Antes de Adan - educ.ar

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“Esossonnuestrosantecesores,ylasuyaesnuestrahistoria.Recordadlo.Tansegurocomoqueundía,dejandoelbalanceodelosárboles,comenzamosacaminarerguidos,esqueenmáslejanosdíasnosarrastramosdesdelasorillasdelmar,para

realizarnuestraprimeraaventuraterrena.”

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CAPITULOI

¡IMÁGENES! ¡Imágenes! ¡Imágenes! Muy a menudo, antes de averiguarlo, me hepreguntadodedóndevendríanlamultituddeescenasanimadasquepoblabanentropelmisensueños;porqueenlavidareal,nohabíavistonuncanadasemejantealasimágenesdemissueños.Ellastorturaronmiinfancia,convirtiendomisnochesenprocesióndepesadillas;ellasmeconvencieron,pocodespués,dequeyoeradiferentedemissemejantes,criaturainnaturalymaldita.

Sóloduranteeldíalograbaalgodefelicidad.Misnochesseñalabanelcomienzodelreinodelterror.¡Yquéterror!Meatrevoaafirmarqueningunodeloshombresquehanholladolatierraseviojamásatormentadodeunterrorsemejanteytanintensocomoelmío.Porqueelmío es el terror de remotísimos tiempos, el terror desenfrenado del mundo primitivo. Enresumen, era el terror que imperaba, supremo, en el período que llamamos PleistocenoMedio.

¿Quéesloquequierodecir?Veoquenecesitoexplicarmeantesdequepuedarelataroslasustanciademisensueños,porque,sino,nadacomprenderíaisdeloqueyotanbienconozco.Segúnvoyescribiendoestaslíneas,seenhiestanantemíenvastafantasmagoría losseresylos acontecimientos de aquel otromundo, y comprendo que no tendrían significado algunoparavosotros.

¿QuéveríaisenlaamistaddeOrejaCaída,enlacálidamiradademiDulceAlegríaoenlalujuria y atavismodeOjoBermejo?Una incoherenciaaturdidora,nomás.Yunaaturdidoraincoherencia serían también para vosotros las gestas de los Hombres del Fuego, de losPueblosdelosÁrbolesyelguirigaydelosruidososconciliosdelashordas.Porqueignoráislapazdelascuevasfríasdelospeñascalesyloscírculosqueseformabanenlosabrevaderosalcaer del día.Nohabéis sentidonunca lamordeduradel vientomatinal en las copasde losárboles,niesdulceavuestropaladarelsabordelascortezastempranasdelostroncos.

Meatrevoadecirqueserálomejorqueoslleguéisaestahistoria,comoyomismolohice,atravésdemiinfancia.Cuandoniño,erayomuysemejantealosdemásniñosenmishorasdevigilia.Enmissueñosesdondeestabaladiferencia.Missueños,hastadondemismáslejanosrecuerdos,eranperiodosdeterrorRaramenteloscoloreabalafelicidad.Casisiempreeranunentretejido de miedo, tan extraño y ajeno, que no hay medio de ponderarlo y describirlo.Ninguno de los terrores de mi vida diurna se parecía en lo más mínimo a los que seapoderabandemíen lashorasdesueñoSuespecialcarácterycualidadrebasan todasmisotrasexperiencias.

Por ejemplo, yo era un chico de la ciudad, un niño, para quien era el campo un reinoinexplorado y desconocido. Sin embargo, nunca soñaba en ciudades; ni una sola casa sepresentó jamás enmis sueños.Ni siquiera un solo ser humano --y esto es lomás notable--rompióelespesomurodemidormir.Yoquehabíavistoárbolesmasqueenlosparquesyenloslibrosilustrados,correteabaenmisensueñosporinterminablesselvasvírgenes,yademás,noeranmanchasmásomenosborrosase indecisas losárbolesdemis visiones, sinocosasdefinidas,clarasyresaltantes.Íntimamentelosconocía,porasídecirlo;percibíacadaunadesusramasybrotes,cadaunadesusmúltipleshojas.

Me acuerdo perfectamente de la vez primera que percibí un roble en mi vida. Cuandocontemplaba sus hojas, sus ramas, sus nudosidades, sentí con angustiosa intensidad quehabía visto la misma clase de árboles innumerables veces en mis sueños. Así que no mesorprendiómás tarde el que pudiera reconocer, al verlos por vez primera, árboles como elabeto,eltejo,elabeduloellaurel.¡Yaloshabíavistoantes!¡Losveíaaún,todaslasnoches,aldormir!

Comohabréiscomprendido, todoestorompe laprimera leydelensueño:estoes,queenlosensueñosnosevemásqueloqueyasehavistoestandodespiertoocombinacionesdeesomismo.Perotodosmisensueñosviolabanesaley.Nuncaveíaenelloscosaalgunaquepudierahaberconocidoenmividanormal.Mivida,dormidoydespierto,erandosvidasseparadasydistintas,sinmásrelaciónentresíqueyomismo.Yoeraesemisteriosolazoenqueseuníanambasvidas.

Enmimás temprana infancia, semeenseñóque lasnuecesprocedíandel tendero y lasbayasdel frutero;peromuchoantesdeesto,habíaarrancadonuecesde losárbolesenmis

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sueños, o las había recogido de¡ suelo, bajo sus copas, para comérmelas, y de la mismamanera devoraba las bayas de las, cepas y matorrales. Todo esto trascendía a misexperienciasnormales.

Nuncameolvidarédecuando,porvezprimera,viserviralamesaunplatodefresas.Nolas había visto nunca, y sin embargo, brotaron enmi alma, al contemplarlas, recuerdos desueñosenqueyovagabaporpaísespantanososcomiéndolashastahartarme.Mimadremesirvióunplatodepostrellenodefresas;llenélacucharilla,peroantesdellevarlasalaboca,ya sabía yo cuál sería su sabor. Ynomeequivoqué.Era elmismo sabor intensoquehabíagustadomilvecesenmissueños.

¿Serpientes?Muchoantesdequehubieraoídohablardelasserpientes,meatormentabanaldormir.Meacechabanen losclarosdelbosqueyen lasparamerasseerguíanysaltabanbajomispies;sedeslizabanentrelahierbasecayporlosdesnudosretazosdelosroquedales,omeperseguíanhasta lascopasde losárboles,enroscándoseal troncoconsuscuerposdebrillantes escamas, haciéndomehuir, trepando a lomás alto de las ramas, hasta los brotesoscilantesyquebradizos,desdedondesentíalaamenazadelsueloaunadistanciavertiginosa.¡Las serpientes ... con sus lenguas bífidas, sus ojos redondos y sus ardientes escamasbrillantes,sussilbidosysuzumbar!¿Acasonolasconocíayodemasiadobienantesdeverlasen el circo, cuando el encantador de serpientes las presentó al público? Eran mis viejasamigas,omásbienlasinveteradasenemigasquepoblabandehorroresmisnoches.

¡Ohaquellasinterminablesselvastenebrosasysombrías!¡Durantecuántaseternidadesnohabré vagado yo en su seno, tímida criatura perseguida, sobresaltada al más leve ruido,asustadademipropiasombra,siempreojoavizor,siemprealertayvigilante,prestoentodomomentoa lanzarmeen locacarrera fugitivaparasalvar laexistencia!Porqueyopodíaserpresadecuantosferocesseresmorabanenlasselvas,yhuíaantelosmonstruoscazadores,enunéxtasisdeterror.

Teníacincoañosdeedadcuandofuiporprimeravezalcirco.Mesacarondeallíenfermo...mas no de algún atracón de cacahuetes o de indigestión de limonada. Dejádmelo contar.Cuandoentramosenlasjaulasdelosanimales,rasgóelaireunrugidocrujiente.Mesoltédelamanodemipadreymelancéenvertiginosahuidahacialaentrada;chocabaconlagente,tropecéycaí,sindejardellorar,aterrorizado.Mipadre,alrecogermetratabadeconsolarme,mostrandocómolamultitudpermanecíaindiferenteydescuidadaanteaquellosrugidos;meprodigósuscariciasymeinspirólaseguridaddequenadapodíaocurrirme.

No obstante,Me acerque por fin a la jaula del león, asustado y tembloroso, después dehabermeanimadomuchomipadre.¡Oh!¡Lereconocíinstantáneamente!¡Eralafieraterrible!Sentírelampaguearenmivisiónanteriorlasreminiscenciasdemissueños:elsolardientedelmediodíasobrelashierbasaltas,eltorosalvajequepacíaapaciblemente,elrápidoabrirsedelashierbasanteelvelozsaltodelafieradeatezadapiel,unsaltosobrelaespaldadeltoro,laexplosión de un bramido y un crujir de huesos rotos... Otras veces, la fresca quietud delabrevadero,elcaballosalvajequesearrodillabaparabeber,suavemente,yluego,lafieradeatezadapiel, un relinchodoloroso,un salpicardeaguayel crujir y roerdehuesos...Otrasveces,elcrepúsculosombríoyelsilenciotristedelmorirdeldía,yluegoelrugidoatodavozdel león calenturiento, repentino como si fuera la trompeta del destino, que nos hacíaestremecer y encoger de pavor entre los árboles, y yo era uno de los que temblorosos, serecogíanenlaselva,castañeteandoquemiedolosdientes.

Al contemplarle impotente tras de los barrotes de su jaula, sentí brotar mi cólera. Leenseñé losdientesapretujados,dancédandobrincos,ululéenunaburla incoherente,entreextrañosygrotescosgestos.Élcontestóabalanzándosecontralosbarrotesyrugiendoentredientescontramíensuiraimpotente¡Oh!¡Éltambiénmereconocía!¡Misgritoseranlosdepesadasedadesremotas,inteligiblesparaél!

Seasustaronmispadres."Elniñoestáenfermo" ,dijomimadre."Esunhistérico" ,añadiómi padre.Nunca se lo dije y nunca lo supieron.Había aprendido a guardar lamásabsoluta reserva en cuanto concierne a mi dualidad, a esta semidisociación de lapersonalidad,comocreollamarlajustamente.

Vi al encantador de serpientes, y allí se acabó para mí el circo de aquella noche. Metuvieronque llevaracasa,nervioso,destrozado,enfermopor la invasiónenmividarealdeaquellaotravidademissueños.

Ya os he hablado demi reserva. Sólo una vez confié a otro la extrañeza de estas cosasmías.Fueaunmuchachocondiscípulomío;teníamosambosochoañosdeedad.Lereconstituí

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las escenas de aquelmundo desvanecido -en que creo firmemente haber vivido alguna vezsacándolasdelastramasdemissueños.Lehablédelosterroresdelostiemposprimitivos,deOrejaCaídaydelastravesurasconquenosdistraíamos,delguirigaydenuestrasreuniones,delosHombresdelFuegoydeloslugaresdondeseasentabanencuclillas.

Perosemofódemí,seburlócruelmenteysepusoarelatarmecuentosdefantasmasydemuertos que andan sueltos por la noche. Se rió demi imaginación enferma. Le contémáscosas y brotaron sus risas más abiertamente. Juré con todas mis fuerzas que era verdadcuanto decía, y comenzó amirarme con recelo. Luego y transmitiría a los compañeros dejuego sorprendentes relaciones entresacadas de mis conversaciones, hasta que todoscomenzaronamirarmeconextrañeza.

Talfuelamasamargademisexperiencias;peroaprendílalección.Yoeradiferentedemissemejantes.

Eraalgoanormalconalgunascaracterísticasqueellosnopodíancomprender,yque,silasdieraaconocer,nopodríanservirmasqueparadesorientarlos.Yoguardabasilenciomientrasnarraban cuentos de fantasmas y duendes; me sonreía horriblemente para mis adentros;pensabaenmistemoresnocturnosysabíaqueéstassíqueerancosasreales,tanrealescomolavidamisma,ynohumosdifusosysombrasdesvanecidas...

No veía que pudieran inspirar miedo el coco y los ogros maléficos. La caída entre lashojosasramasylasalturasvertiginosas;lasserpientesquemeestremecíanmientrassaltabaenrápidahuída;losperrossalvajesquemeperseguíanenlatierrallanahaciaelbosque:heahímisterroresconcretosyreales,sucesosynoimaginaciones,cosasdecarneviva,desudory de sangre. Los ogros y el coco hubieran sido agradables compañeros de mi lecho,comparadosconestospavoresqueseacostaronconmigodurante todaminiñez, yqueaunahoracontinúanhaciéndolomientrasescriboestaslíneas,yaviejoyachacoso,conlacargademisañossobrelaespalda.

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CAPITULOII

YAHEdichoquenuncaviunsoloserhumanoenmissueños.Muyprontomedicuentadeello, y sentía, dolorosamente, la falta de mis semejantes. Aun siendo niño, tenía elpresentimientodequesipudieraencontraraunsoloserhumanoenlatramademissueños¡unotansólo!mesalvaríadeellosynomevolveríaaverrodeadodetanfrecuenteshorrores.Este pensamiento me obsesionaba todas las noches de mi vida, durante muchos años. ¡Sipudieraencontraraesesoloserhumanoysalvarme!...

Deboañadirqueestepensamientosemeocurríamientrassoñaba,yenelloveolapruebade la inmersióndemisdospersonalidades, laevidenciadequeexisteunpuntodecontactoentrelasdospartesdisociadasdemipropioser.Mipersonalidaddelsueñovivióenremotasedades,antesdelaaparicióndelhombretalcomoloconocemoshoy;ymiotrapersonalidadactual seproyectaba,consuconocimientode laexistenciadelhombre,en lasubstanciademissueños.

Quizá si mi libro llega a manos de algún psicólogo, me achacará el uso de la frase:"disociación de la personalidad”. Conozco la verdadera acepción de esta palabra y, sinembargo,meveoobligadoautilizarlaamimanera,afaltadeotraexpresiónmásexacta.Medefenderéechandolaculpaalaimprecisióndenuestroidioma.Yahoravamosaexplicareluso,buenoomalo,delafrase.

Hastaque,yasiendo joven,asistía laUniversidad,noencontré laverdaderaclavede laexplicación de mis sueños y su causa. Pero en la Universidad conocí la evolución y lapsicologíaymeenseñaron laexplicacióndevariosestadosmentalesnoacostumbrados.Porejemplo,tenéiselsueñodelacaídaenelespacioconocidodetodoelmundoprácticamente,por experiencia propia y directa. Mi profesor me dijo que esto era un recuerdo racial,originario de nuestros antecesores, que vivían en los árboles. La posibilidad de caerse erapara ellos una eterna amenaza. Muchos perderían la vida de esa manera; todos debieronexperimentarhorriblescaídas,salvándosealagarrarsealasramascuandorodabanhaciaelsuelo.

Ahorabien;talescaídasdeesemodoremediadashabríandeproducirnecesariamenteungolpe. El golpe reduciría cambios moleculares en las células cerebrales. Estos cambios setransmitiríanalascélulascerebralesengendradoras,convirtiéndoseasíenrecuerdosderaza.De modo que, cuando tú y yo, lector, durmiendo o adormecidos, nos caemos a través delespacio y nos despertamos a la conciencia normal, fatigados, en el instantemismo en quehabíamos de chocar contra el suelo, no hacemos más que recordar lo que les -sucedió anuestrosantecesoresarbóreos,quesehagrabadoen laherenciade la razaacausade loscambioscerebrales.

Todoestonoesnimásnimenosextrañoqueelinstintomismo.Uninstintonoesmásqueunhábitoestampadoen la tramade laherencia.Buenoseráhacernotardepasadaqueenestenuestrosueñodelacaídaenelespacio,tancomúnparati,paramíyparatodosnuncachocamos contra el suelo.El choquehubiera sido lamuerte.Nuestros antecesores, cuandochocaran contra el Suelo, morirían. El golpe de su caída se comunicaría, claro está, a lascélulascerebrales;peromurieronantesdedejardescendencia.Túyyosomosdescendientesdelosquenochocaroncontralatierra;heaquíporloquetúyyonosentimosnuncaelgolpeennuestrossueños.

YvamosatratardeladisociacióndelaPersonalidad.Nuncasentimoslasensacióndecaerennuestravidadiariamientrasestamosdespiertos.Nuestrapersonalidaddespiertanotieneexperienciassemejantes.Así,pues-yelargumentonotienevueltadehoja-,tienequeexistirotrapersonalidaddistintaquecaemientrasestamosdormidos, yquedebehaber sufrido laexperienciadesemejantecaída;querecuerda,pordecirloenpocaspalabras,experienciasdetiempospasados,delamismamaneraquenuestrapersonalidaddelavidarealtienememoriadenuestrasdiariasexperiencias.

Empecé a ver claro cuando llegaba a estemomento demi razonamiento. Y de repente,brotóenmílaluzcondeslumbranteclaridad,iluminandoyexplicandotodocuantohabíasidoenigmático,inexplicable,absurdo,innaturaleimposibleenmisexperienciasdesueño.

Mientras dormía, no era mi propia personalidad la que en mí mandaba; era otrapersonalidaddistinta,poseedoradeunfondodeexperienciastotalmentediferente,Yque,en

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elmomentoenquemedormía,poseíaelrecuerdodelasmismas.¿Que era esta personalidad? ¿Cuándo había vivido una vida real en este planeta para

recoger ese fondo de experiencias extrañas? Mis sueños mismos contestaban a talespreguntas. Vivió en remotos tiempos, cuando aún era joven el mundo en el período quellamamos Medio-Pleistoceno. Cayó de los árboles sin estrellarse nunca contra el suelo.Lanzabaconfusosgritosdemiedoanteelrugirdelosleones.Fueperseguidoporlasbestiasdepresaysorprendidoporlasserpientes.CharloteóextrañasjerigonzasconsussemejantesensusreunionesyfuerudamentemaltratadoporlosHombresdelFuegoenlosdíasenquehuíaporellosperseguido.

Pero ya os oigo objetar: "¿Cómo es que nosotros no conservamos esa memoria racial,siendo así que tenemos otra personalidad, aunque vaga y difusa, que cae por el espaciomientrasdormimos?”

Y yo os contestaré conotrapregunta: "¿Cómoesquea vecesnaceuna ternera condoscabezas?"Micontestaciónaestoesquese tratadeunmonstruo.Yasí contesto tambiénavuestrapregunta.Yo tengoesaotrapersonalidadyesamemoria integralde la razaporquesoyunmonstruo.

Permitidmequeseamásexplícito.Lacaídaenelespacioesnuestrorecuerdomásvulgaryfrecuentedenuestramemoriaracial.Estaotrapersonalidadesmuyvaga.Casieslacaídasuúnicorecuerdo.Peromuchosdenosotrostenemoslaotrapersonalidadmásclaraydistinta.Muchostenemossueñosdevolar,deserperseguidosporunmonstruo,sueñosdecolores,desofocación, de reptiles y de gusanos. En resumen, así como esta otra personalidad estáatrofiada en la mayoría, en otros yace medio olvidada, y en otros, finalmente, está máspronunciada.Unostenemosrecuerdosderazamásintensosyconcretosqueotros.

Todoescuestióndequecambieelgradodeposesióndeestaotrapersonalidad.Enmíesenormeelgradodeposesión.Miotrapersonalidadescasitanpoderosacomolapersonalidadpropia,yporesodigoquesoyunmonstruo,unverdaderomonstruodelaherenciaancestral.

Estoyconvencidodequeestaposesióndeunadoblepersonalidadhasidolacausadequealgunosquelasienten,auncuandonotanfuertecomolamía,hayandespertadolacreenciaenunareencarnaciónpersonal.Talesgentescreentenerunapruebaplausibleyconvincentedelahipótesisdelareencarnación.Cuandotienenvisionesdeescenasquenovieronnunca,recuerdosdehechosyacontecimientosdepasados tiempos,noencuentranexplicaciónmássencillaqueladecreerfirmementeenquehanvividootravez.

Perocometenelerrorde ignorarsudoblepersonalidad,supropiadualidad.Piensanqueha sido su propia personalidad, que no tienen mas que una sola; y partiendo de talespremisas,nopuedenllegaraotraconclusiónquealadevidasanteriores.

Peroseequivocan.Noeslareencarnación.Yotengovisionesenquemeveovagandoporlasselvasdellejanomundo;peronomeveorealmenteamímismo,sitioaotroque,sólodeunamanera remota, es parte demi ser; comomi padre ymi abuelo lo son, si bien no tanremotamente.Esteotroyoquehayenmíesunantecesor,unprogenitordemisprogenitoresen la línea directa demi ascendencia, siendo él, a su vez, descendiente de otra línea quemuchoantesdeaqueltiempodesarrollólosdedosytrepóalosárboles.

Ydeborepetir,ariesgodehacermepesado,quesemedebeconsiderar,enestesentido,comoaunmonstruo.Nosolamenteposeoelrecuerdoderazaconunaintensidadinusitada,sinoqueconservolamemoriadeundeterminadoprogenitormío,deremotísimaedad.

Yaunqueestonosealocorriente,nodebéissorprenderosporello.Seguidelhilodemisrazonamientos.El instintoesunrecuerdoomemoriaderaza.Muy

bien. Entonces, tú y yo y todos nosotros hemos recibido ese recuerdo de nuestros padres,como ellos lo recibieron de los suyos. Por lo tanto, debe existir algúnmedio por el que setransmitan estas memorias de generación en generación. Ese medio es lo que llamaWeismann "germoplasma" que conserva el recuerdo de toda la evolución de la raza. Estosrecuerdos suelen ser oscuros e imprecisos, perdiéndose muchos de ellos; pero algunasmodalidades de germoplasma llevan una carga excesiva de recuerdos; son, para hablarcientíficamente, más atávicas que otras; y esto es lo que le pasa a mi modalidad. Soy unmonstruodelaherencia,unapesadillaatávica,llamadmeloquegustéis.Peroaquímetenéisrealyviviente,comiéndometresabundantescomidasaldía.¿Quélevamosahacer?

Yahora,antesdeemprenderlarelacióndemihistoria,necesitoanticiparmealosdudososTomases de la psicología, siempre prestos a la burla, que atribuirán la coherencia de mis

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ensueñosalexcesodeestudioyproyecciónsubconscientedemiconocimientodelaevoluciónenmissueños.Enprimer lugar,nuncahesidobuenestudiante.Megraduéelúltimodemiclase.Mepreocupabamáselatletismoy,nohayporquéocultarlo,eljuegodelbillar.

Además,notuveconocimientodelaevoluciónhastaquefuialaUniversidad,mientrasqueenmiinfanciayadolescenciayahabíavividoenmissueñostodoslosdetallesdeaquellaotravida remota. Debo decir, sin embargo, que estos detalles estaban entremezclados eincoherentementeconfundidos,hastaqueconocílacienciadelaevolución.Laevoluciónfuelaclave.MediolaexplicaciónymedevolviólasaluddeestecerebroatávicoqueDiosmehadado amí, que, siendo normal y hombremoderno, he presenciado un pasado tan remoto,hastasercontemporáneodelosrudoscomienzosdelahumanidad.

Porque en aquel pasado que tan bien conozco, no existía el hombre tal y como hoy lovemos.Yohetenidoqueviviryexistirenelperíododeformacióndelhombre.

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CAPITULOIII

ELMÁScomúndelossueñosdemiinfanciaeraalgosemejanteaesto:meparecíaqueerayomuypequeñoyqueyacíaacurrucadoenunaespeciedenidoderamillasyhojas.Avecesestabatendidosobrelaespalda.Yacíalargashorasenestapostura,contemplandoeljuegodelaluzsobremicabezaylaagitacióndelashojasalsoplodelviento.Muchasveces,cuandoelvientoerafuerte,elnidosebalanceaba.

Pero, mientras yacía en el nido, siempre me dominaba la sensación de estar sobre untremendoespaciovacío.Nunca lovi,ninuncameasoméalbordedelnidoparaverlo;perotemíaaaquelespacioqueacechabadebajodemí,amenazándomesiemprecomosi fueraelbuchedealgúnmonstruodevorador.

Soñémuyamenudoenmiinfanciaestesueñoenquepermanecíaquieto,queeramásbienunacondiciónqueunaexperienciaactiva.Mas,derepente,entraríaenmediodeestesueño,formas extrañas y feroces acontecimientos, el trueno y el estallido de la tormenta, o bienpanoramas no acostumbrados, que en nada se parecían a los que había visto despierto. Elresultadodetodoelloeralaconfusiónylapesadillaincomprensible,sinenlacenilógica.

Comoveis, no soñaba consecutivamente.Ora eraunniñodepechodelmundoprimitivoqueyacíaenminidodeárbol, oraunhombredecuerpoenteroempeñadoen luchaconelhorrorosoOjoBermejo, obienme sentía arrastrándomesigilosamentehaciael abrevadero,bajoelcalorardientedeldía.Lossucesosocurridosenelmundoprehistórico,separadospormuchosaños,seamontonabanenmíenelespaciodealgunosminutososegundos.

Era,pues,unverdaderoenredo,quenoquierohacerossufrir.Hastaquemehicehombre,ydespués de soñado miles de veces, no pude definir y someter a un plan claro todos missueños.

Fueentoncescuandoencontré laclavedel tiempo,ypudeeslabonar todos lossucesosyaccionesensuordenapropiado.Asíescomofuicapazdereconstituiraquellejanomundo,yadesvanecido,talcomoeracuandovivíenél...ocuandomiotroyovivióenél.Ladistinciónnoimporta;porquetambiényo,elhombremoderno,heretrocedidohastaentoncesyherevividoaquellavidaprimitivaencompañíademiotroyo.

Para provecho vuestro, acumularé los diferentes sucesos en una historia que os seacomprensible;puesatravésdeestossueñoscorreunciertohilodecontinuidadyenlace.Ahítenéis,porejemplo,miamistadconOrejaCaída,omienemistadconOjoBermejo,omiamorhacia Dulce Alegría. Juntando y acoplando todas estas diversas impresiones, creo que sepodrácomponerunahermosahistoriaqueseadevuestroagrado.

Nomeacuerdomuchodemimadre.Acasomiprimerrecuerdodeella,ydesde luegoelmásintenso,seaelsiguiente:Parecequeyoestabatendidosobreelsuelo.Eraunpocomayorque en los tiempos del nido; pero desvalido todavía. Me revolvía sobre las hojas secas,jugandoconellas,arrullandoyhaciendoruidosroncosconlagarganta.Elsolcalentabayyome sentía feliz y a mi gusto. Estaba sobre un pequeño descampado, al aire libre. A mialrededorcrecíanmatorralesyplantasparecidasaloshelechos.Encimayportodaspartessedivisabanlostroncosyelramajedelosárbolessilvestres.

De repente oigo un sonido.Me incorporo y escucho. Permanezco inmóvil. Los pequeñosmurmullosseapaganenmigargantayquedosentado,comosifueradepiedra.Elsonidoseaproxima.Escomoelgruñirdeuncerdo.Empiezoentoncesasentirelruidoqueproduceelmovimientodeuncuerpoentrelosbreñales.Veoagitarseenseguidaloshelechosalpasodeaquella masa corpórea. Luego se abren las ramas y percibo unos ojos brillantes, un largohocicoydosblancoscolmillos.

Eraunjabalí.Meobservabacuriosamente.Gruñóunaodosvecesytrasladóelpesodesumasadeunaaotrapierna,moviendoalmismotiempolacabezadeunoaotrolado,agitandoloshelechos.Yoseguíacomopetrificado,contemplándolefijamente,sinpestañear,yllenodepavorelcorazón.

Parececomosiloqueseesperarademífueraestainmovilidadysilencio.Nodebíagritaranteeltemor.Elinstintomelodecíayporesopermanecíainmóvil,esperandonosabíaaqué.El jabalíapartó lasramasyavanzóhaciaeldescampado.Resplandecía lacuriosidadensusojos,querelampagueabancruelmente.Agitósucabezaamenazándomeyavanzóunpasomás.

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Yluegootro,yotro...Entoncesgritéoululé.Nopuedodescribirlo;eraungrito terribleypenetrante.También

parecequeahoraeraestoloquedemíseesperaba.Mischillidoshabíandesconcertadoporelmomentoalabestia,ymientrasqueéstasedeteníaindecisaytrasladabaelpesodesumasadeunapiernaaotra,sepresentósobrenosotrosunaaparición.

Parecíaungranorangutánocomounchimpancéy,sinembargo,mostrábasemuydiferenteenciertosrasgosquesaltabanalavista.Eramimadre.Teníalacontexturamáspesadaqueaquéllosyestabamenospobladadepelo.Noerantanlargossusbrazosnitancorpulentassuspiernas.No llevabamás vestidoque supelambreranatural.Puedoasegurarosqueeraunaverdaderafuriacuandoseexcitaba.

Ycomounafuriasearrojósobrelaescena.Lerechinabanlosdientes,retorcíaelrostroenterriblesgesticulacionesymuecas,emitíacontinuosycortanteschillidosquesonabancomo"¡kj-aj!" ¡kj-aj!"- Tan repentina y formidable fue su aparición, que el verraco se encorvóinvoluntariamente a la defensiva, erizándosele la pelambrera, mientras ella se abalanzabasobreél.Despuésselanzóhaciamí.Yasabíayoloqueteníaquehacerenaquellosmomentosqueellaacababadeganar.Saltéasuencuentroymeagarréasucintura,asiéndomeconunpieyunamano.Hedichoconunpie,porquepodíaagarrarmeconellostanbiencomoconlasmanos.Sentíabajomigarratensalostiritonesdemimadrecuandosusmúsculosysupielseconmovíanporefectodesusesfuerzos.

Seguía fuertemente asido a ella,mientras que se lanzaba recta por el aire, agarrando ycolgándosede las ramas.Enseguida,el jabalípasópordebajodenosotros, rozándonosconsuscolmillos.Sehabíarepuestodelasorpresaybrincóhaciaadelanteconunronquidocomodetrompeta.Debíaserunaespeciedellamada,porqueacontinuación,multituddecuerposcruzaroncomounaavalanchaporloshelechosybreñalesentodasdirecciones.

Los jabalíes se lanzabanhaciaeldescampado.Peromimadre sebalanceabaya sobre lacopadeunárbol,enelextremodeunagruesaramaadocepiesdelsuelo,asidoyotodavíaaella y ambos colgados, a salvo. Estaba, no obstante, muy excitada. Rugía y charloteaba,haciendomuecasdeburlaalamuchedumbrequedebajodenosotrosseamontonaba,erizadoslos cabellos y rechinando los dientes. Yo tambiénmiraba, todavía tembloroso, a las bestiasenfurecidas,eimitabaamimodolosgritosdemimadre.

