antonio bonet correa

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E L destino de los seres humanos es siempre inescrutable. Los aconte- cimientos históricos, ajenos a la vida personal de cada uno, hacen que la biografía de un individuo discurra por caminos diferentes a los previs- tos. El caso del gran arquitecto italiano Filippo Juvarra en este aspecto de lo insospechado es paradigmático. Hombre cosmopolita y cortesano, virtuoso diseñador, escenógrafo y sobre todo uno de los grandes arquitec- tos del barroco, su existencia tomó un giro insospechado que, a manera del tiempo circular, cerró su exitoso periplo vital. Nacido en Messina en 1678, cuando Sicilia era aún española, al cumplir los veintitrés años fue el encargado de levantar las arquitecturas efímeras, las máquinas y tramo- yas teatrales con que su ciudad natal festejó la proclamación de Felipe V de Borbón como rey de España. Hijo de un platero, Filippo Juvarra , hábil dibujante, para completar su formación se va a Roma, en donde será discí- pulo de Carlo Fontana y en 1705 ganará el primer premio del concurso Clementino, convocado por la Academia de San Luca. En 1714, cuando tras la Guerra de la Sucesión, España pierde el dominio de Sicilia, pasando la isla a ser gobernada por el reino de Saboya, Juvarra, que hasta entonces era súbdito del Imperio español, es nombrado arquitecto del rey Victor Amadeo de Saboya. Instalado en Turín, creará todas sus obras maestras en la capital y demás lugares del Piamonte, como el Palacio Madama, la igle- sia de la Superga o su obra maestra, el enorme pabellón de caza de Stupi- nigi. Juvarra, hombre cosmopolita que de 1719 a 1720 viajará primero a Lisboa y después a Londres y París, en el momento cumbre de su carrera de arquitecto áulico de Saboya será solicitado por el rey de España Felipe V y su esposa Doña Isabel de Farnesio para proyectar el Palacio Real Nuevo de Madrid, ya que la antigua residencia de los monarcas, el vetusto Alcá- zar, había sido pasto de las llamas en las navidades de 1734. Juvarra, que había nacido súbdito español, debió sentirse halagado y en realidad contento de ser reclamado y considerado como el mejor arquitecto de su época, capaz de proyectar un nuevo palacio real. Instalado desde 1735 en Madrid y tras diseñar la fachada del jardín del palacio de La Granja en la provincia de Segovia, Juvarra, que no llegó a ver iniciadas las obras del madrileño Pala- cio Real Nuevo, enferma gravemente y muere víctima de un letal enfria- miento el 31 de enero de 1736. Por desgracia no se sabe en donde fue enterrado y ningún monumento funerario recuerda su memoria en la corte del rey de España. Ese olvido es imperdonable. El dibujo Fantasía arqui- tectónica de Filippo Juvarra, que se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid, es del año 1704, es decir de la primera época, cuando el genial arqui- tecto vive en Roma y es discípulo de Carlo Fontana, arquitecto que a su vez había sido discípulo de Bernini, el máximo representante de una determi- nada manera de entender el barroco. Juvarra, entonces muy joven, ávido de aprender y de estudiar el legado del arte antiguo romano y a la vez también el arte moderno que entonces se hacía en la llamada «Ciudad Eterna», no sólo retrataba los monumentos existentes sino que hacía dibu- jos escenográficos de arquitecturas fantásticas e ideales, a manera de «capri- chos», de edificios imaginarios. Sus invenciones de construcciones irreales, pero que ofrecen una cierta veracidad, eran láminas sueltas o disegni de regalare o páginas de cuadernos y álbumes apreciados y coleccionados por los entendidos. Piranesi, que más tarde hará el elogio de Juvarra, fue el continuador de un género de diseño en el que, en una misma lámina hori- zontal, con perspectivas de punto de huida en diagonal, se representan gran- des edificios circulares, pórticos de columnas gigantes, arcos de triunfo, escalinatas, fuentes, obeliscos y pirámides. Todo ello dibujado con trazos sueltos y rápidos, de ágil mano y fantasía desbordante y culta. La concen- tración del repertorio de una arquitectura romana fantaseada es la de un escenógrafo consumado que conoce el mundo teatral de la corte papal para la cual trabajaba y en la que tenía una fiel clientela de admirado- res. Aquel joven no podía sospechar que, pasados muchos años, hombre ya maduro y en la cima de la gloria, sería llamado por el rey de España para proyectar un gran palacio real. Tampoco sospecharía que Madrid sería el lugar de su fallecimiento, víctima de los desaires áulicos y del crudo invierno madrileño. Su vida se acababa fatalmente y en el silen- cio más absoluto. Ligado también al rey Felipe V y en especial a su hijo Carlos III, está el nombre del más famoso luthier o violero italiano Antonio Stradivari ( 1644 - 1737), cuyos violines, salidos de sus manos, están considerados como los instrumentos sonoros más perfectos e inigualables de su género. Artesano o más bien artista, que tuvo una larga y fecunda vida, ya que alcanzó la edad de 93 años, Stradivari nació en la noble ciudad de Cremona, la capital de una provincia del norte de Italia, en Lombardía. Cremona, patria de los Amati y también de la saga de los Guarneri que construyeron como Stradivari los violines más apre- ciados del pasado, es también la patria de Claudio Monteverdi, el gran compositor del siglo XVI que fue uno de los primeros que introdujo el violín, instrumento que por su brillantez y suavidad, es esencial en la música orquestal moderna. También, en una quinta de la campiña de Cremona, en la bucólica y dulce llanura del Po, nació Virgilio, el poeta latino de las Geórgicas y de las Églogas. Felipe V, que a causa de la Guerra de Sucesión combatió en Italia contra las tropas austríacas, asis- tió en el año 1702 