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ANTECEDENTE GEOGRÁFICO DE LA MACARENA Por Henry González

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ANTECEDENTE GEOGRÁFICO DE LA MACARENA

Por Henry González

El grave error conceptual de establecer una separación entre el hombre, por un lado, y el ambiente por otro, como si estuvieran escindidos, es lo que ha permitido el panorama de deterioro causado en la Reserva de La Macarena. El no superar la concepción dualista de hombre naturaleza, no nos ha permitido ver la sociedad humana global como formando parte del ambiente, desconociéndose que su evolución está condicionada por la naturaleza.

Las actividades del hombre han alterado el equilibrio de la biota y la fauna, en la medida que se han transformado grandes áreas de la superficie de la Reserva, removiendo bosques, cambiando vegetación de cobertura mediante el cultivo de productos al descubierto y, en el más severo de los casos, en la implantación de pastos. Así el hombre ha cambiado las complejas relaciones de la población animal y sus alrededores, y aún las mismas condiciones cíclicas de la evaporación, transpiración y precipitación.

Podríamos aquí ubicar como único culpable de la situación al colono siempre y cuando no tuviéramos en cuenta las diversas causas y fases del proceso colonizador en la Reserva, situación que se propone analizar el presente estudio, con miras a obtener mejores elementos de juicio para ser empleados en la búsqueda de soluciones de tan preocupante situación.

Con los elementos aportados en esta investigación, tal parece que nos podemos acercar a un concepto concreto con respecto a la problemática que encierra la realidad de la colonización en la Reserva de La Macarena, parecer que se origina en los aportes oficiosos de un censo de población, que por sus características deja atrás toda una serie de especulaciones tejidas en unos casos bajo conveniencias políticas y en otros bajo la simple apreciación subjetiva en nada acorde con la real población allí existente.

Hoy en día gracias a este estudio podemos decir que la población en la Reserva de La Macarena es de 24.878 habitantes y ya con ello podemos comenzar a precisar o al menos discutir aquellas situaciones de tipo económico, político, social y ambiental generados por la colonización en la Reserva.

Obtenido este objetivo, se nos planteaba otro, y era el de clarificar sobre qué espacios de la Reserva ese poblamiento se halla establecido, puesto que la información que se tiene es que la Reserva se encuentra por todas partes invadida; algunos datos hablan de 50.000 personas y para ubicarlas se acude a

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mapas simplicados que con punticos dispuestos indiscriminadamente nos indi­can el ocupamiento y densidad de esa masa poblacional.

Pues bien; para acabar con ese tipo de información empírica, se procedió a la elaboración de un mapa basado en fotografías aéreas tomadas en los años de 1979 y 1985, material que por su escala promedio 1:40.000 nos permite una alta definición de la tala en los bosques de la Reserva.

Después de un dispendioso análisis fotogeográfico y de un cuidadoso mane­jo fotogramétrico, se unificaron las escalas y se logró la elaboración de un mapa a escala 1:100.000, que nos permite, ahora si, observar y cuantificar cuál es la ubicación y avance de los colonos en la Reserva {Mapa No. 1).

Mediante este mapa podemos entrar a apreciar cuáles son los frentes de colonización más dinámicos y hasta qué profundidad al interior de ese espacio se está dando la presencia de colonos; es decir, podemos evaluar hasta dónde va lo que el colono define como corte de la colonización o frente del baldío.

Sobre el mapa a esta escala (1:100.000) se realizaron los cálculos planimétri­cos que definen:

a) Área total de la Reserva b) Áreas de espacios talados por los colonos hasta el año de 1985 c) Áreas de participación territorial por municipio d) Áreas de las vertientes y cuencas hidrográficas e) Áreas por encima de los 500 metros sobre el nivel del mar, que define la Sierra

de La Macarena. f) Área por encima de los 500 metros para cada municipio participante en la

Reserva.

Para efectos de un manejo más cómodo de la información cartográfica, se procedió a reducir este mapa original (Escala 1:100.000), a escala 1:200.000, donde se determina: la condición fisiográfica de la reserva {Mapa No. 2). división de vertientes y cuencas hidrográficas {Mapa No. 3), división administrativa municipal {Mapa No. 4).

La Reserva de La Macarena considerada como obra de la naturaleza, de gran interés científico, indispensable para el estudio de la flora, la fauna y la gea, se encuentra geográficamente ubicada en el rincón suroccidental del Departa­mento del Meta. Cubre una extensión de 1'019.036 hectáreas enmarcadas por los Ríos Güejar, Ariari, Duda y Guayabero.

Como consecuencia de la adopción de la VII Conferencia Panamericana celebrada en Montevideo en el año de 1933, este amplio espacio fue declarado por Ley 52 de 1948 (24 de noviembre) como Reserva Natural Nacional, con el objeto de proteger y mantener científicamente la zona en sus condiciones primi­genias naturales de flora, fauna y gea; manteniéndola fuera de toda acción perturbadora humana, es decir de aquellas causadas por poblaciones perma­nentes o nómadas, de visitantes, de vehículos de transporte y de manera general de todo contacto comercial o étnico.

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Teniendo en cuenta estas consideraciones de conservación natural, en el año de 1965, mediante decreto No. 2963, se establecieron los límites mínimos y naturales de la Reserva, ámbito territorial dentro del cual sólo le es permitido a las instituciones estatales actuar positivamente en todos los planes y programas de investigación, educación, así como de las medidas encaminadas a su defensa en cuanto protección y conservación.

En el artículo único del anterior decreto, el gobierno nacional ordenó: fijar "como límites de la Reserva de la Sierra denominada La Macarena, en la Intendencia del Meta los siguientes:

"Por el norte, cruce del camino de Uribe con la quebrada Curia (1). Por la quebrada Curia aguas abajo hasta en confluencia con la quebrada Honda (2). Por éstas aguas abajo hasta la desembocadura en el Río Güejar (3). Siguiendo aguas abajo del Río Güejar hasta en desembocadura en el Río Ariari al oriente (4). Río Ariari aguas abajo hasta la confluencia con el Río Guayabero por el sureste (5). Por el sur, Río Guayabero de este a oeste, aguas arriba hasta su confluencia con el Río Duda (6), hasta el sitio denominado "La Ilusión" (7). De este punto en línea recta hasta el cruce del camino de Uribe con la quebrada de Las Peñas (8). De este punto siguiendo el camino de Uribe hasta el cruce con la quebrada de Curia, punto de partida" (1) (ver Mapa No. 2).

En la red de coordenadas, el campo de la Reserva queda situado entre las latitudes 2° 10' (poblado de La Macarena) y 3° 20' Río Güejar (Poblado Mese­tas). En cuanto a la longitud, un punto más occidental se ubica a los 74° 05' oeste de Greenwich (Río Duda, la Ilusión), y 73° 34' oeste de Greenwich (confluencia de los ríos Ariari - Güejar).

Dentro de la justificación de estos límites los entonces investigadores César Rodríguez A., ingeniero agrónomo comisionado por el Ministerio de Agricul­tura, el botánico José María Idróbo y el ornitólogo Antonio Olivares, por la Universidad Nacional conceptuaban: "que su área en este triángulo de ríos, proporciona los elementos indispensables para la convivencia vegctaly animal... el área en el momento actual (1964) no registra una suficiente saturación de capital y población".

