANABAD, Tomo 31, Nº 4, 1981. 31 “El donante del tesoro de Mairena denuncia el incumplimiento del trato”, ABC, 20-2-86.32 “El Museo Arqueológico de Mairena podría crearse en breve”, ABC, 12-12-1981.33 “Tesoro prerromano donado por un concejal al Museo Arqueológico de Sevilla”, El País,

29-01-1981.34 “El tesoro de Mairena no será expuesto por ahora en Sevilla”, ABC, 28-1-1981.35 A.M.M., Act. Cap. 30-1-1981. 36 A.M.M., Ac. Cap. 28-11-1980.37 A.M.M., Sec. ex. Castillo, d. 25, 19-11-1984. Efectivamente, según el artículo 5º de la

Ley sobre Excavaciones Arqueológicas, Conservación de Ruinas y Antigüedades”, de 7

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clandestinas, mercado de antigüedades y publicación de "hallazgos".38 Tampoco podía estar muy de acuerdo con la condición establecida por el donante de que el tesoro se expusiese en el museo de Mairena,39 siendo un convencido partidario de la concentración de piezas en museos de cierta entidad, como los provinciales, evitando así la dispersión en múltiples museos locales, incluso en el caso de tesoros propiedad de instituciones municipales.40

Ajeno a esta posición el Ayuntamiento propuso en abril de 1981 la creación de un museo arqueológico en el castillo de Mairena del Alcor con la colección privada de Andrés Morales (compuesta por el tesoro y miles de piezas de distintas épocas) y la colección arqueológica de G. Bonsor, de propiedad municipal. Para la adquisición del edificio, que por entonces estaba todavía en poder de la familia Peñalver, se proponía que el Ministerio aportase los 40 millones de pesetas en que se valoraba el inmueble.41

Para dar mayor realce al hecho se solicitó a la reina Doña Sofía que fuese la receptora oficial, en nombre del Estado, de la colección "Andrés Morales".42 La Secretaría General de la Casa de Su Majestad contestó sin concretar nada respecto a su asistencia al acto de donación. 43

Por ello, cuando Fernando Fernández Gómez, Director del Museo Arqueológico de Sevilla, en un trabajo publicado se refirió al tesorillo sin mencionar la denominación de la colección propuesta por el donante ni su procedencia, Andrés Morales y algunos concejales de Mairena protestaron amenazando con denunciar el incumplimiento del pliego de condiciones firmado por el pleno municipal.44

de julio de 1911, el descubridor recibirá, al hacer entrega de los efectos encontrados, como indemnización, la mitad del importe de la tasación legal de dichos objetos, correspondiendo la otra mitad, al dueño del terreno.

38 FERNÁNDEZ GÓMEZ, Fernando: “De excavaciones clandestinas, mercado de antigüedades y publicación de "hallazgos", Complutum, n.º 6, 2, 1996.

39 A.M.M., Ac. Cap. 2-4-1981.40 FERNÁNDEZ GÓMEZ, Fernando: “El Tesoro de El Carambolo: un tesoro tartésico del

siglo VI a.C. Pero no todo está tan claro”, PH: Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, año VIII, n.º 32, 2000. como ocurre con el Tesoro de El Carambolo, propiedad del consistorio hispalense, aboga por la exhibición permanente de las piezas en el Museo Arqueológico de Sevilla, como tuvo ocasión de exponer claramente cuando se planteó el tema en la prensa con motivo de la muestra Argantonio, rey de Tartesos, celebrada en el 2000.

41 “Cultura sigue sin hacerse cargo del tesoro arqueológico de Mairena del Alcor”, El País,9-2-1983.

42 “El Museo Arqueológico de Mairena podría crearse en breve”, ABC, 12-12-1981.43 A.M.M., Sec. exp. Castillo, 20-3-1981 y Ac. Cap. 27-3-1981 y 10-1-1983. Andrés

Morales remite una carta a la Reina Dª Sofía solicitándole ser la receptora oficial por parte del estado de los fondos del museo, a la que siguió otra del propio alcalde Isidoro Mínguez González. Estas cartas recibieron atenta respuesta el 2 de febrero del Secretario de la Casa del Rey agradeciendo la invitación pero sin comprometer la asistencia de la reina por no saberse nada del acto de entrega, su fecha y el programa previsto. Esta petición fue repetida el 22 de abril ante la insistencia de Morales en el pleno y en enero de 1983, sin obtener respuesta.

44 A.M.M., Sec. ex. Castillo. En la documentación municipal se hace referencia a un texto escrito por el Director del Museo Arqueológico en "... la Enciclopedia de Sevilla", pero sólo se aporta una fotocopia de las páginas dedicadas al tesoro y los protagonistas entrevistados no han podido aclarar más este punto. Desconocemos a qué libro se hace referencia pero un texto similar al ofrecido en el texto fotocopiado se recoge en el

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El Ayuntamiento recurrió al abogado Ramón José Mediano Villalobos, su asesor jurídico. Éste, en su informe de 30 de julio de 1984, se mostró partidario de no emprender acciones legales. Argumentaba que si bien en el artículo no se reflejaba lo indicado en el escrito de condiciones aceptado por el Ayuntamiento, sería difícil demostrar malicia en la publicación, no suponía ningún peligro para el orden público y no resultaba difícil establecer si dañaba los intereses del Ayuntamiento, condiciones todas ellas recogidas en la legislación.45

Fernández Gómez no le concedió mayor importancia al tema. Explicó sencillamente que no había estimado oportuno hacer referencia a la denominación de la colección y recordó al asesor que, según la legislación vigente, el Estado era el propietario de las piezas arqueológicas y el Ayuntamiento sólo había sido un mediador en el proceso de donación.

A instancia del Ayuntamiento se entrevistó con el Sr. Fernández Gómez a finales de septiembre, haciéndole patente el malestar que al Sr. Morales y al Ayuntamiento les causaba el contenido del artículo.

46 No obstante se mostró dispuesto a mencionar en sus próximos trabajos el descubrimiento del "tesorillo" por Andrés Morales Guillén y que la donación se hizo al Estado por mediación del Ayuntamiento,47 lo que cumplió estrictamente en un extenso artículo publicado en 1985 en Trabajos de Prehistoria. 48

El asesor jurídico, en un segundo informe emitido el 12 de noviembre, dejó claro que el Estado Español era el propietario legítimo del tesoro y que el Ayuntamiento, al aceptar la donación, actuó como un mero intermediario entre el particular descubridor y el Estado, verdadero donatario del mismo.49

catálogo publicado con ocasión de la exposición Andalucía: testimonios de su pasado,celebrada en el Museo Arqueológico de Sevilla en 1981 con motivo del I Congreso Nacional de la Asociación de Archiveros, Bibliotecarios, Museólogos y Documentalistas.

Con ello quedaba zanjada la polémica sobre la titularidad del tesorillo. Por lo que respecta a la copia de las piezas consideraba que se había interpretado erróneamente el artículo n.º 26 del reglamento de excavaciones, que obligaba al Estado a donar a los museos de provincia o locales un ejemplar de cada objeto duplicado de los hallazgos o colecciones arqueológicas que adquiriese, pero no a realizar copias de las mismas. Y en el tesorillo no había ningún objeto duplicado. En definitiva los acuerdos firmados por el Ayuntamiento cuando recibió la colección eran inaplicables por no ser competencia municipal, o nulos de pleno derecho, pues contravenían la normativa vigente y el

45 A.M.M., Sec. ex. Castillo, 30-7-1984 y 4-12-1984.46 Ley de 7 de julio de 1911 sobre Excavaciones Arqueológicas, Conservación de Ruinas y

Antigüedades.47 A.M.M., Sec. ex. Castillo, 30-7-1984.48 FERNÁNDEZ GÓMEZ, Fernando: "El tesoro turdetano de Mairena del Alcor (Sevilla)",

Trabajos de Prehistoria, n.º 42, Madrid, 1985.49 La Ley sobre Excavaciones Arqueológicas, Conservación de Ruinas y Antigüedades, de

7 de julio de 1911, y el reglamento que la desarrolla, de fecha 1 de marzo de 1912, vigentes aún por entonces, señalaba respecto a las excavaciones y piezas encontradas, en su artículo 5º que "... Serán propiedad del Estado, a partir de la promulgación de esta Ley, las antigüedades descubiertas casualmente en el subsuelo o encontradas al demoler antiguos edificios." Recuerda que los artículos 5º y 6º del reglamento consideraban antigüedades todas las obras de arte y productos industriales pertenecientes a las edades prehistóricas, antigua y media, hasta el reinado de Carlos I, por lo que comprendía plenamente el tesoro hallado.

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cualquier momento el Estado podía exigir el cumplimiento estricto de la ley.50 El asesor añade en su informe que la ley exigía responsabilidades a los exploradores no autorizados y a quienes oculten, deterioren o destruyan ruinas y antigüedades.51

Andrés Morales contestó en diciembre de 1984 con un escrito dirigido a la Comisión Municipal Permanente en el que rechazaba, por no responder a la verdad, las insinuaciones sobre la posible ilegalidad de la donación al Ayuntamiento. También se manifestaba disconforme con que se diese por realizada la recepción y se le amenazase con emprender acciones judiciales. Proponía que el Ayuntamiento insistiese en la compra del castillo por la Junta de Andalucía y que se aclarase la situación legal de la colección.52 Además manifestaba su intención de posponer la entrega de las restantes piezas de su colección, recogidas en la lista de acta de donación al Ayuntamiento pero no entregadas todavía,53 mientras no se efectuase la donación en firme y se cumpliesen las condiciones de los acuerdos firmados con el Ayuntamiento.54 La colección incluía unas tres mil piezas, tartésicas, iberas, romanas y musulmanas de la más variada índole (útiles de silex, monedas, vasos cerámicos, collares, brazaletes, colgantes, idolillos y un anillo de oro) acumuladas a lo largo de décadas de actividad en la comarca.55

4. Las piezas del tesoroEl tesoro es un magnífico representante de la orfebrería tardo-ibérica, en la que

destaca la importancia concedida a las joyas de adorno personal, característica que se manifiesta en todos los pueblos indígenas de la Península.56 Aunque las primeras valoraciones apuntaron al mundo tartésico,57 la influencia griega58 o el mundo ibérico, 59

50 A.M.M., Sec. ex. Castillo, i. 12-11-1984.

un estudio más detenido, efectuado por Fernando Fernández Gómez, permitió

51 A.M.M., Sec. ex. Castillo, i. 12-11-1984.52 A.M.M., Sec. ex. Castillo, c. 4-12-1984. " ... estado legal de la colección Andrés

Morales en su estado de propuesta de donación al Ayuntamiento...estado actual de los objetos de oro y plata de la citada colección y depositado por el Ayuntamiento en el Museo Arqueológico de Sevilla”. 52

53 A.M.M., Sec., ex. Castillo, Acta de recepción 19-12-1980. Efectivamente en el documento de cesión se relaciona un conjunto de monedas, figurillas y joyas, pero en el acta de recepción por el Estado se relaciona sólo el tesoro (compuesto por 10 joyas y 3 vasos) y no aparecen relacionadas ni las figurillas ni las monedas.

54 A.M.M., Sec., ex. Castillo, c. 4-12-1984. 55 “El tesoro de Mairena es el más importante de los encontrados en 1980, según Cultura”,

ABC, 24-1-1981, “El Museo Arqueológico de Mairena podría crearse en breve”, ABC,12-12-1981 y “Cultura sigue sin hacerse cargo del tesoro arqueológico de Mairena del Alcor”, El País, 9-2-1983.

56 FERNÁNDEZ GÓMEZ, Fernando: "Nuevos tesoros de oro y plata en Andalucía. El tesoro de Mairena”, Revista de Arqueología, n.º 47, 1987 y “La fuente orientalizante de El Gandul (Alcalá de Guadaira, Sevilla), Archivo español de arqueología, vol. 62, n.º 159-160, 1989 y BANDERA ROMERO, María Luisa: La joyería prerromana en la provincia de Sevilla, Sevilla, 1989.

57 Archivo de Radio Mairena, “Entrevista a Andrés Morales”, 20-12-1993. 58 “Los últimos hallazgos arqueológicos en España”, Cambio 16, n.º 579, 3-1-1983.59 “El tesoro de Mairena es el más importante de los encontrados en 1980, según Cultura”,

ABC, 24-1-1981.

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clasificarlo como una creación de un taller regional ibérico, datable, por estilo y técnica, en el siglo III A. C. Las piezas recogían las influencias culturales tartésicas y griegas antes apuntadas, adaptadas al gusto de la época ibero-turdetana tardía.60

Los torques trenzados, que resultan relativamente abundantes en los yacimientos de la Meseta, son escasos en los tesorillos andaluces. Este collar característico de la cultura turdetana fue muy popular en la península Ibérica y fue usado no sólo por hombres sino también por las mujeres, según se puede observar en algunas representaciones escultóricas. El de Mairena está compuesto por cuatro alambres de oro trenzados al aire, lo que le dota de una gran flexibilidad, y fundidos en un único cabo en los extremos.61 Esto lo aproxima más al modelo de alambre trenzado de la joyería celta de Hallstat y La Téne que a la tradición oriental más mediterránea de filigranas y malla fina. Esta es una pieza extraordinaria que destaca entre las andaluzas similares por ser de oro y estar realizado por un conjunto de hilos macizos trenzados. Remata en ojales por donde se pasaba un cordón que cerraba el torque alrededor del cuello. Resulta singular el uso del oro, pues la mayoría de los conservados están formados por hilos de plata rígidos y de diferente grosor. 62

El brazalete serpentiforme es un elemento de carácter religioso de gran difusión en el mundo ibero-turdetano, quizás asociado a las ideas de fecundidad y supervivencia. Las formas serpentiformes tienen una larga tradición en Oriente Próximo, donde abundan en los niveles de principios del primer milenio y se extendieron por el Mediterráneo en los siglos VIII y VII a. C. No resulta extraño localizar estos brazaletes en los ajuares funerarios por todo el Mediterráneo (Sur de Italia, Grecia, Cartago y Marruecos) datados entre los siglos V y III a. C. Los dos brazaletes del tesoro de Mairena63 presentan un cuerpo desarrollado que se gira en espiral de dos vueltas, imitando el zigzagueante cuerpo de dos serpientes, similares a los conservados en la Hispanic Society de Nueva York, encontrados por Jorge Bonsor.64

La diadema constituyó, junto con las arracadas y collares de colgantes, el adorno femenino típico de la protohistoria peninsular. Por su tamaño y valor se convierte en

Cada uno está formado por dos gruesos alambres de oro de sección circular sogueados y doblados en S. Sus extremos están fundidos juntos en un solo cuerpo decorado con la cabeza y la cola de una serpiente. La cabeza está trazada con gran naturalismo, destacando los ojos, la boca y los orificios nasales con gran detalle, pero la cola está representada como una flor abierta con hueco para el esmalte. El resto de los vástagos que hacen de remate se han decorado con motivos geométricos de líneas y puntos, y en la zona próxima a la cabeza se ha añadido un dibujo de escamas. La pieza se ha realizado mediante batido de alambres fundidos, las cabezas fueron modeladas con buril y los detalles decorativos se añadieron con un suave cincelado, apreciable especialmente en los ojos y los motivos complementarios de líneas.

60 FERNÁNDEZ GÓMEZ, Fernando: "El tesoro turdetano de Mairena del Alcor (Sevilla)", Trabajos de Prehistoria, n.º 42, Madrid, 1985 y "Nuevos tesoros de oro y plata en Andalucía. El tesoro de Mairena”, Revista de Arqueología, nº 47, Madrid, 1987.

61 Museo Arqueológico de Sevilla, n.° 1981/539. Pieza de oro fundido y forjado de 322 gr. 62 FERNÁNDEZ GÓMEZ, Fernando: “El tesoro turdetano de Mairena del Alcor (Sevilla)”,

Trabajos de prehistoria, n.º 42, 1985. 63 Museo Arqueológico de Sevilla, n.° 1981/537. Piezas de oro de 39 cm de largo, 5 cm de

grueso y unos 102 gr. 64 FERNÁNDEZ GÓMEZ, Fernando: "El tesoro turdetano de Mairena del Alcor (Sevilla)",

Trabajos de Prehistoria, n.º 42, Madrid, 1985.

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una de las piezas estelares de los tesorillos procedentes de este período. Es una joya de clara influencia orientalizante que se presenta en los yacimientos andaluces en tres variantes: diadema de plaquetas ensartadas, articulada simple y articulada de extremos triangulares. La diadema de Mairena pertenece a este último modelo. 65 Se conservan sólo 52 piezas de oro de una diadema de tipo articulado que remataba en dos cuerpos triangulares con presillas para la sujeción. El cuerpo central estaba formado por tres hileras de pequeñas placas rectangulares (se conservan 31 piezas), decoradas con filigrana con ondas, curvas y roleos realizados a troquel. El borde inferior lo componía una hilera de piezas colgantes laminares, troqueladas, en forma de media bellota (se conservan 20), engarzadas con un bucle tubular. Se conserva además una pieza triangular con presilla en el vértice y cuatro anillas en la base para anudar las piezas rectangulares del cuerpo principal de la diadema. Las piezas se unirían mediante cuatro cuerdecillas atadas a las anillas y pasadas por los bucles metálicos de las diferentes piezas, al estilo de las diademas de La Puebla de los Infantes (muy similar a la de Mairena) y las de Aliseda y Jávea. La decoración geométrica y la técnica laminar a troquel permiten fecharla a fines del período turdetano (Ibérico Final), en el siglo III-IIa. C. como evolución de los modelos de Ibero inicial (VII-VI a C) como las de Aliseda y Ébora (Cádiz) de filigrana y granulado como motivos florales y zoomorfos. El trabajo a troquel apunta a orfebres que se dedican a una producción en serie con el fin de satisfacer una demanda amplia. El modelo de las piezas triangulares procede de la joyería egipcia del Imperio Nuevo; el ensamblaje complejo, típico del período Micénico, con sistema de cordón pasante, se extendió desde Oriente Medio, donde aparece ya en brazaletes del II Milenio, apareciendo en piezas fenicias de Biblos y Mejido, en la joyería Asiria del s. VII a. C. y en algunas piezas de Rodas y Chipre (s. VII y VI a. C.), Grecia (VI a. C.) y Cerdeña (VI a. C.).66

La fíbula de cuerpo en T, resorte y aguja de Mairena67

El cinto de oro es una lámina muy delgada de 36 cm de longitud decorada con bandas longitudinales. La pieza se encontró dividida en tres fragmentos con un par de orificios en los bordes de rotura, posiblemente para pasar hilos de sujeción.

resulta realmente original entre los modelos encontrados en Andalucía, por su tamaño y por ser de oro, pues casi todas las conservadas son de bronce o plata. Aunque responde al esquema compositivo de origen celta de La Téne, la técnica (laminar con dos piezas de forja) y la decoración (tres esferillas huecas ensartadas con hilos de metal y cintillas soldadas) apunta a los modelos presentes en la joyería turdetana final (s. III -II a. C.).

68 El resto de las piezas de oro que componen el tesorillo son una pequeña pulsera de alambre áureo sin decoración, 69 un anillo con una placa grabada con un ave,70 una pequeña bulla de oro esférica y hueca (formada por dos placas soldadas)71

65 Museo Arqueológico de Sevilla, nº 1981/547. Pieza de oro laminar y troquelado. Dimensiones pieza triangular 6,4 x 4,2 cm.; de plaquetas: 1,6 x 2,0 cm.; bellotas: alto 2,7 y 2,4 cm.

y un pequeño colgante de oro

66 FERNÁNDEZ GÓMEZ, Fernando: “El tesoro turdetano de Mairena del Alcor (Sevilla)”, Trabajos de prehistoria, Vol. 42, n.º 1, 1985, pags. 149-194.

67 Museo Arqueológico de Sevilla, nº 1981/540. Pieza de oro forjado de 6 cm y 24’6 gr. 68 Museo Arqueológico de Sevilla, nº 1981/541. Pieza de oro de 36`7 cm de largo, 1’2 cm

de ancho y 7 gr.69 Museo Arqueológico de Sevilla, nº 1981/542. Pieza de oro de 16 cm de largo y 32 gr. 70 Museo Arqueológico de Sevilla, nº 1981/543. Pieza de oro de 1’8 cm de largo y 2’4 gr.71 Museo Arqueológico de Sevilla, nº 1981/544. Pieza de oro de 0’9 cm y 0’7 gr.

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cilíndrico posiblemente diseñado para engastar una piedra o pieza de pasta vítrea que ha desaparecido.72

Este grupo de joyas se encontró junto a tres vasos de plata.73 El primero es una copa de tipo Ancona (V-a), de 10 cm de altura, semiesférica, con boca abierta, pie fino y alto y dos asas laterales muy estilizadas.74 Es, probablemente, una pieza importada fabricada en un taller helenístico del Mediterráneo Central u Oriental en la segunda mitad del s. III a. C. El modelo deriva del kantharus tardo-helenístico y perdurará en la vajilla romana hasta el s. I de nuestra era.75 Por el contrario, los dos vasos de plata son objetos de fabricación peninsular, probablemente elaborados en un taller del sur de la Península siguiendo modelos griegos. Ambos presentan un perfil carenado con cuenco semiesférico, cuello alto y liso, pie bajo y decoración de varias bandas horizontales con adorno geométrico en el cuerpo. El pequeño presenta un cuello más corto y se conserva relativamente completo salvo un hueco en la parte central,76 mientras el mayor, con cuello largo, presenta abundantes concreciones y deterioros y le falta gran parte del cuello y la boca. 77

5. El frustrado proyecto de constituir un museo arqueológico en Mairena El objetivo de Andrés Morales al entregar el tesoro al Ayuntamiento era que se

crease un museo en la localidad78 que albergase la colección Bonsor, su propia colección arqueológica (compuesta por unas tres mil piezas) y otras obras y piezas donadas por escultores y pintores locales. Para gestionarlo se crearía un patronato para la supervisión del cumplimiento de las condiciones de la donación, formado por el alcalde, el concejal de cultura del Ayuntamiento y otros 8 miembros nombrados por el propio Andrés Morales.79 Aunque la propuesta originó una seria división en el seno de la Corporación, especialmente cuando se debatió el nombramiento del director, pues algunos concejales se oponían a que se crease un cargo para un museo que no existía, el pleno resolvió finalmente nombrar a Andrés Morales ... "como Director Conservador del complejo museístico a crear en esta villa".80

Mairena del Alcor pasó a figurar en los libros de arqueología gracias a la actividad desarrollada desde finales del siglo XIX por el arqueólogo británico George Bonsor, que residió en la villa. El conjunto de piezas reunidas durante su vida en su residencia privada, el castillo de Mairena del Alcor, constituye una de las colecciones

72 Museo Arqueológico de Sevilla, nº 1981/545. Pieza de oro de 1’6 cm y 0’8 gr. 73 FERNÁNDEZ GÓMEZ, Fernando: "El tesoro turdetano de Mairena del Alcor (Sevilla)",

Trabajos de Prehistoria, nº 42, Madrid, 1985.74 Museo Arqueológico de Sevilla, nº 1981/548. Pieza de plata de 10`6 cm de altura, 12’9

cm de diámetro y 202 gr.75 POZO, Salvador: “La vajilla metálica de la provincia Baetica. III. La Argentería

romana”, Antiquitas, nº 17, M.H.M. Priego de Córdoba, 2005. 76 Museo Arqueológico de Sevilla, nº 1981/549. Pieza de plata de 9’4 cm de altura, 8’7 cm

de diámetro y 83 gr. 77 Museo Arqueológico de Sevilla, nº 1981/550. Pieza de plata de 13 cm de altura, 9’6 cm

de diámetro y 120 gr. 78 “El Museo Arqueológico de Mairena podría crearse en breve”, ABC, 12-12-198179 A.M.M., Ac. Cap. 28-11-1980 y 30-1-1981.80 A.M.M.., Ac. Cap. 27-11-1981.

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arqueológicas privadas más importantes de España.81

Ya en noviembre de 1977 el Alcalde propuso a la familia la compra de la colección Bonsor y de su biblioteca. Pero fueron las negociaciones de la familia con el Museo Arqueológico de Sevilla

Tras su muerte, en 1930, su viuda, Dolores Simó, la mantuvo intacta y permitió la visita a cuantas personas estuviesen interesadas. Pero en la década de los 70 su avanzada edad y precario estado de salud hizo temer al Ayuntamiento de Mairena por el futuro de la colección.

82 y con un museo de Barcelona para la venta de la colección arqueológica,83 las que impulsaron al Ayuntamiento de Mairena a iniciar las gestiones que condujeron a su adquisición.84 Finalmente El 28 de agosto de 1978 el Ayuntamiento compró la colección y el material documental que la acompañaba por un importe de 6 millones de pesetas,85 según tasación efectuada por Concepción Fernández-Chicharro, directora del Museo Arqueológico de Sevilla.86 De todas formas la colección continuó depositada en el castillo por carecer el Ayuntamiento de un local adecuado para conservarla. 87 Resultaba evidente que el propio castillo era el lugar ideal para establecer el museo, reformando el organizado por Jorge Bonsor.88 A este respecto la Comisión Provincial de patrimonio Histórico-Artístico, a instancia de la Subdirección General de Arqueología, emitió en 1981 un informe favorable a la creación del museo en la fortaleza.89

El Ayuntamiento de Mairena había aprobado ya en el verano de 1979 una propuesta para adquirirlo y había emprendido algunas gestiones conducentes a lograrlo.90 Pero la corporación carecía del dinero necesario para acometer la compra, restauración y habilitación del castillo como museo.91 Por ello no tuvo más remedio que apoyar la compra por el Estado y proponer que el museo local se integrase en el Patronato Nacional de Museos. Incluiría la colección Bonsor, propiedad del Ayuntamiento, las joyas donadas por Andrés Morales92

81 NAVARRO DOMÍNGUEZ, José Manuel: “Colección Bonsor. Eterno proyecto de museo. Coordinación-descoordinación institucional en materia de patrimonio histórico”, Las tribulaciones en la tutela del patrimonio paisajístico y urbano, Cádiz, 1997 y "El castillo de Luna de Mairena del Alcor", Fortificaciones en el entorno del Bajo Guadalquivir, Alcalá de Guadaíra, 2001.

un museo de arte flamenco y un museo de artistas maireneros con las pinturas y esculturas de los hermanos Gavira

82 AMORES CARREDANO, F. y FERNÁNDEZ LACOMBA. .J.: Jorge Bonsor y su castillo: un proyecto de museo, Sevilla, 1994.

83 A.M.M., Ac. Cap. 13-2-1978.84 A.M.M., Ac. Cap. 3-10-1977 y 13-2-1798.85 A.M.M., Sec., exp. Castillo, 28 agosto 1978.86 A.M.M., Sec., exp. Castillo, informe 14-2-1978.

87 A.M.M., Sec., exp. Castillo, e. 1/84. El Ayuntamiento firmó un contrato de depósito de las piezas con la familia.

88 "La colección Bonsor y el castillo de Mairena" en El Correo de Andalucía, 25-4-1984.89 “El Museo Arqueológico de Mairena podría crearse en breve”, ABC, 12-12-198190 A.M.M. Ac. Cap. 31-8-1979. También se habla de la posibilidad de adquisición de la

casa palacio.91 A.M.M., Ac. Cap. 27-3-1981.92 A.M.M., Ac. Cap. 2-4-1981. Se comprometía a entregar su colección completa.

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Alba.93

Entre 1981 y 1985 se sucedieron las negociaciones a tres bandas entre la Subdirección General de Arqueología del Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento de Mairena y la familia Peñalver.94 Este proceso negociador se vio interrumpido por el traspaso de competencias en materia de patrimonio del Ministerio de Cultura a la recién creada Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Ante la paralización del proceso negociador el Ayuntamiento de Mairena amenazó con "arrinconarla [la colección Bonsor] en cualquier trastero", reclamar la devolución de la colección Andrés Morales, "que fue entregada a cambio de la adquisición del Castillo de Luna", e iniciar acciones judiciales.95

Finalmente en 1985 la Consejería de Cultura reanudó las negociaciones y el 17 de diciembre adquirió a la familia Peñalver el castillo, los 14.000 m2 de olivar que lo circundan y el mobiliario (27 pinturas, 60 muebles, 29 piezas de cerámica, herrajes, armas, relojes y otros bienes)96 por un importe de 35 millones de pesetas,97 según valoración efectuada por María de la Cruz Aguilar, arquitecta del Ministerio de Obras Públicas. 98

Tras la adquisición los grupos políticos municipales instaron al Alcalde a ratificar los anteriores acuerdos para poner en marcha el patronato. En 29 de marzo de 1985 el pleno ratifica tres acuerdos adoptados en 1981 por los que se creaba el patronato municipal del museo y se nombraba a Andrés Morales como director conservador.99 El Ayuntamiento y la Consejería de Cultura mantuvieron varias entrevistas a lo largo del año 1985, fruto de las cuales fue el acuerdo alcanzado entre Antonio Madroñal, Concejal de Cultura, y el Delegado Provincial de Cultura a fines de año. Ambas instituciones manifestaban su intención de crear un museo local en Mairena, que sería de gestión mixta, constituyéndose un patronato conjunto Junta-Ayuntamiento para gestionarlo.100 La Consejería ofrecía para ello el edificio del castillo, conservando la propiedad y responsabilidad de gestión, y el Ayuntamiento aportaría las piezas de la colección Bonsor. Según expuso el concejal mairenero ante el pleno municipal, la Consejería de Cultura aceptaría todo tipo de sugerencias desde Mairena, pero se mantenía firme en varios puntos: la propiedad del tesoro, el nombramiento del personal del museo y la gestión del castillo.101

Las piezas del tesoro, como pertenecientes al patrimonio estatal, permanecerían en el Museo Arqueológico de Sevilla, donde estaban siendo restauradas en aquellos momentos.102

93 A.M.M.. Sec., exp. Castillo, 5-1-1981.

Pese a ello, todavía en noviembre de 1986 algunos concejales mostraron

94 “Cultura sigue sin hacerse cargo del tesoro arqueológico de Mairena del Alcor”, El País,9-2-1983.

95 A.M.M., Sec., exp. Castillo, informe 10/84.96 A.M.M., Sec., exp. Castillo, informe 9/84.97 Registro de la propiedad Alcalá de Guadaíra, asiento 1169, diario 86.98 A.M.M., Sc., exp. Castillo, 31-5-1982.99 A.M.M., Ac. Cap. 29-3-1985.100 Incluso se contempla habilitar una sala para reuniones del Gobierno Andaluz. 101 A.M.M., Ac. Cap. 21-2-1986. Estos puntos fueron aclarados por el Concejal de Cultura

en el pleno de 21 de febrero siguiente a petición del grupo PCA.102 A.M.M., Ac. Cap. 30-12-1985.

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su inquietud por el destino de la colección Andrés Morales y su temor de que no regresase a Mairena.103

Respecto al nombramiento del personal del museo el Ayuntamiento tenía poco que hacer. Según la legislación vigente era competencia exclusiva de la Junta de Andalucía, por lo que el nombramiento de Andrés Morales como director carecía de validez.104 Fueron infructuosas las gestiones llevadas a cabo personalmente por el Alcalde para poder mantener a Andrés Morales en el cargo. El Delegado de Cultura se negaba a aceptarlo argumentando que la persona designada debía estar en posesión de la licenciatura de Historia.105

El tercer punto, la cesión en uso del castillo al Ayuntamiento para su gestión, no ofrecía realmente controversia. Como aclaraba el Alcalde, la cesión en uso supondría un enorme gasto, estimado en más de 10 millones de pesetas anuales, insostenible para la corporación, dada la apurada situación de las arcas municipales. Por el contrario, si la Junta de Andalucía se hacía cargo del museo, costearía las obras de reconstrucción y mantenimiento y la población podría disfrutar de un museo en la localidad con un mínimo gasto.106

Andrés Morales, considerándose marginado debido a una "maniobra política", decidió poner el asunto en manos de la justicia. Presentó una denuncia en el juzgado de Carmona contra la corporación municipal por incumplimiento de un acuerdo plenario, pues, aunque el nombramiento se produjo en la anterior legislatura, había sido ratificado en el cargo por la siguiente corporación. Denunciaba además la paralización del plan cultural que incluía la creación de una casa de la cultura en el castillo, el museo arqueológico y un museo de arte, así como el centro de documentación de flamenco.107

En declaraciones a la prensa, Manuel Bustos Lozano, Alcalde de Mairena en 1986, aclaraba que, aunque la Corporación municipal había ratificado los acuerdos, un complejo museístico de alto nivel debe estar dirigido por un licenciado en historia y señalaba que no consideraba honrada la actuación del demandante.108

El proyecto del museo Bonsor quedó paralizado hasta que el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico lo retomó a principios de la década de los 90. En 1994 los

103 A.M.M., Ac. Cap. 28-11-1986. De todas formas el asesor jurídico del Ayuntamiento ya había dejado claro que el tesoro turdetano depositado en el Museo Arqueológico de Sevilla pertenecía al Estado Español, como tesoro de índole histórica encontrado en un proceso de excavación. Por otra parte la carencia de cualquier tipo de información sobre el lugar del hallazgo impedía regularizar su situación o efectuar cualquier reclamación al respecto, por lo que consideraba realmente difícil que el tesoro volviese a Mairena una vez establecido el museo local.

104 A.M.M., Ac. Cap. 30-12-1985.105 A.M.M., Ac. Cap. 21-2-1986.106 A.M.M., Ac. Cap. 21-2-1986.107 “El donante del tesoro de Mairena denuncia el incumplimiento del trato, ABC, 20-2-

1986 y "El futuro del castillo de Mairena del Alcor, origen de una denuncia contra el Ayuntamiento", Diario 16,13-3-1986.

108 “El futuro del castillo de Mairena del Alcor, origen de una denuncia contra el Ayuntamiento”, Diario 16, 13-3-1986."... que no es muy honrado por parte de Morales Guillén donar a su pueblo una importante colección arqueológica sólo para asegurarse su permanencia como director-conservador del futuro museo".

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profesores Fernando Amores y Juan Fernández presentaron un proyecto para establecer el museo en el castillo, aprovechando el edificio construido por Bonsor y habilitando las torres como espacios expositivos.109 Recogía los tres centros de interés propuestos ya en 1982 por María de la Cruz Aguilar: la fortaleza medieval, la colección arqueológica y la propia residencia-museo construida a principios del siglo XX y conservada por la viuda de Bonsor.110 Pero la esperanza abierta por el proyecto quedó de nuevo frustrada cuando, con el paso del tiempo, se fue retrasando la financiación y se paralizaron los proyectos de restauración.111

Afortunadamente en la última década el Ayuntamiento ha tomado las riendas y el proyecto de museo parece haber comenzado a caminar con paso firme con la creación de la Casa Museo Bonsor.112 Se ha nombrado una directora-conservadora del museo; se han emprendido diversas campañas de restauración y acondicionamiento del castillo, combinando proyectos de escuela taller, campos estivales de trabajo y contratas profesionales de restauración; se ha conseguido finalmente de la Junta de Andalucía la cesión en uso del castillo, la aportación de importantes fondos por parte de los Ministerios de Cultura y Fomento y de la Junta de Andalucía, y se han emprendido tanto la restauración del mobiliario como la organización de la colección arqueológica.113

Pero el modelo de museo que finalmente va apareciendo se aleja claramente del soñado en 1981.114

De todas formas el castillo se acaba de abrir a la visita pública, se celebran ceremonias, conciertos musicales y otros actos culturales, y aunque todavía la colección arqueológica de Bonsor no ha podido ser expuesta convenientemente, algunas piezas han formado parte de la exposición Los tesoros arqueológicos de la Hispanic Society,

El Tesoro de Mairena permanece en la sala VII del Museo Arqueológico de Sevilla, las tres mil piezas arqueológicas ofrecidas por Andrés Morales en diciembre de 1980 continúan en su poder, el centro de flamenco se ha instalado en la casa-palacio, un edificio próximo al castillo, que además alberga una colección de aperos y piezas de menaje (posible embrión de un museo local de costumbres populares), y del museo de artistas locales nada sabemos por el momento.

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109 AMORES CARREDANO, F. y FERNÁNDEZ LACOMBA, J.: Bonsor y su Colección. Un Proyecto de Museo, Sevilla, 1994.

110 A.M.M., Sec., exp. Castillo, 31-5-1982.111 NAVARRO DOMíNGUEZ, José Manuel: “Colección Bonsor. Eterno proyecto de museo.

Coordinación-descoordinación institucional en materia de patrimonio histórico”, Las tribulaciones en la tutela del patrimonio paisajístico y urbano. Cádiz, 1997.

112 GÓMEZ DÍAZ, Ana María: “Casa-museo Bonsor. Castillo de Mairena. Una institución con un siglo de vida”, Revista de la Asociación Profesional de Museólogos de España, n.º 11, 2006 y “Carmona y los castillo de Los Alcores”, 2º Congreso internacional de turismo arqueológico, Barcelona, 2006.

113 “Mairena del Alcor: El museo, la casa palacio y una biblioteca, nuevas apuestas culturales del municipio”, ABC, 07-07-2003, “El Castillo de Luna de Mairena albergará la Casa Museo Bonsor”, ABC, 21-03-2008, “El Ayuntamiento de Mairena del Alcor y Fomento pactan la creación de la casa-museo del pintor Jorge Bonsor”, El Mundo, 28-5-2008, “Las murallas como escenario”, ABC, 28-06-2008, “El castillo de Luna”, ABC, 27-08-2009, “Gobierno y Ayuntamiento invierten casi tres millones en el Castillo de Luna en Mairena”, Andaluciacultura.com, 30-12-2009 y “Mairena del Alcor restaura y recupera el castillo de Luna”, ABC, 01-02-2010.

114 “El Museo Arqueológico de Mairena podría crearse en breve”, ABC, 12-12-1981.115 VV.AA.: Los tesoros arqueológicos de la Hispanic Society, Sevilla, 2009.

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celebrada en 2009, 116 que tuvo gran eco en la prensa.117

Todo ello ofrece firmes esperanzas de que el museo, esta vez, será finalmente una realidad y dejará de ser válido el título bajo el que se expuso en 1986 en unas jornadas de patrimonio, la historia de los distintos proyectos ofrecidos para su puesta en funcionamiento.118

116 NAVARRO DOMÍNGUEZ, José Manuel: “Tesoros arqueológicos de la Hispanic Society en Sevilla: Huntington y Bonsor, dos figuras de la arqueología de principios del siglo XX”, Boletín Ben Baso, n.º 20, Sevilla, 2009.

117 “Los tesoros arqueológicos de la Hispanic Society llegan a Sevilla”, El Pais, 12-5-2009, “El tesoro sevillano de la Hispanic Society regresa un siglo después”, Diario de Sevilla, 12-5-2009, “El tesoro arqueológico de la Hispanic Society of America se expone en Sevilla”, ABC, 11-05-09.

118 NAVARRO DOMíNGUEZ, José Manuel: “Colección Bonsor. Eterno proyecto de museo. Coordinación-descoordinación institucional en materia de patrimonio histórico”, Las tribulaciones en la tutela del patrimonio paisajístico y urbano, Cádiz, 1997.

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ANUARIO DE HESPÉRIDES. INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS E INNOVACIONES DIDÁCTICAS (Málaga), vol. 17-18, págs. 115-126.

CUADERNOS DIDÁCTICOS PARA EL ESTUDIO DEL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE GANDUL

(SEVILLA)

José Manuel Navarro DomínguezAsesor CC.SS. CEP de Alcalá de Guadaira (Sevilla)

Gandul es el complejo arqueológico más importante de la cuenca del río Guadaira y uno de los más interesantes del bajo valle del Guadalquivir. Tanto por su gigantesca extensión (294 hectáreas, la mayor parte en el término municipal de Alcalá de Guadaíra y un pequeño sector en el de Mairena del Alcor), como por su largo recorrido temporal, mostrando una ocupación permanente, aunque en diferentes zonas, desde el Paleolítico hasta nuestros días, merece la atención como yacimiento singular.1

La monumentalidad, variedad y originalidad de los restos conservados y su elevado valor patrimonial lo convierten en uno de los yacimientos más importantes a escala nacional, lo que justifica que en 1991 fuese declarado Bien de Interés Cultural. 2

La existencia de ruinas antiguas en la dehesa de Gandul y la extracción de restos arqueológicos, principalmente romanos, está documentada al menos desde el s. XVIII. El sacerdote alcalareño José de Flores recoge a principios del siglo XIX en sus memorias el hallazgo de esculturas y monedas en el lugar,3 y el marqués de Gandul poseía una interesante colección de piezas y monedas romanas en el palacio de la aldea que mostraba a los visitantes.4

1 FAJARDO DE LA FUENTE, Antonio: Patrimonio histórico en el ámbito rural de la cuenca del río Guadaira, Sevilla, 2000.2 BOJA, nº 98, 8 de noviembre de 1991. 3 FLORES, Leandro José de: Memorias Históricas de la villa de Alcalá de Guadaíra, 1834, (reed.) Alcalá de Guadaíra, 1979.4 CAÑAL. C.: Sevilla prehistórica. Yacimientos prehistóricos de la provincia de Sevilla, Sevilla, 1894 y BALLESTEROS, Antonio: La mirada forastera sobre Alcalá de Guadaíra, Alcalá de Guadaíra, 2010.

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Las primeras excavaciones registradas fueron las practicadas a principios del siglo XX por F. Méndez, labrador de Mairena del Alcor, quien descubrió algunos restos durante la apertura de unas zanjas en tierras en su propiedad. Guiado por estos hallazgos, el arqueólogo inglés afincado en Mairena Jorge Bonsor excavó los túmulos de Gandul en las primeras décadas del s. XX, descubriendo los restos de una ciudad romana, numerosas tumbas megalíticas, una necrópolis romana y un abundante material arqueológico.5

La declaración en 1931 de la necrópolis megalítica de Gandul como Monumento Histórico Artístico atrajo la atención de diversos investigadores europeos, quienes, apenas apagados los ecos de la Guerra Civil, emprendieron diversos trabajos de excavación en el yacimiento. Entre ellos cabe destacar el trabajo de Leisner, en la década de los 40, y el de Ponsich, en los 50.6 En 1971 Collantes de Terán exploró varios túmulos y consiguió que se reconociese a la necrópolis megalítica el carácter de Monumento Nacional. En 1982 la Universidad de Sevilla emprendió una campaña de excavaciones junto con el Ministerio de Defensa, dueño de parte del terreno donde se ubica el yacimiento. Los profesores Victor Hurtado y Fernando Amores excavaron el tholos de las Canteras, las villas romanas de la granja y el club militar y restauraron el mausoleo circular conocido como "El Columbario".7 La última actuación en la zona ha correspondido a la reconstrucción del Dolmen del Término, realizada en 2000 por el arqueólogo provincial José Manuel Rodríguez Hidalgo.8

Desgraciadamente el yacimiento ha sufrido un prolongado deterioro provocado por el arado del terreno, el plantío de olivares, la construcción de edificaciones recientes, e incluso las maniobras de blindados del Ejército, primero del cuartel de la Canteras y ahora de la fábrica de General Dinamic-Santa Bárbara Blindados ubicada en el antiguo acuartelamiento. A todo ello se une el expolio practicado por aficionados provistos de detectores de metales que desde la década de los 70 vienen recorriendo la zona. Son numerosos los vecinos de las poblaciones cercanas que tienen pequeñas colecciones de monedas, piezas cerámicas y fragmentos de esculturas.

La Asociación de Profesores para la Protección y la Difusión del Patrimonio Ben Baso viene desarrollando en los últimos años diversas actividades de difusión en Gandul, organizando visitas guiadas, denunciando la escasa protección de los restos

5 BONSOR, G.: “Les colonies agricoles prerromaines de la vallée du Bétis”, Revue Archeologique,XXXV, París, 1899 y “Los pueblos antiguos del Guadalquivir y las alfarerías romanas”, Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, Madrid, 1902.6 LEISNER, G.-LEISNER, V.: "Los monumentos megalíticos del mediodía de la Península Ibérica, según los resultados a que han llegado G. y V. Leisner", Archivo Español de Arqueología, n.º 22, Madrid, 1949 y Die Megalithgräber der Iberischen Halbinsel. Erster Teil: Der Westen, Berlin, 1959.

BARRIONUEVO Francisco José y SALAS, Jesús: “El catálogo de dólmenes en la provincia de Sevilla”, PH: Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, año 8, n.º 31, 2000. 7 HURTADO PÉREZ, V y AMORES CARREDANO, F.: "El tholos de Las Canteras y los enterramientos del Bronce en la necrópolis de El Gandul (Alcalá de Guadaira, Sevilla)", Cuadernos de Prehistoria de la Universidad de Granada, n.º 9, Granada, 1984. 8 RODRÍGUEZ HIDALGO, J. M.: "La restauración del dolmen de El Término (Alcalá de Guadaíra y Mairena del Alcor, Sevilla)", Spal, Revista de Prehistoria y Arqueología, n.º10, Sevilla, 2000.

CONSEJERÍA DE CULTURA: Plan General de Bienes Culturales de Andalucía 1996-2000: Documento de Avance, Sevilla, 1997 y FAJARDO DE LA FUENTE, Antonio: Patrimonio histórico en el ámbito rural de la cuenca del río Guadaíra, Sevilla, 2000.

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excavados y proponiendo el desarrollo de programas sistemáticos de estudio y puesta en valor. En su seno surgió el grupo “Gandul- Alcores” con la intención de elaborar un material didáctico adecuado para potenciar la visita del mismo por los centros educativos de las localidades próximas. Lo componen Ascensión Benítez Méndez, Luisa Mª González Pérez, Andrés Manso Herrero, Dulce Nombre Morillo Aguilar, Cristóbal Raya Sancho, Matilde Rojas Román, José Luis Yuste Morales y José Manuel Navarro Domínguez, todos ellos miembros de la asociación y profesores en activo en centros educativos próximos al yacimiento. El grupo se constituyó formalmente como grupo de trabajo del Centro del Profesorado de Alcalá de Guadaíra en 2004, coordinado por José Manuel Navarro Domínguez, profesor del IES Los Alcores y asesor del citado CEP.

El proyecto parte de la experiencia acumulada en las visitas realizadas con anterioridad por los miembros del grupo con sus alumnos a lo largo de su carrera profesional, que en algunos casos alcanza ya la treintena de años. En el apartado gráfico el grupo ha contado con la colaboración de Manuel Cano Garrido, profesor de Dibujo, jubilado, de Alcalá y de José Antonio Navarro Domínguez, profesor del IES Ál-Andalus de Arahal y aficionado al dibujo y la pintura.

La visita a la zona resulta relativamente compleja debido a su alejamiento de vías de comunicación importantes, al carácter privado de buena parte del terreno, el plantío reciente de olivares y la existencia de un coto de caza y de un campo de maniobras de vehículos militares. Además la mayoría de las tumbas están cercadas en fincas privadas, por lo que debe solicitarse el correspondiente permiso al propietario. Afortunadamente hemos conseguido que las concejalías de Cultura de los ayuntamientos de Alcalá de Guadaíra y Mairena del Alcor faciliten la tarea de contacto con los propietarios de las fincas agrícolas.

1. El yacimiento arqueológico de Gandul El oppidum de la Mesa de Gandul fue uno de los poblados más importantes del

Bajo Guadalquivir desde época calcolítica hasta la caída del Imperio romano y habría que ponerlo en relación con toda una comarca donde abundan restos semejantes. Los registros más antiguos de ocupación estable de la mesa datan de fines del Calcolítico y se mantiene como estructura urbana hasta el s., VI d. C., a juzgar por los restos arqueológicos localizados. Hasta época romana Gandul estaba relativamente próximo al Lacus Ligustinus, el gran estuario que antaño formaba la desembocadura atlántica del Guadalquivir.

El yacimiento presenta un amplio recorrido temporal. Del periodo Calcolítico datan los dólmenes de galería (Tumba de la Casilla) y el dolmen la Cañada del Carrascal y la muralla de la mesa. Del tránsito del Calcolítico a la Edad del Bronce datan un buen número de construcciones de carácter funerario como el tholos de las Canteras, la Cueva del Vaquero, los sepulcros de Cañada Honda E, la tumba del Pedrejón y el tholos del Término. Del Bronce se han encontrado enterramientos dispuestos a cada lado del corredor y dentro del túmulo del Tholos de las Canteras, consistentes en pequeños pozos. De época tartésica e ibérica se data la necrópolis orientalizante, con túmulos artificiales tanto de incineración como de inhumación. Finalmente de época romana data la ciudad de la mesa, los restos de numerosas villas situadas en los alrededores y la necrópolis.

La aldea de Gandul, surgida como enclave feudal medieval, ejemplifica perfectamente un modelo intermedio entre la pequeña villa de dedicación agraria de amplio volumen de población (como las cercanas Mairena o El Viso) y el cortijo extenso como sistema de explotación consagrado en el campo andaluz. Pero no logró

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consolidarse como núcleo estable, y tras alcanzar su tamaño máximo en el s. XVI, fue perdiendo habitantes paulatinamente.9 Lo exiguo de su término y la caída de su población, hasta convertirse en un "despoblado" a principios del S. XIX, fueron los argumentos que, una vez desaparecida la jurisdicción señorial en 1837, permitieron a Alcalá de Guadaíra incorporar las tierras y casas de Gandul y Marchenilla a su término en 1840.10

En la segunda mitad del s. XIX la zona fue atravesada por la línea de ferrocarril tendida entre Sevilla y Carmona, comunicando las poblaciones de la comarca de Los Alcores. Esto supuso un ligero alivio en el proceso de decadencia de la aldea, al igual que la reactivación de los molinos harineros en la posguerra. Pero la instalación de las fábricas de harina de Alcalá, la mecanización del campo y el desarrollo económico de la década de los 60 acabaría con la vida de la aldea.11

Tras la Guerra Civil se instaló en la zona el cuartel del grupo mecanizado "Guzmán el Bueno" que utilizaba los llanos de Las Canteras y Gandul como campo de maniobras de sus carros de combate. En esta zona militar se localizan los túmulos más importantes, destacando especialmente la Cueva del Vaquero. Actualmente las instalaciones pertenecen a la empresa militar que dedica la planta al mantenimiento y reparación de vehículos blindados del Ejército español.

Recientemente el aspecto de la zona se ha modificado. Tras la supresión en 1975de la línea férrea, su trazado ha sido rehabilitado como vía verde de Los Alcores por sus innegables valores históricos, ecológicos y paisajísticos. La mesa y la dehesa de palmas han sido cercadas como coto de caza, restringiendo el acceso. Buena parte de la zona de túmulos ha sido cercada por el propietario para plantar olivar, alterando el camino que conducía de Mairena a Gandul e incluyendo dos grandes túmulos dentro de la finca.

Actualmente se puede acceder al yacimiento desde Alcalá de Guadaíra, tomando el desvío de la Autovía A-92, a la salida de Alcalá girando junto a la estación de servicio La Marquesa, en dirección al centro penitenciario femenino y a las instalaciones de la empresa Santa Bárbara de Blindados. Junto a la puerta del centro de reclusión comienza un camino de tierra en suave pendiente que lleva a la derecha hacia el pueblo de Gandul y a la izquierda, rodeando el eucaliptar, hacia los dólmenes. Desde Mairena puede accederse por el llamado Camino de Gandul, que parte del casco urbano en El Arenal, en la rotonda de los olivareros, en dirección al campo de fútbol. Dejando a un lado la Venta de los Conejos, se llega al yacimiento junto al dolmen del Término. Ese mismo camino llega a la aldea. Así mismo puede accederse por la Vía Verde, el antiguo carril del tren. En Mairena puede tomarse el camino en la cuesta de la Vega, junto a los molinos y en Alcalá, en la zona de S. Francisco, en la antigua estación, aunque este último camino está muy perdido por el intenso crecimiento urbano de la población.

2. La necrópolis

9 NAVARRO DOMÍNGUEZ, José Manuel: "La estructura demográfica y socioeconómica de la villa de Gandul en el s. XVIII", Primeras Jornadas de Demografía Histórica de Andalucía, Cádiz, 1992 y "Estructura económica de la villa de Gandul en el s. XVIII", V Jornadas de Historia de Alcalá de Guadaíra, Alcalá de Guadaíra, 1994.10 NAVARRO DOMÍNGUEZ, José Manuel: "Incorporación de Gandul a Alcalá en 1840”, Jornadas de de Patrimonio de Alcalá, Alcalá de Guadaíra, 2008.11 LÓPEZ PÉREZ, Francisco: Gandul en el horizonte, Sevilla, 2004.

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La provincia de Sevilla es rica en yacimientos megalíticos, localizándose hasta 15 grandes conjuntos con un total de 90 megalitos, localizados entre otros lugares en Alanís, Alcalá de Guadaíra, Almadén de la Plata, Burguillos, Carmona, Cazalla de la Sierra, Lora del Río, Mairena del Alcor, Utrera y Valencina (con uno de los conjuntos de mayor importancia).12 El fenómeno abarca un amplio abanico temporal. Se interpreta que los dólmenes de galería, los más antiguos, comienzan a construirse en el neolítico final (4.500 a. C.), mientras los tholoi, más evolucionados, se construyeron en el Calcolítico (III milenio) y el Bronce inicial (2000 – 1500 a. C.).13

La necrópolis megalítica de Gandul está constituida por 7 sepulcros bastante próximos a los que habría que añadir el de la Cañada del Carrascal, situado en término de Mairena del Alcor. La mayoría corresponden al modelo de tholos con cámara circular y galería estrecha salvo el sepulcro de la Casilla, que responde al modelo de galería, formado por un gran pasillo amplio sin cámara diferenciada.

Su tamaño oscila entre los 7 metros y medio del pequeño tholos de Las Canteras hasta los 16 metros y medio de la tumba del Término. Todos están recubiertos en su interior, bien de pizarra (en mampostería como en El Vaquero, o grandes lajas como en Las Canteras o Cañada Honda) o con ortostatos como en Pedrejón. Tres de ellos (Vaquero, Cañada Honda G y Término), presentan una cámara secundaria adosada a la principal. Todos los dólmenes están orientados al Este y alguno a SE, quizás basado en el curso del sol.14

De ellos son visitables tres, por encontrarse bien conservados o restaurados. El dolmen de galería de La Casilla se encuentra dentro de la finca de olivar La Lozana, de propiedad particular. Sus paredes están formadas por grandes ortostatos, sin cámara diferenciada al fondo. El tholos del Término ha sido reconstruido entre febrero y marzo de 2000 por la Consejería de Cultura, se data en 2.400-2.000 a. C. y sus paredes están cubiertas con grandes placas de pizarra verticales. Presenta una cámara circular de 3’50m. de diámetro y 2’30 m. de alto, y una cámara secundaria más pequeña y baja (2 m. de diámetro), comunicada por un largo pasillo. Finalmente la Cueva del Vaquero, excavado en 1902 por George Bonsor, tiene una longitud total de 13 m. (10’30 m. el pasillo y cámara de 2’70 m de diámetro). El pasillo, forrado de pequeñas lajas de pizarra, tiene forma trapezoidal, abriéndose en una cámara circular con una cámara pequeña anexa de menores dimensiones.15

Junto a la zona de los dólmenes se localiza una necrópolis romana, lo que indica

12 BARRIONUEVO Francisco José y SALAS, Jesús: “El catálogo de dólmenes en la provincia de Sevilla”, PH: Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, año 8, n.º 31, 2000. 13 CABRERO GARCÍA, R.: "Tipología de sepulcros calcolíticos de Andalucía Occidental", Huelva Arqueológica, n.º 7, Huelva, 1985 y El Fenómeno Megalítico en Andalucía Occidental, (Tesis doctoral microfilmada), Universidad de Sevilla, 1998, y GARCÍA SANJUÁN, L. - HURTADO PÉREZ, V.: "Ruinas con grandes piedras. Teorías y realidades sobre el megalitismo", en FERNÁNDEZ CARO, José Juan (coord.): El megalitismo. Conjuntos megalíticos de Valencina de la Concepción y Gandul, (Alcalá de Guadaíra) Cuaderno Didáctico del Profesorado, Sevilla, 2003. 14 FERNÁNDEZ CARO, José Juan (coord.): El megalitismo. Conjuntos megalíticos de Valencinade la Concepción y Gandul, (Alcalá de Guadaíra), Sevilla, 2003.15 AMORES CARREDANO, Fernando: Carta arqueológica de Los Alcores, Sevilla, 1982 y “Arqueología en Alcalá de Guadaíra”, I Jornadas de Historia de Alcalá de Guadaíra, Alcalá de Guadaíra, 1987.

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una continuidad en el uso del territorio, al igual que la ciudad romana se superpone al poblado ibero y calcolítico. Entre sus tumbas más características destaca un mausoleo turriforme cilíndrico del siglo I d. C., excavado y reconstruido parcialmente por Fernando Amores y Víctor Hurtado en 1982. A su alrededor, al igual que en los túmulos, se localizan tumbas "satélite" cubiertas estas con tégulas dispuestas a dos aguas.16

3. La mesa de Gandul El “oppidum” de la Mesa de Gandul es uno de los poblados más importantes del

Bajo Guadalquivir con un desarrollo temporal que abarca desde el Calcolítico hasta el s. VI d. C., a juzgar por los restos arqueológicos localizados.17 El asentamiento de la mesa de Gandul cubre 56 hectáreas y presenta una superposición de restos calcolíticos, tartésicos, iberos y romanos superpuestos. Un análisis superficial permite reconocer en la mesa diferentes zonas de ocupación. En toda su superficie se localiza cerámica ibérica y romana, con una densidad mayor en la parte central, estando especialmente representados los materiales constructivos romanos y la cerámica industrial (ánforas). En menores proporciones encontramos cerámica ibérica, “terra sigillata”(sudgálica e hispánica) y algunas teselas. En la zona situada al norte de las defensas principales parece localizarse una zona de forja de metal, a juzgar por los restos de escoria localizados y la escasez de ladrillos y tégulas. La zona situada al oeste del Toruño presenta una densa concentración de cerámica, especialmente deteriorada, lo que permite suponer la existencia de alfares. Al norte del Toruño, junto a la fortificación exterior, se ha localizado un cementerio visigodo. 18

La muralla que protegía la ciudad por la cara norte de la mesa, presenta un corto muro de unos 2 m. altura que discurre adaptándose a la línea de desnivel del relieve. Está construida con mampostería por aproximación de hiladas con perfil trapezoidal. El origen de esta estructura defensiva se ha interpretado como respuesta a la tumultuosa época de mediados del I milenio a. C., ante la llegada de los pueblos colonizadores, el desarrollo del comercio de los metales y el origen de la sociedad ibérica. Esta muralla está reforzada por 3 bastiones troncocónicos, como torreones defensivos, dos menores, de unos 8 m. de altura, que flanquean una posible puerta datable en el Bronce Final, y un bastión principal ubicado en el extremo noroeste de la mesa, denominado Toruño (derivación de Turris) correspondiente a finales del periodo Calcolítico o inicios del Bronce. Algunos autores, dado su carácter relevante al sobresalir sobre toda las restantes construcciones y ser ampliamente visible desde toda la necrópolis, le han atribuido un carácter religioso.19

La línea de fortificaciones exteriores forma un grueso muro de unos 2 m. de ancho de sillares y piedras irregulares con muros cruzados, similar a la muralla de casamatas de modelo cartaginés del Castillo de Doña Blanca, en el puerto de Santa

16 AMORES, Fernando y HURTADO, Víctor: “Excavaciones de un mausoleo circular en Las Canteras (Alcalá de Guadaíra, Sevilla), Habis, n.º12, 1981.17 PELLICER, M. y Hurtado V.: "Excavaciones en la Mesa de El Gandul (Alcalá de Guadaíra)", Anuario arqueológico de Andalucía 1986, Sevilla, 1987.18 ESCACENA, José Luis y FERNANDEZ, Guiomar: "Tartessos fortificado", Fortificaciones en el entorno del Bajo Guadalquivir, Alcalá de Guadaíra, 2001.19 KEAY, Simon: "Fortificaciones en el Bajo Guadalquivir durante el final de la Edad del hierro y la época romana inicial", Fortificaciones en el entorno del Bajo Guadalquivir, Alcalá de Guadaíra, 2001.

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María. A juzgar por las monedas cartaginesas encontradas, la ciudad pudo servir, al igual que Carmona, como acuartelamiento de las tropas cartaginesas durante la segunda mitad del s. III a C. antes de la batalla de Ilipa (206 a C.).20 Muy cerca de esta muralla, a unos 300 m. al norte del Toruño, se ha localizado una depresión de forma elíptica que algunos autores identifican con la base de un pequeño anfiteatro, que precisa confirmación arqueológica.21

Tanto en la Mesa como en las villaes se han hallado restos de edificios con abundante cerámica republicana e imperial (especialmente significativa es la terra sigilata), monedas, fragmentos de estatuas y mosaicos; de construcciones urbanas (cisternas, muros de casas y templos, capiteles, restos de una fuente en la vaguada norte de la Mesa; y de un posible anfiteatro situado al noroeste, entre la ciudad y el mausoleo circular. Actualmente toda la mesa está cercada como coto privado de caza, discurriendo la cerca junto al camino del desmantelado ferrocarril Sevilla-Carmona, que recorría toda la cornisa de Los Alcores.22

4. La aldea de Gandul La actual población de Gandul se ubica al oeste de la mesa en una pequeña

vaguada excavada por el arroyo surgido de una fuente que mana hacia la Vega. La población se fue asentando a ambos lados de la calle principal, denominada real, dispuesta en el seno de la vaguada. Desde el s. XVI, en que parece alcanzar su máximo tamaño con unas 60 casas, el poblado ha ido perdiendo población, quedando reducido en 1840, cuando pasó a ser pedanía de Alcalá, a una docena de casas.23 Entre los edificios monumentales destacan la posada, donde se detuvo Washington Irving en su camino a Granada, como recoge en su obra Cuentos de la Alhambra, el edificio municipal que ejerció las funciones de casa consistorial, pósito y cárcel, la capilla de la Vera Cruz, que fue utilizada como cementerio, la iglesia mudéjar de S. Juan Evangelista, una gran torre bajomedieval de tapial, muy alterada en su parte alta, y el palacio de los marqueses de Gandul, un magnífico ejemplo de las construcciones rurales protobarrocas andaluzas de principios del siglo XVII, que marcarían el modelo para la arquitectura de las haciendas barrocas del XVII y el XVIII. A lo largo del río se encuentran diversos molinos. Algunos de ellos son mudéjares, aunque reformados en los siglos XVII y XVIII. Hoy se encuentran abandonados, ocultos entre las acacias y las zarzas, y han sido convertidos en graneros y almacenes.

5. Los cuadernos didácticos

20 PLIEGO VÁZQUEZ, Ruth: “Sobre el Reclutamiento de Mercenarios Turdetanos: el Campamento Cartaginés de el Gandul (Alcalá de Guadaira, Sevilla)”, Habis, n.º 34, 2003. 21 AMORES CARREDANO, Fernando: Carta arqueológica de Los Alcores, Sevilla, 1982.22 BUERO, Soledad, FLORIDO, Concepción y DOMÍNGUEZ, Francisco:"Prospección arqueológica superficial del término de Alcalá de Guadaíra. Sevilla, campaña 1987", Anuario arqueológico de Andalucía, II, 1989.23 NAVARRO DOMÍNGUEZ, José Manuel: “La crisis del poder señorial en el tránsito del Antiguo al Nuevo Régimen. La casa de Arcos-Osuna en la campiña sevillana", XIV Congreso Hespérides,Priego de Córdoba, 1998 y “La desvinculación señorial en la comarca de los Alcores", Villas, monasterios y señoríos. Estudios sobre el régimen señorial, Sevilla, 2003 y LÓPEZ PÉREZ, Francisco: Gandul en el horizonte, Sevilla, 2004.

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La serie dedicada al estudio del yacimiento de Gandul está compuesta por tres cuadernos: uno para el alumnado de Educación Primaria, otro para el de Educación Secundaria Obligatoria y el tercero para el profesorado; todos integrados dentro de la colección de cuadernos didácticos sobre patrimonio que edita el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra.

El Cuaderno de Educación Primaria pretende motivar al alumno a través de un cuento, cuyo protagonista, Panva (de las palabras pan y vagón), nos transporta a través del tiempo, partiendo de la actualidad, conociendo el medio físico e histórico de Gandul hasta introducirnos en el mundo de nuestros antepasados de la Prehistoria. El objeto final de la narración es conocer la vida de los primeros pobladores de la zona, con las tumbas o dólmenes como prueba y justificación de los primeros asentamientos humanos. El cuaderno está realizado para trabajarlo sobre el mismo soporte, coloreando y haciendo sus actividades en el aula y en el propio yacimiento y sirve de referencia para la visita del lugar según el esquema de la ruta propuesta. El tiempo de realización puede estar repartido en varias sesiones. Se propone una primera sesión, principalmente motivadora, con la lectura del cuento y el análisis de la situación física del lugar mediante fotografías y comentarios. Otras sesiones se orientan a profundizar en la lectura, realizar las actividades y trabajo plástico de colorear y completar juegos. Por último se ofrecen pautas para la realización de la visita a la zona y la evaluación de lo aprendido en el aula.

