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  • UNIVERSIDAD PEDAGGICA NACIONAL

    UNIDAD AJUSCO

    LICENCIATURA EN PEDAGOGA

    La antropologa filosfica de la pedagoga analgica de lo cotidiano: fundamentos para su sistematizacin

    Tesis que presenta:

    Hugo Hernn Rodrguez Vzquez

    Para obtener el ttulo de Licenciado en Pedagoga

    Asesor: Luis Eduardo Primero Rivas

    Mxico, D. F., 5 de febrero de 2007

  • A ti mam por tu amor y apoyo incondicional

  • Agradezco a:

    Jael, por tu paciencia, sabidura y amor.

    Dr. Luis Eduardo Primero, por creer en m y acompaarme en este proceso.

  • ndice.

    Introduccin.

    1

    Primera Parte

    3

    1. Antropologa filosfica y pedagoga.

    4

    1.1. Acercamiento a la antropologa filosfica. 1.2. Antropologa filosfica y pedagoga. 1.3. Antropologa filosfica y hermenutica analgica. 1.4. Sntesis.

    49

    1112

    2. Hermenutica analgica.

    14

    2.1. Hermenutica. 2.2. Hermenutica analgica. 2.3. Caractersticas sustanciales de la hermenutica analgica. 2.4. Sntesis.

    14161719

    3. Pedagoga de lo cotidiano.

    21

    3.1. Antecedentes de la pedagoga de lo cotidiano. 3.2. Esquema de la pedagoga de lo cotidiano. 3.3. El largo plazo histrico. 3.4. Ciencia y pedagoga de lo cotidiano. 3.5. Sntesis.

    2122232426

    4. Pedagoga analgica de lo cotidiano.

    27

    4.1. Pedagoga de lo cotidiano y hermenutica analgica: el primer acercamiento.

    4.2. Pedagoga analgica de lo cotidiano: una propuesta que se forma actuando.

    4.3. Pedagoga analgica de lo cotidiano y filosofa de la educacin.

    4.4. Sntesis

    27

    29

    30

    33

  • Segunda parte.

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    1. La antropologa filosfica de la pedagoga de lo cotidiano.

    36

    1.1. Una antropologa filosfica realista. 1.2. Ascenso hacia la conformacin de la personalidad: educacin

    como apropiacin y formacin. 1.3. Sntesis.

    3638

    40

    2. La antropologa filosfica de la hermenutica analgica.

    42

    2.1. Antropologa filosfica y hermenutica analgica. 2.2. El ser humano desde la hermenutica analgica. 2.3. Antropologa filosfica y educacin desde la hermenutica

    analgica. 2.4. Sntesis.

    424547

    48

    3. La antropologa filosfica de la pedagoga analgica de lo cotidiano: esbozo de una sistematizacin. 50

    3.1. De cmo las antropologas filosficas de la hermenutica analgica y de la pedagoga de lo cotidiano tienen semejanza.

    3.2. De cmo matizamos una conceptuacin antropolgica de la pedagoga analgica de lo cotidiano: Energas simblicas: entre lo icnico y lo idlico.

    3.3. Sntesis.

    51

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    63

    4. Valoracin general (a modo de conclusin).

    64

    Bibliografa.

    66

    Hemerografa.

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    Introduccin. Aceptmoslo, estamos viviendo tiempos de contradicciones en mltiples dimensiones de la realidad. Sabemos que esto no es nuevo, Hegel y Marx se percataron de esto y lo denunciaron, cada uno a su manera. Y muy a pesar de lo que pudieron haber hecho al respecto de acuerdo a su momento histrico, seguimos en esa dinmica natural de una realidad vigente. Lo que nos ocupa con respecto a estos tiempos es la contradiccin casi insalvable legitimada por las posiciones posmodernas donde el relativismo cognoscitivo y moral ha fragmentado la posibilidad de pensar la educacin bajo un discurso que le de unidad. Por otro lado se encuentran las posiciones hegemnicas cifradas en su univocismo rgido y asfixiante que impiden pensar de forma libre, comunicativa y crtica debido a su dependencia del capital. Unos permiten que el actual estado de las cosas se perpete gracias a la disolucin ontolgica: mientras que los otros se alzan por encima de los mortales con la bandera de la verdad nica y de la cual son poseedores. Para estos tiempos son necesarias las alternativas emergentes que expresen de forma contundente su desercin de las posturas unvocas y/o equvocas. Dicha expresin suele estar objetivada de diversas formas, pero nos interesa recuperar aquellas planteadas como una filosofa o como una pedagoga, pues tal es el caso de las propuestas que decidimos examinar. La pedagoga de lo cotidiano y la hermenutica analgica se presentan en el universo simblico con fuerzas relevantes. Ambas son propuestas contestatarias hacia las filosofas hegemnicas y a las prcticas educativas estructurales. Sellan con lacre su compromiso cientfico bajo el imperativo del trabajo conjunto, al tiempo que invitan a los interesados a reflexionar la educacin bajo conceptuaciones amplias y conciliadoras. La oferta que nos brinda la pedagoga analgica de lo cotidiano es slo un respiro en medio de la tribulacin; es una opcin genuina para nuestra responsabilidad formativa. Bajo este contexto general decidimos exponer los fundamentos para la sistematizacin de la antropologa filosfica de dicha pedagoga, esto es, describir comprender y valorar el concepto de ser humano que le subyace. En el entendido de que toda pedagoga supone un ideal y un fin antropolgico, que se manifiesta en el discurso, ya sea implcito o explcito, que tiende a materializarse en la medida en que la propuesta se vuelve el ideal a ser alcanzado.

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    Un ejemplo que no sobrepasa el nivel cotidiano y que por lo tanto podemos percibirlo sin dificultad, es el ideal de ser humano que impera actualmente en la sociedad capitalista, neoliberal y globalizada. Dicho ideal tiene las caractersticas de multifuncional, eficiente, productivo, competitivo, por mencionar algunas de ellas. El cual se generaliza a varios niveles, por ejemplo, en los medios masivos de informacin y en los estratos acadmico-escolares, validndose como lo-idneo-a-perseguir por el sujeto en formacin. En esta conceptuacin de ser humano ya estn supuestas caractersticas del mismo as como lo que se espera de l. Sabemos que el tema de la antropologa filosfica y su relacin con la pedagoga es comnmente mencionado pero poco abordado. Difcilmente se encuentran investigaciones escolares con sistematizaciones de esta ndole. El descuido hacia estos temas nos impulsa a trabajarlo con mayor entereza, puesto que podemos re-descubrir la veta filosfica que ha sido olvidada en aras del funcionalismo o lo instrumental. La presente exposicin estar comunicada en dos partes y la primera de ellas subdividida en cuatro captulos. El primero acerca al lector a las nociones bsicas sobre la antropologa filosfica, as como su relacin con la pedagoga. El segundo nos alecciona sobre la hermenutica analgica, sus supuestos bsicos y su relacin con la educacin. En tercero se exponen los significados ms relevantes que se derivan de la pedagoga de lo cotidiano. En el cuarto muestra los perfiles bsicos de la pedagoga analgica de lo cotidiano y algunas de sus lneas de accin. La segunda parte corresponde estrictamente al examen de las antropologas filosficas y est dividida en tres captulos. En el primero se expone el supuesto antropolgico de la pedagoga de lo cotidiano. En el segundo el de la hermenutica analgica. Y en el tercero hacemos una interpretacin los supuestos antropofilosficos de ambas para afirmar que no son tan distantes y que en tal circunstancia es posible su sistematizacin. En el mismo captulo proponemos un giro nominal al concepto energa simblica, despus de una interpretacin de los textos de Beuchot Puente y Primero Rivas. Y por ltimo, el lector podr leer una breve valoracin del trabajo realizado. Mxico D. F., 5 de febrero del 2007

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    Primera parte

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    1. Antropologa filosfica y pedagoga. Esta exposicin busca sentar las bases para la sistematizacin de la filosofa antropolgica de una propuesta pedaggica llamada pedagoga analgica de lo cotidiano. Siendo ese el tema central abordado considero necesario introducirlo en las nociones fundamentales de la misma, con la intencin de tener un amplio margen de claridad argumentativa. Es por ello que abordaremos en primera instancia una definicin de antropologa filosfica para posteriormente describir y comprender la importancia de dicha disciplina en el terreno de lo pedaggico. 1.1. Acercamiento a la antropologa filosfica. Todo hombre, por naturaleza, desea saber, as iniciaba Aristteles su Metafsica en los albores del siglo III A. N. E. En esa frase, el consagrado filsofo mostraba la inquietud cognoscitiva del ser humano ante la naturaleza y el mundo. Aunque solemos entender el despliegue cognoscitivo como una proyeccin hacia el exterior del sujeto (imagen impuesta por los cientificismos an por superarse), tambin tenemos que entenderlo como auto-proyeccin, esto es, como reflexin. En efecto, el ser humano al manifestar su inquietud cognoscitiva lo hace en todas las dimensiones de la realidad. As, pues, existen diversos tipos de acercamiento a ella, los cuales enfrentan constantes luchas de legitimidad y/o validez. Ciencia, religin, supersticin, etc., manifiestan en distintos grados algunas veces coexistentes el despliegue de la facultad cognoscitiva del ser humano, as como la necesidad de auto-conocimiento, en tanto que lo humano, al ser parte de la realidad, se convierte en objeto de su propio saber. Por lo menos el mundo, la naturaleza y el ser humano constituyen la materia prima del conocimiento; cada una concentrando mltiples disciplinas que se abocan a estudios particularizados de las dimensiones sealadas. En el terreno cientfico, entendindolo como conocimiento sistematizado, el ser humano ha sido objeto de por lo menos dos tipos de antropologas: la antropologa fsica y la antropologa cultural o etnolgica. Un diccionario enciclopdico hara mencin de ambas resaltando sus respectivas caractersticas. As entonces, la antropologa fsica se considera como la ciencia que estudia al ser humano desde el punto de vista biolgico, es decir, que realiza la necesaria clasificacin de la especie humana de acuerdo al orden zoolgico y su relacin taxonmica con otras especies, entre otras cosas ms1.