Contestarondesdelejosgritossemejantes,perodeentonaciónmásgrave,comoelmugidodeunbajo.Empezóasonarmásfuertecadavez,yvienseguidaamipadrequeseacercaba.Almenos,porloquepuedocolegir,hellegadoalaconclusióndequeeramipadre.

No era un padre demasiado simpático y atractivo, como suelen serlo todos los padres.Parecíamediohombre,mediomono;peronihombrenimonodeltodo.Noencuentromododedescribirlo.Hoynoexistenadasemejante,nienlatierra,nibajolatierra,nisobrelatierra.Era un hombre alto para su tiempo y pesarla sus ciento treinta libras. La cara ancha yaplastadaylascejascolgadassobrelosojos.Éstoseranpequeños,hundidosymuyjuntosunodelotro.Enrealidad,noteníanariznicosaqueselepareciera:chafadaysinpuente,lasfosaserancomodosagujerossobrelacaraqueseabrieranhaciaafueraenvezdehaciaadentro.

Lafrenteseinclinabahaciaatrásdesdelosojos,yelcabellocomenzabaenlosojosmismosse extendía por la cabeza, que era muy pequeña, sostenida sobre un cuello enormementegruesoy corto.Tenía, como todosnosotros, formadoel cuerpoconverdaderaecoElpechoprofundo, cavernosamente hundido; pero los músculos no estaban bien moldeados, ni loshombrosampliosyrobustos,nilalíricadelosmiembrosbiendibujada,nierasimétricamentebello su con torno Parecía la representación de la fuerza, pero de la fuerza sin belleza; lafuerzaprimordialhechaparaagarrarpararasgar,paradestruir.

Suscaderaserandelgadas,ylaspiernasfinasypeludas,ganchudasydemúsculoscomocuerdas. Parecían más bien brazos. Retorcidas y nudosas, no tenían ni asomo de laspantorrillascarnosasyrellenasqueatiyamí, lector,nosagracianyembellecen.Recuerdoquenopodíacaminarsobre laplantade lospies,porquelospieseranprensiles,másmanoquepie.Enlugardetenereldedogruesoenlíneaconlosdemás,selesoponía,comoenlosdedosdelamano,dándoleaspectodegarra.Porestemotivonopodíaandarlaplantadelospies.

Su aspecto no eramenos inusitado que sumanera de venir hacia nosotros cuando aúnpendíamossobrelosenfurecidosjabalíes.Llegabaatravésdelosárboles,saltandoderamaenramaydeárbolenárbol,velocísimamente.Aúnmepareceverleahora,despierto,mientrasescriboestaspáginas,balanceándosealolargodelosárboles.Criaturapeludaycuadrumana,

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aullaba encolerizado, y deteniéndose de cuando en cuando para golpearse el pecho con elpuñoagarrotado,saltandoespaciosdediezyquincepies.Seagarrabaconunamanoaunaramaycruzababalanceándoseparaasirseaotraconlaopuestamanoyseguiravanzando,sinvacilarnuncaensucarreraarbórea.

Y cuando le contemplo, siento enmi propio ser, y enmis propiosmúsculos, el ímpetu yestremecimientodeldeseodeirsaltandodetroncoentronco,ysientotambiénlagarantíadeestafacultadlatenteenmiseryenmismúsculos.¿Yporquéno?Cuandoloshijosdelleñadorvencómosupadreblandelaseguryderribalosárboles,sientenensímismoslaconfianzadequealgúndíatambiénellosmanejaránelhachayderribaránlostroncos;asímeocurríaamí.Lavidaenmílatenteestabaconstituidaparahacerloquemipadrehacía,ymehablabaensecretoyambiciosamenteTélossenderosdelaireydelosvuelosatravésdelaselva.

Porfinmipadresejuntóanosotros.Estabaextremadamenteenfurecido.Recuerdocómosacabahaciaadelantesupronunciadolabioysumandíbulainferiormientrascontemplabaalosjabalíes.Parecíansusgestoslosdelperroyveotodavíasuslargoscaninossemejantesacolmillos,quemeimpresionabanterriblemente.

Suactitudhacíaencendermáslairadelosjabalíes.Rompíatallosypequeñasramasylasarrojaba contra sus enemigos. Hasta se colgó de una mano, burlándose de ellos, que nopudiendoalcanzarle,hacíanrechinarloscolmillosconimpotenterabia.Nocontentoconesto,quebróunaramacorpulenta,yasiéndosedeunpieyunamanolespinchabaenloscostadosylesgolpeabafuriosamenteenloshocicos.Inútilesdecirquemimadreyyonosdivertíamosconestaclasedejuego.

Perohastadelascosasbuenasacabamosporcansarnos;asíesquemipadre,despuésticreírseacarcajadasunrato,acabóporcontinuarsucaminataentre losárboles.Entoncesseapoco otra vezmi ánimo, y, tímido de nuevo,me así tenazmente amimadre, que trepabacolumpiándoseenelespacio.Recuerdoquelaramasequebróanuestropeso.Mimadrehabíadadounenormesalto,ymesentíanonadadoenlasensacióndecaer,atravésdelvacío,juntoconella.Laselvay la luzdel solquebrillabasobre lashojassusurrantessedesvanecieronantemisojos.Tuveunavislumbreborrosadequemipadredeteníabruscamentesumarchaparamirarnos,yluegotodoseentenebreció

Unmomentodespués,yacíadespiertoenmilechodesábana,sudoroso,temblandoyllenodemalestar.Laventanaestabaabiertayunairefrescocorríaporlahabitación.Lalámparaardíaserenamente.

Deduzcodetodoestoquenosalcanzaronlosjabalíesnichocamostampococontralatierra,puesenotrocasonoestaríayoaquí,milsiglosdespués,recordandotalesacontecimientos.

Yahoracolocaosporunmomentoenmi lugar.Convividconmigounos instantesmimástiernainfancia,eimaginaossoñandotaleshorroresincomprensibles.

Recordadqueyoeraunniño inexperto,quenuncahabíavistoun jabalíentodamivida;que ni siquiera sabía lo que es un cerdo doméstico. Lo más próximo al cerdo de cuantoconocía era el tocino del almuerzo, chamuscado en su propia grasa. Y, sin embargo, losjabalíes, tan verdaderos como la vidamisma, se abalanzaban enmis sueños, y yo, conmisfantásticosprogenitores,huíabalanceándomeporlosaltísimosespaciosdelosárboles.

¿Os maravillaréis de que me sintiera aterrorizado por mis noches llenas de pesadillas?Estabamaldito.Y,loqueespeortodavía,teníamiedodehablar,noséporqué;talvezporunpresentimientodeculpa,aunquetampococomprendíalacausademiculpabilidad.

Yasípasaronlosaños,sufriendoensilencio,hastaquemehicehombreycomprendíelporquéyelcómodemissueños.

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CAPITULOIV

L0 QUE más me desorienta de estas mis memorias prehistóricas es la impresión delelemento tiempo.Nosiempremeesposibleconocer laprioridadde losacontecimientos,nipuedoprecisarsientreunosyotroshantranscurridouno,dos,ocincoaños,másomenos.Únicamentepuedomedirelpasodelosañosjuzgandoelcaminodeaspectoycontinuidaddemissemejantes.

Tambiénpuedovalermedeaplicaralosacontecimientoslalógicanatural.Porejemplo,nocabedudadequemimadreyyohuimosentrelosárboles,alejándonosdelosjabalíes,yestofueantesdequeconocierayoaOrejaCaída,miverdaderocompañerodeinfancia.Tambiénesigualmente cierto que debí abandonar a mi madre en el tiempo transcurrido entre ambosperíodos.

No tengo otro recuerdo de mi padre que el que acabo de ofreceros. Nunca volvió aaparecer en los siguientes años; y a mi juicio, la única explicación posible es que debióperecerpocodespuésdenuestraaventura.Nopuedesostenersequefueraotrosudesdichadofin.Estabaaúnenplenovigor,ysólounamuerteviolentayrepentinapudoarrebatarlo.Peroignorocómosucedió;acasoseahogaríaenelrío;talvezlodevoraraunaserpiente,oquizásfueraapararalestómagodelviejotigreDientedeSable.

Conviene advertir que únicamente recuerdo las cosas vistas conmis propios ojos en losdíasprehistóricos.Simimadresabíaelfindemipadre,nuncamelodijo.Dudo,además,deque tuviera el vocabulario adecuado para transmitirme semejante información. Quizás laHordanollegaríaatenermásdetreintaocuarentapalabrasdevocabulario,todoincluido.

Másvale llamarlas sonidosquenopalabras;porqueeranen realidadsonidosprimitivos.Carecíandesignificaciónvariablepormediodeadjetivosyadverbios.Talesinstrumentosdelenguaje son lujos que aún no se habían inventado. En lugar de calificar a los nombres yverbospormediodeadjetivosyadverbios,nosvalíamosdelaentonaciónquedábamosalossonidos, cambiando la duración y tono, retardándola o acelerándola. La duración de unsonido,osea,eltiempoempleadoensupronunciación,encerrabaelmatizdesusignificado.

Tampocoteníamosconjugaciones.Eltiemposededucíaporlacontexturadeldiscurso.Sóloexpresábamos cosas concretas, porque sólo cosas concretas pensábamos. También nosvalíamosmuchode lapantomima.Lamássimpleabstracciónquedaba fueradelalcancedenuestropensamiento;ysialgunavezacertabaalguienapensarla,leeradificilísimopoderlacomunicarasussemejantes.Noexistíanparaellopalabrasadecuadas.Estabamásalládeloslímites de su vocabulario; y si inventaba algún sonido, sería incomprensible para sussemejantes.Poreso tenlaquerecurrira lapantomima, ilustrandoelpensamientocuanto lefueraposible,mientrasquerepetíamultituddeveceselnuevosonido.

Asísedesarrollóellenguaje.Lospocossonidosdequedisponíamosnospermitíanpensarun poquitomás allá de ellos y entonces aparecía la necesidad de nuevos sonidos con queexpresar el nuevo pensamiento. A veces, sin embargo, pensábamos mucho más allá delalcance de nuestro medio de expresión y conseguíamos algunas abstracciones, que nopodíamos enmodo alguno darlas conocer a laHorda. Después de todo, el lenguaje no ibaformandorápidamenteenaquellosdías.

¡Oh,creedme!Éramoslosseresmássimplesdelmundo.Perosabíamoshacerunaporciónde cosas, hoy ignoradas.Podíamos retorcer a voluntad y aplanarlas.Sabíamos rascarnos laespaldaconlamayorfacilidaddelmundoyhastatirarpiedrasconelpie.Yolohicemuchasveces.Yloqueesmásimportantetodavía:teniendorectaslaspiernas,podíainclinarmehaciaadelante,doblándomeporlacinturahastatocarenelsuelo,noconlaspuntasdelosdedos,sinoconloshuesosdelcodo.Yencuantoalacazadenidosdepájaros...¡sóloquisieraquemehubieravistoalgúnchicodelsigloXX!Peronocreáisquehacíamoscoleccionesdehuevos.Nosloscomíamosnadamás.

Aúnmeacuerdo...peromevoysaliendodemihistoria.OshablaréprimerodeOrejaCaídaydenuestraamistad.Yahedichoqueenloscomienzosdemividameseparédemímadre.Acaso fueporqueella,despuésde lamuertedemipadre, tomónuevoesposo.Tengopocosrecuerdosdeél,ynadaagradablesporcierto.Eratornadizo,inconstanteymalicioso.Aúnmeaturdesuinfernalcotorreo.Teníaelalmademasiadoinconsecuenteparamantenerpropósitosdeterminados.Losmonosenjauladosevocanenmísurecuerdo.Eraunsersimiesco:talesla

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mejordescripciónquepuedodarosdeél.Meodiódesdeelprimerdía,yprontoaprendía temerleensusbromasmalditas.Yome

apretujabacontramimadre,recogiéndomeensuregazocadavezqueaparecíaantemivista.Pero iba desarrollándome y era forzoso el separarme de ellamuchas veces. Tales eran lasoportunidadesaprovechadasporChachalacajurafastidiarme.Debodeclararquenoteníamosapelativos en aquellos tiempos. No se nos conocía por nombre alguno; pero para mayorpropiedadhepuestonombresalosdiversosindividuosdelaHordaconquienesvivíenmásíntimo contacto. Chachalaca es lamás expresiva que puedo encontrar para describir amiinapreciablepadrastro.Chachalacaquieredecirembusterocharlatányruin.DienteLargohasidoelnombrequemehepuestoamímismo,porquemiscolmilloseranpronunciadamentegrandes.

Pero volvamos a tratar de Chachalaca. Me asustaba su insistencia. Siempre estabapinchándome,provocándomeyabofeteándome,yhastaenciertaocasión llegóamorderme.Mi madre intervenía muchas veces, y era graciosísimo ver cómo espantaba a su propioconsorte.

Elresultadodetodoestoeraunadeliciosaeinterminabledisputadomésticapormicausa.No era, pues, dichosa mi vida en el hogar, aunque he de reírme de mí mismo cuando

escribolapalabra"vidaenelhogar".¡Elhogar!Yonoteníahogarenelsentidomodernodeestapalabra.Mihogareraunaasociaciónynounavivienda.Vivíabajo loscuida-dosdemimadre,peronoensucasa,porquemimadrevivíaencualquierparte,encaramándose lejosdelsueloencuantoseavecinabalanoche.

Era mi madre una mujer muy primitiva. Aún les tenía cariño a los árboles, cuando losmiembrosmás avanzados de nuestras hordas vivían en cavernas,más allá del río. Peromimadre, suspicaz y retrógrada, no quería abandonar los árboles. Teníamos desde luego unárbol escogido, donde generalmente nos recogíamos, aunque algunas veces dormíamos enotros,si lassombrasde lanochesenosadelantaban.Disponíamosdeunaespeciede toscaplataformahechadetallos,ramitasyenredaderas,dispuestasobrelahorquilladedosramasquesebifurcabandel tronco.Parecíaunenormenidodepajarracos,aunquemilvecesmásrudamenteentretejido.Tenía,sinembargo,unacaracterísticaquenuncahevistoenningúnnido:eltecho.

¡Oh!Noeraprecisamenteuntechocomolosquehacenloshombresmodernos.Nisiquieraparecidoa losde los salvajesdehoy.Eramásburdo infinitamenteque lamás toscade lasobrashumanas.Lohabíamosamontonadoa trocheymoche, colocandounapiladehojas ymatassecassobrelabifurcacióndelasramas.Cuatroocincohorquillasadyacentesservíande sostén a las viguetas, por así decirlo, formadas de ramas recias de una pulgada dediámetro,pocomásomenos.Sobreellasdescansabanlasmatasyelramajeseco.Parecíaquehabíarevueltotodosobrelasramassinordennipropósito,puesnisiquierasehabíaintentadobardar la techumbre. Y debo confesar, en honor a la verdad, que cuando caía un buenchubascosellenabamiserablementedegoteras.

PeroChachalaca...hizoquelavidadelhogarfueraunacargapesadaparamimadreyparamí, y no quiero referirme con esto al nido lleno de goteras, sino al grupo viviente queformábamoslostres.Chachalacaeramuymal intencionadoalperseguirme,únicopropósitoque mantuvo firmemente durante más de cinco minutos seguidos. Además, al correr deltiempo, mi madre había ido cediendo en ni¡ defensa, y creo que, a fuerza de trifulcaspromovidasporChachalaca,lleguéaserlemolesto.Lociertoesquelasituaciónibademalenpeor,yseagravabatanrápidamente,quemehabríadeverobligadoadejarparasiempremihogarpordecisiónpropia.Peromefuenegada lasatisfacciónde llevaracaboesteactodeindependencia.Antesdequemedispusieraamarcharme,mearrojaronviolentamente.Quieroexplicároslocontodogénerodedetalles.

Undía,cuandoyoestabasoloenelnido,encontróChachalacaladeseadaoportunidad.Mimadreyélsehabíanmarchadojuntoshacialospantanalesdelasfresas.Perodebíatenerlotodo preparado de antemano, porque le sentí venir por el bosque, solo, gruñendo yencolerizándosea símismo.Comoeracostumbreentre todos losdenuestraHordacuandoestabanoqueríanestarcoléricos,sedeteníadecuandoencuandoparamartillarseelpechoconlospuñoscerrados.

Comprendí el desamparo de mi situación, y me acurruqué temblando en el nido.Chachalacasellegódirectamentealárbol-recuerdoqueeraunroble-ycomenzóatreparporél, sin cesar nunca en su infernal alboroto. Ya os he dicho que nuestro idioma era

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extremadamentemezquino;asíesqueteníaqueretorcerloparaexpresarmesuinmensoodioysupropósitodezanjarenaquellaocasiónsuscuentasconmigo.

Cuando trepóhasta lahorquilladelnido,huídeslizándomeporunaramahorizontal.Mepersiguiómásalláymásallá,yarribaymásarriba.Finalmentetrepéhastalasramitasmásleves,entrelashojas.Chachalacafuesiempreuncobarde,ysuprecaucióneraahoramayorque su rabia. Tenía miedo de seguirme hasta las pequeñas ramitas, porque el peso de sucuerpolashubieraquebradoantesdealcanzarme.

Peroelmiserablenonecesitabadeestoyéllosabíamuybien.Conunapérfidaexpresiónensurostro,brillandosusojossaltonesconrefinadacrueldad,empezóasacudirlasramas,yasussacudidas,comoyoestabaenelextremomismodelramajeagarrándomeansiosamente,comenzaronaquebrarselasramitasbajomipeso.Latierraestabadebajodemíaunosveintepiesdeprofundidad.

Continuósussacudidasmásfuriosamentecadavez,gruñendoyrechinandolosdientesensu odio infinito. Y luego vino el fin.Mis cuatro asideros se rompieron a una, y cal, caí deespaldas,mirándometodavía,sosteniendoaúnenmispiesymanosagarrotados lasramitastruncadas. Afortunadamente no había jabalíes debajo y mi caída terminó sobre los durosmatorrales.

Por lo general, las caídas solían terminar conmis sueños, siendo suficiente la sacudidanerviosa para servir de puente entre miles de siglos y arrojarme sobre el lecho,completamentedespierto,sudandoytembloroso,mientrasoíaelrelojdecucodelsalónquecantalashoras.Perohetenidomuchasvecesestesueñodelabandonodemihogarytodavíanomehadespertadoniunasolavez.Porelcontrario,sientosiempreelruidodelgolpetazoalchocar,gimiendoyhechounapelota,contraelsuelo.

Arañadoydolienteyazgodespuésdelacaída.EscudriñoatravésdelasbreñasyveoaúnaChachalacaqueentonauncánticoinfernaldealegría,llevandoelcompásconsusbalanceos.Entoncesahogomisgemidos.Yanoestababajolaseguridaddelosárbolesysabíaelpeligroquecorrerlasiatrajeraalosanimalescarniceroscondemasiadoruidosasmuestrasdedolor.

Recuerdoque,alcontenermissuspiros,meintereséenadmirarlosextrañosefectosdeluzque producía el abrir y cerrar los párpados húmedos de lágrimas. Comencé a recapacitardespués,ypudedarmecuentadequenoestabatanmaltratadopor lacaída.Habíaperdidoalgunospelosyunastirasdepellejo;elextremopuntiagudodeunaramarotaestabahincadouna pulgada en el antebrazo, y me dolía insoportablemente la cadera derecha, que habíarecibidotodoelgolpedelacaída.Peronadadeestoteníaimportanciaenrealidad.Nosemehabía roto hueso alguno, y en aquellos tiempos, la carne humana teníamejores cualidadescurativasquehoy.Fue,sinembargo,unasoberanacaída,puesunasemanadespuésandabatodavíarenqueandoconmidoloridacadera.

Aúnyacíaentre lasmatascuandomeasaltóelsentimientodemidesolación.Yanoteníahogar.Mepropuse firmementenovolver jamásavivirconChachalacaymimadre.Me iríalejos,muylejos,atravésdelaselvavirgen,yencontraríaunárbolparamísolodondepoderrecogerme.Encuantoalacomida,yasabíadóndelapodríaencontrar.Hacíamásdeunañoquenonecesitabademimadreparabuscarla.Ellanoofrecíaentoncesmásquesuprotecciónysuguía.

Mearrastrépocoapocofueradelosmatorrales.AúnmevolvíunavezyviaChachalacaquecontinuabatodavíasucantoysussacudidas.Noeracosaquemeagradaraverynomirémás.

Sabíaqueteníaqueandarconmuchaprecaución,yduranteestamiprimerajornadaenelmundo,anduveconextremadoreceloycuidado.Nosabíanipensabahaciadónde iba.Unosóloeramifirmepropósito:huirlejosdelalcancedeChachalaca.Trepéalosárbolesyvaguéporelloshorasymáshoras,pasandodeunoaotro,sinjamásponerlospiesentierra.Peronitenía ruta fija, ni caminaba constantemente. La inconstancia estaba en mi temperamento,comoeneldetodoslosdemiHorda.Además,yoeraniño,ymedeteníamuchasvecesparajugarduranteelcamino.

Son muy borrosos estos recuerdos de cuanto me acaeció entonces. Mis sueños no losconservan.Miotroyohaolvidadomucho,sobretodoenesteperíodoparticular.Nohepodidotampocoreconstituirlosdiversossueños,afindeencontrarelpuentequeunaelvacíoentreelabandonodemihogarymillegadaalascuevas.

Recuerdo que algunas veces fui por descampados; los recorría con grande azoramiento,descendiendo al suelo y corriendo velozmente hacia las copas de los árboles. Recuerdo

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también que siguieron días de lluvia y de sol; así es que debí vivir solo y errante durantemucho tiempo. He soñado intensamente en mi congoja y miseria bajo la lluvia, en elpadecimientodelhambreyenelmododeaplacarla.Fortísimaeslaimpresióndelacazadelagartossobre lacimarocosadeuncerrodesnudo.Corríanbajo lasrocas,escapándose losmásdeellos;peroalgunasveces,volcandolaspiedras,lograbaatraparalguno.Lasserpientesmeahuyentarondelcerro.Nollegaronaperseguirmeenrealidad.Salíanasolearsesobrelasrocas planas; pero era tal mi terror hereditario, que huí de ellas tan deprisa como siverdaderamentemepersiguieran.

Despuésrecuerdohabermordidolaamargacortezadelosárbolesjóvenes.Tengolavagareminiscenciadehabercomidomuchasnuecesverdes,consuvainablanduchaysuslechosasalmendras. Y recuerdo aúnmás concretamente el sufrimiento de un dolor de estómago, acausatalvezdelasnuecesverdesodeloslagartos;nolosébien.Loquenoignoroesquetuveuna inmensa suerte al no ser devoradodurante las horasqueme retorcía en el suelosufriendolosefectosdelcólico.

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CAPITULOV

SEMEpresentabruscamentelaimpresióndelaescenadeldíaenquesalídelbosque.Meencontrabaaorillasdeunampliollanodesnudo.Aunladosealzabanelevadosriscos.Alotrocorríaelrío.Lariberadescendíaescarpadahacia lasaguas,,que,decuandoencuando,seinternaban en la tierra por grietas y desmoronamientos. Estos eran los abrevaderos de laHordaquevivíaenlascavernas.Talera la residenciadondemeaventuréaentrar.Constituía,porasídecirlo,yestirando

algolapalabra,laciudad.Mimadre,Chachalacayyo,yalgunosotrosorganismosprimitivos,veníamosaseralgoasícomohabitantesdelasafueras.FormábamospartedelaHorda,auncuandoviviéramosunpocoalejadosdeella.Aunque ladistancianoeramuygrande,habíatardadoen llegaruna semana.Sihubiera idodirectamente, envezdeerrarporelbosque,podríahaberandadoelcaminoenunahora.Como ibadiciendo, al salir al lindede la selva, vi las cavernas abiertas en los riscos, la

tierrallanaylosbarrancalesdelosabrevaderos.YsobrelatierrallanaveíaamuchosdelaHorda.Habíaestadoerrando,soloyniño,durantemásdeunasemana,sinveraningunodemi propia raza.Había vivido entre el pánico y la desolación. Y ahora, al contemplar amissemejantes,mesentíinvadidodegozoycorríalborozadohaciaellos.Entonces sucedió algo muy extraño. Algunos, al contemplarme, lanzaron un grito de

alarma,yal instante, llorandode terror,huyó laHorda.Saltandoyarrastrándosesobre lasrocas,sesumergieronenlabocadelascuevas,dondedesaparecierontodos,menosunniñopequeño,quesehabíadesprendidoensuatolondramiento,rodandohastalaparteinferiordelos riscos.Allí lloraba,dolienteyquejumbroso.Lamadre salióde lacaverna, se lanzóa suencuentro,locogióapretadamenteytrepódenuevoasucobijo.Mehallabaotravezcompletamentesolo.Elcampoabierto,antestanconcurrido,sehabía

quedadodesiertocomoporensalmo.Mesentédesconsoladoygemebundo.¿PorquélaHordahabíahuidodemí?Más tarde,cuandoconocí suscostumbres,pudecomprobar lacausadetodoesto.Cuandomevieronabalanzarmefueradelbosqueatodocorrer,creyeronquealgúnanimalcazadormeperseguía.Mipresentacióndescortésleshabíadispersado.Hallábamemirandohacia labocade lascavernas,cuandomedicuentadeque laHorda

me estaba observando. Pronto asomaron las cabezas. Después se llamaban y contestabanentresí.Enlarapidezdelaconfusión,muchosnosehabíanmetidoensuspropiascavernas.Algunosdelosmásjóvenessehabíanrefugiadoenlasajenas.Lasmadresnolesllamabanporsus nombres, porque esta invenciónnos era desconocida.Nadie tenía nombre, como yahedicho.Lasmadreslanzabanvoceslastimerasyanhelantesquesuspequeñosreconocían.Así,simimadrehubieraestadoallíymellamara,hubieradistinguidosuvozentrelasvocesdelasmilmadres,ytambiénellahubierareconocidolamíaentreotrasmil.Continuaronduranteunratolasllamadasyrespuestas;perotodosteníanrecelodesalirde

lascavernasydescenderalatierrallana.Alfinunoseatrevióahacerlo.Estabadestinadoadesempeñarungranpapelenmivida,asícomoyolorepresentéenlavidadetodoslosdelaHorda.EraOjoBermejo,comolellamaremosenlaspáginasdeestahistoria,porqueteníalospárpados enrojecidos y los ojos inflamados, lo que le daba un aspecto particular, como sianunciarasuterriblesalvajismo.Rojoeraelcolordesualma.Verdaderomonstruoentodossusaspectos,sucuerpogigantepesaríaunascientosetenta

libras.Eraelmáscorpulentodecuantossemejantesmíoshevisto.NientrelosHombresdelFuego,nientrelosHombresdelosÁrboles,vinuncanadatangigantesco.Cuandoavecesleocasualmenteenlosperiódicosladescripcióndenuestrosmodernosatletasyluchadores,mepreguntoquéhubierasidodelmejorentretodossisehubierapuestofrenteaOjoBermejo.Conlastenazasdesusdedosdehierroleshubieraarrancadounmúsculodeunsolotirón,

oleshubieraseparadounbícepsdelrestodelcuerpo.Conunrevésounlevepuñetazodesumanoleshubieramachacadoelcráneocomosifueseunacáscaradehuevo.Un golpe de sus terribles pies (o manos traseras) les hubiera destripado. De un

retorcimiento les hubiera roto el cuello y con un simple chasquido de sus mandíbulas leshubieraatravesadoalmismotiempolayugularylacolumnavertebral.Estando sentado, saltaba horizontalmente veinte pies de distancia. Era peludo

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horriblemente. Solíamos envanecernos de no serlo mucho; pero él estaba completamentecubierto de pelo en la parte superior o inferior de los brazos y aun en lasmismas orejas.Únicamentelaspalmasdelasmanos,delospiesylazonadebajodelospárpadosaparecíanpeladas. Horrorosamente feo, su boca feroz y rechinante y su enorme labio pendientearmonizabanconlosterriblesojos.Tal eraOjoBermejo.Searrastró cauteloso fuerade la caverna ydescendióal suelo.No

reparandoenmí, comenzóa reconocerel lugar, inclinándose tantohaciaadelantedesde lacintura, según caminaba, que a cada paso tocaba con los nudillos en el suelo, a fin debalancearse. Os digo que él sabía correr sobre las cuatro patas, cosa en la que todos losdemás éramos muy torpes. Raros eran, además, los que entre nosotros andabanbalanceándosesobrelosnudillos.Estosóloocurríaporatavismo,yOjoBermejoeraelmayordelosatavismos.Esaessuverdaderadescripción:unatavismo.Nosotrosíbamosrealizandoelprogresode

cambiar nuestra vida arbórea en terrena. Hacía muchas generaciones que veníamosrealizandoestecambio,con loquetambiénnuestroporteycuerposehabíantransformado.PeroOjoBermejoeraunaregresiónalmásprimitivode losHombresde losÁrboles.Comohabía nacido en nuestra Horda, era fuerza que permaneciera entre nosotros; pero, enrealidad,representabaelatavismoysusitioestabaenotraparte.Prevenidoysiemprealerta,ibadeunladoparaotroenlatierrallana,escudriñandoentre

los árboles, queriendo vislumbrar al animal cazador que todos sospechaban me hubieraperseguido. Y mientras que hacía esto, la Horda se apiñaba en la boca de las cavernas yobservabasinrepararenmí.Pareceque,alfin,OjoBermejosediocuentadequeningúnpeligroacechaba.Regresaba

de laentradadelbarrancal,dondehabíabajadoabeberenelabrevadero.Seacercóhaciadonde yo estaba, pero sinmirarme. Prosiguió caminando al azar, hasta que dio de brucessobre mí, y entonces, sin mediar nada y con increíble rapidez, me soltó en la cabeza untremendo manotazo. Reculé tambaleándome un buen trecho y caí contra el suelo medioatontado,mientrasqueseoíaunsalvajetumultoderisasycarcajadasululantesqueveníandelascavernas.Eraunagranbroma,porlomenosenaquellostiempos,yasíloapreciólaHordacongranalegría.Así fue como me recibieron en la Horda. Ojo Bermejo no volvió ni siquiera a fijar su

atención en mí y me dejó en libertad para llorar y gemir como quisiera. Se acercaroncuriosamente algunasmujeres y las reconocí enseguida, porhabérmelas encontradoel añoanteriorcuandomimadremellevabaalascañadasdondecrecíanlosavellanos.Prontomedejaronsolo,siendoreemplazadasportinadocenadecuriososeimpertinentes

chicuelos. Formaron círculo a mi alrededor y me señalaban con el dedo haciendo gestos,hurgándome y provocándome. Yo estaba asustado y los aguanté al principio; después seapoderódemílairaysaltéarmadodeuñasydientessobreelmásaudazdeellos,quenoeraotroqueOrejaCaída.Ledoyestenombreporquesólopodíaaguzarunadelasorejas.Laotracolgaba siempre flácciday sinmovimiento.Algúnaccidente lehabríadañado losmúsculos,privándoledesuuso.Cerramoselunocontraelotro,comolosniñoscuandoriñen.Nosarañamosymordimos,

nos arrancamos el pelo, forcejeamos y nos tiramos por el suelo. Recuerdo que conseguíecharleunabuenapresaquemediolaventajadecidida;peronogocémuchotiempodeella,porqueéldoblóunapiernayconelpie(omanotrasera)mediotanterriblegolpe,queporpocomedestripa.Lotuvequesoltarparasalvarme,volviendodenuevoambosalalucha.OrejaCaídateníaunañomásqueyo,peromirabiaeramayorqueladeél,yal fintuvo

que confiarse a sus piernas y poner pies en polvorosa. Lo perseguí cruzando la llanura yatravesandodespuésunodelosbarrancosquedabanalrío;OrejaCaídatomóeldiagonaldelllanoyselanzóenlaabiertabocadeunacueva.Antesdedarmecuentadenadayaestabayodentrode lacueva,en tinieblas.Luegome

sentíatemorizado.Eralaprimeravezqueveíaunacaverna.Comencéagemiryllorar.OrejaCaídacharloteabaenlasombra,haciéndomeburla,ysaltandosobremíenlaoscuridad,metumbó de un empujón sin que pudiera verle. No se arriesgó, sin embargo, a un segundoencuentroyoptóporretirarse.Yomehallabaentreélylaentradadelacueva,yaunquenolehabíavistopasar,parecíacomosisehubieraescurridodeallí.Agucéeloído,peronopudeaveriguardóndeestaba.Estomedejóabsorto.Gané la salidaymesentéallí, quedandoenacecho.