en Cremona a un concierto en el cual los violines eran de Antonio Stradivari, quien le ofreció la venta de un conjunto de cinco instrumentos cuidadosamente ornados. Por impedimentos locales, los antonio bonet correa antonio stradivari Cuarteto Real: Violín grande y violín chico, 1709 Madera de abeto y arce, marfil y pasta de ébano Viola contralto, 1696 Violoncello, 169 ( 7 ) Madera de abeto y arce, tinta, marfil y pasta de ébano age of twenty-three he took charge of erecting the ephemeral architecture structures, the machines and stage machinery with which his home town celebrated the proclamation of Philip V of Bourbon as King of Spain. The son of a silversmith and himself a skilful draughts- man, Filippo Juvarra went to Rome to complete his training, where he became a disciple of Carlo Fontana and in 1705 won first prize in the Clementino competition held by the Accademia di San Luca (St Luke’s Academy). In 1714, when in the wake of the War of Succession Spain lost control of Sicily and the island became part of the kingdom of Savoy, Juvarra, who hitherto had been a subject of the Spanish Empire, was appointed architect to King Victor Amadeus of Savoy. He settledin Turin and went on to create all his masterworks in the capital and else- where in the Piemonte region, such as the Palazzo Madama (Madama Palace), the church of Superga or his masterpiece, the enormous hunting lodge at Stupinigi. At the height of his career as grand architect of Savoy, Juvarra, a cosmopolitan man who between 1719 and 1720 travelled first to Lisbon and then to London and Paris, was askedby Philip V, the King of Spain, and his wife Doña Isabel de Farnesio to draw up the plans for the new Palacio Real (Royal Palace) in Madrid, after the monarchs’ former residence, the old Alcázar castle, was devoured by flames at Christmastide in 1734. Juvarra, who was a Spanish subject by birth, must have been flattered and delighted to be called upon and regarded as the best architect of his time, capable of drawing up the plans for a new royal palace. He moved to Madrid in 1735 and, after designing the garden façade of the palace of La Granja in the province of Segovia, Juvarra, who never saw work start on the new Palacio Real in Madrid, fell seriously ill and died of a lethal cold on 31 January 1736. Unfortu- nately it is not known where he was buried and there is no monument in his memory in the court of the King of Spain. That oversight is unforgivable. The drawing Fantasía arquitectónica by Filippo Juvarra that is kept in the Biblioteca Nacional (National Library) in Madrid dates from 1704, that is to say from the first period, when the brilliant architect was living in Rome and was a disciple of Carlo Fonta- na, an architect who in turn had been a disciple of Bernini, the most important representative of a certain way of under- standing the Baroque. Juvarra, who was very young then and eager to learn and to study the legacy of ancient Roman art as well as the modern art that was being produced then in the so-called Eternal City, not only depicted existing monu- ments but also did stage-set drawings of fantastic and idealised architecture structures, in the manner of caprices, of imaginary buildings. His inventions of structures that are unreal but have a certain veracity about them on loose sheets or disegni de regalare or pages from notebooks and albums were prized and collected by connoisseurs. Piranesi, who would later sing Juvarra’s praises, was the successor in a design genre in which, on one horizontal plate, with diagonal vanishing point perspectives, large circular buildings, porticos with gigantic columns, triumphal bridges, flights of stairs, fountains, obelisks and pyramids were depicted, all drawn with swift, loose strokes with a deft hand and boundless, erudite fantasy. The bulk of this repertoire of fantasised Roman architecture is the work of a perfect stage designer who is familiar with the theatre world of the Papal court for which he was working and in which he had a loyal clientele of admirers. That young man could never have imagined that, many years later, when he was middle aged and at the pinnacle of his career, he would be called on by the King of Spain to draw up the plans for a great royal palace. Nor would he have imagined that he would die in Madrid, victim of snubs from royal court circles and of the harsh Madrid winter. His life was coming to an inevitable end in the most absolute silence. Also linked to King Philip V and his son Charles III in particular is the name of the most famous Italian luthier or violin maker, Antonio Stradivari (1644-1737), whose violins, made by his hands, were considered to be the most perfect instruments of their kind, producing an incomparable sound. A craftsman or rather an artist, who had a long and productive life as he lived to the age of 93, Stradivari was born in the noble city of Cremona, the capital of Lombardy, a province in the north of Italy. Cremona, home town of the Amati and of the saga of the Guarneri who, like Stradivari, made the most prestigious violins of the past, is also the home town of Claudio Monteverdi, T HE destiny of human beings is always inscrutable. Historical events, unconnected with each person’s personal life, make the biography of an individual follow different paths from the ones anticipated. The case of the great Italian architect Filippo Juvarra in this aspect of things unsuspected is paradigmatic. A cosmopolitan and courtly man, virtuoso designer, stage designer and above all one of the great Baroque architects, his life took an unexpected turn which, in circular time manner, brought to a close his successful journey through life. Born in Messina in 1678 when Sicily was still Spanish, when he reached the