Este concepto era la ratificación de la expresión dada por otro investigador; el geólogo Enrique Hubach, quien en 1955 había dicho: "a lo largo del camino de San Juan de Arama a Uribe hay muy pocos colonos, unos 250. En la zona de Uribe en cambio se juzga que pueda haber hasta 1.000 habitantes" (Hubach 1955).

La escasa o ninguna población para ese entonces en los amplios sectores cubiertos por la selva en la Reserva, la atribuía a los problemas endémicos de la fiebre amarilla allí existente. El mismo Hubach decía: "en varias ocasiones, desde el mismo tiempo precolombino, la población de la región de San Juan de Arama ha sido diezmada o tuvo que emigrar por efectos de la fiebre amarilla contraída en la selva aledaña" (Hubach 1955).

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2. PAISAJES DE LA RESERVA

Quedando así establecidos los límites de la Reserva y dada la diversidad geomor-fológica y paisajista, ésta se puede dividir en tres sectores:

1. El corredor occidental por debajo de los 500 metros sobre el nivel del mar, señalado por las vegas y terrazas bajas de los Ríos Duda, Guayabero, forma­das por la denudación natural de la Sierra en su costado occidental {ver Mapa No. 2).

2. La llanura selvática del oriente comprendida entre el levante de la Sierra en el occidente, los Ríos Guéjar, Ariari en el norte y el Río Guayabero en el sur. Este sector tiene en su interior pequeñas colinas de Serranía hasta los 325 m, dando lugar a espacios inaterfluviales o banquetas drenadas por pequeños pero prolongados caños, entre ellos, el Yarumales, Cabra, Cafre (ver Mapa No. 2).

3. Paisaje de la Sierra La Macarena, cuya estructura es un domo de 120 kilóme­tros de largo en sentido norte-sur, y de 20 a 40 kilómetros de ancho con buza­das regulares en sus extremos y fuertemente fallado en el flanco occidental, más que en el oriental. Este sector de la Reserva, considerado como el de ma­yor diversidad geológica y ambiental, se levanta desde los 300 metros sobre el nivel del mar en la parte sur y desde los 500 metros en el norte, hasta los 2.000 metros en sus cimas más prominentes en el sector nororiental de la mis­ma (ver Mapa No. 2).

La Sierra de La Macarena es la continuación de una cadena de mesetas que vienen en serie desde las Guayanas y su formación es una de las más antiguas de Sur América cuyo basamento paleo-cristalino seguramente sobrepasa los 1.500 millones de años. Su formación es más antigua que los Andes, de la época prepaleozoica, comprobado por el género de fósiles encontrados en sus rocas.

Según Pava S. y Van Der Hammen (1960), el levantamiento del bloque de La Macarena (incluyendo el basamento) se debe haber realizado durante la fase final del orogenismo andino, es decir durante el Mio-Plioceno. El macizo de Macarena consiste principalmente en areniscas precámbricas del grupo Roraima que equi­valen a la misma formación encontrada en los macizos Brasilero y Guayanés. Esta formación equivale de igual manera a la formación del cretáceo en La Macarena, donde sus rocas fueron sometidas a erosión, fracturamiento y forma­ción de superficies elevadas hasta los 2.000 metros sobre el nivel del mar, y conocidas como tepuyes de majestuosa forma y belleza.

La morfología de meseta se debe a la presencia de capas horizontales o de buzamiento suave de arenisca extremadamente dura. Estas cumbres que domi­nan la mayor parte de la mitad septentrional del macizo, se encuentran perma­nentemente asociadas con la capa de nubes lo que permite la formación de ecosistemas de turberas en áreas de drenaje impedido y el desarrollo de suelos con contenido orgánico y mineral variable. La vegetación en estas turberas no es necesariamente homogénea y se encuentran tipos dominados por vegetación

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herbácea predominantemente monocotiledóneas, en las cuales las gramíneas no constituyen un componente dominante, y vegetación cuya fisonomía es caracte­rizada por la alta densidad de arbustos. Las turberas se encuentran sobre un sustrato rocoso de arenisca muy pobre en nutrientes. La materia acumulada es producida por la misma vegetación y el suministro de minerales es predominan­temente a través de la lluvia o la intercepción de nubes.

Desde el punto de vista de sus características químicas los suelos tepuyanos son muy ácidos y presentan carencia acentuada de nutrientes, especialmente calcio, magnesio, sodio. En estos sectores se desarrolla una meteorización quími­ca realizada principalmente por el agua lluvia y de los ríos y quebradas, dando lugar a costras lateríticas sobre la diabasa y de manera particular donde se ha hecho tala del bosque.

La parte central del macizo geológicamente compuesta de rocas precámbri-cas, del paleozoico inferior y de areniscas de edad cretácica, ha sido modelada o excavada en forma de amplios valles de laderas inclinadas, en medio de las cuales solamente unas cuantas colinas aisladas alcanzan el primitivo nivel de la meseta original.

En contraste con la morfología anterior los sectores suroccidental y meridio­nal de la Sierra se componen de un ancho valle que se extiende de sur a norte resguardado por las mesetas orientales y occidentales que están conformadas por areniscas cuarcíticas y conglomerados. En estos sectores dadas las condiciones de humedad disminuida por la acción cólica, las características edafológicas y vegetativas difieren de las registradas en la parte septentrional.

El Macizo de La Macarena tiene una topografía abrupta que reduce fuerte­mente los terrenos aprovechables. Además las rocas de areniscas, de esquistos arcillosos densos, de neises y de sienitas de que consta la Sierra, dan suelos de mala calidad donde la capacidad de intercambio catiónico es baja. La capa vegetal que se formó bajo la selva dará buena producción en los primeros años de cultivo, pero decaerá luego como lo viene demostrando la situación de pobreza de aquellos colonos asentados en la Sierra.

En síntesis, los únicos depósitos sedimentarios geológicamente jóvenes consisten en aluviones depositados en los pequeños valles de altura que separan los macizos montañosos. Consisten en sedimentos clásticos que varían desde conglomerados de cantos hasta capas de arcilla. En estos sedimentos se puede reconocer una alternancia de períodos de erosión y de sedimentación. Pero como se trata de terrenos ondulados y en pendiente, cualquier práctica agrícola allí establecida, someterá los mismos a una erosión acelerada y la productividad de la capa vegetal disminuirá pronto con la consecuente expulsión de sus moradores.

El piedemonte oriental de la Sierra consta de sedimentos oligomiocenos, que son cascajos en el pie de la cordillera y se vuelven arcillo-arenosos a medida que se interiorizan en el espacio de la Reserva. Es de resaltar el prolongado dique aluvial a lo largo de la falla que corre el caño Yarumales prácticamente entre Vistahermosa y Macarena.

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Aquí, se trata de suelo, arcilloso gris con capa vegetal leve hasta regular. Estos suelos son típicamente de origen esturiano y por lo tanto dotados de más materia orgánica fósil que las arcillas rojas.