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No lo vi salir por la entrada, estaba cierto de ello, y no obstante, al cabo de algunosminutosmedioungolpeenelcodo.Corrítrasél,quedenuevovolvióameterseenlacueva;pero esta vez no quise apartarmede la entrada.Medejé caer a corta distancia y observé.Oreja Caída no salió y, sin embargo, volvió como antes a darme un golpe en el codo,persiguiéndonosporterceravez,hastaquepenetróenlacaverna.Volvió a repetirse la hazaña varias veces. Luego lo seguí hasta el interior de la cueva,

buscándoloinútilmente.Sehabíaavivadomicuriosidad.Nopodíacomprenderdequemanerameburlaba.Llegábamoshastalacaverna,dedondenuncasalía,perosiemprevolvíaadarmeburlonamente en el codo. De esta suerte nuestra lucha se transformó en un juego alescondite.Seguimosjugandodurantetodalatarde,descansandodecuandoencuando,yacabópor

despertarse entre nosotros un sentimiento de amistad. Al fin él no huía de mí y nossentábamosjuntos,rodeándonosconnuestrosbrazos.Pocodespuésmerevelóelmisteriodelacaverna.Mecondujoalinteriorasiéndomedelamano.Lacuevasecomunicabaconotraporunapequeñarendijayatravésdeellasedeslizaba

OrejaCaídaparasaliralairelibre.Ahora éramos ya buenos amigos.Cuando los otros chicuelos se juntaron ami alrededor

para provocarme, él se unió conmigo, saliendo en mi defensa, y tan duramente lesacometimosqueprontonosdejaronsolos.OrejaCaídamedioaconocerlaaldea.Muypocopodíaexplicarmeenloqueacondiciones

ycostumbres se refiere,porqueno teníapalabrasconquehacerlo;peroyoaprendímuchoobservandosusaccionesydespuésmemostrótambiénlascosasyloslugares.Mecondujoporelllano,entrelascavernasyelrío,porlaselvaquemásallácomenzaba,

hacia un lugarherboso, bajo los árboles, donde almorzamos zanahorias, de fibrosas raíces.Despuésbebimosunbuentragodefrescaaguaenelríoytrepamoselbarrancoendirecciónalascuevas.EnelbarrancovolvimosaencontrarnosconOjoBermejo.Yonolohabíavisto.OrejaCaída

seretiróacobardadoaunlado,apretándosecontraelbarranco.Naturaleinvoluntariamenteloimité.Entoncesmedicuentadelacausadesuterror.Era

Ojo Bermejo que bajaba tambaleándose hacia el centro del barranco, gesticulandoamenazador,consusojosinflamados.Observétodosloschicuelosseescabullíanlejosdeél,lomismo que nosotros, mientras que los mayores lo contemplaban con ojos cautelosos y seapartaban,cediéndoleelcentrodelasenda.Alllegarelcrepúsculo,quedódesiertoelllano.LaHordasefueabuscarlaseguridadde

las cuevas. Oreja Caída me enseñó el camino de nuestro lecho. Trepamos hacia lo másescarpado de los altos riscos, más allá de las cavernas, hasta una diminuta grieta que nopodíadistinguirsedesdeelsuelo.OrejaCaídaseescurriódentroyyoleseguícondificultad,tanestrechaeralaentrada,encontrándomealfinenunapequeñacuevaabiertaenlaroca.Eramuybaja,nomásdeunpardepiesdealturayacasounostrespiesdeanchoporcuatrodelargo.Aquí,apoyadounoenlosbrazosdelotro,pasamoslanochedurmiendo.

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CAPITULOVI

VIENDOcómo loschicuelosmásaudaces jugabanalesconditeen lascavernasdeanchaentrada,comprendíquedebíanestardeshabitadasnecesariamente.Nadiedormíaallípor lanoche. Sólo se utilizaban para dormir las cavernas de boca estrecha, mejores cuanto másreducida fuera la rendija de entrada, a causa del temor a los animales de presa que nosamargabanlavidaenaquellasnochesydíasdelmundoprimitivo.

Comprendí cual era la ventaja de estas cavernas de entrada estrecha a la mañanasiguiente, después de la noche que dormí con Oreja Caída. Despuntaba el alba, cuando eltigre Diente de Sable caminaba por el llano. Ya se habían levantado dos de la Horda ycorrieronarefugiarseenunadelascavernas.NosésiporefectodelpánicooporqueestaríaDientedeSabledemasiadocerca, sindarles tiempopara treparporel escarpadohasta lasgrietas, ello fue que se metieron a toda prisa en la cueva de ancha boca donde habíamosjugadoOrejaCaídayyolatardeanterior.

No hay manera de decir lo que pasó dentro; pero podemos asegurar que los dos de laHordaseescurrieronporlasrendijasquecomunicabanconlasotrascavernas.LarendijaerademasiadopequeñaparapermitirelpasoaDientedeSable,quesevolviópordondehabíaentrado, rugiendo furioso. Había fracasado durante, la noche en su cacería y esperabaalmorzarsetranquilamenteaalgunosdelosnuestros.VioalosdosdelaHordaenlabocadela otra caverna y saltó hacia ellos, pero se le volvieron a escapar escurriéndose por elpasadizo hasta la primera caverna. Diente de Sable, más furioso que nunca, gesticulabaamenazador.

Se armó entre nosotros una batahola horrible. Nos habíamos asomado desde lo alto delescarpado, ululando y chillando en mil tonos distintos. Gesticulábamos con extrañascarantoñas, tan enfurecidos como el propio Diente de Sable, sólo que nuestra ira estabaenlazadaconelmiedo.Meacuerdoqueyochillabaygesticulabacomoelquemás,nosólosiguiendoelejemplodelosotros,sinoobedeciendoaunimpulsointeriorquemeincitabaaobrar como ellos. Los pelos se me erizaban y me estremecía en convulsiones le cóleraardienteyciega.DientedeSablecontinuólanzándosedeunaaotracaverna.PerolosdosdelaHordasedeslizabansimplementeporlagrietaopasadizoyleesquivaban.Mientrastanto,todos los demás, desde el escarpado, procedíamos a poner manos a la obra. Cada vez quesalíaDientedeSableleapedreábamosconpeñascos.Habíamosempezadopordejarlosrodarsobreél,peroprontocomenzamosalanzarloscontodoelimpulsodenuestrosmúsculos.

Este bombardeo encolerizó muchísimo más a Diente de Sable. Abandonó la persecuciónanteriorysaltóporlosriscoshacianosotros,clavandosusgarrasenlasrocas,gruñéndonosmientrastrepaba.Antesutremendoaspecto,nosrefugiamosdesdeelprimerohastaelúltimoen el interior de las cavernas. Lo puedo afirmar porque me asomé y vi que estabacompletamente desierto el escarpado, donde Diente de Sable, que había pisado en falso,resbalabayrodabaporlosriscos.

Lancé una exclamación para animar a todos y nuevamente las peñas se cubrieron de laHorda, que prorrumpía en gritos, y de nuevo las piedras rodaban más aprisa que antes.DientedeSableestabafrenéticodeira.Asaltóotravezlosriscos,yenunaocasiónhastallegóalasprimerascavernasdebocaestrecha,peronopudoforzarlaentrada.Cadaimpulsoerauna nueva ola de cólera que brotaba en nosotros. Al principio nos retirábamos casi todoshaciael interiordelascavernas,peroalgunospermanecíanensuspuestosgolpeándoleconlaspiedras,hastaqueterminamosporquedarnostodosfuerasosteniendonuestrasdescargas.

Nuncasehabíavistoaunafieratanpoderosatancompletamenteenridículo.Suterribleorgulloestabaheridoyburladoporlaastuciadeunosserestanpequeñosydébiles.Quedóseenel sueloDientedeSablemirándonos furioso,gruñendo, restallando lacolayesquivandolaspiedrasquellovíansobreél.Enunaocasiónlancéunpedruscoenelprecisomomentoenquelevantabalacabezaparamirar,ylapiedralecayódeplenosobrelanariz.Reculódeunbrincorápido,lascuatropatasalaire,gruñendoacausadeldolorylasorpresa.

Sehabíadadocuentadesuderrota;recobró,sinembargo,superdidadignidadycomenzóacaminarsolemnementealejándosedelalluviadepiedras.Aúnsedetuvoamirarnos.Estabaansioso y hambriento. Se había quedado sin almuerzo, cuando creía tener en nosotros tanbuenaprovisióndecarne;peroaunquelahabíasitiado,eraparaélinaccesible.Nopudimos

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pormenosdeestallarenunacarcajadaalverle.Nosreíamostumultuosayburlescamente.Alosanimalesnolesgustanlasburlas.Seencolerizancuandoseríendeellos.AsíleofendierontambiénaDientedeSablenuestrasrisas.Sevolvióconunespantosorugido,yparasacudirseelridículoquisovolveraacometernosdenuevo.Enrealidadnopodíamosdesearnadamejor.Laluchasehabíaconvertidoenjuego,ynosotrosgozábamosmuchoapedreándole.

Noinsistió,sinembargo,enelataque.Recobrósubuensentido,ademásdequenuestrosproyectilesnoerandemasiadocariñosos.Recuerdomuybienelaspectodeunodesusojos,mediosaltadoporunadenuestraspiedras.Ytambiénconservounvivorecuerdodelaescenafinal, en que le veo al borde de la selva, adonde se había retirado; miraba hacia atrás, endirección a nosotros, con los labios retorcidos, mostrando la raíz de sus tremendas fauces,erizadoelpeloylacolaarqueadayrestallante.Diounúltimorugidoydesaparecióentrelosárboles.

Dimos entonces suelta a nuestra garrulería locuaz. Hormigueábamos fuera de lascavernas, examinando las huellas de las garras sobre los peñascales del escarpado ycharlando todos a la vez. Uno de los dos perseguidos por Diente de Sable hasta la doblecaverna era casi adolescente. Habían salido ambos muy orgullosos de su refugio,pavoneándose ante lamultitudque, admirada, había comenzadoa rodearles. Pero aparecióentoncesenmediodenosotroslamadredelmásjovenydescargósobreélsutremendaira,tirándoledelasorejas,arrancándoleelpeloydándoleunasoberanapaliza,mientrasgritabacomoundemonio.Eraunamujeronarollizaymuypeluda,quehacíalasdeliciasdelaHordaal verla zurrara suhijo.Agarrándonos losunosa losotrosy rodando juntosal sueloen laexplosióndenuestragranalegría,prorrumpimosenestridentescarcajadas.

LaHorda,apesardevivirenelreinodelterror,eramuyreidora.Teníamoselsentidodelridículo. Nuestra alegría era gargantuesca e irrefrenada. No sabíamos hacer las cosas amedias. Ante las escenas cómicas que advertíamos, inmediatamente nos deshacíamos enconvulsionesderisa.Lascosasmássencillasytoscasnosparecíancómicas.¡Oh!Vivíamosenunaperpetuacarcajada.Puedoasegurároslo.

Tratábamos a todos los animales que invadíannuestra aldeade lamismamaneraque aDientedeSable.Losbarrancalesylosabrevaderosestabanreservadosparanosotros,porquehacíamos imposible la vida a las bestias que vagaban o penetraban en nuestros dominios.Hasta losmás fieros animales cazadores, a fuerzade recibirlos de aquelmodo, terminaronpordejarnosasolasennuestroslugares.Noéramosluchadorescomoellos;éramosastutosycobardes,ylaastuciaylacobardía,juntoconnuestradesordenadapropensiónalmiedo,noshicieronsobreviviryvencerenaquelambientedeterrordelmundoPrimitivo.

OrejaCaídacontaba,amientender,unañomasqueyo.Noteníamediodeexpresiónpararelatarme su propia historia; pero como nunca vi rastro de su madre, le creía huérfano.Después de todo, la paternidad no importaba gran cosa en nuestra Horda. El matrimonioestaba aún en estado primordial y las parejas tenían siempre abierto el camino de reñir ysepararse. El hombre moderno, con la institución del divorcio, hace lo mismo, sólo quelegalmente.Nosotrosnoteníamosleyes;nosregíamosporlascostumbres,quenoeranmuydefinidasenesteasuntoparticular.

Sinembargo,comomásadelanteseveráenestanarración,mostrábamosalgunasdébilesvislumbresdeinclinaciónhacialamonogamia,quemástardehabría,dedarfortalezaypodera lastribusque laadoptaron.Además,enmistiempos,habíayaalgunaqueotrapareja fielquevivíaentrelosárbolesenlavecindaddemimadre.LavidaenelcorazóndelaHordanoincitabaalamonogamia,eindudablementeporestosealejabanlasparejasfielesparavivirasolas. Allí permanecían unidas durante años, pero cuando marido o mujer morían o erandevorados,elquesobrevivíaencontrabasiempreunnuevocompañero.

Había una cosa que me dejaba absorto y desorientado durante los primeros días deresidencia en la Horda. Era un inmenso e inexplicable terror secreto que se apoderaba detodos.Alprincipioparecíaquesólose referíaa laorientación: laHorda temíaalNordeste.Vivía con gran inquietud respecto a ese punto del horizonte, y cada cual mirabafrecuentementeyconmayoralarmahaciaesadirecciónquehacianingunaotra.

Cuando Oreja Caída y yo íbamos hacia el Nordeste para comernos las zanahorias defibrosasraícesqueestabanentoncesensazón,sevolvía tímidocomonunca.Secontentabacon comer las zanahorias grandes y duras, o las pequeñas, pegajosas aún, antes queaventurarse un poco más allá, donde había otras maduras e intactas. Cuando me atreví allegar hasta allá, me daba a entender que algún grave peligro me acechaba en aquella

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dirección; pero la pobreza del lenguaje no le permitía expresar cuál fuera ese tremendopeligro.

Muchosymuybuenosbanquetesmedideesamanera,mientrasqueélgruñíaychillabainútilmente.Yomemanteníasiemprealerta,peronuncapudeverpeligroalguno.Calculabasiempreladistanciaalárbolmáspróximo,ysabíaquepodíaalcanzarsuasiloacogedorantesdequeelleónoDientedeSablemepillaransidesúbitoaparecieran.

Unatarde,yacercanalanoche,selevantóungrantumultoenlaHorda.Unaideafija lamartirizaba:elterror.LaHordahormigueabasobreelescarpado,contemplandoyseñalandohacia el Nordeste. Instintivamente corrí hacia la seguridad de mi caverna, trepando por elcaminoresbaladizo,antesdevolvermeamirarlacausadetodoaquello.

Yentoncesviporprimeravez,alotroladodelrío,lejos,haciaelNordeste,elmisteriodelhumo. Era el más corpulento animal que había visto en toda mi vida. Pensé en unamonstruosaserpientecuyacabezaseerguíarectahaciaelcielosobrelosmásaltosárboles,agitándoseyserpenteandohaciaabajoohaciaarriba,alternativamente.Y,sinembargo,nosécómo entreví en la actitud de la Horda que no era el humo el verdadero peligro. ParecíantemerlocomoanunciodealgunaotracosaNopodíaaveriguarcuálfueraesaotracosaniellospodíandecírmelo.MasprontohabríadesaberloyhabíadecomprenderqueeramásterriblequeTawnyel león,queeltigreDientedeSable,quelasmismasserpientes,aunqueparecíaquenopudieraexistirnadamásterriblequeellas.

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CAPITULOVII

ERADienteMellado,otrochicueloquecampabaporcuentapropia.Sumadrevivíaenlascavernas,perohabíanvenidodespuésdeélotrosdoshijos,ysevioexpulsadoyabandonadoasus propias fuerzas.Habíamos contemplado la escena con no poco regocijo durante variosdíasanteriores.DienteMelladonoqueríairse,yencuantosumadresealejabadelacueva,seescurríaélhaciadentro.Cuandoalregresoloencontrabalamadre,dabagustovercómoseencolerizaba.CasilamitaddelaHordaacostumbrabaaquedarseallíparacontemplaraquelespectáculo.Primeramentesalíandelacavernalosgruñidosychillidosdelamadre;despuéselruidodelapalizaylosalaridosdeDienteMellado,coreadosporlosotrosdosmuchachosmáspequeños.Yfinalmente,comolaerupcióndeunvolcánenminiatura,DienteMelladoeralanzadoafuera.

Al cabo de varios días quedó terminada definitivamente su expulsión del hogar. En elcentrodelllanoestuvolamentandosudolor,sinquenadielehicieracaso,ydespuésdeunahoradellantoinútildeterminóvenirseavivirconOrejaCaídayconmigo.Eramuypequeñanuestracueva,peroapretujándosemuchohubositioparalostres.Sinembargo,norecuerdoque Diente Mellado estuviera con nosotros más de una noche; así es que debió ocurrirleenseguidaelaccidentequeosvoyareferir.

Sucedió al mediodía. Habíamos comido por la mañana nuestra ración de zanahorias, yluego nos aventuramos por los árboles, despreocupados con nuestros juegos. No puedoexplicarmecómoOrejaCaídaperdiósurecelohabitual:acasodistraídoporeljuego,comoyahe dicho. Habíamos estadomucho rato jugando al escondite entre los árboles. ¡Y vaya unescondite!Saltábamosespaciosdediezoquincepiescomosi talcosa.Unsaltodejándonoscaerdesdeveinteo veinticincopiesdealtura,no teníaparanosotrosninguna importancia.Casi temo deciros los enormes trechos que saltábamos. Cuando nos hicimosmás pesados,aprendimos con los años a ser más precavidos en los saltos; pero en aquella edad erannuestroscuerposcomomimbresyhacíamosconellosloquequeríamos.

DienteMelladodesplegabaextraordinariaagilidadenestos juegos.Élsequedabamenosveces que ninguno, y en el transcurso del juego encontraba siempre alguna piruetadificilísimaqueniOrejaCaídani yo éramos capacesde imitar. Paradecir la verdad, hedeconfesarquenosdabamiedointentarlo.

Cuandonos"quedábamos"algunodenosotros,DienteMelladocorríahastaelextremodelas ramasmás altas del árbol, a unos setenta pies del suelo, sin nada debajo que pudieraamortiguar la caída A unos veinte pies por debajo y amás de quince de la perpendicular,pendíaunagruesaramadeotroárbol.Cuandoleperseguíamoshastalasramasaltas,DienteMellado,haciéndonosfrente,comenzabaasacudirlaramaenquesehallaba,yesto,comoesnatural,noshacíadetenernos.Entoncessebalanceaba,ycuandoalfiníbamosacogerle,sedejaba caer a impulsos de la oscilación de la rama, de la que se servía como un trapecio.Durantelacaída,dabaunavolteretaenelaireparaquedardefrenteaotraramadondehabíadeasirse.Éstasedoblabaalgolpe,yaveceshastacrujíaamenazandoromperse;peronosequebrónunca,ysiempreveíamosentre lashojaselrostrodeDienteMelladoquenoshacíamuecasdeburlaydetriunfo.

Amí me había tocado "quedarme" la última vez que DienteMellado intentó su famososalto.Habíaalcanzadoyaelextremode laramaycomenzabaabalancearla.Mearrastrabahaciaél,cuandoderepenteoímosungritodealarmadeOrejaCaída.Miréhaciaabajoylevienlabifurcaciónmismadelasramasjuntoaltronco,acurrucándosecontraél.Tambiényomeacurruquéinstintivamentecontralagruesaramaenquemehallaba.DienteMelladocontuvosubalanceo,perolaramacontinuóaúnsusoscilaciones,arqueándosedearribaaabajoentreelrumordelashojas.

Oíquebrarseunaramitaseca,ymirandohaciaabajovialprimerhombredelFuego.Sedeslizaba sigilosamente sobre la tierra, escudriñando los árboles. Pensé primero que seriaalgúnanimalsalvaje,porquellevabaentornoalacinturaysobreloshombrosjironesdepielde oso. Luego distinguí sus manos, sus pies, y más claramente sus facciones. Se parecíamucho a mi propia especie, sólo que eramenos velludo y sus pies menos parecidos a lasmanos que los nuestros. En efecto, como pude observarlo más tarde, estos Hombres delFuegoeranmenosvelludosquenosotros,comonosotros loéramosmenosque losHombres

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delosÁrboles.Alverle,locomprendítodoperfectamente.EsteeraelterrordelNordestequeanunciaba

el misterio del humo. Sin embargo, yo estaba sorprendido; no era ciertamente ningúnmonstruoterrible.OjoBermejoocualquieradenuestrosmásfuerteshombreshubieransidountemiblerivalparaél.Eraviejo,además,arrugadopor losaños,ysuscabellosaparecíangrises.Cojeabapenosamentedeunapierna.Nocabíadudadequepodríamosescaparnosytreparmásdeprisaqueél.Indudablementenolograríacogernos.

Pero llevabaen lamanoalgoqueyonohabía vistonunca:unarco yuna flecha.Ambascosas aún no significaban nada para mí. ¿Cómo podía comprender que la muerte nosacechabaenaquelpedazodemaderacurva?OrejaCaídasíquelosabía.SindudahabríavistoantesalosHombresdelFuegoyconocíaalgodesumaneradeser.ElhombredelFuegolemiró, dando la vuelta alrededor del árbol. Oreja Caída dio también la vuelta sobre labifurcacióndelasramas,poniendosiempreeltroncoentreélyelhombredelFuego.

Éstesevolvióendireccióndistintarepentinamente.OrejaCaída,sorprendido,tambiénsevolvióvelozmente,peronopudoocultarseantesdequeelhombredelFuegohubiesetendidoelarco.Vicómosaltabalaflechadisparada,rozabaaOrejaCaídaysehincabaoblicuamentecontra un ramón, cayendo después al suelo. Salté, bailando de alegría sobre la alta ramadondeestabaencaramado. ¡Qué juego tandivertido!ElhombredelFuego le tirabacosasaOrejaCaída,comonosotroscuandojugábamos.

Continuó un rato más el juego; pero Oreja Caída no se volvió a exponer. Entonces elhombre del Fuegomiró hacia arriba. Yome eché adelante, asomándome fuera de la ramahorizontal,provocándoleconmimediacharla,ganosode jugarconél.Deseabaponermedeblancoaversimeacertaba.Memiró,peronosedioporaludido,fijandolaatenciónenDienteMellado,queaúnsebalanceabaligeraeinvoluntariamenteenelextremodelarama.

Saltóhaciaelcielolaprimeraflecha.DienteMelladodejóexhalarungemidodemiedoyagonía.Eldardohabíadadoenelblanco.Estocambiabaparamíelaspectode lacuestión.Perdí inmediatamente las ganas de jugar yme recogí tembloroso detrás de las ramas.Dosflechas más pasaron rozando a Diente Mellado, silbando al deslizarse entre las hojas, ydescribiendounarcoenelairecayerondespuéshacialatierra.

El hombre del Fuego tensó de nuevo su arco. Cambió de posición, desviándose algunospasos.Vibrósonoroelarco,saliólaflechadisparada,yDienteMellado,lanzandountremendoalarido, se desprendió de la rama. Lo vi caer volteando; parecía que fuera todo brazos ypiernas; llevaba clavado el dardo en el pecho y aparecía y desaparecía a cada vuelta delcuerpodesplomado.

Cayó,entrelaestridenciadeungrito,desdesetentapiesdealtura.Fueaaplastarsecontraelsueloconungolpecomounchasquido,yrebotóelcuerpoparacaerdenuevo.Aúnvivía,porqueseagitóarañandoconpiesymanos.Recuerdoalhombrede1Fuegocorriendohaciaélconunapiedraymachacándolelacabeza;luego...norecuerdonadamás.

Siempre,enmiinfancia,alllegaraestemomentodemissueños,medespertabagritandoyaterrorizado... para encontrar a menudo a mi madre o a mi niñera, que, ansiosas ysobresaltadas,meacariciabanconsusmanosloscabellosymedecíanqueestabanamiladoynadadebíatemer.

Mi sueño siguiente me representó la huída a través de la selva en compañía de OrejaCaída. Se habían desvanecido Diente Mellado, el hombre del Fuego y los árboles de latragedia.OrejaCaídayyo,llenosdepánicoyderecelo,huíamosentrelosárboles.Deprontosentíenlamanoderechaundolorardoroso.Undardomehabíaatravesadolacarne.Lapuntay la caña de la flecha del hombre del Fuego asomaban respectivamente a cada lado de lamano. No sólo la tirantez de la flecha me dolía intensamente, sino que impedía mismovimientosymeimposibilitabaparaseguiraOrejaCaída.

Medetuveal fin,acurrucándomealabrigode las ramasdeunárbol.OrejaCaídasiguióadelante. Le llamé ansiosamente, aún lo recuerdo, y él se detuvo para mirar hacia atrás.Entoncesvolvióhaciamítrepandoporlasramasyexaminandoeldardo.Tratódearrancarlo,peroporunaparteloimpedíalapuntabarbadayporlaotraelextremodelacañarodeadadeplumas.

Permanecimos agazapadosunos instantes;OrejaCaída, nervioso y conansiedadde irse,mirabainquietoytemerosohaciaunoyotrolado;yogimoteabaenvozbaja.OrejaCaídaardíaendeseosdehuiry,sinembargo,permanecíaamilado;sabíaelpeligroqueleamenazabayno quiso abandonarme a pesar del terror. Veo en su conducta la sombra precursora del

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altruismoydelcompañerismoquehancontribuidoaqueelhombreseaelmáspoderosodetodoslosanimales.

Aunquisoarrancarmelaflecha,rasgandolacarne,peroyolodetuveenfurecido.Entoncesseinclinóycomenzóamordisquearlacañadeldardo.Mientraslohacía,sosteníafirmementela flechaentresusmanosparaquenome lastimara laherida,en tantoqueyomeapoyabasobreél.

Muchas veces pienso en esta escena: los dos muchachos, en la infancia de la Horda,dominandoelunosuterrorysuegoísmodehuir,parapermaneceramiladoofreciéndomesuayuda.Yentoncesselevantaantemisojostodoloqueallíestabalatente,yveolavisióndeDamón y Pythias, los mártires, la Cruz Roja, los guías que emprenden los heroísmosdesesperadoselpadreDamián,yCristomismo,ytodoslosgrandeshombresdelatierra,cuyafortalezatienesushuellasoriginariasenellazoprimitivoyrudimentariodeDienteMellado,OrejaCaídayotrosignoradoshabitantesdelnacientemundo.

CuandoOrejaCaídahubotrituradolacañadeldardo,pudosepararlapuntafácilmenteyarrancar la flecha. Me levanté para proseguir nuestra huída; pero ahora fue él quien medetuvo.Lapiernamesangrabaprofusa-mente.Sehabríanrotosindudaalgunadelasvenasmenores.

OrejaCaídacorrióhaciaelextremodelarama,arrancóunpuñadodehojastiernasylaspuso como un emplasto cubriéndome la herida La sangre dejó de brotar inmediatamenteEntoncescontinuamosadelante,volviendoalaseguridaddelascavernas.

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CAPITULOVIII

RECUERDOmuybienelprimerinviernoquesiguióamiexpulsióndelhogar.Durantemissueños he vuelto a padecer los sufrimientos de sed y los estremecimientos de frío queentoncesnosacometían.OrejaCaíday yonos sentábamosmuy juntos, estrechándonosconbrazos y piernas, amoratado el rostro y tiritando. Al amanecer era cuando me sentía másentumecido.Enaquellashorasheladasdormíamospoco,yesperábamoseldespuntardeldía,ateridosydesamparados,parareconfortarnosalosrayosdelsol.

Crujía la escarcha bajo nuestros pies cuando salíamos de la caverna. Una mañanadescubrimos una capa de hielo sobre las aguas quietas en el remanso del abrevadero. Lanoticia se extendió por la Horda y todos nos preguntábamos qué pudiera ser aquello. ElancianoMarrow-Bone,queeraelmásviejodelaHorda,nohabíavistonuncanadasemejante.Recuerdolamiradainterrogativa,perplejayllorosaquebrotódesusojosalexaminarelhielo.Esamirada llorosa resplandecía ennuestros ojos cuandono comprendíamos algo o cuandosentíamos el aguijón de algún vago e inexpresable deseo. También Ojo Bermejo vino aexaminar el hielo. Llegaba aterido y se volvió a mirar hacia el Nordeste, como si quisierarelacionaralosHombresdelFuegoconesteúltimohallazgo.