El cuaderno destinado a Educación Secundaria Obligatoria supone una ampliación del contenido base del anterior. Con él se profundiza en el conocimiento de las características geológicas y el paisaje natural de la zona y las distintas etapas y épocas históricas que podemos rastrear en Gandul y la zona de Los Alcores, así como debatir y conocer su situación actual. Las actividades abarcan una gran variedad de aspectos como el estudio de las características geográficas de los Alcores, con particular atención al área de Gandul, el análisis de los aspectos culturales relacionados con cada una de las épocas históricas que han dejado su huella en la zona y la visita a los elementos patrimoniales más destacados (como los dólmenes, el columbario, el poblado, la antigua vía férrea o el palmar). Dicho estudio se completa con actividades dedicadas al fomento de habilidades propias de las Ciencias Sociales y Naturales como la interpretación de planos, mapas y ejes cronológicos, la observación y análisis de elementos destacados de edificios o paisajes, la elaboración de pequeños informes, sintetizando información y la adquisición y manejo adecuado del vocabulario técnico preciso.24

El Cuaderno del Profesor recoge la propuesta de trabajo, desglosando objetivos y contenidos, y ofrece orientaciones didácticas para el profesorado de Educación Primaria y Secundaria. Pretende ser una herramienta abierta a otras propuestas y puntos de vista, pudiendo trabajarse con la flexibilidad que cada docente crea más oportuna según el alumnado y el tiempo disponible. Además se expone, de forma necesariamente resumida, la ingente cantidad de información académica publicada sobre el yacimiento. En el primer apartado se analizan, con ayuda de gráficos y mapas, las principales características geográficas y ecológicas del medio natural de la comarca de Los Alcores, con particular atención a las peculiaridades que presenta el paisaje de la zona de

24 GRUPO DE INVESTIGACIÓN EN LA ESCUELA: Proyecto Curricular “Investigación y Renovación Escolar” (IRES), Sevilla, 1991 y HERNÁNDEZ MARTÍNEZ, A.: “El tratamiento didáctico del patrimonio artístico en la ESO y en el Bachillerato” en CALAF, R. y otros: Aspectos didácticos de Ciencias Sociales (Arte), Zaragoza, 1998.

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Cuadernos didácticos para el estudio de Gandul (Sevilla)

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Gandul. A continuación se ofrece un recorrido por las principales etapas de evolución histórica del yacimiento, estudiando el asentamiento prehistórico, los restos conservados de época romana y del período musulmán, la formación del señorío medieval, su evolución con la familia Jáuregui, la situación de la aldea a fines del Antiguo Régimen, su proceso de incorporación al término de Alcalá en 1840, la instalación de la línea del ferrocarril Sevilla – Alcalá – Carmona y el abandono definitivo de la aldea. Finalmente, en un tercer apartado se analizan detalladamente los principales hitos patrimoniales del yacimiento, prestando especial atención a la necrópolis megalítica, la mesa, la necrópolis romana y la aldea de Gandul. Toda esta información se completa con un amplio glosario de términos técnicos y un plano de las principales rutas de acceso desde las localidades cercanas.

6. Orientaciones didácticas Para conseguir un aprovechamiento educativo integral del patrimonio estudiado

debemos orientar el uso didáctico hacia la consecución de los objetivos de conocimiento planteados en la programación didáctica, explotando las posibilidades que ofrece de mejorar el conocimiento conceptual, de aplicar procedimientos de estudio y de concienciar al alumnado sobre la importancia de conservar adecuadamente el patrimonio. De esta forma el estudio del patrimonio en el medio escolar debe ser una más de las actividades desarrolladas en el marco de la programación curricular. La información aportada debe ser significativa, estar plenamente relacionada con la materia trabajada en clase y responder a los parámetros del currículum desarrollado en las restantes actividades docentes durante el curso.25

El grupo parte de la base de considerar el ámbito local como el marco más adecuado para la didáctica del patrimonio histórico-artístico por ser el más cercano al alumno, tan próximo que en muchos casos se encuentra vinculado mediante lazos afectivos. El patrimonio local ofrece la ventaja de ser un elemento de referencia próximo, exponiendo ejemplos de formas, símbolos, estilos, épocas históricas y elementos geográficos, materializados en la realidad cotidiana, inmediata al alumnado. De este modo puede constituir un excelente puente entre la compleja realidad del mundo académico y el claro y evidente del marco personal o social.

Así podemos iniciar el trabajo con los alumnos partiendo de un objeto de interés próximo a su mundo de referencia cotidiano, o ejemplificar fenómenos complejos, abstractos o lejanos a su ámbito de comprensión mediante referentes que les permitan vincular los grandes aspectos del arte, la geografía o la historia analizados en clase con las referencias más cercanas del pasado existentes en su propia comunidad. Esto resulta especialmente adecuado en el caso de pequeñas localidades que no cuentan con un patrimonio muy espectacular o estudiado, pero que resulta muy relevante por la proximidad, y por constituir un elemento identificador de la localidad. 26

25 BALLESTEROS, E. y otros (eds.): El patrimonio y la Didáctica de las Ciencias Sociales.Cuenca, 2003, FERNÁNDEZ SALINAS, V.: “Finalidades del patrimonio en la educación”, Investigación en la Escuela, nº 56, 2003, y BALLART, J.: El patrimonio histórico y arqueológico: valor y uso, Barcelona, 1997.26 NAVARRO DOMÍNGUEZ, José Manuel: “La cornisa del campanario ¿Es mudéjar o barroca? ¿Por qué trabajar en clase con el patrimonio histórico-artístico local?”, Pakenredes, n.º 1, Alcalá de Guadaíra, 2007.

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Aunque el patrimonio puede abordarse desde un estudio íntegro de aula, mediante materiales sustitutivos, es la visita a los elementos patrimoniales la que permite desarrollar con mayor eficacia el trabajo de análisis, potenciar el aprendizaje de la metodología de estudio y profundizar en los valores de protección y conciencia pretendidos. La visita al elemento patrimonial objeto de estudio sólo constituye una de las actividades de un complejo proceso de aprendizaje. Con objeto de centrar el trabajo durante la visita en el estudio de observación y análisis del patrimonio, la información necesaria para acometer tales actividades con plena eficacia debe trabajarse con anterioridad en clase. Estas actividades ayudan a conectar la visita con el currículum escolar de modo que no quede aislado, como un elemento extraño al discurso escolar. Con ellas se contextualiza el bien o conjunto de bienes del Patrimonio Histórico en el espacio y en el tiempo, es decir, situándolo en el entorno y en el contexto histórico, e incluso se aportan conocimientos sobre el contexto histórico, lenguaje artístico, iconografía, referentes históricos, sociales o geográficos, necesarios para la realización de las actividades y para una mejor compresión del elemento patrimonial a visitar, de modo que el alumno acuda con un bagaje de conocimientos suficientes para aprovechar la visita.27

La explicación del profesor resulta en muchos casos indispensable para exponer datos importantes, situar la obra de arte y exponer interpretaciones complejas del significado, interés social o utilidad en su momento del objeto de arte que se estudia. Pero no deberíamos abusar de este recurso. Puede resultar más eficaz suministrar información a los alumnos mediante actividades de estudio, como el análisis de textos relativos a la sociedad y la época que produjo la obra de arte, para estudiar el contexto, las características, los intereses y mentalidad que pueden reflejarse en la obra de arte o que pueden deducirse a partir de ella. 28

La realización de actividades y ejercicios durante la visita contribuye a interpretarla como una experiencia más de aprendizaje, realizada en este caso, por circunstancias obvias, fuera del aula. Esta actividad docente desarrollada en contacto directo con el patrimonio, por sus características, requiere una técnica de trabajo específica. En líneas generales el alumnado suele tener solamente unas rudimentarias nociones del lenguaje artístico y un conocimiento elemental de las etapas históricas. Saturar la visita pretendiendo abarcar el conjunto completo del yacimiento conseguirá agotar la atención del alumnado y generar la idea del la visita como algo agobiante y aburrido. Consideramos preferible exponer pocos datos claros, precisos y distribuidos adecuadamente a lo largo del recorrido de la visita como apoyo a las actividades de observación, análisis o aplicación de conocimientos. Para ello debemos atender a una selección de los elementos presentes en el recorrido, centrar la atención en los elementos y detalles importantes y seleccionar de forma adecuada los focos de atención, mediante actividades de análisis, observación y descripción.29

27 NAVARRO DOMÍNGUEZ, José Manuel: “Los espacios del poder. Castillos y châteaux. Una experiencia internacional de docencia en recintos fortificados”, Conservación y difusión de Entornos Fortificados, Alcalá de Guadaíra, 2003. 28 NAVARRO DOMÍNGUEZ, José Manuel: “Unas notas sobre el uso didáctico del patrimonio histórico- artístico”, Taula d´Història: El Valor Social y Educativo de la Historia, Barcelona, 2007.29 CUENCA, J.M.: El patrimonio en la Didáctica de las Ciencias Sociales. Concepciones, dificultades y obstáculos para su integración en la enseñanza obligatoria, Huelva, 2002, ESTEPA, J.: “El patrimonio en la Didáctica de las Ciencias Sociales: obstáculos y propuestas para su tratamiento en el aula.” Iber, n.º 30, 2002, HERNÁNDEZ, F. X, PIBERNAT, L. y SANTACANA,

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El material de trabajo permite analizar más en profundidad el patrimonio y vincularlo directamente con la actividad docente. La visita se convierte así en un proceso investigativo planificado, en contacto directo con los elementos patrimoniales, que permite completar la tarea desarrollada en clase, aplicando los conocimientos obtenidos, reforzándolos o ampliando el espectro de datos acumulados.

Tras la vista llega el momento de sintetizar en el aula los datos obtenidos mediante el trabajo de campo, recogidos en las fichas o el cuaderno de observación, contrastar la información obtenida por las distintas vías, integrarlos con los que se tenían previamente al desarrollo de la visita y los que puedan obtenerse en libros, páginas web, o el material suministrado por el profesor y extraer conclusiones sobre los interrogantes planteados.30

Lógicamente esta actividad final puede adoptar múltiples formas, desde un cuestionario buscando soluciones a los problemas e interrogantes planteados, a la elaboración de un informe completo sobre el elemento patrimonial analizado siguiendo un guión previo. En función del nivel educativo del alumnado, el objeto patrimonial analizado, los objetivos didácticos que se pretendan, las capacidades de los alumnos o la planificación didáctica general del currículum el profesor puede diseñar el modelo más adecuado.

Resulta aconsejable combinar actividades diversas a la hora de abordar el análisis de un bien patrimonial con objeto de que el alumno pueda combinar el estudio desde ópticas diferentes y complementarias. Entre un amplio abanico de posibilidades podemos integrar actividades de observación y descripción de las principales características del edificio visitado, o de los cuadros, esculturas o grabados del museo o exposición; la realización de fotografías o dibujos de elementos significativos; el análisis de la simbología o la iconografía; la comparación de lo observable directamente durante la visita con otros elementos, edificios o cuadros, que pudieron ser precedentes o que comparten unas características comunes, y que el alumno analice estas semejanzas e influencias; o realizar análisis de textos, gráficos o mapas referentes o vinculados al elemento analizado. Finalmente, toda la información obtenida debería quedar recogida en una ficha o informe resumen, en donde el alumno plasme el conocimiento que ha sido capaz de elaborar mediante su reflexión personal a partir de los datos manejados y las conclusiones obtenidas en las actividades.31

Con este ciclo de actividades el alumno tiene la oportunidad de trabajar con diferentes elementos, debatir con sus compañeros hipótesis diferentes, estudiar las fuentes y resolver las actividades planteadas construyendo sus propias explicaciones siguiendo un método crítico. De este modo se trabaja al mismo tiempo con los elementos conceptuales y se potencia el dominio de aspectos metodológicos propios del área.

La realización de actividades en pequeños grupos permite a los alumnos aprovechar las ventajas del trabajo colaborativo, desarrollando las técnicas de

J.: “La historia y su método. Fundamentación epistemológica de una didáctica del Patrimonio”, Íber, n.º 17, 1998 y PÉREZ-JUEZ, A.: “El yacimiento como recurso didáctico: acondicionamiento, restauración, reconstrucción y otras ideas”, Apuntes de Arqueología, n.º 7, 1999. 30 MORALES, J.: Guía práctica para la interpretación del Patrimonio. El arte de acercar el legado natural y cultural al público visitante, Madrid, 1998.31 NAVARRO DOMÍNGUEZ, José Manuel: Factores para un uso didáctico eficaz del patrimonio”, IV Jornadas de patrimonio histórico y cultural de la provincia de Sevilla, Sevilla, 2008.

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cooperación y las habilidades necesarias para llevar a cabo un trabajo en común, distribuir las diferentes tareas, intercambiar información, adquirir responsabilidades ante sus compañeros y aprender a cooperar cada uno desde una función específica en la consecución de un objetivo común. En este sentido resulta eficaz diseñar los cuestionarios con actividades diferenciadas, ofrecer items en distintos formatos (documentos, imágenes, libros, páginas web) y marcar diferentes puntos de interés y lugares de visita, de modo que el equipo pueda realizar tareas combinadas. Los alumnos aprenden pronto a distribuir entre los miembros del equipo las tareas que deben realizar y a poner en común los datos obtenidos para completar las actividades. 32

La idea central del grupo a la hora de elaborar estos cuadernos ha sido integrar plenamente el estudio del patrimonio en los procesos educativos, como recurso, objeto y contenido de enseñanza, comenzando por un elemento patrimonial próximo al alumnado, que además se encuentra fuertemente amenazado. Se pretende con ello que el alumnado conozca el patrimonio natural y cultural, se interese por profundizar en su comprensión y adquiera una clara conciencia de la necesidad de respetar sus huellas. Con ello quizás consigamos transmitir a nuestros alumnos nuestra preocupación por la conservación de un espacio tan maltratado y expoliado a través de los tiempos y potenciar en ellos una conciencia clara como ciudadanos, que pueda llevarles a mostrar un interés por su preservación.

32 GONZÁLEZ MONFORT, Neus y PAGÈS I BLANCH, Joan: “Algunas propuestas para mejorar el uso didáctico del patrimonio cultural en el proceso de enseñanza-aprendizaje”, Journées d’études didactiques de la géographie et de l’histoire, 2005 y ESTEPA, J., WAMBA, A.M. y JIMÉNEZ, R.: “Fundamentos para una enseñanza y difusión del patrimonio desde una perspectiva integradora de las Ciencias Sociales y Experimentales”, Investigación en la Escuela, 56, 2005.

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ANUARIO DE HESPÉRIDES. INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS E INNOVACIONES DIDÁCTICAS (Málaga), vol. 17-18, págs. 127-135.

CRISTINA DE NORUEGA Y FELIPE DE CASTILLA, UN MATRIMONIO DE ALIANZA POLÍTICA EN LA EUROPA

MEDIEVAL

Miguel Ángel Núñez BeltránI.E.S. Macarena. SEVILLA

Frente a la Colegiata de San Cosme y San Damián de la villa burgalesa de Covarrubias se erige hierática desde 1978 la dulce figura de una mujer. Llama la atención del visitante el ramo de flores junto a un paño de fondo rojo con borde blanco y una cruz azul, que resulten ser los colores de la bandera de Noruega. Una leyenda explica que se trata de Cristina de Noruega, una princesa que recaló en la corte castellana en el siglo XIV, durante el reinado de Alfonso X, posteriormente llamado el Sabio, y cuyos restos reposan en un sepulcro gótico de piedra labrada con una arquería de diez vanos y un friso superior de roleos. Descansa allí desde 1262 por voluntad de quien fue su esposo, el infante don Felipe, hermano del citado rey y, con anterioridad, hasta los 21 años abad de la Colegiata y, después, antes de renunciar a la iglesia y contraer matrimonio, arzobispo electo de Sevilla.

La curiosidad obliga al visitante a indagar sobre los acontecimientos que hicieron que esta princesa llegase desde el lejano frío nórdico a residir en la asfixiante Sevilla, donde murió entre añorante pena y falta de adaptación a un clima tan distinto. Es esto lo que se va a intentar exponer en esta páginas.

Son conocidas las numerosas relaciones, selladas por lo general con vínculos matrimoniales, de la corona de Castilla y León durante la Plena Edad Media con los Staufen alemanes. Estas relaciones llegan a su cumbre con la candidatura del rey Alfonso X al trono del imperio alemán. Coetáneo de este rey castellano es Haakon IV de Noruega, casado con Margarita Skulesdatter, padre de la princesa Cristina. Los problemas derivados del comercio, fuerzan al monarca noruego, para garantizarse la importación del grano necesario para su reino, a diversos compromisos bien con el emperador Federico II, bien con las ciudades de la Hansa, Lübeck en particular. A la

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muerte del emperador Conrado IV en 1252, sucesor de Federico II, Alfonso X presenta sus credenciales como candidato a emperador del Sacro Imperio, lo que conlleva todoun proceso, que concluye en fracaso, conocido como el “fecho del imperio”. Es en medio de estos hechos cuando se produce la estrecha e interesada relación entre Castilla y Noruega1

Alfonso X, como hijo de Beatriz de Suabia, se consideraba heredero de la Casa de Suabia

.

2

1 Los asuntos relativos a esta interesada relación, con alusión a las anteriores relaciones de Castilla con los Staufen, pueden leerse en el artículo del profesor Ángel G. Gordo Molina, La Princesa Kristina de Noruega en la corte del rey Alfonso X de Castilla y León. La persecución de objetivos políticos e ideológicos por la vía de las alianzas matrimoniales. Este mismo artículo presenta una amplia bibliografía sobre las relaciones diplomáticas de Castilla en la Edad Media.

. Por ello, presentó su candidatura al trono imperial. Era el tiempo de la búsqueda de apoyos internacionales y conseguir el compromiso de los príncipes electores para su causa. Todo ello a base de promesas políticas y económicas, que significó un auténtico derroche de dinero con el objetivo de asegurar la fidelidad de sus partidarios en Alemania frente al otro candidato, Ricardo de Cornwall, hermano del rey inglés Enrique III. A comienzos de 1257 el requerimiento de Alfonso X fue aceptado en Roma, de manera que el papa Alejandro II alienta a los electores a favor del rey castellano. Arnaldo de Isenburg, arzobispo de Tréveris y uno de los siete electores, proclama el uno de abril de este año a Alfonso X como emperador; éste aceptó la designación en a una embajada de sus partidarios comprometiéndose a trasladarse a Alemania a fin de tomar posesión. Desde entonces se tituló rey de los Romanos. Al mismo tiempo era también elegido emperador su adversario Ricardo de Cornwal. La diplomacia castellana inició una carrera frenética para que se llevase a cabo la coronación definitiva de Alfonso X. Buscó adhesiones por toda la Europa cristiana. De esta forma se produce la alianza con Haakon IV, rey de Noruega. Los intereses de éste eran, como se afirmó anteriormente, disponer de unas condiciones ventajosas para la necesaria importación de grano a su reino. Aunque no desea la enemistad con Inglaterra, finalmente aceptó la alianza con el rey castellano. Mediante este pacto, Alfonso X se comprometía a defender a Noruega en caso de guerra contra cualquier país, excluyendo frente a Francia, Aragón o Inglaterra; a su vez, Haakon ayudaría a Castilla contra cualquier enemigo, a excepción de Dinamarca, Suecia o Inglaterra. Castilla lograba protección contra la nobleza del norte de Alemania que se oponía a sus pretensiones imperiales. Se sellaba la alianza mediante el matrimonio de la hija del rey nórdico, Cristina, con un hermano, a elegir, del rey castellano. La complicación de la coyuntura internacional, y la falta de apoyo del nuevo papa Urbano IV, propició un ambiente desfavorable e hizo que todo concluyese en fracaso. No obstante, la alianza entre Noruega y Castilla se había llevado ya a cabo y una princesa del reino nórdico se casó con un infante castellano y se afincó en Sevilla en 1258. Se hace preciso recordar la evolución de estos acontecimientos, que, si bien no marcan la historia de estos dos países, sí supuso la puesta en juego de una interesante labor diplomática y el mantenimiento a lo largo de la historia de unas relaciones entre Noruega y la villa de Covarrubias materializada en una fundación cultural y la futura construcción de una

2 Los asuntos relativos al “fecho del imperio” pueden consultarse en obras específicas relativas a Alfonso X, tales como las obras de A. Ballesteros Barettas (Alfonso X el Sabio. Academia Alfonso X el Sabio. Murcia. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid, Salvat Ed., 1963 o de M. González Jiménez (Alfonso X el Sabio. Barcelona, Ariel, 2004) o bien en artículos específicos como el de Arantxa Serantes, Las pretensiones de Alfonso X a la corona imperial (archivo en internet).

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Cristina de Noruega y Felipe de Castilla

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iglesia en honor de San Olaf, “rey perenne”, rey evangelizador de Noruega, antiguo predador de las costas gallegas3

Esta alianza entre dos grandes reyes europeos medievales resplandece además por ser dos monarcas amantes de las letras. Si conocida es la labor intelectual de Alfonso X –no en vano se le llama “el sabio”-, no es menor la labor cultural llevada a cabo por Haakon IV, responsable de la traducción de numerosos textos del latín, del francés y otras lenguas al noruego y de introducir el espíritu costesano al estilo europeo en Noruega. Además puede que no sea totalmente casual el hecho de que dos de los protagonistas de las embajadas, noruega y castellana, se hubiesen conocido en la Universidad parisina de la Sorbona y que ambos fuesen después consejeros de sus respectivos reyes. A saber, el obispo Peder de Hammar, consejero personal del rey noruego y Sira Ferrant, notario-consejero del rey español, quien estaría a la cabeza de la expedición española que acompañaría a Cristina hasta Castilla.

.

Quizás por cuestiones formales, con el intento de no mostrar un compromiso cierto, a ojos de las potencias europeas, las crónicas noruegas señalan al rey Haakon “el joven”, hijo de Haakon IV4 como responsable del envío de una embajada a Castilla en 1255. Sin embargo, no sería aventurado afirmar la influencia que en ello tuvo el obispo, antiguo estudiante parisino e influyente hombre en la corte noruega, así como su condiscípulo en la corte castellana, como abanderado de que esto se llevase a cabo; quizás los dos fuesen fraguadores de los contactos entre ambas cortes. El historiador V. Almazán5

En verano de 1255 el rey Haakon “el joven” envía una embajada al rey de Castilla, Alfonso X el Sabio, al frente de los cuales iba un sacerdote, Elías, “con halcones y otras cosas difíciles de conseguir allí” (V. Almazán, 1982: 104). Los emisarios fueron recibidos por la corte castellana cordialmente y permanecieron algún tiempo.

detalla el asunto de las embajadas entre Noruega y España, el asunto del viaje y la boda de la princesa Cristina con el infante don Felipe, desarrollado en un periodo que va entre 1255 y 1258.

En 1256, el rey Alfonso responde con una embajada a Noruega presidida por Sira Ferrant, ya que “quería hacerse amigo del de Noruega y cimentar fuertemente esta amistad” (V. Almazán, 1982: 104). Con tal objeto, la comitiva es portadora de una misiva en la que se solicita la mano de la princesa Cristina para uno de los hermanos del rey. En este intervalo, ya en 1257, se produce la muerte inesperada de Haakon “el

3 Esta fundación se constituye en España de acuerdo a lo establecido por el Ministerio de Cultura según la “Orden de 27 de mayo de 1995 por la que se clasifica e inscribe como fundación cultural privada, con el carácter de benéfica, la denominada fundación Princesa Cristina de Noruega” (B.O.E. núm. 38 de 14 de febrero de 1995). 4 Como indica Vicente Almazán en la obra citada anteriormente, durante los siglos XI y XII en varias ocasiones gobernaron Noruega más de un rey. Tal es el caso de Haakon IV, “el viejo” y su hijo Haakon, “el joven”, que recibió el título de rey en 1240 hasta su muerte en 1247.5 La saga islandesa llamada Hákomar Hákonarsonar escrita por los años 1264-1265 relata con detalle las relaciones de Noruega con Castilla y el viaje de la princesa (KUNT HELLE: Hákomar Hákonarsona:Kulturhistorisk Leksikon for Nordick Middelalder fra Vikingetid til Reformationtid, Copenhague, 1956). Al no existir traducción de esta obra puede verse el siguiente artículo sobre este asunto basado en este mismo libro: ALMAZÁN, V.: “El viaje de la princesa Cristina a Valladolid (1257-58) según la saga islandesa del rey Haakon”. Archivos leoneses, Nº 73, León, 1983, pp. 101-110. En él aparecen comentarios, traducciones y biografía sobre el viaje y sus antecedentes y de él nos servimos en la narración de este apartado.

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joven”, a quien le asistió en última instancia un médico que acompañaba a los castellanos, pero sin lograr curarlo.

Haakon IV convoca en Tönsberg “al arzobispo y a todos los sabios que había en el país para que lo aconsejaran sobre la respuesta que habría que dar a la petición que habían traído del rey de España al rey y a la princesa (...) muchos de los sabios dijeron que aquella petición de boda era muy honrosa si tenían suerte (...) el rey decidió dar una respuesta afirmativa y mandar a la princesa Cristina, su hija, a España” (V. Almazán, 1982: 105-106). Se preparó el viaje con un séquito formado por el obispo Pedro de Amar y el dominico Simón; Ivar Englisson, Thorleif el Enojado, Lodin el Rizo y Amundi Haraldsson. Les acompañaban más de cien hombre y numerosas damas. Para ello, mandó equipar una gran nave con camarotes, distribuidos a un lado para la princesa y al otro para Ferrant, pues éste, debido al mareo, no podía permanecer en cubierta. La comitiva sale de Tönsberg.

El primer atraque se realiza en las costas inglesas de Yarmouth. De aquí, atravesando el canal de La Mancha, toman tierra en Normandía. Se dirigieron a entrevistarse con el rey de Francia, quien, tras recibirlos con cortesía, les ofreció un guía para continuar viaje hasta Narbona y pasar de allí a Cataluña. En la corona de Aragón los trataron con todos los honores (hay que tener en cuenta que el rey don Alfonso X era yerno de Jaime I, rey de Aragón). Llegaron a Gerona, después a Barcelona donde la princesa fue recibida con toda clase de atenciones por el propio rey, quien ordenó que fuera agasajada en todas las ciudades por las que pasaba.

A Castilla llegó dos días antes de la Navidad de 1257. Soria fue el primer destino. El infante Luis, hermano del rey, y el obispo de Astorga salieron a su encuentro. En Burgos estaban el día de Nochebuena y se hospedaron en el Monasterio de Las Huelgas, en el que era abadesa doña Berenguela, hermana del rey. En este lugar celebraron la Navidad6

La princesa Cristina queda en Castilla bajo la protección y tutela del rey castellano. Ella misma se preguntaría sobre lo que le esperaba en el reino hispánico, adonde acudía para contraer un matrimonio que sellase un acuerdo político entre Noruega y Castilla. Sus interrogantes fueron dilucidándose pocas semanas después.

. El cuarto día de Navidad el séquito de la princesa salió de Burgos, encontrándose con el rey Alfonso que la acompañó con su ejército hasta Valladolid. Fue en esta ciudad cuando el rey castellano recibió un mensaje del rey de Aragón, su suegro, pidiéndole la mano de la princesa. Tras consultárselo a su esposa, e hija de Jaime I de Aragón, doña Violante, y tratarlo así mismo con la princesa y los noruegos, se dio una respuesta negativa, debido a que “el rey estaba entrado en años”.

El rey Alfonso hace de anfitrión y presenta sus hermanos7

6 La saga islandesa relata que la princesa Cristina entregó a doña Berenguela como regalo un cáliz, idéntico a otro que con que obsequió en la ciudad francesa de Rouen. As su vez la abadesa le regaló “siete sillas de montar para damas muy adornadas y un dosel”.

solteros entre, según el pacto, debía Cristina elegir a quien sería su esposo. Parece que la elección fue rápida.

7 Fernando III casó en dos ocasiones. De su primer matrimonio, con Beatriz de Suabia, nacieron siete hijos (Alfonso, Fadrique, Fernando, Enrique, Felipe y Manuel) y tres hijas (Leonor, Berenguela y María); de su segundo matrimonio, con Juana de Ponthieu le nacieron cuatro hijos (Fernando, Luis, Simón y Juan) y una hija (Leonor). En la presentación que Alfonso realiza se describe a Fadrique, el mayor de los hermanos, como “un hombre intrépido, un buen caballero y excelente deportista. De esto último le venía una cicatriz que tenía en el labio. Sin embargo, su hermano Enrique era el que mejor montaba a caballo, pero no había que tenerlo en consideración porque se había sublevado contra él y contra su padre y hacía la guerra entre ellos. También de Sancho, elegido para arzobispo de Toledo, dijo que era un hombre bueno y digno. De Felipe dijo que había sido elegido para arzobispo de Sevilla, pero que su naturaleza no

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Cristina de Noruega y Felipe de Castilla

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A través de la crónica de la saga islandesa puede leerse entre líneas que el trato del infante Felipe con el séquito noruego era bastante constante, debido tal vez al enamoramiento mutuo que se produjo, de inmediato, entre rubia princesa Cristina y el infante Felipe.

Conviene, sin duda, adentrarse, antes de continuar, en la biografía del infante don Felipe. Era el quinto hijo varón de Fernando III y de Beatriz de Suabia nacido en 1227 ó 1228. Desde su infancia fue destinado por su padre a la carrera eclesiástica. Por influencia de su abuela, doña Berenguela, se encomienda su educación al arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada. Éste a los doce años le concede una canonjía en la catedral de Toledo.

En 1240 continúa su formación con el canciller real, don Juan, abad de Valladolid y Santander, obispo de Osma y después de Burgos. También se le asigna al infante un beneficio en esta catedral. En 1243 fue nombrado abad de Castrogeriz y, también en ese mismo año, abad de Valladolid. El papa Inocencio IV le confirmó esta nueva dignidad y beneficio y le facultó, contra los cánones eclesiásticos, para poseer aún dos o más prebendas con cura de almas.

A finales de 1244, acompañado por el canciller real Juan, marchó a París, para estudiar en su Universidad. Continuó su acumulación de beneficios eclesiásticos. En 1245 el papa le autorizó a recibir un beneficio en Compludo (Astorga) y en San Salvador del Campo de Muga (Palencia). En 1246 el cabildo de Osma lo eligió por obispo, pero Inocencio IV, esta vez por su falta de edad y porque era mejor que siguiera estudiando en París, no lo aprobó.

Vuelto a Castilla no muestra síntomas de vocación religiosa y acompaña a su padre en diferentes empresas guerreras; no obstante, en 1249 Fernando III lo propone como abad de Covarrubias. Según parece, don Felipe no tomó parte en la conquista de Sevilla, aunque esto no fue obstáculo para que obtuviese cuantiosos bienes en su Repartimiento. Se le concedieron, entre otras cosas, trescientas aranzadas de olivar en Buyena, llamada Santa María por su hermano Alfonso, y veinte yugadas de pan en Charrona, situada en término de Tejada, en el Aljarafe. Su carrera eclesiástica culminaría en 1249 al ser elegido por su padre, Fernando III, para ocupar la restaurada sede hispalense. En 15 de enero de 1250, en los fueros dados por Fernando III a Sevilla, aparece ya el infante don Felipe como procurator Ecclesiae Hispalensis. El 24 de junio de 1251, en una bula de Inocencio IV a la catedral hispalense, es denominado obispo electo de Sevilla. Este mismo papa, en 23 de agosto, le permite usar la mitra y el anillo, aunque no había recibido la consagración episcopal.

Durante los años de su nominación como arzobispo de Sevilla tuvo lugar la dedicación de la catedral, el 11 de marzo de 1252, y su dotación en este mismo año; así como la concesión de los primeros estatutos y constituciones a la catedral y su cabildo. La administración de la nueva diócesis fue encomendada a don Remondo de Losaña, obispo de Segovia, confesor y canciller mayor de Fernando III.

Sin embargo, pronto se demostró que el infante don Felipe ni tenía cualidades para el clericalato ni quería serlo, de manera que nunca recibió órdenes sagradas ni fue

era para ser clérigo. Le gustaba cazar con halcones y perros. También dijo que era el mejor para cazarosos y jabalíes, que estaba siempre de buen humor, era muy cortés y excelente en sociedad. Dijo también que era el más fuerte de todos los hermanos y un noble caballero. No dijo, sin embargo, nada de su prestancia ni de su belleza, ya que los noruegos podrían verlo cuando quisieran” (V. Almazán, 1982: 108-109).

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consagrado como obispo. Parece que tenía un carácter liberal y alegre, enamorado de las aves y del canto, magnífico cazador de osos, experto en caballos, de temple varonil y de hermosa presencia. En 1252 el infante renunció a la abadía de Valladolid. Parece ser que este año realizó don Felipe un segundo viaje a París, quizás para alejarse de sus compromisos arzobispales. Cuando volvió al año siguiente, le dijo claramente a su hermano Alfonso X que no deseaba continuar en la clerecía8

Conocidos los antecedentes del infante don Felipe, continuamos con la narración de la saga islandesa llamada Hákomar Hákonarsonar. Celebran los esponsales el 6 de febrero de 1258, miércoles de ceniza. Tras prometerse, la princesa Cristina manifiesta al infante Felipe su deseo de construir una iglesia en honor de San Olaf, patrono de Noruega. A pesar de la promesa de Felipe, nunca se llevó a cabo. Contraen matrimonio el 31 de marzo, en Valladolid, después de la semana de Pascua de Resurrección (previamente había renunciado a la mitra hispalense), celebrándose las bodas con gran solemnidad y la asistencia, sin duda, del mismo rey Alfonso X y toda la familia.

.

Conviene, antes de continuar con la historia, hacer referencia a la leyenda, porque fue leyenda lo que circuló durante siglos en España sobre la venida y matrimonio de Cristina con el infante don Felipe, que a su vez hundía sus raíces en la Crónica de Alfonso X, mandada escribir por Alfonso XI, biznieto de “el Sabio”, al final de su reinado (muere en 1350). La citada crónica informa sobre el asunto que nos concierne como sigue:

“Et estando los reyes en esto, vinieron y los mandaderos que este rey don Alfonso auía enbiado al rey de Noruega. (Et traxieron la fija deste rey de Noruega) para que con quien casases este rey don Alfonso. Et a esta infante fija del rey de Nuruega dezían donna Crsitina. E quando estos mandaderos llegaron a Castilla con la infante de Noruega, era ençinta la reyna donna Violante de una fija que dixeron la infanta donna Berenguela, que fue señora de Guadalajara. Et a pocos días que llegó esta donna Cristina encaesçió la reyna de la infante donna Berenguela, et fue en el comienço del allo. Et el rey ouo ende muy grand vergüença por quanto avía enbiado por donna Crsitina.E porque el infante don Felipe su hermano, que era electo para ser arçobispo de Seuilla e era abat de Valladolid e abat de Couarruuias, e auía fablado con el rey muchas vezes que quería dexar la clerezía, commo quier quel rey non gelo loase, mas ante gelo estrannaua, pero el infante don Felipe pidió por merçet al rey que le casase con esta infante, et él otorgó gelo que lo tenía por bien e fizieron luego las bodas. Et el rey dio luego al infante don Felipe parte de las sus rentas (en que se mantouiese, e fueronéstas): la martyniega de Áuila e el portadgo e la Judería e todos los otros pechos quel rey avía en Áuila en en su término. Et otrosy dióle para de cada anno todas las terçias del arçobispado de Toledo e de los obispados de Áuila e Segouia. E en otros lugares le dio algunas de las sus rentas. E dióle por heredamiento Valdeconeja e Valpochena. E commo quiera que esta Valpochena tenía los moros y dauan de cada anno al rey

8 Tomado, aunque corregido y completado, de SÁNCHEZ HERRERO, J.: “Sevilla medieval”. ROS, C. (dir.): Historia de la Iglesia de Sevilla. Sevilla, ed. Castillejo, 1992, 117-119.

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las rentas della en dineros. E con esto fyncó el ynfante don Felipe con su casamiento”9

Esta es la tesis, mejor leyenda, que ha circulado por España incluso, en algunos libros, hasta la actualidad

.

10

Poco se sabe de las vicisitudes de su vida en común. El nuevo matrimonio vive en Sevilla en el palacio de Biorraguel, en la collación de San Lorenzo, propiedad de don Fadrique, hermano de don Felipe. Allí vivió la princesa nórdica una difícil adaptación. Si la lengua pudo ser un impedimento para el trato, la costumbre de permanecer

. Es evidente que hay que considerar como histórico el relato de la saga islandesa y como legendaria la visión de la crónica. Sin embargo, cabe siempre cuestionarse la razón por la que se relata de esta manera en la crónica castellana el matrimonio del infante don Felipe con la princesa Cristina. La Crónica de Alfonso Xno se acopla a la realidad temporal e histórica en este asunto. La princesa Cristina, como queda dicho, llegó a Castilla diciembre de 1257. Para entonces le habían nacido al rey Alfonso X de su esposa doña Violante dos hijas, Berenguela en 1253 y Beatriz en 1254, y un hijo, Fernando de la Cerda en 1256. Cuesta comprender que estos errores los cometa quien escribe una crónica oficial, por orden del rey, un siglo después de producirse los hechos. Tal vez exista un resquicio por el que, intentado superar lo fabuloso que tanto gusta a la gente, pueda intentarse entender, aunque no justificar, para los historiadores, este hecho. A saber, el envío de la primera embajada de Noruega a Castilla tiene lugar en 1255 y el hijo primogénito del rey castellano, Fernando de la Cerda, nace en el 4 de enero de 1256, conforme afirma Diego Ortiz de Zúñiga en sus Anales de Sevilla. ¿Podría el hecho de no tener descendencia masculina, cuando se inician las primeras conversaciones entre Castilla y Noruega, a dar pábulo al rumor de que el rey don Alfonso pretendía repudiar a doña Violante para conseguirla? Tal vez no fuese así, aunque sería una forma, quizás demasiado retorcida desde el punto de vista historiográfico, para entender una leyenda que, como se ha afirmado, circula incluso en la actualidad y que se ha recogido en libros publicados hace menos de veinte años. Sea como fuere, es menester continuar el relato de las bodas y matrimonio del infante castellano con la princesa noruega.

9 Crónica de Alfonso X el Sabio. Según el Ms. II/2777 de la Biblioteca del Palacio Real de Madrid.Edición, trascripción y notas por Manuel González Jiménez. Real Academia Alfonso X el Sabio. Madrid, 1988, p. 10-11.10 J. P. de GUZMÁN Y GALLO, en contestación a la carta del historiador noruego P. A. Munch ( “La princesa Cristina de Noruega y el infante don Felipe, hermano de Alfonso X el Sabio”. Boletín de la Real Academia de la Historia. Tomo LXXIV (enero 1919), cuaderno I, Madrid, pp. 39-65) clarifica, recogiendo información diversa, todo el asunto referido al matrimonio de la princesa Cristina y el infante don Felipe. El profesor Munich solicita a la Real Academia de la Historia la documentación, acompañando a la carta textos de la mencionada saga islandesa, que posea relativa a dicho matrimonio y J. P. le Gallo responde remitiendo “textos de autoridades históricas”: Gil González de Dávila (Teatro eclesiástico de las Iglesias de España, Madrid, 1647. Tomo 2, pág. 50), R. P. Mtro. Fray Francisco de Berganza (Antigüedades de España, Madrid, 1712. Parte segunda, pág. 582), Gaspar Ibáñez de Segovia (Marqués de Mondéjar) y Diego Ortiz de Zúñiga (Anales eclesiásticos y seculares de la... ciudad de Sevilla..., que contienen sus más principales memorias desde el años de 1246... hasta el de 1671.Ilustrados y corregidos por Don Antonio María de Espinosa y Cárcel. Madrid, 1796. Existe edición facsímil de la de 1795. Índices de J. Sánchez Herrero y otros. Sevilla, ed. Guadalquivir, 1989). Tomo 1. Año 1252, pág. 155. Fue el Marqués de Mondéjar, en el siglo XVIII, (Memorias históricas del Rei Don Alonso el Sabio y Observaciones a su Crónica. Madrid, 1775. Observación XIV, pág. 591) quien corrige el error según el cual la princesa noruega llegó a España con la intención de casarse con el rey Alfonso X debido a la esterilidad de su esposa doña Violante, y que desde el primer momento estaba destinada a matrimoniar con un hermano del rey. Sin embargo este error se ha mantenido en algunos libro incluso hasta la actualidad.

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encerradas las mujeres en sus casas lo incrementa. A esto se une el calor desproporcionado de Sevilla frente a las temperaturas de su país de origen. Para Cristina, las salidas de palacio se limitaban a la iglesia de san Lorenzo, antigua mezquita, donde don Felipe entronizó la imagen de la Virgen de Rocamadour, traída por el mismo de París. El amor que, con total seguridad, se tenían los nuevos casados, haría que, pese a todo, fuese feliz la princesa que vino del frío hacía el sol de Andalucía; pero no será menos cierto que la melancolía por falta de adaptación de la blanca, serena y delicada belleza de esta joven nórdica la inundaba día tras día. Cristina muere en 1262, sin haber tenido descendencia, poco más de cuatro años después de abandonar su patria. Aunque la leyenda haya difundido que murió de tristeza y calor, no parece que fuese así. Falleció de alguna enfermedad grave, tal vez meningitis. Recibió cristiana sepultura en la Colegiata de Covarrubias, en la que su esposo había ejercido de Abad algunos años antes de contraer matrimonio. Al abrir su sarcófago en 1958, se encontró junto al cadáver, un pergamino con unos versos y tres recetas naturales contra el mal de oído. Quizás utilizó plantas medicinales (medicina natural) contra la infección del oído, uno de los síntomas de la meningitis.

Por no dejar la historia sin concluir, a pesar de que uno de los protagonistas muriese, conviene continuar con las andanzas de don Felipe, una vez que su esposa recibió sepultura. No tardó en contraer un nuevo matrimonio. Volvió a casarse con Leonor Ruiz de Castro, hija de Rodrigo Fernández de Castro y Cabrera, señor de Cigales, Mucientes, Santa Olalla y de la casa de Castro, de quien tuvo dos hijos, Alfonso Fernández y Fernando Alfonso. Tal vez éstas fuesen sus terceras nupcias, ya que posiblemente pudo contraer antes matrimonio con Inés de Girón, hija de Rodrigo González Girón, hija de Rodrigo González Girón, hija de Rodrigo González Girón, mayordomo mayor de Fernando III. Si se celebró este enlace duraría muy poco a causa del fallecimiento de la esposa.

Más importante que sus bodas fue la actividad política de don Felipe. Quizás fuese el enlace con Leonor, hija de una poderosa familia, lo que enturbiase las relaciones con su hermano Alfonso X, que llevó incluso al enfrentamiento.

Entre 1271 y 1272 encabeza el infante don Felipe junto con don Nuño González de Lara una revuelta nobiliaria en Burgos contra su hermano el rey. En este momento entra en contactos con Enrique I de Navarra para intentar recabar apoyos, así como con el rey nazarí de Granada, por si no fructificasen los tratos con los navarros, como así fue. La Crónica de Alfonso X realiza un amplio relato de este movimiento con todo tipo de pormenores sobre la actuación del rey y de los nobles levantiscos11

Tras el fracaso del entendimiento con el reino de Navarra, camina con los nobles sublevados a Granada, a pesar de las concesiones que consigue del rey Alfonso X. En el recorrido realizan todo tipo de entuertos. Firma con el rey de Granada un “pacto de tipo feudal subscrito, de una parte, por el infante don Felipe y los restantes ricos-hombres que habían seguido la revuelta y, de otra, por el rey de Granada Muhammad I y su hijo y heredero Muhammad II. Se trata, evidentemente de un pacto cuya vigencia no debía superar el reinado de Alfonso X ni afectar más que un objetivo muy concreto: conseguir que el monarca castellano cumpliese en su integridad, ´sin acresçentamiento ninguno´, el tratado de Alcalá de Abenzayde, de 1265, y, en caso contrario, ayudar al granadino ´con nuestros cuerpos e con nuestro onmes e con nuestro poder en la guerraque ouierdes con él´. Por su parte el emir de Granada se comprometió a prestar a los ricos-

. La revuelta es motivada por las discrepancias en materia política y fiscal con Alfonso X.

11 Crónica de Alfonso X el Sabio, o. c., pp. 60 -171.

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hombres toda su ayuda en el caso de que el rey castellano les arrebatase ´la tierra que tenedes dél o vuestras heredades o vos desaforare´. En el caso, bastante probable, de que hubiese guerra entre Castilla y Granada, Muhammad I se comprometió a devolver al rey castellano, ´quando fuere la paz´, las fortalezas y villas que hubiese ocupado. Los ricos-hombres, por su parte, se comprometieron a hacer que Alfonso X hiciese lo propio con lo que conquistase a Granada”12

Así pues, el pacto con el rey de Granada significa desnaturarse ya que rompe los vínculos con su señor natural, su hermano el rey, y pacta con otro rey, enemigo de Castilla, el rey musulmán de Granada. Los ricos hombre y el príncipe Felipe combaten junto al rey de Granada, al que habían prometido pleitesía. Diversos “ayuntamientos” (en Almagro, Ávila), convocados por Alfonso X, en los que participan los principales del reino manifiestan los deseos de Alfonso X de terminar la revuelta y llegar a un acuerdo de pacificación. Tras diversas idas y venidas, mensajes del rey de Castilla, e incluso del príncipe heredero don Fernando y la reina doña Violante, para el rey de Granada y los exiliados y respuestas de éstos, además del resquebrajamiento de la unidad entre los sublevados, se consigue la pacificación a finales de 1273.

.

Tras el destierro, el infante don Felipe vive en Castilla, aunque no por mucho tiempo, ya que murió el 28 de noviembre de 1274. Está enterrado en la iglesia parroquial de Villasirga, provincia de Palencia, en un sepulcro adornado con emblemas de la Orden del Temple. Frente a su sepulcro se encuentra el de su esposa Leonor, muerta un año después.

12 Ibídem, p. 126, nota 181 (Los comentarios de la nota son del profesor Manuel González Jiménez)

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ANUARIO DE HESPÉRIDES. INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS E INNOVACIONES DIDÁCTICAS (Málaga), vol. 17-18, págs. 137-146.

VICENTE TALENS INGLÁ, EL GOBERNADOR MODELO

Antonio Ramírez NavarroI.E.S. Alborán. CÁDIZ

Un día antes de ser conducido ante el pelotón de fusilamiento, Vicente Talens Inglá escribía una última postal a su mujer, recluida en un campo de concentración francés: “Mi asunto sigue lo mismo. Además de las personas que se ocupan de mí aquí en Valencia, y las de Llaurí, tengo también muy buenos informes de Almería. Se han portado muy bien en mi asunto, no tengo queja”1. Su ‘asunto’, como el de tantos miles de republicanos, socialistas, comunistas y anarquistas prisioneros en las cárceles franquistas de la primera posguerra no era otro que el de salvar la vida. Talens Inglá, gobernador de Almería de julio de 1937 a abril de 1938, compartía una celda de doce metros cuadrados en la cuarta galería de la cárcel Modelo de Valencia, con otros doce reclusos. Entre ellos, se encontraba Gonçal Castelló, escritor valenciano que narraría el dramático día a día de los presos en su novela testimonial ‘Sumaríssim d’urgencia’ en la que Talens desempeña un papel protagonista con el nombre de Vicente Tamarit2

Quizás por ingenuidad, quizás por no inquietar a su mujer que estaba viviendo también circunstancias dramáticas, en las postales que envía a Francia el ex gobernador se muestra optimista: “Mi sobrino Domingo ya salió en libertad y se interesa de mi asunto mucho, creo que se resolverá bien. Mi asunto es completamente político y por lo tanto no tengo inquietud alguna”

.

3

1 Postal de Talens a Pauline Taurinya. 27 de junio de 1940.

. Sin duda Talens se refiere al anuncio hecho por las autoridades franquistas sobre que nada habían de temer aquellos que no tuvieran las manos manchadas de sangre. Como delegado del Partido Comunista en el Consejo Provincial de Seguridad de Valencia, había tenido la oportunidad de interceder a favor de algunas personas de derechas, como así lo hizo constar en su declaración ante el juez,

2 CASTELLÓ, Gonçal: Sumarísim d’urgencia. Valencia, Editorial Prometeo, 1979.3 Postal de Talens a Pauline Taurinya. 6 de junio de 1940.

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y confiaba, o al menos eso intentaba aparentar ante su mujer, en la resolución positiva de su ‘asunto’. “El sr. Massoti (sastre) fue detenido por Fresquet y puesto en libertad por mi gestión. Y el señor Isidro Payá Maró (almacén de tejidos) fue detenido y molestado en diferentes ocasiones y gracias a mis gestiones, este señor recobró su libertad y seguridad”4

Nada de ello le sirvió de mucho. Como es sabido, la justicia franquista invirtió la carga de la prueba y por lo tanto era el preso el que debía demostrar su inocencia ante cualquier denuncia anónima que podía llevarle a la cárcel o al paredón. Aunque Talens se muestra contento con los informes que sobre su actuación llegan de Almería, de Llaurí, su pueblo natal, y de la propia Valencia, en su caso pesó más su “asunto completamente político” que, en junio de 1940, bastaba para que cualquier preso acabara formando parte de una de las sacas con dirección a Paterna que hicieron tristemente célebre a la cárcel Modelo de Valencia. Aunque en su deposición ante el juez, Talens intenta presentarse como “un simple afiliado” del Partido Comunista, los que le juzgaron estaban al tanto de su trayectoria y sabían que había sido delegado del PCE en el Consejo Provincial de Seguridad de Valencia en 1937 y gobernador de Almería. Tal como afirmaba el periódico Frente Rojo, en su edición del 23 de julio de 1937, “nuestro camarada Vicente Talens Inglá no es un militante cualquiera de nuestro partido”

. Fresquet era un jefe de milicias ante el que Talens, según su propio testimonio, habría intercedido con éxito.

5

Además de su propio proceso judicial, tenía otras razones para sentirse angustiado. Durante el transcurso de la guerra, se había unido sentimentalmente con Pauline Taurinya, esposa del jefe de las Brigadas Internacionales, André Marty. Con ella había tenido en Almería a su única hija, Pauline Talens-Péri, a la que cariñosamente llama Linette en sus postales. A diferencia de Talens, que fue capturado por las tropas franquistas en el puerto de Alicante, madre e hija pudieron escapar desde el puerto de Gandía en el barco francés Lynx con destino al país vecino. Según el relato de Pauline Talens, “dans son rapport, le commandant du Lynx consigna qu’il était mécontent du fait que Mme Marty ait embarqué clandestinement avec son enfant et, qu’étant déjà au large, il ne pût revenir la débarquer”

.

6

En la primavera de 1940, Hitler lanza su ofensiva contra Francia y los Países Bajos. El 14 de junio los nazis desfilan junto al Arco del Triunfo. En Francia se había puesto en marcha la caza al comunista y Pauline Taurinya, junto con su hermana, su madre, y la pequeña Linette, que para entonces no ha cumplido los tres años, son conducidas al campo de concentración de Rieucros, en la región de Mediodía-Pirineos. La noticia llega hasta la celda de Talens. “Ayer por la prensa me entero que estáis las

. Pauline Taurinya era también militante comunista y abandonó al todopoderoso André Marty para seguir a Vicente Talens. Acabada la guerra de España, Pauline se instala junto con su hija en la casa familiar de Maureillas, en la Cataluña francesa. Hasta allí llegan las postales de Vicente Talens encabezadas con el ominoso “arriba España, viva Franco” que todos los presos se ven obligados a escribir en sus comunicaciones.

4 Declaración jurada de Talens ante el juez militar del Juzgado número 11 de Valencia. 27 de diciembre de 1939.5 Frente Rojo. 23 de julio de 1937.6 “En su informe, el comandante del Lynx consignó que estaba disgustado por el hecho de que la señora Marty hubiese embarcado clandestinamente con su hija y que, estando ya en alta mar, no pudo regresar a puerto para desembarcarla”. La traducción es mía. TALENS-PERI, Pauline: La bâtarde du PC (La bastarda del PC). Malesherbes, Editorial Ixcéa, 2005 p. 38.

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tres detenidas, tú, tu hermana, y la madre, no quiero creer en tal noticia, confío en que no es verdad porque ¿qué culpa tenéis vosotras? Estoy muy intranquilo, espero con impaciencia tu contestación, espero que no puede ser nada grave”. Talens, en la misma postal atribuye la detención al vínculo que unía a su compañera, con la que no llegó a casarse, con André Marty, al que no cita. “Tú ya no eres la mujer de él, tú eres mi mujer y por lo tanto, no tienes responsabilidad alguna con él”7

Según Castelló, el que parecía imparable avance nazi va a jugar también un papel en el destino fatal de Talens. “La seguretat dels franquistes és total, cada victoria dels seus aliats la celebren ací amb una “saca” nombrosa, als judicis les penes de mort no s’aturen, i cada dia entra gent nova”

.

8. Dos semanas después de la entrada de los nazis en París, en su última postal, Talens pide a su mujer que no deje de escribirle todas las semanas. El 28 de marzo ha sido juzgado y el 20 de junio condenado a muerte, pero como tantos otros de sus compañeros, los denominados ‘xapats’9

Pero la conmutación no llegará nunca. Después de un calvario de más de un año que le lleva del puerto de Alicante al reformatorio de adultos de esa misma ciudad y de allí a la Modelo de Valencia en agosto de 1939, en la noche del viernes 28 de junio es conducido, junto a otros cuarenta compañeros de infortunio, a la población de Paterna donde será fusilado y arrojado a una fosa común. Según el testimonio de Castelló sus últimas palabras al despedirse de los compañeros de celda fueron “ Viva la República! Viva el Partido Comunista!”

en la jerga carcelaria, desconoce cuál será su suerte. En cualquier momento puede llegar la conmutación de la pena capital por una larga condena que a su vez podrá ser redimida en parte por el trabajo.

10

De acuerdo con los peculiares modos de proceder de la justicia franquista, el sumario contra Talens se incoó el 16 de marzo de 1946, es decir, seis años después de su ejecución, por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y del Comunismo.

.

1. De la Barcelona anarquista a la bohemia parisienseVicente Talens Inglá nace en Llaurí (Valencia) en 1892. Hijo de Asensio Talens

y de Francisca Inglá, pertenece a un medio humilde. Aprende el oficio de ebanista y con apenas 18 años se integra en la lucha revolucionaria en las filas anarquistas participando activamente en el movimiento obrero valenciano. Toma parte en la huelga general de 1917 y, como militante de la CNT, vive en Barcelona los años del pistolerismo y de la ley de fugas de Martínez Anido. Su implicación en la lucha armada, una vez que se sabe identificado por la policía, le lleva a exiliarse en Francia. Allí vivirá con una nueva identidad como Miguel Gómez.

Al principio se instaló en el barrio de Saint Denis en el que existía una importante colonia de españoles anarcosindicalistas. Pero pronto se sentirá atraído por

7 Postal de Talens a Pauline Taurinya. 28 de abril de 1940.8 “La seguridad de los franquistas es total. Cada victoria de sus aliados la celebran aquí con una ‘saca’ cuantiosa; en los juzgados las penas de muerte no cesan y cada día entran presos nuevos”. La traducción es mía. CASTELLÓ, Gonçal: op. cit. p. 91.9 ‘Chapados’, condenados a muerte.10 Carta de Gonçal Castelló a Pauline Talens-Péri.

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las ideas de la III Internacional y acabará abrazando la fe comunista que ya no abandonará hasta su muerte. En 1923 ingresa en el Partido Comunista Francés.

Para entonces se había cambiado de barrio y se había instalado en el quintodistrito donde frecuentó a muchos estudiantes de la Sorbona y se integró en ambientes bohemios. Aprendió un francés bastante correcto y pudo completar su deficiente formación intelectual en la biblioteca Sainte Geneviève. Allí leyó las obras de Marx y Engels y reforzó su compromiso con la organización comunista.

Vivía en el hotel Venise de la calle Mouffetard, una especie de gueto judío en pleno centro de París, junto al Panteón. Para ganarse la vida comenzó a trabajar como modelo de desnudo artístico para varios pintores de Montparnasse11. También hizo sus pinitos como bailarín y fue seguidor de Isadora Duncan. Sin duda, Talens es un personaje atípico entre los protagonistas de la Guerra Civil en Almería. Estudió naturopatía y fue un convencido de que, a través de la danza, los seres humanos pueden abrirse hacia una toma de conciencia y una mayor integración en la naturaleza. Fue un firme partidario de los estiramientos y, en su etapa valenciana, corría a diario unos seis kilómetros por la playa. Higienista y preocupado por la salud, durante la guerra recomendaba a sus subordinados que comieran una cebolla al día para prevenir el escorbuto12. Su compromiso con esta visión del mundo casi new age avant la lettre, fue casi tan firme como su fe comunista. De hecho, en su expediente carcelario consta que como profesión declaró “monitor de cultura física”, lo que en 1940 sin duda era una ocupación pintoresca13

Tras su etapa bohemia y de vuelta al barrio de Saint Denis, empieza a trabajar como carpintero en una fábrica y a su dura tarea diaria suma su compromiso con el sindicato CGTU (Conféderation Général du Travail Unitaire, la escisión de la CGT que se adhirió a la III Internacional) y el PCF. Las huelgas, las manifestaciones y el trabajo en la célula llenan su tiempo, compartido con otros obreros españoles que han realizado el mismo camino desde el anarquismo a la lucha comunista.

.

Tuvo oportunidad de participar en un viaje de delegados de la CGTU a la Unión Soviética con motivo del aniversario de la Revolución de Octubre. Deslumbrado por la transformación que está sufriendo el país, Talens se convence de que los métodos anarquistas no sirven para construir la sociedad sin clases y se reafirma en su credo comunista.

Se desconoce en qué fecha exacta volvió a España. En 1931 regresó definitivamente pero antes ya había intentado la vuelta porque, según el periódico Frente Rojo, “la dictadura de Primo de Rivera lo tuvo dos años en la cárcel”14

Intentó instalarse en Barcelona junto a su compañera Colette, la hija de un carnicero a la que había conocido en un café del bolulevard Saint Michel. Colette estudiaba Derecho y pertenecía a la pequeña burguesía. Abandonó a su familia y su ambiente acomodado para seguir a Vicente con el que no se casó porque ambos consideraban que el matrimonio no encajaba con los nuevos esquemas de la moral

. Tras ser excarcelado, volvió a exiliarse en París y no regresó a España hasta la caída de la monarquía.

11 CASTELLÓ, Gonçal: op. cit. p.24-27.12 TALENS-PERI, Pauline: op. cit. p. 16.13 Expediente procesal de Vicente Talens-Inglá. 8 de agosto de 1939.14 Frente Rojo. 23 de julio de 1937.

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revolucionaria15

En el verano de 1932, una tragedia interrumpió ese paréntesis de felicidad en su agitada vida de revolucionario. La pareja acudía a diario a la playa de El Saler. Colette era una experta nadadora que incluso había participado en competiciones. Quizás por eso no dudó en bañarse en un día de septiembre en el que el mar estaba especialmente revuelto. Su cuerpo fue arrastrado por las corrientes y apareció ocho días después en la playa de La Alboraya

. La falta de empleo llevó a la pareja a instalarse en Valencia donde Talens volvió a trabajar como modelo de desnudo artístico en la Escuela de Bellas Artes San Carlos.

16

Conmocionado y tras un periodo de soledad y abatimiento, Talens redobló su compromiso con la lucha revolucionaria. En 1933 ingresó en el PCE y se convirtió en un destacado militante. Al año siguiente ya formaba parte del comité provincial. Comenzada la guerra, vuelve a París acompañando a la Pasionaria con la delegación que intenta cambiar la política francesa de no intervención que tanto daño hará a la República. Dolores Ibárruri participará el 8 de septiembre en un multitudinario acto público organizado en el Velódromo de Invierno, en el que pronunciará su famosa frase: “El pueblo español prefiere morir de pie a vivir de rodillas”. Con su encendida oratoria, intentó convencer a los camaradas franceses de que la política de su gobierno colocaba “un dogal al cuello del pueblo español que lucha por su libertad y por la vuestra (…) Hoy somos nosotros; pero si se deja que el pueblo español sea aplastado, seréis vosotros, será toda Europa la que se verá obligada a hacer frente a la agresión y a la guerra”

.

17. De regreso a España, los comunistas que formaban parte de la delegación se detuvieron en Maureillas en la casa familiar de los Taurinya. Fue en ese viaje donde Vicente conoció a la que iba a ser la madre de su hija, Pauline Taurinya, que había recibido de su marido el encargo de acompañar a los comunistas españoles18

En 1937, Talens es nombrado delegado del Partido Comunista en el Consejo se Seguridad Provincial de Valencia. El 13 de julio, la Gaceta publica su nombramiento como gobernador civil de Córdoba con sede en Pozoblanco. Sin embargo, parece que no llegó a ocupar el cargo porque cinco días después, la Gaceta publica un nuevo nombramiento esta vez como gobernador de Almería. El 25 de julio tomó posesión de su cargo. El periódico Frente Rojo señaló en su edición del día 23 que “Almería tendrá en nuestro camarada Talens, en el gobernador obrero, una garantía de honradez, de conciencia del deber y de rectitud antifascista, un defensor de sus intereses y un combatiente aguerrido en la lucha contra el fascismo”.

.

2. El gobernador de los refugiosVicente Talens fue el único gobernador comunista de la historia de Almería.

Llegó a la ciudad en sustitución del cordobés Gabriel Morón, que había conseguido recomponer las instituciones republicanas tras el turbulento periodo de comienzos de la guerra en el que el poder estuvo en manos del Comité Central Antifascista. El nuevo gobernador llegaba a una ciudad desmoralizada, con serios problemas de abastecimiento

15 CASTELLÓ, Gonçal: op. cit. p. 73-76.16 Ibidem.17 Discurso pronunciado por la Pasionaria en el mitin de solidaridad con el pueblo español, celebrado en París, en el Velódromo de Invierno, el 8 de septiembre de 1937.18 TALENS-PERI, Pauline: op. cit. p. 30-31.

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y sometida al terror continuo de las bombas franquistas. Almería había acogido a los miles de fugitivos que llegaron en febrero tras la caída de Málaga y había sufrido el 31 de mayo el bombardeo despiadado de una escuadra alemana comandada por el destructor Admiral Schell. A lo largo de la guerra, la capital fue bombardeada en 52 ocasiones, lo que dejó un saldo de 173 muertos y 227 heridos. En total, la aviación franquista arrojó 754 bombas que destruyeron 137 edificios y dañaron otros 23819

Desde su nuevo cargo, Talens “dedicó buena parte de su actividad a la construcción de una importante red de refugios que permitieran a los ciudadanos protegerse de los ataques”

.

20

Talens promovió una asamblea de alcaldes de la provincia celebrada los días 10 y 11 de diciembre de 1937 en la que participaron más de noventa presidentes de consejos municipales. Se discutieron propuestas en torno a la moral de guerra, la producción y la contribución al Ejército republicano.

. A finales de octubre se creó la Junta de Defensa Pasiva de Almería, encargada de llevar a cabo el proyecto, integrada por el teniente jefe de la defensa como presidente y el líder comunista almeriense Juan García Maturana, que en representación de Talens ocupaba la vicepresidencia. Como vocales figuraban el inspector de sanidad, el arquitecto Guillermo Langle, autor y responsable del diseño de los refugios y de las entradas a los mismos, el farmacéutico municipal y un representante de la prensa. El consejero municipal desempeñó la función de secretario. La red de refugios quedó concluida en la primavera de 1938, con una extensión de 4’5 kilómetros de galerías, 67 accesos y capacidad para albergar a más de 34.000 personas (más de la mitad de la población total de Almería durante la guerra). El Partido Comunista, que alcanzó las máximas cotas de poder en la provincia durante el año 1937, impulsó la política de terminación de los refugios y de fortificación de las costas.

Las resoluciones adoptadas fueron las siguientes:

1.- Obediencia ciega a las órdenes emanadas del Gobierno del Frente Popular.

2.- Los Presidentes de Consejos Municipales declaran que harán observar el máximo respeto y aplicación de los precios de tasa señalados por el Gobierno a productos alimentarios.

3.- Confianza en que el Gobierno Civil resuelva los problemas entre Consejerías de Abastos municipales y provincial.

4.- Los Presidentes de los Consejos Municipales prometen formalmente seguir la línea política marcada por el Gobierno del Frente Popular.

5.- Los Presidentes de los Consejos Municipales se comprometen a intentar la máxima cordialidad entre todas las fuerzas antifascistas.

6.- Mandar telegramas saludando al Presidente de la República, del Consejo de Ministros, Comité Nacional del Frente Popular, IR, UR, comité nacional de enlaces PSOE-PCE y CNT-UGT21

19 RUIZ GARCÍA, Alfonso: “Las entradas a los refugios: el racionalismo como mobiliario urbano”. Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Letras nº 13, p. 169-180.

.

20 QUIROSA-CHEYROUZE, Rafael: Política y Sociedad. Almería 1900-1975. En La Historia de Almería. Editorial Mediterráneo-Algedime. Madrid, 1998, p.289.21 Adelante. 12 de diciembre de 1937.