La información climática sobre la Reserva es escasa debido a la ausencia de estaciones meteorológicas y en el caso de existir como ocurre en el poblado de Macarena, el período de registro es bastante corto. Sin embargo, muchos de los aspectos que se presentan para la zona amazónica norte, son igualmente aplica­bles. El clima es de tipo tropical estacional con una precipitación promedio de 2.225 mm concentrada durante los meses de abril a noviembre donde se dan intervalos muy irregulares de sequía. Esta presencia de lluvias se caracteriza por una oscilación que va entre 190 a 220 días con características torrenciales cuyos volúmenes pueden llegar a registros entre 250 a 450 mm mes.

La estación seca está comprendida entre los meses de diciembre a marzo, y en esta época igualmente se presentan las mayores temperaturas hasta 30°C junto con sus mayores oscilaciones que van de los 30°C en las horas diurnas a los 20°C en el nocturno.

Dependiendo de la posición geográfica de cada una de las unidades fisiográ-ficas que enmarcan el paisaje de la Reserva, estas tienen una presentación climático-específica. La unidad más expuesta a altos volúmenes de precipitación es la Sierra propiamente dicha y de manera particular el sector norte, donde se da una permanente concentración de nubosidad ligada con las masas que de manera permanente cubren el macizo de Sumapaz en la vecina cordillera oriental.

Las quebradas, ríos y riachuelos que bajan de la Sierra son abundantes y relativamente caudalosos, especialmente los que son afluentes del Río Güejar en la parte norte y central del macizo como el Sansa y el Guapaya. La riqueza del caudal casi que permanente de estos ríos, es debido probablemente a que las areniscas de las cumbres que conforman las mesetas o tepuyes son un recipiente que almacena aguas lluvias y regulan el caudal en los períodos de sequía.

3. ORDENAMIENTO HIDROLÓGICO E INTERVENCIÓN ANTROPICA

Dentro de esta sectorización y teniendo en cuenta la singularidad topográfica existente en la Reserva, ésta puede ordenarse en tres sectores de vertiente hidroló­gica donde se dan sendos frentes de colonización, unos más dinámicos que otros, dependiendo de sus relaciones espaciales con sectores ya consolidados dentro del panorama agrícola regional. Estas vertientes hidrográficas se definen así:

a. Vertiente del occidente (I), donde los Ríos Duda y Guayabero Alto recogen las aguas del occidente de la Sierra.

b. Vertiente del norte (II), conformada por la cuenca de los Ríos Güejar y Ariari Bajo.

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c. Vertiente sur (III), cuya descarga hidrológica proviene de la misma Sierra en su costado oriental y de los prolongados caños que nacen en el interior de la llanura selvática (ver Mapa No. 3).

Cada una de estas vertientes se halla enriquecida por sostenidos aportes hidrológicos provenientes de las pequeñas cuencas formadas en la intrincada topografía de la Sierra.

Para efectos de una demostración que nos permita ver la magnitud de la intervención antrópica en el medio, se presentan los valores de superficie talada por cada cuenca.

3.1 VERTIENTE OCCIDENTAL

La vertiente dei occidente drenada hacia ei Río Duda, Guayabero Alto, se compone de las siguientes cuencas:

Sto. Domingo Norte Pailas Caño Negro Sto. Domingo Sur Cachama Raudal Angostura I

Área Cuenca (Hectáreas)

63.500 11.900 30.475 70.100 27.210 26.445

229.630

Área Talada (Hectáreas)

1.496 664

20 130 37

338

2.685

% Tala

2.3 5.5 0.06 0.18 0.13 1.3

3.2 VERTIENTE NORTE

La Vertiente del norte drenada por los Ríos Güejar yAriari es alimentada por las cuencas de los siguientes ríos y caños.

Río Sansa Caño La Cristalina Caño La Curia Caño Sardinata

Área Cuenca (Hectáreas)

40.120 14.442 3.390 5.940

Área Talada (Hectáreas)

4.742 5.780 3.320 1.859

% Tala

11.8 40.0 95.3 31.3 (Sigue)

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(Continuación)

Área Cuenca Área Talada % (Hectáreas) (Hectáreas) Tala

Guéjar Medio 81.741 21.489 26.3 Guéjar Bajo 16.390 3.958 24.1 Ariari 38.730 9.235 24.0

200.753 50.293

103.340 48.590 21.555 18.240 84.280 170.810 93.495 30.163 18.180

2.460 561 i 75 178 692

5.343 9.900

62 953

3.3 VERTIENTE SUR

La Vertiente sur, drena la extensa llanura selvática hacia el Río Guayabero y la conforman las siguientes cuencas:

Área Cuenca Área Talada (Hectáreas) (Hectáreas)

Alto Yarumales Bajo Yarumales Caño Indio Caño Cristales Caño Correntoso Caño Cabra Caño Cafre Caño Ceiba Caño Tigre

588.653 20.331

Sumando las áreas por vertiente podemos decir que la Reserva de La Macarena tiene una superficie de 1'019.036 hectáreas, de las cuales la vertiente (III) Guayabero con sus 588.653 hectáreas, cubre el 57.8% del total de la Reserva y sobre ésta, en 1985 se había efectuado una tala de 20 J31 hectáreas, que vienen a representar el 3.45% del deterioro tangible de dicha vertiente, y el 2% de ese mismo deterioro en el total de la Reserva.

Seguidamente el área que corresponde al sector occidental, vertiende Duda-Guayabero, abarca una extensión de 229.630 hectáreas que representan el 22.5% de la Reserva y sobre la cual se ha efectuado una tala de 2.685 hectáreas que vienen a representar el 1.16% de la cuenca, y el 0.26% con relación al total deforestado en toda la Reserva.

Por último, tomando la vertiente II, identificada por aquellos sectores de escorrentía hacia el complejo Güejar-Ariari, ésta cubre un área de 200.753 hectáreas que vienen a ser el 19.7% del total de la Reserva, y sobre la cual se ha

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realizado una tala de 50.293 hectáreas que representan el 25% del total de la vertiente, y el 4.93% de lo que se ha deforestado en la Reserva.

En síntesis, teniendo en cuenta las magnitudes de área por vertiente, los valores de las áreas deforestadas y sus porcentajes detectados mediante el análisis fotogramétrico y planimétrico, podemos decir que de las 1 '019.036 hectáreas que cubren la Reserva 73.309 hectáreas se encuentran taladas y representan el 7.19% del total superficial de la Reserva;

La presentación de estos datos nos permite afirmar que la vertiente de Reserva más impactada por la colonización en cuantos tala se refiere es la del complejo Güejar-Ariari y por supuesto es el sector de Reserva que manifiesta mayor deterioro ambiental en términos de flora, fauna y desorden hidrológico.

De las tres vertientes descritas se puede concluir que la de menor impacto por tala del bosque es la del occidente (Duda-Guayabero), y sobre la cual se podrían ejecutar los más inmediatos trabajos de recuperación ambiental.

En el poblado de La Macarena, el 6 de enero de 1979, día en que se inauguró la trocha ganadera entre Macarena y Piñalito.

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"Central Tepuy" meseta de areniscas en la zona centro de la Sierra.