Sinembargo,sóloencontramoshieloestamañanaapesardeseraquelinviernoelmásfríoquetuvimosquesufrir.Norecuerdodeningúnotroquefueratanduro.Hepensadomuchasvecesqueseriaprecursorde los innumerables fríosvenideros,Cuando lassábanasdehieloibanbajandodelNortelejanoarrastrándosesobrelafazdelatierra.Nosotrosnollegamosaverlas. Debieron pasar muchas generaciones antes de que los descendientes de la HordaemigraranalSuropermanecieranallíadaptadosalasvariablescondicionesdelmedio.

Nuestra vida era un azar. Vivíamos sin ton ni son. Ni se planeaba nada, ni nada seejecutaba.Comíamoscuandoteníamoshambre,bebíamosalsentirlased,nosretirábamosalabrigodelascuevascuandolanocheseaproximabaypasábamosenunjuegofortuitoelrestodelavida.Éramosmuycuriosos,fácilesdedivertirymuyabundantesenbromasyjugueteos.Sólo lacóleraoelpeligronosvolvíanseriosygraves;pero tanprontocomosedisipaba laamenazaseolvidabatodo.

Ilógicos, inconsecuentese inconstantes, carecíamosde firmezaennuestrospropósitos, yestaeralacausadelasuperioridaddelosHombresdelFuego,queposeíantodoestoenquetan pobres éramos nosotros. En algunas cosas, sin embargo, éramos capaces de algúnpropósito largamenteacariciado,especialmenteenlavidaemocional.Elcasodelasparejasmonogámicasaqueantesmehereferidopodráinterpretarsecomoefectodeunacostumbre;peronoocurrelomismoconmipasiónhaciaDulceAlegría,nimenosaúnconlaenemistadocultaqueexistíaentreOjoBermejoyyo.

Loquemásmeafligecuandovuelvomisojosaesavidalejana,esnuestrainconsecuenciaynuestra estolidez. En una ocasiónme encontré una calabaza rota, con la concavidad haciaarriba,amaneradecuenco,llenadeaguadelluvia.Eradulceelaguaybebídeella.Hastame llevé la calabaza y la volví a llenar en el río, en parte para beberla y en parte paraderramarlasobreOrejaCaída.Despuéstirélacalabazasinmásconsecuencias.Nomecabíaenlacabezanisemeocurriónunca llenarladeaguay llevármelaa lacueva.Sinembargo,muchasveces,durante lanoche, teníased,sobretododespuésdehabercomidocebollas,yteníaquesufrirla,porquenadieosabasalirabeber,fueradelascavernas.

Másadelantemeencontréotracalabazaencuyointeriorsonabanlassemillas.Muchomedivirtióesto;peroeraunjugueteynadamásqueunjuguete.Nopasó,sinembargo,muchotiemposinqueseadoptasealfinelusodelascalabazasparadepósitosdeaguadelaHorda.No fui yo el inventor; corresponde el honor de ello al anciano Marrow-Bone, y bueno esaclararquefuelanecesidaddesusavanzadosañoslacausaproductoradelainnovación.

LociertoesqueelprimeroenusarlascalabazasparabeberenlaHordafueMarrow-Bone.PodíatenerasíunareservadeaguaenlacavernadondemorabayquepertenecíaasuhijoPelicalvo, quien le había permitido ocupar un rincón de ella. Solíamos ver a Marrow-Bonecuandollenabasucalabazaenelabrevaderoparallevárseladespuésalacaverna.LaHordaera muy imitadora; así es que, unos primero y otros después, cada cual se procuró unacalabazaparecida,hastaquesegeneralizólaprácticadealmacenarelaguadeestasuerte.

Aveces,elancianoMarrow-Bone,acausadesusachaques,nopodíasalirdelacaverna,y

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entoncesPelicalvolellenabasucalabaza.Algúntiempodespués,PelicalvodelegóestatareaensuhijoLabioLargo,ydespués,cuandoserestablecióMarrow-Bone,continuóLabioLargollevándoleelagua.Andandoeltiempo,loshombresdejarondetransportaragua,imponiendola tarea a las mujeres y a los niños. Oreja Caída y yo, que vivíamos independientes,llevábamos tan sólo el agua para nosotros y solíamos burlarnos de los demás muchachoscuandolesllamabanparaquecargasenlascalabazas,dejandolaalegríadesusjuegos.

Lentoserannuestrosprogresos.Aunlosadultospasabanlavidajugandomuchomásdeloque ahora juegan nuestros niños. En esto no nos igualaba ningún animal. Lo poco queaprendíamoserahijodel juegoodenuestracuriosidadypenetración.PoresofueelusodelascalabazaselmásgrandeinventodelaHordadurantetodoaqueltiempo.Alprincipionoslimitábamos a guardar agua en ellas, comohacía el ancianoMarrow-Bone. Pero cierto día,unadelasmujeres,norecuerdocuál,llenódemorasunacalabazaylatrajoalacaverna.Alpocotiempotodaslasmujereslastraíanllenasdebayas,nuecesyraíces.Otramujerinventóunanuevaevolucióndelsistemadetransportes;sindudasucalabazaseríamuypequeñaotalvez se la habría olvidado; pero fuera lo que quiera, el caso es que ató dos hojas grandes,cosiéndolascon juncos,ypudo traerasíunagrancantidaddebayasmuysuperiora laquecupieraenlamayordenuestrascalabazas.

HastaahíynomásallállegamosenlosmediosdetransportedurantemividaenlaHorda.Anadieseleocurriótejerunacestaconmimbreojuncos.Avecesatabanconvaritasflexiblesyconenredaderaslosmanojosdehelechosyramasquesetraíanalascuevasparaacostarsesobreellos.Acasoalcabodediezoveintegeneracionesllegaríamosainventareltejidodelascestas.Ydespuésvendríaotracosaindudablemente:sisetejíanmimbresparahacercestos,el paso próximo sería el tejido de la tela. Seguiría a esto el vestido, y al cubrir nuestradesnudez,naceríaelpudor.

Así se iba avanzando en el mundo prehistórico. Pero nosotros estábamos empezando elcaminoynopodíamosirmuylejosenunageneración.Noteníamosflechas,desconocíamoselfuegoyestábamosenlosrudoscomienzosdellenguaje.Tanlejanaestabaaúnlainvencióndelaescritura,quemesientoanonadadoalpensarlo.

Sinembargo,estuveapuntodehacerungrandescubrimiento,usehubierarealizadoanoser por la glotonería e Oreja Caída. Demuéstrase, además, con esto cuán casual era enaquellosdíasnuestrodesarrollo.El casoesqueestuvoenun trisquenodescubrierayo ladomesticacióndelperro,cosaquelosHombresdelFuegonohabíanconseguidotodavía,puesséporobservacióndirectaquenoteníanperros.PerorelatemoscómolaglotoneríadeOrejaCaídadetuvo,acasopormuchasgeneraciones,nuestroprogresosocial.

Muy lejos,haciaelOccidentedenuestrascavernas,habíagrandespantanos,yalSurseextendíaunahileradepequeñascolinasrocosas.Eranmenosfrecuentadas,porquenadieseaventurabaporallí,acausadenohaberalimentoalgunoyporqueestabanplagadasdefierascarnívoras.

Peroundía,OrejaCaídayyonosencontramosenlascolinas,desviadosdenuestrocamino.Nonoshabríamosextraviadosinohubiéramosestado

persiguiendo a un tigre. Os ruego que no os riáis. Era el propio Diente de Sable.Tropezamosconélenlaselva,unamañana,ylegritamos,desdeelsegurodelasaltasramasnuestroodio.Leperseguimosporencimadesupropiacabeza,deramaenramaydeárbolenárbol, lanzando una gritería infernal que avisaba a todos los habitantes de la selva laproximidaddelviejotigreDientedeSable.

Conestoleechábamosaperderlacazaportodaspartes.Seenfureciódeunmodoterrible;nosamenazaba,gruñía,restallabalacola,yavecesseparabaamirarnosfijamenteduranteungranrato,comosiestuvieracavilandoelmediodeecharnosmano.Peronosreíamosdeélylepinchábamoscontallossecosdesdeelextremodelasramas.

EraelgranjuegodelaHordaelacosodeltigre.Avecessecomplicabaconeldeunleónodeotrotigrequesehabíaaventuradoporlaselvaenplenodía.Eranuestravenganza.Másdeuno de los nuestros, pillado desprevenido, había ido a llenar la panza del tigre o del león.Acasotambiénestaspruebasnosenseñaronaahuyentardenuestroterritorioalosanimalescazadores.Peroaquelloeramuydivertido;unmagníficojuego.

AsíescomoperseguimosOrejaCaídayyoalviejoDientedeSablepormásdeunaleguadelbosque.Alfinal,huyóconlasorejasgachasyelraboentrepiernas,comounpobrediabloapaleado.Hicimoscuantopudimosparaalcanzarle;perocuandollegamosallindedelaselva,yanoseveíadeélmásqueunlevepuntoenlalejanía.

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Nosési fuelacuriosidadloquenosimpulsó;perolociertoesque,despuésdejugarunratoporallí,nosaventuramosporeldescampado,haciael límitede lascolinasrocosas.Nofuimosdemasiadolejos.Acasonoestaríamosnuncaamásdecienvarasdelosárboles,y-heaquíquealtransponerunarocabastantealta,dimosdemanosabocacontresperritosqueretozabanalsol.

No nos vieron y les contemplamos un buen rato. Eran perros salvajes. Una rendijahorizontalabiertaenelmurodepiedraindicabaevidentementeelcubildondesumadreloshabríadejadoydondeellosdebieronpermanecerobedientes.Peroelmismoaumentodevidaque nos habla impulsado a Oreja Caída y a mí a aventurarnos fuera el bosque, habíaarrastrado a los perritos retozones fuera del cubil. Bien sé cómo les hubiera castigado sumadresiloshubierapilladoenaquelladesobediencia.

PerofuimosOrejaCaídayyoquienes lessorprendimos.MemiróOrejaCaídaysaltamoshacialosperritos,quenosabíanadóndeescaparcomonofueraalcubil;peronosotrosnoshabíamos interpuesto y se lo impedíamos. Uno de ellos se lanzó entre mis piernas, yagazapándomeloapreséenseguida.Mehincósusagudosdientesenelbrazo, losoltéen lasorpresadelrepentinodolor,yalmomentoyasehabíaescurridorápidodentrodelcubil.

OrejaCaída, que luchaba con otro,me hizo un gesto de desprecio, y valiéndose de unamultituddesonidos,meintimóechándomeencaramiestupidez.Mesentíavergonzado,asíbravamentealotroperritoporlacola,yaunquemeclavótambiénsusdientecitos,leagarrépor el cogote. Oreja Caída y yo nos sentamos; teniendo en las manos los perritos, losmirábamosynosreíamos.

Gesticulaban, regruñían y lloriqueaban. Oreja Caída se sobresaltó de repente, creyendoque había oído algo. Nos miramos atemorizados y comprendimos el peligro de nuestrasituación.Loquemásencolerizabaalosanimales,loquelesvolvíademoniosenfurecidos,eraquelestocaranasushijuelos.Yaquellascríasquearmabantalescándalopertenecíanalosperrossalvajes.Bienlosconocíamosnosotros,leshabíamosvistoencuadrillaacosandoalosanimales herbívoros; los habíamos contemplado persiguiendo a las manadas de bisontes ytoros,desgarrandoentresusdientesalosrecentalesyalasbestiasviejasyenfermas.Másdeunaveznoshabíanperseguido tambiénanosotros,yyohabíavistoenciertaocasióncómounamujerdelaHordacalayeraatrapadaporelloscuandoibaaalcanzarelrefugiodelosárboles. Si no la hubiera rendido la carrera, habría podido trepar a las ramas; pero alintentarlo,resbalóyrodóalsuelo.Entonceslosperrosdieronbuenacuentadeella.

Nosmiramosunosinstantes,ydespués,asiendofuertementenuestraspresas,corrimosalbosque.Unavezenlaseguridaddelosárboles,levantábamosenelairealosperritosynosreíamos de nuevo. Ya veis con qué facilidad brotaba en nosotros la risa, sucediera lo quesucediere.

Comenzóentoncesunadelastareasmásdifíciles.Habíaquevolveralacaverna,llevandocon nosotros a los perritos, y no podíamos disponer de las manos para trepar, porquehabíamos de asir a nuestros escurridizos prisioneros. Quisimos caminar por el suelo, perohubimosdetreparotravezalosárbolesperseguidosporunahienaquenosvinoacosando.

OrejaCaídatuvoalfinunaideafeliz.Seacordódecómoatabalosmontonesdehojasylosllevaba a la cueva para que le sirvieran de cama. Rompió algunas ramas fuertes deenredaderasyatólaspiernasdelperrito,yconotraramaquesepasóalrededordelcuellolopudosujetar,colgándoseloalaespalda.Estoledejabalibreslospiesylasmanos,perohabíael inconveniente deque el perrito no se conformaba a permanecer sujeto en la espaldadeOrejaCaída.Oscilóprimerohaciauncostado,luegohaciadelante,ycomonoteníaatadoslosdientes, asestó un buenmordisco en el indefenso estómago de Oreja Caída. Este lanzó ungrito, estuvo a punto de caerse, y se hubo de agarrar a un ramón con ambasmanos paraevitar la caída. Pero con la violencia de la sacudida se rompió la rama de enredadera quellevabaalcuello,ydesplomándoseelperro,consuscuatropatasatadastodavía,vinoacaerenlabocadelahiena,queprocediótranquilamenteacomenzarsucomida.

OrejaCaída se enfureció. Azuzó primero a la bestia, y luego se fue solo a través de losárboles. Yo no tenía porqué llevar mi perrito a la caverna; pero como sentía el deseo dehacerlo,mequedéarealizarmipropósito.Yparahacermásfácillaempresa,desarrollandolaideadeOrejaCaída,nosóloleatélaspatas,sinoquemetíunaramaentrelasdosmandíbulasylaatéfuertemente.

Al finpude llegara lacavernaconmiperrito. Imaginoque fuialgomás tenazde loquesolíamosserlolosdelaHorda,puesenotrocasonohubieraconseguidorealizarmiproyecto.

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Todos se rieron de mí cuando me vieron llegar arrastrando al animal para meterlo en lacaverna. Pero no me preocupé. El éxito había coronado mis esfuerzos y allí estaba micachorro. Era un juguete como ninguno de los de la Horda podía poseer. Aprendiórápidamenteacomportarse.Cuandojugandoconélmemordía,ledabauntiróndeorejasydejabadeintentarlopormuchotiempo.

Yoestabamuycontentoconél.Eraalgonuevo,ylosdelaHordanosdesvivíamosporlasnovedades. Cuando vi que rechazaba las frutas y los vegetales, le cacé pájaros, ardillas yconejitos. Los de la Horda éramos tan vegetarianos como carnívoros, y nos complacíadedicarnos a la caza menor. El perrito comía a carne que yo buscaba para él y se ibadesarrollando. Calculo que estaría bajo mis cuidados más de una semana. Un día, cuandoregresabaalacavernaconunanidadadefaisanesreciénsalidosdelhuevo,meencontréconqueOrejaCaídahabíamatadoalperritoycomenzabaacomérselo.Saltésobreél -lacuevaeramuyangosta-ynosliamosaarañazosymordiscos.

Asíterminóelprimerintentodedomesticacióndelperro:conunapelea.Nosarrancamoslos pelos a puñados, nos arañamos, nos mordimos y rodamos varias veces uno sobre otro.Luego, cansados de reñir, nos pusimos de pie y nos comimos tranquilamente el perrito.¿Crudo?...sí,señor,crudo.Aunnohabíamosdescubiertoelfuego.Nuestraevoluciónhaciaelpasadodelosanimalesyacíatodavíaocultaenelarrolladopergaminodelossiglosvenideros.

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CAPITULOIX

OJOBERMEJOeraelelementodediscordiade laHorda.Másprimitivoquenosotros,nopertenecíaenrealidadanuestraraza;Peronosotroséramostambiéntanprimitivos,quenofuimoscapacesdeunesfuerzocomúnparamatarleoexpulsarledelaHorda.Siendocomoeratan tosca nuestra organización social, Ojo Bermejo era demasiado rudo para vivir en ella.Siempresusactos,pordesordenadose insociales, tendíana ladestrucciónde laHorda.Enrealidad, siendo una reversión al tipo primitivo, su lugar estaba entre los Hombres de losÁrbolesmásbienqueentrenosotros,queyaíbamosPorelprocesodeformacióndelhombre.

Eraunmonstruodecrueldad,queyaesdecir,enaquellostiemposcrueles.Maltratabaasus mujeres, y no porque tuviera muchas a un tiempo, sino porque se casó varias veces.Ninguna mujer podía vivir con él, y, sin embargo, vivían a la fuerza. Nadie se atrevía aplantarlecara.Nohabíaningunoquefueralosuficientementefuerteparaponersefrenteaél.

AvecesrecuerdolaHordaalahoradelcrepúsculo,horaquietaycallada.Desparramadapor los abrevaderos hasta los campos de las zanahorias y los pantanales de las bayas, sereunía en el llano extendido delante de las cavernasNo osaba retardarsemás allá de estahora,porquelastinieblasseaproximabanyelmundoseabríaalacrueldaddelosanimalescarniceros,mientrasquelosprecursoresdelhombreseocultabantiritandoensusagujeros.

Aunnosquedanunosminutos antes deque emprendamos la ascensión a las cuevasdelescarpado. Estamos cansados del juego del día y apagamos nuestros gritos. Hasta lospequeñuelos,aunganososdebromaytravesuras,jueganconciertocuidado.Sehandormidolas brisas del mar y las sombras su esparcen con el último destello del sol moribundo. Yentonces,derepente,surgedelacavernadeOjoBermejoungritodellantoyelruidodelosgolpes.Estáapaleandoasumujer.

Primeronossobrecogeunsilenciopavoroso.Perocomo losgolpesy losgritoscontinúanprorrumpimosenunaalgarabía,derabiaimpotente.EsindudablequeloshombressientenlaofensadeaquellasbrutalidadesdeOjoBermejo,peroestándemasiadoacobardados.Cesanalfin los golpes y el ahogado lamento se pierde poco a poco, mientras que procuramosaturdirnosconnuestrascharlas.Lanocheseextiendesobreelpaisaje.

Nosotros, para quienes casi todas las cosas eran motivos de broma, no reíamos nuncacuandoOjoBermejomaltratabaasusmujeres.Conocíamosdemasiadobienlatragediadelasdesventuradas,Másdeunamañana,enloprofundodelospeñascales,encontramoselcuerpoexánimedesuúltimaesposa.Lahabíaarrojadoallí,desdelabocadelacaverna,despuésdematarla. Nunca enterraba a sus muertos. Dejaba a la Horda el cuidado de llevarse loscadáveres, que de otra suerte hubieranmancillado nuestrasmoradas. Acostumbrábamos alanzarlosalrío,másalládelúltimoabrevadero.

Pero no sólo mataba a sus mujeres Ojo Bermejo, sino que asesinaba también paraproporcionárselas.Cuandonecesitabaunanuevaesposa,elegíaladeotrohombreylomatabainmediatamente.Yomismovidosdeestosasesinatos.TodalaHordalosabía,peronadapodíahacer. Aún no habíamos desarrollado ningún sistema de gobierno; teníamos solamentealgunas costumbres y dejábamos caer nuestra ira sobre aquellos que las violaban.Así, porejemplo,sialguienmanchabalosabrevaderos,podíaseratacadoporcualquieraqueloviese,ysialgunodabaunfalsogritodealarma,seconvertiríaenelblancodelmaltratodenuestrasmanos. Pero Ojo Bermejo pisoteaba todas nuestras costumbres, y tanto le temíamos, quenuncanosatrevimosaunaaccióncolectivanecesariaparacastigarle.

Al sexto invierno de nuestra vida en la caverna, Oreja Caída y yo descubrimos quehabíamos crecido. Al principio podíamos entrar en ella sin ninguna dificultad, gracias anuestra pequeñez lo cual tenía sus ventajas, porque impedía que los mayores intentasenquitárnosla,yaqueeralamásseguraylamáscálidaenelinvierno.

Paraque veáis cuál era el gradodedesarrollomental de losde laHorda, osdiréqueanadieseleocurriópensarenlosencilloquehubierasidoexpulsarnosyengrandecerdespuéslarendijadeentrada.TampocoOrejaCaídayyopensamosenesto,hastaque,alaumentarnuestra corpulencia, nos vimos obligados a ensanchar la covacha. Realizamos esta obradurante el verano, cuando los días eran largos y la comida abundante; trabajábamos porturno,cuandosenosocurríaynosdabaelcaprichodehacerlo.

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Primeramente arrancamos las rocas desmoronables con los dedos, hasta lastimarnos lasuñas; luego, por casualidad, se me ocurrió utilizar una piedra o un pedazo de leño paraescarbarenlaroca.Lacosafuemuybienalprincipio,peronosucedióasídespués,porqueunamañanaqueafuerzadearañarhicimosunmontóndeescombrosalapuertadelacueva,semeocurrióecharlosarodarporelescarpado,despejandolaentrada.Enseguidasentimosun alarido de rabia lanzado desde abajo. No era necesario mirar. Conocíamos la vozdemasiadobien.LosescombroshabíancaídosobreOjoBermejo.

Nosagazapamosenlacaverna,consternados.Unminutodespuésestabaélenlaentradade la cuevaescudriñandocon susojos inflamadosyenfurecidocomoundemonio.Peroerademasiado grande y no podía entrar a cogernos. De pronto se fue. Esto era sospechoso.ConocíamosmuybienelcarácterdelaHordaysabíamosquelairanosehabríadesvanecidotan pronto. Me acerqué hacia la entrada para observar. Vi entonces a Ojo Bermejo quetrepaba nuevamente por los peñascales. Llevaba en la mano un palo enorme. Antes quepudiéramosadivinarsuintenciónyaestabadenuevoalapuertadelacavernapinchándonosbrutalmenteconelpalo.

Sus acometidas eran prodigiosas. Hubieran podido reventarnos si nos acertaran. Nosacurrucamoscontralasparedeslaterales,dondecasiestábamosfueradelalcancedesuira;pero hurgando hábilmente nos alcanzaba alguna que otra vez, en sus crueles y arañantespinchazos con la punta del palo, que nos arrancaba pedazos de piel. Rugía de satisfaccióncadavezqueeldolornosarrancabaungemido,yvolvíamásafanosoasusembestidas.

Yo empecé a enfurecerme. Era entonces un impulsivo y mi valor rayaba a veces en latemeridad,aunqueenestecasoeraparecidoaldelarataacorralada.Agarreelpaloconmismanos; pero tal fue el latigazo fortísimo de su estirón, queme arrojo contra la boca de lacaverna.Extendiósubrazoymedesgarrólacarneconlasuñascuandoyosaltabahaciaatrás,librándomedesugarraylograndoalcanzarlaseguridadrelativadelmurolateral.

Comenzóapinchardenuevo,dándomeungolpeterribleenelhombro.Másallá,tiritandodemiedoygimiendodedolorcuandolealcanzaba,OrejaCaídapermanecíasumiso.BusquéConlamiradaalgúnotropaloconquepincharamivez,peroúnicamentepudeencontrarunapequeña ramadeunapulgadadegrosor yunpiede longitud.Laarrojé furiosocontraOjoBermejo.Nolehicedañoalguno,perolanzóenungruñidotodoelrepentinoacaloramientodesu ira, amenazándome con golpearme de nuevo. Empezó entonces a pinchar enloquecido,frenético.Cogíunapiedra,lalancéconelmáximoimpulso,yfueadarleenplenopecho.

Estome envalentonó. Además, yo estaba tan furioso como él y había perdido elmiedo.Arranquéotropeñascodelmuro,deunasdosotreslibrasdepeso,ylodespedícontodasmisfuerzassobreelrostrodeOjoBermejo.Estuveapuntodeacabarconél.Setambaleóhaciaatrás,dejandocaerelpalo,y,estuvoenpeligroderodarporelpeñascal.

Suaspectoera terrible.La fazcubiertadesangre,agitando las faucesenungruñidodeamenazayrechinandolosdientescomounjabalí.Seenjugólasangrequelecorríasobrelosojos, me echó una terrible mirada y rugió enfurecido. El palo había caído al fondo delpeñascal;asíesquecomenzóalanzarmepiedras,yestoparaamunicionarmecontraél.Yoleacertaba cuantas veces quería, porque presentaba un blanco magnífico, mientras que élapenassimepodíaalcanzar,escudadocomoestabatrasdelmuro.

De pronto desapareció. Lo vi desde el borde de la caverna descender por el escarpado.TodalaHordasehabíareunidoycontemplabaconmedrososilencionuestralucha.Cuandolovierondescenderseescabulleroncorriendolosmástímidos.AúnveoalancianoMarrow-Bonetambaleándose en suhuída.OjoBermejo terminóde bajar conun enorme salto demásdeveinte pies. En el llano se encontró con una pobre madre que atemorizada huía hacia elpeñascal.Llorabadeterror,apretandocontraelpechoasuniñodedosaños.ElniñorodóalospiesdeOjoBermejo.Ésteylamadreselanzaronsobreélparaarrebatárselomutuamente.Despuésvicómovolteabaenelaireelfrágilcuerpodelniñoparaestrellarsecontralaroca.Lamadrecorrióhastaallí,lorecogióensusbrazosseacurrucósobreélllorandoenloquecida.

Ojo Bermejo continuaba en busca del palo. El anciano Marrow-Bone, vacilante en sucamino,sehabíaretrasadoenlahuídaynopudoevitarelencuentro.LaenormemanodeOjoBermejoseextendiócontraélyleagarroporelcuello,apretandocomosifueraunatenaza.El débil cuerpo se abandonó al destino; Ojo Bermejo vaciló un momento, y Marrow-Bone,temblandoespantosamente, inclinó lacabezay secubrióel rostrocon losbrazoscruzados.OjoBermejolearrojódeungolpecontraelsuelo,dondeelancianoquedóinmóvil, llorandocon el miedo de la muerte. Vi entonces a Pelicalvo sobre la llanura desnuda, dándose de

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puñetazos en el pecho desesperadamente, pero sin atreverse a dar un paso. Ojo Bermejo,obedeciendoa la incoherenciadesuespíritu,abandonódeprontoalpobreviejoysiguióenbuscadelpalo.

Volvióotravezalescarpadoycomenzóatrepar.OrejaCaídaqueestabaescudriñandoamilado,seapresuróaarrastrarseal fondode lacaverna.Nocabíaduda.OjoBermejoveníaamatarnos. Desesperado, furioso pero sin miedo, recorrí la escarpadura, amontonandopeñascosalaentradadelacueva.OjoBermejoestabayaapocosmetrospordebajo,ocultoporunriscosaliente.Cuandoapareciósucabeza,hicerodarunaroca,quenoleacertó,peroal quebrarse contra el escarpado, el polvo le cayó sobre los ojos a Ojo Bermejo y, le cegómomentáneamente.

EstallóunacarcajadaentrelaHorda,quedesempeñabadesdelejoselpapeldeespectador.AlfinhabíaunoqueosabaplantarcaraaOjoBermejo.Aloírestaaclamaciónquellenabaelaire,OjoBermejosevolvióconungruñidohaciaellosy,enmudecieronenseguida.Entonces,envalentonado por la evidencia de su poder, irguió la cabeza, y con sus gruñidos, susgesticulacionesysurechinardecolmillosquiso intimidarme.Contraía fuertementeelcuerocabelludo sobre las cejas, erizando sus cabellos desde la frente hasta la coronilla, dondebrotabancomounacoronadeespinas.Suaspectomeimpusoperodominéalfinmiterror,yloamenacédenuevoconunapiedra.Intentóavanzar;disparélapiedraynodienelblanco.La segunda vez acerté por completo, alcanzándolo la piedra en el cuello. Ojo Bermejo,inesperadamente, sepusoentonces fueradelalcancedemivista,perocuandodesaparecíapudeverleagarrándosesobreunarocasalienteconunamano,mientrasquecon laotrasecogíalagarganta.Elpaloselecayóyfuerodandohastaabajo.

NoviaOjoBermejo,peroleoíaatragantarse.LaHordaguardabaunsilenciodemuerte.Esperé,parapetadoenlabocadelacaverna.Elatragantamientoylatoscesaronalfin,peroaun se le oía de cuando en cuando cómo se esforzaba en aclarar la garganta. Más tardecomenzóadescender.Ibaserenamente,deteniéndoseacadamomentoparaestirarelcuelloopalparloconlamano.

LaHorda entera, al verledescender, huyóhacia losbosques, dando salvajes alaridosdepánicoElvicioMarrow-Bone,vacilanteytembloroso,lesseguíadetrás.OjoBermejonosefijóen los fugitivos.Al llegara la llanurasiguiópor la faldadelescarpadoparatreparhaciasucaverna.Nisiquieramiróunasolavezasualrededor.

OrejaCaída y yo nosmiramos, y ambosnos comprendimos. Silenciosamente y congranprecaucióncomenzamosa treparhacia lacumbre,ycuando llegamosa loaltodelpeñascalnos volvimos para contemplarlo todo. Las cavernas estaban desiertas. Ojo Bermejopermanecíaenlasuya,ylaHordahabíadesaparecidoenlasprofundidadesdelbosque.

Entonces descendimos y echamos a correr como locos. Nos lanzamos a través de lasllanuras, y sin preocuparnos de las serpientes que pudieran esconderse en la hierba noslanzamosporlaspendienteshastallegaralosbosques.Trepamosalosárbolesycontinuamosadelante,adelantesiempre,acelerandonuestrahuídaarbórea,hastaqueleguasymásleguasnos separaron de las cavernas. Y entonces, y no hasta entonces, nos detuvimos en laseguridad de unas r amas protectoras, nos miramos uno a otro y prorrumpimos en unacarcajada.Nosasíamoscorbrazosy laspiernas, llenos (le lágrimas losojosydoloridos loscostadosdetantoreír,yreíamos,yreíamos,yreíamos...

