Antonio de Ovando y las monedas potosinas de 1649-52

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Cuando les hablé hace doce años en Bruselas, mi tema fue Guillermo Jameson y la casa de moneda de Quito. Hoy quiero regresar dos siglos más, hasta los proble- mas de la casa de moneda de Potosí a mediados del siglo diez y siete, y específicamente a la existencia o no del ensayador Antonio de Ovando. Mi amigo norteamericano el Señor Dale Seppa me persuadó hace veinte años escribir el libro A Numismatic History of Ecuador, que fue publicado por fin en el año 2001 1 . Yo ya tenía bastante información sobre las monedas ecuatorianas después de la independencia, pero para la epoca colonial tuve que buscar en una diversidad de fuentes. El señor Carlos Ortuño, en su excelente libro Historia Numismática del Ecuador, publica- do por el Banco Central del Ecuador en el año 1977 2 , escribió sólo dos párrafos sobre el problema de las monedas potosinas, y fue en el libro La Economía Política del Ecuador durante la Colonia del padre José María Vargas, publicado en 1957 3 , que leí por primera vez de la moneda de Ovando y Ergüeta, una frase que usa el padre Vargas no menos que cinco veces. Sin embargo, cuando usé esta frase en el borrador de mi librito, el distinguido numismático norteamericano el Señor Holland Wallace, quien tuvo la gentileza de comentar ese borrador, la cambió a “monedas marca- das con las siglas O con un punto en su centro o E” o “monedas de 1649-52” y yo sí enmendé el texto de acuerdo con eso. El Señor Wallace escribió en el mar- gen del borrador “yo no tengo ninguna duda de que la sigla O con un punto en su centro es del ensayador Rodríguez de Rodas. Arnaldo Cunietti-Ferrando, en su discurso a la Sociedad Numismática Americana en 1988, manifestó que Ovando no existía.” Eso me extrañó algo, porque muchos numismáticos habían aceptado la existencia de Ovando. Por ejemplo, Eduardo Dargent Chamot, en su admirable La moneda peruana en el siglo XVII (reflejo de una crisis), también de 1988 4 , escribió: Resultó claro de la pesquisa que había variación entre las piezas ensayadas por los tres últimos ensayadores de la Casa de Moneda que eran Ovando, Ergüeta y Ramírez de Arellano. Así, mientras que los pesos de Ovando solo sufrieron una reducción de medio real, lo que equivale a un 6.25 por ciento, los ensayados por Ergüeta se reduje- ron en un veinticinco por ciento, perdiendo cada peso dos reales, y los de Ramírez de Arellano, en los que se encon- tró el feble llegaba al sesentidós y medio por ciento, se redujeron a cuatro reales. Igualmente los medios pesos, cuatro reales y también llamados tostones, se vieron recortados en la misma proporción. Los pesos de Ovando y Ergüeta quedaron autorizados para seguir circulando, pero tuvieron antes que recibir un resello, confirmando y garantizando sus nuevos valores. Los pesos y medios pesos de Ramírez de Arellano debieron ser retirados de inme- diato y fundidos, pero en la práctica estas rochunas no desaparecieron del mercado por un tiempo. Humberto Burzio, en su Diccionario de la moneda hispano- americana de 1958 5 , atribuyó la asignación de la sigla O con un punto en su centro a Antonio de Ovando a Modesto Omiste en su Crónicas potosinas, notas históricas, estadísticas, biográficas y políticas, publicado en La Paz en 1893 6 . En ese libro Modesto Omiste escribió: El primer crímen descubierto en Potosí de falsificación de moneda, fué el perpetrado por el mercader de pastas de plata, don Francisco Gomes de la Rocha, en connivencia con los ensayadores de la Casa de Moneda, don Felipe Ramírez de Arellano y don Antonio Ovando, aumen- tando la liga de cobre en una proporción mayor a la determinada por ley, hasta un cincuenta por ciento. 1435 Antonio de Ovando y las monedas potosinas de 1649- 52 MICHAEL ANDERSON 1. Anderson, M.: A Numismatic History of Ecuador, Witham, R.U., 2001. 2. Ortuño, C.: Historia Numismática del Ecuador, Quito, 1977. 3. Vargas, J.M.: La Economía Política del Ecuador durante la Colonia, Quito, 1957. 4. Dargent Chamot, E.: La Moneda Peruana en el Siglo XVII (Reflejo de una Crisis), Lima, 1988. 5. Burzio, H.F.: Diccionario de la moneda hispanoamericana, Santiago de Chile, 1958. 6. Omiste, M.: Crónicas potosinas, notas históricas, estadísticas, biográficas y políticas, La Paz, 1893.

