Antropología Guatemalteca

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Breves apuntes sobre la antropología guatemalteca Autor: Jairo Alarcón Rodas Antecedentes: El estudio antropológico de hombres y mujeres de Guatemala, dada su complejidad, requiere de un enfoque dialéctico que permita que los hechos suscitados, muestren con claridad las contradicciones que hicieron posible los acontecimientos antes y después de la conquista española. Y es que toda interpretación de los fenómenos sociales y económicos actuales tiene vínculos directos con el pasado. Es decir, que en este breve trabajo, se analizarán las estructuras de poder que, desde la base económica, y a través de la historia, han generado los cambios en este país. En igual forma, los aspectos enraizados en la supraestructura. Para ello se hará una breve referencia a la situación histórica de la región mesoamericana y puntualizando en el territorio guatemalteco. Tal interpretación tomará en cuenta el desarrollo histórico y las contradicciones de clase existentes, así como otros factores de la esfera económica y los factores ideológicos que ha influido en el devenir de la historia del país. Toda sociedad requiere para su subsistencia, de satisfactores básicos que propicien su bienestar. Ello determina la importancia que tienen los medios de producción como elemento esencial de los núcleos sociales. Los medios de producción son los mecanismos que emplea una sociedad para generar satisfactores. Es decir, la forma como se logra solventar las necesidades que tienen los miembros de una comunidad. La producción de bienes requiere del concurso de las Fuerzas Productivas y las Relaciones de Producción que de ahí se deriven. La Fuerza Productiva es la capacidad que poseen los seres humanos para generar bienes y con ello, obtener satisfactores. En este caso se hace mención a la fuerza de trabajo que emplea un ser humano para la elaboración y finalización de un producto, sea este físico o mental. Además requiere de los Medios de Producción y la materia sobre la que se ejerce una acción por medio de instrumentos o herramientas de trabajo. Las Relaciones de Producción, constituyen la forma como se desarrolla el trabajo en sociedad, es decir, como se organiza la sociedad para la obtención de los satisfactores que sus habitantes demanden. En tal sentido, siempre que se emprende una labor de este tipo se piensa en las relaciones sociales que existen en determinado territorio. En este caso el trabajo solo es posible con el concurso de varios hombres. De allí que a las relaciones que los hombres establecen entre sí en el proceso de producción de bienes materiales se le denomina Relaciones Económicas de Producción. El lugar que ocupan los seres humanos dentro del proceso productivo divide a éstos en dueños de los medios de producción y en personas que no son dueñas de esos medios. A partir de allí surgen las clases sociales que por la posición que ocupan dentro del proceso productivo se convierten en clases antagónicas. Los sectores poseedores de los medios de producción se apropian del trabajo generado por los que no poseen dichos medios. Por lo

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esudio de la sociedad guatemalteca

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Breves apuntes sobre la antropología guatemalteca

Autor: Jairo Alarcón Rodas

Antecedentes:

El estudio antropológico de hombres y mujeres de Guatemala, dada su complejidad,

requiere de un enfoque dialéctico que permita que los hechos suscitados, muestren con

claridad las contradicciones que hicieron posible los acontecimientos antes y después de la

conquista española. Y es que toda interpretación de los fenómenos sociales y económicos

actuales tiene vínculos directos con el pasado. Es decir, que en este breve trabajo, se

analizarán las estructuras de poder que, desde la base económica, y a través de la historia,

han generado los cambios en este país. En igual forma, los aspectos enraizados en la

supraestructura. Para ello se hará una breve referencia a la situación histórica de la región

mesoamericana y puntualizando en el territorio guatemalteco. Tal interpretación tomará en

cuenta el desarrollo histórico y las contradicciones de clase existentes, así como otros

factores de la esfera económica y los factores ideológicos que ha influido en el devenir de

la historia del país.

Toda sociedad requiere para su subsistencia, de satisfactores básicos que propicien su

bienestar. Ello determina la importancia que tienen los medios de producción como

elemento esencial de los núcleos sociales. Los medios de producción son los mecanismos

que emplea una sociedad para generar satisfactores. Es decir, la forma como se logra

solventar las necesidades que tienen los miembros de una comunidad.

La producción de bienes requiere del concurso de las Fuerzas Productivas y las Relaciones

de Producción que de ahí se deriven. La Fuerza Productiva es la capacidad que poseen los

seres humanos para generar bienes y con ello, obtener satisfactores. En este caso se hace

mención a la fuerza de trabajo que emplea un ser humano para la elaboración y finalización

de un producto, sea este físico o mental. Además requiere de los Medios de Producción y la

materia sobre la que se ejerce una acción por medio de instrumentos o herramientas de

trabajo.

Las Relaciones de Producción, constituyen la forma como se desarrolla el trabajo en

sociedad, es decir, como se organiza la sociedad para la obtención de los satisfactores que

sus habitantes demanden. En tal sentido, siempre que se emprende una labor de este tipo se

piensa en las relaciones sociales que existen en determinado territorio. En este caso el

trabajo solo es posible con el concurso de varios hombres. De allí que a las relaciones que

los hombres establecen entre sí en el proceso de producción de bienes materiales se le

denomina Relaciones Económicas de Producción.

El lugar que ocupan los seres humanos dentro del proceso productivo divide a éstos en

dueños de los medios de producción y en personas que no son dueñas de esos medios. A

partir de allí surgen las clases sociales que por la posición que ocupan dentro del proceso

productivo se convierten en clases antagónicas. Los sectores poseedores de los medios de

producción se apropian del trabajo generado por los que no poseen dichos medios. Por lo

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éstos tienen que vender su fuerza de trabajo para subsistir, surgiendo con ello la explotación

del hombre por el hombre.

La historia del hombre, decía Carlos Marx, es la historia de la lucha de clases. Ello

constituye el motor del surgimiento y desarrollo, de las distintas etapas que ha vivido la

humanidad. En él ha tenido capital importancia las estructuras sociales y la historia. Por

ello para comprender los fenómenos ocurridos en Guatemala es necesario recurrir a la

historia, analizarla, y así encontrar las contradicciones que han posibilitado los diversos

cambios en el interior de la sociedad. El pasado nos muestra errores cometidos que

podemos evitar en el futuro. Así, las contradicciones, propician los cambios sociales y ésta

constituye la primera ley de la dialéctica: Ley de unidad y lucha de contrarios. A la unidad

y lucha de contrarios, le sigue, como forma de interpretar los sucesos sociales, la ley de

saltos cuantitativos en saltos cualitativos y viceversa. Ley que evidencia los cambios

dentro de los procesos sociales.

El método dialéctico también nos dice que lo viejo es sustituido por lo nuevo, pero esa

sustitución no es la negación total de lo viejo sino más bien la sustitución de las viejas y

caducas estructuras sociales que se convierten en obsoletas y un freno para la plena

vigencia de lo nuevo. Esta constituye la tercera ley de la dialéctica: ley de la negación de la

negación. La nueva estructura toma de lo viejo, lo valioso, lo que puede servir en la

construcción de lo nuevo. Eso ocurrió con la burguesía al convertirse en la clase

revolucionaria en momentos que el feudalismo campeaba por doquier e imponía su ley.

Donde quiera que haya conquistado el poder, la burguesía ha destruido las relaciones

feudales, patriarcales, idílicas.

Tomando por bandera la libertad económica, la burguesía ha establecido una explotación

abierta, descarada, directa y brutal. Y es que con el paso a la industrialización mercantilista,

el ser humano se convierte en mercancía. Los seres humanos para poder subsistir tienen que

vender su fuerza de trabajo, emplearse a cualquier costo pues no poseen los medios de

producción para poder vivir independientemente. La burguesía al posesionarse de los

medios de producción, sean estos la tierra y los instrumentos, limitan la autonomía que

puedan lograr aquellos que no los poseen.

Cada vez son más sofisticados los instrumentos de producción pues la burguesía no puede

existir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción y,

por consiguiente, las relaciones de producción, y con ello todas las relaciones sociales. En

tal sentido las formas de explotación se modifican siendo cada vez más crueles. Así,

mediante la explotación del mercado mundial la burguesía ha dado un carácter cosmopolita

a la producción y al consumo de todos los países. Las industrias se convierten en

transnacionales y son utilizadas las materias primas de los países más recónditos del planeta.

Y es que el proceso de industrialización crece aceleradamente y lo que antes requería de un

radio de acción pequeño ahora se amplía enormemente, esa es la fuerza del capital y de su

motor, el lucro. Cada vez son más los perdedores en el libre mercado, las industrias más

poderosas hacen quebrar a los pequeños artesanos y pequeñas empresas, los perdedores

aumentan significativamente. De esa forma la riqueza se centraliza en un número reducido

de personas y la pobreza se esparce por todo lugar. Ese es el precio que se tiene que pagar

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por el crecimiento desmedido de la producción industrial y con ello, la explotación del

hombre por el hombre llega a su máxima expresión.

Sin embargo, sentencia Marx: las armas de que se sirvió la burguesía para derribar al

feudalismo se vuelven ahora contra la propia burguesía, los viejos modos de producción

feudal tenían que ser sustituidos por otro más ágil que produjera a mayor escala y

satisficiera de ese modo las necesidades crecientes de la población. Pero la burguesía no ha

forjado solamente las armas que deben darle muerte; ha producido también a los hombres

que empuñarán esas armas: los obreros modernos, los proletarios. Los proletarios se

convierten en el sector opositor de la burguesía al ser los más afectados, ya no solamente

por ser explotados, sino por ser desplazados, cada vez más significativamente, por las

máquinas. Y es que el creciente empleo de las máquinas y la división del trabajo quitan al

trabajo del proletario todo carácter propio y le hacen perder con ello todo atractivo para el

obrero. Este se convierte en un simple apéndice de la máquina, y sólo se le exigen las

operaciones más sencillas, más monótonas y de más fácil aprendizaje.

El uso acelerado de las máquinas viene a favorecer a la oligarquía dominante pues les da la

pauta a que empleen cada vez más a mujeres y niños, en el proceso de producción. Los

cuales son empleados con sueldo mucho más bajos produciendo con ello que el plus

producto, es decir la ganancia, sean mayores. Cada vez aumenta el empleo de mano de

obra no calificada y por consiguiente, son más las personas que quieren emplearse. Y a

mayor oferta de mano de obra, los sueldos que pudiesen ganar éstos, son más bajos. La

miseria recorre el mundo obligando a los sectores desposeídos a organizarse y luchar contra

los opresores.

Ante eso Marx señalaba: proletarios del mundo unidos en la lucha, sabiendo que la

condición esencial de la existencia y la dominación de la clase burguesa es la acumulación

de la riqueza en manos de particulares, la formación y acrecentamiento del capital” y que

“la condición del capital es el trabajo asalariado. Al parar el trabajo de los obreros, se

detiene el desarrollo del capital. La burguesía produce, ante todo, sus propios sepultureros.

Su hundimiento y la victoria del proletariado son igualmente inevitables. Esta sentencia de

Marx, en la actualidad ha generado muchas críticas pues no se avizora en el escenario de

las naciones una transformación de ese tipo.

Sin embargo, el mundo es cambiante, nada permanece estático. Bajo éste supuesto, la

realidad irrumpe en nuevas formas, modelos y procesos. De ahí que también los modelos de

producción no sean permanentes, con el tiempo y a partir de la agudización de sus

contradicciones, tienden a transformarse, posibilitando el surgimiento de lo nuevo que más

tarde será lo viejo que deberá renovarse. En el caso particular del capitalismo los

antagonismos que incuba, determinarán que en su momento, entre en crisis y con ello

emerja un nuevo modelo de producción que supere las contradicciones anteriores y

posibilite el desarrollo de las sociedades haciéndolas más humanas.

Vivimos tiempos en los cuales el capitalismo es considerado el paradigma económico del

mundo. Sistema capaz de generar riqueza a partir de la libre competencia, se le ha investido

como la solución para los males sociales del mundo. Sin duda no hay sociedad alguna que

pueda subsistir sin generar riqueza o que se sirva de ésta. Pero que sea generada por

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algunos, no supone que llegue a todos los estratos sociales. Por consiguiente, el supuesto

confort y bienestar de las sociedades no se hace efectivo con sólo producir riqueza, ésta

debe humanizarse. Al igual que los otrora modelos de producción, el liberalismo

económico se instaura poniendo en práctica sus reglas, ello le da permanencia por algún

tiempo.

El fin de la guerra fría, modificó el escenario político, concentrando el poderío en una sola

nación. A partir de ese momento histórico las reglas del juego cambiaron a criterio del

imperio del norte. Las democracias fueron juzgadas a partir de si se ajustaban a los

requerimientos del liberalismo. Países que hace unos años eran gobernados por dictaduras

militares recibieron la presión internacional para iniciar el proceso de reconversión a partir

de instaurar la democratización liberal bajo pena de ser sancionados económicamente.

Cabría hacer un análisis: si es factible llamarle democracia al liberalismo, dado que esta

concepción del mundo concentra la riqueza en unos pocos y que de esa forma, se sirven de

la justicia pervirtiéndola. Definiéndola, al estilo del sofista Trasímaco: como el poder que

ejercen los más fuertes, sobre los más débiles.

Así, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, brazos visibles del capitalismo

comprometieron nuestra soberanía a través de presiones económicas, en contubernio con

los gobernantes de nuestras naciones. Ello sumado al voraz e insaciable apetito de lucro de

las oligarquías criollas ha sumido a más de una nación de la región, en el caos económico y

el consecuente empobrecimiento. El predominio del capitalismo no determinó el fin de las

contradicciones antagónicas que se manifiestan al interior de las sociedades expoliadas por

la economía de mercado.

El capitalismo, en nuestras naciones, sólo ha generado mayor pobreza, ensanchando la

brecha entre los que poseen mucho y los que no tienen lo mínimo para vivir. Alimentando

el afán de lucro, los valores humanos se pervierten al grado de producir enfrentamientos

por el logro de bienes particulares. De ahí que, mientras hallan injusticias, miseria,

explotación y hambre, las luchas por reivindicar la dignidad del ser humano continuarán y

por consiguiente los procesos de transformación de las sociedades no se detendrán.

La historia de Guatemala no es ajena a los procesos sociales y transformaciones acaecidas

en el mundo. De allí lo importante que representa, para la interpretación de los procesos

sociales de determinado país, la interdependencia causal del método dialéctico. Ningún

fenómeno social es ajeno a otro, por distante que parezca. Las condiciones geopolíticas han

influido directamente en el devenir social y económico de Guatemala. El asalto español, en

1492, la Controversia de Valladolid, la Revolución Liberal de 1871, la Revolución

Burguesa 1944, la invasión estadounidense 1954, las dictaduras militares en las décadas de

los años 70 y 80, la firma de los acuerdos de paz, entre otros, son sucesos en los cuales

intereses externos han tenido ingerencia directa sobre los destinos del país.

El fin de la guerra fría determinó también, el final del conflicto Este-Oeste, sin embargo, las

condiciones de miseria y desigualdad, en cuanto a oportunidades de vida, persisten. La

contradicción se traduce ahora en países ricos y pobres. El conflicto es, Norte-Sur.

Desproporcionadamente los países pobres aumentan y los ricos cada vez son unos cuantos.

La expoliación se traduce en el robo de las riquezas nacionales y la explotación de mano de

obra barata, así como la consolidación de empresas transnacionales en monopolios de

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servicios. Ello sumado a la inexistente organización de los pueblos oprimidos, a la

proliferación de sectas fundamentalistas, a la división de las etnias a través de etéreos

proyectos de emancipación de las minorías, determina la improbable solución a corto plazo

de nuestros problemas.

La problemática antropológica guatemalteca presenta aspectos que deberán contemplarse

para enfrentar de forma científica su solución. En tal sentido, la cultura de sumisión y terror,

la discriminación y exclusión, la proliferación de sectas fundamentalistas religiosas, la

multiculturalidad son condiciones que a lo largo de la historia ha afectado el devenir de los

procesos sociales y que a partir de un enfoque dialéctico podemos analizar. La historia y las

contradicciones que han motivado la transformación de los distintos momentos

socioeconómicos que se han suscitado en el país, permitirán un mejor control de esos

fenómenos. Categorías como de lo simple a lo complejo,

El método dialéctico requiere, para hacerse efectivo, del análisis de los hechos ocurridos en

el pasado, de las contradicciones existentes a lo largo del devenir histórico y del

conocimiento de las distintas teorías que se han vertido sobre determinado tema. Es por eso

la importancia que tiene la Historia para replantear la problemática existente al interior de

las etnias que comparten el territorio guatemalteco.