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CAPITULOX

ENCUANTOterminamosdereírnos,OrejaCaídayyomarchamoshacialospantanalesdelas bayas, para almorzar. Eran los mismos parajes adonde se encaminaron mis primerasjornadasenelmundo,añosencompañíademimadrePocasveceslahabíavueltoaverenlosañostranscurridos.Generalmente,cuandoellavisitabaa laHordaenlascuevas,andabayoerranteporelbosque.UnaodosveceshabíavistoaChachalacaenlallanurayhabíatenidoel placer de irritarle haciéndole carantoñas desde la boca de mi caverna Fuera de estasamenidades,nomehabíavueltoaocupardemi familia.Nome importabagrancosa,yporotraparte,meibamuybienviviendopormicuentadehartarnosdefresas,añadiendocomodosnidadasdehuevosbienincubados,OrejaCaídayo,marchamosporelbosquehaciaelrío.Allíestabamiantiguohogararbóreo,dedondemehabíaarrojadoChachalaca.Aúnsehallabaocupado. La familia había crecido y, dos chiquitines se apretujaban a mi madre. Habíatambiénunaniñayamirabarecelosamentedesdeunade.Era,sindudaalguna,mihermana,omásbienmihermanastra.

Mimadremereconocióenseguida,peromedespachóconvientofrescocuandocomenzabaa trepar por el árbol. Oreja Caída, que era muchísimomás precavido que yo, se batió enretiradaynolepudepersuadirparaqueregresaraconmigo.Apesardeesto,meacompañódespués, y ya más entrado el día, mi hermana descendió al suelo y, allí y en los árbolesvecinostriscamosyretozamostodalatarde.Sinembargo,aquellonopodíaterminarbien.Noobstante sermi hermaname trató demuymalamanera, porque había heredado todos losmalosinstintosdeChachalaca.Sevolviórepentinamentecontramíymearañó,metiródelospelos y me clavó profundamente sus dientecitos en el antebrazo. Yo perdí la paciencia yaunquenolahicegrandaño,lepropinélazurramáscabalquehabíarecibidoensuvida.

¡Cómo chillaba! Chachalaca, que había estado ausente todo el día y que regresabaprecisamenteenaquelmomento,seabalanzóhaciaellugardelarefriega.Tambiénmimadreseacercaba;peroChachalaca llegóprimero.OrejaCaídayyonoesperamosa su llegadaypusimospiesenpolvorosa,perseguidosporChachalacaatravésdelosárboles.

Terminadafelizmentelaevasión,ydespuésdereírnosanuestrasanchas,nosdimoscuentade que se aproximaba el crepúsculo. La noche, con todos sus terrores, descendía sobrenosotros,ylavueltaalascavernaseraimposible.Nosrefugiamos,pues,enunárbolaisladode losdemásypasamos lanochemuymal instaladosenunade las ramasmásaltas.Cayódurante las primeras horas un buen chubasco, luego hizomucho frío, y después un vientohelado soplaba cortante.Completamente empapados, tiritando y castañeteando los dientes,nos arrebujamos el uno en los brazos del otro, echando de menos la caverna tibia queconservabaelcalordenuestroscuerpos.

A la mañana siguiente estábamos decididos a no pasar otra noche como aquélla, yacordándonosdelnidodemispadres,nospusimosatrabajarparaconstruirunaobrarudaamaneradenidoenlosramajesaltos.Lasbifurcacionessuperioresnosserviríanparaapoya,eltecho.Salióluegoelsol,yolvidandobajosubenignainfluencialasmiseriasdelanoche,nosfuimos a buscar el almuerzo. Después, para que veáis cuán inconsecuente era entoncesnuestra vida, nos pusimos a jugar. Hubiéramos estado trabajando un mes entero en laconstruccióndelnido,paraformarnosnuestracasitaarbórea,yluego,unavezterminada,nolahubiéramosusadotalvez.

Pero continuemos nuestra historia. Cuando nos pusimos a jugar después del almuerzo,OrejaCaídamepersiguióatravésdelosárboleshaciaelrío.Unagranlagunaextendíaporallísusaguasestancadaseinmóviles.Sobreestasmuertasaguasseentrecruzabaunamasade troncos secos y desramados, algunos por efecto de las riadas y, otros por haber estadoencalladosmuchos años en los bancos de arena. Flotaban en las aguas y se balanceaban;ascendían,descendíanorodabancuandonosapoyábamosenellos.

Habíadiseminadosporaquíyporallá,entrelostroncos,hendedurasllenasdeaguadondenadabanconinciertorumbopececillosderío.OrejaCaídayyonoshicimosinmediatamentepescadores.Tumbadossobrelosleñospermanecíamoscompletamenteinmóvilespanzaabajo,esperandoaquelospececillosseacercaran,yentonceshacíamosunmovimientorapidísimocon la mano para cogerlos. Y en cuanto cogíamos nuestras presas nos las comíamos sindemora,vivitasycoleando,húmedastodavía,sinqueecháramosdemenoslafaltadesal.

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Vinoaseraquelsitio,desdeentonces,nuestropreferidolugardediversión.Nospasamosmuchos días cogiendo peces y jugando en las lagunas, y allí aprendimos también nuestrasprimerasleccionesdenavegantes.UndíaenqueOrejaCaídadormíasobreunleño,elsoploligerodelvientoloarrastrólejosdelaorillalentamenteycuandomedicuenta,yaladistanciaerademasiadograndeparapodersalvarladeunsalto.

Alprincipiomepareciómuydivertidoesteepisodio;perocuandomesentídominadoporunodeesosimpulsosdeterror,tancomunesenaquellostiemposdeperpetuainseguridad,mesobrecogiólasensacióndelasoledadenqueibaaencontrarme.MedicuentasúbitamentedelalejaníaquemeseparabadeOrejaCaída,aunqueloteníaallí,aunoscuantospasos,sobreun elemento ajeno. Lancé un gran grito para avisarle y se despertó asustado, cambiandoimprudentementesuposiciónsobreel leño,ygiróéstesobresímismo,zambulléndoleenclagua.Otrastresveces levolvióachapuzar,cuandointentabatrepardenuevosobreel leñohastaqueporfinloconsiguió,arrastrándosesobreél,tiritandodemiedo.

Yonopodíahacernada;OrejaCaída,tampoco.Ignorábamosporcompletoloquefueralanatación,yporotraparte,noshabíamosalejadodemasiadodelasformasinferioresdelavidapara tener el instinto de nadar, sin que además hubiéramos alcanzado aún el grado dehumanidad necesario para emprender el ensayo de la natación, deducién1a amodo de unproblemaporresolver.Vagaba,pues,desconsoladodeunladoparaotro,acercándomecuantopodíaaOrejaCaídaensusinvoluntariosviajesporlalaguna,mientras,élllorabaygemíadetalmodoquefuemaravillaquenoatrajésemoslaatencióndealgúnanimalcarnicero.

Pasaronlashoras.Elsol,queascendiósobrenuestrascabezas,comenzabaaponersehaciaOccidente.Elvientoseadormeció,dejandoaOrejaCaídasobresuleñoflotanteaunoscienpies de la orilla. Y entonces, no sé cómo ni de qué manera, Oreja Caída hizo el grandescubrimiento. Comenzó a remar con las manos. Primero eran lentos e inciertos susprogresos.Después sehicieronmásdefinidos, acercándose cada vezmás a la orilla.No sécómo explicármelo. Yome había 1 sentado Para observarle, y estuve esperando hasta quePisaratierra.

Peroélhabíaaprendidoalgoqueyonosabía.Deliberadamentevolvióaapartarseotravezdelaorillasobresuleño,pararegresarinmediatamente,sinningunadificultad.Despuésmepersuadió a juntarme con é1, y así aprendí yo también el secreto de remar, llenos desatisfacciónambospor aqueldescubrimiento.Nohabíamanerade sacarnosde las lagunasdurante los días siguientes, tan absortos estábamos en el nuevo juego, que casi no nosacordábamos de comer, y cuando 1legaba la noche, andábamos en el árbol más próximo.HastallegamosaolvidarqueOjoBermejoexistíaenelmundo.

Siempre estábamos ocupados en hacer nuestros ensayos de navegación, aprovechandoparaellonuevostroncos.Aprendimosquecuantomáspequeñoeraelleñomasrápidamentepodíamoshacerlemarchar.Tambiénaprendimosquecuantomáspequeño,tantomásfácileraque rodase a nuestro peso, dándonos un chapuzón. Aún aprendimos más en el curso denuestrosjuegos.Descubrimosquecuandonosasíamoscadaunoalleñodelotroconunpieyunamano,quedabanfijosynosevolcaban.Además,cuandonosponíamosasí,unoalladodelotro, nos quedaban libres la mano y el pie exteriores para usarlos de remos. Nuestrodescubrimientofinalfuequeestacombinaciónnospermitíausarleñosmáspequeñostodavía,ganando por lo tanto en velocidad. Y ahí terminaron nuestros descubrimientos. Habíamosinventado el más primitivo de los catamaranes y no tuvimos suficiente inteligencia paracomprenderlo. Nunca nos cupo en la cabeza que pudieran atarse los troncos con ramas oraíces.Noscontentamosconsostenerjuntoslosleñosconlospiesylasmanos.

Hasta que se hubo calmado nuestro primer entusiasmo por la navegación, no empezónuestroregresoalcobijodelosárboles,dondedormíamosporlanoche.Fueentoncescuandoencontramos aDulceAlegría. La vi por primera vez cogiendo bellotas tempranas entre lasramasdeunaencinaenorme,cercadenuestroárbol.Eramuytímida.Alprincipiosequedóinmóvil; pero cuando advirtió que la habíamos descubierto se dejó caer inmediatamente alsuelo y se lanzó en vertiginosa huída. La vimos después algunas veces cuando íbamos oregresábamosdenuestrasexcursionesalaslagunas.

Y luego,undía,nohuyódenosotros.Aguardónuestra llegada,acogiéndonoscondulcesvocesdepaz.Nopermitía,sinembargo,quenosacercáramosdemasiado.Cuandoparecíaquenos llegáramosmuy cerca de ella, se lanzaba repentinamente en loca huída, para volver aentonar,yasegurayalolejos,susblandossonidossuaves.Asícontinuaronlascosasdurantealgunosdías.Fuenecesariobastantetiempohastaqueconsiguiéramosentablaramistadconella;perollegóelmomentoporfin,yavecessejuntabaanosotrosennuestrosjuegos.

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MegustódesdeelprincipioSuaspecto,quenopodíasermásbelloyagradable,mesedujodesde el primer momento. Era mansa y dulce; sus ojos brillaban con una suavidad y unaternuraquenuncahabíavistoennadiemás.SediferenciabaenestodetodaslasmujeresdelaHorda,queeranverdaderosmarimachosNuncasusgritosfuerondurosniairados,comosiestuvieseensutemperamentoelhuirdetodalucha.

Lamansedumbreparecíaemanarde todo su ser.Acasoel aspectode sucuerpoyde surostrodispusieraacreerlodeestamanera.Susojoserangrandes,másgrandesque losdetodaslasdelaHorda,ynotancavernosos.Laspestañas,máslargas,estabanbiendibujadas.La nariz no era tan gruesa ni tan chata; tenía perfectamente marcado el puente, y lasventanas se abrían hacia abajo.No eran grandes sus dientes incisivos, ni el labio superiorlargoypendiente,nielinferiorpronunciadohaciaadelante.Tampocoeravelluda,exceptoenloshombrosylosmuslos,yaunquedelgadassuscaderas,laspiernasnoparecíanretorcidasynudosas.

Amenudo,retrocediendohaciaellaatravésdemissueños,desdeelsigloXX,hepensadoque tal vezpertenecíaa losHombresdelFuego.Acasosuspadresprovinierandeun linajesuperior.Auncuandonoerancomunestalescosas,ocurrían,sinembargo,yyohevistoconmispropiosojos,quemiembrosdelaHordafueronavivirconloshombresdelosÁrboles.

Pero todo esto no nos interesa. Dulce Alegría se distinguía de todas las mujeres de laHordaydesdeelprimermomentomesentíatraídohaciaella.Sumansedumbreysudulzuramecautivaban.Nuncaseencolerizaba,nuncacombatía;huía,huíasiempre,ylallamoDulceAlegríaporeso.Eramejortrepadoraquenosotros.Cuandojugábamos,nopodíamoscogerlasinoporcasualidad,mientrasqueellanosalcanzabacuandoquería.Eravelocísimaentodossusmovimientos,yteníagranfacilidadparacalcularlasdistancias,noigualadamásqueporsu rapidez. Excesivamente tímida en todas las cosas, se volvía osada cuando comenzaba atreparycorreratravésdelaselva;OrejaCaídayyoéramosunostorpesencomparaciónconella.

Sería huérfana, porque nunca la vimos con nadie, y no sé deciros cuanto tiempo habríavividosolaenelmundo.Desamparada,debióhaberarendidoensumástiernainfanciaqueen lahuídaestabasusalvación.EradiscretaprudenteOrejaCaídayyoquisimosaveriguardóndepudieravivir.Debería teneralgúnretiroentre losárboles,nomuy lejosdeallí;peropor,muchoque seguimos sushuellas nopudimos encontrarlo.Concedía, benévola, el estarconnosotrosenlashorasdejuego,peroguardócelosamenteelsecretodesumorada.

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CAPITULOXI

BUENOSerárecordarqueladescripciónqueacabodehacerosdeDulceAlegríanoeslaqueoshubieradadoDienteLargo,elotroyodemissueñosyantecesormíoprehistórico;sinoqueyo,elhombremoderno,lamiroporeltamizdemissueñosconlos'ojosdeDienteLargo.

Muchodeestohayenlanarraciónqueos-brindo,deaquellosremotosdías.Existeenmisimpresiones una cierta dualidad demasiado confusa para transmitírsela a mis lectores.Únicamente me detendré un momento a señalar esta dualidad de mi narración, estadesconcertantemezclademisdospersonalidades.Soyyo,elhombremoderno,quienmiroatravésdelossiglos,ypesoyanalizolasemocionesymotivosdeDienteLargo,miotroyo.Élno presume de analizar y ponderar las cosas. Era la sencillez y simplicidad mismas, y selimitabaavivir losacontecimientos,sinpararseadiscernirporquélosvivíadeaquelmodoerráticoyparticular.

Segúnqueyo,miverdaderoyo,heidohaciéndomemayor,heidopenetrandotambiénmásy más en la sustancia de mis sueños. Se puede soñar, y aun en medio del ensueño tenerconcienciadequeseestásoñando,ycuandoelsueñoesmalo,reconfortarseyanimarseunoasímismoconelpensamientodequenoesmasqueunsueño.Estaexperienciaescomúnatodosnosotros.Yasíescomoyo,elmodernoyo,penetromuyamenudoenmissueñosysoy,enlaconsecuentedoblepersonalidad,actoryespectadorauntiempomismo.Yasítambién,yo,elmodernoyo,muchasvecesmeheofendidoyalborotadoantelaestolidez¡lógica,antelatorpezaromaylaestupendaestupidez,encuantoasímismoserefieredemiyoprimitivo.

Yaunotra cosa, antesde terminarestadigresión. ¿Nohas soñadonunca tú, lector,quesoñabas?Losperrossueñan,loscaballossueñan,todoslosanimalessueñan.Enlostiemposde Diente Largo el casi hombre soñaba, y cuando eranmalos sus sueños, hacíamuecas ygruñidos.Ahora,yo,elmoderno,meheacostadoconDienteLargoyhesoñadosuspropiossueños.

Comprendoqueestosacadequicioalamáscabalinteligencia,yalosé;perotambiénséqueyohehechotodasestascosas.YpermitidmedecirosdepasadaquelossueñosfugitivosyrastrerosdeDienteLargoerantanintensosparaélcomolossueñosdecaerenelespaciolosonparati.

PorquetambiénDienteLargoteníaotroyo,ycuandosedormía,eseotroyoretrocedíaensusensueñoshastalosreptilesaladosyhastalasluchasdelosdragones,ymásallá,hastalavidaescurridizayesféricadelosrimerosmamíferos,yaúnmásremotamente,hastalasplayascenagosasdelocéanoprimordial.Nopuedo,nomeatrevoadecirmás.EsdemasiadoVago,demasiado complejo, demasiado horrible. Únicamente quiero indicar estos panoramas yvisiones,vastosyespeluznantes,atravésdeloscualeshaescudriñadomiyo,perezosamente,enelprogresodelavida,nosólodesdeelmono,adelantadohastaelhombre,sinodesdeelgusano,avanzadohastaelmono.

Yahoravolvamosamihistoria.Yo,DienteLargo,novienDulceAlegríalacriaturadebellasimetría de cuerpo y rostro, con sus ojos de grandes pestañas, y la nariz perfecta que laembellecía.Únicamentevienellalahembrajovendeagradablevozytemperamentopacífico.Me gustaba jugar con ella, no sabía por qué, buscar el alimento en su compañía, e ir enprocura de nidos de pájaros con ella. Debo confesar que me enseñó hábiles y secretosrecursos respecto a la manera de trepar por los árboles. Era prudente y fuerte y riadaimpedíasusmovimientos.

PorentoncesocurrióunaciertadefecciónporpartedeOrejaCaída.Tomólacostumbredeausentarseendireccióna1bosque,dondevivíamimadre.Lehabíatomadogustoamiterriblehermana yChachalaca lo había consentido. Tambiénhabía allí otros jóvenes de las parejasmonógamasquevivíanenlaproximidad,conquienesOrejaCaídajugabaengrande.

NuncapudeconseguirqueDulceAlegríasereunieraconellos.Cuandoleinstabaparaquemeacompañasesedejabacaerdelosárboles,muysobresaltada,ydesaparecía.Recuerdoqueuna vez hice un gran esfuerzo para convencerla, pero ella, lejos de seguirme, miraba conansiedadhaciaatrás,brillándolelainquietudenlosyluegoseretiró,llamándomedesdelosárboles.AsíesquenopudeacompañarnuncaaOrejaCaídacuandovisitabaasusamigos.

DulceAlegríayyoéramosmuybuenoscamaradas;perocomoyahedicho,nopudenunca

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darconsuretiroarbóreopormuchoquelointenté.Eraindudablequehubiéramosterminadoporformarunhogar,porquenuestroafectoeramutuoycorrespondido;perosucedióalgo...

UnamañanaenqueDulceAlegríanosehabíapresentado,OrejaCaídayyonosfuimosalas lagunas para reanudar nuestros juegos. Apenas habíamos llegado a la orilla del agua,cuando un rugido de rabia nos sobresaltó: era Ojo Bermejo. Estaba agazapado entre unmontónde árboles tumbados y se disponía a lanzarse contranosotros encendidode ira.Alverloquedamosespantados;allínohabíacavernasdeentradaestrechadonderefugiarse.Sinembargo, los veinte pies de agua que nos separaban nos servían de protección por e1momentoconlocualpudimosrecuperarunpoconuestrovalor.

Ojo Bermejo se había detenido y comenzó a golpearse el pecho con el puño cerrado.Nuestros dos leños estaban uno al lado del otro; nos embarcamos en pero cuando nosconvencimosdelaimpotenciadeOjoBermejo,comenzamosareírnostumultuosamentedeél,a voz en grito. Ojo Bermejo se encolerizaba por momentos y apretujaba furiosamente losdientes en su impotente ira, mientras que nosotros nos mofábamos de su fracaso másruidosamente cada vez, como si no tuviésemos que temer nada. Ya he dicho que los de laHordateníamosmuycortosalcances.

SúbitamenteOjoBermejocesódegolpearseelpechoyrechinarlosdientes.Habíacorridoa través delmontón de árboles caídos buscando algo a lo largo de la orilla. Entonces, conidéntica rapidez, nuestro gozo se trocó en consternación. No era cosa tan fácil, comohabíamoscreído,escapara lavenganzadeOjoBermejo.Aguardábamostemblorosos loquehubiera de suceder y ni siquiera se nos ocurrió alejarnos remando sobre los troncos. OjoBermejo volvió dando grandes saltos, llevando una de sus enormes manos completamentellena de guijas redondas, pulidas por el agua. Muchos nos alegramos de que no pudieraencontrarmayoresproyectiles,porquedeotromodo,aladistanciaenquenoshallábamos,escasiseguroquenoshabríamatado.

Peroaunasí,noeramenornuestropeligro.¡Paf!..Unamenudaguijapasózumbandosobrenosotros con la fuerzadeunabala.OrejaCaíday yo comenzamosa remar frenéticamente.¡FfffmmPaf! ... Oreja Caída lanzó un grito de dolor intenso e instantáneo. Una piedra leacababa de dar entre los hombros. Luego yo recibí las caricias de otra y, comencé alamentarme a voz en grito. Sólo pudo salvarnos el agotamiento de las municiones de OjoBermejo.Se lanzó,nuevohaciael lechodegravaenbuscademáspiedras,mientrasOrejaCaídayyoremábamosatodamarcha.

Gradualmentefuimosalejándonosdesualcance,apesardequeOjoBermejocontinuabacorriendo siempre en busca de municiones, y las guijas pasaban zumbando a nuestroalrededor.Haciaelcentrode1alagunahabíaunapequeñacorriente,y,nonosdimoscuenta,en nuestra excitación, de que nos iba arrastran do río adentro. Seguimos remando. OjoBermejo se mantenía tan cerca de nosotros como podía, persiguiéndonos a lo largo de laribera.Entoncesdescubriópiedrasdemayortamaño,concuyasmunicionesseacrecentósuira.Unpeñascodeunas cinco libras se estrelló ami lado contra el leño con tan tremendochoque,queunalluviadepequeñasesquirlassemehincaroncomoagujasenelmuslo.Simehubieraacertado,noséquéhubierasidodemí.

Despuésnosarrastróconmayor impulso lacorrientede1río,apoderándosedenosotros.OjoBermejofueelprimeroenadvertirloy,celebrarloconsuladridodetriunfoUnaseriedeolasypequeñosremolinosmarcabane1lugardondelacorrientechocabacontralasmuertasaguas pantanosas. En tales remolinos se atrancaron nuestros pobres leños, y después sevieronarrastradosgirandoysaltandoentodossentidos.Cesamosderemarydedicamostodasnuestrasfuerzasasostenerunidoslosleñosunoalladodelotro.MientrastantoOjoBermejocontinuababombardeándonos,ylospedazosderocacaíanalrededornuestro,salpicándonosde agua y amenazando nuestras vidas, mientras él se regocijaba en una alegría salvaje yvociferante.

Elríohacíaunrecodoagudísimo,donde lacorrienteprincipalsedesviabahacia laorillaopuesta.Aestaotramargenfuimosarrastradosnosotros,quedandofueradelalcancedeOjoBermejo. Cuando le distinguimos por última vez a lo lejos, sobre un altozano, bailaba unadanzadeextrañosbrincoscelebrandoconcantosdevictoria.

Oreja Caída y yo no hacíamos otra cosa quemantener unidos los dos leños. Estábamosentregados a nuestro destino, y no nos quedaba otro recurso sino permanecer inmóviles yresignados,hastaqueadvertirnosquelacorrientenosarrastrabaalolargodelaorillaamásdecienpiesdetierra.Entoncesnospusimosaremar.Enaquelsitioretrocedíalacorriente,

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encaminando la marcha otra vez hacia la orilla Sur; pero como consecuencia de nuestraremaduralacruzarnosenelpuntomásrápidoyestrecho,yantesdequenosdiéramoscuentatuvimoslasuertedehallarnosenunremansoqueestabacompletamentedesviadodeella.

Lentamentefuerondeslizándoselos leños,yal finatracaroncercadelaorillasinningúnpeligro.OrejaCaídayyosaltamosatierra.Arrastradosaún,losleñossalierondelremansoysiguieronelcursorápidodelacorriente.

MiramosOrejaCaídayyo,ansiosamente,aunoyotrolado;peronotuvimosganasdereír.Estábamosenunpaísdesconocidoy,nopodíamospensarenvolveranuestratierradelmismomodoquehabíamosvenidoalaextraña.

Habíamos aprendido a cruzar un río, sin saberlo, cosa que ninguno de la Horda habíahechojamás.Éramoslosprimeros,ycreoquetambiénlosúltimos,enponernuestrasplantasenlariberaNortedelrío.EsindudablequeenlosdíasvenideroslaHordahabríadehaberlohechomásprontoomástarde;perolainvasióndelosHombresdelFuegoylaconsiguienteemigración de los supervivientes de la Horda detendría nuestra evolución durante variossiglos.

No hay modo de narrar los desastrosos resultados de la invasión de los Hombres delFuego.CasiestoypordecirqueprodujoladestruccióncompletadelaHordayqueestaramadelavidainferiorqueibaabriéndosealahumanidadfuepodadaderaíz.Porsupuesto,quesobreviví yo a tales eventualidades para poder contarlas. Pero sigamos ahora nuestranarración,ylootroyaserárelatadoantesdequelleguemosalfin.

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CAPITULOXII

NoTENGOideadecuántotiempovagaríamoserrantesporelNortedelrío.Éramoscomonáufragosenunaisladesierta,desesperanzadosdevolverapisarnuestrohogarnuevamente.Nos aventuramos durante semanas y meses por un país salvaje, donde no había ni un solohabitantedelaHorda.Meresultamuydifícilreconstituiresteviaje.Lamayorpartedeélestámuyconfuso,ysólorecuerdoalgunasdelascosasquesucedieron.

RecuerdoespecialmenteelhambrequesufrimosenlasmontañasqueseextiendenentreelLago Largo y el Lago Lejano. También me acuerdo de que había por allí Hombres de losÁrboles,quehabitabanenlaselva,entreelLagoLargoylasmontañas.Ellosfueronquienesnospersiguieronyarrinconaronenlasmontañas,obligándonosaseguirhaciaelLagoLejano.

Primeramente,despuésdeabandonarelríohicimosnuestrajornadahaciaelOeste,hastaquellegamosaunarroyueloquefluíaatravésdetierrascenagosas.DespuésvolvimoshaciaelNorte,bordeandolospantanosyalcabodevariosdías,llegamosaloquehellamadoLagoLargo. Pasamos algún tiempo en su extremo superior, donde encontramos abundancia dealimento; hasta que un día vimos correr en la selva a los Hombres de los Árboles. Eranferocesmonosynadamásy,sinembargo,noerantandistintosdenosotros.Másvelludos,esverdad; suspiernasmásnudosas y retorcidas, susojosmás chicos, su cuellomásgrueso ycorto,ylaventanade1anarizmásparecidaaorificioscavadosenunasuperficie.Noteníanpeloen lasmanosene1 rostroyen lasplantasde lospies, yemitíanvoces similaresa lasnuestras,consignificadosparecidos.Despuésdetodo,laHorday,losHombresdelosÁrbolesnoerantandiferentes.

Yo fui el primero en encontrar a un hombre de los Árboles. Era un anciano marchito y,rugoso,deojospitañososyrostroencarrujado,quesemovíavacilante.Unapresaseguraylegítima.Ennuestromundonoexistíagransimpatíaentrelossemejantes,yélnisiquieraerasemejantenuestro.EraunhombredelosPueblosdelosÁrboles,y,además,muyachacosoy,envejecido.Estabasentadoalpiedeunárbol,sindudasupropioárbol,porquesepercibía,colgadoentrelasramas,elnidodondepasabalasnoches.

HiceseñasaOrejaCaídaynosabalanzamoshaciaél.Sobresaltado,comenzóatreparmuydespacio,porelpesodelaedad.Locogíporlapiernayarrastrándolelehicecaeralsuelo.Entoncestuvimoslagrandiversión.Lepinchábamos,letirábamosdelpelo,leretorcíamoslasorejasyleazuzábamosconramas,riéndonostanto,quelosojossenosllenabandelágrimas.Suinútilcóleraresultabalomásabsurdodelmundo.Eracómicoelverlecómoseesforzabaenresucitarlaenergíaperdidaenelcursodelosaños.Haciendocarantoñasdedolorenlugarde los feroces gestos que intentaba le rechinaban los gastados dientes y golpeaba, sumiserablepechoconsusdébilespuños.

Tuvoluegounaccesodetos,atragantándoseyfarfullandoprodigiosamente.Siemprequeintentabatreparalárbolletirábamosalsuelo,hastaqueserindióasudebilidadysesentóllorando.OrejaCaídayyonossentamosconél, rodeándonoscon losbrazosy riendodesudesventura.

Despuésdelllantopasóalgemido,delgemidoallamentoy,dellamentoalgritodoloroso,hasta que por lanzar un espantoso chillido. Esto nos alarmó pero cuanto mis intentábamosacallarle,másdesaforadamentechillaba.Yluegovinodenomuylejosdelaselvaun“¡goeck!¡goek!” que hirió nuestros oídos. A estos sucedieron gritos de respuesta; algunos de ellosdesdemuylejos,sonabanprofundamente:“¡goeck!goeck!igoeck!”,ytambién“¡uuoj!¡uuoj!”,comoclamoresqueselevantabanporlaselvatoda.

Y entonces vino la persecución. Parecía que no se acababa nunca. Corriódesenfrenadamente tras de nosotros la tribu entera, y por poco nos alcanza. Nos vimosobligadosabajaratierra,dondeteníamosla,ventajaporqueeranHombresdelosÁrboles,yasícomoellostrepabanmejorporlasramas,nosotroscorríamosmásqueellos.HuimoshaciaelNorte,conlatribudetrás,ennuestroseguimientosiempre.Corríamospor lasparamerassinárboles,dondelesaventajábamos;perodespués,enlaespesuradelasselvas,nosvolvíanadaralcance.Yenelcursode lapersecucióncomprendimosquenoerandenuestra raza,queloslazosexistentesentreellosynosotrospodíanserdetodomenosdesimpatía.

Horasyhorascorrierontrasdenosotros.Laselvaparecíainterminable.Recurríamosalasparameras y campos rasos siempre que era posible; pero de nuevo tropezábamos con las

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selvasespesas.Algunasvecescreíamoshaberescapadodeellos,nossentábamosadescansar,yantesdequepudiéramosrecobrarelaliento,oíamoselodioso“¡uuoj!¡uuoj!”ylosterriblesgruñidos“¡goeck!goeck!”queavecesterminabanenunsalvaje“¡¡¡ja,ja,jaaa!!!"

