Anselmo Proslogion

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ANÁLISIS DE ARGUMENTOS FILOSÓFICOS 1 Anselmo de Canterbury: Proslogion (1078). Traducción de J. Alameda 1. TEXTO Así, pues, ¡oh Señor! , tú que das inteligencia a la fe, concédeme, cuanto sepas que me sea conveniente, entender que existes, como lo creemos, y que eres lo que creemos. Ciertamente creemos que tú eres algo mayor que lo cual nada puede ser pensado. Se trata de saber si existe una naturaleza que sea tal, porque el insensato ha dicho en su corazón: no hay Dios. Pero cuando me oye decir que hay un ser por encima de lo cual no se puede pensar nada mayor, este mismo insensato entiende lo que digo; lo que entiende está en su entendimiento, aunque no crea que aquello existe. Porque una cosa es que la cosa exista en el entendimiento, y otra que entienda que la cosa existe. Porque cuando el pintor piensa de antemano en el cuadro que va a hacer, lo tiene ciertamente en su entendimiento, pero no entiende todavía que exista lo que todavía no ha realizado. Cuando, por el contrario, lo tiene pintado, no solamente lo tiene en el entendimiento sino que entiende también que existe lo que lo ha hecho. El insensato tiene que conceder que tiene en el entendimiento algo por encima de lo cual no se puede pensar nada mayor, porque cuando oye esto, lo entiende, y todo lo que se entiende existe en el entendimiento. Y ciertamente aquello mayor que lo cual nada puede ser pensado, no puede existir en el solo entendimiento, porque si existe, aunque solo sea en el entendimiento, puede pensarse que exista también en la realiadad, lo que es mayor. Por consiguiente, si aquello mayor que lo cual nada puede pensarse existiese solo en el entendimiento, se podría pensar algo mayor que aquello que es tal que no puede pensarse nada mayor. Luego existe, sin duda, en el entendimiento y en la realidad, algo mayor que lo cual nada puede ser pensado. 2. ANÁLISIS Tras de la exhortación inicial, Anselmo introduce una de las premisas en las que se va a basar su argumentación: “ creemos que tú eres algo mayor que lo cual nada puede ser pensado”. A continuación se presenta el tema a debatir, la existencia de Dios, y al oponente, el insensato que niega la existencia de Dios. Se asume que el oponente acepta la idea anselmiana de Dios. La actitud del insensato con respecto a la proposición “Hay un ser mayor que el cual nada puede ser pensado” es doble: la entiende y la niega. El conector aunque indica que, en determinadas circunstancias, lo segundo podría aparecer como una razón para negar lo primero. Anselmo emplea entonces una argumentación por analogía para establecer bien que esas dos actitudes proposicionales son independientes, bien que no se puede negar lo que no se entiende. Así, cuando un pintor planifica un cuadro, el cuadro existe en su entendimiento, aunque no en la realidad puesto que aún no lo ha ejecutado. Si se tratase de establecer que negar y entender son actitudes independientes, la analogía debería analizarse según la tabla siguiente.

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Análisis del argumento ontológico de Anselmo de Canterbury con las técnicas del Methodus Argumentandi.

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ANÁLISIS DE ARGUMENTOS FILOSÓFICOS

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Anselmo de Canterbury: Proslogion (1078). Traducción de J. Alameda