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Cuando les hablé hace doce años en Bruselas, mi temafue Guillermo Jameson y la casa de moneda de Quito.Hoy quiero regresar dos siglos más, hasta los proble-mas de la casa de moneda de Potosí a mediados delsiglo diez y siete, y específicamente a la existencia o nodel ensayador Antonio de Ovando.

Mi amigo norteamericano el Señor Dale Seppa mepersuadó hace veinte años escribir el libro A NumismaticHistory of Ecuador, que fue publicado por fin en el año20011. Yo ya tenía bastante información sobre lasmonedas ecuatorianas después de la independencia,pero para la epoca colonial tuve que buscar en unadiversidad de fuentes. El señor Carlos Ortuño, en suexcelente libro Historia Numismática del Ecuador, publica-do por el Banco Central del Ecuador en el año 19772,escribió sólo dos párrafos sobre el problema de lasmonedas potosinas, y fue en el libro La Economía Políticadel Ecuador durante la Colonia del padre José MaríaVargas, publicado en 19573, que leí por primera vez dela moneda de Ovando y Ergüeta, una frase que usa elpadre Vargas no menos que cinco veces.

Sin embargo, cuando usé esta frase en el borrador demi librito, el distinguido numismático norteamericanoel Señor Holland Wallace, quien tuvo la gentileza decomentar ese borrador, la cambió a “monedas marca-das con las siglas O con un punto en su centro o E” o“monedas de 1649-52” y yo sí enmendé el texto deacuerdo con eso. El Señor Wallace escribió en el mar-gen del borrador “yo no tengo ninguna duda de que lasigla O con un punto en su centro es del ensayadorRodríguez de Rodas. Arnaldo Cunietti-Ferrando, ensu discurso a la Sociedad Numismática Americana en1988, manifestó que Ovando no existía.”

Eso me extrañó algo, porque muchos numismáticoshabían aceptado la existencia de Ovando. Por ejemplo,Eduardo Dargent Chamot, en su admirable La monedaperuana en el siglo XVII (reflejo de una crisis), también de19884, escribió:

Resultó claro de la pesquisa que había variación entre laspiezas ensayadas por los tres últimos ensayadores de laCasa de Moneda que eran Ovando, Ergüeta y Ramírezde Arellano. Así, mientras que los pesos de Ovando solosufrieron una reducción de medio real, lo que equivale aun 6.25 por ciento, los ensayados por Ergüeta se reduje-ron en un veinticinco por ciento, perdiendo cada peso dosreales, y los de Ramírez de Arellano, en los que se encon-tró el feble llegaba al sesentidós y medio por ciento, seredujeron a cuatro reales. Igualmente los medios pesos,cuatro reales y también llamados tostones, se vieronrecortados en la misma proporción. Los pesos de Ovandoy Ergüeta quedaron autorizados para seguir circulando,pero tuvieron antes que recibir un resello, confirmando ygarantizando sus nuevos valores. Los pesos y medios pesosde Ramírez de Arellano debieron ser retirados de inme-diato y fundidos, pero en la práctica estas rochunas nodesaparecieron del mercado por un tiempo.

Humberto Burzio, en su Diccionario de la moneda hispano-americana de 19585, atribuyó la asignación de la sigla Ocon un punto en su centro a Antonio de Ovando aModesto Omiste en su Crónicas potosinas, notas históricas,estadísticas, biográficas y políticas, publicado en La Paz en18936. En ese libro Modesto Omiste escribió:

El primer crímen descubierto en Potosí de falsificación demoneda, fué el perpetrado por el mercader de pastas deplata, don Francisco Gomes de la Rocha, en connivenciacon los ensayadores de la Casa de Moneda, don FelipeRamírez de Arellano y don Antonio Ovando, aumen-tando la liga de cobre en una proporción mayor a ladeterminada por ley, hasta un cincuenta por ciento.

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Antonio de Ovando y las monedas potosinas de 1649-52

MICHAEL ANDERSON

1. Anderson, M.: A Numismatic History of Ecuador, Witham, R.U., 2001.2. Ortuño, C.: Historia Numismática del Ecuador, Quito, 1977.3. Vargas, J.M.: La Economía Política del Ecuador durante la Colonia, Quito,

1957.4. Dargent Chamot, E.: La Moneda Peruana en el Siglo XVII (Reflejo de una

Crisis), Lima, 1988.5. Burzio, H.F.: Diccionario de la moneda hispanoamericana, Santiago de

Chile, 1958.6. Omiste, M.: Crónicas potosinas, notas históricas, estadísticas, biográficas y

políticas, La Paz, 1893.

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Fueron también sus cómplices: el capitán Ergüeta y donFelipe Ramírez, ensayadores que remplezaron a aquellos.