Así fuimosacosadosa travésde laselvapor losHombresde losÁrboles.Al fin,amediatarde,empezaronahacersemásfrecuenteslasescarpaduras.Las

vertientes ascendían más erizadas cada vez, mientras que los árboles eran pequeños ymenos abundantes. Luego salimos a las laderas de las montañas. Allí fue donde pudimosganartiempoy,dondelosHombresdelosÁrbolescedieronensuempeñoysevolvierona1aselva.

Las montañas eran estériles, desnudas e inhospitalarias y, por tres veces, intentamos elregresoalosbosques;perolosHombresdelosÁrbolesestabanalacechoy,nosobligaronaregresaralamontaña.OrejaCaídayyodormimosaquellanocheenunárbolenano,nomayorque un matorral, donde no había seguridad y hubiéramos podido ser presa de cualquieranimalcazadorquesehubieraacercadoporallí.

Al llegar la mañana, impulsados por el profundo respeto que nos habían inspirado losHombres de los Árboles, nos internamos en las montañas. No teníamos plan ni idea fija.Estuvimosmuchosdíasenaquellaregióndesiertaysufrimosmucho,sobretodoacausadelmiedo.¡Eratodoaquellotannuevoyextraño!Tambiénpadecimosfríoyporúltimohambre.

Un país desolado, de roquedales, torrentes y retumbantes cataratas. Subimos ydescendimos por gargantas y, desde todas las alturas veíamos siempre extenderse antenosotrosentodasdireccionesinterminableshilerasdemontañas.Dormíamosenloshoyosyen las grietas y, una noche de mucho frío, nos encaramamos a un pináculo rocoso que seasemejabaaunárbol.

Al fin,desvanecidosdehambre, llegamosundíaal lindede lasmontañas.DesdeaquellacolumnavertebraldelatierravislumbramoselLagoLejano.Elsolbrillabasobrelasaguasy,en torno del lago se extendían grandes praderas, mientras que al Este aparecía la líneaoscuradeunaselvaextensísima.

Dos días tardamos aún en ganar el lago. Llegamos débiles y hambrientos. En la riberaencontramos un recental que dormía tranquilamente, y nos costó mucho poderle matarporque no conocíamos para ello otro medio que el de nuestras manos. Cuando hubimoscomido,llevamoslacarnesobrantealaselva,dondeladejamosescondidaenunárbol,perono volvimos nunca por ella, porque en las orillas del río que se sumía en el lago habíamuchísimossalmonesquehabíansubidodelmarparadesovar.

AlOesteseextendíanlaspraderas,dondemultitudde,bisontesyganadossalvajespacían.Tambiénhabíamuchascuadrillasdeperrossalvajes,ycomonohabíaárboles,noera lugarseguroaquelparanosotros.SeguimosporlaorilladelríohaciaelNortedurantemuchosdías.Luego,y,noséporquérazón,abandonamose1ríoynoslanzamosatravésdelagranselva.Noquierocansarosmáscon la relacióndeesteviajey,me limitaréadecircómo llegamos,finalmente,alpaísdelosHombresdelFuego.

Abocamosaunrío,quenoreconocimossernuestrorío.Habíamosestadoperdidostantotiempo, que nos hicimos a vivir en completa desorientación. Cuando vuelvo mis ojos alpasado,veoclaramentequenuestraviday,nuestrodestinosemoldeanenmanosdelapuracasualidad.Noconocimosqueaquelfueranuestrorío,y,sinolohubiéramoscruzado,acasonohabríamosvueltonuncaa laHorday, yo, elhombremodernovenidoalmundomilesdesiglosdespués,nohubieranacidonunca.

Y, sin embargo, Oreja Caída y yo anhelábamos ansiosamente el regreso. Habíamosexperimentadoennuestroviajelaañoranzadenuestropropiopaísydenuestrapropiaraza.Ymuchas veces había recordado a Dulce Alegría, la hembra joven de la dulce palabra, conquienlaestanciaeraagradableybuenayquevivíaasolas,nadiesabíadónde...Mirecuerdodeellaibaacompañadodesensacionesdehambre,sensacionesquenoseaplacabandespuésdehabercomido.

Pero volvamos al río. Era abundantísimo e1 alimento en sus orillas, especialmente lasbayasy, suculentas raíces;asíesqueestuvimos jugandoy retozandomuchosdíasenaquelparaje. Y entonces se le ocurrió a Oreja Caída la gran idea. La formación de la idea semanifestaba en un proceso visible. Yo la vi. La expresión de sus ojos se hizo suplicante yquejumbrosa, y Oreja Caída estaba extraordinariamente agitado. Luego se enturbiaron susojos,comosihubieraperdido la ideaquecomenzabaabrotar.Acontinuación, laexpresiónsuplicante y, dolorosa daba a entender que aquella idea persistía y, que de nuevo había

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logradoasirla.Memiró, luegomiróalríoya laribera lejana. Intentóhablar;peronoteníasonidos con que expresar su pensamiento y el resultado fue un guirigay que me hizoprorrumpir en risa. Se enfureció, me sacudió un tremendo golpe y, me tiró de espaldas alsuelo. No hay que decir que comenzamos a luchar y, que finalmente le perseguí hasta unárbol, donde se armó de una rama, con la cual me golpeaba cada vez que intentabaalcanzarle.

Lavislumbredelaideasehabíadesvanecido.Yonolocomprendí,yél lohabíaolvidado.Pero a la mañana siguiente volvió a despertarse en Oreja Caída de nuevo. Quizás era elinstintodelhogarloquehacíapersistirenéllaideaconcebida.Fueraloquequiera,elcasoesqueallíestabadenuevo,másclarayrotundaqueantes.Mecondujoalaori1ladelagua,donde un leño estaba atracado en un remanso. Pensé que quería decirme que jugáramos,comoenotrostiemposenladesembocaduradelalaguna.Nitampocovariédepensamientocuandoleviremolcarotroleñomáslejanotrayéndoloalaorilla.

Hasta que estuvimos sobre los leños, uno al lado de1 otro, manteniéndolos juntos, ycomenzamos a remar con las manos corriente adentro, no comprendí su intención. OrejaCaída se detenía para señalar a la lejana ribera y, volvía a remar de nuevo, emitiendo almismo tiempo animadoras exclamaciones Yo le comprendí, y, remamos con todas nuestrasfuerzas. La rápida corriente nos arrastró, para lanzarnos hacia la orilla Sur, pero antes depodertomartierranosvolviónuevamentehacia1aorillaNorte.

Y aquí vino la disensión. Yo, viendo próxima la orilla Norte, empecé a remar hacia ella;Oreja Caída, por el contrario, remaba hacia la ribera opuesta. Los leños oscilaron ycomenzaronarodarcircularmente, -iiique lospudiéramosencaminarenunadirecciónni tiotra.Laselvapasabarápidamenteantenuestrosalarrastredelacorriente.AllínopodíamospegarnosComprendíamosqueeramásconvenienteasirnosconpiesymanosalosleñosparamantenerlos juntos.Perocharlábamossin tonni son, injuriándonosmutuamente,yaquenopodíamosgolpearnosconlasmanos,hastaquelacorrientenoscondujoporfinalaorillasur.Ahora era este el objetivo más próximo, y ambos, unidos otra vez, amistosamente,comenzamos a remar hacia la ribera. Tomamos tierra en un remanso y trepamosinmediatamenteporlosárbolesparareconocerlasituación.

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CAPITULOXIII

HASTA la primera noche que pasamos en la ribera Sur del río no descubrimos a losHombresdelFuego.DeberíanserunapartidadecazadoreserrantesqueacampabannomuylejosdelárbolqueOrejaCaídayyohabíamoselegidoparapasaraquellanoche.Alprincipionos alarmaron las voces de estos Hombres; pero después, cuando llegaron las tinieblasespesas de la noche, nos sentimos atraídos por el fuego.Nos arrastramos cautelosamente,acercándonos,deárbolenárbol,hastaqueencontrarnosunbuenpuntodeobservacióndelaescena.Elfuegoardíaenundescampado,entrelosárboles,cercadelrío.Alrededordelahoguera

había una docena de Hombres del Fuego. Oreja Caída me agarró emocionadísimo: podíapercibireltemblordesumano.Mirémásatentamenteyvialviejocazadorrugosoygrisquehabía lanzado a Diente Mellado de los árboles, tres años antes. Cuando se levantó paraarrojarnuevaleñaalfuego,pudeadvertirquecojeabaconsumutiladapierna.Fueraloquequiera,elcasoesquelaenfermedaddesupiernaerapermanente.Parecíamássecoyrugosoquenuncayestabancompletamentecanosossuscabellos.Los demás eran cazadores jóvenes. Cerca de ellos, en el suelo, estaban sus arcos y sus

flechas,quetanbienconocíaya.LlevabanlosHombresdelFuegopielesdeanimalesatadasala cintura y cruzadas sobre los hombros. Los brazos y las piernas, sin embargo, ibandesnudos,ynousabancalzadodeningunaespecie.YahedichoantesquenoerantanpeludoscomonosotroslosdelaHorda.NoteníangrandelacabezaynoeramuchaladiferenciaentreellosylosdelaHordaenloquealadepresióndelafrenteserefiere.Iban menos encorvados que nosotros y eran menos rápidos en sus movimientos. Las

caderas,loshuesosdelaespalda,lasjunturasdelasrodillas,parecíanmásrígidas,ynotanlargossusbrazoscomolosnuestros.Nuncaviquesebalancearanalandar,tocandoelsuelocon los nudillos de lasmanos. Sus rostros eranmuchomás agradables, las ventanas de lanariz se abrían normalmente y el caballete de lamisma lo teníanmás desarrollado,menosfláccido y colgante sus labios, y los caninos no se parecían tanto a los colmillos de losanimales carniceros. En resumen, se diferenciaban de nosotros menos de lo que nosdiferenciábamos de los Hombres de los Árboles, aunque en realidad las tres especies dehombresestabanmuypróximasynoerandemasiadoremotassusdiferencias.El fuego alrededor del cual acampaban era especialmente atractivo. Oreja Caída y yo

permanecimos muchas horas sentados, observando las llamas y el humo, aquello eraverdaderamente fascinador cuando echaban nuevo combustible y saltaban surtidores dechispasque volabanhacia lo alto. Yo anhelabaacercarmemás aunal fuego, peronohabíamediodelograrlo.Estábamosagazapadosenunárbol,albordemismodeldescampado,ynoosamoscorrerelriesgodequenosdescubrieran.LosHombresdelFuegosentadosalrededordelahogueraacabaronpordormirseapoyando

lascabezassobrelasrodillas.Nodormían,sinembargo,profundamente.Aguzabanlasorejasduranteel sueñoy estaban inquietos.De cuandoen cuando se levantabaalgunodeellos yechabamáscombustiblesobrelasllamas.Entornoalcírculodeluz,enlaselva,encubiertosenlaoscuridad,vagabanlosanimalescazadores.OrejaCaídayyopodíamosdistinguirlosporsus particulares gritos. Había perros salvajes y hienas, y en una ocasión, los ladridos yrumoresdespertaronalcírculoenterodelosdormidosHombresdelFuego.Unavez,observamosqueunleónyunaleonaestabandebajodenuestroárbolmirandoal

fuego con lamelena erizada y los ojos parpadeantes. El león lamía sus fauces, nervioso einquieto, como si deseara lanzarse hacia delante, en busca de alimento. La leona eramásprecavida. Fue ella la que nos descubrió, y ambos, macho y hembra, permanecieronmirándonos silenciosos, retorciendo las narices olfateadoras. Luego lanzaron un rugido,miraronunavezmásalfuegoyalfinseInternaronenlaselva.Oreja Caída y yo permanecimos aún mucho rato observando. De cuando en cuando

sentíamoselchoquedepesadoscuerpossobrelaespesuradelosbreñalesquecrecíandebajodel árbol, y al otro lado del círculo de fuego, surgiendo brillantes de entre las' tinieblas,veíamoslosojosardientesqueresplandecían,alaluzdelasllamas.Seescuchabaalolejoselrugidodel leónymás lejos todavíael chillidodealgúnanimalheridoyel chapotearen lasaguasdelabrevadero.Tambiéndelríoveníaeltremendogruñidodelosrinocerontes.

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Alamañanasiguiente,despuésdehaberdormidomuymal,nosdeslizamoshaciaelfuego.Aúnardíanlosrescoldoshumeantes.LosHombresdelFuegosehabíanmarchado.Echamosunaojeadaporlaselvaparaasegurarnos;nohabíanadaquetemer,yluegocorrimoshaciaelfuego.Estabaimpacienteporsaberloqueera.Cogíconlosdedosuncarbóncandente,ymigritodedolorasustóaOrejaCaídaylehizosaltaraunárbol,yasustándomesucarreramehizoseguirletambién,aterrorizado.A la segunda vez, volvimos más cautelosos y evitamos tocar los carbones encendidos.

Quisimoshacerloque,hacíanlosHombresdelFuego.Nossentamosentornoalosrescoldos,apoyando la cabeza sobre las rodillas. Remedábamos la mímica de sus conversaciones,hablando entrenosotros a sumanera y haciendouna, algarabía demil demonios. Yohabíavistoalancianocazadorescarbandoenelfuegoconunaestaca,ehicelomismo,sacandoaflordelascenizaspedazosdecarbónencendidoylevantandonubesdecenizasblancas.Eralagrandiversión.ProntoestuvimoslosdoscubiertosdecenizaErainevitablequeimitáramostambiénalosdelFuego,volviendoaencenderlasllamas.Lo

intentamosprimeroconpequeñasmatas,yfueunéxito.Seinflamaronycrujieronenseguida,y nosotros danzábamos alborozados dando chillidos. Luego comenzamos a echar ramasmayores. Y echamosmás ymás, hasta que hicimos una enorme hoguera. Nos lanzábamosfrenéticosdeunladoparaotro,arrastrandoramasytroncosmuertosdelaselva.Lasllamasseremontaronmásaltocadavezy lascolumnasdehumosobrepasabancomounatorre losárbolesmáselevados.Eratremendoelcrujidodelamaderaardiente.Nuncahabíanrealizadonuestrasmanosobratanmonumental,yestábamosorgullososdeella.NoscreíamosHombresdelFuego,danzandoentornodelahogueracomognomosblancosdelgranincendio.Sin que nos diéramos cuenta, ardieron las hierbas secas y losmatorrales. Enseguida se

alzóenllamasungranárbolenelbordedeldescampado.Nosotroslecontemplamosconojosatónitos.El calor quedespedíanoshizo retroceder. Luegoardió otro árbol, y luegootro, yotro, y media docenamás... Estábamos sorprendidos. El monstruo se había desatado. Nosagazapamos aterrorizados,mientras que el fuego ibamarcando el círculo en que íbamos aquedar envueltos. Resplandeció en los ojos deOrejaCaída lamirada suplicante y dolorosaque acompañaba siempre a la incomprensión, y en mis ojos debió manifestarse la mismamirada.Nosarrebujamosunoenbrazosdeotro,hastaqueelcalorcomenzóaalcanzarnosyllegóanuestroolfatoeltufodepeloquemado.Entoncessaltamosvelocesyhuimosatravésdelaselva,mirandohaciaatrásyriéndonosmientrascorríamos.Almediodíallegamosaunistmo,formadoporunagrancurvadelrío,dondeselevantaban

algunascolinasnomuyaltassemicubiertasdevegetación.Trepamosporlasramas,mirandoporúltimavezhacia la selvaquehabíamosdejadoatrásSehabíaconvertidoenunmardellamas que el viento sacudía. Seguimos por 1a ribera del río, y antes de darnos cuentaestábamosenelpaísdelosHombresdelFuego.Susviviendasaparecíandispuestasconarregloaplanmuyestratégico.Extendíaseelpaís

porunapenínsulacuyostresladosquedabandefendidosporlacurvadelrío.Noteníaaccesomásqueporelotrolado,dondeseformabaelestrechoistmoresguardadoporlascolinasqueeranunobstáculonatural.Separadosenrealidadelrestodelmundo,losHombresdelFuegohabían progresado durante el largo tiempo que llevarían viviendo allí. Su propiedad ydesarrolloprodujolainvasiónquetrajotantremendascalamidadessobrenuestraHorda.LosHombresdelFuegoaumentaron tanto ennúmero, que se vieronobligados a ensanchar loslímitesdesucomarca,Sefueronexpandiendo,yenelcursodesuexpansiónarrastrabanantesíalaHorda,ocupandolascuevasyelterritorioqueanteshabíasidonuestro.En nada de eso pensamos Oreja Caída y yo al llegar ante aquella plaza fuerte de los

HombresdelFuego.Notuvimosmásqueunasolaidea:alejarnoscuantoantesdeallí;peronopudimosrefrenarnuestranaturalcuriosidaddeescudriñarlaaldea.VimosporprimeravezalasmujeresyalosniñosdelFuego.Éstosibancasitodosdesnudosylasmujeressecubríanconpielesdeanimalessalvajes.LosHombresdelFuegovivíanencavernascomonosotros,Lallanurafrentealascavernas

sedeslizabahaciaelríoensuavependiente,yardíanallívariaspequeñashogueras.Ignorosicocerían o no sus alimentos. Oreja Caída y yo no les vimos hacerlo. Sin embargo, es miopiniónquedebíanconocerlosrudimentosdelarteculinario.Acarreaban,comonosotros,elaguadelríoensuscalabazas.Lasmujeresyloschicosibanyveníanmuchasvecesenbuscadelagua,entresonoragritería.Losniños jugabanmientras ibanalrío,saltandoyhaciendocabriolas lomismoque losdenuestra raza.Lospequeñosseparecíanmasentresíque loshombresdelaHordaylosdelFuego.

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Oreja Caída y yo no nos retardamos demasiado. Vimos que algunos mozalbetes,habiéndonosdescubierto,disparabanlasflechasdesusarcos;nosescabullimosporlaespesaselva, corriendo hacia el río. Y allí encontramos un catamarán, hecho sin duda por losHombres del Fuego. Eran pequeños y rectos los dosmaderos, atados fuertemente a otrosleñoscruzadospormediodetensasraíces.Enestaocasiónsenosocurriósimultáneamentelamismaidea.Queríamosescapardelos

Hombres del Fuego: ¿qué cosa mejor que cruzar el río sobre aquellos leños tanoportunamenteencontrados?Trepamosabordoylesdimosunempellónparasepararlosdelaribera.Algodetuvosúbitamentealcatamarán,que,arrastradoporlacorriente,vinoachocarcontralaorilla.Elsúbitochoqueestuvoapuntodezambullirnosenelagua.Estabaatadoelcatamaránconunamaromaderaíces retorcidas,yhubimosdedesatarloantesdedarleunnuevoempellón.Al poco tiempo ya habíamos remado tanto corriente adentro, que veíamos toda la

residenciadelosHombresdelFuego.Ocupadosenremarnonosdimoscuentadenada,hastaquenossorprendióungritopenetrantequesonabaenlaribera.Miramosentorno,yvimosalos Hombres del Fuego que acudían a perseguirnos. Una gran batahola se armaba en laribera.Algunosde losHombresdelFuegonosdisparaban susdardos, que a veces caían anuestroalrededor;peroafortunadamenteestábamosyafueradesualcance.FueungrandíaparaOrejaCaídayparamí.Alfondoelhorizontecasicubiertodehumo

porel incendioquehabíamosprovocado;yaquíestábamosperfectamenteasalvoenmediodel río, dando la vuelta a la fortaleza de los Hombres del Fuego. Nos sentamostranquilamente, riéndonos de ellos, según íbamos avanzando, hasta dar la vuelta hacia elOeste,enunagigantescadoblecurva,dondeelríocasiseanudabasobresímismo.Habíamos dejado muy atrás a los Hombres del Fuego, cuando, inesperadamente, una

escenafamiliarrelampagueóantenuestrosojos.Veíamoselgranabrevadero,dondehabíamosidotantasvecesparaobservaralosanimalesqueallíibanabeber.Masabajodebíaestarelllanodelaszanahorias,yaúnmáslejoslascavernasylaresidenciadelaHorda.Comenzamosaremarhacia laribera,queparecíadeslizarserápidamenteanuestropaso,yantesdequetuviéramostiempodepensarlo,yaestábamosenelabrevadero,dondesolíaacudirlaHorda.Allíestabanlasmujeresylosniñosllenandolascalabazas.Alvernossalieronenestampida,enloquecidos, por los barrancales, abandonando tras de sí una colección de calabazas quehabíandejadocaer.Echamos pie a tierra y nos olvidamos de atar el catamarán, que siguió flotando hasta

alejarse de la orilla. Subimos con gran precaución los barrancales. Toda la Horda habíadesaparecidoensusagujeros,aunqueveíamosalgunaqueotracabezaqueseasomabaparamirarnos.NohabíaseñaldequeanduvieraporallíOjoBermejo.Yaestábamosdenuevoencasa. Y aquella noche dormimos en nuestra cuevecita en lo alto del escarpado, no sin queantes tuviéramos que expulsar a una pareja de obstinados mozuelos que habían tomadoposesióndeella.

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CAPITULOXIV

PASARONmesesymásmeses.AúnhabíadevenirlafuturatragediadenuestraHorday,mientrastanto,cascábamosnuecesquenosservíandealimento.Recuerdoquefueunbuenaño de nueces. Podíamos llenar las calabazas y llevarlas atiborradas a los cascaderos.Colocábamoslasnuecesenlasjunturasdelasrocas,golpeándolasconotrapiedra,yunavezcascadasnoslasíbamoscomiendo.

FinalizabaelañocuandoOrejaCaídayyoregresamosdenuestrolargoviajedeaventuras.Elinviernoentrantefuemuybenigno.Yohacíadevezencuandoalgunaqueotraescapadaamiviejohogardelosárbolesybuscabafrecuentementeportodoelterritorioqueseextendíaentre los pantanos y la desembocadura de la charca donde Oreja Caída y yo habíamosdescubiertoelartedenavegar;peronopudeencontrarenningunapartevestigiosdeDulceAlegría.Habíadesaparecido.Yoladeseaba;mesentíaimpulsadoporeshambreaqueantesaludía,muysemejantealhambrefísica,auncuandosemedespertabadespuésdetenerbienllenoelestómago.Perotodasmispesquisasfueroninútiles.

La vida no era tan fácil como antes en las cavernas. Había que prevenirse contra OjoBermejo... Oreja Caída y yo no teníamosmomento de sosiego, salvo cuando estábamos ennuestra caverna. A pesar del agrandamiento y reformas de la entrada, teníamos queescurrirnos como anguilas para meternos dentro. Y aun cuando continuamos de vez encuandoampliándola,eratodavía,afortunadamente,muypequeñaparaquepudiesepasarelmonstruosocuerpodeOjoBermejoperoéstenovolvióaatormentarnosallí.Sindudahabíaaprendido bien la lección, y aún llevaba en el cuello cierta protuberancia quemostraba elblancodemisPedradas.Nuncaledesaparecióestebulto,queeralosuficientementegrandeparaquesepercibieraadistancia.Muchasvecesmedeleitealveraquellaobrademismanos;ycuandoestabaenlugarseguro,contemplándolamereía.

Los demás de la Horda, aun cuando no habrían venido a rescatarnos si Ojo Bermejohubiera procedido a desgarrarnos a tiras delante de ellos, simpatizaban, no obstante, connosotros.Acasonofuerasimpatía,sinounmediodeexpresarsuaversiónhaciaOjoBermejo;pero de todas formas, nos advertían siempre de su llegada. Ya fuera en la selva, o en losabrevaderos, o en el llano, estaban prestos a avisarnos. Así es que teníamos la ventaja degozardemuchosojosennuestraeternacontiendaconOjoBermejo.

Enunaocasiónestuvoadosdedosdeatraparme.EraaúnmuydemañanaylaHordanosehabíalevantado.Mecortóelcaminodelosriscos;peroantesquesedieracuenta,yaestabayoenlacavernadobledondeOrejaCaídamehabíahechoburlaañosatrásydondeelviejotigreDientedeSablesehabíaesforzadoinútilmente.

Cuando yamehabíametido entre las dos cavernas, por el deslizadero, observéqueOjoBermejonomehabíaseguido.Meescurríhaciaelpasadizoyentoncesvolvióaecharsesobremí,persiguiéndomecontodasufuria.Yomelimitabaadeslizarmeporelpasadizoqueuníalascavernas.

Metuvoasímediodía,antesdequecesaseensuempeñoDespuésdeesto,siemprequeOreja Caída o yo teníamos cierta seguridad de poder llegar a esta doble caverna, no nosretirábamosalapequeña,auncuandoOjoBermejosepresentaraantenosotros.Todolomásquehacíamoseranoperderledevistaycuidardequenonoscortaralaretirada.

FueduranteaquelinviernocuandoOjoBermejoasesinóasuúltimaesposaconcruelesyrepetidosgolpes.Lehellamadoatavismo;peroeraalgopeorqueesto,porquelosmachosdelosanimalesinferioresnomaltratanniasesinanasuscompañeras.PorestoafirmoquesobreOjoBermejo,apesardesusenormestendenciasatávicas,seextendíalasombradelhombrefuturo,porquesólolosmiembrosdelaespeciehumanaasesinanasuscamaradas.

Comoeradeesperar,OjoBermejo,despuésdedeshacersedesuúltimamujer,procedióabuscarseotra.Cantarinafuelaelegida.EranietadeMarrow-BoneehijadePelicalvo, jovenalada, sutil, muy dada a estarse cantando en la entrada de su caverna a las horas del,atardecer.SehabíacasadonomuchotiempoantesconPatituerto,unindividuopacífico,queconnadiesemetía,pequeño,flaco,ynotanágilcomonosotros.

Nunca cometió Ojo Bermejo acción tan depravada. A la hora serena del anochecerempezamosareunirnosenelllano,antesdeemprenderelascensoalascavernas.Desúbito

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vimos a Cantarina que trepaba veloz las barrancadas del abrevadero, perseguida por OjoBermejo. Ella corrió hacia su esposo, el pobre Patituerto, que estaba terriblementeamedrentado; pero fue un héroe. Sabía que la muerte iba a caer sobre él y no huyó.Permaneciódepie,clavadoenelsuelo,erguido,gruñendoyenseñandolosdientes.

OjoBermejorugíaderabia.EraunaofensaparaélelqueunodelaHordaosaradesafiarle.Disparó lamanohaciaadelanteyagarróalpobrePatituertopor lagarganta.Ésteclavó losdientesenelbrazodeOjoBermejo,peroalospocosinstantesseagitabayretorcíaexánimeenelsuelo.Cantarinachillaba locamente.OjoBermejo laasiópor loscabellosycomenzóaarrastrarla.Lagolpeóbrutalmentemientras trepabaporelescarpadoy laarrastródespuéshastaelfondodesucaverna.

Nosotros,mientras tanto, estábamos enfurecidos, golpeándonos los pechos, erizados loscabellosy rechinando losdientes,agrupándonosmuy juntosennuestra rabia.Sentíamos latendencia hacia la cooperación, el impulso de unirnos para una acción conjunta. Estanecesidad,aunquedeunamaneraconfusa,estabaimpresaennosotros.Peronohabíamediode conseguir realizarla, porque carecíamos de la manera de expresión requerida. No nosvolvimostodossobreojoBermejoparadestrozarle,porquenoteníamoslenguaje.Pensábamosnebulosamente;peronosfaltabansímbolosdeexpresióndelpensamiento,queaúnhabíandeinventarselentaypenosamente.

Intentamos expresar en nuestros gritos los pensamientos que revoloteaban comofantasmasennuestraconciencia.PelicalvoempezóamascullarsonidosquequeríansignificarsuiraysuansiadeheriraOjoBermejo.Hastaahíllegóyhastaahínadamáscomprendimosnosotros;perocuandotratódeexpresarelimpulsocooperativoqueseagitabaensuinterior,sus ritos se convirtieron en una jerigonza sin sentido. Luego, Cara Ancha comenzó achar1otear,erizadosloscabellosyapuñeándoseelpecho.Yluegootroydespuéstodos,nosunimosalaexplosióndecólera,yhastaelpropioancianoMarrow-Bonechillabayfarfullabaconsucascadavozymacilentoslabios.Algunoagarróunaestacaycomenzóagolpearcontraun leñoAlmomento todoshabíamoscogidoel ritmo: inconscientementenuestrosalaridosyexclamacionessesujetaronalritmodeaquellosgolpes.Estotuvoelefectodeuncalmante,ypoco después, antes de darnos cuenta de nada, nuestra ira se había olvidado y nuestragriteríasehabíatransformadoenunacanturía.

EstacanturíaesunmagníficoejemplodelainconsecuenciaeinconstanciadelaHorda.Allínostenéis;despuésdehabernosreunidoporlamutuarabiayelimpulsodecooperación,todolo olvidamos y todo quedó reducido al ritmo de una canturía salvaje. Éramos sociables yrebañescos,yestasreunionesdecánticosyrisasnossatisfacíanmuchísimo.Estasreunioneseran la sombra de los concilios de los hombres primitivos, de las grandes asambleasnacionales,delasconvencionesinternacionalesdeloshombresfuturos.Peronosotros,larazadel mundo naciente, no teníamos lenguaje, y siempre que el instinto nos arrastraba a lareunión,terminábamosporprecipitarnosenlaconfusióndeunaBabel,dedondebrotabaesaunanimidadrítmicaqueguardabaensusenolaesenciadelartepornacer.Eralaauroradelarte.

Los ritmos no eran nunca continuados y sostenidos; pronto perdíamos el compás yarmábamos una batahola de todos los demonios, hasta que de nuevo cogíamos el ritmo ocomenzábamos otro nuevo. A veces llevábamos a un tiempo media docena de ritmossimultáneos, engruposdistintosque se esforzabanenahogar con sus voces el ruidodeosdemás.