Muchas han sido las teorías sobre el origen del hombre americano, por una parte se habla

de que su génesis se da dentro del propio continente americano. Esta teoría afirma que el

hombre americano surge en América, más concretamente en el sur de este continente. Tal

aseveración se hace por una serie de restos fósiles encontrados en la región de la Patagonia,

al sur de la República de Argentina pertenecientes a los inicios de la era cuaternaria finales

de la era terciaria. Sin embargo dicha teoría no parece ser la más acertada y se tiene

contemplado como la más verosímil la que señala que América se pobló a partir de

migraciones provenientes del nordeste asiático, a través del estrecho de Bering, en el

período glaciar hace aproximadamente 20 mil años.

Recordemos que en el período glaciar la tierra se congela en sus dos terceras partes y por lo

tanto el flujo de animales y seres humanos entre continentes, más concretamente entre el

asiático y el americano se hizo más factible. De allí que se calculan que esas migraciones

duraron cerca de 8 mil años. A esta teoría hay que agregar las similitudes físicas que tienen

los habitantes de América con los asiáticos, tipo de sangre e idiomática. Otros piensan que

las migraciones fueron a través del océano Pacífico desde Oceanía, en la región de la

Polinesia, hasta las costas del oeste americano. Tales teorías no son excluyentes pues muy

bien pudieron llevarse a cabo ambos tipos de migración creando con ello diversos grupos

étnicos.

La migración de seres humanos de otras latitudes al continente americano, supone cierto

grado de organización ya establecida por estos pueblos, así como rasgos característicos en

cuanto a su comportamiento y visión del mundo, que se fueron transformando o afianzando

en el Nuevo Continente. Creencias, estilos de vida que combinados con las exigencias que

demandaba el nuevo territorio dieron por resultado una determinada idiosincrasia, es decir,

un carácter propio. Pero ¿qué hay al respecto de Centro América y más específicamente de

Guatemala?

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La región que comprende los países centroamericanos y entre ellos Guatemala, es la de más

reciente aparición sobre la faz de la tierra, aproximadamente 60 millones de años. Tal

hecho determinó que pudieran unirse las dos grandes porciones del continente, Norte

América y Sur América. Así fue que la región centroamericana sirvió de corredor entre

estas dos regiones y el flujo de habitantes se acrecentó enormemente y por ende el

intercambio entre las culturas.

Guatemala formó parte de lo que se ha dado en llamar Meso América, que más que una

región geográfica es una región cultural. Esta comprende la parte del Sur de México, desde

el Río Pánuco, Yucatán, Belice, toda Guatemala, el norte de Honduras, parte de El Salvador

y una pequeña porción de Nicaragua y Costa Rica. Culturalmente existen muchos vínculos

similares en esta región que los distinguen de las demás etnias existentes en el continente.

Los vestigios humanos más antiguos hallados dentro del territorio guatemalteco datan de

aproximadamente 10 mil años y fueron encontrados en un lugar llamado Los Tapiales

ubicado en el occidente del país. De ahí que tengamos, relativamente, poco tiempo de vivir

en estas tierras. Los saltos evolutivos de primer orden no se dieron en esta región y más

que y todo fue un acomodamiento a nivel socio-histórico.

Se habla de vestigios humanos de hace 10 mil años en territorio guatemalteco pero, ¿puede

eso referir a una cultura ya definida en esa época? Al hablar de cultura, se hace referencia a

un grupo establecido de individuos que habitando en un mismo territorio, hablan un idioma

común y se conducen siguiendo normas de comportamiento que obedecen a una particular

forma de ver las cosas, a una idiosincrasia. Cultura constituye cualquier transformación que

el ser humano hace de la realidad que es susceptible de ser transmitida en sociedad. En tal

sentido una determinada cosmovisión representa un rasgo cultural que a su vez establece

una forma de comportamiento de un pueblo.

¿Cuál es el grupo cultural más antiguo que se conoce en Guatemala? y ¿cuál fue su

situación socioeconómica? Entre las diversas teorías que se han formulado al respecto se

habla del origen de los llamados mayas, de tribus migratorias de los Olmecas del sur de

México, cultura ésta que ya anunciaba las grandezas desarrolladas más tarde por los mayas.

Gran parte de la región mesoamericana, más concretamente “los estados mexicanos de

Yucatán, Quintana Roo y Campeche; regiones de Tabasco y Chiapas; Repúblicas de

Guatemala y Belice, y diversas zonas de Honduras y El Salvador”. Esta zona fue donde se

situó la cultura maya que abarca el período comprendido entre los años 2,500 antes de

nuestra era, hasta el año 900 después de nuestra era. Que va desde el período Formativo,

Clásico hasta el Post-Clásico. Durante todo ese tiempo existieron diversos cambios dentro

de la cultura de esta etnia, que va desde su comportamiento, desarrollo tecnológico y

expresiones artísticas.

Originariamente el hombre mesoamericano era nómada, tenía que ir en busca de su

alimento a través de cacerías, de la llamada caza mayor. Ese período comprendía la llamada

etapa preagrícola dividida en “dos amplios períodos: Lítico (30,000 a 7,000 a. de E) y

Arcaico (7,000 a 2,000 a. de E.)”. En el período Arcaico se escenifico un cambio

substancial en las relaciones de producción que coincidió con el deshielo glaciar. En dicho

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período se escasea la caza mayor, aumentando con ello la recolección de semillas, raíces y

diversas plantas silvestres que dio origen a una especie de seminomadismo en función de

la explotación de los recursos silvestres. El paso de la domesticación de animales y el

cultivo de plantas a través de la agricultura determinaron la condición sedentaria de los

habitantes de esta región, e indudablemente modificaron toda la estructura social de los

mismos. Con el sedentarismo, las condiciones sociales se hace más establece y comienza a

estratificarse las sociedades.

La estratificación social de los mayas puede dividirse en dos grandes sectores: sacerdotes y

campesinos. Una casta elitista aristocrática con fuerte orientación teológica era quien

gobernaba, mientras que la gran mayoría de habitantes se dedicaba a labores agrícolas y de

servicio. Sin embargo, actualmente se considera que los mayas se organizaron en familias

extendidas regidas en forma patriarcal que dieron origen a su vez a grupos mayores

denominados linajes o patriclanes según la categoría del sitio. En el transcurso del período

Formativo los grupos sociales se aglutinaron en núcleos cada vez más grandes y complejos

surgiendo con ello diferentes estratos sociales.

Durante el período Clásico los grandes centros fueron ocupados por dinastías hereditarias,

mientras que los asentamientos más sencillos eran gobernados por dirigentes del linaje o

del clan. Tras el linaje dirigente surgió el sector administrativo, estrechamente vinculado a

éste por lazos de parentesco. Este sector era encargado de garantizar la gobernabilidad del

Estado a partir de la organización de los tributos, del trabajo, etc. Un tercer sector fue el

sector de especialistas e intelectuales; en éste se incluían a la casta sacerdotal, ingenieros,

arquitectos, médicos entre otros. A ellos siguieron los artesanos. Al final de la pirámide

estaba la población dedicada a las labores agrícolas que eventualmente era utilizada para

otras labores como la edificación de templos. En fin puede notarse la existencia, dentro de

la cultura maya, de un sector privilegiado y de una masa poblacional sometida a los

designios de aquella.

Sea cual fuere el origen de los llamados mayas, de su admirada civilización, es importante

señalar que a la venida de los españoles al continente americano, en el año de 1492, los

mayas ya no existían por estas latitudes. A la llegada de los conquistadores en Guatemala

existían etnias descendientes del pueblo maya quichés, cakchiqueles, kekchis, mames,

tzutuhiles entre otros.

El colapso maya no borró del territorio guatemalteco a sus habitantes, más bien trajo

nuevas formas de accionar por parte de sus herederos directos, ejemplo de ello lo

constituyó, la no-inversión en obras monumentales de arquitectura, edificaciones político-

religiosos más pequeñas y menos ornamentada, ya no se tallaron estelas, la organización

política fue más confusa en cuanto a su jerarquización. No es comparable por tanto el

período maya al post maya con relación al desarrollo de expresiones culturales. La

estratificación social entre estos pueblos continuaba privilegiando a los señores y caciques

y sometiendo a sus designios a la gran mayoría, al resto de pobladores.

Existió entre las tribus del territorio guatemalteco, el deseo por mantener su hegemonía, su

supremacía a través de las armas por lo que continuamente estaban guerreando “de hecho,

las sociedades de mayor grado de poderío sojuzgaban y explotaban a las otras, luego de su

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dominación por las armas”. La historia de la humanidad decía Karl Marx, es la historia de

la lucha de clases, donde los más poderosos explotan y esclavizan a los débiles.

Las tribus mayoritarias: quichés y cakchiqueles, a la llegada de los españoles se

encontraban en luchas internas. En el año 1493, estas tribus estaban iniciando la última

batalla tribal que pretendía derrocar al rey Quicab de los quichés. Ambas tribus se

encontraban en la última fase del desarrollo gentilicio, es decir, que su estructura social era

a través de “gens”. Los quichés estaban constituidos por veinticuatro familias, en las que

predominaba el clan totémico, agrupadas en nueve organizaciones más amplías, nueve

tribus. Los cakchiqueles formaban parte de cuatro gens, donde el predominio patriarcal,

guerrero y militarista, se perfilaba ya con más claridad y con notoria tendencia hacia la

hegemonía.

Los quichés regularmente sometían a los cakchiqueles, de ahí la enemistad latente entre las

tribus. No existía conciencia de que en última instancia, ambos grupos tenían mucho en

común: tenían un mismo tronco étnico, habitaban en una misma región mesoamericana y

tenían similares costumbres. De por sí, la enemistad y rivalidad sobresalía entre estos

grupos mayenses. Era de esperar que con pueblos desunidos y en luchas internas, su

vulnerabilidad fuera mayor, máxime si la invasión provenía de países con más experiencia

en el asalto, dominación y conquista.

Frecuentemente ocurre que las guerras las ganan los pueblos que poseen mayor potencial

bélico y que a su vez, están mejor organizados. De ahí que el ganador de la guerra someta a

los perdedores a sus designios, lo que incluye su cultura y en un territorio donde existían

luchas intestinas entre las tribus, como Guatemala, era de esperar que los conquistadores

españoles salieran victoriosos. La conquista fue brutal y a través de la, en primera

instancia por la espada y más tarde por la cruz, los indígenas vieron mancillados sus

dominios y relegados a una posición de esclavitud. Vastos territorios que otrora eran de su

propiedad pasaron a manos de los conquistadores, fue así como se escribió la historia de

Guatemala.

Fue impuesto un idioma, una religión, una forma de entender las cosas. Salvajemente los

españoles efectuaron su labor de conquista, tomando como criterio de acción la violencia.

El afán de conquista lleva consigo una fuerte carga etnocéntrica. En consecuencia, todo

aquello que no fuese similar a su forma de ver las cosas que poseían los españoles, era

considerado una aberración y como tal, tenía que ser destruido. Los etnocentrismos

tuvieron su efecto, descalificando, persiguiendo y aniquilando a todo aquello que fuera

diferente a lo establecido por el reino español. Ese fue el pensamiento que se empleo en la

conquista, comprensible quizá en pueblos que, como el español, constituían una nación

imperialista de indomable espíritu guerrerista.

No obstante la conquista fue emprendida con el apoyo de los señores feudales. Al cabo del

tiempo fue la floreciente burguesía española la que la financió con el objetivo de extender

sus dominios comerciales y acrecentar, aún más, su capital. Con ello puede afirmarse que

los fenómenos sociales no son aislados, son producto de toda una serie de hechos que,

concatenados, producen un efecto cualitativamente significativo. La conquista de

Guatemala sólo reflejó lo que son capaces de hacer los países ávidos de poder y riqueza.

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Hechos significativos para tomarlos en cuenta en la conquista de Guatemala los constituye

Primero: la población indígena no era un grupo homogéneo socialmente integrado sino por

el contrario, dentro del territorio existían tribus que peleaban la hegemonía y control del

territorio, así como el poder; Segundo: el poderío bélico de los españoles era muy superior

al de los aborígenes de estas latitudes por lo que la lucha fue desleal; Tercero: Muy cerca

del territorio de lo que actualmente es Guatemala se encontraban tribus expansionistas,

sanguinarias como los mexicas, que estaban prestos a invadir y someter a las tribus

guatemaltecas.

En tal sentido, no existe cultura alguna que permanezca inalterada, que se mantenga

estática. En el planeta continuamente se da un flujo de personas que indudablemente

modifican las estructuras de una determinada comunidad. Vivimos en un planeta donde

habitan seres humanos y como tales, existe algo mucho más preciado que la diversidad

cultural eso es: la esencialidad humana.

Otras anotaciones de la conquista de Guatemala

En la Patria del Criollo, Severo Martínez, nos indica que la disparidad que existía entre los

conquistadores españoles y las tribus que vivían en territorio guatemalteco era abismal. “A

principios del siglo XVI era España uno de los países más desarrollados del mundo”,

poseían la marina más temida del viejo continente, conocían muy bien las técnicas del

trabajo del acero y el uso efectivo de la pólvora, así como la domesticación de caballos para

la guerra. En fin, los españoles constituían una maquina devastadora capaz de derrotar a

cualquier reino poderoso de la tierra.

Lo más relevante de la conquista no fue la derrota que sufrieron los indígenas en el campo

de batalla, sino lo ocurrido posteriormente, es decir, el sometimiento absoluto de las tribus

por parte del imperio español. Con la apropiación de las tierras, el esclavismo a que fueron

conducidos los perdedores, se dio paso a la verdadera conquista. Primero fue la destrucción

de los pueblos a través de la guerra; posteriormente la usurpación de las tierras y sus

riquezas, conjuntamente con el sometimiento a la esclavitud y como tercer elemento la

catequización. De ahí que la conquista tuviera tres fases: la primera que consistió en

someter por las armas a la población indígena, una segunda fase que fue el sometimiento

económico y una tercera fase que fue el sometimiento ideológico a través de la religión.

Con ello se pretendía borrar todo pasado histórico, todo patrón de conducta, toda

idiosincrasia, llámese a eso cultura, que poseían las tribus indígenas derrotadas y que en el

proceso de conquista les fue conculcado. La finalidad no era otra que mantener sojuzgados

a esos pueblos para expoliarlos, arrebatarles paulatinamente todas sus riquezas. Con

relación a eso, continua señalando Severo Martínez: “La correcta comprensión de la

conquista como proceso complejo, en el cual el momento económico es el determinante y

decisivo, tiene una importancia extraordinaria para la correcta comprensión de la

inferioridad -económica, social e intelectual- en que vinieron a quedar los indios para el

resto de la vida colonial”. ¿Cómo puede pensarse que la población indígena se podría

desarrollar bajo esas miserables condiciones en que fueron relegados?

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¿Puede alguien acaso pensar que los españoles sometieron a los indígenas guatemaltecos,

simplemente porque los consideraban una etnia inferior? Los acontecimientos ocurridos en

la conquista indican que el fondo del asunto fue puramente económico. Al margen de que

los pueblos que conquistan se consideran superiores a los conquistados, el interés

fundamental de los países imperialistas es expandir sus dominios para obtener mayores

riquezas, ganancias económicas.

La conquista fue brutal y no debe ser borrada de las mentes de los que por una u otra razón

nacimos en este país. Pero el tener presente las bestialidades cometidas por el hombre en

contra del hombre a lo largo de la historia, debe hacernos reflexionar no con mentalidad

revanchista, sino más bien con sabiduría para no volver a cometer esas atrocidades. La

historia, al mostrarnos el pasado con toda su crudeza nos enseña como corregir los errores

del pasado, para tener una vida más armoniosa y digna en el presente. El apelar a la razón

como la forma más adecuada de resolver los problemas dará la oportunidad de ejercitar el

poder creativo de los seres humanos para la búsqueda de soluciones más idóneas.

Muchas cosas fueron modificadas en la conducta de los habitantes de estas tierras, como

consecuencia de la invasión española. El choque entre dos culturas bosquejó un nuevo

ensayo cultural de contrastes por demás curiosos. Al imponerse un modo de vida, ejemplo

de ello lo constituyeron, las llamadas “reducciones” que no fueron otra cosa que,

concentraciones de pueblos construidos al estilo español, en donde existe una plaza, un

palacio de gobierno o municipal, un mercado y la iglesia, los indígenas pasaron de un

esquema de vida abierto, a uno cerrado.

La religión fue otro elemento ideológico empleado en la conquista. Luego de discutir por

largo tiempo si los indígenas tenían alma, se concluyo que si pero debía que enseñarles la

palabra de Dios. Lo cual se hizo por medio de todo tipo de crueldades. Sin embargo el

espíritu de religiosidad cultivado por largo tiempo por los nativos de estas tierras no fue

fácilmente quebrantado, por el contrario dio origen a una mezcla entre las dos creencias: el

sincretismo religioso. Mismo que pervive actualmente en Guatemala. Rituales ancestrales

se mezclan con elementos cristianos para dar por resultado una conducta particularmente

compleja.