4. PARTICIPACIÓN MUNICIPAL EN LA RESERVA

Otra perspectiva para evaluar la situación de la colonización y sus formas de impacto ambiental en la Reserva es teniendo en cuenta el poblamiento de acuerdo a los diferentes municipios que se reparten administrativamente el área de Reserva.

Para hacer un acercamiento al problema veamos algunos elementos históri­cos del poblamiento y su injerencia colonizadora actual.

El resguardado rincón suroccidental del Meta sobre el que se definió la Reserva de La Macarena se mantuvo bajo la jurisdicción del antiguo caserío de La Uribe fundado en 1886 y más tarde elevado a municipio en 1921, formado por el corregimiento del mismo nombre y el caserío de San Juan de Arama (Decreto No. 940 de 1921).

En 1923 San Juan de Arama se elevó a corregimiento intendencial de policía y en 1925 se eliminó a Uribe como municipio, pasando a corregimiento intenden­cial. Con el incendio de La Uribe en 1951 sus habitantes se trasladan a San Juan de Arama dejando el antiguo poblado abandonado y por falta de presupuesto, La Uribe en 1959, es anexado a.San Juan de Arama.

Es en esta época cuando comienzan a surgir fuera de la Reserva pequeños caseríos anexos a San Juan de Arama, entre ellos:

a. Mesetas en el extremo norte de la Reserva con una amplia jurisdicción sobre la Sierra entre los Ríos Cafre, Samsa y Duda.

b. Vistahermosa con una amplia jurisdicción sobre las Vegas del Río Güejar, los flancos orientales de la Sierra, y el amplio sector de la Llanura Selvática que une los Ríos Güejar-Guayabero.

c. La Macarena con jurisdicción sobre los terminales sur de la Sierra, las Vegas del Río Guayabero.

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d. En las bocas del Ariari con el Güejar para esta época del 59 se tiene la existencia de Puerto Rico, caserío que extiende su jurisdicción entre las Vegas del Ariari y el Guayabero con el Caño Cafre como mayor eje de penetración colonizadora (ver Mapa No. 4).

Teniendo presente el tiempo de permanencia en la Reserva declarado por los colonos en el Censo CES 1988, nos podemos dar cuenta que en 1959 el punto más dinámico de recibimiento de colonos fue Vistahermosa con 15 familias, seguido de San Juan de Arama con 6 familias, Puerto Rico 3 familias, La Macarena 3 familias y Mesetas 1 familia.

Aunque Mesetas se halla sobre el eje regional de La Uribe y San Juan de Arama, fueron pocos los colonos que entraron a la Reserva puesto que sus expectativas de asentamiento se centraban en las mesetas externas a la Reserva y las Vegas del Ariari.

El hecho que la mayoría de colonos llegasen a Vistahermosa, se debe a la existencia de una promisoria franja de tierras fértiles aluviales, enclavada en la pequeña cuenca del Guapaya, caño que nace en el flanco oriental de la Sierra y es afluente del Río Güejar cerca a Piñalito.

En estas fértiles tierras en 1964 se instalaron 70 familias acompañadas por 32 más que lo hicieron en las Vegas del Ariari cercanas a Puerto Rico.

En San Juan de Arama sobre las Vegas del Güejar se instalaron 29 familias, en Macarena 7 familias y 1 en Mesetas.

Para 1969 la Reserva en jurisdicción de Vistahermosa recibió 224 familias; de Puerto Rico 101, de San Juan 51, Macarena 22 y Mesetas comienza a tener importancia cuando acoge 15 familias dispersas en la pequeña cuenca selvática de La Cristalina, ubicada en el extremo norte de la Reserva donde hoy en día se encuentran las veredas de la Libertad, La Argentina y el Gobernador.

La llegada de nuevos colonos a la Reserva es una acción que se mantiene en constante ascenso dinamizado por los ciclos económicos favorables por parte de los cultivos como la marihuana en la década del 70.

Para la época de 1974 a Vistahermosa ingresan 251 familias, a Puerto Rico 94 familias, a Mesetas 77 familias, a San Juan 72 familias y a Macarena 40 familias.

Es incuestionable que entre 1979 y 1982 se dan los mayores asentamientos de colonos al interior de la Reserva.

Observando los datos CES 1988 se tiene que a partir de 1979 a la jurisdic­ción de Vistahermosa llegaron 500 familias, a Puerto Rico 245 familias, a Mesetas 210 familias, a San Juan 96 familias, y a Macarena 66 familias.

Estos ingresos de colonos se encuentran ligados con el auge de una nueva actividad representada en el cultivo de la coca, actividad que de manera indiscri­minada impulsa la apertura de nuevos fundos al interior de la Reserva particular­mente en las zonas planas con tendencia al Caño Yarumales, a lo largo del Caño Cafre, y la trocha ganadera abierta por los colonos entre Vistahermosa y Ma­carena.

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En este período comienza a darse además, un persistente asentamiento de colonos en las laderas orientales de la Sierra que corresponden a las jurisdiccio­nes de Vistahermosa, San Juan y Mesetas.

Si hasta 1982 el colono veía la Sierra como el sector de menor beneficio por su rigurosidad topográfica y el escaso valor de sus suelos, su concepto varió, ante el principio que: "para el cultivo de la coca los mejores suelos son los más estériles".

Del año 1982 en adelante a la Reserva entraron 2.053 familias discriminadas así:

Vistahermosa 800 familias Puerto Rico 562 familias Mesetas 460 familias San Juan 150 familias Macarena 81 familias

Con estos valores de nuevos asentamientos podemos ver que la jurisdicción del municipio de Macarena por su aislamiento en el sur, se ha mantenido históricamente desde 1959 como el sector de menor dinámica colonizadora (219 familias) mientras que Vistahermosa registra 1.860, Puerto Rico 1.070, Mesetas 764 y San Juan 404 familias.

5. PARTICULARIDADES DE LA COLONIZACIÓN POR MUNICIPIO

En este aparte se señala cómo de manera particular se da la colonización en cada uno de los municipios que tienen jurisdicción en la Reserva. Para ello tomamos los valores que definen el área municipal y establecemos la proporción con la tierra apropiada y trabajada por el colono. Además, presentamos un esquema de localización que nos muestra cómo se está ocupando el espacio de Reserva.

5.1 SAN JUAN DE ARAMA

La jurisdicción municipal de San Juan de Arama dentro de la Reserva, cubre una extensión de 35.400 hectáreas que representan el 3.48% del total superficiario es­timado para la reserva.

Sobre este espacio se encuentran acomodados 2.083 habitantes (5.9 h x km2) en 419 fundos que pertenecen a 21 veredas.

Estas veredas ocupan los espacios de las cuencas hidrográficas del Sansa Bajo, La Curia y Caño Sardinata. En un paisaje de Vegas formadas por el Río Güejar en la Vertiente nororiental de la Serranía, los 419 predios abarcan 13,851

130

hectáreas de las cuales 2.282 están dedicadas a cultivos, 4.545 a pastos y 2.978 a rastrojos, dejando 4.046 en bosques.