En los intervalosdenuestraalgarabía, cadacualdabacabriolas,hucheaba, vociferabaydanzaba,bastándoseasímismollenodesuspropiasvolicionesypensamientoscomosifueraelcentrodeluniversodivorciadodelosotrosseres,momentáneamenteaisladodelosdemáscentrosquetambiénsaltabanyululabanentornoaél.Luegoseguiríaelritmodelpalmoteode las manos; el golpe de una estaca; el ejemplo de uno que saltaba a compás con lasmonótonasrepeticiones,oelcánticodealgunoqueprorrumpíaenunainflexióndelavozqueascendíaydescendíaconritmouniforme:“¡A-bang,a-bang!¡A-bang,a-bang!”Unotrasotro,toda la muchedumbre de aquellos centros de sí mismos cederían ante aquél y prontocantaríana coro: “¡Ha-ah-ha-ah,ha-ah-ah!”, queeraunode los coros favoritos: obienesteotro:“¡Eh-uaj,eh-uaj,eh-uaj-haj!”

Y así, con locos caprichos, girando Y bamboleándonos, prorrumpíamos en cánticos ydanzas al sombrío crepúsculo del mundo primitivo, induciéndonos al olvido, evocando launanimidadylanzándonosenunvoluptuosofrenesí.YasífuecomosedesvaneciónuestrairacontraOjoBermejo,suavizadaporelarte,ycantamoscorosululantesyselváticosennuestra

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reuniónycanturía,hastaquelanocheavanzósobrenosotrossuvelodeterroresytrepamosanuestros agujeros de las rocas, llamándonos dulcemente unos a otros, mientras que lasestrellasbrotabanylastinieblasseextendían.

Solamente nos inspiraba terror la oscuridad.No teníamos ningún germen de religión niconcepto alguno delmundo invisible. Sólo conocíamos elmundo real y temíamos las cosasreales, los peligros concretos, los animales de carne y de sangre y de presa. Ellos nosaterrorizabanen laoscuridad,porque lastinieblaseranelreinode losanimalescarnívoros.Entonces salían de sus cubiles para extender sus zarpas en la sombra, desde dondeacechabaninvisibles.

Acaso de estos temores a los reales y tangibles habitantes de la oscuridad surgirían lostemores a los habitantes invisibles, para culminar finalmente en un completo y poderosomundoinvisible.Faprobableque,alcrecerlaimaginación,aumentaraeltemoralamuerte,hastaquelosmanesdelaHordavinieranaproyectarestetemorsobrelastinieblaspobladasdeespíritus.CreoquelosHombresdelFuegoyahabíanempezadoatemeraeseaspectodela oscuridad; nosotros, no. El motivo que impulsó a la Horda a interrumpir su canturía ytreparalosagujerosdelpeñascal,eraneltigreDientedeSable,losleones,loschacaleslosperrossalvajes,lasmanadasdelobosytodalaprogeniedeloshambrientosdevoradoresdecarne.

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CAPITULOXV

0REJACAÍDAsecasó.Fuealsegundoinviernodespuésdenuestroviajedeaventuras,yelmatrimonioserealizódelmodomásinesperado.Amínosemeavisódenada.Meenteré,debuenas a primeras, un atardecer al trepar a la caverna del escarpado. Me deslicé por laentradayallímedetuve;nohabíahabitaciónparamí.OrejaCaídaysuesposahabíantomadoposesióndelacaverna.Ylaesposanoeraotraquemihermana,lahijademipropiopadrastroChachalaca.Traté de forzar la entrada. Solamente había espacio para dos y ya estaba ocupado.

Además,yollevabalapeorparte,yentrearañazosytironesdepeloquerecibídelosdos,tuvequedarmeporsatisfechoretirándome.Dormíaquellanocheyotrassucesivasenelpasadizoquecomunicabalasdoscavernasdemásabajo.ComolosdoshabitantesdelaHordahabíanburladoallíaltigreDientedeSableycomoyomismohabíaburladoaOjoBermejo,creíquepodríaescaparasídetodoslosanimalescazadores,yendoyvolviendoporelpasadizo.Únicamente me había olvidado de los perros salvajes, que eran lo suficientemente

pequeñosparapasarporcualquierpasadizoquemepermitieradeslizarmeamí.Unadelasnochesnotéquemeolfateaban.Sihubieranentrado losperrosalmismotiempoporambosextremosdelpasadizomehubieranatrapadoindudablemente.Perseguidoporunodeellosatravés del pasadizo, tuve que salir al exterior, donde husmeaba el resto de la cuadrilla deperrossalvajes.Selanzaronsobremí,mientrasqueyocomenzabaatreparporelescarpado.Uno de ellos, enjuto y hambriento,memordió en pleno salto, hincándome el diente en losmúsculosdelmuslo,yporpocomehacerodar,arrastrándomehaciaabajode losriscos.Semanteníabienagarrado,peronohiceningúnesfuerzoparaquesoltara,ydediquétodasmisenergíasentreparfueradelalcancedelosdemásbrutos.Hasta que no estuve a salvo no me preocupe del vivo dolor que sentía en el muslo, y

entonces a doce pies por encima de la gruñidora cuadrilla que saltaba, arañaba contra elmuro y rodaba por él cada vez que intentaba trepar, así al perro por la garganta y loestrangulé. Tardé algún tiempo enhacerlo.Me clavó sus garras yme rasgó la piel con laspatastraseras,dandoespantosos latigazoscontodoelcuerpoparaarrastrarmemuroabajoensussacudidas.Al fin aflojó los dientes y abrió la boca, soltando la carne rasgada.Me llevé el cadáver

hacia loaltodelpeñascalymecobijéaquellanochea laentradademiantiguacaverna,encuyointeriordormíanOrejaCaídaymihermana.Peroprimerohubedesufrirlatormentadeinjurias de laHorda, por haberla despertado y exasperado.Me vengué cumplidamente.Decuandoencuando,el ruidode lacuadrilladeperrosseaplacabaalpiedelescarpado,yyodejabacaerrocasquevolvíanasobresaltarlosdenuevo,yotravezsurgíanportodasparteslas injuriasygruñidosde toda laHordaexasperada.Al llegar lamañana,compartíelperroconOreja Caída y su esposa, y durante algunos días no fuimos los tres ni vegetarianos nifrugívoros.OrejaCaídanofuefelizensumatrimonio,perotuvoelconsuelodequenodurasemucho

tiempo. Ni él ni yo fuimos felices durante aquella época. Yo vivía solitario. Sufría losinconvenientes de haber sido expulsado de mi caverna y, además, no podía reunirme conningúnotrodelosmuchachuelosdelaHorda.SospechoquemilargacamaraderíaconOrejaCaldasehabíahechohabitualennosotros.Podíahabermecasadotambién,esverdad,ydebuenaganalohubierahechosinofuera

porlaescasezdemujeresquesufríalaHorda.Fácilesdecomprenderquelasexorbitanciasde Ojo Bermejo eran la causa de tal escasez, siendo esto una prueba dé la amenaza querepresentaba para la existencia de la Horda. Además, yo no había podido olvidar a DulceAlegría...Detodasformas,duranteelcasamientodeOrejaCaídallamédepuertaenpuerta,siempre errante, en peligro todas las noches cuandome acostaba, y sin comodidad nunca.Murióunode laHorday sumujerpasóa la cavernadeotro.Tomeposesiónde la cavernaabandonada,perotenía laentraaamplia,yOjoBermejocasimeatrapóundía,por locualtuve que volver a dormir en las dobles cavernas del pasadizo. Durante e1 veranoacostumbrabaaerrarsemanasenterasfueradelascavernas,durmiendoenunoscobijosquemefabriquéenlosárboles,cercadelospantanos.Ya he dicho que Oreja Caída no fue feliz. Mi hermana era hija de Chachalaca e hizo

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miserable y desdichada la vida de Oreja Caída. En ninguna caverna había tanta tremolinacomoenlasuya.SiOjoBermejoeraunsiniestroBarbaAzul,OrejaCaídaeraunbragazas,ymeimaginoqueOjoBermejoestabaardiendoendeseosdeposeeralamujerdeOrejaCaída.Afortunadamente para éste, su mujer murió cuando ocurría aquel verano una cosa

inusitada. Estaba terminando la estación y brotó, sin embargo, una segunda cosecha dezanahorias,completamenteinesperada,yqueofrecíaraícesjugosasytiernas;asíesquefueel pantanal el lugar de comida preferido por laHorda.Unamañana, temprano, estábamosalmorzando;aunladoteníayoaPelicalvo,ymásalláasupadreyasuhijo,Marrow-BoneyLabio Largo, respectivamente. Al otro 1ado estaban Oreja Caída y mi hermana, ella máspróximaamí.Sinavisoalguno,Pelicalvoymihermanaapretaronacorrerygritarsúbitamente.Almismo

tiempoelsilbidodeunasflechasquelesatravesarondeparteaparte.Unmomentodespuésyacíanretorciéndoseenelsuelo,mientrasquetodosnosotroshuíamosaladesbandadahacialos árboles. Un dardo pasó junto a se hincó en el suelo; las plumas de la caña vibraronoscilantesalclavarseentierra.Recuerdoladesviaciónquehicedandouninútilrodeoparanopasar junto al dardo clavado, como el caballo que huye del objeto que le atemoriza.OrejaCaída,quecorríaamiladodiountraspiéycayóporelsuelo.Undardolehabíaatravesadolapiernayleimpedíacorrer.Intentóhuir,perocayódenuevo.Sentóseentonces,acurrucándoseytemblandodepánico,mientrasquemellamabaconvozsuplicante.Mevolvíymeenseñóeldardo.Quisearrancárselo,peroeldolorqueestoleproducíamecontuvolamano.Otraflechapasóoscilandoentrenosotros.Otragolpeósecamentecontraunaroca,rebotóycayóalsuelo.Esto era demasiado. Tiré con todas mis fuerzas; Oreja Calda lanzó un alarido de dolormientraslearrancabaeldarloydándomeyotambiénungolpeconélacausadeltirón.Unosmomentosdespuésestábamosenplenahuída.Miré hacia atrás. El anciano Marrow-Bone, a solas y muy rezagado, iba vacilante y

silenciosoensucarrera,seguidodecercaporlamuerte.Avecestropezaba,yenunaocasióncayó tan largocomoera.Yano seveíanvenirnuevosdardos.Sealzódébilmente sobre lospies.Laedadlepesabaenormemente,peronoqueríamorir.LostresHombresdelFuegoqueavanzaban corriendo hacia la selva enmarañada podrían haberle alcanzado fácilmente. Nisiquiera lo intentaron. Quizás les parecería demasiado viejo y gastado. Pero sí que seacercaronaPelicalvoyamihermana,porquecuandomevolvíamirardesdelosárbolesvialosHombresdelFuegogolpeándolesconunaspeñasenlacabeza,yunodeelloseraelviejoyrugosocazadorqueandabarenqueando...Seguimoshuyendo,entrelosárboles,conrumboalascavernas,plebeexcitadaysinorden,

alborotandoalpaso,caminodeloshuecosdelaspeñas,atodoslospequeñosseresvivientesde la selva y provocando los chillidos de los abejarucos. Ahora que no era el peligro cosamayor,LabioLargoaguardóasuabueloMarrow-Bone,yambos,elviejoyeljoven,nosdieronalcance,dejandoen lospantanalesaldesdichadoPelicalvo,cuyamuerteabríaentreelloselvacíodeunageneración.YasífuecomoOrejaCaídavinodenuevoasersoltero.Aquellanochemeacostéjuntoaél

enlaviejacaverna,ycomenzódenuevonuestraantiguavidadecamaradería.Parecequelamuertedesucompañerano lecausógranpesar.Almenosnomostrabaseñalesticdolorniañorabasuausencia.Era laheridade lapierna loqueparecía incomodarle,ypasómásdeunasemanasinquepudierarecobrarsuagilidad.Marrow-Bone era el único anciano la Horda. A veces vuelvo a pensar en aquel hombre

primitivo,ycuandolavisióndelrecuerdosemeaclaramás,perciboqueexisteunasemblanzasorprendenteentreélyelpadredenuestrojardinero.Elpadredeljardineroeraunancianoarrugado ymarchito, yme atrevería a jurar que cuandomiraba a través de sus diminutosojos,ocuandomascullabaconsusdesdentadasencías,separecíayobrabaigualqueelviejoMarrow-Bone.Durantemiinfanciamehorrorizabaesteparecido;nopodíamenosqueecharacorrer siemprequeveíaalpobreviejoque seacercabavacilante sobre susdosbáculos.Elviejo Marrow-Bone tenía también cierto asomo de despoblada barba que me parecíaexactamenteigualquelasralaspatillasdelanciano.Como iba diciendo, Marrow-Bone era el único viejo de la Horda. Representaba una

excepción, porque los de la Horda no llegaban nunca a viejos, y tampoco abundaban lasedadesmedias.Lamuerteviolentaeracasisiempreelfinquenosaguardaba.MoríancomomipadreocomoDienteMelladohabíanmuerto,comoPelicalvoymihermanaacababandemorir: súbitamente, brutalmente en plena posesión de sus facultades, en vi pleno vigor ylozaníadelavida.¿Lamuertenatural?Lamuerteviolentaeralaverdaderamuertenaturalde

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aquellostiempos.NadiemuriódeviejoenlaHorda,niaunelmismoMarrow-Bone;aunquefueelquemás

suertetuvodenidoscuantosvivíanenmigeneración.Unmagullamientoounamutilación,unoscurecimiento momentáneo de las facultades, equivalían a la inmediata muerte.Generalmente nadie era testigo de semejantes accidentes. Los miembros de la Hordadesaparecíandenuestravistaynosabíamosmásdeellos.Dejabanlascavernasalamanecerynoregresabannunca.Desaparecían...enlasgarrasvoracesdelasbestiassanguinariasdelaselva.LairrupcióndelosHombresdelFuegoenlosplantanalesdelaszanahoriashabíadeserel

comienzodelfindelaHorda,aunquenosotrosloignorábamos.Loscazadorescomenzaronaaparecermásfrecuentementecadavez,andandoeltiempo.Veníanenparejasoengruposdeatres,sedeslizabanarrastrándosesigilosamenteporlaselva,prestossusaladosdardosparaaniquilarlasdistanciasyparaderribarasusvíctimasdesdelacopadelosárbolesmásaltos,sinnecesidaddetreparlos.Losarcosy las flechaserancornounaextensiónenormedesusmúsculos, así es que en realidad saltaban alturas inmensas y asesinaban a cien pies dedistancia ymás aún.Esto les hacíamil vecesmás terribles que almismoDiente deSable.Además, eran muy astutos e inteligentes, poseían un lenguaje que les capacitaba pararazonar,yporúltimo,comprendíanlasventajasdelacooperación.Nosotros, losdelaHorda,noshicimosrecelososydesconfiadosmientrasandábamospor

losbosques.Siempreíbamosojoavizor,vigilantesytímidos.Yanoeranlosárboleselabrigoseguro donde confiarse. Ya no podía ser aquello de colgarse de las ramas y reírse de losanimales carniceros enemigos que acechaban en el suelo. Los Hombres del Fuego erancarnívoros,cuyasgarrasyfaucessealargabanamásdecienpies.Nohabíaningunafieratantemibleentrelasbestiasdepresaqueinvadíanelmundoprimitivo.Unamañana,antesdequelaHordasedispersaraporlaselva,cundióelpánicoentrelos

quehabíanidoabeberalrío.Todoshuimosalascavernas.Teníamosentonceslacostumbrede huir antes de investigar las causas de la fuga. Esperamos a la boca de las cavernas yobservamos.Despuésdeunos instantes,unhombredelFuegosubiócautelosoycomenzóacaminarporelllano.Eraelancianopequeñitoyrugoso,elviejocazador.Permaneciófrenteanosotros unos momentos y nos contempló, observando nuestras cavernas y el muro delescarpado de arriba abajo. Descendió después por uno de los barrancos hacia losabrevaderos,volviendoalospocosminutosporotrabarrancada.Aúnsedetuvoaobservarnosatenta y cuidadosamente durante un buen rato. Luego volvió sobre sus pasos y se fuerenqueando selva adentro, dejándonos consternados y llamándonos unos a otros desde lascavernasconvozsuplicanteydolorida.

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CAPITULOXVI

LAENCONTRÉen laantiguavivienda,próximaa lospantanalesde lasbayas,dondemimadre había vivido y donde Oreja Caída y yo construimos nuestro primer abrigo entre losárboles. Fue algo inesperado. Cuando llegué cerca de ella, bajo el árbol, oí la dulce vozfamiliar,nuncaolvidada,y levanté losojos.Allíestabaella,miDulceAlegría,sentadasobreunaramabalanceandolaspiernas,mientrasmemiraba.

Mequedéinmóvildurantealgúnrato.Alverlamesentífeliz,yluegoempezóainvadirmeunasensacióndeinquietudydolorqueahogabalafelicidad.Comencéatreparporelárbolyella iba retirándose lentamentede la rama.Cuandoya la alcanzaba, saltópor el aire fueapararalárbolpróximo.Memirabaasomándoseseentreelrumordelashojasyvolvióaemitirsus dulces sonidos. Salté recto hacia ella, y después de una persecución muy empeñada,volvió a repetirse a misma situación; porque allá, entre las hojas, lanzaba ella sus dulcessonidos,mirándomedesdelasramas.

Comprendíquehabíanacidoenmíalgodiferentealoquesentíenaquellospasadosdías,anterioresanuestroviajedeaventuras.Yoladeseabayellalosabía.Poresonodabalugaraquemeacercara.Meolvidéporcompletodequeellaera la ligerezamismaydequehabíasidomimaestraenelartedetreparporlasramas.Laperseguídeárbolenárbolysiempreme burlaba, mirándome después con sus bondadosos ojos, emitiendo sus dulces sonidos ydanzando y columpiándose ante mí, pero fuera de mi alcance. Cuanto más se evadía, másardientementedeseabaalcanzarla,ylassombrascrecientesdelatardefuerontestigosdelainutilidaddemiesfuerzo.

Según laperseguía, o a veces, cuandodescansabaenel árbolpróximo, contemplándola,observéelcambioqueenellasehabíaoperado.Eramásalta,máspesada,máscrecida.Susformassehabíanredondeado,losmúsculoseranllenosyfuertes,yhabíaentodaellaunalgoinefablequemehablabademadurezyplenitudnuevaseincitantes.Tresañosporlomenoshabíanpasadoporella,yestostresañoshabíandejadosusello.Digoquetresaños,aunquenopuedoprecisarexactamenteeltiempo;acasopudodeslizarseotroañomás,cuyossucesoshayaconfundidoyoconlosdelosotrostres.Cuantomásmeditoenello,másclaromeparecequehabríanpasadoyacuatroaños,porlomenos.

Ignoroporcompletodóndehabíaido,porquésefue,niquélesucedióeneseespaciodetiempo.Ellanoteníamediodedecírmelo,asícomoOrejaCaídayyonoloteníamostampocoparacontaralaHordaoquehabíamosvistoenextrañospaíses,Esprobablequeella,comonosotros, habría partido para un viaje e aventuras, a solas, consigo misma. Por otra parte,acasoOjoBermejohubierasidolacausadesupartida.Escasiciertoqueéllaencontraríadevez en cuando vagando por los bosques, y acaso con sus persecuciones fuera motivo delalejamientodeDulceAlegría.Porsucesosposteriores,hellegadoacreerquedebióviajarmuylejos,haciaelSur,cruzandohilerasdemontañas,ydescendiendodespuésalasriberasdeunríodesconocido,muy lejosde todossussemejantes.Allí vivían losHombresde losÁrboles,que ladebieron impulsara regresara laHordayamí.Más tardeexplicaré losmotivosdeestassospechasmías.

Las sombras de la noche se iban haciendo más densas, y yo seguía persiguiéndola másardientemente que nunca, y aun no podía alcanzarla. Ella fingía huir de mídesesperadamente, y siempre se las componía de manera que estaba a la distanciaprecisamente justa para que no pudiera darle alcance. Me olvidé de todo, de la noche queavanzaba, del tiempo y de los enemigos carniceros y devoradores. Estaba enloquecido deamoryllenodeira,porqueellanomedejabaaproximarmeasulado.Esextrañoelconsiderarcómoestairacontraellaparecíapartedemipasión.

Comoibadiciendo,meolvidédetodo.Enmicarreraporlosdescampadosmemetíentreunanidadadeserpientes.Nomeacobardaron.Estabaloco.Serpearonhaciamí,peroyomezambullíentreellas,lasesquivéycontinuéavanzando.Mevientoncesfrenteaunaserpientepitónqueenotrascircunstanciasmehubierahechohuir,chillando,a lacopadelárbolmásalto. Me persiguió; pero Dulce Alegría desaparecía de mi vista, y yo me lancé al suelo ycontinuécaminoadelante.Laserpientellegóarozarmeenmicarrera.Despuéstropecéconmiantiguaenemiga:lahiena.Estaríaseguradequemitemeridadmotivaríaalgúndesenlaceagradableparaella, ymepersiguióduranteunabuenahora.Másadelante irritamosauna

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cuadrilladejabalíes,queecharontambiéntrasdenosotros.DulceAlegríaseaventuróadarunsaltoenorme,excesivoparamí.Yoteníaquetocaralsuelo.Abajoestabanlosjabalíes.Nodudéniunmomento.Meechéatierraapocomásdeunavaradelmáspróximo.Merozaronenmicarreraypordosvecesmepersiguieronhastadosdistintosárboles,desviándomedelarutadeDulceAlegría.Meaventurénuevamenteapisarel sueloy crucéunamplioespacioseguido de la banda que gruñía, se erizaba y rechinaba los colmillos junto a mis propiostalones.

Un traspié o un simple tropezón y no hubiera habido salvación para mí. Pero no mepreocupedeloquepudierasucederme.Taleramiestadoemotivo,quehubieradesafiadoalpropioDientedeSableyatodoslosdardosdelosHombresdelFuego.Atalextremollegabamilocuradeamor.NoleocurríalomismoaDulceAlegría,queeraprudenteenextremo.Nosearriesgabamucho,yaúnrecuerdo,volviendolosojosatravésdelossiglosaracontemplaraquella persecución, que, cuando los jabalíes me detuvieron, ella aminoraba su marcha yesperaba a que yo volviera a emprender la carrera. Además, era ella la que me conducía,eligiendosiempreladirecciónqueleconveníamás.

Vinopor fin laoscuridad.DulceAlegríame llevóentoncespor lamusgosaespaldadeundesfiladeroquesurgíaentrelosárboles.Despuéspenetramosporunadensamaleza,quemearañóydespellejóalpasar.Ellaalsiquieraseenredóunsolocabello.Conocíabienelcamino.Un roble grandioso se alzaba medio oculto por la maleza. Yo estaba muy cerca de DulceAlegríacuandotrepabaporelárbol,yallí,entre lashorquillasde lasramas,enelnidotanlargaeinútilmentebuscado,logréalcanzarla,porqueellaquisoalfinquefuese.

Lahienahabíaolfateadodenuevonuestrashuellas,ysesentóbajoelárbolentregruñidosde hambre. No nos preocupamos para nada, sino, al contrario, nos reímos mucho de ellacuando, enseñando sus fauces y gruñendo, se alejó entre los árboles. Era el tiempo de aprimaverayen lanochese sentíanmuchosyvariados ruidos.Comodecostumbre,enestaestacióndelañoabundabanlasluchasentrelosanimales.Desdeelnidopodíamospercibirlosrelinchosdeloscaballossalvajes,eltrompeteodeloselefantesyelrugidodelosleones.Perolalunasurgióenelcielo,ynosotrosreíamosfelices,sinmiedo.

A la mañana siguiente vimos dos pájaros machos que reñían tan ciegamente que pudeecharmesobreellosycogerlosporelcuellosinningunadificultad.AsíescomoDulceAlegríay yo hicimos nuestro primer almuerzo de bodas. Nos parecieron deliciosos. Era muy fácilcoger pájaros durante la primavera. Otra noche vimos desde nuestro nido a dos antas queluchabanalaluzdelaluna,mientrasquedosleonessedeslizaronhaciaellas,alcanzándolasdesprevenidas,enelardordelcombate.

Realmente,no tengomediodeconjeturarcuánto tiempovivimosenaquelnidodeDulceAlegría.Pero,undíacuandoestábamosausentes,recibióelárbolelgolpedelrayo,serajaronlas grandes ramas y quedó completamente destrozado el nido. Comencé a reconstruirloinútilmente,porqueaDulceAlegríaleamedrentabanlosrayosynopudeconvencerladequevolviera a nuestro árbol. Fue así como después de terminada nuestra luna de miel,regresamos a la vida de las cavernas. Y como Oreja Caída me había echado de la cavernacuandosecasó,así yo también leexpulsédeella.DulceAlegríayyonosestablecimosallí,mientrasqueOrejaCaídadormíaenelpasadizodelacavernadoble.

Conel regresoa las cavernas vino la inquietudde la vida.No sé cuántasesposashabíatenidoOjoBermejo,despuésdeCantarina,quehabíaseguidolasuertedetodas.Actualmenteteníaunapobremujeracobardada,pequeñay tierna,quegimoteabadíaynoche, lomismocuando le pegaba que cuando no. Su muerte no se hizo esperar mucho. Aun antes de quemuriera,yahabíapuestoOjoBermejosusojosenmiDulceAlegría,a lamuertedeaquéllacomenzólapersecucióndeésta.

MenosmalqueDulceAlegríaeralaligerezamisma,ysusorprendenteaptitudparahuiratravés de los árboles podía librarla de las garras de aquella bestia. Yo no podía ayudarlarealmente.EratanmonstruosoOjoBermejo,quemehubieradesgarradomiembroamiembroconlamayorfacilidad.Hastamimuertellevélisiadounhombro,quesemeinutilizabaenlas

estacionesdelluvias,muestradeunadelasbrutalidadesdeOjoBermejo.Por entonces cayó enferma Dulce Alegría. La enfermedad de mi mujer sería

indudablementealgúnaccesodepaludismoquea veces sufríamos,pero lo ciertoesque ladejó torpe y pesada.No tenía la acostumbrada rapidezde susmúsculos y estaba enmalascondiciones para huir cuando Ojo Bermejo la arrinconó cerca de los cubiles de los perrossalvajes,variasmillasalSurdelascavernas.Enotraocasión,antesdequeélhubierapodido

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acercarse, lehabríaesquivadoella, regresandosinningunadificultadalabrigodenuestrascavernas de estrecha entrada. Pero ahora no podía ser. Estaba pesada, torpe y lenta. OjoBermejo la ob1igó a retroceder, hasta arrinconarla donde quiso. Dulce Alegría concentrótodassusenergíasenlibrarsedesusgarras.

Si no hubiera estado enferma, hubiera sido juego de niños el burlarle; pero ahora erapreciso todasuprecauci6ny sagacidad.Teníaen su favorelpoderhuirpor las ramasmásfinas y dar los saltos más arriesgados. También la de ser muy habilidosa en medir lasdistanciasyadivinarlaresistenciadelasramasyramonescariados.

Fue interminable la persecución. Se lanzaron por la se1va en vueltas y más vueltas,avanzandoyretrocediendoencarrerastremendas.LaHordaestabaenormementeexcitada,prorrumpiendo en un salvaje alarido más vibrante cuando Ojo Bermejo se hallaba lejos yaplacadocuandolapersecuciónloaproximaba...Eran,comosiempre,espectadorespasivos.Lasmujereschillaban,losmachosseapuñeabanelpechoencólerainútil.CaraGrandeestabamásindignadoquenadie,yauncuandoaplacabasusgritosalaproximarseOjoBermejo,noenmudecíatantocomolosotros.

Yo,pormiparte,nohacíaningúnbrillantepapel.Yaséqueteniadetodomenosdehéroe.Además, ¿para qué había de servir que me pusiera frente a Ojo Bermejo? Era el monstruopoderoso, labestiaabismática,ynohabíaesperanzaparamíenunaluchadefuerzacontrafuerza.Mehabríamatado,sinquehubieracambiadoparanadalasituación.Asíesquenometocabasinodesesperarmeenimpotenteydolorosaira,desviarmedesucaminoyaplacarmicóleracuandosemeacercaba.

Pasaronhoras.Erayaentradalatardeyaúncontinuabalapersecución.OjoBermejoibaagotandoaDulceAlegría,cansándola.Laperseguíayfatigabadeliberadamente.Despuésdeunbuenrato,ellacomenzóacansarseynopodíamantenersuhuídaavoluntad.Procurabasubiralasramasmásdelgadas,adondeélnopodríaseguirla.Necesitabadescansarallíunosinstantes para tomar aliento; pero Ojo Bermejo era incansable y estaba feroz. Incapaz deseguirla, le impedíadetenerse, sacudiéndolade las ramasdelgadasdondeDulceAlegría serefugiaba. Podía balancear con su fuerza y peso las ramas más gruesas y sacudirlas hastalanzarlaporelairecomosifueraunamosca.LaprimeravezsesalvóDulceAlegríadejándosecaer en las ramas inferiores y más gruesas. En otra ocasión, aunque estas ramas noimpidieronquesecayeraalsuelo,aminoraronelgolpe.Siguióotrasacudida,tanferoz,quesaliólanzadadelarama,atravesandoungranespaciohastaelárbolpróximo.Pareceincreíblecómoseasióysalvódelacaída.AhoraDulceAlegríabuscabalaseguridaddelasramasaltasydébiles.Estabatancansada,quenopodíaescaparsedeotramanera,yrecurríaconhartafrecuenciaaesteardid.

AúnprosiguiólapersecuciónyaúnlaHordachillaba,segolpeabaelpechoyrechinabalosdientes. Luego vino el fin. Era casi la hora del crepúsculo. Dulce Alegría, temblando y sinaliento,seasiódesesperadamenteaunarama,atreintapiesdelsuelo,sobreelespaciovacío.OjoBermejosacudiólarama,que,comounpéndulo,comenzóaoscilarconelenormepesodeaquelbruto.Súbitamentedioun latigazo conel cuerpo, y fue tanbrusca la oscilación, queDulceAlegríasaliódespedida.Habíaperdidosuasideroycaíaenelvacío,lanzandoungritopenetrante.

Aúnpudoenderezarseenelaire,paracaerdepie.Enotrascircunstanciaslaagilidaddesus miembros, hubiera evitado el golpe, pero ahora estaba agotada. No podía soportar elsalto;suspiernascedieron,sinhacermásqueaplacarelchoque,yalcaerentierra,aunqueno se hizo daño, el golpe la dejó sin aliento. Quedó tendida en el suelo, desvalida yesforzándoseporrespirar.