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EL destino de los seres humanos es siempre inescrutable. Los aconte-cimientos históricos, ajenos a la vida personal de cada uno, hacen que

la biografía de un individuo discurra por caminos diferentes a los previs-tos. El caso del gran arquitecto italiano Filippo Juvarra en este aspectode lo insospechado es paradigmático. Hombre cosmopolita y cortesano,virtuoso diseñador, escenógrafo y sobre todo uno de los grandes arquitec-tos del barroco, su existencia tomó un giro insospechado que, a maneradel tiempo circular, cerró su exitoso periplo vital. Nacido en Messina en1678, cuando Sicilia era aún española, al cumplir los veintitrés años fue elencargado de levantar las arquitecturas efímeras, las máquinas y tramo-yas teatrales con que su ciudad natal festejó la proclamación de Felipe Vde Borbón como rey de España. Hijo de un platero, Filippo Juvarra , hábildibujante, para completar su formación se va a Roma, en donde será discí-pulo de Carlo Fontana y en 1705 ganará el primer premio del concursoClementino, convocado por la Academia de San Luca. En 1714, cuando trasla Guerra de la Sucesión, España pierde el dominio de Sicilia, pasando laisla a ser gobernada por el reino de Saboya, Juvarra, que hasta entoncesera súbdito del Imperio español, es nombrado arquitecto del rey VictorAmadeo de Saboya. Instalado en Turín, creará todas sus obrasmaestras enla capital y demás lugares del Piamonte, como el Palacio Madama, la igle-sia de la Superga o su obra maestra, el enorme pabellón de caza de Stupi-nigi. ¶ Juvarra, hombre cosmopolita que de 1719 a 1720 viajará primeroa Lisboa y después a Londres y París, en elmomento cumbre de su carrerade arquitecto áulico de Saboya será solicitado por el rey de España FelipeV y su esposaDoña Isabel de Farnesio para proyectar el Palacio Real Nuevode Madrid, ya que la antigua residencia de los monarcas, el vetusto Alcá-zar, había sido pasto de las llamas en las navidades de 1734. Juvarra, que