A lo largo de la historia de Guatemala se observa ciertas constantes que bosquejan de

alguna forma a la sociedad. Entre esas, quizá la más importante sea, la lucha encarnizada

que han librado los sectores dominantes para mantener su hegemonía en el país. Todo ello

ha traído al país, violencia y destrucción. De ahí la lucha entre los distintos grupos étnicos,

entre conquistadores y conquistados, criollos y españoles, ricos y pobres. Siguiendo con un

orden cronológico, después de la conquista, se dio inicio al período denominado, época

independiente. Este período se caracterizó por la separación de los criollos (hijos de

españoles nacidos en Guatemala), del dominio, desde la esfera de poder, por parte de la

corona española. Por mucho tiempo, criollos y españoles mantuvieron una peculiar pugna

de intereses que se reflejaba a través de odios y envidias, no obstante el interés esencial era

económico.

Sucedieron cambios en el país a partir de la ruptura entre los criollos y españoles, pero

estos no fueron substanciales. Al interior de la sociedad continuaba la explotación del

Page 11: Antropología Guatemalteca

indígena, continuaba el “repartimiento” y “la encomienda” como el elemento fundamental

de la producción del país. Tanto el repartimiento como la encomienda, “las implantó

Cristóbal Colón en las Antillas, y en su forma primitiva pasaron al continente con las

empresas de conquista ulteriores. El repartimiento tenía dos aspectos, pues consistía en

repartir tierras y también indios para trabajarlas; y como este segundo aspecto se justificaba

diciendo que los indígenas eran entregados para que el favorecido velase por su

cristianización -le eran encomendados para ello-.” Los criollos tenían bajo su dominio, no

sólo las tierras sino también a indígenas, para que las hicieran producir. Todos estos

elementos de dominación de los pueblos se hicieron a través de la violencia, quebrantando

la voluntad de los sectores marginados.

La época independiente no varió en nada la situación de los indígenas pues las directrices

que siguieron en el país estaban plenamente definidas, y en ellas las etnias naturales no

contaban. Explotación, esclavitud y represión fue el denominador común que escribió con

sangre la historia de Guatemala. Sin duda, la población indígena guatemalteca tiene mucho

rencor, no olvida las atrocidades sufridas en el pasado inmediato. Será de menos más de

500 años de sufrimiento y explotación, los cuales dejan huella. Sin embargo no se puede

vivir en el pasado, no se puede estar alimentando odios, cuando el país requiere de la

integración de sus habitantes, de una vida digna para todos sus moradores.

No obstante, ser un país complejo, donde existen 23 etnias con una cultura propia, se deben

buscar los mecanismos para poder convivir en paz. El diálogo consensuado para resolver

las diferencias debería ser el medio a emplear. Y es que siendo la realidad una, material y

objetiva, la hacen múltiple los seres humanos que, desde una particular perspectiva la

observan e interpretan. Pudiendo ser el juicio que estos emitan equivocado. La diversidad

de criterios sobre las cosas es conveniente, siempre y cuando esta diversidad no se

transforme en conflicto. Basta ya de buscar pretextos para ser una sociedad disgregada, ello

únicamente beneficia a aquellos, que por largo tiempo se han servido de este país para

alimentar sus bajas pasiones y su apetito desmedido de lucro.

Pero para poder consensuar, se debe tener el criterio para determinar que, si los argumentos

de la otra parte son más valiosos para el conglomerado social, deberán ser aceptados por

todos. Es decir que el camino a seguir por los integrantes de la sociedad estará determinado

por el grupo o persona que presente los mejores argumentos al respecto. Para ello se debe

estar preparado para escuchar y someterse al imperio de la razón cualquier diferencia de

opinión. Cómo es posible que se pretenda que, grupos sociales que no logren entenderse,

puedan resolver sus diferencias. Se hace necesario, por consiguiente, una unidad lingüística

que permita hacer efectivo ese diálogo. Como criterio de escogencia deberá ser tomado en

cuenta el funcionalismo que pueda tener el idioma dentro del concierto de las naciones.

Más allá de la diversidad étnica, política y religiosa existe la igualdad entre los seres

humanos. Todos buscamos lo mismo, el vivir cada vez mejor en sociedad. El no hacerlo,

significa estar destinados a nuestra destrucción, a nuestra extinción. Teniendo la capacidad

racional como ningún otro animal, los seres humanos tienen la obligación de encontrar

formas racionales para resolución de problemas y conflictos. Dejando por un lado el

aspecto emotivo, pasional y egocentrista, que puede desembocar en conflictos imprevisibles,

Page 12: Antropología Guatemalteca

nuestra actitud deberá estar centralizada en buscar los puntos de convergencia que hagan la

vida en sociedad más armónica.

Sin duda para alguien que no ha sufrido en carne propia las atrocidades de la

discriminación, la explotación y muerte de sus seres queridos le es fácil decir que el

consenso racional deberá ser el mecanismo para la resolución de conflictos. No siendo igual

para aquellos que los han sufrido por largo tiempo. Sin embargo, después de meditar por

largo tiempo sobre ese tema, no existe otra forma para lograr la consolidación de un

Estado-nación donde nuestra existencia sea más armoniosa y la violencia engendrada por la

descomposición social, sea cuestión del pasado. Ese es nuestro reto.

Notas breves sobre la cultura en Guatemala:

Siempre los pueblos que han sido oprimidos, resurgen de sus cenizas, de su sufrimiento y

dolor para convertirse en poderosas fuerzas que escriben gloriosas páginas de la historia.

¿Será que eso les espera a los habitantes de Guatemala? Pensando en el desarrollo social

del país es conveniente dejar atrás la diferencia entre indígenas y ladinos, indios o mestizos

como se les quiera llamar. Ante todo Guatemala es una región que posee un territorio

delimitado con recursos propios y con un potencial humano definido. ¿Qué es lo que hace

que una persona sea guatemalteca? Las leyes convencionales del país señalan en la

Constitución de la República que son guatemaltecos las personas nacidas dentro del

territorio o bien que por su propia voluntad escojan, tras llenar ciertos requisitos, la

nacionalidad guatemalteca. Son dos las formas de ser guatemalteco: por nacimiento o

adopción.

Sin embargo los guatemaltecos hemos vivido en constantes pugnas que van desde la

discriminación racial, hasta el exterminio a través de la violencia institucionalizada. En

Guatemala se cuentan 23 etnias, es decir, que existe diversidad de grupos que conviven

dentro de un territorio, teniendo cada uno, una visión particular de la realidad. Los grupos

mayoritarios son las etnias herederas, consanguíneas, de los mayas y los ladinos o mestizos.

Siempre los grupos vencedores imponen su cultura, más bien existe un predominio de

aquellos sectores que adquieren el poder. Eso sucedió en nuestro país con la conquista

española y es por eso el predominio de la cultura de occidente.

El choque entre dos culturas en Guatemala revistió características de singular importancia,

ya que los españoles no borraron totalmente las costumbres y tradiciones propias de las

etnias de la región. En vez de ello fueron adquiridas ciertas costumbres, fusionándose en

una sola. No obstante, quedó latente la cosmovisión ancestral de los indígenas generando

con ello, por ejemplo, el sincretismo religioso, que no es más que la unificación o

conciliación de religiones contrarias. Por un lado la religión aborigen con todas sus

creencias, por otro, la religión católica propia de la conquista española.

La cosmovisión occidental penetró hondamente en todos los ámbitos de la sociedad y se

constituyó en la cultura dominante. Para tal efecto y siguiendo los planteamientos del

materialismo dialéctico, donde la infraestructura determina a la superestructura, el modo de

producción vigente en el país se sirvió de los mecanismos necesarios para tener vigencia.

Page 13: Antropología Guatemalteca

Así la educación se encargó de difundir lo que el sistema quiso que se difundiera siguiendo

las directrices que la situación histórica les demandaba. En ello tuvo capital importancia la

comunicación. Es por medio de la comunicación donde se pueden lograr cambios en el

comportamiento humano.

El flujo de información a través de los medios de comunicación posibilitó el conocimiento

de nuevas formas de entender el mundo, formas más precisas de hacerlo que por tal motivo

se convirtieron en la forma institucionalizada de accionar. Guatemala no fue ajena a tal

fenómeno y asimilando ciertas convenciones internacionales, necesarias para la

convivencia en el mundo se incorporó al concierto de las naciones. Y es que la convivencia

en el mundo obliga a someterse al convencionalismo internacional, eso significa que para

entendernos en el mundo y poder intercambiar bienes se debe adoptar ciertos criterios que

hagan posible la comprensión entre las naciones.

Cada vez más se estrecha la posibilidad de que se tenga acceso a los descubrimientos,

conocimientos y secretos de la realidad. El flujo de información permite que nos enteremos

de lo que está surgiendo en el mundo de la ciencia y la tecnología. Ningún país en el

mundo debe cerrar los ojos a tal avance, de lo contrario estaría relegándose al papel de isla

ignorante y retrograda. Pero que la información fluya no significa que se adopte

sistemáticamente. Toda información debe ser cuestionada, adaptada al medio descartando

todo aquello que sea nocivo para el desarrollo cualitativo de la sociedad.

Tras un nuevo milenio la historia demanda que nos incorporemos a las naciones

desarrolladas y civilizadas del mundo. Eso significa el reconocimiento de que el

intercambio de opiniones y el consenso racional sobre la realidad debe ser el criterio a

seguir. Ello significa dejar atrás sentimentalismos que distorsionan la realidad en función

de criterios particulares o juicios de valor que deberían situarse en la esfera privada pero no

pública.

Quizá el problema medular que deriva la situación étnica en Guatemala sean las

contradicciones existentes entre indios y ladinos. Pero ¿quiénes son los indios y a quiénes

les corresponde la denominación de ladinos? No obstante que el término “indio” es

producto de una equivocación motivada por la creencia de Cristóbal Colón de haber llegado

a las Indias occidentales. Este término, no obstante, tiene una connotación peyorativa

adquirida en tiempos de la colonia. En este caso, indio significa un ser inferior, ignorante y

destinado a la esclavitud. El ladino, por el contrario, son aquellas “personas que no era

indígenas ni españolas o descendientes puros de españoles”, es decir, un grupo no definido,

quizá una de los rasgos que los caracterizaba era el hablar castellano.

De ahí que, tanto el término indio, como el de ladino tengan una dimensión histórica.

Surgen en un momento determinado y desaparecerán en otro. ¿Cuál será el fundamento de

toda esta terminología? Todo esto es producto de la conquista y colonialismo español que

con la soberbia que lo caracterizó, adjudicaban un nombre a los grupos sociales diferentes a

ellos. En ello iba incluida una mezcla de inclinaciones etnocéntricas e intereses de clase.

Con la ruptura de lo que se denomino las dos españas, los criollos tomaron la hegemonía

política y económica en Guatemala, se constituyeron en el sector dominante. Un pequeño

Page 14: Antropología Guatemalteca

grupo de “nobles familias” ostentaba la riqueza del país. Así fue que criollos, indios y

ladinos constituían la sociedad guatemalteca. Paulatinamente esa sociedad se fue

polarizando en dos sectores, ricos y pobres, sin embargo las categorías de indios y ladinos

continuaron creando la diferencia superficial. Y es que bajo la diferencia superficial de

indios y ladinos, se esconde la diferencia esencial que lo constituye el poder económico.

Actualmente persisten todavía los términos de indios y ladinos. Donde el indio representa el

atraso, la ignorancia, la haraganería y el ladino, por el contrario, la vanguardia, la sapiencia,

la laboriosidad. Tal distinción son resabios de la dominación colonial que a través de la

educación institucionalizada se fue consolidando en las conciencias de los habitantes de

este país a partir del triunfo de los regímenes liberales que se han mantenido en el gobierno.

Conviviendo en un mismo país indios y ladinos ocultan las verdaderas contradicciones que

los afectan y que no permiten que el desarrollo se disemine por todas las latitudes del

territorio. ¿Por qué seguir llamándonos indios y ladinos si dentro del país existen como

bloque heterogéneo una mezcla de razas que dan o por resultado a los mestizos? Sin duda

esa perspectiva evidenciaría que el problema es otro y consecuentemente tendría que tener

otra solución.

Recordemos que la dominación se ejerce desde distintas esferas de poder y una de ellas,

quizá la más importante sea, la ideológica, instrumentalizada a partir de la educación

institucionalizada. En ella se conduce a la población por los senderos que el sistema desee.

La oligarquía establecida dentro del territorio guatemalteco a partir de la usurpación llevada

a cabo en tiempos de la colonia, necesitó permanecer en el poder y para ello influyó

grandemente en la idiosincrasia de la población, distorsionando, tergiversando, cambiando

la historia.

Eso constituye lo manifiesto de la problemática social de Guatemala en cuyas raíces se

oculta lo latente que representa el origen, las causas efectivas de lo acontecido y que

acontece en nuestro país y que tiene un denominador común: la miseria. Tal perspectiva no

significa que se deje por un lado las diferencias culturales que existen dentro de cada grupo

social. Las mismas persisten y tiene que ser resueltas para bien de todos los habitantes de

este país.

El enfoque que se haga sobre esta problemática determinará las soluciones que se

implemente. ¿Qué es lo esencial para una convivencia armoniosa? Dirimir el aspecto

superestructural que involucra la esfera cultural o resolver el aspecto económico, que parte

de la importancia que tiene subsanar las necesidades más vitales de la población. Tanto uno

como el otro aspecto pueden ser tomados en cuenta a partir de la puesta en marcha de una

metodología que supere la visión economicista y étnica del problema social en Guatemala.

Definir bien que es lo esencial y que es lo accidental permitirá enfocar de mejor manera ese

problema. Todo estudio científico requiere que no se soslaye ningún aspecto y que se

encuentren las relaciones de dependencia entre uno y otro.

Los hechos ocurridos en la península de los Balcanes traen a relucir la serie de odios que es

capaz de generar el etnocentrismo. La desmesurada exaltación a la identidad, con todo lo

Page 15: Antropología Guatemalteca

que ello representa conduce a la división, aún más acentuada, entre los seres humanos. La

diversidad étnica, que originalmente propició el crecimiento y desarrollo de hombres y

mujeres sobre la tierra, en la actualidad ha producido más de un conflicto. No obstante que

la serie de interpretaciones sobre la realidad enriquecen a ésta, también conducen a la

incomprensión. Y muchas veces a la intolerancia entre los pueblos.

La identidad ha sido por mucho tiempo la forma de exaltar el espíritu de los habitantes de

las naciones. Se habla de que sólo un pueblo unido por vínculos culturales, puede alcanzar

el desarrollo. Se pretende con esto, que cada individuo acentúe los rasgos que les son

propios, que los hacen diferentes a los demás. Que a partir de ahí se integren como nación,

que se organicen y busquen la forma particular de alcanzar el desarrollo. Tal sentimiento

inculcado únicamente ha propiciado la sobrevaloración de lo propio y el desprecio de lo

ajeno.

La identidad es la reafirmación de las peculiaridades que le son propias a cada individuo,

producto de su acervo cultural. Ello significa que, como cada cultura tiene una visión

diferente sobre las cosas, una valoración distinta, el entendimiento entre los pueblos se

dificulta. El tener presente que la realidad es una y que es la razón el medio para su

comprensión, dará mayor criterio para tolerar las diferencias. Buscando conjuntamente, los

nexos que posibiliten el entendimiento mutuo sobre aquello, que siendo uno, se hace

múltiple. De ahí que fomentar toda una serie de cosmovisiones, tradiciones, formas de

comportamiento, muchas de estas distantes de la realidad, sólo haga que nos desunamos

más como especie.

Como seres humanos debemos comprender que, por encima de aspectos accidentales como

color, tamaño, costumbres, existe algo esencial que nos unifica el pertenecer a la misma

especie. El ser humano, debe representar el eje principal de nuestro accionar en el mundo.

Por consiguiente, más que una identidad es necesario tomar conciencia de todos aquellos

aspectos que nos unen. Con los cuales podamos construir, conjuntamente, el desarrollo de

la especie.

Y es que la historia es rica en hechos, donde la irracionalidad de los seres humanos ha

dado por resultado salvajes enfrentamientos étnicos. Latente está en la memoria de muchas

personas, las masacres emprendidas por el partido nacional socialista de Alemania. La

limpieza étnica emprendida por Adolfo Hitler. Más recientes son lo hechos ocurridos en el

África Central. En Rwanda donde las tribus hutus y tutsis, libraron una guerra dantesca de

origen étnico que dejó por saldo más de un millón de muertos y centenares de miles de

desplazados. En Yugoslavia, las luchas étnicas, producto de nacionalismos exacerbados,

propició su desintegración, tras todo un caudal de sangre. Actualmente la lucha se ha

reiniciado entre la mayoría servia y la minoría de habitantes de la provincia del Kosovo, de

origen albanes. Como denominador común entre estos conflictos, prevalecen los odios,

producto de las diversidades étnicas. Persisten las guerras como forma de resolver las

diferencias entre los pueblos.

