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    68 Antena de Telecomunicacin / DICIEMBRE 2005

    La reciente localizacin de un nuevo planeta fuera de nuestro Sistema Solar eleva

    a ms de 150 el nmero de estos cuerpos celestes catalogados hasta ahora. Este ltimo

    hallazgo, que coincide con el dcimo aniversario del descubrimiento del primero

    de ellos, refuerza la tesis de los que piensan que el ser humano no se encuentra

    solo en la inmensidad del universo.

    El cosmos se compone de cientos de mi-

    llones de galaxias, cada una con un

    promedio de un centenar de miles de

    millones de estrellas y un nmero inabar-

    cable de cmulos planetarios, algunos de

    los cuales podran contener mundos simi-

    lares al nuestro. Unas cifras sobrecogedo-

    ras que suscitan una pregunta inquietante:

    Existe vida inteligente en otros rincones

    de nuestra galaxia? Algunos astrnomos

    opinan que las probabilidades han aumen-

    tado considerablemente en la ltima d-

    cada con el descubrimiento de ms de 150

    planetas fuera de nuestro Sistema Solar.

    El ltimo de ellos, localizado el pasa-

    do mes de octubre, orbita muy cerca de la

    estrella HD 189733. Se trata de un gigan-

    te gaseoso similar a Jpiter que se en-

    cuentra a unos 60 aos luz de la Tierra.

    Aunque las altsimas temperaturas que

    registra este coloso planetario hacen

    inviable la posibilidad de que albergue

    ningn tipo de vida, los astrnomos no

    descartan que en el futuro se pueda loca-

    DCIMO ANIVERSARIO DEL DESCUBRIMIENTODEL PRIMER PLANETA FUERA DE NUESTRO

    SISTEMA SOLAR

    Estamos solos en el cosmos?Fernando Cohnen

    EPORTAJE DE CIERRE

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    lizar un cuerpo celeste similar a la Tierra

    que pudiera albergar algn tipo de vida

    orgnica.

    La historia de los cazadores de plane-

    tas comenz hace una dcada. En octubre

    de 1995 los investigadores suizos Michel

    Mayor y Didier Queloz anunciaron la

    presencia de un misterioso astro en las

    cercanas de la estrella 51 Pegasi, situada

    a unos 45 aos luz de la Tierra. Poco

    tiempo despus, en enero de 1996, los as-trnomos Geoffrey Marcy y Paul Butler

    aportaron pruebas contundentes sobre

    dos nuevos planetas ubicados a una dis-

    tancia de 35 aos luz de nosotros. El pri-

    mero orbita en torno a la estrella 47 Ur-

    sae Majoris, en la Osa Mayor, y el

    segundo gira alrededor de la estrella 70

    Virginis. Sus elevadas temperaturas los

    convierten en mundos inhspitos y

    deshabitados.

    La deteccin directa de estos lejansi-

    mos cuerpos celestes desde un telescopio

    terrestre es imposible. El astrnomo que

    observa una estrella la percibe como unagran fuente de luz que oculta la posible

    presencia de sistemas planetarios. Para

    localizarlos se estudian las variaciones en

    las seales de radio que emiten las estre-

    llas. Estas leves oscilaciones, impercepti-

    bles para un telescopio ptico, constitu-

    yen la prueba inequvoca de las fases de

    un exoplaneta (nombre que reciben estos

    mundos ubicados fuera de nuestro Siste-

    ma Solar).

    El inconveniente de esta tcnica

    es que slo sirve para planetas muy gran-

    des que orbiten cerca de su estrella (su

    Sol), lo que explica por qu la mayora de

    los cuerpos descubiertos hasta ahora

    se parecen ms al gigantesco y gaseoso

    Jpiter que a la Tierra, un mundo ms ale-

    jado de su estrella y de tamao ms redu-

    cido, pero idneo para que la vida pueda

    prosperar.