había nacido súbdito español, debió sentirse halagado y en realidad contentode ser reclamado y considerado como elmejor arquitecto de su época, capazde proyectar un nuevo palacio real. Instalado desde 1735 en Madrid y trasdiseñar la fachada del jardín del palacio de La Granja en la provincia deSegovia, Juvarra, que no llegó a ver iniciadas las obras del madrileño Pala-cio Real Nuevo, enferma gravemente y muere víctima de un letal enfria-miento el 31 de enero de 1736. Por desgracia no se sabe en donde fueenterrado y ningúnmonumento funerario recuerda sumemoria en la cortedel rey deEspaña. Ese olvido es imperdonable. ¶ El dibujoFantasía arqui-tectónica de Filippo Juvarra, que se conserva en la Biblioteca Nacional deMadrid, es del año 1704, es decir de la primera época, cuando el genial arqui-tecto vive en Roma y es discípulo de Carlo Fontana, arquitecto que a su vezhabía sido discípulo de Bernini, el máximo representante de una determi-nada manera de entender el barroco. Juvarra, entonces muy joven, ávidode aprender y de estudiar el legado del arte antiguo romano y a la veztambién el arte moderno que entonces se hacía en la llamada «CiudadEterna», no sólo retrataba losmonumentos existentes sino que hacía dibu-jos escenográficos de arquitecturas fantásticas e ideales, amanera de «capri-chos», de edificios imaginarios. Sus invenciones de construcciones irreales,pero que ofrecen una cierta veracidad, eran láminas sueltas o disegni deregalare o páginas de cuadernos y álbumes apreciados y coleccionadospor los entendidos. Piranesi, que más tarde hará el elogio de Juvarra, fueel continuador de un género de diseño en el que, en unamisma lámina hori-zontal, con perspectivas de punto de huida en diagonal, se representan gran-des edificios circulares, pórticos de columnas gigantes, arcos de triunfo,escalinatas, fuentes, obeliscos y pirámides. Todo ello dibujado con trazossueltos y rápidos, de ágil mano y fantasía desbordante y culta. La concen-

tración del repertorio de una arquitectura romana fantaseada es la deun escenógrafo consumado que conoce elmundo teatral de la corte papalpara la cual trabajaba y en la que tenía una fiel clientela de admirado-res. Aquel joven no podía sospechar que, pasadosmuchos años, hombreya maduro y en la cima de la gloria, sería llamado por el rey de Españapara proyectar un gran palacio real. Tampoco sospecharía que Madridsería el lugar de su fallecimiento, víctima de los desaires áulicos y delcrudo invierno madrileño. Su vida se acababa fatalmente y en el silen-cio más absoluto. ¶ Ligado también al rey Felipe V y en especial a suhijo Carlos III, está el nombre del más famoso luthier o violero italianoAntonio Stradivari (1644-1737), cuyos violines, salidos de sus manos,están considerados como los instrumentos sonoros más perfectos einigualables de su género. Artesano o más bien artista, que tuvo unalarga y fecunda vida, ya que alcanzó la edad de 93 años, Stradivari nacióen la noble ciudad de Cremona, la capital de una provincia del norte deItalia, en Lombardía. Cremona, patria de los Amati y también de la sagade los Guarneri que construyeron como Stradivari los violinesmás apre-ciados del pasado, es también la patria de Claudio Monteverdi, el grancompositor del siglo XVI que fue uno de los primeros que introdujo elviolín, instrumento que por su brillantez y suavidad, es esencial en lamúsica orquestal moderna. También, en una quinta de la campiña deCremona, en la bucólica y dulce llanura del Po, nació Virgilio, el poetalatino de las Geórgicas y de las Églogas. ¶ Felipe V, que a causa de laGuerra de Sucesión combatió en Italia contra las tropas austríacas, asis-tió en el año 1702 en Cremona a un concierto en el cual los violines erande Antonio Stradivari, quien le ofreció la venta de un conjunto de cincoinstrumentos cuidadosamente ornados. Por impedimentos locales, los

a n t o n i o b o n e t c o r r e a

a n to n i o s t r a d i va r iCuarteto Real:Violín grande y violín chico, 1709Madera de abetoy arce, marfil y pasta de ébanoViola contralto, 1696Violoncello, 169 (7 )Madera de abetoy arce, tinta, marfil y pasta de ébano

age of twenty-three he took charge oferecting the ephemeral architecturestructures, themachines and stagemachinery with which his home towncelebrated the proclamation of Philip Vof Bourbon as King of Spain. The son of asilversmith and himself a skilful draughts-man, Filippo Juvarra went to Rome tocomplete his training, where he became adisciple of Carlo Fontana and in 1705wonfirst prize in theClementino competitionheld by the Accademia di San Luca(St Luke’s Academy). In 1714, when in thewake of theWar of Succession Spain lostcontrol of Sicily and the island becamepart of the kingdom of Savoy, Juvarra,who hitherto had been a subject of the