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Vicente Talens Inglá, el gobernador modelo

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A pesar de esa “máxima cordialidad”, las divisiones y enfrentamientos dentro del Frente Popular fueron uno de los principales quebraderos de cabeza de Talens que, al menos en sus intervenciones públicas, abogó siempre por desarrollar una política unitaria de Frente Popular. Sus relaciones con los socialistas almerienses, vinculados al sector largocaballerista, no fueron buenas. Le acusaron de debilidad a la hora de reprimir a los quintacolumnistas y de permitir la desorganización de los consejos municipales de la provincia. “Por su actuación entendemos que no tiene más misión que la de hacer partido (…) En el orden público, lo mismo en la capital que en la provincia es un desastre; aumentan los desafectos y no se persigue como corresponde en estos momentos a los elementos de derechas. Consideramos de extrema gravedad la situación de nuestra retaguardia y entendemos que eso es debido a la ineptitud de este Gobernador”22. Por su parte un informe realizado por militantes del PCE de visita en Almería, acusaba a los miembros del Frente Popular en Almería de ignorar al gobernador e incluso de actuar en contra de él y en contra del PCE23

Las críticas también menudearon dentro de su propio partido. García Maturana le consideraba “buen gobernador pero quizás algo débil” y según testimonio de este líder comunista, el secretario de la comisión de Refugios, José Córdoba opinaba que Talens “era blando y demasiado buena persona para la guerra”

.

24

Seguramente los problemas en el seno del Frente Popular influyeron en su destitución como gobernador en abril de 1938. No volvió a ocupar cargos de importancia, así que sus detractores o quizás fue la larga mano de André Marty que nunca aceptó que su mujer lo abandonara por Talens, consiguieron su objetivo.

.

A finales de marzo de 1939 fue detenido, junto a miles de republicanos, en el puerto de Alicante, convertido en una gigantesca ratonera. Hacia allí se había dirigido la desbandada final del ejército rojo. Pero la flota ‘leal’ había huido desde Cartagena a Bizerta (Túnez) y los prometidos barcos ingleses y franceses que deberían haberles rescatado no llegaron nunca. En el puerto se vivieron escenas dramáticas. Varios anarquistas se volaron la cabeza cuando vieron que el único barco que finalmente se decidía a entrar por la bocana llevaba la bandera rojigualda. Para entonces, las tropas italianas habían cercado el recinto portuario con ametralladoras y los mandos franquistas amenazaron con disparar si los republicanos no entregaban las armas.

Como los demás, Talens fue apresado. Sus captores no mostraron con él la debilidad de la que tantas veces fue acusado.

22 Informe del socialista Fernández Quero sobre la provincia de Almería al Comité Ejecutivo del PSOE. 26 de marzo de 1938.23 Archivo del PCE. Film XVII.24 Entrevista inédita realizada por Rafael Quirosa-Cheyrouze a Juan García Maturana. 1988.

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Vicente Talens, sentado a la derecha de la foto, con Pasionaria, tercera por la izquierda y el resto de la delegación comunista en Maureillas 1936

Vicente Talens Inglá, Pauline Taurinya ysu hija Pauline Talens. 1938

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Vicente Talens Inglá, el gobernador modelo

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Vicente Talens posando encadenado como modelo de desnudo

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Última postal enviada por Talens a Pauline Taurinya

Texto de la última postal, un día antes de su fusilamiento

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ANUARIO DE HESPÉRIDES. INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS E INNOVACIONES DIDÁCTICAS (Málaga), vol. 17-18, págs. 147-161.

LA REAL FABRICA DE FUNDICIÓN DE ALCORA (CANJAYAR): UN EJEMPLO PARA LA DIDACTICA DE

LA ARQUEOLOGIA INDUSTRIAL

Juan Pedro Vázquez GuzmánIES “La Puebla”. VÍCAR (Almería)

RESUMEN:En 1753 el rey Carlos III crea la Real Fábrica de Fundición de Alcora de la que afortunadamente nos quedan conservadas la mayor parte de las dependencias, incluidas las baterías de hornos de fundición.

La puesta en valor de las instalaciones anteriores que unidas a la creación de un museo minero conformarían un completo Centro de Interpretación de la minería de la sierra de Gádor y por extensión, en Almería. Entre sus fines y objetivos además del divulgativo (turismo cultural), estaría el didáctico, dirigido a estudiantes de todos los niveles. Las nuevas instalaciones del Centro, contribuirían sin duda a la necesaria revitalización económica de la comarca.

PALABRAS CLAVE:Rey Carlos III, minería del plomo, puesta en valor, Centro de Interpretación de la minería.

ABSTRACT:In 1753 the King Carlos III creates the Royal Smelting Factory in Alcora where fortunately most of its instalations are preserved, including the batteries of the smelting furnaces.

The revalue of the former installations which, joined to the creation of a mining museum would form a complete Centre of mining Interpretation in “Sierra de Gádor”,

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and, by extension, in Almeria. Among its aims and objectives, besides the spreading one (cultural turism), we would find the didactic objetive, lead to students of all levels. The new facilities of the Centre would contribute, witthout any doubt, to the necessary economic recovery of the area.

KEY MORDS:King Carlos III, lead mining industry, Centre of mining Interpretation

1. IntroducciónEn estos tiempos que nos ha tocado vivir se ha desarrollado espectacularmente la

sensibilidad por la conservación y, en su caso, puesta en valor de los restos históricos y artísticos de nuestro pasado. Las huellas de esa memoria colectiva escondidas en los legajos de los archivos nos ayudan a los historiadores a reconstruir las formas de vida, las relaciones entre los seres humanos (ya sean familiares o de poder) y una vez analizadas convertirlas en relato histórico. Pero hay otras muestras del quehacer humano que quedan como testigos materiales del pasado, que pueden ir desde una humilde sepultura, a la más esplendorosa de las catedrales y que junto con el resto de las fuentes constituyen los materiales de trabajo con los que se construye la historia de los pueblos.

La arqueología industrial, o sea, los restos de las instalaciones producto de la Revolución Industrial que nos han ido quedando como representantes en muchos casos vetustos de los comienzos de la era industrial (siglos XVIII y XIX) han sufrido en demasiados casos el menosprecio y la desidia de los poderes públicos y hoy desgraciadamente, como muchas de las especies de seres vivos, ya no es posible contemplarlas, lo que además de llenarnos de vergüenza como “seres superiores” debería llevarnos a una reflexión más profunda sobre el tema.

La explicación de esa falta de aprecio es compleja, pero entre otros argumentos podíamos alegar la imposición de los cánones estéticos que conducen a considerar como deleznable y poco valioso, cuando no molesto a la vista, cualquier instalación, construcción o maquinaria que por carecer de impronta espiritual o contemplativa se alejaba de los patrones socio-culturales de la época. También podemos añadir como explicación de la desaparición de muchas de las instalaciones que hubiese merecido la pena conservar, su ubicación en las zonas de expansión o de crecimiento natural de las ciudades modernas que las convertía en víctimas “necesarias” en aras del imparable “progreso” urbanístico.

Hoy, afortunadamente, la visión que se tiene por los historiadores y afortunadamente está calando en la sociedad, es en gran medida completamente diferente a lo ya expuesto y los restos industriales en cualquiera de sus manifestaciones son considerados parte de nuestro pasado, de igual modo que lo puede ser un

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La real fábrica de fundación de Alcora (Canjáyar)

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monumento o un yacimiento arqueológico. Si la historia es la encargada de explicarnos nuestro pasado cualquier huella de éste tiene que ser tenida en cuenta.

Para nuestra fortuna, en el llano de Alcora (Canjáyar-Almería) existen unas instalaciones industriales magníficamente conservadas e integradas en total armonía con su entorno semirrural que constituyen a nuestro juicio probablemente, las más importantes instalaciones de la primera época de la explotación del plomo en Andalucía y por extensión de España. La diosa fortuna ha querido preservarla del deterioro que otros equipamientos coetáneos han sufrido y gran parte del mérito de que hoy podamos gozar de su contemplación se lo debemos a la familia Soria, sus dueños, y a su cariño y desvelo por conservarlas.

2. Un poco de historiaLa Real Fábrica de Fundición de Alcora fue creada por el rey Carlos III en 1753.

Un siglo antes, en 1646, reinando Felipe III y una vez decretado el estanco del plomo, se construyó la fundición de Presidio (Fuente Victoria). Ambas instalaciones fundidoras almerienses y las granadinas de Baza, Motril y Turón, (esta última creada en 1789) se encargaban de la fabricación de plomo y municiones que en el caso de las instalaciones almerienses tenían como destino el puerto de la ciudad y se distribuían hacia el reto de Andalucía y el Levante.

Canjáyar contaba a mediados del XVIII con 271 jornaleros cabezas de familia y más de 300 asnos y mulos además de algunos caballos y yeguas. Este importe capital de fuerza de sangre, junto con el de los municipios de la comarca y del Bajo Andarax contribuiría sin duda alguna a la explotación y acarreo del mineral y supondría un considerable aporte a las rentas familiares. El transporte de la producción de las Reales Fábricas hasta el puerto almeriense se realizaba por el Camino Real que recorría la falda de la sierra de Gádor, en el sentido del trazado del río y que hoy constituye una espléndida ruta de senderismo. La construcción del puente de Alhama en 1807, vino a facilitar el tránsito de las caballerías.

La actividad extractiva y fabril del plomo en la sierra de Gádor creaba realmente un ambiente de excepcional efervescencia laboral1

Un siglo antes, en 1752, Canjáyar contaba con 271 jornaleros cabezas de familia y más de 300 asnos y mulos además de algunos caballos y yeguas (C. de Ensenada, AHPAL, E-51 y E-52). Gran parte de este capital de sangre junto con los correspondientes de municipios vecinos y del bajo Andarax, se dedicaría a la labor de

, derivada en múltiples ocasiones hacia la explotación clandestina, acrecentada aprovechando el caos y un cierto vacío de poder con motivo de la invasión francesa y convertía a la comarca en centro de atracción no sólo de mano de obra regular sino también de aventureros, lo que ocasionaba en muchas ocasiones problemas serios de seguridad, recuperándose la normalidad en la explotación tras la vuelta al trono de Fernando VII. La fábrica de Alcora produjo de marzo a diciembre de 1815 más de 47.205 arrobas de plomo (la de Presidio 27.863). Al año siguiente la fundición canjilona registró unas cifras cercanas a las 48.141 arrobas.

1“Los naturales del part. (de Canjáyar) son muy laboriosos, y la mayor parte se dedican a la explotación de minas plomizas,

bien como jornaleros, como partidarios o como rebuscadores, que es la principal ind. en el día, por lo cual faltan brazos para la agricultura , y esta no prospera como debiera…” (P. Madoz., Diccionario Geográfico…, Almería, Edic. Facsímil, p.128, Valladolid, 1988.).

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extracción y acarreo del plomo procedente de la sierra de Gádor y fundido en la Real Fábrica de Alcora.

De la enorme cantidad de “hechos” y “acontecimientos” históricos que jalonan el siglo XIX en España, algunos con raíces en el XVIII, sin duda dos de los más significativos en los planos económico y político- económico son la minería (este tema en Almería es paradigmático) y los procesos desamortizadores. En la Real Fábrica de Fundición de Alcora ambos componentes confluyen – como veremos más adelante – yconforman una de las páginas más interesantes no sólo de la historia de esta comarca, sino de la Provincia, y nos atreveríamos a decir que del País.

El denominador común de la mayor parte del siglo XIX no es otro que los intentos de la burguesía (más o menos conservadora) por realizar “su revolución” e implantar un sistema de libertades formales en todos los órdenes incluido el económico. El camino no será corto ni estará exento de obstáculos, algunos de los cuales representarán verdaderos parones en un proceso que si hubiese transcurrido de modo similar al resto de Europa, habría sido más corto y más equilibrado suponiendo una modernización que además de desarrollar al país habría evitado tristes confrontaciones posteriores. Tanto los intentos por liberalizar el sector minero sometido a las trabas económicas del Antiguo Régimen, como los intentos por poner en el mercado todos los bienes de “manos muertas”, un producto del rancio sistema político, son dos de los ejemplos de ese proceso de cambio que caracteriza la historia decimonónica.

Los resultados de los intentos anteriores, aún no cumpliendo del todo los objetivos propuestos, sí supusieron avances en el camino del progresivo acercamiento de las estructuras e instituciones españolas a las del resto de Europa.

Sabemos que la extracción en las minas y la fundición del mineral de plomo en las fábricas funcionaron como un apéndice más de la administración borbónica y el intervencionismo bajo la forma de estanco2, justificado por su interés “estratégico-militar” (municiones) si bien, en los últimos años del siglo XVIII comenzó a abrirse la mano en el laboreo minero concediendo explotaciones a particulares3

En los últimos años del siglo de las luces y los primeros del XIX las fábricas almerienses de Presidio (Fuente Victoria) y Alcora

mientras el Estado ejercía un riguroso control sobre la fundición del mineral a través de la Hacienda Pública y los correspondientes organismos de rentas estancadas y cuyos ingresos suponían un no pequeño alivio para las escurridas arcas del Estado.

4 se bastaban para fundir la producción de mineral de Sierra de Gádor que les llegaba y que era controlada por los Almacenes de la Renta en Almería. La extracción de mineral progresivamente en manos privadas a través de las concesiones estatales de explotación se veía perjudicada en sus posibilidades de expansión por la obligatoriedad de vender al Estado a un precio tasado la producción de alcohol fundido5

2 Como ya hemos reseñado, el estanco del plomo se establece en 1646, bajo el reinado de Felipe IV.

. La escasa visión comercial de los gobiernos borbónicos lastraba el desarrollo de la extracción y por supuesto su comercialización. Pese a lo anterior, el alto rendimiento de las minas obligó al gobierno a detener en

3 Una de las concesiones más importantes fue la de la “Mina de Berja”, cuya explotación fue autorizada a varios vecinos del municipio por Real cédula de primeros de septiembre de 1797.4 Además también fundían las fábricas granadinas de Baza, Motril, Órgiva y Turón.5 Los minerales extraídos en la sierra e Gádor se agrupaban básicamente en tres variedades: alcohol de hoja empleado en le revestimiento de los objetos de alfarería; alcohol acerado, de gran calidad para fundición, y los garbillos, producto de triturar el mineral y limpiarlo con los garbillos o harneros, ex profeso para la labor de cribado o garbilleo.

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determinados momentos( como en 1799)la producción y continuó la fundición en las fábricas de Presidio y Canjáyar hasta agotar los más de tres millones de arrobas de plomo almacenado al no saber o no poder darle salida.

La fábrica de Alcora tenía a comienzos del XIX como director a don José Miaja Pingarrón quien realizó un viaje a Alemania para perfeccionar su formación profesional. En esas fechas de comienzos de siglo, Alcora y Presidio se bastaban para cubrir la totalidad de la producción, como ya hemos señalado.

No era infrecuente, que tras la invasión francesa y aprovechando el consiguiente caos organizativo y vacío de poder, se produjesen explotaciones y fundiciones clandestinas en la sierra de Gádor como el caso recogido por el profesor Sánchez Picón, ejemplo paradigmático de la impotencia de las autoridades para atajar estas explotaciones fraudulentas, reflejado en una comunicación a finales de 1809 del administrador de Almería al director de la fábrica de Alcora6

Tras el final de la contienda y la vuelta de Fernando VII la situación de normalidad volvió a la sierra. Los datos de marzo a diciembre de 1815 nos arrojan unas cifras de 47.205 arrobas de plomo (la de Presidio produjo 27.863 arrobas) y en 1.816 (de enero a diciembre) más de 48.141 arrobas.

.

El decreto de 3 de noviembre de 1817 regulaba el desestanco de la producción minera del plomo con vistas a incrementar la recaudación de la Hacienda Real ante las acuciantes necesidades de ingresos para hacer frente a una situación de práctica bancarrota. Tras la apertura a inversiones de capital extranjero incrementadas durante el Trienio Liberal (1820-1823), se produce la orden de 25 de octubre de 1820 y el decreto de 25 de junio de 1821 consagrando la libertad de explotación y beneficios de las minas. Finalmente, la normativa emanada de la Real Orden de 4 de junio de 1825, puso al día la legislación restrictiva minera y supuso un gran impulso al sector minero provincial.

En Canjáyar, la fundición San Antonio explotada por el virgitano don Antonio Bustamante abonaba sus impuestos de explotación en1835. Igual ocurría en 1837 con la del Pilar de Alcora, cuyo titular era el abderitano Francisco Santisteban y también entre 1835 y 1837, con la de los Algibillos del también vecino de Adra, Bonifacio Amoraga7

La aparición de los hornos ingleses con combustible de carbón dará un vuelco espectacular a la fundición del plomo en la Sierra de Gádor. Hacia 1840 la situación ruinosa de la mayoría de los boliches de fundición por su dependencia del combustible vegetal, desembocó a la explotación del plomo hacia contratos “de entrega” que derivaban en el encendido de los hornos sólo cuando había un contrato de pedido en firme. Como afirma el profesor Sánchez Picón, esta seguridad en la venta tenía una contraprestación en el riesgo de las fluctuaciones de los precios, como el caso del fundidor de Instinción don Gaspar Salvador López cuyo contrato en 1840 de 2.000 quintales de plomo con José D´Spencer le supuso pérdidas de 26.000 rs. al fijar el

.

6 “Con noticias de que en el sitio del Calabrial en la sierra de Gádor se ocupaban algunos hombres en fundir plomo clandestinamente, teniendo para esto los hornos y demás, redispuso la salida de una pequeña partida de este resguardo, que fue quanto pudo juntarse, marcharon con cautela al sitio, los sorprendieron, huyeron y abandonaron más de cien arrobas de alcor y lo mismo de plomo, este muysucio y mal dispuesto, que será necesario remitir a esas fábricas para su fundición. Haora tengo noticias que estos contrabentores han vuelto al mismo sitio y barranco, levantando los ornos que se destruyeron estableciendo tabién otros a la derecha de dicho sitio mirando hacia Canjáyar…”.Cit. por Sánchez Picón (1992), pp.100-101.7 Pérez de Perceval Verde, Miguel Ángel (1985): Fundidores, mineros y comerciantes. La metalurgia de la Sierra de Gádor (1820- 1850), Cajal, Almería, pp.103-104.

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precio de venta en 53,5 rs.; habiendo subido el precio del plomo tras el contrato a 69 rs. Este mismo método lo utilizaron los fundidores Cristóbal Navarro (de Canjáyar) con Guillermo Barrón, o las ventas realizadas por Gabriel y Cayetano Martín (de Fondón) 8

Entre los bienes de naturaleza urbana enajenados durante la fase desamortizadora de Madoz, debemos reseñar la adquisición de la Real Fábrica de fundición de Alcora, nº 25 del inventario de bienes del Estado, adjudicada por la Junta Superior de Ventas el 20 de septiembre de 1860 a D. Ramón González, quien la había rematado el 5 de agosto anterior en 28.000 reales de vellón habiendo salido a subasta por 8.200 reales.

.

La finca se describe así en la Carta de Pago que hacienda extiende a Aguilar tras abonar los 1.400 reales de vellón producto del primer plazo de los veinte correspondientes a la adquisición: “Una fábrica de fundición de plomo conocida por lade Alcora, situada en el paraje de su nombre, término de Canjáyar que mide 30.000 varas cuadradas (unos 25.110 m2) perteneciente al Estado…”.

Con posterioridad, se otorgó una escritura de venta judicial en el Juzgado de Hacienda cuyo titular era don Mariano Blanes Arismendi, por don Ramón, ante el notario almeriense D. Antonio Roda el 3 de diciembre de 1861 “…a favor de la Sociedad Sres. Carrias, Blanco y Compañía9, residente en esta ciudad en atención a tener hecho el pago del plazo primero satisfecho el reintegro…”. La escritura la firma por la Sociedad, su apoderado Genaro de Mier10

Volviendo a la fábrica de Alcora, en el inventario de 24 de diciembre de 1786 se detalla la existencia entre otras dependencias de las instalaciones de: 4 hornos reverberos (uno con cobertizo y los otros tres con vallas), 1 horno castellano con tres paradas de fuelle

.

11

Las directrices sobre explotación de la Dirección General de Minas durante el reinado de Carlos III reestructuró la producción en 1748.

.

PRODUCCIONES DE LA FÁBRICA DE ALCORAAÑO BARRAS ARROBAS LIBRAS 1763* 9.863 3

1764* 25.270

1766 1.556 6.590 2

1767 2.912 11.953 19

1768 2.536 10.414 16

1769 2.324 9.730 1

1770 1.829 7.690 7

8 Sánchez Picón, A. (1992), pp.142-143.9 Carrias era uno de los accionistas mayoritarios (200 acciones) del Banco de Almería, creado en 1864 a imitación del Banco de Jerez. Su capital inicial era de tres millones y medio de reales correspondientes a 1.500 acciones y de las cuales también eran poseedores mayoritarios don Ramón Orozco Gerez (200 acciones); la casa Barrón y Cia (150 acciones), etc.10 Archivo Histórico Provincial, P- 5.045, p.51.11 Cara Barrionuevo, Lorenzo (2002): “La minería de Sierra de Gádor, nuestro legado”, Ayuntamiento de Berja, C.V.E.H y Dip. De Almería, Almería, p.22.

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1771 1.424 6.092 6

1772 1.192 4.991 17

1773 2.656 11.406 20

1775 441 1.734 00

1776 1.026 4.267 01

1777 1.028 4.317 10

1778 1.425 6.086 17

1779 1.574 6.689 19

1780 1.575 6.539 09

1814 45.683 73**

1815 3.410 6.001 28

1816 10.795 48.141 18

(* cifras mezcladas de Alcora y Bentarique).

Los alquileres del Almacén del Plomo en Almería “…de la Chanca, extramuros de Almería” eran de 360 rs anuales (30 rs cada mes). Los envíos a Ferrol y Valencia

Los portes de Alcora:

- En 1769 por las 9.730 arrobas fueron de 8.493 rs. y 25 mrs.

- En 1770 por las 7.690 arrobas fueron de 6.732 rs. 20 mrs.

- En 1774 por las 9.823 arrobas fueron de 8.009 rs. 22 mrs.

- En 1775 por las 7.489 arrobas fueron de 6.113 rs 9 mrs.

- En 1776 por las 4.267 arrobas fueron de 3.489 rs y 10 mrs.

- En 1777 por los portes se abonan 3.518 rs. y 11 mrs.

- En 1778 por los portes se abonan 4.958 rs. y 11 mrs.

En 1773 se envían a Sevilla desde los almacenes almerienses y se entregan a don José Martínez de Llizalde 12.000 arrobas de plomo embarcadas en el buque Sto. Cristo y Sta Rita (6.000 en cada uno), en 2.917 barras. Ese mismo año se entregan a don Bautista Gavarri 5.384 barras con un peso de 22.000 arrobas. A don José Badán para don Baltasar Plebufat de Cartagena 570 barras que pesaban 2.000 arrobas

Explotadores de minas:- El 31 de diciembre de 1821 Julián Sánchez y Cia. de Canjáyar entregaron 172

arrobas procedentes de su mina de la Santa Cruz (Canjáyar).

- El mismo día Fabián Ruiz y Cia. De Canjáyar 32,5 arrobas e alcohol procedentes de la mina Puntal de Ramírez en Canjáyar.

- El 18 de marzo de 1822, Julián Sánchez y Cia. entregaron 60 arrobas de alcohol de la mina Santa Cruz.

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Conductores (arrieros) de Canjáyar (Hay también de Laujar, Fondón, Presidio, Almócita y Benecid)

- Juan García Sánchez (1822)

- Manuel Carretero (1822)

- José Calvache (1822)

- Gabriel Moreno (1822)

- Pedro Egea (1822).

El “asentista” Jacinto Abad, vecino de Canjáyar, se quedó con la contrata de quinientas fundiciones el 28 de abril de 1818, aprobado por el Ilmo. Sr. Director General de don Víctor Soret, el 24 de noviembre de ese año. La producción era comprada semanalmente por la Administración a razón de 6 reales y medio la arroba con deducción del medio diezmo a favor del establecimiento.

INVENTARIO DE LAS INSTALACIONES (1822)INMUEBLE-MOBILIARIO-UTENSILIO VALOR

a) Casa del Fiel:- Casa-oficina ocupada por el Fiel y su interventor

con 2 puertas y cerradura, ventana con encerado

de lienzo. 3.515 rs.

- Un tintero de plomo con salvadera. 10 rs. 16 mrs.

- Cuatro sillas de anea. 40 rs.

- Dos sillas de álamo. 16 rs.

- Un escudo de Armas Reales. 20 rs.

- Un velón chico de metal dorado. 24 rs.

- Otra casa igual a la del Fiel. 3.515 rs.

b) Hornos reverberos:- Dos hornos reverberos, con cuadra y cinco puertas

con cerradura y llave, y cinco ventanas. 40.000 rs.

c) Almacenes para leñas y plomo: - Un almacén de cuatro naves con dos puertas, cerradura,

llave y cerrojo. 20.500 rs.

- Un tinglado con pilares de ladrillo. 10.000 rs.

- Un cercadillo de entrada a los almacenes del plomo con

puerta, candado y llave 200 rs.

- Dos almacenes para plomo con dos puertas, cuatro

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La real fábrica de fundación de Alcora (Canjáyar)

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cerraduras y llaves, dos rejas y una ventana. 700 rs.

- Un peso con balanzas de madera, viejas, y dieciocho

pesas de hierro desde 4 arrobas hasta media libra. 1.600 rs.

- Dos cadenas de hierro. 16 rs.

- Cuatro moldes de hierro, inútiles. 0 rs. 4 mrs.

- Dos barrenas, atacador y aguja. 10 rs.

- Una romana grande que alcanza a trece arrobas. 188 rs.

- Otra que llega a catorce arrobas y quince libras. 210 rs.

- Otra de cinco arrobas y libras. 105 rs.

- Otra de 14 libras. 16 rs.

- Otra grande vieja. 80 rs.

- Dos cuartillos para sellar papel y libros. 30 rs.

- Otro para grabar el “Alcora” en las barras. 60 rs.

- Un harnero nuevo con redes de alambre y caños

de hierro. 140 rs.

- Un molde de madera para hacer adobes. 6 rs.

- Diez corchos para paneras. 166 rs 24 mrs.

- Una zaranda de hierro con peso de cuatro arrobas 334 rs.

- Una escalera con cinco peldaños. 6 rs.

- Dos escaleras de tablones para encumbrar leñas. 190 rs.

- Unas parihuelas. 14 rs.

- Un carro de mano para conducir los cebos 40 rs.

- Nueve “trajeles” para numerar 225 rs.

- Dos paradas de fuelles que estaban a cargo del asentista

con tres cañones 374 rs.

- Por el inventario de 1821 consta haber quedado en los

almacenes de la Fábrica, 39 arrobas y 8 libras de hierro

nuevo y habiéndose contenido en las imposiciones de

herramientas en el tipo que comprende esta cuenta 26

arrobas y 19,5 libras. Resultan existentes como en

efecto existen, doce arrobas y trece y media libras

que al respecto de 42 reales de vellón, importan 526 rs. 22 mrs.

- Asimismo aparece del anterior inventario quedaron

en su interior 13 arrobas y 10 libras de hierro viejo

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las mismas que quedan…y a respecto de 27 rs. 361 rs. 26 mrs.

- Dos libras de acero. 7 rs.

- Dos canales de hierro. 20 rs.

- Por el anterior inventario quedaron…48 esportones

y habiéndose consumido 8 de ellos en el tiempo de esta

cuenta quedan existentes cuarenta, a real y medio 60 rs.

- Por el mismo resultaban seis docenas de servideras, y

habiéndose consumido en dicho tiempo una quedan

existentes cinco que a 5 rs. importan. 25 rs.

- Una casilla cubierta e tejado junto al cuarto que ocupa

el asentista con puerta, cerradura, llave , ventana y reja. 400 rs.

- Una casa- fragua, con puerta, cerradura y llave, unas

tenazas y el martillo. 554 rs.

- Un yunque en ella. 138 rs.

- Una parada de fuelle en ella. 380 rs.

- Por en inventario de fin de diciembre de 1821 quedaron

existentes treinta y dos piedras labradas, y habiéndose

consumido con el tiempo que abraza esta cuenta dos,

quedan existentes treinta que a veinte rr. cada una importan. 600 rs.

- Dos candiles viejos de hierro. 14 rs.

- Cuatro cubos de mano con ceños de hierro, dos de ellos

deshechos. 40 rs.

TOTAL DEL IMPORTE DEL INVENTARIO 136.308 rs 26 mrs.

3. Justificación del proyecto didácticoLa minería del plomo supone para Almería la primera gran actividad económica

de la Edad Contemporánea y se convertirá en el primer sector económico provincial en integrarse en los mercados internacionales, siendo relevada posteriormente por otras actividades extractivas (como la minería del hierro p.e.) o de explotación como la barrilla, el esparto y por supuesto el cultivo de la uva de mesa, cuyo epicentro también se situaba en nuestra comarca.

El desarrollo de la actividad en torno a la obtención de plomo, con raíces en la antigüedad y continuación con las colonizaciones (desde los fenicios a Roma)12

12 Conocemos los hallazgos en Canjáyar de candiles romanos y un lingote de plomo con la grabación de su fabricante: L. (ucius) S. (ergius) REX.

se extenderá durante la Edad Media y la Moderna, con frecuentes testimonios de su uso no sólo para las aplicaciones propias del metal, sino como alcohol y su importante empleo

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La real fábrica de fundación de Alcora (Canjáyar)

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en la cerámica. El plomo y su explotación alcanzará su cenit a caballo entre los siglos XVIII y XIX y ha dejado su huella en nuestro paisaje salpicando nuestras sierras y sus laderas de abundantes restos de su actividad, muchos de ellos hoy por desgracia desaparecidos y que conforman un rico patrimonio etnológico y cultural cuya puesta en valor es absolutamente necesaria para conocer la realidad histórica de nuestro pasado y como consecuencia interpretar correctamente el presente, lo que a nuestro juicio, debe convertirse en la principal tarea de la Historia.

En la sierra de Gádor, desde Berja a Canjáyar, la minería del plomo (complementada con la obtención de plata) ha representado una de las actividades económicas más importantes hasta el desplazamiento del interés hacia la del hierro, como ya hemos reseñado y además ha supuesto un claro ejemplo de minería autóctona, diferenciada de las otras, con más intervención de capital foráneo.

Tenemos que lamentar la desaparición de la mayor parte de las instalaciones de la Fábrica de Presidio que junto a la de Alcora centralizaron la producción de plomo durante el periodo de producto estanco; situación justificada desde la Administración borbónica por el interés estratégico que el metal representaba (municiones) y cuyas producciones se transportaban hacia el puerto almeriense, punto de partida hacia los distintos destinos.

De todas las instalaciones de la minería del plomo, no sólo de Almería sino de Andalucía, son las del Alcora las que se conservan en mejor estado, como hemos comentado con anterioridad, gracias al celo de la familia Soria, propietaria del inmueble, quienes generosamente han mostrado su predisposición en sintonía con el Ayuntamiento del municipio a ceder para su uso cultural y didáctico las instalaciones de la Real Fábrica de Fundición de Alcora.

La importancia de las instalaciones queda constatada en la cantidad de referencias y tratamiento que han tenido en la literatura histórica y que de modo resumido incluiremos en el capítulo dedicado a la bibliografía específica sobre el tema.

También debemos añadir que la Real Fábrica de Alcora ha sido objeto de visitas y eventos culturales entre los que destacamos:

- Itinerario por la taha de Lúchar (Almócita, Beires, Canjáyar y Padules), organizado por el Instituto de Estudios Almerienses, celebrado el 4 de abril de 1997.

- Jornadas Europeas de Patrimonio, Itinerario por el Andarax, patrocinadas por el Consejo de Europa y organizadas por la Junta de Andalucía. Celebradas el 26 de octubre de 2002.

- Las III Jornadas de Historia y Medio Físico: “La Minería Preindustrial en la Provincia de Almería”, celebradas el 2 y 3 de noviembre de 2006, en Berja y Canjáyar.

Como no podía ser de otra manera, las instalaciones de Alcora cuentan con dos de los murales (los números 11 y 12) en el Museo Abierto de Canjáyar.

4. Localización El Museo de la Minería estaría localizado en la barriada de Alcora en el

municipio de Canjáyar y dentro del núcleo de Alcora en la zona llana del mismo, de fácil acceso.

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La barriada de Alcora de encuentra a unos 3 kilómetros del núcleo de Canjáyar, situada en la falda NE de la sierra de Gádor sobre una plataforma recortada por el valle del río Andarax y el antiguo camino Real por el que se realizaba el acarreo del plomo producido en las instalaciones de la Real Fábrica y se accede desde el desvío de la carretera comarcal Almería- Lanjarón, justo a la entrada del municipio de Canjáyar.

Cuenta el barrio con unas excelentes vistas panorámicas a los valles del Andarax (Padúles, Almócita y Beires) y del río Chico (Canjáyar y Ohanes).

Otro de los valores añadidos es el de encontrarse en una encrucijada de varias rutas senderistas (caminos reales, río Andarax, sierra de Gádor, etc.)

5. Objetivos Entre los múltiples objetivos que podemos reseñar para este proyecto de museo

además de los generales (didácticos, divulgativos, recreativos, etc.), el proyecto de Museo de la Minería en Alcora añade:

- Conocimiento directo de las instalaciones de la Real Fábrica de plomo de Alcora, magníficamente conservadas y ejemplo único en Andalucía de las instalaciones borbónicas del XVIII.

- Obtener una visión general de la actividad minera en nuestra comarca con la visita a un Centro de Interpretación de la minería de Sierra de Gádor contiguo a la Real Fábrica.

- Disfrutar de la contemplación de un paisaje único, en una zona de nuestra provincia todavía hoy afortunadamente sin deterioro, con una serie de valores ambientales y etnológicos añadidos.

- Aprovechamiento educativo de las instalaciones tanto del Centro de Interpretación y las propias de la Real Fábrica para fomentar el conocimiento de nuestro pasado histórico. El uso de este Museo debe estar destinado desde al gran público hasta los escolares y estudiantes de cualquier nivel y edad (desde escolares, universitarios, universidad de mayores, etc.).

- Fomentar el turismo rural en una zona con retroceso demográfico y en la que la creación de actividad económica ayudaría a paliar la escasez de ingresos por otras actividades.

6. Instalaciones El museo además de las que se puedan agregar contará desde su inicio con

las dos instalaciones básicas, situadas a escasos metros la una de la otra:

a) El Centro de Interpretación de la Minería que contaría con los locales que han estado destinados a escuela y vivienda del maestro, con capacidad, solidez y condiciones suficientes para albergar unas instalaciones como las que requiere en este caso. La dotación de medios debería al menos contemplar:

- Una sala de proyecciones y conferencias con capacidad para un grupo medio (unas 45-50 personas) y dotada de los medios audiovisuales oportunos (megafonía, cañón, P.C., pantalla, etc.).

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La real fábrica de fundación de Alcora (Canjáyar)

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- Exposición permanente de paneles sobre la minería y sobre la específica del plomo en la sierra de Gádor (historia, prospección, instalaciones, fundición, producción, acarreo, usos, distribución, etc.). También recogería lo relacionado con la Real Fábrica de Fundición (historia, instalaciones, etc.).

- Biblioteca específica sobre la minería y sobre la minería en Almería, en la sierra de Gádor además de la correspondiente a la Real Fábrica.

- Centro de recursos audiovisuales sobre las temáticas enumeradas en el punto anterior.

- Punto de adquisición de recuerdos (de Almería, de la Alpujarra, de la comarca…).

- Maquinas expendedoras de agua, refrescos y bebidas no alcohólicas

- Los mecanismos y equipamientos que en las normativas sanitarias y de seguridad vengan contempladas en la preceptiva vigente para este tipo de instalaciones.

- Los servicios higiénicos y sanitarios correspondientes, con adaptación para minusválidos.

b) La Real Fábrica cuya visita completaría de manera perfecta el conocimiento global sobre la minería del plomo y permitiría a los visitantes la contemplación de las instalaciones de fundición creadas en el XVIII y mejor conservadas de Andalucía y una de las mejores de España, con los hornos castellanos bien conservados, junto al resto de los equipamientos, de enorme valor arquitectónico y etnológico.

No quisiera terminar estas líneas sin hacer público mi ferviente deseo de ver convertido el complejo de Alcora en un gran parque temático que además de llenar de legítimo orgullo a todos los canjilones, su puesta en valor como centro divulgativo y de interpretación de nuestro esplendoroso pasado minero, sirviese como aglutinante para fomentar el turismo temático (hoy tan en boga) y ayudase al sostenimiento económico de nuestro pueblo. El reto es importante pero merece la pena

7. Fuentes y bibliografíaLas fuentes sobre la minería en la comarca y sobre la Real Fábrica de Alcora son

variadas y abundantes y van desde las indirectas de la prensa almeriense y local del XIX a las directas de los archivos:

- Municipal de Canjáyar (Actas capitulares, montes y policía, etc.)

- Archivo Histórico Provincial de Almería (rentas del plomo)

- Archivo General de Simancas (tanto en sus instalaciones de la localidad como en la sede de Valladolid), con riquísima información sobre producciones, costos, salarios, destinos de los productos, incidencias, organigramas, disposiciones, planos, etc.

En cuanto a la bibliografía específica sobre el tema y las dependencias de Alcora reseñamos a continuación una escueta relación de obras y artículos en prensa a modo de muestra del interés que el tema ha suscitado entre los especialistas.

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ANDUJAR CASTILO, F. y SANCHEZ PICON, A. (Coords): El siglo Minero. Instituto de Estudios Almerienses, 1991.

CARA BARRINUEVO, Lorenzo (coord.): La minería de sierra de Gádor, nuestro legado. Ayuntamiento de Berja, Berja 2002.

- Las herrerías del Andarax (Almería) y otras fábricas de hierro de la Andalucía oriental durante los siglos XVI a XIX, en Cara Barrionuevo, L. y Vázquez Guzmán, J.P. (eds.), “La minería preindustrial en Almería y el Sudeste”, Instituto de Estudios Almerienses- Cajamar, Almería, 2008.

MARTINEZ, Diego: La Fábrica de plomos de Alcora, tesoro minero de Canjáyar. Artículo publicado en El Mundo, el 12 de noviembre de 2006, p. A 19.

PEREZ DE PERCEVAL, M. A: Fundidores, mineros y comerciantes. La metalurgia de sierra de Gádor 1830-1850. Cajal, Almería, 1985.

SALVADOR HERNANDO, Miguel: “Transporte y salarios en la minería del Andarax”, en La minería preindustrial en Almería y el Sudeste. Instituto de Estudios Almerienses – Cajamar, Almería, 2008.

SANCHEZ HITA, Agustín: El patrimonio histórico de La Alpujarra y Río Nacimiento, monumental – arqueológico – etnológico. ADR Alpujarra - Sierra Nevada, Granada-Almería

SANCHEZ MUÑOZ, Manuel José: La minería preindustrial anterior al siglo XIX en La Alpujarra, en Cara Barrionuevo, L. y Vázquez Guzmán, J.P. “La minería preindustrial en Almería y el Sudeste”, Instituto de Estudios Almerienses –Cajamar, Almería, 2008

SANCHEZ PICON, Andrés: “Minería e industrialización en la Almería del Siglo XIX”. Boletín del IEA, nº 1 Almería, 1981.

- La integración de la economía almeriense en el mercado mundial 1778-1936. Cambio económico y negocios de exportación, Instituto de Estudios Almerienses, 1992.

- Los estilos empresariales del plomo del s. XIX. Las cuencas de Almería y Jaén , Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, nº 167, Jaén, 1997.

- Impacto sobre el medio ambiente de la industria metalúrgica del siglo XIX,El Eco de Alhama nº 5, Almería 1998.

- El protagonismo de la sierra de Gádor, en Farua, nº 4-5, CVEH, 2002.

- Historia de la minería almeriense. Balance, perspectivas y algunas aportaciones, en Cara Barrionuevo, L. y Vázquez Guzmán, J.P.: “La minería preindustrial en Almería y el Sudeste”, Instituto de Estudios Almerienses –Cajamar, Almería, 2008.

VAZQUEZ GUZMÁN, Juan Pedro: Canjáyar entre la historia y la tradición. Artículo publicado en la Voz de Almería el 29 de abril de 2000.

- Viaje por las minas de plomo de Canjáyar y Fondón en el siglo XIX.Artículo publicado en La Voz de Almería el 4 de septiembre de 2001.

- “La Real Fábrica de Fundición de Alcora (Canjáyar)”. En CARA BARRIONUEVO, L. Y VÁZQUEZ GUZMÁN, J.P. (eds): La minería

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preindustrial en Almería y el Sudeste. Instituto de Estudios Almerienses –Cajamar, Almería, 2008.

- La Real Fábrica de Fundición de Alcora, un extraordinario complejo de arqueología industria. Artículo publicado en el programa de las fiestas de Canjáyar en abril de 2009, pp.65-71.

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XVIII CURSO DE PERFECCIONAMIENTO. “LA INDUSTRIALIZACIÓN EN

ANDALUCÍA”. (MÁLAGA, MARBELLA Y MIJAS, 2009)

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ANUARIO DE HESPÉRIDES. INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS E INNOVACIONES DIDÁCTICAS (Málaga), vol. 17-18, págs. 165-177.

CONTRIBUCIÓN A LA HISTORIA DE LA SIDERURGIA MALAGUEÑA: LA EMPRESA

“FERRERÍA DEL ÁNGEL” (1826-1873)

Cristóbal García MontoroUniversidad de Málaga

Oscurecida por la La Constancia (propiedad de la familia Heredia), que fue durante un cuarto de siglo el primer establecimiento siderúrgico de España, la empresa Ferrería del Ángel, de menor envergadura y más corta trayectoria que la primera, ha tenido escaso eco en los estudios sobre la moderna siderurgia española. Sin embargo, la cantidad y calidad de los hierros producidos en ella, el reconocimiento que los mismos obtuvieron tanto en certámenes nacionales e internacionales como en los informes emitidos por expertos y, en suma, la contribución de la empresa al papel hegemónico en el sector siderúrgico alcanzado por la provincia malagueña en las primeras etapas de la industrialización española, todo ello le hace acreedora a ocupar un lugar en la historia empresarial española. A ello apunta este trabajo.

El Ángel surgió en 1826 por iniciativa de un grupo de comerciantes dirigidos por Tomás Gazzino, Juan Manescau y Juan Bautista Bisso, quienes habían adquirido varias minas de hierro situadas en el cerro de la Minilla, término de Ojén, cerca de Marbella. Para explotar dichas minas la empresa construyó una fábrica ferrería en la ribera del río Verde. Fue edificada en terrenos propiedad de Pedro Reyes obtenidos, pese a la resistencia de su propietario, gracias a la protección que dispensaba la ley de minas de 1825 a este tipo de iniciativas industriales. Se pagaron 2.250 reales por diez

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celemines de tierra de regadío, a los que se unieron poco después “un molino harinero con su tierra y agua” (adquirido en 60.000 reales) y “nuevas tierras en las inmediaciones de Río Verde” (1.285 reales)1

Los obstáculos y dificultades iniciales aumentaron los costos por lo que fue necesario aumentar el número y valor de las primitivas acciones fijándose un total de 80 acciones de 25.000 reales cada una. Antes de abrir la inscripción se asignó a los socios fundadores un número de acciones proporcional a la inversión primera, exigiéndose naturalmente que quienes aceptaran las nuevas acciones tuvieran que completar el cupo de las 25.000 reales por acción.

A mediados de 1827 la sociedad disponía de terrenos suficientes para construir las instalaciones destinadas a fundir el hierro de Ojén.

Hubo, pues, que reformar la primitiva sociedad. Los nuevos pactos y condiciones quedaron recogidos en la escritura de constitución otorgada el 20 de junio de 18312

1 Archivo Histórico Provincial de Málaga (A.H.P.M.), leg. 4925; la primera escritura está fechada el 12-10-1826; la segunda el 10-10-1826 y la tercera el 9-7-1827.

. Según la cláusula 1ª, el capital social era de 786.238 realesrepartido de la siguiente forma:

2 A.H.P.M. leg. 4158, fols. 266-286.

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Sociedad Ferrería del Ángel. Distribución del capital (1831)

Nombre de los socios Cantidad (en reales) Núm. de acciones

Tomás Gazzino 109.969 4 ½

Juan Manescau 107.643 4

Juan Bautista Bisso 129.541 4

Juan José Delicado Díaz 25.000 1

Scoto Hermanos 15.000 1

Miguel Moreno Avilés 6.250 ¼

Agustín Galleano 59.667 3 ¼

José Carci 84.415 2 ½

Joaquín García 91.619 2 ¾

José Pedro Hué 31.626 2

Manuel Vidal 22.319 1 ¼

Juan Sanz 36.913 2

Sanz e Hijos 16.913 1

José Brull 20.000 1

Vicente Serrano 19.613 1

Félix Rossi 9.750 ½

Total 786.238 32 1/2

Dicho capital, se decía en la cláusula 5ª, se hallaba invertido en la construcción de la ferrería con martinete y oficina para la fundición de los metales, según el método catalán; siete fanegas y media de tierra más “que le sirven de desahogo”; una casa separada de la fábrica para uso de los trabajadores; un molino harinero comprado para asegurar la propiedad del agua para la ferrería; dos minas de hierro magnético situadas en el cerro de la Minilla Vieja; cuatro pertenencias de minas de hierro en el partido del Peñón y Peñoncillo “poco productivas” y otras pertenencias de escaso valor; finalmente, la propiedad de las aguas y el arrendamiento por diez años de todas las leñas y montes que poseía el Conde de Luque en el término de Benahavís.

Lo mismo que la Ferrería La Concepción, nacida simultáneamente y situada también en la ribera de río Verde, la primera andadura del Ángelestuvo erizada de dificultades. También en esta empresa debió cundir el desánimo entre los socios y muchos de ellos se retiraron del negocio. Surgió entonces el hombre que sacó adelante la empresa, Juan Giró Morelos.

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Giró, que había formado parte del grupo fundador de La Concepción,tras desvincularse de ella, se convirtió en el alma de la nueva sociedad. Nacido en Gibraltar (1797) y dedicado al comercio, Giró se estableció en Málaga poco después de su matrimonio en Cádiz (1824) con Manuela Aramburu, rica hacendada de origen limeño.3

Siguiendo los pasos de Heredia,4 decidió cambiar los métodos de fundición y construir otra ferrería en Málaga capital, en la zona de la Malagueta, al este de la ciudad y cerca del puerto. Según Benito Vilá, Giró “acertó a dar a la obra emprendida el vigoroso impulso y la recta y constante marcha que bien pronto produjeron los naturales resultados en beneficio de un progresivo crédito” y que convirtió a este establecimiento en “uno de los mejores que de su especie cuenta nuestro país”.5

Giró figura desde el comienzo de la década del ochocientos cuarenta como uno de los principales comerciantes de Málaga. Vivía en la Alameda, junto a las grandes familias de la burguesía malagueña como Heredia y Larios. Además de la empresa siderúrgica, dirigía una casa de comercio, fabricaba jabones y era propietario de numerosos almacenes. Mantuvo en todo momento la nacionalidad británica.

La nueva ferrería de la capital provincial debió iniciar sus trabajos en 1841, es decir, varios años después que La Constancia se hubiera consolidado como el establecimiento siderúrgico más importante del país. El hierro obtenido en la fundición Río Verde era trasladado a Málaga, donde se trabajaba para darle las múltiples formas que el mercado demandaba.

He aquí una descripción de la maquinaria y talleres del establecimiento de la capital, hecha por Benito Vilá en 1861:

“Cuenta esta fábrica con una excelente máquina de setenta caballos y de fácil y sólido mecanismo, movida por el vapor de cinco calderas horizontales y una vertical, de última invención, todas ellas alimentadas por el fuego de ocho hornos de segunda fundición y tres de refinos.

Hay también un aparato condensador para convertir en agua potable el vapor excedente de los movimientos; un taller de seis fraguas; otro de carpintería; otro de mecánica, o sea de torneo de toda clase de piezas de acero y hierro dulce y colado, donde se fabrican continuamente muchas de las prensas para molienda de granos y aceituna, han venido a sustituir ventajosamente a las antiguas de madera; y hay asimismo otro taller de fundición de hierro y bronce,

3 La dote la esposa ascendió a 308.000 reales entre alhajas y efectivo; los padres de Giró, residentes en Gibraltar, regalaron a Manuela Aramburu 20.000 reales en efectivo (A.H.P.M. leg. 4177, fols. 96-99)4 Cf. mi libro Málaga en los comienzos de la industrialización, Manuel Agustín Heredia (1786-1846). Córdoba, 1978.5 VILA, B.: Guía del viajero en Málaga. Málaga 1861, pág. 274.

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Contribución a la historia de la siderurgia malagueña

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capaz de rivalizar con los mejores de su clase, en cuanto se refiere al moldeo de objetos de artes e industria, como son piezas de maquinaria, etc.”6

Según B. Vilá, los hierros del Ángel eran muy estimados en los mercados nacionales, recibiendo premios y distinciones en las exposiciones de Madrid (1850) y en las universales de Londres (1851) y París.

“La exquisita calidad de sus hierros, debida en gran parte a la asidua atención con que el se procura el perfeccionamiento de los trabajos, los hace muy estimados en la mayor parte de nuestras ciudades consumidoras; y aun en las exposiciones universales celebradas últimamente en Londres y Paris se han concedido medallas y distintos honoríficos para premiar las inmejorables condiciones de los hierros del Ángel”.

En el momento de máxima actividad la fábrica daba empleo a unos 250 trabajadores y otros tantos en río Verde.7

El negocio fue próspero durante los años cuarenta y primera mitad de los cincuenta. Esto es lo que se deduce de la información contenida en una documentación notarial8

Previamente se encargó un aprecio de las acciones de la empresa a cuatro expertos, un comerciante, un maquinista, un mineralista y un maestro de obras. Para cumplir su cometido los cuatro expertos realizaron previamente una relación y valoración de las propiedades de la empresa, con el siguiente resultado.

relativa a la subasta de un paquete de 36 acciones propiedad de Felipe Rixon, comerciante británico establecido en Málaga que falleció en 1844. Rixon dispuso en su testamento que dichas acciones se vendieran pasados cuatro años de su muerte y que su producto se invirtiese en papel de la deuda pública inglesa. Transcurridos los cuatro años, los apoderados testamentarios hicieron “gestiones muy eficaces para obtener la venta de estas acciones, sin poder conseguir ofertas adecuadas a su valor y sus rendimientos”. Finalmente, en 1855 decidieron sacar las 36 acciones a subasta pública y adjudicarlas a los mejores postores, “porque era ya indispensable cumplir la voluntad del testador”.

Propiedades-Un edificio en el paraje de Río Verde (Marbella) destinado a las

labores de fundición, con tres hornos de fundición; una casa que contiene la maquinaria, una casa para despacho, cuatro carboneras, dos talleres, una capilla, cuarenta habitaciones o casillas para trabajadores y una cuadra.

-Otro edificio también fábrica fundición, situado en la ciudad de Málaga, barrio de la Malagueta entre la playa de la Caleta y el camino de

6 Ibidem7 “Casi tantas familias como en la fábrica de la capital están allí sostenidas con los trabajos de excavación, maquinaria, fundición, albañilería, conducción de carbones y mineral, etc.” (Ibídem)8 A.H.P.M., leg. 4396, fols. 1021-1025.

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Vélez, compuesto de un taller de afinación, varias chimeneas, diversos almacenes y otras oficinas, tres casas, máquinas de vapor con todo lo concerniente a la afinación, cubilote, moldes y enseres para la fundición.

-Un cercado en la ciudad de Marbella, junto a la playa, para depósito de hierro.

-Un molino de pan “arruinado”, en el paraje de río Verde, cuya agua se aprovechaba en la fundición.

-Tres minas de hierro denominadas del Peñoncillo, San Nicolás y San Juan Bautista, todas ellas en la Sierra Blanca, término de Marbella.

La valoración ascendía a 2.552.322 reales, repartidos así:-La fundición de Río Verde con todas sus pertenencias, 396.964 reales-La ferrería de Málaga con sus terrenos y pertenencias, 1.075.423 reales-El cercado de la playa de Marbella 10.214 reales-El molino de pan arruinado en Río Verde 3.912 reales.-Las tres minas de Sierra Blanca 64.342 reales.-La maquinaria de la fundición de Río Verde 863.503 reales-El hierro elaborado 32.432 reales.-Leñas y carbones 61.218 reales-Créditos a favor de la empresa, 35.214 reales.Como el total de acciones de la empresa ascendía a 129 y ¾, los expertos

concluyeron que el valor de cada acción era de 19.671 reales 2 y 3/8 maravedíes.

Y éste fue prácticamente el valor de remate que obtuvieron las acciones en la subasta realizada el 13 de abril de 1855, porque la oferta más alta que se hizo fue de 20.000 reales. Los compradores fueron los siguientes: Enrique López Uralde, 18 acciones; Juan Gross, 10 acciones; Joaquín Hormigo López, 6 acciones; Federico Gaeta Castillo, 2 acciones. Pero dos de ellos Uralde y Hormigo cedieron sus acciones a Juan Giró y a Manuel Giró respectivamente. Es decir, Juan Giró, que ya era director de la empresa, reforzó su posición como máximo accionista.

Los apoderados testamentarios de Rixon, para justificar la rebaja en el valor de las acciones (en el momento del fallecimiento del inglés, 1844, valían 25.000 reales) hicieron constar que ésta había quedado compensada por los dividendos obtenidos desde aquel año hasta la fecha de la subasta.

La cuantía de dichos dividendos es la que aparece a continuación:9

9 En 1844 y 1845 la sociedad no repartió ganancias por haber tenido que renovar su maquinaria y en 1854 tampoco produjo dividendos “por razón de la extraordinaria subida que tuvo el combustible debida a la escasez de buques que ocasionó la guerra de Crimea”.

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Año Dividendo (en reales)

1846 144.000

1847 108.000

1848 115.000

1849 75.600

1850 115.200

1851 118.872

1852 144.000

1853 93.600

Total 914.472

Entre 1853 y 1855 la situación de Giró, director y accionista mayoritario de la sociedad, debía ser próspera puesto que fue entonces cuando construyó su casa de recreo de nombre Vistahermosa, en la que invirtió más de 600.000 reales.10

También en esas fechas realiza un intento de colonización en Argelia, proyecto del que ha quedado constancia en los archivos nacionales de Francia.11

10 Estaba situada en el Paseo de Reding, muy cerca de la Ferrería del Ángel. Cf. J. de la TORRE FAZIO: “La hacienda de Giró: un patrimonio emblemático malagueño irrecuperable”, Boletín de Arte núm. 28, Málaga 2007, 191-206.11 Juan Giró solicitó concesiones en el valle de Sassel, en la región de Orán, para fundar un centro de agricultura y comercio. Su solicitud es apoyada fuertemente por el Cónsul francés en Málaga que declara: “Juan Giró est un des premiers banquiers de Málaga. Il possède des établissements à New York et au Pérou et se trouve à la tête de 7 à 8 millions de francs.” Según el informe del Cónsul, Giró se proponía llevar unos sesenta colonos españoles escogidos de forma que su establecimiento pudiera formar un centro activo de colonización. En concreto Giró solicita tres concesiones en Orán: 400 hectáreas en su propio nombre, 300 hectáreas para su hermano Manuel y 300 hectáreas para su hijo Juan. A comienzos del año 1854 las concesiones son aprobadas y se invita a Giró a acudir a Orán para tomar posesión. Durante todo el año 1854 las autoridades coloniales insistieron en vano a Giró para que se instalara en Orán. A finales de 1854 Giró presentó su renuncia a la concesión pretextando una mala morfología del terreno. (Archives Nationales de Francia, Outre Mer. Serie M.3-M-459. Agradezco al Profesor Jordi Nadal esta información)

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En 1855 Juan Giró, director y accionista mayoritario de la sociedad, llegó a un acuerdo con Juan Gross Lund, también accionista, para que éste actuara como regente de la misma. El convenio, que fue escriturado ante notario, decía que a Juan Giró “le era indispensable nombrar una persona de confianza, inteligente y activa que, a la vez de hallarse interesada en la empresa, tenga conocimientos en todos sus ramos, que sin sueldo ni pensión fija y solo con opción a una parte de sus utilidades se encargue de todos los establecimientos y vigile su buena marcha, disponga lo que mejor convenga a la empresa y cuide todo lo correspondiente a ella”.

Juan Gross aceptó el nombramiento “a pesar de haberlo rehusado con anterioridad”. Después de varias reuniones llegaron al siguiente acuerdo:

1º. La empresa daría a Juan Gross en retribución de su trabajo el 10% de las utilidades habidas durante los cinco años de duración del contrato y además todos los gastos de viaje que para el cumplimiento de su encargo tuviera que hacer.

2º. Se considerarían como utilidades el valor o costo de todo aumento de maquinaria, hornos o edificios que se hicieran durante el tiempo del contrato, pero como estos aumentos irían encaminados al fomento de la fabricación y deberían proporcionar aumento de utilidades sobre las cuales Gross ya habría sacado su tanto según el artículo anterior, percibiría por este concepto solo el 5% sobre dichos valores.

3º. Juan Gross se obliga a desempeñar su cometido “prestando toda la atención y el trabajo necesario con asiduidad y constancia para obtener el mejor éxito y resultado en favor de la empresa, procurando no causar a la misma perjuicio por descuido o negligencia”.

4º. Juan Gross quedaba facultado para adquirir efectos, útiles y artefactos necesarios a la empresa sus fábricas y dependencias, celebrar contratos y demás facultades para las que estuviera autorizado por el Director.

5º. Juan Giró se compromete a no confiar mandato, encargo ni dar poder a persona alguna para asuntos de la empresa sin estar de acuerdo con Gross.

6º. Igualmente se compromete a ponerse de acuerdo con Gross para emprender aumento de fabricación o entrar en gastos extraordinarios.

7º. Para mutua seguridad del cumplimiento de lo estipulado Giró y Gross se comprometieron a no enajenar sus acciones en la empresa durante los cinco años de vigencia del contrato.

8º. Finalmente, si llegase el caso “casi inverosímil” de desacuerdo entre ambos, se comprometen a someterlo a dos amigos suyos de la clase mercantil nombrados uno por cada cual y a pasar por lo que los mismos determinen; y

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no estando acordes, con lo que resolviera un tercero nombrado por dichos dos amigos12

El nombramiento de Juan Gross como regente o vicedirector coincidió con la aparición de las primeras amenazas graves para la empresa. En 1855 el ministro Bruil anunció una reforma arancelaria que entrañaba un grave perjuicio para la siderurgia española en general y para los hierros meridionales en especial. En esta ocasión las dos empresas malagueñas de fundición de hierros unieron sus voces para expresar su oposición al proyecto ministerial. Tomás Heredia, como director de La Constancia y Juan Gross, como representante del Ángel, firmaron una exposición dirigida “A las Cortes Constituyentes de la Monarquía Española” para protestar por la “considerable rebaja” en los derechos de introducción de hierros que incluía el proyecto, calificándolo de “amenaza de muerte para la industria ferrera española”.

.

13

El escrito rebatía las razones que supuestamente habían inducido al gobierno a presentar el proyecto y anunciaba que de llevarse a cabo supondría la ruina de la industria siderúrgica nacional, precisamente en un momento en que se vislumbraba un porvenir brillante con la construcción de los ferrocarriles. Los fabricantes malagueños presentaban en su exposición tres tipos de consideraciones para pedir la retirada del proyecto: razones de justicia (el perjuicio que causaría tanto a los capitalistas que habían realizado inversiones con la confianza de que iban a tener apoyo y protección, como a los trabajadores que por millares se verían privados del sustento); de independencia nacional (por el peligro que supondría el estallido de un conflicto bélico en una situación de dependencia en cuanto al hierro) y de tranquilidad pública (se dejaba entrever cuál sería la actitud de los miles de trabajadores que quedarían privados de su empleo tras el cierre de las fábricas). Estas presiones, ejercidas simultáneamente en otras áreas industriales españolas, lograron su propósito y el proyecto Bruil quedó en punto muerto.

Pero las amenazas para los fabricantes de hierro no desaparecieron. Un nuevo proyecto de reforma arancelaría, el de Salaverría en 1861, junto con la franquicia para los hierros extranjeros que estableció la ley de ferrocarriles de 1855, ahondó aún más la crisis de las fábricas malagueñas. En esta ocasión la Ferrería del Ángel no pudo superar los obstáculos y en pocos años tuvo que cerrar.

Los enfrentamientos entre los accionistas marcan los últimos años de la empresa. Un grupo de socios promovió un expediente para reconstituir la sociedad. Por Real Orden de 1 de marzo de 1860 se dispuso que para la continuación de las operaciones la empresa habría de reformar sus estatutos

12 A.H.P.M., leg. 4396, fols. 1465-1470.13 GARCIA MONTORO,C.: “Notas sobre el proteccionismo de los industriales malagueños del siglo XIX”. Baetica núm. 2, 1979, págs. 322 y ss.

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en junta general de accionistas, la cual “se tendría por constituida si se hallaban presentes en ella dos terceras partes del capital”.

En varias juntas generales celebradas los días 12, 20, 24 y 27 de abril y 11 de mayo de 1860 se discutieron y aprobaron los nuevos estatutos y reglamentos por que había de regirse la sociedad, pero la Dirección General de Agricultura, Industria y Comercio puso algunas objeciones que fueron subsanadas.

Finalmente, en 1861, fueron escriturados los nuevos estatutos, pero varios accionistas presentaron reclamación para que no se les obligara a formar parte de la nueva sociedad “tanto por no estar conformes con las modificaciones mandadas practicar por el Gobierno cuanto por haber adquirido el conocimiento de que no es conveniente, al menos para los intereses de la minoría, la continuación de la sociedad”.

Los mismos reclamantes solicitaron también la suspensión de Juan Giró como director de la compañía “por los abusos y excesos” cometidos en su administración y que, en caso de no llegarse a la disolución de la compañía, se verificara al menos parcialmente con relación a los reclamantes “haciéndose la oportuna liquidación que demuestre el haber que les corresponde y verificándose su pago”.14

La respuesta de la autoridad ministerial llegó en una Real Orden fechada el 30 de noviembre de 1862 en la que se establecía:

1º. Que era obligatorio para todos los accionistas el acuerdo tomado en junta general del 12 de noviembre de 1861 en que se aceptaron las modificaciones acordadas por el Gobierno en el nuevo proyecto de estatutos.

2º. Que en consecuencia se desestimaban las pretensiones de Juan Gross y demás accionistas de la minoría para que se les tuviera por separados de la sociedad y se les entregase el haber que les correspondiera según liquidación.

14 En este momento el prestigio de Giró había descendido debido a la quiebra de su casa de comercio, que tuvo lugar en produjo en 1862. Un edicto del Tribunal de Comercio de Málaga fechado el 12 de abril de este año publicaba dicha quiebra “para que las personas que tengan pertenencias las manifiesten al Sr. Juez Comisario D. Eduardo Huelin” ordenando “que no se hagan pagos ni entregas de efectos algunos al D. Juan Giró si no es al Depositario D. Pablo Quartin” (Boletín Oficial de la Provincia de Málaga, 13 abril de 1862). Los problemas económicos de Giró se habían iniciado unos años antes. En 1859 tuvo que acudir a Pablo Larios en demanda de un préstamo “para atender sus urgencias y negociaciones”. La cantidad prestada fue de 600.000 reales, a los que unirían en 1861, otros 600.000 y 200.000 más en 1862 (en total 1.400.000 reales), hipotecando como garantía tres casas y varios almacenes (A.H.P.M. leg. 4639, fols. 364-367) En 1868 tuvo que vender su importante colección de pintura que incluía obras de Murillo, Ribera, Mengs y otros notables artistas (J. de la Torre Fazio. “La hacienda Giró” págs. 198-199)

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3º. Que el Gobernador de la provincia, valiéndose de persona idónea y experta en la materia y examinando los libros y documentos necesarios, procediera a investigar los hechos denunciados.

4º. Que mientras no se esclareciesen los hechos no procedía otorgar la aprobación definitiva ni la entrega de acciones al ex-director.

Finalmente, a la vista del informe presentado por Jerónimo Rubio, vicepresidente de la sección de comercio de la Junta Provincial de Agricultura, Industria y Comercio de Málaga y comisionado por el Gobernador de la provincia para llevar a cabo la investigación; “considerando que no aparecen cargos justificados contra la administración de la sociedad” y habiéndose aprobado por la mayoría de la misma las operaciones practicadas por el ex-director D. Juan Giró en el tiempo de su administración, el Ministro de Fomento, por Real Decreto de 16 de junio de 1863, autorizó a la sociedad anónima Ferrería del Ángel para continuar sus operaciones aprobando sus nuevos estatutos y reglamentos y “autorizando la entrega de acciones a D. Juan Giró en equivalencia del crédito que le resulta contra la misma sociedad, reconocido y aprobado por la mayoría de los socios que la componen”.15

Sin embargo, el final del litigio no sirvió para revitalizar la sociedad. Un año después la Ferrería del Ángel estaba en fase de liquidación. Por R.O. de 24 de julio de 1864 el Gobierno dispuso que se procediese a la liquidación de la Ferrería, que se pagaran ante todo los créditos y obligaciones pendientes contra la misma y que después se distribuyera el resto entre los socios.