1. TEXTO

Así, pues, ¡oh Señor! , tú que das inteligencia a la fe, concédeme, cuanto sepas que me sea conveniente, entender que existes, como lo creemos, y que eres lo que creemos. Ciertamente creemos que tú eres algo mayor que lo cual nada puede ser pensado. Se trata de saber si existe una naturaleza que sea tal, porque el insensato ha dicho en su corazón: no hay Dios. Pero cuando me oye decir que hay un ser por encima de lo cual no se puede pensar nada mayor, este mismo insensato entiende lo que digo; lo que entiende está en su entendimiento, aunque no crea que aquello existe. Porque una cosa es que la cosa exista en el entendimiento, y otra que entienda que la cosa existe. Porque cuando el pintor piensa de antemano en el cuadro que va a hacer, lo tiene ciertamente en su entendimiento, pero no entiende todavía que exista lo que todavía no ha realizado. Cuando, por el contrario, lo tiene pintado, no solamente lo tiene en el entendimiento sino que entiende también que existe lo que lo ha hecho. El insensato tiene que conceder que tiene en el entendimiento algo por encima de lo cual no se puede pensar nada mayor, porque cuando oye esto, lo entiende, y todo lo que se entiende existe en el entendimiento. Y ciertamente aquello mayor que lo cual nada puede ser pensado, no puede existir en el solo entendimiento, porque si existe, aunque solo sea en el entendimiento, puede pensarse que exista también en la realiadad, lo que es mayor. Por consiguiente, si aquello mayor que lo cual nada puede pensarse existiese solo en el entendimiento, se podría pensar algo mayor que aquello que es tal que no puede pensarse nada mayor. Luego existe, sin duda, en el entendimiento y en la realidad, algo mayor que lo cual nada puede ser pensado.

2. ANÁLISIS Tras de la exhortación inicial, Anselmo introduce una de las premisas en las que se va a basar su argumentación: “creemos que tú eres algo mayor que lo cual nada puede ser pensado”. A continuación se presenta el tema a debatir, la existencia de Dios, y al oponente, el insensato que niega la existencia de Dios. Se asume que el oponente acepta la idea anselmiana de Dios. La actitud del insensato con respecto a la proposición “Hay un ser mayor que el cual nada puede ser pensado” es doble: la entiende y la niega. El conector aunque indica que, en determinadas circunstancias, lo segundo podría aparecer como una razón para negar lo primero. Anselmo emplea entonces una argumentación por analogía para establecer bien que esas dos actitudes proposicionales son independientes, bien que no se puede negar lo que no se entiende. Así, cuando un pintor planifica un cuadro, el cuadro existe en su entendimiento, aunque no en la realidad puesto que aún no lo ha ejecutado. Si se tratase de establecer que negar y entender son actitudes independientes, la analogía debería analizarse según la tabla siguiente.

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Fuente: pintor Término: insensato

Pintor Insensato Cuadro Dios Existe Existe Realidad Realidad Entendimiento Entendimiento Sabe(pintor, no existe en la realidad el cuadro) Niega (insensato, existencia real de Dios) Imagina (pintor, cuadro) Entiende(insensato, “Dios existe”) Existe (cuadro, entendimiento del pintor) Existe(Dios, entendimiento del insensato) Porque(Existe (cuadro, entendimiento del pintor), Imagina (pintor, cuadro))

Porque(Existe(Dios, entendimiento del insensato, Entiende(insensato, “Dios existe”))

Si por el contrario se tratase de establecer que negar presupone entender, la correspondencia sería más bien así:

Fuente: pintor Término: insensato

Pintor Insensato Cuadro Dios Existe Existe Realidad Realidad Entendimiento Entendimiento Imagina (pintor, existencia real del cuadro) Niega (insensato, existencia real de Dios) Existe (cuadro, entendimiento del pintor) Existe(Dios, entendimiento del insensato) Porque(Existe (cuadro, entendimiento del pintor), Imagina (pintor, cuadro))

Existe(Dios, entendimiento del insensato, Entiende(insensato, “Dios existe”))

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Aparte de lo forzado de la primera correspondencia, la frase “porque cuando oye esto, lo entiende, y todo lo que se entiende existe en el entendimiento” sugiere que el análisis apropiado en el segundo. Anselmo expone a continuación lo que se conocer como el “argumento ontológico”. El argumento ontológico suele analizarse como una reductio ad absurdum que concluye afirmando la existencia real de Dios.