    1 Ocano uno color: Diccionario Enciclopdico. Mxico: 1995; pp. 105

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    Por el otro lado tenemos a la antropologa cultural, la cual elabora sus estudios principalmente sobre un todo llamado cultura coexistente en los distintos grupos humanos (tambin se le ha denominado etnologa cuando se concentra en una etnia particular). A partir de estas investigaciones, se establecen relaciones y/o comparaciones entre las distintas producciones de uno u otro grupo. El resultado es una interesante y ambiciosa descripcin de la produccin histrica y cultural del ser humano2. De esa forma el mencionado diccionario da razn del puesto del ser humano en el mundo de acuerdo a la respectiva sistematizacin que ambas disciplinas elaboran, omitiendo (por descuido o ignorancia) la existencia y la relevancia de la antropologa filosfica en la reflexin sobre el ente humano. La intencin de este apartado es hacer llegar un poco de luz sobre ese tema. Dicho esto mencionemos uno de los atributos ms sobresalientes de este tipo de reflexin filosfica, el cual consiste en cuestionar aquello que las otras antropologas dan por conocido, esto es, que mientras aquellas investigan simplemente las caractersticas exteriores del ser humano o sus obras culturales, la antropologa filosfica ahonda en el cuestionamiento sobre aquello que el ser humano es 3 . Aunque una empresa que pretenda semejante propsito ha de parecer demencia antes que ciencia debemos aclarar que la historia de la filosofa antropolgica ha intentado delimitar o demarcar aquellas caractersticas o diferencias especficas que dan al ser humano ese toque de particularidad o de independencia de los otros seres. Aristteles por ejemplo, haca hincapi en la racionalidad y en el dote socializante del ser humano; Descartes lo describa como un dualismo entre alma pensante y cuerpo extenso; Kant vea una entidad polifactica; los existencialistas como Heidegger o Sastre como proyecto de existencia; Foucault y otros como estructura de estructuras4. En fin, lo que sea el ser humano o aquello que haga confluir a toda su especie tiene que aparecer aunque sea bosquejado. En efecto, un bosquejo sobre el ser del ente humano es probablemente lo nico que obtendremos del trabajo antropofilosfico. Causa no atribuida a una insuficiencia reflexiva o de sistematizacin, sino a la superacin de los cientificismos reduccionistas o a las filosofas esencialistas que an pretenden establecer el ser de las cosas de forma inamovible y/o perpetua. El problema al reflexionar sobre el ser humano radica en la constante movilidad y el devenir que este ser manifiesta. Bajo tales circunstancias se considerara un sueo vano tratar de determinar lo que suele moverse en la indeterminacin. Un bosquejo sera ms realista que idealista. Una antropologa filosfica que tome

    2 Ibd., p.106. 3 Cf. LANDMANN, Michael. Antropologa filosfica: autointerpretacin del hombre en la historia y en el presente. Mxico: UTEHA. 1961; pp. 2-3. 4 Cf. FULLAT, Octavi. Homo educandus: antropologa filosfica de la educacin. Mxico: UPN-Universidad Iberoamericana Puebla. 2004. 2da Edicin; pp. 23-25.

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    seriamente el papel del bosquejo en lugar de la rigurosa esquematizacin pormenorizada y acabada del ser humano establecer, a nuestro juicio, las bases de la concrecin de su reflexionar, esto es, que dicha propuesta antropofilosfica acceder a materializar en cuestiones prcticas, como en la educacin, el resultado de su reflexin. Ahora bien, continuemos con la exposicin de las caractersticas que presenta la antropologa filosfica, ya que ellas nos mostrarn el tipo de reflexin que predica. La pregunta sobre el qu del ser humano (condicin necesaria para establecer su determinacin) es la que gua el estudio antropofilosfico mismo. Con dicha pregunta como referencia el estudioso del tema ha de adentrarse de forma sutil a escudriar e interpretar el complejo texto que conforma al ser humano. Cabe aclarar que el auto-conocimiento estatuto primigenio del qu filosfico constituy en primera instancia la forma de acercamiento a la naturaleza humana, esto es, adentrarse en el interior del s mismo para descubrir tanto las potencialidades como los lmites del sujeto que se cuestionaba. La historia sobre la cultura griega nos ha mostrado que por lo menos la prctica del auto-conocimiento no ha sido ajena en los albores de la civilizacin humana, ya que el prtico del orculo en Delfos mostraba una consigna propia de ser reflexionada, el tan conocido concete a ti mismo. Imperativo que seguramente fue practicado de forma ntima o personal por los visitantes del mstico recinto. De forma parecida Herclito el Oscuro, eminente pensador presocrtico, matiz su filosofa bajo el signo de la autorreflexin, ya que sin ella sera imposible aprehender la realidad y entender su sentido. Herclito mismo deca entonces: me he buscado a m mismo5; el microcosmos que, conocindose a s mismo, conoce al mundo6. Scrates y su discpulo Platn radicalizaron la exigencia de autognosis a fin de buscar esencias que justificaran los atributos, vicios y virtudes del sujeto que se cuestionaba. Con esta accin la cuestin sobre el qu del ser humano daba un nuevo paso. Pero como bien lo apuntara Ernst Cassirer, la autognosis es necesaria pero no suficiente para saciar la necesidad de conocimiento de lo humano ya que se limita a contemplar fracciones psicolgicas del individuo que se cuestiona a s mismo, esto es, de circunstancias particulares. El qu del ser humano exige ir un poco ms all de la particularidad. Exige dialogar. Establecer vnculos con otros iguales que nos acerquen a comprender de forma genrica qu es el ser humano7.

    5 Citado por CASSIRER, Ernst. Antropologa filosfica. Introduccin a una filosofa de la cultura. Mxico: FCE. 2005 reimpr; p. 19. 6 Cf. BEUCHOT, Mauricio. Antropologa filosfica: Hacia un personalismo analgico-icnico. Madrid: Fundacin E. Mounier. 2004; pp. 57-63. 7 Cf. CASSIRER, Op. Cit., pp. 1-21.

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    La verdad es, por su naturaleza, la criatura del pensamiento dialctico; no puede ser obtenida, por lo tanto, sino en la constante cooperacin de los sujetos en una interrogacin y rplica recprocas. No es un objeto emprico; hay que entenderla como el producto de un acto social 8. En tales circunstancias, encontramos una interesante gama de concepciones antropofilosficas que en ocasiones llegan a contraponerse y/o complementarse, producto del devenir epistemolgico de la pregunta que cuestiona el ser del ente humano. La historia de las concepciones del ser humano es tan cambiante como lo es l mismo. El dilogo histrico que se establece entre unas y otras perfilan de mejor manera la respuesta al qu de la pregunta antropofilosfica9. Es evidentemente que responder a la pregunta sobre el qu se vuelve conflictivo a la vez que apasionante. Pero muchas de las veces se tiene que proceder de forma sensata o prudente al elaborar antropologa filosfica, esto es, que teniendo en frente la encomienda de llegar al qu es muchas veces tenemos que conformarnos con el cmo es. Conformidad que no nos lleva al conformismo. Dicha conformidad da cuerpo a la aplicacin del trabajo antropofilosfico en las empresas que el ser humano se propone. Bajo esta afirmacin desagreguemos otra de las caractersticas del saber aqu estudiado, la cual consiste en plantear la dualidad del propsito de la misma, esto es, que la filosofa antropolgica ha de entenderse como aquella que describe y como la que propone sobre el ser humano. En donde los verbos en cursivas subyacen a la pregunta sobre el cmo es el ser humano. Cuestionar sobre el cmo nos acercar a conocer las caractersticas comunes que presenta la humanidad. Ser menos pretencioso que plantear la dimensin nica y determinada, cuasi (si no es que) esencialista, del ser del ente humano. En este sentido podemos plantear las dimensiones sealadas como aquellas que corresponden al ser y del deber ser del ser humano10. La primera describe y en cierta medida explica lo que el ser humano tiene de suyo. La segunda nos ayudar a construir lo que esperamos del ser humano, a materializar lo que deseamos que sea. La interpretacin que el hombre hace de s mismo, de su naturaleza y de de su determinacin, repercute en gran medida en su obrar, ya que histricamente esas autointerpretaciones han desembocado en la base de su cultura. Es decir, toda antropologa filosfica se revierte sobre la

    8 Ibd., p. 21. Cf. esta afirmacin de Cassirer con lo expuesto por Primero Rivas en su libro Epistemologa y metodologa de la pedagoga de lo cotidiano. Mxico: Primero Editores. 2002. Captulo 5, La epistemologa comunicativa. 9 Un ejemplo icnico del resultado dialgico de las concepciones histricas del ser humano se encuentran en el libro anteriormente citado de Mauricio Beuchot: Antropologa filosficaTexto que abordaremos con detalle en la segunda parte de esta tesis. 10 Cf. BEUCHOT Puente y Primero Rivas. La Hermenutica Analgica de la Pedagoga de lo Cotidiano. Mxico. Primero Editores. 2003; p. 24.

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    cultura y se refleja en el hecho de que los hombres quieren ser cada vez ms lo creen ser segn su naturaleza11. Para cuestiones prcticas esta modalidad de reflexin antropofilosfica es bsica. De ah su aplicacin en las cuestiones educativas y/o pedaggicas. Cosa que abordaremos con detalle posteriormente. Haciendo un primer balance de lo expuesto podemos mostrar las caractersticas de la antropologa filosfica:

    1) Es un saber que cuestiona aquello que las otras ciencias sobre el hombre dan por hecho.

    2) Su antecedente inmediato es la autognosis. 3) La pregunta gua de la filosofa antropolgica reza as: qu es el ser

    humano? 4) Se puede elaborar antropofilosofa de manera ms prctica formulando la

    pregunta cmo es el ser humano?, esto es, qu facultades le son propias y cmo esperamos que sea.

    5) La interpretacin que se da sobre el ser humano y su naturaleza siempre ser un bosquejo inacabado.

    Despus de este breve balance me gustara volver al punto nmero cinco, el que hace referencia al bosquejo. En efecto, la interpretacin que se hace del ser humano se alcanza slo de forma impropia, bosquejada. Martin Buber, haciendo referencia a la empresa filosfica de Kant, se daba cuenta del por qu el filsofo de Knigsberg no haba contestado al cuestionamiento sobre la esencia o naturaleza del ser humano. Tal omisin poda adjudicarse, segn el autor judo, a que una antropologa filosfica que se jacte de ser tal, debera tomar en cuanta la diversidad y la mutabilidad en la que vive el genero humano: Slo abarcando sistemticamente [las mltiples] diferencias, slo conociendo la dinmica que rige dentro de cada particularidad y entre ellas, y slo mostrando constantemente la presencia de lo uno en lo vario podr tener ante sus ojos la totalidad del [ser humano]. Pero por eso mismo no podr abarcar al hombre en aquella forma absoluta que, si bien no lo indica la cuarta pregunta de Kant, fcilmente se nos impone cuando tratamos de responderla, cosa que, como dijimos, eludi el mismo Kant12. El reclamo de Buber puede ser cierto en muchos sentidos, y es importante resaltar aquellas variables descritas por el autor que, a su juicio, ha de contener una antropologa filosfica. Pero bajo el umbral del bosquejo podemos percibir que Kant no estaba alejado de describir aquellas facultades que el ser humano posea. Bajo las preguntas qu puedo hacer?, qu debo hacer? y qu me cabe