En Guatemala, país de características multiétnicas y plurilingües, la exaltación de la

identidad, fomentada desde diversos sectores, puede conducirnos a un distanciamiento. Que

en vez de propiciar la integración como nación, nos desuna aún más. Con ello, el tan

Page 16: Antropología Guatemalteca

deseado desarrollo, imprescindible para eliminar todo vestigio de guerra, será un sueño

imposible de realizar.

Todo aquel que no sea miembro de una determinada cultura, será tomado como diferente.

Será un extraño. Por ejemplo, para el indígena mayaense, el llamado ladino, no puede

comprender su mundo. Aquellos que no sean originarios de esa etnia, son ajenos a la

cosmovisión mágico-religiosa, propia de esa cultura. Por consiguiente, así como los ladinos

no puede comprender, ni aceptar lo proveniente de las etnias mayaenses. Estos, a su vez,

no aceptan los criterios de aquellos. Dada la incomprensión existente, los mundos de cada

grupo son diferentes y el entendimiento, que es vital para la convivencia en sociedad, se

hace inexistente.

Las medidas extremas a tal desavenencia son las guerras, la discriminación racial y las

limpiezas étnicas. Confiemos que entre los seres humanos, el buen criterio prevalezca sobre

la brutal barbarie. Que el consenso y la búsqueda de puntos de convergencia, sustituyan a la

exaltación irracional de la identidad de los pueblos. Sólo así, puede tenerse una esperanza

de paz para la humanidad. En el caso particular de Guatemala, los hechos ocurridos a lo

largo de la historia, deberán servir para no cometer los mismos errores.

Antecedentes teóricos:

Constantemente la diversidad étnica ha suscitado innumerables enfrentamientos en más de

una región del planeta. Las causas han sido comportamientos explosivos en países

compartidos por más de una etnia o grupos sociales que, obedeciendo criterios irracionales,

perturban ostensiblemente el ideal de una coexistencia pacífica en el planeta. Más aún, lo

vital que representa la armonía social, para la subsistencia de la humanidad. Guatemala no

ha sido la excepción. Pero ¿qué motiva tal situación? ¿Cuál ha sido su origen? Tales

interrogantes deberán ser respondidas tomando como punto de partida el devenir de la

historia y las condiciones socioeconómicas que han imperado en el país pues, de esa forma,

se tendrá un enfoque más preciso sobre el tema.

Desde la consolidación del hombre sobre la faz de la tierra, éste se diseminó en distintas

regiones del globo terráqueo, logrando a través de la interacción con el medio, diversas

formas de desarrollo. En ellas influyó directamente la región donde habitaban, el clima y la

dieta alimenticia que cada grupo tenía. Lo que trajo consigo una peculiar forma de

comportamiento y diferentes códigos para comunicarse, es decir, diversidad de

cosmovisiones, costumbres, formas de conducta e idiomas de los habitantes. Parafraseando

a Ortega y Gasset, el ser humano es él y su circunstancia, de modo que éste influye en la

naturaleza y ésta a su vez incide en él. De hecho el medio donde se desarrolla influye

directamente en su comportamiento, forma de vida y apariencia física. Hombres y mujeres

tuvieron que adaptar su piel a climas donde el sol los afectaba con más rigor. Fue así que su

epidermis se oscureció en el continente africano y se aclaró en las regiones nórdicas, donde

el sol se mantiene oculto por más tiempo. Sin embargo, hay algunos antropólogos que

sugieren que las razas humanas hicieron su aparición en los albores de la especie, en el

origen mismo del hombre.

Page 17: Antropología Guatemalteca

Era comprensible que, a diversas circunstancias existentes en las que se desenvolvieran los

seres humanos, les correspondería diversos grados de adaptación. Las cosas fueron muy

difíciles para nuestros antecesores, pues el dominar a la naturaleza les representaba un

obstáculo grande por resolver. La selección natural determinó, en un primer instante, que

los grupos mejor dotados y organizados prevalecieran sobre los menos aptos y de un

período de adaptación se diera paso a otro de reproducción, donde lo primordial lo

constituye la armonía social.

Adaptados al medio ambiente, los seres humanos tenían que vivir armónicamente en

sociedad y producir bienes para satisfacer sus múltiples necesidades. En ese momento

histórico la circunstancia en que la que se encontraban influyó en su desarrollo. Situación

geográfica, barreras naturales, alimentación y posteriormente la intercomunicación con

otros pueblos y culturas, así como la condición interna determinaron, en su momento, el

adelanto o atraso tecnológico existente entre los pueblos. De esa forma surgieron culturas

dedicadas a las artes y a la ciencia como la ateniense y culturas con espíritu guerrerista

como los espartanos, ambas interpretaban la realidad de diversa forma, sus valores eran

diferentes. Así, un mismo objeto de conocimiento fue interpretado en forma distinta. Cada

núcleo social tuvo una serie de valores que generaron a su vez comportamientos,

costumbres, tradiciones, en fin, la idiosincrasia de los pueblos.

Interpretar la realidad de distinta forma, la enriquece pero en igual forma la distorsiona. De

ahí que muchas veces no se mire la realidad sino lo que se quiere ver de ésta. A la realidad

se le sobrepone otra, de tipo artificial, producto de particulares motivaciones humanas. Por

consiguiente, las personas toman por valiosas las peculiares interpretaciones que hacen de

la realidad, sean éstas acertadas o equivocadas, a eso se le podría llamar sub culturas. De

esa forma ha construido la historia, con tropiezos y adelantos, con magia, fantasía, arte,

ciencia y filosofía. En un principio los mitos y la religión eran la forma para dar respuesta a

las interrogantes que al hombre primitivo le surgían, posteriormente la ciencia y la filosofía

hicieron lo propio. Tomando como criterio del accionar evolutivo de la especie humana,

las interpretaciones fueron de lo simple a lo complejo.

Aunque en la actualidad persisten visiones míticas, religiosas, científicas y filosóficas sobre

la realidad, ésta se mantiene con su complejidad y simpleza, con sus maravillas y enigmas

por desentrañar. Cada pueblo se identifica con una determinada visión de las cosas, lo que

para unos es importante para otros puede que no lo sea. Los caminos de la humanidad se

dividen, se separan y cada sociedad adopta el criterio que, la interpretación que poseen es la

mejor, la más conveniente, la más acertada. Todo ello le da un significado peculiar a las

cosas, una riqueza interpretativa, sin igual, a la naturaleza pero a la vez, disminuye la

posibilidad de entendimiento entre culturas.

Se debe tener presente que existe un egoísmo natural en cada ser humano, que se manifiesta

en el aprecio o amor que se tiene uno mismo. Frecuentemente el límite de lo permisible

rebasa lo racionalmente aceptado; surgiendo con ello, el egoísmo irracional, que no es otra

cosa que el satisfacer apetitos propios sin importar que ello afecte a otros. A partir de ahí, el

individuo se cree superior y no sólo eso, paulatinamente piensa que los miembros de su

comunidad también lo son. Su egoísmo se extiende a los miembros de su sociedad. Cada

grupo se cree poseedor de la mejor forma de ver las cosas y todo aquel que tenga otra

Page 18: Antropología Guatemalteca

visión, está equivocado y por lo tanto es marginado y despreciado. Comienza aquí el

etnocentrismo, Que no es más que la sobre valoración irracional que tiene un grupo social,

que los hace despreciar lo ajeno y exaltar, desmedidamente, lo propio.

El sentido de la vista decía Aristóteles, es el que más nos provee de mayor información

sobre la realidad. Apreciamos más a todo aquello que, al percibirlo por medio de la vista

nos agrada, nos cautiva, nos hace sentir bien. Sin embargo, no sólo la vista nos provee de

información sobre la realidad, existen otros sentidos igualmente importantes y desde luego,

la reflexión intelectiva, que es la que realmente pone al descubierto el ser de las cosas, el

valor de las mismas. El juzgar en función de los sentidos, el valorar a partir de lo accidental,

únicamente evidencia la pobreza evolutiva que poseemos y nos relega a simples entes

cosificados. Más allá de lo aparente se oculta lo esencial y eso no se puede ver, se puede

comprender. Entendemos el valor de los seres humanos, lo que es y pretenden en la vida,

no obstante el esfuerzo es mayor, requiere de un análisis, de una indagación, de una

asimilación como lo planteaba Karel Kosik. La ignorancia, la precaria existencia de valores

humanos es lo que posibilita el surgimiento del etnocentrismo.

En una sociedad tan compleja como la de nuestro país, cabe preguntar: ¿Existe realmente

un problema étnico en Guatemala? Y si lo hay, ¿cómo se originó? Actualmente se han

generado una serie de discusiones sobre la situación social del país, tras el momento

coyuntural que se vive, siendo la diversidad étnica una de ellas. Al realizar un análisis sobre

la situación de Guatemala, son notorios una serie de indicadores que muestran, fríamente,

cual es la situación del país en diversos aspectos. Indicadores que desnudan la pobreza en

que los sectores mayoritarios viven.

El territorio guatemalteco ostenta características muy especiales. Con 23 etnias, en las que

mayoritariamente comparten el mismo territorio los ladinos, Quichés, Cakchiqueles,

Mames y Kekchis las implicaciones que trae esa diversidad étnica suscita a su vez

innumerables interrogantes y polémica para la integración de un Estado-nación. ¿Qué

depara el futuro para este país que por mucho tiempo ha estado sumido en conflictos

sociales y cruentos hechos sangrientos?

La historia nos cuenta del pasado:

Necesariamente hay que hacer un recuento de lo sucedido en el pasado, de lo que aconteció

en la historia inmediata de Guatemala para tener una mejor interpretación del problema que

nos atañe. Por muchos años los indígenas de este país han sufrido la discriminación,

explotación saqueo y usurpación de bienes por parte de brutales conquistadores del pasado

y oligarcas del presente. El marginamiento y opresión del más débil se consolidó como

práctica comúnmente empleada por los sectores dominantes, a partir de la independencia

de Guatemala, del reino de España en el año de 1821. Los usurpadores continuaron

sometiendo a la población natural para satisfacer sus propios intereses.

La historia señala que a la llegada de los españoles a estas latitudes, la población indígena

no estaba unida, estaban en constantes luchas intestinas, no existía conciencia de unidad.

Siendo así, fue fácil para un grupo organizado y militarmente mejor dotado tomar el control

Page 19: Antropología Guatemalteca

del país, enriquecerse a expensas de estos y consolidar su hegemonía. La lucha fue cruenta

y salvaje, logrando su cometido: con el sometimiento y esclavitud de la población indígena.

Lo que en un principio se logró con la invasión del brutal conquistador español, más tarde

significó la apropiación de tierras por los llamados criollos. Ello fortaleció la marcada

división entre ricos y pobres. Guatemala se convirtió en un país en el que un número

reducido de sus habitantes tenía acceso a la alimentación, a la salud, vivienda y educación.

De allí los índices de analfabetismo, salubridad, expectativas de vida que existen en el país.

Históricamente Guatemala fue condenada al atraso en el que se encuentra. Contadas

familias concentraron la riqueza de la nación impidiendo que el capital fluyera para

beneficio de las mayorías. No es de extrañar, por lo tanto, que la desnutrición hiciera presa

de millares de niños guatemaltecos, afectando con ello la posibilidad de tener una vida

acorde a la condición humana.

La población indígena, al cargar bajo sus hombros la derrota, indudablemente fue el sector

más afectado. Sin embargo, posteriormente el deseo de atesoramiento, riqueza y lucro

desmedido por parte de la floreciente oligarquía, no discriminó sector alguno en su afán de

acumular fortuna y ya no fue solamente la población indígena la que sufrió tales efectos;

surgiendo con ello el proletariado: sector asalariado del campo, los obreros como la clase

explotada. Este sector para sobrevivir tenía que vender su fuerza de trabajo a cambio de

mínimos satisfactores. Era mucha la población ávida de empleo por lo que a mayor oferta

de trabajo menor la remuneración por el mismo. Tal hecho ya no fue exclusivo de los

indígenas, en el se acogían, tanto indígenas como ladinos (mestizos) marginados.

Las condiciones socioeconómicas existentes en el país continuaron concentrando la riqueza

en pocas manos y el abismo entre ricos y pobres se hizo aún más grande. La discriminación

fue más patente a causa de la condición socioeconómica de la población, aunque la

discriminación indígena continuó dentro de los distintos estratos de la población.

Terratenientes, comerciante e industriales discriminaban tanto a indígenas como ladinos

pobres; éstos a su vez discriminaba al indígena pero ¿qué repercusión, dentro de la sociedad

tenía, que un pobre discriminara a otro por el hecho de ser de diferente etnia? Ninguna pues

el poder lo ejercían los que contaban con los recursos para hacerlo efectivo, es decir, los

ricos.

Es importante resaltar que la discriminación que se efectuaban en la base de la pirámide

social guatemalteca, obedecía a la falta de valores sociales inculcados en dicha población

propiciados por el limitado acceso a la educación. Y es que una sociedad educada con

valores sociales, donde no existan criterios de superioridad en función de diferencias de

color, raza, sexo o cosmovisiones, no tiene lugar la discriminación racial, étnica o de

cualquier tipo. Las sociedades y los individuos deben entender que accidentalmente

tenemos distintos colores de piel, costumbres y modos de entender la realidad, pero en

esencia, todos somos seres humanos, con potencialidades racionales y afectivas que nos

diferencian del resto de animales que existen en el planeta.

La racionalidad faculta a los hombres para poder dirimir sus diferencias, en procura del

bien común y la superación de la especie. Y es que la razón se consolida con los seres

humanos. Fue ésta la que, en la especie humana, marcó la diferencia con los demás

Page 20: Antropología Guatemalteca

animales que habitaban la tierra. De ahí que todo acto de estos esté marcado por la razón.

Aún siendo instintivas ciertas actitudes, están concatenadas a una serie de actos de tipo

racional. E ahí la importancia que tiene la razón y el por qué remitir a ella todo posible

conflicto.

Por consiguiente, aunque cada cultura piense que posee la mejor visión sobre la realidad,

debe someter ese criterio al imperio de la razón y con ello al consenso. De lo contrario, el

mundo se traducirá en un escenario donde la comunicación sería imposible y con ello, los

conflictos personales y luchas étnicas aflorarían por doquier. El Planeta sería un lugar

donde el etnocentrismo sería el causante de la destrucción humana.

El vivir dentro de un mismo país obliga a sus miembros a ser más tolerantes, a ser más

amplios de criterio y críticos en cuanto a su forma de comportamiento dentro de la sociedad.

Por ello se debe someter a los distintos sectores que conviven, dentro de un mismo

territorio, a respetar las reglas de convivencia a partir de la aceptación del árbitro que

juzgue plenamente las directrices a seguir, para el bien de la población. En este caso la

razón puede desempeñar un papel preponderante y beneficioso para todos.

Con tales premisas el problema étnico en Guatemala, debería ser planteado desde otras

perspectivas, sin embargo, el mismo es visto con claros criterios de revanchismo que en

nada resuelven la situación social del país, a saber: La independencia trajo al país que

grandes extensiones de territorio quedaran concentradas en un pequeño número de “nobles

criollos”, quienes a partir de la posesión de estas tierras vieron acrecentada su fortuna a

expensas de la pobreza de la mayoría. Los aborígenes de estas tierras sufrieron la

usurpación de su territorio y con ello la posibilidad de subsistir en una mejor forma.

Origen de la lucha armada y sus consecuencias:

Paulatinamente, la pobreza en el área rural, trajo consigo la muerte. La lucha por la

sobrevivencia condujo a muchos indígenas a engrosar las filas de los distintos

movimientos revolucionarios que, en 1954, enarbolaban la bandera de la lucha armada para

reivindicar los derechos de la población marginada del país. El descontento y la necesidad

de una vida digna traen consigo efectos de subversión. Se dio inicio a la lucha guerrillera

que sembró de muerte y destrucción a Guatemala.

La lucha en nuestro país no sólo se libró dentro del territorio guatemalteco, se libró

también en la mesa de negociaciones entre las superpotencias, que en ese entonces se

disputaban la supremacía del mundo. Recordemos que en la década de los sesenta se

agudizó la guerra fría entre la Unión Soviética y los Estados Unidos. La lucha entre estos

países se libró en naciones del tercer mundo, donde la crisis social propiciada por el hambre

y la explotación, había detonado la confrontación bélica. Tal fenómeno coincidía con los

postulados marxista-leninistas, cuyo objetivo consistía en derrotar al enemigo a través de la

lucha armada para transformar a la sociedad donde la justicia y equidad prevalecieran.

Así los movimientos reivindicativos, revolucionarios en Guatemala, enarbolaron al

marxismo como ideología, ese fue su basamento filosófico. Ello determinó que países de la

órbita socialista los apoyaran y que el imperialismo norteamericano hiciera lo propio con

Page 21: Antropología Guatemalteca

las fuerzas reaccionarias del país, concretamente, el ejército y los escuadrones de la muerte

y países con notoria influencia yanqui.