En un artículo anterior a ese libro, Siluetas - DonFrancisco Gómez de la Rocha de 18797, el mismo ModestoOmiste escribió:

Lo primero que hizo Nestares (eso es el presbíterodoctor Francisco Nestares Marín, Presidente dela audiencia de Charcas, quien había sido encar-gado por el rey Felipe IV para investigar el frau-de en la Casa de Moneda de Potosí) a su arribo aPotosí fue prender al ensayador Ramírez, a Rocha, a donLuis de Vila, a don Melchor de Escovedo, y a otros cua-renta individuos más, que eran Ministros y Oficiales dela Casa de Moneda. A los nueve días sufrió Ramírez lapena de garrote. Mandó después Nestares la presentaciónde toda la moneda existente en poder de los particularesy en las oficinas del fisco, bajo severas penas a los inobe-dientes, para que el ensayador Rodas, que trajo deEspaña, las reconociese y separase, según su procedencia.En cinco días se exhibieron treinta y seis millones depesos, que fueron separados en tres porciones: O, E y R,iniciales de los ensayadores que los garantizaban. Se hizoentonces la primero depreciación: la moneda de Ovandoperdió el valor de medio real en cada peso; la de Ergüeta,dos reales; y la de Ramírez la mitad. Procedióse a larecuñación de la moneda despreciada, con el timbre de lasdos columnas, la que se llamó Rodases o Rodas, exceptola de Ramírez, que se mantuvo en circulación, con elnombre de Rochunos, con que hoy mismo se distinguetoda moneda de mala calidad. Rocha sufrió la pena degarrote, en la misma casa de Nestares, y su cadáver fuecolgado de una horca, al día siguiente, en la plaza.

Eso me parece bastante claro. Entonces, qué dijoArnaldo Cunietti-Ferrando sobre el asunto? En lapublicación oficial de la conferencia de la SociedadNumismática Americana sobre la moneda de las ameri-cas de 1988 The Coinage of El Perú, redactada por el SeñorWilliam Bischoff8, el Señor Cunietti-Ferrando escribe“Bartolomé Arzans, en su Historia de la Villa Imperial dePotosí inventa al ensayador Antonio Ovando, nombre noconfirmado por documentos contemporáneos.”

Hay dos obras en que Bartolomé Arzans de Orsúa yVela hace referencia a Antonio de Ovando, Anales de laVilla Imperial de Potosí, publicada por primera vez enParís en 18739, e Historia de la Villa Imperial de Potosí, queno fue publicada hasta 1965 en Providence, RhodeIsland, EE.UU10. En los Anales escribió:

Este año hizo el Presidente Nestares la rebaja en toda lamoneda labrada; y valieron los pesos sólo cuatro reales,y los cuatro reales dos reales, y los dos reales un real, desuerte que él que tenía un millón, sólo le servían los qui-nientos mil de a ocho, y los que tenían cuatrocientos mil,sólo le servían doscientos mil, y de este modo perdierontodos los moradores de Potosí. Así se rebajó la moneda,mientras se hacía otra nueva; y la que se reconoció serbuena, que era la que tenía una O y una E, se dio porbuena que era de la fábrica de Ovando y Ergueta: estamoneda perdía media real de valor, y corrió hasta queabundó la plata de columnas; los pesos resellados, se lla-maban rodases, o de Rodas; la moneda que perdió lamitad del valor, se llamaba mocleses, o moclenes, o rochu-nos, que fue la más común.

Y en el capítulo 27 del libro VIII de la Historia escribió:

Ya dije en el capítulo 20 del libro VII cómo FranciscoGómez de la Rocha, opulento ya en caudal desde el añode 1641, quiso acrecentarlo haciendose mercader de plata,como en efecto comenzó a labrar moneda. Era en la oca-sión ensayador don Antonio de Ovando, y procedió muyleal en este cargo hasta el año de1642 ó 1643 como algu-nos quieren, en que aunados con los mercaderes de plata(que también llaman aviadores, y que en aquel tiempohabía doce de los de este oficio, cuyo caporal era el alcal-de Francisco de la Rocha) comenzaron a cargar la manoen la liga cuando se fundían las partidas.

A los principios fueron con algún tiento, y con todo esose conoció en los reinos de Europa, y no en éstos, dondese debía primero haberlo conocido. Pero hemos de estar enque los reinos de las Indias muy tarde o nunca las mal-dades de los ministros que son de España se castigan,porque de unos en otros cunde como aceite, y todos callanporque todos tienen el mismo delito. En el Perú pocosleyes saben convencer de delincuente al que hurta conconsideración. Esta consideración se entiende hurtartanto que (habiendo para satisfacer al que los envidia, ypara acallar al que pudiera acusarlos, y para inclinar alos jueces) sobre mucho para el delincuente que hurtópara todos. De aquel desventurado, sí, tiene noticia lahorca que hurtó tan poco que antes que lo sentencien faltódinero o cosa que le pudiesen hurtar.