Acto seguido se constituyó una “Junta Liquidadora”, que hubo de afrontar las demandas de varios acreedores, entre ellos la Administración de Propiedades y Derechos del Estado, que se apresuró a reclamar el pago de las deudas contraídas por la Ferrería con la Hacienda, y el Banco de Málaga, que interpuso demanda contra la Ferrería ante el Tribunal de Comercio.

Tras resolverse estos obstáculos la Ferrería fue vendida en 1869 a Guillermo Malcom, hombre de negocios británico. El precio de venta acordado fue de cien mil escudos, y comprendía todas las fábricas, terrenos, solares, edificios, minas y pertenencias de la empresa.16

15 B.O.P.M. 26 de junio de 1863. Antonio Guerola, en sus Memorias, dejó constancia de este litigio señalando que le ocupó mucho tiempo presidir, por encargo del Gobierno, unas juntas generales de muy larga duración (seis y siete días) sin conseguir una transacción entre los socios. Sobre Giró escribe: “Aunque Giró es una persona respetabilísima, está ya muy achacoso y casi inútil para la administración, la cual no era buena pues no había dividendos de beneficios”. (Memoria de mi administración en la provincia de Málaga como gobernador de ella desde 6 de diciembre de 1857 hasta 15 de febrero de 1863. Edición de F. Suárez, Sevilla, 1995, vol. II, pág. 447.16 A.H.P.M. leg. 4759. La forma de pago estipulada en la escritura de venta era la siguiente: 30.000 escudos al firmarse la escritura, 20.000 un año después, 20.000 a los 18 meses y 30.000 a los dos años. Cf. BERNAL GUTIÉRREZ,J.: “Proceso inicial de la colonización británica de

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En la escritura de venta se especificaban las distintas propiedades de lasociedad:

• La Ferrería de Málaga, con los terrenos donde estaba ubicada; en total 21.600 metros cuadrados comprendidos entre la playa de la Malagueta y el Paseo de Reding.

• Tres minas de hierro llamadas La Choza, San Juan Bautista y San Nicolás más un trozo de tierras contiguo a ellas, en la zona de Sierra Blanca, término de Ojén.

• La Ferrería de Rio Verde en Marbella, con tres altos hornos, talleres de fundición y de herrería, rueda hidráulica, máquina de vapor, carboneras, almacenes, casa habitación para empleados y trabajadores, capilla, cementerio, hornos, cuadras y otros edificios para talleres y oficinas del establecimiento, así como arbolado y tierra de labor.

• Un molino harinero con una hectárea y 93 áreas de tierra, situado en el sitio llamado Cortijillo del Hospital.

• Un huerto situado en el partido del Arroyo de las Ferrerías, al este de la ciudad de Marbella.

• Un corral cercado situado en la playa de poniente de la ciudad de Marbella.

• Una casa situada en la playa de Río Verde.

• Una casa situada en Sabinillas, término de Manilva.

• Un terreno de monte en el término de Júzcar.

• Los derechos de talar, cortar, carbonear y aprovechar las leñas y breñas de los montes del Conde de Luque, en el término de Benahavís.

• La maquinaria existente en la fábrica fundición de Río Verde.Aunque se desconoce el uso que Guillermo Malcom pretendía dar a este

conjunto de propiedades, parece que proyectó extraer minerales de las minas de Sierra Blanca. Esto es lo que se deduce de una de las cláusulas de la escritura de venta según la cual Guillermo Malcom se compromete a que tan pronto estuviera concluido “el camino de hierro o tranway que tiene proyectado construir desde las minas de hierro a la playa de Marbella” hipotecará también dicho camino con todas sus pertenencias para garantía de los pagos pendientes.

No obstante, los proyectos de Malcom con toda probabilidad no se llevaron a cabo porque éste vendió pocos años más tarde, en 1873, la antigua

las minas de Marbella. Fase previa de “The Marbella Iron Ore Company and Limited”; en Actas del III Congreso de Historia de Andalucía, Andalucía Contemporánea II, Córdoba 2001, 7-17.

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Ferrería del Ángel a Adolfo Príes Saniter, comerciante y hombre de negocios oriundo de Mecklenburgo y residente en Málaga al menos desde los años cuarenta,17

Así pues, en 1873 se cierra definitivamente una empresa que jugó un papel destacado en los comienzos de la industrialización española.

que daría un uso completamente diferente a las instalaciones de la Ferrería, el aprovechamiento de sus terrenos para la edificación de viviendas.

La Malagueta. “Ferrería del Ángel”. (Toisin, ca. 1926)

17 Figura inscrito en la matrícula del Consulado de Mecklenburgo de 1845. (A.M.M. leg. 1979)

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XIX CURSO DE PERFECCIONAMIENTO. “MODERNISMO Y REGIONALISMO. LA ARQUITECTURA

ANDALUZA DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX”. (SEVILLA, 2010)

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ANUARIO DE HESPÉRIDES. INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS E INNOVACIONES DIDÁCTICAS (Málaga), vol. 17-18, págs. 181-198.

LA ARQUITECTURA REGIONALISTA EN ALCALA DE GUADAIRA

José Manuel Navarro DomínguezDoctor en Historia

Asesor CC.SS. CEP de Alcalá de Guadaira (Sevilla)IES Los Alcores. MAIRENA DEL ALCOR (Sevilla)

El regionalismo supuso en Sevilla un movimiento cultural de amplias miras, que aspiraba a unas reformas ideales desde las raíces de la tradición andaluza como región histórica. Abarcó desde el campo de la política, con las propuestas de Blas Infante, a la renovación cultural y literaria de la mano de los ateneístas, de Alejandro Guichot, José María Izquierdo o los hermanos Álvarez Quintero. Esta corriente tuvo su plasmación más evidente en el florecimiento de un estilo arquitectónico que pretendía renovar la imagen de Sevilla inspirándose en los grandes edificios históricos de la ciudad o la comarca cercana, considerando que en ellos estaba la esencia del alma sevillana. La celebración de la Exposición Iberoamericana ofreció la oportunidad de emprender un conjunto de obras que transformaron la imagen de Sevilla, pero, paradójicamente, crearon la imagen que hoy día consideramos y que ha quedado en la memoria colectiva como la quintaesencia de la capital del Guadalquivir.

El estilo arquitectónico regionalista fue definido, en el caso de Sevilla, desde instancias oficiales. En 1910 el concejal Francisco de Lepe, en una moción presentada al Cabildo, se proscribió el “Modernismo” y se hizo una llamada a los arquitectos a rescatar las raíces del arte tradicional. Y en el concurso convocado en 1912 para la construcción y reforma de fachadas de casas de "estilo sevillano", se redujo tal apelativo a los estilos sancionados por la Historia y característicos de la ciudad en sus distintas épocas. Los arquitectos sólo tenían que acudir a los numerosos edificios

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góticos, mudéjares, renacentistas o barrocos existentes en la ciudad, considerando que en ellos se encontraba la esencia de la estética y el gusto sevillanos.

El gusto regionalista, que bebía de la traición estética consolidada durante siglos, fue visto como una curiosa combinación de modernidad funcional y conservadurismo estético. Consagró una imagen grata en el recuerdo, la imagen de la localidad eterna, de la ciudad “de siempre”, quizás porque la población estaba habituada a ver dichos elementos en sus edificios más emblemáticos como eran los palacios urbanos, cabildos, ermitas, iglesias, conventos, cortijos y haciendas rurales.

Esta corriente regionalista triunfante en Sevilla se dejó sentir en las localidades próximas, especialmente en el caso de Alcalá de Guadaíra. La villa estaba fuertemente vinculada a Sevilla no solamente por el abasto diario de pan a través del ferrocarril conocido como el “tren de los panaderos” o el aporte de agua, no ya por los vetustos “Caños de Carmona”, sino por modernas canalizaciones de agua, centralizadas en el Adufe y explotadas desde 1882 por la compañía inglesa The Sevilla Water Works. La proximidad a la capital, su agradable clima y la belleza del paisaje fluvial en que se ubica la habían convertido en el lugar preferente de veraneo de la burguesía sevillana, que había comprado huertas y villas en las proximidades del Guadaíra. La escuela paisajista sevillana se había forjado en las riberas del río, que constituye un tema destacado en la obra de José Arpa Perea, Valeriano y Joaquín Domínguez Bécquer, José Jiménez Aranda, Alfonso Grosso Sánchez, José Rico Cejudo o Gonzalo Bilbao, Sánchez Perrier, García Ramos, Gustavo Bacarissas y otros. Los problemas de Alcalá aparecen con frecuencia reflejados en la prensa sevillana y en la villa se seguía con suma atención la crónica y las novedades de la capital. Incluso encontramos abundantes referencias a Alcalá en la obra literaria de los hermanos Álvarez Quintero o José María Izquierdo.

La Exposición Iberoamericana de Sevilla, cuya inauguración estaba prevista en principio para 1927, supuso un gran aliciente. El comisario regio, Fernando Barón y Martínez Agulló, conde de Colombí, estaba muy vinculado a Alcalá de Guadaíra. El comité ejecutivo de la Exposición planteó la posibilidad de usar Alcalá como foco de atracción turística para los visitantes y construir un hotel en la localidad.

El faro de la cultural en la localidad, la revista Oromana, fue un fiel reflejo de las sevillanas Bética, La Exposición, Grecia o Mediodia y pretendía constituir la vanguardia del impulso de renovación cultural. Su publicación, entre 1924 y 1928, coincidió con el periodo álgido de la actividad constructiva en la localidad. La revista contó con las plumas de Joaquín Romero Murube, Rafael Laffón, Fernando Villalón, el conde de Colombí, Alejandro Collantes, Alfonso Zbikowsky, Manuel Beca Mateos o José Muñoz San Román y las ilustraciones de Hohenleiter, Villalobos, Sánchez Perrier o Luis Contreras.

1. Alcalá: de gran pueblo a pequeña ciudad A principios de la década de los 20 Alcalá era una de las localidades más

activas y dinámicas de la provincia de Sevilla. Entre 1920 y 1930 vio pasar su población de 11.038 a 16.816 habitantes, un crecimiento que duplica la media registrada en la provincia y es incluso superior al de otras localidades cercanas. Este incremento demográfico fue fruto, en buena medida, del intenso proceso de inmigración registrado, con el asentamiento en la localidad de gran cantidad de trabajadores y familias completas procedentes de poblaciones cercanas.

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Buena parte de esa población inmigrante trabajaba en las instalaciones industriales establecidas en la localidad, que experimentaron un crecimiento considerable, y en las nuevas que se establecieron. Las fábricas de harina, los almacenes de aceituna, los molinos industriales de aceite con prensas hidráulicas, los hornos y tahonas, las canteras de albero, las barrerías, los talleres de carpintería, alfarería y cerámica, convirtieron a Alcalá en un foco de actividad industrial de relevancia en la provincia. El crecimiento demográfico se reflejó en un fuerte crecimiento del casco urbano, con la extensión del barrio del cerro del Águila, en las faldas del castillo, la extensión de las principales calles y la colonización de algunos alcores en las afueras de la población, especialmente en dirección a Mairena y Sevilla.1

A finales del siglo XIX muchas familias burguesas de Sevilla encontraron en Alcalá de Guadaíra un entorno ideal para pasar el verano. Y con ellos trajeron algunos apuntes de renovación artística, como demuestra el significativo ejemplo de la Casa Ibarra. Este palacete historicista fue construido en los primeros años del siglo XX por la familia sevillana de los Ibarra como residencia estival en la cuesta de Santa María del Águila, con envidiables vistas a los pinares de Oromana y la ribera del río Guadaíra. Ofrece un perfecto ejemplo del gusto artístico de la burguesía sevillana en las décadas previas al triunfo del regionalismo con una sensibilidad muy apegada a las modas arquitectónicas francesas de finales del XIX. La fachada combina una galería cerrada con amplias cristaleras coronada por una terraza accesible desde el piso superior y un torreón coronado con esbelta mansarda abuardillada con tejado de pizarra de gran pendiente, pináculos y ojos de buey elípticos de compleja decoración, al gusto de los bulevares parisinos. Su fachada presenta una decoración bastante recargada, combinando pilastras y columnas estriadas en los pilares de soporte, un friso con decoración vegetal con una cornisa salediza y antepechos con decoración vegetal calada en las terrazas de la planta baja y del primer piso. El edificio ha sido adquirido recientemente por el Ayuntamiento de Alcalá para destinarlo a centro municipal de promoción del turismo local.

Aunque este conjunto de transformaciones ocurridos en el pueblo hasta convertirse en una pequeña ciudad fuese un proceso largo y extendido en el tiempo, podemos localizar su periodo álgido en la segunda mitad de la década de los 20. Como confirmación de este cambio se concedió a la localidad el título de ciudad por real decreto de 23 de marzo de 1925, en atención al crecimiento de su población y al desarrollo industrial, agrícola y comercial experimentado. Este periodo queda marcado por la alcaldía de Pedro Gutiérrez, el impulsor de las grandes reformas urbanas de la ciudad y el arquitecto con quien contó para llevarlas a cabo: Juan Talavera y Heredia.

Pedro Gutiérrez era el prototipo de hombre político que el régimen de Primo de Rivera intentaba promover en las localidades: un activo y emprendedor gestor que dejase a un lado el debate ideológico y modernizase la localidad. Accedió a la alcaldía el 3 de julio de 1924 tras el fracaso de la primera corporación de la Dictadura, la presidida por Luis Cotán, debido a su incapacidad para resolver el grave problema del paro y el alza del precio de los productos alimenticios. Pedro Gutiérrez logró cohesionar una corporación estable formada por labradores, industriales aceituneros yde harinas, panaderos, algunos profesionales destacados y dos representantes de la Agrupación Socialista local.2

1 ALMANZOR: “La vida en los pueblos. Alcalá de Guadaíra. Una idea que brindamos a nuestro alcalde”, La Unión, 4 de junio de 1925.2 MIRANDA, José: En Alcalá de Guadaíra murieron dos”, ABC de Sevilla, 5 de octubre de 1969.

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2. El plan de reformas de Pedro GutiérrezCoincidiendo con el espíritu renovador de la Dictadura se propuso potenciar la

villa cambiando ante todo la fisonomía urbana de la ciudad, dotándola de edificios públicos modernos, calles adoquinadas, iluminadas y con alcantarillado y los servicios públicos propios de una localidad moderna. Contaba con el instrumento legal ideal para llevar a cabo sus proyectos: el Estatuto Municipal de 8 de marzo de 1924, que otorgaba una amplia autonomía a las corporaciones municipales en materia de urbanismo. En su artículo nº 150 se concedía a los ayuntamientos plenas competencias en urbanismo (apertura, afirmado, alineamiento, mejora, conservación y ornato de vías públicas, parques, jardines y cualquiera otros medios de comunicación y esparcimiento, dentro o fuera de poblado… alcantarillado, desinfecciones, cementerios… y obras comunales). El desarrollo de estas competencias en los artículos nº 180 y 181 garantizaba a los ayuntamientos el control en exclusiva de los proyectos urbanos, alineamientos de calles, incluyendo el derribo de casas particulares, apertura de nuevas vías públicas, el ornato de las mismas, la creación y mantenimiento de parques y jardines, la red de alcantarillado, los cementerios, escuelas, mataderos y otros edificios públicos.

Los únicos límites que contemplaba la legislación a esta extraordinaria autonomía municipal eran el respeto a la normativa general del Estado, que en materia de urbanismo era muy laxa, el respeto a la propiedad privada en los términos recogidos en el Código Civil y el sometimiento a la supervisión de las comisiones sanitarias provinciales (art. nº 182 y 183) en aquellos proyectos urbanos que afectasen a la salud pública (como instalaciones industriales, alcantarillados, mataderos, hospitales y sanatorios, cementerios, mercados y otros edificios de similares características). Posteriormente sobre este tipo de edificios se aplicaría el Reglamento de Establecimientos Incómodos, Insalubres y Peligrosos, de 17 de noviembre de 1925, que establecía que debían cumplirse determinadas condiciones en su construcción y mantenimiento y ubicarse en lugares alejados del casco habitado de la localidad, donde no supusiesen peligro para la población. En este sentido las numerosas instalaciones industriales de Alcalá, plenamente integradas en el entramado urbano, no respetaban esta normativa, pero ni el Ayuntamiento ni la Comisión Sanitaria Provincial de Sevilla hicieron mucho para solucionarlo.

Gutiérrez planteó a la Corporación un ambicioso plan de urbanización para transformar Alcalá en una ciudad moderna. En sus propias palabras, recogidas en la revista Oromana, era su intención hacer de Alcalá el pueblo “… más culto, el más sano, el más limpio, el mejor urbanizado de España”. 3

3 ALCALAREÑO: “Tras un año de gestión municipal”, Oromana, nº 9 y 10, julio 1925.

El plan incluía la reforma de la casa consistorial y la pavimentación de las calles, la mayoría de las cuales eran de tierra y formaban charcos con las lluvias, especialmente en la calle de la Mina. Por otra parte la mayoría parte de la red de alcantarillado era deficiente, muchas calles no contaban con saneamiento y muchas casas usaban aún pozos ciegos, especialmente en el cerro del Águila y las barriadas nuevas del ensanche. También era preciso abordar la mejora de las instalaciones de abastecimiento y alimentación, para mejorar sus condiciones higiénicas, especialmente preocupantes por lo que respecta al mercado de abastos y al matadero público

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La población infantil, en crecimiento, era otro foco de atención. Era preciso construir nuevas escuelas para elevar los niveles de educación a los parámetros que se esperaban de una ciudad moderna, avanzada y dinámica como se pretendía que fuese Alcalá.4

Pedro Gutiérrez encomendó en 1925 a Talavera la elaboración de un Plan de Saneamiento y Urbanización de Alcalá, que debía abordar una mejora de las instalaciones de alcantarillado y adoquinado de la localidad, reformas en varios edificios públicos, la construcción de un matadero y un cebadero de cerdos, construir un grupo escolar y casas para maestros y una casa cuartel de la guardia civil.

Por otra parte se consideraba necesaria la construcción de una cárcel municipal y una nueva casa cuartel más amplia para la Guardia Civil, cuya presencia era cada vez más demandada por los empresarios ante el crecimiento del movimiento obrero en una localidad que empezaba a convertirse en un emporio industrial y agrícola. Finalmente se proyectaron instalaciones como nuevos jardines y plazas, un parque público en los pinares de Oromana y un campo de fútbol, que aunque no tan necesarias, si podían embellecer la población y confirmar el rango de ciudad que acababa de adquirir.

5

3. Las primeras actuacionesEntre las primeras obras abordadas por la nueva corporación estuvo la

construcción del cementerio municipal. Era un proyecto que se remontaba a 1916, cuando el propio Gobernador Civil hubo de insistir en su edificación ante el mal estado de los dos cementerios parroquiales. Pero la operación se fue retrasando debido a la oposición del clero local, que temía que se redujesen sus ingresos con el cierre de los cementerios parroquiales, y a la falta de acuerdo con el dueño de los terrenos donde se pretendía instalar, junto al camino de Gandul. Hasta 1923 no contó el Ayuntamiento con terrenos adecuados y un proyecto arquitectónico viable.

Pedro Gutiérrez, decidido a solventar el tema, dispuso a fines de 1924 el cierre de los cementerios parroquiales e inauguró el nuevo cementerio municipal en noviembre de 1925 con la bendición del Arzobispado tras acordar incluir en el presupuesto municipal una partida para el sostenimiento del culto. El arquitecto Ramón Balbuena diseñó una capilla de una nave con fachada organizada en tres partes con ventanas laterales a ambos lados de la puerta. Todos los vanos se cubren con arcos ojivales, así como el templete que corona la portada central. Este mismo tipo de arco es el utilizado en las galerías laterales y en los ventanales de las oficinas y dependencias. El edificio se mantiene dentro del academicismo historicista imperante en la escuela sevillana pero muy alejada de las ideas regionalistas que ya estaban apuntando algunos arquitectos innovadores en Sevilla.6

Deseando ofrecer una imagen de modernidad desde el propio Ayuntamiento, Pedro Gutiérrez Calderón consideró que como primera medida para transformar la localidad debía comenzar por cambiar la cara de la propia casa consistorial, un antiguo hospital de San Ildefonso, de la orden de san Juan de Dios, adaptado para las oficinas municipales. Nada más hacerse cargo del consistorio encargó la reforma del edificio al

4 ALMANZOR: “El problema de la enseñanza en Alcalá de Guadaíra”, La Unión, 1 de mayo de 1925.5 A.M.A., Actas Capitulares, 16 y 17 julio 1926.6 A.M.A., leg. 143, expediente del Cementerio.

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prestigioso arquitecto sevillano Aníbal González.7

Al mismo tiempo que se ejecutó la reforma de la casa consistorial se dispuso la construcción de una cárcel municipal en el antiguo Hospital de los Pobres, situado en la calle Sánchez Perrier.

La reforma consistió en añadir a la fachada principal del edificio una portada, resaltada con dos pilastras corridas en los dos pisos y un frontis de coronamiento para el reloj rematado con cinco piñas de cerámica. Organizó la portada con dos columnas de mármol flanqueando la puerta y sosteniendo el balcón consistorial con balaustrada de cemento y frontón barroco partido sobre el arquitrabe de la puerta. Para articular la gran fachada lateral añadió algunas pilastras y abrió varios tragaluces y ventanas para las oficinas municipales. En el interior se adecentó el edificio realizando diversas reformas en solerías, techos y paredes, añadiendo algunos zócalos de azulejos sevillanos y solería de mármol blanco.

4. El arquitecto Talavera y Alcalá Pero la gran transformación que Alcalá necesitaba y Pedro Gutiérrez soñaba

requería abordar una gran cantidad de obras de reforma y la construcción de numerosos edificios. Para ello el Alcalde encomendó al arquitecto Juan Talavera y Heredia la elaboración de un proyecto completo para la localidad. Desconocemos la razón por la que, pese a haber encomendado la primera obra de importancia en Alcalá a Aníbal González, el Alcalde optó por Juan Talavera. Probablemente pesase el hecho de que Talavera formaba parte de la subcomisión de la Exposición Iberoamericana que visitó la localidad en agosto de 1925 para estudiar la posibilidad de construir un hotel. Esta elección aproximó a Talavera a Alcalá, convirtiéndole en el arquitecto de las grandes obras municipales y le dio a conocer en la población, lo que le valió varios encargos de viviendas particulares. Esto explica que en Alcalá existan ocho edificios públicos, tres plazas, dos proyectos urbanísticos y al menos dos viviendas particulares que llevan la firma de Talavera.

Juan Talavera y Heredia nació en Sevilla en 1880, hijo del también arquitecto Juan Talavera y de la Vega. Se formó durante los primeros años del siglo XX en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, junto a Aníbal González y José Gómez Millán, que terminaban sus estudios cuando él empezaba, y a José Espiau y Javier Luque, que fueron sus compañeros. Este grupo de arquitectos conformaría la esencia del lenguaje regionalista sevillano.

Durante su periodo de formación comienza a aparecer en Sevilla, tímidamente, un primer regionalismo, como evolución lógica del historicismo académico que había dominado las últimas décadas del s. XIX. Estas primeras obras,que podríamos clasificar dentro del regionalismo, integran un lenguaje estético neo-mudéjar y plateresco, inspirado en los grandes edificios renacentistas de la ciudad, que atrajo la atención de la burguesía sevillana. Terminados sus estudios Juan Talavera se instaló en Sevilla en 1909 como delineante en el estudio de Aníbal González. De su mano comenzó a desarrollar una interpretación personal de la arquitectura regionalista a partir de las ideas y modelos de su jefe, como puede apreciarse en la casa para Miguel Arcenegui en la calle Velázquez construida en 1909 o la fachada de la casa de Ángela Aguirre en la calle San Gregorio, de 1910. En 1910 su tío, Ramón Sánchez Pizjuan, le consiguió una plaza en el Ayuntamiento de Sevilla como ayudante del arquitecto

7 A.M.A., leg. 143, expediente de la Casa - Ayuntamiento.

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municipal. Tres años más tarde consiguió la titularidad en la plaza e ingresó como profesor en la Escuela Superior de Artes e Industrias de Sevilla.

Durante esos años la obra de Aníbal González había extendido el gusto por la arquitectura regionalista entre la burguesía sevillana, especialmente admirada cuando comenzó a integrar elementos renacentistas y barrocos extraídos de edificios de la ciudad, plenamente reconocibles por su clientela. Con ello se consolidó lo que los técnicos denominan el “pleno regionalismo” o “eclecticismo neobarroco”, que integra en las construcciones elementos de arquitectura barroca civil y religiosa de palacios, conventos y haciendas de Sevilla y las localidades de la provincia como Écija, Marchena u Osuna.

En el concurso municipal de 1912 Juan Talavera presentó tres obras, entre las que fue especialmente aclamada la casa Aceña de la Avenida de la Borbolla, considerando los críticos que se ajustaba perfectamente a lo que se entendía por el estilo “sevillano”. En sus proyectos se aprecia una mayor influencia de los elementos barrocos, que poco a poco fueron convirtiéndose en verdadero sello de identidad de su estilo personal. Logra dar una interpretación personal a los elementos tomados de edificios históricos, combinando alegremente estructuras diversas, desde la portada con columnas y balcón a la espadaña conventual, los patios de columnas y las ventanas de rejas. Conforme evolucionó fue enriqueciendo su estilo con nuevos elementos y haciéndolo más ornamentado, con la utilización del ladrillo fino, las molduras mixtilíneas o el paño de azulejo. En Sevilla son obras emblemáticas de esta época la casa de la esquina de las calles Pastor y Landero con Almansa y la casa Ocaña, en calle Tetuán esquina a Rioja, y en Alcalá de Guadaíra cualquiera de los edificios construidos por encargo de Pedro Gutiérrez.

También llevó Talavera el estilo regionalista al diseño de plazas y jardines cuando, como arquitecto municipal, le fue encomendada la urbanización de la plaza de Santa Cruz en 1918, la de Doña Elvira en 1924 o el diseño de algunos elementos de los jardines de Murillo. Estos mismos modelos los utilizaría posteriormente en el diseño de las plazas de Alcalá de Guadaíra.

5. El plan de reformas de Juan TalaveraEl Plan de Obras de Saneamiento y Urbanización Parcial presentado por Juan

Talavera ante el pleno del Ayuntamiento en julio de 1926, contemplaba la realización de obras de saneamiento en diversos puntos de la trama urbana, la prolongación de la red de alcantarillado en diversas calles hasta completar el entramado, el adoquinado de algunas calles, la realineación de otras, la construcción de una segunda plaza de abastos, un nuevo matadero municipal, casa cuartel de la guardia civil, dos colegios, siete casas para maestro y un hotel, la creación de un parque público y la reforma de las escuelas unitarias existentes. 8

Este plan de reformas planteó un serio debate en la prensa local y caldeó los ánimos en las sesiones extraordinarias del pleno municipal hasta su final aprobación. La prensa apoyó las reformas urbanísticas considerándolas acordes con la nueva categoría de la localidad, señalando la necesidad de construir nuevos escuelas, mejorar el sistema

8 A.M.A., Actas Capitulares, 16 y 17 julio 1926.

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de alcantarillado, pavimentar las calles y mejorar las condiciones higiénicas de la localidad, apuntando con ello en una línea muy similar a la proyectada por la Alcaldía.9

Pedro Gutiérrez contaba con el apoyo de Álvarez Alba, concejal socialista y líder de la clase obrera, que veía en el plan de obras la oportunidad de aumentar laoferta de trabajo y paliar el agudo problema del paro en la población. Por el contrario los opositores a las reformas, liderados por Agustín Alcalá y Henke, líder de los conservadores locales, acusaban al Ayuntamiento de embarcarse en un conjunto de operaciones urbanísticas que, aunque necesarias y útiles para la localidad, sobrepasaban la capacidad financiera de la corporación. A su juicio el plan de obras debería abordarse a más largo plazo, pues de lo contrario se cargaría a los contribuyentes con un peso insoportable y se comprometería el futuro de la población si se solicitaban créditos para reunir los fondos necesarios.10

No faltaba razón a los opositores, a tenor de los cuadros económicos de la Corporación. El importe total de las obras contempladas en el plan equivalía a 6 anualidades del presupuesto íntegro de la Corporación Municipal. Incluso disponiendo de todo el dinero que pudiese movilizar el Ayuntamiento eliminando partidas secundarias y dejando únicamente las partidas de personal, mantenimiento de edificios, servicios imprescindibles y gastos crediticios, se tardaría al menos 20 años en pagar el importe de las obras. El desarrollo del plan de obras supuso un esfuerzo considerable para las arcas municipales. El presupuesto municipal se multiplicó por 6 durante el periodo de gobierno de Pedro Gutiérrez, pasando de apenas 372.088 pesetas en 1923 a nada menos que 2’4 millones de pesetas en 1929. Aunque la actividad económica de la ciudad aumentó de forma considerable durante este periodo, especialmente con la expansión de la construcción, las instalaciones industriales de harina y aceituna y la apertura de nuevos comercios y talleres, no fue suficiente para cubrir la exigencia monetaria. Desde el Estado sólo llegó una subvención de 80.000 pesetas para la construcción del grupo escolar. Tampoco el incremento de las tasas municipales, que encareció considerablemente los servicios municipales, y el reparto de numerosas contribuciones extraordinarias a los vecinos, especialmente a los residentes en las calles en las que se realizaron obras de saneamiento, alcantarillado o adoquinado, pudieron resolver el problema económico. Y en todo caso estas medidas podían responder únicamente a medio plazo. Para la financiación de las obras desde el primer momentoel Ayuntamiento hubo de recurrir al crédito bancario. Con el Banco de Crédito Local se suscribieron diversos empréstitos, los más importantes de los cuales fueron los firmados en 1927, por importe de 550.000 pesetas, y el de 1929 por 1.380.000 pesetas.11

6. Grupo Escolar Pedro GutiérrezLa mejora de la educación era uno de los pilares en los que debía basarse la

reforma de la ciudad y la prensa no tardó en llamar la atención del Alcalde sobre el

9 “A lo que obliga un título”, Oromana, nº 7, abril 1925. 10 ALCALÁ HENKE, Agustín: “Para el Alcalde de Alcalá”, El Correo de Andalucía, 24 de julio de 1926 e “Impugnando los beneficiosos proyectos del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra”, La Unión, 4 y 11 de agosto de 1926. 11 A.M.A., leg. 581, expediente de Liquidación del Presupuesto de Reforma de la Ciudad.

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problema.12

Juan Talavera presentó en 1925 el proyecto para construir dos colegios (uno de niños y otro de niñas) con capacidad para 160 alumnos cada uno. El trámite del expediente ante la Dirección General de Primera Enseñanza fue relativamente rápido gracias al apoyo del conde de Bulnes, secretario del Rey y miembro del comité de la Exposición Iberoamericana, a quien recurrió el Ayuntamiento.

Las escuelas de la localidad eran en realidad aulas particulares abiertas por los maestros en sus propias casas o en locales alquilados que no reunían las mínimas condiciones en muchos casos y se hacía necesaria la construcción de un grupo escolar moderno y bien equipado donde reunir dichas escuelas.

13

Talavera diseñó dos edificios afrontados con tres crujías dispuestas en U cada uno, con torreones cuadrangulares con mirador en las esquinas. Entre ambos queda un espacio con columnas destinado a patio de recreo. La portada presenta doble arcada de medio punto y amplios ventanales. Los elementos decorativos se concentran en los torreones, que cuentan con ventanas enrejadas, cinco pináculos con piña de cerámica, cruz y pararrayos de hierro y azulejos con el escudo de Alcalá. La estructura del colegio recuerda los edificios con pabellones enlazados con patio interior y torre mirador (inspirados en las haciendas sevillanas) que el arquitecto estaba construyendo en esos mismos años para la Exposición Iberoamericana, como el Pabellón de la Agricultura o el del Aceite.

El proyecto recoge además las ideas higienistas inspiradas en el ideal de la escuela al aire libre, de la Oficina Técnica para la Construcción de Escuelas. Se ubicó en uno de los puntos más altos de la localidad, coronando un cerro abierto al campo; las aulas contabann con amplias ventanas de medio punto que aportan iluminación y ventilación; los baños estaban alicatados en blanco y los suelos estaban enlucidos con cemento. Ambos edificios estaban unidos por una pérgola sobre pilares y rodeados por un jardín escalonado en tres terrazas, flanqueado por setos, rejas y pilotes de obra con cerámica azul y blanca, que ofrecía espacio para juegos y actividades al aire libre. Aún se conservan en el edificio los azulejos alusivos al respeto a los pájaros de la ley de 1896 que se instalaron en muchas localidades, como la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación de Constantina.

Las escuelas se inauguraron oficialmente en abril de 1928 y continúan ejerciendo su función educativa llevando ahora el nombre del alcalde que ordenó su construcción: Pedro Gutiérrez. La estructura se ha mantenido en sus líneas generales y las torres han sido restauradas recientemente debido al mal estado que presentaban.

Además en diciembre de 1930 se adquirió un solar en la calle Concepción para destinarlo a la construcción de otras dos escuelas graduadas. Al año siguiente se comenzó la construcción de los llamados Grupos Nuevos, que constituyen actualmente el pabellón principal del CEIP Cervantes.

7. Teatro Gutiérrez de AlbaPara completar su equipamiento cultural Alcalá precisaba un salón escénico

con capacidad suficiente en el que pudieran ofrecerse espectáculos musicales y de variedades, obras de teatro y especialmente cine, la distracción de moda en las grandes ciudades. En 1928 el Ayuntamiento encomendó a Talavera la construcción de un teatro

12 ALMANZOR: “El problema de la enseñanza en Alcalá de Guadaíra”, La Unión, 1 de mayo de 1925.1313 A.M.A., leg. 145, expediente del Grupo Escolar.

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municipal en un solar de la calle Nuestra Señora del Águila, justo sobre el molino subterráneo de La Mina.

Su construcción fue una de la más problemáticas de cuantas Talavera hubo de abordar en Alcalá. Aunque el proyecto fue aprobado en noviembre de 1928 no se adjudicó la obra hasta marzo de 1930. La construcción sufrió numerosos problemas como la modificación del proyecto en agosto de 1931 para ampliar la capacidad del auditorio de 440 a 600 personas, suprimiendo los palcos y ampliando el patio de butacas o las desavenencias entre el contratista, José Perales, y el arquitecto, que llevaron a la dimisión temporal de Talavera entre marzo y septiembre de 1931. Finalmente, una vez superadas estas desavenencias, el edificio fue terminado en febrero de 1933.

El edificio recoge el modelo del cine Pathé, construido por Talavera en la calle Cuna de Sevilla en 1925, con una planta rectangular distribuida en dos pisos. La fachada principal cuenta con una escalinata de acceso para salvar el desnivel de la calle, tres amplias puertas con arcos de medio punto decoradas con listeles y resaltes de ladrillo y un zócalo de ladrillo en el que se embuten las taquillas a ambos lados. El módulo de tres vanos se repite en el piso alto con tres ventanales en arco sobre gruesas pilastras bajo el nombre del edificio en azulejo. A ambos lados de los ventanales se abren ventanas cuadrangulares con reja de hierro. La azotea se cierra con antepecho articulado con pedestales con esferas y paneles con decoración de ladrillo. El interior, muy modificado por reformas posteriores, contaba con un gran vestíbulo distribuidor que daba paso a un salón escénico con un aforo de unas 600 personas distribuidas en un amplio patio de butacas y zona de palcos laterales.

Durante muchos años fue el único cine de la ciudad y a lo largo de su trayectoria histórica el edificio ha albergado diversas actividades, combinando las sesiones de cine, las actuaciones teatrales, espectáculos musicales y diversos actos culturales como conferencias, pregones y actos sociales.

8. El matadero municipalEl matadero debía reemplazar al viejo edificio construido en 1722 situado

junto al río, en la zona de San Francisco, excesivamente próximo a la población. El nuevo se ubicó en un solar municipal situado en la salida de la localidad, junto al camino de Mairena del Alcor. Actualmente se halla plenamente inmerso en el casco de la población debido al fuerte crecimiento experimentado por la localidad en la segunda mitad del siglo XX. Fue construido entre 1927 y 1928 y tanto la estructura como la decoración recuerdan algunas de las haciendas rurales próximas a Alcalá.

En julio de 1926 se aprobó el proyecto presentado por Talavera, con un edificio sencillo de planta cuadrangular, patio central y crujías dispuestas alrededor y cubiertas unas a un agua y otras a dos, salvo el machón de la portada que se cubre a cuatro. La crujía de la fachada principal estaba organizada en torno al portón principal de acceso, con las oficinas de registro del matadero y la casa del vigilante dispuestas a uno y otro lado del mismo. Desde el patio central se accedía a las naves y cuarteladas distribuidas alrededor, los corrales del ganado y al horno situado en la parte posterior.

La fachada principal se distribuye en un cuerpo central de dos plantas y dos alas laterales de una planta en las que alternan ventanas rectangulares y ojos de buey de perfil mixtilíneo. La misma estructura presenta el cuerpo superior con dos ventanas rectangulares en el frontal y ojos de buey en los laterales. El acceso se efectúa por una

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portada monumental ubicada en el cuerpo central. Consta de arco de medio punto resaltado enmarcado por pilastras y coronado por un friso de azulejo con el nombre del establecimiento, una cornisa de ladrillo y un escudo de la villa en piedra con un diseño de los elementos componentes (una torre y San Mateo) muy libre rodeado por tres pináculos y listeles mixtilíneos de ladrillo. Coronan la estructura cuatro pináculos de cerámica sobre pedestales. En el lado izquierdo se abre un portón para la entrada del ganado que está flanqueado por un pilar con remate piramidal y molduras de ladrillo.

Las fachadas laterales apenas poseían elementos decorativos, pues daban al campo y carecían de interés. En ellas el arquitecto se limitó a utilizar cornisa de ladrillo, algunas molduras menores y algún ojo de buey de ventilación. Únicamente en el pabellón de la fachada norte apreciamos una mayor atención, presentando zócalo, molduras y rejas. En la parte oeste estaban los corrales y las cuadras para el ganado. En 1995 fue reformado y convertido en la Casa de la Cultura. Conserva su fachada y la distribución interior de algunos espacios con el patio central. La estructura de la techumbre del salón de actos y el espacio de la biblioteca reproduce la distribución del techo a un agua.

9. Casa cuartel de la Guardia CivilEl encargo se le hizo a Talavera en 1926, en enero de 1927 se adjudicó la obra

y en enero de 1929 consta que se había entregado a la Guardia Civil.14

Las formas más claras de la etapa regionalista neobarroca del arquitecto se concentran en el gran cuerpo central. Presenta tres alturas y se compone de la portada, situada en el chaflán, y dos pequeños cuerpos laterales. La portada recuerda los modelos palaciegos barrocos de las casas nobiliarias de los pueblos próximos a Sevilla, como Marchena, Écija u Osuna, con una portada con balconada decorada con pilastras, columnas, rejería y una tercera planta de galería con arcos de medio punto. Está compuesta por una portada retablo con puerta central de piedra gris, con ligero almohadillado bajo un balcón sostenido por columnas avitoladas sobre pedestales y coronada con un escudo con las armas de Castilla y León. El balcón del gabinete principal está decorado con reja de forja, puerta enmarcada con pilastras de decoración de aire barroco y un escudo de Alcalá de Guadaíra libremente compuesto rodeado de cartela barroca. Corona la estructura de la fachada una sala con tres ventanas inspirada

Su irregular disposición viene condicionada por las características del solar de la esquina de la plaza de Santiago en el que se construyó. Su planta se adapta claramente a la disposición del espacio disponible achaflanando la esquina para ubicar en ella el cuerpo principal del edificio y la monumental portada principal, justo frente a la iglesia de Santiago. En este núcleo central se disponían el recibidor y el cuerpo de guardia, el despacho del comandante, las oficinas y la sala de armas. El resto del edificio se disponía en una gran ala desplegada a la derecha de la fachada principal y una crujía interior que ocupaba todo el fondo del solar, dejando en el centro un estrecho patio irregular. Estas dos crujías acogían, en el piso superior, las casas unifamiliares de los guardias civiles (compuesta cada una de ellas por un comedor amplio, la cocina, dos dormitorios y un cuarto de baño) y una pieza amplia grande de dormitorio para los guardias solteros. En el inferior se disponían algunas dependencias menores, un pequeño taller de herraje y guarnicionería, un almacén, el pajar y las cuadras para los caballos.

14 A.M.A., leg. 144, expediente de la Casa Cuartel de la Guardia Civil.

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en los miradores palaciegos y conventuales barrocos. Remata el edificio un tejado tradicional coronado por pináculos con piñas de cerámica.

La fachada de la crujía lateral, destinada a residencia de las familias de los guardias civiles, se compone de sencillas ventanas inspiradas y balcones cuadrangulares. En la decoración cabe destacar el coronamiento del tejado con una gran cantidad de pináculos de cerámica sobre pedestal y las cornisas divisorias de plantas compuesta por una moldura de ladrillo en caveto.

Tras el abandono del edificio por la Guardia Civil, cuando se construyó su cuartel actual, situado junto a la Autovía de Andalucía (A-92), pasó a ser sede de la Comisaría de la Policía Nacional. Pero su avanzado estado de deterioro llevó a la Policía Nacional a abandonar el edificio en mayo de 2005, trasladándose a la Plaza de la Almazara, junto al Parque Centro, y finalmente en 2009 a un edificio de nueva construcción situado en la barriada de Rabesa. Actualmente el edificio es de titularidad municipal, se encuentra apuntalado con una aparatosa estructura metálica de contención debido al riesgo de desplome. El Ayuntamiento tiene en proyecto abordar su restauración con vistas a ubicar en su interior el futuro Palacio de Justicia de Alcalá de Guadaíra.

10. Plaza de abastos La antigua plaza de abastos de la calle Nuestra Señora del Águila (de la

Mina), construida en 1884, resultaba pequeña para las necesidades de una población que había crecido considerablemente desde entonces y además presentaba bastantes deterioros en su fachada y estructura interna. El Ayuntamiento abordó su reforma y ampliación en 1926 mediante la adquisición de dos casas contiguas, rechazándose las otras dos opciones barajadas (construir una segunda planta y construir pequeños mercados en los barrios nuevos de la localidad). Talavera aprovechó el amplio espacio disponible para construir dos edificios separados, ubicando en el primero el mercado de la carne y en el segundo el del pescado. Con ello se facilitaba el abastecimiento, el tránsito de carruajes de los porteadores y el control fiscal y sanitario de los productos vendidos.15

La fachada principal del mercado de la carne consistía en una portada de medio punto flanqueada por delgadas columnas con dos puertas laterales cubiertas con frontón de ladrillo y dos ojos de buey con marco mixtilíneo de ladrillo. Una espadaña coronaba la portada central, con escudo y pináculos sobre las puertas laterales. La cornisa se rompía en la parte central para alojar el letrero. El mercado del pescado disponía de una fachada más sencilla, con un arco de medio punto coronado con tres pináculos. Ambos edificios desaparecieron en las reformas urbanísticas operadas en Alcalá en la década de los 60.

11. Hotel Oromana La conversión de Alcalá en un centro turístico era una idea que el

Ayuntamiento barajaba como una palanca de impulso económico por las oportunidades de negocio que ofrecía. Se podría atraer a visitantes de la capital, aprovechando la proximidad de la localidad y el ferrocarril y la carretera existentes. De hecho la villa

15 A.M.A., legs. 144-145, expedientes del Mercado de Abastos.

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constituía ya desde fines del XIX un lugar de recreo habitual de la burguesía sevillana, especialmente en verano. La idea tomó forma cuando una subcomisión de la Exposición Iberoamericana (compuesta por Pedro Caravaca, Baldomero Sampedro, Carlos Delgado Brackembury y el arquitecto Talavera) visitó la localidad en agosto de 1925 y decidió construir un hotel. Se propuso para su ubicación una zona de suaves alcores cubiertos de pinos y rodeada por un meandro del río Guadaíra conocida tradicionalmente como Oromana y registrada en la documentación como Pinar de San Roque o del Calvario.16

En julio de 1926 en sesiones extraordinarias el pleno municipal aprobó el establecimiento de un parque público, la construcción del hotel y la expropiación de las 21 has de terreno necesario. La propietaria, Matilde Michelena, viuda de La Portilla, reclamó contra la expropiación (argumentando que resultaba innecesaria y que el proyecto resultaría ruinoso) y contra el precio en que fue valuado el terreno y el arbolado. Se presentaron también serias críticas a la viabilidad del proyecto argumentando la cercanía de la localidad a Sevilla y la excelente comunicación existente, lo atrasado del proyecto, su alto coste y los problemas que el hotel Alfonso XIII de Sevilla estaba teniendo para rentabilizar su explotación. Pese a ello el Ayuntamiento continuó adelante y en diciembre de 1928, tras estudiar varios proyectos presentados, aprobó el propuesto por Talavera. El edificio estaba inspirado en haciendas y cortijos andaluces del s. XVIII. Recuerda a otras obras del autor como la Hacienda Simón Verde de san Juan de Aznalfarache y algunos módulos del Pabellón del Aceite de la Exposición Iberoamericana o la Villa Enrique de la avenida de la Palmera de Sevilla. Como elemento original respecto a otras construcciones destaca el uso de la madera como soporte exterior y el porche con arcos de medio punto.

La fachada principal del edificio, orientada a levante, presenta una espléndida portada situada bajo un balcón soportado con columnas que flanquean la entrada. Pero la entrada al hotel se efectúa actualmente por lo que era en origen un pabellón lateral formado por un porche con arcos apoyados sobre gruesos pilares y un voladizo soportado en ménsulas de madera que sostiene una balconada corrida en dos fachadas resaltando la esquina. Las cuatro ventanas de la parte superior se rematan con tejaroz voladizo. Corona la construcción un esbelto torreón mirador situado en la esquina Suroeste del edificio, al estilo de los existentes en las haciendas de la campiña sevillana. En el piso superior se abren amplios vanos con arcos geminados con alfiz apeados en una columnilla central.

La decoración exterior reúne múltiples elementos característicos del estilo decorativo regionalista sevillano: paramentos en los que predomina el blanco de los paños sobre la decoración neobarroca en color albero, ventanas con marco de ladrillo, balcones y rejas de forja, ventanas geminadas con columnilla, medallones y molduras barrocas, cornisas de ladrillo, pináculos sobre los tejados y ventanas y coronamientos barrocos. La cornisa de separación de pisos es la tradicional de caveto de ladrillo. El escudo que corona la fachada carga dos pinos, en referencia al pinar que rodea al edificio. En el interior contrasta la sucesión de amplios salones de bóvedas rebajadas y armaduras de viguería de madera apeadas sobre esbeltas columnas de mármol, con los pequeños despachos y gabinetes de servicio.

El edificio, ubicado en la cina del alcor, está rodeado de terrazas abiertas con espléndidas vistas, espacios abancalados, zonas ajardinadas con pérgolas y rejas bajas.

16 REDACCIÓN: “Alcalá de Guadaíra y la Exposición Iberoamericana”, La Unión, 11 de octubre de 1925.

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En la parte trasera se disponen diversas instalaciones de servicio y un patio para cocheras cerrado con un muro de perfil mixtilíneo inspirado en las haciendas sevillanas.

Pero el esperanzador proyecto no resultó todo lo fructífero que se había previsto. Aunque comenzó a construirse en 1928 no se inauguró hasta abril de 1930, cuando la Exposición estaba a punto de terminarse. El Ayuntamiento siempre tuvo problemas para rentabilizar su inversión y los primeros concesionarios tuvieron problemas para hacerlo prosperar. En los años 60 su capacidad de alojamiento fue ampliada con la construcción de un pabellón lateral alargado de línea más funcional, con dos pisos de habitaciones con amplia terraza que daban a la piscina interior sobre una planta baja de salones.17 La última reforma efectuada en el año 2000 permitió modernizar las instalaciones, pero apenas alteró la estructura arquitectónica. Hoy día es el hotel más emblemático de Alcalá de Guadaíra.

12. Centro tutelar de menores San Francisco de PaulaSe trata del edificio de mayor porte de cuantos construyó Talavera en Alcalá y

contó con la colaboración del arquitecto Gómez Mesa. El proyecto le fue encargado en 1927 por el cardenal Ilundain y los condes de Aguiar y de Bustillo, albaceas del legado testamentario de Francisco de Paula Recur y Solá. Se trataba de construir un centro de reforma dependiente del Tribunal Tutelar de Menores. Se eligió para su emplazamiento un alcor junto al río, a cierta distancia del núcleo urbano, para conseguir el aislamiento que el internamiento requería y el contacto con la naturaleza que la ideología del momento indicaba como recomendable para el propósito educativo.

El edificio se compone de tres grandes pabellones de tres plantas dispuestos en paralelo, unidos por un corredor transversal de una única planta que actúa de eje de comunicación. La puerta principal está flanqueada por pilastras con filete de ladrillotallado y dos amplios ventanales con reja de forja. Sobre ella se dispone un balcón de reja sobre ménsulas de ladrillo y a ambos lados ventanas con tejadillo. La tradicional cornisa en caveto marca la línea divisoria de plantas y pilastras de ladrillo articulan los paños de cada planta y marcan las esquinas. La cubierta, de teja a cuatro vertientes, se remata con pináculos de cerámica azul y blanca. A este bloque inicial se le añade un cuarto pabellón en forma de U, anexo en la parte sur, construido por el arquitecto Gómez de Mesa. Aunque usa elementos decorativos similares, sus formas son más rotundas, presenta vanos más pequeños y estructuras más macizas. El cuerpo central albergaba los despachos, residencia de frailes y celadores y la capilla, con armadura de madera neo-mudéjar. Las plantas de los pabellones laterales y el cuerpo anejo albergaban los dormitorios de los jóvenes internos. Ello explica la distribución de ventanas pequeñas, a cierta altura y enrejadas.

Hoy día el edificio San Francisco de Paula está siendo restaurado por una escuela taller municipal y acoge diversas oficinas municipales, como el Centro de Formación y Empleo y el Centro del Profesorado, dependiente de la Junta de Andalucía. Su antigua función ha sido transferida al centro de reclusión para menores edificado recientemente en las inmediaciones.

13. Otros edificios

17 AMORES: “Alcalá de Guadaíra pide un parador de turismo”, ABC de Sevilla, 13 de julio de 1963.

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La única intervención de Talavera en un edificio religioso se produce en la torre de la iglesia de Santiago. Su padre ya la había elevado 13 metros en 1892 y él coronó el campanario, añadió balcones semicirculares a los vanos de las campanas, azucenas de hierro y la decoración de azulejería. Posteriormente, en 1937, abordó la reconstrucción de la nave principal del templo, destruida en un incendio en los primeros días de la Guerra Civil.

En el número 10 de la calle Bailén tenemos el edificio que puede representar en Alcalá el modelo acabado del gusto regionalista aplicado a la vivienda familiar modesta. La casa familiar fue construida en los años 40 como vivienda de dos plantas dispuesta alrededor de un patio central porticado sobre columnas en dos de sus lados. Una sencilla espadaña corona la puerta del castillete superior de acceso a la azotea. Aunque la tradición local afirma que esta casa fue construida para su familia, no hay documentación que pruebe que el arquitecto fuese alguna vez su dueño ni que residiese en ella. El edificio sufrió importantes modificaciones cuando fue transformado en los 60, cambiando la distribución interna de espacios y tabiques divisorios para aumentar el número de habitaciones de lo que sería el Hostal Goya.

Algunos almacenes de aceituna también decoraron su fachada principal con elementos regionalistas. En la mayoría de los casos se trata únicamente de una portada de ladrillo visto ricamente decorada con arcos de medio punto, frisos, cornisas y elementos cerámicos de resalte como listeles, enjutas, paños, cartelas y pináculos, mientras el resto del muro de cierre de la instalación industrial y los propios edificios interiores estaban construidos de forma más rústica y sin apenas decoración. Entre ellos podemos destacar la monumental portada del almacén de aceitunas de Rafael Beca Mateos, situado a las afueras de la localidad, junto al camino de Mairena. Fue construida en 1925 en ladrillo visto y constaba de un gran arco carpanel resaltado con arquivoltas de ladrillo enmarcado por dos grandes pilastras que servían de base a un gran friso de azulejo con el nombre del empresario. Coronaba la estructura un pequeño retablo de ladrillo con un paño de azulejo de la Virgen de Gracia sobre un pequeño friso de azulejo con la fecha de edificación. Dos columnillas soportaban un entablamento con cornisa doble (en arquitrabe la inferior y con arco de medio punto la superior) que resguardaban el paño de la imagen. A ambos lados dos grandes salientes con roleos sustentaban el templete y dos piñas de cerámica coronaba los remates superiores de la base. El almacén desapareció en la década de los 80 y la portada, que permaneció asilada durante décadas, fue derribada en mayo del año 2000. Sólo se conserva el retablo con el azulejo de la Virgen, que se instaló en 2005 en el Parque de Rabesa.

Entre las construcciones privadas de Alcalá podemos destacar las villas de recreo edificadas en lugares privilegiados por sus excepcionales vistas. La Villa San José, construida en 1917 en la Cuesta de Santa María, presenta un acceso porticado en saliente delante de la fachada, decorado con arcos de yesería mudéjares sostenidos por pilares con columnas finas a la genovesa adosadas y terraza con antepecho de balaustrada. La fachada se corona con un frontón de ladrillo decorado con azulejería combinando elementos platerescos y mudéjares. Se ha puesto en relación con la obra de Talavera de su primera etapa cuando imitaba elementos renacentistas más puros por su parecido con la casa de Vicente Aceña en la avenida de la Borbolla de Sevilla. La fachada es lo único que queda de la casa, pues el interior ha sido completamente transformado. Actualmente ocupa el edificio la Escuela Oficial de Idiomas. Junto a ella se encuentra Villa Esperanza, con una torre mirador con espléndidas vistas sobre el río y los pinares de Oromana. En la misma cuesta hubo otra villa construida por Talavera

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para Manuel Aguilar Luque en 1926, de la que no hemos conservado mayor información.

La confitería La Centenaria, en la calle Nuestra Señora del Águila, conserva la decoración interior y de fachada de paños de azulejos de estilo regionalista, obra de Mensaque Rodríguez y Cía realizada en 1929. El exterior está decorado con paños de azulejo típico sevillano, de cuenca rehundida de rico colorido con pequeñas escenas en medallones enmarcados con elementos florales y vegetales. En el interior destaca un paño con la imagen de Santa María del Águila. Según señalan los dueños estos paños lucieron en un pabellón de la Exposición de Sevilla y fueron adquiridos por los dueños de la confitería tras su derribo. Los azulejos han sido restaurados en 2008, dado que se encontraban bastante deteriorados, presentando la fachada algunos desprendimientos.

14. El urbanismo de la ciudad Desarrollada en paralelo a la construcción de grandes edificios públicos, la

labor de urbanización realizada en calles y plazas fue igualmente importante para la transformación de la imagen de la localidad. Los diferentes proyectos de alcantarillado, acerado, adoquinado, realineación y reformas de las calles y plazas de Alcalá se suceden ininterrumpidamente durante todo el periodo de gobierno de Pedro Gutiérrez. En mayo de 1925 se abordó el adoquinado de las calles Borbolla, Canalejas, Castelar, Gutiérrez de Alba, Madueño de los Aires, Plaza del Duque, Pérez Galdós, San Sebastián, Santa Ana y Segismundo Moret. En 1926 se abrió una nueva vía de comunicación entre las calles Nuestra Señora del Águila, Juan Abad y Segismundo Moret.

Ese mismo año se construyeron las plazas Primo de Rivera (popularmente conocida como El Perejil), S. Sebastián (La Plazuela) y Perafán de Rivera (El Duque). En ellas apreciamos los aires de las sevillanas Plaza de Santa Cruz y Doña Elvira o los Jardines de Murillo. La Plaza del Duque está organizada en torno a la Fuente del Pato, una construcción típicamente regionalista, con una gran pila poligonal de 16 caras, adornadas con paños de azulejo del artista Campito, con motivos vegetales y escenas, 16 surtidores en forma de león y un surtidor central en forma de cisne. A los lados se disponen bancos de obra decorados con coloridos paneles de azulejos. En la confluencia de calles que constituye la Plazuela se construyó una estructura rectangular en ladrillo visto elevada respecto al nivel de las calles adyacentes, que cuenta con bancos de obra y suelo terrizo.

Tras la Guerra Civil se urbanizó el espacio de la plaza de Santiago siguiendo los mismos modelos regionalistas. Se dispuso la plaza en varias terrazas para adaptarse al fuerte desnivel del terreno en ladera, combinando bancos de obra con azulejos, parterres de perfil ondulado y mixtilíneo, escaleras de ladrillo y setos.

Las obras de acerado y pavimentación continuaron tras el cambio de Gobierno y con los ayuntamientos republicanos. Entre 1930 y 1933 se trabajó en las calles Morillo de los Ríos, Avellaneda, San Miguel, Fernán Gutiérrez, Virgen del Carmen, Virginia Belloc, Sol, Pescuezo y Camero, Pescadería y Rubio. Además Talavera diseñó la prolongación del colector principal del alcantarillado, que desaguaba en el río Guadaíra cerca del puente, para alejarlo de la localidad y llevarlo hasta la zona del

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La arquitectura regionalista en Alcalá de Guadaira

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molino del Realaje. Por problemas económicos esta obra no pudo concluirse hasta 1935.18

En conjunto esta labor urbanística supuso una considerable mejora de las condiciones sanitarias y de habitabilidad de la localidad. Pero el volumen de obra representó una considerable carga presupuestaria para las arcas municipales y para el vecindario, pues los vecinos de las calles afectadas debían pagar buena parte de las obras mediante contribuciones extraordinarias repartidas en proporción al tamaño de las fachadas.

15. El fin de una épocaEl final de la dictadura supuso el final de una época de ilusiones y proyectos

que tuvieron en los edificios regionalistas la plasmación material, su decorado arquitectónico. La crisis económica de los 30 dio al traste con estas utópicas perspectivas, que fueron reemplazadas por otras ideas, surgidas de la conciencia de que eran necesarias reformas más profundas para transformar la realidad nacional.

El Ayuntamiento Republicano, falto de recursos debido al descenso de la actividad económica y endeudado por los grandes proyectos arquitectónicos anteriores, no pudo continuar el impulso de renovación arquitectónica que había caracterizado la etapa anterior. Apenas hubo tiempo y recursos para terminar los proyectos inacabados (como el teatro municipal) y abordar las obras más urgentes, como el pavimentado de algunas calles, la ampliación de la red de alcantarillado (que hubo de interrumpirse por falta de fondos) o la construcción de nuevos grupos escolares, el asilo de ancianos, el edificio de correos y telégrafos o la construcción de algunas viviendas para funcionarios.

Si Sevilla marcó la pauta en el desarrollo del regionalismo arquitectónico, una localidad como Alcalá de Guadaíra, situada a apenas una quincena de kilómetros y que históricamente había estado muy vinculada a la capital, recogió su influencia y, de la mano de un alcalde emprendedor, abordó una gran cantidad de construcciones y reformas urbanísticas que ejemplifican, a menor escala, el ideal reformista que el regionalismo representaba y cambiaron la imagen de la ciudad. Una imagen con la que los alcalareños de hoy se sienten plenamente identificados, considerándola la imagen más “genuina” de la Alcalá histórica.

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sociedad rural: Alcalá de Guadaíra durante la Dictadura de primo de Rivera (1923-1930”, Actas de las II Jornadas de Historia de Alcalá de Guadaíra, Alcalá de Guadaíra, 1989.

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18 A.M.A., legs. 143-145, expedientes de pavimentación, alcantarillado y calles 1925 - 1935.

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OTROS TRABAJOS

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- HERNÁNDEZ DÍAZ, José, SANCHO CORBACHO, Antonio y COLLANTES DE TERÁN, Francisco: Catálogo Arqueológico y Artístico de la Provincia de Sevilla, 1939.

- MACARRO VERA, José Manuel: “La reinvención de Sevilla en el primer tercio del siglo XX”,

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ANUARIO DE HESPÉRIDES. INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS E INNOVACIONES DIDÁCTICAS (Málaga), vol. 17-18, págs. 201-222.

¿QUÉ REPRESENTATIVIDAD TIENEN LOS PROTOCOLOS DE ÚLTIMA VOLUNTAD? EL CASO DE

LA NUEVA ALGECIRAS: 1711-1799

Andrés Bolufer ViciosoI.E.S. SALADILLO. ALGECIRAS (Cádiz)

Cuando nos enfrentamos con este tipo de protocolos, surge una pregunta: ¿cuál fue su entidad? Para darle intentar de dale respuesta vamos a enfrentar en primer lugar la documentación de esta tipología de instrumentos públicos, con la proveniente de los registros sacramentales de defunciones, para posteriormente correlacionarla con la población que habitó entre los muros de esta nueva población, con lo que podremos comprobar cuál fue su grado de utilización.

1. Las fuentes y su análisis Para encauzar las posibles respuestas hemos de acudir en primer lugar a las

fuentes que nos permitan conocer el grado de utilización de estas escrituras públicas y en segundo lugar a aquellas otras que nos permitan comparar su utilización con el número de fallecidos en la ciudad durante el mismo periodo cronológico, partimos por tanto en primer lugar del análisis de la información sobre última voluntad conservada en el Archivo de Protocolos Notariales de Algeciras (AHPA) y en segundo término de la recogida en los archivos sacramentales (San Isidro de Los Barrios –APSILB-,Nuestra Señora de la Palma de Algeciras –APPA- y Nuestra Señora de la Merced de Algeciras, custodiada en este caso en el Archivo Eclesiástico Castrense de Madrid –AECM-). Todas ellas nos desvelan un campo documental extenso en sus resultados estadísticos y amplio en el tiempo, pudiendo por tanto observar la evolución de la mortalidad desde 1711, fecha a partir de la cual se conservan los registros sobre defunciones en la Nueva Algeciras, y desde 1721 para la producción de documentos de última voluntad, aunque en ambos casos existan lagunas documentales.

Pero este análisis quedaría incompleto sin la posibilidad de relacionar a los firmantes de protocolos de última voluntad y los difuntos habidos en ella, con la

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población que hubo en Algeciras a lo largo de la primera centuria de su moderna existencia, algo a lo que aunque sea parcialmente, podemos acercarnos a través de la serie estadística quinquenal, que para el periodo 1724-1799, se refleja en la historia de Algeciras de Emilio Santacana1.

1.1. Evolución de la producción de protocolos de última voluntadA través de estos protocolos podemos acercarnos a los miembros de una

población que mantienen una historia personal prometedora, que quieren trasmitir lo que poseen a sus deudos y beneficiarse de parte de lo conseguido en esta vida para la otra, normalmente sustraído de los bienes de libre disposición, sobre los que legalmente pueden decidir, tanto para beneficiar a algún pariente o persona cercana, como para destinar una buena parte de la mundana fortuna a los llamados fines espirituales.

La serie, que se inicia en 1721, presenta una pequeña laguna informativa de 4 años, entre 1722 y 1725, por lo que para un cómputo global de 79 años, habría 75 años útiles. En total se han conservado 1.896 documentos de última voluntad, lo que proporciona una media de 25,28 documentos anuales. A nivel global de la serie, son los hombres (59,96%), más que las mujeres (42,04%), los que llevan a cabo este tipo de escrituras públicas. De las ocho décadas en las que hemos divido el siglo (cuadro nº 1),la primera de 1721 a 1729, con sólo 5 años útiles, es la que menor documentación de este tipo genera. A partir de la siguiente crece de manera continuada la producción de estos instrumentos públicos hasta la década de los años sesenta, aunque a un ritmo bastante más pausado.

La documentación se ha incrementado durante esta fase inicial desde un 14,61% de la década de los años treinta hasta un 16,51% en la de los sesenta. En los sesenta desciende drásticamente hasta el 10,71%, pero en la década de los años ochenta crece de nuevo hasta un 14,87% -es la década en la que se sitúa el Gran Asedio a Gibraltar (1779-1783)-, pero a su fin se restablece el ritmo decreciente iniciado en la década de los setenta, descendiendo a un 10,34% al final del periodo, terminando la centuria prácticamente por debajo de la década de los años setenta. Es decir su utilización comienza a caer de manera significativa a partir de los años setenta, sólo el repunte de su empleo durante el ciclo bélico sube temporalmente el porcentaje de su utilización y cae de nuevo en la última década.

La correlación decenal entre esta documentación y sus firmantes corre casi en paralelo, tal como se describe en el mismo cuadro. Las líneas serpenteantes son muy semejantes entre sí, tal como se puede visualizar en el gráfico nº 1, con el que guarda casi una misma identidad, salvo que el número de firmantes (2.028) es sensiblemente superior al de los documentos firmados (1.896), debido a la coparticipación de varios signatarios en los documentos de mancomún y la multiplicación de protocolos firmados por un mismo individuo.