Tomando el número de hectáreas dedicadas a cultivos, junto con las de pastos y rastrojos da un valor de 9.805 hectáreas, que comparadas con las 7.460 medidas por el sistema fotogramétrico de 1985, nos indica que el avance de intervención entre 1985 y 1987 fue de 2.345 hectáreas, es decir un promedio de 5.6 hectáreas por fundo.

La mayoría de la población el 72% se encuentra ubicada en las vegas del Río Güejar ocupando un espacio de altura con respecto al nivel del mar hasta los 600 m. Allí se encuentran las veredas de:

Peñas Blancas con Costa Rica El Bosque Sardinata Puerto Gaitán Bocas del Sansa Los Micos Tablazo

347 habitantes en 260 habitantes en 248 habitantes en 253 habitantes en 216 habitantes en 138 habitantes en 34 habitantes en 3 habitantes en

76 fundos 46 fundos 48 fundos 55 fundos 37 fundos 32 fundos

3 fundos 1 fundo

1.499 298

El resto de la población, 584 habitantes, o sea el 28%, se encuentra en 121 fundos, ubicados en sectores de vertiente de la Serranía que sobrepasan los 600 m sobre el nivel del mar, hasta la cota de los 1.500 m. La distribución de estos colonos se da en las veredas de:

Monserrate Jardines del Sansa Alto Sardinata Santo Domingo Río Nuevo Morro Bello Puerto Nubia Termales Venado Alto Río Nuevo Peñas Frías Caño Blanco

175 ha. 123 ha. 111 ha. 78 ha. 23 ha. 22 ha. 15 ha. 10 ha. Sha. Sha. 2 ha. Iha.

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131

5.2 PUERTO RICO

La jurisdicción municipal de Puerto Rico, cubre una extensión de 271.260 hectáreas que vienen a ser el 26.63% de la Reserva.

En este espacio se han establecido 6.453 habitantes (2.4 habitantes por km2) en 1.103 predios, en 52 veredas localizadas entre las Vegas de los Ríos Ariari y Guayabero en el sector oriental de la Reserva. Los 1.103 predios abarcan una extensión de 96.710 hectáreas, de las cuales 6.703 se dedican a cultivos, 16.780 a pastos y 20.111 en rastrojos.

El análisis de las fotografías aéreas tomadas en 1985 nos muestra una tala de 24.931 hectáreas, valor muy cercano a lo declarado por los colonos en los usos de cultivos y pastos que sumados dan 23.483 hectáreas.

La mayoría de la población se encuentra ubicada entre las vegas del Ariari y el Caño Cafre, como lo muestra el siguiente cuadro.

Vereda Población Fundos

Caño Alfa Charco Danto Chispas El Dorado Gorgona La Unión La Primavera Brisas del Cafre Alto Cafre El Refugio Bajo Fundadores Puerto Toledo Caño Marimba La Tigra Buena Vista

488 372 364 405 302 250 284 227 238 239 233 209 119 196 180

89 72 69 54 51 51 48 43 41 41 35 39 26 40 33

5.3 LA MACARENA

La Macarena es el cuarto municipio en participación por área en la Reserva con 176.600 hectáreas (el 17.3% del total de la Reserva).

En esta extensión se han instalado 1.196 personas, en 18 veredas con 230 predios; la mayoría de ellos (175) ubicados en las vegas del Río Guayabero desde las confluencias de éste con el Río Duda hasta sus límites con Vistahermosa en el

132

Caño Correntoso. El resto de predios (35) se localizan a lo largo de los Caños Indio (12), Yarumales (15), Canoas (6) y Cristales (2).

Los 230 predios cubren un área apropiada de 24.671 hectáreas de las cuales 1.538 hectáreas se encuentran en cultivos, 2.744 en pastos y 3.958 en rastrojos.

El proceso colonizador en Macarena se remonta hacia 1953 cuando llegaron los primeros colonos procedentes de San Vicente del Caguán. En un estudio realizado por profesores de la Universidad Nacional de Colombia en 1959, allí se registraron once familias ubicadas en las Vegas del Guayabero entre el pueblo de Macarena (el refugio para ese entonces) y el Río Lozada. La colonización a lo largo de los Caños Yarumales, Canoas, Indio y Cristales llevada a cabo por 35 familias, es un hecho reciente, de 1979 a esta época.

La Macarena, es la jurisdicción municipal en la Reserva que tiene cífrente menos dinámico de colonización debido a su distanciamiento con Villavicencio y la dificultad de comunicación terrestre. Otro factor es la no favorable condición morfológica y edafológica de la Sierra que no permite asentamiento alguno. Macarena participa territorialmente de 28.500 hectáreas en la Sierra, de las cuales ni una sola puede ofrecer beneficio agrícola o ganadero. Allí el panorama geológico es de afloramientos rocosos y de acumulación de areniscas cuarcíticas, que sumadas al ambiente climático seco sólo da cabida a una vegetación achapa­rrada y leñosa.

Los únicos sectores de la jurisdicción de Macarena en la Reserva que el colono está interviniendo, son las Vegas del Río Guayabero y las banquetas de coluviones altos a lo largo del Caño Yarumales.

La colonización en la jurisdicción de Macarena tiene una característica típicamente lineal, a lo largo del Río Guayabero, desde su confluencia con el Río Duda, hasta el Caño Correntoso límite con Vistahermosa.

Esta colonización la podemos dividir en dos sectores Río Duda —poblado de La Macarena y Macarena— Caño Correntoso.

El pueblo de Macarena queda prácticamente a mitad de recorrido entre El Duda y El Correntoso. El primer sector entre el Río Duda y Macarena se caracteriza por un estrecho corredor al lado de las estribaciones occidentales de la Sierra, de 40 kilómetros de largo por 3 kilómetros de ancho, en su mayoría cubierto de sedimentos arenosos cuarcíticos provenientes de la escarpada sierra, además de ser periódicamente inundable por las crecientes del Río Guayabero.

A pesar de estas condiciones físicas desfavorables para un asentamiento normal, allí se ubican 350 personas en 64 predios, discriminados así por veredas:

Vereda Predios Habitantes

Santo Domingo Alto Raudal Bajo Raudal

1 39 6

10 205

33 (Sigue)

133

(Continuación)

Vereda Predios Habitantes

El Billar 6 31 Bajo Billar 1 2 Bajo Losada 11 69

64 350

El segundo sector Macarena-Correntoso, se caracteriza por vegas aluviales que no están por encima de los 250 metros, terrenos inundables por crecientes grandes, y las banquetas de los caños afluentes al Guayabero. Este sector de 12 veredas cuenta con 808 habitantes en 161 predios distribuidos así:

Vereda Predios Habitantes

Cristales Cachivera Caño Canoas Caño Indio Caño Yarumales Peñas Rojas Catalina Diamante Esmeralda San José Meta B. El Carmen

161

5.4 VISTAHERMOSA

La jurisdicción territorial de Vistahermosa cubre una extensión de 340.376 hectáreas (33.40% de la Reserva), allí se acomodan 11.057 habitantes (3.2 por km2) en 2.003 fundos y 102 veredas. El territorio cubre las cuencas de los rios o caños Santo Domingo Sur, Cachama, Güejar medio, Yarumales alto, Cabra alto, Cabra bajo y Correntoso.