El temor que tenían los países capitalistas era la posibilidad de triunfo del “comunismo”, en

las regiones conflictivas del planeta. En ese entonces la Organización de Naciones Unidas

(ONU), ostentó un magro papel, una actitud pasiva e intranscendente en la resolución de

conflictos. La ONU, en nada intervino para frenar la devastadora y brutal campaña de

contrainsurgencia empleada por el ejército de Guatemala y los escuadrones de la muerte. El

respeto a los esenciales derechos humanos era letra muerta.

Son cientos de aterradores relatos que la historia ha registrado, donde el ejército y los

escuadrones de la muerte se ensañaron, en contra de aquellos que se opusieran al sistema

implantado. Miles los muertos, los huérfanos y los habitantes que huyeron del país para

salvar sus vidas. Fueron tiempos difíciles para los campesinos, obreros e intelectuales; con

ello la población indígena fue la más afectada, pues en el interior del país los gobiernos de

los militares, Carlos Arana Osorio con el plan de exterminio masivo, masacraron a familias

completas de campesinos que en el campo demandaban mejores salarios.

Continuaron los gobiernos militares de Kjel Eugenio Laugerud y Romeo Lucas García con

todo un plan para destruir a toda costa a la insurgencia, con el apoyo del Departamento de

Estado de los Estados Unidos y la Central de inteligencia (CIA). Muchos de los miembros

del ejército de Guatemala recibieron entrenamiento en los Estados Unidos, en la Escuela de

las Américas. Allí se especializaron en tortura, lucha contra las guerrillas, espionaje, en fin,

guerra sucia. Sin ningún escrúpulo se pusieron en práctica este tipo de tácticas de guerra y

en muchos casos los miembros del ejército superaron a sus maestros, a lo aprendido en los

Estados Unidos. La arremetida fue devastadora.

A partir del gobierno de Arana Osorio, un sector del ejército se convirtió en parte de la

oligarquía, ya no simplemente resguardaban las riquezas de ésta, se mezclaba con ella. De

ahí su afán en perpetuarse en el poder a través de los fraudes electorales, de la imposición

de militares en el gobierno, de la represión.

Secuelas de la guerra fría:

Con el fin de la guerra fría, las condiciones geopolíticas variaron y el papel de las Naciones

Unidas y del Gobierno de los Estados Unidos cambió con relación a las regiones en

conflicto. Se exige el fortalecimiento al respeto de los derechos humanos , se presiona, so

pena de sanción, que se democraticen los países violadores de los derechos humanos, como

el caso de Guatemala. Que se reduzcan los ejércitos, que hayan elecciones libres y honestas,

en fin que se restablezca el Estado de Derecho. Ello posibilitó que algunos sectores

democráticos del país pudieran organizarse y emitir opinión con cierto margen de libertad.

Se inicia “el proceso de paz en Guatemala”.

Con el gobierno de Vinicio Cerezo se inicia la nueva era civilista en Guatemala. Quedando

casi intacta la estructura social del país, este gobierno tuvo como sinónimo la corrupción,

no obstante es con la Democracia Cristiana donde se inician, formalmente, las platicas de

Page 22: Antropología Guatemalteca

paz. A este siguieron los gobiernos de Jorge Serrano Elías y el otrora Procurador de los

Derechos Humanos, Ramiro de León Carpio. En cada uno de estos gobiernos fue notoria la

injerencia del ejército, sin embargo en el gobierno de Ramiro de León se ampliaron más los

espacios para otros sectores del país; la presión internacional así lo demandaba. Todos los

gobiernos civiles de la última época en Guatemala tuvieron un denominador común:

pretendieron establecer una democracia formal liberal que no se hizo efectiva ni fue

representativa.

La firma de los acuerdos de paz se concretó en el gobierno de Álvaro Arzú. Con ello se

puso fin al conflicto armado que por más de 36 años la URNG y el ejército de Guatemala

mantenían. Tal hecho trajo consigo acontecimientos relevantes como el acuerdo de

Identidad y Derechos de los pueblos indígenas. El cual puso en el tapete de la discusión

nuevamente el problema étnico en Guatemala. Al margen de la insatisfacción que generó,

dentro de diversos sectores de la población, los términos en que los acuerdos fueron

firmados, los mismos presentan reivindicaciones nunca antes contempladas para la

población indígena, para el sector más marginado del país.

Sin embargo, la incongruencia entre los acuerdos suscritos y las políticas gubernamentales

emprendidas por el Presidente Arzú, muestran a su vez la inviabilidad de lo acordado, al

menos en ese momento. En un país donde el principal problema es la miseria, la mala

repartición de la riqueza. ¿Cómo resolver el virtual estado de guerra si no se reestructura a

fondo el país? ¿Cómo pacificar a una sociedad acostumbrada a la muerte el terror?

El fin de la guerra fría generó transformaciones en países que, como Guatemala,

continuamente se constituían en Estados violadores de los derechos humanos. Lo que antes

se hizo con la ciega mirada de las Naciones Unidas y el aval de los Estados Unidos, ahora

es considerado un crimen de lesa humanidad. La lucha en contra del fantasma del

comunismo hizo permisible que en nuestros países se cometieran innumerables excesos que

tuvieron como denominador común la tortura, el irrespeto a la dignidad humana, la muerte.

Al desaparecer la Unión Soviética no había razón para seguir manteniendo regímenes

represivos.

Surge un nuevo problema en el país:

En Guatemala concluyen 36 años de conflicto armado, sin embargo, la sola idea de que a

través de la paz (fin del conflicto armado) el país pudiese organizarse, a partir de la

integración de los sectores oprimidos y desposeídos en un solo frente de lucha

reivindicativa, determinó que el imperialismo norteamericano y los sectores hegemónicos

propiciaran el resurgimiento de otro problema de singular importancia para la convivencia

en armonía de los guatemaltecos: El problema étnico. La academia de lenguas mayas,

financiada en sus inicios por los Estados Unidos, plantea la necesidad de preservar el

idioma y la cultura maya como derecho inalienable de los distintos grupos étnicos que

habitan en territorio guatemalteco. Tal planteamiento no se discute, desde la función

valorativa que tiene cada pueblo. No obstante, una cosa son los valores de cada núcleo

social y otra muy distinta pretender anteponerlos ante la imperiosa necesidad de conformar

un estado-nación, donde el disfrute de los beneficios sea para todos sus habitantes.

Page 23: Antropología Guatemalteca

Más que el derecho a una determinada cosmovisión del mundo y de la realidad, los

guatemaltecos tienen derecho a comer, a ser respetados y tratados como seres humanos. El

problema de la miseria, de la insalubridad, del acceso a los elementales recursos para la

supervivencia, es minimizado para que prevalezca la lucha por la reivindicación de la

cultura maya. Pero ¿tiene sentido que en un nuevo milenio, se revaloricen culturas que, aún

teniendo un valor extraordinario como legado histórico de la humanidad, constituyen para

el presente, simples resabios de grandeza y de orgullo desmedido?

No hay que olvidar que las condiciones materiales de vida influyen grandemente en la

forma de pensar de los pueblos. Y que una nación que es coartada de los mínimos

satisfactores de sobre vivencia no puede desarrollar una cultura de grandes expresiones

científico-tecnológicas, es más, no puede vivir en armonía pues se encontraría en un virtual

estado de guerra.

A todo esto ¿qué es la cosmovisión maya?, ¿por qué se desea volver al pasado?, ¿se piensa

a caso que con ello va ser vengada la discriminación sufrida por la población indígena de

Guatemala? Cada grupo étnico ha tenido una interpretación de la realidad que ha hecho que

la misma sea vista con cierto relativismo cultural. Fueron muchos los factores que

incidieron en ello que puede resumirse en que su circunstancia determino que cada pueblo

tuviera una determinada cosmovisión que a su vez generó una particular idiosincrasia, una

forma de ver y apreciar las cosas. No obstante la realidad es una, existen diversidad de

formas de apreciarla, de darle un sentido humano de acuerdo a un esfuerzo interpretativo de

cada persona o grupo de personas.

No obstante, cada interpretación de la realidad tiene su momento en el tiempo, así se ha

desarrollado la existencia de los seres humanos. Recordemos que somos seres históricos,

que nos corresponde un lugar en el tiempo y que nuestro paso por la vida únicamente es

parte de un eslabón que al unirse con otros produce la huella que dejamos como testimonio

de nuestra existencia. Lo que hicieron nuestros antepasados, grande y glorioso o nefasto y

oprobioso solamente puede ser juzgado como un antecedente para nuestro presente y

porvenir. La realidad es dialéctica, cambia continuamente y así como ésta se mantiene en

un eterno movimiento, los seres humanos son seres indeterminados, seres que están en

proceso constante de desarrollo. Por ello no se deben evocar glorias pasadas, éstas son

potestad de sus protagonistas, de sus muertos.

Necesariamente el esfuerzo interpretativo de la realidad, en la antigüedad, estaba

estrechamente ligado al funcionamiento de la sociedad. Funcionamiento que a su vez iba

acorde a las exigencias e inquietudes de sus pobladores. De ahí que a primitivas formas de

convivencia, primitivas formas de interpretación de la realidad y viceversa. El hombre de

las cavernas, por ejemplo, obedecía a formas de interpretación de su entorno de una

manera simple, juzgando a través de lo que le informaban los sentidos.

Es por ello que se habla de adelanto o atraso en las distintas culturas. Es importante tener

presente que no obstante, cada pueblo tiene derecho a tener una forma propia de expresarse,

las demandas actuales requieren de la interacción entre las naciones. El mundo no está

constituido por islas, por el contrario, existe una relación de interdependencia que exige a

cada momento la consolidación de nexos económicos, científico-tecnológicos y artísticos-

Page 24: Antropología Guatemalteca

culturales. Requieren de una coexistencia armoniosa dentro de las naciones. Recordemos

que todos somos seres humanos y por ende requerimos del otro para existir.

Pero ¿cómo concretar tal exigencia si cada país, cada nación o cultura se cree poseedora de

la mejor fórmula para lograr su desarrollo? y cada pueblo exige que se respete su forma de

interpretar la realidad aunque sea equivocada. La solución a tan grave problema sería que

todas las naciones del mundo se sometieran a la mediación de un árbitro, que pudiera

determinar en un tiempo perentorio, cual sería la acción a seguir y que tal disposición fuera

respetada por todos. Arbitro que no diera lugar a dudas. En tal sentido y ya que el ser

humano es un animal racional de conducta socialmente adquirida, sería la razón la que

tendría que imperar, es decir los argumentos racionales que presente cada cultura en

función de la búsqueda de una vida armoniosa del desarrollo pleno de la especie.

Pero ¿cómo es que se plasma ese adelanto? ¿Es acaso en función de lo producido por una

elite? o ¿más bien una cultura es altamente desarrollada cuando es notorio su crecimiento

en cuanto expresiones artísticas, armonía social, ciencia y tecnología y ello redunda en

provecho para todos sus miembros? Los criterios sobre ese tema son diversos, sin embargo

no se puede hablar que una cultura es desarrollada si no mantiene niveles significativos de

producción humana que contengan dentro de sí, aspectos vitales para el bienestar de la

sociedad. Indudablemente cuando una cultura es desarrollada, existe cierta armonía social

que permite ese desarrollo.

Identidad, identidades:

Partiendo que la realidad en su origen es una, material, dialéctica e independiente de la

conciencia. Ello significa que las cosas se manifiestan para todos como son. Sin embargo,

las interpretaciones que de allí surgen, sean vertidas por un individuo, individuos o sector

social, son diversas. Esto hace que la realidad sea una, desde la perspectiva ontológica, y

múltiple en la conciencia de los sujetos. Sin embargo, esa multiplicidad de interpretaciones

que se dan en la conciencia, ya sea por el interés particular sobre un determinado aspecto de

la realidad o bien por una deformación de la misma a causa de prejuicios culturales,

dificultan la comunicación y el entendimiento entre los pueblos.

Tal esquema interpretativo, abre las puertas al relativismo gnoseológico que en su posición

más extrema dificulta la comprensión, el diálogo y tolerancia entre los grupos sociales,

agudizando las contradicciones antagónicas entre los seres humanos. De hecho las barreras

de interpretación, tendrían que ser superadas, en aras de una comunicación efectiva y la

búsqueda de una convivencia más placentera entre los pueblos. De no ser así, el futuro de la

especie peligrará.

En la antigüedad, la visión socrática sobre el ser humano, desde el punto de vista ético,

confrontaba los argumentos señalados, por el sofista Protágoras en su homo mesura que

desde la perspectiva cultural mostraba las diferencias de apreciación sobre la realidad. El

hombre es la medida de todas las cosas, señalaba el pensador de Abdera. Cada pueblo tiene

su forma particular de ver las cosas, de juzgarlas. Ante eso, ¿debemos acaso analizar al ser

humano tal cual es, aceptando sus flaquezas y potencialidades?, o ¿es conveniente que se

Page 25: Antropología Guatemalteca

señalen aspectos por superar, a partir del descubrimiento de sus fortalezas y debilidades? Es

decir, ¿es pertinente buscar un método que nos permita efectuar una interpretación más

certera de la realidad, que a su vez nos posibilite una mejor comprensión y entendimiento

entre nosotros o debemos aceptar las múltiples interpretaciones sobre las cosas, sean éstas

producto de creencias inciertas, la fantasía o la imaginación? ¿Se debe aceptar la

multiculturalidad y lo que ella implica gnoseológica y socialmente o, a partir de ese

fenómeno, buscar puntos de convergencia que superen tales dificultades?

Las diferencias interpretativas son superables a partir de la convención natural de los seres

humanos: la razón. Esta cualidad determina que podamos crear un universo figurado, un

lenguaje articulado necesario para toda socialización del conocimiento. Que argumentemos

y contra argumentemos; que estructuremos a partir de lo concreto, lo abstracto y nos

convirtamos en animales simbólicos. Permite a su vez, que en todo juicio se pueda

argumentar en favor de una determinada concepción de las cosas, que se demuestre lo que

se afirma. En tal sentido, o nos empecinamos en seguir en las sombras o buscamos la luz.

Con esto no se pretende señalar que una u otra postura sea la luz o la oscuridad más bien se

quiere enfatizar en la actitud reflexiva y amplitud de criterio a la hora del encuentro con la

realidad.

De allí que exista lo que constituye la realidad natural, donde los fenómenos se muestran y

reflejan tal cual son. Y otra, que surgiendo de ésta, se diversifica a partir de la visión y

particulares concepciones que posean los pueblos. Así se origina la realidad cultural y al

relativismo gnoseológico. Quizás las necesidades existenciales fueron el inicio de tales

interpretaciones. El deseo natural por preservar la vida, por subsistir, preparó el camino de

esas cosmovisiones. Lo importante era establecer vínculos con la naturaleza, que

permitieran, a partir de nociones y juicios elementales, la convivencia. Con el

fortalecimiento de las relaciones sociales, el cambio de sociedades nómadas a sedentarias.

Con la especialización del trabajo, se estratificaron los núcleos sociales y a su vez, se

diversificó la visión del cosmos. Tal fenómeno determinó que posteriormente, los intereses

de clase prevalecieran, planteando la versión oficial de las cosas y con ello: la realidad fue

disfrazada. Como consecuencia, la verdad fue sustituida por las verdades y el ser de las

cosas por lo que queremos ver de éstas.

La información proveniente de la realidad fue acomodada, en función de particulares

intereses y circunstancias determinadas. Grupos hegemónicos se arrogaron el criterio y

decisión sobre los juicios y valores de las cosas. Éstos establecieron sus opiniones como

modelos interpretativos de la realidad fuesen o no acertados. Con tales apreciaciones se dio

paso a una abundante, pero a la vez riesgosa, gama de modelos de la realidad, vestigios del

accionar contingente de los seres humanos sobre la tierra.

Interpretar la realidad de distintas maneras, la enriquece pero en igual forma la distorsiona,

aumentando el margen de error. Muchas veces las lecturas que hacemos de las cosas son

equivocadas y anteponemos nuestros intereses a lo que estas nos informan. Juzgamos en

función de nuestro particular horizonte, buscamos lo que se adecue a nuestra forma de ver

las cosas. Tenemos una concepción de las cosas que queremos reafirmar con lo que vemos

y oímos, de esa forma, cerramos nuestra mente a todos aquellos planteamientos que se

postulen contrarios a nuestras creencias.