1 .- Emilio Santacana y Mensayas, Antiguo y Moderno Algeciras, Algeciras, 1901; edición facsímil, serie Historia, nº 32, vol. II, IECG, 2006, p. 298.

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Gráfico nº 1.Protocolos notariales.

Evolución decenal de la documentación de última voluntad y sus firmantes.

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1720-17291730-1739

1740-17491750-1759

1760-17691770-1779

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Documentos de última voluntad

Firmantes

Con este tipo de documentación surge un problema, el de la relación entre el protocolo y su firmante o firmantes. Este tipo de documento público admite al menos dos posibilidades: que un individuo haga más de un documento a lo largo de su vida y que en cada uno de ellos intervengan uno o varios firmantes, en cuyo caso estaremos ante los documentos llamados de mancomún, en los que habría que contabilizar a varios individuos por documento, por lo que si queremos visualizar la relación decenal entre estos protocolos y sus firmantes, hemos de ver cuál fue el grado de coparticipación de cada uno de sus intervinientes, y para ello contamos con el gráfico nº 2, en el que rastrearemos su comportamiento ante este tipo de documentación.

Gráfico nº 2.Protocolos notariales.

Evolución decenal de los firmantes de documentos de última voluntad por sexo.

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50

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150

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1721-1729 1730-1739 1740-1749 1750-1759 1760-1769 1770-1779 1780-1789 1790-1799

Firmantes mujeres

Firmantes varones

Total Firmantes

La preponderancia masculina sólo cede su lugar a la femenina en la primera década, de 1721 a 1729, en la que es mayor su porcentaje (1,23%) sobre el masculino (0,44%). La participación masculina crece hasta la década de los cuarenta (10,01%),

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para decrecer constantemente hasta la de los setenta (6,46%); en la de los ochenta asciende de nuevo (8,48%) pero por debajo de los niveles de los años treinta, en la que alcanzó el 9,17%. En el caso femenino el crecimiento se prolonga dos décadas más, alcanzando su cenit en los años sesenta (6,95%), decrece al igual que la masculina en los setenta y repunta en los ochenta (6,36%). La última década es de decrecimiento para ambos sexos (4,04% para la mujeres y 6,07% para los hombres), disminuye por tanto a niveles parecidos a los de la década de los setenta (4,09% para la mujeres y 6,46 para los varones).

La evolución de la participación de ambos sexos no es paralela. Si bien la participación femenina sigue el trazado de la evolución de los protocolos, con un largo periodo de crecimiento hasta los años sesenta, en el caso del grupo masculino su cenit se antecede a la década de los cuarenta. Ambos géneros sólo guardan una relación de paralelismo en el decrecimiento de los años setenta, el recrecimiento en los ochenta, coincidiendo con el ciclo bélico del Gran Asedio a Gibraltar de 1779 a 1783 y el descenso final en los noventa.

En el caso de las mujeres casadas, éstas dependían del esposo para poder intervenir en cualquier disposición de sus bienes, bien fuera para hacer testamentos o cualquier otro tipo de documentos. Es lo que se refleja en la mayoría de los documentos de mancomún, en los que se especifica que la esposa lleva a cabo el protocolo del que se trate con el consentimiento del marido. Entre las fórmulas más habituales de esta subordinación cabría citar las expresiones: “con [la] licencia de su consorte” o“precedida [de] la correspondiente licencia entre marido y mujer, demandada por ésta, y concedida por aquel para otorgar, y jurar esta escritura” o “con el consentimiento debido”. Es más al firmar con esta nota de independencia otorgada, se sobreentendía que:

“por razón de su sexo, y estado renunció expresamente a la leyes de Toro, Partidas, estilo y ordenamiento real, con las demás de su favor que prohiven y se hallan recopiladas en la ley nueve, título tres, libro quinto; y la precitada dª Lucía, también por razón de su sexo, y estado renunció [a] la ley dos, título doce, partida quinta, de cuyos efectos han sido cercioradas por mí el escribano, de [lo] que doy fee”2

Sin embargo esta tutela no se refleja en las solteras y viudas, que no hacen mención expresa a ninguna tutela a la hora de optar por este tipo de protocolos y firmarlos.

.

Para los 1.896 protocolos (100% de la documentación) existen 2.028 firmantes (100% de firmantes). Esta disparidad se debe al hecho de que un individuo a lo largo de su vida puede haber hecho más de alguno de estos instrumentos públicos bien sólo o en compañía de otro u otros socios (cuadro nº 2). De todos estos protocolos, 1.764 de ellos se han firmado de manera individualizada (93,04% de documentos), mientras otros 132 (6,51% de documentos) lo han sido de manera conjunta por 264 signatarios (13,02% de firmantes). Esta escasa, pero significativa presencia de una documentación en la que intervienen varios firmantes, se ha producido en 52 años de la serie, tal como se reflejó en el cuadro nº 1, en el que aparecía la relación decenal de estos protocolos y sus firmantes. En líneas generales el crecimiento de la serie de los protocolos y los

2.- ADC: Secretaría, Varios, Serie Capellanías, Fundación de Capellanía hecha por los SSres. Dª Lucía, y Dª Maria de la Peña ésta con Licencia de su Consorte Dn Domingo Suarez, y Dn Francisco de la Peña nombrando por primer Capellán a dn Pedro Peña y Santander en Junio de 1773, f. 14v.

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firmantes individuales de los mismos sigue un ritmo de crecimiento hasta la década de los sesenta (15,56% de los protocolos y 14,55% de firmantes), mientras la variable minoritaria de los protocolos de mancomún tiene su mayor incidencia una década antes, en la de los cincuenta (1,58% de los protocolos y 3,16% de los firmantes).

En el caso de la variable mayoritaria, en la que un individuo ha firmando un documento de última voluntad (cuadro nº 3), podemos constatar que su existencia sigue de cerca los parámetros marcados con anterioridad para protocolos y comportamiento de cada sexo. En cambio en la variable de los protocolos de mancomún (cuadro nº 4),en la que un documento puede ser firmado por más de un individuo, la relación es bastante dificultosa. A partir de la segunda década3

La posibilidad de que un individuo tomara parte en más de un documento, fuera de la variable que fuere, hace necesario analizar la duplicación de estos firmantes: ¿Cuántas veces un mismo individuo participa en alguno de estos protocolos? Partiendo de su análisis reduciremos el horizonte de este tipo de instrumentos públicos y sus usuarios. Valgan como ejemplos los casos del presbítero Juan Hurtado de Mosquera, que firmó tres documentos de este tipo

estos protocolos y sus firmantes crecen de manera simultánea hasta los años cincuenta (1,58% de protocolos y 3,16% de firmantes), una década antes que en el caso anterior, tal como sucediera con el caso de la serie femenina del cuadro nº 3. Hasta aquí no existe mayor problema que el adelanto de una década en esta variable minoritaria respecto a la mayoritaria. El único cambio se va a dar en la mayor presencia del género femenino sobre el masculino en este tipo de protocolos en las dos décadas finales del siglo, en los ochenta intervienen en este tipo deprotocolos un 1,04% de mujeres frente a un 0,74% de hombres y en los noventa, un 0,54% de mujeres frente a un 0,44% de hombres.

4, y el de Ignacio Pastor5, el primer notario apostólico atestiguado en la nueva población, que llevó a cabo dos de ellos, uno sólo y otro con su mujer María Jiménez de Silva y lo mismo podríamos decir de ella6

El método más sencillo consiste en observar la participación de cada firmante en estos protocolos, que están formados por al menos cinco tipos de documentos: testamentos abiertos, testamentos cerrados, codicilios, poderes para testar, testamentos en virtud de poder y por una heterogénea y mínima categoría de otros instrumentos que por su escaso número como las disposiciones testamentarias, donaciones testamentarias, papeles de conciencia o los escasos testamentos militares conservados, hemos agrupado

. Por tanto al primer otorgante corresponderían tres documentos, pero sólo sería computable como un individuo no duplicado una vez y del mismo modo sucedería en el segundo y tercer caso, con dos documentos cada uno de ellos, pero sólo serían computables dos otorgantes, simplificando documentos y firmantes. Es decir tres personas intervendrían en seis documentos.

3.- No hay ninguna representación de ellos en la primera década.4.- AHPA: Escribano Francisco de Santa María y Mena, Codicilio de Juan Hurtado de Mosquera, 01-0678, 1746, fs. 307-308; Codicilio de Juan Hurtado de Mosquera, 01-0678, 1746, f. 311; Testamento cerrado de Juan Hurtado de Mosquera, 01-0678, 1745, fs. 312-327.

5.- Activo en Algeciras entre 1721 y 1737. Angelina Melle Navalpotro, Distrito Notarial de Algeciras. Inventario de los Fondos Notariales, FMC “José Luis Cano”, Col. Bienal de Algeciras, nº 5, Algeciras, 1995, p. 30.

6.- AHPA: Notario Apostólico Ignacio Pastor, Testamento abierto de Mancomún de Ignacio Pastor y María Jiménez, 01-0497, 1734, fs. 152-155; Escribano Francisco de Santa María y Mena, Testamento abierto de Ignacio Pastor, 01-0673, 1737, fs. 164-166 y Testamento abierto de María Jiménez de Silva, 01-0497, 1735, fs. 249-250.

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en la categoría de otros. En tres de estas categorías está representada la variable de los protocolos de mancomún, por lo que habría que comprobar si un individuo ha hecho más de un protocolo en solitario o de mancomún, y esto nos reduce su número total de partida de los 2.028 firmantes que intervenían en los 1.896 instrumentos al de 1.657 individuos no repetidos (cuadro nº 5), por lo que se ha producido una simplificación de individuos no duplicados, pero no de firmantes, porque como a tales signatarios de cada instrumento habría que contabilizar a los 2.028 firmantes de partida, con lo que se produce una reducción del 19,57% de individuos no duplicados respecto a los firmantes iniciales.

1..2. Evolución de la mortalidad.La documentación sacramental sobre defunción se encuentra repartida en tres

archivos parroquiales, el de San Isidro Labrador de Los Barrios y Nuestra Señora de la Palma de Algeciras, cuyos resultados hemos agrupado en el Registro número 1, por pertenecer a la administración episcopal ordinaria, y el del archivo castrense de la parroquia de Nuestra Señora de la Merced, que hemos asociado al Registro número 2 (cuadro nº 6). De su conjunción podemos constatar que a lo largo del periodo que va de 1711 a 1799, se ha producido una mortandad total de 7.716 individuos. De estos fallecidos, 2.524 fueron mujeres (32,71%) y 5.192 varones (67,29%), lo que nos da una diferencia de 2.668 fallecidos varones (34,58%) sobre las mujeres y por tanto un índice de masculinidad7

Si diferenciamos estos resultados por registros, tendremos que para el primero de ellos (Registro 1) existe un cómputo total de 6.132 defunciones (79,47% del total), de los que 2.310 corresponden a mujeres (29,94%) y 3.822 a varones (49,53%), mientras que en el segundo (Registro 2) el total sería de 1.584 fallecidos (20,53% del total), de los que 214 fueron mujeres (2,77%) y 1.370 varones (17,76%). Si individualizamos los dos registros, la media interanual sería de 81,76 defunciones y una sex ratio de 165,45% para el registro diocesano, mientras que estos mismos saldos en el registro castrense serían de 45,25 defunciones y una sex ratio de 640,19% respectivamente.

de 205,71%.

Para recorrer la evolución del periodo lo dividiremos en nueve ciclos decenales. Los dos primeros decenios, de 1711 a 1719 y de 1720 a 1729, aportan una escasa información. Sólo mantienen cierta regularidad documental entre 1711 y 1724, quedando aislados, en silencio informativo, 1712 y 1715 y el desierto documental de los cuatro años que se sitúan entre 1725 y 1729, por lo que para este amplio espacio cronológico inicial sólo hay información con cierto nivel de utilidad estadística para doce años. La escasez de sus apuntaciones, nos lleva a interpretar sus resultados como referencias, aunque no por ello hemos de silenciarlos. Tienen entre ambos ciclos un total de 77 defunciones, y un índice de masculinidad de 172,41%.

El tercer ciclo, de 1730 a 1739, es el último en el que se refleja una situación documental inestable. 1730 es el último año con documentación sobre Algeciras reflejada en el archivo barreño, y hasta 1738 no se produce el inicio de la documentación conservada en el registro parroquial algecireño, por lo que sólo existen tres años útiles documentalmente y una laguna informativa de siete años. Durante este periodo se registran un total de 307 defunciones, y un índice de masculinidad de

7.- Es un índice demográfico que representa la razón entre el número de hombres y mujeres expresado en tantos por cien.

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171,68%. 1738 es un año que afortunadamente no volverá a repetirse en la serie, aporta una alta mortalidad de 212 individuos. No habrá ningún otro con esta amplia mortandad hasta los dramáticos años del asedio a Gibraltar de 1779 a 1783, en el que su cifra de defunciones será rebasada ampliamente. Su cómputo se produce en unos momentos en los que no hay enfrentamientos bélicos, por lo que sus raíces habría que rastrearlas en otro tipo de crisis de las que hasta el momento, no podemos aventurar su signo. Si queremos buscar algún paralelismo lo encontraremos en Tarifa. Este año fue también un año de crisis demográfica, según ha puesto de manifiesto Criado Atalaya en su estudio demográfico sobre la ciudad, y que relaciona con un déficit alimentario causado por las malas cosechas y una climatología adversa8

En la de los cuarenta (1740-1749), la mortalidad alcanza 1.128 defunciones y un índice de mortalidad masculina un 222,29%. La marcha oscilante de la mortalidad se va a ver sacudida en sentido ascendente, por dos repuntes, en el bienio 1740-1741,fechas en las que se registra un gran número de muertes particularmente importante en el sector masculino: en 1740 se va a producir un índice de masculinidad de 418,18% y al año siguiente de 350%

.

9

En la década de los sesenta (1760-1769), a raíz de la fundación de la parroquia castrense de Nuestra Señora de la Merced en 1765, contamos con una nueva jurisdicción eclesiástica, de obediencia militar, sobre el mismo territorio, y con ella con un nuevo instrumento para estudiar este movimiento demográfico

y otro de menor intensidad entre 1746 y 1748, con un máximo en 1747 (índice de 250%) y 1748 (índice de 200%).

10

A nivel general, esta década supone un repunte al alza de la mortalidad. Si independizamos los registros tendremos que en el diocesano se rebasan los máximos del periodo de 1738 a 1749, en varios años, pero al ser sensiblemente inferiores los cómputos del registro castrense y tardíos en su cronología, se produce un efecto de compensación en lo que se refiere al índice de masculinidad, que desciende respecto al periodo anterior a pesar de aumentar la población fallecida.

. Al sumar los cómputos de los archivos diocesano y castrense, sus resultados se agregan, contribuyendo a diluir, a través de la media aritmética, los efectos individuales de cada cómputo. Si bien aumenta su número total, que asciende a 1.430 individuos, desciende el índice de masculinidad total a 141,15%, por un efecto de compensación entre los dos archivos, ya que mientras en el Registro 1 es de 139,04%, en el Registro 2 lo es de 178,13%. En este nuevo registro la muerte tiene una clara causa profesional: sus feligreses son militares.

La década de los ochenta (1780-1789) es un ciclo claramente deficitario para la vida y su clave está en la prolongación del conflicto del Gran Asedio a Gibraltar, iniciado el año anterior, en 1779. Este conflicto tiene por escenarios principales el istmo fronterizo y las aguas de la bahía. Algeciras se convirtió en el gran centro hospitalario, al igual que ya le sucediera en los inicios de su renacimiento como nueva población allá por 1704. El cómputo total de fallecidos es de 1.691, lo que sitúa a este ciclo a la cabeza de la mortalidad para toda la serie, lo que se refleja en un alto índice de masculinidad de

8.- Francisco J. Criado Atalaya, Tarifa: estudio demográfico (1682-1752), col. Aljaranda, nº 2, Tarifa, 1999, p. 112.

9.- Este repunte es anterior a la crisis provocada por la peste en la plaza de Ceuta. Ver Antonio Carmona Portillo, Ceuta española en el Antiguo Régimen. 1640 a 1800. Ceuta, 1996, p. 43 y ss.

10.- Hasta la creación de la parroquia castrense las inhumaciones de militares se llevaban a cabo en la parroquia diocesana. A partir de 1765 sólo en esta última circunscripción.

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368,42%. Aquí más que en ningún otro momento se hace patente el aumento de la mortalidad masculina y en particular en el cómputo castrense, debido a los efectos del conflicto. Su repercusión se traduce en el aumento del habitualmente deficitario índice de masculinidad, que se dispara hasta un 974,68% en el registro castrense, mientras en el diocesano sólo fue de 198,58%.

Para entender este altísimo grado de mortandad masculina, propia de poblaciones en primera línea de conflicto y con una fuerte presencia castrense, como Algeciras o la propia Gibraltar, podemos recurrir al comentario del profesor Carmona para Ceuta, que observa que “en determinadas poblaciones, como es el caso de Ceuta, los choques armados suponen un factor de mortalidad cíclica, lo que permite que estos casos se consideren como otra forma de “mortalidad normal”11. Relacionada con el tercer asedio, está registrada la epidemia de 1780, que según el cronista Montero perjudicaba con igual dureza a cada uno de los contendientes: ”las enfermedades diezmaban las tropas, tanto en la plaza como en el campamento. En la primera [Gibraltar] causaba estragos el escorbuto que había comenzado el verano último, y en nuestras líneas las calenturas intermitentes y la disentería [que] producían muchas bajas.”12

Las depresiones se sitúan en otras tres décadas. En los cincuenta (1750-1759), la mortalidad desciende entre dos ciclos de alza. Tiene un total de 1.109 defunciones y un índice de masculinidad de 148,65%, netamente inferior a su antecesor. La década de los setenta (1770-1779), pudiera haber tenido su mismo sentido, aunque lamentablemente asciende de nuevo al final, en 1779, con el inicio del asedio a Gibraltar, y ello va a desnivelar definitivamente la serie. Se produce un cómputo general para este periodo de 1.078 defunciones y un aumento del índice de masculinidad, que asciende a 154,25%, motivado por la disparidad entre los dos registros. Si este índice es de 143,80% en el Registro 1, en el castrense se dispara hasta 216,39% debido al inicio de las hostilidades, lo que hace de 1779 un año dramático para el cuerpo profesional castrense.

Pero no acaba aquí la tragedia de esta década. Aunque con cifras menores, el año 1786, fuera de cualquier contexto bélico, vuelve a ver un rebrote de la mortalidad, especialmente grave de nuevo en el grupo masculino, y en el registro castrense.

La década de los noventa (1790-1799) es claramente favorable al descenso de la mortalidad, respecto a su antecesora. Hay un evidente retroceso de la mortalidad. Se producen un total de 896 defunciones, lo que la ubica como el ciclo con menor número de defunciones, si exceptuamos al inicial, aunque su índice de masculinidad supera curiosamente al de todos los ciclos anteriores en el registro castrense, salvo al de la bélica década anterior. Su razón de ser está de nuevo en el desnivelador registro castrense, con un índice de masculinidad de 978,5% frente a un 165,27% del registro diocesano. Este aumento de la mortalidad puede estar relacionado con el rebrote de la violencia en el Estrecho al final de la centuria, en el que los enemigos van a ser en la orilla norte el revolucionario francés (1793-1795), y el tradicional inglés (1796-1802)13

11.- Antonio Carmona Portillo, op. cit, pp. 318-319.

,

12.- Francisco Mª Montero, Historia de Gibraltar y su Campo, Cádiz, 1860, p. 349.

13.- Mario L. Ocaña Torres, El corso marítimo…, pp. 113-180.

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mientras en la orilla sur, el intermitente protagonismo de los sultanes ante Ceuta, caso del de 179014

De manera complementaria utilizaremos el gráfico nº 3, en el que se describe la evolución decenal de la mortalidad para ambos sexos. En él se refleja su crecimiento, aunque con altibajos, hasta la década de los años sesenta, momento a partir del cual se produce una fractura. Desciende en el caso femenino, casi de manera continua hasta el final del periodo, y primero decrece para luego ascender bruscamente en el grupo masculino hasta los años ochenta, momento a partir del que cae definitivamente hasta el último decenio.

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Gráfico nº 3. Libros de defunciones.

Evolución decenal de la mortalidad por sexos

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1730-17391740-1749

1750-17591760-1769

1770-17791780-1789

1790-1799

MujeresVaronesTotal

2. ¿Cuál es la representatividad de los protocolos de última voluntad respecto a la población fallecida?

Si queremos situar la utilización de los documentos de última voluntad con relación a la población fallecida, hemos de encontrar elementos de comparación que nos permitan encuadrar su valor. Podemos integrar los datos del cuadro nº 1, en el que se reflejaba la evolución decenal de la producción de documentos de última voluntad, con los del cuadro nº 6, en el que se plasma la evolución decenal de la mortalidad para crear con ellos el cuadro nº 7 y elaborar el gráfico nº 4 en el que se vuelcan los datos de los mencionados cuadros estadísticos, con el fin de establecer un análisis comparativo.

De esta relación observamos que:

14.- Antonio Carmona Portillo, op. cit, p. 124. En este sentido hay que señalar la solidaridad de los vecinos del Campo de Gibraltar con la plaza norteafricana, tal como ya ocurriera por ejemplo en 1745 cuando estaba asolada por la peste, cuando “se ofrecieron voluntariamente los vecinos de los tres pueblos con su ayuntamiento de Gibraltar á contribuir en quanto [se les] insinuase para el servicio del rei, i asistencia de la plaza de Ceuta”, ante el temor de un cerco inminente. Ignacio López de Ayala, Historia de Gibraltar. Madrid, 1782, edición facsímil, Cádiz, 1982, pp. 363-364.

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Gráfico nº 4. Relación decenal entre defunciones y documentos de última voluntad.

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1400

1600

1800

1711-1719 1720-1729 1730-1739 1740-1749 1750-1759 1760-1769 1770-1779 1780-1789 1790-1799

Defunciones

Documentos Última Voluntad

La producción de estos documentos en relación a la población fallecida tiene un carácter minoritario, ya que la distancia numérica entre ambas series es enorme. Su porcentaje en relación a la población fallecida sólo es importante hasta 1739, de un 90,55% en la década de 1730 a 1739, pero hemos de tener en cuenta que hasta esa fecha es escasa la representatividad de la serie sacramental; mientras que a partir de la estabilización de la serie sacramental, crece el número de fallecidos y se reduce drásticamente la representatividad de estos instrumentos públicos, que oscilan en su producción desde un 27,50% en la década de 1750 a 1759 hasta un 16,68% en la de 1780 a 1789, en la que se sitúa su menor nivel de utilización porcentual. En la última década del siglo, aunque decrece el número de documentos firmados, sube su representatividad, al bajar drásticamente el número de fallecidos, por lo que asciende de nuevo su importancia hasta un 21,76%, lo que la sitúa por debajo de la década de los años sesenta.

Para situar el valor real de las escrituras de última voluntad, con respecto a la población fallecida, es necesario conocer el grado de correspondencia que se puede establecer entre ellas. Si relacionamos la población fallecida, que era de 7.716 individuos, con la producción de documentos de última voluntad, distinguiendo entre los documentos, que eran 1.896 y sus firmantes no repetidos, es decir no los 2.028 totales sino los 1.657 individuos no duplicados, observaremos que la posible correspondencia es totalmente deficitaria para los registros notariales con sólo un24,57% de documentos de última voluntad y un 21,57% de posibles firmantes-otorgantes no duplicados (cuadro nº 8). Con ello llegaremos a la conclusión de que el documento de última voluntad no es representativo de toda la población fallecida, sólo de aquella que le da utilidad a este tipo de actos, un 21,57%. La mayor parte de los vecinos fallecidos, el 78,43%, más de las tres cuartas partes de ellos, deja este mundo sin hacer un solo documento de este tipo.

Puede haber una mayor aproximación. Una pista segura, pero en el otro extremo de la cuerda, la podemos obtener en los registros sacramentales, que entre sus anotaciones tienen precisamente la de si los fallecidos otorgaron o no testamento y ante quién (cuadro nº 9). Esta observación sólo se les ha señalado a 1.211 individuos

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(15,70%), de ellos 988 registros en el registro diocesano (12,82%) y 222 registros en el castrense (2,88%). Esta inscripción dado su porcentaje final representa a un exiguo 15,70% global de los fallecidos, por lo que su representatividad es incluso menor a la prevista. Lo que sí se corrobora es que se trata en este tipo de anotaciones sacramentales de un acto predominantemente masculino: un 10,42% frente a un 5,32% femenino.

Si sólo a 1.211 fallecidos se les señala algún tipo de documento de última voluntad en su inscripción sacramental, frente a los 1.657 otorgantes no duplicados de documentos de última voluntad registrados en el Archivo de Protocolos, se establece una diferencia de 446 asientos entre los registros protocolarios y los eclesiásticos. ¿Cuál puede ser la causa de la disparidad entre las anotaciones de los registros sacramentales y los notariales?

Para dar respuesta a esta pregunta hemos de tener en cuenta que entre los registros sacramentales y los notariales existe una importante pérdida de documentación15, ya que los protocolos firmados con anterioridad al establecimiento de los oficios de escribanía no están computados en los registros de Algeciras e igual sucedería con los hechos en los de San Roque, hoy custodiados en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz16. Otros se hicieron en Ceuta17, lo que nos habla de la movilidad entre las dos orillas del Estrecho, al igual sucedería entre Algeciras, Los Barrios o San Roque18. A otros es más difícil seguirle el rastro al haber desaparecido los registros notariales del archivo parroquial correspondiente, que en el caso del los protocolos diocesanos se conservaron al menos hasta 1883. El único notario apostólico contabilizado en los registros notariales de cabildo era hasta el momento Ignacio Pastor19

A la gran mayoría de la población fallecida no se le anotaba este tipo de actos porque “no testó por no tener de que”. Esta nota sólo se les señalaba a aquellos que bien en su testamento o bien a través de sus albaceas, se les había hecho algún tipo de pompa funeraria, fuera ésta de medias u honras enteras. A otros, a los que se les presuponía

, pero podemos ampliar su número hasta once más gracias a que todos ellos están atestiguados en el registro diocesano, por lo que parte de la respuesta a este interrogante se haya en otros archivos.

15.- Hay un buen número de notarios, frailes y presbíteros, ante los que se lleva a cabo este tipo de escrituras públicas, que no están documentados en los protocolos notariales algecireños, y que habría que situar al menos entre 1711 y 1725, como fray Juan Pardo, predicador mercedario descalzo, fray Pedro de la Presentación o fray Francisco Barranco “capellán de las Algeciras” ante los que se firma este tipo de documento, y que luego se protocolizarían ante un escribano público, caso de este último ante Francisco Martínez de la Portela. Ver APSILB: Libro nº 2, 1716, f. 5v; Angelina Melle Navalpotro, op. cit, p. 95 y Manuel Rabian Martín, Inventario de los protocolos notariales de los distritos de Olvera y San Roque, Colección de Instrumentos de Descripción de Archivos Andaluces, nº 5, Archivo Histórico Provincial de Cádiz, Junta de Andalucía, Sevilla, 1991, p. 242-243.

16.- La documentación notarial referida al inicio de las nuevas poblaciones se encuentra en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz (Manuel Ravina Martín, op. cit,). Se ha llevado a cabo una primera publicación con la relación de la documentación gibraltareña. Alberto Sanz Trelles, Catálogo de los protocolos notariales de Gibraltar y de su Campo (1522-1713) en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz, Col. Monografías, nº 10, Algeciras, 1998.

17.- Bien ante Agredano o Francisco Antonio Luengas, el primero de ellos activo en Ceuta entre 1785 y 1790 y el segundo entre 1731 y 1744. Angelina Melle Navalpotro, op. cit, pp. 71-72.

18.- Ante Diego de Portugal, activo entre 1761 y 1766, o Antonio Tarragó y Romero, activo entre 1766 y 1786. Manuel Rabian Martín, op. cit, pp. 226, 244.

19.- Activo en Algeciras entre 1721 y 1737, que registraría sus documentos en la escribanía de Francisco de Santa María y Mena. Angelina Melle Navalpotro, op. cit, p. 28.

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medios para esto y morían sin haber testado, se les seguía el rastro por la autoridad eclesiástica, que intervenía para averiguar la posibilidad de costear las honras prescritas por el difunto. ¿Tendría dudas el colector sobre las posibilidades económicas de estos circunspectos vecinos? El colector llevaba a cabo una pesquisa para comprobar si el fiel difunto tenía bienes con los que hacer frente a los gastos funerarios, o los eludía, y esto es lo que se anota en las inscripciones de los abintestatos. En uno de ellos se dice explícitamente “no testó por no tener de que, y de cuyo abintestato conocí”20

En otros casos, algunos de los que firman algún documento de última voluntad son transeúntes, y no figurarán por tanto en la mayoría de las ocasiones en los registros parroquiales como fallecidos, es el caso de Joaquina Ramona Miciano, natural de Algeciras, pero vecina de Los Barrios

. De ellos se contabilizan quince casos en el registro diocesano.

21, o Sancho Torrillo, natural de Setenil, vecino de Estepona, pero residente en Algeciras en el momento de firmar el documento22

Podemos llevar a cabo un cotejo individual entre los registros sacramentales y los protocolarios, individuo a individuo, para comprobar si existe o no una duplicación paralela y fehaciente, partiendo de varias características identificativas comunes como el nombre, el lugar de nacimiento y el tipo de honras fúnebres. Con esta correlación podremos certificar si un individuo determinado falleció e hizo un protocolo de última voluntad en la Nueva Algeciras, por tanto la reducción vuelve a plantearse. De los 1.211 fallecidos a los que se les anota un documento de última voluntad durante la centuria (15,70%), 988 de estos individuos (12,82%) estaban inscritos en el registro diocesano, pero de ellos sólo se encuentran repetidos con las características antes mencionada 700 en los protocolos de última voluntad, es decir la proporción se reduce a un 9,07% y en la misma situación se encuentra la relación de identificación que se puede realizar entre el registro castrense y la documentación notarial, en este caso la simplificación pasa de 222 individuos a 140, es decir reducimos el 2,88% de partida a un 1,82, por lo que el valor de este tipo de documentación se reduce a un 10,89% final (cuadro nº 11).

. Y esto supone la reducción de la población que especifica taxativamente que quiere ser enterrada en Algeciras (cuadro nº 10). Disminuye por tanto la población de otorgantes no duplicados de los 1.657 firmantes a los 1.331 que habrían firmado algún tipo de documento de última voluntad con el deseo expreso de ser enterrados en la nueva población, y si bien los que desean que sus huesos descansen en Algeciras son un 80,33% del total de la población protocolizada y no duplicada, en realidad sólo representarían a un hipotético 17,25% de la población fallecida, teniendo en cuenta la equivalencia de porcentajes establecida entre los registros sacramentales y los protocolarios, por lo que la amplitud de la correlación se reduce desde un 21,57% inicial hasta un 17,25% final en este tramo de los protocolos, un 4,22% menos. Sus horizontes se van reduciendo y acercando, ya que la analogía entre las distintas fuentes en ningún caso superaría por arriba a los 1.331 firmantes de algún documento de última voluntad (17,25%), y por debajo a los 1.211 fallecidos (15,70%) en la nueva población a los que se les anota este tipo de certificación.

Con este horizonte hemos situado el valor documental de estas escrituras de última voluntad con respecto a la población fallecida en Algeciras. Hemos

20.- APSILB: Libro 2, 1722, p. 41.

21- AHPA: Escribano Antonio Meléndez y Meléndez, Testamento en virtud de poder de Joaquina Ramona Miciano, 01-0485, 1789, fs. 95-97.

22.- AHPA: Escribano Antonio Méndez Cuadros, Testamento abierto de Sancho Torrillo, 01-0492, 1779, fs. 287-288.

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correlacionado las fuentes sacramentales y protocolarias, para conocer el grado de correspondencia que se puede establecer entre ellas, para conocer si la práctica de este tipo de escrituras públicas es representativa. Si su utilización responde a un comportamiento normalizado o si sólo es un acto jurídico-espiritual propio de una minoría, la de los testadores, llamémosles así de modo genérico, algo que por otro lado ya se apuntaba pero que ahora queda ratificado.

3. ¿Cuál fue el grado de utilización de este tipo de escrituras públicas a lo largo de la centuria?

Para este caso podemos contrastar la serie estadística de los documentos de última voluntad con la quinquenal de la población recogida por Santacana23 en su Historia de Algeciras de 1901, en la que aporta datos estadísticos de la población desde 172424

1.- Adaptamos los ciclos de la serie de última voluntad a los ciclos de Santacana, para que los resultados sean homogéneos, y en este sentido el horizonte de vacío documental de este tipo de protocolos se reduce a dos años (1724 y 1725), ya que la serie conservada se inicia en 1721 y la regularización informativa lo hacía en 1726, por lo que sólo serían computables como vacíos documentalmente 1724 y 1725 para el quinquenio equivalente al del alcalde-cronista.

(cuadro nº 12). Para su análisis, tendremos en cuenta, que:

2.- Sólo quedaría fuera de esta relación 1799 por formar parte del primer quinquenio del siglo XIX.

Si confrontamos la población y la documentación de última voluntad conservada en el archivo de protocolos a nivel quinquenal (gráfico nº 5) a través de una tasa de representatividad25, estaremos en condiciones de conocer cuál fue el grado de aceptación de este tipo de protocolos entre la población en cada quinquenio. Comprobaremos cuantas escrituras de este tipo se llevaron a cabo cada mil vecinos en cada uno de los ciclos y luego su producto lo dividiremos entre 5 para conocer su representatividad anual.

23.- Emilio Santacana, op. cit, p. 298.

24.- Lo empleamos con todas las objeciones que se puedan hacer a su fiabilidad, particularmente a estas secuencias, enclavadas en un periodo preestadístico.

25.- Para llevar a cabo esta tasa de representatividad (TR), dividiremos los documentos de última voluntad (DUV) por la población del quinquenio (P) y multiplicando su resultado por 1.000 para expresarlo en tantos por mil, tal como con cualquier otro tipo de tasas. Si queremos saber su representatividad anual simplemente dividiremos el resultado quinquenal entre 5.

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Gráfico nº 5.Relación quinquenal entre la población y la documentación de última voluntad:

1724-1799.

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3.000

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1724-17281734-1738

1744-17481754-1758

1764-17681774-1778

1784-17881794-1798

Población

Documentos de ÚltimaVoluntad

Este tipo de escrituras públicas alcanza pronto su máxima utilización en el tercer periodo entre 1734 y 1738 (62,810/00), iniciándose en el cuarto ciclo un paulatino y constante decaimiento. Este resultado es bastante abultado si lo comparamos tanto con el quinquenio anterior (1729-1733 con 27,860/00) como con su posterior (1739-1743 con 34,860/00

A partir del cuarto ciclo se inicia su declive, aunque habrá dos leves repuntes, el primero de ellos durante el quinquenio de 1764 a 1768 (24,35

). Es decir que en el periodo de su máxima utilización, como instrumento de transmisión de última voluntad en relación a la población, sólo se llevaron a cabo 63 documentos de este tipo por cada mil habitantes, o lo que es igual 13 de ellos por cada mil en cada uno de los años de este ciclo.

0/00) y un segundo entre 1779 y 1783 (19,460/00), coincidente en este caso con el ciclo bélico del Gran Asedio a Gibraltar, aunque su ascenso en este caso fue de menor entidad que el anterior. A partir de la llegada de la paz su descenso se hace continuo, llegando a tener una mínima representatividad al final de la serie, durante el quinquenio de 1794 a 1799 (10,960/00), en el que sólo se llevaron a cabo prácticamente 11 documentos de este tipo por cada mil vecinos durante el quinquenio o lo que es lo mismo, sólo 2 escrituras públicas al año cada mil vecinos. Por tanto este tipo de documentos de última voluntad tienen una escasísima representatividad respecto a la población de la Nueva Algeciras, ya que sus horizontes quedan delimitados por un 12,560/00 anual en el quinquenio de 1734-1738 y un 2,190/00 anual en el quinquenio de 1794 a 179826

26.- El quinquenio de 1724-1728 tiene una representatividad de 1,000/00, pero no lo tomamos como referencia por la exigua representación de documentos de última voluntad.

, por tanto sólo son significativos estos protocolos para un reducido número de vecinos. Su importancia, tal como se puede percibir por el gráfico, apenas tiene relevancia, ni siquiera en su momento de mayor utilización.

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¿Qué representatividad tienen los protocolos de última voluntad?

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Cuadro nº 1.Protocolos notariales.

Evolución decenal de la documentación de última voluntad y sus firmantes.

Comportamiento por sexos.

Décadas Documentos Firmantes

Total % M % V % Total %1721-1729 34 1,79 25 1,23 9 0,44

341,68

1730-1739 2771 14,61 108 5,33 186 9,17

29414,54

1740-1749 2862 15,08 109 5,37 203 10,01

31215,38

1750-1759 3053 16,09 135 6,66 202 9,96

33716,61

1760-1769 3134 16,51 141 6,95 190 9,37

33116,31

1770-1779 2035 10,71 83 4,09 131 6,46

21410,55

1780-1789 2826 14,87 129 6,36 172 8,48

30114,83

1790-1799 1967 10,34 82 4,04 123 6,07

20510,10

Totales 1.896 100,00 812 40,04 1216 59,96 2.028 100,00

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Cuadros explicativos

Cuadro nº 2.Protocolos notariales.

Evolución decenal de la documentación de última voluntad y sus firmantes. Variables documentales.

DécadasUn documento, un

firmanteUn documento, varios

firmantes TotalesDocumentos Firmantes Documentos FirmantesTotal % Total % Total % Total % Documentos % Firmantes %

1721-1729 34 1,79 34 1,68 34 1,79

341,68

1730-1739 260 13,71 260 12,82

170,84 34 1,68 277 14,61

29414,54

1740-1749 260 13,71 260 12,82

261,28 52 2,56 286 15,08

31215,38

1750-1759 273 14,40 273 13,46

321,58 64 3,16 305 16,09

33716,61

1760-1769 295 15,56 295 14,55

180,89 36 1,78 313 16,51

33116,31

1770-1779 192 10,13 192 9,47

110,54 22 1,08 203 10,71

21410,55

1780-1789 265 13,98 265 13,07

170,84 36 1,78 282 14,87

30114,83

1790-1799 185 9,76 185 9,12

110,54 20 0,99 196 10,34

20510,10

Totales 1.764 93,04 1.764 86,98 132 6,51 264 13,02 1.896 100,00 2.028 100,00

Page 224: Anuario hespérides 2009 2010

216

¿Qué representatividad tienen los protocolos de última voluntad?

217

Cuadro nº 3.Protocolos notariales.

Evolución decenal de la documentación de última voluntad y sus firmantes.Variables documentales: un documento, un firmante. Comportamiento por sexos.

DécadasDocumentos Firmantes

Totales % M % V % Totales %1721-1729 34 1,79 25 1,23 9 0,44 34 1,681730-1739 260 13,71 91 4,48 169 8,33 260 12,821740-1749 260 13,71 83 4,09 177 8,72 260 12,821750-1759 273 14,40 103 5,08 170 8,38 273 13,461760-1769 295 15,56 123 6,06 172 8,48 295 14,551770-1779 192 10,13 72 3,55 120 5,91 192 9,471780-1789 265 13,98 108 5,32 157 7,74 265 13,071790-1799 185 9,76 71 3,50 114 5,62 185 9,12

Totales 1.764 93,04 676 33,32 1088 53,62 1.764 86,98

Cuadro nº 4.Protocolos notariales.

Evolución decenal de la documentación de última voluntad y sus firmantes.Variables documentales: un documento, varios firmantes. Comportamiento por

sexos.

DécadasDocumentos Firmantes

Totales % M % V % Totales %1721-17291730-1739 17 0,84 17 0,84 17 0,84 34 1,681740-1749 26 1,28 26 1,28 26 1,28 52 2,561750-1759 32 1,58 32 1,58 32 1,58 64 3,161760-1769 18 0,89 18 0,89 18 0,89 36 1,781770-1779 11 0,54 11 0,54 11 0,54 22 1,081780-1789 17 0,84 21 1,04 15 0,74 36 1,781790-1799 11 0,54 11 0,54 9 0,44 20 0,99

Totales 132 6,51 136 6,71 128 6,31 264 13,02

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Andrés Bolufer Vicioso

219

Protocolos notarialesCuadro nº 5.

Documentos de última voluntad / Simplificación otorgantes.Documentos Firmantes

no duplicadosTipos nº

Testamentoabierto

Individual 1.328 1.215Mancomún 105 165

cerrado Individual 11 11Total 1.444 1.391

CodiciloIndividual 77 14

Mancomún 3 1Total 80 15

Poder para testarIndividual 204 103

Mancomún 24 27Total 228 130

Testamento en virtud de poderIndividual 106 100

Total 106 100

OtrosIndividual 38 21

Total 38 21

Totales 1.896 1.657

Cuadro nº 6.Libros de defunciones.

Evolución decenal de la Mortandad.

CiclosRegistro 1 Registro 2 Totales

M V Total Índicemasculinidad

M V Total Índicemasculinidad

M V Total Índicemasculinidad

1711-1719

11 11 22 100,0011 11 22

100,00

1720-1729

17 38 55 223,5317 38 55

223,53

1730-1739 113 194 307

171,68113 194 307

171,68

1740-1749 350 778 1.128

222,29350 778 1.128

222,29

1750-1759 446 663 1.109

148,65446 663 1.109

148,65

1760-1769 561 780 1.341

139,0432 57 89

178,13593 837 1.430

141,15

1770-1779 363 522 885

143,8061 132 193

216,39424 654 1.078

154,25

1780-1789 282 560 842

198,5879 770 849

974,68361 1330 1.691

368,42

1790-1799 167 276 443

165,2742 411 453

978,57209 687 896

328,71

Totales 2.310 3.822 6.132 165,45 214 1.370 1.584 640,19 2.524 5.192 7.716 205,71

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218

¿Qué representatividad tienen los protocolos de última voluntad?

219

Cuadro nº 7.Relación decenal entre los libros de defunción y

Los documentos de última voluntad

Décadas Libros Defunciones

Documentos Última VoluntadTotal %

1711-1719 221720-1729 55 34 61,821730-1739 307 278 90,551740-1749 1.128 286 25,351750-1759 1.109 305 27,501760-1769 1.430 313 21,891770-1779 1.078 203 18,831780-1789 1.691 282 16,681790-1799 896 195 21,76

Totales 7.716 1.896 24,57

Cuadro nº 8.Relación entre los libros de defunción, los protocolos de última voluntad y

simplificación de sus otorgantes.

Registros Libros de defuncionesProtocolos última voluntad

Documentos Individuos no duplicadosTotales 7.716 1.896 1.657

Porcentajes 100,00% 24,57 % 21,47 %

Cuadro nº 9.Libros de defunciones.

Anotación de últimas voluntades.

Registro 1

Registro 2

Totales

otalTotal % Total %

Mujeres 90 5,05

210,27

4115,32

Varones 98 7,76

2012,66

80010,42

Totales88 12,82

2222,88

1.21115,70

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Andrés Bolufer Vicioso

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Cuadro nº 10.Protocolos notariales.

Intención de enterramiento.

Lugares M VTotales

Total %No Indican 57 84 141 8,51

Indi

can

A voluntad de otro 3 4 7 0,42Donde fuere 7 26 33 1,99

Algeciras 511 820 1.331 80,33Los Barrios 48 65 113 6,82San Roque 10 17 27 1,63

Otras 1 4 5 0,3Total 580 936 1.516 91,49

Totales 637 1020 1.657 100,00

Cuadro nº 11.Coincidencias entre los registros de defunciones y los protocolarios.

CoincidenciasRegistro 1 y Protocolos Registro 2 y Protocolos Totales

700 140 840

Porcentajes 9,07 1,82 10,89

Cuadro nº 12.Relación quinquenal entre población

y documentos de última voluntad: 1724-179827.

Quinquenios PoblaciónDocumentos

Última voluntad

TotalTasa de representatividad

quinquenal anual1724-1728 2.000 10 5,00 1,001729-1733 2.800 78 27,86 5,571734-1738 3.200 201 62,81 12,561739-1743 3.700 129 34,86 6,971744-1748 5.300 151 28,49 5,701749-1753 6.000 142 23,67 4,731754-1758 7.200 162 22,50 4,501759-1763 7.000 153 21,86 4,371764-1768 6.200 151 24,35 4,871769-1773 6.100 112 18,36 3,671774-1778 6.200 100 16,13 3,23

27 .- Elaboración propia a partir de Emilio Santacana y Mensayas, op. cit, p. 298.

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¿Qué representatividad tienen los protocolos de última voluntad?

221

1779-1783 7.400 144 19,46 3,891784-1788 8.000 143 17,88 3,581789-1793 7.100 105 14,79 2,961794-1798 7.300 80 10,96 2,19

Totales 85.500 1.861 21,77 4,35

1.- En esta década existen 7 años con documentación de mancomún: 1732.- tres documentos con dos otorgantes cada uno: 3 mujeres y 3 hombres; 1734.- un documento con dos otorgantes: 1 mujer y 1 hombre; 1735.- cuatro documentos con dos otorgantes cada uno: 4 mujeres y 4 hombres; 1736.- tres documentos con dos otorgantes cada uno: 3 mujeres y 3 hombres; 1737.- un documento con dos otorgantes: 1 mujer y 1 hombre; 1738.- cuatro documentos con dos otorgantes cada uno: 4 mujeres y 4 hombres y 1739.- un documento con dos otorgantes: 1 mujer y 1 hombre.

2.- En esta década existen 9 años con documentación de mancomún: 1740.- dos documentos con dos otorgantes cada uno: 2 mujeres y 2 hombres; 1741.- dos documentos con dos otorgantes cada uno: 2 mujeres y 2 hombres; 1742.- un documento con dos otorgantes cada uno: 1 mujer y 1 hombre; 1743.-cuatro documentos con dos otorgantes cada uno: 4 mujeres y 4 hombres; 1744.- cuatro documentos con dos otorgantes cada uno: 4 mujeres y 4 hombres; 1745.- cuatro documentos con dos otorgantes cada uno: 4 mujeres y 4 hombres; 1746.- dos documentos con dos otorgantes cada uno: 2 mujeres y 2 hombres; 1747.- un documento con dos otorgantes cada uno: 1 mujer y 1 hombre; 1748.- dos documentos con dos otorgantes cada uno: 2 mujeres y 2 hombres; 1749.- cuatro documentos con dos otorgantes cada uno: 4 mujeres y 4 hombres.

3.- En esta década existen 9 años con documentación de mancomún: 1750.- cinco documentos con dos otorgantes cada uno: 5 mujeres y 5 hombres; 1751.- cuatro documentos con dos otorgantes cada uno: 4 mujeres y 4 hombres; 1752.- dos documentos con dos otorgantes cada uno: 2 mujeres y 2 hombres; 1753.- dos documentos con dos otorgantes cada uno: 2 mujeres y 2 hombres; 1754.- cinco documentos con dos otorgantes cada uno: 5 mujeres y 5 hombres; 1755.- cinco documentos con dos otorgantes cada uno: 5 mujeres y 5 hombres; 1756.- cuatro documentos con dos otorgantes cada uno: 4 mujeres y 4 hombres; 1757.- dos documentos con dos otorgantes cada uno: 2 mujeres y 2 hombres; 1758.- tres documentos con dos otorgantes cada uno: 3 mujeres y 3 hombres.

4.- En esta década existen 7 años con documentación de mancomún: 1760.- dos documentos con dos otorgantes cada uno: 2 mujeres y 2 hombres; 1762.- dos documentos con dos otorgantes cada uno: 2 mujeres y 2 hombres; 1764.- dos documentos con dos otorgantes cada uno: 2 mujeres y 2 hombres; 1765.- cinco documentos con dos otorgantes cada uno: 5 mujeres y 5 hombres; 1766.- tres documentos con dos otorgantes cada uno: 3 mujeres y 3 hombres; 1767.- dos documentos con dos otorgantes cada uno: 2 mujeres y 2 hombres; 1769.- dos documentos con dos otorgantes cada uno: 2 mujeres y 2 hombres.

5.- En esta década existen 5 años con documentación de mancomún: 1771.- tres documentos con dos otorgantes cada uno: 3 mujeres y 3 hombres; 1773.- tres documentos con dos otorgantes cada uno: 3 mujeres y 3 hombres; 1774.- dos documentos con dos otorgantes cada uno: 1 mujer y 3 hombres; 1776.-dos documentos con dos otorgantes cada uno: 2 mujeres y 2 hombres; 1777.- un documento con dos otorgantes: 1 mujer y 1 hombre.

6.- En esta década existen 8 años con documentación de mancomún: 1780.- tres documentos con dos otorgantes cada uno: 3 mujeres y 3 hombres; 1781.- un documento con dos otorgantes: 1 mujer y 1 hombre; 1782.- tres documentos con más de un otorgante: dos con dos otorgantes cada uno (2 mujeres y 2 hombres) y uno con cuatro (3 mujeres y 1 hombre); 1783.- tres documentos con más de un otorgante: dos con dos otorgantes cada uno (2 mujeres y 2 hombres) y uno con dos otorgantes (2 mujeres); 1784.- undocumento con dos otorgantes: 1 mujer y 1 hombre; 1785.- un documento con dos otorgantes: 2 mujeres; 1786.- dos documentos con dos otorgantes cada uno: 2 mujeres y 2 hombres y 1789.- tres documentos con dos otorgantes cada uno: 3 mujeres y 3 hombres.

7.- En esta década existen 6 años con documentación de mancomún: 1791.- dos documentos con dos otorgantes cada uno: 2 mujeres y 2 hombres; 1792.- dos documentos con dos otorgantes cada uno: 2 mujeres y 2 hombres; 1793.- un documento con dos otorgantes: 2 mujeres; 1794.- un documento con dosotorgantes: 2 mujeres; 1798.- dos documentos con dos otorgantes cada uno: 2 mujeres y 2 hombres y 1799.- tres documentos con dos otorgantes cada uno: 3 mujeres y 3 hombres.

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ANUARIO DE HESPÉRIDES. INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS E INNOVACIONES DIDÁCTICAS (Málaga), vol. 17-18, págs. 223-243.

TÓRTOLES DE ESGUEVA. HISTORIA DE MI PUEBLO

Miguel Ángel Núñez BeltránDoctor en Historia

I.E.S. Macarena. SEVILLA

A Alfonso Fernández Murillo,mi amigo1

Este trabajo es un sucinto resumen de la historia de Tórtoles de Esgueva, pequeño pueblo de la provincia de Burgos. Para una mayor comprensión se sigue en la exposición, aunque adaptándolo a las peculiaridades de la historia de esta villa, la división tradicional y académica en edades (Prehistoria, Edad Antigua, Edad Media, Edad Moderna y Edad Contemporánea). Así mismo, con el fin superar el localismo se inserta en la historia comarcal (Comarca del Cerrato Castellano), regional y nacional2.

1 Al estar ultimando este artículo recibo la dolorosa noticia del fallecimiento de mi gran amigo Alfonso Fernández Murillo, de Bilbao, el 4 de enero de 2011. Por eso, deseo dedicar con cariño en su memoria, aun reconociendo su sencillez, este trabajo sobre Tórtoles, pueblo que él conoció conmigo. Descanse en paz.2 Este artículo es fruto de una conferencia impartida en Burgos (Inter Centros de Caja de Burgos) el 25 de noviembre de 2010. Se acompañó la exposición de una presentación en power point que puede consultarse en internet: http://www.docstoc.com/docs/59046535/T�rtoles-De-Esgueva yhttp://www.slideshare.net/miguelangel.nu.bel/trtoles-de-esgueva-5633080.

La exposición se basa en nuestro libro La villa de Tórtoles de Esgueva. Apuntes sobre historia y cultura(Ayuntamiento de Tórtoles, 2006) que, pese a los errores que pueda contener, es un intento de primera aproximación a la historia del pueblo (este libro puede consultarse y descargarse desde internet: http://www.slideshare.net/miguelangel.nu.bel/la-villa-de-trtoles-de-esgueva-historia-y-cultura yhttp://www.docstoc.com/search/tórtoles-de-esgueva?catfilter=1). Además, como bibliografía básica, puede consultarse SERRANO, Luciano: Los Armíldez de Toledo y el Monasterio de Tórtoles. Madrid, Tipografía de Archivos, 1933 y VALLEJO DEL BUSTO, Manuel: El Cerrato Castellano. Diputación de Palencia, 1981.

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Miguel Ángel Núñez Beltrán

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1. En busca de los orígenes (hasta el siglo X)Surge en primer lugar la cuestión sobre los orígenes y, en este sentido, intentar

averiguar el nacimiento de la villa. No existen datos documentales de la presencia de población humana en Tórtoles hasta el siglo XII, lo que no indica que no existiera ningún núcleo poblacional. Hay datos prehistóricos en la Comarca del Cerrato (tales como en Palenzuela del Paleolítico; también en Palenzuela u Olmos de Esgueva del Neolítico; o de la Edad de los Metales en Encinas de Esgueva, Castronuevo de Esgueva, Arroyo de la Encomienda (cerca de Valladolid) y Renedo de Esgueva –por citar algunos yacimientos). Con estos datos, aunque no pueda afirmarse con rotundidad en Tórtoles la existencia de poblaciones prehistóricas en la villa, teniendo en cuenta el desplazamientos de estos primeros habitantes por caminos y vías naturales (ríos) y su preferencia a establecerse en las cuencas sedimentarias de los ríos, podría deducirse la presencia ocasional de estas gentes en busca de caza en los albores de la historia.

Lo mismo sucede en épocas posteriores. Dos pueblos celtibéricos (prerromanos), vacceos y arévacos; unos en el Duero medio y otros en el Duero alto, configurarían un área cultural vacceo-arévaca, dentro de la cual estarían enclavados los términos actuales de la villa de Tórtoles de Esgueva, aunque fundamentalmente en la zona vaccea. Algunas ciudades vacceas situadas en el Cerrato Castellano así lo testifican: Pallantia (Palencia o Palenzuela), Autraca (¿Torquemada?), Cougium (¿Valencia de Don Juan?, Eldana (¿Baltanás?), Pintia (cerca de Valladolid). Tal vez estemos ahora hablando de un poblamiento, con una cierta entidad, en nuestra villa por su situación de fácil acceso y defensa, con un sencillo amurallamiento, germen de la muralla posterior. Pese a todo, la ausencia de restos arqueológicos no nos permite una afirmación tajante, sino que nos obliga a ser cautos y presentarlo como mera hipótesis.

Con esto llegamos a la época romana. La conquista de la Península por los romanos tiene lugar entre los años 218 y 19 antes de Cristo. Roma tuvo que hacer frente a una activa defensa de los indígenas caracterizados, según los escritores antiguos, por una gran habilidad guerrera. La anexión de la celtiberia por Roma se produce en el siglo II antes de Cristo. La guerra de Roma contra celtíberos y vacceos se prolonga desde 153 a 133 antes de Cristo, año en que cae Numancia. A partir de este momento los vacceos pierden su independencia y pasan a pertenecer orgánicamente a la provincia romana peninsular de la Citerior con capital en Tarraco (Tarragona), posteriormente (siglo III), al dividirse esta provincia, pasa a formar parte de la provincia Cartaginense cuya capital es Cartago Nova (Cartagena).

Si los acontecimientos se sucedieron como sintéticamente hemos expuesto, ¿qué pasaba con Tórtoles? El más que probable pequeño poblado vacceo de Tórtoles participaría en la defensa de sus tierras y en la resistencia frente al ejército romano. Con la romanización, Tórtoles pertenecía al conventus de Clunia (Coruña del Conde). En este tiempo podemos aventurarnos a afirmar que Tórtoles existía como un castellum (pequeño núcleo urbano fortificado). Son diversas las razones que nos impelen a tal aseveración. En primer lugar la posibilidad de poblamiento vacceo y la costumbre romana de seguir manteniendo estos núcleos habitados. En segundo lugar, la ubicación de Tórtoles como paso estratégico entre ciudades relevantes como Pallantia, Pintia, Clunia, Rauda y Uxama, tal y como se deduce del estudio de las vías de comunicación romanas. Una de las más importantes era la vía imperial que unía Asturica (Astorga) con Caesar Augusta (Zaragoza) y que atravesaba la península por el norte. Un ramal de esta calzada penetraba en la comarca cerrateña por la ciudad de Pintia (cerca de Cabezón de Pisuerga) y remontaba el valle del Esgueva hasta cerca de Encinas, en donde se bifurcaba en dos ramales, uno de ellos iba a Rauda (Roa de Duero) y el otro a

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Tórtoles de Esgueva. Historia de mi pueblo

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Clunia (cerca de Peñalba de Castro). El ramal de Clunia pasaba por Tórtoles. A esta calzada J. Abásolo denomina “Vía del Valle del Esgueva”. Además, otra calzada de menor categoría iría de Rauda hasta Pallantia pasando por Tórtoles. Este camino comarcal atravesaría el río Esgueva por el puente situado en el término tortolico de “El Pontón”. Creemos que son razones suficientes para defender la hipótesis de un poblado (castellum) y también de villae rusticae (especie de haciendan rurales, unidades económicas agro-pecuarias) en el actual término de Tórtoles, a pesar de no poseer restos arqueológicos, difícil de encontrar en la actualidad por tratarse de tierras de laboreo desde tiempos arcanos.

La llegada en el siglo V de los pueblos germánicos (comúnmente denominados “bárbaros”) a la península pone fin a la Historia Antigua y da comienzo a la Edad Media. El estado hispano-godo mantiene, a grandes líneas, el mismo tipo de administración provincial romano. Comienzan, no obstante, a adquirir personalidad peculiar las villas privadas dependiendo jurisdiccionalmente de un noble, laico o eclesiástico, que dispone de una clientela asimilada. Si tenemos en cuenta el desarrollo posterior de Tórtoles como señorío jurisdiccional, cabe suponer que halle quizás sus raíces en estas villas privadas señoriales de tiempo de los godos. Los restos arqueológicos godos encontrados en el área geográfica en la que se inserta Tórtoles ponen de manifiesto la importancia de la zona durante el reino visigodo.

El año 711 los musulmanes, árabes y bereberes, penetran en la península tras derrotar en la batalla de Guadalete al último rey visigodo Don Rodrigo, dando comienzo en España a una nueva etapa histórica. Entre 712 y 714 el ejército bereber llega a Gijón, siguiendo la vía Zaragoza-Soria-Palencia. Será en estos años cuando la presencia en el Cerrato de los musulmanes se hace realidad, incluso recorrerían los antiguos caminos romanos y llegarían a Tórtoles. Durante los siguientes años, hasta el 750, la comarca cerrateña estuvo bajo dominio musulmán, pero con un dominio más militar que efectivo y político. Desde el principio de la invasión islámica, un pequeño reducto, convertido en el reino cristiano astur, emprende una contraofensiva contra el dominio musulmán (la reconquista). Con Alfonso I (739-757) los límites del reino cristiano llegan al norte de Palencia y Burgos y se establece una amplia zona de falta de control del emirato de Córdoba, en la que se incluiría Tórtoles ya en esta primera mitad del mismo siglo VIII, por lo que en nuestra villa la presencia musulmana fue muy exigua, tanto en el tiempocomo en número de gentes, limitándose tal vez a la mera presencia de algunos militares.

Durante los últimos años del siglo VIII y el IX Castilla sufre los ataques del reino islámico, cuyos ejércitos se adentran en la Meseta del Duero. La expansión cristiana hacia el Duero adquiere importantes dimensiones con Alfonso III (866-910) y García I (912-913). Alfonso III establece el límite sur del reino astur-leonés en el Duero por el occidente de Valladolid y por el Esgueva al oriente de esta ciudad. Durante elúltimo tercio del siglo IX se constituye la línea de fortificación de la ribera del Esgueva con castillos y fortalezas en Canillas, Encinas, Castrillo de Don Juan, Tórtoles, Torresandino, Bahabón, Santa María de Mercadillo, así como en muchos otros pueblosde la comarca cerrateña. De esta época sería el primitivo castillo de la villa de Tórtoles, cuyo torreón se ubicaría en el mismo lugar de la torre que preside la iglesia parroquial y además se rodearía el poblado de una fuerte muralla. Esto proporcionaría en este pequeño poblado una cierta, pero relativa, población por la huida, o emigración, de algunos de habitantes de zonas de ocupación musulmana hacia lugares más seguros del norte peninsular. A comienzos del siglo X se sobrepasa el Duero y se repueblan Burgos (fundada en 894), Dueñas (899), Roa (912), Clunia (912), Osma (912), lo que marca la configuración política de la Castilla originaria.

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Un aspecto a resaltar y que ayuda a fechar la consolidación poblacional es el tema relacionado con la implantación del cristianismo. La iglesia se organiza partiendo de la división territorial romana. Entre los diversos obispados que existían, los más cercanos a esta villa eran Uxama (Osma), Numantia (Numancia-Soria), Pallantia (Palencia) y Auca (Villafranca Montes de Oca), Tórtoles estaría “integrada” en el ámbito de acción del obispo de Pallantia, cuyo obispado es el primero de la zona en crearse (año 435). Terminada invasión musulmana, se restauran algunas de las antiguas diócesis o se traslada la residencia canónica de otras. Dentro de la actual provincia de Burgos, tenemos noticias de centros episcopales o residencias temporales de obispos en Valpuesta (804-1086), Sasamón (1067-1087), Oca, Burgos (desde fines del siglo X) y en la comarca de Muñó (912-994). Por cercanía geográfica y natural, durante estos primeros tiempos de la repoblación de la zona, Tórtoles seguiría vinculada al obispo de Palencia, sin olvidar la posibilidad de Muñó, para pasar definitivamente a Burgos, una vez que se convierta en el único obispado de la actual provincia, como continuación canónica de la antigua diócesis de Oca por decreto de 1067.

Otro asunto a resaltar es la actividad económica. La región vaccea era rica en producción de trigo, además del cultivo de hortalizas y amplias zonas dedicadas a prados. Con la llegada de los romanos se desarrolla la propiedad privada y concentración de las propiedades agrarias con vivienda en el campo, dando lugar a las villae rusticae. Si se analiza la orografía de Tórtoles y la actual utilización del suelo puede deducirse que no existieron grandes latifundios en época romana, aunque sí villae rusticae, aunque no existan vestigios arqueológicos de ello, en lugares fértiles con abundante agua. A saber, en la vega del Esgueva, en el entorno donde se sitúan los actuales puentes sobre el río (Puentevieja, Puentenueva y el Pontón), en los Caños, lugar en el que más tarde se construyó el convento, en la Fuente del Val, en la Fuente del Venado, e incluso en otros lugares, en los que se fueron creando asentamientos humanos de relativa importancia. Estas villae son autosuficientes, se aprovecha el curso del agua para la agricultura. Los propietarios, algunos de los cuales quizás fueran antiguos legionarios, emplearían trabajadores, sistema que desembocaría en el colonato. La ganadería serviría de complemento a la agricultura con importante producción ovina, porcina y bovina.

2. De aldea a villa medieval. Señorío de abadengo (siglos XI-XV)Es la época de la Reconquista. En el siglo X existen en la península diversos reinos

cristianos independientes. En la parte occidental va consolidándoles el reino de Castilla y León, unidos definitivamente con Fernando III (en 1230); en el oriente, los reinos de Navarra y la Corona de Aragón; además la zona musulmana de Al-Andalus. Es una época crucial en respecto a la reconquista y la repoblación. Si en el siglo X se sobrepasa la barrera del Duero, en el XII se llega al Tajo, aunque con flujo-reflujo de las tierras reconquistadas.

Los siglos XIV y XV son dos siglos de conflictos políticos en Castilla y León. Se desemboca, sin embargo, en la unificación de Castilla y Aragón por el matrimonio (año 1469) de los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando V de Aragón. Se culminará a comienzos del siglo XVI con la unificación de las tierras de la actual España con la incorporación de Granada (año 1492) y Navarra (año 1512).

Respecto a lo que concierne a nuestro territorio, surge un condado que va adquiriendo personalidad propia, el Condado de Castilla. Con el conde Fernán González (930-970) adquiere el Condado de Castilla una fuerte identidad política, si no

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independencia, de manera especial a partir del año 944, durante el reinado de Ramiro II. A la muerte del conde García Sánchez en 1035, pasa el condado al rey navarro Sancho III, quien lo convierte en reino, otorgándoselo en herencia a su segundogénito Fernando I de Castilla (1037-1067). Éste ocupa el reino de León poco después, con lo que consigue la primera unificación de la corona castellano-leonesa.