De la cuenca Güejar medio hacen parte las subcuencas del caño Guapaya con los Caños Blanco, Sardinata y Unión; también hace parte la cuenca de Caño Tubo con sus afluentes Caño Guío, Amarillo, Silencio, Leona y Caño Rojo.

El panorama que se puede observar en este sector de piedemonte serrano, es el de una ganadería extensiva, actitud que se ha ampliado a los espacios de

134

2 30 6 42 15 6 11 36 i Sí

3 1

21

11 173 31 43 85 48 52 166 67 16 12 104

vertiente entre los 500 metros y los 1.000 metros sobre la cota divisoria de aguas. En las cabeceras de los caños Guapaya, Sardinata, Guío, Tubo, se han instalado aproximadamente 1.240 personas en 228 predios, en muchos de los cuales se dan problemas de devastamiento.

Como consecuencia de la tala en pendientes severas, el establecimiento de pastos, la elevada precipitación en la zona y la morfogénesis del lugar caracteriza­do por arcillas; se está comenzando a presentar desplazamientos por gravedad de grandes masas de tierra, afectando los cauces de aguas, su potencialidad y el trabajo que durante muchos años han hecho los colonos allí establecidos.

Los 2.003 predios ocupan 121.323 hectáreas de las cuales 11.815 están en cultivos, 28.037 en pastos y 26.268 en rastrojos.

Si tomamos la suma de hectáreas en cultivos y pastos (39.852 hectáreas), y las comparamos con las 29.314 hectáreas taladas hasta 1985, podemos decir que en el término de los tres últimos años la tabla ha sido de 36.706 hectáreas. (39.852 hectáreas menos 29.314 hectáreas más las 26.268 en rastrojos que decían tener los colonos mediante el Censo CES 1988).

Aunque la territorialidad de Vistahermosa cubre grandes extensiones en la propia Sierra (130.867 hectáreas), el grueso de la colonización está ubicada en las tierras llanas de aluviones terciarios y cuaternarios que cubren las restantes 209.509 hectáreas entre los Ríos Güejar y Guayabero, particularmente en las cuencas del Guapaya y Caño Tubo.

Con el trazado de la trocha Vistahermosa-Macarena, paralela a la Sierra, se vienen incrementando nuevas fundaciones que hasta el momento llegan a una penetración de 35 kilómetros sobre el Caño Animas afluente del Yarumales.

Si observamos la colonización que se viene dando desde Macarena aguas arriba por el caño Yarumales, donde en este momento hay 15 fundaciones con una penetración de 20 kilómetros, podemos sacar en conclusión, que sólo queda una pequeña franja de 20 kilómetros al centro de la Reserva que no ha sido maltratada por el colono. Esta franja es el único paso comunicante entre la Alta Sierra y lo que queda como paisaje primigenio en la llanura selvática de la Reserva.

Un hecho relievante dentro de la territorialidad de Vistahermosa, es su alcance de jurisdicción hasta el Río Guayabero a través del corredor comprendi­do entre el Caño Correntoso y el Cafre. En las vegas del Guayabero y a lo largo del Caño Cafre en una penetración de 30 kilómetros se ha generado una funda­ción de 71 predios con 348 habitantes distribuidos así: En la vereda de Miraflores sobre el Río Guayabero 7 predios con 37 habitantes. En Caño Cafre 64 predios con 311 habitantes. Este núcleo de colonización ha creado el caserío de Nueva Colombia sobre el Guayabero. Vale anotar, que las cifras aquí expuestas se basan en los datos obtenidos por el Censo CES y que desafortunadamente no reflejan una rigurosidad a causa de los impedimentos ocasionados por las acciones militares que se llevaron a cabo en el mismo momento de realizarse el Censo.

135

5.5 MESETAS

La jurisdicción municipal de Mesetas en la Reserva cubre una extensión de 195.400 hectáreas (19.14%). En este territorio se acomodan 4.089 habitantes (2.1 por kilómetro cuadrado) en 859 fundos pertenecientes a 49 veredas. Su territorio cubre las vertientes de los Ríos Güejar al norte y el Río Duda al occidente.

En la vertiente del Río Güejar están las cuencas de: La Cristalina con un cubrimiento de 14.442 hectáreas y la parte alta de la cuenca del Río Sansa en una extensión de más o menos 18.000 hectáreas.

En la vertiente al Río Duda se tienen las cuencas del Santo Domingo Norte con 63.500 hectáreas, Las Pailas con 30.475 hectáreas.

Mesetas es el municipio que en proporción a su extensión, tiene el mayor grado de participación en la Sierra. De sus 195.400 hectáreas, 134.000 (68.6%) hacen parte de la Sierra.

Los 859 predios ocupan una extensión de 45.677 hectáreas de las cuales 6.542 se encuentran en cultivos, 11.243 en pastos y 6.923 en rastrojos. Para una mayor información sobre este municipio ver el aparte sobre "Situación de la Colonización en la Sierra".

6. SITUACIÓN DE LA COLONIZACIÓN EN LA SIERRA

Comúnmente cuando se hace referencia a la Reserva de La Macarena, se hace pensar que ésta abarca tan sólo el territorio de la Sierra propiamente dicho. Incluso en algunos de los conceptos emitidos por los juristas se encuentra esa confusión dándose así la idea de que la Reserva de La Macarena sólo se compone del levante montañoso. Teniendo en cuenta esta anotación aclaramos lo siguien­te: La Reserva de La Macarena se compone paisajísticamente, en su descripción más simple, por una zona selvática llana al oriente y un levante montañoso de "SIERRA" al occidente, entre los 500 y los 2.000 metros sobre el nivel del mar.

La Sierra, por su carácter morfológico algo difícil, es el sector que se ha mantenido como Reserva dentro dei concepto cultural del colono, y por tanto, su afán de penetración en ella no ha sido intensivo, salvo en los últimos 10 años cuando se comenzó a ver la posibilidad de sembrar en sus cañones, mesetas y laderas plantas como la marihuana y la coca. Con esta nueva actividad los terrenos de la Sierra comenzaron a ser invadidos continuamente y hoy pode­mos ver que de las 322.867 hectáreas de su superficie, 39.882 hectáreas se encuen­tran en vía de apropiación por parte de colonos, que generan una grave situación de deterioro ambiental, especialmente en el sector norte, jurisdicciones de Mese­tas, San Juan de Arama y Vistahermosa.

Estas 39.882 hectáreas representan el 12.4% del área total de la Sierra y sobre ella, de acuerdo a la planimetría a los predios registrados en las fotografías

136

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138

aéreas de 1985, se obtuvo una área talada de 14.877 hectáreas que vienen a ser el 4.6% del total superficiario de la Sierra y el 1.45% de toda el área de la Reserva.