Page 26: Antropología Guatemalteca

En fin, no observamos en su justa dimensión la realidad sino percibimos únicamente lo que

queremos ver, oír, palpar. A la realidad le sobreponemos otra, de tipo artificial, producto de

particulares motivaciones etnocéntricas. Por consiguiente, las personas toman por valiosas

peculiares interpretaciones de la realidad, sean éstas acertadas o equivocadas, construyendo

así un micro mundo donde la estructuración lógica se subordina a las creencias y la certeza

es sustituida por la suposición. Donde las tradiciones y concepciones mágico religiosas se

convierten en el telos de nuestras acciones y al prevalecer los dogmas, se cierran las

puertas al diálogo y a la tolerancia.

De esa forma se ha construido la historia de la humanidad, con tropiezos y adelantos, con

magia, fantasía, ciencia y filosofía. En un principio los mitos y la religión constituyeron a la

forma de dar respuesta a las interrogantes que al hombre primitivo le surgían. Mitos y

religiones que se construyeron a partir de creencias y pensamientos ingenuos que buscaban

más el convencimiento que la demostración de las cosas. Posteriormente la ciencia y la

filosofía hicieron lo propio dejando patentes vestigios de las inquietudes de personajes de la

historia que no se conformaron con lo evidente o lo que la costumbre pretendió hacer

evidente. A partir de la reflexión racional y la experimentación estos hombres y mujeres

buscaron una forma de interpretar el cosmos al margen de toda influencia mágico religiosa

y lo lograron.

Con base a cuidadosos mecanismos de observación y experimentación sintetizados por un

proceso de abstracción, hemos podido apropiarnos de algunos secretos de la naturaleza. De

ahí surgen la ciencia y la filosofía. La ciencia emerge como construcción humana, para

descubrir las constantes que se manifiestan en la realidad y de esa forma, describirla y

poder mirar al futuro. La filosofía, por otra parte, es la búsqueda constante de respuestas a

lo que es la realidad, en su totalidad. Son esfuerzos, al margen de influencias mágico-

religiosas, por determinar lo que son las cosas. En éstos confluyen la especulación racional

y la actitud crítica, por parte de la filosofía y la observación, la experimentación y la

síntesis lógica por parte de la ciencia.

En los albores del pensamiento humano, los filósofos antiguos, buscando respuestas más

generales, se dieron a la tarea de encontrar un principio generador de todas las cosas que les

sirviera de base para toda una construcción cosmológica. De ahí que a todo conocimiento

de la realidad le presuponga una teoría sobre ésta. La vieja dicotomía entre el idealismo y el

materialismo resurge como problema ontológico, que a su vez deriva consecuencias de

orden gnoseológico. En la actualidad los grandes sistemas han sido sustituidos por

esquemas particularizados que tomando como base a la ciencia, han construido todo un

modelo racional que se orienta para la filosofía en el deber ser. Tanto los hombres de

ciencia como los filósofos pretenden, desde su particular orientación y herramientas, una

interpretación más certera y honesta de la realidad.

En consecuencia, a partir de mediciones más fiables, estos representativos de la humanidad

elaboraron constructos que les permitieron tener una lectura más acertada de la naturaleza.

Surge la ciencia tomando en cuenta principios como los de flexibilidad, falibilidad,

falsación, causalidad, entre otros. El hacer científico ha podido penetrar en esferas de la

realidad, hasta hace algunos años, insospechadas. Los criterios de verdad que ésta ha

esgrimido no son absolutos sino perfectibles, la verdad se modifica a partir de los avances

Page 27: Antropología Guatemalteca

que tenga la ciencia. Es ese carácter correctivo de la ciencia es el que le permite ostentar

una actitud más tolerante y crítica sobre las cosas. La realidad es fuente inagotable de

conocimiento que los diversos tipos de éste no pueden agotar.

Siendo la naturaleza cognoscible, fue el antes y después lo que marcó la pauta. Con el

apoyo de la imaginación, la filosofía, la ciencia y la tecnología, para su desvelamiento.

Tomando como criterio del accionar evolutivo de la especie humana la racionalidad, las

interpretaciones fueron de lo simple a lo complejo, de lo superficial a lo profundo, de lo

cognoscible a lo conocido. Se debe tener presente que la realidad, es susceptible de ser

aprehendida por la razón. En consecuencia, todo aspecto de la realidad es susceptible de ser

comprendido y asimilado a través del intelecto. La comprensión abre el camino a la

tolerancia y tolerar constituye el inicio al diálogo.

Aunque en la actualidad persisten interpretaciones míticas, religiosas, es la ciencia y la

Filosofía las que marcan el trayecto, no sólo del mundo occidental, sino de la especie en el

planeta. Con esto no se quiere decir que los mitos y creencias ancestrales no tengan valor,

por el contrario, todas estas interpretaciones sirven de guía a la ciencia y a la filosofía en su

ardo camino que va de lo desconocido a lo conocido. El bagaje cultural de los pueblos

proporciona a la humanidad una serie de modelos interpretativos que en su encuentro con la

realidad afirman o niegan su fortaleza.

Las creencias y los mitos, que en su momento se constituyeron en claros ejemplos de

dominación, abrieron el camino a la ciencia y la filosofía. Como ocurrió en la antigua

Grecia, en el Renacimiento, el pensamiento dogmático, dejó su lugar al ejercicio de la

razón y la experiencia. De una visión sacrosanta y teocéntrica, se dio paso al

antropocentrismo. Las respuestas acerca de las cosas ya no provenían del cielo. Para saber

sobre nuestro entorno y el de los otros, era imperioso preguntarle a la naturaleza.

Entablándose así un diálogo entre ésta y los hombres y mujeres de ciencia. El Renacimiento

trajo nuevas respuestas y nuevas verdades, motivó el despertar de la ciencia, las artes y la

filosofía. Sin embargo con el Renacimiento no se enterraron las creencias, ni los mitos,

éstos continuaron bosquejando una interpretación sobre las cosas.

La realidad se nos manifiesta con su complejidad y simpleza, con sus maravillas y enigmas

por desentrañar. Buscando una explicación humana para hacer visibles sus secretos, para

reafirmar su grandeza. No obstante que las respuestas pueden llegar a través del mito la

religión, la filosofía o la ciencia, es ésta última la que permite con su rigurosidad, llevar a

nuestro alcance lo que es para los humanos el cosmos. Las construcciones con las que se

vale la ciencia para configurar una imagen más certera del cosmos, son comunes para todos.

Sin embargo, cada pueblo se identifica con una determinada visión de las cosas, lo que para

unos es importante para otros puede que no lo sea. Los caminos de la humanidad se dividen,

se separan y cada sociedad adopta el criterio, de que la interpretación que poseen es la

mejor, la más certera, conveniente y útil para sus acciones. Todo ello le da un significado

peculiar a las cosas, una abundancia de matices a la naturaleza que con leves destellos la

muestra, pero otras más la oculta.

Pero existe una constante esencial en la naturaleza humana: la razón. Cualidad que unida a

la condición social, permitió que una especie insignificante, físicamente débil, pudiera

Page 28: Antropología Guatemalteca

sobrevivir en un mundo hostil y adverso. Con la razón, la evolución humana tomó

derroteros significativos que culminaron con el dominio del hombre sobre las demás

especies. Con la racionalidad unida al sentimiento, la vida de la especie humana se hizo

más placentera. Por medio del pensamiento racional se pudo penetrar en los secretos de la

naturaleza, a través de las cosmovisiones. La razón le permitió hacer ciencia, arte y

filosofía. La racionalidad da cobijo a la espiritualidad, a un accionar ético y estético. Pero

no sólo eso le proporcionó, inicialmente hizo posible el lenguaje articulado y con ello el

constituirse en el animal simbólico que aprende y transmite, que construye un universo

pensado.

En medio de simbolismos, los seres humanos podemos entendernos, logramos crear formas

de comunicar lo que sentimos y conocer la realidad. La razón se convierte en la convención

natural de esta especie para poder erguirse como dominadora del medio. De ahí surge el

pensamiento y como el último eslabón, la sabiduría. ¿Qué sería de la humanidad si no

poseyera tal cualidad? Seguramente viviría en un caos. En tal sentido, las diversas

interpretaciones culturales sobre la realidad, pueden entenderse a partir de dicha

convención natural. El conocer, el saber, el tener una visión más panorámica de las cosas y

también más acuciosa, determina que los seres humanos sean más tolerantes. Nos

proporciona mayor criterio sobre las cosas y nos hace más humanos.

Por eso, identificarse fanáticamente con una visión de la realidad, pretender que sea la

única y mejor entre todas, sin tomar el criterio racional que señale las virtudes y errores de

la misma, constituye elemento de discordia que conduce a la disgregación, a la

confrontación y al exterminio. Las visiones sobre la realidad se complementan siempre y

cuando se tome como referente a ésta y no se le pretenda enmascarar con suposiciones

particulares que obedezcan a criterios subjetivos o culturales. La realidad no es lo que

queramos ver de ella, es lo que leamos de ésta en función de nuestros intereses a partir de

una búsqueda y encuentro. En consecuencia, la tarea y el objetivo finales de la actividad

científica es la construcción de un sistema deductivo y axiomatizado. Deductivo pues con él

podemos dar una explicación racional del todo y axiomático pues debe reflejar un orden

imprescindible para su conocimiento, transformación y comunicación.

La identidad ha sido por mucho tiempo la forma de exaltar el espíritu de los habitantes de

las naciones. Se habla de que sólo un pueblo unido por vínculos culturales, puede alcanzar

el desarrollo. La cultura es la forma que traducen y transforman la realidad hombres y

mujeres de determinada región del planeta. Esas lecturas van desde aspectos secundarios

como gustos y apetencias, hasta elucubraciones de la realidad que derivan aspectos

creenciales y axiológicos. De ahí que veamos un mundo donde multiplicidad de colores y

formas de vida se patentizan a raíz de un enfoque particular. Con ello se puede ampliar y

diversificar la interpretación de la realidad, pero también se distorsiona haciendo difícil la

comprensión intercultural.

Con la identidad se pretende que cada individuo acentúe los rasgos que les son propios, que

lo hacen diferente a los demás y los distinguen. Que a partir de ahí, se integre con otros de

su misma condición dentro de un territorio, que se organicen y busquen la forma particular

de alcanzar el desarrollo. Sin embargo, tal sentimiento inculcado, únicamente ha propiciado

la sobre valoración, el etnocentrismo, el aprecio desmesurado de lo propio y el desprecio de

Page 29: Antropología Guatemalteca

lo ajeno y como último eslabón el racismo y la xenofobia. Fijar patrones de conducta a

partir de creencias, derivan una serie de problemas que se reflejan en la intolerancia y

exclusión. Cosa contraria supone la construcción de valores basados en la comprensión de

la realidad, a través de la observación, experimentación: la investigación. No importa la

forma que escojamos para vestirnos, la predilección por determinados alimentos, el sistema

de vida que adoptemos, las formas estéticas de expresar lo que sintamos, siempre y cuando

todos estos factores no vulneren la dignidad, ni pongan en peligro la existencia de los otros.

Así entendida, la identidad es la reafirmación de las peculiaridades que le son propias a

cada individuo, producto de su herencia ancestral y cultural. Ello significa que, como cada

etnia tiene una visión diferente sobre las cosas, una valoración distinta, el entendimiento

entre los pueblos se dificulta y los acuerdos se imposibilitan ya que los mismos no

obedecen al común referente que es la realidad. ¿Cómo ponernos de acuerdo si cada cual

mira de la realidad lo que le conviene? ¿Es acaso posible crear una convención que nos una

a partir del relativismo cultural?

El tener presente que la realidad es la misma para todos; que la razón, con sus limitantes

temporales es el medio para su comprensión y entendimiento entre los diferentes grupos

culturales, permitirá que las brechas se acorten. La racionalidad, la reflexión sobre la

historia humana, su cultura y valores dará mayor criterio para tolerar las diferencias.

Buscando conjuntamente, los nexos que posibiliten el entendimiento mutuo sobre aquello,

que siendo uno, se hace múltiple, la convivencia en el planeta será más placentera. De ahí

que fomentar toda una serie de cosmovisiones, tradiciones, modos de comportamiento,

ajenos, distantes a la realidad y adoptarlos como la única vía, sólo conducen a que nos

desunamos más como especie.

Como seres humanos, debemos comprender que por encima de aspectos accidentales como:

color, tamaño, costumbres, existe algo esencial que nos unifica, el pertenecer a la misma

especie. El ser humano, debe representar el eje principal de nuestro accionar en el mundo.

Por consiguiente, más que una identidad es necesario tomar conciencia de todos aquellos

aspectos que nos unen. Con los cuales podamos construir, conjuntamente, nuestro

desarrollo.

Y es que la historia es rica en hechos, donde la irracionalidad de los seres humanos ha

dado por resultado salvajes enfrentamientos étnicos. Latente está en nuestra memoria, los

genocidios emprendidos por los españoles en tierras americanas, las masacres emprendidas

por el partido nacional socialista de Alemania. La limpieza étnica emprendida por Adolfo

Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. Más recientemente los hechos ocurridos en el

África central, en Rwanda donde las tribus hutus y tutsis, libraron una guerra dantesca de

origen étnico que dejó por saldo más de un millón de muertos y centenares de miles de

desplazados. En Yugoslavia, las luchas étnicas, producto de nacionalismos exacerbados

que propició su desintegración, tras todo un caudal de sangre continúa confrontando a

servios y cosobares de origen musulmán.

En Guatemala, país de características multiétnicas y plurilingües, la exaltación de la

identidad, fomentada desde diversos sectores, puede conducirnos a un distanciamiento que

impida nuestro desarrollo. Identidades que en vez de propiciar la integración como nación,

Page 30: Antropología Guatemalteca

nos desuna aún más. Con ello, la tan deseada integración, imprescindible para eliminar todo

vestigio de guerra, será un sueño imposible de realizar. Por otra parte, el exaltar las

diferencias culturales, oculta las diferencias socioeconómicas, que son las que realmente

laceran la existencia de los guatemaltecos y las que deben desaparecer en el planeta.

Todo aquel que no sea miembro de una determinada cultura, será tomado como diferente.

Será un extraño. Por ejemplo, para el indígena maya, el llamado ladino, no puede

comprender su mundo, o mejor dicho las interpretaciones que estos hacen sobre el cosmos.

Aquellos que no sean originarios de esa etnia, son ajenos a la cosmovisión mágico-religiosa,

propia de esa cultura. Por consiguiente, así como una gran mayoría de los ladinos se han

empecinado en no comprender, ni aceptar lo proveniente de las etnias mayas, estos, a su

vez, no aceptan los criterios de aquellos.

Dada la incomprensión existente, los mundos de cada grupo son diferentes y el

entendimiento, que es vital para la convivencia en sociedad, se hace inexistente. Lo mismo

ocurre entre las religiones, para los autodenominados cristianos evangélicos, sólo ellos

tienen la potestad de ser llamados cristianos. Sumidos en el dogma de una religión

importada, crean grupos cerrados donde prevalece el etnocentrismo y la intolerancia. El

irracionalismo islámico en sus extremos crea formas de conducta que mancillan la dignidad

humana. Así son evidentes las continuas luchas que mantienen pueblos enteros enarbolando

banderas religiosas y étnicas donde el fanatismo es sinónimo de virtud.

Las medidas extremas a tal desavenencia son las guerras, la discriminación racial y las

limpiezas étnicas. Es por ello que se hace necesario buscar puntos en común que sólo son

permisibles a través del buen juicio mismo que se hace patente a partir de una

estructuración adecuada del pensamiento, de una argumentación y contra argumentación.

Confiemos que entre los seres humanos, el buen criterio prevalezca sobre la brutal barbarie.

Que el consenso y la búsqueda de puntos de convergencia, sustituyan a la exaltación

irracional de la identidad de los pueblos. Sólo así, puede tenerse una esperanza de paz para

la humanidad y para la pervivencia de la especie. En el caso particular de Guatemala, los

hechos ocurridos a lo largo de la historia, deberán servir para no cometer los mismos

errores.

La identidad cultural debe ser vista como una serie de valores y características particulares

de un determinado grupo social, que obedece a situaciones históricas y circunstanciales.

Pero más allá de éstos valores, existe la posibilidad de descubrir el ser y por qué de las

cosas, de una manera integral, como legado histórico de la humanidad. Dada su

esencialidad la ciencia y la filosofía constituyen las herramientas para tales alcances, a

partir de éstas se desvirtúan creencias erróneas, se posibilita el encuentro certero con la

realidad.

La apertura que tiene la ciencia a la perfectibilidad, la hace ser cauta en sus afirmaciones y

tolerante con las demás interpretaciones que se hagan sobre el cosmos. Lejos quedaran las

sentencias dogmáticas de verdades reveladas que apagan la llama del saber y adormecen las

inquietudes de búsqueda. Con ello, reducen a las personas a entes irreflexivos, incapaces de

dirimir las diferencias a partir del diálogo. Que en vez de argumentar suponen

categóricamente; en vez de iniciar siguen la opinión de los demás; y en vez de cuestionar,

Page 31: Antropología Guatemalteca

callan. Para quienes la existencia es el resultado de un plan divino de causas inexplicables y

por ende incuestionable.