    11 Cf. Landmann, 1961; p. 7. 12 BUBER, Martin. Qu es el hombre? Mxico: FCE. 2005 (reimpr); p. 18.

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    esperar?13 Se suscribe la respuesta de forma impropia de qu es el ser humano. As, el ser humano puede considerarse como un ser que puede, por sus facultades propias, cuestionarse y hacer lo que su misma determinacin le impone, esto es, que Kant resolvi la pregunta qu es el hombre? De forma impropia, analgica14. Bosquejada, inacabada, igual a como se nos presenta el ser humano. A reserva de volver a este tema ms adelante, optamos por continuar con la exposicin que justifica la insercin de un trabajo antropofilosfico en el terreno pedaggico. El siguiente apartado tiene como encomienda el mostrar la relacin existente entre la pedagoga y la antropologa filosfica, continuando as el apartado destinado a conceptuar lo mejor posible los argumentos aqu presentados. 1.2. Antropologa filosfica y pedagoga. Despus de haber mostrado las caractersticas que suele presentar la antropologa filosfica pasemos pues al siguiente punto, el tocante a la relacin de aquel tipo de reflexin con la pedagoga. Para ir acercndonos a ello es necesario sealar que las distintas obras culturales establecidas por el ser humano, producto de su accin sobre la naturaleza y forjadoras de su mundo, estn impregnadas de su esencia, de su humanidad. Aquello que le condiciona se expresa en las distintas esferas de la cultura: religin, ciencia, educacin, etc., estn imbuidas, en el mayor de los casos, por una idea preconcebida o supuesta de lo es el ser humano. Bajo este argumento podemos reafirmar que toda empresa humana conlleva o le subyace una idea de ser humano15. La intencionalidad que proyecta este trabajo nos impulsa a ejemplificar tal afirmacin con lo que podemos denominar la empresa pedaggica, la cual ha adoptado histricamente distintas concepciones sobre el ser humano. Dicha adopcin se ha venido concretando por la injerencia de la filosofa de la educacin 16 , influida evidentemente gracias a la reflexin filosfica producida principalmente por nuestra cultura occidental. No en vano el trabajo terico y la respectiva antropofilosfica de Marx influyeron en la forma y contenido de la pedagoga de Makarenko. De igual forma la llamada Escuela Nueva que comienza

    13 Correspondientes cada una a las respuestas que diera Kant en sus distintos trabajos: metafsica, moral y religin. Cf. Buber, pp. 12-23. 14 Abordaremos ms sobre la analoga en el captulo dedicado a la hermenutica analgica. 15 Cf. Beuchot y Primero, Op. Cit., p. 41 16 Filosofa de la educacin entendida como aplicacin de una filosofa a la prctica de la formacin humana. Distinguiendo por filosofa el cmo es que comprendemos el mundo, la vida y la historia. Cf. PRIMERO Rivas, L. E. Balance de la emergencia una propuesta pedaggica. Mxico. Primero Editores. 2005, p. 90.

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    a gestarse en el XIX teniendo su mximo desarrollo en el siglo XX asume la concepcin antropolgica tal como el empirismo, el positivismo, el naturalismo, el liberalismo y el pragmatismo la haban descrito17. Como es evidentemente por s misma la pedagoga, como reflexin y norma de la prctica educativa18, no puede desentenderse de la implicacin directa que le inyecta lo humano en su quehacer, por tanto la relacin entre la antropologa filosfica y la pedagoga es indisoluble. Toda actividad educativa y terica ha de suponer primero, de forma explicita o implcita, el sujeto al cual va estar dirigida dicha educacin19. Mejor an, si aceptamos que la educacin es sinnima de formacin de la persona20, entonces podemos percibir de forma patente cmo se necesita una interpretacin que d cuenta del ser humano en vistas de su formacin. Bajo este referente sostenemos junto con Beuchot que hay una antropologa filosfica o filosofa del hombre subyacente a toda pedagoga o filosofa de la educacin. Ya sea para plasmarla como algo dado, o para establecer otra distinta; la educacin se da como el vehculo usado para realizar una idea o modelo de hombre21. Desde el apartado anterior planteamos que la antropologa filosfica, por antonomasia, suele presentar una ambivalencia tanto terica como prctica, esto es, que una reflexin de tal envergadura busca mostrar cuales son los atributos o facultades que le son propios al ser humano a fin de comprenderlo. Pero como la comprensin lleva en s el germen del cambio 22 , la actitud prctica de una antropofilosofa nos impulsar necesariamente a establecer las directrices que potencien una proyeccin ideal del ser humano y, como bien lo afirma Beuchot, la educacin se vuelve el medio para la realizacin de tal proyeccin. Desde este primer acercamiento estamos ciertos de que es importante reflexionar al ser humano desde la pedagoga. Un estudio que logre alcanzar tal finalidad develar la concepcin de ser humano que supone tal o cual pedagoga, as como el tipo de ser humano que proyecta. As, afirmamos que toda pedagoga tiene de trasfondo una conceptuacin de ser humano heredada de la respectiva (o respectivas) filosofas que la sustentan, y que es bajo ese ideal que ejecuta las respectivas prcticas y/o didcticas que 17 La descripcin, por dems suficiente, sobre la sistematizacin de las pedagogas y sus respectivas antropologas filosficas se encuentra en los libros FULLAT, Octavi. Filosofas de la educacin. Barcelona: CEAC. 1979. Y del mismo autor Filosofa de la educacin. Madrid: Sntesis. 2001. 18 Cf. PRIMERO Rivas, L. E. Emergencia de la pedagoga de lo cotidiano. Mxico: Primero Editores. 1999; p. 12. 19 Cf. Fullat, 2000; Op. Cit., p. 65. 20 Cf. Beuchot y Primero. Op. Cit., p. 73. 21 Ibd., p. 43. 22 Cf. Landmann. Op. Cit., pp. 4-9.

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    formula, ya que se est interpretando de inicio lo que es capaz de hacer el ser humano de acuerdo a sus facultades. Aqu lo importante es llegar a un punto donde la interpretacin que se de del ser humano y de sus facultades se implique con la posibilidad de su accin, esto es, que se necesita sobrepasar muchos de los supuestos idealistas que perduran an en las pedagogas y/o prcticas educativas contemporneas para lograr la interpretacin realista de la misma. La pedagoga que se analizar en este trabajo se asume como realista, por tal motivo es necesario adentrarnos en sus argumentos para mostrar cmo es posible una reflexin con tales caractersticas, cosa que dejaremos para captulos posteriores. A continuacin se expondr la importancia de la filosofa del hombre desde la hermenutica analgica, esto es, qu tipo de antropologa filosfica muestra esta particular forma de hacer hermenutica, ya que gran parte del trabajo aqu presentado retomar puntos esenciales al respecto. 1.3. Antropologa filosfica y hermenutica analgica. La realidad, como, objeto de investigacin, puede presentar por lo menos tres formas de abordaje: una donde la verdad resultante es producto de la relacin entre creencia y fenmeno, este es el caso de las ciencias empricas; otra es la verdad formal de las ciencias axiomticas, como la matemtica y la lgica, que consiste bsicamente en establecer coherencia de objetos mentales y no necesariamente materiales, esto es, evitar la contradiccin, deducir en su mxima expresin. Por ltimo consideremos las verdades de sentido, en donde la hermenutica hace acto de presencia, ya que ella nos muestra que no podemos conocernos como gnero ni nuestros productos culturales si no es a travs de smbolos y textos, que nos permitan hacer una lectura y nuevas lecturas sobre nosotros mismos23. La hermenutica es, en su definicin inmediata, el arte y la ciencia de interpretar textos24. Interpretar al ser humano es la tarea de la antropologa filosfica; ahondar en las dimensiones del qu es, cmo es y cmo puede ser constituyen la base principal de una reflexin tal. Para hacer antropologa filosfica desde la hermenutica, el ser humano debe ser considerado como un texto o smbolo que pueda ser sometido al acto hermenutico. Develar el conocimiento ontolgico y teleolgico del ser humano debe corresponderle a una reflexin hermenutica que no sea ni axiomtica-emprica ni de sentido totalmente. La hermenutica analgica, propuesta por Mauricio Beuchot como un nuevo modelo de interpretacin, nos ha enseado que tanto las verdades axiomticas y empricas como las de sentido necesitan ser equilibradas, 23 Cf. Fullat, 2000, Op. Cit., pp. 12-19. 24 BEUCHOT, Mauricio. Tratado de hermenutica analgica: hacia un nuevo modelo de interpretacin. Mxico: taca: 2006; p. 17. Damos esta definicin a reserva de ahondar el tema en el captulo correspondiente dedicado a la hermenutica analgica.

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    para no caer en absolutismos. Si el ser humano es digno de ser interpretado por los smbolos que manifiesta, tambin es necesario abordarlo como ente emprico, finito y limitado. Una antropologa filosfica desde la hermenutica analgica nos acercar a las proporciones que muestra el ser humano a travs de sus facetas empricas y de sentido. Lneas arriba hacamos alusin a una imagen que nos parece importante rescatar en este apartado; nos referimos al bosquejo. Comentbamos que al hacer antropologa filosfica no podemos obtener ms que un bosquejo de aquello que el ser humano es, esto debido a que nos oponemos a determinar de una vez y para siempre el qu del ser humano. Una actitud prudente es el considerar que podemos interpretar el fenmeno humano en las dimensiones del cmo es y cmo puede ser. Ya que ambas muestran de forma proporcional lo que es y lo que se espera que sea. Por eso, una hermenutica analgica, aplicada a la facticidad del hombre, podr salvar a la antropologa filosfica de la falsa concrecin de la visin puramente historicista, segn la cual el hombre es solamente producto de su evolucin; le dar la posibilidad de reconocer una naturaleza humana. Pero tambin podr salvarla de la falsa abstraccin, en la cual se prescinde de su historia, se ve como una esencia ahistrica; le dar la posibilidad de ver la naturaleza humana en la historia del hombre, detectar lo propio y especfico del hombre en medio de la diversidad de sus manifestaciones25. Lo que se necesita antes que definiciones acabadas es, como dice Beuchot, un ideal regulativo para la accin humana, para utilizarlo en casos especficos, como lo sera en la pedagoga. Un bosquejo pretende develar lo que se puede saber del fenmeno humano a travs de lo que manifiesta, de lo que es interpretable de l. Su dimensin metafrica, su dimensin metonmica, las relaciones que establece con las cosas y sus semejantes, entre otras que conoceremos a su debido tiempo. La pedagoga que estudiaremos en este trabajo, fusin de los desarrollos individuales de los dos autores que le dan vida, manifiesta de forma explicita sus argumentos y lneas de trabajo, los cuales son heredados por el espritu hermenutico-analgico que le subyace. La exposicin consistente de esta investigacin reside, pues, en mostrar la antropologa filosfica subyacente a la propuesta pedaggica denominada pedagoga analgica de lo cotidiano, ya que consideramos que una exposicin como esta dotar de elementos a los distintos desarrollos pedaggicos y/o de aplicacin educativa en todos los niveles que nuestra sociedad actual est demandando.