MICHAEL ANDERSON

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7. Omiste, M.: Siluetas - Don Francisco Gómez de la Rocha, La Paz, 1879.8. Bischoff, W.L. (ed.): The Coinage of El Perú, New York, 1989.9. Arzans, B.: Anales de la Villa Imperial de Potosí, Paris, 1879.10. Arzans, B.: Historia de la Villa Imperial de Potosí, Providence, R.I.,

EE.UU., 1965.

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Conocida, pues, la falsedad en aquellos reinos llegó anoticias del gran monarca Felipe IV, y aunque no se ledio nombre de moneda falso atribuyéndolo solamente adescuido o ignorancia del ensayador en adelantar la liga,para el remedio de este daño (como benignísimo rey)escribió varias cartas a sus oficiales reales de esta Villa ytesorero de la Casa de Moneda que en esto se descuida-ron: si fue de malicia o sin ella no se sabe, o a lo menosquedó en opiniones su crédito. La falsedad en fabricar lamoneda pasó adelante, y el ensayador Ovando que supocómo en España se sabía, como buen caballero y leal crio-llo hizo dejación del oficio, porque él solo no podía reme-diarlo, como mal de muchos, siendo interesados Rocha ylos otros mercaderes de plata.

Después de eso, en el capítulo 1 del libro IX de laHistoria, Bartolomé Arzans escribió:

Luego mandó apartar la moneda en tres partes, en que seocuparon veinte días, poniendo aparte la que tenía unaO, y a otra la que tenía una E y también la que teníauna R, que eran de las fábricas de Ovando, Ergüeta yRamírez. A la primera (que se halló ser buena, aunquetocada de más liga) se le quitó medio real de valor en lamayor parte y en la menor un real; a la de Ergüeta hizoque perdiese dos reales, y así llegó a valer el real de a ochosólo seis. Esta moneda de la fábrica de estos ensayadoresse resellaron, perdiendo los dichos reales, y corrieronhasta que abundó la plata de columnas.

Estos resellados se llamaron rodases o de Rodas, por serel ensayador que de España trajo el presidente para quereconociese la ley de moneda.

Entonces, después de todo eso, ¿es posible queBartolomé Arzans sí inventó al ensayador Antonio deOvando y que su nombre no aparece en documentoscontemporáneos como dice Cunietti-Ferrando? Tengoque decir que no, porque Arzans nació en Potosí en elaño 1676, y la frase “moneda de Ovando y Ergüeta”consta ya en los cabildos de Quito en los años cin-

cuenta del siglo XVII, más de veinte años antes de queArzans naciera. En el cabildo del 30 de diciembre de165211 por ejemplo se lee:

Propuso el dicho corregidor (eso es el General donGonzalo Rodríguez de Monroy, Corregidor dela Ciudad de San Francisco de Quito) lo conte-nido en el auto proveído por dicho señor doctor Juan deMorales Aramburu, oidor más antiguo de esta RealAudiencia, su fecha, de veinte y ocho de este presente mesy año. Y habiéndose hecho notorio dicho auto, propusoasímismo dicho Corregidor que era muy notorio en estaCiudad el daño general que se recrece de la mala mone-da, que al presente corre de la que llaman vieja y pareceno correr otra y haberse retirado la corriente de Obandoy Ergüeta y que sería conveniente dar algún medio quefuese en pro común, y para que el Cabildo lo confiera ydetermine, lo hace saber a la Ciudad para que por ella,los vecinos den su paracer, pues conforme a él, esteCabildo acordará la resolución que más convenga parael bien público y que cesen los daños que se van experi-mentando.

Y después:

Y así dan por parecer, es lo más conveniente que luego ysin ninguna dilación, se consuma y funda dicha monedavieja y se quite el uso de ella y corra sólo la nueva deObando y Ergüeta y la que dispone la Pregmática y pro-visión del Gobierno Superior y la plata menuda de rea-les de a dos sencillos y medios.

Y hay más ejemplos en el cabildo del 12 de junio de1657. Pero si eso no es un documento contemporá-neo, no sé qué es. Yo no puedo establecer que la siglaO con un punto en su centro no es de Rodríguez deRodas, como afirman el Señor Holland Wallace yotros, pero sí puedo decir que Antonio Ovando no esinvención de Bartolomé Arzans y que sí consta endocumentos contemporáneos, contrario a lo que dijoel Señor Arnaldo Cunietti-Ferrando.

ANTONIO DE OVANDO Y LAS MONEDAS POTOSINAS DE 1649-52

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11. Chiriboga, G. (ed): Libro de cabildos de la ciudad de Quito 1650-1657,Quito 1969.