OjoBermejoseabalanzósobreellaylaasió,retorciéndoleloscabellosentresusnudososdedos,rugiendotriunfanteyretandoalaHorda,que,aterrorizada,lecontemplabadesdelosárboles. Entonces enloquecí y, abandoné toda prudencia; olvidando el deseo de vivir en lacarne,mearrojé por detrás sobreOjoBermejo, que rugía espantosamente. Tan inesperadafue la acometida, que lohice rodar, y rodeándole conbrazos y, piernas, procuré sostenerlocontra el suelo. Hubiera sido imposible de no haber tenido Ojo Bermejo una de sus manosocupadaenagarrartensamenteaDulceAlegríaporloscabellos.

Envalentonado por mi osadía, Cara Grande se unió a mí inesperadamente. Se echó a lapelea y clavé los dientes en el brazo de Ojo Bermejo, rasgándole y arañándole el rostro almismo tiempo.Éstaera laocasiónpropiciaparaque laHordaseunierayacabaseconOjoBermejo.Perotodospermanecieroninmóvilesocultosenlosárboles.

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ErainevitablequeOjoBermejonosvenciera.Sinoterminóinmediatamenteconnosotros,fueporqueDulceAlegríaimpedíasusmovimientos.Habíarecobradosualientoycomenzabaaresistir.OjoBermejonoqueríasoltarlayestoleponíaencondicionesdeinferioridad.Tendiólamanolibreymeagarrócomounatenaza.Eraelcomienzodemifin.Empezóaarrastrarmehaciaélparaponermeenposiciónapropósitoparaclavarmelosdientesen lagarganta.Yahabía abierto la boca y apretaba las encías. En un apretujón de sus enormes fuerzas, meretorcióelhombrode tal formaqueconservéeldolorpara toda lavida, comorecuerdodeaquellalucha.

Pero entonces sucedió algo imprevisto. Un enorme cuerpo cayó sobre el grupo queformábamos los cuatro. No esperábamos el golpe y salimos rodando cada uno por su lado,soltándonos en la repentina sorpresa. En el instante del choque, Cara Grande lanzó unterrible alarido. Yo no podía precisar lo que había pasado, aunque sentí olor de tigre yvislumbrésurayadapielenmivelozhuídahacialosárboles.

Era el viejoDientedeSable. Lehabíadespertado en su cubil el rumorde la refriega, yacudiósinquenosdiéramoscuentadeello.DulceAlegríaseencaramóalárbolinmediatoalmíoymeuníaellaenseguida.Larodeéconlosbrazosylaapretujécontramipecho,mientrasqueellallorabadesconsoladamente.Delsueloveníaungruñidoyuncrujirdehuesos.EraqueDientedeSableestabadevorandolosrestosdeloquehabíasidoCaraGrande.Másallá,OjoBermejo miraba fijamente entre el reborde de sus inflamados ojos. Había encontrado unmonstruo mayor que él. Dulce Alegría y yo huimos entre los árboles, camino de nuestracaverna,mientrasquelaHordaseamontonabaenlascopasmásaltas,porencimadesuviejoenemigo Diente de Sable, arrojándole un chaparrón de ramas y tallos secos. El tigrerestallabalacolaygruñía,perocontinuabadevorando.

Yasí fuecomonossalvamos:porunmeroaccidentede lamáspuracasualidad.Deotromodo,hubieraperecidoentrelasgarrasdeOjoBermejoynohubieraexistidoelpuentequeenlazatodoaquelloconundescendientequeleeperiódicos,montaentreneseléctricosy,¡ay!,escribenarracionesdesucesosdesvanecidosenelpasado,comoésta,porejemplo.

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CAPITULOXVII

LOQUEvoy a relataros aconteció al comenzar el otoñodel año siguiente.OjoBermejo,despuésdesufracaso,habíatomadootramujer,que,aunqueparezcaextraño,aúnvivía.Másextrañotodavíaospareceráelsaberquemesesatráshabíatenidounhijo:elprimerhijodeOjo Bermejo. Sus mujeres anteriores no vivieron lo suficiente para poder dar a luz. Todoshabíamospasadounbuenaño.Eltiempohabíasidoexcepcionalmentebenignoylacosechaabundante.Recuerdodeunamaneraespeciallaszanahoriasdeaquellatemporada.Tambiénfuecopiosísimalacosechadenuecesylasciruelassilvestreseranmásdulcesymásgrandesquedecostumbre.

En resumen, fue el año de oro. Y luego sucedió... Por la mañana temprano nossorprendieronenlascavernas.Lamayorpartedelosnuestrossedespertarondesusueñoala luz fríaygrisdelamanecer,paraencontrar lamuerte.ADulceAlegríayamínoshabíadespertado el escándalo de la granbatahola.Eranuestra caverna lamás alta del peñascalescarpado.Nosarrastramosalabocaymiramos.El llanoestabarebosantedeHombresdelFuego.Susalaridosygriteríaaumentabanelclamoreo;peroellosguardabanordenyseguíansuplan,ynosotrosno.Cadacualobrabaporcuentapropia,sinadvertirlaenormecalamidadquecaíasobretodos.

ComenzamosalanzarpiedrassobrelosHombresdelFuego,quesehabíanreunidoalpiedel peñascal. Nuestra acometida logró aplastar a algunos de ellos, porque cuando seretiraron, quedaron tres o cuatro tendidos en el suelo. Allí se retorcían y forcejeaban,intentando arrastrarse lejos de los riscos; pero no se lo permitimos. Los varones rugíamosairadosyhacíamoslloverpiedrasymáspiedrassobrelosHombresde1Fuegoqueyacíanalpiedelmuro.Algunos intentaronarrastrarlesasitioseguro;peronuestrospeñascoshacíanretrocederalosrescatadores.

Los Hombres del Fuego comenzaron a encolerizarse. También ellos se volvieronprecavidos. A pesar de sus alaridos de ira, se mantenían a prudente distancia, y lanzabangranizadasdeflechassobrelascavernas.Estofuelosuficienteparaquecesáramosdearrojarpeñascos.Yamediadocenadelosnuestroshabíanmuertoymuchosestabanheridos;elrestonosretiramosalinteriordelascavernas.Yonoestabafueradesualcanceenmialtacueva,pero la distancia era suficiente para inutilizar la efectividadde los disparos; así es que losHombres del Fuego no malgastaban sus dardos contra mí. Además, tenia curiosidad ydeseaba ver. Mientras que Dulce Alegría permanecía en lo más hondo de la caverna,temblando de miedo y prorrumpiendo en gemidos porque yo no quería entrar y seguíaobservandoagazapadoalaentrada.

El ataque se desarrollaba a intervalos. Se había detenido por un momento; porquehabiéndonos refugiado nosotros en el interior de las cavernas, los Hombres del Fuegopensabancómonospodríanechardeallí.Ellosnoseatrevíanaseguirnos,ynosotrosnonosatrevíamos a exponernos a sus dardos. De cuando en cuando, si alguien se acercaba alescarpado, alguno de la Horda arrojaba un peñasco aplastador. A cambio de lo cual caíaatravesado por media docena de flechas. Así continuaron las cosas durante un buen rato;pero, laHorda terminóporrecurriranopresentarblanco fuerade lascavernas.La treguaeracompleta.

Más allá de los Hombres del Fuego, detrás de todos ellos, veía yo al viejo y arrugadocazadorpequeñitoquelodirigíatodo.Losdemásloobedecíanciegamenteeibandeunladoaotro,cumpliendosusórdenes.Corrieronalgunosalaselvayvolvieronconpesadasmaderassecas y grandes montones de maleza; todos los Hombres del Fuego se dedicaron aamontonarla.

Mientrasquealgunos lesdefendían,prestos losarcostensosadispararsobreelprimerodelaHordaquesehubieraatrevidoaasomarse,otrosamontonabanlasmatassecasalabocade las filas inferiores de cavernas. Entonces conjuraron almonstruo terrible, que apareciórápidoasupoderosaevocación.YvimosporprimeravezelFUEGO.Comenzaronaretorcersesobreelpeñascalmechonesdehumoascendente.Luego,lasrojaslenguasdelasllamas,quese deslizaron como serpientes entre los leños que ardían. El humo se hizo más denso,sepultando a veces todo el frente del peñascal. Pero yo estaba en lo más alto y no memolestabagrancosa,aunquemeescocíanlosojos,quefrotabaconlosnudillosdelasmanos.

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ElancianoMarrow-Bonefueelrimeroensaliracausadelasofocacióndelhumo.Unlevesoplodeairedesviólahumaredaenelinstantemismoenqueelviejosalía,yloviclaramente.Aparecióentrelasnubesdehumo,pisóuncarbónencendido,yprorrumpiendoenungritodesúbitodolorcomenzóatreparporelpeñascal.Losdardosllovíansobreél.Sedetuvoalbordedeuna roca, agarrándoseafanosoentreboqueadas, estornudos y sacudimientosde cabeza,mientrasqueunalluviadeemplumadosdardosrebotabansobrelapeña,alrededorsuyo.Eraviejo, peronoqueríamorir.Se cimbreabamás cada vez; las rodillas comenzarona ceder ygemía suplicante, vacilando al borde del peñasco. Perdieron sus manos el asidero y cayóvolteandoy sacudiéndose, rompiéndose loshuesos contra laspeñas.Aúnprorrumpióenunlamentoyseesforzódébilmenteporlevantarse,perounHombredelFuegoseabalanzósobreélyledesnucóconunaporra.

Tal fue la suerte demuchos de los habitantes de la 1aHorda. Incapaces de soportar lasofocación del humo, salían de las cavernas para caer entonces bajo los dardos crueles.Algunasdelasmujeresyniñospermanecieronensuscavernasymurieronasfixiados;perolamayoríaencontrólamuertefueradeellas.

Cuando los Hombres del Fuego hubieron desalojado la primera hilera de cavernas,procedieron a repetir la operación en la segunda. Peromientras amontonaban lasmatas ymaderas secas, Ojo Bermejo escapó peñas arriba, seguido de su mujer, que llevabaestrechamenteabrazadoalniño.LosHombresdelFuego, sehabíandescuidado, esperandosindudaquepermaneceríamosenlascavernasduranteelintervalonecesarioparaprepararelfuego;asíesquecuandosusdardoscomenzaronacortarelaire,OjoBermejoysumujerestabanyaenloaltodelescarpado.Al llegara lacumbre,OjoBermejosevolvióamirarlesrugiendoygolpeándoseelpecho.LosHombresdelFuego,tendieronsusarcosamenazantes,yaunquelasflechasnolotocaron,OjoBermejohuyódespavorido.

Aúnobservéporterceraycuartavezentrelahumareda.AlgunoshabitantesdelaHordaconseguíanescaparencaramándosesobrelaspeñas,perolosmáscaíanatravesadosporlasflechas.RecuerdoaLabioLargo:llegóhastacercademígritandodolorosamente;undardolehabíaatravesadoelpecho,ylacañaemplumadavibrabaporeldorsomientrasquelapuntadehuesosalíapordelante.Laflechalehabíaentradoporlaespaldamientrastrepaba.Cayójuntoalaentradademicaverna,sangrandoprofusamenteporlaboca.

Enaquelmomentolashilerassuperioresdecavernassevaciarondesúbito.CasitodoslosdelaHordaquenoestabanasfixiadossalieronalmismotiempoyhuyeronpenasarriba.Éstafue lasalvacióndemuchosdeellos.LosHombresdelFuegonopodíandispararsus flechascon tanta rapidez. Llenaron el aire de dardos, ymuchos de los nuestros cayeron heridos ytambaleándose;peroalgunosconsiguieronganarlacumbreydesaparecieron.

No era tan grande mi impulso de huir como el de la curiosidad. Los dardos habíanterminadodesilbar.ParecíacomosihubieranhuidolosúltimosmiembrosdelaHorda,peroaún debía de haber algunos ocultos en las cavernas superiores. Dulce Alegría y yo nosdispusimosahacerunasalidahacialacumbredelacantilado.AlvernosprorrumpieronenunaexclamaciónlosHombresdelFuego.Noerayolacausa,sinoDulceAlegría.Todoshablabandesaforadamente y la señalaban. No intentaron disparar ni un solo dardo. Comenzaron allamarnosenvozbaja,dulceyatrayente.Yomedetuveymiréhaciaabajo.Ella,horrorizada,gemía y me impulsaba a seguir adelante. Subimos a la cumbre y poco despuésdesaparecíamosentrelosárboles.

EsteacontecimientomehahechopreguntarmemuchasvecessiDulceAlegríaseríadesuraza,sisehabríaextraviadodeelloscuandoeramuyniñaaun,paraqueseacordara,porqueenotrocasonoleshabríatemido.Tambiénpudieraserque,aunquefueradesuraza,nosehubieraperdido;quefuerahijadeHombresdelfuegoquehubieranrenegadodesuespecieyquenacieraenlaselvaentrelosdelaHorda.¿Quiénpodrásaberlo?EstascosasestánmásalládemialcanceyDulceAlegríanosabíadeellasmásqueyo.

Pasamosundíadeagoníayterror.Lamayorpartedelossupervivienteshuyeronhacialospantanosybuscaronrefugioenlasvecinasselvas.Ydurantetodoeldíanospersiguieronlascuadrillas de Hombres del Fuego, que nos asesinaban dondequiera que nos encontrasen.Debían tener fijado su plan de antemano. Como ya no cabían en su pequeño territorio,decidieron sin duda conquistar el nuestro. ¡Oh dolor de la conquista! No podíamosafrontarles.Fueunacarnicería,unamatanzacruelquenoperdonóanadie:jóvenesyviejoscayeronasupaso,hastaqueelpaísquedólibreporcompletodenuestrapresencia.

Aquelloequivalíaalfindelmundo,almenosparanosotros.Huimosalúltimoasilodelos

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árboles acogedores, para que allí nos cercaran y asesinaran, familia tras familia. Nuestrosojosnocesabandever taleshorroresen tanaciagodía,yyo,porotraparte,sentíaseddecontemplarlos.DulceAlegríayyonopermanecíamosmuchotiempoencadaárbol,evitandodeestamaneralaposibilidaddequenoscercaran.Masnohabíalugardondeacogerse.Portodas partes brotaban Hombres del Fuego, ebrios de su tarea exterminadora. Losencontrábamos dondequiera que dirigiéramos nuestros pasos, y así pudimos presenciarmuchasdesushazañas.

No recuerdo haber visto lo que le ocurriera a mi madre; pero sí haber contemplado aChachalaca en su antiguo árbol, de donde cayó mortalmente herido atravesado por unaflecha. Me horroriza pensar que sentí entonces un estremecimiento de alegría,columpiándome gozoso en mi árbol. Antes de terminar esta parte de mi narración, quierohablarosdeOjoBermejo.Leencontraronenunodelosárbolespróximosalospantanos,enunióndesuesposaysuhijo.DulceAlegríayyonosdetuvimosacontemplarle,deteniéndonosunmomentoennuestrahuída.LosHombresdelFuegoestabandemasiadoatentosasulaborynorepararonennosotros,que,porotraparte,nosresguardábamosmedioocultosentrelamalezapordondenosdeslizábamos.

Un grupo de Hombres del Fuego rodeaba al árbol y disparaban flechas, recogiéndolascuandovolvíanacaeralsuelo.YonopodíadistinguiraOjoBermejoperoleoíagruñirocultoentre lasramasdelárbol.Pocodespuésseapagabansusgruñidos;debíahaberserefugiadoenalgúnhuecodeltronco.Perosuesposanoconsiguióalcanzarsemejanteabrigoyundardolahizocaeratierra,alparecergravementeherida,puestoquenoseesforzóenescapar.Searrastróhaciasuhijo,cubriéndoleprotectorabajosuregazoadondeseasíaapretadamente,hizosignossuplicantesprorrumpióenruegosalosHombresdelFuego.Éstosseagruparonasu alrededor y seburlabande ella, lomismoqueOrejaCaída y yonoshabíamos reídodelanciano que pertenecía a losHombres de los Árboles. Así como nosotros le punzábamos yazuzábamos con ramitas y tallos secos, así también hacían los Hombres del Fuego con lamujer de Ojo Bermejo: la pinchaban con la punta de sus flechas. Pero la infeliz no queríaluchar, y la broma resultaba aburrida para los cazadores No quería encolerizarse aquellamujer, que se limitaba a cubrir a su hijo indefenso y rogar lastimeramente. Uno de losHombresdelFuegoseacercóconunaporraenlamano.Ellalovioylocomprendiótodo;peronohizomásquedirigirlevocessuplicantes,hastaquerecibióeldurogolpe.

Ojo Bermejo continuaba en su hueco, a salvo de los dardos. Los cazadores deliberaronunos instantes,y luegounodeellostrepóalárbol.Nopuedode(iros loquesucedieraen loalto;sólorecuerdoque leoí lanzarunritoypercibí laexcitaciónde losqueestabanabajo.Unosminutosdespués,uncuerpocaíaaplastadocontraelsuelo.Nohizoelmovimientomásleve. Los demás lo contemplaron y le alzaron la cabeza inerte, que cayó fláccida alabandonarle.OjoBermejohabíadadobuenacuentadelHombredelFuego.

Losdemáscazadoresseencolerizaron.Juntoalsuelo,eneltroncodeárbol,seabríaunagrieta,yacumularonallíhierbassecasymaderay leprendieron fuego.DulceAlegríayyo,estrechamenteabrazados,esperábamosentre lamaleza.DecuandoencuandolosHombresdelFuegoarrojabanalahogueragrandesramasquehumeabanabundantemente.

Depronto losvimosretirarse lejosdelárbol.Nohabíansidobastanterápidos,y lavelozmasacorpulentadeOjoBermejobajóatierra,cayendosobreellos.Ensuirasalvaje,comenzóadespachurrarlesadiestroysiniestro,entresusmembrudosbrazos.Aunodeloscazadoresledespellejólacaraconlosatenazadosdedosnudososydetantremendosmúsculos.Aotroledestrozó el cuello de un mordisco. Los Hombres del Fuego se retiraron lanzando ferocesalaridos,paraabalanzarsedenuevosobreOjoBermejo;peroésteasióunleñoycomenzóaaplastarles la cabeza a cuantos se acercaban. Era demasiado enemigo para ellos. LosHombres del Fuego se vieron obligados a retirarse nuevamente.OjoBermejo aprovechó laoportunidad, lesvolvió laespaldayhuyóululandoenfurecido.Cayeronunoscuantosdardosvelocesjuntoaél;peroseinternóentrelasbreñasespesasydesapareció.

DulceAlegríayyonosalejamosentonces,deslizándonossuavemente,perocon tanmalafortuna, que tropezamos con otra partida deHombres del Fuego.Nos persiguieron por losmatorralesypantanos;peroconocíamoslossenderosarbóreosquecruzabanlostremedalesylas lagunas por donde no podían perseguirnos, y escapamos ilesos. Pasamos a la orillaopuesta,haciaunaestrechafajadebosquequeseparabaelpantanaldelasbayasy lagranlagunaextendidahaciaPoniente.AllínosencontramosaOrejaCaída.Ignorodequémanerasehabríaescapado,anoserquenohubieradormidoenlascavernaslanocheanterior.

Allí, en la estrecha faja de bosques, podríamos haber construido tres cobijos entre las

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ramasdelosárboles,dondeestablecemos;perolosHombresdelFuegocontinuabansuobradeexterminioportodaspartes.Alahoradelatardecer,vimosaCaraBarbudaysumujerquehuían sigilosamente entre lamarañadel bosque, haciaOriente; pasaron junto a nosotros ydesaparecieronalolejos.Huíanrápidosysilenciosos,pintadalaalarmaenlafaz.Oíamosenladirecciónpordondehabíanllegadolosgritosdeloscazadoresyelestridordealgunodelosnuestros.LosHombresdelFuegohabíanencontradoelpasodelospantanos.

Dulce Alegría, Oreja Caída y yo seguimos las huellas de Cara Barbuda y su mujer. Nosdetuvimosalllegaralbordedelalagunagrande.Noconocíamossuspasos.Estabafueradellindedenuestracomarcaysiempre laHordahabíaevitadopenetrarallí.Ningunode lops1queseaventuraronahacerlo regresó jamása las cavernas.Nuestrasalmasveíanenaquellugarmisterioyhorrores,loterribledesconocido.Nosdetuvimos,pues,alborde.Estábamosdespavoridos.LosgritosdelosHombresdelFuegoseacercabanmáscadavez...Nosmiramosconsternados.CaraBarbudacorrióporlaciénagaylogróponerpiefirmesobreunmontecillodehierba a unos quincepasosmás allá. Sumujer nopudo seguirle.Quiso intentarlo, peroretrocedióasustadaantelaengañosasuperficiedelaciénaga.

DulceAlegríanopudoesperarme,nisedetuvohastaquehubopisadoenfirmesobreotromontículomayor, unos cuantosMetrosmás allá deCara Barbuda. LosHombres del Fuegoaparecieron entre los árboles en el preciso instante en que Oreja Caída y yo habíamosconseguidollegarasulado.LamujerdeCaraBarbuda,aterrorizadaalverlos,selanzótrasde nosotros; pero pisé aturdida, rompió la costra que cubría la ciénaga y se hundió en elbarro.Lavimosbajoelfuegoticlosdardos,luchandodesesperadamentemientrasqueseibasumergiendo. Las flechas comenzaron a llover en lomo nuestro. Cara Barbuda se habíareunido connosotros y nos lanzamos adelante, no sabíamos adónde, penetrando en lomásprofundodelpantano.

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CAPITULOXVIII

N0TENGOrecuerdoalgunodenuestroserrantespasosatravésdelosgrandespantanos.Un enjambre de sueltas desligadas impresiones, con pérdida total de la noción del tiempo,formanmisconfusosrecuerdos.Nosécuántosdíasvagaríamosporaquellavastaextensión,desiertohúmedoyempapado,dondenosatacaban lasvenenosasserpientes,nos rugían losanimalesferocesydondeelsuelodebarroseabríadevoradorbajonuestrasplantas,siempreprestoasepultarnos.

Recuerdo que volvimos sobre nuestros pasos innumerables veces y que recorrimos lasriberasdelosríosy,lasdeloslagos,queerancomoviscososmares.Otrasveces,latormentahacía ascender las aguas, y al inundar las grandes extensiones de tierras bajas, veníanperíodosdehambreymiseria,cuandoquedábamosprisionerosenlosárboles,sitiadosporlasaguas.

Conservo el intenso recuerdo de unos grandes árboles que nos rodeaban; de sus ramaspendíanfilamentosdemusgogrisygrandeslianasquesearrastrabanentornodeellosyserevolvíanyentretejíanporelaire.Debajoseextendíaelbarrizal,elbarrizalblanduchoqueexhalaburbujasdegasesypalpitaysuspiraconinternaagitación.Yenmediodetodoesto,estamosunadocenadelosnuestros.Escuálidosyenfermos,loshuesosseclareanbajolapieltensa.Nocantamos;nocharlamos;noreímos.Nopodemosdivertirnosconinocentesjuegos.Nuestraalegríaingenuayexuberantesehadesvanecidosinesperanzaderenacer.Nuestrosgritossonquejas,súplicas,lamentos;nosmiramoslastimosamenteynosapiñamostemerosos.Parecíaelabrazodelossupervivienteseldíadelfindelmundo.

Estecuadronotienerelaciónalgunacontodaslasdemásimpresionesdelossucesosqueocurrieronenelpantano.Nosécómonoslasarreglaríamosparacruzarlo;perolociertoesque al fin conseguimos salir de él junto a una hilera de pequeñas colinas que descendíanhaciaelrío.Eranuestrorío,que,comonosotros,selibertabaallídelpantano.Encontramosmuchaspequeñascavernasabiertasenlapiedrasedimentaria,juntoalariberaSur,dondeelrioseabríapasoatravésdelascolinas.Másallá,bramabaelmarcontralabarratendidaporladesembocaduradelrío.Yallínosasentamos,enlascavernasquenosbrindabanalbergue,cercadelmar.

NoquedábamosmuchosdelaHorda.Decuandoencuando,eneltranscursodelosdías,iban apareciendo algunosmasque venían arrastrándosepor el pantano inmenso. Llegabanextenuados,comoesqueletosquecaminasen.Asínosreunimoshastaunostreintaindividuosde ladestrozadaHorda.Yano llegaronmásyOjoBermejonoestabaentrenosotros.Niunsoloniñosobrevivióalastremendasjornadas.

Noosdirénadadelosañosquepasamosjuntoalmar.Noeraalberguepropicioyfeliz.Nopodíamosvivirmuchotiempoensemejantemedio.Tuvimoshijos,verdades,peronoteníanasidero en la vidamorían prematuramente y nosotros íbamosmuriendo sin dejar simientenueva.Nuestronúmerodecrecíasincesar.

El cambio de alimentación no nos era apropiado ni conveniente. Encontrábamos pocosvegetales y frutas escasas y habíamos de comer necesariamente pescado. Abundaban lasalmejas, lasostrasroqueñasylosgrandescangrejosmarinos,queelmararrojabasobrelasplayaslosdíastormentosos.Tambiénlasalgasmarinas,quenosparecíanapetitosas.Peroelcambio de régimen alimenticio nos producía continuos dolores de estómago y estábamostodosdelgadosyconsumidos.OrejaCaídadesaparecióunamañana,cuandoibaenbuscadeabalones.Unosecerró,atrapándolelosdedos,durantelamareabaja,ydejándolesujeto.Alsubireloleaje,nopudoevadirseyperecióahogado.Encontramosalsiguientedíasucuerpoexánimeynossirviódeescarmientoylección.Ningunodenosotrosvolvióaquedarcogidoenlaconchacerradadeunabalone.

DulceAlegríayyoconseguimossacaradelanteaunahijadeambos.A lomenosdurantealgunosaños;

perotengoelconvencimientodequenohubiera,sobrevividomuchotiempoenaquelclimataninsano

paranosotros.Yluego,undíaaparecieronotravezloshombresdelFuego;novinieronríoabajosobreunrudocatamarán,sinoenunagrancanoadetresremeros,unodeloscualesera

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el viejo y siniestro cazador. Tomaron tierra en nuestra playa y el viejo cazador anduvoexaminandonuestrascavernas,renqueandotodavía.

Sefueroninmediatamente.DulceAlegríaquedómásaterrorizadaqueningunodenosotros.Pasólanocheinquieta,entrellantosygemidos,yalamañanasiguientecogiólaniñaentresus brazos, y con agudos gritos y gestosme obligó a emprender una segundahuída.Ochomiembros, los únicos que quedaban de la antiguaHorda, se quedaron en las cavernas.Nohabía esperanza para ellos. Aunque los Hombres del Fuego no volvieran a aproximarse,pereceríanalpoco tiempobajoel influjomalignodelclima.LaHordanoestabaconstituidaparavivirenlascostas.

Viajamos hacia el Sur, bordeando el gran pantano, pero sin aventurarnos jamás por elinterior.Atravesamosunahilerademontañasquedescendíanhacialacosta,ycomonohabíaalbergue para nosotros, ni árboles donde cobijarnos, huimos nuevamente hacia el Sur.Llegamosaorillasdeunrío,muyfamiliar,alparecer,aDulceAlegría..SindudaallísehabríarefugiadoduranteloscuatroañosdeausenciadelaHorda.Locruzamossobreunosleños,yenlaorillaopuesta,enlacumbredeunenormeacantilado,encontramosunnuevohogar,unacavernabiendefendidayocultaporcompletoalosojosdecuantosmirarandesdeabajo.

Pocomequedayaquerelatardemilargahistoria.AllímoramosDulceAlegríayyomuchotiempoyallíhicimosprosperarunafamilia.Conestoterminanmisrecuerdos.Notuvimosqueemprender nuevas emigraciones y no he soñado nuncamás allá de esta alta e inaccesiblecaverna.Allídebiónaceraquelhijomíoqueheredó la tramademissueños,quesemoldeóllevandoensusenotodaslasimpresionesdemivida,o,pormejordecir,delavidadeDienteLargo,miotroyoquenoesenrealidadmiyo;peroquees,noobstante,tanrealparamí,quenosémucho,,vecesenquéedadestoyviviendorealmente.

Amenudomepreguntoalgoacercademi líneadedescendencia.Yo,elmodernoyo,soyindiscutiblemente hombre; pero yo, Diente Largo, el primitivo yo, no soy, sin embargo,hombre.Estosdoscomponentesdemidoblepersonalidaddebenconectarseenalgunaparteypor línea directa de descendencia. ¿No estaría la Horda, en elmomento de ser destruida,recorriendoelprocesodesuhumanización?¿Nohabríamosllevadoacabonosotros,yoylosmíos,esteprocesohastarealizarloporcompleto?Porotraparte,¿nopodríaserquealgunodemisdescendientessehubieraunidoa losHombresdelFuego,convirtiéndoseenunode lossuyos?Nolosénihaymodohumanodesaberlo.Sólohayunacosacierta:queDienteLargoestampó en la constitución cerebral de su progenie todas las impresiones de su vida, tanindeleblemente, que la muchedumbre de descendientes que separan unen ambasgeneraciones,lasuyaylamía,noconsiguieronborrarlas.

Aúndebocontarotracosaantesdeponerpuntofinal.Esunsueñoquehetenidomuchasvecesyquedebióocurrir,realmente,enlaépocademividaenlaaltacavernadelacantilado.Recuerdoque erraba sin rumbo, haciaOccidente, por una selva espesa y enmarañada.AllítropecéconunatribudeHombresdelosÁrboles.Meagazapéentreunasmatasyobservésusjuegos.Celebrabanunconcilioderisas,piruetasycorosdechillonascanturíasmonótonas.

Depronto,cesaronensuscánticosycabriolas.Seretiraronamedrentados,escudriñandoconansiososojosparahallaruncaminoderetirada.Luego,OjoBermejoavanzóentrelosquese alejaban temerosos.Ojo Bermejo no intentó hacerlesmal alguno. Era uno de los suyos.Detrás, sobre laspiernasnudosas y encogidas, apoyándose con losnudillos a ambos lados,veníaunahembraviejadelosHombresdelosÁrboles:erasuúltimaesposa.OjoBermejosesentó enmedio del circulo. Aún le veo al escribir estas líneas; gruñe, sus ojos se inflamanmientrasquecontemplaentornoalcírculodelosHombresdelosÁrboles.Entanto,levantalaenormepiernaganchudayconlosretorcidosdedosserascalapanza...EsOjoBermejo.Eselatavismo...

FIN