    25 Beuchot, AntropologaOp. Cit., pp. 49-50.

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    1.4. Sntesis. En este apartado nos acercamos a una definicin de antropologa filosfica. Establecimos que es una forma de reflexin que se encarga de interpretar al ser humano bajo los cuestionamientos bsicos de qu es, cmo es y que esperamos de l. Mostramos que el saber generado por una antropologa filosfica no se desentiende del trabajo educativo, ya que las pedagogas adquieren una posicin filosfica y por tanto heredan una conceptuacin de ser humano. Cabe aclarar que la teorizacin y, en muchos de los casos, la prctica de la misma est suponiendo una idea cientfica sistemtica, o ideolgica de los atributos y/o posibilidades del ser humano, idea que se concreta en el establecimiento de las didcticas y mtodos de enseanza. Por ltimo dimos pie a un breve acercamiento a la propuesta interpretativa de Mauricio Beuchot, la hermenutica analgica, propuesta que plantea superar los extremos interpretativos bajo el concepto de analoga, cosa que expondremos en el captulo siguiente, pero lo rescatable es que la pedagoga estudiada en este trabajo se asume como analgica, de lo cual desprendemos la importancia y relevancia que esta forma de reflexin filosfica le inyecta a la antropofilosofa. Para continuar con nuestro estudio inductivo invitamos al lector a conocer las propuestas de los autores de la pedagoga analgica de lo cotidiano. Decimos propuestas porque ambos autores iniciaron sus desarrollos por separado, hasta comenzar a concretar ambas en la pedagoga aqu estudiada.

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    2. Hermenutica analgica. Hacer una descripcin mnima de la pedagoga analgica de lo cotidiano es hablar de distintos momentos de la misma. Dicha propuesta se ha ido construyendo gracias al encuentro e inters comn de los dos investigadores que le dan vida, el Dr. Mauricio Beuchot Puente y el Dr. Luis Eduardo Primero Rivas. Cada uno de ellos inici su camino tanto acadmico como terico en lugares y contextos distintos. El primero es uno de los catedrticos ms destacados de la UNAM. El segundo lo es de la UPN-Ajusco. Ambos autores dieron inicio a sus propuestas por separado. Beuchot Puente crea y encabeza el llamado movimiento de la hermenutica analgica. Mientras que Primero Rivas formula y pone en prctica su propuesta educativa llamada pedagoga de lo cotidiano. Es gracias a un encuentro afortunado, como lo nombra el Dr. Luis Eduardo, que la hermenutica analgica y la pedagoga de lo cotidiano se ven enriquecidas y complementadas de los desarrollos formulados por cada una de ellas. El encuentro de ambas propuestas da origen a la pedagoga analgica de lo cotidiano. El siguiente apartado acercar al lector a un estudio ms completo sobre el significado de la hermenutica analgica. Reiteramos la importancia de tener un amplio rango de claridad argumentativa, por lo tanto, en este apartado y el siguiente pretendemos exponer los elementos necesarios para comprender de forma ms rica la propuesta de una pedagoga analgica de lo cotidiano, primero en sus desarrollos individuales, para luego analizarla en su conjunto. 2.5. Hermenutica. Si bien la hermenutica ha sido abordada y comentada en mltiples artculos, tratados y diccionarios por acadmicos doctos en el tema, no nos parece excesivo comenzar a contextualizar y definir lo que es esta disciplina en s. La claridad conceptual que alcancemos ser importante para poder acotar lo que Mauricio Beuchot ha denominado la hermenutica analgica. En trminos generales, la hermenutica es la disciplina que se ocupa de la interpretacin de textos y, como es sabido, retorn con gran auge al escenario filosfico en el siglo XX a partir del trabajo realizado por Heidegger, teniendo como precedente inmediato a Dilthey. Gadamer, discpulo de Heidegger, retoma la hermenutica y la moldea a fin de convertirla en una verdadera hermenutica

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    filosfica, que ha podido aplicarse a las distintas temticas y problemticas generadas en las ciencias humanas26. La estafeta hermenutica contino en otros autores que le imprimieron un enfoque particular. Tal es el caso del filsofo francs Paul Ricoeur quien ha aplicado dicha disciplina al estudio del smbolo, el mito y la historia. Otro de los exponentes importantes de la hermenutica es Gianni Vattimo, quien fuera discpulo y traductor de Gadamer. Este filsofo italiano ha llamado a la hermenutica la koin o lenguaje comn de la posmodernidad27. Habamos dicho que la hermenutica es la disciplina que se ocupa principalmente de la interpretacin de textos. Un texto es aquel que va ms all de la palabra y el enunciado, y se pueden considerar como tales un escrito, una cancin, una obra de arte, una accin significativa, un smbolo, inclusive el ser humano mismo, entre otras cosas ms28. Si la hermenutica es la disciplina de la interpretacin, entonces el acto interpretativo tendr como fin la comprensin del texto. Para poder lograr dicha comprensin ser necesario tomar en cuenta algunos elementos, uno de ellos es la contextuacin. Desde Gadamer se ha planteado que interpretar es poner un texto en su contexto, esto es, tomar en cuenta el marco de referencia que condiciona tanto la escritura como la lectura de un texto. Contextuar es, en palabras de Beuchot, poner lo particular en lo universal, un objeto cultural en una tradicin cultural29. Es necesario resaltar la existencia de otros tres elementos que intervienen en el acto interpretativo: el autor, el lector y el texto mismo. ste ltimo ha quedado definido lneas arriba. Por otro lado, el autor es el que imprime un mensaje en el texto y adems imprime a su mensaje una intencionalidad30. En otras palabras, el autor ha dejado plasmado un significado en el texto que puede interpretarse. Otro de los elementos que intervienen en el acto hermenutico es el lector, el cual tiende un puente a travs del texto hacia el autor, con la finalidad de alcanzar cierto grado de comprensin. El lector o intrprete ha de descifrar el contenido significativo que el autor dio a su texto. Dependiendo del acercamiento o distanciamiento que el lector establezca con respecto al texto es como se pueden generar interpretaciones subjetivistas u objetivistas31.

    26CONDE Gaxiola, Napolen. El movimiento de la Hermenutica Analgica. Mxico. Primero Editores. 2006; p. 28. 27 Ibd., p. 29. 28 BEUCHOT, Mauricio. Tratado de hermenutica analgica: hacia un nuevo modelo de interpretacin. Mxico: taca. 2005; p. 17. 29 Ibd., p. 28. 30 Ibd., p. 29. 31 Ibd., p. 27.

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    El primer caso es producto de la lectura que el intrprete hace desde lo ms ntimo de su humanidad, es decir, desde su subjetividad. El comn de dichas interpretaciones suelen ser configuraciones tericas ilimitadas de la realidad textual, bajo el argumento de que el autor ya no es dueo de su texto y por tanto puede ser enriquecido e incluso superado32. El segundo caso, como bien lo apuntbamos lneas arriba, es el de las interpretaciones objetivistas, las cuales suponen tener conocimiento claro y distinto sobre lo que el autor quiso plasmar en el texto. Este tipo de interpretaciones conducen al reduccionismo terico y conceptual, ya que suele aceptarse una nica interpretacin como vlida convirtindose en un canon que no permite expresar nada ms all de ella33. 2.6. Hermenutica analgica. Ante este horizonte surge en Mxico un modelo hermenutico que propone abrir el campo de interpretaciones cerradas por las pretensiones objetivas y poner lmites a aquellas que privilegian la inconmensurabilidad de lo subjetivo. En el Congreso Nacional de Filosofa celebrado en Cuernavaca en 1993, Mauricio Beuchot 34 expuso los lineamientos bsicos de lo que posteriormente sera denominada la hermenutica analgica. Con la publicacin de la primera edicin del Tratado de hermenutica analgica: hacia un nuevo modelo de interpretacin (1997) se exponan de forma extensa las tesis que sostena Beuchot sobre el modelo propuesto. A partir de entonces la hermenutica analgica se ha enriquecido de las rplicas y aportaciones que distinguidos investigadores de Mxico y otros pases le han proporcionado35. Al mismo tiempo que inici un movimiento cultural que ha generado interesantes aportaciones en distintos mbitos de la academia mexicana y extranjera36. La propuesta beuchotina tiene como pilar el concepto analoga, la cual se coloca como alternativa entre los univocismos y los equivocismos hermenuticos y/o interpretativos, principalmente. Lo unvoco es aquello que se muestra de forma idntica, no hay diferencia, la interpretacin pretende ser clara y distinta. Lo unvoco es lo que se predica o se dice de un conjunto de cosas en un sentido completamente idntico, de modo que no cabe diversidad entre unas y otras; por 32 dem. 33 dem. 34 Mauricio Beuchot empez a publicar tanto libros como artculos en prestigiadas revistas de filosofa desde 1979. Nuestra intencin no es reducir su amplia aportacin a las humanidades con la exposicin de la hermenutica analgica, ms bien, por necesidad de delimitacin nos concretamos a presentar uno de los tantos aportes de ste filsofo a la cultura mexicana. 35 Tal es el caso de los dilogos y debates que Beuchot estableci con Ricoeur y con Vattimo, lo cual resalta la importancia que el modelo propuesto por el mexicano tiene a nivel internacional. 36 Para profundizar en lo aqu comentado ver mi artculo Sobre el movimiento de la hermenutica analgica en: Anmnesis. Mxico. Nm. 32. Ao XVI. 2006/2; pp. 175-186.

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    ejemplo, "Pedro, Juan, Pablo... son hombres", todos tienen que ser hombres en sentido idntico37. Gran parte de los cientificismos positivistas han buscado la nica interpretacin vlida sobre el objeto estudiado. Beuchot denomina univocistas a este tipo de intrpretes. De acuerdo con Beuchot, los univocistas cancelaran toda posibilidad de produccin hermenutica ya que al establecer una sola interpretacin como vlida y verdadera todas las dems interpretaciones simplemente seran falsas. En el extremo interpretativo est lo equvoco. Lo equvoco es lo que se predica o se dice de un conjunto de cosas en un sentido completamente diverso, de modo que una no tiene conmensuracin con otra; por ejemplo, cuando (...) decimos "gato" a un animal, a un instrumento y a una persona38. Segn Mauricio Beuchot, gran parte de los filsofos romnticos hicieron uso de la hermenutica en el sentido equvoco, ya que dieron predominio a la subjetividad de forma libre e incluso desmedida al momento de interpretar. El equivocismo hermenutico desemboca en un relativismo absoluto de interpretaciones sobre un texto. Este relativismo extremo nos puede lleva a la incomunicacin, ya que al haber mltiples interpretaciones sobre un mismo texto, independientemente del contexto de referencia, y al ser consideradas todas como vlidas se impide cualquier tipo de dialogo. Para salvar esta cerrazn Beuchot rescata y propone, como ya lo mencionamos, el concepto de analoga39. Lo anlogo es lo que se predica o se dice de un conjunto de cosas en un sentido en parte idntico y en parte distinto, predominando la diversidad; es idntico segn algo, segn algn respecto, y diverso de modo simple [es diverso por s mismo] (...) y slo es idntico o semejante de modo relativo o secundario40. 2.7. Caractersticas sustanciales de la hermenutica analgica. Aplicar la analoga a la hermenutica es la propuesta de Mauricio Beuchot como alternativa a las hermenuticas equvocas y unvocas. Haciendo uso de la analoga se obtendrn interpretaciones variadas pero conmensurables. Es decir, se podr dar pie a la diversidad de interpretaciones pero con lmites, ya que la analoga implica proporcionalidad y jerarquizacin. Lo analgico permite darle a la interpretacin algo de universalidad a la vez que diversidad, siendo predominante sta ltima.