Supongamos que aquello mayor que lo cual nada puede pensarse existe solo en el entendimiento y no en la realidad

Puede pensarse que aquello mayor que lo cual nada puede pensarse existe también en la realidad

Algo que existe en el entendimiento y en la realidad es mayor que algo que solo existe en el entendimiento

Puede pensarse algo mayor que aquello mayor que lo cual nada puede pensarse

Existe en el entendimiento algo mayor que aquello mayor que lo cual nada puede pensarse

Aquello mayor que lo cual nada puede pensarse existe realmente El inconveniente de esta reconstrucción es que rompe la unidad del texto anselmiano, puesto que la conclusión alcanzada anteriormente (el insensato tiene en el entendimiento algo mayor que lo cual nada puede pensarse) no desempeña ningún papel en la reductio. La siguiente es, espero, una reconstrucción más fiel. El insensato niega la existencia de Dios, es decir, del ser mayor que el cual nada puede pensarse. Eso comporta, según se ha argumentado antes, que el insensato puede concebir a Dios; pero, alega, Anselmo, si puede concebir a Dios, entonces también puede concebirse que Dios exista realmente, y no solo en el entendimiento. Anselmo asume por tanto que si algo puede ser pensado, puede ser pensado como real. Pues bien, prosigue Anselmo, el Dios pensado como real es mayor que el Dios pensado como no real. No está del todo claro cuál es el garante que justifica este paso. Puede tratarse de que si A posee una propiedad que no posee B (la existencia real en el caso que nos ocupa), entonces B no es mayor que A. Sin embargo, cabe presumir que no todas las propiedades contarían para este peculiar uso de “mayor” –no lo harían, por ejemplo, feo o pequeño. Por eso una interpretación muy popular y tradicional del argumento ontológico sustituye “mayor” por “más perfecto” (Descartes, ente otros). Otras interpretaciones (Gödel) restringen las propiedades que cuentan a este respecto a las propiedades “positivas”. También puede

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consistir en que, ceteris paribus, algo real es mayor que algo irreal, de manera que el enunciado “Algo que existe en el entendimiento y en la realidad es mayor que algo que solo existe en el entendimiento” expresaría un garante y no una premisa. Sea como fuere, al negar la existencia del ser mayor que el cual nada puede pensarse, el insensato concibe un ser mayor que aquél cuya existencia ha negado. En opinión de Anselmo, al hacerlo incurre en una contradicción, puesto que piensa “algo mayor que aquello que es tal que no puede pensarse nada mayor “. Lo que se seguiría de esta contradicción, sin embargo, no es que Dios existe en el entendimiento y en la realidad, sino que no es posible pensar que Dios no exista en la realidad. Para llegar a la conclusión principal es preciso pues un paso más, justificado por el garante si no es posible pensar que P, entonces no P.

3. DIAGRAMA.

El insensato piensa que no existe el ser mayor que el cual nada puede ser pensado ≈

El pintor imagina un cuadro

El insensato concibe el ser mayor que el cual nada puede ser pensado El pintor concibe ese cuadro

↓ Si se puede pensar a, se puede pensar que a existe

El insensato concibe que el ser mayor que el cual nada puede ser pensado existe

↓ Algo que existe es mayor, ceteris paribus, que algo que no existe

El insensato puede pensar algo mayor que aquello mayor que lo cual nada puede pensarse

↓No puede pensarse algo imposible ┴

Nadie puede pensar que el ser mayor que el cual nada puede ser pensado no exista en la realidad

↓ Si no es posible pensar que P, entonces no-P

Luego existe en la realidad algo mayor que lo cual nada puede ser pensado 4. EVALUACIÓN.

o Análisis contextual. Los argumentos ontológicos constituyen un género argumentativo filosófico propio, con una rica bibliografía. El más antiguo y estudiado es el argumento ontológico de Anselmo de Canterbury. Como sucede con alguna frecuencia, la atención dedicada al argumento ontológico ha multiplicado las discrepancias sobre su interpretación. Algunos comentaristas, por ejemplo, niegan que Anselmo tratara de demostrar la existencia de Dios. También hay discrepancias sobre el pasaje del Proslogion en el que se expone