    Los cazaplanetas utilizan tambin

    otro sistema denominado mtodo de

    trnsito, que slo funciona si el planeta

    se encuentra alineado con su estrella y la

    Tierra. Gracias a esta variante, el astrof-

    sico espaol Roi Alonso, del Instituto de

    Astrofsica de Canarias (IAC), descubri

    recientemente un lejano exoplaneta.La proliferacin de hallazgos ha ser-

    vido de detonante para que las agencias

    espaciales de Estados Unidos (NASA) y

    Europa (ESA) dirijan una pequea parte

    de sus esfuerzos a la caza y captura de

    nuevos exoplanetas. Hace nueve aos, el

    entonces Director General de la NASA,

    Daniel Goldin, dio luz verde al proyecto

    Orgenes, un nombre de reminiscencias

    bblicas que a buen seguro entusiasmar

    a los seguidores de la saga cinematogr-

    fica Star Trek.

    Los investigadores que participan en

    este ambicioso proyecto ya pueden utili-

    Antena de Telecomunicacin / DICIEMBRE 2005 69

    Las levesoscilaciones de lasseales de radiode una estrella

    indican la posiblepresencia de un

    planeta en suentorno

    Cmulo de estrellas

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    zar una amplia red de telescopios terres-

    tres para las labores de rastreo csmico.A medio plazo tambin dispondrn de

    otras herramientas ms eficaces. Tanto la

    NASA como la ESA han dado luz verde

    para desarrollar nuevos telescopios espa-

    ciales capaces de fotografiar y analizar

    estos escurridizos mundos. La NASA

    lanzar en los prximos meses la misin

    Kepler, cuyo telescopio espacial podr

    captar planetas del tamao de la Tierra.

    Por su parte, Francia, en colaboracin

    con la ESA, ha aprobado la puesta en

    marcha de la misin Corot, un telescopio

    espacial que medir las variaciones en la

    luminosidad de estrellas causadas por el

    paso de un planeta.

    El ao pasado, el Presidente George

    W. Bush asegur que la bsqueda de exo-

    planetas era un objetivo de la exploracin

    espacial en Estados Unidos. Animada por

    la declaracin de la Casa Blanca, la

    NASA ha dado nuevo contenido a su pro-

    yecto Orgenes con la puesta en marcha

    del plan Terrestrial Planet Finder(TPF), que ampliar los objetivos de la

    misin Kepler para el descubrimiento y

    estudio de planetas situados fuera de

    nuestro Sistema Solar.

    Segn apuntan los cientficos estadou-

    nidenses, la batera de pequeos inge-

    nios espaciales no tendr ninguna dificul-

    tad en analizar desde nuestro Sistema

    Solar los exoplanetas que se han descu-

    bierto en estos diez aos. Estos telesco-

    pios tambin sern capaces de identificar

    otros astros cuya composicin qumica

    contenga dixido de carbono, agua y ozo-

    no; es decir, mundos similares a la Tierra.

    Por su parte, los europeos han presen-

    tado el programa Darwin, una flotillade telescopios espaciales que operarn

    en conjunto para rastrear seales de vida

    en remotas regiones del cosmos. La mi-

    sin, que ampliar los objetivos del pro-

    grama Corot, podra comenzar en el ao

    2015 con el lanzamiento de un cohete

    Ariane 5, en cuya cofia irn los telesco-

    pios. La idea es situar esa flotilla de atala-

    yas csmicas en una rbita cercana a Jpi-

    ter, lo que evitar las distorsiones que

    provocan el polvo y los asteroides que se

    acumulan en

    las regiones centrales de nuestro sistema

    planetario.

    Los buscadores de planetas ya han lo-

    grado detectar unos 150, algunos gigan-

    tescos, gaseosos y muy calientes. Tam-

    bin han hallado un puado de cuerpos

    celestes ms pequeos, aunque casi todos

    inhabitables. El reto es encontrar un pla-

    neta que orbite en la denominada zona

    habitable; es decir, que gire alrededor

    de su estrella a una distancia idnea para

    que sus condiciones ambientales permi-

    tan la presencia de agua lquida en su su-

    perficie, lo que facilitara que germinasenlas semillas de la vida.