Spanish Empire, was appointed architectto King Victor Amadeus of Savoy. Hesettled in Turin andwent on to create allhis masterworks in the capital and else-where in the Piemonte region, suchas the PalazzoMadama (MadamaPalace), the church of Superga or hismasterpiece, the enormous hunting lodgeat Stupinigi. ¶ At the height of hiscareer as grand architect of Savoy,Juvarra, a cosmopolitanmanwhobetween 1719 and 1720 travelled first toLisbon and then to London and Paris, wasasked by Philip V, the King of Spain, andhis wife Doña Isabel de Farnesio to drawup the plans for the new Palacio Real(Royal Palace) inMadrid, after themonarchs’ former residence, the oldAlcázar castle, was devoured by flames atChristmastide in 1734. Juvarra, whowasa Spanish subject by birth, must havebeen flattered and delighted to be calledupon and regarded as the best architectof his time, capable of drawing up theplans for a new royal palace. Hemoved toMadrid in 1735 and, after designing the

garden façade of the palace of LaGranjain the province of Segovia, Juvarra, whonever sawwork start on the new PalacioReal inMadrid, fell seriously ill and died ofa lethal cold on 31 January 1736. Unfortu-nately it is not knownwhere hewas buriedand there is nomonument in his memoryin the court of the King of Spain. Thatoversight is unforgivable. ¶ The drawingFantasía arquitectónica by Filippo Juvarrathat is kept in the BibliotecaNacional(National Library) inMadrid dates from1704, that is to say from the first period,when the brilliant architect was living inRome andwas a disciple of Carlo Fonta-na, an architect who in turn had been adisciple of Bernini, themost importantrepresentative of a certain way of under-standing the Baroque. Juvarra, whowasvery young then and eager to learn andto study the legacy of ancient Roman artas well as themodern art that was beingproduced then in the so-called ‘EternalCity’, not only depicted existingmonu-ments but also did stage-set drawings offantastic and idealised architecture

structures, in themanner of ‘caprices’,of imaginary buildings. His inventions ofstructures that are unreal but have acertain veracity about them on loosesheets or disegni de regalare or pagesfrom notebooks and albumswere prizedand collected by connoisseurs. Piranesi,whowould later sing Juvarra’s praises,was the successor in a design genre inwhich, on one horizontal plate, withdiagonal vanishing point perspectives,large circular buildings, porticos withgigantic columns, triumphal bridges,flights of stairs, fountains, obelisks andpyramids were depicted, all drawnwithswift, loose strokes with a deft hand andboundless, erudite fantasy. The bulk ofthis repertoire of fantasised Romanarchitecture is the work of a perfectstage designer who is familiar with thetheatre world of the Papal court forwhich he was working and in which hehad a loyal clientele of admirers. Thatyoungman could never have imaginedthat, many years later, when hewasmiddle aged and at the pinnacle of his

career, he would be called on by theKing of Spain to draw up the plans for agreat royal palace. Nor would he haveimagined that he would die inMadrid,victim of snubs from royal court circlesand of the harshMadrid winter. His lifewas coming to an inevitable end in themost absolute silence. ¶ Also linkedto King Philip V and his sonCharles IIIin particular is the name of themostfamous Italian luthier or violin maker,Antonio Stradivari (1644-1737), whoseviolins, made by his hands, wereconsidered to be themost perfectinstruments of their kind, producing anincomparable sound. A craftsman orrather an artist, who had a long andproductive life as he lived to the ageof 93, Stradivari was born in the noblecity of Cremona, the capital ofLombardy, a province in the north ofItaly. Cremona, home town of the Amatiand of the saga of theGuarneri who,like Stradivari, made themostprestigious violins of the past, is alsothe home town of ClaudioMonteverdi,

THEdestiny of human beings is alwaysinscrutable. Historical events,

unconnected with each person’s personallife, make the biography of an individualfollow different paths from the onesanticipated. The case of the great Italianarchitect Filippo Juvarra in this aspect ofthings unsuspected is paradigmatic.A cosmopolitan and courtly man, virtuosodesigner, stage designer and above allone of the great Baroque architects, hislife took an unexpected turn which, incircular timemanner, brought to a closehis successful journey through life.Born inMessina in 1678when Sicily wasstill Spanish, when he reached the