La variedad de opiniones que las interpretaciones culturales hacen sobre la realidad se verá

sustituida por la diversidad de criterios que se puede esgrimir sobre los distintos aspectos

que ésta posee y que surgen a partir del interés que se tenga. Cabe recalcar que la realidad

tiene infinitos aspectos por conocer, aristas que los seres humanos descubriremos,

ampliamos y profundizamos. Las interpretaciones culturales que dan origen a las

identidades, conducen a resaltar las diferencias entre los seres humanos y con ello a limitar

nuestros nexos como especie. Por ello, más que una identidad, se requiere una conciencia

de especie, más bien conciencia planetaria que en vez de distanciar, una a los hombres y

mujeres en la diversidad. La parte medular de tal planteamiento es que lo esencial, lo que

poseemos en común todos los grupos étnicos es ser humanos. Distintivo que constituye un

andamiaje común.

El diálogo y la tolerancia sobre las distintas esferas de la realidad, propiciarán un

enriquecimiento de mayor relevancia que la intolerancia y prepotencia que encierran las

inclinaciones etnocéntricas de una identidad cultural. Cuál debe ser el límite para el respeto

a nuestras diferencias culturales, la agresión en cualquiera de sus formas. Y para

contrarrestar tal distanciamiento, sólo la argumentación racional que motive la discusión y

el consenso entre los grupos posibilitará el desarrollo.

Un reencuentro con el pasado para enfrentar el futuro:

El problema étnico en Guatemala, surge producto de una serie de fenómenos histórico-

sociales que, pudiendo ser canalizados y resueltos en forma más adecuada para la

convivencia armoniosa, como un torbellino avanzan desordenadamente produciendo más

estragos al país y a sus habitantes.

Actualmente se piensa, por parte del sector indígena, en la reivindicación de muchos

aspectos que en el pasado les fueron conculcados y que como etnias tienen derecho. Se

piensa en el rescate de sus valores culturales: idioma, costumbres, tradiciones, religión,

cosmovisión, etc. Sin embargo se debe tener presente que en este país, en este territorio no

sólo existen indígenas y que esencialmente se requiere, para el desarrollo de una nación

como Guatemala, del concurso de todos sus habitantes, de la integración como un Estado

que persigue intereses comunes, llámese a ello, su bienestar.

La convivencia obliga a adoptar formas comunes de accionar en función de la satisfacción

de necesidades. No se puede convivir si se tienen distintos criterios sobre la realidad pues el

entendimiento se dificulta. La historia ha mostrado que las naciones o países que han

logrado su desarrollo. Que poseen dentro de su territorio más de una etnia, encuentra la

forma de unificarse en la diversidad, aceptando elementos convergentes que tienen mayor

relevancia. Lo esencial desplaza a lo accidental o circunstancial y de esa forma se enfrentan

los problemas de una manera satisfactoria para todos.

Todo consenso parte de un entendimiento y éste de la aceptación de una convención que

sea de índole racional para beneficio de la sociedad. Para ello, la argumentación racional

Page 32: Antropología Guatemalteca

sustituirá al empecinamiento emotivo y el deseo de convivir en paz a cualquier atisbo de

etnocentrismos. No obstante en Guatemala, el sector indígena demanda que sea respetada

su cosmovisión del mundo. Exigiendo para tal efecto una serie de disposiciones que

afectarían la congruencia que se pretenda exista dentro del territorio. Ese es el caso de la

pretendida sustitución del derecho positivo, que rige al país, por el derecho

consuetudinario.

La fuerza de la costumbre sustituiría a convenios suscritos para el bien común. La

experiencia, por tanto desplazaría a la razón. En países como el nuestro tal circunstancia

tiene, hasta cierto punto, su razón de ser, pues las leyes que se han creado no son el

producto del discurso racional sino más bien, son el reflejo de intereses sectarios, de

sectores que por mucho tiempo han detentado el poder. No olvidemos que el tiempo avanza

y al hacerlo las sociedades y sus habitantes se modifican a razón del intercambio de

información que efectúen.

No se puede estar ajeno al desarrollo científico-tecnológico, hacerlo significaría entrar de

nuevo a la caverna. El poseer información, el tener acceso a ésta, al margen de otorgarnos

la posibilidad de tener el controlar de la realidad, obliga también hacer buen uso de lo que

se está asimilando. Y es que como señala Mc Lughan, estamos viviendo en una “aldea

global”, todo lo que se haga o se produzca en el mundo nos afecta. En tal sentido, como

parte de ésta debemos encontrar los mecanismos para poder entendernos y ser tolerantes

con la visión que puedan verter cada pueblo sobre la realidad.

La unidad dentro de la multiplicidad propiciará que los seres humanos podamos vivir en

armonía y a partir de allí, que los logros sean mejores para el desarrollo. Sin embargo, no se

puede quedar al margen la diversidad de interpretaciones de la realidad, costumbres y

tradiciones que, como efecto del proceso de hominización, los seres humanos

desparramaron en la historia. En el caso particular de Guatemala la riqueza en costumbres y

tradiciones servirán para tener diversas aristas sobre la realidad que al confrontarlas le

darán mayor riqueza a las mismas.

La llamada cosmovisión Maya, con sus aspectos particulares podrá ser contrastada con

visiones diferentes sobre la realidad. Con visiones que la ciencia convencional y la de otras

culturas presenten para el uso colectivo. Así, las que superen la prueba de fiabilidad serán

las tomadas en cuenta para la interpretación y transformación efectiva de la realidad. Y es

que los seres humanos debemos por esencia, encontrar criterios más certeros, que permitan

conocer los secretos de la naturaleza y con ello, el control de la misma. El fin esencial es

vivir en armonía y lograr el desarrollo pleno de la especie. Esto conlleva un compromiso no

solo con la sociedad sino también con la naturaleza y porque no decirlo, con el cosmos.

Pero ello sólo se logra a partir de la tolerancia, de una actitud amplia y sensata que sepa

canalizar la diversidad de opiniones sobre un mismo objeto de conocimiento. De un espíritu

libre de prejuicios, que tome como valedero todo aquello que redunde en provecho de la

sociedad. Aspecto que indudablemente incluye a la naturaleza. De esa forma las fronteras

culturales desaparecerán para dar paso a un flujo de informaciones, criterios y pareceres

que determinarán el progreso, entendimiento y solidaridad en la humanidad. De una

Page 33: Antropología Guatemalteca

humanidad que requiere identificarse con ella misma para construir su desarrollo, para

pervivir en el futuro.

Conocimiento, educación e interculturalidad:

En países donde la multiculturalidad está presente, se hace necesario buscar la forma de

resolver las distancias que pueden establecerse entre una cultura y otra para lograr la

armonía entre los pueblos y, consecuentemente, su desarrollo. Las culturas se enriquecen a

partir del intercambio que pueden lograr con otras. Las culturas están investidas de matices

etnocéntricos que resaltan más las diferencias que las similitudes, sobredimensionando lo

propio y despreciando lo ajeno. Y es que, mientras más se aprende la propia cultura, más

difícil se vuelve tenerle simpatía a la cultura ajena. Naciones ricas en diversidad cultural,

incuban en su seno problemas de integración y, consecuentemente, de desarrollo.

Fenómeno que es comprensible ya que a mayor heterogeneidad, mayor complejidad. Hay

una constante histórica, por parte de ciertos grupos sociales, de distinguirse de los demás a

partir de la construcción de rasgos particulares que se constituye en su identidad.

En su proceso de consolidación, las culturas constituyen grupos cerrados que no permiten el

intercambio de cosmovisiones, ideas y formas de convivencia diferentes. Lo que es

comprensible ya que la adopción de modelos distintos al propio, pone en riesgo la identidad

y en consecuencia, su permanencia como grupo cultural. De ahí que las culturas basan su

subsistencia, a través de la identidad que como pueblo poseen, es ésta la que las fortalece y

distingue de otros grupos sociales. La identidad puede ser interpretada de dos formas:

1. La primera: como la unidad que logran determinados grupos sociales a partir de

características particulares y comunes que los distinguen de los demás.

2. La segunda, como la diferencia que se establece, con relación a otros grupos y por

ende, la distancia que se establece entre estos, que no permite la posibilidad de incorporar

esquemas interpretativos ajenos a los propios.

Históricamente la identidad de los pueblos se construye a partir de las interpretaciones que

hacen sus habitantes sobre el horizonte circunstancial que los afecta, que se transmite y fija

en sociedad. Con relación a esto, Claude Dubar señala que la identidad no es otra que el

resultado a la vez estable y provisorio, individual y colectivo, subjetivo y objetivo,

biográfico y estructural, de los diversos procesos de socialización que, conjuntamente,

construyen los individuos y definen las instituciones. Y es que los seres humanos

transformamos la realidad y a su vez ésta nos modifica determinando así que no se pueda

hablar de una identidad cerrada y estable. La identidad en los seres humanos es dialéctica,

abierta al cambio. Al ser abiertos, no consolidados su identidad se transforma

continuamente, se nutre de lo que aprende y conoce a través de la educación, que es el

mecanismo por el cual se socializa la cultura. Como humanos poseemos una identidad

inestable, como individuos que pertenecemos a un grupo social en particular, la identidad la

constituye los rasgos que permanecen y se hacen patentes en nuestra forma de actuar y ver

las cosas.

La convivencia de más de una cultura en un mismo territorio, complejiza las relaciones

sociales, y en consecuencia, incide en aspectos que van desde su integración como nación,

Page 34: Antropología Guatemalteca

hasta el entendimiento entre los pueblos. El creer poseer criterios y verdades distintas,

sobre los mismos objetos de la realidad, impide que se establezca una comunicación

efectiva y con ello, criterios unificados para el conocimiento de las cosas. Sin embargo,

tales interpretaciones, pueden traducirse en fortalezas si se construye un proceso educativo

que forme individuos críticos, abiertos y respetuosos de las opiniones ajenas, a partir del

conocimiento efectivo de la realidad y de ellos mismos. Se parte del supuesto que el

conocimiento libera, pero se debe tener claro que no todo juicio que emiten las personas

son producto del conocimiento, muchos de ellos constituyen juicios de valor que nacen de

la emotividad y las creencias. Por lo que se hace necesario aclarar que hay diferencia entre

el conocimiento y las creencias. El conocimiento es público, se puede verificar, falsear,

complementar, mientras que las creencias son privadas, no necesariamente requieren ser

certeras. El conocimiento confronta la realidad con los datos de conciencia a partir del

criterio de verdad, en consecuencia no es relativo, surge de la realidad y se instala en el

intelecto del sujeto.

En los actuales momentos, donde la globalización está presente, donde las comunicaciones

han acercado a los pueblos, donde la economía de mercado se extiende por todos los

continentes, la búsqueda por lograr la unidad en la diversidad, constituye el objetivo

esencial. No obstante la mundialización, en donde se busca la unidad, ésta, no debe

quebrantar la peculiaridad que cada pueblo posee, más bien, a partir del conocimiento y la

educación, diferenciar lo que corresponde a la esfera pública y la que es parte de la esfera

privada. Distinguir asimismo, lo esencial de lo accidental, lo que nos unifica de lo que nos

diferencia. Las dificultades para alcanzar tales objetivos son muchas pero, a partir de la

convención natural de la especie humana: la razón, estaremos facultados para encontrarle

solución a tales dilemas. Llamamos racional a una persona que interpreta sus necesidades a

la luz de los estándares de valor aprendidos en su cultura; pero sobre todo, cuando es capaz

de adoptar una actitud reflexiva frente a los estándares de valor con que interpreta sus

necesidades. Lo cual convierte a la persona no solo en sujeto de conocimiento sino

también, objeto del mismo.

Se debe recalcar que el problema no es la diversidad cultural en sí misma, sino el

hermetismo y sobrevaloración que adoptan los pueblos a partir de su identidad cultural. El

pretender que lo propio es lo mejor, trae consigo que lo ajeno sea lo equivocado. Por ello la

razón debe acudir en nuestro auxilio por medio de la educación, señalándonos que las

visiones particulares de la realidad obedecen a la circunstancia que los afecta y muchas

veces a criterios de índole emotivo. No es lo mismo el horizonte interpretativo de un

esquimal de la antártica que un beduino en los desiertos del África, ni para los habitantes de

la jungla amazónica. Mientras para aquellos existen muchas formas de nominar la nieve,

para los demás, ninguna. Ello no significa que la nieve sea un concepto que deberá estar

ajeno a los habitantes del África y la amazonía, simplemente es un término que no esta

dentro de su horizonte existencial de esos pueblos.

La especie humana tiene como característica esencial, socializar formas de comportamiento,

en consecuencia, se hace sumamente difícil la presencia de culturas puras, grupos cerrados

que no permitan la incorporación de formas más generalizadas de accionar frente a

determinadas circunstancias. Hoy en día, cuando se vive en la era de las comunicaciones,

existe un flujo constante de ideas, formas y modos de comportamiento que pueden ser

Page 35: Antropología Guatemalteca

asimilados o rechazados por el común de los seres humanos. De hecho, cabe recordar, sólo

existe una especie humana y ésta, posee rasgos esenciales comunes. Las diferencias entre

los distintos grupos culturales, guardan más distancia de forma, que de esencia. Sin

embargo, son esas diferencias de forma las que ocultando las verdaderas contradicciones,

nos distancian convirtiéndose en esenciales para cada grupo cultural en particular.

¿Por qué lo superficial o accidental para unos es fundamental para otros? La importancia de

las cosas debería estar ligada a la naturaleza humana, es decir, enraizadas en aspectos

comunes, universales de la especie. Siendo así, no habría relativismo en estos temas pues la

razón determinaría argumentalmente qué es lo esencial y lo secundario. Por ejemplo, la

preservación de la vida es esencial para la humanidad a menos que nos encontremos con

juicios equivocados. En este caso, el valor sustituye al conocimiento y los sentimientos a la

razón. Comúnmente lo que a mi criterio es valioso para mi vida, lo considero fundamental

aunque para otros represente lo contrario. De ahí que se valora en función de los intereses

particulares, pero también, en función de las experiencias y conocimientos adquiridos. A

mayor conocimiento de la realidad, mayor criterio sobre la importancia de las cosas. Sin

embargo, es frecuente que la realidad origine una extensa variedad de interpretaciones que

atomizan el criterio sobre ésta. Pero, partiendo que la realidad es una, no tendría que ser la

interpretada en forma arbitraria y diferente sino complementaria. Es decir, en vez de que

cada grupo le agregue a la realidad lo que quiere ver en ella: ficcionándola, deberían buscar

lo que realmente es, pudiéndose originar una infinidad de juicios y aspectos por declarar

dada la inagotabilidad de conocimiento de los objetos a causa de sus constantes

transformaciones. De esa forma, la realidad no perdería su riqueza en matices, pues la

perspectiva e interés en determinado aspecto de ésta, brindaría una información

complementaria que nos daría una imagen más certera de las cosas. Actuando de esa forma,

ganarían los seres humanos en su comprensión y entendimiento sobre el horizonte en el

cual se desenvuelven.

Toda acción humana se ejecuta en función de saberes universales, circunstanciales y

domésticos, los primeros tienen validez general, principios verificables que la ciencia ha

construido para tener una idea más certera del mundo y sus habitantes. Estos son de tipo

formal, es decir, se basan más en principios generales que en contenidos particulares, por lo

tanto, forman parte de la esfera pública y constituyen la serie de conocimientos que la

ciencia ha postulado, como patrimonio de la humanidad. Los circunstanciales se orientan a

los aspectos culturales que, cada grupo social ha acumulado a lo largo el tiempo y que les

sirve de esquema interpretativo y comunicativo dentro de su respectiva comunidad. Los

domésticos son los utilizados dentro de los intercambios familiares y corresponden a la

esfera privada de cada persona. La sabiduría de los pueblos consistirá en distinguir, valga la

expresión, cada uno de estos saberes y determinar las correspondientes acciones que le

deben seguir a cada uno de ellos, sin pretender extrapolarlos a esferas que no le

correspondan.

De ahí que existan niveles de comprensión de la realidad, comunes y particulares a cada

grupo cultural. Buscar nexos comunes de interpretación, determinará que se utilice el

método adecuado para la comprensión de la realidad ya que ésta, como lo diría Heráclito,

es una e igual para todos. Tal método será el racional, entendido como el poder de

deliberación entre distintas alternativas, para la escogencia de la más satisfactoria a los

Page 36: Antropología Guatemalteca

intereses sociales, a través de la argumentación. La racionalidad tendrá que constituirse en

árbitro mediador de las contradicciones que surjan a partir de las distintas interpretaciones

de la realidad. Siendo la educación la que permitirá establecer los espacios de discusión y

mediación del diálogo argumentativo entre culturas, para dirimir sus diferencias.