En este momento Tórtoles existía como villa dentro del condado castellano. La zona en la que se encuentra Tórtoles fue conquistada y repoblada por el mismo linaje del conde castellano, Fernán González. En el siglo X la comarca estaba plenamente repoblada. Muestra de ello es la erección de sendos monasterios en términos cercanos: el monasterio premostratense de San Pelayo en Cevico Navero en el 1134, y el benedictino de los Santos Pedro y Pablo en Torresandino por la misma época, ambos desaparecidos. En el siglo XI

El enlace matrimonial de la nueva señora de la villa de Tórtoles con el noble, mayordomo de la corte de Alfonso VI, Ermillo Rodríguez de Toledo, da un nuevo giro a este patrimonio, ya que pasa a depender del linaje de los Armíldez de Toledo. A don Ermillo Rodríguez, sucede, como jefe de la familia, su hijo don Gutierre Ermíldez, a quien sucede su hijo don Melendo Armíldez. Una nieta de este último, doña María Armíldez (quien una vez viuda profesa en el monasterio y figura como abadesa en 1221), junto con su esposo don Gonzalo Pérez de Torquemada, serán los fundadores del monasterio de Tórtoles en 1199.

poseía la jurisdicción sobre estas tierras una rama de la casa de los Lara, descendientes a su vez de Fernán González. Al pasar el condado a jurisdicción directa de Navarra con Sancho III de Navarra, la villa de Tórtoles se convertiría en villa de realengo. Será Alfonso VI, hijo y sucesor de Fernando I, quien restaure los bienes confiscados a sus legítimos herederos. De esta manera la villa de Tórtoles pasa de nuevo a la jurisdicción de la casa de Lara en la persona de una nieta del mencionado conde Nuño. Tórtoles sería centro de un amplio patrimonio diseminado por el condado castellano.

En lo concerniente al Monasterio de Santa María hay una serie de interrogantes sobre su fundación. En un primer momento se pretende realizar fundación con monjas de la orden premonstratense, pero lo cierto es que en 1194 se apuesta por monjas benedictinas. Para ello se sirven del traslado, en 1199, de una comunidad de benedictinas de un convento de Frandovíñez, cerca de Burgos, cuya abadesa doña Urraca Pérez, hermana del fundador, fue también la primera abadesa del nuevo monasterio. Recibe como patrimonio el señorío de Tórtoles y toda una gama de posesiones, pasando a ser villa de abadengo. Desde entonces, y durante siglos, el devenir histórico de Tórtoles de Esgueva ha estado inexorablemente unido al Monasterio de “Santa María la Real”.

Se ubica el monasterio en las afueras de la villa, en un lugar alto desde el que se domina todo el valle del Esgueva. Se asentaba allí una antigua iglesia con la advocación de Santa María. Es esta propiedad un auténtico vergel con copiosos manantiales que riegan huertas y arboledas y alimentan un molino harinero. Así mismo gozaba de derechos y pertenencias sobre la villa de Tórtoles, tales como el señorío de la villa, su castillo, montes y varias tierras de labrantío, a lo que se añadían otras propiedades rústicas de pueblos del contorno y de otros lugares de Castilla. Se erige, por tanto, un monasterio con cuantiosas posesiones y, en lo que a Tórtoles se refiere, con señorío jurisdiccional sobre la villa.

Pasa, por tanto, Tórtoles de ser señorío nobiliario a señorío de abadengo. Por otra parte, consiguen los fundadores para la comunidad allí instalada fuero propio

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(anteriormente se regía por el fuero de Peñafiel), con inmunidad de la justicia real y exención de tributos. Se organiza la administración de la villa bajo el señorío de la abadesa. Se definen igualmente las obligaciones que los vecinos de la villa tienen respecto al monasterio; a saber, la obligación de trabajar las tierras del monasterio ocho días cada familia (servicio de corveas), pago de rentas en especie: cantidades de trigo, cebada y vino (impuesto del champart), pagos de rentas en dinero (obligación del censo), a lo que se añadía una contribución al juez municipal y a hacer frente a los impuestos especiales que el monarca solicitase, parte de dichas cantidades iría a parar a las arcas del monasterio. A esto hay que añadir unos derechos especiales para con la abadesa de los vecinos, que al año supone una cántara de mosto, dinero, tres panes, ocho huebras con sus ganados y dos obreros al año.

En el orden puramente eclesiástico, por particular prerrogativa de la Santa Sede, se convierte en un monasterio exento, con derecho a elegir delegado apostólico entre las diócesis de Burgos, Palencia u Osma. No obstante esta prerrogativa, existía una cierta vinculación respecto al obispado de Burgos.

La villa de Tórtoles va adquiriendo cada vez mayor consistencia. Se efectúa en el siglo XII el deslinde de términos municipales entre Tórtoles y Baltanás, lo que pone de manifiesto la gran extensión territorial que alcanzaba el término de Tórtoles.

Alfonso XI, ya en el siglo XIV, concretamente el año 1334, expide un privilegio real en Valladolid, a petición de la abadesa, en el que se detalla el modo de administrar justicia a los vasallos de Tórtoles. Se indica que se elija entre los “homes buenos de dicho lugar”, dos para alcaldes y un merino.

A principios del siglo XV comienzan las divergencias entre la villa y el monasterio en cuanto a la percepción de los derechos señoriales. En 1426 se niega el concejo municipal a respetar los derechos señoriales de la abadía, por lo que incurre en la pena canónica de entredicho, dictada por el abad de Cardeña, juez apostólico designado por la abadesa. Se busca la mediación de don Diego de Sandoval, conde de Castro, y don Diego Gómez de Zúñiga, regidor de Valladolid, cuya sentencia modifica algunas obligaciones y tributos a favor del concejo. Aceptada la sentencia por la villa y la abadesa, se levanta el entredicho y el concejo satisface los derechos señoriales no devengados en los dos años anteriores.

En cuanto a la población existente en Tórtoles, comenzaría a recibir desde el siglo XI aportaciones de población del norte peninsular cristiano (cántabros y vascones) e incluso algunos mozárabes procedentes del centro peninsular. La consolidación de la villa a partir de estos momentos lleva consigo también la afirmación de la población durante los siglos XII y XIII. No obstante, durante el siglo XIV Tórtoles se vería afectada por el retroceso general de la población de Castilla y León debido a la llamada trilogía medieval: guerra, peste y hambre. A las destrucciones de guerras se unen grandes hambrunas y pestes con lo que las mortandades hacen estragos en la población. Entre los efectos más conocidos está la gran hambruna general de 1301, la peste negra que afecta a toda la península en 13483

3 La peste negra afectó gravemente a toda la comarca. Se habla de aldeas abandonadas. Posiblemente en este tiempo se produzca el abandono o despoblación de Portillo, pueblo situado entre Tórtoles y Guzmán (el término “El Portillejo” lo recuerda, al lado del Camino de Quintana), otro lugar al Este de la villa denominado Santa María de Corneganos (a la izquierda de “Trambascarreras”), el poblado de Casaejares, que estaría situado a la derecha de la carretera de Castrillo (en los “Casares”), y diversas aldeas que existían en el término de Olmedillo (Basardilla, San Jacobo, Zorita, Santa María).

y epidemias regionales y locales en la segunda mitad de siglo, sobre todo entre 1363-64, que afecta a gran parte del territorio de la

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actual provincia de Burgos, y a final de siglo en la zona territorial de Tórtoles (se tienen datos de una gran epidemia en Roa en 1394). El panorama poblacional del siglo XV es más optimista. Parece que se produce una recuperación.

Respecto a datos de población, no existe fiabilidad hasta el siglo XVI. Todo lo que se afirme del siglo XV son aproximaciones. A pesar de estas dificultades, nos aventuramos a poner números a la población de Tórtoles en el siglo XV. Para ello partimos de una visión retrospectiva de la población de comienzos del siglo XVI cifrada en alrededor de 650 habitantes4

Años

. La tabla siguiente refleja la población aproximada:

1400 1425 1450 1475 1500

Habitantes 500 550 550 700 650

En lo que respecta a la economía, la actividad económica fundamental sigue siendo la agropecuaria: agricultura y ganadería forman un tándem, que constituye el pilar de la economía. Tórtoles era un pueblo agrícola, cuya ganadería servía de complemento económico. Los cultivos principales eran los cereales (trigo, cebada, centeno) y la vid; en un segundo plano las leguminosas (garbanzos, lentejas), hortalizas y árboles frutales. El sistema de cultivo era la rotación trienal (cereales, legumbres y barbecho, una cada año). Los útiles agrarios seguían siendo muy antiguos, sin apenas evolución: arado romano de reja simétrica, yugos, trillos, carros, etc. con predominio de la madera en el utillaje. El buey era el animal básico de labor. Para la transformación de la producción agrícola había lagares, molinos y hornos. La ganadería predominante sería la lanar. El actual páramo estaría compuesto de grandes zonas para pasto de ganado y caza.

En cuanto a la actividad artesanal, estaban los oficios propios del mundo rural. Cabe destacar en Tórtoles dos de estos oficios: el vinculado al trabajo de hierro (las calles de los Herreros y la Fragua lo indican) y los oficios relacionados con la artesanía textil (tejedores, tintoreros, tundidores,...), una tradición asentada plenamente en Tórtoles en los siglos posteriores y cuyos inicios han de retrotraerse a la producción de paños del mundo medieval. En este tiempo habría así mismo que colocar los orígenes de los batanes, elemento característico de nuestra villa hasta bien entrado el siglo XX.

En una villa rural como era Tórtoles, la estructura social se forjaba en torno a la presencia de un señor jurisdiccional, un noble hasta la fundación del convento, la abadesa a partir de ese momento. El resto de la población, en una mayoría superior al 90%, pertenecía al campesinado. No era éste un grupo homogéneo, sino que dentro de él había una muy distinta dependencia de la tierra, desde pequeños propietarios sujetos a pagos de pechos al señor jurisdiccional, hasta siervos, que trabajaban las tierras del señor (mansos) entregando censos y prestaciones de trabajo personal (sernas) al señor y jornaleros. De este entramado campesino con el paso del tiempo nacería en Tórtoles un grupo de labriegos ricos que constituirá los “boni homines”, una especie de nobleza rural.

4 Esta cifra se obtiene relacionándola con la población de finales del siglo XVI y la dinámica demográfica de Castilla, a partir de las Relaciones Topográficas de Felipe II de 1594, publicadas por Tomás González (Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVI. Madrid, Imprenta Real, 1829). En ellas se otorgan a Tórtoles 212 vecinos. Este número se refiere exclusivamente a vecinos pecheros, dado el carácter fiscal de estas relaciones. Si se establece un índice de 3,5 habitantes por vecino, se llegaría a cerca de los dichos 800 habitantes.

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Al estar sujeta la villa de Tórtoles a la jurisdicción de un monasterio, sus habitantes habían de pagar censos, tributos, prestaciones de trabajo, diezmos, e incluso pagos por el uso de molino, lagar, dehesas para el pasto de animales, etc. al señor feudal (monasterio).

El gobierno Tórtoles tenía un doble horizonte, debido a la dicotomía monasterio/vecinos. La asamblea o comunidad de aldea, origen lejano del concejo, en la participarían los “boni homines”, esa especie de aristocracia local, labriegos ricos, que intentaban controlar el poder frente a la potestad del monasterio. Esta asamblea nombraría, con el paso del tiempo, a los diferentes cargos municipales: alcalde5

Se hace preciso recordar la estructura de la villa medieval. La disposición actual del casco antiguo y núcleo central de Tórtoles hunde sus raíces en la época medieval. El plano urbano medieval ayuda a comprender la evolución del antiguo poblamiento, los asentamientos fundamentales y las edificaciones que pudieran existir.

,alguacil, etc., cargos que deberían ser ratificados por la abadesa, como señora del lugar. El merino real actuaba sólo en casos de especial significación. Téngase en cuenta que el Concejo de la villa de Tórtoles estaba integrado en la merindad del Cerrato, cuya cabeza era Palenzuela, donde residía el merino real, y que recaudaba los tributos reales, que en 1475 alcanzaron 19.483 maravedíes en lo que a Tórtoles respecta.

La villa de Tórtoles está emplazada en un pequeño cerro, que supone la estribación de una llanura elevada, el páramo. Desde esta pequeña altura se divisa el valle del Esgueva. El elevamiento no es uniforme, ya que, mientras en unas partes se corta el terreno de manera brusca, cual muros que parapetan del exterior; en otras, suaves y continuados deslizamientos facilitan su accesibilidad. Hay que tener presente esta orografía, pues el relieve determina el recinto en el que está instalado el pueblo.

En el último tercio del siglo IX, con el rey Alfonso III se establece una línea de fortificaciones, entre las que se encontraría la fortaleza de Tórtoles. Esta fortaleza llegó a consolidar un castillo, que comprendería fundamentalmente un gran torreón con un recinto amurallado de defensa. Será, por tanto, esta fortaleza el origen del circuito, que conforma el casco histórico de la villa. El torreón se localizaría en el lugar que ocupa la actual torre de la iglesia parroquial y su radio de acción amurallado no sobrepasaría en mucho sus alrededores. Posteriormente se ampliaría el amurallamiento con una muralla, de la que dan fe algunos lienzos que pueden hoy contemplarse (como el “El Murallón” y otro junto a la fuente de “El Pilón”), abierta mediante puertas almenadas. En un documento del siglo XV se mencionan cuatro puertas, situadas genéricamente en los cuatro puntos cardinales. La principal se hallaría en el este, cerca de la actual Plaza Nueva y el Pilón, sería la “Puerta de la Villa”. En el oeste estaban la “Puerta del Sol”, orientada hacia el suroeste, y con orientación noroeste, “El Portillo” (puerta más pequeña que comunicaría directamente con el monte). Por el sur se abriría la “Puerta Nueva”.

Los poblamientos medievales, ciudades o villas, crecen de manera desordenada e irregular dentro de los límites de la muralla y adoptan un trazado de plano radiocéntrico. El centro de Tórtoles lo constituiría la Plaza Mayor con el castillo, residencia del señor, o de su representante, y una primitiva iglesia edificada hacia el siglo XII. Cerca se situarían edificios para la administración y gobierno. Desde esta

5 La figura del alcalde ha ido variando con el paso del tiempo. En esta época actuaba como un juez ordinario, para solventar los litigios entre vecinos, no sobre asuntos municipales. El alguacil o los alguaciles eran los encargados de ejecutar las resoluciones del alcalde.

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plaza, de una manera radial, una serie de calles conducirían a las distintas puertas. Como núcleos representativos nos encontraríamos con la Puebla (detrás de la Iglesia), nombre que nos indicaría la presencia de una población nueva, venida posiblemente en tiempos de la reconquista y repoblación, en los siglos IX-X (cántabros, vascones o mozárabes). Otros núcleos estarían localizados en la zona alta, barrio del Portillo, el barrio en torno a la Cerca y Corral de Roque, e incluso un pequeño barrio que precedería a la Puerta Nueva. Con posterioridad, durante los siglos XIV y XV en los espacios más abiertos (Calle Mayor, Calle de la Puerta Nueva, ...) se irían construyendo nuevas viviendas, más sólidas, por parte de la naciente pequeña aristocracia local.

En cuanto al prototipo de casa, que no diferiría de las que existían en Tórtoles, la del campesino medieval solía estar compuesta de una sola habitación en la que se desarrollaba toda la vida, diurna y nocturna. En ella se ubicaba el hogar y el dormitorio. Con el paso del tiempo se caminará hacia una mayor intimidad, sobre todo en el caso de los labriegos más pudientes.

3. Florecimiento en el Renacimiento y Antiguo Régimen (siglos XVI-XVIII)Con el matrimonio de los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando V de

Aragón, se ponen las bases de la unificación de España. A las coronas de Castilla y Aragón se anexionan Granada en 1492 y Navarra en 1512 conformando la actual España. No es, empero, una unidad en sentido pleno, ya que España es una realidad cultural e histórica parcelada en diversidad de pueblos. Se inicia, sin embargo, la modernidad en España, el llamado Antiguo Régimen que se desarrolla durante los siglos XVI y XVIII.

La historia de estos siglos no es uniforme. A grandes rasgos podríamos caracterizar al siglo XVI como siglo de esplendor del imperio hispánico, al siglo XVII como siglo de la crisis y al siglo XVIII como siglo de la recuperación. En lo concerniente a Castilla, pasa de ser el reino más dinámico política, social y económicamente desde el último tercio del siglo XV, de ser el baluarte del imperio, a sufrir la crisis del siglo XVII y a afrontar con retraso la recuperación del XVIII. Supone el fin de la hegemonía de Castilla. El aumento demográfico y el crecimiento económico (agricultura, ganadería, artesanía e industria y comercio) provoca un proceso de marginación de Castilla y León respecto a los territorios periféricos.

En cuanto al gobierno y administración, con la Monarquía Hispánica se instaurala monarquía absoluta: al poder absoluto del rey se subordinan todas las instituciones. Los distintos reinos mantienen sus propias instituciones, lo único que une a todos es la monarquía. En Castilla, las Cortes entran en clara decadencia. Para el gobierno, el reino se divide en unidades geográficas más pequeñas: de las merindades (Tórtoles pertenecía a la del Cerrato con cabeza en Palenzuela) se pasa a los corregimientos que agrupan a diversos municipios. Corresponde al rey el nombramiento de corregidores, alcaldes, alguaciles, etc. Sin embargo, existen distritos exentos del poder real, los señoríos jurisdiccionales, como el caso de Tórtoles, en el que transfiere al señor parte de sus poderes. Con los Borbones, España se divide en intendencias (futuras provincias) sobre la base de los antiguos corregimientos; en 1789 el conde de Floridablanca establece 38 intendencias. Tórtoles estaría incluido en la intendencia de Burgos y dentro del marco del corregimiento de Aranda de Duero, pero, por su condición de señorío exento, mantiene la dependencia del monasterio, su señor jurisdiccional, aunque con un poder efectivo del señor muy mermado. Las reformas que se van implantando ponen en crisis al sistema del Antiguo Régimen, pero éste no desaparecerá de manera teórica hasta la

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Constitución de Cádiz en 1812 y de manera real hasta la muerte de Fernando VII en 1833.

En lo que se refiere a la participación en los avatares políticos de la comarcadel Cerrato y alrededores, en estos territorios tienen lugar importantes acontecimientos. En la guerra por los derechos de herencia que mantiene Isabel la Católica frente a Juana la Beltraneja en esta zona se dirimieron diversas batallas que inclinó la guerra de la parte de Isabel. Los Reyes Católicos residen temporadas en Dueñas, donde se casaron. Así mismo en esta ciudad se casó, una vez viudo, el rey Fernando con Germana de Foix. Estuvieron presentes muchas veces en tierras de Burgos (Burgos, la capital, Aranda de Duero,...). En Tórtoles se encontraron en 1507 Juan la loca y su padre Don Fernando. Fue paso obligado por esta comarca de los reyes, Fernando y Carlos I, tras la reclusión de Juana la loca en Tordesillas. La guerra de las Comunidades también en estas tierras tuvo especial resonancia. Felipe II nace en Valladolid y residió en esta ciudad mucho tiempo, convirtiéndola en capital del reino hasta su traslado a Madrid. Pocos acontecimientos relevantes hay que reseñar durante el reinado de los monarcas posteriores. En el comienzo de la edad contemporánea, la invasión napoleónica y guerra de la independencia, tanto en la comarca del Cerrato como en la provincia de Burgos, tuvieron lugar muchos enfrentamientos entre las tropas francesas y los guerrilleros (Juan Tapia, el Cura Merino, el Empecinado,...), como también diversas destrucciones efectuadas por los franceses en varios lugares en retirada, en su travesía por el valle del Esgueva y la provincia de Burgos.

En 1507 tiene lugar en Tórtoles, como se ha afirmado, una visita histórica: El encuentro de Fernando, el Católico, con su hija Juana, la loca. Este suceso tuvo lugar entre el 28 de agosto al 3 de de septiembre de 1507. Doña Juana llegó el 25 de agosto y don Fernando el 28. Tórtoles durante siete días se convierte en la Corte de los reinos de España, pues, una vez muerta Isabel la Católica, el rey de Aragón, Don Fernando, y la reina de Castilla, Doña Juana, acuden con su corte a nuestra villa. Acompañan a ambos importantes magnates y nobles, tanto de Castilla como de Aragón, entre ellos figura el futuro regente-gobernador Don Francisco Ximénez de Cisneros. Doña Juana lleva consigo a dos de sus hijos, el infante Fernando, de cuatro años de edad, futuro emperador de Alemania, y la infanta Catalina, de tan sólo unos meses, futura reina de Portugal. Hizo llegar también la reina el féretro con el cadáver de su marido Felipe el Hermoso, fallecido en septiembre de 1506. Dicho féretro permaneció en la iglesia parroquial de Tórtoles, donde se celebrarían solemnes honras fúnebres. En el encuentro se toma una importante decisión: la renuncia del gobierno por parte de Doña Juana en favor de su padre, lo que convierte a Don Fernando en gobernador-regente de Castilla.

Durante esta época el señorío de Tórtoles atraviesa una serie de avatares. Ya se indicó que en el siglo XV aparecen divergencias entre la villa y su señor jurisdiccional, el monasterio. Estas desavenencias vuelven a surgir en el siglo XVI, debido a la percepción de tributos de vasallaje. En 1552 se buscó una resolución en la Real Cancillería de Valladolid. Ante estas circunstancias el monasterio decide enajenar su señorío sobre la villa vendiéndoselo a don Rodríguez de Dueñas, vecino de Medina del Campo y miembro del Consejo de Hacienda. En la escritura de compraventa se enuncian las copiosas rentas, posesiones y jurisdicción de que gozaba el monasterio y que se transmitían al comprador. El benedictino Luciano Serrano lo resume: “Su renta en dinero era de veintiocho mil maravedíes, provenientes de las alcabalas de Tórtoles, de dos batanes y derechos en Villahoz y Villafruela; pero los sueldos a pagar en moneda montaban a ochenta y seis mil novecientos maravedises. La renta en especie era la

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siguiente: 250 fanegas de trigo y 102 de cebada, que producían las heredades labradas por el Monasterio; 120 fanegas de cebada y 33 de trigo, pagadas por la villa en concepto de infurción; 93 fanegas de trigo y 87 de cebada, que pagaban a título de renta los bienes situados en Castrillo, Canillas, Fombellida, Esguevillas, Los Piñeles, Valdarcos, Olmedillo; Torquemada, Coto, Herrera de Valdecañas y Tabanera. En Maqueda tenían olivares de aceite, con una renta anual de noventa arrobas de aceite. El concejo de Tórtoles pagaba 191 cántaras de vino, y otras tantas cogía el Monasterio en su viñedo. En virtud de la escritura de venta cedía la comunidad el señorío de la villa y sus vasallos, las varas de alcaldes ordinarios y de alguacil, la notaría de la villa, la jurisdicción civil y criminal, alta y baja, mero y mixto imperio, las multas civiles y judiciales, siete celemines y medio de cebada sobre cada uno de los vasallos, a título de infurción, ocho cargas y siete celemines de trigo y 150 maravedises de martiniega, las cuatro puertas de la villa y sus murallas, todavía intactas; 11.600 maravedises sobre las alcabalas de la villa, el monte llamado Dehesa de la Abadesa, lindante con San Pedro de la Yedra; el derecho de leña en los montes de la villa; las 191 cántaras de vino pagadas por el concejo, sus derechos sobre vecinos no vasallos y los huérfanos; el derecho exclusivo de pesca en el Esgueva. Reservábase el Monasterio las tierras de labor, huertas y viñas de su propiedad; dos batanes y dos molinos en el arroyo del Monasterio; el derecho de aprovechamiento de leñas como un vecino y el compás con jurisdicción propia civil y criminal en el mismo” (SERRANO: 1933, 38-39).

Puede apreciarse en este texto los diversos derechos que el señor tenía sobre los vasallo y los servicios u obligaciones de éstos respecto a aquél: pago del censo, pago del champart, otros diferentes impuestos (infurción, portazgo, martiniega, montazgo, derecho sobre las alcabalas, derecho sobre el río Esgueva, jurisdicción civil y criminal). Todos estos derechos se venden por once mil ducados. Sin embargo fue impugnada la validez de la venta por el arzobispo de Burgos, don Francisco de Mendoza y declarada nula de derecho por la Cancillería de Valladolid en 1559.

Felipe II en 1572 confirma los privilegios otorgados al monasterio sobre la villa por los monarcas de los siglos precedentes.

Hubo un intento fracasado en el siglo XVII por parte del obispado de Burgos de trasladar el monasterio a otro lugar y hacerse cargo del señorío de la villa. Durante este siglo no se conocen pleitos sobre el señorío. La abadesa seguía promulgando las ordenanzas municipales y nombrando los cargos de alcalde mayor y alguacil.

En el siglo XVIII se pone en duda el vigor de la legalidad del señorío del monasterio sobre la villa. No obstante una Real Cédula de 1733 declara legal el señorío. En la segunda mitad del siglo el concejo va emancipándose de determinados servicios y obligaciones. En 1811 son abolidos en España los señoríos jurisdiccionales. Desde esta fecha no percibió el monasterio renta alguna de la villa, quedando abolido definitivamente el señorío de Tórtoles, máxime con la entrada en vigor del nuevo sistema de hacienda local en España en 1817.

La evolución socioeconómica de la villa denota un florecimiento de Tórtoles del siglo XVI al XVIII. Este florecimiento se aprecia por un importante incremento demográfico. Las Relaciones topográficas de Felipe II de 1594 indica 212 vecinos (alrededor de 800 habitantes). El Catastro de Ensenada de 1752 contabiliza 172 vecinos y 178,5 el Vecindario de Burgos de 1759 (en torno a los 750 habitantes). Puede admitirse una evolución ascendente de la población desde 1500 hasta mediados del siglo XVII (1650), en que comienza un claro descenso, con una recuperación durante el siglo XVIII, continuada por una caída hasta mediados del siglo XIX (en líneas generales

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sigue el mismo proceso que la población española). En la tabla siguiente nos atrevemos a concretar datos generales sobre lo que pudo ser la evolución de la población en la Edad Moderna hasta mediados del siglo XIX:

Años 1500 1550 1600 1650 1700 1750 1800 1850

Habitantes 650 725 800 725 700 750 675 600

Tras el análisis numérico se hace necesario un estudio socio-económico, que complete la mera relación estadística. Un documento imprescindible para estudiar la estructura social y económica de la España del Antiguo Régimen es el Catastro de Ensenada, realizado en 1752. Se realiza con una intencionalidad fiscal: reformar el sistema fiscal español con la idea de implantar una contribución única. Se pretende averiguar la riqueza de cada lugar para lo que se analizan los bienes y derechos de la población, las actuaciones agro-ganaderas, industriales, comerciales y profesionales de los vecinos y las personas con regulación especial (eclesiásticos,...). La distribución del vecindario quedaría de la siguiente forma, reflejada por sectores de producción6

SECTOR PRIMARIO:

LABRADORES PASTORES TOTAL78 5 83 (46,89%)

Este sector predomina sobre los otros, y dentro de él los vecinos dedicados a la labranza que se desglosa de la siguiente forma:

- Labradores que no cultivan su tierra........ 12 vecinos (dos escribanos, cinco personas mayores, las cuatro viudas que oficialmente se contabilizan como dos vecinos, un pastor, un peinador y el rico hacendado Roque Paredes, quienes cultivan la tierra mediante criados o jornaleros).

- Labradores que cultivan por sí su tierra exclusivamente ......... 25 vecinos.

- Labradores que cultivan su propia tierra y también dedican jornadas a trabajar la de otros........ 24 vecinos.

- Jornaleros........ 10 vecinos.

- Labradores jóvenes, solteros, hijos de labradores........ 18 vecinos (éstos trabajan generalmente con sus padres o para sus madres viudas).

De los cinco pastores, uno es de ganado caballar, mular y asnal, otro de ganado vacuno y tres de ganado ovino y caprino. Cuidan el ganado de los vecinos.

SECTOR SECUNDARIO

TEXTIL CUERO CONSTRUCCIÓN METAL TOTAL

43 6 6 4 59 (33,33%)

El sector secundario, la industria y la transformación de materias primas, ocupa a 59 vecinos distribuidos como sigue:

6 Como no existe una exposición sistemática por sectores productivos en el catastro, puede suceder que algunos de los vecinos aparezcan en un sector y se repita en otro, por lo que las cifras pueden no cuadrar.

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- Trabajadores del textil........ 43 vecinos (cuatro sastres, seis tejedores de buriel, siete tejedores de sayal, estameña y lienzo y 25 cardadores y peinadores de lana - de este oficio surgirá el epónimo de pelaire con el que se designa a los tortolicos, muestra de la importancia de esta artesanía).

- Trabajadores del cuero........ 6 vecinos (cuatro zapateros de nuevo, un zapatero de viejo y un cabestrero).

- Trabajadores del metal........ 4 vecinos (cuatro herreros –uno, herrero-albéitar).

- Trabajadores de la construcción........ 6 vecinos (albañiles y canteros).SECTOR TERCIARIO

SANIDAD FUNCION. HOST/ALI COMERC S. DOMES. ECLESIÁST. OTROS TOTAL

3 4 3 3 2 5 2 22 (12,42%)

En cuanto al sector terciario, también bastante numeroso, se distribuye como sigue:

- Profesionales de la sanidad........ 3 vecinos (médico, cirujano, boticario, además de un albéitar-veterinario, que es herrador).

- Funcionarios........ 4 vecinos (dos escribanos numerarios, un escribano real y un maestro).

- Profesionales de la hostelería y alimentación........ 3 vecinos (carnicero, panadero y mesonero).

- Comerciantes........ 3 vecinos (tendero, aceitero y “puertaventas”).

- Servicio doméstico........ 2 vecinos.

- Eclesiásticos........ 5 sacerdotes (cuatro beneficiados de la parroquia y uno imposibilitado natural del pueblo).

- Otros........ 2 vecinos (sacristán/organista y pregonero/guarda rural).Además otros oficios como relojero de la villa, persona que toca a nublo, dos

guardas de viñas, combinan este trabajo con otra actividad.

OTROS

POBRES DE SOLEMNIDAD RELIGIOSAS

8 15 MONJAS (12 monjas y tres criadas –legas-)

* * * * * Una vez expuesta la actividad a la que se dedica la población, es interesante

constatar la riqueza y explotación de la villa. Se aprecia gran variedad en el terreno agropecuario de Tórtoles:

- Tierras de secano, de primera calidad (196 varas), de segunda calidad (226 varas) y de tercera calidad (392 varas). Los cultivos de estas tierras son los cereales (trigo, cebada, centeno y avena) y la vid, así como árboles frutales (ciruelos, guindos, serbo –jerbal-, etc.; frutos secos: 64 nogales y muchos almendros).

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- Tierras de regadío (huertos y cañamares). Ocupan 160 varas castellanas. Se cultivan hortalizas y verduras para el autoconsumo, y cáñamo. Los cañamares están regados por el agua de la Fuente del Hornos. En la ribera del Esgueva hay olmos y sauces.

- Cinco prados: El prado del Molino de Abajo de 32 fanegas, el de Sotérmino que hacía una carga de sembradura, el de Royuela de tres fanegas, el de Pedro Hernando de tres fanegas, el de la Vega de ocho fanegas y el de la Veguilla de una fanega. Se utilizan para el pasto de animales. Por el uso de estos prados se paga al monasterio 34 fanegas de trigo al año.

- Tres montes de propiedad comunal: El de Arriba de leña de encina carrascal de 800 fanegas de tierra, el del Camino de Cevico (Cerracevico) de 1.000 fanegas, también de encina, y el de Vallejornillos, de enebro, de 1.500 fanegas. Abastecen de leña a los vecinos.

- Eriales y tierras inservibles para el labrantío y calizas.En cuanto a la ganadería, el principal ganado es el lanar y caprino que cuenta

con alrededor de 1.250 cabezas. No existe una cabaña mular ni caballar para el comercio, aunque sí para uso privado y laboreo agrícola. Se cuenta con 23 yeguas, siete crías de caballo y seis crías de mula, así como algunos burros. Es importante la ganadería vacuna con 20 vacas y 19 novillos. Se mencionan también 100 animales de cerda de diversos vecinos para la matanza. Parece llamativo que no aparezcan animales de corral ni conejos, tal vez porque solamente se criasen para el autoconsumo familiar. Un apartado interesante es la apicultura que denota una importante tradición del cuidado de abejas y la miel. Se contabilizan en total 681 colmenas, pertenecientes a 47 propietarios. Así mismo se mencionan tres palomares.

El sector secundario cuenta con interesantes artesanías e industrias:

- Tres molinos harineros de una rueda cada uno sobre el Esgueva: el Molino de la Zarza que pertenece a 28 vecinos, el Molino del Piélago de propiedad privada y arrendado, y el Molino de Abajo mancomunado también por 28 vecinos. A éstos hay que añadir dos molinos del monasterio, extramuros de la villa, en el arroyo del convento.

- Cuatro batanes sobre el arroyo de Hornos y la Fuente de la Villa. Servían para batanear burieles, estameñas y sayales. Dos pertenecen al monasterio, arrendados a vecinos de la villa; los otros dos de propiedad privada devecinos del lugar.

- Un horno de teja y cal, construido en 1751, propiedad de la familia Charles.

- Una vieja fábrica de burieles, sayales y estameñas, en decadencia. Sólo trabajan algunos oficiales (seis tejedores de buriel y siete tejedores de sayal y estameña) y algunos vecinos para el autoconsumo familiar. Quizás en pequeños talleres familiares trabajasen los 25 cardadores y peinadores de lana que citan las Respuestas del Catastro.

No se mencionan fraguas, lagares, tahonas, hornos de pan, que sin duda habría, tal vez porque fuesen de uso comunal o familiar o porque los trabajadores los incluyesen en otros apartados.

En cuanto al sector terciario, se mencionan una serie de servicios que la villa posee: médico, boticario y cirujano y una Casa de Misericordia para acoger a

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transeúntes y para el descanso nocturno de los pobres. Se relacionan los siguientes negocios: una taberna, un mesón de tenencia comunal en alquiler, una tienda de ultramarinos, paños y calzados, una carnicería y una panadería.

* * * * *En lo que se refiere a la estructura social, no parece que existiese una nobleza

rural, propiamente dicha, a pesar de los 2,5 nobles que menciona el Vecindario de Burgos, aunque sí un grupo social más fuerte económicamente. Aparecen 15 vecinos con criado, entre los que se encuentra el rico hacendado Roque Paredes, quien así mismo realizó un préstamo al concejo, lo que tal vez le sitúe en el personaje más rico e influyente del pueblo. Estos 15 vecinos, entre los que se encuentra el alcalde Francisco García o el síndico Juan de Gaona, junto con algunos otros vecinos, formarían el grupo más relevante económica y socialmente, que pudieron rotar en los cargos públicos.

Personajes que merecen destacarse son dos soldados milicianos, Simón Charles y Pedro Viyuela, tal vez pertenecientes a la milicia provincial, en la reserva; y el familiar del Santo Oficio de la Inquisición Alejandro Guerra.

Muchos de los apellidos existentes en el siglo XVIII han desaparecido en la actualidad, otros permanecen. Entre los desaparecidos se encuentran Amigo, Antañón, Cabaña, Charles, Cid, Cortés, Duque, Elvira, Espino, Guerra, Hortelano, Iglesias, Lechuga, León, Miguel, Molinos, Moquerado, Nebreda, Olmo, Paredes, Pinilla, Portillo, Prior, Quintero, Repiso, Segueros, Simón, Valcavado y Viyuela. Entre los que permanecen, Abad, Álvaro, Ballesteros, de la Cruz, Delgado, Díez, Fernández, Gaona, García, Hebreo, Lozano, Marqués, Martínez, Maté, Niño, Núñez, Obispo, Parra, Picado, Requejo, Sáinz, Santos, Sanz, Velasco y Zapatero.

Los órganos de gobierno de la villa basculan entre dos sectores, el señorial y el municipal. El señor (monasterio) detentaba, por delegación real, poderes judiciales, administrativos y económicos. Nombraba alcaldes, jueces, escribanos y oficiales subalternos. Aprobaba las elecciones de regidores municipales. La asamblea de regidores, al igual que los alcaldes nombrados por parte del monasterio, con el paso de tiempo, fueron convirtiéndose en cargos en manos de una pequeña aristocracia local, en el caso de Tórtoles en manos de las familias más pudientes. Una reforma de Carlos III en 1766 instaura los diputados del común (dos en Tórtoles por el número de habitantes) y el síndico personero, de elección vecinal y duración anual. En cuanto a los cargos municipales concretos, en 1541 se enumeran Alcalde, Regidores (4), Procuradores (2), Jurados (7); en 1624, Alcaldes ordinarios (2), Regidores (4), un Procurador general y un escribano; en el Catastro de Ensenada de 1752, Alcaldes ordinarios (2), Regidores (3), un Procurador síndico general y un Escribano del ayuntamiento. En los Libros de Acuerdos del siglo XVII aparece una extensa lista de vecinos que, a modo de concejo abierto, participan en las reuniones, desapareciendo los jurados.

En el aspecto cultural entre los siglos XVI y XVII se desarrolla el Siglo de Orode las Artes y las Letras en España. El setecientos es el Siglo de las Luces, el siglo de la Ilustración. En Tórtoles, durante los siglos XV y XVI se debieron realizar las más importantes y últimas actuaciones en la iglesia parroquial: se construyen las bóvedas estrelladas y de terceletos; también el retablo mayor (de final del siglo XVI, aunque terminado en el XVII), obra, desde el punto de vista arquitectónico, de Juan de Esparza,escultor de la mayor parte del mismo, de Tomás de Prada como autor de la pintura, el dorado y estofado, así como de las figuras de San Pedro, San Pablo, San Ambrosio y San Jerónimo y del pintor Juan de Cea. Así mismo en el siglo XVI se construye la Capilla del Cristo o de los Sánchez (con reformas en el siglo XVIII). También dos

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retablos menores en las cabeceras de las naves laterales. En la nave del lado del Evangelio, el Retablo de la Virgen del Rosario, barroco del siglo XVIII y otro en la nave contraria del mismo siglo, así como una hornacina-retablo dorado. Se instaló un órgano barroco en 1665. Así mismo, en el monasterio se llevaron a cabo reformas, como la portada renacentista del siglo XVI o las transformaciones de la iglesia abacial en el siglo XVII.

En el ámbito de la religiosidad, la iglesia parroquial cuenta con una media de cinco beneficiados. Era cabeza de vicaría del arciprestazgo de Silos con Torresandino y Castrillo de Don Juan como parroquias sufragáneas. No en vano en el siglo XVI eligieron la parroquia para su enterramiento Juan Sánchez y Bartolomé Sánchez, arcediano de Cerrato y canónigo de la catedral de Palencia, erigiendo la capilla del Santísimo Cristo. Es el tiempo de profusión de cofradías (Nuestra Señora del Rosario, Dulce Nombre de Jesús, Vera Cruz, San Esteban, Ánimas, San Isidro) como fruto del dinamismo socio-religioso.

El desarrollo de la villa fue configurando una cierta “elite rural”. Los más ilustres personajes de la historia del pueblo aparecen en estos siglos. A los citados Juan y Bartolomé Sánchez hay que añadir un sobrino suyo del mismo nombre, enterrado también en la misma capilla, que fue oidor (magistrado) de la Real audiencia de Granada. Esta familia enlazaría a finales del siglo XVI con los Beltrán y los Guzmán Santoyo, consolidando un egregio linaje, el más importante de la villa. El personaje más ilustre de este linaje fue Doña María Beltrán, hija de Alonso Beltrán, natural de Guzmán, y de Dª Illana Crespo Sánchez, de Tórtoles. Casó con Cristóbal de Guzmán Santoyo y Ordóñez, alcaide de las fortalezas de Guzmán y Curiel y tesorero del Duque de Béjar. Dª María murió el 30 de agosto de 1634. De este matrimonio nacen cinco hijos, don Cristóbal, obispo de Palencia; Don Pedro, corregidor y alcalde de Curiel; Don Félix y Don Pablo. Estos personajes figuran representados en estatuas orantes de piedra en nichos y arcos sepulcrales en las paredes laterales de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario de la iglesia parroquial de Guzmán.

Hijo ilustre de Tórtoles fue también Fray Ángel Molinos, religioso dominico y obispo de Zamora entre1785 y 1789, profesor de la universidad de Valladolid con anterioridad. Donó a la parroquia de Tórtoles numerosas reliquias traídas de Roma, entre ellas un Lignum Crucis. Aún se conserva su escudo de armas en la que sería su residencia en Tórtoles.

En el siglo XVIII destaca otro hijo de Tórtoles, el carmelita Manuel Portillo, catedrático de Salamanca y Provincial de los Carmelitas Descalzos. Realizó visita pastoral al convento de Santa María de los Valles, sito en el término de Torresandino,entre 1755 y 1756.

4. Tórtoles en la Edad contemporánea (siglos XIX y XX). Comienza la Edad Contemporánea en España con un enfrentamiento entre las

estructuras del Antiguo Régimen que llega a su fin y el sistema liberal que se impone. A pesar de que, tras la Guerra de Independencia, Fernando VII (1814-1833) anula la Constitución de 1812 e impone el absolutismo, el sistema liberal va socavando los cimientos del Antiguo Régimen. El reinado de Isabel II (1833-1868) supone la consolidación del régimen liberal. El desmoronamiento del Antiguo Régimen supone en Tórtoles la desaparición del señorío jurisdiccional del Monasterio de Santa María la Real. En el siglo XIX una reforma del sistema de propiedad acarrea las

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desamortizaciones de Mendizábal (1835) en lo concernientes a los bienes de la iglesia, y de Madoz (1856) en lo que respecta a los bienes de los ayuntamientos. Las “arrompidas” de Tórtoles es un resquicio de bienes comunales7

Después del intento democratizador fallido del sexenio revolucionario (1868-1874), se inicia el largo periodo de la Restauración (1875-1917) en la persona de Alfonso XII. Es un periodo que conlleva el apuntalamiento de las clases liberales caracterizado por el “turnismo político” entre conservadores y progresistas. Una vez abolido el señorío, pasa al pueblo la potestad de elegir sus propios representantes (alcaldes, concejales,...). Se suceden en este tiempo los alcaldes de uno u otro partido, cuyo líder es el cacique local. Aparecen apellidos que irán ocupando los cargos municipales tales como Renedo, Esteban, Delgado, Nieto, que se turnan en el gobierno local.

. En este momento las guerras carlistas significan la prolongación del enfrentamiento político-social entre liberalismo y absolutismo. Estas guerras tienen una notable repercusión y desarrollo en nuestra comarca, lugar de las correrías de diversos militares carlistas, como el Cura Merino, Balmaseda, Batanero. El 18 de octubre de 1835 se enfrentan en tierras de Tórtoles el comandante Morán y el cura Merino con importante bajas y prisioneros en los combates; en febrero de 1836 el ejército de Batanero pasan por Tórtoles, tras una desastrosa expedición por tierras del Duero.

Nuevas mentalidades políticas se perciben en el siglo XX: partidos políticos nuevos (PSOE, PCE, partidos nacionalistas vascos y catalanes,...) y sindicatos que adquieren cada vez mayor relevancia (CNT, UGT) lo avalan. Así mismo surge el movimiento social de la iglesia. En Tórtoles lo reflejan un círculo católico de obreros y un sindicato agrícola católico, que sobrevivirá hasta 1939. La crisis del sistema de la Restauración tiene su manifestación más significativa en la huelga general de 1917, que en Tórtoles se expresa sobre todo durante los días nueve y diez de marzo con violentas manifestaciones de las clases bajas, incluso con la quema de un plantel de vides del alcalde. El golpe militar de Primo de Rivera pone fin al sistema de la Restauración. En torno a Primo de Rivera se crea un partido, con vocación de único, la Unión Patriótica. En Tórtoles este partido tendría una mínima implantación. El concejo no era elegido por los ciudadanos, sino formado con el beneplácito del gobernador. En el ayuntamiento había concejales representantes del Círculo Católico y del sindicato Agrícola Católico, elegidos por el turno corporativo, conforme al Estatuto Municipal de 1924.

Tras unas elecciones municipales de 1931 se proclama la II República. En 1933 hay elecciones generales en España. En nuestro pueblo se celebran en medio de un ambiente de enfrentamiento entre el partico liberal-conservador y un bien consolidado Partido Socialista, cuyo candidato (Álvaro Álvaro) es elegido alcalde en 1936 tras el triunfo del Frente Popular. Los enfrentamientos durante esta última etapa de la II República entre derecha e izquierda se reflejan en el pueblo con manifestaciones, e incluso huelgas8

7 Con el término “arrompidas” se designa en Tórtoles a los terreros rurales de propiedad comunal, que se distribuyen, divididos en parcelas, entre los vecinos mayores de edad en sistema de usufructo temporal. El resto se asigna en pública subasta al mejor postor de los vecinos, también en usufructo.

; además, el hecho de que el gobierno prohibiese las procesiones ayudó a avivarlos, con la iglesia local como parte activa.

8 En estas manifestaciones se exigían una jornada laboral de ocho horas y mejoras laborales, como en el resto de España. Hubo incluso piquetes que conminaban a los que trabajaban. Todo ello refleja una concienciación político-social que sorprende en un pueblo agrícola, no muy grande, como es Tórtoles.

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Con el golpe del General Franco, en Tórtoles accede al ayuntamiento y a la alcaldía la Falange. El traspaso de poderes, en contra de lo que sucede en otros lugares, se hace manera pacífica. Durante la guerra civil murieron en el frente los siguientes vecinos de Tórtoles: Guillermo Alejos Álvaro, Felipe Álvaro, Julián Álvaro, Claudio Arroyo Delgado, Crestente Delgado Esteban, Silvino Delgado Esteban, Teodoro López Izquierdo, David Moreno Álvaro, Luis Picado Moreno, Ovidio Redondo Arroyo y Basilio Zapatero Marqués. El sacerdote Manuel Nieto Arroyo, natural de Tórtoles, que ejercía su ministerio en Cazalejos (Toledo) fue fusilado en dicho pueblo, donde fue enterrado. Años más tarde sus restos fueron trasladados al cementerio de Tórtoles. Además, Jacinto Hebrero Velasco, del bando republicano, estaba en el frente de Asturias; era uno de los mandos de la columna Malatesta; llegó enfermo al pueblo, donde murió. Durante el régimen franquista, sin elecciones libres, los alcaldes son elegidos por el gobierno civil entre miembros afines al Movimiento Nacional.

Tras la muerte de Franco llega la democracia. Se aprueba Constitución en 1978 y el 2 de marzo de 1983 el Estatuto de Autonomía. Los primeros ayuntamientos democráticos se constituyen en 1979. Desde entonces los partidos que habitualmente se han presentado a elecciones municipales en Tórtoles han sido la centroderecha (UCD y PP) y el PSOE -éste último no en todas elecciones-, aunque también, en ocasiones aisladas, se han presentados listas independientes (1999 y 2003). A excepción de Carlos I. Hebrero Velasco (PSOE) (2003-2005), los demás alcaldes han sido de centroderecha. A través de la tabla de los alcaldes de Tórtoles en el siglo XX (se incluyen también los de los primero años del siglo XXI) puede apreciarse la evolución política.

NOMBRE PERÍODO

Benito Esteban

AFILIACIÓN POLÍTICA

1900-1910 Partido Conservador

Cipriano Delgado Núñez 1910-1914 Partido Conservador

Víctor Renedo de la Cruz 1914-1915 Partido Liberal

Segundo Delgado Niño 1916-1918 Partido Liberal

Crisanto Renedo de la Cruz 1918-1920 Partido Liberal

Mariano Nieto 1920-1922 Partido Liberal Conservador

Saturnino Esteban Delgado 1922-1924 Partido Liberal Conservador

Fidel Pinto Redondo 1924-1926 Unión Patriótica (?)

Aurelio Renedo de la Cruz 1926-1930 Unión Patriótica (?)

Félix Izquierdo de la Cruz 1931-1934 Coalición Liberal-Monárquica

Basilio Esteban Niño 1934-1936 CEDA ( Coalic. de Derechas)

Álvaro Álvaro Álvaro 1936 Partido Socialista (PSOE)

Ángel Ruiz Escolar 1936-1937 Falange Española

Benjamín Marqués Rodrigo 1937-1938 FET y de las JONS

Moisés Castro Andrés 1938-1939 FET y de las JONS

Benjamín Velasco Velasco 1939-1945 FET y de las JONS

Feliciano Esteban Esteban 1945-1949 FET y de las JONS

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Teodoro Esteban Pinto 1949-1955 FET y de las JONS

Benjamín Velasco Velasco 1955-1961 Movimiento Nacional

José Escudero Esteban 1961-1967 Movimiento Nacional

José Benito Esteban Esteban 1967-1979 Movimiento Nacional

Javier Cancho Rodrigo 1979-1983 Unión de Centro Democrático

Juan José Esteban Delgado 1983-1991 Alianza Popular (PP)

Javier Cancho Rodrigo 1991-1999 Partido Popular (PP)

Mauricio Delgado Esteban 1999-2003 Partido Popular (PP)

Carlos Ignacio Hebrero Velasco 2003-2005 Partido Socialista (PSOE)

Javier Vallejo Villamor9 2005-2007 Partido Popular (PP)

Juan José Esteban Delgado 2007- Alianza Popular (PP)

Los censos demográficos permiten analizar la evolución de la población durante este período. En la tabla siguiente se realiza una secuenciación de diez en diez años de la población desde 1900 al año 2000, sin tener en cuenta la población de Villovela a pesar de que pasase desde 1974 a ser una pedanía de Tórtoles. Se expresan las cifras de población facilitadas por el Instituto Nacional de Estadística.

Años 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000

Habitantes 1.197 1.310 1.204 1.250 1.181 1.310 1.238 895 599 442 434

El crecimiento, que desde mediados del siglo XIX se convierte en tónica general, se debe a la alta natalidad que perdura hasta casi final del siglo XX y al ritmo descendente de la tasa de mortalidad. En la tabla se observan dos inflexiones en la curva demográfica. Una en 1920 (se pasa de 1.310 habitantes en 1910 a 1.204 en 1920) con recuperación en 1930. Se debe a dos motivos claros: la gran epidemia de gripe que asoló España y Europa en el otoño de 1918 que en nuestra villa causó numerosas víctimas y la emigración hacia América, concretamente hacia Argentina y Chile en las primeras décadas del siglo XX. Otra, en 1940 (de 1.250 en 1930 se pasa a 1.181 en 1940) con nueva recuperación en 1950. Esta inflexión estaría vinculada a la guerra civil y la posguerra. A partir de 1950 se produce un descenso generalizado, que se acentúa en la década siguiente. El detonante es la emigración a las zonas industrializadas de España: País Vasco, Cataluña, Madrid, etc. y al extranjero, preferentemente a Europa Occidental (Francia, Bélgica, ...). A partir de la década de los noventa se aprecia una estabilización, aunque perdura la tendencia descendente. A ello contribuyen trabajos compaginados con la agricultura (Michelín de Aranda de Duero, por ejemplo), talleres de costura (textil) para las mujeres,... No hay que olvidar la vuelta de algunos antiguos emigrantes a gozar de la jubilación en el pueblo que los vio nacer. No obstante, no se produce incremento demográfico debido a la baja tasa de natalidad actual y al envejecimiento de la población.

Un hecho novedoso en los momentos actuales es el fenómeno de la inmigración. Si desde mediados del siglo XX Tórtoles había sido una tierra de emigrantes, a inicios del siglo XXI ha resultado ser tierra de atracción de inmigrantes. En la actualidad (2010), los nacidos en el extranjero residentes en Tórtoles se cifra en alrededor de 100 personas, de los

9 Tras una moción de censura en febrero de 2005 es elegido alcalde Javier Vallejo Villamor (PP).

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cuales 17 son niños en edad escolar (de los 23 totales del colegio). Su procedencia no es muy variada, ya que básicamente proceden de Marruecos y Rumania.

En cuanto a la estructura económica de la población, conforme al Censo de 2001, refleja una tasa de actividad del 46,9% (243 habitantes) con una tasa del paro del 4,3%, mientras que jubilados y pensionistas alcanzan el 51,5%. La población activa, por sectores, expresa los siguientes porcentajes:

- Sector primario: agricultura y ganadería................... 41,2% (100 trabajadores)

El cultivo fundamental sigue siendo el de los cereales, beneficiado por la concentración parcelaria de 1975, y la vid, sobre todo desde la adquisición de la denominación de Ribera de Duero para estas tierras, con una utilización del 71% del suelo para tierras de cultivo; el 5,9% de terreno forestal y el 23,1% en otras superficies.

- Sector secundario: manufacturas, construcción……. 32,1% (78 trabajadores, de los que la construcción supone más del 10%)

- Sector terciario: hostelería, alimentación, comercio, otras profesiones…... 26,7% (65 trabajadores)

Siempre se ha dicho que el conocimiento del pasado ayuda a interpretar y comprender el presente con la idea de proyectar las acciones del futuro. Por ello, sería oportuna una reflexión sobre la proyección que Tórtoles pueda tener de cara al futuro.

Con los nuevos tiempos tal vez sea necesario un replanteamiento en las actividades económicas. Esto no es nuevo. Allá por el 1982, la Asociación PROCEYES (Promoción de Cerrato y Esgueva) fue un intento fallido. La entrada de España en la Unión Europea, la construcción del embalse en 1998, la integración de los vinos en la denominación de la Ribera de Duero, etc. son algunos aspectos que obligan a nuevos planteamientos en la agricultura y la ganadería.

Sin embargo, la proyección económico-social, de Tórtoles no debe circunscribirse al sector agropecuario. Hay algunos ejemplos de estímulo empresarial en este sentido: en el campo de la transformación de productos, como la fábrica de quesos o las panaderías; o la labor artesano-industrial de talleres de carpintería, con importante mano de obra extranjera; o el nacimiento de pequeñas empresas de construcciones en el pueblo. Son muestras de adaptación al entramado económico. Sin embargo, se precisan nuevas ideas y estímulos para la mejor explotación de los recursos de Tórtoles.

Aunque el núcleo poblacional de Tórtoles no llegue al medio millar de habitantes, es numerosa la población flotante que gira en torno a la villa. A este fenómeno hay también que dar respuesta. Es necesario crear cauces de ocio y descanso. Las casas rurales, la Posada Real son señal de que es posible. No obstante, esto debe ir acompañado del espíritu de ofrecer espacios de ocio, como una zona de recreo, por ejemplo, en torno al lago artificial que supone el embalse. Hay que recuperar caminos rurales como rutas pedestres para el senderismo. No deja de ser un atractivo más de turismo rural. Así mismo, debe ofrecerse al visitante el patrimonio cultural e histórico, de manera especial el conjunto monumental de la iglesia y el convento. No hay que olvidar, empero, aquellos vestigios que aún quedan de la actividad económica de antaño, como el batán, molinos, fraguas y herrerías, lagar, bodegas, etc., que forman parte del acervo cultural de Tórtoles y que hay que sacar del olvido y abandono y recuperarlos para el conocimiento de las gentes del pueblo y de los visitantes, así como aperos y enseres, utilizados en el pasado, con los que cabría la posibilidad de confeccionar un itinerario-museo histórico-etnológico del mundo rural.

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Esta reflexión no es sino la simple exposición de unas ideas –sin duda, proyectos pueden existir muchos más-, que manifiestan la necesidad de mirar al futuro. Ello conlleva un cambio de mentalidad y de actitud en muchos campos. Se precisa ilusión y nuevas ideas. Potencial existe en la villa de Tórtoles, recursos también. Todo ello facilita imaginar un porvenir con esperanza.

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ANUARIO DE HESPÉRIDES. INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS E INNOVACIONES DIDÁCTICAS (Málaga), vol. 17-18, págs. 245-257.

LA ICONOGRAFÍA DE SAN FELIPE NERI EN SEVILLA. ESCULTURA

María Josefa Parejo DelgadoI.E.S. Vicente Aleixandre. SEVILLA

La iconografía de San Felipe Neri en España tiene una de sus primeras referencias la representación pictórica de la iglesia de San Miguel de los Navarros inspirada en la pintura sobre San Felipe obra de Guido Reni y conservada en la Iglesia de Santa María in Vallicella de Roma. Reni representa a San Felipe de rodillas con los brazos abiertos contemplando absorto a la Virgen María que con Jesús en sus brazos aparece en la primera mitad superior izquierda de la composición. El Padre Croisset relata ese momento señalando como “San Felipe levantó los brazos al Cielo y clavando los ojos en el objeto que él solo veía, exclamo, con asombro de los que le rodeaban ¡Ea, que aquí está mi buena madre! Desde aquel momento quedo enteramente sano y pudiendo más su gozo que su humildad, confesó con ingenuidad que su pronta recuperación se debía a la visión de la Virgen”. En la pintura de Reni los elementos iconográficos que identifican al santo florentino son el lirio a sus pies, símbolo de pureza; el manipulo, ornamento del hábito de las ordenes mayores derivados de una gasa utilizada por los sacerdotes en las ceremonias romanas y la casulla roja, elegida como signo visible del don del Espíritu Santo. Años más tarde Gian Battista Tiépolo inmortalizaría el tema en su Aparición de la Virgen a San Felipe del Museo Diocesano de Camerino entre 1739-1740.1

1 CROISSET P. J.: San Felipe Neri, confessor. Madrid, Imprenta Real Compañía, 1818.

FERNANDON ROIG Juan Pbro: Iconografía de los santos. Barcelona, Editorial Omega, 1950.

TREVOR Meriol. San Felipe Neri, apóstol de Roma (1515-1595) Santander, Sol térrea, 1986.

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Esta primera representación pictórica de San Felipe tendrá mucho éxito en la pintura como podemos apreciar en el cuadro sobre dicha iconografía existente en la Iglesia de San Alberto de Sevilla pero no será objeto preferente en la escultura a excepción del maravilloso relieve que en el siglo XVIII tallara el escultor granadino Pedro de Mena para la Sillería de la Catedral de Málaga. Mena sitúa a San Felipe con sotana y casulla en el ángulo inferior izquierdo de la composición formando con el grupo de la Virgen y el Niño, encuadrados en el ángulo superior derecho, una estructura en aspa, habitual en los grupos escultóricos barrocos. El escultor subraya la actitud de sorpresa de San Felipe destacando su boca entreabierta, los ojos vueltos al cielo y la disposición en diagonal de los brazos con las palmas de las manos abiertas como sí aceptara la intervención mariana. El momento escogido en las pinturas y esculturas referidas acontece según sus biógrafos en 1575 cuando ya el santo se ha establecido en Santa María Vallicella. El Padre Cistellini nos comenta como “El santo que había perdido el conocimiento, súbitamente se incorporó, abrió los brazos y exclamo ¡ Mi Santa Señora! ¡Dejadme abrazar a mi Madre que ha venido a visitarme”. Una iconografía en la que sobresale la devoción mariana de San Felipe que le llevó a sugerir a los suyos la repetición varias veces al día de una sencilla jaculatoria “Virgen María, Madre de Dios, ruega a Jesús por mí”. La Virgen estuvo siempre presente en su vida ya en 1575 cuando se iniciaron las obras para la rehabilitación de Santa Maria Vallicella fue avisado en una visión que la Iglesia estaba a punto del derrumbe siendo sostenida por la Virgen. El santo decidió demolerla y resulto que los obreros encontraron que la viga principal estaba desconectada de todo apoyo.

En nuestra investigación por las representaciones escultóricas de San Felipe Neri existentes en las iglesias y conventos de Sevilla hemos encontrados varios modelos iconográficos: el Pentecostés de San Felipe, San Felipe celebrando la Santa Misa, sus experiencias místicas, San Felipe y la Cruz, San Felipe y la Virgen María, el docente humilde, el caminante espiritual de Roma y el San Felipe santo y actual.

1. La iconografía del Pentecostés de San Felipe Neri.Una de las primeras versiones de este momento tan íntimo y esencial de la vida

del santo florentina es la realizada por el escultor Algardi para la iglesia de Santa María in Vallicella por encargo de Pietro Boncompagni, Se trata de un grupo escultórico situado en la Sacristía de dicha iglesia y de elevado tamaño unos 300 cm. Algardi esculpe en mármol un San Felipe, maduro, con los ojos dirigidos al cielo, en expresión de éxtasis, absorto en el mensaje divino. Se trata de una obra realizada unos años después de la muerte del santo entre 1636 y 1638 inspirada en Bernini aunque con mayor sobriedad formal. Dos líneas diagonales centran la composición. La primera línea une la mano y el brazo izquierdo del santo con el libro que sostiene el ángel donde se lee el salmo latino “Mandata tua cucurri, cum dilatasti cor meum”, es decir, “guardé gozosamente tus mandamientos cuando ensanchaste mi corazón”. La segunda línea enlaza la mano derecha del santo con el libro y la pierna derecha del ángel. El clasicismo está presente en el contraposto de las extremidades y en las cuidadas texturas de la túnica y casulla del santo. Elemento de gran interés por el significado simbólico que tiene para la iconografía de San Felipe son las zapatillas, que aluden a las largas caminatas del santo para atender enfermos y mendigos y el nimbo de santidad que remata su cabeza.

La iconografía del grupo escultórico responde a un momento esencial de la vida de San Felipe acontecido en 1544 en las Catacumbas San Sebastián que nos recuerda P.

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Cistellini en su biografía del santo “a los treinta años pedía al Espíritu Santo que le diese un cúmulo de espíritu y me dijo que se le había dado tanto, que lo lanzo a tierra y al levantarse sintió alzado el costado y una contusión por dentro, lo cual le duro mientras vivió. Dos costillas, como se verificó en el examen de sus restos mortales, permanecieron separadas de los cartílagos. Desde entonces experimento violentas palpitaciones del corazón y extenuantes calores, aún en invierno”.

Entre las versiones en escultura que reproducen dicho episodio de la vida de San Felipe se encuentra el expresivo grupo de la Iglesia Oratorio de San Felipe Neri de Cádiz. Contemplando dicho grupo situado en el ático del retablo mayor de dicha Iglesia-Oratorio, sede de las Cortes entre 1810-13, llama nuestra atención la mayor fidelidad a la narración. San Felipe está representado en su madurez con barba corta y viste sotana cuyos pliegues arremolinados a su alrededor acentúan más la disposición del cuerpo caído en tierra del santo florentino en el momento de recibir el Espíritu Santo. El escultor probablemente genovés del siglo XVIII dispone a San Felipe con los brazos abiertos para mejor dejar pasar la fuerza divina y adelanta una de sus piernas. Su rostro está radiante de felicidad frente a la mayor sobriedad expresiva del ángel que lo acompaña. Según Elena González Pérez está inspirado en el grupo de Algardi aunque es de una menor calidad técnica y formal. A diferencia de otras iconografías que recogen el corazón ardiente que se sale del pecho del santo como las de Écija o la de la Iglesia de Santa Ana de Sevilla, en esta representación es visible el Espíritu Santo en forma de paloma indicando al espectador como dicho Espíritu marco a San Felipe un camino que le llevaría a obedecer a su confesor y hacerse sacerdote es decir se impuso renunciar a si mismo, a su gusto natural profundo de quedar pequeño y abrir a todos su escondite, su libertad.

Más sencilla desde el punto de vista formal es la escultura de San Felipe Neri ubicada en la hornacina derecha del trascoro de la Parroquia de Santa Ana de Sevilla en los laterales del retablo de la Virgen de la Rosa de Alejo Fernández. Se trata de una escultura en madera estofada y policromada del siglo XVIII concebida para el renovado retablo de 1757 ejecutado por Martín de Toledo en dicha parroquia sevillana. Representa a San Felipe Neri en el momento de descubrirse el pecho para aliviar el ardor que lo consume. La tensión del instante queda patente en la torsión del cuello, la mirada hacia el Infinito, el vuelo de los paños y el contraposto de las piernas. El santo de la alegría viste sotana oscura y alba blanca enriquecida por un estofado de motivos florales que imitan los bordados que decoraban las telas de su época. Llama nuestra atención el sutil encarnado de las manos dispuestas una sobre la otra para cerrar la composición; una estructura bidimensional organizada por dos líneas curvas; la dibujada por la disposición de los brazos y las amplias mangas del alba y la otra marcada por el contraposto de las piernas. El ardiente corazón es el elemento destacado de esta iconografía menos explicita que el grupo gaditano.2

2. La caridad dialogante de San Felipe Neri

2 MORENO CRIADO J.: La iglesia de San Felipe Neri. Cádiz, Caja de Ahorros., 1978

JIMÉNEZ MARTÍN A.: “Antecedentes formales del Oratorio de San Felipe Neri de Cádiz”.Boletín Museo de Cádiz IV, Cádiz, 1982.

PANELLE L BORDET L.: San Filippo Neri e la societá romana del suo tempo.Firenze, Editorial Florentina, 1986.

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La escultura que mejor se identifica con esta cualidad del santo florentino es la existente en la Catedral de Sevilla, ubicada en el crucero de dicha Catedral en uno de los retablos de la parte trasera del Monumento al Jueves Santo. La obra realizada en madera estofada y policromada está organizada en torno a dos líneas diagonales. La primera une el bonete oscuro que cubre su cabeza y su mano izquierda. La segunda hace lo propio con la mano derecha y la pierna izquierda, algo adelantada respecto al cuerpo: una postura de gran simbolismo en San Felipe Neri. Analizando su biografía el escultor trata de representar plásticamente el caminar del santo florentino por las calles de Roma con paquetes de harina y pan bajo el brazo para atender a los pobres y la asistencia a los enfermos en su lecho. Interesante desde el punto de vista técnico y simbólico es el contraposto de los brazos. El derecho forma ángulo recto con su cuerpo señalando con su mano como debe sujetar su ardiente corazón. El brazo izquierdo avanza respecto al cuerpo con la palma de la mano abierta a los que le escuchan en un símil de alegre generosidad. Una escultura dotada de gran dinamismo como se advierte en la forma de recoger el manto debajo de sus brazos y la tendencia al vuelo de los pliegues de su indumentaria.