El siguiente cuadro en la columa A nos permite ver la distribución por cuencas, en la columa B la distribución en vía de apropiación para cada cuenca en hectáreas y en la C el área talada en hectárea para el año de 1985,

A

La Cristalina Río Sanza Caño Sardinata . Río Santo Domingo Caños Guapaya-Tubo

B

14.442 15.00 5.940 2.500 2.000

39.882

C

5.780 4.742 1.859 1.496 1.000

14.877

Para una mayor ilustración geográfica de la parte norte de la Sierra intensa­mente afectada por tala, quema, erosión, deslizamientos en masa, desequilibrio hidrológico, contaminación de aguas y depredación de la fauna, hacemos una zonificación del área en dos sectores:

El primer sector comprende las terrazas y mesetas altas, ubicadas entre la carretera que une la población de Mesetas con la inspección de policía de Las Peñas en el occidente, y el Río Güejar en el oriente en jurisdicción de San Juan de Arma.

El segundo sector comprende las estribaciones altas y medias orientales de la Sierra, entre la desembocadura del Río Samsa al Güejar, y el Caño Tubo al interior de la Reserva en las cercanías del caserío Caño Amarillo. Caño Tubo cierra la zona de aluvión más rica dentro de la Reserva frente a Vistahermosa. Allí se tiene la máxima concentración de colonos en los Caños Blanco, Guapaya, Sardinata, Unión, Amarillo y Silencio.

En estos dos sectores descritos, el avance de la colonización sobre la Sierra muestra una fuerte dinámica, hasta tal punto que se han localizado fundos en la cota divisoria de aguas a los 1.000 metros sobre el nivel del mar y en algunos casos transpasándola como se puede observar en el Mapa No. 2. Estas fundaciones se encuentran en pendientes elevadas no permisibles técnica, económica y ecológi­camente para asentamientos y prácticas agrícolas permanentes si tenemos en cuenta, la baja estabilidad de las masas arcillosas allí existentes, la elevada precipitación que se registra (más o menos 2,500 mm promedio anual) y la condición de ser cabeceras hidrológicas.

El primer sector, el de Mesetas, comprendido por las cuencas hidrográficas de La Cristalina (14.442 hectáreas), el Sansa (40.120 hectáreas) y la parte alta del Santo Domingo Norte, geológicamente se compone de sedimentos arcillosos grises y rojos del terciario con intercalación de areniscas finas. Estos sedimentos

139

reposan sobre una formación de areniscas claras tiernas que se continúan hacia el centro de la Sierra donde se pueden encontrar areniscas más antiguas relacio­nadas con la arenisca del Vaupés. Debajo de estas areniscas, —según Hubach—, se presentan sedimentos arcillosos y cuarsíticos del Ordovicico y el Cámbrico que yacen sobre el basamento de las Guayanas.

En este sector son muy frecuentes las mesetas de areniscas (Tepuyes) de la formación Roraima, por encima de los 1.000 metros de altitud; allí se tiene la formación de ecosistemas de Turberas en áreas de drenaje impedido y sobre sustratos rocosos de arenisca muy pobre en nutrientes. La materia acumulada es producida por la misma vegetación y el suministro de minerales se hace predomi­nantemente a través de la lluvia o la intercepción de nubes. Es de anotar que este sector de la Reserva es el que más permanece cubierto de nubes durante el año. Desde 1960, en este paisaje geológico ambiental, se vino a crear una de las más fabulosas ambiciones y anhelos de la masa colonizadora.

El panorama se puede mostrar así:

Sobre más o menos 35.382 hectáreas se asientan 1.808 habitantes en 11 veredas con 379 predios que suman 15.337 hectáreas en vía de apropiación.

El siguiente cuadro nos amplía más la visión de la ocupación en los rangos de veredas según: habitantes por vereda, número de predios, hectáreas en vía de apropiación o que el colono dice poseer, dedicación de la tierra en cueltivos, pastos y rastrojos.

Cuadro No. 3

Veredas Habitantes Fundos Área Has

Cultivos Pastos Rastrojo

Monserrate La Argentina La Marina La Libertad Bajo Gobernador La Paz La Cristalina Alto Gobernador Andes Morropelado Jardín de Peñas

5 314 287 273 278 205 213

47 107

6 73

1 71 59 54 52 52 47

9

18 3

13

3 2.782 2.364 1.537 2.436 2.574 1.905

430 688 166 452

2 638 596 624 327 271 842 112 146

6 22

1 839 652 871 981 528 753 186 489

23 219

0 387 451 207 401 431 176 47

887 8

51

1.208 379 15.337 3.584 5.542 3.046

¡40

Sumadas las áreas dedicadas a cultivos, pastos y rastrojos igual a 12.172 hectáreas, podemos concluir, que de las 35.382 hectáreas cubiertas primigenia­mente de bosques, sólo quedan 23.210 hectáreas susceptibles de ser taladas en corto tiempo de acuerdo a la dinámica que trae esta colonización. Como se puede observar de las 15.337 hectáreas apropiadas por el colono sólo el 23% se dedica a la agricultura mientras que el 36.1% se dedica a pastos en su mayoría Brachiaria. Estos pastos acogen más o menos el 20% del total ganadero en la Reserva que se considera en 38.668 cabezas. En cuanto a la agricultura allí se establece el 54.8% de los cafetales de la Reserva aprovechando su condición ecológica de altura, producto que últimamente se ve agobiado, por la roya y deterioro de los suelos.

Por haber sido esta zona cubierta de manto selvático, en ella se formó una capa vegetal compuesta de materia arcillosa y de materia orgánica vegetal, la cual aumentó la productividad de los suelos de arcillas rojas, pero dada su condición topográfica de declive y la deforestación indiscriminada, la erosión se está

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va del suelo. La tala indiscriminada ha llegado hasta las hoyas de las quebradas antes protegidas al abrigo de los vientos y favorecidas por la humedad, de tal manera que los "prósperos" cultivos iniciales de plátano, yuca, maíz, café que fueron la ilusión agrícola del colono, se encuentran en franca desaparición. Un colono ubicado en el frente del baldío, es decir donde va la punta de colonización traspasando el Río Samsa conceptuaba:

"esta tierra de aquí es mejor que la de la Vereda La Argentina, allá no se da bueno ni el pasto; ni el plátano dura, da dos cosechas y se acaba. Allá hay mucha roca, hay veces que va uno a hacer un hueco y a la "cuarta" está la roca, entonces es una tierra que no da sino pastos, no da más". Entrevista colono. Río Samsa.

Una de las causas de esta situación, es que habiendo desaparecido el bosque, el poco suelo acumulado de por sí durante mucho tiempo en este medio tropical húmedo, recibe los impactos caloríficos del sol y de la lluvia directamente, de tal manera que las sustancias orgánicas se mineralizan y el agua lluvia se encarga de arrastrarías iiacia ios canos y nos como el Sarnsa y ei quejar.

Entrando en la consideración de cuáles son las causas del deterioro ambien­tal en la Reserva, se pueden, entre muchas, señalar las siguientes:

a) La tala del bosque, que trae consigo las facilidades de una acción erosiva manifiesta en derrumbes, desequilibrios hidrológicos, desórdenes en la esco-rrentía

b) La cacería de sacrificio sin control que pone en peligro las especies aportantes de proteína a la población de colonos.

c) La cacería de retaliación sobre especies de animales que ofrecen peligro a los rendimientos económicos, particularmente al hato ganadero.

d) Aporte de residuos químicos no biodegradables empleados en ei procesa­miento de la coca a las aguas lentas de caños.