Argumentar es tomar una posición frente a un tema controvertido, exponer una opinión,

defenderla, y convencer a uno o a varios interlocutores, presentando argumentos y contra

argumentos. Si es necesario argumentar para hacer aceptar una conclusión, es porque es

posible una contestación por parte del interlocutor. Así, la argumentación busca reducir un

desacuerdo o producir un cambio en el comportamiento o en la opinión del destinatario. La

argumentación puede ser considerada como un diálogo con el pensamiento de otro para

transformar sus opiniones. Pero ¿que hay de las culturas, donde sus miembros, por

circunstancias específicas, no pueden argumentar? De hecho, los sitúa en desventaja con

relación a aquellos que si lo pueden hacer. En consecuencia la educación tendrá otra tarea,

preparar a los individuos de distintas culturas en el arte de argumentar. La argumentación

requiere del ejercicio de la razón subjetiva e instrumental si no, por el contrario, de la

normativa, la que contempla al otro en la toma de decisiones. Pero la educación tiene

relación directa con las condiciones materiales de vida, por lo tanto, si estas no se

modifican, todo intento por transformar a los individuos fracasa.

No se le puede pedir a una persona que reflexione sobre formas y no contenidos de la

realidad y a su vez, los ponga a discusión, si su pensamiento está ligado significativamente

a la búsqueda de satisfactores para su pervivencia. De hecho las condiciones materiales de

vida influyen sobre el conocimiento. Las personas que no han resuelto la satisfacción de

necesidades vitales de subsistencia, concentran su atención en alcanzar tales satisfactores.

De allí la importancia de proveer a los seres humanos de esos satisfactores para construir el

interés de estos por develar los secretos de la realidad.

A través de la historia nos enteramos que culturas dominantes, han sometido a las más

débiles a partir del imperio de las armas. La hegemonía de esos pueblos se evidencia a

partir de su poderío militar y la debilidad de los otros por sus desventajas en ese orden. Las

conquistas de los pueblos tienen esa característica: someter no solo militarmente sino

también económica y culturalmente. No obstante, no se puede negar que imperios

expansionistas han logrado establecerse como tales a partir de su integración coronaciones

y su desarrollo tecnológico.

Quizás la respuesta a esa actitud nos la dé la historia. A raíz de la conquista española, el

establecimiento de la Corona en América y lo derivado, posteriormente, en la época

Colonial e independiente, se invisibilizó a los pueblos indígenas a razón del predominio

económico de los sectores hegemónicos, criollos. Marginación, discriminación, explotación

y negación de su identidad cultural, hace que los pueblos se cierren en sus propios

esquemas de interpretación. Con relación a esto, Octavio Paz señala: Conquista es un hecho

histórico destinado a crear una unidad en la pluralidad cultural y política. Aquí no se habla

de fusión entre culturas, más bien del sometimiento de grupos culturales ante el poderío de

la violencia y las armas. La negación del otro, formó parte de la Conquista española y como

corolario, la hegemonía de una cultura.

Page 37: Antropología Guatemalteca

Sabemos que la primera instrucción que adquieren los seres humanos se da en la familia, de

hecho somos mitad herencia y mitad asimilación. Una parte la heredamos de nuestros

padres y la otra la adquirimos interactuando en sociedad. El primer ejercicio cognitivo,

donde aprendemos las primeras estructuras de pensamiento, que se fijan en lo que

constituye nuestro carácter, representa uno de los aspectos esenciales de todo aprendizaje.

Se debe tener en cuenta que el carácter se forma esencialmente por las experiencias de la

persona y, en especial, por las de su infancia y es modificable hasta cierto punto por el

conocimiento de uno mismo y por nuevas experiencias. Durante el aprendizaje, hábitos

que adquirimos de nuestros padres se asimilan para poder entrar en contacto con otras

personas, ello es lo que se denomina, socialización. De tal forma que aprendemos como

interactuar con otras personas a partir de modelos establecidos, que nuestros padres y

circulo inmediato han recibido a su vez de los suyos, constituyendo así las micro-culturas.

Estos son esquemas de comportamiento que parten de la idiosincrasia familiar, extendida

en grupos mayores donde se ven involucradas concepciones religiosas, tradiciones,

esquemas de pensamiento que se ubican dentro de lo que se denomina juicios de opinión o

idiosincrasia de los pueblos.

Toda una tradición mágico religiosa se convierte en obstáculo para adquirir nuevos

conocimientos si no se comprende la diferencia entre valor y conocimiento, es decir,

distinguir que una cosa lo constituyen la serie de creencias que valoramos emotivamente y

otra, muy diferente, el conocimiento de la realidad el cual podemos compartir y acrecentar.

Así, ante la presencia de nuevos conocimientos muchos estudiantes ven vulnerada su

identidad con la serie de contenidos que en determinado momento, no sólo cuestionan sus

creencias sino en igual forma, exigen una actitud reflexiva frente a la realidad. De tal modo

que ya no es un ser trascendente el creador y rector del universo, no somos simples piezas

que se mueven dentro de un plan divino, por el contrario, a través del pensamiento

reflexivo nos constituimos en artífices de nuestro propio destino, en agentes de cambio, en

proveedores del desarrollo e interlocutores del universo. Pasamos así de una concepción

teocéntrica a una antropocéntrica, donde los seres humanos recobran su poder de decisión y

de búsqueda.

Guatemala cuenta con 23 etnias que ostentan concepciones de la realidad diferentes, pese a

que muchas de éstas provienen de un origen común. Sumidas en tradiciones ancestrales,

estas etnias pretenden subsistir a partir del fortalecimiento de su cultura luego de que por

muchos años sufrieran persecución, marginamiento y exterminio. El período del conflicto

armado trajo como consecuencia que los sectores más perjudicados fueran los provenientes

de las etnias mayas en el occidente, norte y sur del país. Tras la firma de los acuerdos de

paz, algunos espacios se lograron propiciando que muchas de estas etnias se unificaran

dentro de denominado sector Maya y como estrategia, se convirtieron en núcleos

etnocéntricos, valorando excesivamente lo propio, en detrimento de lo ajeno. El

etnocentrismo imposibilita que se adquieran nuevos conocimientos dentro de lo que se ha

denominado multiculturalismo, con ello se cierran estos grupos a otras formas de ver las

cosas, al extremo de negar e incorporar lo que denominan, visión occidental del cosmos.

Tradiciones culturales, formación mágico-religiosa donde valores sustituyen al

conocimiento, donde la complejidad de la comprensión del universo, de la realidad física y

social es sustituida por doctrinas dogmático-religiosas que facilitan el entendimiento del

Page 38: Antropología Guatemalteca

por qué de las cosas y de lo que es nuestra finalidad, pero que no muestran la complejidad

del universo.

La educación intercultural tiene por finalidad buscar, a partir de los consensos, la forma

más adecuada de comprender la realidad. La interculturalidad no pretende imponer una

visión de las cosas, busca, a partir del diálogo y la apertura hacia el otro, el encuentro

conjunto de respuestas a los dilemas que nos presenta la realidad. Sabedores, como lo

señala Edgar Morin, que la realidad es compleja, y por consiguiente, requiere de formas

complejas de comprensión y asimilación, que van más allá de las convencionales, se debe

hacer acopio de cualquier método que interprete el cosmos, socializándolos y poniéndolos a

prueba en el contexto real. Con tal aseveración, Morin alerta sobre el monopolio de la razón

y de la exclusión que ésta hace de otras formas de comprensión de las cosas, formas que

por su naturaleza están íntimamente ligadas a las culturas ancestrales, a los movimientos

culturales, etc. No obstante, la razón es el medio que permite mostrar las ideas,

argumentarlas y refutar aquellas que sean contrarias, ese es el juego dialéctico. Se pueden

defender esquemas de interpretación de la realidad a partir del sentimiento, pero ello

conduce al fanatismo y a cerrar cualquier posibilidad de diálogo o intercambio de ideas.

El aprendizaje de nuevas formas de conocimientos, de nuevos saberes, altera en alguna

medida, la identidad del que se ve sometido a nuevos formas de ver las cosas. Sin duda que

la transformación de la realidad, por parte de los seres humanos, a través de su asimilación,

igualmente los transforma, cada instante que conocemos, ya no somos los mismos, es el

resultado del juego dialéctico del que nos hablaba hace mucho tiempo Heráclito. El ser

humano tiene la particularidad que es alterado a partir de lo que conoce. Y es que con el

aprendizaje, nuevos paradigmas sustituyen a los que se poseen, sin embargo se podría

cuestionar si esta forma de aprendizaje, lo es realmente. En el documento: “Sobre el

significado y los usos de los conceptos de interculturalidad y multiculturalidad”, Rafael

Pulido Moyano nos dice que se puede definir el asimilacionismo como un paradigma, un

sistema de pensamiento y de acción política basado en la creencia de que hay un código

cultural, el que sostienen el grupo dominante y/o mayoritario, que es socialmente –e incluso

moralmente- superior a los demás, o dicho de otro modo, la creencia de que existe una

forma de hacer las cosas, de organizar la vida, que es la más correcta, adecuada y

conveniente para el conjunto de la sociedad. Sin duda que lo referido por Rafael Pulido es

un hecho histórico, grupos que han alcanzado cierta hegemonía imponen sus rasgos

culturales arrastrando a pueblos enteros a una forma de ver las cosas.

No obstante que esa visión constituye una forma imperialista de ver las cosas, es importante

señalar que lo que debería determinar y hacer pensar los caminos a seguir para la

construcción de un mundo mejor e intercultural, deberá ser la argumentación racional al

mejor estilo popperiano o habermasiano, sin olvidar que lo argumentado, por sólidas que

sean sus estructuraciones, nunca deberán ser tomadas como la última palabra. Se parte del

supuesto que la realidad es la misma para todos y aunque cada quien la interprete en forma

diversa, en su origen, no puede ser distinta para cada grupo cultural. De esa forma, la razón

será el árbitro que posibilitará el diálogo intercultural será, la razón la que con sus

limitaciones temporales, constituya el medio para comprender y hacernos entender entre los

diversos grupos culturales. No existen culturas en plural, porque no se pueden dibujar los

límites que presuntamente separan a unas de otras, aunque si existen diferencias de tipo

Page 39: Antropología Guatemalteca

cultural entre las personas, con ello se quiere decir que la cultura es patrimonio de la

humanidad y se construye con el aporte que cada grupo social brinda.

Es probable que eso suceda muy a menudo dentro del proceso de aprendizaje, el pensar que

con una sola visión del mundo podemos, autoritariamente trasladar conocimientos y hacer

que sean asimilados por los demás sin poner reparo alguno. Sin embargo, ello no debe

soslayar que existen formas de accionar comunes y que son patrimonio de la humanidad, no

de una cultura alguna, que han logrado mejores resultados para la humanidad. El pretender

tener una sola visión del mundo, de las cosas, estaría en el campo de la ideología, más no

en el de la ciencia y la academia. Pretendemos cambiar el pensamiento ideológicamente

para lograr el poder sobre los otros y someterlos; en igual forma nos resistimos a hacerlo

por temor a estar sometidos al otro. Pero si tenemos conciencia que el saber se construye

con todas y cada una de las formas de pensamiento y que interculturalidad significa,

interacción entre culturas como una interacción para el enriquecimiento mutuo de las

culturas que están en relación, las cosas adquieren un carácter positivo. Por ello

interculturalidad significa estar abierto a cualquier posibilidad que enriquezca nuestro

acerbo cultural, olvidando los resabios etnocéntricos que se convierten en barreras para el

conocimiento y el cambio.

Una de las soluciones que presenta la educación intercultural es lograr que se dé la

posibilidad de generar aprendizajes significativos, en estos, como lo señala Benjamín

Berlanga, el significado no existe ni en nosotros, ni en el mundo, sino en la relación

dinámica de vivir el mundo. Relación que parte de una práctica social comunicativa donde

se aprende aprendiendo. Siendo así, se debe tomar en cuenta en los procesos de enseñanza-

aprendizaje:

• Si tiene sentido y significado para el sujeto

• Si el conocimiento se incorpora a la estructura preexistente (estructura cognitiva), es

decir, parte de los conocimientos previos.

• Si es funcional en la vida cotidiana.

• Si incorpora elementos afectivos-emotivos-corporales.

• Si se genera en la interacción social.

• Si implica una transformación en las estructuras mentales.

Sin embargo, muchos de los conocimientos que adquirimos no llenan a cabalidad estos

requerimientos y no por ello, deben ser desechados. De hecho el significado de los distintos

aspectos de la realidad cobra sentido si el sujeto, quien los aprende, muestra interés en ellos,

criterio que se desarrolla a partir de la instalación de valores de aprendizaje, en vez del

simple utilitarismo cotidiano y pragmático. Sin duda que al ser los seres humanos entes

históricos, todo aprendizaje que se adquiere esta unido a conocimientos previos, la

negación de la negación, no significa que se destruya lo anterior, sino por el contrario, que

utilicemos lo bueno de lo viejo para construir lo nuevo. Lo acumulado por la humanidad ha

sido producto de un largo recorrido histórico, donde se han mezclado una infinidad de

experiencias que han dado por resultado el compendio de saberes del que actualmente goza

la humanidad. Todo conocimiento transforma al sujeto que lo adquiere, pues incorpora

nuevos saberes y experiencias para poder ser puestas en práctica. En consecuencia,

tendríamos que estar abiertos a cualquier tipo de conocimientos nuevos, incluso aquellos

que destruyan o pongan en duda nuestros paradigmas.

Page 40: Antropología Guatemalteca

El saber que se posee una determinada cultura y la identidad que ello deriva, no significa

que se enclaustre a sus miembros dentro de esquemas cerrados de pensamiento y

comportamiento, por el contrario, el poseer una determinada identidad implica también que

se reconozca la posibilidad de adoptar nuevas formas de interpretar las cosas en aras de la

convivencia pacífica y el desarrollo de los habitantes del planeta. La educación, en tal

sentido está obligada desmitificar y liberar de esquemas alienados y fanatizados a los

miembros de la sociedad, no se puede permitir que se siga impulsando pensamientos

acríticos y domesticadores que fomentan la alienación y el etnocentrismo, como resultado

de ello, atomizar y enfrentar en contradicciones antagónicas a sus respectivos miembros.

La didáctica, entendida como sistemas y métodos prácticos de enseñanza, tendrá que

mostrar sus virtudes, dicho de otra forma, por ejemplo, se ha demostrado que contenidos

teóricos que se vinculan a aspectos vivénciales de los grupos a los que se les pretende

compartir nuevas enseñanzas, adoptan una mejor actitud frente a los nuevos conocimientos

que cuando los contenidos están alejados de su horizonte existencial. El aprendizaje

significativo, hunde sus raíces en la actividad social, en la experiencia externa compartida,

en la acción como algo inseparable, de las representaciones mentales. Es pues preciso

recuperar la conexión de la mente del ser en el mundo con el mundo. Pero en determinados

aspectos de la realidad, que requieren métodos abstractos de entendimiento, que se

constituyen en principios generales e inteligibles, el esfuerzo es mayor si se quiere lograr la

conexión mente y ser en el mundo. Aspectos como los referentes a los criterios de verdad,

el conocimiento, los valores, o bien, la realidad en sí, constituirán temas de discusión

constante que requerirán de una actitud crítica y reflexiva que aleja del pensamiento

sectario y acerca a criterios universales.

La tradición cultural, dentro de la cual se da la socialización y la endoculturación, imponen

criterios que son difíciles de modificar por lo que los métodos de aprendizaje tienen que

estar investidos de técnicas innovadoras de socialización de nuevos conocimientos para

trasformar a las personas. El aprender a aprender constituirá la primera misión de la

incorporación de nuevas formas de ver el mundo donde no se informen contenidos sin

formas de interpretación que pueden ser variadas, complementarias y en proceso. La

enseñanza debe centrarse en el desarrollo de capacidades formales, operativas y no en la

transmisión de contenidos. Son aquellas las que potencian la capacidad del individuo para

un aprendizaje permanente (aprender a aprender, aprender a pensar). Dotar a los

estudiantes de habilidades que les permita abrir mundos y respetar las diferencias entre

estos.

La educación debe convertirse, por ello, en árbitro, en mediador de las distintas formas de

juzgar las cosas, que se traducen en visiones culturales. Lo que únicamente se puede lograr

si se parte del principio de la apertura hacia el otro, bajo el criterio que, los humanos,

poseemos nexos más fuertes que nos unen que el que los que nos separan. Más allá de la

diversidad étnica, política y religiosa existe la igualdad entre los seres humanos en cuanto a

potencialidades, cuyo denominador común es el ser seres humanos. Todos buscamos lo

mismo, aunque por caminos y medios diferentes: El vivir cada vez mejor en sociedad y el

pretender una existencia placentera, donde perviva la especie humana, es quizás el objetivo

que nos une y por el cual debemos luchar.

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Notas