El rostro del Santo es de gran expresividad como adivinamos en su boca anhelante, sus salientes pómulos sin apenas carne, los ojos hundidos y elevados al cielo en continúo éxtasis. Una iconografía que evoca un pasaje de la vida de San Felipe que J. Croissart relata de esta forma “Era su vida austera y penitente. Comía una sola vez al día, pan, agua y algunas hierbas mal guisadas. Su oración era continúa interrumpiéndose solo con un breve sueño”. Una vida dedicada a la caridad y al diálogo más que a la erudición pese a su formación en Filosofía en los Estudios Generales de la Orden de San Agustín y de Teología en la Sapienza. Es la vida de un santo que alterna la asistencia los enfermos en el Hospital de San Jacobo de los Incurables con la práctica religiosa con los dominicos de la Minerva y la Iglesia de la Archicofradía de San Jerónimo de la Caridad. 3

3. San Felipe Neri alegre caminante espiritual de RomaA esta simbología puede responder la escultura de San Felipe Neri en madera

estofada y policromada existente en la Iglesia de la Asunción de Umbrete. Está situada en un retablo realizado por Duque Cornejo en colaboración con Felipe Fernández que puede fecharse en el siglo XVIII. La escultura representa a San Felipe en su madurez, recién ordenado sacerdote. Viste túnica y manto sacerdotal con cuello de solapa blanca. Su rostro es afable, agradable y cariñoso de modo que según Panfili atraía al camino de Dios a cualquiera que tratara con él y eran raros los que se les escapaban. Su afabilidad era tal que atraía a toda clase de personas a su conversación, de manera que parecía que no pudiesen separarse de él, tanto jóvenes como niños, así como viejos, humildes y grandes. Esta afabilidad está acompañada según A. Cusani de una perpetua hilaridad de espíritu. Estas características se reflejan en el rostro del San Felipe de Umbrete mientras que su cuerpo está dotado de un gran dinamismo gracias al contraposto de las extremidades superiores e inferiores. La mano que cubre su cuerpo dibuja la clásica estructura espiral manierista aunque sus pliegues caen con cierta naturalidad. Desde el punto de vista compositivo está organizada en torno a un eje central que enlaza la

3 GIORGI R.: Símbolos, protagonistas e historia de la Iglesia. .Barcelona, Editorial Electa, 2005.

FINOTTI P. Giorgio: San Felipe Neri. El profeta de la alegría cristiana. Apuntes de espiritualidad. Traducido por Agustín Martínez Cea. México, Editorial Praxis, 1995.

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cabeza, la mano sobre el corazón y la pierna derecha algo retrasada. No obstante otros elementos de la escultura la dotan de una cierta fuerza centrífuga que desplaza e independiza a la figura de su soporte. Algunos de estos elementos son los dobleces del manto, su forma de recogerlo a la cintura y el desplazamiento hacia fuera de la pierna y el brazo izquierdo.

La escultura de San Felipe Neri de Umbrete responde a la iconografía del santo acostumbrado a vivir a su arbitrio. Corresponde a una época en la que dedica mucho tiempo a la confesión y a la organización del Oratorio. Un lugar de encuentro espiritual donde se leían páginas edificantes e interesantes de la vida de los santos de fácil comprensión seguidas de un comentario de San Felipe. Más tarde alguien tomada la palabra, se dialogaba sobre el tema y se continuaba discurriendo durante largo rato sin programa ni tiempo definido. Un sistema según Cistellini nada escolástico pues se habla al corazón. Es un método de oración más afectivo que intelectual que algunos denominan razonamientos. Son los años de la experiencia nueva de la escuela de fervor que es el Oratorio muy diferente a la enseñanza metódica de la doctrina cristiana que hacen otras instituciones religiosas. Un dinamismo espiritual que le lleva a integrar la música en los sermones lo que permite la convivencia con músicos como Animucia, Francisco Soto, Juvenal y Palestrina. La tendencia centrífuga de la escultura nos recuerda también la organización del Oratorio al aire libre en el que San Felipe rodeado de los suyos jóvenes y niños dirige en un paseo animado, actitud de marcha de la escultura, más allá de las murallas de la ciudad. En espacios con los claustros de la Minerva, la viña de los napolitanos o las Termas donde los juegos, los coros polifónicos y los razonamientos se intercalan y suceden. Por esto San Felipe Neri individualiza los males de su época y de su ciudad adoptiva Roma dedicándose a purificarla con amor y la meditación cotidiana de la palabra de Dios con la práctica constante de la humildad, la pobreza y la caridad, así como el ejercicio constante de un justo equilibrio entre la vida pública y privada mediante una conciencia recta, una vida alegre y un actuar coherente. A diferencia de Lutero o Savonarola no enciende odios ni rompe Europa sino que fraterniza a grandes y pequeños.

4. La permanente actualidad de San Felipe, humilde docente y amigo.Una de las iconografías más modernas de San Felipe es la propuesta por el

escultor Alberto Germán Franco en su San Felipe Neri del Oratorio de Salteras. Se trata de una escultura de gran tamaño realizada por encargo de Francisco de Llanos sacerdote impulsor de dicho Oratorio en el año 2006. Novedosa desde el punto de vista técnico es la combinación de dos materiales en su estructura: el barro cocido con el que se modelóla cabeza finalizada en resina de poliéster para adecuarla a su ubicación en el jardín de dicho Oratorio al aire libre y el cuerpo confeccionado con chapas metálicas recicladas. Hablamos de los materiales porque no están escogidos al azar sino que por sí mismos tienen una simbología especial.

El escultor Alberto Germán diseña la sotana a retazos para recordarnos la humildad y pobreza del santo. San Felipe sedente está a punto de echar a andar como se puede intuir por el retraso de una de sus piernas y el contraposto clásico en evocación del Apolo de Belvedere con que dota a la figura. Finotti en la traducción de Agustín Martínez nos recuerda como “Felipe camina dulce, corrige riendo, habla en lo secreto, de tú a tú, no lanza flechas teológicas a la Iglesia sino que la defiende con celo humilde de hijo devoto pero sabiendo distinguir su rostro humano fruncido de su cara divina sin norma ni arruga”. En su rostro hay una fría reserva, o gusto por la privacidad que

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siempre caracterizo a San Felipe. Como joven preparado para la vida y desenvuelto siempre mantuvo sus costumbres integras y bella figura. A diferencia de las esculturas y grupos escultóricos anteriores y posteriores, el San Felipe de Salteras, es sedente; una postura que incide especialmente en su condición de hombre de coloquio directo y provocador. Alberto Germán nos descubre aquí al docente que busca educar a hombres y mujeres en cuerpo y espíritu, que se dirige a su corazón para cambiarlos por dentro teniendo en cuenta las modernas tendencias de la psicología contemporánea del temperamento, por él intuidas.

El escultor sevillano identifica a San Felipe con cuatro elementos claves: el corazón, la azucena, las zapatillas, fiel reproducción obtenida gracias a las fotografías cedidas por miembros del Oratorio de las conservadas en Roma y la indumentaria.

Las zapatillas identifican a San Felipe Neri con su amor por el paseo animado con los miembros del Oratorio y su ir y venir por las calles de Roma ateniendo a pobres, enfermos, mujeres con problemas etc. Nos evocan el Carnaval cristiano invención filipense de la Visita a las Siete Iglesias, práctica habitual en los oratorios filipenses. Se trata de un ejercicio antiguo que Felipe había realizado con frecuencia en sus años de experiencia eremítica. Consistía en un largo paseo festivo y penitencial a las más famosas basílicas de Roma: San Pedro, San Pablo Extramuros, San Sebastián, San Juan de Letrán, San Lorenzo extramuros, Santa María la Mayor y Santa Cruz de Jerusalén. La práctica tenía máxima participación los jueves después del Miércoles de Ceniza y era amenizada con el Canto de la Vanidad de Animucia. Estos paseos se completaban con una comida al aire libre en las villas Mattei, la Celimontana y la de Massimo acompañada de músicos con voces, cornetas y flautas y coronada con el sermoncito de un niño.

El corazón es el símbolo iconográfico que más define a San Felipe Neri. Nos recuerda como en 1544 pidiendo dones del Espíritu Santo “vio venir del cielo un globo de fuego que penetro en su boca y se dilato en su pecho. El santo se sintió poseído por un amor de Dios tan enorme que parecía ahogarlo: cayó al suelo como derribado y exclamo con gesto de dolor ¡ Basta Señor basta! ¿No puedo soportarlo más! Cuando recupero plenamente la conciencia descubrió que su pecho estaba hinchado”. Alberto Germán no representa fielmente esta narración como hemos visto en el grupo escultórico de San Felipe Neri del Oratorio de Cádiz sino que detiene su análisis en el corazón como símbolo por esto lo dispone visible entre las chapas que conforman su sotana y con la mano derecha sobre él. La policromía rojiza hace más expresivo dicho recurso artístico y simbólico.

La túnica hecha a retazos es el elemento utilizado por Alberto para informarnos plásticamente del comportamiento y modo de vida filipense. Contemplando su indumentaria evocamos la humildad de San Felipe. Un santo que había entendido a su tiempo mirando a su alrededor, penetrando con perspicacia inspirada por Dios en su ánimo y en el de los demás. Comprendió que los hombres y mujeres de su época estaban enfermos del espíritu por su orgullo. Por eso Felipe opone al hombre prepotente, el humilde y el modesto. Felipe lucha contra su propio orgullo y aprende de los ascéticos la humildad imperfecta que le hace llorar por sus pecados y glorificar a Dios ejercitando la humildad perfecta de Maria. Para San Felipe Neri la humildad es verdad, dulzura, sentido del humor, paciencia, serenidad, valores que se adivinan deteniéndonos en el rostro del San Felipe Neri del Oratorio de Salteras.4

4 TREVOR Meriol: San Felipe Neri apóstol de Roma (1515-1595) Santander, Sal Térrea, 1986.

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La azucena es el símbolo de la pureza. San Felipe entiende la pureza no como una integridad espiritual conseguida por la mortificación temporal sino con libertad interior. El santo florentino consigue su objetivo con una espontaneidad humana que lepermite apreciar los dones divinos y sublimarlos en servicio al pobre, al necesitado, al enfermo y al solitario. San Felipe por las calles de Roma juzga severamente a algunos pero después con su dulce amabilidad lo conquista y contagia. Un elemento que nos recuerda el día de la Inmaculada Concepción en que pudimos contemplar nuestro San Felipe por primera vez.

La expresión del rostro del San Felipe Neri de Salteras es de alegría cristiana. No es un San Felipe de barba canosa en éxtasis sino vivo y dialogante, en plena madurez de su actividad espiritual. Esa alegría, don natural que lo define frente a la paciencia de los cartujos y a la pobreza franciscana, es una alegría exuberante de cuerpo y alma. Su origen está en el ambiente de belleza jocosidad de la Florencia de su juventud. Una alegría que convierte al fundador del Oratorio en amigo y apóstol agradable que corrige las costumbres riendo. Este detalle iconográfico permite a la escultura de San Felipe que recobre vida cuando los miembros del Oratorio nos reunimos a compartir con él los momentos de oración, Eucaristía, el día de San Felipe, los más dolorosos, donde recordamos a los que se fueron a la gloria del Padre y los de ocio como las migas. La acertada ubicación de la escultura en el patio del Oratorio permite que siempre esté con nosotros sentado entre nosotros compartiendo alegrías, penas, elogios y críticas.

5. San Felipe Neri y la Santa Misa.La escultura podría fecharse entre 1698 y 1711. Se trata de una obra en madera

estofada y policromada de tamaño inferior a la de Algardi de la Vallicella que representa al santo con la cabeza alzada, los ojos hundidos en las fosas orbitales, la boca entreabierta y los antebrazos extendidos formando un ángulo recto. San Felipe viste alba con encajes traslúcidos, que destacan sobre el color negro de la sotana y el rojo de la casulla con estofado en relieve con gruesos bordados en hijos de oro; sobre el antebrazo izquierdo sujeto a la manga del alba, se coloca el manipulo. En el pecho se abre un hueco circular con una reliquia autentificada del santo.

La iconografía de la escultura obedece al momento tan especial vivido por San Felipe cuando oficiaba la Santa Misa. Sus biógrafos narran como “mientras decía Misa le resplandecía la cara como el color del oro y era tan grande el ímpetu que le llenaba el corazón, que no dejaba establecer su cuerpo en sitio firme; una clara referencia al éxtasis y levitaciones que seguían a la Misa tras la Consagración. Una iconografía que expresa su abandono filial a la voluntad de Dios definida en una jaculatoria que dice “Como tu sabes y quieres, así haz conmigo ¡Oh Señor!. Esta iconografía se repite en dos imágenes de vestir no talladas conservadas en la Sacristía del Convento de Santa Isabel de Sevilla y en la Parroquia de San Felipe Neri de Pino Montano de Sevilla. La imagen de San Felipe de la Sacristía de Santa Isabel nos evoca al santo recién ordenado sacerdote, con el cabello rojizo y una corona en la cabeza símbolo de su santidad. Como la mayoría de las imágenes del santo florentino posa su mano izquierda sobre su

CISTELLINI A.: San Filippo Neri. L´Oratorio e la Congregazione oratoniana Brescia, 1989. Vols. I-III, 1989.

PAREJO DELGADO, M. J.: Hacia el modelado de los materiales de reciclado desde el barro. Tomares, 2009. PAREJO DELGADO, MIÑARRO J. M, MUÑIZ, C Y BAZÁN DE LA HUERTA M. Alberto Germán, escultor. Sevilla, Caja San Fernando, 2006.

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corazón. Mayor intimismo expresa la imagen de San Felipe Neri de la iglesia de Pino Montano, donde el santo cruza sus brazos por debajo del pecho sujetando con sus manos su inquieto corazón. Sus ojos miran al cielo aceptando la voluntad de Dios.

6. San Felipe Neri y la EucaristíaLa vinculación entre San Felipe Neri y la devoción al Santísimo Sacramento se

encuentra en sus orígenes de su vida religiosa. En 1548 San Felipe con la ayuda de su confesor Persiano Rossa y unos quince laicos fundan la Cofradía de la Santísima Trinidad, conocida como la Cofradía de los pobres que se encargaba de socorrer a los peregrinos necesitados. Con su ayuda el santo florentino difundió la devoción de las cuarenta horas del Santísimo. En ese tiempo San Felipe solía hace reflexiones llenas de amor que conmovían a todos; unas conversaciones espirituales que acababan con una visita al Santísimo Sacramento en alguna iglesia. Esta especial dedicación justifica la ubicación de la escultura en madera estofada y policromada que representa al santo en la Colegial del Salvador de Sevilla en una de las hornacinas laterales del retablo portada de la Capilla Sacramental.

La escultura de San Felipe del Salvador lo representa maduro con alba blanca y sotana oscura. El escultor organiza la figura con dos líneas diagonales; la primera une su brazo derecho levantado con su pierna izquierda mientras que la segunda enlaza el contraposto de las extremidades adelantando el brazo izquierdo y retrasando la pierna derecha. El movimiento de los paños del alba y la sotana describe el triángulo isósceles que organiza el Longinos de Bernini. El rostro de San Felipe responde a la descripción que de él hicieron sus contemporáneos”tiene los ojos como los de un jovencito, vivaces, piel blanca y barba canosa no muy larga”. Una personalidad activa y alegre. Un paisano del santo denominado Papio que lo conoció durante sus primeros años en Roma comentaba “de su rostro emana bondad”. Su naturaleza es tan alegre y placentera que explica la fascinación que ejerce y su creciente popularidad. San Felipe comparte en este retablo protagonismo con San Carlos Borromeo, eclesiástico muy vinculado a San Felipe por su constante apoyo en la visita a las Siete Iglesias y en la defensa del Oratorio en los momentos críticos. 5

7. San Felipe Neri confesor y fundador del OratorioMás cercano y amable es la escultura de San Felipe conservada en la Residencia

de San Alberto de Sevilla. Inicialmente estuvo situada probablemente en la hornacina que remataba la portada de la Epístola de la Iglesia del Oratorio. Actualmente se ha ubicado sobre un pedestal de mármol blanco y jaspes encarnados, próximo al arco mudéjar de uno de los ángulos del patio principal de la Residencia. Junto a ella se ha fijado una lápida con una inscripción alusiva al coste de la restauración sufragada por la Coral San Felipe Neri de Sevilla.

5 RODA PEÑA J.: El Oratorio de San Felipe Neri de Sevilla. Historia y Patrimonio artístico”Córdoba, Cajasur, 2003 páginas 457-462-480-482;

BACCI P. J.: Vita di San Filippo Neri Roma P.A. Brugiotti, 1622.

CISTELLINI A.: San Filippo Neri L´Oratorio e la Congregazione oratoniana Brescia, 1989.

NERI F.: Gli sentti e le massime Brescia Ed. La Scuola, 1995.

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Se trata de una efigie de tamaño inferior al natural (1,45 metros) que representa a San Felipe con sotana, manteo, bonete, zapatos cincelados en mármol negro y cabeza, manos, puños y cuello en mármol blanco. Ceán Bermúdez la atribuye a Pedro Roldán; tras su restauración en 1999, el profesor Roda Peña estima que no puede ser una obra anterior a los primeros años del siglo XVIII. San Felipe lleva en su mano derecha un libro cerrado y en la izquierda, hoy vacía, portaría una vara de azucenas. Su rostro responde a la descripción de Bacci “tenía la frente realzada pero no calvo, la nariz aguileña, los ojos pequeños y de color celeste, un poco sumidos pero vivaces y la barba blanca en los últimos años de su vida. En sus ojos había una claridad que ningún pintor ha sabido retratar. Un semblante que nos recuerda su gran paciencia como confesor. Con gentileza guiaba a los penitentes en el camino de la santidad enseñándoles el valor de la mortificación. Algunos recibían de penitencia mendigar por alimentos y otras prácticas de humillación, antesala de la oración pues San Felipe siempre nos recuerda que “un hombre sin oración es un animal sin razón”.

Su iconografía viene definida por el libro que sostiene en su brazo y la vara de azucenas hoy perdida. El artista esculpe un San Felipe reposado y tranquilo dedicado al confesionario y a la difusión del Oratorio. Un San Felipe satisfecho por la finalización de las obras de la Vallicella y haber superado las críticas y castigo impuestos por el Cardenal Rosario quien le prohibió confesar y tener reuniones hasta 1584. Se trata de una representación que recuerda su forma de hacer apostolado como un susurro de aire suave en palabras del Cardenal Newman. Un apostolado humilde por la manera escondida y desinteresada de hacer las cosas. El libro que sostiene en su brazo puede identificarse con algunas de las vidas de los santos que él comentaba en sus reunionesdel Oratorio o las Constituciones del mismo aprobadas en 1612 que tiene su precedente en la sencilla regla de 1564 donde los sacerdotes seculares vivían en comunidad sin votos.6

8. San Felipe Neri y la CruzPoco habitual en la iconografía de San Felipe Neri es la presencia de la cruz. En

este sentido es muy original la representación del santo florentino obra del escultor Andrés de Carvajal en el retablo lateral de la iglesia de la Asunción de Estepa. Se trata de una escultura en madera estofado y policromada de tamaño inferior al natural que nos muestra al santo como un venerable anciano de barba blanca, ralos cabellos y facciones ajadas. Su mirada se dirige a la cruz desnuda que sostiene con su mano izquierda. La mano derecha se dispone como en otras esculturas sobre su palpitante corazón.

Esta iconografía de San Felipe lo relaciona con la de otros santos como San Jerónimo y hace hincapié en la actitud hacia el recogimiento y la oración que siempre tuvo San Felipe desde muy joven en el San Marcos de Florencia, en el Monasterio de Montecasino, en Gaeta y más tarde en Roma. Una cruz que le llevará al sacerdocio ordenándose en 1551 en Santo Tomás de Parione. Las fuentes de su espiritualidad o meditación sobre la cruz de Cristo se encuentran en sus cartas, dichos, máximas

6 FINOTTI P. G.: San Felipe Neri. El profeta de la alegría cristiana. Apuntes de espiritualidad. México, Ed. Praxis, 1995.

MONTORO CASTILLO M.: “Los oratonianos de San Felipe Neri y los inicios de la arqueología cristiana”. CUPAUAM 34, 2008 pp.147-154.

TREVOR M.: San Felipe Neri, apóstol de Roma (1515-1595). Santander, Sal Térrea, 1986.

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transmitidas en el confesionario o en las conversaciones espirituales con sus compañeros del Oratorio. El amor de Dios brota de la abnegación de sí mismo. Para San Felipe, Cristo es el vértice de todo su amor “Quien desee otra cosa que Cristo, no sabe lo que busca; quien actúa y no por Cristo, no sabe que cosa hace”. Del amor de Dios en Cristo, emanan las virtudes cristianas. Entre ellas destaca la caridad. La dócil aceptación de la Cruz se conoce por la grandeza del deseo de que el hombre tenga que padecer por amor suyo. En este sentido, se concluye que es necesario aceptar la adversidad que Dios manda sin demasiado discurso y tener por cierto que es la mejor cosa para nosotros.

San Felipe se esforzó por conocer el mensaje evangélico. La palabra de Cristo es la que modela el rostro auténtico del hombre revestido de los rasgos que hacen de él un hijo amado por el Padre, acogido como hermano por el Verbo y santificado por el Espíritu Santo. En la lectura de los Mandamientos de la Ley de Dios y los Evangelios encuentra San Felipe, la alegría y la felicidad del Oratorio Filipense.

9. San Felipe Neri en sus experiencias místicasUna de las más bellas iconografías de San Felipe es la contenida en la escultura

ubicada en el Convento de Santa Isabel de Sevilla. Según el profesor Roda Peña probablemente formaría parte del programa escultórico realizado en 1711 por Pedro Duque Cornejo para el retablo mayor de San Felipe ensamblado por Jerónimo Balbas. En 1868, el gobernador eclesiástico del arzobispado lo cedió a la Congregación filipense de Hijas de María Dolorosa, quienes lo situaron en un retablo barroco del convento en el lado del Evangelio del crucero.

El escultor representa a San Felipe en apoteosis, arrodillado sobre un cúmulo de nubes con la cabeza alzada hacia los cielos y los brazos abiertos en diagonal. El santo florentino viste sotana y manteo negros decorados con un estofado de rayas horizontales y espigadas por su condición de sacerdote secular. El manto cae desplegado por la espalda, recogiéndose en forma de banderola sobre el hombro izquierdo. El apasionado rostro de San Felipe surcado de arrugas y ennoblecido con una barba corta y cana parece reflejar su lema “De excelsis misit ignem in ossibus meis” es decir, “Del cielo procede el fuego que anida en mis huesos”.

Una iconografía que nos remite a la edad radiante de San Felipe Neri aunque tiene sus inicios en la Montaña hendida de Gaeta, en su Pentecostés de 1544, en sus levitaciones mientras celebra la Santa Misa tras ser ordenado sacerdote, en sus apariciones dela Virgen y en su continuada experiencia de oración. Biógrafos como Baronio, a quién San Felipe sano de una fiebre persistente comentaba que “era arrebatado en éxtasis durante la misa por lo que los asistentes tenían la costumbre de retirarse al Agnus Dei. El acólito apagaba los cirios, encendía una lamparilla y colgaba de la puerta un letrero para anunciar que San Felipe estaba celebrando todavía; dos horas después volvía, encendía los cirios para continuar la Misa.

Las nubes sobre las que reposa San Felipe indican su condición de santidad a la que fue elevado pocos años después de su muerte en 1622. Una santidad que según él estaba en tres dedos de espacio; esto es, en mortificar la razón, entendiendo ésta como la manera de razonar mundana, egoísta y despreciable que no quiere reconocer otra cosa que los intereses y gustos del propio orgullo y placer. Gallonio, Baronio y el Cardenal Gabriel Paleotti lo tienen por santo en su época. Su proyección fue tal que Goethe tiene a San Felipe por santo al colocarlo en el grandioso final del fausto donde identifica a

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La iconografía de San Felipe Neri en Sevilla

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San Felipe con el misterioso Pater extáticus que vive su experiencia mística “Gozo de eterno ardor, juego de amor ardiente, flama de aflicción en el corazón”.7

10. La luz crepuscular del rostro de San Felipe NeriEspecialmente significativas por tratarse de representaciones extraídas según

contemporáneos, de la mascarilla que se saco en Roma del rostro del santo cuando murió son los bustos conservados en las Iglesias de San Alberto y en la Parroquia de la O de Sevilla. Se trata de bustos en barro cocido y policromado de 0,74 cm prolongados hasta la altura del pecho. San Felipe viste sotana y manteo negros por su condición de sacerdote secular. La cabeza posee unos rasgos naturalistas pues como indica una inscripción en su peana “verdadero rostro de San Felipe Neri formado en la mascara que se saco en Roma de la cara del santo cuando murió. Es un espléndido retrato de ancianidad como lo acreditan las sienes hinchadas, los pómulos afilados, los ordenados mechones del cabello sin apenas volumen y sus labios semi-cerrados. El busto de la Iglesia de San Alberto se encuentra en la galería alta de la Residencia y el de la O junto a la Capilla del Bautismo desde el año 2001.

En el rostro de San Felipe se adivina el paso de la enfermedad, sus alegrías y sufrimientos, sus frecuentes hemorragias y las muecas de sus carcajadas. Como nos recuerda Cistellini, en San Felipe Neri, nada es espontáneo, sino, disfrutando de su índole natural, lo dirige todo a un fin sobrenatural, apostólico. Por esto, San Felipe, para evitar el ocio pernicioso hace de titiritero o saltimbanquis para tener ocupados a sus jóvenes a los que pese a sus ochenta años llevaba de paseo a las colinas romanas. Su sentido del humor le llevo un año antes de morir a disfrutar de una velada musical en la que requirió al padre Gallonio que bailase delante de la cantante Virginia Archilei, conocida como la Romanina, para agradecer su desplazamiento y cánticos en la Vallicella.

Contemplando los bustos de San Felipe recordamos el piadoso tránsito de San Felipe Neri el día del Corpus Christi. Sus biógrafos lo describen con las siguientes palabras “El jueves 25 de mayo de 1595 fiesta del Corpus comenzó a recibir penitentes en su pequeña estancia. Al medio día, celebró Misa y la dijo alegremente como cantando. Hacia la noche, rodeado de Cusani, Monseñor Panfili y el obispo de Montepulciano, rezó el Breviario, las Vísperas y los Maitines del día siguiente. Después hizo que le leyeran la vida de San Bernardino de Siena. Despedidos los huéspedes, el Padre se fue a la cama asistido por el padre Gallonio. Fue éste quien advertido por los ruidos, acudió y encontró al Padre, sentado sobre la cama, preso de nuevas hemorragias. Fueron llamados enseguida los padres y el médico. El padre Baronio recitó la recomendación del alma y pidió al Padre la última bendición. San Felipe, sonriendo a los suyos, abrió los ojos, los tuvo fijos hacia lo alto, los puso sobre cada uno y los cerró para siempre. Eran cerca de las tres de la mañana del día 26 de mayo. Fue un ocaso dulce y tranquilo recordaba el padre Pateri”.18

7 RODA PEÑA J.: “Tres esculturas de Duque Cornejo para el Oratorio de San Felipe Neri de Sevilla”.Revista de Historia del Arte 8-9, 1996, pp.240-251.GAONA VILLEGAS J.: El escultor Andrés de Carvajal y Campos. Granada, Centro Virgitano de Estudios Históricos, 2009.8 CAPECELATRO A.: Vita di San Filippo Neri. Roma-Tournay I-II, Tipografía Pesofele e Lefeure, 1901.RODA PEÑA J.: El Oratorio de San Felipe Neri de Sevilla. Historia y Patrimonio Artístico pp., 498-501.GALLONIO A.: Vita del beato Filippo Neri florentino. L Zanetti, Roma 1601 y 1996.ARDIZZON F.: San Girolamo della Caritá. Librería Editrice Vaticana, 1987.

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María Josefa Parejo Delgado

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Hacia 1576 Juvenal Ancina describió a San Felipe como un “viejo bello, limpio, completamente blanco, que parece armiño, pero estupendo y de mucho respeto; sus carnes son gentiles y virginales y si alzando la mano ocurre que la contraponga al sol, transparente como el alabastro”.

San Felipe Neri (Iglesia de San Alberto – Sevilla)

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La iconografía de San Felipe Neri en Sevilla

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San Felipe Neri (Parroquia de “El Salvador” – Sevilla)

San Felipe Neri (Umbrete – Sevilla)

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Exposici—n Las Cortes de la Libertad

C‡diz, centro cultural ÒEl PalilleroÓ, del 4 al 24 de marzo, 2010.

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Juramento de las cortes de C‡diz. Autor: JosŽ Mar’a Casado del Alisal

¥  Biograf’a: Naci— en Villada (Palencia) en 1830. La vocaci—n de pintor surgi— en el artista a muy temprana edad, traslad‡ndose muy joven a Madrid donde fue disc’pulo de Federico de Madrazo, para continuar m‡s tarde su formaci—n en Roma y Paris. En 1873 fue nombrado director de la Academia Espa–ola de Bellas Artes en Roma. Muri— en Madrid en 1886.

¥  Descripci—n: La obra representa el acto de juramento que prestaron los Diputados en la Misa del Esp’ritu Santo el d’a de la instalaci—n de las Cortes en San Fernando. Sentado y sosteniendo los Santos Evangelios aparece el cardenal de Borb—n. Junto a Žl, de pie, se encuentra el Secretario de Estado y del Despacho de Gracia y Justicia se–alando el Libro Sagrado y sosteniendo en su mano izquierda la f—rmula pactada.

¥  El cuadro fue encargado por el Congreso de los Diputados para decorar el Sal—n de Sesiones.

¥  Estilo: De factura academicista e ideales rom‡nticos Casado del Alisal cultiv— los temas hist—ricos y el retrato. Su estilo se enmarca dentro del realismo pict—rico.

¥  Ubicaci—n: Congreso de los Diputados. Madrid

Exposici—n Las Cortes de la Libertad

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¥  Biograf’a: Naci— en C‡diz en1862. Fue disc’pulo de Ram—n Rodr’guez de Barcaza y JosŽ PŽrez JimŽnez en la Escuela de Bellas Artes de C‡diz.

¥  DespuŽs de participar en varios concursos pict—ricos gan— una beca de mŽrito en la Academia Espa–ola de Bellas Artes de Roma en 1890. Expuso en Munich, Roma y Budapest. Fue subdirector y conservador del Museo del Prado. Muri— en Madrid en 1915.

¥  Descripci—n: La obra representa la lectura pœblica que se hace del texto constitucional en la plazuela de Santa InŽs a las puertas del Oratorio de San Felipe el 19 de marzo de 1812.

¥  En ella se observa el entusiasmo protagonizado por el pueblo frente a la solemnidad del acto que dirigen los diputados. En la pared cuelga un pend—n con los escudos nacionales y el lema Patria y Libertad. En las columnas se puede leer Plus Ultra y la fecha de 19 de marzo de 1812.

¥  Estilo: Cultiv— los temas de gŽnero y de historia. Fue un gran estudioso del dibujo.

¥  Ubicaci—n: Museo de Las Cortes. C‡diz.

Promulgaci—n de la Constituci—n de C‡diz Autor: Salvador Viniegra y Lasso de la Vega

Exposici—n Las Cortes de la Libertad

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Exposici—n Las Cortes de la Libertad

Alegor’a de la Constituci—n de 1812, Espa–a, El Tiempo y la Historia. Autor: Francisco de Goya y Lucientes.

¥  Biograf’a: Naci—n en Fuentedetodos (Zaragoza) en 1746. Vivi— a caballo entre los siglos XVIII y XIX. Estil’sticamente se movi— entre el neoclasicismo y el romanticismo con aportaciones propias que le llevaron a ser precursor de movimientos art’sticos como el impresionismo, el expresionismo y sobretodo el surrealismo.

¥  Domin— todas las tŽcnicas: pintura mural y de caballete, grabados, cartones para tapices, etc. Trat— todos los temas, aunque sus obras m‡s originales son las pinturas negras y las series de grabados.

¥  Muri— en Burdeos en 1828. ¥  Descripci—n: Sobre un fondo luminoso Goya nos

muestra tres figuras aleg—ricas que responden al t’tulo del lienzo: El Tiempo que con las alas extendidas sujeta un reloj de arena indicando que comienza una nueva era, la Historia representada por una mujer sentada que aparece desnuda, como s’mbolo de la verdad, tomando notas de los acontecimientos; y Espa–a, en primer plano mirando al espectador , sosteniendo en su mano derecha la Constituci—n de C‡diz y en la izquierda el cetro como s’mbolo del poder.

¥  Estilo: Neocl‡sico en la tem‡tica y rom‡ntico en la tŽcnica. Contraste crom‡tico, pinceladas r‡pidas y luz velazquiana.

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¥  Biograf’a: Naci— en C‡diz en 1869 donde curs— estudios en la Escuela de Bellas Artes. Particip— en varios concursos obteniendo el primer premio en el Concurso Internacional de Dibujos convocados por la Revista Moderna de Madrid. La fueron concedidas varias medallas acadŽmicas, y tambiŽn particip— en la exposici—n internacional de Berl’n. Muri— en Sevilla en 1939.

¥  Descripci—n: la obra representa un gran momento euf—rico en el que el pueblo se dirige a Las Cortes para recibir a la Constituci—n. Aparecen figuras de distinta ’ndole y grupos sociales: los m‡s ricos van en calesas y el pueblo se dirige a pie; majas, majos, cantaores, soldados, tullidos, etc.

¥  Estilo: Se enmarca dentro de la pintura realista costumbrista de finales del S. XIX y principios del S. XX. La pincelada suelta y la luz embellecen la obra dot‡ndola de un rico cromatismo.

¥  Ubicaci—n: Museo de Las Cortes. C‡diz.

ÁA las Cortes! ÁA las Cortes! Autor: Federico Godoy y Castro

Exposici—n Las Cortes de la Libertad

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¥  Biograf’a: Naci— en C‡diz en 1869 donde curs— estudios en la Escuela de Bellas Artes. Particip— en varios concursos obteniendo el primer premio en el Concurso Internacional de Dibujos convocados por la Revista Moderna de Madrid. La fueron concedidas varias medallas acadŽmicas, y tambiŽn particip— en la exposici—n internacional de Berl’n. Muri— en Sevilla en 1939.

¥  Descripci—n: La obra muestra un retrato del diputado por Puerto Rico Ram—n Power. Power fue un diputado muy activo, lleg— a ocupar la vicepresidencia de Las Cortes, logr— la abolici—n de las facultades omn’modas y form— parte de la comisi—n junto con ArgŸelles y Guridi Alcocer que propon’a la abolici—n de la esclavitud. Sus restos se encuentran en la cripta de la iglesia de San Felipe Neri.

¥  Estilo: Se enmarca dentro de la pintura realista de corte historicista de finales del S. XIX y principios del S. XX.

¥  Ubicaci—n: Museo de Las Cortes. C‡diz.

Ram—n Power y Giralt Autor: Federico Godoy y Castro

Exposici—n Las Cortes de la Libertad

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¥  Biograf’a: Naci— en C‡diz e 1827. Estudi— en la Escuela de Bellas Artes de esta ciudad, de donde m‡s tarde tambiŽn ser’a profesor. Particip— en numerosas exposiciones como la Nacional de 1864 y la de Paris de 1867. En esta œltima obtuvo la medalla de oro por la obra La Junta de C‡diz de 1810. Este lienzo tambiŽn fue premiado m‡s tarde, en 1868, en la Exposici—n de Bellas Artes que organiz— la Academia de C‡diz. Muri— en su ciudad natal en 1892.

¥  Descripci—n: En el lienzo se rememora el acontecimiento que tuvo lugar en C‡diz en febrero de 1810 cuando los generales bonapartistas piden la rendici—n del pueblo ante las tropas napole—nicas. Los voluntarios acuden a la mesa, situada delante del ayuntamiento de C‡diz, a inscribirse para alistarse en la guerra contra los franceses. Los representantes de la Naci—n que figuran en el cuadro son. D. Francisco Javier de Venegas, presidente de la Junta, D. Manuel de çlava, y el Duque de Alburquerque.

¥  Estilo: Se encuadra dentro del realismo hist—rico. Plasm— en las telas un estilo fr’o y academicista pero imbuido de ideales rom‡nticos.

¥  Ubicaci—n: Museo Arqueol—gico y de Bellas Artes de C‡diz.

La Junta de C‡diz de 1810 Autor: Ram—n Rodr’guez de Barcaza.

Exposici—n Las Cortes de la Libertad

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¥  Dicha obra, fue pintada durante la œltima estancia de Murillo en C‡diz (septiembre 1680- enero 1682). Algunos historiadores cuentan que Murillo pint— este cuadro para un caballero de la Corte y al no quedar Žste satisfecho lo don— a los Padres Filipenses. Es una visi—n apote—sica de la Inmaculada, vestida de celeste y blanco con un trono de ‡ngeles a los pies, siguiendo la visi—n de Santa Br’gida de Suecia, pisando la media luna como s’mbolo del dominio sobre el infiel. Los ‡ngeles llevan los atributos de la virgen: la palma y las azucenas. Murillo demuestra una gran maestr’a tanto en el dibujo como en el color.

¥  Este interior fue transformado para la celebraci—n de las sesiones de Las Cortes. El retablo mayor qued— oculto por un cortinaje sobre el que se dispuso un retrato de Fernando VII. Se colocaron l‡pidas con los nombres de Daoiz, Velarde y Mariano çlvarez, hŽroes de la Independencia.

¥  En la tribuna de la derecha se encontraba el cuerpo diplom‡tico, la prensa fue alojada en la capilla del Sagrario y en parte de las gradas superiores. En estas œltimas se situaba tambiŽn el pueblo. Los diputados ocupaban el cuerpo el’ptico.

¥  Hoy en d’a bajo la cripta de la Iglesia se encuentran mausoleos con los restos mortales de algunos diputados de 1812.

¥  Estilo: Barroco. S. XVII ¥  Ubicaci—n: Plaza de santa InŽs. C‡diz.

Oratorio San Felipe Neri

Exposici—n Las Cortes de la Libertad

Arquitectos: Blas D’az la construy— entre 1688 y 1719. Pedro Luis Afanador ampli— la b—veda tras el terremoto de 1755. Antonio Prat la decor— para la

celebraci—n de Las Cortes. Descripci—n: Es un templo de planta el’ptica a la que se abren siete capillas. Destaca en el interior la cœpula que est‡ formada por

una gran estructura encamonada decorada con fajas y una Inmaculada de Murillo.

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¥  Arquitecto: JosŽ Bola–os la comenz— en 1743 y se concluy— en 1762. Fue erigida sobre la ermita de la Bendici—n de Dios.

¥  Descripci—n: Es un templo barroco. El interior est‡ ricamente decorado con retablos y esculturas y un magn’fico pœlpito de origen genovŽs realizado a finales del S. XVII. Entre las antiguas dependencias conventuales destacan la capilla de Profundis, la Sacrist’a y la escalera. Todas ellas realizadas a la vez que la iglesia. En el exterior destaca la fachada de m‡rmol y las dos espada–as que la rematan de gran riqueza decorativa.

¥  En este templo se celebr— el 19 de marzo de 1812 el glorioso Te Deum de acci—n de gracias por la culminaci—n de la Constituci—n.

¥  Estilo: Barroco. S. XVIII ¥  Ubicaci—n: Alameda Ruiz de Apodaca. C‡diz.

Convento de Nuestra Se–ora del Carmen

Exposici—n Las Cortes de la Libertad

Page 303: Anuario hespérides 2009 2010

¥  Arquitecto: Juan Caballero, ingeniero militar lo dise–—. Fue construido entre 1770 y 1784.

¥  Descripci—n: Es un edificio de l’neas cl‡sicas, severas y elegantes. Tiene planta rectangular y sus dependencias giran en torno a dos patios cuadrados. El exterior las cuatro fachadas van articuladas por pilastras de orden gigante.

¥  Debido a su monumentalidad fue elegido palacio de la Regencia durante el asedio francŽs. Fue el punto de partida de la procesi—n c’vica que proclam— la Constituci—n el 19 de marzo de 1812.

¥  Del interior destaca el Sal—n Regio realizado por Juan de la Vega en 1862 con motivo de la visita de Isabel II.

¥  Estilo: Neocl‡sico. Academicismo castrense. S. XVIII.

¥  Ubicaci—n: Plaza de Espa–a. C‡diz.

Palacio de la Aduana (Diputaci—n Provincial)

Exposici—n Las Cortes de la Libertad

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¥  Autores: Modesto L—pez Otero (1885-1962) , arquitecto. Obtuvo la medalla de Oro de Arquitectura en la Exposici—n Nacional de Bellas Artes en 1912.

¥  Aniceto Mari–as Garc’a (1866-1953).Escultor polifacŽtico especializado en monumentos conmemorativos de gran formato. Gran dominio tŽcnico y minuciosidad en el detalle. Obtuvo la medalla de oro en las Exposiciones Internacionales de Munich y Chicago.

¥  Descripci—n: Est‡ construido en forma de hemiciclo en cuyo centro se alza un pilar que culmina en el texto constitucional. El hemiciclo representa los esca–os de los diputados, en el centro el sitial presidencial sobre una tribuna. El sill—n est‡ decorado con la flor de lis, s’mbolo de los borbones, vac’o representando la ausencia del monarca. En los escalones de la tribuna el nombre de ArgŸelles, redactor del articulado.

¥  La escultura de m‡rmol simboliza a Espa–a. Lleva la Ley escrita y la espada como s’mbolo de la justicia.

¥  A los lados del hemiciclo est‡n representados dos momentos claves del proceso constitucional: la Junta de defensa de C‡diz y El Juramento de los Diputados.

¥  Sobre el hemiciclo dos grupos escult—ricos representan a la Ciudadan’a y a la Agricultura.

¥  Los extremos del monumento est‡n coronados por figuras ecuestres que son alegor’as de la guerra y la paz.

¥  En la zona trasera HŽrcules simboliza a la ciudad de C‡diz. Las esculturas representadas aluden al papel desempe–ado por C‡diz y AmŽrica en las Cortes y en la Constituci—n de 1812.

¥  Estilo: Eclecticismo. Principios del S. XX. ¥  Ubicaci—n: Plaza de Espa–a. C‡diz.

Monumento a las Cortes, Constituci—n y Sitio de C‡diz

Exposici—n Las Cortes de la Libertad

Page 305: Anuario hespérides 2009 2010

¥  Arquitecto: Juan Hercq en 1769 y Diego Duarte en 1789 solicitan permisos para su construcci—n.

¥  Descripci—n: El teatro se inaugur— en 1804 como corral de comedias con el nombre de Teatro C—mico. Su arquitectura y distribuci—n espacial responde a las necesidades propias de la representaci—n teatral dentro de la tipolog’a de patio de comedias.

¥  El teatro fue sede de las Cortes desde el 24 de septiembre de 1810 hasta el 20 de febrero de 1811, para lo cual se realizaron obras de adecentamiento y adecuaci—n a las nuevas necesidades requeridas, dirigidas por Antonio Prat. Result— un patio de forma el’ptica presidido por el retrato de Fernando VII y una mesa central para el presidente y los secretarios; los diputados se instalaron en dos hileras de asientos al pie de los palcos. ƒstos se reservaron para el cuerpo diplom‡tico, autoridades y pœblico.

¥  Estilo: Arquitectura teatral dieciochesca. ¥  Tras una rehabilitaci—n magn’fica y una

moderna intervenci—n que comenz— en 1995, ha vuelto a estar en activo.

¥  Ubicaci—n: San Fernando. C‡diz

Teatro de Las Cortes (antiguo Teatro C—mico)

Exposici—n Las Cortes de la Libertad

Page 306: Anuario hespérides 2009 2010

¥  Arquitecto: comenzada en 1756 en estilo barroco por Alejandro Mar’a de Pav’a, fue acabada por Torcuato Benjumeda en 1764.

¥  Descripci—n: Es un templo de considerables proporciones estructurado en tres naves con crucero cubierto con cœpula sobre pechinas, y presbiterio. En Žl se prest— el juramento de los diputados tras o’r la misa del Esp’ritu Santo el 24 de septiembre de 1810 como se recoge en la obra pict—rica de Casado del Alisal. La popularizaci—n de este acto hizo que se oficiaran en este templo todos los cultos que festejaban las victorias de las tropas espa–olas sobre las francesas.

¥  Estilo: Barroco y Neocl‡sico. ¥  Ubicaci—n: Calle Real San Fernando

(C‡diz).

Iglesia Parroquial de San Pedro y san Pablo y los Desagravios (Iglesia Mayor)

Exposici—n Las Cortes de la Libertad

Page 307: Anuario hespérides 2009 2010

¥  Arquitectos: Diego Carrasco (1650) y Fray BartolomŽ de San Pablo.

¥  Obra: Es una planta de cruz latina de tres naves con crucero. La central est‡ cubierta con b—veda de ca–—n con lunetos, las naves laterales con b—vedas de aristas a menor altura para las tribunas. El presbiterio tiene un grandioso retablo presidido por una virgen del Carmen realizada por el portuguŽs Cayetano de Acosta en 1748.

¥  La Iglesia y otras dependencias conventuales sirvieron como Sal—n de Las Cortes y Secretar’a. Las reuniones deb’an de celebrarse por la noche, una vez acabados los cultos.

¥  Estilo: Barroco y Neocl‡sico. ¥  Ubicaci—n: Calle Real. San

Fernando (C‡diz).

Iglesia de Nuestra Se–ora del Carmen

Exposici—n Las Cortes de la Libertad

Page 308: Anuario hespérides 2009 2010

¥  Descripci—n: Con una sencilla fachada neocl‡sica era la casa de recreo de Manuel de Arriaga y Mar’a Ana de Arteaga. La cedieron a las madres carmelitas para su instalaci—n en la Isla de Le—n en 1760.

¥  Convertida en sede conventual se articula en cuatro claustros reducidos. Posee algunos elementos constructivos de primera magnitud como unas magn’ficas escaleras decoradas con yeser’as.

¥  Fue sede de las Cortes en 1813 al trasladarse los diputados desde C‡diz debido a un nuevo brote en la ciudad de fiebre amarilla.

¥  Estilo: Neocl‡sico. ¥  Ubicaci—n: Calle Real. San

Fernando (C‡diz).

Colegio Compa–’a de Mar’a Sant’sima

Exposici—n Las Cortes de la Libertad

Page 309: Anuario hespérides 2009 2010

GUIÓN DOCUMENTAL “LAS CORTES DE LA LIBERTAD”

ACCIÓN A REALIZAR TEXTO DURACIÓN APROX

ESCENA 1 .

Sobreimpresionado sobre una imagen aérea de

Cádiz se lee y se recita el siguiente texto

(voz femenina)

Las Cortes tuvieron que celebrarse en la única partícula de la Península que,

aunque sitiada largo tiempo por un ejército enemigo y agredida por los bombardeos, gozaba de una vida normal y se regía por la hora exacta de su tiempo; es decir, el Cádiz cosmopolita y, al mismo tiempo,

español.

20 seg

Imágenes de los Desastres de la Guerra de Francisco de Goya con un

estruendo de guerra, cañonazos, etc. Como

fondo

Silencio

5 seg

Imagen de Jovellanos, Manuel J. Quintana y Desastres de la Guerra de Fco. De Goya (que no se hayan visto en la anterior)

Voz femenina

El 22 de mayo de 1809, en plena guerra contra los franceses, y decididos éstos a la ocupación de Andalucía, la Junta Central tomó una decisión cuyas consecuencias sus integrantes más conservadores no podían prever y que pronto resultarían determinantes. Sin embargo, aquellos otros, más jóvenes y de ideología más liberal, como Manuel José Quintana no estaban dispuestos a dejar pasar la oportunidad que se presentaba ante ellos para convertir unas Cortes convocadas para ganar una guerra, en unas Cortes para conquistar la libertad. España así, no sólo alcanzó una victoria militar, sino lo que sería mucho más importante, abolir una forma antigua e injusta de sociedad.

45 seg

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ESCENA 2

Imagen general del Monumento a las Cortes de Cádiz en la Plaza de

España de Cádiz

Voz femenina Los hitos más sobresalientes de la acción revolucionaria de las Cortes gaditanas se

gestaron a través de su ingente obra legislativa

5 seg

Sobreimpresionado (sólo el art. 1) sobre la imagen

de los indios americanos e Isabel la Católica que hay

en el Monumento a las Cortes de la plaza de

España de Cádiz

Voz femenina

Artículo 1. La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos

hemisferios

Voz femenina Los diputados americanos presentes en las Cortes pidieron que la representación

de América y Asia debía ser proporcionalmente igual a la de España,

tanto en lo sucesivo como en estas cortes extraordinarias, pero habían excluido de la

representación a los hombres de color

10 seg

Imágenes de estampas de la sociedad americana

Voz masculina 1. El Sr. Mejía exclamó: “Vuestra Majestad

debe considerarse como un coloso formidable que, apoyado un pie en

América y otro en la ciudad de Hércules, lucha a brazo partido con el tirano colosal de Europa; el punto de apoyo está allá, si

aquél falta, la monarquía se sumerge miserablemente en el océano”

Voz masculina 2.

El Sr. García solicitó: “Que se haga separación de las clases de habitantes que

hay en América y que cada una de ellas tenga su representación correspondiente; es decir, los europeos como europeos, los criollos como criollos, y así los indios; que

los pardos y los morenos tengan su padrón aparte y voz meramente pasiva en las

elecciones”

40 seg

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ESCENA 3

Texto sobreimpresionado sobre una imagen de

Sanlúcar de Barrameda o de Medina Sidonia

Voz femenina

Reincorporación a la Corona de los bienes y poderes sustraídos

Imágenes de Sanlúcar, Medina, tierras de señorío

y castillos

Voz femenina

El Sr. Alonso y López, uno de los diputados más progresistas y respetados, fue el encargado de iniciar la discusión del

proyecto que había de cambiar sustancialmente la estructura social del país. Se trataba de destruir los señoríos bajo la fórmula de reincorporación a la

Corona de los bienes y poderes sustraídos. La estructura social de la

sociedad española cae literalmente con este proyecto.

Durante su discusión, las Cortes alcanzaron incluso un tono en ocasiones

demagógico por parte de unos y otros

35 seg

Imágenes de Sanlúcar, Medina, tierras de señorío

y castillos

Voz masculina 1

Los señores territoriales y jurisdiccionales de los dominios de Su Majestad, acuden al Congreso a exponer sus razones por sí y

en nombre de los demás del reino; los señoríos territoriales y jurisdiccionales son uno de los más fuertes antemurales contra

el despotismo, uno de los monumentos más relevantes de nuestras glorias, uno de los establecimientos más útiles a la Nación

15 seg

Imágenes de Sanlúcar, Medina, tierras de señorío

y castillos

Voz masculina 2

Pues que el Congreso ha sancionado que la soberanía reside en la nación, sería una

inconsecuencia que varios particulares fuesen señores del soberano, a menos de

suponerla indivisible, en vez de única. Ni la ignorancia de los tiempos, ni las calamidades ni las guerras, y mucho

menos la ambición, pudieron autorizar las enajenaciones de derechos inalienables a

ricos, a guerreros, a favoritos y aún a frailes y monjas porque, con vergüenza nuestra sea dicho, aún en el día de hoy

hay pueblos sujetos al señorío de un guardián o de una abadesa

30 seg

Imágenes de Sanlúcar, Medina, tierras de señorío

Voz masculina 3 15 seg

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y castillos Poco conocimiento se necesita de nuestras cosas para saber que la

ignorancia por un lado, y por otro la ambición de los Reyes, y el espíritu

guerrero que dominó constantemente en España desde el principio de su

restauración, no permitían observar religiosamente las leyes que aseguraban a los españoles la igualdad de derechos y la

conservación de su libertad política.

ESCENA 4

Texto sobreimpresionado sobre imágenes de tortura de los grabados de Goya

Voz femenina

Abolición de la tortura

Imagen de Agustín de Argüelles

Voz femenina

Argüelles y otros diputados progresistas a los que repugnaba la tortura, presentaron

una ley contraria a cualquier clase de apremio corporal

5 seg

Imágenes de grabados de Goya de torturas

Voz masculina

No pudiendo subsistir en vigor en el código criminal de España, ninguna ley que

repugne a los sentimientos de humanidad y dulzura, que son tan propios de una

Nación grande y generosa, sin ofender la liberalidad y religiosidad de los principios

que ha proclamado desde su feliz instalación el Congreso Nacional, pido que

declaren abolida las Cortes la tortura, y que todas las leyes que hablan de esta manera de prueba tan bárbara y cruel, como falible y contraria al objeto de su

promulgación, queden derogadas por el decreto que al efecto expida Vuestra

Majestad

30 seg

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ESCENA 5

Texto sobreimpresionado

Voz femenina

Art. 366. En todos los pueblos de la Monarquía se establecerán escuelas de

primeras letras, en las que se enseñará a los niños a leer, escribir y contar, y el catecismo de la religión católica, que

comprenderá también una breve exposición de las obligaciones civiles

5 seg

Imagen del Observatorio de Marina de San Fernando (Cádiz)

Voz femenina

La legislación educativa de las Cortes no sólo se ocupó de las escuelas primarias, también lo hizo de las Universidades y de

otros centros de instrucción para la enseñanza de todas las ciencias, literatura

y bellas artes.

5 seg

Imagen de los jardines de la Facultad de Medicina de Cádiz frente a la puerta del

antiguo hospital militar

Voz femenina

Una vez promulgada la Constitución, se establece la necesidad de elaborar una ley general de instrucción pública que amplíe y desarrolle los principios constitucionales. Por ello, el 9 de septiembre de 1813, se

constituyó la Junta de Instrucción Pública con la finalidad de promover un sistema

educativo “digno y propio de un país libre”.

15 seg

Imagen del Museo de Bellas Artes en la Plaza de

Mina

Voz femenina

El llamado Informe Quintana debía eliminar la falta de uniformidad en la enseñanza, los diferentes métodos existentes, y la diversidad de libros y de contenidos

didácticos en los distintos territorios del Reino.

15 seg

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ESCENA 6

Texto Sobreimpresionado

Voz femenina Art. 371. Todos los españoles tienen

libertad de escribir, imprimir y publicar sus ideas políticas sin necesidad de licencia, revisión o aprobación alguna anterior a la

publicación, bajo las restricciones y responsabilidad que establezcan las leyes.

15 seg

Imágenes de la prensa de la época (El conciso, El Robespierre español)

Imágenes de la fachada del Oratorio de San Felipe

NERI

Voz femenina

Durante los debates de las Cortes de Cádiz, y en su principal resultado, la

Constitución de 1812, la opinión pública y la libertad de imprenta cobraron un

protagonismo hasta entonces desconocido, convirtiéndose en una de las principales enseñas del movimiento liberal.

Con el liberalismo gaditano la opinión pública alcanzó definitivamente ese cometido positivo –de guía de los

gobernantes- y negativo –de crítica de la actuación del poder público- que ya había

insinuado la ilustración más liberal. No obstante, como en casi todas las cuestiones tratadas, los diputados se

emplearon a fondo en enfrentamientos dialécticos.

50 seg

Imágenes de los diputados del monumento a las

Cortes.

( Al final del recitado debe escucharse

un ruido de fondo de algarada, protestas, etc.)

Voz masculina 1

La supresión de la previa censura es una medida antisocial y antipolítica porque el

abuso que la perversidad podría hacer, no podría remediarse con una medida posterior, que siempre llega tarde.

10 seg

Imágenes de los diputados del monumento a las

Cortes.

Voz masculina 2

La censura previa que encadena a la imprenta es contraria a la propagación de las luces y es obra de tiranos que aman

necesariamente las tinieblas.

10 seg

Imagen aérea de Cádiz, como al principio

Voz femenina

Los extranjeros la sitúan en grado muy superior al resto de la Monarquía, por cierta nobleza de pensar y cultura del

Pueblo Gaditano, tanto que […] no cree el forastero que aquí llega, estar todavía en

España Antonio Ponz, 1794

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RESEÑASDE PUBLICACIONES DE LOS ASOCIADOS

LIBROS RECIBIDOSE

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA

Por Antonio Herrera Garcíay Miguel Ángel Núñez Beltrán

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310 311

A) LIBROSCARMONA PORTILLO, ANTONIO: Análisis demográfico de Melilla. 1630-1900.-

Ciudad Autónoma de Melilla. Consejería de Cultura.- Melilla, 2009.- 238 págs. (21 x 14).

Estudio histórico-demográfico de la Plaza melillense en el período indicado en el título. El trabajo, muy bien elaborado, se debe a nuestro compañero Antonio Carmona, que ya nos había dado bastantes muestras en libros y artículos sobre diversos aspectos de la historia de Ceuta, su ciudad natal, de algunos de cuyos trabajos se dio noticia o aparecieron en las páginas de la publicaciones de HESPÉRIDES. Este estudio demográfico sobreMelilla ha sido realizado basándose en su mayor parte en los libros sacramentales melillenses, conservados actualmente en el Archivo Diocesano de Málaga, ya que el Registro Civil de Melilla empezó a funcionar en el siglo XIX. En este estudio se pueden ver la evolución de los nacimientos, los desposorios y las defunciones y, a través de sus datos A. Carmona ha podido elaborar muchos otros aspectos demográficos, tales como la reconstitución de las familias, las pirámides de población, el movimiento migratorio, las causas de los altibajos poblacionales, la incidencia del contingente militar y de los integrantes de su presidio o la de la constante amenaza de los ataques marroquíes, etc. Todo ello vine visualizado con abundante número de gráficas y cuadros estadísticos, que se complementan con un apéndice final. En el aparato crítico se recoge la bibliografía sobre el tema.- A. H.

CARPIO ELÍAS, JUAN: La explotación de la tierra en la Sevilla de los siglos XVI y XVII.- Diputación de Sevilla (Sec. Historia, serie 1, núm. 65). Sevilla, 2010. 317 págs.

Interesante trabajo de historia socioeconómica rural, cuyo ámbito geográfico se extiende a la “tierra de Sevilla” y a las comarcas cercanas del Aljarafe, la Vega y la Campiña y, cronológicamente, a los indicados siglos y, de manera más concreta, a la media centuria que va de 1570 a 1620, en los que se han estudiado las escrituras de arrendamientos rústicos conservadas en el Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Sevilla, ya que, tratándose de la explotación de la tierra, estos documentos adquieren una importancia capital, puesto que, como afirma el propia autor, al no darse en general en la España Moderna la coincidencia entre propietarios y agricultores, tal sistema de explotación fue el utilizado en nuestro país y, por supuesto, en Sevilla. Centrándose en los arrendamientos de tierras calmas, el cultivo más representativo y quizás el más numeroso, este estudio va enfocando sucesivamente diversos ámbitos socioeconómicos de los mismos, tales como los grupos sociales que intervienen en esta explotación (labradores, clero, nobleza, etc.), las superficies que eran arrendadas (la haza o el cortijo), duración de los arrendamientos, su rentabilidad (precios, rentas en especie, plazos de los pagos) y las condiciones de la explotación (práctica, tiempo y condiciones). Este trabajo se completa con un apéndice de gráficos y otro documental y con una relación bibliográfica, y obtuvo el premio de la Sección de Historia del Concurso de Monografías de “Archivo Hispalense” de 2008.- A. Herrera.

GOZALBES CRAVIOTO, ENRIQUE: Viajes y viajeros en el mundo antiguo.-Universidad de Castilla-La Mancha (Humanidades, 74).- Cuenca, 2003. 174 págs.

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Excelente síntesis en la que se ocupa del concepto de viaje en la Antigüedad, de los tipos de viajes (literarios, administrativos, de exploración, comerciales, etc.). Se apoya en numerosas quietes clásicas, que son debidamente citadas.

MORENO ALONSO, MANUEL: El mundo de un historiador. Antonio Domínguez Ortiz.- Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2009. 447 páginas.

Excelente “biografía intelectual”, como la califica su propio autor, del primer Asociado de Honor de “Hespérides”, don Antonio Domínguez Ortiz.

En el primer apartado de la misma, “El mapa y el calendario”, se efectúa un detenido y denso recorrido por la trayectoria vital de aquél, en el que prima su hacer y hacerse como historiador, su prolífica tarea en el campo de la investigación y los diversos aspectos de su obra, así como se recogen y comentan múltiples opiniones y pareceres de otros destacados investigadores, tanto españoles como extranjeros, sobre su personalidad y la importancia y trascendencia de sus publicaciones. La narración de los años de la “infancia y juventud” de don Antonio, según lo recordado por él mismo en sus escritos o las entrevistas que le hicieron, le dan ocasión al biógrafo para exponer la situación Sevilla en la segunda y tercera décadas del siglo XX, particularmente en lo tocante a sus establecimientos docentes y a sus instituciones culturales.

Con mucho detenimiento se habla de las bibliotecas sevillanas de los años jóvenes de don Antonio, de la Facultad de Filosofía y Letras y de algunos de sus catedráticos se trata en el capítulo dedicado a los años de su “aprendizaje”, en el que se recogen las noticias sobre su paso por esa Facultad y sus interesantes y, a veces, conmovedores recuerdos. También se trae a colación la actuación de la jerarquía eclesiástica y las manifestaciones de la religiosidad popular sevillanas que en los años veinte acompañaron el deambular de don Antonio por la ciudad. En la cuarta década del siglo XX, los años de la II República, que se incluyen dentro de los de su aprendizaje, también presentan un notable interés, no sólo por los sucesos ocurridos en la ciudad, sino también por la participación personal de don Antonio en algunos de ellos, como su inclusión en el grupo de los “cursillistas” de 1933 o su intervención en las organizaciones estudiantiles de esos años. Y a don Antonio también legaron en estos mismos años de aprendizaje los nuevos aires metodológicos, tanto en el ámbito de la investigación de la Historia como en el de su enseñanza, que se difundían por Europa en las primeras décadas del XX y los que se incubaban y transmitían desde el Centro de Estudios Históricos madrileño, algunos de cuyos valiosos miembros conoció y trató personalmente nuestro historiador y aquí son estudiados con bastante detenimiento.

En “Vientos de guerra”, además de efectuar un recorrido por la etapa del Frente Popular y los tres años de la Guerra Civil, así como, lógicamente, por las vicisitudes que en dicho tiempo pasó nuestro historiador, el profesor Moreno Alonso se detiene con bastante detalle en el desmoche de la intelectualidad, especialmente en la integrada en el profesorado universitario más valioso, que sufrió en ambos bandos de la contienda, sobre todo centrándose en aquellos profesores e investigadores que más o menos, de una manera u otra, estuvieron relacionados o influyeron en Domínguez Ortiz, en ocasiones con algunos tintes trágicos.

En los “Tiempos difíciles” de la posguerra, ganadas las oposiciones a Cátedras de Institutos de Enseñanza Media, don Antonio, tras de pasar un curso en Palma de Mallorca y otro en Cádiz, se asienta en Granada. Surgen sus trabajos sobre Geografía histórica y sobre lo que en los antiguos libros de viajes se decía de las provincias andaluzas, desgajados de sus investigaciones para su tesis en preparación sobre “Los manuscritos

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geográficos de la Biblioteca Nacional”. En estos años su interés se dirigía más hacia la Geografía que hacia la Historia, si bien lo hacía enfocando una Geografía empapada de Historia; también sus primeras oposiciones los fueron para una Cátedra de Geografía en la Universidad de Granada. Se deja entender en esta biografía que, quizás, el hecho de noconseguir aquella Cátedra, influyese en que don Antonio girase decididamente hacia el campo de la investigación histórica y, precisamente en esos años, apareció su primer libro, Orto y ocaso de Sevilla, con todo lo que supuso como un novedoso tratamiento de la historia local. Con bastante detalle narra luego el biógrafo los reveses que sufrió Domínguez Ortiz en las oposiciones a las que se presentó a Cátedras de Historia en la Universidad de Granada y la flagrante injusticia en la de Sevilla. Alternando luego durante largos años sus clases en el Instituto “Ganivet” de Granada y las de profesor adjunto en la su Universidad, allí transcurrirían los largos años de la posguerra y sería testigo de una época y un régimen, el franquismo, en su etapa más cerrada, que luego analizaría certeramente en su España. Tres milenios de historia. En estos años, si bien habían aparecido nuevos conceptos en Europa sobre la investigación de la Historia, nuestro historiador parece adelantarse en este camino y va perfilando su concepto con sucesivas investigaciones que en estas páginas de su biografía se exponen y analizan.

“Una nueva historia” es la historia social por la que don Antonio Domínguez Ortiz se adentra, siendo pionero, no sólo en España sino fuera de ella, en la investigación de muchos aspectos de la misma, cuyos trabajos son analizados en este capítulo de su biografía y que, tras la aparición de La sociedad española en el siglo XVIII (1955), culminarían con La sociedad española en el siglo XVII, cuyo primer volumen apreció en 1963 y el segundo en 1970. También su biógrafo expone al mismo tiempo sus relaciones con otros historiadores, tanto españoles como extranjeros, especialmente su larga amistad y correspondencia con John H. Elliott.