    37 Beuchot, Tratado p. 37. 38 Ibd., p. 35. 39 El recorrido terico-histrico de la analoga puede rastrearse desde los pitagricos hasta el mismo Octavio Paz, pasando por sus mximos exponentes como lo son Aristteles y por supuesto Toms de Aquino. Cf. Ibd., p. 11. 40 Ibd., p. 37.

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    Ahora bien, es necesario aclarar que existen distintos tipos de analoga, las cuales se adecuan a la proporcionalidad y la jerarquizacin antes mencionada. Una de tales analogas es, precisamente, la analoga de proporcionalidad que es la que compara cosas como porciones en relacin, esto es, es una relacin compleja de porciones, y puede ser de proporcionalidad propia, como en Los cimientos son a la casa como los pies al animal o El instinto es al animal como el intelecto al hombre, o de proporcionalidad impropia, cuando el significado es metafrico, y esto se da, por ejemplo, en Las flores son al prado lo que la risa al hombre, y es lo que nos permite entender la metfora El prado re. Todos ellos son ejemplos de Aristteles. Esto ayudara a dar a la hermenutica la posibilidad de evitar tanto el univocismo como el equivocismo y de beneficiarse de un modelo analgico de la interpretacin con esos tipos de analoga41. Por otro lado est la analoga de atribucin la cual se llama as porque en ella un predicado se atribuye a varios sujetos segn una jerarqua de ms propio a menos propio, como en el ejemplo aristotlico de sano, que se predica ms propiamente del organismo y menos propiamente del alimento, la medicina, el clima, etc. Hay, pues, un analogado principal y otros analogados secundarios, pero reciben la atribucin, solo que diversamente 42 . Esto es, que una interpretacin puede considerarse como ms propia o mejor dicho, como ms apegada a la verdad textual43, de donde las dems interpretaciones se van graduando en la jerarqua antes dicha. El analogado principal da la pauta para que las dems interpretaciones se sucedan en un orden de ms propia o verdadera, a menos propia o falsa. Es evidente que en ambos tipos de analoga se permite la multiplicidad de interpretaciones, pero considerando los lmites de estas. Apertura y lmite, son dos elementos que nos ayudan a comprender la definicin de la hermenutica analgica Cabe resaltar un elemento de igual importancia en el acto hermenutico, que inclusive Gadamer lo consideraba como la cualidad del hermeneuta, a saber, la sutileza. Como bien lo ha enseado Beuchot, la sutileza ha sido la fundadora al mismo tiempo que distintiva de la interpretacin hermenutica, por tal motivo la hermenutica analgica lo asume como parte esencial de su praxis. Sutileza es distinguir las partes en un primer momento para despus descubrir una alternativa no percibida anteriormente. Inclusive en las interpretaciones ms contradictorias o contrapuestas el virtuoso de la sutileza, es decir, el hermeneuta, encuentra el punto de conciliacin, analoga en su mxima expresin. Del mismo modo, todo acto hermenutico ha de estar acompaado de otra virtud: la phrnesis o prudencia aristotlica. Ambas, sutileza y phrnesis, constituirn el

    41 Conde Gaxiola, Op. Cit., p. 21. 42 dem. 43 O el rescate de lo que quiso decir el autor; Cf. Beuchot, Tratado p. 54.

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    soporte del intrprete. La primera nos ayuda a distinguir y proponer; la segunda a establecer los linderos necesarios de nuestra creacin. Los desarrollos de la hermenutica analgica se han extendido ms all de la formulacin bsica de las analogas y su aplicacin. El mismo Beuchot ha aplicado el modelo analgico al estudio del smbolo, destacando los conceptos icono e dolo, los cuales se muestran como facetas de smbolo mismo. El primero, trabajado de acuerdo a la nomenclatura de Pierce, muestra la cara positiva, afirmativa, vital del smbolo, mientras que la segunda la cara negativa, engaosa y destructiva del mismo. En este sentido, el icono es lo analgico, ya que se acerca, de forma proporcional, al sentido y la referencia del smbolo mismo. El icono mostrando una parte nos conduce al todo, esto tambin es analoga44. Mauricio Beuchot ha trabajado para establecer los lineamientos bsicos de accin de la hermenutica analgica. Evidentemente lo aqu expuesto es una breve semblanza del amplio acervo cultural que este pensador mexicano le ha heredado a la academia mexicana. Independientemente de esta verdad tenemos que aclarar que la propuesta beuchotiana ha comenzado a desplazarse ms all de sus propias creaciones, como en un efecto centrfugo para despus comenzar a polarizarse. El llamado movimiento de la hermenutica analgica ha comenzado a crear y extender las lneas de trabajo de la propuesta. Es por esa razn que ha concentrado un nutrido nmero de profesionistas de las ms distintas reas bajo el comn denominador de la hermenutica beuchotiana45. 2.8. Sntesis. En este apartado hicimos un recorrido por los momentos ms relevantes de la filosofa hermenutica. Vimos que Gadamer, discpulo de Heidegger, es el creador de la exgesis moderna, heredando la labor filosfico-hermenutica a autores como Ricoueur, Vattimo e incluso Beuchot. Este ltimo ha creado un modelo para interpretar que busca colocarse como alternativa entre los llamados univocismos y equivocismos. Ambos colocados en los extremos interpretativos. El primero con la ambiciosa pretensin de encontrar la verdad clara y distinta, la nica interpretacin. El segundo argumentando la libertad hermenutica en el sentido en que toda interpretacin es valida y complementaria, desembocando en la pluralidad inconmensurable de las mismas.

    44 El trabajo beuchotiano sobre el smbolo se encuentra plasmado en varios de sus textos, a continuacin citamos los ms relevantes: Tratado deOp. Cit. Pgs. 189-198; Las dos caras del smbolo: el icono y el dolo. Madrid: Carraps. 1999; Perfiles esenciales de la hermenutica. Mxico: UNAM. 2005. 45 Cf. RODRGUEZ Vzquez, Hugo. Op. Cit.

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    Un modelo hermenutico-analgico permitir mltiples interpretaciones que estarn sujetas a la proporcionalidad o atribucin respecto de un analogado principal. Se establecern lmites para evitar la interpretacin infinita, siendo claros que existe una verdad textual y que las interpretaciones se sujetarn a ella. Al mismo tiempo que la propuesta beuchotiana fortifica sus cimientos ontolgicos, se sucede lo que se ha denominado el movimiento de la hermenutica analgica. Acontecimiento cultural que se ha extendido ms all de las fronteras mexicanas y que ha establecido redes de investigacin, crtica y anlisis de distintas reas profesionales bajo la ptica analgica.

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    3. Pedagoga de lo cotidiano. Como lo anotbamos en el apartado anterior, la pedagoga analgica de lo cotidiano es una propuesta producto del trabajo conjunto de dos filsofos y educadores mexicanos. Por cuestiones de claridad decidimos exponer las propuestas de cada uno de los autores de forma separada para luego mostrar las lneas bsicas de una pedagoga as nombrada. Este apartado est dedicado, pues, a la pedagoga de lo cotidiano, propuesta educativa formulada por el Dr. Luis Eduardo Primero Rivas. As damos inicio. 3.6. Antecedentes de la pedagoga de lo cotidiano. La pedagoga de lo cotidiano surge a finales de los aos ochentas gracias a la confluencia de distintos factores: por un lado el auge de la etnografa aplicada a la educacin, la cual pona de manifiesto la importancia de la vida cotidiana en el proceso escolar; por otro lado, el prestigio y el predominio que imprima el marxismo a distintas prcticas de ndole cultural en Amrica Latina, principalmente en Mxico, pas en el que surge la pedagoga aqu comentada, de donde se extraan las conceptuaciones de la Escuela de Budapest y principalmente de la filsofa gnes Heller46 y su trabajo sistemtico sobre la cotidianidad, con quien el autor tena trato directo. Estos referentes terico-metodolgicos, junto a la constante actividad investigativa que ejerca, le permitieron a Primero Rivas comprender la infructfera prctica docente que realizaba desde finales de los setenta. Dicha comprensin se basaba en la creacin de una norma para la prctica educativa que se ubicara en lo cotidiano y ejerciera resultados para lo cotidiano47. La exposicin que pona de manifiesto las filiaciones y propsitos de dicha norma se registraron como las Tesis bsicas de la pedagoga de lo cotidiano (1988)48. A partir de entonces gran parte de la produccin simblica del autor citado se refera a la pedagoga que impulsaba, hasta llegar a concentrar los desarrollos expresados en una primera publicacin titulada Emergencia de la pedagoga de lo cotidiano49 (1999). Tres aos despus de este acontecimiento aparece el segundo 46 El autor retoma el periodo marxista de la autora hngara. Para mayores detalles srvase consultar el libro: PRIMERO Rivas, L.E. Cul gnes Heller: Introduccin a la obra de la filsofa hngara. Cali-Mxico: AC Editores. 2000. 47 Sobre la construccin del objeto de investigacin de Primero Rivas ver: DELGADO Reynoso y Primero Rivas (compiladores). La prctica de la investigacin educativa I: la construccin del objeto de estudio. Mxico: UPN. 2006; pp. 234-236. 48 El mencionado registro fue ante la Direccin General de Derechos de Autor de la Secretara de Educacin Publica, Mxico. Dichas tesis se ven plasmadas en la primera de una serie de publicaciones sobre la pedagoga aqu destacada; ver: PRIMERO Rivas, L. E. Emergencia de la pedagoga de lo cotidiano. Cali-Mxico: AC-Primero Editores. 1999. Captulo 2; pp. 37-49. 49 PRIMERO Rivas, 1999. Op. Cit.