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el argumento ontológico. Para algunos es el capítulo II (el aquí seleccionado), mientras que para otros es el capítulo III y el capítulo anterior sería una especie de versión preliminar, y aún hay otros para quienes la demostración abarca los dos capítulos. En el proemio al Proslogion escribe Anselmo: “comencé a pensar si no sería posible encontrar un solo argumento que no necesitase más que de sí mismo, y que demostrase que Dios existe verdaderamente, que es el bien supremo y que no necesita de ningún principio, y del que, por el contrario, todos los demás seres necesitan para existir y ser buenos; que fundamentase en una palabra, con razones sólidas y claras, todo lo que creemos sobre la sustancia divina”. El Proslogion es, según su autor, el resultado de esa búsqueda. La autonomía exigida a ese único argumento ontológico consiste en que no debe recurrir a la autoridad de la revelación ni a la experiencia. Dadas esas condiciones, lo que se busca es un argumento analítico, a priori. La segunda parte de la cita del proemio plantea una exigencia adicional: una vez demostrada la existencia del bien supremo, ha de poder derivarse todo lo que creemos sobre la sustancia divina. Esta segunda exigencia conecta con la versión de Plantinga del argumento ontológico, para quien este probaría, no la existencia de Dios, sino la coherencia del teísmo.

Análisis material. Como se ha indicado, Anselmo formula el argumento ontológico como una demostración analítica de la existencia de Dios. Decir que un argumento es analítico puede significar dos cosas:

- el argumento no presupone ni verdades de fe ni verdades de experiencia; - el argumento establece necesariamente su conclusión; es decir, es deductivo.

En consonancia, el argumento de Anselmo, tal y como ha sido reconstruido, no contiene ninguna premisa. Eso no quiere decir, sin embargo, que no contenga ninguna asunción empírica, puesto que asume que puede pensarse el ser mayor que el cual nada puede ser pensado. Es una asunción empírica porque está justificada por la existencia del insensato que niega la existencia de Dios. Piénsese en un argumento que partiese del supuesto, concedido a efectos de la argumentación, de que alguien piensa en el conjunto de todos los conjuntos que no son miembros de sí mismos. Este es un aspecto que ya fue advertido por Leibniz al considerar la versión cartesiana del argumento ontológico. Según Leibniz el argumento de Descartes no es concluyente si no se establece antes que la idea de un ser máximamente perfecto es coherente. Leibniz argumenta a este respecto que como las perfecciones son inanalizables, no puede demostrarse que sean incompatibles entre sí, y por tanto todas las perfecciones pueden coexistir en un único ser. Hay reconstrucciones del argumento ontológico que tratan de presentarlo como un argumento lógicamente válido (cfr. Stanford Encyclopedia of Philosophy, “Ontological Arguments”, §.8). A título de ejempo reproduzco la de Plantinga.

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1. Dios existe en el entendimiento pero no en la realidad supuesto

2. La existencia en la realidad es mayor que la existencia en el mero entendimiento premisa

3. Un ser que posea todas las propiedades de Dios y además existencia real es mayor que Dios 1,2

4. Puede concebirse un ser que posee todas las propiedades de Dios y además existencia real premisa

5. Puede concebirse un ser mayor que Dios 3,4

6. No puede concebirse un ser mayor que Dios por definición de “Dios”

7. ┴ 5,6

8. No es el caso que Dios exista en el entendimiento pero no en la realidad reductio 1-7

9.Dios no existe en el entendimiento o existe en la realidad 8

10. Dios existe en el entendimiento premisa

11. Dios existe en la realidad 9,10 No obstante, tal y como ha sido analizado aquí, no es un argumento deductivo, como revelan los garantes invocados para justificar algunos de sus pasos.

Análisis lógico. Se pretende en primer lugar que la inferencia de “El insensato niega que Dios exista” a “El insensato concibe a Dios” se justifica del mismo modo que la inferencia de “El pintor imagina un cuadro” a “el pintor concibe ese cuadro”. Anselmo aclara que ese es el propósito de la analogía en su réplica a Gaunilón, uno de sus primeros críticos: “el ente tal que nada mayor puede concebirse no es como la pintura aún no hecha en la inteligencia del pintor. Puesto que yo no… quisiera asegurar que el ente del cual se trataba fuera algo semejante, sino… únicamente… [quisiera] poder mostrar cómo en la inteligencia puede existir algo cuya inexistencia real se entiende”. Sin embargo, no parecen casos enteramente paralelos; compárese con “Russell niega que exista el conjunto de todos los conjuntos”. Las razones del insensato para negar la existencia de Dios son pues determinantes para evaluar este punto. En todo caso, el argumento solo es efectivo dirigido a alguien que conceda que es posible que exista un ser mayor que el cual nada puede pensarse (un teísta o un ateo no analítico, por así decir).