En “El maestro”, Moreno Alonso expone y analiza la producción historiográfica de don Antonio en los años sesenta y setenta, inmersa ya por completo en el campo de la historia social y que, como se adelantó, culmina en esos años con los dos tomos sobre la sociedad española del XVII. El biógrafo desgrana la ingente producción bibliográfica de don Antonio en esas décadas y hace patente el paralelo aumento de su prestigio y de su reconocimiento, deteniéndose largamente en la famosa polémica sostenida entre Américo Castro y Claudio Sánchez Albornoz, sobre la que recoge las serenas y atinadas consideraciones que don Antonio dejó expresadas sobre ella. Se comenta también los libros de textos que el historiador escribió para la enseñanza de la Geografía y de la Historia en el Bachillerato. Los años que vivió en Madrid, trasladado a Institutos de Enseñanza Media de la Villa y Corte, y los últimos años de su vida, vieron un progresivo y creciente reconocimiento de su obra, la concesión de numerosas distinciones y premios y su nombramiento como miembro de las más altas Instituciones, entre las cuales la de Académico de la Real Academia de la Historia, fue especialmente valiosa para él y le complació sumamente por el encontrarse de nuevo rodeado de conocidos y entrañables amigos de su primeros años en Sevilla que eran ya académicos. Se termina esta capítulo con unas acertadas consideraciones del biógrafo sobre el indiscutible magisterio de don Antonio Domínguez Ortiz que, paradójicamente, no se hallaba encuadrado en ninguna escuela de historiadores ni dejó discípulos directos.

“Una mirada al presente” es no sólo el presente y la explicación histórica del presente sino también las opiniones, siempre sensatas, serenas y atinadas, de don Antonio sobre la más reciente historia de España, como sobre la Guerra Civil, el franquismo o la democracia, entresacadas acertadamente de su obra por el biógrafo, así como algunas palabras sobre el futuro. A partir de mediados de los años setenta el trabajo investigador y,

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consecuentemente, las publicaciones del historiador se vuelcan de manera primordial en la historia del pasado andaluz que, favorecida por la tendencia de esos años, le lleva a publicar muchas obras sobre la Historia de Andalucía, algunas de ellas de tipo global bajo su dirección y dentro de magnas empresas editoriales, o tratando de definir el más correcto concepto de Andalucía y de combatir algunas falsas opiniones de la misma. En las últimas décadas del XX dejó entrever veladas críticas sobre la inutilidad de muchos debates parlamentarios, el ocaso de las ideas y los valores o los inconvenientes del sistema de las autonomías, o el agrado con que había visto el plausible origen estudiantil de ciertos homenajes que se le tributaron o la contrariedad de haberse visto involucrado a su pesar en ciertas polémicas, como la del “final de la Historia” o la de Netanyahu sobre el carácter racista de la expulsión de los judíos o la Inquisición, etc. Todo ello hubo de compaginarlo con incesantes intervenciones en actos a los que era requerido, a las que nunca se negaba,con la redacción de artículos, prólogos o asistencia a congresos o jornadas de diverso tipo, sus declaraciones contra el tremendo declinar de la importancia de la materia de Historia en los planes de estudio de Bachillerato –se hace unas alusiones a la Asociación “Hespérides”–, o las limitaciones personales que le iba imponiendo la edad. El biógrafo hace unas consideraciones sobre sus últimos trabajo y a sus último años y recoge parte de sus últimas palabras. Al final se incluye una “Bibliografía selecta” y la transcripción de “Un día de conversación con D. Antonio Domínguez Ortiz”, entrevista mantenida por el biógrafo con el maestro en Granada el día 22 de febrero de 2002.

En resumidas cuentas la magnífica biografía de una magnífica personalidad, que engancha desde su primer párrafo hasta el último, muy bien estructurada y con el aliciente añadido de toda una galería de interesantes personajes y el fondo de unas circunstancias y unos momentos históricos que nos atraen vivamente.- A. Herrera.

RODRÍGUEZ BERNAL, EDUARDO: La Exposición Ibero-Americana de Sevilla.- Ayuntamiento de Sevilla (Biblioteca de Temas Sevillanos, 69), 2006. 322 págs. e ilustraciones.

Tercer trabajo de nuestro compañero E. Rodríguez Bernal sobre este tema, del que es un notable especialista. Se expone los cambios de su perfil y contenidos que se dieron a lo largo de su preparación y en este último trabajo se incluye un plano de su emplazamiento, se comentan su infraestructura, presupuesto y balance, el compromiso del Ayuntamiento de Sevilla y diversos aspectos concretos que tuvieron lugar durante estos certámenes, junto al número de visitantes y actividades paralelas que se ofrecieron.

RUIZ PÉREZ, ANTONIO: Demografía, sociedad, instituciones eclesiásticas y religiosidad en El Coronil durante los siglos XVI y XVII.- Ayuntamiento de El Coronil, 2007. 1.032 páginas.

Tesis doctoral de nuestro compañero A. Ruiz Pérez, leída en la Universidad de Sevilla el 15 de diciembre de 2005, que ha trabajado de un modo prácticamente exhaustivo sobre el tema expresado en el título, a través de cuyo contenido desfilan casi todos los aspectos de la villa de El Coronil en los indicados siglos. Un primer capítulo se dedica al marco urbano y al entorno rural de la villa, apareciendo en lo tocante al primer aspecto una reconstrucción de la villa en esos siglos, con sus calles, establecimientos artesanos y de servicios, edificios públicos y de beneficencia, iglesia parroquial, capillas y ermitas, etc., con sus correspondencias actuales. Con respecto al

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mundo rural de su término, se localizan los diferentes pagos con sus respectivos nombres, sus parcelas y cultivos, así como sus propietarios religiosos o seglares, su sistema de explotación, censos etc. Los dos capítulos siguientes se dedican a la demografía y a la sociedad de la villa. Lo relativo a la evolución demográfica en esos siglos, analizada a través de los libros sacramentales de la parroquia, estudia y analiza la natalidad en una serie de factores, tales como su número y variaciones del mismo, sexo y nombres impuestos, progenitores y padrinos, etc. En la nupcialidad, junto con su número y evolución, se estudia su estacionalidad y las causas de la misma, las segundas nupcias, velaciones y amonestaciones, dispensas por consanguinidad, origen de los contrayentes, descendencia y otras diversas circunstancias. En la mortalidad, empezando como en los aspectos anteriores por su número y distribución anual, se exponen las incidencias epidémicas, edades de los fallecidos, alta mortalidad infantil, sepulturas, etc. y, en relación con este aspecto, los testamentos y sus disposiciones. Como es lógico, cuando analiza la sociedad coronileña, estudia sus diversos grupos sociales de la villa, desde la oligarquía de propietarios hasta los más modestos y aún los marginados, así como sus oficios y trabajos, prestándose una detenida atención a la población esclava.

Los cuatro últimos capítulos de la obra –la segunda mitad de la misma– se hallan dedicados a los aspectos eclesiásticos y religiosos. Al templo parroquial de Nuestra Señora de Consolación se dedica el primero de esos capítulos, abordando su origen y la evolución de su edificio, que en la actualidad se corresponde con la configuración que adquiere en el siglo XVIII, describiendo sus diferentes partes y terminando con los bienes de todo tipo que poseía. En el capítulo dedicado a la fábrica de la iglesia y la gestión de sus bienes se recogen todo lo que en aquellos siglos la integraban y que venía a constituirla, en palabras del autor, como “la principal empresa del pueblo”, con una gran cantidad de personas relacionadas con ella, analizando sus ingresos, especialmente los diezmos, y también tributos y otros recursos, así como los diversos conceptos de las partidas del gasto, según la copiosa fuente de información proporcionada por los libros de cuentas de la fábrica y las Visitas pastorales. En el siguiente capítulo se trata del clero parroquial y del personal seglar adscrito a la parroquia de la villa, detallándose en él los distintos tipos de clérigos que oficiaban en el templo y los beneficios existentes, sus funciones y sus ingresos, su conducta y su cultura, así como todo cuanto sobre ello ofrecen las actas de las Visitas pastorales; también una variada gama de seglares actuaban en la parroquia, como el mayordomo de la fábrica, colectores, organistas, sepultureros y otros, sobre todos los cuales se dan aquí detalladas noticias. Aunque el clero regular no tuvo presencia en El Coronil hasta finales del siglo XVII –años en los que finaliza este estudio– con la fundación en lavilla de un convento de carmelitas descalzos, también sobre éste se recogen numerosas noticias. El cuarto capítulo de los dedicados a estos aspectos eclesiásticos –séptimo del libro– trata de las capellanías, patronatos y memorias pías fundadas en la iglesia parroquial en estos dos siglos, de los cuales su archivo conserva una copiosísima documentación y cuyo entramado y funcionamiento, que es expuesto detenidamente, presenta varios aspectos muy interesantes, entre los cuales no es el menor el que atañe a la historia económica. El último capítulo está dedicado a la liturgia y a la práctica de la religiosidad y por él desfilan, apoyado el autor en la consabida extensa base documental, la práctica sacramental, desde el bautismo hasta la extremaunción y los entierros, o la celebración de las misas; las fiestas creencias y devociones; las manifestaciones de la religiosidad popular a través de las cofradías y sus reglas, sus ingresos y sus gastos o los hospitales, que en algunos casos dependían de las mismas.

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Para este ingente trabajo de investigación documental se han utilizado, además del antes aludido archivo parroquial de El Coronil, que ha sido consultado de modo casi exhaustivo en todas sus secciones, el Archivo municipal de la propia villa y el Archivo General del Arzobispado de Sevilla, junto a otros a los que se ha acudido de manera más puntual. La obra, que incluye un gran número de tablas y gráficos, viene además acompañada de una extensa relación bibliográfica de obras utilizadas. En definitiva, un trabajo importante, cuyo caudal de datos y documentos, que para algunos podría pecar de abrumador, no sólo hace el libro imprescindible para todo el que quiera emprender una investigación sobre la historia local de El Coronil, sino que podría dar lugar a trabajos sectoriales diversos únicamente con el estudio detenido de aquellos datos y documentos aportados aquí. A. Herrera.

B) ARTÍCULOS Y COMUNICACIONESCOSANO MOYANO, JOSÉ: Córdoba y América. De Colón a del Pino Rozas.- En

ARANDA DONCEL, J., y COSANO MOYANO, J. (Edits.): El Reino de Córdoba y su proyección en la Corte y América durante la Edad Moderna.- Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes. Córdoba, 2008, págs. (p. 305-364).

Trabajo que recoge las personalidades cordobesas o que residieron en determinadas épocas en Córdoba y que tuvieron un papel destacado en el descubrimiento y colonización de América, desde el propio almirante Cristóbal Colón, su mujer, Beatriz Enríuez de Arana, y su hijo Hernando, el insigne bibliófilo, hasta el virrey “científico y progresista” del Río de la Plata Joaquín del Pino y Rozas, entre otros muchos personajes, conquistadores, gobernantes o clérigos. En anexo se transcribe el Plan de capitulaciones del movimiento comunal de 1781 en el Nuevo Reino de Granada. Abundante bibliografía.

COSANO MOYANO, JOSÉ; La política educativa en España. Siglo y medio de Segunda Enseñanza en Córdoba (1800-1950). En “Córdoba contemporánea. Historia, espacio urbano y economía”. Universidad y Real Academia de Córdoba, 2009, págs. 175-207.

Plantea la interesante cuestión de la evolución de la Segunda Enseñanza en dichos años, los planes de estudios en la etapa isabelina, así como la dualidad enseñanza pública y privada, y la creación de los Institutos de Enseñanza Media, con particular referencia al Instituto cordobés, siendo de notable interés en este campo las pinceladas biográficas de algunos preeminentes profesores de este Centro, como don Antonio Jen Morente, por ejemplo.

ESCOBAR CAMACHO, JOSÉ MANUEL: Córdoba en el tránsito a la Edad Moderna.- En ARANDA DONCEL, J., y COSANO MOYANO, J. (Edits.): El Reino de Córdoba y su proyección en la Corte y América durante la Edad Moderna.- Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes. Córdoba, 2008, págs. 13-50.

Conferencia en la que primeramente se ofrece una panorámica general del reino cordobés en la época de su transición de la Baja Edad Media a la Moderna en los ámbitos demográfico, jurisdiccional y socioeconómico, centrándose tras ello en la propia ciudad

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de Córdoba y en la imagen que proyectaba en dicha época y en el cambio que experimentaría con respecto a la etapa anterior. El texto va acompañado del aparato crítico correspondiente y abundante bibliografía.

ESCOBAR CAMACHO, JOSÉ MANUEL: El casco histórico de Córdoba en el siglo XIX. En “Córdoba contemporánea. Historia, espacio urbano y economía”.Universidad y Real Academia de Córdoba, 2009, págs. 53-85.

Expone el legado urbano heredado y las transformaciones experimentadas a lo largo de ese siglo, tratando su recinto amurallado, el espacio urbano intramuros, la infraestructura urbana y la expansión extramuros tanto en el antiguo legado como en las transformaciones del XIX.

GOZALBES CRAVIOTO, ENRIQUE: El comercio y las relaciones de Málaga con el Norte de África en la Antigüedad. Una revisión.- En “II Congreso de Historia Antigua de Málaga. Comercio y comerciantes en la historia antigua de Málaga (Siglo VIII a. C. – año 711 d. C.)”, Diputación de Málaga, 2001, págs. 501-515.

Pese a la insuficiencia de los datos, parece segura la existencia de frecuentes contactos comerciales entre Málaga y la costa africana en la época romana, señalando las fuentes literarias, epigráficas y numismáticas sobre todos los contactos con los puertos africanos de Siga y Nusadir, aunque son muy probables con otros puertos. Mapas con las posibles rutas seguidas por los navíos.

GOZALBES CRAVIOTO, ENRIQUE: Mito y realidad del bandolerismo hispánico en la antigüedad (siglos II a. de C. – I d. de J.).- En “El bandolerismo en Andalucía. Actas de las VIII Jornadas”.- Jauja, 2004. Ayuntamiento de Lucena, 2005, págs. 117-173.

NAVARRO DOMÍNGUEZ, J. MANUEL: Elitismo social, inmigración y marginalidad a través de la recluta durante la Guerra de Sucesión española.- “Archivo Hispalense” (Sevilla), LXXXVI-LXXXVII, núms. 261-266 (2003-2004), págs. 77-90.

Reclutamiento de soldados mediante los usuales procedimientos de quintas y levas, encomendadas a los municipios, con sus particularidades de elección de mandos, informes municipales, incidencias, etc., centrándose en las poblaciones de Écija y Carmona, de cuyos archivos municipales procede la documentación.

NAVARRO DOMÍNGUEZ, JOSÉ MANUEL, Estructura urbana y uso de espacios en una agrupación andaluza. Carmona en el tránsito del Antiguo al Nuevo Régimen.-“Carmona. Revista de Estudios Locales. CAREL” (Carmona, Sevilla), año IV, núm. 4 (2006), págs. 1771-1805.

Se analiza dicha cuestión a través de varios aspectos, tales como la demografía y las diversas collaciones de la ciudad, los edificios y la estructura urbana, las estructuras social y política y su subsiguiente segregación espacial, murallas, plazas, templos, industrias, etc. Se utilizan los datos del Catastro de Ensenada y varios registros fiscales.

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316 317

NAVARRO DOMÍNGUEZ, J. MANUEL: La desequilibrada estructura social de Carmona a comienzos del siglo XIX.- “Carmona. Revista de Estudios Locales. CAREL” (Carmona, Sevilla), año V, núm. 5 (2007), págs. 2150-2196.

Análisis de la población de Carmona, considerando su renta, comportamiento socioeconómico y dedicación profesional, lo que dibuja un sector oligárquico, un grupo medio de modestos labradores y medianos propietarios y una clase popular de jornaleros, aparte del sector eclesiástico. Documentación del Archivo Municipal.

NAVARRO DOMÍNGUEZ, JOSÉ MANUEL: Carmona en vísperas de la Guerra de la Independencia.- “Carmona. Revista de Estudios Locales. CAREL” (Carmona, Sevilla), año VI, núm. 6 (2008), p. 2.673-2.716.

Análisis de la realidad local de esa ciudad sevillana en tales años, con una economía especializada en ciertas producciones agrarias, pero sin las adecuadas estructuras industriales o comerciales, una sociedad fuertemente desequilibrada y otras condiciones adversas que presagiaban una situación catastrófica en momentos de crisis como los que se avecinaban. Bibliografía.

NAVARRO DOMÍNGUEZ, J. MANUEL: Asaltos a un cortijo de la campiña sevillana durante la ocupación francesa.- En “El bandolerismo en Andalucía. Actas de las VIII Jornadas”.- Jauja, 2004. Ayuntamiento de Lucena, 2005, págs. 255-280.

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Descripción de este Archivo, breve exposición de la formación de sus fondos, composición e importancia de los mismos, organización y catalogación y relación de trabajos publicados a base de la documentación que guarda.

VÁZQUEZ LESMES, RAFAEL: Poder paralelo y contrapoder en Córdoba en la Época Moderna.- En ARANDA DONCEL, J., y COSANO MOYANO, J. (Edits.): El Reino de Córdoba y su proyección en la Corte y América durante la Edad Moderna.-Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes. Córdoba, 2008, págs. 257-303.

Esencialmente se estudian y analizan en este trabajo los cabildos municipal y eclesiástico de la ciudad en dicha época, como dos instituciones ostentadoras de poder en la ciudad, sus encuentros y desencuentros, sus actuaciones conjuntas (abasto de la ciudad, asistencia en calamidades, cuestiones de protocolo, fiestas en honor de la realeza), así como las quejas, fricciones y pleitos entre los dos cabildos. Base documental en los Archivos catedralicio y municipal de Córdoba. Bibliografía.

C) OBRAS RECIBIDASCatálogo de la Exposición “Del arca de tres llaves al fichero digital. Quinientos

años del Archivo de Osuna”.- Diputación de Sevilla – Ayuntamiento de Osuna, 2009.-157 págs., ils.

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COSANO MOYANO, JOSÉ (Edit.): Córdoba contemporánea. Historia, espaciourbano y economía.- Universidad de Córdoba. Real Academia de Córdoba.- Córdoba, 2009.- 270 p. (24 x17).

Estudios de Historia Moderna en homenaje al profesor Antonio García-Baquero.Universidad de Sevilla (Serie Historia y Geografía, 147), 2009, 697 págs.

D) INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA Obras Generales

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GAVILÁN CEBALLOS, BEATRIZ, y VERA RODRÍGUEZ, J. CARLOS: El Neolítica en la Alta Andalucía: cuestiones sobre la caracterización de sus fases.- “SPAL. Revista de Prehistoria y Arqueología” (Sevilla), núm. 10 (2001), págs. 177-183.

MÁRQUEZ ROMERO, JOSÉ E.: De los “Campos de silos” a los “Agujeros negros”: sobre pozos, depósitos y zanjas en la Prehistoria reciente del sur de la Península Ibérica.- “SPAL. Revista de Prehistoria y Arqueología” (Sevilla), núm. 10 (2001), págs. 207-220.

PEREIRA SIESO, J., CHAPA BRUNET, T., y MADRIGAL BELINCHÓN, A.; Reflexiones en torno al mundo funerario de la Alta Andalucía durante la transición bronce final – hierro I.- “SPAL. Revista de Prehistoria y Arqueología” (Sevilla), núm. 10 (2001), págs. 249-273.

Colonias y comerciantes en el occidente mediterráneo. Universidad de Almería, 2001. 188 págs. (Trata de las colonias y factorías en Andalucía).

TORRES ORTIZ, MARIANO: La cerámica a mano con decoración de botones de bronce: una aportación al estudio de la alfarería tartésica del Bronce final.- “SPAL. Revista de Prehistoria y Arqueología” (Sevilla), núm. 10 (2001), págs. 275-281.

CASADO ARIZA, MANUEL J.: La cerámica con decoración grabada de época tartésica: Estado actual de la cuestión.- “SPAL. Revista de Prehistoria y Arqueología” (Sevilla), núm. 10 (2001), págs. 283-293.

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MERINERO RODRÍGUEZ, RAFAEL: El bandolerismo en Andalucía. Actas de las VIII Jornadas.- Jauja, 2004. Ayuntamiento de Lucena, 2005.- 333 págs. Incluye las siguientes comunicaciones: C. FERNÁNDEZ ARIZA, “Carmen en tierra de bandoleros” (págs. 13-30); J. A. RODRÍGUEZ MARTÍN, “Tres calas sobre la delincuencia a finales del Antiguo Régimen (31-50); M. RADERS, “Viajeros alemanes por España entre la Ilustración y el Romanticismo (51-116); E. GOZALBES CRAVIOTO: “Mito y realidad del bandolerismo hispánico en la antigüedad (siglos II a. de C. – I d. de J.)” (117-173); J. C. TORRES JIMÉNEZ, “La partida jiennense de Los Botijas y su relación con El Tempranillo” (175-251); J. M. NAVARRO DOMÍNGUEZ, “Asaltos a un cortijo de la campiña sevillana durante la ocupación francesa” (255-280); M. GAVIRA MATEOS, “Crónica de un secuestro en la sierra de Cádiz” (281-307); A. MORENO HUERTADO,

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COBO ROMERO, FRANCISCO: Revolución campesina y contrarrevolución franquista en Andalucía. Conflictividad social, violencia política y represión franquista en el mundo rural andaluz, 1931-1950.- Universidades de Córdoba y Granada, 2004.-396 págs.

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CUENCA TORIBIO, J. MANUEL: Dos siglos de postración. Política y políticos en la Andalucía Contemporánea (1810-2005).- Fundación Lara. Sevilla, 2007. 326 págs.

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de Los Millares. Actuaciones de protección, consolidación y puesta en valor.-Universidad y Colegio de Arquitectos de Almería, 2004. 97 págs., fotos y planos.

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FERNÁNDEZ GARCÍA, M. ISABEL: Acercamiento a la sociedad del centro de producción de T.S.H. de los Villares de Andujar (Jaén): notas sobre la sala de exposición permanente.- “Cvdas” (Andujar), núm. 2 (2001), págs. 35-50.

MálagaFERNÁNDEZ RUIZ, JUAN, y MÁRQUEZ ROMERO, JOSÉ ENRIQUE:

Megalitismo en la cuenca media del Río Grande (Málaga).- Universidad de Málaga, 2001. 144 págs. , con láminas, figuras y tablas.

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FERNÁNDEZ RUIZ, JUAN, y MÁRQUEZ ROMERO, J. LUIS: El sepulcro megalítico del tesorillo de la Llana en el Cerro Ardite. Alozaina (Málaga).- “SPAL. Revista de Prehistoria y Arqueología” (Sevilla), núm. 10 (2001), págs. 192-206.

GARCÍA ALFONSO, EDUARDO: La primera historia de Málaga. La colonización fenicia arcaica.- Universidad de Málaga, 2002. 182 pp., mapas y planos.

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ARCE SAINZ, FERNANDO: Arquitectura y rebelión: construcción de iglesias durante la revuelta de Umar b. Hafsun.- “Al-Qantara” (Madrid), XXII, núm. 1 (2001), págs. 121-145.

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MATEO AVILÉS, ELÍAS: Las víctimas del Frente Popular en Málaga. La “otra” memoria histórica.- Málaga, Edit. Arguval, 2007. 222 págs.

NORTON, EDWARD: Muerte en Málaga. Testimonio de un americano sobre la Guerra Civil española.- Universidad de Málaga. Academia de Bellas Artes de San Telmo.- Málaga, 2006.- 491 págs.

La vida y obra del cardenal Herrera Oria. Estudio, testimonios, documentos e imágenes.- Ayuntamiento de Málaga, 2006. 103 págs.

ROMERO NAVAS, JOSÉ AURELIO: Censo de guerrilleros y colaboradores de la Agrupación Guerrillera de Málaga-Granada (1944-1960).- Diputación de Málaga, 2004.- 430 págs.

LLAMAS MANTECÓN, J- MANUEL: Discrepancias ambientales en el patrimonio: el caso de Pizarra.- “Mérida. Ciudad y patrimonio” (Mérida), núm. 6 (2002), págs. 291-298.

SevillaActas de las V Jornadas de fortificaciones, piratería y corsarismo en el

Mediterráneo.- Ayuntamiento de Cartagena. AFIRCA.- Murcia, 2006. Tocantes a Andalucía aparecen las comunicaciones siguientes: F. VELASCO HERNÁNDEZ, “Un obstáculo a la ‘paz hispànica’ de Felipe III: la pervivencia de corsarismo islámico en Levante y Andalucía (págs. 83-112); M. E. CARRILLES, “El corsarismo hispanoamericano en Andalucía y el Campo de Gibraltar en la primera mitad del siglo

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XIX” (251-272); M. J. PAREJP DELGADO y L. SEGURA ARISTA, “La defensa terrestre del litoral. La problemática de las fortificaciones de Tarifa (1868-1912) en el Archivo del Cuartel General de la Región Militar Sur” (273-292).

La ciudad y sus gentes. Historia urbana de Sevilla. Escuela Libre de Historiadores. Sevilla, 2005, 226 págs. Contiene los trabajos siguientes: J. J. GARCÍA BERNAL, “La primera ciudad de Sevilla: de factoría indígena a colonia romana” y “La ciudad mudéjar y la nueva sociedad cristiana”; F. FERNÁNDEZ AMADOR y A. LARA BERMEJO: “La Sevilla islámica (Isbiliya, 712-1248)”; P. J. RUEDA RAMÍREZ, “Las transformaciones urbanas en la modernidad (1500-1750)” y “La ciudad entre la tradición y la modernidad: reformas e Ilustración en el urbanismo sevillano desde de 1750 a 1830”, y F. MELERO OCHOA, “Ilusiones de progreso. La ciudad industrial”, “La ciudad desbordada. La Sevilla del siglo XX” y “¿Quo vadis, Hispalis?”.

QUINTANADUEÑAS, ANTONIO DE: Santos de la ciudad de Sevilla y su Arzobispado. Fiestas que su Santa Iglesia celebra. 1636-1637.- Edición facsímil. Ayuntamiento de Sevilla (Clásicos Sevillanos, 27), 2006. 54 págs. + 426 fols.

FERNÁNDEZ CARO, JOSÉ JUAN: Particulares técnicas de bifaces y cuchillos de dorso natural a la luz de las investigaciones en el río Corbones (Sevilla).- “SPAL. Revista de Prehistoria y Arqueología” (Sevilla), núm. 10 (2001), págs. 149-156.

GARCÍA SANJUAN, ALEJANDRO: Declive y extinción de la minoría cristiana en la Sevilla andalusí (ss. XI-XII).- “Historia. Instituciones. Documentos” (Sevilla), núm. 31 (2004), págs. 269-286.

CAMINO, CARMEN DEL: La escritura al servicio de la administración concejil.- “Historia. Instituciones. Documentos” (Sevilla), nº. 31 (2004), págs. 97-112.

AZNAR VALLEJO, EDUARDO: Los corredores de lonja en la Sevilla bajomedieval.- “Historia. Instituciones. Documentos” (Sevilla), 31 (2004), págs. 41-49.

PALENZUELA DOMÍNGUEZ, NATALIA: Los mercaderes burgaleses en Sevilla a fines de la Edad Media.- Universidad de Sevilla, 2003.- 318 págs.

BORRERO FERNÁNDEZ, MERCEDES.- El monasterio cisterciense de Santa María de las Dueñas. Sevilla. Siglos XIII-XVI.- “Historia. Instituciones. Documentos” (Sevilla), núm. 31 (2004), págs. 51-68.

RONQUILLO RUBIO, MANUELA: La promoción de una familia de artesanos vascos en el siglo XV: Nicolás Martínez de Durango, mercader, jurado y mayordomo del cabildo sevillano.- “Archivo Hispalense” (Sevilla), LXXXV, núm. 259-260 (2002), págs. 83-112.

SEGURA MOLERA, A., y VALLEJO ORELLANA, P.: Catálogo de los impresos del siglo XVI de la Biblioteca Colombina de Sevilla. Vol. IV: M-O. Institución Colombina, Sevilla, 2004. 524 págs.

SEGURA MOLERA, A., y VALLEJO ORELLANA, P.: Catálogo de los impresos del siglo XVI de la Biblioteca Colombina de Sevilla. Vol. V: R-Z. Con un catálogo de incunables de la Biblioteca. Institución Colombina, Sevilla, 2006. 676 págs.

BOEGLIN, MICHEL: Inquisición y contrarreforma. El Tribunal del Santo Oficio de Sevilla (1560-1700).- Ayuntamiento de Sevilla, 2006. 277 + XXIV págs.

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GIL FERNÁNDEZ, JUAN: Griegos en Sevilla (siglo XVI). Documentación de protocolos.- “Erytheia” (Madrid), núm. 25 (2004), págs. 141-172.

GARMENDIA ARRUEBARRENA, JOSÉ.- Algunos vascos en Sevilla en el siglo XVI.- “Boletín. Real Sociedad Bascongada de Amigos del País” (San Sebastián), tomo LIX, núm. 2 (2003), págs. 678-684.

ALVAREZ MARQUEZ, CARMEN: Mujeres lectoras en el siglo XVI en Sevilla.- “Historia. Instituciones. Documentos” (Sevilla), núm. 31 (2004), págs. 19-40.

CARRIAZO RUBIO, JUAN LUIS: Los Ponce de León y la Capitanía de Sevilla.- “Historia. Instituciones. Documentos” (Sevilla), núm. 31 (2004), pp. 131-142.

COLLADO, FRANCISCO GERÓNIMO: Descripción del túmulo y relación de las exequias que hizo la ciudad de Sevilla en la muerte del rey don Felipe Segundo.-Presentación de V. Lleó Cañal. Ayuntamiento de Sevilla (Clásicos Sevillanos, 25), 2005. 18 + XXXVIII + 223 págs.

GIL. JUAN: Noticias del Perú en las escribanías de Sevilla.- “Anuario de Estudios Americanos” (Sevilla), núm. 61/1 (2004), págs. 283-312.

GONZÁLEZ DE CALDAS, VICTORIA: ¿Judíos o cristianos? El proceso de fe “Sancta Unquisitio”.- Universidad de Sevilla (Historia y Geografía, 33), 2004. 660 p.

MORENO MENDOZA, ARSENIO: La pintura de Sevilla en la primera mitad del siglo XVII: gremios, precios y mercados.- “Archivo Hispalense” (Sevilla), LXXXV, núm. 258 (2002), págs. 153-175.

CORNEJO, FRANCISCO J.: Noticias de los últimos años de la vida de Asensio de Maeda. El caso del arquitecto desaparecido. “Archivo Hispalense” (Sevilla), LXXXV, núm. 258 (2002), págs. 315-319.

ZABOLOTSKAIA NADEZHDA, SERGEEVNA: Zurbarán i Murillo: Velikie Khudozhniki Zolotogo Veka.- “Prepodavanie Istorii v Shkole” (Moscú), VII (1998), págs. 2-11.

MARTÍNEZ DEL VALLE, GONZALO J.: Nuevas obras atribuibles a Guy Romano.- “Archivo Hispalense” (Sevilla), LXXXV, núm. 258 (2002), págs. 321-326.

MARTÍN PRADAS, ANTONIO: El conjunto coral de la iglesia parroquial de San Lorenzo Mártir de Sevilla: sillería de coro, facistol y órgano.- “Archivo Hispalense” (Sevilla), LXXXV, núm. 258 (2002), págs. 117-133.

MEDIANERO FERNÁNDEZ. JOSÉ MARÍA: Sobre el San Cristóbal pintado por Juan Sánchez de Castro en la iglesia sevillana de San Julián.- “Archivo Hispalense” (Sevilla), LXXXV, núm. 259-260 (2002), págs. 241-254.

HERNÁNDEZ NAVARRO, F. J., y GUTIÉRREZ NÚÑEZ, F. J.: Orígenes y primera evolución de los Regimientos de Caballería de la Sevilla durante la Guerra de Sucesión (1702-1704).- “Revista de Historia Militar” (Madrid), XLIX, núm. 97 (2005), págs. 9-49 (Publicado también en “Archivo Hispalense” (Sevilla), LXXXV, núm. 259-260 (2002), págs. 41-81).

MORENO FLORES, M. ANTONIA: Avatares y resultados de la Guerra de Sucesión en la zona occidental del Reino de Sevilla.- “Archivo Hispalense” (Sevilla), LXXXVI-LXXXVII, núms. 261-266 (2003-2004), págs. 91-99.

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CAMPESE GALLEGO, FERNANDO: La representación del común en el Ayuntamiento de Sevilla (1766-1808).- Universidades de Sevilla y Córdoba, 2005. 606 páginas.

RODRÍGUEZ MATEOS, JOAQUÍN: Las cofradías y las Luces. Ilustración y Reforma en la crisis del Barroco.- Ayuntamiento de Sevilla (Biblioteca de Temas Sevillanos, 70), 2006. 313 págs.

GONZÁLEZ MORENO, JOAQUÍN: Los grabados venecianos del Vía Crucis del Hospital del Pozo Santo de Sevilla.- “Archivo Hispalense” (Sevilla), LXXXV, núm. 258 (2002), págs. 195-219.

OLLERO LOBATO, FRANCISCO: Propuestas urbanísticas para el área del convento de San Francisco de Sevilla durante la primera mitad del siglo XIX.-“Archivo Hispalense” (Sevilla), LXXXV, núm. 258 (2002), págs. 135-151.

SIERRA, MARÍA: La “política del pacto”. El sistema de la Restauración a través del partido conservador sevillano (1874-1923).- Diputación de Sevilla (Sección Historia, serie 1, núm. 45). Sevilla, 1996. 467 págs.

CANTIZANO MÁRQUEZ, BLASINA: Lady Herbert: Una dama inglesa en los conventos de Sevilla [en el XIX].- “Archivo Hispalense” (Sevilla), LXXXV, núm. 259-260 (2002), págs. 115-126.

VELA MONTERO, JOSÉ ANTONIO: El “discurso del miedo”: República, kerenskianismo y revolución en las páginas de “El Correo de Andalucía” durante la transición al régimen republicano.- “Archivo Hispalense” (Sevilla), LXXXV, núm. 258 (2002), págs. 13-38.

BRAOJOS GARRIDO, A., et alii: Manuel Giménez Fernández (1896-1968). Epistolario político.- Ayuntamiento de Sevilla (Temas libres, 21). Sevilla, 2000. 420 p.

GARCÍA FERNÁNDEZ, MANUEL: La campiña sevillana y la frontera de Granada (siglos XIII-XV). Estudios sobre poblaciones de la Banda Morisca.-Universidad de Sevilla – Fundación Contsa, 2005.- 331 págs.

RODRÍGUEZ HIDALGO, JOSÉ MANUEL: La restauración del dolmen del término de Gandul, Alcalá de Guadaíra y Mairena del Alcor.- “SPAL. Revista de Prehistoria y Arqueología” (Sevilla), núm. 10 (2001), págs.93-107.

FERNÁNDEZ GÓMEZ, MARCOS: Nuevos datos y documentos sobre la repoblación de Alcalá de Guadaíra (1280-1335).- “Historia. Instituciones. Documentos” (Sevilla), núm. 31 (2004), págs. 167-191.

FILTER RODRÍGUEZ, JOSÉ ANTONIO: Cañada Rosal. Crónica del siglo XX.Tomo I. Ayuntamiento de Cañada Rosal – Consejería de Justicia.- Sevilla, 2007. 487 p.

Carmona. Revista de Estudios Locales CAREL, núm. 3 (2005). Contiene los siguientes trabajos: LINARES ROMERO, RICARDO, “Urbanismo romano de Carmona, I (págs. 987-1033); GONZÁLEZ ISIDORO, JOSÉ, “Aproximación a un estudio iconológico a los ángeles, santos y alegorías en la ciudad de Carmona” (1105-1186); J. M. CARMONA DOMÍNGUEZ, “Bibliografía general de Carmona. Folletos impresos”(1311-1341).

Carmona. Revista de Estudios Locales CAREL, núm. 4 (2006). Contiene los siguientes trabajos: TOUVENOT, RAYMOND, “Las murallas romanas de Carmona (provincia de Sevilla)” (págs. 1359-1385); VALLESPÍ PÉREZ, E., “El Bajo Guadalquivir en los comienzos de su historia humana. Investigaciones del proyecto

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1985-1993 y tesis doctorales de 1993, 1998 y 1999” (1409-1422); CARO GÓMEZ, J. A., “Yacimientos e industrias achelenses en las terrazas fluviales de la depresión del Bajo Guadalquivir (Andalucía, España). Secuencia estratigráfica, caracterización tecnocultural y cronología” (1423-1605); CONLIN HAYES, E., “Acerca del origen verdadero de Carmona: su secuencia evolutiva en la Edad del Cobre” (1607-1640); VÁZQUEZ PAZ, JACOBO, “Contextos cronológicos de la Carmona romana altoimperial” (1641-1670); GONZÁLEZ ISIDORO, JOSÉ, “Aproximación a un análisis funcional de los diferentes objetos litúrgicos existentes en la ciudad de Carmona: finalidad y usos” (1671.1739); LERÍA, ANTONIO, “Medio milenio de Semana Santa en Carmona” (1741-1769); NAVARRO DOMÍNGUEZ, JOSÉ MANUEL, “Estructura urbana y uso de espacios en una agrupación andaluza. Carmona en el tránsito del Antiguo al Nuevo Régimen” (1771-1805); GAMERO ROJAS, M., “La crisis económica y social de 1834 en Carmona: los repartos de jornaleros” (1807-1832); CARMONA RODRÍGUEZ, JOSÉ MARÍA, “Bibliografía general de Carmona. Publicaciones seriadas, artículos y partes de monografías” (1877-1921).

Carmona. Revista de Estudios Locales CAREL, núm. 5 (2007). Contiene los siguientes trabajos: HAZAÑAS Y LA RÚA, JOAQUÓN, “Maese Rodrigo Fernández de Santaella, fundador de la Universidad de Sevilla” (págs. 1941-1982): FERNÁNDEZ CARO, J. J.: “Las industrias líticas paleolíticas del Bajo Guadalquivir; Río Corbones (I)” (1985-2147); NAVARRO DOMÍNGUEZ, J. M., “La desequilibrada estructura social de Carmona a comienzos del siglo XIX” (2150-2196); ÁLVAREZ REY, L., “Reforma y contrarreforma agraria durante la Segunda República: Carmona 1931-1936” (2197-2245); RUIZ ROMERO, M., “Carmona. Ciudad del Estatuto de Autonomía. Datos para una vinculación histórica” (2247-2267); CARMONA DOMÍNGUEZ, J. M., “Bibliografía general de Carmona. Materiales especiales: grabaciones sonoras, audiovisuales y recursos electrónicos” (2291-2302)

COLLANTES DE TERÁN SÁNCHEZ, ANTONIO: Los inicios del encabezamiento de alcabalas en Cazalla de la Sierra (Sevilla).- “Historia. Instituciones. Documentos” (Sevilla), núm. 31 (2004), págs. 155-166.

PÉREZ GARCÍA, RAFAEL M.: La biblioteca del convento de San Diego de Cazalla: libros de autos franciscanos (1646).- “Archivo Hispalense” (Sevilla), LXXXV, núm. 258 (2002), págs. 99-113.

ESCACENA CARRASCO, J., IZQUIERDO DE MONTES, R., y CONDE ESCRIBANO, M.: Consagrado a Baal Saphón. Un santuario fenicio en la antigua Caura. “Azotea. Revista de Cultura del Ayuntamiento de Coria del Río, núm. 15 (2005), págs. 9-63, ils.

HENARES GUERRA, M. TERESA: Ingeniería militar romana en el término municipal de Coria del Río: La Vía Augusta y su entorno inmediato.- “Azotea. Revista de Cultura del Ayuntamiento de Coria del Río, núm. 15 (2005), págs. 65-107, ils.

BARRIGA GUILLÉN, CARMEN (Edit.): Privilegio de poblamiento de la villa de Coria del Río. Año 1500.- Diputación de Sevilla. Ayuntamiento de Coria del Río, 2005. 12 hojas.

VALOR PIECHOTTA, MAGDALENA: El deslinde de la Torre de los Herberos y sus tierras anejas.- “Azotea. Revista de Cultura del Ayuntamiento de Coria del Río, núm. 15 (2005), págs. 141-151.

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GUTIÉRREZ CARDO, FRANCISCO J.: El Regeneracionismo en Coria del Río 1899-1902.- “Azotea. Revista de Cultura del Ayuntamiento de Coria del Río, núm. 15 (2005), págs. 127-139.

LA VILLA NOGALES, F. DE, y MIRA CABALLOS, E.: Juan Fernández de Lara: Un escultor en la Écija del siglo XVII.- “Archivo Hispalense” (Sevilla), LXXXV, núm. 258 (2002), págs. 221-239.

MALDONADO FERNÁNDEZ, MANUEL: La encomienda santiaguista de Guadalcanal.- “Archivo Hispalense” (Sevilla), LXXXV, núm. 258 (2002), págs. 3962.

Actas del I Simposio de Historia de la Orden de San Juan de Jerusalén. La Orden de San Juan de Jerusalén en el priorato de Castilla y en Portugal en la Edad Moderna.-“Archivo Hispalense” (Sevilla), LXXXVI-LXXXVII, núms. 261-266 (2003-2004). Contiene, entre otros, los siguientes trabajos: HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, SALVADOR, “La emigración a América en un lugar de la Orden de San Juan de Jerusalén: Indianos de Tocina (siglos XVI-XVII)” (págs. 101-119); ROJAS ARIAS, E., y VALIENTE ROMERO, A., “Producción y fiscalidad en un señorío de la Orden de la Orden de San Juan. El modelo de Tocina en el siglo XVIII (121-131); FERNÁNDEZ CHAVES, M., “La consolidación urbana de Tocina en el siglo XVIII” (133-153); GONZÁLEZ CARBALLO, JOSÉ, “La división de la cámara prioral de Lora y su separación del Priorato: la creación de la encomienda de Alcolea y el bailiaje de Lora” (155-166); GONZÁLEZ CARBALLO, JOSÉ, “Ventas de cargos municipales y política de incorporación en un señorío de la Orden de San Juan: el caso de la villa de Lora (siglos XVI-XVIII)” (209-224); HERRERA VÁZQUEZ, GEMA M., “El perfil político y social de Francisco María de Rueda y Barrientos, comendador de Tocina (255-265); FERNÁNDEZ CHAVES, M., et alii, “La evolución histórica de la encomienda de Tocina a través de sus mejoramientos y apeos: siglos XVII y XVIII” (277-300); GUTIÉRREZ NÚÑEZ, F. J., “Las rentas eclesiásticas de tres encomiendas de la Orden de San Juan a inicios del siglo XVIII: Las casas de Lora del Río, Tocina y Alcolea” (301-318); HIDALGO LERDO DE TEJADA, FERNANDO, “Bienes y usos comunales en las encomiendas sanjuanistas del Reino de Sevilla a lo largo del siglo XVIII” (319-338); CIVALE, GIAN CLAUDIO, “Estamos como en tierra de moros. La Catedral de Sevilla, excomulgada a causa de la encomienda de Tocina” (389-406); GARCÍA QUILIS, M., “La iglesia parroquial de San Vicente Mártir. de Tocina. Un ejemplo de la arquitectura de la isla de Malta en tierras sevillanas (417-439); ZURITA GÓMEZ, J. A., “Fuentes para el estudio de la administración de la Orden de Malta en el priorato de Castilla durante en siglo XVIII. Estudio diplomático de los ‘Expedientes de mejoramientos’ de la encomienda de Tocina” (493-515)

CABALLOS RUBIO, A., ESCACENA CARRASCO, J.L., y CHAVES TRISTÁN, F.: Arqueología en “Laelia” (Cerro de las Cabezas, Olivares, Sevilla). Campaña de excavación de 1981.- Universidad de Sevilla-Ayuntamiento de Olivares, 2005. 123 págs.

PACHÓN ROMERO, J. A., y RUIZ CECILIA, J. I.: La muralla Engel/Paris y la necrópolis protohistórica de Osuna.- “Florentia iliberritana. Revista de Estudios de la Antigüedad Clásica” (Granada), núm. 16 (2005), págs. 383-423.

FERNÁNDEZ FLORES, A., y RUIZ CECILIA, I.: Circulación monetaria en Urso. Material numismático recuperado en la intervención arqueológica de calle la Huerta 3 y 5 de Osuna (Sevilla).- “SPAL. Revista de Prehistoria y Arqueología” (Sevilla), núm. 12 (2003), págs. 333-361.

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GARCÍA FERNÁNDEZ, MANUEL: La villa de Osuna entre Pedro I y Enrique II. Algunas reflexiones sobre la guerra civil castellana en Andalucía (1366-1371).-“Historia. Instituciones. Documentos” (Sevilla), núm. 31 (2004), págs. 211-225.

SANTOS MÁRQUEZ, ANTONIO: La platería en la parroquia de Nuestra Señora de Consolación de Osuna (Sevilla).- “Archivo Hispalense” (Sevilla), LXXXV, núm. 258 (2002), págs. 177-191.

ALBA LARA, BALDOMERO: El Viso del Alcor. Memoria del siglo XX.-Diputación de Sevilla – Ayuntamiento de El Viso, 2000. 503 págs.

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PUBLICACIONES DE LA ASOCIACIÓN HESPÉRIDES

A. Formato CD-ROM

1. XXIII Coloquio Metodológico-Didáctico: “Darwin y los viajes científicos”,celebrado en Granada en los días 15 al 17 de marzo de 2007. Ponencias y comunicaciones. Dalías (Almería), 2009. 273 págs.

2. Bicentenario de la Constitución de Cádiz. Exposiciones conmemorativas 2007-2009. (Presentación, paneles, vídeos, juegos y cuestionarios). Dalías (Almería), 2009.

3. Anuario de Hespérides. Investigaciones científicas e Innovaciones didácticas.Congreso de Lucena (Córdoba): “La arqueología: de la ciencia a la docencia”. Miscelánea. Volumen XVII-XVII (2009-2010). Málaga, 2010. págs., 348.

B. LIBROS

1. Comunicaciones presentadas al I Congreso de Profesores Investigadorescelebrado en El Puerto de Santa María en los días 15 al 18 de setiembre de 1982. 2 Vols.: I. Historia de Andalucía. Prólogo de A. Domínguez Ortiz. 289 págs.; II. Geografía, Demografía, Varia. Prólogo de Aurelio Garcés Olmedo. Sevilla, 1984. 284 págs.

2. Comunicaciones presentadas al II Congreso de Profesores-Investigadores,celebrado en Benalmádena del 21 al 23 de setiembre de 1983. Sevilla, 1985. 448 págs.

3. Comunicaciones presentadas al III Congreso de Profesores Investigadores,celebrado en La Rábida (Palos de la Frontera), entre los días 27 al 30 de agosto de 1984. Prólogo de Diego Marín. Huelva, 1986. 430 págs.

4. J.A. LACOMBA AVELLÁN, La creación de una disciplina autónoma de Historia y Cultura de Andalucía en el B.U.P. Un proyecto de didáctica de la asignatura. Ponencia expuesta en el VI Coloquio Metódológico-Didáctico (Jerez de la Frontera, 1986). Sevilla, 1987. 16 págs.

5. Comunicaciones presentadas al IV Congreso de Profesores-Investigadores,celebrado en Baeza del 18 al 21 de setiembre de 1985. Prólogo de Antonio Herrera. Córdoba, 1989. 342 págs.

6. Comunicaciones presentadas al V Congreso de Profesores- Investigadores,celebrado en Constantina del 17 al 20 de setiembre de 1986. Sevilla, 1987. 410 págs.

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7. Comunicaciones presentadas al VI Congreso de Profesores-Investigadorescelebrado en Montilla del 10 al 12 de setiembre de 1987. Prólogo de Fernando Benítez Cano. Córdoba, 1988. 438 págs.

8. VIII Coloquio Metodológico-Didáctico. Huelva, 1988. Comunicaciones. Córdoba, 1988. 86 págs.

9. Comunicaciones presentadas al VII Congreso de Profesores-Investigadores,celebrado en Motril los días 15 al 17 de setiembre de 1988. Prólogo de Antonio L. Cortés Peña. Córdoba, 1989. 542 págs.

10. IX Coloquio Metodológico-Didáctico. Jaén, 1990. Comunicaciones. Córdoba, 1989. 208 págs.

11. Comunicaciones presentadas al VIII Congreso de Profesores-Investigadores, celebrado en Baena (Córdoba) los días 11 al 13 de setiembre de 1989. Prólogo de José Cosano Moyano. Córdoba, 1990. 808 págs.

12. X Coloquio Metodológico-Didáctico. Sevilla 1990. Comunicaciones. Málaga, 1990. 280 págs.

13. Comunicaciones presentadas al IX Congreso de Profesores Investigadores,celebrado en El Ejido (Almería) los días 12 al 15 de setiembre de 1990. Prólogo de Elías de Mateo Avilés. Málaga, 1991. 722 págs.

14. XI Coloquio Metodológico-Didáctico. Córdoba 1991. Comunicaciones.Málaga, 1991. 292 págs.

15. Comunicaciones presentadas al X Congreso de Profesores-Investigadores,celebrado en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) los días 11 al 13 de setiembre de 1991. Prólogo de Antonio Carmona Portillo. Málaga, 1992. 716 págs.

16. La enseñanza de la Historia: Estado de la cuestión Ponencias expuestas durante las I y II Jornadas de Perfeccionamiento del Profesorado, organizadas por la Asociación en 1990 y 1991, por los profesores P. Rodríguez Oliva, J. Mangas Manjarrés, J. A. García de Cortázar, A. Eiras Roel, J. U. Martínez Carreras y F. García de Cortázar. Prólogo de P. González Beltrán. Málaga, 1992. 186 págs.

17. XII Coloquio Metodológico-Didáctico. Granada 1992. Comunicaciones. Granada, 1992. 308 págs.

18. Comunicaciones presentadas al XI Congreso de Profesores-Investigadores,celebrado en Palos de la Frontera (Huelva) los días 21 al 24 de setiembre de 1992. Prólogo de Eduardo Díaz Lobón. Granada, 1993. 482 págs.

19. XIII Coloquio Metodológico-Didáctico. Almería, marzo 1993. Comunicaciones. Granada, 1994. 348 págs.

20. Catálogo analítico de las comunicaciones presentadas a los once primeros "Congresos de Profesores-Investigadores" de la Asociación. Elaborado por Antonio

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Herrera García y Neftalí Santos Bravo. Prólogo de D. Antonio Domínguez Ortiz. Granada, 1993. 176 págs.

21. Anuario de investigaciones de los miembros de la Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía "Hespérides". Volumen I (1993). Homenaje a Antonio Herrera García, Presidente de Honor. Edición a cargo de Neftalí Santos Bravo. Granada, 1994. 850 págs.

22. La Europa de los contrastes. Disparidades económicas en la Europa comunitaria. Por Mercedes Molina Ibáñez y Andrés Rodríguez Pose. ("III Jornadas de Perfeccionamiento del Profesorado", Málaga 1992). Granada, 1994. 136 págs.

23. XIV Coloquio Metodológico-Didáctico, celebrado en Sevilla del 28 al 30 de abril de 1994. Comunicaciones. Prólogo de Neftalí Santos Bravo. Jerez de la Frontera, 1995. 364 págs.

24. Anuario de investigaciones de los miembros de la Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía "Hespérides". Volumen II (1994). Congreso de Archidona. Edición a cargo de A. Herrera, Neftalí Santos y Alfonso Villalobos. Jerez de la Frontera, 1995. 530 págs.

25. Historia de Andalucía durante el Antiguo Régimen. Tendencias de la investigación. Estado de las cuestiones. Bibliografía reciente. Actas de las V Jornadas de Perfeccionamiento del Profesorado, celebradas en Torremolinos (Málaga) del 29 de noviembre al 2 de diciembre de 1994 (Ponencias de J. Calvo Poyato sobre "Los grandes acontecimientos", de A. L. López Martínez sobre "Sociedad y economía" y de A.L. Cortés Peña sobre "La Iglesia y la cultura"). Jerez de la Frontera, 1995. 200 págs.

26. XV Coloquio Metodológico-Didáctico, celebrado en Jerez de la Frontera del 8 al 11 de marzo de 1995. Comunicaciones. Almería, 1997. 294 págs.

27. 150 aniversario de la creación de las Enseñanzas Medias en Andalucía.1845-1995. Acto conmemorativo celebrado en Cabra el 21 de octubre de 1995. Jerez de la Frontera, 1995. 176 págs.

28. Anuario de investigaciones de los miembros de la Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía "Hespérides". Volumen III (1995). Trabajos sobre Historia de Andalucía, 1. Jerez de la Frontera, 1996. 646 págs.

29. Andalucía en la Edad Contemporánea. Tendencias de la investigación. Estado de las cuestiones. Bibliografía reciente. Actas de las VI Jornadas de Perfeccionamiento del Profesorado, celebradas en Torremolinos (Málaga) en los días 17 y 18 de noviembre de 1995 (Ponencias de L. Garrido González sobre "La cuestión obrera y los movimientos migratorios en la Andalucía contemporánea", de F. Zoido Naranjo sobre "El proceso de urbanización y el desarrollo del hecho urbano en Andalucía en los tres últimos lustros. Aproximación conceptual, metodológica y documental" y de J. Sobrino Simal sobre "Arqueología industrial andaluza"). Jerez de la Frontera, 1996. 206 págs.

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30. XVI Coloquio Metodológico-Didáctico, celebrado en Úbeda del 13 al 16 de marzo de 1996. Comunicaciones. Jerez de la Frontera, 1997. 384 págs.

31. Anuario de investigaciones de los miembros de la Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía "Hespérides". Volumen IV (1996). Congreso de Osuna. Almería, 1997. 546 págs.

32. XVII Coloquio Metodológico-Didáctico, celebrado en Antequera del 6 al 8 de marzo de 1997. Comunicaciones. Almería, 1997. 310 págs.

33. Anuario de investigaciones de los miembros de la Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía "Hespérides". Volumen V (1997). Volumen misceláneo. Almería, 1998. 334 págs.

34. Anuario de investigaciones de los miembros de la Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía "Hespérides". Volumen VI (1998). Homenaje a D. Antonio Domínguez Ortiz y Comunicaciones del Congreso de Priego de Córdoba, 1998. 460 págs.

35. Antonio Domínguez Ortiz. Bibliografía. Por Antonio Luis Cortés Peña.Edición conjunta con el Excmo. Ayto. de Alcalá la Real con motivo del homenaje de Hespérides a don Antonio Domínguez Ortiz, celebrado en Granada, el día 1 de abril de 2000. Jaén, 2000. 518 págs.

36. XVIII Coloquio Metodológico-Didáctico, celebrado en Algeciras del 18 al 20 de noviembre de 1999. Comunicaciones. Granada, 1999. 280 págs.

37. Anuario de investigaciones de los miembros de la Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía "Hespérides". Volumen VII (1999). Granada, 2001. 386 págs.

38. Anuario de investigaciones de los miembros de la Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía "Hespérides". Volumen VIII (2000). Congreso de Alcalá la Real. Jaén, 2001. 570 págs.

39. Catálogo de comunicaciones presentados a los dieciocho primeros Coloquios Metodológicos Didácticos de la Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía Hespérides. Elaborado por Manuel Ruiz Carmona. Jaén, 2001. 172 págs.

40. XIX Coloquio Metodológico-Didáctico celebrado en Almonte (Huelva) del 15 al 17 de marzo. Comunicaciones. Alcalá la Real, 2002. 400 págs.

41. Anuario de investigaciones de los miembros de la Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía "Hespérides". Jornadas de Patrimonio. Volumen IX y X (2001-2002). Alcalá la Real, 2002. 400 págs.

42. Anuario de investigaciones de los miembros de la Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía "Hespérides". Congreso de Guadix. Volumen XI (2003). Congreso de Guadix. Sevilla, 2003. 586 págs.

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43. Universo Matemático Femenino. Catálogo de la exposición. Sevilla, 2002. 48 págs.

44. XX Coloquio Metodológico-Didáctico, celebrado en Arcos de la Frontera (Cádiz) del 6 al 8 marzo de 2003. Comunicaciones. Volumen dedicado a Neftalí Santos. Sevilla, 2004. 494 págs.

45. Artistas de Hespérides. Catálogo de las Exposiciones “Artistas de las Hespérides”, celebrada en Arcos de la Frontera del 6 al 8 de marzo de 2003. Textos de Maripepa Parejo Delgado, Juan Luis Ravé y José Parejo Delgado. Sevilla, 2003. 92 págs.

46. Geografía de Andalucía. Actas de las XII Jornadas de Perfeccionamiento del Profesorado, celebradas en Marbella (Málaga) del 11 al 13 de noviembre de 2002. I Premio de Investigación Hespérides. Sevilla, 2003. 284 págs.

47. Villas, monasterios y señoríos. Estudios sobre el régimen señorial reunidos con ocasión del IV Centenario de la villa de Villanueva de Tapia (1603-2003).Hespérides y Ayto. de Villanueva de Tapia. Sevilla, 2003. 296 págs.

48. Anuario de investigaciones de los miembros de la Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía "Hespérides". Congreso de Aracena. Volumen XII (2004). Córdoba, 2004. 504 págs.

49. De Historia Andaluza. Actas de las XIII Jornadas de Perfeccionamiento del Profesorado celebradas en el Aljarafe (Sevilla) en noviembre de 2003. II Premio de Investigación Hespérides. Córdoba, 2004. 210 págs.

50. XXI Coloquio Metodológico-Didáctico, celebrado en Pozoblanco (Córdoba) en los días 7 al 9 de abril de 2005. Comunicaciones. Córdoba, 2005. 352 págs.

51. Historia del Mundo Contemporáneo e Historia y Arte de Andalucía en el siglo XVIII. Actas de las XIV Jornadas de Perfeccionamiento del Profesorado, celebradas en Almería durante los días 18 al 20 de noviembre de 2004, y de las XV Jornadas, celebradas en Guarromán (Jaén) del 17 al 19 de noviembre de noviembre de 2005. Intervención con ocasión de la V Jornada de Patrimonio, girada por la Asociación en la ciudad de San Roque. III y IV Premios de Investigación Hespérides.Cádiz, 2006. 314 págs.

52. Catálogo-reseña de los trabajos histórico-geográficos publicados por la Asociación. Comunicaciones presentadas a los diecisiete primeros Congresos, artículos salidos en el Anuario de Investigaciones, ponencias de las Jornadas de Perfeccionamiento y otros trabajos de investigación (1981-2005). Elaborado por Antonio Herrera García y Neftalí Santos Bravo. Prólogo de D. Antonio Miguel Bernal. Cádiz, 2006. 332 págs.

53. Anuario de investigaciones de los miembros de la Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía "Hespérides". Congreso de Cádiz: “El Reino de Sevilla”. Otros trabajos de asociados. Volumen XIII-XIV (2005-2006). Cádiz, 2007. 446 págs.

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54. XXII Coloquio Metodológico-Didáctico: “Patrimonio y Escuela”, celebrado en Carmona (Sevilla) en los días 15 al 17 de marzo de 2007. Ponencias y comunicaciones. Cádiz, 2007. 350 págs.

55. Anuario de investigaciones de los miembros de la Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía "Hespérides". 150 Aniversario de la Ley Moyano. Volumen XV (2007). Dalías (Almería), 2008. 784 págs.

56. Anuario de investigaciones de los miembros de la Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía "Hespérides". Congreso de Cartaya (Cartaya-Tabira). Volumen XVI (2008). Dalías (Almería), 2009. 382 págs.

C. REVISTA DE HESPÉRIDES

Se han publicado los siguientes números: Nº 0 (1996), Nº 1 (Noviembre de 1997), Nº 2 (Diciembre de 1998), Nº 3 (Diciembre de 1999), Nº 4 (Noviembre de 2000), Nº 5 (Noviembre de 2001), Nº 6 (Noviembre de 2002), Nº 7 (Noviembre de 2003), Nº 8 (Diciembre de 2004), Nº 9 (Diciembre de 2005), Nº 10 (Diciembre de 2006), Nº 11 (Diciembre de 2007), Nº 12 (Abril de 2010).

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NORMAS PARA LA PRESENTACIÓN DE ORIGINALES

1.- Los artículos se presentarán utilizando tratamiento de textos MICROSOF WORD. Las notas irán a pie de página, nunca al final del texto..

2.- Los originales deberán ser inéditos y no estar aceptados para su publicación por ninguna otra entidad. Se remitirán a la sede oficial de la Junta Directiva, o donde ésta indicare.

3.- El texto deberá ir acompañado de un breve resumen (entre cinco y diez líneas) en español e inglés (opcionalmente en francés), con indicación en ambos (o en los tres) idiomas de las Palabras Clave.

4.- La presentación en DIN A-4 no tendrá una extensión superior a las VEINTICINCO páginas, con el siguiente formato: fuente Times New Roman, tamaño 12, interlineado 1,50. En las veinticinco páginas se incluye tanto texto, notas a pie de página, como ilustraciones.

5.- Las referencias bibliográficas dentro del propio texto irán entre paréntesis figurando los apellidos del autor, coma, el año y, tras dos puntos, las páginas aludidas. Por ejemplo (Domínguez Ortiz, 1981: 21-30). Si se citan obras dentro del texto por su título completo, éste ha de ir en cursiva.

6.- Las notas a pie de página –nunca al final del artículo- se ajustarán a los siguientes criterios, conforme a las normas internacionales ISO 600:

6.1.- Si son artículos de revistas especializadas:

- El (los) apellido (s) en mayúsculas e inicial del nombre, o bien la letra inicial del nombre seguida de los apellidos, todo en mayúsculas.

- Título del artículo entrecomillado.

- Nombre de la revista en cursiva seguido del número, volumen o tomo; año entre paréntesis (mes si procede).

- Páginas aludidas (sin indicación previa de pág./s. o p./pp.)

Por ejemplo: PEREZ GALLEGO, M., o M. PEREZ GALLEGO: “Aproximación al problema de la esclavitud en la Antequera de finales de la Edad Media”. Anuario de Investigaciones de los miembros de la Asociación... Hespérides (Jerez de la Frontera), vol. II (1994), 385-394.

En caso de ser varios los autores se indicará VV.AA, seguido de título, etc.

6.2.- Si son libros:

- Apellidos, en mayúsculas, e inicial del nombre, o bien la letra inicial del nombre y después los apellidos, siempre en mayúsculas.

- Título del libro en cursiva.

- Lugar de edición, editorial y año, y las páginas aludidas (sin indicación previa de pág./s. o p./pp.).

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Por ejemplo: RAMA, C. M. o C. M. RAMA: Ideología, regiones y clases sociales en la España contemporánea. Madrid, Ediciones Júcar, 1977, 37-39.

En caso de ser varios los autores se indicará VV.AA, seguido de título, etc.

6.3. Tanto si se trata de revistas como de libros, si la obra se ha citado con anterioridad, basta con indicar el apellido del autor, un fragmento del título (entrecomillado, si es artículo de revista; en cursiva, si es libro) y el número de página.

Por ejemplo: PEREZ GALLEGO: “Aproximación al problema de la esclavitud...”, 390; RAMA: Ideología, regiones..., 38.

7.- La bibliografía que se aporte en un apartado específico del trabajo se ajustará a las normas indicadas en los apartados 6.1 y 6.2, sin indicación de páginas.

8.- Algunas normas que pueden seguirse en la construcción formal del artículo para facilitar una análoga configuración son las siguientes:

- Evitar títulos excesivamente largos.

- Introducir epígrafes en los diferentes apartados para facilitar su lectura. Éstos deberán aparecer en minúsculas y en negrita. Los subepígrafes, si hubiera, en cursiva. Apartados inferiores, si existieran, en letra subrayada.

- Especificar, si se da el caso, el espacio de los cuadros o ilustraciones que acompañan al artículo.

- No picar negritas dentro del texto. Sustituirlas por cursivas.

9.- En los libros, cada autor sólo podrá entregar un único trabajo para cada publicación, sea éste individual o en grupo con otros autores. En las publicaciones electrónicas (CD), podrán ser publicados más de un trabajo –nunca más de tres-,siempre que las dimensiones del conjunto de la publicación no resulte excesivamente amplia. Quien tomará la decisión definitiva será la Junta Directiva, tras la consulta de la Comisión de Publicaciones.

10.- Los originales se someterán a revisión de la Comisión de Publicaciones y, si se considera necesario, se harán sugerencias a los autores para su reelaboración.

11.- La Junta Directiva, a propuesta de la Comisión de Publicaciones, para evitar retrasos en las mismas y como responsable de todas las actividades de la Asociación, rechazará cualquier artículo que incumpla estas normas y los plazos propuestos, y, por tanto, no se publicará. En caso de reclamación, los afectados deberán dirigirse por escrito a la Junta Directiva.

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Acabóse de editar este volumen XVIL-XVIII delAnuario de Hespérides.

Investigaciones científicas e innovaciones didácticasen los talleres de Copyflash S. L.

el día 28 de enero de 2011,festividad de Santo Tomás de Aquino,

patrono de los estudiantes.

LAUS DEO