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    libro de la serie referente al tema llamado Epistemologa y metodologa de la pedagoga de lo cotidiano50 (2002), donde se exponen las creencias y supuestos cientficos que el autor asume como propios de su pedagoga. La labor profesional de Primero Rivas y la dinmica generada por su propuesta pedaggica han extendido lneas de comunicacin y de produccin ms all de sus propios referentes, el ejemplo paradigmtico de lo mencionado es la relacin con Mauricio Beuchot, con quien ha trabajado de forma conjunta (asunto que abordaremos en su momento), as como de aquellos que han asumido la pedagoga de lo cotidiano como la norma de su prctica educativa. 3.7. Esquema de la pedagoga de lo cotidiano. La pedagoga aqu estudiada concentra mltiples aristas que difcilmente pueden sintetizarse en algunas lneas, no obstante nos acercaremos a las ms sobresalientes caractersticas de la misma, invitando al lector a remitirse a la bibliografa que hemos y estaremos citando continuamente. La pedagoga de lo cotidiano es por definicin la norma de la prctica educativa que, precisando el qu, cmo, cundo, con qu y para qu se forma al ser humano, busca impactar en el nivel ms inmediato de la realidad, la vida cotidiana. Trabaja con un concepto amplio de educacin, que se define como formacin de la personalidad, y esta ltima como el resultado de las apropiaciones tenidas y su respectiva calidad durante los distintos niveles de socializacin (primaria: la familia; secundaria: la escuela; terciaria: civil y/o profesional51 ) vividos por la persona52. La apropiacin consiste en hacerse de la objetividad, cosa que le permite a la persona el dominio del mundo mediante el uso de los instrumentos materiales y simblicos producidos histricamente. En sentido estricto apropiacin es integracin al mundo, y es una condicin necesaria para vivir la vida53. Con la definicin de educacin as expuesta podemos deducir la ambiciosa aspiracin que vislumbra la propuesta pedaggica que se califica como de lo cotidiano. No slo se reduce a la escuela, es tambin familia y comunidad, cada una de ellas mostrando materialidades y emitiendo significados que determinan la formacin de la persona. Con estas referencias podemos interpretar que dicha

    50 PRIMERO Rivas, L. E. Epistemologa y metodologa de la pedagoga de lo cotidiano. Mxico: Primero editores. 2002. 51 Socializaciones que se dan de forma gradual para despus coexistir entre ellas. Mayor detalle ver Primero 1999; pp. 99, 118. 52 Cf. Ibd.., p. 10. Del mismo autor Balance de la emergencia de una propuesta pedaggica. Mxico: Primero editores. 2005; pp. 13-15. 53 Ibd. 1999, p. 41.

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    propuesta asume la responsabilidad de realizarse va un proyecto histrico lento y gradual, y no de forma instantnea y transitoria. En este sentido es necesario comprender el significado de lo cotidiano asumido por la pedagoga expuesta. La referencia a dicho fenmeno parte de una conceptuacin genrica del mismo, esto es, que abarca el nivel ms inmediato de la realidad, al mismo tiempo que comprende su dependencia con una condicionante histrica; as, la vida cotidiana es concrecin de la historia54. Es decir, que en cada poca (espacial y temporalmente) se han y estn originando distintas prcticas econmicas, polticas, sociales y culturales (y por tanto cotidianas), generadoras de nuevas materialidades y smbolos, que encauzan la vida de toda una generacin. Bajo esta afirmacin comprendemos que las prcticas dominantes de la poca medieval difieren rotundamente de las prcticas de la modernidad; y estas ltimas de las prcticas de la sociedad capitalista y poscapitalista que padecemos actualmente. Formar a las personas, esto es, formar sus personalidades desde la vida cotidiana, mediante el uso de instrumentos materiales, simblicos y relacionales de forma consciente (pedaggicamente), para de esa forma motivar la transformacin histrica de la sociedad capitalista en una comunalista visn originaria de Marx antes de ser desfigurado por los interpretes equvocos y unvocos de su produccin simblica es la intencionalidad patente de la pedagoga de lo cotidiano. Una pedagoga que busca motivar y accionar la revolucin ideolgica que abandonaron los burgueses al momento de liberarse del yugo feudal. 3.8. El largo plazo histrico. El proyecto burgus es paradigmtico en la pedagoga aqu comentada porque los siervos liberados cambiaron de forma lenta y gradual la historia que les haba tocado en suerte. Modificaron la forma de administrar los recursos que les venan de la naturaleza, y por ende, su forma de produccin y comercializacin; prcticas cotidianas que incidieron en una transformacin histrica total. A la revolucin cultural (ciencia, arte, educacin, etc.) le sucedieron revoluciones blicas e industriales que radicalizaron las viejas costumbres de un feudalismo ya lejano. En aquellos tiempos emergentes de la modernidad, gracias al proceso poltico-cultural que se viva, la educacin se conceba de forma amplia, como formacin integral de la persona. El desarrollo armnico de todas las facultades se converta en ideal primario de la actividad pedaggica55.

    54 Primero, 2005, p. 12. 55 Para ms detalles sobre el tema de pedagoga como proyecto histrico remitirse a los libros antes citados; tambin recomendamos ampliamente el lcido texto de Primero Rivas titulado Ms all de la educacin escolar en PRIMERO Rivas y Beuchot Puente. Hacia una pedagoga analgica de lo cotidiano. Mxico: Primero Editores. 2006. Captulo 2; p. 25-41.

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    A perodos tan fructferos le sucedieron anmalas bifurcaciones. La notable produccin simblica y material generada por la revolucin burguesa se vio poco a poco trasformada en lo que hoy conocemos como capitalismo56. Una sociedad capitalista se puede entender, de acuerdo a la postura de la pedagoga comentada, como aquella promotora y generada de grandes fetiches, una sociedad fetichizadora 57 . Los bienes producidos, independientemente si son culturales o materiales, se comercializan de forma inmoral al grado de concentrar en pocas manos la riqueza de un pas, o del mundo en su caso extremo. Pedagogas varias han denunciado el yugo del capitalismo, pero ha faltado accionar la revolucin de forma contundente. La pedagoga de lo cotidiano se coloca en una posicin crtica denunciante de las prcticas inmorales del capital y busca, mediante la utilizacin de los recursos inmediatos de la vida cotidiana, la formacin de personas conscientes y crticas del sistema, y mejor an, iniciar la tan mencionada lucha ideolgica desde los niveles ms bsicos de la estructura social. 3.9. Ciencia y pedagoga de lo cotidiano. Una formacin de la personalidad desde la pedagoga, para ser fiel, realista y contundente, debe partir de un tipo de saber distinto al cotidiano, esto es, de un conocimiento que considere los gneros particulares a partir de las mltiples determinaciones que le subyacen y del comn denominador o promedio que presenten58. De acuerdo a esto, el conocimiento cientfico es aquel que est en posibilidades de concretarla. As, la pedagoga comentada asume su responsabilidad histrica a partir de la produccin que pueda generar desde el conocimiento cientfico, en tanto que este parte de la vida genrica, de la historia, de las objetivaciones genricas en s59 y no del pensamiento comn, a-sistemtico. Suscribiendo esta afirmacin agregamos el carcter denunciante de dicha propuesta al ser definida como crtica del fetichismo que produce el capital. Pero tambin pasa de la crtica a la construccin conceptual, sobre todo de categoras vlidas y tiles para el manejo de la realidad. Denuncia y accin son andamiajes importantes de la propuesta estudiada.

    56 Brillantemente destacada por Marx. 57 Se expone esta definicin no como la nica o la netamente acabada, sino como aquella que expresa en gran medida la creencia de Primero Rivas, en tanto que se denuncia la miseria material y espiritual (simblica y moral) resultado de las prcticas capitalistas. Ms sobre el concepto fetiche consultar: Luis Eduardo Primero Rivas. Importancia hermenutica del concepto de fetichismo en Marx en Analoga filosfica. Ao XVII, No. 2, Mxico, Jul-Dic., 2003. p. 143-154. 58 Primero, 2005; p. 82. 59 Primero, 2002; p. 124.

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    Todo esto nos da pie para resaltar el carcter realista de esta visin cientfica. Realismo aqu est emparentado a materialismo, esto es, que la pedagoga de lo cotidiano se aleja de las creencias idealistas para trabajar a partir de materialidades, desde lo concreto. Un trabajo as supone el establecimiento de la relacin del sujeto con el objeto, en donde la objetividad se presenta como un primer momento de esta relacin. El segundo momento es, pues, la incorporacin del elemento objetivo en la subjetividad. Esta ltima se define como la capacidad de reaccin del ser humano ante la objetivad, conformada histricamente60. En tercera instancia, el elemento real considerado se proyecta objetivamente como el resultado de la apropiacin y de su interaccin con la subjetividad. El rejuego de lo objetivo en lo subjetivo tiene que proceder de forma sistemtica si se desea producir un conocimiento genrico, esto es, cientfico; para tales efectos se presenta un mtodo racional de pensamiento, primer momento de los llamados mtodos del trabajo intelectual, el cual nos permite describir o desagregar el objeto estudiado en sus mltiples determinaciones, para luego comprenderlo de acuerdo a las interconexiones de los elementos primarios va reflexin, anlisis, sntesis, descomposicin y composicin, etc., para posteriormente ascender a la ponderacin del mismo. El trabajo cientfico, desde los mtodos mencionados nos exige, de igual forma que el pensamiento, la investigacin y la exposicin.61 Los elementos gnoseolgico-antropolgicos y metodolgicos mostrados perfilan una epistemologa que, por estar vinculada a condiciones materiales e histricas, se adjetiva como comunicativa. La epistemologa comunicativa aqu destacada est inscrita en una lnea trabajada por gnes Heller, de donde la pedagoga de lo cotidiano extrae y desarrolla importantes conceptuaciones tales como los consentimientos racionales, esto es, la construccin de verdades a partir de la comunicacin y/o dilogo establecido por grupos de trabajo, inscritos en una comunidad intelectual que sanciona o pondera los resultados del trabajo desarrollado, permitiendo la apertura interpretativa sobre la realidad considerada. Lo que refleja una forma anti-autoritaria de hacer ciencia, a diferencia de las posiciones rgidas de los cientificismos an existentes. Cabe agregar que este particular tipo de epistemologa no se considera moralmente neutral, ya que pensarse as la obligara a definirse y actuar como aquello que critica, antes bien, asume su compromiso moral y por tanto tico de trabajar en pro de la vida hacer ciencia obliga categricamente a hacer cosas para el crecimiento de la vida y no de su destruccin como la ciencia instrumental ha obrado62.

    60 Primero, 1999; p. 98-99. 61 Primero, 2002; p. 31-41. 62 La publicacin que detalla con precisin las cuestiones epistemolgicas y metodolgicas de la pedagoga estudiada es la anteriormente citada Primero, 2002. Consltese los captulos 2, 3, 5, 6 y 7 principalmente.