    Hasta que Coprnico demostr lo

    contrario, nuestro mundo era considera-

    do como el centro del universo, una vi-

    sin egocntrica que definitivamente ha

    saltado en pedazos en la ltima dcada.

    70 Antena de Telecomunicacin / DICIEMBRE 2005

    El objetivo es encontrar un planetacomo la Tierra que gire sobre su estrella

    a una distancia idnea para que

    florezca la vida

    Los astrnomos Geoffrey Marcy y Paul Butler

    La Estacin Espacial Internacional

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    El hallazgo de planetas en estrellas leja-

    nas abre la posibilidad de que la inteli-

    gencia no sea patrimonio de un solo astro

    en la inmensidad sideral. Pero cmo po-

    dramos ponernos en contacto con esos

    hipotticos vecinos?, qu aspecto ten-

    drn esas criaturas que pululan en la in-

    mensidad del cosmos?, han tratado de

    ponerse en contacto con nosotros?

    Manuel Alfonseca, autor de La vida

    en otros mundos (McGraw Hill) recuer-

    da que los primeros vehculos espaciales

    que han abandonado el Sistema Solar, las

    sondas Pioneer 10 y 11 y las Voyager 1 y

    2, llevan grabaciones donde se han anota-

    do datos de la Tierra y del hombre. Men-

    sajes sobre nuestra especie que podran

    ser de gran inters para un eventual via-

    jero csmico que se topara con estas na-

    ves.Pero, quin asegura que los hipotti-

    cos extraterrestres utilizarn un lenguaje

    compatible con el nuestro? Luis Ruiz de

    Gopegui, ex Director de los observato-

    rios de la NASA en Espaa y autor de

    Mensajeros csmicos, ciencia y enigma

    de los extraterrestres (MaGraw Hill),opina que el aspecto externo de los alie-

    ngenas no tendra por qu ser un reflejo

    exacto del ser humano. Creo que sera

    ms razonable pensar en organismos

    muy distintos y con los que sera difcil

    intercambiar informacin. Ruiz de Go-

    pegui seala que los humanos constitui-

    mos una obra de arte magistral e irrepeti-

    ble. Es muy difcil la aparicin de otra

    especie con una inteligencia parecida a la

    nuestra, asegura el fsico espaol.

    El investigador de la NASA Max Ka-

    plan est convencido de que no estamos

    solos en el universo. No tengo ninguna

    duda sobre la existencia de vida en otros

    planetas, aunque sta sea muy distinta a

    la nuestra. Miremos donde miremos en

    el cosmos, todo lo que percibimos parece

    estar fabricado con los mismos elemen-

    tos qumicos que hallamos en nuestro

    mundo.

    Los tomos de carbono de los que

    estn hechos los diamantes y las orqude-

    as son idnticos a los tomos de carbono

    del cmulo estelar de las Plyades. Si la

    vida en la Tierra surgi por el funciona-

    miento de leyes naturales, y no existe

    ninguna evidencia que indique lo contra-

    rio, parece razonable suponer que la vida

    puede haber surgido tambin en otros lu-

    gares, seala Timothy Ferris, profesor

    de Astrofsica de la Universidad de Ber-

    keley, California.

    Ese apasionante objetivo de encontrar

    vestigios orgnicos fuera de la Tierra es

    uno de los puntos neurlgicos del trabajo

    que llevan a cabo los investigadores es-

    paoles del Centro de Astrobiologa

    (CAB), el primero de estas caractersti-

    cas que se ha creado en Europa. Sus in-

    Antena de Telecomunicacin / DICIEMBRE 2005 71

    El hallazgode un simple

    microbioaliengena

    modificardrsticamentenuestra visin

    del mundo

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    vestigaciones estn asociadas a las que

    realiza el National Astrobiology Institute

    (NAI), un laboratorio virtual dependiente

    de la NASA.