141

e) Quema de bosques en extensas áreas al interior de la Sierra, donde se considera existen los bancos genéticos.

0 Quema periódica de los pastos demasiado altos y lignificados propios de las sabanas naturales.

Esta última acción es muy frecuente en algunos sectores del noroeste de la Reserva (La Julia) y en las sabanas de Caño Cristales. En el extremo sur de la Reserva sobre el Río Guayabero los colonos mantienen la costumbre de quemar periódicamente los pastos demasiado altos y lignificados. Por medio del fuego el colono mantiene las sabanas con "pastos nuevos" o frescos dejando de lado las consideraciones conservacionistas de otras especies vegetales o animales que allí puedan habitar, como insectos, serpientes, aves o mamíferos menores.

Otro sector de gran importancia incorporado a la jurisdicción de Meseta y que comienza a intervenir severamente la Sierra en su flanco nor-occidental, es el corredor del Duda en el tramo jardín de Peñas, Río Santo Domingo Norte. Aquí se ubican las subcuencas hidrográficas de los Caños Las Pailas y Santo Domingo Norte en un cubrimiento de 75.400 hectáreas. Sobre este espacio y particular­mente a lo largo del carreteable que une la inspección de Peñas con el caserío de San Isidro, se ha organizado una comunidad de colonos en aproximadamente trece veredas, distribuyéndose su asentamiento así:

Vereda

San Isidro Brisas del Duda La Cunsia La Cornelia Las Pailas La Reforma Buena Vista Caño Negro Santo Domingo La Caracola Las Juntas El Oriente El Triunfo

Predios

108 67 35 16 6 5 2 2 2 1 ! 1 1

247

Habitantes

522 323 168 92 32 38

6 6

13 i 1 7 6

1.215

Hectá­reas

4.618 4.292 1.990

869 495 315

20 135 118 60 35

6 12

12.965

Cultivos

791 267 199 72 32 20

8 8 9 1 6 2 3

1.418

Pastos

1.206 636 514 300

90 57

3 37

2 1 í) 2 5

2.853

Ras­trojos

921 633 346

84 49 50 14 58 12 8 2 3 2

2.180

Estos asentamientos se han venido incrementando día a día gracias a las espectativas que ofrece el trazado de la carretera marginal de la selva en su propósito de unir por medio de una vía rápida los poblados de Mesetas con San Vicente del Caguán en el Caquetá.

.142

C U N D I N A M A f C A

CONVENCIONES '.

PARQUE NACIONAL NATURAL SIERRA DE LA MACARENA

ZONAS DE RECUPERACIÓN PARA LA PRODUCCIÓN

ZONAS DE RECUPERACIÓN PARA LA PRESERVACIÓN

ZONAS DE PRODUCCIÓN

" ZONA DE RECUPERACIÓN PARA LA PRODUCCIÓN

S PARQUE NACIONAL TINIOUA

ZONA DE RECUPERACIÓN PARA LA PRESERVACIÓN

I ZONA DE PRESERVACIÓN

PARQUE LOS PICACHOS

ZONA DE PRESERVACIÓN

L I M I T E ÁREA DE MANEJO ESPECIAL LA MACARENA

PROPUESTA DEL MINISTERIO DE AGRICULTURA RftRA DECLARAR ÁREA

DE MANEJO ESPECIAL LA MACARENA - LA RESERVA SIERRA DE LA

MACARENA - CLASIFICACIÓN ZONIFICACION Y LIMITES REALES

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

CENTRO DE ESTUDIOS SOCIALES CES

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS

DPT. DE GEOGRAFÍA

ELABORO * HENRY GONZÁLEZ

FECHA • Agoto / I

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rr<

CUNDINAMARpA

HUILA

ZONA DE PRODUCCIÓN TRANSITORIA

ZONA DE RECUPERACIÓN

ZONA DE RECUPERACIÓN NATURAL

ZONAS DE PROTECCIÓN HISTÓRICA CULTURAL

ZONA INTANGIBLE

ZONAS DE PRODUCCIÓN

ZONA DE PROTECCIÓN PARA LA PRESERVACIÓN

ZONA DE RECUPERACIÓN PARA LA PRODUCCIÓN

ZONAS DE PROTECCIÓN

NUEVA RESERVA NATURAL ( ZONA INTANGIBLE )

ZONA DE PRODUCCIÓN

Ll MI TE ÁREA DE MANEJO ESPECIAL LA MACARENA

LIMITE RESERVA DE LA MACARENA

CAGUETA

PROPUESTA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA PARA UNA

CLASIFICACIÓN DEL TERRITORIO DE LA RESERVA NACIONAL SIERRA

DE LA MACARENA EN LA CATEGORÍA DE ÁREA DE MANEJO ESPECIAL

( ÁREA TOTAL = 3 ' 3 3 3 , 9 1 6 Hectoreo»)

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

CENTRO DE ESTUDIOS SOCIALES CES

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS

DPT. DE GEOGRAFÍA

ELABORO > HENRY GONZÁLEZ.

FECHA • Aooito / 89

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Recomendaciones para tratar el problema forestal de la Reserva

1. Se debe conservar o restablecer de manera prioritaria la cubierta forestal protectora de las cuencas hidrográficas de abastecimiento. Para conseguir esta finalidad se debe coordinar un proyecto de reubicación de los colonos ubicados en las tierras consideradas como pertenecientes a zonas protectoras de las cuencas hidrográficas; en este caso todas las cabeceras de los caños vertientes al Güejar. Por otra parte el Ministerio de Agricultura, el Inderena y la Universidad Nacional deben adelantar los planes de reforestación y ordenamiento de las cuencas severamente afectadas por extensas talas y peligrosos deslizamientos.

2. Se recomienda establecer un servicio de extensión forestal coordinado por el Inderena y la Universidad Nacional, a fin de ilustrar a los colonos sóbrelos beneficios e importancia económica de los bosques; prestando además asistencia técnica en trabajos de reforestación, manejo de cuencas hidrográficas y aprove­chamiento forestal.

3. El Inderena - Instituto Geográfico Agustín Codazzi y la Universidad Nacional, deben efectuar estudios edafológicos detallados para determinar la utilización más adecuada de las tierras y resolver sobre el uso de las tierras destinadas a uso agropecuario por aquellos colonos que llegaren a permanecer dentro de la Reserva.

4. Se deben elaborar inventarios forestales con el fin de valorar el potencial madedero y llevar a cabo planes de ordenación y aprovechamiento forestal bien dirigidos.

5. La reforestación debe dirigirse con prioridad a los terrenos erosionados y a las zonas protectoras de cuencas hidrográficas.

6. La investigación forestal debe estar dirigida a:

a) Estudios dentrológicos de las especies más importantes desde el punto de vista forestal.

b) Estudios de estructura, asociaciones y sucesiones en las formaciones bosco­sas más importantes.

c) Clasificación de los suelos forestales según sus usos. d) Estudios de cuencas hidrográficas. e) Investigación sobre tratamientos selvícolas más adecuados para mejorar los

bosques naturales. f) Estudios sobre comportamiento, adaptabilidad y crecimiento de especies

exóticas valiosas.

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