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    La imagen de un pndulo que oscila entre la vida cotidiana inmediato nivel de la realidad y la reflexin lograda desde pedagoga de lo cotidiano, nos permite vislumbrar que todo desarrollo y producto del trabajo cientfico desde la pedagoga expuesta debe partir de lo concreto, para luego trabajarse categrica y sistemticamente, y posteriormente (pero no como rotundo final) volver e impactar en lo concreto a fin de realizarse de la mejor manera posible, de forma realista y no meramente especulativa o idealista. 3.10. Sntesis. Hacer un uso intencionado de los elementos cotidianos (objetivos, simblicos, etc.) para la formacin de la personalidad en vas de una transformacin histrica contundente, es una de las definiciones que podemos sintetizar de la pedagoga aqu presentada. Una propuesta que tiene slidos sus cimientos tericos gracias a la labor extenuante y constante de su creador el Dr. Luis Eduardo Primero Rivas, quien ha extendido las redes necesarias para darle cause a su propuesta educativa. Tal es el caso de la afinidad con la propuesta beuchotiana, con la cual se ha trabajado de forma conjunta extendiendo y desarrollando las formulaciones iniciales bajo la ptica analgica. Cosa que le ha permitido la apertura de espacios a nivel internacional y que al mismo tiempo permite el establecimiento de consensos crticos y constructivos de distintas perspectivas. El siguiente apartado est dedicado a exponer las lneas trabajadas desde la conjuncin de ambas propuestas, el objetivo principal de tal encuentro es sistematizar una pedagoga analgica de lo cotidiano que, a travs de sus formulaciones, clarifique el panorama formativo (educativo) de nuestro contexto inmediato.

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    4. Pedagoga analgica de lo cotidiano. Para ser consecuentes con la forma y el contenido explicitados en un principio arribamos a este apartado con la firme intencin de mostrar el perfil bsico de la pedagoga analgica de lo cotidiano. Los captulos anteriores nos proporcionaron un marco referencial para ubicar tanto la intencin de nuestra investigacin en general, como de los supuestos representativos de las propuestas confluentes en la pedagoga destacada. Cabe resaltar que la exposicin de este apartado est inscrita en el proceso de sistematizacin y concrecin de la propuesta que los autores han impulsado desde sus publicaciones y presentaciones en foros abiertos de discusin, lo cual denota el trabajo que an hay por hacer con referencia al tema que nos convoca. As, con constancia y trabajo podemos concretar una pedagoga firme en sus argumentos y slida en sus prcticas. 4.5. Pedagoga de lo cotidiano y hermenutica analgica: el primer

    acercamiento. Las propuestas de Primero Rivas y Beuchot Puente tienen su primer acercamiento en una publicacin conjunta titulada La hermenutica analgica de la pedagoga de lo cotidiano (2003)63 en donde los autores establecen un ininteresante dilogo que nos permite ubicar el posicionamiento asumido por la pedagoga que impulsan, al mismo tiempo que perfilan las lneas de trabajo y los primeros avances de su produccin vinculada. En seis sugestivos captulos los autores dan muestra de la necesidad de replantear la cuestin educativa desde una profunda visin filosfica, en el entendido de que la filosofa puede y debe fungir como un ideal regulativo de la prctica y la razn en las distintas esferas de la formacin humana. Haciendo uso de la hermenutica analgica y de la pedagoga de lo cotidiano se dan a la tarea de re-interpretar el fenmeno educativo coincidiendo en un punto esencial: hay que formar seres humanos virtuosos. Esta afirmacin encierra muchas de las directrices que conforman el texto citado. En primer lugar, y sin seguir un orden estricto y terminado en la enumeracin, destaquemos que una formacin en virtudes se aleja de las pretensiones univocistas de uniformar la educacin bajo el canon del intelectualismo, reducto ltimo del racionalismo y del cientificismo moderno, legitimado por la institucin escolar. En efecto, para dar prioridad a este modelo antropolgico centrado en el raciocinio, la Escuela y los pedagogos estructurales y univocistas olvidaron la parte afectiva del ser humano, empobreciendo la concepcin del ser humano y las prcticas afines. 63 Mxico: Primero editores. 2003.

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    El modelo propuesto por los autores aqu comentados reivindica la afectividad en la esfera de lo humano, permitiendo el uso de nuevas prcticas, tales como la educacin en virtudes, en donde el educador juega un papel importante como icono ante sus educandos. Es decir, que el educador no slo dice, tambin se muestra. Se percibe en esta postura la presencia de L. Wittgenstein y su concepto de paradigma, retomado y bien desarrollado por Beuchot, en donde la carga intelectualista no es prioritaria sino paralela a la presencia afectiva. La cuestin aqu es qu es lo que se muestra? ya que si estamos inmersos en un conglomerado de situaciones que nos forman continuamente y el educador desde su mostrar-diciente no consciente nos est comunicando incongruencias, entonces qu debemos hacer? El pedagogo de filiacin analgico-cotidiano ha de tomar en cuenta que si desea decir y mostrarse virtuoso, debe ser l alguien virtuoso. Entendamos aqu virtud como una disposicin adquirida en el dilogo y el acompaamiento64 continuo. As, el decir mostrando se vuelve icnico para los educandos completando as nuestra encomienda de dar cauce a la afectividad por la educacin sentimental, va una educacin en virtudes. Es claro que la propuesta va mucho ms que lo expresado en estas lneas y remitimos al lector al texto y a formase su propio juicio sobre el tema. En segundo lugar, de acuerdo a nuestra numeracin y con este marco inicial de trasfondo, reiteremos la posicin asumida por los autores en cuanto a su marcada oposicin contra las prcticas comunes de los educadores, es decir, de aquellos que se encierran en las cuatro paredes de la institucin escolar y legitiman la sinonimia educacin-escolaridad como un suceso habitual o normal. Opuesto a eso, Primero y Beuchot coinciden en que la educacin es ante todo formacin de la persona y esta no solamente se da en la escuela. Tambin la familia y comunidad son parte de este complejo entramado de socializaciones que le permiten a la persona apropiarse del mundo para actuar en l. En efecto, nuestra formacin depende indiscutiblemente de la calidad de nuestras apropiaciones y estas a su vez estn condicionadas por las materialidades, las relaciones y los smbolos con los que tengamos contacto. Como esto es cierto, y para efectos positivos en nuestra educacin, tenemos que aceptar la intervencin de una pedagoga, esto es, de una gua normativa, consciente y conducente que de encauce nuestra formacin. El educador analgico-cotidiano que no necesariamente tiene que ser un docente escolar65 debe tomar en cuenta los elementos arriba destacados para poder enfocar sus prcticas formativas hacia lo socialmente til (esta afirmacin tiene que ser entendida bajo la nocin del bien comn) con la finalidad de formar al deseado hombre virtuoso, esto es, un ser proporcionado, prudente y completo en sus dimensiones afectiva e intelectual. La exigencia de un ser humano con 64 Op. Cit. p. 20. 65 Recordemos que en nuestros tiempos se requiere la sutileza para reconocer y re-educar a mltiples sectores sociales demandantes de formacin.

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    estas caractersticas se convierte en necesario y emergente ante la des-humanizacin provocada por el capitalismo triunfante. Crear una sociedad crtica y consciente, pero ante todo actuante, es uno de los trasfondos teleolgicos de la visin de Beuchot-Primero. Sin hacer menos en este apartado los desarrollos formulados desde la antropologa filosfica y la psicologa del desarrollo expuestos en el libro citado damos a conocer el contenido del segundo libro conjunto de los autores que nos ocupan, el cual manifiesta una firme intencin de concentrar los esfuerzos en la concrecin de una pedagoga analgica de lo cotidiano. 4.6. Pedagoga analgica de lo cotidiano: una propuesta que se forma

    actuando. El segundo texto conjunto lleva por ttulo Hacia una pedagoga analgica de lo cotidiano (2006)66 el cual manifiesta la voluntad de los autores por concretar su propuesta, la cual ha encontrado cauces gracias a la accin que sus creadores, discpulos y crticos llevan a cabo. El carcter cientfico de la obra es indiscutible, en ese sentido Primero Rivas nos ensea que hacer ciencia consiste en develar y/o decodificar las determinaciones de lo estudiado, hermeneutizar. Hacer ciencia es desenmascarar lo oculto o fetichizado; todo esto producto de la sistematizacin del conocimiento sobre las realidades estudiadas en rdenes formales, lgicos, comprobables y comunicables, [develando as lo crptico u oculto] hacindolo inteligible, comprensible, verdadero, sensato y bueno67, que por presentar tales caractersticas desemboca en lo crtico. El ttulo del libro nos sugiere la idea del proceso en el cual est inserta la propuesta. An no est terminada, ya que pensarla as cancelara toda prctica interpretativa y/o pragmtica-propositiva sobre la misma. Antes bien, se plantea como una carta abierta o invitacin a analogizar la pedagoga de lo cotidiano y a permear a la hermenutica analgica de lo que la pedagoga de lo cotidiano representa. La intencin del proyecto conjunto es firme y contundente. Se busca la analoga en educacin, ya que esta ha sido sometida a posturas impositivas (univocistas) o a posturas permisivas (equivocistas), que han absolutizado o fragmentado al sujeto educativo. Ante este panorama es necesario un punto medio proporcional para normar la prctica educativa. La pedagoga analgica de lo cotidiano se asume como capaz de lograr tan ardua labor. La propuesta posee un elemento significativo para actuar, y es la tica, una posicin no neutral moralmente que le permite definir sus prcticas puesto que la phrnesis (como elemento moral-analgico) es rectora de la pedagoga destacada.

    66 Mxico: Primero editores. 2006. 67 Ibd. p. 65.

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    La formacin del ser humano es el propsito de la pedagoga analgica de lo cotidiano; dicha postura es producto del estudio y la formalizacin del proyecto cultural iniciado por los siervos liberados, los burgueses. El proyecto moderno contempl la gran mayora de las esferas del mundo simblico y material existentes en sus inicios, y mediante la accin, esto es, la prctica misma, transform el mundo feudal a travs de una revolucin silenciosa, pero efectiva. Los hbitos y costumbres se vieron transformados a grandes escalas gracias a la poderosa influencia de los burgueses. El movimiento inevitable que estaba generando la clase emergente se polarizaba a distintas esferas de la realidad. La educacin que antes se centraba en la cotidianidad de las personas se vuelca y concentra en las escuelas, llegando al grado de analogar educacin con escolaridad. Para estas alturas el proyecto econmico-cultural burgus haba desembocado en la deformacin anmala que hoy conocemos como capitalismo. Un sistema que ha olvidado la formacin integral de las personas, legitimando lo que Primero Rivas ha denominado la falacia escoliadora que como se pudo observar, restringe la educacin a la escuela, olvidando que las personas son formadas por distintos actores y factores allende su vida cotidiana68. Considerar el proyecto burgus como referencia comprobable de la efectividad de una revolucin histricamente significativa se convierte en punto de partida para estimular una pedagoga de tal magnitud. Los temas recurrentes en este libro son sin duda, la educacin de los sentimientos y la formacin de la personalidad, aspectos sobresalientes generados desde la pedagoga analgica de lo cotidiano. Caractersticas que estaremos retomando a lo largo de esta tesis por ser elementos constitutivos de la esencia del trabajo presentado. 4.7. Pedagoga analgica de lo cotidiano y filosofa de la educacin. Despus de este breve recorrido por la propuesta que estudiamos, pasemos a un punto importante, esto es, sobre la importancia de la filosofa en la reflexin educativa, particularmente de la pedagoga analgica de lo cotidiano. Histricamente la pedagoga ha dependido de la filosofa para concebir y dar sentido al mundo, la historia y la vida: una teora de la educacin siempre supone una filosofa, una cosmovisin filosfica; pero, adems, si no tiene una filosofa adecuada, corre el peligro de ser ciega con respecto a los valores y principios que se requieren para formar un tipo concreto de ser humano69. La mutua implicacin