    La simple localizacin de un nico

    microbio aliengena modificar drstica-mente nuestra visin del mundo. Sin te-

    mor a engao, ese hecho podra ser des-

    crito como el descubrimiento cientfico

    ms grande de todos los tiempos, asegu-

    ra Paul Davies, fsico de la Universidad de

    Adelaida (Australia) y autor de La men-

    te de Dios, un magnfico libro de divul-

    gacin cientfica que versa sobre cuestio-

    nes tan bsicas como de dnde venimos?,

    cul es el origen de todo?, existe vida en

    otros confines del universo?

    Evidentemente, la posibilidad de que

    podamos encontrar algn da vida ms

    all de nuestro mundo no significa que

    sean ciertos los cuentos de hombrecillos

    verdes con antenas en la cabeza o las his-

    torias de fantsticos encuentros en la ter-

    cera fase. Lo que buscan estos sabuesos

    del cosmos es una explicacin verosmil

    sobre el origen de la vida y su presenciams all de nuestras fronteras naturales.

    El hallazgo de un simple microbio estelar

    cambiara nuestra sociedad tan profunda-

    mente como lo hicieron las revoluciones

    de Coprnico y Darwin. La tradicional

    concepcin antrpica de un universo he-

    cho a nuestra medida se vendra abajo en

    cuestin de segundos.

    El descubrimiento no slo transfor-

    mara la ciencia, sino tambin nuestras

    creencias. Mucha gente piensa que el ori-

    gen de la vida requiere un nico acto

    divino. Pero si se demostrase que la vida

    terrestre no es un hecho aislado, ese ni-

    co acto milagroso que da lugar a la es-

    pecie humana se tambaleara peligrosa-

    mente. Precisamente, las especulaciones

    de Giordano Bruno sobre la existencia de

    otros mundos habitados fueron las que le

    llevaron a la hoguera en el ao 1600.

    Hace unos aos, la NASA abandon

    el proyecto SETI (siglas en ingls de bs-

    queda de seales inteligentes extraterres-

    tres), cuyo esquema de funcionamiento

    era una amplia red de radiotelescopios te-

    rrestres que pretendan captar las voces y

    mensajes que pudieran llegar del univer-

    so profundo. El testigo ha sido recogido

    por otros organismos privados que han

    aportado fondos econmicos y mucho

    entusiasmo.

    Entre ellos, el programa ms ambi-

    cioso es el que ha puesto en marcha la

    Sociedad Planetaria (The Planetary So-

    ciety), una de las pocas organizaciones

    en el mundo que subvenciona la bsque-

    da de esas seales provenientes del espa-

    cio exterior. Sus miembros apoyan nove-

    dosos programas diseados para rastrear

    el firmamento de los hemisferios norte y

    sur para localizar seales de radio y deluz que lleguen de cualquier parte de la

    galaxia (los interesados pueden dirigirse

    a la siguiente direccin: www.plane-

    tary.org).

    De momento, los astrnomos no han

    escuchado el ms leve rumor que indique

    la presencia de una forma de vida inteli-

    gente en otras latitudes del cosmos. Pero

    los ms entusiastas no se rinden. Muchos

    de los cazadores de planetas creen que las

    probabilidades de descubrir vestigios de

    vida en otros lugares del cosmos son muy

    altas. Algn da nos llevaremos una gran

    sorpresa, asegura Mike Kaplan.

    72 Antena de Telecomunicacin / DICIEMBRE 2005

    Las especulacionesde Giordano Brunosobre la existenciade otros mundos

    le llevarona la hoguera

    en el ao 1600

    Un cohete Ariane 5 pondr en rbita nuevos telescopios espaciales para rastrearexoplanetas