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violines no fueron expedidos a España. Fue más tarde, en 1775, cuandoreinando Carlos III, Paolo Stradivari, hijo del autor de dicho quinteto,se los vendió almonarca español para la educación del Príncipe de Astu-rias, el futuro rey Carlos IV, que tocaba el violín. Desde la llegada aMadridde los cinco stradivarius –tres violines, de los cuales se muestran dos,una viola contralto y un violonchelo– datados los cuatro primeros en1696 y el último en 1700, no han cesado de ser tocados por los músicosmás prestigiosos delmundo que periódicamente han dado y siguen dandoconciertos en el madrileño Palacio Real. ¶ Un violín es una caja armó-nica de superficies abovedadas cuidadosamente labrada milímetro amilímetro, en una escogida madera tratada y barnizada de una maneraespecial para lograr con una inaudita nitidez sonora las composicionesmusicales de los grandes compositores. Los stradivarius son verdade-ros diamantes. Los violines de Stradivari pertenecen a una época de unexcepcional esplendormusical, en el cual los nombres de Bach, Vivaldi,Scarlatti, Bocherini y Mozart son el índice de la altura que alcanzó lamúsica en el siglo XVIII. En Madrid el marco incomparable del PalacioReal, diseñado por Filippo Juvarra y realizado por su discípulo JeanBaptista Sachetti, es elmás acorde para escuchar losmaravillosos instru-mentos de Antonio Stradivari.

23 DE MAYO - 8 DE JULIO DE 2012

Fantasía arquitectónica (1704 )

·Cuarteto Real (1696-1709 )

·Palacio Real

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23 DE MAYO - 8 DE JULIO DE 2012e x p o s i c i ó n · e x h i b i t i o no r ga n i z a n · o r ga n i s e d by:

Biblioteca Nacional de España y Acción Cultural Española (AC/E)comisario · curator: Juan Manuel Bonet

d i s e ñ o e x p o s i t i vo · e x h i b i t i o n d e s i g n: Ricardo Sánchez Cuerda

mo n ta j e y t r a n s p o r t e · i n sta l l at i o n a n d s h i p p i n g: SIT

s e g u r o · i n s u r a n c e: AON · d i s e ñ o g r á f i c o · g r a p h i c d e s i g n: Alfonso Meléndez

PALACIO REALb a i l é n · 2 8 07 1 m a d r i d

http://www.patrimonionacional.es/

f i l i p p o j u va r r aFantasía arquitectónica, 1704

Tinta china y lápiz sobre papel

the great 16th century composer whowas one of the first to promote the vio-lin, an instrument which, because of itsbrilliance and smoothness, is essential tomodern orchestral music. Added to that,in a villa in the country in Cremona, inthe bucolic and gentle plain of the riverPo, Virgil, the Latin poet who wrote theGeorgics and of the Eglogues, was born.¶ Philip V, who because of the War ofSuccession fought in Italy against theAustrian troops, attended a concert inCremona in 1702 featuring violins madeby Antonio Stradivari, who offered tosell him a set of five carefully decoratedinstruments. Because of local impedi-ments, the violins were not dispatchedto Spain. It was later, in 1775, whenCharles III was on the throne, that PaoloStradivari, the son of the maker of thatquintet, sold them to the Spanishmonarch for the education of the Princeof Asturias, the future King Charles IV,who played the violin. Since the fiveStradivarius— three violins, of whichtwo are on display, a contralto viola and

a ’cello, the first four dated 1696 and thelast, 1700— arrived in Madrid, they havebeen played incessantly by the mostprestigious musicians in the world whofrom time to time have given and whocontinue to give concerts at the PalacioReal in Madrid. ¶ A violin is a soundbox with vaulted surfaces, carefullycarved millimetre by millimetre in achosen wood treated and varnished ina special way to achieve the musicalcompositions of the great composerswith unprecedented clarity of sound.The Stradivarius are real gems. Stradi-vari’s violins belong to a period ofexceptional musical splendour in whichthe names Bach, Vivaldi, Scarlatti,Bocherini and Mozart are the indicatorof the heights that music in the18th century reached. In Madrid, theincomparable setting of the PalacioReal, designed by Filippo Juvarra andbrought into being by his disciple JeanBaptista Sachetti, is the most fittingplace in which to listen to AntonioStradivari’s marvellous instruments.