    68 Cf. Ibd. Cap. 2 Ms all de la educacin escolar p. 25-41. 69 Beuchot y Primero, 2003, p. 37.

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    de estos factores, pedagoga y/o teora educativa y filosofa, dan origen a la filosofa de la educacin, la cual se ha presentado ante el horizonte pedaggico en mltiples matices muchas de las veces irreconciliables. Las interpretaciones de la realidad obtenidas desde las visiones de cada una de las filosofas educativas repercuten indudablemente en las formas y los contenidos de las prcticas formativas que ejecutan, dando como resultado el ser humano y la sociedad deseados o preformados merced a la visin primigenia de su filiacin. Como este efecto ha sido recurrente en el devenir pedaggico tenemos que exponer la filosofa educativa de la pedagoga analgica de lo cotidiano a fin de examinar y mostrar sus recovecos ms significativos, as como las lneas reflexivas y de accin que se desprenden de ellos. Tomemos en cuenta que dicha propuesta se alimenta tanto de la filosofa analgica creada por Mauricio Beuchot la cual, como lo anotamos en el apartado correspondiente, recoge (de forma proporcional) lo mejor de las filosofas realistas desde los presocrticos como Herclito y los pitagricos, pasando por Aristteles y Toms de Aquino y algunos autores modernos y contemporneos70. De igual forma reiteramos la filiacin de la propuesta, va Luis Eduardo Primero y su pedagoga de lo cotidiano, con la visin de Marx principalmente y de la Escuela de Budapest, siguiendo la misma lnea material-realista. Bajo el cobijo de estas determinantes e influyentes corrientes filosficas la pedagoga analgica de lo cotidiano pretende colocarse como una alternativa mediadora de las visiones filosfico-educativas vigentes que parcializan la formacin del ser humano en sus dimensiones pragmticas e intelectuales, olvidando las dems capacidades inmanentes a su ser. No est por dems mencionar que el triunfo de la visin cientificista (bajo el modelo paradigmtico de las ciencias naturales) en el terreno educativo, se debe sin duda al impacto avasallador de un capitalismo triunfante que da prioridad a la instrumentacin y cosificacin de las personas mediante sus inmorales mtodos, en donde su idea de ciencia y la tecnologa juegan un papel importante. Es menester aclarar que no descalificamos injustificadamente el progreso cientfico y tecnolgico, ni lo vemos como una manifestacin apocalptica de los ltimos tiempos, antes bien, buscamos (como un deber social) comprender la dinmica en la cual se mueven los cientficos y sus mecenas, esto es, conocer las prcticas que ejecutan al interior de sus comunidades y los efectos que se producen en la sociedad y el medio ambiente. Esta bsqueda explicativa ha sido expuesta en su momento por la pedagoga aqu estudiada y ante el cuadro antes descrito se opta por generar una epistemologa comunicativa, esto es, anti-

    70 Para mayor detalle favor de remitirse al aparatado nmero 2 de esta tesis. Tambin recomendamos la lectura del Tratado de hermenutica analgica anteriormente citado.

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    autoritaria, crtica y de sentido humano en donde el consenso y el bien comn son parte importante de una ciencia tal71. Filosofa y ciencia caminan de la mano en la construccin de la pedagoga analgica de lo cotidiano mostrando el carcter de reivindicacin moral que se expresa desde su filosofa educativa. Como es evidente, la lucha ideolgica manifestada desde esta particular visin pedaggica denota la impugnacin hacia los posicionamientos equvocos y unvocos en cuanto a la formacin humana se refiere. Considerando todo esto los autores no descartan que el estudio filosfico sobre el fenmeno educativo necesite del acompaamiento de las disciplinas que le son propias; por tal motivo nos dan muestra de lo que es necesario tomar en cuenta sobre filosofa para trabajar en educacin: Una ontologa, que [nos] permita tener una nocin del ser. Una teora del conocimiento, que [nos] de las determinaciones del conocer. En cuanto su saber debe ser prioritariamente cientfico, sistemtico o profesional, su gnoseologa debe crecer hasta ser una epistemologa y en el mejor de los casos debe llegar a ser una filosofa de la ciencia, concepcin que le dar contextos metdicos para su actividad productiva. Como sabemos la teora del conocimiento conlleva un orden del pensar, que la asocia a una lgica. Una indispensable antropologa filosfica. La definicin de ser humano siempre ha de estar presente en la teora y prctica educativas, tanto para saber cmo es el ser humano que educamos como para tener claro cual deseamos conformar. Una esttica, que le facilite tanto el actuar bello y armnico como buscar tales resultados en quien forma. Una tica o teora moral, que [nos] permita normar [nuestra] prctica, entendiendo que [enseamos] ms por lo que se muestra que por lo que dice, y que nuestro cuerpo es un icono que indica la totalidad de su ser, que es percibido en primer lugar intuitivamente pero conlleva su integracin completa. Una filosofa de la historia que [nos] de tanto la direccin de la dinmica de la sociedad donde actuamos, como la actualizacin de [nuestros] conocimientos para estar viviendo en presente, en el lmite mayor de [nuestro] tiempo. Una filosofa social que [nos] permita distinguir los intereses comunes a los cuales sirve y el tipo de personas que forma; la cual [nos] llevar a establecer una

    71 Ver el libro antes citado de Primero Rivas (2002) Epistemologa y metodologa

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    teleologa, [una] filosofa de los fines y [una] filosofa educativa como intencin, el orden del fin formativo que se persigue72. Los autores comentados promueven, pues, una pedagoga "no slo [nutrida] de una filosofa realista, sino adems de una filosofa viva, esto es, deseosa de poner los anlisis sutiles y abstractos como los realizados por la teora del conocimiento al servicio de tareas concretas y prcticas, como lo es la de la enseanza-aprendizaje en tanto lo que atae a la pedagoga es ayudar a comprender mejor haciendo ms lgica y mayor ciencia, pues la comprensin se asocia con el incremento de la virtud integral: tanto intelectual como moral y finalmente hermenutica73. El desarrollo de un modelo educativo que considere la formacin en virtudes de acuerdo a la propuesta Beuchot-Primero ha de tomar en cuenta distintos elementos extrados de su filosofa educativa tales como la insercin de la analoga, la iconicidad, lo paradigmtico, etc., los cuales se convierten en los rieles que encauzan el examen terico en situaciones prcticas. 4.8. Sntesis. Una empresa que busque contrarrestar los efectos negativos causados por el capitalismo es posible si se considera que la pedagoga de lo cotidiano ha trabajado sistemticamente las determinantes histricas que han llevado a creer errneamente que educacin es sinnima de escolaridad creencia que anula toda reflexin y accin fuera de las cuatro paredes de la institucin escolar. En tales circunstancias, considera obligatorio accionar una revolucin prctica e ideolgica desde la vida cotidiana para condensar el ideal formativo de las personas mediante el uso de los instrumentos materiales y simblicos inmediatos de nuestro entorno. Tambin es claro que el devenir evolutivo de las ideas y el surgimiento de paradigmas cientficos nos han llevado a adoptar ciertas prcticas para conocer la realidad, tal es caso de hermenutica, a la que se le ha denominado la koin o lenguaje comn de la posmodernidad74. En este contexto surge la hermenutica analgica que busca evitar las falsas aspiraciones de interpretaciones unvocas, as como la inconmensurabilidad de las interpretaciones equvocas, gracias al concepto de analoga que, aplicado a la interpretacin de los textos, nos permite conocer la realidad de forma proporcional, prudente y por tanto, tica. De igual forma, la pedagoga de lo cotidiano se une al movimiento generado por Mauricio Beuchot y juntos perfilan una propuesta pedaggica que busca un impacto histrico antes que pasar como una moda pasajera. 72 Op. Cit. 2003 pp. 24-25. 73 dem. p. 19. 74 Cf. El movimiento p. 28.

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    Hasta este momento hemos desarrollado los supuestos inmanentes a la pedagoga analgica de lo cotidiano, cosa que nos ayudar como referencia para la siguiente parte de esta exposicin en la cual se abordarn de forma especfica las antropologas filosficas subyacentes a ambas propuestas, al mismo tiempo que proponemos una sntesis de ambas en el entendido de que el proyecto de sistematizar la pedagoga analgica de lo cotidiano est en boga. As damos fina a la primera parte de nuestro trabajo y pasamos a la segunda.

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    Segunda Parte

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    1. La antropologa filosfica de la pedagoga de lo cotidiano. La segunda parte de esta tesis est dedicada al tema que nos interesa exponer a partir de nuestra investigacin, esto es, la antropologa filosfica subyacente a la pedagoga analgica de lo cotidiano. La ruta hacia un ideal formativo del ser humano con carcter analgico ha sido trazada por Primero Rivas y Beuchot Puente y decidimos aprovechar este sendero para aportar, desde nuestro compromiso profesional, el cimiento de una sistematizacin de lo que creemos puede colocarse como una alternativa de gran impacto en el terreno educativo, por conciliar y reconocer aspectos olvidados del ente humano en el horizonte pedaggico. Siguiendo el formato establecido desde la primera parte, decidimos mostrar los supuestos antropolgico-filosficos bsicos o esenciales de cada una de las propuestas (pedagoga de lo cotidiano y hermenutica analgica) de forma separada; para posteriormente realizar un ejercicio de comunin y de reflexin propositiva entre ellas. Es necesario aclarar que esta labor se enmarca en el proceso constructivo de dicha propuesta, es decir, que la sistematizacin antropofilosfica de la pedagoga destacada da sus primeros pasos con lo que aqu presentamos. Damos inicio a esta segunda parte describiendo lo que la pedagoga de lo cotidiano supone acerca del ser humano. Recordemos que una pedagoga siempre est aunada a una filosofa y que en este sentido cabe un ideal antropolgico que considere tanto las capacidades y posibilidades reales del ente humano a fin de poder establecer las dinmicas formativas necesarias. Este es uno de los puntos medulares de un trabajo como el aqu presentado, puesto que si no se tiene cuidado con dicho paradigma o icono de lo humano [] tendremos tcnicas muy poderosas de la enseanza, pero desencaminadas y faltas de una finalidad precisa y conveniente para que las oriente75. 1.4. Una antropologa filosfica realista. La pedagoga de lo cotidiano asume una posicin antropofilosfica realista ya que su principal motivacin es considerar al ser humano concreto, en el entendido de que es ste el objeto (y sujeto) de la intencionalidad formativa. Dicha conceptuacin se opone a las pretensiones idea