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Las palabras de Anselmo en el proemio sugieren una interpretación más débil de los primeros pasos del argumento. Si lo que muestra el caso del pintor es que puede concebirse algo cuya inexistencia real se entiende, lo que se seguiría no es que el insensato conciba el ser mayor que el cual nada puede ser pensado, sino tan sólo que es posible que lo haga: El insensato piensa que no existe el ser mayor que el cual nada puede ser pensado

≈ El pintor imagina un cuadro

Es posible que el insensato conciba el ser mayor que el cual nada puede ser pensado El pintor concibe ese cuadro El cualificar “es posible que” se transmitiría entonces a lo largo de toda la cadena de razonamiento, desembocando en “Es posible que el insensato puede pensar algo mayor que aquello mayor que lo cual nada puede pensarse”. Ahora bien, normalmente si un supuesto A lleva a una conclusión Es posible que B y ésta a su vez a Es posible que ┴ , rechazaríamos la inferencia tentativa de A a

B antes que el supuesto A. Algo parecido puede decirse del garante del segundo paso, si se puede pensar a, puede pensarse que a exista. Su plausibilidad depende de lo que se entienda por “pensar en”. Este principio puede formularse con otras palabras, citando al Tractatus de Wittgenstein: “El pensamiento contiene la posibilidad del estado de cosas que piensa. Lo que es pensable es también posible” (3.02). Este garante se parece, y se complementa, con el del último paso del argumento subordinado, nadie puede pensar algo imposible. La validez del principio algo que existe es mayor, ceteris paribus, que algo que no existe ha sido muy debatida. Según Kant, por ejemplo, ese principio asume implícitamente que la existencia es un predicado, lo que le lleva a rechazarlo. La conclusión a la que se llega con ayuda de ese garante es un tanto desconcertante: El insensato puede pensar algo mayor que aquello mayor que lo cual nada puede pensarse. ¿Qué es ese algo mayor que Dios que el insensato puede pensar? Anselmo parece razonar así:

El insensato niega la existencia de Dios, El insensato puede imaginar que Dios existe.

Luego, el insensato puede imaginar algo mayor que Dios. Inmediatamente surgen una serie de preguntas de difícil respuesta: ¿Se puede imaginar algo como no real? ¿El insensato imagina que Dios es mayor que sí mismo?, etc. Si del supuesto “el insensato piensa que no existe el ser mayor que el cual nada puede ser pensado” se sigue una contradicción, lo que cabe concluir, en buena lógica, es que el insensato no puede pensar que el ser mayor que el cual nada puede ser pensado no existe. Sin embargo la conclusión que se extrae es universal: nadie puede pensarlo. Posiblemente se esté aduciendo que si ni siquiera el insensato puede pensarlo, entonces nadie puede hacerlo. Aunque la inserción del conector argumentativo ni siquiera es esclarecedora, deja abiertas varias posibilidades de interpretación. Podría tratarse de un argumento a fortiori: si el insensato no

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puede pensar que Dios no exista, tanto más los sensatos (es decir, los creyentes). Sucede sin embargo que las razones de los sensatos para creer que Dios existe no son, o pueden no ser, las razones que da el argumento ontológico. Así las cosas, habría que pensar que los sensatos no son simplemente los teístas, sino quienes creen que es impensable que Dios no exista. Finalmente, hay que considerar el garante si no es posible pensar que P, entonces no-P. Se diferencia del garante si se puede pensar a, puede pensarse que a exista porque no va de lo pensable a lo posible, sino de lo real a lo pensable. Podemos representar así la idea expresada en el epígrafe 3.02 del Tractatus usando el simbolismo de la lógica modal: ◊Pensar(p) → ◊(p); del mismo

modo, el último garante del argumento ontológico se convierte en: p → ◊Pensar(p).

Hubert Marraud (U.A.M.) e-mail: [email protected] 18/06/2012